jo, de noche aba s e n ié b m ta noche arriba atajo. Cuando es de entre ellos un y s o d n u m ten dos to, De hecho, exis a su hijo inquie o d n a st o c a y una madre to.. De un lado ha uela con su nie b a a n u , o d n a á charl y en el otro est
“¡A dormir! gustan! ¡A soñar con las cosas que te uellas que te asustan. Deja ya de imaginar solo aq llegas a sentir temor, Recuerda que si en la noche mi abrazo protector”. siempre puedes refugiarte en “Mamá, antes de irte, dime... ¿los monstruos cómo son?; es que quiero dibujarlos, en papel con mi crayón”.
“Abuelita, ¿es verdad lo que oí? ¿o acaso es sólo un rumor? ¿Algún día estuvo cubierto nuestro mundo de color?”. “No hay colores desde aque l momento, en que el hombre nos conside ró un esperpento. Y lo que pasó después, ahora es una leyenda en la cual no hay borrón y tampoco enmienda”.
si contaré e T ! n ie b “¡Está es, que quier lo s e ande ue ya gr q d a d r e es v e eres; y valient ama ués a la c p s e d o r pe uida, iré enseg e m aso por si ac é r ja e d y endida”. c n e z lu la
r n un luga e s o im d n tar, “Nos esco no moles s o n a m s hu para a lo van nde ellos o d í ll a o just ansar; c s e d n e r uie ncan cuando q a ellos ro ib r r a s a ) y mientr gruñidos s u s n a m (así se lla , s narices os”. u s jo a b á ac recluid secreto, n e , s o vivim
ibles, s de cuerpos y caras terr “Los monstruos son criatura bles. , pues para ellos son comesti que aterrorizan a los niños cen garras afiladas En los dedos de sus manos cre as. bocas de dientes colmad s su en tes ue jug r de on esc para
ar
e estornud rt e c a h ra a p os en polvo ñar. Están cubiert s les gusta ara ie p s tu o id rm tás do n su cabeza; y mientras es e jo o r e rc te l “. ullosos de a su destreza d u d Caminan org in s s e , r do de sudo e impregnar to
“¡Tienen d
iez dedos ! Y a vece s muchos gua húm más, eda com
y una len
pelo no tie
o no la ha s visto jam o, pero pe ás; cas y bar ros abund an,
nen much
jos! e dos o t n e m a an. ¡y sol redund s a r a c sus hí, Que en n por a a d n a e a, Siempr más fe , a p o r la ilo usando en est n ie t e do qu a”. pensan nen ide ie t o n pero
su madre le acaba de decir, Después de escuchar lo que ra poderse despedir; ocultó el niño su pavor pa pezó a dibujar con mano aún temblorosa em la nariz hasta el pulgar. de la panza a la cabeza, de
zar, truo alcan s n o m e d r: adurez completa s e b “Para la m e d a o; r prueb ún human la lg u a ic t e r d a p ín una lcet rmesano”. a illas un ca p d a a t r la u e h u a h nque tomar ciamos au e r p a e u q un trofeo
“Aún eres y ta jove mbié n n pero algo baji yo s é qu to la in e he trep r e i d d aste ez d Si qu e tu ieres a buel esta te p ito. ued n o es a c h e así c trev er, omo tu a y su buel pad o re a ntes de é l”.
El
pe
qu ar de eño a s lo m o re su s lizó cib ba nstr or p j ió uo un res o el a co de lch s
yp
se
te l
ló
n.
ón
ó ot n, n ó ó ño aci ui e g t i i u s b q pe ha con l e . la o te en ro n tón n e e a ep et a p bo r t n u De sil vis i u u n a s un izó erle v ud ag
! c a ¡Cu
La luz estaba e
ncendida
y el niño estab a despierto , el monstruo se espantó al sentirse desc ubierto.
Intenta retirarse pero se resbala en un
patito ¡Cuac! Suena advirtie ndo del intruso y su de lito.
El niño asustado pero también sorp rendido, fue en auxilio del m onstrico ahí tendid o. Paso a paso se acer có, pues no había qu é temer y al miedo lo venc ió la curiosidad de conocer.
“No eres tan temib le como mamá te estuvo de scribiendo”. “Tu tampoco me da s
miedo“ -respondió el mon struo asintiendo.
El monstruo notó el dibujo que el niño sostenía, y se rio a carcajadas de cuan distinto se veía. Muchas diferencias pudie ron encontrar entre ellos, también semejanzas como el color de sus cabellos.
y jugaron ecer, se al aman acercándo el cosmos er. hablaron d garon a com e ll a g u h y hasta lec
Charlaron
Incluso un ca lcetín el niño decidió al monstruo re galar, una muestra d e amistad para que no lo tuviera que robar.
er
entend a ese mundo rí e u q , te n e r. naturalm ntas responde u g e El monstrico r p s u s s hón, il con palabra o bajo el colc d n u pero era difíc m l e a b iga yón. al niño lo intr Igualmente el piso un cra d n ro a m to explicar así que para
a do el sol salí Y justo cuan spedida, e d la e d ra o h y era o uro iluminad miraron el m . resplandecía s e r lo o c e d que
En medio de esa s líneas dibujad as se imaginaro n otro mundo posib le, donde ellos aún eran diferentes pero su amistad era irreversib le.
¿Alguna vez has perdido tus calcetines? Quizás hay un monstruo robándolos. Cada historia tiene dos caras y “Un par impar” no es la excepción. Esta es la historia de un pequeño monstruo y un niño que se hacen amigos al descubrir que la curiosidad es más natural que los prejuicios.