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El por qué de los artículos sobre los científicos católicos

El por qué de los artículos sobre los científicos católicos

Rvdo. D. Eduardo Montes

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Número tras número de Tradición Católica hemos consagrado un breve artículo a algún hombre o mujer miembros de la Iglesia que destacaron por sus aportaciones al progreso científico. Y Dios mediante seguiremos haciéndolo para combatir con la eficacia del ejemplo concreto la mentira de la oposición entre dicha Fe y el avance de la humanidad. Y es una mentira que no es fácil conseguir que abandone las mentes del hombre común porque siglos de eficaz propaganda han conseguido que arraigue en ellas.

Ya Mons. Lefebvre señaló en su dia el grave error encerrado en una frase que Juan XXIII pronunciaría durante un sermón de una Misa solemne, creo que en la apertura del Concilio Vaticano II: “La verdad se impone por sí misma. Le basta la fuerza de la propia verdad” . No es cierto que la verdad se imponga por sí misma. Decir que la verdad se impone por sí misma es como decir que la salud o la riqueza se imponen por sí mismas. Por eso hay tantos que pierden la una o la otra o ambas. Y es que los bienes todos necesitan protección. De diversos tipos, según la naturaleza del bien, pero protección al fin y al cabo. No se imponen por sí mismos. Y no se impone por sí misma la verdad. De hecho la que se está imponiendo consSan del Cipria Africa no f y el ue el más Santo más brillante de importante los obispos tantemente es la mentira y la verdad, cuando de este continente, antes de que aparecielogra abrirse paso, es generalmente a base de ra Sa dejó n Agustín. Un escritor de este retrato de la bondad ese tiempo y venerabisangre, sudor y lágrimas. Como sucedió en los lidad de Cipriano: “Era majestuoso y veneprimeros siglos de la Iglesia. La Verdad se imrable, nadie inspira podía ba conf mirarle ianza a primera vista sin sentir veneració y n puso porque antes se cansaron los verdugos de hacia él. Tenía una agradable mezcla de matar que los cristianos de morir. alegría que lo y venera trataban bilidad, de no sabían man qué era que los hacer más:

Y, como muestra de lo difícil que es no ya al- si quererlo o venerarlo, porque merecía el canzar la Verdad sino simplemente mantenerla más grande respeto y el mayor amor” . ahí está el norte de África con sus miles de mártires y sus grandes figuras episcopales como S. Cipriano o S. Agustín que hoy es enteramente musulmana. Porque a lo

El por qué de los artículos sobre los científicos católicos largo de la historia ha sido mucho más frecuente el paso de la cruz a la media luna que de la media luna a la cruz. Una cosa es la virtud de la esperanza y otra el optimismo pueril que además desarma a los combatientes más que otra cosa.

Perdónenme este largo prólogo pero creo que es necesario para que se valore debidamente el trabajo que hacemos en esta modesta sección de Tradición Católica. Y no quiero despedirme sin apuntar directamente contra un activo e influyente difusor de la mentira de la Iglesia Católica enemiga del progreso, el historiador y periodista César Vidal.

En una de sus intervenciones, y es sólo un ejemplo entre muchos que podría citar, Vidal ha afirmado, entre otras lindezas, que los jesuitas ingleses fomentaron actividades terroristas. Nada menos. ¿De manera que los jesuitas ingleses fomentaban el terrorismo? ¿Cuándo? ¿En la época isabelina donde los católicos tanto ingleses como irlandeses fueron tratados como todo el mundo sabe? ¿O en qué otra época? ¿Cómo puede Vidal juzgar de una manera tan injusta a una institución plurisecular en la que han abundado científicos, misioneros y mártires? ¿Sabe Vidal algo de los mártires del Canadá? ¿Es válida la sulfurosa descripción que hace Vidal de la Compañía de César Vidal Jesús que, entre otras cosas, ha dado el nombre de alguno de sus miembros a 30 cráteres de la Luna? Un verdadero historiador no puede emitir un juicio semejante sobre los jesuitas ni sobre ningún otro tema de parecidas dimensiones. Y Vidal es historiador hasta que no se cruza en su camino la Iglesia Católica. Y le dejo diciéndole que entre el Lutero, incitando bestialmente a los “ nobles ” alemanes a aplastar la más que comprensible revuelta de los campesinos, y la familia religiosa de la que surgieron tantísimas figuras como San Vicente de Paul o el P. Damián de Molokai es bien clara cuál es la opción razonable. Y le dejo recordando a Vidal que ha también estudiado con competencia el tema de las checas y mártires de la Guerra civil española. Por tanto no ha estado sólo en contacto con eclesiásticos impresentables sino también con una parte del lado heroico de la institución a la que odia y denigra sistemáticamente. Pues ya sabe Vd D. César: “ con la medida con que midiereis se os medirá” Y aquí me despido hoy porque creo que la raP. Damián de Molokai zón de s quedado er de sufici estos entem artículos ente dem de apologét ostrada. m ica ha

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