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Juanelo y su artificio. Antología

diente licencia.

La figura clave en el desarrollo de esta nueva arqueología es la del promotor, que sin tener culpa alguna en la situación, todo hay que decirlo, se ha convertido en el personaje que dicta las prioridades y que selecciona y contrata al arqueólogo encargado de realizar unos informes que, en buena medida, determinan la posibilidad de llevar a cabo su proyecto. Todos podemos comprender que ante una situación así algo está fallando y un buen ejemplo es la Vega Baja de Toledo.

Los arqueólogos, que al inicio de su trabajo deben firmar todo tipo de cláusulas de confidencialidad y a los que sólo se paga por excavar, nunca por investigar y menos por publicar, se han convertido en un instrumento administrativo que tiene como único fin obtener un determinado permiso, en vez de devolver a la sociedad la historia de su pasado, haciendo lo posible por conservar con un mínimo de lógica, es decir, sin extremismos militantes, los elementos que permitan conocerlo y disfrutarlo.

El caso de Vega Baja es paradigmático de la situación en la que se encuentra la mayor parte de la actividad arqueológica en nuestro país. Una nueva realidad que supone, en definitiva, la privatización de esta disciplina con todo lo que ello implica.

Como resumen de todas estas reflexiones, parece evidente que en los últimos veinte años hemos conseguido convertir a cualquier yacimiento arqueológico, por excepcional o importante que este pueda ser, en un problema con una solución previsible. Esta vez, al menos, gracias a la presión ejercida por diferentes asociaciones cívicas e instituciones culturales y por el coraje y sensibilidad de alguno de nuestros máximos responsables políticos, se ha roto la cadena.

¿A lo mejor es la ruptura de un sistema que resulta bastante cómodo para algunos y no la paralización del proyecto de Vega Baja el origen de tanta y tan desafortunada crítica?

JUANELO Y SU ARTIFICIO. ANTOLOGIA, Ángel Moreno Santiago y Luis Moreno Nieto, Toledo, 2006: Comentario

Al lector:

Quince o veinte libros, otros tantos folletos y centenares de artículos y reportajes se han referido a Juanelo Turriano y a su famoso Artificio de Toledo desde el siglo XVI hasta hoy.

Los grandes hombres no son solamente de donde nacen sino también de donde mueren. Juanelo Turriano es, por derecho propio, un toledano singular que ha recibido muchos y merecidísimos elogios a lo largo de los últimos siglos por parte de los historiadores y de los investigadores de sus inventos. Este libro constituye un homenaje más que los autores rinden complacidos a su memoria.

Los grandes hombres no son solamente de donde nacen sino también de donde mueren. Juanelo Turriano es, por derecho propio, un toledano singular que ha recibido muchos y merecidísimos elogios a lo largo de los últimos siglos por parte de historiadores e investigadores. Este libro constituye un homenaje más que los autores rinden complacidos a la memoria de este matemático, ingeniero, relojero, inventor… y "padre" del Artificio que se construyó en Toledo hace más de cuatro siglos para subir el agua desde el Tajo al Alcázar.

Este libro pretende dar una visión razonablemente completa de lo que fue una de las obras más célebres de la ingeniería europea en el siglo XVI, así como de las luces y sombras que la acompañaron. Se hacen algunas aportaciones novedosas y el libro es de fácil comprensión para cualquier tipo de lector, ya que completa su carácter divulgativo con suficiente información detallada y referencial para que, quienes encuentran placer en conocer más y mejor nuestro pasado, puedan profundizar en cualquiera de sus ramificaciones técnicas, sociales y económicas que permanecen abiertas.

En este trabajo se ha querido reunir buena parte de la información y referencias conocidas por los autores sobre un personaje singular en el Toledo del siglo XVI y sobre su obra sin duda más importante: el artificio que subía agua desde el río Tajo hasta el palacio del rey.

Este palacio, el actual Alcázar de Toledo, está situado ladera arriba unos 100 metros más alto que el río, y el artificio de Juanelo subía hasta él el agua del Tajo sin más aporte de energía que la que el propio artificio obtenía de la corriente del río, tarea ésta nada fácil con la tecnología disponible en la época.

La información básica para la elaboración de este trabajo ha sido el archivo que sobre Toledo ha ido

elaborando durante más de 70 años el cronista coautor del libro, complementado con el trabajo ingenieril y cartográfico del otro coautor.

Para facilitar la tarea del lector se ha estructurado el contenido en los siguientes apartados:

~ Perfil biográfico. En que se recogen datos y referencias sobre la vida de Juanelo Turriano, así como sobre lo que era la ciudad de Toledo en la época en que Juanelo estuvo construyendo el artificio, viviendo con su familia y donde, finalmente, murió en 1585.

~ Juanelo y su artificio en la literatura. Son muy numerosas las referencias al artificio en los clásicos del Siglo de Oro y en escritores más modernos, expresando casi sin excepción sentimientos de asombro y maravilla por las dificultades vencidas. Es de suponer que la percepción de la gente de a pie fuera pareja con las opiniones manifestadas por todos ellos.

~ Los precedentes del artificio. La orografía de la ciudad de Toledo es especialmente adecuada para ser, como fue, capital del reino. Su situación sobre un peñasco que se eleva un centenar de metros sobre el nivel del río Tajo que, a su vez, la rodea casi por completo facilita extraordinariamente su defensa, que entonces había de limitarse a cubrir la zona norte, única en la que es accesible por tierra.

Ventajas e inconvenientes son siempre caras de una misma moneda y la ventaja defensiva señalada conlleva el grave inconveniente de dificultar en gran manera el abastecimiento de agua a la población. Por una parte, no puede desviarse por gravedad desde el río y, por otra, el nivel freático necesario para que funcione un pozo se sitúa prácticamente al nivel del Tajo y el terreno a perforar, granito, no facilita precisamente la tarea.

Este apartado se dedica a los varios intentos fracasados que precedieron al de Juanelo para subir el agua por procedimientos alternativos al de los azacanes o aguadores, quienes han sido, junto con la acumulación del agua de lluvia en aljibes, los proveedores básicos del líquido elemento a la ciudad de Toledo hasta bien entrado el siglo XX.

~ El contrato. Estos antecedentes fracasados generaron en los toledanos una notable desconfianza ante cualquier persona que prometiera resolver el, hasta entonces, irresoluto problema. De ahí que se exigiera a Juanelo hacerlo a su costa y se vinculara su pago a la consecución de resultados. No obstante, a pesar de haberse superado las previsiones de caudal de agua, el incumplimiento en los pagos convenidos amargó la vida de Juanelo hasta el día de su muerte, ocurrida cuatro lustros después de que comenzara a subir el agua a Toledo con su artificio.

~ Cómo era y cómo funcionaba el artificio. Partiendo de los documentos que se conservan y de los trabajos llevados a cabo por diferentes investigadores, se recoge en este apartado información que permite hacerse una idea bastante precisa de cómo era y cómo funcionaba el artificio.

Al tiempo que anticipamos al lector que no hay conclusiones definitivas hasta ahora sobre esta materia, indicamos que en lo que se discrepa es en detalles técnicos, estando razonablemente establecido lo fundamental, que es el sistema básico para la elevación del agua y el de obtención y transmisión de energía para el funcionamiento del conjunto.

El principal escollo que se encuentra en las líneas de investigación es que todos los análisis se basan en descripciones realizadas por personal no técnico, descripciones que admiten en muchos casos diferentes interpretaciones y que son contradictorias en otros.

El apartado concluye con la descripción de las dos alternativas que se manejan como posibles y que, como se ha dicho, no son sino variantes constructivas de una misma idea que consiste en conseguir que el agua suba por la pendiente sin estar sometida en ningún momento a presión alguna.

~ La cartografía y el artificio. La carencia señalada de dibujos sobre el artificio nos ha inducido a recopilar y comentar los planos y dibujos de la ciudad de Toledo existentes desde el siglo XVI, dirigiendo la atención precisamente a la zona en que estuvo ubicado.

~ La reconstrucción del artificio. En 1985 se cumplieron 400 años de la muerte de Juanelo y, unos años después, el quinto centenario de su nacimiento. Estas circunstancias han animado varios intentos de reconstruir parcialmente el artificio en su ubicación original, solo o formando parte de un Museo de la Hidráulica, que iría como anillo al dedo en la ladera oriental de la ciudad en que estuvo

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