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NOTAS FINALES

Cuando pienso en esta investigación la asocio con la palabra recorrido, antes de que naciera la ví como eso, un camino que poco a poco debía construir, sin líneas rectas porque me perdí varias veces y otras me quedé quieta y esperé. Esta es la síntesis de esos trayectos.

Tengo treinta y dos casas y esa es la causa principal de que hoy exista mi pregunta por el espacio. Es posible que el número siga en aumento y yo siga haciendo preguntas, por otras casas, por otros espacios, por las cosas comunes, por mí.

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Cosas de casas es una de las formas que encontré para volver de nuevo a mis lugares, para que permanezcan, para hablar de lo que fuimos y de lo que somos. Traigo de nuevo a colación a Georges Perec (2001) porque en este momento considero que él ya tiene las palabras para algo que yo también quiero decir “Escribir: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva: arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos” (2001, p. 21). No solo escribir, dibujar también, siempre el lápiz sobre el papel. Y ahora que vuelvo a leer ese fragmento, es el motivo y la razón de ser de Cosas de Casas: un surco, un rastro, una marca, algunos signos.

Casa no es una palabra con una sola definición, yo no tengo una única definición para ella, así como no tengo una única casa.

En una investigación sobre arte es válido partir desde lo íntimo, cruzar ramas (interdisciplina), llorar.

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