Conciliar el sueño a temprana edad es fundamental, para el buen desarrollo posterior de las personas. Pero según cifras de Centro Médico del Sueño de la Universidad Católica, tres de cada diez niños chilenos (hasta los dos años) padecen problemas de insomnio, despertando durante la noche entre cinco a quince veces. Texto: Jorge Ricci Ávalos
UN BUEN DORMIR PERMITE CRECER SALUDABLE Y SIN TRASTORNOS 62 NIÑOS Y SALUD
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l insomnio en los niños puede provocar desde problemas de aprendizaje hasta trastornos psicológicos como la esquizofrenia. El mal dormir es el trastorno de sueño infantil más común y puede afectar desde lactantes de seis meses a niños de cinco o más años. Según cifras del Centro Médico del Sueño de la Universidad Católica, tres de cada diez niños chilenos (hasta los dos años) padecen problemas de insomnio, despertando durante la noche entre cinco a quince veces. El insomnio se puede producir por muchas causas. Este puede tener un origen fisiológico y patológico. El pediatra del Centro Médico Apoquindo, Fernando Manubens explica que esta enfermedad es producto de múltiples factores. “Las físicas son fundamentalmente el dolor. Por ejemplo, cuando los niños tienen cólicos intestinales o un reflujo tienden a dormir muy poco, despertando a cada rato. Esto, simplemente es debido al dolor esofágico que produce la acidez del estómago, es decir, el reflujo gastroesofágico que se genera durante las noches, cuando la persona está semisentada o durmiendo decúbito supino (de forma horizontal), lo que provoca una pasada del jugo gástrico del estómago al esófago y eso arde. Entonces, el niño despierta y a través del dolor expresado en el llanto, pidiendo ser amamantado por la madre para neutralizar la acidez”. El especialista agrega que otra de las causales por las cuales no se puede dormir tranquilo es por el dolor de oído y de dientes. Asimismo, los niños que están con fiebre alta o les duele la cabeza tampoco pueden conciliar el sueño. Pero el problema no tiene su origen sólo en la parte física. Las causas psicológicas también asoman como importantes. El estrés es una de ella. “Es muy estresante para un niño de dos meses que tiene que ir a una sala cuna y compartir con otros lactantes, quienes pueden ser agresivos, ya que de alguna manera, lo pueden agredir o molestar. De partida, salir de su casa es un estrés muy grande, teniendo que dejar a los padres durante gran parte del día. Un factor asociado a lo anterior es que los niños no saben si los van a ir a buscar, por eso es importante que los padres les digan voy y vuelvo. Esta situación los puede hacer tener pesadillas”, explica Manubens. Efectos segundarios El pediatra especifica que la enfermedad puede tener consecuencias a la larga, ya sea en el corto o largo plazo. “El insomnio puede tener muchos efectos segundarios. Uno de los más terribles es que el niño se sienta solo y desprotegido por el estrés, lo que lo va a llevar
a tener problemas psicológicos o trastornos psiquiátricos a la larga. El estrés te puede llevar a enfermedades neuropsiquiátricas como la esquizofrenia, manías y fobias”. Manubens añade que “en segundo lugar, si el niño logra superar la parte afectiva, le va a llevar a bajar su frecuencia vibracional. Las células y el organismo marchan a través de un equilibrio homeostásico, el cual es un equilibrio armónico, donde todos los órganos funcionan en una frecuencia vibracional pareja, que es como una frecuencia musical. Si se está estresado, ésta baja y algunos órganos se alteran. Es lo que se llama la inmunodepresion del sistema nerviovascular, la que lleva a una depresión del sistema neurológico y a la depresión respiratoria, entre otras anomalías. Entonces, el niño va a ser más propenso a enfermar patologías virales, bacterianas y patologías químicas, también habrán medicamentos o alimentos que le van a caer mal, provocándole otras enfermedades. A la larga va a terminar con problema de infartos, hipercolesterolemia, hipertensión arterial y diabetes, entre otros”. Tratamiento Este se deduce de las mismas causales. Si es físico, se tiene que evitar o aliviar el dolor, lo cual se puede hacer
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dando analgésicos, medicamentos para controlar el reflujo gastroesofágico y teniendo posiciones adecuadas para dormir, entre otras medidas. Si el dolor es psicológico. La receta va por evitar que los niños se estresen, para ello los padres deben ser más cariñosos, dedicándoles más cantidad de tiempo en calidad y en cantidad. No discutir delante del infante. También es bueno que duerman en un lugar bien ventilado, además de luminoso. En resumidas cuentas en una habitación que sea agradable para ellos, lo cual se logra pintándola con colores tranquilizantes como el celeste, verde tilo o un amarillo claro. No hay que olvidar establecer un horario para dormir y que se sientan seguros al minuto de cerrar los ojos, pero que sólo duerman hasta el año de vida con los padres. Todos estos consejos son para que no sea necesario contar ovejas. El especialista recomienda Nervoheel para el tratamiento de esta enfermedad. “Es un remedio muy bueno parecido al armonil que usan los adultos”.
LOS 10 MANDAMIENTOS DEL BUEN DORMIR INFANTIL 1. Asegurarse que el niño duerma lo suficiente mediante el establecimiento de un horario de acostarse y de levantarse adecuado para su edad (se aconseja acostarse antes de las 21 horas). 2. Mantener un horario regular de acostarse y levantarse, tanto en días laborables como fines de semana. 3. Establecer una rutina constante antes de acostar al niño: ponerle pijama, lavarle los dientes, leer o escuchar un cuento. Vestirlo con ropa cómoda, incluso pañales absorbentes para evitar que se despierte por estar mojado. 4. Animar al niño a que se duerma de forma independiente. 5. Evitar la luz brillante antes de acostarlo y durante la noche, y aumentar la exposición a la luz por la mañana. 6. Mantener todos los aparatos electrónicos, como televisores, computadores y teléfonos móviles apagados o fuera de la habitación y limitar su uso antes de acostarse. 7. Mantener durante el día horarios regulares para todas las actividades, sobre todo los de las comidas principales. 8. Realizar siestas (hasta los cinco años de edad) en horarios regulares y de duración adecuada para la edad. 9. Asegurarse de que el niño realice ejercicio y pase un tiempo al aire libre durante el día. 10. Eliminar alimentos y bebidas que contengan cafeína, como coca cola, café y té.
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DURACION RECOMENDADA DEL SUEÑO POR EDADES 3-12 meses 1-3 años 3-5 años 6-12 años 12-18 años
14 a 15 horas 12 a 14 horas 11 a 13 horas 10 a 11 horas 8.5 a 9.5 horas