La Jornada Semanal

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■ Suplemento Cultural de La Jornada ■ Domingo 24 de febrero de 2013 ■ Núm. 938 ■ Directora General: Carmen Lira Saade ■ Director Fundador: Carlos Payán Velver

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La maldita partícula: el bosón de H iggs Entrevista con I lan S tavans


bazar de asombros RICARDO GUZMÁN WOLFFER Y EL HUMOR Y LA CULTURA Con una importancia teológica similar a la de San Agustín y considerado, junto con éste y Otón de Freising, como pionero de la filosofía de la historia; estudiado actualmente por el filósofo Gianni Vattimo y muchos otros; citado por Barack Obama durante su primera campaña presidencial, el monje y pensador Joaquín de Fiore, nacido y muerto en Calabria durante la alta Edad Media es también, a través de su obra, una de las primeras inspiraciones de los utopistas más importantes, desde Thomas Hobbes hasta Giordano Bruno. Los ensayos de Annunziata Rossi y Mauricio Beuchot abordan los aspectos fundamentales del pensamiento de este humanista inmortal. Completan el número un artículo sobre el bosón de Higgs, una semblanza del extraordinario narrador y Premio Nobel chino Mo Yan, y una entrevista con el escritor, lexicógrafo y traductor mexicano Ilan Stavans.

Comentarios y opiniones: jsemanal@jornada.com.mx

Ricardo Guzmán Wolffer padece, de manera muy placentera, la hermosa compulsión de la curiosidad. Se interesa por todo lo que constituye la esencia de lo humano, ama los paisajes, se mantiene ligado a todos los géneros y modos del fenómeno literario, investiga en los terrenos del humorismo entendido como una visión de la realidad y como una forma de reconciliación con la otredad, y se mantiene ente­ rado y preocupado por muchos aspectos de la vida sociopolítica de nuestro país y del mundo. La curiosidad es una virtud indispensable para construir sobre ella el edificio de un ensayo o de una crónica. Ricardo lo sabe y, para nuestra fortuna, la convierte en una condición del espíritu, en una for­ ma de practicar los mejores aspectos del pensamien­ to humanista. En este libro, El humor y la cultura, se reúnen algunos ensayos de Ricardo y se miran con curiosa actitud los unos a los otros. Salen adelante en su pro­ yecto por varias razones: Una de ellas es la maestría formal y otra, tal vez la más inaudita en nuestro me­ dio de implacables pontificadores y de propietarios de iracundas certezas, es la de haber logrado que en toda la extensión tipográfica no haya una sola línea aburrida ni un párrafo banal. La amenidad, el rigor de las ideas y la impecable construcción del ensayo captan nuestra atención y nos convierten en cómpli­ ces de este inteligente observador del mundo y sus anexos, de este admirador de las artes y de las cien­ cias humanas. Podemos, por lo tanto, afirmar que a Ricardo Guzmán, como a Quevedo, el mundo lo ha hechizado. Su nueva visión del humorismo abre nuevos cau­ ces a la investigación de esta actitud llena de pro­ fundidad humana y de sana malicia formal (acepten, por favor, la paradoja). Nuestro autor nos habla de las debilidades y peligros de la forma y de su admi­ ración por Bukowski, lamenta la absoluta falta de humor de los políticos huecos y solemnes y recoge las opiniones sobre el tema del ingenioso Wenceslao Fernández Flores. Corona sus disquisiciones sobre el humor con un ensayo sobre Henri Bergson, el maes­ tro de la risa, el filósofo que siempre buscó aquello que Bernanos llamaba “la alegría”. Alegría sin adje­ tivos, alegría que nace en el alma e invade los cuerpos. A su lado, brinca el chapulín tostado pero vivo de Pancho Toledo y se instala en el libro de Ricardo una novedosa forma de la gracia.

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Hugo Gutiérrez Vega Ricardo nos cuenta cosas de John Irving y nos hace recordar La epopeya del bebedor de agua y la exce­ lente novela El mundo según Garp. En ellas un humor ácido se atenúa gracias a una forma novedosa de la ternura. Dickens le entrega sus burlas, su humor, su actitud crítica y su conocimiento prodigioso de to­ dos los momentos biológicos, y Mark Twain le inspi­ ra uno de los mejores ensayos del libro. Nos redescu­ bre a Flan OʼBrien, reabre la crítica de la riquísima obra de Duhamel, poniendo un énfasis especial en el Diario de un aspirante a santo y regresa al humoris­ mo, ahora al español, para jugar a las canicas verbales con los pícaros, con Quevedo, Cervantes, Gómez de la Serna y Mihura. Por supuesto que Larra ocupa un lugar especial en el recuento. Sigue bordando sobre el humor y se ubica en el terreno de la ópera para en­ trevistar a Falcó; rinde homenaje a Demetrio Vallejo, charla sobre el humor en la prensa con Granados Cha­ pa; retorna a Dickens, pasa por el camino de Capek, recuerda a Rafael Bernal y goza con los eternos cuen­ tos de los hermanos Grimm. Hace una inteligente relectura de Thomas Hardy y de su implacable humor presente, de manera subrep­ ticia, en Jude. Goza con las manos de Thurber y ho­ menajea al maestro Bradbury. Bulgákov y Svevo le dan las últimas palabras a este excelente libro de ensayos. Pensemos en Zeno, el débil y azorado per­ sonaje de Svevo, y repitamos sus palabras: “En este mundo hay muchas cosas de las que se puede y se debe reír.” Así, una banda de payasos fellinianos, ahítos de tristeza y de risa, se aleja tocando una marcha de circo. Gracias, Ricardo, por acercarnos a la sonrisa.

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Portada: El Cielo en la Tierra

Ilustración de Gabriela Podestá

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ensayo

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o son raros los autores que apenas son leí­ dos fuera de ciertos circuitos hasta que ob­ tienen alguna condecoración. Mo Yan (Chi­ na, 1955) es uno de ellos, precisamente por contar con el Premio Nobel como presentación. Co­ mo casi cualquier otro autor, hay dos opciones pa­ ra disfrutar de su trabajo: el enfoque completista, donde es necesario conocer cada texto publicado (y traducido), o el que permite conocer al autor a partir de sus textos aislados. Si se trata de un Premio Nobel es difícil suponer que tendrá altibajos en la cali­ dad de su producción, de modo que cualquier texto puede dar nota de las causas para recibir tal galar­ dón. Como sucede con La vida y la muerte me están desgastando. Obra de amplio aliento, me­ diante la muerte y reencar­ naciones del terrateniente Xi­ men Nao, Yan nos llevará por la historia reciente de China al mostrar una población rural que llega a la Revolución de Mao, vive la imposición de la clase obrera y después retor­ na a la tenencia particular de la tierra. Partiendo del principio de que al morir somos eva­ luados y reencarnados según nuestra mejoría espiritual, es­ tamos ante una obra que, a pe­ sar de tratar un tema muy pro­ fundo en la vida de millones de chinos en el siglo x x , parte de una broma al mejor estilo medieval: el espíritu encarga­ do de organizar las reencar­ naciones acepta que Ximen ha muerto por error y decide reencarnarlo, pero en anima­ les: le gasta una broma tras otra, al grado que, en una de las reencarnaciones, le anuncia que lo va a compensar, lo hará hijo único de un gobernante joven y adinerado, lo que le permitirá tener una vida llena de oportunidades, educación y dinero. Pero al abrir los ojos se da cuenta de que sigue en el reino animal, como un peque­ ño cerdo, en medio del lodo y el estiércol. El humor de Yan es claro, pues no sólo estamos ante una celestial comedia de enredos derivados de los ma­ los humores del bufón malig­ no, sino que ese afán de diver­ tirse incluso en una historia sangrienta como lo fue la revo­ lución maoísta, donde el resentimiento social de los menos favorecidos encuentra campo fértil para el desquite, se advierte en el hecho de que el propio Mo Yan aparezca citado como personaje y se alabe a sí mismo. Quizá lo más destacado de tal situación sea lograr el equilibrio entre los guiños humorísti­ cos y la barbarie aparentemente sin control que fue la implantación de la Revolución, con las ejecucio­ nes de terratenientes y otros supuestos “enemigos del pueblo”; la tortura para que las mujeres de Xi­

men digan dónde está el dinero guardado suena a los abusos de otras revoluciones más cercanas. Es difícil separar el magnífico desarrollo de las muchas historias entrelazadas, de la creación de personajes muy completos. Como toda criatura hu­ mana, los hombres y mujeres que giran alrededor de la familia Nao y los animales en que se va trans­ formando Ximen, se desarrollan conforme a las circunstancias históricas, pero también en los in­ trincados laberintos de la edad y la relación con sus coterráneos: la esposa, las concubinas, los hijos, los vecinos, los espías de la revolución, los campesinos, los nietos, todos muestran una faceta de ese movi­

Ricardo Guzmán Wolffer

Mo Yan

el histórico

miento social. Sobresale Lan Lian, el único cam­ pesino independiente de la revolución, que se vuel­ ve un símbolo a combatir por parte de los fanáticos revolucionarios que buscan por todos los me­ dios doblegar su autonomía. Cuando el reloj da la vuelta y la propiedad privada retoma su lugar en la historia china, Lian es de nuevo una suerte de már­ tir. Además, por desarrollarse en el campo la mayor parte de la trama, conocemos oficios propios de la zona, como el de Xu Bao, quien castra a los animales

que le pongan enfrente. La forma en que obtiene un testículo del burro Ximen es más una es­c ena de es­ grima olímpica que un pasaje campirano. Es de suponerse la influencia de Kipling en Mo Yan por el logradísimo desarrollo de los personajes animales, especialmente del propio Ximen. Como burro, agrede y hiere a los enemigos de su familia, lucha con lobos, realiza proezas y, no obstante, na­ rra las sensaciones y sentimientos que el cuadrú­ pedo tiene hacia la burra con la que supone obten­ drá la libertad para recorrer los campos. Como buey logra un entendimiento mudo con Lian, quien su­ pone la reencarnación de Nao, y prácticamente se vuelven compañeros en la lu­ cha por conservar el estatus de campesino liberto, pues el buey logra caminar sin invadir un solo centímetro de las tie­ rras comunales que circundan las de Lian. La extrema cruel­ dad con que es muerto el buey Ximen es muestra de la rabia del campesinado al advertir que no podrá imponer su vo­ luntad a los animales, como ha hecho con casi todos los hom­ bres. La vida del cerdo Ximen no es menos espectacular pues, ante la avaricia de los nuevos encargados de la población, la cría de cerdos se vuelve un asunto político: si los dirigen­ tes, parientes del propio terra­ teniente Ximen Nao, logran marcar la pauta para que toda China críe cerdos como ellos, esperan ser promovidos en la burocracia nacional. La inicial debilidad del cerdo se vuelve su fortaleza y termina por ser un semental excepcional. Pero no por ello deja de correr aven­ turas: sobrevive a la plaga, se escapa y, tras luchar con cerdos salvajes, se vuelve una suerte de bestia libre. Hasta que pere­ ce al salvar a unos niños que caen en las aguas heladas del río. El perro Ximen asiste y di­ rige algunas de las reuniones caninas que se hacen en la ciu­ dad. Los lectores de London y su Colmillo blanco disfrutarán la narrativa animal de Nao. A pesar del enfoque históri­ co, de la saga familiar de Nao y sus muchos parientes, algunos verdaderos salvajes del capi­ta­ lismo, la novela reposa sobre aspectos esenciales del ser humano. No sólo con ac­ ciones o con la mirada de los animales, que son testi­ gos y víctimas de los actuares humanos, sino con pro­ nunciamientos directos y hasta canciones que entona el personaje Mo Yan: “La multitud odia las pequeñas equivocaciones y las excentricidades sin importan­ cia, pero adoran los grandes pecados y lo grotesco”, como bien documenta a lo largo de la narración. Una lectura que nos hace sospechar por qué le dieron el Nobel a Yan •


El polifacético ensayista mexicano Ilan Stavans acaba de publicar dos nuevos libros: Lengua fresca (Fondo de Cultura Económica), una asombrosa antología personal representativa ‒hay cuentos, ensayos, traducciones, sueños, fábulas, parábolas, conversaciones y un minicatálogo de animales fantásticos‒, en la cual quedan patentes sus intereses diversos: de Shakespeare a Cantinflas, del espanglish a las películas subtituladas; de Macondo a Amherst, donde vive y enseña, en Massachusetts, Estados Unidos; y una novela gráfica titulada El iluminado (Basic Books, con el ilustrador Steve Sheinkin), construida a manera de cuento de misterio en el cual el fallecimiento de un joven y la desaparición de un manuscrito llevan al detective ‒el mismo Stavans, en una personificación humorística que parodia su pasión por el espanglish‒ a indagar el enigma histórico de los criptojudíos de México.

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entrevista con Ilan Stavans Aurelio Pérez Llano

‒Es una versión caricaturesca de mí, así como yo soy una versión mundana de un Ilan Stavans platónico. –La novela es sobre los criptojudíos. ¿Quiénes eran?

‒No eran sino son. Perseguidos durante la Edad Medía y principios del Renacimiento por la Inquisi­ ción, los criptojudíos escondieron su identidad. En público eran católicos, en privado profesaban la fe mosaica. Esa doble identidad los mantiene vivos has­ ta la actualidad. La novela se lleva a cabo en Santa Fe, Nuevo México. Tiene dos narraciones paralelas, una en el presente, la otra que se inicia a fines del siglo xvi y gira en derredor del famoso caso inquisitorial contra Luis de Carvajal el Joven. Arturo Ripstein hi­ zo una película sobre el tema.

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e mueves perfectamente en dos mundos, el anglosajón y el hispano. De hecho, Lengua fresca es prueba que eres por lo menos dos escritores, uno en inglés, otro en castellano. Esas dos facetas se mantienen separadas, aunque a veces se entrecruzan. Como ha dicho Juan Villoro, eres el único escritor mexicano que tiene un derecho y un revés. Sin ser poeta, eres, yo creo, el heredero legítimo de Fernando Pessoa.

–¿Fue difícil hacer la traducción?

‒Rulfo es un escritor de pocas palabras. Mejor di­ cho, es un escritor de silencios. ¿De qué manera pue­ de uno traducir esos silencios? –¿Por qué eres escritor? ¿Podrías visualizarte en alguna otra profesión?

‒En realidad, yo soy un maestro de escuela que escribe en sus tiempos libres. Eso es lo que más me gusta hacer. Sin la estimulación que recibo de mis estudiantes sería una sombra. –¿Qué epitafio te gustaría tener en tu tumba?

‒“El sueño es un 1/8 de la muerte”.

Escritura doble

‒Escribir en varias lenguas es habitar universos di­ versos. Yo no he sentido la obligación de unificarlos. –Tu lector ideal, ¿debe ser como tú, políglota?

‒No existe el lector ideal, como tampoco existe el escritor ideal. Cada uno de nosotros es un experi­ mento fallido, un manojo de contradicciones. –¿Qué criterio de selección usaste en Lengua fres­ ca? Hay textos deliciosos: el sueño del apocalipsis; la nouvelle que el director Alejandro Springall convirtió en la película Morirse está en hebreo; tu confesión de amor por Shylock; el animal imaginario que se parece a todos los dictadores de América Latina…

‒Quise reunir lo que pensaba que merecía no ser devorado instantáneamente por el olvido. –¿Qué piensas que quedará de ti?

‒Un destello, quizás. Alguna frase memorable. Sea como sea, será muy poco. De tener memoria, el lector del futuro lo recordará todo en tuiteos. –Escribes también en idish y en hebreo.

‒De vez en cuando.

–¿Cuál de todos estos idiomas prefieres?

‒No tengo preferencia. La patria del escritor es su propia lengua y yo tengo distintas patrias.

–Hay varios ensayo sobre el Quijote en Lengua fres­ ca. Uno de ellos discute el número total de palabras en la novela. Otro habla de la presencia fantasmal de Dulcinea.

‒El Quijote es el eje de rotación del mundo his­ pánico. Sin él no existiríamos nosotros como civi­ lización…

–En uno de tus ensayos dices que un clásico literario es capaz de formar una nación. Hablas de El gau­ cho Martín Fierro como el libro que fundó la argentinidad.

‒El Quijote nos justifica.

–Tu novela gráfica El iluminado te tiene a ti como protagonista.

–Se han publicado muchas reseñas favorables sobre El iluminado. ¿A qué adjudicas su éxito?

–Pero en El iluminado uno de los personajes se llama Ilan Stavans. Además de profesor, es judío, mexicano, habla idish y es especialista en el espanglish.

–Hace poco tradujiste al inglés El llano en llamas, de Juan Rulfo.

‒A decir verdad, todo lo que hago me tiene a mí co­ mo protagonista. No hay ficción que no sea autobiográ­ fica, así como no hay autobiografía que no sea ficción.

‒Al interés en la novela gráfica como género y al hecho que la gente cree que se trata de una especie de versión ilustrada de El código Da Vinci.

‒Contiene algunos de mis cuentos favoritos.

–Es cierto que pronto publicarás tu traducción complete del Quijote al espanglish?

‒Sí, en caricaturas.

–Terminemos con un comentario sobre la Real Academia Española. Tú has sido apodado el Antonio de Nebrija moderno. En la Feria Internacional del Libro de Guadalajara hiciste un pronunciamiento en el que asegurabas que cada cultura tiene la academia que se merece.

‒Yo creo que es fundamental tener una autori­ dad en materias verbales. La rae confunde auto­ ridad con autoritarismo. El mundo de habla in­ glesa no tiene una academia. ¿Es más caótico en el ámbito lingüístico que el nuestro? Lo dudo. La r a e es una institución del siglo x v i i i que sigue atrapada en ese siglo. Hace poco, precisamente en Guadalajara, los organizadores invitaron a uno de los distinguidos eruditos de la rae a que deba­ tiera conmigo el tema del futuro del idioma espa­ ñol. El caballero decidió no presentarse para así no agitar las aguas. ¿Acaso no merecemos siquie­ ra el diálogo? •


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Alejandro Michelena

El tango en los cafés Foto: sallycatway.com

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EL TORTONI, TEMPLO DEL TANGO POR EXCELENCIA El 25 de mayo de 1926, en el Café Tortoni, el entraña­ ble pintor de la Boca Benito Quinquela Martín tuvo la iniciativa, junto a otros artistas e intelectuales y un músico de su mismo pago chico, como era Juan de Dios Filiberto, de fundar una peña. Ésta iba a funcio­ nar en el sótano del café, y marcaría toda una época en Buenos Aires en materia de difusión literaria, ar­ tística y musical. En 1932, en esa antigua bodega iba a actuar la Orquesta Porteña dirigida por Juan de Dios Filiberto, ocasión en que se tocaría por vez pri­ mera “Malevaje”, de Enrique Santos Discépolo. En sus años de trayectoria, la Orquesta Porteña daría a conocer en la peña tangos como “Caminito”, “Quejas de bandoneón” y “Clavel del aire” (con letra de Fer­ nán Silva Valdés). Muchos años más tarde, el 31 de diciembre de 1972, vibró en el salón mayor del Tortoni la voz de Virginia Luque interpretando “El patio de la Moro­ cha”, acompañada por el maestro Osvaldo Requena. También actuó en una oportunidad la orquesta de Héctor Varela, con los vocalistas Jorge Falcón, Fer­ nando Soler y Diego Solís. Y Gloria Díaz entonó “Al­ magro, Almagro de mi vida”. La fiesta musical siguió luego en la voz de Hugo Marcel cantando “La ma­ riposa”, y en la de Floreal Ruiz entonando un tema cargado de nostalgia como “Vieja amiga”. Cerraron ese espectáculo de fin año a todo tango, el cuarteto

de Roberto Firpo (hijo), y la orquesta de Ernesto Franco interpretando “Felicia”, de Saborido. En 1977 y 1978 volvió a sonar con fuerza la mú­ sica ciudadana en el palco del café. Allí estuvieron el bandoneón de Osvaldo Piro y las voces de Ro­ berto Goyeneche, Rubén Juárez y Rossana Falasca. Pero además el Tango Trío y el Quinteto Tangata Rea. Y el 3 de diciembre de 1979 se estrenó allí “Vie­ jo Tortoni”, con música de Eladia Blázquez y letra de Héctor Negro. Por su parte, en Montevideo y en los años cua­ renta, en los grandes cafés de la avenida 18 de Julio como el inmenso Ateneo y el lujoso Tupí Nuevo, tam­ bién reinaba el tango. En ambos tocaron –durante esos años y en la década siguiente– las orquestas argentinas de Julio de Caro, Aníbal Troilo, Francis­ co Canaro, Juan DʼArienzo y Osvaldo Pugliese, y las uruguayas de Romeo Gavioli y Donato Raciatti. En el Café Montevideo, noche a noche interpretaba tan­ gos con su piano un virtuoso de la talla de Jaurés Lamarque Pons. Estaba dotado de una gran ducti­ lidad para el ritmo rioplatense y también para otros en boga. Años después –devenido compositor– iba a crear la única ópera uruguaya: Marta Gruni. El último café de Montevideo que albergó el rit­ mo del “dos por cuatro” fue el Sorocabana. No el clásico recinto de la plaza Cagancha, sobre la ave­ nida 18 de Julio, sino el que luego de cerrar éste abrie­ ra sus puertas en la década de los años noventa del siglo pasado en la calle Yi.

n la confitería La Giralda, de 18 de Julio y Plaza Independencia, en Montevideo, el maestro Ro­ berto Firpo estrenaba ‒una noche de 1917‒ un tango que estaba destinado a tener fama mun­ dial y duradera: “La cumparsita”, del uruguayo Ge­ rardo Mattos Rodríguez. Eran los años en que el tan­ go era atraído por las luces del Centro, dejaba poco a poco el humilde percal y comenzaba a vestir ropas mundanas. Ya el dúo Gardel-Razzano cantaba con suceso en diversos escenarios y también en los cafés. Una noche de 1913 lo hicieron en el Café Perú ‒después llamado Montevideo Chico‒ que estaba ubicado so­ bre Avenida de Mayo, en Buenos Aires. Los cafés de entonces tenían el característico palco desde el cual los músicos y los cantores quedaban estratégicamen­ te a la vista de la concurrencia.

Lamarque Pons estaba dotado de una gran ductilidad para el ritmo rioplatense y otros en boga. Devenido compositor, iba a crear la única ópera uruguaya: Marta Gruni.

TANGO PERSISTENTE

En Buenos Aires el tango seguirá hasta el día de hoy reinando en algunos cafés. Así es como son famosas en el mundo las milongas de la confitería La Ideal, mayestático recinto de otros tiempos –con sus enor­ mes espejos, lambrines de alta madera oscura, los adornos en el techo y sus lámparas, los biselados de sus vidrios‒ donde alguna vez se reunieron, junto a las grandes figuras tangueras, como Hugo del Carril y Homero Manzi, estrellas internacionales de la talla de María Félix y Jorge Negrete. Por su parte, el emblemático Café Tortoni de Ave­ nida de Mayo mantiene desde hace años sus afama­ dos espectáculos de tango con figuras de primera línea en el género rioplatense. Y desde hace algún tiempo se les ha agregado otro gran lugar tradicional: el recuperado Café de los Angelitos, con calificados espectáculos, donde se va a escuchar tangos a la hora de la cena o a ver bailar a verdaderos virtuosos •


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David Miller fue quien destapó la champaña y su texto ha sido retomado en diferentes versiones. Resumo el texto original, que tituló Una explicación cuasi-política del bosón de Higgs, y lo divide en dos partes: El mecanismo de Higgs y El bosón de Higgs. En la primera parte describe que en un salón, donde se lleva a cabo un coctel, los asistentes –funcionarios políticos‒, están distribuidos de manera uniforme (esto sería el equivalente al campo de Higgs), cuando de repente entra la exprimer ministra. Los funciona­ rios son atraídos por ella (me da trabajo imaginar que

Foto: extremetech.com

Norma Ávila Jiménez

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a maldita partícula: ese era el título que el Pre­ mio Nobel de Física 1988, Leon Max Lederman, le iba a dar a su libro publicado en 1993, pero al coautor, el escritor Dick Teresi, le pareció de mal gusto y le sugirió otro. Aunque éste tenía un ma­ tiz religioso, Lederman, un ateo declarado, no le dio importancia. Consecuencia: La partícula divina. Si el Universo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta? ha resul­ tado ser uno de los textos de divulgación científica más vendidos hasta la fecha. Todo lo que se relacio­ na con Dios –hasta la física de partículas‒, casi siem­ pre asegura un “éxito en taquilla”. Esta anécdota me la platicó el doctor Gerardo He­ rrera Corral, líder del comité de físicos mexicanos que trabajan en el Centro Europeo de Investigación Nuclear ( cern , por sus siglas en francés, Conseil Eu­ ropéen pour la Recherche Nucléaire), cuando le pre­ gunté de dónde provenía la divinidad asignada al bosón de Higgs, partícula atómica que es el tema principal del libro citado, y que el pasado 4 de julio captó los reflectores de los medios. No se debió a que la hayan canonizado (que tal vez deberían hacerlo), sino a que investigadores del cern –ubicado en la frontera entre Suiza y Francia‒, ese día dieron a co­ nocer su posible detección, con ayuda de los ins­ trumentos atlas y cms . El pasado 9 de enero, en su presentación de año nuevo, Rolf Heuer, director del cern , subrayó la alta probabilidad de que la par­ tícula descubierta sí sea el bosón de Higgs (cabe re­ cordar que a fines de diciembre del año pasado, in­ tegrantes de los equipos atlas y cms informaron que sólo hay un 0.00001 por ciento de probabilidades de que no lo sea), o tal vez una de varias. Es la última pieza del rompecabezas denominado Modelo Estándar, teoría que intenta describir a las partículas que conforman el cosmos –incluyéndo­ nos‒ y sus interacciones. Si se comprueba su descu­ brimiento, se podría estar cerca de entender, entre otras cuestiones, la razón por la cual, en su “inicio”, el universo del que formamos parte se infló de forma desbocada en fracciones de segundo. Pero, ¿qué son los bosones?

QUE EL BOSÓN ESTÉ CONTIGO “Como la mayoría sabe, nosotros, los objetos, las es­ trellas, en fin toda la materia, está hecha de átomos y éstos están conformados por partículas”, indica el doctor Arturo Menchaca, investigador del Instituto de Física de la unam , y quien participa en el cern

con un grupo de investigadores nacionales que uti­ lizan a alice , otro instrumento que, como atlas y el cms , está colocado dentro del Gran Colisionador de Hadrones (lhc, por sus siglas en inglés, Large Hadron Collider), acelerador donde se llevan a cabo choques de partículas. Subraya que las partículas integran dos grupos: los fermiones y los bosones. Los primeros incluyen a los quarks y a los leptones –catalogados como neu­ trinos, electrones, muones y tauones‒, y se les consi­ dera los constituyentes esenciales de la materia, los ladrillos del cosmos. Esta materia interacciona entre sí a través de las cuatro fuerzas fundamentales pre­ sentes en el universo: la electromagnética, la nuclear débil (presente en distancias muy, pero muy cortas), la nuclear fuerte y la gravitacional y, para poder ha­ cerlo, necesita la intervención de los bosones. Éstos –divididos en fotones, gluones, bosón Z, bosón W y bosón de Higgs‒, son los mediadores. En un artículo publicado en la Revista de la Uni­ versidad de México de octubre de 2012, Menchaca cita como ejemplo al átomo de hidrógeno, conformado por un electrón y un protón (estructurado por tres quarks). Estas partículas se mantienen unidas por la fuerza electromagnética, pero al interactuar con otros átomos puede provocar la separación entre el electrón y el protón. Para que esa separación de par­ tículas se logre, se requiere de energía, y ésta toma la forma del fotón, que como ya se señaló, es un tipo de bosón. Otro ejemplo, relacionado con la fuerza nu­ clear fuerte, es el de los gluones, bosones encarga­ dos de mantener unidos a los quarks dentro del nú­ cleo de los átomos. En la saga de La guerra de las gala­xias, los jedis no bromean al decir “que la fuerza esté con­ tigo”. ¿O deberían decir “que el bosón esté contigo”? Su nombre se debe al físico inglés Peter Higgs, quien, entre otros científicos, lo propuso en 1964 pa­ ra explicar por qué las partículas tienen masa. “Plan­ teó la existencia de un campo de fuerzas (el campo de Higgs) omnipresente que interacciona con todas las partículas provocándoles una inercia (masa)”, asegura el investigador universitario. ¿Que qué?... Eso se preguntó William Waldegrave en 1993, cuan­ do era ministro de Ciencia del Reino Unido y, para que le quedara claro cómo funcionaba este bosón de Higgs, decidió convocar a un concurso entre físicos; quien se lo explicara en una hoja, ganaría una bote­ lla de champaña, señala el doctor Gerardo Herrera, investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del ipn y quien, además, participa, junto con otros científicos de la citada institución y de la unam , en experimentos en el detector alice , ubica­ do en el lhc .

Lamaldita

fuera la Thatcher) y la rodean. Debido al gran acer­ camiento de ese puñado de personas, la exprimer ministra “adquiere” una gran masa y por lo mismo, tiene más inercia. Esto es, que le da más trabajo fre­ narse si está avanzando y, al contrario, si está parada, esa “gordura” recién obtenida le dificulta empezar a desplazarse. Miller extrapoló ese ejemplo de la física de los cuerpos sólidos; subraya que cuando un electrón se desplaza entre átomos que forman cristales, los atrae incrementando su masa hasta cuarenta veces. Esto lo ocasiona el campo de Higgs, que se supone permea todo el Universo. “Lo necesitamos, porque de otra forma no podemos explicarnos por qué los bosones z y w , presentes en la fuerza nuclear débil, son tan pesados, mientras que el fotón, que actúa en la fuer­ za electromagnética, no tiene masa”, enfatiza el físi­ co británico. En la segunda parte de su texto, invita a visualizar el mismo espacio, con las mismas personas disfru­ tando del coctel. Alguien se asoma por la puerta del salón, dice algo a los más cercanos a esa puerta, y el rumor empieza a “correr” a través de ese espacio, dando lugar a la concentración de diversos grupos de personas –las que están recibiendo y pasando el rumor, y que vendrían siendo el equivalente a los denominados grumos del campo de Higgs‒, hasta que llega al otro lado del salón, donde está la exfun­ cionaria. Esos grumos que acarrean el rumor incre­ mentan todavía más la masa a la exmandataria. Así se comporta la partícula boson de Higgs ‒los gru­ mos‒ en el campo de Higgs.

MONET Y LOS DETECTIVES DE PARTÍCULAS ¿Cómo detectaron los investigadores del cern la par­ tícula que posiblemente sea el famoso bosón? En La partícula divina. Si el Universo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?, Lederman hace una exquisita compara­ ción: la del impresionista Claude Monet cuando pin­ taba su serie sobre la catedral de Rouen, con la tarea de los físicos detectives de partículas. El artista francés capturaba con su pincelada suelta y nerviosa la luz del sol en diversos momentos: cuando esa estrella estaba en el cenit, cubierta por neblina, o al momento de po­ nerse, entre otros ejemplos, lo que inevitablemente se reflejó en una amplia paleta de tonalidades. “A cada una de esas luces se exhibe un aspecto diferente de la verdad. Los físicos trabajan con el mismo enfoque.


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ensayo

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Nosotros empleamos partículas diferentes: un flujo de electrones, un flujo de muones o de neutrinos, a energías siempre cambiantes. Necesitamos toda la información que podamos obtener.” En los grandes aceleradores como el lhc , se hacen chocar haces de partículas para obtener información de manera indirecta. “De una colisión se sabe qué sale (el haz de luz). ¿Qué pasa en el minúsculo volu­ men de la colisión? La desquiciadora verdad es que no podemos verlo. Es como si una caja negra cubrie­ se la región de colisión. En el mundo cuántico, fan­

cuatro muones. Está predicho que el bosón de Higgs tiene ese comportamiento, puntualiza el doctor Ge­ rardo Herrera. Cinco meses antes de que se hiciera el citado anun­ cio, este investigador, junto con un equipo de es­ pecialistas mexicanos, hicieron una propuesta para determinar el mecanismo que produce al Higgs cuan­ do colisionan dos protones. En el detector alice –que no está estructurado para registrar esa partícula‒, y utilizando lo que se denomina física difractiva, este equipo trabajó con otra, un mesón, que es la fusión

oscura del universo (no se observa y sólo se detecta por los efectos gravitacionales ocasionados a otros cuerpos celestes), así como de la energía oscura (fuer­ za gravitacional que repele los objetos cósmicos). Además, podría apuntalar nuevas propuestas, como la teoría de la supersimetría o Susy, la cual, según Lederman, “predice nada menos que una duplica­ ción del número de partículas (propuestas por el Modelo Estándar), añadiendo un bosón que acom­ pañe a cada fermión y un fermión que acompañe a cada bosón. La nomenclatura es terrorífica”. El Mo­

partícula: el bosón de Higgs

Ilustración de Nathan Spoor, The God Particle

tasmagórico, lleno de reflejos, los detalles mecánicos internos de la colisión, no son observables ‒apenas si somos capaces siquiera de imaginarlos. Lo que te­ nemos es un modelo de las fuerzas que actúan y, don­ de sea pertinente, de la estructura de los objetos que chocan”, explica Lederman. Los físicos deducen lo que sucedió y lo analizan de acuerdo a lo que predice el modelo estándar para ver si empata. Además, el tiempo de vida de las par­ tículas es extremadamente corto, lo que también di­ ficulta su observación. El bosón de Higgs “vive” un zeptosegundo, esto es, la miltrillónesima parte de un segundo (de seguro el lector frunció el entrecejo y medio cerró los ojos al imaginar este lapso). Lo que se observa son las huellas, y en el caso de la partícula que se detectó durante la investigación dada a conocer el pasado 4 de julio, fue su decaimien­ to (radiación, transformación) en dos fotones o en

de un quark y un antiquark, y que sigue el mismo camino que da lugar al famoso bosón. “Desde 2011 mostramos los primeros eventos, muy relevantes, porque van a permitir extrapolar el método utiliza­ do en alice para medir las propiedades del Higgs de manera muy precisa.” Para optimizar esta investiga­ ción, especialistas del Cinvestav, la Universidad de Sinaloa y el cern , están construyendo el nuevo De­ tector alice , con el cual se podrá desarrollar física difractiva y, por lo tanto, determinar con mayor exac­ titud cómo se genera el bosón aludido.

SUSY, LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA Y LA TEORÍA DE LA INFLACIÓN En su mensaje de año nuevo, el director del cern aseguró que conocer las propiedades del Higgs po­ dría ofrecer información importante sobre la materia

delo Estándar no tiene la última palabra y en un fu­ turo cercano podríamos estar en el umbral de una dimensión desconocida, como lo postula Susy. Asimismo, se estará mucho más cerca de entender cómo fue que durante su génesis, el universo, de te­ ner menos del tamaño de un protón (un punto segui­ do de 15 ceros y un uno, metros), en una fracción de segundo (un punto seguido de 33 ceros y un uno, segundos), creció al tamaño de una bola de golf… y el cosmos continua expandiéndose. Algunos físicos señalan a la energía oscura como la generadora de esa inflación; otros, como Leder­ man, hacen hincapié en un universo impregnado de un campo de Higgs con tal energía, que impulsó una expansión muy rápida. Asegura que podría decirse: “En el principio había un campo de Higgs.” Tal vez por eso aceptó que Teresi bautizara a la partícula co­ mo “divina” •


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Joaquín

Annunziata Rossi Para Javier Sicilia

En 1996 el filósofo del pensamiento débil Gianni Va­t timo publica en MicrMega su ensayo “Dios, el ornamento” sobre Joaquín de Fiore, a cuya enseñanza se declara fiel, convencido de que “la historia de la salvación anunciada por la Biblia se realiza en los eventos de la historia mundana”, es decir, en el tercer estado de la perfección sobre la tierra, preconizado por Joaquín. En 2002 el filósofo italiano publica Después de la Cristiandad. Por un cristianis­ mo no religioso –un ciclo de lecciones dictadas en la Columbia Univer­s ity de New York–, que ha despertado un gran interés por Joaquín de Fiore. Es probable que las tres citas hechas por Barack Obama de Joaquín de Fiore durante su campaña presidencial de 2008 hayan sido fruto de la lectura del libro de Vattimo. Esta es la ponencia actualizada que Annunziata Rossi dedicó al abad calabrés durante las Jornadas Filológicas de la unam en l997, una semblanza de Joaquín de Flor, cuya doctrina influyó, durante la conquista de México, en fray Martín de Valencia, jefe de la misión de los doce francis­ canos, quien fue un gran partidario del joaqui­ nita catalán Rupescissa.

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I

l problema de la relación de nuestra cultu­ ra con la tradición cristiana se ha vuel­ to hoy central. Asistimos a un fenómeno desacralizador de la religión y, al mis­ mo tiempo, a la recuperación de lo sagra­ do. Este retorno a lo sagrado no es inspi­ rado por la Iglesia porque, como dice Henry Bernard, la Iglesia católica ya no gobierna la conciencia social. Se perfila un homo religiosus fuera de la Iglesia. Por otro lado, lo sagrado no está necesariamente uni­ do a lo divino, a la religión. Y nos preguntamos, como hace Walter Otto, si se trata de un sagrado residual o de una estructura permanente del ser humano. Se asiste también en Italia a un acercamiento laico al cristianismo, como atestigua la correspondencia de Umberto Eco con el cardenal Carlo Maria Martini, publicada en el libro En qué creen los que no creen, de 1996 (traducido y estupendamente prologado por Esther Cohen), que es testimonio de una voluntad de entendimiento entre laicos y católicos con un fin co­ mún: la búsqueda de una salida, por no decir sal­ vación, para la humanidad que está al borde del de­ sastre. Tuvieron que pasar siglos para llegar a un diálogo como éste. Ahora un laico y un religioso bus­ can un terreno de discusión común sobre pro­b lemas que conciernen a la humanidad entera: un “intercam­ bio fructífero” entre católicos y laicos, es decir, un diálogo entre “hombres de buena voluntad”, que no sea sólo de coincidencias, sino de divergencias o de conflictos y que, partiendo de problemas concretos (aborto, control de natalidad, sacerdocio femenino, etcétera), aborde temas de fondo, como la relación con el otro, sobre el cual se detiene con pasión Esther Cohen en su breve y denso prólogo. Dos textos más

de otro filósofo italiano, Gianni Vattimo: Creer que se cree –nótese la analogía con el título de Eco– y Des­ pués de la cristiandad. En el último capítulo del segun­ do texto, “Dios, el ornamento”, Vattimo regresa a Joaquín de Fiore reinterpretándolo a la luz de la pro­ blemática actual. Quisiera subrayar el hecho de que Eco y Vattimo han sido alumnos del filósofo italia­ no Luigi Pareyson quien, ya en 1950, en su Esistenza e persona, presentado entonces por Umberto Eco y Hans-Georg Gadamer, planteó como fundamental la recuperación de la tradición religiosa cristiana: “El cristianismo no es una cosa frente a la cual se pueda quedar indiferente.” El problema, dice Parey­ son, es el cristianismo hoy, en la crisis de hoy, y crisis es el efecto de una disolución y problema de un nue­ vo principio. Nuestra cultura ‒sigo a Pareyson‒ ha agotado sus posibilidades y se está disolviendo en múltiples manifestaciones, epígonos y decadentes y, sin embargo, el mundo estancado e inerte de esta desintegración está lleno de inquietudes y plantea la exigencia de un nuevo ciclo. En Esistenza e persona, Pareyson se pregunta cuáles son las relaciones del cristianismo con este mundo en crisis. Son relaciones conflictivas: la cultura se presenta como cristiana, pero en reacción al cristianismo formal del dogma y del rito, es decir, el cristianismo ortodoxo, exterior y autoritario, cerrado a las exigencias y a las necesi­ dades del hombre moderno. Por un lado, un cristia­ nismo medieval, dogmático, indiferente a la historia; por el otro, la cultura moderna que se afirma cris­ tiana y se propone la secularización del cristianis­ mo. El individuo se encuentra hoy ante un dilema: negar el cristianismo y destruirlo, o recuperarlo; el individuo con Dios o el individuo sin Dios. Gianni Vattimo, creyente, se enfrenta a este problema regre­ sando precisamente a Joaquín de Fiore. Pocos son los medievalistas mexicanos que se ocu­ pan de De Fiore. Sin embargo, los estudios sobre el monje calabrés se van intensificando a partir de fi­ nales del siglo pasado, sobre todo en Alemania y en Italia. Hoy se han extendido a Inglaterra, España, Estados Unidos y Canadá. Un grupo numeroso de filósofos, historiadores y teólogos publican de ma­ nera incesante obras de gran envergadura sobre Joaquín de Fiore y su influencia, entre ellas el es­ tupendo libro en dos tomos del francés Henry de Lubac, La postérité spirituelle de Joachim de Fiore. En 1986, el Fondo de Cultura Económica publicó en sus breviarios un libro de los estadunidenses Delno West y Sandra Zindars-Swartz, Joaquín de Fiore. Una vi­ sión espiritual de la historia. No encontramos estu­ dios mexicanos. Sin embargo, el joaquinismo como proyecto llegó aquí con los primeros evangelizado­ res franciscanos. Martín de Valencia, el líder de los “doce apóstoles” –influenciados todos por el joaqui­ nita catalán Juan de Rupescissa– concibió la nueva Iglesia indígena no como una imitación y una pro­ longación de la Iglesia europea, porque “la pureza espontánea de la fe de los indios los elevaba a una


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de

Fiore

HISTORIA

y humanismo

perfección superior, jamás realizada por raza algu­ na”. Desafortunadamente, lamentaron los francis­ canos, la corrupción europea y la explotación econó­ mica se encargaron de acabar con la construcción de la Ciudad de Dios, e impidieron realizar la más per­ fecta y alta cristiandad que el mundo haya conocido: el advenimiento en la tierra de aquella Tercera Edad del Espíritu proyectada por Joaquín de Fiore.

II Joaquín de Fiore nació en las montañas de la Sila, en Celico, Calabria, en 1145 y allí murió en 1202. De su vida personal se sabe poco. Vivió momentos muy dramáticos de la historia del cristianismo, en una época feudal violenta contra la cual tomó posición. Su punto de partida es San Agustín, quien empezó a crear el gran edificio doctrinario del cristianismo. Pero Joaquín de Fiore se aleja del pesimismo del gran teólogo de Tagaste y supera el dualis­ mo agustiniano entre la Ciudad de Dios y la Ciudad humana. Se puede decir que la obra del monje calabrés no sólo es inno­ vadora con respecto a Agustín, quien ha­ bía rechazado toda esperanza de inmanen­ cia, sino liberadora del agustinismo. El De civitate Dei, de Agustín, y la Concordia Novi ac veteris Testamenti, de Joaquín, son los modelos de la interpretación teológica de la historia, los dos sis­ temas más grandes de la historia elaborados por el pensamiento cristiano desde el siglo v hasta el siglo xii . En agosto de 410, las tropas barbáricas de Alarico entran a Roma y la saquean. Bajo el impacto de este grave acontecimiento, que sacudió a toda la cristian­ dad, Agustín empieza a escribir De civitate Dei y di­ vide la historia en seis edades correspondientes a los seis días de la creación del mundo, es decir, el pro­ ceso histórico desde la creación hasta el final de los tiempos. En el sexto día, la historia llega a la plenitu­ do temporum, y en el séptimo día de descanso entra­ rá, con la Parusía –es decir, la reaparición de Cristo para el juicio final– al sabbatum perpetuum de los ele­ gidos de la Jerusalén celestial. Pero el séptimo día no pertenece a la historia, transcurre fuera de ella, en la eternidad de la Ciudad de Dios. De acuerdo con esta estructura, Agustín divisa en la historia dos fuerzas opuestas, la Ciudad de Dios y la Ciudad terrenal. La Civitas Dei es el reino del Espíritu y la Civitas hominis es el reino de la carne, que interactúan pero sin llegar a fundirse sobre la tierra: dos mundos que serán irre­ ductibles hasta el final de la historia humana, cuando la Ciudad de Dios triunfará sobre la ciudad humana. Ilustraciones de Gabriela Podestá

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Hay que traspasar la letra, ir más allá de su significado literal, de la superficie de los textos, llegar a su significado espiritual, ir a la reve­l ación que anticipa la historia por venir.

En suma, para Agustín la perfección es posible sólo en la metahistoria. El antagonismo entre las dos ciu­ dades es insuperable. El ideal del reino de Dios es un ideal trascendente y no puede alcanzarse sobre la tierra. Entonces, el proceso histórico, el humano, es una larga peregrinatio entre errores y tribulacio­ nes hacia una meta que es ultraterrena, que va desde el tiempo histórico hasta la eternidad. Joaquín de Fiore parte de San Agustín, a quien se refiere constantemente, y de la interpretación “es­ piritual”, no literal, de las Escrituras. Para de De Fio­ re la Biblia es un inmenso “cosmos simbólico” que es la clave de su doctrina. Según su hermenéutica: “Hay que traspasar la letra, ir más allá de su significa­ do literal, de la superficie de los textos narrados, hay que llegar a su significado espiritual, ir a la re­ ve­l ación in aenigmitate de la historia, presente y futura, a través de figurae, signa, que anticipan la historia por venir. Non littera, sed spiritus: littera enim occidit spiritus autem vivificat. La letra que se detiene en el hecho e ignora el espíritu es letra muerta.” Y sobre esta interpretación de Joaquín de Fiore se de­ tiene Gianni Vattimo en el último capítulo de Des­ pués de la cristiandad, criticando, en la línea joaqui­ nita, la interpretación literal de los textos sagrados hecha por la Iglesia.

III A través de la asidua lectura de las Escrituras, Joaquín de Fiore revela los paralelismos, la similitud, la “con­ cordia” entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Los personajes, los acontecimientos del Antiguo Testa­ mento son el prototipo, la prefiguración del Nuevo; lo que acontece en el Antiguo Testamento es figura de una realidad futura y va más allá de su efectuali­ dad histórica, es figura de otro. En suma, el Antiguo Testamento contiene las significantia y el Nuevo los significata. Entendemos mejor las cosas presentes, sigue

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ensayo

Ilustración de Gabriela Podestá

no es eterno retorno, sino un camino lineal hacia la regeneración y la perfección del género humano. Es importante precisar que en el monje el proceso histórico es inverso al orden natural de las edades: el primer status es el del dominio de los ancianos, se­ num maturitas, que no contiene ninguna implicación de decadencia, y procede hacia la juventud del se­ gundo status, el de la juevenium patientia, hasta el último, el de la sinceritas puerorum, es decir, al status final y perfecto de los pueri spirituales. Como dice San Pablo en la Carta ii a los Corintios ( iv , 16): “Nuestro hombre exterior se va desgastando, pero el interior se renueva día a día.” En suma, bajo la gracia, el mun­ do no declina ni envejece, sino que, al hacer suya la Ciudad de Dios, se regenera y rejuvenece. La histo­ ria humana se diviniza, procede hacia un mundo joven, niño, incontaminado, lleno de poesía, gober­ nado por el Espíritu Santo: una época de paz y de amor, de amistad, en la libertad espiritual de seres felices, dedicados a la contemplación. Exactamente lo que había dicho Cristo (Evangelio de Mateo, v, 18): “…si no cambiáis y os hacéis como los niños, no en­ traréis en el Reino de los Cielos”. O, como dice Kleist, tenemos que comer nuevamente del árbol del cono­ cimiento para poder regresar al estado de inocencia. El reino de Dios ya no es una realidad metahistó­ rica, existente en el más allá, sino un estado perfecto,

dice en la Concordia, si con mayor diligencia es­ cudriñamos, usando la inteligencia intellecti, las pa­s adas. En la Expositio in Apocapsym el monje ca­ labrés sostiene que el Apocalipsis es la clave de los acontecimientos pasados, la fuente cognoscitiva de los futuros, la apertura de las cosas selladas, la re­ velación de las cosas secretas. El pasado está, pues, preñado de presente. La concordia “es parecida a un sendero continuo, que del desierto se extiende hacia la ciudad, interrumpido por localidades menores, en las cuales el viandante se detiene incierto sobre el camino correcto a tomar. En ese sendero encuentra montes desde los cuales puede mirar el camino an­ dado y, a partir del camino recorrido, medir con pre­ cisión el viaje restante”. En otras palabras, la concor­ dia mira al pasado como modelo del porvenir, como realización, aunque imperfecta, de lo que se ha hecho y también de lo que se hará. El camino de la historia cristiana es entonces un sendero continuo y difícil hacia la perfección, que para Joaquín de Fiore es al­ canzable sobre esta Tierra. Y es muy importante su­ brayar que el monje calabrés se opone a la fama de profeta que le habían hecho (tradición que recoge Dante cuando lo presenta en el Paraíso, como “di spirito profetico dotato”). La revelación, protesta De Fiore, no es fruto de una iluminación espontánea, un raptus, sino el fruto de la intelligentia intellecti, de la meditación de años sobre las Escrituras. El punto de partida de Joaquín de Fiore, como el de Agustín, es la revelación; pero mientras que para Agustín la figura central en su interpretación de la historia es Cristo, para De Fiore es el misterio trini­ tario. La Trinidad se refleja en el proceso histórico y la historia es el camino para llegar a la perfección de la Ciudad de Dios. En la doctrina del monje de Ce­ lico, la historia se divide en tres status interrelacio­ nados que corresponden a las tres personas de la Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo–: ante legem, anterior a la llegada de Moisés, el tiempo natural ba­ jo la servidumbre del Padre; sub lege, bajo la servi­ dumbre del Hijo; sub gratia, la plenitud del Espíritu Santo, del intelecto que resulta en la libertad del ser humano. Sin embargo, no hay fisura entre un estado y otro: la edad que declina contiene en sí el germen de la nueva que surge. Este esquema ternario fue comparado, equivocadamente, con el de g . b . Vico, de quien, se dijo, Joaquín de Fiore sería el ancestro, pero en Vico la historia en espirales de cursos y recur­ sos es cíclica y deriva en la decadencia. Las etapas de su ciclo siguen al proceso natural del organismo humano: infan­ cia, madurez, vejez. Para Vico, pues, mun­ dus senescit, el mundo envejece, se vuel­ ve decrépito. La naturaleza humana va perdiendo las virtudes primitivas, se vuel­ ve delicada, refinada y, finalmente, rela­ jada y disoluta, hasta degenerar en de­ cadencia. Es un ciclo fatal de regresión que va de la “ferocidad” primordial de los sentidos hasta, pasando por la “barbarie de la reflexión”, el ocaso y la muerte. Es verdad que este ciclo puede ser polige­ nésico, porque sobre las ruinas de una cultura puede resurgir, a veces, como el Ave Fénix, una nueva. No es así para Joaquín de Fiore. Según él la historia no gira sobre sí misma, no es cíclica,

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La edad que declina contiene en sí el germen de la nueva que surge.

en el más acá; el Cielo y la Tierra se juntan y la histo­ ria humana se vuelve historia de la salvación. Rompe así Joaquín de Fiore la dualidad entre trascendencia e inmanencia, e introduce lo sagrado sobre la Tierra. Dios está dentro de nosotros, por lo que tenemos el poder de transfigurar al mundo hic et nunc, aquí y ahora. La última etapa de la historia llevará también a la superación de la Iglesia institucional, ya que to­ da la humanidad será Iglesia, santa, no necesitada de estructuras jerárquicas y mediaciones sacramen­ tales. Como se ve, en la concepción joaquinita –cam­ biar el sueño celestial en proyecto terrenal– hay una carga fuertemente reformadora heterodoxa que no pasó desapercibida al alto clero. La comisión de Anagni, así como más tarde el Concilio provincial de Arlés de 1263, prohibieron el Eterno Evangelio, de Joaquín de Fiore. La Iglesia, como se sabe, ha com­ batido siempre los movimientos milenaristas. El abad de Celico estaba convencido de que el tiem­ po de la tercera edad estaba cerca –y este es el error que le adeudará siglos más tarde el filósofo alemán g . e . Lessing–, a causa de la misma crisis de las ins­ tituciones eclesiásticas y temporales. En su Expositio in Apocapsym no hace más que anunciar reiterada­ mente la cercanía de la plenitud de los tiempos de la tercera edad: tempus prope est!, ecce apropinquat hora! Non erit labor et gemitus, sed requies et otium et abun­ dancia pacis. En fin: la edad religiosa de oro. El ser humano, expulsado del paraíso, regresaría a él por sus méritos, después de errores y desviaciones. IV Ahora bien, desde la obra y la época de Joaquín de Fiore han pasado dieciocho siglos y, sin embargo, en la actualidad se manifiesta, con la misma intensi­ dad, la urgencia de la salvación de una humanidad amenazada por todos lados. Hago mías las palabras con las que Esther Cohen inicia su prólogo a la corres­ pondencia entre Umberto Eco y Carlo Maria Martini: “Alguien dijo que el próximo siglo será religioso o no será. Más allá de coincidir con esta idea, lo que no puede negarse, y el pensamiento de los últimos años lo refleja, es el marcado interés tanto de las disciplinas huma­ nísticas como de las ciencias por un fundamento ético, religioso o no, que dé cuerpo y vitalidad a un comportamien­ to humano que se ha visto despojado de su dignidad de origen. Pareciera que, muy a pesar de la experiencia de barba­ rie que ha vivido nuestro siglo, el proble­ ma del otro y su derecho a la existencia, como alguien diferente e irreductible, con­ tinúa interpelándonos hoy quizás con más urgencia que ayer, y nos obliga a res­ ponder, responsablemente, por un mundo por-venir.” Quiero añadir a las palabras de Esther que esta responsabilidad por el otro debe transformarse en “caridad”, término que, como dice Vattimo, ha reen­ contrado recientemente y de forma im­ prevista, pero no por ello menos sig­ ni­f icativa, carta de ciudadanía en la filosofía. Esta caritas debe transfor­ marse, secularizar el amor cristiano, el agape, que es el legado más alto de nuestra tradición cristiana •

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leer

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El mundo de la cafeína. La ciencia y la cultura en torno a la droga más popular del mundo, Bennett Alan Weinberg y Bonnie K. Bealer, Fondo de Cultura Económica, México, 2012.

A TRAVÉS DE UN CRISTAL DE CAFEÍNA CUAUHTÉMOC ARISTA

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819. Goethe había cambiado el centro de su interés de las humanidades a las ciencias y era desde hacía décadas la máxima celebridad europea. Ese año se reunió con Friedlieb Ferdinand Runge, discípulo de veinticinco años del gran químico Johann Wolfgang Döbereiner (17801849), a quien el poeta admiraba. Runge iba a enseñarle al maestro cómo provocaba la dilatación de los ojos de su gato a voluntad, aplicándole un extracto de belladona. Las implicaciones científicas del juego eran mayores y Runge impresionó al poeta. Cuando se despedían, el anciano Goethe le dio una cajita con unos granos de café árabe y lo animó a analizar su contenido. El joven se olvidó hasta del gato para coger el regalo y después, en su laboratorio, se abocó a extraer la sustancia activa de esas semillas: la cafeína. Esta historia aún tiene resonancias de los gabinetes de los magos hasídicos, del taller de alquimista y aun de los laboratorios de charlatanes que constituyeron el humus del método científico. No es casualidad que, al modo de los alquimistas, Runge y muchos de sus contemporáneos persiguieran el aislamiento de esencias (sustancias activas) como la quinina, para potenciar la medicina y la industria. 1917. “Había un emigrado ruso poco conocido, de apellido Trotsky, que durante la primera guerra mundial tenía el hábito de jugar ajedrez en el Café Central de Viena todas las tardes. Era un refugiado típico que hablaba demasiado, pero parecía inofensivo. Una figura patética, desde el punto de vista de los vieneses. Un día cierto funcionario del Ministerio de Asuntos Extranjeros

austríaco llegó corriendo a la oficina de su jefe, jadeante y descompuesto, y dijo: ‘Su Excelencia, ¡estalló la revolución en Rusia!’ El ministro replicó tranquilamente: ‘Rusia no es tierra donde pueda estallar una revolución. Además, ¿a quién diablos se le ocurriría hacer una revolución en Rusia? ¿ A c a s o a H e r r Tr o t s k y, d e l C a f é Central?” Lo cuenta Manfred Hamm en su libro Las casas de café en Europa (Thames and Hudson, Londres, 1980). El rey Gustavo iii de Suecia (17461792) estaba convencido de que el café era un veneno y condenó a un asesino a beber el negro líquido todos los días hasta que muriera. Para hacer las cosas “científicamente”, hizo que otro delincuente bebiera té diariam e n t e , y e n c a rg ó a d o s m é d i c o s supervisar el experimento. Los facultativos murieron y el rey fue asesinado antes de que algún prisionero s u c u m b i e r a . E l b e b e d o r d e t é falleció antes que el de café, a los ochenta y tres años de edad. De anécdotas como éstas, de resúmenes científicos sobre el efecto de la cafeína y las extensas ramificaciones culturales a que ha dado lugar el consumo del café, el té y el chocolate, está compuesto este libro que rápidamente se abre camino como una de las mejores fuentes populares para incrementar la conciencia de los consumidores de esta droga. Por el orden caprichoso de los subtemas, esta enciclopedia de un solo volumen tiene que leerse lentamente y regarse con alguna de las bebidas protagonistas • La sociedad cortesana, Norbert Elias, fce , México, 2012.

ANÁLISIS CIENTÍFICO DE UNA ÉPOCA RAÚL OLVERA MIJARES

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resentada originalmente como su tesis de habilitación en la Universidad de Fráncfort bajo la asesoría de Karl Mannheim, Die höfische Gesellschaft (1933) corrió con suerte singular pues, a los pocos días de haber sido

presentada y habiéndose aprobado, llegaron los nazis al poder y clausuraron el Instituto de Sociología. Publicada por primera vez en 1969 en una versión ampliada, la tradujo en 1982 al castellano Guillermo Hirata y ve la luz en su segunda edición treinta a ñ o s d e s p u é s . Partiendo de un punto de vista realista, Elias considera que las realidades u objetos propios de la ciencia sociológica no son abstracciones de cuño nominalista como la sociedad o el individuo, sino más bien una configurac i ó n d e s e re s h u m a n o s que en cierto momento histórico y cierto espacio geográfico interactúan entre sí. La forma característica que la corte habría de adoptar durante el siglo xviii , teniendo a Versalles como sede, constituiría un modelo a imitar para el resto de Europa. Preparado el terreno por Mazarino y la reina, cuando Luis xiv era aún un niño, los cargos para la nobleza de espada, los príncipes de sangre, se vieron cada vez más restringidos. Parte del éxito de la nueva política se basaba en el papel preponderante del oro. La abundancia del metal precioso colocó a la antigua nobleza en una posición difícil, pues las rentas de sus tierras, de acuerdo a contratos inmemoriales, seguían produciendo los mismos dividendos, siendo que el costo de la vida había aumentado tres veces. El rey, mediante los tributos, era quien poseía la mayor concentración de capital, que repartía sabiamente entre sus súbditos a cambio de que le sirvieran de criados. Los príncipes de sangre eran fundamentalmente pensionistas que ejercían funciones varias, todas importantes para la administración de la casa real y la pompa de la corte, pero inocuas en cuanto a su poder estratégico. En una configuración como Versalles ni siquiera el soberano estaba exento de ciertas interdependencias con los cortesanos, parte de ellos noblesse d’épée pero otra parte noblesse de robe, es decir funcionarios de toga, burgueses encumbrados quienes eran los que ejercían la administración. Jugando un grupo contra el otro, el monarca absoluto mantenía en equilibrio el poder. Elias compara a sátrapas de la calaña de Hitler con Luis xiv, en el sentido

CIENCIA, DROGAS Y PENALIZACIÓN Tim Doody

Medio Siglo de las luces

que también el alemán pe rmitía una gran oposición en el seno de su en apariencia monolítico Estado, concediéndole a las s s relativa autonomía pero no ilimitadas facultades, enfrentando a las diversas fuerzas que buscaban hacerse con el poder. Las disfuncionalidades son las que explican la caída de los regímenes totalitarios. En el caso de Luis x i v (hay que guardarse de usar términos históricos que no corresponden a su época como tampoco los de feudalismo ni sociedad industrial), la caída de su casta sobrevino cuando hordas de desposeídos decidieron armar la Revolución y decapitar a Luis xvi •

Filosofía ¿para qué? Desafíos de la filosofía en el siglo xxi, Gabriel Vargas Lozano, uam Iztapalapa/ Editorial Itaca, México, 2012.

Profesor e investigador en los correspondientes departamento y facultad de filosofía, tanto en la Universidad Autónoma Metropolitana como en la unam, el autor ha presidido la Asociación Filosófica de México y fue jefe de la sección de filosofía latinoamericana del xvi Congreso Interamericano de Filosofía en 2010. Desde 2009 es coordinador del Observatorio Filosófico de México. Asimismo, fundó, dirigió y a la fecha codirige la revista Dialéctica, editada por la buap. Entre otras publicaciones suyas se cuentan Intervenciones filosóficas. ¿Qué hacer con la filosofía en América Latina?, y Esbozo histórico de la filosofía en México. Siglo xxi y otros ensayos. Con estas y otras credenciales, que dan cuenta de su notable trayectoria, Vargas Lozano se ha declarado abierta y enfáticamente en contra de la actual tendencia a hacer de la educación una mera transmisión de una lista de instrucciones sólo útil para liquidar “la concepción armónica e integral del ser humano y su relación con la naturaleza”. Frente al empobrecimiento educativo estructural y sus recientes reformas –mejor dicho, deformaciones– oficiales, este libro aporta ideas y argumentos a favor, precisamente, de lo contrario.

próximo número visita nuestro PDF interactivo en: http://www.jornada.unam.mx/

Adolfo Sánchez Vázquez recargado jsemanal@jornada.com.mx


Naief Yehya

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naief.yehya@gmail.com

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A OBRA KUNDERIANA NO es tan vasta como la de otros contemporáneos suyos (Carlos Fuentes, o Julio Cortázar, por ejemplo, con quienes Milan Kundera mantuvo algún contacto, según lo narrado por Fuentes en una amenísima nota introductoria a la edición española de La vida está en otra parte, donde el escritor mexicano cuenta un viaje en tren, en Europa, compartido por los tres autores). Consta de alrededor de nueve novelas: La broma (1967), La vida está en otra parte (1972), La despedida (1973), El libro de la risa y el olvido (1973), La insoportable levedad del ser (1984), La inmortalidad (1988), La lentitud (1995), La identidad (1998) y La ignorancia (2000);

un libro de relatos: El libro de los amores ridículos (1968); dos poemarios: El hombre es mi jardín (1953) y Monólogos (19571965); una obra de teatro: Jacques y su amo. Homenaje a Denis Diderot en tres actos (1981); y cuatro libros de ensayo: El arte de la novela (1986), Los testamentos traicionados (1992), El telón (2005) y Un encuentro (2005). Kundera aprendió a tocar el piano desde niño gracias a las enseñanzas de su padre, el musicólogo y pianista Ludvik Kundera (1891-1971): así se ganó la vida, desde pequeño, jazzeando donde se pudiera. En 1968, como consecuencia de la invasión soviética a Checoslovaquia, sus obras fueron prohibidas y, desde 1973, con la publicación de El libro de la risa y el olvido, se le retiró el pasaporte checoslovaco. En 1975 emigró a Francia, eufemismo que oculta la palabra “exilio”. Este entorno de Milan Kundera es el telón de fondo sobre el que corren las enemistosas líneas escritas por el “crítico” serbio Nebojsa Vásovich, mencionado en la entrega anterior de esta columna. El autor serbio usa el lenguaje de la crítica literaria académica en Contra Kundera y lo dirige contra un reconocido escritor eslavo, produciendo la sensación final de que Kundera le cae gordo por razones desconocidas: en una suerte de bullying literario, le asesta puntapiés por donde puede. No es que Vásovich quisiera que Kundera fuera como Dostoyevsky, Kafka, o Stravinsky; lo que desea es que calle para siempre, como un comisario

de las viejas agencias soviéticas, lo cual se condice con el hecho de que funda su odio en dos obras de 1986 y 1992 del autor checo, con absoluto desdén por el resto de la producción kunderiana, a la que apenas se digna mencionar. Antes hablé de narcocrítica. No es que el narcotráfico haga crítica literaria, sino que las maneras violentas del narco para resolver sus ajustes de cuentas parecieran proyectarse hacia algunos hábitos de la crítica contemporánea: si la obra revisada no es como el crítico hubiera deseado que fuese, si el autor es del disgusto del crítico, si la obra no responde a las expectativas del inquisidor, la obra y el autor quedan a expensas de la ironía, las correcciones y las soflamas de quien escribe cosas que se dirigen a la diversión de la gayola y la demostración de “miren qué chingón soy al jugar con este tonto”: no importa poner en crisis la obra examinada sino señalar al baboso del autor su torpeza por no haber realizado lo que “el crítico” hubiera deseado que hiciera. Borges dijo en su ensayo “Las alarmas del doctor Américo Castro” (Otras inquisiciones, 1952): “La palabra problema puede ser una insidiosa petición de principio. Hablar del ‘problema judío’ es postular que los judíos son un problema; es vaticinar (y recomendar) las persecuciones, la expoliación, los balazos, el degüello, el estupro y la lectura de la prosa del doctor Rosenberg. Otro demérito de los falsos problemas es el de promover soluciones que son falsas también.” Escribir un ensayo Contra Kundera es iniciar un linchamiento contra el autor checo. Tomo algunas frases de este libro, paradigma de bullying literario: “Kundera no ve…”, “No hay duda de que Kundera simplifica demasiado…”,“Kundera no nos dice cómo la novela…”,“Kundera […] mata cualquier placer de la lectura”, “En su debilidad como un escritor para crear una nueva representación imaginaria de un hombre, que incluiría una imagen del cuerpo, Kundera…”,“Kundera […] ve la idea de la polifonía y la idea de la novela bajo una luz simplificada”,“Al igual que Brod, Kundera ve a Kafka como un escritor omnipotente que tiene éxito en todo […] Y toda idealización –incluso ésta de Kundera– tiene un rastro de sentimentalismo”, “Por supuesto, no es la primera vez ni la última que Kundera subordina la definición de la novela a sus necesidades del momento”… Cuando Mourinho habla del Barça es objetivo y desapasionado; mucho más que cuando Vásovich habla de Kundera •

A LÁPIZ

Enrique López Aguilar

Apostillas a “Narcocrítica”

Nebojsa Vásovich

24 de febrero de 2013 • Número 938 • Jornada Semanal

Zero Dark Thirty: diez años de tortura y una campaña punitiva criminal (iii y última) La visión extremista La directora Bigelow asegura que en Zero Dark Thirty ofrece una visión casi periodística de la cacería de Osama Bin Laden. No obstante, sabemos que no sólo escogió las versiones que apoyan la efectividad de la tortura, sino que eligió convertir los interrogatorios “mejorados” en el elemento central y fundamental de la investigación (lo cual no han hecho ni siquiera los más rabiosos defensores de la tortura). Bigelow presenta la técnica de la cia que consiste en doblegar salvajemente a un cautivo para hacerlo creer que, en un momento de delirio, confesó, y después tratarlo amablemente, darle ropa, cigarros y comida como premio. En ese estado entonces se le pide “confirmar” sus declaraciones. En las salas de tortura de la cia , usualmente se seguía un escrupuloso guión burocrático; el proceso era documentado y videograbado y había médicos asegurándose de que el prisionero pudiera soportar más tortura. Por alguna razón, Bigelow presenta una imagen distorsionada de esas sesiones, ya que introduce correas de perro –un objeto que pertenece a otro tipo de tortura– como aquella a cargo de “contratistas” civiles que se llevaba a cabo por las noches en Abu Ghraib, donde, entre otras cosas, se hacían pirámides humanas, se soltaba a los perros para que intimidaran y mordieran a los presos, se forzaba a los cautivos a tener o fingir que tenían relaciones homosexuales y se les sodomizaba con diversos objetos. Al mostrar la correa de perro, Bigelow quiso explotar la memoria del espectador y evocar las imágenes de la soldado Lynndie England sujetando a un preso. Pero esto provoca una reacción contradictoria, ya que si bien es irritante, también da un falso contexto a aquella imagen infame pues insinúa que pudo ser parte de una importante investigación. Las correas de perro obsesionan a Bigelow; el agente y torturador “Dan”, antes de regresar a Washington, advierte a Maya diciéndole que Obama (quien prohibió la tortura en su segundo día de presidente y a quien Maya ve por la televisión declarando:“Estados Unidos no tortura”) los puede dejar desprotegidos: “Vas a tener que ser muy cuidadosa con los detenidos de ahora en adelante, la política está cambiando y no quieres ser la última persona sujetando un collar de perro cuando vengan los del comité de supervisión.” No sólo es cuestionable la veracidad del recuento, sino que se enfatiza que para Maya y sus colegas no hay vergüenza, remordimiento o responsabilidad, sino sólo la necesidad de cubrirse las espaldas.

Manipulación o periodismo Bigelow y Boal podrán creer que su cinta está cerca del periodismo, pero resulta un poco difícil justificar escenas manipuladoras como aquella en que la agente de la cia, Jessica, le prepara personalmente un pastel de cumpleaños a un miembro jordano de Al Qaeda que

supuestamente está dispuesto a cooperar a cambio de 25 millones de dólares. La c i a cae en la trampa y el jordano se vuela en pedazos matando a siete agentes. Bigelow trata de mostrar que los fanáticos no se corrompen y, aunque Jessica brinda diciendo: “A las grandes oportunidades y a la gente común que las hace posibles”, veremos que las oportunidades en zdt sólo vienen en la forma de tortura y no de soborno.

Reveses y burócratas En zdt los reveses que sufre eu se deben a atentados de Al Qaeda y no a sus propios y numerosos tropiezos estratégicos y morales. Pero Bigelow no quiere empantanar su nítida narrativa con eso, ni con el caos de la disidencia interna (en el ejército, la cia y el fbi) en contra de la guerra, la tortura y las prácticas antihumanas. Aquí, como en todas las ficciones probélicas, los obstáculos son los burócratas incompetentes que se oponen a las soluciones más violentas y radicales.

El fin justifica el fin Se ha elogiado hasta la náusea el asalto al refugio de obl . Es un ejercicio competente de cinematografía de acción, algo que Bigelow sabe hacer bien. Lástima que no haya sabido cómo transformar esa puesta en escena (donde en un gesto de falso respeto apenas se muestra a obl ) en una explicación de por qué asesinar al hombre más buscado de la historia moderna era mejor opción que capturarlo y tratar de desmantelar su red, entender cómo se organizó el ataque de s -11 y llevarlo ante la justicia. Para Bigelow el asunto es un caso cerrado; la venganza purifica y justifica los medios. No obstante, el intervencionismo violento, el asesinato extrajudicial y la tortura son actos inmorales. Punto. No se puede debatir que la tortura es o no justa –aquí no existe equivalencia moral–, y al hacerlo estamos dándole legitimidad de facto •

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JORNADA VIRTUAL

arte y pensamiento ........


........ arte y pensamiento

Germaine Gómez Haro

Alonso Arreola @LabAlonso

germaine@pegaso.net

Marco a. Bustamante: sin decir adiós

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BORDAR LA OBRA PICTÓRICA de Marco a. Bustamante (Oaxaca, Oax., 1959) incita al espectador a aguzar todos sus sentidos y dejarse llevar libremente por los intrincados entresijos de una polifonía visual de gran complejidad. Bustamante ha destacado como un pintor de rigor clásico poseedor de un lenguaje muy personal, cuyo virtuosismo en el dibujo y en cuanta técnica pictórica explora lo convierte en uno de esos insólitos pintores-pintores ahora en peligro de extinción, quienes, desde su Torre de Babel, se rehúsan a seguir las modas y las imposiciones del mercado, especialmente en el contexto oaxaqueño donde han proliferado hordas de pseudotoleditos. Actualmente se presenta la exposición Sin decir adiós en la galería Eje Central, ubicada en Eje Central Lázaro Cárdenas 425 (e_j_e425@ yahoo.com.mx), un impactante espacio relativamente nuevo que, bajo la dirección del arriesgado y creativo Tarcisio Padilla, va incidiendo como centro cultural en la zona. La presente muestra, integrada por unas setenta y cinco piezas que van de la abstracción lúdica a la figuración realista, es un ejemplo tácito de la variedad de temas e investigaciones técnicas y formales que el artista ha desplegado a lo largo de ya casi tres décadas de prolífica creación. Se presenta también su monumental pintura mural (3m x 20m) titulada El sur existe, la cual fue realizada con motivo del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, y en la que el artista despliega, en un primer plano, escenas de la vida rural con personajes actuales y vivos plasmados a escala humana, que miran hacia su pasado para enfrentarse con los héroes patrios esbozados como figuras oxidadas que el tiempo se ha encargado de corroer. Bustamante evoca una m e t á fo ra l ú c i d a y co n m ove d o ra d e una cruda realidad que no cambia con el paso de los años. Llama la atención a primera instancia la libertad con la que Bustamante se mueve en su multivariada creación. Con el mismo aplomo y pasión se enfrenta a la figura realista –ya sea humana, animal o fantástica–, la naturaleza muerta, el paisaje, la composición abstracta, e inclusive, haciendo alarde de un espíritu lúdico, se regocija en obras bidimensionales no figurativas que asombran por su impecable factura, diríase producto de la más sofisticada técnica artesanal. Como tenaz observador que es de la condición humana y de los insondables parajes del alma, Bustamante no titubea en el afán de presentar escenas crudas, en ocasiones inclusive tortuosas, que plantean preguntas más allá de formular respuestas, en un lenguaje formal de una belleza impactante por la meticulosidad de sus trazos finos y contenidos que consiguen proyectar emociones y

sensaciones difíciles de describir. La mayoría de sus escenas están desprovistas de anécdota: más bien expresan la esencia del ser humano aislándolo de los elementos sociales o culturales que lo rodean. Así, hombres y mujeres aparecen expuestos a su fragilidad, su vulnerabilidad y su íntima soledad: la soledad existencial. Su pintura se relaciona con el yo y con el otro, y más aún, con el universo, porque es parte intrínseca de éste. Ya sea en el paisaje o en el retrato, una fuerte carga simbólica permea sus atmósferas sombrías, inaprehensibles, como extraídas de parajes recónditos del ser interno que, al ser develadas, devienen meras insinuaciones. Portadoras de un sólido rigor constructivo, sus composiciones son reflejo de una vivencia íntima, de viajes interiores que luego traduce con un trazo a un tiempo delicado y vigoroso, y transparencias de suaves tonalidades que se acomodan entre las formas, unas de una clara nitidez, otras inmersas en inciertas densidades. Con la delicadeza de una caricia amorosa, recurre al bruñido para conseguir en la superficie de sus pinturas y dibujos una tersura y un brillo inéditos. Cada pieza, desde sus bocetos realizados con bolígrafo o grafito hasta la obra mural, refleja la obsesión perfeccionista de su creador, que logra un acabado de óptima calidad. Marco a . Bustamante tiene la capacidad de reinventar la vida a cada pincelada, sin desestimar la realidad circundante y sacando a la superficie las emociones más diversas a través de la psicología de sus personajes. En sus cuadros resuena el murmullo humano sin estar del todo presente. Son evocaciones, insinuaciones, metáforas… ¿Leves presencias o leves ausencias? Su arte se nutre de la re a l id a d a c t u a l y d e l a d e to d o s l o s tiempos para llegar aún más lejos: a la realidad otra. Lo que siempre ha sido, lo es mucho más intensamente en estas pinturas, en las que el ar tista aún no ha pronunciado la palabra definitiva. Pinta lo que le viene en gana y sin decir adiós •

Precaución, columna clavada

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A COLUMNA DE HOY no es para los adictos al pop. Tampoco es para amantes del rock clásico ni del hip hop. La columna de hoy no es para iniciados en los sonidos sinfónicos ni para quienes buscan el laberinto aéreo de una aldea perdida en el Amazonas. No es para quienes se sienten atraídos por el rigor de la electrónica ni para los bailadores de ritmos afros. La columna de hoy no intenta convencer a los inspirados por el funk, ni va para el fanático de la polca, el flamenco o el repentismo del son. La columna de hoy es… para todos. Dicho de otra forma: es para los melómanos que abrevan en esa fuente que todo lo tiene y todo lo puede, que no niega ninguna posibilidad en pos del experimento a rajatabla. Es para los seguidores del progresivo, género de géneros que ha engendrado a enormes instrumentistas y que, de tan ambicioso y ecléctico –hay que decirlo–, también ha sufrido en el desorden, en la falta de claridad, en una charlatanería conceptual que insulta a sus verdaderos oficiantes. En fin. La razón de que esta columna se incline hoy hacia semejantes lares tiene que ver con una noticia que regocija. Ésta: tras cinco años de silencio, el festival Baja Prog de Mexicali ha vuelto a la vida. Superada la contingencia que imponen las crisis globales y los particulares retos de su propia tierra, regresa a la ruta de crecimiento que logró tras doce años de funcionamiento ininterrumpido (1996 a 2008). Lo mejor, además, es que lo hace con fuerza, como si el paréntesis no hubiera frenado su inercia. Es así que los próximos días 3, 4, 5 y 6 de abril mostrará a dieciséis bandas de diez diferentes países, muchas debutantes en nuestro territorio. Esto ocurrirá en el Hotel Colonial y en el Teatro del Estado. Entre los invitados que emocionan está el exguitarrista de Genesis, Steve Hackett, quien no ha detenido su brillante carrera en solitario desde la salida de Voyage of the Acolyte (1975), el primero de treinta y cuatro álbumes que tanto en estudio como en vivo muestran su fineza y gusto por los más diversos ambientes. También destaca el encuentro vitaminado del sexteto Crimson Projekct, combo en el que se reúnen el trío de Adrian Belew (Julie Slick,Tobias Ralph) y el grupo Stick Man de Tony Levin (Pat Mastelotto, Markus Reuter), todos en torno al repertorio de King Crimson, una idea que, como el mismo Mastelotto nos confirmó hace unos días, contó con la venia de Robert Fripp (fundador del conjunto británico). Cercano a ellos está el grupo de Eddie Jobson, tecladista y violinista con numerosas experiencias y discos de Roxy Music, uk y Frank Zappa, quien se muestra por primera vez en nuestra tierra. Interesa también lo que haga Three Friends, remanente del extinto y nota-

Pasión 2012 Panzerballet

bilísimo Gentle Giant, en donde conviven el baterista Malcolm Mortimore y el guitarrista Gary Green. Sólo por la promesa de escuchar en vivo aquel grupo de canciones vale la pena lanzarse a tierras de Chicali. Sus armonizaciones vocales fueron de las más innovadoras de los años setenta. En plan instrumental, por el contrario, se presentarán los alemanes de Panzerballet, verdaderos virtuosos del entramado polirrítmico. Tal vez los más dotados de quienes vendrán a esta edición del festival. Otros notables son los canadienses de Mystery. Aunque la influencia de Rush es insoslayable en su voz, la hechura de sus composiciones convence de manera honesta y poderosa. Por si fuera poco, de Costa Rica nos visitará Introvisión, y de Chile, Crisálida, un conjunto con más de tres lustros de vida y cuyo baterista sorprenderá a los más duros críticos. De México estarán presentes Luz de Riada, interesante proyecto del exCabeza de Cera, Ramsés Luna, así como la banda anfitriona Cast, liderada por el tecladista y fundador del Baja Prog, Alfonso Vidales. Tema aparte son las tres propuestas italianas. Dos de ellas realmente importan a la historia de su península: Locanda Delle Fate y New Trolls. La tercera es Gran Turismo Veloce, tan lírica como sus antecesoras, pero con muchos elementos contemporáneos (programaciones, distorsiones) que acrecientan las enormes habilidades de su cantante. Completando el cuadro se suman Anglagard, de Suecia; Jelonek, de Polonia y los británicos de Galahad. Todas con actitud e impulso heroicos, prolongan el eco del art rock europeo que naciera cuando la juventud de los sesenta se reveló en busca de nuevos paradigmas estéticos. De allí que nos “clavemos en la textura” y celebremos este encuentro progresivo de gran y disfrutable ambiente. En momentos tan complejos para una sociedad, vale la pena que la buena música, la difícil, la exigente, la comprometida, vuelva a ocupar un lugar relevante entre quienes buscan cambios sustanciales. Enhorabuena entonces por el Baja Prog y los cachanillas. Aquí su liga: www.bajaprogofficial.com •

BEMOL SOSTENIDO

Jornada Semanal • Número 938 • 24 de febrero de 2013

ARTES VISUALES

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arte y pensamiento ........

24 de febrero de 2013 • Número 938 • Jornada Semanal

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ESDE QUE GOOGLE ME lo permite, paseo por el mundo con gran curiosidad, que de eso se trata esta cosa que te deja escudriñar ciudades, pueblos y mares desde tu computadora, juguete para voyeurs privilegiados y turistas sin dinero, nave de la teletransportación y la huida interior. He vagaboogleado por las calles de Londres; he estado, perdida, en una carretera que parte de Tokio a otras ciudades, he practicado rutas marítimas posibles con un barco al que nunca me subí. Manejé por la carretera que lleva a Ciudad del Carmen en medio del mar antes de hacerlo en la realidad, sólo por imaginarme cómo sería, qué iba a sentir; desde luego, faltaron la brisa, la alegría, las aves y una nube de maripositas amarillas muy García Márquez

que nos acompañó en el trayecto real, pero fue una especie de esbozo de la experiencia, una pre-experiencia muy curiosa. También he tratado de conocer partes de Rusia y China que están vedadas para el g oogleúnte, por asuntos militares, y que a nuestros ojos se convierten en manchas grises. De verdad, nunca imaginé que podríamos ver tanto del mundo, situarnos en sus calles con un muñequito amarillo, practicar para llegar a sitios angustiosos, decirle al amigo que está lejos: ya vi tu casa, te fui a visitar desde mi computadora. Pero también hay algo muy curioso: todas las ciudades que aparecen en Google Maps o Google Earth son ciudades en domingo, ¿o no?, ciudades un poco dormidas, atontadas o anestesiadas como para cirujanos aspirantes. No cadáveres, si bien hay quien se muere un poco los domingos, pero no todos; digamos que el domingo contenemos un poco la respiración. Asimismo, las calles que aparecen ahí son calles de hace unos pocos años, calles que son pero ya no son, como cuando uno ve su foto no tan reciente; quizá no has cambiado mucho, pero ya no eres el mismo. En ese sentido, el mundo por el que deambugleamos o vagaboogleamos es un mundo algo fantástico, un mundo que flota por encima del mundo, en el que nadie trabaja, o casi nadie, todos pasean al igual que nosotros o se encierran en sus casas, quizá, a deambooglear a su vez por otros mundos que no son el suyo. Mundos cuyos habitantes vivieron hace poco, pero ya no son lo mismo. De alguna manera, eso proporciona cierta seguridad frente a la fantasía de estar siendo vigilados por un ojo insaciable igual al ojo de uno mismo, que deambooglea y vagabooglea como un androide fantasma por un mundo afantasmado. Y confieso que también estudio y googleo las calles de mi ciudad con verdadero desconcierto, como queriéndole preguntar a dónde has estado, qué te

Pulquería en Tacubaya

han hecho, como preguntaba mi madre siempre al hijo, nieto o primo más pequeño que jugaba con los grandes y salía lastimado: qué te han hecho, ciudad donde nací. Me he aficionado a una página de Facebook verdaderamente portentosa que se llama La Ciudad de México en el tiempo, donde se muestran fotos de nuestra humosa urbe en todas las épocas posibles, un poco sin orden ni preferencia de lugar, según se va juntando un archivo que ya, imagino, es de gran valor. Y me gusta comparar aquellas fotografías con la imagen o la vivencia googleana actual del mismo sitio. Hace poco, por ejemplo, deamboogleé por Tacubaya, buscando algún resto de lo que me habían mostrado las imágenes de Facebook, asfixiado como tantas otras calles y construcciones que agonizan entre cataplasmas de eje vial, curitas de metrobús, muletas de segundo piso, operaciones de a metro, cuando no han sido aniquiladas por el paso de la relativa vialidad. Tacubaya siempre me inspiró mucha curiosidad, pues yo estudié muy cerca, en el Luis Vives que se encuentra aún en Benjamín Franklin, por aquella parte de Revolución en la que el barco del portentoso edificio Ermita clava su proa antes canadiense, ahora cocacolosa, que en mi infancia atracaba aún en medio de los carriles para tranvías. Alguna vez, una mercería con maniquíes de otras épocas –pintados, de una pieza, el cabello esculpido– me hizo sospechar que algo escondía Tacubaya, pero no me animé a callejearla y ahora miro las fotos de aquel pueblo antiguo con su plaza, su iglesia, sus casonas, y ya no está. Qué duro es googlear a veces, toparse con calles tasajeadas, las iglesias y los kioskos apenas visibles detrás de los ejes y los segundos pisos, aunque eso sí, todos sus habitantes en domingo, comprando en esos tianguis que todo lo tapan y nunca descansan, ni siquiera frente a nuestras flotantes visitas virtuales, afición de fantasmas •

tumbaburros@yahoo. Twitter:@JorgeMoch

Pero primero lo que es noticia

N 2007 TREINTA Y OCHO trabajadores petroleros fueron desaparecidos. La nota la destacó hace una semana Sanjuana Martínez en este mismo diario. Sanjuana, concienzuda siempre en su oficio de periodista incómoda al poder, hace el recuento escalofriante de otras desapariciones de trabajadores petroleros y señala el silencio de la dirigencia sindical que regentea, desde hace demasiados millones de pesos, Carlos Romero Deschamps, cobijado por los gobiernos del prianismo con la impunidad que le obsequian tres reelecciones y un puñado de diputaciones y senadurías de postre. El país se precipita en una espiral infinita, contradictoria y brutal de violencia, corrupción, cinismo, despilfarro y miseria

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que arramblan el abanico de la convivencia social, desde las guarderías concesionadas por el gobierno hasta la multiplicación despiadada de la fosa común. En cada gobierno municipal y estatal, y sobre todo en el federal, están enquistados decenas de miles de criminales, de corruptos, de delincuentes muchas veces ni siquiera disimulados. En la sociedad mexicana los usos y costumbres de regiones enteras se han adecuado a los usos y costumbres del narcotráfico, la extorsión, la guerra por territorio o rutas de paso y toda la parafernalia inherente a la diversificación de la industria del crimen: el secuestro en que participan policías o militares, ya en activo o en retiro; la trata de indocumentados o de mujeres y niños para la esclavitud sexual y la pornografía ilegal; la macabra pero inocultable industria del tráfico de órganos; el robo de automóvil, a casa o transeúnte, el cobro de derecho de piso y de paso. El país entero se ha convertido, gracias a las recetas del capitalismo bestial e individualista del neoliberalismo impuesto por la recua de Salinas y sus sucesores, en una cloaca, un peligroso juego de espejos para turistas e inversionistas que no pocas veces vinieron a dejar el pellejo acá. Un país convertido en botín de trasnacionales, en hazmerreír electorero internacional, en fuente de jugosas comisiones para los personeros de la corrupción corporativista. El país se ha convertido en brega dificilísima para la gente que quiere poner un negocio o estudiar una carrera, o conseguir un trabajo razonablemente bien remunerado. Se ha convertido en serpollar de manifestaciones seudoartísticas de pésimo gusto y ha facilitado la tugurización colectiva de la cultura popular, un vasto territorio cruzado por fanatismo religioso y una ignorancia general rampante, analfabetismo funcional y analfabetismo a secas; una sempervirente atmósfera de clasismo y racismo absurdos, de homofo-

bia, de indiferencia social en la juventud que pertenece a esa minoría atorrante que compra en boutiques y estudia en universidades privadas, y viaja al extranjero pero no conoce el nombre de los barrios que forman cinturones de miseria a unas cuadras de su propia casa. Pero el alemán Ratzinger llena las pantallas de televisión, entre un anuncio de automóviles y otro de champú y otro de condones; entre una exhibición de la más redundante vulgaridad en el video de un par de subnormales que se hacen llamar Wisin y Yandel, y la ñoñería facilona, sin brizna de virtud musical, de una balada berreada por Yuri. Pero la gripe aviar afecta siete granjas en Guanajuato y Rihanna o Madonna, o Paris Hilton o Britney Spears se emborracharon y enseñaron la cola porque no usan calzones, o se estrenan como diseñadoras o se estrenan como novias de un futbolista, o estrenan marca de perfumes. Pero Peña Nieto lamentó sinceramente la muerte del embajador griego. Pero Katy Perry presumió un soberbio anillo de rubíes. Pero Conagua presenta un plan nacional contra la sequía aunque la lluvia se vaya al drenaje. Pero Carlos Vela anota el décimo gol. Pero Peña juega golf. Pero Ratzinger, que todavía no se va, pide que recemos por él y su sucesor (millones de miserables sobran en su discurso). Pero para quién escribo todo esto. Pero en China hay quien piensa que México está en Europa. Pero acribillaron a cinco hombres en Monterrey. Pero Peña, como Calderón, lanzó su campaña anticrimen en Michoacán. Pero la buena alimentación influye en la estatura del mexicano. Pero el Chapo es Al Capone y Carlos Slim en uno. Pero el meteorito que cayó en Rusia fue como treinta hiroshimas, pero sin los muertos. Pero el mal llamado niño verde andaba pedo y se fue al Torito. Pero de volada salió con amparo. Pero la pedorrera televisiva no para. Pero sin sustancia ni vergüenza. Pero ni quién le ponga el hasta aquí •

CABEZALCUBO

Deambooglear

Jorge Moch PASO A RETIRARME

Ana García Bergua

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Jornada Semanal • Número 938 • 24 de febrero de 2013

Los poetas de Rogelio Naranjo

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Juan Domingo Argüelles

JORNADA DE POESÍA

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L HOMENAJE QUE LA unam rindió recientemente a Rogelio Naranjo (Peribán, Michoacán, 1937), con la exposición retrospectiva Vivir en la raya: el arte de Rogelio Naranjo, nos da una nueva oportunidad para reconocer el talento, la maestría, la generosidad y el valor civil de este gran artista gráfico: dibujante y caricaturista impar en la historia del periodismo y el arte de México. Naranjo realizó estudios de artes plásticas en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y comenzó su carrera de caricaturista profesional en el periódico El Día y en la revista Sucesos en 1965. De modo que está por cumplir medio siglo en un oficio que ha sabido unir el arte, la crítica social y el ejercicio intelectual y ético. Sus “cartones”, sus retratos, sus caricaturas y dibujos poseen el impacto, la contundencia, de los mejores ensayos o artículos en la prensa escrita. Un cartón de Naranjo es un editorial gráfico pleno de inteligencia, conocimiento histórico, cultural e intelectual, y en muchas ocasiones no falto de humor y de ironía. En la historia del periodismo que ha sabido unir lo útil con lo estético, Rogelio Naranjo es maestro de maestros. Su colega Magú ha dicho que, a la maestría del trazo y el detalle que consigue Naranjo, hay que agregar “el preciosismo de su elegante y fina línea, y su serio, descarnado, ácido, mórbido, feroz y contundente modo de hacer humor”. Cuando ha cumplido ya setenta y cinco años, Rogelio Naranjo es referente fundamental del periodismo y el arte gráfico en México, pues ha colaborado en las más importantes publicaciones periódicas y ha recogido algunos de sus más de veinte mil cartones en libros como Alarmas y distracciones, Me vale madre, Elogio de la cordura, Los reyes de la baraja, Qué caso tiene, La rueda del infortunio y La insurrección de las semejanzas. Artista informado y formado en la cultura y en la historia, Rogelio Naranjo trabajó durante mucho tiempo en el periodismo cultural, retratando magistralmente a músicos, escritores, pintores, intelectuales y artistas en general,

lo mismo mexicanos que extranjeros. Estos retratos contienen siempre el alma de los personajes, y uno los identifica de inmediato, como los muestra Naranjo, si ha leído, escuchado o visto sus obras. Su generosidad es, además, ya legendaria.“Rogelio Naranjo da a manos llenas –dice Elena Poniatowska– y sus retratos ponen sal a las palabras.” Sal y espíritu, sin duda. Retratista de escritores (de muchos escritores), Naranjo se ha detenido también en el cuidadoso trazo de varios poetas. En La insurrección de las semejanzas, libro en gran formato que publicó la unam en 2005, está el álbum fa-

miliar y la galería personal de los poetas que admira y que lo motivan. El arte del retrato y la caricatura se concentra y se explaya en Rosario Castellanos, Sor Juana Inés de la Cruz, José Gorostiza, Efraín Huerta, Renato Leduc, Ramón López Velarde, Elías Nandino, Salvador Novo, Manuel José Othón, Carlos Pellicer y Xavier Villaurrutia, entre los mexicanos; y Martín Adán, Mario Benedetti, Jorge Luis Borges, Luis Cardoza y Aragón, Antonio Machado, José Lezama Lima, Pablo Neruda, César Vallejo, Ossip Mandelstam, Eugenio Montale y Paul Valéry, entre los extranjeros. Para Naranjo un dibujo es hermoso no porque represente cosas bellas, “sino porque fue hecho con imaginación y emoción, acompañado de una idea bien lograda”. Ejemplo insuperable de esta divisa artística es la Sor Juana graffitera que, brocha en mano, escribe en el muro: “Melchor Ocampo cómete tu epístola.” ¿Y qué tal el José Gorostiza frente al vaso de agua y sosteniendo en una mano a la “putilla del rubor helado”? O bien el Ramón López Velarde, imprescindible en nuestro santoral, entre exvotos, flores y velas, con un letrero que es ruego: “Santo Niño de la Suave Patria, sálvanos.” Y el Carlos Pellicer, árbol del sureste, de tronco recio y ramas plenas, majestuoso en su trópico. Y así por el estilo todos los demás. Cada retrato de cada poeta, hecho por Naranjo, es un breve ensayo literario, una invitación a la lectura de poesía que contiene, en su trazo, los elementos fundamentales de la obra del poeta. “Naranjo observa y recrea a los autores que le importan y los dibuja desde la perspectiva de su leyenda y sus trabajos específicos”, explica Monsiváis. “Los dibujos de Naranjo en los suplementos culturales acercaron a muchos lectores a autores que, sin ese aliciente gráfico, no habría leído”, complementa Poniatowska. Sí, Naranjo ha sido y es un gran promotor de la lectura •

CINEXCUSAS

Luis Tovar

cinexcusas@yahoo.com

TanaticOscar

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ENTRO DE UNAS HORAS de hoy, 24 de febrero, dará inicio la entrega ochenta y cinco de los premios que a su cine concede la academia cinematográfica estadunidense –y no La Academia, con unas mayúsculas y una dizque familiaridad mucho muy serviles–, así como a una película para ellos extranjera. Puesto que no cree en el silencio absoluto como método para contrarrestar inercias que le parecen perniciosas, este juntapalabras lleva años –y en abrumadora minoría siempre– haciendo el esfuerzo, casi de seguro inútil, de alejarle así sea un poquito de clientela a Oscar, ese premio que tanta cosa no cinematográfica suele premiar. Esta vez, los que seleccionaron a las candidatas la pusieron facilita, ya que no se requiere ninguna perspicacia para detectar, a la primera mirada, los denominadores comunes de los filmes que mañana cubrirán portadas y portales, con los panegíricos y las obviedades de costumbre.

¡Es la política, estúpido! Parafraseando la célebre frase billclintonesca puede resumirse el primero de dichos denominadores comunes, pues política, política y más política es el verdadero tema de fondo de Argo, de Ben Affleck; Lincoln, de Steven Spielberg; Django sin cadenas (Django Unchained), de Quentin Tarantino, así como, por supuesto, La noche más oscura (Zero Dark Thirty), de Kathryn Bigelow, es decir, las que “más suenan” para volverse, casi literalmente, pasto de indigestas regurgitaciones mediáticas. Del anacronismo propagandístico disfrazado de heroicidades burocráticas llamado Argo ya se habló aquí hace algunas semanas; quepa remachar su insidiosa reprogramación en cartelera y su cercanía con La noche más oscura: ambos filmes proponen, una vez más, la tesis de los “americanos” buenos versus los árabes malos; ambas tie-

nen lugar en territorios bien alejados del supuesto país de las libertades y, para efectos prácticos del ansia hegemónica que los sustenta, es irrelevante que uno transcurra en 1979 y otro en 2011, o quizá todo lo contrario, ya que dicho lapso significa la permanencia del militarismo gringo en países enemigos durante al menos treinta y dos años y contando. Antier el Ayatollah, ayer Osama Bin Laden, mañana Amadinejad o, en una de ésas, cambia el escenario y el malo en la pantalla –fuera de ella se supone que ya lo es– habrá de apellidarse Chávez, Correa, Morales… Eso sí, jamás Calderón o Peña Nieto. Algo similar ocurre entre el Lincoln spielbergiano y el Django tarantinesco si se les mira al mismo tiempo: imposible más obviedad en cuanto a su trasfondo político –sobre todo la primera– y, amén de ser cohabitantes históricas, ambas cintas también hacen migas en cuanto a la “corrección” o, mejor dicho, el oportunismo de acompañar cronológicamente el segundo triunfo del primer presidente negro en Estados Unidos, es decir, esa nación innegablemente basada en la esclavitud, cuyo “progreso” pone

en un extremo al sicario Django y en el otro al presidente Obama.

¡Viva la muerte! Corolario absoluto del tanático espíritu que mueve al ser humano, la cita odiosa del grito franquista sintetiza a la perfección el trasfondo del trasfondo de los cuatro filmes aludidos, pues muerte, muerte y más muerte es lo que se halla en la base de sus tramas: en Lincoln, revestida de supuesto dilema moral –como si la política hubiese contemplado alguna vez, en alguna parte, en algún tiempo, a la moral– entre evitar más muertes en la Guerra de secesión estadunidense o asumir el “costo” humano de no evitarlas, a cambio de abolir la esclavitud. En Django ni se diga: la ramplonería tarantinesca, siempre como la mona que se viste de seda, traducida en el burdísimo matar o morir, y párele usted de contar. En Argo, evitar la muerte de seis oficinistas mientras afuera de su refugio una población entera –la iraní– está matándose precisamente a causa del intervencionismo gringo. En La noche más oscura, de nuevo ni se diga: no es la tortura y su desnudamiento, poco o nada culposo, sino la puesta en ficción, inevitablemente reivindicatoria, de una cacería humana concebida, instrumentada y ejecutada para matar.

Si de matar por política se trata… …¿por qué no darle un Oscar a Duro de matar: un buen día para morir, donde Bruce Willis pelea de nuevo, y él solito, en el mismísimo Moscú para “evitar una guerra”? ¿O qué tal El ejecutor, con Sylvester Stallone en el papel de James Bonomo –que significa “buen hombre”, nada menos–, sicario profesional que por venganza se asocia con un detective para atacar a una organización criminal? Y no serían las únicas también nominables a la codiciada estatuilla •


ensayo

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oaquín de Fiore fue un monje calabrés que vivió en la Italia del siglo xii . En esa alta Edad Media se practicaba mucho la hermenéutica, p u e s s e t e n í a q u e i n t e r pretar la Sagrada Escritura. San Agustín ya había aludido a los cuatro sentidos del texto bíblico: 1. Literal o histórico y espiritual, subdividido en 2. Etiológico o moral, 3. Alegórico, que encontraba en la Biblia un mensaje para la actualidad y 4. Anagógico o místico, aunque algunos ponían más. Estas eran las herramientas interpretativas que tuvo a la mano Joaquín de Fiore. En esa época tan inclinada a la hermenéutica, los monjes daban prioridad al sentido espiritual, porque lo que les interesaba ‒a diferencia de los escolásticos, que ya comenzaban‒ no era la exactitud del sentido literal, sino el impulso que les diera el sentido espiritual, metafórico, para continuar en el denodado esfuerzo de alcanzar el éxtasis. A los escolásticos, que eran universitarios ‒no se olvide que la universidad fue un invento medieval‒ les interesaba la ciencia, y por eso interpretaban con base en la dialéctica o lógica, mientras que los monjes lo hacían usando la retórica y, aún más, la poética. Las polémicas entre monjes y escolásticos se parecen a la que no hace mucho se dio entre Umberto Eco y Richard Rorty, pues el primero defendía el sentido literal, y el segundo decía que sólo se podía alcanzar el sentido alegórico, que el literal no existía (Richard Rorty, “El progreso del pragmatista”, en Interpretación y sobreinterpretación, de Umberto Eco). Y seguimos igual, en hermenéutica: defendiendo al autor o defendiendo al lector, sin encontrar terrenos intermedios. Joaquín de Fiore no se contentó con hacer una lectura espiritual, simbólica o alegórica de la Sagrada Escritura, sino que también la aplicó a la historia. Hizo interpretaciones de la Biblia muy profundas, pero también demasiado arriesgadas ( m . Beuchot, La hermenéutica en la Edad Media, unam , 2012). Fue célebre su comentario al Apocalipsis, libro muy complejo que va al final de Nuevo Testamento. Es la revelación que recibió San Juan en la isla de Patmos. Allí se habla de la necesidad de que venga el Espíritu Santo, y de ello Joaquín de Fiore coligió que vendría una nueva época presidida por el mismo Espíritu Santo. Así, habría una época del Padre (el Antiguo Testamento), una época del Hijo (la del cristianismo hasta su tiempo) y una del Espíritu Santo (la nueva). Además, esto se combinaba con el milenarismo y con el deseo de que la Iglesia se renovara y saliera de su deterioro espiritual. Joaquín de Fiore hizo, pues, toda una interpretación de las edades del mundo y sostuvo que

24 de febrero de 2013 • Número 938 • Jornada Semanal

é p o c a q u e v e n d r í a p ro n t o , completamente mística, no se necesitaría una jerarquía eclesiástica como la que había; es decir, no habría Papa, ni obispos, etcétera. Solamente monjes, que con toda humildad y pobreza dirigirían a los fieles, más en el aspecto espiritual que en el temporal. Todo estaría entregado a la moción del Espíritu Santo, especialmente la interpretación de la Sagrada Escritura. Como se ve, tenía un fondo hermenéutico, filosófico. Pero tanta libertad interpretativa le causó problemas y persecuciones y, después de su muerte, el iv Concilio de Letrán (1215) condenó su doctrina trinitaria y el Concilio Provincial de Arlés (1263) toda su obra. Así se conjuntaron en Joaquín de Fiore la genialidad y la heterodoxia. Por eso la Iglesia cuidó tanto ‒a veces demasiado‒ el apego al sentido literal de la Sagrada Escritura en la exégesis, porque la excesiva soltura en el sentido espiritual o simbólico llevaba a herejías. Ilustración de Juan Gabriel Puga Era la lucha entre ambos sentipronto, muy pronto, llegaría esa Edad del Espídos, la cual vertebra la historia misma de la ritu que él esperaba. Tal teoría lo ha colocado hermenéutica. Por eso hace falta un equilibrio como adalid de la filosofía de la historia, junto entre ambas tendencias (la literalista y la alegocon San Agustín y Otón de Freising (entre 1111 y rista), que pocas veces se logra. 1114-1158), aunque su postura era bastante teolóRecientemente, uno de los grandes hermeneugica. El mismo Vico, y también Herder, incorpotas, Gianni Vattimo, se ha interesado mucho en raron a la Providencia; quizá el primero que Joaquín de Fiore (Más allá de la interpretación, hizo una filosofía de la historia secularizada Barcelona, Paidós, 1995). Él ve que los seguidofue Voltaire, quien, además, dio el nombre a esa res de Joaquín buscaban una interpretación más rama del árbol filosófico. espiritual de los textos, presidida por la cariJoaquín expuso su visión de la historia en dad, por el amor. Soy amigo de Vattimo y en una varias partes (Liber figurarum, Liber concordiae y ocasión le pregunté por qué esa predilección por su comentario In Apocalypsim). No hubiera teniJoaquín de Fiore. Me respondió que, en primer do nada de malo su idea de una nueva época, la lugar, porque había sido italiano y, además, Edad del Espíritu, pero en el fondo realizaba porque había sido herético, y que eso último era una acerba crítica de la Iglesia. En efecto, en esa muy bueno para un hermeneuta. No estoy seguro de eso, y no creo que el ser hereje traiga siempre como acompañante la genialidad. Hay herejías muy poco interesantes. Pero lo que sí me quedó claro es esa lucha que recorre la historia de la hermenéutica, entre literalistas y alegoristas. Yo he tratado de evitar la cerrazón interpretativa de la hermenéutica unívoca (cientificista) y también la desmesurada apertura de la hermenéutica equívoca (relativista) en una hermenéutica analógica (intermedia entre esas dos). En un debate que tuvimos en 2004 en la Facultad de Filosofía y Letras de la unam , Vattimo me exhortaba a no tener miedo a la equivocidad. (m. Beuchot, g. Vattimo y a. Velasco Gómez, Hermenéutica analógica y hermenéutica débil, unam , 2006). Pero la verdad es que sí me preocupa y trato de ponerle límites, nada más. Creo que para ello me ha servido la lección del Mauricio Beuchot gran Joaquín de Fiore •

Hermenéutica e historia en Joaquín de Fiore

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