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Iglesia del Nazareno Hispana en USA-Canada

www.nazarenosuscan.org

RECURSOS ESPIRITUALES DE SANTIDAD PARA PASTORES Y LAICOS

SEAMOS MUY CUIDADOSOS Una reflexión de cuidado pastoral —Jay Richard Akkerman

1 — 2013

MI PEREGRINACIÓN EN EL CUIDADO PASTORAL SUPERINTENDENTE GENERAL DAVID GRAVES, p. 8

ANTE LA CRISIS —Eugenio Duarte

Las Bendiciones de Abraham, Un modelo de cuidado pastoral hispano —Juan Vázquez Pla

CUIDADO PASTORAL Y LA MUERTE DE UN HIJO Recursos en la Internet

ASAMBLEA Y CONVENCIONES GENERALES Junio 19-27, 2013 Inidanapolis, Indiana


JUNIO 19-27, 2013 INDIANAPOLIS, INDIANA

BIENVENIDOS

La Asamblea General y Convenciones Generales se celebran cada cuatro años, cuando se reúnen más de 20,000 nazarenos de todo el mundo. La prioridad de este magno evento radica en dar gloria a Dios. El acontecimiento global unifica, renueva, educa, forma e inspira a los que asisten, no solo como nazarenos, sino principalmente como seguidores de Cristo.

CALENDARIO

Junio 16 Junio 19-21 Junio 19-24 Junio 20-23 Junio 22-27 Junio 23 Junio 24

Nos reunimos para enfocarnos en nuestra misión como iglesia: “Hacer discípulos semejantes a Cristo en las naciones”. ¡Únase a nosotros durante esta Asamblea y Convenciones Generales!

Inicio de One Heart, Many Hands Convenciones de JIDE, MNI, JNI y MIEDD Apertura del Salón de Exhibiciones Cultos por la noche Asamblea General Culto Dominical y de Comunión (10:00 horas) Evening Worship Service (4 PM) Primera Sesión Plenaria de la Asamblea General

VISÍTENOS JUNTO AL EXHIBIDOR DE LA

NAZARENE PUBLISHING HOUSE


Publicación Cibernética de la Iglesia del Nazareno Hispana Región USA/Canada

Gracia y Paz Número 1, 2013 www.nazarenosuscan.org

Bob Broadbooks Director de la Región USA/Canada

Roberto Hodgson Director de Ministerios Multiculturales y de Misiones Hispanas Región USA/Canada rchodgson@aol.com

Byron McLaughlin Director de la Revista Impresa y Cibernética en Inglés Grace & Peace. gpeditor@nazarene.org José Pacheco Editor de Literatura Hispana, Misiones Hispanas USA/Canada Traductor de artículos de esta edición Jospacheco@aol.com

La presente publicación en el espacio cibernético ofrece recursos espirituales de santidad para pastores y laicos, tanto de la Iglesia del Nazareno en USA/Canada como en todo el mundo de habla hispana, así como a los fieles de otras iglesias y denominaciones. Además, se propone servir de enlace principalmente a los nazarenos hispanos de la Región USA/Canada, publicando noticias de iglesias, distritos y ministerios, así como promociones de eventos denominacionales y regionales.

Si desea contribuir con artículos y/o noticias le invitamos a visitar la página www.nazarenosuscan.org, biblioteca virtual, en donde podrá descargar el Manual de estilo de nuestras publicaciones.

Dirija toda correspondencia a: jospacheco@aol.com rchodgson@aol.com USA/Canada Regional Office Church of the Nazarene 17001 Prairie Star Parkway Lenexa, KS 66220 913-577-0500

CONTENIDO 4

Vino, se hizo carne, obediente Bob Boradbooks

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“Apacienta mis Oovejas Roberto Hodgson

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El cuidado de almas en una era misional, Bryon Mclaughlin

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Mi peregrinación en el cuidado pastoral, Entrevista con David W. Graves

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El cuidado pastoral, Víctor Riofrío

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Las bendiciones de Abraham, Juan Vázquez Pla

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Seamos muy cuidadosos Jay Richard Akkerman

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Ante la crisis Eugenio Duarte

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Lutero, la Biblia y nosotros Juan Carlos Sánchez Saborío

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La Palabra de Dios marca la diferencia Louie E. Bustle

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Cómo ser “uno” con Dios, David Kendall

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Cuidado pastoral y la muerte de un hijo César Mauricio Durán


VINO, SE HIZO CARNE, OBEDIENTE SI

POR BOB BROADBOOKS

ha estado ministrando como pastor por un buen tiempo, probablemente conserve historias de cuidado pastoral cómicas y alentadoras. He aquí una de las mías: Cuando las enfermeras finalmente me permitieron entrar en la sala de recuperación para visitar a Edith Coe, no estaba preparado para lo que iba a oír. Edith era una anciana adorable de nuestra iglesia. Unos cuantos años atrás su amado esposo, Evans, había fallecido, y ella había sobrevivido a una operación muy delicada. A pesar de todas sus tribulaciones, nunca perdió su ánimo ni su tenacidad. Nunca sabía uno lo que ella le contestaría; era única. De pie junto a su cama, le dije: “Edith, soy el Pastor Bob. Me han dicho que saliste muy bien de la operación”. Con sus ojos entreabiertos, o bizcos y, sorprendida, solo me dijo: “¡Ufff, vaya que se ha engordado mucho, pastor!” No estoy seguro de que Edith era astuta o estaba anestesiada todavía. Preferí creer que la anestesia le estaba nublando su vista. Pero el cuidado pastoral es mucho más que una simple lista de actividades ministeriales que hombres y mujeres eficaces le dan en su iglesia. Cuando los pastores examinan el ejem-

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Se hizo carne, se hizo pobre, se hizo obediente hasta la muerte

Complacido por las perspectivas:

BOB BROADBOOKS Director Regional USACanada

plo de cuidado pastoral de Jesús, recuerdan por qué aceptaron el supremo llamamiento, en primer lugar. Jesús vino a su nuevo lugar de servicio con gran determinación y hasta recibió una bienvenida con un coro de ángeles. Pero hizo mucho más… SE HIZO CARNE (Juan 1:14). Se hizo como uno de nosotros. Se identificó con su pueblo. Visitó sus ropas, vivió en su poblado y saboreó sus platillos. ¿Acaso su congregación le considera a usted como uno de ellos? SE HIZO POBRE (2 Corintios 8:9). El anuncio de Isaías: “El espíritu de Dios está sobre mí, porque Dios me eligió y me envió para dar buenas noticias a los pobres, para consolar a los afligidos, y para anunciarles a los prisioneros que pronto van a quedar en libertad ” (Isaías 61:1, TLA), fue corroborado por Jesús en Mateo 11:5 cuando dijo sobre su propio ministerio: “Y a los pobres se les anuncia la buena noticia de salvación” (TLA). Quizá nos esté recordando a nosotros hoy algo que hemos olvidado: Nuestra mayor audiencia y oportunidad de ministerio eficaz quizá se halle entre los pobres de nuestra sociedad. Jesús se hizo pobre, se identificó plenamente con el pueblo al que anhelaba alcanzar. SE HIZO OBEDIENTE HASTA LA MUERTE (Filipenses 2:8). Jesús no solo vino a su nueva asignación —eso hubiera sido solo una carrera profesional. Vino con una misión —que su Padre había sembrado en su corazón. No vino de visita por una temporada. Vino, se quedó entre nosotros, y murió. El ministerio del cuidado pastoral es de encarnación. No se trata solo de ir; también es cuestión de “ser, hacerse”. Se trata de estar dispuesto uno a gastar su energía y la vida misma por los feligreses y la comunidad que rodea su iglesia. ¿Por qué ir a la iglesia a la que ha sido llamado a servir y a adaptarse al estilo y nivel de vida de ellos? ¿Por qué? Se me ocurre solo una razón:

Porque el Padre le ha enviado con la misión de ser sus manos y pies para alcanzar a los quebrantados y dolidos con el fin de llevarlos a Cristo.


Cuidado Pastoral

“Apacienta mis ovejas”

H

Juan 21:1-6

a compartir un devocional en la conferencia nacional de pastores nazarenos en San Diego. Me gustaría compartir algunos de esos pensamientos en su estructura original para el tema sobre el cuidado pastoral. ACE ALGUNOS AÑOS FUI INVITADO

El Apóstol Pedro

Pedro es uno de los discípulos más conocidos, posiblemente el más nombrado en las narrativas de los evangelios. Pedro tenía un gran resumé: Le prestó su barca a Jesús, caminó sobre las aguas, dio la respuesta correcta: “Tú eres el Cristo, el Mesías, el Hijo del Dios viviente”, se atrevió a defender a Jesús cuando lo estaban arrestando, cortándole la oreja a un hombre. Pero también negó a Jesús tres veces… En un momento de prueba falló a su compromiso y lealtad a su Maestro. El grupo de apoyo de los amigos

Permítanme imaginarme la noche en el mar de Galilea. Siete de los discípulos estaban en la barca, probablemente recapitulando algunas de las experiencias con Jesús. Me gustaría pensar que posiblemente la mayoría de la conversación en esa noche se centró alrededor de la resurrección del Señor que se había dado unos días antes. Tal vez Juan contó su historia de cómo llegó antes que Pedro a la tumba vacía. Posiblemente otro de los discípulos mencionó el tema cuando Jesús se les apareció por primera vez después de la resurrección. Hasta pudo haber preguntado a Tomás: “¿Te acuerdas cuando nosotros te dijimos que el Señor se nos había aparecido y tú no lo creíste?”

Me gustaría pensar que Tomás respondió: “Sí, me acuerdo, pero estoy contento de que el Maestro se apareció nuevamente para restaurar mi fe”. Pero qué podría decir en esa noche el líder discípulo Pedro.

Creo que Pedro estaba muy desanimado y perturbado porque Jesús no le había hablado directamente a él en las dos ocasiones que se había aparecido a los discípulos. Tal vez

Pedro estaba preguntándose por qué el Maestro no le había hablado acerca del tema de que le había negado. Me parece que fue una noche muy larga y difícil para Pedro. Tal vez estaba cuestionando su relación con Jesús porque se sentía culpable de haberlo negado. Posiblemente Pedro pensó: “Señor, si te apareciste por segunda vez para darle una oportunidad a Tomás y restaurar su fe, ¿por qué no lo has hecho conmigo, estoy desanimado. podrías ayudarme, Señor?”

El Maestro

La narrativa del Evangelio según San Juan dice: “Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa… Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. Él les dijo: Echad la red a la derecha. Entonces la echaron y atraparon muchos pescados. Al ver aquel milagro, Juan le dijo a Pedro. ¡Es el Señor! Cuando Pedro oyó que era el Maestro, se echó al mar”. Conclusión: Juan 21:15-17

Me fascina esta historia, porque el Maestro apareció en esa ocasión para restaurar a Pedro. Jesús le dijo a Pedro: “Pastorea mis ovejas”. Una de las funciones pastorales es el cuidado del rebaño de Dios. Este cuidado pastoral conlleva acompañar a las personas en sus momentos más difíciles de la vida. En oportunidades las personas buscarán a sus pastores para pedir consejos en las decisiones más importantes de sus vidas. El pastor debe estar disponible para escuchar a las ovejas del Señor, y compartir el consejo de la Palabra de Dios. El apóstol Pedro nos da el consejo bíblico:

“RUEGO a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de las aflicciones de Cristo, que soy también participante de la gloria que ha de ser revelada:

“Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino de un ánimo pronto; El Dr. Roberto Y no como teniendo señorío sobre las Hodgson es Direcheredades del Señor, sino siendo ejemtor de Ministerios plos de la grey. Y cuando apareciere el Multiculturales y Príncipe de los pastores, vosotros recide Misiones biréis la corona incorruptible de gloHispanas ria” (1 Pedro 5:1-4).

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EL CUIDADO DE ALMAS EN UNA ERA MISIONAL Por BRYON K. McLAUGHLIN

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término “pastor” se deriva de la palabra en latín que significa “cuidador de ovejas”. Desde los primeros años del cristianismo la metáfora del pastor de ovejas ha persistido como la imagen dominante del cuidado pastoral. En 1 Pedro 5:2 el apóstol dice a los líderes de la iglesia: “Cuiden ustedes de las personas que Dios dejó a su cargo, pues ellas pertenecen a Dios. Cuídenlas, como cuida el pastor a sus ovejas” (Traducción en Lenguaje Actual — TLA). Los ministros proveen cuidado a personas y familias de varias maneras, como estar a su lado en crisis y enfermedad, dirigirlos a través de problemas o preguntas de la vida, ayudarlos en traumas emocionales o espirituales, y a reconciliarse y restaurar relaciones rotas con cónyuges, grupos, o Dios mismo. También los pastores extienden cuidado a su rebaño y a su comunidad en acontecimientos significativos de la vida, como matrimonio, nacimiento y muerte; o en eventos espirituales significativos como bautismo y confirmación. Como narra E. Brooks Holifield en su libro A History of Pastoral Care in America (una historia del cuidado pastoral en Estados Unidos), “por casi 20 siglos los ministros cristianos han pasado más tiempo escuchando a las personas que predicándoles”. Se han sugerido muchas metáforas e imágenes para el cuidado pastoral. Como los médicos que cuidan a los enfermos, los pastores son responsables de dirigir y cuidar a las almas, prepararlos para esta vida y para la eternidad. Henri Nouwen, sacerdote holandés católico romano, popularizó la imagen del ministro como “sanador de heridas”. En lugar de seguir como profesionales e indiferentes, sus propias heridas y sufrimientos los capacitan para solidarizarse con aquellos a quienes sirven. Muchos pastores nazarenos han expresado que una actitud de vulnerabilidad y autenticidad espiritual les ha ayudado a establecer relaciones po-

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Al ofrecer cuidado extendido los pastores ejemplifican y encarnan la santidad

BRYON K. McLAUGHLIN es Editor Ejecutivo de Grace & Peace Magazine.

GPeditor@nazarene.org

sitivas y de edificación con los laicos que buscan una fe relevante. El cuidado pastoral puede ser desafiante, en particular para ministros bivocacionales que con frecuencia dependen de líderes laicos para proveer cuidado, debido a las demandas del trabajo secular y tiempo limitado. El educador nazareno Bruce L. Peterson en su libro Foundations of Pastoral Care (bases del cuidado pastoral) observa que las oportunidades de la gracia para proveer cuidado pastoral se encuentran en la vida de la iglesia en adoración colectiva, oraciones públicas, sacramentos y predicación. Los pastores eficaces son sensibles a esas oportunidades y encuentran formas de demostrar cuidado en diversas situaciones, como en algún café local o evento escolar. Los medios sociales han dado a los ministros la oportunidad de estar en contacto significativamente con sus feligreses, su comunidad y más allá. Algunos líderes, como William Willimon, ex obispo metodista de la Conferencia North Alabama, advierte que el cuidado pastoral puede llevarse al extremo. En una clase de liderazgo ministerial en la Universidad Nazarena MidAmerica, expresó su preocupación de que el cuidado excesivo alentó a los feligreses a ser consumidores de bienes y servicios religiosos: “Tenemos el desafío de amar a Cristo y su Palabra más de lo que amamos a nuestro pueblo”. El cuidado pastoral genuino siempre se enfoca en el reino de Dios y ayuda a la gente a realizarse. Muchos pastores nazarenos dicen que el cuidado pastoral es uno de los tantos medios por los que se valida la experiencia de la santidad para los laicos. El ministerio de presencia para una familia ante la tragedia puede decir más que mil sermones cuidadosamente preparados. Al ofrecer cuidado extendido los pastores ejemplifican y encarnan la santidad; así aprenden los feligreses a hacer lo mismo por los demás. El cuidado pastoral nunca ha tenido la intención de ser solo para personas de mente muy estrecha, sino para un pueblo misional que busca un diario vivir interno y externo con Dios y los demás. Esta edición de Gracia y Paz se propone ayudar a los ministros a comprender el significado del cuidado y el pastoreo de sus feligreses y comunidades hacia su plena realización.


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Biografía condensada del Dr. Phineas F, Bresee, fundador de la Iglesia del Nazareno en Los Angeles, California... Disponible a precio especial en la CNP durante la Asamblea General Ordene por internet: http://www.nph.com/nphweb/html/np h/search.jsp?q=El+ministerio+del+pastor+consejero Para ordenar por teléfono en Canadá y EEUU: Lunes a viernes de 1:00 p.m. a 5:00 p.m., hora del centro. Voz: (800) 462-8711 Para ordenar por fax: 24 horas al dia Fax: 913-577-0891

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MI PEREGRINACIĂ“N EN EL CUIDADO PASTORAL

Entrevista con el Superintendente General David W. Graves


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l Dr. David Graves siempre se ha considerado pastor. Es nazareno de cuarta generación y nació en un hogar pastoral, en el que recibió fuerte influencia de su padre, por muchos años pastor y superintendente de distrito. Su padre le enseñó desde muy pequeño a cuidar y a tomar en cuenta a los demás. En una transición pastoral de una iglesia recientemente, el Dr. Graves relató con mucho afecto que, aun cuando los pastores pasan a otras asignaciones, su corazón siempre se queda con aquellos a quienes ha ministrado. Aun cuando fue electo como superintendente general en la 27ª Asamblea General en 2009, en Orlando, el Dr. Graves todavía se considera pastor —pero ahora con un rebaño mucho más grande. Recientemente, la revista Grace and Peace Magazine le pidió que compartiera sus ideas sobre el cuidado pastoral, así como las lecciones aprendidas en varias asignaciones pastorales en Kansas, Ohio, Tennessee, Oklahoma y North Carolina. ¿CUÁLES INFLUENCIAS TEMPRANAS EN SU VIDA FORMARON SU COMPRENSIÓN DEL CUIDADO PASTORAL, Y CUÁLES FUERON LAS CLAVES DE SU EFICACIA?

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Gran parte de lo que he aprendido sobre el ministerio lo obtuve observando a mi padre en el ministerio. Fue un gran pastor del pueblo y gran predicador. Recuerdo una ocasión en la que íbamos todos en el coche a punto de salir de vacaciones, cuando mi padre se detuvo en el hospital y dijo: “Regreso pronto. Tengo que visitar a dos enfermos”. Durante mi primer año en la universidad regresaba a casa por algunos días. En cierta ocasión mi padre tenía que salir de la ciudad por un compromiso, pero le avisaron que una dama de su iglesia tuvo que ser internada en el hospital. No era miembro de la iglesia, pero nos visitaba ocasionalmente. Entonces me dijo:

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“Vas a ser pastor algún día. ¿Por qué no vas en mi lugar y la visitas?” Mi padre no sabía que la dama acababa de dar a luz. Pero me había preparado bien. Entré en su cuarto del hospital y la encontré llorando y diciendo que su bebé se había ido al infierno por los pecados que ella había cometido. “No, no, no”, pude decirle. “Dios es misericordioso, un Dios de amor. Nunca juzgará a un bebé inocente por los pecados de usted”. Le expliqué cómo Dios le podría ayudar, le perdonaría y cambiaría su vida para el futuro. De esa manera, desde mi temprana edad aprendí qué decir y cuándo no decirlo. Cuando inicié el ministerio pastoral, para mí lo más importante era conocer a la gente. En aquel entonces, la visita en las casas era la mejor manera de conocerlos. Eso fue hace muchos años. En la actualidad la gente vive muy ocupada y no les entusiasma mucho la idea de visitarlos en su casa. Pero todavía quieren saber si su pastor se interesa y se preocupa por ellos. Me proponía a aprenderme los nombres de todos, en dónde trabajaban y cuáles eran sus intereses. Creo que esa actitud me abría las puertas para que oyeran lo que debía decir yo acerca de Dios en su Palabra el domingo. Otro aspecto importante fue la labor de seguimiento después de una crisis o problema de algún miembro de la iglesia.

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COMO PASTOR, ¿QUÉ SIGNIFICA EL CUIDADO PASTORAL PARA USTED?

Qué gran privilegio y honor tienen los pastores. Por ejemplo: Se nos invita a participar en los momentos más íntimos y personales de nuestros feligreses. Cuando se internan en el hospital, usted ora con ellos y con sus familiares. Al salir de la operación, ahí está usted para orar con ellos y la familia. Le abren a usted su vida y su corazón. Las bodas presentan otra gran oportunidad de ministrar a la gente. En una boda el pastor es la persona más cercana a la pareja. El pastor ve sus sonrisas, oye quizá lo que se

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dicen entre susurros —gran privilegio formar parte de esa ocasión tan especial. Los decesos y las pérdidas de seres amados ofrecen otra oportunidad de ministrar a la gente. Hace poco, un miembro de una de las iglesias de la que fui pastor escribió en Facebook sobre cómo, hacía 20 años, habían perdido a sus hijos gemelos, primogénitos: “Nunca olvidaré que las primeras personas que nos visitaron fueron el pastor y su esposa, David y Sharon Graves, y cuán agradecido les estoy hasta el presente por esa visita”. Allí estuvimos para abrazarlos, para que lloraran en nuestro hombro, para que se desahogaran. El hecho de que después de tantos años siga recordando el momento con afecto, nos habla de la importancia del cuidado pastoral., En otra iglesia de la que fui pastor, cierta dama era una guerrera de oración y gran amiga mía. Oficié en su funeral y su hija me dijo recientemente: “Sabe, pastor, mi madre le apreciaba mucho y oraba por usted todos los días”. Recuerdo también lo que me dijo la hija: “Ese tipo de relación no se puede establecer si no se interesa usted por la gente”. Aprender a ser buen pastor para mí comenzó al observar cómo mi padre amaba a su rebaño. Lo mismo desarrollé en mi vida —al observar el impacto de la forma en que los feligreses abrían sus corazones y vidas al pastor. Si no nos interesan, pasamos por alto opor-

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tunidades maravillosas de miEl pastor no tiene que nistrar y desarrollar relaciones hacerlo todo. Les ped’ia estrechas duraderas con la a voluntarios y al persogente. nal que me alertaran cuando alguien pasaba por momentos ¿CÓMO ENTIENDE difíciles. Deseaba saberlo para USTED LA RELAdecirles cuando salían del temCIÓN ENTRE LA plo: “He estado orando por usPREDICACIÓN Y EL CUIted. Sé que está pasando por DADO PASTORAL? situaciones difíciles”. Me enteraba por medio de las clases de Trataba de planificar mi escuela dominical, su maestro, calendario de predica- o un amigo. ción semanas e incluso Creo que el cuidado pastomeses por adelantado. La Pa- ral, cuando se hace bien, no se labra de Dios habla a la gente trata de la labor de una sola donde ellos se encuentran. Es persona para toda la congregasorprendente cómo Dios da ción. Eso sería imposible. Debe oportunidades de hablar a la capacitar y equipar a sus gente por un sermón preparado miembros para que estén consmeses antes —como decirles: cientes unos de los otros y se “Sé que algunos de ustedes es- ayuden mutuamente. Para mí, tán pasando por duras pruebas eso es ayudar a todo el cuerpo financieras. Pero Dios es fiel y para ministrarse, para cuidarse estará con ustedes. Otros más mutuamente, para ser el han recibido malas noticias so- cuerpo de Cristo el uno para el bre su salud. Pero Dios es nues- otro. tro médico y pueden confiar en él y tenerle fe”. EN OCASIONES, LA Cuando usted conoce a su LABOR DE CUIDADO pueblo, incluso un breve coPASTORAL IMPLICA mentario puede significar mu- CONFRONTACIÓN. ¿QUÉ cho para ellos. Les da fe para NOS PUEDE DECIR DE seguir adelante. Si usted no ESTO? sabe esos detalles de su pueblo, es difícil incorporarlos en Parte del cuidado passus sermones. Creo que eso toral implica confrontar me ayudó en mi predicación — a la gente. Como líderes saber dónde estaba mi pueblo espirituales, no solo nos preoy por lo que estaba pasando. cupamos por amar y afirmar a nuestro pueblo, sino también ¿CÓMO VE USTED LA porque crezcan y se desarroRELACIÓN DE LA llen. Y cuando se presenta el CONGREGACIÓN pecado en su vida, cuando paCON EL CUIDADO PASTOsan por problemas, es necesario RAL? consolarlos con amor —porque

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uno los ama. Cuando uno conoce a su pueblo y ellos saben que nos preocupan, abrimos la puerta para confrontarlos en amor cristiano cuando es necesario. Cierta noche, una dama de nuestra congregación descubrió que su esposo había regresado antes de lo provisto de un viaje de negocios, pero en lugar de irse a su casa se fue con otra mujer. Ella le llamó a un amigo que fue por mí. Invité a dos miembros de la junta y salimos rumbo a la casa de la pareja. Oramos por un buen rato y luego nos dirigimos hacia la puerta. Cuando él se dio cuenta de que su infidelidad había salido a la luz, no quería reconciliarse con su esposa. Pero no nos dimos por vencidos con ninguno de los dos. Nos tomó mucho tiempo, pero logramos rescatar ese matrimonio. Nunca olvidaré el día en que él se arrodilló en el altar, oró, le pidió perdón a Dios y a su esposa. Hoy, 26 años después, su matrimonio sigue siendo sólido. Si no hubiéramos hecho nada, probablemente se hubieran divorciado. No es fácil confrontar a la gente, peor aun destituirlos de sus puestos en la iglesia. Tiene uno que decirles: “Le amamos, nos preocupamos por usted, pero en estos momentos usted no puede ocupar un lugar de liderazgo. Y estamos orando para que algún día sea usted restaurado”. La oración es la clave. Invite a otros —líderes espirituales de la iglesia— a

orar junto con usted y servir de testigos. Ese apoyo espiritual puede darle a usted visión y sabiduría en la situación. Por supuesto, no debe ser indiscreto sobre lo que está sucediendo. En cierta ocasión algunos me confesaron que habían malversado fondos de su empleo y les dije: “Quiero que sepan que me han desilusionado, pero creo en ustedes aún. Lo que han hecho es incorrecto, es pecado, y me duele que no hayan usado de sabiduría. Pero estoy con ustedes y les apoyaré en toda esta situación. Si me necesitan, estoy a sus órdenes para orar o charlar con ustedes”. Es importante apoyar a los miembros aun en sus momentos de fracaso espiritual, hacerles saber que no les ha dado la espalda, ni tampoco Dios. Dios siempre da segundas oportunidades. En uno de mis pastorados me enteré de que uno de los nuevos visitantes tenía récord de aventuras con mujeres en la iglesia de la cual provenía. Al enterarme más de su pasado, me reuní con él y le dije que me daba gusto que visitara nuestra iglesia. Pero también que ya sabía algo de su pasado: “Quiero que sepa que lo voy a hacer responsable de su comportamiento. Está usted aquí para encontrar sanidad en su relación con su esposa, no para destruir matrimonios en esta iglesia”. Lo tomó bien y siguió asistiendo, pero siempre lo estuve vigilando. Como pastor, estaba protegiendo al rebaño.

No iba a permitir que un lobo entrara y se llevara algunas de mis ovejas.

COMO PROVEEDOR DE CUIDADO PASTORAL, ¿CÓMO SE MANTUVO RENOVADO Y SIN CAER EN EL AGOTAMIENTO MINISTERIAL?

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Los pastores necesitan mantenerse renovados espiritual, emocional y físicamente. Como pastor, siempre que me era posible, reservaba las primeras horas del día para la oración, las devociones personales y la preparación de sermones. Mi secretaria le decía a la gente que me llamaba o me buscaba: “Si es emergencia, podemos interrumpirlo, pero si no, ¿le puede llamar más tarde?” También, fielmente me tomaba un día de descanso. Dedicaba los viernes solo para mí, para relajarme y para hacer lo que me ayudara a descansar. En ocasiones significaba cortar el césped, lavar el coche, o jugar golf. Cuando nuestros hijos estaban pequeños, dedicábamos los viernes como la noche familiar. Por turnos, uno de los cuatro hijos decidía cada viernes lo que haríamos y dónde comeríamos. Esos momentos que invertí en mi familia fueron divertidos y muy importantes. Por supuesto, no siempre podía dedicar cada viernes para nosotros. En ocasiones había funerales o prácticas de bodas. Pero aun en ensayos de bodas me

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cercioraba de terminar a tiempo para asistir con mis hijos a las actividades de su escuela. Nunca permití que en su corazón anidara la idea de que la iglesia les robaba a su padre. Además, estar con mi familia me renovaba a mí mismo. También trataba de estar en forma físicamente. Frecuentaba con regularidad un gimnasio o hacía ejercicio en casa. Ahora que viajo todo el tiempo eso es más desafiante, pero como pastor trataba de hacer todo aquello que me renovara físicamente y me mantuviera fuerte y saludable. Trataba de priorizar y programar mi vida, en lugar de que la vida me calendarizara. Creo que eso marcaba una gran diferencia. ¿SUFRIÓ ALGUNAS DESILUSIONES PASTORALES, Y CÓMO LAS ENFRENTÓ?

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Al reflexionar sobre su ministerio pastoral, uno quisiera ser capaz de decir: “Caray, ¡pasé muy bien el examen! Siempre estuve disponible cuando la gente me necesitaba, nunca los desilusioné”. Pero la realidad es que los desilusiona uno en algún momento, cuando no puede estar siempre en los momentos en que lo necesitan. Nadie le dijo de la operación de emergencia de alguien. No sabía que la madre de alguien estaba agonizando. Lo mejor que uno puede hacer en esos casos es mirarlos de frente y decir: “Lo siento.

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Ojalá hubiera sabido. Me hubiera gustado mucho estar con usted en esos momentos. Discúlpeme, por favor”. No dé excusas, simplemente diga que lo siente mucho. A través de los años, he tenido la tendencia de minimizar mi papel o la importancia que otros le puedan dar. En cierta ocasión uno de nuestros dueños de negocios fue nominado para “El Negocio Pequeño del Año”. Me pidió que lo acompañara, revisé mi agenda y observé que ya tenía otro compromiso en esa fecha. No estaba yo consciente de la importancia que mi presencia le representaba para él. Pensé que estarían presentes sus empleados y su familia, por lo que decidí no asistir. Su negocio ganó el preio y se publicó en los periódicos. La siguiente semana lo invité a una comida para felicitarlo: —¡Qué gran honor, me siento muy orgulloso de usted! —Fue una gran noche. Hermosa. Me sentí muy honrado. Solo me faltó algo. —¿Qué le faltó? —Que esa noche no la pude festejar junto con mi pastor. Me dije entonces a mí mismo: “¿En serio?, ¡pero se ganó el premio de Negocio Pequeño del Año! ¿Por qué quería mi presencia esa noche?” Mas para él, mi presencia le hubiera completado su gozo. Yo había subestimado su sentir acerca de su pastor. No subestime su función como pastor. Ni la importancia de lo que significa sencilla-

mente su presencia para ellos. Sé que es imposible que esté usted en la celebración de todas las personas, pero aproveche las oportunidades de establecer contacto cercano con su pueblo. Por ejemplo: Si una clase de escuela dominical está celebrando una fiesta. Trate de estar presente una hora por lo menos. El grupo de la tercera edad de una iglesia que pastoreaba celebraba una comida de compañerismo cada mes. Me quedaba en la oficina hasta el momento en que estaban a punto de comer y entonces me hacía presente. Iba de mesa en mesa saludando a todos. Mientras hacían fila para servirse la comida, charlaba con ellos al avanzar. No tiene que ser usted el centro de atención, solo estar ahí para compartir el amor de Cristo.

¿CÓMO HA ENFRENTADO USTED LAS COMPLEJIDADES DE LA NECESIDAD DE CUIDADO PASTORAL?

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Cometemos a veces el error de creer que como pastores debemos saber las respuestas de todos sus problemas. Vivimos en una sociedad actual muy compleja, con variados y diferentes intereses. ¿Cómo puede una sola persona —incluso con educación teológica— saber todas las respuestas? Ser buen pastor no significa saber todas las respuestas. Más bien con frecuencia debe uno referirlos a profesionales

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de confianza en el área que buscan. Si alguien está pasando por dificultades financieras, diríjalos a alguien de la iglesia o la comunidad que pueda ayudarlos. Si se trata de problemas físicos, o matrimoniales, o de cualquier índole, refiéralos a alguien con la capacitación adecuada en esa área. El pastor necesita establecer una red de personas-recurso en su comunidad. COMO PASTOR, ¿CÓMO EXTENDIÓ EL CUIDADO PASTORAL EN SU COMUNIDAD?

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Cuando mis hijos estaban pequeños, yo era su entrenador de la liga menor de béisbol. Eso me dio la gran oportunidad de conocer a otras familias jóvenes de nuestra comunidad. Por ser el entrenador de sus hijos se me abrieron puertas para ser también pastor de los padres. Durante todos sus años escolares siempre me involucré en la vida de mis hijos. Mi esposa, Sharon y yo siempre íbamos a sus juegos, gritábamos, los animábamos y filmábamos las actividades —y a la vez establecíamos relaciones con otros padres. Cuando mis hijos invitaron a sus amigos a nuestra iglesia, pude invitar también a sus padres. Para muchos de ellos, me convertí en su pastor mucho antes de que entraran en el templo. Si podemos comenzar a considerarnos como pastores de

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nuestras comunidades, no solo para los que entran en el templo los domingos, creo que más personas entrarían todos los domingos. Considero a los visitantes de mi iglesia como el que los recibe en las puertas de Wal-Mart. Son parte de mi congregación. En dondequiera que los encuentro, les digo: “¡Hola, cómo está!” —En el gimnasio, en particular mediante mis hijos y sus actividades deportivas—. Disfruto mucho de saludarlos. Si han perdido a un ser amado, o han sido despedidos

de su empleo, les ministro igual que si estuvieran en un banco de la iglesia cada domingo. Les pregunto: “¿Me permitiría orar por usted por algo en particular?” Esa pregunta le da la base para ministrarles, ya sea que asistan o no a su iglesia. Abrigue la esperanza de que, con el tiempo, pueda llevarles el evangelio de Jesucristo si todavía no le conocen. Quizá algún día lleguen a ser miembros de su iglesia. En muchas ocasiones las personas a las que ministramos ya habían

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asistido a otras congregaciones. No deseábamos robarlas de la otra iglesia, pero de todos modos les pudimos ministrar. ¿Sabe qué es lo maravilloso de todo esto? Corre la voz y le dicen a sus amigos: “Hola, ¿conoces a David Graves? Es pastor de esa Iglesia del Nazareno, ¡él oró por mí! ¡Ya sabía, me lo preguntó! ¿Increíble, verdad?” Corre la voz, y usted se convierte en pastor tanto de una iglesia como de una comunidad. Es muy satisfactorio y divertido a la vez. Algunos de nuestros queridos amigos nunca asistieron a nuestra iglesia, pero les ministramos y al presente son fieles al Señor. Hace poco, cuando estaba de visita en una iglesia de la que fui pastor, cierto hombre se me acercó y dijo: “¿Recuerda cuando nos visitó en casa? Entonces no quería saber nada de usted”. Recordé que solía escaparse del templo por la puerta de atrás antes de que lo pudiera saludar, pero alguien le tomó su nombre y dirección y lo fui a visitar. Entonces me dijo: “Aprecié mucho que usted se tomó el tiempo para ser mi amigo antes de ser mi pastor. Gracias a su amistad, acepté a Cristo, y luego usted fue mi pastor”. No sé si fui su amigo antes de su pastor. Quizá todo ocurrió a la vez, porque creo que hubiera tratado de ministrarte incluso si nunca hubiera asistido a nuestra iglesia. La verdad de todo es que hemos sido llamados a salir de nuestras cuatro paredes a presentar a Jesús ante nuestro mundo.


Llamado al Mi

MINISTERIO

David W. Graves

H

e tenido el privilegio de formar parte de la Iglesia del Nazareno toda mi vida. Mis abuelos maternos y paternos fueron miembros de ella y mi padre sirvió como pastor y superintendente de distrito de la denominación. Mis abuelos, por parte de mamá, fueron directores de un campamento nazareno en el estado de Florida en los Estados Unidos. Allí, yo pasé varias semanas cada verano cuando niño. Fue a mis 11 años de edad, durante unas vacaciones familiares en ese campamento, que oí el llamado de Dios. Un miércoles por la noche mi padre estaba predicando en la pequeña iglesia del campamento. Su mensaje fue sobre la oración. Él empezó diciendo que la oración es un diálogo, una conversación entre Dios y nosotros. Nuestras oraciones frecuentemente consisten en hablarle a Dios, pero no de escuchar lo que quiere decirnos. Papá retó a la congregación a no solamente hablarle a Dios, sino también a escuchar lo que Él dice. Esa noche, antes de irme a dormir, me arrodillé al lado de mi cama y empecé a orar. Le hablé a Dios y luego, recordando lo que mi padre había dicho, escuché lo que decía.

Mientras estaba esperando, oí que Dios me habló. Dijo: “David, quiero que prediques mi Palabra”. Fue tan real que pensé que mi hermano me estaba haciendo una broma. Me voteé esperando verlo, pero él no estaba en la habitación. Lo escuché otra vez: “David, quiero que prediques mi Palabra”. ¿Era una voz audible? ¿Había hablado para que mis oídos pudieran escuchar o fue la voz de Dios comunicándose con mi corazón o con mi mente? Ciertamente supe que Dios habló y que yo escuché. Fue el llamado de Dios a mi vida. Fue tan emocionante que salté de mis rodillas y fui a contarle a mis padres. Cuando llegué a su habitación mis dos hermanas y mi hermano menor estaban allí, así que no les dije nada sobre lo sucedido. De hecho, no le dije a nadie sobre mi encuentro con Dios por un año entero. El siguiente verano, durante un campamento de jóvenes, al final de un servicio vespertino, testifiqué de que Dios me había llamado a predicar su Palabra. Anuncié que había aceptado el llamado de Dios para ser predicador. El llamado de Dios fue tan real e impactante en mi vida que me guió a través de mi


juventud. Empecé a prepararme a mí mismo para ser predicador. Estudié la Palabra de Dios y en la escuela tomé clases que me ayudarían como predicador. Dios me abrió la puerta para que empezara a predicar cuando solamente tenía 15 años. Mi superintendente de distrito, el Dr. George Scutt, me dio la oportunidad de predicar en iglesias pequeñas que estaban en transición pastoral. Los pastores me llamaban y me invitaban a predicar mientras ellos estaban de vacaciones. En la universidad formé parte de un grupo de canto con el que celebrábamos avivamientos los fines de semana. Cantábamos y predicábamos. Estoy tan agradecido por la oportunidad que Dios me dio de predicar más de 300 veces antes de graduarme de la universidad. Como he hablado con otros ministros, me he dado cuenta de que el llamado de Dios ocurre de varias maneras. Puede ser una experiencia dramática como la mía o puede ser oído como un quieto susurro. Puede suceder en un instante o desarrollarse mientras crecemos en el entendimiento de la voluntad de Dios a través del tiempo. El llamado de Dios puede venir cuando una persona es joven o más tarde en la vida. Sin embargo, Dios todavía llama a hombres, mujeres, jóvenes, señoritas, niños y niñas para predicar y enseñar su Palabra. Su llamado es personal, especial, sólo para usted. Usted pasa a formar parte del grupo de esas personas escogidas. David, el más joven de muchos hermanos, estaba cuidando ovejas cuando fue convocado por Samuel. Abraham estaba atendiendo sus propios negocios en Ur. Jeremías era un joven tímido y renuente. Walter Earl Fluker

lo pone de esta manera: “A menudo Dios nos llama cuando estamos realizando encargos, en ocupaciones de la vida diaria, o las tareas ingratas de la vida. Cuando menos lo esperamos somos llamados. Moisés escondido en el desierto de Madián, estaba realizando un encargo cuando un arbusto empezó a arder y no se consumiría sino hasta que enfrentara al Faraón. Isaías estaba en algún lugar del templo desarrollando sus tareas sacerdotales regulares, cuando los cielos bajaron y el Santo lo comisionó para ir al valle. Ezequiel, desarrollando sus tareas pastorales en el exilio, fue transportado por un servicio divino de limusina hacia un valle lleno de huesos secos. Amós estaba juntando el rebaño y cuidando los árboles de sicómoro, cuando oyó la voz y lo forzó a ir al valle.Andrés y Pedro estaban pescando en el Mar de Galilea cuando el Maestro los llamó al valle”. Si buscamos y escuchamos a Dios, Él revela su maravilloso plan para cada uno de nosotros. Esté atento a lo que Dios lo esté llamando a hacer por su Reino y para su gloria. Dios me llamó cuando tenía 11 años de edad y es todavía tan real ahora como lo fue en aquel entonces. Cuando Dios nos llama a predicar o a enseñar, promete que nos capacitará, equipará y nos dará poder con su mensaje de amor, redención, reconciliación, paz, santidad y esperanza; el mensaje que todas las personas necesitan escuchar. ¡Qué asombroso privilegio es ser instrumento de Dios! ¡Qué privilegio oír y responder al llamado de Dios!


Recursos en internet...

El Dr. James D. Hamilton, terapeuta profesional, discute las posibilidades que para la edificacion de la iglesia conlleva el amplio ministerio “de consejería”. Son muchos quienes, en las iglesias y fuera de ellas, sufren trastornos emotivos, así como situaciones especiales, tales como una amplia variedad de abusos que desembocan en problemas maritales, juveniles e infantiles.

El Ministerio del Pastor Consejero Por: James D. Hamilton

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EL CUIDADO PASTORAL Víctor Riofrío

Formación espiritual de líderes en el pueblo de Dios: Algunos ejemplos del Antiguo Testamento

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EL CUIDADO PASTORAL Y LA FORMACIÓN ESPI-

RITUAL DE LAS PERSONAS QUE ESTÁN EN EL MINISTERIO

SON

IMPORTANTES

Y

URGENTES.

Ambas categorías (cuidado pastoral y formación espiritual) parecieran describir realidades contemporáneas y especializadas, pero tienen antecedentes que se ubican muy temprano en las Escrituras. Reseñaremos algunos ejemplos muy ilustrativos extraídos del Antiguo Testamento con el fin de derivar algunas pautas que puedan ser úitles para nuestro tiempo y circunstancia. DIOS COMO PASTOR DE UN PUEBLO COMISIONADO

Sin duda la primera referencia a una actividad pastoral se refleja en la relación que Dios establece con Israel, como pueblo llamado y comisionado por aquel. En el marco de esta relación, Dios aparece asumiendo el rol de líder y acompañante del pueblo de Israel. Esta doble relación se encarna perfectamente en la figura del «pastor».

Israel estaba consciente de que Dios lo había escogido para que, por medio de él, “todas la familias de la tierra sean benditas” (Génesis 12:3). Sin embargo, el cumplimiento de esa promesa implicó muchos desafíos. El pueblo escogido llegó a ser esclavo en Egipto por largo tiempo. Entonces Dios liberó a Israel de la esclavitud con grandes portentos, y lo constituyó como un reino de sacerdotes y nación santa (Éxodo 19:5-6). El mismo acto del llamado y constitución del pueblo en el éxodo es ya concebido en función de una terminología que proyecta la relación típica de un ambiente pastoril (Salmos 78:52).

Nunca se apartó de la mente y el corazón de Dios que su pueblo escogido debía ser cuidado de manera especial y entrenado para que cumpliera el «mandato cultural» (Génesis 12:3). Dios cuidaba a Israel con ternura, “como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas” (Isaías 40:11).

Tristemente Israel le falló a Dios. Muy pronto se olvidó de que era una nación escogida y comisionada. Llegó el momento en que el reino se dividió y, por la desobediencia e idolatría del pueblo, casi fue exterminado. Lo que quedó de Israel fue exiliado a Babilonia. Sin embargo, Dios continuó siendo el pastor de su pueblo. La vuelta del exilio se describe como una nueva reunión del pueblo disperso con su Pastor, y una nueva oportunidad para que Israel sea “luz a las naciones” (Isaías 42:5-9; 49:1-26; Zacarías 10:8-10; Miqueas 2:12; 4:6-7). Es indudable el hecho de que Dios llamó a Israel para cumplir la tarea especial de llevar “bendición a todas las familias de la tierra”. No solo lo llamó y comisionó sino que, además, lo cuidó pastoralmente y lo formó espiritualmente equipándolo para el cumplimiento de esa comisión. El profeta Isaías nos presenta esta verdad de manera clara, profunda y conmovedora (Isaías 49:1-7).

Con base en estas referencias, podemos decir que Dios fue el primero en dar atención pastoral y formar espiritualmente a un pueblo comisionado. Lo acompañó todo el tiempo, sin perder la esperanza de que éste pudiera al fin estar listo para cumplir esa comisión. MOISÉS COMO PASTOR DE JOSUÉ

Al mismo tiempo que Dios pastoreó a un pueblo comisionado para una tarea de gran envergadura como “ser luz a las naciones”, también pastoreó a Moisés para que cumpliera una comisión enraizada en el gran propósito salvífico de Dios. Por otro lado, el primer personaje además de Dios a quien el Antiguo Testamento confiere el título de «pastor», con el significado de guía, protector y cuidador del pueblo, es Moisés, y así se reconoce en Isaías 63:11,14: “(Dios) se acordó de los días antiguos, de Moisés, su siervo. ¿Dónde está el que los sacó del mar, el pastor de su rebaño?”. Y Josué sucedió a Moisés como pastor de Israel por expresa voluntad de Dios (Números 27:16-18).

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Josué, en la época del éxodo, era joven aun (Exodo 33:11). Pero, desde ese entonces, Dios ya lo había llamado para acompañar a Moisés y para prepararlo como su sucesor, con una tarea clave en la vida de Israel: conquistar y poseer la tierra prometida. El sólo hecho de que Moisés lo eligiera como su ayudante personal y que le diera el mando de un destacamento de las tribus aun no organizadas para rechazar a los amalecitas (Exodo 17), indica que lo estaba acompañando, mientras se preparaba para servir al Señor. Pasaron varios años en los que Moisés acompañó pastoralmente a Josué y lo formó espiritualmente. Para el tiempo en que fue nombrado como sucesor de Moisés, Josué tenía probablemente alrededor de 70 años. En este punto, su formación había avanzado, fue cuidado pastoralmente y era uno de los hombres más fieles de la Biblia. Cumplió su misión de manera plena y nunca se apartó de Dios. Todo eso se debió, en primer lugar, a la obra de la gracia de Dios, pero también al acompañamiento constante que Moisés realizó con él. Uno de los versículos donde se percibe la función de pastor y de formador espiritual que cumplió Moisés ante Josué, dice: “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas” (Josué 1:7).

De lo anterior se deduce que Moisés tomó el tiempo necesario para el cuidado y la guía a Josué bajo los mandamientos de Jehová. El resultado fue sorprendente, porque lo que dice el versículo citado anteriormente, se cumplió: Josué fue prosperado en todo lo que emprendió. Gozó de una relación espiritual profunda con Dios y aprendió a ser pastor como Moisés. DAVID COMO PASTOR DE SALOMÓN

El que recibe más veces el título de «pastor» es el rey David. El salmo 78 describe tanto

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sus orígenes pastoriles como el carácter pastoral de su reinado (vv. 70ss).

Aunque David, sin lugar a dudas, fue un verdadero pastor de Israel, pueblo que, como dijimos antes, tenía la tarea de ser “luz a las naciones”, en esta sección deseamos resaltar el hecho del cuidado pastoral y la formación espiritual que desarrolló David para con su hijo Salomón. Aquel había prometido a Betsabé que Salomón sería su sucesor (1 Reyes 1:13, 17), sin embargo, la sucesión no fue anunciada oficialmente sino hasta después del intento de Adonías de proclamarse rey, por ser el mayor de los hijos sobrevivientes (2 Samuel 3:4; 1 R. 1:5-10, 24-27). En respuesta a las instancias de Natán y Betsabé, David intervino y mandó que Salomón fuese ungido y reconocido en el trono (1 Reyes 1:32-52). Salomón, una vez más, fue proclamado y ungido rey por David, formal y públicamente, poco antes de la muerte de éste. A estas alturas, Salomón tenía apenas 20 años (1 Crónicas 28:1; 29:22; 1 Reyes 2:1-12; 3:7). David le dio instrucciones solemnes en cuanto a su trabajo como su sucesor y edificador del Templo.

Dios fue el primero en pastorear a Salomón; pero David, su padre, lo cuidó de manera pastoral y lo formó espiritualmente. Salomón estaba preparándose para una gran tarea: Servir a Dios, reinar sobre el pueblo y edificar el templo. Mientras eso sucedía, su padre lo acompañó muy de cerca con su ejemplo, consejos y cuidado. La eficacia en el cumplimiento de la misión que Salomón tenía por delante, sin lugar a dudas, podríamos decir que se debió al ministerio pastoral de David. Las repercusiones del trabajo de acompañamiento de David con Salomón se notaron inmediatamente cuando éste comenzó a reinar. Él no hubiese podido tener la osadía de pedir a Dios sabiduría si David no le hubiera enseñado de esa manera (1 Reyes 3:3-14). Dios y Salomón reconocen el ministerio y la vida de David. El pasaje dice que Salomón amó


a Dios, siguiendo en los estatutos de su padre David. El referente inmediato y seguro para Salomón fue su padre. Aprendió de él a vivir en el temor de Dios y guardando sus mandamientos. Estuvo listo y preparado para reinar porque su padre le cuidó en forma pastoral y lo formó espiritualmente. Ese no fue un trabajo de un día o dos, sino a lo largo de la vida. Las cualidades espirituales que Salomón resalta de su padre David, son dignas de mencionar. Señala que David anduvo delante de Dios en verdad, en justicia y con rectitud de corazón. Esos atributos sin duda los tiene solamente alguien que es un pastor genuino y que está en el centro de la voluntad de Dios. Salomón pudo reproducir lo que su padre le enseñó. El episodio de Salomón como juez en el caso de las dos mujeres con un hijo (1 Reyes 3:1628), deja de ver claramente que Dios le había otorgado sabiduría; pero también muestra que pudo cumplir un buen gobierno, porque alguien lo acompañó de cerca y lo pastoreó para que tuviera ese resultado.

Otro pasaje bíblico clave que nos permite apreciar el trabajo pastoral de David para con Salomón, mientras éste se preparaba para gobernar y para edificar el templo de Dios, reza de la siguiente manera:

“...Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a éste he escogido por hijo, y yo le seré a él por padre... Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario... Dijo además David a Salomón su hijo:

Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová... Asimismo da a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos, y para que haga todas las cosas, y te edifique la casa para la cual yo he hecho preparativos... Y Jehová engrandeció en extremo a Salomón a ojos de todo Israel, y le dio tal gloria en su reino, cual ningún rey la tuvo antes de él en Israel” (1 Crónicas 28:1—29:25). David, hasta los últimos días de su vida, supo pastorear a su hijo demanera extraordinaria. Tuvo suficiente autoridad como para decir a su hijo que “reconozca al Dios de su padre”. El Dios de David es como él mismo lo describe en 1Crónicas 29: 10-18. La sola vida de David era suficiente motivación para que Salomón cumpliera bien su reinado y la tarea de edificar el templo. No podemos ni siquiera sospechar que David no haya realizado un trabajo pastoral tan profundo con su hijo Salomón. Las palabras de los versículos citados antes son tan claras y constituyen suficiente argumento para enfatizar en esta verdad. Al final de sus días, Salomón se alejó de Dios por seguir a los dioses de sus mujeres. Fue muy lamentable; sin embargo, podríamos decir que la influencia de su padre siempre fue positiva. Lo que Salomón hizo al final de su vida fue porque se olvidó de los consejos de su padre David y en ese entonces no anduvo en los preceptos de Dios, tal como su padre le había ense-

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ñado. Pero, el impacto positivo de la vida de Salomón, a excepción de la última parte de su vida, quedará perennizado para la posteridad.

Israel recibió el encargo de ser “luz a las naciones”. Josué recibió la misión de guiar al pueblo hacia la conquista y posesión de la tierra prometida. Salomón recibió la tarea de gobernar a Israel en un tiempo crucial y de edificar el templo en Jerusalén. En una u otra medida las tareas de estos protagonistas se cumplieron muy bien. Josué conquistó y repartió la tierra de Canaán. Salomón gobernó con gran sabiduría a Israel y terminó la construcción del majestuoso templo para la adoración a Dios. Esto no hubiera sido posible si Dios no hubiera cuidado y formado espiritualmente a Israel a través de su obra directa y la de sus caudillos. Tampoco hubiera sido posible si Moisés no hubiera hecho lo mismo y si, además, David no hubiera realizado un ministerio pastoral y de formación espiritual tan certero con su hijo Salomón.

EN CONCLUSIÓN, los ejemplos que hemos reseñado panorámicamente, nos recuerdan que:

a) Dios convoca y comisiona a un pueblo para cumplir su propósito redentor; b) El mismo Dios que convoca y comisiona, también acompaña a su pueblo en el trayecto signado por su propósito;

c) En el contexto de ese llamado, por el encargo y acompañamiento que Dios hace a su pueblo, deben construirse relaciones interpersonales de pastoreo y formación espiritual entre los líderes de ese pueblo, de manera que la comisión sea cumplida y Dios sea honrado en su propósito reconciliador.

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Las relaciones de cuidado pastoral y formación espiritual entre líderes del pueblo de Dios deben estar marcadas, no solo por experiencias de instrucción formal, sino, sobre todo, por la dinámica del modelaje o ejemplo de vida que encarne los valores y estilos que demanda Dios que convoca, envía y acompaña a su pueblo. Estas son demandas muy pertinentes en el contexto contemporáneo y haríamos bien en retomarlas para beneficio de nuestro servicio al Señor en el marco de los ministerios en los que estamos.

PREGUNTAS PARA LA

REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO

¿En qué medida nuestra relación de cuidado pastoral y formación espiritual a los líderes que tenemos bajo nuestra responsabilidad debe reflejar nuestra comprensión de Dios y su relación con el pueblo del pacto? La relación de Moisés con Josué y la de David con Salomón, ¿desde qué punto de vista pueden ser paradigmáticas o modelos de nuestra relación con los líderes que estamos formando en nuestros respectivos ministerios? ¿Hay algunos desafíos actuales que necesitarían otros modelos mencionados en la Escritura? ¿Cuáles son esos desafíos y cuáles serían esos modelos?


George H. D. Reader colocó su amado violín en el altar cuando se entregó por completo a Dios, pero sigue tocándolo, incluso a la edad de 106 años. El Rdo, Reader sintió el llamado a predicar en el verano de 1920. Junto con su esposa Gertrude ministraron en iglesias de todo el Medio Oeste por 50 años. La Sra, Reader falleció en 1999, pero al presente, al Rdo. Reader se le ha reconocido como el presbítero que más años ha ministrado en la historia de la Iglesia del Nazareno. El Illinois District lo distinguió con ese honor en 2012, en el 80o aniversario de su ordenación.

Casi 14,000 ministros nazarenos activos y jubilados y viudas reciben beneficios de jubilación, de seguro de vida e incapacidad, además de varios otros beneficios, gracias a su fiel contribución al Fondo de Pensiones y Beneficios. “Me faltan palabras para expresar lo mucho que (la pensión de jubilación) significa para nosotros. Sin la ayuda de nuestra iglesia no hubiéramos sobrevivido”. —Rdo. George Reader

A nombre de todos esos siervos de Cristo... —

NOS HEMOS GANADO LA CONFIANZA POR CASI UN SIGLO

NO OLVIDE VER (EN INGLÉS)


BENDICIONES

LAS

DE

ABRAHAM:

UN MODELO DE CUIDADO PASTORAL HISPANO


POR JUAN VÁZQUEZ-PLA ómo proveer cuidado pastoral en una cultura y etnicidad específicas, pero que a la vez funcione dentro del contexto de una iglesia local? En el caso de una congregación o ministerio hispano dentro de una congregación exclusiva, el modelo bien podría ser el de Las Bendiciones de Abraham.1 Este modelo se aprovecharía de la obra de Dios entre generaciones: concepto que deberá ser relevante para la cultura latina. He aquí la estructura bíblica, cultural y estratégica de este modelo de cuidado pastoral.

¿c

UNA BENDICIÓN PARA EL HIJO Y EL NIETO

El modelo de Las Bendiciones de Abraham se encuentra en el contexto de los patriarcas del Antiguo Testamento:

Abraham, Isaac y Jacob y su relación como padre, hijo y nieto. Su contexto bíblico es bien conocido: Primero, Dios prometió su bendición a Abraham (Abram): “Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra»” (Génesis 12:2-3). Segundo, Dios extendió las bendiciones dadas a Abraham, a su hijo Isaac: “Aquella noche se le apareció Jehová y le dijo: «Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No temas, porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham, mi siervo»” (Génesis 26:24). Tercero, Isaac, como “persona puente”, extendió esa bendición abrahámica a su hijo Jacob: “Que el Dios omnipotente te bendiga, te haga fructificar y te multiplique hasta llegar a ser multitud de pueblos; que te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que habitas, la que Dios dio a Abraham»” (Génesis 28:3-4).

Las bendiciones de Abraham alcanzaron a su hijo Isaac y a su nieto Jacob, e incluso a sus descendientes. Unió a tres generaciones y a sus descendientes. Fue una bendición “trasgeneracional” que presupuso fuertes lazos familiares históricos y también los afirmó. Cuando se aplica al cuidado pastoral de hispanos e hispanas el modelo de Las Bendiciones de Abraham, se mantiene su característica trasgeneracional por una buena razón. Las nuevas generaciones de hispanos e hispanas, aun cuando son susceptibles de asimilar los diversos valores de la cultura norteamericana do-

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minante, tienden a mantener un fuerte sentido de “familismo”, es decir, “orgullo familiar y solidaridad”, heredado de su cultura hispana.2 En este renglón, los hispanos que necesitan cuidado pastoral de seguro se sienten alentados cuando se les recuerda que, como en el caso de Abraham, Isaac y Jacob, Dios todavía honra a la familia extendida y su puente y unión generacional. Al hispano individual o familia se le dirá repetidamente que a través de la unión y del puente de la familia trasgeneracional, Dios puede intervenir, incluso en proporciones históricas, para bendecir a cualquier miembro de la familia que esté pasando por una crisis física, moral o espiritual. UNA BENDICIÓN PARA EXTRANJEROS

En Génesis 12, la bendición del Señor dada a Abraham es precedida por esta orden: “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré” (v. 1). En realidad la bendición dada por Dios a Abraham fue para un “extranjero” y sus descendientes (Génesis 23:4). Fue una bendición para una generación de inmigrantes y sus hijos y nietos nacidos en el extranjero. En este sentido, el modelo de cuidado pastoral de Las Bendiciones de Abraham aprovechará al máximo la oportunidad de ministrar a aquellos que se perciben a ellos mismos, o

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como habitantes de un nuevo país. Como modelo de cuidado pastoral, fue un modelo cambiante trasgeneracional. Siguiendo esa naturaleza trasgeneracional de nuestro modelo, el cuidado pastoral hispano por necesidad será abierto y estará a la expectativa respecto a la obra de Dios entre el pueblo hispano, tanto en la generación nacida en el extranjero como en las siempre crecientes segunda, tercera y más generaciones. En el caso del pueblo hispano de Estados Unidos, se nos dice que para el 2020, las generaciones segunda y tercera serán cinco veces más grandes que los inmi4 VETE DE TU TIERRA, DE TU grantes de la primera. Es cierto que hay imPARENTELA Y DE LA CASA portantes diferencias entre esas generacioDE TU PADRE, A LA TIERRA nes sobre idioma, educación, ingresos econóQUE TE MOSTRARÉ micos y matrimonios días en el suroeste de la nación. interraciales.5 Sin embargo, los El cuidado pastoral por lo ge- proveedores de cuidado pastoneral se ha provisto a través ral serán de mucha ayuda para de iglesias establecidas y des- hispanos e hispanas a quienes arrolladas entre los inmigran- enfocan su ministerio, si se tes de habla hispana en los ba- tiene en mente el cuadro trasrrios. Como hemos observado, generacional más amplio y los el modelo de Las Bendiciones ministerios relacionados con la de Abraham implica una con- familia extendida continúan tinuación de la gracia de Dios fortaleciéndose. Es normalmente lógico que a través de Abraham, el extranjero que nació en Ur de los cada situación de cuidado pascaldeos, a Isaac, quien nació en toral funcione bajo su propio Canaán, y a Jacob, el nieto, estilo de ministerio. Las priotambién nacido en Canaán. ridades y necesidades también Dios interactuó con las tres ge- quizá varíen de tiempo en neraciones, aun cuando cada tiempo y de lugar en lugar. una por necesidad tuvo que Pero si recordamos que el modesarrollar su propia identidad delo de Las Bendiciones de

son percibidos por los demás, como extranjeros. Es un modelo que debería servir bien a los hispanos e hispanas dentro del contexto norteamericano, incluyendo a la generación inmigrante. Estados Unidos sigue siendo una tierra de inmigrantes. Y desde el punto de vista del cuidado pastoral, “Dios nos llama a respetar, proteger, ayudar, evangelizar, discipular y amar a todos los inmigrantes cercanos a nosotros”.3 La Iglesia del Nazareno de Estados Unidos tiene una larga historia de servicio a la familia hispana inmigrante y sus descendientes, desde sus primeros


Abraham abarca el concepto de la bendición tanto para la generación nacida en el extranjero como para la nacida en su lugar de origen, una forma de implementar este modelo entre las generaciones hispanas en cualquier iglesia local debería incluir ministerios como los siguientes:6 Un refugio para los que no tienen casa, especial para mujeres inmigrantes con hijos nacidos en su lugar de origen o en el extranjero, que provea un programa para después de clases y un ambiente en el que tanto las madres como sus hijos oigan y sean testigos del poder de Cristo transformador de vidas. Capacitar a parejas de inmigrantes, padres e hijos nacidos o no en su lugar de origen, para establecer prioridades, mejorar su comunicación y a hacer decisiones como familia que los lleve a la libertad financiera. Jesús, al ejercer su autoridad para extender su bendición del reino al centurión “extranjero” y a su familia en Mateo 8, sugiere que su obra de sanidad en el hijo del centurión fue en verdad una “fiesta” de bendición trasgeneracional que se puede disfrutar incluso con “Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos”

(v. 11). Aquí quizá tengamos una promesa para nuestros días: el cuidado pastoral hispano practicado bajo el modelo de Las Bendiciones de Abraham (tender puentes y unir a las generaciones) debe llevarse a cabo siempre con las bendiciones de Jesús. Él dijo también que “Abraham, vuestro padre, se gozó de que había de ver mi día; y lo vio y se gozó” (Juan 8:56). UNA BENDICIÓN PROVENIENTE DE LOS EXTRANJEROS

Algunas tradiciones cristianas quizá tiendan a hacer del cuidado pastoral un fin en sí mismo. La expectativa de que pueda convertirse en herramienta evangelística o misional pueda que haga sentirse incómodos a algunos pastores. Pero en el caso del cuidado pastoral en la tradición evangélica, el evangelismo, el discipulado, la fundación de iglesias, el desarrollo de la iglesia y la obra

misionera (en casa y en el extranjero) siempre han formado parte integral de lo que hacemos. El modelo de ministerios de cuidado pastoral de las Bendiciones de Abraham será interpretado como misional en naturaleza. De acuerdo con Génesis 12, 17 y 18, las bendiciones trasgeneracionales que Dios prometió a los patriarcas del Antiguo Testamento eran para ellos y por medio de ellos para otros: “¡Por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!” (12:1-3, Nueva Versión Internacional). Y: “Habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra” (18:18). El tenor del mensaje bíblico deja en claro que esas bendiciones Abrahámicas incluirían la obra salvadora de hombres y mujeres de todas partes independientemente de raza, etnicidad, cultura, idioma, género y clase social (véase Romanos 11). Específicamente en relación con el pueblo hispano, el modelo de cuidado pastoral de Las Bendiciones de Abraham contribuirá intencionalmente a la obra del desarrollo de la iglesia alcanzando a otros más allá de su propio círculo. Visto de esta manera, el modelo pre-

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senta un potencial extraordinario para la iglesia norteamericana inclusiva en el siglo 21. Una iglesia local o ministerio hispano dentro de una iglesia inclusiva que disfruta de sólida predicación pastoral, enseñanza, dirección y discipulado en combinación con un fuerte énfasis de compasión en sanidad, sustentando, dirigiendo y reconciliando a la gente unos con otros y con Dios, deberá ser una iglesia o ministerio saludable y creciente. Esperamos que la obra salvadora y santificadora de Dios en la vida de hispanos e hispanas será, en algún momento, un canal de esa bendición para los demás. El modelo de Las Bendiciones de Abraham entre hispanos e hispanas por necesidad se moverá externa e inclusivamente sin tensión. Sin el afán de ser impositivo y solo a manera de ilustración, he aquí algunas guías que podrán ayudar en el desarrollo de la iglesia en general como parte de un modelo hispano de cuidado pastoral. Será holístico, encaminado a servir a la persona total: cuerpo, mente, alma y espíritu (¿Recuerda a Juan Wesley en la Inglaterra del siglo 18?). Será intercultural a interlingüístico, en donde se empleará entusiasta y estratégicamente español inglés, inglés español, y cualquier otra combinación de idiomas y patrones culturales prevalecientes en la

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comunidad (¿Recuerda a Phineas F. Bresee y su obra intercultural en la ciudad de Los Angeles a finales del siglo 19?). Étnicamente, será un ministerio por hispanos o hispanas para hispanos o hispanas, pero inclusivamente, por lo general será de parte de los hispanos hacia los no hispanos o hispanas. En una “sociedad racializada”7 como la nuestra, los hispanos e hispanas, como pueblo mestizo, pueden llegar a ser un canal de bendición salvadora y santificadora para los de otra etnicidad y cultura, al ser capacitados para realizar tal obra en una atmósfera inclusiva de aceptación, receptiva y de celebración. El modelo de cuidado pastoral de Las Bendiciones de Abraham ubicado en el contexto de los patriarcas del Antiguo Testamento, Abraham, Isaac y Jacob, será un modelo latino inmigrante, trasgeneracional, de compasión y amigable para todos los ministerios de cuidado pastoral. Pero, sobre todo, será un modelo de desarrollo de la iglesia para la nueva iglesia inclusiva. El siglo 21 debe ser el siglo de este tipo de iglesia.8 NOTAS

1. Me siento en deuda por las ideas principales de este modelo de cuidado pastoral con Daniel A. Rodríguez en su libro: A Future for the Latino Church: Models for Multilingual, Multigenerational Hispanic Congregations (un futuro para la iglesia latina: modelos para congregaciones multilingües, y multige-

neracionales), 167-179 2. Ibid, 173. 3. “The Immigrant Among us” (el inmigrante entre nosotros), por el Superintendente General Jerry D. Porter, en Holiness Today, mayo/junio 2012, tapa interior. 4. The Rise of the Second Generation: Changing Patterns in Hispanic Population Growth (el surgimiento de la segunda generación), por Roberto Suro de Pew Hispanic Center y Jeffrey S. Pasel de Urban Insti¬tute, 4. http://hablamosjuntos.org/resources/pdf/PHC_Projections_final_(October_2003).pdf. Accessado en octubre 25, 2012. 5. Ibid, 8-9. 6. Daniel A. Rodríguez, op. cit., 119-121, discute estos y otros ministerios de cuidado pastoral como se implementan por la Iglesia New Life Covenant Ministries, de Chicago, por el pastor Wilfredo de Jesús, página de internet: mynewlife.org. Bill Wiesman, editor de A Holy Purpose: Strategies for Making Christlike Disciples —estrategias para hacer discípulos semejantes a Cristo— (Kansas City: Beacon Hill Press of Kansas City, 2011), subraya la Primera Iglesia del Nazareno Hispana de Owings Mills, Maryland, cuyo pastor es Walter Argueta, quien está entusiasmado por sus “muchas actividades en la comunidad”, 176-182. 7. Para una explicación del concepto de una “sociedad racializada”, véase la Introducción del libro Divided by Faith: Evangelical Religion and the Problem of Race in America (divididos por fe: religión evangélica y el problema de la raza en Estados Unidos), por Michael O. Emerson y Christian Smith, 1ss. 8. United by Faith: The Multiracial Congre¬gation as an Answer to the Problem of Race (unidos por fe: la congregación multiracial como respuesta al promblema de la raza), por Curtiss Paul DeYoung, et al. (New York: Oxford University Press, 2003), 2. Véase también el capítulo 8.

JUAN VÁZQUEZ-PLA

es ministro ordenado de la Iglesia del Nazareno y director de Sinergy Ministries, dedicado a promover la cooperación en el adelanto del cristianismo ( ).


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s o m Muy Sea

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Cuidadosos

UNA REFLEXIÓN DE CUIDADO PASTORAL POR JAY RICHARD AKKERMAN

l programa de TV “Hill Street Blues”, de Steven Bochco, fue uno de los más populares de la década de los años 80. Esa serie policiaca semanal giraba en torno de la vida de los habitantes de la zona aledaña a Hill Street, supuestamente ubicada en un barrio popular de cualquier centro urbano norteamericano. Se distinguió por su crudo realismo, ya que presentaba la labor de la policía tal y como suele suceder, con lo que cosechó ocho Premios Emmy, además de 14 nominaciones de la Academy of Televisión Arts & Sciences cada año que el programa se trasmitió en una cadena de TV.

En sus primeros años, casi cada episodio comenzaba con el reporte diario del sargento Phil Esterhaus, el recio pero amable supervisor de turno interpretado por Michael Conrad. Fue filmado con todo el realismo posible ante las cámaras, en el que el sargento advertía, aconsejaba, y engatusaba a su pelotón para enfrentarse a la dura realidad de la ciudad en ese día. Después de pasar lista, el sargento despedía a sus oficiales con una simple encomienda que se hizo famosa y llegó a ser el lema de la serie televisiva: “Seamos muy cuidadosos”. Esa sencilla advertencia del sargento ofrece hoy un recordatorio oportuno a pastores y sus congregaciones. Las expresiones de cuidado pueden ser profundas y transformadoras de vidas. De seguro todos podemos recordar ejemplos de cuidado personal que hemos recibido a través de los años, tanto formal como informal. Independientemente de haberlo recibido en momentos de crisis personales, en el aula, en el frente de batalla, o en la familia o el matrimonio, esas formas de cuidado con frecuencia se dan bajo gran costo personal. En ocasiones, lo significativo del cuidado que se ofrece no cobra mucha importancia para el que lo da, aunque para el que lo recibe puede ser profundo. Desde la Zona Cero hasta un aula de escuela primaria, desde Auschwitz hasta las playas de Normandía, o en el ala de oncología de un hospital, o en una simple conversación saboreando


una taza de café, todos esos escenarios pueden ofrecer inspiración que emana de la semilla de una simple expresión de cuidado de una persona a otra Aunque es más fácil para algunos pastores que para otros, el cuidado pastoral es un elemento esencial de toda labor ministerial. Los pastores ministran a sus congregaciones mediante consejería, visitación, oración, desafío, aliento, camaradería, así como en el ciclo de nacimiento, sanidad y muerte. Se nos presentan oportunidades de estructurar la gracia preveniente de Dios para nuestros feligreses en medio de la cruda realidad de la vida diaria Uno de mis mentores solía decir: “El cuidado pastoral paga las cuentas”. Quería decir que los ministros con buenas destrezas pastorales reconocen el valor de conocer, servir y vivir entre la gente bajo nuestro cuidado. Cuando

dejamos el pastorado de una iglesia, la gente recordará más por largo tiempo nuestros ejemplos de cuidado pastoral (o la falta de los mismos) que lo que dijimos en nuestros sermones. Al conocer más personalmente a los miembros de nuestras iglesias, los pastores podemos establecer lazos de confianza mutua, con lo que se nos da la oportunidad singular de penetrar en los altos y bajos, y sombras ocultas, de los que están bajo nuestro cuidado. De esta manera los pastores pueden encontrar oportunidades de dirigir en oración, corregir y dirigir a sus feligreses hacia una relación más profunda en el amor de Cristo. Afortunadamente, la vida en el pastorado ofrece ricas oportunidades de cuidado. Ya sea regocijándose con una pareja joven por el nacimiento de su primer bebé en su primera hora de vida, hablando con un

padre soltero sobre una situación difícil con su hijo, o visitando a una pareja que nunca ha asistido a una iglesia, aconsejando a un estudiante de preparatoria sobre sus opciones para después de la graduación, visitando a un joven en la cárcel que necesita desesperadamente un cambio de rumbo en su vida, o ayudando a una familia a expresarse correctamente ante uno de sus miembros a punto de morir, los pastores tienen la oportunidad de singular de ser las manos y pies de Cristo en muchos de los momentos más significativos de la vida. Entonces, ¿qué pueden aprender los pastores del reporte del sargento en la delegación policiaca Hill Street? Me parece que la advertencia del sargento Esterhaus se relaciona con los pastores de tres maneras por lo menos:


SEAMOS MUY CUIDADOSOS: EL CUIDADO PASTORAL ES

RELACIONAL En la universidad, en la clase de Nuevo Testamento Griego, solía usar un aparato mnemónico muy útil para recordar “el subjuntivo hortatorio”; quizá usted usó el mismo aparatito. El subjuntivo hortatorio es un modo gramatical que urge a los demás a unirse en alguna acción. En español sería parecido al modo imperativo, que impele a una acción: “Vayamos, hagamos, etc.” Y se encuentra en muchos pasajes bíblicos. Por ejemplo, en Hebreos 12:1 dice: “Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Para ayudarme a recordar ese elemento gramatical, mentalmente lo asociaba con las órdenes que recibía de mi padre o madre: “Hagamos esto, hagamos lo otro, etc.” Recordemos: En el cuidado pastoral no se trata de actuar en aislamiento o soledad. Por su naturaleza misma, el cuidado pastoral es relacional, lo hacemos en conjunto. Algunos pastores luchan con este aspecto relacional del cuidado pastoral. Si no tenemos confianza en nosotros mismos, por ejemplo, nos puede impedir que interactuemos significativamente con los demás.

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Si este es su caso, comente su temor con alguien y dé pasos para solucionar su situación. Por definición, el cuidado pastoral requiere interacción y relaciones. Los pastores deben conocer a sus líderes claves. Con frecuencia se les pide que atiendan a los que sufren. Consuelan a los enfermos. Y apoyan a los que padecen necesidades. Además de la conexión directa para ayudar a suplir las necesidades de los feligreses, mi experiencia demuestra que el cuidado pastoral también ofrece grandes oportunidades

pastor con licencia de ministro en su iglesia local o miembro del personal que se podría beneficiar de capacitación de cuidado pastoral más sólida, le desafío a usar el subjuntivo hortatorio con ellos diciendo: “Vayamos a visitar a fulano de tal en el hospital”, o bien, voy a hacer visitar, vayamos el lunes por la noche a visitar a algunos miembros de nuestra iglesia”. El buen cuidado pastoral se distingue por llamar a la acción fiel, tanto a feligreses como a otros en el ministerio. Practique su ministerio en el plural. Si solo practica el singular en su cuidado pastoral, algo le está faltando. O más bien, alguien le está faltando —la gente misma a la que hemos sido llamados a servir a través de nuestro cuidado y mentoría.

SEAMOS MUY CUIDADOSOS: EL CUIDADO PASTORAL ES

HOLÍSTICO de mentoría. Desde muy temprano en mi ministerio, tuve el privilegio de contar con pastores dispuestos a llevarme en sus visitas en hospitales o en casas. Todavía recuerdo los momentos con esos pastores mientras íbamos de lugar en lugar. Desafortunadamente, parece que hoy se ha perdido el arte de esos elementos esenciales del pastorado. Si usted es

En nuestro diario hablar, con frecuencia formamos y usamos adjetivos agregándole un sufijo a un sustantivo. Por ejemplo, “exitoso”, “grandioso”, “bondadoso”, entre muchos otros. La palabra “cuidadoso” significa: “1. adj. Solícito y diligente en ejecutar con exactitud algo. 2. adj. Atento, vigilante” (Diccionario de la Real Academia Española).


Con frecuencia se asocia el cuidado pastoral con la función de pastor de ovejas. Somos responsables por la protección, desarrollo y sano crecimiento de nuestras ovejas. Parte del ritual de ordenación se ha tomado de la exhortación de San Pablo en 2 Timoteo 4:5, en donde encarga a los ministros jóvenes: “Sé sobrio en todo”, o como dicen otras versiones: “Sé prudente en todas las circunstancias” (NVI), o “mantén la calma en todo momento” (TLA), “mantener la mente clara en toda situación” (NTV). El verbo significa ser cuidadoso de ejercer autocontrol y equilibrio en todas las áreas de su ministerio. Es un llamado a ser cuidadosos y atentos tanto en lo individual como en nuestro ministerio más ampliamente. Como pastores, se nos ha dado la oportunidad singular de expresar la plenitud del cuidado de Dios en la vida de nuestros feligreses. Es decir, tenemos que ser “muy cuidadosos” como pastores. El buen cuidado pastoral con frecuencia nos llama a la sólida reflexión teológica por adelantado en la situación que se avecina. ¿Qué tan profundo ha explorado el problema del mal, por ejemplo? Es un tema esencial que con frecuencia sale a la superficie al trabajar uno entre la gente que sufre y pasa por situaciones de crisis. Saber lo que no debe uno decir es tan importante como afinar una buena respuesta en momentos difíciles. Cuando se

sufre una tragedia y la vida pierde todo su sentido, está bien que los pastores reconozcan esa cruda realidad en la presencia de sus feligreses. El ministerio silencioso de nuestra presencia quizá sea todo lo que tengamos para ofrecer. De hecho, si trata uno de sortear una crisis con palabras huecas muy pronto lo notan los oyentes. En esos momentos, la respuesta más semejante a la de Cristo que podamos ofrecer sería seguir su ejemplo mismo, como en el caso de María y Marta ante la muerte de su hermano. ¿Qué hizo Jesús al unirse a las mujeres en camino al sepulcro de su hermano? Jesús fue sumamente compasivo y cuidadoso, dice en Juan 11:35 que hasta lloró.

rramienta a mis vecinos (¡y devolverla!). Vivimos en una calle cerrada, o cul-de-sac, junto a familias distinguidas, todas ellas en diversos niveles de desarrollo de su fe. Mis vecinos saben cuál es mi profesión. Aun cuando no estamos de acuerdo en todo, a todos los considero como amigos, y creo que ellos de igual manera así me consideran. Durante los ocho años pasados, les debería mucho dinero a mis vecinos si les pagara $10 por cada vez que he tocado a sus puertas para pedirles prestado un serrucho eléctrico, una carretilla, un compresor de aire, o alguna otra herramienta. Aunque tengo la tendencia de ahorrarme todo lo que pueda, me impulsa otra poderosa razón para pedirles prestada herra-

SEAMOS MUY CUIDADOSOS: EL CUIDADO PASTORAL ES

MISIONAL El cuidado pastoral está orientado hacia afuera. Los pastores deben ir más allá de sus habilidades y problemas para ser de eficacia en su cuidado de los demás. Jesús nos ordena que vayamos a donde vive la gente e inspirar a otros a que se nos unan y vayan también. Con frecuencia bromeo con mis estudiantes diciendo que mi estrategia evangelística consiste en pedir prestada he-

mienta: sencillamente, me da oportunidades de conectarme con ellos personalmente. Hoy por hoy, muchos vivimos en un mundo súper-privado. Nuestras autopistas están llenas de coches ocupados por conductores solitarios. Construimos casas sin porches con grandes patios traseros rodeados de altas cercas. Fácilmente conducimos el coche hasta el interior de la cochera

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activando las puertas por control remoto, para evitar toda interacción con los vecinos. Nos hemos vuelto expertos en aislarnos por completo de los demás. Pero la gente tanto dentro como fuera de la esfera de influencia de nuestra iglesia ha sido diseñada para relaciones. No nos expresamos tal como somos cuando nos aislamos de los demás y de Dios mismo. Se nos ha encomendado la misión de cuidar a los demás de modo que la gente reconozca esta importante verdad. De esa manera mi “ministerio de pedir prestada herramienta” me ha puesto en contacto con Paul, Jeannie, Ben, o Danny. Me ha dado la oportunidad de establecer amistades reales con Chuck, Cam, Sharon, y Olivia. Como resultado de esas amistades, hemos podido charlar con mayor profundidad sobre la vida, e incluso sobre la fe. Algunos me han permitido orar con ellos mientras buscábamos en la cochera. He tenido el privilegio de ofrecerles cuidado más plenamente y ayudarles a ver cómo el amor de Dios está alcanzándoles. Por ello sigo pidiendo prestadas herramientas según las vaya necesitando —¡y tengo el cuidado de devolverlas como todo buen vecino debe hacerlo! Como pastores, no importa si vivimos en un centro urbano o en un vecindario de los suburbios. Independientemente de que nuestras destre-

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zas interpersonales sean naturales o adquiridas, el cuidado pastoral es una habilidad y don que se puede cultivar y desarrollar con el tiempo. En respuesta al llamado de Dios para todos, , hemos recibido la orden de cuidar plenamente, tanto a los de nuestro círculo más íntimo como a los que están fuera del mismo.

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Por todo Estados pequeñas estable no estancarse y cr cultural que cam de Dios, algunas experimentando CAMBIOS contie que se liberaron d estancamiento y d renovación dinám movimientos com el proceso de ren como libro de rec liderazgo laicos, a práctica, historias profundas para a futuro.

Entonces, pastores... ¡SEAMOS MUY CUIDADOSOS! JAY RICHARD AKKERMAN es profesor de teología pastoral y director del programa teológico graduado de educación por internet en la Northwest Nazarene University, Nampa, Idaho. LECTURA ADICIONAL:

DARON BROWN de Waverly, Tenne Purpose: Five Strate —un propósito sa discípulos semejan esposa, Katie, tien McCauley.

Daniels, T. Scott. The First 100 Days: A Pastor’s Guide (Kansas City: Beacon Hill Press of Kansas City, 2011).

Halter, Hugh and Matt Smay. The Tangible Kingdom: Creating Incarnational Community (San Francisco: Jossey-Bass, 2008). Hansen, David. The Art of Pastoring: Ministry With¬out All the Answers (Downers Grove, IL: InterVar¬sity, 1994).

Oden, Thomas C. Pastoral Theology: Essentials of Ministry (Grand Rapids: Zondervan, 1983).

Peterson, Eugene H. Five Smooth Stones for Pasto¬ral Work (Grand Rapids: Eerdmans, 1980). ----. The Pastor: A Memoir (New York: HarperOne, 2011).

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N es pastor de la Iglesia del Nazareno essee. Es co-autor del libro A Holy egies for Making Christlike Disciples anto: cinco estrategias para hacer ntes a Cristo. El pastor Brown y su nen tres hijos: Kendall, Parker y RELIGIÓN / MINISTERIO CRISTIANO / RECUR-

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Cómo ser “uno” con Dios

El anhelo de todo cristiano... consejos para las parejas...

D

espués de la “luna de miel” sigue toda una vida. Una vez que se desvanece la emoción de la boda y la recepción, y regresamos de la luna de miel, empezamos a formar una vida juntos como esposo y esposa. Todo el potencial maravilloso del matrimonio, “la relación más feliz y más santa de la vida”, como se dice a veces en la ceremonia, se encuentra en el futuro. Queremos aprovecharlo al máximo, experimentar todo lo que significa ser “uno”. De la misma manera, una vez que Dios nos ha perdonado y gozamos de la nueva relación con Él, pronto descubrimos que necesitamos aprender mucho acerca de Dios, de nosotros mismos y de la relación con Él. Hay mucho que recorrer antes de experimentar la unidad profunda con Dios. Mi esposa y yo estuvimos comprometidos durante un año y 10 meses antes de casarnos. Permítame contarle muestra historia. Llegué al campus de la pequeña universidad cristiana sintiéndome hambriento de amor. La escuela preparatoria me había desilusionado en cuanto a lo social, mayormente por la falta de oportunidades. Cuando me consagré a Dios, decidí que me casaría con una muchacha que compartiera mi compromiso de seguir a Jesús. Desafortunadamente, en mi pequeña iglesia no había muchas jóvenes. Salí con tres de ellas. Después llegó a la iglesia un nuevo pastor que tenía varias hijas. “Esta es la respuesta de Dios”, pensé. En los cuatros años que ministraron en

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Por David Kendall La unidad sin amor es inconcebible. Dios es la fuente del amor. Cristo es la demostración del amor. Y aquellos que verdaderamente

nuestra iglesia, salí con todas las hijas, pero sin ningún resultado. Así que, después de graduarme de la preparatoria, llegué a esa universidad en un trágico estado de privación que afectaba seriamente mi sentido común. Me sentí obligado a salir con cada muchacha que parecía tener el serio deseo de seguir a Jesús. Tres meses de esfuerzo agotador me dejaron exhausto, con el corazón destrozado y desilusionado. Incluso empecé a considerar que tal vez Dios me había llamado a permanecer soltero. Entonces conocí a Lavone. Rápidamente comprendimos que éramos el uno para el otro. Compartíamos los mismos intereses y principios. Dialogábamos hasta tarde en la noche cubriendo los temas más importantes. Sentíamos una “conexión” especial entre nosotros. No se imagina cuán difícil fue esperar 22 meses para casarnos. Al fin llegó el 16 de agosto de 1975, y dijimos: “Sí”. Ahora cuando trabajo con parejas que se preparan para el matrimonio, siempre les digo: “Ustedes no saben en qué se están metiendo”. Hablo con honestidad, basado en mi experiencia. Lavone y yo tuvimos un noviazgo, compromiso y boda maravillosos. Sabíamos que era la voluntad Dios que uniéramos nuestras vidas y hubo compromiso mutuo de amor. Sin embargo, no nos tomó mucho tiempo descubrir que no sabíamos qué era vivir como “uno”. He aquí un breve resumen de las lecciones que aprendí respecto a mí mismo: • Descubrí cosas sobre mí mismo que no había compartido con Lavone, ¡porque ni siquiera yo las conocía! Me di cuenta de cuánto me gustaba hacer todo a mi manera, así que era difícil vivir conmigo. • Ofendía a Lavone sin proponérmelo. Con regularidad conti-


nuaba prácticas de mi vida de soltero... y sus lágrimas me decían cuánto dolor le causaban. • No me comunicaba muy bien. No tenía problemas para hablar, pero sí para hacer la conexión con ella. Mis oídos no funcionaban bien y a veces ni funcionaban. Al principio estos descubri-mientos me perturbaron. Nuestro matrimonio había sido voluntad de Dios o —por lo menos— así lo creía. Nos amábamos, pero podíamos maltratarnos el uno al otro. El camino a la unidad realmente parecía largo. Ahora sabemos que así sucede en toda relación, aún en nuestra relación con Dios. COMENCEMOS UNA RELACIÓN DE AMOR La Biblia utiliza la imagen del noviazgo y matrimonio para describir cómo Dios se relaciona con nosotros y nos hace santos. Como vimos, Dios se presenta como un pretendiente fiel que nos atrae y conquista para que seamos su esposa. En verdad, ese es el matrimonio de acuerdo con la voluntad de Dios. Por supuesto, no debemos lle-var muy lejos esta figura. Dios desea tener esa relación con nosotros y nos busca, pero no porque nos necesite. No está hambriento ni necesitado de amor como lo estaba yo. Más bien nosotros necesitamos a Dios y fuimos creados para Él. De igual manera, Dios no nos busca porque nos encuentra atractivos y agradables tal como somos naturalmente. No, no hemos tratado bien a Dios. En el menor de los casos, lo hemos ignorado, pretendiendo que no existe o que no es importante. De diversas maneras nos hemos rebelado contra Él tratando de vivir independientemente, a nuestra manera. Como resultado, lo hemos ofendido.

Sabemos que esta figura no es perfecta. Pero darnos cuenta de sus imperfecciones sólo hace que nos maravillemos más al ver que Dios escoge relacionarse con nosotros como el novio con la novia. A diferencia de todo romance que hayamos conocido, Dios desea tener relación con nosotros y nos busca simplemente porque nos ama y quiere ofrecernos lo mejor. Cuando comenzamos a entender lo que Dios hizo en Cristo Jesús y cuánto nos amó para hacer algo así, decimos: “Sí”. Nos comprometemos con Él. Así como Dios pide que seamos suyos, nosotros pedimos que Él sea nuestro. El pasado, con todas las barreras que

Hay mucho que recorrer antes de experimentar la unidad profunda con Dios. nos mantenían lejos de Dios, es eliminado. Al recibir el perdón divino, principia una relación que promete que seremos uno con Dios. En el camino a esa unión des-cubrimos mucho acerca de nosotros, que antes no sabíamos. Nos damos cuenta de que a veces nuestra manera de pensar, sentir y actuar aflige a Dios. Es difícil para nosotros comunicarnos con Él. Nos gusta hablarle, pero nos cuesta escucharlo para estar a tono. Al crecer en nuestra relación con Dios, todos estos descubrimientos nos dan la oportunidad de tomar una decisión. CÓMO PROFUNDIZAR NUESTRA RELACIÓN DE AMOR

Cuando entendemos más ple-namente lo que significa pertenecer a Dios, debemos tomar una decisión: ¿Seguiremos cultivado la relación de amor con Él? Puesto que es una relación, debemos decidir que la continuaremos. Y, puesto que es una relación de amor, Dios no ejerce coerción ni nos fuerza a aceptarlo; no lo hace al principio ni más tarde. Nos invita a ser uno con Él. Por tanto, cuando nos damos cuenta de que en nuestra vida hay algo que no le agrada, tenemos que resolverlo. Sólo nosotros podemos tomar esa decisión. Pero no lo hacemos solos. Dios con amor nos dirige y nos da el poder para profundizar la relación que ha establecido con nosotros. Al seguir su dirección, llegamos a ser uno con Él. A través de la Biblia encontraremos varias explicaciones de esta decisión básica para obtener la máxima bendición en la relación con Dios y procurar la unidad con Él. Veamos tres de ellas . ¿A QUIÉN SERVIRÁS? Una vez que Jehová liberó milagrosamente a los israelitas de la esclavitud en Egipto, principiaron un nuevo capítulo en su relación con Dios. Cuando Él le dio a Moisés los Diez Mandamientos, comprendieron mejor lo que significaría su nue-va vida y tomaron la decisión unánime de servir a Dios. Por tanto, prometieron: “Haremos todo lo que Jehová ha dicho” (Éxodo 19:8). Por supuesto, la historia muestra que no pudieron vivir a la altura de su posición como pueblo de Dios. Al ver la forma en que Dios guió a los israelitas, tenemos un modelo de cómo debemos procurar ser uno con Dios a través de Jesús. Tarde o temprano surge una lucha de volun-

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El anhelo de todo cristiano... consejos para las parejas la nuestra contra la de Él. Quizá quiera que cambiemos de trabajo, o que modifiquemos nuestro estilo de vida para servirle de alguna manera. O tal vez luchemos con el llamado a leer su Palabra, a dedicar más tiempo a la oración, o separar tiempo para satisfacer las nece-sidades de alguien que está cerca de nosotros. Si queremos ser uno con Dios, tarde o temprano tendremos que decir como Jesús: “Pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Mateo 26:39). Entonces terminará la lucha de voluntades y habrá una armonía más profunda en nuestra relación con el Señor. ¿A QUIÉN AMARÁS? Jesús jamás perdió de vista el punto principal: somos llamados a tener una exclusiva relación de amor con Dios: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30). Como en toda relación de verdadero amor, nuestra primera preocupación será clarificar y expandir nuestro amor a Dios. La obediencia, las cosas específicas que hacemos o no hacemos, siempre deben fluir de nuestro amor a Dios. Nuestra obediencia y nuestro servicio a Dios son realmente maneras de decir: “Te amo”. Por ejemplo, Él nos ordena que oremos, que lo adoremos y que testifiquemos. Nuestra obediencia a Dios demanda que lo hagamos. Al orar, consultamos a nuestro Amado y le expresamos nuestro amor. Al adorarlo, apartamos tiempo de nuestro ocupado horario para enfocarnos exclusivamente en Dios, porque nuestra relación con Él es valiosa. Al testificar, damos a otros el amor de nuestra vida.

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¿DE QUIÉN SERÁS? Al escribir a los cristianos de Roma, Pablo les dijo: “Os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro verdadero culto. No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento” (Romanos 12:1-2). La imagen del sacrificio nos lleva a pensar en altares. Eso pudiera parecer extraño en estos tiempos. Nos imaginamos altares de piedra, quizá elaborados como los que hemos visto en libros o videos, y sacrificios sangrientos. ¿Qué podría estar más lejos de nuestra cultura contemporánea? Sin embargo, nos engañamos al exagerar las diferencias entre nuestros tiempos y los de Pablo. También teAl procurar ser uno con Dios, escogemos servirlo sobre todas las nemos altares y hacemos sacrificios. cosas. Sin embargo, nuestro servicio Su apariencia es diferente de la de los modelos del siglo I, pero son reales. La televisión, las Ahora cuando trabajo con parejas canchas deportivas, las comque se preparan para el matrimonio, putadoras, las casa, los balnearios, vacacionales y los siempre les digo: “Ustedes no saben lugares de trabajo califican en qué se están metiendo”. Hablo como altares modernos. Recon honestidad, basado en mi presentan lugares u objetivos experiencia. a los que nos sacrificamos, nos dedicamos o nos ofrecemos. Algunas personas ponen su vida en altares. Lo jamás debe ser otra cosa sino amor en hacen para encontrar sentido y satisacción. Jesús no quiere reglas, sino facción en la vida, así que, con un peenofcarnos en el amor. Si no amamos queño ajuste para el contexto a Dios con pasión, de nada valdrá la moderno, la imagen de sacrificio que más perfecta obediencia a las reglas. Pablo usa aún puede hablarnos con Si decidimos amar al Señor plena y poder. apasionadamente, desearemos agraPor misericordia Dios no nos redarle, como lo hace con su ser amado chazó cuando nosotros lo rechazamos. toda persona que ama apasionada- Más bien envió a Jesús para mostrarnos mente. Nunca se nos dificultará cum- su amor. Mediante su sacrificio hemos plir reglas apropiadas de conducta. recibido una nueva vida en relación


correcta con Él. Dios nos libró del poder del pecado y nos dio su Espíritu para que pudiéramos tener una vida agradable ante Él. Si comparamos nuestra relación con Dios con el matrimonio, en verdad este es un matrimonio conforme a la voluntad divina. Por tanto, nos aseguraremos de ser totalmente suyos. No esconderemos nada; nos entregaremos por completo. Ese es el sacrificio que debemos hacer. Es un sacrificio vivo que pone a su disposición todo lo que somos y tenemos: capacidades, potencial, cualidades positivas y debilidades. En la relación de amor ningún compromiso a medias es válido. La entrega a Dios tiene que ser total. Sólo así puede funcionar una relación. ¿Se imagina un matrimonio en el que un cónyuge le diga al otro: “Te dedicaré un día a la semana”? ¡Qué absurdo! ¿Qué opinaría si un cónyuge le dijera al otro: “Te dedicaré todos los días excepto uno. Ese día haré lo que yo quiera”? Ni siquiera eso resultaría. Los cónyuges que se aman no ponen límites en su compromiso. Lo dan todo. LA UNIDAD CON DIOS Una vez que Dios nos acepta y nos perdona, iniciamos una maravillosa relación de amor. Sin embargo, cuando se desvanecen la gloria y el resplandor de “la luna de miel”, hay una vida por delante. Tenemos que alcanzar el potencial pleno de la relación. Sólo la unidad completa y la intimidad total con Dios podrán satisfacernos.

A través de la Biblia encontraremos varias explicaciones de esta decisión básica para obtener la máxima bendición en la relación con Dios y procurar la unidad con Él La intimidad requiere que continuemos y profundicemos la relación con Dios. Él nos dirige, nosotros seguimos y, en el camino, aprendemos lo que significa nuestro amor por Dios. El 16 de agosto de 1975 no podría haber amado más a mi esposa Lavone. De acuerdo con lo que sabíamos entonces, estábamos totalmente comprometidos el uno con el otro. No deseábamos sólo un momento emocionante y tomar fotografías para mostrar a nuestros amigos qué hermosa fue la boda. Anhelábamos ser uno. Queríamos todo lo que nuestro amor pudiera brindar. Así que, cuando me di cuenta de cómo era yo y en qué debía cambiar para mejorar nuestra relación, empecé a hacerlo. Amaba a mi esposa y deseaba que ella me respondiera también con todo su amor. En el camino, nuestra relación cambió y se profundizó. Ahora nuestra entrega mutua parece ser plena y total de una manera muy diferente de lo que era hace 25 años. No es un matrimonio perfecto y no hemos resuelto todos los problemas de comunicación como quisiéramos. Por cierto, a veces aún es posible que la hiera. Sin embargo, nuestra

relación es tan profunda, nuestro sometimiento mutuo es tan significativo y nos conocemos el uno al otro de tal manera que estamos convencidos de que somos uno. Nuestra relación de amor con Dios a través de Jesucristo sigue un recorrido similar. Cuando Él nos perdona iniciamos una relación especial y santa. Así como el Creador se entregó completamente por nosotros, respondemos entregándonos totalmente a Él. ¡Qué maravilloso amor principia entre nosotros! Sin embargo, como en toda relación, debemos poner de nuestra parte para alcanzar todo el potencial de la unidad y armonía plenas. Para ello tenemos que escoger a Dios, su voluntad, su amor y su camino sobre todas las cosas. Cuando lo hacemos, el Señor nos lleva a la unidad profunda con Él. Entonces con Pablo decimos: “Para mí el vivir es Cristo” (Filipenses 1:21). —Tomado de ¿Santos?

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Recursos en internet...

Por CĂŠsar Mauricio DurĂĄn


Introducción

Richard Osmer en su libro Teología Práctica: Una introducción está hablando de una mala experiencia cuando él comenzaba su ministerio y tratar de implementar un programa de escuela dominical (pp. 3-5). Si él hubiera sabido de la importancia de la Teología Práctica, no hubiera tenido ningún problema ni errores en esos años. Este es un maravilloso ejemplo de lo que pasa cuando no sabemos cuál es la importancia de la teología práctica. Los pastores, iglesias, comunidades religiosas y todos los involucrados en la religión, todos nosotros estamos relacionados con la teología práctica de un modo u otro, queriendo o no queriendo, porque la teología práctica está relacionada con todos los ministerios adentro y fuera de la iglesia.

En este ensayo quiero hablar sobre la atención pastoral necesaria para ministrar a las vidas de aquellos que han perdido un bebé o un niño, y han esperado con ansiedad y amor, pero al final no reciben el bebé. Por lo tanto, vamos a aplicar la teología pastoral en una zona aparentemente fuera de la iglesia, pero relacionado con el cuidado pastoral. Este cuidado pastoral se da en todas partes requerido: iglesias, hospitales, ejército, escuelas, fábricas, comunidades, etc.

La idea en este escrito es aplicar un método enseñado por Debbie Creamer, Profesora del Seminario Iliff de Denver CO. Este método comienza con una preocupación teológica específica o determinada en forma de pregunta o problema. Segundo, hay que describir la práctica. Tercero, hay que hacer una reflexión y análisis crítico sobre este problema. Cuarto, tenemos que ver qué recursos están disponibles para nosotros y ver cómo podemos utilizarlos para resolver este problema. El último paso de este método consiste en hacer una conversación entre esta práctica y todos los recursos disponibles y ver cómo po-

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demos llegar a resoluciones prácticas o acciones para resolver este problema. Preocupación teológica: La cuestión teológica y preocupación que he identificado es sobre el dolor que he visto en muchas personas cuando han perdido a un ser querido, pariente, o amigo. Por mi posición como pastor, he tenido que estar cerca de muchas personas que han perdido a un familiar, pariente o amigo y sé que es una situación muy triste e impactante que deja heridas que no sanan de la noche a la mañana. Los pastores, miembros de la iglesia, amigos, compañeros de trabajo y otras personas, todos nosotros, que estamos cerca de la gente que ha tenido la pérdida de su ser querido todo ese tiempo del funeral, pero, que es lo que ellos experimentan después del funeral? ¿El sufrimiento de estas personas termina con el funeral? ¿Por cuánto tiempo van cargando ese luto y esa pena? ¿Qué tan largo será ese tiempo de sufrimiento? ¿Hasta cuándo termina ese sufrimiento?

En el tiempo que estuve trabajando en un hospital, muchas veces mire a madres llorando porque perdieron sus bebés y experimentaron un gran sufrimiento. En ese tiempo, mi trabajo como capellán era orar por la gente de allí, principalmente el cuidado espiritual de los pacientes de mi unidad designada, y llenar un formulario en papel para nuestras estadísticas, hablando de todas las personas a las que servimos como capellanes y describiendo como termino esa situación con el paciente. Después de eso, dejamos que la gente regrese a su casa y nunca más los volvemos a ver.

Tengo otra pregunta aquí: ¿El sufrimiento que ellos tienen por la enfermedad y perdida de su ser querido, ese sufrimiento desaparece cuando oramos por ellos? ¿Qué pasó cuando estas familias o madres regresaron a sus hogares? ¿Sus sufrimientos desaparecen o se quedan con ellos? ¿Cumplí con mi trabajo cuando oré por ellos y


los deje ir? ¿O es que ellos necesitan más ayuda y apoyo, ahora que están en casa? Cuando yo estaba pensando en la situación de estas mujeres y sus maridos que perdieron a sus bebés, y en todo el sufrimiento y las luchas que tienen después de haber sido dados de alta del hospital, yo pensé que estas situaciones aparentemente no son mi responsabilidad, pero la realidad es que ellos siguen sufriendo y como capellanes no estamos allí para ayudar a aliviar el dolor. Esta situación me abrió los ojos a otro mundo: El mundo del sufrimiento, el mundo de las personas que han tenido desgracias y necesitan más ayuda y consuelo de lo que podíamos imaginar. Inclusive esta situación tiene muchas implicaciones teológicas:

¿Como capellanes y encargados del cuidado pastoral terminamos nuestro trabajo cuando oramos por la gente en el hospital? ¿El dolor y sufrimiento de esta gente termina cuando oramos por ellos? ¿Cuánto dura el período de luto y duelo en personas que han tenido la pérdida de un ser querido? ¿Como capellanes o consejeros, es nuestra responsabilidad el brindar cuidado pastoral hasta la casa donde viven? ¿Cómo cambia la vida de las personas que tienen este sufrimiento? ¿Cuándo termina el cuidado pastoral? Además, si pensamos en los niños, ¿por qué las personas pierden sus bebés? ¿Por qué mueren los niños? ¿Dónde está Dios en esos momentos? La idea de este trabajo, mi pregunta teológica y la preocupación es hablar profundamente sobre el servicio de asistencia prestado a los padres que han tenido un bebé nacido muerto o la muerte de un bebé recién nacido o un

aborto involuntario. Muchos hospitales tienen programas especiales para el cuidado de los bebés, pero ¿qué pasa con los padres que pierden a sus bebés? ¿Les damos atención pastoral cuando se les ha dado de alta del hospital? ¿Cuáles son sus necesidades? ¿Hay seguimientos en sus necesidades cuando salen del hospital? Etc. La verdad es que estas personas no reciben apoyo espiritual ni atención cuando se han sido dados de alta del hospital. Hay muchas preguntas relacionadas con esta situación, pero el foco de mi preocupación teológica es acerca de la atención que los padres y las madres no han recibido después de abandonar el hospital.

Describir la situación problemática actual: Recuerdo la época en que yo era capellán en el Hospital General Parkland de Dallas TX durante un año, y todos los viernes yo era el único capellán en el hospital durante 8 horas, entre las 3 de la tarde hasta las 11 de la noche. Al principio, muy seguramente por la emoción de estar ahí en esa posición como capellán, yo pensaba que todo era bueno y que todo estaba bien, porque yo disfrutaba de mi tiempo allí en el hospital. Después de unas semanas, comencé a ver todas las situaciones en el área de recién nacidos. Cuando teníamos un recién nacido, todo era felicidad, pero cuando perdíamos a algún bebe, yo tenía que estar allí por mi responsabilidad como capellán y debía consolar a los padres y orar por ellos

El trabajo era sencillo y cómodo, solo había que orar por ellos. Muchas veces mire el dolor de una madre que al final de su embarazo les nacía su bebé muerto, y en otras ocasiones, otras mamas perdían su bebé en un aborto involuntario.

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En este punto creo que es importante aclarar que no estoy hablando del aborto voluntario. El aborto es un derecho legal que tienen las mujeres a interrumpir su embarazo voluntariamente, por el motivo que este sea. En este escrito voy a hablar sobre el aborto espontáneo o aborto involuntario debido a que el enfoque de este trabajo se relaciona con el sufrimiento o el dolor de los padres que tuvieron un bebe nacido muerto. A los bebés nacidos antes de tiempo o bebés prematuros, también se les llama embriones o fetos. Yo respeto la decisión de la mujer o la decisión de la pareja, cuando estos han decidido el practicar un aborto voluntario. Si ambos en la pareja, o la mujer, han decidido por el aborto voluntario, es una decisión que ellos están tomando, sin importar las razones que los lleven a tomar esta decisión, en este momento ella o ellos están decidiendo sobre el aborto. Sí, hay dolor en esta situación, pero no se puede comparar con el dolor y el sufrimiento de una mujer o de los padres que están esperando ansiosamente la llegada de su bebé, y este no llega! Por eso voy a hablar sólo sobre el aborto espontáneo, también llamado aborto involuntario.

Reflexión y análisis crítico sobre este problema: Hablando de mi experiencia como capellán en el Hospital General Parkland en Dallas TX, un hospital inmenso, siempre al servicio de la comunidad por la cantidad de gente que ahí llega. Cada hospital tiene un lugar importante en cada ciudad, porque las personas que necesitan ayuda médica llegan a estos lugares con desesperación buscando ayuda en medio de su crisis o enfermedad. Vi que nunca en un hospital se puede dormir, porque siempre hay movimiento en cada área las veinticuatro horas del día. Los médicos y las enfer-

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meras están muy involucrados en sus responsabilidades y hay mucha gente en el hospital, incluidos los pacientes y sus familias. Además, gran parte del tiempo no hay contacto entre los médicos y las enfermeras con los pacientes o sus familias. La razón es porque el capellán tiene una gran responsabilidad ya que está en medio, entre los trabajadores médicos y los pacientes, incluidos, sus familiares.

La mayoría de los hospitales en los Estados Unidos, y algunos pocos hospitales en México, cuentan con un Departamento de Atención Pastoral, o Unidad de Cuidado Pastoral u oficina de capellanía, y a través de esta oficina se ofrece cuidado pastoral o apoyo espiritual a todos los pacientes y sus familias. Además, hay una capilla, que es un lugar similar a un templo, santuario o catedral, un lugar espiritual, donde la gente puede ir con deseo de pasar tiempo orando o meditando o en presencia de Dios o con ellos mismos, meditando. Los pacientes regularmente no pueden ir a estos lugares, pero los capellanes están ahí en hospital precisamente para visitarlos y darles el cuidado espiritual que ellos necesitan. Caso contrario con los parientes, familiares o amigos, ellos tienen la libertad de ir y buscar el apoyo espiritual que necesitan en esos momentos, y la capilla está disponible para ellos. Los capellanes son los que realizan el cuidado espiritual en el hospital. Ellos brindan el apoyo espiritual y apoyo que los pacientes y sus familias necesitan. Sin duda, los capellanes tienen una gran responsabilidad en la curación de las personas, porque en su trabajo se unen las áreas de lo espiritual y la salud física de los pacientes. Esta área se encuentra bajo la teología práctica y la gente con una rica espiri-


tualidad lo desarrolla. No importa cual tradide estos bebes que ocasionan sufrimiento a las ción religiosa o denominación, siempre habrá vidas de las madres o padres. gente en los hospitales que requieren apoyo espiritual. Diferentes creencias y tradiciones reEl embarazo puede ser un momento difícil para ligiosas están presentes en la vida de un hosmuchas mujeres o parejas, pero lo peor viene pital y los capellanes tienen la responsabilidad cuando pierden su bebé. Muchas veces hay prode atender a cada persona de acuerdo a sus blemas desde el primer mes, otras veces los necesidades respetando su religión y prácticas problemas llegan al final de la gestación, y amespirituales. Esto nos habla de la apertura de bos de los casos se pierden los bebés antes de pensamiento, madurez, conocimiento y crecinacer o cuando nace. Esto es una tragedia para miento espiritual de cada uno de los capellanes. los padres, sobre todo para las madres. Después Para algunos, piensan que debí de haber inde la muerte del bebé, los padres o madres tiecluido la palabra cristiano o cristianismo, o algo nen que pasar un corto tiempo en el hospital y relacionado con esto; pero la realidad no la inpreparar el funeral de su bebé. En estas circluí porque en Estados Unidos hay capellanes cunstancias el hospital se convierte en una de de todas las religiones y denominaciones posilas peores experiencias en sus vidas. Aquí es bles. Es de esta manera cuando los capellanes tieporque cada paciente en un En los hospitales suce- nen que estar presentes y hospital tiene un trasfondo dar la ayuda y el apoyo neden muchas cosas. Mureligioso diferente. Esta es cesarios para esa situación. la diversidad que se vive cha gente llega allí con Los padres que han perdido en nuestros vecinos del un hijo inesperadamente crisis, enfermedades, Norte. necesitan atención pastoral problemas de salud, o importante para ayudar a La muerte de bebés o de mitigar el dolor y sufripersonas es algo que no accidentes, y con ellas miento en su tiempo de respeta las tradiciones re- llegan los familiares, luto. ligiosas, ni la edad de la gente, ni el color de la piel parientes o amigos Identificación y utilizao sus idiomas. La muerte ción de recursos: Ahora es importante mencionar de los bebés es una cruel algunos de los recursos disponibles para el anárealidad en todos los hospitales, y por conselisis, el estudio y las soluciones necesarias a cuencia, hay muchas madres y padres que suesta necesidad. Aunque estemos hablando de fren por ello. Hay muchas implicaciones teolóla teología práctica, o de la aplicación de métogicas de la muerte de los bebés, ya que un bebé dos en el análisis de un problema, lo más imsignifica la felicidad y la esperanza de una maportante es la problemática descrita porque ahí dre o de una pareja. Los padres, madres y eses donde hay vidas que están pasando por el posos están esperando ansiosamente la llegada dolor y sufrimiento. Hay muchos tipos de redel bebé, y en esta situación el bebé no llega cursos disponibles: recursos humanos, instalaporque hubo ciones, programas, recursos espirituales o reliproblemas inesperados, y resultaron con la giosas, incluso recursos de tipo financiero, etc. muerte de un bebe. Cada religión o denominaSin embargo, quiero centrar mi atención sólo ción tiene sus propias ideas sobre el porqué en los siguientes recursos disponibles para el Dios permite la muerte de los bebes; mi interés análisis de esta problemática: Hospitales, deno es hablar sobre este tema (¡En si es un tema partamentos de cuidado pastoral, capellanes, para otro escrito!), sino de la realidad, la muerte

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familias y parientes, iglesias, grupos de apoyo, lugares sagrados y sus líderes.

En los hospitales suceden muchas cosas. Mucha gente llega allí con crisis, enfermedades, problemas de salud, o accidentes, y con ellas llegan los familiares, parientes o amigos a acompañarlos en esos momentos. Sí, los hospitales están cumpliendo con las necesidades médicas de todos los pacientes, pero también están haciendo más cosas. No podemos generalizar, pero la mayoría de los hospitales cuentan con una oficina de ayuda financiera para apoyar a quienes tienen menos recursos disponibles, tienen traductores, trabajadores sociales, apoyo y ayuda especial con las enfermeras y otras pers o n a s . También hay programas especiales en diferentes áreas, y muchos hospitales tienen una unidad, oficina o departamento de Pastoral o Capellanía. Esto demuestra que los hospitales no están sólo interesados en el área médica, sino que también están interesados en la curación total de los pacientes. Es decir, se mira la salud de los pacientes de una manera integral.

Muchos hospitales tienen una unidad de cuidado Pastoral con muchos capellanes o personas a cargo, gente con una rica espiritualidad y de diferentes tradiciones religiosas. Todos estos capellanes o consejeros, o pastores, etc. están dispuestos a dar el apoyo pastoral y atención espiritual a todas las personas en el

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interior del hospital. Los capellanes tienen la responsabilidad de visitar a la gente de cada unidad, o área, o piso y ver cuáles son las necesidades de la gente; también, los capellanes están ahí para ayudar y apoyar a las personas en sus necesidades espirituales. Muchas de estas personas van a morir, y antes de morir se requerirá una gran cantidad de atención y apoyo, así como a sus familias, que sufren junto con sus enfermos. No importa lo que está pasando con la gente, los capellanes están allí porque son un recurso ofrecido por los hospitales.

Muchos hospitales operan un programa especial llamado Hospicio, donde se ofrece una atención especializada a las personas que están muriendo o que están sin esperanza, o que han sido desahuciados por la ciencia médica y los médicos. Los pacientes en esta unidad pasan sus últimos días de su vida llenos de cuidados y atenciones en esa unidad de hospicio o en el área de cuidados intensivos. Sin duda, estas personas están muriendo y necesitan cuidados especiales, ellos y sus familias necesitan ayuda y apoyo. Los hospitales a través de este programa ofrecen atención a los pacientes y sus familias de diferentes maneras. Hay muchos hospitales que ofrecen el cuidado pastoral, incluso cuando el paciente regresa a casa. Bajo este programa, las enfermeras y capellanes van a las casas de estos pacientes y les dan la atención y el apoyo espiritual que necesitan. Esta es una de las ventajas de estar


dentro de este programa, que quienes están, re- sitan el apoyo espiritual de sus propias congreciben apoyo espiritual en medio de su dolor y gaciones. Cada iglesia tiene diferentes prograsufrimiento, en el hospital o en sus hogares. mas de acuerdo a sus propias necesidades y el enfoque de ministerio. En estas comunidades La familia de un paciente, ya sea familia cercana también tenemos líderes: pastores, sacerdotes, o familiares lejanos, incluso los amigos íntimos y predicadores, etc. todos ellos son líderes religiopersonales del paciente, en otras palabras, todas sos y tienen la capacidad para dar asesoramiento esas personas alrededor del paciente, son otro de o consejería. También hay consejeros profesiolos recursos disponibles en este caso. Estas per- nales y otros recursos en la comunidad donde sonas están con sus pacientes todo el tiempo den- las iglesias son, por ejemplo: psicólogos, trabatro del hospital para darles ayuda y apoyo y acom- jadores sociales, los programas de la comunidad, pañarlos en sus últimos momentos. grupos de apoyo, etc. En el libro de Esteban Montilla y Medina Ferney, Cuidado Pastoral y Consejería con los Latinos/as: Cuidado Pastoral creativo (aunque está enfocado a los latinos), tiene muchas ideas que se podrían aplicar en el cuidado pastoral a todo el mundo que nos rodea, no importa la raza o color de la piel o el idioma. Montilla dice que la familia, los parientes, los amigos, la gente de la comunidad en torno a la atención de asilo o el paciente, cada uno de ellos es un agente de curación (p. 43). Este punto es importante porque la familia y la comunidad son importantes en la recuperación de las personas que han sufrido una pérdida y se encuentran en un momento de duelo.

Las iglesias y las comunidades religiosas son otro recurso. Los llamamos iglesias, congregaciones, grupos de fe, santuario, templos, capillas, etc., aunque los llamamos de muchas maneras, estos lugares sagrados son llamados a ser luz para toda la gente que está sufriendo. Las madres y los padres que han perdido un bebé nece-

Conversación entre la problemática teológica y los recursos disponibles: Creo que tenemos que unificar todos los recursos disponibles y trabajar juntos en el cuidado pastoral y el apoyo necesario para las madres y padres que han perdido a sus bebés. Cuando usted ha tenido una experiencia traumática en un hospital o la pérdida de alguien, seguramente usted va a necesitar mucho tiempo para la recuperación. Christine Longaker en su libro Facing Death and Finding Hope: Una guía para el cuidado emocional y espiritual de los moribundos (título en Ingles) nos muestran su experiencia después de que murió su esposo, como el más difícil período de su vida (p. 12). Entonces, ¿Podríamos imaginarnos el dolor de una madre que ha perdido a su bebé? Hospitales, Unidades de cuidado pastoral, capellanes, iglesias, líderes religiosos, la familia y la comunidad, cada uno de ellos tiene un papel importante en la recuperación de aquellos que han perdido a sus bebés.

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Carrie Doehring en su libro La Práctica de la Atención Pastoral: Un enfoque posmoderno, ella menciona que como capellanes o consejeros tenemos que interpretar las señales emocionales o estados de ánimo de la persona que esta necesita el cuidado pastoral (p.39).Este punto es importante cuando se trabaja como capellán en un hospital. Si una madre perdió a su bebé, hay que ver cómo está su estado emocional y si necesita más ayuda Sí ella va a ir a casa porque el hospital ya le dio su salida, pero ella no está bien internamente o psicológicamente, ¡entonces ella necesita ayuda! Ese es uno de los puntos que debemos verificar como capellanes o consejeros y ver cómo podemos proporcionar la ayuda que esta persona necesita.Doehring también habla de una evaluación psicológica que tenemos que hacer para que podamos encontrar el tipo de pérdida o área dañada y la fase del duelo (p. 71) que está experimentando o magnitud del dolor o sufrimiento. Entonces tenemos que hacer un plan de atención o el cuidado pastoral requerido (p. 133). En este plan, las madres o los padres necesitan más entrevistas, consultas, reuniones, o visitas, inclusive después de estas mujeres dejan el hospital. Por lo tanto, tenemos que encontrar formas de ayudarles en su tiempo de luto y puedan mitigar lo más pronto posible ese dolor y sufrimiento ante la pérdida de sus bebes.

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Rebecca M. Radillo en su libro Cuidado Pastoral: Contextual y Global, habla sobre el significado del cuidado pastoral desarrollado por los pastores y capellanes, la función de los consejeros y capellanes, y charlas sobre el cuidado pastoral en tiempos de crisis (p. 83). Estos temas son importantes en el desarrollo y la recuperación de estas mujeres y de los padres que han perdido a sus bebés. Cuando entran en una época de crisis, van a necesitar la ayuda y la perspectiva de un profesional en el área de asesoramiento.

Es bueno saber que los hospitales están dispuestos a ayudar a aquellos que han perdido a alguien, pero es necesario hacer aún más. Luz M. Rivera Miranda en su libro Capellanía Institucional: Nociones básicas de Capellanía, habla de la importancia de un capellán en el programa de hospicio, no sólo con paciencia que se requiere con el paciente, sino también con la familia (p. 104). Necesitamos que los hospitales ofrezcan más programas hacia afuera, con la gente que ya está en sus hogares o en sus casas y que están sufriendo. El programa de hospicio es maravilloso y nos podría ayudar a crear programas especiales para las madres y padres que han perdido a sus bebés. Estos padres o madres reciben apoyo sólo en el hospital.


La responsabilidad de los capellanes adentro de los hospitales es el ir a visitar dentro del hospital a estas madres que perdieron a sus bebes, en su visita oran por ellas y entonces, esta gente sale del hospital a sus casas, y ya no reciben ningún tipo de apoyo espiritual o pastoral porque ya no están en los hospitales. Esta es la gran diferencia entre estas personas que perdieron a sus bebés y las personas en las unidades de cuidados paliativos de los hospitales o que están dentro de los programas de hospicio. Los pacientes bajo este programa de hospicio y sus familias pueden tener cuidado pastoral en sus hogares, pero las personas que perdieron a sus bebés y que acaban de salir del hospital y se han ido a sus casas, ya no reciben el mismo apoyo, y nadie se vuelve a acordar de ellos ni de su dolor y sufrimiento! Sufrimiento y el dolor que se prolonga durante mucho tiempo y que no le estamos dando importancia por el hecho de estar afuera del hospital!

Las familias, parientes y amigos son recursos importantes para la recuperación de estas madres y padres, pero todas estas personas necesitan saber cómo pueden ayudar. Algo que los capellanes hacer bajo el programa de hospicio es capacitar a todas las personas alrededor del paciente, cuando están en casa, para que todos ellos sepan cómo pueden ayudar en ese entorno fuera del hospital. Este es un ejemplo de una de las cosas que se necesitan para estos padres y madres que han perdido a sus bebés. Ellos necesitan un ambiente cálido donde todo el mundo alrededor de ellos ayude en la recuperación y haga que pronto ellos participen en las cosas de la vida cotidiana, con el resto de la familia, hijos, parientes, vecinos y amigos. Muchas veces sólo se tiene que acompañar a las personas en luto la mayor parte del día y no dejar que éstas se llenen de ansiedad y depresión; y esto es muy difícil de realizar pero a la vez es muy importante. Julie Yarbrough lo dijo en su libro Más allá del Corazón Roto: Un viaje a través del dolor, y confirma esto diciendo que estas personas que han perdido un

ser querido muy seguido muestran rechazo, frustración y aislamiento (p. 42). En el libro Teología Práctica: Una Introducción de Richard R. Osmer, encontré una cita que me llamó la atención: “El cuidado pastoral, por tanto, va más allá de la tarea de curación, o de sostener y guiar a las personas en su necesidad ... Por el contrario, se preocupa de la red de relaciones y sistemas que crean el sufrimiento, realiza esto a través de los ministerios de apoyo compasivo, ayudando a la gente a vencer el sufrimiento, y se enfoca al cuidado total de la persona y la liberación total de sus sufrimientos”(p. 16). Si creemos esto, entonces tenemos que hacer más que lo que hemos hecho. Creo que los hospitales, los capellanes, los consejeros, psicólogos y los sistemas médicos tienen que hacer más de lo han estado haciendo. Estas madres y parejas que han perdido a sus bebes necesitan más ayuda, las personas requieren más atención y cuidado pastoral, y todos los que estamos alrededor de ellos tenemos que estar preparados para hacerlo. Como soluciones a la problemática teológica presentada en este escrito tengo dos propuestas o sugerencias. Digo sugerencias porque en este momento no estoy involucrado en la capellanía, y por lo mismo está fuera de mi alcance, pero hago esta propuesta porque conozco esta área.

La primera propuesta: la designación de un capellán para visitar los hogares, hacer seguimiento a las familias y ministrarles en sus propios hogares a las personas o persona que tienen la pérdida o muerte de algún familiar después de haber estado en algún hospital. En este punto, estoy incluyendo a las mujeres y padres que perdieron a sus bebés, de esta manera ellos podrían recibir el apoyo espiritual y pastoral que necesitan y que no están recibiendo en estos momentos en sus hogares. Obviamente, esto requiere ciertos arreglos y añadir más responsabilidades a los capellanes. Si

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esta aplicación fuera posible, estas mujeres y padres tendrían un mayor apoyo y ayuda en la forma que están superando la muerte de sus bebes. Además, también recibirían más rápido ese alivio de su dolor y sufrimiento.

La segunda propuesta:los capellanes en el momento en que están orando por la mujer o por los padres, podrían pedir alguna información acerca de la vida religiosa, a la iglesia que pertenecen,(si es que pertenecen a alguna) de cuál religión son, o de qué denominación, etc. Por lo tanto, cuando la mujer que perdió a su bebé salga del hospital, la oficina o departamento de cuidado pastoral del hospital podrían llamar al pastor, sacerdote o líder religioso de la iglesia donde pertenecen o a algún líder religioso de esa denominación si es que no se congregan en ningún lugar, y darles la información de la mujer o de los padres, y estos líderes religiosos podrían dar el seguimiento, atendiendo a su propia gente en el peor momento que estas personas están pasando. Esto definitivamente también ayudaría al crecimiento de estas congregaciones.

Creo que estas problemática que viven estas mujeres y padres que han tenido la pérdida o muerte involuntaria de sus hijos tendrían más herramientas y opciones que les ayuden a superar esta etapa de dolor y sufrimiento, si tan solo recibieran ese cuidado pastoral después de haber salido del hospital. La pérdida de un hijo es irreparable y el proceso de recuperación es largo; incluso para muchos de ellos la vida nunca vuelve a ser la misma. Gracias a Dios que hay más recursos disponibles y en medio de todo eso vemos como Dios sana estos corazones a través de personas que toman con responsabilidad ese cuidado pastoral ya sea dentro de una iglesia o como los capellanes dentro de algún hospital u otro lugar donde hay gente con necesidad de un toque de Dios. Dios nos ayude en este ministerio!

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Bibliografía:

· Doehring, Carrie. La Práctica de la Atención Pastoral: Un enfoque posmoderno. Louisville, Kentucky: Westminster John Knox Press, 2006.

· Longaker, Christine frente a la muerte y encontrar esperanza: Una guía para el cuidado emocional y espiritual de los moribundos. Londres: Cox y Wyman, 1997.

· Montilla, Esteban Medina y Ferney. Cuidado Pastoral y Consejería con los latinos/as: Cuidado Pastoral Creativo. Minneapolis: Fortress Press, 2006.

· Osmer, Richard R. Teología Práctica: Una introducción. Grand Rapids, Michigan: Eerdmans, 2008.

· Radillo, Rebeca M. Cuidado Pastoral: Integral y contextual. Grand Rapids, Michigan: Libros Desafío del 2007

· Rivera Miranda, Luz M. Capellanía Institucional: Nociones básicas de la capellanía. Serie Ministerio. Nashville: Abingdon Press, 2010. Yarbrough, Julie. Más allá del corazón roto: Un viaje a través del dolor. Nashville: Abingdon Press, 2012.

Cesar Mauricio Durán es pastor y presbítero en la Conferencia de Nebraska de la Iglesia Metodista Unida y actualmente realizando su maestría en Iliff School of Theology de Denver en los Estados Unidos de Ámerica


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