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Cuando la obediencia es pecado
Padre Guillermo Devillers
Nuestra pequeña Hermandad de San Pio X existe desde hace 48 años y celebra sus 40 años en España. Han sido años más bien de sequía, como un verano caliente en esta recia tierra de Castilla. Años de predicar como Juan Bautista en el desierto. Para la mayoría una sola palabra bastaba para cerrarnos el oído: ¡desobedientes!
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Recuerdo que nuestras pequeñas capillas de Madrid, en la calle General Arrando primero, luego en Polibea 8, han visto pasar a bastantes almas buenas, que quedaban muy satisfechas con la santa misa en su rito tradicional, prometían volver… y no volvían nunca más. Algún santo sacerdote por allí les habría puesto en guardia: ¡cuidado que estos desobedecen al papa!
Nuestro caso se agravó más aun cuando nuestro venerado fundador Monseñor Lefebvre consagró a cuatro obispos, después de rechazar una proposición del Papa Juan Pablo II de “ volver a la obediencia ” guardando la misa tradicional. Luego vino la declaración del Papa Benedicto XVI del 7-7-2007 afirmando que la misa tradicional no estaba ni había sido nunca prohibida. A pesar de todo esto, seguimos “desobedientes ” . Pero en fin, ¿para qué tanta obstinación, nos decían a veces?, firmen Vds. lo que sea y luego seguirán haciendo lo mismo que antes, y vendremos con gusto a sus misas.
Encontré una hermosa respuesta en Santo Tomás de Aquino. “Todo lo que es contrario a la gloria divina, dice el santo doctor, es pecado mortal” . Y agrega: confesar la verdad sobre lo que nos acusan, pertenece a la gloria de Dios. Luego no está nunca permitido mentir para librarse de una condena. Porque tal modo de librarse deshonra a Dios. No podíamos mentir sobre nuestro rechazo rotundo de la nueva misa y de la libertad religiosa. En efecto, fingir aceptar la nueva misa y la doctrina liberal del concilio Vaticano II deshonraría a Dios mucho más que una mentira cualquiera. Porque esa misa es medio protestante y esta doctrina (de la libertad religiosa) es directamente contraria al derecho de Dios de reinar sobre sus criaturas. “Por sus frutos los conoceréis ” : los católicos se han vuelto protestantes, las iglesias se han vaciado, los conventos están en venta. Cuando un hombre está sano, los médicos pueden discutir para saber si su enfermedad es grave, pero cuando ha llegado a las puertas de la muerte, la discusión ya es superflua. La Iglesia está agonizando.
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Entonces, por la gloria de Dios, no es el momento de callar. Aunque no nos escuchen, debemos predicar la verdad, y particularmente en estas tierras españolas que han visto tantos ejemplos de heroicidad, y que son hoy, por culpa de los liberales, la risa de sus peores enemigos. Un día llegará y tal vez no está lejano en que el pueblo español se levantará de repente como otras veces para una nueva cruzada. Y con la ayuda de Dios y de María vencerá. Porque según promesa de la misma Madre de Dios, hasta el fin del mundo habrá aquí buenos cristianos. Y al fin el Corazón Inmaculado triunfará.
Mientras tanto, siga predicando nuestra pequeña Hermandad en el desierto. Y si nos tachan de desobedientes, testarudos, orgullosos y locos, ¡enhorabuena! A Dios gracias, que hay todavía algunos locos para decir estas cosas. No somos los primeros a ser tratados de tales. El Señor mismo nos ha precedido en esta vía de oprobios. A nosotros todavía no nos ha puesto Herodes el vestido blanco ni los soldados la corona de espinas. Ni nos han clavado en la cruz. Animo pues, que el trabajo es de un instante y la recompensa eterna. Tal vez mañana la Hermandad sea por fin reconocida como católica por aquellos que ahora la rechazan. Nos alegraremos por ello, para el bien de las almas. Pero jamás podremos fingir aceptar ni la misa medio protestante ni la doctrina de indiferencia religiosa que la sustenta. Eso sería contrario a la gloria de Dios. Y todo lo que le es contrario es pecado mortal. Me parece que una de las verdades más importantes que debemos pregonar en todas partes en estos tiempos de crisis es esa otra afirmación rotunda del doc-
La obediencia es un tema grave: significa permanecer unidos al Magisterio de la tor angélico: “Una ley injusta no obliga
Iglesia y en particular, al Sumo Pontífice. en conciencia” (salvo a veces para evitar
Es una de las condiciones para salvarse. el escándalo). Pero cuando esta ley pone
Nos damos perfectamente cuenta de ello y nadie está más unido al sucesor actual de Pedro hoy reinante que nosotros, nuestra fe en peligro, ella misma es el peor de los escándalos. Entonces no hay como lo estuvimos a sus predecesores. que vacilar sino tomar la espada y echar
Aquí hablo de mí mismo y de muchos fie- al moro. Quiero decir: con el escudo de la les a los que se rechaza en las iglesias; y de los sacerdotes que se ven obligados a fe y la espada de doble filo de la Sagrada celebrar la Misa en casas, como se hacía Escritura, combatir el buen combate de durante la Revolución Francesa, y a ense- la fe. Sólo eso puede llevarnos a la vicñar el catecismo en las ciudades y aldeas. Seguimos al Papa cuando es eco de las tradiciones apostólicas y de las enseñantoria. La obediencia a los hombres está siempre subordinada a la obediencia que zas de todos sus predecesores. La defi- debemos a Dios. La obediencia es una nición misma del sucesor de Pedro le virtud muy grande, excelentísima. Pero obliga a conservar este depósito (...) La autoridad delegada por Nuestro Señor con todo, en ciertos casos excepcionales, al Papa, a los obispos y a los sacerdotes la obediencia es pecado y la desobedienen general, está al servicio de la fe. Em- cia virtud, y puede ser a veces que sin ella plear el derecho, las instituciones y la autoridad para aniquilar la fe católica y no transmitir la vida, es practicar el aborto o no haya salvación. España será nuevamente una y grande la anticoncepción espirituales. cuando dejando de lado a los que la engaMonseñor Lefebvre, ñan, vuelva decididamente a su fe catóCarta abierta a los católicos perplejos lica, bajo el estandarte de Cristo Rey. m