Cada edición de Pentagrama intenta aclarar algunas de las múltiples facetas del desarrollo que marcan el camino del buscador de la Verdad, de la Belleza y de la Luz. El fresco de la cubierta da testimonio de ello. Se trata de un fresco con una antigüedad de 2500 años, que decora una de las tumbas descubiertas en Paestum, en el sur de Italia (Alrededor de 400 años a.C.). En él vemos a un difunto despedirse de los vivos.
Lo vemos aquí representado como el héroe victorioso sobre su caballo.
El caballo siempre ha simbolizado el alma. En Fedón, Platón evoca a un cochero (la conciencia en búsqueda) y sus dos caballos (las fuerzas del alma). Uno de los dos caballos se mantiene erguido, la cabeza alta y orgullosa. Conoce la medida, la moderación y lo que significa el respeto y la reflexión. Él busca la verdad. No hay necesidad de azotarlo: inspiración, persuasión y sentido común le bastan. En cuanto al otro caballo, apenas el látigo y las espuelas logran hacerlo obedecer; es propenso a la brav