La arquitectura parasitaria se ha entendido como un sistema que funciona en un sentido, es decir, que el parásito se aprovecha de la estructura existente y las usa en su beneficio. Pero ésta tiene un mayor potencial y es el de generar nuevas relaciones urbanas re-incorporando estructuras antiguas a sistemas urbanos nuevos, una intervención que puede ser considerada como la oportunidad para la re-materialización y transformación de lo construido. Un parásito que redefine una estructura, dando una nueva perspectiva a la sociedad y potencializando un nuevo espacio. Así, la nueva estructura parasitaria se convierte en un mediador entre los cambios de la sociedad y el sistema urbano, un estímulo que se adapta a procesos espontáneos de cambio. Pues el parásito se introduce y explora los límites existentes para transformarlos y darle lugar a nuevas proposiciones. La Arquitectura se convierte en un negociador entre el sistema existente y los cambios en este.