II Época -Año XXVI- Nº 142
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España: 5,00 € / Portugal: 6,25 €
MEDIO SIGLO DEL HOMBRE EN EL ESPACIO Daniel Marín
EL PROYECTO NIX-NOX Jaime Zamorano y otros
TALLER: EUMETCAST Juan Marcos Álvarez y Aníbal Vega
POR
Raúl Martínez-Morales
Desde hace unos meses prácticamente todo el mundo conoce y habla de la «nueva constelación» del zodiaco. Muchos incluso conocen su nombre, Ofiuco. Esta constelación no tiene nada de nueva, es una constelación tan antigua como el resto, y el Sol desde siempre la ha surcado casi durante tres semanas al año. LOS SIGNOS ZODIACALES Abre NightShade (para descargas gratuitas, NightshadeSoftware.org), elimina el paisaje y la atmósfera y selecciona una a una las doce constelaciones zodiacales de siempre (presionando 4 se enciende la eclíptica, la cual puede ayudarte a encontrar alguna estrella de cada signo). (Ver Figura 1). ¿Qué representan las constelaciones del zodiaco? Para ver el significado de estas constelaciones, enciende la atmósfera, sitúate más o menos al mediodía del 1 de abril, y con las constelaciones del zodiaco encendidas comprueba cómo el Sol para esa fecha se encuentra en Piscis. Pasa día tras día (presionando =) y comprueba cómo el Sol atraviesa todo el signo de Piscis, entra en Aries, Tauro… a medida que avanza el calendario, hasta volver de nuevo al 1 de abril pero de 2012. Ha pasado un año completo y el Sol ha recorrido todos los signos del Zodiaco, de ahí su importancia y fama, son las constelaciones que transita el Sol como consecuencia del movimiento de traslación terrestre. Asimismo, la línea de la eclíptica (pres. 4) tiene también las marcas de los meses y del comienzo de cada mes. ¿Y qué hay pues de la constelación de Ofiuco? Enciende la parcela de las constelaciones [presiona ` + C (acento grave + C)] y el nombre de las constelaciones, apaga las figuras artísticas de las constelaciones, y deja encendida la línea de la eclíptica, y comprueba cómo entre Escorpión y Sagitario queda un trozo de recorrido del Sol sin signo 74
zodiacal: aquí está Ofiuco (Figura 2). Ofiuco NO es ninguna constelación nueva, nadie ha descubierto a estas alturas una nueva constelación, habría que estar ciego para no haber visto durante miles de años las estrellas de la constelación de Ofiuco. Pero después del artículo aparecido hace unos meses mucha gente cree que se ha descubierto un nuevo signo. Ofiuco es una constelación clásica, tiene una Figura 1. Proyección de las constelaciones zodiacales y la eclíptica. (Todas larga antigüedad las imágenes son cortesía del autor) de varios miles de años por lo menos, como el resto, pero u otro, el signo de Ofiuco no afecta en por algún motivo se dejó fuera del nada a las demás constelaciones, solo zodiaco, acaso por estética, y al igual y exclusivamente a la constelación de que había ya doce meses se dejaron Escorpión, pues «el mes de Escorpión» doce signos, quizás para que cada signo realmente corresponde una semana para fuera de 30 grados en el cielo (360° éste y el resto para Ofiuco. Es decir, el dividido entre 12). Fuera como fuera, Sol solamente pasa siete días bajo el Ofíuco siempre estuvo ahí, ocupando signo de Escorpión, y unos 18-19 días tres semanas al año el recorrido del Sol, en Ofiuco. Así que para el resto de y nunca hasta ahora se le ha tenido tanto los signos la «nueva constelación» no en cuenta o se le ha buscado tanto. afecta en nada. Desde el punto de vista astrológico, Sitúate más o menos a mitad de es decir, del adivinamiento de nuestra noviembre y comprueba cómo el Sol suerte o destino por el mero hecho de está en Libra, avanza día tras día (pres. =) haber nacido con el Sol bajo un signo y comprueba cómo el Sol entra en
ASTRONOMÍA DIDÁCTICA
pequeñas, y, por lo tanto, el tiempo que el Sol pasa en cada constelación es desigual, alrededor de un mes, pero distinto para cada signo (algunos casi un mes y medio como Virgo y otros solo una semana como el citado Escorpión). Visto esto alguien podrá pensar que cómo es posible que el 19 de diciembre entre el Sol en Sagitario, si Sagitario es del 23 de noviembre al 21 de diciembre. Cierto, esto Figura 2. Parcelas de las constelaciones, con Ofiuco entre Escorpión y Sa- no tiene que ver nada con Ofiuco, es gitario, y con la eclíptica encendida. un efecto distinto. Como se ve, el Sol está entrando en el signo cuando debería de estar saliendo de él. Esto pasa con todos los signos, por ejemplo, el Sol entra en Aries el 19 de abril, y el signo de Aries va desde el 21 de marzo al 20 de abril. Hay un desfase de un signo para todo el zodiaco, y esto es algo bien conocido desde hace algunos siglos al menos. Así que alguien, que según el horóscopo es Aries, en realidad ha nacido Figura 3. El Sol entrando en Aries el 21 de marzo del año 300 a.C. En esta con el Sol bajo el signo de Piscis. época el punto Aries quedaba en la constelación de Aries. Para arreglar esto, Escorpión el 23 de noviembre, para situemos la fecha unos dos mil años salir de éste y entrar en Ofiuco el 1 atrás en el tiempo, por ejemplo en el de diciembre. Solamente siete días de año 1 o en el -200 (entra en el Menú signo Escorpión. El 18 de diciembre el de texto M, opción 2.1. Para seguir Sol deja Ofiuco y se sitúa bajo el signo operando sal del Menú de texto M). Así de Sagitario. La entrada del Sol en los podrás comprobar cómo el Sol entraba signos no es exacta como dicen los en Aries sobre el 20 de abril, tal y como almanaques astrológicos, esto es debido dicen los almanaques astrológicos. a que las parcelas de las constelaciones Hace algo más de dos mil años que se son algunas muy grandes y otras muy establecieron como tal los signos del II Época / Nº 142
zodiaco, y entonces, todo cuadraba, signos astrológicos con constelaciones astronómicas. Pero ahora, dos mil años después, todo el cielo se ha desfasado un signo. El 21 de marzo el Sol está comenzando a entrar en Piscis. Si nos situamos en la misma fecha pero en el año 4000 el Sol estará al comienzo de Acuario, al principio de Capricornio en la misma fecha pero del año 6000, etc. Esta es una de las consecuencias del conocido tercer movimiento de la Tierra, la precesión. Hemos de esperar 24.000 años más, para que de nuevo en el año 26000, los signos astrológicos correspondan con las constelaciones. Puedes comprobarlo. Otra de las consecuencias del movimiento de precesión de la Tierra, es que el eje de rotación va apuntando a distintas zonas del cielo, por lo que es toda una suerte tener una estrella Polar. Estando por ejemplo en la época de los romanos, hace unos dos mil años, gira rápido el cielo (movimiento diurno, avance rápido del tiempo tres o cuatro veces) y comprueba cómo no había estrella Polar en aquella época. Repítelo para al año actual para comprobar que en el centro de todo el giro diurno está la estrella Polar.
ACERTIJOS DIDÁCTICOS (Nº 9) Realiza una tabla con la entrada astronómica del Sol en cada signo zodiacal para la época actual, y comprueba que solo aquellas personas nacidas al final de ciertos signos siguen siendo aún del mismo signo, pero diríamos que por suerte, ya que algunas constelaciones son muy grandes. Enciende la eclíptica y el ecuador celeste (pres. 4 y 5) y fíjate en uno de los puntos de corte, el Punto Aries, origen de la Ascensión Recta. Comprueba cómo este Punto Aries dejó de estar en la constelación de Aries sobre el año 1, pasando en la actualidad al final de Piscis y acercándose a Acuario. ¿Deseas contactarnos? Envíanos tus comentarios, inquietudes, dudas, o bien tus respuestas a los Acertijos Didácticos a: luna@astrodidactico.com. Encuéntranos también en Facebook buscando AstroDidactico. 75
POR
Juan Marcos Álvarez Merinero y Aníbal Vega del Río
EUMETCAST, OBSERVACIÓN DE LA TIERRA DESDE EL ESPACIO Gracias a las nuevas posibilidades que nos ofrece el sistema EUMETCast del organismo meteorológico europeo por satélite Eumetsat, ya podemos observar al planeta Tierra desde el espacio de una forma más asequible. Eumetsat ha revolucionado la técnica que hace posible la recepción de multitud de satélites de observación de la Tierra mediante la habitual antena parabólica de televisión.
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anto para los entusiastas de la meteorología o de la tecnología espacial, como para los profesionales del medio ambiente o los científicos dedicados al estudio de la climatología, el sistema EUMETCast aprovecha la posibilidad de recibir en nuestro ordenador, mediante un receptor DVB común, una
gran cantidad de imágenes de la Tierra así como información climática.
Antecedentes del APT y diferencias con el nuevo sistema Atrás ha quedado la romántica y didáctica, pero anticuada tecnología analógica, que
nos permitía recibir determinados satélites de observación mediante equipos de radio, estando subordinados además a las horas de paso de los satélites sobre nuestro horizonte (ver Tribuna de Astronomía y Universo, septiembre 2000, páginas 66-69). Dicho sistema, el APT, surgió en los años sesenta como innovación al
El Mar Mediterráneo oriental, visto con todo detalle desde el satélite METOP el pasado 4 de julio de 2010. (Excepto donde se indique lo contrario, todas las imágenes han sido obtenidas por los autores con el sistema descrito en el artículo, y son cortesía Eumetsat)
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taller
La península ibérica al atardecer. Se aprecia el acentuado relieve y las sombras de las masas nubosas debidos a la iluminación solar rasante.
del grupo de observación de la Tierra GEO, que, en el entorno de las Naciones Unidas, se basó precisamente en la experiencia europea. Asimismo, permite que usuarios interesados puedan acceder a una gran cantidad de datos e imágenes que constantemente transmiten diferentes satélites, como por ejemplo los Meteosat, el Metop, los NOAA, los GOES o los interesantes satélites chinos FengYun, entre otros. Para ello, se aprovechan las posibilidades del protocolo IP mediante el servicio multicast entre cliente y servidor. Multicast o multidifusión es el envío de información en red a múltiples destinos simultáneamente. Así, Eumetsat utiliza la multidifusión IP para distribuir la gran cantidad de datos que se generan a los grupos de receptores mediante un servidor instalado en Usingen, Alemania, que se encarga de enviar los datagramas a alta velocidad a un satélite geoestacionario de televisión. En el fondo, el mecanismo es complejo, pero El globo de la Tierra centrado sobre el Océano Pacífico. El reflejo del Sol en la práctica resulta más en el mar y el perfil de America del Norte (a la derecha) se distinguen sencillo de utilizar por parte claramente. de los usuarios, si bien se
no requerir grandes estaciones de seguimiento, resultando ideal para los países del tercer mundo al poder obtener imágenes satelitales con una resolución de 5 kilómetros. El surgimiento del ordenador doméstico dos décadas más tarde permitió asimismo que particulares, en especial los radioaficionados, pudieran recibir imágenes de satélites polares o incluso de los primeros Meteosat mediante la técnica WEFAX. Pero EUMETCast ha cambiado la forma de observar la Tierra por satélite, de tal forma que todo interesado puede recibir imágenes de la Tierra con una resolución de un kilómetro por píxel y de forma continuada. Ya no es necesario experimentar con la radiotécnica; la antena parabólica de televisión y la informática dan paso al análisis de datos científicos, de interés tanto para los profesionales que necesiten aplicar dicha información al medioambiente o a la climatología, como a los aficionados, que ya pueden hacer ciencia con los satélites.
El sistema EUMETCast EUMETCast es un sistema destinado a la captación II Época / Nº 142
y distribución de datos climáticos, imágenes y productos derivados procedentes de sensores remotos en tierra, en los océanos, en los hielos, en el aire o en el espacio dentro de una compleja red mundial, la GeonetCast, iniciativa
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taller
reciben los datos en bruto y hace falta su procesado. ¿Por qué se pueden recibir los datos en nuestro ordenador a través de la antena parabólica de televisión? Aquí entra en juego el formato estándar DVB, el utilizado en televisión digital. En el nodo ascendente, Eumetsat combina el protocolo IP con los datos y se implementa con el formato DVB (que es un formato MPEG-2), resultando una combinación IP/DVB que es reenviada al satélite geoestacionario de televisión. De esta forma, resulta más fácil y económico para un usuario la adquisición del material necesario, al ser de fabricación estándar. Así, diferentes satélites de observación de la Tierra, tanto polares como geoestacionarios, emiten sus datos a sus centros receptores y éstos enlazan con la red de Eumetsat, donde se comprimen, se encapsulan combinando los datos IP con el formato DVB, y se reenvían al geoestacionario de televisión (en la actualidad y para Europa el Eurobird-9), que lo devuelve en formato DVB-S/IP. Un ejemplo pueden ser los satélites NOAA de órbita polar, los cuales a unas horas determinadas «barren» con sus radiómetros la península ibérica. Una vez que alguno de estos satélites sobrevuela la península, la estación de recepción en Madrid o en Maspalomas (en la isla de Gran Canaria) reenvía los datos a la estación que hace de servidor en Usingen (cercano a la sede
Una fina «Tierra creciente».
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de Eumetsat en Darmstadt), donde son encapsulados y enviados por el canal de subida en formato IP/DVB al satélite de televisión Eurobird-9. En tierra y con la antena parabólica apuntando al Eurobird, podemos recibir, además de los diferentes canales de televisión, las imágenes del NOAA en el ordenador doméstico.
El equipamiento necesario Veamos el equipo necesario para poder recibir EUMETCast. Primeramente, claro está, la antena parabólica, la habitual de 80 cm de diámetro tipo offset que tanto decora las fachadas de los edificios. El dispositivo LNB situado en el foco de la parabólica nos sirve asimismo para nuestro cometido al ser de tipo universal, siendo el encargado de amplificar, demodular y convertir la señal para poder enviarla por el cable coaxial, de hasta 30 metros de longitud máxima. Hay que tener en cuenta que la antena tiene que apuntar –en la actualidad y desde Europa– al satélite Eurobird-9, y que el LNB de la antena requiere de su ajuste de polarización; tanto el apuntamiento como el ajuste suele ser crítico y quizás se requiera de un profesional antenista. En el interior, donde tenemos ubicado el ordenador, conectamos el receptor DVB, siendo aconsejables los modelos tipo PCI, ya que si bien los USB parecen ir bien, no son muy fiables
El Mar Mediterráneo, Europa y el Norte de África fotografiados por el satélite Meteosat.
al tener que soportar mucho tráfico. Hay que tener en cuenta que la tarjeta DVB tiene que ser un modelo capaz de soportar datos y que requiere de su configuración, tarea que puede resultar complicada. En cuanto al ordenador, debería tener mínimo 4 Gb de RAM y si ello es posible, varios discos duros, a causa del gran volumen de datos que debe soportar. En el caso de no disponer de un ordenador potente, la
EUMETCAST, OBSERVACIÓN DE LA TIERRA DESDE EL ESPACIO
Eumetsat y permite la desencriptación de la información. Con respecto al software, es necesario el programa propietario Tellicast que también se adquiere a Eumetsat junto con la EKU. Tellicast es el programa capaz de recibir la señal DVB para almacenar los segmentos de datos IP y poder desencriptarlos. Finalmente necesitamos el software para el procesamiento de imágenes, recordemos que se requiere procesar los datos recibidos para obtener la información útil y las imágenes. Existen diversos programas que suelen ser de acceso libre, al menos para el servicio educativo, puesto que el software profesional requiere de inversión en tiempo y en dinero para la puesta operativa óptima.
Alguna conclusión final
mejor opción sería tener dos ordenadores conectados en red, de tal forma que uno esté dedicado en exclusiva a la recepción. Por otra parte necesitamos la EKU, si bien para el servicio mínimo o educativo no se requiere. La EKU-USB es la llave codificada que se adquiere a Eumetsat para la identificación de usuario único. Cada receptor tiene su EKU acorde con su nombre y el tipo de servicio solicitado según la política de uso de
Es un hecho curioso que la mayor parte de los usuarios de este sistema son aficionados a la meteorología o al espacio así como centros educativos; el resto son profesionales, universidades, empresas de servicios, aeropuertos, medios de comunicación y organismos oficiales, como por ejemplo los departamentos relacionados con el medio ambiente de las diferentes comunidades autónomas. EUMETCast nos permite acceder a los diversos sensores remotos de diferentes satélites para poder seguir la evolución de nuestro planeta a gran escala; la atmósfera, el plancton, la vegetación, los vientos, los hielos, las temperaturas, el albedo, el ciclo del agua o el ozono. Los campos que se pueden abarcar son numerosos y van desde el medio ambiente, la hidrología, la climatología y la energía solar hasta el cambio climático. Este sistema nos permite, por tanto, ir más allá, hacer ciencia con las posibilidades que nos ofrece la tecnología espacial a nuestro alcance. Así, los satélites de observación se hacen más asequibles al aficionado para el estudio de los diferentes campos de las ciencias de la Tierra. Más información en www.eumetsat.int/ Home/Main/DataAccess/EUMETCast/ index.htm. Impresión artística del satélite Meteosat, cuyas imágenes pueden ser obtenidas gracias al sistema EUMETCast. De fondo, una fotografía real en falso color de la Tierra captada por uno de los Meteosat. (ESA/D. Ducros)
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Juan Marcos Álvarez Merinero y Aníbal Vega del Río pertenecen a la Sociedad Astronómica Asturiana «Omega» (www.saaomega.com). 87
POR
José Luis Hellín Maqueda
omos testigos del final de una etapa en la aventura espacial. Con sesenta días de diferencia, dos transbordadores espaciales han realizado su último viaje de trabajo. Primero, el Discovery; después, el Endeavour. Tan solo queda el Atlantis al que, quizá, se le dé también una última oportunidad en junio de volver a demostrar las bondades de un concepto cuyos primeros pasos, ya lejanos, algunos pudimos disfrutar con emoción en nuestra juventud. Esperemos que las leyes vitales se cumplan y el final de una carrera signifique el punto de partida de otra nueva, más intensa, más interesante, más enriquecedora, con nuevos lanzadores y nuevas astronaves que nos hagan soñar con el Infinito «…and beyond!»
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ESTACIÓN ESPACIAL INTERNACIONAL, NOTANDA Son varios los flancos de noticias que afectan a la ISS en estas semanas; así pues, los designaremos con el título general de notanda y pasamos a hablar de ellos por separado.
Discovery, misión STS-133 En la noche hora europea del 24 de febrero despegaba el transbordador rumbo a la ISS, en la que sería su última misión espacial. Desde el 30 de agosto de 1984, el Discovery había realizado treinta y ocho vuelos espaciales, que ya le otorgaban el título del «Más Viajero» entre la flotilla de lanzaderas. En este su vuelo treinta y nueve «y último», su misión principal consistió en llevar hasta la Estación el Módulo Multipropósito Permanente, el antiguo módulo logístico Leonardo, de fabricación italiana y propiedad norteamericana, que quedará atracado en el complejo espacial como un elemento más del mismo. También destacaba entre la carga útil el primer robot humanoide espacial, el inquietante Robonaut-2. El lanzamiento del Discovery estuvo rodeado por una gran expectación mediática dada su singularidad. Y no es para menos. Una pequeña lista 92
de los galardones que posee el transbordador: ► Es el más veterano –«viejo» osan decir algunos– de la flotilla. ► Hasta el pasado 24 de febrero ha permanecido en el espacio durante 322 días y circunvalado la Tierra 5.247 veces. ► Es el que ha realizado la misión más larga (STS-131, abril de 2010, quince días y dos horas), además de ser la ocasión en que más mujeres volaron juntas (cuatro) y dos astronautas japoneses compartieron vuelo. ►Ha sido el caballo de carga para lanzamientos tan significativos como el Telescopio Espacial Hubble o la sonda europea Ulysses. Además ha completado dos misiones de asistencia al mismo Hubble.
Esta ha sido la última vez que hemos visto despegar al Discovery… (NASA/Rusty Backer y Michael Gayle)
Cuenta Atrás
► Fue el que reinició el vuelo de los transbordadores tras los desastres del Challenger y del Columbia. ► Durante el año 1985 fue el único transbordador que subió al espacio, y lo hizo en nada menos que cuatro ocasiones: enero, abril, junio y agosto. ► Fue el último de los ingenios norteamericanos en acoplarse a la estación espacial Mir. ► Ha colaborado en la construcción de la ISS con cargas tan destacadas como los módulos Harmony y Kibo, además de varias estructuras para soporte de los paneles solares, los propios paneles y varios recambios de tripulaciones permanentes. ► Fue el último en utilizar el área de lanzamiento 39-B de Cabo Cañaveral. ► Entre los personajes destacados que han volado en él se encuentran el senador Jake Garn (primer político norteamericano en el espacio); el pionero astronauta John Glenn (a sus 77 años, la persona de mayor edad en el espacio); junto con Glenn, también ascendió al espacio el primer español genuino, nuestro Pedro Duque; el primer astronauta árabe, sultán Salman al-Saud; y el primer cosmonauta ruso en una nave estadounidense, Sergei Krikalev. Al Discovery le espera una jubilación honrosa: sustituirá en las instalaciones del Museo Nacional del Aire y del Espacio –perteneciente a la Smithsonian Institution, en Washington D.C.– al transbordador Enterprise, el primer modelo de lanzadera que solo se empleó para pruebas de vuelo atmosférico.
El Discovery, poco antes de atracar con la ISS fotografiado desde ésta. (NASA)
periplo cuatro veces más dilatado en el tiempo que sus colegas rusas Progress. El atraque se realizaría a las 16:08 GMT del 24 de febrero, en uno de los puertos del módulo ruso Zvezda; a una velocidad absoluta de 28.000 km/h y a una relativa de 7 cm/s, todo el proceso se completó
de forma automática. Simonetta di Pippo, Directora de Vuelos Espaciales Tripulados de la Agencia Espacial Europea, estaba exultante: «Con este atraque limpio, Johannes Kepler se convierte en un gran ejemplo de lo que es una nueva ola de innovación made in Europe.
Vehículo de Transferencia Automática (ATV) Johannes Kepler A las 18:50, hora local de Guayana, del 16 de febrero despegaba desde Kourou un Ariane-5 con el segundo modelo de ATV en su cofia, el camión de carga europeo no tripulado con destino a la Estación Espacial Internacional. Bautizado en honor del gran astrónomo alemán, el ingenio de más de 20 toneladas se separó de la etapa superior del cohete a los 64 minutos de vuelo, desplegó sus cuatro muy estilizados paneles solares y tomó rumbo al gran complejo espacial. Llegaría ocho días después de su lanzamiento, en un II Época / Nº 142
El ATV Johannes Kepler, justo antes de acoplarse a la ISS. Nótese en la imagen la Luna Menguante. (NASA)
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Cuenta Atrás
Estamos más preparados que nunca para comenzar una era de autonomía en lo que a exploración espacial se refiere. […] El ATV Johannes Kepler inaugura nuestro servicio de línea regular con la Estación Espacial Internacional. Este éxito confirma el papel de vehículo esencial en el avituallamiento de la ISS.» Los ATV europeos transportan tres veces más carga que una nave rusa Progress, aunque la mayor parte sea en forma de combustible para que sus motores funcionen una vez unido a la Estación y así compensar el frenado que la alta atmósfera le provoca, con la consiguiente pérdida de altura orbital. En la zona presurizada quedaban estibados también 1.760 kg de carga seca, que incluía alimentos, ropa y equipamiento. Además, 860 kg de combustible y 100 kg de oxígeno para los tanques del módulo Zvezda. Johannes Kepler permanecerá atracado en la Estación hasta junio, sirviendo como un módulo adicional donde las astronautas pueden desenvolverse con comodidad. Ya se está ultimando la construcción del siguiente ATV; se llamará Edoardo Amaldi en honor del gran físico italiano, colaborador en su juventud del propio Enrico Fermi antes de que el gran maestro dejara Italia para emigrar a Estados Unidos. Su lanzamiento se realizará en febrero de 2012. Los ATV 4 y 5 seguirán después hasta completar la primera serie en 2014.
serían combinaciones de estos dos quarks con los otros cuatro «extraños» (strange, charmed, bottom y top). De existir, formarían un nuevo tipo de materia totalmente desconocida con propiedades físicas y químicas insospechadas. AMS-02 puede generar un campo magnético cuatro mil veces más potente que el terrestre y se considera un programa complementario del que se desarrolla en Minutos antes de su atraque en la Estación Espacial, el Johannes el Gran Colisionador Kepler fue fotografiado por el astronauta italiano Paolo Nespoli, a de Hadrones del CERN bordo de la ISS. (ESA/NASA) en Ginebra, Suiza. Los planes iniciales han presentes en el Universo. Los científicos cambiado; en vez de subir y bajar con especulan con la existencia del neutra- el transbordador como ocurrió con el lino, una partícula que podría constituir 01, AMS-02 quedará anclado en la cara el 95 % de la materia total del Universo, cenit del elemento S-3 de la Estación. en forma de materia o energía oscuras. La misión se podrá extender hasta diez e Además, buscará un tipo exótico de mate- incluso dieciocho años –no será el caso, ria formada por strangelets, termino del puesto que a la ISS le quedan diez años de argot científico inglés de difícil traduc- actividad–, lo que ha obligado a cambiar ción –como no fuera por un mega super- el imán superconductor previsto por el
Última misión del Endeavour Este 19 de abril debería despegar el transbordador Endeavour en la misión STS-134, quizá la última de la flotilla, seguro que la última propia. Otra lanzadera que cierra una trayectoria profesional de éxito y que terminará su vida activa con una misión de especial relevancia: el transporte hasta la ISS del Espectrómetro Magnético Alfa (AMS-02), el experimento espacial más complejo de la historia, tanto por ser el mayor instrumento científico instalado en la Estación como por ser la culminación del mayor proyecto de cooperación internacional para el desarrollo de un único experimento espacial. AMS-02 –hubo una versión simplificada, la 01, que voló en la bodega de carga del Discovery durante la misión STS-91, en junio de 1998– es un detector que nos permitirá encontrar evidencias de la antimateria y de la materia oscura 94
El instrumento AMS-02 durante sus pruebas en el Centro Espacial Kennedy antes de su lanzamiento. (NASA)
lativo de strange, «extraño»– que hace referencia a las partículas elementales quarks denominadas así, «extraños», por ser mucho menos corrientes que los fundamentales (up y down) con los que está formada toda la materia; los strangelets
modelo no superconductor que ya dotó al 01. Después de una primera etapa intensa de investigación, podrá continuar con el estudio de los rayos cósmicos y su efecto sobre los humanos en escenarios de largos viajes interplanetarios. El instrumento
POR
Miquel Barceló
ASTRONÁUTICA ECOLÓGICA
Á
ngel, nuestro sufrido director, sabe que hace tiempo me preocupa no encontrar temas astronómicos o astronáuticos en la moderna ciencia ficción. En septiembre pasado ya les comentaba como la nueva ciencia ficción parece temer especular sobre el futuro lejano y se limita a un futuro más bien cercano (near future). ¿Cómo imaginar futuros lejanos que el presente tecnológico puede hacer ridículos y casi obsoletos en pocas décadas? También ocurre en los temas astronáuticos ya que se empieza a dudar de la posibilidad real de colonizar el Universo. ¿Cómo imaginarlo posible, si el Pioneer 10, lanzado el 3 de marzo de 1972, está todavía en las cercanías del Sistema Solar? ¿Alguien es capaz de imaginar a un tripulante humano pasando esos casi cuarenta años en un reducido espacio y solo para seguir más cerca del Sol que de cualquier otra estrella? La perspectiva, con nuestra duración de vida en torno al centenar de años, no parece demasiado halagüeña. Es triste. Por eso me decido a recordar aquí una de las pequeñas obras maestras de la mejor ciencia ficción de todos los tiempos. Es una novela corta que, en su escaso centenar de páginas trata al mismo tiempo de ecología y de esa posibilidad que hoy conocemos como la hipótesis de la «Tierra Rara» y la dificultad del éxito del viaje astronáutico. Sin olvidar que fue la inventora de lo que hoy llamamos «ciberpunk» con implantes tecnológicos en los cerebros humanos. Una verdadera maravilla: Jinetes de la Antorcha (Riding the Torch, 1974) de Norman Spinrad, que fue Premio Júpiter en 1974. En esos II Época / Nº 142
años (precisamente poco después del lanzamiento del Pioneer...), Spinrad imaginó que la Tierra resulta destruida y que se ha puesto en marcha la llamada «Migración», una grandiosa expedición de dos mil cuarenta naves antorcha a la busca de otro planeta en el que vivir la humanidad tras haber destruido su hábitat natural, nuestro planeta Tierra. Pero ese nuevo planeta, tras un millar de años de exploración espacial, parece no existir y, finalmente, debe comunicarse a todos los viajeros que
Norman Spinrad. (Marc Bellini)
su empeño es vano: no hay más Tierra que la nuestra y haberla destruido ha sido el gran error de la humanidad. Mensaje profundamente ecologista si los hay... Esa comunicación se hace gracias al arte de Jofe D’Mahl, uno de los grandes compositores del llamado «senso», un sistema de comunicación parecido a una telepatía tecnológica, gracias a los implantes que todos llevan insertados en sus cerebros. Como les decía, el primer atisbo de lo que luego llegaría a llamarse ciber-
punk, pese a que en esa corriente no se suele reconocer la paternidad de Spinrad sobre esa idea central a una de las líneas más comerciales de la ciencia ficción de las últimas décadas. Como sea que la novelita era corta, en la edición española en Libro Amigo de Ediciones B que hicimos en 1987, la completé con otro relato de Spinrad (Blackout, que había aparecido en mi fanzine Kandama...) y, sobre todo, con dos artículos divulgativos sobre las naves antorcha (El Epílogo, de James Frenkel y un texto de Robert L. Forward sobre La paradoja de la nave antorcha). Como todavía había espacio, además de mi presentación habitual en los libros que editaba para Ediciones B, incluí un articulo mío con Pequeñas apostillas innecesarias a una pequeña obra maestra, glosando todo aquello que, para mí, hace de Jinetes de la Antorcha una de las mejores obras de la mejor ciencia ficción de todos los tiempos (pese al infantilismo de la ilustración de su portada española...). Añadiré también que Spinrad se asustó de esa edición tan completa, ya que la cantidad de información y los análisis realizados le hicieron temer que pudiera ocurrir algo parecido con la edición española de su novela El juego de la mente (The Mind Game, 1980). En ella se trata del transformacionalismo, una secta convertida en religión y creada por un autor de ciencia ficción como la cienciología de Hubbard a la que, en cierta forma, critica y ridiculiza como religión. El miedo de Spinrad ante la reacción de los cienciólogos era realmente palpable. Aunque ésa de la cienciología es otra historia, también de ciencia ficción... De la que ya hablamos en marzo de 2002 (número 33). 97