Algunos aspectos de ecología vegetal de la zona más alta de la Sierra Nevada Mérida - Vareschi 1956

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VOLKMAR VARESCHI PROFESOR DE LA ESCUELA DE CIENCIAS. UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA Y BOTANICO DEL HERBARIO NACIONAL DEL MINISTERIO DE AGRICULTURA Y CRIA (CARACASJ

ALGUNOS ASPECTOS DE LA ECOLOGIA VEGETAL DE LA ZONA MAS ALTA DE LA SIERRA NEVADA DE MERIDA Separata de la Revista de Ia F acuitad de Ciencias Forestales. Año Ill-No. 12 Mérida- Venezuela

TALLERES GRAFICOS DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES MiRJOA,.:_'lfblEZUELA


ALGUNOS ASPECTOS DE LA ECOLOGIA VEGETAL DE LA ZONA MAS ALTA DE LA SIERRA NEVADA DE MERID A Por: VOLKMAR VARESCHI Profesor de la Escuela de Ciencias, Universidad Central de Venezuela y Botánico del H erbario Nacional del Ministerio de Agricultura y Cría. · (Caracas).

La prosperidad o la ruina de la economía humana depende la vegetación ampliamente distr~buída, de ambiente y clima regulares y de suelos con características generales semejantes. Esto trae como consecuencia la necesidad de investigar ese tipo de vegetación aunque ella no sea muy apropiada para poner en evidencia las leyes ecológicas. Ellas se hacen mucho más evidentes, investigando la vegetación de los ambien ~es extremos, de los ambientes adversos a la vida vegetaL Esa vegetación pionera no está ampliamente distr.ibuída, por el contrario, ella está muy limitada. Muchas veces es un solo factor el que determina su carácter ecológico. Parecerá como si la naturaleza realizara algo parecido a un experimento, manifestando de esta manera una de las leyes que determinan la vida vegetal. El avance de la ciencia ecológica no es posible sin el estudio intenso de los lugares extremos, sin estudiar el carácter determinante y sin observar la lucha por la supervivencia en este medio ambiental. Uno de 3


estos lugares sumamente interesantes por su clima singular es la región más alta de la Sierra Nevada de Mérida. Me permito expresar mi agradecimiento a la Universidad de Los Andes de Mérida la cual repetidamente me ayudó a efectuar trabajos ecológicos en la zona más alta de los Andes. También me siento muy empeñado con el Herbario Nacional en Caracas y con la Escuela de Ciencias de la Universidad Central de Caracas; instituciones, que siempre han apoyado la colaboración mencionada. Especialmente agradezco mucho al Dr. T. Lasser que se interesó vivamente en el trabajo durante todo el tiempo de investigación. Voy a limitarme especialmente en este trabajo a la zona más alta de la región del Páramo de las Piedras Blancas (hasta 4760 m.) y de la región del Pico Humboldt (hasta casi 5000 m.) en el Edo. Mérida. La primera, como ejemplo de la zona rocosa sin nieve perpetua, la segunda, como ejemplo de la zona de los glaciares, los cuales están rodeados de picachos escarpados. Comparativament e aprovecharé también estudios de la zona ni val de los Alpes de Europa; zona que repetidamente investigué durante los años 1931-1949. Los glaciares antiguos de los Andes alcanzaban el nivel de 3000 m. y menos. Hoy día en la pendiente norte del Pico Humboldt no pasan el nivel de 4500 m. Entonces, hay un retroceso de los glaciares, el cual es muy bien conocido con respecto a los años de 1910 en adelante. Sievers ( 1888) y Jahn ( 1931) , realizaron mediciones barométricas, que prueban un retroceso rápido en los últimos 45 años. De este retroceso se puede deducir, que año por año, se extiende la tierra virgen, tierra desocupada por los glaciares y abierta para llenarla con vida vegetal. Claro que esa colonización no es fácil en una región con esas características de altura y temperatura y con una radiación ultravioleta tan violenta. Pero sabemos que la vida. sí puede poblar casi todas las tierras rocosas y pedregosas que sobresalen a los glaciares, como se puede observar en otras zonas geográficas del mundo. Y no solamente con formas de plantas criptogamas, sino también con formas de plantas superiores. Pero para efectuar una comparación admisible entre Andes y Alpes, nos falta un 4


punto de referencia, una "posición cero". Las alturas de los Andes son mucho mayores, que las de los Alpes. Pero la misma altura en los Alpes tiene mucho más efectos biológicamente desfavorables que la de los Andes. Eso se debe a la diferente latitud geográfica. Para fijar una "posición cero", que permita comparaciones ecológicas, tenemos que estudiar los glaciares . mismos, fenómenos gigantescos que expresan perfectamente los promedios climáticos en alturas diferentes. Cada glaciar consta de dos partes: Una parte superior, que sirve para la acumulación de la nieve y del hielo. En esta parte el incremento de hielo predomina sobre la ablación glaciar. En la parte inferior sucede lo contrarío: la ablación predomina sobre la acumulación. La forma principal de la parte superior es la "Cuenca del Nevado" (Firnmulde ) , la de la parte inferior la "Lengua del Glaciar" ( Gletscherzunge). No tomaremos el extremo inferior de la lengua del glaciar como "posición cero", porque no debemos olvidar que son mucho más cortas las lenguas de los glaciares tropicales que las de los glaciares de los Alpes. (Troll, 1941). Pero hay otra posición muy fácil de determinar objetivamente y muy apropiada, que llamaremos la "posición cero" : y la cual es la línea que limita la región de acumulación glaciar y la región de ablación glaciar. Aquí exactamente se asoman las morenas a la ·superficie del hielo, aquí el clima corresponde al equilibrio entre acumulación y ablación, ya sea en la zona ártica, en la zona templada, o en el trópico. Ese Límite Nival depende simultáneamente de temperatura y radiación, de precipitación y humedad, es decir, es la expresión perfecta del clima ambiental, independiente del nivel absoluto y de la latitud geo- · gráfica. Se puede observar que otros límites biológicos , (límite superior de las selvas, de los frailejones, etc.) , siguen paralelamente el curso del límite nival, comprobando de tal manera su valor ecológico. En los Alpes de la Suiza se pueden encontrar 110 especies de espermatofitas y unas 800 especies de líquenes y briofitas en la región que está por encima del límite nival. Existen 8 especies de espermatofitas que alcanzan una altura de 1.200 metros más arriba del límite nival. Con ocasión de 5


FIGURA l. - Androsace Hausmannii Leyh. - (Foto Krause) .

la ascención del Pico Humboldt con el Dr. ·Lamprecht, Véillon y Blohm; determiné ba:to:rnétri:cam ente-ellímite nival de la zona del pico Humboldt a 4.800 m. (Límite de error ± 40 m.) _ Me parecía fundada la esperanza de encontrar en los Andes una flora que correspondier a a la de la zona supranival de los Alpes. Pero esas esperanzas no se realizaron. Por el contrario: todo el espacio por encima de los glaciares del Pico Humboldt se manifestó como espacio biológicament e vaCío (vacío - en relación a los espermatofita s, biofitas y líquenes, dejando aparte las algas y las bacterias y otros microorganism os vegetales). Esa observacíón fue una sorpresa extraña. ¿Cómo es posible que en los trópicos, región más propicia a la vida vegetal, exista una zona nival con un ambiente mortal, una zona no sólo sin espermatofita s sino también sin musgos y líquenes? Vamos a dar un vistazo a dos plantas típicamente adaptadas a la zona supranival alpina: Androsace Hausmanii Leyb. de las primuláceas (fig. 1) y Saxifraga bryoides L. de las 6


Saxifragác eas (fig. 2). Ante todo la adaptación se relaciona con el corto periodo de vegetación. Plantas anuales no pueden desarrollar se suficientem ente rápido para aprovechar el periodo de vegetación de solamente un mes y menos. Así se explica porqué Andrasace y Saxifraga son plantas persistentes, y para llegar a su período de floración necesitan varios años. El · 96% de la flora nival alpina está cQnstituída por plantas persistentes . Esas plantas son siempre verdes, su trabajo asimilatori o ya empieza en un ambiente relativame nte frío (hasta -16vC), la luz excesiva no les hace daño, su forma biológica es la de almohadilla , o de cojín; esta forma garantiza una transpiraci ón mínima, que a su vez también está reducida por un indumento aislador de pelos, que cubren las hojas, y otras adaptacion es más. La fecundació n floral en estas alturas también está obstaculiza da, siendo mucho más raro~ los insectos fecundantes . Las plantas neutralizan esa dificultad, pues si cada flor aparece muy pequeña, su conjunto es tan

FIGURA 2. · Saxifragabryoi des L.· (Foto del autor).

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FIGURA 3.. (Foto del autor). 8


llamativ o, que las maripos as y moscas son atraídas por las vistosas almohad illas y fecunda n sus flores. Muy impresio nante es el hecho de que alrededo r de estas plantas nivales vive una multitud de líquenes y musgos. El "suelo" que utilizan es de la mayor esterilid ad posible: El cuarzo puro y la cal pura. Y a pesar del carácter sumame nte adverso del ambient e, demues tran vitalidad exubera nte. De esta flora, que en los Alpes vive más arriba del límite nival, no existe nada en la zona más alta alrededo r del Pico Humbol dt. La figura 3, prueba que hay espacios libres de nieve, en medio de la zona del glaciar. Tenemo s que .descend er más de 400 m. del límite nival para encontr ar las plantas más altas. Esas plantas tienen en su aspecto biológico algo parecido a las de la zona ni val alpina: como lo ilustran los dos ejemplo s siguient es. (Figura 4) Gentiana nevaden sis Gilg.,

FIGURA 4.- Gentiana nevadensis Gilg.- (Foto del autor).

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aunque afecta la forma completa de cojín, sí demuestra crecimiento abigarrado y comprimido. Sorprendente la multitud de flores pequeñas! El principio de adaptación es el mismo en los Alpes : Flores pequeñas se congestionan formando. una mancha llamativa para atraer insectos. Pero ese principio se realiza aquí en los Andes bajo el límite nival. La Figura 5 es Draba Lindenii Planch. var. Funckii O.E. Schulz. Según mis observaciones es la planta que sube más en h región del Pico Humboldt, aunque no se encuentra más alta de los 4.500 m. Y no hay plantas criptoganías que s ean capaces de pasar ese límite riguroso de la vida vegetal. Líquenes muy adaptados al ambiente nival, como Lasallia y Stereo?aulon acompañan la mencionada Draba y Gentiana)· pero no habitan las regiones sup~riores, como ocurre en los Alpes. Comparando esos hechos ejemplares de los Andes y de los Alpes; el problema se perfila muy claro : ¿Cómo se explica la diferencia entre los Alpes altos y los Andes altos con respecto a su población vegetal? Hasta hoy día no conocemos suficientes anotaciones climáticas del Pico Humboldt, para dar una respuesta definitiva. Pero como hipótesis preliminar se puede dar la siguiente interpretación: En la zona alta de los Alpes hay un invierno duro y largo de 9-11 meses durante el cual la vegetación está protegida de la nieve alta. El lapso restante del año está dominado por un clima soportable y hasta regular con días extremadamente largos. Ese corto período de tiempo basta para facilitar las actividades vitales de las plantas adaptadas a estas condiciones. En los Andes, en las mismas alturas relativas, (con respecto a nuestra posición cero, el límite nival) hay más o menos el mismo clima promedio anual. Pero e} periodismo del clima es completamente diferente. En los Andes encontramos períodos climáticos que cambian durante las 24 horas. Durante todo el año hay noches frías, que están seguidas de días calien :es. Ese cambio diario repetido, no da posibilidades a un período de descanso ni de unas seman'ls, y no da nunca un período de clim'3. regular que dure más de un día. Ese cambio abrupto repetido tiene que ser el factor li;mitante, 10


FIGURA 5. - Draba Lindenii Plan ch. var. Funckii

O.E. Schulz.


el factor responsable para la existencia del espacio biológicamente vacío en la región nival del Pico Humboldt. Con esto, al primer golpe de vista, el pro:Jlcma ecológico parece sobcionarse. Pero si agregamos a nuestras observaciones comparativas un ejemplo de los Andes, que carecen de glaciares, el problema se manifiesta más complicado: me refiero al Páramo de las Piedras Blancas de la región más alta de la Sierra en el norte de Mérida. Aquí los frailejones ocurren en alturas de más de 4.500 m. Su límite superior no es una línea recta sino que tiene el carácter tí¡;¡ico de una zona de transición que fluctúa debido a los cambios paulatinos de los factores climáticos. La Figura 6 demuestra esa configuración de límites vegetales, que co-

FIGURA 6.- (Foto del autor).

rresponde a estos cambios graduales del ambiente, configuraciones que no encontramos en las zonas de los glaciares. Aquí también tenemos muchos defectos más, que hacen pensar en efectos semejantes encontrados . en los Alpes. Por ejemplo hay una disminución sucesiva y desaparición de las esperma12


FIGURA 7.. A grostis Hauk carw Hit chk . (Foto del autor )


tofitas, y lo mismo sucede con las cr.iptógamas, pero a una altura mayor. En las pendientes de la cinn de las Piedras Blancas encontramos a 4. 700 m. (es decir 200 m. más arriba del J.ímite en que viven las plantas del Pico Humboldt) :

Luzula racemosa Desv. Gentiana nevadensis Gilg. Montia meridensis N. sp. Hypochoeris acaulis Busb. Draba chianophylla Blake Rhyzocephalum meridense Pitt. En la roca de la cima ( 4. 762 m.) no encontramos ninguna fanerógama, sino una comunidad de criptógamas muy resistentes:

Lasallia papulosa Llano. Parmelia mayeri Zahlbr. Alectoria ecuadorensis Gyeln. Stereocaulon albicans T. Fr. Partramia Mathewsii Mitt. Leptodontium stellatifolium Broth (1). El hecho de que la flora criptogámica penetre más arriba que la flora de las espermatofitas, es conocido por investigaciones efectuadas en el Himalaya, en los Alpes y en otras cordilleras. Aunque en los Andes los diferentes límites de la vegetación aparecen más próximos entre sí que en las otras cordilleras, la manera como desaparece la vegetación es la misma. Pero esos límites sólo se desarrollan de esa manera si el terreno carece de glaciares. El glaciar aumenta los daños ambientales hasta formar una región biológicamente vacía en los nevados picachos, que sobresalen el glaciar.

(l) Para las determinaciones tengo que dar las gracias a los siguientes sistemáticos: Lic. Aristinguieta, Lic. Luces de Febres, Dr. Dodge, Dr. Paul, Dr. Suessenguth. La descripción de la montia n. sp. es de Friedrich ( 1954).

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SUMMAR Y About the ecological .caracter of the altitude zones of vegetatio n in the Sierra Nevada of Merida. To point out parallels between the vegetations of the high Andes and other mountains, we have to find a geograph ical marking, we can refer to, which eliminates the diference of the degrees of latitude. For this purpose was used the climatical snowli'mit, which lies in the Alps between 2500 and 3200 m. and was determined by the author with about 4880 m. in the Pico Humbold t region of the Andes. In Switzerla nd you can find 110 phanerog ams and 800 mosses and lichens above the snow limit, so it was quite a surprise to the author, that the space above the snow limit of the Pico Humbold t proved as a biological vakuum . The first phanerog ams and a lot of mosses and lichens do not appear until 300 · 400 m. below the snow-limit. The highest climbing phanerogams of· the Sierra Nevada were collected and partly reproduce d. As a result we c~n say that the 9-ll months lasting winter of the Alps is less hostil to the plants of the nival-zone, than the abrup d~ily change of climate in the highest tropical zones, which does not cease during the whole year. This as and explanati on. to the paradoxo n, that the tropical belt of the earth in other altitude-zones so favorable to plantlife, proves extremely infavorable in the nival-zone. The highest zones of vegetation of the Andes of Venezuela without permanen t snow cover (Páramo de las Piedras Blancas) show a slowly diminishi ng vegetation, as the alps and the Hirnalaya do, but the difference is, that the belts of vegetation in the Andes follow more closely one another and it is more difficult to divide them into clearly marked zones.

BI B L I O G RAFIA !ahn, A.: El deshielo de la Sierra Nevada de Mérida y sus causas. · Cultura Venezolana , llO. · Caracas, 1931. Siervers, W.: Venezuela. - Hamburg, 1888. Troll, C.: Studien zur vergleichen den Geographie der Hochgebirg e der Erde ; Ber. Bes. Foerderer Univ. Bonn, 1941. Friedrich, E.: Montia meridensis n. sp. Mitt. Botan. - Staatsamm lung, München, 1954. 15


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