Alicia en el País de las Maravillas

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r: Ilustrado po

Rubiano ebastia´n



E

es la histori a de sta una que tuvo niña, llamada A licia, un su imero que su ced Lo p r e ñ o muy extraño. ió fu e que apareció corriend u n conejo blanco o, con much a prisa, y, al pasar al la do d e A licia, se detuvo y sacó su reloj para ver qué hora era. Tenía unos lindos ojos azules, orejas rosadas y vestía precioso chaleco color chocolate junto con un corbatín azul. Era un conejo verdaderamente elegante.

Hay Dios mio ! Ay Dios mio ! -exclamo´ el conejo- Voy a llegar muy tarde!

El conejito elegante legaría tarde a visitar a la duquesa. El conejo sabia que si la hacia esperarlo, así fuera por un minuto, se pondría furiosa. Entonces, claro, el pobre estaba asustadísimo porque pensaba que la duquesa ordenaría que le cortaran su cabeza con todo y orejas rosadas. El conejo blanco salió corriendo y Alicia intrigada corrió tras él. Corrió y corrió hasta que cayó en una madriguera. La caída le pareció eterna. Bajaba y bajaba y bajaba… Pensó que iba a atravesar todo el planeta! La caída terminó al fin, y Alicia terminó encima de un montón de ramas y hojas secas.


La niña no se hizo daño en la caída, así que se levantó de un salto y continuó persiguiendo al conejo blanco. Alicia corrió por debajo de la tierra y llegó a un gran salón con puertas en todas las paredes. Todas estaban cerradas con llave, pero pronto la niña descubrió una mesita. Sobre la mesa había una llavecita. Alicia la tomó y trató de abrir alguna de las puertas pero ésta no abría ninguna. De repente, detrás de una cortina, descubrió una puertecita muy, muy pequeña y se alegró muchísimo al ver que la llave la abría. Se agachó y miró al otro lado. ¡Había un jardín hermosísimo! Se moría de ganas de entrar pero la puerta era demasiado pequeña. Alicia se puso muy triste, cerró la puerta y puso la llave donde la había encontrado y vio algo que no había notado la primera vez. Era un frasco que tenía colgada una etiqueta que decía:

´ “BEBEME”

Lo probó y le supo delicioso. Se lo tomó todo. Inmediatamente se comenzó a achicar hasta quedar del tamaño de una muñeca. En lugar de asustarse, la niña se alegró y pensó que ahora sí pasaría por la puertecita. Cuando lo intentó recordó que estaba cerrada y que había dejado la llave encima de la mesa. Entonces vió un pastel que tenía escrita la palabra COMEME. Lo probó, le gustó y se lo comió todo. De inmediato comenzó a crecer se volvió más alta que nunca. ¡Más alta que cualquier niño! ¡Más alta que cualquier persona mayor! ¡Cada vez más alta!

´



Alicia se sintió muy contenta por haber crecido tanto, porque ahora ya podía alcanzar la llave que estaba encima de la mesita y abrir la puertecita. Pero ahora había un problema: Alicia no cabía por la puerta, del otro lado había un jardín precioso, ahora no podría entrar y esto la entristeció. La niña llo ró y llo ró hasta que inundo todo el salón. En ese momento pasó el conejo blanco con un par de guantes y un abanico...


El apurado conejito no dejaba de repetir:

Ay la duquesa, la duquesa ! Ay, como ´ estara´ de furiosa por haberla hecho esperarme tanto rato !

Estaba tan preocupado, que no vio a Alicia y cuando la niña dijo: ´ “Por favor, senor!” este te asustó tanto que salió corriendo pero se resbaló en el charco de lágrimas dejando caer los guantes y el abanico. Entonces Alicia recogió el abanico y empezó a abanicarse y por culpa de ese extraño abanico volvió a achicarse tanto que tuvo quenadar en las lagrimas junto el conejo y un ratón que había resbalado con ellos.


Cuando lograron salir del agua estaban mojadísimos; el conejo blanco había perdido sus guantes y su abanico, entonces pidió a Alicia ir a su casa por unos nuevos. La niña entró a la pequeña casa pero en la mesa de noche se encontró un frasquito que decía BEBEME y la niña sin pensarlo se lo tomó todo de un sorbo; de inmediato empezó a crecer y crecer hasta ocupar toda la casa. El conejo blanco queriendo evitar que su casa se desplomara le dio a Alicia una galleta mágica para que se encogiera de nuevo.

´

y se volvió ordisco m n salió de u penada, a ó i y u om ,m o. e go la c u rcan e l e s , c a t a e ici eñi squ u o Al b q n pe nu te e n e e ers am d v n e sco nu e a do n e rri o c



En ese bosque Alicia encontró un hongo tan alto que para ver que tenía arriba tuvo que empinarse. Y allí, encima, vio algo que no había visto jamás en su vida. Sobre el hongo estaba una oruga azul fumando un “narguile” (ese aparato en forma de jarrón). Alicia le contó que estaba muy aburrida de cambiar constantemente de tamaño y la oruga le preguntó si estaba contenta con el tamaño que tenía en ese momento soplándole todo el humo de lo que fumaba en la cara. La niña le respondió que le gustaría ser un poco más grande.


La oruga le dio una solución maravillosa: le entrego un pedacito del hongo donde estaba sentada y le explicó que comer de un lado la haría crecer y comer del otro la haría más pequeña. La niña le recibió el trozo de hongo y dándole mordisquitos logró el tamaño que quería.



Alicia se interno aún más en el bosque y allí se encontró con un gato que sonreía (sí, sonreía, porque era un gato de cheshire y todos los gatos de cheshire pueden hacerlo). El felino estaba subido en la rama de un árbol y tenía una sonrisa muy linda, también tenía unos dientes afilados, así que la niña no se animó a acercársele demasiado.

´ Gatito de Cheshire -dijo Alicia- Podrias decirme hacia donde ´ debo ir?

El gato le explicó que camino tomar si quería ver al sombrerero y cuál llevaba a la casa de la Liebre de Marzo, advirtiéndole que los dos estaban locos. Apenas le habló desapareció como por arte de magia. Alicia tomó el camino que levaba a la casa de la Liebre de Marzo y por el camino se encontró de nuevo al gato. Se asustó un poco pero le dijo que no le agradaba verlo aparecer y desaparecer tan repentinamente, así que esta vez el gato desapareció muy despacito, empezando por la cola y terminando por la sonrisa. Alicia había visto muchos gatos sin sonrisa, pero esta era la primera vez que veía una sonrisa sin gato.


Cua

ndo el a la gato de sap Som liebre de M areció brer po ero, a entr tom rzo. La r comp e lo and leto enc s do tres o el ont , s. A r per té y ó en Alicia unq s se f o con ue s naje los ue a un l compa ólo invi l a ñ s i m t r e a í ó a e d h n una s del o alla silla s fuera a estab ban dormi d a n a al o serv hí e con vers extrem cien. A stos ida l c ici o de o Mar ación la m a se se mo si bas zo y nt tant esa. el S muc e la Tuv ó en ho p ombre rga o un con orq r a par ue s ero. E l a te d Lieb l lir e e l l a ó re d ti nad pas e ó do n no di a de empo. j AA rmi o com mis l d ic er n o la ma i de ia no le m dec aco ofre ayor mpa idió se beber, cier rv p ñad o de irse un or eso, on el pan p de m oco de la té ante quil la. ver

y de sitio n o r a i camb ron explica tos dos s e e l e y t a n uierd De repe con a la izq i c a mar té h o t n o a r r e a i p r ña egla se cor s. La ni era la r o a t t u s e n i e m qu e dos a Alicia o cada ugar qu i l t l i e s e n d e uedo ambiar ía esto y q u ellos: c p lito hab n a u m e i s n r a a e core o Alicia pero el s , e o r z r o a p tuvo qu , e de M sucio e a Liebr estaba l r a a dándol b g a s u l p o l c e o l ocu y s s do eche ado la l ar a eso j e . d y e derram la mesa dirs a e d p s o t e d a vueltas prefirió




Ahora que Alicia podía elegir su tamaño , finalmente había logrado entrar por las diminutas puertas que aguardaban un jardín precioso y había unos extraños hombrecitos que en lugar de cuerpo tenían una carta de un naipe. Cada uno de ellos tenía un bote de pintura roja porque la Reina de Corazones quería un rosal de rosas rojas y habían plantado por error un rosal de rosas blancas. Estaban asustadísimos tratando de pintar las flores de color rojo, porque si no lo lograban la reina se iba a poner muy brava e iba ordenas que les cortaran la cabeza. Hay que recordar que la era una reina muy malgeniada y que siempre ordenaba lo mismo cuando se enfadaba con alguien pero nunca nadie le hacía caso.



La reina llegó antes de que los hombrecitos naipe terminaran de pintar las rosas, se molestó muchísimo y ordeno que les cortaran la cabeza… pero los guardias no le hicieron mucho caso y los hombrecitos se salvaron. Cuando la reina vio a Alicia la invitó a jugar cróquet, un juego en el que se usan unas bolas grandes de madera, pintadas de diferentes colores que ruedan y pasan por debajo de unos arcos de alambre. Las bolas las golpean con unos mazos de madera, con mangos largos. Alicia no parecía lista para jugar pero en realidad si lo estaba. Lo que sucedía era que el cróquet de la Reina se jugaba con unas aves rosadas llamadas flamencos en lugar de mazos y un puercoespín en lugar de bolas. Aunque te parezca increíble a Alicia no le sorprendió mucho, porque ya había visto tantas cosas raras ese día que ya nada parecía asombrarle.


La Reina se tomó muy enserio una canción y culpó a la Jota de la desaparición de sus pasteles. Mandó a que la encadenaran y la llevó ante el Rey para hacerle juicio, el conejito blanco sería el encargado de leer la sentencia.


es

Alicia estaba observando el juicio, cuando de repente, la a de c o a jot r az n llamaron como testigo. u osa canci on e m a d f ón q a a l n i n a e b R d a h u u e Alicia no había visto a la eC la ay bó unos pasteles e ch o h q H a í u e h ab Jota robándose nada. La ro se e niña estaba muy “La reina de Corazones hizo unos deliciosos qu pasteles un día de verano, pero se los robó la confundida. El conejo jota de corazones y los escondió en un blanco hizo sonar la lugar lejano” trompeta y gritó:

nes. azo or

Alicia!


Pero Alicia ya estaba cansada del mal genio de la reina y sus guardias y contestó muy decidida: Quién les tiene miedo a ustedes? ¡No son más que unos naipes de baraja! Entonces, las cartas se enojaron muchísimo, saltaron por loa aires y le cayeron encima como un aguacero. En ese instante Alicia se despertó de su sueño y descubrió que lo que ella había sentido como naipes eran las hojas de un árbol que le habían caído en la cara.


´ Verdad que fue un sueno ´ y divertido? muy extrano


Editorial


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