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Prólogo Resérvaloen www.jolube.es
A lo largo de mi carrera como taxónoma vegetal he tenido la satisfacción de estudiar la maravillosa familia de las ciperáceas. Fueron la fascinación por la biodiversidad y la evolución de la vida en la Tierra las que me impulsaron a estudiar Biología en la Universidad de Gante (Bélgica). Allí tuve ocasión de conocer al profesor Paul Goetghebeur, eminente especialista de la familia, quién ha transmitido su pasión por las plantas a varias generaciones de estudiantes, entre los que me cuento. El profesor Goetghebeur fue responsable de que me decantara por desarrollar mis estudios de postgrado en Botánica y me convenció para trabajar con un grupo de ciperáceas africanas para mi Trabajo Fin de Máster. Desde aquel día del año 2005 he dedicado mis esfuerzos científicos al estudio de la diversidad, la evolución y el estado de conservación de las ciperáceas, disciplinas que han constituido el núcleo de mi carrera científica. Aproximadamente por la misma época que el equipo de la Universidad de Gante centraba sus investigaciones en la sistemática de ciperáceas tropicales y subtropicales, el profesor Modesto Luceño y sus estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla (España) concentraban sus esfuerzos en el megadiverso género Carex que, con algo más de 2000 especies, es el más rico en especies de todos los géneros de angiospermas que habitan en las regiones templadas del hemisferio norte. Los profesores Goetghebeur y Luceño no solo se dedicaron con entusiasmo a la formación de sus estudiantes, sino que fundaron grupos de investigación que pronto establecieron una red de colaboraciones científicas a nival mundial. No tardé mucho en conocer al equipo de la Universidad Pablo de Olavide. Recuerdo claramente el primer encuentro de nuestros grupos de investigación, que tuvo lugar en el Real Jardín Botánico de Kew hace unos 15 años. Desde entonces, nuestra intensa colaboración ha generado numerosos artículos científicos, entre los que destaco los publicados conjuntamente en el número especial dedicado a las ciperáceas por la prestigiosa revista Journal of Systematics and Evolution. También hemos creado juntos la joven Sociedad Internacional de Ciperólogos (International Sedge Society).
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Las ciperáceas son un grupo rico en especies que tienen un aspecto similar a las gramíneas y que habitan en lugares donde muchas otras plantas tendrían serias dificultades para sobrevivir, como es el caso de humedales, rocas o suelos pedregosos pobres en nutrientes y zonas muy elevadas de las montañas. Gracias a herramientas genéticas, como la secuenciación masiva del ADN, hemos empezado a entender el origen y evolución de este grupo de plantas tan espectacularmente diverso. Sin embargo, para comprender realmente la diversidad morfológica y ecológica de sus especies y evaluar con precisión su estado de conservación, debemos ser capaces de identificar las especies de ciperáceas sobre el terreno, que es el objetivo principal de esta guía de campo que tengo la satisfacción de prologar.
Es importante destacar que muchos botánicos, ecólogos y aficionados a las plantas evitan con frecuencia prestar atención a los grupos de plantas que presentan dificultades para identificar sus especies. Las ciperáceas y las gramíneas, con sus poco llamativas flores dispuestas en inflorescencias complejas, suelen pasarse por alto, a pesar de figurar entre las 10 familias de plantas más ricas en especies de toda la flora mundial. Por ello, disponer de una guía de campo fácil de usar y bien ilustrada que facilite la identificación de las especies vegetales es una herramienta muy valiosa para obtener los datos necesarios que permitan evaluar el estado de conservación y llevar a cabo las políticas adecuadas para su protección.
El profesor Modesto Luceño ha reunido un equipo de referencia a nivel internacional en botánica que llevan muchos años estudiando a fondo las ciperáceas; entre ellos los profesores Marcial Escudero y Santiago Martín-Bravo, así como los doctores Pedro Jiménez-Mejías, Enrique Maguilla, José Ignacio Márquez-Corro y Tamara Villaverde. La presente guía de campo está magníficamente ilustrada con fotografías y láminas de dibujos, y presenta una clasificación actualizada que incluye claves dicotómicas fáciles de usar y numerosos datos que facilitan enormemente la identificación de los géneros y especies de ciperáceas que crecen en España y Portugal, incluyendo los biodiversos archipiélagos de Baleares, Canarias, Azores y Madeira. Se proporcionan además descripciones diagnósticas de los diferentes táxones, así como mapas de distribución y datos sobre la época de floración, las preferencias edáficas y el estado de conservación en los casos que han sido evaluados. Por todas estas razones, esta guía de campo permitirá a cualquier persona identificar las especies de forma rápida y sencilla.
No me cabe duda de que esta guía de campo abrirá el mundo de las ciperáceas a muchos científicos y botánicos aficionados, y empujará a las nuevas generaciones a interesarse por este maravilloso grupo de plantas. Además, gracias a aplicaciones para teléfonos móviles como iNaturalist o el Global Biodiversity Information Facility, las observaciones de los táxones de ciperáceas de España y Portugal, correctamente identificadas con la ayuda de esta guía de campo, supondrán una contribución clave para su supervivencia en este mundo cambiante.