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ROCÍO MORENO, Talayuelas. Un día después de que fuera enterrada su amiga y compañera de fatigas "prodigiosas", Rocío Dúrcal, entrevistamos a Joselito en la ciudad donde vive actualmente, Utiel. El "Pequeño Ruiseñor" será homenajeado en Priego (Córdoba) por su carrera artística; nosotros, desde esta humilde tribuna, también nos sumamos a la tarea del recuerdo recogiendo las declaraciones del que fuera objeto de admiración por su inimitable voz durante los años 50 y 60, no sólo en España, sino también en muchas otras partes del mundo. Pregunta: ¿Qué se siente al ser un niño prodigio? Joselito: Depende. Yo he hablado de esto en profundidad hace poco, en los especiales que sobre mí emitió "Aquí hay tomate" y los que emitirá "La Sexta", grabados aquí, en Utiel. Cuando un niño tiene esas vivencias por necesidad, no le da tiempo a envanecerse. Enseguida estás en el trapo sin darte ni cuenta. Te conviertes en un profesional y dejas de ser un niño, siempre entre personas mayores (era la gallina de los huevos de oro). No se lo recomendaría a otros niños. P.­ ¿Cuál de las 17 películas que protagonizaste te gusta más? "Me marcaron el Che Guevara y Juan XXIII " R.­ Quizá la segunda, "Saeta del Ruiseñor" porque tiene cosas entrañables. De muy buena calidad para su tiempo. En las categorías que establecía la censura ésta estaba en la Primera A. Ganó el primer premio en el Festival de Venecia, el Oso del Festival de Berlín y es uno de los motivos por los cuales me harán el homenaje en Priego. P.­ ¿Con qué famosos has compartido cartel? R.­ Cartel, con ninguno muy relevante porque mis películas, junto a las de Cantinflas, eran récord de taquilla, aquí y en todo el mundo. Por ejemplo, con Marisol (Pepa Flores), con la que mantenía correspondencia que ella aún conserva, no me hacían coincidir nunca porque no era rentable. Tampoco con Marieta (Rocío Dúrcal). He conocido a muchos grandes, recuerdo sobre todo a Spencer Tracy, Richard Burton, Elizabeth Taylor, Chaplin. Éstos son genios, que sobrepasan a las figuras. Los que de verdad tienen poder no lo expresan, eso me lo han demostrado, Chaplin, Mario Moreno Cantinflas, Sinatra, Juan XXIII. El Papa me llamó para cantarme mis canciones él a mí, no yo a él. P.­ De todos estos personajes célebres, ¿de cuál guardas mejor recuerdo?

JOSÉ JIMÉNEZ FERNÁNDEZ, "JOSELITO" / Cantante y actor.

"A un cantante que empieza le aconsejaría que lo hiciera a partir de los 18"

El nido de aceite y de oro del "Pequeño Ruiseñor" Nací en Beas de Jaén, soy anda­ luz. Cuando tenía tres o cuatro años yo ya cantaba para los tra­ bajadores de los señoritos que trabajaban la aceituna. En el depósito de aceite les cantaba fandangos y ellos me daban un "cuscurro" de pan, me lo mojaban en los depósitos y salía con él zumbando hasta Vista Alegre. Mi madre escurría el pan para sacar el aceite. Me vine para Utiel (Valencia) en una bici con mi hermano. Parábamos en las posadas, donde yo cantaba para que nos dejaran acercarnos al fuego. En la Posada de San José, en Utiel, un tratante de caballerías, Paco "el Manco", me acogió, me dio mi primer baño y me compró un trajecillo. Me presentó a un espectáculo de aficionados que se celebró en el cine del pueblo (Salón Pérez) y aquello fue un "pitote". De allí, me llevaron para que me oyera Luis Mariano e invitó a mis nuevos apoderadillos a llevarme a París con 5 ó 6 años. Iba a comenzar una opereta y prometió apadrinarme ante la Televisión Francesa. Se reunió dinero suficiente para que me aprendie­

ra algunas canciones en francés y para realizar el viaje de Utiel a París. Una vez allí, recuerdo que Luis Mariano me cogió en brazos en el escenario y canté "México" y "Violetas Imperia­ les". Me las había aprendido de oído y ahí empezó realmente mi carrera artística, antes en Fran­ cia que en España. Nada más lle­ gar aquí, mis apoderadillos me llevaron a Madrid, a actuar en Radio Madrid con José Luis Pécker, Boby Deglané y com­ pañía, en directo, en una sala situada en la Gran Vía. Ensegui­ da hubo una llamada de un direc­ tor, Antonio del Amo, que ya había hecho películas con Anto­ nio Molina ("El pescador de coplas"), y dijo: "queremos a ese niño para hacer una película". Hablaba en su nombre y en el de Guzmán Merino, el productor. Y desde Gran Vía a Preciados, don­ de me enseñaron algunas cancio­ nes e hicieron un guión para mí. De aquí salió mi primera pelícu­ la, "El Pequeño Ruiseñor", un "boom" mundial. Pero yo sólo llevaba una idea en la cabeza, la de dar de comer a mi familia que estaba pasando hambre. Fue un

sueño hecho realidad, a veces los cuentos de hadas tambi én existen. Me pagaron 125000 pesetas por la primera película. Un distribuidor, Sánchez Rama­ les, se hace con "El pequeño ruiseñor" y se la compran en América con un éxito tremendo, cuando aún estaban haciendo el guión para la segunda "Saeta del Ruiseñor"que, por cierto, obtuvo el primer premio en el Festival de Venecia. Cuando Manuel Vallejo me dio la "Llave de Oro" del cante de la media granadina a consecuencia de la película, viene Cesáreo González, me coge en brazos y dice: "un grande para otro grande". No sé cómo lo hizo, pero a los 15 días había comprado al niño (la gallina de los huevos de oro), a Antonio del Amo, al guionista, le dio una serie de millones al productor... Automáticamente, con "Saeta del Ruiseñor" y ya con Cesáreo, empecé ganando tres millones de pesetas de las de entonces, y al empezar la siguiente me traje a toda mi familia de Andalucía a Valencia. Tenía 9 años. (Extracto de la entrevista realizada por nuestros reporteros).

R.­ Del Ché Guevara y de Juan XXIII. P.­ Has triunfado en diferentes países, México, Francia..., ¿ cuál recuerdas con más agrado? R.­ México, para Rocío Durcal y para mí. Este país ha sido el centro de otros 32. A Marieta y a mí nos han hecho adorar México. Me mimaban, me han querido, he ido creciendo con ellos. Me han llegado a interesar tantas cosas que lo conozco mejor que España. P.­ ¿Qué consejo le darías a un joven que quisiera empezar ahora una carrera musical? R.­ Pues que empiece a partir de los 18 años (risas). Veo que lo habéis pillado. Si se tratara de un niño prodigio, que empiece con sus padres, con un apoderado, que intervenga el Tribunal de

Menores para controlar todo esto y si no que empiece después de los 18, sé por qué lo digo. P.­ ¿La fama transforma tanto como parece? R.­ Cuando eres famoso de verdad ni te enteras: te llevan entre algodones, no te dejan. Sales para trabajar. En el tiempo de Joselito y Marisol, estábamos en Nueva York y nos daba lo mismo: 15 días en un teatro, entrabas a las dos de la tarde para hacer cinco shows y salir a las dos de la mañana. A la Quinta Avenida a dormir y al día siguiente otra vez a empezar. P.­ ¿Quiénes han sido tus mejores maestros? R.­ El que me ayudó mucho cuando cambié la voz fue Luis de Armerillo. A su Academia, junto a la RSA en Madrid, íbamos Ma­

rieta (Rocío Durcal) y yo. Hoy, cuando toda la prensa me preguntaba por ella en su sepelio, les contaba que quedábamos para asistir allí. Esa Marieta llena de vida, me esperaba en la plaza Barceló. Me regalaba libros como "La máscara de carne". Un momento muy bonito en mi vida. P.­ ¿Cómo compaginabas los estudios con tu vida artística? R.­Pues con maestros a mi lado, algo muy habitual en Estados Unidos y que deberíamos importar. Desde que entrabas en ese país debías tener un profesor a tu lado para trabajar en el aeropuerto, en el camerino, en el hotel... En España tuve la suerte de encontrar a Antonio Pérez de Jaén, un intelectual de la Real Sociedad de Autores de Madrid. Se puso a mi disposición y eso

fue una suerte para mí. También le debo mucho a un tratante de caballerías de Utiel, Paco "el Manco" y a una mujer que se llama Marifé Gabaldón, mi mujer. P.­ Te van a hacer un homenaje en Priego (Córdoba), ¿en qué va a consistir? R.­ Un pueblo de mi Andalucía quiere hacer esto y en vida. El pueblo lleva años pidiiéndole al alcalde que quieren que se me dedique una placa y una escultura a tamaño natural. Todo ello se hará realidad el día 18 de junio. P.­ ¿Cómo has recibido la noticia de la muerte de Rocío Dúrcal? R.­ Pues me lo comunicó mi mujer ayer, cogimos una mochila, un traje y salimos para Madrid. Cómo crees que he recibido la noticia, una mujer de 61 años, llena de vida, llena de ilusión, que ha hecho muchísimo... Cuando ayer, al lado de Mariñas, de Raphael, de Mochi, de Natalia Figueroa, le oigo decir al cura que Marieta se ha ido porque no tenía nada más que hacer aquí, por poco salto y le digo: "¡pero qué ha dicho!". ¡Que un sacerdote diga eso!, una mujer llena de vitalidad, que ha hecho de todo, de todo, con hijos jóvenes, que qué va a hacer aquí, ¡coño, vivir, vivir! "La televisión no respeta al personaje ni al espectador" P.­ ¿A qué te dedicas actualmente? R.­ Todavía hago programillas de televisión de cuando en cuando (cobrando, porque si no cobro no voy), me llaman a cantar a alguna parte... No estoy retirado porque no tengo jubilación, a pesar de haber cotizado miles de millones a la Seguridad Social. Pero, sobre todo, ahora estoy empeñado en el mundo del vino. Pronto vamos a embotellar nuestras propias barricas. P.­ ¿Qué sientes cuando escuchas tus canciones en el teléfono móvil? R.­ Con "La Campanera" es increíble. Pero es que a los niños les siguen gustando mis películas. He estado en Jamaica y grupos de chicos me decían "mira lo que llevamos ", mi "Campanera" en el móvil. No cobro derechos por esto, pero sí de otro tipo y es un gran honor. P.­ ¿Conservas amigos de la infancia? R.­ De la infancia no muchos, me llaman de vez en cuando. En los años 60 / 70 quedé hasta el moño y me fui a África. P.­ ¿Qué opinas de la televisión actual? R.­ En la televisión siempre ha habido personajes "basura". La TV no respeta al personaje ni al espectador.


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