APROXIMACIONES Poemas
JORGE CAICEDO SANTACRUZ VOLMER PINZON VERGARA
Caicedo Santacruz, Jorge; Pinzón Vergara, Vólmer. Aproximaciones: Poemas / Jorge Caicedo Santacruz y Vólmer Pinzón Vergara.-- Bogotá : Autores editores, 2013 208 p. ; 21 cm. 1.
Pinzón Vergara, Vólmer I. Poesía colombiana
CDD. Co861.44 ISBN: 978-958-46-2922-7
INDICES
PRIMERA PARTE JORGE CAICEDO SANTACRUZ Abuelo Adiós niña mía Adiós Amiga Amor contento Año nuevo Añoranza Beso perdido Bucanero Bucólica Capitán Carta Claudicación Compañera de clases Compañía Conjuro Convéncela, Señor Cuando duermes Cuando vuelvas Declaración Desdoblamiento Detalle Dolor En los buses
84 40 64 92 47 81 15 65 104 71 107 109 58 43 77 93 115 79 44 46 26 54 98 18
Entrega Epístola Error Espera Eternidad Evocación Extraviado Feliz año Final Gedeonida Gitana Hechizo Imposible Incidental Invitación Isabelle Llamado Locura Los besos Madrigal Me faltas vos Metamorfosis Mi tristeza Miedo Mirla Misterio Momentos Montañas Morir Navegante Nidal 6
32 72 33 25 57 53 20 97 31 89 87 112 59 22 70 75 116 23 24 80 38 50 111 29 28 96 69 95 30 106 76
No dirás nada No estás aquí No me olvides No supiste Ola Pajarito Para tenerte Para ti Partida Peregrino Por ti Posible Premio Primaveral Primera vez Promesa Qué me han hecho Qué pena Qué seremos Rayo de luna Restauración Santo Domingo Se ha ido Si pensaras en mí Si... Siempre estarás conmigo Silencio Sueños somos Te quiero Terruño Tímida
60 19 62 39 103 73 42 36 37 35 16 52 17 101 110 56 86 68 45 66 90 102 113 67 88 108 105 49 61 82 100 7
Tomada de mi mano Travesía Trueque Trueque II Tú y yo Valle de ángeles Ven
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27 21 51 55 91 99 78
SEGUNDA PARTE VOLMER PINZON VERGARA A la deriva Amanecer Amor Arrullo Aspiración Buenas noches Canción intemporal Cette nuit Compañera de viaje Consejo Contrastes Cosas Cuento contigo Deseos Desolación Dime Don't worry Eclipse En mi cumpleaños Estío Fantasía Fe Fiesta Final Fue Génesis Halfway station
196 150 148 172 141 204 170 128 161 169 181 179 129 130 163 135 145 132 168 200 153 139 160 195 137 125 133 9
Hasta mañana Home, sweet home Hoy Igual Invocación Ishmaelita Itinerario Juramento formal La amada fiel Lo que tú quieras Manos curiosas Miedo Monostrofe apasionado Mujer Nada No respires Nostalgias Olvido Pérdida Perdón Pesar Poemas Por qué Regreso Respuestas Saudade Secreto Sed Sevillanas Sin ti Sísifo 10
119 173 189 147 158 136 202 157 182 192 186 193 167 124 142 165 122 121 175 151 126 162 184 143 201 138 131 177 197 207 120
Stella maris TelĂŠfono Temas Tranquilidad Tu ausencia Vaguedad Vuelve
156 191 206 127 187 152 194
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PRIMERA PARTE JORGE CAICEDO SANTACRUZ
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AĂąoranza Un abrazo y un beso en la imaginaciĂłn te traen a mĂ esta noche como en una canciĂłn. El susurro del viento y este anhelo de amor no me dejan, mi vida olvidarme de vos.
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Por ti Recogeré los cristales de tus lágrimas si lloras y los colgaré del cielo formando un corazón. Anotaré las escalas de tu risa cuando rías para cantar con sus notas la más hermosa canción. Yo guardaré los silencios de tus ojos si me miras para transformarlos luego en mil poemas de amor.
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Premio Por hacerme pensar que me quieres un poco y ayudarme a soĂąar y a sentirme feliz. Por hacerme volar como un dios, como un loco recĂbeme de premio soy todo para ti.
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En los buses En los buses ocurren tantas cosas como besos, caricias y canciones. En los buses hay robos coqueteos además de peleas y apretones. Se soporta idioteces personales y se enojan cuando abro una ventana. Pero hoy he visto un niño que dormía y llevaba una flor recién cortada.
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No estás aquí Cuando cierro los ojos o cuando miro al cielo tu recuerdo imborrable tiembla dentro de mí y mis labios te besan mi corazón te nombra y mi amor se entristece porque no estás aquí.
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Extraviado He perdido al poeta que me diste y que tenía guardado en el bolsillo. He perdido al poeta y estoy triste porque a partir de ayer no soy el mismo. Tu amor se me escapó como un suspiro y me dejó sin sueños en el alma. Tu amor se me extravió y en el delirio comprendí que el poeta ya no estaba.
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Travesía Alguna vez quizás tal vez un día navegaremos juntos en un sueño nuestra barca serán las manos mías y las olas serán de amor y besos. Alguna vez quizás tal vez un día descubriremos juntos un “te quiero” y ansiosos por llegar hasta la orilla remaremos los dos ¡Remos y sueños!
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Incidental No lo vas a creer fue algo tan sencillo un detalle pequeño y apenas con sentido. Tú no te diste cuenta cuando nos acercamos y tu pecho y mi brazo callados se tocaron. Para ti no fue nada y nada significa pero cómo quisiera mi amor, que se repita.
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Locura Yo creo que estamos locos de atar y de morir montados en escobas de nube y de papel volamos en saetas azules y rojas con las armaduras puestas al revés. Tú y yo estamos locos amándonos así despiertos y desnudos ardiendo como el sol. Creo que estamos chiflados pero somos felices y si somos felices qué importa el mundo, amor.
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Los besos Los besos que te he dado Una y cien y mil veces Intentan, si te miro, Ser una realidad Aunque saben que sólo Sueñan y nada más.
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Espera Cuando venga el amor llegará con tus ojos tus labios y tus manos con tu aliento y tu voz. Cuando llegue el amor sonreirá con tu rostro y hará brotar versos desde el corazón. Cuando venga el amor tendré listo un poema un beso y un “te quiero” para entregarte a vos.
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Desdoblamiento Voy saliendo de mí cierro los ojos olvido que estoy vivo y que te adoro. Voy saliendo de mí entro en tus gritos recojo tu dolor y olvido el mío. Voy saliendo de mí puedo tocarte me abandono a tu llanto y soy un rio me aferro a tu reir y soy un canto.
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Tomada de mi mano Tomada de mi mano te llevaría tan lejos que ni siquiera el tiempo nos pudiera alcanzar. Si miraras mis ojos verías tantos lugares que nunca entre tus sueños pudiste imaginar. Abrazada a mi cuerpo yo podría demostrarte qué bonita es la vida cuando se sabe amar.
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Mirla Nos queda tan poquito nos queda casi nada y quedaré vacío cuando tú te me vayas. Tu jaula dejo abierta no habrá quién te detenga hace tiempo eres libre márchate cuando quieras.
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Miedo No debes tener miedo de toda esta ternura amor, cierra los ojos y abre el corazón. No permitas que nada te robe la dulzura que florece en mis manos tan sólo para vos. Permíteme enseñarte cómo suena mi risa y a qué saben mis labios en un beso de amor. Déjame demostrarte que la vida es hermosa y nunca tengas miedo cuando contigo estoy.
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Morir Hubo una vez un mar azulmente profundo hubo una vez un cielo un poema y un rumbo. Hubo amor en mi pecho y sueños en mi pluma un canto en mi garganta y un poeta en la luna. Hubo después un grito y después un silencio una angustia, un suspiro un morir… y un “te quiero”.
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Final Quise escribir un poema que dijera lo que siento cuando le oculto mis ojos y escondo mis pensamientos. Pensé escribir una carta diciéndole que la quiero como a Dios y a las estrellas como al mar y al firmamento. Y eso fue todo. ¡No pude! mi alma guardó silencio mis labios no la besaron y los poemas… murieron.
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Entrega Porque vos sos mi luz porque vos sos mi vida porque sos el amor y toda la poesía. Porque somos el beso que en los labios palpita y porque yo soy tuyo y porque vos sos mía hoy te entrego mi alma mis sueños y mis días.
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Error Perdóneme. Lamento haberme equivocado. Yo buscaba un recuerdo ¿En dónde lo habré dejado? ¿Será que he confundido escenario y actores tiempo, telón de fondo disfraces y guiones? No causaré molestias. Permítame un momento. Quizá, si me da un beso vuelva mi entendimiento. Sus labios se parecen a los que estoy buscando ¿No quiere que la bese? Se le parece tanto. ¿Que cómo es mi recuerdo? es del tamaño exacto mas, para describirlo no hay en el cielo espacio. Su piel es como la luna y sus ojos como oceanos hay música en su garganta y gaviotas en sus manos. 33
En su sonrisa amanece y es su risa una cascada de luceros y de estrellas así… como su mirada. Su cuerpo… ¿quiere que calle? ¡No! ¿Que lo estoy inventando? Discúlpeme. Lo lamento. Ya sé que me he equivocado. Sólo buscaba un recuerdo… ¿En dónde lo habré dejado?
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Peregrino Vengo de tierras lejanas. Me detuve únicamente a refrescarme en sus labios tomar aliento en su fuente. Me marcharé muy temprano si quiere darme un albergue. Sólo mil años, mi niña no puedo quedarme siempre.
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Para ti Hoy tengo para ti un caracol con eco de mares y de olas y con calor de sol. Hoy vengo a regalarte una noche secreta y una luna escondida tan sĂłlo para dos. Hoy quiero que recibas mi amor y este poema mi silencio y mis manos tambiĂŠn mi corazĂłn.
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Partida No seré un pez azul para tu acuario pescadora de sueños y de olas. No seré un caracol en tu atarraya pescadora de versos y de alondras. Necesito el amor del mar inmenso y tú no puedes darme lo que quiero. Pescadora feliz déjame libre. Debo partir ahora con el viento.
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Me faltas vos Para mirar la lluvia detrรกs de la ventana sรณlo falta tu mano a mi mano aferrada. Para mirar la lluvia sin tristeza y temor sรณlo falta que vengas sรณlo me faltas vos.
38
No supiste He sentido en mi carne la tortura y el dolor que sufriste al perder la ilusiĂłn. Me han dolido los golpes y me he sentido solo viviendo entre las sombras la carencia de amor la ausencia de los besos y aquel silencio atroz. No tuve tanta fuerza. No pude resistirlo. He muerto esta maĂąana y no supiste vos.
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Adiós niña mía Adiós niña mía no volveré a verte cerraré las cortinas de mis ojos para nunca jamás ver tu recuerdo. Adiós querida niña adiós para siempre. No te recordaré aunque te mire en cada colegiala que florezca ni escucharé tu risa en los gorjeos de las aves que trae la primavera. No reconoceré tu cabellera en los trigales ni en la noche oscura y tus ojos de miel que amaba como al cielo ya no recordaré al ver la luna. Adiós niña querida. Ya tus manos se alejan 40
por un sendero nuevo y luminoso lejos de mi amargura y mis enojos. Adiós amada mía. Esta vez para siempre. Adiós, adiós, querida no volveré a verte.
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Para tenerte Para encontrar tu nombre tu voz y tu mirada yo vencí las tormentas y rompí el huracán. Para verme en tus ojos y acariciar tu pelo fui puro como nieve y ardiente cual volcán. Para poder tenerte estrechada en mis brazos yo fui aire y fui ola fui amor y fui solaz.
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Compañera de clases Las clases son tan largas que sólo tu presencia es capaz de ayudarme a esperar el final. Pero a veces no vienes y la monotonía me hiere como un dardo y ya no atiendo más. Se eternizan las horas confundo las ideas olvido los apuntes y me pongo a soñar.
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Cuando vuelvas Cuando vuelvas te pido me mires un instante para soñar que estuve soñando junto al mar. Cuando vuelvas amada permíteme besarte y probaré las olas y el sol me abrigará. Cuando vuelvas cariño no olvides entregarme las playas que tu cuerpo me traerá desde el mar. Y cuando llegues cielo regálame una tarde la brisa que en tu aliento me ayudará a volar.
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Qué seremos Dime tú, si lo sabes qué seremos ahora: dos sueños, dos pesares dos intentos de aurora. Seremos dos extraños como antes, como siempre dos suspiros lejanos en soledad perenne. ¿Sabes lo que seremos? La nada, la negrura dos vacíos insondables dos sombras en la bruma.
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Declaración En nombre de mi amor, de mi poesía de mi pasión y ternura irrealizadas teniendo por testigos a los montes a los bosques, los ríos y las hadas la invito, le ruego y le suplico que atienda y escuche mi llamada. Pongo a sus pies mi nube mi velero y mis alas. Le ofrezco mis dos manos de poeta con mil formas distintas de caricias suaves mi corazón que es suyo mis canciones, mis labios. Le ofrezco libertad, la que usted quiera. Le ofrezco mi Ser bueno si me permite amarla. Le ofrezco lo que soy (poco sin su presencia) mis versos, mi pasión sólo por adorarla. Regáleme unas horas. Déjeme demostrarle que puedo ser alegre, optimista y confiado. Recíbame este amor que de nada me vale sin poder compartirlo con usted a quien amo.
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Amor contento Mi amor está contento. Mi amor, que es el amor de los niños, las aves y del amante Dios. Mi amor es la ternura la sonrisa y el sol no conoce tristezas y es de cualquier color. Mi amor es de montañas de mares y de ríos es amor de esperanzas de pasión y delirios. Es coqueto, radiante lujurioso, atrevido es tímido y distante más, sobre todo, es mío. En este amor no hay nubes ni siquiera horizontes porque es inmenso, eterno sin fronteras ni nombres. Mi amor incomparable es alegre, dichoso 47
me alcanza para todos es sincero y hermoso. No es un amor cualquiera y usted puede tomarlo beberlo, devorarlo llenarse los bolsillos. Este amor que se quiere escapar de mi alma es un amor contento es un amor bonito.
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Sueños somos Mira este sueño azul. ¿Lo reconoces? Este sueño sos vos somos nosotros. Es el sueño sin fin que soñaremos juntos desde siempre por siempre.
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Metamorfosis Para no verte triste escribí este poema con riachuelos en verso y tibio como el sol. Tiene sabor de luna estrofas como océanos y un coro de violines que toca en Do Mayor. Para no verte triste me convertí en poema y para que sonrías me convertí en amor.
50
Trueque Te cambio tu silencio por un beso te cambio ese pesar por mi sonrisa. Te cambio tu callar por un poema y todos tus suspiros por la brisa. Yo te cambio tus manos por un verso tรณmame todo, amor, no tengas prisa.
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Posible No sabes que en secreto mil veces te he besado y que dormí en silencio muy cerquita de ti. Soñar no cuesta nada y amarte es tan bonito quizá parezca tonto pero yo soy así. Quién quita que algún dia te des cuenta que existo y cuando menos pienses te acerques más a mí.
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Evocaciรณn Afuera estรก lloviendo y en silencio vi pasar aquel beso que olvidamos. Afuera estรก lloviendo y un recuerdo ha golpeado a mi puerta me ha nombrado y yo al reconocerte he llorado.
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Detalle Dame un solo motivo para que yo te quiera y entonces seré tuyo y tú serás mi amor. Regálame un detalle una muestra cualquiera y loco, sin pensarlo, te daré el corazón.
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Trueque II Por sólo una mirada le diré su futuro por sólo una sonrisa le diré que la adoro; tan sólo por un beso seré suyo, señora.
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Promesa Se hizo de noche, amor, cierra los ojos y no pienses en nada más que en mí. Yo te prometo, amor, nunca olvidarte y dedicar mis sueños sólo a ti.
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Eternidad Cada amanecer cuando el sol despierta comprendo que nunca vendrรกs a mi puerta. Y todas las tardes cuando el sol se va prometo esperarte una eternidad.
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Claudicación Porque nunca sabrás cuánto te quiero y porque no leerás este poema pienso que lo mejor es darte un beso y dejarte soñar con quien tú quieras.
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Imposible Cómo olvidar tus ojos me pregunto cómo olvidarte, amor, ¡cómo olvidar! Cómo darte en los labios este beso que quiere de los míos escapar. Cómo no soñar más si estás adentro y cada dia que pasa te amo más.
59
No dirás nada Un dia me marcharé apretando el silencio entre mis manos y morderé tu nombre y ocultaré mi llanto. Un dia tendré que irme (tal vez será mañana) y estrechando tu mano sólo diré "Hasta pronto" y tú... no dirás nada.
60
Te quiero Anoche te soñé y quisiera escribirte algún poema. Pero, con qué palabras describiría mis sueños si la vida y la pluma no me alcanzan para decir "Te quiero".
61
No me olvides Por Dios. Te lo suplico no me olvides recuerda que soy yo quien más te adora. Si alguna vez, mi amor me necesitas romperé las distancias y las horas. Jamás estaré lejos y al caer de la tarde mis ojos en silencio dejarán que una lágrima se convierta en lucero para rondar tu casa. Cuando escuches el viento podrás oir mi canto y cuando tengas frío te abrigarán mis brazos y cuando sientas miedo o te entristezca algo tendrás en mí un refugio y un apoyo en mi mano. Por Dios, te lo suplico no me olvides 62
recuerda que soy yo quien mรกs te adora.
63
Adiós Y de pronto me miras y tus ojos eternos me dicen que te vas así... tan fácilmente como una golondrina y me tiemblan las manos el corazón se agita y todas las palabras que quisiera decir se agolpan en mi boca y el silencio me ahoga.
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Beso perdido Por qué no me besaste si aquel día estaban a tu alcance mis labios y mi vida y por qué yo no tuve suficiente coraje para decir "te quiero" y en la boca besarte. ¡Por qué¡ ¡por qué¡ me digo y pregunto si es tarde si aquel beso perdido puede recuperarse.
65
Rayo de luna En un barco de luna iré a buscarte donde quiera que vayas donde quiera que estés. En forma de suspiro volaré por el aire y aunque no te des cuenta te daré mi querer. En un rayo de luna cuando caiga la noche llegaré hasta tu cuerpo para besar tu piel.
66
Si pensaras en mí Si un día me recordaras (no lo creo) piensa que no te olvido ni un momento y que llevo en mis ojos tu sonrisa y en mis labios la esencia de tu aliento. Y si un día me pensaras vida mía cierra tus ojos dulces en silencio y sentirás mi voz en tus oídos y en tu boca el más tierno de los besos.
67
Qué pena Qué pena, mi amor, qué pena que no quisiste conmigo compartir esta ternura ni mi amor, ni mi delirio. Qué pena, mi amor, qué pena que no quisiste ser mía ni me dejaste ser tuyo para entregarte la vida. Qué pena, mi amor, qué pena qué dolor y qué martirio pensar que pudimos ser y que no somos, ni fuímos.
68
Momentos Hay momentos alegres como cuando te acercas y ratos de tristeza como cuando te vas. Hay momentos felices como cuando te encuentro y minutos inciertos como cuando no estás. Y es que tú lo eres todo: presencia, luz y vida amor, calor, cariño y también soledad.
69
Invitación Un día, cuando tú quieras te invito a recorrer las huellas que dejaste marcando mi memoria. Un día, cuando tú quieras te invito a recordarme y a sentir el amor que no tienes ahora. Un día, cuando estés sola invítame a besarte y entonces tal vez puedas reconocer mi boca.
70
Bucólica Déjame compartir contigo una casa de campo a orillas de un riachuelo con mil sauces llorones con olor a jazmines y rosas y dalias donde jamás crezcan las desilusiones. Déjame vivir contigo en un bosque de sueños donde habiten las ninfas y las hadas buenas y cada mañana con el sol brillante alegren el día los gnomos risueños. Déjame ser contigo una casa pequeña déjate ser conmigo un campo, una pradera.
71
Epístola Ayer paloma mensajera una carta llegó blanca paloma y posada en mis manos me dio el beso que tus labios enviaron en el viento. Ayer tu carta recibí mensaje blanco llena del dulce aroma de tu cuerpo y siento su calor aún palpitando cuando retengo el tiempo. Ayer llegó una carta ayer te mandé un beso.
72
Pajarito A qué has vuelto ¡por Dios! si empezaba a olvidarte y aquel nido deshecho que dejó tu partida nuevamente abrigaba mis alas y mi vida. Dí para qué volviste pajarito viajero si el viento es tu camino y tu destino el cielo. Dí por qué regresaste a perturbar mi calma trayéndome en tu vuelo mil cosas ya olvidadas por ejemplo, tu pico y tus alitas largas. Nuestro árbol no es el mismo. Aquel que tánto amamos ya cambió sus colores y cobija otros cantos. Para qué retornaste a complicarlo todo si ya tú habías pasado y se curó mi herida 73
ya no te recordaba ya no, paloma mĂa. Y ahora te presentas con el mundo a la espalda un mundo de recuerdos y aventuras lejanas. DĂ, para quĂŠ volviste pajarito inconstante si yo he luchado tĂĄnto para dejar de amarte.
74
Isabelle Yo buscaba una niña con olor de trigales profunda como el cielo y con sabor a miel. Yo buscaba un lucero con brillo de diamante o un solecito rubio y fácil de querer. Buscaba muchas cosas que de haber existido quizá se habrían llamado Cristina o Isabelle... Pero nunca existieron o no supe buscarlas o fueron sólo un sueño igual que tú, mi bien.
75
Nidal Cuando te quede tiempo constrúyeme un amor de cimientos azules y cúpula de sol. Con muros cristalinos al igual que tus ojos y un eco de luceros para escuchar tu voz. Que tenga por ventanas mil cielos despejados y las alfombras sean suaves como tus manos. Un amor con cortinas de oro, como tu pelo y un jardín siempre fértil de labios y de amor. Cuando te quede tiempo constrúyeme la vida en el lugar que quieras sin tiempo ni medida.
76
Compañía Cuando te sientas triste recuéstate en mi hombro y no me digas nada si no quieres hablar. Te ofrezco solamente un silencio muy hondo y una lágrima azul que anegue tu pesar. Nada más puedo darte mi compañía callada para que no estés sola cuando quieras llorar.
77
¡Ven! No te dejes ahogar te haré campo en mi nube sólo cierra los ojos y echemos a volar. Llevemos los pinceles la caja de colores y pintemos la luna con un lindo mural. No tengas miedo a nada hoy somos mariposas embriágate esta noche con vino del rosal. Si quieres ir conmigo te haré un sitio en mi nube olvídate de todo y vamos a volar.
78
Cuando duermes Cuando duermes pareces un tierno gorrioncillo arropado con besos tan tibios como un nido. Cuando duermes yo pienso en un verso cansado y te miro en silencio y no escribo y no canto. Cuando duermes, tu pelo tu perfil y tus labios parecen un poema suspendido en mis manos y toda la ternura que tiene la poesĂa se me viene de golpe me ilumina la vida.
79
Madrigal En tus divinos ojos mares verdes buscando un horizonte me perdí. No pude flotar más. ¡Eran tan hondos! y al sumergirme en ellos tuyo fuí.
80
Año nuevo Un año más sin verte. ¡Qué agonía! Desde las luces rojas que estallan en el cielo una nostalgia extraña se me adentra en el pecho y casi, casi lloro entre vino y canción. Qué soledad tan grande ¡qué tristeza! qué silencio tan hondo siento en el corazón. Qué agonía silenciosa ¡qué tristeza! qué soledad tan honda me regalaste vos.
81
Terruño Tierra de mi tierra pintada con sueños cosida en retazos de todo color hoy que vuelvo a verte soy mucho más viejo pero te recuerdo así como sos. No has cambiado mucho terruño querido todavía conservas ese mismo olor que tenías de tarde luego de la escuela cuando me iba a casa pensando en mi amor. Era tan bonito salir de paseo corretear ovejas comer capulí meterse en los charcos saltar una cerca saber que al Galeras podíamos subir.
82
Me gustaba tanto tener un abuelo de cabello blanco sabio como el sol. QuĂŠ rico que era jugar en el huerto y entre la chauchilla ser explorador. Tierra de oro y trigo vos me diste todo el nombre, la infancia y el primer amor y a pesar del tiempo lo mismo te quiero porque me entregaste todo lo que soy.
83
Abuelo Cuáles fueron tus sueños abuelo, cuáles fueron las cosas que deseaste sin poder alcanzar. Yo era tan sólo un niño para pensar en ello pero, tuviste sueños no lo puedes negar. ¿Soñaste ser artista? ¿Escultor o poeta? ¿Quizá un aventurero para beberte el mar? ¿Quisiste un cielo nuevo donde ser un profeta o un rincón silencioso para poder llorar? Qué soñabas, abuelo si callaban los nietos y la abuela y los hijos te dejaban en paz. Qué le hubieras pedido al genio de Aladino y a tu dulce hada buena si fueran de verdad. 84
Abuelo, qué soñaste. Abuelo, qué querías.
85
¿Qué me han hecho? ¡Mis alas! ¿Dónde están? Eran tan bellas pero ya no soy cisne ni una estrella. No soy fiera ni jaula ni gaviota ni sol ni luz ni amor ¡mis alas rotas! Dónde está mi plumaje de alto vuelo mi brújula de Norte y de lucero. ¡Dónde estoy! Pajarillo qué me han hecho ya no encuentro mi nido en ningún pecho.
86
Gitana Una gitana me dijo que había un amor para mí y lo busqué en las montañas y del mar hasta el confín. Pero pasaron los dias las noches y hasta los años y no encontré aquel amor que me había pronosticado. Ya no busco más amores ni creo más en las gitanas porque se me fue la vida con las manos apretadas.
87
Si... Si el sabor de tus besos yo tuviera un instante robaría los luceros para entregarte a ti. Y si pudiera un día el corazón robarte ya nada más querría porque sería feliz.
88
Gedeonida Regálame otro beso espera un poco más si todavía es temprano por qué tienes afán. La tarde es toda nuestra y el sol se detendrá para que no te vayas de mí, nunca jamás.
89
Restauración Pintora de gaviotas y de lienzos azules píntame esta tristeza con las olas del mar. Escóndeme en tus dedos y con pinceles locos estámpame en tus sueños los de nunca olvidar. No dejes que te asuste mi tela hecha jirones. Con amor y paciencia me podrás restaurar.
90
Tú y yo Mis ojos en tus ojos encontraron la vida mis labios en tus labios gustaron el amor. Mis manos en tu cuerpo supieron de ternuras y tu voz en mi oído fue poema y canción. Yo sueño lo que quiero. Por eso soy poeta. Pero, de qué me vale si no me quieres vos.
91
Amiga TĂş me viste llorar y no te diste cuenta ni supiste jamĂĄs por quĂŠ lloraba. Me viste padecer en tu presencia y no supiste nunca que te amaba.
92
Conjuro Por los nueve luceros que señalan el Norte y por los siete mares que duermen en tus ojos ¡Te conjuro! mujer en nombre de los dioses. Minerva te proteja y nunca la tristeza empañe tus pupilas ni te cause un dolor. Que Apolo ilumine tus pasos y tu senda y Afrodita mimosa te conceda el amor. Ordeno a las Nereidas cuidar siempre tus ojos y a las Náyades buenas complacer tus antojos. Yo mando a Leda ingenua librarte del engaño y a Jasón entregarte los tesoros de antaño. Ordeno que sea tuyo el carcaj de Artemisa 93
y Poseidón te legue de los mares la brisa. Las Cárites conserven tu alegría y tu dulzor y las Sirenas guarden el canto de tu voz. Por último, las Musas te den sueños felices y cupido te bese... y pienses que fuí yo.
94
Montañas Qué tienen las montañas que de cerca o de lejos me recuerdan tu nombre me recuerdan tu cuerpo. Qué tienen las montañas cuando las miro, cielo que parecen tus ojos verdes como el almendro. Qué tienen las montañas vistas en alto vuelo que parecen tendidas como esperando un beso. Qué tienen, me pregunto que me causan tristeza y me traen la nostalgia de sentirte tan lejos.
95
Misterio Qué dulce placidez, mi amiga y qué felicidad, mi amor al escuchar tu risa al saborear tu voz. Qué misterios encierra el mar de tu mirada que ahoga mi tristeza y me arrulla en su calma. Qué sabor en tus labios de fuego, de manzana de brisa mañanera tendría quien te besara. Qué cielo inconcebible puedes dar con tus manos con sólo una caricia con un toque encantado. Qué divina aventura de tu cuello y tus brazos tu pelo y tu cintura tu cuerpo y sus encantos. Qué amor inalcanzable alimentan mis sueños qué miedo a que terminen si mi vida son ellos. 96
Feliz año Han pasado las nubes, amor mío. En el aire, tu risa gira dulce como el rumor de un vals. Tu voz canta en mi oído como un arpegio de arpa y en el cielo de azul azul más que nunca esta mañana revolotea un "Te quiero, feliz año". Ya no puedo estar triste, corazón. Lavaré el mejor traje lustraré mi sonrisa y afinaré las notas de mi canto para empezar dichoso el año nuevo. Y cada amanecer, cuando despierte besaré este recuerdo diciéndote "Te quiero como antes, como siempre".
97
Dolor Cómo duele tu amor mi amor cómo me duele y no quiero soñar pero te sueño y no te quiero amar pero te quiero. Cómo me dueles vos mi amor ¡Cómo me dueles!
98
Valle de ángeles Paisajes hondureños coronados de pinos que embalsaman el aire y que ocultan el sol. Camino a Valle de ángeles tortuoso, sugestivo que va entre los pinares persiguiendo al amor. Altos follajes verdes en donde sopla el viento y se mece soñando que venció al ruiseñor. Luengos musgos ancianos que cuelgan de las ramas cual barbas de gigantes que el bosque aprisionó. Siluetas enlazadas que crujen y se besan bajo el límpido cielo que azul las cobijó para que se amen tiernas protegiendo sus nidos y broten los piñones como en una canción.
99
Tímida Ixel, Ixel, Ixel granito de maíz lucero de la milpa rayito de Ixchel no te escondas, mi niña que yo sabré encontrarte por muy alto que vueles pequeña cac tuzén. Ya sé que tú me quieres. Lo he sabido esta tarde cuando llevé mi ofrenda para el sabio Ah tsité. Ixel, Ixel, Ixel deja ya de ocultarte y bésame a la sombra del florido yaxché.
100
Primaveral Pon a un lado el huipile olvida tu pudor ven, que empezĂł el verano y el frĂo se marchĂł. Pon tus senos al viento y deja que los besen el viento, el sol, el aire y por supuesto... yo.
101
Santo Domingo A lo lejos el mar muy a lo lejos distante como vos como mi vida. A lo lejos tu nombre y tu risa de olas. Sobre la gris distancia de horizontes lejanos el brillo de tus ojos. O tal vez... Âżdos luceros?
102
Ola Hoy quiero ser una ola de aguas saladas y frescas de color azul y blanco ola veloz con cien velas. Quiero vencer siete mares cruzar tormentas y viento y llegarme hasta tu playa para refrescar tu cuerpo. Hoy quiero ser una ola de agua dulce y algodรณn y besar tus pies desnudos y morirme junto a vos.
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Bucanero ¡Ah! del barco, capitán ¡Ah! del barco, marinero sé que mi amor viene a bordo y la quiero en mi velero. Dígale que lo he pintado y que tiene velas nuevas y un timón fuerte y seguro como ninguno antes viera. Cuéntele que luce airoso cuando cruza por la mar que tiene veinte cañones y que no gusta de anclar. Dígale que ya está listo que en la proa lleva un poema un madrigal en el puente y versos en la madera. Avísele que he venido dígale que aquí la espero.
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Silencio Quise ofrecerte la luna y un dije de larimar un paseo por la playa y un poema de coral. Quise caminar contigo abrazado a tu cintura y susurrarte al oĂdo versos de amor y locura. PensĂŠ darte el corazĂłn pero me detuve a tiempo. Antes que ser un dolor prefiero ser un silencio.
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Navegante Vengo desde el amor amada niña mía y he dejado las olas atadas en el muelle son más lindas que nunca azules y amarillas. He venido a buscarte y en la orilla dejé una serenata de caracoles verdes estrellas y gaviotas que sólo esperan verte. Ven conmigo si quieres. Hagamos la maleta lleva todos tus sueños e ilusiones perdidas empaca tus anhelos y aquellas fantasías. No te detengas mucho. Mi barca está intranquila. Sólo vine a buscarte ven conmigo, mi vida.
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Capitán Quiero ser capitán de un velero pequeño para romper las olas con la proa de mis versos y anclar en tus orillas cuando caiga la noche y cuando haya tormenta refugiarme en tus besos. Quiero ser marinero de tu voz y tu aliento y a bordo de un poema bogar contigo lejos; quererte como al mar amarte como al cielo y en las noches de luna navegar en tu sueño.
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Siempre estarás conmigo Recogeré las tardes que contigo salpicadas de besos dejamos en la arena y guardaré las olas preñadas de luceros para llevar conmigo tu recuerdo. Así, aunque me vaya siempre estarás presente porque en las tardes grises abriré mi maleta para verte de nuevo y allí estarán tus labios tu voz, tus ojos negros tu risa, tu sonrisa y el sabor de tu cuerpo. Siempre estarás conmigo no importa si voy lejos.
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Carta Del mar vino una ola trayéndome una carta escrita en el idioma de tu aliento y tu voz. La recibí en mi boca leyéndola despacio y llevó mi respuesta el viento de las dos.
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Primera vez Es la primera vez que pruebo el cielo es la primera vez que beso el sol. Es la primera vez que entre mis manos apretadas las tuyas tengo yo. Es la primera vez que tu cintura me deja en la memoria su calor. Y por primera vez en tus ojazos te dejo yo un poquito de mi amor.
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Mi tristeza Mi tristeza es no verte y sentirme tan solo mi dolor es amarte sin poderlo evitar. Mi tristeza es silencio sin besos ni caricias y es mirarte de lejos sin poderte abrazar.
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Hechizo Por el derecho natural e inalienable de amar a quien yo quiera ¡te conjuro! Soñarás con mi amor mis besos, mi sonrisa con mi cuerpo y mis manos con una y mil caricias. Despertarás deseando que mis labios apaguen una sed inexplicable y abrazando la almohada tendrás frío y gritarán mi nombre tus entrañas.
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¡Se ha ido! Qué tal que un día de estos una tarde cualquiera una mañana de cualquier semana te dijeran "¡Se ha ido!" sin saber hacia dónde ni hasta cuándo. Simplemente se ha ido evaporado se ha convertido en nada y nadie sabe nada. Qué sentirían entonces los poemas que no sé si conserves en tu almohada. Qué pensarías entonces de los besos que siempre me negaste sin palabras. Y de mi gran amor de mi ternura de mi ilusión de amarte de mi pasión frustrada.
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Cómo verías entonces los pequeños recuerdos...
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Convéncela, Señor Yo te ruego, Señor de rodillas ante el cielo y el mar claros como sus ojos que le des el valor para besarme que le des el coraje de quererme. Yo te pido, Señor que por las noches le susurres mi nombre en los oídos y que sienta mis labios en la almohada que roza su mejilla y mi beso en su frente y en su cuello. Hazla pensar en mí proyéctame en su sueño convéncela, Señor de que sin ella muero. Déjala conocer esta larga agonía este silencio eterno. Dile que ya esperé toda la vida que no sea más así... porque la quiero.
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Llamado Otra vez aquel mar me llama con tus ojos ojos que han visto ocĂŠanos oleajes y ciclones. Otra vez la tormenta me llama con tus manos que acariciaron selvas caminos y pasiones. El sol del horizonte nuevamente me llama con tu piel que ha vivido caricias como flamas. Y de nuevo, la brisa me llama con tu voz que ha cantado y reĂdo sin que estuviera yo.
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SEGUNDA PARTE VOLMER PINZON VERGARA
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Hasta mañana Quiero dejarte un beso escondido en el pelo para que cuando duermas retoce por tu cuello y te diga al oído "Te quiero. ¡Dulces sueños!".
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SĂsifo He juntado valor para humillarme, para pedir perdĂłn, para explicarte, para darte mi voz... ÂĄY he enmudecido!
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Olvido De hoy en adelante ya no habrá mañana y en el aire quieto de nuestro aposento queda una llamita que se irá extinguiendo y habrá de apagarse como mi recuerdo.
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Nostalgias De los sueños viejos... ¡qué poco ha quedado! Atadas con cintas guardo aquellas cartas en donde contabas tus triunfos, tus yerros; cartitas repletas de planes, proyectos, y firmadas siempre con "Adiós. Te quiero." ¡Ah! ¡Benditas cartas! A su lado, quieto, reposa el cuaderno donde tú guardabas los humildes versos que salían de mi alma por darte contento. Te los dí en mil horas; tú los retornaste en un solo instante sin lugar ni tiempo. y ahora, ¿qué? Olvidados en la obscura pieza del buen San Alejo. A veces los miro, me estremezco y tiemblo, pienso y me repito 122
¡Qué poco ha quedado de los sueños viejos!
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Mujer El trabajó veloz. Yo abrí los ojos y una mirada estéril tendí en torno. No existía nada más. Todo era negro y me encontré tan triste y solitario. Después... noches sin cuenta, interminables, vacías de luna y astros, insondables, y cadenas de días obscuros, yertos, vacíos de sol y llenos de tinieblas. Todo era frío y gris, y mis sentidos me abandonaron y quedé dormido. El regresó hacia mí, fruncido el ceño. Con suavidad divina me abrió el pecho, me sacó el corazón y, como gotas, rodaron por sus manos mis ensueños, mis anhelos, mis ansias e ilusiones. Los tomó con amor, les dió su aliento y tú naciste así, durante el sueño. El se marchó después. Horas más tarde yo te sentí, Mujer, abrí los ojos y una mirada fértil tendí en torno. Todo era nuevo ya. Tú me miraste, pusiste un beso tibio entre mis labios, yo te miré asombrado y, desde entonces, supe que habría luceros en las noches. 124
Génesis Yo musité una angustia hecha plegaria... ... tú fuiste la mujer, hecha respuesta.
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Pesar Lástima de nuestros labios que bebieron de otras fuentes; lástima de nuestros ojos que en otros ojos se vieron; lástima de nuestras manos que rozaron otros cuerpos mientras que nuestras dos almas se iban muriendo, muriendo. Lástima de tántos años que sin razón se nos fueron antes de sentir angustia y sentir amor y miedo. Lástima de los pasados que en nada nos acrecieron. Lástima que ya era noche cuando mis ojos te vieron.
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Tranquilidad Estoy tranquilo y bien. Estรกs conmigo y llenas mi universo con tu afecto. Iluminas mis cosas con tus ojos y me dices "Te quiero" con tus besos. Callas mis maldiciones con tus dedos y expulsas mis demonios con tu canto. Estoy tranquilo y bien. ยกCรณmo te quiero!
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Cette nuit Esta noche quisiera apagar vendavales en tu cielo y encender estrellitas en tu alma; dejar cuatro cocuyos en tu pelo y un beso juguetón sobre tu palma; quisiera que entendieras que te quiero y que temo perderte. Que mi anhelo es adornar tu vida con sonrisas y engalanar la mía con tu presencia. Y quiero darte gracias por alumbrar mis versos con tus ojos y por hacer la noche más hermosa. Y quiero darte un beso que disuelva tu frío, mi soledad, nuestra tristeza.
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Cuento contigo No fué por las estrellas de tus ojos, ni por el panal dulce de tu boca, ni por el nido tibio de tu cuerpo. Fué porque cuando vino el sufrimiento y fué la noche larga y fría y negra tus cálidas caricias convirtieron mi arena en un oasis. Se te escapó una hoguera de los labios y derritió los hielos de mi sueño. Posaste en mí tus ojos y al instante la negrura dió paso a ardiente fuego. Mas no fueron tus ojos, ni tu boca, ni el cuerpo. Fue tu silencio dulce y compañero, fue la elocuencia de tu cercanía, fue la presencia de tu afecto cierto. Ellos me rescataron de la hondura y se hicieron columna poderosa e impidieron que el cielo se cayera y se hiciera pedazos. Yo sé que estás ahí. Que has de quedarte. Que nunca necesitas que te diga que te adoro, te espero y necesito y que cuento contigo como siempre.
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Deseos Quiero perder mi angustia y mi miedo secreto; quiero llenar tu tiempo con polvo de recuerdos de años que no han llegado; quiero enredar mis dedos en tus caireles de ángel y dejar mis caricias como un diablillo suelto muy cerca de tus senos para que en cada instante que tú no estés conmigo te revivan mis cosas y te hablen con mi acento diciendo dulcemente lo mucho que te quiero.
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Secreto ¿Qué tienes en el ritmo de tu paso que me ata las pupilas dulcemente? ¿Qué alienta en los temblores de tu abrazo y qué de misterioso hay en tu frente? ¿Qué tienes en la rubia cabellera que dejar de mirarla nunca puedo? ¿Qué hay en tu cuello de humildad señera y qué en los tonos de tu acento quedo? ¿Qué fluye en la dulzura de tu llanto? ¿Qué hay en la losa de tu altar profano? ¿Cómo has logrado que te adore tánto? ¡Pronto, mujer! ¡Revélame tu arcano! ¡Descíframe el enigma de tu encanto! - "Mi secreto eres tú. ¡Dame la mano!".
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Eclipse Dime tú si has mirado el tono negro-azul que tiene el cielo a veces. Tal vez nunca lo has visto. Ese color añil sólo aparece cuando estás ocupada y anochece o cuando rompe el alba mientras duermes. A veces se parece al terciopelo donde un joyero pone sus diamantes. A veces tiene nubes, a veces tiene estrellas... Y, dime, ¿Has visto nuestras cosas? Eran como una estrella que brillaba en ese cielo añil, azul profundo... Sólo brilló un segundo... (¡Había en el cielo tántas nubes negras!)
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Halfway station Has llegado, gorrión, a posarte en mis ramas, a olvidar el pasado, a reposar las alas, pero te irás mañana. Detuviste tu vuelo con el alma cansada y encontraste frescura, ternura y mucho aliento y miraste al futuro con tristeza y con curiosidad entre los ojos porque te irás mañana. Te sirvo de estación hacia el destino que algún día encontrarás lejos de mí. Ese dia llegará, y en el camino olvidarás al viejo, pobre arbolito gris. ¡Quédate unos minutos! Tu presencia ha alegrado lo mustio de mis hojas, y mi sombra - que inútil fué durante tánto tiempo tuvo al fin un sentido: Te la di. ¡Quédate unos minutos! Canta un poco, arréglate el plumaje, roza el pico 133
en mi madera obscura. Mira atrás antes de un nuevo vuelo. ¡Tienes tiempo! Ya mañana te irás.
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Dime Cuando quieras decirme alguna cosa y tus palabras queden tras cerrojos, no intentes desplegar tus labios rojos: Deja brillar tu llama primorosa y dime tu secreto con los ojos.
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Ishmaelita Eres una estrella luminosa y bella y eres un poema de dulce calor. Llevas en los ojos promesas de Arabia y en los labios una curvatura sabia que estalla en sonrisa e invita al amor.
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Fué Como una estrella limpia que rueda en la negrura desgranaste tus rayos sobre mi desventura. ¡Fué difícil creer! Como un riachuelo fresco que baja de la cumbre esparciste tu linfa sobre mi pesadumbre. ¡Fué tan dulce, mujer! Cuando me deslumbraron tus ojos de agarena y tu mirada intensa desvaneció mi pena... ¡Fué tan bello querer! Cuando abriste la puerta de todos tus vergeles dejando que mi abeja se embriagara en tus mieles... ¡Fué tan hondo el placer!
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Saudade Quiero llorar contigo... ... y estรกs lejos...
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Fé Quiero que creas conmigo en una niebla de oro, en un lucero que saluda con guiños la alborada, en una lluvia fresca y generosa que saca de la tierra el aroma del trébol y el romero, en el trino distante de miríadas de pájaros ocultos en la verde espesura, en el rumor tranquilo de un arroyo y el crujido del puente que lo cruza. Voy a creer contigo en un azul lechoso en la ventana, en la risa de un niño que despierta, en el agua rodando por mi cara, en el olor del pan recién horneado, en el ruido cercano de personas que marchan al trabajo, en el bullicio alegre de una clase repleta de estudiantes y el amor de un maestro que se acerca. Y quiero que creamos que aunque exista la noche hay mil mañanas olorosas a huerta, que entre tánto silencio aún hay cantares en cada alma despierta, 139
que aunque existan tristezas y amarguras nos hemos conocido, y tocado, y amado, y llorado, y reĂdo, y hemos soĂąado juntos un futuro. Por continuar tan juntos todo vale la pena. Creamos, pues, tomados de la mano, que ha servido sentirnos tan cercanos que a veces no sabemos si eres, somos, o soy.
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Aspiración Quiero escribir con fuego en tus entrañas que mi amor es de espíritu y de carne, que hay en cada suspiro un pensamiento y en cada idea la fiebre de un espasmo. Quiero inundar tu vientre con mi savia y henchirte el corazón con muchos versos y dejando mi cuerpo entre tus dedos irme a tus labios y volverme un beso.
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Nada Qué frío nos da en el alma, qué vacío aterrador el que sentimos cuando entregamos todo, cuando damos aquello que queremos y nadie se da cuenta. Cuando coleccionamos fortaleza y hacemos cosas buenas, nobles, viriles, tiernas, formamos un manojo, lo teñimos con sangre de las venas y luego lo envolvemos con retazos de sueños y a nadie satisface nuestro obsequio. ¡Qué miedo a ser estéril!
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Regreso Ha vuelto el día de hoy. Sentí sus pasos. Sonaban más cansados, tristes, lentos. Una nube de amargos pensamientos me nubló el alma cuando abrió los brazos. La mujer que tomó mis sentimientos y los volvió pedazos, dolorida abrió su voz, tan dulce y conocida, y empezó a recordar viejos momentos. Me dijo que después de su partida quiso desvanecer sus sinsabores; se despojó de todos los dolores y buscó amor con qué saciar su vida. Se sumergió completa en los ardores de otros romances y otras esperanzas pero, a pesar de todas sus andanzas, no se pudo olvidar de mis amores. Dijo que de mil sueños en la danza probó el hastío después de cada exceso. Sabía que yo esperaba su regreso y maldijo la trágica tardanza. Hizo del arrepentimiento un intermezzo y habló con las palabras más sencillas: "Quiero andar de tu mano muchas millas. 143
¡Perdón!" me dijo, y quiso darme un beso. Y yo, con el espíritu hecho astillas, yo, que me había jurado desterrarla, no osé elevar mis ojos a mirarla. Sólo le di las gracias... ¡de rodillas!
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Don't worry! Ya no me digas nada, compañera. Te has de poner a salvo, yo lo entiendo. Tú tienes juventud, belleza, vida y aunque no tengas sueños debes hacer un muro de silencios que te resguarde siempre de los torpes ataques del Ideal. Mañana, cuando entre mil sonrisas y festejos disfrutes tu presente, ya no recordarás que en tu pasado un templo se quedó sin ritos frescos. Ya no recordarás tiempos añejos corriendo sin zapatos en la lluvia, acarreando la arena de un castillo que no tuvo cimientos, salvando a un soñador de los naufragios de sus propios ensueños... Tú tienes tu salud. Tu antiguo enfermo no tendrá terapeuta. Sus quimeras se habrán de deshacer, como humos tenues que nadie verá nunca. El seguirá viviendo. Sus anhelos 145
ya no tendrán sujeto, objeto, o tino; se volverá un sollozo cada trino y nubes sin azul habrá en los cielos. En tanto corra el tiempo todo se irá extinguiendo. Yo lo entiendo: Te has de poner a salvo... ¡Ya no me digas nada, compañera!
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Igual Yo que pagué tos ojos con mi noche, yo que pagué tus dichas con mi angustia, yo que pagué tus besos con mi hambre, yo que pagué tus risas con mi llanto yo, que te quise tánto y pagué tu belleza con la fealdad del resto de mi vida... ¡Aún te sigo adorando!
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Amor Amor que te saludas de maĂąana en un barrio que hierve de empleados y estudiantes; amor que te despides cada noche con un beso goloso al salir de la clase o el trabajo; amor que a veces hallas tu remanso en el tiempo que algunos dedican al descanso; amor debilitado y macilento, amor cuajado de ilusiones viejas, pobre amor, desnutrido y entre rejas, siempre cronometrado, siempre hambriento, amor tan diferente a los romances llenos de ambientaciĂłn, de clase y lujo con que los poderosos se entretienen antes de fallecer de aburrimiento; amor de cine y bus y de hamburguesa, amor de mensajero y secretaria, amor confiado y lleno de tibieza, amor que del desierto haces tu casa, amor de sacrificios y de ingenio, amor que aguarda siempre con paciencia, amor que cree en la luz de la maĂąana mientras enciende estrellas cada noche, amor de quienes buscan minas de oro en la pocilga donde toman clase, amor de fortaleza y mutua ayuda, 148
amor de angustia y hambre en compañía, amor de luz, de azúcar, de color, amor todo lealtad y nunca duda, ojalá sobrevivas y que un día seas todo cuanto sueñas, grato amor.
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Amanecer He despertado ¡Al fin! de aquel ensueño que me robó las fuerzas y la fé. Tal vez me recupere y sea mi dueño y hasta empiece a olvidar el viejo ayer. De aquella embriaguez dulce del pasado me queda una resaca amarga y cruel. ¿El vaso del amor? Roto, olvidado... ... se fué la dicha... nunca va a volver. Aquella noble entrega de otros días no tuvo ni sentido ni razón. Mi pluma ya no alumbra poesías... ... mi voz callada... muerta mi canción. En este amanecer, cuánto frío siento, cuánta tristeza gris ciñe mi sien, cuánto vigor perdí. Cuán poco aliento sobrevivió a sus garras de mujer. Sí. Estoy despierto ya, mas no me alegro. Perdí mi paraíso al despertar. Sólo me envuelve este presente negro... y, ¡Nó! ¡No tengo ganas de olvidar!
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Perdón Con la cabeza baja vengo a pedir perdón a tu inocencia por haber visto el sol antes que tú lo vieras. Por haber visto cosas y personas que no me hicieron bueno. Por haber visto sitios muy distantes de aquel donde creciste. Por no estar blanco y limpio para rendirle honor a tu presencia. Tal vez después intente entrar en tus ensueños sin violencia ni fuerza: No romperé la puerta que te guarda. Prefiero deshacerla con mis besos.
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Vaguedad Ya que no habrá manera de echar atrás mis años, recuperar la fuerza, la fé, la juventud, deseo que en este instante se quede quieto el tiempo y me embriague en silencio la dulce vaguedad de lo que no se dice mas flota entre la brisa; la encantadora angustia de un "nunca" que parece ser un "sí" reprimido, disfrazado, escondido; la tierna incertidumbre de un ensueño guardado y de un beso dormido.
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Fantasía Si yo estuviese libre de mis errores viejos, de mi presente absurdo, de mi futuro incierto, penetraría en tu vida sin pedirles permiso a tí ni al hombre joven que te sueña a lo lejos. Entraría silencioso, sin decirte en palabras lo que hace tiempo intuyes, lo que hace tiempo sientes. Te rozaría una mano, te arreglaría el cabello o te tocaría un hombro así, como al descuido. Tomaría tus mejillas y empezaría a atraerte tímida, lentamente, con dulzura muy suave y, cerrando los ojos, robaría de tus labios la miel cálida y fresca de tus escasos años.
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Bajaría a tu barbilla, me detendría en tu cuello y esperaría un momento para que tus caricias visitasen mi cuerpo. Cuando tus movimientos asustados y tibios hiciesen que mi sangre se pusiese de pié para aplaudirte, bajaría de tu cuello y aplacaría mis ansias de ambrosía en las fuentes altivas de tus senos. Bendeciría tu carne con mil besos del talón a la frente y demente, y febril, y enardecido, me hundiría en tus entrañas tiernamente para darte mi amor en cada gota de llanto... de sudor... en cada gota... y después, satisfecho 154
y esperando mañanas luminosas, me dormiría en tus brazos. Pero... sólo es un sueño, una quimera amable, fantasía. Es mejor que te alejes, que te pongas a salvo porque tal vez mañana, después de haber probado el sabor de tu boca y el calor de tu cuerpo, no te deje escapar y te haga daño. Es mejor que te alejes ahora que estás a tiempo porque yo no estoy libre de mi futuro incierto, de mi presente absurdo ni mis errores viejos. Por última vez digo - dolorido y sincero que es mejor que te alejes y te pongas a salvo, pequeñuela inocente, ahora que estás a tiempo.
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Stella maris Navegaba en la noche sin brĂşjula ni Mapa, perdido, a la deriva, sin recordar siquiera hacia dĂłnde arrastraba mi destino sobre el obscuro mar. Apareciste tĂş, como una estrella para guiar mi camino en la negrura y te hiciste mi faro, mi brĂşjula, mi Mapa.
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Juramento formal Postrado de rodillas ante esa luna llena hermosa, blanca, inmensa que nos alumbró anoche, quiero decirte, amor, que una alcoba pequeña espera ser refugio de tus besos, de mi esperanza humilde y fatigada, de tu candor de niña, de este anhelo divino que nos rasga. Yo te juro, mujer, que en el mismo aposento ha de nacer un hijo de mi amor, de tu aliento. Un hijo salvador ante cuya inocencia retrocedan tus angustias... mi miedo... y se acabe el secreto... ¡Para siempre! Te lo juro, mujer, por esa luna llena hermosa, blanca, inmensa que nos alumbró anoche.
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Invocación ¡Juventud, no te vayas! De repente ha temblado en los hielos de mi invierno una chispa de sol, dorada, inquieta, llena de una fragancia tierna y verde. En mi sangre dormida se estremecen viejas ensoñaciones olvidadas y de las ramas secas y agostadas brotan frutos cargados de simiente. ¡Quédate, Juventud! ¡No me abandones! Quiero encontrar bajo mi piel cansada esa fuerza de ayer, vibrante y clara, quiero en mi boca una sonrisa eterna, quiero la agilidad de una pantera, quiero un cielo infinito, azul, radiante, quiero alas de Pegaso en mis espaldas, quiero lágrimas nuevas en mis ojos, quiero saber rezar y, arrodillado, darle gracias a Dios por mi existencia. Yo quiero que mis músculos se ensanchen y devoren montañas salto a salto; quiero ser leñador, tomar el hacha y en la mitad del bosque más lejano levantar con mis manos mi cabaña. Quiero salir cuando despunte el alba, pedir a las abejas zumbadoras 158
un poco de su miel; traer castañas, recoger fresas, ordeñar la cabra, bajar al río y retornar con peces, encender el fogón, cerrar la puerta y con el alma atenta y bien dispuesta orar ante la mesa para que esa chispita inquieta y tierna no se escape jamás. ¿Ahora ves por qué quiero sentirte, Juventud, entre mi pecho? ¡Quédate, Juventud! ¡Aún no me dejes!
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Fiesta Hay fiesta de visiones en mis ojos, sobre mis sienes, fiesta de guirnaldas, hay en mis labios fiesta de mil besos y hay fiesta de ilusiones en el alma. Es fiesta de canciones mi garganta, hay en mi chimenea fiesta de leños, hay fiesta de poemas y de ensueños y a dulce fiesta llama mi campana. ¡Todo es fiesta, mujer! ¡Soy una fiesta! y tú... ¡Tú eres la causa!
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CompaĂąera de viaje No quiero autoridad sobre tu vida. Quiero igualdad, mujer. Quiero que subas sobre mis hombros hacia el ancho cielo. Que dejemos atrĂĄs el sucio suelo, que, si fallan mis alas, me sostengas y busquemos muy juntos las estrellas.
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Poemas Tengo poemas frescos nacidos de tus besos, del sol, del firmamento, del largo caminar, de una canción antigua, de un nuevo sentimiento, de una nube que pasa, tu voz y tu mirar. Toma, mujer. Advierte la tímida fragancia de versos en capullo que empiezan a brotar. ¡Qué breve es el presente! ¡Qué larga la distancia! ¡Dame un abrazo fuerte con calor y con ansia! ... mañana estrofas nuevas te voy a regalar.
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Desolación Ayer no más en versos sentidos e inspirados le rogaba al Destino un poco de verdor. Quería fuerza y ensueños eternos y dorados, quería ser joven y ágil cual recio leñador. Hoy me miré al espejo y encontré que mi frente rodeada de hebras blancas avanzaba veloz. Me vi distinto, viejo, cansado, indiferente y en la garganta seca se me rompió la voz. No encontré en el reflejo la imagen de otros días, ni vigor de veinte años, ni risas, ni canción. Fueron todas mis noches estériles, vacías, y mis días fueron largos, sin luz ni ensoñación. ¡Qué bello hubiera sido que en este azul octubre aguardara un oasis al viejo soñador! ... pero no hay más que nieve. Su frente no la cubre esa corona de oro que a veces dá el amor. Por eso, niña dulce de ensueños florecidos, no seré el victimario de tu fresca ilusión, ni dejaré a mi paso tus cristales partidos, ni seré en tu pasado burbuja de jabón. No quiero dejar hielo sobre tus caracoles 163
ni deshojar la rosa más divina de Dios. ... mi sol se desvanece tras hondos arreboles... por favor, no estés triste... adiós, mi niña, adiós.
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No respires Los dos somos culpables del delito de amar. Murmuran, nos critican, desprecian mi ternura, desprecian tu ilusión, dan consejos amargos, hacen reclamos agrios, nos persiguen con perros, nos atan con cadenas, nos miden con reloj. Ha llegado el momento de quedarnos muy quietos, sin respirar, callados, sacrificando el tiempo pero nó el corazón. Mañana, cuando acabe la cacería rabiosa yo volveré a encontrarte - tal vez cerca del mar y mirando la noche beberemos estrellas, morderemos la luna, tornaremos a amar muy juntos tú y yo. Que nada te preocupe. No tienes que esperarme 165
ni tienes que buscarme: ÂĄYo lo harĂŠ por los dos!
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Monostrofe apasionado Cuando de nuevo pueda entrar despacio en tí después de casi un siglo - así lo siento, amor voy a estrenar ardores de cisne negro en celo, voy a tener ternura de gorrión anidando, tendré sensualidades de lúbrica pantera, y en las manos, dulzura de paloma dormida; quiero tener... tenerte... amor... ¡Ahora!
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En mi cumpleaños Quiero que me regales ese rayo que brilla en tu sonrisa, la lágrima que tiembla en tus pestañas, la pasión maliciosa de tus alados piés, la devoción feroz de tu inocencia, tus besos nuevos de mujer entera, el cariño que diste a tus muñecas, y sobre todo quiero que el último regalo venga envuelto en tus manos, que venga con tu olor, que cante con tu voz y brille con la lumbre de tus ojos. Quiero todo tu amor, todo, completo.
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Consejo Si quieres, Compañera, tener un Compañero sano y fuerte para que esté a tu lado a cada instante, para llorar contigo cada pena, para gozar contigo cada dicha, para que te desvele con sus ansias, para dormir contigo su cansancio, para que se adelante ante el destino y te proteja a tí de la intemperie... ¡Por Dios, no lo lastimes! ... si quieres, Compañera, tener un Compañero sano y fuerte.
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Canción intemporal Nuestras almas tenían un minuto y mil siglos, no había edad en el agua, en el aire, en la luz, y al exprimir las uvas surgía vino maduro, y en la brisa había aroma de frutas en sazón, y era la luz la misma que alumbró el universo cuando Dios lo creó... ... y tu bosque en capullo buscó mi sombra vieja... ¡Qué dulce era el abrazo que les daba mi noche a tus estrellas! ¡Qué buenas mis espigas al estallar en pan bajo tu sol! ¡Qué esplendorosos tiempos! Dos niños - dos ancianos, dos jóvenes - dos fuerzas, consentidos, gozosos, hermosos, puros, bellos, como hijos predilectos de la Tierra y de Dios... La Fortuna sonriente nos llenaba las manos y al entreabrir los labios era un canto la voz.
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... ¡Todo fué como un sueño! Y ahora, ya despierto, simplemente pregunto ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?
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Arrullo Tu oraciĂłn y tu beso remontaron el vuelo, me encontraron dormido y, rozĂĄndome apenas, dejaron en mis labios el sabor de tus sueĂąos.
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Home, sweet home La lluvia en mis anteojos multiplica las luces de la calle y rueda por mi cara disolviendo dos lágrimas ocultas. Las calzadas se ofrecen desiertas y mojadas como esperando, acaso, que yo las llene de melancolía. Los piés se me humedecen en los espejos negros de los charcos donde rompo mi imagen al pisarla. He buscado una voz sin encontrarla y ruedo solo por las avenidas recogiendo nostalgias y tristeza para sumarlas luego a mi amargura. He llegado a mi alcoba solitaria, me he sentado en silencio y he tirado mis ropas en el suelo. Al quedarme desnudo he comprendido que soy unicamente una entidad impar, como mi lecho y al mirar mi reflejo encuentro un hombre viejo y derrotado que ha perdido su última esperanza. Cuántas noches de lluvia, y yo esperando que alguien encienda el fuego que me abrigue, 173
que una mirada tierna se aproxime y con dulzura inmensa me haga recuperar la fĂŠ perdida... CuĂĄntas gotas de lluvia en mi ventana, cuĂĄntas gotas que llegan y se alejan ahogando mi esperanza mientras el tiempo escapa con mi vida.
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Pérdida ¡Qué breve fué mi dicha en tus praderas! ¡Qué escaso tu regazo para acunar entera mi fatiga! ¡Qué tenue tu dulzura para cambiar el gusto de mi acíbar! ¡Qué larga fué mi angustia en tus riberas! ¡Qué grande la distancia de mi otoño a tu fresca primavera! ¡Qué inmensos los espacios entre mi sed y el agua de tu fuente! ¡Qué débil fué tu lámpara en mi noche! ¡Qué pálida tu llama para abrasar mis sombras y mis nieblas! ¡Qué pequeña tu estrella para alumbrar mi senda en las montañas! ¡Qué inútil fué rezar en tus altares! ¡Qué estériles mis lágrimas!
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¡Qué en vano mis canciones! ¡Qué inservibles mis flores! ¡Qué lástima! ¡Qué pena!
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Sed Todas tus formas tienen curvas y espacios suaves hechos a mi medida; ternuras destinadas a saciar mi sed vieja; colinas y tibiezas hechas para temblar entre mis labios; valles para mis manos y mis ansias; praderas infinitas dueñas del galopar de mis bisontes; recónditos abismos para que allí se duerma mi tristeza y surja, ave de luz, por la mañana. Eres como la Tierra Prometida de donde brota leche. Leche y miel. Eres la inexplorada porque aunque hasta tú misma me digas otra cosa, yo te digo seguro que nadie nunca antes ha estado en tus abismos, en tus valles, praderas y colinas con el mismo mirar maravillado con que me asomo yo. Eres como la Tierra Prometida después de atravesar un cruel desierto... ¡Y tengo sed, Mujer! 177
Cosas Amo esta nada llena de detalles, estas miradas largas desde lejos, amo el café que viene de tus manos y el humo mentolado que nos sirve de excusa en cada encuentro. Amo el amanecer dorado y tibio que surgió de mi noche negra y fría cuando llegaste tú. Amo las horas que se llenan de dulce poesía cuando tu imagen ronda mis ensueños. Amo esa vaguedad tan deliciosa con que prometes algo. Amo tu voz, tu canto y amo el rayo del sol sobre tu pelo. Amo el encanto amable de tu risa, amo tus bromas, amo tus regaños, adoro hasta el dolor que hayas sentido porque te acerca a mí. Amo el breve momento de estar juntos, Mujer, porque respiro el aire que respiras y me lleno de tí. Amo el milagro de tu compañía y cuando tú estás lejos tengo mil soledades perfumadas para amar tu recuerdo mientras vuelves. 178
Amo el raro escenario de lo que estĂĄ naciendo y amo el goce fugaz e inesperado de tu mano en mi mano. Amo el licor de estrellas que rueda por tu rostro cuando algo te entristece o te conmueve. Amo el motivo extraĂąo que te lleva a pedirme poemas y espero que sea amor, porque te amo.
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Contrastes Ya estás bajo otro cielo, en otra tierra, tomada de otra mano, escuchando otra voz, olvidando despacio los instantes fugaces sobre los campos verdes, bajo el rayo del sol. Qué linda está la luna sobre el Bois Boulogne, qué hermosos los colores del otoño francés, qué lleno de caricias el dulce rendez-vous...
de
Estoy bajo la lluvia, sobre el asfalto negro, con las manos vacías, contemplando un reloj, contando en sus agujas los segundos que faltan para que el sol regrese cuando regreses vos. Qué pocas las estrellas que alumbran mi tristeza, qué amargas son las gotas de este mi invierno gris, qué largas son las horas de tu infinita ausencia, qué absurdos estos días solitarios sin tí.
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La amada fiel No la conozco aún, pero soy suyo y sé que mi destino me lleva hacia su abrazo fiel y cierto. Yo sé que no ha posado todavía sobre mí el hielo dulce de sus ojos ciegos. Pero, cuando el reloj del universo marque el instante para nuestra cita, entre la multitud sabrá encontrarme y verá mis virtudes y defectos en su justo valor. Sabrá apreciar lo amargo que tiembla en mis poemas y entenderá mi anhelo de infinito. Comprenderá mi sed y mi fatiga, mirará mi trabajo con respeto, sabrá la validez de mis sollozos y amará la nobleza de mi espera. Hará una sinfonía con mi silencio y al fin, de amor rendida, me ha de acompañar firme, para siempre. Eso será algún día... ... cuando al fin llegue, con su traje blanco, flotando en el azul, 181
como una nube, y convierta mis lágrimas en sueños, y convierta mis sueños en estrellas, y acercando a mi carne abandonada la rosa de marfil de su sonrisa, y con mi mano entre su mano extraña me lleve a donde nace el arco-iris y corte mi dolor con su guadaña.
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¿Por qué? ¿Por qué hay un dolor largo que a dejar tus estrofas se resiste? ¿Por qué es tu verso amargo y seco, y solo, y triste? ... Dolor, porque en el pecho me estalló el corazón al no hallar en mi lecho quien abrigara un poco mi ilusión. Amargo, porque en vano buscó el amor mi piel y me quedó en la mano tras cada nuevo adiós, mucha más hiel. Seco, pues la presencia que yo busqué en mis penas pisó con inclemencia las lágrimas que puse en mis arenas. Solo, porque el destino que me trazó la vía no dejó que el camino pudiera recorrerse en compañía. Triste, pues mi mirada 183
se engañó por doquier: Soñaba en la alborada y apenas comenzaba a anochecer.
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Manos curiosas Tus manos se durmieron entre mis manos tibias y curiosas; el pulso mío y el tuyo se igualaron y la tarde fue nuestra; tu sonrisa se abrió llena de miedo y tus ojos gritaron "¡Dame todo!" "¡Ten todo!". Tus dedos se volvieron dulzura vespertina entre mis labios y tus piés fueron rosas que se abrieron despacio bajo el rayo templado de mis besos. Tu temblor fue el saludo a mi velero viejo que quería adormecerse entre tu muelle para esperar mañanas con gaviotas, con mucho sol, con brisa, con arena, con sal... y con dos manos que tendrían que dormirse entre mis manos tibias y curiosas.
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Tu ausencia Esta noche he sentido que tu ausencia no importa. Que aún respiro, y que vivo, y que hay mañanas nuevas esperando un lugar en mi memoria. Nuevamente he soñado con pieles deleitosas, con bocas dulces y con senos tibios, con vientres anhelantes y sumisos, con manos inspiradas, con ojos relucientes, con palabras de amor en mis oídos, con la certeza de una compañía para aguardar la noche... ... y esta noche lleno de tu recuerdo - que es ya olvido he sentido la urgencia de amar a la primera que aparezca, de explorar con mis labios sus senderos, de beber su dulzura y su tibieza, de perderme en su vientre y en sus manos, de mirarme en sus ojos, de escucharla, de acompañarla siempre...
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... pero no llegó nadie y, simplemenmte, me inundé de suspiros y nostalgia. Me asomé a la ventana y mirando un lucero recordé que tu ausencia ya no importa... ... y me llené de lágrimas.
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Hoy Qué difícil, amiga, se hace a veces encontrar el camino; cuántas veces, mirando en un estanque la temblorosa imagen de una estrella se nos llenan los ojos de neblina, nos crece el pecho y se nos vuelve inmenso y sentimos amor. Y, buscando su lumbre, enterramos los dedos en el agua y vemos escapar aquel reflejo de luz brillante y pura dejándonos dolor. Hoy quiero tener alas de cóndor en mi espalda y elevarme en la noche para beber la luz de tu galaxia. Hoy quiero tener manos de alfarero para tomar tu arcilla convertida en campana y beberme el sonido de tus notas. Hoy quiero la grandeza de un asceta o de un santo para entender la altura de tu alma bebiendo tus palabras. Hoy quiero tener ojos de gaviero 188
para poder buscar en la distancia las olas fugitivas de tu afecto y beberme la espuma de tus besos. Hoy quiero el cuerpo de un atleta griego para abrazar tu carne y, mi anhelo en tu boca y mi labio en el labio de tu copa, beberme tu apetito de mañanas. Hoy quiero ser un hombre gigantesco para envolverte toda en mi dulzura, para brindarte abrigo duradero, para sembrar miríadas de ilusiones, para escribir poemas, para cantar canciones, para estar siempre alegre, para inmolar en llamas mis recuerdos y embriagarme bebiéndome tus sueños.
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Teléfono Las nubes grises se abren de repente y el sol envía su rayo a mi tristeza. Inesperadamente tu tibieza cobija mi nostalgia dulcemente. Tu voz me busca desde la distancia trayéndome tu fuerza y tus amores, colmando mi desierto con tus flores, inundando mis sueños de fragancia. Bendita voz que entre temblores siento calmando mis absurdas soledades, voz que cabalgas sobre el ancho viento, voz que conoces todas mis verdades, ven a llenar mi vida con tu aliento y a encender en mi otoño mocedades.
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Lo que tú quieras Cómo quisiera estar al lado tuyo, tomado de tu mano, mirándome en tus ojos, borrando de tu alma las palabras que caen como granizo en tus ensueños y quieren alejarnos. Cómo quisiera, amor, estar contigo como hombre, como amante, como amigo, como lo lo que tú quieras que yo sea y llenarte los labios de poemas convertidos en miel, y llenarte los senos de caricias convertidas en sol, y llenar tus anhelos convertido de pronto en ilusión.
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Miedo Hoy vacilan mi fé y mis esperanzas. Entre tánto consejo que te aleja de mí, ante tanta distancia, con tanto tiempo en otras compañías, ¿qué quedará del sueño que es apenas embrión? Si al menos estuvieras más cerca de mis besos yo fundiría mi piel entre tus dedos e inventaría caricias que te hicieran decir sólo mi nombre y te hicieran soñar sólo conmigo. Pero estás tan lejana... ¡Y tengo miedo!
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ÂĄVuelve! Quiero tener piel nueva para que la humedezcas con tus besos; quiero tener sonrisas para que se adormezcan en tu cuerpo; quiero lucir hermoso para quedarme siempre entre tus ojos; quiero escribir poemas que puedan compararse con tus lienzos; quiero vencer en todas las batallas que me ofrezca la vida y volver fatigado a tu regazo para hallar mi descanso entre tu abrigo. Quiero tenerte aquĂ, quiero que vuelvas.
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Final Sentado entre la tarde humedecida, los ojos llenos de tristeza obscura, tratando de entender por qué la vida esconde su secreto en la negrura, siento que ha terminado la partida y me avasalla la derrota dura. No hay en mi alma lámpara encendida y el pago de mi cuenta se asegura. La mañana y la tarde ya se alejan, primavera y verano ya me dejan y se cierra el otoño en mi redor. Ya llené el valle de angustiadas voces e, inundando el crepúsculo de adioses, pagué en poemas mi porción de amor.
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A la deriva El mar inmenso, azul y solitario; el barco airoso y fuerte, abandonado; la gaviota, alejándose en la altura buscando buenos vientos con sus alas; las estrellas, trazando extraños mapas con guiños y destellos fríos, burlones; retazos de sonido entre la noche hilvanando - tal vez - canciones viejas que hablan de soledades y tristeza; el sentido perdido entre las sombras, la brújula girando enloquecida, y, brotando en silencio de su fuente, dos lágrimas rebeldes que no olvidan la mano amada, el timonel ausente.
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Sevillanas Te vi levantar las manos ondulando todo el cuerpo con la sonrisa en el rostro y el fuego escondido adentro. Giraste pronto en la ronda coqueteando con el suelo al pisar cada baldosa con tus piés que eran dos besos. ¡Cómo volaban veloces en sus zapatitos negros! Negros como los colores que te envolvían por completo. Ese luto que llevabas parecía deliberado como la sonrisa falsa que lucías con desenfado. Pensé que en tánta hermosura había un sollozo guardado y adiviné una amargura oculta en tu gesto raro. Quise exorcizar tus cosas, te quise junto a mis pasos, quise cubrirte de rosas, quise tomarte en mis brazos, quise tu vino en mi copa, quise tus piés en mis manos, quise mi fuerza en tu boca y tu cáliz en mis labios 196
y te quise sin razones, sin excusas, sin pensarlo, y se volvieron canciones mis sentimientos cansados. Te acarició mi mirada vuelta llamas, muy despacio, y me leíste en los ojos todo cuanto habías causado. Cuántos días grises y largos deshaciendo lazos viejos para arrojarme completo, limpio y nuevo entre tus brazos. Cuántas horas conversando y soñando nuevos sueños, cuántas horas de trabajo forjando nuevos proyectos, y del ayer al ahora qué sendero corto y fresco. Ahora, cuánto amor encuentras en mí con ansia y con gozo, cuánta dulzura se siente al compartir tu reposo, qué lindas lucen las tardes, qué bellos son los paisajes, qué apasionadas las noches, qué instantes inolvidables. Hemos escrito metáforas de chimenea y leña y fuego y hemos brillado en las sombras y hemos volado en el cielo 197
y hemos escrito poemas de mar, estrellas y viento. ยกCuenten estas Sevillanas esto que llevamos dentro!
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Estío Abeja que volaste de flor en flor, de pradera en pradera y embriagada de néctar dejaste polen tibio en mil corolas y te arropaste en pétalos ardientes. ¡Abeja irresponsable, cómo te fatigaste estérilmente! Flor móvil y dorada que sentiste la brisa en tus estambres y ofreciste tu abrigo y tu dulzura a abejas sin destino ni colmena y rodeaste sus cuerpos temblorosa. ¡Florecita coqueta, cómo te prodigaste inútilmente! Flor solitaria y muda, abeja triste, aún queda un vuelo por hacer, acaso; aún queda néctar dulce y polen de oro, aún puede haber un fruto primoroso; aún puede hacerse miel fragante y fresca, aún pueden encontrarse, acariciarse, dar sentido a sus vidas malgastadas y dar gracias a Dios por su existencia.
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Respuestas Una noche, temblando, preguntaste "Querido amor de ayer, ¿por qué callaste?" y oíste por respuesta: "Callé porque las sombras habían hecho su nido entre mis sueños." "Callé porque mis sueños se fueron extinguiendo entre las sombras." "Callé porque tu ausencia era una estrella azul entre mi noche." "Callé porque mi estrella brillaba con las luces de tu ausencia."
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Itinerario Apriétame los labios con tu palma y baja por mi cuello lentamente. Escala los collados de mi pecho y clava tus banderas en sus cimas. Desciende por mis flancos, por mi vientre, y desata mis sismos y temblores. Explora mis praderas con tus manos y deja que tus dedos se enreden juguetones en mis bosques. Acércate a mi Edén y pon los ojos en el árbol que brinda un escondrijo al Mal - tal vez al Bien -. Contémplalo despacio y haz que su savia fluya con tus besos. Contágiame la fiebre que te inunda y absorbe mis espasmos 201
dulcemente, y dĂŠjame extenuado, adormecido, soĂąando con tu imagen simplemente, mientras brilla en tus labios una gota cargada de promesas y esperanza.
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Buenas noches Después de acariciar mis largos años con esa brisa fresca de tus dedos, después de hacer espuma mis remansos con la húmeda cascada de tu lengua, después de poner luces en mis sombras con las estrellas dulces de tus ojos, has lanzado el reclamo, el grito de hembra en celo, el alarido, convocando a mi sangre con vehemencia, con ardor en la piel, con tierna urgencia, clavando tus espuelas en mis sienes, cabalgando mi rostro, erigiendo con besos una Babel repleta de relieves - tal como te enardece y has llenado tus ansias con mi urgencia destilando, amorosa, mis esencias, exprimiendo mi vida sabiamente. Has temblado a mi lado entre la noche y después de amarrarme con tus lazos has absorbido todos mis ensueños para dormirte al fin entre mis brazos. 203
Temas Si quieres que te escriba dame temas. Pon ilusiones frescas en mis manos, llena de estrellas blancas mi negrura, disuelve los temores que me aterran, dale caricias nuevas a mi cuerpo, dame los besos que jamás usaste, abriga mi cansancio entre tu lecho y pon vestidos nuevos a mis sueños. Mis sueños... son eternos. Jamás nacieron. Nunca estarán muertos. Pero han sido golpeados. Tienen miedo de levantar de nuevo la cabeza. Aprendieron de ausencias y distancias, ... tienen miedo de amar y de entregarse, y de sufrir de nuevo. Y... ¿tú quieres poemas? Si quieres que te escriba, ¡dame temas !
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Sin tí Esta noche quisiera reunir sortilegios: Tomar polvo de estrellas, suspiros de centauro, retazos de centellas, aroma de tormenta, luz de caverna vieja y lágrimas de ángel para atreverme entonces a conjurar al tiempo y hacer marchar sus ruedas hacia atrás, lejos... lejos, hasta esas otras noches cuando ponía en tus manos mis sueños, mis miserias, mis alegrías pueriles, mis depresiones doctas... ... pero se han escapado los viejos pergaminos y no hay magia en mis cosas... ... y tú no estás conmigo.
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FIN