CARATULA
PUBLICADO POR LA OFICINA DE DESARROLLO – PROCURA DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS, PROVINCIA DEL PERÚ. ESTE ANUARIO HA SIDO POSIBLE GRACIAS AL APOYO DEL CENTRO MAGIS. Consejo Editorial Carlos Cardó Franco SJ Carlos Cenzano de los Ríos Juan Dejo Bendezú SJ Rómulo Franco Temple SJ José Ramón González Écija SJ Víctor Hugo Miranda Tarazona SJ Javier Quirós Piñeyro SJ Editor: Kurth Mendoza Gutiérrez Diseño y diagramación: Karla Quispe Huamaní Corrección de estilo: Agustín Cortegana Gonzales Pre-prensa e impresión: GMC Digital Agradecemos a Daniel Giannoni Súccar por haber colaborado con algunas de las imágenes que aparecen en esta obra. Portada: Mujer sirviendo chicha en Catacaos, Bajo Piura, década del 40. Foto óleo de Manuel Quiroz, Archivo CIPCA- Piura. URL: http://www.jesuitasperu.org © Compañía de Jesús, Provincia del Perú Lima, Perú, abril del 2007. Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2005-6784
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Compañía de Jesús Provincia del Perú
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Índice Presentación 9
Carlos Rodríguez Arana SJ
Fe La Escuela de Catequesis Rural “Virgen del Rosario”: diez años sirviendo a la Arquidiócesis de Cusco
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Pablo Mora Mendoza SJ
La Parroquia Jesús de Nazaret de Trujillo
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Adolfo Franco Pomares SJ
El Movimiento de Catequistas del Vicariato Apostólico San Francisco Javier
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Jesús Valverde Pacheco SJ
El caminar de las Comunidades de Vida Cristiana en el Perú
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Guillermo Valera Moreno
El trabajo de la Compañía de Jesús en la provincia de Cangallo, Ayacucho
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Emilio Martínez Díaz SJ y Pedro Oblitas de las Casas SJ
El Padre Ubaldo Ramos Cisneros SJ (1959 – 2006)
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Juan Carlos Morante SJ
Justicia
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El Proyecto “Niños, Adolescentes y Jóvenes en Situación de Riesgo”. Experiencia a favor de la infancia y juventud más desfavorecida del país
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José Ignacio Mantecón Sancho SJ
El Voluntariado Universitario Jesuita MAGIS
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El Centro de Educación, Organización y Promoción de Ilo: 30 años afirmando la esperanza con verdad y justicia
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Ramiro Navas Russo
Servicios Educativos El Agustino: una experiencia de educación popular en el cono este de Lima Sergio Vargas Gonzáles
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La misión jesuítica en la Provincia de Huachos y Yauyos
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Adolfo Domínguez Jaime SJ
El Padre Romeo Luna - Victoria SJ (1921 – 1984)
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Ricardo Morales Basadre SJ
Educación
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El Colegio San Ignacio de Loyola de Piura y la integración de computadoras y el Internet en su propuesta pedagógica ignaciana
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Luis Bretel Bibus
Nuevas carreras profesionales en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya
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Vicente Santuc Laborde SJ
La Pontificia Universidad Católica del Perú y la Compañía de Jesús
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Marcial Rubio Correa
El Colegio de la Inmaculada durante una década de intensos sucesos históricos (1936 a 1945)
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José Carlos Martín Sánchez-Gutiérrez
De Astures, de Aguarunas y de Huambisas: Un homenaje a los Padres José María Guallart Martínez SJ (1915 – 2002) y Manuel García-Rendueles Fernández SJ (1946 – 2006)
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Fernando Roca Alcázar SJ, “Tukuis”
Arte Hermano Bernardo Bitti SJ (1548 – 1610)
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José Francisco Navarro Huamán SJ
Vida de San Ignacio de Loyola en obra de Juan de Valdés Leal
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Ricardo L. Falla Carrillo
Línea del tiempo: Historia del Colegio de la Inmaculada
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Armando Nieto Vélez SJ
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Presentación
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ienen en sus manos una nueva edición del ANUARIO de los Jesuitas del Perú. Con ella deseamos que nuestros amigos y bienhechores nos conozcan mejor. También nos gustaría que sus amistades, a través de ustedes, pudieran aproximarse a nosotros. Les invitamos a que se conviertan en nuestros aliados. La alianza que perseguimos no sólo tiene fines propagandísticos, sino que deseamos colaboradores para la misión, para poder seguir sirviendo al Señor con nuestros diversos trabajos a lo largo y ancho del Perú.
mundo más justo, más equitativo, más humano, no será un buen servicio de la fe.
Este ANUARIO sirve también para recordarles que seguimos unidos, que les tenemos presentes en nuestra oración y que salimos a su encuentro buscándoles en sus casas, en sus trabajos, en sus centros de recreación. La amistad es de ida y vuelta, es dar y recibir, es comprender y ser comprendidos.
Todo esto es lo que ustedes apreciarán al leer este ANUARIO. Se informarán de cómo proclamamos nuestra fe, evangelizando, preparando agentes pastorales en el campo y en la ciudad. Los catequistas que nos acompañan en el día a día del Vicariato, del Cusco, de Cangallo en Ayacucho son un verdadero regalo de Dios para nuestra Iglesia. Celebran la palabra, preparan los sacramentos, llevan la comunión a los enfermos, enseñan el catecismo a los niños, son líderes de sus comunidades, preocupándose de las necesidades de sus pueblos. Por otra parte, nuestra evangelización también se efectúa en el campo sociopolítico promoviendo una formación para el desarrollo sostenible, preparando a jóvenes para que sean líderes, para que puedan participar en los gobiernos locales y crecer en conciencia política. Son realidades complementarias. La fe separada de la vida, de los problemas reales de nuestros pueblos, de sus necesidades vitales, lleva a la alienación. La fe que no se ocupa de las cosas de los pobres es una fe mentirosa como dice la Primera Carta de San Juan. Por eso nuestra insistencia en ese binomio inseparable: fe que hace justicia o justicia que llega a la fe.
Como religiosos, somos seguidores y compañeros de Jesús. Sabemos que nuestra vida resulta un poco extraña a la mayoría de personas. Como dice San Pablo, vivimos con poco o con mucho, en medio de la abundancia o de la pobreza, alegrándonos o sufriendo con los dolores ajenos. Pertenecemos a la Iglesia Católica. Nos definimos como “servidores de la misión de Jesús”, quien vino a salvar al mundo para que todos tengamos vida y vida en abundancia.
En estas páginas encontrarán, además, las semblanzas de algunos jesuitas del pasado y del presente, que vivieron su vida con generosidad, con entrega, con sentido. Algunos son conocidos, otros no, pero todos ellos tienen algo en común, han residido en el Perú, han trabajado en nuestro país. Fueron hombres profundamente humanos. Apasionados por Dios y su Reino, entregados a la misión en nuestra Iglesia y tierra, a su construcción y expansión.
Nuestra misión está al servicio de la fe. Nuestra fe está unida indisolublemente con la promoción de la justicia. Es parte constitutiva de ella, en medio de un mundo pluricultural y multireligioso. Ese es el ámbito en el que todos nos movemos. Sabemos que la fe si no va acompañada de la búsqueda de justicia, de un compromiso por ir creando un
Finalmente, queremos darles las gracias por su amistad y por tanto bien que nos hacen acompañándonos en nuestro trabajo.
Dicen que no hay amistad verdadera sin conocimiento mutuo. Por eso dedicamos este ANUARIO a mostrarles quiénes somos, qué es lo que nos interesa, en qué nos ocupamos y por qué. Ansiamos que nos conozcan mejor para que compartamos sueños y proyectos que, llevados conjuntamente, sirvan para que nuestro país se desprenda paulatinamente de alguna de sus centenarias cargas.
Carlos Rodríguez Arana SJ Padre Provincial
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a sociedad moderna se caracterizó como no creyente; la postmoderna simplemente dejó atrás la fe. Hoy esas sociedades coexisten con muchos grupos culturales que conservan la fe del carbonero, mientras otros intentan desesperadamente que les marquen un camino claro a seguir. Ni hay una forma de creer, ni hay una forma de no creer. Ese es el mundo plural e intercomunicado en el que vivimos. Distinto al que recorrieron el maestro Ignacio y los primeros compañeros, pero tan desafiante como resultó para Javier, Nobili, Ricci, Anchieta o Ruiz de Montoya. Creer en Jesús, el Cristo, y a su manera es nuestra vocación, decisión y misión. Se trata de conocer profundamente la persona de Jesús y de las consecuencias de su relación con el Padre. Ese Padre que nos hermana a todos y nos moviliza hasta los confines del mundo. Propagar la fe nos exige ser testigos de la proximidad de Dios acercándonos. Por eso la multiplicidad de lugares y formas de nuestros ministerios pastorales. En Jaén y San Ignacio o en las alturas de Cusco formando ministros laicos de la Palabra, promoviendo el estilo de vida de las Comunidades de Vida Cristiana, en parroquias de asentamientos urbanos periféricos, o con el testimonio de entrega hasta las últimas consecuencias. Enrique Rodríguez Rodríguez SJ
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La Escuela de Catequesis Rural“Virgen del Rosario”: diez años sirviendo a la Arquidiócesis de Cusco PabloMoraMendozaSJ
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omo respuesta a los desafíos que planteaba la catequesis rural de la Arquidiócesis del Cusco, el padre Alejandro Repullés SJ funda en 1997 la Escuela de Catequesis Rural “Virgen del Rosario”. Se retoma así, la idea de crear una institución al servicio de las parroquias rurales de la arquidiócesis para la formación de sus catequistas.
En la actualidad, la Arquidiócesis de Cusco cuenta con 51 parroquias rurales y 6 viceparroquias en ocho provincias del departamento. La formación que brinda la Escuela se irradia a todas ellas a través de los catequistas.
LAS ÁREAS DE FORMACIÓN Una de las experiencias previas más valiosas fue la de la Escuela de Catequización y Alfabetización existente a fines de los años 50 y principios del 60, que tuvo como director al padre Thomas W. Verhoeven, de la Congregación de Maryknoll.
Nuestra institución está abocada a la formación de cientos de líderes, hombres y mujeres campesinos laicos, para apoyar la labor del párroco en su misión de evangelización. Esto lo hace a través
Catequistas rurales durante charla en comunidad de Huancarani, Cusco. / Archivo de la SJ
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Sede de la Escuela de Catequesis Rural Virgen del Rosario, Cusco. / Archivo de la SJ
de tres áreas principales: la de formación, de comunicación y la pastoral. En el área de formación, se ofrece un programa de tres años. Durante el 2006 se diseñaron en total nueve cursos de capacitación y dos retiros espirituales. Ambas actividades se imparten en quechua. En el primer año se reciben cursos sistemáticos de cada una de las partes del Catecismo de la Iglesia Católica: Credo, Sacramentos y Mandamientos. Se cierra este ciclo con un retiro espiritual a fin de año. En los años avanzados, se imparten cursos sobre liturgia que les permite la celebración de las paraliturgias en sus comunidades; también de Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento; Apologética, que les da la oportunidad de defender su fe católica de cara a las sectas y grupos evangélicos. Asimismo, sobre espiritualidad, Doctrina Social de la Iglesia y cursos de práctica pastoral, para ayudarlos pedagógicamente a preparar a niños, jóvenes y adultos en sus comunidades en la recepción de los sacramentos. Estos estudios también terminan con un retiro espiritual.
El área de comunicaciones se encarga de la creación, edición y diseño del material bilingüe (español – quechua) que reciben los catequistas al comienzo de los cursos. También realiza el doblaje y puesta de subtítulos en quechua de material audiovisual de contenido bíblico y pastoral. Otra actividad es la grabación de los cantos religiosos quechuas. Para esto organizamos “talleres de grabación” con los músicos y vocalistas. Tenemos planes de sacar pronto nuestro segundo casete y disco compacto. Desde mediados de este año, contamos con un programa radial en quechua llamado “Catolico iñiyninchista sut´inchaspa” (su traducción sería “Explicando nuestra fe católica”), el cual se emite los domingos a las cinco de la mañana (hora campesina). La última área de trabajo es la de seguimiento pastoral. El objetivo que perseguimos aquí es acompañar a los catequistas que llevan los cursos de capacitación. Colaboramos con los párrocos que muchas veces no pueden acompañarlos en sus comunidades. Esta actividad también nos permite 13
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evaluar el trabajo del catequista in situ. En el año 2005 se hicieron visitas a 30 parroquias y 90 comunidades campesinas. Con seguridad en la evaluación final del 2006, el resultado será similar o mayor. La experiencia que más valoran los catequistas durante el año son los Ejercicios Espirituales. Se imparten durante seis días, en quechua, y tienen lugar en el Santuario del Señor de Huanta, uno de los más importantes lugares de peregrinación religiosa del sur andino. El acompañamiento espiritual les hace descubrir la importancia de tener a alguien que los escuche. En muchos casos, de una situación de mutismo, miedo y represión pasan al espacio saludable de saber compartir y satisfacer sus deseos de ser atendidos en tantas cosas.
EL EQUIPO DE TRABAJO Y LOS CATEQUISTAS En los últimos siete años el promedio de catequistas que comienzan los cursos ha sido de 250. Sin
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embargo, esta cifra no es tan exacta. No todos terminan el programa de catequesis o se dan cuenta, en la práctica, que no pueden cumplir con las exigencias de esta vocación. Por otra parte, la asistencia a los cursos al final del año siempre disminuye por causas externas. Una de ellas es que la vida de los catequistas sigue el ritmo de los cultivos en el campo. Así por ejemplo, en el período de las lluvias hay una gran participación en los primeros cursos del año, de enero a marzo; después, junio y julio y parte de agosto suelen ser periodos donde se intensifica la cosecha y es imposible organizar, durante esos meses, cursos de formación. Contamos con un equipo para coordinar las diferentes áreas que tenemos desarrolladas. Lo que más se destaca en nuestro grupo es la mística de trabajo, algo difícil de explicar pero que se relaciona con el hecho de que quienes lo integran han sido, todos ellos, catequistas, personas que han seguido el programa entero de formación. Todo el equipo, naturalmente, habla el quechua
Padre Saturnino Orozco SJ en Misa con los catequistas de la Escuela. / Archivo de la SJ
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Grabación de cánticos quechuas en cabina de la Escuela. / Archivo de la SJ
como su lengua materna. Aunque individualmente cada quien tiene definido su rol en las diferentes áreas de la Escuela, todos trabajamos en todo. Los miembros que están y los que ya no están, son o han sido un regalo de la providencia de Dios. A los catequistas ausentes los siguen recordando con mucho cariño. Debo destacar la presencia del hermano Víctor Vásquez SJ, que se entregó a esta misión por un período de más de cinco años.
LA EVANGELIZACIÓN ACTUAL Muchas personas me preguntan por qué hacemos catequesis rural en un tiempo en el que todo se dirige hacia la población y cultura urbana. Yo les respondo que no debemos olvidar que la evangelización puede ser también contracultural, es decir, no seguir necesariamente las modas de los tiempos. Si vamos con esas tendencias, ahora manifestadas con la globalización, debemos fijarnos a quienes beneficia y a quienes no. En este sentido, el mundo campesino es desfavorecido, la sierra es todavía un mundo de pobres, y donde están
los pobres debe estar la Iglesia. Jesús comenzó su misión diciendo que venía a anunciar la buena nueva a los pobres. Esta pobreza no se refiere solamente a lo material (que se manifiesta en la alimentación, salud y educación), sino también a la falta de atención pastoral. La pobreza solamente es atractiva cuando tiene una motivación sublime, como es el seguimiento de Cristo, que quiso hacerse pobre por amor a los pobres. El conocimiento de Cristo, de su amor, de su gracia, de su Iglesia, de sus sacramentos, da esperanza, fortaleza y valentía en el mundo del pobre. Es el conocimiento de su persona lo que nos hace querer ser solidarios con los más pobres y huérfanos que no faltan en las comunidades. Esto no lo puede hacer solo el párroco o el sacerdote o las religiosas que trabajan en el campo; necesitan la ayuda de los catequistas, que son los educadores de la fe en las zonas donde viven los pobres. Aunque pobre como sus vecinos, el catequista puede compartir una riqueza, su fe en Jesucristo, que en su propio medio nadie más la puede dar. 15
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La Parroquia Jesús de Nazaret de Trujillo AdolfoFrancoPomaresSJ
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a Parroquia Jesús de Nazaret nace oficialmente el 20 de marzo de 2001 por decreto arzobispal y ocupa parte del territorio de otra parroquia demasiado extensa, la del Divino Salvador de Mansiche. Nace tan indefensa como cualquier criatura que viene a este mundo, no tenía ni párroco; éste fue nombrado recién el 25 de mayo del mismo año. La razón de ser de esta parroquia, por parte de la Compañía, era la de asentar con una base firme una comunidad jesuita en Trujillo. Los jesuitas no habíamos tenido una comunidad estable en este lugar desde 1767 en que ocurrió la expulsión de todo el Virreinato. En ese momento se congregaban en Trujillo trece jesuitas, diez de ellos naturales de la zona.
Después de este largo paréntesis, llegaron algunos jesuitas en forma esporádica en un lapso de más de treinta años, pero sin tomar ningún trabajo estable, hasta que asume la Arquidiócesis monseñor Manuel Prado SJ y consigue algunos jesuitas para que le apoyen en el Seminario de San Carlos y San Marcelo. Así arriban los padres Ignacio Garro, José María García de Madariaga, José Antonio Pérez Ruiz (que en paz descanse) y José Ramón Martínez Galdeano. Todos ellos residen en el mismo seminario. En ese mismo tiempo (más de veinte años atrás) llegan dos jesuitas, el padre José de Bernardi para fundar el Centro de Transferencia Tecnológica a Universitarios (CTTU), y el padre José Oñate, que acompañó a monseñor Prado como su secretario particular, mientras la salud se lo permitió.
Padre Adolfo Franco SJ delante de la Parroquia Virgen de Nazaret de Trujillo. / Archivo de la SJ
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Con una presencia jesuita ya bastante estable en Trujillo y por el campo apostólico que nos ofrecía esta hermosa ciudad, los Superiores decidieron establecer una comunidad que agrupase a todos los jesuitas que ya estaban trabajando en el lugar. En 1998 viene a reforzar este grupo el padre Guillermo Villalobos, encargado además de la construcción de la vivienda de la comunidad en la urbanización de Las Capullanas. Así se establece la Comunidad del Venerable Francisco del Castillo, creada por el Padre General el 1 de junio de 1999, y que tiene como vicesuperior al padre José Ramón Martínez Galdeano. Una vez terminada la construcción de la vivienda propia el 10 de mayo de 2001, todos los jesuitas de Trujillo se trasladan a la nueva casa y empieza ya la vida más regular de esta comunidad. La integran el padre Adolfo Franco (nombrado superior el 22 de abril de 2001), y los padres Madariaga, Galdeano, De Bernardi, Pérez Ruiz y Villalobos. Tienen como actividades apostólicas el Seminario diocesano, la capellanía de la Universidad Nacional, el CTTU y la naciente parroquia. La parroquia abarca las urbanizaciones de Trupal, Las Capullanas, Covicorti, el Alambre y 20 de Abril; un total aproximado de 23 mil personas conforman su entorno. Problemas principales son la pobreza y falta de trabajo de sus pobladores, por eso muchas de las familias tienen miembros viviendo y trabajando en el extranjero. Otro grave problema es la criminalidad en uno de los sectores. En lo pastoral hay una carencia de catequesis y, por eso, descuidos en los bautismos de los hijos, parejas que viven sin el sacramento del matrimonio y, en general, una ausencia grande de formación. Además hay proliferación de sectas, especialmente evangelistas, con unas diez o quince pequeñas capillas. Después de asistir al nacimiento de la parroquia, lo primero que hubo que hacer fue fijar una sede para las misas y una oficina para la atención de los servicios parroquiales. Se consiguió un salón de reuniones del Colegio Santa Magdalena Sofía y ahí se empezaron a realizar las misas todos los días a las 8 de la mañana. Para solucionar el problema de la oficina parroquial, una familia amiga prestó una parte de su vivienda para que pusiéramos un escritorio y unas sillas para recibir a la
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gente que acudía a solicitar determinados servicios apostólicos. A partir de ese momento había que erigir el templo y estructurar la comunidad parroquial. Para la construcción se contaba en Las Capullanas con un terreno ya destinado a la parroquia (el cual había sido entregado por la Municipalidad de Trujillo al Arzobispado para este uso). Los vecinos del lugar habían construido ya la plataforma de cemento y levantado las cuatro paredes en forma un tanto artesanal. Era un espacio abierto que, con frecuencia, era refugio de drogadictos. Los fondos para la construcción fueron obtenidos a través del generoso apoyo de la Compañía de Jesús y otras colaboraciones como las de Adveniat, Jesuits Foundation, y donaciones particulares de dinero o de materiales. Así se pudo tener en el nuevo templo la primera misa el 12 de marzo de 2002, presidida por el señor arzobispo Miguel Cabrejos. Faltaba mucho para terminarla, pero ya había templo cerrado y oficinas. En los años sucesivos se fue completando la construcción, la que ha ido mucho más rápido de lo que pensábamos al inicio, gracias a la intervención providencial del Señor. Pero lo más notable no fue la construcción material del templo, sino la formación de la comunidad, en la que el Señor se manifestó de manera mucho más evidente. Hoy podemos afirmar que hay una verdadera comunidad cristiana que ha ido uniendo a todos los pobladores de estas cinco urbanizaciones, y a los distintos grupos, algunos preexistentes y otros que se fueron formando a lo largo de estos seis años de existencia de la parroquia. Actualmente la comunidad parroquial está estructurada con base en los siguientes grupos: • Bodas de Caná: de espiritualidad carismática y apostolado matrimonial. Cada año tienen un retiro para captar más parejas. • Legión de María: de espiritualidad mariana y apostolado de visitas domiciliarias. • Grupo Carismático María de Nazaret: carismáticos adultos, con reuniones de oración y formación todas las semanas en la parroquia. También organizan cada año un retiro para difundir el movimiento. • Grupo Carismático Jesús de Nazaret: jóvenes de 16 a 25 años, su actividad es el apostolado juvenil y la preparación para la Confirmación. • Grupo de catequistas: se dedican a la preparación 17
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de la primera comunión y catequesis en general. Todas las semanas tienen actividades en las aulas del Colegio Nacional Miguel Grau. • Grupo de servidores: son cuatro grupos de seis a ocho personas que cuidan el templo en todos sus aspectos y animan las misas de todos los días. Tienen algunas reuniones de formación y de mejoramiento del trabajo. • Grupo del Señor de la Misericordia: animan la devoción al Señor de la Misericordia y dirigen la oración en la parroquia todos los miércoles durante la exposición del Santísimo. • Comité de Santa Rosa de Lima: se encarga de la Novena y Fiesta de esta Santa. • Comité de San Martín de Porres: se encarga de la Novena y Fiesta de este Santo.
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• Ministros de la Eucaristía: ayudan a distribuir la Comunión en las misas más concurridas, especialmente las de los domingos y llevan la comunión a los enfermos que lo solicitan. • Comité Central: grupo que organiza los eventos parroquiales, especialmente para recaudar fondos, los que son invertidos en las necesidades de la comunidad. • Consejo Parroquial: lo forman representantes de cada uno de los grupos activos de la parroquia, se reúnen para establecer las actividades pastorales. Esta es una breve reseña de nuestra parroquia en la que sentimos viva la presencia de Jesús de Nazaret, a quien los fieles vienen a adorar todos los días durante la Exposición del Santísimo.
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El Movimiento de Catequistas del Vicariato Apostólico San Francisco Javier JesúsValverdePachecoSJ
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os hemos visto muchas veces caminando decididamente por los cerros de Jaén o San Ignacio, entre el barrio o bajo el sol quemante, con la Biblia asomando en su alforja; o en las capillas de nuestros más arrinconados caseríos, proclamando la Palabra de Dios con sus homilías de lenguaje sencillo y fervoroso; o atendiendo a los enfermos como promotores de salud. ¿Quiénes son? Los catequistas del Vicariato San Francisco Javier.
UN POCO DE HISTORIA El año 1971 (a los 25 años de fundado el Vicariato), los sacerdotes van percibiendo el crecimiento y la madurez de algunos cristianos y se deciden incorporarlos como nuevos “peones de la chacra del Señor”. El padre Alfonso Arana envía a Huaraz a tres miembros del Apostolado de la Oración para que participen en un curso de preparación de catequistas. Era la primera semilla del futuro Movimiento, que se fue desarrollando con la colaboración del padre Juan Manuel Moreno a través de cursos y visitas por todo el Vicariato. Más tarde, monseñor Izuzquiza –entonces párroco de San Ignacio- se encarga oficialmente del Movimiento de Catequistas y le da nueva vida, sobre todo con la construcción del Centro de Catequistas en Jaén. El Centro, construido con el aporte de católicos alemanes, cuenta con instalaciones adecuadas para acoger a unos cien catequistas, que van pasando todos los años en grupos de 80 personas. Este lugar está atendido por tres religiosas y un sacerdote, que dirigen el Movimiento. En el mundo campesino, la mujer ha quedado tradicionalmente postergada. Pero en 1985 fueron incorporadas al Movimiento, primero como “animadoras” y unos años después, como plenamente catequistas (siendo el 20% del total). Actualmente se cuenta con mil seiscientos miembros y doscientos aspirantes. 20
¿CÓMO ES UN CATEQUISTA? Es un laico campesino comprometido dentro de un movimiento nacido al calor del Concilio Vaticano II. Ellos tienen la responsabilidad de ser los promotores de la fe hasta los últimos rincones del Vicariato. ¿Cómo lo hacen? Cada semana realizan la liturgia para sus paisanos, preparan para los sacramentos –sobre todo el bautismo y el matrimonio-, asesoran grupos juveniles, hacen visitas a los enfermos, reciben consultas. Y como sus paisanos los ven como personas honradas y bien preparadas, con frecuencia los eligen para cargos de responsabilidad civil, como tenientes gobernadores, ronderos, promotores de salud, presidentes o tesoreros de algún comité para el agua o la electrificación, etc.
ORGANIZACIÓN Un movimiento de esta envergadura necesita una buena organización. Para ello se ha dividido en 26 zonas geográficas, al frente de las cuales hay un delegado responsable, elegido por los mismos catequistas. Cada mes se reúnen sus miembros para una jornada en la que reflexionan, oran, comunican las noticias del Vicariato o del Movimiento y comparten un almuerzo. Para mantener la comunicación y profundizar la formación de los catequistas, el Centro reparte un boletín bimensual en el que encuentran materiales para sus reuniones. Cada semana radio Marañón ofrece un programa (“Preparando el día del señor”) en el que los catequistas descubren elementos para realizar sus homilías. El Vicariato ha impreso el libro, “Ministros de la Palabra”, como resumen doctrinal y como ayuda para las ceremonias.
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su propia espiritualidad campesina, a partir de su vida diaria y su cultura.
FORMACIÓN La clave más profunda de este extenso Movimiento está en la formación de los catequistas. Para ellos cada año el Centro ofrece cuatro o cinco días de retiro o de cursillo (en años alternos), a los que asisten en grupos de cincuenta o sesenta. Los retiros los hacen en completo silencio y con varias horas diarias de meditación, bajo la dirección de los responsables del Centro. Los cursillos se realizan siguiendo una planificación trienal que comprende Teología, Pastoral, Desarrollo de la personalidad, y tienen una orientación muy práctica y procurando un lenguaje al alcance de sus capacidades. Un problema que nos planteamos es cómo lograr que ellos mismos vayan formando
En la zona de selva existen los catequistas nativos, llamados “etsejin”, que después de una formación adaptada a su ambiente, colaboran a una evangelización encarnada en su mundo aguaruna-huambisa. Todos ellos son nuestros catequistas; verdaderas columnas de la evangelización en el Vicariato. Columnas bien cimentadas en la roca de Cristo y recias para sostener la misión de evangelizar nuestro mundo. Son también nuestros “pobres de Yavé”, con los que el Padre Dios se comunica muy a gusto (Mt.11, 25).
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Catequistas del Vicariato Apostólico San Francisco Javier. / Archivo de la SJ
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El caminar de las Comunidades de Vida Cristiana en el Perú* GuillermoValeraMoreno*
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as Comunidades de Vida Cristiana (CVX) son organizaciones de laicos de toda condición social “que desean seguir más de cerca a Jesucristo y trabajar con Él en la construcción del Reino”1, comprometidos con la justicia, de lado de los pobres y con un estilo de vida sencillo. Inspirados en la espiritualidad ignaciana y en una vivencia de fe que busca integrar la experiencia de Dios en todas las dimensiones de la vida. Somos en el Perú 15 núcleos CVX, los cuales reúnen alrededor de 59 comunidades pequeñas y a
un conjunto de 486 integrantes. Ocho núcleos se ubican en Lima y siete en provincias (Piura, Chiclayo, Ayacucho, Arequipa, Ilo, Cusco y Puno).2 Aproximadamente la mitad de los miembros tiene hasta 30 años de edad y un 63% son mujeres. Alrededor de 12 jesuitas dedican parte de su tiempo a las CVX. En las CVX estamos llamados a un constante discernimiento sobre nuestra misión, en clave de Magis, para descubrir mejor lo que el Señor quiere de nosotros y seguirle en disponibilidad. Situados
Celebración Eucarística por el Aniversario de CVX Perú (2005). / Archivo de la SJ El presente artículo ha sido trabajado recogiendo los testimonios de la CVX Ayacucho (Jayme Rojas, Mahily Arenas y Carmen de los Ríos), la CVX El Agustino (Isabel Rivera Gonzales) y la CVX Mi Perú (Angelo Gutiérrez Ordinola). 1 Principios Generales de la CVX. 2 Existe un Consejo Ejecutivo Nacional (CEN-CVX) que brinda el servicio de articular y coordinar acciones que dan más solidez a la Comunidad Nacional. *
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Actividad de proyección social desarrollada por la CVX Ayacucho. / Archivo de la SJ
en el contexto de nuestro país, hoy tenemos un tema de agenda muy especial: definir y priorizar la misión comunitaria de cada núcleo CVX, a modo de proyecto apostólico. Ese debe ser el punto sobre el cual gire (y cobre mayor sentido) el conjunto de las actividades que se realizan en nuestras comunidades: la revisión de vida, las actividades de formación, la oración, las labores más organizativas de cada núcleo. Para vivir con intensidad, coherencia y pasión nuestro Principio General duodécimo el cual nos insta a “…ser profesionales más competentes y testigos más convincentes…”. Teniendo siempre como horizonte el compromiso con el país y nuestra Iglesia. En qué estamos, qué nos preocupa y qué somos, es bueno aproximarlo desde la experiencia y quehacer de comunidades concretas. Tenemos núcleos con muchos años de experiencia como las CVX Fátima Miraflores, Siempre o Paulussen. Hay otros con una trayectoria más reciente y cuyos testimonios presentamos ahora. Ellos son los núcleos CVX de Ayacucho, El Agustino y Mi Perú, los dos últimos ubicados en Lima.
NÚCLEO CVX AYACUCHO Celebramos 21 años de vida y lo hacemos junto con los jesuitas, pues ellos regresaron a Ayacucho en 1986, en tiempos de la violencia política. La CVX tiene el reconocimiento público local, desde sus orígenes sus miembros fueron muy activos. Entre las actividades que realizamos están los Ejercicios Espirituales y diversos talleres de formación. Estamos presentes en varias obras educativas y pastorales de la Compañía de Jesús y en espacios sociales diversos (como la Mesa de Jóvenes de Lucha contra la Pobreza). El Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) ha sido muy importante para reconocer lo que ha sucedido en el país, y sobre todo en Ayacucho. En la línea de “curar heridas” hemos integrado las Escuelas de Perdón y Reconciliación (ESPERE) y somos parte del equipo de formadores. Conformamos el grupo de Constructores de Paz y acompañamos a las víctimas de la violencia en la comunidad 23
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Jornada de integración de la CVX Mi Perú. / Archivo de la SJ
campesina de Totos4. También apoyamos el Plan de Reparaciones para las víctimas de la violencia. Algunos retos que nos interpelan son: • La formación de guías para las comunidades. • La universidad y los jóvenes: lo que hace de Ayacucho una “ciudad de jóvenes”. • El trabajo del Centro Loyola para la recuperación de jóvenes en riesgo y ex pandilleros de zonas urbano marginales. • Nos gustaría formar la “CVX rural” con jóvenes, especialmente en la parroquia de la provincia de Cangallo, con más de 60 comunidades campesinas.
NÚCLEO CVX EL AGUSTINO Desde nuestra vida comunitaria hemos puesto énfasis en la formación y en los Ejercicios Espi-
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rituales. En la búsqueda de nuestra misión conjunta hemos tenido la suerte de tener momentos para profundizar en este tema y en el de discernimiento, también asistir a cursos y encuentros organizados por instituciones afines y de la CVX nacional. A solicitud de nuestro párroco vimos la necesidad de articularnos más a las actividades de nuestra parroquia, principalmente en el programa de Confirmación, en los retiros tanto para jóvenes, como para las comunidades de adultos. Algunos de nosotros han tenido la experiencia de impartir los Ejercicios Espirituales a otras comunidades de la CVX, lo que ha significado sentirnos más unidos en oración y corresponsables de esta misión. Como CVX hemos reiniciado durante el 2006 nuestra participación en la Mesa de Trabajo, aunándonos con otras instituciones del distrito para refrendar el Pacto de Gobernabilidad y nuestro compromiso como ciudadanos para ser vigilantes de su cumplimiento.
Dicha zona se reconoce como un “cementerio”; en ella se encuentran diversas fosas comunes, algunas aún esperan la exhumación de los restos.
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Participamos, junto con otras instituciones, en actos como el “Nunca Más” realizado en el distrito, recordando el informe de la CVR y lo que El Agustino también vivió y sufrió durante los veinte años de violencia política. Esta actividad nos ha servido para comprometernos más en las acciones de reparación con las víctimas y ejercer una ciudadanía activa y vigilante.
NÚCLEO CVX MI PERÚ Mi Perú se ubica en un arenal, rodeado de cerros en los que cada vez notamos más casas, y por ende más familias en busca de mejoría y desarrollo. Todo esto en vez de paralizarnos, nos anima a pensar que sí podemos construir el Reino de Dios, aquí y ahora, desde lo que actualmente somos. Esta realidad y el llamado de Dios a responder ante ella con humanidad nos ha comprometido a asumir una acción evangelizadora que intenta brindar esperanza y motivar el cambio desde el mismo pueblo que día a día lucha por tener una vida más digna y humana. En ese sentido, nuestra labor misionera se divide en una serie de apostolados dirigidos a tres secto-
res en nuestra localidad: “El Centro Poblado Menor Mi Perú”, el “Asentamiento Humano Chavinillo” y el “Asentamiento Humano Pachacútec”. En ellos ejecutamos una serie de actividades para la preparación de sacramentos y formación cristiana de niños y adolescentes. Además, realizamos una serie de apostolados en la institución educativa de la que la mayoría de nosotros es o ha sido miembro: el colegio Fe y Alegría 33. Entre ellos tenemos: Luz y Vida (la pastoral con niños, con capacidades y habilidades diferentes), Arte (la pastoral de creación), Teatro (la pastoral de la expresión y mensaje para la vida). Todo esto nos permite llevar un mensaje en el que Dios es vida y felicidad, pero también esfuerzo y lucha diaria por superar las injustas condiciones de vida en las que se vive. La conciencia de esta realidad es la que poco a poco nos está haciendo ampliar nuestro horizonte misionero. Queremos tener más presencia ciudadana en nuestra comunidad, con la única intención de poder incidir en el cambio de la vida de las personas que más lo necesitan. Nuestra misión nos reconforta, pero aún tenemos que ir más allá. Esa es la exigencia de Magis, de nuestra espiritualidad ignaciana y de nuestro estilo de vida laico que se mantiene fiel a los deseos de nuestro Dios de la vida y la justicia.
Miembro de CVX El Agustino en acto público por los Derechos Humanos en el distrito. / Archivo de la SJ
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El trabajo de la Compañía de Jesús en la provincia de Cangallo, Ayacucho EmilioMartínezDíazSJyPedroOblitasdelasCasasSJ
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uerobamba es una comunidad pequeña y aislada a la que llegamos con poca frecuencia. El camino discurre bordeando quebradas y a gran altura sobre el río Pampas entre bosques de queñuas y bellas vistas sobre los cerros. Antes de llegar nos vieron volteando el último recodo del camino e inmediatamente los comuneros se congregaron en la capilla para celebrar la misa de fiesta. Durante la eucaristía, el catequista leyó la primera lectura y al acabar proclamó en quechua: “Palabra de Dios”. La respuesta de la gente fue sorprendente, ya que contestaron con un largo y cerrado aplauso. Esta anécdota nos habla de un pueblo que ha sufrido un fuerte abandono y que, desde esa carencia,
experimenta una gran necesidad espiritual, una sensibilidad profunda hacia las cosas de Dios y un deseo de ser acompañados. Querobamba es una de las aproximadamente cien comunidades distribuidas en cinco distritos que la Compañía de Jesús atiende en la provincia de Cangallo desde el año 2001. Decimos aproximadamente porque el retorno de pobladores hace que esté creciendo el número de comunidades. La presencia de la Compañía de Jesús en Cangallo obedece a una opción de la provincia jesuita del Perú, que quiso así seguir las recomendaciones de la CVR para colaborar con la reconciliación del
Fiesta en Cancha Cancha, Chuschi, lugar donde la Compañía de Jesús se encuentra presente. / Archivo de la SJ
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Catequistas de Pomabamba junto al Padre Emilio Martínez SJ (al lado izquierdo de la foto). / Archivo de la SJ
país y hacerlo en una de las partes más castigadas. Ciertamente, la zona ha sufrido de forma dolorosa la violencia. Las secuelas de la guerra interna son innegables en todos los ámbitos, pero no queremos hablar sólo del dolor del pasado, sino proyectar nuestra labor en términos de reconstrucción, de aprender a vivir juntos, de resurrección. Los primeros años de los jesuitas en Cangallo tuvieron como objetivo principal darse a conocer en una provincia que ya experimentaba el abandono eclesial antes de la guerra y que ésta lo hizo más agudo. Por eso, las zonas menos sufrientes como la ciudad de Cangallo pasaron diez años sin párroco y las que más padecieron como Chuschi y Quispillaqta, unos cuarenta. En esos inicios, la reconstrucción de las capillas en las comunidades se convirtió en un importante símbolo de recuperación de la vida y de la identidad, tras veinte años de infortunio. Además en esos primeros años se construyó un centro de capacitación en Pampa Cangallo, el pueblo céntrico, que ahora nos sirve como base para cualquier actividad que proyectemos.
Actualmente vivimos en la zona cuatro jesuitas que constituimos una misma comunidad con otros dos jesuitas que viven en Huamanga. También hay tres congregaciones religiosas femeninas con las que se trabaja en equipo. Desde el inicio, entendemos nuestra presencia y actividades como una expresión concreta de la misión universal de la Compañía de Jesús que se formula como la defensa de la fe y la promoción de la justicia. Sin embargo, esa misión universal tiene particularidades en Cangallo: reconstrucción, misión, reconciliación, atención a la cultura andina. Es misionera nuestra labor porque afrontamos el reto de reconstruir una Iglesia local que prácticamente quedó destruida y cuya última evangelización fue previa al Concilio Vaticano II. También nos entendemos misioneros porque queremos llevar la presencia eclesial y la Palabra de Dios a todos los rincones de nuestra extensa provincia, desde las comunidades alpaqueras de las punas de 27
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Chuschi hasta las que viven junto al río Pampas. Para ello consideramos fundamental la consolidación de la red de catequistas rurales en la cual hemos invertido mucha ilusión, visitando cada comunidad e invitando a las juntas directivas a nombrar catequistas. Nos reunimos mensualmente para capacitarles y organizar nuestra presencia en las comunidades. Nuestros deseos misioneros están también alentados por la Iglesia ayacuchana que, desde el 2007, comienza su misión por los 400 años de fundación de la diócesis, pretendiendo revitalizar la fe bajo el lema “tu vida es misión”. En el apostolado social, atendemos dos bibliotecas y dos comedores parroquiales y un proyecto para implementar cocinas mejoradas. También se ha comenzado, desde el mes de septiembre del 2006, la Defensoría del Niño y la Mujer en Cangallo. Una vez finalizada la guerra, la violencia no ha desaparecido y se ha transformado muchas veces en violencia doméstica. Con esta institución pretendemos defender a los colectivos que más la padecen. Ya se atienden numerosos casos de vul-
Niñas de Cangallo, Ayacucho. / Archivo de la SJ
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neración de derechos y estamos capacitando sobre estos temas en colegios, clubes del vaso de leche y comedores populares. Desde su inicio, la Defensoría ha tenido una gran aceptación entre los pobladores. En este campo de cultura de paz, también durante el año pasado, se han implementado las Escuelas de Perdón y Reconciliación (ESPERE). Unido a estos proyectos planeamos extender las Defensorías a Chuschi, implementar un proyecto de atención psicológica y una red de promotores de derechos humanos en las comunidades. Todas estas iniciativas pretenden sanar las heridas aún abiertas y crear un tejido social para que el pasado no se repita. Desde el inicio de la presencia de los jesuitas se constituyó una asociación de productores de miel con la idea de generar riqueza en la zona y frenar el continuo éxodo a la ciudad. En estos momentos estamos en una fase de estudio para potenciar la asociación y buscar financiamiento, aprovechando las oportunidades que puede dar la nueva coyuntura del país de apoyar a los productores de
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Vista de Pampa Cangallo. / Archivo de la SJ
la sierra sur. La asociación pretende extenderse a otras actividades como los talladores de piedra de Chacolla pues tenemos la suerte de que la veta de donde se extrae esta piedra blanca se encuentra en el distrito de Chuschi.
También queremos que nuestra comunidad sea abierta y se convierta en un espacio para aunar fuerzas, compartir la misión y de apasionarnos juntos por el trabajo de la fe y la justicia, por la construcción del Reino.
Otro elemento importante es que vivimos en medio de un pueblo con una sensibilidad estética que se expresa en variadas formas artísticas como son el tallado, la música, la danza, el canto. Por eso vemos que el arte se puede convertir en un medio óptimo de evangelización que esperamos explotar por medio del teatro, títeres, grupos de música y danza del lugar.
En el libro del profeta Ezequiel, Dios se presenta al pueblo de Israel como el Buen Pastor que desea sanar las heridas después del doloroso trance del destierro que padecieron. Dios promete reunir a su pueblo disperso para llevarlo a una tierra nueva y quiere Él mismo conducirles a buenos pastos, cuidarles en los caminos peligrosos, buscar a la oveja perdida y curar las heridas. Aquel sufrimiento del destierro que padeció Israel puede ser comparado con los veinte años de violencia que arrasaron Ayacucho. Eso que Dios hace con nosotros queremos que sea la línea que defina nuestra presencia en medio de este pueblo y que hile todos los proyectos y actividades que llevamos a cabo.
Tratamos de coordinar esfuerzos con todas aquellas instituciones que desean colaborar. Por eso, estamos en convenio con la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Universidad Cayetano Heredia y algunas ONG del país, de España y Brasil.
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El Padre Ubaldo Ramos Cisneros SJ (1959 – 2006) JuanCarlosMoranteSJ
onocí a Ubaldo un año y medio antes de nuestro ingreso en el noviciado. Yo estaba concluyendo los estudios de ingeniería y él terminaba sus estudios en Ciencias de la Comunicación. Aunque habíamos nacido en la misma ciudad con sólo un año de diferencia, no nos habíamos conocido anteriormente. Pero cuando comencé la preparación para ingresar a la Compañía, los responsables de la formación me dijeron que buscara a Ubaldo Ramos en Piura, quien también estaba haciendo su candidatado en nuestra ciudad natal. No fue nada difícil entablar amistad con él desde el primer momento. Y casi enseguida tuve también el privilegio de conocer a sus padres y a sus hermanos, y sentir en ellos una familia muy fuertemente unida por estrechos vínculos de amor y de profunda fe.
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brosa y, en momentos, hasta temeraria. Siempre lo encontramos con una sonrisa en los labios, una sonrisa que expresaba bondad sincera, acogida, sencillez de espíritu, humildad de corazón, alegría por vivir. Su extrema vitalidad lo llevaba en ocasiones a tener desacuerdos con compañeros jesuitas y con otras personas, pero a pesar de eso era imposible que alguien mantuviera resentimiento alguno hacia él, porque sabía hacernos sentir que en él palpitaba un corazón apasionado por la vida, un corazón incapaz de hacer mal alguno. Su vida nos remecía constantemente, reconocíamos que iba muy rápido, que a veces nos dejaba como en el aire; pero también sentíamos que convenía que fuera así, que nos hacía bien que nos remeciera de nuestras seguridades programadas.
Como a sus grandes amigos a lo largo de la historia, muy pronto el Señor probó la fe de Ubaldo y de su familia. Unos meses antes de ingresar al noviciado le detectaron un cáncer totalmente inesperado. Fue traído a Lima y sometido a una operación en el verano de 1981. Luego de que le extrajeran el tumor, le extirparon también una serie de ganglios para comprobar si el cáncer se había expandido o no. Ya en esa ocasión dio muestras de gran fe y de una confianza enorme en la misericordia de Dios, manteniendo ese ánimo alegre y optimista que siempre lo caracterizó. El lunes de Pascua de aquel año le dieron la buena noticia de que no había habido expansión de la enfermedad. El 30 de mayo ingresamos en el noviciado y, desde entonces, los que lo conocimos tuvimos siempre la certeza de que Ubaldo había vuelto literalmente a la vida, de que había experimentado una verdadera resurrección.
El año pasado nos entregó un testimonio sincero de sí mismo en el que se reconcilia con Dios, con la Iglesia y con cada uno de nosotros que conforma este cuerpo que es la Compañía y que nos recuerda, con gran valentía y humildad, que somos pecadores y al mismo tiempo llamados a ser compañeros de Cristo. Con palabras sencillas y transparentes nos decía: “Evoco un hito en mi vida, hace ya 20 años (hoy, en una situación más o menos semejante), una experiencia límite de la vida y la muerte, que me movió a una honda respuesta de entrega, pero incompleta o frustrada por una vitalidad descentrada… por miedos y resistencias a ser yo mismo y a aceptar la vida regalada”.
Ubaldo vivió su vida en la Compañía como si cada día fuera el único o el último. No había dificultades que lo desalentaran, no había temores que lo paralizaran; él que había experimentado la cercanía de la muerte tan fuertemente en su vida, podía vivirla con una libertad de espíritu asom30
Esa búsqueda de la verdad de sí mismo y de la verdad del amor de Dios en él lo llevó a transitar por muchos lugares de nuestra Provincia jesuita y fuera de ella. Hicimos la Filosofía en Santiago de Chile y luego él hizo la Teología en Belo Horizonte. En ambos lugares dejó hondas huellas de su presencia, traducidas en profundas amistades con algunas de las cuales mantuvo un contacto permanente. Como jesuita formado vivió intensamente su misión en lugares bastante diversos: Jaén, Yamakaientsa, El Agustino y Tacna. Su úl-
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timo destino fue la enfermería de Fátima y ya no como trabajador de la viña, sino como paciente porque le habían detectado un nuevo cáncer, que esta vez era terminal. Durante un poco más de un año Ubaldo luchó contra la enfermedad con toda la energía con que había vivido en la Compañía. El 30 de mayo del 2006 cumplimos veinticinco
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años de jesuitas y lo celebró con el mismo ánimo y alegría con el que había ingresado al noviciado. La vida de Ubaldo fue un hermoso regalo que nos hizo Dios, y cuyo recuerdo agradecido permanecerá en tantas personas que lo conocieron y recibieron su apoyo y su presencia alentadora.
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Ni単a de la selva. / Archivo de la SJ
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uestra justicia es la Justicia de Cristo. Los jesuitas somos seguidores de Cristo y nos concebimos como servidores de su misión. Aprendemos de la Justicia de Cristo que le llevó a dar de sí por amor al otro, a atender preferencialmente a los más pobres y excluidos, a denunciar y tratar de cambiar las situaciones que hacen sufrir injustamente a las personas. Y a hacer todo esto por y desde el inmenso amor de Dios para todos. Esa es la justicia de la Compañía de Jesús. Los jesuitas de ayer y hoy dedicados al servicio social directo, los promotores y profesionales de los centros sociales jesuitas, los jóvenes que intervienen en voluntariados sociales, los ciudadanos que colaboran y participan de estas obras, son expresión de esta larga tradición del modo ignaciano de seguir a Jesús. Los jesuitas del Perú, junto con otros muchos hombres y mujeres animados por esta misma espiritualidad, contemplamos nuestra patria con ojos de amor y esperanza. Esa mirada moviliza nuestro actuar. Tenemos la certeza de que es posible hacer del Perú un país más integrado y al mismo tiempo respetuoso de la particularidad de sus regiones; un país orgulloso de la diversidad de culturas que lo constituyen, que ofrece alternativas a sus jóvenes y que posibilita el desarrollo de las capacidades de todos sus ciudadanos. Miguel Cruzado Silveri SJ
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El Proyecto“Niños, Adolescentes y Jóvenes en Situación de Riesgo”. Experiencia a favor de la infancia y juventud más desfavorecida del país JoséIgnacioMantecónSanchoSJ
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l hablar de la infancia y juventud en nuestra sociedad podríamos referirnos a aquella que cuenta con mayores recursos y oportunidades para desarrollarse, y aquella otra, en situación de carencia y pobreza, cuya vida está marcada o condicionada por problemas de desnutrición, educación, salud y desarraigo cultural. Ser niño, adolescente o joven en este entorno de pobreza es un drama. Las familias de las que forman parte (muchas de ellas migrantes, con dificultades en los procesos de inserción urbana y con diferencias culturales acentuadas), se encuentran en una situación de supervivencia que no les permite atender las necesidades de desarrollo de manera adecuada, pro-
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vocando condiciones de abandono moral y emocional. A ello se suma el no contar con canales de ayuda y espacios organizados de ocio formativo dentro de sus propias comunidades, que compensen estas dificultades y apoyen sus procesos de socialización. Es esta infancia y juventud la que suele ser mirada o representada como peligrosa, con tendencia al quebrantamiento de normas, a generar comportamientos violentos, y desmerecedora de oportunidades. Ello no conduce sino a proyectar un escenario futuro de vida igual, y por lo tanto desalentador, o quizá peor del que ya tienen. Pensamos, sin embargo, que la perspectiva de fu-
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Padre José Ignacio Mantecón SJ con los jóvenes del grupo Martin Luther King de El Agustino. / Archivo de la SJ
turo de estos niños, adolescentes y jóvenes sería distinta si es que todos reconociéramos sus capacidades, recursos y potencialidades para ser actores de sus propias vidas. Lo lograríamos en la medida que la sociedad y el Estado asumieran la responsabilidad de sumar esfuerzos para protegerlos y acompañarlos en sus procesos de formación y desarrollo. La Compañía de Jesús en el Perú busca responder a este llamado y lo hace desde hace varias décadas, al comprometerse a través de sus obras, en atender a la infancia y juventud menos favorecida, guiada además por los criterios que San Ignacio de Loyola propone: estar presentes donde haya más necesidad, donde las obras sean más urgentes y donde el trabajo sea más importante. Su labor la realiza a través de dos dimensiones, una primera que es la de brindar asistencia en condiciones de necesidad y emergencia, y la otra, buscando generar proyectos que puedan sostenerse, promoviendo condiciones de organización en las mismas comunidades. Reconoce a la vez que esta tarea es un proceso gradual que requiere tiempo, dedicación y una labor desde adentro, estando presentes con los niños y jóvenes e involucrándose con sus problemas y buscando la manera de
afrontarlos con la participación de ellos. Las transformaciones y cambios observados a lo largo de todo este tiempo son muchos. Las experiencias desarrolladas han contribuido a que los niños, adolescentes y jóvenes atendidos por las obras de la Compañía de Jesús accedan a programas y servicios de educación, salud y recreación que garanticen de manera plena el ejercicio de sus derechos y su acceso al desarrollo. Así mismo, el trabajo cumplido los ha ayudado a desarrollar nuevas formas de responder a sus problemas, traducidas en el establecimiento de relaciones diferentes con su comunidad, el diálogo con las autoridades y su participación de manera organizada en el quehacer social, económico y político de su localidad. Reconocer el valor de esta labor y los logros conseguidos es clave pues permite pensar que es el momento de ampliar el trabajo realizado, invitando a cada una de las obras implicadas a articularse, sumar esfuerzos y construir juntas una visión que muestre lo que se hace. De esta manera, se quiere identificar y hacer visibles las experiencias exitosas desarrolladas para incidir políticamente y promover la responsabilidad social del Estado y la 35
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sociedad para el reconocimiento de la infancia y juventud como actor social y político. Este es el objetivo del Proyecto “Niños, Adolescentes y Jóvenes en Situación de Riesgo” que se inició en el mes de agosto del 2006. Se ha partido desde la experiencia desarrollada por cada obra, reconociendo que los contextos geográficos y culturales donde intervienen son diferentes, y que por ello, el trabajo realizado con la infancia y juventud presenta particularidades que son necesarias conocer, reflexionar y sistematizar. El reto, sin embargo, es construir una visión común y validar modelos de trabajo que preserven dichas diferencias e integren a la vez, aquellas dimensiones semejantes, para que luego puedan ser propuestos como modelos de trabajo capaces de ser asumidos por las autoridades políticas locales, regionales o nacionales. Son tres las estrategias fundamentales que propone el proyecto para lograr este reto: la primera, el fortalecimiento de los programas y servicios que promueve la Compañía de Jesús para el acceso oportuno de los derechos fundamentales de los niños, adolescentes y jóvenes que atienden, validando las metodologías desarrolladas; la segunda,
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la articulación interinstitucional entre las obras para generar relaciones de apoyo y reflexión, así como propuestas de trabajo exitosas en relación a la infancia y juventud; y por último, la vigilancia, participación e incidencia pública para promover la responsabilidad de la sociedad y el Estado. Estas estrategias permitirán comprender y hacer más conocida la realidad que vive la infancia y juventud, involucrar a otras instituciones y autoridades de la localidad para la construcción y validación de propuestas, y lograr un mayor reconocimiento de los niños, adolescentes y jóvenes excluidos del país. El trabajo ya se inició, y hemos tenido un primer encuentro entre obras para empezar a conocernos, intercambiar experiencias y expectativas, planificar juntas y reflexionar nuestro quehacer en el marco de las políticas de infancia y juventud del Perú. Como resultado, podemos señalar que se ha renovado y fortalecido la voluntad de cada una de las obras para unir esfuerzos y avanzar hacia una nueva etapa, la de validar nuestras metodologías en el marco de la filosofía y carisma que promueve la Compañía de Jesús. Así mismo, hemos avanzado
Jóvenes del programa del Centro Loyola de Ayacucho en jornada artística. / Archivo de la SJ
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Niños del Centro Cristo Rey del Niño Trabajador de Tacna junto al Hermano Pedro Sáiz SJ. / Archivo de la SJzz
con la certeza que es importante seguir conociéndonos pues tenemos mucho que aprender y compartir entre nosotros. Nos hemos comprometido a mejorar aún más la realización de nuestra tarea, perfeccionando nuestras prácticas y formulando conocimiento que sirva para que otras personas, instituciones y autoridades puedan también desarrollar experiencias similares. Para ello, hemos recogido ideas y reflexiones que nos guíen, así como elaborado planes y nuevas tareas que nos permitan iniciar y poner en marcha este proyecto de manera articulada y a través de mecanismos de comunicación fluida entre todas las obras. Estamos empezando una primera etapa de dos años para preparar el terreno de lo que esperamos sea un proceso más sostenido de trabajo conjunto. Queremos gradualmente irnos constituyendo en una plataforma de infancia y juventud, capaz de opinar, proponer e incidir en las políticas públicas del país. Son muchas las obras que están participando en el logro de este objetivo y creemos que es importante mencionarlas: Manitos Creciendo y Manitos Trabajando de Piura, Parroquia Virgen de Nazaret y Encuentros Casa de la Juventud -a través del Proyecto Justicia Juvenil Restaurativa- en
Lima, el Centro Loyola de Ayacucho; la Red de Defensorías Teresa Colque y el Centro del Niño y Adolescente Trabajador Allin Kausaypaq, ambas pertenecientes a la Parroquia de Urcos, en Cusco; y en Tacna y Moquegua, el Centro Cristo Rey del Niño Trabajador, el Colegio Miguel Pro, los Colegios de Fe y Alegría Nº 40 y Nº 52 y el Centro Loyola de Ilo, todos miembros de la Coordinadora Regional Apostólica Jesuita del Sur, CORAJE. Son todas estas obras las que están abocadas a atender a la infancia y juventud menos favorecida del país, y son ellas las que vienen reafirmando día a día con su trabajo su aspiración máxima, la de una sociedad en donde se reconozca la dignidad de todos y todas, sin importar la edad, género o creencia; aquella dignidad que a veces parece dormida por la miseria, la violencia y la marginación, y que afecta a los 15 millones de peruanos que son niños y adolescentes en el Perú de hoy. Pensamos que mientras más personas asuman la responsabilidad y se involucren en la solución de los problemas sociales que nos aquejan, construiremos colectivamente esa condición de dignidad que anhelamos. Ese es nuestro objetivo. 37
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El Voluntariado Universitario Jesuita MAGIS
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ay quienes señalan que los jóvenes de hoy viven centrados en sí mismos, como producto de una sociedad que promueve el individualismo por encima de otras cosas. Esto quizá puede ser uno de los tantos “estereotipos” en el cual tratan de encasillarlos; pero para saber qué es lo que los jóvenes piensan, sienten y hacen, hay que estar cerca de ellos. Al hacerlo, nos daremos cuenta lo importante que es en sus vidas el tema del servicio. Sí, en un mundo en el que se pregona el egoísmo, hay jóvenes que piensan en cómo ayudar a los otros, a los más necesitados. Y no se trata solo de ayudar, se trata de poner manos a la obra. Eso es lo que han hecho un grupo de jóvenes universitarios en Lima. Dejando atrás la imagen del joven que solo busca el éxito personal, se han embarcado en un proyecto que tiene como motivación la solidaridad, aprovechando sus propias
habilidades y capacidades, así como su formación profesional para servir a poblaciones pobres de nuestra ciudad. Ellos forman parte del Voluntariado Universitario Jesuita MAGIS.
CÓMO NACIÓ MAGIS MAGIS proviene de la palabra latina que significa MAS. Es una palabra clave en la espiritualidad ignaciana. Apunta al Mayor Servicio. Que todo sea para MAYOR GLORIA DE DIOS. Esa es la invitación de Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales, que se ha recogido en este proyecto de Voluntariado, que sea para mayor gloria de Dios, sirviendo de mejor y mayor manera a los pobres, oprimidos y excluidos de hoy. Hace algunos años, un grupo de estudiantes jesui-
Voluntarios en campaña de salud dental para niños de San Juan de Miraflores. / Archivo de la SJ
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Jóvenes universitarios en empadronamiento de pobladores de Pamplona, San Juan de Miraflores. / Archivo de la SJ
tas (juniores y filósofos) que realizaban su labor pastoral con universitarios, buscaban una mejor manera de trabajar con los jóvenes. Una de sus propuestas fue la de organizar un Voluntariado. Poco después, desde la Pastoral Juvenil, se realizaron algunas actividades como pascuas rurales, trabajos sociales, etc. La decisión de formar el Voluntariado fue tomada. Así nació MAGIS a principios del 2005.
BRINDANDO CONOCIMIENTOS, TIEMPO Y COMPAÑÍA Este Voluntariado se realiza a lo largo del año y tiene como sede la ciudad de Lima. Está dirigido a jóvenes universitarios. En la actualidad participan cerca de 80 jóvenes provenientes de diversas universidades capitalinas, como la Católica, San Marcos, Universidad del Pacífico, Universidad de Lima, Antonio Ruiz de Montoya, la UNI, entre otras. MAGIS busca crear en los jóvenes una capacidad reflexiva en el contacto con la realidad. Para ello se cuenta con dos momentos importantes. El primero es la visita cada quince días a algunos luga-
res donde se realizan trabajos de voluntariado. El segundo momento consiste en reunirse por grupos de trabajo para reflexionar, compartiendo lo vivido en cada visita, viendo cómo repercute el voluntariado en sus vidas, y para preparar el trabajo de la siguiente visita. Cada lugar de apoyo, en el que el voluntario se inscribe, cuenta con una dinámica y horario particulares. Durante el año 2006 se ofrecieron siete lugares de trabajo voluntario, de acuerdo con las inquietudes, disponibilidad de tiempo y perfil de cada voluntario. También existe la posibilidad de participar en Experiencias de Voluntariados en tiempos de vacaciones (enero, febrero, julio y agosto), en distintas zonas del Perú, para estar en contacto con una realidad distinta. Se trata, entonces, de poner al servicio de los demás, la formación profesional de cada universitario, colaborando con el desarrollo local y pensando, además, en futuros proyectos que se puedan realizar en cada lugar. Lo que da sentido al trabajo es el espíritu de servicio que caracteriza a los jóvenes en su búsqueda de una sociedad más justa, más solidaria y más humana. 39
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El coordinador general del Voluntariado Universitario Jesuita MAGIS es el padre José Antonio Recharte SJ, quien cuenta con el apoyo de un grupo de jóvenes jesuitas y una religiosa misionera parroquial; ellos se encargan de la programación de las actividades a lo largo del año, y además dan asesoría a cada grupo de trabajo. Con ellos colaboran los coordinadores de cada grupo de voluntarios en la planificación del trabajo. En el año 2006, los grupos de voluntariado fueron los siguientes: • Asilo: ubicado en Puente Piedra, en el que viven 18 ancianos. En este lugar se brinda atención y cuidados de enfermería las 24 horas del día. • La Posadita: albergue ubicado en Magdalena, para niños con VIH, donde se les brinda alimentación y acompañamiento en el proceso de su enfermedad. • El Agustino: se trabaja en dos locales donde se recibe a niños del lugar. El objetivo principal es transmitir cariño y cercanía. Se les acompaña en sus procesos de formación y se entabla diálogo con los padres de familia. • Cerro Japón: ubicado en la zona de San Ga-
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briel en el distrito de Villa María del Triunfo. El trabajo consiste en ofrecer nivelación escolar a niños, así como talleres de formación para desarrollar sus capacidades artísticas. • Niños trabajadores de la calle: consiste en acompañar y hacer seguimiento a niños y niñas “de la calle” que se dedican a la venta de golosinas en Miraflores. • Pamplona: se trabaja en el Asentamiento Humano Mirador II, en Pamplona Alta, distrito de San Juan de Miraflores. Se refuerza el rendimiento escolar de los niños de la zona a través de nivelación en las áreas de matemáticas y lenguaje, además de momentos de formación artística y de recreación. • Zapallal: el Hogar Emmanuel está ubicado en la urbanización Zapallal, en Puente Piedra. Alberga a niños y adolescentes en estado de orfandad y abandono. El trabajo consiste en nivelación escolar, formación artística y momentos lúdicos. Para mayor información sobre MAGIS pueden escribir al correo electrónico: voluntariadomagis@gmail.com
Los voluntarios también brindan su tiempo a los ancianos. / Archivo de la SJ
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Universitarios dando reforzamiento escolar a niños de San Juan de Miraflores. / Archivo de la SJ
OTROS PROGRAMAS DE VOLUNTARIADO DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS ENCUENTROS, CASA DE LA JUVENTUD El voluntariado de esta obra de la Compañía busca que los adolescentes y jóvenes, provenientes de familias con escasos recursos, desarrollen capacidades organizativas y su ciudadanía, a partir de una autovaloración, la participación social y la solidaridad con el otro. El voluntariado se realiza en zonas con mayores carencias económicas, pero sobre todo en aquellas donde el acceso de la población, en especial de los jóvenes, a mejores oportunidades es complicado. De esta forma se ha tenido participación en Lima, en distritos como El Agustino, Barrios Altos, San Juan de Lurigancho, Ate Vitarte (Huaycán) y San Martín de Porres; y en el interior del país, en los departamentos de Ayacucho y Moquegua (Ilo). OFICINA DE DESARROLLO DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS La Oficina de Desarrollo de la Provincia del Perú cuenta con dos grupos de voluntarios. El primero lo conforman un grupo de señoras de la Parroquia de Fátima (Miraflores) que asisten todas las semanas al almacén de la Compañía de Jesús en Lima para apoyar en el despacho de medicinas y diversos materiales que llegan a nuestro país, producto de las donaciones de instituciones de ayuda humanitaria y otros. El segundo grupo lo componen los extranjeros, especialmente españoles, que vienen a apoyar y aportar con sus capacidades profesionales y se insertan en alguna obra social de los jesuitas. Existen voluntarios en Pebal – La Inmaculada (Lima), Parroquia Santiago Apóstol de Urcos (Cusco), CORAJE, Coordinadora Regional Apostólica Jesuita (Tacna y Moquegua), SAIPE, Servicio Agropecuario para la Investigación y Promoción Económica (Jaén), etc.
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El Centro de Educación, Organización y Promoción de Ilo: 30 años afirmando la esperanza con verdad y justicia RamiroNavasRusso
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lo, puerto pesquero y metalúrgico situado al sur peruano, creció rápidamente entre las décadas del 50 y el 70. Las grandes inversiones, las consiguientes migraciones y los graves problemas ambientales fueron los factores representativos de esa época. Sin embargo, en virtud de los gobiernos locales estables y democráticos, esa situación cambió en el período 1980-2000. De una ciudad de paso, sin identidad, se convirtió en una urbe intercultural, pionera en experiencias de planificación y presupuesto participativo. Para acompañar en su desarrollo a esta ciudad compleja y dinámica, se fundó el CENECAPE Ilo en noviembre de 1976 y, años más tarde, asumió el nombre de Centro de Educación, Organización
y Promoción del Desarrollo Ilo (CEOP Ilo) aunque con la misma identidad y misión: • Somos una obra de la Compañía de Jesús, queremos contribuir a la construcción de la paz en una sociedad basada en la justicia y la fraternidad desde los pobres, buscando la dignificación de las personas y de la sociedad, promoviendo el desarrollo integral. • Somos una obra de educación popular, buscamos promover el protagonismo de los sectores populares en los procesos del desarrollo, en concertación con otros actores del Estado y la sociedad civil. Comenzamos dictando cursos de capacitación técnica a jóvenes y adultos. En 1980, para facili-
Curso de Electricidad del CENECAPE Ilo, octubre de 1987. / Archivo de la SJ
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Microempresaria beneficiada con programa de créditos del CEOP Ilo. / Archivo de la SJ
tar trabajos de promoción con mujeres y jóvenes, creamos el Centro Pastoral San Pedro Pescador, donde luego colaboraron las Hermanas del Servicio Social de la Inmaculada y, posteriormente, las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Además, con frecuencia contamos con el apoyo de voluntarios de diversos países. Sacerdotes, religiosas y laicos compartimos trabajos de apostolado social y espiritual, buscando articular una mística de la fe con lo social y político, ante los retos económicos y sociales de Ilo, desde los barrios y comunidades que se fueron formando.
NUESTRO TRABAJO En un inicio, el CENECAPE Ilo se centra en prestar servicios de capacitación técnica. Además, promueve organizaciones vecinales, juveniles y de mujeres; y la defensa de los derechos humanos y del medio ambiente. En 1987 entra al tema de la gestión empresarial, al impulso de la microempresa y la propuesta de desarrollo integral para buscar el cambio social.
Desde 1997 el Centro Pastoral –hoy Centro Loyola Ilo- pasó a tener su propia institucionalidad. El año 2000 también se crea el Colegio Fe y Alegría Pedro Arrupe.
A partir de 1990, el CEOP Ilo alienta un modelo de economía popular solidaria con organizaciones femeninas y de apoyo a gremios microempresariales. Se promueve además el planeamiento participativo del desarrollo integral de la ciudad y la capacidad de propuesta de organizaciones populares.
Hoy, el Colegio Fe y Alegría, el Centro Loyola Ilo y el CEOP Ilo -con seis instituciones de Tacnaformamos la Coordinadora Regional Apostólica Jesuita (CORAJE), para atender a las necesidades de nuestro entorno regional.
En 1995 reorientamos nuestro trabajo en economía con créditos para microempresarios y créditos solidarios desde Bancos Comunales; participamos en la construcción de una visión macro regional y de consensos en políticas de desarrollo. 43
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Desde 1998, con “Educación ciudadana en colegios de Ilo” capacitamos a los profesores en metodologías de diversificación curricular orientadas a la formación ciudadana. También elaboramos materiales didácticos con los docentes (los que fueron aprobados oficialmente) y luego fueron entregados a los colegios para su incorporación en la currícula oficial de educación secundaria, para que los jóvenes egresen con competencias para su participación en la vida cívica y política. Actualmente este proyecto se replica en Moquegua y, al igual que en Ilo, en concertación con el sector Educación y la Municipalidad Provincial. A partir del 2000, a través de la CORAJE participamos en el proyecto “Contribuyendo al desarrollo de competencias de niños, adolescentes y jóvenes en alto riesgo”, que está orientado a mejorar las condiciones para su desarrollo personal, familiar y social. El componente de créditos y capacitación en desarrollo personal y gestión de negocios para este sector de la población, está a cargo del CEOP Ilo y, la elaboración, gestión y monitoreo del plan en su conjunto la lleva adelante la Oficina de Proyectos de la CORAJE. Este proyecto, con
Clausura del Taller “Cómo iniciar un negocio”. / Archivo de la SJ
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actividades educativas, recreativas, apoyo psicológico y legal, formación ocupacional, promoción de voluntariado, campañas de solidaridad, acceso a créditos, se replicó en dos períodos a nivel regional. Actualmente, impulsado por la Oficina de Desarrollo - Procura de la Compañía, se ejecuta uno similar en varias zonas del país. Desde la CORAJE, actualmente replicamos una experiencia del CEOP Ilo: “Formación de líderes para el desarrollo regional en Tacna y Moquegua” para contribuir a ampliar las competencias de líderes sociales, autoridades y funcionarios públicos, fortalecer procesos de concertación para el desarrollo integral y la democracia local e impulsar la descentralización. Para ello sensibilizamos sobre derechos y responsabilidad ciudadana en escuelas, centros superiores, ámbito pastoral y medios de comunicación, y buscamos fortalecer espacios públicos a través de mesas de propuestas e incidencia sobre pobreza, planificación y presupuesto participativo y desarrollo educativo. También consolidamos el “Programa de apoyo a
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Mujer que consiguió tener un negocio informal gracias al apoyo del CEOP Ilo. / Archivo de la SJ
estrategias de autoempleo”, ayudando a mejorar los niveles de ingresos, condiciones de empleo y dando estabilidad a proyectos de vida de familias pobres, particularmente de mujeres que han incursionado en pequeños negocios. Este programa desarrolla, además, acciones de capacitación y organización para la ampliación de capacidades personales y de gestión de negocios de usuarios. Tiene tres líneas: CREDISOL, préstamos grupales con garantía solidaria para pequeños emprendimientos económicos, principalmente de mujeres de bajos recursos; CREDIMYPE, créditos individuales con garantía prendaria para microempresas; y CREDIJOVEN, para jóvenes emprendedores con iniciativas económicas recientes. Además, hemos efectuado estudios como el “Plan de desarrollo de capacidades humanas de Ilo” en alianza con ESAN; y desarrollado varios diagnósticos, entre ellos: “Niños y adolescentes en situación de riesgo en Ilo y Tacna”, “Pescadores artesanales de Ilo y Tacna”, “Regiones Moquegua y Tacna”, “Organizaciones sociales y dinámica de participación ciudadana en Moquegua”, “Estudio de pre factibilidad para un
astillero de embarcaciones de pesca artesanal de fibra de vidrio”. En esta línea también se encuentran: “Promoción de liderazgos y participación ciudadana de jóvenes”, promovido por la Compañía de Jesús en cinco ciudades; “Construcción de viviendas de 200 familias damnificadas en extrema pobreza”, después del terremoto de junio del 2001 en Moquegua, en consorcio con ITDG; “Abastecimiento de agua y desagüe para la población más necesitada de la Pampa Inalámbrica de Ilo”; “Apoyo a mujeres en alto riesgo en Ilo”, articulando esfuerzos interinstitucionales para afrontar algunos de los principales problemas que afectan a las madres solteras con hijos menores, mujeres en situación de maltrato físico o psicológico, desprotección legal, fragilidad psicológica y emocional, sentimiento de desvalorización y pesimismo respecto de su futuro. Buscando aportar a la construcción colectiva de un mundo más humano, justo y fraterno, hemos colaborado con muchas personas, organizaciones e instituciones a las cuales damos gracias. Hemos querido aportar y hemos recibido mucho. Gracias a Dios por todo aquello. 45
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Servicios Educativos El Agustino: una experiencia de educación popular en el cono este de Lima SergioVargasGonzáles
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l desarrollo de Servicios Educativos El Agustino (SEA) ha estado muy ligado a la historia de la Parroquia La Virgen de Nazaret y al proceso de construcción del distrito de El Agustino. SEA se funda en 1978, cuando los esfuerzos de la parroquia por acompañar a los pobladores en su tarea de levantar su distrito eran insuficientes. Los años setentas eran momentos de la llamada “remodelación”, de ampliación de los espacios urbanos para configurar lo que es hoy El Agustino. También fue un tiempo de formación de su tejido social, con líderes que imprimieron un sello muy
particular a estos impulsos. Todo ello en un contexto de ampliación de la ocupación urbana de Lima Metropolitana, que más tarde se vino a convertir en la formación de los conos que rodean la ciudad y en donde se ha concentrado la más dura pobreza. El Agustino era por aquellos años, como lo describen muchos de sus pobladores, un gran territorio desordenado, con calles estrechas y casas de estera o adobe sin servicios básicos. No había escuelas, áreas verdes y espacios públicos. La remodelación significó literalmente pasar un
Trabajo del Equipo Económico de SEA junto a personas de El Agustino. / Archivo de la SJ
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Los miembros de SEA realizando un control de la calidad del agua en el distrito. / Archivo de la SJ
caterpillar por estas precarias construcciones, planificar con la población la nueva ocupación del territorio, definiendo las áreas de vivienda y los espacios públicos. Asimismo, reubicar a todas las familias excedentes en terrenos agrícolas contiguos, mediante un proceso de ocupación ordenada y legal. En ese fragor nace SEA. El acompañamiento de estos procesos caracteriza su intervención en esos años, contribuyendo al saneamiento físico legal, a la capacitación técnica para la autoconstrucción, a la mejora de la alimentación y el fortalecimiento organizacional y la formación de líderes. En los ochentas, lo más significativo es la presencia de la mujer en las organizaciones. Su presencia fue fundamental en los comedores populares y los comités del vaso de leche, que más adelante tendrán una representación distrital y aportarán a la constitución de organizaciones metropolitanas similares. Los noventas son los años del ajuste estructural en el país, de emergencia en el distrito, de miles de ex
trabajadores autoempleados generando sus propias fuentes de trabajo a través de microempresas, de mayor presencia de los jóvenes que se movilizaban y se organizaban reclamando espacios propios. SEA acompañaba y asesoraba a todos estos sectores. Esas nuevas problemáticas implicaban también cambios orgánicos en nuestra institución para responder mejor a las nuevas exigencias. Por estos años se crea Santa Anita, a partir de El Agustino y Ate. El trabajo ya existente de SEA en las zonas de este nuevo distrito, permitió ir consolidando su presencia e intervención para promover el desarrollo humano integral, al igual que en los otros distritos de la Carretera Central en donde colaboramos actualmente. Después de 28 años, SEA es hoy una institución que tiene como objetivo la promoción del desarrollo integral local y tratamiento de la cuenca media y alta del río Rímac. Entendiendo la localidad como el corredor interdistrital que se extiende a lo largo de la carretera central y el río Rímac, 47
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abarcando los distritos de El Agustino, Santa Anita, Ate, Chaclacayo y Chosica.
espacios públicos de elaboración y decisión de políticas públicas.
La intervención de SEA se viene dando a través de los siguientes Ejes-Programas que responden a las problemáticas y potencialidades más importantes del cono Este.
Promoción y desarrollo de las organizaciones femeninas sociales de base: motivamos el surgimiento de nuevas liderezas para que participen en espacios públicos de decisión, empezando con los relacionados a la gestión alimentaria distrital; a la vez que se promueven y articulan redes comunales de prevención y atención de la violencia familiar.
Desarrollo económico local: apoyamos los esfuerzos por desarrollar al sector de la microempresa mediante créditos, capacitación y asistencia técnica para una mejor articulación en el mercado bajo condiciones de comercio justo. Promovemos también la elaboración participativa de planes y políticas de desarrollo económico local con las propias gestiones municipales. Promoción y desarrollo de los jóvenes: impulsamos el acceso a mecanismos de formación e inserción laboral en empresas con adecuadas condiciones laborales, a través del autoempleo juvenil, y desarrollando organizaciones y liderazgos para que los jóvenes lleven su voz a los
Jóvenes en programa de capacitación textil. / Archivo de la SJ
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Promoción de la gestión urbana ambiental: realizamos experiencias que contribuyan a mitigar los graves conflictos ambientales en la localidad. Todas ellas son elaboradas e implementadas con los líderes vecinales. Promoción de la gestión del desarrollo local: fortalecemos la participación ciudadana en los espacios abiertos de gestión y vigilancia del desarrollo local, aportando, mediante el diálogo y la concertación, al desarrollo de prácticas de convivencia
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Reunión del II Pacto de Gobernabilidad del distrito, donde SEA tuvo una participación activa. / Archivo de la SJ
democrática, al fortalecimiento de la sociedad civil y de la democracia participativa. En todo este tiempo, SEA no ha dejado de ser una institución de educación popular con espiritualidad ignaciana. Lo último es fundamental en su origen y misión. La validez del proyecto SEA tiene su fuerza en el terco esfuerzo por
levantar al actor popular, por hacerlo sujeto de su propio desarrollo, por formar personas y colectivos populares con voz propia. Lo anterior se sintetiza en el método de intervención de SEA: Acompañamiento, Asesoría, Capacitación y Sistematización (ACAS), cuya meta es la de formar líderes populares con valores éticos y democráticos. 49
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La misión jesuítica en la Provincia de Huachos y Yauyos AdolfoDomínguezJaimeSJ
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a Compañía de Jesús tuvo un lugar reservado en el proceso de “extirpación de idolatrías” que se llevó a cabo en el Virreinato peruano. Los jesuitas fueron prontamente comisionados para establecer algunas doctrinas indígenas importantes desde fines del s. XVI, acaso las más trascendentes, entre ellas: Santiago del Cercado en Lima y Juli (cerca del Titicaca) recibieron directamente el sello misional jesuítico hasta la expulsión de la orden religiosa de América en 1767. De uno de los colegios que fundara la Compañía en este territorio peruano, fue enviada en 1613 una misión importante para apoyar la labor evangelizadora en las provincias occidentales de Huamanga. En estas provincias, algunos grupos étnicos habían sido reducidos en distintos poblados próximos a la ciudad de Castrovirreina (Huancavelica). Entre dichas etnías, la Compañía de Jesús realizó un trabajo apostólico entre los indios huachos y los yauyos, respectivamente. Dos etnías cercanas en espacio, pero a la vez diferentes entre sí. Ahora bien, ¿quiénes eran los huachos y los yauyos? Desde los tiempos coloniales, el término “huaccha” (asociado probablemente a los huachos) ha servido para designar a aquellas personas que presentaban alguna carencia material y más aún, a aquellos sujetos que vivían en estado de orfandad (Quijada, 1985: 215). Estas personas se encontraban “solas en el mundo”, sin parentela y carentes de una buena alimentación. Ya para 1613, esta etnía había sido casi arrasada del todo a causa de una fuerte epidemia, y también por los maltratos que sistemáticamente habían recibido por parte de los encomenderos (principalmente en las mitas de azogue). La situación de “orfandad”, producida por este tipo de maltrato sistemático, sólo podía ser compensada con la afirmación de una creencia específica y el culto en sus huacas1
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(divinidades locales que, por lo general, se encontraban en la naturaleza: cerros, ríos, quebradas, ciertos animales, etc.). Los huachos interpretaron sus desgracias como producto de la venganza de sus huacas, ante la llegada de los “curas doctrineros”. Los yauyos, en comparación con los primeros, se destacaron por ser un pueblo muy aguerrido y difícil de sojuzgar. Incluso, siempre pusieron en jaque a la etnía de los cañetes o de los guarcos. Los yauyos, además, fueron reacios a la recepción de la fe cristiana desde la llegada de los primeros evangelizadores. Aún así, pudieron recibir los elementos fundamentales de este cristianismo y los adaptaron a su propio sistema religioso. Ambas etnías se localizaban en lo que se ha denominado la provincia occidental de Huamanga, en las zonas aledañas al camino entre Huancavelica y el puerto de Chincha (en la Costa). A la llegada de los jesuitas, la doctrina de los huachos estaba compuesta de los siguientes pueblos: San Cristóbal, Arma, Tantarai, Huanaco, Huamantambo, Cíntar y Cocas. Mientras que los yauyos se hallaban reducidos en los pueblos de San Pedro de Huacra, Santiago de Chupamarca, Viña, Huangasca, Chocos, Aco, Apur, Tanai, Ongos Cacha, Chavín y Tsaca2. El único documento que existe sobre la misión emprendida por la Compañía de Jesús, entre estas etnías, es una Carta Annua del Colegio de Huamanga (de donde partió la misión a los huachos y yauyos) de los años 1613 y 1614. En ella, el jesuita Luis de Tiruel le ofrece un informe detallado al también jesuita Pablo Joseph de Arriaga, sobre los distintos cultos que observa entre los indios de dicho lugar. Es más, añade algunas recomendaciones sobre cómo deben de actuar los jesuitas ante las situaciones más difíciles.
Cfr. Carta Annua del Colegio de Huamanga de 1613. Biblioteca Nacional del Perú, fol.1. Ibid., fol.1v.
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Ilustración sobre la labor evangelizadora de la Compañía de Jesús en el Perú, hecho por Felipe Guamán Poma de Ayala en su obra “Nueva Crónica y Buen Gobierno” (1615/1616). El texto indica lo siguiente: / PADRES / LOS PADRES DE LA CONPAÑÍA DE Jesús, santos hombres en todo el mundo que cre[e], ama y haze caridad y da lo que tiene a los pobres más en este rreyno / “Confiésame, padre, de todos mis pecados. No me preguntes de las uacas, ýdolos, y por amor de Jesucristo y de s[u] madre Santa María, me apsólueme y no me eches por la puerta. Ten misericordia de mi ánima.”/ *Ci los dichos rrebrendos padres fuesen dotrinando euangelios y predicase paciones de Jesucristo y de la Uirgen María y de todos los santos y Día del Juycio y de la Sagrada Escritura, no se huyrían los yndios. Pero trata de uacas […].
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Antiguo Colegio de Huamanga de los jesuitas. / Foto: Daniel Giannoni.
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Hay que reconocer que los jesuitas mismos, como buenos cristianos de su época, consideraban a las “huacas indígenas” como claras representaciones del demonio. Para el juicio de los religiosos, el demonio habría mantenido en constante engaño a los indígenas sobre la verdadera fe y les habría impedido que abracen completamente la religión cristiana (tal y como la concebían los españoles). De esta forma, la extirpación de idolatrías se presentaba como una lucha frontal contra la concepción y múltiple representación del demonio. Consideramos que el choque entre las visiones indígena e hispana debió ser –en cierto modo- traumático para ambos grupos humanos. Cada cual poseía su propia interpretación del mundo y por consiguiente, una particular concepción de la divinidad que configuraba sus existencias. Un claro ejemplo de este conflicto, lo podemos encontrar en la misma carta del padre Tiruel. En ella, el jesuita relata como una huaca3 (demonio) persuade a una indígena para que mantenga su fe y no se deje avasallar por las otras propuestas: “... una guaca de buen talle, pero feo y de mal olor le dijo a una india que se presentaba así para probar su amor y fidelidad... Dijo más la india que le había dicho (la huaca) que no dijese ni confesase todo cuanto pasaba con él porque la mataría, y principalmente a los de la Compañía, que nunca se confesase con ellos porque eran unos examinadores y engañadores, etc... ”4. Como se pudo observar, el trabajo catequético que desempeñó la Compañía de Jesús entre las distintas etnías indígenas tuvo que sortear no sólo los límites idiomáticos (a pesar de que los jesuitas dominaban las lenguas nativas), sino también las propias concepciones mentales subyacentes en el mundo andino. Porque como comenta Nathan Wachtel, los indios así admitiesen la existencia de un Dios cristiano, lo situaban a éste en una esfera exterior a la de ellos; negándole toda influencia sobre el curso de los acontecimientos humanos. De esta manera, los indios creían que las cosas se hacían por la vo-
luntad del sol, la luna, de las guacas, etc. y que el Dios cristiano concede su providencia a las cosas de este mundo (Wachtel, 1976: 236). Como el error indígena debía ser erradicado con eficiencia y firmeza, éstas fueron las directrices que siguieron los religiosos: la destrucción pública de los ídolos (estatuillas) en las plazas principales, la vigilancia constante de los cultos indígenas que surgiesen, y el asentamiento de estos padres en los pueblos más importantes, desde donde salían a realizar sus visitas. Además de la atención prestada a las mismas etnías, debían estar atentos a la aparición de “chamanes” indígenas (hechiceros) que obstaculizasen su labor evangelizadora. Estos hechiceros debían ser denunciados y luego, enviados a la Casa de Reclusión de Santa Cruz en el Cercado de Indios. Esta casa era una especie de cárcel especial que se encontraba en los alrededores de la parroquia de Santiago del Cercado (actual distrito de Barrios Altos, en Lima) y también, estaba a cargo de la Compañía de Jesús. Allí eran recluidos los “hechiceros” indígenas reconocidos y las penas variaban desde una corta temporada (si lograban cambiar pronto sus costumbres) hasta la misma cadena perpetua (Hampe, 293: 1995). Finalmente, sólo queda agregar que los jesuitas permanecieron dos décadas ligados a esta misión de los huachos y yauyos. Bibliografía empleada - Fuentes manuscritas: Misión de las provincias de los Huachos y los Yauyos (1613-1614). Biblioteca Nacional del Perú. - Fuentes escritas: ARRIAGA, Pablo Joseph 1920 HAMPE M, Teodoro. 1995
QUIJADA, Sergio 1985 WACHTEL, Nathan 1976
La extirpación de la idolatría en el Perú. Lima. “El transfondo personal de la “extirpación” (la carrera y formación intelectual de Francisco de Ávila y Fernando de Avendaño)” en Revista Histórica, t. XXXVIII, pp. 291-327 Estampas huancavelicanas, p. 215. Los vencidos: los indios del Perú frente a la conquista española, p. 408
En el mundo andino existía la concepción de que las huacas les hablaban a los hombres. Esta idea pertenece a un registro distinto al occidental. Sin embargo, consideramos que en una época como ésta (inicios del siglo XVII), y más aún pre-ilustrada, este tipo de concepción no hubiera sido tan desdeñada por parte de los hispanos. Que las huacas hablasen significaba que detrás de ellas se encontraba el enemigo maligno. 4 Carta Annua de 1613. Colegio de Huamanga, fol.6v. 5 Entre éstas el quechua; que para esta época, ya había sido extendido entre las distintas etnías andinas por parte de los evangelizadores, a mediados y fines del siglo XVI. 3
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El Padre Romeo Luna - Victoria SJ (1921 – 1984) RicardoMoralesBasadreSJ
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o pretendo hacer la biografía de Romeo; quiero más bien trazar su fisonomía humana y espiritual, recoger sus empeños y compromisos, rememorar lo mejor de sus ideas y propuestas como sacerdote jesuita y como peruano. Lo primero que me viene a la memoria cuando pienso en Romeo es su talante apasionado, la intensidad de su vida; para algunos excesiva y exagerada. Pero era su manera de ser y de sentir, no había nada de postizo. Simplemente así entendía la vida.
buscaban su consejo prudente y sabio. Para todos tenía tiempo y sobre todo empatía y voluntad de compartir. Otra característica que es necesario rescatar en Romeo era su amor al Perú. Él sentía su país en el alma; quizás por eso se pudo pensar que para ser sacerdote, era demasiado político. La verdad es que vivía con sumo interés y preocupación las incidencias de la política nacional en una perspectiva de justicia y de compromiso con los pobres y excluidos.
Solía decir que se sentía orgulloso de ser un “moSu pasión tenía en Jesucristo su mayor intensidad. chica auténtico”, es decir, heredero de una cultura Pocas veces he oído a alguien hablar y expresarse y de una tradición que lo impulsaban a sentir a su con tanto amor, con una convicción tan profunda y país en toda su realidad original. una adhesión tan total a la persona de Jesús de Nazaret. Era imposible no sentirse tocado y contagiaEl modelo de desarrollo lo entendía afincado en do por su entusiasmo vital y por su penetrante comprensión de Cristo Maestro del “PARA AQUELLOS QUE CREAN EN la persona humana, en el desVerbo, del Hijo del hombre. LA FUERZA DEL AMOR, NO TENGAN pliegue de su potencialidad, MIEDO DE HACER EL AMOR A LA en su libertad y porqué no, en su felicidad. En sus escritos, Hizo sus estudios filosóficos y FUERZA PARA QUE TRIUNFE LA conferencias y entrevistas, teológicos con fruición y con RAZÓN SOBRE EL CORAZÓN”. con convicción y elocuencia, vivo interés y talento. Toda Romeo Luna Victoria SJ mostraba su compromiso con su vida fue un estudioso de el Perú y con la causa de la justicia para todos. la Sagrada Escritura. Sus análisis hermenéuticos y su originalidad creativa lo llevaban a interprePara Romeo, la clave del cambio democrático y de taciones nuevas y originales que estaban siempre un desarrollo con justicia está en la educación. La transidas de piedad y de profunda devoción, al esreforma educativa, en una perspectiva humanistilo ignaciano de la “contemplación para alcanzar ta y de formación ética y social de la ciudadanía, amor”. debe ser el soporte y la base de un cambio del país para un desarrollo sostenible, en el que lo econóRememorar a Romeo significa además, referirse a su mico va de la mano con el desarrollo social. calidez humana, a su amistad franca y a su permanente disponibilidad para escuchar, ayudar y compartir los problemas e inquietudes de los demás. Sirvan estas sencillas palabras y este emocionado recuerdo como un homenaje más al compañero Ya era tema de bromas entre sus compañeros jesuijesuita y al entrañable amigo que una mañana de tas su asedio telefónico que empezaba temprano y diciembre partió del aeropuerto de Valor, a donde se extendía durante todo el día. Era su manera de su celo sacerdotal lo llevaba cada año a pasar la llegar y atender a quienes buscaban consejo y muNavidad con los trabajadores de los campos petrochas veces sólo una palabra de aliento. Maestras leros. El avión explotó y no pudo despegar. Pero y maestros, estudiantes universitarios y parejas Romeo desde allí alzó vuelo a la eternidad. 54
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Alumno del colegio Fe y AlegrĂa 65 de San Juan de Miraflores, Lima. / Archivo de la SJ
EDUCACIÓN “La promoción del desarrollo intelectual de cada estudiante, para completar los talentos recibidos de Dios, sigue siendo con razón un objetivo destacado de la educación de la Compañía. Su finalidad sin embargo, no ha sido nunca acumular simplemente cantidades de información o preparación para una profesión, aunque estas sean importantes en sí mismas y útiles para que surjan líderes cristianos. El objetivo último de la educación jesuita es, más bien, el crecimiento global de la persona que lleva a la acción, acción inspirada por el Espíritu y la presencia de Jesucristo, el hijo de Dios, el «Hombre para los demás». Este objetivo orientado a la acción está basado en una comprensión reflexiva y vivificada por la contemplación, e insta a los alumnos al dominio de sí y a la iniciativa, integridad y exactitud. Al mismo tiempo discierne las formas de pensar fáciles y superficiales indignas del individuo, y sobre todo peligrosas para el mundo al que ellos y ellas están llamados a servir.” Extracto de un discurso del Padre General, Peter-Hans Kolvenbach, en la Universidad de Georgetown, Washington, el 7 de julio de 1989.
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El Colegio San Ignacio de Loyola de Piura y la integración de computadoras y el Internet en su propuesta pedagógica ignaciana LuisBretelBibus
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in duda, una de las maneras más innovadoras de incorporar las computadoras y el Internet en las escuelas peruanas se encuentra en el Colegio San Ignacio de Loyola de Piura, que no es un centro educativo que forme parte del Plan Huascarán, ni cuenta con grandes recursos económicos, ni con alumnos de familias acomodadas. Sí se trata, sin embargo, de un colegio de la Compañía de Jesús cuyos miembros quieren con vehemencia construir una propuesta educativa que haga posible la materialización de la pedagogía ignaciana en el siglo XXI. Ellos, para tal propósito, contaron con mucho entusiasmo y con pocos referentes en Latinoamérica y se lanzaron dispuestos a hacer camino al andar. ¿En qué consistió la experiencia realizada en el Colegio San Ignacio de Loyola durante el 2005 y el 2006? Respondiendo brevemente: en organizar el
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currículo y el proceso de aprendizaje, en la lógica del Aprendizaje Basado en Problemas (ABP); en incorporar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), particularmente el Internet, como fuente fundamental de información y como herramienta para la producción de conocimientos; en usar, para lograr lo anterior, el formato de las Webquest creado por Bernard Dodge. Un primer cambio radical fue que los profesores (de Matemáticas, Ciencias Naturales, Ciencia, Ciencias Sociales, Lenguaje e Inglés; en el 2005 sólo de 3º de secundaria, en el 2006 de 1º, 3º y 4º) ya no tuvieron “su” curso, ni “dictaron clases”, porque ni el horario estuvo organizado por cursos, ni los alumnos aprendieron las diversas asignaturas del currículo desvinculadas entre sí, ni hubieron clases como las que todos esperaríamos.
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Alumnos de 1º de secundaria durante trabajo escolar con el uso de las nuevas tecnologías de la información. / Archivo de la SJ
Los docentes de cada grado y de todas las áreas de currículo (5 en 1º de secundaria, 4 en 3º y 4 en 4º), diseñaron juntos problemas/proyectos que propusieron a sus estudiantes, cuidando que fueran contextualizados, retadores, complejos e interdisciplinarios. Además, para cada problema/proyecto ideaban un “producto final”, que debía ser elaborado por los alumnos, debiendo permitirles integrar y dar cuenta de todo lo aprendido, al mismo tiempo que aplicar dichos conocimientos de una manera concreta y hacer uso de su creatividad. Aquí un ejemplo de los problemas/producto que les propusieron: “Deben investigar sobre la época colonial en el Perú y en Piura y elaborar producto de ello un CD titulado ´Tres siglos que cambiaron la historia´, cuyo contenido será debatido en un panel Forum denominado ´Impacto de la conquista en el mundo andino´. Además crearán un cuento considerando el contexto histórico-cultural de
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la conquista de Piura”. (http://www.colegiosanignacio.edu.pe/abp/3/abps/colonia.html).1 Para resolver cada problema los alumnos disponían, según la complejidad del mismo, de una, dos o tres semanas. Para hacerlo debían trabajar básicamente en duetos (cada pareja tenía permanentemente para su uso una computadora conectada a Internet). Los dúos conformaban a su vez equipos de cuatro estudiantes (algunas veces de seis). El proceso de solución del problema y de creación del producto final siempre parte del análisis de lo solicitado y la formulación de preguntas (¿qué necesitamos averiguar y saber para poder resolver o hacer esto?). Acto seguido se inicia la investigación para la cual los docentes les proponen innumerables vínculos a páginas Web, previamente seleccionadas y evaluadas por ellos,
Es posible revisar todos los problemas elaborados y presentados a los alumnos hasta la fecha en: http://www.colegiosanignacio.edu. pe/abp/
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en los que encontrarán información más que suficiente para resolver todas las inquietudes que puedan surgirles.
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cuando juegan un videojuego.
LAS EXPECTATIVAS Se desarrolla así un proceso de auto investigación y auto aprendizaje acompañado y seguido de cerca por los docentes. Todos los profesores del equipo (4 o 5 según sea el caso) están juntos en el aula que, en principio, ya no tiene 40 alumnos, sino en realidad 80 ó 90. Producto de la investigación realizada por cada dueto, los alumnos dan cuenta de su investigación en un “cuaderno virtual” que es un blog creado con la herramienta gratuita que se encuentra en: http://www.blogger.com. Los profesores, los demás compañeros y los padres de familia, pueden ir siguiendo ese cuaderno en línea y hacer en él todos los comentarios, anotaciones y sugerencias que deseen. Concluida la investigación y búsqueda de información de cada dueto, el grupo se lanza a elaborar el producto final solicitado para ese ABP. Al concluirlo, usualmente, deben presentar y sustentar públicamente lo realizado. La evaluación también ha sufrido enormes cambios. Primero, en tanto que son los alumnos los que están permanentemente trabajando, con la compañía y asesoramiento de los profesores, es realmente posible hacer una evaluación permanente y no esporádica como cuando se trabaja en un aula tradicional. Segundo, la evaluación ya no está únicamente reducida a los exámenes. Los hay, pero están al lado de muchos otros medios. Los alumnos saben desde el primer momento cómo serán evaluados, cuáles serán los criterios con los que se les evaluará y cuáles los indicadores. Los profesores, junto con el problema, al inicio de cada ABP, presentan a los alumnos las matrices de evaluación con las que serán evaluados cada uno de los productos que vayan elaborando, así como la matriz con la que todos los miembros de cada equipo evaluarán la participación de los demás integrantes del mismo. Tercero, la calificación final ya no se obtiene promediando calificaciones parciales, sino agregando puntos que se van ganando cada día, con cada producto, con cada esfuerzo, individual y grupal; al concluir el año cada alumno puede llegar a acumular hasta 20,000 puntos (que divididos entre 1,000 dan una nota vigesimal) en un proceso muy semejante al que ocurre 60
Todos estos cambios fueron posibles no sólo porque el colegio decidió realizar la experiencia en 3° de secundaria, en el 2005, y en el 2006 en 1º, 3º y 4º de secundaria, sino sobre todo por la selección adecuada de los docentes que participarían en ella, especialmente en el inicio. Desde allí se tomaron otras importantes resoluciones, algunas de las cuales ya se mencionaron: • Fusionar las áreas de Matemáticas, Comunicación, Ciencias Sociales, Persona, Familia y Relaciones Humanas, Ciencia, Tecnología y Ambiente y Educación para el Trabajo e Idioma Extranjero (Inglés). El objetivo era lograr que los estudiantes aprendan los contenidos significativamente, a partir de la búsqueda de la comprensión y la solución de problemas reales, teniendo en cuenta que la realidad no es disciplinar. Ello ha implicado un esfuerzo, que todavía están realizando, de rediseñar el currículo, de tal manera que los contenidos de las diversas áreas se organicen no desde la lógica de cada disciplina, sino desde la lógica de la globalidad, poniendo juntos conocimientos de áreas diferentes, pero que pueden vincularse. Esto implicó también tener que constituir equipos multidisciplinarios de profesores, que asumen la tarea de diseñar estos problemas complejos, reales y globalizadores, así como el conducirlos en el aula y evaluarlos. • Incorporar Internet como fuente principal de información, aunque no la única, ya que se busca que los alumnos se aproximen a la realidad misma y a otras fuentes de información reales y científicas. • Diseñar procesos de aprendizaje centrados en los estudiantes y no en las disciplinas. Que permitan el aprendizaje contextualizado y pertinente, al buscar solucionar problemas reales y entender el sentido y el valor de cada nueva información respecto a la comprensión del mundo y sus problemas. • Incorporar la computadora y las herramientas de Internet como medios eficaces para la producción y la comunicación del conocimiento. • Incorporar sin falsos temores lo mejor del aprendizaje cooperativo. (Ver: http://bretelbeneficio. blogspot.com/; http://breteleandocooperativo. blogspot.com/ y http://www.pucp.edu.pe/cmp/ docs/lb_metodo_ense.pdf).
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Profesora junto a niños de inicial del Colegio San Ignacio de Loyola de Piura. / Archivo de la SJ
• Diseñar un sistema de evaluación que promueva el aprendizaje de los alumnos y no sólo los califique. (Ver: http://breteleando.blogspot. com/2005/11/la-evaluacin-como-medio-paraasegurar.html y http://breteleandocompeten. blogspot.com/). • Hacer de los docentes reales facilitadores de los aprendizajes de los estudiantes y ya no transmisores de información. (Ver: http://breteleandocompetencias.blogspot.com/). A lo largo del 2006, desde marzo hasta diciembre, los alumnos de 1º, 3° y 4º de secundaria del Colegio San Ignacio de Loyola, organizados en grupos de 4 ó 6 y en parejas, han trabajado árduamente, formulándose interrogantes, investigando, sistematizando información y produciendo alternativas, para dar solución a retos complejos y reales, asumiendo roles e involucrándose en sus propios procesos de aprendizaje, contando con el acompañamiento del equipo de docentes. Haciendo posible y demostrando que son viables tanto
los planteamientos fundamentales del Paradigma Pedagógico Ignaciano como del Proyecto Educativo Común de la Compañía de Jesús para América Latina. Las opiniones acerca de la experiencia vivida, de todos y cada uno de los estudiantes, ofrecidas por escrito y oralmente, así como las de sus padres, han sido sopesadas, analizadas y consideradas en el taller de evaluación del año, realizado por todos los docentes involucrados en este trabajo durante el 2006, así como por la comunidad jesuita y el equipo directivo del colegio. Tras dos años de intensa experiencia, los profesores, los padres de familia y, muy especialmente, los alumnos involucrados en ella, hicieron un balance muy positivo de la misma. A partir de las conclusiones de dicho taller todo el equipo directivo y docente del Colegio San Ignacio de Loyola de Piura está perfilando ya las características que la profundización de la experiencia tendrá en el 2007. 61
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Nuevas carreras profesionales en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya VicenteSantucLabordeSJ
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a presencia jesuita en el Perú se caracteriza, desde sus inicios, por dos impulsos llevados con mucha pasión y firmeza: la educación y la misión en lugares de frontera. En buena cuenta, luego de tres siglos de presencia en el país, la Compañía de Jesús mantiene esas dos líneas de acción por medio de las cuales la evangelización se hace presente en su doble dimensión de afianzar la fe y promover la justicia. El motivo que nos llevó a fundar la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM) fue responder en principio a los postulados de nuestro instituto que buscan una excelencia en la formación de los nuestros así como en la formación del clero. Poco a poco, jóvenes de distintas procedencias, interesados por la tradición pedagógica de los jesuitas, se sintieron atraídos por nuestra propuesta. En la línea de muchas instituciones educativas jesuitas, nuestro método pedagógico da un especial énfasis a la formación personalizada. Cada alumno cuenta con un tutor que le acompaña en el recorrido académico, compartiendo con él sus inquietudes intelectuales, sus búsquedas e interrogantes. El tutor ayuda a que el alumno sea capaz de percibir sus intereses más profundos y que sea capaz de articularlos a través de las distintas temáticas y epistemologías que los estudios le van presentando a través del tiempo. Como toda universidad jesuita, tres pilares sostienen nuestros objetivos: la formación humana, la investigación y la proyección a la sociedad. Cada una de las áreas de nuestra institución se encuentra alimentada por estos tres ejes. Creemos que la educación debe estar infundida de un espíritu de búsqueda de respuestas, así como levantando a la vez preguntas que incentiven la investigación. Esta dinámica formativa no cobra forma definida si no lo es por un llamado a la acción concreta en la sociedad en que a uno le toque vivir. 62
Los viejos planteamientos de la espiritualidad de San Ignacio de Loyola, son pues aquellos que iluminan nuestro derrotero académico, de investigación y de proyección social. La complementación de teoría y praxis es el objetivo esencial de nuestra Universidad. Originalmente, esto se ha podido ver en el sólido programa de Humanidades, que a través de una insistencia en la Historia, nos asegura que nuestros estudiantes se preparen para evitar la amenaza de todo fundamentalismo -consecuencia de la ausencia de conciencia histórica en los individuos-. Damos también una gran importancia al manejo del discurso y de otro lado, a la formación en valores éticos. Estos han sido los fundamentos mediante los cuales lanzamos nuestra Universidad de manera oficial en el año 2004. Las carreras que hemos ofrecido hasta la fecha, Pedagogía y Filosofía, son el preludio de aquello que en adelante seguiremos ofreciendo: una reflexión crítica y en búsqueda de alternativas para una sociedad necesitada de una solidez mayor en la formación de sus cuadros educadores. Nuestra Universidad no quiere ser una universidad masiva, ya que nuestro espíritu tendería a perder el peso sustancial que hoy por hoy se transmite a través de nuestro método de estudios. No obstante, asumimos el reto de ir creciendo de acuerdo a las exigencias que la realidad peruana nos va planteando. Atentos a esta sensibilidad tan cambiante de los últimos tiempos, hemos decidido crear tres nuevas carreras que responden a distintos retos que el país hoy enfrenta. La carrera de Ciencia Política de la UARM ofrece una nueva concepción de los estudios políticos del país, logrando unir la investigación y el análisis de conceptos políticos junto con la preparación para la gestión pública en miras de realizar y ejecutar proyectos en las distintas instancias de gobierno nacional, regional y local.
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Creemos que estudiar Ciencia Política es importante en nuestra realidad en la medida en que en el continente no se han resuelto aún los grandes problemas que nos afectan: desigualdad, pobreza y exclusión. La desconfianza a nuestro sistema político, se cierne también sobre los actores políticos y las instituciones (Congreso, Poder Judicial, etc.), generando actitudes de recelo y apatía frente a asuntos que nos competen a todos como ciudadanos. Esperamos que de nuestras canteras futuras, autoridades locales, asesores, dirigentes y funcionarios públicos puedan nutrir las carencias que hoy aún saltan a la vista. La carrera de Periodismo tiene una visión moderna y a la vez comprometida de la labor periodística. La UARM quiere reivindicar el Periodismo como una especialidad analítica y no como una carrera exclusivamente técnica. Entendemos el periodismo como un medio poderoso para observar, analizar, criticar e incluso modificar la realidad. Buscamos un periodismo que asuma su res64
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ponsabilidad en los procesos sociales, que reflexione sobre su papel en el ámbito público y se preocupe por la búsqueda de soluciones. El eje transversal a todos los contenidos se centra en el desarrollo de la investigación como habilidad y técnica. En la UARM queremos motivar una nueva forma de hacer periodismo, buscando educar profesionales que aprendan a mostrar sectores y realidades no visibles. La información es el principal poder en un sistema democrático, por lo que consideramos que es deber de un periodista informar con la verdad. El periodista de la UARM no solo creará una noticia, sino que generará corrientes de opinión, abriendo los espacios públicos de discusión. Finalmente, la carrera de Turismo Sostenible es una propuesta innovadora y única en el país: es la primera Facultad de Turismo Sostenible en el Perú. La UARM apuesta por una formación integral que incluirá tanto la gestión hotelera de primer nivel, como la administración de proyectos
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turísticos, teniendo en cuenta su sostenibilidad económica, ambiental y social. Dada la relevancia de la actividad turística para nuestro país, la formación de la UARM buscará crear profesionales que den respuestas eficaces y creativas, poniendo especial énfasis en el desarrollo de proyectos ecoturísticos, en pos de la preservación de nuestra biodiversidad y riqueza cultural.
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El proyecto de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, que mantiene la tradicional perspectiva humanista de la educación jesuita, cobra particular valor y relevancia en las circunstancias actuales del país y de la Iglesia. Queremos formar jóvenes, capaces de ser líderes en los puestos que ocupen mañana, capaces de habitar su vida con sentido y de ubicarse con solvencia profesional reconocida en las actividades que asuman.
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La Pontificia Universidad Católica del Perú y la Compañía de Jesús MarcialRubioCorrea
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s remarcable la constante presencia de los sacerdotes jesuitas en la vida de la Universidad Católica. Sea en la enseñanza de las diversas áreas del conocimiento o participando en cargos de dirección académica y administrativos o en labores de asesoría pastoral, los miembros de la Compañía de Jesús están fuertemente ligados a la historia de la PUCP.
Universidad para mantener una relación preferencial por el rendimiento positivo de sus exalumnos en sus estudios de carrera.
Varios exalumnos del Colegio de la Inmaculada de Lima, y de los colegios de provincias de la Compañía, participan en la Universidad como alumnos y profesores. Muchos de ellos ejercieron y ejercen cargos de representación estudiantil o de dirigencia en la Federación de Estudiantes y en centros federados.
La Universidad tuvo también dos rectores jesuitas. El primero, hacia la mitad del siglo XX, fue el padre Rubén Vargas Ugarte. Ocupó el rectorado durante cinco años, habiendo sido, además, un renombrado historiador. Su obra sobre la Colonia en el Perú es todavía la más completa e integral que existe sobre el período, a pesar que su antigüedad se cuenta ya por decenios.
El Colegio de la Inmaculada de Lima pertenece al grupo de centros educativos seleccionados por la
Campus de la Pontificia Universidad Católica del Perú. / Foto: PUCP
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Durante los últimos decenios, muchos estudiantes jesuitas han seguido estudios profesionales y de formación general dentro de la Universidad y son un grupo selecto de exalumnos.
El otro rector jesuita que tuvo la Pontificia Uni-
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versidad Católica del Perú fue el padre Felipe Mac Gregor Rolino. Había sido profesor de Filosofía en la Facultad de Letras desde la década de 1940 y fue nombrado rector el año 1962. Ejerció el cargo hasta 1977, año en el que las nuevas normas universitarias dictadas por el Gobierno, impidieron la reelección de los rectores en ejercicio. La década de 1960 fue de modernización de la sociedad peruana. Luego de decenios de dominio oligárquico, el país empezaba cierta industrialización. Las variaciones en nuestra vida económica nos convirtieron de un país predominantemente rural a uno urbano. El padre Mac Gregor entendió bien el desarrollo del país y el papel que debía jugar nuestra Universidad dentro de él. Al mismo tiempo, avizoró los inmensos problemas que vendrían y la necesidad de enfrentarlos desde la perspectiva académica universitaria. En su gobierno se modernizó la enseñanza. Los programas y métodos anticuados fueron rediscutidos y se preparó profesores jóvenes para la tarea de enseñanza. Se produjo así un cambio de tecnología educativa y de generación de educadores. Se fortalecieron las disciplinas universitarias clásicas, las humanidades y las ciencias exactas, al tiempo que se abrió camino a la Facultad de Ciencias Sociales, que dio la perspectiva académica del estudio de la sociedad tan compleja que es el Perú. Se inició el trabajo de investigación, para lo cual fueron fundados diversos institutos académicos encargados de promoverlo. De las aulas de la Pontificia Universidad Católica del Perú de ese entonces, salieron dirigentes nacionales que, en los decenios siguientes y hasta el presente, han participado activamente en la vida política nacional, desde diferentes posiciones políticas, pero con el compromiso de servir al Perú. También en este período se perfiló el sistema de pensiones escalonadas y de becas para estudiantes de pocos recursos, que caracteriza a la Universidad como una de calidad académica y de pluralidad social. La Universidad eligió educar a los mejores y facilitar los estudios de quienes se acercaban a ella y, teniendo capacidad intelectual, carecían de los medios materiales para avanzar sus estudios.
Padre Rubén Vargas Ugarte SJ. / Foto: PUCP
En materia de la pluralidad social de su convocatoria, y de exigencia académica simultánea, la Universidad es singular y diversa de otras muchas universidades privadas semejantes a ella. La historia cuenta, y esto es cierto, que el sistema escalonado de pensiones se estableció durante 1968, luego de un conflicto entre la autoridad universitaria y la Federación de Estudiantes, que llegó hasta el receso de las actividades académicas por varias semanas. El enfrentamiento ocurrió, en gran parte, entre el jesuita rector Felipe Mac Gregor y un grupo significativo de dirigentes estudiantiles, exalumnos de la Compañía de Jesús. La inmensa mayoría de esos estudiantes son ahora destacados profesores (ya mayores) de la Universidad. Alguno es sacerdote jesuita. La familiaridad y el cariño de las relaciones de estos alumnos de entonces en su vinculación con el padre Mac Gregor durante los últimos decenios, dice que estos actores de la vida universitaria de la década de 1960 supieron respetarse y admirarse mutuamente, aún en medio del conflicto, con el fin de dar a luz, dialécticamente, a una mejor Universidad. A pesar que los Estudios Generales, concebidos 67
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Padre Felipe Mac Gregor SJ, junto al entonces estudiante Manuel Marzal. / Foto: PUCP
como una etapa de formación general del alumno, fueron establecidos por la Ley Universitaria, pronto las disposiciones legales permitieron dejarlos de lado. Sin embargo, la Universidad los mantuvo por una decisión colectiva de considerar que la formación general es un requisito esencial de la vida universitaria. Esto no fue inspirado por los documentos educativos de la Compañía de Jesús pero coincide con ellos. Parte de esta concordancia tendrá que ser necesariamente explicada por la presencia del rector Mac Gregor en la adopción de estas decisiones. El Centro de Asesoría Pastoral Universitaria fue también iniciado en la época del rector Mac Gregor: se le dotó de personal y se le construyó la infraestructura esencial con la que ahora cuenta para realizar sus actividades. El padre Mac Gregor fue luego presidente de la 68
Asamblea Estatutaria que elaboró el Estatuto institucional de 1984 que, con modificaciones, es el que nos rige actualmente. Conocía la Universidad detalladamente e hizo, con un grupo de profesores y alumnos, un trabajo que ha mantenido vigencia durante más de veinte años. Es probable que esta larga relación entre la Universidad y los miembros de la Compañía de Jesús, la haya hecho permeable a algunos de los rasgos de la educación ignaciana: la enseñanza de la Fe con respeto a la pluralidad de credos que puede coexistir en una universidad católica; la inserción en la sociedad real, especialmente en el compromiso de ser “hombres para los demás” como lo definió el padre Arrupe y que se traduce en la enseñanza de la responsabilidad social, del compromiso con el prójimo; el pluralismo para permitir el diálogo de las ideas y posiciones; la convicción de que
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la universidad no sólo debe servir a la sociedad, sino convocarla, con todos los matices que tiene, para seleccionar a los más capaces y permitirles el desarrollo de sus estudios. La Pontificia Universidad Católica del Perú tiene estrechos contactos y ha firmado convenios con la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, obra de la Compañía de Jesús, con la que mantiene diversos ámbitos de colaboración y de intercambio de profesores y alumnos. Esta relación entre la Compañía de Jesús y la Universidad ha sido pues fructífera a lo largo de sus noventa años de existencia y, previsiblemente, seguirá siendo una relación fraterna, de apoyo mutuo, para el desarrollo de la obra académica y pastoral de ambas instituciones.
LOS JESUITAS EN LA CATÓLICA Para los jesuitas que trabajamos en la Católica, esta Universidad es un espacio privilegiado para vivir nuestra vocación de servicio a la Iglesia en el mundo de la fe y la cultura, que siempre hemos considerado importante en la historia de la Compañía. Aquí vivimos día a día la experiencia de que los laicos tienen responsabilidad especial en la Iglesia, impregnando la cultura con la luz de la fe, ya que como jesuitas somos colaboradores en la tarea común. Doy gracias a Dios de trabajar junto a profesionales cuyo compromiso con la Universidad hecha raíces en sus convicciones como cristianos, dándonos ejemplos de coherencia personal. Rómulo Franco Temple SJ
Estudiantes de la Universidad Católica. / Foto: PUCP
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El Colegio de la Inmaculada durante una década de intensos sucesos históricos (1936 a 1945) JoséCarlosMartínSánchez-Gutiérrez
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uando la Compañía de Jesús regresó al Perú, luego de su expulsión ocurrida en 1767, su principal actividad fue cumplir sus funciones religiosas en la Guerra del Pacífico, donde cooperó en la Campaña del Sur, en el departamento de Tarapacá, en la defensa del Puerto del Callao y en las batallas de San Juan y Miraflores en 1881. Los jesuitas dependían de las provincias de Castilla y de Toledo. En 1932, el Perú fue viceprovincia. Entre las numerosas obras de los jesuitas, en 1878 se fundó el Colegio de la Inmaculada. El centro
educativo ocupó diversos locales de Lima. A comienzos del siglo XX se ubicaba en la avenida La Colmena, hoy avenida Nicolás de Piérola, junto a la Iglesia de La Inmaculada y de Santo Toribio de Mogrovejo. En este establecimiento los jesuitas impartieron sus enseñanzas a numerosas promociones de alumnos. Mi padre fue uno de los antiguos estudiantes que, en 1936, pensó en su viejo colegio para su hijo. Desde ese momento, otros muchachos y yo aparecimos en la lista que iba a iniciar sus estudios y formar la promoción 1945, después de 10 años de estudios en primaria y secundaria.
Alumnos del Colegio de la Inmaculada en uno de los patios de La Colmena. Año 1944. / Archivo de la SJ 70
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Actividades de la Congregación Mariana de la Inmaculada y San Juan Berchmans. Año 1942. / Archivo de la SJ
Cuando llegué al colegio, el padre Jesús Cánovas era el rector y además el viceprovincial. Hombre de gran dinamismo, erudito, músico, se desempeñó durante años como prefecto, espiritual, profesor de religión y director de la Congregación María. Fue todo en el colegio y con un carácter que con los años se suavizó paulatinamente. Los muchachos lo bautizaron como “Jesús del gran poder”. Ese año conocimos a los padres Rubén Vargas Ugarte, José María Magañas, Ignacio Castroviejo, Marcelino Serrano, Ángel de la Puerta, Ramón Bautista, Benito Jaro. También a los hermanos Luis de Madrazo, Domingo Pérez, José Lizarralbe, todos de la comunidad jesuita del colegio. En 1936 cada día era un cambio en nuestra existencia. Además, había que contemplar las páginas históricas de lo que iba a pasar en el Perú: las elecciones presidenciales, que fueron muy movidas y que terminaron anuladas por el gobierno de Benavides, donde figuraba entre los
postulantes el ex alumno Luis Antonio Eguiguren. En el ámbito internacional, España se sacudía con una república inicial y una guerra civil. La mayoría de la comunidad jesuita era española, gente muy entusiasta en todas las cosas de la vida, y tomaron con exaltación el inicio de la guerra el 18 de julio de 1936. Esto no fue entendido por los alumnos. Y así tuvimos sucesos que abrieron una curiosidad más. Fuimos partidarios de los nacionalistas y contrarios de los republicanos. No se escuchaba la “Marcha Real” pero cantábamos el Himno de la Legión, “Cara al sol...”. La fiesta de San Luis Gonzaga, el comienzo de la Guerra Civil Española y las vacaciones de julio fueron muestras del primer semestre. El segundo fue más fácil y tuvimos nuestra repartición de medallas y diplomas, las libretas de notas, el discurso de despedida de la promoción mayor. Poco después vimos lo que era la vida y la muerte. Europa se convulsiona en 1938, Alemania se anexiona Austria y Checoslovaquia y se apresta al enfrentamiento. En España, la Guerra Civil es 71 71
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La noticia de la muerte del Papa Pio XI fue recogida por el Boletín del Colegio “Hoja de Vacaciones”. Febrero de 1939. / Archivo de la SJ
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alentada por ambos bandos: Inglaterra, Francia y Rusia apoyaban a los republicanos; Italia y Alemania seguían a Franco. El Padre General envía al Perú nuevos sacerdotes, gente muy culta: los padres Casimiro Belaústegui, Estanislao Illumdain, Sofronio Pérez, Antonio Capel, Rafael Valdez, y Manuel y Antonio Sampere, que tras corta estadía en el Perú son destacados a Bolivia. El año de 1939 entramos a una clase fuerte y sufrida en el medio mundial. El general Franco instaura su régimen autoritario, el prefecto nos da dos días de vacaciones, el Papa Pio XI fallece en Roma, el Cónclave elige al cardenal Eugenio Pacelli, Pio XII. El 1 de setiembre Alemania ataca a Polonia y se inicia la Segunda Guerra Mundial y nadie se imagina lo que va a suceder. En el Perú hay elecciones presidenciales, los dos candidatos son ex alumnos del colegio: Manuel Prado y José Quesada, el gobierno del General Benavides nombra a Prado. Nos toca como subprefecto el padre Gonzalo Puerta, a quien los muchachos llamaban “Tomate”, hombre riguroso, a fin de año es enviado a España a terminar sus estudios y ordenarse de sacerdote. Poco después, Puerta regresó al Perú y pidió ser enviado al Vicariato de Jaén, a Santa María de Nieva, donde falleció de un infarto en 1968. Él fue muy estimado por el presidente de la República, Fernando Belaunde Terry, a quien ayudó en la construcción de la carretera Marginal de la Selva. Lima fue sacudida por un terremoto el 24 de mayo de 1940. Estábamos en clases y profesores y alumnos salieron en forma ordenada, hubo susto, pero no pánico. Una columna de la torre con reloj se cayó, pero las averías fueron menores. El puerto del Callao fue devastado en un 50%, el balneario de Chorrillos se hundió casi íntegramente. El Señor fue benigno con nosotros, la iglesia de San Pedro sufrió grave deterioro y estuvo cerrada más de un año. Terminamos la instrucción primaria y nos aprestamos a ingresar a la secundaria en 1941. El 7 de diciembre de ese mismo año, el Japón atacó por sorpresa a Estados Unidos, Indonesia, las Indias Occidentales (Holandesas), Birmania, Singapur y extendió el conflicto mundial a casi todo el continente asiático.
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El Perú sufrió también en 1941 su cuota de guerra y ebullición al afrontar un conflicto de límites con el Ecuador, que duró hasta enero de 1942. Se firmó un protocolo en Río de Janeiro con cuatro países garantes. Uno de ellos no dudó en venderle armas al Ecuador. Quiñónez fue el héroe que surgió en el antagonismo. Ingresamos al cuarto de secundaria en 1944. Teníamos como subprefecto al hermano Felipe Sebastián. El padre José María Muñoz enseñaba Psicología; el padre Illumdain, Física y Química y el padre Cano, Historia de la Cultura. El mundo vislumbraba la paz. Llegábamos al quinto de media y el subprefecto era el padre Ortega que, enfermo, tuvo que entregar la posta al padre Durand, quien dirigió la clase. El padre Maximiliano Peña, uno de los especialistas en Filosofía, nos dictó Lógica y Ética; el padre Juan Tormo, Economía Política y, el entonces padre Romaña nos enseñó Literatura Castellana. Obra importante de la Compañía de Jesús son los ejercicios espirituales. En los colegios conducidos por los hijos de Loyola, estas jornadas de reflexión son practicadas en todos los años escolares. Y cuando se llega al final del colegio, es decir al quinto de secundaria, suelen durar entre cinco o siete días de aislamiento. A nosotros nos tocó realizarlos en 1945 en el hoy convento de Fátima. Seguir este recorrido de San Ignacio significó mucho para nosotros, y pese a haberlos practicado hace más de 60 años, todavía guardamos un recuerdo grato y vital. El año final en el colegio coincidió con las elecciones presidenciales del Perú. Los candidatos: José Luis Bustamante y Rivero, antiguo alumno del colegio jesuita de San José de Arequipa, y el general Eloy Ureta. El vencedor fue Bustamante. Políticamente entramos en una época muy movida. Bustamante asistió a la clausura del año académico de la Inmaculada. En el mundo llegó a su término la Segunda Guerra Mundial, Europa y Asia destrozadas, 50 millones de muertos. Los países del eje vencidos, los criminales de guerra ajusticiados. La Compañía de Jesús sobrellevó con estoicismo y cristianamente los duros problemas que iban a sacudir a los pueblos en el futuro. 73
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De Astures, de Aguarunas y de Huambisas: Un homenaje a los Padres José María Guallart Martínez SJ (1915 – 2002) y Manuel GarcíaRendueles Fernández SJ (1946 – 2006) FernandoRocaAlcázarSJ,“Tukuis”
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spaña tiene una región en el norte en el que el verde intenso llega a la orilla del mar. Un mar cuyas tempestades hacen temblar al más bravo de los marinos y cuyas historias se pierden entre cuentos y leyendas. Esas tempestades, las galernas del Cantábrico, se arrojan sobre las costas llenas de rías y bahías con ríos de curso corto que serenamente encuentran el litoral. Costas habitadas por los descendientes de un pueblo, los celtas, otrora extendido desde el sur de Inglaterra y lo que es el país bretón en Francia, hasta Galicia en España. Irlanda, el país vasco y Cantabria fueron también marcados por esta gente. Un pueblo cuya historia se liga a la naturaleza, al culto a los espíritus de los fallecidos, a la sabiduría tradicional nacida en un territorio a veces duro, a veces pródigo, tierra de druidas y de pueblos guerreros, tierra de músicos en cuyos cantos se pueden descubrir los sonidos del mar llegando a las costas, del viento recorriendo las montañas y colinas, de trinos de aves y llamadas de animales. A pocos kilómetros del litoral se eleva una bella cordillera, la de los Picos de Europa con el Parque Nacional de la Covadonga, cuyas cumbres nevadas forman el límite natural con la meseta castellana. Estamos hablando de Asturias, la tierra que vio nacer a dos compañeros nuestros que nos han dejado: José María Guallart Martínez y Manuel García-Rendueles Fernández. José María partió hace algunos años luego de una larga enfermedad. Manolo se nos fue súbitamente, a mediados del 2006. José María nació en la principal ciudad de Asturias, Oviedo, a comienzos del siglo XX, en 1915. Manolo nació a la orilla del Cantábrico, en Gijón, casi 30 años después, en 1946. Si los padres de Manolo eran ambos españoles, el papá de José
María lo era también, pero la familia de su mamá venía de Tacna, en el Perú. Ya en la Compañía de Jesús ambos se encontrarían a miles de kilómetros de distancia de su España natal, en una nueva tierra que se convertiría en su patria de adopción. Una tierra cubierta de bosques tropicales, tan verdes como los de Asturias, pero de cordilleras accidentadas, sin nieve, casi prístinas en algunos lugares. Allí los ríos son torrentosos y su caudal discurrirá por miles de kilómetros para llegar a las aguas del Atlántico, las mismas que bañan las costas asturianas convertidas en el Mar Cantábrico. Hablamos ahora de la tierra aguaruna-huambisa, dos sociedades indígenas pertenecientes al grupo etnolingüístico jíbaro, ubicado en la frontera entre Perú y Ecuador. Un pueblo, que como el celta, tiene un vínculo profundo con la naturaleza, que cree además en los espíritus de la selva, aquellos que animan todo lo que la habita, seres humanos, plantas, animales, accidentes geográficos, fenómenos de la naturaleza. Un pueblo guerrero, con sus iwishines, que a la manera de los druidas celtas son los intermediarios entre lo sagrado y lo profano, lo natural y lo sobrenatural, los depositarios del conocimiento tradicional. José María llegó ya como sacerdote antes que Manolo, en épocas en las que la balsa era el último medio de transporte para acceder a la zona. Digo último porque primero había que recorrer las aún incipientes vías carrozables que comunicaban la costa peruana con Jaén y desde allí a Bellavista para luego ir en balsa bajando por el río Marañón hasta Santa María de Nieva. Geólogo de profesión, se dedicó a recorrer el territorio trabajando para la
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Padre José María Guallart Martínez SJ. / Archivo de la SJ
ahora desaparecida oficina de Tierras de Montaña del Estado peruano. En todos esos recorridos fue descubriendo a los habitantes de la zona, nativos aguarunas y huambisas. Al mismo tiempo, su labor sacerdotal estuvo marcada por una pastoral misionera que la supo ir adaptando acorde con los tiempos luego del cambio grande que supuso para la Iglesia el Concilio Vaticano II. Manolo llega a la zona en la época post-conciliar, imbuido de los nuevos horizontes de comprensión que la Iglesia iba asumiendo. Cuando pisó tierra
aguaruna-huambisa, era aún estudiante jesuita. El Chiriaco fue el primer puesto que lo acogió, con el cariño y amistad que le ofrecieron no sólo sus compañeros de orden sino las religiosas Siervas de San José, siempre generosas en su apoyo incondicional a la Compañía de Jesús. Tanto Manolo como José María afrontaron la crisis que vivió el Vicariato de Jaén, entonces Prefectura Apostólica de San Francisco Javier del Marañón, al cual pertenecía la zona de selva aguaruna-huambisa y en donde se encontraban los
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Padre Manuel García Rendueles Fernández SJ. / Archivo de la SJ
puestos de Misión de Chiriaco, de Santa María de Nieva, de Villa Gonzalo y de Huampami. Todos ellos ubicados en los principales ríos de la zona. Estábamos en la década de los 70. Ambos lograron hacer frente a esa situación con un particular y fiel testimonio de personas convencidas de su vocación, de su pertenencia a la Compañía y, por supuesto, solidarios con los habitantes ancestrales de la región, el pueblo aguaruna-huambisa. 76
Con el transcurso de los años Manolo, ya sacerdote, obtuvo su licenciatura en antropología y profundizó toda una línea de estudios socioculturales relacionados a los habitantes de la zona. Aprendió de José María, su gran amigo y maestro, esa manera particular de querer a los lugareños desde lo que ellos eran y a defenderlos, a veces de manera radical, contra todo tipo de abuso o marginación. José María, con sus
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trabajos e investigaciones llegaría a ser considerado por algunos especialistas el “Padre de la Historia Natural Aguaruna-Huambisa”. Los dos se esforzaron, como hombres de ciencia, en hacer dialogar el evangelio con la cultura local, trabajando incesantemente para ayudar en la formación de una Iglesia con rostro indígena. Una Iglesia local que pudiese mostrar la característica principal del Evangelio, la unidad en la diversidad, un Evangelio que ayuda a que las culturas encuentren su plenitud, se plenifiquen, que no es lo mismo que uniformizarlas. Una Iglesia en donde el respeto por la diferencia se encuentra en la unidad de aquello que el Evangelio sabe potenciar, el Dios hecho hombre en Jesucristo que nos ayuda a asumir plenamente nuestra condición humana. Los que tuvimos la suerte de conocerlos y convivir con ellos, le agradecemos al Señor por su existencia, por todo lo bueno que nos supieron transmitir. Como dice San Juan de la Cruz, “...al final de nuestros días se nos juzgará sobre el amor...” y sin lugar a dudas, Manolo y José María, que ya se encuentran con el Señor, habrán salido muy bien librados de ese proceso. Tsée Muún Guallart, Tsée Yankush Manolo
CARTA PÓSTUMA A MANOLO GARCÍA – RENDUELES SJ Santa María de Nieva, 14 de octubre del 2006
Eras un hombre “fuera de serie”. Has demostrado ser un superdotado en tu capacidad de entregarte, servir e identificarte con grupos humanos pobres y necesitados de evangelización como el awajum y el wampis. Viniste, en un principio, a dar lo mejor de ti pero ellos te brindaron también lo mejor de sí mismos. Fuiste con la finalidad de mostrarles a Cristo y descubriste que ellos te lo daban a ti. Te dejaste evangelizar. En el año de celebraciones de los primeros jesuitas, tú, con la vida entregada totalmente a la misión -como Javier en su tiempo moviéndose heróicamente en sus inmensos espacios asiáticospuedes ser como un despertador de conciencias y vocaciones. Tu ejemplo puede ayudarnos a comprender y admirar el trabajo no sólo de aquellos primeros jesuitas, sino también de los últimos que como tú y otros compañeros dieron todo por sus hermanos en esta tierra. Muchas gracias, Manolo. Fermín Rodríguez Campoamor SJ
El río Marañón siempre fue el camino que recorrieron los PadresGuallart y García Rendueles para llegar a sus puestos de misión. /Archivo de la SJ
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Altar mayor de la Iglesia de la CompaĂąĂa de Cusco./ Foto: Daniel Giannoni.
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l igual que otras órdenes, la Compañía de Jesús ha producido abundante arte religioso y encargado a notables artistas y arquitectos, iglesias, colegios y obras de artes plásticas. Han surgido también entre los jesuitas destacados artistas. En las tierras de la misión, los artistas eran más independientes que en Europa de los criterios, ajenos al arte, de superiores locales y provinciales. Gracias al dinamismo de la espiritualidad jesuita podían familiarizarse con estilos extraños de arte, inusuales para los europeos. Castiglione consiguió excelentemente este objetivo en China. Los jesuitas también podían dedicarse a empresas totalmente profanas, por ejemplo, como consejeros en la construcción de fuertes cuando así lo necesitaba algún soberano amigo de la Compañía (fue el caso de Valeriano en Baviera). De acuerdo con el lema de la Compañía de Jesús, todos los medios deben servir a la mayor gloria de Dios. El arte es también un medio para un fin. El que se hayan producido grandes obras de arte parece ser una confirmación de la penetrante fuerza de la espiritualidad ignaciana y de la prudente capacidad de adaptación de sus hijos a cualquier nueva situación. Heinrich Pfeiffer SJ Fragmentos sobre el arte jesuita que aparecen en: O’Neill, Charles: Domínguez, Joaquín. Diccionario histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico Temático, I. Madrid: U. P. Comillas, 2001.
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Hermano Bernardo Bitti SJ (1548 – 1610) JoséFranciscoNavarroHuamánSJ
“Las potencias silenciosas son las más eficaces”. Romano Guardini
Los pintores de nuestras madonas, santos y ángeles de la escuela cusqueña tienen una deuda con Bitti, inspirados en sus cuadros nuestros artífices dieron rienda suelta a su creatividad. Hermano de la Compañía de Jesús, arribó a Lima el 31 de mayo de 15751, a los pocos años de la llegada de los primeros jesuitas al Perú. Bernardo Bitti fue uno de los primeros que introdujo la pintura europea en Sudamérica y es reconocido como el pintor más importante del siglo XVI. Nació en Camerino, una pequeña y antigua ciudad amurallada, edificada en lo alto de una montaña, localizada en la provincia de Macerata en la región de la Marche, al noreste de Italia. Imaginamos que el hecho de nacer y vivir en un lugar elevado marcó el carácter del joven pintor, quien tocó las puertas del noviciado romano para ingresar como hermano coadjutor el 2 de mayo de 1568. Sobresalió desde el comienzo de su vida religiosa como buen jesuita, su maestro de novicios dejó constancia de ello: “Está indiferente a todo lo que no le mande la obediencia y observará todas las reglas, constituciones y otros reglamentos de la Compañía y no pretenderá nunca, mediante la gracia de Dios, estudiar ni pretenderá leer siquiera su firma”2. Tenía 27 años cuando llegó a nuestra capital y se dedicó a colaborar artísticamente en la misión de los jesuitas en Lima, Cusco, Arequipa, Juli, Huamanga, La Paz, Santa Cruz, Chuquisaca y Potosí. A los 35 años produjo innumerables cuadros de diferentes formatos –la mayoría de ellos desapa-
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recidos después de la expulsión- que se ubicaron principalmente en templos, casas y colegios de la Compañía y cumplieron el papel de presidir el culto, plasmar el misterio y evangelizar con imágenes, no con palabras. Hizo sus últimos votos en la ciudad del Cusco el 15 de julio de 1582 y murió en Lima en 1610. En la actualidad contamos con un número reducido de obras de Bitti en el Perú que, sin embargo, dan cuenta de su maestría técnica y dinámica espiritual. En Lima podemos apreciar en la Iglesia de San Pedro los cuadros: “La coronación de la virgen” y “La Virgen de la Candelaria” de su primera etapa; y “Nuestra Señora de la O” de sus últimos años. Son también famosos: “La Virgen y el niño” y el “Cristo Resucitado” de la Iglesia de la Compañía en Arequipa; “La Virgen con el Niño y el pajarito” en la Catedral y “La coronación de la Virgen” en el Convento de La Merced en Cusco; “El bautismo de Cristo” en la Iglesia de San Juan y “La Sagrada Familia de la pera” en la de San Pedro en Juli. Con la pintura de Bitti se introduce en nuestra historia un estilo revalorado por la crítica contemporánea: el manierismo, probablemente porque el contexto en que surgió, de ruptura con la tradición anterior, se parece al nuestro. En efecto, en los artistas que sufrieron la crisis del siglo XVI, se produce un vacío espiritual y un desafío a la creatividad, como dice Arnold Hauser: “En ellos se nos presenta por primera vez al artista moderno, con su escisión interna, su hambre de vida, su huida del mundo y su rebeldía sin piedad, su subjetividad exhibicionista y su último guardado secreto”3. El manierismo, en su versión de espiritualismo místico, se aleja de la configuración naturalista clásica propia del renacimiento y ensaya nuevas formas de representación: la figura humana ligera o marcadamente alargada y
Vargas Ugarte, Rubén. “Los jesuitas y el arte”. Lima: Imp. Gil, 1963; p.18. Vargas Ugarte, Rubén, “Ensayo de un diccionario de artífices de la América Meridional”, Burgos: [s.e.], 1968; p. 85, nota. 3 Hauser, Arnold. Historia social de la literatura y el arte. Vol. 2. Barcelona: Labor, 1988; p. 40. 2
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Pintura “La Virgen de la Candelaria”. / Foto: Daniel Giannoni C o m p a ñ í a d e J e s ú s
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Detalle del cuadro “La Coronación de la Virgen”. / Foto: Daniel Giannoni
estilizada manifiesta la dinámica interior del artista y de las personas retratadas. Como dice Hauser: “La renovación religiosa de la época, la nueva mística, la nostalgia de desmaterialización y salvación, el desprecio del cuerpo y el sumirse en la vivencia de lo sobrenatural llevan a una “gotificación” que halla muchas veces expresión no ya sólo evidente, sino exagerada, en las proporciones alargadas de las formas manieristas”4.
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El manierismo bitesco nos remite a la última etapa de los grandes maestros: Miguel Ángel y Rafael Sanzio y que fue consolidándose paulatinamente como un estilo gracias a otros pintores. Sin duda las obras de los manieristas: Giorgio Vasari, los hermanos Tadeo y Federico Zuccari5, influyeron en la pintura de Bitti. El objetivo manierista es captar las realidades del espíritu, en un contexto de corrientes artísticas contrapuestas y creemos
Op.cit.; p. 16-17. Mesa, José de; Gisbert, Teresa. El manierismo en los Andes. La Paz: Unión Latina, 2005; p. 50.
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también que fue “un signo de la conmoción en los criterios de realidad y el resultado del intento, muchas veces desesperado, de poner de acuerdo a la espiritualidad de la Edad Media con el realismo del Renacimiento”.6 En ese contexto de transición, surgen la espiritualidad y los escritos de San Ignacio de Loyola: los Ejercicios Espirituales y las Constituciones de la Compañía de Jesús que fueron las fuentes espirituales de las que bebió el hermano Bernardo Bitti y que son, en definitiva, respuestas que buscan asegurar una continuidad e instaurar un nuevo modo de proceder entre el medioevo y el humanismo renacentista. Más allá del género propio de los pintores manieristas: madonas, santos e imágenes del Redentor, hay que considerar, al analizar sus obras, el papel que jugó en la práctica espiritual de Bitti, la contemplación ignaciana en los Ejercicios Espirituales, particularmente los puntos y modos de meditación de la Segunda Semana. Todo lleva al ejercitante, teniendo en cuenta la historia de la salvación, a ver el lugar y a las personas, advertir y contemplar lo que hablan, oír, oler, tocar; en suma, aplicar los sentidos en la contemplación y particularmente en “Los misterios de la vida del Señor”7. Creemos que en esta modalidad de oración ignaciana, Bitti encontró una fuente y a la vez un instrumento de abundante creatividad. A diferencia de su colega, el genial fraile dominico Giovanni da Fiesole, más conocido como Beato o Fra Angelico (1400-1455), quien decoró magistralmente y con indeclinable ternura, las celdas de sus cofrades; Bernardo Bitti hizo del arte de la pintura un servicio para la misión en diferentes pueblos y culturas, colaborando así con sus compañeros: predicadores, maestros, misioneros en las obras de la antigua Provincia del Perú de la Compañía de Jesús. Sin embargo, encontramos una coincidencia espiritual entre estos pintores distantes en tiempo y estilo: la devoción íntima y la contemplación absorta del misterio. De ninguna manera hablamos de vinculación estilística, sino de fina sensibilidad para captar los pasajes de la
vida de Cristo y los santos que comparten estos dos pintores a los que les separa más de un siglo. Sin duda llama la atención el silencio de Bitti, no sabemos si era analfabeto, en todo caso si no lo era, desconocemos que haya dejado nada escrito. De hecho, mantuvo su promesa de no firmar sus cuadros, guardando así a la perfección las constituciones: “deben ser prontos, con toda humildad y caridad posible, en hacer cumplidamente los oficios que les fueren dados, ganando su parte entera, y siendo participantes en todas las buenas obras, que Dios nuestro Señor por toda la Compañía se dignare obrar en su mayor servicio y alabanza…”8. El silencio de Bitti nos revela la presencia de un hermano jesuita que basa su existencia en la contemplación y en la vida oculta en Nazaret, como lugar teológico. Sobre el punto, recordamos una sentencia de Romano Guardini: “Las grandes cosas se realizan en el silencio; no en el fragor de la ostentación de los acontecimientos exteriores, sino en la claridad de la mirada interior, en el discreto movimiento de la decisión, en el sacrificio y vencimiento ocultos, cuando el corazón es movido por el amor y el libre albedrío es llamado a actuar y su seno queda fecundo para la obra esperada. Las potencias silenciosas son las más eficaces”9. Sin embargo, nada más elocuente que la obra de Bitti para hablarnos de la gloria y alabanza del Reino a los que todos estamos llamados a construir.
Miniaturadelcuadro“LaCoronacióndelaVirgen”./Foto:DanielGiannoni.
Hauser, op.cit. p. 12. Ejercicios Espirituales, No. [261-312]. 8 Constituciones No. [114] 9 Guardini, Romano. A propósito del libro de la Sabiduría, capítulo 18. “El Señor”. Vol. I. Madrid: RIALP, 1956. p. 33. 6 7
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Vida de San Ignacio de Loyola en obra de Juan de Valdés Leal RicardoL.FallaCarrillo
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a pintura española del siglo XVII es considerada entre las más importantes del periodo barroco. Artistas como Zurbarán, Velásquez, Murillo, Ribalta, etc., han logrado superar holgadamente el juicio implacable del tiempo, haciendo de sus obras verdaderos clásicos de la pintura occidental. Dentro de este grupo de creadores notables, la obra de Juan de Valdés Leal posee una importancia e interés únicos. No sólo porque se halla a la altura de los artistas mencionados líneas arriba, sino también porque un grupo de sus obras se encuentra en la Iglesia de San Pedro. Se trata de una serie de cuadros sobre San Ignacio de Loyola que recrean varios episodios importantes de su vida. Esta saga pictórica es significativa por
varios motivos. Se ha mantenido íntegra en más de tres siglos, es la de mayor formato de todas las que realizó Valdés Leal sobre algún Santo y posee belleza y espiritualidad distintivas. Juan de Valdés Leal nació en Sevilla en 1622. A los veinte años se trasladó a Córdova iniciando su carrera de pintor. En dicha ciudad alcanzó fama a partir de un conjunto de lienzos encargados por los Carmelitas Descalzos. Tras el éxito en dicha ciudad, Valdés Leal decide retornar a su Sevilla natal de manera definitiva. Entre los años de 1655 y 1665, el taller del pintor sevillano vivió su mayor auge. Diversas órdenes religiosas le solicitan cuadros para iglesias y casas. De este periodo des-
Pintura “San Ignacio recibe en la Compañía a San Francisco Javier”. / Foto: Daniel Giannoni
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Detalle del cuadro “La Aprobación de la Compañía por Paulo III”. / Foto: Daniel Giannoni
tacan las conocidas “Vanitas” y la “Alegoría de la Corona de Vida”, ambas, actualmente, en museos de Norteamérica. Sin embargo, tras el retorno a Sevilla de Bartolomé Esteban Murillo (1618-1682), quien había estado trabajando en Madrid, la fama de nuestro pintor fue eclipsada por su importante coterráneo. A partir de este momento, el taller de Juan de Valdés Leal vio disminuido los pedidos de pinturas, lo que le obligó a buscar trabajos en escultura y retablos. Por fortuna, Valdés Leal era un artista múltiple y supo sortear la competencia del estudio de Murillo. A pesar de este revés de
fama, Valdés Leal logró pintar en 1672 sus dos obras más famosas a instancias de la Iglesia de la Hermandad de la Santa Caridad: In Ictus Oculi y Finis Gloriae Mundi, composiciones de enorme expresividad y religiosidad desbordante. En los últimos años codirigió su taller junto a su hijo mayor Lucas de Valdés (1661-1725), quien se dedicó a concluir los encargos que, por edad o muerte, su progenitor no pudo culminar. Juan de Valdés Leal falleció en 1690. La relación entre el taller de Valdés Leal y la 85
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Detalle del cuadro “La Muerte de San Ignacio”. / Foto: Daniel Giannoni
Compañía de Jesús data de 1660, cuando al artista se le encomendó una serie sobre la vida de San Ignacio para la Casa Profesa de Sevilla. Actualmente, este grupo de cuadros se encuentra en el Museo de Bellas Artes de dicha ciudad. La serie estuvo conformada originalmente por diez pinturas, sin embargo sólo siete han logrado subsistir hasta nuestros días. Estos cuadros son composiciones verticales de 2.10 X 1.60m. Los motivos generales de las pinturas sevillanas fueron extraídos, en gran parte, de grabados que se realizaron en diversos talleres españoles y fla86
mencos a comienzos del siglo XVII, cuya temática estaba basada tanto en la Vida de Ignacio de Loyola, del padre Pedro de Ribadeneyra, como en la tradición popular de veneración a San Ignacio. Dada la personalidad de Valdés Leal, vigorosa, imaginativa e impulsiva, la serie sobre San Ignacio no posee necesariamente un sustento fidedigno. Sin embargo, tomando en cuenta las características estéticas del barroco, esto no debería sorprendernos; pues, con frecuencia, los artistas exageraban motivos y, abiertamente, contravenían toda lógica histórica.
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La otra serie, ubicada en Lima, fue realizada algunos años después del conjunto pictórico sevillano y tuvo análogas fuentes. El estudioso Duncan Kinkkead considera que el grupo limeño puede haber sido pintado entre 1665 y 1669 por las características similares que posee con otras obras contemporáneas de Valdés Leal1. Lo más probable es que esta saga sobre San Ignacio haya sido parte del mismo encargo y que su posterior composición se debiera a las características del formato. En efecto, el conjunto de Lima es considerablemente más amplio (2.95 X 3.90m), lo que supone mayor trabajo y estudio. Contrariamente a lo que se piensa, componer en estas dimensiones implica un profundo conocimiento de las tensiones espaciales y un dominio más preciso de las técnicas de movimiento e ilusión visual. Los motivos de un cuadro amplio son más visibles y, por lo tanto, más expuestos al juicio. Por ello, es posible que Valdés Leal tardase entre uno o dos años en concluir la serie y que, dadas las características del taller barroco, hayan participado varios artistas de su estudio. No se sabe con certeza cuándo llegaron a Lima estas obras y el tiempo que tardaron en ser expuestas en la Iglesia de San Pablo (hoy San Pedro), aunque es probable que hayan arribado al Perú a finales del siglo XVII. El tiempo, la falta de conocimientos de conservación y algunas intervenciones poco afortunadas, desfiguraron las características originales de la obra. Afortunadamente, en las últimas décadas los trabajos de restauración han sido atinados y la serie sobre la vida de San Ignacio luce similar a como fue concebida por Valdés Leal. Estas pinturas se encuentran situadas estilísticamente dentro del barroco español, pero poseen las características estéticas distintivas de la Escuela Sevillana: aspecto ténebre, fondo oscuro e iluminación de las figuras y sucesos; lo que otorga, en contraste con el fondo oscuro, mayor dramatismo y dinamismo a las escenas. Dado que Sevilla era la puerta hacia América, casi todas las órdenes religiosas poseían casas en dicha ciudad. Las diversas congregaciones solicitaban frecuentemente obras a los talleres, cuyo destino eran iglesias, casas, colegios y monasterios que se encontraban en los virreinatos. De este modo,
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el arte sevillano del siglo XVII es fundamentalmente devocional y religioso. La serie limeña sobre la vida de nuestro fundador está conformada por ocho lienzos, cuyos títulos son: La Aparición de la Virgen a San Ignacio de Loyola, El Rapto de San Ignacio en Manresa, San Ignacio en la cárcel de Alcalá de Henares, San Ignacio recibe en la Compañía a San Francisco Javier, La Visión de La Storta en el camino a Roma, San Ignacio se despide de San Francisco Javier, La Aprobación de la Compañía por Paulo III y La Muerte de San Ignacio. Aunque este conjunto de lienzos puede ser incluido dentro del concepto de “arte por encargo”, las características personales de la vida y obra de Valdés Leal hacen que el elemento funcional pase a un segundo plano. El pintor sevillano era un hombre piadoso y concebía su creación bajo valores estéticos hondamente ligados a lo trascendente. Por ello en esta serie se evidencia un tratamiento amoroso por la vida de San Ignacio. Aun cuando Valdés Leal no se ceñía con precisión al dato histórico (por ejemplo, los motivos pictóricos de La Muerte de San Ignacio no son exactos), esta serie revela imaginación y capacidad para interpretar lo esencial de la vida de nuestro Santo. Todos los cuadros manifiestan un esfuerzo por comprender, a la luz del arte, el ejercicio vital del Santo de Loyola, proceso ascendente, propio de la espiritualidad ignaciana. A partir de las composiciones de Valdés Leal, desde La Aparición de la Virgen a San Ignacio, hasta La Muerte de San Ignacio, percibimos un devenir que se desarrolla cíclicamente, culminando en la unión mística del alma con Dios. Observemos la actitud de despojo de San Ignacio en el primer cuadro de la serie y la entrega confiada del último cuadro. En el primero, el Santo se deshace ante la Virgen de su pasado (el símbolo de la espada y el puñal en el altar) y, en el postrero, el alma desnuda (totalmente liberada de todo) va al encuentro con el Creador. Lejos de toda altisonancia y exceso, estas pinturas revelan lo mejor del arte de Valdés Leal y nos permite un acercamiento distinto y enriquecedor a la vida de San Ignacio de Loyola.
Kinkkead, Duncan. Vida de San Ignacio de Loyola por Valdés Leal. En: Pintura en el Virreinato Peruano. Banco de Crédito del Perú, 1989.
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8 de abril Inicia sus labores el Colegio de la Inmaculada. Primer rector el padre Gumersindo Gómez de Arteche.
28 de mayo Se reabre el Colegio en otro local del centro de Lima.
21 de junio Fundación de la Congregación Mariana de la Inmaculada y San Luis Gonzaga. 1879 5 de abril Chile declara la guerra al Perú.
1894 Vuelve el Colegio a la cuarta cuadra del jirón Azángaro. 1901 23 de febrero Bendición de la primera piedra del nuevo Colegio en la urbanización La Colmena (Av. Nicolás de Piérola). 1902
1880 1 de marzo Se inicia el año escolar con sólo 65 alumnos. 1881 17 de enero El local del Colegio es hospital de sangre para los heridos en las batallas de San Juan y de Miraflores. El coronel Andrés Avelino Cáceres, herido, es alojado secretamente por los jesuitas. 1881-1883 Cesión temporal del segundo piso del local de San Pedro para las clases de la Universidad de San Marcos. 1884 27 de diciembre El gobierno del general Iglesias concede a los jesuitas el uso de una parte del local de San Pedro y el templo. 1886 11 de junio El presidente de la República, general Cáceres, visita el Colegio en compañía del ministro de Gobierno. 23 de octubre Las Cámaras Legislativas aprueban la expulsión de los jesuitas. El presidente Cáceres rehúsa promulgar la ley, pero de todas maneras se clausura el Colegio.
9 de enero Se inicia la mudanza del Colegio desde la calle Gato a La Colmena. Hay ya 182 alumnos; 12 en la promoción. 21 de junio Bendición de la primera piedra de la Iglesia de Santo Toribio. 1906 29 de junio Primera misa en la Iglesia –aún no terminada- de Santo Toribio. 1913 Finaliza la edificación del templo de Santo Toribio y la Inmaculada. 1917 La Sección Preparatoria recibe el nombre de Instrucción Primaria. 1918 Consagración de la nueva Iglesia. 1920 Se crea el quinto año de Media. 1927 Fiestas del centenario de San Luis Gonzaga. El Gobierno de Leguía declara feriado el 21 de junio.
Figuras de la Inmaculada
P. Ildefonso del Olmo (+ 13-7-1928)
Hno. Santos García (+ 8-8-1967)
P. Jesús Canovas (+22-1-1979)
P. Luis Gámez (+24-4-1979)
P. Felipe Mac Gregor (+2-10-2004)
Elaboración: Armando Nieto Vélez SJ
1928 14 de julio Fallece el padre Ildefonso del Olmo, impulsor de la modernización del Colegio. 1931 6 de diciembre Nace la Asociación de Exalumnos del Colegio de la Inmaculada (ASIA).
1953 Celebración de las Bodas de Diamante del Colegio. Congreso Internacional de Exalumnos jesuitas. Primera piedra de la Sección Infantil en Monterrico. 1954 El número de alumnos es de 415 en el Infantil y de 495 (de tercero de Primaria a quinto de Media) en el Juvenil. 1956 Inauguración del nuevo edificio del Infantil.
1933 14 de mayo Creación del grupo scout “Legión Berchmans”. Comienzan los campamentos.
1967 Después de 65 años en el local de La Colmena, el Colegio se traslada a Monterrico. El total de alumnos llega a 1,576. 1977
1934 27 de julio Centenario del nacimiento del Almirante Grau. El Colegio prepara un brillante desfile cívico por las calles de Lima.
26 de octubre Primer partido de fútbol en el futuro estadio del Colegio.
27 de agosto Creación de la Academia de Geografía e Historia del Perú, dirigida por el hermano Santos García.
1978 Centenario del Colegio. El presidente de la República, general Morales Bermúdez, que pertenece a la Promoción 1938, participa en las celebraciones. Número de alumnos: 2,431. En noviembre se inaugura el estadio.
1935 Creación del Kindergarten para alumnos de 6-7 años.
1982 Se construye el pabellón de Laboratorios.
1939 Construcción del paraninfo y remodelación de la torre del reloj de cuatro esferas.
1984 Se instala la primera computadora.
1940 24 de mayo Un violento terremoto destruye grandes sectores de Lima, Callao y Chorrillos. La Escuela Nacional de Agricultura funciona temporalmente en el local de la Inmaculada. 1950 Se crea la Sección Infantil, a cargo de las Siervas de San José, en local aparte.
1997 Se concluye la construcción del Coliseo. 2001 El XII Congreso Latinoamericano de ASIA se realiza del 26 al 30 de setiembre en Lima. 2003 El Colegio celebra sus 125 años de fundación.
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Detalle arquitectónico de la Iglesia de la Compañía de Arequipa. / Foto: Daniel Giannoni
Este Anuario se termin贸 de imprimir en marzo del 2007, en los talleres gr谩ficos de GMC Digital, con un tiraje de 1,500 ejemplares.