EL ENFOQUE GESTALTICO Y TESTIMONIOS DE TERAPIA (F. Perls)
COMENTARIO CRÍTICO
EL ENFOQUE GESTALTICO Y TESTIMONIOS DE TERAPIA, Fritz Perls. Edit. Cuatro Vientos, Santiago de Chile, 1976 2ª edición. 1ª Edición THE GESTALT APPROACH & EYE WITNESS TO THERAPY, 1973
INTRODUCCIÓN Antecedentes del autor y trabajos previos.
Fritz Perls nace el 8 de julio de 1893 en un gueto judío de los alrededores de Berlín. En 1920 obtuvo el doctorado en medicina de la Universidad Frederick Wilheim de Berlín, su desarrollo profesional se proyectó hacia la neuropsiquiatría, estableciéndose en Berlín como psicoanalista en 1928. Perseguido por los nazis, se establece en Amsterdam en 1993 y al año siguiente en Johannesburgo, fundando con Laura el Instituto Sudafricano de Psicoanálisis. En 1942, publica su primera obra: “Ego, hambre y agresión”, en la que Lara tuvo una participación activa. En 1946 se establece en Estados Unidos. Cuatro años más tarde, en 1950, constituye con Laura Perls y Paul Goodman, entre otros, el “Grupo de los siete” donde su principal postulado es “el enfoque holístico”, que se define como la percepción de totalidades (objeto y seres vivos). En 1951, se publicó “Terapia Gestalt“ (Gestalt Therapy), escrito por Paul Goodman (Parte II) y Hefferline (Parte I) sobre notas manuscritas de Fritz y como producto de las conversaciones y encuentros en la casa de los Perls. Un año después los Perls fundan el Gestalt Institute of New York y al año siguiente otro en Cleveland. Fritz delegó la dirección de ambos en Laura y sus colaboradores, mientras tanto viaja por todo el país haciendo grupos y demostraciones de terapia gestalt. En 1956 deja a Laura (aunque sin separarse nunca legalmente de ella) y se retira a Miami. Tiene sesenta y tres años, dolencias cardíacas y un profundo desaliento. Los años siguientes se dedica a viajar difundiendo la gestalt. En 1964 se instala en Esalen, California, comenzando una gran actividad en el desarrollo de terapias grupales y talleres gestálticos, hasta 1968 que abandona Esalen y se traslada a Canadá. En 1969 se publica “Sueños y existencia” (Gestalt Therapy Verbatim) y poco después su autobiografía "Dentro y fuera del tarro de la basura". En Esalen ha dejado la terapia gestalt en manos de cuatro de sus discípulos: Dick Price, Claudio Naranjo, Bob Hall y Jack Downing. En 1969 crea el Instituto Gestáltico de Lago Cowichan (Isla de Vancouver). En diciembre viaja a Europa estando ya muy enfermo. Regresa a América en febrero del año siguiente ya con la salud muy quebrantada. Ingresa en el Weiss Memorial Hospital de Chicago. Laura viene a visitarle. Tras ser operado, muere de un ataque cardíaco el 14 de marzo. “El Enfoque Guestáltico” se publica en 1973, después de su muerte.
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Temas principales. Fritz Perls, escribe “El Enfoque Gestáltico y Testimonios de Terapia” con el objetivo de dejar bien asegurada su teoría de la neurosis y del proceso terapéutico, según recoge el Dr. F. Huneus en el prólogo de esta edición en español publicada en 1976. En este mismo prólogo se afirma que el libro lo empezó a escribir en el Instituto Esalen y lo concluyó en Cowichan, al norte de Vancouver, descontento con sus dos libros teóricos anteriores: “Ego, hambre y agresión” y “Terapia Gestalt”. En la introducción al libro, Perls, defiende la capacidad del ser humano para vivir de forma creativa, sobretodo en la ultima etapa de su vida –la madurez-‐ y denuncia la capacidad de autojustificación de nuestra propia infelicidad. Perls, apuesta por un nuevo enfoque psicológico que ayude al autoconocimiento, a la satisfacción y al autoapoyo, en vez de intentar buscar explicaciones a la conducta humana. Es verdaderamente emocionante leer los últimos escritos de Perls, elaborados en la etapa final de su vida, comprobar su profunda convicción de que las personas aún no han comenzado a descubrir el potencial de entusiasmo y energía que subyace en ellas y cómo sigue mostrando su esperanza en lograr un cambio en la capacidad de disfrutar la vida; en el uso del conocimiento de uno mismo en beneficio de los propios intereses y, en definitiva, en expandir y ensanchar nuestro sentido vital y de crecimiento interior. El libro, dice Perls, intenta juntar la teoría con su aplicación práctica a los problemas de la vida cotidiana y a las técnicas de psicoterapia. El libro se divide en dos partes, en la primera: “El enfoque gestáltico”, Perls, enuncia los fundamentos teóricos de este innovador enfoque, para la época en la que está escrito y que permanecen plenamente en vigor, y describe los mecanismos neuróticos y a la persona neurótica cuando llega a la consulta; la terapia del aquí y ahora, sus técnicas y la actitud de escucha del terapeuta. En la segunda parte “Testimonios de terapia”, se transcriben una serie de películas cinematográficas de sus sesiones terapéuticas con el objetivo de que su alumnado pudiera estudiar detalladamente estas películas y sus transcripciones. Al escoger las películas se escogieron aquellos trozos más autoexplicativos, al ser conscientes de que en la transcripción se perdía elementos significativos de la terapia como son el tono de voz, las inflexiones y la comunicación no verbal, elementos a los que Perls les daba una importancia capital. También representa una distorsión añadida, el tiempo considerado “pausa” en las transcripciones, que puede representar dos segundos o dos minutos.
RESUMEN
Iª parte: El enfoque gestáltico
1. Fundamentos.
El enfoque gestáltico, tal y como lo define Perls, establece como principios fundamentales: el ser comprensible para cualquier lego y el estar basado en hechos de la conducta humana. La comprensión de la psicología y de nosotros mismos debe ser
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consistente. Sin entendernos a nosotros mismos, según Perls, jamás entenderemos lo que estamos haciendo, resolveremos nuestros problemas, ni viviremos plenamente. La comprensión del "sí mismo" (self) incluye más que el entendimiento intelectual, sentimiento y sensibilidad. Premisas. El enfoque gestáltico se basa en una serie de premisas: La primera es la organización de hechos, percepciones, conductas y fenómenos y no los elementos individuales de los cuales se componen, los que los define y les da un significado específico y particular. Esta premisa descansa en diversas investigaciones realizadas, en el campo de la percepción, que hacen al ser humano percibir las cosas de forma organizada, en totalidades significativas. Guestalt es un término alemán y que viene a significar una configuración ó forma por la cual se organizan las partes que la constituyen. La segunda premisa descansa sobre la Homeostasis, principio por el cual toda la vida y el comportamiento son gobernados por procesos científicos (adaptativos) mediante los cuáles el organismo mantiene su equilibrio y por tanto su salud. Definiéndose como el proceso mediante el cual el organismo satisface sus necesidades. Por esto, si el organismo tiene dificultades para satisfacer sus necesidades, está enfermo y si es incapaz de hacerlo, falla por completo el proceso homeostásico o de autorregulación y a consecuencia de ello, muere. Un ejemplo (Perls utiliza bastantes ejemplos para ilustrar sus afirmaciones) es el caso del diabético que necesita regular sus niveles de azúcar y para ello exige la capacidad de darse cuenta de su necesidad y una acción deliberada por parte del organismo para satisfacerla y mantener el balance en equilibrio/ armonía. De la misma manera pasa en el terreno psicológico, cuando surge un desequilibrio debido a una necesidad. Ambos procesos, fisiológico y psicológico no pueden separarse. Es por esto que Perls halla debilidades en las teorías psicológicas que hablan de los instintos. La teoría de los instintos tiende a confundir las necesidades con sus síntomas o con los medios que se usan para satisfacerlas. Y es de esta confusión de donde surge el concepto de la represión de los instintos. El organismo sano tiene la capacidad de jerarquizar las necesidades si confluyen varias al mismo tiempo, para ello, tendrá que cubrir primero una necesidad y luego la siguiente dominante... En este proceso de sucesivas gestalt, la persona tiene que ser capaz de sentir lo que necesita y debe saber cómo manejarse a sí mismo y a su ambiente. La tercera premisa la constituye lo que se denomina Doctrina Holística, que permite unificar la visión del lado mental y físico del comportamiento humano. "Lo que hace es una clave de lo que piensa y lo que piensa da claves de lo que hace y le gusta hacer". Entre estos dos niveles pensar y hacer hay una etapa intermedia, la etapa de "jugar a" (roles). El paciente, nos dice Perls, con solo prestar atención a sus acciones, a sus fantasías y a su representar roles, él mismo llegará a saber su significado. La cuarta premisa es lo que se define como Limite de contacto. El organismo forma parte de algún campo o ambiente. La naturaleza de la relación entre el organismo y su ambiente determina su conducta. Si la relación es recíprocamente satisfactoria, el compartimiento es saludable (Perls, lo define como “normal”). Por esto cada individuo es lo que es, en base a su particular relación consigo mismo, con el otro y con el todo. Así, el estudio del modo como el ser humano funciona en su ambiente es el estudio de aquello que ocurre en el limite del contacto entre el individuo y su ambiente. Es en este limite del contacto donde ocurren los eventos psicológicos. Pensamientos, conductas,
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acciones, emociones,.. son nuestro modo de vivenciar y enfrentar los acontecimientos de límite de contacto. En psicoterapia, el concepto de que la acción efectiva es la acción dirigida a la satisfacción de la necesidad dominante, nos da una primera clave acerca del significado de las formas de comportamiento. Y en segundo lugar nos da una herramienta para entender la neurosis. El neurótico ha perdido (o tal vez nunca tuvo) la capacidad de organizar su comportamiento de acuerdo a una jerarquía indispensable de necesidades. No se puede concentrar. En terapia tiene que aprender a identificarse con sus necesidades, y comprometerse con lo que está haciendo en todo momento, debe aprender a cómo quedarse junto a una situación el tiempo necesario para completar la gestalt y seguir adelante. Organización más ambiente es igual a campo. Además de necesidades y un sistema de orientación y manipulación con los cuales lograr la satisfacción, el individuo tiene actitudes hacia aquellas cosas existentes en el ambiente que pueden facilitar o entorpecer su búsqueda de satisfacción. Freud se refiere a esto al decir que los objetos reciben una catexis1. En Gestalt diríamos que estos objetos se convierten en figuras. Los objetos tienen una catexis positiva o negativa según ayuden o no a satisfacer las necesidades del individuo y a restaurar su equilibrio. Según Perls, el hombre vive suspendido entre la impaciencia y el miedo, siendo la impaciencia la base de la catexis positiva (de donde parte el requerimiento de satisfacción inmediata de la necesidad dominante para recobrar el equilibrio ) y el miedo la base de todas las catexis negativas (siendo la experiencia contraria a la supervivencia). El individuo quiere apropiarse o ganarse aquellos objetos o personas que tienen una catexis positiva, por ejemplo, el enamorado quiere poseer a su amada. Por el contrario, tiende a aniquilar los objetos o personas que tienen catexis negativa. La forma de hacerlo es destruyéndolo o anulándolo. Su eliminación suele ser por eliminación mágica (escotoma), es decir, punto ciego. Literalmente es no ver, no escuchar, no sentir, aquello que no quieren. Es un retirarse parcial o retraerse. El retraerse o el contacto no es bueno, ni malo. Hay personas que sienten la necesidad de estar permanentemente contactadas (pegadas) o profundamente retraídas, en lo físico, en el plano de las ideas, pensamientos o afectos. Una de las características del neurótico es que ni puede establecer un buen contacto ni puede organizar su retiro. Cuando debiera estar en contacto con el ambiente, su mente está en otra cosa, de modo que no puede concentrarse. El insomnio, queja permanente del neurótico, es un ejemplo de la incapacidad de retraerse, también lo es el aburrimiento. El aburrimiento ocurre cuando tratamos de quedarnos en contacto con un objeto que no es de nuestro interés. Una vez obtenido y descrito la jerarquía de necesidades, los sistemas para satisfacerlas (sensorial y motor), las catexis positivas y negativas del campo, el contacto y el retiro ası́ ́ como la impaciencia y el miedo,.. nos cuestionamos la fuerza básica que energiza toda nuestra acción: la emoción. Según Perls, las emociones son el lenguaje genuino del organismo. 1 Catexis o Catexias. Según Freud, el sujeto puede dirigir su energía pulsional hacia un objeto o una representación e
impregnarlo, cargarlo o cubrirlo de parte de ella. Se llaman catexias a estas descargas de energía psíquica (libido). A partir de la experiencia el objeto cargado ya no le resulta indiferente al sujeto. La expresión más clara es el enamoramiento.
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2. Mecanismos neuróticos.
El nacimiento de la neurosis. El enfoque gestáltico considera la vida humana como una interacción entre el individuo y el ambiente, al contrario de otras psicologías que lo consideraban como un conflicto constante. Cuando el individuo se hace incapaz de alterar sus formas de interacción con el ambiente, surge la neurosis. El hombre que puede vivir en un contacto significativo con su sociedad, sin ser tragado completamente por ella y sin retirarse completamente de ella, es el hombre integrado. Por el contrario, la búsqueda del equilibrio lo lleva a hacerse cada vez más a un lado, permitiendo que la sociedad le presione o sobrecargue con sus exigencias, lo denominamos neurótico. El desequilibrio surge cuando el individuo y el grupo experimentan, simultáneamente, necesidades diferentes y el individuo es incapaz de distinguir cuál es la necesidad dominante. Cuando no puede discriminar, cuando no puede tomar una decisión o sentirse satisfecho con la decisión que ha tomado, ni hace un buen contacto ni se retrae adecuadamente, ambos -‐ambiente y sujeto-‐ se ven afectados. Además, parece existir una tendencia en todos los seres humanos hacia lo ritual -‐como expresión de su sentido de identificación social-‐. (Desfiles militares, ceremonias religiosas,..), la perversión de esta necesidad parece estar tras las neurosis obsesivo-‐ compulsivas (lavarse reiteradamente las manos cada veinte minutos), este tipo de rito obsesivo tienen una componente personal y otra social. En términos gestálticos podríamos decir que el ritual ayuda a hacer más clara la gestalt, hace que resalte más. Por ejemplo, al enfrentarnos con la muerte todos sentimos la necesidad de algún rito. El rito tiene un profundo valor social y une a la gente. Cualquiera que sea el valor que tiene para el grupo, el ritual interrumpirá́ -‐y esto es lo que pretende-‐ algunos de los procesos espontáneos y personales de los individuos que forman el grupo. Una vez comprometidos en el ritual, cualquier otra actividad será́ entendida como profana y descartada. El ritual exige y consigue con solemnidad y devoción, la más alta concentración, intensidad e integración, sin disminuir la conciencia plena del individuo y el grupo. Sin embargo esta intensidad se pierde si la participación es interrumpida, por ejemplo, supongamos que en medio de una función el integrante de un coro, siente la necesidad de ir a orinar. El individuo toma conciencia de su necesidad personal de sobrevivencia, que aparece más dominante en ese momento que la de su participación en el ritual. Se abren tres posibilidades. *el individuo puede retirarse (calladamente para no llamar la atención). *el individuo puede forzar su necesidad hacia el fondo y obligarla, al menos temporalmente, a que desaparezca. y *el individuo puede vacilar entre su necesidad y la del grupo. Aquı́ ́ tratará de mantener contacto con el coro (ritual), pero no lo conseguirá́ . Y entonces vivirá́ en conflicto entre el miedo y la impaciencia. “mi vejiga es una molestia, me tendré ́ que controlar, ojala pudiera parar la sesión....”. Frases que aunque parezcan inofensivas, pueden llevar soslayadamente una serie de confusiones que pueden desembocar en la neurosis. Pues parece que no sabe o es incapaz de distinguirse a sí mismo del grupo. Sobretodo de representar un modelo continuo de pensamiento y conducta. El neurótico es el hombre sobre el cual la sociedad actúa con demasiada fuerza. Su neurosis es una maniobra defensiva para protegerse a sí mismo, de la amenaza de ser aplastado por un mundo avasallador. La neurosis es su técnica más efectiva para mantener su balance y su sentido de autorregulación en una situación en la cual siente que la suerte no le favorece. Desde luego que hay ciertas situaciones que resultan aterradoras, intrusivas e invasivas, que
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llevan a lo que la siquiatría denomina como neurosis traumáticas. Por suerte, las perturbaciones del límite que existen en las neurosis son mucho menos dramáticas. Son más bien interferencias, boicots al proceso natural de crecimiento y autoreconocimiento, proceso mediante los cuales llegamos a la madurez y logramos autoapoyo. Introyección El proceso psicológico de asimilación de conceptos, datos, patrones de conducta, valores morales, religiosos… es muy similar al fisiológico. No hay nada en nuestras mentes que no provenga del exterior, del ambiente. Pero no hay nada en el ambiente para lo cual no haya una necesidad organísmica. Estas tienen que ser digeridas y dominadas si han de convertirse verdaderamente en propias y pasen a formar parte de la personalidad. Los alimentos psicológicos que nos presenta el mundo (sobre los cuáles construimos nuestra personalidad) tienen que ser asimilados exactamente del mismo modo en que lo hacemos con el alimento real. Ha de ser desestructurado, analizado, desarmado y luego armado del modo como sea de mayor valor para nosotros. Si sencillamente lo tragamos entero, no contribuye al desarrollo de nuestra personalidad y nos convierte en una especie de vertederos repletos de información extraña e irrelevante, que constituye los introyectos. La introyección, según Perls, es el mecanismo neurótico mediante el cual incorporamos dentro de nosotros mismos, patrones, actitudes, modos de pensar y actuar que no son verdaderamente nuestros. En la introyección hemos corrido el límite entre nosotros y el resto del mundo hacia dentro de nosotros mismos que casi no queda nada de nosotros. El peligro de la introyección es doble: En primer lugar el hombre que introyecta nunca tiene la oportunidad de desarrollar su propia personalidad porque está ocupado asegurando los cuerpos extraños alojados dentro de su sistema. En segundo lugar, la introyección contribuye a la desintegración de la personalidad. Si el individuo se traga dos conceptos incompatibles, estará perdido a la hora de tratar de reconciliarlos lo cual es muy común. A título de ejemplo, nuestra sociedad nos enseña, desde la más tierna infancia, dos tipos de actitudes enteramente diferentes y aparentemente opuestas: Una es: “tratad a los demás como te gustaría que te tratasen a ti”. La otra es la ley de la supervivencia del más fuerte : “El hombre es lobo para el hombre”. ¿Qué sucede entonces? Pues que tratamos de ser amorosos con el prójimo al tiempo que desconfiaríamos profundamente de él. Y así el conflicto interno del neurótico hace que su personalidad se vea inmovilizada para continuar con el crecimiento y desarrollo. Proyección. Este mecanismo neurótico supone la otra cara de la moneda de la introyección. Es decir, es la tendencia de hacer responsable al ambiente de lo que se origina en el sí mismo (self). Clínicamente se conoce que la paranoia, que se caracteriza por el desarrollo de un sistema altamente organizado de ilusiones, es el caso extremo de la proyección. La personalidad paranoica es altamente agresiva que siendo incapaz de soportar la responsabilidad de sus propios deseos y sentimientos se los adjudica a objetos o personas del ambiente. La convicción de sentirse perseguido es de hecho la afirmación misma de que quiere perseguir a otras personas. Los siguientes sencillos ejemplos son bastante esclarecedores de la proyección neurótica, hablamos del hombre altivo, frío, retraído, que acusa a los demás de ser poco amistosos con él ó de la mujer que es sexualmente inhibida y que se queja de que todo el
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mundo le hace guiños. En estos ejemplos los individuos han hechos suposiciones basadas en sus propias fantasías y no han reconocido que son simples suposiciones. La creación artística sin ir más lejos exige un tipo de comportamiento imaginativo proyectivo. A menudo el novelista llega a proyectarse, literalmente, en sus personajes y llega a convertirse en ellos cuando escribe acerca de ellos. En la proyección trasladamos el límite entre nosotros y el resto del mundo demasiado a nuestro favor, de tal manera que nos hace posible desposeer y renunciar a aquellos aspectos de nuestra personalidad que encontramos difíciles y ofensivas o poco atractivas. La persona neurótica proyectiva, en lugar de ser un participante activo de su propia vida, se convierte en un objeto pasivo, víctima de las circunstancias. La persona muy prudente y cautelosa que dice querer tener amigos y ser querido y al mismo tiempo declara que no se puede confiar en nadie, es un claro proyector y además el proyector por excelencia. Confluencia. Este mecanismo se presenta cuando un individuo no siente ningún límite entre él mismo y el ambiente que le rodea, cuando siente que es uno con él, se dice que está en confluencia con el ambiente. Las partes y el todo se hacen indistinguibles entre sí. Los bebés recién nacidos viven en confluencia; no tienen ningún sentido de distinción entre dentro y fuera, entre ellos mismos y el otro. En momentos de éxtasis o de concentración extrema, la gente adulta también se puede sentir confluyendo con su ambiente. El ritual, por ejemplo, exige este sentido de confluencia donde los límites desaparecen y el individuo se siente más él mismo debido a que está totalmente identificado con el grupo. La persona en la cual la confluencia es un estado patológico no nos puede decir qué es ella ni puede decirnos lo que son las demás. No sabe hasta donde llega ella misma y donde comienzan las demás. No se da cuenta del límite entre una misma y las demás, no puede hacer un buen contacto con ellas. Tampoco puede retirarse de ellas. De hecho, ni siquiera puede contactarse consigo misma. La persona que está en confluencia patológica hace un ovillo de sus necesidades, sus emociones y sus actividades, resultando una confusión tal que ya no se da cuenta de qué es lo que quiere hacer ni cómo se lo está impidiendo. La confluencia patológica tiene también serias consecuencias sociales. En la confluencia, se exige similitud y se niega la tolerancia de las diferencias. A menudo encontramos esto en padres que consideran a sus hijos como meras extensiones de ellos mismos. Si sus hijos no son confluyentes y no se identifican con las exigencias de sus padres, se encontraran con rechazo y alienación: “Tu no eres hijo mío”. Retroflexión. El cuarto mecanismo neurótico llamado retroflexión, que literalmente significa “volverse atrás intensamente en contra”. La persona retroflectora sabe cómo trazar una línea demarcatoria entre ella y el ambiente y dibuja una línea clara y nítida por la mitad y la traza por el miedo de sí misma. Cuando alguien retroflecta una conducta, se trata así misma como originalmente quería tratar a otras personas u objetos. La persona retroflectora dice “tengo vergüenza de mí mismo” o también “tengo que forzarme a mí mismo para hacer este trabajo”. Hace una serie casi interminable de afirmaciones de este tipo, todas basadas en la comprensión de que él y el mismo son dos personas diferentes..
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En resumen, la persona introyectora hace lo que las demás quieren que haga, la proyectora le hace a las demás lo que ella acusa a las demás de hacerle a ella, la persona en confluencia patológica no sabe quién le está haciendo qué cosa a quién, y la retroflectora se hace a sí misma lo que le gustaría hacer a otras personas. ¿Cómo se ponen de manifiesto los diferentes mecanismos neuróticos? La introyección se muestra en el uso del pronombre “yo” cuando realmente quiere significar “ellos”; la proyección se muestra con el uso del pronombre “it” o “ellos”, cuando el significado real es “yo”; la confluencia se muestra en el uso del pronombre “nosotros” cuando el significado real es cuestionable; la retroflexión se muestra en el uso del reflejo, “yo mismo”. Existe una confusión en la identificación de la neurosis. Y ya sea que se manifieste primariamente a través del mecanismo de la introyección o de la proyección o de la retroflexión o de la confluencia, su marca de fábrica es la desintegración de la personalidad y la falta de coordinación en el pensamiento y en la acción. La terapia consiste en rectificar las falsas identificaciones. Si la neurosis es el resultado de identificaciones “malas”, la salud es el resultado de “buenas” identificaciones. Estas buenas identificaciones son aquellas que promueven las satisfacciones y las realizaciones de objetivos del individuo y su ambiente. Siendo las malas identificaciones aquellas que resultan en un aplastamiento y frustración del individuo, o en una conducta hacia su ambiente. Porque el neurótico no solo se hace miserable a sí mismo, sino que también castiga a todos aquellos que se interesan por él con su comportamiento autodestructivo. En terapia tenemos que restablecer la capacidad del neurótico de discriminar. Tenemos que ayudarle a descubrir qué es él mismo y qué no es él mismo; lo que le realiza y lo que le frustra. Tenemos que guiarlo hacia la integración, asistirlo en su búsqueda del balance y de los límites adecuados entre él mismo y el resto del mundo, ayudándole a distinguir y remover los obstáculos para ello.
3. Y aquí viene el neurótico.
Llega el neurótico, amarrado a su pasado y a sus modelos anticuados de actuar, desalentado hacia el presente porque lo ve oscuramente a través del cristal, torturado por el futuro, porque el presente está fuera del alcance de sus manos. Viene en busca de tratamiento porque siente que está en crisis existencial , o lo que es lo mismo, siente que las necesidades psicológicas con las que se ha identificado y que son tan vitales para él como su aliento, no están siendo atendidas en su modo actual de vida. Y tales necesidades son tan variadas como lo son los pacientes, (posición social, superioridad ante familiares o vecinos, exclusividad de la pareja,…) y si la persona no logra su cometido, o habiéndolo logrado lo pierde, está en una crisis existencial. Consulta al terapeuta porque espera en éste el apoyo ambiental que suplementará sus propios medios de apoyo. Siente que está en un pozo sin fondo, tal vez porque se ha propuesto una tarea imposible y una terapia exitosa le da mayor autoapoyo para replantearse los objetivos y/o ayudarle a alcanzarlos. No es tarea del terapeuta hacer juicios de valor acerca de las necesidades existenciales de los pacientes, ni reducir a todos a la uniformidad. Sino, que por el contrario, es facilitar para cada cual el desarrollo que le posibilitará encontrar las metas que le son significativas y trabajar por ellas de un modo maduro. Ya que en el comienzo de la terapia no puede hacerlo por si sólo. Sin embargo aún puede hacer algo por él, puede darse cuenta de su desbalance y de la necesidad de corregirlo, sintiendo esta necesidad
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como una catexis positiva del terapeuta. Entonces, ¿qué necesita de nosotros?¿qué necesita de la terapia y del terapeuta?. Tal vez un hombro amigo, alguien que le castigue, alguien que le de la razón, una cura indolora, confirmación de su invalidez … Sea lo que sea, no lo puede conseguir por sí mismo ni de su ambiente, aunque al menos ha conseguido el apoyo que necesita y ciertamente ha tenido algo de éxito, ya que de lo contrario estaría demente o muerto literalmente. Viene hacia el terapeuta con su frustración y además trae consigo todos sus métodos de manipulación que son más ingeniosos de lo que se pueda imaginar. Esto es debido a que como carece de autoapoyo tiene que ser bastante hábil para sobrevivir. Por desgracia todas estas maniobras engañosas se dirigen a minimizar los efectos impedimento en lugar de subsanarlo. Es fácil verlo en la plañidera/dependiente que consigue atención y poyo de marido, hijo y amistades. Éste es el problema, que sus manipulaciones incremente la intensidad de su “deshacerse de él”. Sus medios de manipulación son múltiples y variados. Puede hablar, muchas veces ahogándonos en palabras, o declararse en huelga de palabras, o prometer y romper promesas, hacerse el sordo o estar pendiente de los más mínimos matices, recordar u olvidar a su antojo, mentir o ser obsesivamente honesto, adularnos o herir nuestro orgullo. Más que nada manipula con disociaciones y preguntas y pretenden ponernos a prueba, quieren ponernos en ridículo y atraparnos; son sus herramientas más importantes para no enfrentarnos a su problema. Existe también la catexis negativa del terapeuta. El miedo del paciente a que la terapia en lugar de ayudarlo lo hunda aún más hondo, lo cuál tiene que ver con el fenómeno de la resistencia, lo que no hemos de confundir nunca. Ya que las resistencias o voluntad negativa, (Otto Rank II G.M) no siempre son malas; el terapeuta no debe desaprobar las resistencias. El paciente vive estas resistencias como si fueran asistencias. Él quiere ayudar, ya que lo que en realidad le atemoriza es el rechazo, la desaprobación y la eventual alta por el terapeuta. Y así el paciente maneja al terapeuta tomando la apariencia de un niño bueno, intentando sobornar al terapeuta con sumisión y seudoaceptación de sus peticiones. El paciente ha trabajado mucho para proveerse de un autoconcepto. Este autoconcepto es conocido en psiquiatría bajo diversas denominaciones: reacción-‐formación, autosistema, ideal del ego,.. A menudo es un concepto erróneo de sí mismo, cada rasgo representa el opuesto exacto de su realidad. Este autoconcepto no le puede brindar ningún apoyo; por el contrario se ve ocupado reclamando, desaprobándose así mismo, aplastando su autoexpresión genuina, también ha perdido su capacidad de aceptar genuinamente, de modo que ningún halago es asimilado y permanece insatisfecho a pesar del afecto que recibe. Desprovisto de la autoapreciación, el resultado es una constante necesidad de apoyo externo, necesitando ser estimado y apreciado por los demás. El hombre se trasciende a sí mismo únicamente por la vía de su verdadera naturaleza, jamás por medio de la ambición ni las metas artificiales, que sólo conducen al orgullo y vanidad glorificada. La verdadera naturaleza del hombre es la integridad, que se consigue a través de la espontaneidad y en la capacidad de deliberar. La confusión es el resultado de una orientación inadecuada y cuando no se reconoce, es una de las características de las neurosis. Sócrates, admitía sus confusiones intelectuales y existenciales dedicando su vida a desarrollar técnicas para liberar de este momento de confusión en sus métodos filosóficos. Cualquier acción basada en la confusión evidenciará vergüenza, titubeos y perturbaciones de todos los tipos. La
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psiquiatría le ha dedicado mucha atención a la confusión de la ambivalencia, donde el paciente debiera matar u odiar, que él es bueno o malo, donde puede gustar muchísimo de un momento y sentirse bien y puede odiar el momento siguiente y sentirse mal, dependiendo de las satisfacciones o frustraciones involucradas en la situación. La ambivalencia presupone que existen estados permanentes de satisfacción o de frustración. En terapia, al no llegar el apoyo ambiental que el paciente espera de nosotros, si no le damos las respuesta que él piensa que se merece o felicitarle por su mejoría recibiremos nosotros la catexis negativa de su frustración. Pero la terapia gestáltica, le da constantemente mucho de lo que quiere, que es atención y más atención y no lo culpamos por sus resistencias. Así la terapia comienza con un cierto balance entre frustración y satisfacción. El “quirófano está preparado”….¿y ahora qué? ¿deberá tumbarse en el diván, cerrar los ojos y ponerse a asociar libremente?, ¿deberemos depender de sus palabras o de sus acciones? ¿ lo iremos a observar o interpretar? Las técnicas de las terapias convencionales se basan en la teoría de que lo que le falta al paciente no es más que una comprensión del porqué de su comportamiento y que estos porqué pueden ser descubiertos si cavamos en su pasado, sus sueños y su subconsciente. Cada una estas técnicas son contribuciones válidas, pero no definitivas. Y además yerran en el punto central: no ven el campo organismo/ambiente como una totalidad. En otras palabras, no abre zonas más amplias del darse cuenta, es como si tanto paciente y terapeuta estuviesen usando viseras con lentes de aumento. Verán nítidamente lo que tienen enfrente, pero no ven nada de lo que ocurre en sus alrededores. El enfoque unitario gestáltico hace posible ensanchar la amplitud de orientación y mejorar los medios de maniobras terapéuticas. No cree en la división físico-‐mental o mente-‐cuerpo, por ser artificial y concentrarse en cualquiera de los término de esta dicotomía no es ayudar a curar las neurosis, sino ayudar a preservarlas. En el enfoque gestáltico, la fantasía es una realidad disminuida y el pensar es un actuar disminuido; por esto se puede usar el fantasear de un modo terapéutico que se relaciona con el actuar y se puede usar el actuar, de un modo terapéutico que se relaciona con el fantasear. Tampoco comparte la Gestalt el afán por encontrar los porqués de la neurosis, ya que lo que hacen realmente es dar al paciente una excusa y no una respuesta. Muchas de las dificultades del neurótico se relacionan con su incapacidad para darse cuenta, sus puntos ciegos, las cosas o relaciones que sencillamente no llega a sentir. Por tanto en lugar de hablar de consciente preferimos hablar acerca de lo que en este momento no nos damos cuenta. Así si realmente llega a vivenciarse interrumpiéndose a sí mismo y siente cómo lo está haciendo, puede conectarse con su verdadero sí mismo y llegar hasta las actividades que quiere realizar. La capacidad de darse cuenta (awareness) y la incapacidad de darse cuenta (unawareness) son exclusivamente procesos mentales. Hay que hacer hincapié en lo que el paciente sabe de sí mismo y no al contrario; en las áreas en que se da cuenta. Introducimos además el concepto psicosomático. Describimos un evento psicosomático como uno en el cual las perturbaciones físicas son más impresionantes que aquellas que ocurren en un nivel mental. Es imposible dividir las manifestaciones sicosomáticas de las enfermedades sicosomáticas. El olvido es una manifestación psicosomática (aunque el médico no reconocería esto así). Después están otras tales como las úlceras, asma y colitis, que requieren drogas o medicamentos. La más clásica,
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el dolor de cabeza, se utiliza como excusa para retraerse y forma parte de la interrupción del mecanismo de contacto. Nuestra historia es el trasfondo de nuestra existencia, no es una acumulación de datos sino el registro de cómo llegamos a ser lo que somos. Únicamente las perturbaciones en el fondo, que interfieren con el apoyo de nuestras vidas presentes, terminan empujando hacia delante y tienen que pasar a primer plano para ser atendidas. Sólo entonces pueden transformarse de un déficit (gestalts incompletas) a funciones que apoyen al individuo. A medida que avanza la terapia el terapeuta recibe cada vez más catexis negativas y positivas a medida que simboliza con mayor intensidad aquello que el paciente carece. ¿Y qué quiere decir esta afirmación en terapia?. Si el terapeuta trabaja en términos clásicos de transferencia, buscará en el pasado y buscará substancia y habiéndola encontrado tendrá esperanza en que el paciente aprenderá a diferenciarse a si mismo del otro introyectado (madre, padre,..). Nosotros, por el contrario, buscaremos el proceso antes que la substancia ya que el proceso está activo hoy, como lo estuvo en el pasado. De hecho no es pasado ya que sigue activo hoy. Estaremos atentos al hecho de que él como introyector, buscará atajos y será negligente para asimilar el mundo que interfiere con su crecimiento y su autorrealización. Por tanto, tenemos que concentrarnos en conseguir que él vea cómo se traga las coas enteras , como interrumpe constantemente el proceso de desestructurar y asimilar. Si el organismo se traga algo que es incapaz de asimilar, normalmente vomitará lo indigerible. El lado emocional de este vomitar se llama disgusto. El apoyo pleno del sí mismo –superar la necesidad del apoyo ambiental-‐ puede venir únicamente mediante el uso creativo de las energías que están comprometidas en los bloqueos que impiden el autoapoyo. En lugar de permitir que los pacientes se vean transfiriendo su pasado, tenemos que introducir la mentalidad de responsabilidad, que dice: “Yo me estoy evitando a mí mismo”, ¿cómo me impido a mí mismo?, ¿de que estoy impidiéndome a mí mismo?. Si el terapeuta le da al paciente apoyo ambiental (apoya sus necesidades transferenciales), está haciéndole el juego a la neurosis del paciente. Pero si por otra parte, le facilita al paciente el que asimile el bloqueo y el material bloqueado identificándose con él y diferenciándose de él, está facilitando el desarrollo del paciente. Debemos usar el mismo enfoque con los sueños. El sueño parece ser (y esto es aplicable a todos los sueños, incluidas las pesadillas) un intento de encontrar la solución a una aparente paradoja. Se le puede considerar como una creación artística en que dos contiendas aparentemente incompatibles están colocadas una frente a la otra. En la pesadilla, la paradoja no está integrada. Harry Stack Sullivan indicó que si pudiéramos resolver nuestros problemas durante el día, no soñaríamos en la noche. Para darle sentido aun sueño, hacemos bien al no interpretarlo. En lugar de especular con él, le pedimos al paciente que lo vivan más extensamente e intensamente para descubrir la paradoja. Para intensificarlo –revivirlo de nuevo-‐ tiene que admitir también las sensaciones, emociones y gestos. La mayoría de las escuelas psiquiátricas está de acuerdo en que el sueño es una proyección, que todos los objetos y caracteres que aparecen son en realidad el soñador mismo y que la acción en el sueño es a menudo un intento de resolver una paradoja renunciando a la responsabilidad que uno tiene sobre las propias esperanzas y deseos. Aquel sueño en que nuestro enemigo ha sido asesinado por otro es un perfecto ejemplo de esto.
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4. Terapia del aquí y ahora.
En el énfasis de la psicoterapia ortodoxa está implícito el punto de vista que el neurótico es una persona que una vez tuvo un problema y que la resolución de ese problema es la meta de la psicoterapia. Según la perspectiva gestáltica, el neurótico es una persona que tiene un problema continuado, aquı́ ́ y ahora, en el presente. Aunque tal vez hoy se comporta de este modo “porque” algunas cosas le ocurrieron en el pasado, sus dificultades de hoy se relacionan con el modo como se comporta hoy. El objetivo de la terapia debe ser darle la herramienta fundamental para encarar los problemas del presente y del futuro: esta herramienta es el autoapoyo y esto lo logra enfrentándose consigo mismo y sus problemas con todos los medios a su alcance en el momento, de inmediato. Cada problema solucionado hace más fácil la resolución del próximo, ya que cada solución aumenta su autoapoyo. El neurótico es por definición una persona cuyas dificultades hacen que su vida presente sea un fracaso. Para nosotros (terapeutas) el neurótico está crónicamente dedicado a autointerrumpirse, que tiene un sentido de la identidad inadecuado (no logra distinguirse a si mismo del resto del mundo), que tiene medios inadecuados de autoapoyo, cuya homeostasis psicológica está descompuesta y cuyo comportamiento es el resultado de esfuerzos mal dirigidos orientados a lograr el balance. El neurótico encuentra difícil participar plenamente en el presente, le interfieren sus asuntos inconclusos del pasado. Sus problema existen en el aquı́ ́ y ahora. La terapia gestáltica es una terapia vivencial (experiencial), donde le pedimos al paciente, no que hable de sus traumas y sus problemas del pasado, si no que “revivencie” sus problemas y sus traumas en el aquı́́ y ahora. Si ha de pasar página de sus problemas del pasado lo ha de hacer en el presente. Además como terapia vivencial, le pedimos al paciente que se dé cuenta de sus gestos, de su respiración, de sus emociones, de su voz, y de su expresión facial, tanto como de sus pensamientos más apremiantes. En este proceso el terapeuta se guía por lo que observa del paciente, siendo sensible a la superficie que presenta el paciente, de modo que la capacidad de darse cuenta más amplia que tiene el terapeuta, se pueda convertir en el medio ambiente que el paciente necesita para incrementar su propia capacidad de darse cuenta. La frase central con la cual le pedimos a los pacientes que comiencen su terapia y que mantenemos durante su transcurso y no tan solo en palabras sino en espíritu es: “ahora me doy cuenta de ...” . El ahora responde a que ninguna experiencia es posible a menos que sea en el presente. El “me doy cuenta” le da al paciente un sentido de sus propias capacidades, de sus habilidades y de sus capacidades sensóricas e intelectuales, además permite trabajar con lo que el paciente tiene, es decir, sus medios de manipulación actuales, en lugar de aquellos que no ha desarrollado o ha perdido. Rápidamente aprendemos que cada nuevo “ahora” es distinto del anterior. Este darse cuenta, ası́ ́ como el contacto y el presente no son más que aspectos diferentes de un mismo y único proceso: la autorrealización.. Y, ¿cómo funciona este “ahora me doy cuenta”? Pues no basta con recordar el incidente del pasado en cuestión, como puede ser un duelo incompleto por un padre muerto, uno tiene que volver a él psicodramáticamente (en este caso, despedirse o alejarse del padre) y hacerlo como si lo estuviera viviendo de nuevo, asimilando los sentimientos interrumpidos (pena, culpa,..) en el “ahora”. Lo importante es el evento inconcluso que, ́ aún vivo e interrumpido, espera ser asimilado e integrado. Es aquı́ y ahora donde debe llevarse a cabo esta asimilación.
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Debido a que el neurótico encuentra difícil vivir y experimentarse a sí mismo en el presente, tendrá dificultades para atenerse a la técnica del aquı́ ́ y ahora, interrumpirá su participación presente con recuerdos del pasado e insistirá en hablar de ellos como si realmente fueran del pasado. El paciente si quiere progresar hacia una participación plena en el presente, tiene que aprender a dirigir sus energías, o lo que es lo mismo, tiene que aprender a concentrarse. Únicamente si vivencia verdaderamente cada ahora y cada necesidad podrá cambiar del “ahora necesito esto” al “ahora necesito aquello”. Ilustremos las palabras con un ejemplo concreto de una manifestación psicosomática: el dolor de cabeza. En primer lugar les pediremos que localicen el dolor y que permanezcan en él, que se siente, o se tienda en el diván, pero siempre con su dolor y además concentrándose en él. Está acción se verá a menudo interrumpida por el paciente con sus explicaciones o descalificando nuestro trabajo. Por lo tanto, el terapeuta tendrá que trabajar una a una estas modalidades de interrupciones y tendrá que cambiarlas en funciones del “yo” y con ello se habrá logrado una cierta integración. Puede que responda “esto es una tontería“, si al meno pudiera decir, “lo que está tratando de hacer me parece una tontería” y con ello estaría dando un pequeño paso hacia delante. Con este pasito, hemos transformado el “ello”(it) en una función de contacto, en una autoexpresión. Y podremos proseguir pidiéndole al paciente que elabore sobre ella. Si se queda con su dolor de cabeza podrá́ darse cuenta de que tenia algunos músculos tensionados o que siente adormecimiento. Quizá́ le escuchemos decir “es como si se me estuviera contrayendo la cara para no llorar”... entonces el terapeuta le pregunta, ¿te gustaría llorar?, para pasar a pedirle que nos dirija esta afirmación y asistir a una explosión de llanto seguida de un “déjeme en paz, no quiero llorar”. Aparentemente su dolor de cabeza no era más que una interrupción de la necesidad de llorar. El paciente ha transformado su compromiso parcial (el dolor de cabeza) en un compromiso total (el llanto), es decir ha pasado del síntoma a una autoexpresión total de sí mismo. Al mismo tiempo ha descubierto uno de sus medios de manipulación. Lo que corresponde abordar en terapia no es el material censurado (concepto freudiano) sino el acto mismo de censurar, la forma que toma la autointerrupción. Nuevamente vemos que no se puede trabajar desde adentro hacia fuera, sino a la inversa. El neurótico es un interruptor, todas las escuelas de psicoterapia lo tienen en cuenta. El proceso terapéutico debe llegar al paciente al punto en que ya no se siga interrumpiendo a sí mismo. ¿Cómo podemos lograr esto sin cometer el error de interrumpir la interrupción?. Lo que corresponde es percatarnos y tratar con los cómos de cada interrupción, antes de los porqués de la interrupción, para ello no hay necesidad adivinar o interpretar: escuchamos la interrupción de una frase o nos percatamos de que el paciente mantienen el aliento, vemos que empuña una mano como para golpear a alguien, o está moviendo sus piernas como para patear, u observamos como interrumpe el contacto con el terapeuta desviando su mirada a la pared. ¿El paciente se dará cuenta de estas interrupciones? Como vimos en el ejemplo del dolor de cabeza, quedándose con su interrupción, descubrió cómo estaba usando este mecanismo para interrumpir su propio llanto. El paciente llega a darse cuenta del hecho de que se está interrumpiendo a sí mismo y de qué es lo que está interrumpiendo, también llega a ser capaz de disolver sus interrupciones y a vivir y concluir una experiencia inconclusa. En el proceso normal de crecimiento aprendemos por ensayo y error, debido a que nos vemos forzados a aprender tanto a través de la educación como usando nuestros
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instintos heredados, falta gran parte de intuición animal en el proceso de obtención del autoapoyo adecuado. En lugar de esto, este proceso se establece por fantasías compuestas, que se van pasando modificadas de generación a generación y que no son más que funciones de apoyo para el contacto social, como los modales y los códigos de conducta (ética), los medios de orientación (lectura), los patrones de belleza (estética) y la posición social (actitudes), muchas veces estos procesos no están orientados biológicamente, lo cuál altera la raíz de nuestra existencia y conduce a la degeneración. Tales interrupciones son las pesadillas en el crecimiento del pequeño. Interrupciones del contacto (“no toque eso”), de retirada (“no te muevas hasta acabar los deberes”). Como otro animal joven, el pequeño tiene que probar el mundo, tiene que tratar de expandir sus fronteras, experimentar cuán lejos puede llegar y los padres evitar que se dañen seriamente a sí mismo o a otros, tienen que aprender a enfrentar las interrupciones. El problema más serio comienza cuando los padres interfieren con la maduración del niño, ya sea mimándoles e interrumpiendo su propia orientación o sobreprotegiéndoles y destruyendo su propia capacidad de autoapoyo. Nuestros pacientes llegan habiendo incorporado las interrupciones de sus padres en sus propias vidas, en forma de mecanismo neuróticos: Introyección: “los hombres grandes no lloran”. Proyección: “¡Esos malditos dolores de cabeza¡, ¿por qué tendré que sufrir yo de ellos? ”. Retroflexión: “debo controlarme a mí mismo, no debo permitirme llorar” Confluencia: “siempre que me gritan me da dolor de cabeza”. Entender significa, ser capaz de vez la relación de la parte con el todo. Esto es un buen contacto.
5. Pelando la cebolla.
Afirma Perls, que sencillamente dándose cuenta de que uno no es capaz de darse cuenta, aumenta el área potencial de operación, lo que es de extrema importancia para el neurótico que carece de orientación dentro de él y tiene muy poca capacidad de maniobra. Con sólo tres preguntas la terapia tendría éxito: *¿Qué estás haciendo? *¿ Qué es lo que sientes? *¿Qué es lo que quieres?, podríamos agregar dos más para completar: *¿Qué está evitando? *¿Qué es lo que esperas? Estas preguntas estimulan el autoapoyo por naturaleza. Aparte de las repuestas “bien preparadas”, siempre habrá́ alguna reacción adicional: confusión, el ceño fruncido, una sacudida de hombros: “¡que pregunta más tonta¡”, un poco de vergüenza, un deseo de no ser molestado, dudas, un “¡Dios mío ya empezó de nuevo¡”, un ansioso echarse hacia delante, etc. Cada una de estas respuestas es muchísimo más importante que la respuesta verbal. Es una indicación del sí mismo y del estilo del paciente. El terapeuta puede ayudar al paciente actuando como un espejo ampliador, facilitándole el proceso de descubrimiento por medio de sus preguntas. Para mirar y ver realmente, el terapeuta debe estar completamente vacío y sin ideas preconcebidas. Ya que el contacto siempre ocurre en la superficie, es la superficie lo que el terapeuta debe ver. Ası́, ́ utilizará su técnica de hacer preguntas en lugar de hacer afirmaciones para que sea en el paciente donde recaiga el reconocimiento y la acción. Desde luego todas las preguntas del terapeuta son interrupciones de algún proceso en transcurso en el paciente, son intrusiones y muchas veces shocks en miniatura. Podrá parecer un procedimiento autoritario pero una vez que el paciente ha resuelto su paradoja terapéutica de trabajar tanto con apoyo como con frustración, conjuntamente, sus procedimientos caerán adecuadamente en su lugar.
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Desde luego que el terapeuta no es el único que puede hacer preguntas, el paciente hará́ muchas y descontroladamente, de modo que nuestra técnica es pedirle al paciente que transforme sus preguntas en proposiciones o afirmaciones. Al principio dará́ todos los rodeos que pueda y nosotros repetimos nuestra petición hasta llegar al objetivo: la autoexpresión del paciente. Lo que hace a través de estos mecanismo es en esencia evitar la responsabilidad que le cabe por su comportamiento. Para él la responsabilidad es culpa y a la vez que teme ser culpado, está dispuesto a culpar. En realidad, la responsabilidad es la habilidad de responder, de elegir las reacciones propias. Para reintegrar al neurótico hemos de recurrir a cualquier cantidad de responsabilidad que esté dispuesto a aceptar. Igualmente el terapeuta tiene que tomar responsabilidad total de sus reacciones ante el paciente. Su primera responsabilidad es desafiar cualquier afirmación o conducta del paciente que evidencie su falta de autorresponsabilidad. O sea, vérselas con cada uno de los mecanismos neuróticos que aparecen constantemente para que sean integrados y transformados en una expresión de sí mismo, de modo que pueda describirse a sí mismo. A menudo le pediremos al paciente que haga un experimento con material que hemos obtenido a través de la observación de él, ya sea por lo que hace o deja de hacer, con el objetivo de que descubra por sí mismo cómo se interrumpe a sí mismo y se impide tener éxito. La forma de hacerlo podría ser a través de la fantasía ¿podría imaginarse....tal cosa? Si se atreviera sin consecuencias negativas, ¿qué haría si....? Ası́ ́ intentamos que el paciente esté listo para el psicodrama y podremos pedirle que fantasee acerca de su necesidad de controlar a las personas, y tal vez encontremos que quiere aplastar a los demás para que no le dañen, con esto ya podemos interiorizar el dañar proyectado e integrar el dañar y el aplastar. En este momento es posible que el terapeuta se percate que el paciente está usando sus músculos (empuñar una mano, un movimiento brusco,..) con ello se muestra que cada vez hay más de su personalidad involucrada en su autoexpresión. El terapeuta siempre puede trabajar con los eventos del presente, ya sea en la actualidad o en la fantasía; puede integrar inmediatamente lo que urge en el curso de la sesión y no permitir que las situaciones inconclusas se acumulen, finalmente, puede trabajar con vivencias y no tan sólo con verbalizaciones y recuerdos. Podríamos decir que el problema de la terapia gestáltica, que también está presente en el resto de terapias, es que el paciente se adapta a nuestra técnica. Entonces tal vez intente manipular al terapeuta para agradar y al mismo tiempo evitar encarar la situación, en ese caso el terapeuta se verá obligado a encarar la actitud “finjamos”. A todos lo pacientes se les piden que hagan algunas tareas en casa, la mayoría fallan en esto, ya que sienten que se aproximan a la zona de peligro. La tarea consiste en revisar cada sesión, cada taller a ver que recordamos, que han olvidado. Siempre utilizando la misma orientación de nuestro enfoque, le pediremos que se imagine que está de vuelta en la sala de consulta: ¿Qué es lo que experimentas? ¿Puedes describir sin dificultad la sesión entera? ¿Encuentras espacios en blanco?, si lo hace: ¿Se da cuenta de los espacios en blanco, es decir, siente que hubo algo vagamente perturbador y que no se ha podido esclarecer? ¿Le expresó al terapeuta todo lo que sintió ante él? ¿Podría hacerlo ahora y con toda su persona? ¿Puede darse cuenta que está evitando o interrumpiendo algunos aspectos de su expresión total? ¿Se da cuenta de que está comprometido más que nada con sus emociones o sus sensaciones o sus verbalizaciones? , o dicho de otro modo: ¿Hace lo que siente y siente lo que dice? No importa cuán irrelevantes o mundanas sean las cosas que se tratan en terapia gestáltica, su carga emocional es exponencialmente alta. Podemos abrir la puerta una
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sola vez, podemos pelar la cebolla quitándole solamente una capa a la vez. Cada capa es parte de la neurosis y el problema va modificándose en la medida que vamos quitando capas. En cada sesión será́ más fácil de dar el siguiente paso hacia el autoapoyo.
6. Ir y venir, psicodrama y confusión.
Existe un limitación obvia en el uso aislado de la técnica del darse cuenta: tardaríamos años en obtener resultados. Sin embargo, una vez admitida la relación entre fantasía y realidad, podemos aprovechar por completo la fantasía en terapia, con todos sus estados de intensidad aumentada hacia la realidad. Ya sea fantasía verbalizada, escrita, dibujada o actuada, podemos jugar al psicodrama con lo pacientes, o pedirles que lo hagan ellos solos, lo que se define como “monoterapia”, creando su propio escenario, sus propio actores, sus bastidores, su dirección y su expresión. Esto le da la oportunidad de percibir que todo lo que fantasea está en él y le permite ver los conflictos que hay dentro de él. La ventaja de la monoterapia es que evita la contaminación de otras persona que intervienen en el psicodrama convencional. Otra técnica que se usa es el ir y venir. Se trata de una técnica que no es novedosa, pues ya Freud la aplicaba, y trata de pedirle al paciente que vaya y vuelva repetidamente entre el contenido del sueño y sus asociaciones. Sin embargo la gestalt le da un modo de uso novedoso, así por ejemplo, en el caso del paciente con angustia aguda, donde le pedía que pusiera atención, alternadamente, en su respiración y luego en sus músculos hasta que la relación se hace manifiesta y el paciente puede respirar nuevamente con libertad. Este ir y venir nos ayuda a destruir configuraciones de confluencia como aquel dolor de cabeza que resultó ser un llanto camuflado. Al considerar los desplazamientos de este modo, es fácil darse cuenta de que estos no pueden ser tratados dentro de la zona en la que surgen, ya que en ese lugar no tienen ningún sentido funcional. Hay que “poner en su sitio” el desplazamiento. El paciente que sufre de dolores oculares debidos a retención del llanto, podrá́ disolver sus dolores únicamente mediante el llanto. Considerando que todo el tiempo comprendido en la sesión pertenece al aquí y ahora, hemos de tener en cuenta que aún reviviendo y visualizando muy nítidamente un recuerdo, en el trasfondo siempre queda la noción de que es algo pasado. Sin embargo esto no es válido para las propiocepciones, las sensaciones internas, las sensaciones musculares kinestésicas, porque no tienen tiempo y únicamente pueden vivenciarse en el aquí y ahora. Por lo tanto si hacemos el ejercicio de ir y venir entre una visualización y una propiocepción, podremos llenar los espacios en blanco y completar asuntos inconclusos del pasado. Es corriente que el paciente nuevo encuentre muchas dificultades, inicialmente, al trabar con la técnica del ir y venir para recobrar abstracciones que faltan. Por ejemplo, algunos pacientes jamás escuchan; otros carecen de emociones que valgan la pena mencionar; hay otros que no pueden verbalizar; y un cuarto grupo carecen del poder de autoexpresión. Trabajemos con este ultimo problema que al menos en teoría es el más simple de todos, la capacidad de autoexpresarse. Tomemos el caso del hombre maduro que es relativamente exitoso y que parece estar requiriendo un “Muro de las lamentaciones”. En esta situación podemos encontrar tres posiciones entre las que ir y venir: 1. las quejas del paciente (su manipulación del terapeuta para lograr apoyo) 2. su autoexpresión inadecuada (falta de contacto y autoapoyo) 3. sus inhibiciones (autointerrupciones). Nuestro enfoque dice que queremos que el paciente se dé cuenta, en el consultorio, del significado de lo que está haciendo. Y creemos que puede lograrlo
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mediante la actuación en fantasía de cualquier cosa que sea, que esté por completarse en él. (concepto básico de la Gestalt). El paciente se siente obligado a repetir en la vida diaria todo lo que no logra concluir de manera satisfactoria, estas repeticiones son sus asuntos inconclusos. El problema es que no puede darles una solución creativa, ya que repeticiones e interrupciones llegan al mismo tiempo. Hay otros pacientes que no escuchan. A estos pacientes les permitimos ir y venir entre hablar y escucharse a sí mismos. Al comienzo, tras sus frases le preguntamos: ¿Se da cuenta usted de esta frase?, por lo general recuerdan haber dicho las palabras, pero muchas veces dicen que no se daban cuenta de ellas mientras hablaban. En estos casos hay una desensibilización de la boca, por lo que le pedimos al paciente que se dé cuenta de sus labios y su lengua a medida que habla. Una vez logren escucharse a sí mismos y a sentirse hablando, habremos dado dos pasos: pueden escuchar a los demás y han abierto el camino a la comunicación verbal y no verbal. Generalmente descubrimos que al al impedir a tales pacientes consumir toda su excitación (potencial emocional), comienzan a dar señales de gran ansiedad. Para ellos el hablar se ha convertido en una compulsión y como en toda compulsión si se interrumpe, aparece detrás una gran tensión. Dentro de lo enfoques integrativos que existen en las diferentes escuelas, Perls selecciona la de Moreno, como técnica psicodramática, por considerarla una de las más vitales. Consiste en ir pidiéndole al paciente que vaya representando diferentes roles: desde el niño apabullado hasta la madre criticona. El valor terapéutico de esta técnica es facilitar el desenlace del “click”, la riña constante entre perro de arriba y perro de abajo, lo que se lleva a efecto no por una adaptación, si no por una integración. La primera vez que el paciente del dolor de cabeza (recordemos que se negaba a llorar y por eso psicosomáticamente apareció́ el dolor de cabeza) entra en la consulta, ciertamente no estaba en contacto con el terapeuta, si no con su dolor de cabeza, y éste con el terapeuta. Al igual que otros ofrecen como medio de contactar una máscara o una fachada, él ofreció su dolor de cabeza. El paciente nunca va a quitarse la máscara mientras sienta que su seguridad al usarla es mayor que la incomodidad de usarla. A pesar de que la interrupción está teniendo lugar en el plano somático, tenemos que completar el cuadro encontrando la fantasía que promueve esta interrupción. Y es normal encontrar alguna fantasía de algún orden opuesta a su exigencia. O lo que es lo mismo, actúa como si alguien le estuviera ordenando que no llorara. Está obedeciendo a sus fantasías. Hay entonces dos opciones: o se da cuenta que se inhibe a sí mismo o no. En este último caso, se dará́ cuenta de sus exigencias pero como una proyección, como una suposición de que es el terapeuta quien se opone a su llanto y estalla con un “déjame tranquilo”. Si es ası́, ́ el paso siguiente es que él mismo se de cuenta de la paradoja de que el terapeuta le ordene que no llore y a su vez esté de acuerdo con el llanto. Descubriendo por si mismo ( si el terapeuta no toma partido) lo absurdo de hacer responsable al terapeuta. Lo que significa que el paciente estará́ en contacto consigo mismo y este es el primer paso para contactar con los demás. En estas técnicas sólo hay una condición a tener en cuenta: el paciente debe de ser capaz de expresarse y para hacer psicodrama tiene que ser capaz de identificarse con roles que le disgustan. Otra importante técnica es la aproximación a las áreas de confusión a través de las interrupciones manifiestas. La confusión es un mal apoyo del contacto y además es extremadamente desagradable y que, al igual que con la angustia, la vergüenza y el desagrado, habitualmente, sentimos un intenso deseo de aniquilarlos, mediante la evitación, el verbalismo o cualquier otro tipo de interrupción.
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La confusión por lo general se asocia a una falta de compresión acompañada por una necesidad de comprender. La única garantía verdadera para librarse de la confusión es la completa despreocupación por comprender. Paradójico no?. Al esforzarse en contactar con un área (de interés) donde el contacto no es posible (desconocimiento del tema,..), se entra en confusión (como si nos hablaran en otro idioma y tratásemos de comprender). La mayoría de las personas tratan de manifestar Este es el esquema especialmente de los neuróticos intelectuales. Cada “eh”, “ahh”, cada quiebre en la frase cubre un área de confusión. Es un intento de mantener contacto cuando la necesidad es de retirarse. Durante estos momentos de confusión está realizando actividad motora velada (escondida bajo el nombre de pensar), y gran parte de la acción que falta en su comportamiento día a día y que constituye, en alguna medida, los asuntos inconclusos de su neurosis, puede encontrarse en el aquı́ ́ y ahora. Los paciente suelen hablar de niebla, humo, telón,.. cuando les preguntamos que fantaseen acerca de algo, si éste logra mantenerse y aguantar el tiempo suficiente con su neblina, ésta terminará por levantarse. El paso final al tratar las áreas de confusión, cuando ocurre por primera vez, parece una experiencia sobrecogedora. Nosotros denominamos a esta experiencia “retraerse al vacío fértil” (algo parecido al trance con conciencia plena). Para llegar a esto han de cumplirse dos requisitos: hay que tener presentes sus técnicas para interrumpirlo. Ocurre algo parecido a una experiencia esquizofrénica en miniatura, vivenciando al máximo su confusión. Aquellos que se sientan seguros tras pasar esa fase de confusión y sin haber quedado hechos trizas, tendrán el coraje suficiente para adentrarse en sus basureros y volver aún más enteros. La parte más difícil es no intelectualizar y verbalizar sobre el proceso en curso. El objetivo de consultar el vacío fértil, es deshacer la confusión y aumentar por tanto el autoapoyo, mostrándole a quién lo experimenta que tiene muchas más cosas en la mano de las que él se imagina. El comportamiento aquı́ ́ y ahora del paciente es un corte transversal microscópico de su conducta global, si llega a ver cómo estructura su comportamiento en la terapia, podrá ver también cómo estructura su comportamiento en la vida cotidiana.
7. ¿Quién está escuchando?
La persona neurótica cuando llega a la consulta trae consigo multitud de asuntos inconclusos de su pasado, de entre esta multitud de posibilidades siempre pone en primer plano uno de ellos. Lo cual está dictaminado por el impulso de supervivencia operante en ese momento. Por lo general encontramos que la necesidad dominante es obtener seguridad y la aceptación del terapeuta (el referido apoyo ambiental que sustituye al autoapoyo), aunque es necesario que el paciente nos lo diga de forma convincente, para tener la total seguridad. Una terapia exitosa debe liberar al paciente en su capacidad para abstraerse e integrar sus abstracciones. Para lo cual el paciente debe de rescatar sus “sentidos”, pasar de imaginar (alucinar, transferir, proyectar, retroflectar e interrumpirse) a ver lo que está ́ ́ libertad de acción y aprenderá ahı́, sin distorsionar los significados. Entonces adquirirá a encararse con cada nueva situación usando todo su potencial. ¿Y cómo puede ayudar el terapeuta? Lo ideal es seguir las indicaciones de los sabios orientales basadas en la afirmación: “vacíese para que pueda ser llenado”. La atención del terapeuta debe flotar libremente y debe estar libre de complejos. El terapeuta
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gestáltico está al acecho de situaciones concluidas e inconclusas, sin embargo todo lo dicho antes acerca antes acerca de las interrupciones, abstracciones fijas, etc., también se puede aplicar al terapeuta aunque en menor grado estableciendo ası́ ́ una jerarquía que va de más a menos neurótico. Si el terapeuta es demasiado dominante, no ayudará al paciente hacia su autoafirmación, si por otra parte el terapeuta se apoya en teorías rígidas para compensar la falta de autoapoyo del paciente, terminará aplastándole y denominando resistencia cualquier punto de vista en el que difieran, finalmente, si el terapeuta está profundamente retraído, hablará de relaciones interpersonales pero no llegará hasta el paciente. En todas estas situaciones y en otras posibles, estará sucumbiendo ante las manipulaciones del paciente porque no se dará cuenta de que la aceptación superficial de sus interpretaciones no produce ningún cambio en su conducta. Por lo general el terapeuta puede escoger entre tres caminos sea cual fueren sus prejuicios o enfoque teórico: 1. Simpatía ó compromiso con el campo total, un darse cuenta de sí mismo y del paciente. 2. Empatía, una especie de identificación en la que el terapeuta se excluye a sí mismo del campo y por ende elimina la mitad del campo. Su interés está centrado en el paciente y en sus reacciones. Este sería el terapeuta ideal para Perls. 3. Apatía, desinterés que se ejemplifica en el antiguo chiste psiquiátrico “¿Y quién escucha?” (¿?) que, evidentemente no lleva a ninguna parte. La mayoría de las escuelas psiquiátricas es su búsqueda del terapeuta ideal pide que sea más bien empático. Si el terapeuta está en simpatía con el paciente, tenderá a proporcionarle apoyo ambiental o tornarse defensivo o a sentirse culpable si se lo niega. En estos casos la terapia suele fracasar, porque para lograr la transformación desde el apoyo externo al autoapoyo, el terapeuta tiene que frustrar los intentos del paciente para lograr apoyo ambiental y la simpatía le puede cegar ante los manejos del paciente. Y sin embargo, si el terapeuta se refrena a sí mismo quedándose en empatía con el paciente, está privando del campo de su instrumento más importante; de su intuición y de su sensibilidad ante los procesos en curso del paciente. Por lo tanto, tendrá que aprender a trabajar tanto con la simpatía como con la frustración. Una relación verdaderamente satisfactoria y sana entre dos personas exige de cada una de ellas la capacidad de combinar la simpatía con la frustración. La persona sana no pisotea las necesidades de los demás, ni permite que lo hagan con las suyas propias. Tampoco se resiente si su pareja reafirma sus propios derechos. El punto débil de la simpatía lo encontramos en la ausencia del límite de contacto. (como en todas las confluencias). El terapeuta está tan sumergido en el campo que no puede ser testigo de él. Está sin perspectiva. El procedimiento terapéutico que utiliza la empatía y que guarda mucho parecido a la vida real, tiene un punto débil y es que se asemeja a la vida real precisamente en aquellas situaciones que engendran y fortalecen el desarrollo neurótico. En la empatía no puede haber un contacto verdadero, en el peor de los casos se convierte en confluencia. Hay una excepción, se ha visto que la técnica no frustrante empática es muy útil en el tratamiento de la fase inicial de la psicosis. Ya que este caso, la frustración ya está presente en el individuo y en un elevado grado. Solamente el contacto, por sí solo puede engendrar autoapoyo. El imponerle sufrimiento innecesario al paciente en terapia parece una frustración innecesaria y por tanto sadismo. La imposición de tabúes, de “no debieras”, son ejemplo de ello. Al referirnos a frustración hemos de tener muy presente que lo que frustramos son sus intentos de controlarnos a nosotros mediante sus manipulaciones neuróticas, para hacer que se vea obligado a usar sus propios recursos y desarrollar su autoapoyo y sólo
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entonces podrá́ dirigir toda su habilidad manipuladora a la satisfacción de sus necesidades reales. El paciente sobrefrustrado sufrirá, pero no se desarrollará y con la aguda intuición del neurótico y su visión distorsionada encontrará todo tipo de de maneras de evitar las frustraciones que le impone el terapeuta. Sin embargo la frustración debe usarse, dado que sus manipulaciones neuróticas son un modo de evitar el compromiso total de las situaciones. El primer paso en la terapia gestáltica es averiguar qué es lo que necesita el paciente. Si no es psicótico, el paciente se da cuenta parcialmente de sus necesidades y puede expresarlas al menos parcialmente. Puede que no se dé cuenta de lo que necesita, que le de vergüenza pedirlo o que no sepa o esté confundido, pero una vez que logra expresar sus exigencias y mandatos en forma directa, ha dado el paso más importante. El imperativo es la forma más primaria de comunicación. El neurótico usará sus insinuaciones veladas y enmarañadas para manejarnos y que le apoyemos, y usará exigencias explicitas cuando ya está comenzando a clarificar y ́ descubrir su falta de ser. Y aquı́ hemos de distinguir entre el discurso expresivo (cuyo objetivo es ventilar sentimientos) y el impresivo (exigencias destinadas a producir una reacción en el otro). La comunicación genuina no está en ninguno de los dos extremos, funciona como un evento del campo; es verdadera tanto para el que manda el mensaje como para el que lo recibe. La diferencia entre comunicarse y hacer como si nos comunicásemos, radica en la manipulación para llamar la atención sin una necesidad genuina detrás. Las madres distinguen muy bien cuando sus hijos lloran angustiosamente y de forma genuina y cuando lo hacen aullando para clamar atención a capricho. El imperativo genuino corresponde a la formación figura-‐fondo natural; apunta directamente hacia la catexis positiva y negativa. El objeto con catexis positiva exige atención, el objeto con catexis negativa exige aniquilación y no es necesario destruirlo para aniquilarlo. Si alguien irrita o enfurece basta con exigirle “¡cállate¡” o “¡vete de aquí¡”. El imperativo es por naturaleza la herramienta más poderosa para moldear al individuo a la forma requerida socialmente. Desde los tabúes primitivos y los Diez Mandamientos, hasta los “haz esto” y “no hagas aquello” de la madre. El imperativo no tiene nada de malo en sí mismo, los problemas surgen cuando quien lo recibe, lo rechaza bien por razones biológicas o razones psicológicas. La neurosis surge si coexisten simultáneamente imperativos de índole social y personal que no pueden ser enfrentados mediante la misma acción. Si tanto la exigencia como la cosa exigida son aceptables, la gestalt está cerrada. La demanda del bebé por su madre, la petición de orientación por el inseguro, la orden que libera al soldado de responsabilidad, son aceptadas graciosamente, pero si hay una resistencia y el imperativo se ejecuta de todas las maneras, tendremos resentimiento y néurosis. Si, por el contario, el imperativo ha asumido la categoría de ley natural como el “honrarás a tu padre y a tu madre” y a pesar de todo es rechazado, tendremos criminalidad o el neurótico sentimiento de culpa. Los problemas del neurótico comienzan, por lo general, en la niñez. Ocurre si el imperativo va a contrapelo, pero al igual es aceptado de buena fe. Se crea entonces un área de confusión simple o doble y cualquier decisión que se tome lleva a la desesperación, por ejemplo, la orden “¡no llores¡” recibida cuando hay congoja genuina, hay una confusión simple. Esta confusión se complica si además se le agrega una confusión semántica como “¡compórtate de acuerdo a tu edad¡” ó “¡pórtate bien¡” y otros que tienen connotaciones extensas y que terminan dejando al niño completamente confundido. “¿Qué es comportarse de acuerdo a mi edad?” “¿Qué es portarme bien?”. En
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la práctica clínica se encuentran muchos casos de personas escrupulosas por los detalles, que fueron confrontadas en su niñez con exigencias tana vagas como esas. Una vez que el paciente ha integrado las partes disociadas de un evento neurótico, como ser un síntoma, y ha logrado proferir un imperativo sentido plenamente cómo “¡déjame tranquilo¡”, ha logrado también aclarar una de sus áreas de confusión (algo que ha estado queriendo hacer, pero sus introyectos le han forzado a interrumpir su expresión). Ahora sí que las exigencias del paciente son un imperativo genuino, expresa sus necesidades, es significativo para él y para el terapeuta. En este caso el terapeuta puede y debe hacer todo lo posible para satisfacer tales necesidades y demandas, como la madre tranquiliza el llanto de su bebé. En resumen, la utilización por parte del terapeuta de las herramientas de la frustración y la satisfacción debe pasar porque el terapeuta frustre aquellas expresiones del paciente que reflejan su autoconcepto (sus técnicas manipulatorias y sus configuraciones neuróticas) y satisfaga aquellas que son verdaderamente expresiones de sí mismo. A medida que la terapia avanza, el paciente va dejando a un lado sus técnicas manipulatorias neuróticas y el terapeuta tendrá́ que frustrarlo cada vez menos y lo ayudará cada vez más en la obtención de satisfacciones. Cuando termine la terapia, por primera vez el paciente encontrará satisfacciones en su contacto con los demás.
IIª Parte: Testimonios de terapia
En esta segunda parte, se transcriben los videos/películas cinematográficas del trabajo gestáltico introductorio que Perls realiza con sus pacientes. Ya que no consideraba que su trabajo fuera mágico o milagroso y quería que sus alumnos estudiaran la técnica detenidamente, creyendo firmemente que una vez que comprendieran realmente el proceso gestálticos, se desharían del mito del culto a Perls. Los problemas obvios de estudiar las transcripciones son que no se aprecia el tono de la voz, sus inflexiones y la comunicación no verbal desaparece. Se nos escapa esta dimensión, ası́ ́ como la dimensión del tiempo. Todos estos factores contribuyen a la ilusión de que la Terapia Gestáltica es instantánea, con lo cual se malogra el objetivo principal de este estudio.
Terapia gestáltica en acción ¿Que es gestalt? La idea de la terapia gestáltica es convertir a las personas de cartón en personas de verdad. Que el hombre de este tiempo (años 70) vuelva a la vida. Que pueda ser un líder sin ser un rebelde, que tenga un centro en lugar de estar apoyándose en cosas. La idea de conseguir esto pasa por analizar cómo el hombre social, en épocas anteriores, vivía para lo que era correcto y cumplía su tarea sin importarle si realmente quería su trabajo, o si era adecuado para él. La sociedad estaba regida por el “debe-‐ismo” y el puritanismo. En la actualidad (años 70), el medio social ha cambiado, del puritanismo se ha pasado al hedonismo, se vive para la diversión, para el disfrute y la excitación. La persona se ha tornado fóbica con el dolor y el sufrimiento, y el resultado es la falta de
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crecimiento. Estamos hablando no de masoquismo, si no de encarar con honestidad las situaciones desagradables y esto está muy relacionado con el enfoque gestáltico. La idea central de Gestalt consiste en un todo, algo completo en sí mismo, apenas dividimos una gestalt tendremos partes y pedazos y ya no algo entero. La gestalt debe ser completada, si no se completa, quedamos con asuntos inconclusas y estas situaciones presionan y presionan para ser completadas. Supongamos que hemos tenido una riña con alguien, realmente nos enfurecimos con ese tipo y queremos vengarnos: esta necesidad de venganza joderá y joderá hasta que concluyamos la situación. Como vemos hay miles de gestalts inconclusas y todas ellas pugnan por salir a la superficie y siempre ocurre que la gestalt más importante surge primero. Tenemos que darnos cuenta de lo obvio, si logramos entenderlo veremos que está todo ahí. Todo neurótico es una persona que no ve lo obvio. De modo que lo que se intenta hacer en terapia gestáltica es entender la palabra “ahora”, el presente, el darse cuenta y ver lo que ocurre en el ahora. Otro punto a recalcar es la palabra “cómo”, no nos interesan los porqués (causas, razones, excusas, racionalizaciones,..) ya que al entender la estructura podemos cambiarla. Y una estructura que nos interesa muchísimo es la estructura del argumento vital –también llamado karma o destino-‐, que suele estar compuesto de autotortura, juegos fútiles de automejoramiento (autoayuda), realizaciones y cosas por el estilo. De pronto se encuentran dos personas con karmas distintos y tratan de imponerse su guión vital, o uno quiere agradar al otro olvidándose de sus necesidades propias convirtiéndose en parte de su guión y entonces viene el compromiso, la confusión, las peleas y las personas se quedan pegadas entre ellas y todo el guión vital se enreda. De modo que lo queremos hacer es reorganizar nuestro argumento vital y los modos para hacerlo se pueden entender bastante bien. A continuación Perls invita a una persona del grupo a trabajar con él. DON. Se presenta y a petición de Perls utiliza la palabra “ahora” para definir cómo se siente. Comienza un diálogo y en un momento determinado, Perls, muestra al auditorio lo que el llama una de las fisuras más corrientes de la personalidad: la división entre perro de arriba y perro de abajo. El perro de arriba es normativo, a veces tienen razón, pero siempre actúa como si la tuviera (“tú debieras”). El perro de abajo dice a todo que sí (“sí claro”, “sí, pero mañana si es que puedo”) es un excelente frustrador y el perro de arriba no se lo permite, continuando el juego de la autotortura año tras año. El darse cuenta Perls define aprendizaje como descubrir que algo es posible y muestra cómo a través de los juegos autodestructivos nos estamos impidiendo crecer, ya que en el mismo instante que surge algo desagradable o doloroso nos hacemos fóbicos, nos escabullimos, nos desensibilizamos, usamos todo tipo de medios para impedir el proceso de crecimiento. Si uno trata de darse cuenta de lo que está ocurriendo, pronta verá que abandona la base segura y se torna fóbico. Se escapa al pasado asociando libremente o se arranca al futuro fantaseando todo tipo cosas horribles, o bien hacemos cualquier cosa, con tal de no darnos cuenta de lo que está sucediendo y en esto hay implicado un proceso muy complicado de autodecepción. Nuevamente, Perls pide al grupo que alguien se adelante para trabajar el darse cuenta del proceso en curso. MAREK: Se presenta y a petición de Perls utiliza la palabra “ahora me doy cuenta” comienza y en un momento determinado, Perls, muestra al auditorio como saltó hacia el
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futuro al decir “ahora me doy cuenta que estoy esperando que no se fijen en mí” y para reducirle su anticipación al proceso en curso utiliza la palabra “cómo” y le pregunta “¿Cómo vivencias la espera?” y le hace ver la inconsistencia entre su respuesta (siento la espera como una tremenda tensión) y hacerlo sonriendo. Después de un breve diálogo muestra al auditorio cómo las personas tienen diferentes modalidades de evitar el compromiso con lo que hay ahí. El paso siguiente es con qué se está en contacto. Hay tres posibilidades: con uno mismo, con el mundo y con la vida de fantasía. La fantasía ó zona media es la parte loca que tenemos en nosotros mismos. Hay una zona en particular en nosotros donde somos totalmente locos: los sueños. Estos sueños han adquirido tanta importancia en nuestras vidas que perdemos todo contacto con la realidad del mundo, o aquella otra realidad de nuestro yo auténtico. Perls le pide a Don que comience con: “ahora me doy cuenta de” DON, comienza y en un momento dado, Perls, le hace ver que evita mirarle a él y al grupo y que va del darse cuenta propio, al darse cuenta del mundo,.. hasta que Perl destaca que se ha producido una integración entre el mundo y el “yo”. PENNY: Se presenta, comienza y en breve, Perls, le hace ver que le está evitando y le pregunta ¿Qué está evitando?: Trato de esconder mi miedo y le pide que intente captar el ritmo del contacto y del retito, enfrentarse y retraerse, como si fuera el ritmo del corazón. Le pide que cierre los ojos y entre en sus pensamientos, en alguna fantasía, en alguna tensión,.. y que lo cuente,.. expresa que está entre sus pensamientos buscando una respuesta y se siente frustrada. La pide que abra los ojos y que exprese lo que ve y Penny indica la intensidad de los colores que la rodea. Se ha producido lo que en terapia gestáltica se conoce como “minisatori”, que se corresponde con un despertar verdadero cuando reconoce su frustración y su necesidad de hacer algo. ANN: Se presenta y le pide que se dirija al mundo “¿De qué te das cuenta en el ambiente? para que intente establecer contacto. Lo hace con alguna persona del grupo, con ella misma y a continuación con Perls. A continuación la pide que retire el contacto y que exprese lo que siente,.. Todo ello es un ejemplo que muestra la capacidad de darnos cuenta
Matrimonio Hablando del guión vital de la persona, no podíamos dejar atrás el tema del matrimonio, ya que involucra a un cierto número de personas, que precisamos para mantener alto el nivel de autoestima y es parte de nuestro argumento vital. Y es que el problema del matrimonio comienza cuando la pareja no calza en el guión vital de uno, o sea, cuando estamos enamorados de una imagen y no de la persona. Comienza entonces la frustraciones y las dificultades, especialmente, si uno de la pareja tiene la maldición del perfeccionismo. En este caso se empieza a exigir lo imposible a la pareja, de ahí al resentimiento, al juego de culpas, a las irritaciones,.. La primera pareja que participa en este trabajo son CLAIRE y DON y lo que más interesa es el tipo de comunicación que evitan (no dirigir la mirada, hablar en voz baja como crueldad encubierta...) los pensamientos encubiertos, las llamadas masturbaciones mentales... Perls, comienza pidiéndoles que expresen su ir u venir entre el mundo interior y exterior (del “yo” al “tu” y viceversa) y que traten de establecer una comunicación simple, por ejemplo: “Si te digo lo que realmente pienso de ti no me vas a querer, te vas a separar de mi, o cualquiera de las expectativas catastróficas que tengan. Comienza Claire expresando sus dificultades y deseos para comunicarse, distanciándose
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del ahora y aquí. Don le expresa la evitación de mirarla en el ejercicio anterior. Claire expresa en voz baja su tensión muscular y lo que percibe en Don,.. La siguiente pareja la forman RUSS y PENNY y les pide que hagan el mismo ejercicio expresando “lo que me doy cuenta con respecto a mí mismo y lo que me doy cuenta con respecto a ti” comienzan a expresar lo que ven obvio (movimientos de manos, cabeza,..) en su diálogo, Perls, les hace ver la importancia que le dan al hablar y lo poco que conectan con sus emociones. Se asombra de la poca comunicación que existe en la pareja a pesar de que vivan juntas. La siguiente pareja la forman ANN y BILL, les pide que expresen lo mismo que la pareja anterior. Comienzan el intercambio y a lo largo del mismo, Perls, le hace ver a Bill que está evitando mirar a Ann y le pide que lo interprete (no estar preparado para enfrentarse), dándole tiempo para ello y que exprese lo que está experimentando. Finalmente, Perls, expresa al grupo cómo ha ido pasando desde lo conceptual, al usar de sus experiencias como medios de comunicación, se fueron de lo intencional a la atención. Y tan pronto como uno se expresa genuinamente desaparece toda la incomodidad. Parejas En esta oportunidad, Perls, quiere comenzar con la oración de la Gestalt: Yo soy yo y tú eres tú. No estoy en este mundo para llenar tus expectativas y tú no estás en este mundo para llenar la mía. Yo es yo y tú es tú. Comienzan DONN y CLAIRE y les pide que la tengan en cuenta en su intercambio, después de unas breves frases, les hace ver que han pasado de la masturbación mental y han acabado echándose la culpa. Les pide que vuelvan a comenzar y que lo hagan quedándose con el ahora y expresándole al otro sus reacciones y pensamientos del modo más sencillo, tal y como lo estuvieran pensando en voz alta, evitando la censura que se hace en el pensamiento para manipular al otro por medio de la persuasión, el engaño o el convencimiento. Perls les ofrece dos frases (trucos) para la comunicación verdadera: Uno es ser muy honesto con el estado en que está (Estoy atascado. Ahora no sé que decir. Me haces sentir mal). El otro truco es traducir el famoso telón de proyecciones del it (ello) en yo o tú, ya que con el it se evita toda responsabilidad. Si estamos atascados, lo más fácil para que la angustia desaparezca es comunicarlo. La siguiente pareja la forman RUSS y PENNY. Comienza Russ expresando lo que esperan el uno de la otra hasta que Perls comienza a trabajar con él, en la silla vacía, el apoyo de su madre. Continúa con Penny, haciéndola recordar la oración de la Gestalt y pidiéndole a Russ que la ayude a recordar, entrando éste en un bloqueo que Perls lo define como impasse, donde uno se confunde, todo da vueltas y se repite el asunto una y otra vez tratando de salir de él. En realidad estas dos personas parecen estar atascadas en sus expectativas, pero una vez que han establecido el guión si no se atraviesan y se supera ese impasse, seguirán así para siempre y lo único que queda es mantener el statu quo. La tercera pareja la forman BILL y ANN. Comienzan repitiendo la oración y Ann aclara que no la siente así, continua el intercambio hasta que Ann confiesa que está atascada. Perls aprovecha una pausa para distinguir, a grandes rasgos, tres categoría de hablar: 1) sobre-‐ismo: cuando se habla sobre algo sin llegar jamás a la raíz. 2) debe-‐ismo o moralismo, cuando se está constantemente insatisfecho con lo que es. 3) ese-‐ismo o existencialismo: esto es lo que es. Una rosa es una rosa. Perls, generaliza la situación de muchas parejas que se casan y llega un momento en el que descubren que están atascados. Cree firmemente en que se puede atravesar la
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impasse siempre y cuando se ponga toda la atención en el modo de como se está atascado y seguir trabajando desde ahí. Que nadie piense que será agradable o divertido, es mejor seguir jugando al juego de culparse mutuamente. La siguiente pareja son RUSS y PENNY. Comienzan diciéndose “Estoy atascado contigo y lo estoy con tu ocio, tu grandiosidad, con tu motocicleta” (Penny a Russ) y Russ: Estoy atascado con extravagancias, con tu sentido práctico,.. A continuación, Perls, les pregunta por sus sueños, Penny: llenos de colorido y muy nítidos y Russ: muy desdibujados, por lo general no los recuerda (¿Cuál será la relación entre sueños y atasco en la relación de pareja? ¿Neurosis?). Las parejas siguientes van hablando de sus “atascos” y Perls les pregunta cómo son sus sueños hasta llegar a las parejas nuevas en el grupo que no han sido iniciadas en el enfoque gestáltico y con ellas, Perls, trabaja diferentes juegos matrimoniales y como “juegos” nada de lo que digan será tomado como evidencia en contra de uno de ellos y lo que puedan prometer es válido para la situación en la que van a trabajar. Estos juegos son los de la evocación para ver cómo uno llega al otro (diciendo su nombre) y si sencillamente llega o no. El juego de los resentimiento: “estoy resentida contigo por tal y tal cosa”. El juego de las exigencias. El de las exigencias y el enojo (frustrar, provocar,..) El juego de la obediencia (en forma exagerada). El juego de los aprecios: “aprecio de ti esto y esto otro”. Todos esto juegos contribuyen a llegar a la comunicación verdadera entre los cónyuges dentro del ámbito terapéutico. Memoria y orgullo Perls, busca entre su material intelectual para encontrar algunas ideas que puedan permitirles seguir trabajando consigo mismo y con los demás. Para ello tiene que hablar del material proyectado. Gran parte de lo que hay alienado en nosotros está proyectado, ya sea en sueños o en el mundo. Ahora bien, muchas personas padecen de timidez extrema. Perls, pregunta si alguien padece de ello y se adelante DAWN que trabaja sus inhibiciones con la técnica de la silla vacía. A continuación, Perls, trabaja con MAREK la falsedad de su sonrisa hasta descubrir que esconde un profundo resentimiento hacia hechos de su infancia en la Varsovia ocupada por los nazis. Marek quiere mantener esos recuerdos (le hacen sentirse mejor que los demás por que sufrió mucho) hasta que evidencia la poca importancia que tienen ahora, finalmente, se despide de ellos. Perls: Nietzsche dijo en una oportunidad, la memoria y el orgullo se están peleando. La memoria decía que fue de tal modo y el orgullo sostenía que era imposible que hubiera ́ sido ası́. Ustedes verán, tomamos la memoria y los recuerdos como algo que pertenece al presente. Ya sea que los recuerdos sean veraces o estén distorsionado, nos aferramos a ellos. Los mantenemos como un campo de batalla o como una justificación a algo. En realidad no los necesitamos. Filosofía de lo obvio A Perls, le hubiese gustado llamar a la Terapia Gestáltica la filosofía de lo obvio. Tomamos a lo obvio como un hecho establecido, pero examinado más detenidamente, vemos la cantidad de prejuicios, distorsiones y creencias que esconde. El hecho más obvio que tenemos dentro de nuestra esfera de acción es el hecho de que tenemos dos niveles de existencia: un mundo interno y uno externo. El mundo interno (mente) funciona de un modo homeopático; en una fracción de segundo ensayamos nuestras
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acciones en nuestra fantasía. Ahora bien, la mente sana es como una edición al minuto de la realidad, pero ambas (realidad y fantasía) van juntas. La gestalt que se forma en nuestra fantasía tiene que coincidir con la gestalt presente en nuestro mundo exterior para poder llegar a una conclusión que sirva para enfrentar la vida, concluir una determinada situación, etc. Cuando no hay una conexión entre ambas, nos enfrentamos a personas que viven con expectativas catastróficas o imaginando que será rico y famoso o cosas por el estilo. Estas distorsiones se deben a la falta de constatación entre la fantasía y lo real, el no captar la existencia paralela entre el mundo interno y el externo. Existe un región donde tenemos vida desconectada del mundo externo y donde somos verdaderamente insanos: los sueños. Ellos aparecen como verídicos, particularmente si se es autofrustrador, entonces se sueñan con pesadillas, en las que se quiere encarar una situación y lograr algo, y cada vez se frustra. Uno se impide a sí mismo lograr lo que se quiere lograr. La verdad es que nuestros sueños son una modalidad mucho más explicita de nuestro guión vital. En el sueño cada aspecto (personas, objetos, cosas,...) somos nosotros mismos fraccionalizados. En la terapia hemos de integrar estas partes dispersas, alienadas y desposeídas del sí mismo y hacer de la persona un todo entero. Una persona entera es una persona que funciona bien, que puede confiar en sus propios recursos y que puede asumir su propio crecimiento. La base del trabajo de los sueños se estructura en: 1) La historia. Qué hemos soñado. 2) Revivir el sueño y esto lo logramos mediante un cambio gramatical. Relatando el sueño en tiempo presente ”estoy escalando una montaña...” 3) Dirigir la escena, armarla. Percatándonos que somos el autor, el director, el actor el escenario, la utilería. Veremos que hay oportunidades para dos cosas: para integrar los conflictos y para reidentificarnos con las partes alienadas, reposeyéndolas. Hemos de llegar a ser el villano y el demonio y darnos cuenta que son todas las partes de nosotros proyectadas. Así llegamos a la noción de la proyección, como desposesión de una parte de nosotros mismos que luego aparece en el mundo externo, en nuestro mundo personal, y deja de ser parte nuestra. Ahora bien, la reposesión de muchas de estas partes es desagradable, no nos gusta aceptar que somos una alcantarilla o un policía. Aquí es donde aparece el momento de aprender a sufrir ante la idea de que podamos ser una alcantarilla y luego súbitamente aparece escondido tras estas proyecciones un caudal de energía valiosa. Es fundamental dejar claro, que no es necesario trabajar con el sueño entero. Para Perls el significado del sueño es siempre un mensaje existencial. Una paradoja a resolver para poder seguir creciendo. A continuación, Perls pide un voluntario (RUSS) con el cual trabaja las etapas de la técnica y nos enseña cómo en la representación se muestra el significado que esconden los sueños: un mensaje existencial que compromete el guión vital de la persona. Pide otra voluntaria (ANN) que revive un sueño repetitivo, cuya función (según Perls) es intentar llegar a una solución ó concluir algo. El sueño de Madeline Madeline revive su sueño “Soy un lago redondo, me siento perfecto y mi agua es buena y suave de tocar. Pueden nadar y no hay dada sucio en mi fondo. Y en el centro de mí lago hay una sorpresa. Vale la pena nadar dentro de mí o tomar un bote. En el medio de mí tengo una estatua, es un muchachito vertiendo agua”.. “Soy una estatua, tengo un jarro en
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los brazos y vierto agua. No puedo inclinarme y darles, solo puedo seguir vertiendo mi agua y deseando que vengan a beberla”. Perls, la pide que sea el agua del jarro y que se lo diga a cada uno del grupo. Madeline (sollozando) Soy agua de un jarro, no se de donde provengo, pero sé que soy buena para beber. En su interpretación, Madeline, siempre ha pensado que el agua era la espiritualidad, la hermosura del nacimiento y que el jarro era un secreto que no podía alcanzar. Perls, finaliza diciendo que no se hagan interpretaciones y que Madeline sabe mucho más de lo que esconde el sueño. Todo es un proceso de darse cuenta El centro básico de nuestro enfoque es unificar el mundo entero en uno solo. Considerando las tres dimensiones posibles: extensión, duración y darse cuenta, entonces podemos decir que todo es un proceso de darse cuenta, y tan pronto como aceptamos esto comienza a derrumbarse la dicotomía entre lo objetivo y lo subjetivo. Lo subjetivo es darse cuenta y lo objetivo es el contenido del darse cuenta. El darse cuenta es decisivo de la peculiaridad de cada uno de nosotros: la personalidad, esencia o alma. Lo que nos hace estar en contacto con el mundo es la gestalt emergente y la situación emergente inconclusa. Si podemos enfrentar la situación, buscamos apoyo, en el ambiente o en nosotros mismos y cuando nos retraemos, dentro de nosotros, siempre encontramos algo. La mejor manera de acercarse a la zona media para descubrir o darnos cuenta del asunto inconcluso es trabajar acerca del sueño. Perls, pregunta si alguien quiere trabajar un sueño. Helen: Estamos sentados en un grupo de encuentro y estamos sentados en sillas de directores. La sala cambia entre dos salas que me son familiares y sé que cambian las salas por la alfombra: una es delgada de color rojizo y negro, y polvorienta, la otra es gruesa y suave.. Perls la pide que haga un encuentro entre ambas alfombras y a continuación entre las dos salas. A continuación la pide que cierre los ojos y se adentre en su cuerpo para ver que está sintiendo… finalmente, expresa su deseo de no contentarse con lo que tiene, pero eso implica trabajar con otras personas y le da miedo hacerlo. Perls, aclara que la ha dirigido poco y cuando descubre algo irracional, entonces lo trabaja hasta que el asunto se aclara, para ello hay que desarrollar gran cantidad de intuición y sensibilidad, hasta que sale la personalidad completa. Entonces ocurre algo totalmente inesperado: se compromete la personalidad con las emociones y otra vez presenciamos un avance en el proceso de crecimiento. Fritz, amigo y Freud Para finalizar el libro, Perls transcribe una sesión de trabajo con Bárbara y su sueño recurrente. Bárbara: Estoy en la cama y de repente me encuentro completamente paralizada y no me puedo mover en absoluto. No puedo mover los dedos de los pies y tampoco puedo abrir los ojos, no puedo hacer nada. Estoy completamente paralizada. Me da mucho miedo esto y luego desaparece. Me da la impresión que dura mucho tiempo, pero creo que son unos pocos minutos nada más. Es cómo si no pudiera hacer absolutamente nada y me hizo pensar acerca de mi incapacidad de actuar cuando tengo miedo o rabia.
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Perls, la pide que relate la historia pero haciéndose responsable de todo lo que ocurre, por ejemplo: “Yo me paralizo a mí misma”. Bárbara lo narra de esta manera y al finalizar la pide que repita los golpes que se da en el muslo con una mano, bávara lo hace mientras se dice: ¡Eres una niña mala porque eres fingidora y deshonesta¡ Te mientes a ti misma a los demás y estoy harto de esto porque no funciona. La pide que elabore esto y Bárbara le reconoce que jamás aprendió a hacer otra cosa, solamente cuando está protegida y en una situación de apoyo…. Sigue el trabajo hasta que Perls la pide que le imite a él y comienza un intercambio de papeles del cual Perls acaba hablando a Freud (en sentido figurado).
EVALUACIÓN CRÍTICA. Reflexiones planteadas
La primera parte del libro: El Enfoque Gestáltico, abarca diversos aspectos teóricos de este enfoque tal y como la concibe Fritz Perls y lo hace de una forma clara y precisa, aportando ejemplos que ayudan a clarificar y comprender los principales fundamentos de la Teoría Gestáltica, ya que aunque parece sencilla, no deja de ser compleja y profunda. Perls parte de un fundamento esencial que nos dice: la comprensión de sí mismo requiere sentimiento y sensibilidad, además del propio entendimiento mental –el más extendido en la cultura occidental-‐ y que nos hace pasar por un filtro toda nuestra experiencia. Sus premisas aportan una cosmovisión basada en la organización de los hechos (Gestalt), la autorregulación del ambiente (Homeostasis), unificar la visión mental y física del comportamiento humano (Holística), poner el foco en el limite del contacto entre el individuo y su ambiente (Límites del contacto). El aspecto esencial de la terapia, según Perls, es que el individuo complete la Gestalt, es decir, que satisfaga sus necesidades, pero como el neurótico ya no es capaz de identificar cuáles son sus necesidades, la idea es ayudarle, a través de la terapia, a que sea capaz de sentir lo que necesita y de saber cómo manejarse a sí mismo y a su ambiente. En la terapia, lo que hace el paciente es una clave de lo que piensa, y entre “pensar” y “hacer” hay una etapa “jugar” en la que el paciente expresa muchas cosas, siendo lo importante conseguir que preste atención a sus acciones, fantasías y roles, para que pueda llegar a conocer su significado por sí mismo. Este enfoque hacia el juego en las terapias gestálticas, bajo mi punto de vista, aporta un enfoque completamente nuevo y sumamente atractivo para el paciente, ya que hace que sus defensas y resistencias puedan resultar más ligeras y con ellos abrirse a su propia exploración y autodescubrimiento. Perls, explica cómo el individuo establece sus defensas para protegerse a través de cuatro mecanismos (introyección, proyección, confluencia y retroflexión) que perturban los límites y que son los responsables de su neurosis. El paciente, como es obvio, siempre llega a terapia porque está pasando por una crisis existencial y busca encontrar en la terapia el apoyo que no encuentra en sí mismo o en
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el ambiente, por lo tanto una terapia exitosa le debe proporcionar un mayor autoapoyo. Al no llegar de forma inmediata, el apoyo ambiental que el paciente espera conseguir con la terapia, el terapeuta recibirá una catexis negativa de su frustración, comenzando la terapia con un cierto balance de frustración y satisfacción. Esto, bajo mi punto de vista, es un factor esencial a tener en cuenta en las primeras etapas del proceso terapéutico, ya que muchos pacientes podrán sentirse reforzados en su frustración y abandonar la terapia en las primeras sesiones. De ahí la importancia en alcanzar siempre alguna satisfacción, desde el comienzo de la terapia, en forma de descubrimiento de sí mismo y de sus propios mecanismos neuróticos a través del “darse cuenta” y de los diferentes ejercicios o juegos para lograrlo. La Terapia Gestalt se basa en el “aquí y ahora” y su objetivo es proporcionar medios al paciente para que pueda resolver sus problemas actuales y los que puedan surgir en el futuro, ya que si logra darse cuenta plenamente en todo momento de sí mismo y de sus acciones, y de cómo se produce sus propias dificultades, reviviendo sus traumas y problemas, dándose cuenta de sus gestos, su respiración, emociones, voz, etc., aprenderá de si mismo y verá con mayor claridad los modos en los que evita “ser” ahora. Una frase central es “ahora me doy cuenta” y se usa el “yo” para desarrollar su sentido de la responsabilidad sobre sus propios pensamientos, sentimientos y síntomas. Mi propia experiencia, como lego en la terapia gestáltica, me dice la dificultad que representa el darme cuenta del momento presente, de ahí la importancia de utilizar diversas técnicas terapéuticas, que Perls detalla en su libro, y de las que voy a reflexionar a continuación: Psicodrama, es una de las más extendidas, permite recobrar la intensidad y viveza del evento inconcluso y requiere un buen manejo por parte del terapeuta; Concentración, proporciona la posibilidad de profundizar en cada síntoma y aprender de sus propios mecanismos de interrupción a través del cómo se está interrumpiendo y que es lo que se interrumpe, requiere un cierto entrenamiento; Utilizar afirmaciones o proposiciones, en vez de preguntas para lograr que el paciente se responsabilice de sus propias expresiones, es una e las técnicas más empleadas y se adquiere fácilmente; el “ir y venir” que ayuda a destruir configuraciones de confluencias, rellenando los espacios en blanco y completar los asuntos inconclusos del pasado, una vez adquirida esta habilidad se puede aplicar al ir y venir entre los sentimientos y proyecciones del paciente; La fantasía que consiste en recrear por medio de la fantasía lo que ha estado haciendo en la realidad, con ella se puede descubrir el momento de la interrupción en la solución de los problemas de forma creativa, esta técnica es fácil de trabajar ya que utilizamos la fantasía bastante a menudo. Un caso aparte es la técnica de los sueños y su modo tan peculiar y diferente que propone la Gestalt y Perls para trabajarlos, ya que es muy distinto lo que hacen los psicoanalistas que los dividen en partes y los interpretan, mientras que en la terapia gestáltica se les revive, actuándolos en el presente para convertirse cada una de sus partes en objeto de descripción y dialogo entre estas partes, a través del cual se descubren diferentes proyecciones de uno mismo. También me pareció muy interesante la idea de que los sueños contienen mensajes existenciales de nuestras necesidades, asuntos inconclusos o de lo que evitamos vivir, representando un camino real hacia la integración del ser.
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Análisis de los resultados y su relación con los temas tratados.
La segunda parte del libro: Testimonios de terapia, muestra algunos de los temas tratados en sus talleres grupales (laboratorios). Su desarrollo es muy similar, en la primera parte de la sesión realiza una disertación sobre el tema o los temas a tratar y en la segunda parte trabaja estos temas con una persona o un pareja. Así los temas y trabajos expuestos, agrupados bajo un título o concepto que los particulariza, son los siguientes: ¿Qué es Gestalt?. Expone aspectos como la importancia de que la gestalt debe ser completada para evitar que vayamos acumulando asuntos inconclusos; la importancia de darnos cuenta de lo obvio; entender el ahora; la estructura del argumento vital (karma o destino). Con DON trabaja el ahora y la división entre “perro de arriba” (normativo) y “perro de abajo” (frustrador). El darse cuenta. Perls, define el aprendizaje como descubrir que algo es posible; el darse cuenta que impulsa al futuro, al pasado o a hacer cualquier cosa que evite el darnos cuenta. Con MAREK, trabaja el “ahora me doy cuenta”, el “cómo” y el “con qué está en contacto”. Con DON, trabaja lo mismo. Con PENNY trabaja la evitación y con Ann trabaja el contacto con el ambiente utilizando la frase “De qué te das cuenta en el ambiente” Matrimonio. Donde Perls centra su exposición en el guión vital de cada uno y de cómo la pareja llega un momento en el que deja de calzar el guión vital del otro. Con CLAIRE y DON trabaja la evitación en la comunicación. Con RUSS y PENNY, trabaja la misma cuestión, haciéndolo con la frase: “Lo que me doy cuenta con respecto a mí mismo y lo que me doy cuenta con respecto a ti”. Con ANN y BILL, trabaja la misma cuestión. Parejas. Perls comienza con la “oración de la Gestalt”: Yo soy yo y tú eres tú. No estoy en este mundo para llenar tus expectativas y tú no estás en este mundo para llenar la mía. Yo es yo y tú es tú. Trabaja con DONN y CLAIRE el ahora y les ofrece dos trucos para lograr la comunicación verdadera (ser honesto y emplear el yo y el tu). Con RUSS y PENNY trabaja lo que espera el uno de la otra (expectativas) y el impasse o atasco en cuanto a sus expectativas como pareja. Con BILL y ANN, trabajan las expectativas y las categorías en la forma de hablar (sobre-‐ismo, debe-‐ismo y ese-‐ismo). Con RUSS y PENNY, comienzan con la frase “Estoy atascado contigo y con …” y Perls les pregunta sobre cómo son sus sueños. Las parejas siguientes hablan sobre sus atascos y Perls les pregunta por sus sueños (¿…?) y yo me pregunto cuál será la relación entre sueños y atasco en la relación de pareja y si se manifiesta en los sueños con algún tipo de neurosis. Con las ultimas parejas, nuevas en el grupo, con las que realiza una serie de “juegos” a través de diálogo: Evocación; Resentimiento; Exigencias; Enojo; Obediencia; Aprecios,.. Memoria y orgullo. Perls ofrece al grupo una serie de ideas que les permita seguir trabajando consigo mismo y los demás. Uno de ellas es el material proyectado. Con DAWN trabaja sus inhibiciones y con MAREK trabaja el resentimiento. Filosofía de lo obvio Este es el nombre que le hubiese gustado darle a la Terapia Gestáltica y considera lo obvio como un hecho establecido. Y lo más obvio es el hecho de
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que tenemos dos niveles de existencia (mundo interno y externo). Los sueños son el lugar donde estamos desconectados del mundo externo, por ello se trabaja en la terapia gestáltica. El trabajo se estructura en tres elementos: la historia del sueño; Su relato en tiempo presente; Dirigir la escena del sueño. Trabaja primero con ANN y después con RUSS las etapas de la técnica de trabajo con sueños. El sueño de Madeline Perls trabaja con Madeline su sueño para remarcar la importancia de no hacer interpretaciones de los sueños. Todo es un proceso de darse cuenta Perls, en su reflexión resume que la mejor manera de acercarse a la zona media para descubrir o darnos cuenta del asunto inconcluso es trabajar acerca del sueño. Con HELEN trabaja su sueño y hace ver al grupo como interviene en pocas ocasiones y cuando lo hace es cuando descubre algo irracional. Fritz, amigo y Freud Finalmente, trabaja con Bárbara el sueño que narra haciéndose responsable de todo lo que ocurre en el mismo. Finalmente la pide que le imite a él y comienza un intercambio de papeles del cual Perls acaba hablando a Freud (en sentido figurado). A modo de síntesis podemos decir que las técnicas utilizadas por Perls son las mismas que se usan comúnmente en la terapia grupal o individual: concentración, psicodrama, el ir y venir, fantasías, además de dialogar y la silla vacía. Para los sueños hace que la persona relate o traiga el sueño al presente; lo narre en primera persona para facilitar la identificación con lo que se narra, inicialmente tal y como ocurrió, y luego centrándose en los diversos elementos que van apareciendo.
A lo largo de sus sesiones se ponen de manifiesto toda una serie de temas, expuestos en las charlas ofrecidas por Perls y que sintetizo en el resumen, estos elementos son: lo obvio, al ahora, el argumento vital, el darse cuenta, el cómo, el con qué estoy en contacto, la evitación, contacto con el ambiente, el resentimiento, las inhibiciones,.. es verdaderamente interesante cómo en algunos de los relatos se van manifestando por sí solo y en otros los hace aflorar y los muestra al auditorio en toda su crudeza.
Experiencias y vivencias personales
Existen algunas partes de los temas tratados y de los trabajos con sueños donde me he sentido especialmente afectado. Un ejemplo de ello son los atascos que se producen con la pareja y especialmente la importancia del tipo de sueño que tiene cada uno, es decir su claridad, brillo, color o por el contrario su indefinición, su tonalidad en blanco y negro, etc., son aspectos que quiero explorar y descubrir a través de las lecturas, la reflexión y la experiencia personal y vital.
VALORACIÓN FINAL
El libro “El Enfoque gestáltico y Testimonios de terapia” me ha resultado sumamente interesante por ello he realizado un concienzudo y extenso trabajo (tal vez en demasía) de resumen y síntesis con objeto de que pudiera servirme como manual de referencia,
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una vez devuelva el libro prestado. Por ora parte, me ha aportado una serie de aspectos positivos como son: − Una visión directa y de primera mano de la Terapia Gestalt y de la casi totalidad de los elementos que la configuran, desde la perspectiva de la figura más relevante hasta la fecha: Fritz Perls. − Una amplia selección de ejemplos del trabajo terapéutico básico con diversos temas y sueños que realizó Perls, experiencias que permiten apreciar su personal y particular forma de trabajar. − La posibilidad de estructurar los esquemas de trabajo que Perls aplicaba en sus terapias individuales o con parejas. − Una visión global de las técnicas que Perls aplicaba al trabajo terapéutico con sueños y de su forma de aplicarlas en una muestra amplia y variada de ejemplos reales. Por el contrario, he echado de menos algunos aspectos cómo: − Una mejor traducción al español peninsular ya que el español americano utiliza algunas palabras y giros del lenguaje de difícil comprensión. − Algunas reflexiones más profundas de cada experiencia que permitieran explicar el trabajo realizado por Perls. − Una referencia de cada persona: edad, perfil, su grado de conocimiento del enfoque gestáltico,.. que me hubiera permitido una visión más global y completa. JMM julio 2015
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