El Nuevo Miliario Boletín sobre Vías romanas, historia de los caminos y otros temas de geografía histórica Número 9. Diciembre de 2009 — 12 €
PATROCINA
DE GADES A ROMA POR SIERR A MORENA
El Nuevo Miliario Número 9, diciembre de 2009
SUMARIO — Editorial: Ni fu ni fa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 — Fa de erratas, por Carlos Caballero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 — La ruta Gades- Roma de los Vasos de Vicarello, por Jesús Sánchez Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 — Calzadas romanas en las Altas Cinco Villas, y II, por Mariano Zarzuelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 — El culto a los lares como forma de integración religiosa en el mundo romano, por J.M. Orgaz . . . . . . . . . . . 46 — Algunas noticias de La Palomera de Ávila, por Jesús Rodríguez Morales... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 — Vadinia. Ensayo de localización desde la Geographia de Ptolomeo, por Tomás F. Tornadijo. . . . . . . . . . . . 69 — Las rutas A-01 y A-32 en sus tramos Verovesca - Calagorra - Graccuris. Su medición. Nueva hipótesis de la A-32, por Jesús Ángel García Gamarra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 — Perdiendo el tiempo, por Isaac Moreno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 — Apostillas de El Editor Veterano, por Santiago Palomero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 — Viaje a la Alcarria conquense: Campos violetas, por Modesto Calderón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 — Lo que se dice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 — Boletín de suscripción y normas para la publicación de originales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
EL NUEVO MILIARIO Consejo de redacción: Carlos Caballero, Santiago Palomero, Guillermo Sven Reher Colaboradores de este número: Pedro Alegre, Modesto Calderón, José Antonio Cezón, José Luis Fernández Montoro, Jesús Ángel García Gamarra, Dimas García Moreno, Juan Manuel Orgaz, Isaac Moreno, Jesús Rodríguez Morales, Jesús Sánchez Sánchez, Tomás F. Tornadijo, Mariano Zarzuelo Fotos de portada: Portada: «Croquis topográfico de la legua de terreno en que es más accesible Sierra Morena por la carrera llamada de Montizón» (Servicio Geográfico del Ejercito, c. 1812). Contraportada: Miliario en Burbage (Wiltshire, Reino Unido), en la carretera A346. (foto: Ann Williams) Contacto: Carlos Caballero; c/. María de Guzmán, 49 – 5º C; 28003 MADRID; tel. 627301219. Guillermo Sven Reher Díez; c/. Jordán, 23 5º Dcha; 28010 MADRID; tel. 658159256 Correo-e: elnuevomiliario@gmail.com Imprime: Cyan, proyectos y producciones editoriales. c/. Fuencarral, 70, Madrid Patrocina: Fundación Juanelo Turriano. Depósito Legal: M-51.322-2005 ISSN: 1885-9534 El Nuevo Miliario no comparte necesariamente las opiniones vertidas por sus colaboradores, que son únicamente responsabilidad de los firmantes de los trabajos.
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EDITORIAL
«Ni Fu ni Fa» Inmediatamente después de este editorial, viene una «Fa de erratas» de Carlos Caballero en la que asume presuntas responsabilidades de algunos «pequeños fallos y catástrofes» del número anterior. Para empezar, lo haremos con los fallos de las transcripciones en griego de un artículo de Pedro Alegre Pastor y unos pies de foto equivocados. Pues sí, se entona el «mea culpa», se corrige, se pide perdón al autor y a otra cosa, porque Pedro entenderá que somos humanos y hemos tenido un día nefasto con su contribución, pero lo queremos mucho, rectificamos en la «Fa de erratas» y tan amigos, espero. Pero hombre de Dios, temeroso Caballero del Altísimo, amadísimo hermano Carlos, fray Carlos de la Buena Maquetación... si eso nos pasa a los Miliarios de toda la vida; mira que si contásemos nosotros nuestras erratas... tenemos de todo, ya falsos, ora mentirosos, ya exagerados, ora engañosos, ya políticamente correctos, ora equivocados, ya escasos, ora excesivos, ya sucios y mal escritos, ora borrados por el tiempo, ya egoístas, ora soberbios...hasta algunos mal avenidos e incluso algún corrupto hay por ahí suelto. Lo cual no quiere decir que la mayoría de los miliarios, el 90 % seamos tipos normalitos, que informamos de lo nuestro con cariño y hasta educación, que acompañamos al caminante; por decírtelo de un modo fácil de entender, somos como los funcionarios, la mayoría buena gente, si quieres un poco acomodaticios y poco dados a mudanzas y revoluciones, más Sanchos que Quijotes, pero tipos de fiar, con los que uno podría hacer un camino mas largo que el de Santiago. Lo que te quería transmitir a ti Carlos, a los otros editores y a los amables lectores y colaboradores es que no se puede ni se debe dar la espalda a la Comedia Humana ni hay que pedir perdón por ello. Para bien o para mal somos lo que decimos y lo que hacemos, lo
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que sentimos y lo que escribimos, lo que hablamos y lo que callamos. Nosotros los Miliarios conocemos muy bien la Comedia Humana y muchas noches de luna hemos sido confesores de caminantes perdidos, de amantes, de ladrones, de gentes de guerra y de misioneros de la paz, de los que disfrutan y de los que sufren, de sabios y de necios, de editores y lectores; conocemos y compartimos las virtudes y los defectos de la Comedia Humana y nada ni nadie nos es ajeno. Cosa diferente es el asunto de los «Debates» (las catástrofes) que otras veces han dado lugar a interesantes reflexiones, pero que en concreto los del número 8 y también en parte en el 9 han saltado mas allá de lo científico para entrar en lo personal, o sea han caído de lleno en la Comedia Humana. No sabemos desde la comunidad miliaria si eso es bueno o malo, si consecuencia de la crisis y de que todos estamos mas nerviosos, si de la bronca asentada permanentemente en la política o de si se han olvidado las buenas normas de urbanidad de siglos pasados y se va directamente al grano en el XXI. Los editores y nosotros los miliarios solo podemos aconsejar que se utilice la ironía y no la descalificación, los argumentos frente al insulto, y que estas cosas se mediten y se sosieguen las almas. Ni la ubicación de Miaccum, ni el trazado de una vía en Aragón merecen tantas broncas y descalificaciones, la verdad; pero puestos en rigor histórico, ha querido la casualidad que por razones personales este miliario, haya tenido que leer recientemente la Carta de San Pablo a los Corintios, una epístola, por cierto, apasionada y polémica como ella sola. Para los no conocedores les diré que con la Primera Epístola Pablo había conseguido restablecer el orden de la Comunidad cristiana de Corinto, pero la llegada de ciertos predicadores «judaizantes» desencadenó una doble crisis porque por un lado se desautorizaba al apóstol
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por otra religión (la judía, que antes había sido la suya) pero a su vez, en el propio cristianismo latían dudas e interpretaciones erróneas de la «verdadera» doctrina. Transcribo literalmente el «debate» de Pablo de Tarso para meditación de todos: «Por causa de las calamidades y reveses, súbitos y repetidos, que nos han acaecido hermanos, consideramos que hemos sido algo tardos en dedicar atención a las cuestiones en disputa que han surgido entre vosotros, amados y a la detestable sedición, no santa, y tan extraña y ajena a los elegidos de Dios, que algunas personas voluntariosas y obstinadas han encendido hasta un punto de locura, de modo que vuestro nombre, un tiempo reverenciado, aclamado y encarecido a la vista de todos los hombres, ha sido en gran manera vilipendiado...Por ahí entraron los celos y la envidia, la discordia y las divisiones, la persecución y el tumulto, la guerra y la cautividad. Y así los hombres empezaron a agitarse: los humildes contra los honorables, los mal reputados contra los de gran reputación, los necios contra los sabios, los jóvenes contra los ancianos. Por esta causa la justicia y la paz se han quedado a un lado, en tanto que cada uno ha olvidado el temor del Señor... Seamos, pues, humildes, hermanos, poniendo a un lado toda arrogancia y engreimiento, y locura e ira y hagamos lo que está escrito. Porque el Espíritu Santo dice: No se alabe al sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe al valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Tened misericordia y recibiréis misericordia; perdonad y seréis perdonados. Lo que hagáis os lo harán a vosotros. Según deis, os será dado. Según juzguéis, seréis juzgados. Según mostréis misericordia, se os mostrará misericordia. Con la medida que midáis se os volverá a medir».
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Y dicho esto, a buen entendedor pocas palabras bastan. El 90 % de este número nono de El Nuevo Miliario recorre como siempre fronteras peligrosas, como la del «saltus castulonensis» de Sierra Morena, donde los bandoleros y los rivales políticos acechaban a los viajeros y a los correos. También, como siempre, deparará nuevos conocimientos como el de las cartas de Cayo Asinio Polión que vivió casi 80 años en el cambio de era, hace 2000 y como poeta e historiador tiene algunas cosas interesantes que decirnos. Segundas partes esperamos que buenas, para corregir al refrán, sobre las Cinco Villas son resultado de las elucubraciones de los mismos autores en el número anterior y que tienen dichosa continuidad en éste. Una curiosa «Venta Palomera», que no del editor Palomero, toma su asiento en la provincia de Ávila en las proximidades de un verraco con inscripción controvertida y polémica, como nuestra revista. Y si alguien pensaba que se habían acabado las interpretaciones de ciudades con la también polémica y controvertida Geografía de Ptolomeo, pues se equivoca. Siempre he mantenido que las cosas que se alejan de la Comedia Humana me interesan poco, pero eso no quiere decir que precisamente por mi cercanía a la vida, no tenga la sonrisa como guía de perplejos. Ya decía el Maestro Arias en una divertida sección que «Los Sabios también cometen pifias» y añado yo, que los Museos sin fantasma y sin miliarios, son sitios sin sentido del humor. Espero que esta editorial haga que Carlos Caballero se sienta menos «solo» y menos «culpable» ante la Comedia Humana. Ni una cosa ni la otra, querido Carlos, los miliarios estamos contigo... Como decía aquel esclavo nubio al general romano en su paseo victorioso por Roma después de una batalla triunfal: «Mnemine Hominem» osea, en traducción libre «Ni fu ni fa...». Ya os vale, viatores.
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FA DE ERRATAS Carlos Caballero
«A veces, la propia simplicidad de un asunto nos conduce al error»
Y véase, también, la corrección que él mismo, amablemente, nos manda:
(Edgar Allan Poe)
«Pág. 73. TESTIMONIOS SOBRE INTERCATIA.
Cuando, hace cinco años, empezamos esta aventura extraña de El Nuevo Miliario, formamos Santiago Palomero, Guillermo Reher y yo un equipico que se repartió como pudo las funciones de la revista, en virtud de las posibilidades de dedicación de cada uno. Pero supongo que, como yo, mis dos colegas confiaron secretamente en que, a la hora de afrontar los desastres, alguno de los otros dos miembros del equipo (o los dos) se encargaría de resolverlos1. No fue así, claro: al final, cada palo aguanta su vela y, al contrario que en la política, cada uno asume sus responsabilidades. El caso es que, en lo tocante a errores, erratas, pequeños fallos y catástrofes, el último número de El Nuevo Miliario debería ocupar por derecho propio un lugar señalado en las escuelas de periodismo. No nos consuela, claro es, que los errores anden por todas partes: recordamos, por ejemplo, con cariño como, en otras ocasiones, alguien supuestamente interesado en nuestra publicación nos ha llamado preguntando por las apócrifas revistas «El Nuevo Mobiliario», «El Nuevo Milenio» o «El Nuevo Millonario», publicaciones que, a pesar del indudable interés que despertarían, a tenor de lo expresado por su título, resultan hoy en día inexistentes2. El caso, decía, es que en el último número nuestro hubo, como casi siempre, errores de transcripción. El griego se nos resiste y la trasposición de unos ordenadores a otros de los caracteres helénicos nos depara siempre disgustos. Así sucedió con el trabajo de Pedro Alegre Pastor, véase su queja: «He recibido los tres ejemplares del nº 8 de El Nuevo Miliario y, en primer lugar, le agradezco3 que haya tenido la amabilidad de publicar mi artículo sobre INTERCATIA, pero he hallado unos errores tan garrafales en la trascripción de las palabras griegas, que cualquiera que lo lea dirá: Pero éste critica a Luis Calvo Lozano porque usa unas palabras griegas inexistentes en la lengua griega y él da otras también inexistentes, que no son las utilizadas por Luis Calvo Lozano.»
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Ta\ tw ªn )Ouakkai¿wn kai\ Kelti¿berwn e q )¿ nh kai\ xw ¿ra diecew ¿n sulle ¿gei tai ªj po l ¿ esi kai\ xw ¿ra decew ¿n sulle ¿gei tai ªj po l ¿ esi kai\ Segesa ¿man kai\ )Interkati¿an Luis Calvo Lozano en su Historia de Villalpando afirma que Intercatia fue Villalpando categóricamente y que la palabra es de origen griego. Veamos lo que dice: Ed. 1961, pág. 23. Los Celtas dieron a nuestra villa el nombre de Intercatia compuesto de la preposición inter y la palabra griega xadría, derivada ésta a su vez del griego xadra¿j, que significa «ardedero, al sol, en la llanura»; por manera que Intercatia significa «ciudad que está entre los ardederos, al sol, en la llanura etc. y en la página 30 dice: Sin género de duda Intercatia fue Villalpando y cita la Historia de España de Antonio del Villar, quien a su vez lo toma del historiador Romey, el Diccionario Encicoplédico de Simón y Montaner y de Fernando Duro en su Historia de Zamora y su Provincia. (Pág. 31 párrafo 1º): Filológicamente se demuestra esto mismo fijándonos en la significación de la palabra Intercatia. «Inter» es preposición que significa «entre», «en medio de», y «catia» palabra derivada del verbo griego xadi¿z% o del nombre griego xadeo% -e%j que significa asiento, llanura, meseta, significando en consecuencia Intercatia, ciudad que está en medio del asiento, en el llano, al raso, en el ardedero, que es lo mismo que significa Alpando. Intercatia Orniacorum la llama el geógrafo Abraham Ortelio, es decir, Intercatia de los Orníacos, del país de las ornias o urnias, que así se llaman las lomas del valle de Almaldos. Tengo que elogiar la obra de Luis Calvo Lozano, pero en cuanto a lo que dice sobre Intercatia está cometiendo garrafales errores. 1º Los celtas no llamaron a esta ciudad Intercatia, sino Catia. El nombre de Intercatia fue dado por los romanos, anteponiendo la partícula «inter» al nombre celta Catia.
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2º En la pág. 23 dice que Catia se deriva de la palabra griega xadra ¿j y en la pág. 31 que se deriva del verbo griego xadi¿z%. En qué quedamos, ¿de cuál se deriva? Pero esto no es lo malo. En la lengua griega no existen ninguna de estas palabras. Ante mi duda he consultado los mejores diccionarios de la lengua griega e incluso el Suda, diccionario enciclopédico griego del siglo III, que todos los helenistas consultamos cuando tenemos una duda o no encontramos el significado de una palabra. En ninguno aparecen estas palabras y al no hallarlas le he preguntado a un eminente helenista si tenía conocimiento de ellas. Su contestación fue inmediata: Esas palabras no existen en griego y mucho menos con una iota suscrita en la 1ª persona del singular del presente de indicativo de ningún verbo, ni en el nominativo del singular de ningún sustantivo. Yo estaba seguro de ello, pues ni en Homero, que utiliza todos los dialectos las había visto. La única palabra con la que se pudo confundir es kaqi¿zw, cuyo significado intransitivo es sentarse y también tiene este significado en la voz media. Pero independientemente de que estas palabras existan o no en la lengua griega, la derivación es imposible.» Pero sabido es que cuando la suerte no nos da la cara nos da, necesariamente, la espalda: hubo, de modo más inexplicable, pies de foto que mudaron de sitio, quién sabe si por voluntad propia (de los pies de foto, digo) o ajena, y este error afectó también al trabajo del malhadado Pedro Alegre, cuya comprensión es encomiable, después de este pequeño desastre. En concreto, viajaron por su cuenta, de una foto a otra, los pies de… bueno, dejemos que, para evitar (más) errores, sea el propio autor quien lo explique y nos rectifique: «…En la página 78, fotografía nº 1. La fuente de San Jordes que está cubierta por la maleza, está confundido el texto. Este texto corresponde a la fotografía nº 4 de la pág, 79 y el que figura en la fotografía nº 4 es el que corresponde a la fotografía nº 1. » Lógicamente cualquiera que lea esto y conozca la obra de Luis Calvo Lozano, se extrañará de que yo me haya inventado estas palabras y en cuanto a los textos de las fotografías cualquiera se dará cuenta que están confundidos. » Bien sé que esto no es posible corregirlo, pero tal vez se pudiera hacer como una fe de erratas en un próximo número.» Por si no fuera poco lo anterior, otro autor sufrió en sus textos la malaria de los errores: en concreto, se cercenó, contra pronóstico (y contra toda voluntad, dicho sea de paso, que nuestra voluntad de cercenar textos ajenos es, por lo general, reducida, y jamás afecta a textos publicados en «El Nuevo Melonario»,
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digo «Miliario»), el último párrafo de la recensión que Jesús Rodríguez Morales publicó en el número 8 (p. 101, col. dcha.), de modo que, en realidad, debería de haber dicho lo que sigue (se resalta el texto omitido): «Muy interesante también es que la mutatio de El Beneficio se ubique en el Camino de Entretérminos, que no corresponde a ninguna mojonera medieval o moderna conocida y que podría indicar —por donde está situado, al pie de la Cabeza Mediana— el paso de la división antigua entre el Convento Cluniensis y el Carthaginensis, que unos km al E tiene su expresión en el termino augustal de la Ermita de los Remedios, en Colmenar Viejo, lugar de nacimiento del arroyo llamado actualmente de Navalmojón.» En fin, hasta aquí, una historia más propia de Fray Gerundio de Campazas que de una revista especializada en vías romanas, historia de los caminos y otros temas de geografía histórica… Pero es que el debate a que ciertamente dio pie esa recensión de Rodríguez Morales ha sido, en sí mismo, un semillero de críticas. Uno creía, en su ingenuidad, que estaba bien y resultaba ágil invitar al autor «reseñado» a replicar (como habría hecho Gonzalo Arias4, que nada sabía de estrategias mercantiles, afortunadamente para él, que era así más sabio y más libre que todos nosotros), y que eso daría lugar a un interesante intercambio de pareceres, todo un debate en las páginas de El Nuevo Miliario, tras el cual seguirían nuevas réplicas y contrarréplicas, intervenciones de terceros, instituciones intentando terciar (o imponer su criterio) y, en fin, aquello acabaría por originar un Congreso Internacional para el que, con nuestros modestos medios, andábamos ya haciendo planes y buscando sede y apoyos financieros. Pero sucede que, de un tiempo a esta parte, los debates viarios han dejado de ser elegantes duelos a florete en los salones de la Escuela de Esgrima para convertirse, más bien, en riñas a navajazos en la oscuridad de un bosque tenebroso, riñas en las que pueden salir heridos los contendientes, los padrinos, algún testigo y hasta algún turista accidental amante de las secuoyas, y en eso derivó el conflicto científico que pretendíamos para el número 8. Básicamente, derivó en un enfrentamiento que, sin duda, estaba justificado porque se dirimía una cuestión capital para la supervivencia de la especie humana: la ubicación de Miaccum. Recuerdo que una inquietante película de Louis Malle nos enseñó, en los años 90 del siglo XX, que las personas heridas son peligrosas. Y de personas heridas trata también este texto, de aquellas que participaron en el «debate» publicado en el pasado número, dos autores que, como judíos y palestinos, se sienten agraviados desde antiguo y ya no recuerdan bien cómo empezó el conflicto5…
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Las reacciones, más dolidas que otra cosa, no se hicieron esperar. Así, el veterano corresponsal José Antonio Cezón se tomó la molestia de redactar lo siguiente, elocuentemente titulado: «LAS PRÁCTICAS DE GONZALO ARIAS » Carlos6, en la Sección «Debate» del pasado número 8 de El Nuevo Miliario incluyes una presentación de dos trabajos, uno de J. Rodríguez y otra de Jiménez Guijarro. Lo chocante de la cuestión es que no se trata de un debate como tal, el primero hace una reseña de un trabajo y el segundo lleva a cabo un ataque personal contra el primero sin alegar ninguna razón técnica más allá que la de cobrar un salario público. Supongo que todos tenemos un mal día de vez en cuando...7 » Estos son los hechos, pero tú intercalas una frase que me llama la atención, porque te recuerdo que nuestro primer contacto personal fue a través de la crítica de ciertas actuaciones de Gonzalo8... La frase en cuestión es: «Como hubiera hecho G. A...» » Es práctica comercial en los medios editoriales activar el interés de los lectores mediante entregas o promesa de nuevos artículos relacionados con los ya entregados, por esto hubiera sido más interesante e incluso más correcto avisar, al final de la reseña de Rodríguez, que el autor comentado ejercería su derecho de réplica en el próximo número. » En algunas ocasiones Gonzalo me envió libros, (generalmente devueltos por mí) para que hiciera reseñas o glosas de los mismos y alguna vez tuve que sufrir la intemperancia de autores que en vez de quedar agradecidos por mi atención y mi tiempo dedicados a la lectura de su obra reaccionaban con destemplanza. » En una o dos ocasiones yo escribía un artículo u opinaba sobre algo y a renglón seguido, no en el siguiente número, como hubiera sido correcto y comercial, Gonzalo incluía una réplica que oscurecía totalmente mi trabajo.
«No sé, a lo mejor sería bueno que no permitierais estos intercambios de opiniones cuando se salen de lo estrictamente científico y se cargan de descalificaciones personales.» En fin, quizá la crítica más sentida provino de José Luis Fernández Montoro, en el blog de El Nuevo Miliario, (http://elnuevomiliario.blogspot.com/2009/07/ordenacion-urbana.html) comentario que reproducimos con la venia de su disgustado autor: «Visité El Beneficio y Monesterio en diciembre del 98, de la mano de las investigaciones de nuestro llorado Gonzalo Arias, y me llamó la atención la presión de las urbanizaciones colindantes sobre la primera, detenidas a duras penas por el limes natural que representa la orilla sur del río Guadarrama. Parece increíble que se haya mantenido indemne hasta el momento, a tenor de lo que compruebo en el SigPac. Los prados de la dehesa ejercerán un efecto mágico, una llamada ineludible al ejército «civilizador» que, impaciente, acampa en sus aledaños. Intuyen desde su posición privilegiada, que tarde o temprano, lo tomarán al asalto. » Pero, si de asaltos hablamos, también me gustaría lamentarme, del que supone para El Nuevo Miliario, la arribada de un estilo dialéctico tan poco afortunado, tan desconocido en estas páginas (y en las Extravagantes), como el que emplea el Sr. Jesús Jiménez Guijarro en el mencionado último número de la revista (8, 06-09, 101-106). » Creo que ataques personales tan virulentos, extensos, injustificados y desproporcionados, ataques que se responden a sí mismos, no deberían tener cabida en el Miliario, bajo pretexto de proporcionar una información científica de interés viario. » Y si obedece a un gusto particular, ¡que de todo se ve en esta campa!, será menester que su pluma aprenda los trucos y sutilezas de otros más elegantes (no los míos desde luego), para poder decir del prójimo lo que uno quiere, pero resultando a los lectores más bien egregio, ni mucho menos zafio.
» (…) » Es por esto que me extraña que hayáis importado también las malas prácticas de G. A., aunque en este caso el «agraviado» haya salido muy bien librado gracias a la necedad de su oponente» Un comunicante anónimo, alarmado también por el alcance del debate de marras, dejó por vía cibernética sus palabras de queja y disgusto:
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» Entiendo que este caballero no usa el mismo tono en su comunicación al Madrider Mitteilungen, y no acierto a comprender si el encabezado de «debate» del Miliario, le autoriza a tratar esta publicación, a sus lectores y suscriptores, como si de un foro no moderado de Internet se tratase. Está equivocándose. » Quizá sea el aprovechamiento de una respuesta rápida y poco madurada, la que ha hecho del mal
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gusto, del empleo de informaciones personales y de la falta de respeto, la columna vertebral que hace pasar inadvertidos los argumentos que desea exponer en el artículo; por lo que no estaría de más recordarle, lo que él mismo ensalza del Instituto Arqueológico Alemán, en cuanto a normativa y plazos de publicación (…y no quiero pararme a pensar ¿con quién estaba comparando?), «…para evitar que los textos no planteen absurdos o temas baladíes», y es que no se sirva de ofertas tan generosas y vivaces como la presente, si va a ser incapaz de mantener el tono de educación apropiado. » Falló, en definitiva, el debido filtro Editorial, que debía haber exigido un re-planteamiento de las formas; pero claro, D. Jesús Jiménez Guijarro nos diría que es un defecto inherente al estatus de los responsables de la Revista, «que no son consejeros de redacción a full-time. » José Luis Fernández Montoro» Por último, justo parece reconocer que falló también la aplicación de la palabreja «debate», porque eso, en el fondo, lo que hizo fue generar en los lectores unas expectativas que no podían satisfacerse… No demos más vueltas, no mareemos más a la pobre perdiz ni añadamos justificaciones. Busquemos, eso sí, consuelo: Julio Verne dijo que la ciencia se compone de errores, que a su vez, son los pasos hacia la verdad…; bueno, vale, sé bien que no es el caso, ciertamente, con estos errores vamos más bien hacia ninguna parte, así que busquemos otra frase más afín al caso. Dice la voz popular que rectificar es de sabios. Por mi parte, puedo añadir «…y de quienes (sin serlo) antes cometieron errores». Y eso, rectificar, es lo que he intentado en estas páginas…
NOTAS 1. Personalmente siempre pensé, confieso ahora que, de los tres miembros del equipo, sería Santiago Palomero, el más veterano y quijotesco el que se encargara de desfazer entuertos. 2. Al menos que sepamos, no vayamos a empezar este texto dando cancha a nuevos errores. Eso sí, quien preguntó por El Nuevo Millonario quedó quizás un poco decepcionado al constatar la inexistencia de una publicación supuestamente dedicada a nuevos ricos… 3. Obsérvese cómo Pedro Alegre, en esta carta dirigida a quien esto firma, sabe bien a quién atribuir los errores… 4. Y como efectivamente, hizo, por ejemplo, en los números 68 y 69, con un ágil intercambio de opiniones entre Guillermo García Pérez y Arturo Soria o en el 71 (p. 23 y ss.) con Isaac Moreno, por no mencionar el mítico número 21, con el «debate» con Dimas Fernández Galiano «en torno a Titulcia». 5. Justo es decir que, en ambos autores, y para mayor desastre, concurrían en aquel momento circunstancias personales muy adversas. 6. Nótese como Cezón, veterano conocedor de las entrañas de El Miliario Extravagante y de El Nuevo Miliario, tiene perfectamente claro a quien atribuir la responsabilidad del error… (y van dos). 7. Evidentemente, mi mal día fue aquél en que decidí etiquetarlo como «Debate». Aunque sospecho que, en torno a este asunto, tuve algún otro mal día… 8. Justo me parece añadir que esa crítica se centró en aspectos estéticos y puramente formales de la revista, que Gonzalo era reacio a cambiar. Ese primer contacto, si no recuerdo mal, fue en el Encuentro de suscriptores de El Miliario Extravagante, en 1999, y no estuvo motivado por esa crítica, sino que ella surgió a lo largo de aquel encuentro.
Noviembre de 2009 P.D. Expreso una vez más nuestro firme empeño por no repetir en el futuro las erratas pero soy consciente de que no será una empresa fácil: sirva de ejemplo este mismo texto. Como algunos lectores sin duda habrán notado, en su título se ha deslizado una nueva errata, de modo que, donde dice «Fa» debería de decir «Fi». Disculpen las molestias.
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LA RUTA GADES-ROMA DE LOS VASOS DE VICARELLO: EL CRUCE DE SIERRA MORENA Jesús Sánchez Sánchez
1. INTRODUCCIÓN En el número 6 de El Nuevo Miliario se publicó el trabajo titulado «La ruta de los Vasos de Vicarello. El trabajo de Martínez de Carnero para la Real Academia de la Historia sobre el tramo Cástulo-Libisosa. 1859». El presente artículo es la continuación del primero. Además, su contenido formó parte de la comunicación al IX Congreso Internacional de Caminería, como ya se anunciaba en El Nuevo Miliario (Sánchez, 2008, 44, nota 34 ) Tratamos, pues, sobre un sector de la ruta de Cádiz a Roma descrita en los Vasos de Vicarello. Concretamente, sobre el tramo por el que esta ruta efectúa el cruce de Sierra Morena. Nuestro objetivo es comparar las propuestas anteriormente aceptadas para este cruce con otra solución que se sustenta en un camino con un mejor trazado topográfico apoyado además en referencias documentales (cartográficas y textuales) del primer decenio del s. XIX donde al camino ahora propuesto se le denomina Camino de los Romanos. Muy posiblemente este trazado alternativo sería también un tramo utilizado por los Villuga 93 de Granada a Villanueva de los Infantes y el Villuga 100 de Granada a Cuenca. Del mismo modo, el área por el que transcurre este camino se correspondería con la parte del saltus castulonensis donde Asinio Polion, gobernador de la Ulterior, al escribir a Cicerón el 16 de marzo de 43 a.C. refiere ciertas dificultades para el tránsito de sus correos. Área también donde en enero de 1810 se dio la acción de Matamulas y batalla de Montizón, en el marco de la invasión francesa de Andalucía. Para la comparación de las distintas alternativas al cruce de la sierra siguiendo la ruta de los Vasos de Vicarello se ha realizado un trabajo de campo que ha consistido en el reconocimiento sobre el terreno de los caminos implicados. Agradecemos a D. Blas García, de Villamanrique (Ciudad Real), su colaboración e inestimable ayuda que nos ha prestado en el acceso a los antiguos caminos en ambas vertientes de la sierra. Por otra parte, se han cotejado distintas fuentes documentales del s. XIX que se ubican tanto en el Servicio Geográfico del Ejército como en el Instituto de Historia y Cultura Militar y en la Real Academia de la Historia. Así mismo se han revisado todas las ediciones de los mapas 1:50.000 del Instituto Geográfico Nacional, así como las fotografías aéreas a escala
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1:18.000 del vuelo 1977 de la zona de la sierra. Ha sido muy útil el empleo del Sistema de Información Geográficas de Parcelas Agrícolas disponible en la página http://sigpac.mapa.es/fega/visor/ El punto de vista desde el que se aborda la investigación parte de la consideración de que las más importantes vías romanas estaban acondicionadas para el tráfico carretero. Para una síntesis del modelo actual que nos parece tener una mayor capacidad explicativa, ver Isaac Moreno Gallo (2004) Vías romanas. Ingeniería y técnica constructiva y, más sintéticamente, en (2005) «Vías romanas. Ingeniería y técnica constructiva», en Hispania Nostra, nº 85. Agradezco a Isaac sus comentarios sobre los trazados que aquí se discuten. 2. LA COMUNICACIÓN GADES-ROMA. EL CAMINO DE ANÍBAL DE PIERRE SILLIÈRES. Para Pierre Sillières, hasta el final de la República no habría en España más que cinco vías con tecnología auténticamente romana (Sillières, 2003, 26) (Sillières, 1990, 576). La disposición de las vías estaría al servicio del dominio militar de la Ulterior. Asegurando la comunicación terrestre del centro de la Ulterior (Córdoba) con Roma estaba la primera ruta, la del saltus castulonensis (por el eje Tarragona, Valencia, Córdoba). En tanto que para asegurar las comunicaciones marítimas del centro de la Ulterior con Italia existían dos rutas principales: la ruta Córdoba-Carteia (El Rocadillo, cerca de Algeciras), que constituiría el principal eje entre el estrecho de Gibraltar y el valle del Guadalquivir desde el s. II a.C. (ya que las tres colonias pre-cesarianas de la Hispania Ulterior se encontraban en su trayecto: Carteia, Munda y Córdoba) y la ruta Córdoba-Gades, siguiendo ésta el valle del Guadalquivir: para dominar el río se explica la creación de Itálica por Escipión y de Castellum Ebora, en la desembocadura. La más importante sería la del saltus castulonensis que constituía una especie de espina dorsal de todo el sur de la península (Sillières, 1990, 577). Quedan otras dos vías que se separaban de este eje buscando la progresión de la conquista hacia el interior peninsular: ruta Córdoba-Medellín (vía hacia el noroeste para dirigir las expediciones contra los lusitanos) y, finalmente, la ruta de Cartagena por el litoral (es decir, por Denia), sucesora de la más importante ruta del imperio cartaginés.
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Sillieres sostiene que el enlace entre Roma y su provincia fue, en un principio, exclusivamente marítimo: las tropas romanas hacia España no rebasaban el territorio de Marsella, donde se solían embarcar (Sillières, 2003, 27); los principales puertos españoles serían Emporiae, Tarraco y Carteia. La ruta de los Vasos de Vicarello sería utilizada desde los primeros tiempos de la presencia romana: los ejércitos ganaban el valle del Guadalquivir por el saltus castulonensis. La mayor parte de las batallas de la segunda guerra púnica pretendían dirimir el control de este itinerario. A Sillières le parece verosímil que, por su longitud (500 millas de Tarragona a Córdoba) fuera a menudo reemplazado por la segunda vía mencionada: la vía Carteia- Córdoba (170 millas) que permitía ganar rápidamente el corazón del territorio1. Otra gran vía estratégica la constituye la línea del Guadalquivir. Con César y Augusto tiene lugar una reordenación del control político del territorio: Después de Munda, el dictador reparte castigos y favores que transforman el panorama político de la España meridional. Las poblaciones que abrazaron el partido pompeyano serían en su mayoría castigadas: Córdoba, Munda y Carteia. La primera sufrió la transformación en Colonia Patricia. Munda fue enteramente destruida y desapareció. Carteia declina también desde entonces (Sillières, 2003, 34). Por el contrario, otras poblaciones reciben importantes favores, entre ellas, Hispalis, Hasta Regia, Gades y Cartago Nova. A lo que se añade la fundación de otras colonias. Es decir, César acomete la neutralización de la inclinación pompeyana de la provincia con una colonización de largo alcance. Hasta entonces, la emigración romano-itálica con destino a Hispania había sido de carácter estrictamente privado (Roldán et al., 305). La vía Augusta fue planteada, según Sillières, por Augusto para abrir una vía alternativa a la que atravesaba el saltus castulonensis y sobre todo para constituir posteriormente uno de los elementos de la reorganización provincial que este emperador llevó a cabo en Hispania, lo cual precisaba de la existencia de vías de comunicación en buenas condiciones y seguras. Dado que el paso por el saltus estaba frecuentemente sujeto a perturbaciones, la apertura de una nueva ruta entre Cartagena y Cástulo (es decir, entre el litoral de Levante y el valle del Guadalquivir) permitiría disponer de un segundo acceso terrestre a la Bética2. Además, la colonización había sembrado nuevos centros de poder romano entre la costa mediterránea y el valle del Guadalquivir que debían articularse con una nueva ruta. Los Vasos de Vicarello dan testimonio de la primera de las vías que hemos citado entre Gades y Roma. Sin demasiado fundamento histórico, va tomando cuerpo la denominación de Camino de Aníbal para referirse al trayecto del itinerario romano entre Cástulo y Játi-
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va. Camino de Aníbal, sin embargo, «es un nombre popular documentado sólo en la travesía de Sierra Morena. Es Sillieres quien, identificándolo con la ruta de los Vasos de Vicarello, extiende la denominación al trayecto Cástulo-Saetabis» (Arias, 1991, 22). La Vía de Aníbal sólo se documenta en la cartografía del ING en el s. XIX en el término de Montizón y sus aldeas de Aldeahermosa y Venta de los Santos. Sillieres amplía la denominación a todo el tramo hasta el litoral levantino. Así se entiende cuando dice que el Camino de Aníbal, «netamente más corto que la vía Augusta» (Sillières, 2003, 36), parece haber permanecido como el eje principal entre el valle del Guadalquivir y el litoral del Levante en la época imperial. Por cierto, que «la misma voluntad de asegurar las relaciones entre Tarragona y Córdoba explica también, sin duda, la fundación de la colonia Libisosa sobre el Camino de Aníbal, en el extremo septentrional del saltus castulonensis» (Sillières, 2003, 36)3. Pocos caminos de la España antigua pueden rivalizar con éste en importancia. Juan Blánquez lo califica como «una gran vía comercial-cultural que constituiría el más importante (y antiguo) eje de comunicación de la península ibérica. Su orientación e importancia no va a experimentar variaciones significativas... como poco, a lo largo de todo el primer milenio antes de Cristo, hasta la desmembración del Imperio Romano» (Blánquez p. 66). Ahmad Ar-Razi (889-955) posiblemente se refiera también a esta ruta cuando escribe que «Carmona yaze sobre el arreçife que se comiença en la su puerta de Narbona. E de Carmona a Narbona ha mil migeros; e quien saliere de Carmona e fuere a Narbona, nunca se saldrá de arrecife, si non quiere. Et este arrezife mandó fazer Ercoles quando fizo facer los conçilos [columnas o templos] en el cabo de España» (Franco, 163). 3. ASINIO POLION Y SU CORRESPONDENCIA CON CICERÓN En el tiempo que media entre la muerte de César y el encumbramiento de Augusto se sucede la magistratura de Asinio Polión en la Ulterior. Cayo Asinio Polión (Roma, 76 a. C. - 4 d. C.) es un personaje bien conocido en la historiografía por su participación en la vida política y cultural romana. Fue un fidedigno historiador, pero sobre todo, fue amigo y partidario de Julio César (le acompañó en el paso del Rubicón y en la batalla de Munda). «Fue en 46-45 legado en Hispania y en 44-43 promagistrado, otra vez en la Ulterior, por lo que pudo conocer y relatar autorizadamente, e incluso protagonizar, los detalles de la colonización cesariana justo en esta provincia. A partir del 39, por delicadas circunstancias políticas, vuelve a la vida privada, falleciendo el año 4 d.C.»
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(Canto 259). Escribió una Historia (hoy perdida) que desarrollaba los acontecimientos entre la gestación del primer triunvirato (60 a.C.) hasta la batalla de Filipos, «y que fue fuente primordial para Apiano y Plutarco» (Caballos, 362). Como poeta también tubo renombre. Fue apreciado por Catulo y estuvo en contacto con los grandes poetas de la edad de plata latina. Virgilio le dedicó la cuarta Égloga (la llamada mesiánica), precisamente el año 40 a.C. cuando con 35 años recibió el consulado (Caballos, 361). También fue destinatario de la Oda II, 1 de Horacio. La primera biblioteca pública de Roma se debió a Asinio Polión en el 38 a.C. quien la fundó sobre el monte Aventino. Desde un punto de vista de la acción política en España, a Asinio recientemente (desde el estudio de la tabla de bronce de Osuna, hallada en 1999 en esta localidad) se le ha identificado como el encargado de ciertos procesos de la colonización cesariana. Tras la dura victoria de Munda, Julio César planificó la desestructuración de la red de poblaciones que apoyaban al partido pompeyano. Entre ellas se encontraba la ciudad de Urso (actual Osuna, Sevilla). El modo de castigar a los vencidos fue la creación de una colonia para asentarla en el solar de Urso. La colonia se llamó Genetiva Julia. Los nuevos ciudadanos se superpusieron a los antiguos, que se vieron prácticamente desposeídos de sus tierras y prerrogativas al quedar en un estatus inferior al de la nueva población privilegiada: los colonos. Por el orden en que aparecen los nombres de las veinticuatro curias de la colonia en la tabla de Osuna, se ha deducido que el responsable efectivo del proceso colonial —no sólo para Genetiva Julia, sino también para la colonia Julia Rómula, asentada en Híspalis (Sevilla), y para otras similares— fue nuestro Asinio Polión (Caballos, 239). Y es que, como indica Alicia Canto, las colonias romanas (coloniae civium Romanorum) impuestas a partir del 45 a.C. sobre ciudades «filopompeyanas» de la Ulterior no debían ser consideradas como ciudades «privilegiadas» -como venía diciendo unánimemente la bibliografíasino, por el contrario, como «colonias de castigo» de Julio César: «son aquellas ciudades que, contra lo esperado, habían traicionado a César… las que son, en castigo, obligadas a la carga del derecho romano y a perder, por tanto, sus derechos de autonomía anteriores, junto con nuevos y pesados repartos de sus tierras y la aceptación forzosa de nuevos colonos» (Canto, 276)4. Para enmarcar la acción de Cayo Asinio Polión en Hispania, merece la pena recordar cómo durante el conflicto entre César y la República, habiendo sido masacrado en África el ejército senatorial el 6 de abril de 46 a.C. y, tas la pérdida del último bastión, Útica, donde Catón se quitó la vida, sólo un reducido grupo de optimates consigue huir hacia Hispania para organizar en la Ulterior, donde contaban con importantes apoyos, los últimos intentos de resistencia (Roldán et al ., 297).
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La Ulterior se convertirá así en el último escenario de la pugna entre César y el gobierno optimate (Roldán et al, 299). César enviará por mar desde Cerdeña a sus legados quienes, no pudiendo resistirse a los pompeyanos, se hacen fuertes en Obulco (Porcuna), a donde se presentará César5 en una marcha fulminante desde Roma. El 17 de marzo de 45 a.C. se encuentran los oponentes en la llanura de Munda. Tras la sangrienta acción y el desastre pompeyano, Cneo, hijo de Pompeyo, huye hacia sus bases navales de Carteia (Roldán et al ., 304), siendo poco después asesinado. Sólo su hermano Sexto Pompeyo consigue escapar a la Celtiberia para intentar continuar la lucha. César decide mandar al legado C. Carrinas con un ejército. El fracaso de Carrinas es el que obliga a César a aumentar las fuerzas en la península con el envío de dos pretores: Asinio Polión a la Ulterior y M. Emilio Lépido, el futuro triunviro, como gobernador conjunto de la Galia Narbonense y de la Citerior (Roldán et al ., 312). La Hispania Citerior y la Galia Transalpina estaban a cargo del futuro triunviro, el procónsul M. Emilio Lépido. Estando éste ausente, inmerso en la política romana, Sexto, que disponía de siete legiones, en tanto que Asinio disponía sólo de tres, se dispuso a atacar Cartago Nova, una de las más importantes ciudades de la Citerior. Precisamente durante esa expedición, el mismo día en que entró en Baria (Villaricos de Almería), tuvo noticia del asesinato de César (Roldán et al ., 312). No sabemos si en ese momento la conquistó o si desistió, el caso es que volvió a la Ulterior, donde había dejado el grueso del ejército derrotando a Asinio en una batalla en lugar desconocido (Amela, 89). Sexto se apoderaría seguramente de toda la Ulterior. Es posible que dos cartas de Cicerón fechadas el 9 y 16 de abril de 44 a.C., en que se pregunta hasta dónde pueda llegar Sexto, se refiera a esta victoria. «Que el resultado fue evidente lo señala otras tres cartas de Cicerón, del día 14 de mayo, del día 21 de junio y del día 22/23 de junio, en el que se señala la posibilidad de que Sexto Pompeyo se trasladara con su ejército a Italia» (Amela, 89). De hecho, cuando Sexto sale de España no fue debido a un hecho de armas, sino fruto de una negociación y pacto entre Sexto y Lépido. Realmente, tras la muerte de César (15 de marzo de 44 a.C. ), Sexto siguió acrecentando su poder sosteniendo varios combates con las tropas cesarianas, sin que podamos precisar dónde. El caso es que tras el magnicidio y el resurgimiento del partido senatorial, «que consideraba a Sexto como un héroe» (Amela, 90), se sucede el acuerdo, que se llevaría a cabo en agosto o septiembre del 44 a.C. y ocasionaría la salida de Sexto de Hispania en dirección a la importante ciudad portuaria de Marsella antes del invierno de ese año. La situación de Asinio Polión en la Bética durante el año 43 a.C. es conocida gracias a tres cartas que envió
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a Marco Tulio Cicerón desde Corduba fechadas el día el 16 de marzo (Cic. Fam. 10, 31), finales del mes de mayo (Cic. Fam. 10, 33) y el día 8 de junio (Cic. Fam. 10, 32)» (Amela, 91). No disponemos de las contestaciones de Cicerón a Polión. Lo relevante para nosotros es la manifestación de las dificultades para el envío de la correspondencia debido a la difícil situación en el saltus castulonensis. Veamos el texto de la primera de las cartas (Cic. Fam. 10, 31,1)6: «No debes extrañarte en absoluto de que no te haya escrito nada de política desde el inicio de las hostilidades. Ello es debido a que el paso de Sierra Morena, que siempre ha retrasado mis correos, ahora se ha vuelto más peligroso por el aumento del bandolerismo; aunque esto en modo alguno causa tanto trastorno como quienes de uno y otro bando están apostados por doquier al objeto de revisar y detener a los emisarios. Así pues, si no me hubiesen llegado cartas por barco, no sabría nada en absoluto de lo que pasa ahí. Pero ahora que tengo la oportunidad, una vez que se ha reabierto el tráfico marítimo, con muchísimo gusto y lo más a menudo que pueda te escribiré» (Caballos, 347). Como queda explícito en la carta, los bandoleros eran una molestia menor frente a los controles que imponían las diferentes facciones romanas… «indudablemente, el que imponía el control a los correos de Polión era el gobernador de la Citerior, Lépido, como se puede observar por otro pasaje de la misma carta (Cic. Fam. 10, 31,4), y por el de otra carta (Cic. Fam. 10, 33, 1), de fin del mes de mayo del año 43 a.C., en la que Lépido retuvo uno de sus correos durante nueve días» (Amela, 91). Así pues, más que un bandolerismo endémico, el motivo de que las cartas no puedan llegar a su destino, se debía a que en muchos lugares los mensajeros eran obligados a dar media vuelta o eran detenidos por los controles de Lépido (Amela, 91). 4. EL CONCEPTO SALTUS Y LA TOPOGRAFÍA DE SIERRA MORENA Saltus no sólo designa un puerto; significa también «bosque, región forestal o desfiladero» (Velázquez et al ., 422). Saltus tiene frecuentemente una connotación referida a zonas boscosas, selváticas e incluso montañosas, principalmente útiles para la caza mayor y la explotación forestal y minera. En ciertos contextos, saltus (terrenos no productivos, yermos) era el contrapunto de ager (conjunto de terrenos cultivados). Y ello también con la connotación de lugar apartado de la civilización. Saltus sunt vasta et silvestria loca, ubi arbores exiliunt in altum (Isid., Etym. XIV, 25). Bajo la concepción de que saltus no es tanto desfiladero como yermo con arbolado, es por ello que por saltus castulonensis no debemos entender un único paso,
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sino toda el área boscosa e inculta bajo la jurisdicción de la ciudad de Cástulo. Y es que no es ésta una zona de grandes desfiladeros. «Una de las características geomorfológicas más relevantes de Sierra Morena, además del carácter disimétrico que presentan las laderas, es el que sus relieves hayan sido sometidos a intensas fases de arrasamiento que han determinado la presencia de grandes superficies de erosión». De hecho, a Sierra Morena se le ha dado la calificación de «ruina de cordillera» («es un edificio geológico de austeridad monótona hecha de cimas redondeadas y vertientes de perfil convexo») (Crespo, 71), a causa del papel determinante jugado por las erosiones sucesivas que ha sufrido desde el final de la época herciniana7. De estas características también nos da cuenta Madoz: «La superficie de esta sierra, llana por lo general, ó en suaves pendientes, está toda cubierta de árboles, arbustos y de finos y nutritivos pasto [...] El fácil acceso de esta sierra, hace que se halle atravesada por muchas veredas y caminos» (Madoz, 107). 5. LA RUTA DE LOS VASOS DE VICARELLO Y EL CRUCE DE SIERRA MORENA Sin duda, la ruta de los Vasos de Vicarello constituye el más fácil paso entre el valle del Guadalquivir y el litoral levantino. Estas son las hojas del IGN 1:50.000 implicadas entre Cástulo y Libisosa: Hoja 905-Linares, hoja 906-Úbeda, hoja 885-Santisteban del Puerto, hoja 886-Beas de Segura (en la edición de 1897, de 1948 y de 2001 se rotula Vía de Aníbal en término de Aldeahermosa, aldea de Montizón), hoja 864-Montizón-Venta de los Santos (en la edición de 1896 se rotula Vía de Aníbal entre Venta de los Santos, aldea de Montizón, y su límite con Venta Quemada. En la edición de 2000 se rotula Vía Heraclea entre Montizón y Venta de los Santos y Vía de Aníbal entre Venta de los Santos y el embalse del Dañador), hoja 839-Torre de Juan Abad, hoja 840-Bienservida, hoja 814-Villanueva de la Fuente, hoja 815-Robledo y hoja 789-Lezuza. La hoja más importante para nuestros propósitos es la 864, titulada de Montizón en 1896, 1934 y 1954, y titulada de Venta de los Santos en 2000 (junto con la 839 Torre de Juan Abad, con ediciones en 1889, 1934, 1955 y 2000). En la edición de 1934 de la 864 aparece ya trazada la carretera allí titulada de Úbeda a Villamanrique, que en la hoja de 2000 se señala como CM-3129 en territorio de Ciudad Real y J-6200 en territorio de Jaén. Son puntos significativos, en territorio de Ciudad Real, la Venta Nueva; en territorio de Jaén son puntos significativos Venta Quemada (término de Chiclana de Segura, en las hojas de 1896 y 1934: muy cerca de la Venta del
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por el norte caminos que proceden de tres localidades: Torre de Juan Abad, Villamanrique y Puebla del Príncipe. Todos reunidos cruzan el río Dañador en el entorno de Venta Quemada. Punto por el que también podrían efectuar el cruce del río los tres caminos que recibe Venta Quemada por el sur (siempre que no se elija la otra opción: el Camino de la Mancha o Camino de Beas de Segura a la Mancha por la Cuesta de Matamulas; opción que cruza el río Dañador varios km aguas arriba).
Aire —término de Montizón— de las hojas de 1954 y 2000) y la localidad de Venta de los Santos. A partir de estos puntos se puede describir parte del sistema caminero. Nos interesa particularmente la hoja 864 edición de 1896, ya que todavía no está rotulada la carretera de Villamanrique. En esta hoja, por lo que respecta a la provincia de Jaén, en la Venta Quemada (cercana a la Venta del Aire de las hojas de 1954 y 2000) confluyen desde el norte los caminos provenientes de Venta Nueva (el Camino de Torre de Juan Abad a Andalucía) y el proveniente de la Cuesta de Matamulas, allí rotulado como Camino de la Mancha (Camino de Beas de Segura a la Mancha en la hoja de 1954). Por el sur confluyen en Venta Quemada tres caminos: el Camino de Andalucía a La Mancha y Vía de Aníbal, proveniente de Venta de los Santos, el Camino de la Loma a la Mancha y el Camino de la Mancha a Beas de Segura. (Luego veremos que el camino que pasa por la Cuesta de Matamulas proviene de la Venta de los Ojuelos, junto a la ermita de Mairena; venta que aparece rotulada en la hoja 839 edición de 1889) El Camino de Torre de Juan Abad a Andalucía a la altura de Venta Nueva, recibe por el este la confluencia de dos caminos: el Camino de Venta Nueva a Villamanrique (por Casa de Don Fulgencio) y el Camino de Andalucía a la Puebla [del Príncipe] (Camino de la Puebla en hoja de 1954). Es decir, Venta Nueva recibe
También Venta Nueva —pero no así Venta Quemada— está involucrada en una vía pecuaria: la Cañada o Vereda de Serranos, que efectúa el cruce del Dañador por otro punto a unos 2,7 km aguas abajo (a la altura de la Loma del Charco de la hoja 1:25.000 864-III Venta de los Santos) Esta vía pecuaria, que procede por el sur de Venta de los Santos, efectúa al dirigirse al NE, más allá de Venta Nueva, otros cinco cruces a este mismo curso de agua (contados sólo en la hoja 1:25.000 864-II Loma de las Carbonerillas) además de encajonarse entre las laderas de la Loma de Matamulas y el río en la zona rotulada como la Umbría del Pantano en la hoja 1:25.000 864-II Loma de las Carbonerillas. Aunque sólo fuera por estos motivos, parecería razonable descartar esta vía pecuaria como trazado elegido por la ruta romana para cruzar esta zona. En la hoja 839-Torre de Juan Abad de 1889 el camino que pasa por la Venta de los Ojuelos, recibe el nombre de Camino Real de Andalucía. Este camino es prolongación del que en la hoja 864-Montizón se denomina Camino de Terrinches. Pues bien, este camino podría provenir de la Cuesta de Matamulas mediante distintos trayectos. Es decir, en la hoja 1:50.000 864-Montizón parece que comienza a llamarse Camino de Terrinches desde donde cruza el Dañador abandonando la vereda (junto al topónimo Alambre), mientras que en la 864-II Loma de las Carbonerillas parece comenzar a rotularse Camino de Terrinches el camino que cruzando el Dañador abandona la vereda unos 2 km aguas abajo (cerca del topónimo Puntal Alto). Son, en definitiva, dos posibilidades de unir el Camino Real de Andalucía con la Cuesta de Matamulas. (Adelantaremos que ninguno de los mapas tanto 1:50.000 como 1:25.000 del IGN ubica con exactitud la Cuesta de Matamulas. Más adelante trataremos de señalar su posición en estos mapas. Tratando ya del trazado de la ruta de los Vasos de Vicarello entre Cástulo y Libisosa, para el tramo Arquillos-Montizón-Venta Quemada existe bastante consenso por lo que respecta a cuál debe ser la vía romana. Pero el tramo Venta Quemada-Villanueva de la Fuente (Mentesa) es una de las zonas donde existen discrepancias. Veamos la descripción de Madoz. No da muchos detalles del cruce de la sierra y, además, dirige el camino sólo a Villamanrique, cosa que no
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hace la vía romana: «El fácil acceso de esta sierra, hace que se halle atravesada por muchas veredas y caminos: el principal de estos es la famosa carretera que pasa por Despeñaperros, estableciendo comunicación entre Castilla y Andalucía, la antiquísima de Annibal, que formaba la misma comunicación antes de abrirse aquella y que, partiendo de los confines occidentales de la provincia, pasa por Villanueva de la Reina, Espeluy y Mengíbar, cruza el Guadalquivir por este último punto, se dirige al N. de Javalquinto, a Tovaruela y Linares y, atravesando los ríos Guarrizar y Guadalén, continúa al sur de Vilches, pasa por Arquillos, por unos 500 pasos al N de las Navas de San Juan, a igual distancia y dirección de Santisteban del Puerto, de donde se dirige a Montizón y demás aldeas y ventas construidas por Carlos III para su protección y seguridad, hasta llegar a Villamanrique, de la provincia de Ciudad Real. Esta carretera que atraviesa la sierra de O a E se halla inutilizada por las cortaduras que se hicieron en ella y sitio de Barranco-hondo durante la guerra de la Independencia… el tráfico de la misma, reducido hoy a la arriería de levante, imposibilitada de penetrar en esta provincia [Jaén] en tiempo de lluvias por otro punto que el indicado» (Madoz, 107)8. Si Madoz no ha sido nada concreto, Sillières no parece abrigar ninguna duda: hace pasar la ruta desde Venta Quemada por los Llanos de la Higuera a la Cuesta de Matamulas y al Camino de la Mancha o Camino de Beas de Segura a la Mancha. En 1977, Sillières describe así el trazado (de SO a NE) entre Venta Quemada y Venta de los Ojuelos: «A la Venta Quemada…, la route moderne et la voie antique se séparent, la première obliquant au Nord en direction de Villamanrique, la seconde continuant vers le NordEst en restant sur la rive droite du ruisseau Doñador. Aujuord’hui, ses vestiges ont entièrement disparu avec les reboisements récents de ces hauteurs, mais, on la distingue encore sur les photographies aériennes de 1956, et elle figure encore sus la carte au 1/50.000 nº 864 où elle est devenue le Camino de Beas de Segura a la Mancha. Puis elle gagnait rapidement le haut des croupes sur le Llanos de la Higuera et Matamu-
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las en passant entre deux bombementes cuoronnés d’enceintes de pierres sèches avec agger et fossé. Les gens du pays appellent ces enclos des «Plazas de Armas»9… Ensuite, pendant 1,5 km environ, la voie suivait à peu près la limite provinciale, puis rejoignait la Vereda de Los Serranos … leur tracé coïncide seulement jusqu’à la traversée du Doñador, la Vereda remontant le long du ruisseau tandis que la voie prenait directement vers le Nord comme Camino de Terrinches. Sur la carte suivante, nº 839, il devient le Camino de Andalucía et conduit à la Venta de los Ojuelos, probable manmsio sur la route antique, 1,5 km à l’Est du site excat de Mariana » (Sillières, 1977, 60-61). Opinión que mantiene en 1990 cuando describe así la vía (ahora de NE a SO): «À notre avis, c´est donc plutôt le Camino Real de Andalucía qui reprend le tracé de la voie romaine depuis Villanueva de la Fuente jusqu´à l´Ermita de Mairena, plus exactement jusqu´à la Venta de los Ojuelos… [De Mairena a Cástulo] l`itinéraire est encore fréquemment indiqué par les vestiges de la chaussée, mais ceux-ci ne sont nets qu´à partir de Montizón... Aussi la première partie du chemin est-elle parfois incertaine. Continuant probablement vers le sud comme le Camino de Andalucía, la voie rejoignait la vallée du Río Dañador, mais elle ne devait pas en suivre exactement le cours d´eau qui est trop encaissé. Peut-être empruntait-elle d´abord le parcours de la Vereda de Los Serranos puis par la Cuesta de Matamulas, celui du Camino de Beas de Segura a la Mancha. Ainsi atteignait-elle la Venta Quemada » (Sillières, 1990, 269). Gonzalo Arias, que sí cuestiona otros tramos propuestos por Sillières no cuestiona esta propuesta para el preciso cruce de la sierra (Arias, 1991, 22). Juan Blánquez propone una revisión de determinados puntos del Camino de Aníbal que le parecen dudosos en Sillières. Uno de esos tramos es el de Montizón a la Venta de los Ojuelos. Recoge Blánquez que la edición comentada del Instituto Geológico y Minero de 1933 menciona que «existe un camino llamado Vía de
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Aníbal, que sin exploración ni obra alguna siguen los trajinantes que van de Andalucía a La Mancha, y por el que durante el buen tiempo se exponen a circular algunos autos y camiones; esta vía pasa por las aldeas de Montizón, Venta de los Santos y Venta Quemada». Con este dato cita Juan Blánquez Pérez dice que sirve para «testimoniar la validez de equiparar —en esta zona— el Camino de Aníbal y el Camino de Andalucía a la Mancha» (Blánquez, 69).
R. Martínez Carnero de 1859 que lleva la calzada por donde yo decía, pero no le otorga fe porque la Vereda de los Serranos le parece, sobre el mapa, demasiado tortuosa y accidentada» (Arias, 1991, 22).
Para Jiménez Cobo «La vía romana que… sigue el trazado de la carretera actual, llega a la Venta del Aire y Venta Quemada. Esta última es actualmente una casa del guarda forestal. Aquí la vía abandona la carretera de Montizón a Villamanrique y sigue dirección NE por los Llanos de la Higuera y Matamulas... Entra en la provincia de Ciudad Real y vuelve a encontrarse con la vía pecuaria, con la que se confunde un corto trecho, hasta el paso del río Dañador por el Alambre, donde hay una nueva bifurcación: a la derecha y junto al río la vía pecuaria (Vereda de los Serranos) ya la izquierda la vía romana, que en los mapas del Instituto Geográfico (hoja 864 y 839) figura como Camino de Terrinches y Camino Real de Andalucía. En las cercanías de Puebla del Príncipe llega a la Venta de los Ojuelos (Jiménez, 2001,127).
Digamos algo de ese mapa de Martínez de Carnero. El 17 de marzo de 1859, y por medio del Gobernador de Ciudad Real, don Enrique de Cisneros, se envían al Presidente de la Real Academia un estudio sobre el trayecto romano de Libisosa a Cástulo. Se trata de la investigación realizada, para optar a un premio convocado por la Real Academia de la Historia, por el profesor de Primera Enseñanza de la localidad de Almedina (Ciudad Real), don Rafael Martínez de Carnero. Se trata de una memoria10 y dos planos11: el primero cubre el tramo entre Libisosa (Lezuza) y Terrinches (Ciudad Real), siendo éste el sentido en que hará la descripción de la vía. El segundo, entre Terrinches y Cástulo. Trazados sin curvas de nivel, sí que se acompañan de un rudimentario perfil longitudinal, el cual nos es de mucha utilidad para explicitar la sucesión de cuestas que ha de superar en su trayecto y que completa la descripción que de las mismas hace en el texto. Es en este segundo tramo en el que Carnero encuentra y documenta un miliario datado en época de Tiberio, año 33 d.C.
Como vemos, estos autores se decantan por el camino que involucra la Cuesta de Matamulas. Adelantaremos que pensamos que esta opción tiene peor topografía que la que propondremos: concretamente nos referimos a uno de los tres caminos que acceden a Venta Nueva por el norte: el Camino de Andalucía a la Puebla rotulado así en la hoja de 1896 y como Camino de la Puebla en 1954. Pero veamos antes la propuesta de un autor muy especial que en 1859, también defenderá el paso por la Cuesta de Matamulas.
Entrando ya en el contenido del estudio de Martínez de Carnero, trataremos de su memoria. En consonancia con los vestigios de la vía que observa, nuestro autor divide en dos partes la exposición: «Dando por resultado final de mis observaciones que desde Libisosa hasta la Venta del Ojuelo, frente a Ntra. Sra. de Mairena, la vía romana se halla marcada y aprovechable en su mayoría. Y que desde dicha venta hasta Castulone, sólo se reconoce en sus vestigios y fragmentos salpicados, interrumpidos, dudosos, oscuros o perdidos».
6. LOS MAPAS Y LA MEMORIA DE 10-03-1859 DE RAFAEL MARTÍNEZ DE CARNERO PARA LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Nos interesa muy en concreto una parte de su descripción: «Desde la Venta del Ojuelo, frente a Ntra. Sra. de Mairena de la Puebla del Príncipe, se oscurecen ya los vestijios de la vía, quedando por único norte al esplorador el camino real de herradura, cuya dirección, basada precisamente sobre el trayecto romano, descubre éste de vez en cuando, aunque en remotos y salpicados vestijios, que sólo sirven para dar a conocer ser aquéllos los verdaderos puntos de dirección de la vía. Así que, apareciendo estos vestijios a lijeros fracmentos de corta dirección, no puede marcarse por líneas ni hectómetros como hasta dicha Venta del Ojuelo desde el punto de Libisosa. Sin embargo, a los treinta y nueve hectómetros de camino real, se manifiesta un pequeño trozo en la dehesa de Zahora12 y otro al principio de la dehesa de los Pujates, a cuya entrada baja la vía una cuesta de 3 hectómetros y a los 84 principia en un arroyo la subida de la Cuesta de los Valencianos13, por la que asciende 8 hectómetros. Desde allí, baja 8 hectómetros para volver a subir otra cuesta violenta de 4 hectómetros, llamada Matamu-
Rafael Martínez de Carnero es mencionado en la citada obra de Sillières de 1977: «Les plus nombreux travaux ont cherché à déterminer le tracé de la voie dans ce premier troçon à travers le saltus castulonensis et tous, approximativement, concordent. Le plus utile était peut-être celui de R. Martínez Carnero qui avait établi un plan précis de la route romaine » y, en nota a pie de página: «Ce plan, mentionné dans la Memoria de la Real Academia de la Historia, 8, 1859, p. IX, avait été primé en 1859» (Sillières, 1977, 55). También en la obra citada de 1990: «Ce plan… apporte des précisions fort utiles sur l’itinéraire antique, en indiquant les vestiges de la cahussée romaine conservés au XIX siècle» (Sillières, 1999, 266 ). También Gonzalo Arias se hacía eco de nuestro autor. Dice, en el artículo titulado «Repasando el Camino de Aníbal», refiriéndose a Sillières: «En 1990 (p. 269) ha descubierto un mapa de
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las. Desciende después 12 hectómetros pendientes y sube 7 por otra cuesta trabajosa, con 6 de bajada, no muy rápida. Vuelve a subir 4 hectómetros descendiendo 9 con pendiente suave al arroyo, hasta que con otra cuesta cómoda de 23 hectómetros llega a Venta Quemada. Resultando desde la Venta del Ojuelo a Venta Quemada un total de 165 hectómetros. Desde Venta Quemada sale el camino real en dirección a la Aldea de los Santos14 corriendo 91 hectómetros, sin hallarse vestijio alguno, por medio de los montes, con pequeños y paulatinos declives, hasta el término de Chiclana frente al Carrascal de las Monjas. Pasados otros 41 hectómetros, se reconocen sus vestijios frente a la Aldea de los Santos». Discrepamos de este trayecto propuesto por Martínez de Carnero para el cruce de la sierra. Carnero reconoce que más allá de la Venta de los Ojuelos «se oscurecen ya los vestijios de la vía, quedando por único norte al esplorador el camino real de herradura». Esto no significa sino que Carnero adopta la, en principio, razonable hipótesis de trabajo consistente en sostener que la vía romana que ha seguido desde Libisosa hasta la Venta de los Ojuelos salva el paso de la sierra por el mismo sitio que observa que lo hace el Camino Real de Andalucía que viene de Terrinches. Además, para Carnero, esta hipótesis se compadece totalmente con su conclusión final de que «el camino real de herradura aprovechando estas ventajas de tiempo inmemorial no se separa de esta vía romana». Sin embargo, esta hipótesis no se sostiene dadas sus malas cualidades
carreteras derivadas de su desfavorable perfil longitudinal en el cruce de la sierra. En efecto, habiendo dejado atrás la Venta de los Ojuelos, Carnero menciona seis cuestas. Cuestas que veremos representadas en su Plano nº 2, en el que rotula, al trazar el perfil longitudinal del camino, la siguiente sucesión (en el mismo sentido que el desarrollado en el texto): Dehesa Zahora, Los Pujates (primera cuesta mencionada en el texto), Cuesta de los Valencianos (segunda cuesta mencionada y la que dibuja con la cota mayor), Matamulas (tercera cuesta y titulada de «violenta»), Cerro Tarancón15 (cuarta y «trabajosa»), «lomas suaves» (supondría la quinta cuesta«con pendiente suave al arroyo») y Venta Quemada (sexta cuesta, que denomina de «cómoda»). Pensamos que los «pequeños trozos» que menciona en las dehesas de Zahora y Pujates se puedan corresponder con vestigios del Camino Real de Andalucía y no de la vía romana. Nuestra propuesta se concreta en un trazado topográfico que es mucho más favorable que el del Camino Real de Andalucía que describe Carnero. Y para el que, además, se dispone de base documental anterior a Carnero para apoyar su romanidad. Basándonos en documentaos cartográficos y manuscritos datados entre 1809 y 1810, propondremos como vía romana un trayecto muy distinto de esta sucesión de seis cuestas y que, además, en estos documentos que seguidamente trataremos, recibe la denominación de Camino de los Romanos. Es un trazado que, en parte, habría sido utilizado en la Edad Moderna por el Villuga 100 de Granada a Cuenca y el Villuga 93 de Granada a Villanueva de los Infantes. 7. 1810: ACCIÓN DE MATAMULAS, LOS INGENIEROS MILITARES Y LA CARRETERA DE MONTIZÓN Estanislao Guiu hace en 1887 una buena síntesis de la «Invasión de Andalucía» por las tropas napoleónicas: «Decidida por José, con anuencia de Napoleón, la invasión de Andalucía, después de las derrotas que los ejércitos españoles sufrieron en todas partes en el año 1809, movió aquél los Cuerpos I, IV y V mandados por los mariscales Víctor, Sebastiani y Morthier en dirección de Sierra Morena... Aquellos componían un total de 55.000 hombres mandados por José en persona... El 19 de enero estableció el enemigo su Cuartel General en Santa Cruz de Mudela, en donde se situó el V Cuerpo y la Reserva del general Dessolles; a su derecha, en Almadén, el I, que debía penetrar en Andalucía por el camino de la Plata; y a la izquierda, en Villanueva de los Infantes, el IV, que debía tomar la ruta de Montizón... Las tropas españolas apostadas en la sierra no llegaban a 25.000 hombres al mando de Areizaga, distribuidos en una Vanguardia y cuatro Divisiones a las órdenes de Zayas, Lacy, Vigodet, Girón y González Castejón, situadas desde Venta de Cárdenas a Santa Elena y en Venta Nueva. Los franceses avanzaron simultáneamente el día 20 acometiendo los
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severas; ascendiendo probablemente a un millar, entre muertos, heridos y prisioneros» (Priego, V, 41)16. Nos es muy útil, a los efectos de conocer la geografía caminera de la zona, un texto fechado en 1809 con la descripción de los planes de defensa del paso de Montizón existente en el Servicio Geográfico del Ejército, Sección de Documentación, Cartoteca Histórica, «Índice de memorias e Itinerarios descriptivos de España». Memorias. Andalucía. Jaén, y titulado: Defensa del Puerto del Muradal, Puerto del Rey, avenida de Puerta Segura, Cuesta de los Valencianos, avenidas de Montizón y Collado de los Jardines (Anónimo. Sig.: C-63, Nº 55, Pág. 17). Adelantaremos que contiene los planes de defensa y no los acontecimientos (descritos éstos por Guiu, Toreno, Priego, Arteche, etc.). Por ello, del manuscrito que ahora vamos a comentar extractaremos sólo dos documentos, que son, respectivamente, las instrucciones para la defensa de este sector, dirigidas al comandante de las fuerzas de la vanguardia y al de las fuerzas de la Cuesta de los Valencianos17: En nuestra zona, el despliegue se detalla en dos documentos: uno para la vanguardia de las tropas que defienden «las Avenidas de Montizón» y otro para las tropas que defienden la de Cuesta de los Valencianos.
Puertos del Rey, Muradal y Despeñaperros, que fueron débilmente defendidos. Los nuestros se retiraron con bastante precipitación por temor de ser envueltos, dispersándose totalmente en las Navas de Tolosa; solo D. Gaspar Vigodet se sostuvo vigorosamente durante dos horas en Venta Nueva y Venta Quemada, distinguiéndose notablemente en la defensa del punto de Matamulas el Regimiento de Ordenes Militares, al mando de su Sargento Mayor D. Demetrio O’Daly, pues llenos los soldados de coraje contra el enemigo, sostuvieron terrible fuego hasta caer casi todos muertos o prisioneros, sin querer obedecer la orden de retirarse que por tres veces les mandó el general Vigodet: solo 30 ó 40 hombres de dicho Cuerpo pudieron salvarse con el Mayor O’Daly después de haber dado gallarda muestra de su heroico valor» (Guiu, El año militar español, 20-1-1810). Ya que en el paso de Montizón, a diferencia del de Despeñaperros, «no disponían los invasores de tan gran superioridad numérica... sus fuerzas se reducían a 10.125 combatientes, de los que únicamente 6.400 eran infantes, y Vigodet contaba con 6.000. Por tal motivo, la lucha resultó más igualada y tardó en decidirse... las pérdidas de Vigodet debieron de ser más
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1. Noticias o advertencias para la vanguardia de las tropas que defienden las Avenidas de Montizón, compuesta de los regimientos Corona, África y Órdenes Militares y las Compañías de Cazadores de Alcázar, Chinchilla y Ciudad Real; mandada por el Coronel Don Joseph Ruiz de Aiori «La vanguardia de las fuerzas destinadas a la defensa de las Avenidas de Montizón, ocupará con su grueso la posición siguiente: su derecha se situará en el Cerro llamado de los Hidalgos y la izquierda en el Cerro Gordo, entre los quales penetra el camino de Avenida reunidos ya los de Villamanrique y Puebla del Príncipe…» «La vanguardia destacará dos cuerpos de infantería que ocupen los pueblos de Villamanrique y Puebla del Príncipe… Un destacamento pequeño de este punto [Puebla del Príncipe] ocupará la Venta del Ojuelo, donde se cruzan los caminos que vienen de Terrinches, de la Puebla y Albadalejo con el que sigue al Puente de Guadalmena… El destacamento de la Venta del Ojuelo, cubrirá el Camino de los Valencianos... observando en lo posible al de la Puebla y uniéndose por último al grueso de las fuerzas a donde llaman la Cuesta de Los Valencianos…» En el caso de que las tropas hayan de replegarse, estas son las instrucciones:
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«La parte de [la] vanguardia que disputa el terreno por los cerros paralelos al Ca[mi]no de los romanos que lo dominan, tendrá siempre la mayor c[ ]ción (¿atención?) por su izquierda, hacia los cerros y cañadas que median entr[e] el cerro Gordo y el de Pajarejo, por donde el camino pudiera dirigirse. En estos movimientos será protegida la vanguardia p[or] las fuerzas que ocupan la morra alta del Cristo, siempre que lo necesite y sea posible. Así estas tropas, como las que ocupan la Cue[sta] de los Valencianos y las que ayan ocupado el cerro del Puntal A[lto] tienen su última retirada retirada a la posición principal, dirigiéndose l[as] últimas por la Cuesta de Matamulas a la Loma de ésta, hasta la de la Higuera». Veamos ahora el segundo documento: 2. Noticia para el conocimiento del comandante de las fuerzas de Cuesta de los Valencianos. Estas consisten en los batallones Provinciales de Chinchilla y Ciudad Real, a las órdenes del Brigadier Don Ángel Pidrero «El principal objeto de ese punto es cubrir el camino que biene de la venta del Ojuelo, llamado también de los Valencianos… Las tropas de ese punto protegerán la ocupación del Cerro de Puntal Alto por las de vanguardia que se replieguen por los cerros de Hidalgos, y quando se vean precisados a replegarse lo harán por la Cuesta de Matamulas a la Loma de ese nombre que se extiende hasta la Higuera».
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Muy interesante es el mapa existente en la Cartoteca Histórica del Servicio Geográfico del Ejército titulado: Croquis topográfico de la legua de terreno en que es más accesible Sierra morena por la carrera llamada de Montizón (Anónimo. H. 1812, Página y número: 117)18,19. Sus datos cartográficos están en correspondencia con el texto del anterior manuscrito: aparece un Camino de los Romanos, así rotulado entre el Cerro de las Vacas (Vid.: hoja 1:25.000 864-II) y Cerro Gordo (Vid.: hoja 1:25.000 864-II). Este Camino de los Romanos (que corresponde con el llamado Camino de la Puebla en IG 864 y Camino de Andalucía a la Puebla en la edición de 1896) tras pasar entre los cerros Gordo e Hidalguillo se bifurca al norte, en este mapa de la Cartoteca, en Camino carretero de Villamanrique y Camino carretero de la Puebla (que, por el resto de los datos topográficos rotulados en el croquis, se corresponde con los llamados respectivamente Camino del Collado de los Coches y Camino de Andalucía en hoja 839 Torre de Juan Abad 1889 y en hoja 1:25.000 839-IV20. Vemos que el texto describe una serie de posiciones por las que se planea una retirada escalonada. Por el segundo documento sabemos que las tropas de Puntal Alto, y Cuesta de los Valencianos21 se pueden retirar por la Cuesta de Matamulas a la Loma de Matamulas y posteriormente hasta la Loma de la Higuera. Por el primer documento sabemos que a la posición principal (que no se explicita) se pueden replegar los dos grupos de tropas: las de la vanguardia y las de la Cuesta de los
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Valencianos «dirigiéndose l[as] últimas por la Cuesta de Matamulas a la Loma de ésta, hasta la de la Higuera». Las de vanguardia no se retiran por aquí, sino que llegarán a la posición principal siguiendo lógicamente el camino trazado en el croquis: por el Camino de los Romanos y el Camino Carretero de Montizón hacia esta localidad, donde, según Toreno se desbandaron y según Madoz «fueron destrozados». El Croquis distingue la Cuesta de Matamulas (punto 16: Cuesta de Matamulas) y la de los Valencianos (punto 10:Cerro y Cuesta de Valencianos). El punto 10 está flanqueado al NO por el Puntal Alto y al SE por los Cerros de la Cañeta. Como es lógico, ambas cuestas son sucesivas: la Cuesta de Valencianos está en término de Villamanrique y puede ser el tramo de vereda justo al este de Puntal Alto entre las dos cotas 881 de la hoja 1:25.000 864-II. La Cuesta de Matamulas ha de ser la que asciende ya en la provincia de Jaén desde el Arroyo de las Tiesas de Pocayerba. La Cuesta de Matamulas y las Cuesta y Cerro de los Valencianos están ambos al sur y este del curso del río Dañador. Pero veamos la jerarquía de estos caminos según aparecen rotulados en el croquis. El título del mismo hace referencia a la Carretera de Montizón (en el texto vimos cómo la vanguardia se coloca en los cerros Gordo e Hidalgo para defender las «Avenidas
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de Montizón»); el Camino Carretero de Montizón es el que aparece así rotulado pasando por Venta Nueva y Venta Quemada con destino a la localidad que alude. A Venta Nueva acceden caminos desde Torre de Juan Abad y de Villamanrique (con categoría de Caminos de Herradura para Torre de Juan Abad y Villamanrique llamado de Barranco Hondo22, otro desde Villamanrique (Vereda de Villamanrique). Otros caminos son el Camino Carretero de Villamanrique y Camino Carretero de Puebla que se unen en el estrecho formado por Cerro Gordo e Hidalgo (punto por el que según el texto del manuscrito antes citado se dice que penetra «el camino de avenida, reunidos ya el de Villamanrique y Puebla del Príncipe»). La reunión de estos dos caminos carreteros se dirige también a Venta Nueva rotulado como Camino de los Romanos. El Camino de los Valencianos aparece rotulado al sur de Puntal Alto y al otro lado del río Dañador como Camino de herradura de los Valencianos. El camino que discurre entre Venta Quemada y Cuesta de Matamulas tiene el trazo de camino de herradura. Así pues, el Camino de los Romanos es propiamente, en 1810, el Camino de Avenida que, reuniendo los caminos carreteros de Puebla y Villamanrique, constituye la nominada en el título del croquis, Carretera de Montizón. Apartado de todo este sistema carreteril, quedaba fuera, no apta para el tráfico rodado, la vía
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que involucra la Cuesta de Matamulas. Si, como decíamos al principio, las más importantes vías romanas estaban acondicionadas para el tráfico carretero, parece lógico suponer que este trazado sería preferido para la ruta de los Vasos de Vicarello en lugar del no carretero de Matamulas. Una vez dicho esto, y si tomamos la prolongación hacia el norte del Camino de los Romanos, una vez efectuado el paso por el estrecho de Cerro Gordo, aparece bifurcado en Camino Carretero a Villamanrique (Camino del collado de los coches en IG 839) y en Camino Carretero de la Puebla (Camino de Andalucía [por Puebla del Príncipe]en IG 839). Pensamos que la ruta de los Vasos de Vicarello emplearía esta última vía. No pensamos, como opina Arias, que la vía pasa por el centro de Puebla del Príncipe (Arias, 1991, 22), ya que esta población se encuentra en alto y no tiene sentido que la vía se encarame allí teniendo mejores y fáciles opciones. A nivel de simple hipótesis, pensamos que la vía podría bordear el núcleo urbano por el este y, tomando una dirección similar al Camino de Santa Cruz de los Cáñamos (de hoja 839-1955 y 839-IV) incorporarse en algún punto cercano a Cabeza del Mijo (hoja 839-1955) a la Vereda de los Serranos, ya que, siguiendo a Arias, y en contra de Sillieres, pensamos que, desde este punto será ya esta vereda por la que discurra la ruta de los Vasos de Vicarello hasta Villanueva del la Fuente. Sillières, tras optar por la Cuesta de Matamulas, sigue hasta Villanueva de la Fuente siempre al sur de la actual carretera asfaltada Puebla del Príncipe-Terrinches-Albadalejo-Villanueva hasta confundirse con ella entre Albadalejo y Villanueva23. (Todavía existen algunos evidentes vestigios del camino descritos por Martínez de Carnero en 1859. Este
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autor, desde la zona de Cabeza del Mijo, propone que la vía haga una brusca inflexión hacia el sur buscando acceder a la Venta de los Ojuelos, lugar desde donde, como vimos, hace coincidir con el Camino Real de Andalucía hasta Venta Quemada). Si trasladamos este sistema caminero a la Edad Moderna resultaría que el Camino de Torre de Juan Abad a Venta Nueva sería el camino hacia Andalucía seguido por Felipe IV; el Camino de Venta Nueva a Villamanrique (o Vereda de Villamanrique en el croquis) sería un camino secundario; el Camino de los Romanos prolongado a Villamanrique sería parte del Villuga 93 de Granada a Villanueva de los infantes24 y prolongado a Puebla sería parte del Villuga 100 de Granada a Cuenca25. El Villuga 57 de Valencia a Sevilla26 seguiría en gran parte el camino de la ruta de los Vasos de Vicarello. Villuga menciona el paso por La Puebla del Príncipe, mientras que en los planos del IGN el Camino Real de Andalucía pasa por la Venta de los Ojuelos).
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8. CONCLUSIONES El trazado concreto mayoritariamente aceptado mediante el cual la ruta Cádiz-Roma de los Vasos de Vicarello efectúa el cruce de Sierra Morena ha sido el propuesto por Pierre Sillieres: un trazado que une Venta Quemada con Venta de los Ojuelos a través del Camino de Beas de Segura a la Mancha, por los Llanos de la Higuera, Cuesta de Matamulas, Camino de Terrinches, y Camino Real de Andalucía. Este trazado, aceptado por autores como Jiménez Cobo, Blánquez y Arias, cuenta con el aval del detallado estudio de Martínez de Carnero en 1859. Pero dado su desfavorable perfil longitudinal parece poco compatible con el modelo de vía romana carretera. A lo que se añade la existencia en mapas y documentos de principio del s. XIX en de un así denominado Camino de los Romanos que cruza la sierra en un trazado paralelo al anterior pero con mucho mejor perfil longitudinal. Está en el término municipal de Villamanrique (Ciudad Real). Concretamente, el tramo así rotulado abarca desde el Cerro de las Vacas por al sur hasta el Cerro Gordo por el norte. Se corresponde con el Camino de la Puebla de la edición de 1954, rotulado como Camino de Andalucía a la Puebla en la edición de 1896. Con toda probabilidad se trata de un tramo compartido también por los caminos de los Reportorios del s. XVI de Granada para Cuenca (nº 100 de Arias) y también del Granada Villanueva de los Infantes (nº 93 de Arias).
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Según nuestra propuesta, el trazado de la vía romana pasa por los actuales términos municipales de Villamanrique y Puebla del Príncipe, procedente de Venta de los Santos, cruzaría el río Dañador prácticamente por el mismo sitio que la actual carretera, sigue por el Camino de la Puebla (hoja 864-II de 1997) y Vereda de Ganado y Camino de Andalucía (hoja 839-IV de 2000). Bordeando el núcleo urbano de Puebla, el camino iría a buscar la Vereda de los Serranos cerca de donde ésta se aleja del límite de término de Puebla en la proximidad de Cabeza del Mijo (hoja 839-II de 2000); siguiendo a Arias, y en contra de Sillieres, pensamos que, desde este, punto será ya esta Vereda por la que discurra la ruta de los Vasos de Vicarello hasta Villanueva del la Fuente. Aunque el estudio de las comunicaciones de época romana se apoya en el uso de una metodología que combina fuentes documentales (incluyendo cartografía antigua), topografía, arqueología, toponimia, epigrafía, fotografía aérea, etc., sólo los vestigios materiales de la infraestructura de la carretera romana constatarán la traza de esta. (Vestigios de esta vía han sido descritos
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por Martínez de Carnero y por Sillières (1990, 623), (1990, 270), (1977, 45). Nosotros no hemos visto, en el camino que proponemos, en ningún punto de los términos municipales de Villamanrique ni Puebla del Príncipe ningún vestigio en superficie que sugiera romanidad. Tal vez el mejor criterio de romanidad, en este caso, sean sus características carreteras. Entre otras, el que sea una muy buena opción para, con poca pendiente, buena alineación y separándose rápidamente del río, desplazarse desde el Dañador (Venta Quemada) a Villanueva de la Fuente (Mentesa). Y, por supuesto, queda el hecho de que en la primera decena del s. XIX algo distinto al resto de los caminos reales debieron encontrar los ingenieros militares para rotular al que nos ocupa como Camino de los Romanos.
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FUENTES PRIMARIAS (REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA) «Memoria que tiene el honor de presentar a la Academia de la Historia, según su programa, el profesor de Primera Enseñanza de la villa de Almedina, D. Rafael Martínez de Carnero, acompañando el correspondiente plano. Año 1859». Colección Fernández Guerra, Sig. 9-7373-52. «Dibujo de una parte del trazado de la vía romana de Cástulo a Libisosa; incluye una inscripción geográfica de Libisosa».Autor: Martínez de Carnero, Rafael, Fecha: 1859/03/10. Lugar de emisión: Almedina, en Carpetilla de expediente sobre los premios por descubrimientos de antigüedades de la Real Academia de la Historia. Signatura: CAG/9/7980/034(063). «Dibujo de un tramo de la vía romana de Cástulo a Libisosa; incluye varias inscripciones de Cástulo y del miliario hallado en la Venta de los Santos». Autor: Martínez de Carnero, Rafael, Fecha: 1859/03/10, Lugar de emisión: Almedina, en Carpetilla de expediente sobre los premios por descubrimientos de antigüedades de la Real Academia de la Historia. Signatura: CAG/9/7980/034(064) FUENTES PRIMARIAS (SERVICIO GEOGRÁFICO DEL EJÉRCITO) Servicio Geográfico del Ejército, Sección de Documentación, Cartoteca Histórica, «Índice de memorias e Itinerarios descriptivos de España». Memorias. Andalucía. Jaén, fecha. 1809. Título y autor: Defensa del Puerto del Muradal, Puerto del Rey, avenida de Puerta Segura, Cuesta de los Valencianos, avenidas de Montizón y Collado de los Jardines, Anónimo. Sig.: C-63, Nº 55, Pág. 17. Servicio Geográfico del Ejército, Cartoteca Histórica, Mapas y Planos, Provincia de Jaén, Croquis topográfico de la legua de terreno en que es más accesible Sierra Morena por la carrera llamada de Montizón. Anónimo. H. 1812, Página y número: 117. Servicio Geográfico del Ejército, Cartoteca Histórica, Mapas y Planos, Provincia de Jaén, Croquis de la parte de Levante de Sierra Morena, Loma de Úbeda y cercanías de Jaén. Anónimo. H. 1812, Página y número: 118. Cartoteca del Instituto de Historia y Cultura Militar. Plano topográfico que manifiesta la situación que ocupa la vanguardia del Exército del Centro, mandada por Don Pedro de Grimarest, mariscal de Campo de los Reales Exércitos y de los puntos que ocupan las tropas y paysanaje al mando del Teniente coronel del Regimiento de Ynfantería de Almansa Don Pedro de Soto. Signatura ESP-02-25.
NOTAS 1.- La fundación de colonias en Carteia y en Muda estaría ligada a la apertura de esta vía de dirección sur-norte. Fundada en 171 a.C. «Carteia Colonia Libertinorum» fue la primera colonia latina instalada fuera de Italia. Sillières le asigna el calificativo de «tète de navigation pour les relations entre Rome et la province d’Espagne ultérieure» y de «premier port militaire d´Hispanie meridionale» (Sillières, 2003, 31). Para asegurar el trayecto entre Carteia y Corduba se establecería la colonia de Munda (Cerro de la Camorra, La Lantejuela, Sevilla). 2.- Entre Cástulo y Saetabis (Játiva) existen dos principales alternativas documentadas: la que pasa por Libisosa (Lezuza) y la que pasa por Cartago Nova (Cartagena). Jiménez Cobo propone llamar Vía Augusta a esta última (es decir, a la documentada en el itinerario de Antonino: Cástulo, Mentesa, Acci, Basti y Cartago Nova) y denominar a la primera con el nombre de Vía de Aníbal (es decir, a la documentada en los Vasos de Vicarello: Ad Morum, Ad II Solaria, Mariana, Mentesa, Libisosa, Parietinis, Saltigi, Ad Palem, Ad Turres, Saetabis). En los vasos II y IV figura en lugar de Cástulo (Cazlona, Linares) la mansión de Ad Aras, «probablemente algún anejo de Cástulo» (Jiménez, 1992, 133). 3.- De este trayecto trata Sillières en su obra Les voies de communication de l’Hispanie méridionale, Bordeaux, 1990. También en «Le Camino de Aníbal. Itinéraire des gobelets de Vicarello de Castulo à Saetabis», Mélanges de la Casa de Velázquez, XIII, 1977 y en «Voies romaines et contrôle de l’Hispanie à l’époque républicaine: l’exemple de l’Espagne ultérieure», en Defensa y territorio, en Hispania de los Escipiones a Augusto (Madrid, 2001). Otros autores que tratan esta vía han sido Gonzalo Arias: «Repasando el ‘Camino de Aníbal», en Miliario Extravagante, 35. También en «La ruta de los Vasos Apolinares: Una propuesta de turismo cultural», en V Congreso Internacional de Caminería Hispánica, Valencia, julio de 2000. Juan Blánquez Pérez, con «La Vía Heraklea y el Camino de Aníbal. Nuevas interpretaciones de su trazado en las tierras del interior», en Simposio sobre la red viaria en la Hispania Romana, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1990. Martín Jiménez Cobo (1992) «La vía Cástulo-Saetabis», Actas del I Congreso Internacional de Caminería Hispánica. Tomo I y (2001) «La vía romana Cástulo-Saetabis», en Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, Julio/Diciembre 2001-Nº 179. Mariano Sanjuan y Moreno (1909) Santisteban del Puerto y su comarca: datos históricos Madrid. Manuel Góngora Martínez, Viaje literario por las provincias de Jaén y Granada. Manuscrito de la Real Academia de la Historia, leg. 9-5359, (comunicación elevada a la R.A.H., firmada el 12-2-1860). Finalmente mencionaremos a Rafael Martínez de Carnero, del quien más adelante trataremos de sus mapas y memoria de 10-03-1859. 4.- «Así pues, la fundación conjunta de estas varias colonias, rebeldes o de fidelidad inestable, en la Ulterior, entre ellas Corduba, Urso, Hasta, Hispalis y otras, se hallaría entre los papeles de César que éste tenía pendientes de aprobación
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o de formulación legal, que Marco Antonio rescató y llevó a cabo en su lex Antonia de colonis deducendis del 44 a.C. (aunque sólo conozcamos epigráficamente el texto estatutario relativo a la más pompeyana, Urso: Iussu C. Caesaris dictatoris deducta). La hasta entonces colonia pompeyana de Munda, perdidos ciudad, tierras y estatuto, literalmente fue barrida por César de la Historia. Mientras las ciudades que de verdad habían permanecido, sin traición y sin división, fieles a su causa, no recibieron el pesado estatuto colonial, sino que comenzaron a disfrutar de sus beneficios (ciudadanía, amplios territorios, exención de impuestos, según Dión Casio), junto a una privilegiada autonomía municipal: Cades, Italica, Ulia Fidentia o, entre otros, los cinco municipios julios de la Beturia céltica. Quizá tuviéramos, pues, que comenzar a ver los estatutos coloniales cesarianos del año 45 a.C. con cierta mayor precaución y en realidad como un castigo» (Canto, 277).
a los romanos, mas en el país se le designa generalmente con el nombre de Camino de Aníbal ó de los cartagineses…». «Dicho camino se encuentra hoy deteriorado, pero demuestra la gran consistencia con que se hizo, cuando al través de los siglos aún hay trozos en que se distingue perfectamente, como pueden verse desde la Venta de San Andrés, próxima á Santisteban, hasta la dehesa Torrecilla, en Sierra Morena, límite de la provincia de Jaén con la de Ciudad Real» (Sanjuan, 12-13). «Desde la Venta de San Andrés, continuaba la vía de que nos ocupamos, no por Castellar, como afirma algún autor, sino por Montizón y la dehesa Torrecilla, á internarse en la Mancha, de donde, después de atravesar la Orospeda montes (sierra Segura), se dirigía á Cartagena y Valencia. Así como está bien marcada la vía hasta la Mancha, actualmente allí por el transcurso de los tiempos se pierde en laberintos de veredas y caminos, pero las cartas geográficas nos indican la dirección antes dicha» (Sanjuan, 32).
5.- Son cuatro las ocasiones en que César vendría a España: como cuestor (68 a.C.), como pretor que es cuando hace su campaña galaica (61 a.C.) y otras dos veces para combatir a los pompeyanos en Ilerda (49 a.C.) y Munda (45 a.C.).
9.- «une prospection ne m’a pas permis d’eclairer le mystère de ces constructions, car je n’y ai recueilli que de la céramique atypique. Cepedeant, l’aspect des mur sans mortier, larges de plusd’un metre, fait penser à des construictions ibériques» (Sillières, 1977, 61). Otra opción verosímil es que se trate de rudimentarios parapetos de la Guerra de la Independencia (eso sí; trazados en una circunferencia perfecta de 75 m de diámetro) dominando la Cuesta de Matamulas en tanto que desembocadura del Camino de los Valencianos (Vid.: más adelante).
6.- Ad fam. X, 31 Scr. Cordubae xvii K. Apr. a. 711 (43). C. Asinivs Pollio Ciceroni S. D. Minime mirum tibi debet videri nihil me scripsisse de re p(ublica), postea quam itum est ad arma. Nam saltus Castulonensis, qui semper tenuit nostros tabellarios, etsi nunc frequentioribus latrociniis infestior factus est, tamen nequaquam tanta in hora est, quanta qui locis omnibus dispositi ab utraque parte scrutantur tabellarios et retinent. Itaque nisi nave perlatae litterae essent, omnino nescirem quid istic fieret. Nunc vero nactus occasionem, postea quam navigari coeptum est, cupidissime et quam creberrime potero scribam ad te. 7.- «Geológicamente, Sierra Morena esta formada por terrenos antiguos que corresponden con el borde meridional del macizo hésperico. Tanto en Sierra Morena como en las sierras adyacentes predomina en su orografía una litología paleozoica de pizarras siliceo-arcillosas, conglomerados, cuarcitas y areniscas silúricas, entre las cuales, ocasionalmente, se intercalan calizas cámbricas, devónicas y del carbonífero inferior. Sierra Morena y las zonas adyacentes presentan una morfología básica de penillanura cuarcítica, con intercalaciones de gneises y pizarras del Cámbrico y Siluriano, con algunos restos devónicos y carboníferos» (Rivas et al., 165-169). 8.- Si vemos la descripción de Mariano Sanjuan y Moreno en 1909 (Santisteban del Puerto y su comarca: datos históricos, Madrid), podremos observar cierta confusión al darle por destino Cartagena y Valencia, dándole por desaparecido en La Mancha: «También se atribuye, generalmente, al célebre cartaginés, la construcción del gran camino que partiendo cerca de Cástulo pasaba próximo al Puente de Guadalén; actualmente se conserva por bajo de Vilches, Arquillos, Navas de San Juan y Santisteban, siguiendo por Aldea Hermosa, Montizón y Venta de los Santos, a la provincia de Ciudad Real». «Algunos autores atribuyen esta vía de comunicación
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10.- «Memoria que tiene el honor de presentar a la Academia de la Historia, según su programa, el profesor de Primera Enseñanza de la villa de Almedina, D. Rafael Martínez de Carnero, acompañando el correspondiente plano. Año 1859», Colección Fernández-Guerra, Sig. 9-7373-52. La parte de esta memoria que describe el trazado de esta ruta la hemos publicado en El Nuevo Miliario (Sánchez, 2008, en prensa). 11.- Dibujo de una parte del trazado de la vía romana de Cástulo a Libisosa; incluye una inscripción geográfica de Libisosa. Autor: Martínez de Carnero, Rafael, Fecha: 1859/03/10. Lugar de emisión: Almedina. En Carpetilla de expediente sobre los premios por descubrimientos de antigüedades de la Real Academia de la Historia. Signatura: CAG/9/7980/034(063). Dibujo de un tramo de la vía romana de Cástulo a Libisosa; incluye varias inscripciones de Cástulo y del miliario hallado en la Venta de los Santos. Autor: Martínez de Carnero, Rafael, Fecha: 1859/03/10, Lugar de emisión: Almedina, En Carpetilla de expediente sobre los premios por descubrimientos de antigüedades de la Real Academia de la Historia. Signatura: CAG/9/7980/034(064). 12.- Ver Casa de Zahora en MTN 864-II Villamanrique. 13.- Tanto esta Cuesta de los Valencianos, como el Camino y el Cerro homónimos no están rotulados en ningún mapa del IGN tanto a 1:50.000 como a 1:25.000. Más adelante intentaremos fijar su situación.
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14.- Venta de los Santos. 15.- Ver vértice geodésico Talancón en hoja 864-Montizón edición 1954. 16.- Dice Toreno: «Dicho general [Sebastiani], aunque no fue en su movimiento menos afortunado que sus compañeros, halló, sin embargo, mayor resistencia. Guarnecía por aquella parte D. Gaspar Vigodet las posiciones de Venta Nueva y Venta-Quemada, y las sostuvo vigorosamente durante dos horas con fuerza poco aguerrida e inferior en número, Hasta que el enemigo, habiendo tomado la altura llamada de Matamulas, y otras que defendió con gran brío el comandante D. Antonio Brax, obligó a los nuestros a retirase. Vigodet mandó, en consecuencia, a todos los cuerpos que bajasen de las eminencias y se reuniesen en Montizón, de donde, replegándose con orden y en escalones, empezó luego a desbandársele un escuadrón de caballería, que con su ejemplo descompuso también a los otros, y juntos atropellaron y desconcertaron la infantería, disolviéndose así toda la división.» (Queipo, 237). Madoz dice que «En Montizón fueron destrozados los españoles mandados por don Gaspar Vigodet en enero de 1810, habiendo sido atacados por los franceses que atacaron Sierra-morena» (Madoz, 210). 17.- De la Noticia para el conocimiento del Comandante de la avenida de Puerta Segura sólo nos interesa mencionar la fecha y el lugar en que se firma el manuscrito: «Campamento de la Venta Nueva, 16 de octubre de 1809. Peregrino Jácome». Es, por tanto, un mes anterior a la de la batalla de Ocaña (19 de noviembre 1809), donde la división de Jácome prácticamente desapareció en el combate (ya casi no interviene en la batalla de Montizón de enero de 1810: «En Montizón guardaban el desfiladero de Venta Quemada la división Vigodet… y los insignificantes restos de la 6ª de Jácome, disuelta puede decirse») (Gómez, VIII, 22). 18.- Ha sido publicado por Carlos Sánchez-Batalla Martínez (2003): La Carolina en el entorno de sus colonias gemelas y antiguas poblaciones de Sierra Morena. Prehistoria a 1835. Vol IV, Caja Rural, Jaén, p. 123. 19.- Con motivo de las operaciones militares se confeccionan otros planos de esta zona de Sierra Morena. Por ejemplo, en la Cartoteca del Instituto de Historia y Cultura Militar se encuentra con la signatura ESP-02-25 un Plano topográfico que manifiesta la situación que ocupa la vanguardia del Exército del Centro, mandada por Don Pedro de Grimarest, mariscal de Campo de los Reales Exércitos y de los puntos que ocupan las tropas y paysanaje al mando del Teniente Coronel del Regimiento de Ynfantería de Almansa Don Pedro de Soto, rubricado en Segura de la Sierra el 5 de junio de 1809. Está a gran escala y es muy poco detallado, pero tiene rotulado el Camino de Valencia a Andalucía, con lo cual podemos constatar que este camino va de Venta Nueva a Villanueva de la Fuente sin pasar por ningún núcleo de población. (Lo sitúa pasando al sur de Albaladejo y Terrinches. Es decir, no por donde lo hace la
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Vereda de los Serranos que cursa al norte de estos pueblos, tramo éste, por cierto, donde se aprecian todavía restos de agger). Vemos también que este camino tampoco pasa por pasa por Cuesta de Matamulas ya que no tiene sentido que un itinerario razonable incluyera ambos puntos: Venta Nueva y Cuesta de Matamulas. Por el contra, en el Servicio Geográfico del Ejército, Cartoteca Histórica, Mapas y Planos, Provincia de Jaén, se encuentra un Croquis de la parte de Levante de Sierra Morena, Loma de Úbeda y cercanías de Jaén (Anónimo. H. 1812, Página y número: 118) en el que desde Venta Quemada sólo salen dos caminos hacia el norte: uno a Venta Nueva u otro a Puebla del Príncipe. 20.- Este Camino de Andalucía es distinto del Camino Real de Andalucía. Ambos aparecen en la hoja 839 Torre de Juan Abad 1889 y en la hoja 1:25.000 839-IV, pero el primero se dirige a la localidad de Puebla del Príncipe mientras que el segundo se dirige a la Venta de los Ojuelos. 21.- En el Croquis militar, se ve rotulado con el nº 10 el Cerro y Cuesta de los valencianos, al este del cerro rotulado con el nº 9 (Puntal Alto del Dañador). 22.- «Barranco Hondo: quebrada de Sierra Morena en la provincia de Jaén, partido judicial de Villacarrillo, término jurisdiccional de Montizón, Aldea-hermosa y Venta de los Santos. Forma la división de este término común con el de Villamanrique y es muy célebre por las cortaduras y atrincheramientos que con más celo que inteligencia se practicaron en la guerra de la Independencia, para impedir el paso del ejército francés a Andalucía» (Madoz, 53). 23.- Sillières no vio, por ejemplo, los restos de agger que se aprecian claramente en 30 S 0513 498 UTM 4275 991 donde el agger es cortado por otro camino (hoja 840). 24.- V-93 Ay de granada a villanueua de los infantes. Xxxij.: ala venta los santos ij. ala venta ollar [«la venta el Villar» en Meneses o Venta Nueva] j. a villa manrique ij. a villa nueua los ifãtes. iij). Según el croquis de 1810 esta conexión con Villamanrique es carretera, en tanto que las otras posibles conexiones entre Venta Nueva y Villamanrique aparecen en este croquis como caminos de herradura. 25.- V-100 Ay ďgranada a cuēca liij. ala vēta ď yfuētelo iij. asnalos j. ala venta nueua ij. a guadartuna ij. ala venta del duque ij. ala vēta de carauajal ij. ala vēta delas guardas j. ala puente de vbeda iij. a torre de pedro gil ij. la varca ď guadalpinar. Ij a castellar ij. ala vēta delos santos j. ala venta de nillar de castilla [«vēta del Villar de Cecilia» en Meneses o Venta Nueva] ij. ala puebla. iij. a montiel j. a villa hermosa j. ala osa iiij. a villa robledo vj. a san clemente ij. ala venta lomas ij. a honruuia j. ala puente talayuelas j. a valuerde j. a aladiego. j. a parra. j. a gangas. j. a cuenca iiij. 26.- V-57 Ay de valēcia Seuilla ciiij... a xatiua ij... a chinchilla iii... a biueros iij.a villa nueua ď alcaraz ij.ala puebla iij.ala vēta del barranco [venta del Villar de Cecilia o Venta Nueva] ij.ala venta delos santos iij.a santisteban ďl puerto...
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CALZADAS ROMANAS EN LAS ALTAS CINCO VILLAS, y II1 Mariano Zarzuelo Revilla
SANGÜESA – ROCAFORTE El puente de Sangüesa se tiene por construido en el siglo XI, y derribado en parte para construir el actual de hierro, se ven bajo el agua los restos de los pilares derruidos, por debajo de los arcos de piedra que todavía quedan, se notan claramente los añadidos por un costado un metro y por el otro dos, dando mayor anchura a los tres metros de su origen de factura muy antigua, sus desgastadas piedras se diferencian de las bien conservadas medievales. Los restos romanos encontrados frente a la iglesia de Santa María demuestran que hubo población romana, las edificaciones actuales no permiten ver la magnitud del yacimiento. Este posible asentamiento en la misma población actual, más otro situado muy cerca del puente nuevo frente a la Papelera, estaban situados en lugares de mucho riesgo por las continuas inundaciones del río Aragón a través de los tiempos, tenemos noticia de una de ellas en el año 1430. Annales de Navarra, año 1430 Parece, que en ellos hasta los elementos se conjuraron con los odios para la destrucción de Navarra. A 6 de Noviembre del año de 1430, había salido de madre el río Aragón, y anegado la Villa de Sangüesa, que padeció mucho, quedando muertos muchos Vecinos, parte ahogados, y parte oprimidos con la ruina de ciento, y setenta y dos casas, que enteramente cayeron; otras muchas quedaron muy maltratadas; y así en Sanguesa, como en otros Lugares, por donde corre este mismo río, hizo la inundación daños gravísimos. Y ahora á los fines del año 1432, cayó en Navarra y Aragón tal cantidad de nieve, que las Villas, y las Aldeas estuvieron como sitiadas, y reducidas á la extremidad por falta de víveres, especialmente en las Montañas, habiendo nevado sin cesar por espacio de cuarenta días, de forma que no se podía ir de un Lugar á otro, y sucedió que por la larga duración de la nieve sobre la tierra muchísimos animales , hasta los mas fieros, como lobos y osos, y páxaros de todas especies se venían á los Lugares habitados, y entrándose por las casas, se dexaban coger, como si se hubiesen enteramente despojado de su natural, amansando el hambre su fiereza. Esta caza venida á las manos
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sirvió de algún alivio para la que algunos hombres padecían. Saliendo del puente de Sangüesa, se dirigiría la calzada en dirección a Pamplona por la carretera actual, poco después de la gasolinera, se separaba de ella a la izquierda por la carretera de Rocaforte, al poco trecho girando a la derecha bordeaba el pequeño barranco «de los Cerrados» que hace muga con los terrenos de la Papelera, el camino tiene paredes de contención, que sin duda era por donde discurría la calzada, poco después, un ramal asciende a la población de Rocaforte sobre el «Barranco de Solanillo» donde ya se ve claramente el firme de la calzada casi cubierto por la hierba. En la cima de la población de Rocaforte hubo castillo, y en el lugar que ocupaba se halla cerámica romana y debajo, en el llano, se han descubierto mosaicos también de esa época. De Rocaforte saldría una vía, continuando por la «Fuente del Pueblo» hasta Aibar, pasando cerca de tres pequeños yacimientos romanos. Otro ramal continuaría por el «Camino de los Cerrados», y bordeando la Papelera seguiría hacia Pamplona pasando por la villa romana frente a la Foz de Lumbier. Annales de Navarra Año 921 o 922 «Los moros con Abderramen a la cabeza entró en guerra atravesando todo el valle de Lizarbe y dejando a mano izquierda aquella sierra, tocó en la llanura donde ella quiebra junto a Tiebas. Se abren por allí por la disposición de los montes dos llanuras grandes, una que corre derechamente por Oriente por el Valle de Elorz arriba, otra algo inclinada al septentrión, en la que comienza a ensanchar la Cuenca de Pamplona, y dejándola a mano izquierda, metió al ejército por la otra llanura al oriente. Y atravesando con robos, y estragos por el valle de Elorz, comarcas de Monreal, y la antigua Sangüesa, que es el pueblo, pequeño oy. De Rocafort, aunque con murallas de mucho ámbito, y en sitio muy enriscado, introdujo el ejército en tierras del Condado de Aragón, a orillas del río Aragón, que le dio el nombre».
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VIAS EN LUMBIER La calzada, una vez atravesado el río Aragón por el puente de Yesa, se desviaba a la izquierda y proseguía en dirección a Liédena, pasaba por la «Fuente de Liscar», donde se tiene noticia de haber existido un trozo de vía, para después continuar paralela al río, este tramo, desde la población hasta la Foz de Lumbier, de aproximadamente 2 km., fue destruido cuando se construyó la vía del tren que unía Aoiz con Sangüesa, el tren continuaba en dirección a Lumbier por los túneles abiertos en el año 1906 para su paso paralelo al río Irati, dejando de funcionar en el año 1955.
La calzada dejando los túneles a su derecha y a escasos 20 m atravesaba el río Irati por un puente, llamado indistintamente Puente de Jesús y del Diablo, en su origen romano; los restos del que hoy vemos construido en el siglo XVI, y derruido en su parte central por los franceses en el año 1812, consta de un solo arco y la anchura de paso es de 3 m que posteriormente se reduce a 2. Los muros se asientan sobre la roca natural, que previamente tallaron haciendo muescas en ángulo recto de 2 m de largo y 26 cm. de profundidad, permitiendo el asentado perfecto de las piedras, hay dos de estos tallados a la vista, uno de ellos vacío y el otro con unas piedras encima, lo que puede significar, que el original tenía más anchura.
Ruinas del puente sobre el rio Irati en la foz de Lumbier
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Se pueden apreciar en el muro las distintas reconstrucciones, en los trozos 1, 3 y 5 la piedra es de sillarejo y del mismo color, no distinguiéndose la argamasa entre sus piedras por su estrecha unión, por lo que son de la misma época; el tramo 2 las piedras de sillarejo, viéndose la argamasa entre ellas y de un color mas claro que las anteriores, lo que demuestra arreglo posterior; el tramo n º 4 de basta construcción, con piedras de mampostería, no asientan las de arriba con las de abajo, puestas sin orden rellenando el hueco, como si hubiera urgencia en su reconstrucción, tampoco se ve argamasa, siendo evidente la diferencia con los otros tramos, aquí el firme se ensancha para después volver a estrecharse en el trozo n º 5, el firme está totalmente cubierto de ramajes y arbustos, por lo que no es posible ver su composición. Frente a la foz, en lo alto de una terraza al lado de la carretera de Pamplona, hay una villa romana del siglo II al IV, debajo de este asentamiento asciende por un costado un estrecho camino de 2 m de ancho con muros en trinchera., hasta desaparecer por debajo de la carretera, sin duda sería un ramal que venía del puente. La vía bordeaba el monte de la Foz y siguiendo un trecho el camino paralelo al río llegaba a Lumbier tras pasar el puente de origen romano. Encima de la foz, al costado del camino viejo de Liédena a Lumbier, hay cantidad de equinoideos (erizos de mar fosilizados) en muy mala conservación debido al medio en que se han formado, desde allí arriba se divisa un amplio paisaje, y nos hace imaginar en la cantidad de agua que había embalsada antes de formarse la foz, un enorme lago cubriendo todo ese enorme terreno, y tras millones de años el agua se hizo paso a través de la montaña, al principio sería una catarata en la salida actual, hasta hacerse más profundo y formar lo que hoy conocemos, un estrecho cañón tallado por el río Irati, con una longitud de 1.300 m y paredes de hasta 100 m de altura, antes inaccesible hasta la construcción de los túneles para el paso del tren «El Irati», desaparecido este, hoy es lugar de paseo y relajación para los numerosos visitantes.
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VILLA ROMANA DE LUMBIER Lumbier está asentada en un cerro de fácil defensa, es la antigua Ilumberri mencionada por los escritos antiguos, sus vestigios yacen bajo las casas actuales y en su población en un convento de monjas se ha hallado un mosaico romano. No quedan rastros de la calzada que venía de Liédena, tampoco he visto por los pueblos cercanos pasado el puente. Annales de Navarra año 1142 Mientras estas cosas pasaban, el conde de Barcelona Don Ramón Príncipe de Aragón irritado de las pérdidas pasadas… y queriendo mostrar que solo, y sin ayuda podía proseguir aquella Guerra, se aprestaba de Exército. Y habiéndole formado bien grueso , y poderoso de las fuerzas de Aragón, y Cataluña, rompió por la misma parte, donde le havia hecho mas entradas, y ganado Plazas Don Garcia, por la Valdonsella, y fronteras de Sanguesa, sin detenerse á cercar, y ganar las Fortalezas perdidas en la Valdonsella, pasó por su Campo, y se echó sobre la Villa de Lumbiér, juzgando hallarla con menos prevención, por ser plaza mas interior, y algo apartada de la Frontera; y que ganada una vez, y bien presidiada, se defendería fácilmente con su misma fortaleza natural de sitio eminente sobre la campaña, y ceñido de los ríos, Iratí, y Sarasáz, que a muy corto trecho después de haberla pasado, se juntan, para buscar unidos al rio Aragón cerca de Sanguesa… Puesto en armas todo el Reyno, obligaron al Conde a levantar con tiempo el Campo de sobre Lumbiér, y retirarse á Aragón; habiendo por quince días tentando todas las artes, y esfuerzos de ganar la Villa. Por el camino de Lumbier km. 39,300 a Nardués Aldunate, hace cincuenta años, se veía un buen trozo de camino empedrado y más adelante, un término que se llama «La Calzada», desde donde subiría el puerto en dirección a Pamplona.
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Villa romana de Lumbier
CALZADAS EN AIBAR A la entrada de la población viniendo por la carretera de Sangüesa, baja un camino de las primeras casas de la derecha del «Barrio de Amalur», en su origen calzada romana, atraviesa la carretera actual en línea recta, pasaba por el costado de la nave de enfrente, aquí hace dos años se veían trozos de calzada, hoy bajo el camino de concentración, continuaba por el «Camino de la Portalada», poco después se bifurca un ramal por el «Camino de Valdemurillo» en dirección al «Barranco de la Bizkaia». El otro ramal continúa por el «Camino de la Portalada» paralelo al barranco tras unos 500 m y frente al nuevo puente de hormigón sobre el «Barranco de la Bizkaia» ascendía la pequeña loma del «Camino de San Adrián» donde hace unos años tenía restos de calzada, que la concentración parcelaria ha hecho desaparecer, tras cerca de 2 km., se llega al asentamiento romano de «Matamoros», allí nos encontramos con una fuente romana de gran magnitud para tan pequeño asentamiento, construida totalmente en piedra de sillería y con dos caños hasta hace un año, ahora reducido a uno y según la gente del lugar jamás se ha secado. Algunos años, al labrar la tierra, dejan al descubierto una losa que cubre un registro de limpieza a unos 20 m de la fuente, construido con piedras de sillería perfectamente trabajadas y ajustadas, así como el canal subterráneo que trae las aguas.
7,90 m y 53 cm. de profundidad, las piedras de la parte frontal tienen unas ranuras en la parte superior que mediante unas grapas o láminas de hierro dobladas se unían entre sí, y después rellenaban las ranuras con plomo. El asentamiento romano está situado en una viña cercana a la fuente, y por el espacio que ocupan sus restos no eran de gran población, y en cuanto a la calzada no aparenta continuidad, pese a que hoy existe un camino que enlaza con el yacimiento de «Los Cascajos» en término de Sangüesa. En este lugar encontré hace unos diez años un hacha de piedra pulimentada, que entregué a la Casa de Cultura de Sangüesa. El otro ramal se separaba del «Camino de la Portalada» continuando por el «Camino de Valdemurillo» hasta la orilla del «Barranco de la Bizkaia», continuando paralela aguas abajo y en el término de «Novillas» cruza el barranco por un puente romano. Puente de mampostería con un solo arco sin pretil, altura desde el fondo 3 m y 6 de anchura máxima o luz, grueso en la parte central superior 42 cm. y anchura del firme o paso 3 m con hilera de piedras central en sentido longitudinal, una vez pasado, la calzada ya sin firme se dirigía hacia Gallipienzo Nuevo y es muy posible que también a Cáseda. Por esta zona, me comentan, aparecieron piedras escritas, sin duda alguna se refieren a miliarios de la calzada.
El depósito de la fuente por su parte exterior mide 8,78 m de largo y 1,32 de ancho, la longitud interior es de
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Fuente de Matamoros
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Puente romano de Aibar Firme sobre el puente
En cuanto a que llegaba hasta Cáseda, no lo puedo asegurar, pero es muy tentadora la carretera actual tan recta típica de los romanos, y otro dato de suma importancia es el paso del río Aragón, el puente actual tiene en las piedras de sillería de sus pilares las marcas de cantero muy similares a las de la iglesia de Santa María de Sangüesa, lo que demuestra ser de época medieval, pero debajo y en todo el ancho del
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cauce, hay un enlosado de grandes piedras, por donde discurre el agua con muy poca profundidad, lo que pudiera ser vado posiblemente romano, en uso hasta la construcción del puente. Pero hay un interrogante, entre estas losas hay maderos empotrados, que sirvieron de encofrado, ¿Es posible que pueda durar la madera tanto tiempo debajo
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del agua?, de todos modos. ¿Que misión puede tener tanto trabajo para hacer el vado enlosado teniendo un hermoso puente que lo hace inútil?, esperemos que los expertos lo puedan aclarar. Otro ramal salía de Aibar, pasando por un puente de piedra sobre el barranco de la Bizkaia y dentro de la población, poco antes del cruce de carreteras Cáseda -Leache, es de un solo vano construido con piedra de sillería y denota gran antigüedad, cruzado este, la calzada seguía por la carretera de Sada, pasando frente al invernadero, y al salir de la curva a unos 100 m la vía se separaba de la carretera para torcer a la izquierda, después de proseguir un corto trecho asciende el pequeño monte, para bajar después en trinchera en dirección al «Río Armillo», no hay restos de calzada desde Aibar, pero es seguro este recorrido. Al llegar al llano, se desviaba a la izquierda y proseguía paralela al barranco aguas abajo, después de recorrer aproximadamente 2 km., y cuando el camino y barranco están más cercanos, lo atravesaba por un puente, todavía se pueden ver sus restos al lado del cauce, hay dos montones de piedra de mampostería unidos con mortero de cal, uno cerca del agua y otro más separado, y en medio un bloque de 2,35 m por un lado y 1,90 por el otro, con 2,10 m de altura también de mampostería, el lado cercano al cauce con alguna piedra de sillería y casi cubierto por la hierba. El puente tenía que salvar el barranco de 35 m de largo por 10 de altura por el lado de la vía viniendo de Aibar, por la otra orilla 8 m de altura, una vez pasado, ascendía para llegar a un pequeño asentamiento romano con abundantes restos de cerámica, actualmente es viña La vía seguía por la derecha aguas arriba y paralela al barranco, poco después se separaba torciendo a la izquierda, para a corta distancia seguir por el «Camino de Bartasteka« que conduce directamente a la población de Gallipienzo Nuevo, donde hubo un pequeño asentamiento romano llamado «Santitisi» detrás de las piscinas municipales. Al final de la calle Mayor hay
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un pequeño jardín frente a las casas, y en él, un molino romano de 1,10 m de diámetro y 0,40 de grueso. Un camino salía del asentamiento bajando en dirección al barranco «El Riacho», que pasaba por un vado, a los pocos metros aparecen restos de calzada, para después unirse a otro ramal que provenía del mismo asentamiento por la parte de arriba, este último seguía por la carretera para desviarse después a la izquierda, cruzaba el barranco por el vado llamado «Paso de Riacho«, hoy con la clásica tubería recubierta de hormigón, según los vecinos era vadeable y estaba empedrado, continuando para unirse al ramal que venía del asentamiento por abajo, una vez juntas y tras unos 300 m se unían con la G 2 y G 3 que bajaban de Gallipienzo Viejo, para después dirigirse al puente de origen romano sobre el río Aragón. CALZADAS EN GALLIPIENZO VIEJO Gallipienzo Viejo está situada a gran altura, siendo población muy antigua, casas de pequeña altura, sus calles en pendientes muy pronunciadas estrechas y empedradas al estilo romano, por las que no pueden transitar vehículos, la carretera que desciende de la entrada de la población describe varias curvas, de la primera sale una calzada romana marcada con mojones y las letras Cda de Cañada, desciende 250 m en línea recta y se vuelve a encontrar con la carretera, que tras hacer una gran curva se vuelve a unir a ella. Esta vía esta muy deteriorada en casi todo su recorrido, pero en los últimos 100 m su conservación es excelente, con anchura de 3 m las piedras del firme muy grandes y en posición transversal, sale la vía a 30 m antes del camino del cementerio, que recorre por debajo de la carretera y separándose de ella desciende en dirección al crucero. El crucero en el camino del cementerio de Gallipienzo Viejo llamado la Cruz de Idoia tiene inscripción en sus cuatro lados, con el texto: ESTA CRV3 - HIXO HA3ER
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– MIN MA TEO I SV – MVGER AÑO 1622, en la que la zeta se representa con un 3 con el rasgo superior recto. De aquí sale la vía G 1 y la G 2. La primera la seguiremos la última. Transcurre la vía G 2 al pie del crucero y pocos metros antes de llegar a la entrada del cementerio, tuerce a la derecha que bien encajonada aprovechando un barranco, desciende dirigiéndose hacia el río Aragón, tiene una anchura de 3 m, los muros de contención muy altos llegando a alcanzar en algunos sitios hasta 5 m, algunos trozos se han derrumbado sobre la calzada cubriéndola con piedras y arena, donde no se aprecian restos de cal, el firme construido con piedra de la zona, los derrumbes, las zarzas y matorrales no permiten actualmente el paso por ella, la recorrí entera fácilmente hace unos cinco años estando el firme en buenas condiciones, una vez descendido el monte se une a la VIA G 3 que baja de la población. La G 2 tiene una longitud de 1 km., desde la Cruz de Idoia hasta su unión con la G 3. Continuando la carretera hacia la población, dejando a un lado la Cruz de Idoia, a pocos metros encontramos un gran muro de piedra sobre la roca, como una proa de barco encallado, a unos 30 m y al lado de una casucha de piedra por la parte izquierda, hay un camino, es el comienzo de la calzada G 3, en 120 m sin rastro de ella, gira a la izquierda con curva muy pronunciada y en trinchera, desciende serpenteando ciento noventa metros y ya con firme casi cubierto de hierba, se resiste solo el centro con apenas medio metro y en buen estado, discurre otros 200 m con la vía más despejada, hasta llegar al corte del monte dando vista al río Aragón, hace su recorrido algunas veces en trinchera, otras con muro de contención de hasta 5 m de alto, con terraplén al otro lado de la calzada, el movimiento de piedra empleado ha sido enorme. A su costado hay terrazas escalonadas con plantación de olivos y almendros, hay tramos en su recorrido muy bien conservados.
Calzada de Gallipienzo via G 2 y crucero de Idoia
Calzada de Gallipienzo via G 3
La anchura variable según el terreno de 6 m algunos trozos, siendo de tres la mayoría, tras unos 700 m se une con la G 2 que venía desde la Cruz de Idoia, desde aquí hasta una nave que llaman la Cooperativa a 135 m ya en terreno llano, el firme ya no existe, apareciendo de nuevo al costado de la Cooperativa muy deteriorada, hace dos años con excelente conservación, se dirige en dirección al río; llegados al camino que la corta, se unía a otra que venía de Gallipienzo Nuevo, donde también hay restos de calzada; girando a la derecha y paralela al cauce del río Aragón, se dirige en dirección al que un día fue puente romano, distante alrededor de 500 m a la entrada del puente se bifurcaba. Mientras que continuaba la vía por debajo del primer arco fuera del agua, otro ramal se unía por encima con la vía G 4 que desciende del pueblo para después
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Via de Gallipienzo G 3 al fondo la cooperativa
pasar por el puente. Puente sobre el río Aragón de aspecto medieval, pero de origen romano, consta de cuatro arcos, el primero de ellos fuera del cauce del río de hormigón con anchura de 21 m, los restantes de piedra y ojos con luces de 34 m y dos de 18, los pilares de 8, 7 y 4 m de anchura, el firme sobre el puente de 5 m de anchura tiene un gran trozo de hormigón y restos
de empedrado, se reduce después a 4 m, el pretil de piedras verticales que se unen entre sí con resaltes unas y rebajes otras en toda su altura. Fue destruido en el año 1719 y después reconstruido. A la salida del puente y tras un corto trayecto, la vía tuerce a la derecha, en esta curva todavía se apre-
Puente de Gallipienzo viejo sobre el rio Aragon
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cian restos de calzada, pasados alrededor de 2 km., y siempre paralela al río Aragón, se desvía un tramo muy deteriorado que ascendiendo se dirige a un pequeño asentamiento romano al lado de un corral derruido a la izquierda; prosiguiendo después la vía en dirección a Carcastillo, donde se ha encontrado un miliario de Treboniano y Volusiano emperadores de los años 251-253. En todo el recorrido restante hasta llegar a Carcastillo ya no se aprecian restos de calzada.
CALZADA DE GALLIPIENZO VIEJO VIA G 4 En la parte de Gallipienzo Viejo que mira al río, desciende de la población una calzada en muy malas condiciones, tras unos 300 m se bifurca, un ramal vía G 4 sale a la misma entrada del puente y el otro vía G 5 hasta pocos metros de «La Cueva», en la separación de ambas hay muros de piedra de hasta 5 m de altura.
La via G 4 desciende de la población y cruza el rio Aragón en direcion a Carcastillo
Poblacion de Gallipienzo viejo sobre el rio Aragón
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Vía G-4
VIA G-4 La vía G 4 que se dirige al puente, tiene una longitud de unos 500 m y 3 de anchura media, con muro de contención del firme en los terraplenes, alguno derrumbado, dejando al descubierto la composición del afirmado, se observa un relleno de piedras más pequeñas y tierra, con un grosor entre 30 y 40 cm. no distinguiéndose nada de cal, la roca natural trabajada en varios sitios para aplanar o ensanchar el firme, apareciendo hilera central en algún tramo, en los repechos el firme se alterna con lajas y piedra, mientras que el desagüe de la calzada se realiza mediante hileras transversales sobresaliendo del resto del firme, que retienen el agua y con cierta inclinación la desalojan al costado. Existen grandes tramos en buena conservación. La vía G 5, se separa de la G 4 y desciende en dirección al río Aragón, el firme muy deteriorado, pero todavía se pueden apreciar algunos trozos en buen estado. La longitud de esta vía es de alrededor de 500 m, poco antes de unirse a la G 2 y G 3, hay dos estelas funerarias rectangulares al costado del camino, en una de ellas pone si no recuerdo mal: Aquí murió violentamente Andrés Iuba (o Juba), se ruega oren por su alma año 1882; la otra está fechada en el año 1876. Como se ha dicho anteriormente, las vías G 2 y G 3 una vez unidas y formando una sola, pasan por debajo del primer arco del puente prosiguiendo paralela al río Aragón, poco después se une la G 5, desde aquí la calzada continúa sin firme, pero si con la pared de contención que marca el camino por donde discurría,
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de vez en cuando se puede apreciar algún trozo de calzada. Más adelante se pasa un barranco que en algunas ocasiones lleva agua, a un costado, las piedras separadas para pisar sobre ellas. A 50 m aparecen en 30 m restos de calzada aislados. Poco más adelante, se sube una cuesta muy pronunciada, nada más coronarla un ramal se desviaba a la derecha, todavía se puede ver la alta trinchera en 400 m dirigiéndose a una villa romana, distante de este punto 1 km., y sin firme (o firme cubierto por la hierba alta), con las paredes de contención. Prosiguiendo la vía hasta Carcastillo casi sin separarse de la orilla del río Aragón, y en el resto del recorrido ya no vuelve a apreciarse restos de calzada. GALLIPIENZO VIEJO VIA G 1 La vía comenzaba al lado del crucero de piedra en el camino del cementerio, en el antiguo cruce de caminos, la G 2 ya descrita y esta la G 1, a su lado discurren 40 m de calzada en buena conservación, poco antes del crucero (la Cruz de Idoia) sale por la izquierda un ramal que denominaremos vía Gallipienzo 1 o Vía G 1, hoy solo quedan las paredes que la delimitan, y paralela a la carretera, para poco después cruzar esta y dirigirse al camino que conduce al yacimiento de «Los Castilletes de San Juan».
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Pared de contención clásica de las calzadas romanas
Calzada en trinchera dirigiéndose a la villa romana
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Como decimos, la vía G 1 sale poco antes del crucero por la izquierda, continúa a nivel más bajo y paralela a la carretera unos 300 m, cruzándola en el primer camino que sale a la izquierda bajando del pueblo, mientras que la carretera pasa por un pequeño puente moderno salvando un estrecho barranco, la calzada viniendo en línea recta lo evitaba continuando por el camino, todavía hay algún trozo de muro de contención, mas adelante y al lado de dos subidas a la izquierda para acceder a campos de labranza independientes, hay un trozo de calzada de 4 m de largo por 3 de ancho, unos 150 m más adelante, el camino tuerce a la izquierda y la calzada se separa yendo recta 110 m con 3 de ancho, oculta y protegida entre zarzas y ramajes, a la salida 30 m sin firme y ascendiendo el monte llamado de la Pila, después 15 m empedrado, 130 sin casi rastro, la pared de contención de 3 m de altura y muy bien conservada, y la de contención del firme con alturas de hasta 2 m formada por amontonamiento de piedras sin argamasa.
La calzada bien encajonada asciende suavemente hasta la cima del monte o término de la Pila, y en la misma cumbre la roca natural parcialmente labrada, piedras rellenando huecos siempre en sentido transversal y grandes lajas formando el firme, desde aquí se pueden ver, a un lado Gallipienzo Viejo y al otro al fondo Ayesa, en el descenso del camino de San Juan la vía ha desaparecido, solo queda alguna piedra aislada, en su recorrido hay pequeñas cuevas cercanas, su color verdoso, muestran ser minas de cobre, sin duda explotadas por los romanos. Al llegar abajo hay un aparcamiento de cazadores, poco después la calzada se divide, un ramal a la derecha encajonado entre muros de piedra de mampostería sin argamasa que se dirige al yacimiento de «Los Castilletes de San Juan» arriba en el pequeño monte, asentamiento in-
Me comentan los vecinos de Eslava, que el camino dejado por la vía antes de subir el monte de la Pila, era un ramal que continuaba hasta el yacimiento romano de «Santa Criz», hoy desaparecido por las labores del campo.
En la cumbre con vistas a Gallipienzo Al otro lado los castilletes de San Juan
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dígena y en su falda el romano, los grandes montones de piedras en los alrededores atestiguan que hubo gran población. Hay dos corrales que han aprovechado para su construcción las piedras del yacimiento, y al parecer hay necrópolis al lado de uno de ellos. El otro ramal de la calzada atraviesa el pequeño valle y bordea el monte sin firme, desde allí y a la vista lejana de la población de Ayesa y con algunas piedras que sobresalen entre la hierba, desciende suavemente y se dirige al «Riacho», una trinchera de considerable altura, suaviza el vado del río y las aguas permiten ver la calzada en todo su esplendor bajo ellas, desafiando al tiempo y a los hombres, unas piedras en un costado servían de paso a las personas. Este vado ha sido cubierto con tierra apisonada varias veces por los labradores y año tras año las aguas vuelven a dejar de nuevo al descubierto. La calzada proseguía paralela al barranco en dirección al yacimiento de «Santa Criz» de Eslava, hasta allí no hay rastro alguno, solo unos trozos de muro de contención de tierras, una desviación a la izquierda vadea el «Riacho» dirigiéndose a «Santa Criz», no existiendo nada de la vía, seguía alrededor de unos 400 m, torciendo a la izquierda, desde aquí asciende la calzada que en mal estado y tras 125 m se bifurca, un ramal se dirige a la entrada del asentamiento de «Santa Criz», cerro con restos de murallas de población romana, y de un torreón medieval.
Otro ramal a la derecha paralelo al cerro, como se aprecia en la foto, dirigiéndose hacia dos corrales, no se ve la calzada por la hierba que la cubre, anchura de 3 m con paredes de contención de 2 m de altura con piedras de mampostería sin argamasa, el muro de contención del firme con altura media de 2 m, el trayecto hasta los corrales es de unos 250 m, estos se han provisto de piedras del yacimiento y algunas bien labradas, los huecos de las puertas formados con cuatro bloques de 1,7 mts., de longitud cada uno, y las esquinas de los edificios con grandes piedras de sillería. La calzada prosigue unos 500 m con anchura de 3 m donde solo se ven pequeños corros del firme y escasos trozos de los muros de contención, y el que mantenía el firme, sus piedras tiradas abajo, por su color blanquecino muy recientemente, esta vía la han «arreglado» para el paso de los tractores, que sin paredes que la retengan pronto se derrumbará. Este tramo hace diez años lo visité, estando perfectamente conservado. Al final de este trayecto desaparece en una explanada. Los vecinos de Eslava me dicen que este ramal continuaba recto hasta unirse en el término de la Pila con la vía que hemos seguido hasta aquí; los agricultores, con el tiempo, han borrado todo vestigio de calzada. Del vado que conducía al asentamiento de «Santa Criz», otro ramal continuaba hasta el pueblo de Eslava, en el alto y cercano al pueblo, hay un edificio medieval en ruinas que llaman «la Venta», con un arco muy bonito de la época, a su lado ermita románica en ruinas y en su interior una gran losa con una espada esculpida, recientemente han estado
La via G 1 cruza el riacho
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Asentamiento romano de Santa Criz
descubriendo la pared de la ermita y los escombros cubren casi toda la losa de la espada, en este lugar se hallaron tumbas romanas. Pasaba la calzada por «Presaldea», en término de Eslava, en este lugar se encontró un miliario de los emperadores Maximino y Máximo, padre e hijo del año 235 al 238. Otro miliario hallado en Eslava del emperador Probo, que reinó en el año 276 al 282. Continuaba la calzada por el pequeño valle de Abaiz. Este despoblado está ubicado sobre un monte con grandes rocas naturales en su cima, sus casas arruinadas igual que su antigua iglesia – torre, en el camino de entrada al lugar, se aprecian restos de empedrado. De Eslava, la calzada pasaría por debajo del Monte Indusi, en término de Lerga y de allí encaminarse al puerto de San Gines, al parecer paso obligado y de mucho tráfico en época medieval, contaba este lugar con varios edificios, basílica, monasterio, mesón y ferias anuales en las que acudían los vecinos de los pueblos de los alrededores. De todo ello solo queda un montón de piedras formando un rectángulo. En cuanto a los caminos ya no queda ninguno de los que continuaban a San Martín de Unx, ni tampoco restos de calzada hasta llegar a la población. A 5 km., de distancia por el camino carreteril, paralelo al barranco de San Martín en dirección a Olite, se encuentra el yacimiento romano de «Santa Cruz», donde existía un trozo de calzada, el camino actual no tiene continuación, a unos 500 m antes de llegar al yaci-
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miento, un ramal se desvía a la izquierda y a un centenar de metros se cruza un puente en su día romano de un solo arco que salva el Barranco de San Martín, debido a los continuos arreglos ya no queda nada de aquella época, la última reparación al parecer deprisa y corriendo o no había presupuesto, porque entre sus piedras se alternan trozos de ladrillo moderno. A la entrada se ven algunas piedras del firme, y el piso sobre el puente con una capa de hormigón, las barandillas de piedra unidas con grapas de hierro, siguiendo este camino, en su trayecto se ven algunas piedras inconfundibles del firme de la calzada romana que se dirigía a «Turbil», yacimiento muy importante sobre un cerro, pasando la vía cercana al asentamiento, continuando por Pitillas, Murillo el Cuende, para llegar a Santacara, la antigua ciudad romana de Cara de los escritos de la época al lado de la ermita de Santa Eufemia, en excavación hace unos años cuando la visité. Había tramos de calzada en el camino viejo de San Martín de Unx a Olite, en esta última población, hay restos de murallas y torres defensivas romanas separadas entre si 30 m usadas actualmente como viviendas, algunas con piedras de sillar almohadillado, que se datan en los siglos I y II. En el año 2.000 se contaba con los restos de una veintena de ellas. Con estos últimos apuntes hay que poner puntos suspensivos a las calzadas de la zona, para que los que vengan después, coloquen el punto o los puntos correspondientes.
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La via desaparece al fondo en los campos de labranza
1.- La primera parte de este estudio de Mariano Zarzuelo se publicó en el número 8 (junio de 2009) de El Nuevo Miliario
Torres romanas de sillar almohadillado en Olite y reconstrucción
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EL CULTO A LOS LARES COMO FORMA DE INTEGRACIÓN RELIGIOSA EN EL MUNDO ROMANO Juan Manuel Orgaz Jm_orgaz@hotmail.com
En la religión romana los Lares son potencias vinculadas a la prosperidad de la familia, de ahí su espacio en la propia casa, el lararium, donde el pater familias celebraba sacrificios en los momentos más señalados del mes, calendas, nonas e idus. La primera referencia al culto a los Lares pude deducirse a partir de una inscripción fechada en 218 d.C. que recoge un cántico pronunciado por los Fratres Arvales a lo largo de las ceremonias celebradas en honor a Dea Dia y donde los Lares son invocados con el antiguo nombre de Lases. E nos Lases iuvate e]nos Lases iuvate e nos Lases iuvate. Nec velu [a]e rue Marma sins incurrere in pleores ne velue rue marmar [si]ns incurrere in pleoris ne velue rue Marmr sers incurrere in pleoris. Satur fu [r]ere Mars limen [sal]i sta berber Satur fu fere Mars limen sali sta berber satur fu fere Mars limen sa[l]i s[t]s berber. [Sem]unis alternei advocapit conctos semunis alternei advocapit conctos simunis alternie afvocapit [conct]os E nos Marmor iuvato e nos Marmor iuvato e nos Marmor iuvato. Triumpe triumpe triumpe trium[pe tri]umpe.
Dea Dia es una deidad antigua, vinculada tradicionalmente a la fecundidad de la tierra y al crecimiento, a la germinación de las semillas. Su templo se encontraba en el quinto miliario de Via Campana, que enlazaba Roma con la desembocadura del Tíber, en un bosque situado en la orilla derecha, en su centro ha sido hallado un altar de forma circular con una serpiente en el borde superior, el templo de mármol identificado por Henzen y estudiado gracias a la Sociedad Arqueológica de Berlín y al Deutsches Archäologisches Institut tiene planta circular y fue erigido en pendiente, sobre una colina en el Lucus Dea Dia. Una diosa arcaica de la que apenas se habla en las fuentes literarias pero cuyo nombre Dea Dia remite a la propia divinidad y también al resplandor del día, al alba… prima luce vinculada a la pureza y al inicio, a la potencia generadora. La hermandad de carácter sacerdotal mantuvo su culto celebrando sacrificios en su honor en la segunda mitad de mayo, después de las Lemuralia, una festividad que no estaba incluida en el calendario oficial romano pero que era celebrada a lo largo de diferentes jornadas por los Fratres Arvales. Una hermandad de carácter sacerdotal, que según su propia tradición había sido fundada por Romulus; su culto parecía haber declinado en época republicana. Augustus se ocupó especialmente del culto a Dea Dia formando parte de la hermandad y aumentando el número de fratres que hasta entonces había estado formada por doce hermanos. Al frente de la hermandad se encontraba el magister, asistido los flamines y el personal auxiliar. Por supuesto, desde el 27 d. C. los Fratres Arvales participaron del culto imperial influyendo en la vida política de Roma, especialmente vinculados a las elites senatoriales, al emperador y a la familia imperial. La primera luz daba comienzo al ceremonial en honor a Dea Dia, el aroma sagrado del incienso ascendía en la casa del magister en ofrenda completada con vino, eran bendecidas espigas que simbolizaban los antiguos granos de cereal y la cosecha aún por recolectar. Después era ofrecido un banquete sagrado a Dea Dia. La segunda jornada sacra era iniciada por el magister con el sacrificio dos porcilias piaculares y una vaca alba, después se reunía con el resto de la hermandad
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en el Lucus Deae Diae donde los Fratres Arvales, portando coronas de espigas, llevaban a cabo ritos propiciatorios de la fertilidad, que incluían también el sacrificio de un cordero. Grano de trigo y panes laureati eran ofrecidos a la muchedumbre reunida en torno al templo, en aquel momento se iniciaban las danzas rituales y entonces, a lo largo de la segunda jornada, eran pronunciados los versos del Carmen Fratrum Arvalium. Fratres Arvales prima luce ture et vino facerunt et fruges aridas et virides contigerunt et panes laureatos, et deam Diam ungentavarunt, Fratres Arvales cathedris consederunt praetextati et ibi praetextas deposuerunt Alfenius Avitianus promagister, Catilius Severus, Statilius Silianus, sulpicina Pollio, Flavius Archelaus Armenius Peregrinus Caesonius, Flavius Alpinus. Item post meridiem a balneo cathedris consederunt: deinde manibus lautis cenatoria alba sumserunt et in tricliniaribus discubuerunt et epulati sunt. Item pueri praetextati patimi et matrimi senatorum fili numero IIII in cathedris consederunt et epulati sunt. Fratres Arvales post epilas super toralibus segmentatis discubuerunt et ture vino fecerunt et per pueros praetextatos senatorum filios et publicos ad aram pertularum et unguenta et coronas acceperunt et in mantelis segmentatis contingerunt. Item mensa secunda bellariorum divisa est, et sportulas acceperunt sacerdotes imperatoris Augusti et ceteri sacerdotes qui supra scripti sunt, et rosam solutam diversunt, ibique felicia dixerunt. In luco deae Diae Alfenius Avitianu promagister ad aram immolavit porcilias piacuLares II luci conquiendi et operis faciundi; ibi vaccam honorariam immolavit et inde in tetrastylo reversus subsellis consedit. Deinde reversus ad aram extas reddidit porciliares. Item in circo in foculo argenteo cespiti ornato extam vaccinam reddidit, et in tetrastylo reversus est, et in codice cavit, et praetextam deposuit, et in papilione suo reverus. Promeridie, autem fratres Arvales praetextas acceperunt et in tetrastylo convenerunt et subsellis consederunt et caverunt se adfuisse et sacrum fecisse, et porcilias piacuLares epulati sunt et sanguen postea. Inde praetextati capitae velato vittis spiceis coronati lucum adscenderunt et per Alfenium Avitianum programagistrum agnam opimam immolaverunt et hostiae litationem inspexerunt. Perfecto sacrificio omnes tue et vino feverunt. Deinde reversi in aedan in mensa sacrum fecerunt ollis et ante aedem in cespite promagister et flament sacrum fecerunt; item foras ad aram reversi thesauros dederunt; item flamen et promaister scyfos argenteos cum sumpuis vino repletis ante osteum et acerras ferentes ture et vino fecerunt, et ante osteum restiterunt et duo ad fruges petedas cum publicis desciderunt et reversi dextra dederunt, laeva receperunt; deinde ad alterutrum sibi reddide-
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runt, et publicis fruges tradiderunt. Deinde in aedem intraverunt et ollas precati sunt, et osteis apertis per clivum iactaverunt, deinde subaelis marmoreis consederunt et panes laureatos per publicos partiti sunt: ibi sacerdotes clusi succuncti, libellis acceptis, carmen descindentes tripodaverunt in verba hac: E nos Lases iuvate. La tercera jornada los sacerdotes regresaban a Roma donde se llevaban a cabo ritos similares a los del comienzo. El conjunto ritual implicaba el cuidado del lugar sagrado de la Diosa, antes de las celebraciones, lo que suponía la preparación de la propia tierra, como receptora de la potencia generadora de Dea Dia. Los Fratres Arvales se encargaban pues de canalizar la potencia derramada por Diosa y latente en el Lucus Deae Diae hacia las propiedades de las familias romanas, hasta los campos de cultivo. El propio término arval hace alusión al campo de cultivo preparado para recibir la semilla. Un conjunto ritual en el que confluyen la potencia fecundadora propia del mundo natural, individualizada en la antigua deidad pero anterior a la agricultura misma, y los Lases, potencias germinadoras ligadas a la propiedad de los ancestros. Creencias vinculadas a la concepción de la muerte, los padres, los antepasados cubiertos por la tierra, alejados de la luz y en el frío. La vida permanece en estado larvario hasta que la luz y el calor permiten generar la potencia suficiente para que las semillas puedan germinar y ascender hacia la luz. La tierra de labor de los antepasados, tierra cultivada que es la fuente de prosperidad tradicional de la familia romana y que no está exenta de amenazas exteriores: robos y temporales que pueden llevar a la ruina. De ahí la necesidad de protegerse, de ahí la invocación en el cántico a la forma arcaica del dios de la guerra. La necesidad de defensa de las propiedades custodiadas por sus respetivos Lares y delimitadas por elementos físicos, piedras que definen los límites de las tierras y diferencian los Lares de una familia de los otra. De ahí la importancia del propio Terminus, la potencia que simboliza los límites, por eso su festividad denominada Terminalia constituía el limite entre un año y el siguiente en el calendario antiguo, momento en el que se sacrificaba en el sexto milario de Via Laurentina, los límites de Roma en época de Numa Pompilius quien, según la tradición sistematizó el culto a Terminus presente en Capitolio, centro del territorio romano y el lugar del que parten las carreteras hacia todos los lugares bajo su dominio. Los Lares de la familia romana eran potencias que otorgaban tanto la protección como la capacidad de prosperar, su culto era responsabilidad del pater familias que debía llevar a cabo el sacrificio a los Lares las jornadas más importantes del mes y durante
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ceremonias familiares. El ritual está vinculado a la prosperidad, a la riqueza compartida. Por eso el culto a los Lares, se vincula con los antepasados, con los muertos, ancestros que propician la fecundidad y diferenciados de los Larvae. Por supuesto, también diferentes de los Penates, potencias custodias de la despensa, encargadas de organizar los beneficios y también de inspirar en la cocina. En cada hogar existía un altar dedicado a los Lares de la familia, un lararium, cerca de la puerta principal, en el atrium, un pequeño espacio en el que podía hallarse la representación de una ofrenda a los Lares. Potencias protectoras de la familia representadas como jóvenes en movimiento, danzando al tiempo que derramaban licor como puede apreciarse en diferentes representaciones escultóricas conservadas en el Praehistorisches Museum de Munich, el British Museum y el Metropolitan Museum of Art de New York. Cruces de caminos, el lugar en el que confluyen diferentes vías, el lugar apropiado para el encuentro de viajeros con diversos orígenes, el intercambio de noticias, de consejos, remedios contra los males. Es por eso que los Lares Compitales eran las potencias custodias del cruce de caminos, compitum es el encuentro de las diferentes propiedades agrícolas entre sí, las encrucijadas. Tarquinius Priscus instituyó las Compitalia, después de las Saturnalia, vinculadas al nacimiento de Servius Tullius en honor a los Lares de las encrucijadas, potencias protectoras de los límites, de la claridad entre los límites de las propiedades y del respeto mutuo entre los diferentes propietarios. Límites donde moran los Lares de las encrucijadas, receptores de las ofrendas y sacrificios realizados en enero, cuando quienes no poseían podían gozar por un día de la propiedad de su propia persona durante las Compitalia. Además de los Lares domésticos de cada familia romana, existía en lo alto de Via Sacra un altar dedicado a los Lares como protectores de Roma y su prosperidad. Más allá de su espacio en la Sacra Vía y fuera de su espacio en el interior de las casas, Augustus dispone altares en doscientos sesenta y cinco cruces de las principales vías de Roma a Lares Compitales, potencias surgidas con el propósito de velar por sus ciudadanos, sus propiedades personales, la seguridad y el orden. Por supuesto, no sólo en la ciudad de Roma se desarrollaba el culto a los Lares, Vitrubio en De arquitectura, Libro VI, Capítulo IV especifica un espacio en el atrio donde situar el lararium. Es por eso que el culto a los Lares de la familia se desarrollaba en la mayoría de las casas romanas construidas en el conjunto de las provincias del Imperio. Las principales fuentes escritas para el estudio de los Lares en Hispania están constituidas por las inscripciones epigráficas encontradas hasta la fecha donde podemos estudiar además tres
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inscripciones a los Lares de Augustus, un ara en el municipio de Ilipa, otra en Saguntum y una tercera inscripción en Lusitania. Tan sólo una inscripción ha sido hallada en una localidad con la categoría jurídica de Opidum Latinum (inscriptio 1171952); cuatro inscripciones han aparecido en Colonias (inscriptio 1171979; 1171912; 1171970; 1171944) y quince en Municipios Romanos (inscriptio 1171904; 1171905; 1171924; 1171938; 1171946; 1171947; 1171951; 1171953; 1171955; 1171956; 1171966; 1171967; 1171969; 1171972; 1171975; 1171978). En cuanto a la distribución geográfica en la mayoría de las inscripciones epigráficas han sido encontradas en la provincia Hispania Citerior Lusitania destacando el Conventus Bracaraugustanus (inscriptio 1171903; 1171914; 1171918; 1171955; 1171966; 1171967), Conventus Emeritensis (inscriptio 1171922; 1171930; 1171931; 1171932; 1171937; 1171947; 1171938; 1171946); Carthaginensis (inscriptio 1171969; 1171970; 1171978; 1171956), Hispania Citerior Tarracoensis (inscriptio 1171904; 1171905; 1171979), en Lucensis (inscriptio 1171924) y una inscripción en la provincia de Hispania Ulterior Baetica, en Mirobriga Turdulorum (inscriptio 1171952). La mayoría de las inscripciones epigráficas pueden dividirse en dos grupos, en primer lugar las dedicadas exclusivamente a las potencias generadoras de prosperidad identificadas con los Lares romanos y, en segundo lugar, aquellas que aportan algún tipo de información adicional: inscripciones a los Lares Viales y otras que especifican la vinculación de dichas potencias con los propietarios de la tierra donde reposan los ancestros y late la capacidad de generar prosperidad. A los Lares de los padres Laribus Patris (inscriptio 1171941), Cariensibus (inscriptio 1171947) Callaecianos (inscriptio 1171924), Gemeinu (inscriptio 1171956), Turolicis (inscriptio 1171967) Popullius (inscriptio 1171934). Algunas de las inscripciones hacen alusión a los lugares, otras sencillamente a los antepasados, destacando una única dedicación donde puede leerse: «Dis Laribus Gapeticorum gentilitatis» (inscriptio 1171923) y otra dedicada a los «Laribus et Tutelae Genio Loci» (inscriptio 1171979). Respecto a los Lares Viales, en la mayoría de las inscripciones encontramos el nombre del dedicante y en algunas ocasiones además el adjetivo sacrum. Del conjunto de las inscripciones epigráficas dedicadas a los Lares Viales tan sólo una ha sido encontrada en Hispania Ulterior Baetica (inscriptio 1171950) y otra en Hispania Citerior, Carthagiensis (inscriptio 1171951). Y en torno a treinta inscripciones en la provincia de Hispania Citerior, destancando el Conventus Lucensis (1171901; 1171908; 1171909; 1171910; 1171921; 1171949; 1171957; 1171975; 1171948). Y en la provincia Hispania Citerior Lusitania, una inscripción en el Conventus Emeritensis (inscriptio 1171920) y cuatro en el Conventus Bracaraugustano (inscriptio 1171916; ins-
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criptio 1171954; inscriptio 1171956; inscriptio 1171972). Aún así encontramos cuatro inscripciones a los Lares Viales en municipios romanos: una Segobriga; una en Lucus Augusti y una inscripción en Bracara Augusta, que junto a las de las colonias de Lucus Asturuum y Clunia corresponden a cuatro de las sedes de los conventos jurídicos creados por Augustus.
Locus Inscriptio
Panoia Inferior 1171908
[- - -]REC[- - - / - - -]us Ge[- - - / La]ribu[s - - - / v]ial[i]b[us Caldas de Reis, Pontevedra.
1171909
S(- - -) Lupus / vo(tum) s(olvit) l(ibens) / Laribus / Vialibus Pontecesures, Pontevedra.
Inscriptio Locus
1171910
[L]aribus / [V]ialibus / [- - -]V[ Catoira, Pontevedra.
Inscriptio
1171911
L(aribus) V(ialibus) / d(e) s(ua) [p(ecunia)] / A L[-] / v(oto) p(o)s(uit) El Grove, Pontevedra.
1171912
V(alerius) Rebu/r(r)us ex vi/su Larib/us Vial/ibus sa/crum / r(eddidit?) l(ibens) m(erito) Peñalba de Castro, Burgos.
1171913
Sem(pronius) Cas(sius) Laribus / Vialibus / ex voto / sacrum Tineo, Asturias.
1171914
Laribu[s] / Anaeci[s / P]riscu[s / - - -ERO- - - / - - -AR - - - / - - -AN- - - / - - - - - -] / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) Penafiel, Porto.
1171915
Festivos / Laribus / Vialibus / ex somnio / votum sol/vit Els Poblets, Alicante.
1171916
[Lar]ibus / [Via]libus / [V]allius / [M]aximus / ex voto La Puebla de Trives, Orense.
Inscriptio Locus
1171917
Aram / Laribu(s) / Vialibu(s) Lugo de Llanera, Asturias.
Inscriptio
1171918
Moelio / Mordoe/titiego / Caecili/us Fusc/us m(iles) le(gionis) V/II v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) // III K(alendas) Iun(ias) / Imp(eratore) Vesp(asiano) / VIII Tito VI / co(n)s(ulibus) // Lar(ibus) Orense.
1171919
L(aribus) Coreae/cis Flav(ia) / Sabina / ex de(votione) s(ua) l(ibens) a(nimo) / posuit Boticas, Vila Real.
Locus Inscriptio Locus
Es decir, en los nuevos nudos de comunicación que habían adquirido importancia tras la conquista de Augustus, nuevas sedes de la división jurídica donde además se potenció el culto Imperial. Los caminos con centro en el Capitolio extendieron así la cultura de Roma a lo largo de las diferentes provincias, vías de comunicación terrestres como Via Augusta, Via Domitia, Via Aquitania, Via Aurelia; calzadas romanas sólidamente construidas paso a paso, piedra a piedra: statumentum, rudus, nucleos, pavimentum que se extienden a lo largo del Imperio romano permitiendo el transporte de mercancías y viajeros a lo largo del Imperio, vías de comunicación custodiadas por potencias que velan por la buena marcha de tropas romanas, mercaderes, ciudadanos protegidos por la por la Ley romana.
Inscriptio Locus Inscriptio
1171901 Laribus / [V]ialibus / Denton/ius Vere/ cundus / v(otum) s(olvit) l(ibens) a(nimo) Zas – Brandomil, La Coruña. 1171902 ex voto
Locus Inscriptio
Q(- - -) P(- - -) / Laribus / Vialibus / Tineo, Asturias.
1171903
Locus
M(arcus) Licinius / Veleiensis / Laribus / Gumelaecu[is] v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) Celanova, Orense.
Inscriptio Locus
1171904
Inscriptio
1171905
Pro [salute] / L(uci) n(ostri) / Larib[us] / Surus ostiar(ius) / v(otum) s(olvit) Sagunto, Valencia.
Inscriptio Locus
1171906
L(aribus) V(ialibus) / Val(erius) O/ El Pino, La Coruña.
Inscriptio
1171907
Locus
Locus Inscriptio
1970710
[L]aribus ug(ustis) / ex voto / [-] Fabius Sagunto, Valencia.
L(aribus) Vi]ale(bus) / Arc(- - -) / v(oto) p(osuit) El Pino, La Coruña. D(is) M(anibus) / memoriae P(ubli) Ael(i) Martialis q(uon)d(am) / vet(erano) ex c(ustode) a(rmorum) leg(ionis) II Adi(utricis) patris et / Flaviae Agathes matris Aelius / Aelianus praefectus leg(ionis) s(upra) s(criptae) / protector Aug(usti) parentibus / carissimis regressus ad / Lares patrios f(aciendum) c(uravit).
nº 9, Diciembre 2009
Locus Inscriptio
Locus Inscriptio Locus Inscriptio
Locus Inscriptio Locus Inscriptio Locus
Locus Inscriptio
Locus
Inscriptio 1171920 Rebu[rrus] / Bedac(iqum) · L(aribus) · V(ialibus) / [I]lurbeda/[e] · v(otum) · s(olvit) · l(ibens) / m(erito) Locus Narros del Puerto, Ávila. Inscriptio
Locus
1171921
Laribus / Vialibus / ara(m) Pu/blius O/ptatus / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) Vigo, Pontevedra.
El Nuevo Miliario
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Inscriptio
1171922
Locus Inscriptio
1171923
Locus Inscriptio
1171924
Locus
Luru/ni / L(ucius) Allius / Severus / a(nimo) l(ibens) p(osuit) Viseu.
Inscriptio
Di{i}s Laribus / Gapetico/rum gen/tilitatis Oliva de Plasencia, Cáceres.
Inscriptio
I(ovi) O(ptimo) M(aximo) Cons(ervatori) et / numinibus Augustusr(um) / Iunoni Reginae / Veneri Victrici / Africae Caelesti / Frugifero / Augustae Emeritae / et Larib(us) Callaeciar(um) / Saturninus Aug(usti) lib(ertus) / [- - -] solvit v(otum) Lugo.
1171937
Rufus / Long(i) / Larib(us) / v(otum) s(olvit) San Vicente de Alcántara, Badajoz.
1171939
Fl(aviae) · Conimbrica[e] / et · Larib(us) eiu[s / - - -]us Faustu/[s - - -] Condeixa-a-Nova - Condeixa-a-Velha, Coimbra.
Inscriptio Locus
1171940
Laribu[s / v]ialib(us) / - - - - - Condeixa-a-Nova - Condeixa-a-Velha, Coimbra.
Inscriptio
1171941
Laribus / patriis / Severus / Tangini / v(otum) s(olvit) l(ibens) me(rito) Mortágua, Mortágua, Viseu.
1171942
[La]ribu[s / s]acru[m / - - A]nnius Ru[- - - / f(ilius) P]rimu[s] / d(e) s(uo) [p(osuit)] Alvito, Alvito, Beja.
1171943
- - - - - - / [- - -] August(e)is Larib[us - - - / - - - e]t · Aurelius Faus[tus?- - -] Jerez de los Caballeros, Badajoz.
Locus
Locus
Locus Inscriptio
Inscriptio Locus
1171925
Lari/bus / vial(ibus) Chantada, Lugo.
Inscriptio Locus
1171926
Lari(bus) / vial(ibus) / ex vo(to) Pol - Bouzoá, Lugo.
Inscriptio
1171927
Locus
Locus Inscriptio
1171928
Locus
Laribu[s] / vialib[us] / Placid[i]na ex v/oto p[o]/suit Baralla, Lugo. Larib[us] / via[libus] / Iuliu[s] / v(otum) s(olvit) [l(ibens) m(erito) Pantón-San Vicente de Castillón, Lugo.
Inscriptio Locus
1171929
Inscriptio
1171930
Modest/us Cala/ti Lari/bus a(nimo) / v(otum) s(olvit) l(ibens) Valencia de Alcántara, Cáceres.
1171931
Rufus / Tongi f(ilius) / Larib/us v(otum) s(olvit) Valencia de Alcántara, Cáceres.
Locus
Laribus / vialibu/s Caes[i]/anus Sarria, Lugo.
Inscriptio
Locus
votive altar - Cultual Inscriptio
1171944
[Sa]crum / [L]aribu[s / Vi]alibu[s / - - -]AECIN[- - -] / [- - -]NTAE[- - -] /-----Valdefuentes, Cáceres.
1171945
L(aribus) · Aquitibu[s] / G(aius) C(aecilius?) Ruf[u]s / a(nimo) l(ibens) v(otum) s(olvit) Condeixa-a-Nova-Condeixa-a-Velha, Coimbra.
1171946
Larib[us] / Rebur[rus] / Rufi[ni f(ilius)] / v(otum) s(olvit) [- - -] Idanha-a-Nova, Castelo Branco.
1171947
Celtien/us · Cana/pi · f(ilius) · Lari/bus Cai/rie(n)sibus · / v(otum) · l(ibens) · a(nimo) · s(olvit) Idanha-a-Nova, Castelo Branco.
1171949
L(aribus) V(ialibus) I(- - -) / v(otum) s(olvit) Cerceda, La Coruña
1171950
T(itus) Papirius / Severus / Laribus v(ialibus) v(otum) s(olvit) Brácana, Granada.
1171951
L(aribus) Via(libus) Mauca pro Elv[i]/a Marce[ll]a v(otum) s(olvit) Saelices, Conventus Carthaginensis.
Locus Inscriptio
Locus Inscriptio Locus Inscriptio
1171932
Locus
Lari/[b]us a(ram) p(osuit) / [F]laus / [a(nimo)] l(ibens) v(otum) s(olvit) Valencia de Alcántara, Cáceres.
Inscriptio Locus
1171933
Laribus / vialibus / l(ibens) · p(osuit) Monforte, Portalegre.
Inscriptio Locus
1171934
[L]aribus / Popillius Elvas, Portalegre.
Inscriptio Locus
1171935
Laribus / vial[ibus] / - - - - - Alcuéscar, Cáceres.
Inscriptio
1171936
Inscriptio Locus Inscriptio
Locus Inscriptio Locus
Locus
Catuenus · D/ocquiri[c]i · f(ilius) / Larib(us) · Turol/ic(is) · consacr(avit) Freixo de Numao, Vila Nova de Foz Coa, Guarda.
Inscriptio Locus Inscriptio Locus
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El Nuevo Miliario
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Inscriptio
1171952
[L]aribus L / [- - - / - - -] / L(ucius) Malius Ca/llicrates / ara(m) ex v(oto) p(osuit) Garlitos, Badajoz.
1171953
Laribus Aug(ustis) / aram / L(ucius) Cornelius / Firmillus / Augustalis / d(e) s(uo) d(edit) d(edicavit) Esparragosa de la Serena, Badajoz.
Locus
Inscriptio 1171967 M(arcus) Ter/tiolus / Larib/us Tur(olicis) / ex vo(to) p(osuit) Locus Ginzo de Limia, Orense. Inscriptio
Inscriptio
Locus 1171954
Laribus / vialibus / Mater/nus / Rufi / l(ibens) · a(nimo) · p(osuit) Braga.
1171955
[L]aribus / [B]uricis / votum / solvit / Bloena Amares, Braga.
Locus Inscriptio Locus Inscriptio
1171956
M(arcus) Licinius / Veleiensis /Laribus/ Gumeinu / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) Laminivm, Conventus Carthaginensis
1171957
Laribus / Vialibus / ara(m) po/su(it) M[- - -] Carballedo, Lugo.
Locus
L(aribus) Coreae/cis Flav(ia) / Sabina / ex de(votione) s(ua) l(ibens) a(nimo) / posuit Oliveira do Hospital, Coimbra.
1171969
Pro salute p(rincipis) n(ostri) / Laribus basis / marmoreas III / tur (ibulum) tumulum / haeneam lucerna(m) / biluci mon(eta) aerea / tabulas encausto / picta IIII clypeum / et velum / Optatus se (rus) d(e) s(ua) p(ecunia) Pollensa, Baleares.
1171970
Sex(tus) Numisius l(ocum) s(anctum) Larib[us] / et signa et aram faciun[dam] / coiravit et eisdem dedic[avit] Cartagena, Murcia.
1171971
Laribus / Cerena/ecis · Nig/er · Proc/uli · f(ilius) · v(otum) · l(ibens) · s(olvit) · Tuias, Marco de Canaveses.
1171972
Larib(us) · Viali/bus · Fl(avius) · Sa/binus · v(otum) / s(olvit) · l(ibens) · m(erito) Braga.
1171973
Laribus Cu/sic[e]lens(i)bus / Q(uintus) Nivius Placi/di f(ilius) Envin(u)s / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) Valpaços, Vila Real.
1171974
Maxu/mus Lov/essi f(ilius) La/ribus Vi/alibus / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) Bande, Orense.
1171975
Augg(ustis) sa/crum Laribus / vialib(us) MM(arci) / Annii / Verus / et Verianus / ||(centuriones) l[e]gg(ionum) pa/ter et filius / ex voto Lugo.
1171976
[S]ulpici(us) / Laribus / Vialibus / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) Cervera, Lérida.
1171979
Laribus et [Tu]/telae Genio L(uci) / n(ostri) Telesphor(us) / et Plate donum / dederunt Tarragona.
Locus Inscriptio
Inscriptio
1171968
Locus Inscriptio
Locus Inscriptio Locus Inscriptio
1171958
Locus
Val(erius) / Ruf(us) / La·r(ibus) v(ialibus) / p(osuit) Viana do Castelo.
Inscriptio
Locus Inscriptio
Locus
Lápida - Cultual Inscriptio Locus
1171959
Laribus / Vialib/us Pro(culus?). Comba, La Coruña.
Inscriptio
Inscriptio
1171960
Larib(us) Orm/onufis / S(ulpicius) Coraec(us) / v(otum) l(ibens) s(olvit) m(erito) Montalegre, Vila Real.
Locus
Laribus / Viali[bus] / Silo Silo/nis [p]os[uit] Taboadela, Orense.
Locus
Locus Inscriptio
1171961
Locus Inscriptio
1171962
Locus Inscriptio
1171963
Locus Inscriptio
1171964
Locus Inscriptio
Locus
1171965
Lari(bus) Vi/alibus / Petro/nius / ex vo/to p(osuit) Amoeiro, Orense.
Inscriptio
Inscriptio
Locus
L(aribus) Belaeci/s votum / D(- - -) Ceraec/us l(ibens) a(nimo) s(olvit) Montalegre, Vila Real.
Inscriptio
Maxumus / Trupeisi f(ilius) / Rufin(us) L(aribus) / Gegeiquis / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) Chaves, Vila Real.
Inscriptio
Laribus Ta[r]/mucenbaecis / Ceceaecis / P(ublius) Aelius Flavu[s] / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) Chaves, Vila Real.
Inscriptio Locus
1171977
Ami/a Ael/ariq(um) / Lari/bus Collado Villalba, Madrid.
Inscriptio Locus
1171978
Laribus sacrum / Vale[ri]us Secundus Villamanta, Madrid.
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Las inscripciones dedicadas a los Lares son ante todo formas de culto romanas, realizadas según los modelos epigráficos romanos y en idioma latino. Epígrafes tallados sobre piedras, muchas de ellas reutilizadas posteriormente, son ante todo elementos materiales, como las calzadas, y que además implican la proyección de aspectos propios de la religión romana. El culto a los Lares permite la incorporación de antiguas potencias custodias de los diferentes territorios a las formas de culto romanas. Potencias generadoras de prosperidad ligadas a un territorio concreto veneradas en latín mediante epígrafes que implican la voluntad de dejar constancia de su propio acto cultual y, por supuesto, el reconocimiento de la eficacia de los Lares en el desempeño de su labor protegiendo a los viajeros que recorren las calzadas que unen las principales ciudades del Imperio. Los peligros acechan a lo largo del camino, y aunque el pavimentum permite que los carros avancen a mayor velocidad, pese a las lluvias y al frío, que quienes viajan a pie caminen sin necesidad de hundir sus pies en el fango, es tan sólo el principio del viaje, un viaje que cada uno debe recorrer paso a paso y donde los Lares deben velar por la seguridad del viajero que, por otra parte debe tener en cuenta todos los factores, comenzando por conocer su destino. A lo largo del año, las condiciones de las calzadas y los caminos podían variar, en otoño las jornadas son relativamente largas y el clima lo suficientemente benigno como para permitir dormir a cielo raso. Después del invierno, a comienzos de la primavera las vías terrestres, estaban aún embarradas y se hacía difícil avanzar, hombres, bestias y carros podían hundirse profundamente en el terreno de modo que sólo los más audaces o quienes no tenían alternativa se aventuraban a viajar en esta época del año, es por eso que, sin lugar a dudas, el verano era el mejor periodo para viajar bajo el cuidado de los Lares. Antiguas potencias vinculadas a las tierras de los ancestros, a los límites, a las vías de comunicación y especialmente a los cruces de caminos donde confluyen viajeros, mercancías y noticias anteriores, en muchos lugares, a la llegada de los romanos, no obstante las inscripciones epigráficas suponen una fuente histórica primaria para conocer y comprender este tipo de potencias vinculadas a la propiedad de la tierra, a los caminos, a sus encrucijadas.
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ALGUNAS NOTICIAS DE LA PALOMERA DE ÁVILA1 Jesús Rodríguez Morales
1.- UN HITO DELIMITADOR DE LA TARRACONENSE Y LA LUSITANIA La frontera entre Ávila, ciudad que debía de pertenecer en época altoimperial a la provincia de Lusitania2, y cualquiera que fuera la ciudad, de la Citerior Tarraconensis, que tenía al E, no iba por la línea de cumbres del Sistema Central, sino que llegaba, al parecer hasta el curso medio del Alberche3.
«Hic est Lusitania et non Tarraco» demostrando que allí comiença la provincia de Lusitania y assí da a entender la dicha piedra a donde llega la provincia de Tarragona y do comiença la Lusitania.»
Sin embargo no tenemos seguridad de por dónde iba exactamente. Para averiguarlo disponemos de una noticia, que nos da Fray Alonso Venero, en su Enchiridion de los tiempos, publicado en 15264. Describe un hito, que contenía una inscripción que delimitaba las provincias Lusitania y Tarraconense5: «El fin de esta provincia no estaua punctualmente conocida fasta aquí: porque no avia necesidad. Pero de poco aca se sabe donde sea su cabo, et donde comience otra provincia. Y es que andando una persona de mucha fe et muy curiosa de las antiguedades de España en la palomera de Abila, entre Cebreros et las navas del Marques: hallo una piedra enhiesta con letras en latin escriptas de una parte et de otra. En la una parte dezia. Hic est tarraco et non lusitania. Y de la otra dezia. Hic est lusitania et non tarraco. En lo qual se da a entender adonde llega la provincia tarraconense: et a do comiença la lusitania.» La noticia fue pronto citada por Lluís Ponç d’Icard, en su Libro de las grandezas y cosas memorables de Tarragona, publicado en Lérida en 15736: «Capítulo III DE LA PROVINCIA DE TARRAGONA, Y HASTA DO LLEGAVA ANTIGUAMENTE. Alonso Venero también dize que el fin de esta provincia tarraconense hasta aquí no estava puntualmente conocido, y que de poco acá se sabe donde es el cabo y donde comiença otra provincia. Y assí escrive que andando una persona de mucha fe muy curiosa de las antiguedades de España en la Palomera de Avila, entre [Cabreros y] las Navas del Marqués, halló una piedra hiniesta con letras en latín escrita de una parte y de otra y en la una parte dezía: «Hic est Tarraco et non Lusitania» dando a entender que hasta allí es la provincia de Tarragona e de la otra parte dezía:
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Ilust. 1: Portadilla del «Enchiridion de los tiempos»
A mediados del XVII Gil González Dávila, (1570-1658), en su obra Teatro de las Iglesias de España e Indias, aporta una novedad: la supuesta existencia de un verraco, cercano a Cebreros, con inscripciones latinas, que delimitaría las provincias Lusitania y Tarraconense. «Otra más importante para las cosas de España, es la memoria que se halla, no lejos de aquestos Toros, en otro Toro, que está cerca de la Villa de Zebreros, a las riberas del Alberche, que conserva una escritura, que declaraba como hasta allí llegaba la España Tarraconense, y desde allí començava la España Lusitania,
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sirviendo este Torillo de termino de estas dos Españas: que dice de una parte: HIC EST TARRACO, NON LUSITANIA, Aquí es Tarragona, no Lusitania. Y de la otra parte: HIC ES LUSITANIA, NON TARRACO. Aquí es Lusitania, no Tarragona.» Como la inscripción es exactamente la misma y no aporta detalles adicionales, da la impresión de que el soporte del toro es una invención. A pesar de ello muchos autores7 han seguido la noticia. 2.- LAS VENTAS DE LA PALOMERA Y MOJAPÁN EN EL CAMINO REAL DE TOLEDO A CASTILLA LA VIEJA 2. 1. La venta de la Palomera ¿En dónde estaba exactamente la Palomera de Ávila, y en qué lugar entre Cebreros y las Navas del Marqués se podía ubicar la inscripción? En la carta 47 de sus Epístolas familiares 8, de 20 de Diciembre de 1521, Fray Antonio de Guevara afirma que la población abulense de Mediana está cerca de la Palomera de Ávila: «En un lugar que se llama Mediana, que está cabe la Palomera de Ávila.» Existe referencia a una (Venta de la) Palomera, nombrada por Villuga9 en su Reportorio de 1541. Estaba en el camino de Toledo a Medina del Campo: «Ay de Toledo a Medina del campo xxxiiii (leguas)… A cebreros i y media A la palomera ii y media A la venta de san bartolome i A la venta de mojapan media A mediana ii...» El mismo itinerario se repite en el camino de Toledo a Valladolid, pero la Venta de San Bartolomé se llama aquí Venta de la Dehesilla: «Ay de Toledo a Valladolid camino de los cauallos xxxix (leguas) a cebreros i y media a la venta la palomera ii ym. a la venta dela dehesilla i a la venta de moja pan media a mediana ii...» En la Almoneda general de las más curiosas recopilaciones de los Reynos de España, publicada en París, en 1612, por Ambrosio de Salazar10, estas mismas ventas aparecen en cuatro caminos: el de Medina del Campo a Toledo, el de Sevilla a León, el de Santiago para Alicante y el de Valladolid para Toledo, pero la venta de Mojapán se llama ahora venta del Marqués. Vamos a ver los cuatro caminos en un cuadro para comparar las distancias:
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«Medina del campo para Toledo: 36 leguas: ...Mediana La venta del marques: dos leguas La venta S. Bartholome: media La venta de la palomera: una Zebreros: dos y media...11»
«Sevilla para Leon, 133 leguas: (al revés) ...Mediana La venta del marques: dos La venta S. Bartholome: una La venta la palomera: una Zebreros, una y media . ...12»
Santiago para Alicante, 178 leguas: ... Mediana La venta del Marques: una La venta de Sant Bartholome: una La venta de la Palomera: una Zebreros dos leguas y media13
Valladolid para Toledo 39 leguas ...Mediana La venta del marques una legua La venta de la dehesilla media La venta de la palomera una Zebreros dos y me dia14
• Como de Mediana a la Venta del Marqués había una o dos leguas, vamos a inclinarnos por dos, puesto que el Villuga da esta misma distancia hasta la Venta de Mojapán en los dos caminos. • De la venta del Marqués a la de San Bartolomé o la Dehesilla hay media o una legua. Nos inclinaremos por media por ser esa la distancia que da el Villuga desde la Venta de Mojapán. • De la Venta de San Bartolomé a la de la Palomera hay una legua. • Por fin, de la Venta de la Palomera a Cebreros tomaremos dos leguas y media que es la versión mayoritaria. Además en la Almoneda General tenemos un camino de Toledo a Ávila, que desde la Venta de la Palomera va por San Bartolomé y el Herradón y sube seguramente por el Puerto de las Pilas. Toledo para Avila 21 leguas ... Zebreros La venta de la palomera San Bartholome una y media El herradon media Avila tres y media.15 La venta de la Palomera se habría construido después de 1520, como demuestra la carta que emitió Carlos I16, el 20 de marzo de 1518, a petición de los procuradores abulenses en Cortes, con sobrecarta de una carta que se dio -por Fernando el Católico, a nombre de la reina, fechada en Valladolid, el 12 de mayo de 1509 –inserta en el documento- por la cual dio: «liçençia a la Çibdad de Avila para faser vna Venta en la Palomera de Avila con franqueza de alcabala de los mantenimientos que se vendieren por menudo a los caminantes e que fagan la Venta dentro de viij meses, pero si en tal plazo no está, no se le guardará la franquicia; podrían hacerla donde les pareciera mejor entre
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Cebreros e San Bartolomé e Mediana, donde todos los años perecían personas por las nieves y fríos al no poder guarecerse.»
un lomo costil y a una bota de vino de Robledo de Chavela, y alli me graduó de licenciado delante de los venteros, y de dos recueros, y tocaron la campana, que tienen en la chiminea para llamar con ella á los descarriados en tiempo de nieve22.» La Palomera de Ávila era paradigmática por el frío que allí se pasaba en invierno, puesto que Covarrubias23, en 1611, da la siguiente definición de Palomera (fol. 131 r.): «PALOMERA: lugar despoblado raso, donde todos los vientos que corren le combaten, como la Palomera de Avila. Quieren decir estar corrompido el vocablo de Paramera, y averse dicho de paramo, que es lugar despoblado, quasi par heremo.» En páramo (fol. 133 v.) dice:
Ilust. 2: El puerto de Cebreros (o de Arrebatacapas), la Palomera y la Venta de Maxapan en el Atlas de El Escorial (hacia 155017)
Entre 1519 y 1521 el Concejo de San Bartolomé de Pinares pleiteó contra el Concejo de Ávila para que no edificara una venta en su término municipal, en el lugar que llamaban la Palomera. La ciudad de Ávila tenía carta de privilegio —seguramente aquella a la que nos referimos anteriormente— para poderlo hacer «por los peligros que corren los caminantes en el viaje entre Avila y Cebreros18» y la licencia para edificarla se le dio a Pedro del Águila, vecino de Avila19.» La venta de la Palomera, situada en término de San Bartolomé, debió de quedar destruida al poco de construirse, puesto que el 14 de abril de 1527, Pedro del Águila —el adjudicatario— y el concejo, justicia y regimiento de la ciudad de Ávila, junto con Pedro García y consortes, regidores de San Bartolomé de Pinares, acudían a la Real Chancillería de Valladolid pleiteando sobre «el derribo de la venta llamada de La Palomera y la fuente que la surtía y construcción de una nueva venta20.» En 1589 fray Juan de Pineda cita la Venta de la Palomera en su Agricultura Cristiana. Por él nos enteramos de que la venta tenía una campana21, para llamar a los extraviados del camino, en caso de fuertes nevadas: «Yo cursé, [dice Philótimo] primero bien en Teologia, y oponiendome á beneficios, nunca me dieron alguno, y moria de hambre, y por remediarme cursé otros tres años en Medicina hasta graduarme de bachiller, y por no tener caudal para la costa del licenciamiento, quiso Dios que topé con un conde Palatino, tan hambriento como yo, en la venta de la Palomera, y convidele á
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«PARAMO: Campo desierto, raso, y descubierto a todos los vientos. Dixose asi quasi par heremo, porque en aquel contorno a causa de la inclemencia del Cielo no ay habitacion ninguna.» Ya Fray Juan de Padilla, el Cartuxano, a principios del s. XVI, en «Los doce triumphos de los doce apóstoles 24», había utilizado la Palomera de Ávila para ejemplificar un camino difícil, por la nieve, el viento y el frío: «Yo caminaba con tal agonia, bien como hace de noche en invierno el traginer, que la cuesta del cuerno pasa nevando sin senda ni via. Esfuerza, me dixo mi célica Guia: aqui no pasamos las ondas marinas, ni vemos que solo sin senda caminas la Palomera de Avila fria, heriendo la brisa las sierras vecinas.» 2. 2. La venta de Mojapán Éste de Mojapan o Majapán es un topónimo que se repite en la Sierra de Guadarrama aplicado a un puerto y que debe de venir del árabe *Manzil al-Pan, «posada del pan». En 1525 el ayuntamiento de El Herradón, de la tierra de Avila, que pedía al Consejo Real licencia que «para repartir cierta cantidad de dinero para poder acabar de construir la Venta de Mojapán25.» En 1533, de nuevo, el lugar de Herradón pedía al Consejo Real información sobre «edificar una venta en el camino real del puerto de la Palomera de Avila26.» No sabemos si se trata de nuevo, de la venta de Mojapán. Acerca de ella, Gregorio de Andrés27 cita una anécdota que toma del teólogo de la segunda mitad del s. XVI Fray Luís de Estrada28:
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«En la Paramera de Ávila hizo el Marqués de las Navas junto a una venta llamada de Mojapán, una venta muy solemne con su escudo en la fachada principal y un letrero de letras doradas en latín, que traducido al romance decía ‘Don Pedro y Doña María a gloria de nuestro Señor para remedio de los caminantes edificaron esta venta’. Preguntó un caminante qué ponía en el letrero ya que no sabía él latín, Una vez que se lo tradujeron sacó un carboncillo y escribió: Esta venta hizo el Marqués Diz que para pasajeros Yo digo que por dineros. Luego se comenzó a murmurar por toda la región que para qué se había hecho aquella venta nueva con armas doradas cuando a un tiro de piedra estaba la venta vieja de Mojapán. A pesar de que esta venta parecía una pocilga en comparación con la hecha por el Marqués que más parecía la casa de un señor...» 2.3. Ubicación de las ventas De todo esto se deduce que las ventas del Camino Real de Toledo a Valladolid, en la zona de Cebreros a Mediana, se construyeron a principios del s. XVI, y que se situaban: dos, las llamadas de la Palomera y la de San Bartolomé o la Dehesilla, en término de San Bartolomé, otra, la de Mojapán, en término de El Herradón. ¿En dónde exactamente? Para la Venta de la Paramera tenemos un lugar situado en el km 1 de la carretera AV-P-307, que va del empalme de San Bartolomé a la estación de La Cañada. En las coordenadas UTM, X 381274, Y 4487427 hay una construcción, situada junto al Arroyo de la Venta, y una fuente, al pie del camino antiguo, que cruza allí la carretera. Está en término de San Bartolomé de Pinares. La Venta de San Bartolomé ha de ser la misma Venta de la Dehesilla del Camino de Toledo a Valladolid. Al N de la Dehesa Boyal de San Bartolomé está, al pie de la carretera, el Cerrillo de la Venta, en UTM, X 373345, Y 4492520. En la valla de la finca se ven sillares bien cortados. En cuanto a las ventas de Mojapán y del Marqués, afirma Gregorio de Andrés que en las proximidades de estación de La Cañada, junto a la vía del tren, él mismo encontró el lugar en el que habían estado29: «Decidimos hacer exploraciones personalmente hacia el kilómetro 103 de la vía Madrid-Ávila. Cuando, casi de repente, en un rincón próximo a la trinchera del ferrocarril topamos con la venta vieja bien conservada a pesar del paso del tiempo. Entonces pensamos que al otro lado de la vía tenía que estar la venta nueva. Como efectivamente así fue. Una gran edificación de la que sólo quedaban las paredes, a unos 100 m de
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la vieja, separadas por el terraplén de la vía, de unos cinco metros de altura. La venta nueva es grande con muchas dependencias, bien que la vieja se conserva en mejor estado. Es muy probable que la construcción de la trinchera del ferrocarril, aledaña a las ventas, en el siglo pasado, haya sido el causante, al aprovecharse sus materiales, de la ruina de la magnífica venta del señor de las Navas del Marqués, que la mandó labrar hacia la mitad del siglo XVI.» En el km 103 de la vía Madrid-Ávila está el apeadero de Navalgrande, y no se encuentra ninguna trinchera ni terraplén apreciable, pero 3 km antes, en el km 100, entre dos túneles y en el lado N de un terraplén de 5 m de altura30, bajo el que pasa la cabecera del Arroyo de la Gaznata, sí que se encuentran las ruinas de la posible Venta de Mojapán. En el otro lado ya no hay nada, puesto que la gran riada del 1 de septiembre de 1999 —que casi destruyó el pueblo de Herradón— se embalsó precisamente en este terraplén de la vía, que actuó como una presa de tierra, hasta que, no pudiendo aguantar la cantidad de agua acumulada, se desmoronó, llevándose por delante todos los restos que había aguas abajo, y con ellos los de la venta del Marqués. En las proximidades tenemos el topónimo: La Ventilla, que daba nombre al puerto de la Ventilla, hoy llamado de Valdelavia. En esta zona se cruzaban el camino que iba de Navalperal a Ávila, que aparece en el Villuga, como parte del camino de Valencia a Salamanca, y el camino de Cebreros a Mediana, parte del de Toledo a Valladolid y Medina del Campo. 3. LOS CAMINOS DE LA PALOMERA DE ÁVILA La llamada Palomera de Ávila, desde Cebreros a Mediana, debido a su planitud y a ser uno de los pasos más bajos del Sistema Central, justo en el entronque de la Sierra de Guadarrama con la de Gredos, tiene una alta concentración de caminos, muchos de ellos desconocidos. Al contrario de la Sierra de Guadarrama, en la que los puertos —Somosierra, Fuenfría— son largos y el paso al otro lado rápido, en la Palomera los verdaderos puertos —como el de Cebreros— Arrebatacapas, el de San Bartolomé o el de las Pilas- son cortos, pero la travesía por el páramo es larga y penosa en invierno. El cambio de vertiente -de la del Tajo (Alberche), a la del Duero (Adaja- Voltoya)- se hace por el Puerto de la Ventilla- Valdelavia, a 1.442 m de altura o por el Puerto de las Pilas, tan solo a 1.314 m. El paramo del E de Ávila era atravesado por caminos que llevaban dos direcciones principales: − N- S : de Toledo a Castilla la Vieja. − E- O : de Levante y Madrid a Ávila.
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3. 1. CAMINO N- S. EL CAMINO REAL DE TOLEDO A CASTILLA LA VIEJA (DE CEBREROS A MEDIANA) El camino sale de Cebreros en dirección NO, por donde sube la carretera actual del Puerto de Arrebatacapas, con el que se cruza varias veces. El camino está bien conservado: el empedrado, que se aprecia bastante bien, dispone de encintado central con piedras más gruesas y se apoya en fuertes muros de contención de mampostería, sujetando el camino.
Ilust. 3: Restos del Camino Real en el Puerto de Arrebatacapas
Aunque el camino es muy antiguo y está atestiguado ya en el s. XIV31, los restos actuales deben de ser como muy pronto del s. XVI, puesto que se conserva un documento de este momento en el que los vecinos de Cebreros piden ayuda para reconstruir la calzada del puerto, que había sido totalmente destruida por el agua del deshielo32. El aspecto del camino es coincidente con esta datación. Una vez arriba del puerto el camino sigue, coincidente en algunos tramos con la Cañada Real Segoviana y en otros con la carretera actual de Toledo a Ávila. Casi todo él está señalado con altos hitos de granito, que deben de ser del s. XVI, puesto que Felipe II promulgó en 1586 una ley específica sobre señalización con mojones o hitos en las zonas de montaña: «den orden como se pongan pilares en los puertos para señalar los caminos, por los peligros que en tiempos de nieves incurren los que caminan por ellos, por no estar señalados33.»
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Ilust. 4: Hitos de piedra al pie del Camino Real
A un Km vuelve a cruzar la carretera y enfila un pequeño colladillo en el que está tallada la caja del camino en los afloramientos de micacitas. Un poco al N sale a la izquierda el camino que baja a San Bartolomé de Pinares. En esta zona quedan restos visibles de los bordillos y la piedra mediana de la capa de composición del camino. La anchura es de cuatro metros. Más al N el camino está modernizado porque se emplea para ir de La Cañada a San Bartolomé, pero se advierten las obras antiguas: hoyos de extracción de áridos, caja y cunetas excavadas en roca, etc. Una vez pasado el Cerrillo de la Venta, en donde estaría la Venta de San Bartolomé, el camino está marcado
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como Antiguo Camino Real en la 1ª edición del MTN 533, Las Navas del Marqués. Pasaría por La Cañada y de allí, un ramal, que va hacia el NE rodearía la barranca de la cabecera del Gaznata, hasta llegar al cruce con el camino que viene de Navalperal a Ávila. El lugar de la encrucijada, en el que nace el Gaznata, se llama en los documentos de finales del s. XV que citamos a continuación, Fuente del Quadro —hoy del Cuadrón—. El latín quădrŭvium —del que podría venir el topónimo— procede de quattuor + via y significa «cruce de caminos», que es precisamente lo que es el lugar de la Fuente del Cuadrón. Ilustr. 5: El Camino Real, levantado y provisto de bordillo, cerca del puerto de San Bartolomé
En el fondo del barranco, al SO de la fuente, protegida de los vientos más fríos, estaría la Venta de Mojapán, a la que el camino accedería siguiendo recto hacia el N. En varios documentos del año 1490, que recogen los amojonamientos realizados entre el Herradón y San Bartolomé, con las Navas del Marqués, Navalperal y algunas dehesas, aparecen varias referencias a este camino y algunos otros: «Et los dichos deslindadores dixeron quel primero mojón de Los Verçeales con Las Navas de Galinsancho es ençima de la Fuente del Quadro, junto con el camino que viene de Navalperal a Avila; e dende se aparta el camino que viene de Zebreros a Mediana, donde hallaron una cruz antigua en una piedra naçediza entramos caminos...34»
Ilust. 6: Zona del Puerto de San Bartolomé en la que aparecen representados los caminos antiguos Ilust. 7: La caja excavada, la cuneta y restos del bordillo del Camino Real
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«...junto con el carril que va a Mediana, el qual carril parte el término de Valvellido con el alixar de Las Navezuelas hasta llegar al prado del Quadro, dondestá en el dicho prado una piedra hiteña con una cruz antigua; e desde la dicha cruz e piedra fueron mostrando los dichos deslindadores como se partía el término de Las Navezuelas con El Ferradón»35. Desde el cruce junto a la Fuente del Cuadrón el carril de Mediana se dirige hacia el NO, ya con el nombre de Cañada de los Maragatos36, por los arrieros leoneses que se dedicaban al transporte de mercancías. Antes de llegar a Mediana varios topónimos aluden a elementos del camino. Es el caso de Los Padrones: «Padrón, Se llama asimismo la colúna de piedra, con una lapida o inscripción de alguna cosa que conviene sea perpetua y pública37», o la Ermita del Cristo de la Calzada, situada al pie del camino, ya junto al casco antiguo de Mediana.
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Éste conserva, al poco de salir de El Hoyo, un puente medieval, tenido por románico, que se encuentra debajo del embalse del Becedas. El camino del Hoyo, que va en su primera parte por la orilla derecha del Arroyo de las Peñas, tiene unos 4 m de ancho, bordillos de piedra y pavimento de cantos cuarcíticos, con tres alcantarillas hechas con gruesas lajas de granito apoyadas sobre paredes de mampostería.
Ilust. 8: Zona al N de La Cañada, en la que aparecen representados los caminos antiguos
Por su trazado y características constructivas, los restos identificados podrían ser el camino romano de Toledo a Simancas. Ilust. 10: Los dos puentes, de factura muy similar, en el mismo camino. Arriba, sobre el Río Becedas, junto al Hoyo de Pinares, y abajo, sobre el Río Chico o Sequillo, muy cerca de Ávila.
3. 2. 2. El puerto de San Bartolomé y el Puerto de las Pilas La bajada a San Bartolomé y al valle del Gaznata se efectúa por un corto puerto, bien trazado, pero cuya última parte tiene fuertes pendientes, aunque conserva grandes bordillos de contención y enlosado cubierto de tierra, que hacen la bajada segura. Tras atravesar San Bartolomé de Pinares el camino va hacia El Herradón y atraviesa el río Gaznata por un puente de piedra medieval, de un solo ojo. Siguiendo la dirección S- N, por la orilla derecha del Gaznata, pasa por la ermita de la Virgen de la Antigua y comienza la ascensión al Puerto de las Pilas, por una carretera de poca pendiente, que va dando lazadas y en la que se encuentran varias alcantarillas, similares a las del Camino del Hoyo. Ilust. 9: Caminos antiguos de la Palomera de Ávila
3. 2. CAMINOS E- O. LOS CAMINOS DE NAVALPERAL, DE EL ESCORIAL, DE MADRID Y DEL HOYO DE PINARES A ÁVILA. 3. 2. 1. El camino del Hoyo Al boquete del llamado Puerto de San Bartolomé llegan hasta cuatro caminos diferentes. De ellos el que tiene más restos de infraestructura es el del Hoyo de Pinares.
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El camino tiene numerosos restos de infraestructura, con muros de contención, en algún caso dobles, bordillos de piedra y enlosado cubierto de tierra. El topónimo de la zona por la que sube, que se llama El Molón, podría indicar la presencia de un miliario, puesto que molón es el rodillo de piedra que se utiliza en las eras. Al subir al páramo el camino gira a la izquierda y una vez atravesada Tornadizos, cruza al lado izquierdo de
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antigua en el mismo camino, «por las inmediaciones de Santo Tomás y la Ermita de Nuestra Señora de las Aguas» y «un puente en el paso del Río Sequillo», en el camino de Tornadizos, que corresponderían a la calzada y puente de los que hemos hablado. Es muy posible que, por los puentes que conserva, este camino, tenga que ver con la repoblación abulense de la zona de Hoyo de Pinares.
Ilust. 11: Dos aspectos del camino de Hoyo y el de una alcantarilla.
la carretera actual y llega al río Chico o Sequillo, que atraviesa por un puente medieval. El topónimo Sequillo, Seco o Seca, del árabe As-Sikka, «el camino», podría indicar la calzada antigua.Ballesteros38, citando a Blázquez39, cita restos de calzada Ilust. 12: Aspecto del Puerto de las Pilas, hacia el NO
Ilust. 13: La bajada del Puerto de San Bartolomé
4. LOS LÍMITES ORIENTALES DE LA CIUDAD DE ÁVILA EN LA EDAD MEDIA En el sector de la Transierra del Alberche, y durante los últimos años del s. XII y principios del XIII, los límites medievales de Ávila cambiaron varias veces. Primero crecieron hacia el E con Alfonso VIII, el rey niño, que fue defendido de sus enemigos en su minoría por la ciudad de Ávila, recibiendo por ello el título honorífico de «Ávila del Rey» o «Ávila de los Leales». El 7 de febrero de 1172, cuando sólo tenía 17 años, y estando en Toledo, Alfonso VIII confirmó al Concejo de Segovia el privilegio de deslinde con Ávila, concedido por Alfonso VII40. La línea divisoria, vendría desde el Río Voltoya, aproximadamente por el límite oriental actual de Navalperal de Pinares. Luego sería el Río Becedas el que serviría de división entre Ávila y Segovia, llegando hasta la confluencia del Río Sotillo. El Quintanar quedaría
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igualmente dentro de esta área de Segovia. Pasaría por el Hoyo de Pinares y por las Sorores, para cruzar el Alberche, junto al puente de la Nueva, siendo el cerro Almoclón el último mojón. El 21 de abril de 1181, el rey Alfonso VIII volvió a confirmar los términos del concejo de Ávila, ampliándolos aún más hacia el E41. El límite iba desde la Fuente del Descargadero, por el arroyo de Valtravieso, la Cabeza de Almenara, hasta la desembocadura del Perales
La línea de términos iba desde el punto de separación de las diócesis de Segovia y Ávila, al N de la Cañada, y por la divisoria de aguas entre el Gaznata y el Alberche, hasta la Porta de Pico —el Puerto de Casillas— en la divisoria de aguas entre el Tiétar y el Alberche. La línea va casi recta, de N a S, dejando en la diócesis de Ávila y en territorio de El Barraco, no sólo su término municipal actual, que va desde la Albergaria Muni Mathei —Venta de Muño Mateo: la Ventilla al NO de su término— hasta la Porta de Pico —el Puerto de Ilust. 14: Los límites sudorientales de Ávila, según los documentos de 1225, 1172 y 1182
en el Alberche, y de allí, por el Espinazo del Can y la Cabeza de Buena, a Cadalso y la Cabeza del Pedroso. Por el Arroyo Fresnedoso bajaba al Alberche, y por el río abajo, hasta la altura del arroyo de la Salina, para subir por él hasta la carrera de Ávila y hasta la Cabeza Pedregosa. El 13 de mayo de 1212 el papa Inocencio III solicitó al abad de Sahagún que interviniera como árbitro en el conflicto que, sobre límites de la diócesis, existía entre el Obispo de Ávila y el Arzobispo de Toledo42. Le pedía que delimitara claramente qué montes delimitaban la diócesis toledana de la de otros obispos, puesto que el obispo de Ávila se quejaba de que su territorio de la Transierra era ocupado contra la justicia por algunas iglesias. La sentencia arbitral tiene fecha de 4 de septiembre de 122543. En ella se daba la razón al obispo de Ávila y se separaba claramente la diócesis abulense —al O— , a la que correspondía la iglesia de El Barraco, de la diócesis toledana, a la que correspondían las del Puente de Alberche, El Tiemblo, Tórtoles y del monasterio de Burgohondo.
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Casillas al SE—, sino también los actuales términos de Santa Cruz de Pinares, El Herradón y San Bartolomé de Pinares, con todo el valle del Gaznata. Los términos de la sentencia arbitral, que debía de continuar límites antiguos, reducían el territorio del obispado de Ávila por el E. La línea recta que sigue, en su prolongación hacia el S, separaba en época medieval los límites occidentales de la diócesis toledana44 de los de la vicaría talaverana y llegaba, por San Martín de Pusa, Los Navalmorales y Los Navalucillos45, al arroyo Estenilla46, y por el río Estena hasta el Guadiana. Un límite recto, claro y racional para la provincia lusitana, si es que los límites occidentales de la diócesis coincidían con los términos de época romana. Ahora bien, hay otra serie de topónimos, claramente limitáneos que no siguen esta línea. Entre ellos están: • El río Cofio, afluente por la izquierda del Alberche, que sigue dirección N-S, cuyo étimo sería el latín Co(n)fin(i)um, «límite», ya atestiguado en el N de España47. El Cofio nace como arroyo de Valtravieso en la Fuente del Descargadero, y marca el límite N de la mojonera.
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• Los topónimos Alto y Cerro Cartagena48, situados uno al N de Las Navas del Marqués y otro al N de Santa María de la Alameda, en lo más alto de la Sierra de Malagón y justo en el límite de las actuales provincias de Avila y Segovia49.
los tiempos, obra que alcanzó aprecio y popularidad y de otras obras históricas y literarias, entre ellas una Historia de la insigne ciudad de Burgos... una Vida de Santa Casilda, y una Vida del confesor San Lesmes57.»
• Los topónimos Almojoncillo, Almojón y Almoclón. Los tres, al conservar el artículo árabe –al, tienen el aspecto antiguo de haber sido utilizados en época islámica por árabes o mozárabes. — Almojoncillo es el nombre de la Machota Alta en el Libro de la Montería, a mediados del s. XIV50. El topónimo Machota deriva muy probablemente del latín metula alta51, ‘mojón alto’. — Almojón, que aparece ya con este nombre en el s. XIV, también en la obra de Alfonso XI52, es de indudable origen mozárabe, híbrido del artículo árabe al- y del castellano mojón, del bajo latín mutulo, -onis. — Almoclón es un topónimo muy significativo, puesto que al artículo árabe une una forma mozárabe del latín mutulonem, ‘mojón’. Hay otro Almoclón en el límite S de Ávila53 y un Almugrón, del mismo origen, separa en Albacete los reinos de Valencia y Castilla desde época medieval54.
Ilust. 15: Probable límite oriental del territorium avilensis y de la Lusitania en época altoimperial y posible ampliación hacia el E ¿en época dioclecianea?
• Los Toros de Guisando, que han sido tomados, desde antiguo, por monumento liminar de la provincia Lusitania. • La Piedra Escrita de Cenicientos, aunque queda un poco al S. de la línea más probable que marcamos en el mapa. Todos ellos dibujan una línea oblicua NE-SO, que parece indicar una ampliación del territorio de Ávila hacia el SO. Los límites medievales de Ávila parecen ser —al menos por el S— idénticos a los de época romana, puesto que el término augustal de Ávila recientemente encontrado en Jarandilla de la Vera (Cáceres) está situado en el mismo lugar en el que el documento medieval que limita el concejo de Ávila pone un mojón55. 5. DE NUEVO EL HITO DELIMITADOR DE LA TARRACONENSE Y LA LUSITANIA ¿Quién era y qué credibilidad tiene el autor de la noticia, Fray Alonso Venero? Sabemos poco de él56: «Escasas son las noticias biográficas que tenemos sobre fray Alonso de Venero. Nació en Burgos á 12 de Febrero de 1488. Estudió las primeras letras en el convento de dominicos de dicha ciudad, en él ingresó siendo aún muy joven, y en él profesó en 1503. A lo que parece, no salió del convento de San Pablo de dicha ciudad, pues falleció en 24 de Junio de 1545, donde fue sepultado.» «Fue autor del Enchiridion de
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En su convento de San Pablo de Burgos convivió con grandes intelectuales, como Juan de Heredia, Gregorio Pardo, Antonio de Logroño, Pedro de Covarrubias y Francisco y Diego de Vitoria. Nos sería de mucho interés saber quien fue la «persona de mucha fe et muy curiosa de las antiguedades de España», quien «de poco acá», viajaba por la «palomera de Abila, entre Cebreros et las navas del Marques.» Es decir, la fuente de la noticia de la existencia de la inscripción. Un posible candidato para la persona de «mucha fe», de mucha confianza, y «muy curiosa de las antigüedades de España» podría ser Antonio de Nebrija, puesto que, en 1499 editó, en la propia ciudad de Burgos, la Muestra de la Istoria de las Antiguedades de España, dedicada a Isabel la Católica, obra que desgraciadamente no llegó a publicar por completo, puesto que, según su propio testimonio, le faltaban los capítulos quinto, sexto y séptimo, los que se referían a la Bética, la Lusitania y la Tarraconense58. Sin embargo recopiló
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varias inscripciones, a las que se refiere en sus obras, y publicó una Repetición sexta sobre las medidas, en la que investiga el valor métrico de la milla romana y describe varias inscripciones de la Vía de la Plata que recorrió de Mérida a Salamanca para reconocerla. Asimismo es el primer autor que transcribió las inscripciones del Puente de Alcántara. Cronológicamente es posible también.
ESTRABÓN, GEOGRAFÍA, 3, 5, 5 «καὶ ἐπὶ τῷ ἰσθμῷ τῷ Κορινθιακῷ μνημονεύεται στήλη
La inscripción es rechazada como falsa por Hübner en la primera edición del C.I.L. II (*279) 59, aduciendo que el que la simulara conocía las inscripciones de Atenas (hoy IG II² 5185), que están colocadas en el arquitrabe, a ambos lados del Arco de Adriano60: • En el lado NO: ΑΙΔ' ΕIΣΙΝ ΑΘΗΝΑΙ ΘΗΣΕΩΣ Η ΠΡΙΝ ΠΟΛΙΣ: «Esta es Atenas, la antigua ciudad de Teseo.» • En el lado SE: ΑΙΔ' ΕIΣΙΝ ΑΔΡΙΑΝΟΥ ΚΟΥΧI ΘΗΣΕΩΣ ΠΟΛΙΣ: «Esta es la ciudad de Adriano y no la de Teseo.»
«In ipso quoquem Corinthiaco Isthmo: columnam quandam locata fuisse: memoriae proditum est. Quam Iones dum atticum: et Megarenses occupasset agrum constituere conmuniter. Simul et qui erctis illis e Peloponneso: Peloponnesum in partem redegerunt. E parte quae Megara spectat: hoc inscribentes pacto: Hac non quidem Peloponnesus est: verum Ionia. Ex altera aut parte: Hac Peloponnesus: non Ionia est 63.»
Esto es muy difícil, puesto que no hay tradición literaria para ellas. Sólo aparecen —aunque no con el texto original— en un escolio al texto del Panathenaicos de Arístides —obra que en esa época no había llegado a España— 61. Ni siquiera Hernán Núñez de Toledo y Guzmán, el Comendador Griego, que acompañó a Nebrija en algunas de sus excursiones epigráficas, podía conocer el texto, que tendría que haber visto en Atenas, en donde nunca estuvo. Sin embargo, el epígrafe se aproxima bastante a un texto de Estrabón, que se refiere a una inscripción colocada por el legendario Teseo en el Istmo de Corinto, y en su época ya desaparecida62. El original griego del geógrafo de Amasia no se conocía en España a principios del s. XVI, pero ya circulaba la traducción latina de Guarino Veronense y Gregorio Tifernate. Si el epígrafe fuera apócrifo, el lugar del que se podría haber copiado sería éste.
τις ἱδρυμένη πρότερον, ἣν ἔστησαν κοινῇ οἱ τὴν Ἀττικὴν σὺν τῇ Μεγαρίδι κατασχόντες Ἴωνες, ἐξελαθέντες ἐκ τῆς Πελοποννήσου, καὶ οἱ κατασχόντες τὴν Πελοπόννησον, ἐπιγράψαντες ἐπὶ μὲν τοῦ πρὸς τῇ Μεγαρίδι μέρους,τάδ’ οὐχὶ Πελοπόννησος ἀλλ’ Ἰωνία, ἐκ δὲ θατέρου, τάδ’ ἐστὶ Πελοπόννησος οὐκ Ἰωνία.»
«Y sobre el itsmo de Corinto se recuerda una columna que se alzaba antes, que erigieron en común los jonios que ocupaban el Ática junto con la Megáride, después de haber sido expulsados del Peloponeso, y los que ocuparon el Peloponeso inscribieron sobre la parte que da a la Megáride: Esto no es el Peloponeso sino Jonia Y del otro lado Esto es el Peloponeso y no Jonia.» ESTRABÓN, GEOGRAFÍA, 9, 1, 6 οἵ τε Πελοπον νήσιοι καὶ Ἴωνες͵ ἐν οἷς ἦν καὶ ἡ Κρομμυωνία͵ συνέ βησαν καὶ στήλην ἔστησαν ἐπὶ τοῦ συνομολογηθέντος τόπου περὶ αὐτὸν τὸν Ἰσθμόν͵ ἐπιγραφὴν ἔχουσαν ἐπὶ μὲν τοῦ πρὸς τὴν Πελοπόννησον μέρους τάδ΄ ἐστὶ Πελοπόννησος οὐκ Ἰωνία͵ ἐπὶ δὲ τοῦ πρὸς Μέγαρα τάδ΄ οὐχὶ Πελοπόννησος ὰλλ΄ Ἰωνία.
«Cumque de finibus Peloponnenses et Iones saepissime disceptarent: in quibus et Crommyonia continebatur item se pepigerunt: ut columnam sisterent in eo ubi professi convenerant loco: qui circa Isthmum est. In qua hic inerat titulus: in parte Peloponnesum spectante. Haec Peloponnesus at non Ionia. In parte vero Megara spectante: haec non Peloponnesus est sed Ionia64.» «Además los Peloponesios y los Jonios diputaban muy a menudo acerca de sus límites, en los cuales también estaba situada Cromiona. Llegaron a un acuerdo para erigir una estela en un lugar convenido, cerca del Itsmo. En ella había una inscripción. En la parte que miraba al Peloponeso: Esto es el Peloponeso y no Jonia. En cuanto a la parte que miraba a Megara: Esto no es el Peloponeso, sino Jonia.»
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El epígrafe de la Palomera a lo único que se parecería bastante es a la primera línea de la versión latina de Estrabón, Geografía, 9, 1, 6: Haec Peloponnesus at non Ionia. 6. CONCLUSIONES Con este posible epígrafe de la Palomera de Ávila, citado por primera vez por Fray Alonso de Venero, pasa una cosa curiosa: muchos de los autores que lo citan creen en su veracidad, pero incluso los muchos que lo creen falso parecen pensar que «se non è vero, è ben trovato». Charo Hernando, por ejemplo, que dedica en sus tesis páginas muy atinadas a la resolución del problema de la determinación de los límites orientales de la Lusitania afirma65: «Recuerda el autor (R. C. Knapp), que la tradición renacentista sitúa en el área del Cofio la existencia de un zoomorfo que portaba en los lomos las siguientes inscripciones: Hic est Tarraco et non Lusitania e Hic est Lusitania et non Tarraco. No existen dudas de que tal pieza debe considerarse falsa, por lo que no puede presentarse como argumento válido, pero el simple hecho de que se sitúe en esta área es extremadamente elocuente.» Otros, como Alicia Canto, toman el verraco por verdadero y la inscripción por falsa66: «Siguiendo más o menos hacia el N. el cauce del río Cofio (un antiguo confinium) se cita en esta zona, entre Cebreros y Las Navas del Marqués, otro curioso verraco, quizá antiguo, sobre el que se inscribió un epígrafe limital, posiblemente moderno (Knapp 1992, 7 y 307; Hernando 1995, 89 con n. 54). (...) Aun dando las inscripciones por modernas (el zoomorfo bien pudo ser antiguo), son perfectamente lícitas a los efectos de suponer el recuerdo en esta zona de la vieja frontera, como hacen Knapp y Hernando Sobrino.» Quizás la postura más atinada, desde mi punto de vista, sea la de Luciano Pérez Vilatela67: «Nosotros creemos que debió existir, pues estamos acostumbrados a que las inscripciones falsas beneficien a una presunta sede episcopal o ciudad famosa. En nada beneficiaba a nadie, en ninguna circunstancia histórica, una inscripción de este tipo, que remitía además aun estado de cosas «Tarraconense», ya irrecuperable desde la Edad Media con sus cinco reinos cristianos y menos aún a época posteriores. Su falta de localismo le da un aire de autenticidad.»
Sí, varias, aunque ello no asegura totalmente su veracidad. 1. La fecha muy temprana – primera mitad del s. XVI-, en un momento en que se conocía poco a los autores antiguos, que hubieran dado testimonio de epígrafes similares. 2. El contacto del autor con intelectuales y humanistas de la época. 3. La coincidencia del lugar del posible hallazgo con una mojonera antigua atestiguada a principios del s. XIII. 4. La lógica geográfica de una división que sigue una línea N- S muy clara y va precisamente por el límite natural de la Sierra de Guadarrama con la Sierra de Gredos. 5. La ubicación del hito al borde de una calzada de muy probable origen romano, puesto que si el que halló el epígrafe iba «andando en la Palomera de Ávila», lo más lógico es que lo hiciera por el camino de Cebreros a Mediana. Hay también problemas para admitir la verdad del epígrafe. 1. Uno de ellos es la rareza de la fórmula empleada. Basándonos en un epígrafe liminar recientemente descubierto en las cercanías de Liubliana (Croacia)68, que dice: FINIS// AQVILEIEN/ SIVM// EMONEN/ SIVM nos atrevemos a ofrecer una posible lectura, más acorde con la práctica epigráfica y que sería producto de una autopsia no muy experta de un epígrafe quizás desgastado: Venero A HIC EST LVSITANIA ET NON TARRACO
Venero B HIC EST TARRACO ET NON LVSITANIA
Posible lectura A FINIS LVSITANIA E CVM TARRACO(nense)
Posible lectura B FINIS TARRACO NEN(sis) CVM LVSITANIA
Pero ¿existen razones para dar por auténtico el epígrafe?
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extremo de la Gallaecia y que «cántabros y astures constituyen una parte de la provincia de Gallaecia 74»; otra fuente de la época, la Noticia Dignitatum, dice que Iuliobriga pertenece a Gallaecia 75. El territorio de Gallaecia al parecer llegaba muy al S., porque tanto Hidacio (su contemporáneo) —«Theodosius natione Spanus de provincia Gallaecia civitate Cauca»_ como Zósimo afirman que Teodosio I había nacido en Cauca, en la Gallaecia76. Es posible que en este momento —después del 298 d.C.— Ávila ampliase su territorio por las tierras vettonas del valle medio del Alberche, y con ello los límites de la nueva provincia Lusitania se llevaran más hacia el E. Esto explicaría la presencia de los topónimos Alto y Cerro de Cartagena en la Sierra de Malagón, en donde al N tendríamos la Cartaginense y al S la Lusitania.
Ilust. 16: Un término romano —finis entre Aquileienses y Emonenses—, procedente de Croacia. Nuestro hito podría ser similar.
2. Otro problema es que las inscripciones de límites conservadas en Hispania son siempre de ciudades, nunca de provincias69. Nos quedaría por aclarar la fecha de la segunda mojonera que hemos identificado. Charo Hernando plantea el problema de la disparidad de noticias que nos proporciona Plinio el Viejo sobre los vettones, a los que en N.H., 3, 18-19 se coloca en la Hispania Citerior70 y en N. H. 4, 116, en Lusitania71. No creo que haya ningún problema para suponer que en época altoimperial gran parte de los vettones estuvieran en Lusitania y que otra pequeña parte, los habitantes del Alberche medio, estuvieran en la Tarraconense. Sería el mismo caso de los túrdulos, que vivían en la Lusitania y en la Tarraconense : «Turdulos, qui Lusitaniam et Tarraconensem accolunt 72.« Después del 298 d.C. la nueva división tetrárquica, transformó profundamente los límites provinciales en el centro de España. La Citerior Tarraconense fue dividida en tres nuevas entidades: Gallaecia, Tarraconensis y Carthaginensis. La Gallaecia postetrárquica, por ejemplo, fue ampliada hacia el S y el E73: Un contemporáneo, Orosio afirma que Numancia está en el
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Ilust. 17: Posibles límites en la zona centro de Hispania en época augustea (mayúsculas) y tetráquica (minúscula cursiva). Fondo del mapa tomado de la TABULA IMPERII ROMANI
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NOTAS 1.- Dedicado a mis amigos Joaquín Gómez-Pantoja —que me ayudó a encontrar epígrafes antiguos— y José Antonio Cezón —que provocó el artículo. 2.- Desde Diocleciano a la Gallaecia. 3.- Sobre la frontera entre vetones y carpetanos y su posible continuidad en época romana como límite entre las provincias Lusitania y Tarraconensis hay una amplia bibliografía. Entre ella hay que citar: S. Valiente Cánovas y L. J. Balmaseda Mucharaz, «Hacia una delimitación de la Carpetania en la Edad del Hierro II», Homenaje al Profesor M. Almagro Basch, Madrid, 1983, tomo 1, pp. 135- 142. M. Pilar González-Conde Puente, «Elementos para una delimitación entre vettones y carpetanos en la provincia de Toledo», Lucentum, 5, 1986, pp. 87- 93. A. M. Canto, «La ‘Piedra Escrita’ de Diana, en Cenicientos (Madrid) y la frontera oriental de la Lusitania», Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, 21, 1994, pp. 271- 296. M. Rosario Hernando Sobrino, «La integración del territorio oriental de los vettones en el marco administrativo provincial romano», Historia Antiqua, 19, 1995, pp. 77-93. R. Castelo Ruano y E. Sánchez Moreno, «De verribus vettonum. El verraco de Talavera la Nueva (Toledo) y algunas notas sobre la arqueología de las tierras orientales vetonas», Zephyrus, 48, 1995, pp. 317- 330. E. Sánchez Moreno, Vetones: historia y arqueología de un pueblo prerromano, Madrid, Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid, 2000 (2ª ed.), pp. 172- 177. 4.- Hemos manejado la segunda edición: Alonso Venero, Enchiridion de los tiempos, Burgos, Juan de Junta, 1540, Fol. 79, v. 5.- Está recogido en CIL II, 279*, como falso. 6.- Fol. 13 r. y v. Es traducción de su Libre de las grandesas i cosas memorables de la antiquíssima, insigne i famosa ciutat de Tarragona, compilat per missèr Loís Pons de Ycart, en drets doctor, natural de la mateyxa ciutat, que no fue publicado hasta 1984. «De poch ensà se sab fins ont arriba y té lo cap esta Spanya Citerior de Tarragona y ont comensa la província de Portogal, que anant una persona de molta fe, molt curiosa de antiquitats de Spanya en la Palomera de Àvila entre Cabreros y Las Naves del Marqués, trobà una pedra dreta en lletras latinas scrita de una part y de altre y en la una part diu: «hic est Tarraco et non Lusitania», que vol dir, «assí és Tarragona y no Lusitània», que és Portogal, significant que fins allí és la pro-|13r|víncia de Tarragona; y en l’altra part de dita pedra diu «hic est Lusitania et non Tarraco», so és «assí és Lusitania o Portogal y no Tarragona». Y per esta pedra s’és mostrat ont acaba la província de Tarragona y ont comensa Portogal.» 7.- Como el Padre Flórez, en su España Sagrada, Fray Luis Ariz, en su Historia de las Grandezas de la Ciudad de Ávila (1607), o Martín Carramolino, en la Historia de Ávila su provincia y Obispado (1872). 8.- Fray Antonio de Guevara, Libro primero de las epístolas fa-
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miliares, 1539, http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/06923852199547262977857/p0000007.htm#50 Villuga, Reportorio, itinerario 20.
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10.- A. de Salazar, Almoneda general de las mas curiosas recopilaciones de los Reynos de España, París, Antonio de Breuil, 1612. 11.- Idem, p. 193, 2 12.- Idem, p. 190, 2 13.- Idem, p. 195, 2- 196, 1 14.- Idem, p. 201 1 15.- Idem, p. 201, 1 16.- P. Carpintero García, La vida en Graxos, 1991 http://www.sanjuandelolmo.com/historia7de1500a1550.htm 17.- A. Crespo Sanz, «Un mapa olvidado: el Atlas de El Escorial», Catastro, octubre de 2005, pp. 59- 89 18.- Esto indica que la Venta también estaba en el camino de Ávila. 19.- Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Real Audiencia y Chancillería de Valladolid, ES.47186.ARCHV/1.1.3.10.1//PL CIVILES, FENANDO ALONSO (F), CAJA 1294,2 . 20.- Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Real Audiencia y Chancillería de Valladolid; ES.47186.ARCHV/1.1.7.2//REGISTRO DE EJECUTORIAS,CAJA 401,35 21.- De esta campana debe de venir el nombre de la venta de la Campanilla, situada, según Colmenares, junto al «puerto de la Tablada, entre los puertos de Guadarrama y Fuenfría». D. de Colmenares, Historia de la insigne ciudad de Segovia y compendio de las historias de Castilla, cap. 22, parr. 16 22.- P. Pineda en los Dialogos de la Agricultura Cristiana. Agricultura Christiana, que contiene XXXV diálogos familiares, Salamanca 1589, diálogo I, f. 2 b. Hay ediciones modernas, BAE, tomo CLXIX y Diálogos de la Agricultura, Madrid: Gil Blas, 1919. 23.- S. de Covarrubias Horozco, Tesoro de la lengua castellana o española. Fol. 131 r.Edición integral e ilustrada de Ignacio Arellano y Rafael Zafra. Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/ Vervuert, 2006. Hay edición facsímil digital: http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/80250529545703831976613/ima1002.htm 24.- Cancionero castellano del siglo XV, ed. de R. Foulché-Delbosc, Nueva Biblioteca de Autores Españoles, nº 19, Madrid, Ed. Bailly-Baillère, 1912, Cap. 5, 22, p. 358. 25.- Archivo General de Simanca, Consejo Real de Castilla ES.47161.AGS/1.1.33//CRC,620,10;1525 26 Archivo General de Simancas, Consejo Real de Castilla ES.47161.AGS/1.1.33//CRC,154,2; 1533. Final del formulario 27.- G. de Andrés, «Localización de lugares históricos de la provincia de Madrid y otros hallazgos», Anales del Instituto de Estudios Madrileños, 32, 1993, pp. 36- 38 28.- Citado por J. Rodríguez de Castro, Biblioteca Española Rabínica, I, Madrid, 1791, p. 659. 29.- G. de Andrés, art. cit., p. 38. 30.- En X 373191 ,Y4497013. 31.- Según I. Moreno Núñez, Ávila y su tierra en la Baja Edad Media (siglos XII- XV), Valladolid, Junta de Castilla y León, 1992, pp. 77- 78 nota 5, hay referencias al camino de Ávila a Toledo por Cebreros en en Libro Becerro de la Catedral de Ávila de 1303 (AHN, Códices, nº 484, fol. 34) y en un documento de 1317 (AHN, Clero- Pergaminos, capº 27, nº 1)
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32.- Citado por M.A. Aramburu-Zabala Higuera, Las obras públicas en la Corona de Castilla entre 1575 y 1650: los puentes, Editorial de la Universidad Autónoma de Madrid, 1990. 33.- Novísima recopilación de las leyes de España, 1805, tomo 3, libro VII, título XXXV, ley IV, libro 2º. R: Construcción de pilares en los caminos para que se distingan en tiempo de nieves. 34.- C. Luis López, Documentación medieval del Asocio de la Extinguida Universidad y Tierra de Ávila. I y II (1180-1493), Ávila, Institución Gran Duque de Alba, 1990- 91, pp. 667- 668, documento de 1490. 35.- Idem, p. 675, documento de 1490 36.- Que esta cañada de los Maragatos era utilizada por estos transportistas lo prueba la curiosa noticia —referida a la zona del puerto de Arrebatacapas o Cebreros—, que nos da E. Clarke, Letters concerning the Spanish nation: written at Madrid during the years 1760 and 1761, Londres, T. Becket y P. A. de Hondt, 1763, p. 6: «Though I lost my watch on the top of one of the mountains near the Zebreros, yet, by extraordinary good fortune, it was found by the Marigatti, or mule-drivers, and carried to the Padre Abad of Zebreros, who sent it me in less than a month.» »Aunque perdí mi reloj en lo alto de las montañas cercanas a Cebreros, sin embargo, por extraordinaria buena suerte, lo encontraron los maragatos, o muleteros, que se lo llevaron al Padre Abad de Cebreros, que me lo envió en menos de un mes.» 37.- Diccionario de la Real Academia Española, 1737: tomo 5, p. 76, 2. 38.- E. Ballesteros, Estudio Histórico de Ávila y su territorio, Ávila, Manuel Sánchez, 1986, pp. 20- 21. 39.- A. Blázquez y Delgado- Aguilera, «Vías romanas en los alrededores de Ávila». 40.- J. González, El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, vol II, Documentos, 1145- 1190, Madrid, C.S.I.C., 1960, pp. 286- 288. «Primum, uidelicet, ad pedem pontis de Boltoya, et de Boltoya ad sursum usque ad Paularem de Falcone, deinde ad losas de Iohanne Petri, et penam de domna Olalia, et ad Maiadam someram, sicut aque discurrunt et diuidunt inter arrogium del Estepar et riuum Tortum per summitatem cerri, deinde sicut oritur arrogium de auellaneda, deinde per summitatem serre sicut cadunt aque ex una parte ad Abezeda et ex alia ad Sotellum, deinde ad Porquerizam et ad Villar del Ronco, prout uadit per summitatem uallis Pinose et per summum del Quintanar, quomodo cadunt aque ex una parte ad Abezedas et ex alia ad Sotellum, deinde per uallem Nunio Garsie et per el Foyo deinde per cabezam Pinosam que respicit ad Nauam longam et ex alia ad Sorores, et deinde ad Almocron.« 41.- J. González, El Reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, vol. II. Documentos, 1145- 1190, Madrid, C.S.I.C., 1960, doc. 365, de 21 de Abril de 1181, p. 629. «Ist sunt moiones, scilicet, a fonte que nascitur in sumo uallis Transuerse in directum, usque ad cabecam de Almenara, deinde comodo cadit riuus qui dicitur Perales in fluuio Aluerche, deinde usque ad illum spinacum del Can, et deinde usque ad capud de Buena, et inde ad Cadafalsso, inde usque ad capud del Pedroso, et per illum riuum Fresnedoso usque quo cadit a Aluerch, et ille Alberch ad iusum quousque cadit riuus de Salina a Alberch, et per illum riuum de la Salina arriba usquequo
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illa carrera de Auila transit illum riuum, usque ad illam cabecam Carrascosam,...» 42.- V. Soria Sánchez, «Puentes, caminos, ríos: fronteras como armas defensivas en Extremadura», Gladius, 17, 1986, pp. 172- 173, citando A. Barrios García, Documentación medieval de la Catedral de Ávila, Salamanca, Universidad, 1981, pp. 4546: «Venerabili fratri nostro toletano archiepiscopo accepimus conquerente quod cum quedam alpes sint que dividunt tholetanam diocesis et dioceses episcopatuum aliorum et predicte alpes inter diocesim tholetanam et alias dioceses que sunt pro limite habeantur. Venerabilis frater noster abulensis episcopus citra alpes quasdam ecclesias in eius prejudicium occupavit et alias occupare contra iustitia non veretur.» 43.- Idem, pp. 173- 174: «...desde la venta de Muño Mateo, siempre en línea recta hasta la puerta del Pico, así como hasta la misma venta de Muño Mateo volviendo siempre por la divisoria de aguas entre Alberche y Tietar hasta la puerta del Pico, y desde la citada venta de Muño Mateo, siempre en línea recta, hasta el lugar en que se dividen la diócesis de Ávila y la de Segovia así como hasta la misma venta, volviendo siempre por la divisoria de aguas entre Gaznata y Alberche hasta el citado lugar en que se dividen la diócesis de Ávila y la de Segovia.» «Ex una parte... ecclesiam de Verraco et has alias ecclesias scilicet de Ponte de Alvareche, de Sancta Maria de Tremulo, de Sancta Maria de Tortoles et monasterium Sancte Marie de Fundo et omnes alias ecclesias que sunt ab is terminis versus Alfamyn, Cadafalsum, Scalonem et Talaveram, videlicet ab albergaría Muni Mathei recta distensione usque ad portam de Pico sicut ad ipsa albergaría omnes aque recurrunt cadentes in Alvareche et in Tietar usque ad portam de Pico et a predicta albergaría Muni Mathei recta distensiones usque ad locum illum ubi dividunt abulensis diocesis cum Secobiensis diocesis secundum quod ad ipsa albergaria omnes aque decurrunt cadentes in Gaznata et in Alvareche usque ad predictum locum ubi dividitur abulensis diócesis cum secobiensi diocesi...» 44.- Según aparecen en el mapa de Tomás López, Mapa Topográfico del Arzobispado de Toledo, Madrid, 1792. 45.- Los Navalucillos y los Navalmorales son municipios unidos en el s. XIX a partir de dos barrios preexistentes pertenecientes cada uno de ellos a la Tierra de Toledo y a la de Talavera. 46.- Existen en la zona varios topónimos significativos: Al S de los Navalucillos tenemos la Sierra de las Particiones; junto a la divisoria, en el lado oriental y dominando el puertecillo de Robledo del Buey, tenemos una altura que lleva el topónimo Toledana, una Sierra Toledana y el topónimo Las Divisiones. 47.- La idea de que Cofi(ñ)o procede de *Co(n)fin(i)um se debe a C. Sánchez Albornoz, según R. C. Knapp, Latin Inscriptions of Central Spain, Berkeley, 1992, nota 1, p. 7. 48.- G. Arias, «Atisbos sobre límites provinciales», El Miliario Extravagante, 78, Septiembre de 2001, p. 14. 49.- J. Rodríguez Morales, «La divisoria de los términos de las ciudades del centro de la Península en época romana y su posterior perduración», en G. Bravo Castañeda y R. González Salinero, editores, La aportación romana a la formación de Europa: naciones, lenguas y culturas, Madrid, Signifer, 2005, pp. 105- 140. 50.- La Machota alta, llamada Almojonciello en el Libro de la Montería, a mediados del s. XIV (G. De Andrés, «Las cacerías en la
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Provincia de Madrid en el Libro de la Montería de Alfonso XI», Anales del Instituto de Estudios Madrileños, 15, 1978, p. 19) 51.- Metula alta> Metlota (síncopa de pretónica y al- ante bilabial sorda> o)> Mechota (con solución mozárabe)> Machota (por asociación etimológica) 52.- En el Libro de la Montería (G. De Andrés, «Las cacerías en la Provincia de Madrid en el Libro de la Montería de Alfonso XI», Anales del Instituto de Estudios Madrileños, 15, 1978, p. 15) 53.- Situado entre Ramacastañas y La Higuera, se le nombra dos veces en el Libro de la Montería. 54.- Situado al NO de Almansa, separa Albacete de Valencia. 55.- J. Gómez Pantoja, Hispania Epigraphica, 13, 2007, p. 292 56.- Nicolás Antonio, Bibliotheca hispana nova, sive hispanorum scriptorum qui ab anno MD ad MDCLXXXIV floruere notitia, Madrid, Joaquín de Ybarra, 1793, tomo 1, p. 53. J. M. Sánchez, Bibliografía aragonesa del s. XVI, tomo I,: 1501- 1550, Madrid, Imprenta Clásica, 1913, pp. 380- 382 57.- J. A. Casillas García, El Convento de San Pablo de Burgos: historia y arte, Burgos, Ed. San Esteban, 2003, p. 514. 58.- H. Jimeno Pascual, «El despertar de la ciencia epigráfica en España. ¿Ciriaco de Ancona: un modelo para los primeros epigrafistas españoles», pp. 373- 382. 59.- Hübner consideraba que Ávila pertenecía a la Tarraconense, por lo que tenía otra razón de peso para rechazar el posible epígrafe liminar. 60.- A. Adams, «The Arch of Hadrian at Athens,» en The Greek
pp. 37- 51, ni en E. Ariño Gil et altres, El pasado presente. Arqueología de los paisajes en la Hispania Romana, Salamanca, Universidad, 2004, esp. capº 1: las fuentes romanas y el territorio 70.- «Citerioris Hispaniae (...) Provincia (...) Primi in ora Bastuli, post eos quo dicetur ordine intus recedentes Mentesani, Oretani et ad Tagum Carpetani, iuxta eo Vaccaei, Vettones et Celtiberi Arevaci.» 71.- «Gentes Celticae Turduli et circa Tagum Vettones ab Ana Sacrum Lusitani.» 72.- Plinio, N. H., 3, 13. 73.- Sobre este tema es muy provechosa la lectura de Luis Rodríguez-Ennes, Gallaecia, romanización y ordenación del territorio, Madrid, Dikynson, 2004, pp. 44- 46. 74.- Orosio, Adv. Pag. 5, 7, 2 y 6, 21, 2. Not. Dign. Occ. 42, 30. 75.- Not. Dign. Occ. 42, 30 76.- Hidacio, Chron. 2 y Zósimo, Historia Nueva, 4, 20.
Renaissance in the Roman Empire, eds. S. Walker and A. Cameron, Londres, 1989, pp. 10-15. 61.- Citada en IG II² 5185: «Ο Αδριανος ελθων και μειζονα ποιησας τον περιβολον ενθα μεν ην προ του τειχος το ταλαιον εγραψε - τουτο ο Θησευς εκτισε και ουκ Αδριανος – ενθα δε αυτον εκτισεν, - τουτο Αδριανος και ου Θησευς ωικοδομησεν.» 62.- Plutarco, Vidas Paralelas, Teseo, 25, 3, da una versión idéntica del epígrafe: «Προσκτησάμενος δὲ τῇ Ἀττικῇ τὴν Μεγαρικὴν βεβαίως, τὴν θρυλουμένην ἐν Ἰσθμῷ στήλην ἔστησεν, ἐπιγράψας τὸ διορίζον ἐπίγραμμα τὴν χώραν δυσὶ τριμέτροις, ὧν ἔφραζε τὸ μὲν πρὸς ἕωτάδ᾽ οὐχὶ Πελοπόννησος, ἀλλ᾽ Ἰωνία· τὸ δὲ πρὸς ἑσπέραν τάδ᾽ ἐστὶ Πελοπόννησος, οὐκ Ἰωνία.» 63.- Strabo, De situ Orbis, Geographia a Guarino Veronensi et Gregorio Tifernate latine versa..., Venetiis, Johannes [Rubeus] Vercellensis, 1494, Fol. 36 r - 36 v. 64.- Idem, fol. 75, v. 65.- M. R. Hernando Sobrino, Indigenismo y romanización en del territorio abulense (s. V a.C. – III d.C.), Madrid, Universidad Complutense, 1994, pp. 342, nota 4 e idem, «La integración del territorio oriental de los vettones en el marco administrativo provincial romano», Historia Antiqua, 19, 1995, p. 89, n. 53 66.- A. M. Canto, «La ‘Piedra Escrita’ de Diana, en Cenicientos (Madrid) y la frontera oriental de la Lusitania», Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, 21, 1994, pp. 283 y nota 23. 67.- L. Pérez Vilatela, Lusitania. Historia y etnología, Madrid, Real Academia de la Historia, 2000, p. 232. 68.- Année Epigraphique, 2002, 532 abc. Noticia y foto cortesía de Joaquín Gómez- Pantoja 69.- Ni en P. Le Roux, «Cités et territoires en Hispania: l’épigrahie des limites», Melanges de la Casa de Velázquez, 30, 1, 1994,
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VADINIA. ENSAYO DE LOCALIZACIÓN DESDE LA GEOGRAPHIA DE PTOLOMEO Tomás F. Tornadijo Rodríguez
Uno de los mayores problemas que presenta la interpretación de los datos que Ptolomeo nos proporciona sobre la situación de las ciudades cántabras reside en el escaso número de núcleos que tenemos adecuadamente identificados, lugares que podrían servirnos para contrastar las posiciones relativas del resto. En efecto: de las nueve ciudades que las Tablas citan entre los cántabros (Geographia II, 6, 50 y II, 6, 6), solamente Iuliobriga ha podido ser satisfactoriamente situada, en Retortillo, y se ha vinculado el yacimiento de Camesa-Rebolledo con Octaviolca, lo que nos plantea un problema considerable, puesto que las posiciones relativas de estos lugares no coinciden en la Geographia y en la realidad: el yacimiento de Camesa-Rebolledo se encuentra al SW de Retortillo, en tanto que la Geographia pone Octaviolca al NE de Iuliobriga. Esta situación nos lleva a recordar que, en realidad, las coordenadas de la Geographia parecen descripciones locales, corográficas, más que procedentes de un eje referencial común a todas ellas, véase al respecto este párrafo de J. Montero Vítores1: [..]En La Geographia (G. I ,2) Ptolomeo habla de la necesidad de reunir material para la construcción de mapas e insiste en la consulta de los datos de los viajeros, datos estos que deben ser corregidos reduciéndolos antes de pasarlos al mapa si se considera la esfericidad de la Tierra. En este punto Ptolomeo va a insistir en unas mediciones de latitudes desde la altura de la polar y en una determinación de longitudes por la sombra del gnomon, adaptando los datos de los viajeros a tales observaciones. Este punto hace pensar que las mediciones fueron, en realidad, locales, y que si muchos de los datos de coordenadas procedían de la información suministrada por marinos que recorrían constantemente las aguas del Mediterráneo, otros datos -los terrestres- pueden relacionarse con los de los itineraria, con frecuentes cambios y variaciones [...] Otros autores han analizado con éxito un territorio de la Geographia, fraccionándolo primero en sectores2, reflejo cada uno de ellos de mediciones diferentes, realizadas originariamente desde diversos itinerarios que servirían de ejes referenciales3.
nº 9, Diciembre 2009
Para identificar las posiciones de los cántabros y sobre todo de Vadinia, objeto de este ensayo, examinaremos las coordenadas de los territorios circunvecinos a la Cantabria romana, a la búsqueda de los ejes referenciales que Ptolomeo haya podido utilizar en ellos, con la esperanza de que nos sean útiles en el cálculo de las posiciones de los núcleos cántabros. Utilizaremos las posiciones de las ciudades astures y autrigonas pues, además de estar situadas en la provincia Tarraconense en latitudes similares a las de los cántabros, resulta que conocemos bien los emplazamientos de un buen número de ellas. Emplearemos los valores de coordenadas procedentes de la lista de K. Müller4, convirtiendo los minutos a fracciones de grado para operar con mayor facilidad. Para determinar la correlación existente entre las coordenadas ptolemaicas y sus pariguales reales practicaremos una regresión lineal multivariante, de acuerdo al método descrito por Lyudmila M. Filatova et Al5 en su trabajo de reconstrucción del mapa del África occidental, entre las coordenadas ptolemaicas y las reales, con objeto de obtener los coeficientes de las ecuaciones siguientes (Fórmula 1): λCalculada=a0+a1•λPtolomeo+a2•φPtolomeo φCalculada=b0+b1•λPtolomeo+b2•φPtolomeo Fórmula 1 Transformaciones de coordenadas
Donde a0, a1, a2, b0, b1 y b2 son los coeficientes de regresión, en tanto que λ y φ serán respectivamente las longitudes y las latitudes denotadas por sus subíndices. La regresión se efectuó sobre un total de 24 puntos, utilizando una hoja de cálculo Microsoft Excel®, comprobándose que la correlación era buena en longitud: r2=0,93 y regular en latitud: r2=0,61 (la correlación es mejor cuanto más se aproxima a 1 el coeficiente de correlación r2), lo que nos sugiere que no hay un eje referencial común para todo el conjunto de coordenadas. Podemos comprobar si las coordenadas se agrupan en áreas que comparten una misma referencia, aña-
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diendo una variable adicional, «sector», a nuestro análisis multivariante, así (Fórmula 2): λCalculada=a0+a1•λPtolomeo+a2•φPtolomeo+ a3•sector φCalculada=b0+b1•λPtolomeo+b2•φPtolomeo+b3•sector Fórmula 2 Transformaciones de coordenadas con sector
Ahora vamos a disponer el mismo conjunto de 24 puntos (Tabla 1), que contiene la totalidad de las posiciones conocidas de los lugares astures, cántabros y autrigones citados por Ptolomeo, y calcularemos los coeficientes de regresión, realizando todas las combinaciones posibles de sectores, asignando a cada uno un mínimo de tres enclaves, hasta encontrar aquella combinación que maximice los coeficientes de correlación de longitud y latitud. En este caso vemos que con 4 sectores conseguimos una correlación de 0,96 en latitud y de 0,94 en longitud. Los coeficientes obtenidos se muestran en las fórmulas de la Tabla 2, fórmulas que permiten obtener las coordenadas de todos los enclaves conocidos de Asturia, Cantabria y Autrigonia con una precisión media de 24,7 km, y mejor en la mayoría de los casos, con respecto a sus posiciones reales. Seguramente los sectores que hemos obtenido reflejan una descripción efectuada a partir de referencias procedentes de distintos itinerarios, fuentes probables, como se ha dicho, de Ptolomeo. Ahora para determinar la posición de Vadinia, primero tendremos que comprobar a que sector se adscribe. Nada más fácil: utilizando las fórmulas de transformación (Tabla 2) nos basta introducir las coordenadas ptolemaicas de Vadinia y probar con los valores de sector 1, 2, 3 y 4 hasta obtener una posición que resulte compatible con los datos historiográficos, arqueológicos y epigráficos que conocemos sobre los Vadinienses. En la Tabla 3 se muestran los resultados alcanzados, siempre utilizando el sector 2 que es con el que se consiguen las mejores aproximaciones al área históricamente atribuida al grupo vadiniense. La última columna muestra la distancia en kilómetros, desde la posición obtenida (4,7278ºW 43,0573ºN) hasta las reducciones propuestas. La distancia se computó por medio de una fórmula geodésica (fórmula 3), que nos permite una precisión hasta unos centenares de metros. Buscaremos la posición exacta de la polis de Vadinia en la intersección de dos áreas geográficas:
de localización estará formada por un círculo con centro en la posición calculada para Vadinia, y con radio igual a la distancia media de localización, unos 25 km — Otra área conformada por las zonas de mayor densidad de epigrafía vadiniense. Para describirla utilizaremos el mapa de la vía vadiniense de David Martino (Figura 2)6 El resultado aproximado se muestra en la Figura 3, con las distancias representadas en el gráfico de barras de la Figura 1. Lo primero que vemos es que tanto Benia de Onís con 36,3 km y Crémenes con 38 km exceden bastante la media de 24,7 km, por lo que nos parece poco probable que en alguno de estos importantísimos lugares de asentamiento vadiniense estuviera la ciudad de Vadinia. En Morgovejo, en La Canalina, existe un castro dentro del área vadiniense, con una cronología que va desde el siglo II a.C. hasta el I d.C.7, pero queda alejado de las áreas de mayor densidad epigráfica, de manera que tampoco parece un candidato probable. Por otra parte, Barniedo de la Reina, donde hay un castro8, sería la posición más próxima a nuestra localización, sin embargo se trata de un área aledaña a los principales núcleos vadinienses, y tampoco coordina al norte con el sector asturiano de este grupo, además de presentar un solo epígrafe, por lo que podemos descartarla también. Si además eliminamos los lugares que no cuenten con un castro citado por David Martino, dejaremos la lista con sólo 3 lugares (Tabla 5). La corona de Acebedo, con 32,2 km, también sobrepasa la media. Si observamos la Tabla 1 vemos que de 24 puntos, sólo hay 8 cuya distancia exceda los 30 km, de modo que vamos a considerar como más probables las otras dos opciones: El formidable castro de Las Coronas parece una magnífica elección, aunque no sabemos si era un núcleo permanentemente habitado o sólo constituía un refugio bélico, en tanto que el de Cima de la Cueva, en el mismo Riaño, parece de hábitat constante, además de poseer una importante concentración de epígrafes (3) en un espacio muy reducido9 y se encuentra a una distancia de la posición generada casi exacta a la media. Muy probablemente allí estuvo la polis cántabra de Vadinia.
— Si observamos la tabla 3 vemos que la mayoría de los puntos, 15, están por debajo de la media de 24,7 Km, en consecuencia el área de mayor probabilidad
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Distancia en km Barrio de la Reina Las Coronas Riaño Peña Castiello Burón Liegos Morgovejo
Lugares
La Concha de Acebedo Denia de Onís Crémenes 0
5
10
15
20
25
30 35
40
45
Figura 1 Gráfico de distancias
Figura 2. Mapa general del trazado de la vía vadiniense (David Martino en Memorias de Historia Antigua, nº 19-20).
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Tabla 1. Cálculo de los coeficientes de regresión. Se incluyen referencias con menciones a las reducciones historiográficas más habituales
λ
φ
real
real
λ
6,7239º
43,5573º
6,3019º
6,0914º
43,5034º
6,0755º
φ
λ
φ
Sector
Km real- cálculo
45,7500º
1
34,1
11,7500º
45,4167º
1
26,2
Naelus (G. II, 6, 5)
12,0000º
45,5000º
1
33,5
Lugo de Llanera13
Lucus Asturum (G. II, 6, 28)
11,0000º
45,0000º
1
15,2
43,0515º
Retortillo14
Iuliobriga (G. II, 6, 50)
12,1667º
44,0000º
2
9,9
6,0159º
42,4914º
León15
Legio VII (G. II, 6, 28)
9,0000º
43,5000º
2
38,7
42,5330º
5,7865º
42,5431º
Villasabariego16
Lancia (G. II, 6, 28)
9,3333º
43,5000º
2
31,7
6,7538º
42,5996º
6,8414º
42,5058º
Pieros17
Bergidum Flavium (G. II, 6, 28)
8,5000º
44,1667º
2
12,7
6,9830º
42,4170º
6,8847º
42,3708º
Barco de Valdeorras18
Forum Gigurrorum (G. II, 6, 37)
8,0000º
43,7500º
2
9,6
6,4352º
42,6229º
6,3769º
42,5603º
San Román de Bembibre19
Interamnium Flavium (G. II, 6, 28)
9,0000º
44,0000º
2
8,4
3,2173º
43,3828º
3,4604º
43,2928º
Castro Urdiales20
Flaviobriga (G. II, 6, 7)
13,5000º
44,2500º
2
22,0
3,0357º
43,3541º
3,9906º
43,2986º
Boca del Nervión21
Nerva (G. II, 6, 7)
13,1667º
44,6666º
2
77,4
7,2546º
42,3386º
7,2288º
42,2932º
Puebla de Trives22
Nemetobriga (G. II, 6, 36)
7,5000º
43,7500º
2
5,5
6,0573º
42,4580º
6,0328º
42,6379º
Astorga23
Asturica Augusta (G. II, 6, 35)
9,5000º
44,0000º
2
20,1
5,8522º
42,2712º
5,8368º
42,3752º
San Martin de Torres24
Bedunia (G. II, 6, 30)
9,8333º
44,4167º
3
11,6
5,9978º
42,0885º
5,5247º
42,2200º
Rosinos de Vidriales25
Petavonium (G. II, 6, 34)
9,5000º
43,6666º
3
41,7
3,1116º
42,6344º
3,1159º
42,7629º
Pancorbo26
Antecuia (G. II, 6, 52)
13,0000º
43,6666º
3
14,3
2,9013º
42,6769º
2,8236º
42,7787º
Arce Mirapérez27
Deobriga (G. II, 6, 52)
13,2500º
43,5000º
3
13,0
3,2066º
42,6403º
3,0446º
42,6538º
Cubo de Bureba28
Vindeleia (G. II, 6, 52)
12,6667º
43,2500º
3
13,3
3,0643º
42,8908º
3,5371º
42,8434º
Osma de Valdegovia29
Uxama Barca (G. II, 6, 52)
13,0000º
44,2500º
3
38,9
3,5013º
42,6668º
2,6948º
42,6825º
Poza de la Sal30
Salionca (G. II, 6, 52)
13,0000º
43,0833º
3
65,9
3,3234º
42,5507º
3,3130º
42,3365º
Briviesca31
Viroesca (G. II, 6, 52)
12,5000º
43,8333º
4
23,9
3,1350º
42,4910º
3,0291º
42,4256º
Cerezo de Río Tirón32
SegisamunCulum (G. II, 6, 52)
13,0000º
43,9167º
4
11,3
5,5998º
42,0233º
5,7556º
42,0867º
Fuentes de Ropel33
Brigaecium (G. II, 6, 29)
10,0000º
44,8333º
4
14,7
Reducción
Nombre Antiguo
43,5355º
Boca del Navia10
Navia Albión (G. II, 6, 4)
11,3333º
5,7745º
43,5542º
Santianes de Pravia11
Flavionavia (G. II, 6, 5)
43,5653º
5,6626º
43,6044º
Boca del Nalón12
5,8167º
43,4333º
5,9899º
43,3804º
4,1154º
42,9860º
4,1976º
5,5670º
42,6000º
5,4000º
calculada calculada
r2 latitud: 0,96
72
El Nuevo Miliario
r2 longitud: 0,94
Ptolomeo Ptolomeo
MEDIA: 24,7
nº 9, Diciembre 2009
Tabla 2 Fรณrmulas para transformar coordenadas ptolemaicas en reales Fร RMULAS DE TRANSFORMACIร N PARA ASTURES, Cร NTABROS Y AUTRIGONES Latitud
ฯ Calculada=35,83890460+0,15510920โ ขฮปPtolomeo+0,13793625โ ขฯ Ptolomeoโ 0,37186837โ ขSector
Longitud
ฮปCalculada= -18,66120296-0,68822189โ ขฮปPtolomeo+0,72197534โ ขฯ Ptolomeoโ 0,26739456โ ขSector
Tabla 3 Distancias del punto obtenido a diversas localizaciones ฮปreal
ฯ real
ฮปcalculada
ฯ calculada
Reducciรณn
Nombre Antiguo
ฮปPtolomeo
ฯ Ptolomeo
Sector
Km realcรกlculo
5,0075ยบ
42,9747ยบ
4,7278ยบ
43,0573ยบ
Riaรฑo
Vadinia (G. II, 6, 50)
11,8333ยบ
44,4167ยบ
2
24,5
5,0759ยบ
43,0249ยบ
4,7278ยบ
43,0573ยบ
Liegos
Vadinia
11,8333ยบ
44,4167ยบ
2
28,5
5,0514ยบ
43,0244ยบ
4,7278ยบ
43,0573ยบ
Burรณn
Vadinia
11,8333ยบ
44,4167ยบ
2
26,5
5,1443ยบ
42,9036ยบ
4,7278ยบ
43,0573ยบ
Crรฉmenes
Vadinia
11,8333ยบ
44,4167ยบ
2
38,0
5,1247ยบ
43,0507ยบ
4,7278ยบ
43,0573ยบ
La Corona de Acebedo
Vadinia
11,8333ยบ
44,4167ยบ
2
32,2
5,0135ยบ
43,0111ยบ
4,7278ยบ
43,0573ยบ
Las Coronas
Vadinia
11,8333ยบ
44,4167ยบ
2
23,8
5,0455ยบ
43,0106ยบ
4,7278ยบ
43,0573ยบ
Peรฑa Castiello
Vadinia
11,8333ยบ
44,4167ยบ
2
26,3
4,9670ยบ
43,3330ยบ
4,7278ยบ
43,0573ยบ
Benia de Onรญs
Vadinia
11,8333ยบ
44,4167ยบ
2
36,3
4,8924ยบ
42,9932ยบ
4,7278ยบ
43,0573ยบ
Barniedo de la Reina
Vadinia
11,8333ยบ
44,4167ยบ
2
15,2
4,9603ยบ
42,8455ยบ
4,7278ยบ
43,0573ยบ
Morgovejo
Vadinia
11,8333ยบ
44,4167ยบ
2
30,2
Fรณrmula 3 Cรกlculo de distancias entre coordenadas
ยง M Re al M Calculada x 60 x 1.855 ยท 2 ยจ ยธ O Re al OCalculada x Cos M Re al x 111,115
1.000 ยฉ ยน 2
Km
Tabla 4 Distancias de los lugares mรกs probables Lugar
Kilรณmetros hasta la posiciรณn generada
Castro Las Coronas
23,8
Riaรฑo
24,5
La Corona de Acebedo
32,2
nยบ 9, Diciembre 2009
El Nuevo Miliario
73
Figura 3 Intersección de las áreas de localización y de mayor densidad epigráfica
ANEXO I Para completar este trabajo vamos a intentar determinar las posiciones de algunos lugares cántabros y astures (Tabla 4): • Para Octaviolca, obtenemos unas coordenadas inmediatas al conocido yacimiento de CamesaRebolledo34 • El resultado para Paelontium se corresponde bien con la ubicación tradicionalmente propuesta, con sólido argumento etimológico, en Belonciu (Piloña)35 • Labernis podría relacionarse con la mansio Memoriana en la vía entre Lucus Asturum y Legio, mencionada en el Ravennate (IV 45. 320, 15) y que se
74
El Nuevo Miliario
• • • •
ha identificado con la villa romana de Mamorana (Vega del Ciego)36 Argentiolum se situaría en algún punto del valle de La Valduerna, en Destriana o Miñambres. Los asentamientos que menos difieren con la media de localización para Vellica, están en Casavegas37 y en Monte Cildá, calculando con sector 3. La posición obtenida para Camarica es compatible con la del yacimiento de El Otero, en Dehesa de Montejo38. Las coordenadas de Moroica encajan bien, dentro de la media de distancia, con el oppidum de Monte
nº 9, Diciembre 2009
Bernorio, un escenario del Bellum Cantabricum39, tal vez identificable con la Bergida de Floro (Epítome, 2.33, 49-50) ¿Moroica = Bergida?. • Para Argenomescon proponemos un emplazamiento en Vibaño, en el interior del concejo de Llanes. Muy cerca de Vibaño (en Torrevega) apareció un epígrafe de los Orgenomescos40. Por otra parte, en Vibaño puede que exista uno de los rarísimos castros cántabros de Asturias y es un lugar situado hacia el interior, acorde con la descripción de Ptolomeo que cita esta polis como punto mediterráneo.
• Concana podría haber estado en la Liébana, donde A. Tovar ubica a los Concani41 • Es posible obtener alguno de los puntos más septentrionales de los Vacceos, como Lacobriga, en el entorno de Carrión de los Condes42. • Ya por último, otra ciudad vaccea cuyas coordenadas podemos interpretar satisfactoriamente es Intercatia, en el pago de La Ciudad, en Paredes de Nava43.
Tabla 4 Propuestas de identificación para algunos lugares λreal
φreal
λcalculada
φcalculada
Reducción
Nombre Antiguo
λPtolomeo
φPtolomeo
Sector
Km realcálculo
4,1500º
42,8830º
4,1275º
42,8607º
Camesa-Rebolledo
Octaviolca (G. II, 6, 50)
12,6666º
44,7500º
3
3,1
5,3917º
43,3306º
5,4108º
43,4608º
Beloncio
Paelontium (G. II, 6, 32)
11,6666º
44,8333º
1
14,6
4,5097º
43,0222º
4,1486º
43,1377º
Casavegas
Vellica (G. II, 6, 50)
12,5000º
44,2500º
2
32,0
4,6170º
43,1500º
4,8594º
43,1780º
Potes
Concana (G. II, 6, 50)
12,1666º
44,9167º
2
19,9
4,9000º
43,4000º
4,9406º
43,4665º
Vibaño
Argenomescon (G. II, 6, 50)
12,0000º
44,5000º
1
8,1
4,5099º
42,8205º
4,6019º
42,9855º
Dehesa de Montejo
Camarica (G. II, 6, 50)
11,6666º
44,0833º
2
19,8
4,2054º
42,7715º
4,0966º
42,5920º
Monte Bernorio
Moroica (G. II, 6, 50)
11,7500º
43,8333º
3
21,9
7,0226º
42,7276º
7,0989º
42,6983º
Pedrafita Do Cebreiro
M. Vindius (W) (G. II, 6, 20)
9,0000º
45,0000º
2
7,0
4,9609º
43,2005º
5,0174º
43,0171º
Peña Santa
M. Vindius (E) (G. II, 6, 20)
11,5000º
44,5000º
2
20,9
6,0960º
42,3268º
5,9670º
42,5776º
Destriana
Argentiolum (G. II, 6, 28)
9,3333º
43,7500º
2
29,9
5,8326º
43,1390º
5,6289º
43,3114º
Mamorana
Labernis (G. II, 6, 28)
11,0000º
44,5000º
1
25,3
4,6649º
42,1527º
4,8281º
42,3019º
10,2500º
43,4167º
3
21,4
4,6019º
42,3384º
4,7106º
42,3033º
10,3333º
43,3333º
3
9,7
Paredes de Nava Intercatia (Vaccea) (La Ciudad) (G. II, 6, 49) Carrión de los Condes
BIBLIOGRAFÍA ARAGONESES (1954). El mosaico de Vega del Ciego, BIEA, nº 21. ARNAU BASTEIRO, ENRIQUE (1988). La ecuación toponímica Paelontium/Beloncio. Separata facticia de la Revista «Memorias de Historia Antigua». Oviedo, 1988. CANTO, ALICIA M. (1997). La tierra del toro: ensayo de identificación de ciudades vasconas Archivo español de arqueología ISSN 0066-6742, Vol. 70, nº 175-176, 1997, p. 31-70.
nº 9, Diciembre 2009
Lacobriga (G. II, 6, 49)
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El Nuevo Miliario
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76
El Nuevo Miliario
NOTAS 1.- MONTERO VÍTORES (1991), p. 68. 2.- CANTO (1997), p. 40-45. 3.- GÓMEZ FRAILE (2005), p. 56. 4.- MÜLLER (1888). 5.- LYUDMILA M. FILATOVA et al (2005), p. 1. 6.- MARTINO GARCÍA (1998), p. 251. 7.- SOLANA SÁINZ (1992), p. 20. 8.- MARTINO GARCÍA (1998), p. 259. 9.- GONZÁLEZ MIGUEL (1988), p. 100. 10.- GONZÁLEZ (1952), p. 43. 11.- SANTOS YANGUAS (1997) p. 420. 12.- GONZÁLEZ (1952), p. 43. 13.- SANTOS YANGUAS (1997) p. 421. 14.- PERALTA LABRADOR (2003), p. 43. 15.- HERNÁNDEZ GUERRA (2007), p. 56. 16.- Ibíd., p. 32. 17.- Ibíd., p. 35. 18.- ROLDÁN HERVÁS (2001), p. 163. 19.- Ibíd., p. 163. 20.- PERALTA LABRADOR (2003), p. 42. 21.- Ibíd., p. 42. 22.- ROLDÁN HERVÁS (2001), p. 163. 23.- HERNÁNDEZ GUERRA (2007), p. 36. 24.- Ibíd., p. 50. 25.- Ibíd., p. 55. 26.- Ibíd., p. 101. 27.- Ibíd., p. 101. 28.- Ibíd., pp. 101-102. 29.- Ibíd., p. 99. 30.- Ibíd., p. 102. 31.- Ibíd., p. 100. 32.- Ibíd., p. 100. 33.- Ibíd., p. 51. 34.- ROBLES GÓMEZ (1997), pp. 13-22. 35.- ARNAU BASTEIRO (1988), pp. 137-140. 36.- ARAGONESES (1954), pp. 17-18. 37.- SOLANA SÁINZ (1992), p. 21. 38.- PERALTA LABRADOR (2003), p. 124. 39.- Ibíd., pp. 301-303. 40.- DIEGO SANTOS, p. 367. 41.- TOVAR (1989), p. 73. 42.- HERNÁNDEZ GUERRA (2007), p. 96. 43.- Ibíd., pp. 185-186.
Información Geográfica Google Maps http://maps.google.es/maps
nº 9, Diciembre 2009
LAS RUTAS A-01 Y A-32 EN SUS TRAMOS: Verovesca - Calagorra - Graccuris. Su medición. NUEVA HIPOTESIS DE LA A-32 Jesús Ángel García Gamarra
El presente estudio se basa ante todo en la medición de la vía y en la identificación de las mansiones con sus correctas ubicaciones, teniendo en cuenta otros trabajos realizados, bien documentados y con detalles precisos, aunque no se hayan tratado aspectos a los que aquí se aluden. Las pruebas que se aportan sobre escaneados de pantallas de medidas tomadas por medio del SIGPAC, gráficos y fotografías pueden encontrarse en: http://www.enorioja.com/vias Para entender el problema de identificación de las dos rutas la A-01 de Italia a la Hispania y la A-32 de la Asturica a Tarracone; que han sido estudiadas con mayor o menor acierto por varios autores, pero siempre con un atisbo de duda, no podía ser de otra manera, porque siempre navegamos en el campo de la Hipótesis, pero eso es lo que realmente aviva el debate y donde podemos contrastar el trinomio Historia, Arqueología y Cálculo. No olvidemos que la Historia es la versión de los hechos supuestamente ocurridos, la arqueología la interpretación de los restos «hallados» (no nos puede informar de los restos destruidos y los que faltan por descubrir) y el cálculo el último eslabón que puede confirmar lo que nos informan las anteriores materias. Por eso es tan importante a la hora de medir saber cual es la medida utilizada y confirmarla como veraz. ¿ PERO CUÁNTO MEDIA UNA MILLA? Si mi estudio se basa principalmente en mediciones con la herramienta SIGPAC del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marítimo, lo primero que debería preguntarme, es cuantos metros mide una milla de las descritas en el Itinerario Antonino, la mayoría de los autores han utilizado en sus mediciones la milla passum o romana, al final acaban diciendo que el Itinerario se equivoca y que debió haber un error de transcripción; sin embargo si harían caso a Coello, Noticias sobre las vias, poblaciones y ruinas especialmente de la época romana en la provincia de Alava Francisco Coello, editado en 1875 en Ma-
nº 9, Diciembre 2009
drid Imprenta T. Fortanet, cuando nos recuerda en su discurso de ingreso en la Academia de Historia, que en su experiencia en mediciones de planos exactos y estudios de ferrocarril, las millas empleadas eran mayores de 1.500 metros, (pp. 6-7). Gonzalo Arias abogaba por medir en millas passum de 1.480 metros y olímpicas de 1.538 metros, que según los estudios de Curtis en que la milla de 8 estadios equivaldría a 1.538 metros como se nos comenta en un articulo de la ya «no participativa» Celtiberia.net, también apoya las tesis de que se media con olímpicas Gabriel Puig y Larraz en el Boletín de la Academia de Historia tomo 33 pp 80-90 de 1898 con el título: «Valor métrico de la Milla Romana» que deduce que la milla itineraria usada en España debía ser diferente a la empleada en Italia y también distinta a la legua viaria del Norte y Centro de Francia; este mismo autor nos señala que en el espacio intermiliario en España a la medida itineraria que más se aproxima es a la denominada «olímpica» y también nos describe el estudio de Curtis que antes hemos citado. Yo en principio hice caso a Gonzalo Arias y conté primero en millas «passum», en un Itinerario ampliamente conocido como es el de Italia a Hispania por la Rioja en su tramo Calagorra –Verovesca (Calahorra –Briviesca) que Isaac Moreno Gallo describe con extraordinario lujo de detalles, incluido mapas descriptivos del recorrido, en su página TRAIANVS.NET publicado en El Milario Extravagante en Diciembre de 2001 «La red viaria antigua en La Rioja»; también he tenido en cuenta el último estudio de esta vía de Abril de 2008 La Vía Romana de Italia a Hispania a su paso por la Comunidad Autónoma de La Rioja Carmen Alonso Fdez. y F. Javier Jiménez Echevarria, publicado en la revista Berceo del primer semestre de 2008. El resultado de medir la A-1 en su tramo Verovesca - Calagorra en millas «passum» (1.480 m.) ha sido decepcionante, teniendo en cuenta que sabemos como comenta I. Moreno que la llegada a Briviesca de esta ruta seria en el Rio Oca y por el punto que lo cruza la autopista AP-1, he contado a la inversa dando como resultado que no se sobrepasan como correspondería viniendo las mansiones si no muy al contrario se quedan atrás, por ejemplo las medidas tomadas a la inver-
El Nuevo Miliario
77
sa, ni tan siquiera llegan a cruzar el Iregua para llegar a Varea; ni que decir tiene que se queda muy lejos de llegar a Calahorra en el trazado propuesto por este autor; pero no creo que sea malo el trazado, teniendo en cuenta también el estudio de Carmen Alonso y F. Javier Jimenéz, porque cuando mido con millas «olímpicas» (1.538 m) el resultado es espectacular. Por eso me parece muy interesante observar en esta primera entrega de mi estudio, la medición de estas dos rutas más conocidas que la A-34. Esta primera entrega hablará de estas dos Rutas Exclusivamente. Medición de las rutas A-01 y A-32: comentarios y propuestas La herramienta utilizada en la medición como he dicho, ha sido el SIPAC del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Maritimo, se dan a conocer las coordenadas de las medidas y la imagen de las medidas realizadas para que puedan ser objetivizadas como ciertas, con un margén de error de no más de 20 m en cada medida tomada; y en la escala 800 m del SIGPAC haciendo caso a Coello (pp. 7 de la misma obra citada anteriormente) las curvas muy pronunciadas o zig-zag se han medido como rectas, pero teniendo en cuenta el perfil rectilíneo del trazado propuesto, esta utilización ha sido considerada en muy escasas ocasiones. Primera observación que debo hacer es que las dos rutas no son del mismo tiempo, ya que no comparten ninguna mansión y teniendo en cuenta su recorrido obedecen a intereses distintos la A-01 viniendo de Italia llega a León y la A-32 parte de Astorga y llega a Tarragona.
La primera ruta la A-01 deberíamos situarla en un tiempo posterior al año 74 D. J.C. ya que es a partir de esta fecha cuando se establece la Legio VII en León. y sin duda la más antigua del Itinerario Antonino, pues parece que el orden de descripción de dicha recopilación de itinerarios esta basado en la antigüedad de dichas rutas. La segunda ruta la A-32 (antepenúltima de las descritas) debemos situarla 175 años más tarde y relacionarla con la A-34 (última en la Hispania) ya que desde Astorga hasta Briviesca comparten mansiones las dos, dividiéndose cada una para distintos destinos la A-32 a Tarragona y la A-34 a Burdeos, llama la atención que el punto de salida desde Briviesca de la A-32, coincida con otro camino a la izquierda, del que ninguno arqueólogo nos ha hablado, os dejo unas imágenes (ver imágenes 001 y 002). Pues bien, estas dos rutas deberíamos situarlas en el siglo III en el mandato del emperador galo Postumo, ya que el miliario más antiguo que se conoce en la ruta A-34 corresponde a este emperador (Los miliarios de la provincia Tarraconense de Joaquín Lostal Pros pp. 131 y 132) y conocemos que tanto Burdeos como Tarragona estaban bajo su dominio y no así Italia (véase la Revista Historia 16 año 32 nº 385 de Mayo de 2008 pp. 14-19). Estas dos rutas fueron añadidas a finales del siglo III al Itinerario Antonino por la Tetrarquía, por que se mencionan en otras que no pertenecen a la Hispania la ciudad de Constantinopla y que fueron añadidas con posterioridad al emperador Caracalla, iniciador de esta recopilación y al cual se debe su nombre de Antonino.
MANSIONES DE LAS RUTAS A-01 Y A-32 SEGUN EL ITINERARIO ANTONINO MANSIONES Verovesca - Virovenna
A-01 MILLAS
A-32 MILLAS
0
0
METROS
Segesamunclo
XI ↑
16.918
Lydia
VII ↑
10.766
Atiliana
XXX ↓
46.140
Tritium Magalleum
XVIII ↑
27.648
Vareia
XVIII ↑
27.648
Barbariana
XXXII ↓
Calagorra
XXVIII ↑
49.216 43.064
Graccuris
XXXII ↓
49.216
TOMA DE MEDIDAS RUTAS: A-01(SIGLO I) Y A-32 (SIGLO III) Lugares geográficos tomadas las distancias Briviesca - Llegada Briviesca - Salida
78
El Nuevo Miliario
A-01
A-32
0 0
Común
Coordenadas
0
42º 32’ 34.68’’ – 3º 18’ 53.66’’
0
42º 31’ 34.94’’ – 3º 20’ 04.21’’
nº 9, Diciembre 2009
En la descripción que nos hace Isaac Moreno en su obra La Vía Romana en Burgos y Palencia de La Ruta de Italia a la Hispania en su llegada a Briviesca nos describe dos caminos uno que llegaría al Río Oca por donde actualmente lo cruza la Autopista AP-1 y otro el Camino de Briviesca a Quintanaloranco saliendo de Briviesca. Debemos diferenciar ambas vías, la que desemboca en el Rio Oca (será nuestro kilometro cero
de llegada) sería la A-01 y la que sale de Briviesca por el camino de Quintanaloranco sería la A-32 y su kilómetro cero sería el punto en que se divide la A-32 de la A-34 o sea la intersección de ambas, con mejor perfil para la A-01 por el camino del Tomillar, aunque exista cierto camino perdido, parece ser que sus distancias son similares desde el punto de partida al juntarse.
SEGESAMUNCLO 11 millas x 1.538 metros = resultando 16.918 metros. Partiendo de esos dos kilómetros ceros medimos: Río Bañuelos
6.445
42º 31’ 05.66’’ – 3º 15’ 7.86’’
Remartínez
4.370
42º 30’ 45.97’’ – 3º 12’ 02.31’’
Cruce C. San Millán Yecora
6.103
42º 29’ 30.08’’ - 3º 08’ 21.98’’
16.918
300 m
Valdemoros C. Romano
XI
+
situa la mansión de SEGESAMUNCLO. Desde este Campamento de Valdemoros encontraremos varias distancias correlativas de Norte a Sur (Vallurcanes con San Cristobal del Monte) aproximadamente 9.700 m; de Este a Oeste (Tormantos con Quintaloranco) aproximadamente 5.900 m; y de Noreste a Suroeste (San Millán de Yécora con Belorado) aproximadamente 7.900 m; Noreste a Sureste (Quintanilla Garcia con Castildelgado) aproximadamente 7.600 m; el punto de medición lo he realizado desde Valdemoros 42º 29’ 19.43’’ N – 3º 08’ 54.08’’ O. Imagen de comprobación (imagen 003).
Viniendo por el Camino de Quintaloranco y en la intersección con el camino del Tomillar empieza la denominación del Camino de los Romanos, sigue con este nombre al atravesar el Rio Bañuelo o el de Quinaniella porque el camino que transcurre por la orilla del Río comunica ambas poblaciones (Bañuelos de Bureba y Quinatanilla García). En el transcurso del camino otros caminos accesorios ponen en contacto la vía con Bañuelos de Bureba y Quintaloranco. Nos cuadra entre el camino de las dos rutas A-01 y A-32 y el camino que viene de San Millán de Yécora de esta a Foncea para coger la Morcuera y que pone en contacto el Arx de Foncea que defiende ese paso en la actual Arce Foncea, del que hablaremos en mi exposición de la A-34 en otro capítulo, con el campamento que se encontraba en Valdemoros, donde se
Como iremos viendo a lo largo de la A-01 cada mansión o centro de poder, guarda sus francos N-S, E-O, NE-SO y NO-SE, con equidistancias entre sus flancos opuesto cubriendo caminos de accesos a la mansión.
LYBIA 7 x 1538 = resultando 10.677 metros. Partiendo de este cruce medimos: Tormantos
5.806
42º 29’ 41.98’’ – 3º 04’ 19.48’’
La Matilla cruce LR-201
4.960
42º 29’ 27.99’’ – 3º 00’ 51.14’’
10.766
600 m. por LR-201
Y. Las Laderas
VII
Al abandonar la Carretera LR-200 viniendo desde Tormantos encontramos el Camino de los Romanos hasta cruzar el Rio Beláchigo de aquí al cruce de la LR-201, en este punto se cumplen las distancias en su encuentro con la LR-201; aquí en la mansión de LYBIA que debemos de situar en el Yacimiento de las Laderas, en la colina del Piquillo es donde he realizado la medición de las distancias: de Norte a Sur (la Ermita de Junquera donde estuvo situado el pueblo de Juncaría con Villarta Quintana) aproximadamente 7.600 m; de
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+
Este a Oeste (Tormantos con Villalobar) aproximadamente 4.600 m; de Noreste a Suroeste ( Cuzcurrita de Río Tirón con Ibrillos) aproximidamente 6.900 m; y de Noroeste a Sureste (Treviana con Corporales) aproximadamente 7.300 m; el punto aproximado de medición ha sido 42º 29’ 47.11’’ N – 3º 01’ 05.01’’ O. Imagen de comprobación (imagen 004). Llegado a este punto el lector se preguntará si verdaderamente estamos navegando con paso firme sobre
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También divido 21.560 : 1538 = 14,01 ocurriendo lo mismo observado anteriormente, cada una de las poblaciones entre si miden 7 millas exactas, no ocurriendo lo mismo si serian millas passum: 21.598:1.480 = 14,59. 21.560:1.480 = 14,56.
la medida que le hemos dado a la milla; pues puedo tranquilizarlo añadiendo un argumento más sobre esta medida en relación con esta Ruta: Si medimos los puntos de Bañuelos de Bureba, el Yacimiento de Valdemoros el Yacimiento de las Laderas y San Torcuato, resulta que la distancia entre cada uno de ellos es 7 millas olímpicas y además quedan condicionadas las poblaciones de Quintanaloranco, Tormantos y Villalobar equidistantes entre las mansiones como hemos ido señalando en la exposición, por donde transitan los puntos de unión; todas estas poblaciones son romanas. Veamos las mediciones hechas (imágenes 005 a la 007).
Por lo que podemos asegurar que existía una línea de defensa perfectamente coordinada y auxiliada ratificando las poblaciones de Quintaloranco, Tormantos y Villalobar, los dos campamentos más importantes, serian los de Valdemoros y Las Laderas y a igual distancia sus extremos de Bañuelos de Bureba y San Torcuato; es lógico que sean determinadas tanto Valdemoros y las Laderas mansiones de la Ruta A-01, coinciden las distancias en menos de una milla (1.538 m.) y el perfil que describe la unión, exceptuando desde Bañuelos de Bureba a Valdemoros coincide con las dos rutas. Por lo que podemos mostrarnos seguros en la utilización de la milla olímpica como medida.
Lo primero he medido los puntos de Bañuelos de Bureba, el Yacimiento de Valdemoros (desde donde tome las medidas de sus puntos equidistantes), el Yacimiento de las Laderas (también de donde había tomado las medidas de sus puntos equidistantes), solo he podido medir estos tres puntos porque el SIGPAC no me permitía mayor extensión, he vuelto a medir desde el Yacimiento de Valdemoros, el de las Laderas y San Torucuato estas son las medidas en el primer caso 21.598 m., y en el segundo 21.560 m.
ATILIANA 30 x 1538 = resultando 46.140 m desde Briviesca. Hemos consumido ya 11 + 7 = 18 millas x 1538 = 27.684 m. Por lo que nos quedarían 30 - 18 = 12 millas x 1538 = 18.456 m.
Divido 21.598 : 1.538 = 14,04 lo que correspondería a 14 millas casi exactas y 7 millas casi exactas entre cada punto. Casa Caldera
+
+
5.154
42º 29’ 15.06’’ – 2º 57’ 16.23’’
San Torcuato
+
+
5.944
42º 29’ 06.36’’ – 2º 53’ 12.77’’
Valpierre
+
+
4.370
42º 28’ 08.58’’ – 2º 50’ 19.04’’
La Muleta
+
+
2.988
42º 27’ 12.34’’ – 2º 48´ 32.82’’
27.684
XXX
18.456
500 m acceso
Yacimiento La Muleta *(1)
Partimos de este cruce y seguimos el camino en la seguridad de que hemos demostrado la conexión de San Torcuato con las anteriores mansiones, ya antes de llegar a esta localidad nos avisa la ruta con el nombre de Camino de los Romanos que coincide con la divisoria de la jurisdicción de Villalobar y Bañares, más adelante llegando a Atiliana volveremos a encontrar por el mismo camino otra divisioria de municipios. Los limites entre municipios suelen ser muy antiguas, incluso algunos se remontan a épocas antiguas; y cuando coinciden con caminos, suelen certificar la antigüedad del mismo. Traspasamos el camino que se dirige a Alesanco y antes de llegar a la LR-351 al pie de la Muleta me coinciden las distancias a partir de donde deberíamos situar ATILIANA, concretamente en el punto que se especifica en la tabla de medidas, también Isaac Moreno sitúa en la Muleta Atiliana (pp.27 La red viaria antigua en La Rioja 2001) , no siendo yo el primero en hacerlo. Pues desde este punto de mi medición trazo una linea recta al centro de San Torcuato midiendo
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El Nuevo Miliario
7.385 m y otro de igual distancia a Nájera, (imágenes 008 y 009) concretamente a la Plaza de Navarra, sorprende la exactitud de las distancias, que se confirman desde este mismo punto en Azofra y Hormilla con una distancia de 3.159 m. a cada una (imágenes 010 y 011). Por ello no es de extrañar que la carretera de Azofra a Hormilla sea un camino romano (imagen 012), si se fijaron esos puntos también se hizo el camino (imagen 013), pero aún hay más, existe una línea de defensa desde Hormilleja hasta Villarejo compuesta por los pueblos: Hormilleja, Hormilla, Azofra, Alesanco, Canillas del Tuerto y Villarejo (también esta Cañas, pero este pueblo parece que nació al amparo de su Monasterio); las distancias entre Azofra y Hormilla son idénticas a la de Alesanco y Canillas (imagen 014) y muy parecidas las de Hormilla a Hormilleja y Canillas a Villarejo. Si Sanchez Albornoz y Blázquez afirman que la calzada pasa por el mismo pueblo, por la Calzada, es seguro y no solo posible, como afirman Carmen Alonso y F. Javier (pp.212 La Vía Romana de Italia a
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Hispania a su paso por la Comunidad Autónoma de La Rioja» Abril de 2008) viendo la calle Hormilleja y el camino que sigue por allí, pero eso, no significa que por ahi vayan las rutas que estudiamos si no que esa travesía es parte del camino romano de la línea que acabamos de mencionar. El camino de Hormilleja es romano, pero todavía sorprende más cuando se dirige a San Asensio y Briones, pero este será otro estudio para otro momento. También existe más abajo de esta calle otra que resulta también sospechosa, aunque esa alternativa no modificaría sustancialmente las distancias (imágenes 0015 al 022).
Vista desde Atiliana
TRITIUM MAGALLUM 18 x 1538 = 27.684 m. Hemos consumido 12 millas x 1538 = 18.456 Nos quedan 6 millas x 1538 = 9.228 m.
Hormilla
+
+
3.401
42º 26’ 18.94’’ – 2º 46’ 26.58’’
350 m.Canal v. Carmen-Javier
5.827
42º 26’ 49.83’’ - 2º 43’ 02.69’’
50 m. Canal Najerilla v. Isaac
5.827
42º 24’ 47.37’’ - 2º 42’ 55.69’’
50 m. Canal v. Hipot. A-01
5.827
42º 24’ 47.37’’– 2º 42’ 55.69’’
50 m. Canal por C. Santiago Najera
5.827 XVIII
18.456
Desde la medición de Atiliana hemos gastado 12 millas, de donde situamos el punto de Lybia (recordemos que la Italia-Hispania viene en sentido contrario a la Asturica-Terracone y que sumadas a las anteriores de Tarracone son las que faltan para llegar a Virovenna) por lo que ahora veremos las que faltan para llegar desde Tritium. Cogemos el Camino de los Romanos que nos lleva hasta la entrada de Hormilla, para mi este trazado des-
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42º 25’ 04.41’’ - 2º 42’ 42.63’’ 9.228
1 milla del Foro de Najera
de Briviesca es totalmente seguro hasta este punto, pero haré bien en tener en cuenta las palabras de Carmen y F. Javier (en su pp.212 de su obra mencionada) «la ruta puede continuar hacia Najera por el Camino de Cardenas o la Senda Galiana» realizamos la medición cogiendo ese camino (ver la medición 350 m v. Carmen y Javier), se queda a unos 350 m del canal del Najerilla; es posible la hipótesis ya que entra por Nájera por el centro, que era la antigua carretera de Santo Domingo de la Calzada y la confluencia de un
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antiguo camino de Azofra y Alesanco, puede verse en un plano de la ciudad de 1851 (imagen 023), aunque la cuesta de ascenso al camino resulta muy pronunciada, también es factible la versión de Isaac Moreno cogiendo la caretera que sale a la N-120 para luego entrar por el Arrabal, accede al puente del Camino de Santiago por la Calle Ribera del Najerilla, lo cruza y coge la antigua carretera a Alesón, por donde también va la versión de Carmen y F.Javier, se queda a 50 m del canal, ganando unos metros, pudiera haber otra saliendo igual que Isaac y entrando por el K.28 de la N-120 por Valdecanas tiene una pendiente suave al inicio y baja también otro camino desde Hormilleja, pero cuando vamos a coronar se hace más pronunciada la cuesta, además en la actualidad esta totalmente desarmado el camino en la cumbre, descendería por el camino Santo Domingo; pasaría por el centro de Najera y cogería la antigua carretera a Alesón y se quedaría a otros 50 m. del canal del Najerilla, coincidiendo con la de Isaac (imágenes 024 a la 035); de cualquier forma es totalmente imposible tomadas estas medidas que la mansión Tritium Magallum este Tricio porque sobrepasa los dos accesos de entrada en Tricio, el primero viniendo de Varea y la LR-136; si las distancias quedarían más atrás en uno de los accesos no llegaríamos en las distancias requeridas a Briviesca; porque habrá que dar la razón a las Crónicas Najerenses en el punto 26 del libro segundo, «El rey Garceano (Sancho Garces I) envió unos mensajeros a Ordoño para que se dirigiera a atacar las ciudades de los traidores, Nájera y Viguera. Este viniendo con un gran ejército, ataco y aplastó y tomó la mencionada Nájera que desde antiguo se llamaba Trictio». (pp. 138 Crónica Najerense Ed. Juan A. Estevez Sola) anteriormente ya mencioné que las medidas desde el punto de Atiliana donde coincidan las distancias con la que había a San Torcuato (relacionado como vimos con las mansiones Segasemunclo y Lybia) exactamente en la Plaza Navarra. ¿Estaría aquí el Foro Romano?, conocemos el Foro de Calahorra que se encontraba en la Plaza del Raso, Urbano Espinosa (1984) (imagen 036) aproximadamente entre 2.600 m2 a 2.700 m2. En la Plaza de Navarra con la de la Plaza de España también mide entre las medidas mencionadas, (imagen 037) además contaria con una calle Principal que sería el Cardo de Norte a Sur; y el Decumanus por donde entra la antigua carretera de Santo Domingo de la Calzada y la salida a coger el actual puente peatonal de Nájera, cruzando la plaza, también podemos decir que la parte de la localidad de Najera que esta entre el monte y el río (a la que guarecían sus murallas por la parte del Rio, ver plano de 1851 de F. Coello de la ciudad (imagen 023) donde se menciona el estado ruinoso de las mismas, protegiendo no solo de los enemigos, si no también de las crecidas del río Najerilla. Destacar que esta parte de la ciudad tiene forma de barco, como los campamentos romanos (imagen 038). Sorprende que los montes de las laderas de la ciudad están plagados de cuevas (imagen 039), asunto que demostraría la teoría de Urbano Espinosa en su trabajo (El siglo V en
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el Valle del Ebro publicado en Murcia 1991) de lo que yo conozco, también se podrían destacar la habitación de cuevas en Briones, Rodezno, Angunciana, San Millán de Yécora, Haro y Briñas. Como expone el mismo Urbano Espinosa En Vareia en el Universo Romano en relación con el campamento de Varea y otro núcleo rural también con ese topónimo que se encontraba en la Custodia, la Varea indígena, de igual manera ocurriría con Nájera y Tricio, en este último se encontraría la población indígena y la administración Romana se dirigiría desde el campamento en Nájera. Sobre la ruta que toma la A-32, no tiene necesidad de entrar a la mansión de Tritium, ya que en esas fechas ya no lo es, por lo que no tomaría el camino del Arrabal de Najera, si no que desde aquí atravesaría el río Najerilla, en su prolongación pasaría cerca del vado del actual puente de la N-120, llama la atención que esta prolongación coincide con el Camino de Santiago, justamente cuando este se gira para dirigirse a Nájera, prolongando la recta y economizando camino, en los mismos metros que las anteriores propuestas, esta ruta se quedaría a unos 50 m del canal; pero este trazado tiene que atravesar un barranco, sin duda existe un acceso para salvar el barranco y que aquí muestro en fotografías y descripción del punto geográfico, dando mayor consistencia a la hipótesis y reafirmando la misma (imágenes 040 a la 045). Tomadas las medidas desde el hipotético Foro Romano, sito en las Plazas Navarra y España: 42º 25’ 01.86’’ N - 2º 44’ 01.07’’ O. (imágenes 046 a la 048) Nos encontramos de Norte a Sur Montalbo (antiguo pueblo de Torremontalbo) con Bobadilla aproximadamente 10.800 m; de Este a Oeste Hornos de Moncalviño con Hervias aproximadamente 12.600 m; de Noreste a Suroeste, la Ermita de San Vicente, donde pudo haber un poblado que controlaría ese paso del Ebro, con Berceo, aproximadamente 13.100 m; de Noroeste a Sureste, La Ermita de la Concepción con Castroviejo, aproximadamente 11.300 m todos los puntos cubrirían caminos de acceso a Nájera. (imagen 049). VAREIA 18 x 1538 = 27.684 m. Por la A-01 cruzamos el Canal del Najerilla, seguimos por la antigua carretera de Alesón, cruzamos la LR-136 que va a Tricio, hasta llegar a otro camino de acceso a Tricio donde tomamos dirección a la N-120 por la Serna cruzando el Yalde, debo decir que la naturaleza del camino recorrido en la antigua carretera de Alesón sigue hasta esta localidad, aunque personalmente creo que un posible camino a Alesón, tendrá que salvar muchas dificultades geográficas para economizar camino (imagen 050 y 051). La proposición de Isaac se dirige a la N-120 o a la paralela a la misma hasta llegar a Cuatro Caminos.
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En cuanto a la A-32, antes de cruzar el Canal ya observó que el camino era más elevado (imágenes 052 a la 055) y se ha ido limando con el paso del tiempo; cruzamos el Canal y nos dirigimos al punto de Cuatro Caminos para volver a enlazar con la A-01, hemos economizado 626 m. como se puede ver en las medidas tomadas. Cuatro Caminos Hipot. A-32 Cuatro Caminos V. Isaac Hormilla – Cuatro Caminos
6.088
42º 24’ 45.87’’ – 2º 38’ 13.43’’
6.714
42º 24’ 45.87’’ – 2º 38’ 13.43’’
12.541
11.915
626 m
Diferencia
Navarrete
+
+
6.652
42º 25’ 46.11’’ – 2º 33’ 49.09’’
Monte la Pila
+
+
6.208
42º 25’ 57.24’’ – 2º 29’ 09.04’’
Suma desde XVIII m. A-01
19.574
Suma desde XVIII m. A-32
18.948
Llegamos a Navarrete y de ahí nos dirigimos a las faldas del Monte la Pila, donde las obras de la Autopista AP-68, desdibujan los antiguos caminos que por aquí transitaban, por lo que se hace necesario acudir al Mapa de Logroño de 1939 anterior a la construcción de la Autopista para discernir el antiguo camino, en esta parte de la ruta encontramos que el camino toma desviación a Lardero, a esta localidad se dirigiría la A32, no tiene necesidad de pasar por Varea, porque ha dejado de ser mansión, más tarde retomaremos este camino para encontrar Barbariana. A-01 desde Monte la Pila
19.574
42º 25’ 57.24’’ – 2º 29’ 09.04’’
Rio Iregua
6.782
42º 27’ 36.24’’ – 2º 24’ 46.39’’
A 200 m K.404 N-232
1.328
42º 27’ 40.66’’ – 2º 23’ 48.55’’
Varea a 800 m.
XVIII
La versión de Isaac Moreno, para mí exclusivamente la ruta A-01 la hace pasar por Castil Seco para coger la Calleja Vieja y cruzar el río Iregua, antes de hacerlo se puede observar un camino por donde transcurriría la ruta (imágenes 056 y 057), pero que jamás traspasaría la línea del tren, 1.328 m se cumplirían las distancias después de haber traspasado 200 m el k. 404 de la N232; como la ruta viene de Calahorra sería 200 m antes de llegar a ese km. De ahí al Yacimiento de Varea hay escasos 800 m y con un acceso diagonal, algo muy parecido a Tritium; situamos el centro de mis medidas en el Yacimiento, ya que parece muy idóneo para ser el Foro Romano, o que este pudiera estar cerca de él, el lugar parece ser una plaza; tomamos el punto geográfico 42º 27’ 48.48’’ N - 2º 24’ 22.87’’ donde tomaré las equidistancias entre los puntos que tienen accesos a la mansión, o que los vigilan: de Norte a Sur, Barriobusto
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27.684
Yacimiento Romano
con Ribafrecha, aproximadamente 11.800 m; de Este a Oeste, Agoncillo con El Cortijo, aproximadamente 9.700 m; de Noreste a Suroeste, Viana con Alberite, aproximadamente 6.600 m; de Noroeste a Sureste, Ermita del Santo Espíritu con Murillo de Río Leza. (imagen 058) BARBARIANA 32 millas x 1538 = 49.216 Si hiciera caso a la versión oficial que nos dice que la A-01 y la A-32 realizan el mismo trayecto hasta Calahorra, después de Varea a 8 millas (12.304 m) encontraríamos Barbariana (Atiliana a Barbariana 32 millas, de Atiliana a Tritium 6 millas y de Tritium a Vareia 18 millas, 32 - 6 -18 (24) = 8), de Barbariana a Graccuris (Alfaro) hay 32 millas y de Vareia a Calagorra 28 mi-
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llas, 28-8 = 20 millas, luego 32-20 = 12 millas (18.456 m.) de la entrada de Calahorra por el Sureste, Rio Cidacos a la entrada de Alfaro por el Noroeste, el Río Alhama, hay aproximadamente 21.000 m.; es imposible que recorran la misma vía desde Cuatro Caminos a la Calahorra, ya que solo le hemos ganado 626 m. por lo que todavía nos faltarían alrededor de 2.000 m. para alcanzar la entrada de Alfaro. Se hace necesario reducir en esa distancia desde el trayecto que va de Cuatro Caminos a Calahorra, por lo que habrá que encontrar un atajo. HIPOTESIS DE UN ATAJO EN LA A-32 ENTRE EL MONTE LA PILA Y LR-260 DE 2.045 METROS FRENTE A LA A-01 A partir del Monte la Pila, la A-01 toma el camino hacia la Calleja Vieja, y la A-32 se dirige a la localidad de Lardero como se puede apreciar en la hoja 204 de Logroño primera edición 1939 del Instituto Geográfico Nacional, cuyo camino no solo es el principal acceso a esta localidad viniendo desde Navarrete, si no que lo pone en comunicación con la N-232 como se ve en la hoja 203 de Nájera primera edición 1936 del Instituto Geográfico Nacional, además de conectar con la Pasada de Los Blancos que comunica con Fuenmayor y el Cortijo el camino cruza Lardero (imágenes 059 a la 068) por su centro y sale en dirección a Villamediana de Iregua, con una trayectoria totalmente recta, cruza perpendicular el camino de Alberite que desemboca en la Calleja Vieja, y pasa el Río Iregua por un vado, es parte del camino marca los limites entre Lardero, Alberite y Villamediana, y le pone en contacto con otro camino también asfaltado que llega a Villamediana de Iregua, que nace de ese vado, desgraciadamente en la actualidad un simple puente es lo que separá a las dos poblaciones de ponerse en contacto en poco tiempo, ya que para llegar de una a otra hay que pasar por Alberite. Al llegar a Villamediana por el Saz, el camino entra por el centro de la localidad (imágenes 069 a la 075) pone rumbo al sureste, saliendo un camino a Agoncillo, donde encontraremos el Yacimiento de Valdelubriga y otro hacía Murillo de Rio Leza este será el que coja la ruta A-32 por la LR-259, ya en Murillo cruza el Río Leza por la Media Luna, y entre esta y por encima del Sotillo cruza el Río Jubera, hasta encontrar la LR-259 en dirección a Galilea, para desviarse a la izquierda por el camino de Ventas por los Calzones y de allí al Cañarral, para tomar el camino de la Muga Alta a Jubera, camino que marca los limites entre localidades; llega a la Muga Alta, límite de tres municipios (Murillo, Galilea y Corera) y coge el Camino de Barbarés, recorremos 400 m de este camino y al limite de los Tablones se cumplen las distancias a BARBARIANA: 42º 23’ 08.08’’ N – 2º 14’ 46.11’’ O; a 200 m el camino que desde Ocón le pone en contacto con San Martin de Berberana, por el Portillo de Barbarés (en la Hoja 204 de 1939 simplemente lo llama Barbarés) 400 m. después encontramos los Corrales
84
El Nuevo Miliario
de Barbarés (imágenes 075 a la 082), llama la atención la similitud de este topónimo con el de Barbariana, el uno mas berón y el otro más romanizado, pero tampoco soy el primero en relacionarlos, ya que lo hacen también Pilar Pascual y Hilario Pascual González en su trabajo «La mansión de Barbariana: se precisa su localización en el yacimiento romano existente en el topónimo Barbarés» (Murillo del Río Leza) publicado en Antigüedad y cristianismo: Monografías históricas sobre la Antigüedad tardía, ISSN 0214-7165, Nº 11, 1994, pags. 327-397. La diferencia fundamental es que estos dos investigadores situán la mansión en la A-01, justamente por donde transita el camino entre San Martin de Berberana a Ocón, entre las Callugueras y el Comunero, en el termino de Murillo y yo lo situó en el término de Galilea, cerca de Corrales de Barbarés. Desde la medida que me da las distancia de Barbariana punto geográfico 42º 23’ 08.08’’ N – 2º 14’ 46.11’’ O; trazo una línea a Santa Engracia de 8.715 m de igual distancia que del punto de la distancia a Barbariana a Aldealobos, también coinciden las distancias desde ese punto a Santa Lucía con las de Pipaona en 8.101 m (imágenes 83 a la 86) las imágenes dan las coordenadas por si se quieren comprobar. Solo queda que los arqueólogos se pongan a investigar la zona.
nº 9, Diciembre 2009
nยบ 9, Diciembre 2009
El Nuevo Miliario
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A-32 de Atiliana a M. Pila
28.176
42º 25’ 57.24’’ – 2º 29’ 09.04’’
Villamediana de Iregua
6.260
42º 25’ 30.27’’ – 2º 24’ 41.10’’
Murillo de Rio Leza
8.235
42º 23’ 50.56’’ – 2º 19’ 11.34’’
Cañarral
4.734
42º 23’ 09.07’’ – 2º 16’ 00.04’’
Los Tablones
1.811
42º 23’ 08.08’’ – 2º 14’ 46.11’’
Barbariana
XXXII
Conexión con la A-01
21.040
49.216
5.832
Corrales de Barbarés a 600 m. 42º 23’ 12.66’’ - 2º 10’ 50.39’’
Desde la distancia a Barbariana seguimos el camino de Barbarés, por la Plana de Costerueda, para coger la LR-260 y desde esta a la altura de Ribalba volverse a conexionar con la A-01 (imágenes 087 a la 091). A estas alturas de las dos rutas la A-32 le ha ganado a la A-01 2.671 m que nos permitirán llegar en perfectas condiciones a Graccuris e identificarlo con Alfaro. Hormilla – Cuatro Caminos
12.541
11.915
626
Diferencia
M. La Pila – Conexión
28.917
26.872
2.045
Diferencia
2.671
Total Diferencia
Total Camino no compartido CALAGORRA 28 millas x 1538 = 43.064 m. Seguimos la Ruta marcada por Isacc desde Varea, y que dejamos a 1.328 m después de cruzar el Río Iregua donde me daban las distancias a Vareia, atravesamos la LR-459 que viene de Arrubal el trazado de la vía coincide más o menos con los limites de separación de municipios hasta llegar a la Horquilla, de ahí seguirá camino hasta cruzarse con la LR-260, que es donde vuelven a juntarse la A01 y la A32 (imágenes 092 y 093). Recajo
5.082
42º 27’ 03.28’’– 2º 20’ 17.55’’
Cruce con la LR-459
7.852
42º 25’ 03.24’’ – 2º 15’ 35.63’’
Cruce con la LR-260 (A-32)
7.873
42º 23’ 12.66’’ - 2º 10’ 50.39’’
Matanza Nueva
7.125
42º 22’ 48.35’’ - 2º 06’ 01.26’’
Aguilarejos
8.511
42º 20’ 31.88’’ – 2º 00’ 40.86’’
A 250 m. Puente Río Cidacos
6.621
42º 18’ 06.37’’ – 1º 57’ 11.09’’
43.064
Centro Ciudad a 700 m
Calahorra
XXVIII
Desde esta conexión de las dos rutas, llevarán un recorrido común hasta Calahorra, y atravesará la ciudad por el Noreste a Sureste, por las afueras con dos accesos, uno por el Noreste muy probablemente por la actual Calle Doctor Chavarria, antiguo camino San Adrian y otro acceso Sureste desde la actual Calle San Miguel a coger la Calle Grande, ya que las distancias me salen en la actual Calle Tenerías, que dista de la Plaza del Raso, donde se sabe que fue el Foro Roma-
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no de la Ciudad, U. Espinosa (1984), a unos 700 m. Resulta muy instructivo el trabajo de Carlos Martín Escorzo sobre el mapa de Calahorra de Coello de 1851 (imagen 094) Estructura Urbana de Calahorra en 1851 editado en 2004 en Kalakorikos pp. 270-310. Mi toma de medidas para localizar los puntos equidistantes, alrededor de la Mansión de Calahorra, conforme a todas las mansiones que hemos visto en este
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recorrido de la A-01 lo realizo desde la Plaza el Raso. 42º 18’ 09.75’’ N - 1º 57’ 34.38’’ O: De Norte a Sur, Cárcar con Autol, aproximadamente 10.100 m.; de Este a Oeste, Funes con Tudelilla, aproximadamente 12.800 m; Noreste a Suroeste, Yacimiento de Falces con Arnedo, aproximadamente 15.400 m; y de Noroeste a Sureste, Sartaguda con Rincón de Soto, aproximadamente 11.800 m (imagen 095).
Dejamos Calahorra y cruzamos su Puente por el Río Cidacos dirigiéndonos a Rincón de Soto; primero por la línea del tren y pasado el Pardo coge un camino paralelo a esta, para en el Olivar ya casi en Rincón de Soto volver a la línea ferrea, por el Camino Viejo de Calahorra a Alfaro hace transitar la ruta de la A-032 Isaac; saliendo de Rincón de Soto, para pasados unos metros de Medialhijo discurrirla por N-232, de no haber econominazado los 2.671 m en la A-32 frente a la A-01, las distancias a Graccuris se darian en la Laguna justamente donde se separan la via del ferrocarril de la N-232, quedando el centro de Alfaro a más de 2 millas de distancia; eso demuestra que la actual teoría de coincidir desde Briviesca a Calahorra la A-01 y la A-32 es imposible, si se quiere ser fiel a las distancias.
GRACCURIS 32 millas x 1538 = 49.216 Desde que tome las medidas de Barbariana hasta llegar a las medidas de Calagorra hemos recorrido 28.089 = 5.832 + 7.125 + 8.511 + 6.621. De los 49.216 que dista Barbariana de Graccuris nos quedan 49.216 - 28.029 = 21.127 m. Resto desde Barbariana
28.089
El Pardo
4.210
42º 16’ 33.41’’ – 1º 54’ 55.81’’
Rincón de Soto
7.416
42º 13’ 54.52’’ – 1º 50’ 50.51’’
Medialhijo
3.935
42º 12’ 45.34’’ - 1º 48´ 25.22’’
50 m. pasado R. Alhama
5.566
42º 10’ 52.05’’ – 1º 45’ 26.94’’
Alfaro
XXXII
21.127
Esos 2.671 m nos permiten clavar las distancias a Graccuris a 50 m después de haber atravesado el Puente sobre el Río Alhama; y solo faltarnos unos 700 m al centro de Alfaro, desde esa medida (imagen 096) como ya hicimos en las medidas de Atiliana y la de Barbariana tomo medidas a Peralta (18.288 m) a igual distancia que Baños de Fitero (18.286 m) (imágenes 097 y 098 ); Marcilla (16.282 m) a igual distancia que Fitero (16.282 m) (imágenes 099 y 100); VillaItalia - Hispania
Centro Ciudad a 700 m
franca (11.339 m) a igual distancia que Cintruénigo (11.340 m) (imágenes 101 y 102); Milagro (7.148 m) a igual distancia que Corella (7.147 m) (imágenes 103 y 104). Si observamos la composición del cojunto que forman estas localidades con respecto a Alfaro, encontramos una estructura Norte a Sur simétrica, que no puede ser por casualidad, si no que esta perfectamente calculada desde Alfaro y alineada a esta localidad (imagen 105).
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Asturica -Terracone
49.216
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126.116
Tramo: Virovesca - Calagorra
144.572
Tramo: Virovenna - Graccurris
CONCLUSIONES 1. En esta parte del Mundo, a partir de Verovesca; las millas que se utilizaban no eran «passum» o «romanas», si no «olímpicas» o «griegas», de 1.538 m; como ha quedado demostrado; tras haber aplicado esa medida en todo el recorrido; y fueron utilizadas a lo largo de dos siglos, por lo menos. 2. Es completamente imposible que el tramo Virovenna - Graccuris transitase por la totalidad del tramo Verovesca-Calagorra; no comparten mansiones, obedecen a distintos intereses, la A-01, la más antigua viene de Italia, la A-32 cumple sus objetivos llegando a Tarragona. Aun midiendo en millas «olimpicas» la distancia entre las medidas de Calahorra al Sureste y
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Alfaro al Noroeste es superior a 12 millas «olimpicas». Es inevitable que la A-32 ataje en alguna parte de su recorrido frente a la ruta A-01, para cumplir las distancias del Itinerario. 3. No es por casualidad que salgan de dos lugares diferentes en Briviesca, tampoco que la A-32 evite pasar por Nájera y coger justamente el actual camino de Santiago, atravesando un vado por el actual puente de la N-120, o que halla un acceso para salvar el terraplén que hay en Nájera, las principales comunicaciones medievales se basan en las antiguas comunicaciones romanas.
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4. El atajo más significativo es el que se produce desde el Monte de la Pila, un lugar estratégico para la vigilancia de las comunicaciones; tampoco que la ruta se adentre en el interior de la Rioja, certificando la intensa romanización del territorio, para colocar después la mansión de «Barbariana», en un termino cuyo topónimo se asemeja como es «Barbarés», utiliza caminos que marcan antiguos limites de municipios, certificando la antiguedad del camino, no es por casualidad que sea la LR-260 la que vuelva a conectar las dos rutas; y también no debemos olvidar que esta avalado en la toma de medidas, y que la arqueología no nos habla de lo destruido, ni lo que queda por descubrir, y para identificar los yacimientos arqueológicos con mansiones de las diversas rutas existentes, se hace necesario que se ajusten perfectamente al Itinerario en tramos tan significativos como Briviesca, Calahorra y Alfaro; bien conocidos y documentados. Este es el principal problema que encontraremos en la A-34 de Virovesca a Pompelone, la solución no es exclusivamente arqueológica, si no también de identificación de la ruta y la medición de la misma; por eso trabajos como el Isaac Moreno, me parecen de los más interesantes y significativos; por el lujo de detalles que aportan, posiblemente no todos correctos, pero sin duda comprometidos en el estudio de las rutas que nos interesan identificar, ese es el camino del estudio, concretar, para luego abrir un debate constructivo que nos haga aprender más. 5. Este estudio solo ha pretendido medir, una ruta A-01 muy conocida, cuyos últimos estudios de Isacc Moreno (2001), y también de Carmen Alonso y Javier Jimenez (2008) ilustran perfectamente los detalles de esta ruta. Cuando he pensado que no se amparaba la realidad de la ruta A-32, he decido intervenir aportando mis hípótesis, cuya veracidad se basan en las distancias y las circunstancias por donde transita. 6. También debemos diferenciar entre rutas y vías, la A-01 y la A-32 son rutas del Itinerario, que tienen unas distancias y se dirigen a lugares, si seriamos esclavos exclusivamente de las vías, en Hormilla deberíamos dirigirnos a Hormilleja, ya que su camino es de un perfil altamente romano, un auténtico Camino de Romanos, peralte, línea recta, zadorras; un tesoro a conservar e identificar; pero estas dos rutas A-01 y A-32 no se dirigen a Hormilleja, ya que la vía a Hormilleja parece tomar camino a San Asensio y Briones (imágenes 106 a la 108). Lo mismo ocurre con la antigua carretera a Alesón en el termino de Nájera, la naturaleza de esa vía continua hacia Alesón, y de ahí parece tomar camino a Manjarrés (imagen 051), pero las distancias y el destino de las rutas no les habilita para que puedan ser los caminos posibles que estudiamos.
recibido, cuya explotación cultural rentará a toda la sociedad riojana y explica sus factores etnológicos y las relaciones entre sus pueblos y la antigüedad de los mismos. Espero que este estudio haya contribuido a ello. NOTAS BIBLIOGRÁFICAS: 1. La Red viaria antigua en La Rioja de Isaac Moreno Gallo publicado en el Miliario Extravagante en Diciembre de 2001 y su página web TRAIANVS.NET. 2. «La vía romana de Italia a Hispania a su paso por la Comunidad Autónoma de La Rioja». Carmen Alonso Fernández y Javier Jiménez Echevarria publicado en la revista Berceo del primer semestre de 2008 pp.191-226. 3. Repertorio de Caminos de la Hispanía Romana Gonzalo Arias editado en 1987. 4. «Valor métrico de la Milla Romana» Gabriel Puig y Larraz editado en el Boletín de la Academia de Historia tomo 33 pp 80-90 de 1898. 5. Los miliarios de la provincia Tarraconense de Joaquín Lostal Pros editado en 1992, pp. 131 y 132. 6. Revista Historia 16 año 32 nº 385 de Mayo de 2008 pp. 14-19. 7. Crónica Najerense de Juan A. Estevez Sola editado en 2003. 8. «El siglo V en el Valle del Ebro» de Urbano Espinosa publicado en Arte, sociedad y religión en el Bajo Imperio y la Antigüedad Tardía (Antigüedad y cristianismo VIII), Murcia 1991, pp. 275-288. 9. «La mansión de Barbariana: se precisa su localización en el yacimiento romano existente en el topónimo Barbarés» (Murillo del Río Leza)» publicado en Antigüedad y cristianismo: Monografías históricas sobre la Antigüedad tardía, ISSN 0214-7165, Nº 11, 1994, pags. 327-397. 10. Estructura Urbana de Calahorra en 1851 de Carlos Martín Escorzo editado en 2004 en Kalakorikos pp.270-310. 11. «En Vareia en el Universo Romano» de Urbano Espinosa editado en 1995 en HISTORIA DE LA CIUDAD DE LOGROÑO, TOMO I pp. 115-122. 12. «Noticias sobre las vias, poblaciones y ruinas especialmente de la época romana en la provincia de Alava» Francisco Coello, editado en 1875 en Madrid Imprenta T. Fortanet.
7. Se hace necesario la defensa de estos caminos y la identificación de los mismos por parte de la Administración, su perdida, es también patrimonial de un legado
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PERDIENDO EL TIEMPO Isaac Moreno Gallo Aficionado a las vías romanas
Observo en El Nuevo Miliario nº 8 la reacción de Ángeles Magallón, a raíz de la presentación de nuestro libro, que trata sobre la vía romana de Caesaraugusta al Beneharno. Nuestro trabajo ha perseguido y seguramente ha conseguido, la identificación de la vía romana denominada así en el Itinerario de Antonino, junto con la localización de sus últimos restos estructurales, cosa esta hasta ahora nunca realizada ni publicada por nadie. Entiendo la reacción de esta doctora, pero no pasaré por alto su falta de objetividad, ni el sesgo e inexactitud de sus afirmaciones. El recorrido de la vía aquí descrita, no coincide ni un metro con el que proponía para la vía así denominada en su tesis doctoral. Ni el recorrido general de esta vía coincide con el suyo, ni otros muchos de los recorridos descritos coinciden en nada con los que describió en su tesis. Los restos estructurales que he encontrando en el arduo trabajo de campo, desde tierra y desde el aire, como estos que he aportado en el texto ahora publicado, brillan por su ausencia en las vías de su tesis doctoral, al igual que en cualquiera de los pocos textos publicados por ella sobre vías romanas. Probablemente tenga motivos reales para temer que nuestro trabajo hasta ahora realizado evidencie la falta general de rigor del suyo. Tal vez los resultados obtenidos por nosotros la molestan y lejos de aportar otros mejores, prefiere protestar e intentar minimizar la labor de los demás, descalificando de paso a la persona del investigador, cosa propia de quien no está preparado para competir. Pero lamentamos, sobre todo, el tiempo que nos hace perder esta respuesta, pues ni lo tenemos para estos asuntos de patio de vecindad, ni esta señora doctora lo merece por habernos hecho perder muchísimo tiempo ya, como lo hicieron antes algunos de sus mediocres colegas que se encargaron de estos temas de las vías romanas en España. Una de las facetas más decepcionantes de la investigación de las vías romanas, es la cantidad enorme de tiempo que se llega a perder en el proceso de búsqueda de los vestigios de las estructuras que certifican
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la presencia de las carreteras que construyeron los romanos. Pero es mucho más lamentable ese tiempo perdido, que se mide en muchos días, meses, e incluso años, como consecuencia de lo escrito por ciertos autores que se han ocupado de estos temas en décadas pasadas. Certificando así, que ellos no perdieron en ello ningún tiempo. Sencillamente, ni se movieron de su casa. Aunque inicialmente ya es sospechosa la ausencia de fotos o dibujos de las estructuras que prueben la fiabilidad del trabajo, no nos hemos visto libres de recorrer kilómetros y kilómetros de caminos supuestos como romanos por estos autores, que les certificaron como romanos sin criterios objetivos. Unas veces sin pruebas físicas de ningún tipo, otras paradójicamente ante estructuras pétreas bien conservadas que no eran otra cosa más que la prueba de la modernidad del camino. En la década de los setenta del siglo pasado, aparecieron trabajos en los que se describían la red viaria de determinadas provincias de España. A pesar de la ausencia de estructuras que demostrasen la verosimilitud de semejante red de caminos romanos, sirvieron para superar la tesis doctoral de sus autores, así que en los ochenta les siguieron otros y más tarde, otros más. Caminos de toda clase se recogieron en las numerosas líneas pintadas en los mapas. Variopintos puentes, supuestos como romanos, aparecían fotografiados como prueba de que el camino también lo era, o viceversa. Estos textos, que era casi todo lo que había, ignoraron incluso el trabajo de los grandes prospectores de siglos pasados, que fueron quienes demostraron con asombrosa precisión el trazado de muchas vías romanas en España: Lemaur (ingeniero), en 1764, encontró todas las estructuras de la vía romana entre Astorga y El Bierzo (30 km) y las aprovechó para colocar sobre ellas las de su carretera. En sus legajos da noticias de otras vías de Castilla que, por los datos geográficos que aporta, evidentemente conocía.
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Algunas de las secciones que dibujó Saavedra, procedentes de su prospección de la vía romana en Soria
Loperráez (canónigo), en 1788, ya conocía perfectamente los vestigios de gran parte de la vía desde Augustobriga hasta Vxama (66 km), e incluso más allá de Clvnia en la provincia de Burgos. Esa misma vía que en Soria, Saavedra (ingeniero) recorrió y describió en 1860, pero sin descubrir nuevos trazados que no hubiese dibujado ya Loperráez en su mapa. Manuel Echanove (ingeniero), allá por 1790, encontró casi toda la vía Aquitana entre Burgos y Pancorbo (50 km) cuando hizo la carretera actual N-I, dibujando además con buena precisión su estructura.
Su amigo Prestamero (cura), en 1796, describió algunos trozos más por Álava, algunos bien acertados (unos 30 km). Pero dio noticias muy precisas de muchos más, que desde luego conocía, por lo preciso de las referencias, entre Briviesca y Zaragoza. El Maestro de Obras, Fernando Rodríguez, en 1796, entre los muchos dibujos que realizó de las ruinas romanas de Mérida, dibujó con notable precisión una sección transversal de la vía romana cerca del puente del Albarregas.
Sección transversal de la estructura de la carretera construida por Echanove y de la vía romana que encontró
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Sección transversal dibujada por Fernando Rodríguez en 1796 en la Vía de la Plata, cerca del puente del Albarregas.
flejados con su propio nombre de «romanos» en los mapas topográficos que los técnicos del IGN, en una intensa y precisa labor de campo que duró decenios, supieron elaborar para el servicio de la ciencia posterior.
Sección tipo de la vía romana prospectada y dibujada por Llanas en 1889.
Entre estos mapas del IGN y nuestros días, los estudios universitarios de Historia y Arqueología que inculcaban las teorías de Bergier sobre la estructura de las vías, nos han proporcionado una serie de trabajos doctorales carentes de vestigios físicos reales de las vías romanas o llenos de enlosados modernos. De una u otra forma, estas tesis doctorales nos han brindado la mediocridad más desesperante como único apoyo en el trabajo de seguir descubriendo nuevos caminos romanos.
Francisco Coello (ingeniero), hacia 1860, formó los primeros mapas provinciales de España con calidad científica, recogiendo numerosas vías romanas procedentes de estudios anteriores en los mismos. Colaboró con Madóz en su monumental diccionario e hizo sus propias prospecciones de vías romanas en ciertas comarcas del centro peninsular.
Si finalmente nosotros hemos encontrado muchos caminos romanos, ha sido fuera de los trazados que se proponían en estos malos textos del siglo XX y siempre a costa de perder demasiado tiempo en pistas falsas. ¡Cuántos caminos revisados para constatar que allí no había ninguna estructura que pudiera ser considerada romana, cuántas horas en el campo para confirmar que aquello era un fraude, cuánto tiempo perdido!
Cipriano Martínez (ingeniero), en 1874, descubrió y describió las estructuras que encontró en una ardua prospección de campo de las principales vías romanas de León y Palencia (290 km). Su colega Enrique Gadea (ingeniero), en 1874, descubrió con asombrosa pericia todo lo conservado de la vía entre Astorga y Braga por Petavonivm (76 km). Otro clérigo, el escolapio Eduardo Llanas, recorrió, describió y hasta diagnosticó el estado de conservación de la vía romana entre Lérida y Huesca, en 1889. Dibujó con mucha precisión su sección tipo. Probablemente las referencias cartográficas a «vía romana» que hoy encontramos en este tramo se deban a la labor de este hombre. Y otros muchos eruditos de su época, hicieron esta labor en las otras partes de España. De esta forma, gracias a ellos, estos mismos caminos quedaron re-
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Y entre estos trabajos, podemos destacar la descripción de la Red Viaria Romana de Aragón. Siguiendo el rebufo de los colegas que se adelantaron a su autora, si algún mérito tiene esta respecto a ellos, es el haber sabido multiplicar por tres (provincias) las fantasías identificadoras que los otros habían limitado a territorios menores. Como ya habían hecho los anteriores, bajo la dirección espiritual del Itinerario de Antonino y la más atrevida del Anónimo de Rávena, que ni siquiera describe vías romanas, encontró la vía romana cerca de Alagón en el Camino de la Vía Vieja pero, lástima, porque la referencia de los mapas era a una vía de ferrocarril desmantelada. Pasó la vía junto a un miliario anepigráfico que creyó encontrar en un mojón, visible desde la carretera, de la Cañada Real entre Huesca y Almudévar. Si hubiera conocido las decenas de ellos iguales que existen en ese tramo, pero solo visibles internándose en el campo, no hubiera pensado lo mismo.
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La gran mayoría de las fotos de esta «tesis» publicada son de terceros, que no de la doctorando. Material de segunda mano donde los haya, que para más demérito rara vez representa a vía romana cierta. No se escapó tampoco su trabajo al estándar acostumbrado en este tipo de obras, presentándonos muchos puentes romanos que no lo son, junto con innumerables líneas en los mapas, trazando caminos por los que no viajaron los romanos. Hoy, después de averiguar cómo eran las vías romanas, en qué consistían y donde estaban, sabemos que el grueso de los caminos descritos por este grupo de textos doctorales ya no son romanos y los numerosos puentes con que los adornaban, tampoco. Sin embargo, sus autores, siguen siendo doctores. Esta es la paradoja. Hemos visto a los toreros devolver sus medallas ante la mínima duda de su ajuste a mérito. Los toreros alardean de algo llamado vergüenza torera y no necesitan medallas, demuestran su valor en cada actuación. No veremos esta actitud en quienes no han demostrado su valor en su momento, ni tampoco saben hacerlo después. Están en el polo opuesto a la actitud torera. Antes y ahora, un montón de líneas en un mapa no demuestran nada. Las tesis doctorales formadas por argumentos que no se han demostrado (hipótesis) representan, además, un agravio infame para quienes han superado las suyas con obras intensamente trabajadas, viajadas, con argumentos sólidos, de difícil superación y de referencia obligada para las generaciones de investigadores posteriores. Que las hay y muy buenas. Porque es ciencia lo que se demuestra y no otra cosa, no están libres los doctorantes de su responsabilidad en el deterioro de la disciplina a la que representan porque, en esta coyuntura, tanto es el que da como el que toma. Ni tampoco favorece al crédito de las humanidades, en el caso que nos ocupa, la inexactitud con la que se manejan este reducido grupo de sus representantes. Vivimos por fortuna en la era de la información. Cualquiera puede mostrar sus trabajos, habilidades o torpezas, públicamente. Ahora, en Internet, todo es sometido al juicio de la inteligencia de los cientos, miles, o millones, de personas que entiendan lo que leen y ven. Ya no es posible sustentarse en un decimonónico status de humo, ni en papeles enmarcados.
y el fraude no tienen cabida en las sociedades avanzadas. Y porque obras son amores y no buenas razones, la autoridad científica de estos sujetos, queda para quien no conozca sus obras. A pesar de todo, sin sorprendernos de que tan venerable doctora haya bajado al patio del Nuevo Miliario para ladrar a quien cabalga en dirección contraria, no entendemos tanta intranquilidad. Ni su doctorado ni su titularidad de profesora, que se encarga de destacar junto a su nombre, van a resentirse por los textos que no le den la razón. Ni siquiera evitarán que algún día sea catedrática. Cuando hace quince años fui al Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza en busca de información, encontré allí a esta señora de Letras que me reconoció sarcásticamente que no podía informarme de por dónde discurrían exactamente las vías romanas, porque en estas asuntos solo se manejaban hipótesis. Ya, entonces, pensé que nuestra civilización era afortunada por no sustentarse en «ciencias» como la suya. Y decidí ir a buscarlas yo mismo, por qué no. Empecé a perder dramáticamente el tiempo revisando algunos de los textos doctorales existentes (incluido el suyo) y buscando en el campo lo que aseveraban. Pero, ni estaban las vías romanas donde se decía, ni eran como se decía. A ver quién da más o, mejor dicho, menos. Desde entonces, me ha tocado aprender lentamente lo que he podido, no sin el estorbo manifiesto de lo hasta entonces publicado por estos supuestos sabios de universidad. Los aficionados, formamos parte de esa ciudadanía que ha costeado la formación de los supuestos profesionales para que sirvan a la sociedad, y también su doctorado. Y hasta las consecuencias de sus fraudes. Porque, a la luz de los trabajos de este grupúsculo de historiadores, se han señalizado ya como romanos y hasta dotado de centro de interpretación, una pléyade de puentes y caminos, desde el puente de Mantible, hasta el puerto del Pico, desde la vía del Besaya a la del Iregua, puentes de Luco de Jiloca, de Coruña del Conde, de Calamocha, de Tordómar, camino del puerto del Palo y el de la Fuenfría, el de la Capsacosta, el de Cirauqui con su puente y un largo etc., demasiado largo. Interminable.
En la jungla de la competitividad diaria en la que las gentes de nuestra época se desenvuelven, solo se admiten los resultados. Los buenos resultados. La posibilidad de vegetar vitaliciamente en un departamento universitario tocará a su fin, porque el adocenamiento
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Más traumática ha sido la variación del trazado de algunas de las modernas autovías para evitar su afección a supuestos caminos romanos, con modificaciones costosísimas y millonarias a cargo del erario público. Tal fue el desvío del túnel de Pesquera en la autovía de la Meseta, por el Camino del Besaya en Cantabria, o la construcción del viaducto del puerto de Béjar, en Salamanca, sobre el Camino Real de Castilla. Caminos del siglo XVIII que tal vez hubieran requerido otro tratamiento.
Cartel promocional del Camino de Santiago alternativo por la vía romana del Puerto del Palo (Huesca). Ninguna documentación avala el paso de peregrinos ni de romanos por semejante sitio
Por el contrario, yo he preferido identificar los caminos de los romanos a partir del conocimiento de sus estructuras del afirmado, de su trazado topográfico propio de ingenieros y del análisis de todos los complejos factores que intervienen en la construcción de las carreteras, una vez que ha quedado demostrado que las vías romanas son carreteras. He visto, analizado y fotografiado estas estructuras desde el aire y desde tierra. Las he publicado y seguiré haciéndolo. Pero, la doctora replicante que nos ocupa, no ha publicado nunca ninguna estructura de vía romana, ni ha aportado las pruebas físicas que sirvan para identificar ningún trazado de vía romana, ni desde el aire, porque no estuvo, ni desde tierra, porque tampoco, ni desde su despacho, porque por allí no pasan las vías romanas. No obstante, esperaremos pacientemente de ella los resultados que puedan ensombrecer a lo realizado por los demás. Nuestra sociedad no necesita doctores estériles, necesita resultados científicos.
Señalización de la calzada y del puente muy moderno de Cirauqui (Navarra)
Y aunque no le sea fácil conseguir en estos tiempos lo que no hizo de joven, tampoco nos acostumbraremos a la postura adoptada por un colega de su cuerda en un reciente Simposio sobre la Red Viaria Hispanoromana, cuando dijo: «Yo ya no estoy para ir a los sitios a ver las cosas que traigo aquí. Que lo hagan los alumnos».
Autovía de la Meseta. Túnel y viaducto de Pesquera (Cantabria) en plena construcción
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APOSTILLAS DEL EDITOR VETERANO
Santiago Palomero Plaza, alias «Titulciaman»
Cuando encargamos, y fue idea de este editor, a la Profesora y amiga Ángeles Magallón una recensión sobre el Simposio sobre «Comunicaciones romanas en las Cinco Villas» le estábamos encargando eso, una información razonable y razonada de lo que allí ocurrió para solaz y conocimiento de todos. En principio el encargo se cumplió bien, a mi juicio, en la primera parte resumiendo las principales aportaciones de Lostal, Sillières y Bienes, entre otros. El problema se suscitó en la segunda parte que ocupaba tanto o más que la primera y que se dedicaba monográficamente al largo comentario que la autora dedicó al libro presentado por Isaac Moreno en el citado congreso sobre la calzada romana de Zaragoza al Bearn. Eso no se lo pedimos los editores o por lo menos con tanta amplitud y en todo caso podía haber sido objeto de un comentario aparte que no mezclase información, que era lo que le pedimos, con opinión. Pero El Nuevo Miliario, le gusten mas o menos los comentarios, los respeta porque cree que es mejor que la Comedia Humana se muestre como es y no se esconda bajo el paraguas de lo políticamente correcto. Lo cual no quiere decir, por ejemplo, que este editor comparta expresiones como «arriesgada y orgullosa propuesta»(innecesario lo del orgullo), o que «es una excelente publicación de fotografías aéreas»(seguro que es algo más, tenga o no razón en los trazados propuestos). Y no seguiremos más por ese camino trillado. Se ha mezclado información con opinión en el lugar inadecuado, dos páginas más adelante hubieran bastado, pero tampoco es para rasgarse las vestiduras. ¿Quien sabe por donde iban las rutas antiguas y sus previsibles transformaciones históricas?. Un poco de humildad para todos y unos gramos de comprensión a los lectores inteligentes que son la mayoría de El Nuevo Miliario. El verdadero problema de fondo es la soterrada lucha entre «la espada y la pluma» en cervantina expresión, esto es entre «ciencias» y «letras», entre el «clan de los ingenieros» y el de los «arqueólogos», digámoslo a las claras de una vez. Situación algo enojosa, pero que se viene percibiendo en los últimos congresos. Intentaremos poner orden en esta cuestión desde El Nuevo Miliario, porque da la casualidad que este medio extravagante siempre ha defendido la participación de cualquier persona, por encima de su título
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o grado, incluso si se trataba de un aficionado o de un tipo que pasaba por allí, permitiéndole exponer sus ideas libremente. El Nuevo Miliario defiende como línea editorial que arqueólogos, ingenieros, topógrafos, documentalistas, geógrafos e historiadores, e incluso pastores o labradores formen parte de algo que el sentido común defiende: Un equipo de trabajo multidisciplinar mas apropiado a la evolución científica del siglo XXI que a los viejos trabajos de campo (humildes e imprescindibles) del XIX y XX en los que ingenieros e historiadores recorrían cada uno por su cuenta o en compañía , los viejos caminos a lomos de asno, emulando a Apuleyo en sus aventuras quijotescas. En la respuesta de mi también amigo Isaac Moreno tengo algunos comentarios que realizar, empezando por el irónico título «Perdiendo el Tiempo» (Nunca se pierde entre amigos) porque entiendo que su «defensa» a veces, también trasciende a lo personal (pasó en el número anterior(8) con «Mostolesman» (JRM) y «Miaccumman» (JJG), lo que ha suscitado algunas quejas razonadas y razonables entre nuestros lectores) y desde El Nuevo Miliario pedimos, en adelante, un poco más de «fair play» si me permiten el anglicismo. Ya sé que pedir «juego limpio» en estos tiempos en que los periódicos destapan una corrupción tras otra, puede parecer ingenuo, pero es que yo creía que los que perseguíamos un sueño eramos de otra pasta. ¿Por qué generalizar, Isaac, y llamar «mediocres colegas» a todos los que intentamos de buena fe (Abásolo, Abascal y un largo etc incluido un servidor) investigar con mejor o peor éxito los caminos y puentes antiguos de Hispania?... Cualquier tesis o hipótesis por fallida que sea sirve para avanzar en la investigación Isaac, sobre todo si se ha hecho con buena voluntad. A tu acusación otra vez generalizada sobre la investigación de vías en aquella época («supuestos sabios de universidad», «no se movieron de su casa», «estos malos textos del siglo XX», «aquello era un fraude», «sus autores siguen siendo doctores»), tengo que recordarte que los que humildemente recorrimos cientos de millas y fotografiamos con botas largas de agua y viejas películas de 400 asa puentes y bóvedas, que creíamos romanos, no estábamos cometiendo ningún fraude científico, pues en algunos casos, por ejemplo en mi libro sobre «Las Vías romanas en Cuenca» (1987)
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nos molestamos en medir sillar a sillar cada puente y dibujarlos en alzado y en planta para que pudiese opinar la comunidad científica. Entonces no teníamos el valioso libro de otro ingeniero, el también amigo Manuel Durán, pero incluso ahora, yo sigo dudando de que no sean puentes romanos algunos que Manolo no considera como tales. Es verdad que hemos avanzado en el camino y que hoy sabemos que se han confundido muchos caminos modernos y también puentes con obras romanas, pero las excavaciones de Silliéres o las que nosotros mismos realizamos en la Calzada (Corte L-1) (Palomero,1987), entre Ucleś y Segóbriga, abrieron una nueva vía de investigación, que gente como tú ha sabido continuar con éxito y hoy lo podemos celebrar en el portal «Traianus» todos juntos. También es verdad Isaac, que se han señalizado mal caminos y puentes modernos como romanos y que figuran en innumerables guías ,panfletos y hasta en centros de interpretación y museos; y que se han destruido demasiados tramos de caminos antiguos (modernos o romanos) pero también es verdad que vamos aprendiendo de los errores y que cada vez se valoran mas los estudios de paisaje antiguo y se han firmado Convenciones Europeas en esa dirección para preservar no sólo los restos de obras de fábrica o caminera, sino el paisaje histórico. Cuánta razón tenía el viejo profesor Grénier que aconsejaba, ante la dificultad de perderse en los vericuetos y laberintos de caminos modernos, medievales y ro-
manos, denominar como «Vías antiguas» a los restos de caminos que nos ha dejado la historia. Así quizás los museos, las guías turísticas o los panfletos no elucubrarían tanto ni con tan poco acierto. Visto que la Comedia Humana nos afecta a nosotros mismos, sigo pensando que Titulcia está en Titulcia, o sea en Bayona de Tajuña, pero me divierto mucho y para nada me enfado con que la ubiquen en los lugares mas disparatados y quijotescos que en el mundo han sido. Por eso firmo con el alias de «Titulciaman», para recuperar la senda del sentido del humor, que también es uno de los pilares de esta polémica, pero cariñosa y extravagante revista que es de todos, el Nuevo Miliario, heredera de quien ya saben y cuando ya saben y a su servicio hasta que ustedes quieran. A veces los árboles no nos dejan ver el hermoso bosque y el verdadero milagro que representa el que una revista como ésta salga a la luz, puntualmente dos veces al año, gracias a dos jóvenes y emprendedores editores, Carlos y Guillermo. Os pido, en adelante, un poco de comprensión y buen rollito para que procuremos entre todos no meternos en más berenjenales de los que ya tenemos; desterremos de una vez enfados, piques e indignaciones, salvo las normales. Es gracia que espero alcanzar de todos vosotros, los usuarios de El Nuevo Miliario.
VIAJE A LA ALCARRIA CONQUENSE CAMPOS VIOLETAS (A Santiago Palomero) «Tiene esta tierra de campos violetas el sabor de los sueños que ya han sido. Bostezan las cigüeñas en las torres, y parece que el tiempo no existiera. Algunos edificios se derrumban. Las nubes son las mismas que hace un siglo. Pero viene un escudo a recordarnos el orgullo feroz de lo que nace, y estas piedras serenamente cuentan que nunca morirá nuestra esperanza. Cabalga todavía el caballero. Intacto está su sueño de justicia. Tiene esta tierra de campos violetas el sabor de la historia y del futuro»
Modesto Calderón Reina
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Lo que se dice Debido al exceso de original, nos vemos obligados a aplazar la publicación, en la sección «Lo que se dice», de los tradicionales resúmenes de Archport y Traianus, que volverán en el número 10 de nuestra revista. No obstante, resumimos aquí las principales entradas publicadas en el blog de nuestra revista (http://elnuevomiliario.blogspot.com). 7 de julio de 2009: Bibliografía digitalizada de la Universidad de Coimbra 9 de julio de 2009: Los Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, on line. La desafección de la Cañada Real Galiana en Madrid. 11 de julio de 2009: El Proyecto Perdigões (Reguengos de Monsaraz, Évora) 13 de julio de 2009: El Plan General de Ordenación Urbana de San Lorenzo de El Escorial (Madrid) y Miaccum 14 de julio de 2009: El proyecto «Paisajes de Celtiberia» 18 de julio de 2009: Ingeniería antigua en Israel 20 de julio de 2009: La revista Al-Madan, on line. 23 de julio de 2009: La cuestión de Gibraltar 28 de julio de 2009: La excavación del foro romano de Pax Iulia en Beja 2 de agosto de 2009: Un excelente blog sobre arqueología y patrimonio La ciudad de Altinum (antigua Venecia) al descubierto 3 de agosto de 2009: Primera edición de mapas topográficos de Escocia 4 de agosto de 2009: Grupo de Investigación de Arqueoecología Social Mediterránea de la Universitat Autónoma de Barcelona 11 de agosto de 2009: Los diferentes caminos de Santiago, en la web 26 de agosto de 2009: El castro romano de Chao Samartín 8 de septiembre de 2009: Las vías romanas portuguesas, al día en el blog de Pedro Soutinho 18 de septiembre de 2009: X edición de los Congresos de Caminería Hispánica 28 de septiembre de 2009: Carta Arqueológica de Abrantes 29 de septiembre de 2009: Adiós al viejo «kilómetro cero» de la Puerta del Sol (Madrid) 4 de octubre de 2009: Open Archive: memorias de excavación británicas 6 de octubre de 2009: El anfiteatro de Portus (Ostia, Roma) 20 de octubre de 2009: Fuentes antiguas on-line en The Latin Library 6 de noviembre de 2009: Jornadas de investigación sobre Abarán (Murcia)
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Otras entradas del blog de El Nuevo Miliario que comentan Novedades Editoriales 7 de julio de 2009: Javier Andreu Pintado, Javier Cabrero Piquero e Isabel Rodà de Llanza (eds.): Hispaniae. Las provincias hispanas en el mundo romano 8 de julio de 2009: Javier Andreu (ed.): Los vascones de las fuentes antiguas. En torno a una etnia de la Antigüedad peninsular 13 de julio de 2009: Revista de Estudios del Campo de Montiel 23 de julio de 2009: María Hernández Martínez, Redes de comunicación y vialidad en el Lacio meridional 29 de septiembre de 2009: Darío Bernal (Coord): Arqueología de la pesca en el Estrecho de Gibraltar 30 de septiembre de 2009: Francisco Parra Luna y Manuel Fernández Nieto (Coords): El enigma resuelto del Quijote. 4 de octubre de 2009: Rui Morais, Self-Sufficiency and Trade in Bracara Augusta during the Early Roman Empire 7 de octubre de 2009: El barrio minero de Sierra Menera: la huella gráfica de una vida (1900-1987)
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NOVEDADES BIBLIOGRÁFICAS LA GUERRA CIVIL, MATERIA ARQUEOLÓGICA1 Alfredo González Ruibal (ed.): «Arqueología de la Guerra Civil española», Complutum, 19-2, Publicaciones de la Universidad Complutense, Madrid, 2008, 237 pp. Comentario Acostumbrados a las imágenes de colectivos más o menos voluntariosos (y voluntarios) de arqueólogos trabajando por amor al arte en las labores de localización de fosas comunes de la Guerra Civil española, nos complace comprobar cómo otros vestigios dejados por aquel añejo conflicto que reverbera en la memoria de varias generaciones han pasado a convertirse también —y por fin— en materia arqueológica. Lógicamente, por la ubicación del editor —Madrid— son las intervenciones realizadas en el entorno inmediato de la capital las que reciben mayor atención, destacando entre ellas, por la calidad de los trabajos y, en particular, por la cuidada contextualización histórica, los estudios de Francisco José López Fraile, Jorge Morín y A. Rodríguez Fernández (La Batalla de Madrid (1936-39), excavaciones en las defensas de la capital) y de Eduardo Penedo, Juan Sanguino, Jesús Rodríguez Morales, Javier Marañón, Ana Belén Martínez Granero y Marcos Alonso (Arqueología de la batalla del Jarama). En particular, resulta ilustrativo de hasta qué punto la arqueología, unida a un manejo adecuado de la documentación, puede resultar eficaz el trabajo de Álvaro Falquina, Pedro Fermín Maguire, Alfredo González Rubial, Carlos Marín, Alicia Quintero y Jorge Rolland sobre un aspecto muy poco estudiado, encuadrado ya en la posguerra: Arqueología de los destacamentos penales franquistas en el ferrocarril Madrid-Burgos. El caso de Bustarviejo. La mayoría de los trabajos inciden en esa línea, el tratamiento de los vestigios de la Guerra Civil con metodología arqueológica (y, así, destacamos los trabajos de Ricardo Castellanos —La recuperación de vestigios arqueologicos de la Guerra Civil española y Experiencia y método: el caso de Guadalajara— y de Jesús F. Torres y Santiago D. Domínguez —Monte Bernorio (Palencia): siglo I a.C. / 1936-1937 d.C. Arqueología de un campo de batalla. Y, aunque no faltan trabajos sobre la llamada arqueología forense (con un demoledor e inquietante estudio sobre las dictacturas latinoamericanas), agrada comprobar cómo poco a poco los vestigios dejados por la contienda —búnkers, nidos de ametralladoras, refugios, imprentas, campos de concentración, paisajes de batalla, líneas de frente…— se han ido convirtiendo también en materia arqueológica.
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La publicación del volumen 19/2 de la revista Complutum, editada por la Universidad Complutense, y dedicada a Arqueología de la Guerra Civil española, en realidad un paso adelante respecto al magnífico blog que sobre el tema ya se viene manteniendo desde esa Universidad2, viene a sancionar ese proceso, pues en la mayoría de los textos se trata de aplicar el método arqueológico a estructuras que, a estas alturas, ya sólo pueden estudiarse con método arqueológico y con documentación. Lo que tenga o no ese paso de asunción por parte de la sociedad actual de la Guerra Civil como una parte de nuestra Historia, ya sin el testimonio de quienes la vivieron directamente, es algo que se verá sólo con el paso del tiempo, pero creemos que es una buena noticia que en España se empiece a dar la situación propicia para el cambio de mentalidad que suponga que la Guerra Civil deje de ser un campo de conflictos para pasar a ser un campo de investigación… más o menos cruenta, claro está.
Carlos Caballero 1.- Este comentario amplía la noticia publicada en el blog de El Nuevo Miliario el 7 de octubre de 2009 (http://elnuevomiliario.blogspot.com/search/label/Guerra%20Civil) 2.- http://guerraenlauniversidad.blogspot.com
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MISTERIOS EDITORIALES EN LA VIA NOVA J. M. CAAMAÑO GESTO, La Vía Nova, 18 del Itinerario de Antonino, en sy reamo galaico, Monografias del Museo de Prehistoria e Arqueoloxia de Vilalba, 3, Vilalba (Lugo), 2009, 250 pp. COMENTARIO Los caminos del editor, como los de la divinidad, son a menudo inescrutables. Y, si como en este caso, el editor es una Administración, puede darse también la divina cualidad de escribir derecho con renglones torcidos. Un autor se doctora en 1976, con una tesis que constituye un hito en la investigación de las vías romanas en Hispania —reducida, hasta entonces, al memorable libro de Roldán y a aportaciones sueltas de otros investigadores, con el singular estrambote de Gonzalo Arias— y, con su Tesis, abre nuevas vías de investigación, recurre a metodologías nuevas, desempolva viejas teorías arrumbadas y aporta nuevas visiones que cambian la percepción global del trazado de una ruta. Muchos años después, cuando la investigación de la red viaria se ha convertido en algo cotidiano —en parte, sin duda, gracias a trabajos como el de Caamaño—, el autor responde a un encargo oficial y prepara una revisión de su trabajo cerrado más de veinte años antes. Son las postrimerías del siglo XX y han pasado muchas cosas en las vías romanas hispanas, muchas monografías, muchos trabajos de campo, muchas revisiones y nuevos planteamientos. Paralelamente, la destrucción de muchos vestigios que Caamaño consideraba ya amenazados en 1976 se ha producido en este casi cuarto de siglo transcurrido, y su estudio, apoyado en un laborioso trabajo de campo, adquiere, además, el valor añadido de servir de documento de un pasado que ya no existe. Luego, diversas circunstancias ajenas al autor, quizás también al editor —el cierre del Museo de Vilalba, su reconversión en algo completamente nuevo, cosas, en fin que pasan («unha serie de acontecementos que fixeron imposible a súa edición», según el director de la institución), retrasan la edición del libro… otros diez años más.
refiere en la Introducción), los capítulos 7 («Descripción del trazado de la calzada»), 8 («Mansiones viarias»), 9 («Obras de fábrica») y, especialmente, 10 («Restos arqueológicos en torno al trazado de la calzada») tienen hoy día un valor documental insustituible. Tengo para mí, ya lo he dicho en otro sitio, que no hay muchos lugares en el mundo donde este prodigio editorial sea posible: un libro duerme diez años en el limbo de los originales inéditos sin que se sepa nada sobre su destino inmediato. De quién es demérito eso, puede que sea difícil de esclarecer, o que quede para siempre en el patrimonio difuso de la responsabilidad compartida (y, por tanto, cabría aplicar aquí aquel adagio popular, «lo que es de todos no es de nadie», de tal suerte que nadie resulte, finalmente, culpable de este fenómeno), pero el mérito de que un libro cerrado hace un decenio sea ahora tan actual como entonces es, en exclusiva, de su autor, y es a él a quien hay que felicitar.
C.C.
En ese tiempo, se siguen destruyendo restos, se recuperan otros, se interviene en diversos puntos de la calzada, se excavan yacimientos, se inventarían miliarios, se redactan monografías… La calzada ya no es la misma, los estudios sobre ella han avanzado notablemente… el profesor Acuña Castroviejo, en su introducción, lo explica detalladamente. El trabajo de Caamaño sigue siendo en 2009 novedoso, eso es todo un milagro, especialmente si se tiene en cuenta que desde su última actualización (1999) hasta su publicación (2009) no ha habido lugar para nuevas revisiones y parece que nos enfrentamos a un incunable redescubierto. Pero, al margen de fijar una metodología seguida por muchos autores después (a la que el autor se
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PAUTAS PARA LA PRESENTACIÓN DE ORIGINALES EN LA REVISTA
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El boletín bianual El Nuevo Miliario acoge trabajos, noticias y comentarios sobre vías romanas, historia de los caminos y otros temas de geografía histórica de cualquier época, pero para la publicación de los textos se aconseja seguir las pautas que se describen a continuación: 1) Los trabajos tendrán preferentemente una extensión máxima en torno a las 15 páginas tamaño DIN A-4, incluyendo ilustraciones y bibliografía. Cada página de texto tendrá unos 2.500 caracteres. 2) En El Nuevo Miliario pretendemos respetar el medio ambiente; por ello, como norma general, y para reducir el consumo de papel, los originales, siempre que sea posible, se enviarán exclusivamente en soporte informático, en CD – Rom en el que se incluirán el texto y, por separado, las imágenes (planos, mapas, fotografías, etc.), o por correo electrónico. Únicamente en aquellos casos en que los autores consideren que los trabajos deben de ir maquetados de una forma concreta se enviarán los originales impresos en papel. 3) Del mismo modo, se aceptarán preferentemente las fotografías (preferiblemente no más de tres o cuatro por trabajo) enviadas en soporte digital, en formatos .jpg, .pct o .tif, con una resolución mínima de 300 ppp. Para los planos y mapas, que se enviarán como imágenes, se aceptará además el formato .pdf. Circunstancialmente se aceptará el envío de fotografías, mapas o planos originales para su reproducción, que serán, en todo caso, devueltos al concluir la maquetación del trabajo. 4) Las imágenes se acompañarán, si los autores lo consideran necesario, de sus correspondientes pies, que se presentarán en una relación al final del texto. 5) Los trabajos podrán incluir notas bibliográficas y notas a pie de página (aunque, preferiblemente, se evitarán estas últimas y, en todo caso, se publicarán como notas finales), mientras que la bibliografía se citará preferentemente recurriendo al Sistema Harvard, (Autor, año, título, lugar de edición) de este modo: - FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, P.F. (1987): Sobre el neolítico y otras antigüedades de la región de Murcia, Revista de Estudios Peninsulares, 17. LA FECHA prevista DE CIERRE DEL NÚMERO 10 de El Nuevo Miliario estará en torno al 5 DE MAYO DE 2010
Boletín de suscripción y petición de números atrasados Deseo suscribirme a la revista EL NUEVO MILIARIO hasta diciembre de 2010 Datos personales: Nombre y apellidos: Institución: Dirección de envío (vía pública, localidad, ciudad, provincia, Estado): Teléfono (opcional): Correo – e: Tarifas (indíquese la elegida): - Ordinaria: 24 € - Institución: 36 € - Pensionista, parado, estudiante no acaudalado: 15 € Números atrasados (10 €/ud.): nº2 (jun. 2006)___ nº 4 (jun. 2007)___ nº 5 (ene. 2008)___ nº 6 (jun. 2008)___ nº 7 (dic. 2008)___ nº 8 (jun. 2009)___ Los números 1 y 3, agotados, se envían en PDF al precio unitario de 3 € Forma de pago: - Domiciliación bancaria (indicar entidad, ofi cina, digito control, nº de cuenta): - Transferencia a la cuenta 2042 / 0151 / 13 / 3300007855 - Cheque nominal (a nombre de Carlos Caballero o Guillermo Reher) Firma (imprescindible en caso de domiciliación): Este boletín puede enviarse por correo ordinario a: Carlos Caballero María de Guzmán, 49. 5º C 28003 MADRID
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nยบ 8, Junio 2009