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El género más numeroso es Carex, que acumula más de la mitad de todas las ciperáceas, con 112 especies y 9 subespecies. De la península ibérica se aceptan 102 especies y 6 subespecies, todas nativas; mientras que de Macaronesia se conocen únicamente 29 especies y 2 subespecies. Le sigue el género Cyperus, con 38 especies y 1 subespecie, de las que únicamente 12 son nativas. En la península ibérica viven 32 especies de Cyperus, 21 de las cuales son introducidas, mientras que Macaronesia cuenta con 20 táxones (19 especies y 1 subespecie), de los cuales solo 9 son nativos. El resto de los géneros contienen menos de 6 especies y subespecies, a excepción de Eleocharis, con 12, 9 nativas y 3 naturalizadas. Blysmus, Fuirena, Schoenus, Scirpus y Trichophorum están representados por un solo taxon.
La riqueza de especies y subespecies por provincias es muy heterogénea, siendo notablemente más elevada en las provincias pirenaico-cantábricas, en muchas de las cuales se superan los 80 táxones, y disminuye en zonas del tercio sur y el oeste, donde algunas provincias no alcanzan los 35. La riqueza de los archipiélagos balear y macaronésicos es también baja, siendo las Islas Azores las que exhiben el valor más alto (37).
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Cypereae (1131)
Afroscirpoides (1), Cyperus (964), Dracoscirpoides (3), Erioscirpus (2), Ficinia (87), Hellmuthia (1), Isolepis (69), Scirpoides (4)
Incertae sedis (posición incierta) (1) Rhynchocladium (1) de ciperáceas en la península ibérica y Baleares.
Sinopsis de la clasificación de las ciperáceas siguiendo la propuesta de Larridon et al. (2021). Las cifras entre paréntesis indican el número de especies aceptadas. Los táxones cuyo nombre aparece en negrita son nativos de la península ibérica y/o Macaronesia. La ordenación de las tribus sigue el esquema filogenético obtenido en los trabajos sobre filogenia de la familia, mientras que los géneros de cada tribu aparecen ordenados alfabéticamente.
De las 174 ciperáceas nativas, 23 son endémicas del territorio, todas pertenecientes a Carex. Esto supone una tasa de endemicidad de algo más del 13% de la familia y de poco más del 20% del género Carex. Además, algunos taxones no endémicos tienen su área principal de distribución en el territorio, entre los que destacamos Carex macrostyla, endemismo pirenaico-cantábrico que vive también en el lado francés de los Pirineos, y Carex helodes, distribuida por el suroeste de la península ibérica y extremo norte de Marruecos, de donde se conoce hasta el momento una sola población.
Península ibérica y Baleares CanariasAzoresMadeira
Carex asturica
Carex camposii subsp. camposii
Carex camposii subsp. tejedensis
Carex canariensis
Carex caudata
Carex demissa subsp. cedercreutzii
Carex durieui
Carex furva
Carex hochstetteriana
Carex laevicaulis
Carex lainzii +---
Carex leviosa --+-
Carex lowei ---+
Carex lucennoiberica
Carex nevadensis
Carex paniculata subsp. calderae
Carex perraudieriana
Carex pilulifera subsp. azorica
Península ibérica y Baleares CanariasAzoresMadeira
Carex quixotiana +---
Carex reuteriana subsp. reuteriana +---
Carex rorulenta +---
Carex sequeirae ---+
Carex vulcani --+-
Objetivos y estructura de la guía
El presente libro pretende ser un instrumento para el conocimiento y la identificación de las ciperáceas de la península ibérica (incluyendo en ella a las Islas Baleares y Andorra) y Macaronesia (archipiélagos de Azores, Canarias y Madeira). La familia tiene una inmerecida reputación de “difícil”, debido a la supuesta dificultad para identificar sus especies, lo que puede explicarse, a nuestro entender, porque sus flores y frutos son, en general, poco vistosos y su observación requiere frecuentemente del empleo de una lupa. Sin embargo, a diferencia de otros grupos con estructuras reproductivas más aparentes, las ciperáceas muestran numerosos caracteres que ayudan a separar con cierta sencillez unos táxones de otros.
Nuestra intención es que la guía pueda ser útil, tanto para profesionales de la botánica no especializados en la familia como para aquellos naturalistas aficionados al apasionante mundo de las plantas, con independencia del nivel de conocimientos botánicos que posean. Por ello hemos primado las ilustraciones, sean fotografías o dibujos, que ayuden a la identificación visual y a la comprensión de los caracteres diagnósticos. También con ese objetivo hemos evitado, en la medida de lo posible, descripciones largas y el uso de términos y disquisiciones académicas difíciles de asimilar por los no avezados en la materia, y hemos recurrido a símbolos intuitivos para reflejar aspectos como el rango altitudinal, las preferencias edáficas y el periodo de floración.
Hemos considerado todas las especies y/o subespecies de cuya introducción por parte del ser humano hay evidencias, tanto las que forman poblaciones silvestres estables (invasoras o no), como aquellas cuya presencia y espontaneidad está o ha estado confirmada en alguna ocasión. Hemos procedido de este modo porque no disponemos de información sobre la mayor o menor estabilidad poblacional de muchas de ellas.
El contenido de la obra comienza por las claves de identificación, la primera correspondiente a los géneros y las siguientes a las especies de cada género. A continuación, se presentan fichas descriptivas de las especies. Cuando se aceptan varias categorías infraespecíficas (únicamente admitimos aquí el rango de subespecie) hemos añadido una clave para distinguirlas y, en los casos necesarios, ilustraciones diagnósticas. La presentación de los géneros sigue el orden filogenético de las tribus. Dentro de cada género, las especies se exponen por subgéneros, y dentro de cada uno de estos por secciones. No obstante, cuando las filogenias recientes no han resuelto la ubicación de ciertos taxones en una determinada sección, estos se incluyen en el clado (linaje o rama del árbol filogenético) donde anidan, cuyo nombre alude al epíteto específico de una de las especies incluidas en dicho clado. Dada la rareza o el carácter esporádico de muchas de las especies introducidas a las que hemos hecho alusión, y con objeto de evitar en la medida de lo posible un volumen excesivo de esta obra, únicamente hemos confeccionado fichas completas de los taxones no nativos especialmente abundantes y de amplia distribución, debido a su carácter potencialmente invasor.
Cada ficha está encabezada por el nombre latino de cada especie o subespecie, puesto que la mayoría de las especies del territorio de la guía no tienen nombres vulgares oficiales en español. Dichos nombres aparecen en cursiva y negrita cuando se trata de táxones nativos y solo en cursiva cuando son alóctonos. Seguidamente se presenta una descripción esencialmente diagnóstica, intentando resaltar únicamente los caracteres de utilidad para determinar el taxon. Al final de cada diagnosis se indica el o los números de cromosomas conocidos, de los cuales, los recuentos cromosomáticos llevados a cabo sobre poblaciones ibéricas se indican en negrita. Cuando aparece el símbolo de interrogación (?) tras el número, queremos indicar que el recuento en cuestión nos ofrece dudas. Finalmente, en cursiva, se describe el hábitat o hábitats donde vive el taxón en concreto. A continuación, se muestra el mapa de distribución por provincias y archipiélagos (véase más adelante), así como los símbolos correspondientes a la época de floración, las preferencias edáficas, el rango altitudinal y, en su caso, la categoría de conservación a nivel regional (España y Portugal), según las categorías y criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Las ilustraciones de cada taxon nativo y de la mayoría de los introducidos incluyen una lámina fotográfica con una imagen principal y, frecuentemente, uno o dos recuadros que contemplan detalles (generalmente el utrículo y la gluma femenina en el caso de Carex, y los aquenios en el del resto de los géneros). Asimismo, se muestra también una lámina de dibujo en la que se representan el porte general y los principales órganos diagnósticos (glumas, frutos, utrículos, etc.).
El mapa de distribución se ha elaborado coloreando en verde la provincia o archipiélago donde el taxon está presente. En los pocos casos donde la presencia de un taxon en una determinada provincia
Indicación de la época de floración.