El Románico Porticado de Castilla
Por: José Arroba Martín-Delgado
José Arroba
El Románico Porticado de Castilla. El Románico Porticado de Castilla representa un patrimonio singular de la Castilla que se extiende entre el río Duero y el Sistema Central. Su ámbito de expansión correspondería a las actuales provincias de Ávila, Segovia, Soria, Guadalajara y parte norte de Madrid. Conformaría pues en núcleo central de lo que hoy debería ser la Castilla histórica, rota tras la actual división artificial en las llamadas Autonomías que dividieron a Castilla en la Autonomía de Castilla-León y Castilla-la Mancha, separándolas de la provincia de Madrid de forma antinatural para conformar unas Comunidades que muchos han dado en llamar popular y acertadamente las Autonosuyas de los políticos. Pero no estoy aquí hoy para hacer crítica política sino algo bastante mas importante. Decíamos que el Románico Porticado se da fundamentalmente en las provincias citadas que se corresponderían con algunas de los siguientes mapas:
La principal característica de este Románico Porticado es, como dice la misma palabra, la aparición de pórticos adosados a una de las paredes de la iglesia, e incluso, a veces, a dos de esas paredes. Los pórticos de estas iglesias se construyeron siguiendo las pautas artísticas de Románico preponderante en Europa en los siglos Xi y XII en lo relativo a la utilización de arcos de medio punto y la iconografía propia del románico en los capiteles de sus columnas sustentantes. La función de los mismos sin embargo es completamente original de Castilla.
José Arroba
La Castilla guerrera de la época, donde dos mundos y concepciones religiosas se enfrentan directamente de forma violenta, gozaba, precisamente por ello, de una singularidad política y social ajena al mundo feudal predominante. Estos pórticos se construyen concretamente por eso. En ellos se albergan reuniones, actos sociales y judiciales de hombres libres sin vínculo señorial, de unos pueblos y ciudades cuyos ciudadanos contaban con fueros y libertades desconocidas en el resto de Europa. Ellos autónomamente podían organizar sus pequeños ejércitos o caballería villana, establecer sus impuestos y derechos de portazgo propios, y regir su administración por expresa concesión del rey de Castilla en sus fueros concejiles.
El contraste con la sociedad feudal regida por el señorío territorial y jurisdiccional será la carta de presentación de una Castilla donde el honor personal personal ganado en el campo de batalla se convertirá en la divisa de la vida cotidiana y principal elemento de ascenso social. Esta estructura vigente en toda Europa donde el rey entrega el feudo al señor feudal tras la prestación del juramento de vasallaje se rompe en Castilla. Aquí el siervo no tendrá intermediario con su rey y la relación de vasallaje será directa con el mismo rey, que lo asumirá a través de la concesión de fueros. Simples infanzones de la baja nobleza llegarán a ser alférez o jefe de tropa del propio rey mediante su valor en la batalla, como el mismo Cid Campeador con su rey Sancho de Castilla.
Los colonos astures cántabros o vascos con que se repuebla esta parte de Castilla conocen el riesgo que para sus vidas representa vivir en la tierra de frontera con el Islam. Sólo cuentan con su esfuerzo y valor para asumirlo y a cambio reciben un régimen de libertades y propiedad alejado completamente de cualquier servidumbre señorial. Sólo al rey le deben vasallaje y sólo cuando este sea realmente justo y respete su honor. Se han ennoblecido gracias al riesgo asumido y a su propio valor. “Nadie es mas que nadie” dice Juan Bravo recordando sus orígenes castellanos en la Guerra de la Comunidades contra el Emperador Carlos V; o Cervantes cuando pone en boca de D. Quijote: “No es un hombre más que otro si no hace más que otro”; o Pedro Crespo en la obra del Alcalde de Zalamea de Calderón de la Barca cuando afirma: “ Al rey la hacienda y la vida se ha de dar, pero el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios”. Todos ellos recuerdan el alma de Castilla, una Castilla donde nunca hubo un régimen feudal, y cada colono ganaba y valía lo que ganaba y valía son su trabajo y con su espada. La Castilla donde un herrero, comerciante, agricultor o carpintero tenía caballo, espada, adarga para defender lo propio y devastar lo ajeno. Estas tierras de frontera con el Islam durante los siglos XI y XII eran estratégicas para los reyes castellanos. Frente al poder almoravide suponían un freno fundamental. Fomentar su repoblación cuestión política prioritaria, y para ello promovieron fueros y cartas puebla motivadoras que atrajesen población del norte de España. El lugar necesario para llevar cabo los acuerdos de todo orden serían pues los pórticos de estas iglesias. Eran pues estos recintos añadidos a la iglesia, que simulaban pequeños claustros monacales, el lugar adecuado para reunirse y tomar decisiones que afectaran a la vida cotidiana de la comunidad, realizar actos judiciales y , en buena parte de las ocasiones, enterrar bajo su suelo a los muertos. La evolución histórica de Castilla se debe en buena parte a la particular idiosincrasia que se forjó en estos pórticos. 2) Características artísticas de la Arquitectura Porticada Castellana. La galería porticada se suele adosar al muro orientado al sur para aprovechar el sol y el calor durante el frío invierno castellano. Está construida en piedra tallada y su cubierta es de madera con teja de barro. La pared exterior tiene vanos con arcos de medio punto románicos que descansan sobre capiteles decorados con todo tipo de motivos del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento como en el que vemos con el detalle de la Anunciación a María, motivos geométricos, vegetales, animales fantásticos, temas de oficios, etc. Exteriormente la cornisa descansa sobre canecillos de piedra que
que también pueden estar decorados. Abajo se remata con un murete que puede servir para sentarse, evitar el aire frío a los pies y dar una mayor consistencia al pórtico Canecillos decorados exteriores.
Cubierta a un agua del pórtico
Arcadas con arcos de medio punto, capiteles románicos sobre columnas pareadas.
Murete
Portada abocinada mediante arquivoltas decoradas y arco de medio punto románico.