Cruzada de Oración ¡Misa y vocaciones, nuestros tesoros! Es evidente que la situación internacional se está deteriorando considerablemente. Uno de los puntos más críticos se refiere a la prohibición de las Misas en público. Cuando sabemos que la Misa es la palanca que levanta el mundo, no podemos dejar de preocuparnos por el futuro. Fieles y sacerdotes de la Hermandad de todo el mundo están preocupados por oponerse a esta situación con medios proporcionados. El Superior General ha decidido lanzar una Cruzada de oración, basada en el rezo del Rosario, para alentar tal estado de ánimo, ayudándoles a luchar principalmente en el plano sobrenatural. Se trata precisamente de una Cruzada por la misa y las vocaciones. Así, al mismo tiempo que responde a la necesidad actual, esta Cruzada responde al objetivo propio de la Hermandad, permitiéndonos mantener nuestra preocupación por las vocaciones y nuestro apego a la Misa, ambos igualmente necesarios.
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ueridos miembros de la Hermandad, queridos fieles, queridos amigos, Esta es una enérgica e implorante llamada a todos ustedes, y a todas las personas a las que puedan transmitirla: “¡Unamos nuestras fuerzas para obtener del Cielo la libertad incondicional de celebrar la Misa públicamente y de asistir a ella!” La Santa Misa es lo que más apreciamos en nuestros corazones. Que pueda volver a celebrarse con total libertad, pues la Misa contiene la solución a todos los males, a todas las enfermedades y a todos los miedos. A esto se añade una intención de oración no menos importante: las vocaciones. Recemos y supliquemos al cielo que envíe muchos trabajadores a la Viña del Señor, muchos sacerdotes santos. ¡Nuestros seminarios han de estar siempre llenos! ¡Las almas están hambrientas, y no hay suficientes sacerdotes para satisfacerlas!
¿Seguiremos siendo insensibles a la situación actual? “El que pide, recibe, y al que llama se le abre” (Mt 7, 8), nos promete el Señor. Hagamos nuestra parte: las gracias sólo se obtienen si se piden con insistencia. Queridos fieles, les invito a todos y a cada uno de ustedes, jóvenes y ancianos, seglares y almas consagradas, y les ruego que se unan a esta Cruzada de oración por la Misa y las vocaciones. Los
Cruzados se pusieron en marcha para liberar la tumba de Jesucristo; pongámonos también nosotros en marcha para liberar el tesoro de Cristo Rey, su testa-