Entrevista con el Superior General 50 años de la HSSPX
1. DICI: ¿Qué representa para la Tradición el 50º aniversario de la HSSPX? En primer lugar, este jubileo constituye una ocasión de agradecer a la Providencia por todo lo que nos ha concedido durante estos cincuenta años, pues una obra que no fuera de Dios no habría podido resistir la prueba del tiempo. Él es el primero a quien hemos de atribuirle todo esto. Pero también y, sobre todo, este jubileo es una oportunidad para reavivar nuestro ideal de fidelidad a lo que hemos recibido. De hecho, después de tantos años, puede haber un cansancio comprensible. Así que se trata de reavivar nuestro fervor en la lucha para establecer el reinado de Cristo Rey: que reine primero en nuestras almas y luego a nuestro alrededor. Hemos de trabajar particularmente en este punto, siguiendo a Mons. Lefebvre. 2. ¿Por qué, en su opinión, lo que nos legó Mons. Lefebvre puede resumirse en este deseo de instaurar el reinado de Cristo Rey? La respuesta me parece muy sencilla: es el amor de nuestro Señor Rey lo que hizo de Mons. Lefebvre un santo prelado y un gran misionero, que procuraba apasionadamente extender a su alrededor el reinado de Aquel que reinaba primero en su alma. De modo que este
amor es el que lo guio a denunciar enérgicamente a todos los que se le oponen. Ahora bien, para prolongar este reinado y luchar contra sus enemigos, el medio por excelencia es el santo Sacrificio de la Misa. La voz de Mons. Lefebvre temblaba de emoción cuando pronunció las hermosas palabras de la liturgia que resumen tanto su amor por la Misa como por Cristo Rey: “Regnavit a ligno Deus” (himno Vexilla Regis), o sea, Dios reina por el madero de la Cruz. En una carta
que escribió poco antes de su muerte a un antiguo compañero de su congregación de origen, Mons. Lefebvre hacía