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SUSD: Guide to Parent Teacher Conferences

PTA’s Guide to Parent Teacher Conferences Starting Smarter

According to the National Parent Teacher Association (PTA), when parents and teachers work together as a team, children do better in school. The parent-teacher conference is an ideal time to get the partnership started. Use the formal teacher-parent conference for a focused, twoway conversation. • Ask questions about grade level learning goals and your child’s progress. • Discuss any standardized test scores you have received: » Are they consistent with the strengths and weaknesses the teacher sees in your child’s performance? » How will the teacher use them to guide instruction for your child? » What can you do to help your child be successful? • Tell the teacher more about your child so they can do the best job possible. • If your child is having difficulties in class (either academic or behavioral) discuss them constructively and agree together on an action plan.

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Some frequently asked questions about conference.

Q. What are some specific questions I should ask during the conference? A. Questions you ask during the conference can help you express your hopes and concerns for your student. It’s a good idea to make a list and ask the most important questions first, in case time runs out. Here are a few examples of questions you could use. • How are you measuring my child’s progress? Through tests? Portfolios? Class participation? Projects? • What subject does my student like most? Least? • What can I do to help my child with subjects he finds difficult? • Is my child trying as hard as he can? • Does my child participate in class discussions and activities? • Is my child in different classes or groups

Guía PTA para las Conferencias de Padres y Maestros

Un Inicio Inteligente

Según la Asociación Nacional de Padres y Maestros (PTA), cuando los padres y maestros se unen como equipo, a los chicos les va mejor en la escuela. La Conferencia de Padres-Maestro es el momento ideal para iniciar esa colaboración. Aproveche esta junta como una conversación enfocada y bidireccional. • Haga preguntas sobre los objetivos de

aprendizaje

for different subjects? Which ones? How are the groups determined? • How well does my child get along with others? • Have you noticed changes in the way my child acts? For example, have you noticed squinting, tiredness, or moodiness that might be a continued on next page continúa a la vuelta por grado y sobre el progreso de su estudiante. • Hable sobre cualquier puntaje de pruebas estandarizadas que haya recibido: “¿Son consistentes con las fortalezas y debilidades que el maestro ve en el desempeño de su estudiante?” “¿Cómo las utilizará el maestro para modificar la instrucción de su hijo?” “¿Qué puede hacer usted para ayudar a un mejor rendimiento de su niño?” • Dígale al maestro más cosas sobre su chico para que puedan ayudarlo lo mejor que se pueda. • Si su chico está teniendo dificultades (o académicas o de comportamiento) convérselas positivamente y pónganse de acuerdo en una plan de acción conjunto. Algunas de las preguntas más frecuentes en estas conferencias son

P. ¿Cuáles son algunas preguntas que debería hacer durante la conferencia? R. Las preguntas que usted haga durante la conferencia le pueden ayudar a expresar sus esperanzas y preocupaciones sobre su estudiante. Es una buena idea hacer una lista y preguntar las cosas más importantes primero en caso que se quede corto de tiempo. Aquí tiene algunos ejemplos de preguntas que puede hacer. • ¿Cómo mide usted el progreso de mi chico? ¿Con pruebas? ¿Expediente? ¿Participación en clase? ¿Proyectos? • ¿Qué asignatura es la que más le gusta a mi hijo? ¿Cuál es la que le gusta menos? • ¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo con los contenidos que encuentra difíciles? • Mi estudiante ¿Le pone todo el empeño posible? • Mi estudiante ¿participa en debates y actividades de la clase? • Mi estudiante ¿es diferente en ciertas clases o grupos para diferentes contenidos? ¿Cuáles? ¿Cómo se determinan estos grupos?

sign of physical or other problems? • What kinds of tests do you give? What do the tests show about my child’s progress? How does my child handle taking tests? Q. What if our school doesn’t schedule parent-teacher conferences? A. Whether your child is in elementary, middle, or secondary school, parent-teacher conferences are important. If your school does not schedule regular conferences, you can request them. To set up an appointment, make a phone call or e-mail a quick note to the teacher and let him or her know you’d like to meet. Q. What if the teacher says my child is having a problem at school or there is something I’m concerned about? A. Parent-teacher conferences are a good time to discuss any difficulties (either academic or behavioral) a child might be having at school. If problems arise, you will want to avoid angry or apologetic reactions. If you are concerned about something your child has told you or something you’ve heard, state the concern without assigning blame and ask the teacher to explain. If the teacher raises an issue, ask for examples. Ask what is being done about the problem and what strategies seem to help at school. If your student needs help with a behavioral or academic issue, you and the teacher should agree on specific plans—that you both will work on—to help your child do better. Set up a way to check on your child’s progress at school and at home via phone calls, notes, or additional meetings. Keep the conversation going. • Starting with the parent-teacher conference, take time to establish and build rapport by, for example: » When you meet, complimenting something the teacher does well. » After the conference or other meetings, sending a quick thank Parent-Teacher Conference from the previous page

• ¿Qué tan bien se lleva mi hijo con los otros? • ¿Ha notado cambios en la manera que actúa mi chico? Por ejemplo ¿Ha notado que entrecierra los ojos, se muestra cansado, o tiene un estado de ánimo cambiante que puede indicar un problema físico o de otra índole? • ¿Qué tipo de exámenes toma usted? Estas pruebas ¿Qué le dicen sobre el progreso de mi estudiante? ¿Cómo se maneja mi hijo cuando toma exámenes? P: ¿Qué tal si nuestra escuela no programa conferencias padres-maestro? R. No importa si su chico cursa educación primaria, intermedia o secundaria, las conferencias padres-maestro son importantes. Si su escuela no programa conferencias regulares, usted puede pedirlas. Para concertar una cita, telefonee o envíe una breve nota por correo electrónico al maestro(a) y hágale saber que le gustaría que se reunieran.

P: ¿Qué si el maestro dice que mi estudiante está teniendo un problema en la escuela o hay algo que me preocupa? R. Las conferencias padres-maestro son un buen momento para hablar de cualquier dificultad (o académica o de conducta) que Conferencia Padres-Maestro viene de la vuelta you. • Be sure the teacher knows the best way to reach you. • Find out how the teacher prefers to be contacted by parents (email, text, voicemail). • Continue to keep in touch with the teacher throughout the school year. When a child knows parents and teachers are regularly working together, the child will see that education is a high priority, it requires commitment and effort, and that folks both at home and at school have the same expectations.

pueda estar experimentando un estudiante en la escuela. Si surge un problema, usted debe tratar de evitar reacciones de enojo o de justificación. Si su preocupación es por algo que su estudiante le ha dicho o usted ha escuchado, exponga su preocupación sin culpar a persona alguna y pida que el maestro se explique. Si el maestro plantea que hay problemas, pida ejemplos. Pregunte qué es lo que se ha estado haciendo sobre el problema y qué estrategias parecieran funcionar para la escuela. Si su estudiante necesita asistencia con un problema académico o de comportamiento, usted y el maestro deberían acordar un plan específico —en el cual ambos participarán— para ayudar a mejorarlo. Establezca un método para supervisar el progreso de su hijo en la escuela como el teléfono, notas al maestro, o juntas adicionales. Mantenga los canales de comunicación abiertos. • Comenzando con la conferencia padres-maestro, tómese el tiempo para establecer una buena relación como, por ejemplo: “Cuando se reúnan, elogie algo que el maestro hace bien”. Después de la conferencia u otra reunión, envíele una breve nota de agradecimiento. • Cerciórese que el maestro sabe la manera más expedita de comunicarse con usted. • Entérese de cuál es la preferencia del maestro para mantenerse en contacto con los padres (correo electrónico, texto telefónico, buzón de voz). • Continúe manteniéndose en contacto con el maestro a lo largo del año escolar. Cuando un niño sabe que los padres y maestros trabajan juntos y con regularidad, éste se dará cuenta que su educación es de gran prioridad para ellos, que requiere compromiso y entrega, y que la gente —tanto en casa como en la escuela— tienen las mismas expectativas.

A Gubernatorial Reading AT McKINLEY ELEMENTARY

Thank you very much to California Governor Gavin Newsom, Assemblymember Susan Talamantes Eggman, and Mayor Michael Tubbs for visiting McKinley Elementary School today to celebrate “Read Across America” Day! Our students very much enjoyed reading “Rainbow Fish” with you and discussing one of their favorite books, “No, David!”

MARCH 2020 Joaquín 9 Lectura Gubernamental EN LA PRI MARI A McKIN LEY ¡Un gran agradecimiento a Gavin Newson, Gobernador de California, a la asambleísta Susan Talamantes Eggman, y al alcalde Michael Tubbs por visitar hoy la Escuela Primaria McKinley para celebrar el Día “Leyendo Por Toda América”! Nuestros estudiantes se deleitaron mucho leyendo “Rainbow Fish” con ustedes y hablando de uno de sus libros favoritos, “No, David!”

El Origen de las Pandillas Chicanas

“La imagen del mexicano a lo largo de la historia, de hecho, ha sido la de un forajido despiadado, sediento de sangre y traicio- nero... Aunque toma diversas formas, como el “bandido grasiento” del Viejo Oeste, las pandillas de pachuco o zoot-suits de la década de 1940... o los “lowriders” con- temporáneos y los miembros de pandillas juveniles, la imagen aún persiste-\ Alfredo Mirandé E ste artículo abordará los orígenes de las pandillas callejeras chicanas y explorará su vínculo con el sur- gimiento de las pandillas centroamericanas, específicamente la MS-13. Históricamente, ha habido un patrón de fomento de prejuicios contra los chicanos y los latinos a través del sensacionalismo con el que se aborda el comportamiento criminal y de pandillas, lo cual los desprestigia, desprestigia a sus co- munidades y sirve como justificación para un tratamiento punitivo.

El sociólogo y abogado en ejercicio Alfre- do Mirandé hizo un argumento convincente de que la percepción de las pandillas en la comunidad mexicoamericana tiene su origen en la conquista del Suroeste y el desplazamien- to de personas de descendencia mexicana en las décadas posteriores a la Guerra MéxicoEstadounidense.

Los mexicanos que se resistieron a ser dominados y desplazados por los euroameri- canos fueron etiquetados como bandidos y se creía que formaban parte de grupos o pandillas más grandes. El estereotipo de las pandillas se difundió a través de los medios de comunica- ción de esa época —los periódicos— y creó un profundo sentimiento antimexicano y la creencia de que el comportamiento criminal mexicano prevalecía poniendo a todos los mexicanos bajo sospecha de delincuencia o militar en una pandilla.

Los mexicanos no solo perdieron sus tierras, sino que fueron sistemáticamente eli- minados de todas las formas de competencia económica con los euroamericanos y fue-

Ed Ramírez, Linden, CA

The Origins of Chicano Gangs

ron relegados a trabajos manuales con bajos salarios en el sistema laboral colonial que se desarrolló. Además, fueron obligados a entrar en enclaves o barrios étnicos híper-segregados. Las barreras institucionales y estructurales excluyentes persistieron durante el próximo siglo respaldadas por estereotipos perniciosos, costumbres y leyes arraigadas. Como resultado, los barrios mexicoamericanos permanecieron aislados, pobres, desorganizados e impotentes. Con el paso del tiempo, la vida en el barrio híper-segregado también fomentó la resistencia y la rebelión. Esto fue más evidente en el comportamiento de los jóvenes del barrio. Experimentaron el rechazo de su cultura, el racismo y discriminación en la escuela y en manos de la policía, y esto contribuyó significativamente a su alienación y su negativa a ajustarse a las normas sociales convencionales. Esta forma de rebelión se transformó en la creación de una contracultura o subcultura con una identidad única (por ejemplo, pachuco, cholo, homeboy, etc.) y con estilos distintivos de vestimenta, habla, gestos, tatuajes y grafiti. La socióloga Joan Moore argumenta que debido a que a los chicanos, históricamente, se le ha bloqueado el acceso a las oportunidades económicas (por ejemplo, educación de calidad y empleos con crecimiento y salario digno), se desarrolló una continúa a la vuelta

The image of the Mexican throughout history, in fact has been

that of a ruthless, blood thirsty,

and treacherous outlaw….. Although taking various forms such as the “greasy bandido” of the old West, the zoot-suit or pachuco gangs of the 1940’s… or contemporary “lowriders” and youth gang members, the image persists nonetheless. Alfredo Mirandé T his article will discuss the origins of Chicano street gangs and will explore their link to the emergence of Central American gangs —specifically MS-13. Historically there has been a pattern of mobilization of bias against Chicanos and Latinos through sensationalizing criminal and gang behavior which serves to vilify them— vilify their communities and serves as a justification for punitive treatment. Sociologist and practicing attorney Alfredo Mirandé made a compelling argument that the perception of gangs in the Mexican American community has its origins in the conquest of the Southwest and the displacement of people of Mexican descent in the decades following the Mexican American War. Mexicans who resisted being dominated and displaced by Euro-Americans were labeled bandits and were believed to be part of larger groups or gangs. The gang stereotype was mobilized through the media of that time —newspapers— and created deep seated anti-Mexican sentiment and a belief that Mexican banditry was prevalent putting all Mexicans under suspicion of banditry or of gang membership.

Mexicans not only lost their land but were systematically removed from all forms of economic competition with Euro-Americans and were relegated to low paying manual labor in the colonial labor system that developed. Further, they were forced into hyper-segregated ethnic enclaves or barrios. The exclusionary institutional and structural barriers persisted over the next century supported by pernicious stereotypes, entrenched customs and laws. As a result, Mexican American barrios remained isolated, poor, disorganized and powerless. With the passage of time, life in the hyper-segregated barrio nurtured resistance and rebellion as well. This was most evident in the behavior of barrio youth. They experienced rejection of their culture, racism and discrimination in school and at the hands of the police, and this significantly contributed to their alienation and refusal to conform to mainstream social norms. This form of rebellion morphed into the creation of a counterculture or subculture with a unique identity (e.g., pachuco, cholo, homeboy etc.) and with distinctive styles of dress, speech, gestures, tattoos and graffiti. Sociologist Joan Moore argued that because Chicanos were historically barred from access to the economic opportunity structure (e.g., quality education and jobs with living wage & advancement) a secondary illegal underground economy developed within barrios alongside the conventional primary labor market. The activities in the illegal economy ranged from bending rules for collecting unemployment insurance or welfare, to marketing of narcotics. The use and sale of narcotics, especially heroin, became components of this economy and associated with Chicano gang subculture.

Focusing mainly on the second half of the 20th century, Anthropologist James Diego Vigil observed that barrio youth were pushed to the fringes of society or marginalized where they experienced social neglect, ostracism, poverty, cultural repression and ultimately powerlessness. This led some youth to seek a place where they were not marginalized —the street. Pre-teen youth experienced “street socialization” and continued on next page

The Origin of Chicano Gangs continued from previous page peer-groups defined appropriate behavior regarding sex, drinking, drugs and fighting. The street gang subculture institutionalized rebellion, defiance and deviance with secrecy from adults becoming paramount. It was in the second half of the 20th century that drugs and guns became more prominent in street gang subculture. Sociologist Victor Rios’ recent research described how social institutions especially schools, police and probation systematically criminalized barrio youth, and these marginalized youth become enmeshed in a system of “punitive social control” that subjected them to various forms of punitive force in their everyday lives. As a result, oppositional culture developed that promoted perilous masculinity and actions to compensate for punitive treatment. Rios argued that “punitive social control” led to a process of hyper-criminalization which then led to resistance including forms of self-defeating resistance.

Mirandé argued that the primary law enforcement and criminal justice mechanism designed to address Chicano gangs the Street Terrorism Enforcement and Prevention Act or STEP Act serves as a “... mechanism for criminalizing and labeling contemporary barrio youth based on their lifestyle, attire, argot, monikers and associations.” Through the ST EP Act an association with a group that has been designated as a “criminal street gang” could result in incarceration even if there was no direct involvement with a specific criminal act. It also adds enhancements to sentencing for criminal offenses creating a fast track to life sentences in prison. Given the un-precise definition of what constitutes a “street gang” and un-even enforcement there has been significant room for error in the STEP Act’s application.

At the risk of oversimplification, one could argue that those associated with Chicano gangs evolved from rebellion against EuroAmerican dominance and displacement to resistance to state institutional authority (e.g., schools and law enforcement) to neighborhood turf fighting to involvement with the illegal economy (particularly the use and sale of narcotics) putting them squarely in the sights of the criminal justice system. As a result, a criminal justice perspective and punitive interventions have dominated the treatment of alienated barrio youth. Punitive social control Ed Ramírez Linden, CA

has pushed youth out of school versus them dropping out, and they have become subject to a school to prison pipeline.

Beginning in the 1970’s and 1980’s Central American immigrant children and youth would be fed into this jailing pipeline. To be continued

El Origen de las Pandillas Chicanas viene de la vuelta economía subterránea ilegal secundaria dentro de los barrios junto con el mercado laboral primario convencional. Las actividades en la economía ilegal iban desde defraudar al estado para cobrar seguro de desempleo o asistencia social hasta la comercialización de narcóticos. El uso y venta de narcóticos, especialmente heroína, se convirtieron en componentes de esta economía y se asociaron con la subcultura de pandillas chicanas.

Centrándose en la segunda mitad del siglo XX, el antropólogo James Diego Vigil observa que los jóvenes del barrio fueron empujados al margen de la sociedad o marginados donde experimentaron abandono social, ostracismo, pobreza, represión cultural y, en última instancia, impotencia. Esto llevó a algunos jóvenes a buscar un lugar donde no fueran marginados: la calle. Los jóvenes preadolescentes experimentaron “socialización callejera” cuyos grupos definían como comportamiento apropiado el sexo, alcohol, las drogas y las peleas. La subcultura de las pandillas callejeras institucionalizó la rebelión, el desafío y la desviación procurando mantener esta vida en secreto de los adultos. Fue en la segunda mitad del siglo XX que las drogas y las armas se hicieron más prominentes en la subcultura de pandillas callejeras.

La reciente investigación del sociólogo Víctor Ríos describe cómo las instituciones sociales, especialmente las escuelas, la policía y la libertad condicional criminalizaron sistemáticamente a los jóvenes del barrio, y estos jóvenes marginados se trabaron en un sistema de “control social de castigo” que los sometió a diversas formas de fuerza punitiva en sus vidas cotidianas. Como resultado, se desarrolló una cultura de oposición que promovió la masculinidad peligrosa y acciones para compensar el tratamiento punitivo. Ríos argumenta que el “control social punitivo” condujo a un proceso de híper-criminalización que luego condujo a la resistencia, incluidas formas de resistencia autodestructiva.

Mirandé argumenta que el mecanismo principal de aplicación de la ley y justicia penal

Bibliography Mirandé A. (1987). Gringo Justice. Notre Dame: University of Notre Dame Press. Mirandé, A. (2020). Gringo Injustice:Insider Perspective on Police, Gangs, and Law. New York: Routledge. Moore, J. W. (1978). Homeboys:Gangs, Drugs, and Prison in the Barrios of Los Angeles. Philadelphia: Temple University Press. Rios, V. M. (2011). Punished:Policing The Lives Of Black And Latino Boys. New York: New York University Press. Vigil, J. D. (1988). Barrio Gangs:Street and Identity in Southern California. Austin: University of Texas Press. Vigil, J. D. (2002). ARainbow of Gangs. Austin: University of Texas Press.

diseñado para abordar a las pandillas chicanas, la Ley de Prevención y Control del Terrorismo Callejero o Decreto STEP sirve como un “(...) mecanismo para criminalizar y etiquetar a los jóvenes contemporáneos del barrio en función de su estilo de vida, atuendo, argot, apodos y asociaciones”.

A través del decreto STEP, una asociación con un grupo que ha sido designado como una “pandilla callejera criminal” podría resultar en encarcelamiento incluso si no hubiera una participación directa en un acto criminal específico. También incrementa la sentencia por crímenes, creando una vía expresa para las condenas a cadena perpetua en prisión. Dada la imprecisa definición de lo que constituye una “pandilla callejera” y la desigual aplicación de ella, ha habido un margen significativo de error en la aplicación del decreto ST EP. A riesgo de una simplificación excesiva, se podría argumentar que aquellos asociados con las pandillas chicanas evolucionaron desde la rebelión contra el dominio y el desplazamiento euroamericanos hasta la resistencia a la autoridad institucional del estado (por ejemplo, las escuelas y las fuerzas del orden) a la lucha contra los barrios vecinos para obtener acceso a la economía ilegal (particularmente el uso y venta de narcóticos) poniéndolos directamente en la mira del sistema judicial. Como resultado, una perspectiva de justicia penal e intervenciones punitivas han dominado el tratamiento de los jóvenes marginados del barrio. El control social punitivo ha empujado a los jóvenes fuera de la escuela en lugar de ser ellos la que la abandonan, y han sido sometidos a un conducto directo de la escuela a la prisión. A partir de los 1970s y luego los 1980s, niños y jóvenes inmigrantes centroamericanos seria absorbidos también por este conducto carcelario. Continuará

El Bosque

JAIME CALDERÓN (El Poeta Triste)

¡Hey! ¡acompáñame! vamos a espiar el sol mientras se baña en las aguas del arroyo. Vamos a escuchar como sonríe divertido mientras lucha con las ramas de los árboles

Vamos a ver el viento haciendo malabares con las hojas secas mientras corre esquivando los troncos como si jugara una carrera de obstáculos.

Vamos a hacer cantar la alfombra de hojarascas al ritmo de nuestros pasos. ¡Siente como late el corazón!

A hacer una visita sorpresa a las ardillas voladoras para tratar de descubrir su tren de aterrizaje.

Llevemos unos lentes de tercera dimensión para ver si acaso lográramos ver las notas con que está echo el canto de las aves y el croar de las ranas.

Siente las miradas curiosas de los que habitan este maravilloso mundo.

¡Alza la cara!¡ siente las gotas de cristal que nos regala el cielo! El olor a tierra mojada por la bendita lluvia.

Las mariposas paseando sueños en sus alas para llevarlos a quien pierde la esperanza.

El sol se despide ya ¡levanta la mano! No seas mal educado,¡ nos está diciendo adiós! Que va a dormir, para cederle el espacio a la luna que trae un conejo dentro ¿Lo ves? Y le presta al mundo sus vestimentas de plata.

Los grillos arrullan al silencio y el búho nos da las buenas noches

¡Ya es hora de volver a casa!

¡Intenta no hacer ruido!

Shhhhhht! El bosque duerme.

Quién Soy

EVA ZUNI GA

Soy humo ¡Deja! ¡No hables! Hace tiempo intuyo que volvimos a ser libres, estamos tan lejos, y estamos cerca. Están tan de humo las miradas.

Nos desplazamos por la alcoba, con cierre en las palabras que nuestros pensamientos no se inmutan.

¡A oscuras!

Soy tallo desnudo con sed de jardinero... soy tierra árida... grano seco.

Vivo un desierto con alucinaciones como roca sin el beso del mar

¡Sin el aliento del amor!

Soy mariposa con las alas mojadas, cenzontle cautivo de trinos tristes.

Siento el cuerpo, como si fuera un árbol esquelético, sin raíz varada en el aire.

¡Dejadme así!

me quiero tal como me dejas, musa fría o rosa de pétalos pálidos, Caídos) sed tengo, el corazón rojo, y respiro.

La Muerte con Vida

Justo Vale ncia

¿Como escribirte una carta? Si no conozco las letras, Esas que sacuden el alma, Y al corazón hacen dar vueltas.

¿Como hablarte de amor? Si ya me encuentro mudo. Me abandono el candor, Y las palabras se hicieron nudo.

¿Como me quito los años? Estos que llevo a cuestas. Si tu… eres un precioso retoño, ¡Y Yo…! Ya no tengo primaveras.

¿Porque la vida se burla? Regalándome tu cariño. Si cuando tuve la dicha, ¡Me convirtió en limosnero!

¿Porque te conocí hoy? Cuando ya no tengo fuerzas. Cuando del mundo me voy, ¡Con las esperanzas muertas!

¿Como me fui a enamorar? De un ángel aquí en la Tierra. Si ya me llevan a enterrar, Por la vejez y la loquera.

¡Me enamore de ti…! Eso… es lo único que importa, Yo te voy hacer feliz, ¡Así la muerte… ya esté en la puerta!

En el último segundo de mi vida, Te llevaré gozando hasta el Cielo. Te dejaré en un altar allá arriba, Por hacerme feliz… sin merecerlo.

Art from the Comal joe

ARTE DESDE EL COMAL

One may or may not agree with what I have to say with my art but if I can evoke a visual response from the viewer that reveals or elicits a more personal way to overcome, express, or solve a situation, then my art has succeeded.

Art from the Comal

ARTE DESDE EL COMAL

Uno puede concordar o no con lo que tengo que decir con mi arte, pero si puedo provocar una respuesta visual del observador que revela u origina un modo más personal para superar, expresar o resolver una situación, creo entonces que mi arte ha triunfado.

image•architectural concepts•graphic design•desktop publishing• bilingual services•illustration•digital photo editing orporativa•fotoedición digital•diseño gráfico•edición computari zada•servicios bilingües•ilustración•conceptos arquitectón The first impression a potential customer gets of a business is visual. As you might be aware, the art of succeeding in business is not to have the best product, but to let people know you do. Give your business the opportunity to build or refresh its image. Gráfica Design specializes in promotional packages, visual concepts, corporate image, desktop publishing, …in English, Spanish ...or both!. 1 N. El Dorado Street Stockton, California 95202 phone (209) 513-7749 info@graficadesign.net www.graficadesign.net gráficadesign English-Spanish Bilingual Services Graphic Design Desktop Publishing Servicios Bilingües Inglés-Español Diseño Gráfico Edición Computarizada Y es

Don Rod olfo busca un bar ber o

Hacía frío; los días invernales como este nunca me motivaban a salir de casa. Era un sábado, un día medio nublado, y aunque no quería, sabía que tendría que salir otra vez más para buscar un barbero. Ya no aguantaba el nido de greñas que empezaban a revolotear en mis sienes.

Me acordé de cuando era niño. A mi padre nunca le gustaba verme greñudo. Así es, que como siempre, otra vez más, allá íbamos mi madre y yo, caminando por los caminos terrosos de nuestro pueblo hacía la casa de Don Lencho, el barbero del pueblo. Por unos escasos veinticinco centavos me trasquilaba para luego decirle a mi madre que “me había hecho un corte de pelo muy de moda y bien hecho”. Yo bien sabía que mis amiguitos me iban a hacer burla al verme con una cabeza desfigurada.

Ahora de viejo, no hay quien me tome de la mano para ir a la casa de un Don Lencho para que me dé una trasquilada.

Aquí en Stockton en mi segundo puesto como maestro de escuela era de rigor estar presentable para el trabajo de maestro. Salí a buscar un barbero. Era la época de los sesentas y el estilo era ser cool con el pelo lacrado hasta lo imposible. ¡Bellos días aquellos! Yo no era escaso de pelo como hoy en día y el estilo de corte a Los Beatles me caía muy bien. Pero... (siempre hay un pero), mi barbero, el muy desconsiderado, muere, y yo sin la mayor idea de lo que había causado su muerte, entré en pánico “¡Dios mío!” me dije, “¿Que haré?” Su socio —el barbero de la segunda silla— me dijo que la cantidad de tragos le acabó el hígado y que de hoy en adelante él se iba a encargar de mi cabellera. Así pues, pasé a sus manos. A los cuantos años, él también muere y de la misma forma... un hígado ahogado por la culpa del alcohol ¡Otra vez fui abandonado por el trago! “Podré aguantar un mes y nada más”, me dije. Al fin, gracias al Todopoderoso, encontré, después de una larga búsqueda, no muy lejos de mi casa por la gran calle llamada Wilson Way, otro barbero. Este se creía un famoso encarnado; hablantín, un poco echador, presumido, exagerado en todo y... con un refrigerador instalado en la antesala, lleno de cerveza “¡Dios!” me dije, “éste es mi destino”, y con los demás clientes me senté esperando mi turno con una fría lata de cerveza en mi mano. No tenía ninguna idea en cómo dejaría mí envejecida cabellera. Bueno pues, para que les cuento, si ya se pueden imaginar. Su funeral fue muy concurrido, y su velatorio algo alegre, lleno de anécdotas, charras, y cerveza. Enterré a otro barbero.

Mis colegas en el plantel de estudios donde daba clases me urgían que buscara un barbero en una calle mejorcita como la Pacific. Claramente les molestaba ver un viejo greñudo melancólico. Les expliqué que nunca me había interesado hacer compras en ese lado de la ciudad. Yo prefería ir al “antiguo downtown” pues lamentaba la pérdida de lo histórico de mi ciudad. Lo viejo —a lo viejo.

Un día, para mi gran sorpresa, encontré la reina de barberías. Al pasar al área donde se encuentra el viejo Teatro Fox, vi un anuncio que rezaba “Rose Barber Shop.” Abrí el portón de vidrio y allí vi, entronado en una magnífica silla de barbero, cromada y tapizada en cuero negro, a un pequeño hombre, asiático, leyendo un periódico y escuchando música en el radio que pulsaba con música de los años cuarenta. “¡Ay! ¡música por ‘San’ Glenn Miller, encontré mi barbería!” ¡Qué alegría! Había encontrado un barbero de época. El pequeño hombre se recogió, se puso de pie y con una gran delicadeza me dirigió una reverencia al estilo japonés.

Así fue como conocí a “Don”. Don, yo sospecho, era su “nom d’tijera”. Su nombre real no lo pude pronunciar nunca. Me pidió que me sentara y con gran delicadeza empezó su trabajo. Me pareció estar experimentando un gran ritual. Apenas sentía su tocada y al poco tiempo me dejo nuevecito, perfumado de talco y lavanda. Transportándome a otra época ¡Al fin un barbero de verdad!

Su conversación, mientras trabajaba, era de sus recontinúa en la pág. subsiguiente

Rodolfo García, Stockton, CA

Don Rod olfo seeks a bar ber

It was cold, winter days like this never invited me to get out of the house. It was a Saturday, a partially cloudy day and, even though I did not wanted, I knew I had to go out once more in search of a barber. I couldn’t stand the hair nest that, little by little felt like a fluttering against my temples. I recalled when I was a child. My father hated to see me shaggy. Thus, as always and once more, there we went, my mother and I, walking the dusty streets of our town towards don Lencho’s house, the town’s barber. For a meager 25 cents he would shear me and then he would tell my mother that “he’d given me a trendy

and well done haircut.” I knew too well that my little friends were going to laugh their heads off seeing me with my head all chopped up. Now, in my old age, there’s no one to take me by the hand and walk me to don Lencho’s so he can get me a shear job.

Here in Stockton, in my second job as a school teacher it was somewhat mandatory to be presentable for work. I went out looking for a barber. We were in the sixties and the way to be cool was to sport an overdone lacquered hairdo. Those were wonderful days! I wasn’t lacking hair like now, and The Beatles’ hairdo looked good on me.

But… (there is always a “but”) mi barber, without any warning decides to die. I was clueless about the cause of his demise. I panicked. “My God!” I said to myself... “What will I do?” His partner —the next station barber— told me that too many drinks killed his liver and that, from now and on, the care of my hair was his business. Thus, I was handed down to him. A few years later he also dies from the same affliction… a liver drowned in alcohol. Once more, I was forsakened by the booze! “I will survive for a month”, I told myself, “not much longer”. In the end and after a long search, thanks to the Almighty, I found another barber, he wasn’t far from home, in a wide avenue called Wilson Way. He thought of hims e l f a s a fa - mous personality, a b r a g g a r t , show-off, who greatly exaggerated everything and… to my awe, a beer-stuffed refrigerator on the vestibule. “My God!” I told myself. “This my destiny!” My hair was doomed to be treated by boozers. I sat down, to wait for my turn, with the rest of the clientele, with a cold can of beer in my hands. I had no clue what he would do to my aging hair. Well then, what can I tell you… so you can imagine. His funeral was very well-attended, and his wake a very joyful event, full of stories, jokes and beer. I buried yet another barber.

My colleagues at the High School where I was teaching, urged me to look for a barber on a better street —like Pacific Avenue. Clearly, it bothered them to see an old, hairy, melancholic man. I explained to them that I was never interested on shopping on that side of town. I preferred to be Old Downtown, ‘cause I was bothered by the loss of my historic town. The old deserves the old.

One day, to my great surprise I found the jewel of Barber Shops. Passing by where the old Fox Theatre is, I saw a sign that read “Rose Barber Shop.” I opened the big glass door and there I saw, enthroned on a magnificent barber chair, all chromed and upholstered in black leather, a small Asiatic man, reading a newspaper, and listening to music on a radio that pulsated with music of the 1940s. “Wow! Saint Glenn Miller music! I found my barber shop!” What joy! I’d found a barber of my very own Era! The small man gathered himself, stood up and, and with a great and grand elegance, he bowed to me in Japanese fashion. That’s when I met “Don.” Don, I suspect, was his “nom d’ciseau.” His true name I couldn’t never pronounce. He asked me to sit and, with great finesse, he began to work. I felt being part of grand ritual. I barely felt his touch and, in short order, he left me brandnew, perfumed with talc and lavender —which transported me to another time. Finally! A true barber.

While working, his conversation recounted his adolescent memories, when he was interned —with his family— in a concentration camp during continued on next page

the Great War of the 1940s. All of this, and music of a forgotten era, made mi visits to this particular barber shop, a dream come true. And, like in all dreams, I had a rude awakening. His ancient wife became ill, and he decided to take care of her by himself. And, for me, the curtain fell. I was, anew, forsaken. Don did not came back to that enchanted salón. Once more I resumed my search, but this time with more calm and less expectations. I had resigned myself to be an 80-year old shaggy-haired man. Emboldened and brave, I threw myself to my destiny. This ridiculous salon announced that it was for gentlemen and, so, I decided to go into this “Botic-Chic”... God knows what it meant.

And, it turned out to be a nest of young dudes, chic or cool. As I opened the glass door, I was assaulted by a barrage of aggressive music —light-years away from the music of Don’s salon.

I felt intimidated, surprised and fascinated at the sight of a mirrored palace reflecting decorations of black, grey with touches of chromed steel. Everything seemed to pulsate with the zoom of the electric razors, synchronized with the boom-boom of their music. Five very young “stylists” were working in this mirrors’ palace and I started to tremble. Suddenly, someone took my arm and asked me to sit. This being had a wide face, adorned with geometrically designed moustache and beard. One again I thought, in ago- ny “My God, What am I doing here!” There were no barber chairs but bed-like recliners that could get upright. And, there, strewn like cattle carcasses ready for the butchers’ knife, looking up to the ceiling, covered with brilliant-colored shrouds, the clients were shaved with precision, with minuscule, buzzing razors. The stylists left the clients almost hairless and some with exotic designs on the scalp, cutting hair by hair to the rhythm of rap music pouring sonic waves from a multitude of speakers. “Help!” I screamed through my clenched teeth. My turn had come. The surprise arrived when I felt a hand take my arm and, with a smooth move I was dispossessed of my coat and led to this youngster’s station.

He hanged my coat on a hook and I felt his eyes concentrating on my ancient hair. “Come, señor” I heard while I felt his arm on Don Rodolfo seeks a barber from the previous page

cuerdos de adolescente. C cuando internaron a toda su familia en campos de detención durante la Gran Guerra de los cuarenta. Todo esto, y música de la época, hicieron mis visitas a esta barbería un sueño realizado. Y, como todo sueño, hubo un fin, un rudo despertar. Su anciana esposa enfermó y decidió cuidarla el mismo. Y, para mí, cayó el telón. Quedé abandonado otra vez. Don nunca volvió a abrir su encantador salón. Otra vez más empecé la búsqueda, pero ahora con más calma y menos expectativa. Ya me había resignado a ser un ochentón al quien no le molestaba estar un poco greñudo. Con mucha valentía me aventé a aceptar lo que viniera. Este salón anunciaba que era para caballeros, y yo pues, decidí entrar a este lugar “Botic-Chic” —Sabrá Dios qué será. Resultó ser un nido de gente joven, chic o cool. Al abrir la puerta de vidrio, me azotó el tronar de música agresiva que no tenía ninguna semblanza a la música del salón de Don. mine again, but this time with the care like a grandson to a grandfather. He led me to his station and I was waiting to be reclined like I saw they did with others, but that didn’t happen. I heard the young man telling me his name, and it sounded very Mexican to me. I immediately I thought of Lencho, from my town and I entrusted myself to the Almighty, as I close my eyes and the speakers blasted; I waited for the worst, I saw myself as a woodpecker with stiff, spiked and lacquered hair. None of that happened! He did give a few more touches, charged me twenty bucks and waited for five more as a tip, but I did not oblige.

I left traumatized. But, like any hardheaded 80-year old, I returned one more time to see if I could get used to this. Would I turn into one more “vato”? A rap aficionado? It wasn’t to be. I decided to roam the world like that, with my long mass of hair, looking for that salon form which emanated music of years past, Sinatra, Miller —music that would take me to complete my journey.

I heard thet somewhere there is a barber, son of a barber, who was also the son of a barber. Perhaps he has some good talc and lavender water, an old radio that plays music from my youth... whish me luck! Don Rodolfo busca un barbero viene de la vuelta

Me encontré intimidado, sorprendido, y fascinado al ver un palacio de espejos que reflejaban decor de negro, gris con toques de acero cromado. Todo parecía pulsar al compás del zumbido de maquinitas sincronizadas con el boom boom de la música. Cinco jovencísimos barberos trabajaban en este palacio de espejos y yo empecé a temblar. De pronto, alguien me tomó del brazo y me pidió que me sentara. Este ser tenía una amplía cara que lucía un bigote y barba en diseños geométricos. Otra vez más pensé en mi agonía que me hacía gritar “¿Qué estoy haciendo aquí?” No había sillones de barbero sino sillascamas que se reclinaban en postura horizontal. Allí tirado como reses listas para el carnicero mirando hacia el cielo y tapados con una brillosa manta, los clientes eran afeitados con precisión con minúsculas maquinitas zumbadoras. Los barberos dejaban a los clientes casi sin pelo y algunos otros con exóticos diseños en el cráneo, cortando pelo por pelo al compás del “rap” que salía como ondas sónicas de multitudes de bocinas. “¡Auxilio!...” dije entre dientes, pero había llegado mi turno. La sorpresa llegó cuando sentí una mano tomar mi brazo. Con una suave movida alguien me despojo de mi abrigo, y me condujo a su estación.

Colgó mi abrigo en un gancho y sentí sus ojos concentrarse en mi anciana cabellera. “Venga, señor” oí, y sentí el brazo otra vez, esta vez con un cuidado de nieto a un abuelo, que me dirigió al sillón. Esperaba que me reclinaran como había visto pero no ocurrió. Oí la joven voz darme su nombre, y me sonó el nombre muy mexicano. Inmediatamente pensé en Lencho de mi pueblo y me encomendé a Dios cerrando los ojos mientras las bocinas tronaban. Esperando lo peor me veía en mi mente como un pájaro carpintero con los pelos parados y lacrados. Pero... ¡No! ¡Ni pelos parados ni nada! Me hizo unos últimos toques, me cobró veinte dólares y esperó cinco más de propina, que no le di.

Salí de allí traumatizado, pero, como todo ochentón terco, regresé una vez más, para ver si me acostumbraba. ¿Me convertiría en un “vato” más? ¿Un aficionado al rap? No. Me fuí. Decidí rondar el mundo, mí inmensa cabellera y yo, buscando un salón del cual salieran notas de música de otro tiempo, de Sinatra, de Miller, música que me llamara para cumplir con mi destino.

Me cuentan que por allí se encuentra un barbero, hijo de un barbero, que también fue hijo de un barbero. Quizá tenga buen talco y agua de lavanda, un radio antiguo de donde sale música de mi época ¡Deséenme suerte!

The War on the Poor Job Resurrected: Part 2

The poor you will always have with you. (Matt.26:11)

In Terry Glavin’s The Sixth Extinction (2006), he states that for “every sad and well-documented story of a species dying out because of humans, there is almost always an overlooked story of ordinary people struggling against the forces of extinction.” At the very beginning of May, 2017, Rep. Mo Brooks (R-AL) pointed out that people who have serious medical problems such as preexisting conditions (e.g., asthma, diabetes, heart disease, etc.) do not “live good lives”; therefore they should pay more for health insurance. Insurance companies should be allowed “to require people who have higher health-care costs to contribute more to the insurance pool thereby reducing the cost to those people who lead good lives [since] they have done the things to keep their bodies healthy, and right now those are the people who have done things the right way and are seeing their costs skyrocket” 1 . This has found favor with President Trump 2 . It is not difficult to understand Brooks’ support of President Trump’s attempts to rescind the Clean Power Plan and the Affordable Care Act (ACA) considering his membership in the Freedom Caucus. But it has been estimated that the Clean Power Plan could prevent well over 100,000 annual asthma attacks and over 2,000 premature deaths per year 3 . Can Mo Brooks, at least, document how those who suffer asthma seizures “have not done things the right way” or how “bad” mothers have contributed to over 2,000 premature deaths per year? In The Right to Food: Holding Global Actors Accountable Under International Law (2006), Smita Narula does not exclude “governmental oppression or ruling elite corruption:” Accordingly, he claims “holding local actors accountable is of fundamental importance – not the least because it is a means of enabling societies to achieve a more equitable distribution of resources between the country’s wealthy elite and its majority poor.”

But from what principle do we speak for the poor? This concerns Gustavo Gutierrez. “How are we to speak of God in light of poverty and suffering?” His answer is to find the preferential option for the poor in “the gratuitousness

Thomas Block, Middlefield, OH

Job resucitado: Parte 2 La Guerra Contra los Pobres

Al pobre lo tendrás siempre a tu lado. (Mateo 26:11) E n The Sixth Extinction (2006), de Terry Glavin, éste afirma que “por cada historia triste y bien documentada de una especie que se extingue a causa de los humanos, casi siempre hay una historia pasada por alto de personas comunes y corrientes que luchan contra las fuerzas de la extinción”. A principios de mayo de 2017, el congresista Mo Brooks (R-AL) señaló que las personas que tienen problemas médicos graves, como afecciones preexistentes (por ejemplo, asma, diabetes, enfermedades cardíacas, etc.) no “llevan una buena vida” y, por lo tanto, deberían pagar más por su seguro de salud.

of [the] love of God [which] is at the origin of all things” 4 . And, it is this interpretation of the “option for the poor” that impels Jose Maria Vigil to vociferously oppose this preferential option:

(...) the only strategy to fight against [poverty and suffering] has been to attempt to denaturalize

continued on next page it, turning it into something “preferential” and

Se debe permitir a las compañías de seguros “exigir a las personas que tienen costos de atención médica más altos que contribuyan más a los grupos de aseguradoras, reduciendo así el costo para aquellas personas que llevan una buena vida” (...) dado que han hecho las cosas de tal manera que mantienen sus cuerpos saludables, y en este momento esas son las personas que han hecho las cosas de la manera correcta y están viendo que sus costos se disparan” 1 . Esto ha encontrado eco en el presidente Trump 2 . No es difícil entender el apoyo de Brooks a los intentos del presidente Trump de rescindir el Plan de Energía Limpia y el Decreto de Atención Médica Costeable (ACA) como miembro de la camarilla ultraconservadora Freedom Caucus. No obstante, se ha calculado que el Plan de Energía Limpia podría prevenir más de 100 mil ataques de asma anuales y más de 2,000 muertes prematuras por año 3 . ¿Puede Mo Brooks, al menos, documentar cómo aquellos que sufren ataques de asma “no han hecho las cosas bien” o cómo las “malas” madres han contribuido a más de 2,000 muertes prematuras por año? En El derecho a la Alimentación: Responsabilizar a los Actores Globales

continúa a la vuelta Conforme al Derecho Internacional (2006), Smita Narula no excluye “la opresión gubernamental o la corrupción de la elite gobernante”. Por consiguiente, “responsabilizar a los actores locales es de fundamental importancia, sobre todo porque es un medio para permitir a las sociedades lograr una distribución más equitativa de los recursos entre la élite rica del país y su mayoría

The War on the Poor from the previous page

trying to show that its foundation is the “Gratuitousness” of God. This would make it susceptible to becoming misplaced into the order of charity, which tends to be politically conservative and assistance-based. Some liberation theologians seem to have become comfortable with this strategy. The author denounces this and shows that the option for the poor is not preferential but partial and exclusive, and that it is not based on God’s Gratuitousness but on God’s Justice (The Option for the Poor is an Option for Justice, and not Preferential. A new theological-systematic framework for the Option for the Poor). But to imply that liberation theologians only color God’s grace in gratuitousness is myopic. Gutierrez recognizes the rights of each person, especially the rights of the poor and oppressed, delineating the beatitudes in social justice 4 . Furthermore, when Vigil states that God’s gratuitousness is “susceptible to becoming misplaced into the order of charity,” thus weakening and ultimately misappropriating the option and converting it into a simple “preference,” can it not be similarly argued that justice is susceptible to becoming misplaced into the order of legality and statutes? The question is: What kind of tent is to be pitched among the poor? Is it a tent of legality and statutes or a tent of gratuitousness and agape? Stephen Patterson, in The Christian CenThomas Block Middlefield, OH

La Guerra Contra los Pobres viene de la vuelta pobre”.

Pero ¿desde qué principio hablamos por los pobres? Esto preocupa a Gustavo Gutiérrez, “¿Cómo hablar de Dios a la luz de la pobreza y el sufrimiento?” Su respuesta es encontrar la opción preferencial por los pobres en “la gratuidad del amor (…) el amor gratuito de Dios está en el origen de todas las cosas” 4 . Y es esta interpretación de la “opción por los pobres” lo que impulsa a José María Vigil a oponerse vociferantemente a esta opción preferencial: (...) la única estrategia para luchar contra [la pobreza y el sufrimiento] ha sido tratar de desnaturalizarla, convertirla en algo “preferencial” y tratar de demostrar que su fundamento tury 5 , asserts that Jesus lived “outside the system of brokered power and economy” —outside of “patronage,” i.e., lobbying. His message included a “restructuring society around the needs of the poor” not the savage capitalism of the brokered powerful. “God’s children are not the rich, not the usual philanthropists or change-makers, but the poor” (Ibid).

Jesus was not novel in this respect, but part of a long testament of protecting the poor. For example, Deuteronomy connects the “economic rights from the Torah into the New Testament” with its “persistent propensity for the poor and marginal.” Paul picks up on this theme in 2 Corinthians when he succinctly states, “Your abundance at the present time should supply their want (…) that there may be equality.” God’s intention is to “eliminate poverty and inequality on earth” 5 . But Brooks’ intentions appear to be to eliminate the poor and thus, to eliminate inequality on Earth!

NOTAS/NOTES 1. Huffington Post, 5/3/17 2. CBSNews and CNN , 6/14/18 3. see Joaquin, Jan 2017 4. in The God of Life, 1989, pp. 118 – 139 5. Liz Theoharis in The Christian Century, 4/26/17

es la “Gratituidad” de Dios. Esto lo haría algo susceptible a extraviarse en el orden de la caridad, que tiende a ser políticamente conservador y basado en la asistencia. Algunos teólogos de la liberación parecen haberse sentido cómodos con esta estrategia. El autor denuncia esto y muestra que la opción por los pobres no es preferencial sino parcial y exclusiva, y que no se basa en la Gratituidad de Dios sino en la Justicia de Dios (La Opción por los Pobres es una Opción por la Justicia, y no Preferencial. Un nuevo marco teológico-sistemático para la Opción por los Pobres) Pero, implicar que los teólogos de la liberación solo colorean la gracia de Dios en su gratuidad es miope. Gutiérrez reconoce los derechos de cada persona, especialmente los derechos de los pobres y oprimidos, delineando las bienaventuranzas en la justicia social 4 . Además, cuando Vigil declara que la gratuidad de Dios es “susceptible de extraviarse en el orden de la caridad”, debilitando por tanto, y, en última instancia, malversando la opción y convirtiéndola en una simple “preferencia” ¿no se puede argumentar de manera similar que la justicia es susceptible quedar fuera de lugar en el orden de la legalidad y los estatutos? La pregunta es: ¿Qué tipo de protección se lanzará entre los pobres? ¿Es una protección de legalidad y estatutos o una protección de gratuidad y ágape?

Stephen Patterson, en The Christian Century (26/04/17), afirma que Jesús vivió “fuera del sistema de poder y economía negociados”, fuera del “patrocinio”, es decir, el cabildeo. Su mensaje era una “sociedad de reestructuración en torno a las necesidades de los pobres”, no el capitalismo salvaje de los poderosos negociados. “Los hijos de Dios no son los ricos, no son los filántropos habituales o los creadores de cambios, sino los pobres” (Ibid).

Jesús no era un pionero en este respecto, sino parte de un largo testamento de proteger a los pobres. Por ejemplo, el Deuteronomio conecta los “derechos económicos desde la Torá al Nuevo Testamento” con su “propensión persistente a los pobres y marginados”. Pablo retoma este tema en la 2ª de Corintios cuando declara sucintamente: “Su abundancia en la actualidad debe suplir lo que quieran (…) para que haya igualdad”. La intención de Dios es “eliminar la pobreza y la desigualdad en la tierra” 5 . ¡Pero las intenciones de Brooks parecen ser eliminar a los pobres y, así, eliminar la desigualdad en la Tierra!

Under the Brick Dome

Dogtown Days

Sonya Fe, Las Cruces, NM

MARCH 2020 Joaquín 21 G rowing up, I lived not in a pastoral scene. Concrete, concrete everywhere and bricks. We were all poverty stricken financially, however we were rich in other ways. In our neighborhood, we helped each other. The neighbors looked out for all children in these brick abodes. This concrete island north of City Hall, on North Main St, Los Angeles, CA. We had a strong sense of unity under our brick dome. The schools, the grocery stores, five and dime store and the cleaners all under that brick dome. We were apart from the outside world, we were safe.

Yet we had our share of tragedies. One little boy, age 9 hung himself in his home when he had gotten suspended from Catholic school, some kids hit by cars died. Experiencing death came early to us kids. One cold night we saw a man lying over his motorcycle who had been shot in the head. We saw a beautiful redhead lady lying on her back after being stabbed in the stomach by her boyfriend on a cloudy afternoon. A crowd of people gathered around her, giving her comfort while waiting for the ambulance to arrive. Yes, as children we saw and experienced too much death.

Sometimes the kids in my neighborhood would seek refuge in another’s home when their parents were fighting, and I mean fighting. Some of the women in my neighborhood would give a man a run for his money in a fight. I have seen with my own eyes women gaining the upper hand in a fight. The project women were toug h, but cared and would protect their kids at any cost. We pro- tected each other when we could. I remembe r reading this una fuerte noción de unidad debajo de ésta, nuestra cúpula de ladrillo. Las escuelas, las tiendas de abarrotes, la tienda de rebaja y las tintorerías, todo debajo de esa cúpula de ladrillo. Estábamos separados del mundo exterior, estábamos a salvo.

Sin embargo, sufrimos nuestra ración de tragedia. Un niño de 9 años se ahorcó en su casa cuando lo suspendieron de la escuela católica, murieron algunos niños atropellados por automóviles. Para ser niños, la muerte se nos vino a mostrar temprano. Una fría noche vimos a un hombre que yacía sobre su motocicleta con un disparo en la cabeza. Vimos a una bella pelirroja de espaldas en el suelo luego que su novio la apuñalara en el estómago en una tarde nublada. Una multitud de personas se reunió a su alrededor, consolándola mientras esperaba que llegara la ambulancia. Sí, de niños vimos y experimentamos demasiada muerte. A veces los niños en mi vecindario buscaban refugio en otras casas cuando sus padres peleaban, y quiero decir pelear. Algunas de las mujeres de mi vecindario podrían haber vencido a cualquier hombre en una pelea. He visto con mis propios ojos a las mujeres ganar ventaja en una pelea uno a uno. Las mujeres de “los proyectos” eran duras, pero se preocupaban y protegerían a sus hijos a toda costa. Nos protegíamos unos a otros cada vez que podíamos. Recuerdo haber leído este titular en el periódico Herald Examiner, “Una Mujer Aterroriza Escuelas” Algunos niños en mi vecindario juraban que la vieron pasando de balcón en balcón por la noche. Recordando aquel suceso, supongo que aquella mujer tenía hipertricosis, a veces llamada continúa a la vuelta headline in the Herald Examiner newspaper, “Werewolf Lady Scaring Schools” Some kids in my neighborhood sworn they saw her walking across the balconies at night. Looking back I suppose this woman had hypertrichosis, sometimes called “Werewolf Syndrome,” She was most likely mentally ill. I have never seen her, glad for that because she would have haunted my dreams at night, as it was, I was scared just hearing about her. We also Bajo el Domo de Ladrillos Días en Dogtown continued on next page C uando crecía, mi infancia se parecía en nada a una escena pastoral. Cemento. Cemento por todas partes. Y ladrillos.

Todos sufríamos pobreza económica, sin embargo, éramos ricos de otras maneras. En nuestro vecindario, nos ayudábamos mutuamente. Los vecinos criaban a sus niños dentro de aquellas casas de ladrillo. Una isla de concreto al norte del Ayuntamiento, en North Main Street, Los Ángeles, CA. Sentíamos

had salesmen entering our concrete island daily, weekly and monthly. We had a ragman yelling out “Rags, rags” as he drove his horse and wagon, I remember in elementary school coming home for lunch with my sisters Victoria and Jackie; racing to collect rags from the rag pile in our home and finding suitable rags for sale. The most we got were a dime each. I felt many times he jip us, after all, we gave him lots of rags each time. With the dime we would run back to school and buy ice cream during the lunch time there.

Another salesman was the “Linoleum man” who also sold cookies in those big gray cardboard boxes. He looked like actor Willam Bendix. He drove a dirty white station wagon. One time, I guess ol’William got a little frisky and stayed in a woman’s house for a period of time, we knew what he was doing so some of the boys broke into his car and stole boxes of cookies, passing them out to whoever wanted them. William came out of the house charging like a rhino, but he didn’t know where to run. His face was red and the kids were laughing Dogtown Days from the previous page Sonya Fe Las Cruces, NV

“síndrome del hombre-lobo”. Probablemente tenía una enfermedad mental. Nunca la vi, y me alegro, porque me habría atormentado mis Días en Dogtown viene de la vuelta and running away throwing cookies.

We had the Helms’ man coming everyday around 4pm, selling baked goods from the Helms Bakery. We all liked him.

And then there was Red, another man with a bakery truck. I remember he told my mother when I was 14, that when I get older he would like to take me to Israel with him. And then there was Joe, Joe Bodoni, he was the curtain man, He was a real character. He used to bang, not knock on our door. “Who is it?” Mama Ruth asked, “Joe, JOE BODOOOONNNNIIII he would yell.”

Now, these guys —for the most part— were just trying to make a living… it became too much when a man, who worked at the Dept. of Water and Power —across the street from our neighborhood— parked his small camper/trailer. There he would solicit women for sex. If you had nothing else to do that day, you could see that small trailer moving up and down.

It was my brick dome where I grew up and I wouldn’t change those experiences ever. I loved my home, friends and all the colorful people who enriched my life back then.

sueños por la noche, ya era suficiente son el miedo que me daba de solo escuchar sobre ella. También tuvimos vendedores que entraban a nuestra isla de concreto diaria, semanal y mensualmente. Tuvimos un vendedor de trapos que gritaba “Trapos, trapos” mientras conducía su caballo y su carreta, recuerdo que en la escuela primaria volvía a casa para almorzar con mis hermanas Victoria y Jackie; corríamos para recoger trapos del montón de trapos que teníamos en nuestra casa y buscábamos los mejores para la venta. Lo máximo que obtuvimos fue un centavo por cada uno. Sentí muchas veces que el vendedor nos engañó, después de todo, le dábamos muchos trapos cada vez que venía. Con la moneda de diez centavos, volvíamos corriendo a la escuela y comprábamos helados durante el almuerzo. Otro vendedor era el “hombre de linóleo” —que también vendía galletas en grandes cajas de cartón gris. Se parecía al actor William Bendix. Manejaba una sucia camioneta blanca. Una vez, supongo que el viejo William se puso un poco fresco y se quedó en la casa de una mujer por un buen rato, sabíamos lo que estaba haciendo, así que algunos de los muchachos se metieron en su auto y robaron cajas y cajas de galletas y se las pasaban a cualquiera que las quisiera. William salió de la casa embistiendo como un rinoceronte, pero no sabía a dónde correr. Tenía la cara roja y los niños se reían y huían arrojando galletas. Teníamos al tipo de Helms. Venía todos los días alrededor de las 4pm, vendiendo productos horneados de la Panadería Helms. A todos nos caía bien.

Y luego estaba Red, otro hombre con un camión de panadería. Recuerdo que —cuando yo tenía 14 años— le dijo a mi madre que cuando fuera mayor le gustaría llevarme a Israel con él. Y luego estaba Joe, Joe Bodoni, ése era el hombre de las cortinas, era todo un personaje. No llamaba, sino golpeaba violentamente nuestra puerta. “¿Quién es?” Mamá Ruth preguntaba: “Joe, JOE BODOOOONNNNIIII ” gritaba. En realidad, la mayor parte de estos muchachos, solo trataban de ganarse la vida... pero lo que fue demasiado, fue cuando un hombre que trabajaba para el Departamento de Agua y Energía —al otro lado de la calle de nuestro vecindario— se instaló con su pequeña casa rodante. Allí solicitaba sexo a las mujeres. Si no tenías nada más que hacer ese día, podías ver el pequeño remolque remeciéndose hacia arriba y abajo.

Así era esa cúpula de ladrillo donde me crie y nunca cambiaría esas experiencias. Me encantaba mi hogar, mis amigos y todos los coloridos personajes que enriquecieron mi vida en ese entonces

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