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Punto de encuentro
Estamos otra vez en el “punto de encuentro” que para muchos significa esta temporada de Cuaresma; un espacio de tiempo lleno de simbolismos para los mexicanos, y sobre todo para los creyentes; un período de 40 días en que los consumidores se topan con los pescados y mariscos; productos marinos que los pescadores y acuacultores de todo el país les acercan a los centros de distribución, supermercados, pescaderías, expendios, restaurantes y que llegan hasta las mesas de los hogares cuando los propios familiares los llevan para compartir y degustar como parte de la tradición o la costumbre de privilegiar la ingesta de pescado ya que como lo manda la fe católica, “debe guardarse la abstinencia de carne”, que es lo mismo que restringir el consumo de carne roja, desde el miércoles de Ceniza, pasando por los viernes de la Cuaresma y los días Jueves Santo y Viernes Santo.
Esperamos que este año sean más los mexicanos que encuentren en su mesa un rico pescado que les alegre el paladar y les favorezca su salud; porque eso son los pescados y mariscos: rica fuente de proteínas, minerales, vitaminas y nutrientes sanos que entre otras cosas desarrollan agilidad mental y buena memoria.
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Está comprobado que la ingesta de pescados contribuye a proteger al cerebro por su Vitamina D, Ácido Fólico y Vitamina B12. -Poseen grasas benéficas para el organismo, algunas especies son ricas en ácidos grasos Omega 3, que apoyan disminuyendo los triglicéridos y el colesterol. Contienen minerales como el fósforo, calcio, hierro, potasio, magnesio, zinc, que fortalecen el sistema óseo. Son elevados en vitaminas del complejo B que ayudan a reducir enfermedades cardiovasculares y previenen enfermedades crónicas degenerativas.
Son bajos en calorías y contienen proteínas de la mejor calidad y fácil digestión; son ricos en vitaminas A y E, regenerando los tejidos del cuerpo y las mucosas de la piel y favorecen el buen tono y desarrollo muscular. El consumo de pescado beneficia el desarrollo neural de la descende ncia en las mujeres durante la edad reproductiva, particularmente en mujeres embarazadas y madres en lactancia (FAO-OMS, Grupo de expertos). Lo anterior cobra especial relevancia ya que la obesidad es reconocida desde 1997 por la OMS como un problema de salud pública mundial.
Eso, de tanto que se ha repetido ya lo sabemos. Es un hecho que, en Cuaresma los pescados ahí están, pero la tradición viene cediendo ante los ataques frontales a la familia y sus estructuras éticas, morales y religiosas. Entonces lo que nos toca en estos días es facilitar las cosas para que, independientemente de la fe, se den las condiciones propicias que nos permitan llegar a ese “punto de encuentro” en nuestra mesa, con un pescado que nos alegre el día, la semana, el mes y la cuaresma completa, aunque de hecho, por sus virtudes saludables, el pescado habría de estar en nuestra mesa todo el año.
Por: Jesús Jiménez