CARATULA
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PUBLICADO POR LA OFICINA DE DESARROLLO - PROCURA COMPAÑÍA DE JESÚS, PROVINCIA DEL PERÚ.
Consejo Editorial: Carlos Cardó Franco SJ Rómulo Franco Temple SJ José Ramón González Écija SJ José Francisco Navarro SJ Jerónimo Olleros Rodríguez - Arias SJ Luis Peirano Falconí Javier Quirós Piñeyro SJ César Torres Acuña SJ Xavier Urios Huigens Edición General: José Manuel Balta Velarde Diseño y diagramación: Karla Quispe Huamaní Corrección de estilo: Agustín Cortegana Gonzales Pre-prensa e impresión: GMC Digital Agradecemos a César Ramos Aldana y a Daniel Giannoni Succar por haber colaborado con algunas de las imágenes que aparecen en esta obra. Asimismo a Sergio Cisneros Culis por las ilustración de los retratos de Jose de Acosta y Vicente Aragón. Portada: Órgano principal de la Parroquia San Pedro Apóstol de Andahuaylillas. Portal web: www.jesuitasperu.org © Compañía de Jesús, Provincia del Perú Lima, Perú, febrero del 2009. Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº: 2009-02408
JESUITAS DEL PERÚ
2008 - 2009
ANUARIO
Compañía de Jesús Provincia del Perú
ÍNDICE Presentación
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Fe
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Hacia los 450 años
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La ruta del Ajutap y el camino ignaciano
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Al servicio de la fe y promoción de la justicia
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Un fuego que enciende otros fuegos
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Memoria y maravilla del Nuevo Mundo Adolfo Domínguez Jaime SJ
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Justicia
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Un horizonte compartido César Torres SJ
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Desarrollo de los pueblos indígenas amazónicos Ana Maria Cuq
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Un estrella fugaz en nuestro firmamento Jose Manuel Balta
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J. Enrique Rodríguez SJ
José Luis Gordillo SJ
Carmen de los Ríos
José Antonio Recharte SJ y Juan Bytton SJ
Educación
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40 aniversario del “Valentín Salegui” Carlos Riudavets SJ
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La Universidad del Pacífico y la Compañía de Jesús Carmen Rosa Graham
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Educación de calidad para los más pobres Zoraida Portillo
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Educación para el desarrollo sostenible Martín Vegas
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El colegio de La Inmaculada se renueva Javier Quirós SJ
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Arte
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Pintura mural y escritura en Quispicanchi José Francisco Navarro SJ
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Detrás de la inauguración de los órganos históricos de Andahuaylillas Mariana Mould de Pease
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Itinerario vital y artístico del mayor músico jesuita Ricardo L. Falla Carrillo
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Directorio
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Mapa
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Presentación El ANUARIO que tienen en sus manos, lo hacemos pensando en ustedes, colaboradores y amigos de los jesuitas del Perú. Queremos que a través de él, nos sigan conociendo y que nos apoyen con sus oraciones, con su amistad y generosidad. Es gracias a su colaboración que podemos continuar con nuestras misiones en el Perú que, como saben, son labores complejas y desafiantes. Este año, el ANUARIO nos ayuda a asomarnos, nuevamente, a nuestras tareas y pensamientos en el campo de la evangelización, en el diálogo intercultural e interreligioso, en temas de desarrollo, de lucha contra la pobreza y en todos los aspectos que le dan sentido a nuestra vida como jesuitas. En ese sentido, el tema educativo es un punto que siempre privilegiamos. Somos educadores y toda nuestra misión está marcada por este deseo de formar hombres y mujeres que contribuyan con su vida a construir ese mundo nuevo en el que las relaciones con Dios, entre nosotros y con la naturaleza se vivan de otra manera. Ello implica una conversión al Dios AMOR, al Dios que nos busca como a la oveja perdida (Lc.15, 4-7), al Dios que está enamorado de nosotros, a pesar de nuestra pequeñez (Dt.7, 7-8). La tarea de la reconciliación mutua también nos toca a fondo: conocernos mejor es una prioridad que los jóvenes con los que trabajamos en el Perú, han sentido como desafío alentador en el III Coloquio celebrado recientemente en Lima. El Perú es un país multicultural y plurilingüe. No sólo somos ricos por la biodiversidad tan impresionante que se produce en nuestro país, sino también por la diversidad en lo humano: culturas y lenguas. Es una riqueza. Pero, si la empleamos para competir, compararnos y despreciar a los que no son como nosotros, estamos perdidos. Tenemos que respetar y enriquecernos mutuamente con todo lo que Dios nos ha regalado y tratar mejor a la naturaleza. Es un don de Dios y ha sido creada por él para que nos nutra, sostenga y dé posibilidades de desarrollarnos. Pero, si la maltratamos nos llevará a la desgracia, como acontece en muchas partes del mundo. Esperamos que el ANUARIO continúe sirviéndonos en la comunicación, que tan bien nos viene, y nos siga ayudando a caminar juntos: “ya te he explicado lo que está bien, lo que el Señor desea de ti: que defiendas el derecho y ames la lealtad, y que seas humilde con tu Dios” (Miq. 6, 8).
Carlos Rodríguez Arana SJ
Padre Provincial
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Hacia los 450 años Parroquia de San Pedro
J. Enrique Rodríguez SJ Párroco de San Pedro
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elipe II, rey de España, por carta del 3 de marzo de 1566 pidió al General de la Compañía, San Francisco de Borja, veinticuatro personas para el Perú, encargándole “fuesen tales cuales convenían para estas partes”. No pudo el santo duque, antiguo valido y confidente del emperador, satisfacer por entero los deseos del monarca, pero mandó alistar una expedición de ocho hombres, escogidos de entre las cuatro provincias jesuíticas españolas y puso al frente al Padre Jerónimo Ruiz del Portillo, perteneciente a la de Castilla. Se embarcaron en Sanlúcar de Barrameda el 2 de noviembre de 1567 y tras una escala de dos meses en Panamá en que pasaron del Atlántico al Pacífico, recalaron en el Callao el 28 de marzo y el día primero de abril de 1568 hacían su entrada en Lima.
motivos terminó en Bolivia, y cuya copia obra actualmente en la casa que fue noviciado jesuita en Arequipa. En 1575 llegó a Lima un joven discípulo del taller de Miguel Ángel, el hermano Bernardo Bitti. Con su arte y dirección se fue embelleciendo la iglesia con retablos, imágenes y cuadros que fomentaran la devoción de los fieles. Aunque algunos la consideraran en algún momento “la más primorosa de Lima”, no podía competir en tamaño ni magnificencia con las de las otras órdenes religiosas. Fue en 1575 también que el virrey Francisco de Toledo fundó el Colegio de San Marcos; ya los jesuitas habían fundado el Colegio Máximo de San Pablo en 1569, que no le fue de su simpatía. Los Estudios del colegio jesuita habían sido construidos hacia el jirón Ucayali, de donde viene el nombre de la calle Estudios. Los celos del virrey y el límite que impuso a la enseñanza impartida por los jesuitas para que no hicieran sombra a su colegio protegido, fueron la ocasión de que se optara por demoler la construcción de la esquina noroccidental y su claustro. En 1624 o 1625 pusieron en aquel lugar la primera piedra de la iglesia definitiva, joya del barroco peruano, que no fue consagrada hasta el 31 de julio de 1638.
La primera acción significativa realizada por los recién llegados fue la adquisición por compra de toda la manzana que hoy ocupa solo en parte el complejo histórico de San Pedro. Al ser orden expresa del rey de España, en menos de un mes la compra estaba perfeccionada. De inmediato construyeron una capilla de 8 metros por 42 para empezar la tarea apostólica con el clásico ministerio de la palabra. Consideraron suficiente el tamaño de la capilla, sin embargo, muy poco tiempo después el espacio resultó limitado ante la afluencia de fieles. Por ello tuvieron que cambiar por rejas los paños de adobe de las paredes laterales cercanas al púlpito, con el fin de que pudieran escuchar las prédicas desde el interior los caballeros y, desde la calle (Álvarez de) Gato, los naturales.
Treinta años después, se colocaba la primera piedra de la iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados o de la Casa Profesa, a solo seis cuadras de distancia. Una y otra iglesia eran centros apostólicos que convocaban y acogían a grupos particulares de españoles, criollos, naturales o esclavos. Reunidos en congregaciones, cofradías o escuelas, recibían particular instrucción religiosa y moral de acuerdo con sus necesidades. De acuerdo a las formas religiosas y de socialización de la época, aparecer en el contexto de la ciudad con el sustento de una agrupación religiosa reconocida era una forma de prestigio y aceptación. Por eso el interés en la participación y cuidado del ornato asignado a cada agrupación religiosa.
La medida tomada fue temporal, ya que decidieron hacer una iglesia del mismo largo, pero el doble de ancho, que albergara más feligreses, cuyo titular fue San Pablo. La primera piedra se puso en junio de 1569 y recién el 1 de enero de 1574 se pudo trasladar el Santísimo. Fue una joya de delicadezas, presidida por la imagen renacentista policromada de Nuestra Señora de los Remedios que ya había estado en la primera capilla. La otra imagen muy querida fue la de la Virgen de San Lucas o Nuestra Señora del Pópulo, que por desconocidos
En medio de formas que hoy algunos consideran 12
Altar mayor de la Parroquia de San Pedro / Foto: Daniel Giannoni
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de la Parra, Alonso Messía Bedoya, del misionero y místico Antonio Ruiz de Montoya, como de cientos de jesuitas tanto criollos como peninsulares.
más sociales que religiosas, se daba sin embargo en muchos laicos y laicas, el cultivo real de una espiritualidad cristiana desarrollada según las líneas marcadas por el Concilio de Trento. La catequización de los naturales, la defensa de la fe y la moral, y la predicación de los Ejercicios Espirituales eran las banderas de una Compañía de Jesús que se iba paulatinamente haciendo criolla. La educación de los diversos estamentos sociales se convirtió en instrumento apostólico privilegiado en el Nuevo Mundo, como lo era en Europa, lo que terminó provocando primero las dudas, luego las motivaciones que Carlos III “guardaba en su real pecho”.
No fueron obstáculo las alturas de los Andes, los rigores del desierto, ni los peligros de las selvas. Pero lo que no pudieron ni los terremotos fue logrado en 1767 por Carlos III, expulsando a los jesuitas, y por el Papa Clemente XIV, suprimiendo la Compañía en 1773. El nombre de San Pablo fue cambiado por el de San Pedro al trasladarse a este local los padres filipenses. Se expoliaron los templos, se intentó borrar de la memoria a los jesuitas. Pero la construcción estaba hecha sobre la roca auténtica. Restaurada la Compañía por Pío VIII en 1814, tuvieron que pasar los avatares de la independencia y hubo de consolidarse la república, para que se dieran las condiciones para su retorno al Perú. Más de medio siglo después, el obispo de Huánuco monseñor Manuel Teodoro del Valle, con la aprobación del presidente José Balta y su ministro de culto Manuel Pardo, solicitó al padre Pedro Beckx, superior general, le concediera el retorno de la Compañía.
Las iglesias de San Pablo y de Nuestra Señora de los Desamparados, al igual que el colegio de San Martín y el del Cercado, puntos de partida y llegada de misioneros, estaban sustentados por fuertes comunidades jesuitas apostólicas. Las tareas espirituales urbanas, coronadas por numerosos hombres y mujeres de santidad proclamada o en camino a ella, dirigidos espiritualmente por los padres de la Compañía, no impedían el movimiento por costa, sierra y selva de los misioneros. Prueba de ello es el testimonio de vida apostólica de los venerables padres Juan de Alloza, Diego Martínez y Francisco del Castillo, de los siervos de Dios Juan Sebastián
En 1871 fueron destinados al Perú ocho jesuitas. Los padres Mateo López, Gabino Astrain, Francis-
San Pedro: lugar de encuentro y festejo de diversos pueblos. 14
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Fachada principal de la parroquia de San Pedro. / Foto: Daniel Giannoni
parroquial es pequeño, no llega al millar de moradores, las casas de antaño son locales comerciales o han sido reemplazadas por bancos y oficinas. Sin embargo hay una fuerte afluencia diaria de fieles golondrinos que buscan el sacramento de la Reconciliación, el consejo oportuno, el espacio sagrado para la oración.
co Javier Hernáez, Antonio Garcés y el hermano Saturnino Villalba, partieron hacia Huánuco y desde allí misionaron hasta Tarma y Cerro de Pasco. El padre Jorge Sendoa y el hermano Patricio Salazar se quedaron en Lima, viviendo con el único padre filipense que quedaba en San Pedro a cargo de un colegio de becarios, pero tuvieron problemas y se retiraron a vivir con los padres mercedarios.
En el año 2018 los jesuitas conmemorarán 450 años de su primera llegada. Es conveniente que la arquitectura y los retablos, los lienzos y las esculturas de San Pedro, vuelvan a hablar en este tiempo de relectura de la historia, de mundialización, de revaloración de los cánones de belleza, de cultura de la imagen. Será necesario un esfuerzo multidisciplinar para llegar a la completa restauración, manteniendo la fidelidad primigenia al sentido apostólico, al Señor Jesús que da sentido a la historia de su Compañía.
El retorno y progresiva toma de posesión de la iglesia de San Pedro se dio en 1878. Es historia conocida la del siglo XX, con intensa vida apostólica de los padres, embellecimiento del templo, instauración y desarrollo de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, trabajo con las colonias china y japonesa, movimientos apostólicos. Llegado el siglo XXI, encontramos el centro de Lima en proceso de despoblamiento. El espacio 15
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La ruta del Ajutap y el camino ignaciano José Luis Gordillo SJ
Responsable del Centro Cultural de Nieva
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os Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola nos plantean el reto de trabajar con la población amazónica y su riquísimo mundo ritual y mitológico. En la actualidad, el Centro pastoral Tunaants ofrece esta experiencia a los etsejeins (catequistas) de la zona con muy buenos resultados. Sin embargo, el camino del Ajutap es largo y hay que caminarlo de la mano de Dios y con Jesucristo. Como un amigo habla a otro amigo.
sus primeros años en nuestro continente, dio fruto en la dedicación de algunos de ellos a la investigación en el maravilloso mundo mítico de los aguarunas y huambisas. José María Guallart SJ y Manuel García Rendueles SJ iniciaron una ruta que los demás jesuitas hemos intentado seguir, ya que la consideramos necesaria para poder dar pasos significativos en el proceso evangelizador. Sin lugar a dudas, el trabajo realizado por la misión del Vicariato de San Francisco Javier nos pone en la bandeja un reto: que los Ejercicios Espirituales sean un medio para explorar las fuentes, mucho más de lo que se hace en la actualidad y, quizás, esta herramienta nos permita entrar en la raíz de la cultura para acompañar el proceso de evangelización. Veamos cómo podría ser esta relación.
Algunas semejanzas Las meditaciones ignacianas buscan disponer al ejercitante a preguntarse por la voluntad de Dios y hallarla. Para ello es necesario, según el texto autógrafo de Ignacio, que el ejercitante quite de sí todas las afecciones desordenadas y emprenda el proceso que le va a llevar a este fundamental encuentro.
A la búsqueda de Dios
Por otro lado, para la espiritualidad jíbaro (grupo etnolingüístico al que pertenecen nuestros hermanos awajum y wampis), la ruta de Ajutap (Arutam en lengua wampis) es un proceso que emprenden los seres humanos en búsqueda de la revelación fundamental de aquello que luego de varios años de investigación, análisis minucioso y asambleas vicariales hemos identificado como Dios. Ajutap o Arutam es Dios.
La publicación “Yaunchuk, wampis aujmattairi” de 1994, que recoge la mitología wampis y que realizó notablemente Manolo García Rendueles SJ con el apoyo del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) y el Centro de Tecnología Bilingüe, recoge muchos relatos a los que nos vamos a referir para hacer nuestra reflexión. Se trata del ciclo de la visión de Arutam que describe una serie de relatos acerca de la búsqueda de Dios por parte del ser humano. Las diferentes manifestaciones de Dios se relacionan con la finalidad por la que se le busca. Y según sea esta finalidad el Arutam se manifestará como Kuji (mono nocturno), Kámau (comején), Kuraraím (ave mitológica maravillosa), Pagki (boa) o IkamYawa (jaguar).
Es justo decir que el proceso de evangelización, en la zona de la misión del Marañón, ha atravesado diferentes momentos. Todos ellos, nos han ido llevando a optar por medios que nos ayuden a promover mejor en nuestros hermanos indígenas e hispanohablantes (colonos) el encuentro con Dios. Este hermoso proceso nos ha conducido de la mano del Ajutap/Arutam al deseo no sólo del aprendizaje de la lengua, sino al de profundizar en la riqueza del mundo mitológico y espiritual.
Hacia 1980 se recoge el relato acerca del Arutam Kuraráip. La historia está situada en el Río Morona y nos invita a mirar el camino de la búsqueda de Dios como una ruta emprendida por todas las culturas y todos los seres humanos. En ella se describe a dos jóvenes que, luego de una situación extremadamente
Un reto El gran esfuerzo de los misioneros, que heredaron los ideales que guiaron a la Compañía de Jesús desde 16
Dibujo de la mitologĂa Wampis de Gerardo PetsaĂn.
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muchas diferencias (y nos parece que esto es lo que enriquece nuestra experiencia de convivir y trabajar en la misión con nuestros hermanos aguarunas y huambisas).
difícil, se preguntan por la causa de su sufrimiento y el camino que deben seguir en adelante para poder tener una vida en paz. Un anciano (el abuelo) es quien hace la propuesta de ruta de la búsqueda y quien discierne junto a los jóvenes todos los encuentros que éstos tienen con diferentes manifestaciones del Arutam.
Si bien la ruta de búsqueda del Ajutap/Arutam responde a un proceso hermoso y complejo, es interesante poder reconocer que la figura del discernimiento no es exclusiva de la tradición espiritual occidental. Casi nos atreveríamos a decir que se trata de un proceso propio del ser humano que encuentra un fin último en su vida y se dirige a éste. La búsqueda de nuestros hermanos jíbaros es esencialmente esto. Ahora bien, hay que establecer una diferencia básica entre el proceso del ejercitante venido de la tradición occidental y el que vive el aguaruna o huambisa al ingerir sustancias psicotrópicas, que preferimos llamar enteógenos. La diferencia sustancial, a nuestro parecer, radica en el gran panteón de espíritus o semidioses a los que se puede remitir el iniciado o el “buscador” en el proceso jíbaro.
El anciano recibe semanalmente a los jóvenes y, tras muchos rechazos, ellos parecen entender que también tienen que cumplir una serie de preceptos que les conducen a la aparición del Arutam Kuraráip. Con la aparición de éste, se abren las condiciones de posibilidad de una vida más justa y el debilitamiento de aquellos factores externos que ocasionan infelicidad. Es evidente que si establecemos similitudes entre el proceso espiritual del ejercitante en la dinámica ignaciana y el proceso espiritual de nuestros hermanos jíbaros (awajum, wampis, shuar, achuar, etc.) encontraremos que, si bien estas similitudes existen, también se presentan
Los Ejercicios Espirituales nos retan a trabajar con la población amazónica y su mundo mitólogico. / Foto: Archivo SJ 18
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Buscamos tender puentes de encuentro entre la religión católica y las creencias de los pueblos. / Foto: Archivo SJ
Podríamos decir que ante la ausencia de un credo último o un conjunto de valores definitivos (que en los Ejercicios Espirituales se supone a la hora de situarse en los diferentes ejercicios que nos propone San Ignacio), los “buscadores” pueden estar constantemente a merced de la subjetividad y valores que pierden su peso absoluto en función de la conveniencia del momento. Quizá sea por esto que es realmente difícil abordar el tema de la brujería y proponer soluciones a una situación que esconde (en la actualidad) injusticia. Este, así como la venganza, es uno de los retos más complejos que vivimos como equipo de trabajo pastoral en la zona. Es urgente que el Evangelio diga algo al respecto y debe hacerlo significativamente, desde la raíz de la cultura.
parece derrumbar el sentido de la vida. “Waimaku” es una persona que ha tenido el contacto real con el Ajutap y el resultado de esto es la adquisición de la visión, la fuerza que le permite al hombre volver a una vida de orden y de paz. La búsqueda de la cascada ideal, el proceso de duelo, la conciencia de la propia limitación, se hacen vías purgativas rumbo a la lucidez sobre el futuro. Siempre en contacto con la opinión de un Munta (viejo) y de un fin común en el que el nuevo hombre (se es nuevo al tener la visión) se pone al servicio del bien colectivo que en su tiempo era el clan. Como podemos ver, nuestra rica tradición espiritual puede tender puentes de encuentro hacia las creencias de los pueblos originarios. Hacerlo es una exigencia evangélica que supone no sólo justicia, sino humildad. La inacción quizá nos lleve a perder de vista algo fundamental en lo espiritual y cultural: no percatarnos de cómo vive Dios dentro de estas culturas.
Sin embargo, el ser humano de la cultura amazónica pocas veces pierde el horizonte espiritual ya que, como es conocido, vuelve siempre a la ruta del Ajutap/Arutam, cada vez que un golpe importante 19
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Al servicio de la fe y promoción de la justicia Centro Loyola Ayacucho Carmen de los Ríos
Directora del Centro Loyola Ayacuho
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l Centro Loyola Ayacucho nace como una iniciativa para responder a las situaciones concretas de esta región de los andes. Es un esfuerzo social para sanar las heridas provocadas por los veinte años de conflicto armado interno y el cumplimiento del compromiso que hiciera la Compañía de Jesús, a través de un pronunciamiento, de apoyar las recomendaciones del Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR). En segundo término, y no menos importante, también es el deseo de contar con mayor presencia apostólica en este histórico lugar del Perú.
Nº 50 en Huamanga y al año siguiente iniciaron la misión en la parroquia de la Provincia de Cangallo. Ya desde hacía algunos años, los jesuitas habían adquirido el local que hoy acoge al Centro Loyola Ayacucho. Heredamos, además, una importante biblioteca universitaria, así como los videos que sirvieron de base para idear la Esquina Cultural “Juan Luis Moyano SJ”, que tenemos actualmente. El Centro Loyola Ayacucho inicia sus actividades en el mes de agosto del 2004 con la dirección de Carmen de los Ríos y el apoyo de los padres Benjamín Crespo SJ y Evaristo Odar SJ. La institución se ha ido desarrollando paulatinamente, respondiendo a la realidad y abriendo nuevos proyectos. El primero de ellos fue el de “Constructores de Paz”, con el apoyo de la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS). Luego, el de “Formación de laicos” con el patrocinio del Instituto de Fe y Cultura de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM); el de “Formación del Magisterio en democracia, derechos humanos y memoria histórica” con el Instituto Peruano de Educación en Derechos Humanos y Paz (IPEDEHP). En octubre del 2005, iniciamos dos programas sociales sostenidos con jóvenes en riesgo y de pandillas, “Caminando con Ellos”; y con diverso público, las Escuelas de Perdón y Reconciliación (ESPERE).
Nuestra historia Cuando se inició el Centro Loyola Ayacucho, en el 2004, los jesuitas apenas tenían 18 años en la zona, a la que habían regresado tras la expulsión de la orden de todos los territorios controlados por España en 1719. Es importante considerar que durante esta segunda etapa desarrollaron una serie de actividades religiosas y culturales: enseñaron en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (UNSCH), formaron la Comunidad de Vida Cristiana (CVX), desarrollaron espacios de video forum denominados “Luis Espinal” y las “Aulas Arrupe”. Asimismo realizaron una importante actividad pastoral desde el templo de la Compañía, acompañando en muchas ocasiones a las personas que sufrían directamente el impacto del conflicto armado interno.
Vocación laical Somos laicos comprometidos con una cultura de paz y reconciliación en la sociedad ayacuchana. Somos cristianos, de diversas profesiones, que vivimos nuestra fe asumiendo responsabilidades en la transformación del mundo según el plan de Dios, desde la opción preferencial por los pobres. El equipo de trabajo se enriquece con la presencia de
Hasta estos días las madres de la Asociación de Familiares de Desaparecidos (ANFASEP) recuerdan el compromiso del padre Carlos Schmidt SJ en apoyo a los huérfanos de la violencia a través de Cáritas. Luego, en el año 2000, crearon la I.E. Fe y Alegría 20
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Laicos comprometidos con una cultura de paz y reconciliación en la sociedad ayacuchana. / Foto: Archivo SJ
voluntarios locales e internacionales, practicantes universitarios y el apoyo de los jesuitas presentes en la zona.
Nuestra labor En la actualidad, nuestras actividades se desarrollan sobre tres líneas de acción: Formación humana y cristiana, Derechos humanos y salud mental y, Participación ciudadana.
Como institución, el Centro Loyola Ayacucho adquiere personería jurídica en el año 2007, siendo presidente de la Asamblea de Socios el padre Francisco Chamberlain SJ. Actualmente hemos logrado reconocimiento y aprecio de nuestro trabajo, llegando el año pasado a más de mil doscientos beneficiarios directos. Somos conocidos por sectores populares, intelectuales, políticos y eclesiales de la zona. Estamos al servicio de la fe y promoción de la justicia, desde la opción preferencial por los pobres y excluidos, aportando a la reconciliación y paz en la sociedad ayacucha.
En lo concerniente al primer tema, impartimos cursos y talleres, especialmente en coordinación con el Instituto de Fe y Cultura de la UARM que ha organizado un programa de formación humana y cristiana para los Centros Loyola a nivel nacional. Este programa se realiza con apoyo de personas voluntarias de Ayacucho, quienes se capacitan en talleres de verano en Lima y luego los replican en nuestra zona. 21
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Hemos brindado cursos-talleres sobre “Madurez Humana”, “Encontrar a Dios en la Vida”, “Cómo leer la Biblia”, “Doctrina Social de la Iglesia”, entre otros. También ofrecemos al público en general, seminarios, foros y paneles sobre la relación entre la fe y la cultura; la fe, los derechos humanos y la realidad local. Asimismo, siguiendo la línea de la espiritualidad ignaciana, desarrollamos talleres mensuales de oración y Ejercicios Espirituales de fin de semana (dos veces al año), con el apoyo de los jesuitas que viven en Ayacucho.
mente jóvenes universitarios, que se forman desde su fe cristiana, en derechos humanos y en herramientas para el acompañamiento a víctimas del conflicto armado interno. Desarrollan tres líneas de trabajo que son: difusión de temas de derechos humanos, memoria histórica y réplicas de talleres y acompañamiento a las víctimas. El trabajo de acompañamiento lo han realizado con asociaciones de afectados del conflicto armado interno en Huamanga y Totos. Con respecto a nuestra tercera línea de acción, desde el nacimiento del Centro Loyola Ayacucho hemos apostado por la participación ciudadana. Realizamos el programa “Caminando con Ellos” con jóvenes en riesgo y de pandillas, desde los enfoques de derechos y desarrollo humano, promoviendo el desarrollo de sus capacidades y el ejercicio de su ciudadanía plena a través de su fortalecimiento como sujetos, actores de su propia historia a nivel individual y organizacional.
Los derechos humanos y la salud mental siempre han estado presentes en nuestras preocupaciones. Desde que se inició el Centro Loyola Ayacucho, nuestro interés ha sido atender las secuelas del conflicto armado interno y aportar a la construcción de una cultura de paz. En esta línea integramos redes locales y nacionales, como son el grupo impulsor local del Movimiento Ciudadano Para Que No se Repita (PQNSR), la Red de DD.HH. y Salud Mental, así como la Plataforma de Cultura de Paz de la Mesa de Concertación para la lucha contra la pobreza. Dos programas desarrollan este objetivo: las ESPERE y el grupo de Constructores de Paz.
En la actualidad, trabajamos con más de cien jóvenes de cinco agrupaciones que, durante este año, se han constituido en la Red NAJAK para articular esfuerzos y tener una presencia visible en la sociedad ayacuchana. Participamos también en redes nacionales como la Red Jesuita para la Inclusión de la niñez, adolescencia y juventud en riesgo y el Consorcio Juventud y País, así como redes locales.
Las ESPERE son grupos de 15 o 20 personas que deciden vivir una experiencia fuerte de sanación de heridas (rabia, rencor, resentimiento, odio, venganza) causadas por la violencia y los conflictos diarios de la vida. A través de 10 talleres, de tres horas cada uno, se enseña una metodología para aprender a perdonar y reconciliarse. El perdón es un ejercicio terapéutico, personal. La reconciliación es un segundo paso, un ejercicio social y tiene tres posibilidades: coexistencia, convivencia y comunión.
Hemos desarrollado, en coordinación con Encuentros-Casa de la Juventud, el proyecto “Juventud y Gobiernos Locales”. Los jóvenes presentaron propuestas consensuadas con sus autoridades en tres distritos de Ayacucho, logrando que sean aprobadas. También obtuvieron la buena pro de dos proyectos en el presupuesto participativo, para beneficio de la juventud. A su vez estamos iniciando juntos el proyecto “Juventud, Gestión Local y Desarrollo Sostenible”, apostando por la participación ciudadana de los jóvenes universitarios.
Considerando la situación conflictiva vivida en Ayacucho, es muy difícil lograr la comunión, la cual representa la armonía entre el ofendido y el ofensor. El aporte del perdón, como ejercicio personal, ayuda a romper el círculo de la violencia y se inscribe en las recomendaciones de la CVR como camino a la reconciliación interpersonal, una de las bases para la reconciliación nacional. Hemos desarrollado 14 grupos de ESPERE, (140 talleres), llegando a asociaciones de afectados por el conflicto armado interno, profesionales, universitarios, estudiantes secundarios y pastoral juvenil, teniendo 184 egresados del proceso completo.
En perspectiva y en espera de su financiamiento se encuentra el proyecto “Democracia Participativa, Gobernabilidad e Integración Regional”. Este esfuerzo tiene como objetivo la formación de líderes políticos que contribuyan a una cultura de concertación y al desarrollo dentro del proceso de regionalización y descentralización en Ayacucho. Por otro lado, gracias a la coordinación con el Instituto de Ética y Desarrollo de la UARM estamos ofreciendo el Diplomado “Ética
Los Constructores de Paz son personas, especial22
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En esta misma línea, también promovemos actividades como videos forum semanales, reuniones de análisis de coyuntura cada dos meses, presentaciones musicales, conferencias y otros. El “Patio del retablo”, ubicado en la parte interna de la Esquina Cultural, es un lugar propicio para pensar los problemas actuales de la realidad ayacuchana, peruana o mundial; y para discutir argumentos y posturas teóricas, teniendo como base la lectura de textos académicos.
y Sociedad”, a través de grupos de estudio. La Esquina Cultural “Juan Luis Moyano SJ” es otro servicio que presta nuestra institución. Se trata de un espacio para la participación de jóvenes con estudios superiores donde ofrecemos una biblioteca, hemeroteca y videoteca de carácter universitario. Nuestra colección de libros ha sido ampliada gracias a las donaciones recibidas de la Red Apostólica Ignaciana (RAI) en el 2006 y otras 309 cajas de libros gestionadas por la Oficina de Desarrollo - Procura. Con estos aportes se ofrece una apuesta bibliográfica única en la zona. Como se percibe, nuestra finalidad es fomentar el espíritu crítico y analítico en la juventud para que sean responsables y constructores de una sociedad ayacuchana que vislumbre un crecimiento cada vez más humano y justo.
Finalmente, quisiéramos lograr en el Centro Loyola Ayacucho Fecundidad, más que eficacia; Mirar Lejos, más que rutina y Mirar Hondo, más que activismo. Apostando por la vida y la persona, y generando esperanza.
Los jóvenes serán los principales constructores de una sociedad ayacuchana más humana y justa. / Foto: Archivo SJ 23
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Un fuego que enciende otros fuegos Pastoral juvenil y Promoción vocacional José Antonio Recharte SJ y Juan Bytton SJ
Coordinador de la Pastoral Vocacional y Juvenil / Colaborador
“
Muchas llamas, un solo fuego: muchos relatos, una sola historia”1. De esta forma empieza el primer decreto de la Congregación General 35, y creemos que así también se puede definir la realidad y las perspectivas de la pastoral juvenil y promoción vocacional de la Compañía de Jesús en el Perú. Como bien se sabe, la pastoral juvenil responde a un trabajo con y para los jóvenes que participan en las obras jesuitas. Las manifestaciones y actividades que los implican son tan diversas como la realidad del Perú y del joven mismo. Muchas llamas y muchos relatos que buscamos sean orientados siempre a un solo fuego y una sola historia.
llevando a una seria reflexión sobre el tema. No son pocos los especialistas que hablan de una crisis juvenil y de una crisis en la vida religiosa. Si medimos el éxito de una institución por la cantidad de sus miembros, no están equivocados. Sin embargo, cuando buscamos respuestas volvemos a nuestras fuentes, a Ignacio y su contexto. Vemos que el estilo, la audacia y la confianza total en el Señor que tuvieron los primeros compañeros fueron capaces de superar toda adversidad. Los tiempos han cambiado, pero la llamada y la misión siguen siendo las mismas. Es por ese motivo que la pastoral juvenil y promoción vocacional de la Compañía ha tomando un nuevo impulso. Muchas provincias jesuitas han tenido la iniciativa de formar equipos para trabajar esta área y promover las vocaciones. Asimismo, se han elaborado planes en ese sentido y se siguen implementando programas y actividades para motivar a las generaciones jóvenes en su crecimiento y compromiso cristiano a la luz de la espiritualidad ignaciana. El Perú no ha sido la excepción y en abril del 2008 el Padre Provincial nombró una comisión cuyo objetivo es “elaborar el Plan de Pastoral Juvenil del Perú” y junto a ello “ayudar a fortalecer el trabajo con jóvenes y caminar con ellos en nuestra Iglesia”3.
Durante años, cada una de las obras de la Compañía de Jesús en el Perú han dado todo de sí para que los jóvenes puedan encontrar en su caminar, en sus proyectos y sueños propios de su edad, la cercanía y la amistad de Jesucristo. La historia de la pastoral juvenil y vocacional está muy ligada a la orden misma. “Todo empezó en la Universidad de París” nos recuerdan los jesuitas cronistas. Ignacio “fue puesto” por Dios Padre con su Hijo, y esta acción hizo que convoque a sus compañeros de estudio a seguir los pasos de Jesús. Desde entonces, la “Compañía fue fundada ante todo para atender principalmente a la defensa y propagación de la fe y al provecho de las almas en la vida y doctrina cristiana”2
Esta Comisión ha celebrado reuniones zonales de revisión y propuesta de pastoral de los colegios jesuitas. De igual forma, se han tenido en Lima dos encuentros nacionales con los responsables de las obras, las que se dividieron en tres sectores: colegios, universidades y parroquias. Con el fruto de estas reuniones se está elaborando el documento
Sin embargo, no podemos ser ciegos a la situación juvenil actual, y en ella, la de nuestra propuesta de pastoral juvenil: lo que ofrecemos, cómo lo formulamos y qué frutos obtenemos. La realidad nos está Congregación General 35. D 1. Fórmula del Instituto [1]. 3 Carta sobre Pastoral Juvenil y Vocacional. Abril del 2008. 1 2
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Falta colocar texto como apoyo de imaguen
Foto conmemorativa del Tercer Encuentro Juvenil Ignaciano (2008).
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sionante misión que involucra a todos, laicos y jesuitas. El año 2008 ha estado lleno de retos. Se encaminó a la consolidación de actividades que unen el trabajo juvenil: experiencias de voluntariado y de inserción, Camino Ignaciano, Ejercicios Espirituales para jóvenes, grupos juveniles, etc. Iniciativas reunidas en uno de los eventos que está marcando una forma renovada de misión en conjunto: los Encuentros juveniles ignacianos (Coloquio).
principal y se conocen más de cerca las actividades, los modos de proceder y las personas implicadas. Como nos exhorta el Padre Provincial, buscamos un Plan con “mínimos denominadores comunes, en temas de formación que por su amplitud puedan proveer a todos de las herramientas necesarias para construir una cierta unidad en lo que queremos proponer a los jóvenes de nuestro país. Lo que queremos y necesitamos es un trabajo que busque tejer redes. Porque las redes nos ayudan a conocernos, a coordinar, a aprovechar todo lo que va en la misma dirección y es útil para unos y otros”4.
Debemos conocer y compartir las diferentes experiencias de jóvenes inspirados por la vida de San Ignacio y en las que ellos mismos manifiestan su inquietud de seguir creciendo: “para que esta experiencia continúe nos comprometemos a vivir con alegría nuestra fe y seguir cultivándola, organizándonos mejor para tener mayor impacto en nuestro entorno. Por ello agradecemos y pedimos a los jesuitas nos acompañen muy de cerca en este proceso de conocimiento de la espiritualidad ignaciana, vivencia de los ejercicios espirituales y compromiso con nuestro entorno”5.
En ese sentido, el Plan de pastoral juvenil presenta tres ejes transversales: identificación con Jesús, acompañamiento y formación de equipos. Un modelo de gestión capaz de ser alimentado y evaluado constantemente. Una propuesta planificada e integral, que convierta las intuiciones en acciones y éstas en procesos. Sin embargo, la elaboración e implementación del Plan no basta. Esta es una apa-
La pastoral juvenil responde a un trabajo con y para los jóvenes que participan en las obras jesuitas.
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Ibid. Memorial del III Encuentro Juvenil Ignaciano. Octubre de 2008. 26
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Siendo el Perú un país tan diverso, la pastoral juvenil trabaja con base en horizontes comunes de desarrollo. / Foto: Archivo SJ
La misión de la pastoral juvenil la vemos integrada a lo que se ha convertido hoy en una prioridad apostólica de la Compañía Universal. Como nos recuerda el querido padre Peter Hans Kolvenbach: “una pastoral juvenil renovada y bien planificada es el mejor contexto para suscitar y descubrir vocaciones”6. Es por eso que no podemos trabajar de manera separada. Si bien ayuda a acompañar y formar jóvenes líderes cristianos con capacidad de lograr una sociedad más justa y solidaria, debemos mostrar con el mismo entusiasmo la opción de la vida religiosa como “vía que conduce a los hombres a la vida”7. Es por eso que estamos en la búsqueda de lograr una llamada “Cultura Vocacional”, es decir, que sea normal a todos hablar de vocación a la Compañía de Jesús y promoverla, pues estamos convencidos que la misión de Jesús es necesaria para este mundo, vale la pena y buscamos colaboradores.
Encontrar a jóvenes cuyo perfil sea una “pasión por Dios y por la humanidad, gustosos de estar ‘con Cristo en el corazón del mundo’ y amor a la Compañía, compuesta por hombres ‘débiles y frágiles’ miembros todos de esta ‘historia colectiva’ que en su centro lleva el nombre de Jesús”8. Para el 2009 vamos preparando el tema del año que oriente nuestro trabajo juvenil y vocacional que queremos plasmar particularmente en las semanas ignacianas: “un fuego que enciende otros fuegos”. El fuego de Jesucristo que se contagia estableciendo relaciones justas con Dios, de unos con otros y con la creación. Asimismo, una tarea de acompañamiento personal y comunitario, y el redescubrimiento de la vida interior, a través de la gracia de vivir los Ejercicios Espirituales. Fue así como Ignacio conoció a Fabro y Javier, “a los cuales ganó para el servicio de Dios, gracias a los Ejercicios”9.
Carta sobre la promoción de vocaciones. Setiembre de 1997. Constituciones de la Compañía de Jesús, Nº 101. 8 Cavassa SJ, Ernesto. “Un perfil del candidato para la misión según la CG 35”. 9 Autobiografía, Nº 82. 6 7
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Memoria y maravilla del Nuevo Mundo José de Acosta SJ (1539 - 1600)
“Vemos que en nuestros tiempos se navega el Océano para descubrir nuevas tierras (…)” 1 José de Acosta SJ. Historia natural y moral de las Indias.
Adolfo Domínguez Jaime SJ
Profesor de la Universidad San Cristobal de Huamanga
E
n la Europa de los tiempos modernos, muchos prejuicios y miedos estuvieron presentes en la mentalidad de los hombres. Para algunos sujetos audaces (los descubridores de nuevos mundos y sus continuadores) el mar, por ejemplo, era signo de trasgresión de los límites impuestos por el “mundo civilizado”.
José de Acosta, teólogo jesuita, reconoce que en el siglo de los grandes viajes había que desentrañar las verdades que se hallaban ocultas al conocimiento europeo sobre lo que realmente existía más allá de ese mar desconocido, es decir, de todo aquello que se mostraba en el nuevo continente americano. La historia natural y moral de las Indias se convierte, en cierta manera, en una memoria escrita sobre las “maravillas” que pudo contemplar y estudiar en el Nuevo Mundo.
Para la gran mayoría, sin embargo, el mar había sido el lugar de sus más férreos temores. Desde la Antigüedad hasta el siglo XVII, desde Bretaña hasta Rusia, se dijeron toda una legión de proverbios que aconsejaban a los viajeros no arriesgarse en el óceano. Los latinos, por ejemplo, decían: “Elogiad el mar, pero seguid en la orilla”. El mismo Erasmo de Rotterdam, ya le hacía decir a un personaje de su coloquio Naufragium: “¡Qué locura confiarse del mar!”2.
A continuación, presentaré una reflexión sobre la experiencia de conocimiento que presenció Acosta, durante su estancia en este Nuevo Mundo. Los fenómenos que se mostraban ante él, muchas veces, desbordaban las formas y los contenidos referenciales pre-existentes con los que se manejaba5. El término “maravilla” fue muy usado en la Europa tardo-medieval y renacentista y derivaba del verbo latino “mirari” que significa admirar o asombrarse. El asombro, punto de partido filosófico, en ese sentido, estuvo presente en el momento en que iba escrutando los fenómenos y sus significados.
Además, aunque las montañas también suscitan aprensión, “no son (según Shakespeare) más que verrugas al lado de las olas”3 o en Rabelais: es significante la imagen de Panurgo en el mar, el cual entra en pánico cuando se encuentra en alta mar y siente nostalgia por la tierra. Polifemo, Escila, Caribdis, Circe, las Sirenas, los Estrigones, Leviatán, Lorelei, todos estos seres amenazadores viven en el agua o a orillas de la misma. Su finalidad común es atrapar a los humanos, devorarlos o (por lo menos) como Circe, hacerles perder su propia identidad de hombres. Por eso, para conjurar al mar, es preciso sacrificarle seres vivos que calmarán su apetito monstruoso4.
Más allá de la imaginación El relato popular se presentaba como la primera gran valla que debía sortear el teólogo. Muchos eran los discursos y las historias que se habían tejido sobre el Nuevo Mundo. Algunas de ellas, fan-
Acosta, José de “Historia natural y moral de las Indias”, p. 104. Delumeau, Jean “El miedo en Occidente”, p. 55. 3 Shakespeare, William “Obras completas: La tempestad”, II, 1965. 4 Ibid, p. 60. 5 En este punto, nos estamos refiriendo a todo su bagaje de pre-juicios (saberes y creencias). 1 2
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tásticas, hablaban de seres sobrenaturales o maravillosos6 que habitaban estas tierras de la “Tórrida zona”. Acosta, con el fin de paliar este problema, recurrió a una descripción exhaustiva de todos los elementos naturales que se hallaban presentes en este territorio. Realizó una catalogación, muy a la usanza de Plinio el Viejo7, donde destaca la flora, la fauna y los minerales que se extraen en estos territorios. Con su descripción sobre los animales, por ejemplo, intenta eliminar todo resquicio de error que había sido concebido a partir de la imaginación y el “rumor”. Esta descripción de las “maravillas” y fenómenos novedosos, según Acosta, también formaban parte de un plan mayor de creación8: “donde (se) celebra la excelencia de estas obras de Dios”9.
infierno (oposiciones primarias por excelencia), eran muchas veces más reales que cualquier objeto o persona de su propia vida cotidiana...10. A pesar de que no llegara a “ver”11 (constatar directamente) a dichas criaturas que por lo general salían del “canon de la naturaleza”, este sujeto se encontraba en capacidad de considerar que tales seres no sólo eran verosímiles sino también reales. Para Tomás de Aquino, la imaginación o fantasía se presentaba como el segundo de los sentidos internos, en el orden de perfección. El doctor angélico retomó el concepto de imaginación que ya había trabajado Aristóteles en su tratado “De Anima”12.
Jose de Acosta SJ
Tomás comenta que la imaginación es una suerte de huella dejada por el acto del sentido común y que, por tanto, es propia sólo de los seres vivientes sensitivos y no podía aparecer sino sólo en los que poseían sentidos externos13. Sigue en la explicación el
El hombre premoderno, sobre todo, se movió, en gran medida, en un mundo compuesto por elucubraciones propias, en las cuales los ángeles de los cielos y los demonios del
En este sentido, el término maravilloso se referiría a los acontecimientos que estaban relacionados con portentos, ostentos o a seres que, por su físico, eran “monstruosos”. 7 Cfr. Plinio el viejo, “Historia natural”. 8 Acosta, José de, “Historia natural y moral de las Indias”, p. 219. 9 Ibid, p.153. 10 Santisteban, Héctor, “Tratado de monstruos: Ontología teratológica”, p. 141. 11 Recordemos que el sentido de la vista es muy importante para la civilización occidental. Esta idea proviene del paradigma griego de la vista como el medio de conocimiento. Platón, incluso, utilizará este sentido para componer sus metáforas gnoseológicas que van emparentadas con el (la idea). Cfr. Platón, “La República” (libros V-VII). Una vez que la imagen ha quedado grabada en la memoria puede ser susceptible de ser mezclada con otras. 12 Aristóteles, “De Anima”, III, lect.2. 13 Aquino, Tomás de (Santo), “Suma Teológica”, I q.3 a.3; I q.84, a.3. 6
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doctor angélico y comenta que el estímulo provoca primero la sensación, recepción y luego, conocimiento de la información. Ello provoca (además) un acto de conciencia sensorial en virtud del cual el sujeto conoce de nuevo el estímulo (esta vez integrado a la unidad siguiendo los patrones del objeto externo). Todo ello, se ha desarrollado en un acto simultáneo y en dependencia actual del estímulo.
José de Acosta, teólogo imbricado en la escolástica tomista, comentará que gracias a la imaginación el entendimiento humano es capaz de alcanzar la verdad17, pero a su vez, gracias a ella puede alcanzar grandes yerros. De esta manera, estaría en la tarea de la propia razón, el de corregir la imaginación y con ella, el entendimiento. Además, Acosta, tal vez adelantado a su época, reconoce que nuestra imaginación responde a un contexto referencial. Sostiene que ella está “asida a tiempo y lugar (…)”18 Es decir que el conocimiento que se desprende desde ella es particularizado y no universal. En todo caso, gracias a la razón el sujeto se forma una idea general y da forma a los contenidos del conocimiento: ordena los equívocos a los que se “lanzaría” la simple imaginación. Como comenta el historiador de las mentalidades, Jean Delumeau, la imaginación colectiva trabajaba todo el tiempo a través de rumores (...)19. Son a través de éstos que las noticias (reales o sobredimensionadas) se comparten entre los villanos.
La posibilidad de superar esta dependencia se abre sólo con la fantasía. Ella puede conservar la huella del estímulo y hacerla reaparecer en forma de imagen. Esto es precisamente lo característico, lo específico de la fantasía: su poder evocador, reproductor de contenidos de experiencias sensoriales pasadas, que se hallan en la memoria14. Como nota Tomás, esta capacidad tiene en el hombre una amplitud y una elasticidad que no se observa en el resto de animales. Esta capacidad constructiva, además, tiene su raíz en la participación del “sensus communis” y la capacidad racionalidad. Incluso, la imaginación15 se presentaría como la condición del progreso del pensamiento, dirigida a un pensar más abstracto.
Parece ser que a fines del siglo XV, en muchos lugares de Europa se presentaron una serie de fenómenos celestes, que fueron interpretados como signos de la venida de una nueva época20. Estos fenómenos o “mirabilia” (contundentes portentos) fueron, incluso, objeto de prédica por parte de personajes de docta erudición como el dominico Savonarola. Este periodo, desde luego, hizo uso no sólo de los rumores sino también de las prédicas en las plazas para anunciar la venida del Anticristo y el fin del mundo21.
El sujeto, entonces, está capacitado para crear imágenes de manera muy libre, combinando los diferentes elementos que ha captado a través de sus sentidos. La fantasía, por sí misma, al abstraer del “esse” (ser) del estímulo externo y referirse sólo al “aparere” (aparecer) de la imagen en la conciencia, va más allá del nivel de la verdad y la falsedad (grado de veracidad) de aquello aprehendido16. Pero, cuando se desconecta la fantasía de su función de complemento de la percepción o de la pura base de sustentación para los procesos intelectivos superiores y la tomamos como un valor real, se cae entonces en el error, y así acontecen todas las ilusiones. Estas ilusiones producirían (entre otros) a los monstruos mitológicos, que más tarde quedarán grabados en la memoria del sujeto: individual y colectivo.
En adición, el mismo descubrimiento de América y de una humanidad (hasta entonces desconocida) fue interpretada de igual modo por los religiosos y no religiosos recientemente desembarcados en el Nuevo Mundo como una señal: bien de que el reino de los santos estaba próximo, o bien de que el fin de
Aquino, Tomás de (Santo), “De memoria et reminiscentia”, III, No 238. Además, ella misma posee una capacidad analítica y constructiva que sirve a fines prácticos, afectivos y de mucha mayor complejidad. Todo ello debido a su función especulativa en el entendimiento. 16 Aristóteles, “De Anima”, III, lect.4, No 632. 17 Acosta, José de “Historia natural y moral de las Indias”, p.78. 18 Ibidem. 19 Delumeau, Jean “El miedo en occidente”, p. 267. 20 En esta época, nuevamente se presentó un fenómeno milenarista importante. 21 Agustín de Hipona habría sido el primero en anunciar la segunda venida de Cristo y el inicio de una nueva época. Ello lo consagró en todo el libro XX de la Ciudad de Dios (De civitate Dei): allí demostró que los acontecimientos del fin de los tiempos eran ineludibles (dado que estaban anunciados por numerosos textos sagrados, sobre todo los apocalípticos) aunque no se sepa exactamente el momento de dicho fin del mundo. 14 15
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Fotografía de la portada original del libro “Historia Natural y Moral de las Indias”. 31
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los tiempos no tardaría más.
va adquiriendo, paulatinamente, frente a los fenómenos y acontecimientos del Nuevo Mundo, como al tipo de personas que habitan en él. La historia natural debe ser entendida cómo esa necesidad del sujeto de querer aprehender la realidad tal y como se presenta.
José de Acosta enfrenta los “rumores” europeos en su Historia natural y moral de las Indias o parafraseando a Francis Bacon, filósofo inglés de la misma época del jesuita, enfrenta a los “ídolos de la tribu”22. Ciertamente, José de Acosta compone la Historia natural y moral de la Indias de una manera metódica y crítica. Antes de la descripción de los acontecimientos y fenómenos del Nuevo Mundo, presenta un diálogo crítico con todos los artífices del conocimiento clásico. Parafraseando nuevamente a Francis Bacon, realiza una “crítica” (delimita el conocimiento de los “idola theatri”, ídolos del teatro). Es decir de todo aquel conocimiento clásico: sistemas filosóficos del pasado que cumplieron una función importante, en sus respectivos contextos, pero que en este nuevo escenario ya no se ajustaban a la realidad. Acaso, el principal ídolo del teatro del conocimiento clásico, antes del descubrimiento del Nuevo Mundo, era la inexistencia de vida en la “Tórrida zona”. Las sentencias sobre la “Tórrida zona”, reconoce Acosta que no son sólo producto de la imaginación sino más bien de la especulación (posterior a una primera experimentación). Indica que en algunos casos la especulación sí ha coincidido con el fenómeno que se observa en la realidad. En el nuevo mar del conocimiento Ahora bien, una vez que hemos dejado de lado los planos de la imaginación y de la especulación, nos compete revisar el plano del conocimiento (en la base de la experiencia) que presenta la empresa de José de Acosta. Como ya se avizoró, él reconoce que el conocimiento de la verdad no puede recusar de la asistencia de la propia imaginación, como tampoco de la facultad racional y especulativa. Aún más, podemos entender desde su propia experiencia descrita, que para que dicho conocimiento posea un grado de validez científico deberá ser contrastado con la realidad.
En eso consiste la exigencia de Acosta: aprehender (recoger información y luego, conceptualizar) los elementos constitutivos de la realidad para transmitirlos a otros que todavía permanecen envueltos de sus “certezas” y prejuicios. La transmisión de la verdad, en ese sentido, es una exigencia moral a la que
Esto último nos permite entender mejor la importancia de la experimentación en ese conocimiento que
Es decir aquellos errores que son propios a la tendencia humana. Estos se entienden en tanto que el hombre tiende a satisfacerse con aquel aspecto de las cosas que impresionan a los sentidos. Cfr. Francis Bacon, “Novum Organum”, 1, 38-68.
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estuvo abocado el teólogo.
Mundo se le mostraba a la conciencia del sujeto como una novedad frente a lo cotidiano o a esos “saberes” occidentales que manejaba el teólogo. La actitud de maravillarse o del asombro, Acosta también la habría reconocido en Plinio el Viejo. Plinio no sólo se habría maravillado de los conocimientos naturales sino también de los “morales” (es decir, aquellos que tienen que ver con el ámbito de las costumbres de los pueblos de la antigüedad que describió). A partir de esto último, un proyecto de historia moral también lleva consigo ese ingrediente del “asombro”. La descripción de las costumbres de los pueblos americanos también se convierte en “maravilla” cuando se escruta en el interior de ellos.
El asombro es entendido cómo el punto de partida para el aprendizaje que persiguió Acosta. La “maravilla” de todo este “nuevo mar” que era el Nuevo
La tarea de Acosta con respecto a la observación del comportamiento de los indígenas americanos, también tuvo que pasar por un proceso de comprensión profunda, lograda luego de una “larga y diligente consideración”23. Acosta, en el prólogo de su “Procuranda Indorum Salute” parte del principio que la realidad del Nuevo Mundo es muy cambiante, mutable24. Esta característica, principalmente asociada al comportamiento de sus habitantes, se convertirá en el principal escollo que observa el jesuita para una adecuada evangelización. Evangelización que pretende trasmitir y dar cuenta de ciertas “verdades eternas e inmutables”25 y no simplemente, de explicaciones o descripciones sobre acontecimientos transitorios. Por último, Acosta reconoce la capacidad racional que poseen los indígenas peruanos. A partir del uso y manejo de los quipus, advierte: “Si esto no es ingenio y si estos hombres son bestias, júzguelo quien quisiere, que lo que yo juzgo de cierto, es que en aquello a que se aplican nos hacen grandes ventajas (…)”26. Ésta es en suma, la sentencia de un hombre moderno que navegó océanos nuevos de conocimiento en sus experiencias en Perú y México, sin perder la capacidad de “asombro” en sus distintas experiencias. Ésta es la sentencia de un sujeto moderno: José de Acosta.
Mapa realizado por John Ogilby. Londres (1670). Fuente: www.tooleys.co.uk/maps/02d089.jpg
Acosta, José de “De Natura Novi Orbis et de Promulgatione evangelii, apud barbaros, sive De Procuranda indorum salute”, p. 43. Ibidem. 25 Ayudará recordar lo que Acosta pone en boca de aquellos a quienes acusan a los indígenas de faltos de comprensión: “aquellos que acusan a los indios … y dicen que son torpes, estúpidos, unos troncos que, fuera de su maíz y su chuño, no son capaces de entender nada y para conocer las cosas celestiales y del espíritu son totalmente brutos y animales…”. Ibid, p. 332. 26 Ibidem. 23 24
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JUSTICIA
JUSTICIA
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Un horizonte compartido Desarrollo humano y centros sociales jesuitas César Torres SJ
En representación de los Centros Sociales
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obre la base de la experiencia y la reflexión compartida, aspiramos a que nuestra propuesta de un desarrollo humano solidario, concebido y propiciado con y para las personas, reconociendo en éstas sus diversas visiones culturales de desarrollo, sea la referencia integradora y ordenadora de nuestro trabajo.
El desarrollo, como aspiración de presente y futuro compartido por la humanidad, no puede reducirse a la acumulación de bienes o al mero crecimiento económico. El desarrollo económico es un medio importante, pero no un fin en sí mismo; creemos en un desarrollo que busca ampliar las posibilidades y mejorar la calidad de la vida de las personas y colectividades, atendiendo especialmente aquellas excluidas de los beneficios de los procesos económicos y políticos en curso.
Estas reflexiones han conducido a una revisión inicial de nuestra relación y rol con las poblaciones andinas y amazónicas como educadores populares. En nuestro lenguaje, más que percibirnos como “promotores del desarrollo” nos asumimos como acompañantes y facilitadores de procesos de protagonismo de los actores en las decisiones y acciones que conciernen a sus vidas y aspiraciones.
La dimensión comunitaria No se trata de una visión individualista. La persona humana, centro de nuestra atención, no es un individuo aislado que desarrolla capacidades y acumula recursos, sino personas en contextos, siempre en relación con otras. La visión del desarrollo humano postula a la “persona humana como fin último del desarrollo”, buscando la ampliación de sus libertades y oportunidades sociales, económicas y políticas, el ejercicio de derechos y responsabilidades, inspirada en los principios de justicia y bienestar.
Como facilitadores buscamos construir con la gente (que es siempre portadora de saberes) un nuevo saber, y propiciar aprendizajes significativos: proceso en el cual la persona participa activamente de su propio aprendizaje, reconociendo sus necesidades, intereses, potencialidades. Este enfoque nos vincula con la cultura de las personas no sólo en función del desarrollo económico, sino que nos pone en diálogo con las aspiraciones, imaginación, afectividad, cosmología de las gentes con quienes laboramos.
Los centros sociales jesuitas enfatizamos la dimensión comunitaria: la persona humana está siempre en vínculo y colaboración con otras personas. El entorno posibilita a las personas “utilizar” las cosas para expandir sus desempeños y capacidades (mejor salud, educación, vivienda, relaciones, trabajo), y a partir de ello hacer más y ser más como persona y a su vez contribuir con otros en ese mismo sentido. No postulamos ni una visión individualista de la persona ni restringida de su libertad. La concepción del desarrollo humano, como proceso de expansión de capacidades o de libertades reales para que las personas se orienten a alcanzar el bienestar, desde una visión histórica de la humanidad, se convierte en el proceso de construcción del propio destino o
Desarrollo humano y libertad Entendemos el desarrollo como un proceso de expansión de capacidades humanas, generadoras de bienestar, en términos de los desempeños de las personas; en la ampliación de las opciones que tienen para desenvolverse en la vida y de la libertad para escoger entre ellas. El desarrollo es para las personas, y no al revés. Si las personas no están mejor y son más libres, no podemos hablar de desarrollo humano. 36
Aprendiendo y conviviendo con los Aguarunas. / Foto: Archivo SJ
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devenir como colectividad.
su libertad para ser y desempeñarse. La pobreza es una expresión de la desigualdad de opciones y maneras de vivir en la sociedad. Desigualdad que se configura articulando diversas dimensiones económicas y no económicas: posición social, dotación de partida y los derechos económicos respectivos, y el rol de las transferencias (frecuentemente del Estado). Todo enfoque de desarrollo, y sobre todo el basado en la expansión de capacidades humanas, debe considerar la realidad de pobreza, restricción del reconocimiento de derechos plenos y la fragilidad institucional del Perú. De otro modo podemos caer en visiones simplistas o ingenuas de las posibilidades reales de desarrollo.
En el mundo actual, la libertad supone la previa liberación. Por lo mismo, el “desarrollo de capacidades” no se reduce a su definición restringida como la adquisición de habilidades socialmente apreciadas, sino a una más amplia que abarca las diferentes opciones de posibilidades de vivir mejor, no solamente como una construcción personal o familiar, sino como creación social. Insistimos en que las personas no son nunca un medio (un “capital” humano o una “inversión” social), sino que son siempre el fin del desarrollo que queremos.
Las condiciones de exclusión, desigualdad y los estilos de hacer política (populista o autoritaria) en el contexto de los países de la región, impiden la promoción de la persona como fin del desarrollo. Hemos constatado que el crecimiento y el mercado son lentos para proporcionar capacidades a la mayoría de la gente; ello requiere de un mecanismo político para impulsar, regular y corregir el proceso. Es cierto que no se necesita ser rico para desarrollar capacidades, pero hay situaciones de aislamiento y pobreza que constituyen límites infranqueables. Nuestra experiencia demuestra que para avanzar en la ampliación de capacidades y ejercer la libertad se necesita una base material mínima.
Considerar la realidad de la pobreza Una de las principales preocupaciones que compartimos como centros sociales de la Compañía de Jesús, es la eficiencia en la relación del desarrollo económico en curso y el desarrollo humano al que contribuye. Nos preocupa la contribución al desarrollo humano de otras dimensiones de la vida social no estrictamente económicas, como la democracia, la descentralización, la cultura, los derechos humanos, la sostenibilidad ambiental, entre otras. Sin embargo, el ingreso económico es la puerta casi obligada hacia las cosas que se necesitan para vivir. Es un medio importante para ampliar nuestros márgenes de decisión y acción, así como nuestras oportunidades. Como el ingreso es muy importante para la vida es que las desigualdades en la distribución del mismo están asociadas al reconocimiento de nuestra dignidad, al respeto y valoración que recibimos de los demás. Pero el ingreso no es, pues, la vida. El ingreso es para vivir. Por ello nos preocupa la desigual distribución de los resultados económicos que acompaña el aumento de productividad, asociado al progreso económico. ¿Cómo entender el desarrollo humano, en contextos de pobreza, injusticia y fragilidad institucional, y cómo compatibilizar desarrollo económico con los fines del desarrollo, en esos contextos?
Responsabilidad con la naturaleza y el hombre Nuestro trabajo en regiones donde la naturaleza es la base de la identidad y la cultura indígena, nos lleva a cuestionar la probable comprensión del enfoque de desarrollo humano desde la cultura urbana occidental. Alertamos la persistencia de una visión de desarrollo no suficientemente responsable con la naturaleza en que se sustenta la vida de las personas y que forma parte esencial de la cosmovisión de las culturas indígenas en el Perú. La naturaleza no es solamente un conjunto de productos para vender y consumir. En el mundo amazónico, las condiciones del medio ambiente han generado relaciones de armonía entre el hombre y la naturaleza al que el productivismo económico no ha sido capaz de ofrecer alternativas.
La pobreza entendida en términos absolutos es una restricción del derecho mínimo de “subsistir” de las personas, ahí la libertad se aproxima a cero; y la pobreza en términos relativos, comparativos dentro de una sociedad, constituye un recorte a las opciones de vida de las personas y, por tanto, de
Es preciso mantener una visión integral de la relación entre poblaciones locales y medio ambiente. El 38
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les ofrece. Muchas comunidades indígenas amazónicas no han desarrollado hábitos capitalistas acumulativos y, en muchas oportunidades, su trabajo y productividad están directamente relacionados a sus necesidades inmediatas y a sus formas colectivas y maneras de hacer, vivir y ser, en la cual su visión y relación con la naturaleza es más integral y menos utilitarista.
desarrollo económico, como medio del desarrollo humano, tiene que considerar el ambiente en que viven las personas y, desde una visión más global, la sostenibilidad ambiental de la vida humana en el planeta. Desde esta perspectiva, advertimos que el énfasis en el crecimiento económico y la eficiencia técnico productiva puede fácilmente instrumentalizar los recursos naturales y el medio ambiente para la mayor producción comercial, atentando contra la sostenibilidad a mediano y largo plazo. En la aspiración de desarrollo humano solidario, se debe incorporar el enfoque de la sostenibilidad ambiental.
Lo que entendemos como calidad de vida es diferente en las culturas “urbano occidentales” y en las indígenas. Es preciso contextualizar culturalmente los conceptos y criterios, y preguntarse si son válidos para esa cultura y esas personas. Los objetivos del desarrollo y tipo de capacidades a promover deben tomar en cuenta la especificidad cultural de las poblaciones. Hay demasiados ejemplos de proyectos de desarrollo que fracasan por pretender imponer objetivos y visiones del desarrollo completamente ajenas a la cultura y motivaciones de las personas. No es posible pensar el desarrollo sin tomar en cuenta el carácter multicultural de la sociedad peruana y el reconocimiento de paradigmas interculturales.
El respeto a las otras culturas Reconocemos aspiraciones y visiones de desarrollo diferentes al de la matriz cultural urbana y occidental, centrada en Lima y algunas ciudades de la costa, que tiende a invisibilizar a las culturas indígenas en particular. Hay ciudadanos y ciudadanas (en amplias regiones de la sierra y selva peruana) que mantienen una manera de gestionar su vida social y económica muy ligada a la naturaleza y lo que ella
Los pobladores de Nieva comparten su riqueza cultural y su experiencia. / Foto: Archivo SJ 39
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desarrollo de los pueblos indígenas amazónicos ““Il nugke iina batsantajii”. “Esta es nuestra tierra, el lugar donde vivimos”.
Ana Maria Cuq
Directora del Servicio Agropecuario para la Investigación y Promoción Económica (SAIPE)
A
lejados del resto del país hasta mediados del siglo XX, protegidos por barreras naturales como la Cordillera del Cóndor y los pongos de Rentema y Manseriche, así como por una fuerza belicosa legendaria; el pueblo Awajun Wampis ha desarrollado un modo de vida en relación con el bosque que le ha ido proporcionando tradicionalmente alimentos, vivienda, medios de transporte, salud, vestimenta, ornato, pero también alegría, fuerza, conocimiento y sabiduría.
Nuevos factores y necesidades Este equilibrio se ha ido resquebrajando con la aparición de nuevos factores y necesidades como el incremento demográfico, la creciente presión sobre el medio ambiente, el acceso a servicios de salud y educación, las exigencias nacionales de integración, etc. El nuevo modelo de convivencia, con la sedentarización de la población en comunidades nativas, ha permitido un mayor acceso a los servicios y a la propiedad legal de las tierras, pero ha favorecido también la sobreexplotación de los recursos naturales, la agudización de conflictos sociales y la pérdida de valores tradicionalmente transmitidos en el seno del clan familiar.
Para estas poblaciones, el territorio es el crisol donde se fraguó su cultura. Su cosmovisión echa raíces en una selva muy precisa, preñada de oportunidades y a la vez de amenazas telúricas. Personas, animales y plantas, cerros y planos, cuevas y cochas, playas, ríos, purmas y chacras, todos se entrelazan como seres vivientes de una misma gran familia, con sus claves de ingreso y a la vez de rechazo.
Si añadimos a estos factores la fragilidad de los suelos amazónicos, que les hacen inadecuados a muchos tipos de producción intensiva; la pérdida de valores culturales, por la aplicación de un sistema educativo formal alejado de la naturaleza (de la cultura y realidad indígena); además de otras amenazas como el narcotráfico o la ilusión (sobre todo para los jóvenes) de una visión de desarrollo consumista e individualista, podemos intuir las diversas dimensiones de los cambios y retos que está viviendo y enfrentando el pueblo Awajun Wampis en las últimas décadas.
El territorio, su naturaleza, con el conjunto de recursos naturales y ecosistemas que la conforman, representa para los pueblos indígenas amazónicos, su sustento vital fundamental. No se trata solamente de lograr sobrevivir ni de responder únicamente a necesidades básicas, sino de gozar de una existencia feliz, que en todos sus componentes se fundamenta en un enorme conocimiento y relación armoniosa con los recursos naturales de nuestro bosque tropical húmedo.
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Fotografía de la mujer peruana de la región selva. 41
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también contra todo lo que amenace su bienestar físico y cultural.
Nuestro acompañamiento Desde su llegada a la zona del Alto Marañón, en 1947, el Vicariato San Francisco Javier se propuso acompañar y “apoyar todo lo que fortalezca la vida física y cultural de los pueblos Awajun y Wampis, en todas sus dimensiones”1. Esta misma misión es la que asumió el Servicio Agropecuario para la Investigación y Promoción Económica (SAIPE) desde su creación: contribuir a mejorar la calidad de vida de los pobladores de la zona, mayoritariamente indígenas, en base a sus capacidades y a sus recursos naturales.
En este sentido, nuestra organización quiere propiciar un desarrollo sostenible que considere las particularidades de la población indígena, su exacta ubicación geográfica y su peculiar medio ambiente. Factores que actualmente se ven amenazados por la extracción indiscriminada de sus recursos naturales, la desnutrición infantil, la presencia de cultivos ilícitos, el otorgamiento por parte del Estado de concesiones mineras y petroleras en territorio indígena, la desintegración del tejido social, la desorientación juvenil, el deterioro de sus condiciones de vida, la marginación progresiva, etc.
El SAIPE, entidad de la Compañía de Jesús, se constituyó en el año 1993 en diálogo con algunas organizaciones indígenas y otros pobladores del Alto Marañón para que, en coordinación con ellos, se creara alguna estructura de trabajo que acompañara y apoyara al pueblo Awajun Wampis frente a los retos históricos actuales. Surge entonces como una organización de apoyo en su lucha diaria por la mejora en la calidad de su vida y, por consiguiente
Desde sus inicios, el SAIPE asumió como prioritario el desarrollo de propuestas productivas familiares adaptadas a las condiciones locales, que respondieran a la carencia creciente de proteínas animales por la escasez de caza y pesca, y que ofrecieran a la vez alternativas sostenibles de manejo de suelos
El SAIPE busca contribuir a mejorar la calidad de vida de los pobladores. Objetivo Específico N°1. Pastoral de Conjunto de los Pueblos Awajun y Wampis. El Camino de Arutam. Vicariato San Francisco Javier - Zona Selva.
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Se fortalecen las organizaciones locales y el incremento de las capacidades como base del desarrollo sostenible.
en un contexto de asentamiento permanente de la población en comunidades. En esta orientación, la obra cuenta con una parcela de investigación y capacitación agroforestal en Santa María de Nieva y está trabajando actualmente con más de 1,200 familias en la promoción de módulos productivos de apicultura, piscigranja, crianza de animales menores, cultivo de cacao y sistemas agroforestales.
También desarrollamos programas de formación en educación ambiental con docentes e integrantes de asociaciones de padres de familia, cursos de capacitación en mecánica y administración para los integrantes de los comités, así como actividades de asistencia técnica y publicación de materiales formativos para productores, comités e instituciones educativas. En alianza con otras entidades, estamos iniciando un programa de sensibilización en valores, derechos y liderazgo con dirigentes locales, comunidades indígenas e instituciones educativas.
La institución contribuyó también al reconocimiento legal del territorio indígena, a través del financiamiento de la titulación y ampliación territorial de 58 comunidades y de la inscripción en registros públicos de otras 134. En todas sus líneas de trabajo, el SAIPE está priorizando el fortalecimiento de las organizaciones locales y el incremento de capacidades como base para el desarrollo sostenible. Trabajamos en coordinación con las organizaciones de base y con comités comunales de vigilancia de los recursos naturales e implementamos varios programas de capacitación a promotores agroforestales comunales.
Finalmente, SAIPE está participando con Fe y Alegría en la creación de un Instituto Superior Tecnológico en Santa María de Nieva para el año 2009. Contribuirá con sus instalaciones productivas y con su experiencia de más de 15 años, a la vez que seguirá acompañando a las comunidades y organizaciones de base en sus procesos de desarrollo. 43
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Una estrella fugaz en nuestro firmamento Vicente Aragón SJ (1935 - 1994) Jose Manuel Balta
Encargado de Comunicaciones de la Oficina de Desarrollo - Procura
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urante la década del sesenta, en el poblado de Celendín (provincia de Cajamarca), el padre Vicente Aragón dio los primeros pasos de su historia en nuestro país. Los shilicos, como se les llama comúnmente a los celendinos, aún recuerdan con mucho cariño a ese hombre que con su sencillez, fraternidad y gran corazón, cimentó las bases de una Iglesia popular y generosa.
prendió una nueva misión en Cusco. En 1970 lo encontramos en el Seminario San Antonio Abad, al cual recién llegaban a estudiar Teología los jóvenes jesuitas españoles Juan Cuquerella, Carlos Rodríguez Arana, José Ramón González Écija y Manolo García Solaz. Vicente fue uno de los más interesados en entablar amistad con ellos e invitarlos a que lo apoyasen en la Parroquia del Progreso, cerca al aeropuerto de la ciudad.
Provenía de Campaspero, un pueblo castellano de Valladolid, España. En aquel lugar, la única fuente de trabajo era la cantera y el agua, un bien escaso. Fue así como sintió, de primera mano, las necesidades de la humanidad. A pesar de ello, el amor y la devoción por su familia jamás se extinguió.
Allí desarrolló un gran trabajo comunitario. Al ser la parroquia un lugar más nominal que físico inició, con sencillez y cariño, una vida llena de solidaridad con los habitantes de la zona. Los feligreses respondieron con creces a la iniciativa de Vicente, quien iba en su moto de casa en casa invitándolos a participar. Una vez más, había logrado acercar la Iglesia al pueblo y hacerlo sentir parte activa e indispensable.
Su padre trabajaba extrayendo la piedra y a la vez era el campanero de la parroquia del pueblo. Vicente siempre lo recordó como un ejemplo a seguir por su calidad personal y riqueza espiritual. Para compartir más de cerca el calor de Dios con su progenitor y dar el primer paso en su vocación religiosa, se convirtió en acólito. Su entrega desinteresada y profunda fe manifiesta animaron al párroco a recomendar su ingreso al Seminario menor con 12 años recién cumplidos.
Años después, se embarcó en una nueva aventura en Lurín, parte de la Arquidiócesis de Lima. Estuvo, aproximadamente, cuatro años trabajando y sirviendo a las personas. También promovió el desarrollo de talleres y asociaciones para que pudieran salir adelante y tener mejores condiciones de vida. Además, participó en los cursos de Teología de la Pontificia Universidad Católica del Perú y en los diversos encuentros religiosos que se realizaban en ese entonces.
Por aquellos tiempos, España vivía épocas muy difíciles. Vicente, al haber nacido en 1935, fue testigo tanto de la guerra civil, encabezada por Franco, como de la postguerra. La escasez de alimentos y demás enseres básicos hacían más dura la experiencia de crecer lejos del hogar. A ello se agregaría la férrea disciplina, propia de la Iglesia de entonces. A pesar de ello, fue más fuerte su deseo de servir a Dios y, finalmente, al culminar su formación, los superiores de la Diócesis de Segovia lo enviaron al Perú a cumplir una labor apostólica.
Unos compañeros, con los cuales había compartido el trabajo en el Cusco, decidieron regresar a España a trabajar como sacerdotes obreros. Vicente se sintió entusiasmado con la idea y los acompañó a buscar un empleo en Madrid a finales de los setentas. Para un hombre de más de cuarenta años, iniciar una actividad que demandaba un gran desgaste físico era muy difícil. Él no fue la excepción. Finalmente, declinó la empresa y regresó a su diócesis en Valladolid.
Luego de su paso exitoso por Cajamarca, em44
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El Agustino vivió momentos de violencia terrorista a finales de la década del ochenta e inicios de los noventa. / Foto: Archivo SJ
intelectual más intensa para asumir su propósito, además, era ya un hombre que pasaba los cincuenta años de edad. Era algo arriesgado llevar a cabo una transformación tan grande a esas alturas de la vida. Conversó acerca de sus preocupaciones con el padre Juan Hernández Astudillo SJ. Él le recomendó la calma debida y que, si en unos meses persistía en su pensamiento, decidiera su camino.
Le confiaron la Parroquia de Rueda, una de las más famosas de la región. Sin embargo, su corazón seguía latiendo al ritmo del Perú. Es así como logró un proyecto con las Diócesis de Castilla y León para trabajar en una zona de Piura. Integrando un grupo sacerdotal dirigió las labores sociales y pastorales de Cerro Mocho, cerca a Sullana. Se acercó nuevamente a los jesuitas, en este caso a los del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA). Compartieron esfuerzos y actividades para apoyar a la población.
Al poco tiempo, Vicente retornó donde su amigo jesuita. Su inquietud se tornaba cada vez más fuerte. Viajó a Lima a conversar con el padre Carlos Rodríguez Arana SJ, a quien conocía desde su paso por el Cusco y que en ese entonces se desempeñaba como Maestro de Novicios. Luego de una charla profunda en donde narró todos sus sentimientos e ideas, él le aconsejó que en adelante tuviera reuniones periódicas con los jesuitas en Piura y estudiara los textos de la Compañía para profundizar sus conocimientos.
Al cabo de un tiempo, Vicente viaja a España de vacaciones y para visitar a algunos donantes en busca de fondos para los proyectos emprendidos en Perú. De manera especial estuvo algunos días en Villagarcía de los Campos con los jesuitas, religiosos con los cuales se sentía muy a gusto y compartía varias ideas. Una tarde, durante una sobremesa y en medio de una partida de naipes, sintió el deseo de ser parte de la Compañía de Jesús. Fue una idea que lo sedujo y lo dejó pensativo.
El 18 de octubre de ese año, luego de obtener la autorización del Padre General por tratarse de una persona que excedía el límite de edad para ingresar a la Compañía, Vicente Aragón se incorporó oficialmente a los jesuitas. Eligió esa fecha por tratarse del cumpleaños de su madre y también de la
Ya de vuelta en Piura en 1988, esa inquietud se mantuvo en su corazón y en sus reflexiones. Sentía que sería un honor ser jesuita, pero al mismo tiempo reconocía la necesidad de una preparación 45
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Fiesta del Señor de los Milagros, de quien se había hecho devoto en el Perú. Inmediatamente empezó a vivir en el Noviciado de Conchucos, Barrios Altos, en la ciudad de Lima.
Eran momentos de mucho riesgo pues el distrito era considerado una zona roja. Varios allegados a la labor pastoral sufrieron amenazas y otros fueron asesinados. Sin embargo, Vicente nunca se amilanó. Por el contrario, visitaba todos los barrios, llegando a conversar en ocasiones con los senderistas. Nunca le hicieron daño y, cuando se le acercaban, los acogía sin temor.
La vida en el Noviciado no fue difícil para Vicente, al ser ya un sacerdote de amplia experiencia. Se unió al grupo de jóvenes como uno más y hacía todo lo que se necesitara. Servía a sus compañeros y les brindaba consejo y amistad. El superior de la comunidad le dio total libertad para que se desenvolviera como mejor lo considerara. Incluso, no tenía que pedir permiso para salir a hacer alguna labor o apoyar donde lo requirieran. Sin embargo, nunca utilizó esa condición y, más bien, sometía siempre a autorización sus compromisos.
Transmitió su experiencia de Dios a las personas de El Agustino, preparó con responsabilidad los contenidos de sus charlas y los invitó a vivir la experiencia de los Ejercicios Espirituales en la vida diaria. En medio de ese proceso, viajó a España para compartir con su familia su ingreso a la Compañía. Asimismo, aprovechó para ir nuevamente a Villagarcía y prepararse mejor en la espiritualidad ignaciana. Fue en ese viaje a su tierra natal cuando su cuerpo le pidió descanso. Unos meses después, le detectaron un bloqueo arterial generalizado que le impidió seguir adelante.
Durante los dos años de Noviciado, los Ejercicios Espirituales fueron una hermosa experiencia. Revisando su vida detectó la presencia de Dios a lo largo de su caminar y se sintió eternamente agradecido. Fue muy feliz en todo ese proceso y hasta le faltaba, en ocasiones, palabras para describir sus sentimientos. En ese entonces empezó a trabajar con la población de El Agustino. Luego del shock económico, fue uno de los que impulsaron los comedores populares y la organización de las personas. Un tiempo después, fue destinado a ese distrito tras hacer sus primeros votos como jesuita.
A las pocas semanas, el problema se agravó. Finalmente, el 23 de diciembre de 1994 partió hacia la Casa del Padre. Sus últimos días, postrado en el Hospital de Valladolid, sólo recordaba al Perú y a su gente. Vicente fue enterrado en Villagarcía, donde sintió el deseo de ser jesuita ya pasados los cincuenta años y servir desde la Compañía, a Dios y a sus hijos. Fue una estrella fugaz en nuestro firmamento, cuya intensidad aún mantiene viva la luz de la esperanza en los corazones de las personas que tuvieron el privilegio de conocerlo.
Vicente Aragón SJ
Trabajó con entusiasmo en la parroquia Virgen de Nazaret junto a sus compañeros de comunidad. 46
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Fotografía de la comunidad jesuita “Vicente Aragón” (casa roja), ubicada en el distrito de El Agustino. 47
EDUCACION
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40 aniversario del “valentín salegui” Fe y Alegría No 55
Carlos Riudavets SJ
Director del Colegio “Valentín Salegui”
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espués de 40 años, es bueno mirar hacia atrás y encontrarnos con esta obra y con muchas personas que han dejado sus años y sus vidas. De ver a muchos padres de familia awajum y wampis, algunos profesionales y dirigentes que trabajan en sus comunidades y que han sido alumnos en esta institución educativa. Este es el breve recuento de una experiencia de servicio a un pueblo y a muchos jóvenes que viven marginados, a los que se les abre un horizonte en la vida para salir de la exclusión.
Fue así que conjuntamente con el Ministerio de Educación dirigió el Sistema Educativo del Alto Marañón (SEAM). A finales de la década de los sesenta, llegó a contar con 53 centros escolares de educación primaria, la mayoría de ellos para los aguarunas. Posteriormente, el objetivo fue que los alumnos que terminaban la primaria pudieran seguir estudiando. Fue así como el Vicariato inauguró en mayo de 1968 el Instituto Técnico Agropecuario “Valentín Salegui”, bautizado así en homenaje a un hermano jesuita que trabajó en la zona y murió ahogado tras un accidente. Su primera ubicación fue en la Comunidad de Wachapea en la margen derecha del río Chiriaco, frente al caserío del mismo nombre donde también funcionaban escuelas
La historia El Vicariato San Francisco Javier, desde un inicio, vio la necesidad de apoyar la educación.
El colegio “Valentin Salegui“cuenta con alumnos de diversas comunidades de la selva. / Foto: Archivo SJ 50
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Se alienta a los alumnos a desarrollar sus capacidades en carpinteria y mecánica. / Foto: Archivo SJ
para varones y mujeres. La Compañía de Jesús junto con las Siervas de San José dirigían estas obras educativas.
ellos adultos, este año terminarán el plan de cursos 26 estudiantes. Contamos con doce profesores y cuatro colaboradores administrativos y de servicio. Hispanohablantes, aguarunas y huambisas que buscan adaptar el plan de estudios de sus áreas a los alumnos. Muchos padres de familia desean que sus hijos ingresen al “Valentín Salegui” a pesar de la distancia, pues en sus comunidades no tienen la posibilidad de estudiar la secundaria. El hecho de que los alumnos vivan internos tiene el inconveniente del desarraigo familiar pero, dada la situación, es una solución a favor del estudio. Si la institución educativa es su segunda casa, debe ser una escuela para una vida de trabajo y responsabilidad. El mantenimiento del colegio (cocinar, organizarse y cuidar los animales) supone para ellos un aprendizaje que les servirá en el futuro. El reto ha sido siempre adaptar a nuestro contexto social y cultural los contenidos y habilidades que proponen los planes de estudio.
Con el tiempo y ante el aumento de los alumnos, se buscó un nuevo terreno para poder ampliar el Instituto y darle una nueva dimensión. Por ello, en el año 1986 se consuma el traslado de los alumnos a la nueva ubicación en un lugar más amplio y fuera de las propiedades comunales, en la margen derecha del río Marañón (cerca de Imacita). Recién en el 2001, la I.E. “Valentín Salegui” fue transferida por el Vicariato San Francisco Javier a Fe y Alegría. De esta manera, adquirió la ventaja de pertenecer a una gran red que podría apoyarla en los aspectos pedagógicos y administrativos. La institución En el 2008, la institución recibió a un total de 244 alumnos procedentes de 94 comunidades aguarunas y huambisas. Algunas de ellas se encuentran a dos o tres días de distancia y los colegiales deben transportarse por río o caminando por la trocha. A diferencia de las primeras promociones en las que se graduaban en promedio ocho alumnos, entre
El área agropecuaria tiene un lugar destacado y para ello hemos implementado granjas de cuyes, patos, porcinos y ganadería en las que practican los alumnos. También se cuenta con cursos de apicul51
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los primeros grados, encontramos serios problemas pues los alumnos vienen con un deficiente manejo de la lengua castellana. Por esta razón y, en convenio con otras instituciones, estamos iniciando un proyecto para que los estudiantes, desde su propia lengua y reforzando la gramática, puedan aprender el español. Actualmente también se dictan cursos de educación bilingüe, aunque aún no se extienden al nivel secundario. Para facilitar el trabajo y la formación de los profesores se creó la Red Nor Oriental del Marañón con las escuelas de Jaén Bagua, La Peca, Chiriaco-Misión y Yamakai-éntza. Actualmente se mantienen actividades conjuntas como la Tecnoferia. Asimismo, para alumnas awajum y wampis hemos tenido jornadas de reflexión y estudio.
tura y piscicultura. Del mismo modo se tienen chacras que los mismos alumnos siembran y cultivan. Contamos con dos talleres que pretenden despertar actitudes hacia la mecánica y carpintería y en los que los alumnos siguen cursos en estas ramas. La artesanía de la zona como elemento cultural es algo que no puede estar ajeno en nuestra enseñanza, por eso en los primeros grados tenemos clases y cursillos en los que los jóvenes aprenden a confeccionar artículos propios. Algo que llama la atención a los que nos visitan es el sistema de organización que tienen los internos, el cual favorece su formación, asumiendo ellos mismos sus responsabilidades. Hemos querido que cada grado funcione como una pequeña comunidad. Así, los alumnos eligen su autoridad principal (El Apo) por año de estudios y asumen los cargos que son importantes para el colegio: delegado de limpieza, delegado agropecuario, delegado de deportes, el secretario que lleva los libros de actas de sus reuniones, etc.
Finalmente, debo subrayar que si esta obra se ha mantenido viva durante cuarenta años, se debe a la colaboración activa de muchas instituciones y personas. Ellas han sido conscientes de la importancia de la educación y de que si se desea un autodesarrollo sostenido, éste comienza con el aprendizaje.
Para la enseñanza del curso de Comunicación en
El autodesarrollo sostenido solo se logrará a traves de la educación. / Foto: Archivo SJ 52
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Fotografía del padre Carlos Ruidavets SJ y algunos alumnos del colegio “Valentín Salegui”. / Foto: Archivo SJ 53
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La Universidad del Pacífico y la Compañía de Jesús: compartiendo su compromiso con el desarrollo del Perú
Carmen Rosa Graham
Rectora de la Universidad del Pacífico
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a Universidad del Pacífico es una institución académica privada y sin fines de lucro, con proyección internacional en aquellas carreras y programas vinculados con la economía y la gestión eficiente de empresas e instituciones. La excelencia académica se logra a partir de visiones compartidas, innovación continua y eficiencia operativa.
de la Cultura Superior (AFICS), que había sido formada, poco tiempo después, por un grupo de empresarios interesados en promover y patrocinar la obra educacional de la Universidad del Pacífico. A lo largo de estos años se ha mantenido la filosofía y los valores que caracterizaron a la Universidad del Pacífico desde el inicio; la búsqueda de la excelencia académica y el aporte a la sociedad, tanto desde las áreas de investigación, como de responsabilidad social, combinando el compromiso con el país y sus regiones y el reconocimiento de la retadora globalización, analizando y atendiendo el desarrollo de grandes empresas, así como de microempresas y del Estado. Es decir, entendiendo la diversidad de nuestro Perú.
Nuestra institución aspira a contribuir al desarrollo económico y el bienestar social en un mundo crecientemente interconectado. Los graduados deben ser líderes globalmente competitivos con vocación por la excelencia, con iniciativa y espíritu emprendedor, con visión integral y responsabilidad ciudadana. Asimismo, asume y fomenta los valores de libertad, veracidad, honestidad, respeto, eficacia, solidaridad y lealtad. Desde hace poco más de 45 años la relación entre la Universidad del Pacífico y la Compañía de Jesús es muy estrecha, fecunda y dinámica. El origen de este vínculo se remonta a la creación de la universidad, cuando un grupo de miembros de la Unión Nacional de Dirigentes y Empresarios Católicos (UNDEC), muy comprometidos con el desarrollo del país, deciden fundar una universidad dedicada a las ciencias económicas, que cumpla con los más altos estándares formativos enfocados a proponer soluciones a los retos del país.
Acciones destacadas por personalidades de la Compañía de Jesús Desde su inicio, la participación de los jesuitas en la vida académica de la Universidad del Pacífico ha sido muy intensa, desde el rectorado hasta las cátedras en diversos temas relacionados a ética y valores. El padre Raimundo Villagrasa SJ fue rector durante el periodo 1989-1994. Anteriormente se desempeñó como vicerrector, primer director del Postgrado, y decano de la Facultad de Economía. El padre Villagrasa ha sido profesor desde 1965, y ha seguido muy de cerca la vida institucional por más de 40 años, los que recopiló en un interesante libro: “Recuerdos. Un testimonio personal sobre la Universidad del Pacífico”, que es una magnífica descripción de su visión de la evolución de nuestra universidad. Actualmente está retirado de la docencia pero mantiene su cargo de rector emérito.
Entre las personalidades y los empresarios destacados que conformaron el grupo de fundadores de la universidad figuran los señores Juan Pardo Heeren, Carlos Mariotti y Rómulo Ferrero. Una vez creada la casa de estudios, se le encargó a la Compañía de Jesús la conducción de los temas académicos y administrativos. Asimismo, se suscribió un convenio con la Asociación para el Fomento de la Investigación 54
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El padre Juan Julio Wicht destacó por su fidelidad al ministerio sacerdotal y su labor docente. / Foto: Archivo U. Pacífico
des Lagos y la Tierra de Fuego”, en el que hace un recuento de su rica experiencia por las distintas regiones del continente.
Cómo no mencionar en este recuento a nuestro querido padre Juan Julio Wicht SJ, destacado profesor de economía e investigador de esta Universidad, quien en diciembre de 1996, al producirse la toma de la residencia del embajador del Japón por un comando terrorista del MRTA, decidió permanecer como “rehén voluntario” para cumplir su ministerio sacerdotal. El padre Wicht fue afortunadamente liberado, junto a los demás rehenes, tras 126 días de cautiverio.
Gracias al apoyo del patronato y del grupo de empresarios de la AFICS, el padre Alberto Rodríguez Hernández SJ, quien ocupó el cargo de secretario general, logró conseguir el capital (una inversión considerable para aquellos tiempos) que permitió la adquisición de un local propio para la universidad. El padre Rodríguez se retiró en 1966 con el fin de dedicarse a una investigación que le encargó el Padre General de la Compañía de Jesús y, más tarde, concentró sus esfuerzos en el centro de espiritualidad de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Otro jesuita que ha dejado huella es el padre Eduardo Schmidt SJ, quien tiene varias publicaciones sobre ética empresarial, reconocidas a nivel internacional. Asimismo, tres profesores eméritos de la Universidad del Pacífico son miembros de la Compañía de Jesús: los padres Alberto Rodríguez Hernández SJ, Henry Wirtenberger SJ, y Enrique López-Dóriga Oller SJ.
El padre Henry Wirtenberger SJ fue quien diseñó el primer plan de estudios de la Universidad del Pacífico. Era profesor de Moral Económica de la Universidad de Loyola, en Chicago y vino al Perú en 1961 invitado por el grupo de empresarios católicos que dieron origen a la AFICS. El padre Wirtenberger fue nombrado primer decano de la Facultad de Economía y Administración y puso en práctica el plan de estudios que había proyectado en consulta con el
El padre López-Dóriga Oller SJ llegó a Lima a fines de 1962 y desde entonces se desempeñó como catedrático principal de la Universidad del Pacífico. También ha sido profesor y rector dos veces de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima. En el año 2006 publicó el libro “Entre los Gran55
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desde la Casa del estudiante) organizan permanentemente diversas actividades de voluntariado y otras obras de proyección y de acción social universitaria. Cumplen además un rol muy importante para los colaboradores y para los alumnos de la universidad, al estar siempre pendientes de las necesidades personales y de brindar auxilio religioso.
grupo de empresarios que luego constituyeron el patronato y quienes aportaron su experiencia y conocimiento del medio. Por su parte, el padre Gabino Eraso Astiz SJ ha sido reconocido en virtud a la extraordinaria labor docente desarrollada durante los primeros años de funcionamiento de la institución. A los 23 años ingresó al Seminario de Pamplona, ordenándose como sacerdote cinco años después. Posteriormente viajó a Perú, donde se desempeñó como director nacional de la Comisión Peruana de Migración, para luego incorporarse a la Universidad del Pacífico como profesor.
Emprendimientos conjuntos y asociaciones La Universidad del Pacífico es miembro de la Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL). En ella participan nuestros especialistas a través de diversas redes, tales como la de Pobreza, la de Administración y Economía, la de Cooperación Académica, la de Relaciones Interinstitucionales, la de Responsabilidad Social Universitaria y la Red de pequeñas y medianas empresas (Pymes).
Entre nuestros egresados cabe destacar al padre Gerardo Aste SJ quien luego de graduarse como economista en la Promoción 1971 de la Universidad del Pacífico, en íntegra convicción religiosa, decidió cumplir con su vocación de ser jesuita. Posteriormente fue docente algunos años en nuestra institución hasta que fue llamado por la Curia General en Roma para ocupar el cargo de ecónomo general de la Compañía de Jesús en el mundo.
Con el fin de aunar esfuerzos y desarrollar actividades conjuntas, en 2004 se fundó el Consorcio Ignaciano Educativo (CONSIGNA), integrado por la Universidad del Pacífico, la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), la red de colegios Fe y Alegría del Perú, el Sector de Educación Popular
También hay que señalar la gran labor pastoral que desarrolla en la Universidad la asesoría religiosa, a cargo del padre Miguel Cuevas SJ, quien conjuntamente con el padre Roberto Burns SJ (este último
De izquierda a derecha: Raimundo Villagrasa, Felipe MacGregor, Gerardo Aste, Miguel Cuevas y Eduardo Schmidt / Fotos: Archivo SJ 56
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La experiencia académica se logra a partir de visiones compartidas, innovación continua y eficiencia operativa. / Foto: Archivo U. Pacífico
los esfuerzos de la Universidad del Pacífico (a través del Propyme), el Instituto de Ética y Desarrollo de la UARM, Fe y Alegría y algunas de las instituciones del SEPSI como Servicios Educativos El Agustino (SEA), Asociación Centro de Transferencia Tecnológica a Universitarios San José (CTTU), el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) y el Centro de Educación, Organización y Promoción del Desarrollo de Ilo (CEOP-Ilo).
de la Compañía de Jesús en el Perú (SEPSI), y la Asociación de Colegios Jesuitas del Perú (ACSIP). Desde su creación hemos venido desarrollando una fructífera relación que ha permitido efectuar diversos proyectos que están en marcha, entre los que destaca el Diploma de Gestión Educativa, diseñado por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya y la Universidad del Pacífico. Los participantes de la primera versión de este Diploma, que se dictó en 2006, fueron directivos de los centros educativos de Fe y Alegría de Lima y de provincias. El objetivo del mismo es garantizar una gestión eficiente y eficaz, en particular de la escuela pública, generando procesos institucionales que conduzcan al logro de objetivos educacionales, expresados en resultados de aprendizaje de calidad. En la actualidad está iniciándose el último módulo de la segunda versión del Diploma, y se ha realizado la convocatoria para la siguiente.
Evidenciamos así la estrecha relación que tiene la Universidad del Pacífico con la Compañía de Jesús, tanto en la trascendente labor de formar profesionales íntegros que aporten al desarrollo del Perú, como en la gestión de la Universidad a través de todos estos años, desde su inicio con apenas 38 estudiantes hasta hoy con aproximadamente 2,500 de pregrado y 450 de postgrado. Lo más importante es el deseo compartido de seguir evolucionando e innovando, para juntos continuar formando profesionales del más alto nivel y comprometidos a dar respuestas multidisciplinarias a los complejos problemas que afrontará el mundo en el futuro.
Actualmente se viene desarrollando el programa de “Emprendedurismo” juvenil dirigido a jóvenes populares de varios departamentos que congrega 57
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Educación de calidad para los más pobres Colegios Cristo Rey Zoraida Portillo Periodista
Lazos entrañables El padre John Foley tiene un vínculo muy especial con nuestro país, al que llegó en 1960 como estudiante jesuita. Trabajó en los colegios Cristo Rey de Tacna, entonces recién fundado, y San José de Arequipa. En 1963, viajó a México a continuar sus estudios de teología. Un lustro después, regresó al Perú ya ordenado como sacerdote. Se desempeñó entonces como rector del colegio San Ignacio de Piura y, posteriormente, del Cristo Rey de Tacna. En la Ciudad Heroica estuvo muy ligado al movimiento Fe y Alegría y también fundó el Instituto Cristo Rey del Niño Trabajador. Según su propia confesión, ambas experiencias fueron su fuente de inspiración para crear la red Cristo Rey de Estados Unidos.
“
Desde que entré a Cristo Rey, mi vida ha cambiado de distintas maneras. Antes, yo era una persona de mente cerrada, con miedo a tomar riesgos y enfrentarme a la vida. Ahora soy una persona que no teme enfrentar nuevos retos”. Asegura Victoria Zavala, alumna del último año de secundaria.
a un proyecto religioso, empezamos a ver la manera de financiarlo desde el sector privado. Contratamos a un asesor y le preguntamos cómo podíamos financiar un colegio para gente sin medios para pagarlo. Al cabo de unas semanas nos dijo: ¿que pasaría si cada uno tuviera un puesto de trabajo?” Ese fue el comienzo de un programa que, desde mediados de los años noventa, ha ayudado a unos diez mil hombres y mujeres jóvenes a cambiar totalmente su modo de vida. Para entender la profundidad de esto es preciso señalar que los colegios de la red Cristo Rey se ubican en los vecindarios considerados “riesgosos” por las autoridades estadounidenses, debido a los altos índices de violencia juvenil, presencia de pandillas, drogas y, en general, de deterioro moral.
Como ella, 5 mil 300 alumnos, distribuidos en 22 colegios de diversas ciudades de Estados Unidos, están logrando un cambio radical en sus vidas gracias a esta red nacional de colegios jesuitas. El común denominador es que todos ellos son hispanos y de escasos recursos, hijos de emigrantes que un día abandonaron sus países de origen para mejorar sus condiciones de vida. El padre John Foley SJ, artífice de este proyecto educativo a gran escala nos comenta: “Cuando nos percatamos de cómo se estaba desperdiciando tanto talento entre los jóvenes que viven en las partes mas populares de las ciudades grandes, los jesuitas nos dimos cuenta que debíamos hacer algo que los ayudara para lograr un futuro mejor”.
“La mayoría de los 127 mil inmigrantes del barrio Pilsen de Chicago son recientes y un 40 por ciento de ellos son jóvenes por debajo de los 18 años. Provenientes del ámbito rural mexicano y con pocos estudios, son candidatos al desempleo o salarios mínimos que los aprisionan en el ciclo de la pobreza”, atestigua el padre Jim Gartland SJ, presidente de la Escuela Cristo Rey de esa localidad, fundada en 1996 para brindar educación
Asimismo, nos recuerda: “Como en los Estados Unidos el gobierno nunca va a ayudar económicamente 58
Alumnos de la red de colegios Cristo Rey de Estados Unidos.
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“Cuando les planteamos a los empresarios la posibilidad de contratar a jóvenes de 14 años en diversos puestos de trabajo, tuvieron suficiente confianza en los jesuitas como para no dudar. El que dudaba era yo”, afirma el padre John Foley quien también nos comparte su vivencia: “El primer día que fueron a trabajar yo quería esconderme debajo del escritorio. Esa misma mañana me dijeron que estaban llamando de las distintas empresas para agradecer por haber enviado gente tan joven y tan buena a trabajar”.
de calidad a la gente más pobre. Pero, ¿cuál es el secreto de tanto éxito? Según el padre Foley son varios. El primero es la disciplina casi militar que caracteriza a estos colegios. “Acá he aprendido la verdadera disciplina”, “es necesario que sean muy rígidos”, son algunas opiniones de los alumnos cuando se les interroga al respecto. Mantienen un orden dentro y fuera de la escuela, cumplen un horario estricto, una manera de vestir y comportarse. Asimismo una serie de reglas que deben ser respetadas, incluso en la comunidad y los días que no asisten al colegio. Una de ellas, por ejemplo, es la prohibición de juntarse con pandilleros.
El método es muy novedoso y funciona con facilidad. Se le solicita a cada empresa patrocinadora que asigne un puesto de trabajo, el cual es compartido entre cinco estudiantes que se turnan uno por día. De esta manera, cada alumno combina cuatro días de clases con un día de trabajo en una de las múltiples corporaciones y empresas que apoyan el proyecto, acumulando una gran experiencia laboral en diversos campos desde el principio de su educación.
El segundo secreto es el alto nivel de los profesores, la calidad de los cursos (que combinan una alta exigencia con una educación completamente bilingüe) y el dictado de algunas materias que no son de la currícula oficial pero que ayudarán a los alumnos en su desempeño laboral. Pero, quizás el más importante es la singularidad del proyecto, que ha sabido involucrar a la empresa privada en una iniciativa educativa y religiosa.
“El salario ayuda a pagar los estudios al tiempo que el alumno aprende lo que es la vida fuera de
El proyecto involucró a la empresa privada en una iniciativa educativa y religiosa. 60
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La disciplina y el alto nivel educativo son las claves del éxito que ha tenido la red de colegios Cristo Rey.
su barrio”, acota el padre Gartland. La respuesta de las empresas ha superado todas las expectativas y, en el caso de su escuela, la matrícula creció de 85 a 500 alumnos en los primeros cinco años. Actualmente, las escuelas Cristo Rey se hallan ya en 16 Estados además de Chicago, donde nació. En algunos, como Los Ángeles o Nueva York, tienen hasta tres colegios en diferentes sectores.
indica John Foley. De todas formas la tasa de deserción es baja. En Chicago por ejemplo, es de diez por ciento, mientras que la tasa oficial entre las escuelas de barrios pobres de ese Estado no baja de 75 por ciento. La tarea de la oficina del padre Foley es vigilar continuamente a la red de colegios para que todos sigan fieles al modelo. “A veces alguno quiere desviarse, admitiendo por ejemplo a alumnos que pueden pagar más, pero estos colegios son exclusivamente para los que no pueden pagar”, subraya de manera categórica.
El costo de esta educación de primer nivel es de unos nueve mil dólares por alumno al año. De esa cifra, un 65 por ciento es costeado por el puesto de trabajo, 17 por ciento lo pagan los padres de familia como pensión, y el saldo se subvenciona a través de la ayuda de la comunidad. Sin embargo, la idea es que ninguno de los alumnos que ingresan a Cristo Rey se quede sin estudiar por falta de recursos económicos. La reciente donación de la Fundación Gates, por 22 millones de dólares, ayudará a salvaguardar ese objetivo, y a pensar en nuevos planes de expansión.
“En esta escuela conocí a personas extraordinarias a las que llevaré en mi corazón de por vida. Estoy hablando de estudiantes y de maestros. Son personas que tocaron mi vida de distintas maneras y me ayudaron en los momentos más difíciles. Nunca olvidaré las importantes lecciones de vida que me enseñaron las personas de esta escuela”, añade por su parte Victoria, con un dejo de nostalgia pues está próxima a egresar de las aulas de Cristo Rey e insertarse en el mundo empresarial que aprendió a conocer desde que era adolescente.
“De estas escuelas el que se va es porque quiere”, 61
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Educación para el desarrollo sostenible Universidad Antonio Ruiz de Montoya Martín Vegas
Secretario Académico de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya
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a Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM) ha tomado la decisión de hacer de la educación para el desarrollo sostenible, el pilar central de su actuación en los próximos años, plenamente consciente del desafío que ello implica en el país. Sin embargo, esta apuesta casi a contracorriente se basa en la constatación paradójica de la existencia de una grave crisis educativa y, simultáneamente, de una coyuntura cargada de oportunidades.
una oportunidad para revertir el proceso de cómo se formula y ejecuta la política publica educativa nacional, que usualmente no se ha sustentado en evidencia empírica y sistematizada. Una tercera paradoja tiene que ver con los docentes, a quienes se le atribuye la responsabilidad principal de la crisis educativa o, por el contrario, se los presenta como víctimas de circunstancias estructurales ante las cuales no tienen responsabilidad alguna. Ambas miradas desconocen el potencial transformador de los profesores que, a lo largo y ancho del país, despliegan una enorme energía para seguir preparándose, actualizándose e innovando.
Así, si bien para la mayor parte de estudiantes del país (y de manera especial para los más pobres en áreas rurales) el paso por la escuela no es garantía de aprendizaje alguno, existen sin embargo experiencias diversas, empezando por Fe y Alegría, que en contextos de pobreza y en plazos relativamente cortos alcanzan logros significativos con sus estudiantes. Estas iniciativas innovadoras que provienen del sector privado y la sociedad civil1 al ser estudiadas pueden nutrir el proceso de formulación de políticas y constituirse en programas con potencial a llevarse a escala. Para ello requieren de un soporte académico tanto para su sistematización como para el diseño de estrategias de incidencia y concertación efectivas.
Una mirada nueva La UARM está llamada a proponer miradas renovadas a la educación que permitan salir del entrampamiento en que el país parece encontrarse. Para poder generar un cambio con relevancia e impacto ha constituido una plataforma en educación que conforme un círculo virtuoso que articule:
Del mismo modo, si bien existen deficiencias estructurales en la gestión del sistema educativo, porque no se opera aún desde una lógica de políticas y los recursos presupuestales no son asignados con criterios de calidad y equidad, de otro lado se cuenta con un Proyecto Educativo Nacional al 2021. Esto es producto de un trabajo consensuado y acordado por la sociedad peruana en su conjunto y guiado por expertos en materia educativa. Además, el proceso de descentralización, donde los gobiernos regionales cada vez tienen mayores facultades y recursos para tomar decisiones, presenta
• La generación de conocimientos (investigación y sistematización). • La formación docente que brinda, así como la articulación con otras carreras clave como Ciencia política, Comunicación, Filosofía. • Procesos de incidencia en políticas educativas. • El apoyo a espacios de encuentro y redes que fortalezcan la voz de diversos actores en educación: docentes, gestores de política a escala nacional, emprendedores sociales, la sociedad educadora en general.
Las empresas privadas están priorizando como parte de su agenda de responsabilidad social corporativa la inversión en educación. Igualmente, desde la sociedad civil existe una larga tradición en el campo de la educación, piloteando iniciativas innovadoras.
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Auditorio principal de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
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Contribuciones a la educación peruana
Perú en cuatro regiones del país para una renovación curricular y pedagógica de sus propuestas.
A continuación se presentan las principales acciones de la Universidad basadas en la plataforma educativa que se presentará públicamente el año 2009.
Carrera de Educación Heredera de la Escuela Superior Antonio Ruiz de Montoya con especialidades en filosofía y ciencias sociales así como lengua y literatura. Sus egresados, que en casi el 50% provienen de la escuela pública y Fe y Alegría, logran 100% de empleabilidad.
Especializaciones Gestión Pedagógica del aula y Atención a la Diversidad, Gestión de Centros Educativos, Enseñanza de las Ciencias Naturales, Educación Virtual, Implementación del Proyecto Educativo Institucional en instituciones educativas, Consejería.
Por dónde empezar En una primera etapa de tres años, la UARM se propone contribuir a consolidar el rol protagónico del docente de aula y de los directivos de los colegios y gestores de la educación como agentes de cambio. La base del quehacer de la Universidad se centrará en la investigación propositiva, es decir, orientada a la mejora de las prácticas docentes y de gestión así como a plantear alternativas de política educativa. Sobre esa base, el primer eje del programa se propone capacitar formadores para el cambio educativo, desarrollando liderazgos pedagógicos y gestores. Se quiere empezar en cuatro regiones del país para que estas cuenten con docentes bien formados sí, pero también con capacidades de liderazgo, con redes de acompañamiento operativas
Instituto de Políticas Educativas Sus primeros trabajos de investigación: diagnóstico de las capacidades de gestión regional en Ayacucho, Huancavelica y Huánuco; renovación de la estrategia de formación continua en Jaén y la región Cajamarca; sistematización del programa LIDERA para la formación de funcionarios públicos en las regiones de Madre de Dios, Piura y Cusco; estudio de caso sobre gobernabilidad en la educación peruana; estudio sobre los alcances del derecho a la educación en el Perú y su aplicación a las instituciones educativas; desarrollo de capacidades e investigación-acción con los colegios jesuitas del
Se precisa una mirada renovada al tema educativo. 64
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La educación para el desarrollo sostenible, la apuesta de la UARM.
mitirá acercar al estudiante a la investigación y la formación de conocimiento en teoría pedagógica. Pertenece a la red CONSIGNA2 de instituciones educativas de la Compañía de Jesús en el campo de la educación básica, no formal y superior, las que representan una serie de espacios desde donde se puede pensar la educación e ir sistematizándola. Tiene también la posibilidad de vincular la investigación pedagógica con la intervención de otras disciplinas en las que está desarrollando fortalezas: Psicología, Ciencia política, Comunicación y Filosofía. Asimismo, al ser parte de redes internacionales de universidades, ubica estos desafíos en un contexto latinoamericano e internacional buscando aportar a una reflexión que nace desde la diversidad y particularidad de esta región.
y dinámicas; y capacidad de influir en la política educativa desde su saber pedagógico. Un segundo eje es el de la incidencia activa y positiva en las políticas públicas educativas, tanto a nivel regional como a nivel nacional. Una incidencia que (desde la investigación, la sistematización de experiencias pedagógicas exitosas y el diálogo con los docentes) contribuya a la definición de políticas y la generación de corriente de opinión en temas clave como la evaluación del desempeño docente; la renovación de la formación continua, la descentralización y atención a la infancia, estándares de calidad educativa, entre otros. Finalmente, la Universidad quiere asumir un papel articulador de las distintas iniciativas educativas contribuyendo a su investigación, sistematización y difusión, empezando por el modelo pedagógico de Fe y Alegría y creando un observatorio de buenas prácticas educativas.
En suma, el programa de educación para el desarrollo sostenible es el compromiso de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya para la mejora del sistema educativo desde la formación, la investigación, la incidencia y la articulación de una sociedad educadora. Invitamos al lector de esta publicación a participar de esta iniciativa.
La situación de la UARM, como una universidad en construcción y expansión, brinda una oportunidad para consolidarse en esta plataforma de educación. Cuenta con una carrera sobre ésa materia que per2
Consorcio Ignaciano de Educación. 65
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El colegio de La Inmaculada se renueva Javier Quirós SJ Director del Colegio de La Inmaculada
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on sus 130 años de historia recién cumplidos, el colegio de La Inmaculada es la segunda obra más antigua de la Compañía de Jesús en el Perú. Fiel a la tradición ignaciana que busca siempre el bien mayor y la excelencia, el colegio viene actualizando su propuesta para seguir aportando al Perú del siglo XXI desde la centenaria experiencia educativa de los jesuitas.
SIGNA1. Se trata de un trabajo colectivo que involucra a todas las comunidades educativas de nuestros cuatro colegios en el Perú. Nuestra idea formativa La propuesta curricular privilegia los procesos de aprendizaje por sobre los de enseñanza. En un mundo cada vez más interconectado donde el saber crece de manera exponencial y está al alcance de la mano gracias a la Internet, la escuela se convierte en un espacio en donde se enseña a aprender, a investigar y a trabajar con otros. El rol discente del maestro es cada vez menos relevante y debe pasar a
Actualmente venimos trabajando en la construcción de una nueva propuesta curricular que sea común a todos los colegios de la Asociación de Colegios Jesuitas del Perú (ACSIP), con el acompañamiento de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM) y en el marco de CON-
La tecnología como herramienta educativa. Se trata del Consorcio Ignaciano de Educación, red que agrupa a las obras educativas de la provincia o vinculadas a ella como la ACSIP, la UARM, la Universidad del Pacífico, Fe y Alegría y las obras del sector social agrupadas en SEPSI.
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Los alumnos siempre atentos a la realidad del país.
con la formación académica. Pretendemos que los proyectos de investigación de los alumnos culminen con una orientación de servicio social concreto. Buscamos que cada promoción pueda tener algún vínculo orgánico con una obra social. En Pastoral vamos reforzando un equipo de especialistas que, junto con los Padres Espirituales, puedan acompañar el crecimiento y la maduración de la fe de nuestros alumnos.
ser el acompañante en el proceso de aprendizaje. Por otra parte, la propuesta tiene un enfoque globalizado de las áreas académicas o materias favoreciendo el aprendizaje a través de proyectos de investigación. El profesor debe trabajar y programar con los colegas de las otras áreas del saber las propuestas de investigación de sus alumnos. En el colegio venimos acompañando a los profesores en esta nueva manera de entenderse en el aula.
El Proyecto Ecológico del colegio constituido por el zoocriadero, las lagunas de oxidación, la lombricultura, etc. generan un ambiente propicio para que nuestros alumnos se formen en una conciencia de respeto a la naturaleza y desarrollo sostenible. Nuestros estudiantes aprovechan cada vez más este recurso para su formación mediante los proyectos de investigación implementados desde las aulas.
Una de nuestras debilidades ha sido la enseñanza del inglés. Seguimos con el esfuerzo realizado en los últimos años y apuntamos a que nuestros alumnos tengan un óptimo desempeño en esa lengua consiguiendo una acreditación internacional. No sólo se ha incrementado significativamente el número de horas de clase de inglés, sino que ya estamos ofreciendo el curso de Science para los estudiantes de primaria y exigiendo cada vez más el manejo de fuentes en ese idioma para todos los cursos.
Asimismo, hemos implementado las pruebas de evaluación del progreso académico (EPA). Éstas son diseñadas por los profesores de cada área de enseñanza y, por lo tanto, estandarizadas de alguna manera para los alumnos de un determinado grado. A través de este instrumento estamos logrando in-
La Formación Social y la Pastoral son aspectos que siempre nos han identificado. Venimos trabajando para vincularlos más estrechamente a la propuesta formativa de manera que no tengamos divorcios 67
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La escuela se convierte en un espacio para aprender, investigar y trabajar con otros.
formación muy valiosa para la toma de decisiones acerca del proceso de aprendizaje y enseñanza más allá de la simple calificación mediante una nota.
personalizada para cada alumno del colegio. Nuestro siguiente paso es abrirnos a una diversidad mucho más extendida: el universo femenino. El Padre General, luego de un estudio detenido, ha aprobado que el colegio empiece a recibir las primeras niñas para Inicial de 04 y 05 años a partir del 2010 para ir paulatinamente avanzando hasta completar todos los grados en el 2021.
La atención de la diversidad En consonancia con la visión ignaciana, queremos formar a toda la persona y a todas las personas. Por eso estamos implementando un enfoque de atención a la diversidad que permita tratar a cada alumno en su particularidad y diferencia específica. En esta línea, nos hemos abierto a la integración de alumnos con discapacidad cognitiva. Vamos llevando la experiencia con mucha seriedad y está resultando muy exitosa y enriquecedora para todos. El que podamos atender a un niño con síndrome de Down en su peculiaridad será la garantía de atención
Renovación y búsqueda En síntesis, el colegio de La Inmaculada se renueva. Su corazón pujante y juvenil, a pesar de su larga existencia, no se cansa de seguir buscando el bien mayor al servicio de la construcción del reino de Jesús en el Perú de hoy. 68
FotografĂa de la estatua de la virgen Inmaculada, patrona del colegio.
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ARTE
ARTE
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Pintura mural y escritura en Quispicanchi “Si los indios de la antigüedad hubieran sabido escribir, la vida de todos ellos, en todas partes, no se habría perdido. Se tendrían también noticias de ellos, como existen sobre los españoles y sus jefes; aparecerían sus imágenes…” Dioses y hombres de Huarochirí.1
José Francisco Navarro SJ
Director del Programa de Humanidades de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya
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cristianos. Desde allí se puede admirar la perspectiva del edificio, los grandes marcos estofados con pan de oro resaltan lo deforme de la estructura y la irregularidad de los muros.
os templos de Quispicanchi (Andahuaylillas, Urcos, Canincunca, Huaro y Ocongate) se encuentran en una zona muy trajinada desde tiempos precolombinos y que, durante la colonia, formó parte de la ruta Cusco-Potosí. La factura y riqueza que ostentan se relaciona con esa etapa de auge de explotación del oro y la plata; por otro lado, la localidad de Marcapata fue conocida por el desarrollo del cultivo y producción de coca y por los lavaderos de oro cercanos al cerro Camanti2.
Todo es oro, luz que baña la oscuridad y que se retrae al paso del mediodía. Los antiguos órganos lucen restaurados y el ambiente cobra nueva vida. La luz que ingresa por la claraboya del hastial del coro, sobre el que está pintada la anunciación, ilumina mi viaje: todo tiene su lugar, el hombre se integra al mundo, en cualquier punto de la tierra. Algunos han interpretado que en este efecto se evoca al Espíritu de Dios que ilumina al mundo y fecunda a la Virgen: la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros (Jn. 1,1).
Deberíamos contemplar las pinturas murales que guardan esos templos como experiencias de búsqueda de sentido en medio de la destrucción de una cultura y la instauración de una nueva realidad incomprensible. En este escenario, la pintura se presenta como una especie de escritura críptica de resistencia3. ¿Qué son los trazos del pincel? ¿No guardan semejanza con los trazos de la escritura?
En el sotacoro, los muros laterales flanquean la puerta del templo, la figura de un vidente en el extremo izquierdo nos da la clave de la interpretación. La pintura, de carácter exhortativo, atribuida a Luis de Riaño (1556-1667) y al parecer basada en un grabado de Jerónimo Wierix5 recrea “los dos caminos”, tema de raíces bíblicas con el que se inicia el Libro de los Salmos. En las bases podemos ver sendas leyendas, de derecha a izquierda, que indican una lectura obligatoria. Se trata de una “ilustración comentada” que se inicia con la letra “A”, en la parte superior de la puerta y continúa hasta la letra “E” en el paño derecho, describe la senda del justo; al lado opuesto se desarrolla el camino del impío que lo conduce a la perdición.
Llegué a Andahuaylillas una mañana de octubre de 1998. El templo de San Pedro Apóstol -que desde lo alto domina la plaza- es obligado punto de paso que recientemente luce su retablo mayor restaurado. Subo al coro y veo una pintura mural de la anunciación de María, donde se destacan diversas inscripciones, una de ellas atrae mi atención: Domvs Dei & Porta Coeli4. Esta sentencia latina explica la intención y la simbólica espacial de los templos
Traducción de José María Arguedas. Edición bilingüe. Lima: Universidad Antonio Ruiz de Montoya, 2007. Flores, Jorge y otros. De la evangelización al incanismo. La pintura mural del sur andino. Histórica. Vol. XV, 2, dic. 1991. 3 Innegable el aporte de Pablo Macera en La pintura mural andina siglos XVI-XIX. Lima: Milla Batres, 1993. 4 “Casa de Dios y Puerta del cielo”. 5 El padre Heinrich Pfiffer SJ, de la Universidad Gregoriana, sospecha que la pintura descrita se inspira en Via Vita et Veritas de Antoine Sucquet SJ, con grabados de Bolswert. 1
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Mural de la Parroquia de Andahuaylillas (Cusco) / Foto: Archivo SJ
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dental: Memento mori, es decir: Recuerda que eres mortal. La alegoría se inicia con un gran mural sobre la muerte omnipresente que pisa los instrumentos del poder: Finis gloriae mundi8 y que recuerda al espectador que todo se acaba In ictu oculi, es decir, en un abrir y cerrar de ojos, en un parpadeo. Toda realidad humana esta atravesada por la fragilidad. Esta es la clave para entender también al mural llamado “El árbol de la vida” y que recuerda a la parábola contra la codicia, en el que un rico hastiado de almacenar bienes los derrocha y banquetea (Lc. 12, 16-21).
Sin duda hay una secuencia narrativa y más que ante una ilustración estaríamos frente a la estrategia de un proto-cómic, como dicen los expertos. No se trata del cielo y el infierno sin más, se exhorta al buen camino. El propósito es ayudar al discernimiento induciendo al bien. Las referencias bíblicas de la Vulgata provienen de textos de cuño sapiencial6. Los trazos y detalles del infierno nos hablan -más que ninguna otra pintura mural de la zona- del modelo europeo y probablemente del gusto de los clérigos de turno. En cambio, las manos de los artistas indígenas se sueltan cuando trazan y pintan los motivos grutescos en cenefas, festones, medallones, particularmente en los artesonados y en el techo de la nave. Una vez más, es inevitable recordar el diseño textil en los rombos pintados y decorados con pan de oro. La capilla de Canincunca construida con unción al pie de un cerro y en las orillas de una laguna, nos recuerda también su origen remoto: un espacio sagrado en el mundo prehispánico. La imagen triangular de la virgen de la Candelaria nos remite a Puno y Potosí, imposible no relacionarla con la silueta de las montañas. Debajo de la decoración manierista y rococó de esta pequeña joya se advierte la veneración por la Pachamama.
El siguiente mural ha sido llamado “De las dos muertes” y es correcto, sin embargo, no creo que se trate de la muerte del rico y del pobre, sino de la muerte del hombre justo y del impío; basta notar la solemnidad de la procesión del viático y los santos óleos, los doseles de la cama del agonizante y la proximidad de la casa a la plaza mayor, para entender su posición social. Me llamó la atención un detalle del mural del “Juicio Final”. En la parte central del cielo, un diablo extiende un libro que lleva la siguiente inscripción que se debe leer de derecha a izquierda y de arriba a abajo: “al pobre oprimamos”. Hay un doble mensaje que en el umbral de siglo XIX ha de entenderse en clave del descubrimiento de las libertades post revolución francesa y que llega por manos del mestizo Tadeo Escalante. Puede leerse como la opresión al pobre venida de las fuerzas demoníacas o como un guiño del pintor que promueve el despertar de una conciencia adormilada.
Las postrimerías del catecismo: muerte, juicio, infierno y gloria; la decoración grutesca, las escenas bíblicas del templo de Huaro, la vida cotidiana, etc., hablan de Tadeo Escalante (1770? -1840?) y de una multitud de pintores indígenas que plasman con libertad su destreza en los 1,361 metros de pintura mural. El templo de San Juan Bautista de Huaro se yergue sobre un antiguo centro de la cultura Wari y permanece en las manos de la Compañía de Jesús hasta 1767, año de su expulsión. Luce completamente restaurado y el esfuerzo conjunto de los jesuitas7, el Instituto Nacional de Cultura (INC) y la organización World Monuments Fund Europe (WMF), a fin de cuentas, ha sido beneficioso para todos.
“El infierno”, de Huaro, es el mural más famoso, tal vez por la intensidad de los colores, las filacterias9, o lo llamativo de las torturas (fruto, según la leyenda, de la presencia del artista durante la ejecución de los primeros sublevados contra la corona española, e inclusive testigo del trágico fin de José Gabriel Condorcanqui). No considero subversivo que las figuras de la jerarquía eclesiástica estén en el infierno de Escalante, doscientos años antes era común en la clave indicada de finis gloriae mundi. El mensaje subyacente puede ser el cuestiona-
Los murales de Huaro han de leerse como alegoría y en la clave de un tópico presente en el arte occi-
Qohelet (Ecl), Ben Sirá (Eclo), Job, Proverbios, Sal. 32, 48, 106. Mi agradecimiento a los compañeros jesuitas de Urcos, Ocongate y Cusco por su acogida y el reconocimiento de su empeño por relacionar la custodia del patrimonio cultural y el desarrollo comunal. 8 Así acaba la gloria del mundo. 9 Según Raschid Rabí, filósofo especialista en el discurso subyacente en el género, la filacteria es un antecedente del globo de texto del cómic. 6 7
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tructura exterior. Los resultados dejarán satisfechos a los pobladores y jesuitas de Ocongate, pues emergerá próximamente una Casa de Dios y Puerta del Cielo con un claro sello indígena.
miento y condena de un viejo orden. En todo caso, las oposiciones espaciales intra y extra textuales, la dualidad andina presente en la composición de los diferentes murales (como lo intuyó agudamente Alberto Flores Galindo)10 constituyen el anuncio de un universo en caos, donde el manierismo y el barroco encontraron especial acogida entre los hombres originarios de estas tierras que vieron su mundo derrumbarse súbitamente.
En Marcapata hay todavía mucho por hacer. Sin embargo, en la frontera con la selva y en lo que se llama “evangelización tardía” podemos encontrar que la decoración está sujeta a la “mística” como lo expresó muy bien José Mancha, artista plástico que estuvo trabajando un tiempo en la zona. Quizás la mística que se respira en San Francisco de Asís de Marcapata está relacionada con la vida retirada en contacto con la naturaleza y se resume en el mural que adorna el frontis del templo: el encuentro de San Francisco con los chunchos. Aquí, “la escritura” se vincula con el alma de la gente, quizás porque ni hay modelos europeizantes ajenos, ni exhortaciones moralizantes, sólo los medallones de la virgen y de los santos patronos decorados con verdadera delicadeza, imitando encajes y tejidos de carácter absolutamente naif. Es imposible no dejar de percibir que los autores lograron expresar no solo su imagen sino su propia alma.
Gracias a la carretera transoceánica podemos realizar el tramo Urcos - Ocongate (3,600 m.s.n.m.) aproximadamente en una hora de viaje. Aunque el templo de San Pablo de Ocongate se remonta a 1551, aquí vemos en paredes y techo, extraordinarios trazos gruesos, decididos y sueltos que, siguiendo la inspiración indígena, representan en mi opinión, la mejor muestra de arte original y decorativo de la zona. Jesús Raúl Cuadros, coordinador del equipo de restauración del templo, me comentó que estaba por desplomarse el techo y tuvieron que hacer una labor paralela de recuperación del interior y de la es-
La luz penetra y aumenta el misticismo en la parroquia San Pedro Apóstol de Andahuaylillas. / Foto: José Francisco Navarro SJ 10
Obras completas. T. III. Buscando un inca: Identidad y utopía en los andes. Lima: Sur, 2005. 75
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Detrás de la inauguración de los órganos históricos de Andahuaylillas1 Mariana Mould de Pease Historiadora
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Aunque no ignora el valor venal de las cosas, la Iglesia está interesada en la idea del ‘bien’ no principalmente en sentido económico, sino en sentido cultural, en la dirección de la cultura cristiana. Se trata, por lo tanto de algo absolutamente vivo y actual, generalmente parte integrante del patrimonio religioso y cultural de un determinado territorio y de una continuidad particular, que constituye un bien demográfico y antropológico de carácter religioso entre los más importantes, hasta el punto que incluso los que no pertenecen a la comunidad de los creyentes no pueden prescindir de tal connotación”.
Estas palabras de monseñor Mauro Piacenza, presidente de la Comisión de Arqueología Sagrada, del 9 de enero del 2007, se volvieron sonidos y colores en la Casa de Dios que conocemos (respectivamente) como San Pedro de Andahuaylillas y San Juan Bautista de Huaro, en la provincia cuzqueña de Quispicanchis, los días 31 de octubre y 1 de noviembre del 2008. El órgano de la Epístola, llamado también del “Rey David y Santa Cecilia”, nos dice el padre Luis Herrera SJ, párroco de Andahuaylillas, podría haber sido localmente construido entre 1606 y 1610; mientras la construcción del órgano
Órgano principal de la parroquia San Pedro Apóstol de Andahuaylillas. / Foto: José Francisco Navarro SJ 1
Artículo publicado en “Lundero”. Publicación cultural del diario La Industria, Chiclayo-Trujillo, Perú. Diciembre de 2008. 76
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Vista del techo adornado del templo de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas. / Foto: Daniel Giannoni
concertar voluntades filantrópicas -y sus fondostanto en Europa como en América para recuperar monumentos por las más diversas partes del mundo. Esta tarea en el Perú se lleva gracias a la iniciativa de Marcela Temple, esposa del ilustre embajador Javier Pérez de Cuéllar. El señor Vignaud es presidente del World Monuments Fund en Europa.
mayor, del lado del Evangelio, podría datar de entre los años 1626 a 1630. El padre Herrera es el infatigable gestor de esta puesta en valor, posible gracias a la intervención del Fondo Contravalor Perú Francia, de la Asociación Jesús Obrero-CCAIJO y del Centro Internacional de los Caminos del Barroco, sociedad francesa de economía mixta con vocación cultural. La ceremonia de puesta en valor de estos órganos barrocos cuzqueños fue (como dice el periodista Roberto Ochoa) el acontecimiento cultural del 2008 con el concierto de música interpretado por músicos franceses, peruanos, chilenos, colombianos y paraguayos, acompañados por el coro de niños de Quispicanchi ; así como por la bendición del Altísimo invocada con las danzas y las voces de los cápac collas tanto en Andahuaylillas como en Huaro.
Este proceso de restauración ya se extiende también a la capilla de Canincunca, con su suntuosa pintura mural y su dedicación a la Virgen María de la Candelaria. Se debe apuntar que sus lienzos han sido retirados y guardados para evitar los “robos sacrílegos”. Este es un recinto religioso de apariencia modesta y de interior mariano majestuoso, ubicado a orillas de la laguna Urcos, donde según la tradición, los incas en los primeros momentos de la conquista española de los Andes arrojaron la cadena de oro que mantuvo cautivo a Huáscar antes de ser ejecutado por disposición de Atahualpa.
Una retrospectiva sucinta
El concepto de restauración se aplica básicamente a obras de arte y monumentos históricos -bienes culturales- y lleva implícita la noción de recuperación. Es decir, volver a tener obras de arte que ahora se consideran pérdidas irremediables como es el caso
Detrás de esta inolvidable experiencia inmaterial está la restauración de ambos templos iniciada en el 2002 por acción de Bertrand du Vignaud de Villefort, distinguido especialista francés en la tarea de 77
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de la impresionante custodia de Andahuaylillas, robada en 1992. Es posible complementar la restauración de estos templos barrocos con la recuperación de sus obras de arte robadas dado que los delitos contra el arte no prescriben moralmente hablando en ninguna parte del mundo .
dad que comienza por argumentar que en su lugar de origen no hay quien las conserve y proteja -por ejemplo- de las inclemencias de la naturaleza. Por supuesto que este aspecto del proceso de recuperación también tiene sus detractores empeñados en demostrar que devolver obras de arte a sus respectivos contextos históricos es un chauvinismo o patriotismo exacerbado. Esta situación también se ha dado en Quispicanchis con el robo de los murales de la capilla de la hacienda de Tongobamba3.
Esta custodia grande -y barroca- fue hecha en plata labrada en el siglo XVII para la evangelización del Pueblo de Dios en los Andes, es decir, en el mismo tiempo y con la misma finalidad que los mencionados órganos; y, también puede ser recuperada dado que ha sido minuciosamente descrita en el inventario hecho el once de enero de 1978 en tres páginas escritas a mano. En este documento se precisa que mide un metro y cuatro centímetros y pesa veinticinco libras. La fotografía de esta custodia in situ aparece en el libro de Pablo Macera sobre la pintura mural andina de 19932.
El Vaticano ya ha dado pautas al respecto, al devolver en el 2004 a la Iglesia Ortodoxa Rusa el icono de la Madre de Dios de Kazán que se conservaba en los aposentos privados del pontífice desde que fuera extraído de su contexto histórico original durante la Revolución Soviética, en octubre de 1917. Asimismo, por decisión de Benedicto XVI, el Museo Gregoriano Etrusco del Vaticano ha devuelto recientemente a Grecia el fragmento del Partenón de la Acrópolis de Atenas que le había sido donado en 1867. En Internet hay suficiente información sobre estas respectivas -y válidas- restituciones culturales para iniciar en el Perú el proceso de devolución de las obras de arte del barroco andino extraídas subrepticiamente en la segunda mitad del
La recuperación de obras de arte robadas -bienes culturales hurtados- se denomina restitución cultural. Este es un proceso en expansión mundial dado que la desaparición de su contexto religioso y posterior aparición en el mercado de antigüedades, es una soterrada forma de corrupción. Es corrupción porque se basa en crearles a las pinturas, esculturas y demás bienes culturales robados una falsa identi-
Detalle del órgano principal de la Parroquia de Andahuaylillas. Ministerio de Cultura y la internalización del país. En: Lundero Nº 357, publicación cultural de La Industria, Chiclayo-Trujillo (Perú). 2008. 3 Murales cuzqueños y juego limpio. En: Lundero Nº 320, publicación cultural de La Industria. Chiclayo-Trujillo (Perú). 2005. 2
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Fachada de la Iglesia de Andahuaylillas. / Foto: Daniel Giannoni
siglo XX de los templos y conventos del Cuzco, Puno, Ayacucho entre otras áreas empobrecidas del sur del país.
además, restaura y recupera el espíritu del barroco del siglo XVII como arte católico para nuestro país en el siglo XXI.
El pretexto tanto para hurtarlas como para no devolverlas siempre ha sido que la población se ha hecho mayoritariamente evangélica y amenaza con destruir lienzos, esculturas, platería e incluso quemar estos recintos religiosos católicos. Estas obras del barroco andino, como es notorio, también adornan actualmente casas, oficinas, hoteles, museos privados y estatales peruanos, entre otros espacios. Sus actuales poseedores argumentan que se han visto forzados a descontextualizarlos para así evitar que salgan de contrabando al extranjero.
En síntesis El barroco aparece como expresión artística para ilustrar a la gente común en el credo católico en los conflictivos años que siguieron a la reforma protestante que surgió en Alemania a mediados del siglo XVI. Los jesuitas se identificaron prontamente con la pintura, la escultura y la música barroca cuya finalidad es introducir a la feligresía en los misterios de la fe católica a través de los sentidos para mostrar tanto la Gloria Celestial como los horrores del infierno.
Una precisa proyección
Concluyo, esta vez, adhiriéndome a la propuesta de CCAIJO por su relevancia para la recuperación y restauración del barroco cuzqueño, al traer al país el orden de prioridades que monseñor Piacenza nos ha propuesto a católicos y católicas para equilibrar el sentido económico y cultural de las obras de arte en el mundo actual.
La Asociación Jesús Obrero-CCAIJO se ha propuesto, a partir de la recuperación, protección y promoción del patrimonio cultural y natural de Andahuaylillas, Huaro y Ocongate, orientar el desarrollo de capacidades de gestión cultural y de generación de ingresos en actividades turísticas. Es así como, 79
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Itinerario vital y artístico del mayor músico jesuita Doménico Zipoli SJ Todo lo engendra el Padre en la Belleza inmutable. Alabado sea. Gerard Manley Hopkins SJ
Ricardo L. Falla Carrillo Profesor universitario
G
racias al auspicio de la Provincia del Perú y de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), en octubre del 2008 se llevó a cabo una serie de conciertos interpretados por el Esemble Urubichá de Bolivia, conjunto vocal e instrumental conformado por 35 músicos y cantantes Guarayos. Herederos de una tradición que se remonta al siglo XVII en las misiones jesuitas del Alto Perú, este grupo orquestal nos presentó un programa conformado por composiciones que se encuentran en los archivos musicales de Moxos y Chiquitos.
talento musical eran confiados para su formación a los diversos maestros de capilla de las iglesias y monasterios. Prato poseía diez templos en los que la vida religiosa estaba fuertemente unida a la música litúrgica de primer orden. Por ello, es probable que Zipoli haya estudiado en su niñez y adolescencia con varios de los organistas de su ciudad. En tiempos en que la benevolencia y sensibilidad de los mecenas era fundamental para el desarrollo de las dotes artísticas, el joven Domenico escribió una carta al gran Duque de la Toscana, Cosme III, pidiéndole ayuda para continuar sus estudios en Florencia, la capital del ducado. Llegado en 1707, permaneció en aquella ciudad, célebre (entre otras cosas) por la Camerata Florentina, por más de un año.
Las obras ofrecidas al público peruano fueron de autores anónimos y músicos de interés como Giovanni Batista Bassani. Sin embargo, las composiciones de Domenico Zipoli ocuparon un lugar preponderante en los conciertos. Por tratarse de un autor cuya obra se encuentra entre la más lograda del barroco de raigambre italiana y porque Zipoli (como sabemos) fue misionero jesuita en Sudamérica. Razones suficientes para profundizar en el ejercicio vital y creador de este ilustre artista nuestro: un músico de dos mundos.
Producto de las relaciones que establece en la capital toscana, Zipoli elabora la música del oratorio Sara in Egitto, con libreto de Domenico Canavese. La obra logró despertar un interés mayor en Cosme III, quien decide seguir apoyando la formación de nuestro músico, financiando viajes y estudios en Nápoles, Bolonia y Roma. En esas ciudades, Zipoli recibió lecciones de reconocidos músicos como Alessandro Scarlatti (1660-1725), Bernardo Pasquini (1637-1710), Antonio Caldara (1670- 1737) y, probablemente, del mayor compositor de aquel momento, Arcangelo Corelli (1653-1713), autor fundamental para comprender el proceso que conduce a Vivaldi y J. S. Bach.
Años de Europa Domenico Zipoli nació en Prato, ciudad de la Toscana ubicada a quince kilómetros de Florencia, el 17 de abril de 1688. Fue el sexto hijo de Eugenia y Sabatino, una pareja de campesinos pobres que vivían en una villa cercana. La urbe era reconocida por sus iglesias románicas y góticas, en la que se encontraban extraordinarios frescos de Filippo Lippi, Paolo Ucelo, Ridolfo de Ghirlandaio, entre otros. Como era común en aquella época, los jóvenes con
Hacia 1710 el joven Domenico se encuentra plenamente instalado en Roma, uno de los centros musicales de la Europa del siglo XVIII. En aquella 80
Falta colocar texto como apoyo de imaguen
Altar lateral del calvario de la Iglesia de San Rafael (Misiones JesuĂticas Chiquitanas)
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metrópoli, vivió siete años, tiempo suficiente como para hacerse un lugar importante dentro del competitivo mundo musical romano. La fecundidad de este periodo se hace evidente por la gran cantidad de encargos de composiciones de carácter religioso. Concibe, entre otras obras, un Oficio de Vísperas, una Misa en Honor a San Carlos, un Oratorio en honor a San Antonio de Padova, otro oratorio en Honor a Santa Catarina, virgen y mártir. También los oratorios en Honor a San Girolamo de la Caridad y el de Honor a Santa Teresa.
prestigio, se le ofreció el puesto de organista de la catedral de esta ciudad. Sin embargo, el maestro prefirió mantenerse en su llamado vocacional. Por un momento, nos imaginamos a Domenico observando la serie de cuadros que Juan de Valdés Leal hizo sobre la vida de San Ignacio de Loyola y que se encontraban en la casa profesa de Sevilla. Una inspiración notable, sin duda. En los meses previos a su partida definitiva de Europa, es posible intuir las sensaciones que el joven compositor experimentó. Abandonar una vida en el que el reconocimiento pleno se encontraba muy cerca y encontrar otra donde todos sus talentos estarían dispuestos hacia los fines de la evangelización de América. Así, el 5 de abril de 1717, junto a 53 misioneros jesuitas, Domenico Zipoli parte del puerto de Cádiz con destino a la ciudad portuaria de Santa María de los Buenos Aires.
Lamentablemente las misas y oratorios que mencionamos se encuentran perdidos en la actualidad. Sin embargo, se conservan algunas cantatas para soprano y bajo continuo: “Delle offese a vendicarmi”, “Mia Bella Irene”, “O Daliso, da quel di’ che partisti”. Asimismo, se guarda un tratado canónico-musical: Principia seu elementa ad bene pulsandum organum e cimbalum. Colección de 125 piezas de diversa extensión y grados de dificultad, publicada en 1716. También, la célebre Sonate d’Intavolatura per Órgano e Cimbalo, dedicada a la culta y sensible princesa de Forano, María Teresa Mayorga Renzi Strozzi, probablemente descendiente del compositor Giulio Strozzi y de la gran compositora barroca Barbara Strozzi (1619-1677).
Ejercicio americano En 1617, año en el que llegaron los primeros músicos jesuitas a Sudamérica (los maestros: Berger, Vaisseau, Comentali y Royer), las misiones de Paraguay se encontraban ubicadas, en aquel momento, bajo la jurisdicción política del Virreinato del Perú.
Unido al oficio de compositor, Zipoli se desempeñó como organista de varias iglesias de Roma, incluida la del Gesú, de la que fue nombrado organista en 1715. En muy poco tiempo, Domenico se encontró a gusto con su labor de músico auspiciado por la orden jesuita. Esta situación no era extraña. Desde sus primeras décadas, la Compañía de Jesús supo congregar a compositores de primer rango: Pier Luigi da Palestrina (1526-1594), Tomás Luis de Victoria (1548-1611) y Giacomo Carissimi (15661650), en el Colegium Germanicum de Roma. También a Marc Antoine Charpentier (1643-1704), importantísimo músico quien se desempeñó como maestro de capilla del colegio Louis-le-Grand de París por espacio de diez años.
La vida musical en aquel entonces se dividía en dos. La música urbana que se desarrollaba en iglesias, colegios y cortes; dominada por composiciones traídas de Europa o por obras concebidas por músicos españoles afincados en estos territorios. Siendo los ejemplos más conocidos los de Tomás de Torrejón y Velasco (1644- 1728), autor de la primera opera compuesta y estrenada en América: La púrpura de la rosa (1701) y Juan de Araujo (16421712), compositor que ejerció una labor importante en Panamá y en varias ciudades y misiones del Alto Perú. Por otro lado, se encontraba la música de la misiones, desarrollada, en un primer momento, por franciscanos y, posteriormente, por jesuitas. La música de la misiones se caracterizaba por su signo específicamente religioso. Se trataba de adoctrinar a los habitantes de las reducciones a partir de cantos compuestos tomando en cuenta los elementos propios de la liturgia adaptada a los requerimientos de la evangelización.
El lugar que la Compañía le daba a la música era similar al que se le confería a las artes plásticas. De ahí que muchísimos jóvenes de talento artístico y motivaciones espirituales se sintieran atraídos por el proyecto de vida que ofrecía la misión jesuita. En marzo o abril de 1716, a los 28 años, Zipoli decide ingresar a la orden y viaja a Sevilla para iniciar su formación. El 1 de julio entra al noviciado con el objetivo de marchar al Nuevo Mundo. Dado su
Es decir, mientras el público de Lima, conformado por peninsulares y criollos, asistía a representaciones de corte mitológico (como el caso de La Púrpura de la Rosa) o a ejecuciones de carácter mundano e ins82
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estética (en el sentir y gozar) que se destina a la conformación de una espiritualidad distintiva.
trumental, los indios de las reducciones eran instruidos musicalmente en la fe y cultura cristiana. Un caso importante y relativamente temprano es el canto procesional Hanac Pachap (1631) del franciscano Juan Pérez de Bocanegra, en el que se urde la lengua quechua con elementos armónicos del renacimiento tardío. Los músicos jesuitas que arribaron al virreinato del Perú y que fueron comisionados a diversas doctrinas, se distinguieron de los músicos de otras órdenes religiosas por su pedagogía musical.
Uno de los músicos jesuitas más importantes, Antón Sepp Von Reinegg (1655-1733), encargado a las misiones de Paraguay, observó con beneplácito la calidad interpretativa de los indios guaraníes: “hicieron tan grandes progresos que todos pudieron cantar y tocar mis composiciones”. Como también ocurrió en Juli, Moxos, Chiquitos, entre otras misiones, nuestros antepasados aborígenes lograron encarnar el discurso musical en su proceso vital y cultural. Lograron amar el ejercicio porque amable fue el aprendizaje. El triunfo de esta pedagogía se evidencia 240 años después, en la persistencia de la música jesuita en Moxos y Chiquitos.
En una visión dominante y, por ende, externa, la enseñanza de la música sólo tiene una orientación doctrinal e imperativa. Instruir en una práctica para reproducirla sin tomar en cuenta los horizontes de comprensión originarios y obviando las posibilidades espirituales de la experiencia estética. En cambio, la apuesta jesuita buscaba la apropiación del discurso musical. Es decir, construir desde el ejercicio del quehacer artístico (fabricación de instrumentos, ejecución instrumental, canto y composición), espacios para la formación de identidades, tomando como punto de partida la experiencia sonora y musical previa. Esa es una de las razones que nos permiten reconocer el alto nivel de la música de las reducciones jesuitas. Formación
Tres meses después de la salida de Cádiz, el 13 de julio de 1717, Domenico Zipoli desembarca en Buenos Aires. Poco tiempo después viaja hacia la ciudad de Córdoba, en el Alto Perú, donde había sido fundado el Colegio Máximo en 1613 por la Compañía. En dicho centro de estudios nuestro autor estudió filosofía, teología y se preparó para recibir la orden sacerdotal. Al mismo tiempo, trabajó como organista del Colegio Máximo y, probable-
Las obras de Zipolí se situan en el mismo nivel que las de Haendel y Bach. 83
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mente, de la catedral de Córdoba. Sin embargo su labor más encomiada fue la de compositor y profesor de música. En efecto, durante los nueve años que vivió en América, Zipoli logró componer gran cantidad de obras, sobre todo de carácter religioso.
cultura reduccional”1. Es decir, gracias a esta perseverancia en la práctica podemos recuperar la valiosa música que el maestro Zipoli compuso durante su estadía en Córdoba. Todos estos elementos hacen de esta experiencia algo único en la historia de la música. Como se ha señalado, parte importante de la producción americana de Zipoli se ha perdido. Sin embargo, gracias al trabajo de estudiosos como Guillermo Fulong SJ, Luis Szarán, Francisco Curt Lange, y, de modo notable, Piotr Nawrot SVD, entre otros, la música de los archivos de de las antiguas misiones y en especial, la obra de Domenico Zipoli, ha sido documentada y puesta en valor para un público mayor.
Su producción alcanzó una gran difusión en las innumerables reducciones guaraníes y en las misiones de Chiquitania. Pero también es mencionada la presencia y ejecución de sus obras en Lima, la capital del virreinato. Es muy probable que Carmine Nicolao Caracciolo (1716-1720), virrey de origen napolitano, haya conocido el trabajo de Zipoli antes de su llegada al Perú, sobre todo la obra del periodo romano. De ahí la frecuente mención acerca del interés de algún virrey por las composiciones de Zipoli. Las obras de periodos anteriores al clacisismo han tendido a perderse con mayor facilidad.
De estas investigaciones, se descubre que durante su estancia cordobesa, Zipoli compuso, entre otras obras, Ave maris Stella, Tamtum ergo, misa “Apóstoles” o “Zipoli”, la misa San Ignacio de Loyola y la ópera San Ignacio de Loyola e instrumentales como Canzona en Do Mayor y en Fa Mayor, Allegro – giga en Do Mayor, etc. Composiciones que evidencian un conocimiento profundo y amplio de las formas, muestran el grado de exigencia que Zipoli buscaba en los ejecutantes y las huellas de una espiritualidad arraigada en búsquedas superiores. Como afirma el reconocido esteta e historiador del arte Juan Plazaola SJ: “Por estas obras, Domenico Zipoli hoy es colocado, por musicólogos de prestigio internacional, al mismo nivel que Haendel y Bach”2.
Debido al carácter conmemorativo de las composiciones preclásicas (litúrgicas o seculares), el interés por conservar partituras por espacios de tiempo más amplios, era inexistente. Cuestiones de la estética musical de entonces y sus formas de legitimación social y cultural. Lo que pasó con parte de la obra americana de Zipoli, la pérdida de un número importante de sus obras, no es de extrañarnos. En gran medida, la música antigua (medieval, renacentista y barroca) es producto de un develamiento histórico y artístico. Un acto deliberado por reconocer orígenes y procesos. Además, redescubrir otras fuentes de goce y sentir estético. Sin embargo, el reconocimiento de la obra persistente de Zipoli tuvo un devenir particular.
En 1724 Zipoli concluye su cuarto año de teología y, con ello, sus estudios fundamentales. Por circunstancias diversas, la diócesis se hallaba sin obispo. Esto no permitió que el maestro Domenico pueda recibir el ordenamiento sacerdotal. Un año después contrae tuberculosis, enfermedad que minó gravemente su salud y que, al parecer, no menoscabó su deseo de seguir haciendo música. Así, el dos de enero de 1726, antes de cumplir los 38 años, Domenico Zipoli muere en Santa Catalina de Córdoba. Las hermosas notas de la escena tercera de la ópera San Ignacio de Loyola, “Ignacio, pues eres fuego”, que se escucharon en la noche del concierto del Esemble Urubichá, resuenan en la memoria feliz del que ha descubierto a un gran compositor que, sin duda, hizo de su vida un ejemplo notable de servicio al prójimo a través del talento que el Creador le confirió.
En este caso no fue la conciencia romántica empeñada en afirmar sus “alas” a partir de sus “raíces”. El presente que recurre al pasado, a la tradición, para ubicarse en sus propias alturas. Por el contrario, con la obra de Zipoli se evidencia otro proceso. La continuidad de un ejercicio que, desde el siglo XVII y XVIII, había permanecido inalterable en la práctica cultural de los descendientes de las antiguas misiones de Chiquitos y Moxos. Bien advierte el padre Piotr Nawrot SVD, en su encomiable trabajo sobre la música del archivo de Moxos, que “los autóctonos han salvaguardado no solamente la tradición religiosa sino también la música y los modos de ejecución que tienen su origen en la
Nawrot, Piotr SVD. Domenico Zipoli. Volumen I. La Paz: Editorial Verbo Divino, 2002, p. 15. Plazaola, Juan SJ. “Ignacio de Loyola y el arte de los jesuitas”. En: Arte y espiritualidad jesuitas II. México: Artes de México, Número 76, 2005, p. 9. 1 2
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Altar mayor de la Iglesia de San Miguel (Misiones JesuĂticas Chiquitanas)
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OBRAS
EDUCATIVAS
OBRAS
SOCIALES
OBRAS
PASTORALES
Nave lateral del Templo de la parroquia de San Pedro./ Foto: Cesar Ramos
Este anuario se termin贸 de imprimir en febrero del 2009, en los talleres gr谩ficos de GMC Digital, con un tiraje de 1,500 ejemplares.
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