Joven Guardia nº3

Page 1

1

Numero 3


2

Joven Guardia


3

Editorial Joven Guardia

Pág. 4

Nacimos esclavas, romperemos las cadenas

Pág. 6

Sobre la participación de la mujer en la Revolución y en la defensa del socialismo

Pág.13

La lucha histórica contra el feminismo burgués

Pág.17

¿Quiénes son los referentes “comunistas” del feminismo actual?

Pág.21

Sobre las conquistas históricas de la mujer y el movimiento revolucionario

Pág.28

Numero 3


4

Editorial Joven Guardia Nuestro tercer número dedicado a abordar la lucha de la mujer trabajadora con motivo de la huelga del 8 de marzo, viene a reforzar el intenso trabajo de agitación y propaganda que llevan organizando nuestros militantes, tanto a partir de los frentes de masas, como desde la Juventud Comunista en barrios, institutos y universidades. Nuestro objetivo no es en este caso abordar de fondo o teóricamente la cuestión de género desde la ideología marxista-leninista. Para esta causa presentamos hace escasamente un año la publicación de “El marxismo y la mujer” editado por Universidad Obrera, donde la camarada Clara Martínez de la JML(RC) participó de su escritura. Aprovechamos para recomendar su lectura en el blog de la editorial o comprarlo en cualquiera de nuestros actos. El objetivo que da pie a este tercer número de Joven Guardia es analizar desde el punto de vista de los intereses de la mujer trabajadora y el conjunto de las clases populares la convocatoria de huelga feminista el día 8 de marzo. Analizar las diferentes posiciones de las organizaciones feministas, sindicatos y partidos de corte reformista mayoritarios. Recogeremos las enseñanzas que nos han legado los revolucionarios a lo largo de la historia, entre ellas la más esencial, que solo la lucha revolucionaria ha conseguido conquistas para la mujer trabajadora. Al mismo tiempo, queremos reivindicar algunas de las figuras más importantes de esta lucha y arrojar luz sobre otras figuras más conocidas a la par que oscuras y contrarrevolucionarias. Por último, la participación de la mujer en la lucha de clases, la lucha por el socialismo y la defensa del mismo, así como su papel en el Partido Comunista en la actualidad. Esperemos que su lectura sea amena, interesante y que a raíz de su publicación se pueda generar una crítica, debate y polémica positiva para el conjunto del movimiento revolucionario. Dirección estatal de la JML (RC)

Joven Guardia


5

Numero 3


6

NACIMOS ESCLAVAS, ROMPEREMOS LAS CADENAS No faltan motivos para la huelga general sea el 8 de Marzo o cualquier otro día del año. Una huelga que debería ser general, del conjunto de la clase trabajadora, que fuera una herramienta de lucha para la emancipación de nuestra clase y no simbólica, pactada e interclasista. La mujer trabajadora está encadenada al trabajo asalariado peor pagado y regulado, encadenada al trabajo reproductivo, no remunerado, que le obliga a tener una doble jornada, convertida no solo en objeto sexual para los empresarios y los medios de comunicación, sino convertida en una propiedad a la cual se permiten insultar, agredir, violar y asesinar. Y sin embargo empiezan a levantarse y a responder los golpes ¡Cada vez más se organizan, luchan y dirigen sus ataques contra el capital! Gran prueba de ello es que cada vez más camaradas en cantidad y en calidad del Partido y la Juventud son mujeres y en algunos territorios incluso la mayoría. Cada vez más mujeres promocionan por su disciplina, formación y perseverancia a cargos de una relevancia determinante a todos los niveles, templándose como auténticos cuadros comunistas. Nuestro trabajo lo corrobora, sin ir más lejos, en las asambleas de barrio con las familias del Banco Obrero Solidario de Alimentos son las mujeres trabajadoras, madres e hijas, las primeras que con esfuerzo conciencian al resto de la familia. Por otra parte, en los institutos y en las universidades las mujeres que se implican en la lucha estudiantil y la entienden como parte integrante del movimiento obrero y la lucha de clases dedican igual o más tiempo que los hombres al colectivo con gran inquietud política y demuestran tener un potencial ilimitado.

Joven Guardia


7

Todo esto quiere decir que en el momento actual la mujer trabajadora y sus hijas están movilizadas políticamente, que cada vez tienden a posiciones más revolucionarias siendo un revulsivo en el conjunto de la lucha de la clase obrera. Por mucha influencia que desempeñe el feminismo burgués en esta lucha, los comunistas no vamos a cederles el terreno ni a legitimar que se separe la lucha por la emancipación de la mujer de la lucha por el socialismo. La política de nuestro Partido está dando sus frutos en este sentido al demostrar continuidad y consecuencia en el mantenimiento de una política obrera y efectiva que no se doblega ante la tendencia burguesa de moda (como pudo ser el lenguaje y ahora es el concepto de sororidad). Esta consecuencia diferencia nuestro Partido con el resto de organizaciones mal llamadas comunistas. Se integran y adhieren a todo lo que se apellide feminista a cambio de poner una foto de Zetkin o Kolontai, amparan la posmodernidad y el interclasismo, por muy descarado que sea, por miedo a romper la “unidad” sin principios ni objetivos que mantiene entre otras cosas las calumnias y difamaciones de todo tipo con las que nuestro Partido ha tenido que lidiar y sin embargo crece y gana influencia año a año. El feminismo burgués, que se sitúa como defensor de la mujer en general, al margen de clases sociales y de toda ideología, pretende enfrentar mujer con hombres, trabajadoras contra trabajadores. No necesitan acabar con la explotación, sino exigir formalidades institucionales, porcentajes en presupuestos y pactos de estados con unanimidad parlamentaria a la par que dejan intacto el poder que perpetúa la desigualdad. Nuestra responsabilidad como comunistas es justamente la contraria: integrar a la mujer trabajadora en la lucha de clases, la lucha por el poder político. Señalar al explotador, al capitalista sea hombre o mujer, que se lucra de la brecha salarial, el trabajo reproductivo no

Numero 3


8

remunerado que se ahorra a costa de una doble explotación y en definitiva el mero beneficio económico sobre el que se edifica la dominación cultural y la subalternidad política de la mujer trabajadora. No podemos negar que la clase obrera es machista. No podemos negar que los trabajadores relegan la posición en la toma de decisiones de sus mujeres a un segundo lugar. No podemos negar que continúa cayendo el peso del trabajo doméstico mayoritariamente sobre la mujer. No podemos negar que la mayoría de los asesinatos por violencia de género se dan en barrios obreros. No podemos negar que la clase obrera objetualiza a la mujer bajo su deseo sexual y que muchos de estos obreros consumen prostitución y pornografía. Esto es una realidad. Los obreros oprimen a las obreras. Ahora bien, qué beneficio saca el trabajador de la explotación de la mujer trabajadora? ¿A caso se beneficia de la brecha salarial, de no pagar nada por la reproducción de la fuerza de trabajo, tiene acciones en la empresa de cosméticos, la trata de blancas y la prostitución? No. El trabajador es un alienado, al igual que vota el PP, ampara a la policía cuando apaleo al pueblo catalán, defiende alambradas en Ceuta y Melilla, no posee nada y se piensa que sin embargo la mujer sí que es de su propiedad. Nosotros no aplazamos esta opresión, el Partido Comunista debe comenzar desde ya a concienciar en los barrios y a organizar grupos de autodefensa tanto de hombres y mujeres donde se responda de manera contundente a la violencia de género, donde se señale a esos trabajadores de qué manera se han convertido en una lacra para el futuro y para su clase. Organizar asambleas, talleres y denunciar públicamente la prostitución, el machismo, el eterismo, los micromachismos etc. La clase obrera debe comenzar a organizar sus propias herramientas de resistencia y lucha por el poder que le pertenecen como clase. Sin embargo, esta opresión cultural y política no desaparecerá hasta que no desaparezca la explotación del hombre por el hombre, hasta que no sea socializada la propiedad de los medios

Joven Guardia


9

de producción. La propiedad privada es la que fundamenta que el capital mantenga y refuerce el patriarcado, ni más ni menos porque obtienen un rédito económico de él. Sin la doble explotación, si se remunerara el trabajo reproductivo o doméstico, si se suprimiera la brecha salarial, el capitalismo no se podría sostener. Por eso la lucha feminista es la lucha por el socialismo y solo puede encauzarse debidamente como parte integrante de la lucha de clases, hombro con hombro con su hermano trabajador. ¡Solo la burguesía perpetúa este orden la clase obrera no tiene ningún interés! La huelga general convocada por el movimiento feminista no deja de ser un ejemplo más de movilización de la mujer aristócrata y pequeñoburguesa, su primera fila son políticas de Podemos, PSOE, sindicalistas burócratas, presentadoras de televisión y hasta la mismísima Reina de España. Por supuesto, la huelga no tiene posiciones revolucionarias y de principios obreros. Indudablemente está hegemonizada y dirigida por la aristocracia obrera y la pequeña burguesía que se radicaliza de manera inconsecuente en épocas de crisis, pero que es temerosa, oportunista y a la mínima de cambio pacta y traiciona a quien prometía la libertad. El movimiento feminista burgués entra en una contradicción permanente y es que a la par que se permite denunciar y describir parte de la explotación (brecha salarial, prostitución, trabajo domestico, precariedad) no puede conquistar absolutamente nada ni proponer algo que pueda ser progresista sin romper con los límites del interclasismo, en definitiva sin atacar al capitalismo, a diferencia de la época de las revoluciones democrático-burguesas donde podían conquistarse reformas como el sufragio universal. La razón es que como todos los derechos y libertades que ofrece la burguesía son formales y no reales, dependen de tu acumulación de capital, muy a pesar de que las leyes condenen la brecha salarial regulando los contratos, ilegalicen la prostitución, aumenten las condenas por violencia de genero o aumenten el presupuesto en prevención y victimas.

Numero 3


10

No dejan de ser parches, el capitalismo supone la explotación doble de la mujer trabajadora, por mucho que nos encontremos en una época de reflujo del movimiento obrero, con los sindicatos destruidos por el amarillismo y la reconstrucción frágil del partido comunista, la lucha de clases, la lucha por la toma del poder político y la construcción del socialismo, continúa siendo la única salida para la emancipación de la mujer trabajadora para superar la igualdad formal por la igualdad real, la destrucción de la propiedad privada. El movimiento feminista burgués, que no tiene nada que conquistar para la mujer trabajadora dentro de los límites del capitalismo, salvo reformas económicas que en caso de conseguirlas no sirven como peldaños para la organización y escuela de lucha, sino más bien como placebos en favor de la conciliación de clase; es el feminismo que propone la huelga feminista del 8 de marzo. Una huelga feminista UNITARIA pero que en lo único que se han puesto de acuerdo es en llamarle así. No se han puesto de acuerdo ni los sindicatos en convocarla si mixta o no mixta, si una hora, dos o 24, y mucho menos en las reivindicaciones, legitimación y contenido ideológico. Esta huelga sigue los pasos de la última huelga general convocada hace seis años también en marzo por CCOO y UGT, en aquella ocasión contra la reforma laboral del PP del 2012. Ambas huelgas son de 24 horas, pactadas previamente con la patronal, planteadas por parte de los sindicatos para molestar lo mínimo posible y producir las menores perdidas posibles, con unos servicios mínimos vergonzosamente amplios, y totalmente legal, por lo que ningún trabajador se verá afectado. Esta ocasión CCOO y UGT van un paso más allá y convocan a un paro donde la patronal esta invitada también a participar dado que la

Joven Guardia


11

desigualdad entre hombres y mujeres no entiende de ricos y pobres, por lo que convocan a parones de 1 y 2 horas, o incluso aceptan los 20 minutos propuestos por la empresa. CGT y CNT por su parte convocan huelga las 24h, pero su influencia es escasa y estará por analizar si han ganado capacidad de convocatoria, y sobre todo si han conseguido superar la barrera de aristócratas obreros (profesionales liberales y funcionarios) para trascender entre trabajadores asalariados. Desde el movimiento feminista burgués se presume de ser una huelga convocada exclusivamente para mujeres, donde el único objetivo es visibilizar el peso de la mujer tanto en la producción como en el hogar y en el consumo. No se plantea como una herramienta de presión al estado y al gobierno, sino como una forma de visibilizar a la mujer al margen de su clase social para ganar presencia mediática. Llaman incluso activamente a que el hombre se quede trabajando e incluso le reemplace en su puesto de trabajo a la mujer que haga huelga, es decir, abiertamente legitiman el esquirolaje en su propia huelga ¿Por qué? Pues porque su objetivo no es hacer perder dinero a la patronal y presionar al estado, haciéndoles temer perderlo todo para que tengan que ceder ante la resistencia de la clase obrera, sino que su objetivo es confrontar con el hombre en general. Las reformas económicas, muchas de las cuales vienen en la convocatoria de huelga por parte de la CNT y CGT, son legítimas y las reconocemos como necesarias, pero son imposibles de la mano de tácticas reformistas y conciliadoras. Las reformas siempre vienen de la mano de la lucha revolucionaria. La única garantía de éxito para las conquistas económicas de la mujer trabajadora vendrán de la mano de la unidad obrera, de la construcción de sindicatos de clase y combativos y de la reconstrucción del partido comunista en España que encabece todas sus luchas.

Numero 3


12

Muchos se pensaban que nos limitaríamos como Partido y Juventud a vociferar de manera infantil que la huelga es burguesa y que nos mantendríamos al margen o que como otras organizaciones revisionistas nos adheriríamos de manera acrítica con tal de que nos perdonen la fama que quieren construir traidores, renegados y difamadores de distintos pelajes o incluso que nos mantendríamos ausentes e irrelevantes. Por el contrario nos hemos volcado a pie de barrio, de centros de estudio y de trabajo denunciando el carácter burgués de quienes convocan la huelga, pero utilizando la convocatoria de la huelga y la movilización entorno a ella para darle un carácter de clase y convocar nuestros propios actos que vayan en favor de la organización, la formación y el combate, y no el espontaneísmo y el oportunismo. Nuestra estructura se ha fortalecido y tanto nuestros cuadros femeninos como masculinos han madurado políticamente de manera edificante para nuestra joven pero incipiente Juventud Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista). La crisis capitalista se está acabando para los capitalistas pero no para los trabajadores porque su acumulación es a costa de reforzar nuestra explotación. Las organizaciones de la clase obrera trabajaremos en todos los ámbitos para emprender esta herramienta de lucha de una manera consecuente para arrancar conquistas atacando al capital. FORZADAS A LA MISERIA, EMPUJADAS A LA LUCHA

Joven Guardia


13

SOBRE LA PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN LA REVOLUCIÓN Y EN LA DEFENSA DEL SOCIALISMO Las mujeres han jugado en la historia un papel fundamental dentro de los procesos revolucionarios de nuestra historia, su condición de oprimidas las empujaba a luchar por su liberación. Las primeras revoluciones liberales en las que la mujer adquirieron un nivel mayor de participación política, dieron el impulso necesario para la instauración del capitalismo a nivel mundial. Lo que en un principio se manifestaba como la liberación de la humanidad, acabó degenerando en un sistema agonizante para todas las mujeres trabajadoras y sus hermanos de clase, la propiedad privada en su más alto desarrollo hizo del patriarcado otra pieza clave para perpetuarse en contra de los intereses de la mayoría social. Desde entonces, la lucha de la mujer por su emancipación ha ido ligada a la lucha por la destrucción de este sistema putrefacto, o lo que es lo mismo, a la construcción del socialismo, del fin de la explotación del hombre sobre el hombre. El Partido comunista, que lucha incansablemente por acabar con el capitalismo, ha resultado ser la herramienta fundamental para llevar a cabo la revolución, para acabar con los inmensos beneficios que supone la desigualdad para un puñado de propietarios, que arrojan a la miseria a la gran mayoría de la sociedad. El papel de las comunistas se hace imprescindible en la construcción de la dictadura del proletariado, que asentará las bases materiales para la plena libertad de las obreras. La revolución socialista es la única garantía, por tanto, para liberar a las mujeres de la carga de los hijos, el matrimonio y la explotación capitalista.

Numero 3


14

Al ser la revolución proletaria la única capaz de satisfacer las necesidades que comparten todas las mujeres oprimidas, estas toman un papel fundamental en los procesos de transformaciones sociales, y por tanto, también dentro del Partido Comunista. Esta justa realidad debe ser conocida actualmente por todas las mujeres obreras, para que puedan incorporarse a todas las luchas contra el capitalismo y avanzar en la lucha por el socialismo. No son pocos los ejemplos de mujeres que han servido a la revolución, no con palabrería y famoseo, ni mucho menos dedicándose únicamente a la cuestión que por norma general se le atribuye. Hablamos de verdaderas heroínas que llevaron a cabo un trabajo comunista, que sirvieron abiertamente a la revolución y que hoy suponen el vivo ejemplo de entrega y sacrificio. La revolución rusa nos ha dejado el legado de mujeres que hoy sirven de referencia en la lucha por la conquista del socialismo. Las aviadoras de la noche eran jóvenes mujeres que jugaron un papel imprescindible en la Gran Guerra Patria. Estas jóvenes volaban hasta llegar al territorio de la Alemania nazi donde apagaban el motor, planeaban y dejaban soltar las bombas. Los Polikárpov U-2 eran los aviones que pilotaban, fáciles de maniobrar pero extremadamente inseguros. Sus salidas nocturnas eran muy temidas por los soldados alemanes que las llamaban “las brujas de la noche”. Estas mujeres entregaron su vida a la lucha por derribar el fascismo, por asegurar el triunfo de la guerra. Son el vivo ejemplo de la abnegación por algo que va más allá de ellas mismas, por una causa colectiva, acabar con la dominación capitalista. Junto a ellas, mujeres como Lyudimilla Pavlichenko, las koljosianas y las obreras del metal durante la guerra, son aún hoy el ejemplo del papel que la mujer ha desempeñado y desempeñará durante la revolución. Lydumilla Pavlichenko fue una francotiradora que luchó

Joven Guardia


15

en el Ejército Rojo contra los alemanes. Temida por los nazis, sirvió fielmente al Ejército rojo. Las tácticas que utilizaba demostraban el pleno control que tenía sobre cuestiones de guerra, y hacían de ella una luchadora imbatible. El incansable trabajo de las koljosianas en el campo y de las obreras del metal en la industria demuestra la capacidad, no solo de acción sino también de dirección y planificación de las mujeres en la economía. Tenemos no pocos ejemplos de mujeres que participaron y supusieron un gran impulso para las tareas de la revolución, que lucharon junto a los hombres de su clase por derribar la propiedad privada, por acabar con la burguesía. Esto debe servirnos de aprendizaje para empezar hoy mismo a trabajar en esa dirección. No podemos, por tanto, infravalorar la actividad que las mujeres pueden realizar en el movimiento comunista, nuestro deber es empujar hacia la formación de cuadros que sean capaces de estar a la altura de las tareas que presenta la lucha por el socialismo. El Partido Comunista tiene una gran responsabilidad frente a ello, forjando militantes comunistas capaces de estar al frente del trabajo del partido, pero también haciendo propaganda de las justas aspiraciones de nuestra clase en su lucha revolucionaria. Lejos de reducir el trabajo de estas militantes a la cuestión femenina, debe forzar su desarrollo como cuadros, exigir un trabajo político capaz de servir a las luchas diarias del Partido. Aceptar cualquier participación que sea representativa, pero que no suponga una contribución real en la política del partido, supone infravalorar y dar por perdido el papel que puede cumplir la mujer dentro del Partido. Es decir, no podemos conformarnos con aportaciones superficiales, temporales o insuficientes, sino forzar al máximo el desarrollo de las capacidades que sirvan para fortalecer el Partido. Saber hacer frente y superar todas y cada una de las dificul-

Numero 3


16

tades que se presentan en el día a día de las mujeres obreras, avanzar en la militancia, no con un espíritu derrotista sino aplicando la crítica y la autocrítica, la disciplina consciente, dicho de otra forma, forjarse ante la adversidad como un verdadero cuadro comunista. De este modo, no se puede limitar ni infravalorar el papel de la mujer en el Partido Comunista y en la revolución, todo lo contrario, debemos trabajar empujando a que esta participación sea mayor, no solo en cantidad sino en calidad. Cae sobre nosotros, los comunistas, cumplir debidamente con este propósito. El Partido y la Juventud comunista que aspire a organizar la revolución debe trabajar activamente por la agitación y dirección de la mujer trabajadora hacia posiciones obreras en todos los frentes de lucha a la vez que forma cuadros que puedan desplegar adecuadamente un discurso y ejemplo de militancia comunista. Esta formación de cuadros es la ideología marxista-leninista, el trabajo, la disciplina y abnegación, la capacidad política de analizar concretamente la realidad concreta, la capacidad de dirección y de tomar decisiones acertadas ante los frentes de masas y los espacios de lucha, la valentía y firmeza ante la represión y por supuesto la experiencia acumulada como profesional de la revolución. Todo esto es lo que edifica un cuadro y no lo que uno tenga entre las piernas.

Joven Guardia


17

LA LUCHA HISTÓRICA CONTRA EL FEMINISMO BURGUÉS Las ideas burguesas han intentado infiltrarse y ganar afluencia en el movimiento obrero desde sus inicios. Estas corrientes han intentado extender su política conciliadora de clases a todos los ámbitos posibles incluyendo la cuestión de la mujer. Ya en los primeros movimientos obreros femeninos en Rusia, el movimiento feminista burgués no tardó en aparecer y hacerse un sitio en los partidos demócratas y en la facción menchevique del P.O.S.D.R (Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia) abogando por la conciliación de clases, por la conquista de reformas parciales. Los bolcheviques sabían las consecuencias de esta infiltración: la desmovilización de las mujeres que empezaban a acercarse a la lucha obrera, alejándolas de la lucha principal, la lucha por la revolución. Por ello supieron luchar (sobre todo gracias a las camaradas que integraban el partido) contra el feminismo burgués, no solo en Rusia, sino también en el movimiento obrero internacional. Durante los años previos a la revolución de 1905 el movimiento obrero en Rusia era cada vez más fuerte. Los comités bolcheviques del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia se situaron a la cabeza de éste organizando huelgas, manifestaciones e insurrecciones cada vez más grandes. A pesar de esto, las mujeres constituían aun un porcentaje muy bajo en el movimiento obrero. El movimiento feminista burgués intentó infiltrarse desde el inicio en las filas revolucionarias, su objetivo principal era el sufragio universal promoviendo la reconciliación de clases. Los bolcheviques apoyaron el sufragio universal, pero dejando claro que debía de enfocarse como una conquista democrática, sin dejar de tener en mente el

Numero 3


18

carácter de clase de la revolución que se estaba forjando, llamando a las mujeres a la revolución democrática. La historia del pasado y del presente nos enseña que la propiedad privada es la última y más profunda causa de la situación de privilegio del hombre frente a la mujer y a su vez es la causa por la cual surgió la dominación del hombre por el hombre, la contradicción entre explotados y explotadores, la división de clases. Sabemos por tanto que la única forma en la que el hombre puede conquistar la libertad real para toda la humanidad conlleva la abolición de la propiedad privada de los medios de producción y la inserción de la mujer al trabajo en un sistema en el que no exista la explotación, con la ayuda de instituciones a cargo del Estado proletario (guarderías, comedores, colegios-internados…). Esto permitirá transformar la pequeña economía doméstica. Solo mediante esas dos condiciones será imposible que la mujer quede ligada económicamente al hombre de la familia, o que debido a la contradicción de clase caiga bajo la explotación económica capitalista. Por tanto, las reivindicaciones del movimiento femenino burgués eran y han demostrado ser hasta la fecha impotentes para garantizar los plenos derechos de las mujeres. Obviamente no debemos relegar la lucha por la emancipación de la mujer a la llegada del socialismo, ya que tampoco llegará por arte de magia con la toma de poder, debemos lanzar consignas y reivindicaciones por los derechos de la mujer, introducir a las mujeres obreras en la lucha de clases y por tanto en la lucha por su emancipación. El hecho de no comprender esta premisa, de alejarse de la lucha revolucionaria, ha llevado desde sus inicios a que las reivindicaciones feministas muchas veces se tradujesen solamente en cambios a favor de las mujeres de la clase dominante, mientras las mujeres proletarias seguían bajo las mismas condiciones de opresión y explotación. El derecho de la mujer a la misma formación y profesión que el hombre por ejemplo abría las puertas a las mujeres burguesas a estos llama-

Joven Guardia


19

dos “sectores profesionales superiores”, mientras claramente las mujeres obreras no tenían oportunidad alguna a acceder a ningún tipo de formación, cuando apenas podía sacar adelante a su familia. Otro ejemplo es la consigna principal del feminismo burgués de la época, la que proclamaba la plena equiparación política de los dos sexos, concretamente el reconocimiento del derecho de voto tanto para elegir como para ser elegida, pero que sin embargo seguía ignorando la situación de miseria de la mayoría de mujeres trabajadoras, y que en vez de lanzarlas a la lucha revolucionaria, promovía la reforma y la legalidad como vía de liberación. Mientras el capitalismo perdure, la democracia será meramente formal, será una democracia burguesa y no una democracia real, proletaria. El voto se convierte por tanto en la cobertura política más tenaz y completa por parte de la clase dominante. Para las mujeres proletarias revolucionarias del momento la equiparación política no podía ser el objetivo final de la lucha feminista, para ellas la conquista del derecho de voto y de elegibilidad sólo es uno más entre los distintos instrumentos que les posibilitaban poderse reunir, prepararse para el trabajo y la lucha con vistas a la revolución. Así lo dejaron claro las mujeres revolucionarias en la Conferencia internacional de mujeres socialistas de 1907 donde se aprobó la línea bolchevique y se condenaron las corrientes burguesas del movimiento feminista. Hoy en día es muy común encontrarse con posicionamientos similares en todo tipo de frentes. Gente que prioriza y desliga la lucha feminista de la lucha de clases, que predican sobre la liberación de la mujer cuando no hacen más que alejar la verdadera liberación, el fin de las condiciones que engendraron y hacen perdurar la explotación. Esta opresión todavía sigue existiendo, se manifiesta en las costumbres, en las leyes con la privación de derechos, en la inferioridad del sexo femenino ante el pago de salarios, en su posición subordinada

Numero 3


20

en el seno de la familia, en su hipersexualización, en la prostitución… El fundamento del socialismo, cuya implantación es una tarea que solo puede llevarse a cabo mediante la lucha común de mujeres y hombres del proletariado en contra de sus explotadores, es la propiedad social de los grandes medios de producción, de la producción y distribución de bienes. Aboliendo la propiedad privada de estos medios, se elimina la causa de la opresión y explotación del hombre por el hombre, y por tanto también el contraste económico y social entre hombre y mujer. Es nuestro deber, como las mujeres revolucionarias que supieron hacerle frente a estas corrientes burguesas siglos atrás, destapar el verdadero culpable de la opresión de la mujer, y de la clase obrera en su conjunto. Históricamente se ha demostrado que las corrientes burguesas representan la conciliación de clases, la adaptación a su política y sus intereses. El proletariado y la burguesía son clases antagónicas, no tienen ningún interés en común, son enemigas entre sí, irreconciliables. La confrontación contra este tipo de corrientes es un escalón indispensable para el desarrollo de un movimiento feminista consecuente e implacable que aúne las fuerzas del proletariado femenino sin oportunismos, sin traiciones y sin capitulaciones. La lucha por la emancipación de la mujer es la lucha por el socialismo, es intrínseca e inseparable de ésta. Solo así se logrará la igualdad real entre hombres y mujeres.

Joven Guardia


21

QUIENES SON LOS REFERENTES “COMUNISTAS” DEL FEMINISMO ACTUAL Dentro del movimiento “comunista” a la hora de enfocar la cuestión de la mujer, se suele buscar a mujeres importantes de históricos partidos dentro del MCE como del MCI. Sin embargo, camaradas históricos como Hoxha, Lenin o Stalin no son tenidos en cuenta por el simple hecho de ser hombres. Además de caer en el más infantilismo pequeñoburgués de separar la cuestión de la mujer por sexos (es decir, algo perteneciente tan solo al sexo femenino) sus “históricas referentes” distan mucho de ser históricas y de ser referentes para cualquier militante comunista. Si hacemos un breve análisis de las organizaciones revisionistas observamos que si hay una figura que se repite hasta la saciedad como teórica feminista es Ángela Davis. Si bien hay que reconocer cierta importancia acerca del movimiento negro en Estados Unidos, todo material propio sobre cuestión femenina está lejos de servir de referencia, su teoría de la interseccionalidad (recogida principalmente en “Mujeres, raza y clase”) dista mucho de ser un análisis marxista sobre la cuestión de género. A la par que inventa contradicciones como la de capital/género y capital/ raza, como si estas existiesen. Como si la opresión de género y raza no fuesen subproductos para reforzar la opresión de la burguesía sobre la clase trabajadora. ¿Por qué subproductos? Pues porque la opresión a la mujer o a las razas subalternas se da porque los capitalistas se benefician de ella y no porque exista un odio natural y por tanto solo se puede erradicar destruyendo la dominación y las bases económicas del capital y edificando el socialismo.

Numero 3


22

Teorías como la sororidad o la interseccionalidad tan solo hacen una labor de zapa al movimiento obrero, tan solo sirven de apoyo a reivindicaciones burguesas por desviar la lucha de las mujeres de la lucha de clases, de la lucha por posiciones políticas y económicas, liderada por un Partido Comunista fuerte. Esta es la única vía de emancipación de nuestra clase, de las mujeres. Por si no bastase con su producción teórica posmoderna, el papel de Angela Davis dentro del movimiento comunista estadounidense fue y es a día de hoy fomentar las posiciones revisionistas y reaccionarias dentro del Partido Comunista de los Estados Unidos (CPUSA). Entró a formar parte del mismo en 1968, siendo vicepresidenta a la candidatura presentada para las elecciones de 1980 y 1984, lejos de hacer una denuncia de la deriva social-imperialista que tomaba la URSS en sus últimos años, controlando y subyugando mediante la dependencia a muchos pueblos, decidió callar y seguir una línea homologable a la del PCPE, partido financiando hasta la médula por el revisionismo soviético desde el 1971 hasta el 1989, les ha convertido en un partido en vías de disolución, en la misma senda que el PCE, acercándose al sol que más calienta, a la cara más “amable” de la burguesía, haciendo campaña por Obama y Clinton en los últimos años. Angela Davis aboga por la transición pacífica al socialismo y renuncia a la violencia revolucionaria y la dictadura del proletariado. Reniega de las experiencia socialistas que realmente empoderaron a la mujer trabajadora y al conjunto de la clase obrera como la Unión Soviética y Albania. Tiene una visión del socialismo equivalente a la que pueda tener PODEMOS cuando defiende el estado de bienestar, en definitiva es una pequeño burguesa. Si nos centramos en el análisis del MCE, si hay una mujer que se reivindique a nivel español, es Dolores Ibárruri, la Pasionaria. Vemos como el PCE y la UJCE llaman a la huelga (o mejor dicho, al parón que han organizado junto a la patronal) alentando a que la Pasionaria

Joven Guardia


23

haría la huelga feminista, no podemos estar más de acuerdo. Sería iniciativa suya la de pactar con la patronal, no hay aberración ideológica y traidora (al nivel de Carrillo) que esta mujer no fuera capaz de abarcar. Si a algo ha contribuido es a frenar el desarrollo incipiente que tenía el movimiento comunista en nuestro país, traicionando a miles de camaradas que fueron caídos en el más absoluto olvido y abandono por parte del PCE, convirtiéndose en la defensora oficial de Jruschov en España, es decir, en la defensora de la destrucción del comunismo a nivel internacional. Estas son algunas de sus lindezas, que muestran la verdadera cara de esta traidora al MCE: 1- En plena guerra nacional-revolucionaria, el Buró Político del PCE decidió que en 1938, cuando cayera Cataluña, La Pasionaria y Delicado (miembros del mismo), debían ir a Madrid a continuar la resistencia contra el fascismo. En vez de hacer lo acordado, se recluyeron en Alicante y ordenaron a los camaradas trasladados a Francia que permanecieran allí, en lugar de regresar a combatir en Madrid, admitiendo prematuramente la derrota y preparando su exilio, cuando se gestaba el golpe de estado Casadista. 2- Abandono la resistencia guerrillera en España, no por su repliegue, sino por la falta total de suministros armamentos etc. dejando a cientos de camaradas sin comunicación, a merced de la represión del régimen, muchos resistieron durante años, sobreviviendo como podían, abandonados a su suerte, incautando ganado y alimentos para malvivir (de lo que les acusan principalmente) : “Siempre guerrilleros, nunca bandoleros”. 3- Por si no fuera poco, nadie puede olvidar su lamentable conducta durante su estancia en Francia, donde se alojaba en residencias de lujo, con chóferes, criadas y todo tipo de privilegios, en comparación con cientos de camaradas que se quedaran en España para reconstruir el Partido haciendo altísimos sacrificios. Este uso de su cargo para

Numero 3


24

recibir un trato preferente lo manifestó tras la detención en Francia de Antón, por el que Ibárruri decidió presionar para que se interviniese en su liberación, en contraste con los cientos de miles de camaradas que malvivieron en cárceles, campos de concentración y un largo etcétera. Antón era su pareja y merecía para ella ser intercambiado por un espía nazi. Una posición pequeñoburguesa que prima lo individual a lo colectivo, reacción muy diferente a la de Stalin cuando en la guerra los nazis secuestraron a su hijo y jamás lo entrego a cambio del mariscal fascista que exigían. Los representantes políticos de la clase obrera son y deben ser ejemplares. 4. La máxima traición de la “camarada” Ibárruri se pudo ver en la clara complicidad que tuvo con la rata de Carrillo, ambos convirtieron al Partido comunista en una herramienta inútil, separada de los intereses de la clase obrera contra el fascismo. En vez de desarrollar la parte clandestina del mismo, de forjar un camino revolucionario contra el fascismo basado en el marxismo-leninismo, levantaron la bandera de la “reconciliación nacional”, predicando la paz social en el franquismo, y convirtiendo al PCE en lo que es hoy en día: un apéndice de la burguesía, un traidor al proletariado y su causa. Por último queríamos remarcar nuestra posición acerca de Aleksandra Kolontai, baluarte de la cuestión de la mujer del PCPE, su papel dentro del Partido, es de todo menos reivindicable, sus actitudes fraccionalistas fueron denunciadas continuamente sin ningún tipo de rectificación por parte de la misma. Muestra de ello son estos breves informes del PC(b) acerca de la actitud fraccionalista de Kolontai recogidos en “La historia del PC(b)” La discusión acerca de los sindicatos tenía, en realidad, una importancia que trascendía con mucho del marco del problema sindical. Como más tarde había de señalar la resolución del Pleno del C.C. del Partido Comunista (b) de Rusia (17 de enero de 1925), de hecho la polémica giraba “en torno a la actitud que debía seguirse con los campesinos que se rebelaban contra el comunismo de guerra, en tor-

Joven Guardia


25

no a la actitud que debía seguirse con la masa de obreros sin partido, y en general, en torno al método con que el Partido debía abordar a las masas, en un periodo en que la guerra civil se había terminado ya” (“Resoluciones del P.C. (b) de la U.R.S.S.”, parte I, pág. 65). En pos de Trotski, intervinieron también otros grupos contrarios al Partido: la “oposición obrera” (Shliapnikov, Medveiev, Kolontai y otros), los “centralistas democráticos” (Sapronov, Drobnis, Boguslavski, Osinski, V. Smirnov, etc.) y los “comunistas de izquierda” (Bujarin y Preobrazhenski). La “oposición obrera” formulaba la consigna de entregar la dirección de toda la Economía nacional al “Congreso de productores de toda Rusia”. Reducía a la nada el papel del Partido y negaba toda significación a la dictadura del proletariado en el terreno de la edificación económica. Contraponía los sindicatos al Estado Soviético y al Partido Comunista. Según ella, la forma más alta de organización de la clase obrera no era el Partido, sino que eran los sindicatos. En el fondo, la “oposición obrera” era un grupo de tipo anarco-sindicalista, contrario al Partido (1) No contenta por la iniciativa fraccionalista (fue cofundadora de “oposicón obrera”) Kolontai era partidaria de la no participación dentro de los sindicatos, reduciendo el papel del Partido dentro de la lucha económica a la nada, a la pasividad. Pero más repugnante es todavía su actitud enfermiza por destruir la unidad monolítica del PC(b): “Aprovechándose de la ausencia de Lenin, a quien su grave enfermedad tenía alejado del frente batalla, iniciaron una nueva agresión contra el Partido y contra su dirección. Decidieron que había llegado el momento indicado para derrotar al Partido y derribar su dirección. En su lucha contra el Partido, se aprovechaban de todo: de la derrota sufrida por la revolución en Alemania y en Bulgaria en el otoño de 1923, de las dificultades económicas existentes dentro del

Numero 3


26

país y de la enfermedad de Lenin. Fue precisamente en este momento difícil para el Estado Soviético, en que el jefe del Partido se veía clavado en el lecho, cuando Trotski desencadenó su ataque contra el Partido bolshevique. Agrupando en torno suyo a todos los elementos antileninistas del Partido, amañó una plataforma oposicionista, plataforma que iba dirigida contra el Partido, contra su dirección y contra su política. A esta plataforma se le dio el nombre de “declaración de los 46 oposicionistas”. En la lucha contra el Partido leninista, se unieron todos los grupos de la oposición: los trotskistas, los “centralistas democráticos”, los restos de los “comunistas de izquierda” y de la “oposición obrera”. En su declaración, estos elementos profetizaban una terrible crisis económica y el hundimiento del Poder Soviético y exigían, como única solución, la libertad de existencia de fracciones y grupos. Era una lucha encaminada al restablecimiento de las fracciones, que habían sido prohibidas por el X Congreso del Partido, a propuesta de Lenin. (2)” Este es el papel de Aleksandra Kolontai, fracionalismo al más puro estilo mechevique, uniéndose con toda la carroña, cualquier fracción era buena para debilitar las posiciones bolcheviques dentro del Partido, estamos seguros de que esta mujer no puede servir de referente en absoluto, por muchas obras que escribiese a favor de la emancipación de la mujer, sus posiciones fraccionalistas y boicoteadores, son el reflejo del revisionismo que triunfó completamente tras el golpe de Estado del XX Congreso, el inicio del fin de todos los avances que logró el pueblo soviético dirigido por el Partido Comunista, el retroceso más feroz que ha sufrido la mujer en toda la historia, tras haber conquistado posiciones históricas de igualdad, independencia y emancipación. Es vergonzoso escuchar a “comunistas” reivindicar a estas personas por el simple hecho de ser mujeres, separan sus aportes teóricos (en el caso de Davis y Kolontai) de su actividad militante como si

Joven Guardia


27

teorizar acerca de la emancipación de la mujer sirviese de algo, cuando en la práctica no eres más que un obstáculo para la lucha. Han contibruído, enormemente más a la emancipación de la mujer, camaradas como Lenin, Stalin y sobre todo Hoxha. Recomendamos enérgicamente el estudio de Hoxha acerca de la cuestión femenina, es brillantísimo y posee decenas de obras acerca de la cuestión femenina, siempre desde una perspectiva marxista-leninista. Por no reconocer ya, el tremendo avance que se produjo en Albania, donde la mujer pasó del ostracismo al mayor grado de emancipación que ha tenido en cualquier democracia burguesa: “La emancipación de la mujer en nuestro país, dirigida por el Partido Comunista, no es en lo más mínimo un “movimiento feminista” como en los países capitalistas, es el progreso de la mujer en un nivel superior, es la elevación de la mujer al nivel de los derechos plenos del hombre, es la marcha codo con codo del hombre y de la mujer en armonía de sentimientos, de los fines e ideales más puros y nobles de la humanidad, es la marcha hacia el comunismo” La única garantía de conquistas, derechos y emancipación de la mujer, es la unidad de la clase obrera en torno a un Partido Comunista fuerte que ejerza el papel de vanguardia, de organizador. En esta tarea han contribuido más cualquier koljosiana, cualquier soldado raso del Ejército Rojo, cualquier líder comunista como Stalin, Ódena o Hoxha, que cualquier mujer “feminista” dedicada a teorizar sobre interseccionalidad, la teoría queer, o la sororidad. La conciencia de clase no la determina el sexo que tengas, reducir al hombre a la nimiedad, alzar a la referencialidad a burguesas por ser mujeres, es de todo menos comunista. Solo un Partido Comunista fuerte podrá lograr la plena emancipación de la mujer. La deconstrucción del género y la sororidad tan solo alejan a las mujeres obreras de la lucha de posiciones por el poder obrero, de la lucha de clases.

Numero 3


28

SOBRE LAS CONQUISTAS HISTÓRICAS DE LA MUJER Y EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO La lucha por la conquista de los derechos de la mujer, la batalla histórica por su emancipación y los resultados de la misma, no es como trata de hacernos ver el feminismo hegemónico, es decir, burgués, anclado a los intereses de la clase dominante. Los ideólogos de la reacción siempre pintan la historia como un conglomerado de actos heroicos, protagonizados por unos pocos, ocultando las enseñanzas que la lucha de clases ha dado a todos los pueblos, y en concreto a la clase obrera, la clase destinada a dirigir la conquista del socialismo, el fin de toda opresión. El feminismo en la actualidad no es la excepción en este caso, la burguesía, la que abandera a día de hoy la supuesta lucha de la mujer, lleva tiempo tratando de apropiarse de cada conquista democrática y laboral de la mujer en la historia. Por un lado, tratan de hacernos creer que cada avance en esta lucha ha sido gracias a grandes demócratas o feministas de la clase dominante o portavoces de la misma, que desarrollaron ellos solos el espíritu de la democracia “a favor del pueblo”. Por otro, ocultan las mayores conquistas de las mujeres, los pasos que dio la mujer trabajadora en el socialismo de la Unión Soviética y Albania hacia su emancipación, bajo una demagogia barata, y un cinismo que cada vez es menos creído por la gente. Todo esto solo tiene un objetivo, y es castrar el contenido revolucionario que siempre ha impulsado la lucha por la emancipación femenina, hacer creer a las mujeres trabajadoras que es posible mejorar su situación dentro del capitalismo, mediante el voto y la legalidad, quedándose en casa esperando a que cambien solas las cosas, desmovilizándose. Es decir, quieren apartar a las mujeres de la única lucha

Joven Guardia


29

que es garante de su liberación, la lucha por la dictadura proletaria, por la destrucción de este sistema putrefacto. Hoy en día, cuando alguien habla de la lucha feminista o los derechos de la mujer, hace referencia a Angela Davis, Frida Kahlo, Simone de Beauvoir, Clara Campoamor, las sufragistas, e incluso a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, tan inaplicada como las leyes que supuestamente “garantizan la igualdad entre hombres y mujeres”. Las conquistas del derecho al divorcio, el aborto, a tener una cuenta bancaria, o el voto, se ilustran como “grandes azañas” de mujeres intelectuales y valientes que plantaron cara a un mundo de hombres. Es decir, todo se reduce a personalidades o proclamación de leyes, sin importar la lucha de clases, ni las condiciones históricas del momento. No es necesario indagar mucho para ver aquello que tanto ocultan la burguesía y sus secuaces “feministas”, y es que la historia no la hacen los grandes hombres, si no que las hace el pueblo, las masas, en su lucha contra la explotación, contra la clase capitalista. La lucha por la mujer es incomprensible al margen de la lucha de todo el pueblo contra este sistema putrefacto, cada derecho conquistado ha sido fruto de luchas incansables de nuestra clase, y las mayores conquistas fruto de la lucha por el socialismo. En España, hace más de 80 años que se proclamó el derecho al sufragio universal femenino, y los historiadores quieren hacernos creer que todo fue gracias a la “férrea voluntad” de Clara Campoamor. ¿Hubiera sido posible la conquista de este derecho si el pueblo trabajador no hubiera estado luchando día sí, día también por sus derechos laborales, contra la represión, contra la explotación, organizándose contra todo tipo de injusticia y vejación por parte de la clase dominante? ¿Era el primer gobierno republicano un garante de los derechos democráticos, o tuvo la clase trabajadora que luchar por conseguir cada uno de los avances de la época?

Numero 3


30

Al igual que nadie nos regaló el derecho a trabajar 8 horas, sino que se pagó con más de 40 días de huelga, hambre y sufrimiento, la emancipación femenina entonces solo tomó forma cuando la abanderó la clase trabajadora, y sobre todo las mujeres trabajadoras que consiguieron tomar las riendas de su futuro, a pesar del analfabetismo y la exclusión social y política a la que se veían sometidas. Pero el feminismo burgués sigue en su trece, enarbolando el reformismo y la división de nuestra clase, ocultando todas las lecciones históricas que toda obrera debería conocer. ¿Por qué no cuentan las “feministas” que el primer país en conquistar el sufragio universal de la mujer fue la Unión Soviética? ¿Por qué las democracias burguesas tardaron décadas en consolidar un derecho tan básico, y aun así siguen reproduciendo la idea de que la mujer no debe formar parte de la política? ¿Acaso escuchamos a Emma Whatson, Judith Butler u otras personalidades hablar de cómo las mujeres soviéticas no solo fueron las primeras en votar y ser elegidas, sino que además tomaron un papel fundamental en la administración, producción, cultura y demás partes de la vida social? La conquista del sufragio universal femenino, al igual que el resto de derechos la mujer en la URSS, no solo se limitaron a leyes escritas, fueron el reflejo de la necesidad de toda la clase obrera rusa de construir una nueva sociedad, sin explotados ni explotadores. Como tal, al contrario que en los países capitalistas, la emancipación de la mujer se convirtió en una tarea de primer orden para todo el pueblo, igualar en lo formal y en lo material a la mujer y al hombre suponía garantizar la libertad de todos los trabajadores, aplastar a quienes viven del trabajo ajeno. El sufragio universal permitía a las mujeres incorporarse a la democracia proletaria en igualdad de condiciones, objetivo por el que trabajó incansablemente el Partido Bolchevique, potenciando la alfabetización, el aumento del nivel cultural de la mujer, su incorporación a la producción, la creación de cuadros femeninos en el partido y un largo etcétera.

Joven Guardia


31

Sin embargo, el sufragio universal en los países capitalistas pasó por numerosas etapas, la burguesía no podía permitir que la mitad de la clase obrera, hasta entonces relegada al ostracismo del hogar y la religión, empezase a tener relevancia en la vida política. Trataron de aplazarlo, reducirlo y modificarlo, y no fue hasta pasada la IIGM cuando el sufragio, al igual que otros derechos democráticos, realmente empezó a aplicarse en estos países sin demasiadas restricciones en lo político. ¿Fue por qué el espíritu de la democracia estaba floreciendo entre los gobernantes? No, fue por la lucha obrera y popular, fue el hecho de que la Unión Soviética había demostrado con hechos palpables que la mujer y el hombre podían vivir en igualdad, y luchar por un futuro sin miseria, por construir el socialismo. Esto empujó a las masas a luchar, a salir a la calle y organizarse en pos del socialismo, siguiendo el faro del pueblo ruso y el Partido Bolchevique. La burguesía internacional, que había recurrido al fascismo para aplastar la revolución y había fracasado en ello, era incapaz de defender a la vieja usanza la democracia burguesa, tuvo que intentar contentar a las masas con reformas sociales, entre ellas el derecho de la mujer al voto, para hacernos creer que también era posible el progreso en el capitalismo agonizante. Su Estado de Bienestar, la Declaración Universal de Derechos Humanos, fueron intentos de igualarse de palabra al progreso socialista. Como hemos visto con el tiempo, todo se quedó en papel mojado, jamás se ha conseguido alcanzar el grado de desarrollo político y económico de la mujer que hubo en la democracia proletaria, y todos los intentos de mejora capitalista acabaron desmontándose por si solos, anteponiendo como siempre las ganancias de unos pocos, al beneficio colectivo. Esto es extensible a la mayoría de derechos reivindicados desde la clase dominante, el caso del derecho al aborto en España sigue por la misma senda, la primera despenalización del aborto en nuestro país no vino de manos de la bonanza gobernante de la II República, sino de la efervescencia revolucionaria que entonces impregnaba a

Numero 3


32

todos los trabajadores de nuestro país, y que obligó a sus gobernantes a estar a la altura de sus reivindicaciones. Tras la dictadura fascista, durante la cual se derogó este avance indiscutible, la burguesía optó por calmar los ánimos de las masas, que habían adquirido un espíritu combativo y revolucionario en la defensa de sus derechos, mediante un gobierno “progresista” como el del PSOE. Quisieron hacer pasar la despenalización del aborto en los años 80, al igual que tantas otras conquistas reconocidas y elevadas a la legislación por el gobierno de entonces, como la idea de que era posible mejorar las cosas votando a partidos y dentro de un capitalismo que sigue agonizando a día de hoy. Viendo la trayectoria del propio PSOE, se demostró que mejorar la situación de nuestra clase estaba en nuestras manos, que no podíamos confiar en la nueva “democracia” española, vendida a las grandes multinacionales, ni en los partidos en manos de la burguesía que propugnaban la conciliación de clases. Y como no, el aborto volvió a verse limitado por el miedo de la burguesía, solo hay que ver todos los obstáculos que hasta día de hoy han impedido garantizar un aborto libre y seguro. O como es el caso del divorcio, que es inasumible para muchas familias por su coste, y porque el sistema capitalista es incapaz de otorgar una independencia económica real a las mujeres trabajadoras, dependiendo estas normalmente del salario de su marido. No es difícil ver con claridad como se resolvió el problema del aborto en la Unión Soviética, que no solo se legalizó desde un principio, sino que contó con una base material favorable para las mujeres y toda la sociedad. La socialización del trabajo reproductivo, la introducción en igualdad de condiciones de la mujer a la producción, permitieron un control de la natalidad responsable y consecuente con el socialismo.

Joven Guardia


33

Las restricciones que se aplicaron en los momentos en que la población sufría un decrecimiento peligroso para la producción y, por tanto el bienestar y el progreso general, iban acompañadas de un apoyo por parte del estado que jamás se ha visto en ningún país capitalista, mediante ayudas sociales y todo tipo de recursos al servicio de los hijos, ya que se entendía que la natalidad, al igual que el trabajo o la cultura, debían estar al servicio de todo el pueblo, y por el ello el estado debía volcarse en que la gestación no se convirtiese en un infierno para las mujeres. Hoy en día, si no puedes hacerte cargo de tus hijos, el estado capitalista te abandona a tu suerte, condenando a miles y miles de mujeres y familias a vivir en la miseria, sin ningún tipo de apoyo. Del mismo modo, debemos alzar la bandera de todas las mujeres trabajadoras que durante la II República, junto al resto de su clase, lucharon por tener una educación, un trabajo digno, por la amnistía total de los presos políticos, y que consiguieron conquistar lo inimaginable. Los socialdemócratas, en su línea oportunista y de claudicación, se dedican a enarbolar al Presidente Azaña y a los distintos representantes de la burguesía que para entonces estaban a la cabeza del estado, por todas las conquistas de la mujer trabajadora. Como siempre, haciendo una oda a la legalidad, ignorando, u ocultando mejor dicho, el hecho de que sin el apoyo de las masas y el espíritu revolucionario de estas, el gobierno de la República no hubiese dado un solo paso por dichos derechos. Esto pudo verse en toda su labor política, que desde el principio, antepuso por miedo y conveniencia los privilegios de los grandes terratenientes y la casta religiosa, a profundizar en la revolución democrática española. Las conclusiones más certeras que podemos sacar de todo esto son: Que la burguesía, ya en el capitalismo agonizante, no tiene interés alguno en avanzar hacia una sociedad más justa y democrática, y concretamente en que las mujeres conquisten plenamente sus derechos.

Numero 3


34

Que todas las conquistas históricas de la mujer han venido de la mano de la lucha incansable contra el estado y la clase dominante, de la lucha revolucionaria, y no de reformas propugnadas desde la legalidad establecida. Que la realización de dichos derechos en su plenitud, la igualdad real, solo se ha alcanzado cuando las mujeres y los hombres han conquistado el socialismo, despojando a la burguesía de su poder, y eliminando la propiedad privada, el sustento principal de la opresión de un sexo sobre otro. Que el feminismo hegemónico distorsiona esta realidad para realizar una labor de zapa en las tareas de la emancipación femenina, intenta hacer creer a las mujeres que solo el camino de la reforma puede solucionar su condición, aislándolas de sus hermanos de clase, y del camino de la revolución. Que la lucha por las reformas no es incorrecta, es indispensable para que las mujeres puedan incorporarse en igualdad de condiciones a la lucha por el socialismo, solo movilizando a las mujeres trabajadoras en la defensa de su propia emancipación, y dándole a esta lucha el carácter de clase que le corresponde, podremos crear una verdadera unidad de nuestra clase para la conquista de la dictadura proletaria.

Joven Guardia


35

Numero 3


36

Joven Guardia


37

Numero 3


38

Joven Guardia


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.