Tomo 7 revista non nobis temple

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Consejo Editorial Angelo Barlaro Olivares Director y Editor general

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Jorge Pérez Fuentes Editor Responsable


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gráfico

e inspiración Gótica

– Rococó

y Victoriana ArcangeluS

1914-15 Materials & documents of architecture and sculpture: A reissue of Matériaux et documents d'architecture et de sculpture 1872-1914

Publicado originalmente en http://www.nonnobis.cl Tomo VII, Julio 2016 CODIGO

* ISSN - 0719-3394 * Pertenece en la Propiedad Intelectual a Orden del Temple de Chile http://www.templechile.cl


EDITORIAL Nuevos mares navegamos y grandes tareas nos quedan por delante. Nuestra alegría es inmensa y estamos llenos de júbilo al presentar nuestro tomo número 7siete de la revista Non Nobis. Una 7séptima versión enriquecida con simbolismos ancestrales de saberes antiquísimos y espiritualidad imperecedera, con nuestro tradicional elenco de autores permanentes que forjan en cada uno de sus escritos, investigación, estudio y espiritualidad, de gran dedicación y constante evolución. Como siempre, contamos con la presencia de nuevos autores emergentes, que vienen a enriquecer esta magna obra con nuevas perspectivas y conocimientos. En toda esta vorágine de sabiduría del mundo medieval y antiguo, estamos llamados a profundizar más y más, resarciendo una olvidada antigüedad, apuntalando, sembrando y cosechando frutos con añorante nostalgia de aquellos tenues rescoldos de la historia, que se niegan a desaparecer y que develamos a través de nuestro trabajo literario. Es bueno recordar, que nuestra revista no solo aborda la investigación y estudio Templario, sino que estamos abiertos a diversas temáticas del mundo antiguo y medieval, filosofía, investigación, ensayos, pensamientos religiosos y ecuménicos… En esta oportunidad, comenzaremos nuestra aventura con un estudio ancestral, a saber, la estructura geométrica y trascendental del octógono en el mundo templario. Prosiguiendo, con el alquimista y escritor contemporáneo Apiano León de Valiente, que nos revela más antecedentes acerca de la común unión entre la Masonería y el Templarismo.


A continuación, tendremos la posibilidad de viajar por dos estudios Templarios. El primero, hará un repaso a la famosa obra “Los Templarios, Monjes y Guerreros” el calificado autor Piers Paul Read, seleccionando aquellos fragmentos que se preocupan de analizar las características personales de esta luminaria de la Iglesia que fuera san Bernardo de Clairvaux. Enseguida, indagaremos en torno a las contradicciones existentes sobre la fundación de la Orden del Temple, intentando descifrar sus indicios y el verdadero origen de su primer maestre. En lo relativo a los ensayos espirituales, presentaremos nuestro primer artículo escrito en idioma portugués llamado “El camino espiritual de los soldados de Cristo”, de Albino Neves. Además, tendremos la posibilidad de leer un ensayo que nos llevará a una de las preguntas más trascendentales del hombre: ¿Qué es la vida? Seguiremos nuestro sendero en un interesante estudio medieval que intentará descifrar la enigmática vida de un príncipe cuyo linaje cayó a manos de Carlomagno, nos referimos a Bernardo Ansprando, quien fuera segundo hijo de los últimos reyes lombardo, Desiderio y Ansa. Para finalizar la presente 7éptima edición, presentamos dos reseñas de libros: una crítica de la literatura Templaria, al libro “El misterio de los Templarios”, del connotado escritor Louis Charpentier y la segunda una interesante crítica literaria de Sergio Fritz Roa, escritor, editor y librero, que nos presenta un curioso libro llamado "Sexualidad Teológica. Antídoto al sida y a la lujuria" de Mariano Ortúzar Cariola (MARO). Editado en Santiago, en 1987, es un extenso libro de 336 páginas, lleno de curiosas ilustraciones. Nuestros agradecimientos a todos los que envían sus trabajos para ser publicados en nuestra revista, fruto de la inquietud de los espíritus y la incansable búsqueda de la verdad…

Angelo Franco Barlaro Olivares Director Revista Digital Non Nobis; Tradición, Filosofía y Enigmas Templarios


Y aquí estoy buscándote en mi pasado, como caballero medieval, con mi armadura hecha de tus recuerdos y mi espada forjada con tus besos; recorriendo pueblos y ciudades a la espera que aparezcas en el zaguán de mis sueños, toda vestida de blanco, con tu cabello de oro y tus pies descalzos; para que nuevamente me cautives con tu mirada y yo cual Robin Hood, vuelva a robar tu corazón, y tu voz en silencio me diga te amo y te esperaba en la orilla de mis sueños…

Cavaliere Templare


Índex I. Primera Parte: Estudios Ancestrales Octógono, Angelo Barlaro (pág. 8) Templarios y Masones, Apiano León de Valiente (pág. 16)

II. Segunda Parte: Estudios Templarios Bernardo de Clairvaux, Luis Bustos (pág. 22) Contradicciones y Especulaciones sobre la fundación del Temple, Jorge Pérez (pág. 37)

III. Tercera Parte: Ensayos Espirituales O Caminho espiritual dos Soldados de Cristo, Albino Neves (pág. 49) La vida, Espacio de relación, Tiempo de encuentro, Silvana Vargas (pág. 52)

IV. Cuarta Parte: Estudios Medievales El hijo del último rey lombardo, Friederick Blod (pág. 60)

V. Quinta Parte: Reseña Crítica De La Literatura Templaria y Medieval Los Templarios de Charpentier, Álvaro Morales (pág. 73) ¿Un libro de... Magia sexual católica? Sergio Fritz Roa (pág. 83)


Primera Parte ESTUDIOS ANCESTRALES


1 OCTÓGONO Parte I SÍMBOLO TEMPLARIO POR SUPREMACÍA POR

ANGELO BARLARO OLIVARES Palabras Claves: Octógono, Geometría Sagrada, Simbolismo Templario

Mucho se ha especulado y escrito, estudiado y comentado, sobre esta estructura geométrica trascendental para el mundo Templario. Trazo tan enigmático y antiguo, que se hace imposible establecer a ciencia cierta, las prismáticas fuentes de donde emana su origen, las distintas cofradías, culturas y épocas que entrelazan aquella simbiosis mistérica, simbolismo material y espiritualidad ulterior que encierra. Enigma que encierra la interrogante de cómo cruzó de manera práctica el campo vital de los Templarios en el plano material y en el de las alturas. Informático y Webmaster por la Universidad de Atacama, Investigador y Director de la Revista Non Nobis, Director de Protocolo y Caballero Gran Cruz de la Asociación Ordo Pauperes Commilitones Christi Templique Solominici y Gran Prior Emérito (OSMTH – Porto).


El Octógono y su dimensión Universal… Como los signos geométricos, poseen una relación simbólica y precisa con las cifras matemáticas, cada número corresponde exactamente a una o más figuras de la Geometría, fijaremos pues nuestra atención en la representación espacial de las energías sublimes, que los números expresan para todo el universo humano. Éste simbolismo primordial, describe el camino de evolución de un cuerpo geométrico, que parte desde una base y luego se complejiza a medida que adquiere interacción con el mundo material. Un análisis preliminar nos lleva a las infinitas variables de interacción entre los cuerpos de la geometría plana, y la esencia que guarda el número 8ocho, que posee una profunda relación con la naturaleza de las cosas. El 8ocho también simboliza dos serpientes entrelazadas, apreciadas en el caduceo, la vara de escolapio, dios griego de la medicina, manifestación del equilibrio entre las fuerzas antagónicas y el movimiento eterno de las cosas, principio de regeneración, por lo que el 8ocho dispuesto de forma horizontal está grabado en muchas pilas bautismales, símbolo inequívoco de la eterna divinidad. Si pudieran obsequiarse un momento para tomar conciencia de estos asuntos sublimes, observando la concepción de la geometría sagrada, podrían reconocer que esta figura tiene su constitución primordial arraigada a un génesis ancestral que forma parte de la naturaleza de la magia universal, aquella que tiene que ver con el conocimiento del mundo natural de sus estructuras, de su relación íntima y sagrada, y que vendría siendo el reflejo interior de cada uno de los seres vivientes. Es así, que la transición entre el cielo, simbolizado por el círculo y la tierra por el cuadrado, nos da como resultado el octógono, cuya emanación incorpórea y relación mística, tiende a la unión del circulatorio del cuadrado y a la cuadratura del círculo, simbolismo trascendente de la unión del mundo material y etéreo. Entonces, el número 8ocho representa el trance, el viaje hacia una muerte y posterior nacimiento iniciático, el pasaje desde este mundo a un plano divino. Este es el sutil detalle simbólico está representado en el


cristianismo y en las pilas bautismales octogonales, y que no es otra cosa que del estado profano inmanifiesto, al estado sacro manifestado. Para el misticismo cristiano, está completamente plasmado en la arquitectura sagrada, como así también en otros credos, tiempos y culturas; el octógono posee aquel misterioso secreto primordial, que finalmente encontraremos solo alzando la vista hacia lo alto y perdiendo nuestro horizonte en lo divino, en las sendas cúpulas octogonales, verdaderos ventanales del cielo. Dicho esto, cabe destacar que la base celular octogonal, instaura el momento preciso de la fecundación, donde se fusiona el mundo trascendente con el terrenal.

¿Y en qué momento nuestra dimensión espiritual conforma su unión con el nuevo cuerpo físico? ¿En qué momento ocurre la fecundación del nuevo ser humano? La fecundación es la unión de dos células o gametos. El espermatozoide masculino y el óvulo femenino, en el proceso reproductivo humano, dando paso al cigoto, que contiene la información del gameto masculino y femenino. Iniciada la multiplicación celular del cigoto en pares de 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128…, comienza el proceso de formación del embrión. Estos son los cimientos del nuevo ser, lo que nos lleva al concepto de “células madres”, que son exactamente las 8 primeras. Por algún misterioso motivo el avance celular del 2 al 8 es vertiginoso, pero al llegar al número ocho se produce un lapsus antes de pasar al 16 y continuar con la multiplicación celular. A partir de este momento, la formación del embrión se desarrolla como está programado, según los procesos determinados para la raza humana en el plano físico, químico y biológico que todas las ciencias han descrito ampliamente. ¿Pero qué ocurre con la mente? ¿Qué ocurre con el ser? ¿Dónde pasa el ser físico al espiritual? ¿Dónde se transmite la divinidad? Distintas corrientes han intentado explicar de manera espiritual, divina o inspiracional lo que va ocurriendo en el ser humano, desde las dimensiones que hablan sobre los recuerdos de otras vidas, experiencias y retazos memoriales que nos conectan con el entorno y que en algún momento de la nueva vida afloran como recuerdos vividos inexplicables a través del Déjà vu.


Otros, hablan de los registros akásicos, y de las repercusiones que tienen en la posibilidad de tener el libre albedrío como una herramienta de la existencia humana. Una visión espiritual similar nos dice que el 8 y el octógono, están incrustados en la creencia del Karma y que nos señala que antes de nacer, sabemos de manera intrínseca, el cómo serán nuestras experiencias energéticas y vitales que condicionarán las vivencias de nuestras próximas vidas, ya que se preservan en un contenedor espiritual desconocido, en un estado latente que a medida que el ser humano comienza a morir desde el día que nace, entra en sincronía con el mundo material, mirando su entorno a través de su propia existencia críptica y secreta, como ser divino en la tierra perecedera. En esta instancia somos parte del Todo y el Todo en uno mismo. Procedemos de todos los lugares y a su vez de ninguno. El Espíritu en armonía con el cuerpo y el alma, ya son uno, en el mundo material. Dios se ha manifestado en nosotros, en un nuevo pero a la vez antiguo paso por este mundo, y así avanzamos por esta vida con una nueva conciencia y retomando el camino pasado… En la tradición china el octágono es una forma que evoca positivismo, El “PA-KUA o BA GUA” del Feng-Shui, que es octagonal, representando los ritmos de la vida, que es una herramienta para el maestro Feng-Shui y le sirve para canalizar fuerzas, armonizar los espacios y hogares, equilibrando energéticamente a sus habitantes.

Templarios y el Octógono Para los Templarios, el octógono, no solo guarda relación con la cosmovisión de la resurrección de Cristo, la del hombre y sus beatitudes, sino que también con la aplicación en el mundo terrenal, como una herramienta de expresión y transmisión de información encriptada, que les permitía moverse de manera sigilosa y discreta en el entorno hostil e ignorante de la época medieval. Las actividades profanas de la economía y la administración de la institución, funcionaban a base de criptogramas y de sincretismos de las viejas religiones, coexistiendo de manera táctica en lo divino y lo profano, basando su simbología arcana en la creación de un alfabeto secreto, en estaba esencialmente ligado a toda su dinámica y existencia.


La Cruz De Las 8 Beatitudes y el Alfabeto Templario 1ª Poseer El Contento Espiritual. 2ª Vivir Sin Malicia. 3ª Llorar Los Pecados. 4ª Humillarse Al Ser Ultrajados. 5ª Amar La Justicia. 6ª Ser Misericordiosos. 7ª Ser Sinceros Y Limpios De Corazón. 8ª Sufrir Con Paciencia Las Persecuciones. El rojo bermejo representa a la sangre vertida por los hermanos como signo de ofrenda y sacrificio para los débiles y necesitados, y materializa al fuego de la acción, que es la base del simbolismo Templario, y la base de las claves criptográficas de su sabiduría, expresada en los caracteres del archiconocido, hoy por hoy, alfabeto Templario. Secreto que ya no es sus cuatro triángulos, no son otra cosa que la constructivistas, hacia un

secreto, conformado por que convergen en punta, y suma de las fuerzas objetivo o centro común.

El alfabeto Templario contiene 25 caracteres que se redactaban guiándose por la Cruz de las 8ocho beatitudes, donde el hermano empleaba las distintas variantes alrededor de la misma para desplegar la clave contenida en el criptograma y transmitir la información. El orden debe ser el correcto A, B, C, D Orden Normal de la retrogradación solar o Swástica invertida. E, F, G, H Cruz Invertida I, K, L, M Sector solar invertido que proviene desde el septentrión inverso O, P, Q, R Swástica S, T, U, V Continuación W, X, Y, X Segundo modo de persignación, iniciado desde abajo pero no de la forma maligna. N: Carácter primordial como se conoce en la Qabbalah ya que todo gira a su alrededor, N de Nazareth, que también se escribe con una "X", como la cruz de san Andrés, Signo Griego del Cristo o Xristos.


También guarda íntima relación con la agricultura celeste, y el trabajo arduo de largo aliento, en donde la “X" es representada por la letra griega KHI y devela los términos de la Gran Obra: KONE

> ORO

> REBIS

KRUSOS > CRISOL > TANTIEN KRONOS > TIEMPO >

Arquitectura Octogonal…

Mundialmente famosa y esparcida por toda Europa y el Oriente Medio, la arquitectura Templaria desde sus cimientos hasta sus ornamentas simbólicas, nos enseña el conocimiento embebido en sus cripticas estructuras, pero para un ojo entrenado en saberes transmitidos por los ancestros, no es difícil escudriñar en sus canecillos, signos y alegorías. Además es bien sabido que la arquitectura sagrada esta fundida con la geometría sagrada aplicada por los maestros canteros, de los 4 elementos y de los 4 puntos cardinales. Cada templo, cada ermita, cada capilla era una especie de portal espiritual que poseía una configuración arquitectónica, diseñada para alcanzar los estados más altos del ser, donde el peregrino se fundía con la perfección y que traspasaba el velo de la conciencia humana, sumiéndose en una realidad divina, aquí en la tierra, totalmente ajena a su existencia cotidiana.


La síntesis máxima del octógono en la vida de un caballero Templario estaba y está constituida por un simple y poderoso concepto universal, que regía y ordena su vida, a través de un fuerza desconocida o divina que todo lo mueve y que está depositada en algún recóndito intersticio entre su alma y su materia, que le transmite fortaleza, fe, protección y un verdadero medio místico de conexión con la divinidad, que propicia el equilibro y la regeneración energética, bien conocida por sus homólogos árabes y también por el Asia antigua… Así el octógono, es la representación del cuadrado, símbolo de la Tierra, y el círculo, símbolo del cielo, rigen la existencia humana, que por cierto, influencian pero no obliga…

8=4+4=2+2+2+2=1+1+1+1+1+1+1+1 Ya se escuchan los ecos de la antigüedad resonar en la noche de los tiempos, donde las escuelas mistéricas nos replican sus tradiciones iniciáticas provenientes de todos los rincones del mundo, sin tiempo y que en cada vida manifestada se va transmitiendo de generación en generación hasta el final de los tiempos.

…Por el momento, todo lo que os Puedo contar y no preguntéis más… AVRO

CLAUSA

PATENT


2 Templarios y

Masones APIANO LEON DE VALIENTE Palabras Claves: Ars Regia Baphomet Gran Obra

Ya de regreso desde Oriente luego de participar activamente en las Cruzadas los caballeros de la Orden del Temple se establecen en Europa, principalmente en Francia. Dueños de una fortuna incalculable, la Orden Templaria deseó construir sus propios templos, cracks, castillos y ermitas. Recurrieron para estos efectos, al gremio de los constructores –“masons”– quienes ejercían esta profesión catalogada como “libre” o “franca” , de donde deriva la denominación “francmasones” o Constructores Libres. Apiano León de Valiente Alquimista contemporáneo, autor del libro: “Las 4 alas de Mercurio” Artículo publicado con autorización personal del autor.


Tras varios años de relación de trabajo entre Templarios y Francmasones, aquellos deciden transmitirles a estos los conocimientos del Arte Real, que ellos mismos habían recibido años atrás de parte de los monjes Sufís. De esta forma los Francmasones sumaron a sus conocimientos de arquitectura y construcción, este nuevo saber iniciático recibido de los Templarios. Nace así la Masonería Operativa, puesto que entonces su labor adquiría una dimensión trascendente y ahora es una “Gran Opera” o Gran Obra. UN POCO DE HISTORIA: Los Caballeros Templarios practicaron la Alquimia, Ars Regia, o Arte Real. La más pura de las enseñanzas debe ser ofrendada en un cuenco de igual pureza. Mas, los Caballeros Templarios fueron acusados por un clero, en esa época y circunstancia, ignaro y un rey ambicioso y traidor. Les imputaron falsamente los siguientes crímenes: 1. Practicar iniciaciones secretas con insulto a la cruz. 2. Negación del Cristo y omisión de palabras sagradas en la celebración de sus misas. 3. Adoración de ídolos en reemplazo al Dios verdadero, y 4. Practicar la homosexualidad. Imaginemos, lo que alguien dijo, ‘En medio de la tempestad de arena y de polvo que levanta este viento maldito o Siroco, se desdibuja la fantasmal figura de dos jinetes, uno detrás de otro, montados en un mismo caballo: Son los monjes soldados que, al grito de: ¡A mí los Templarios! Regresan del pozo de la historia para reivindicar su nombre’.

1. ¿Realizaban los templarios iniciaciones secretas con insultos a la Cruz? Los Templarios eran conocedores del profundo pozo cenagoso que, desde lo interior, altera a los hombres, transformándolos en soberbias bestias, cuyos cuerpos petrifica hasta convertirlos, externamente, en invencible armadura negra, no franqueable por la Luz. Por la interpretación y práctica del ‘Ars Regia’, supieron de esas tendencias obscuras y embozadas en la materia, y aprendieron del Arte, a transmutar sus metales imperfectos, o durezas metálicas, en oro trabajado, transformando su propio cuerpo en aquella esencia o Maestro interno que yace oculto y velado en su interior. El Templario representa a su cuerpo, materia o crisol, mediante una cruz latina tendida en el suelo. Ahora bien, con el conocimiento de la Gran Obra, llegaba un instante en que cada Caballero del Temple, debía inmolar sus deficiencias, deshacerse de ese peso muerto, que le atenazaba y dificultaba su caminar a la Luz. Debía someterse a un duro proceso de transformación alquímica, porque sabían que aquél que desea una vida espiritual, debe morir para el mundo de las formas y tiene, en fin, que trocar su poder exterior en Fuego interno, para hacerse parte activa del verdadero poder de la Luz. Para ellos, entonces, la cruz latina tendida en el suelo, era la representación viva de su cuerpo convulsionado, domeñado por


las fuerzas del Caos, el símbolo de aquello que los escarnecía en todo instante. Allí, en esa cruz, alentaban los defectos de su personalidad, vaso, vidrio o atanor. Esa ceremonia tan sólo representaba la obra, pasión y muerte de la parte obscurecida de su ser, la que debía ser despreciada y destruida, para renacer en un cuerpo de Luz. Por lo tanto, vieron en esos dos maderos cruzados en ángulo recto, al hombre viejo, ignorante y corrupto, y era aquello a quien escupían e insultaban con ademanes de desprecio, mientras pasaban sobre ese signo, en dirección al Oriente. No era una acción contra las creencias católicas, sino el dar muerte a su anterior cubierta de pestilente caos, la que simbólicamente abandonaban sustituyéndola por un cuerpo de Luz.

2. ¿Omitieron palabras de la misa y negaron al Cristo? Los Templarios, crearon sus propios rituales mediante los cuales invocaban y recibían energías de alta potencialidad Divina. Se desentendieron de las enseñanzas y ceremonias católicas, porque evidenciaron que el flujo de sabiduría, que recibían era, al menos en su experiencia, más poderoso que el reunido con cualquier otra modalidad.

3. ¿Adoraron ídolos en reemplazo del Dios Verdadero? Esta gratuita imputación se basó en la equivocada interpretación de un sello y de un grabado que utilizaban los templarios, en los que figuraba la cabeza de un ser denominado Baphomet. Según se dice en el Glosario Teosófico de H.P. Blavatsky (Ediciones Glem, 1957, págs 78 y 70), los Templarios fueron acusados de adorar a Baphomet, no obstante este término nunca significó al andrógino chivo – cabra de Mendes-, ni tan siquiera un ídolo. Afirma Von Hammer, que Baphomet significa bautismo o iniciación en la sabiduría, según, su derivación de las voces griegas Bafe y Metis. Baphomet era un símbolo hermético, cabalístico y toda la historia como la inventó el clero en contra de los Templarios, es una fábula. Veamos más de cerca este asunto:


Según Fulcanelli, el sello Templario de Bafomet tenía esta forma: El triángulo exterior, con el vértice hacia abajo, representa al cuerpo físico, vaso o materia del adepto. En este cuerpo está encerrado el Gran Secreto de la Gran Obra, la existencia de una substancia enterrada en lo más hondo y secreto del hombre, denominada Chispa Divina, Mónada Pitagórica o Maestro Interior, espíritu similar al Mercurio Externo, en suma, el tesoro que pretenden animar los alquimistas, asimismo se contiene la materia prima o prima materia o Mercurio coagulado. Los ojos, están representados por un Sol y una Luna. La Luna alude a la parte mejorada de la materia, a ese mercurio que empezó siendo coagulado y ha terminado, por el ‘Solve et Coagula’ en Mercurio Interno o Interior. El Sol representa al azufre. Como saben, por la lectura del artículo ‘El Camino de la Alquimia’ ambos: Sol y Luna han de ser purificados por el Fuego del Mercurio Exterior energía primigenia emanada del Oriente, que tiene la capacidad de quemar y fundir las partes obscurecidas de la materia, vale decir, de calentar lo defectuoso, fundirlo y evaporarlo, para volver a corporizarlo en un grado de mayor claridad y altura, mediante la operación del ‘Solve et Coagula’, repetida constantemente en la vida del alquimista práctico y teórico. De este modo la materia se convierte en Agua Mercurial o azufre diluido, y se transforma en vapor, y nuevamente es conformada en materia o tierra sólida, liberada ya, en parte, de las cáscaras psicológicas que la oprimen. El triángulo más pequeño, con el vértice hacia arriba, representa a la nariz, y esotéricamente a la activación del Fuego. Por último, la boca, a guisa de una letra H mayúscula, con un pequeño círculo sobre su trazo horizontal, a) El trazo horizontal de la letra H, representa a la materia que está siendo objeto a una continua limpieza por dos fuerzas que recaen en ella. b) Los dos trazos verticales de la letra H, representan, recíprocamente, al Mercurio Divinizador que proviene desde el Origen, se introduce en la materia y traspasa lo endurecido o grotesco de la forma, hasta unirse con el centro magnético de Luz que vela en lo profundo de la carne, a fin de activarlo, pues es de la misma naturaleza y esencia que el Mercurio Externo. El segundo trazo vertical, es el Mercurio Interno, que activado por el Mercurio Externo, da comienzo a la formación de Mercurio interno intracorporal. c) Finalmente, el círculo sobre la línea horizontal de la letra H, representa una etapa del proceso alquímico, etapa que corresponde a la conversión de la piedra en oro blanco. A esas alturas del proceso los metales imperfectos adquieren la más pura brillantez de la plata; es decir, se elimina lo denso y obscuro de las anfractuosidades de la materia.


4. ¿Practicaron los Templarios la homosexualidad? Es esta una imputación infundada, motivada por la impropia, ignorante y torpe, interpretación del sello templario, que representa un caballo conducido por dos jinetes.

Sello Templario: dos jinetes sobre un solo corcel. Ese caballo y los dos jinetes, representan al hombre. Para la debida comprensión de este símbolo, dividiremos a la figura en dos planos: Uno superior, y el otro inferior. La parte inferior del símbolo está compuesta por el caballo, epítome de fuerzas pasionales desbocadas, que deben ser refrenadas, debidamente orientadas y transmutadas. Este corcel representa a lo que, en su torpe actividad, obscura y belicosa, corrosiva, permanece: duro, estático en su desarrollo. Es el azufre seco, corrosivo y caliente. En el Plano Superior de la figura, se representa a los dos jinetes, emblema de las dos fuerzas: El Mercurio Divinizador y Mercurio Interno co-actuando a través del ‘Solve y Coagula’. Se alude a los reiterados lavados ígneos (denominación de Flamel), destinados a blanquear lo obscurecido de la materia, para hacer del hombre, que está hecho de ambas tramas mercuriales, una quintaesencia, una Unidad. Con este conocimiento los Templarios estaban en condiciones de superar todos los adornos o artificios metálicos de su materia, razón por la cual los Caballeros del Temple, Maestros en Alquimia. Ahora bien, con el conocimiento de la Gran Obra, llegaba un instante en que podían unificarse al Gran Poder Celeste proveniente del Origen, lo que les permitía canalizar y hacer circular por su materia la fuerza iniciática o ígnea y, con ello no requerían de los falsos placeres de la vida.


Segunda Parte ESTUDIOS TEMPLARIOS


3 BERNARDO DE

CLAIRVAUX POR

LUIS BUSTOS SANHUEZA

Palabras Claves: Templarios, Piers Paul Read, Bernardo de Claraval.

Force d'âme, douceur irrésistible du cœur, et, pour vaincre l'adversaire en vérité, l'habileté des fils de lumière, rien ne manque à ta prudence, ni le silence, ni les mots…

El presente trabajo está constituido mediante los extractos de la obra “Los Templarios, Monjes y Guerreros”, de Piers Paul Read, ordenados por páginas (número al margen izquierdo), del origen, personalidad, apariencia, pensamiento, conductas, enseñanzas, visión, influencias, relaciones, espiritualidad, elocuencia, testimonio, vocación, vida religiosa, exégesis, ortodoxia, legado, y otras características personales de esta luminaria de la Iglesia que fuera san Bernardo de Clairvaux, con relación al mundo y la sociedad en la que vivió, representados por la Iglesia, Europa y Tierra Santa de su época. Contador General del Instituto Superior de Comercio de Concepción, miembro de la Asociación Ordo Pauperes Commilitones Christi Templique Solominici. Agente Pastoral de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Posee 42 años de experiencia en el Poder Judicial, se desempeñó como contador regional de la jurisdicción de la Corte de Apelaciones de Temuco.


Piers Paul Read estudió Historia en Cambridge y es autor de varios ensayos. Novelista aclamado y reconocido internacionalmente por la crítica y sus lectores. Su trabajo le ha importado diversos galardones literarios. Autor de la obra cuya ficha bibliográfica expongo a continuación: Piers Paul Read. (1999)

LOS TEMPLARIOS, monjes y guerreros Título original: THE TEMPLARS Traducción: Gerardo Gambolini. Ediciones Argentina S. A. (Av. Paseo Colón 221 – 6° P. – Buenos Aires). Año: 2000. ISBN: 950-15-2127-3

Comentarios: “Una obra enriquecedora y hermosa que se estructura como una buena novela policiaca.”

Booklist. “La esmerada estructura de esta obra da profundidad a un tema lo suficientemente fascinante como para no necesitar recurrir a la imaginación.” The Sunday Telegraph. “Una obra lúcida y accesible.” Literary Review. “Read es un autor sensato, y leer este libro es un placer.” The Spectator Booklist.


ERNARDO DE CLAIRVAUX (120). En 1115, Hugo de Payns, conde de Champagne, otorga una extensión de tierra agreste, -a unos sesenta kilómetros al este de Troyes-, a un grupo de monjes dirigidos por un joven noble borgoñés, BERNARDO DE FONTAINES-LES-DIJON. Esa fundación de Clairvaux era una filial de la abadía de Citeaux, de la cual tomó su nombre una nueva orden de monjes, los cistercienses. Citeaux, del latín, Cistercium, había sido fundada por un abad benedictino, Roberto de Molesme, quien consideraba que las comunidades cluniacenses habían abandonado los rigores y la sencillez de la regla de Benito de Nursia. (122-123). En ausencia de Roberto, Molesme había entrado en decadencia. El papa Urbano II le ordenó regresar. Le sucedió como abad de Citeaux Alberico de Aubrey y luego Esteban Harding. Los primeros años como abad de Esteban Harding parecía que el proyecto iba a fracasar. Entonces, en 1113, el carismático y joven Bernardo llegó de Fontaines-les-Dijon con treinta y cinco de sus parientes y amigos. La orden cisterciense rejuveneció. Hacia finales del siglo había mil doscientas comunidades afiliadas a Citeaux, diseminadas por toda Europa. Tres años después de su ingreso en Citeaux, Bernardo llevó consigo a otros doce monjes para fundar un monasterio en el boscoso valle de Ajenjo, donación del conde Hugo de Champagne y conocido refugio de ladrones. Cambiaron el nombre del lugar por el de Valle de Luz, Clairvaux, -castellanizado como Claraval, Bernardo de Fontaines-les-Dijon se conoce así como San Bernardo de Claraval-, acometiendo ellos mismos la tarea de limpiar el terreno y levantar una iglesia y una vivienda. Pronto Clairvaux atrajo una fuerte afluencia de jóvenes fervorosos. Es difícil en el presente siglo, cuando un monje es considerado una rareza al margen de la sociedad, entender cómo tantas personas pertenecientes a la élite de un país pudieron haber elegido una vida de abnegación. Sin poner necesariamente en duda la sinceridad de la convicción que todos tenían de estar respondiendo a una llamada de Dios, debe tenerse presente que, para el vástago de una casa noble, o incluso de una familia de la nobleza menor, la elección era entonces, -y siguió siéndolo durante bastante tiempo-, entre pelear y orar, entre la guerra y el ministerio, entre el escarlata y el negro.


Así, un joven con una naturaleza sensible o reflexiva, o que simplemente mostraba aversión a la violencia y a la sangre, bien podía ser guiado por una madre afectuosa y devota hacia la vocación religiosa: ése parece haber sido el caso de Bernardo y su madre, Aleth de Montbard. Quien entraba a un monasterio tranquilo, como el de Cluny, podía vislumbrar una carrera como administrador eclesiástico u hombre de estado, o acceder al trono papal, como Odo de Lagery, quien fuera el papa Urbano II. O tendría al menos libertad para buscar el conocimiento y la erudición. La decisión de Bernardo de elegir la puerta más pequeña y el sendero más empinado hacia el reino de los cielos demuestra la pureza de su vocación. También revela una cuota de autoconocimiento: según relata él mismo, sólo la austera vida que seguían los cistercienses podía domesticar su naturaleza apasionada, incluso violenta. Encontramos evidencia de esa naturaleza en la discusión que mantuvo con Pedro el Venerable, el abad de Cluny, a propósito de un joven monje. En su carta a Pedro, Bernardo contrasta con desdén la vida placentera, cómoda y lujuriosa de Cluny con la magra dieta y el duro régimen de Clairvaux. Dejándose llevar por su propia retórica, Bernardo condena la degeneración moral de la comunidad de Pedro. Es vehemente, provocador, intransigente, revolucionario: hasta la belleza de Cluny es un síntoma de la corrupción. Pedro, en su réplica, se muestra conservador, moderado, conciliatorio, amable. Otro aspecto de la vocación monástica que sorprende y hasta ofende las normas aceptadas en el siglo actual es el alto valor asignado a la castidad. Es difícil no sentir pena por las jóvenes aristocráticas de Borgoña y Champagne cuando sus potenciales esposos se retiraban tras los muros de las fundaciones cistercienses. (125). “Ningún organismo religioso fue tan enteramente masculino como los cistercienses en su temple y disciplina, ninguno hubo que evitara el contacto femenino con más determinación o que levantara barreras más formidables contra la intrusión de mujeres”1. Igualmente tentadores, claro está, eran los jóvenes apuestos para las mujeres, y fue sin duda la idea de salvación de sus almas, y la posibilidad de que las mujeres de su propia familia y de las familias de sus monjes se quedaran solteras, lo que llevó a Bernardo a fundar en Jully, cerca de Molesme, una comunidad de hermanas, entre ellas Humbelina, su hermana menor.

1

R. W. Southern, Western Society and the Church in the Middle Ages, Harmondsworth, 1970.


Esas jóvenes ¿tomaron los hábitos de buen grado? Según la Vita prima de Bernardo de Clairvaux, Humbelina estaba casada y llevaba una vida mundana antes de que su hermano la persuadiera de arrepentirse y, con el consentimiento de su esposo, hacerse monja2. Lo mismo pasó con el hermano mayor de Bernardo, Guy, que estaba casado y tenía dos hijas; no obstante, Bernardo lo convenció de renunciar a su familia y unirse a la comunidad de Clairvaux. Evidentemente, allí había un profeta reconocido en su propia tierra. ¿De qué naturaleza era el carisma de Bernardo? Su biógrafo en la Vita prima lo considera bien parecido: su cuerpo era delgado y delicado, de estatura media, piel suave, cabello rubio, barba rojiza, complexión lozana y en forma. Pero sin duda alguna su poder sobre los demás venía de su personalidad y convicción. “Su rostro irradiaba un brillante esplendor, que no era de origen terrenal sino celestial {…} hasta su apariencia física desbordaba pureza interior y abundancia de gracia”3. No tiene sentido preguntarse cómo se hubiera visto en televisión; todo lo que necesitamos saber en relación a los Templarios es que Bernardo de Clairvaux, como lo resumió Dom David Knowle, un historiador benedictino de nuestro tiempo, era: … miembro de la reducida clase de hombres sumamente grandes cuyos dones y oportunidades han sido perfectamente coordinados. Como líder, como escritor, como predicador y como santo, su magnetismo personal y su poder espiritual fueron trascendentales e irresistibles. Desde los confines de Europa llegaban hombres a Clairvaux, siendo reenviados desde allí a todo el continente… Durante cuarenta años, Citeaux-Clairvaux fue el centro espiritual de Europa, y en un mismo momento san Bernardo contaba entre sus ex monjes al Papa, el arzobispo de York, y un gran número de cardenales y obispos4. (127-129) Más importante aún que la gira que hiciera Hugo de Payns por Inglaterra, Escocia, Francia y Flandes, recaudando fondos y donaciones de armas y caballos, era que la Iglesia sancionara la nueva Orden, los caballeros del Templo. Para obtener esa aprobación, Hugo se presentó ante el concilio de la Iglesia reunido en Troyes en enero de 1129. Huésped de los venerables eclesiásticos era el conde Teobaldo de Champagne, y presidía el concilio el legado papal, Mateo de Albano. La mayoría de los prelados asistentes eran franceses: dos arzobispos, de Reims y Sens, diez obispos y siete abates, entre ellos Esteban Harding, abad de Molesme, y Bernardo, abad de Clairvaux. Muerto Anselmo, -erudito lombardo y arzobispo de Canterbury, quien había juzgado que tomar la cruz para ir a una cruzada era algo infinitamente inferior a la vocación religiosa-, la preeminencia que éste había ganado por su santidad y conocimiento pasa a Bernardo de Clairvaux. No obstante la vida recluida que llevaba en Clairvaux, Bernardo sabía de la fundación de la Orden de los Templarios a través de su amigo y patrocinador, el conde Hugo de Champagne. Al enterarse que éste se había unido a la Orden en Jerusalén, Bernardo le escribe para felicitarle, lamentando al mismo tiempo no 2

“Traité du Précepte et de la dispense”, citado en Philippe Delacroix, Vrai Visage de Saint Bernard, Abbé de Clairvaux, Angers, 1991, p. 52. 3 Citado en Adriaan H. Bredero, Bernard de Clairvaux: Between Cult and History, Edinburgo, 1996, p. 95. 4 Knowles, Christian Monasticism, p. 78.


contarlo entre los monjes de Clairvaux. Por su temprano apoyo, Bernardo debía sentir una cierta obligación para con ese gran potentado que había renunciado al mundo. Un enlace aún más íntimo con los Templarios era Andrés de Montbard, el tío menor de Bernardo, medio hermano de su madre. Uno y otro le habían mantenido al tanto de las necesidades de Outremer: en 1124, cuando el abad cisterciense de Morimond propuso fundar un monasterio en Tierra Santa, Bernardo descartó la idea basándose en que las “necesidades son caballeros que peleen, no monjes que canten y giman”5. Hugo de Payns había escrito a Bernardo desde Jerusalén solicitándole ayuda para obtener la “confirmación apostólica” y redactar una regla de vida. Envió la petición con dos caballeros, Godemar y Andrés (posiblemente se tratase de su tío, Andrés de Montbard, a quien Bernardo encontraría difícil rechazar). Aunque aquejado de fiebre, Bernardo obedeció a la llamada imperativa de asistir al Concilio de Troyes y sin duda alguna dominó la sesión: Jean Michel, el encargado de levantar las actas del concilio, dijo que lo hizo “por orden del Concilio y del venerable padre Bernardo, abad de Clairvaux”6, cuyas palabras fueron “generosamente elogiadas” por los prelados reunidos. (131-133). En la primitiva regla de los Templarios puede apreciarse el temor de Bernardo de Clairvaux y los padres del concilio de que, sin la salvaguarda del recinto monástico, los caballeros Templarios volverían a caer en las costumbres mundanas. De las setentas y tres cláusulas de esta regla aprobada por el Concilio de Troyes para los caballeros del Temple, unas treinta están basadas en la regla de Benito de Nursia. Bernardo de Clairvaux y los padres del concilio parecían más ansiosos por hacer monjes de caballeros que caballeros de monjes. Aprobada por la Iglesia en el Concilio de Troyes y posteriormente confirmada por el papa Honorio II, la Orden de los Caballeros del Templo vio la luz en gran medida al apoyo de Bernardo de Clairvaux, apoyo que reforzó a su regreso a Clairvaux con su tratado “De laude novae militiae” (“Elogio de la nueva milicia”). La necesidad de disipar todas las dudas en la mente de los Templarios y los potenciales reclutas fue seguramente el arma con que Hugo insistió a Bernardo de Clairvaux hasta lograr que escribiera “De laude novae militiae”: Bernardo de Clairvaux manifiesta en la introducción que sólo después de tres pedidos se decidió a tomar la pluma. El tratado está dirigido a los hermanos y les advierte de entrada que el demonio tratará de minar su resolución, impugnando sus motivos para matar al enemigo y cobrar el botín de guerra, tentándolos a apartarse de su vocación elegida con la quimera de un bien mayor. Ellos eran, -reconocía-, una novedad en la vida de la Iglesia, “radicalmente diferente de la

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Citado en Malcom Barber, The New Knighthood: A History of the Order of the Temple, Cambridge, 1994, p. 13. 6 The Rule of the Templars: The French Text of the Rule of the Order of the Knights, traducido y prologado por J. M. Upton-Ward, Woodbridge, 1992, p. 20.


tradición ordinaria de la caballería”7, cuyos motivos puros transformaban el homicidio, que era malo, en malecidio –la matanza del mal–, que era bueno. En la mente de Bernardo de Clairvaux no había dudas de que Tierra Santa era el patrimonio de Cristo, injustamente usurpado por los sarracenos: buena parte del tratado está dedicada a la descripción de escenas de la vida y la Pasión de Cristo. (136). En la parroquia de Hemsley, en North Yorkshire, el barón normando Walter l’Espec donó doce hectáreas a la Orden; también donó tierras sobre el río Rye, a unos cuatro kilómetros de su castillo, a monjes de la comunidad de Bernardo de Clairvaux, quienes llamaron a su monasterio Rievaulx. A diferencia de lo que ocurría con las fundaciones monásticas, las donaciones no eran a una casa del Temple en particular, sino a la Orden representada por su casa principal, en este caso, el procedimiento donativo difiere claramente uno respecto del otro, la primera es una donación al Temple, en Londres; y la segunda, directamente a una comunidad monástica. (138). Las Órdenes del Temple y el Hospital se expandieron codo a codo: la estructura administrativa desarrollada por los Templarios en Europa se basó en la ya establecida por los hospitalarios; a su vez, la aprobación eclesiástica de la regla templaria en el Concilio de Troyes y el tratado de Bernardo de Clairvaux en su defensa validaron y promovieron la conversión del Hospital en una orden militar equiparable. Los hospitalarios conservaron la regla de los canónigos agustinianos, –menos estricta que la de Benito de Nursia–, pero tomaron de los templarios el título de maestre para su superior. (141). La eterna apelación a la camaradería masculina en situaciones difíciles y peligrosas fue, por cierto, una importante característica de las cruzadas, e indudablemente atrajo hombres a las órdenes militares. El propósito benedictino y cisterciense de desapegarse del mundo no se extendía a la amistad entre hombres. Muy por el contrario, grandes abates como Anselmo de Canterbury, Bernardo de Clairvaux y Aelredo de Rievaulx la consideraban uno de los mayores bienes que la vida podía ofrecer. Aelredo de Rievaulx escribió un tratado sobre el tema. “De spirituali amicitia”; Bernardo de Clairvaux “aunque no excluía a las mujeres de entre sus amistades, y menos aún se negara a aceptar que el amor de un marido y su mujer pudiera compartir la cualidad de verdadera amistad humana”, de todos modos pensaba que “el amor humano es infinitamente menor que el amor de Dios, (y) el amor matrimonial, menos que el amor entre amigos varones”8. En una sociedad donde la violencia era endémica y la Corona era incapaz de controlar a los barones rebeldes, los lazos de parentesco y amistad eran de capital importancia, y vemos que el cousinage determinaba con frecuencia quién ingresaba a un monasterio o iba a una cruzada. Veinticinco descendientes de Guy de Monthéry de dos generaciones tomaron la cruz; y hemos visto que Bernardo de Clairvaux se apareció ante las puertas de Citeaux con treinta y cinco de sus parientes y amigos.

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Maurice Keen, Chivalry, Londres, 1994, p. 8. Brooke, The Medieval Idea of Marriage, p. 267.


(145-150) Cuando Gregorio Papereschi, -el papa Inocencio II-, vio impugnada su candidatura por su rival Anacleto II escapó a Francia, donde se ganó el apoyo de Bernardo de Clairvaux, cuya influencia fue suficiente para poner de su lado a Luis VI de Francia y Enrique I de Inglaterra. Anacleto II murió en 1138 y en 1139 Inocencio II regresó a Roma, poniendo fin a un cisma de ocho años. ¿La Bula Omne Datum Optimum fue la recompensa recibida por Bernardo de Clairvaux a cambio de su apoyo? La gratitud bien puede haber sido un factor; sin embargo, las Bulas expedidas durante los subsiguientes papados de Celestino II y Eugenio III, -Milites Templi, en 1144; y Militia Dei, en 1145-, refuerzan los privilegios de los Templarios y sugieren que el respaldo a la Orden era desde ese momento la política oficial de la curia romana. La noticia de la catástrofe que significó la caída de Edesa ante el ejército del gobernador de Mosul, Imad ad-Din Zengi, alcanzaron al recién elegido papa Eugenio III en Viterbo, en el otoño de 1145. Italiano de origen humilde, Eugenio III había sido monje de Clairvaux, y le atrajo de la comunidad el poderoso magnetismo de Bernardo de Clairvaux. Con apenas veinticinco años, Luis VII rey de Francia, recibe del papa Eugenio III la Bula Quantum Praedecessores, pidiéndole tomara la cruz. Por primera vez un monarca europeo acepta el desafío de una cruzada, convoca a sus barones para reunirse con el pontífice en Bourges, en la Navidad de 1145. Luis no hace mención del requerimiento papal ni de la encíclica Quantum Praedecessores, presenta la iniciativa como propia. Sin embargo, ante la pobre respuesta de sus barones, quienes poco le respetaban, Luis VII apenas logró el acuerdo de posponer una decisión sobre el tema hasta la Pascua, cundo la corte se reuniera en Vézelay, Borgoña. Sin intimidarse por el fracaso inicial de su plan, el rey Luis VII se dirigió al único hombre de Francia cuyo prestigio y autoridad sobrepasaban a los del abad Suger: Bernardo de Clairvaux. Habían pasado treinta y dos años desde que Bernardo se apareció ante las puertas de Citeaux; y treinta desde que había fundado la comunidad cisterciense de Clairvaux. En ese tiempo, logró una posición única como mentor de papas y reyes. No sólo Eugenio III había sido uno de sus monjes, sino que el mismo año había ingresado en la comunidad de Clairvaux Enrique de Francia, el hermano de Luis VII. El poder de Bernardo de Clairvaux no provenía simplemente de esas relaciones influyentes: en un mundo donde tantos predicaban pero tan pocos practicaban las virtudes cristianas, su piedad y ascetismo le permitían actuar como la conciencia de la cristiandad, reprobando constantemente a los ricos y a los poderosos y defendiendo a los pobres y a los débiles. Algunos historiadores modernos, desde una época en la que la mayoría de la gente es indiferente a lo que le aguarda después de la muerte, ven a Bernardo de Clairvaux como un exaltado con pretensiones de superioridad moral, alguien que “veía el mundo con ojos de fanático”9 y que “tenía una inquietante tendencia a dar por sentado que sus

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John Julius Norwich, Byzantium; The Decline and Fall, Londres, 1995, p. 107.


contemporáneos eran unos malvados que necesitaban arrepentirse”10. Pero para Bernardo de Clairvaux, rodeado de brutalidad secular y corrupción clerical, y absolutamente convencido de la realidad del infierno, siempre era posible hacer más para salvar un alma en peligro. El encanto del mal, en su impresión, no estaba en el obvio atractivo de la riqueza y el poder terrenal, sino en el atractivo más sutil, y a la larga más pernicioso, de las ideas falsas. Además de por su piedad, Bernardo de Clairvaux era reconocido por su intelecto sobresaliente, demostrado en sus sermones sobre la Gracia, el libre albedrío y el Cantar de los Cantares, el libro del Antiguo Testamento. Era rápido para reconocer ideas heréticas e implacables en la persecución de aquellos que las enseñaban. En 1141, en el Concilio de Sens, había acusado de herejía al célebre teólogo (y amante de Eloísa) Pedro Abelardo, y había convencido a los obispos allí reunidos de que condenaran la doctrina excesivamente racionalista de Abelardo.

Ilustración de una edición del siglo XIV del Roman de la Rose El filósofo Pedro Abelardo y la joven Eloísa de Paráclito (Vivieron una intensa historia de Amor) En 1145, en el mismo momento en que Eugenio III proyectaba una nueva cruzada, Bernardo de Clairvaux se encontraba en Languedoc sermoneando contra las ideas heréticas de un predicador popular, Enrique de Lausane. Tras desempeñar un papel decisivo en la reconciliación del rey Luis VII con el conde Teobaldo de Champagne, Bernardo de Clairvaux escuchó con ánimo favorable el llamamiento del joven rey. No obstante, no le gustaba ver una empresa espiritual conducida por un noble secular, y volvió 10

Mayer, The Crusades, p. 99.


a remitir entonces la cuestión al papa Eugenio III, quien el 1 de marzo de 1146 expidió de nuevo su Bula Quantum Praedecessores, encargándole a Bernardo de Clairvaux la tarea de promulgarla en Francia. El 31 de marzo, Luis VII y los nobles franceses se reunieron en Vézelay, como se había acordado. Al saberse que Bernardo de Clairvaux iba a predicar, se congregaron en el lugar admiradores de toda Francia. Como con el papa Urbano II en Clermont, en 1095, la iglesia que albergaba las reliquias de María Magdalena no era suficiente para dar cabida a la multitud: tuvo que construirse una plataforma en las afueras de la ciudad. La elocuencia de Bernardo de Clairvaux produjo el efecto deseado. Al terminar su alocución, eran tantos los que estaban dispuestos a tomar la cruz que Bernardo de Clairvaux debió cortar su hábito en tiras. Días más tarde, Bernardo de Clairvaux le escribió al Papa: “Vos ordenasteis, yo obedecí; y la autoridad de aquel que dio la orden ha hecho fructífera mi obediencia (…) Ciudades y pueblos están desiertos ahora. Difícilmente encontraréis un hombre por cada siete mujeres. En todas partes veréis viudas cuyos maridos aún están vivos”11. La prédica de Bernardo de Clairvaux no se limitó a Vézelay. Desde allí fue al norte, a Chälons-sur-Marne, y luego a Flandes. A aquellos reclutas en potencia a los que no podía ver personalmente, se dirigió por carta. Escribió al pueblo inglés: “El Señor del cielo está perdiendo su tierra, la tierra en dónde él se apareció a los hombres, en la que vivió entre los hombres durante más de treinta años… Vuestra tierra es bien conocida por ser rica en jóvenes y vigorosos hombres. El mundo está lleno de alabanzas a ellos, y la fama de su coraje en boca de todos…”.12 Enfatizó en la buena fortuna que tenían al haberles dado esa oportunidad de salvar sus almas. “Vosotros tenéis una causa por la cual podéis pelear sin poner en peligro vuestra alma; una causa en la que ganar es glorioso y por la que morir no es sino ganar (…) No perdáis esta oportunidad. Tomad el signo de la cruz. De inmediato tendréis indulgencia por todos los pecados que confeséis con arrepentimiento. No os cuesta mucho comprarla; y si la usáis con humildad, descubriréis que es el reino del cielo”. Al principio, no se hizo ningún llamamiento similar a los germanos, porque el papa Eugenio III quería que el rey Conrado III lo ayudase contra el frey normando de Sicilia, Roger II. Pero el arzobispo de Mainz llamó a Bernardo a Renania para que pusiese fin a la prédica no autorizada de un monje cisterciense, de nombre Rudolf, que estaba

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Citado en Steven Runciman, A History of the Crusades, vol. 2, The Kingdom of Jerusalem and the Frankish East 1100-1187, Cambridge, 1952, p. 254. 12 The Letters of Saint Bernard de Clairvaux, editadas y traducidas por Bruno Scott-James, Londres, 1953, p. 461.


incitando a la matanza de judíos. Bernardo de Clairvaux ya había condenado esas atrocidades en sus cartas. “Los judíos no deben ser perseguidos, ni muertos, ni siquiera puestos en fuga… Los judíos son para nosotros la palabra viviente de la Escritura, pues nos recuerdan lo que sufrió el Señor”.13 Bernardo de Clairvaux puso en su lugar al monje Rudolf, pero el entusiasmo que había despertado por la cruzada ya no podía ser aplacado. Se decidió, por lo tanto, incluir a los germanos, y Bernardo de Clairvaux viajó de ciudad en ciudad anunciando esa maravillosa oportunidad para el perdón de los pecados. Recalcaba constantemente la ventaja espiritual del pecador –la excepcional oportunidad de evitar el castigo por sus faltasy Dios parecía validar lo que ofrecía obrando milagros a su paso.

Conrado III La tarea más más importante de Bernardo de Clairvaux fue persuadir al renuente rey Conrado III de que liderase a los cruzados germanos. Fracasó en su primer intento, en Frankfurt, en noviembre de 1146; pero tuvo una segunda oportunidad en Speyer, en Navidad. Allí, por medio de un intérprete, le pidió a Conrado III que imaginase a Cristo en el Día del Juicio comparando lo que Él había hecho por Conrado con lo que Conrado había hecho por Él. “Hombre, ¿qué debí hacer por vos que no haya hecho?”. La respuesta del rey fue arrodillarse y tomar la cruz. (156-157). El rey Luis VII nunca se recuperó de la humillación sufrida durante la segunda cruzada: su responsabilidad por el fiasco ante los muros de Damasco; aquella horrible marcha a través de Anatolia, salvado su ejército de la aniquilación no por él, sino por la disciplina del contingente de Caballeros Templarios; el haber abandonado a una gran parte de su ejército en el puerto de Attalia, producían en el monarca un estado de ánimo vengativo. Consciente de haber perdido en Oriente mucho más que un excelente ejército y los laureles de la victoria, y llevado a probarse a sí mismo, Luis VII pidió una vez más a Bernardo de Clairvaux que preconizara la nueva cruzada. Como antes, Bernardo de Clairvaux no pudo rehusar. Anhelando siempre la paz del claustro, se sintió no obstante obligado a tratar de salvar algo de lo que se había perdido. Había mantenido correspondencia con la reina Melisenda de Jerusalén, y con su tío Andrés de Montbard, el Senescal Templario de Outremer, y sabía bien de su necesidad de ayuda.

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Ibíd.


Sabía también que muchos de los que habían tomado la cruz a instancia suya lo consideraban responsable del desastre. Se defendió en el segundo libro “De Consideratione”. Allí, los chivos expiatorios no eran los barones traidores ni los griegos intrigantes: para Bernardo de Clairvaux, la gran derrota fue castigo de Dios por los pecados de los hombres. Para sus críticos, esa hipótesis volvía a Dios demasiado inescrutable: algunos, como Gerhoh de Reichersberg, preferían ver las cruzadas como la obra del Demonio. En un concilio de la Iglesia celebrado en Chartres en 1150, a Bernardo de Clairvaux se le pidió no sólo que preconizara una nueva cruzada sino que la encabezase. “Imagino que ya sabréis”, le escribió al papa Eugenio III, “… que en la asamblea de Chartres, por una decisión del todo sorprendente, me eligieron como jefe y comandante de la expedición. Podéis estar completamente seguro de que eso jamás se debió ni se debe ahora a mi consejo ni mi deseo, y de que ya se encuentra más allá de mis posibilidades, como yo las juzgo, de hacer algo. ¿Quién soy yo para disponer ejércitos en orden de batalla, para conducir hombres armados? No podría imaginar nada más alejado de mi vocación, aun suponiendo que tuviera las fuerzas y la capacidad necesarias. Pero vos sabéis todo eso, no hace falta que yo os lo explique.”14

Abad Suger, de Saint-Denis Llegado el momento, la Orden cisterciense desoyó la voluntad del concilio. Tampoco la nobleza de Europa occidental respondió al llamamiento del abad de Clairvaux. Demasiados habían muerto ya recientemente, y en vano. El fervor del rey Luis VII se vio contrabalanceado por el escepticismo del rey Conrado III. La idea de una nueva cruzada fue abandonada y, en tres años, cinco de los principales actores dejaron el escenario. El abad Suger, de SaintDenis, murió en enero de 1151; el rey Conrado III murió en febrero de 1152. Ese mismo año, el gran maestre de los Templarios, Everardo de Barres, renunció a su puesto para convertirse en monje de Clairvaux. El papa Eugenio III murió en julio de 1153, y el abad Bernardo de Clairvaux fallecía un mes más tarde, en agosto de 1153.

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Citado en Bredero, Bernard de Clairvaux, p. 150.


(166). Conforme al espíritu de Bernardo de Clairvaux, los pobres caballeros de Cristo estaban obligados a usar monturas y bridas sin adornos, debían solicitar permiso para correr carreras, y tenían estrictamente prohibido efectuar cualquier clase de apuestas. (169). En enero de 1153 el rey Balduino III reunió a su ejército y procedió a sitiar Ascalón. Dicho contingente incluía una fuerza de Hospitalarios comandada por su maestre, Raymond de Le Puy, y los Templarios, encabezados por Bernardo de Trémélay: Bernardo de Trémélay era un borgoñés de las cercanías de Dijon, –sin duda conocido de Bernardo de Clairvaux–, elegido gran maestre en reemplazo de Everardo de Barres cuando éste, el año anterior, se había retirado a Clairvaux como monje. (200). Las catástrofes militares en Outremer producen en algunos monarcas europeos reacciones penitenciales que, coherentes con la teología de las Cruzadas sostenida por Bernardo de Clairvaux, se completaban entonces con una idea más caballeresca detrás del hecho de tomar la cruz. Es en ese momento cuando la palabra crucesignata se hace de uso común, y no entre los hombres de la Iglesia, sino entre príncipes y caballeros laicos. (217-218). Los que en esa época cuestionaron la existencia misma de las órdenes militares fueron pocos. El abad cisterciense de l’Etoile, cerca de Poitiers, un inglés llamado Isaac, predicó a mediados del siglo XII contra la “nueva monstruosidad” de la nova militia, un término que aludía al tratado de Bernardo de Clairvaux a favor de los Templarios, De laude novae militiae, en el que denunciaba a aquellos que usaban la fuerza para convertir a los musulmanes y se oponía a considerar mártires a quienes morían mientras saqueaban a los no cristianos. Más avanzado el siglo XII, otros dos ingleses, los cronistas Walter Map y Ralhp Niger, también cuestionaron el uso de la fuerza para extender la religión cristiana. Walter Map, un enemigo de los cistercienses, criticó a los Templarios por su avaricia y extravagancia, contrastando esos vicios con la pobreza y caridad de su fundador, Hugo de Payns. Fuente de envidia era la evidente riqueza del Temple. Junto al Hospital estuvo entre las corporaciones más ricas de los reinos de Europa occidental. Sin embargo, para los descendientes espirituales de Benito de Nursia y Bernardo de Clairvaux, esa riqueza les había conducido a valiosos compromisos con sus ideales originales, el carisma de la pobreza apostólica pasó a órdenes de frailes como la de los franciscanos. A pesar de esa tendencia entre religiosos, los Templarios vivían con severa


austeridad. El Temple siempre gastó su dinero con moderación, sus comandancias eran bastante modestas y prácticas, pensadas sólo en sus funciones e intereses monásticos y militares. Sus iglesias eran muy humildes, ya que debían simbolizar su misión. (229). En el sur de Europa, las teorías dualistas competían con otras ideas no ortodoxas, éstas condenaban la obscena riqueza del clero y no siempre era fácil distinguir entre el fervor por la reforma, el anticlericalismo y el fomento de ideas adversas al cristianismo; el éxito del Islam había mostrado las consecuencias cuando ideas heréticas no encontraban obstáculos y eran explotadas por sectores emergentes. La condena a las riquezas de la Iglesia provenía de la naciente clase de mercaderes del Languedoc y Provenza. En el Languedoc hubo otros factores que favorecieron la expansión del Catarismo. Al mismo tiempo, el contacto con el Islam a través del comercio con la España musulmana y el importante papel de los judíos en la economía regional crearon un clima tolerante hacia otras creencias. Todo este escenario era atentamente observado por Bernardo de Clairvaux, quien veía a su Iglesia en condición deplorable, con sacerdotes y obispos negligentes, codiciosos e ignorantes, más preocupados de trasquilar que proteger a sus rebaños. (243). En marzo de 1227 muere el papa Honorio III. Fue sucedido por otro Segni, Ugolino, que tomó el nombre de Gregorio IX. Al igual que su tío Inocencio III, Gregorio IX era abogado canónico y siendo legado papal había dado la cruz a Federico II en su coronación de 1220. Resuelto, inflexible y políticamente hábil, Gregorio IX en un tiempo fue amigo de Federico II, sin embargo sospechaba de sus intenciones y, cuando el sacro emperador romano hizo escala en Otranto porque estaba enfermo, después de partir a Tierra Santa en agosto de 1227 como había prometido, Gregorio IX lo excomulgó por no cumplir su voto. Recuperado al año siguiente, Federico II continúa su viaje sin molestarse en esperar que el Papa levantara la excomunión. Eso provocó una segunda excomunión. El uso de la máxima sanción de la Iglesia era un recurso necesario para un papa que debía conservar su autoridad: Gregorio IX aceptaba sin lugar a dudas la opinión de Bernardo de Clairvaux en cuanto a que, si bien el emperador empuñaba la espada temporal, sólo podía desenvainarla cuando el Papa se lo ordenase. (251). Considerando el gran empeño misionero de la Iglesia en los siglos IX y X, resulta desconcertante que los victoriosos cruzados apenas hicieran esfuerzos por convertir a los musulmanes bajo su dominio. La conversión como tal nunca fue un objetivo de las cruzadas. Si bien el papa Urbano II quiso ayudar al emperador bizantino, y también desviar hacia una causa noble la destructiva agresividad de los guerreros francos, sus intenciones primordiales fueron, como las de Bernardo de Clairvaux, la recuperación cristiana de los Santos Lugares y la salvación del alma del cruzado. (301). En la bula Ausculta fili, de fecha 5 de diciembre de 1301, el papa Bonifacio VIII condenó la violación de las prerrogativas eclesiales, cuando Felipe IV El Hermoso las emprende contra Bernardo Saisset, obispo de Pamiers, quien por sus observaciones acerca


del rey fue arrestado, encerrado, acusado de torturar a sirvientes reales, blasfemia, herejía, simonía y traición. Treinta y nueve obispos se animan a asistir a un Sínodo en Roma, y el 18 de noviembre de 1302 Bonifacio VIII publica la bula Unam sanctam, que reiteraba las confirmaciones de los derechos a la supremacía papal expresadas desde el pontificado de Gregorio VII: “Es absolutamente necesario para la salvación –escribió– que toda criatura humana se someta al pontífice romano”. La bula citaba libremente escritos de papas anteriores, de Tomás de Aquino y de Bernardo de Clairvaux, quien, como el rey Luis IX, había sido declarado santo. (352). Ante la inagotable batería de mitos, leyendas y fantasías que históricamente han circulado en torno al Temple, la especulación recurre a hechos aislados: En Les Templiers, Ces Grands Seigneurs aux Blancs Manteaux (1997), el escritor francés Michel Lamy retrocede hasta el abad cisterciense de Citeaux, Esteban Harding, el amigo y mentor de Bernardo de Clairvaux, antes de la fundación de los Pobres Soldados de Cristo en 1118. Nos recuerda que el abad Esteban buscó la ayuda de los rabinos judíos para sus traducciones de los libros del Antiguo Testamento, entre otras tantas consideraciones sobre el particular.

(371). Que los Caballeros de Malta debieran renunciar a su vocación militar fue inevitable, toda vez que la Iglesia renunció al concepto de cruzada armada: de hecho, desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia ha mostrado un respeto por los heréticos y los infieles que habría desconcertado a San Bernardo de Clairvaux. Sin embargo, no puede decirse que ese espíritu de tolerancia signifique el fin de la enemistad entre cristianos y musulmanes. Se han construido mezquitas en el corazón de lo que una vez se llamó la cristiandad –París, Londres y Roma–, pero la práctica de la religión cristiana sigue prohibida en Arabia, corazón del Islam. Irán, Sudán, Afganistán y Pakistán gobiernan según las enseñanzas del Corán. Conflictos armados entre cristianos y musulmanes continúan en África, los Balcanes, Indonesia y Filipinas. En años recientes, fundamentalistas islámicos han matado a misioneros en Pakistán, a monjes coptos en Egipto, a monjes trapenses y a un obispo católico en Argelia. El conflicto continúa en Tierra Santa entre los palestinos, mayoritariamente musulmanes, y los israelíes, en su mayoría judíos. Tras largas vacilaciones, el Vaticano reconoció al estado de Israel y, aunque sigue discutiendo que Jerusalén debería ponerse bajo jurisdicción internacional, ya no aboga por la reconquista cristiana de Tierra Santa, observando consternado el éxodo de Tierra Santa de cristianos nativos que sienten no tener futuro en el país que vio nacer su religión. Si la tendencia actual se mantiene, el único grupo significativo de cristianos que acudirán a rezar en el templo del Santo Sepulcro de Jerusalén serán peregrinos que lleguen en grandes aeronaves.


4 CONTRADICCIONES Y ESPECULACIONES EN TORNO A LA FUNDACIÓN DE LOS TEMPLARIOS POR JORGE PEREZ FUENTES

Palabras Claves: Orden del Temple, origen, francés, barcelonés.

Se indaga en las contradicciones existentes en torno a la fundación de la orden de los caballeros templarios, fundamentalmente, con respecto al año exacto de la fundación de esta y el origen de los nueve caballeros fundacionales, ya que se tiene por sentado que fueron franceses, mientras que existen fuertes pruebas que nos proponen un origen barcelonés.

Pobre Caballero Errante


Fragmento del libro “Historia y Mito de los Caballeros Templarios; Un enfoque pedagógico”. El artículo que se presenta a continuación, tiene por objetivo realizar una revisión al proceso de fundación de la orden de los caballeros templarios, relativo a las incertidumbres y contradicciones que encontramos entre uno y otro autor. La problemática en torno a la fundación de la orden de los caballeros templarios está afecta a contradicciones generadas por diversos investigadores, quienes aún debaten sobre el año exacto de la fundación de los templarios, siendo la fecha oficial el año 1119, existiendo algunos investigadores que proponen el año 1114, mientras que otros establecen como año de fundación de la orden el 1121. La inexactitud en torno a las fechas de fundación de la orden, no deja de ser un asunto menor, toda vez que nos modifica lo poco que se sabe y conoce en torno a los templarios, creando nuevos vacíos, los cuales fácilmente podrían ser llenados con especulaciones, muchas de ellas muy mal o poco fundamentadas, que colabora con la imagen errónea que se tiene de este apasionante grupo de monjes soldados, fundamentales en la edad media, las cruzadas, y porque no, el propio desenvolvimiento de Europa. Por ejemplo, si se comprueba que la fecha real de fundación de los templarios fue en el año 1114, nos encontraríamos frente a un lustro fundamental en la conformación de los templarios, en la que desconoceríamos en su totalidad las actividades realizadas por ésta. Pero el misterio no termina ahí, pues este breve artículo profundiza, además, en un asunto que cada vez toma más fuerza entre los expertos de la orden, el origen de sus fundadores. Existen muchos investigadores que se muestran díscolos ante la costumbre de afrancesar la orden del temple, lo que responde, por un lado, al trabajo generado por la historia positivista francesa del romanticismo en adelante, y cuya mejor prueba de ello, es la primera investigación realizada en torno a los templarios, nos referimos al texto de don Rodrigo Campomanes, escrita en el año 1747, que no se refiere al origen francés de la orden. Un segundo objetivo de este breve artículo, consiste en abrir un nuevo debate en torno a la orden de los templarios y generar investigaciones que se preocupen por llenar estas contradicciones, por difícil que parezca, ya que estos vacíos muchas veces resultan ser más perniciosos que beneficiosos para la orden del temple y su historia


Fundación de la orden de los “Poureres Conmilitones Christi” Una vez tomada Jerusalén y fundados los estados Latinos o Reinos Cristianos, se debía proceder a su consolidación como tal, lo cual nunca se hizo de forma efectiva, razón por la que las Cruzadas son consideradas un fracaso para la cristiandad. En el sentido que los escasos días de paz son desproporcionales al perpetuo periodo de guerras, violencia y toda clase de vejámenes que acaecieron en Tierra Santa. Lo que sí es cierto es que la primera cruzada es considerada muy exitosa para la cristiandad, y trajo consigo el aumento de peregrinos que, de diversas partes de la cristiandad europea, emprendieron camino hacia Tierra Santa en busca del perdón de sus pecados y expiación de sus culpas. Sin embargo, los caminos que eran paso obligado estaban atestados de toda clase de delincuentes, que veían en ellos la posibilidad de conseguir diversas riquezas, por medio del pillaje, asaltos y otras atrocidades. Dicha condición es la que motiva, como nos dice la historia oficial, a un grupo de nueve nobles caballeros franceses, a dirigirse a la santa ciudad de Jerusalén, donde una vez ante el rey Balduino II y el patriarca de dicha ciudad, se comprometen a vivir bajo los votos de obediencia, castidad y pobreza, votos que hasta el momento solo realizaban los hombres que se consagraban a la vida religiosa, por tanto adquieren una dimensión religiosa, sin embargo realizan un cuarto voto: la defensa de los caminos que llevan a los peregrinos a los santos lugares, es decir, a Jerusalén, en especial aquel camino que unía el puerto de Jafa con Jerusalén. No todos los peregrinos realizaban el viaje completo a pie, ya que los riesgos que se corrían eran inmensos, y aquellos con más recursos se embarcaban desde diferentes puertos europeos, como Marsella en Francia y Venecia o Génova, en la Italia actual. Estos debían desembarcar en el puerto de Jafa, momento en el cual comenzaban la peregrinación a pie por un corredero que unía dicho puerto con Jerusalén. Una vez tomada la ciudad santa, muchos nobles y caballeros, vuelven a sus hogares en Europa o bien se dirigieron a la conquista de otras ciudades, en busca de riquezas, como Antioquía y Edesa. El Codex Templi señala que: De modo que las rutas abiertas quedaron completamente desprotegidas y a merced de los ladrones y asesinos, desde luego, también estaban a merced de los sarracenos (Codex Templi, 2005).


Es por ello que cada vez se hacía más necesario establecer una vigilancia en dichas rutas. Sin ir más lejos, el mismo rey de Jerusalén, Balduino II, fue emboscado mientras realizaba una partida de caza, entonces es fácil imaginar lo que le esperaba al peregrino común (Bordonove,2005). Según las crónicas de Jackes de Vitri (quien sería obispo de Acre en 1214, al menos cien años después de la fundación oficial de los caballeros templarios), la fundación de los templarios se dio del siguiente modo:

…“Tras estos acontecimientos y mientras que ricos y pobres, jóvenes y doncellas, viejos y niños acudían a Jerusalén de todas partes del mundo para visitar los Santos Lugares, bandidos y salteadores infestaban los caminos públicos, tendían emboscadas a los peregrinos que avanzaban sin desconfianza, despojando a gran número de ellos e incluso masacrando a algunos. Caballeros agradables y devotos de Dios, ardientes de caridad, que habían renunciado al mundo y se habían consagrado al servicio de Cristo, hicieron profesión de fe y votos solemnes bajo las manos del patriarca de Jerusalén, a defender a los peregrinos de estos bandidos y hombres sanguinarios, a proteger los caminos públicos, a combatir para el Rey Soberano y viviendo -como canónigos regulares- en la obediencia, en la castidad y sin propiedades(…)Sirvieron bajo el hábito seglar durante nueve años llevando los vestidos que los fieles les daban a título de limosna”… (Bordonove, 2005. p.14). Por reiterativo que parezca, uno de los mayores problemas que se presenta al intentar profundizar en la historia de los caballeros templarios, es la falta de documentación oficial de la orden y la abundancia de documentos y teorías que intentan llenar los vacíos dejados por dichos documentos, por lo cual los investigadores más rigurosos ponen en duda hasta las más claras evidencias. Esta circunstancia explica que los misterios y contradicciones comiencen de los principios de la historia de la orden. En primer lugar la fecha de fundación de la orden oficialmente correspondería al año 1119. Algunos plantean el año 1118, otros 1120 o 1121 y algunos más osados el año 1114. Para definir estas contradicciones es necesario recurrir a diversas fuentes. En primer lugar, hay que tener en consideración los planteamientos del catedrático Gonzalo Martínez Díez, quien asegura que la fecha de fundación de la Milicia Templaria correspondería, en estricto rigor, al año 1121 y no el 1119, a pesar que en el prefacio de la regla primitiva de la orden se indique aquel año como el de su fundación.


La orden fue reconocida oficialmente en el concilio de troyes, como traduce la doctora Uptom-Ward (Uptom-Ward, 2005)…“Nos reunimos en Troyes en la festividad de San Hilario, el año de la encarnación de Jesucristo 1128, en el noveno año después de la fundación de la antes mencionada orden”… (p.34). Según Martínez Díaz existe un desfase cronológico entre el mundo medieval y nuestros días, por lo cual la fecha exacta sería efectivamente la fiesta de San Hilario, 13 de enero, pero del año siguiente, es decir 1129, mientras que la fundación de la orden abarcaría el espacio de un año, que va desde el 14 de enero de 1120 y 13 de enero de 1121 (Codex Templi, 2005). Por otro lado, Justo A. Navarro plantea que en el año 1119 ocurrió un suceso tan espeluznante que motivo a un grupo de caballeros a defender con las armas definitivamente las rutas de los peregrinos que viajaban a Jerusalén, se trata de una masacre realizada a una numerosa caravana, masacre de la cual los pocos sobrevivientes fueron comercializados como esclavos, este suceso habría conmovido a todo el reino latino de Jerusalén: …“En la pascua de 1119 los sarracenos asesinaron a trescientos peregrinos y tomaron sesenta prisioneros. Evidentemente, los dirigentes de la cristiandad querían tomar medidas ante esta crisis, por lo que nació la idea de crear una institución que combinara la vida religiosa con la función militar”… (Ralls, 2003). Navarro, se refiere a la Asamblea de Nablus realizada el 23 de enero de 1120, en la cual tienen participación el rey Balduino II, los más altos dignatarios eclesiásticos y vasallos principales del reino, dicha asamblea sería la oportunidad propicia para comprometer el apoyo de todos, hacia la naciente orden, además… “se abordaron por primera vez temas relacionados con las instituciones eclesiásticas del reino”… (Codex Templi, 2005). Según lo expresado el año de fundación de la caballería de los Caballeros Templarios no sería en 1119, como se suele creer, sino el año 1120. Por lo cual el concilio de Troyes, realizado el año noveno de la fundación de la orden, tampoco correspondería al año 1128, sino al 1129.


Otro asunto que desvela y divide a la comunidad científica Templaria, se relaciona con los orígenes del que se dice fundador de la orden y primer Maestre Ultramarino15, Hugo de Pays. Para muchos investigadores el asunto esta sellado, y su origen francés es incuestionable, sin embargo existen pruebas bastante sólidas que indican que el origen de Hugo de Pays o de Champaña es español, más específicamente barcelonés. Si nos remitimos a uno de los primeros estudios serios sobre el orden de caballería de los templarios, escrito por el Licenciado Don Pedro Rodrigo Campomanes, el año 1747 no existe alusión alguna a su nacionalidad, independiente cual haya sido esta, refiriéndose a él como Hugo de Paganis, mientras que es común encontrarlo también con los nombres de Hugo de Pays, Payens o Paynes. Designaciones que son acompañadas por una referencia a su designación nobiliaria: un caballero Borgoñés, vasallo del conde de Champaña. Para descubrir y aclarar los orígenes de Hugo de Pays, Paganis, Payens o Paynes, los historiadores analizan diferentes documentos que hacen referencia a él. Bordonove (2005) asegura que este extraño individuo que tuvo la idea de fundar esta caballería monástica, fue un caballero de la región de la Champaña, procedente de una ciudad llamada “Payens” cercana a Troyes, capital de Champaña. Este autor se apoya en que existen dos documentos fechados en el año 1100 en los que figura como testigo. Por otro lado, Justo A. Navarro refuta a quienes insisten en que el origen Champañes de Hugo signifique automáticamente que este sea francés, ya que argumenta que si bien el condado de la Champaña estaba sometido al vasallaje nominal de los duques de Francia, tenían un poder limitado, siendo en estricto rigor independiente y habría sido anexionado definitivamente en la segunda mitad del Siglo XV, cuando la orden ya estaba extinta (http://domustempli.blogia.com). Los historiadores han debido luchar con los errores de transcripción, poca claridad de los textos, particularidades de los idiomas en que estos se encuentran escritos, representaciones forzadas o documentos que son citados pero ya no existen o bien desaparecieron, por ejemplo Navarro plantea que los documentos a los que hace referencia Bordonove, del año 1110 se refieren a un Hugo de Paeniciis y otro a Hugo de Peaz, habiendo divergencia en el Gentilicio. La teoría más sustentable en torno al origen del primer maestre templario es aquella que le atribuye un origen Barcelonés, siendo este natural de la villa de Bagá, (en el Bergadán, país 15

El título de “Gran Maestre”, que suele acompañar a los principales Maestres del Temple, es decir, los Maestres de “Tierra Santa”, es una denominación inventada por la literatura surgida en el S.XX, ya que en estricto rigor son conocidos como “Maestres Ultramarinos”. Prueba de ello es el texto del Licenciado Pedro Campomanes.


Catalán) por lo cual, por su procedencia se conocería como Hugo de Bagá. Su linaje estaría en relación con la “Casa de Pinos” siendo su nombre Hugo de Pinos, también conocido como Hugo de Bagá. Por otro lado, Justo A. Navarro personalmente transcribió y estudio diversos documentos relacionados con la casa de Pinos, los cuales están disponibles en su portal medieval, y sustentan sólidamente el origen barcelonés del primer maestre del temple. Transcribe en un documento sin título, que data del año 1630 escrito por Gaspar Garcerán de Pinos y Castro, lo siguiente: …“Pedro IIIº Galcerán de Pinós tuvo dos hijos: a Galceran galceran que le sucedió en las Varonías y a Hugo que con su hermano mayor se halló en la conquista de la Tierra Santa, que fue el primer Maestre de la Sagrada Milicia del Temple, llamado Hugo de Bagá por haber nacido en aquella villa y no de Paga o Paganís, como leen otros, corrompidamente”… (http://domustempli.blogia.com). En otra transcripción de la misma fuente llama la atención: “…A esta religión dieron principio Hugo de Pinós o Bagá y Jofre Adimadro com otro siete compañeros que, dedicándose al servicio de Dios bajo el más concreto de defender a los peregrinos (…) hicieron profesión en manos del patriarca de Jerusalén, prometiendo perpetua castidad, obediencia y pobreza. Dioles habitación Balduino, rey de Jerusalén, en su palacio junto al templo de Salomón. Vivían de limosna y vestían lo que otros dejaban…”. Justo A. Navarro propone al menos ocho documentos que relacionan la Orden del temple con la “Casa de Pinós”, estos se encuentran rigurosamente citados, enumerados por folio, carpeta y archivo. Mencionado autor reconoce que puede haber existido más de un “Hugo de Pinos” en dicha familia. Con respecto a los otros ocho caballeros, que se dice fueron fundadores del temple el problema es más grave, ya que prácticamente no existe registro de ellos, más que sus nombres, los cuales -según Justo A. Navarro-, son producto de una tendencia generalizada, entre los historiadores de la caballería Templaria a “afrancesar” los nombres, para así referirse a los templarios, como una orden de nueve caballeros franceses.


FORMA AFRANCESADA

FORMA ORIGINAL PROBABLE

Hugues de Payns

Hugo de Pinos o B (p) aganis

Eudes de Saint Amand

Othon (Odon) de Saint Amand

Robert de Sablé

Robert Sable (Ingles)

Armand de Perigord

Armand de Periagros (Provenzal)

Arnaud de Torrotge

Arnau de Torroja o Torroba (Catalán)

Pierra de Montaut

Pere Montagut (Catalán)

Gilbert Horail o Erail

Gilbert Erills o Erilles (Catalán)

Thibaut Gaudin

Teobaldo Gaudini

Thomas Berard

Tomas Berardi

La mayoría de los historiadores asume sin mayor problema que la orden de los “Pobres Caballeros de Cristo” fue fundada por nueve Caballeros. Esta aseveración la encontramos en diversos textos como: “…Comenzó la orden militar de los templarios en Jerusalén cerca del año de 1118. Á devoción de Hugo de Paganis, Godofredo de Saint-Omer, y otros fiete compañeros, cuyos nombres se ignoran”. (Campomanes, 1747). O bien Textos más modernos que sugieren: “La propuesta de Hugo fue aprobada por el Rey y por el patriarca; y el día de navidad de 1119, en la Iglesia del Santo Sepulcro Hugo de Pays y otros ocho caballeros (…) hicieron ante el patriarca votos de pobreza, castidad y obediencia” (Read, 2004). Sin embargo, si utilizamos la lógica medieval y nos ceñimos a las reglas y características de la caballería, encontramos una constante omisión en torno a los nueve caballeros fundacionales, ya que hay que tener presente que a los caballeros hay que añadir los escuderos, sargentos, sirvientes, etc. Es sabido que un noble caballero no tenía más labor que dedicarse a sus deberes caballerescos, siendo las demás labores consideradas indignas, si se asegura que durante nueve años los pobres caballeros de Jesucristo se dedicaron a proteger los caminos que llevaban a Tierra Santa, o como proponen algunos autores más avezados, realizaron excavaciones bajo el “Templo de Salomón”, estos debían alimentarse, lavar sus vestimentas y muchas otras labores caseras. Incluso no podría ser descabellado especular que los sirvientes eran los que cavaban, quizás eran un gran grupo de hombres, pero solo nueve tenían la calidad de Caballeros. La literatura relacionada con el esoterismo interpreta de forma muy antojadiza aquella idílica creencia de los nueve caballeros que durante nueve años realizan excavaciones bajo las caballerizas del templo de salomón, no suele tomar en cuenta cronistas contemporáneos a la orden, como Miguel “El Sirio” quien escribe que…“Fue el rey, un hombre agudamente consciente de las deficiencias de una estructura militar establecida, quien persuadió a Hugo de Pays y a treinta compañeros suyos de que sirviera en la caballería”… (Barber, 2002).


Además, existen pruebas de que en el año 1125 o 1126 un décimo integrante llamado “Hugues de Champagne” ingresa a la Orden, lo cual confirma una carta de la época escrita por el mismo Bernardo de Claraval, en la cual felicita a Hugo de Champaña por su decisión. Según una transcripción la carta diría lo siguiente: “Si, por Dios, que de conde vos habéis hecho simple soldado, y pobre, de rico que vos erais, yo os felicito de todo corazón, y rindo gloria a Dios, porque sé que este cambio se debe a la diestra del altísimo. (…) Por mi parte conservaré un reconocimiento eterno, quisiera poder daros pruebas” (Citado de Codex Templi, 2005). El ingreso de Hugo de Champaña a la Orden de los Pobres Soldados de Jesucristo significó para ésta un aporte de gran consideración, ya que en el año 1115, diez años antes de su ingreso, habría permitido a un grupo de monjes instalar los primeros cimientos de lo que sería una gran abadía cisterciense en sus dominios, a dicho lugar se le dio el nombre de Claraval “Valle Claro”, en francés Clairvaux, a la cabeza de este grupo de monjes se encontraba uno muy destacado en su abadía, su nombre era Bernardo y adoptaría el nombre de procedencia del lugar donde instalaría su abadía: Claraval, futuro San Bernardo. (Codex Templi, 2005), el cual es considerado “Una de las grandes figuras claves de la edad media en general y de la iglesia en particular” (Lortz, 1982). Algunos autores sostienen que esta destacada personalidad eclesiástica era primo del primer Maestre de la Orden y sobrino de André de Montbard, uno de los nueve caballeros fundacionales, lo que sí está comprobado es que Bernardo de Claraval será un personaje clave en el futuro desenvolvimiento de la Orden de los Pobres Soldados de Jesucristo.


Conclusión Luego de haber puesto en el tapete estos contradictorios asuntos, relacionados con la fundación de la orden de los templarios, podemos establecer que, desde sus más recónditos inicios, presenta uno de los más característicos aspectos, lo poco que se sabe en torno a esta orden, en contraste de lo mucho que se escribe o habla de ella. Es innegable que los investigadores de la orden no se pondrán de acuerdo en asuntos como este, y las fuentes que nos pueden dar las respuestas cada vez son más escazas, lejanas, contradictorias y dudosas. Sin embargo, quienes nos interesamos por llegar a la verdad, haremos lo posible por acercarnos mayormente a esta. Con respecto a la fecha de fundación de la orden, hay que tener en consideración la enorme problemática relativa a la calendarización del tiempo, por lo cual, es muy probable que exista un desfase de algunos años, en relación al calendario del siglo XIV, por tanto no debemos descartar una fundación temprana de la orden, lo cual no necesariamente significa que se dedicaron a actividades de índole ocultista o mistéricas, cómo algunos han tratado de proponer, sino que responde a los dolores de cabeza que la periodificación le ha traído al hombre y las ciencias sociales en particular. En relación al origen de los nueve caballeros fundacionales, concuerdo con los investigadores que acusan el afrancesamiento de la historia de la orden, y desconocimiento del origen barcelonés, en especial, de la ciudad de Braga, tal como lo sustenta uno de los mejores investigadores de la orden, y buen amigo personal, don Justo Navarro, que esgrime documentos inéditos, de primera mano, que nos dan al menos la opción de plantearnos revisar el asunto. Finalmente, es imperativo establecer que, mientras más tiempo pasa, y más nos distanciamos del verdadero origen de esta orden, aludiendo a la inmensa cantidad de conocimientos que nos heredaron en diversos aspectos, estamos caminando a una sociedad menos justa, equilibrada y carente de los más importantes valores y principios, como la fe, la lealtad, la unión, etc.


Bibliografía • Bordonove, G. (2005). La vida cotidiana de los templarios en el siglo XIII. Madrid: temas de hoy. • Campomanes, P. R. (1747). Dissertaciones Historicas del orden y cavallería De Los Templarios. Madrid: Paris-Valencia S.L. • Prince, L. P. (2005). La revelación de los templarios. Barcelona: Editorial DeAgostoni. • Ralls, K. (2003). Los Templarios; caballeros a la búsqueda del Santo Grial. Ciudad de México: Diana. • Templespaña, V. (2005). Codex Templi; los misterios templarios a la luz de la historia y la tradición. (Templespaña, Ed.) Madrid: Aguilar. • Uptom-Ward, J. (2005). El código templario; texto íntegro de la regla de la Orden del Temple. Madrid: Martinez Roca.

Webliografía http://domustempli.blogia.com


Tercera Parte ENSAYOS ESPIRITUALES


5 O CAMINHO ESPIRITUAL DOS SOLDADOS DE CRISTO POR

ALBINO NEVES

Desde que o mundo é mundo, existe uma luta entre o bem e o mal. Esta luta, permanece dentro e fora do homem a través dos tempos.

O Cavaleiro Templário precisa travar uma luta constante para vencer os velhos vícios, o velho homem. Só assim pode surgir em si, o novo homem. Disse Buda: “É mais forte o homem que vence a si mesmo do que aquele que vence mil homens em combate”. Jesus falou a Nicodemos: “É preciso nascer em espírito para entrar no reino do céu”. Esse reino não está fora, mas dentro do próprio homem. Compreendendo isso, o Cavaleiro Templário dá um importante passo para sua ascensão espiritual, para se tornar um guerreiro da luz, preparado para qualquer embate. Periodista, escritor y conferencista. Autor de los siguientes libros: “O Andarilho – A viagem rumo ao infinito”, Caminho da Luz, o Caminho do Brasil”, “Un camino dentro do Caminho”, “Na aterra dos monges do deserto”, “Viajantes da Via Láctea”, autor de más de treinta mil reportajes, Mentor del Caminho da Luz – Brasil.


Jesus explicou ao doutor da lei que sem o renascimento não é possível acender ao espírito, disse ainda que Deus é espírito e que através do espírito é possível falar com Deus. Quanto a luta externa, temos assistido o colapso do capitalismo e o homem não descobriu ainda como resolver o problema criado pelo próprio homem. O homem parece não querer enxergar que a solução de todos os seus problemas se encontra na pratica dos dois princípios básicos ensinados pelo Mestre dos Mestres para a evolução da humanidade: Ter “temor a Deus” e “amor ao próximo”. A Cavalaria atual, precisa compreender que não se combate o mal que assola o mundo, com a espada do guerreiro, mas, sim, com a misericórdia e o amor do monge. “Na casa de meu Pai existem muitas moradas”, disse Jesus, portanto, são os passos dados na terra que conduzem o Cavaleiro para a casa do Pai ou se dele se distanciar para a senzala espiritual. A lei do livre arbítrio dá ao Cavaleiro o direito da escolha. “Tudo que ligares na terra, será ligado no céu e, tudo que desligares na terra, será desligado no céu” essas palavras do Mestre Jesus são claras e visam mostrar ao Cavaleiro que somente matando o ego é possível florescer o Eu Divino. A casca deve morrer, para que a semente possa brotar. O Cavaleiro necessita se desligar das coisas materiais e se ligar nas coisas espirituais, no fortalecimento do seu espírito. Enganasse o Cavaleiro achando que para trilhar o caminho indicado pelo Mestre é preciso abandonar tudo, se tornar um eremita, desprovido de conforto físico e espiritual. Nossos Irmãos Maiores nos ensinaram ao adquirirem milhares de propriedades e bens por toda a Europa, que os bens devem servir para servir. Assim, possuíam muitos bens, mas nunca se deixaram ser escravizados por eles. Se mantiveram fiéis como “pobres Cavaleiros de Cristo”. Adquiriram a consciência de que eram tomadores de conta daquilo que o Senhor lhes confiava. Que desta terra nada se leva de bens materiais, mas, os bens que nela se praticam, são verdadeiros tesouros que enriquecem o espírito do Cavaleiro para a vida vindoura.

Em seu Evangelho Espiritual e Esotérico, João, o Apóstolo amado de Jesus ensina do primeiro ao vigésimo primeiro capítulo que é preciso renascer para se transformar em “filho de Deus”, em um novo homem, em um iniciado Crístico. Em sua primeira manifestação


como o Cristo, Jesus transmuta água (matéria) em vinho (espírito), e assim inicia sua jornada iniciática, convocando-nos a seguir os seus passos, a nos transmutar no processo alquímico de seus ensinamentos. É preciso escolher a que senhor se quer servir! Um Cavaleiro Templário deve ser um exemplo para os demais. Precisa esforçar-se na pratica das sete virtudes. Deve se colocar diante do altar e dizer de corpo, mente e alma: “Eis-me aqui Senhor”, estando sempre pronto para a batalha em favor do triunfo do bem.Suas vitórias e conquistas devem ser pela honra e glória do Senhor e nunca por si mesmo. Um Templário deve colocar os seus bens, a sua sabedoria e todo o seu ser em favor das causas de Deus. Ser um Templário é estar sempre de prontidão para servir onde e quando for chamado.A maior vitória do Cristo deu-se quando Ele declarou: “Ei vencido o mundo! ” Tais palavras passam por despercebidas pela maioria da humanidade. Um Templário precisa compreender que o Comandante da Milícia Branca da qual faz parte, foi fiel a Deus até o último de seus instantes na terra. Dando assim, o maior de todos os exemplos de amor ao pronunciar antes do suspiro derradeiro as palavras “Pai perdoa-lhes, eles não sabem o que fazem”. E por que fez isso? Para nos mostrar que não se combate o mal com o mal, mas com o bem. E quando vier o Filho de Deus todos que aqueles adquiriram a consciência de que o bem deve prevalecer sobre a terra cavalgaram ao Seu lado para o triunfo final.Portanto, um Templário deve ter a consciência de que por seus frutos será reconhecido e por suas ações se dará a conhecer.Desta forma, necessita treinar para vencer um por um de seus erros, segundo um plano que ele mesmo deve estabelecer agora mesmo e se não o fizer sua batalha haverá sido perdida de antemão. Um Cavaleiro Templário deve se convencer de que precisa mudar sua forma de ser e de agir, que deve se regenerar, porque se não tiver o verdadeiro desejo de mudar, de ser outro, de superar-se, para que servirá a sua Iniciação?


6 LA VIDA, ESPACIO DE RELACIÓN, TIEMPO DE ENCUENTRO POR

SILVANA VARGAS GALLARDO Palabras Clave: Vida, Humberto Maturana, biología, teología, espacio, evolución, hombre, Dios.

¿Qué es la vida, cuántas veces nos hemos preguntado esto, cuántas respuestas hemos encontrado y cuántas incertidumbres han marcado nuestra historia tratando de encontrar una respuesta satisfactoria que colme nuestras expectativas. Será que la pregunta por la vida aparece y desaparece al mismo tiempo que vamos caminando a veces hacia el todo y otras hacia la nada? Vivir es más que existir, esa es una de las grandes cuestiones teológicasfilosóficas.

Arsenalera por el Centro de Formación Técnica Santo Tomás, Diplomado con grado de Magíster en Estudios Teológicos por la Universidad Católica de Santísima Concepción, Agente de Pastoral en Salud de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Concepción, Miembro de la Congregación de los Pobres Siervos de Nuestra Divina Providencia, Consejera Espiritual de la Asociación Ordo Pauperes Commilitones Christi Templique Solominici.


Para Maturana lo humano surge en la historia evolutiva de los primates bípedos con el lenguaje. Cuando esto ocurre, el vivir en el lenguaje se hace parte del fenotipo ontogenético que define a nuestro linaje cultural, y en torno a cuya conservación se dan todas las variaciones estructurales que llevan al ser biológico homo como sapiens sapiens. Siguiendo con Maturana, señala que en la historia el lenguaje y el lenguajear permanecen siempre como rasgos fenotípicos que establecen de nuevo en cada individuo en el ámbito de su vivir cultural. Las culturas son redes de conversaciones, modos de vivir en el entrelazamiento del lenguajear y emocionar, y que el ser cultural implica el vivir en una tal red de conversaciones. En consecuencia, al decir que el ser humano es un ser cultural, señala que lo humano surge en la culturización del homo sapiens sapiens, no antes. Somos concebidos como homo sapiens sapiens no humanos y que nos hacemos humanos en el vivir humano aunque nuestra biología de homo sapiens sapiens sea el resultado de nuestra deriva filogénica cultural humana. Se pregunta Maturana: ¿Cuándo ocurre esto? Él piensa entonces, que la humanización del feto o del embrión, no es un fenómeno que tenga lugar como parte de su desarrollo, sino que surge como parte de la vida de la relación cultural de éste. Pero ¿cuándo? La culturización y por tanto la humanización del homo sapiens sapiens en desarrollo, empieza cuando el embarazo comienza a ser un estado deseado por la madre y ésta se desdobla en su sentir y reflexión, dando origen en su vientre a un ser que tiene un nombre y un futuro. Para Maturana, esto no ocurre en un momento fijo; no es un momento fisiológico aunque afecte de manera total las fisiologías de la madre y del embrión o feto; es un fenómeno psíquico, esto es, de la vida de relación. Si hay un aborto antes de esto, desaparece un ser vivo, un embrión o un feto, pero no un ser humano. Después en cambio, se pierde un hijo. En palabras más simples ¿cuál es la propuesta de Maturana?, que el ser humano es eminentemente un ser cultural y que dicha culturización comienza con el lenguaje, por tanto, se es humano en el reconocimiento por parte de otro como humano a partir de un llamado. Es la madre quién llamando al feto “hijo” es que éste entonces comienza a ser un ser humano, comienza a ser persona.


¿Qué pasaría entonces, si un “ser vivo” parafraseando a Maturana, no es llamado como hijo y nunca deseado durante los 9 meses de gestación y abandonado vivo por su progenitora luego de su nacimiento en una bolsa de basura en la casa de las Hermanitas de los Pobres acá en Concepción? ¿tendríamos que decir que lo que se ha encontrado es un montón de células, con piel y que llora desconsoladamente o estamos frente a una persona? Lo interesante de Maturana en esta reflexión, es la reivindicación del concepto “hijo” y el planteamiento por el cual él manifiesta este acontecimiento humano. Se es hijo en la medida en que se es llamado. Nuestra existencia acontece como un llamado, como otro que nos hace ser y nos deja abiertos a una respuesta. Somos ontológicamente seres en relación. Persona en cuantos sujetos dadores de respuestas. He visto con gran desazón como la mayoría de los debates televisivos, escritos, conferencias, panfletos pro-vida emanados de nosotros los mismos cristianos hemos convertido la defensa por la vida en la defensa de fetos, embriones, cigotos, utilizando los mismos criterios que utiliza la ciencia, la misma que a partir de los inicios del siglo xx se convirtió en una fuente de riqueza para el hombre pero al mismo tiempo nos inundó de una gran incertidumbre cuando comenzamos a poner todo bajo el ojo clínico de un microscopio o un telescopio, cuando comenzamos a tratar de dilucidar los grandes misterios del hombre y del mundo dentro de una ecuación algebraica o de experimentos en los cuales a este hombre desarticulado por las exigencias científicas, definido por la biología, por la psicología, por la sociología, por la neurología quedó reducido a un montón de células en evolución. Entonces, que nos quedaba a nosotros los cristianos… evidentemente tomar a este hombre escindido, fragmentado, divido y tratar de conciliar en una especie de concordismo la fe y la ciencia, donde la que más fue dañada ha sido la fe. El hombre desde la fe, no se escucha, la respuesta cristiana sobre el hombre, esa respuesta que conmovió a los primeros cristianos, a tal punto de estar dispuestos a perder la vida por esa fe, se ha ido diluyendo entre nosotros mismos. La fe de los primeros cristianos era la fe del Hijo, era la fe en el Hijo. Si Adán era la figura del que había de venir (Rm, 5, 14 ss), el que vino para mostrar al hombre el rostro de Dios y el rostro del hombre, nos reveló a Dios como Padre y al Hombre, como Hijo y en cuanto hijos, co-herederos del Reino. Rm, 8,17. Con esto no quiero decir que los aportes que ha hecho la ciencia y especialmente la bioética, para defender a la persona sean de Perogrullo, o estén de más y tengamos que convertirnos en unos apologetas fundamentalistas de la fe, sino que demos cabida también a aquello que es el ser de nuestra fe, la fe del Hijo, la fe de ser hijos.


¿Cómo entiende esto la teología? Comenzaremos por el concepto vida en el Antiguo Testamento. Para el pensamiento bíblico, vivir y existir no es lo mismo. En el libro del génesis, en los relatos de la creación del hombre, se nos presenta una perspectiva distinta a todos los demás textos de la creación que circundaban en esa época en Oriente próximo antiguo. Lo medular del relato, para esta ocasión, está en comprender que era para los hebreos la vida, y por tanto la vida del hombre. Crear al hombre no es solo hacerlo aparecer, sino darle vida, es decir, otorgarle un espacio físico determinado (paraíso) asignarle una tarea como ser activo (cuidar y labrar la tierra) recordarle su responsabilidad frente a Dios (el veto del árbol de la ciencia del bien y del mal) relacionarlo con los demás seres vivos en una superioridad cualitativa y por sobre todo en una relación de complementariedad con su “tú” más próximo, la mujer. El hombre cabal, el hombre vivo, comportaba todas estas series de características que lo hacían entonces un ser viviente. El pensamiento bíblico por tanto, va a entender que el hombre se define por una serie de relaciones que tienen como eje central la relación con Dios, y que de ella dependen todas las demás a tal punto que rota esa relación en el pecado original, se destruyen en cadena todas las otras relaciones y queda entonces el hombre exiliado de todo lo que había sido querido para él desde el principio en una suerte de soledad existencial. El árbol de la vida que aparece en el relato de la creación, no simboliza solo una realidad físico-biológica, simboliza por sobre todo una realidad existencial del hombre que yergue en una cuestión insoslayablemente teológica. La vida para el pensamiento bíblico es sinónimo de la plena relación con Dios, de plena comunión en la obediencia a su palabra. Ser vivo, es ser con Dios y para Dios. Lo contrario es la muerte, la desobediencia a la palabra, es la pérdida de la relación es la muerte, así muerte y vida son siempre conceptos religiosos-teológicos.

Que el árbol de la vida estuviese en el centro sólo puede significar que la vida del hombre procede de la medular centralidad que Dios (el viviente y el vivificador por antonomasia) es para él. La existencia humana ha de girar permanentemente en torno a ese centro biógeno, del que el hombre no puede disponer autónomamente, pero que sí puede acoger como puro don gracioso. En la medida en que Adán acepte la vida como tal don, la poseerá sin restricciones; el acceso a este primer árbol no está gravado por ninguna limitación (contrariamente a lo que ocurre con el otro: v.16). Dicho brevemente: para Adán, vivir y existir en obediencia agradecida al dador de la vida es uno y lo mismo. El hombre despliega su existencia permanentemente acuciado por la pulsión de ser, de ser él mismo, de ser siempre y consumadamente. El autor de nuestro relato señala cuál es la


dirección justa para colmar tal pulsión. Desde esta perspectiva, el árbol de la vida viene a ser como la concentrada quintaesencia de la situación-paraíso. El resto del Antiguo Testamento, responde siempre a esta situación de relación y de desrelación en conformidad a la Alianza establecida con Dios. Podremos decir entonces que el hombre en cuanto Imagen y Semejanza de Dios ha sido creado en libertad para responder a todas las relaciones que le han sido asignadas como parte de su estructura existencial. El hombre en cuanto ser libre, está hecho para la plena relación con un Tú-Tú. Señala Joseph Ratzinger en su libro “Introducción al cristianismo”, que la fe veterotestamentaria hablaba de Dios como Padre de Israel y de los pueblos, como creador y señor del mundo. El Nuevo Testamento narra un acontecimiento inaudito en el que Dios se revela en una dimensión que durante largo tiempo permaneció oculta: en Jesucristo nos encontramos con un hombre que es y se califica de Hijo de Dios. Encontramos a Dios en la figura de su enviado, que no es una esencia intermedia entre Dios y los hombres sino realmente Dios, y que con todo, llama a Dios como nosotros, Padre. He aquí una colosal paradoja: por una parte este hombre llama a Dios Padre, le tutea; si esto no es pura comedia sino verdad, como conviene a Dios, él tiene que ser distinto del Padre al que él y nosotros invocamos. Por otra parte, él es el Dios cercano que se aproxima a nosotros; él es el mediador de Dios para nosotros; precisamente por ser Dios mismo como hombre, en figura y esencia de hombre, él es el Dios-con- nosotros (Emmanuel). Si fuese distinto de Dios, si fuese una esencia intermedia, desaparecería radicalmente su mediación que se convertiría en separación; entonces no nos llevaría a Dios, sino que nos alejaría de él. De aquí se colige que él es el Dios mediador mismo y el hombre mismo, real y totalmente. Esto quiere decir que Dios no se acerca a nosotros como Padre, sino como Hijo y como hermano. Sin que podamos comprenderlo, pero al mismo tiempo comprensible en sumo grado, se nos manifiesta aquí la duplicidad de Dios: Dios como yo y como tú. A esta nueva experiencia de Dios sigue una tercera: la del espíritu, la de la presencia de Dios en nosotros, en nuestro ser íntimo; y también se concluye de aquí que este espíritu no se identifica ni con el Padre ni con el Hijo, pero tampoco es un tercero entre Dios y nosotros, sino el modo en que Dios mismo se da a nosotros, en el que Dios mismo entra en nosotros, de tal manera que está en el hombre y en su ser íntimo, pero también está infinitamente por encima de él.


Así, esta vida-relación de la que hablábamos en el Antiguo Testamento, este paraíso primigenio, se nos revela como el Reino de Dios, donde el rey se llama Padre y no existen súbditos, sino hijos. El Don de la vida de la revelación cristiana está en ser hijos. Comprender esta premisa no es una tarea única de hombre, Jesús en el sentido del Padre nos permite comprenderlo. Guissani en su obra, Orígenes de la pretensión Cristiana, hace referencia a esta nueva mirada a través del propio hombre, quien ha de comprender el valor de la persona humana a la luz de Jesucristo. Pero antes es necesario educación en moralidad, especialmente en la capacidad para relacionarnos con los otros. Guissani nos habla de una genialidad humana, de una capacidad psicológica más o menos desarrollada, que se compone de tres factores: • La sensibilidad natural • Una educación realmente completa • Atención El primer y gran misterio antes que Dios, la creación, es el misterio del yo. Cuando el hombre se reconoce como un misterio, es solo ahí donde abre su horizonte para dar cabida a un tú. Esta sensibilidad antropológica en tiempos como los nuestros se ha estrechado, se ha vuelto una imposibilidad, cuando rodeados de paradigmas que pretenden resolver todas las preguntas del hombre, lanzándolo al tacho de los objetos materiales ya no hay ese horizonte que nos permite reconocernos como misterio. El misterio es la pregunta, si existe una pregunta, entonces el corazón del hombre levanta la mirada para esperar una respuesta. Surge así la religiosidad en el hombre, tan solo con una mirada vertical. Es en este instante donde el hombre está capacitado para hacer eco de las palabras de Guissani a esta genialidad moral y religiosa, esta sensibilidad para captar el valor de lo humano. Fue esto lo que Jesús pidió con fervor a sus discípulos, esta genialidad para captar su mensaje interpelándolos constantemente: ¿por qué no comprendéis mi lenguaje? ¿Por qué no podéis escuchar mi palabra? A pasar de los signos, los apóstoles no estaban aún listos para ver más allá de las acciones de Jesús. El valor de la vida para Jesús, parte por captar lo ignoto, una franca apertura última del espíritu distinta en cada uno de los hombres. La estatura humana se mide por la concepción de vida que éste tenga, cuanto más vidaamor-relación emane de esa persona, cuando más abierto a la entrega se nos muestre el otro entonces más verdad emana de él. Por esto, la exigencia de creer en Jesús y en su evangelio, solo quien ama con todo su corazón y se entrega con toda su alma a Jesús, es capaz entonces de estar dispuesto al amor de todo el universo. Depender de Dios-Padre, opera de la misma forma la liberación de toda especie de opresión, cualquier otra dependencia es siempre


lesiva y coactiva de la riqueza de ser persona. Darse cuenta de la propia dependencia original no significa simplemente tener conciencia de un pasado, del gesto que nos creó. Por el contrario, la dependencia del hombre es continua, en cada instante, en cualquier aspecto de nuestro obrar. Cada fragmento de nuestra existencia, tiene en el misterio del Ser su origen total, Dios es nuestro verdadero Padre, el Padre de esta continua generación que es nuestro existir. Esta es la revelación de Jesús, entrar en el misterio cristiano, es entrar en la paternidad de Dios, como hijos en el Hijo con el Hijo: El Padre y yo somos uno sola cosa, separados de mí no podéis hacer nada. La grandeza del hombre está en el ser hijos, aquí radica nuestra dignidad humana. En que el Padre por amor nos ha constituido hijos, desde el primer momento de la creación. Esa filiación había sido perdida por el pecado de nuestros primeros padres, pero Cristo nos ha re-generado, re-constituido hijos coherederos del reino. Y el reino no es otro mundo, al estilo platónico, un mundo separado de este, el reino está ya aquí, ha comenzado aquí, por tanto todos los hijos son herederos. Matar a un niño es privarlo del Reino, privarlo de los gozos y frutos de lo que por derecho propio en cuanto hijo, le pertenece. Hijo, porque como nos recuerdan los Salmos 139, 1516: mis huesos no se te ocultan, cuando era formado en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra, mi embrión veían tus ojos, en tu libro están inscritos los días que me has fijado, sin que aún exista el primero. Desde el primer momento de nuestra existencia acontecemos como hijos porque hemos sido llamados. Maturana, desde la biología nos lo recuerda, que somos en cuantos seres humanos personas, dadores de respuesta frente a un llamado que comienza con un tú. Pero si nuestra madre olvidara llamarnos como hijo, el profeta Isaías nos interpela: ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin dolerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque esas personas se olvidasen Yo jamás te olvidaría (Is 49, 15). Ser imagen y semejanza de Dios significa compartir por gracia el ser de Dios, ser hijos desde antes incluso de que la madre pueda tener consciencia del ser engendrado. Cristo nos motiva a destacar este nuestro evangelio, el evangelio de la vida, de la relación. El Dios cristiano en cuanto trinitario, ha de ser pura relación. La vida, el acto de la vida consiste en la perfecta armonía de la relación eterna, y el Padre nos ha llamado a ser partícipes de los gozos y frutos de esta relación, de esta vida. No hay vida sin relación, la pérdida de la relación es muerte, es pecado, es herida, es soledad. El papa Francisco nos ha recordado en Evangeli Gaudium lo complejo que es vivir en una sociedad que se mueve solo en pos del individualismo, motivado por el modelo económico imperante, una sociedad de individuos, pero no una sociedad de personas, pues decir persona, dice Ratzinger, es decir relación. La mujer embarazada no espera a un embrión, a un feto, espera a un hijo, amado y querido por Dios desde la eternidad.


Cuarta Parte ESTUDIOS MEDIEVALES


7 EL HIJO DE FLAVIO DESIDERIO REY LOMBARDO POR FRIEDERICK BLOD Palabras Clave: Bernardo, Platoni, Ansprando, lombardo, Ivrea, Angheria, Milán, Visconti, Carlomagno.

Artículo sobre la enigmática vida de Bernardo Ansprando, también conocido como Bernardo Ansprado, Bernardo de Platoni, Eberardo, Everardo, Everhard, quien fuera el segundo hijo del Rey Flavio Desiderio de los Lombardos, último rey lombardo y la reina Ansa o Ansia de los Lombardos. Incansable investigador de misterios medievales…


No obstante ser una obviedad que nos encontramos ante un príncipe de sangre, esta circunstancia no se ve reflejada en ninguna parte de la bibliografía consultada, limitándose a señalar que fue Marqués de Ivrea y Conde de Angheria16. Tuvo seis hijos, que ostentaron los mismos títulos que él: Ottone, Berengario, Ugo, Falco, Facio y Guido17. Se especula que su mujer haya sido Gisela la Joven18, una de las hijas de Carlomagno, aunque poco se sabe de esta princesa, a quien Luis el Piadoso hizo encerrar cuando murió Carlomagno, por su conducta desarreglada19. Nació aproximadamente hacia el año 75820, cuando pequeño fue deportado junto al Rey Desiderio y la Reina Ansa a la Abadía de Corbie, en Francia, pero luego volvió al norte de Italia, comprando tierras a Carlomagno21, fundando un verdadero estado. Llegó a ser Marqués de Ivrea hacia el año 79522 hasta el año 85523. Sobre la existencia de Bernardo de Platoni Cabe preguntarse a la luz de la evidencia existente, si verdaderamente existió Bernardo o por el contrario, es producto de la imaginación de los antiguos estudiosos, quizás un error que se fue repitiendo en las antiguas crónicas escrita mayoritariamente entre los siglos XVI a XVIII. La respuesta es clara, si existió.

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RIVA, Gian Jacopo, “Storia della Lomellina, e del Principato di Pavia, dai Suoi Primi Abitatori”, 1746, Stamperia Privilegiata della Suprema Superiorita Elvetica nelle Prefetture Italiane, 439p. 17 TESAURO, Emanuele conte “Del Regno D’Italia Sotto i Barbari Epitome”, 1664, Imprimatur Fr. Thomas Inquisitor Taurini, BVSCHETTVS. 138p. 18 Genealogia dos Lusvarghi, “Árvore Genealógica do Rei Desiderio ao Luxiardus de Platis” [En línea]. [Fecha consulta: 11 mayo 2015]. Disponible en <http://fernandolusvarghi.wix.com/fernandolusvarghi#!luxiardus/c1g04>. 19 ENCICLONET 3.0, “Gisela, Gilda o Gisla, Princesa carlovingia [hija de Carlomagno] (781-?)” [En línea]. [Fecha consulta: 12 mayo 2015. Disponible en <http://www.enciclonet.com/articulo/gisela-princesa-carlovingia1>. 20 GNOMIZ Encyclopedia a Motore, “Marchesi D’Ivrea e Loro Discendenza” [En línea]. [Fecha consulta: 11 mayo 2015]. Disponible en <http://www.gnomiz.it/gran1a.htm>. 21 DE´CRESCENZI ROMANI, Gio Pietro “Corona della Nobiltá D’Italia overo Compendio dell’ Istorie delle Famiglie Illvstri”, 1639, Imp. Nicolo Tebaldini. 788p. 22 Scuola Media Statale Leonardo Da Vinci di Ivrea, “I Marchesi di Ivrea” [En línea]. [Fecha consulta: 11 mayo 2015]. Disponible en <http://digilander.libero.it/mediaivrea/medioita/frmarivr.htm>. 23 DE SALAZAR Y CASTRO, Luis, “Índice de las Glorias de la Casa Farnese o Resumen de las Heroycas Acciones de sus Príncipes, que Consagra a la Augusta Reyna de las Españas Doña Isabel Farnese”, 1716, Imprenta de Francisco del Hierro, 790p.


No hay duda que nos encontramos excavando uno de los pasajes más oscuros de la historia, la alta edad media, en la que cualquier investigación resulta de difícil realización. Sin embargo, nos hemos formado la convicción de su existencia, basándonos en la siguiente evidencia: a) El Testamento de Attone, Obispo de Vercelli de 15 de mayo del año 945: En el que afirma ser descendiente de Everardo, hijo de Desiderio, Rey de los Lombardos2425. Ahora bien, algunos consideran este testamento como falso, sin embargo éste fue confirmado por su posterior testamento del año 948. b) El retrato de Bernardo que figura en el libro Del Regno D’Italia Sotto i Barbari (retrato que también se encuentra en el principio de este título): Del escritor Emanuel Tesauro, predicador y tratadista moral italiano. Su obra data del año 1663. Si nos fijamos en el costado inferior izquierdo, se puede leer la siguiente leyenda “Cavato dalla sua Vita”, es decir que se trata de un retrato realizado en vida de Bernardo. Ahora bien, en el extremo superior derecho del retrato se puede ver el número 158. En efecto, todos los grabados de dicha obra tienen un número, así por ejemplo el Rey Rachis posee el número 98 y el Rey Astolfo está designado con el número 102, aunque estos dos últimos retratos poseen una leyenda diferente en su parte inferior, a saber “Cavato dal Museo del Marchese Belisoni in Pavia”, es decir, que son reproducciones de un museo privado que perteneció al Marqués Belisoni, ubicado en la ciudad de Pavia. El retrato fue realizado por los artistas Charles Dauphin y Johann Jacob Thurneyssen26 -connotado pintor francés el primero y experto grabador alemán el segundo, quienes trabajaron juntos en Italia-, y no corresponde al producto de su imaginación, sino que por el contrario, se trata de una copia de un retrato anterior y preexistente de una colección privada, propio de una persona que verdaderamente existió, a la luz de los antecedentes analizados. c) El Manuscrito del Capellán Galvagno Fiamma, quien vivió entre los años 1283 y 1344 aprox.: Este escrito da cuenta de la existencia de Bernardo27. Dice claramente que se trata del segundo hijo del Rey Desiderio, luego del primogénito Adalgiso Teodoro. 24

MORONI ROMANO, Gaetano, “Dizionario di Erudizione Storico-Ecclesiastica”, Vol. XCIII., 1859, Dalla Tipografia Emiliana, 340p. 25 TROYA, Carlo, “Studii di Carlo Troya intorno agli Annali d'Italia del Muratori”, Volume Primo, 1869, Tipografia degli Accattoncelli, 320p. 26 UNIVERSITÀ DEGLI ESTUDI DI TRIESTE, “Catalogo Il Seicento” [En línea]. [Fecha de consulta: 13 mayo 2015]. Disponible en <https://www.openstarts.units.it/dspace/>. 27 SAROGLIA, Giovanni, “Memorie Storiche Sulla Chiesa D’Ivrea”. Tipografia A.Tomatis, 1881.


Galvagno Fiamma fue el capellán de Giovanni Visconti (Obispo y Señor de Novara en 1331, Arzobispo y Señor de Milán en 1339 y Dux de Génova en 1353). Además de lo anterior, su anticuario llamado Giacomo Strada también confirma esta información. La primera publicación de este antiguo manuscrito se produjo recién en el año 1727. Como podemos apreciar, los antecedentes nos llegaron de un autor milanés, de la misma forma que la historia romana nos viene de cronistas romanos, la historia franca de historiadores francos, etc. RETRATO DE GIOVANNI VISCONTI Y MANUSCRITO DE GALVAGNO FIAMMA, O QUIZÁS UNA REPRODUCCIÓN MANUSCRITA DEL CAPELLÁN REALIZADA EN EL SIGLO XIV POR UN MIEMBRO DE LA FAMILIA VISCONTI d) La inscripción en mármol encontrada en la Iglesia de Santa Maria de Nobili del año 1210: Iglesia que al parecer con el tiempo pasó a llamarse Iglesia Foronovana, la inscripción dice lo siguiente: LOPARIUS ET JUDEX UBERTUS NOMEN DEDIT CLARUS UTERQUE SANCTÆ MARIÆ NOBILIUM DE CATINO MIRACULIS UBIQUE PATENTIS PRS. ADECHISIUS ET PUTERLA INCLITI COMITES ODQQ. DE SANCTO EUSTACHIO OMNES GENUS ADELCHIS EXCELMI. REGIS EJUSQ. FILII EBERARDI INCLITI DUCIS SIMUL OB MIRACULA PLURA STATUERUNT PERPETUA THURA JOHAM. DE FAIDA ARCHIPR. ET CAPITULUM POSUERUNT ANNO DOMINI MCCX. MATER ECCLESIARUM LOCORUM CATINENSIS TERRIT: SIT OMNIUM SALUS AMEN28

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SPERANDIO, Francesco Paolo, “Sabina Sagra e Profana Antica e Moderna Ossia Raccolta di Notizie del Paese Sabino”, 1790, Nella Stamperia di Giovanni Zempel, 500p.


La inscripción fue descubierta por el Arcipreste de la Catedral de Sabina en Magliano, hacia el año 1789, el sacerdote Francesco Paolo Sperandio, y constituye a nuestro parecer una prueba definitiva de la existencia de Bernardo o Eberardo. No obstante lo anterior, dicha prueba trae consigo un nuevo misterio en conjunto con otra interrogante.

¿Fue el Rey Desiderio verdaderamente el padre de Bernardo de Platoni? El Hecho de que Bernardo sea hijo del Rey Desiderio, se afirma en la mayor parte de las genealogías existentes2930, no obstante, una prueba física tan irrefutable como previamente descrita, esto es, una antigua inscripción en mármol del año 1210 que declara expresamente que su padre es Adelchis, resulta a nuestro entender definitiva. Hasta donde sabemos, Flavio Adalgiso Teodoro, o simplemente Adelchis, era el hijo primogénito de Desiderio y fue Rey de los Lombardos en conjunto con su padre entre los años 759-774. También sabemos que se concertó la unión matrimonial, por razones diplomáticas, entre la hermana de Carlomagno y Adalgiso, en forma paralela con el matrimonio entre Carlomagno y la hija de Desiderio llamada Hermengarda o Desiderata (no existe certeza acerca de su nombre real). Ambos matrimonios estaban destinados a encontrar la paz entre ambos reinos, pero finalmente todo se frustró al desatarse la guerra debido a las intrigas del Papa Esteban de aquella época. Existe discrepancia acerca de si el matrimonio llegó o no a

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DE SALAZAR Y CASTRO, Luis, "Índice de las Glorias de la Casa Farnese". Imprenta Francisco del Hierro, 1716, 790p. 30 PALATIO, Ioanne, "Aquila Saxonica Sub Qua Imperatores Saxones Ab Henrico Aucupe, Ufque Ad Henricum Sanctum Occidentis Imperatorem XV. Elogiis, Hierogliphicis, Imaginivus Antiquis", Editor Iacobum Herz, 1673.


realizarse, algunos piensan que no31, otros en cambio son de la opinión que éste se celebró pero fue disuelto posteriormente. Nosotros estimamos que, independiente del hecho de que se haya llegado a celebrar, hubo al menos una unión íntima entre ellos, es decir, que se llegó a concretar ésta relación en los hechos. Lo anterior, debido a que sabemos de la existencia de hijos del Rey Adelchis: Liutprando, Romualdo, Grimoaldo32, Bernardo33 y otros cuyos nombres no nos han llegado, haciendo presente que existe una buena probabilidad de que su madre haya sido Gisela de Heristal, en atención a lo ya expresado. Recordemos que esto es posible debido a que Carlomagno era tolerante con sus hermanas e hijas permitiéndoles las relaciones extramatrimoniales, incluso él mismo llegó a tener un concubinato legal con Himiltruda. Ahora bien, si Bernardo de Platoni era hijo de Adelchis ¿cómo terminó siendo recluido en la Abadía de Corbie junto a sus abuelos los reyes Desiderio y Ansa? Recordemos que, luego de la ruptura entre los francos y los lombardos estalla la guerra entre ambos reinos, en la que Adelchis tuvo una participación activa, resultando éste vencido, retirándose a Verona en primera instancia y refugiándose en Constantinopla posteriormente, donde fue hecho patricio bizantino. Por tanto, es probable que no haya tenido tiempo de rescatar a su propio hijo, quien finalmente se crió con sus abuelos, como si de verdaderos padres se tratase. Sobre si Bernardo fue verdaderamente Conde de Angheria Varios autores señalan que efectivamente Bernardo fue Conde de Angheria, o utilizando el lenguaje de la época Conte D’Angleriæ3435. Nosotros creemos que esta teoría es efectiva, basándonos en las siguientes razones: a) Algunos estudiosos señalan claramente que el Rey Desiderio es el fundador de la estirpe de los Condes de Angheria. b) De conformidad a lo señalado en las antiquísimas “Crónicas del Conde de Angheria”, en el pasado más primitivo los mismísimos emperadores germánicos al ser coronados 31

CANTÚ, César, "Historia Universal", Tomo III, Imprenta de Gaspar y Roig Editores, 1866, 911p. Nelson, Janet. «Making a Difference in Eighth-Century Politics». En Walter A. Goffart y Alexander C. Murray. After Rome's Fall. University of Toronto Press, 1998, 393p. 33 SPERANDIO, Francesco Paolo, “Sabina Sagra e Profana Antica e Moderna Ossia Raccolta di Notizie del Paese Sabino”, 1790, Nella Stamperia di Giovanni Zempel, 500p. 34 TENIVELLI, Carlo, “Biografia Piamontese”, 1784, Stampatore e Libraio della R.Accademia delle Scienze”, 250p. 35 TESAURO, Emanuele conte “Del Regno D’Italia Sotto i Barbari Epitome”, 1664, Imprimatur Fr. Thomas Inquisitor Taurini, BVSCHETTVS. 138p. 32


contaban con la presencia de los Condes de Angheria36. Este ritual tiene mucho sentido, la historia nos dice que en el momento que Carlomagno derrotó a Desiderio, se hizo coronar a sí mismo como Rey de los Lombardos, era la primera vez que un rey germánico adoptaba el título de un reino que había conquistado. Al no haber ocurrido algo así antes, resulta lógico pensar que, al menos en un inicio, quisiera legitimar dicho título no solamente a través de la figura del Papa, sino que además con la presencia de la verdadera estirpe lombarda. Estas crónicas abarcan desde el año 606 hasta el año 1222, y fueron escritas por el monje Daniele. El manuscrito fue encontrado en la Casa de Carlo Andrea Settala y copiado en abril de 1513, pertenecía a la biblioteca privada cisterciense de San Ambrosio. Existe una leyenda muy interesante de la Basílica de San Ambrosio, que posee una columna fuera de la cerca, comúnmente llamada "el pilar del diablo". Se trata de una columna romana muy antigua, traída desde otros lugares, que tiene dos agujeros. Esta leyenda reza que la columna fue testigo de una pelea entre San Ambrosio y el diablo. El demonio trató de perforar al santo con sus cuernos pero no pudo y quedó encerrado en la columna. Después de intentar liberarse durante mucho tiempo, el demonio lo logra y, asustado, huye. La tradición popular dice que los agujeros huelen a azufre y que si uno se inclina y acerca el oído a la piedra, se pueden oír los sonidos del infierno. De hecho, esta columna se utilizó para la coronación de los emperadores alemanes. Según dice Galvagno Fiamma, juraban sobre el misal, recibían la corona de hierro y abrazaban la columna, según explica, de la siguiente forma: “Cuando el Rey de los Romanos recibía la Corona de Hierro del Reino de Italia en la Basílica Ambrosiana, el futuro Emperador caminaba hacia la columna de mármol, y uno de los Condes de Angheria le presentaba el misal. Enseguida, el Emperador juraba obediencia al Papa y a la Iglesia Romana tanto en los asuntos temporales como espirituales. Acto seguido, el Papa, el Arzobispo o el Abad de San Ambrosio le coronaba con la Corona Férrea como Rey de Italia. Finalmente abrazaba la columna queriendo significar que la justicia será recta en él”. La otra columna que posee la basílica, está rematada con una serpiente de bronce. Se piensa que el fuste de esta columna corresponde a la iglesia original del siglo IV. Cuenta la leyenda que la serpiente de bronce es la serpiente de Moisés (su bastón se transformó en serpiente para que los israelitas la siguieran) y que en el día del Juicio Final se despertará y serpenteará hasta el Valle de Josafat.

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GENNARELLI, Achille y MAZIO, Paolo “Giornale Romano di Storia, Belle Arti e Letteratura, Diretto e Compilato”, Anno II. Vol. III., 1845, Tipografia Salviucci. 384p.



c) Los ancestros de Bernardo fueron Duques de Angheria: Su tatarabuelo Pemo o Pemmone fue Duque de Angheria, además de ser el Duque de Forum Lulii. Así lo deja expresamente establecido el estudioso Joseph Manuel Trelles Villademoros37. d) Los descendientes de Bernardo fueron Condes de Angheria: Los fueron sus seis hijos38, mas no profundizaremos en esto, ya que es mejor abarcar esta temática al momento en que debamos estudiarlos individualmente. Sobre si Bernardo fue verdaderamente Marqués de Ivrea Pese a que se ha afirmado que Bernardo de Platoni o Bernardo Ansprando fue Marqués de Ivrea39, nosotros somos de la idea que no lo fue. De hecho, es altamente probable que en aquella época la ciudad principal que le da nombre a la marca ni siquiera se llamara aun Ivrea. En varios de los libros más antiguos Bernardo aparece simplemente como “Eporediæ Marchio”40, o incluso términos intermedios tales como “Eboredia”41. Probablemente nos encontramos en la época en que el nombre de “Eporediæ” se encontraba en pleno proceso de transformación hasta la actual denominación “Ivrea”. Por otra parte, se acepta que el primer Marqués de Ivrea oficial fue su nieto Atto Anscario42, la marca se reconoce oficialmente a partir de este príncipe. Muy probablemente hacia la época de Bernardo Ansprando de Platoni y de su hijo menor Guido43, solo podemos hablar de una proto marca mas no marca, una especie de estado con soberanía mediada44.

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TRELLES Villademoros, Joseph Manuel “Asturias Ilustrada. Primitivo Origen de la Nobleza de España, su Antigüedad, Clases y Diferencias”, Tomo III, Parte Tercera, 1760, Oficina de Domingo Fernández de Arrojo. 427p. 38 ALBERTI Bolognese, Leandro “Descrittione di Tvtta Italia”, 1550, Impresión Anselmo Giaccarelli. 469p. 39 TESAURO, Emanuele conte “Del Regno D’Italia Sotto i Barbari Epitome”, 1664, Imprimatur Fr. Thomas Inquisitor Taurini, BVSCHETTVS. 138p. 40 Ibidem. 41 DE SALAZAR Y CASTRO, Luis, "Índice de las Glorias de la Casa Farnese". Imprenta Francisco del Hierro, 1716, 790p. 42 Ibidem. 43 Ibidem. 44 BERTOLOTTI, Antonino, “Fasti Canavesani”, 1870, Tipografía de F.L. Curbis. 162p.


Así las cosas, no resulta prudente referirse a Bernardo Ansprando como “Marqués de Ivrea”, sino que por el contrario, solo se puede afirmar que fue “Soberano o duque de Eboredia”. Análisis del Escudo del Retrato de Bernardo Primeramente, el escudo se encuentra inclinado hacia un lado, lo que es indicativo de un linaje caído, lo que concuerda con la caída del Reino Lombardo a manos de Carlomagno. En segundo lugar, éste se encuentra coronado con corona ducal. Resulta curioso si consideramos que se afirma de él que fue Marqués de Ivrea y Conde de Angheria. Una de las posibles respuestas, puede radicar en el hecho que, al menos a la época en que Desiderio aun gobernaba, Eporedia era un ducado gobernado por Tunnonem45, por lo que quizás cuando Bernardo reinó sobre dicho territorio aún tenía la calidad de ducado. Otra posible explicación, consiste en el hecho que Bernardo era príncipe de sangre, por lo que es posible que se le haya reconocido al menos la calidad de duque. Finalmente, cabe hacer presente que también Angheria en sus orígenes fue un ducado46, según lo indicamos anteriormente. En tercer lugar, se trata de escudo oval italiano, portado normalmente por los eclesiásticos, lo que concuerda con la antigua tradición que señala que hacia al final de su vida se transformó en un hombre religioso. En cuarto lugar, se trata de un escudo cuartelado, en el primero y tercero se puede apreciar una serpiente de oro en campo de plata. Si observamos con atención la forma de la serpiente y la comparamos con el escudo de Angera nos daremos cuenta que es de idéntica forma:

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MURATORI, Ludovico Antonio “Rerum Italicarum Scriptores”, Tomus Tertius, 1723, Ex Typographia Societates Palatinaæ in Regia Curia. 709p. 46 TRELLES Villademoros, Joseph Manuel “Asturias Ilustrada. Primitivo Origen de la Nobleza de España, su Antigüedad, Clases y Diferencias”, Tomo III, Parte Tercera, 1760, Oficina de Domingo Fernández de Arrojo. 427p.


En efecto, se trata de una serpiente de idéntica forma que la del territorio en análisis, con la única diferencia que tiene cabeza de dragón y se está comiendo a un sarraceno, es decir, que el escudo de Bernardo fue confeccionado pensando en esa historia anterior al momento en que los milaneses sostuvieron guerra contra el mundo musulmán, alzándose con la victoria. En el segundo y cuarto, se puede apreciar su composición heráldica jaquelada, queriendo significar su origen remoto en los duques de los bávaros, que en el futuro derivaría en rombos. Volviendo el análisis previo, se puede constatar que el escudo de Angera es en realidad de la Familia Visconti, el cual presentamos a continuación: En este sentido, existen autores, como Giuseppe Rocco Volpi, que dejan bien establecido que la Familia Visconti desciende del linaje Platoni y de Bernardo Ansprando47. HIJOS DE BERNARDO      

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Otón Berengario Hugo Falco Facio Guido

VOLPI, Giuseppe “Dell’Istoria De’ Visconti e Delle Cose D’ Italia”, Parte I


HIJOS DE FACIO  

Plato Platoni (Plato de Platis) Eliprando Platoni (Ruitprando el Vizconde).

Finalmente uno se puede preguntar si Otón, Berengario, Hugo, Falco, Facio y Guido fueron verdaderamente los hijos de Bernardo, Everardo o Everhard. En realidad fueron hijos unos de otros, pero eso se estudiará en otra ocasión.


Quinta Parte RESEÑA CRÍTICA DE LA LITERATURA TEMPLARIA Y MEDIEVAL


8 LOS TEMPLARIOS DE CHARPENTIER POR ALVARO MORALES FIGUEROA

Existen ocasiones en que uno no percibe a primera vista lo que va a representar algo importante en su vida, pues bien, es así como empiezo a esgrimir los acontecimientos extraordinarios relativos a la lectura que comentaré…

Licenciado en Comunicación Social y Periodista por la Universidad del Desarrollo, Diplomado en Gestión Cultural por la Universidad de Chile, investigador y expositor. Trabajó por casi 10 años como periodista y encargado de Cultura de la Universidad Técnica Federico Santa María, Sede Concepción. Caballero Gran Cruz OSMTH – (Porto), Canciller General, Director de la Publicación Digital “Domus Refero”, de la Asociación Ordo Pauperes Commilitones Christi Templique Solominici (OSMTH – Porto).


Nada es azar, enseñaba el viejo Hermes Trismegisto en su Kybalion, todo tiene una causa y así toda acción causal tiene un efecto… quizás, ese efecto se convierta en causa de otras acciones y así causa y efecto se vean como una cadena de acontecimientos infinita de la que nadie escapa. El tema interesante, es cuando uno se hace consciente de lo que ocurre y comienza a averiguar el porqué de los acontecimientos. Es en ese preciso momento cuando el Universo se vuelve infinito y el sabio descubre que toda obra es emanada desde su centro, desde su propia voluntad, y se hace consciente de que modificando su interior, transforma finalmente lo que sucede en su exterior. Así como los senderos del mago, todo peregrinaje comienza desde el interior pues ya ha sido anhelo antes que pensamiento y pensamiento antes que verbo y verbo antes que manifestación. Así comienza todo. Pues bien, doy gracias a quién hizo llegar a mis manos el libro al cual me referiré pues realmente para mí ha sido una joya de aquellas que vienen envueltas en “la humildad de su aspecto de escrito viejo”, de esos que con solo hojearlos se van rompiendo y que han sido testigos de una larga data y de muchos quienes se han de seguro deleitado con la lectura de sus páginas. Louis Charpentier y su obra No podemos hablar del texto en sí sin referirnos en primer término al autor y describiendo un poco su obra. Podemos decir que Louis Charpentier fue reportero, peregrino, literato y editor franco, vivió entre los años 1905 y 1979. Su obra estuvo siempre relacionada con desentrañar una infinidad de misterios de nuestro mundo, lo que lo llevó a viajar por el Líbano y Egipto. Sus trabajos más importantes recorren desde los orígenes del hombre, la historia y mitología de la Orden del Templo y Compostela.48 Dentro de sus obras encontramos títulos como “El Misterio de la Catedral de Chartres” (1966), “El Misterio de Compostela” (1971), “El Misterio de los Templarios” (1967) y “Los Gigantes y el Misterio de los Orígenes” (1969). Pues bien, conocida la fuente de la que emana el texto en cuestión, nos adentraremos en la espesura de sus páginas, como aquel que ingresa a un bosque misterioso, lleno de sorpresas 48

(Comparte Libros, 2011)


y por lo menos, hace meditar deduciendo de manera mistérica ciertas dudas que todo buscador y amante de los Caballeros Templarios se ha preguntado siempre. El Bosque de Oriente Me refería a internarse en un bosque porque este es el primer capítulo que encontramos en la obra cuyo título es “El Misterioso Bosque de Oriente” en el que describe la región de la Champaña en Francia, en el Languedoc, en donde al parecer y según su investigación, nace el misterio del Temple. “Existe un macizo boscoso entre el Sena y el Auba, en la húmeda Champaña, a veinte kilómetros al este de Troyes, que tiene el inesperado nombre de Bosque de Oriente”49. Así comienza el libro y todo su relato mistérico que concatena acontecimientos que dan origen a la orden de caballería medieval más famosa alrededor del mundo: La Orden del Templo, más conocida como Orden de los Caballeros Templarios. Habiendo explicado lo anterior, Charpentier continúa su relato haciendo alusión a como estaban emparentados los primeros nueve caballeros, varios de los cuales participaron de la primera cruzada y hace dudar sobre las reales intenciones sobre las cuales fue cimentada la Orden del Templo, que si bien se dijo que iban a proteger a los peregrinos cristianos que transitaban el camino entre Jafa y Jerusalén, sus verdaderas intenciones fueron el develar misterios universales tales como el Arca de la Alianza. En efecto, como provocando el anhelo de la investigación, el autor involucra en nuestra mente el desconcertante viaje al pasado relativo al Arca de la Alianza, pero no sólo con su aspecto histórico, sino que descorre el velo de su simbología y lo conecta con el conocimiento acerca de estos principios cosmológicos que supuestamente adquirieron los nueve caballeros iniciadores de la orden y de su gestor y más interesado admirador, Bernardo de Claraval, quién merece un estudio más acabado por toda la historia y la leyenda que rodean a este personaje.

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(Charpentier, 1970)


El velo que envuelve a Chartres Para avanzar a veces hay que retroceder un poco para reforzar con lo establecido en el pasado, lo que deberemos emprender en el futuro. Así, ya vimos que una de las principales obras de Charpentier fue realizar una investigación que transformó en libro sobre la Catedral de Chartres, construida bajo las órdenes de los Caballeros Templarios y las cofradías de picapedreros medievales pues bien, en este texto también expande esa idea. “Y si las Tabas de la Ley son, como yo creo, una de las “fórmulas del Universo”, y que estas Tablas sacadas de Egipto han estado en poder de los constructores de catedrales, ya no parece tan inexplicable el que, al igual que las pirámides son un “formulario” de ciencia cósmica, (El abate Moreaux, astrónomo y matemático, que defendió esta tesis, difícilmente puede pasar por ignorante o por pagano), se pueda encontrar en las proporciones y las dimensiones de Chartres un conocimiento del globo terrestre que no corresponde en nada al que era común en aquella época”.50 Más aun explicando el significado de una frase que se encuentra exhibida sobre el portal norte de la catedral de Chartres que versa: “Hic dimittitur Archa Cederis”, lo que podría traducirse como “Aquí está depositada, por el Arca obrarás” lo que hace recordar que en las leyendas griálicas “Perlle hizo construir para el Grial un templo parecido al de Salomón”. En busca del porqué de la creación de los Caballeros Templarios Seguidamente en el libro, su autor se esmera en plantear su pensamiento en base a la reflexión de los acontecimientos que a partir de Benito de Nurcia se sientan las verdaderas bases del monacato y por tanto de la cristiandad monacal pero además de cómo a través de los esfuerzos de la comunidad benedictina se han transmitido los conocimientos antiguos, tanto griegos como romanos hasta nuestros días. Esto debido a la conservación de manuscritos en los monasterios. Dentro de esta gama de conocimientos se encuentra el acuñado por los constructores y que llegó a oídos de San Bernardo quién transmitiera esta información a los Templarios y éstos a los albañiles de la Edad Media.

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(Charpentier, 1970)


Más allá, se extiende explicando las influencias druídicas que el cristianismo tuvo posterior a Benito de Nurcia, de la mano de San Colombán, semidruida y semicristiano de Irlanda, lo que hace más factible la incorporación de las leyendas druidas de San Bernardo. Todo lo anterior unido a un relato que explica como las bases de la civilización terminaron en un sincretismo religioso realizado en la época del papa Gregorio I, paulatinamente las nuevas creencias iban siendo implantadas, engullendo, a mi juicio, todas las tradiciones antiguas y transformándolas en lo que finalmente llegó a manos del genio tras los Templarios: San Bernardo, orientadas a él desde Cluny que fue una verdadera fortaleza espiritual que guardó por muchos años el conocimiento ancestral. En el fondo, conectando todos los grandes acontecimientos de la historia que explican el por qué se confabuló la creación de la Orden del Temple. Basta exponer un fragmento que señala: “Los dólmenes se volverán catedrales así como la Virgen Negra, Nuestra Señora”.51 Todo lo anterior siguiendo el hilo conductor del porqué de la creación de la Orden del Templo. Cruzadas, Templarios, el objetivo aparente Templarios como el resultado de un proceso con un fin determinado, totalmente orquestado por las mentes más grandes de la Orden Benedictina, con el verdadero fin de prolongar el actuar laico en la búsqueda y protección de las leyes universales y más profundos secretos de la construcción religiosa, exterior e interior, que se creía permanecían velados en los santos lugares. El autor se da tiempo de hacer un repaso por todos los acontecimientos que desembocaron en la primera cruzada y por consiguiente en la creación de la Orden del Temple en Jerusalén. Además, se adentra en detalles muy interesantes de la forma en que la Orden estaba organizada, conteniendo miembros monjes y miembros laicos viviendo bajo una misma regla, los monjes eran los que fortalecían al Temple en Europa y los laicos, eran militares que con rigurosidad religiosa emprendieron la defensa de la cristiandad en ultramar, en oriente medio. Nombra a los monjes caballeros quienes se iniciaban bajo los

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(Charpentier, 1970)


estándares de la orden cisterciense y que desde Europa administraban la obra y que representaban el núcleo de esta orden medieval. Lo anterior se refleja en las excavaciones que se han realizado en los cementerios templarios donde se han encontrado caballeros enterrados sin ataúd de cara al suelo, lo que respondía a los ritos fúnebres cistercienses y por qué no decirlo benedictinos. La milicia Templaria era orientada a ultramar y era un ejército muy bien organizado y disciplinado, el que estaba bajo el mando del Gran Maestre, del Senescal y del Mariscal y de la relación de éstos con otras órdenes como la del Hospital. Los miembros de la milicia solo hacían votos de obediencia y de pobreza, pues la castidad estaba destinada a aquellos quienes vivirían como monjes. En estos apartados del compendio, el autor realiza una detallada descripción de la organización Templaria, de los grandes maestres y de la forma de actuar en batalla de la caballería, dando información muy valiosa que conviene tener en cuenta sobre todo de quienes buscan las raíces Templarias y quienes se dedican a su investigación. Al mismo tiempo se adentra el detalle que lo organigrama y el del Temple en Europa, como fuente de aquel que desee averiguar encomiendas templarias, como se organizaban para pueden dejar de recurrir a

en explicar, con caracteriza, el funcionamiento por lo tanto, información para cómo eran las quienes vivían ahí y funcionar, ellos no esta valiosa obra.

Si bien es cierto y como en todo orden de cosas, estos datos se pueden poner en tela de juicio, pero más cierto que falso es que de estas dudas puede perfectamente salir una gran investigación que corrobore lo expuesto en todos los capítulos del libro, por lo que nadie debe desconocer el invaluable aporte para la historia de la caballería cristiana que representa la obra de Louis Charpentier y su inmensa pasión por el tema, más aún si se hace también referencia a ciertos misterios que no han podido ser resueltos del todo y de los que se especula sin más. Algunos de estos misterios son los de la Espina, la Rochelle, El Baphomet, la Alquimia, el Tesoro Templario, la Herejía, entre otros.


La espina Lugar cercano a una encomienda Templaria en Payns y que el autor lo relaciona con su aspecto simbólico. La Espina ha estado presente en las tradiciones judeo-cristianas, los cuentos de hadas y hasta en la tradición hindú que habla sobre la energía vital del hombre alojada en la columna vertebral o Kundalini o Koundoulini. “Se encuentra la espina trenzada como una corona en la tradición cristiana, rodeando al Sagrado Corazón en la simbología alquímica, rodeando el corazón llameante del que nace el lirio de siete flores, y también rodeando a 52 la rosa” . “Existe en el hombre una potencia Está representada en las tradiciones en la región perineal, entre las serpiente Koundoulini, que duerme despertar”53. Todo esto, relacionado con el caballeros templarios habrían de las más antiguas

vital independiente de la animal. hindúes por una serpiente alojada glándulas sexuales. Es la y que el hombre debe conocimiento que los tenido de esta simbología y tradiciones.

El misterio se palpa en las páginas siguientes cuando relaciona a la Espina con la iglesia de Notre Dame de la Espina, erigida en un lugar en el que un pastor habría encontrado a una figura de la virgen envuelta en un espino ardiendo y que extrañamente se asienta en un sitio en el que viene a completar las iglesias en la tierra que fueron construidas por el Temple y que tienen su correspondencia en el cielo, en la constelación de virgo. Todos estos supuestos se pueden ir concatenando hasta sacar conclusiones escalofriantes. La riqueza del Temple Aquí el autor une extensamente lo relativo a la presencia Templaria en Francia llegando a una especie de retrato hablado de las rutas que la Orden construyó en ese país anexando como una telaraña su red de encomiendas, iglesias y fortificaciones. Pues bien, todas ellas llegaron innegablemente al puerto de La Rochelle, desde donde se extiende el misterio de la flota que los Templarios mantuvieron y su objetivo aparente.

52 53

(Charpentier, 1970) (Charpentier, 1970)


Con gran solidez argumental, Charpentier intenta poner al corriente de sus lectores que existe un velo tras la Rochelle que se traduciría en viajes que miembros de la Orden habrían realizado a América, de donde extraían plata, lo que desembocó en la gran riqueza que el Temple acumuló en la Edad Media. Aquí es recomendable ratificar que son los argumentos, los datos históricos, los que llevan al autor a concluir lo que pudo haber pasado, convierte en muy interesante la lectura de esta obra clásica. El Temple en su mayor esplendor Con todo lo anterior, podemos augurar que en la medianía del libro nos encontraremos con datos muy interesantes acerca de la vida de esta fascinante orden de monjes guerreros medievales quienes fueron capaces de crear una nación intercontinental, que traspasaba las fronteras de Europa y llegaba a hasta Tierra Santa. Más aún cuando la obra explica de qué forma el imperio templario tomó forma, convirtiéndolo en agente civilizador, lo que le permitió obtener riquezas impensadas para la época, transformándolo en prestamista de reinos completos. Las catedrales como obras templarias merecen un capítulo aparte, ya que con una fascinante y minuciosa argumentación el autor plantea muchas conclusiones que son merecedoras de toda la atención de los lectores. Entregando un sin número de datos, Charpentier explica las verdaderas causas del arresto a los Templarios, avanzando, sin lugar a dudas, un escalón más allá de los simples fundamentos históricos, adentrándose en la psique de la época, tomando en cuenta el poder que estaba perdiendo la corona francesa, el papado como extensión de poder del rey y la inquisición como el verdugo rastrero de quienes se opusieran a la voluntad de los gobernantes europeos. De misterios, herejías que caminan más allá del tiempo Si bien es cierto las fechas en las que ocurrieron algunos hechos no coinciden con lo que hemos leído anteriormente sobre el Temple, es increíble la cantidad de antecedentes de primera fuente que aporta el texto y si bien elucubra algunas hipótesis, el estilo en el que escribe el autor da luces a poder sopesar antecedentes para poder sacar conclusiones propias. Frente a las acusaciones formuladas en contra de los Templarios enumera las acusaciones principales y se enfoca en cómo se maquinó toda la orquesta para destruir la orden más importante del Medioevo. Tratamiento especial merece la acusación de la negación del hombre que murió en la cruz. Según la obra, los templarios no se habrían retractado de esa supuesta herejía conjeturando una presunción que hace temblar los cimientos de la Iglesia Católica y que más que contarla


por este medio, destaca que a la luz de los acontecimientos de nuestra era, casi cincuenta años después de ser escritos, siguen más vigentes que nunca. Duda tras duda, datos y más datos, se reúnen en esta magnífica obra. Pero no se puede hablar de los Caballeros Templarios sin tocar un punto a mí entender esencial: El misterio del Baphomet. Las observaciones sobre este punto están contenidas en una sola sección del volumen ya que el autor reúne varias interpretaciones para intentar resolver de qué se trataba realmente este “ídolo” que supuestamente adoraban los templarios: El Baphomet. Charpentier señala que en base a sus averiguaciones los Templarios practicaron la alquimia y que estas estatuillas de cabezas barbudas, a veces con cuernos, a veces un busto con tres cabezas, responden al interés y a la práctica de la transmutación de los metales en oro. Esto se refleja en la siguiente cita del libro que dice “Gerard de Séde me parece más próximo a la verdad cuando da para Bapheus méte, que es muy similar a Baphomet, la traducción de “pintor de la luna”. En este caso, tomando adjetivamente in figuram Baffometi podría traducirse “según la manera de los pintores de la luna” que designa alquímicamente a los que pueden transformar la plata en oro, o sea, a los adeptos que han conseguido la realización de la Gran Obra”54. Así se va planteando un libro lleno de sorpresas que tiene como norte crear la inquietud por la Orden del Temple, siempre dando la apariencia de estar frente a misterios que no se han podido resolver desde hace más de 700 años. De esta forma, el libro realiza en sus capítulos finales una teoría de una supuesta encriptación del mensaje templario que habría sobrepasado el tiempo a través de Nostradamus, y de la supuesta supervivencia de la orden en la clandestinidad y a través de los templarios quienes no fueron apresados en 1307 y que ingresaron a otras órdenes similares al Temple, como la de Calatrava, Montesa e incluso la Orden de Cristo en Portugal, realizando algunas conjeturas acerca del temple y su relación con la francmasonería.

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(Charpentier, 1970)


Finaliza el texto de forma brillante, contextualizando las leyendas del Grial y especula con el Bosque del Oriente como base para esconder la copa sagrada. Así, misterio tras misterio, los Templarios de Louis Charpentier parecen ocupar un universo paralelo, que no sólo representan la base de la sociedad occidental, ya que la acción civilizadora de la edad media implantada por la Orden en Europa hace que el recuerdo de la Orden esté más allá del tiempo y del espacio, fraguándose una y otra vez en la mente de quienes nos apasiona este fascinante tema, mezclándose con leyendas cada vez más escabrosas, difíciles de digerir para mentes profanas. Una obra absolutamente recomendable para cualquier buscador. Lo cierto es que para intentar entender a cabalidad la historia de la Orden del Temple hay que ser un poco loco, como la carta del tarot, un loco buscador. Pues entonces, “buscad y encontrareis”.


9 ¿UN LIBRO DE... MAGIA SEXUAL CATÓLICA? POR SERGIO FRITZ ROA

Chile es tierra misteriosa desde un punto de vista de la difusión del conocimiento espiritual… Sergio Fritz Roa, Escritor, editor y librero, es además amante del arte fantástico, estudioso de la metafísica tradicional y el simbolismo hermético. Dirige la revista "Bajo los Hielos. Tradición y Poesía Trascendente" y la editorial Bajo los Hielos (www.bajoloshielos.cl). Autor de la novela «El Jardín de Trincheras» (traducida incluso al italiano), coautor de la enciclopédica obra "Codex Templi" (Aguilar, Madrid, 2005), "Templarios: Cruz y medialuna" y del libro "Poliedro I" (Primeras ediciones, Rancagua, 2006), como de varios artículos sobre espiritualidad tradicional y Literatura Fantástica. Ha publicado en distintas revistas europeas y americanas [«L’Idea. Il Giornale di Pensiero» (Italia); «Lhork», (España); «Ciudad de los Césares» (Chile), «Casa del Tiempo» (México); «Serpiente Emplumada» (Perú); entre otras]. En 2013 fue editado en alemán su ensayo sobre H.P.Lovecraft por la editora Regin-Verlag. Es además el entrevistador del canal de entrevistas "Torre de Babel. Encuentros con hombres notables”. Artículo publicado con la autorización expresa del autor.


Acá hallamos órdenes dedicadas únicamente a la praxis guerrera, como la "Thi-u-Hin"; a espiritistas renombrados a nivel mundial como Jaime Galté; a tarotistas y escritores famosos como Jodorowsky; a artistas que exponen un simbolismo excepcional como Tótila Albert; a pensadores vinculados a la "Escuela Arica" y al eneagrama, como Claudio Naranjo; esoteristas de gran seriedad como Mario Antonioletti; a uno de los fundadores del "Hitlerismo Esotérico" (Miguel Serrano); divulgadores como John Baines (seudónimo de Darío Salas); y un largo etc. Acá vinieron rosacruces importantes como Krumm Heller y Swinburne Clymer. Incluso se especula que estuvo de viaje por estas tierras...Aleister Crowley. Y a mi juicio es la tierra americana de la Mano Izquierda por antonomasia. La cofradía de brujos la "Recta Provincia" (o más precisamente, la "Mayoría"), a la cual dedicamos un ensayo http:/brujeriachilena.blogspot.cl/ la extensa red de "salamancas" o cuevas de brujería; la obra de Miguel Serrano y el libro que comentaré así lo demuestran. En mi labor de librero suelo ver muchos textos. Vivo con ellos y entre ellos. Y de los más curiosos que he tenido frente a mí se encuentra éste, que podría ser considerado el primer libro (o al menos el más explícito) de Magia Sexual Católica. Se trata de "Sexualidad teológica. Antídoto al sida y a la lujuria" de Mariano Ortúzar Cariola. Editado en Santiago, en 1987, es un extenso libro de 336 páginas, lleno de curiosas ilustraciones, donde vemos órganos sexuales femeninos y masculinos en muchos de los símbolos cristianos, desde la cruz al vaso griálico, incluidas representaciones de los templos como lugares fálicos. Sin duda que el libro debe haber causado revuelo en los que lo tuvieron en sus manos. Lo expresivo de las imágenes que realizara el mismo Ortúzar, más conocido como pintor, no dejan dudas de su carácter provocador. Y, sin embargo, es posible hay enseñanzas que Portada del libro de MARO; nombre podemos hallar enseñanzas que se conocen en iniciático de Mariano Ortúzar Cariola algunas escuelas mistéricas, como, por ejemplo, la señal de la cruz realizándose con la tocación de los genitales cuando se dice "espíritu".


La señal de la cruz, para Ortúzar pasa por la indicación de los genitales, cuando se dice "Espíritu".

El autor intenta mostrar que tras el Catolicismo hay una enseñanza oculta referida a la sexualidad. Es más, llegó a crear una "Sociedad del Sagrado Sexo" (S.S.S)... o de los "Sagrados Genitales" (SS.GG), donde se promovía la adoración de los órganos generadores. Acá les dejo algunas fotografías de esta obra única en su género que sorprenderán a católicos y no católicos.


PUBLICAR EN LA REVISTA DIGITAL +*NON NOBIS*+ SE ACEPTA CUALQUIER ARTÍCULO, TRABAJO O ENSAYO QUE ESTÉ RELACIONADO DIRECTA O INDIRECTAMENTE CON LA HISTORIA DE LOS TEMPLARIOS, O BIEN, ALGÚN ASPECTO DE LA EDAD MEDIA. ACEPTAMOS, ADEMÁS, ENTREVISTAS A PERSONALIDADES RELACIONADOS CON ÉSTAS AREAS, O BIEN, REPORTAJES O NOTAS PERIODÍSITCAS. REQUISITO FUNDAMENTAL: BASAR EL ESTUDIO EN UN MÍNIMO DE DIEZ FUENTES Y QUE ESTEN CITADAS ACORDE A LAS NORMAS DE PUBLICACIÓN EXPUESTAS EN NUESTRO SITIO WEB. LOS TRABAJOS CON NORMAS APA SE SOMETEN A VOTACIÓN DEL CONSEJO. ESTAMOS ABIERTOS A ARTÍCULOS DIVULGATIVOS, ESOTÉRICOS E INCLUSO UFOLÓGICOS, SIEMPRE Y CUANDO SE RELACIONEN CON DICHAS TEMÁTICAS, SEAN ABUNDANTES EN BIBLIOGRAFÍA Y DE ORIENTACIÓN SERIA Y CIENTIFICA. DUDAS

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