¿ES POSIBLE REENCARNAR EN ANIMALES O PLANTAS?
Los seres humanos han pasado y siguen pasando, por el camino de la involución y la evolución, a través de un sinnúmero de aciertos y errores o vicisitudes, desde el inicio de los tiempos y ha alcanzado cimas loables, pero continua equivocándose, como es de esperarse, como parte de su continuo aprendizaje, pues no es perfecto todavía, y el dolor y las enfermedades son parte de su herencia. A pesar de lo que la gran mayoría piensa en contrario, uno de sus actos que generan estos males es la gratificación lasciva, obsesiva e indiscriminada de sus apetitos sexuales, el derroche, por simple hedonismo mórbido, de su fuerza creadora. Empero, la transmigración de las almas,
entendida como la encarnación en diferentes tipos de animales, como aves de rapiña, moluscos, insectos o plantas , debido a estos desórdenes del ser, una doctrina sostenida por ciertos grupos pseudo esotéricos, no tiene ningún asidero gnoseológico ni científico alguno y peor esotérico o místico. Muchas razones podemos esgrimir e favor de nuestra afirmación. Me apoyaré en las enseñanzas de mis mentores espirituales y en sus enseñanzas, en mi experiencia y en mi convicción, para decir que los espíritus encarnan solo y fundamentalmente con objeto de adquirir experiencia y por ende sabiduría para conquistar al mundo, para sobreponerse a su yo inferior y conquistar el dominio de sí mismos. Si comprendemos esto, comprenderemos también que llegará un tiempo en el que no habrá ya más necesidad de renacer porque se habrán aprendido todas las lecciones. Los casos de desafueros sexuales de toda índole, muy corrientes en todas las épocas, son por lo general variantes en unos casos y anormalidades o patologías de la psique en otras, de los seres humanos, comportamientos cuyas consecuencias evidentemente tienen que ser equilibradas en algún momento de la existencia y desarrollo del espíritu. Muchos o casi todos hemos pasado por dichas experiencias y hemos sido en el pasado unos y en el presente y futuro otros, no solamente nobles o príncipes, gente adinerada o poderosa o ciudadanos ejemplares, sino que también pasamos, en mayor o menor grado, por sodomitas, prostitutas, asesinos, y piratas, ladrones, traidores o fornicadores compulsivos, etc., En el libro El Concepto Rosacruz del Cosmos, se nos recuerda que “ (...) la ley de Consecuencia exige un ajuste exacto de cuentas. La muerte "no lo paga todo"; así como por mudarnos a otra ciudad no
liquidamos nuestras deudas monetarias. El día llegará en que los enemigos deban encontrarse de nuevo. El antiguo odio los ha llevado a ambos a la misma familia, porque el propósito de Dios es que nos amemos los unos a los otros; por lo tanto el odio debe transformarse en amor, y aunque se necesiten muchas vidas de luchas, llegará un momento en el que aprenderán la lección y se harán amigos mutuos en vez de enemigos. En tales casos el interés que se tienen mutuamente pone en actividad a la fuerza de Atracción, la que los junta. Si hubieran sido indiferentes uno al otro nunca se hubieran encontrado asociados. Así que las dos leyes, del Renacimiento y de Consecuencia, resuelven en forma razonable todos los problemas de la vida humana conforme el hombre avanza hacia su próximo estado: el súper hombre.” Y aquí es muy tajante y claro el sabio investigador: El rumbo que sigue el progreso humano es hacia arriba y adelante siempre, dice esta doctrina de la Reencarnación; no como algunos creen, que han confundido la doctrina del Renacimiento con las disparatadas enseñanzas de algunas tribus hindúes que creen que el hombre se reencarna en los animales o vegetales. Eso sería una retrogradación. Ni en la Naturaleza ni en los libros sagrados de la India se puede encontrar nada que sostenga semejante creencia. En uno (UNO SOLO) de los libros religiosos indios se toca ese punto. En el Katha Upanishad (capítulo V, vers. 9), se dice: "Algunos hombres, de acuerdo con sus deudas (obras) van a la matriz y los otros al "sthanu." El vocablo "sthanu" es una palabra sánscrita que significa "un pilar", y esto ha sido interpretado como que algunos hombres, debido a sus pecados, han retrocedido al inmóvil, reino vegetal.” Por otro lado, las enseñanzas del Katha Upanishad indican que, en vez de permanecer ligado a la rueda de
nacimientos y muertes, el hombre llegará alguna vez a ese estado de inmutable "Nirvana." En el libro de la Revelación encontramos estas palabras: "al que venciere le haré un pilar del templo de mi Dios y él no saldrá más", refiriéndose a la completa liberación de toda existencia concreta. En parte alguna se encuentra afirmación autorizada sobre esa doctrina de la transmigración de las almas. Un hombre que se haya desarrollado hasta el punto de que tenga un espíritu separado e individual, no puede retroceder hasta llegar a ocupar un cuerpo animal o vegetal, puesto que estos se encuentran bajo un espíritu- grupo. El espíritu individual es una evolución superior a la del espíritu-grupo y lo menor no puede contener a lo mayor. Alguna vez le preguntaron a Max Heindel, autor del libro mencionado arriba, sobre la Reencarnación: ¿Cómo podéis creer en la teoría de la reencarnación, que dice que desde aquí vamos al cuerpo de algún animal? ¿No es mucho más hermosa la doctrina cristiana, que dice que iremos al Cielo con Dios y sus ángeles? RESPUESTA: El autor nunca ha mantenido la doctrina que el preguntante le atribuye, quien, evidentemente, no ha estudiado la cuestión absolutamente. Hay una doctrina entre algunas de las tribus más ignorantes del Oriente que sostienen la teoría de la transmigración, que el espíritu humano puede encarnarse en los cuerpos animales, pero esa teoría es muy diferente de la doctrina del renacimiento, la que sostiene que el hombre es un ser evolucionante que progresa en la escuela de la vida por medio de encarnaciones repetidas en cuerpos de creciente perfección.
El Cristo dijo a sus discípulos: "Por lo tanto, sed perfectos como el Padre que está en los Cielos, es perfecto." Esa fue una orden definida, y el Cristo nunca la hubiera dado si no fuera una cosa alcanzable; pero todos sabemos que no podemos alcanzar la meta en una sola vida. Pero teniendo el tiempo necesario y las necesarias oportunidades que nos proporcionan los repetidos renacimientos en distintos ambientes, llegará un tiempo en el que habremos realizado la obra de habernos perfeccionado. Pero ni aún en las sagradas escrituras del Oriente hay ninguna afirmación que sostenga esa transmigración. Lo único que se parece a esa idea está en el Katopanishad, capítulo V, versículo IX, que dice que algunas almas de acuerdo con sus obras vuelven a la matriz para renacer, mientras que otras van a lo inmutable. Algunos opinan que esto significa que pueden reencarnarse en el reino mineral. La palabra sánscrita que se emplea en ese pasaje es sthanu, que también significa un pilar, una columna y leído así se obtiene la misma idea que se emite en la Revelación: "Aquel que triunfe lo convertiré en una columna de la casa de mi Dios y de allí no saldrá más”. Cuando la humanidad haya alcanzado la perfección llegará un momento en que ya no estará más ligada a la rueda de muertes y nacimientos, sino que se quedará en los mundos Invisibles, trabajando desde allí para el perfeccionamiento de los demás seres." No puede el espíritu retrotraerse a estados involutivos, por mas equivocaciones que haya cometido en su lapso existencial. Si bien es cierto que el único “pecado imperdonable” es el que se infringe contra el Espíritu Santo o Jehová, es decir, el uso indiscriminado de la fuerza sexual para la gratificación de los sentidos y las pasiones del cuerpo denso y de deseos, no es menos cierto que los hombres estamos aprendiendo de nuestras caídas y cada
vez hay más personas dedicadas a la espiritualidad y al servicio en apoyo de sus hermanos menos disciplinados. Todo espíritu es inmortal, pues fue emanado en el Padre y su meta es alcanzar sus mansiones, mediante este proceso evolutivo en espiral ascendente. Sigue Max Heindel: “Por otro lado y además, la transmigración es una imposibilidad en la Naturaleza, porque en todo cuerpo humano existe un espíritu interno individual, mientras que cada tribu animal está regida por un espíritu común, por un espíritu colectivo, del que forman parte todos esos animales, y ningún Ego consciente de sí mismo puede entrar en un cuerpo dirigido por otro. De tal suerte de que quien afirme eso de involucionar o reencarnar en criaturas carroñeras o insecto, moluscos, caballos o perros, peor en plantas o vegetales, etc., carece de todo sustento.
José Mejía Agosto, 2013