Colibri 09

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Junio 2015 Número 9 | Distribución Gratuita

En Tzununá se impulsan proyectos ambientales y de prevención de riesgos DIVERSIFICACIÓN AGRÍCOLA Grupos de mujeres desarrollan viveros para mejorar el rendimiento de cafetales. Pág.2

REFORESTACIÓN Pobladores reforestan áreas vulnerables a deslaves y erosión de tierras. Pag.4

MACROTÚNELES Con el apoyo de especialistas agrícolas, campesinos producen tomate de alta calidad. Pag. 4


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Tzununá Junio 2015 Número 9

Grupos de mujeres emplean mejores prácticas en el cultivo de café Mujeres organizadas de la microcuenca de Tzununá impulsan almácigos de café para renovar sus plantaciones que han llegado al final de su ciclo productivo y les generan ingresos económicos para el sostenimiento familiar. REDACCIÓN / EL COLIBRÍ

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n el Eje de Gestión Ambiental y de Riesgos, Fundación Castillo Córdova ha involucrado a grupos de mujeres organizadas de Tzununá para incrementar la producción y mejorar la calidad de café que en esta región se cosecha, mediante la innovación y el establecimiento de almácigos. Y es que, luego de un análisis, se ha determinado que las condiciones climáticas y de suelo de la microcuenca, son ideales para obtener los mejores rendimientos y calidad de café pero que, por diversos motivos, no se ha aprovechado.

Entre los factores que han impedido un buen desarrollo de la caficultura en la región, se determinó las plantaciones son muy viejas y poco productivas. También, debido a que esta actividad no ha sido considerada de importancia para los habitantes; al ataque de enfermedades y plagas como la roya, la no aplicación de

un buen manejo de tejidos o podas, además de escasa fertilización y poca renovación de las plantaciones.

Un proyecto sostenible Los viveros se han diseñado para que sean sostenibles y permitan a los grupos de mujeres, abastecer las necesidades de sus parcelas y, al mismo tiempo,

comercializar los excedentes, generando así ingresos para el sostenimiento familiar. Adicionalmente, los caficultores de la microcuenca se garantizan plantaciones nuevas para renovar aquellas que ya terminaron su ciclo productivo. Otra de los resultados del proyecto es el incentivo a que más caficultores buscan hacer lo mismo, pues ya hay interés de otros grupos por desarrollar almácigos adicionales. Junto a la Fundación Castillo Córdova, apoyan el proyecto, la Agencia de Extensión del Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación y Tecnoserver.

Impulsan programa de conservación de suelos y diversificación agrícola Nuevas técnicas permitirán a campesinos de Chuitzanchaj, diversificar sus actividades agrícolas y elevar la productividad de sus parcelas. REDACCIÓN / EL COLIBRÍ

C Viveros en números

25 17mil

familias involucradas

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500 plántulas

almácigos en producción

ampesinos de la comunidad de Chuitzanchaj reciben apoyo técnico de Fundación Castillo Córdova en la implementación de un proyecto con nuevas técnicas de manejo y conservación de suelos, y diversificación agrícola. El modelo consiste en trazado de curvas a nivel, terrazas, barreras vivas y barreras muertas. En esa misma dirección, se promueve la incorporación de nuevos cultivos de granos básicos, hortalizas y frutas, con lo cual mejoran la nutrición de sus familias y obtienen más dividendos en la comercialización de estos productos. Adicionalmente, Fundación Castillo Córdova les ha brindado apoyo con sistemas de riego en sus cultivos, logrando así elevar la productividad. El proyecto tiene como objetivo la disminución del riesgo de erosión y los movimientos de ladera, la conservación del suelo y el mejoramiento de vida de las familias, a través de parcelas diversificadas y con acceso al agua. Por el momento participan alrededor de 80 familias pero se prevé que en el futuro puedan sumarse más pobladores.


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Pobladores impulsan un vivero agroforestal La producción propia de plantas ornamentales y frutales, para ampliar las áreas boscosas e implementación de sistemas agroforestales, es otro proyecto que se impulsa en Tzununá. REDACCIÓN / EL COLIBRÍ

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entro del Eje de Gestión Ambiental y de Riesgos, Fundación Castillo Córdova y la Asociación Vivamos Mejor, desarrollan la producción propia de plantas agroforestales, ornamentales y frutales en la microcuenca, por medio de la creación de un vivero. En el mismo

se producen especies que se adaptan a las condiciones de suelo y climáticas de la región. La producción de agroforestales se basa en plantas nativas y de adaptación a la zona. Se incluyen, principalmente, las especies de Aliso (Alnus jurullensis), Pino (Pinus pseudostrobus, Pinus maximinoii) y Ciprés

(Cupressus lusitánica). El vivero también tiene una amplia gama de plantas frutales, entre las que destacan el Aguacate (Persea americana var hass) Limón (Citrus limonum var persa), Melocotón (Prunus persica) y Ciruela (Prunus spp). La producción de plantas ornamentales se compone de 35 especies, como el Agapanto, Chatías, Cola de Quetzal, Pelargonio y Cactus, entre otras. Las plantas forestales se emplean en proyectos de reforestación, con el propósito de ampliar la cobertura boscosa en la microcuenca de Tzununá. Las plantas frutales se utilizan en la implementación de sistemas agroforestales, mientras que las ornamentales irán a proyectos de desarrollo social y el mejoramiento de la imagen urbana de las comunidades.

Plan de reforestación en áreas vulnerables

F

undación Castillo Córdova, en alianza con la Asociación Vivamos Mejor, impulsan un plan de reforestación en áreas que se consideran vulnerables a deslaves o derrumbes de la microcuenta de Tzununá. El área reforestada hasta ahora es de unas 45 hectáreas pero el proyecto se extenderá a 90 hectáreas, con lo cual se evitará riesgos de movimientos de laderas, principalmente en la época lluviosa. Pero la reforestación no sólo evita riesgos por deslaves. Los pobladores también tienen

la capacidad de mejorar la productividad de parcelas. Asimismo, se han empoderado del proyecto, aprenden a conocer la gran importancia de los bosques y la reforestación en el ciclo del agua y el medio ambiente. Por esta labor y apoyo, los vecinos que han participado en la siembra de árboles, han expresado su agradecimiento a Fundación Castillo Córdova y a la Asociación Vivamos Mejor. Las reforestaciones se llevan a cabo con dos especies de pino: Pinus maximinoi y Pinus pseudostrobus, Ciprés común (Cupressus lusitanica) y Aliso (Alnus jorullensis).


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Innovación agrícola mejora el nivel de vida de pobladores Campesinos de Tzununá han innovado sus prácticas agrícolas con el uso de invernaderos y macrotúneles en la producción de tomate. Este es uno de los proyectos que impulsa Fundación Castillo Córdova y que ha mejorado los niveles de vida de unas 70 familias. REDACCIÓN / EL COLIBRÍ

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nas 70 familias de la Microcuenca Tzununá han mejorado sus ingresos económicos gracias a que han innovado su tradicional sistema de cultivo de tomate, pues ahora lo hacen con la implementación de invernaderos y macrotúneles. Su producción no solo es de alta calidad sino que también sus volúmenes de cosecha se han incrementado considerablemente. Y es que gracias al apoyo de Fundación Castillo Córdova, en alianza con la Agencia de Extensión Rural del Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación, este grupo de

campesinos se ha convertido en proveedor de tomate para la cadena de pizzerías Vesuvio. Hasta ahora, han establecido cinco invernaderos y seis macrotúneles con producción de tomate tipo ensalada y tipo salsa, que se provee a Vesuvio. Y lo más relevante es que su éxito extenderá a más agricultores de la microcuenca, quienes han visto cómo, por medio de esta modalidad, se incrementa la producción y calidad del producto, traduciéndose en mejores ingresos económicos para las familias. Como resultado de ese interés, se han agregado dos

grupos de campesinos, quienes gestionan ante la Fundación Castillo Córdova, la construcción de dos invernaderos más.

Capacitación De acuerdo con el coordinador del Eje Gestión Ambiental y de Riesgos, Ingeniero Gilberto López, el grupo de pobladores están siendo capacitados sobre el manejo agronómico del tomate, así como el uso de sistemas de micro riego. Para ellos, esto es un gran avance, pues ahora conocen el funcionamiento de invernaderos y macrotúneles, sistemas que podrán replicar en otras áras.

Fundación Castillo Córdova

Pero, lo más relevante para el desarrollo de las comunidades está en la formación

del capital semilla que logran con las ganancias que reciben por la venta de

tomate, pues aseguran ingresos permanentes.

Campesinos incluyen sistemas agroforestales en sus parcelas Pobladores de la microcuenca de Tzununá reciben el apoyo de Fundación Castillo Córdova en la siembra de árboles frutales y forestales en sus terrenos. REDACCIÓN / EL COLIBRÍ

F Xavi Vilanova

undación Castillo Córdova, con el apoyo de la Asociación Vivamos Mejor, han acompañado a agricultores de la microcuenca a incluir sistemas agroforestales en sus parcelas. De esa cuenta, un grupo de vecinos de esta región ha incorporado la siembra de árboles frutales y plantas forestales, especialmente en áreas de recarga hídrica. El objetivo es mejorar la productividad agroforestal, diversidad

que, al final, contribuye a elevar los niveles de vida de la población. El proyecto de sistemas agroforestales ha logrado beneficiar a más de 150 familias de la microcuenca de Tzununá. Al incorporar el componente forestal y/o frutal en la parcela del agricultor, se incrementan los recursos disponibles y las oportunidades. Es decir, la productividad del agro ecosistema mejora sustancialmente. Según el coordinador del Eje

Gestión Ambiental y de Riesgo, Ingeniero Gilberto López, actualmente el proyecto se encuentra en la fase de monitoreo de nuevas áreas para extenderlo a más campesinos.


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Xavi Vilanova

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Se integran brigadas comunitarias para afrontar fenómenos naturales Para afrontar casos de emergencias y preparar a las comunidades ante peligros de deslaves de ladera u otros fenómenos naturales, se han formado brigadas comunitarias en Tzununá y Pajomel. REDACCIÓN / EL COLIBRÍ

E En marcha construcción de una planta para clasificar desechos reciclados Con este proyecto, Fundación Castillo Córdova busca que pobladores de la microcuenca de Tzununá participen activamente en el manejo y almacenamiento de desechos y residuos sólidos. REDACCIÓN / EL COLIBRÍ

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undación Castillo Córdova, brazo social de Cervecería Centro Americana, trabaja en la preparación de este proyecto que no solo permitirá disminuir los niveles de contaminación ambiental del lugar sino que, además, contribuirá a evitar enfermedades en sus pobladores. El proyecto consiste en un proceso gradual que fomentará la participación activa de las familias en el almacenamiento y manejo de los residuos y desechos sólidos. Esto, a su vez, coadyuvará en la disminución de los impactos que se generan

Beneficos para las comunidades Cuando la planta esté concluida, la administración quedará a cargo de la Municipalidad de Santa Cruz La Laguna y los comités de vecinos (Cocodes). En las comunidades de la parte alta de la microcuenca (Chuitzanchaj y Pajomel), se llevarán a cabo actividades de capacitación teóricas y prácticas a través de la educación formal e informal, que contempla el programa “Educando para conservar” que promueve la Fundación Castillo Córdova, con el apoyo de Asociación Amigos del Lago. Se prevé que serán beneficiadas 2,500 familias de Tzununá y otras 835 de los caseríos de Pajomel y Chuitzanchaj. Pero, en general, estas poblaciones cambiarán sus hábitos de consumo, manejo y disposición de los residuos y desechos sólidos. sobre el medio ambiente y la salud de la comunidad de Tzununá y sus caseríos que integran la microcuenca, explicó el coordinador del Eje de Gestión Ambiental y de Riesgos del Proyecto Tzununá, Ingeniero

Gilberto López. Previo a la construcción de la planta, Fundación Castillo Córdoba realizó una serie de estudios que incluyeron un diagnóstico y caracterización de residuos y desechos sólidos en

la microcuenca de Tzununá (caseríos de Pajomel y Chuitzanchaj), y planes de sensibilización ambiental sobre el manejo integrado de los residuos y desechos sólidos, y de tren de aseo.

n Tzununá, Fundación Castillo Córdova junto a la Comisión Local de Reducción de Desastres (COLRED), se han formado brigadas comunitarias para afrontar emergencias provocadas por fenómenos naturales. Esta iniciativa forma parte del Eje de Gestión Ambiental y de Riesgos, la cual ha sido apoyada por los vecinos de la microcuenca. La organización de las brigadas obedece a que la microcuenca de Tzununá es susceptible a movimientos de laderas o deslaves, según se ha determinado luego de un diagnóstico geomorfológico realizado por especialistas. En ese diagnóstico de vulnerabilidad de la región ha sido compartido y/o socializado con diferentes poblados de Tzununá. En este mismo contexto, se ha trabajado en un proceso de fortalecimiento de capacidades en la gestión de riesgos. Producto de esa gestión, se formó la COLRED, integrada por diez personas de Tzununá y otras 15 de Pajomel.

Vecinos preparados El aporte de la integración de estas brigadas está en la prevención. Ahora, según el Ingeniero Gilberto López, coordinador del Eje Gestión Ambiental y de Riesgos, los pobladores ya conocen el riesgo a movimientos de ladera y derrubios (tierra que se desmorona) de la microcuenca de Tzununá, fenómenos para los cuales están preparados y capacitados por medio de las brigadas. Por lo pronto, este proyecto se encuentra en la fase de seguimiento y se elaboran dos planes de emergencia como instrumentos de apoyo a las COLRED. Xavi Vilanova


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EDITORIAL

Nuestro préstamo más preciado: El medio ambiente

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l pasado viernes 5 de junio fue un día muy propicio para hacer algunas reflexiones acerca del cuidado que debemos tener del sistema ecológico en que vivimos, debido a que se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente. Desde varias décadas hemos visto que el entorno del lago más bello del mundo, el Lago de Atitlán, se ha venido deteriorando poco a poco. No fue sino hasta hace unos pocos años cuando repentinamente apareció la cyanobacteria en sus aguas. Desde entonces no tenemos el placer de admirar sus aguas cristalinas que tanto le caracterizaban. Hoy, aquel azul profundo que adornaba al lago de Atitlán se ha tornado en un azul verduzco opaco que lo amenaza, y que levanta la voz de alerta de cosas peores que pueden venir si no se corrige el rumbo. Como sociedad, ahora aparentemente ya se le está empezando a dar la importancia que se merece y esperamos que no sea demasiado tarde, pero la responsabilidad de velar y de llevar el liderazgo para que el lago no se contamine radica en todos los habitantes que viven a su alrededor. Esta no es una labor exclusiva de las autoridades ediles de los pueblos que de una manera u otra afectan al lago, o de alguna autoridad ministerial, sino de todos: Hombres, mujeres, niños, jóvenes y adultos. Todos tienen que participar y poner su granito de arena para salvar el lago, de lo contrario todos sufrirán las consecuencias. Y las consecuencias pueden ser severas y nefastas, a tal punto que peligra la forma en que sustentan a sus familias. Las fuentes de contaminación son muchas y variadas, pero principalmente están relacionadas a los desechos humanos y de animales que se vierten diariamente al lago; al exceso de químicos y fertilizantes que llegan al lago producto de malas prácticas agronómicas; y toda la basura y desechos que eventualmente se depositan en el lago. Como todos ustedes saben, Cervecería Centro Americana, S.A., a través de su brazo social, Fundación Castillo Córdova, ha estado durante los últimos tres años, desarrollando un proyecto integral de carácter social, donde uno de los ejes principales de dicho proyecto es precisamente el de Gestión Ambiental y de Riesgos. Es por medio de este eje donde se desarrollan actividades dirigidas hacia el mejoramiento del entorno ecológico, y de reducir la contaminación que las poblaciones aledañas a la microcuenca de Tzununá le generan al lago de Atitlán. Es importante también mencionar que el eje

de Gestión Ambiental está muy inter relacionado con los demás ejes que la Fundación Castillo Córdova está desarrollando en el Proyecto Tzununá, es decir uno no puede funcionar sin el otro. Los otros ejes de trabajo que apoyan al de Gestión Ambiental son los de: Infraestructura, Educación y Capacitación, Salud y Nutrición, y Empresarialidad. Por lo complejo del trabajo, nos hemos apoyado en varias organizaciones que ya tienen mucha experiencia en el tema de contaminación y preservación del medio ambiente como son: Reciclados de Centroamérica, S.A., Asociación Amigos del Lago de Atitlán, Asociación Vivamos Mejor, AMSCLAE y Rotarios, entre otras. Con mucha convicción hemos impartido cursos para capacitar a los habitantes (tanto a adultos como también niños) que viven en sus alrededores, acerca de los efectos de la contaminación hacia el lago, así como también en torno de los métodos que se deben seguir para evitarla. Esto con el fin de crear conciencia ecológica entre sus pobladores y de facilitar la labor de preservación del lago de Atitlán y su entorno. Pero no contentos con eso, Fundación Castillo Córdova está realizando trabajos de capacitación en temas de productividad agrícola, con énfasis en evitar la contaminación por el uso excesivo de pesticidas y fertilizantes. Se está capacitando y apoyando a los agricultores que tienen sus siembras en laderas y montañas, y que lo hagan utilizando terrazas niveladas y evitar así, hasta donde sea posible, las erosiones de tierra y de otros materiales que eventualmente llegan al lago. Asimismo, se ha trabajado con mucho entusiasmo en la reforestación de la microcuenca, habiéndose sembrado más de 40 mil arbolitos de pino, ciprés y aliso, lo que contribuirá a evitar la erosión y los movimientos de tierra durante la época de lluvia, así como también a preservar las fuentes de agua pura. En este sentido, se está incentivando la siembra de aguacate, jocote, café, árboles frutales y plantas como la flor de izote y la pitaya, que también ayudan a evitar las pérdidas de tierra superficial por erosión. Un tema que preocupa mucho es la falta de infraestructura de drenajes y de conducción de las aguas servidas para ser tratadas previamente a ingresar al lago de Atitlán. Para hacer frente a este problema se ha hecho una alianza estratégica con el Consulado de Polonia, con el Club Rotario Guatemala, y con donantes individuales para dotar a los habitantes de letrinas aboneras, a cambio de trabajo

comunitario. El trabajo comunitario consiste, principalmente, en hacer trenes de aseo, recogiendo basura, embelleciendo la comunidad con la siembra de pequeños jardines y de plantas ornamentales para mejorar el ornato de Tzununá, así como mejorar las condiciones de limpieza, orden y jardinización de sus propias viviendas. Con las letrinas aboneras estaremos evitando que los desechos humanos lleguen a parar a los ríos y eventualmente al lago. Asimismo, esos desechos, una vez se han descompuesto adecuadamente, se pueden utilizar de una manera segura como abono natural para sus siembras y jardines, evitando así el uso de fertilizantes químicos. Otra fuente de contaminación que afecta al lago son los jabones y detergentes que se utilizan principalmente para lavar. Por iniciativa de los Rotarios y con el apoyo de Fundación Castillo Córdova, se ha construido una batería de lavaderos comunales de ropa, donde las amas de casa podrán lavar sus prendas de vestir, en un ambiente más cómodo, seguro, y donde las aguas servidas serán tratadas previo a ingresar al lago, evitando de esa forma que las mismas constituyan un riesgo de contaminación. Como parte de las inversiones en infraestructura que Cervecería Centro Americana, S.A. está realizando, por medio de Fundación Castillo Córdova, está la construcción de instalaciones para la separación, clasificación y tratado de desechos y de basuras. Estas instalaciones permitirán a las autoridades ediles contar con un espacio adecuado para que la basura que se genera diariamente en Tzununá no llegue al lago y así también evitar que sea depositada en basureros clandestinos, lo que causa una opinión negativa de Tzununá y a sus habitantes. Una forma de evaluar el nivel de educación y de desarrollo de una población es observando cómo tratan y disponen de sus desechos. Un pueblo que está inundado de basura, donde los desagües están a flor de tierra y su gente no se preocupa por mantener limpio y ordenado su entorno, es un pueblo sin educación y seguramente con pocas posibilidades de salir adelante. Esto es algo de lo que pretendemos cambiar con todas las contribuciones que estamos efectuando en temas de medio ambiente, para que este pueblo se convierta en una parada obligatoria del turismo que visita el lago de Atitlán. Estamos seguros que los habitantes de Tzununá también quieren vivir en un ambiente limpio y sano, pero su colaboración en mantener limpia y libre de

contaminación a Tzununá es fundamental. Si todos no ponen de su parte para librar a la microcuenca del flagelo de la contaminación, sus vidas serán afectadas sin lugar a dudas, y no digamos la salud del propio lago. La salud del ser humano está íntimamente relacionada con la limpieza y la higiene; vivir en un ambiente sucio es conducente a padecer de enfermedades transmitidas por moscas, mosquitos, cucarachas, roedores, animales domésticos, etc. Obviamente, padecer de enfermedades, redunda en gastos innecesarios en medicinas e incrementa la desnutrición crónica y aguda de la población. Al turista no le gusta visitar lugares sucios, por lo que también afecta la economía del pueblo y cualquier inversión que se realiza para establecer un negocio destinado a atender este segmento (tiendas, farmacias, venta de comidas, panaderías, ferreterías, etc.) resulta muy riesgoso. Las ventas entran por los ojos; si el área está limpia, libre de basura y de contaminación, las ventas de sus negocios se incrementarán. Si no, pasará lo contrario, perderán la oportunidad de vender sus productos. Uno de los sueños que tenemos es que Tzununá se convierta en el jardín de Atitlán. Es muy factible hacerlo, pero hay que empezar ordenando la casa. Hay que mantener el pueblo limpio y libre de contaminantes y esto incluye la eliminación de malos olores generados por los desperdicios de los perros callejeros. Asimismo, es importante tomar en cuenta que también existe una contaminación visual con toda la propaganda política que hoy se ve por doquier; los partidos políticos han pintado postes, calles, paredes, árboles, etc., y seguramente después de que se lleven a cabo las elecciones, no la eliminarán, con lo que se demerita la imagen del pueblo. Ustedes pueden, si se lo exigen a las autoridades municipales, reglamentar este tipo de actividades políticas para obligarlos a eliminar toda esa contaminación visual, para que no se quede así por eterna memoria y que dentro de cuatro años más vuelva a suceder lo mismo. Por último los dejo con un pensamiento indoamericano que dice: “La tierra no es herencia de nuestros padres sino préstamo de nuestros hijos”. Por ello: ¡No permitan que la gente tire basura en cualquier lugar! ¡Mantengan limpia sus viviendas, terrenos, y su pueblo! Siembren muchos árboles y plantas con flores, esto le dará al pueblo una imagen muy especial y atraerá nuevamente al colibrí, que de esta pequeña ave se deriva el nombre de Tzununá.

DIRECTORIO: Eduardo Castillo Di Vito, Director del Proyecto Tzununá; Ramiro González, Gerente del Proyecto Tzununá; Luis Gómez y Mercedes Unda, Comunicación Estratégica Cervecería Centro Americana, S.A.


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Pobladores reciben capacitación para afrontar fenómenos climáticos Promotores agropecuarios especializados de Fundación Castillo Córdova apoyan a más de 100 familias que en 2014 fueron afectadas debido a la escasez de lluvias.

Niños y padres de familia participan en el programa “Educando para conservar” Para fortalecer los proyectos ambientales, Fundación Castillo Córdova, con el apoyo de Asociación de Amigos del Lago de Atitlán, imparten el programa “Educando para conservar”, iniciativa en la que participan niños y adultos de la microcuenca. REDACCIÓN / EL COLIBRÍ

C

on gran entusiasmo, desde 2014, niños de primaria y de telesecundaria, así como padres de familia de la escuela de Tzununá, participan en el programa de educación ambiental “Educando para conservar”, impulsado por Fundación Castillo Córdova, con el apoyo de la Asociación Amigos del Lago de Xavi Vilanova

Atitlán. Los niños reciben formación mediante un proceso formal, mientras que los adultos son partícipes del programa no formal. En 2014 participaron 450 alumnos; 55 por ciento niñas y 45 por ciento, niños, de diferentes grados de los niveles de primaria, incluyendo 52 de telesecundaria Tzununá. A partir de 2015 se han

involucrado las cuatro escuelas de los caseríos Pajomel, Chuitzanchaj y Laguna Seca, además de la Tzununá. A todos los alumnos se les ha dotado de cuadernillos de ejercicios de diferentes módulos temáticos alusivos al ambiente y una guía docente para el desarrollo del programa. En 2015 la participación

ha aumentado. Reciben las clases, 480 alumnos de primaria y 54 de telesecundaria de Tzununá y 350 del nivel primario de Chuitzanchaj, Pajomel y Laguna Seca.

Padres de familia se unen Durante el presente año también se impartieron charlas en procesos de educación no formal, en el que participan grupos de mujeres, jóvenes y autoridades comunitarias. Durante diferentes sesiones se impartieron clases y contenidos relacionados con temas ambientales, con el objetivo de lograr cambios de actitud en la población y así, apoyar la conservación del medio ambiente y, a la vez, mejorar la calidad de vida de las familias y su entorno natural. Por ahora, el programa “Educando para conservar” se encuentra en la segunda fase y, según el plan de trabajo, concluirá en 2016.

REDACCIÓN / EL COLIBRÍ

T

ras la escasez de lluvias en 2014, fenómeno que provocó serios problemas a productores de granos básicos de Tzununá, debido a la pérdida de sus cosechas, Fundación Castillo Córdova inició una serie de acciones que permiten el fortalecimiento del Plan Oportunidad, impulsado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA). Mediante asistencia directa que imparte la Fundación con promotores agropecuarios especializados, estos vecinos que integran 102 familias, trabajan en la implementación de prácticas de conservación de suelos en sus áreas de siembra. Esto contribuye a darle continuidad al Plan Oportunidad. En ese sentido, Fundación Castillo Córdova ha logrado supervisar todas las parcelas de las familias y, a la vez, las ha apoyado con la entrega de alimentos a cambio de involucrarse en estas labores. Es decir que el grupo de pobladores, como retribución a su trabajo en pro de la conservación de suelos, ha recibido un aporte alimentario que, al final, contribuye a disminuir los niveles de vulnerabilidad frente a las amenazas de deslizamiento de laderas y el arrastre de partículas de suelos con nutrientes que contaminan el lago de Atitlán. El proyecto comenzó en octubre de 2014 y finalizará en julio del presente año. Los pobladores han recibido con mucho optimismo este apoyo porque además de ser en beneficio propio, también se consideran mejor preparados para implementar mejores prácticas en sus labores agrícolas y ambientales. Aproximadamente 4.9 hectáreas han sido atendidas con este Plan. Para llevar adelante esta iniciativa se integró una mesa técnica en la que participan, además de Fundación Castillo Córdova, la Secretaría de Seguridad Alimentaria (SESAN), el Ministerio de Desarrollo Social, el Comité Nacional de Alfabetización, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas y la Municipalidad Santa Cruz La Laguna.



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