Joven Guardia
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Índice 1. Editorial Joven Guardia
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2. La importancia de la juventud hacia el Frente Obrero
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2.1. Los jóvenes trabajadores hacia el Frente Obrero
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2.2. Los estudiantes hacia el Frente Obrero
pág. 12
2.3. La juventud en los barrios hacia el Frente Obrero
pág. 15
2.4. Unos apuntes sobre la cultura y el papel de los comunistas pág. 15 3. El ocio capitalista y su papel
pág. 17
3.1. Otras formas de dominación en el ocio
pág. 19
3.2. Sobre el ocio “progresista” actual
pág. 20
3.3. Sobre el campamento de la JML(RC)
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editorial joven guardia Nuestro cuarto número de Joven Guardia pretende servir de avance del trabajo que vamos a desarrollar en nuestro futuro más próximo, como es la creación de un poder popular en los barrios, en los centros de estudio, en los centros de trabajo, que siente las bases del Frente Obrero a nivel juvenil. La JML (RC) es parte activa e integrante de la Coordinadora Estatal de Lucha Social, la cual, comienza sus primeros pasos hacia la construcción del Frente Obrero, un Frente que aglutine a todo el pueblo trabajador en la conquista de la España del progreso, del trabajo, de la República Popular y Federal. Ahora más que nunca es necesario el impulso de la juventud trabajadora, una juventud combativa que empuje, que aliente, que agite sobre la necesidad de la construcción del Frente Obrero. Lejos de los posicionamientos de muchas organizaciones, para nosotros junio, julio y agosto no son meses muertos en el calendario, al contrario, van a ser decisorios para el futuro de nuestra juventud y nuestra clase. ¿Acaso las condiciones de la juventud cambian en los meses verano? ¿Acaso cesa la explotación? Este representa la decadencia del capitalismo, la explotación desenfrenada hacia la juventud trabajadora, con trabajos en negro, temporales, horas extras, jornadas de 12 horas para sectores juveniles como son la hostelería o el turismo, dando como alternativa o escapatoria, las fiestas, las drogas y el sexo. Convirtiendo a nuestro país, en el sitio donde viene la juventud a drogarse y tener sexo de pago. Es tarea de la juventud comunista ser el motor del cambio, de la transformación, del impulso revolucionario en cada barrio, en cada pueblo, en cada centro de trabajo donde esté presente la juventud trabajadora. Concienciar y organizarla por sus necesidades más inmediatas, por sus reivindicaciones sindicales y laborales, por la necesidad de construir un ocio al margen del que se nos impone mayoritariamente, de organizar nuestro futuro.
La Juventud Comunista hacia el Frente Obrero
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la importancia de la juventud hacia el frente obrero La juventud siempre ha ocupado un papel muy importante en la transformación revolucionaria de la sociedad. Toda una generación llamada a suceder lo existente y reemplazarlo en un sentido u otro: en la conservación y la supervivencia del capitalismo o en el del progreso y la revolución. La juventud no es una clase social propia, es simplemente el desarrollo más próximo de la sociedad, los hijos de la misma que nacerán bajo unas condiciones ya dadas. Por ello, por mucho que se pretenda alejar a la misma de las esferas políticas y se reduzca su influencia por parte de la reacción y el capital, esta no se sitúa al margen de la lucha de clases sino que forma parte de su reproducción: por una parte, los hijos de los trabajadores que no tendrán más remedio que vender su fuerza de trabajo para vivir y por otra, una minoría capitalista llamada a dominar la vida del país, a parasitar como lo hicieron sus antecesores con los mismos apellidos en su gran mayoría. En nuestro país, este cambio generacional está sirviendo, por el momento, para lo contrario de lo que a nosotros quisiéramos. Quien a día de hoy empieza a trabajar, a estudiar, a independizarse y crear un hogar, a participar de la política y de estas luchas, lo hace en peores condiciones que antes. Nuestra organización asume esta responsabilidad, la de tomar partido por el porvenir del país entre los jóvenes, organizarnos, formarnos y combatir por la revolución. El recorrido que nuestro Partido está emprendiendo y que tan orgullosos nos hace pertenecer al mismo, nos hace intensificar la campaña Hacia el Frente Obrero, acompañarle en su apuesta, levantar su bandera y reforzar sus posiciones allá donde marquen la necesidad de hacerlo. Nuestro camino hacia el Frente Obrero, la necesidad de construir la unidad de la clase obrera en todas sus luchas contra el capital, se debe ligar a la lucha de la juventud trabajadora. Por tanto, con el conjunto de nuestra clase, la juventud debe ocupar un lugar en todas las luchas sindicales y políticas, aportar a las mismas. Nosotros no estamos llamados a reproducir solo la existencia de las clases sociales, sino también la lucha entre las mismas, a hacerla más cruenta, a afianzar las posiciones obreras y sus organizaciones y a elevarla a un nivel superior.
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Joven Guardia La JML (RC) asume como una prioridad de primer orden la necesidad de construir unas sólidas bases para aportar a la construcción del Frente Obrero, no sólo en los institutos y facultades, sino también en los barrios y centros de trabajo, para que la juventud nutra multitudinariamente el Frente Obrero, garantice su extensión y popularización en todos sus espacios. Que aporte más mano de trabajo, nuevas ideas, e impulse su potencial revolucionario, que posiblemente carezca de experiencia, pero que desborda en entusiasmo y rabia de construir un futuro socialista. Vamos a reproducir la campaña hacia el Frente Obrero en cada instituto de nuestro barrio y en cada facultad porque no hay joven que desconozca ya su indeseado futuro, el cual no sea empujado a introducirse en un mercado de trabajo cada vez en peores condiciones, que no sepa que de aquí en adelante acceder a estudios universitarios será más complicado para las familias trabajadoras, independientemente del partido que esté en el gobierno, que seguirá estando al servicio de las grandes empresas y banqueros.
Los jóvenes trabajadores hacia el Frente Obrero Se refuerza cada vez más la explotación de la clase trabajadora, que ya empezó con el despido masivo de nuestros padres desde el 2008 y que continúa con sus despidos y por la sustitución de ellos por nosotros, en condiciones de trabajo mucho peores, más horas, menos sueldo, sin contrato y al margen de la legalidad laboral ya de sobra reaccionaria, condenados a la temporalidad y a que dispongan de nosotros como carnaza. En este contexto, la juventud trabajadora está desposeída de toda organización. Los sindicatos “mayoritarios”, que solo son del funcionariado, dejaron de ser representativos de la clase trabajadora hace ya muchos años, pero en el caso más concreto de la juventud, en los sectores concretos como la hostelería y el sector servicios en su conjunto, ni siquiera existen y tampoco nadie les da pie a hacerlo. Entre el 78 y la actualidad han demostrado sobradamente que no son sindicatos de clase y que no toman partido por la lucha, sino más bien por la desmovilización y la resignación, que solo actúan de apagafuegos ante las ofensivas del capital y que no son herramientas para la resistencia de los trabajadores bajo el capitalismo. Solo aspiran a amortiguar la explotación y, francamente, con ningún éxito. Son el árbitro vendido entre la patronal y los trabajadores que siempre pita en el mismo sentido.
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Numero 4 Durante estos últimos años la juventud trabajadora ha comenzado a organizarse y a romper con su aceptación de la explotación, pese a que todavía ahora esté en un nivel de conciencia muy inmaduro y limitado en los estrechos marcos del reformismo, el circo de las elecciones y el respeto pulcro de la legalidad. Comienza a desarrollarse en el ámbito sindical el sindicalismo independiente todavía embrionario, caracterizado por no trascender los métodos legales, por su tamaño pequeño que no sale de los marcos de una empresa. Los comunistas vamos a estar ahí, en cada centro de trabajo donde haya un militante del PML (RC) o la JML(RC), vamos a demostrar nuestra combatividad. Nuestros militantes van a ser la primera fila de combate sea cual sea la amenaza por el empresario, dando ejemplo de que la lucha merece la pena y que no es mediante el compadreo, el ruego y la resignación como se obtienen conquistas para el resto de la plantilla. Nosotros trabajaremos para de cada situación concreta obtener unas reivindicaciones por las que pelear y que penetren en cada trabajador. Si no hay asamblea la habrá, si no hay sindicato o no es legal se montará y haremos nuestro cualquier método de lucha porque todos ellos son legítimos si los trabajadores están de nuestro lado. Por otra parte, no existirá un ápice de sectarismo en nuestra política. Allá donde estén los trabajadores haremos un trabajo comunista en el seno de los sindicatos existentes, independientemente de las siglas y de la burocracia o línea política traicionera que dicten, para acercar a los afiliados a posiciones revolucionarias. Nosotros aspiramos a elevar la conciencia de los trabajadores allá por donde pase un militante. No separamos nuestra vida política del resto de nuestra vida social y personal. Los comunistas también vamos a estar ahí aún cuando no haya en el centro de trabajo un militante, participaremos de los conflictos obreros con la misma dinámica y fuerza, siempre y cuando sea para reforzar posiciones obreras. En el momento de la foto, de posar en las movilizaciones de los sindicatos CCOO, UGT o independientes cuando solo tengan como objetivo el pacto o la claudicación, no estaremos. El seguidismo y el oportunismo solo son un rédito para los revisionistas para nosotros son legitimar la traición. Nuestro partido ha demostrado dar la talla en los conflictos obreros en los que ha participado, ha sido con diferencia la fuerza más resuelta y combativa, y pese al resultado muchas veces doloroso al que conlleva no haber conseguido la victoria en el conflicto, como resultado todavía de la debilidad de las posiciones obreras, estas batallas son el caldo de cultivo de un futuro de conquistas.
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Joven Guardia Pueden confiar nuestros camaradas más adultos que la Juventud Comunista estará a la altura, especialmente este verano donde la inmensa totalidad de su militancia trabajará y luchará sin miedo al despido, a la multa o a la cárcel. La juventud aportará su grano de arena al Frente Obrero, nutriendo sus filas, también en la lucha sindical. Hay jóvenes en nuestro país que desde los 16 años los FP les preparan para excluirles del ámbito educativo y convertirlos en mano de obra barata sumisa que nuestro trabajo convertirá en reserva de la revolución, que se educará y templará en nuestras juventudes y que están llamados a ser los cuadros del PML (RC).
Los estudiantes hacia el Frente Obrero Los estudiantes van a formar parte en el camino hacia el Frente Obrero, van a reforzar nuestra organización en los barrios a difundir su presencia, a adjuntar sus reivindicaciones y a luchar resueltamente por sus objetivos, porque cualquier estudiante es antes que estudiante hijo de trabajadores y reserva del trabajo temporal. El estudiantado no está al margen de la lucha de clases, son hijos de los trabajadores, se crían y pertenecen a los mismos barrios. Sufren exactamente las mismas miserias, en proporción directa a las de cualquier trabajador porque dependen de sus ingresos o el de sus familias, que se parten el lomo para poder darle la oportunidad de tener unos estudios y que ocupe un trabajo con un sueldo digno. Pero esto nunca ha sido así, siempre a la clase trabajadora se nos ha relegado a la miseria. La norma general no es el estudiante de Erasmus que vive de rentas y desligado de cualquier preocupación, ni el estudiante de los colegios internacionales y elitistas, la norma, por el contrario, son los jóvenes de los barrios que tienen una inquietud social, y que pese a la presión de la cultura capitalista de obsesionarnos con la moda o la belleza, el fútbol, las drogas y el carpe diem, se preguntan hasta cuando la injusticia, hasta cuando la miseria y se implican con los problemas del barrio. Cada vez son más los que a su vez estudian y trabajan para poder pagar su formación, y sobre todo los que estudian para poder trabajar de algo que no sea un trabajo esclavo.
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Numero 4 El capitalismo ha convertido el sistema educativo en una falsa ilusión de la clase obrera porque sus hijos no tengan las mismas condiciones de explotación y miseria que han tenido que vivir ellos. En lugar de constituir la formación integral de las personas, de desarrollar una formación técnica e intelectual que aporte a la sociedad en su conjunto, la educación está al servicio de las grandes empresas y bancos, a los cuales les reporta muchos beneficios de manera tanto directa como indirecta. La construcción de Estudiantes en Lucha es una tarea imprescindible para asentar las bases de la sección juvenil del futuro Frente Obrero. La JML (RC) ha demostrado en un solo año que otro sindicalismo estudiantil es posible, que se podía trabajar al margen del Sindicato de Estudiantes, el cual desarrolla un papel tan reaccionario en las universidades e institutos de nuestro país. Hemos demostrado que en la universidad no solo tiene porque ser un caladero o nicho de intelectuales, desligados de su realidad material, y que son muchos los jóvenes que trabajan para poder pagarse la universidad o que su familia se lo costea haciendo enormes sacrificios. Estos estudiantes son potencialmente revolucionarios y no los que están perdidos en diferentes paradigmas y que no quieren desarrollar un trabajo político lejos de debatir en los estrechos marcos de la socialdemocracia, el voluntarismo o las tribus urbanas. Frente al elitismo intelectual que destilan las organizaciones reformistas, que lo único que desean de los barrios son votos o personas que acudan a sus manifestaciones en las huelgas fantasmas pero cuya militancia desea que sean universitarios acomodados, nuestra apuesta es hacer de cada instituto un centro de batalla y de organización del conjunto de jóvenes del barrio. Se acercan cada vez más estudiantes al marxismo-leninismo como ideología y a nuestra organización por nuestro trabajo ejemplar en los frentes de masas y por acercarles a esos problemas de una manera organizada y no en forma de tribu urbana o como un voluntariado social progresista que sirva de caladero de votos. No hemos renunciado a nuestro programa ni hemos ocultado nuestra ideología, no hemos rebajado nuestras reivindicaciones a las del PSOE o a Podemos. Bajo unas u otras siglas o formas organizativas, las diferentes organizaciones que presumen de fraseología comunista no han hecho más que ir al rebufo del SE. Por el contrario, nuestra política ha sido la de construir una alternativa organizativa, pero no para tener chiringuito propio, sino para construir una alternativa política e ideológica dentro del movimiento estudiantil.
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Joven Guardia Si el Sindicato de Estudiantes ha marcado la dirección del movimiento estudiantil bajo una u otra forma ha sido porque el estado así lo ha querido ante el riesgo de que se recuperará la combatividad en los sectores juveniles y revolucionarios que tanto empujaron en la agonía del franquismo. El Sindicato de Estudiantes ha sido aupado por todos los medios de comunicación y lo sigue siendo. Sus convocatorias son anunciadas por las televisiones y sus militantes participan de las tertulias mediáticas mientras el resto de convocatorias y movilizaciones son silenciadas. Son un instrumento al servicio del PSOE anteriormente y actualmente de Podemos e Izquierda Unida. A día de hoy las movilizaciones de estos sindicatos cumplen un papel reaccionario. Convocan huelga tras huelga, cuyo único trabajo que la respalda es salir en la TV y su primera consecuencia es que genera una actitud de fracaso. Todos hemos escuchado de los propios estudiantes “la lucha no sirve para nada”, “las manifestaciones son un paseo” o “si las huelgas son un éxito de falta de asistencia a clase es porque la gente prefiere quedarse en su casa como un día festivo”. Por el contrario, la huelga debería de tener reivindicaciones claras, convocarse desde la base y aumentar la movilización y no desde una cúpula cuyo trabajo principal de agitación no son las reivindicaciones en sí, sino el dar a conocer la propia huelga, la cual es convocada de manera totalmente sectaria y desligada, vacía de contenido. La lucha estudiantil debe ser escuela de organización y combatividad, igual que en cada huelga y conflicto debemos exportar esa combatividad y trabajo, para ser realmente ejemplo y conseguir aglutinar a las masas en el Frente Obrero. Todo lo contrario a las organizaciones de burócratas y de parásitos de las instituciones burguesas que es a lo único que aspiran las organizaciones más conocidas, en las que se destacan por el filisteismo dominante. Construyamos la alternativa, los estudiantes en lucha no esperan para participar en los conflictos vecinales ni en apoyar a los trabajadores de su barrio, sino que trascienden la lucha contra un ministro convirtiéndola en la lucha contra el capitalismo y para la toma del poder por la clase obrera junto con las demás clases revolucionarias.
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Numero 4 La juventud en los barrios hacia el Frente Obrero En los barrios se condensa toda la fuerza social de la juventud que queremos organizar y constituir como sección juvenil como la Juventud Combativa del Frente Obrero. El barrio es el espacio político donde concurren los universitarios, los estudiantes de institutos y FP y los jóvenes asalariados. Nuestra apuesta se diferencia radicalmente del trabajo que llevan desarrollando los socialdemócratas y revisionistas en las diferentes luchas parciales. No limitamos a los universitarios a la universidad y el trabajo de pseudointelectual, no limitamos a los estudiantes a la lucha por reformas educativas o al propio centro de estudio, sino que los implicamos en la realidad social del barrio y aupamos sus reivindicaciones sociales convirtiéndolas en reivindicaciones políticas, tampoco reducimos la lucha de los jóvenes asalariados con los que trabajamos a su centro de trabajo, sino que los empujamos a que combatan contra el capitalismo en su totalidad y no solo contra el empresario concreto que les explota. Nuestro trabajo en los barrios ha sido muy amplio, lo hemos constituido como nuestros núcleos organizativos y focos de combatividad. Junto a la Coordinadora Estatal de Lucha Social y perteneciendo a la misma, hemos aportado en el vínculo con las asociaciones de vecinos, incluso desarrollando secciones juveniles en el mismo seno de la asociación. Hemos apostado por el arte urbano, por el graffiti, el skate, el fútbol base, los bailes y teatros populares, con la intención de elevar la cultura y darle una connotación revolucionaria, proponiendo un ocio alternativo, ligándolo con la solidaridad obrera y haciéndola accesible al conjunto de nuestra clase.
Unos apuntes sobre la cultura y el papel de los comunistas Una de las primeras tareas a las que se enfrenta la juventud comunista es acerca de cómo aproximarse a la juventud, una juventud que, como hemos analizado previamente, está sumergida en la decadente cultura capitalista, buscando como salida individual a sus condiciones colectivas como clase (trabajo precario, explotación...) el ocio actual basado en las drogas, la fiesta y la prostitución. El papel referencial de la juventud comunista debe ser total y completo en todos los ámbitos de su vida. Tanto en su vida privada como pública, debe ser un militante ejemplar en todos los espacios de trabajo: en su célula correspondiente, en los frentes de masas en los que trabaje y en cualquier espacio en el que esté en contacto con la juventud (la escuela, el trabajo...). 15
Joven Guardia Debe ser pues responsabilidad y tarea de la juventud comunista el ofrecer y mostrar la posibilidad de un ocio alternativo, de una cultura basada en los valores comunistas históricos: el sacrificio, el trabajo disciplinado, la camaradería, etc. Pero antes de comenzar a explicar el ocio y los valores que difunde el capitalismo a la juventud a través de las drogas, de la ludopatía, del deporte basado en el elitismo y en la competición como vía para alcanzar la fama y la riqueza, hay que comprender que es la cultura y el ocio. La cultura es el conjunto de los bienes tanto materiales como simbólicos, creados por la humanidad a lo largo de su desarrollo histórico-social. Hacemos pues, una división, entre la cultura material, los valores materiales, fundamentalmente las fuerzas productivas, y por otro lado la cultura espiritual, todo lo que es creado por la superestructura social: instituciones políticas, condiciones de vida, moral, obras científicas, artísticas, valores, etc. A su vez, comúnmente, se entiende por ocio al espacio de tiempo que se dedica a actividades que son recreativas, es decir, a actividades no obligatorias, como puede ser el tiempo dedicado a la jornada de trabajo, al estudio, etc. Es por eso que los revolucionarios no podemos obviar la cultura capitalista cuando trabajamos. Debemos recoger toda la cultura humana acumulada, sin obviar que mientras persista la lucha de clases tenemos que aprender a identificar y distinguir aquellos elementos culturales que responden a los intereses objetivos del proletariado para recogerlos y hacerlos avanzar. Ahora pues, la sociedad capitalista, una sociedad de clases, se vale del ocio y de la cultura para reforzar esta explotación, para fomentar la alienación, el individualismo, el consumismo, la drogadicción, para alejar a la juventud de la lucha de clases en definitiva. Además, la cultura bajo el capitalismo, a pesar de la falsa fachada del esfuerzo, el sacrificio y la innovación, se basa en la ley del mínimo esfuerzo. Los grandes ejemplos del capitalismo como Bill Gates o Amancio Ortega, a pesar de la ingente propaganda por parte del capital y sus medios, representan el “esfuerzo” hasta poder vivir del trabajo de otros y la explotación más inhumana. Esa es la ley del esfuerzo del capitalismo, el necesario para poder vivir a costa del trabajo ajeno, esa es su meritocracia, justificada bajo una capa de grandes ideas, grandes inversiones y grandes riesgos. Vemos por tanto que es fundamental que la Juventud Comunista se mezcle con la juventud de los barrios, que infunda en ellos valores opuestos a los que el capitalismo les ofrece, empezando por infundir en nuestros jóvenes y en la juventud en general, la importancia de la cultura física, alejando a la juventud de las drogas y el alcohol. 16
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el ocio capitalista y su papel En la actualidad, la gran mayoría de las actividades de ocio de la juventud obrera giran alrededor del alcohol, del cannabis o de las drogas sintéticas. Estas suponen, en primer lugar, una vía de escape a la realidad que tenemos que afrontar en nuestras casas día a día como hijos de trabajadores y como jóvenes obreros: la presión del paro, de no llegar a fin de mes, de trabajos precarios con una larga jornada y con un sueldo miserable, el agudizado paro juvenil, unos estudios que a pesar de todos los esfuerzos que tenemos que hacer no te aseguran ningún futuro y un muy largo etc. En vez de empujarnos a enfrentar estos problemas de cara, a luchar de manera colectiva para transformar nuestra realidad más cercana, nos empujan a resignarnos de manera individual ante esta realidad y a evadirnos de ella, y lejos de aportarnos una solución, solo nos causan más problemas. Problemas de dependencia, de salud y de dinero. Así, desvían a la juventud obrera de sus propios intereses como clase y la empujan a la dependencia y a la autodestrucción. Mientras tanto, la burguesía, culpable de nuestra miseria, hace negocio de esta y se embolsa cantidades ingentes de dinero con la venta de la droga, a costa de pasar por encima de miles de familias obreras y de la explotación más brutal de miles de trabajadores. Como con cualquier otra mercancía, la ganancia que los grandes narcos extraen de la droga viene de la explotación del trabajo asalariado, de robarle a los trabajadores parte del valor que han creado durante su jornada de trabajo, de la extracción de plusvalía. Los cárteles no son más que grandes monopolios de la droga que compiten por hacerse con el mercado y aumentar sus beneficios mediante la explotación, la extorsión y la violencia. Las drogas suponen un negocio ultra-lucrativo para los capitalistas, mientras que solo genera miseria para la clase obrera, mientras que nos criminalizan a nosotros, a los jóvenes y obreros que sufrimos directamente toda y cada una de las consecuencias que las drogas traen a nuestros barrios, mientras en series de televisión como Narcos o Farinha se ensalza al capitalista, al narcotraficante que ha ganado su riqueza a través de la explotación, la extorsión y la desgracia de miles de familias trabajadoras. No es tarea de este artículo hacer un análisis general de la droga. Para ello recomendamos los diferentes artículos de la Universidad Obrera, el capítulo acerca de las drogas del “Manual de Introducción al Marxismo-Leninismo” de Juan Mesana y la revista De Acero, número 3. 17
Joven Guardia Se trata pues, de vincularlo concretamente a la realidad de los barrios obreros y a la complicidad por parte de los ayuntamientos, a pesar de que muchos de ellos sean los “gobiernos del cambio”. El narcotráfico en los barrios obreros cuenta con el apoyo cómplice por parte de las instituciones, las cuales no solo permiten la entrada masiva de droga en nuestro país, (además de hacer negocio con los grandes narcos como Feijóo en Galicia o como los continuos casos de vínculos de la Guardia Civil en el puerto de Algeciras), sino que nos criminalizan a nosotros, a la gente de los barrios obreros, recluyéndonos en “guettos” marginales hasta que deciden “revitalizar” el barrio y expulsar a todas las familias que vivimos en ellos con todos los medios: subir los alquileres a precios desorbitados, desahucios continuos, desgastar a propósito los edificios para justificar que necesitan repararse, y tras la reparación, inflar los precios, colaborar con inmobiliarias para que compren los pisos y pongan los precios al alza, intentos de derruir zonas enteras del barrio como en el Cabañal o en la zona de la Uva en Hortaleza. A ellos no les importa que entren diariamente cargamentos enteros de droga a nuestro país, el problema viene cuando esa droga es consumida en los barrios, provocando delincuencia, familias que viven en casas ocupadas, continuas peleas en los barrios entre los diferentes gestores de la droga, que en definitiva dan “mala imagen” al barrio y a la ciudad que ellos mismos han generado. No se acabará con las drogas a base de reprimir a sangre y fuego a los consumidores, que es sobre los que acaban recayendo con más fuerza todas las políticas del Estado. Aún menos supondrá un avance su legalización, pues solo se consiguiría normalizar su consumo, aparte de suponer un negocio súper lucrativo para la burguesía. Las drogas suponen una herramienta crucial para controlar a la clase obrera, para adormecerla, mantenerla anestesiada o aniquilarla en momentos de auge revolucionario como la intrusión de la heroína en los años 70-80. No se podrá acabar con el consumo generalizado de drogas si no se acaba con el capitalismo, si no construimos un futuro para la clase obrera, que lejos de empujar al consumo, asiente las bases materiales para erradicarlo, que acabe con la pobreza y la miseria, despoje de los medios de producción a los parásitos que los ponen para su beneficio individual y los ponga a servicio colectivo, que apueste por un ocio y una cultura que impulse a cada individuo a mejorar y progresar en sus aptitudes físicas e intelectuales para poder dar lo mejor de uno mismo por el conjunto de la sociedad.
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Numero 4 Otras formas de dominación en el ocio Sin embargo, la droga no supone ni mucho menos la única forma de ocio mediante la cual la burguesía enajena a la juventud obrera de sus intereses como clase e inculca en esta valores como el individualismo, el egoísmo y la competencia encarnizada entre iguales. Los videojuegos, los programas de telebasura, el juego y las apuestas, la prostitución y la pornografía, tienen de una manera u otra el mismo fin. La adicción al juego y las apuestas es una losa cada vez más pesada para los trabajadores de los barrios obreros y especialmente para la juventud. Las casas de apuestas no paran de crecer en los barrios obreros, desde 2014 a 2017 en Madrid crecieron en un 140%, bajando a su vez el número de casas de apuestas en los barrios ricos. A la burguesía no le basta con arrastrarnos a la miseria, sino que tienen que hacer negocio de esta. Su sed de beneficios y su miserable y parasitaria existencia les empuja a hacer negocio de la pobreza y de la desesperación de aquellos que ven en el azar la única manera de mejorar sus condiciones de vida, todo ello con el beneplácito y la colaboración del Estado. En los Presupuestos del Estado para 2018 se han convertido Ceuta y Melilla en paraísos fiscales para las casas de apuestas online, rebajando los impuestos para estas, pero no es la primera relación entre el Estado y las casas de apuestas; el exministro de Justicia, Rafael Catalá, fue secretario general de Codere, una de las empresas españolas de juego más grandes con presencia en España, Argentina, México, Uruguay, Colombia, Panamá, Brasil e Italia. El negocio de la prostitución se basa en la misma premisa que la del juego: hacer negocio de la miseria. La prostitución descansa sobre la pobreza de la mujer, que ve cómo la opresión que sufre por pertenecer a la clase obrera se ve agudizada por su género. Así, son forzadas y empujadas por sus condiciones de vida a vender su cuerpo para poder sobrevivir. A pesar de ello, supone en la actualidad una forma de ocio recurrida especialmente por la juventud. Este tipo de ocio refuerza a la burguesía y debilita a la clase obrera, pues reproduce de la forma más aguda y enfermiza los valores capitalistas y patriarcales que solo contribuyen a fragmentar el movimiento obrero. En definitiva todas estas formas de ocio suponen, en primer lugar, un negocio súper lucrativo para la burguesía; en segundo lugar, un altavoz de la cultura y los valores de la sociedad capitalista; y en tercer lugar, una forma de evadir falsa y temporalmente de los problemas reales que tenemos que afrontar como clase, alejando, en definitiva, a la juventud obrera de la organización y la lucha por los intereses de la clase obrera, por el fin de la explotación del hombre por el hombre, por la conquista del socialismo. 19
Joven Guardia Sobre el ocio “progresista” actual No queremos que este artículo sirva para mostrar nuestra postura concreta acerca del ocio por el que apostamos y vamos a apostar desde la JML (RC), pues para ello vamos a sacar un fanzine llamado “Organización, Formación y Combate” donde hablaremos de la campaña que vamos a realizar este verano sobre el ocio y nuestra apuesta concreta. Queremos analizar y entablar un debate con todos aquellos que nos leen y siguen, acerca del supuesto “ocio progresista” a día de hoy. Es algo que ninguna juventud comunista de este país se ha atrevido a tratar a pesar de cada día aumenta en la juventud, digamos, “más consciente”, a la que nosotros creemos que se aleja de las posturas que debe tener un militante comunista. Nos referimos al “boom” de los festivales, los grupos de música “alternativos” y todo el ocio en torno a él. Parece que si cantas en catalán o hablas sobre la monarquía y el PP, automáticamente te conviertes en marxista-leninista y vendes un ocio progresista. ¿Pero acaso tiene algo de progresista el Festivern, el Viñarock o los festivales de moda actuales? Primero analicemos en sí los festivales, más grandes o más pequeños, todos están dirigidos por empresas, que lo que buscan no es despertar conciencias o un punto de encuentro de la “juventud revolucionaria”, sino un lucro económico igual que el que organiza el Arenal Sound, el FIB de Benicàssim o cualquier otro festival. Llevan a los grupos que les aseguren entradas, en resumidas cuentas, dinero, independientemente de lo que canten, lo que digan sus letras o cómo de bien suene el grupo, a la vez que les permite vender su “marca” de música alternativa. Lo segundo, los propios grupos, que algunos prácticamente, son considerados como referentes ideológicos, a pesar de que ideológicamente no trascienden mucho más allá del típico mensaje progre, aunque lo hagan con un mensaje más agresivo e izquierdista, hablando de fuego a la monarquía o muerte a X partido, a la vez que secundan la moción de censura con Sánchez a la cabeza como la oportunidad de un nuevo cambio. Muchos, además, están vinculados a los propios partidos, como Los Chikos del Maíz a Unidos Podemos o la Gossa Sorda a Compromís, llegando a ocupar cargos de concejalías incluso, por no hablar de su “vida privada”, que se hace pública por la relevancia mediática que tienen dentro del “ámbito del rollo”. Lejos de proponer un estilo de vida organizado, comprometido y disciplinado, la mayoría son conocidos por el consumo de drogas o acosar y abusar de mujeres, a pesar de que su círculo cercano lo intente silenciar, incluso ridiculizando a las víctimas.
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Numero 4 Esta es la viva imagen de la cultura “progresista” en España, de la cultura “antifascista”, basada en una concepción del antifascismo como si de una crew se tratase, con su propia estética, su propia simbología, convirtiendo el antifascismo en un hobby, un entretenimiento más, que choca con el continuo proceso de fascistización que se vive dentro del país y de Europa en general, construyendo error sobre error. Todo esto se reproduce en los jóvenes, los cuales ven el festival como el chaval de barrio que queda a finales de semana para fumar porros con sus colegas en un parque. El festival es el momento para relajarse y distraerse, es decir, consumir todo tipo de drogas y cantidades ingentes de alcohol para olvidarse de la realidad que nos envuelve a toda la juventud por unos días. No se diferencian en nada pues de cualquier otro tipo de festival, pues las consecuencias son las mismas, inculcar en la juventud un ocio basado en las drogas, que nos aleje de posturas revolucionarias, enfrentando nuestra realidad organizándonos como clase. No se trata por tanto de criminalizar a los jóvenes que van al Viña Rock, al Pintor Rock o a cualquier festival supuestamente progre, sino de denunciar a las empresas organizadoras, de eliminar la imagen endiosada de los grupos que actúan, de criticar la permisividad que tienen muchas organizaciones juveniles “comunistas” respecto a las drogas y su militancia, que es bochornosa cuanto menos. La problemática de las drogas no debe analizarse desde una concepción burguesa acerca del bien o del mal, de una superioridad casi “religiosa”, sino desde una perspectiva de clase, de la herramienta que supone para la burguesía en la lucha de clases.
Sobre el campamento de la JML(RC) Para poder llevar la alternativa al ocio actual, la cultura y el deporte a la juventud, es imprescindible que los propios militantes comunistas, aparte de llevar este discurso sus centros de estudio y de trabajo, sean ejemplares a la práctica, pues sin esa ejemplaridad, el mensaje queda en simple charlatanería, sin ningún resultado tangible. Por eso, para la Juventud Comunista es un deber el infundir entre su militancia todos estos aspectos, alejar a la militancia del alcohol y las drogas y empujarla a la vida saludable del deporte y a un ocio constructivo para ellos que les permita formarse y progresar.
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Joven Guardia El Campamento de la Juventud Comunista es una herramienta más para conseguir ese fin. Lejos de ser un pasatiempo sin importancia para desconectar de la rutina, pretende ser una estimulación para adoptar ese tipo de comportamientos que hemos desarrollado anteriormente. Pretende iniciar en la cultura física a los militantes que no practican ningún deporte habitualmente, a la vez que potenciar y exigir a aquellos que ya forma parte de su rutina. Como hemos dicho, el ocio que proponemos debe ser progresista para la juventud y estar estrechamente ligado con la difusión de la cultura. De la misma manera que se trata de normalizar el deporte en la vida cotidiana, se realizan talleres culturales e históricos para conocer la historia de nuestro país y la realidad a nivel internacional. Todas estas actividades se realizan sin olvidar la formación, aspecto que tiene gran relevancia, por lo cual se realizan diferentes jornadas de formación, no sólo a nivel ideológico, sino también formaciones prácticas, para así poder resolver las situaciones que la militancia se encuentra día a día, siendo un espacio de encuentro para todos los militantes de la Juventud e impulsar los valores que queremos difundir de sacrificio, camaradería, esfuerzo y trabajo. Haciendo así nuestro el lema histórico:
ORGANIZACIÓN, FORMACIÓN Y COMBATE
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