A
Marzo, que era un poco gruñón, le molestaba mucho el ruido que hacía el mirlo mientras preparaba su nido. Sabía, además, que allí pondría sus huevos y que nacerían sus polluelos.
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Marzo, que era un poco gruñón, le molestaba mucho el ruido que hacía el mirlo mientras preparaba su nido. Sabía, además, que allí pondría sus huevos y que nacerían sus polluelos.