UNA INTERROGANTE SOBRE EL EQUINOCCIO DE PRIMAVERA (Actualización al año 2013)
Pregunta: Bien, estimado hermano de la FE EN CRISTO, desde el punto de vista cósmico la Pascua en el solsticio del hemisferio Sur debería ser celebrada en diciembre 25 y el nacimiento cósmico de Cristo el 24 de marzo, o 19 de marzo, según alguna vez se celebraba tal acontecimiento. De esa manera sería concordante con el artículo sobre la incidencia de los solsticios y equinoccios en la conducta y evolución de la naturaleza.
Respuesta: Llamamos equinoccio a aquel instante del año en que el Sol se coloca en el plano del ecuador terrestre, y es allí donde alcanza su apogeo o cenit. La etimología de la palabra indica su definición, pues el término equinoccio proviene del latín „aequinoctĭum‟ que desglosado sería: “aequi”: igual y “noctĭum”: noche, es decir: noche igual.
Este acontecimiento posicional es bianual, a saber: el 20 o 21 de marzo (en este año actual se dio recientemente el 20 de marzo a las 11:002 horas) y el 22 o 23 de septiembre de cada año, (en el 2013
será el 22 de septiembre a las 20:44), fechas en que los dos polos de la Tierra se
encuentran ubicados a similar distancia del Sol, es decir hay una similar declinación o igual ángulo de esos puntos de la Tierra con relación al ecuador celeste y
los rayos solares,
coincidentes con éste,
se precipitan por
igual en ambos hemisferios, por decirlo así a
90º
(Véase la gráfica).
Se cree que
estos son acontecimientos que se producen a lo largo de un periodo de tiempo en una fecha específica, pero en momentos
particulares
realidad son en
una
hora
determinada como en las fechas señaladas en este año y aquí especificadas, como en otras muy cercanas del calendario, según el año considerado.
Los equinoccios son por tanto cada una de las fechas en que los días tienen una duración igual a la de las noches EN TODOS LOS LUGARES DE LA TIERRA. Pero, ojo, en los equinoccios sucede el cambio de estación anual contraria u opuesta en cada hemisferio de la Tierra. En mi país, y sobre todo en mi ciudad, Quito, que está ubicada a solo 5 km de la línea ecuatorial y por estar situado geográficamente alrededor de línea ecuatorial, paralelo o latitud 0, –y de allí tomó el nombre de Ecuador- solamente tenemos dos estaciones más o menos marcadas que duran seis meses: Invierno y verano, empero gozamos de un clima que muchos dicen es una eterna primavera, por lo poco rígido y sin temperaturas extremas. Ah, y las noches y los días duran exactamente lo mismo a lo largo del año. Ecuador (del latín aequātōris: igualador). Los libros nos confirman que los equinoccios ocurren cuando el Sol está en el primer punto de Aries o en el primer punto de Libra. El primero es el punto del ecuador celeste donde el Sol en su movimiento anual aparente por la eclíptica pasa de Sur a Norte respecto al plano ecuatorial, y su declinación pasa de negativa a positiva ( o sea < a 90º). En el primer punto de Libra sucede lo contrario: el Sol aparenta pasar de Norte a Sur del ecuador celeste, y su declinación pasa de positiva a negativa (es decir, si el si el norte magnético se encuentra al oeste del norte verdadero). Esta inclinación es lo que ocasiona las estaciones. En el libro Humano_Omega se afirma que si el ecuador y la eclíptica estuvieran en el mismo plano, el eje entre polos terrestres estaría perpendicular a los rayos solares siempre y la climatología terrestre sería mucho más estable en los diferentes paralelos del globo. No siendo así, el eje entre polos oscila como el de una peonza tambaleándose, cada 25.780 años (precesión de los equinoccios; el equinoccio es cualquiera de las dos épocas del año en que el Sol alumbra directamente el punto de intersección de la eclíptica con el ecuador, siendo la duración del día igual al de la noche en toda la Tierra, como ya dijimos; y hubo una época en que apuntaba a la estrella polar, pero hoy ya no es así. Además de que los polos magnéticos terrestres no coinciden con los polos geográficos, aquellos polos no están en línea con el centro de la Tierra. De hecho, se ha comprobado que el campo magnético terrestre se ha invertido nueve veces en los últimos cuatro millones de años, a intervalos irregulares, hecho que ha quedado grabado en las rocas de la corteza, ya que los cristales líquidos de la lava, al enfriarse, se orientan alineados con el campo magnético. Como no existe esa armonía climática y la Tierra se comporta como una peonza (aunque mucho más estable) los continentes están en continua transformación (deriva continental), la temperatura de las regiones sufre ciclos de aumentos y descensos anormales, se produce el crecimiento y reducción de los glaciares y los
casquetes polares, la crecida y bajada del nivel de los mares y océanos, y la mayoría de los cataclismos que sufre el planeta. La inclinación de la eclíptica con respecto al ecuador es otro efecto que tuvo la expulsión de la Luna desde el interior de la Tierra. Como un embrión gestado en el interior de su madre, llegó un momento en que su masa alcanzó unas proporciones que desestabilizaban al planeta Tierra y por efectos inerciales se desprendió de su matriz, creando el mayor cataclismo terrestre en la historia de nuestra biosfera, poniendo en peligro la continuidad de la vida sobre el planeta. Las rocas traídas de la Luna por los astronautas americanos han sido sometidas a las pruebas radiactivas y han resultado ser tan antiguas como las más antiguas de las rocas terrestres analizadas (rondando los 4700 millones de años). La vida orgánica que existía entonces era vida muy simple, inconsciente de sí. Pero nosotros somos seres descendientes de los supervivientes de entonces y nuestro inconsciente (la parte del cerebro más primigenia y animal) está formado por su herencia. Pero esto es un tema que podremos dilucidar en otro momento.
Por la precesión de los equinoccios, actualmente ninguno de los dos se encuentra en la constelación que los nombra: el primer punto de Aries está en Piscis, y el primer punto de Libra se halla en Virgo. Estamos entrando en la era acuariana.
Para concluir de recordar estos conocimientos respecto a estas posiciones relativas del Sol y de la Tierra en estas fechas del año y con respecto a su inquietud, podemos resumir que los equinoccios son el instante (o la fecha, en un sentido más popular) en que acontecen ciertos cambios estacionales, opuestos para los hemisferios Norte y Sur. Así, en el mundo y según el lugar:
Equinoccio de marzo, el día 21 de marzo (aproximadamente): En el Polo Norte, lapso de una noche de 6 meses de duración y paso a un día de 6 meses (vida dura para los esquimales y los magallánicos, antárticos o fueguinos, como parecen ser los más conocidos o aceptables gentilicios de los habitantes de la Antártida). En el hemisferio norte, paso del invierno a la primavera; se llama el equinoccio primaveral. En el hemisferio sur, paso del verano al otoño; se llama el equinoccio otoñal. En el Polo Sur, paso de un día de 6 meses de duración a una noche de 6 meses.
Equinoccio de septiembre, el día 21 de septiembre (aproximadamente): En el Polo Norte, ídem que arriba), paso de un día de 6 meses de duración a una noche de 6 meses. En el hemisferio norte, paso del verano al otoño y se denomina el equinoccio de otoño.
En el hemisferio sur, paso del invierno a la primavera; se llama el equinoccio y vernal y termina el 21 de diciembre con el solsticio de verano. En el polo Sur, paso de una noche de 6 meses de duración a un día de 6 meses.
En los equinoccios el Sol sale exactamente por el Este y se pone exactamente por el Oeste, siendo la duración del día igual a la duración de la noche EN TODOS LOS LUGARES DE LA TIERRA -excepto en los Polos dónde no sale, ni se pone-. En el Ecuador el Sol alcanza el cenit. Por otra parte, y para cualquier día del año, nótese que desde el hemisferio Norte el Sol culmina hacia el sur, moviéndose en sentido horario, mientras que desde el hemisferio sur culmina hacia el norte y se mueve en sentido antihorario.
Seré breve respecto a
los solsticios: El solsticio es un término astronómico relacionado con la
posición del Sol en el ecuador celeste. El nombre proviene del latín ‘solstitium‟ (sol, sistere o Sol quieto). Los solsticios son los momentos del año en los que el Sol alcanza su mayor o menor altura aparente en el cielo, y la duración del día o de la noche son las máximas del año, respectivamente. En el solsticio de verano del hemisferio Norte el Sol alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Cáncer y en el solsticio de invierno alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Capricornio. Ocurre dos veces por año: el 20 de junio y el famoso 21 de diciembre en este año. (23:09h y 11: 12H respectivamente). Por otro lado en su país, como usted sabe, las fechas cambian, es decir, en el solsticio de verano del hemisferio Sur el Sol alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Capricornio y en el solsticio de invierno alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Cáncer.
Todo esto nos hace entender que hay una concordancia y correspondencia armónica en los fenómenos cósmicos y ésta es una hermosa prueba de ello. Su razonamiento, apreciado José, tiene lógica desde nuestro punto de vista humano, si concebimos al Cristo como una persona o Maestro espiritual de alta graduación encargada de esta tarea, pero de quien hablamos es de aquel rayo divino del Cristo Cósmico, el cual ingresó en el cuerpo purísimo de Jesús en el momento del bautizo en el Jordán y se formó la identidad divino-humana dual de Jesucristo, la cual luego sería sacrificada con muerte de cruz, más o menos en la fecha que la historia menciona. En el Solsticio de Verano, para el hemisferio Norte (y de invierno para el hemisferio Sur) las actividades físicas de la Naturaleza alcanzan su máximo o Cenit. Esa es la Noche de San Juan que se festeja en esa parte del mundo, en Sur América la denominan los indígenas de
descendencia incásica el Inti- Raymi o la Fiesta del Sol y que en efecto sería compatible con la Noche de Navidad para los habitantes del hemisferio Sur; entonces la natividad del hemisferio Norte, sería la noche de San Juan para los habitantes del hemisferio Sur. El ciclo energético de la influencia Crística, sin embargo, simplemente se refleja en el hemisferio Sur, con iguales connotaciones pero en diferentes fechas, como se explica aquí. Lo cual no es imposible de ninguna manera para la voluntad y propósitos divinos.
Y este milagro sideral siempre ha ocurrido, con la singular y básica diferencias que antes del drama del calvario, el Espíritu de Cristo operaba desde afuera, por decirlo así, y solamente a raíz de su muerte y resurrección Su influencia ha sido directa, desde adentro de la Tierra y Él ha asumido el papel de Espíritu de la Tierra, como un sacrificio infinito de Amor para con los hombres y así continuará esta especie de regalo cósmico de ese Ser Grandioso y Sublime a favor de nuestro planeta, nuestra madre y la Vida que allí se ha manifestado y evoluciona en cada ciclo, hasta que
una gran mayoría de humanos seamos capaces de asumir ese rol, mediante la
cristificación de cada uno y podamos tomar a cargo, en conjunto, esa inmarcesible tarea.
José Mejía R. Marzo, 2013