Hablemos de Amor

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V铆ctor H. Archila Una perspectiva sobre la relaci贸n de pareja seg煤n el libro del amor: Cantar de los Cantares de Salom贸n.



Contenido Pr贸logo..................................................................... 5 Introducci贸n............................................................. 7 Agradecimiento........................................................ 9 El H谩bitat del Amor............................................... 11 El Amor en la Pareja.............................................. 17 Los Aliados del Amor............................................. 25 Las Fisuras del Amor............................................. 31 La Perspectiva del Amor........................................ 39 El Amor y la Libertad............................................ 47 El Amor de un Esposo........................................... 53 Las Cualidades del Amor....................................... 61 Los Tres Niveles del Amor..................................... 67 Los Secretos del Amor............................................ 75



Prólogo

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l hombre estaba absorto en su trabajo, varios discípulos lo miraban atentamente deseando extraer alguna lección, sus mentes trabajaban en silencio. El maestro tallaba en sus manos un trozo amorfo de madera, parecía que nunca podría darle forma de nada, era imposible sacar algo bueno, talvés, quizás una pieza de arte abstracto, casi sin sentido ni forma definida, sin embargo el pastor continuaba su trabajo, lo hacía delicadamente, con cierta prisa y precisión. Al transcurrir un tiempo, los discípulos notaron que aparecía una forma aun difusa en la madera que labraban sus manos, con cierta belleza, mientras el enviado pulía minuciosamente algunos detalles, lo hacía con tanta seguridad que parecía que miraba un modelo invisible y continuaba dándole forma. ¡Qué gracia tiene en sus manos!, pensaba uno de los discípulos, ¡se nota que ya sabe la forma que va a tomar la madera!, mientras lo miraba lijar los nudos de la madera y soplarla quitándole el polvo, ahora casi podían percibir movimiento en la escultura. Como carpintero experto aquel hombre transformaba el leño inservible, destinado para el fuego en algo bello, valioso y misterioso, que la mayoría de discípulos no atinaban a encontrar. Así Dios, como ‘experto en imposibles’, usa su mano minis­ terial para formar de un matrimonio al borde o en medio del

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desastre, una obra de arte, tomándose el tiempo necesario, delicadamente, de la mano va conduciendo a la restauración a los que juraron amarse en el pacto sagrado, obra que tarda en construirse toda una vida. Así el Arquitecto Divino toma como herramientas para esa obra de restauración a ministros de la iglesia, como el apóstol Víctor Archila, que con su pluma nos comparte años de experiencia e investigación y su entendimiento de las cosas respaldado por la Escritura Santa, para inspirar al lector de ‘Hablemos de Amor’ a procurar las cualidades para prosperar durante la carrera hacia la madurez conyugal, transformando hombres en esposos y mujeres en esposas a aquellos que esperan en Jehová. Sirvan las enseñanzas del libro ‘Hablemos de Amor’ de alimento espiritual, para aquellos que llegado el tiempo desean edificar el hogar. Dr. Luis Ponce Pastor Ministerios Ebenezer, San Fernando Valley, CA

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Introducción

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in lugar a dudas el amor es el tema más extenso y más popular de toda la humanidad. Por amor se han hecho grandes hazañas así como grandes locuras. Las historias más asombrosas son las relacionadas con el amor. La misma naturaleza nos da ejemplos maravillosos dignos de imitar para la conducta humana, como es la vida de los pingüinos. Su entrega y su fidelidad son simplemente hermosas. Un detalle inspirador en estos animales es el canto que usan para enamorar a su pareja, aunque para nosotros como personas no sean más que simples graznidos, para ellos es un canto de amor tan único y especial que puede distinguirse entre otros miles. Ese canto es para ellos, sólo el principio de una relación que durará toda su vida. El rey Salomón, reconocido como el hombre más sabio que haya existido, con una inteligencia extraordinaria y un vasto conocimiento de las ciencias, fue también un prodigioso cantautor, la Biblia le atribuye cinco mil canciones, de las cuales la mejor y la más bella es la que se conoce como: El Cantar de los Cantares. “Hablemos de Amor” es una reflexión sobre los principios que nos enseña esta exquisita canción para disfrutar la vida matrimonial. En estos principios encontrará valiosas enseñanzas e ideas prácticas para una relación saludable y bíblica con su pareja. Conocerá cuál es el ambiente en el que se desarrolla el amor y cómo el tiempo y las circunstancias difíciles pueden convertirse

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en sus mejores aliados. Podrá visualizarse a través de los ojos de su cónyuge, respetar su libertad, apreciar sus cualidades y entender mejor su ser integral. Descubrirá los secretos de un amor a la medida de Cristo y su Iglesia. Hoy el mundo canta más que nunca al amor en toda su belleza y manifestaciones, reconociendo su necesidad de amar y ser amados; sin embargo, este mensaje está saturado de los valores fluctuantes que caracterizan nuestra sociedad, donde el compromiso se ha cambiado por el interés, el sufrimiento por el placer y la entrega por el egoísmo. Todos aquellos que hemos conocido la verdad de Dios, tenemos un mensaje diferente y transformador que comunicar: Dios es amor. Por eso cada día necesitamos hablar más de amor, con la pareja, con los hijos, con los padres, con el necesitado. Amor sigue siendo el mandamiento más importante en la escritura en cuanto a nuestra relación con Dios y para con los hombres. Hablemos de amor.

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Agradecimiento

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l amor es una ofrenda que recibimos de aquellos que nos aman. De aquellos que han decidido otorgarnos ese regalo tan hermoso y valioso: el amor. El amor en la pareja es una ofrenda que no tiene precio, que no se encuentra en el mercado. Es el obsequio que cada día recibimos por ningún precio. El amor es la ofrenda que durante quince años he recibido de Glenda, sí, mi amada esposa, la compañera de este viaje tan hermoso, donde he podido llegar a ser su esposo. Hoy puedo hablar de amor, porque Dios ha usado un instrumento de gran valor, para enseñarme a través de las palabras, de las acciones y de sus expresiones, qué es el amor. ¡Gracias Glenda por ser ese instrumento y por levantarte a cada momento y ofrendarme de tu amor! ¡Gracias Glenda por escogerme a mí y decidir ofrendarme tu amor!

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– Víctor

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El Hábitat del Amor

“El amor nace del deseo respetuoso de hacer eterno lo pasajero.”

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Ramón Gómez de la Serna

l ambiente que nos rodea es vital para poder disfrutar de cada cosa que hacemos. Tenemos que reconocer que nosotros somos responsables del ambiente que hoy nos rodea. Hemos contribuido en un porcentaje muy alto para formar el hábitat en el cual nos movemos. Cuando leemos en la Biblia los hábitats que Dios formó para los seres humanos aprendemos la importancia de un ambiente saludable. En Job 38 dice que cuando Dios estaba creando la tierra se rodeó de un ambiente musical, también la palabra nos cuenta que cuando fue hecho Luz Bel, Dios se rodeó de un ambiente musical. Uno de los hábitats, más impresionantes de los que nos relata la palabra del Señor, fue el Jardín del Edén. Una de las características que observamos es el significado de su nombre: Edén quiere decir ‘delicia’. Dios formó para la primera pareja un lugar donde ellos pudieran encontrar deleite, al ver, al trabajar, al vivir. Otra de las características del Edén era la presencia de Dios. Un hábitat sin la presencia del Señor no es adecuado para el crecimiento del amor. Otra de las características del Edén era la perfección. No había pecado. Nosotros sabemos hoy que Dios quiere que formemos un hábitat que alcance la santidad y la perfección. Un viajero en Alemania vió una cosa singular en una fonda donde se hospedó, después de la comida, el dueño colocó en el suelo un tazón grande de caldo, y silbó de una manera especial. Vinieron al cuarto un perro, una rata grande, un gato, y un cuervo.

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Todos estos animales se acercaron al tazón y, sin molestarse unos a otros, pacíficamente comieron juntos. Después el perro, el gato y la rata se acostaron cerca de la lumbre, mientras el cuervo brincaba por todas partes. El dueño de la casa había disciplinado a estos animales de tal manera que ninguno hacía daño a otro. Si un perro, un cuervo, un gato y una rata pueden vivir juntos, ¿es posible que las personas, especialmente los matrimonios puedan vivir en armonía? Aunque le parezca increíble este hombre logró que un perro se llevara con un gato, mientras que de alguna manera enseñó al gato a cohabitar con la rata, y al mismo tiempo logró que un cuervo fuera parte de la familia. La pregunta que me gustaría hacer es ¿Qué podría lograr mi cónyuge y yo si cambiáramos de actitud?

El hábitat del amor La vida biológica del hombre está en la sangre, es a través de ella que los sistemas del cuerpo funcionan a su perfección. Cuando una persona tiene alguna herida y empieza a desangrarse la debilidad de su cuerpo es uno de los primeros síntomas, si no detienen la hemorragia puede hasta morir. El amor es la vida del ser tripartito, un hombre que no ha recibido el amor adecuado desde su niñez va a tener graves evidencias de muerte a nivel de su alma, mente, sentimientos, emociones, intenciones, etcétera. El hábitat que nos rodea es muy importante ya que éste alimenta y determina nuestra personalidad, nuestro carácter y nuestro temperamento. El rey Salomón entendía la importancia del hábitat adecuado. Sus columnas de plata, su respaldo de oro y su asiento de púrpura, su interior tapizado con amor por las hijas de Jerusalén. Cantares 3:10. Las columnas de plata: La Biblia dice que la lengua del justo es como plata; también dice que las palabras dichas como convienen, son como adornos de plata en una manzana de oro. La plata en el hábitat que

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construyó Salomón representa la sabiduría y la prudencia al hablar. Tener columnas de plata en nuestro hogar es igual a hablar con prudencia y sabiduría, la Biblia nos dice al respecto. El respaldo de oro: Los regaños del sabio sobre el oído atento son como anillo o collar de oro. Proverbios 25:12 En el Cantar de los Cantares, la cabeza del amado es comparada con el oro, podríamos interpretarlo como los pensamientos con integridad. El arca del pacto y todos los utensilios del lugar santísimo fueron hechos de oro, esto nos habla de integridad, excelencia, dedicación, y de un valor precioso. Si queremos tener un respaldo de oro en nuestro hábitat es necesario trabajar en la integridad, en la excelencia, pensar positivos, ir tras los principios eternos, dedicarnos al hogar. El asiento de púrpura: Con vestidos de púrpura se vestían a los reyes. El tabernáculo de Moisés estaba cubierto de púrpura, las cortinas del taber­ná­ culo eran de púrpura. La púrpura nos habla de realeza, y esto está relacionado con el respeto, el servicio, la honra. Un rey es respetado, es servido y es honrado. Es muy importante que mien­tras edificamos nuestro hábitat, uno de los materiales que debemos usar es la púrpura, es decir, debemos respetar a aque­llos que integran nuestra familia, a servir a los nuestros y a honrar­los. Tanto el esposo como la esposa tienen necesidad de respeto. Su interior tapizado con amor por las hijas de Jerusalén: Su interior tapizado con amor. Aquí surge una pregunta, ¿Por qué sólo el interior y no el exterior? Porque nada externo logra afectar internamente por mucho tiempo. El orden es, primero necesitamos trabajar por dentro. ¿Quiénes pueden tapizar el interior de amor? Las hijas de Jerusalén. Jerusalén quiere decir paz. Entonces podemos decir: Su interior tapizado con amor por las hijas de la paz. Entonces entendemos que el material para poder tapizar el interior de amor, es la paz. Hay que comprender que la paz tiene tres niveles, cada uno está relacionado con el otro y tienen una dependencia entre sí. El primer nivel es la paz con Dios, el segundo nivel es la paz con nosotros mismos, y el tercer nivel es la paz con los hombres.

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El ambiente que rodea nuestro hogar o hábitat debe de estar impregnado del amor.

La raíz del amor “Para que Cristo habite en vuestros corazones por medio de la fe; de modo que, siendo arraigados y fundamentados en amor, seáis capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios.” Efesios 3:17-19. El apóstol Pablo nos enseña que debemos de estar arraigados y fundamentados en amor, dos aspectos importantes que debemos de comprender: arraigados y fundamentados. La palabra arraigados desde su raíz griega se traduce: echar raíz, hacerse estable. El apóstol nos está invitando a tener estabilidad a través del amor, a dejar que la raíz crezca y profundice nuestras relaciones. La raíz en los vegetales tiene varias funciones entre ellas está: fijar el organismo en el suelo, absorber el agua y las sales necesarias para el metabolismo vegetal. La enseñanza es clara: el amor es la raíz de la vida. El amor es el que nos mantiene estables durante el viaje sobre la tierra. La inestabilidad es un síntoma de la falta de amor, si alguna persona descubre que es inestable debe saber que una de las razones de su debilidad es el hábitat donde creció, tenía una carencia de amor que no le permitió crecer saludablemente. En otras palabras esa persona no ha sido amada correctamente. Así como la raíz tiene la función de absorber el agua de la tierra, así el amor nos ayuda a mantenernos hidratados con las palabras que oímos. Nuestra raíz tiene el poder de profundizar y tomar lo que nos beneficia y no quedarse donde está seco, donde ya no hay agua. Otra de las funciones de la raíz es extraer los minerales de la tierra. Los minerales de la tierra tipifican las actitudes negativas o positivas a las que nos enfrentamos, nuestra raíz tiene la capacidad de desechar las actitudes negativas y absorber las actitudes positivas. Si nuestra raíz de amor no se desarrolla, el viaje de nuestra vida será inestable. Nuestros pensamientos, nuestras relaciones, nuestras metas, nuestros deseos, serán inestables

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y débiles. El amor que es nuestra raíz, nos da estabilidad, nos hidrata, y nos vitaminiza con las actitudes y las relaciones.

El fundamento del amor Cuando ya hemos alcanzado la estabilidad, es necesario que seamos consolidados. Para ello Pablo nos invita a fundamentarnos en amor. La expresión fundamentados es igual a colocar una base, consolidar, cimentar. Es el amor el que construye en una vida el fundamento que nos permite consolidarnos como hombres o mujeres y nos da la madurez necesaria. Vamos a explicar la consolidación de un ser humano con la crianza. Cuando una persona no se desarrolla en sus primeros dieciocho años en un hábitat de amor no tiene el alimento necesario para poder terminar de crecer y alcanzar la madurez como hombre o mujer, su formación está incompleta. Al contraer un compromiso matrimonial, tarde o temprano el cónyuge va descubrir que se casó con un niño con cuerpo de adulto, va a hacer berrinches, su irresponsabilidad será el pan de cada día. En otras palabras se casó con una persona inmadura. Esto se vuelve un círculo vicioso porque este nuevo matrimonio no logra construir un hábitat de amor. La esposa se dedica a terminar de criar a su esposo o viceversa, por lo tanto no puede haber un fundamento en el amor. Y nuevamente empieza a sufrir y carecer del hábitat necesario para los niños. Pero cuando una persona es arraigada en el amor, naturalmente avanzará hacia el fundamento. Cuando hablamos de fundamento nos referimos a las bases y principios divinos para construir una vida y un matrimonio. El Señor Jesucristo nos enseñó en el evangelio de Mateo 7:24 de dos hombres que edificaron su casa, uno usó como fundamento la arena y el otro la roca. Jesús dijo que el hombre que había edificado su casa sobre la roca era aquel que escuchó sus palabras y las puso por obra. Entonces el fundamento para edificar un hogar son los principios divinos que han estado escritos por miles de años. El ser fundamentados en amor nos permite alcanzar la madurez en las diferentes etapas de la vida, como Padre, como esposo, como hombre o mujer, como ciudadano, como líder, etcétera. ¿Dónde se consolida un joven cómo hombre? en el hábitat del hogar en amor, allí se consolida

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como padre y esposo. Mientras que en la iglesia en el hábitat de amor espiritual se consolidan los líderes, los hombres de bien. Cuando somos arraigados y fundamentados en amor entonces somos capaces de comprender cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad de Dios y el amor de Cristo. Es el amor de Cristo y el amor de Dios que sobrepasa el conocimiento. Es decir, que ya no nos movemos por lo que conocemos sino porque amamos. Cuando somos arraigados y fundamentados en amor entonces estamos listos para ser llenos de la plenitud de Cristo.

Recapitulando 1. Una de las prioridades que una pareja debe de tener es edificar un hábitat que esté fundamentado en el amor. Y esto se hace a través de hablar con sabiduría y prudencia. Parte de los materiales que usamos para construir nuestro hábitat es la integridad, la excelencia, el valor, el respeto. 2. Para que nuestro hábitat se consolide debemos de echar raíz, esa es la recomendación del apóstol Pablo, una raíz que absorba todas las actitudes positivas, que nos hidrate y nutra en el amor. 3. El tercer paso para construir nuestro hábitat de amor es el fundamento, y este lo colocamos a través de los principios bíblicos que adoptamos para vivir.

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El Amor en la Pareja

“Siempre está de parte del otro. Sólo hay una necesidad. Y esa necesidad es amar.” Anthony de Mello

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l amor es la columna sobre la cual se sostiene un matrimonio, es el fundamento sobre el que se construye un hogar, es el combustible que nos mantiene viajando en medio de días malos y días buenos, en medio de torrentes de dificultad y valles de sombra y de muerte. El amor es el poder que Dios ha usado para transformar nuestras vidas y acercarnos a Él. La Biblia dice claramente que sin amor nada somos, aunque tengamos reconocimientos de toda clase. El amor es para el matrimonio lo que la sangre es para la vida, lo que el oxígeno es para nuestros pulmones, lo que el agua es para los peces. Sin él no podemos crecer, ni avanzar. Toda pareja debe entender la importancia del amor para su relación y su consolidación en las diferentes etapas de la vida. Hace algún tiempo leí una historia que me conmovió. Una joven muy hermosa, tenía su prometido y tenían planes de matrimonio. Pero lamentablemente ella tuvo un accidente automovilístico, fue llevada inconsciente al hospital. Ese día le tocó atender el caso de aquella joven, a un médico que era muy particular con sus pacientes: Tenía el hábito de llevarles una rosa amarilla después de ser operados. El caso de la joven se complicó y tuvieron que amputarle de la rodilla para abajo. El médico entró a su cuarto para explicarle lo que había pasado, pero llevaba una rosa amarilla en la bolsa de la bata blanca. Ella no se había dado cuenta de la intervención que le habían hecho. El médico le obsequió la rosa

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amarilla y le explicó lo que había sucedido. Como era de esperarse ella se sintió muy mal, los días que vinieron fueron de depresión y constante dolor interno para la joven. Para sumar a su dolor cuando el novio se enteró de lo sucedido se alejó de su novia y no quiso llegar a verla. El médico prohibió todo tipo de visita, sólo los padres podían verla, ni al novio dejó que la visitara. La rosas amarillas llegaban todos los días, algo que no hacía con los demás pacientes. Empezaron a tener una relación de amistad y la joven se sentía muy bien con el apoyo del joven médico. Llegó el momento de darle de alta y allí le estaba esperando el doctor para despedirla con un ramo de rosas amarillas. El médico empezó a frecuentar a la joven, sin faltar la rosa amarilla, llegaron a ser amigos, se enamoraron y se casaron, y las rosas amarillas estaban día a día en casa. Esa fue una tradición que el cumplió por más de treinta años de casados. El médico falleció y cuentan los hijos que después de muerto, su madre, la joven aquella que le habían amputado parte de su pierna, seguía colocando todos los días las rosas amarillas. Esta pareja nos deja una lección del verdadero amor, una rosa que se convirtió en un símbolo de su amor, de su comprensión, de sus atenciones, y que marcó la vida de ellos. El amor de toda pareja debe de mantenerse a través del tiempo, en vez de debilitarse como le pasa a la mayoría. Pero para ello es importante entender qué debemos hacer. Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha. 1 Corintios 13:2-3

El amor en la pareja El apóstol Pablo nos da la perspectiva divina del amor. Él lo dice de esta manera: Si tuviéramos dones, y entendiéramos todos los misterios, y pudiéramos alcanzar todo el conocimiento, pero no tenemos amor, nada somos. En otras palabras podemos llegar a tener todas

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estas cosas y no amar. Por lo tanto el amor no se mide por lo que tenemos. Pero el apóstol sigue ahondando en el tema. Ahora nos dice que el amor no se mide por lo que hacemos. Si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado y no tengo amor de nada me aprovecha. Entonces el amor no se mide por lo que se hace. Si el amor no se mide por lo que tenemos, y ni siquiera por lo que hacemos, entonces ¿Qué es el amor? El amor es el fruto del espíritu. El amor es un poder que transciende barreras, es la esencia de la naturaleza de Dios. Podríamos clasificar el amor en cuatro dimensiones, el amor de Dios, el amor de un amigo, el amor entre una pareja, por último el amor de padres a hijos y viceversa. En el Antiguo Testamento se traducen varias palabras hebreas como amor o el verbo amar, especialmente el término ahabah, que tiene como raíz ahab, esta palabra se puede traducir como: lo que agrada, lo que gusta. Se expresa así el amor hacia la esposa, como Jacob, que sirvió por siete años por Raquel “y le parecieron como pocos días, porque la amaba” Génesis 29:20. Muchos tratan de definir o de enmarcar el amor en un concepto, pero la Biblia no nos da una definición del amor, porque el amor no es un concepto, es un fruto, una acción, 1 Corintios 13, nos dice qué hace y qué no hace el amor. Es sufrido es benigno, el amor no busca lo suyo. En el Nuevo Testamento se utilizan tres palabras griegas para hablar sobre el amor. La primera es ágape que es el amor del espíritu, la segunda es philadelphia, este se da cuando el amor es entre hermanos, y la tercera es philantrophia, y este es el amor hacia los hombres y las atenciones que tenemos hacia ellos.

Los tres niveles del amor Ahora debemos hacernos una pregunta ¿Cuál es el amor que fluye en un matrimonio? La pareja es tan compleja que necesita desarrollar relaciones de amigos, de hermanos, de amantes, para realizarse como pareja. En otras palabras son necesarios el amor ágape, el amor filial y el amor eros (el amor del cuerpo). El amor es una semilla que necesita un hábitat adecuado para poder crecer y desarrollarse hasta dar su fruto. Por lo tanto debe de cultivarse, de

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cuidarse y de alimentarse, si es que deseamos ver un crecimiento y deleitarnos de su fruto. Lo que la Biblia nos enseña es lo siguiente. Como seres humanos Dios nos hizo tripartitos, tenemos espíritu, alma y cuerpo. Por lo tanto es necesario que desarrollemos la capacidad de amar en estos tres niveles. Toda pareja debe de comprender que es necesario cuidar y estar cultivando el amor del espíritu, el amor del alma y el amor del cuerpo. Muchas parejas sólo le dan importancia al amor del cuerpo, algunas otras han perdido el amor eros y están alimentando y viviendo en el vínculo del amor filial, que es el amor del alma. Quiero ahondar un poco en este nivel, al cual también podríamos llamar amor sensual. La palabra sensual correctamente la debemos entender como sensitivo, uno que ama a través de sus sentimientos. El problema de los sentimientos es que nos llevan por la vida en un sube y baja. Los sentimientos los podemos ilustrar con una línea ondulada, la cual nos lleva hasta la cúspide y luego desciende hasta colo­ carnos en los niveles más bajos. Si el amor que profesamos en nuestro matrimonio es sensual, seguramente viviremos entre las alturas y las profundidades. Algunas veces nos sentiremos muy felices con nuestro cónyuge y otras veces nos sentiremos frustrados hacia nuestra pareja. Este es el verdadero conflicto de alimentar o desarrollar en una relación de pareja únicamente el amor filial, que es el amor sensual. Debe quedar muy claro, que si nos enfocamos sólo en uno o dos niveles del amor, dejando aun lado alguno, estaremos formando una fisura en el amor de nuestra pareja. Esto no nos permitirá nunca llegar a consolidar nuestro matrimonio. Los cónyuges necesitamos entender la importancia de alimentar el amor, del espíritu, del alma y del cuerpo.

El alimento del amor En el Cantar de los Cantares Dios nos dejó un legado en la relación de la pareja. Una de las grandes enseñanzas de los amados de Cantares es el alimento del amor en sus tres dimensiones. Hay tres niveles del amor que son: la capacidad de amar con el espíritu, la capacidad de amar con el alma y la capacidad de amar con el cuerpo. Los tres niveles del amor necesitan ser alimentados única y exclusivamente por nuestro cónyuge. Recordemos que

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cada persona tiene su propia singularidad, es única y particular. Esto nos enseña que la necesidad de una esposa no es la misma necesidad de todas las demás. Por lo tanto no podemos ni debemos de generalizar. El varón como esposo también tiene necesidades totalmente diferentes a las de la mujer, pero de la misma manera la necesidad de un varón no es la misma necesidad de otro. No se debe cometer el error de preguntarle a una amiga o amigo cómo alimentar las necesidades de su cónyuge. ¿Cómo sabemos de qué manera alimentamos a nuestro cónyuge? Contestaremos esta pregunta con varias respuestas. El varón y la mujer tienen diferentes necesidades tanto en su espíritu, en su alma y en su cuerpo que deben de ser atendidas. El alimento del amor eros. Es de suma importancia aprender a alimentar y satisfacer el amor entre la pareja. Para que los cónyuges desarrollen esa capacidad, deben conocerse. El fundamento del conocimiento es la comunicación eficaz. El asiento de la comunicación eficaz es la habilidad de saber escuchar. Digámoslo de otra manera, si queremos satisfacer las necesidades de nuestra pareja, tenemos que saber qué le agrada y qué no le agrada; qué le gusta y qué no le gusta; qué desea y qué no desea. Y esto lo logramos conversando. ¿Cómo puedo saber de qué manera el cuerpo de mi esposa necesita ser amada si no me lo dice? ¿Y si yo le pregunto y ella por timidez o prejuicios no quiere hablar? Entonces es necesario ayudarla. Esta situación puede pasar también con el esposo, no es una situación femenina solamente. El alimento al amor filial. Este es el otro nivel del amor, la necesidad de un alma de ser amada por su cónyuge. En el alma se encuentra nuestra identidad, nuestros sentimientos, nuestras emociones, etcétera. El mayor tribu­to a la identidad de una persona es el amor. Los estudiosos del comportamiento humano han llegado a la conclusión, que la mayoría de personas que tienen problemas con su identidad, es por la falta de amor que tuvieron durante su niñez y adolescencia. El amor filial es el alimento a las necesidades del alma, es la necesidad que tenemos de conectar nuestros sentimientos con

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nuestra pareja. Es la necesidad de conectarnos como personas con nuestro cónyuge. ¿Por qué los hijos se conectan fácilmente con sus padres? Porque hay un vínculo que se formó desde la niñez. Cuando padres e hijos se juntan hay una relación del amor filial, ambos se retroalimentan, porque se pueden conectar. La clave para alimentar nuestro amor filial, en el matrimonio es la conexión. Y la conexión se da, si tenemos una actitud de aceptación y de amor hacia nuestro cónyuge. El alimento al amor ágape. Esta es la dimensión del espíritu del hombre, que también necesita ser amado. El alimento de un espíritu humano es la palabra de Dios, es la ministración de un pan celestial. Las palabras que nosotros decimos a favor o en contra de nuestro cónyuge determinan el alimento que servimos día a día a la mesa en nuestro hogar. La Biblia dice en Proverbios que en nuestra boca está el poder de la vida y de la muerte. Nuestro espíritu necesita ser alimentado con el amor de nuestra pareja, y ese alimento son las palabras que traen vida sobre el espíritu de nuestro cónyuge. Jesús santificó a la Iglesia con el lavamiento de la palabra. Es decir, usó la palabra para alimentar el espíritu.

El cuidado del amor Toda pareja debe aprender a cuidar de su amor, el problema en muchas relaciones no está tanto en lo que hacen, como en lo que dejan de hacer. Descuidan la necesidad de su cónyuge y el amor se empieza a debilitar. Ahora podemos decir con toda libertad que el cuidado del amor implica alimentar el amor del espíritu, el amor del alma y el amor del cuerpo. Este cuidado empieza con entender que nuestro cónyuge tiene necesidades básicas que deben ser atendidas y no descuidadas. Cuando una esposa descuida las necesidades que tiene su esposo, está exponiendo su matrimonio a un deterioro en las relaciones. ¿Cómo se cuida el amor? Satisfaciendo las necesidades básicas que tanto un esposo o esposa tienen. Esas necesidades básicas están en los tres niveles del amor que hemos estado explicando.

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Recapitulando 1. El amor es un fruto que no se mide por lo que hacemos o por lo que obtenemos. Es el fruto del Espíritu que trae consigo una acción, una conducta basada en los principios bíblicos. 2. El amor necesita ser cuidado, como se cuida una semilla. El amor crece y para desarrollarse saludablemente necesita un hábitat adecuado. 3. El amor tiene tres niveles: Amor ágape; amor filial; y amor eros. El amor necesita ser alimentado en sus tres niveles, única y exclusivamente por el cónyuge. 4. El amor debe de ser cuidado a través de satisfacer las necesidades básicas en sus diferentes niveles.

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Los Aliados del Amor “El amor es como el violín: su música cesa de vez en cuando, pero sus cuerdas están allí, para siempre.” J. Masters

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na pareja de recién casados estaban en su segundo día de luna de miel, ella se arreglaba en el baño y él estaba en la cama viendo algunas fotos, cuando de pronto escuchó que su esposa se quejaba diciendo: ¡Qué feo mi pelo, no me gusta mi nariz, la piel la tengo muy reseca y mis labios están demasiado delgados! Él al escucharla, se preguntó –¿qué estará haciendo? ¿Qué está destruyendo a mi esposa? Entró al baño y la rodeó con sus brazos, y le dijo: no te trates así, para mí tú eres una mujer muy hermosa, tú cabello te hace lucir bella, tu piel es muy suave, tus labios te hacen ver tierna. Para probarte mi amor, si sigues tratándote así, voy a romper todos los espejos y yo voy a ser tu único espejo. Esa actitud hizo que ella se sintiera muy amada. Esta ilustración nos enseña que nuestra actitud no está deter­ minada por lo que tenemos, sino por lo que somos, ella no había sido amada correctamente en su vida y en los primeros días de su matrimonio, el fantasma de la baja autoestima la estaba visitando de nuevo. El amor es el centro de la identidad de cualquier persona, cuando un ser humano no ha sido amado correctamente, su desequilibrio en la vida y en su conducta es más que evidente, determinada por su falta de amor. De la misma manera el cimiento de una pareja es el amor, este debe ser cuidado y entendido de la

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manera correcta. Muchos matrimonios tienen la idea equivocada sobre su cónyuge, creen que él o ella deben amarlos porque lo prometieron delante de Dios. En otras palabras consideran que deben de ser amados por obligación. La pregunta del millón es ¿Dura el amor toda la vida? La respuesta es sí y no. Si el amor de una pareja está rodeado de un ambiente adecuado para crecer, entonces sí va a durar toda la vida. Pero si ese amor está rodeado de un ambiente de hostilidad y de intimidación, irremediablemente morirá. El amor tiene sus aliados, estos tienen el propósito de ayudarle a crecer, a madurar, alimentarse y fortalecerse. Veamos cuáles son. ¡Fortalézcanme con pasas, susténtenme con manzanas, porque desfallezco de amor! Cantares 2:5.

El sustento del amor La actitud de la mujer de Cantares es muy clara, ella ama a su amado pero también necesita ser amada, necesita que su amor sea alimentado por su cónyuge. Dos cosas necesitaba la amada:la primera es fortalecer su amor y la segunda es sustentarlo. Ella es muy especifica al decir, “sino me sustentas mi amor se debilita” Esta es una necesidad de alimentar el amor por su amado. El amor no es un sentimiento solamente, ni una simple emoción. La Biblia dice que el amor es el fruto del espíritu. ¿Por qué el amor no puede ser un sentimiento? Porque los sentimientos o emociones están determinados por nuestros pensamientos. Los pensamientos que tenemos se manifiestan a través de nuestras emociones. Mientras que el amor es como una semilla que se siembra en un corazón a través de las palabras que van desarrollándose hasta convertirse en un fruto. La semilla del amor tiene un potencial ilimitado, debe crecer a través de un proceso y un ambiente adecuado. El amor es el vínculo que une matrimonios, es como el agua para los peces en el mar, es como el viento para las aves del cielo, es como la lluvia para la tierra. ¿Qué tenemos que hacer para que el potencial del amor se desarrolle en una pareja y cada día sea más fuerte?

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Hay tres aliados del amor que le permiten desarrollarse, crecer y alimentarse. El conocimiento, el tiempo y el proceso.

Conocimiento La palabra conocimiento es entender a través de las facultades intelectuales la naturaleza, las cualidades y las relaciones de los demás. Es tener un trato y comunicación con el cónyuge. Los meses o años de noviazgo de una pareja les permite conocer un porcentaje muy bajo de su físico, de sus sentimientos e intenciones, pero esta etapa no es suficiente ni eficaz, para conocernos. Una pareja después de quince años de casados aún sigue conociéndose. ¿Qué hay que conocer? La naturaleza, las cualidades, la mente, las actitudes y las relaciones de nuestro cónyuge. La naturaleza: La podemos definir como la esencia y propiedad característica de cada persona. Es decir, nos hemos casado con una persona única, especial, con talentos y habilidades que en ningún otro podemos encontrar. Así también con debilidades y defectos. Una persona que comete errores y que pasa por mo­ mentos difíciles. Al descubrir y conocer las características que hacen a una persona tan singular, y al lograr ver sus cualidades permitimos que nuestro amor se alimente y crezca, y la admiración hacia nuestra pareja vaya creciendo. Un ejemplo: Una de las características de una persona pudiera ser su espíritu de servicio hacia nosotros y hacia aquellos que la rodean. Este espíritu de servicio que llegamos a descubrir en nuestro cónyuge, alimenta nuestro amor. El conocimiento es otro de los aliados del amor, a través de él entendemos las fortalezas y las debilidades de la persona que amamos. Las cualidades son caracteres y habilidades natu­rales o adquiridas que distinguen a cada persona de los demás. ¿Qué nos gustó de nuestra pareja cuando la estábamos conociendo? Posiblemente su amabilidad era una de esas cualidades que él o ella habían adquirido lo que nos atrajo. Las cualidades de nuestro cónyuge nos permiten acercarnos y conocerle de una manera muy especial. Este conocimiento ayuda al amor a fortalecerse e incrementarse.

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Las relaciones como parte del conocimiento. Lo primero que debemos de aprender es que las relaciones son una habilidad, nosotros tenemos la capacidad de desarrollarla, pero ella sola en sí no es suficiente para poderse desarrollar. Hay que desatar esa capacidad de relacionarnos y convertirla en una habilidad. Somos seres humanos con una necesidad y una naturaleza de relación, que si no le damos importancia al desa­ rro­llo, siempre estaremos alejados de los que amamos. Todo ser humano debe aprender a relacionarse con Dios, con su cónyuge, con sus hijos, con sus amigos, con sus compañeros de trabajo, etcétera. Las relaciones son para el amor como el agua para el cuerpo, nos hidrata y nos mantiene saludables. A través de las relaciones podemos conocernos y consolidar nuestro amor. Las relaciones en la pareja necesitan tiempo a solas, momentos específicos para dar lugar a que éstas se puedan desarrollar.

El tiempo El tiempo es otro de los aliados del amor, sin él, no permitimos que el fruto del amor sea regado, abonado y cuidado, lo que trae como consecuencia que el amor de una pareja se marchite. Por lo tanto el amor está ligado íntimamente con el tiempo. Este aliado del amor nos ayuda a comprender que no hay tal cosa como amor a primera vista, que realmente es un mito. El tiempo nos permite despertar para entender que los momentos invertidos en una pareja van a tener sus resultados positivos y que van a dar frutos. Cuando hablamos de tiempo no necesariamente nos referimos a vivir veinticinco años de matrimonio, sin invertir en la pareja, porque esto es igual a no haber invertido nada. Nos estamos refiriendo a la necesidad de invertir tiempo en nuestra pareja desde el primer día de casados. El tiempo afecta positivamente a un matrimonio, si se le dedican horas, días, semanas, meses y años a cultivar la relación como pareja. Entendamos bien, es muy importante dedicarle tiempo a nuestra relación. La Biblia nos enseña que debajo del sol hay un tiempo para cada cosa, “Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo” Eclesiastés 3:11

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Un proceso El amor es un fruto, es más que un sentimiento. Los aliados del amor son: el conocimiento y el tiempo. El conocimiento nos da el entendimiento y el cuadro completo para poder apreciar, valorar y conocer a nuestra pareja. Mientras que el tiempo nos permite llegar ha estar compenetrados en un proceso que le permitirá al amor poder desarrollarse, fortalecerse y crecer sin límites. El proceso es la acción de ir adelante, determinado por el tiempo. Es ese conjunto de fases sucesivas de un fenómeno natural como lo es el matrimonio. En la medida en que se le dedica tiempo la pareja se va ir consolidando como tal, hasta estar compenetrados uno con otro. Esto es lo que llamamos un proceso de tiempo, etapas que debe pasar toda pareja, todas ellas necesarias.

Recapitulando 1. La amada del Cantar de los Cantares claramente pidió a su amado dos cosas para alimentar su amor, una fue fortalecer el amor y la otra fue sustentarlo. 2. Los dos aliados del amor son: El conocimiento, el cual alimenta o sustenta el amor y el tiempo el cual lo fortalece. 3. Toda pareja debe de estar conciente de la necesidad de someter su relación a este proceso tan necesario y de edificación.

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Las Fisuras del Amor

“El que no ama siempre tiene razón: es lo único que tiene.”

M

Antonio Gala

e contaron la historia de una pareja en una ciudad pequeña: Un hombre llega a su casa y encuentra a su esposa con otro hombre en su cama, saca su revólver y le dice al hombre: ¡Esa no es su cama, es la mía bájese de allí, ésta no es su casa sálgase de mi casa! Pero como el hombre estaba desnudo y temblando del miedo, agarró la ropa para vestirse mientras se vestía, le dijo el esposo: Esta mujer necesita dinero para comer, déjele dinero. El infiel empezó a buscar entre sus bolsillos y para su sorpresa lo único que cargaba era una moneda de plata, era todo lo que tenía se la dio y se fue. Mientras tanto la esposa llorando le rogaba a su esposo que la perdonara. Entonces el marido le dice a su mujer infiel: No te preocupes por lo que ha pasado, yo te perdono. Ella creyó que ya todo estaba perdonado, pero cada vez que estaban comiendo, él sin decir una sola palabra sacaba la moneda y tiraba la moneda de plata en la mesa y le decía: Este es el dinero que te dejó el hombre para que comas, por eso estas comiendo. Esa actitud la fue matando poco a poco, hasta que murió. Lo que aprendemos con este lamentable hecho, son las fisuras que se crean en la relación de pareja cuando los problemas que se presentan no se tratan de la manera correcta. Pero la infidelidad no es la única causa de las fisuras en el matrimonio. Cuando una pareja se une en matrimonio hay dos cosas que no se consideran y que muy pocos consejeros o guías espirituales las enseñan. Estas están determinadas por el círculo en el que crecieron tanto

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el varón como la mujer. Crecieron de diferente manera, es decir, ellas crecen relacionándose con amistades del mismo sexo en un ambiente femenino, mientras que los varones crecen alrededor de varones. Por supuesto que no estamos señalando esto como un error, lo que trato de enfocar son las enormes diferencias que tenemos, tanto los varones como las mujeres, con respecto a las relaciones. Por un lado los varones nos inclinamos más a los deportes y somos menos cálidos en nuestras relaciones. Por el otro lado las mujeres tienen una inclinación muy fuerte a las relaciones, son más detallistas, si no observe cuando un grupo de mujeres están hablando. Pero el verdadero problema se da cuando al unirse en matrimonio, el varón no se mete al mundo de su esposa y ella tampoco al mundo de su esposo. No porque no quieran, sino porque no saben cómo hacerlo. Durante su vida antes del matrimonio vivieron alrededor de sus propios círculos. Y ahora se dan cuenta que su cónyuge se mueve en un círculo que ellos desconocen. Estas diferencias empiezan a crear fisuras en el amor, si no son atendidas con sabiduría. Es tal la falta de conocimiento y la ignorancia en relación al sexo opuesto que llegamos a descuidar nuestro amor. Ni siquiera nos damos cuenta cuando empezamos a dañar el amor de nuestro cónyuge. Las esposas dicen: el prometió que me iba amar toda la vida y no lo ha cumplido. Los esposos dicen: No sé que pasó con ella, creo que ya no le intereso.

Las fisuras en el amor Abrí a mi amado, pero mi amado se había ido; había desaparecido. Se me salía el alma, cuando él hablaba. Lo busqué, pero no lo hallé; lo llamé, pero no me respondió. Cantares 5:6. En este verso observamos la primera fisura que se creó en la relación de los amados de Cantares. Él llega por la noche a tratar de entrar al cuarto de su amada. Le pide a su amada que le abra, ella no quiere levantarse porque se ha desvestido y no quiere ensuciarse. El amado intenta abrir pero no puede. Él se va probablemente herido porque fue rechazado. El rechazo crea

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fisuras en las relaciones matrimoniales. Una fisura es una fractura en la parte central de un hueso o un objeto. Es una hendidura en alguna parte. Es una grieta por la cual se pierde la fuerza y la estabilidad. Muchas personas tienen la idea que el amor debe mantenerse como el Peñón de Gibraltar (es un peñón de roca) que ha soportado todo tipo de tormentas. Este es el concepto que muchos tienen sobre el amor, que soporta todo tipo de tormentas de la vida y se mantiene intacto. La Biblia nos enseña que el amor es tan fuerte como la muerte, pero esto no significa que no se pueda descuidar. Es decir, las cosas o actitudes que nosotros conocemos como fuertes y que han perdurado a través de los siglos o se han mantenido a pesar de los problemas de la vida, fueron cuidados de la manera correcta. El amor puede debilitarse por las privaciones, enfermedades, la separación prolongada, el mal trato y el mal funcionamiento. Un ejemplo: Una esposa privada de atenciones tanto en lo físico como en lo emocional, empezará a formar una fisura en su amor. Otro ejemplo claro es la separación prolongada, la falta de contacto visual, físico, emocional y sentimental debilita el amor. No hay palabras que alimentan. El texto que hemos tomado como base nos enseña el daño que se le causa al amor cuando hay una separación, o se enfrenta a una tormenta de indiferencia, como le pasó al amado. El fue a buscar a su amada, ella pudo haber pensado; “¡las horas a las que se le ocurre venir! y si piensa que me voy a levantar... ¡que se olvide!, sobre todo con este frío que hay en este lugar, ni loca. Si me ama se tiene que esperar.” La amada estaba más preocupada por el trabajo que implicaba vestirse y por la incomodidad de ensuciarse, que por retroalimentar el amor. Dos actitudes negativas observamos en la amada. 1) Era egocéntrica; y 2) Era impaciente. Aquí observamos un problema matrimonial causado por las actitudes de la amada y que causaron la separación por un momento. Esta separación le ayuda a ella a crecer, la amada ha entendido su error y vemos cómo lo corrige. Actuó inmediatamente, fue a buscar a su amado. En la búsqueda del amado ella fue herida, fue golpeada y fue desnudada, este golpe al amor causó daños en la comunicación de la pareja, ella nos describe las consecuencias que tuvo que enfrentar para volverse a conectar con su amado. Lo busqué pero no lo hallé; lo llamé pero no me respondió. Las vivencias de la sulamita

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en su relación nos enseñan qué tan fácil puede ser dañado el amor, la Biblia dice que el amor es tan poderoso como la muerte pero es vital cuidarlo y no caer en la irresponsabilidad de hacerle una fisura que lo debilite.

El amor es vulnerable Vulnerable quiere decir que puede ser herido o recibir una lesión moral. El amor es tan fuerte como la muerte, pero si no se cuida puede ser vulnerable a una o varias heridas o ser lesionado para toda la vida, si no se atiende correctamente. El amor es vulnerable al dolor, a los traumas y a la agresión. Estos tres los podríamos definir como la “criptonita del amor”. Usted recordará cómo Súperman era invencible, nadie ni nada lo podía vencer. Pero tenía un secreto: la criptonita lo debilitaba. Así es el amor, el dolor, los traumas y la agresión, lo debilitan. Son los causantes de que el amor empiece a debilitarse, a dañarse, y hasta puede llegar a fracturarse. El dolor no podemos eliminarlo de la vida, es parte del crecimiento y de nuestro diario vivir. Pero el dolor que va dirigido a la identidad de la persona no es saludable para el amor. Un ejemplo: El dolor que causa en una pareja la enfermedad incurable de un hijo, los puede alejar el uno del otro por sentirse culpables del engendramiento de él. Da lugar a discusiones, sentimientos de culpabilidad y la incertidumbre de buscar un culpable. Ahora bien, este dolor se puede manejar correctamente aplicando la gracia y la verdad para que los padres comprendan el propósito de Dios y el porqué del nacimiento de un hijo con cierta enfermedad. Pero el dolor causado por el rechazo del cónyuge o de un padre debilita el amor y lo hace vulnerable. ¿Por qué? Porque atenta contra la identidad de la otra persona. El amado del Cantar de los Cantares fue rechazado por su amada. El rechazo de ella lo hirió a él, esa actitud de indiferencia hacia el enamoramiento de su amado, hizo del amor de la pareja, un amor vulnerable, un amor lesionado y herido. Uno de los síntomas de una persona herida es su aislamiento y por lo tanto se empieza a alejar. ¿Por qué se fue el amado? Porque se sintió herido. En los animales es muy claro ver esto, como ellos no razonan sus sentimientos, sólo actúan por instintos, cuando el dueño de un

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perro le da un puntapié a su mascota, ésta inmediatamente se aleja. El ser humano en la mayoría de ocasiones se queda por un tiempo en el lugar donde lo están hiriendo, por diferentes razones como el orgullo, temor, confusión, etcétera. Pero tarde o temprano se alejará. Otra de las cosas que lesiona el amor son los traumas. Trauma es un choque sentimental; es una emoción que deja en el individuo que lo ha sufrido una impresión duradera y difícil de asimilar. Los malos tratos causan traumas en el amor, que lo lesionan durante todo el tiempo que permanezca el trauma. Un amor con un trauma por el miedo a la violencia y a los abusos verbales que el cónyuge utilizó en los primeros años del matrimonio causa una grave lesión en el amor. ¿Cómo sanarlo? El primer paso para la sanidad es la aplicación del perdón, que es igual a usar la verdad; el segundo paso para alcanzar la plena sanidad es la aceptación de la condición de nuestro cónyuge, que es igual a vivir bajo la gracia de Dios; el tercer paso para ser sanados es la paciencia, que es el equivalente al tiempo. El amor también es vulnerable a la agresión. La agresión es el acto contrario al derecho de otra persona, que se expresa de forma física, verbal o simbólica. Es el acto de hostilidad o intimidación innecesario para la autoprotección o la conservación. La agresión física: Esta causa una lesión en el amor porque destruye la identidad de una persona y la somete al yugo de otra, como un objeto de su propiedad, o un esclavo, o un animal. La agresión verbal: Ésta atenta contra la estima de una persona y destruye el yo de él o de ella. Es decir, la agresión verbal desvaloriza al cónyuge que es agredido a tal punto que puede desequilibrarse y por supuesto lesionar su amor. La agresión simbólica: Es aquella que agrede las representaciones de autoridad o de amor que le rodean. Por ejemplo: La madre hablándole mal a los hijos de la figura de un padre, es una agresión simbólica que lesiona el amor.

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Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor. Efesios 6:4. Este pasaje nos habla de la importancia que los padres no agredan a sus hijos, porque la agresión provoca ira. ¿Cómo sanar las lesiones en el amor? Aprendiendo a vivir con nuestra pareja. Cuidando el hecho de no provocar dolor, que atenta contra la identidad de la persona. Vivir de tal manera que no seamos los responsables de los traumas en los integrantes de nuestra familia. Y tener la capacidad de ser responsables y hablar con responsabilidad para no agredir a los que amamos. En el caso de haber ya cometido agresión contra el cónyuge, debemos: Aplicar la gracia, la verdad y hacer del tiempo, nuestro mejor aliado para esperar una restauración plena en nuestros matrimonios. Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas. 1 Pedro 3:7 Este verso nos insta a vivir con nuestra esposa de manera comprensiva, dándole el honor que como mujer y coheredera de la gracia de la vida merece. Si nosotros como esposos obedecemos al mandato del Señor e inclinamos nuestros corazones para que la palabra de Dios crezca, como una semilla dentro de nuestro ser, seremos bendecidos abundantemente y veremos el fruto en nuestra esposa. Ellas serán amadas a la manera como Cristo amó a la Iglesia, y esto desatará un poder en el matrimonio, el cual bendecirá tanto a los hijos, como a la esposa, y por supuesto al esposo.

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Recapitulando 1. El amor puede ser dañado al recibir una fisura que es igual a formar una grieta en el amor que lo lleva a perder la fuerza y la estabilidad. Una fisura en el amor puede ser causada por el mal trato, o por la separación prolongada de la pareja. 2. El amor hay que cuidarlo para que no sea dañado con una fisura, que lo debilite y pierda su fuerza. 3. El amor es vulnerable al dolor, a los traumas y a la agresión. Estos traen heridas y lesionan el amor. Un amor lesionado está limitado a dar y a permanecer. 4. ¿Cómo sanamos y reparamos las fisuras que hay en nuestro amor de pareja? A través de aplicar la gracia, la verdad y el tiempo.

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La Perspectiva del Amor

“Son muchos más lo que quieren ser amados, que los que están dispuestos a amar.” Chamfort

A

lgunas preguntas nos ayudan a conocer la perspectiva que tenemos sobre el amor. ¿El verdadero amor dura para siempre? ¿El que se casó sin amar puede llegar amar? ¿Tienen el mismo concepto el hombre y la mujer del amor? ¿Crece el amor? ¿Qué tenemos que hacer para que crezca el amor? ¿Hay algún indicador que nos muestre qué nivel de amor tenemos? Estas preguntas nos ayudarán a profundizar en los principios fundamentales para mantener la temperatura ideal de nuestro amor por nuestro cónyuge. Si evaluamos nuestra relación en pareja, sabremos cómo andamos. Cada uno tiene una perspectiva diferente del amor y de las circunstancias que lo rodean. La perspectiva la podemos ilustrar con la historia de aquel padre que estaba atendiendo a su hija que se quejaba y lloraba porque tenía problemas con su novio, el papá le pidió que lo siguiera hacia la cocina, tomó tres ollas con agua y las puso en la estufa, la hija obviamente reaccionó y le dijo a su padre: ¿Qué estás haciendo?, no me estás poniendo atención. Sólo observa, le dijo el papá. Mientras ponía dentro de cada olla un huevo, una zanahoria y un poco de café. Cuando el agua empezó a hervir el padre le mostró a su hija tres cosas interesantes que estaban pasando. El huevo se había endurecido, la zanahoria se había ablandado y el café cambió la química del agua. Entonces el padre dijo: Así como opera el agua caliente en las cosas que están dentro de ella así son los problemas. El huevo simboliza nuestro espíritu que a través de los problemas se fortalece, la zanahoria simboliza nuestra

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alma que a través de los problemas nos van sensibilizando, y por último, al igual que el café cambió la química del agua cuando ésta empezó a hervir, los problemas cambian nuestra manera de pensar y producen en nuestro carácter paciencia. Así que los problemas que estás pasando –le dijo el padre a su hija–, te están ayudando a tener una perspectiva correcta y te van a traer mucho beneficio. El libro de Cantares nos dice que el amor es tan fuerte como la muerte, pero en ninguna parte dice que es invencible o que no se debilita. Así que, si en el amor no se tiene un trato adecuado, se puede diluir. El amor tiene la fuerza de sufrir y soportar, todo. Pero también puede debilitarse y morir, podemos perderlo si no sabemos cuidarlo. La clave es tener una perspectiva correcta sobre el amor, y para lograr esto necesitamos que la palabra de Dios sintonice nuestros sentidos con los principios divinos. Pónme como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo, porque fuerte como la muerte es el amor, inexorables como el Seol, los celos; sus destellos, destellos de fuego, la llama misma del Señor. Cantares 8:6

El trato con el amor El amor necesita ser alimentado, en la mente, en el corazón, y en el cuerpo. Una comunicación eficaz es necesaria para el creci­miento del amor. Sin una comunicación eficaz no hay entendimiento y por lo consiguiente no hay crecimiento en la pareja. El capítulo ocho de Cantares nos habla de un amor que marca y transforma interna y externamente a un hombre o mujer. La operación tanto interna como externa que produce el amor en una persona es vital. Si algo aprendemos en estos versos, es el trato que los amados le dan al amor. Es el último capítulo de una pareja que ha madurado en su amor, y que a través del tiempo han crecido en él. Ambos le han dado un toque significativo en el amor del cuerpo, enseñándonos cómo debemos nosotros expresar nuestro amor. Ella le dice a su amado que le ponga como un sello sobre tu brazo. Cuando hablamos del trato del amor no podemos pasar por

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alto la necesidad que tiene un esposo o esposa de ser amados a nivel de su cuerpo, las parejas que se enfrían en su amor físico es porque no trataron este nivel adecuadamente. El cuerpo de un cónyuge necesita ese sello, saber que su pareja está pendiente de todas sus necesidades. Esto es igual a protección, satisfacción, cuidado y toques físicos significativos. Le llamamos toque signi­ ficativo, a un abrazo, un beso, una caricia, etcétera. Pero al mismo tiempo hay otra necesidad de un cónyuge, y es la de sentirse amado internamente. Ésta se expresa en el verso ocho cuando dice: Pónme como sello sobre tu corazón. Aquí hay una manifestación de una necesidad interna que existe en todas las parejas. Cuando atendemos las necesidades externas e internas de nues­ tro cónyuge estaremos fortaleciendo el amor, y este será cada día más fuerte. Es la necesidad de conectarnos de corazón a corazón con nuestro cónyuge. Algo que es muy importante diferenciar es cómo ven las mujeres el amor y cómo lo ven los hombres.

¿Cómo ven los hombres el amor? Los hombres tienen más desarrollado el sentido de la vista que la mujer, él admira más la belleza en comparación a la mujer. He ahí la importancia de que la esposa se vista y se arregle para su esposo. La figura física es muy importante para el hombre. Cuando leemos todo el idilio que vivieron los novios del Cantar de los Cantares, y analizamos su forma tan peculiar en que ambos se expresaban el amor; aprendemos cómo ven los hombres el amor y cómo lo ven las mujeres. El amado enarbola la belleza del cuerpo de su amada, es tan detallista que habla de todo. Veamos algunas secciones de diferentes versículos: Oh la más hermosa de la mujeres…; qué bellas son tus mejillas…; tus ojos son como de palomas…; déjame ver tu figura…; porque dulce es tu voz y preciosa es tu figura…; Estos son versos de los dos primeros capítulos de Cantares. Al observar cada una de estas expresiones podemos decir que los hombres tienen una inclinación hacia la belleza física. Realmente

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el hombre necesita alimentar su vista con la belleza de su esposa, es parte de la naturaleza masculina, y la esposa debe primero aprender a conocer la naturaleza masculina de su esposo para luego poder entenderlo. Las intervenciones del amado, cuando está enamorando a su amada van dirigidas en su mayoría a exaltar la belleza física de ella. La pregunta es ¿cómo ven los hombres el amor? Una de las respuestas es a través de los ojos. Hay una necesidad en el varón de alimentar su vista. Oh la más hermosa de las mujeres: Es la expresión del amado por la belleza de su esposa. Ella llena toda expectativa, no porque sea una mujer perfecta en lo físico, sino porque sabe lo que le gusta a su esposo y de esa manera se presenta ante él. Qué bellas son tus mejillas: Los hombres ven el amor a través de la belleza de su esposa, es muy importante para un esposo ver el rostro, la actitud que emana de su esposa. Déjame ver tu figura: Los hombres ven el amor a través del cuerpo de su esposa, cómo luce, la figura de la esposa, alimenta la vista del esposo y es algo tan natural. Porque dulce es tu voz: La manera cómo una esposa se dirige a su esposo despierta el amor en un varón. Los hombres tenemos una necesidad de ser respetados. A través del trato verbal que la esposa usa para dirigirse a su esposo, el respeto que una mujer da a su marido, dice mucho para él. Y éste es un mensaje de amor. Los hombres ven el amor a través del paladar, en este caso pareciera que al ser atendido como a él le gusta tanto en su paladar como su gusto, despierta en los hombres una atracción hacia su esposa. Los estudiosos del comportamiento humano han descubierto que cuando el estómago de un varón es complacido éste avisa a ciertas neuronas en la cabeza para que despierte al amor. Este sólo es un detalle científico que nos puede servir. Nosotros nos apegamos más a los principios de la Biblia, los cuales son más seguros. Cuando una esposa comprende cómo ve su esposo el amor puede entonces compenetrarse mejor, será cada día más fuerte la relación de la pareja.

¿Cómo ven las mujeres el amor? La mujer tiene más desarrollado el sentido del oído en

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relación al amor. La respuesta concreta a la pregunta ¿Cómo ven las mujeres el amor? Es a través del sentido del oído. La mujer necesita constantemente escuchar que lo que hizo está bien hecho, que se mira bonita, que se le ama. Pero al igual que el análisis que hicimos con el amado de Cantares, descubramos ahora a la amada. Hemos desarrollado un estudio de la naturaleza de la mujer, analizando los diferentes versículos donde la sulamita expresa sus necesidades. Que me bese con los besos de su boca; mejor es su amor que el vino; Tu nombre es como perfume derramado; Qué bello y dulce eres tú, oh amado mío; Mi amado habló y me dijo... ¡Levántate oh amada mía! Estos detalles de la amada nos responden a la pregunta ¿Cómo ven el amor las mujeres? Podemos decir que las mujeres ven el amor a través de los oídos, a través del sentido del tacto, el trato que su amado les da, dice mucho para ellas del amor. Tu nombre es como perfume derramado: Para una mujer es muy importante cohabitar con un hombre estable, que día a día crece en lo que hace, esto despierta en ella la admiración. Como lo expresó la amada de Cantares. Tu nombre es como perfume derramado, en otras palabras ella dijo: en todas partes hablan bien de ti. La mujer ve el amor a través del olfato, ellas tiene más desarrollado este sentido. En los años que tengo de estar aconsejando y ministrando matrimonios, nunca he escuchado que algún varón venga y diga: “mi esposa no le gusta bañarse”, pero sí es la queja de muchas mujeres, es decir; les afecta a tal punto que en muchos casos esto se convierte en un conflicto. Qué bello y dulce eres tú: La mujer ve el amor a través del trato que su esposo le da, si éste la trata con dulzura, ella será despertada al amor. Mi amado habló y dijo: Las mujeres miran el amor a través de las palabras. Para una esposa son muy importantes las palabras que salen de la boca de su esposo, el amor, la dulzura, el cariño y el tacto con que su esposo se refiere a ella. Cuando un esposo conoce la perspectiva de su esposa y entiende cómo ven las mujeres el amor, entonces está en la disposición de poder corresponder a su esposa y esto fortalece el músculo del amor. Hay que cuidarse de

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las costumbres, no hay que darles más importancia que a nuestra relación.

El peligro de la constumbre Me he quitado la ropa, ¿cómo he de vestirme de nuevo? He lavado mis pies, ¿cómo los volveré a ensuciar? Cantares 5:3. Me he quitado la ropa: los patrones de conducta nos llevan muchas veces a creer que son más importantes otros aspectos, y le damos más importancia a nuestros hábitos que a la acción de alimentar el amor en pareja. Ellas dicen: Tú ya sabes que tengo como hábito no levantarme después de haberme quitado la ropa. Muchas veces permitimos que nuestros hábitos, tengan prioridad sobre nuestras relaciones. Este fue el argumento de aquella mujer y uno de sus errores en su relación de pareja. Un error que cometemos frecuentemente, influenciados por el síndrome de la costumbre, es que le damos más importancia a nuestros asuntos personales que a las necesidades de la pareja. La costumbre nos lleva a actuar inconcientemente y perdemos la sensibilidad de retroalimentar nuestro amor. Nos acostumbramos a vivir con nuestro cónyuge, llegamos al punto que la relación sexual es producto de la acción de dormir juntos. La costumbre puede enfermar una relación matrimonial, porque nubla nuestra perspectiva. He lavado mis pies: Los extremos hacen daño, hay personas que la higiene tiene prioridad sobre su relación de amor. La amada está más preocupada por no ensuciarse, que halagada por el deseo de su amado de estar cerca de ella. Hoy conocemos muchas parejas que están teniendo problemas por caminar en los extremos de la vida. La higiene es importante pero nunca debe convertirse en un obstáculo o motivo de pleito en una relación. El hacer las cosas con excelencia es bueno, pero el perfeccionismo destruye una relación matrimonial. Conocí una pareja que tenían problemas de este tipo, cada vez que deseaban tener una relación sexual. Ella no aceptaba estar con su esposo sexualmente si él antes no se bañaba, y a él esto le

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molestaba. Esta actitud daña el amor en la pareja. También conocí otro matrimonio donde el esposo tenía una actitud perfeccionista. Él era tan exagerado que calendarizaba las relaciones sexuales y por supuesto que esto a ella la hería. Al dar estos ejemplos quiero demostrar cómo los extremos hacen daño. Este tipo de actitudes debilitan el amor, no debemos dejar que nuestras relaciones en pareja se erosionen por las costumbres o hábitos equivocados. Debemos de estar concientes que tanto las costumbres como el perfeccionismo, destruyen la perspectiva correcta en el matrimonio.

Recapitulando 1. El amor que la Biblia nos habla en una relación de matrimonio debe de abarcar el ser interior y el cuerpo físico. Debemos de amar a nuestro cónyuge en su yo, como en su cuerpo. 2. Una de las preguntas que nos hemos hecho es ¿Cómo ven los hombres el amor? A través de los ojos, es decir a través de la belleza de su esposa, a través de la figura de la amada, a través del respeto que una esposa tiene hacia su esposo. 3. Otra de las preguntas que planteamos fue ¿Cómo ven las mujeres el amor? La Biblia nos responde así: A través del trato, a través de la estabilidad que le provee su esposo, a través de las palabras que un esposo le dice a su esposa. 4. La perspectiva en el matrimonio debe cuidarse a través de la sensibilidad del uno por el otro, ya que la costumbre nos lleva a vivir en un círculo donde nos adormecemos.

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El Amor y la Libertad

“El matrimonio es una caja de engranes de 3 velocidades: Respeto, Amistad y Amor; no es aconsejable iniciar el amor sin haber pasado antes por la amistad y el respeto. Siendo el respeto la base del amor, la amistad es su más segura guía.” Anónimo

L

os valores de la generación a la que pertenecemos están fundamentados en el sistema que nos rodea. Hoy la palabra libertad para la gran mayoría es sinónimo de hacer lo que quieran, es sinónimo de moverse sin ningún tipo de limitaciones. Hoy las personas no reconocen sus límites y creen que pueden ser irresponsables a sus acciones o palabras sin recibir las retribuciones por quebrantar los principios divinos. Nuestra generación se parece aquel joven que estaba jugando y bailando en la calle. Era un jovencito que no le importaba quién estuviera frente a él, todas las personas debían quitarse porque él estaba jugando. En uno de sus movimientos golpeó a un anciano, él cual le dijo: Ten cuidado, pues me estás golpeando. A lo que el joven respondió: Estoy en la calle y soy libre. Sí, –le dijo el anciano–. Pero tu libertad termina donde comienza la mía. Una verdad basada en un principio divino fue lo que aquel anciano le enseñó al joven. Es obvio que a este joven no le habían enseñado que cada uno de nosotros tenemos un área de acción, tenemos límites y debemos respetarlos. Al aplicar este principio en el matrimonio, podríamos decir: Mi libertad termina donde comienza la de mi cónyuge. Hay una diferencia entre vivir con libertad y vivir en libertinaje. Una pareja debe vivir bajo el principio divino de la libertad, y para manejar correctamente ese principio debe hacerse un pacto con el compromiso.

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Pero el que presta atención a la perfecta ley de la libertad y que persevera en ella, sin ser oidor olvidadizo sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Santiago 1:25

El amor y la libertad

Santiago nos da un panorama del área de acción de la libertad. Pero antes de analizar el amor y la libertad a la luz de la palabra, quiero que ahondemos sobre el patrón de muchos matrimonios hoy en día. En un porcentaje muy alto las parejas han caído en una trampa de poder. En la mayoría de casos tanto el esposo como la esposa toman control de la libertad de sus cónyuges. Esta es una enfermedad determinada por doctrinas de hombres y de demonios. El pacto matrimonial no es sinónimo de perder la identidad y la libertad. El hombre o la mujer cuando llegan al matrimonio tienen la tendencia a querer controlar a su compañero, se auxilian de diferentes estrategias para lograr su objetivo, el control total de su pareja. Hay pleitos, manipulación, abusos verbales, alejamientos, etcétera. Todo con el propósito de tomar el control de su cónyuge. En las parejas cristianas también pasa esto, con la diferencia que se cambia el patrón, cambian de herramienta para anular la identidad de su compañero. Utilizan la Biblia para poder controlar. Si es el varón el que está tratando de tomar control sobre su esposa, le recita el famoso verso que dice: mujeres estad sujetas a vuestros maridos. 1 Pedro 3:1. Mientras que si es la mujer la que está tratando de tomar control sobre su esposo le dice: Si no me tratas bien, tus oraciones va han ser estorbadas. Y realmente así dice la Biblia. Vosotros, maridos, de la misma manera vivid con ellas con comprensión, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas. 1 Pedro 3:7

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Esta actitud daña la relación de pareja. El amor necesita de la libertad para crecer, sin libertad el amor se empieza a secar y a debilitar. Este es un principio que quiero dejar muy claro, el amor no existe sin libertad y no sobrevive sin ella. Dios amaba a Adán en el huerto y pudo haber impedido que el comiera del árbol del bien y del mal, pero no lo hizo, lo dejó que avanzara y desobedeciera. En otras palabras no le vetó su libertad. Esta es una enseñanza monumental del amor bajo el principio de libertad. Esto me recuerda a aquella pareja, a la que llamaré Gabriel y Marta. Ella trataba por todos los medios de controlar a Gabriel, y esto provocaba que estuvieran peleando constantemente. Marta quería tomar control de la libertad de Gabriel. Un día ella cansada de ver que su esposo no se dejaba le dijo: Te debería de dar vergüenza que se llevan mejor nuestro perro y nuestro gato que nosotros, a lo que Gabriel contestó, trata de mantenerlos unidos amarrándolos con un cordón y verás lo que pasa. El mensaje de Gabriel era muy claro: “quieres tomar control de mi identidad y de mi libertad, quieres que yo haga lo que tú haces, quieres que piense como tú”. Es aquí donde comienza la raíz de nuestros problemas. Este ejemplo nos ilustra el tremendo daño que produce el tratar de anular la identidad de nuestro cónyuge. El amor se verá dañado por esa conducta tan enfermiza. Puede que a este punto algunos estén pensando, todo aquel que se casó no puede seguir viviendo como soltero, y estoy de acuerdo. Pero esto no es igual a perder la libertad. Ahora bien todos nosotros ya sea que estemos casados o solteros, debemos aprender que la libertad tiene un área de acción, y cuando nos salimos de ella, entonces entramos a la tierra del libertinaje, del desorden. En Santiago 2:25 dice que la libertad está determinada por una ley perfecta. Por lo tanto la libertad no es igual a vivir una vida sin límites, o desordenada, o hacer lo que queramos no importando a quien dañemos. La libertad se desarrolla dentro del principio bíblico de responsabilidad. Resumamos este primer punto diciendo, que el área de acción donde el amor puede crecer saludablemente es la libertad y está determinada por los principios y fundamentos bíblicos que hay en nosotros.

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La libertad El amor no puede existir sin libertad, y la libertad no puede existir sin responsabilidad. Uno de los mayores regalos que Dios nos ha dado es la libertad, Él no formó una humanidad que estuviera gobernada por el temor o estuviera robotizada. Por el contrario, creó una humanidad bajo el principio de libertad. La libertad que Dios nos ha dado es el mayor atributo a su poder. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor. Porque el temor conlleva castigo, y el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. 1 Juan 4:18 Es importante entender que no se puede desatar todo el potencial del amor, donde no hay libertad, porque la libertad es la plataforma para que el amor sea ministrado correctamente. El verdadero amor nos hace sentirnos libres, el amor enfermizo manipula, controla, se enseñorea, anula la identidad de la otra persona, mientras que el verdadero amor permite al cónyuge moverse en su círculo del yo. Vivir con libertad es igual a dejar que otros vivan en libertad. Jesús nos amó y al amarnos nos hizo libres. El verdadero amor lleva a una persona a ser libre, a poderse expresar sin ningún temor. Pero la libertad debe de estar medida por la responsabilidad. Ser libre no es igual a hacer lo que uno quiera, actuar irresponsablemente o vivir sin reconocer límites o fronteras. No confundamos libertad con libertinaje. La verdadera libertad que se da a través del amor, es aquella que podemos disfrutar bajo el principio de responsabilidad. Ser libre no es igual a no tener límites o fronteras. Mi libertad termina donde comienza la de mi cónyuge. Eva en el jardín del Edén era amada por Dios y por su esposo. Ellos vivieron en el Edén muchos años bajo el principio de libertad. Su amor era maravilloso porque tenían libertad y responsabilidad. Un día Eva fue engañada, le fueron presentados otros valores y ella los adoptó. Eva dejó a un lado el principio de la responsabilidad y su libertad se convirtió en libertinaje. Los resultados fueron desastrosos. Ella invadió un área de acción

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que no le correspondía, invadió un territorio ajeno. Al principio a Eva le pareció fabuloso e involucró a Adán. Como a todos nos ha pasado, cuando damos los primeros pasos en el libertinaje nos parece que todo está bien, hasta que nos estrellamos. Eva y Adán aprendieron la lección, no hay libertad sin responsabilidad.

La responsabilidad La responsabilidad es la capacidad u obligación de responder de los actos propios, y en algunos casos de los ajenos. Es responder adecuadamente ante nuestras acciones. Es muy simple darnos cuenta que tan desarrollado está nuestro sentido de la responsabilidad. De cada palabra que sale de nuestra boca y de cada acción que realizamos debemos hacernos responsables. Pero muchas veces no nos hacemos responsables de las palabras que salen de nuestros labios. ¿Por qué? Porque no hemos aprendido a crecer en la responsabilidad. Muchos de los problemas en las parejas son causados porque el cónyuge dijo algunas palabras que ofendieron al otro. Normalmente el ofensor cuando le reclaman dice “yo no dije eso”, y deja a su cónyuge con ese trago amargo. Demostrando así la irresponsabilidad que tenemos aun al hablar. Yo diría que la mayoría de las personas, no se hacen responsables de las palabras que salen de su boca. Si queremos agradar a Dios y construir una relación saludable con nuestro cónyuge, debemos de hacer un compromiso con la responsabilidad. Cuando vivimos en libertad, tenemos la capacidad de elegir en todos los aspectos de la vida. Adán vivió en el Edén bajo el principio de libertad y responsabilidad, pero cuando perdió el sentido de la responsabilidad y empezó a vivir en libertinaje, desobedeció y Dios lo confrontó. La actitud de Adán fue equivocada al echarle la culpa a su esposa y no hacerse responsable de sus acciones, lo que hizo fue buscar nada más un culpable. También Eva era libre pero su libertad terminaba donde comenzaba el área del árbol del bien y del mal. La única manera en que ella podía abstenerse de ingresar a un lugar donde nadie la iba a detener, era vivir con el principio de libertad bajo responsabilidad. Eva decidió vivir su libertad sin responsabilidad, ese fue el inicio de su fracaso, ya no se hizo cargo de sus acciones. Cuando Dios la confrontó ella nunca se hizo responsable de

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sus hechos. Es decir, no vivía con responsabilidad. El amor sin libertad se convierte en un amor enfermizo, y la libertad sin la responsabilidad nos lleva a vivir una vida desordenada. Es vital aprender este principio. El amor no puede existir sin libertad y la libertad no puede existir sin responsabilidad. Jesús dijo: Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Juan 14:15. Este es amor con libertad y responsabilidad. El que ama es libre pero tiene la responsabilidad de guardar los mandamientos. A nadie se le impone nada, no es por amenazas, ni por temor o manipulación. Es el amor que está sostenido por dos columnas: la libertad y la responsabilidad.

Recapitulando 1. El amor y la libertad deben de habitar en armonía, en unidad. El amor necesita de la libertad para vivir saludablemente, sin libertad el amor empieza a agonizar. 2. El amor no puede existir sin libertad y la libertad no puede existir sin la responsabilidad. Son indivisibles, ni la libertad sin responsabilidad, ni la responsabilidad sin libertad. 3. La libertad permite que el amor se desarrolle sin ningún tipo de limitaciones. Y la responsabilidad nos muestra cuáles son nuestros límites en la libertad.

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El Amor de un Esposo “En un beso sabrás todo lo que he callado.”

Pablo Neruda

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l matrimonio es una empresa divina, una unión que fue establecida por la voluntad de Dios. Dentro de los principios que el Señor estableció está el papel del varón como cabeza de su esposa. Cuando la Biblia habla de esto se refiere a ser líder, a ser ejemplo, a ir adelante en todas las cosas. El amor de un matrimonio, no es responsabilidad únicamente de la esposa. Un esposo debe de amar a su esposa. Veamos un ejemplo que nos ayudará a entender cómo debe amar un esposo. Este hombre era un capitán del ejército de los Estados Unidos. Él ya había terminado su servicio militar y estaba retirado, tenía su propio negocio. Un día venía de su negocio y mientras manejaba rumbo a su casa empezó a desear sexualmente a su esposa, pasó comprándole rosas rojas para llevarle. Venía meditando qué iba hacer al entrar, pensó la voy a abrazar por detrás y la voy a besar. Mientras tanto la esposa en la casa estaba muy estresada y de mal humor, atrasada con lo que estaba cocinando, la casa era un desastre y los tres hijos que tenía, la habían hecho pasar una mala tarde, y para poner más cargas a esta situación, ellos tenían tareas de la escuela. Bajo esas condiciones se apareció el capitán del ejército que estaba deseando a su esposa. Efectivamente al llegar entró con las rosas rojas, la abrazó por atrás y empezó a enamorarla. La esposa se puso muy molesta y esa fue la gota que rebalsó el vaso. Ella empezó a llorar, se fue para la sala y le dijo: He estado todo el día luchando por terminar el oficio de la

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casa, los niños se han portado muy mal, estoy atrasada en todo y tú pensando en tener algo conmigo en vez de ayudarme. El capitán la escuchó hasta que ella se desahogó. Él le dijo: no te preocupes ve al cuarto a descansar yo me encargo. Se organizó inmediatamente, terminó de cocinar, limpió la casa y ayudó a los niños en sus tareas. Cuatro horas después, cuando entró a la recámara, allí estaba su esposa, con un negligé puesto, preparada para estar con su esposo íntimamente. ¿Cuántas veces nos ha pasado lo mismo que al capitán, pero no hemos reaccionado de la misma manera? Esta historia nos ilustra la manera correcta en que un esposo debe amar y entender a su esposa. Sabemos que una de las grandes enfermedades de nuestra sociedad es la infidelidad de los varones en el hogar, y la falta de amor para con su esposa. Muchas veces la esposa se queja por la falta de atención y de amor de su esposo. Una esposa lo único que quiere es estar segura que su esposo la ama. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, Efesios 5:25-26

Cristo y la Iglesia Estos dos versículos de Efesios, muestran una visión elevada del matrimonio. Aquí el matrimonio no es una necesidad práctica ni una cura para el deseo sexual, sino una figura de la relación entre Cristo y su Iglesia. El consejo de Pablo a los efesios es el ideal bíblico para el matrimonio. La relación de pareja, para Pablo es una unión santa, un símbolo viviente, una preciosa relación que merece un amor en la dimensión que Cristo ama a la Iglesia. Efesios nos describe cómo Cristo amó a la Iglesia. Primero viene el mandato: Maridos amad a vuestras mujeres; segundo viene la medida, como Cristo amó a la Iglesia; y tercero vienen los parámetros, se dio a sí mismo por ella, para santificarla. La primera parte de este verso nos indica cómo un esposo debe amar a su esposa. “Maridos amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la

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Iglesia”. El parámetro que tiene el esposo para amar a su esposa es la manera en que Cristo amó a la Iglesia. La raíz griega de amor es ágape, la capacidad que tiene el espíritu para amar. ¿Cuál es la medida de un esposo para amar a su esposa? La medida del amor de Cristo. Notemos que el amor de Cristo por la Iglesia no es solamente un amor de palabras, es un amor de hechos por su amada. Donde el Señor se da y da todo por la Iglesia. Esta es la dimensión del amor donde se da sin esperar recibir, donde el que da se goza de dar y su alimento está determinado por lo que da. Al leer estos versículos de Efesios encontramos cinco parámetros para amar a nuestra esposa, como Cristo amó a la Iglesia. Un amor sin reservas, un amor que da todo, un amor sacrificado, un amor que se entrega y un amor purificador.

Un amor sin reservas La segunda parte del verso dice que se dio a sí mismo. Es a esta acción que llamamos un amor sin reservas, donde el esposo no entrega solamente todo lo que tiene, sino se da él mismo por amor a su esposa. El esposo necesita aprender del amor de Cristo para amar a su esposa sin reservas y rendirse completamente. Es un proceso de aprendizaje. ¿Qué implica la expresión se dio a sí mismo? Expliquémoslo con la Biblia. Y llamó a sí a la gente, juntamente con sus discípulos, y les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. Marcos 8:34-35 Jesús nos explica la perspectiva correcta sobre la vida y en este caso en específico, sobre el amor. Darse a sí mismo es igual a negarse. El negarse a sí mismo está seguido de tomar la cruz. La cruz es sinónimo de muerte, en otras palabras, hay que negarse hasta rendir nuestra propia vida. ¿Cómo debe de amar un esposo a su esposa? Debe negarse a sí mismo para poder entregarse a ella, y

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esa actitud de entrega debe llegar hasta dar su vida por su esposa. Es una ofrenda a su matrimonio, sólo que la ofrenda es el esposo. A esto es lo que llamamos un amor sin reservas. Concretemos este punto diciendo, amar sin reservas es igual a negarse a sí mismo, a no buscar sus intereses sino los de su amada.

Un amor que da todo Jesús dio su vida, en servicio a los demás y entregó su vida al morir en la cruz para que podamos nosotros vivir. Ahora, ¿Qué implica el hecho de dar su vida? El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente también con él todas las cosas? Romanos. 8.33 Amar a la manera de Cristo es dar todo lo que tenemos, es dar lo mejor de nosotros cada día. El esposo que aprende a amar a su esposa en esta dimensión, da cada día lo mejor de sí. Y hasta que no da todo lo que tiene no queda satisfecho. Si amamos de tal manera que podemos darnos a nosotros mismos, también podemos darle a nuestra esposa todo lo que tenemos. Muchas esposas tienen problemas porque viven limitadas por su esposo, no porque traten de tener más de lo que tienen para gastar o más de lo que reciben, sino porque sienten que no se les da toda la atención que necesitan, o todos los recursos económicos que el esposo puede darles. Hay esposas que están necesitadas de amor, de atención, de comprensión, también de aspectos materiales, necesitadas de elogios. No tienen un esposo que haya aprendido el significado de un amor que da todo. Al concretar este segundo punto, podemos decir que un amor que da todo es igual a dar nuestra vida por la mujer que amamos.

Un amor sacrificado La palabra sacrificio es sinónimo de dar o hacer algo que nos

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cuesta o que no es fácil, es esforzarse más allá de nuestros intereses personales. Jesús no sólo se negó a sí mismo, sino tomó su cruz y dio su vida para que la Iglesia pudiera vivir. Esto es un amor sacrificado donde ofrendamos nuestra vida por nuestra esposa. El amor de una madre por sus hijos nos ilustra correctamente lo que significa un amor sacrificado. La madre se desvela por sus hijos cuando los está criando, se quita el pan de la boca para que ellos coman, hace un sacrificio enorme para traerlos a la vida, soportando los dolores del parto. Esto es un amor sacrificado. De la misma manera Cristo durante su ministerio terrenal, soportó todo tipo de pruebas, se sacrificó por amor a la Iglesia. Como esposos necesitamos aprender a amar a nuestra esposa con un amor sacrificado. El secreto radica en el hecho de que nosotros tomemos nuestra cruz y avancemos la milla extra. Fue despreciado y desechado por los hombres, varón de dolores y experimentado en el sufrimiento. Y como escondimos de él el rostro, lo menospreciamos y no lo estimamos. Ciertamente él llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores. Nosotros le tuvimos por azotado, como herido por Dios, y afligido. Isaías 53:3 Este verso nos enseña hasta dónde llegó el sacrificio de Jesús. Fue despreciado y desechado por los hombres; sometido al dolor y al sufrimiento todo por amor. La Biblia no dice que el matrimonio es una cárcel o una cámara de gases donde se debe sufrir. El mensaje de la palabra de Dios es que el amor de un esposo hacia su esposa, debe ser como el de Cristo hacia la Iglesia, sacrificado. Concretemos el tercer punto recordando las palabras del salmista: Los que con lágrimas sembraron con regocijo segarán. El fruto del amor tiene un precio.

Un amor que se entrega La palabra entregarse en su raíz griega se traduce como: rendirse, dar a luz, transmitir. Al hablar de un amor que se entrega, tenemos que explicar que no es lo mismo dar algo porque nos lo

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piden, que dar algo porque nosotros queremos agradar a nuestro cónyuge. Y este es el principio que nos enseña el Señor, es dar algo que no nos están pidiendo. El amor de Cristo por la Iglesia, es un amor que se entregó, sin ningún tipo de petición. Notemos que tanto el mundo como la Iglesia no le estaban pidiendo a Jesús que se entregara, Él se dio por amor a nosotros, se entregó. Era algo que necesitábamos, pero no teníamos la solvencia para pedirlo y mucho menos exigirlo. Con Cristo he sido juntamente crucificado; y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí. Galatas 2:20. Este es el cuarto parámetro que la Biblia nos muestra el amor de Cristo por la Iglesia. De la misma manera un esposo debe amar a su esposa, con un amor que se entrega. No debemos esperar que nuestra esposa nos pida que la amemos, que le pongamos atención, que la escuchemos, que la enamoremos. Debemos de entregarnos, el que ama se entrega. Concretemos este cuarto punto diciendo que el amor que se entrega es igual a llegar al beneplácito, complacer los deseos y la voluntad de nuestra esposa.

Un amor que purifica El amor de Dios procura limpiar por completo al ser amado de toda forma de pecado y de maldad. Cristo amó a la Iglesia con un amor purificador, esto es igual a ayudarle a corregir sus errores. El quinto parámetro para amar a nuestra esposa está en la medida del amor de Cristo, es el amor que purifica. El verso que estamos estudiando de Efesios 5:26, en su parte final dice: Habiéndola purificado por medio del lavamiento del agua en la palabra. El mecanismo para mostrar un amor que purifica es la palabra. La Biblia dice en Proverbios 18:21 que en la lengua está el poder de la vida y de la muerte. Las palabras que salen de los labios de un esposo hacia su esposa van a determinar el curso de su matrimonio.

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El esposo debe aprender del Señor y purificar día a día a su esposa a través de las palabras que le ministra, pero hay que tener mucho cuidado porque en muchos casos, las palabras que escucha una esposa son palabras de muerte y no de vida. ¿Cómo podemos fluir con un amor purificador? A través del lavamiento del agua, que son las palabras de vida que le ministra su esposo al corazón, a la mente y al espíritu de ella. Concretemos este último punto del amor que purifica diciendo que las palabras que bendicen, edifican, alientan y animan, desarrollan el amor purificador. La esposa será grandemente bendecida y purificada por la ministración de vida que su esposo tiene día a día sobre ella.

Recapitulando 1. El amor de un esposo hacia su esposa marcará una diferencia en una relación de pareja que trae grandes bendiciones sobre el matrimonio. 2. El Señor Jesús es el modelo a seguir en el amor del varón para con su esposa. Pablo en Efesios nos muestra el camino para que aprendamos a amar a nuestra esposa y alcancemos el nivel de Cristo para amar. 3. Cinco parámetros encontramos en el amor de Cristo hacia la Iglesia: el primero es el amor sin reservas; el segundo, un amor que da todo; el tercero, un amor sacrificado; el cuarto, un amor que se entrega; y el quinto, un amor que purifica.

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Las Cualidades del Amor

“Nadie tiene dominio sobre el amor, pero el amor domina todas las cosas”

La Fontaine.

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n anciano iba de puerta en puerta vendiendo cajitas de un cemento que podía reparar todos los jarrones, y aun los corazones rotos. Cuando algunos lo escucharon, lo único que hicieron fue burlarse de él, pero los que compraron una de esas cajitas por un centavo, al abrirlas encontraron el pegamento que el anciano ofrecía y además un pedacito de papel adentro, en el que estaba escrita la palabra amor. ¡Qué remedio tan eficaz para los corazones rotos! El amor tiene cualidades que muchas veces no vemos, porque desconocemos cómo cultivarlo y cómo desatar todo su potencial. Es tan importante que disfrutemos en la relación de pareja las cualidades del amor. Muchos se han de preguntar ¿Cómo encontrar las cualidades del amor y cuáles son? La Biblia, el libro de los libros, la palabra inspirada por Dios, pone delante de nosotros las respuestas a todos los porqué de la vida. Veamos a través de las escrituras las cualidades del amor. Porque fuerte como la muerte es el amor; inconmovible como el Seol es la pasión. Sus brasas son brasas de fuego; es como poderosa llama. Las poderosas aguas no pueden apagar el amor, ni lo pueden anegar los ríos. Si el hombre diese todas las riquezas de su casa para comprar el amor, de cierto lo despreciarían. Cantares 8:6-7

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El amor es tenaz La primera cualidad del amor la encontramos en la expresión: Porque fuerte como la muerte es el amor. ¿Por qué la Biblia hace una comparación entre la muerte y el amor? Por el poder que tiene la muerte sobre la vida. Como la muerte es para la vida, así es el amor para el matrimonio. La verdad central de Cantares es la fuerza que tiene el amor, es comparada con la fuerza que tiene la muerte. Observemos la relación que tiene la muerte con la vida. La vida tiene su propia fuerza pero la muerte pone fin a la vida, el poder de la vida biológica no se compara con el poder de la muerte. Porque fuerte como la muerte es el amor. Es decir, la muerte es más poderosa que la vida pues la vida acaba cuando la muerte le sorprende. Salomón hace una comparación de la muerte con el amor. Él nos está tratando de enseñar el poder que tiene el amor, y lo que significa el amor para el matrimonio. Como la muerte absorbe la vida, así el amor absorbe el matrimonio. El escritor de Cantares está declarando que el amor es tenaz como la muerte. La palabra tenaz es igual a: Oponer mucha resistencia a romperse o deformarse. Toda pareja necesita tener un amor que llegue a ser tenaz, que se resista a romperse o deformarse. Esta primera cualidad se concentra en la resistencia, en la capacidad para resistir cualquier situación adversa en la vida. Las estadísticas del divorcio dicen que de cada dos matrimonios se divorcia uno, en la mayoría de estos casos, el amor no maduró, por lo tanto no se desarrolló la cualidad de la tenacidad. No estaba con ellos esta cualidad para resistirse a rompimiento. La Biblia nos dejó el legado de esta pareja, donde aprendemos lo que es un amor poderoso, determinado por sus cualidades, la primera de ellas, la tenacidad. Esta cualidad es el arma que luchará para que un matrimonio no se rompa, y que resista los embates de la vida. Otra traducción de tenaz es: Oponer mucha resistencia a deformarse. La tenacidad no sólo nos ayuda a mantener nuestros ma­tri­­­monios unidos, sino también es una cualidad que nos ayuda para que la relación no se deforme. Toda relación matri­ monial debe vivir bajo un diseño bíblico, debemos de cuidar la identidad que como pare­ja llegamos a tener cuando nos unimos en matrimonio. Es impe­­rativo cuidar que no se deforme, que no pierda su identidad.

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El amor es tan fuerte que no puede ser vencido por nada, ni por nadie, si es que dejamos que se desarrolle una de las cualidades del amor, la tenacidad.

El amor es apasionado La segunda cualidad del amor la encontramos en la expresión de Cantares que dice: Inconmovible como el Seol es la pasión. La pasión es otra de las cualidades que afloran en un amor verdadero. La pasión es esa fuerza que mantiene la llama del enamoramiento, la llama del deseo, la pasión es el combustible en el matrimonio, que nos mantiene enamorados uno del otro, día con día. Muchas parejas han permitido que su pasión se diluya, siguen amando pero ese amor está anímico. La pasión en el amor es como el agua para el cuerpo, lo mantiene hidratado. Cuando el cuerpo experimenta la deshidratación empieza a debilitarse, de la misma manera una pareja que en su amor no ha desarrollado la pasión o se ha diluido, tiene un amor fracturado. La otra palabra clave es inconmovible. La pasión es también inconmovible. El amor apasionado nos da la característica de mantener una relación que nada la mueve, es inconmovible, tiene un fundamento correcto. El Seol es el lugar de los muertos, es una región inconmovible, no hay nada que la pueda mover y así es la pasión provocada por el amor. Es un amor intenso, una relación inconmovible, un fundamento sobre el cual estamos edificando nuestra relación. No debemos de conformarnos o de estar acomodados con un amor que se le ha muerto la pasión. El verdadero amor es apasionado, no se mueve por nada, es tan fuerte como el Seol. Sin pasión una pareja no llegará muy lejos.

El amor y la intensidad La tercera cualidad del amor está implicada en la expresión: Sus brasas son brasas de fuego; es como poderosa llama. Aquí se está hablando de la intensidad del amor, de la fuerza que produce cuando llegamos a ser uno sólo. La Biblia nos enseña el modelo divino para el matrimonio. El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y llegarán a ser una sola carne. Esta es una unidad compuesta de dos.

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En la Biblia existen dos palabras en hebreo para hablar de unidad, una se refiere a la unidad absoluta, compuesta sólo por una cosa; y la otra habla de una unidad compuesta, puede ser una unidad compuesta de tres, de doce o más, y también de dos en el caso del matrimonio. La palabra intensidad, la podemos entender como: Grado de fuerza con que se manifiesta un agente natural, una magnitud física, una cualidad, una expresión. El grado de fuerza que tiene el amor es como el calor que producen las brasas, una con otra dan un calor tan intenso que es capaz de cambiar la naturaleza de las cosas que están cerca de ellas. Para poder producir ese calor, esa temperatura que cambia la naturaleza de las cosas, es necesario estar juntos y unidos. Esto lo podemos ilustrar con el agua caliente y el agua hervida. El agua puede calentarse hasta a 99 grados de temperatura y ser solamente agua caliente, pero un grado más, 100 grados de temperatura, produce un vapor que mueve enormse naves como los barcos. La diferencia es un grado, este ejemplo nos ilustra correctamente la tercera cualidad del amor, la intensidad. Cuando el amor de una pareja está unido y permanece hasta llegar a cien grados de temperatura, estas brazas unidas se encienden la una a la otra y cualquier viento desata una llama de fuego. Es como poderosa llama. Una llama poderosa tiene la capacidad de vencer cualquier obstáculo que se le presente en el camino. El fuego y la llama están relacionados con el amor eros, con la relación sexual. Así lo enseña Proverbios, podríamos llamarle la llama del deseo sexual. La llama más intensa produce luz, alumbra en medio de cualquier lugar, así es la intensidad del amor, resplandeciente y brillante como una llama intensa. El fuego y calor son parte de la intensidad del amor, y está determinada por estar juntos el uno con el otro, como lo diría Salomón en Cantares: Además, si dos se acuestan juntos se mantienen calientes, pero uno solo ¿cómo se calentará? Eclesiastés 4:11.

El amor es invencible La cuarta cualidad del amor está implicada en la expresión que dice: Las poderosas aguas no pueden apagar el amor, ni lo pueden abnegar los ríos. Así es el amor de invencible. Recordemos que es la Biblia la que está determinando lo que es el amor. Esto no es una canción, o un poema, o las palabras de un pensador o filósofo.

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Es la palabra que ha salido de la boca de Dios, la que expresa el poder del amor. Una pareja puede llegar a tener un amor invencible. Este amor invencible se dará si nosotros edificamos nuestros matrimonios sobre la roca, sobre los principios bíblicos que solidifican una pareja. El amor es inextinguible aun cuando somos atacados por corrientes de adversidad, aun cuando el enemigo se levante como río sobre nosotros el Espíritu del Señor levantará bandera. La Biblia utiliza el poder del agua para ilustrar el poder del amor, literalmente dice así. Las poderosas aguas no pueden apagar el amor. Esta expresión la podemos explicar con las palabras del Señor Jesús: Es semejante a un hombre que al edificar una casa cavó profundo y puso los cimientos sobre la roca. Y cuando vino una inundación, el torrente golpeó con ímpetu contra aquella casa, y no la pudo mover, porque había sido bien construida. Lucas 6:48 Este versículo nos relata la historia de un hombre que edificó su casa sobre la roca, y cuando el agua golpeó la casa, ella no se movió. Al amalgamar este pasaje de Lucas y el de Cantares podemos decir: Las aguas no pueden apagar el amor porque éste ha sido edificado correctamente. Cuando un hogar edifica su amor sobre la roca, que son los principios y fundamentos de la palabra de Dios, entonces se convierte en un amor invencible.

El amor es de gran valor La quinta y última cualidad del amor la encontramos en la expresión que dice: Si el hombre diese todas las riquezas de su casa para comprar el amor, de cierto lo despreciarían. Este verso nos habla del precio del amor. El amor es de tal precio que no puede comprarse, no tiene precio, no se vende y por eso no se puede comprar, sólo se da. Este es el valor del amor, no hay tesoro en la tierra que pueda comprarlo. Esta verdad es monumental y de gran valor para nosotros que hemos encontrado a una persona que nos ama, y nos eligió para otorgarnos su amor. Debemos sentirnos bienaventurados y estar concientes que lo que nos están

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dando no tiene precio. No se puede comprar en ninguna parte, es de gran valor. Esta verdad nos da un panorama muy amplio de la importancia que debemos darle al hecho de ser amados. Es el lente por el cual miramos el verdadero valor del amor. Hay artículos en el mercado que son piezas de colección, ya no las hacen, no son fáciles de conseguir. Los coleccionistas pagan millones de dólares por ellas, ¿Por qué? No por el artículo en sí, sino por lo que representa. Las piezas arqueológicas son de gran valor porque no se encuentran dos veces, un ejemplo: la tumba del Rey Tutancamon sólo una hay. Así es el valor de nuestro cónyuge, es único y debemos valorarlo a cada momento. Éste es el legado de Salomón, que nos enseña que el amor no se puede comprar, solamente se da. Y cuando ya lo hemos recibido hay que cuidarlo, porque es de gran valor.

Recapitulando 1. Hemos aprendido que el amor tiene cinco cualidades, es un legado que el Rey Salomón nos dejó de su relación con la sulamita. 2. La primera cualidad es el amor tenaz, que es la capacidad de oponerse al rompimiento y deformación del amor. 3. La segunda cualidad es el amor apasionado, que es la capacidad de mantener el enamoramiento en la pareja. Esta cualidad tiene la característica de ser inconmovible. 4. La tercera cualidad es la intensidad del amor, y ésta tiene la capacidad de producir un poder que transforma, a las personas y cosas que están a su alrededor. 5. La cuarta cualidad es un amor invencible, y esta cualidad está determinado por el fundamento bíblico para construir nuestro amor, esta cualidad nos da esa fuerza. 6. La quinta y última cualidad es el valor del amor, esta es la capacidad de entender el valor que tiene el amor, fundamentado en el principio: el amor no tiene precio, solamente se da.

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Los Tres Niveles del Amor “Siempre hay un poco de locura en el amor, pero siempre hay un poco de razón en la locura.” F. Niestzche

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l amor es un poder divino que cambia y transforma la vida de una pareja; la mayor necesidad que tiene un esposo y una esposa, es el alimento del amor. Como lo describe aquel poema: “Dime si tú me amas, para penetrar en tus secretos, para conocer cada poro de tu alegría si tú me amas, si me amaras rezaría sentimientos, cantaría poemas de emociones, recitaría besos en tus labios, si tú me amas.” En la relación de pareja hay tres niveles de amor que debemos desarrollar. El amor del cuerpo, el amor del alma y el amor del espíritu. Y cada uno de estos es indivisible del otro. El amor lo podemos ilustrar con la historia de aquella piedra sucia: Un caballero visitó una joyería, propiedad de un amigo suyo. Este le mostró una gran variedad de prendas y piedras preciosas. Entre las colecciones de piedras observó una de éstas que apenas si tenía brillo, parecía estar sucia, no llamaba la atención. No revelaba su belleza como las demás. ¿A qué se debe la diferencia?, preguntó. El joyero, tomando aquella piedra en la mano, la frotó. Al contacto de sus manos estaba brillando con todo esplendor. ¿Cómo es eso?, preguntó el caballero. Esta piedra es un ópalo que llamamos una piedra simpática. Su escondido esplendor brota tan pronto como uno la frota entre las manos. Esta piedra de ópalo es un maestro escondido de la naturaleza que nos enseña la importancia de un toque significativo y lo que

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este puede hacer con el amor. Hay que atenderlo y alimentarlo cada día y el amor en una pareja brillará. Salomón tuvo muchas reinas, varias esposas, pero la sulamita llegó a ser la preferida del rey, ellos llegaron a amarse profundamente, su enamoramiento y la pasión que sentían uno por el otro, se relata en el Cantar de los Cantares. Si hay un estandarte que debe de ondear en toda pareja es el amor. Es la expresión, la satisfacción de la sulamita. Un estandarte es una bandera, la cual es símbolo de posesión. Ella compara el amor de su matrimonio con una bandera. Digámoslo de esta manera: El amor tiene la capacidad de conquistar totalmente la relación matrimonial. Hay tres niveles en el amor y cada uno debe amalgamarse con el otro. El amor eros, el amor filial y el amor ágape. El me ha traído a la sala del banquete, y su estandarte sobre mí es el amor. Cantares 2:4

Amor eros El amor eros es el amor del cuerpo, es la pasión de una pareja que se desea y se necesitan uno al otro. Este amor se dirige exclusivamente al conocimiento y satisfacción de los cuerpos. Se enamoran físicamente el uno del otro. El amor eros despierta el amor por el cuerpo de nuestra pareja. Aunque la Biblia no utiliza la palabra eros, si nos habla de la importancia del amor del cuerpo. El libro de Cantares es una relación de amor entre Salomón y su amada, la sulamita. Es el amor que despierta la pasión, el deseo sexual, el amor que desea un contacto físico, un encuentro, un toque significativo. ¡Oh, que él me besara con los besos de su boca! Mejor que el vino es tu amor. Tu nombre es como perfume derramado; por el olor de tu suave perfume las jóvenes se enamoran de ti. Cantares 1:2-3

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Estas son las palabras de la amada para su amado. Cinco cosas menciona ella relacionadas con el amor eros, ella habla de los rasgos que le atraían de su amado. Sus labios, sus besos, su amor eros, su nombre y su aroma. Estas cinco características no tienen ninguna relación con el espíritu de su amado, ni tampoco con su alma. Están directamente relacionadas con el amor del cuerpo. La Biblia le da tal importancia al amor eros que los primeros contactos que la pareja de Cantares tiene, nos describen el amor del cuerpo. Entonces surge una pregunta ¿Es importante desde el contexto bíblico el amor físico? La respuesta es muy clara y sencilla, sí. El mundo se dedica exclusivamente a la atracción física. El hombre sin Cristo ha distorsionado el amor físico reduciéndolo a la atracción de un cuerpo no importando que conexión hay con el alma y el espíritu. Ha distorsionado el amor eros degradándolo a una pasión desordenada en el área sexual. El que ama un cuerpo además de desearlo sexualmente, también lo va a cuidar, lo va a proteger y lo va a satisfacer. Entendamos que el amor eros en una pareja hay que atenderlo y hay que cuidarlo para que dure toda la vida pero no es el único nivel de amor que hay que atender. En resumen, el amor eros es la capacidad que tiene el cuerpo para amar y esa capacidad puede crecer si se alimenta de la manera correcta.

Amor filial El segundo nivel del amor es el filial y esta es otra palabra griega que se usa para hablar de la capacidad que tiene el alma para amar. La palabra griega es filéo que se traduce: Ser amigo de, amar a, denota apego personal, donde están relacionados los sentimientos y las emociones. El amor filial es un amor que nos lleva a la relación de amistad, donde aprendemos a amar el alma de nuestro cónyuge y conectarnos con ella o con él. De noche, sobre mi cama, buscaba al que ama mi alma. Lo busqué, pero no lo hallé. Cantares 3:1

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En los primeros cuatro versículos del capítulo tres del libro de Cantares la amada menciona cuatro veces la expresión al que ama mi alma. Lo que aprendemos en cada expresión es el poder del amor filial para sobrevivir a las diferentes etapas de la vida. El amor filial es la capacidad que tiene el alma para amar. Se llegan a gustar las almas, a compenetrar de tal manera que llegan a amarse. Vamos a analizar cuidadosamente cada característica que encontramos en los cuatro versículos de este capítulo. ¿Por qué la sulamita enfatiza tanto “al que ama mi alma”? Por la enseñanza que contiene sus experiencias y los principios sobre el cuidado del amor que como parejas podemos aprender y que están íntimamente ligadas con el amor filial. El primer obstáculo del que nos habla la sulamita es la soledad, cuando ella experimentó este sentimiento, optó por buscar al que ama su alma. Ella tenía una necesidad, ésta era la conexión de su alma con el hombre que la amaba. Es decir, hay momentos en nuestra vida donde vamos a experimentar la soledad. Esto le pasa a todo ser humano, todos durante el viaje por la vida nos encontramos con la soledad, le pasó a Adán. La Biblia dice en Génesis: Y vio Dios que el hombre estaba solo. ¿Qué hizo Dios? Formó para el varón una ayuda idónea. De la misma manera la amada tenía una necesidad de conectarse de alma a alma, dicho de otra manera, de corazón a corazón, de pensamiento a pensamiento con el que amaba su alma, es decir, su esposo. Pensé: “Me levantaré e iré por la ciudad, por las calles y las plazas, buscando al que ama mi alma.” Lo busqué, pero no lo hallé. Cantares 3:2 Aunque la amada está pensando, ella se encuentra con un dilema, quedarse en su círculo de comodidad o seguir las pisadas de su amado. Claro que ella va tras las pisadas de él. Esta es la segunda vez que la amada usa la expresión busqué al que ama mi alma. Cuando amamos a nuestro cónyuge al nivel del alma entonces tenemos la necesidad de buscarlo, esto alimenta el amor y solidifica la relación filial. Esto nos enseña que cuando amamos a nivel de nuestra alma tenemos una necesidad y un deseo de ir

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en pos de nuestro cónyuge. El lema de esta mujer es, no importa a dónde vaya, ni dónde esté, yo iré hacia él. Me encontré con los guardias que rondan la ciudad, y les pregunté: “¿Habéis visto al que ama mi alma?” Cantares 3:3 Quiero enfatizar que el capítulo tres de Cantares donde la sulamita describe varios acontecimientos, éstos aun no están sucediendo. Ella sólo está expresando su necesidad y que sucedería, si ella se levantara y saliera a buscar a su amado. Es muy importante entender esto, para comprender la necesidad de esta mujer y aprender de su legado. La amada sigue en la cama pero ahora está en plena meditación sobre los obstáculos que tendría que enfrentar si estuviera en busca de su amado, como lo son los guardias de la ciudad. ¿A qué se refería la amada cuando dijo: Me encontré con los guardias que rondan la ciudad? Me encontraron los guardias que rondan la ciudad; me golpearon y me hirieron. Me despojaron de mi manto los guardias de las murallas. Cantares 5:7 Los guardias son figura de las heridas, los golpes y la desnudez que hemos experimentado en las diferentes etapas de nuestra vida. Cuando un hombre o una mujer han sido golpeados o heridos a nivel de su alma por las diferentes relaciones de la vida, necesitan el amor filial; el amor de un amigo, el amor que cubre, que comprende. El haberse encontrado con los guardias de la ciudad también representa la desnudez, esto es igual al pecado que como seres humanos cometemos. Cuando Adán y Eva pecaron quedaron desnudos y también Dios actuó inmediatamente cubriéndolos. Esto es el poder que tiene el amor filial, el amor de un amigo, el amor que comprende, el amor que da atención. El amor filial cubre la desnudez de nuestro cónyuge.

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Tan pronto como pasé de allí, hallé al que ama mi alma. Me prendí de él y no lo solté, hasta que lo traje a la casa de mi madre, a la habitación de la que me concibió. Cantares 3:4 La cuarta vez que la amada menciona al que ama mi alma es cuando ella encuentra a su amado. Al encontrarlo se prendió de él y no lo soltó. Esto nos dice la actitud que tenemos que tomar cuando encontramos al que ama nuestra alma. No hay que tener inhibiciones, ni prejuicios, es necesario prenderse y no soltarse. Notemos que la conexión del amor filial en esta pareja los llevó a la conexión del amor eros, a una relación íntima.

Amor ágape El amor ágape es la capacidad que tiene el espíritu para amar, y de amar aún a los enemigos. Pero el amor ágape no es sólo para eso, es la dimensión más profunda del amor. Cuando un matrimonio desata en su vida el poder del amor ágape entonces podremos entregarnos el uno al otro, podremos dar sin esperar recibir. Estaremos buscando el interés de nuestra pareja y no el nuestro. Esto se da a través de un crecimiento progresivo donde los cónyuges van madurando. El amor de la sulamita por Salomón fue madurando hasta llegar al nivel donde ella pudo decir: Yo soy de mi amado, y conmigo tiene su contentamiento. Cantares 7:10. La sulamita había expresado en dos ocasiones anteriores algo similar, y estas expresiones reflejaban el nivel de amor, en el que estaba viviendo. La primera vez dijo: Mi amado es mío y yo soy suya. Ella amaba pero en el nivel eros, donde se busca primero la satisfacción de uno para luego satisfacer. La segunda vez dijo: Yo soy de mi amado, y mi amado es mío Cantares 6:3. Ahora ella expresa algo más a nivel del amor filial. En esta expresión, primero es él, pero ella está esperando también recibir. Cuando un matrimonio llega a desarrollar el nivel del amor ágape, entonces está listo para amar sin reservas, está listo para amar sin esperar recibir. La pregunta que surge es la siguiente:

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¿Qué podemos hacer para desarrollar el amor ágape en nuestra pareja? Recordemos que el amor es como un fruto y para que aflore primero hay que sembrarlo. También el amor es comparado con una semilla, que el Padre de los cielos a través de su palabra siembra en nosotros. El Espíritu Santo es el sembrador; la palabra es la semilla divina; el corazón de los cónyuges es la tierra. Por lo tanto si queremos que el amor ágape crezca en nuestra pareja debemos dejar que el sembrador siembre esa semilla de amor y ser nosotros buena tierra. El amor ágape se desarrolla en una pareja a través del mandamiento del Señor, a través de la palabra. Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Y todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. 1 Juan 4:7. El amor se inicia con una semilla divina la cual va creciendo y desarrollándose en la medida que nosotros la cuidamos y alimentamos. Quiero terminar este capítulo diciendo que hace algunos años un científico encontró un collar de semillas en una cueva. Cuando el collar fue examinado determinaron que tenía aproximadamente 600 años. El científico tomó una de las semillas y la sembró, para su sorpresa ésta se desarrolló y dio su fruto. Las semillas que habían pasado 600 años inactivas habían entrado en un periodo de letargo, despertaron al estar de nuevo en su hábitat natural. De la misma manera opera el amor. El amor es una semilla que en cualquier momento, si uno está dispuesto, lo puede despertar.

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Recapitulando 1. En una relación matrimonial deben desarrollarse tres niveles de amor, estos tres niveles del amor son indivisibles el uno del otro. 2. El primer nivel del amor en la pareja es el eros y éste es la capacidad que tiene el cuerpo para amar al cuerpo de su cónyuge, esto encierra toda la pasión y enamoramiento que debe de haber en una pareja. 3. El segundo nivel del amor es el filial, y este es la capacidad que tiene el alma para amar el carácter, las actitudes, los sentimientos, es decir el alma del cónyuge. El amor filial es la relación de amistad que debe de haber en una pareja. 4. El tercer nivel del amor es el ágape, este es la capacidad que tiene el espíritu para amar, y está caracterizado por el principio bíblico de dar sin esperar recibir, es el amor divino. El amor ágape es el fundamento de los otros dos niveles.

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Los Secretos del Amor “No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay.” Duque de La Rochefoucauld

E

stoy convencido que el problema número uno de las parejas es la falta de conocimiento sobre el verdadero amor. Las parejas cristianas conocen del evangelio pero no han permitido que el amor de Dios sea el centro de sus relaciones. Veamos una historia de un verdadero amor. Jorge Romney fue un famoso pintor inglés (1734–1802). Desde su niñez demostró un sentido artístico excepcional, y se dedicó a pintar cuadros históricos, de la naturaleza y mayormente retratos. En su juventud anduvo de villa en villa y de ciudad en ciudad pintando retratos y vendiéndolos por unas cuantas monedas. Se enamoró de una señorita, y se casó con ella. Entonces uno de los admiradores de Jorge dijo que era una lástima que se hubiera casado porque se dedicaría más a su esposa que a su arte, y que por esto fracasaría artísticamente. Al saber esto Romney se separó de su joven esposa, y se dedicó a la pintura. Viajó por Francia, por Italia y regresó a Londres. Poco a poco había adquirido experiencia, habilidad y prestigio. Unos de sus más famosos cuadros son “La Muerte del General Wolfe”, “Guillermo Bedford”, “Miss Vernon como Hebe”, “Casandro”, “El Naufragio”, “Sir Jorge y Lady Warren”, “Las Hijas del Párroco” y “Lady Hamilton como Dafne”. Este último cuadro está en el Museo Metropolitano de Nueva York. Se dice que admiraba tanto a Lady Hamilton que la consideró como su modelo favorito y la llamó “la dama divina”. Fue tan solicitado

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para pintar retratos de personajes célebres de Londres, que no tuvo tiempo para dedicarse a otro género de pintura. Todo eso le dio fama y dinero. Pasaron los años y Jorge Romney envejeció y enfermó, juntó las cosas que podía llevar consigo, y se encaminó hacia el norte del país, donde había quedado su esposa, y se reunió con ella, quien amorosamente lo recibió, y lo cuidó con ternura hasta que murió. Después alguien dijo que el corazón y el amor de la esposa de Jorge Romney eran mucho más valiosos que todos los cuadros que Jorge Romney pintó. El amor tiene paciencia y es bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es ostentoso, ni se hace arrogante. No es indecoroso, ni busca lo suyo propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. 1 Corintios 13:4-5

Amor El término griego usado más frecuente en el Nuevo Testamento para esta palabra es ágape, que significa generalmente amor espontáneo, desinteresado e inmerecido. Este sentido es evidente en la descripción que el evangelio de Juan hace del amor de Dios quien dio de sí mismo al entregar a su Hijo por el bien de los que eran completamente indignos. Dios amó a una humanidad que no lo amaba. El verdadero amor abarca los pensamientos, los sentimientos y las acciones. Los seres humanos no necesitamos estar escuchando solamente lo que es el amor, lo que realmente necesitamos es la expresión del amor, es sentir que nos aman. Nosotros fuimos creados para ser amados. Una maestra de párvulos trataba de explicar a los niñitos de su clase lo que es el amor; pero no podía, y tratando de saber lo que pensaban sus pequeños alumnos, les preguntó qué es el amor. Entonces una niñita de seis años de edad se levantó de su silla y fue hasta la maestra, la abrazó, la besó y le declaró: Esto es amor. En seguida la maestra dijo: Está bien; pero el amor es algo más. ¿Qué es ese algo? La misma niña, después de un rato de estar pensando, se levantó y comenzó a poner en orden las pequeñas sillas que estaban fuera del lugar que les correspondía,

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limpió bien el pizarrón, levantó unos papeles que estaban en el suelo, arregló los libros que estaban en desorden sobre una mesa; y en seguida, con aire de satisfacción, dijo a su maestra: ¡Amor es ayudar a otros! Este ejemplo de la niña y su maestra nos ilustra perfectamente lo difícil que es explicar el amor a través de palabras, mientras que las palabras acompañadas de hechos y de ejemplos, son la mejor herramienta para decirle a alguien cuánto le amamos. El amor de Dios se describe alrededor de la Biblia de diferentes maneras y expresiones. En muchos de los pasajes que hablan del amor del Señor encontramos los secretos del mismo. Las diferencias que una pareja tiene sólo reflejan la debilidad que tiene en su amor el uno por el otro. Muchos matrimonios han llegado al estado de sentirse aburridos de vivir juntos, o de pasar su vida peleando. Esto me recuerda aquellas parejas que tenían algunos problemas. Una de ellas, en una ocasión discutían por el anillo de bodas: ¿Por qué llevas el anillo de bodas en el dedo donde no debes llevarlo?, pregunta la esposa. Porque me recuerda que me casé con la mujer que no debí haberme casado, responde el marido. Entonces dice ella: Tenemos un buen matrimonio, porque ambos amamos al mismo hombre: a tí, afirma la esposa. Otra pareja está discutiendo. Ella dice: tu amas más al fútbol que a mí. Puede ser, dice él, pero te amo más que al béisbol. Una tercera pareja, pregunta a una consejera matrimonial: ¿Qué tienen usted y su esposo en común? Una sola cosa, dice ella, que ninguno de los dos nos soportamos. La última pareja se encuentra discutiendo, en eso ella le dice al esposo: Pareces un perro, solo una cosa no tienes de él. ¿Cuál? Le pregunta él. Ser fiel, responde la esposa. Creo que muchos matrimonios se van a identificar con alguno de los casos. Hay siete secretos del amor que vamos a descubrir en la Biblia que pueden transformar una pareja si se ponen por obra. Primer secreto: Está determinado en este pasaje: Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Y todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. 1 Juan 4:7. Puede amar únicamente el que ha nacido de Dios y conoce a Dios. El verdadero amor viene de Dios. Cuando nacemos de Dios entonces nace con nosotros el

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verdadero amor. El que puede amar es el que ha nacido de Dios y conoce a Dios. Para tener esta capacidad de amar y vivir con el verdadero amor hay que nacer de Dios. Por lo tanto las parejas que conforman un matrimonio deben tener un encuentro personal con el Señor Jesús. Esto es un asunto de naturaleza, un cambio de nuestra naturaleza, donde una semilla divina llamada amor empieza a desarrollar en en nuestro ser. La ley de este secreto es: El verdadero amor está determinado por el nacer de Dios y el conocer a Dios. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él. 1 Juan 4:9 Segundo secreto: El verdadero amor lo entrega todo. El amor está determinado por despojarse de todo lo que tenemos. El amor es una acción acompañada de varias características; una de ellas es dar lo mejor de uno, otra es despojarse hasta dar todo lo que tenemos. El Padre dio a su unigénito, a su hijo Jesús. El amor de Dios es tan grande para con nosotros que nos dio la muestra más sublime de su amor: Envió a su Hijo a morir por nuestros pecados. Nos amó cuando nosotros no lo amábamos, es más, éramos sus enemigos, porque éramos amigos del mundo. Los cónyuges debemos de aplicar este secreto en nuestra relación matrimonial, hay que despojarse de lo que tenemos. El principio que Dios estableció en el Edén fue: dejará el hombre a su padre y a su madre. Es necesario despojarse. La ley del segundo secreto es: Nuestra capacidad de amar se determina por nuestras obras, y se evalúa por nuestras acciones. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en expiación por nuestros pecados. 1 Juan 4:10.

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Tercer secreto: El verdadero amor es desinteresado, tiene la capacidad de amar sin esperar recibir. El amor de Dios tiene la capacidad de amar sin estar esperando que nos amen. Dios nos amó cuando nosotros no le conocíamos. El amor verdadero tiene el poder de amar sin esperar nada a cambio. Así lo declara el apóstol Juan: “En esto consiste el amor: en que el nos amó y envió a su Hijo para pagar nuestra deuda.” Es decir, si queremos ver buenos resultados en nuestro hogar, debemos aprender amar primero, a vivir con el principio divino que mejor cosa es dar, que recibir. Cuando una pareja se compenetra en este principio, podrá disfrutar de un amor sólido. Tanto el esposo como la esposa deben tener una actitud correcta hacia su cónyuge. Él debe dar amor sin esperar recibir y la esposa debe tener la misma actitud. La esencia de esta ley es: El verdadero amor se entrega y da sin esperar nada. Esta es la capacidad del amor. No amamos porque nos aman, sino amamos porque conocemos el verdadero amor. La ley del tercer secreto es: El amor es desinteresado. Nadie ha visto a Dios jamás. Si nos amamos unos a otros Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. 1 Juan 4:12. Cuarto secreto: El verdadero amor crea alianzas poderosas. Este es el amor triunitario que crea sinergismo. Amarnos unos a otros es igual a crear un hábitat de amor, donde Dios permanece en nosotros, donde yo amo y soy amado. Entonces es muy importante que el amor sea recíproco. Tener la actitud correcta de sembrar amor y no esperar que nos amen para amar. Por supuesto que todo el que siembra tendrá su cosecha. En otras palabras, si yo amo a mi esposa con el verdadero amor y ella me ama de la misma manera, formamos un ambiente donde Dios habitará con nosotros y si Dios está en nuestro matrimonio, formaremos un sinergismo, que la Biblia describe como un amor de dos vías, horizontal. En otras palabras, si yo amo a mi esposa con el verdadero amor, y ella me ama de la misma manera, construimos un ambiente donde Dios

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habita con nosotros, y si Él está en nuestro matrimonio, habrá una fuerza espiritual que la Biblia llama Amor. Entendamos bien que no amo porque me aman, sino que sencillamente mi amor es independiente de las actitudes de mi cónyuge. En eso estriba el poder del amor de la alianza llamada matrimonio. En el evangelio de Juan 13:35 dice: En esto conocerán que son mis discípulos en que os améis los unos a los otros. Es un poder de atracción, el amor de una alianza tiene ese poder. La esencia de esta ley es: Cuando aprendemos a amarnos los unos a los otros creamos una alianza de amor, donde Dios permanecerá. Nosotros le amamos á él, porque él nos amó primero. 1 Juan 4:19. Quinto secreto: El verdadero amor siempre ama primero. Dios no esperó que nosotros le amaramos. Nos amó con todas sus fuerzas. El verdadero amor se da por completo sin esperar recibir. Mientras que el amor falso da, si le dan. Muchos dicen “Yo doy si me dan; trato bien, si me tratan bien; perdono si me piden perdón; muestro mi amor si me dan amor.” El poder de influencia que tiene el amor sobre otros, está determinado por la actitud de amar primero. Como dice el apóstol Juan, nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero. En otras palabras con su amor nos despertó a amarlo. La manera de aplicar este secreto a nuestro matrimonio es entender que necesitamos tomar la iniciativa. No se trata que “mi esposo o esposa lea estas líneas para que aprenda a amarme”, es la acción de tomar la iniciativa de amar primero. La ley de este secreto es: El verdadero amor toma la iniciativa y ama profundamente. Sexto secreto: El verdadero amor se mantiene en crecimiento. A Dios nadie le ha visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se perfecciona en nosotros. 1 Juan 4:12. El amor de Dios puede perfeccionarse en nosotros cuando nos amamos los unos a los otros. El verdadero amor tiene varias acciones una de ellas es el amor horizontal, si nos amamos los unos a los otros, entonces

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Dios permanece en nosotros. Amarnos unos a otros, es igual a amar a los de nuestra casa, a los hermanos en la iglesia, a los compañeros de trabajo, a nuestros vecinos. El amor se perfecciona cuando amamos a otros, aunque éstos no nos amen. La clave en este secreto es la permanencia de Dios en nuestro hogar. Si nosotros como pareja anhelamos que nuestro Señor cohabite con nosotros, una sola cosa debemos de hacer y ésta es: Amarnos los dos, amar a mi esposa profundamente y que ella me ame con la misma intensidad. Entonces Dios permanecerá con nosotros. La ley del sexto secreto es: Para perfeccionar el amor de Dios en nosotros debemos amar a otros día a día. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; Mateo 5:44 Séptimo secreto: El amor tiene la capacidad de amar aun a los enemigos. Este es un nivel de amor diferente, si nuestro amor se ha perfeccionado hasta el grado de poder amar a nuestros enemigos, ¡de qué manera vamos a amar a los nuestros! Entendamos que una cosa es amar a alguien y otra es aprobar lo que hace. Dios ama a los pecadores pero no aprueba cómo viven. Este nivel del amor nos da la capacidad de poder soportar y comprender los defectos de nuestra pareja. La mayoría de problemas que se dan entre cónyuges, están determinados por su falta de compresión. Si nosotros tenemos la capacidad de amar a nuestros enemigos, ¡con qué capacidad amaremos a nuestra pareja! La esencia de esta ley es: El amor de Dios nos da la capacidad de amar aun aquellos que nos rechazan y nos odian.

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Recapitulando 1. El arma más poderosa de un hogar es el amor. No hay regalo o cantidad de dinero que pueda producir el gozo, la estabilidad y la salud que produce el amor en una familia. 2. Hemos aprendido los siete secretos del amor que son: • Primer secreto: el verdadero amor nace en la naturaleza divina que es impartida al hombre. • Segundo secreto: El verdadero amor lo entrega todo. • Tercer secreto: El verdadero amor es desinteresado. • Cuarto secreto: El verdadero amor crea alianzas poderosas. • Quinto secreto: El verdadero amor siempre ama primero • Sexto secreto: El verdadero amor se mantiene en crecimiento. • Séptimo secreto: El verdadero amor tiene la capacidad de amar aun a los enemigos. 3. “Tenemos este mandamiento de parte de Él: El que ama a Dios ame también a su hermano.” 1 Juan 4:21

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