mmm mmm Madrid, octubre 1935.
AÑO X I I I . - V O L . X I I I . - N Ú M . 164.
La minería de piritas y el paro obrero Causas del paro
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Por MANUEL FERNANDEZ BALBUENA, ingeniero de Minas
Aparte de las causas que enunciamos en nuestra Conferencia sobre "Minería y paro obrero", en el Instituto de Ingenieros Civiles (1), y concretándome al estudio del problema en las minas de la provincia de Huelva, debemos señalar como motivos fundamentales del paro en las distintas explotaciones los siguientes, relativos a cada una de éstas. Riotinto: Se trabajan, hace años, los siguientes criaderos: Filón Norte, Dehesa, Lago, Filón Sur, Atalaya, Filón Planes y Filón Valle. Hoy día los criaderos del Norte, Dehesa y Lago, están agotados, y como han dejado de ser fuente de trabajo, no requieren mano de obra. E s más, explotadas las piritas quedaban, en la zona estéril en que encajaban estos yacimientos, unas impregnaciones de pórfidos, con ley en cobre de aproximadamente 1,50 por 100; por ser el cobre el único elemento aprovechable y muy baja la ley, se estudió un método de concentración por flotación para aprovechar estos que pudiéramos llamar "estériles cobrizos", y basándonos en los precios que entonces tenía el cobre (alrededor de 75/80 libras oro, por tonelada), se llegó a hacer unas instalación muy importante, cuyo coste alcanzó algunos millones de pesetas, para concentrar estos productos. La explotación de estos productos exige una trituración hasta tamaño muy fino y una concentración por flotación, lo que origina un tratamiento costoso. Cuando se hubo terminado esa instalación para aprovechar los "estériles cobrizos", se produjo la baja del cobre, con lo cual el precio de costo era muy superior a su valor en el mercado, y la operación ruinosa. La consecuencia lógica fué la parada total de la instalación, o más bien, el no trabajo de la misma, pues apenas si éste se llegó a iniciar en ella. (1) V é a s e el r e s u m e n de dicha conferencia e n ' la sección de información del número 153, v o l u m e n X I I I , de I N G E N I E R Í A Y CONSTRUCCIÓN.
Existía, además, una zona integrada por lo que se llama "cuarzo cobrizo", con ley en cobre algo superior al 1 por 100, y que lo cedía fácilmente por el procedimiento bien conocido de cementación. Se venía produciendo aproximadamente un millón de toneladas anuales de este cuarzo, que iba íntegramente a las montañas de cementación, donde se beneñcyiba. Estos cuarzos cobrizos han desaparecido, prácticamente, y hoy apenas si se hacen algunos miles de toneladas por año. Es notorio que, como consecuencia del agotamiento de las minas, Norte, Dehesa y Lago, asi como de estos cuarzos cobrizos y el trabajo imposible de los pórfidos impregnados, se imponía una reducción de mano de obra. Recordaremos que hace doce o catorce años trabajaban en las minas de Riotinto hasta 18.000 obreros. Entre los criaderos a que antes nos hemos referido puede considerarse que el filón llamado del Valle hoy día no tiene importancia ninguna, y el trabajo ha cesado en él, con la consiguiente disminución de mano de obra. En cuanto al criadero llamado Atalaya hay que decir que, después de realizado en él un desmonte de estéril importancia, para poder explotar la masa de piritas a cielo abierto, se comprobó una extensión grande de la masa hacia el Sur y se decidió amphar el desmonte de estéril para explotar a cielo abierto un mayor tonelaje. El desmonte complementario que debía realizarse era de unos seis millones de metros cúbicos, y se hizo un programa para irlo realizando paulatinamente. En estas circunstancias, coincidiendo con momentos muy críticos en el mercado para la minería de cobre—cuyo valor sufrió una baja formidable—y para las piritas—cuyo mercado se redujo en términos importantes—, los Gobiernos hicieron presión extraordinaria sobre las Compañías para que no se despidiera personal en el temor de que pudieran provocarse conflictos de orden social. Deseosa siempre la Compañía de evitarlos, transigió y decidió seguir empleando aproximadamente el 585