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EXTRAUAGANTE BOLETIN II{TER}ItTENTE
EL ESTUDIO DE LAS VIAS Y TEI,IAS AFINES
ISSN: 0214-I051 Depósito Legal CA 613/BB
PARA
RO}IAI{AS
Editor, director, redactor-jefe, administrador y mecanégrafo:
N029 0ctubre
1990
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Gonzalo Arias Los Rosales 20 29380 Cortes de Ia Frontera
Hi I
Secretari a: de Dietri ch de Ari as
(\{átaga)
99 Fax 95i! tS 4473 Correo electr. (;ZLARIAS@JET.ES
Tlho.952
14 41
EDITORIAL principales ocupan 1a mayor parte de este número. Uno de ellos es 1a indagación naturaleza y el origen de1 Itinerario de Antonino: el propio profesor Van Berchem, máximo especialista mundial en-la materia, honra 1as páginas de EI ttliliario Extravagante con su
.
Dos-
sobre
temas
Ia
presenci a. .Es bueno que lo-s estud.iosos hispanos no perdamos de vista lo que los romanistas han aver.iguado.en otras prov'incias del Imperio sobre lá red viaria reflejada en el. curioso áo.r*ário-que ha sido objeto de tantos desvelos. Para qu_e el lector pueda ságuir mejor las explicactones'dé Van Berchem, pre.sentamos también un mapa blemental lp. 5) y la fiarte cántral del'Itineraiió aá Antonino que contiene Ia nuta de Roma a'Eg.ipto (p. ZZ-24l,. Una interesante línea de invest'igación para tratar de ap'licar a Hispania los hallazgos de
Van Berchem podría consistir en preguntarse si hay datos históricos sobre'algún viaje impéria1, o d9 q.tgün personaje importante, eñ e'l siglo III, que pueda asociarse a a'lgüna de ias m'ás complejas y largas rutas antoninianas de Hispania: por ejemplo la I, la z, la iq o la gq, tema que ocupa varias páginas es la revision de las rutas y vías romanas de portu- ElSeotro gal. ap-ortan a este respecto algunas ideas nuevas, y nos gustarÍi recibir comentarios al respecto. Como siempre, recibiremos con agrado y agradec'imiento cualesquiera aportaciones, rectificaciones, noticias, informaciones o fbtocop'ias le estudios ya public'ados que'hayan esc¿pado a nuestra¡búsquedas, etc. La revisión de Iá red viaria romaila In Portugual'continuará áe
todos modos, probablemente, en los dos próximos números.
Pasando ahora a.la- prosa'ica cuestión de las finanzas, el Adm'inistrador agradece Ia punen el pago de-la. suscripción-.que. han mostrado 1a mayoría de los Iectorés. Los rezága1!1.li919 por favor que no olviden este delicado extremo. dos,
SUI,IARIO Los it'inerarios de Caracalla y el Itinerarjo de Anton'ino, por Denis van Berchem Revi si ón esca'l I abi tana, I . : . La A16-a su paso por Conímbriga No iba tan descaminado el Chronicón Albeldense Lo que dicen nuestros corresDonsales Escribe J.A. cezón desde §an Fernando de H.: cuarto informe sobre Ia Escribe Luis Zapico desde Madrid: EI viento en Caracci Escribe Angel Arévalo Barroso desde Madrid: MT-50 y el MTN-25 El puente de palomas y et ladrillo
El
-¡Ya_tenemos becario! La
ron
ruta de Roma a Egipto en éi itiñérário'de Antánino
Recortesdeprensa:...
A25
Página 2 7
15 17 17
I8 I9 20 20 20 20
2t 22 24
-Los- itinerarüos
A
de Caraealla
el ltinerario de Antonino POR DEIIIS VAI{ BERCHEII
El primer estudio de Denis van Berchem sobre el Itinerario de Antonino data de 1937. Sus esclarecedoras conclusiones permanecieron mucho tiempo ignoradas para los estudiosos españoles (a 1o que contribuyeron sin duda los acontecimientos bélicos de los años treinta y cuarenta), y sólo en 1988 publicó EI lliliario Extravagante amplios extractos de aquel estudio. E^ Lg74 (o sea 37 años más tarde) volvió eI profesor ginebrino sobre e1 tema con el artícu1o que ahora traducimos y publicamos. Pensamos que una recta comprensión de la naturaleza de1 Itinerario es básfca para todos cuantos nos esforzamos por retrazar sus rutas sobre el terreno, y estamos convencidos de que van Berchem es quien mejor nos explica en qué consiste eI famoso documento. ¿Publicación demasiado tardía, otra vez? Bueno, si bien Ee mira, para las cosas de la Roma eterna e1 tiempo no cuenta demasiado. Agradecemos muy cordialmente aI profesor van Berchem e1 habernos autorizado a publicar esta traducción. El original francés se publicó en Actes du IXe Congrés Ínternational d'études sur 1es frontiéres romaines, Bucarest 1-974. ¡e maiñ-rZE Esür-iElei-?itor-TráEó tam5Ta e1 mismo tema en su comunicación 'tltItinéraire Antonin et le voyage en Orient de Caracalla (214'2LS)'t, publicada en Comptes rendus des séances de ltannée 1973, Académie des Inscriptions et Belles-Lettres, París lEEn una memoria elaborada por instigación de A. .Pigan-iol .l937 hace cerca de cuarenta años y publi(l) estudié'la forma de aproviiionacada en
miento del ejército romano y en especial el mecanismo de la annona militar, en la que creí descu-
brir una importante innovación del emperador Septimio Severo. A propósito de las nwttsíones, que son a la vez depósitos..hacia donde se encaminan Ios ,géneros alimentarios requisados en los campos y albergues de etapa para las fuerzas armadas
en marcha, me ocupé del Itinerario de Anton.ino, que ofrece una nomenclatura bastante completa de tales estaciones, aunque articulada en rutas cuya selección y cuyo trazado parecen a veces desconcertantes. De entrada advertí una analogía entre elsector central de ese documento (2) y el viaje real'izado por Caracalla en 214 y 215. En efecto, el Itinerario describe una ruta gu€, desde Roma, conduce a través de los Baicanes y Asia l,'lenor a Antioquía, a Alejandria y hasta Hiera Sycaminos, en Ia extremidad meridional de la provincia de Egipto; después de la lista de estaciones quen en e1 valle del NiIo, jalonan la ruta de 1a margen izquierda, viene, en sentido inverso, la de las estaciones de la ori'lla derecha, hasta Pelusa (3). Basándome en un pasaje de la vida de Severo Alejandro, en la Historia Augusta (4), apunté 1a hipótesis de que esa sección del Itinerario de Antonino reflejaba un edicto publicado en Roma ante Ia perspectiva del viaje de Caracalla, para que el servicio de 'la annona pudiese preparar un desplazamiento en el que debían participar, además del emperador y de'su madre Iulia Domna, 1a cancillería imperial, las cohortes de1 pretorio y las demás tropas necesarias para Ia guerra que se perfilaba en la frontera oriental del Imperio. Ampfiando esta hipótes'is, propuse ver en e'l Itinerario de Antonino una recop'ilación de listas de etapas extraídas de numerosos edictos a los que dieron lugar los movimientos de tropas operados en el transcurso del s'ig1o iII (5). Dejando para más tarde un nuevo
l?e]
2
del conjunto de las cuestiones suscitadas mi memoria, me Iimitaré aquí a retomar la del viaje de Caracalla y su relación con Ia parte correspond'iente del ltinerario de Antonjno. La principal dificultad que se me planteaba era I a de I as d.i vergenci as ' observabl'es entre e'l trazado del Itiner-aiio y-el que resulta, pári el vi aje de Caracal I a, del teitimon.io ¿-e ' I as examen
qn-
otras fuentes. Sabemos, en efecto, que después de haber'llegado a Alejandría en otóño de 2lb Caracalla no se trasladó al Alto Egipto, como lo sugiere el Itinerario, sino que régiesó directamente_ a Antioquía, en el invierno-de 2.l5-2.l5 (6). A Ia objeción que podría deducirse de el lo, yo respondía que seguramente Caracalla había coñcábido el proyecto de ese viaje según el ejemplo de sus . predecesores QU€, cuando habÍan i t elaao a Alejandría, no dejaban de ascender por el-vallá del Nilo, Adriano hasta Tebas y Sepiimio Severo hasta Elefantina ,7l,. A mi parécer'el cambio de programa era atribuible, ora a los disturbios que estal I aron en Al ejandrí a durante I a estanii a de Caracalla, ora más bien a la agravación de la situación en Mesopotamia, que preCip.itó el estaurdo de una nueva.guerra pártica. Más grave me parecía el desacuerdo entre'los datos deÍ ltinerario para la travesía de los Balcanes y 1o que se creía saber, en aquella época, de los trechod y 1as gestas de Caracalla en'las provincias danul bianas. Este desacuerdo me hiio admitir como posible Ia sustitución del itinerario previsto, que cortaba 1a penÍnsula en diagonal, db Viminacium -a Bizancio, por una rutá muy diferente, inscrita también en el Itinerario, pet rípanavi: whtactb fri,co¡nedian (Bl . Afortunadamente, desde 1937 han salido la luz algunos documentos inéditos, otros han sido objá-
to de una nueva lectura, y
vamos a ver que ias precisiones que aportan sobre Ia actividad'de Caracalla en los años que nos interesan hacen pensar que yo tenía razón, incluso más de lo que yo cÉeía.
Pero ante§ de hablar de itinerarios, debo la cronología de los viajes de Caracalla. En efecto, en un artículo iparecido en I965, el Sr. C. Daicoviciu se esforzó por demostrar que la primera intervención de'Caracalla en Dacia debía datarse en 213 y no en 214 (9), habiendo sido anterior y no posterior a Ia campa: ña germano-rética, que por iu parte se inscribe, en virtud de testimonios irrefutables como laÁ Actas de los Arvales, en el verano de 213. Los pueblos establecidos en los confines de la Dacia, y especialme_nte en la curiosa bolsa que, entre ei Danubio y el Tisza, escapaba. al condroi de Roma, habrían manifestado desde'2'lZ una mayor agresivi: detenerme en
dad
y
comet'ido importantes estragos en teiritor.io emperador habría acudido para resta-El situaci6n, blecer la y numerosas inicripciones romano.
tercera salutaciOn imperialr QU€ figuran .desde entonces en su titulación, así como-un triunfo acompañado, como era costumbre,-con la atiiiiOu: ci6n de un congiario a la plebe romana (I5i."-0bservemos además gu9, en esta ' po, guerrera, Caracalla no fue acompañadoexpedición iü madre, como Io seria du.rante su viaje j oiiántá, y esto marcar'la clara diferencia qué hay que éil tablecer enrre las operaciones del' año 2ljl lás que debian ocupar los años Zl4 y ZlS. _ Vengamos ahora al viaje a Oriente y a sus relaciones con el Itineraiio de Antonin-0. Eaiá claro que un des.plazamiento de esta importañóii debia ir precedido de una larga preparatión. Ha_ bÍa que comprobar el estado aé lbs tamtnos, ¿ii_ poner la-s etapas y repartir entre ellas los'viváres y el material necesarios. Sobre todo, ñaúia que esco-ger y anunciar anticipadamente Ias ciuda_ las que e'l emperador' se dero"a.ia aigún 9g:__.1 ,t..i.. de -este tipo no le hacía suspán_ Il:rqq. -U,1 oer et ejerc'icio de'l gob.ierno; los provinciaies, 1o mismo. que 1os numerósos engiana¡ei aaminiitrál
serían testimonio de su presencia en Dacia. Sua esta tesis era una gran tentación para ml, puesto que, anticipando al año 213 la .infervención de Caracal Ia en Dacia, me autorizaba a pensar _que en 214 el emperador había podido seguir fielmente, de Roma a Nicomedja, Ia ruta descrita en el Itinerario de Antonino. tivos, debían ser informados-con ia debida áñtá_ Pero la cronología del Sr. Daicoviciu fue imlos lugares a donde podrían ir ; ;;;_ ]*j:1, _desus, pugnada, tanto del lado rumano como del lado húnproblemas.. Esta exigencia está muy ::l!u_tl" Dten garo, y, después de un nuevo examen de los docuttustrada en una inscr.ipción de Éfeso, qué recoge Ias peregrinaciones de'uno de sus ciuáad'a_ mentos disponibles, no creo poder suscribirla. Las n9r,. encargado de defender los intereses de Ia inscripciones a las que se refiere son de dos órciudad ante Ios emperadores: Septimio Sevá"Jlri_ denes. Unas conmemoran la restaurac.ión de obras meramente, Caracalla después ('16).para ello hizo porolimilitares, en especial del campamento de nepetidos viajes, a Roma varias veces, a Sreta¡i, ssos (.l0), otras son homenajes 'a caracalla o a su a Sirmium, a Nicomedia y- a Antioquía. Oe¡iá püái madre Iulia Domna. Las pr.imeras datan en efecto saber, cuando salía de Éfeso, donde encontraría de i]3, pero es sabido que cuando una inscr.ipción atribuye a un emperador el mérito de una cons- al emperador, y si, por añáaiAurá, v.isitó l; trucción o de una'repáración, ello no implica que :::T.lil- t^1p.,"_.'11,i es por.quql _ habiendo pñiáá en ta. pr.i.mavera de 213, se vio sbrpren_ q9ll r(oma 'la haya participado personalmente en Ia obi^a. Entre 'las segundas, sólo dos datan de entrada. en guerra. de Caracalla, que 213: son dedica- did0 por torias a Caracalla procedentes de cuerpos de evidentemente no había §ido objeto de notiiiia_ tropas a los que el emperador ha otorgado ese año, ción previa alguna, y tuvo que perseguirle hasta por hechos de guerra, el epíteto de Ántoninia¡tae eI santuario .de Apolo Grannus., al qué el empera_ su mal. peró los (ll). Todas las demás, y muy espec'ialmente Ias dor fue a pedir la curación de demás lugares mencionados en 'la inscripción que se refieren a Iulia Domna, no contienen indi-Sircio cronológico y pueden datarse en 2.l4 lo mismo mium, Nicomedia, Antioquía- se encuentran precisamente en el Itinerario de Antonino, enumerados que en 2.l3. Conviene notar que la s'ituación es Ia uno tras otro en el preámbulo de1 pasaje que nos misma en Panonia, donde los homenajes a Caracalla interesa, como otras tantas detenciones prolongay a Iulia Domna son numerosos (.l2). o statioae, que jalonaban el- viaje de Romá a !qs, Si dejamos de lado un pasaje manifiestamente Alejandría. La inscripción de Efeso, publicada confuso de la Historia Augusta (.l3), no hay nada, por J. Keil en 1956, es uno de esos nuevos docuen el resto de nuestra documentación literaria, qenlg! que han venido en apoyo de mi hipótesis lRigráfica y numismática, que haga pensar que de 1937. Caracalla se alejase de Roma antés de mayo'de Una escena de a|,Loa,úio a las tropas en el 213. Todo ocurre como si hubiese confiado a sus reverso de un sestercio de bronce fechado en gobernadores el cometido de restablecer, en sus 2¡4 ('17) evoca las ceremonias que marcaron, en Ia provinc'ias respectivas, e'l orden y la segur.idad primavera de aquel año, la partida de Caracalla comprometidos por Ia muerte de Septimio Severo y 'los comienzos tormentosos del nuevo reinado. Es para Oriente, acompañado esta vez por Iulia Domna. De Roma a Sirmium, no tenemos ninguna razón para posible que haya padecido entonces una crisis pensar que haya seguido otra ruta sino la del prolongada de aquella enfermedad que, más tarde, le había de hacer frecuentar los' santuarios de Itinerarjo por Aquilea, Emona, Poetovio y Mursa. los dioses curadores: Apolo Grannus, Esculapio y Su estanc_'i a en Sirmium, confirmada por la .inscr.ipción de Éfeso, ofrec'ió al emperadoi. la posiuiliSerapis (.l4). La primera aparición de Caratallá dad de informarse detenidamente sobre el estado en suelo extranjero coincide con la apertura de 'l 'le de las dos Panonias y, eventualmente, de circular a campaña que habí a de enfrentar, en I as por allí con una escolta reducida. Su paso quedó fronteras de Germania superior y de Retia, con de Ias los a'lamanes y otros pueblos bárbaros. Su victo- marcado por una redistribución del mando ria, celebrada por 1os Arvales el 6 de octubre de legiones, pasando Ia de Brigetio a 'las órdenes del legado de Panonia inferior. Esto explica ade213, motivó el epíteto de Gemwti,ctte nas.imts y la más la frecuencia de inscripciones grabádas en su marme
lzgl
g
honor, aunque ninguna de ellas baste para demossu presenc'ia física en un lugar determinado.. De Sirnium a Nicomedia, e'l Itinerario'indica la ruta más directa, jalonada, entre otras etapas' por Vimi naci u¡n, Serdi ca, Phi 1i ppopol'is y Hadri anopolis. Pero citemos \a Víta: ad ori.entant ptofectionant f,arcma, qriseo itinete, in Dacia rear ¿iü (18). La precisión técnica de este pasaje inspira 'las la confianza que uno se incli,na a poner fuentes más antiguas de1 compilador. Susen pendiendo la eiecución del programa establecido, Caracalla decidió pasar a Dacia. No para guerrear a'llí, porque tesedít sugiere más bien una activ'idad pacifica. Interviene aquf e'l segundo de los documentos que arrojan nueva luz sobre el viaie a 0riente"de Caracalla. Es una dedicatoria a 0escus' grabada en alabanza de un oficia'l retirado gue habí a reci b'ido de Caraca'l I a una recompensa y un ascenso por Ia valentía que había demostrado ante el enemigo (19). La inscripc'ión está mutilada y Domaszewski Ieyó en ella por conie-tura-el nomdre de 'los Carpos (adttereua lostes caWs)¡. Esta lectura, todávÍa'indiscut'ida en I937, fue'lo que induio a los historiadores a Pensar que Caraca1la, no contento con permanecer en Dacia, había franqueado la frontera oriental de Ia provincia para'combatir a los Carpos en la actual Mo'ldavia. Ún nuevo examen de 1a piedra perm'itió a D. Tudor
trar
distinguir, en el
comienzo
del
nombre
de
ese
pueblo, una E en lugar de una A (2-0). No cabe buda dá que fueron 1is ltostes ceftttos) lo! que dieron a T. Aurelius Flavinus la ocas'ión de hacerse notar, es decir una de las naciones que dieron que hacer a Caraca'lla durante su campaña de 2'13 en Germania (2.l). Nada obliga ya a creer que 1a excursión dác'iéa de Caracalla haya tenido otro carácter que el de una vis'ita de inspección, acompañada de iontactos o negociaciones con los puebios vecinos de la frontera. Ap-rovechó para hacer asesinar al rey de los Quados Gaiobomarus y tál- r.i-pu.á destiiu'ir al legado de las Tres
Dacias (22). Tranquilizado así respecto al porvenir inmediato de esta parte de1 Imperio, Caracalla pudo
reanudar
I
a ruta
momentáneamente abandonada, la había abandonado, sea
sea en Viminacium, donde
seguramente, contra -por Drobeta- en Naissus. Ypuntualmente en Phi1o que escribí, se encontró f ippopo'l'is de Trac'ia para asistir a Ios juegos organizados en honor del nuevo Aleiandro y conme-
por Ias monedas de esa ciudad (23). Después de invernar en Nicomedia, en el curso del año 215 Caracalla debía alcanzar Antioquía primero, y después Alejandría. Su viaie a través de Asia Menor ha dado lugar a todo tipo de especulaciones. Los numerosos test'imonios epigráficos o numismát'icos sobre los honores que se Ie rindieron o sobre 1os privileg'ios que otorgó a 1as ciudades se han invocado en apoyo de hipótesis tan diversas como inconciliables entre sí. 0bservemos que antes 'incluso de llegar a Nicomedia, en lugar de tomar el trayecto normal de los viajeros que 'iban de Europa a Asia por Bizancio y Calcedonia, había atravesado el He]esponto, con riesgo de naufragar, y se había trasladádo a Ilion para sacrificar allí sobre la tumba de Aquiles, a imitación de Aleiandro con el que se identificaba moiados
Lzgl q
cada vez más estrechamente (24). tfiss B. Levick, a quien. debemos el estudio más reciente sobre este tema (25), Ie hace repetir paso a paso, en tierra anatolia, el itinerario deI conquistador macedonio. Esta opinión ingeniosa no es más demostrable que 'las demás. Lo único seguro es que visitó Pérgamo para implorar a Esculapio en su templo (26). Pero los desplazamientos del emperador no implicbban necesariamente los de los engranajes gubernamentales que le acompañaban en 0riente. Por buenas razones, en Nicomedia, Caracalla delegó en su madre el cometido de despachar los asuntos tratados por Ias principales oficinas de la cancillería imperial, a Libellis y ab epísque ella administraba el tulíe (27l'. Mientras Imperio, él era 'libre de abandonarse a los impulsos de su humor o de sus obsesiones. De ahi que, cualesquiera que hayan sido los caminos que é1 tomó, no tengamos razones para dudar de que eI grueso de Ia expedición -servicios administrativos y fuerzas armadas- siguió, de Nicomedia a Antioquía, 'la ruta de las mesetas por Ancyra y Tyana, donde e'l mausoleo entonces consagrado a Apolon'io debía responder al deseo de Iulia Domna por lo menos tanto como al de su hijo (28). He señalado ya la dificultad que representaba para mí e'l hecho de que Caracalla regresase de Alejandría directamente a Antioquía, cuando el Itinerario describe un viaje al Alto Egipto, por la orilla 'izquierda del Nilo para la ida y por la orilla derecha para 1a vuelta. Atribuía este desacuerdo a un cambio de programa impuesto por las circunstancias (29). Pues bien, he aquí que e'l papiro de Estrasburgo 245, que hay gue poner en relación con un papiro de Berlín procedente, como el primero, del Fayum (30), ha venido a dar apoyo a esta h'ipótesis. Se trata de unos camellos requ'isados en el di strito Ars'inoíta con mi ras a la ázr¿§Í¡1.ú¿ del emperador, según BGU 266, o de su É,rávo8os, según P. Strasb.245. A1 nohaberse producido'la c'ircunstancia que habÍa mot'ivado esa movilización, los camellos fueron restituidos a sus prop'ietarios. J. Schwartz, que editó el papiro de Estrasburgo, tradujoéráuoóo9 por "retorno" e imagina en consecuencia que después
de haber vuelto a Antioquía' en las primeras semanas de 216, Caracalla se proponía retornar a Alejandría para renovar allÍ, en el santuario de Serapis, las súpl'icas en las que ponía su esperanza de curación (31). Teniendo en cuenta Ia
situación que se había desarrollado para entonces Mesopotamia, Ia perspectiva del retorno del emperador a Egipto me parece carente de toda verosimilitud. Pero la palabra !rtálo§os no tiene úni camente el sent'ido de retorno ( 32 ) . Si gn'if i ca también, y en primer 'lugar, la subida. En Egipto' igual que la palabra dvoEoe , bien comprobada en este sentido, puede s'ignificar el "ascenso" a lo 'largo del val-ld de'l N'iló, como xágo§osse aplica al descenso (33). La palabra reaparece en uno de los papiros de Panopolis, para designar Ia visita esperada del "catholikos", que va en v'iaje de inspección de Alejandría al Alto Egipto (34). El papiro de Estrasburgo, al añadir su testimonio al de Berlín precisando la significación de éste, ilustra Ios preparativos requeridos en todo el valle del Nilo por el acercamiento del emperador.
en
Enteradas de su proyecto de
itinerario, las auto-
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CARACALLA
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EGIT,.K)
Y EN LA HISTORIA
principal descrita en el Itinerario de Antonino, L23,8-17L,4 -Ruta por MiIán (t.a. lz6,to-129,6), aI gue Denj.s -éRodeo van Bérchem se ¡:efirió en 1937 con estas palabras: (tl It.
Ant.) n¿.rr.'be adenás una variante RÍnrini-llilán y llilán-Aquilea; este rodeo se explica taI vez por las circuns_ ta¡cias en las que los destacanentos enviados por los ejórci_ tos de 0ccidente contra los partos hicieron su concentración.rl (Ann. miI., 172)
'......8xcursión del emperador a Dacia -.-.-'Excursión de1 emperador a llj.on y ..---.Variante de regreso por Damasco y
llc'a¡¡ol¡.
pérgamo Apamea
(Servicio cartográfico de EI liliario
Ertravagaate)
[zeJ
5
-:=* .ridades loc-ales habían realizado requisas todo a lo largo de su ruta. Previsto para el otoño de 215, el viaje al Alto Egipto se aplazó primero para ser fina1mente abandonado. Las medidas ya tomadas fueron canceladas, dándose notificación a Ios i nteresados por conducto admi ni strati vo. Tal es el objeto del papiro de Estrasburgo, que emana del estratega de1 distrito ("nome") Arsinoíta. Para terminar, evocaré una dedicatoria grabada en Apamea con ocasión del paso del cortejo imperial (35). La inscripción está mutilada y el destinatario puede ser lulia Domna tanto como Caracalla (36). Lo que es seguro es que Apamea es designada allí como la 2031 etapa de un viaje en curso. Apamea está a tres etapas de Antioquía y, de Roma a Antioquía, el Itinerario de Antonino cuenta 122 etapas. Supon'iendo que los príncipes hayan pasado por Apamea con ocasión de su primera visita a Antioquía, 'la cifra de Ia inscripción sería inexpl'icable. Pero el Itinerario nombra, después de Antioquía, las estaciones de 'la ruta costera y su test'imonio parece confirmado por miliarios y sobre todo por la aclamación grabada en Ias rocas de'l Nahr-el-Kelb (37). Si se inter(1)
I'Ltannone
dans ltEmpire romain au IIIe sibclert, en llémoires de 1a Soc. nat. des Antiquaires de France,83
militaine
aaa., t
(2) Itin.Anton., 123-162; cf. Ann.niI., p.fZO s..(3) Itir'.A.t*., 164-17t (4) sIA; AI"-, r-s. (S) nnn.mfill p.179 ss. Esta opinión fue acogida favorable-
mente, en especial por E. Gren, Kleinasien und de¡ 0stbalkan in der rirtschaftiichdn tntuicklung der rbm. Kaiserzeit,
Section of the Antonine Itinerary, en BRiTAtltfIA I, 1970, p. 36 y 67; pero, que yo sepa, no ha sido objeto de una explotación sistenática.
(6) A. tlaricq,
en Synia,34, 1957, p.297 Chron. drEgypte, 34, 1959, p.120 ss.
(7) Ann.mi1., p. (8) Itin.Anton.,
ss.; J. Schrartz,
en
175.
217-23L;
J.titz,en@.,
14, 1962,p.
ss. y en Alba Regia, 6-7, 1965-6, p.202 ss. (13) SHA, Car.,5. Cf. la apreciación de t{. Seston, en E1:!: Carcopino, París, 1966, p.879 y de J. Fitz, en eI artículo de Alba Regia citado en Ia nota anterior. (l¿r) Cass. Dio,77, 15,6-7. La recuperada salud de Caracalla en primavera de 213 explicaría la aclamación de los hernanos Arva).es, fechada el 20 de nayo: o nos felices qui te imperatorem vide¡¡us!... te salvo salvi et securi sunus! (CIL, 98
l/r,
2086).
(15)
ti triunfo está
comprobado
no congiario: G.
(16)
J. Keil, L.
Barbieri,
Sitz.
por la distribución deI noveen Diz. Epigr.,
t. IV, p.860. cf. J. y
Bayen. Akad., 1956, fasc.3; Robert,8uIl. Epigr., 1958, ne 422.
en
(17) BllC, Ron. Enpire, V, p.481, ne 264 y Pl.75,14. (18) sHA, c...J,4. (19) cIL, iñ, t,*,'to = oessau,7178. (20) La prétendue guerre de Caracalla contre les Carpes, en Latomus, 19, 1960, p.350.
(zt) oioll7J4, t. (22) 0io, 77, 20,3. Una inscripción de C).uj, Ann. Epigr.
[zs]
o
se inscribÍa 'los también en la historia del reinado, asf como en registros de los responsables de Ia intendencia. De esos registros es de donde habrá salido el Itinerario de Antonino, resultado de una compilación QU€, por diversos indicios, puede datarse de fines del siglo III. Pero e1 título del documento, Ititetcitnt ptooittciq,wn (üpe*atorie) Antonitti htgusti, no se aplica en realidad más que a la sección de la obra que refleja e1 viaje de Caracalla. 1960, ns 226, permite datar en 214 el relevo del legado L. l'larius Perpetuus por C. lulius Septiaius Castinus, cf. PIR2, IV. (23) 8ilc, Thrace, p.165 s., nss 36-41. (24) SHA, Car. 5, 8;Dio, 77, 16, 7; Herodian.'4' 8. Coll- Lato¡¡us, (25) rrCaracallars Pathrr, .n !g!-re.-!@g'
102, Bruselas, 1969, P. 426. (26) Dio 77,16,8. Cf. Chr. Habitch,0ie Inschriften des Asklepieions (AItertt¡mer von Perganun, \lIII'3), Benlín, 1969,
p.18.
(27) Dio, 77, 18, 2.
(zg) Oio, 77, 18,4. Es sabido que 1a biografía de Apolonio fue conpuesta por Filostrato a petici6n de Iulia Don¡na. (29) 111:I¡1., p.175; cf. supra, p. 302.
(30) BGu, I,266 = uilcken, !!.§1., zqs. (3i¡ u¡orr sur Ie séjour de Caracalla en Egypteil, en Chron.
$gJ.p!g' 34'
cf. Ann.mil., p.172 ss. tsl Strdii cl.sice, 7, te6s, plfSla!. (lO) nnn. Epigr., 1944, ne 51; 1958, ns 230. (11) cIL, IIr,795 y 796. (12)
cala, entre- el primer paso por AntioquÍa y la visita a Apamea, el viaje a Alejandria y-un viaje de regreso, para el cual Caracal'la habría seguido 'la ruta de Damasco y de Emgsa, se cueñtan 194 etapas, cifra mucho más cercana a la de la inscripción. La diferencia, es decir una decena de etapas, se explicarla por 1a excursión a Dacia, que no figuraba en el programa elaborado en Roma. Sea lo quc fuere, Ia dedicatoria de Apamea nos enseña que las etapas del viaje se numeraban, y que se hacía Ia cuenta a partir de Roma, donde eI rito de la prcfeetio Attgusti habia marcado el comienzo del viaie. El itinerario no era pues tan sóIo un proyecto elaborado previamente y susceptible de enmiendas sobre la marcha, sino que
1959.
(32) Traduccién que se inpone, evidente¡ente, en el edicto de amnistía de 11 de julio de 212, P. Giess-.40' II, 1' 9. (33) Véanse los ejemplos ofrecidos, para estas palabras, por el Iliirterbuch de Preisigke y el Suplenento de Kiess-
ling.
(34) P. Panop., 1I,257. El editor, I.C. Skeat, traduce 1a p"i;b.., siguiendo a J. Schrartz, por retonno' Se basa en 1as lÍneas 253-25L para adnitir que eI catholicos se encuentra ya en 1a lebaida superior, después de un primer paso por los rtnomesrr de la Tebaida inferior. Pero las constatacioa que se refienen esas líneas pudo haberlas hecho en Alejandría, sobre tra base de los infor¡¡es que se le dirigían periódicamente. La palabra ár¿íroáoe, en una carta de 19 de febrero de 300 es equivalente deiigutr,s , empleada para la mis¡na circunstancia en una carta de 9 de febrero (carta 7, cf' 88); se trata de la llegada deI catholicos,rrque viene de abajorr'
(35) IGLS, 1346, y el co¡¡entario de R.
14outerde.
por el priner por B' defendida es Prentice' docu¡¡ento, del editor Lerick en el artículo citado en la nota 26, p'438, n'1' Sobre Ia palabra griega ¡rotr{, equivalente an latín !!§l!, véase tl. Kubitschek, rtltinerar-Studienrr, tn 9:l&i!Ú!!91'63' 3, 1919, p. 20. (37) cIL, rlf, 20617 = Dessaui 5865 v 5865a. (36) La atribución a Iulia
Domna, propuesta
.tleuüs
ión escalla}¡itana - I
Se reanuda aquí la revis.ión de las ruta§ antoninianas (y algunas vías no antoninianas) del territorio portug-ués, revisi6n prometida en l{E 16, rargo rrempo aplazada, e iniciada en nuestro numero anterior con el artículo,'VÍas y rutas pacenses". En realidad, desbordamos amptiamániá por el Este el lÍmite probable del convehto jurídico escalabitano, penetrando en el emeriiense hasta Ia actual frontera internacional. AI4 Alio itinere ab 0lislppone Eneritam RUTA
si c:
Arltio Praetorio
m.p. CXLVIII¡
Al Este de Ponte- de Sor la'vía pasarÍa oor la a Senhora- dos prazerei, aonae'segúñ Saa se halló-l un miliario (I, 235).
cap'i I I a.
la
d_e_
Abelterio = Alter Pedroso. fsta poUlación y vecina A1ter do- Cháo, ambas con vestigioi
romanos, parecen hablar de dos emplazamientos sucesivos de A5éIterio: primero en un lugar elevado y fortificado, después en la Ilanura. Es la medición de Ia distancia a Bótoa Ia que me inclina por Alter Pe_droso, pese a que Saa tiene por medieval esta localidad.
llatusaro podría situarse, según AIircá0,
m.p. XXXYTII
en el monte de Figueira, 4 km al SE de Arronches. Abelterio m.p. xxytrl Curiosamente mis mediciones me llevan a este Itlatusaro m.p. XXITIT mismo lugarr p€s€ a que Alarcño parte de Alter do M -Septem Aras m.p. YIII (var.: LX+?) Cháo como ubicación de la mansión anterior. Budua m.p. XII Plagiaria m.p. VIII ... Es.cu_rioso que Saa, pese a reconocer que de Emrita m.p. xxx A'lter do chao a B6toa d.iscurre una calzada iomana interpretación dada en Repertorio Zg3, directa conocida con el nombre de',Calgada do .. . !u en A'licese", no quiere llevar por ahÍ la ruia AI4, valida sus líneas generales,
preci si ones :
adm.¡te
ciertai
Corríjanse ante todo los errores deslizados gl. -lqq.el.lq página: línea Is, donde dice ,,m.p. CXLIII' debe decir "m.p. CXLVIII,'; línea 3É, dohde dice "m.p. XVIII', debe decir,lp.m. XXVIÍI',. La insuficienci a manifiesta del número de millas (.l48 en total, para cubrir una distancia aproximada de 165 a vuelo de pájaro) parece deberse a la omisión po¡ razones'nd claras, pero en todo caso imputablé-s_" al recopi1ador, de ün segmento de trayecto fluvial, Tájo arriba a partir de Lisboa.
¿Dónde inic'iar Ia ruta terrestre? Es tentador hacerlo en Tancos: Mario Saa da cuenta (tomo I, 147) de "uma importante via imperial, com pádr6'es m.i I i ári os, l anEada de Tomai a Méri da bor langgs (onde passava ó Tejo), ponte de 56r, Alter do Cháo..." etc. Se pasarÍa así por Rodeiró, cercg.d.e Semideiro y Padráo, topónimos que pueden aludir a la calzada y a un iniliario.'peio 'tas distancias no cuadran con la ubicación altamente probable de Abelterio en AIter pedroso. Me incl'i no a iniciar e1 cómputo terrestre hacia Álmeirím (l), para seguir un breve trecho paralelamente al Tajo y luégo remontar el río Ulme hasta Sem'ideiro. También por aquí señala y.lu "Estrada de Santárém pára Castelug la" (V, -al!ig.ra I30s. ). Aritio Praetorio ha de buscarse al 0este de de Sor, de acuerdo con AIarcáo (a unos l9n!e l0 km dice é1; yo diría que a 5 ó 6). No confundir con Aritium lletus, qüe es Alvega según una i nscri pci ón.
(t) oice Saa (II, 84) que el fajo ha cambiado aquí
sino por Monforte y Elvas. M Septem Aras. Alarcáo se pregunta si esta mansión estarÍa en 'la "Herdade de-Aliva, no concelho de Campo Maior", donde hay abundantes vestigios antiguos. Lástima que no dé más prec.isiopqfa _la ubicación de este lugar en el mapa. Igs Mis cálculos me llevan hacia Degolados, 7 km'a1 N0 de Campo Maior.
ron
Desde antes de Degolados (donde se encontramuchos restos romanos) y hasta salir de te-
rritorio portugués, Saa ofrece (II,'147-158) una descripción de la calzada con bastantes precis.iones topográficas, tal como se veía en I940 y en años u'lteriores, adv'irtiendo que pudo comprobar el deterioro progresivo hasta su práctica desap-aric-'ión en muchos I ugares. Según é1 pasaba por Revelhos y unos 800 m al N de Degolados y, separándose de la "Estrada do Alicese" que iba a Campo Maior, pasaba a 3 km de esta ciudad y a 5 de 0uguela, atravesando el Gévora todavía en territorio portugués y coincidiendo después brevemente con la frontera internacional. Lo sorprendente es que después de su minuciosa y convincente descripción, Mario Saa nos dice que esta "magnífica calgada" es... ¡un atajo hecho por_ Io¡, árabes saltándose Ad Septem Aras, que según él estaba en Campo Maior! Piruetas de este t'ipo son frecuentes en los tomos de Saa, Io que obligá a un atento discernimiento para separar'el oro de Ia paja. Para 'l-a parte español a de esta ruta puede verse Fernández Corrales, EL trazado de 'l.as oías ?qrumaa en Estra¡ndzra, 1987. EL I{UDO ESCALABITA]IO
de curso:
hoy pasa lamiendo Santarém, antaño pasaba pegado a Al¡reirÍr¡. Tanbién nos dice (II, S7) que André de Resende, patriarca de los arqueólogos portugueses, llevaba la vÍa rooana por donde propone0os, habiendo visto milianios a lo largo del camino en los orí9enes de la ribeina de Alpiarga: rper Alpiarsae fluvii initia ducebaturrr. Parece tratarse deI rfo Ulr¡e.
Las rutas Al5 y A16 nos fuerzan a encararnos con el peliagudo problema del nudo escalabitano. Tratar de aclarar nuestras ideas sobre esta cuestión- es un- pasg previo imprescindible para la consideración del conjunto de estas rutas.' Basaré mi aná'lisis en Ios cuatro postulados si gui entes:
tze)
7
-
I - Tanto 'la situación de la propia Scallabis como e-l trazado de 1as etapas an^terior y posterior a ella en ambas rutas siguen =sjendo un pro-
blema no resuelto. Ninguna de l.as soluciones propuestas (incluida Ia de Repertorio 294-295) es satisfactoria. Así 'lo reconocen Jorge AIarcáo y Vasco
Gi
I
.
2 - La teoría del acusativo puede ofrecer una como admiten también dichos autores (ver recuadro)r p€Fo no basta. Quiere esto decir que aunque el acusativo por sí solo no nos saque de apuros, no hay que desechar'lo como elemento inútil. Las dificultades en el caso que nos ocupa no tienen por qué invalidar la interpretación gramatical del I.A. 3 - Con los datos actualmente dispon'ibles es dificil pretender una solución definitiva. Un grado razonable de certeza sólo se podrá alcanzar si aparecen nuevos datos, fruto de excavaciones o de otras fuentes. 4 - La solución que yo busco se basa en suponer exactas las distancias antoninianasl otras elucubraciones basadas en achacar a los copistas errores o saltos de Iínea no me interesan en este caso. Entiéndase bien: no digo que esto sea imposible (en especial el salto de lÍnea, comprobado en otros casos), sino que yo personalmente apuesto aquí por 1a exactitud de las rutas. Quiero agotar todas las posibilidades de explicarlas antes de decir que están equivocadas. Mi enfoque es pues totalmente contrario al de Már'io Saa (ver recuadro en pág. 10). ¿Dónde radica, pues, la dificultad? Como ayuda para el planteamiento, consideremos e1 diagrama siguiente:
Sellium x x x
LC'
s" o'9
Q'o.
fa
igrábricor-
Ta.bucci
Las incógnitas: No sabemos donde estaba
Scallabis. La iden-
tificación tradicional con Santarém se basa en qye ésta es desde tiempos medievales Ia ciudad mg: importante de estos contornos, en que en '
e1 1.a han aparecido vestigios romanos y sobre todo en testimonios medieváles sobre un icastrum Sca'llaphium" (así llamado por el franco 0sberno, cronista de la conquista de Lisboa, Il47) o Saqlaú (así en las fuentes árabes) que figuraba ssms dependencia administrativa de Santarém. pero este último dato incl'inaría a no poner la ciudad romana en la propia Santarém, cuyo nombre era Santa
[zs]
a
Y LA
GRAIIATICA
EN EL ITIIIERARIO DE A¡ITONINO
Mantas
A maior parte dos topónirnos do Itinerário acha-se em ablativo ou locativo: a via passava mesmo por iesses lugares. Alguns outros fi_ guram em acusativo, como Scallabin ou Calem: a via passava perto, mas náo exactamente por esse lugar, que devia tigar-se á estrada principal por um ramal. Noutros caeos ainda, o topónimo lé-se em acusativo precedido de ad, como Ad Adrum flumen ou Ad Septem Aras: sáo mansiones cujo nome derivava de acidentesi
pista,
-
ALANCÁO
.
geográficos, mohumentos, villae, etc., junto dos quais se situavam. (Jorgc llarcio, Portugal ftorano, p
,
I
67)
Hirénea. Alarcáo deja'la cuestión prudentemente entre interrogantes. Puede también tenerse en cuenta la observación de Vasco Mantas de que
"o trazado urbano de Santarém, ao contrário de op'ini6es divulgadas nos últimos anos, pouco tem de romano. "
-
No sabemos tampoco
si el Scallabim-empalme
la Al5 se identifica con el Scallabim-empalme de la Al6, o si deben presumirse dos empalmes de
di
ferentes.
-
No sabemos donde estaba Tabucci.
Lo que sabemos o creemos saber: - Ierábriga estaba en Paredes, cerca de AIenquer. Así 1o propone Alarcáo, y Mantas 1o reafirma como indudable. Lástima que con los mapas y la bibliografía de que dispongo no consigo aclarar el emplazamiento exacto de Paredes, pero parece que es un barrio periférico de Alenquer. - Sellio (en ablativo para no confundirnos) estaba en Tomar, localización que también se considera "definitiva", aunque desconozco las razones exactas. Parece pues prudente empezar intentando trazar en el mapa el tramo de la A16 que une estos dos puntos; pero para el'lo tenemos gue hacer la consabida distinción entre Sellio y Selliumempalme (Por cierto, me extraña que ni Alarcáo ni Montes hablen aquÍ del acusativo). Las XXXIIII millas entre Selliun y Conímbrica, insuficientes para cubrir la distanc'ia de 36 millas a vuelo de pájaro entre Tomar y Condeixaa-Ve1ha, parecen no dejarnos más alternativa que poner Sellitrn-empalme en Sandoeira. En este punto, nos dice Saa (II, 187), hay un yacim'iento Ilamado "cidade de Arouquel" con restos de construcciones romanas. Y también en este punto, según el mismo autor, confluía con una vía romana de Santarém a Coimbra un ramal que venía de Tomar. Vale, pues.
El siguiente paso consiste en encajar el tra-
-
mo lerábrica-Scallabim-Selliun en verosími
I
es o
posi bl
el
giong{g: por L. de Vasconcelos em Retig.¿ta Lusit! (I, I69). ¡Todo va encajando! Una cosa sería el primitivo, utilizado por los romanos en loscastro orimeros-tiempos para _sus carpañas bélicas, y ótra 'subesora cosa Ia colonia Scallabis, ael taltro y asentada en llano en tiempos de paz. El castro á meseta de Chdes pudo sér perf'ectamente, como piensan A'larcáo y José i,lanuel'García, la fértalál za de l,hron que según Estrabón siivió de baie a Brutus contra Ios Iusitanos. Abandonada durante 1a_"pax romana" en favor de Ia colonia Sca¡labis, volverÍa a cobrar valor en los tiempos revueltoÁ en gue es destruida la colonia. 0lvidado el nom_ bre anti guo de lloron, pasa a ser e'l ,,castrum Scallaphium" mencionado por Osberno. Queda por ver Ia distancia entre Scallablm-
esquema de
es cami nos romanos' de
'l
a
¡egión resultantes de las exploraciones de Saa. La distancia en línea recta Sandoeira-Alenquer es de unas 57 millas de 1538 metros,-lo que rio está mal en piincipio para encajar 64 millas. de atentas lecturas y relecturas de -Ias Después a veces contradictorias páginas de Saa y tras múltiples tanteos, opto poi este itinerarioj
- La oian tet?an qte oenit de fuúuqt ad Alqqter (doc. de 1200 citado por Saa, II, 69-70). Aunque Saa Ia_ pone en u¡o de'sus primeros mapas como romana, luego la olvida y tiende a consiüe-
rarla medieval: cosa difÍcil si ya en Iffiera uvetera". Iría por Aveiras de Cima, pontével, Cartaxo y Vale de Santarém. - La vÍa pasaba por la estrecha faja de te-
y Tabuccl. Veamos esta cuestión, con lo cual podemos entrar ya en el examen geneial de la ruta AI5.
rreno entre Santarém y el Tajo, donde hoy va 1a Iínea férrea. Ya hemos dichó que, según-Saa, el Tajo iba antaño más al Este, toóando Aimeirím. - Vale de Figue.ira, S.V.icente do paúl, Casével, Parceiros dá Igreja, Lapas ¿e-torrás'lovái, "C'idade de Malhada,i, ,'Cidadá de Suvidade,'(doé importantes campos de vestigios romanos; el segundo, en e1 lugar de Beselga, también lo menciona .Al arcáo, p 88 ) , Fungal vás , Chño de Magas, Sandoeira (Saa -l, 204,
empalme
RUTA AI5
Item
m.p.
17.ls.). Pues sí: aunque no d.ispongo de todos los mapas l:50.000 que quisiera, puedo af.irmar que el camino así descrito mide las 64 millas busiadas, con un margen de error de !4Á. Otro paso: 1a situación de ScaIIabin-empalme. _ Puesto que el tramo que nos ocupa se compone de dos etapas iguales de 32 millai, en Ia mitad de este tramo estaría el empalme buscado. Exactamente en el extremo septentrional de'l alargado núcleo urbano de Vale de Figue'ira, pueblo-cálle situado a Io largo de la vía. ¿Es verosímil un diuettieulun que irrancando de -allí llevase a
i nho.
"Houve, no Pomba'linho, estáncia romana; acaso
a mesma da fortaleza dos Ch6es. por vezes se encontran, aí, sepulturas, de que se t6m retirado obJectos preciosos, como certo vaso de vidro men_
sic:
Queda dicho que acepto la ubicación de lerábrica en Paredes, cerca de Alenquer. En el tramo Lisboa-Alenquer-, opto por el trayecto que Saa describe minuciosamente' por Campó de Aivaladé (Lisboa), Loures, Bucelas y Arrudá. Las 30 millas se cuentan bien por aquÍ. Sin duda existió un atajo por Sacavém y Alverca, pero las explicaciones de Saa sobre Ia dificultad de pasar ál pantanoso estero de Sacavém parecen convincenies, y
Scal I abi s?
Pombal
ab 0lisippone Emeritam CCXX,
Ierabrica m.p. XXX Scallabin m.p. XXXII Tabucci m.p. XXXII Fraxinrm m.p. XXXII lbntobrica m.i. XXX Ad Septem Aras m.i. XIttf Plagiaria m.p. XX Emerita m.p. XXX
y II,
Pues sí, otra vez: nos dice Alarcáo (p 7g) que uno d9 1o_s.emplazam'ientos que se han propuesto para Scallabis es Ch6es de Alpompé,2 km iargos E--Nq de aque'l presunto emia)rire. También 5aa 9l(lI, 96) nos habla de Ias fortificaciones romanas que existieron en la meseta (',planalto,,) de Ch6es. El punto de empalme del camino conducente a Ch6es se situaría en la,,Qu.i nta do Castilho', (mapa 27-C del IGC portugués). Pero hay una dificultad: según Alarcáo, si bien nunca se han hecho excavaciones en Chées, todos los materiales allí recogidos en superficiá republicanos, lo que lleva a descartar el !0n Iugar.como emplazamientb de una colonia ae époia imperial. Afortunadamente Saa nos brinda un escape a esta dificultad: prolongando Ia línea que va ie Quinta do Castilho a Chdés, y después d'e cruzar e'l río AIviela, llegamos unós 3 km más allí a
alio itinere
no es extraño que una expedición militar escog.ie_ se un cam'i no más seguro. , Corlllg .lo qu.e di je_ en titE 16,9, me parece ahora dificil mantener el esquema de .l965 pára la !!guiente etapa. Las 3Z miilas, contadai desde Alenquer hacia el. Este, nos ljevarian a poner 'Scallabim-empalme,'_ inaceptablemente Iejoi de Santarém o de Pombalinho. . Supongamos que las rutas 15 y 16 son coinc.i_ dentes hasta "Scallabim-empalme',; 1o cual después de . t_odo parece lo más lógico.- En tal casd se podrían contar las 32 millas desde Va'le de Fil gueira, torciendo para cruzar e'l Tajo en Alpiarga. .r.r.9S .Alpiar§-a, la ruta más corta y lógica ,hacia Mérida sería Ia que hemos descrjto éomo Al4;- pero como esta ruta está ya ,,ocupada;, y además sería demasiado corta pára las'mitiaÉ disponibles, habrá que rodear 'un poco por el Norte o por el Sur.
Por fidelidad g qri posición de 1965 o por espírÍtu de contradicción'frente a otros autorLs, me tento pr.imero Ia solución Sur. parecia aprovái chable en buena medida la que Saa denominá ',Es_ trada do Escaroupim', en su mápa del tomo I i¿oñáe ,,romana I
a
caracteri
za como ví a
pri nci pal
,,
)
[2e]
y e
LA DESCOIIFIAilZA DE
SAA A}¡fE EL
'IARIO A¡ITONIT{O ITIITERARIO DE
que, nestas notas' ás distáncias do ltinerário, náo sáo de grande fé. Persistir em mantener-lhes a exactidáo, e havé-Ias como base de cálcuIos para definir as posig6es das cidades, é anular todas as perspectivas de verdade. Nos roteiros, duma maneira geral, notamse tres. espécies de vícios com os quais há que comtar, e que especialmente se acemtuam no Itinérario de Antonino, dada a sua muita antiguidade, e multiplicidade de cópias, ou Debo obserqar
códices.
Sáo elesr le, emos de distánciasr cometidos, ora pelo autor, ora pelo§ copistas. 2e (com menos frequéncia), deturpag6es toponímicas; 3s (com menos frequéncia ainda), erros de inversáo de ordem de estagóes.AIém disto, sáo frequéntes omiss6es e repetig6es.
(I.
Saa, As grandes vias da Lusitánia,
I,
205-206)
"Estrada do Sorraia" en su mapa del tomo II. Iba por Glória, Erra, Cougo, Sourel, Veiros, Barbacena y Campo Mai or. Pero habÍa dos dif.icultades principales: por u! extremo, había que suponer un tramo de vía Alpiarga-Couqo para
el
que no tengo
el
más mínimo
i.ndicio; por otro extremo, estabañ estos párrafos
de Saa, muy taxativos: "De Sta. Eulá1ia á Ponte de Caia mostra-se o mais impressionante pedaEo de caminho romano, conhecido. Dirige-se .de Sta. Eulália ao sinal geodésico da Ca[ela, junto do Mte. de este nome ( freguesi a da Aventosa ) , dei xando o si na1 da Aventosa á di rei ta. No l'lte. da Capel a une-se á estrada, romana, do váo do Escaroup'im a Campo Maior. A estrada do Escaroupim é d'irecta, e a mais curta distáncia, dos confins setentrionais do estuário do Tejo a Mér'ida. Do Mte. da Capela ao Caia, intensificam-se as ruínas romanas, em a'licerces e achados de toda a espécie. Náo há quase soluEáo de continuidade. Passa-se, sucessivamente por Mte. da Capela, da Silveira, de S. Pedro " (tomo I, 196-197). Aun s'in tener el mapa topográfico, está c'l aro gue el "'impressionante pedago" atestiguado por Saa no nos lleva a Degolados (=Ad Septem Aras), que es adonde neces'itamos llegar, sino a Campo l,lai or. Demos pues un número no antoniniano a esta Estrada do Escaroupim, cuya importanc'ia me parece fuera de duda puesto que era el camino más corto de Mérida a Lisboa. En reconocimiento de esa 'importancia, llamémos'l a Ll . Con el mismo número englobo el tramo Escaroupim-Lisboa, de cuyo paso por Sacavém dio cuenta Francisco de Holanda en el s'iglo XVI (puente entonces arruinado). Exploremos ahora 'la soluc'ión Norte para la Al5. Por lo pronto, observo con satisfacción que XXXII millas desde Vale de Figuiera (ScalIabi'mempalme) por AlpiarEa y remontando la margen izquierda del Tajo me llevan a Ias cercanlas de Tramagal , por donde Al arcio y Mantas buscan
[zs]
ro
Tabucci,
si bien dubitativamente.
Me alegro
de
coincidir. La existeniia de una vía romana por donde hoy va Ia carretera N-118, aunque Saa'no
nada, es muy probable. Desde Tramagal, para colocar las XXXII+XXX+ XIII millas que nos separan de M Septem Aras sin repetir Ia ruta Al4, se impone inéludib'lemente yla de Ias que Saa Ilama ,,Estradas Mouriscas,,, llamada también en este caso ,,Recefe,,, ,,Arreceveí, o "Alicese".iViniendo al parecer de las Beiras, cruzaba el Tajo en Alvega (según nota de II, 368, donde rectifica una opin.ión anterior) e ibá por Polvorosas, lugar de Sorinho en Ia margen izquierda del río Sor (importantes ruinas romanas), Monte da Pedra, Crato, importantísimos restos romanos en el lugar de Granja después de cruzar el río Seda, y cerro da CabeEa (4 km al Oeste de la estación ferroviaria de Portalegre), donde confluye con la Al4. A,mbas.rutas juntas siguen por Assumar, Sáfera o Safra (extensos restos áe nubvo entre estos dos puntos), Degolados, etc. Las descripciones de Saa me convencen de que estamos de nuevo ante una calzada romana, por más que él crea que el ,,calcetamento', de pieira menuda gue se conserva deteriorado en numerosos pasajes es obra morisca. Honradamente, hay que reconocer ciertas dificultades para dar por definitivo este trazado de Ia Al5. Estas son: * La ruta pasa por o muy cerca de A1vega, lugar donde una inscripción en bronce Ileva a situar Aritium vetus (A'larcá0, B0), y sin embargo no se cita este 1ugar. -d'iga
*
se cita l{atusaro, mencionado en Ia estaría en la parte en que se superponen ambas rutas. * Inversamente ibnt6brica, también en Ia parte de_trayecto común, no figura en la Al4 y sí en
AI4,
Tampoco
que
la Al5.
Este tipo de objec'iones, aunque hay que reconocerles cierto peso, no son concluyentes. Están comprobados otros casos en que las hojas de ruta antoninianas, seguramente por razones totalmente coyunturales, pasan de largo por mansiones o ciudades cuya existencia se conoce. Quedan dos mansiones por situar en e'l mapa: Fraxinun.- Calculando en e'l tramo TramagalAlvega-Monte da Pedra con un coeficiente de contorneo del 8,5% (pues el terreno parece re]ativamente accidentado), las XXXII millas pueden cumplirse muy bien en Monte da Pedra. No creo poder Ilevar la coincidencia a Sorinho, donde Saa halló señales de población romana, y mucho menos a Crato o Granja, por donde él busca Fraxinu¡. De todos modos no perdamos de vista la desinencia de acusativo, que nos invitaría a buscar a uno u otro Iado de 'la vía. Nuestro corresponsal J. Bueno me comunica que en un documento de fines del XII o princip'ios del )(III se habla de urr "vallem de Fraxeno" en relación con Marvlo (ver recuadro en pá9. siguiente), y s€ pregunta si a este texto se debe la atribución a Alpalháo de la
mans'ión Fraxintnn, que recoge Viu.
l{ontóbrica (aplicando ahora un coeficiente
de
contorneo del 4%, pues por aquí parecen posibles caminos muy rectos) caería a mi tad de cam'i no entre Assumar y Safra. Dice Saa: "Assumar é localidade de concentrado valor arqueológico. De suas antiqualhas romanas escreveu L. de Vasconcelos um opúsculo. As ruínas da cidade a'longam-se para Leste até ao Caia, e ainda para les-
¿IINA üENCIO}{ üEDIEVAL DE FRA:nMrü?
foian (sic; ¿focen?) §etter et inde per ci¡neas ile aqn ile Yile et itúe oailii pen throut ad. furgodoe et índe ad einas ile Owel,a et oadit per rcstnn de Ab@eL @o üadit ad, Iagm itúe ad Nigites et índe Dadít ad lbrnoroqe inde ad. foran (sic; ¿focen?) de ' Esqulas @o ctüTlott a,qte in Seqtalna et inde padit o¿ oallm ile fuaseno.
de'vestigios romanos, nos quedamos con la segunda, donde "o sulco vai compro- -
vado com a d'ispersio de'tegula.e, e outros si nai s. " Y precisamente en Ramalhais, junto a otra bifurcación, hay una nueva importante concentración de fragmentos, muros, etc. "A área arqueológica Antas-Fonte do Piar é, sem contestaslo, a mancha romana mais extensa, e mais intensa, no espaeo
(De los Oocunentos de Gardosa, pasaje copiado te deste rio. Compreendem por J. Bueno) o povoado vial da Sáfara, compreendido entre Tomar, t Condeixa e o que de romano possa e Soure" (II,193). existir en Arronches. Esta foi a sucessora do A Soure nos quiere llevar Saa, para seluir a Montemor, probable lluf¡Lerflur' dice o que qt es prooaD ce e5 e que una "oppidum" Montóbrica. " (II, r44) , y por Io romana discurriese en efecto por allí. Pero vía No veo claro en este párrafo si identifica nos da también Ia posibilidad de tomar Ia ',estraI
ilontébrica con Assumar o con Arronches. De hecho, mapas vacila entre estas dos 'identifica-
en sus ciones.
Creo que 1a desinencia -brica o -briga nos dirige a un lugar de fáci1 defensa, y veo en el mapa que Arronches está ceñida en dos tercios de su contorno por un rí0. Pero Arronches queda a un'lado de la vía. Me inclino a suponer aquí un
acusativo perdido, ilontobricam, pérdida que como sabemos es más frecuente en-los nombres de Ia primera decl'inación. Eso ayudaría también a explicar la omisión de este lugar en la Al4. Nada de esto es cien por cien apodíctico, por supuesto. Pero al menos tiene congruencia y las c'ifras concuerdan, 1-o que no puede decirse de las i nterpretaci ones hábi tual es. Vol vamos ahora a 1a A16.
da de Alvorge", así llamada en un diploma medieval, pasando por Sant'iago de Guarda, para IIegar a Condeixa-a-Velha pasando por Rabagal (195-.l96). La entrada en Conimbriga desde el Sudeste viene confirmada por Vasco Mantas, quien nos habla de un miliario de Dec'io con la milla VIII en este
tramo.
Puedo
mide
RUTA A16
Item ab 0lisippone Bracaram Augustam m.p. CCXLIIII, sic: Ierabri ga m.p. XXX Scal I abi n m.p. XXXII Sellium m.p. XXXII Conenúriga m.p. XXXIIII Aeminio m.p. x Tal abri ca m.p. XL Langobri ga m-p. XVIII Calem m.p. XIII Bragara m.p. XXXV Aunque opino, con Saa, que hubo una vía romana directa de 0lisippone a Conimbriga por Rio Maior y Leiria, e'l hecho de que esta ruta mencione Scallabin y Sellim (incluso en acusativo) parece indicar que se aparta de tal vía directa. Proyectadas ya las tres primeras etapas sobre el mapa, retomemos Ia ruta en Sandoeira (Selliumempalme). En su tomo Ii, p. 188 y sigs., ofrece Saa una descripción muy pormenorizada del trazado cuyos detal'les me gustaría seguir en los mapas topográficos. Pero Io esencial es Io siguiente: Por la margen derecha del río Nabño hasta Passarías, donde hay dos posibilidades, ambas con el nombre de "estrada real": o cruzar el río y seguir a Ans'iáo, o alejarse de él para llegar a Ramal hai s . Desechada I a primera, desprov'i sta
afirmar, de nuevo, que este trazado deseadas, con escaso
Ias XXXIIII millas
error. De Conimbriga (Condeixa-a-Velha) a Aeminio (Coimbra) vamos como sobre ruedas: X millas viales, 9 millas a vuelo de páiaro. No hay problema. Digamos únicamente que 'la vía pasaba por Antanhol, a occidente de la carretera actual, según se deduce del estudio de Augusto A. Batista que citaré a margen de
conti
"
I
nuac i ón.
Respecto a Talábrica, 'las opiniones varían entre Albergaria-a-Velha (para quienes se fijan en la d'istancia a Aeminio=Coimbra, XL millas) y Branca (para quienes cuentan XVIII+XIII m'illas desde Calen=Ga.ia o Porto). Y es que no hay manera
de armonizar
ambas mediciones
sin recurrir
al
acusati vo.
EL ACERTIJO DE CALEI,I Buena ocasión para machacar en el leit motiv de EI ili'liario Extravagante, tanto más cuanto que me siento apoyado aquí, en principio, por
Jorge Alarcáo y Vasco Gil Mantas. EI planteamiento del acerijo es senc'illo: trate usted de cubrir, con cuatro segmentos de XL, XVIII, XIII y XXXV millas, la Iínea quebrada Coimbra-Porto-Braga. No lo conseguirá, y mucho menos si se obstina en utilizar la milla corta de 1480 metros en lugar de Ia de 1538 que yo recomiendo: la suma de los segmentos es de todos modos más corta que aquella línea. La so1 uci ón es fáci I : desdeñe usted ( ¡ si n ánimo de agravio!) Porto y sus inmediaciones, como Ie autoriza a hacerlo el acusativo Calem, y aplique los susodichos segmentos a Ia línea recta Coimbra-Braga. No só'lo la cubrirá, sino que Ie sobrará todavía un 8% para que se lo trague el que hemos llamado "coefic'iente de contorneo". Además, este trazado directo cruzaría el Duero en
[2e]
ll
Porto Carvoeíro, y he observado en Ia obra de la palabra "porto" se aplica a menudo en el país vecino al paso de un río, por vado o por Saa que
RO;IMS DEL COrctLHO DE GIII SE6UI A. DI
barca.
\'
Muy bien, pero ü aquella frase de Vasco Gil Mantas de. que "as hipótesis indicadas por G. Arias... náo corresponden aos resultados da investigagío mais recente"? ¿No será que los vestigios comprobados de Ia vía romana confirman el rodeo por Portus Cale y no e1 atajo por Porto
\
\
cerca.
lo
que vamos
Tramo documentado
de
la vía l.
+-+ Líni'te de} concelho
.*.i^, I
Carvoei ro?
Esto es
-
I
IIfiO§
\
a ver un poco más de
LOS ESTUDIOS LOCALES SOBRE LA A16 EN EL DISTRITO DE AVETRO
Aclaro que a'l decir "Distrito de Aveiro" para simplificar, incluyo también el Concelho de Gaia, al Sur del Duero, que pertenece al Distrito de
Porto. Hay unos cuantos estudios que tratan de rastrear el trazado de Ia Al5 en este tramo comprendido entre el Mondego y e1 Duero. No he pod'ido localizarlos todos, ni quizá los más recientesi pero creo que Ios cuatro que c'ito, además de1 omnipresente y a menudo desconcertante Mário Saa, son suficientes para darnos elementos de juicio sobre las preguntas que nos hemos formulado, y no tengo noticia de que otras investigaciones alteren los planteamientos de estos estudios. Armando de tiUlTT0S opinó en 1937 que de Cale (para él Gaia) irradiaban al Sur del Duero cuatro
otra parte, diversos vestiiios bien comprobados e importantes restos de calzada en la Serra da Gralheira (en los confines de los distritos de Aveiro y Viseu; ver mapa en Ia pá9. de la derecha). Es fácil ver que1as dos pruebas de la vía I y las dos pruebas de la vía 3 pueden engarzarse, las cuatro, en una misma línea prácticamente recta. Yo no dudo de que aquí hubo una vía romana, y 1a voy a l1amar L97. Pero pongo en duda que sea
1a A16 que estamos buscando. El párroco jubilado ("abade aposentado") Joáo Domingues AREDE, tras rebuscar en viejos documen-
tos de Ios siglos XI, XII y XIV, exhuma en 1938 s'iete menciones de la "strata", "strata mourisca" l) La que é1 llama la estrada militar, es de- o "estrada de Lisboa", todas las cuales él atricir la antoniniana, muy próxima a la carretera buye a nuestra vía antoniniana. A mi juicio, dos nacional (Ns l0 en su t'iempo, hoy N-l). de ellas (Brantais, en Ia feligresía de Sermonde, y Aldriz, en Argoncilhe; he añad'ido estos dos 2) 0tra muy próxima a la costa, de Ia que no últimos nombres en el mapa de Mattos de esta junto a vamos a ocuparnos, con restos de calzada página) corresponden más bien a la L 97. Las Bri to. otras cinco se sitúan en una línea que vq de Por3) Otra guc, destacándose de la prÍmera en tela de Romariz a Albergaria-a-Velha y Agueda, y Pedroso, llevaba a Viseu. no hay duda de que corresponden a Ia A16. También perfectamente en nuestro traencajan izquierda la margen que seguía 4) Una ú1tima miliario de Ul, que marca XII del Duero, sobre 'la que no insiste y ni siquiera zado e'l(sin duda desde Talábriga) V dibuia en su pequeño mapa porque piensa ocuparse millas de Mealhada, con otras de el'la más adelante, pero que me parece muy me- el miliario (distancia posible desXII millas recedora de atención. de Aeminio). 'l 'l 'l Son a 1 y a 3 as que aquí nos 'i nteresan. También aporta Arede testimoDe 'la 1 aporta dos pruebas: por un lado, unos nios sobre una vía romana de con descubierto pavimento romano de 120 metros 'la Aveiro a Viseu, incluido un puenocasión de unas obras de ensanchamiento de entre A-dos-Ferreiros romano te estumedido, y perfectamente carretera nacional, diado, documentado y fotografiado por el autor' a y Préstimo. Nos Ia aprop'iamos I km de Gaia (ver irapa eñ esta pág'ina); Por otro con la designación L96. lado, una referencia'de un erudito más ant'iguo En su trabaio de 1944, sobré restos de calzada romana en Monte Murado, aparte de una serie de preIlamado tambien Monte da Senhora da Saúde. La cisiones sobre el río Antuá prolongación hac'ia el Sur siguiendo la carretera que aquÍ no interesan, traza iracionál es hipotética, y se basa en la idea Arede con mucho pormenor el vÍas
romanas:
de que esta vía debÍa venir de Coimbra. De la 3, otras dos pruebas: por una parte la existencia, todavía recordada en su tiempo' de una "estrada velha de Viseu" que entroncaba en Pedroso con Ia nacional nq l0 (N-l de hoy); por
lzel
tramo de cal zada al Sur de S.Joáo de Madeira y hasta el puente de Silvares sobre el
rio
Antuá. Todo encaja per-
fectamente en el trazado que propugnamos.
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[zs] tr
Augusto Soares de Sousa BAPTISTA dedica buena
oarte de su trabajo a sostener una diferencia enire el término "strata" y Ios términos, también empleados en documentos medieva'les, de "carraria'j "carri1 ", "vereda", "víatt g incluso "calzada". Según é1,-sólo "strata" es garantía de gran antigüédad, pudiendo los otros términos aplicarse a éaminos más modernos; a pesar de lo cual sostiene, apoyándose en Viterbo (autor portugués antiguo), que Ia designación "estrada mourisca" bien podría referirse a un cam'ino reparado, rehecho o rectificado por los moros, oponiéndose en esto a la opinión casi universal que achaca a error popular la atribución de cua'lquier obra antigua a t'I
os morostt . Lo que nos importa de su trabajo es una nueva Iista de menciones de "strata", "strata mourisca" y "strata maiore" en documentos de Ios siglos XI y XII. Casi todos Ios Iugares de esta serie están en Ia línea de Coimbra a Portela de Romariz que nadie discute. Hay también unas pocas menciones de "strata" por Ia parte de Pedroso y Sermonde, como ya vimos que seña1ó Mattos. Pero hay dos documentos que me intrigan especi a'lmente. Copi o:
' Carta do Couto de Peil¡oso - n...d.qhi a Porto Carreiro e oai ter a esttada...n L14? ' Gaia -'1.. deede o Porto Coegto e dalry 1128
pela Petta de Corw e des¿le ahi pela estrola oeLha cW oae a Joao Gignes... até o Potto dn Pont'e'de Yalgias e dohy pe'l,a meann estrada..." Lo que me pregunto es: ¿Será este Porto Carreiro o Porto Caneyro el mismo Porto Carvoeiro del mapa que estoy maneiando? ¿Tendrá, que ver a1 go ese Joáo Gi gnes con el 'lugar de G'iáo que veo en
el
mi smo mapa?
He aquÍ una 'línea de investigación que merecería ser continuada.
En cuanto a Mário Saa, ya h'ice notar en Repertorio 295-296 que admite dos pasos de vías roarriba de Porto: un vado en Créstuma' manas aguas -vía que vendría de Arrifana, Fiáes y Sande una dími y el otio parece estar en su mapa hacia Por-
to Óa-rvoeiro, el texto.
pbro no encuentro su exp'l icac'i ón
CONCLUYENDO CON
en
LA AI6
TaIábrica estarÍa pues en Albergaria-a-Velha o muy ligeramente al Norte de ésta. Langóbriga cae hacia Milheiros de Poiares; y si allÍ-no sé encontrase nada, habría que suponer un acusativo perdido y buscar a uno u otro lado' Lo siento por e1 abade Aredel Qu'ien me había caido simpáticb al declarar su fe en los datos del Itineiario de Antonino: "...com os números, que t6m a inflexível rigidez das matemáticas, náo se brinca". Él no quiso jugar con los números, pero su convicción de que habia que ir a Ga'ia y su empeño en contar desde allí le hicieron errar el rumbo, como a tantos. Calem-empalme cae entre Branzelo y Senande' dei Duero. Con 1o cual queda entendido Norte al aue me parece más verosÍmil poner Cale en la nia"ge, dérecha del Duero, cuestión secu'larmente
[zg] l+
Nos díce Alarcáo que en Pena Ventosa (1ugar que ocupa hoy la catedral de Porto) hubo una pobl aci ón romana, y . que a] I í se hal'laron monédas de los siglos III y IV, fustes de columnas e indicios,de un templo, También Vasco Mantas localiza Cale en Porto, apoyándose en los vestigios arqueológicos y en una cita de Ia toma de Cale por Perperna. Quizá,el lector se quede con una duda: ¿Cómo es posible que una calzada romana tan importante, tan próxima a una ciudad que no lo es menos, haya desaparec'ido sin deiar rastro y se haya bomado del recuerdo de los habitantes y de Ia
deiatida.
memoria
histórica del
pueblo?
La respuesta es: precisamente por Ia 'importanc'ia que muy pronto adqu'irió Porto, cuna de 'l a naci ón portuguesa. Es esa 'importanci a I a gue hizo que en los siglos medios a nadie se Ie ocurriese viajar de Coimbra a Braga sin pasar por Porto. La ciudad atrajo hacia sí el camino, y el tramo viejo quedó 'inservible y abandonado.
y borrado de'l todo? ¡Ah! Eso que alguien tendría gue ir a comprobar sobre el terreno. ¿Abandonado
es Io
¿Por qué no usted
mi smo?
VIAS NO AIITONIilIAIIAS Conviene ahora volver Ia mirada hacia algunas de 'las vías del convento escalabitano no mencionadas en el Itinerario de Antonino. Trataré de ordenar Ias que me parecen más documentadas. 190. Lisboa-Assaf6ra. Acompañaría al acueducto romano hasta Belas, según V. Mantas, para seguir después por Montelavar. Saa (III, I2s) detal'la su trazado probable. Lgl. Vía costera; en realidad, a cierta distancia de la costa. A Io largo de e'lla (Saa iII, 25s) hay un cordón de yacimientos con tégu1as y otros restos de edificación. 0drinhas (donde la abundancia de lápidas sepulcrales dio Iugar a la formac'ión de un museo Iocal ), Funchal, Mafra
(vidrios, monedas...), Torres Vedras (vil'las la L92), A¡no-
romanas dispersas; confluencia con
re'ira de Obidos, ubicación de Eburobrittio (AIarcáo, Mantas), Alfeizeráo (antaño puerto de mar, según Mantas) y S. Sebastiáo do Freixo (CoIlipo). L92. Torres Vedras - Loures. Podría pasar por Do'is Portos (Mantas) o por Enxara (Saa).
L9.
Ierábrica-Collipo-Coninüriga. A su impordorsal de la Estremadura portuguesa deberá esta vía el ser designada con
tancia
como espina
un solo dígito. Va por Alcoentre, Rio Maior, borde oriental de la Serra dos Cardoeiros, Porto de Mos (Saa III, 78-80), Collipo, Leiria. Aunque no es imposible el trazado por Pombal y Redinha más o menos coincidente con la actual N-1, la 'llevo por Soure por dos motivos: a) Saa nos habla (III, 77-781 de una "Estrada Larga" que bifurca cerca de Ranha y s'igue una divisoria de aguas: por ahí iba Ia Estrada Real de Lisboa a Porto en 1788, y es posible que en t'iempos más antiguos continuase hacia Porto dejando a la derecha Condeixa y Coimbra; b) según Mantas, 'la entrada en Coninüriga se hacía por el mismo viaducto por
donde
salía 1a-A16 hacia Aeofinio, sitq.ado en la
zona Norte de 'las excavaciones.
t93. Collipo-Sellio, - I- t¡lantas.
por 0urém, según
Vasco
Gi
L94. Criimbra-Viseu. Tal vez
pueda consideL9. Es convincente
rarse como continuación de la la descripción de Saa (II, Z46s), apoyándose en autores anteriores. La vía evitaba la hoz del Mondego elevándose por Sto. António dos 0livos, Lorváo y Mortagua, para seguir por Treixedo y Tondel a.
L95. De Ia Al4 a Montemo¡:-o-Velho. Varios retazos que hemos ido encontrando parecen dar
continuidad a esta ruta. A'l tramo Semideiro -Tancos
nos hemos referido
al estudiar Ia Al4. Entre
Tancos y Tomar, Saa encuentra una Estrada Real con restos de ca'lzada antigua, así como un miliario anepígrafo (I, 236-2371; para él era ésta la "Via impérial scalabitana", pues según é1 Scallabis estaria en Tomar. 0e Tomar a -sandoeird, Jd hemos visto que es el ramal de "selliun-empalmei,,
al qu_e sigue un tramo coincidente con Ia'At6; y después, pasando por un top6nimo ,,Estrada,,, sé Ilega a la "cidade" de Roda (vestig'ios de poblaci ón roma.na) , a Soure (otro campo romano') y a Montemor (Saa II, I97s). L96. V'iseu-Aveiro, según testimonio de J.D. Arede (véase pá9.12 supra). L97. Viseu-Gaia, deducida de Ias observaciones de A. de Mattos (p. 12 supra). El tramo Viseu -S. Pedro do Sul, por Moselos, en el que Alarcáo (p'll0) señala la existencia de miliarios, pertenece evidentemente a..esta vía y no a la L96 como parece sugerir A'larclo; aunque es posible un enlace por S.Pedro do Sul, Vouzela, Reigoso y A-dos-Ferreiros, sugerido también por Saa. L98. Crato-Coni¡ürica. Vasco G. Mantas, de quien tomo esta vía, la seña'la en realidad sólo entre el Tajo y la zona donde él supone pasaba la
,
116. Se. apoya -en vestigios cerca de Améndoa, un fragmento de miliario y una toponimia signiiíciLa prolongo por s-us extiemos haciá Conim_ !iyu. brica y hacia Crato inspirándome en Saa. L&, Budua-Conlúrica. lle aquí que ista via, sobre .'la que .nos escribió reiiendemente ¡oiá Bueno (lG 28,201, reaparece en Ia obra de Saa cón el nombre--erpecífico'de ,'Estrada dos Mouro;; i;; "Estrada Mourisca',, nombre más frecuente y apii_ cado a varias)
en el.mapa los puntos pr.incipales . -Recojo la descripción de Saa, aunóue advibrto ole ai !e Ie dedica unas l5 páginas (III, Z43sl bastante
pormenorizadas. Abundan menciones de trozos cal_
de contención, etc. Hay tamUién un viejo "Ponte dol Mouros,', de un iolo arco, sobre el río Alge. La continuidad en et trizááó zados-, -muros
orientado hacia Mérida y 1a denominación constin_ te de "Estrada dos Mouros,, en boca del puebló-me hacen considerarla como una unidad
y
iomo obra
romana, aunque Saa ponga esto último án duda.
ap-re-ciarse ora- r., vías que irradian , -puedede Ia capital 'lusitana, aunque sólo háyamos visto una parte de ellas, forman un abanico áe vari.llas apretadas que no será extraño que atgunás !uñellas ag se superpongan o .confundañ. Así- por ejemplo, _José Bueno-ha sugerido que la LZO podi.ía cruzar el Tajo en -{lvega o Abrantes. Seríá perfectamente verosímil un ramal de enlace di:sde Castelo de Vide (LZ0) hasta Alvega (AlS), aii como otro desde allí hacia el Norte-hasta li Lgg. Quedan por ver las vías de la parte nororienta'l- del convento escallabitano, aií como las del bracarense entre el Duero y el Miño. No tardaremos en ocuparnos de ellas. G.A.
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ARIAS, Gonzalo,
Repertorio de caninos de ia Hispania
987. EAPTISTA, Augusto Soares
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Erotária 24 (6),
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-
0 Itineránio
de
LA A16 A SU PASO POR CONI}IBRIGA
_ A estrada que.servia Conimbriga está documentada pelo trogo empedrado com Iajes irregulares de calcário que, vindo de Sel'lium (Toi¡ar), pen-etrav'a na cidade por oriente, flectia a dire'ita á entrada do planalto e seguia para Aeminium (Coimbra). Tinha a largura média das estradas romanas (4 metios)'e guarda a marca do
rodado dos carros. _ Na primeira parte do
troso conservado, a estrada era porticada, formando dois largos passeios para os quais se abriam lojas de comércio'nao ideniificável; mais adiante, a caminho da porta de saída da cidade, reconhecem-se trGs tabernas abri-
[2s] r5
gadas pior novo
PórtÍco...
' Saindo pela porta dita de Co.imbra,sóo visitante encontra um viaduto de um o a estrada vencia irio so¡re o qual que' desde aí, forma áesnivel do terreno uma longa garganta a cingir o planalto' pe'lo I ado norte.
poltgarqueologia Portu(Párrafos tomados de Roteiros da arqueologiS 14outinho por A'^ dJ-conim6riga' Ruínas iqesa. 2 y Jeannette s. Nolen' ffi
Instituio
Portugu0s do Patrimonio
Cultural'
1989)
Derecha: La A16 a su Paso baJo el acueducto de Conimbriga'
dentro del recinto de la ci.udad.
P
a¡nr¡rallado
Abajo: Esquena del recinto
de
Conimbriga eon 1os Probables accesos de las vías A16 Y L9.
J
$
t
t I
[zs]
ro
Et coeficiente dé cor"torneo El coeficiente de contorneo (expresión. que tomo de Luis Zapico) es la diferencia entre Ia distancia vial (longitud real de un camino entre dos puntos) y la distancia entre esos mismos puntos en Iínea recta, expresada en porcentaje de 1a primera magnitud. Siendo C = coeficiente de contorneo, V = distancia via'l y R = distancia recta, la fórmula matemática sería: _ too (v-R)
"
Asi, si un tramo vial de 2l kilómetros "se encoge" hasta 19 km de línea recta medida sobre e'l mapa, diremos que el coeficiente de contorneo es:
(zt-'tg) c -loo = 9,5% 21
la distancia recta a partir de un coeficiente determinado, Ia fórmula aplicable sería: Para determinar
de Ia vial
y
R=V
-
C'V 100
Si se nos da un tramo vial de 25 millas y un coeficiente de contorneo del 6,5%, la distancia probable a vuelo de pájaro será: 6,5 x ?5 23,37 millas R = 25 = ' 100
Y si lo que queremos es saber en qué distancia vial se traduciría una determinada línea
recta con un determ'inado coeficiente, Ia operación será:
\l=R*c'V 100
Estos cáculos pueden ser muy útiles para r I a proyecc'i'ón que podemos dar sobre el deteimiñadas rutas o tramos de ruta del a mapa Itinerario de Antonino, siempre que se utilicen deduci
con prudencia y- discernimfento. Yo recomendaría Io siguiente: * Utilizar mapas de escala no inferior a 1:500.000 (el que he utilizado para Portugal es un 'l:300.000).tNo obstante, si Ia escala es demasiado grande (mapas topográficos l:50.000), casi nunca valdrá la pena de recurrir a cálculos de coeficientes, pues la medición directa con el
curvímetro será más exacta. * Antes de aplicar los cálculos a distancias grandes, considerar la posibilidad de que el tramo se componga de sectores de distintas vias con diferente orientación. De ser asi, habrÍa que subdivid'ir la distancia en tramos rectos de l0 a 20 millas, por ejemplo, adaptándolos al tereno en la forma que parezca más verosímil. * Calcular primero el coeficiente de contorneo en kilómetros escogiendo y mid'iendo, en Ia región en la gue se vaya a operar, varios tramos de l0 a 30 km para los que estén indicadas'las distancias kilométricas. Sacar la media aritnfética de Ios coeficientes obtenidos. * Si }a región es muy montañosa, no deben 'l uti i zarse para e'l cá1cul o I as carreteras con demasiadas curvas, y en todo caso hay que tener presente que una carretera moderna contornea normalmente más que una vía romana, de manera que habrá que rebajar algo el coeficiente obteni do.
El coeficiente mínimo es naturalmente y vías totalmente rectas), y e't máximo rara vez sube del 10?l. En el convento escal abitano he manejado coefici entes del 4% 0%
(terrenos llanos
al
9%.
Aque'llos investigadores QU€, como Mário Saa, se conforman con muy lejanas aproximaciones o juegan alegremente con los números alterándolos o suponiéndolos erróneos según su capricho o sus prejuicios, encontrarán vanas estas operaciones aritméticas. Confío en que la mayoría de Ios 'lectores de El l{iliario Extravagante no sean de esa opinión.
NO I BA TAN DESCAMI
G.
A.
[ze]
17
NADO
EL CHRONICON ALBELDENSE En mi comentario sobre el sector oriental del Chronicón Albeldense (l{E 27,16! supuse erróneamente que la Heraclia citada sería Heraclea Pontica. No tuve en cuenta que el lt'inerario de Antonino menc'iona otra Heraclia o Heraclea en Tracia (138,2; 175,7 y 176,21, a 64 millas de Bjzancio. Aunque las'130 millas que pone el Chronicón pareceir ahora excesivas, el error no es tan burdo como anteriormente supuse. G.A.
LO OUE DICEN NUESTROS
I
CORRESPONSALES CUARTO I]IFORINE SOBRE
LA A25
te diré que partiendo del famoso p.k. 14'100 de la c.l. Arcos de Jalón-Maranchón he seguido e1 empedrado hasta e'l mismo Layna, descendiendo al Arroyo Blanco Hablando
de prospecciones'
mediante una S muy cerrada. En El Campillo apenas es visible debido a los sedimentos aluviales; en cambjo el cruce del Val de Miguel Hondo resulta torturado por Ias aguas que han sido canalizadas por Ia prop'ia calzada. En la meseta sobre Layna se observan alinea-
ciones efectuadas utilizando losas que 'invariablemente presentan una de sus dos caras.p'lanificada. A pbcos metros y con trazado rectilíneo se encuentrá la zania de la que han sido extraÍdas aquellas losas. La anchura es constante en los casi tres kilómetros de recorrido, aproximadamen-
teentre3y4metros.
Siguiendo con esta misma calzada, otro día realicé el recorrido del tramo opuesto, venc'iendo la fuerte pendiente que me repe'lió en un prÍncipio mediante una doble S, descubriendo a unos 200 metros el tra¿ado en ladera, evitando e'l fondo det vallecito hasta cruzar el arroyo al pie de Cerro Corto mediante un vado, -probableinente recrecido con posterioridad. El cami no actual , gue desci ende paral e1o al otro I ado de1 vallecito, cruza el arroyo por el mismo vado que
y "se monta" sobre la calzada,. asoma por deiajo, por ser más ancha. Al sur de la cota 1'223 el camino abandona la calzada, conver-
mencionado
tida en un pedregal intransitable, semicub'ierto por los sedimentos. En Ia cubeta de Campo Enebros, completamente roturada y cultivada, perdí el rástro'del empedrado que parece apuntar hacia Judes. Estos 6 kni creo que deberían ser incluidos al menos en línea de trazos' ya que en e1 Mapa, 'exceso de modesti a por tu parte no dar un creo cuenta de tu descubrimiento' que aparece compro-
bado y corroborado por sus restos, materiales. S'i "mi tiempo" 1o permite, intentaré amp'liar Ios restos existentes hacia el sudoeste, precisamente en direcc'ión del campamento romano de La Cerca' '13' siouiendo el camino óue sale de Layna (p.k. c.Í. a Medinace'li) y rodeando el Alto del Pariazo m- por el sur, atraviesa el.Haza del Señor y-12?9 Loma de'Enmedio hasta la Charca de Val-le Largq' álcanzando en Valdelacelada (¿.1226], la cañada ganadera denominada La Mestilla que va hacia Agui 1 ar. actual es 'localizar lo-s empedraMi problema 'La Rabera, que no sé si son los que he dos de junto a1 hotel El Pinar, aprox. N-II encontrado .l32, norte de la carretera actua'l ' a unos p.k. a1 'SOO m. No sé si Cerra'lbo determina el lugar en su lzgJ ra
i
libro
Escribe José Antonio Cezón desde San Fernando de Henares
I I I I
sobre Arcóbriga, que se vende a casi 4000 pesetas ¡Buff!. Te agradeceré me lo confirmes. No sé si te comenté que los vecinos de Sauca me hablaron de la destrucción de un puente romano (sic) sobre el río Dulce a la a'ltura de Jodra del Pinar, pueblo semiabandonado con iglesia románica port'icada. (
24.8.
90
cuta: 1) Ly@ra Iagw-Judee. Ante todo, aconseio a Los Lectores We oc'uilot aL napita ¿le AE 26,72 pa aeguír tu *pl,ieacú6n g mi conertwb. Resulta pues We aonfimws aho*a plenorcnte wi prhera hipóteeie entre f-agtu, y, di.ganos, Las cercuuías ¿le La rn$no d,e ,ludee. E1 La eomteraacián que hawe tenilo deepués de tu catta ¡¡e
corrobotaste cW nrierúru.s eL nca¡ritto nay buenoü por Cabeza Palqnera g Cabeaa tunera (ME 28'21) es aeteillqnente eao, tm cqri¡to nag bueno, eL pte
altota hat
eonprobaáo es realilente 1n7ÍL calznán rarrrcüul. Aaí es qte nada de oweso de iodceti.an
pt nri ¡»arte, y nada de Línea de tnazoa. Dog pw tota'lnente se(Wo este t?üto, euya eorúitataeión probable haci,a el, Este W¿bía ír pnr Carra' salinera, eercstías de Inteclu, etc. 2) RoMl hacia eL canrynento de La CereaPoibía haberlo, A oia'li etwmnt?es al,go. Perc a nri iuicio ya to setía l,a A25. ilo renweip aL tradado propuesto en ME 77,6 por Villaseoa. Pero
qtada abi.erto a posíblea reetifi,cacipttea. 3) hrpedlado ¿le te Rabera. No aé ú8 ¿le Lo We toné de Abascal OIE 77,5, nota 7), prues_tor poeo yo tengo La obra del lbrqués de Cerralbo. A ta ttista de'IG 462 (ed. de 1924) t1o EEEece Lógico buscar aL frotte de 'La cmeteta, sitto poz eL nCurino oieio de ta Torresaoifútn a ALcoLea del Pinar.
Sepía fueno cW algfu Leetor cW eonozea Lo inoeeti4ado pot Cewalbo se ptsicae en bi¿lt Lo a¿to contigo. aonti,ao- Se:nas: señas: José Aatortb Cezda, contacto el lbtrico 10, 79 B, Sut Fenozda de Eenanes; Tftro. 672.54.67. 4) hpt*e ¿le Jo¿bo, ilel Ntry. Quizd perteneeiese a tm enlace entre Sigüenaa y La A25. Peno tot oez habría que Ploúeatse La posüiliilaá
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la C55' efl
Lug@ ¿le hacer-
IIITERCA¡iIFIO Recordamos que El ililiario Extravagante
(c.A. )
acepta intercambio por revistas o publicaciones periódicas de arqueología' historia antigua o temas afines.
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Escribe Luis Zapico desde üadrid EL YIENTO E¡{ CAR'ICCA En este núm. 28 del lliliario publ'ica Lucjano Pérez Vilatela un artículo acerca'de Caracca que me ha resultado muy interesante, pues siempre que he pasado por Perales de Tajuña me ha llamado Ia atención Ia multitud de cuevas que se presentan en el acanti'lado de 1a margen derecha del Tajuña, que sólo t'ienen semejanza, en España, con 1as Cuevas de Almanzora, en una posición simi'lar respecto del rí0, allÍ el Almanzora. El estudio de Pérez Vilatela, que demuestra definitivamente
Ia validez de su reducción, a mi juicio,
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acción de imposibilitar la per-ñanencia de moradores dentro de Ia ciudad troglodítica, aprovechando el remolino de vienio,- aicendente, que habrÍa de producirse junto al acantilado. Eñ un croquis adjunto te señalo la'distribución de los vientos en la operación militar, tal como I a imag'ino. Por otra parte y cualesquiera que fueran _ los errores de orientación de la cartografía romana, Io que no cabe duda es que el- norte de
una posición geográfica concreta para un observa9ol qug se encuentre en el Iugar no puede ser
indebidamente s'ituado, pues
nos
la suficiente precisión,
sug'iere la presencia de una ciudad troglodítica, quizás basta copia de Ias famosas y antiquísimas ciudades subterráneas de Capadocia, en Turquía. No entiendo, sin embargo, en el artículo cuál sea la oportunidad de analizar la cuestión de la identificación de los vientos en relación con la rendición de Caracca, por cuanto a'11í éstos tienen, como es lógico, la norteña o boreal como orientación más frecuente y prec'isamente con estos vientos y desde pos'iciones por encima del acant'ilado es como debió de llevarse a cabo
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f'Io es corriente la palabra ilderrubiosrrempleada por Zapico en este croquis. Dice el Diccionario de la R.A.E: rderrubiar. Robar lentamente eI rí0, arroyo o cualquiera humedad rra de las riberas o tapia5. rr rderrubio. Acci6n y la tie_ efecto de derrubian. | | Z. tier"a que se cae o desmorona por esta
c
aus a. ll
[ze] le
Escribe Anjel Arévalo Ba"roso, Director
General
-
ÉL MT-so Y EL uril-es ...SÍ he Ieído con interés su breve, pero completo,'artículo dedicado al Instituto eñ su número de agosto últ'imo, tal y como Vd. mismo me indicaba en su carta. Realiza Vd., Sr. Arias, un acertado y profuso análisis del Mapa a escala l:50.000, Io que sin duda fue obra clave del Instituto hasta la década de los 80. Me parece que todos sus comentarios y criticas constructivas son atinados y sugerentes, sobre todo desde la óptica especializada que 1e obliga. En realidad, el MT-50 (como nosotros lo denominamos) es ya una obra del pasado para el Instituto, aunque le dedicamos todavía esfuerzos residuales para su actual'izac'ión en hojas de elevado "movimiento" cartográfico. En justa y modesta comespondenci a a su amabi I i dad, tengo mucho gusto en remitirle las hojas que, bajo este crjterjo de actua'lización selectiva, hemos publicado durante los últimos meses. La verdad es que hoy dedicamos ya nuestros mejores esfuerzos cartográficos al MTN-25, es decir, a la serie a escala l:25.000, e intentamos cubrir esta necesidad nacional (que hace algunas décadas debería haber sido sati sfecha) en el menor plazo de tiempo posible y mediante técnicas avanzadas de contenido informático. En el MTN-25 aparece también el signo convencional rotulado "calzada romana", por 1o que recojo 1a propuesta que Vd. formula en su artículo y comunico ahora mismo a los servicios la conven'iencia de su sustitución por el de ¡'calzada antigui". EL
PUET{TE DE
PAL$IAS Y EL LADRILLO
RÜiIAI{O
(Sigue escribiendo Angel Arévalo Barroso)
...Y al citar "afic'iones", no resisto a la tentación de aludir a la curiosidad y afición con que he contemplado las frecuentes, breves y gráficas notas qire alarecen el El l{iliario en re'lación con pueñtes ant'iguos. Así (y aunque no he tenido tiempo de ver más Oe dos o tres de el1as) cai go en I a'osadía de comentarl e a1 guna de el 1 as, con-la modestia de un aficionado "ex-profesional" a1 puente. referencia al Puente de Acertada me parece su.l988, pá9. 23), ya que, Palomas (ns 17,' iulio efecti vamente, sus nueve arcadas de I adri I I o
con sendos arqu'i1los a ambos lados del arco principal, sobre'el rio Palom'i1las, se clasifican mui probablemente en la época republicana. El
laári'llo, de ?9,6 cm. de longitud, se uti'lizó
esencialmente en la Bética (sobre todo en las bóvedas) y estaba fabricado, como Vd. sabe' con arc'i I I a bl anca, t'i erra roia y arena dura. Cerca del puente de Palomas, se encuentran otros romanos entre Alange y Albanegas. (7.9.e0)
Un mosaico de CONI|,|ERIGA
--+ Lzs) 20
iYA
'TENEñíOS BECARIO
!
Estamos de enhorabuena. La verdad es oue cuando lanzamos el llamamiento-oferta (véase nuestro ne 25, última página) no nos hacíamos muchas 'ilusiones. Y he aquí que ha llegado una respuesta ideal, que conviene perfectamente a lo que buscábamos.
Lo sorprendente es que el becario viene de Iejos, !e muy lejos. Aunque eso no deberÍa quizá
sorprendernos, dada
la
empresa.
extravagancia de nuestra
No revelaremos por ahora Ia identidad ni la procedencia del becario. Sólo diremos, para picar Ia curiosidad de los lectores, que viene de tie-
rras a las En
la
que no
llegó el poderío
romano.
segunda quincena de novlembre empezará
su trabajo. Con su ayuda y con las otras ayudas que ya estamos recibiendo, confiamos en terminar en I99l no sólo 1a actualización del Mapa-Indice a escala l:1.000.000, sino también Ios índices necesarios para cerar Ia segunda época de El ililiario Extravagante encuadernando debidamente los números publicados. Por supuesto, después de la segunda época es nuestra intención que haya una tercera...
EL FRUTO DE UN BUFIDO E'l bufido que Cezón dedica (ver pá9. l8) a que se venden a 4.000 pesetas me ha conturbado. Es cierto que pocas veces me gasto ese dinero en un solo libro, y sin embargo es Io
los libros
que pido por
el Repertorio...
conciliar los imperativos de 1a difícil economía de un editor de obras propias con los intereses de los lectores económicamente Hay que
débiles. Lo intentaré. 0FERTA: ¿Se cons'idera usted económicamente débil y quiere adquirir el REPERT0RIO DE CAI{IN0S DE LA HISPAI{IA R$lAt{A? Dirija e1 pedido a nuestra secretaria haciendo constar aquella condición, y
se le facilitará el libro A l,lITAD
deci
r
2.000 pesetas.
DE PRECIO, es
al Catátogo y Mapa de las vías romanas de Hispania Al4 Repertorio 283s, 293; llE 18,11; lE 283s,
29,7/.
IE 18,11; llE 29,9s.
t15
Rep
tl6
Rep 295
t25
A las indicaciones de Rep 510 añádase: tE l7'2s; llE 18,8-12 ; nE L9,22-23; lE y 23; llE 21,5 y 23-24; llE 28,19 y 2l;
;
2941.
llE 29,8 y i ls
.
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Ll
ltE 29,10.
L20
Rep
191 llE
29,
1
4
192 llE
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1
4
194 tE 29,15.
L15- úE 2g,t§. 196 llE 29,12.
197 llE 29,12 y 15.
29. 18.
198 llE 29,15.
309; llE 16,19;
lE 29,15. Lg lE 29,14 y
29,14
193 rE 29,15. 24,4
llE 29;18.
C55 llE 17,5
Lgo tE
llE
18,lLi [E 28,20; El esquema de esta página conresponde, en 1a misma escala pana facilitar su supenposición, a una sección del "l'tapa-Indice de Ias vías
16.
rontanas de Hispaniart, publicado en 1a obna REPERT0RI0 DE CAtlIilOS DE tA HISPAIIIA ROIAflA. (Pnecio: 4.000 pesetas. Pedidos aI autor
.
IAt
)
ICA"
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vISEtsIS Durante cuatro númenos seguidos, EL IIILIARIO EXIRAVACAIITE ha aparecido puntualmente con peniodicidad bimestral. Prevemos, sin embargo, que el pnóximo número
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COIIIilERICA
no podrá ser tan
puntual.
Queda
advertido pana que no se alanmen ustedes por Ia tardanza.
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§) SCALLABIS
ARITIO PRAETORIO
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\úllÉrrrl
Ailfi
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lzs) zr
La ruta de P¿o¡ná a Eé,ipto
e¡t la
He aquí
el ltinerario
que Den'is van Berchem considera
parte central del Itinerario de Anton.ino, es dec'ir I a descri pc'ión anti c.ipada de I a iuti Ae Roma a Eg'ipto que Caracalla y su séqu.ito se proponran seguir y siguieron en parte en los años
414-V 215. Se repróduce en fodocopia la edición de Cuntz, pero se han suprimido las notas críticas de p'ie de página. Evidentemente, la plasmación de esta ruta en nuestro mapa de Ia p. 5 sólo pretende dar una idea general. Está por hacer el óstudio detallado de.las etapas, midiendo Ias distancias y, sobre todo, ten'iendo en cuenta los acusativos conservarzs, fr
t rz¿. t
dia m. p. DCCLXXXII, ¿ inde Antiocia rn. p. DCCLV, ¡r in«lc Alcxan-
dria
m. p. DCCCII,
o indeinAegyp-
to Hiera Sicaminos m. p. DCCLXIII: 7 usque e Ab Urbe Ros-
trala Villa nt. P. XXIIII les,l Ocriculi..civim. p.XXl las m.p. XII Narniacivitas z 3 Inleramnia civi' m. p. VIll tas nr. p. XVII a Spoletio civitas 5 Foro Flalninis m. p. XVIII vicus m. p. XXVII o Helvillo vicus rn. p. XXIII z Cale vicus m. p. XVlll tzo, t Foro SemProni m. p. XVI z Fano Fortunae nt. ¡r. VIll 3 Pisauro civitas ¿ A,rinlino
nr. p.
I
Caesena civitas Foro Corneli civitas
lzs)
zz
m. p. XX
Faventia civitas m. p. XXIIII
z Bononia civitas s Mutina civitas I Regio civitas 5 Parmae civitas o Fidentiola vicus
m.p.x m. p. XXIIII m.p.XXV m.p.XVII m. p. XVIII m.p.XV
m. p.
tas
XXIIII
m. p. XVI
lo Bergome civitas m.p.XXXIII Brixia civitas m.p.XXXVIII lz Sermione mansio m. p. XXII 128, I Verona civitas m.p.XXII z Vicetia civitas m. p. XXXIII s Patavis civitas m. p. XXII ¿ Altinum civitas m. p. XXXIII s Concordia civitas m. p. XXXI o Aquileia civitas m. p. XXXI
tt
t3o,
Frigido m. p. XXXVI Longaticomansio m. p. XXII 2 Hennoma civitas m.p.XVIII s Adrante mansio m. p. XXV ¿ Caleia civitas rn. p. XXIIII t
m. p. XVIII
t Aqua Viva z lovia hic Sinista
M, P. XX m. p. XVIII
¡
m. p.XXXII
Lentulis
¿ Sirota
s Marinianis
XXIIII''
nr. p. XXXI rrt. p. XXXI
civitas
s Ragundone
Altinum usa inde Concordia o Aquilcia lo item ab Arimino
s Laude
g Mediolanum civi-
o Patavione civitas m. p. XVIII
7 que,
l2z,
z Placentia civitas m. p. XXIIII
z Fluvio
Septem Maria
ll
limitaré a obser_var tan sólo que el primer esta lista (127,9: Mediolanum civitas, m.p. XVI) !!-us¡ra bien nuestra interpretaciéñ gramatical del Itinerario. 0curre que li distanqia a vuelo de pájaro desde la mansión anterior (Laude civitas = Lodi Vecchio) es superior a l7 millas. Este hecho, junto al acusatjvd "Mediolanum", revela que el destacamento que recorrió 1a variante Rímini-Milán-Aquilea no'l1egó a entrar en Milán, sino que acampó a más de uná milla. Me
nombre de
teo,
s ab Arimino recto itinere Ravenna m. p. XXXIll, 6 inde navigatur
-
dos (Mediol-anum, Alt_inum, Cibalas, Ulmos, Lissas, Iulopolim, Aegeas, Platanos,Alexa,ndriam, Ap61¡6nos, A¡nbos...).
Ab Urbe Mcdiolanum m. p. CCCCXXXIII, inde Aquileia m.p.CCLX,
e inrle Sirnrium m. p. CCCCI, t i¡ldc Nico¡ne-
Antlnino
d.e
-
o Vereis l3l, I Mursa civitas z Cibalas civitas 3 Ulmos vicus ¿ Sirmi civitas
s Bassianis civitas 6 Tauruno classis l3z, t Singiduno castra z Aureo Monte 3 Ab Aureo Monte
-
Vinceia 1 Margo
m. m. m. m. m. m.
p. XXXI
p.XX p. XXII p. XXVI
p.XXIII p. XXII
m. p. XXVI m. p. XVIII m. p. XXX m. p.IIII m. p. XXIIII m. p. VI
m.p.VilI 1$,1 et leg. m. p.VIII z inde Euminacio m.p.x g Viminacio 134, t Municipio z Idimo e Horreo Margi
I Pompeis
-
m. p. XXIIII m. p. XVIII
m. p.XXVlt m. p.XVI m. p. XXXIIII
G.A.
r Naissi 135,I Rem¡s¡an4'
m.p.XXIIII
z Turribus
m. p. XVtll m. p. XXX
s l[eldia
rn. ¡r.
f! Burgaracíl
tn. ¡x XVlll rn. ¡r. XXI
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ttr;.
Helice
z Lissas
s Brssapara
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Philippopoli
(illis
o Pizo ? Arso
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SubzuPara
z Burdipta s Hadrianopoli ¿ Ostudizo
s Burtudizo o. Bcrgule z Drizipara l¡c. I lzirallo z Heraclia g Ceno[rurio ¿ Melantiada s Bizantio [qui et Constantinopolil 139. t.2 Calcedonia, traiectr¡s in Bithinia 3 P¡r¡lticio t{0.
I
L¡bissa
z Nicomedia 3 Libo t¿r,l Nicia z Moetlo Orientis 3 Tott¡tio 4 Dablis
s Cenon G¿rllicarrolr ,42,
I
Dabastaila
e Iuliopolinr
3 Laganeos ¿ Minizo
s Manegordo 143,1 Ancira
z Corbeunca
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Rosolatiaco
I Aspona
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XXllll
¿ Se¡rlica
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Parnasso
z Ozzala
s Catela 148,
m. p. XVIII m. p.XVIII m. p. XXII m. p.XXIIII m. p.XVllI rn. p. XVIII m. p. XVIII m. p. Xllll nr. ¡r. XVI nr. ¡r. XVll
m. p. XVIII m.
p.XXVIll
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m. p.XXIIII m. p. XXIÍ rn. p. XXI rn. p. XXIIt m. p. XVI
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e Tiana g Faustinopolirn ¿ Podanrlo 5 Nanr¡rsucrone o Aegeas rra,
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rn. p. XVlll nr. ¡r. XXVI m. p. XXVII
m. p.XXI m. p. XXIIII nr. m. m. m.
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2 Nitinc 3 Hermttpoli ¿ Chereu
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z Oxirincho 3 Ibiu * Hermupoli s Chusis o Lyco 158,1 Apollinos Minore
z Hisopis 3 Ptolomaida I Abydo ts9,I Diospoli 2 Tentira g Contra Copto
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m. p.XVlll 3 Nitazi ¿ Coloniam Arcilaida m. p. XXVII m. p. XXV s Nandianulus o Sasima m. p. XXllll t¿s,
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m. p. XXXI nr. p. XXllll rn. ¡r. XVll
m.p.XXIIII m.p.XX m.p.XVIII m.p.XXII m.p.XII
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m.p.XXIIII
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m.p.XVI m. p. XVIII m.p.XIIII m.p.XXIIII m. p.XXXII m.p.XVIII m. p.XXXII m.p.XXIIII
m. p. XXXII
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m. p.XXl m. p.XXII rrt. ¡r. XXll rrt. ¡r.XXXt m. p. XX
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m. p. XXX m. p. Xll m. m. m. m.
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m. p.XX m. p. XXI m. p. XXXI m. p. XXVIIII m. p. XX m. p. XX
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m. p.XXIIII m. p. XXXV m. p.XVIII m. p. XXVIII m. p. XXll m. p. XXII
m. p. XXVIII m. p. XXVII
m. p.XII m. p.
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m. p.XXX m. p. XXIlll
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s Talmis t62, I Tutzis e Pselcis g Corte + Hiera Sicamino
XVIIII XXllll nr. p. XXllll nr. p. XVI r!. p.ll m.p.XlIII m. p. VIII nr. p.
s Item a Serapiu
rrr. ¡r.
m. p. XX m. p. XII m. p.llll. m. p.llll.
Pelusio
l¡t, t Thaubasio z Sile
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m. p. LX, sic: m. p. VIII m. p.XXVIII m. p. XII m. p. XIl.
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EL PAIS, 5I9I90
s ltetn a Pelusio Mcnt¡rhi
o Dafno lo3,
16¿,
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Tacasarta
m.p. XVIII
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z Thou 3 Scenas Veteranofum
m. p. XXVI
¿ Helius s Mernphi
rn. p. XIIII nr. p. XXIIIL
nr. p.
I Item per partem Arabicam trans Nilum: z Conlra Pselcis 3 Contra Talmis ¿ Contra Tafis s Filas o Siene
Ir;ti,
m. p. CXXIII: m. p. XVI
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m.p.X m. p. XXllll
m.p.x m. p. XXtlll m. p.lll rn. ¡r. XXX
2 Contra Apollotros nr. ¡1. XL nr. p. XL 3 Contra Lato rn. p. Xl, 4 Tl¡ebas ., r Vico Apollonos m. p. XXll m. p. XXll o Copton rn. p. XL lco, t Cenolloscio m.p.L z Thomu ln. ¡1. IIII 3 Pano ¿ Selino
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Anteu
o Muthi 16?,1 Isiu
2 Hieracon
s Pesla 4 Antenou
s Poes Artemidos t68,
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I Thirnonepsi s Atrodito
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Scenas Mandras
z Babylonii e Heliu
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p. XII p. XII p. XXIIII p. XVIII
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vía a la que pudiena pertenecer e§te puente' pues nuestra '¡92 queda una veintena de ki1ómetros a occidente. Noto que en el art. PEÑAüELLERA l{adoz habla derrpuentes de piedrarr,en pIural, aunq.ue no dice si son antiguos. No tengo datos sobre una
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Se agradecerán las aportaciones de los lectores a esta sección, en especial si son noticias de peniódicos locales. En principio interesa lo relativo a vías rornanas, pero según eI espacio disponible podremos incluir noticias de arqueología rotnana en general.