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¿ES LA PALABRA DE LOS HOMBRES PALABRA DE DIOS?1 Jonathan Andrés Rúa Penagos2 y Verónica Naranjo Quintero3
“La palabra de Dios tiene vida y poder. Es más cortante que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la persona” (Hebreos 4, 12)
INTRODUCCIÓN
La persona humana se pregunta por Dios, por sí misma, por su salvación y de allí surge la necesidad de que quienes han profundizado en los misterios divinos den su respuesta sobre estos asuntos. ¿Cómo explicarle al hombre de hoy que Dios ha hablado siempre, habla hoy y seguirá hablándole? Si algo es claro es que cualquier explicación que se dé debe ser comprensible para el hombre de hoy (entiéndase por hombre a la persona humana). Explicarle al hombre de hoy en su lenguaje el amor que Dios le ha tenido no significa modificar el “contenido de la fe”, sino interpretarlo de acuerdo a las exigencias actuales.
Del 5 al 26 de Octubre del año 2008 se llevó a cabo en la ciudad del Vaticano el sínodo de los obispos sobre: “La palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”. La palabra de Dios escrita y no escrita hace parte fundamental en la vida de la Iglesia y en general de la vida de toda persona.
En este sentido es
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Ponencia pronunciada en el I Foro Regional de Estudiantes de Teología, Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), 2009. Texto adaptado para publicación en la web. 2 Ser humano, aspirante a Magister en Teología de la UPB, Teólogo de la Fundación Universitaria Luís Amigó (Funlam), estudiante de Educación Física de la Universidad de Antioquia, estudiante de Filosofía de la Funlam, y gimnasta activo afiliado a la Liga Antioqueña de Gimnasia. Web Site: www.jonathanrua.com Email: jonathan.ruape@gmail.com 3 Aspirante a Magister en Teología de la UPB, Teóloga de la Funlam. E-mail: vernaqui@yahoo.es
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importante dedicar un tiempo de reflexión sobre la explicitación de la experiencia de Dios que tiene cada hombre.
Este texto pretende mostrar cómo Dios se ha revelado, cómo
el hombre ha
respondido a su llamado y lo ha seguido; y cómo el hombre ha comunicado lo que ha recibido del Señor. Para lograr este propósito se abordarán los siguientes momentos:
1. Hacia una visión integral del ser humano. 2. La fe. 3. La Revelación. 4. La Inspiración. 5. ¿En qué sentido es la palabra de los hombres, palabra de Dios? 1. HACIA UNA VISIÓN INTEGRAL DEL SER HUMANO4
¿Quién es el emisor y el receptor de la palabra de Dios?, ¿quién es el que se pregunta por sí mismo y por el mensaje divino?, ¿quién es el protagonista junto con Dios en la historia de la salvación?, ¿quién es el destinatario del amor infinito de Dios? La persona humana.
Por este motivo es importante iniciar con unas palabras en relación con la persona.
La comunidad de humanos llamada Iglesia confiesa que la persona
humana es unidad, totalidad, cuerpo, alma, corazón, conciencia, inteligencia y voluntad. Ella en su totalidad vive y celebra la salvación de Dios y permanece en ella (GS 3).
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Cf. RÚA PENAGOS, Jonathan Andrés. La importancia de la actividad física en la formación de los consagrados al Señor. En: Vida Consagrada. Medellín. 2010. Vol. 6; RÚA PENAGOS, Jonathan Andrés. Salud Integral. Medellín: UNAD.
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EL SER HUMANO COMO SER BIOLÓGICO
La persona es cuerpo, en cuanto es materia, tiene huesos, carne, músculos y articulaciones.
EL SER HUMANO COMO SER PSICOLÓGICO
Cada sujeto es único, y tiene la capacidad de ser consciente de su individualidad, es uno entre otros. Es existente, es decir, sabe que existe, y que existe como ser único e irrepetible, se percibe como alguien, se conoce a sí mismo, tiene una vida interior, una visión de la realidad. Este humano se pregunta por su vida y se pone en búsqueda de todo aquello que lo realice o plenifique.
La persona vive en un mundo interior, es decir, siente, piensa, aprehende, se emociona, desarrolla una personalidad e identidad. Posee una conciencia, un núcleo profundo en donde escucha su voz y la de Dios (GS 16).
EL SER HUMANO COMO SER EN RELACIÓN
El ser humano sabe que no está solo, está acompañado por los otros y por lo otro, el cosmos, es allí en la relación donde él puede desarrollarse. La vida humana está caracterizada por la generación de vínculos que facilitan la agrupación de personas para distintos fines.
Ejemplo de ello es la Iglesia, este grupo de
personas, el pueblo de Dios, tiene como misión, como fin, continuar la obra de Cristo, la salvación del género humano, consolidando la paz, elevando la dignidad de la persona, llenando de sentido, proclamando y defendiendo los derechos del hombre, promoviendo la unidad, la fraternidad en el amor, especialmente con los más necesitados (GS 40-42).
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EL SER HUMANO COMO SER TRASCENDENTE
El ser humano está condicionado pero no determinado, es decir, es libre y por ser libre es responsable de sí mismo. La libertad además de ser una posibilidad de decisión y elección, es también la entrega del sujeto a sí mismo5, hacerse así mismo, disponer de sí mismo. Esta libertad puede ser negada, ya que es posible negarse a sí mismo. El ser humano es libre para ser más humano.
Él sabe que no puede comprenderlo todo, ni conocerlo todo, el misterio de las cosas lo rebasa, lo trasciende. El humano es trascendente porque es consciente de sí mismo y puede ir más allá de todo lo que lo condiciona. Además, sabe en lo más profundo de su corazón que el principio y fin de su existencia es el misterio divino, Dios, el totalmente Otro, el gran misterio:
De múltiples maneras, en su historia, y hasta el día de hoy, los hombres han expresado su búsqueda de Dios por medio de sus creencias y sus comportamientos religiosos (oraciones, sacrificios, cultos, meditaciones, etc.). A pesar de las ambigüedades que pueden entrañar, estas formas de expresión son tan universales que se puede llamar al hombre un ser religioso6.
2. LA FE
Ante el misterio del hombre, no queda más que responsabilizarse, es decir, asumirse como totalidad, maravillarse de la grandeza humana y obrar conforme a lo que se es. Esta disponibilidad para ser responsable de sí mismo y de todo lo que ello implica puede ser denominada fe. La fe es ante todo un compromiso con la humanidad, es confiar en lo que se es y en lo que se va “escuchando”. Todo
5
RAHNER, Karl. El hombre como ser radicalmente amenazado por la culpa. En: Curso fundamental sobre la fe. Herder, 1998. 6 CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. 1992. 28
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humano tiene la capacidad de “escuchar”, escucharse, escuchar su conciencia, su cuerpo, su mente, su corazón, escuchar a otros y concientizarse de esto.
Escuchar en este sentido no es sólo una función auditiva, sino también intelectiva, visual, emocional, sensitiva, es decir, tener fe es obrar conforme a lo que se va conociendo, intuyendo, sintiendo, a lo que va “surgiendo”. Ahora bien, no todo lo que se “escucha” es benéfico para el humano y lo plenifica, de allí que sea necesario que todos juntos determinen si lo que se “escucha” dignifica, desarrolla o salva a la persona.
Esta concepción de la fe como escucha de sí mismo y de los otros no contradice de ninguna manera la concepción de fe como “virtud sobrenatural por la que, con inspiración y ayuda de la gracia de Dios, creemos [...que es]7 verdadero lo que por Él ha sido revelado”8, ya que ese “creer” significa escuchar la palabra de Dios que es emitida por mí y en mí y por los otros.
Tampoco se niega con esto la
afirmación del Concilio Vaticano II en donde se entiende la fe como obediencia, confianza y asentimiento (DV 5), ya que obediencia, confianza y asentimiento son disponibilidad de escucha a Dios que me cuenta lo que Él quiere y es también responsabilidad ante lo revelado , es decir, vivir conforme a lo escuchado.
Para comprender mejor lo que se ha dicho hasta el momento sobre la fe como disponibilidad de escucha de sí mismo y de los otros, y como responsabilización de lo escuchado, analicemos el concepto de “Revelación”.
3. LA REVELACIÓN “Quiso Dios, con su bondad y sabiduría, revelarse a Sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad” (DV 2), Dios ha revelado todo lo necesario para la 7
Adición personal. DENZINGER, Heinrich y HÜNERMANN, Peter. Concilio Vaticano I. Dei Filius. Barcelona: Herder, 1999. Numeral 3008. 8
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salvación del género humano, lo ha hecho plenamente en cada hombre y en especial en Jesús el Cristo: “Mediante la revelación divina quiso Dios manifestarse a Sí mismo y los eternos decretos de su voluntad acerca de la salvación de los hombres” (DV 6).
Esta revelación se da tanto en hechos, palabras, como en todas las formas posibles en las que el hombre puede concientizarse de Dios y conocerlo, formas de las que dispone el hombre creado por Dios: “El Dios de la Biblia es un Dios que entra en comunicación con los hombres y les habla. Bajo modalidades diversas [...] Dios hace oír su Palabra, sea directamente, sea sirviéndose de un portavoz” 9. Dios se ha revelado todo, siempre y a todos, y por su parte el hombre siempre “ha caído en la cuenta de Dios”10. Esto quiere decir que ningún sujeto es ajeno al misterio divino y que todos poseen la revelación de Dios. El hombre conoce a Dios desde sus capacidades humanas, lo “escucha” con todo su ser, inteligencia, disponibilidad, sentidos y emociones.
Ahora bien, cada sujeto tiene una experiencia de Dios que en algunos puntos es común a la experiencia de Dios que tiene una comunidad. En este sentido hay tanta “revelaciones” como hombres en el mundo. Pero, ¿cómo saber cuál de estas “revelaciones” es la revelación auténtica y verdadera? No necesariamente estas revelaciones se contradicen entre sí, lo que sucede es que cada una ha sido explicitada en un lenguaje propio de una persona o cultura, el humano por ser simbólico representa o explicita su experiencia de formas diversas, formas que muchas veces son comunes a todos los hombres, esto lo constatamos porque podemos comunicarnos; aún así otras veces no es posible comunicar a otros lo que se ha experimentado. El hecho de que un sujeto no logre hacerse entender 9
PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. El pueblo judío y sus Escrituras Sagradas en la Biblia cristiana. 2001. 23
10
TORRES QUEIRUGA, Andrés. ¿Qué significa afirmar que Dios habla? En: Selecciones de teología. Vol. 34, no. 134 (1995). En línea: http://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol34/134/134_torres.pdf (Consultado el 21 de febrero de 2011).
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en lo que ha experimentado, no quiere decir que lo que él ha experimentado esté en contradicción con las otras explicitaciones de la experiencia de Dios más aceptadas. Por tal motivo es fundamental entrar en una disponibilidad dialógica para tratar de comprender la experiencia explicitada por otros. ¿Quiere decir esto que todas las explicitaciones de la experiencia de Dios son auténticas? No hay que descartar la posibilidad de que alguna explicitación no sea conforme al espíritu de Dios ¿Cuál es el criterio entonces para determinar la autenticidad de la explicitación de una experiencia? Ninguna explicitación de la experiencia de Dios puede ser contraria a la dignidad humana, toda experiencia auténtica debe necesariamente facilitar el desarrollo integral de cada individuo, plenificarlo, salvarlo. La revelación “se contiene en libros escritos y en tradiciones no escritas”11, lo que quiere decir que la explicitación de la experiencia de Dios puede hacerse mediante diversos modos: como la oralidad, palabra, escritura, y en general en cualquier medio de comunicación humano.
De allí que estos medios de comunicación
humanos sean la fuente de la revelación, y en este sentido la fuente de la revelación es la persona humana misma que manifiesta su experiencia de diversas formas y en diversos medios. Todo lo que Dios ha revelado es para la salvación del hombre, en este sentido todo lo que ayuda a la salvación del hombre es palabra de Dios. Luego profundizaremos en este aspecto.
La Tradición de la Iglesia ha afirmado que lo que hace que las palabras de los hombres sean Palabras de Dios es que esas palabras han sido inspiradas por Él mismo, es decir, Dios es el autor de esas palabras. Merece pues que el tema de la inspiración sea analizado.
11
DENZINGER, Heinrich y HÜNERMANN, Peter. Op Cit. Numeral 3006.
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4. LA INSPIRACIÓN “La Escritura es el alma de la teología, pero la inspiración es el alma de la Escritura”12.
Para lograr comprender lo que se entiende en nuestros días por Revelación, es importante mirar con más detenimiento el significado del concepto de inspiración. La definición de inspiración no sólo se concibe bíblicamente, pues diversas culturas han experimentado tal acontecimiento.
La inspiración ha sido un motor para las mismas manifestaciones artísticas y hasta para los asuntos parlamentarios. Desde la cultura griega se percibe. Platón dirá que los buenos y los malos poetas no se distinguen por motivos artísticos, sino porque hay en los buenos poetas una divinidad que los posee. Y desde este acercamiento el filósofo comprende este suceso como “propiedad y soplo”.
Sin embargo, la inspiración bíblica se comprende desde otros presupuestos: la inspiración es
“la acción que el Espíritu Santo ha ejercido en los escritores
sagrados para determinarlos a escribir, con su concurso constante y bajo su influencia directa, las verdades que quería de este modo manifestar a los hombres”13.
El efecto de la inspiración en el hombre se ha entendido como el soplo divino que le da sentido al alma, impulsa su reflexión y le potencializa su forma de plasmar lo comunicado. Antes de entrarnos a la inspiración como tal se debe reconocer la Sagrada Escritura como libro inspirado por Dios: “Toda escritura es inspirada por
12
Citado por: IZQUIERDO, Antonio. Encuentro internacional sobre la inspiración. En: ALPHA OMEGA, Vol 4, No 2. Roma, 2001. P. 318 13 PAUL André. La inspiración y el canon de las Escrituras. Historia y teología. Navarra: Editorial Verbo Divino, 1985. Pág. 5.
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Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y educar en la justicia” (2 Tim 3, 14-17).
Al hablar de inspiración no se puede pasar por alto a Filón de Alejandría quien realizó una doctrina de la inspiración de las Escrituras judías. Según él Dios, al hablar, se vale del profeta y de esta forma él se apropia de la voz del profeta pues:
El texto sagrado atestigua el carácter profético de todo hombre virtuoso; el profeta no expresa ninguna palabra que no le sea personal; todo es de otro, de alguien que habla en él. Al hombre malvado no le está permitido ser intérprete de Dios en sentido propio; esto solamente le conviene al sabio, ya que sólo él es instrumento sonoro de Dios, cuyas cuerdas toca Dios invisiblemente con su plectro14.
Es así como Filón de Alejandría va a reconocer unas características específicas a la hora de mirar un profeta: La interpretación, porque el profeta es el portavoz de lo Divino. El diálogo místico, éste se hace posible por la auto-comunicación que tiene Dios con el profeta y se da mediante la palabra. El entusiasmo, es decir, la identidad profética.
Si todo lo anterior se cumple en una persona se podría argumentar que es profeta y por tanto está inspirado. Otro asunto sería los efectos que ocasiona la inspiración: el hombre que profetiza, las cualidades y virtudes que tienen. A partir de Filón de Alejandría se ve una doctrina concreta de la inspiración bíblica que el cristianismo acogió para sustentar la afirmación de la inspiración en la Biblia y la desaparición de error en la Sagrada Escritura que es nombrada como inerrancia.
14
Ibíd., Pág. 7.
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El aporte desde la historia para considerar la inspiración también fue posible por los Padres de la Iglesia, quienes argumentaron cinco grupos para afirmar la inspiración, es así como reconocen que: la Biblia tiene su naturaleza en la inspiración, por tanto es sagrada, ella es inspirada por el Espíritu Santo quien infunde a los autores; siendo Dios el autor principal de las Escrituras esto deja claro que la forma de comprender que es inspirada es reconocer que Dios interviene en la historia de la humanidad y que se vale de hombres, los cuales son inspirados.
En términos musicales, la inspiración es la facultad que posee el flautista para tener una buena posición en su embocadura, para ofrecer unas notas afinadas y lograr una mayor capacidad de interpretar y comunicar obras musicales. En teología, la inspiración sería la capacidad del profeta para interpretar el lenguaje divino, comunicado en un diálogo místico, mensaje que luego es proclamado y dado a conocer por el profeta.
En el caso del flautista el resultado de su
inspiración sería la melodía de su instrumento. Si “la inspiración de la Biblia es ese soplo misterioso por el que se establece una comunicación entre Dios y ciertas figuras carismáticas, y que hace surgir un mundo nuevo que dejó cicatrices en los textos bíblicos” 15, entonces se reconoce que los hagiógrafos son personas inspiradas.
En este sentido no sería
descabellado afirmar que los otros profetas de los pueblos cercanos a Israel, que decían caer en éxtasis inconsciente, pudieron contemplar a Dios y manifestar su experiencia. Según José Luis Sicre, en su libro “El clamor de los profetas a favor de la justicia”, los profetas son personas que tienen una pluralidad de lenguajes de acuerdo a la situación en que se enfrenten, como el profeta Amós en el Reino del norte e Isaías en el sur; pero todos están sumergidos en la justicia de Dios y en el mismo 15
Ibíd.1. Pág. 15.
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Espíritu que los guía. El profeta bíblico cuenta con una inspiración palpable y es consciente de lo que dice porque obra con conocimiento de lo que le ha sido revelado e inspirado. Para Sicre el profeta no pretende una reforma social, pero sí reconoce y denuncia la situación social, política y económica, y ve la diferencia entre la voluntad que Dios tiene con su pueblo y la voluntad egoísta de los hombres. Entonces el profeta no busca un régimen social aunque sí lo desee, sino que reconoce la alianza de Dios que transforma todas las realidades sociales. El profetismo en la inspiración es realmente importante, pues el profeta es la persona inspirada y encargada de hablar en el nombre de Dios.
Al reconocer la inspiración y sus fundamentos se debe tener presente el proceso que ha tenido la comprensión de la inspiración bíblica en la Doctrina Católica: El Concilio de Florencia reconoce a Dios como autor del Antiguo y Nuevo Testamentos en contraposición al maniqueísmo que afirmaba que el Dios del Nuevo Testamento era diferente al del Antiguo. El Concilio de Trento mantiene su postura en la totalidad de la inspiración bíblica y la respalda de cualquier error, sustentando que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento tiene a Dios como el único autor. El Concilio Vaticano I, en la constitución dogmática “Dei Filius” reafirmó lo que ya se había dicho, pero su novedad es el reconocimiento a los libros canónicos como textos sagrados, porque estos fueron escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo y tienen a Dios como autor. La Encíclica “Providentissimus Deus”, de León XIII, es innovadora, rompe con el paradigma del mismo estudio bíblico, pues anima a los exegetas y teólogos a estudiar las lenguas originales para un mayor acercamiento al texto sagrado, da apertura a la investigación científica en el estudio bíblico y 11
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los criterios que deben tenerse para este quehacer desde la fe y la Tradición. El Decreto “Lamentabi”, del Santo Oficio, en el Pontificado de Pío X, condena la idea de que la inspiración divina no se extiende a toda la Sagrada Escritura. La Encíclica “Divino Afflante Spiritu” de Pío XII, alienta a los exégetas para que reconozcan los géneros literarios en la Biblia, reconociendo así como válidos algunos elementos del estudio crítico de la Biblia. El Concilio Vaticano II, en la constitución dogmática “Dei Verbum”, va a renovar el proceso que ha llevado el mismo término y el entendimiento de este como: “las verdades divinas reveladas, redactadas bajo la inspiración del Espíritu Santo donde Dios es el autor”.
Las declaraciones que el Magisterio de la Iglesia ha hecho a través de la historia han dejado ver una continuidad doctrinal en relación al tema y su apertura a la relación entre el reconocimiento de la inspiración y el entendimiento del hombre de nuestros días de este lenguaje hierofánico; según Mircea Eliade, hierofánico es algo sagrado que se nos muestra.
Son hombres los que han escrito la Biblia, hombres que como hemos visto han sido inspirados por Dios, pero al fin y al cabo hombres. Esta inspiración ya no es considerada como un dictado, pues esto supondría poca participación del humano en la construcción de los textos sagrados.
Poco a poco en la Iglesia se va
reconociendo más la participación y autoría de los hombres en la composición de los textos bíblicos16.
La inspiración bíblica no es algo “supra natural o supra
histórico”, sino algo histórico y sumamente humano. Estos libros bíblicos han sido 16
PÍO XII. Divino Aflante Spiritu. Roma, 1943: 21, 24.
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escritos en lenguaje humano, con las facultades y medios que poseían en su época los escritores (DV 11), son tan autores de la Biblia los hombres que escogieron entre la tradición oral, de su memoria o recuerdos lo que ellos consideraron pertinente (DV 19) y lo plasmaron en el sentido que ellos quisieron17. En vista a algunas “desviaciones doctrinales” que negaban la inspiración bíblica, el Magisterio de la Iglesia hizo demasiado énfasis en ella y se olvidó que era también autoría humana. Y para evitar que la Biblia fuera interpretada de forma arbitraria se hizo demasiado énfasis en la facultad del magisterio de la Iglesia de regular las interpretaciones que se hacían de ella. Sin embargo, no puede olvidarse y es necesario reconocer que los textos pueden ser interpretados por personas que no ejercen ministerio episcopal, este es el caso de todos los fieles cristianos como, lo rescata el Catecismo de la Iglesia Católica: “Todos los fieles tienen parte en la comprensión y en la transmisión de la verdad revelada. Han recibido la unción del Espíritu Santo que los instruye (cf. 1 Jn 2,20.27) y los conduce a la verdad completa (cf. Jn 16,13)”18.
Entre los fieles los exégetas, peritos, padres, doctores de la Iglesia o el Magisterio tienen también la facultad de interpretar los textos bíblicos.
Interpretar los textos bíblicos significa saber qué es lo que dice el texto, y siendo muy optimistas, lo que quiso decir el autor o autores sagrados. Esta tarea implica penetrar en la mente del hagiógrafo, en la forma en que escribía 19 y en general en todo su contexto, esto indica que lo que el hagiógrafo ha pensado, vivido y experimentado, puede ser considerado palabra de Dios.
17
PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. La interpretación de la Biblia en la Iglesia. Quito (Ecuador): Verbo Divino. 2002, p. 49. 18 CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. 1992: 91 19 Op Cit. Divino Aflate Spiritu. 12.
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5. ¿EN QUÉ SENTIDO ES LA PALABRA DE LOS HOMBRES, PALABRA DE DIOS? Dios se ha revelado todo, siempre y a todos, y por su parte el hombre siempre “ha caído en la cuenta de Dios”. Dios ha hablado a través de Abraham, Moisés y todos los profetas que han entrado en comunicación con Él, a este respecto dice el documento de la Pontificia Comisión Bíblica:
Las comunidades de la Antigua Alianza [...] han reconocido en un cierto número de textos la palabra de Dios que suscitaba su fe y los guiaba en la vida. Ellas han recibido esos textos como un patrimonio que debía ser conservado y transmitido. Así, los textos han dejado de ser simplemente la expresión de la inspiración de autores particulares; se han convertido en propiedad común del pueblo de Dios20.
Dios también le ha hablado a Jesús, el Cristo, y a la Iglesia, es decir a todos los fieles cristianos,
todos ellos
han comunicado lo experimentado desde sus
características particulares y su contexto.
Dios es histórico y vive penetrablemente las crisis históricas del hombre, así lo argumentaron los Padres de la Iglesia, Dios se ha revelado continuamente. Por tanto, Dios se sigue manifestando desde el lenguaje del hombre, su creación; Dios manifiesta al hombre todo lo que tiene que ver con la salvación de la humanidad y el hombre lo publica y se hace instrumento de Dios, explicita la experiencia salvífica que se le ha revelado.
Afirma la Lumen Gentium en el numeral 12: "La
totalidad de los fieles (...) no puede equivocarse en la fe. Se manifiesta esta propiedad suya, tan peculiar, en el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo: cuando desde los obispos hasta el último de los laicos cristianos muestran estar totalmente de acuerdo en cuestiones de fe y de moral".
20
Op. Cit. La interpretación de la Biblia en la Iglesia. p. 58
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Lo que el hombre dice es fruto, entre otras cosas, de su interpretación de la realidad, de su ejercicio intelectual o de su imaginación, y es precisamente en esas capacidades humanas como Dios se revela. No se quiere decir con esto que todo lo que el hombre publica, es decir, hace público, es Palabra de Dios, pero tampoco se puede negar que Dios se ha revelado por medio de la palabra humana.
Cada humano sigue hablando con inspiración, sigue siendo mensajero de Dios en virtud del Espíritu divino que posee, cada uno es sacramento de Dios, ya que la Iglesia lo es, cada fiel cristiano es signo de salvación en virtud de su bautismo y cada humano lo es en virtud de la manifestación de Dios a todos los hombres.
Cada vez que el hombre hace o dice cosas para hacer consciente al mundo del valor de la humanidad está diciendo Palabra de Dios; cada vez que la Iglesia, pueblo de Dios, se pronuncia dice Palabra de Dios; todo lo que se haga o diga para promover la defensa de los derechos humanos es Palabra de Dios; todo lo que se haga o diga para promover la salud humana es Palabra de Dios; todo lo que se haga o diga en favor de los más necesitados es Palabra de Dios; todo lo que haga o diga que llene de sentido al hombre es Palabra de Dios; todo acto o palabra que consuele a la persona es Palabra de Dios; toda acción o palabra que humanice al hombre es Palabra de Dios y son la explicitación del misterio de amor que Dios le ha revelado al hombre y que el hombre ha captado de Dios.
CONCLUSIÓN
Dios se ha revelado al hombre de muchas formas y de diversos modos, también lo ha hecho por medio de la encarnación de Cristo. El hombre por su parte ha captado ese mensaje de salvación dado por Dios. Al aceptarlo, este lo comunica a otros, dice Palabras de Dios, y de esta manera se hace signo de salvación para el mundo, presencia de Cristo en la humanidad y dador de sentido de vida; 15
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potencia el reconocimiento sus derechos, promueve la salud, se humaniza y vive relaciones de amor en especial con los mรกs necesitados.
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BIBLIOGRAFÍA
BIBLIA DE JERUSALÉN. Bilbao: Desclee De Brouwer, 1975.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, 1992.
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CONCILIO VATICANO II. Constitución Dogmática Dei Verbum. Roma, 1965
CONCILIO VATICANO II. Constitución Dogmática Lumen Gentium.
IZQUIERDO, Antonio. Encuentro internacional sobre la inspiración. En: ALPHA OMEGA, Vol 4, No 2. Roma, 2001.
LEÓN XIII. Providentíssimus. Roma, 1893.
PAUL André. La inspiración y el canon de las Escrituras. Historia y teología. Navarra: Editorial Verbo Divino, 1985.
PÍO XII. Divino Afflante Spiritu. Roma, 1943.
PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. El pueblo Judío y sus escrituras sagradas en la Biblia cristiana, 2001.
PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA. La interpretación de la Biblia en la Iglesia. Quito: Verbo Divino, 1993.
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RAHNER, Karl. El hombre como ser radicalmente amenazado por la culpa. En: Curso fundamental sobre la fe. Herder, 1998.
RÚA PENAGOS, Jonathan Andrés. La importancia de la actividad física en la formación de los consagrados al Señor. En: Vida Consagrada. Medellín. 2010. Vol. 6. RÚA PENAGOS, Jonathan Andrés. Salud Integral. Medellín: UNAD, 2009.
TORRES QUEIRUGA, Andrés. Selecciones
de
teología.
¿Qué significa afirmar que Dios habla? En:
Vol.
34,
no.
134
(1995).
En
línea:
http://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol34/134/134_torres.pdf (Consultado el 21 de febrero de 2011).
XII ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA. Sínodo de los obispos. La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. Lineamenta, 2007.
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