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Del 27 por Rosa María Costa

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Haikus

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Manuel Altolaguirre

Manuel Altolaguirre nació en Málaga el 29 de junio de 1905 y se educó en el colegio de los Jesuitas de El Palo, en la misma ciudad. Posteriormente estudió Derecho en Málaga y Granada, pero como abogado ejerció poco tiempo.

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Su amor por la imprenta nació siendo un niño, cuando escribió unos versos para su madre y al leérselos primero a la criada, ésta pensó que merecía la pena imprimirlos, hecho que resultó decisivo en la vocación del autor. Se convirtió en un artesano magistral de manera que fue calificado como el artista de la imprenta.

Su personalidad sensible e inquieta lo llevó, a los 19 años y junto con Emilio Prados y José María Souviron a fundar la revista “ Ambos”. Más adelante crearía la imprenta “Sur” y “Litoral”, en ésta publicó Altolaguirre su primer libro, “Las islas invitadas”. También en esta revista fueron acogidos los primeros poemas de Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Juan Ramón Jiménez y Vicente Aleixsandre, aglutinando así a la que sería conocida como la Generación del 27.

En este tiempo se trasladó a Madrid publicando por aquel entonces “Las islas invitadas” (1926) y “Poemas del agua” (1927), libros que conforman su primera época, caracterizada por el influjo de Bécquer y la clara influencia de Juan Ramón Jiménez.

Altolaguirre canta al amor, a la nostalgia, a la separación, buscando un lenguaje depurado en el que la metáfora es el elemento relevante.

El tema de la muerte también lo encontramos en el poeta, así como el mar y el árbol, todos ellos elementos relacionados con la vida y con el final de la misma.

En 1930 quiebra la revista “Litoral” y funda en solitario” Poesía en Málaga “, de la cual los dos últimos números son editados en Paris en 1931. Es en este mismo año cuando publica “Soledades juntas”. Posteriormente se traslada a Londres para seguir con sus estudios de imprenta.

En 1932 su vida privada da un giro al serle presentada por Federico García Lorca la que sería su esposa Concha Méndez, también poeta y autora de “ Sombras y sueños “.Iniciaron así un amor y una colaboración que duraría años, incluso después de su divorcio la relación continuó siendo afectuosa. El segundo matrimonio de Altolaguirre fue con la adinerada cubana María Luisa Gómez Mena.

En ese mismo año funda en Madrid junto a Concha la colección y revista “Héroe”, en la que aparecieron, entre otros, Luis Rosales y Luis Felipe Vivanco.

Otras revistas publicadas en años posteriores fueron “Caballo verde para la poesía “, dirigida por Pablo Neruda; “La lenta libertad” (1936) y “Nube témpora” (1939). En este año abandona definitivamente España, después de militar en las filas de la República durante la Guerra Civil. Dos hermanos suyos y un amigo fueron fusilados, lo cual lo aboca a profundos altibajos emocionales. Viaja a Cuba y publica en La Habana una nueva revista, “Atentamente”, donde aparecieron algunos capítulos de sus memorias.

Al final de su carrera se trasladó a México donde se dedicó a la dirección cinematográfica, fue también guionista y productor y algunas de las películas en las que trabajó fueron “Subida al cielo”, “Misericordia”, “Vuelta al paraíso”, contando con la dirección de Luis Buñuel y Eduardo Ugarte.

En 1949 ve la luz “Fin de un amor” y en 1955 “Poemas en América”, los cuales lo convirtieron en el poeta más intimista de la generación.

Aunque su producción fue breve y desigual, supo crear un mundo rico en matices, una poesía cálida, transparente. Canta al amor, a la soledad, a la muerte, con tonos románticos. Según él mismo, su poesía “se siente hermana menor de la de Salinas”.

La obra del escritor evolucionó a medida que la vida le presentó circunstancias y experiencias. Así como su personalidad, su poesía fue dada a las emociones y concebida como una actividad que daba vida al alma.

Predomina en el estilo de Altolaguirre la musicalidad, con profusión de versos cortos y estrofas de raíz tradicional.

Además de su obra poética el autor cuenta con la obra teatral “Entre dos públicos” de 1934 y una “Antología de la poesía romántica española” (1932).

No pudo concluir sus “Poesías completas” debido al accidente automovilístico que sufrieron él y su esposa en tierras de Castilla y a causa del cual ambos fallecieron. Él murió tres días después del siniestro, el 26 de julio de 1959.

El poeta había escrito así sobre su muerte:

“Parece que mi destino es el de vivir soñando a vida que es toda sueño la muerte no le hará daño”.

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