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Rogerio Bacon
Rogerio Bacon (1214-1292)
Rvdo. D. Eduardo Montes
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Discípulo y admirador de Roberto Grosseteste (1175-1253) es el científico de quien hoy nos ocupamos el franciscano inglés Rogerio Bacon.
Tanto la ciudad en que nació como el año concreto del hecho no pueden precisarse aunque en general se piensa que sería alrededor de 1220 en un lugar llamado Bilsey. Su familia, originalmente acaudalada, se vio empobrecida durante el tormentoso reinado de Enrique III (1207-1282) lo que no le impidió dedicarse intensamente a los estudios primero en Oxford y a partir de 1241 en la Universidad de Paris. En la ciudad del Sena pasaría 6 años de su vida primero como estudiante y finalmente como profesor de Filosofía. Y tuvo ocasión de trata con los más importantes intelectuales de su época como Alejandro de Hales (11851245) y el canónigo parisino y luego obispo de París y consejero de San Luis Guillermo de Auvernia En en Matemáticas, Rogerio Ba proponer la reforma del con es calend el primero ario juliano; (1190-1249). criticó el vigente sistema astronómico de Ptolo-
Del primero hay que decir que coincimeo. sobre En Física y numeroso Óptica formula s fenómenos de observaciones manera raciodió con Bacon en ser inglés y franciscano nal rechazando teorías aristotélicas. Fue quien como él. Podría ron vocaciones añadirse que ambos fuede las que hoy algunos inició la idea de utilizar las la vista e incluso sugirió la binar lentes para formar u lentes para corregir posibilidad de comn telescopio. Bacon llaman “tardías ” : Rogerio Bacon entró en también poseía algún conocimiento de la forla Orden de San Francisco a los 39 años y ma en la cual los rayos atraviesan una lente. Alejandro de Hales a los 37. En general nuestro personaje se caracterizó entre otras cosas por esta intensa relación –no siempre amistosa- con los intelectuales de su tiempo.
Y ciñéndonos a sus aportaciones científicas hay que decir que son tan amplias que
34 Rogerio Bacon resulta imposible resumirlas aquí. Sólo enumero alguno de sus títulos: “Encontró los focos de los espejos cóncavos, redactó instrucciones para construir espejos parabólicos, descubrió el principio de la cámara oscura, estudió el mecanismo de la visión ”[1]. Todos la inventiva del novelista Julio Verne (1828-1905) se verá amplísimamente superada por la del franciscano medieval al que se le atribuye “la anticipación de la idea de una máquina voladora, barcos sin remos, automóviles, submarinos, puentes colgantes e instrumentos que permitan leer a grandes distancias ”[2].
Como clave explicativa de todos estos avances es claro que se encuentra en el cultivo de las matemáticas unido a la observación. Un cráter lunar y un asteroide llevan su nombre.
En cuanto al trabajo teológico abogó por un mayor estudio de la Sagrada Escritura frente al esfuerzo especulativo para lo cual insistió en el conocimiento de las lenguas originales protestando enérgicamente por las malas traducciones tanto del texto sagrado como de los autores de la antigüedad.
Y, aunque resulta imposible explicar de dónde sacaba el tiempo necesario, intervino en polémicas internas de su orden –en concreto acerca del alcance que debiera darse al voto de pobreza alineándose, dicho sea de paso, con la posición más austera- que según el historiador de la Ciencia[3]. David Linberg serían la causa de que se le retirara a un convento del centro de Italia donde habría pasado unos diez años hasta que un noble inglés promovió y obtuvo su vuelta a la isla donde poco después moriría dejando tras de sí una aportación inmensa. m [1] GUAYDIER, P. Histoire de la Physique, Paris 1959, pag. 14 - 15. [2] JOSE MARIA RIAZA, La Iglesia en la Historia de la Ciencia, BAC Madrid 1999, pag. 47. [3] Consulta Wikipedia, Rogerio Bacon.
Afirmó que el cálculo era como la primera de las ciencias, la que a todas precede y nos prepara para comprenderlas todas, y realizó, al parecer, experimentos de física y química. Fue, en óptica, el precursor de Galileo y de Newton; formuló juiciosas observaciones sobre los fenómenos de la propagación, de la reflexión y de la refracción de la luz, sobre la formación del arco iris, sobre la grandeza aparente de los objetos y las dimensiones extraordinarias del Sol y de la Luna, observados en el horizonte; describió con sagacidad el mecanismo de la visión; rechazó, contra lo dicho por Aristóteles, la teoría de la propagación instantánea de la luz; sostuvo que las estrellas tenían luz propia; defendió que las estrellas fugaces eran cuerpos relativamente muy pequeños, no estrellas que atraviesan nuestra atmósfera y se inflaman por la rapidez misma de su movimiento; y no falta quien diga que fue el inventor del microscopio, del telescopio y de la pólvora. Bacon era alquimista y, como tal, profesaba la doctrina de la unidad de composición de los metales, de la diferente perfección y la posible transmutación de los mismos. La investigación para llegar al descubrimiento de la piedra filosofal reducíase, según él, a una operación metalúrgica dirigida a perfeccionar un metal por medio del calor, imitando el trabajo que la naturaleza realiza en las minas.