EL DOLOR COMO ACICATE EVOLUTIVO
"........Todos sabéis el gran respeto que siento por nuestra filosofía y por Max Heindel, pero hasta la fecha NADIE ha sabido responder con lógica y razonamiento, ni siquiera el propio libro Concepto Rosacruz la siguiente pregunta: Si no estaba en los planes de Dios el que el ser humano sufriese tanto en su viaje por la materia ¿Por qué se permitió la involucración de los seres Luciferes? Si el tiempo no existe ¿Por qué acelerar la evolución a cambio de tanto dolor? O es que ¿A caso no hubiésemos evolucionado hasta el Periodo de Vulcano sin tener que padecer tanta y tanto? Entonces si no me puedes responder a esta interrogante .Te pido que no pienses ni por un momento que estás leyendo las palabras de un pobre ignorante, Si crees que todo es perfecto entonces ¡No te quejes! Y si piensa que en ocasiones esos dioses juegan a los dados con nosotros, pues entonces tienes derecho a la queja, la denuncia y todo lo que tú quiera. Con todo respeto Juan Marín. PD: Si alguien pueden aportar algún comentario sobre lo expuesto, por favor, que lo haga ahora o calle para siempre ¿De acuerdo?"
La doliente queja de Juan Marín nos invita, otra vez, a investigar y responder, desde nuestro punto de vista, a esta interrogante que ha sido una de las mayores consternaciones de los hombres a lo largo de su historia. ¿Por qué precisamente nosotros tenemos que sufrir para seguir adelante en el camino? Es necesario y prioritario recordar ciertos conceptos para alcanzar varias conclusiones que enriquecerán la discusión planteada y para ello nos tenemos que apoyar en los conocimientos recibidos y en los libros leídos, VG Humano_ Omega y por supuesto los escritos de la Filosofía Rosacruz: Hay la generalizada percepción, nacida de las ciencia ortodoxas, de que esta vida se generó espontáneamente en un punto del infinito hace un determinado y remotísimo tiempo y por razones poco convincentes, a partir del Big Bang y debido a varios factores como aquellos que han influido en su aparición en nuestro planeta, basados en el agua y el carbón, desde los que se consideran más obvios, como la distancia de la Tierra al Sol, hasta otros quizá no tan triviales como nuestra posición dentro de la Vía Láctea. Pero sabemos que no es así, y los Rosacruces y otras doctrinas afines nos enseñan que los humanos no somos el centro del universo y que la aparición de la vida y su evolución, tal como la conocemos y disfrutamos, tanto del hombre como la de los reinos de la Naturaleza actuales, obedece a un complejísimo y maravilloso Plan divino. Repasemos: Desde una perspectiva y análisis homocéntrico, de entre los seres que se encuentran apoyando a la humanidad existe una clasificación esotérica y mística jerárquica clásica, seleccionada según sus capacidades de auxilio a los humanos. Nos dicen las enseñanzas ocultas que doce eran las Jerarquías de seres que activaban el trabajo de la evolución al comenzar el Periodo de Saturno. Dos de estas jerarquías aportaron voluntaria y libremente su energía, y pasaron a otras dimensiones más elevadas en desarrollo (Terafines y Xeofines, según ciertas nomenclaturas). Tres de las diez jerarquías restantes (los Señores de la Llama, los Querubines y los Serafines) hicieron otro tanto tras intervenir en los sucesivos Periodos, despertando el germen del triple espíritu en la humanidad, dejando sólo siete jerarquías activas en nuestro sistema solar al comenzar el Periodo Terrestre (de allí la doctrina septenaria del Universo conocido). (1) Ver el cuadro abajo, extraído del Apéndice del libro: La Biblia, el Maravilloso Libro de Todas la Épocas” de Corinne Heline Los Señores de la Sabiduría formaron el cuerpo vital en el Periodo Solar. Debido a su extremado desarrollo, son la más elevada de las siete jerarquías, por lo que han sido capaces de la evolución del espíritu divino de nuestra humanidad. Señores de la Individualidad, formaron el cuerpo de deseos en el Periodo Lunar. Se responsabilizan de la evolución de nuestro espíritu de vida. Se hicieron
cargo especialmente de la evolución material del Período Lunar. Y juntos reconstruyeron el germen del cuerpo denso, traído desde el Período Solar. Señores de la Forma, responsables de la evolución humana en el Periodo Terrestre. Ocupados, en Periodos anteriores, con la semilla de los cuerpos denso, vital y de deseos consiguieron evolucionar lo suficiente como para hacerse cargo del espíritu humano en nuestro actual Periodo. Señores de la Mente, es la humanidad del Periodo de Saturno. Especialistas en la construcción de cuerpos de materia mental, análogamente a como nosotros nos estamos especializando en construir cuerpos de materia química. Ellos usan materia mental porque cuando ellos eran humanidad, la Región del Pensamiento Concreto era el estado de materia más denso de que disponían, mientras que para nosotros el estado más denso disponible para crear cuerpos es la Región Química. En el Periodo Terrestre, los Señores de la Mente alcanzaron la capacidad de ser Creadores, y nos suministraron el núcleo de materia mental del cual estamos tratando de construir una mente organizada. No han hecho tal cosa con los tres reinos naturales inferiores. San Pablo los denominó "Poderes de las Tinieblas" por haber surgido del oscuro Periodo de Saturno y por su influencia separatista, en contraste con las fuerzas unificadoras del Mundo del Espíritu de Vida: el Reino del Amor. Arcángeles, es la humanidad avanzada del Periodo Solar. Especialistas en construir el cuerpo de deseos, por ser la materia más densa de su Periodo como humanidad. Se dedican a construir, y suministrar el núcleo de materia para un cuerpo de deseos a los humanos y animales, además de conocimiento para modelar y usar tal cuerpo.
Creo necesario aquí desarrollar el tema en forma más detallada al hablar de los Ángeles, la humanidad avanzada del Periodo Lunar, pues competen más directamente al asunto que nos ocupa. Como era el éter el material más denso para ellos, se especializaron en construir el cuerpo vital, instruyendo a los humanos, animales y vegetales en lo referente a sus funciones vitales. La Luna tiene el control de todos los líquidos de la Tierra, y fue la anterior encarnación del espíritu de la Tierra. Los Ángeles son los antepasados de la humanidad y tienen ahora el control de los poderes generativos del hombre y del animal. En el Periodo Lunar, las dos razas de Ángeles se enfrentaron entre sí. El regente de la Luna (Jehová), responsable de la evolución de los seres de la Tierra, decidió que el espíritu de vida entrara dentro de cuerpos con forma (humanos, animales, vegetales y minerales). Estas formas se construirían basadas mayormente en el agua, por su plasticidad para acoger al espíritu de vida, por lo que los Ángeles afines al agua se volcaron en esta tarea, pero la raza de Ángeles afines con el fuego no pudieron formar parte de esta labor, quedando por ello rezagados en su propia evolución, de donde surge el mito de Lucifer y su desobediencia al plan divino. Lucifer es una palabra que significa portador
de Luz. Los Ángeles del tipo de Lucifer quedaron evolucionando en un término medio entre la humanidad y los Ángeles, por lo que se vieron en la necesidad de utilizar al ser humano como soporte para su propia evolución. Para ello infundieron en la humanidad la capacidad de expresar a través de su organismo (concretamente el cerebro humano) el conocimiento y expresión de los Ángeles Lucifer, cosa que era imposible para los Ángeles afines con el agua, por estar mucho más evolucionados. DE ESTE MODO, LOS LUCIFER MODELARON EL CEREBRO HUMANO PARA QUE LES SIRVIERA COMO FOCO DE EXPRESIÓN PROPIA, INCORPORANDO UN DESARROLLO LIBRE DE LA CONCIENCIA QUE INCLUIRÍA EL BIEN Y EL MAL, EL ACIERTO Y EL ERROR, LAS PASIONES Y DESEOS Y LA CAPACIDAD DE ATISBAR SENDEROS QUE DE OTRO MODO NOS ESTARÍAN PROHIBIDOS. ESTA INTERVENCIÓN HIZO QUE EL SER HUMANO PERDIERA LA OPORTUNIDAD DE VIVIR EN UN MUNDO DE INOCENCIA Y FELICIDAD A CAMBIO DE SU LIBERTAD E INDEPENDENCIA, DE SU INDIVIDUALIDAD. Cuando nos preguntamos si Dios está ciego ante los problemas de la humanidad o que existe el mero azar en su obra,- como se ha insinuado en esta discusión- la respuesta es que la propia humanidad es la que impide a Dios que intervenga, pues no basta con desear ser feliz... hay que entregar a Dios nuestra individualidad a cambio de la felicidad. Y ningún ser humano está dispuesto a llegar a este extremo. En boca de Jesucristo quedó la parábola: "Mirad las aves del cielo, ellas no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; no obstante el Padre Celestial les alimenta ¿Acaso no sois vosotros más valiosos que las aves? ... no debéis inquietaros por el qué comer o el qué beber... Buscad el Reino y su Justicia y todas estas cosas vendrán por añadidura..." Por este motivo....a través de la función mental somos el alimento de Ángeles Lucifer. En nuestra capacidad de libre albedrío reside la elección de seguir así o entregarnos con fe ciega a los designios del Padre Celestial ... opción esta última que daría un vuelco a la humanidad, un cambio tan grande como el que producen los grandes cataclismos que hunden civilizaciones completas. Tal vez, cada cataclismo que acontece es una oportunidad que se nos da de elegir empezar desde cero con la confianza puesta en Dios... pero todo son conjeturas. Evidentemente hay muchas más criaturas evolucionando junto a la humanidad, y si la humanidad hace una elección incorrecta, sus efectos y el paso del tiempo nos harán desaparecer para dar opción a otras especies.
No quiero concluir esta disertación sin citar este párrafo referente a nuestro compromiso como especie privilegiada y cuya rémora por no entender con sabiduría el dolor y tristeza podría acarrear funestas consecuencias : “Así como la religión cristiana anuncia "condenación eterna" para los pecadores sumidos en la derrota de su propio comportamiento, debemos entender (como lo hicieron los Rosacruces hace mucho tiempo) que no se habla de destrucción bajo la mano de un dios implacable, sino de nuestra propia extinción por nuestra propia mano, al no poner el interés personal suficiente en mejorar nuestra evolución individual,
ya que nos dejamos llevar por la inercia del fracaso. El materialismo actual es la gran muralla que nos frena en nuestro avance en pos de la victoria, puesto que nos impide ver que estamos realmente formados de la misma sustancia que está formado el Universo, y esto no se refiere sólo a las partículas, sino también al Espíritu. Sólo aquellos que se sobrepongan al fracaso y empleen su voluntad en el modo adecuado de lucha conseguirán que su código genético prevalezca. Los ocultistas han centrado sus esfuerzos en la lucha contra el materialismo, puesto que según ellos defienden, la actitud materialista de la humanidad puede llegar a impedir todo progreso evolutivo llegando incluso a destruir los siete vehículos del Espíritu Virginal, la decimo segunda jerarquía. En ese caso, tal Espíritu deberá volver a comenzar su evolución desde el principio, y el periodo que vive la humanidad actual es crítico en ese sentido. Si miramos la historia de la humanidad, desde el punto que se conoce a ciencia cierta (desde los historiadores romanos, por ejemplo), todo parece indicar que la humanidad evoluciona en círculos. Todo lo que crea y avanza en un periodo de tiempo, lo destruye y convierte en ruinas en el periodo siguiente, para renacer un nuevo periodo de nuevos avances. ¿Cuántas civilizaciones habrán hollado la Tierra para desaparecer sin dejar rastro? En ese proceso de alternancia de gloria y caos se consiguen mantener algunos avances valiosos, materialmente hablando, pero también se pierden otros que tal vez habrían sido necesarios para las nuevas etapas. Esto puede llevarnos a periodos de paralización o equilibrio del progreso, por lo que sólo existen determinados periodos o "intervalos… en los que realmente se puede evolucionar. La pregunta clave es si en tales intervalos es la humanidad la que decide evolucionar o simplemente se dan las circunstancias apropiadas. La vida sigue su curso entre los periodos de gloria y los de caos, y cada pueblo cree en sus avances y en sus campañas para cambiar el mundo, pensando que está en sus manos el hacer algo al respecto. Ponen al ser humano en el centro de todo, como si tuviéramos capacidad para dirigir nuestro futuro y el del mundo, olvidando el tamaño real del ser humano y su breve historia en el cosmos. La igualdad y el bienestar para todos son teorías muy bellas pero fatales si se llegaran a realizar. La Naturaleza ha creado las desigualdades y el sufrimiento para que exista la posibilidad de progreso. Toda evolución necesita opresión para resurgir de una lucha que, en muchos casos, da lugar a una nueva especie. Es de los "choques" de donde surge lo valioso, el fruto de un sobreesfuerzo que caracteriza a la especie victoriosa. Es la de las charcas sometidas a sequías de donde surgieron los anfibios: de entre moribundos surgió la vida. La evolución de la humanidad es un proceso cuya realización es posible de modo análogo al proceso de evolución de cualquiera de sus individuos. Comienza con que un determinado grupo de células va tomando pseudo conciencia gradualmente, luego este grupo se desarrolla más que las células individuales, y atrae hacia sí otras células y así sucesivamente. Pero parece como si la humanidad no quisiera ser guiada por grupos conscientes de individuos, POR LO QUE EL VERDADERO
CAMBIO DEPENDE DE LO QUE UN INDIVIDUO HAGA CONSIGO MISMO INTERIORMENTE. Y ESTE AVANCE, MULTIPLICADO POR MILLONES DE INDIVIDUOS, CONSIGUE EL VERDADERO SALTO EVOLUTIVO. Los humanos creemos que somos el centro de todo y que podemos hacer lo que queramos y decidir sobre todo, pero está más que demostrado que estamos influenciados por el Cosmos en cada respiración que tomamos. La vida orgánica sobre la Tierra es el receptor de todo lo que procede del Cosmos a modo de influjos o radiaciones: no dudemos que la radiación solar y la cósmica son capaces de alterar la vida. La interacción entre todas las especies que forman la vida orgánica, y tales influjos dan impulso a la Naturaleza, por lo que esta depende del Cosmos y de cómo este interactúa con la vida orgánica. Después de todo, la Astrología puede estar dando algunas pistas para quien sepa interpretarlas. Para los ocultistas, la Naturaleza se basa en la pureza de acción (objetividad ante las especies: cualquiera puede ser cazado o cazador) y en la eterna protección, por lo que se hace llamar Madre Naturaleza. Por eso ellos defienden que es por causa del ser humano que existen plantas venenosas y animales peligrosos, puesto que es el ser humano el que está modificando a la Naturaleza, y ella se defiende mediante fieras y cataclismos que no son más que alivio de su propia tensión, acumulada durante miles de años. De este modo, el ser humano recibe su propia cosecha y debe aprender de ese fruto para sembrar con mejor calidad en el futuro. La Naturaleza devuelve a la humanidad su propia iniquidad y la prueba de su inamovible designio es que han desaparecido hasta las trazas de las más grandes civilizaciones. Es obligación de la humanidad evolucionar y ayudar en la evolución del resto de las especies, así como reducir las tensiones terrestres y cósmicas. Para los ocultistas todo en el Cosmos está vivo, y ejemplo de ello lo hacen con la Luna, satélite árido que a nuestros ojos carece de toda oportunidad evolutiva. Ellos defienden que la Luna es un planeta que acaba de empezar su evolución, y que llegará un momento en que llegue a desarrollarse tanto como la Tierra… aunque no tiene por qué hacerlo en el mismo modo ni en las mismas dimensiones físicas que ahora conocemos. Después de esto aparecerá una nueva Luna y la Tierra se convertirá en su sol. Todo esto no es un proceso garantizado, pues todo va encadenado y si la Tierra fracasa en su evolución, el resto de los acontecimientos tampoco se realizarán. Existe un periodo determinado para la realización de acontecimientos clave, y si estos no surgen, el resto nunca sucederá. El componente en mayor esperanza de evolución de la vida orgánica sobre la Tierra es la humanidad. Si la humanidad no evoluciona, la vida orgánica no evoluciona, y esto hace inservible a la humanidad para el propósito del Cosmos, por lo que la humanidad desaparecería.”· Pero ese destino fatal, estamos seguros, puede ser retardado, evitado y superado a medida que cristifiquemos la Adámica humanidad mediante la ley de Amor Universal y del Servicio desinteresado, cuando la Luz y el Sonido, en estadios
superiores de amalgamiento e identidad inunden todos los corazones de nuestros hermanos y a eso tienden los esfuerzos diarios de los Hermanos de la Luz. JosĂŠ MejĂa 29 de marzo de 2013