La naturaleza II

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LA NATURALEZA REVISTA DE CIENCIAS Y DE SUS A PLICACIO ES Á LA S ARTES Y LA INDUSTRIA.

SEMANARIO ILUSTRADO.

PRECIOS Y PUNTOS DE SUSCRICION: MADRID: PrZARRO, 15 , BAJO. - PARIS: RuE DE PROVENCE, rg. 80 reales al año para la Península y 30 francos para el extranjero, y 42, reales ó 15 francos respectivamente por semestre.


REVISTA DE CIENCIAS Y DE SU APLICACION A LAS ARTES Y A LA INDUSTRIA

.

PERIÓDICO SEMANAL ILUSTRADO.

PRirvIER AÑ0-1878-T0 10 II.

PROPIETARIO;, G.ERENTE¡S, fEROJO

.ff ERMANO¡S.

OFICINAS: MADRID: Pizarro, 15, bajo .

PARIS: Rue de Provence, 19.


MADIHD: TII' OG lU FÍA. E ST E HE O'l ' I PLI PE110JO 1'1B~DJZADAL, 64


\ Núm . 27.-1.º Junio 1878 .

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LA NATURALEZA REVISTA DE CIENCIAS Y DE SU APLIOAOION Á LAS ARTES Y Á LA I NDUSTRIA.

OJEADA HISTÓRTOA SOBRE LA LUZ PRODUCIDA POR LA ELECTRICIDAD.

(Continuacion.- V éase página 367.)

En 1727 fué cuando hizo Grey el descubrimiento más importante y digno de ser colocado en los anales

de la historia ele la electricidad, despnes de los ele Thales de Milete. · En los experimentos ele este sabio, hechos en colaboracion con Checler, reconoce, en efecto, que ciertos cuerpos, y más especialmente los metales, conducen, segun la expresion por él usada, la virtud eléctrica,

Luz cléclrica producida por una máquina del siglo xvnr. (Segun el abate Nollet.)

permitiendo que se transmitan á grandes distancias las propiedades atractivas de las sustancias frotadas; y habiendo asimismo observado que otros cuerpos, como la seda, no gozaban de las mismas ventaja~, se encontró con el invento de la conductibilidad eléctrica, pu2. 0

SEMEST RE,

diéndose tambien decir, que este sabio experimentador, llegó, por lo ménos, á presenti r los fenómenos de influencia. Dnfay, miembro de la Academia ele Ciencias de Paris, é intendente del Jardin Real, tomó muy á pecho 1


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los experimentos que acabamos de inelicar en las anteriores línea ; repitiéndolos cuidadosamente, y variando las circunstancia en que . e ,erificaban, fué el primero que tu,o la gloria ele sacar una chispa de un cuerpo animado. Aunque hoy el hecho no causa en nuestro ánimo género alguno ele maraYilla, en aquel entónces hizo tan grau sensacion en el mundo científico, que el presbítero Nollet llega á decir, que jamá se borraría de su ,ínimo la impre ion ele sorpresa que sintió ante el espectáculo del fenómeno. «El paciente dice, experimentó en este caso un pequeño dolor, comparable á. un pinchazo de alfiler, ó al que origina una ligera quemadura producida por una chispa de fuego, siendo tan sensible en las partes cubiertas por el vestido, como en l::t. cara ó en las manos.» De pues ele haber descubierto l::t. conductibilidad ele los cuerpos meMlicos, pasó Grey á estudiar los penachos luminosos, ó se1.1. la e,asion que verifica por las pun,tas la electricidad, y como consecuencia ele sus experimentos, dedujo que, por mcclio de la electricidad se podía producir una llama explosiva, y causar la ebulliciou del agua fría. «Aunque estos efectos, añade, no se han obtenielo ha ta el pre ente nuís que en pequeño, creo probable que con el tiempo podrá hallarse el medio ele obtener en mayor cantidad el fuego eléctrico, y por consiguiente aumentar la fnerza ele este agente, que, si parva de magnis componere licet, por muchos experimentos, parece er de la misma naturaleza que el del rayo y el relámpago.» Bien pronto la nuc,a ciencia llegó á cautivar al profesor ele lenguas muertas de la universidad de Lcipsick, "\Vinkler, y hé ahí que :i poco llegó este sabio á aumentar 1a fuerza ele las mtíquinas, hasta entónces conocida, reforzando para ello la ,elociclad ele rotacion de los globos ó cilindros que las constituían. 8egun las Memorias que mucho natmali. tas nos han legado, haciendo dar á uno ele estos globos 680 vueltas por minuto, y frotando su superficie con una bayeta, se llegó á sacar sangre del dedo, á quemar la epiclérmis y á producir, en fin, el efecto ele un caustico. El benedictino escocés, R. P. Gorclon, aumentó hasta tal punto el número de chispas, que el hombre escogido para el experimento las sentía de piés á cabeza, y los pajarillos quedaban muertos, y clespues ele él, el Dr. Ludolf se sirvió de la chispa eléctrica para inflamar el éter. l\I. Boze dió novedad más extraordinaria al experimento, empleando un chorro de agua como conductor para inflamar los licores espirituosos. En una l\Iemori1.1. leitla á la , ocieclad Real el G de Febrero de 1746, el Dr. W atson hizo notar: primero, que las chispas eléctricas aparecían con colores diferentes, segun la naturaleza ele las sustancias ele donde partían; y segundo, que la luz parecía mucho más roja cuando salía de cu~rpos en bruto, como el hierro mohoso, el cobre oxitlaclo, etc., que cuando procedía de cuerpos ele superficie pulimentada. Por desgracia no encontró la Yercladera causa de- estos fenómenos, porque en yez de ver que la chispa estaba formada de moléculas Yolatilizaclas ele los mismos conductores, creyó que la clife-

rencia de coloracion procedía ele la reflexion diferente ele la luz sobre los cuerpos. Quizá fué este fí ico el primero que produjo el alumbrado eléctrico, puesto que hace mencion de haber con cuatro ele sus globos producido penachos ele luz tan grandes y tau prfocimos entre sí, que en la cámara oscma se percibían distintamente las facciones ele trece personas que presenciaban el experimento. En este mismo año de 1746, l\Iu chcnbrock y Cuneo ele cubrían los principios ele la conclensacion eléctrica, y la botella de Leycle llegó á constituir b noYcclad más admirable que hasta aquel tiempo se había visto en materia de electricidad. Empero la aplicaciou de este ageute al alumbrado, se hizo aún esperar por mucho tiempo. En efecto, apénas hace hoy un año que 1\1. Jablochkoff llegó á producir en la luz una division mayor que la ya por él obtenida por medio ele corrientes interrumpidas, que pasaban á las armaduras _de condensadores ele una capacidad electroscópica considerable. Este interesante experimento, ni fué entónces aplicado al alumbrado inclu trial, ni áun hoy ha salido ele la esfera ele experimento, y por esto, en razon ele su gran importancia, yo no hago m tís que mencionar ele pa acla el gran descubrimiento ele 11Iuscheubrock. Esta rápida reseña ele la historia ele la chispa eléctrica, nos muestra que, si fueron necesarios Yci.ntitres siglos para pasar el.e rhales tle l\íileto, á quien un autor apellida ingeniosamente padrino de la electl"icidad, á Otto ele Guérich, primer mortal que pudo percibir el resplandor ele la electricidad cuando aún no se había producido la chispa propiamente dicha, no fué necesario mi\s que un siglo para hacer que esta misma cl1i pa produjese esa luz hermosa que constituye el verdadero alumbrado eléctrico. Dejemos coner otro siglo, y obtenclremo que esta luz franquee el gran ,acío que se interpone entre un mero experimento y la Yerdadera pdctica. El Dr. Désaguliers, Frankli11, el presbítero Nollet, Cantan y el padre Beccaria, prosiguieron los estuclios que acabamos someramente de resumir, pero bajo el punto de vista propio de este escrito, no ofrecieron á la ciencia uingun resultado que en particular merezca apellidarse nue,o. Fuerza es ya que pasemos desde J7j0 á 1800, ó lo que es lo mismo, drjemos atras medio siglo, poco más ó ménos, para consignar un progreso que desde cutónces acá. no ha encontrado fronteras q uc vengan á oponerse en sn r:ípicla carrera. Hablamo ele la pila descubierta por V alta y perfeccionada por los Becquerel, los Daniel!, los Bunsen, á la cual debemos exigir la realizacion de la luz eléctrica en todo su apogeo, ó para darle su verdadero nombre, del arco voltaico. Sir Humphry Davy, se sirvió ele una pila ele 2.000 pares, que presentaban en actiriclacl nna superficie ele mús ele 80 metros cuadrados, obteniendo entre dos trozos ele carbon, puestos en comunicacion con los polos, una luz deslumbradora y continua q ne brillaba sin ruido que sensible fuese. Posteriormente consiguió separar más tle 10 centímetros los carbones, sin que dicha luz se extinguiese. Por el contrario, tL medida que ere-


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cía la separacion, el brillo de la luz se hacía más y más HISTORIA DEL TELÉFONO intenso, y el calor d·esarrollaclo entre aquellos bastaba para elevará la temperatura del roj o á más de uncenOONT.A.D.A. POR SU INVENTOR. tímetro ele cada uno ele los carbones. Antes de hacer un estudio cletallaclGi del arco vol(Conclusion.-Véase página 411.) taico, Llcbcmos mostrar las analogías y desemejanzas de la nueva luz de Davy con la de la chispa eléctrica La figura 1 representa la forma del aparato estudiada por los físicos que le precedieron. empleado para producir corrientes de electriciMas primero debemos dar algunas nociones -precisas sobre las cualidades y efectos de una corriente eléctrica, dad ondulatorias, que pudiesen trnnsmitir sonidejando á un lado, como pueden suponer nuestros lec- dos mú!tiples . A la extremidad- mayor y no cu tores, cuanto no tenga relacion directa con nuestro hieeta, h, del electro -imán de ramas desiguales E, se sujeta fuertemente por una de las punasunto. Al observar un manantial ele electricidad, echaremos tas la lámina de acero A, quedancle libre la otra ele ver que los hilos que transmiten la corriente y los punta sobre la rama menor del electro -imán . órganos mecánicos, ó no, en que terminan y que deben Poniendo en vibracion la lámina A, convertíase entrar en juego por la electricidad, podríamos compa- la corriente de la pila en ond~1latoria, y atrave rarlos con bastante exactitud á un manantial ele fuerza sando las ondulaciones el circuito BRWE', hamecánica, como la de una máquina de vapor, por ejemcían vibrase tambien la lámina correspondien plo, que tuviese para transmitir el movimiento piezas tales como los árboles ele asiento, las correas y los te A'. Luégo nos resolvimos á ejecutar nuestro engranajes, al propio tiempo que órganos semejantes á antiguo plan, y con este obj eto fijamos, de modo las máquinas útiles que la fuerza mecánica hace fun- que pudiese jugar con dificultad (fig . .2), uno de los extremos ele la lámina A en la rama no cucionar. En el primer caso, el trabnJo es debido á la electrici- bierta del electro-imán ele brazos desiguales, y dad, así como en el segundo al calor. el oteo á la membrana n, compuesta ele piel Los conclnctorcs ele la corriente no son, pues, más muy fina. Nuestea opinion era, que al habla r que órganos ne transmision que representan lo que cerca de la membrana n, ponclríase ésta en villamamos la rnsistencia pasiva' ele un motor. bracioñ, y comunicando igual efecto á la lámina · Todo el mundo sabe que si en un punto cualquiera crecen de un modo anormal, como por ejemplo, por de acero A, se obtendrían las ondulaciones ne causa ele uua rozaclnra las resistencias pasivas, una cesarias para la reproduccion del sonido, ahorparte del trabajo se transformará en calor. Pues bien, rando · así el empleo de corrientes eléctricas. lo mismo acontece cuando se trata ele la electricidad. Á peoporcion del cambio de densidad verificado En efacto, amnentcmos la rnsistcncia de un punto del en el aire al pronunciar cualquier palabl'a, variaconductor, disminuyendo su diámetro, y al punto la rá de intensidad la corriente ondulatoria, produparte resistente se calentaní, y tanto más, cuanto más ciendo esto en la lámina A', fija en- la extremidiminuta sea la seccionen que se experimenta, ele suer- ;•clacl del alambre ele recepcion, las correspo nte que el calor podr,í elevar esta seccion al rojo blanco. dientes atracciones, que, por guardar exacta Imaginemos, en :fin, que el conductor presente una proporcion con las de la lámina de em ision, no solucion de continuidad, de longitud ele 1 á 2 centímepodrán ménos ele reproducir, en ·timb1·e y en tros. 13i el manantial eléctrico es tan enérgico qne pueda vencer esta enorme resistencia, la corriente calenta- todo, el sonido que las produce. Así discurríamos, pretendiendo haber log rará los extremos ele los hilos conductores y franqueará el intervalo que entre ellos media, transportando las do el fin ele nuesleos deseos , cuando una triste pnrtículas de la sustancia que los constituye. Esta ca- realidad vino á ad vertimos ele la equi vocacion dena ele partículas presentará una resistencia tan gran- que padecíamos . N uesteo querido am igo i\fr. Thode que la temperatura se elevani en toda la cadena mas A . vVatson, que en los primeros experihasta el blanco clcslumbraclor. mentos secundaba nuestros esfuerzos, pretendió Este fenómeno de transporte se comprueba absolu- haber percibido un débil sonido en la extremitamente por la experiencia, porque si se hace saltar la dad á que aplicaba el oído; mas repetidos los chispa ó el arco entre dos· conclnctorcs ele metales difeexperimentos, fué irilposible adquirir certeza d el rentes, ele oro y plata por ej emp1o, húllan sc vestigios ele oro en el conductor ele plata, y por el contrario, par- hecho , por lo cual, clespucs ele repetidos experitículas de plata en el de oro. Siguiendo la cli.reccion ele mentos, cuyo resultado fué nulo, n os resolvila corriente, la cantidad de partículas que entra en mo- mos á disminuir en mucho la magnitud y peso vimiento, es mayor en uno ele los metales que en otro. _del resorte. Á este fin , se colocó en la punta ele la _lámina, fija al centro del d-i afragma, un resorte ( St continuará.) grueso como la uña ele un dedo y parecido en su forma á los que tienen los relojes: en la punta

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superior se puso un aparato nuevo, al efecto inventado. Con esta nueva disposicion se llegaron á reproducir distintamente varios sonidos, de los que el más satisfactorio tuvo lugar colocando uno de los teléfonos en el salon de actos de la Universidad de Boston , y el ·otro en el piso bajo del edificio contiguo. Cuando hubimos pronunciado delante del primero la frase siguiente: Do you undestancl what I say (Entiende V. lo que digo ), uno de nuestros discípulos, ápostado junto al otro aparato, nos respondió de uua manera clara y distinta, que nos produjo un inmenso placer y alegría: Yes, I -uncleslancl yo u perfectly

!ante ele la membrana, oíanse en un teléfono colocado en otro departamento de la Exposicion, verdarlerns reproducciones de las palabras pronunciadas, las cuales eran mucho mayores cuando se sustituía el agua con ácido sulfúrico diluido ó una disolucion saturada de sal comun. Tambien pudieron obtenerse sonidos articulados, mediante la vibracion de una lámina de plombagina sumergida en mercurio, en una disolucion ele bicromato de potasa, en agua saturada de sal, en ácido sulfúrico diluido, y áun en agua destilada. Las articulaciones que el instrumento primitivo producía, no podían ser más distintas, pero el aparato adolecía de la falta no pequeña de ser para su aplicacion necesario en

Fig. t.

(Sí, le entiendo perfectamente). Acaso contribuyera mucho á la clara auclicion ele tan buena respuesta, el ser tal la esperada por nosotros, pues la verdad es que la articulacion no estuvo del todo perfecta; mas esto debió provenir, y así lo confirmaron ulteriores pruebas, de la imperfeccion misma del instrumento. Para no molestaros haciéndoos la descripcion de cuantas transformaciones sufrió el aparato, nos limitaremos

. Fig. 2.

tan solo á deciros que pasado algun tiempo pudo, en la Exposicion del Centenario, en Filadelfia, salir á luz la primera forma de nuestro aparato, consistente en un teléfono receptor, que hacía fácil el hablará distancia, pero sin poderse recibir res2uesta. La solucion de esta última dificultad, fué objeto de nuevos trabajos, coronados con éxito tan feliz, como el que demuestra el"aparato representado en la figura 3, llevado tambien á la Exposicion ele Filadelfia. Un hilo de platino, fijo á una membrana per• fectamente estirada, completaba, á traves del líquido en que se hallaba sumergido, un circuito voltaico. Al articular alguna palabra ele-

Fig 3 .

cada cstacion otro que pudiese trnnsmitie los partes, ya que el primero no servía mas· que para recibirlos. En vista de esto resolvimos cambiar la construccion, y para mejor descubrir experimentalmente el verdadero efecto de cada pieza, de lo CL1al habían de resultar, como en efecto sucedió, muy úLiles enseñanzas, modifiqué la dimension y la tension de la membrana, el diámetro y espesor del resorte ele acero, la climension y poder del imán, y áun el grosor y número de vueltas que se había ele dar al alambre arrollado á los polos del imán. Bien pronto se conocieron los buenos resultados ele estos ensayos; pues con sólo disminuir las espiras del alambre y alargar el diafragma de hierro aplicado sobre la membrana, se obtuvo luego un notable aumento de sonoridad y no poca limpieza en los sonidos ar-


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ticulados. Finalmente, habiendo observado que el hierro podía con iguales ventajas en lo respectivo á la distincion de los sonidos sustituir la membrana ele piel, pusimos en vez de ésta una plancha de metal. Todas estas innovaciones van representadas en la fig. 4. Desde mucho tiempo se sabía no ser otro el efecto de la pila que el de imantar la parte central del hierro dulce del imán, por lo cual ahora se suprimió la pila, y en vez del hierro dulce se colocó una pequeña plancha de acero imantado, que .produce iguales, resultados. El intercs que la pµb!icacion de nuestros trabajos sobre el teléfono excitó en varias personas entendidas, las condujo á fijar sobre el mismo asunto su atencion , pudiendo. mu y bien ser que á alg unas de ellas se les ocurriese la idea de sustituir las pilas con imanes permanentes, entre las cuales merece especial mencion el profesor de Tufts-College, Mr. Dolbeer, quien no sólo

De la fig. 4 se desprende que no había más que dar un paso para llegar á la forma definitiva del aparato, á saber: darle una disposicion tal, que fuese portátil, lo cuál se consiguió sujetando el imán á la parte interior ele la empuñadura, modificacion tanto más provechosa cuanto de ella resultó quedar mucho más cómoda la embocadura. Aquí no podemos ménos de expresar nuestro profundo reconocimiento hácia aquellas personas consagradas en los Estados-Unidos al estudio de la ciencia, que nos prestaron notables servicios en cuantas mejoras hemos dicho introdujimos en el aparato, mereciendo especial mencion los profesorés de .Bronwn University, Mr. Peirce y Mr. Blake, y los doctores Channing, Clarke y Jones, quienes en Providence, poblacion del Rhode-Isla11d, ensayaron todos los medios posibles para dar al teléfono la disposicion más conveniente, siendo tan noble y caballero

Fig. 4.

Fig . 5.

pretepde haber. él inventado el teléfono magneto-eléctrico, sino que además lanza sobre nosotros la acusacion de haberle usurpado la invencion, cuyo secreto nos comunicó un amigo suyo y nuestro. La experiencia ha demostrado no ser tan conveniente una barra ordinaria como el que la forma del imán sea en herradura; así es, que habiéndose construido en Salem, poblacion del Estado de Massachusetts, el año 1877, un aparato con esta innovacion, segun representa la figura 5, se pasó aviso á las principales familias · de que el primer ensayo tend1·ía lugar en un salon del Instituto 'de la poblacion, y luego acudieron 600 personas que pudieron sin excepcion no sólo percibir distintamente el discurso que en aquel momento pronunciaba en Boston, distante seis millas de Salem, un orador, sino tam~ bien apreciar el . tono particular de la persona que hablaba, si bien para esto era preciso no alejarse más de dos metros del aparato. El mismo dia se remitió á Boston una relacion de. la conferencia habida en Salem, que á la mañana siguiente vió la luz pública en los periódicos.

su proceder, que de cualquier expe1·imento por ellos estudiado, y de cualquier resultado que sus experimentos producían, nos ponían de contado en conocimiento. Como era natural é inevitable además, al emprender dichos señores de nuevo el estudio de un aparato que nosotros veníamos de mucho tiempo atras estudiando , se les ocurrieron observaciones y modificaciones que ya nosotros habíamos consignado; con todo, sería pasar plaza de ingrato , si lo generoso de su proceder no produjera en nosotros para con sus personas el mayor aprecio y el más profundo agradecimiento. Siempre fu¡ de opinion, que fuese cual fuese la dimension del aparato, debía en todo caso existir entre sus partes debida proporcion. El primero que demostró haber de tener tamaño reducido los imanes de_l aparato, fué nuestro querido amigo el profesor Peirce, á quien tambien es debida la idea de la postrera y más cómoda forma que se le dió. Y aquí, siguiendo una conducta paralela á la que fué siempre norma de nuesti-os actos, y especialmente desde que emprendimos la invencion del teléfono, damos


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las más expresivas gracias al doctor Channing, de quien, dos días despues de construido el aparato con la reforma que ·el profesor Peirce nos sugirió, tuvimos el gusto ele recibir un ejemplar de los que en Providence fueron últimamente fabricados con la mira de que fuesen portátiles. En la prosecucion ele estos estudios nunca nos hemos olvidado del perfeccionamiento práctico de la telegrafía eléctrica, objeto único y principal de todos nuestros trabajos, desde los más tiernos años, habiendo á este propósíto encontrado no pocos hechos, que sin estar de un modo directo relacionados con nuestro fin peincipal, no dejan por eso de -ofrecer algun interes . Así, por ejemplo, hemos observado que al pasar una corriente eléctrica por un pedazo de plombagina ó de carbon, óyese paetir de estos cuerpos un sonido musical. Pero en lo que hemos puesto más cuidado, ha sido en examinar los curiosos fenómenos acústicos que al pasar por el cuerpo humano producen las corrientes. Si en el circuito de un aparato inductivo se fijan los dos alambres más gruesos á un interruptor, puesto de modo que intercepte la corriente, y los más delgados á dos láminas de laton; aplicando una de éstas al oido, percíbese un sonido muy claro, siempre que se toca la otra con la mano. Si se toman las dos láminas, una en cada mano, á más del temblor muscular que en los dedos se advierte, merece consignarse una serie no interrumpida de crugidos que en el dedo índice se siente al aplicarlo al oido, y que parece partir del ded9 mismo. Este sonido particular no lo oye nadie, por más próximo que se ponga, sino el que en sus manos tiene las láminas. ¿Y cuál es la causa de esto? pudiera alguno preguntar. Nos parece no ir descaminados al afirmar, que proviniendo el ruido de las vibraciones originadas en el oído cuando el dedo se le acerca, vibraciones causadas por las corrientes inducidas que desprendidas del índice atraviesan la cabeza, no es fácil pueda oir el sonido quien no esté en comunicacion con la corriente. Si dos personas ponen en contacto dos de sus manos, y en las otras dos cogen los alambres de una bobina de Ruhmkorff, al sentir la sacudida, prodúcese en las manos qué se tocan un sonido bastante perceptible, dejando este fenómeno de tener lugar, si las manos fueron previamente humedecidas. Cuando el contactq se verifica en cualquier otea parte del cuerpo, pródúcese tambien el correspondiente sonido, ofreciendo el de los brazos sobrepuestos la singularidad de ser tan fuerte, cruc puede oirsc áL1n á distancia <le

algunos piés. Todas estas producciones de sonido, _van por todo el tiempo ele su duracion acompañadas de sacudidas desagradables, que pueden fácilmente evitarse, sin que el sonido por esto se amortigü.e, interponiendo un papel entre las partes en contacto. Cuando la corriente intermitente de una bo bina de Ruhmkorff pasa á traves de los brazos de una persona, aplicando el oido á cualquiera ele los brazos, se oye con toda clistincion un sonido musical, producido sin duda por el biccps y los músculos del antebrazo. o es ménos curiosa una nota musical sumamente clara, que al abrirse ó cerrarse con rapidez la corrie~te en los alambrc,s gruesos, y tambien al tocar y separar de los alambres dos in terruptores, se percibe en la chi&.pa de la bobina de Ruhmkorff. Otra particularidad digna de consignarse, es la que el profesor Blake refiere . Hizo este señor un teléfono, en el cual sustituyó el imán permanente con una varilla de hierro dulce de seis piés de larga. Púsose un amigo á cantar con un tono musical continuo en la embocadura de un teléfono ordinario, puesto en comunicacion con la varilla ele hierro dulce, llegando la intensidad y claricrad del sonido, que con la posicion de la varilla variaba, á su máximun, al poners~ el hierro dulce en. la direccion de la aguja imantada. Este experimento ha sido despues por nosotros mismos confirmado. Al poner en comunicacion con la línea telegráfica un teléfono, óyense unas veces en él con toda distincion los sonidos de Morse; otras se notan ruidos singulares, efecto sin eluda de la influencia inductiva de los alambres vecinos y ele las corriente~ que de ellos se derivan, y algunas, por fin, se sienten notables sonidos causados por la influencia de las corrientes terrestecs sobre los hilos, con la particularidad de que en los últimos clan los sonidos á conocer hasta los defectos y nudos que presentan los alambres de la línea. Segun el profesor }fr. Blakc, puede la corvcrsacion telefónica entablarse áun sirviendo de medio los rails del camino de hierro, cuya conductibilidad es tanta, que llegan á hacer sensibles en el teléfono los sonidos que pasan por los hilos telegráficos, siquiera medie entre alam bres y rails la disLancia de 40 pjés. Tambien son los teléfonos sensibles á las auroras boreales, partiendo ele ellos ciertos sonidos, que Mr. Peirce fué el primero en observar. Pero entre todas las observaciones y casos en que tenemos noticias haber el teléfono ínter-


LA NAT URAL EZA venido, ninguno tan singular como el sucedido en Rhode-Island, donde pasando por encima de las casas un alambre como una milla de largo, provisto en cada uno de sus extremos de un teléfono, oyóse en cierta ouasion en uno de ellos una composicion de música cantada por una voz de mujer sumamente agradable, y acompañada por un instrumento paeecido al piano. Creyóse, como era natural, que la causa del fenómeno sería estarse en el otro extremo haciendo experimentos en el respectivo aparato; pero con grnn sorpresa supimos no ser cierta la suposicion. La noticia del suceso atrajo sobre sí la atencion de varias personas entendidas, entre ellas el Dr. Channing .y varios amigos suyos, quienes cerciorados ántes de que la linea estaba en su estado normal, pudieron con toda claridad observar á la misma hora del dia siguiente, durante dos horas, el mismo fenómeno, del cual Mr. Channing remitió á los periódicos rle Rho de-Island extensa relacion en un artículo que intituló ,,Cánticos,» confesando ser completamente desconocida la causa que los producía. uestro particular amigo ::\fr. Frederic A. Gower, nos hizo saber era muy débil la corriente terrestre requerida para- establecer un circuito ~elefó11ico, y para su confirmacion nos incitó á realizar ciertos experimentos que nos dieron resultados sorprendentes. Tomamos dos teléfonos adaptados á un solo alambre· que tenía 100 yardas de largo, y retirados á un jardín, entablamos conversacion con la mayor facilidad, con los teléfonos en la mano, siendo nuestros pro pios cuerpos los que por los piés establecían la corriente terreslre . El tiempo era hermoso y sereno, y la hierba que pisábamos, a l parQcer, muy seca. Iudamos de sitio á un terreno cubierto de arena, y pudimos oir con claridad los sonidos vocales, aunque algo amortiguados: probamos tambienr con buen éxito, sobre un mon ton ele ladrillos; pero al quererlo repetir so bre piedras amontonadas, viéronse nuestros es fuerzos frustrados . ro quiero pasar en silencio un hecho cudosísimo que en estos experimentos tuvimos el gusto ele observat·. Sentado Mr. Gower sobre una espesa ptadera, mientras el que tiene el honor de dirigiros la palabra lo estaba sobre una tabla, suplicámosle cantase una no La musical continuada, á lo que al punto accedió, oyéndoselo con gran claridad en nuestro teléfono. Causónos esto no pequeña sorpresa, y examinando con detencion alrededor vimos tocar en la punta del pié una hojita de hierba verde: apartada que fué la hoja, suprimióse todo sonido en el aparato; para mayor ccrLi-

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<lumbre tocamos de nuevo la hoja con el pié, y luego se volvió á reproducir la comunicacion interrumpida. Despues ele referidos los anteriores casos, pudiera hacerse la siguiente pregunta: ¿Cuál será la distancia ma);O r á que podrá entablarse con versacion mediante el teléfono? Cuestiones esta por resolver aún, siendo lo único que sobre el particular podemos decir, que por muy graneles que hayan sido los salones en que hemos tenido que hacer funcionar el aparnto, nunca se encontraron diflcullades para que tocio se oyese perfectamente. Las poblaciones más distantes entre las cuales hasta el presente se ha establecido comunicacion tele fónica por medio de las líneas telegráficas, son Boston y 'ew-York, ciudades separadas por 250 millas. Siendo para la comunicacion telefónica algun obstáculo el que por los alambres contiguos al suyo cruce otra corriente, escogióse para la prueba un domingo por estar este dia las líneas más desocupadas que entre semana. i\Iiéntras los otros alambres no funcionaban, todo fué sin novedad; pcrn al abrirse al servicio las clemas líneas, disminuye ron muchísimo los sonidos vocales, pareciéndose á los de las conversaciones entabladas por dos personas distantes una de· otea en tiempo ele tempestad, efecto sin duela ele las corrientes perturbadoras que se originaron. El cable submarino puede tambicn servir de medio para las conversaciones telefónicas, como prueba de lo cual puede citarse el hecho de Mr. Peircc, que de Dartmouth á la isla de Guernesey, distantes entre sí 60 millas, entabló no há mucho larga y entretenida c01wersacio n por medio de teléfonos portáliles.

UEVO E 'TUDIO 'O BRE LA

UBE.

(Continna cion.-Véaso pág. 273.)

La altura á que uclen las nubes descritas presentarse en la atmósfera es variable, pues i unas veces se elevan 1.500 metros sobre el nivel del mar, y otras 3.500, en cambio algunas, como la es1Je ísima capa de nubes, ele que ya hemos hablado, obseryacla en ] 870, cuyo e pesor no bnjaba de 250 metros, sólo se elevan sobre 1n tierra 200 metros . .r o pocas veces sucede cxi tir en la atmó-fera unas sobre otras varia capas nebulosas, de lo cual es un ejemplo notable lo que el año 76 tuvimos el gusto de observar en el cielo ele Bayona, y fué que, como e hall e e ta ciudad umamente expuesta por u proximidad nl Océano, á. cambio repentinos y radicales ele tiempo, los primeros tlias de invierno se forman densos nubarrones, portadores del granizo y del a_gua, que corren fo! Oeste al Este1 robando por

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completo la luz del dia, que sólo se ve iluminado ele mente blanco, formado por las nube$. Despues que cuando en cuando por el fulgor ele los relámpagos. Des- hubimos bajado, un compañero procuró copiar los dos pues, cuando el equilibrio atmosférico empieza á res- más principales fenómenos que habíamos observado, tablecerse entre el Océano y la tierra, dejan los r eferi- el ele la lluvia que caía sobre la tierra (fig. 2) que por dos nubarrones de ser tan densos, y entre sus claros eso va oscuro, triste y sombrío, y el del bellísimo papermiten ver multitud innumerable de cirrns, precur- norama que sobre la segunda capa encontramos (figusores ele tiempo más bonancible, lo cual confirman ra l).» Sucede, y no rara vez, que en las regiones puras de unas ráfagas largas y blanquecinas, que en tercer luque hemos hablado, gar suelen presenvénse suspendidas tarse en las regiones innumerables lentesuperiores de la atjuelas de hielo, que mósfera. Esta coal dar en ellas la luz existencia ele capas del so],lareflejancon ele nubes, trae contal viveza é intensisigo frecuentemente dad, que la atmósfeLliferencia de fenóra semeja un semmenos entre las cabrado hermosísimo p!ts de aire que las ele brillantes microsseparan, y á este procópicos. De este fepósito nos vamos á nómeno hemos protomar, en obsequio cur ado se saque una :i los lectores de esta copia lo más exacta Revista, la molestia posible, para presende verter del ingl\'s tarla á nuestros lecla narracion, que de to res en la figura 3. una ascension suya Omitimos, por no acaba de hacer el ser prolij os, algunos ilustre director del pormenores más soObservatorio meteoFig. 1.-El sol sobre una capa de nubes. bre las nubes de hierológico ele Grenlo y los considerables wich, y que ha tenibancos de cristales do la indecible amade nieve que se suebilidad de remitir :i len encontra r susnuestra reclaccion. pendidos en la at«De una capa nebuºmósfera, y para conlosa que estaba 700 cluir, vamos de paso metros del suelo, á decir algo sobre la caía sobre la tierra clasificacion que pugran cant id ad ele diera hacerse de las agua, sufriendo nosnubes, segun el asotros las consecuenpecto que desde la cias de ello, hasta tierra presentan. que atravesamos la El aspecto que ·capa que la produpresentan las nubes cía, lo cual efectuaobservadas desde el do, nos encontramos suelo, no puede ser con otra capa supemás variado, influrior bastante próxiyendo en esto no poma, de la que caían alg uno s copos ele co , segun diremos Fig . 2.- Nube resuelta en llu via sobre la tierra. más adelante, la latinieve. Esto parecía pronosticar íbamos á sufrir, si llegábamos allá, m ucho tud geográfica ele un punto. No presentan ménos vafrio y muchísimo m,\s si seguíamos subiendo. A pesar riaciones, así en color como ep. transparencia, las masas ele esto, ninguno de los compañeros se acobardó, pasa- de vapores atmosféricos, cuando remontado del suelo mos la segunda capa ele nubes, y nadie puede figurarse el observador, se interna en ellas . .l!}xpondremos sobre la impresion que nos causó encontrar, al mirar hácia este punto tan interesante de la meteorología las vaarri ba en aquellas elevadas regiones, un cielo intensa• riedades de nubes que en distintas ocasiones hemos mente puro y azulado, inundado de lnz derramada por podido observar. l.º l\Titbes opacas grises.-El efecto ele estas nubes un sol que parecía ele verano, y al mirar hácia abajo, aquel, como empedrado espesísimo é incomparable- es secar de una manera extraordinaria la piel, como

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LA NATURALEZA tuvimos ocasion de observar nuestro querido amigo el Sr. D. Enrique Danero y yo, en la ascension que en 1875 verificamos. Vistas desde tierra nos parecieron nie,blas sombrías de un gris oscuro, y al internarnos en ellas, las encontramos tan densas que apénas nos distinguíamos el uno al otro. Sucede con frecuencia en la tierra, al hallarse ésta envuelta por densas nie· blas, como las de algunas mañanas de otoño, que la grande humedad de la atmósfera, tocando en la piel y en los cuerp9s sólidos, los humedece tan intensamente que el agua corre por el rostro y cae de los árboles no de otra suerte, que si cayese una copiosa lluvia. Distinto y áun contrario efecto producen los vapores apar-

tados de la tierra, por lo cual nos parece inexacto decir que las nieblas son nubes en contacto del suelo, debiendo mejor considerarlas como un estado particular del vapor ele agua existente en el aire. 2. 0 Nitbes blancas traslúcidas. -Ésta especie origina los cúmulus. Encuéntrase el observador rodeado ele tales nubes en medio d_e una niebla completamente blanca, del color del ópalo algunas veces, cuyas partículas, especialmente si á la propiedad de estar apiñadas juntan la de hallarse en la capa superior, reflejando perfectamente la luz del sol, lucen como si fuesen brillantes.• 3.0 Nitbes tmnsparentes.-De lo expuesto se dedu-

Fig. 3.-Lentejuelas de hielo que reílejan la luz del sol, observadas en globo.

ce que puede el mismo cielo aparecer á un observador de tierra absolutamente puro y desprovisto ele· nubes, en tanto que al areonáuta suspendido en lo,g aires le -parece encontrarse sumergido en un banco inmenso nebuloso ele débil espesor, ele cuya existencia se certifica al poderlas observar en un plano horizontal. La transparencia, pues, ele las masas ele que tratamos, tiene lugar al mirarlas verticalmente, esto es, de abajo arriba 6 al reves, viéndose en el primer caso el azul del cielo en toda su pmeza, y en el segundo, aunque 1,1,lgo confusa, la superficie de la tierra con todos sus pormenores. Pudieran muy bien compara1;se estas nubes con una lámina ele cristal, transparente cuando se la mira ele costado, y ele un color verde bastante subido cuando se la mira ele plano. Para cóncluir, diremos que ha ha·

bido vez de observarse en la atmósfera dos zonas dis-• tintas de nubes, como las últimamente descritas, elevada 1a una 400 metros sobre la ti~1rn y 800 la otra.

( Se continuará.)

BOSQUES D_E LAS GUA YANAS. Pocas personas habrá que tengan sobre los bosques ecuatoriales, una idea conforme con la realidad, pues en vista de las pinturas que de ellos hacen los dibujantes ·y novelistas , se ha el púhlico acostumbrado á considerarlos como sel-


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vas inmensas de palmeras y árholes de formas extrañas, cubiertos de pará itos y envueltos por enredaderas que van de rama en rama como las cuerdas ele un navío van de un mástil á otro· clcscripcion que apéna¡, conviene á las pequeñas islas situadas en la costa de las Guayanas ó en las orillas ele los ríos próximos ya á su desembocadura. ienclo esio así, veamos cuál es la verdadera pintura que ele los bosques del Ecuador en mérica debe hacerse, y en especial ele los de la:C; (l-uayanas, ele que nos hemos propuesto tratar . • e hallan éstas cubiertas de una inmensa sch-a, interrumpiua tan sólo por corl'ientes de agua ó por algun q uc otrn claro en los puntos donde el suelo no tiene la suüciente fertilidad para q~e crezcan árboles, cuyos claros, conocidos con el nombre ele sabanas, so ven cubiertos de gramíneas, que sirven al o-anado ele libre y sabroso pasto. Tan sólo una sabana se encuentra en el interior del país, la de Cosica, pueblo situado en ticrrn de los Ilonis, hallándose todas las demas extendidas á lo largo de las co~tas de las Guayanas. El aspecto prcsentacló por la selva vírgen ó el gran bosque, como en el país se le llama, es. ele lo más imponente y severo. i\Iillares de troncos ele ,írboles ele 35 á 40 metros ele elevacion, que á tal altura sostienen inmenso follaje completamente impenetrable á los rayos del sol se levantan como una inmensa columnata sobre la cabeza del viajero, cuyos piés, fuera de algunos arbustos raq uílicos q UQ se dan prisa á crecer para llegará la altura ele sus vecinos y compartir con ellos el aire y la luz, no tropiezan en grandes distancias con hierba de ningun género. Careciendo á Yecos estas columnatas ele la con istencia necesaria para hacer frente á las tempo lados tan fuertes del Ecuador, ayúdanle para esto una especie de arbotantes ó muletas algun tanto parecidas á las llamadas arcabas, y que para el mismo efecto de sostener, suelen acompañará los monumentos góticos. El suelo vése cubierto de hojas marchitas, ramas secas cubiertas de moho, algunos helechos y otras plantas sin flores. Reina en aquellos bosques, perpetua morada de las fiebres, segun dice un autor, la falta mús completa de aire. La vida, abandonando por completo la tierra, ha puesto su asiento en las alturas, en la espesa masa de verdor que á manera de cúpula cubre aquella catedral de inünitas columnas. Por aquella al tura de 40 metros corren los monos, y de entre las hojas de tan elevado enramaje salen cantos ele innumerables pájaros,

cuyo plumaje es de lo más vistoso y variado. La vcgetacion pierde toda su scvoeiclad en los terrenos al nivel ele las aguas, paea ganar en elegancia y belleza, pues el sol, patrimonio en los bosques de los corpulentos árboles, extendiendo aquí su benéfica influencia sobre las hierbas y arbolillos, produce en ello su completo desarrollo, cubriéndoles de flores y frutos de los más caprichosos colores. Al hongo y al helecho sustituyen parásitos con elegantes hoj as y flores, y las cneedacleras, apoyándo e sobre los arbustos. que encuentran se encaraman desde la tierra. hasta la cúpula de los árboles más altos. DIGESTJO_

DE LAS ARAÑAS (1).

Los lectores ele esta Revista habrán qµizas leido el resúmen ele los trabajos que sobre la digestion de los animales articulados publicó el sabio profesor de la "Gniver idacl de-Gante 11. F. Plateau. Ahora bien, siguiendo este sabio ol cur o de sus investigaciones, acaba de ocuparse de la estructura del aparato digo tivo y sus funciones entre las arañas clincumonas, bastante ménos conocidas bajo este respecto, que las tc1.raneumonas, entre las cuales las megaliclas hacían más fáciles por su gran talla las observaciones. En el grupo de ésta ha estudiado el docto académico de Bélgica, sobre todo, la tejenaria ó araña doméstica que en todos los rincones de nuesll'as casas tiende sus redes, la argyroncta ó araña de agua, que caza los insectos acuáticos encubriéndose bajo los elegantes dombos formados por argentadas telas henchidas de aire; las epefras ó graneles arañas ele los jardines, cuyas mallas van de una á otea planta formando círculos concéntricos etc. · Todas estas ar::i,ñas, que, aún en el estío y durante varios me es de él, pueden soportar la completa privacion de todo alimento, una vez herida y envenenada su presa chupan, mas sin tomar jamás parte alguna q uc sólida séa, los jugos nutritivos que aquella contiene, por lo que examinadas las materias fecales por ellas expelidas, no pueden encontrarse residuos algunos de animales articulados. El único alimento de las arañas, es pues, la sangre de sus víctimas, y á este propósito recuerdo haber visto á una araña doméstica chupando golas de sangre humana es(l) Recherches sur la structw·e de C,1pparei¡ digesti{ et sur !es phénomenes de la digcstion che= les a1·anéides du71neumones, por Félix Plaleau, miembro de la Academia clr Bélgica; 11n lomo en 8. 0 Drusc:'las, 1877.


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parcidas sobre una pared. En cuanto á su apa- los que tanto en los insectos miriápodos y falanrato digestivo, debemos decir que como el• de los gidos, como en los animales de que al presente dcmas articulados, además de las piezas que nos ocupamos, deben únicamente considerarse componen la boca, consta de tl'es distintas por- como órganos depuradores de la orina: t(encn ciones un.idas entre sí, á saber: intestino bucal, tambien la propiedad de verter en los residuos intestino meclio, principal asiento de la diges- un líquido ele un blanco cretáceo, el cual contion é inte tino term.inal , destinado únicamente tiene ciertos corpÚsQulos de forma esférica, unidos entre sí y tambien cristales mic·roscópicos. á 1-a expulsion ele los excrementos. El intestino bucal presenta en su reg ion pos- El líquido de los tubos de )Ialpighio, es neutro, trera , un órgano muy interesante, á saber, el hallándose en él di ueltas varias sales , como el aparato de la succion destinado á llamar hácia cloruro de sodio, á que siempre acompaña la su interior los líquidos ele los insectos sobre los guanina. Estos resultados, que de sus estudios cuales la ara ña aplica su boca. Este órgano con- sobre la digestion ele las arañas obtuvo l\I. F. Plasiste en una bolsa con vi;i.rias dilataciones, ·unas teau, lían sido brillantemente confirmados por . á conLinuacion de las otras, interrumpidas por l\I. I-Ioppe-Seyler, profesor de química fisiológ ica ciertas gargantas cuyo objeto es hacer pase el ele la Universidad de Estrasburgo, en los que líquido hácia los ciegos del intestino medio, sobre la cligestion del cangrejo acaba de puverificándose todos estos movimientos en virtud blicar. de la accion de dos órdenes de músculos, los di "ratadores y compresores. Al misn:io intestino TUEVO DESCUBRDIIEXTO bucal y procedente de la faringe, va á dar una DEL RIO CONGO Ó ZAIRA. pequeña glándula que segrega una especie de saliva. CONSlDERAGIONES SOBRE LAS EXPLORACIONES El intestino medio presenta en la region del DE MR. STANLEY EN ÁFRICA. cefalotórax, que es de donde parten las cuatro pares _de patas, ocho ciegos laterales, donde imHabiéndose recientemente descubierto en la pelidos por el órgano de la succion penetran sin biblioteca de Lion en Francia, arrumbado un resistencia los líquidos. En cuanto á la secrecion globo que data de 1701, y en el cua-1 aparece el ele su túnica interna, cuyo destino nos es poco rio Zaira teniendo en un gran lago su orígen, conocido, debemos notar no poseer en manera y corriéndose despucs al Oeste hasta entrar en alguna las propiedades de· los ácidos. La pa1·te el Atlántico, des pues de seguir un curso bastante principal de la digestion, que es la de las mate- parecido al que en los últimos tiempos le atririas albuminosas, feculentas y grasas, se realiza buye el célebre viajero ~tanley, hemos oído á en la porcion abdominal del intestino medio muchos preg untar ¿cómo siéndonos desconocibajo la accion de un liquido amarillento, segre - dos hasta h·acc muy poco todos los territorios gado por una glándula abdominal á que se diera del Áfl'ica central , de suerte que en todos los ántes impropiamente el nombre de hígado. El lí- atlas geográflcos en · vez ele pueblos, volcanes, quido en cuestion, que apénas si puede llamár- montes y rios no se veía en el lugar correspon- • sele ácido, disuelve con gran energía, una vez diente más que el triste título de << Países descoretirado del vientre de las arañas, la albúmina, y nocidos » pudo ese territorio describirse casi palla fibrina, esté fresca ó cocida: el mismo trans- mo á palmo en el siglo diez y siete? ¿Cómo huforma rápidamente en glucosa el azúcar de caña bieron de poder nuestros antepasados clctcnniy la fécula, propiedad caractel'Ística del jugo nar el curso del Zaira, cuando hace pocas semapancreático de las ranas, pudiendo tambicn nas estaba para nosotros .rodeado aún de impeemulsionar perfectamente las g rasas: la glándu- netrables misterios? la abdominal, aunque encierra glicógeno, no Léjos de nosotros la intencion de áminorar debe, sin embargo, mirárselo como hígado, á en lo más mínimo la gloria de esos atrevidos causa de no poseer su líquido ning una ele las viajeros, que sólo por revelará los pueblos cipropiedades de la bilis: por todo lo cual l\L F. vilizados los misterios del país africa no, están Plateau se inclina á considerar dicha -glándula de treinta años á esta pa rte realizando pl'Odig ios como casi igual al páncreas de los vertebrados. de valor en aquel suelo inhospitalario y abrasaEl intestino terminal presenta un conjunto ele dor; pero imparciales amantes de la verdad , desustancias parecidas á los excrementos de color bemos decir no ser ellos acreedores á la gloria subido, eecibiendo además los productos de la de ser los primeros; y si no, ahí está ese globo secrecion efectuada por los tubos_dv :'.\Ialpighio, cuya autoridad es ineludible: es mús , ahí cstú1~


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innumerables documentos de principios del siglo xvr, por los cuales consta ser ya en aquellos tiempos cosa corriente la creencia de nacer el Zaira en un extenso lago del interior del continente africano. ¿Pues entónces, cómo es que estas tradiciones se rompieron y se trata de explorar el África como un país hasta ahora nunca visitado ni estudiado? Hacer esta pregunta, es confesarse ignorante de una de las principales leyes ú que está la historia de la humanidad sujeta , así enlomo-

ral como en lo físico, consistente en haberse de hacer uno y muchos ensayos ántes de la definitiva resolucion de una cuestion. Los resultados de estos ensayos parecen muchas veces extinguirse y desaparecer como el rastro luminoso que en pos de sí dejan las estrellas fugaces, mas en realidad quedan guardados en el corazon mismo de la humanidad, que á su debido tiempo saca ele ellos los más sorprendentes y provechosos efectos. Pongamos algunos ejemplos en confirmacion de esta ver-

Fig. 1.-Extraclo de un globo espa ñol hecho de 1530 á l :>40, ex istento en la actualidad en la Biblioteca Nac ional ele P aris.

dad. La idea de poner el A.sia en comunicacion con Europa, doblando los buques el cabo de Buena-Esperanza, realizada en 1498 por los portugueses, data de los tiempos de Neco, rey egipcio de la dinastía XXVI, quien pagó varios buques fenicios, para que saliendo del mar Rojo, y costeando todo el África oriental, .doblando el cabo de las Tormentas volviesen por el estrecho de Gibraltar, como lo verificaron, tardando en su trayecto dos años, sin que para esto sea obstáculo la difi cultad que al referirlo expone el padre de la historia, Tierodoto, diciendo que tal viaje fué imposible, porque los expedicionarios referían habérseles en un cierto punto del mar

convertido la sombra de Norte á Sur, disparate mayúsculo segun el antiguo sistema astronómico. Mas precisamente esta dificultad- abona el relato de los expedicionarios, que al pasar de Norte á Sur la línea equinoccial, no pudieron ménos de proyectar la sombra en sentido contrario. Tampoco vale la otea dificultad en que hace estribo el célebre historiador -en contra de la verdad de la expedicion, sino que más bien la robustece y confirma, pues al referir los expedicionarios , y son palabras del mismo autor , cc que el nacimiento del sol se verificaba en un principio á su izquierda y á su derecha más tarde , cosa tenida en aquellos tiempos por absur-


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da, no dijeron más que una sencilla y grandísima verdad, como fácilmente comprenderá quien examine que al bajar hácia el cabo traían el Este á la izquierda, y al subir hácia Gibraltar le tenían á la derecha. Jbamos además ele este ejemplo á citar otros , mas la latitud con que hemos ~xpuesto el anterior nos lo impide, obligándonos á exponer lo examinada que para el siglo xvu estaba ya el África, y con cuántos datos contaba el constructor del globo á que nos referimos.

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Ya, por los años ele 1500 apareció el celebérrimo mapa-mundi ele Juan ele la Casa, piloto ele Cristóbal Colon, en que se clesc~ibía el África con pocos ménos detalles que en el globo ele '1701. La magistral obra ele l\Iercator, fundador ele la Geografía moderna, publicada en 1569, y el pintoresco mapa-muncli llamado ele Enrique II de Fr.a ncia, porque en su tiempo se fol'mó, se expresan con pequeños variantes en idénticos términos. De la misma opinion son todos los geógrafos antiguos, ele entre los cuales entresaca-

1701".

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Pig. 2.-C,u·ta de las recientes oxploraciúncs do Jllr. Stanlcy en el África central.

Fig-. 3.-Bxtraolo ele un globo hecho en 1701, y en la actualidad perteneciente ó. la Biblioteca do Lion (Francia).

mos los principales nombres siguientefl, acompañándolos ele los elatos ele la publicacion ele sus obras: Fodain (1562), Castaldi ([564 ), Sanuto (1588), IIondius (1607), Picarcl ('1644 ), Blaceu (1659).

En vez, pues, de sorprendernos, como á muchos sucedió, el hallazgo del globo de 17()1, nos admiró no poco se hubiesen tan pronto olvidado los trabajós de los grandes viajeros y geógrafos del siglo xvH. Esto supuesto, veamos cómo pudieron nuestros antepasados adquieir tantas y tan verdaderas noticias. Desde mediados .tlel siglo xv cm-

prendieron los portugueses , á más de sus notables viajes por mar, atrevidas expediciones del Este al Oeste del .1-\.frica. Cierto, que siendo &quellos portugueses en su mayor parte hombres de escasa instruccion, que viajaban más como comerciantes que como personas científicas se encuentran en sus viejos pergaminos no pocas incoherencias; mas á trnves de sus relaciones sencillas, el espíritu observador halla descritos por los intrépidos viajeros el nacimiento del Nilo, los grandes lagos ecuatoriales, y otros elatos curiosísimos, casi en los mismos términos en que al presente los clesct·ibe la ciencia gcogeúfica.


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En todas las cartas antiguas a parece el Zaira , Hasta hace muy pocos años, fueron tenidos marchando casi en lín ea recta desde el lago estos errores por dogmas inconcusos, burlándo Zaira ó Zembra hasta el Atlá ntico, desviándose se todos de las locuras de nuestros mayores. Ya tan solo un poco h[teia el Ecuador, pero sin lle- podían los jóvenes estudiantes de 181t0 á '1850 gar nunca á esta línea, ni mucho ménos pasarla. guardarse en los exámenes de Geografía de conSólo debe de esta regla general excluirse un siderar como fuentes del Nilo los lagos que se preciosísimo globo español actualmente forman- extienden al Sur del Ecuador, ·pues toda la códo parle de las preciosidades que la Biblioteca ler,L de los examinadores descargaba inconLiNacional de Paris encierra, y que fabricado de nenü sobre ellos . Para gloria, pues, del siglo que produjo á Cocobre sobredorado, si bien carece ele fecha, está Gama y i\Iagallanes, las verdades geogrúfilon, él En 1540. á 1530 de ser diciendo claras á las está del modo más explícito indicado lo que re- cas tenidas hasta hace poco por vejeces, hoy ya cientemente descubl'ió Stanley sobre el verda- son confirmadas por viajeros de cuyo ingenio y dero curso del Zaira, y que hoy forma ya parte ciencia sería gran desatino dudar, probándose del cuerpo de la ciencia geográfica, á saber: que con esto una vez más que el siglo xvr nada tiene el Zaira, naciendo ele un lago en el Sur, corre que envidiar á los demas en punto á descubriluégo hácia el Norte, cortando el Ecuador, para mientos goográficos. despues bajaeé internarse en el mar por el OesteSudoeste. La figura 1 copia de un modo exacto TRA.N MI ION DEL MOYL\IIENTO parte ele globo tan precioso é interesante. ,\ GRAN DISTANCIA Con la luz que los anterioees documentos arUN.\. OORRIEXTE ELÉQTRICA. DE :UED.1O POR rojan y la que el jesuita Riccioli, misionero en el Africa, les diera en varios comunicados rp1c remitió á los monjes Plácido de Saint-Amoue Es ya un hecho, ele gran transcendencia por y Crispiniano, encaegados de la direccion del cierto para la industri a, el hacer uso ele la elecglobo de Lion, fácil era saliese con todos los tricidad en la comunicacion del moYimiento á pormenores que hoy admiran cuantos lo ven. graneles distancias, de cuyo procedimiento hace La figura 3 le copia exactamente en lo relativo un mes _que están usando en algunas fábricas de Francia, sin valerse para hacer funcionar un al .\.frica. CM estos antecedentes podrán nuestros lec- taller, muy distante ele la máquina motora, ele tores declucie el caso que debe hacerse del, por oLrn fuerza que la ele una corriente eléctrica. El modo con que se practicó el primer ensaotro lado ilustre como el que más, geógrafo de los tiempos modernos, Guillermo Delisle, que no yo, fué como sigue: La Sociedad del Val d'Osne reparó en construir por los años de 1700 un l osee en París un taller de galvanoplastia, en mapa del .\frica, completamente nuevo, distinto el que por un método especial se cobrean los de la realidad, lleno de solemnes absurdos, co- objetos con metal precedentemente fundido, mo el de suprimir los lagos ecuatoriales, depó - dando la electricidad para ello necesaria una sito de las aguas del Nilo, y el de negar tuviese máquina de Gramme, movida en otros tiempos el Congo su nacimiento en lago alguno, por más por una locomotora especial, la que además ele que despues á este rio le conceda tener, como producir un gasto considerable, era no pequeño estorbo: todo lo cua-l hizo al ing·e niero i\I. Catodo·s dicen, curso semicircular. La autoridad del geógrafo Delisle impuso sus cliat, mie.mbro ele la Sociedad ele Física, dedierrores, y una vez lanzada la hu~anidacl h ácia carse á pensar cómo podrían utilizarse para el el desprecio ele cuan lo sobre el Africa dijeron fin deseado dos máquinas ele Gramme, que por los anliguos, á las vercladeeas desceipciones se la gran cantidad de luz que producían, se hallasustituyeron miles de consejas, que pintaban el ban dedicadas á iluminar en invierno los almaÁfrica poblada p or hombres con cabeza de per- cenes ele la Sociedad . L a cuestion quedó resueHa como sigue: Una ro, sembrada en todas parles de aníeopófagos que se vomían á los ho1nbres viYos, confinando ele dichas máquinas, á saber, la procltlclora de los países que por lo ménos distaban entre sí la electricielael, se puso en comunicacion con el 300 leguas, y poniendo en el lugar correspon- árbol ele asiento del taller ele engranaje; la otra, diente á los grandes lagos del Ecuéldoe, tenidos que tenía por oficio recibirla. ó lrans(orrnarla, en otro tiempo como orígen del Nilo, un espacio • quedó colocada en el talle1· ele la galvanoplasLia. La comun icacion entre ambas se verificó por en blanco con éste título: <<Países desconocimedio ele un doble alambre, por el que iba la dos. »


LA NATURALEZA electricidad desarrollada en la primera hasta la segunda, y transformándose aquí en trnbajo, se obtuvo UIJ.a fuerza motriz capaz de poner en movimiento los aparatos de la galvanoplastia. Dicha fuerza motriz venía bajo la forma ele una corriente eléctrica, y sirviéndole ele cond uctor un simple alambre de cobre, nada ménos que de 150 metros de distancia. Hace más de dos meses que este sistema se halla funcionando, marchando siempre sin detenerse y· con la más exacta regularidad, ahor- · rando por lo tan to el que nadie cuide ele ella. Por lo clemas, su manejo es lo más sencillo que desearse puede, no siendo para esto necesario sino el apretar ó aflojar uno ele los frenos ele la máquina receptora. Además ele lo dicho, existe la ventaja de ser fúcil aumentar ó disminuir la velocidad, segun se quiera, pues no hay para ello más que interponer una resistencia en el trayecto de la co_rrientc motora: así, por ejemp lo , dando la máquina núm. 2, que es la que inmediatamente mueve los aparatos de la galvanoplastia, 750 vueltas en un tiempo dado, basta poner sobre el alam bre que une las dos máquinas otro de cobre que tenga 2 metros ele longitud, y 1" ,5 de cliúmetro, para que luégo dé 40 ménos en igual tiempo; y si el alambre interruptor es de 1m,50 ele longi tucl y omm ,8 de diámetro, la pérdida será de 100 vueltas . Cuando se usaba de la locomotora, los gastos que ésta diariamente causaba, eran: 11 "

Un maquinista ... ............... . CaTbon ..... .. ............. ..... . Reparacion ele la mt{quina, tiempo perdido en limpiarla y aceite. . . . .

Total.. . .. . .... ...

6 francos. ]O

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Hoy puede decirse qµe el gasto es nulo; porque si bien la máquina ele vapor consume algun tanto más ele combustible que ántes, este aumento es casi inapreciable. Despues de todo lo cual preguntamos: ¿Cuál es el producto de esta máquina? A lo que responclemoii que varios ensayos efectuados con el freno de Prony, arrojan la media proporcional ele 50 kilómeteos. Nada podemos decir con exactitúcl sobre la fuerza absorbida por la máquina productora de la electricidad, porque así ella como otras piezas están estrechamente unidas á un ir bol ele asiento, siendo lo ·único que sobre esto puede decirse, que dicha fuerza es insignificante, tanto, que el maquinista de la lo comotora nunca se apercibe de cuándo se paran ó se ponen en marcha los aparatos de la gar'vano-

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plastia, por más que la máquina de vapor sólo posea 10 caballos de fuerza . Resultado bien extrnño si se atiende á que cuando la máquina servía solamente ~ara iluminar, -siempre que se la ponía en movimiento, todos los aparatos del taller expel'imentaban un retardo éonsiderable, efecto muy natural, pues generalmente se calcula en dos caballos la fuerza absorbida por una máquina destinada al alumbrado . "Para acabar, hagamos ántes las siguientes observaciones. En el caso que se acaba de exponer, se tomaron para hacer el experimento dos máquinas destinadas al alumbrado, y por lo tanto construidas sin tener delante el objeto á que d esp ues se dedicaron, por lo que debemos creer no haberse en el primer ensayo obtenido el máximun de utilidad posible, el cual acaso requiera que las máquinas sean semejantes y de idénticas dimensiones, ó acaso tambien el que la primera dé mayor tension y la segunda mayor cantidad de electricidad; pero estas son cosas que tiene c1ue decirlas el tiempo, y por ahora baste saber en globo, que es posible y aplicable á la industria la transmision del 1110vimiento -á grandes distancias por medio de la electricidad (1).

l'\IISCELÁNEA. Ferro-carril aéreo.-El dia 30 ele Abril úlLimo se vel'Íficó en N neva-York la prueba oficial y clefinitfra ele la nueva línea de ferro-carril aéreo que acaba de construirse i lo largo ele la porcion occidental ele dicha ciudad, y cuyo trayecto principal se extiende por ",,'li,l est ·Broaclway, Quinta A.venida clel Sm y_ Sexta A.venida. Hubo gran concurrencia i presenciar el trúusito del primer treo, que ]rn, recorrido formalmente toda la línea, é hicieron este primer viaje muchas personas ele distincion que habían sido invitadas al efecto. La prneba ha sitlo en un todo satisfactoria.

* Mapa de la luna.-En Berlín Ya rí publicarse un mapa de la luna. El original fuó trazado por el doctor Schmit, director del Observatorio astronómico le Aténas, y es el resultad.o ele treinta años ele trabajos:_ se necesitaron en algunas ocasíones treinta ohservaciÓnes astronómicas para completar una parte pequeña del mapa. El gobierno pTusiano ha comprado el original por 10.000 pesos.

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Freno eléctrico.-G eorges, el inventor del freno Engestrom, ha hecho una curiosa aplicac'iou de la clec( I) Extracto de la comunicacion·clirigicla por i\l. Cacliat á la Sociedad de Física.


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t ricidad, encaminada á dominar á los caballos indómitos. Logra este efecto usando un aparato eléctrico especial, cu;ros hilos estún en comunicacion con el bocado del animal. Al menor movimiento ele impaciencia de aquél, se aprieta w1 botou que lanza la corriente á traves del freno y el caballo recibe una violenta conmocion, que r;petida varias yeces logra dominarle por completo. ,. * ,. Erupcion del Vesubio.-Segun leemos en los periórlicos de Italia, el V es ubio está en erupcion . Dias pasados se veía desde Nápoles el fuego en el vértice del monte, y las llamas que salían por la Yertiente Norte; pero del lado oriental, que no puede verse desde N ápoles, la actividad de la erupcion debe ser mayor. L os aparatos de Palmieri, que están en el observatorio vesubiano, señalaron ligeramente sacudidas de tenemoto en la noche del 25 al 26 de Abril, memorable por la terrible desgracia ele hace seis años. ,. * ,. Insectos.-Una de las cosas más curiosas ele la Exposicion es la de los insectos, que aparecen diYididos en dos grandes grupos : el de los dañinos y el de los provechosos. Entre los primeros figura uno que tiene todas las apariencias de planta, y qne realmente pertenece al reino vegetal y animal, puesto que es planta é insecto al mismo tiempo.

una rejilla de metal B, que da paso á los líquidos por los agujeros que tien e. Dentro del recipiente A se coloca la materia sólida qu~ ha de hacer el oflcio, de reactivo, y en el cubete D el ácido sulfúrico. E sto supuesto sea el caso de la obtencion del hidrógeno. Dispuesto el aparato seg un indica la figura, y colocada en el recipiente A la granalla de zinc, se abre la llave O, con lo cual, penetrando en E el agua acidulada, se elevará por los agujeros de la rejilla B, y atacará la g ranalla de zi nc que en el aparato se encuentra. El hidróge no desprendido sub.irá por el tubo superior, bastando cerrar la llave C en el momento de ser suficiente la cantidad de gas desprendido para que la produccion quede interrumpida. Careciendo de salida los gases, comprimirán los líquidos, que saliendo otra vez de la botella, dejarán d ent ro únicam ente lamateria sólida que sirvió de reactivo. Por medio del aparato en cuestion se prepara, segun hemos

,. *,. Desviacion del Nilo.-Se trata en Inglaterra le desviar una parte de la corriente del Nilo y dirigirla hácia los desiertos de Libia, Dubia y Sudan. Las inundaciones anuales de ese rio, las causa el influjo ele aguas cargadas de cieno de la mesa de Abisinia, el cual ahora se descarga principalmente en el Mediterráneo, donde se esta formandó Wl nuevo delta. El proyectista de esta gran empresa es sir Samuel Baker, quien cree fácil la ereccion de exclusas y represas en diferentes puntos del :rilo, inclusas las cascadas, asegurañdo que con eso serían éstas navegables y se facilitaría el viaje por agua desde el Mediterráneo hasta Uondokoro. Cree, además, sir Samuel que mediante la irrigaciou de los desiertos podría. cultirnrse el algoclon á entrambas orillas ele los canales, por largo trecho, dej anclo con esto I nglatena de depender ele América por lo tocante á este artículo de primordial consumo.

APARATO PARA LA PREPARACION DE LOS GASES, El aparato que vamos á describir, debido á la inventiva de :.\L Moltein, y cuyo grabado va más abajo, está destinado á la preparacion de los gases que por la vía húmeda y sin calor se obtienen, tales como el ácido sulfhídt~ico, el ácido carbónico y el hidrógeno. Construido el aparato en cobre estañado, compó nese de un recipiente en forma de botella, en cuyo fondo va

Aparato para la prcparacion de los gases.

dicho, el ácido sulfhídrico, mediante el sulfuro de hierro y el ácido sulfúrico diluido, como tambien el ácido carbónico por medio de la creta y el ácido clorhídrico.

PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS,

~unnm : 1878.-Tipografía E stereo tipia PEnoJo.


Núm. 28.-8 Junio 1878.

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oruga convertida en mariposa, viéndoselos en cac;i todas las hoj ·, s secas ele los bosques de Charante y muy particularmente en Cognac y JarAunque este animal se encuentra ml1y comun- nac. donde durante el verano h a bía. devastamente en toda la extension de la Europa, sin ser do el insecto todo el país. Estos capullos se preexclusivamente propio ele Normandía, sin em- sentaron á nuestra vista, como ya lo habíamos bargo, Linneo dió el epíteto ele normando á un tambien obser vado en algunos puntos del Mebombáceo del grupo de las mariposas heteróce- diodía ele Esp:1ñ,,, es poi vareados con pol vi Ilos ras ó nocturnas. Puede decirse que la orug~i del de color blanco amarillento, que el anáÍisis deBombix ne1.1,sfria de Linneo es el azote de los tenido nos hizo ver no ser otra cosa que ácido árboles frutales y más parúrico comparado por Réatic'.llarmente de los perales mur á los polvos ele arroz y manzanos copudos, que con que emblanquecían anofrecen sus frutos en los tiguamente las pelucas de jardines de Andalucía y en Luis XIV y hoy las mejillas las huertas ele Valencia, ele las elcQ'antes. siendo tambien muy freLa crisálida contenida en cuente el encontrarla en los este capullo se convierte en árboles de_ los bosques, á el mes de Julio en maripolos cuales priva algunos sa, que como la procedente años de-su follaje. Los frandel gusano de seda y la de ceses, con esa habilidad Fig. J.-La lib1·e.1, tamaño natural de la oruga cH todos los bombáceos, no toBómbice normando . que los caracteriza para dar ma alimentó alguno. E1 nombre á las cosas, han macho se lanza rápidamenllamado al gusano que nos ocupa librea, porque te al vuelo, sin esperar la noche, discürriendo el col0rido ele su cuerpo recuerda los colores de ele una á otra parte áun durante el dia, pero los galones de los trajes usados por los lacayos más particularmente durante la noche. Las más y mozos. En efecto, obsérvase en su cuerpo una de las veces presenta alas de color ferruginoso raya longitudinal y central de color blanco á la más ó ménos oscuro y sobre él se destacan dos que á uno y otro lado orlan tres líneas de rojo rayas blanqu_c cinas, y aunque trnnsversas, un leonado, con cortes causados por una raya ne- poco arqueadas. Las partes inferiores de estos gra entre las dos meneionadas y órganos ele traslacion, poseen en de una banda ancha de color la region media una línea algo azu.l entre las dos rayas rojas que aparente (flg. 2), existiendo adeocupan !'os extremos de las partes m{is una variedad de estos anilaterales. La cabeza, en fln, premales que es ele color amarillo senta dos puntos negros que se claro con las alas superiores surdestacan sobre el azul que se excadas por dos bandas oscuras. tiende por toda ella. En una y otra de las mencioSalen de la semilla las nuevas nadas variedades las alas son del Fig . 2.-13ómb ice normando , mariposa. orngas á los comienzos de la primismo color que el cuerpo; las mavera, cuando empiezan á romanten::is presentan barbas mu cho per las yemas, á cuya sazoa, siendo como pot' lo más pronunciadas en el macho que en la hemcomun lo son todos los anímale:; endebles muy bra, y miéntras el eje que las constituye es amasociales, plantan, digámoslo así, sus reales bajo rillento, las 1·cfericlas barbas son ele color osculigeras tiendas ele flexible seda. En el mes de Ju- ro, siendo ·asimismo blancas las alas, aunnio, pasada ya la última muela, cada individuo que entrecortadas' irregularmente por color nese aisla ele !J_¡s clemas para ocupar alguna ramita gruzco. ú hoja {fig. 1), tejiendo despues un capullo reLa hembra, algo mayor que el macho, ofrece gula1· ele hermosa seda blanca, que se observa los _mismos colores que éste aunque sus tintas en las cornisas de los muros, en las grietas ele son más débiles., y en medio de las alas se ve las cortezas ó en los repliegues ele las hojas . . unas faja,s oscuras que más ó ménos tiran á ro 7 Hallándonos en Francia durante el otoño de jas. Estando en París tuvimos ocasion de coger 1874, pudimos observa1· que era muy fúcil en- un ejemplar hembra ele estos insectos, y hacontrar estos capullos, ya abandonados por la biéndolo in troduciclo en nuestro aposento, al

· BÓMBICE NORMANDO.

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abrir la ventana lo vimos invadido de-machos, que atraidos por el olor acorrían aunque ele muy léjos, de las plazas, paseos y jardines de la ciudad. Fecundada la hembra instantes despues de á'bandonar el capullo, cuelga sus huevecillos como si fueran brazaletes de tres centímetros y más de espesor en torno á las ramas de los áL·boles, hallándose tan fuertemente pegados á ellas con el visco natural que baña la superficie externa de la simiente, que no se puede ésta arrancar de allí sino raspando la rama con una navaja. Una cubierta de color oscuro cubre cada uno de los huevecillos, protegiéndolos así de la crudeza del frio de los inviernos rigorosos. La estructura particular del conj unto de los hueYecillos en torno á las ramas, hace que los labriegos le den el nombre de tumbaga. Los jardineros po,een el secreto de desíeuir por varios medios esta espacie de insectos tan funesta para los frutales, variando segun las esiaciones el procedimiento. En efecto, en invierno, cuando no hay ni una hoja en las ramas, se cortan las ramitas cargadas de tumbagas y se queman, y al despuntar la primavera se barren todas las telas y orugas ó se queman unas y otras con una tea. En algunas partes hemos visto otro procedimiento que aconsejamos á los horticultores españoles por su simplicidad y ]menos resultados, pues consiste en inyectar sobre los eriaderos de estos insectos dañinos una solucion concentrada de jabon negro, ó una emuísion de petróleo y agua. «Por último, dice M. Maurice Girard, en el »mes de Junio se buscan en los árboles que cu»bren las paredes de las huertas y en las copas »de los que forman calle, las orugas, ya grandes »y bien visibles, que salen á tomar el sol sobre »la página superior ó haz de las hojas, ó en las »hendiduras de las ramas, y entónces se las da »muerte por alguno de los procedimientos ya »conocidos.»

EL PARASITISMO. (Continuacion.-Véase pa.g. 387.)

Comiendo un hombre carne cruda ó mal cocida de puerco atacado de lepra ó laceria, á poco de entrar en su estómago el Cystice;·c.us cellulosre, se introducirá en el intestino convirtiéndorn en alguna de las clases de cestodas tan comunes en los europeos, no quedando hoy dia

género alguno de duda sobre la verdad de esta teoda, despues que el famoso doctor Kuchenmeister, de Zittau, ha practicado sobre el particular experimentos tan convincentes, que ne• gar lo que demuestra, es negar existe el sol cuando brilla al medió dia en todo su esplendor. • in·a pOL' todos el siguiente. Condenaron á muerte por asesinato á una desgraciada mujer, y el doctor consiguió permiso de la autoridad para que, sin saberlo ella, se le ingiriesen en el estómago con los alimentos que se le daban Cislicei·cos celula1·es procedentes de carne de puerco atacado de lepra. El hecho tuvo lugar veinticuatro horas ántes de la ejecucion, y procediéndose despues de esta á la autopsia del cadáver, se encontraron en el intestino de la infeliz scolex de la Trenia solitim. Tambien ha procurado el doctor certificarse de los efectos producidos por el opuesto experimento, ó sea por la introduccion de los huevos de la ténia del hombre en el estómago de los cerdos, pudiendo ver, cuantos presenciaron la operacion, cómo al poco tiempo se presenLó en todos ellos la lepra ó laceria. En vista de lo cual podemos y debemos concluir con Kuchenmeister; Van Beneden, Eschricht y Leuckaet: 1. 0 Que el Cislice1·co celular es la larva ó scolex de la Trenia soliwn, causa de tantos estragos en la humanidad. 2. 0 Que para ver desarrollarse esta cesto da en el intesLino del hombre, no hay más que introducir en él el Cisticerco del cerdo. Idénticas obseevaciones h an demostrado tambien ser los alimentos los que introducen tan pernicioso enemigo en el estómago de los herbívoros rumiantes, cabra, y oreja. Así, por ejemplo, metiendo el carnero en su estómago los huevos de la Trenia crentinis, depositados por el perro sobre la hierba de las praderas, es pronto atacado por un cístico de cabeza múltiple (Cen1.1,1·0), que determina en él aquella enfermedad tan conocida, cuyo principal efecto consiste en atontarle y hacerle dar alrededor muchas vueltas. El perro, á su vez, comiendo la cabeza del carnero atacado del Cenw·o cerebral, siente su intestino in~adido por una mulLitucl de Tcenia cam,m·us tan numerosa como la de scolex existente en el cístico políccfalo. (V . figura 7, pág. 389.) Los casos expuestos abren paso á la explicacion ele otros varios, hasta estos últimos años imposibles de explicar por los naturalistas. Por ejemplo, ¿de qué depende que siendo en otro tiempo comunísimo en Suiza la Ténia larga (Trenia. la.ta~ más bien Both1·iocephalus latus), el dia de hoy apénas si se la encuentra? Nadie


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puede por mucho tiempo caer en la cuenta del nematod-as, cuyos individuos se reparten los por qué de la enfermedad, hasta que yendo á Gi- órganos sexuales. nebra el ilustre botánico de Candolle, y obserPor mucho tiempo, aunque sin fundamento , vando que todos los productos de los retretes se creyó que todos los nematodas vivían consmarchaban por los water-closets al lago, arras- tantemente como parásitos en otros animales, y trando con los excrementos humanos los hue- en ellos se reproducían perpetuando su especie. vos del Bothriocephalus, publicó una Memoria Mas en el clia no cabe género alg uno de duda demostrando no ser otra que esta la causa de la que varias especies en el estado ágamo viven enfermedad en cuestion, porque los huevos exis- . peimero en tierras húmedas, sin que a1:iarezc:rn tentes en las orillas del lago, paraban en el es- los órganos sexuales hasta que, aprovechando la tómago de los habitantes cercanos que de ellas ocasion, se meten furlivamente en el cuerpo de usaban para las necesidades de la alimenta- ~lgun animal, á cuya cuenta corre el alimento del huésped, de lo cual tenemos un ejemplo cion. La voz de persona tan autorizad;i fu é escu- palpable en la fi,lania ele los insectos. Es más, chada con sincero deseo ele seguir la conducta existen nemaLodas, parásitos ordinarios , qu e por ella trazada, determinándose en seguida la no sólo pasan toda su vicia en las tierras húinrpediata exteaccion de las materias fecales para medas, sino que sacan en ellas sus crías, como usarla como abonos de la tierra, siendo precioso acaba de observar curiosamente el profesor Erresullado inmediato de esta medida la entrada colani , ofreciendo además estos a nimales la pal'ménos numerosa de proglottis ó huevos de Do- ticularidacl ele que, en el momento ele conve1°tirtriocéfalo en el lago de Ginebra, y mediato la se en terrícolas, dejan de ser simples ovíparos , disminucion y á poco desaparicion casi completa . cual los de su especie que habitan en los intesen los cantones infestados de esta especie de tinos ele! sér que los alberg a, para convertirse Ténia. De igual modo se explica la existencia en verdaderos ovovivíparos. entre los habitantes ele la -Abisinia de la Ténia ' A semejanza de los Cestodas y 'rrematodas (1) mediocanollata desarrollada por el uso de car- sus vecinos, practican los nematodas emigranes de buey eruelas generalizado en el país. ciones bastante singulares. de las que vamos á Segun estos principios no es ya, como ántes, referir un singular ejemplo que nos parece será difícil la cxplicacion de los Edúconococcus ho- del agrado de los lectores ele esta Revista. minis de los islandeses. Aquellos isleños crian Es bien conocido de todos el gusa.nó ele la. · gran cantidad de cerdos, en cuyos hígados se harina, el cual , con carne menudamente picareproducen con frecuencia los equinococos. Els- da, compone uno de los principales elementos parcidas en el campo las vísceras de estos anima- de la parte dada en alimento 4 los . ruiseñores les, son pábulo de los perros, que con ellas me- cogidos pequeñitos en el nielo y criados por el ten en su cuerpo el huésped que las habita, con- hombre; pues bien, este pretendido gusano es virtiéndose una vez dentro del intestino del car- verdadera larva ele uno de los coleópteros de_nicero en verdadera Ténia. Al lanzar el perro signados en los ca tálogos científicos con el nom sus excrementos dejan con ellos depositados so- bre de Tenebrio molitor, animal sumamente bre las plantas innumerables huevos ele Ténia aficionado á los excrementos de raton, y á su que, adheridos á las mal lavadas hortalizas de vez presa con frecuenci a de este animal , que que se alimentan los isleños, penetran en el es- gusta mucho ele su carne. tómago de los mismos en forma ele T mnia Las materia s fecales del raton contienen frcEchinococcus en su primer estado, ó sea en el ·cuentemente huevos de un animal que vive en estado de un pequeño saco cerrado que contiene él como parásito, llamado S piroptcm obtusa, varios scolex. (1) Dase el nombrn de Cremalocl as á cicl'los h!)lmintos Todas estas consideraciones y el ' número · siempre creciente de casos de Tamia y Triqui- • aplanados, do íormas muy ,-ariadas, clol:.1 cl os "el e mayor ó menor número de Yentosas, sujetos en su mayo r parte á ex tra~ nosa, han decidido á varios médicos afamados, ilas mcla mod ósis, y quo rea lizan emigraciones más ex lra iiag y con razon, á no recetar como medio terapéu- aün para proporcionarse un abrigo en los intestinos de lo tico á los enfermos carnes crudas, para librar- séres que deben sucesivamente alberga rlos. P ertenece n á es ta los del peligro de introducir en su cuerpo las cl ase el douvo , ge ne;·alm en le co nocido, qu e por lo general Yi vc en los higa.dos del carnero, y algunas \"eces tarnbien en Ténias. el hombre. Los ce~todas reunen en un solo individuo :i mL os gusanos n cm estoido', (d e ncm~ hil o y cidos , form a) hos sexos; de modo que son verdaderos herma- reciben es te nombro por lcner su cuerpo cilíndri co y somo• froditas. No sucede lo mismo en los Helmintos. janle á un hilo. De esta class; es el A sc;i 1·icle lom bricoides.


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cuyos huevos, adquiriendo su desarrollo en el gusano de la harina y enquistándose en él, le acompañan en su entrada al estómago del raLon, que de esta suerte paga s u golos in a introduciendo en sus intestinos nuevamente al incómodo Spiroptern. Hace algunos años se habló mucho de un.nematoda llamado Trithina spfralis; T1·ichina (de la palabra griega ,pt(, ,pty_~~, cabello) por se.r tan delgado como un cabello, y spiralis porque siempre se le encuentra enrollado en espiral en los músculos de diversos animales, incluso el hombre. Apartándose de Jo que suelen los otros helmintos parásitos, vivo y pone los huevos en el animal en que desde un principio penetró.

Entre los efectos más comunes del parasitismo debemos contar, como puede de lo dicho colegirse, el disimulo con que siempre tierie lugar el desarrollo de los sexos, en especial el feme nino, siendo tales las transformaciones que en forma, magnitud y órganos, sobre todo interiores, experimentan los parásitos, que algunas veces es casi imposible distinguirlos ni conocerlos; por lo que el mismo Ouvier fué miserablemente engañado por algunos de ellos que le hicieron creer eran gusanos intestinales, cuando en realidad eran verdaderos crustáceos. Algunas veces, sin embargo, las transformaciones sufridas no tocan p~ra nada á los órganos sexuales, como no sea para perfeccionarlos, ó para decirlo con M. Geoffroy, para contrarestar las pérdidas que en otros órganos hubiese el animal experimentado.

Fig . l.

Fig. 4.-Trichina libre sumamente aumentada. Fig. 2.

Fig. 1.-Douvo ri el liigado del carnero. T a maño doble.-Figura 'l. -T1'ichina spi1·alis , enkistnrla, vista á travcs de las pa1·ct1e~ del kistn.-Fig. 3.-Trichina• envuelta en un ki sto adherido á uu músculo.

De las carnes infestadas por el t1·ichina introducidas en el estómago del animal, salen al punto de verificarse la digestion numerosos J3arásitos perfectamente desarrollados y dotados de órganos sexuales. Al punto se comienza. el acto de la fecundacion, del que resultan innumerables crías que, atravesando las paredes estomacales, van á depositarse en alguno de los músculos. Una vez en su puesto, rodéase cada uno de un kisto tan grueso como un grano de mijo y tan duro como la piedra, dentro del cual espera, como todos sus compañeros, el momento do poder,· con los músculos á que están sujetos, entrar en el es tómago ele álgun anima l para efectuar su reproducc; .., n.

A tan pequeño vo lúmen suelen algunas veces los machos reducirse, y tanio se ,unen á las hembras, especialm ente entre los helmintos nematodas, que parecen no ser más que un mero apéndice de sus compañeros (ejemplo: género Sphaeriilaria ). Otras veces desaparece el macho por completo, sin dejar en la hembra más rastro de su .existencia que el órgano sexual; y no pocas, sin sufrir previa alteracion, intérnase, ya solo, ya con varios compañeros, en la cavidad uterina de la hembra, encontrando en albergue tan singular alim ento, vivienda y amor. Esta última práctica suele seguir el Trichosa.num. crassicq,nda, cuya magnitud no llega á dos milímetro~, en tanto que la de la hembra es ocho veces mayor. No es ménos curioso el fenómeno que presenta el parásito llam ado por los heZmintologislas Diplozoon paradoxum, propio de las branquias del pescado d·e agua dulce que tiene


LA NATURALEZA el n9mbre de brama. Este parásito trematoda presenta en sus principios todos los caractéres de doble, lo cual en realidad no se efectúa hasta mucho más tarde, conservándose entre tanto los dos individuos, armados cada ui10 ele ambos sexos, tan perfectamente soldados que no parecen mas que un solo animal con dos cabezas y dos colas. A pesar ele esto, cada cual posee vasos, · canal digestivo y boca, distintos de los del otro, reproduciéndose separadamente por medio de hu evos, de que más tarde han de salir libres y con plena independencia unos de otros, los nuevos individuos de la especie. El Synga,mus frachea/is, parásito nematocla que suele adherirse á la traquearteria _de las nves ele corral, nos ofrece'un fenómeno parncido al que acabamos de referir del Diplozoon paracloxurn, con la diferencia ele que, como en todos los nematodas sucede, los sexos se hallan

Fi g. 5 .

2'1

una ventosa, que por mucho tiernpo se la creyó perforada y destinada á hacer de segunda boca, cuando en realidad no tiene más oficio que el de fijar el a nimal á los cuerpos por la J)Orcion me'"" clia de su cuerpo. Esta opinion de creer al insecto con. dos bocas hizo que se le diese el nombre de Distoma (ele iit; dos, y ,n-op.o,, boca.) Oigamos hablar sobre el particular á Van Beneden: «Teniendo aún muy poco tiempo de vida, en»genclran unos individuos á otros, que en nada »se le parecen, ni en el modo de su produci,cion, ni en la forma ele su cuerpo. Los que »salen dil·ectamente de los tejidos ó saquillos »que los envuelven producen otro indi.viduo »sin concurso de sexos, requis ito que es á su »vez indispensable en los que salen de huevos. »ne aquí el que una generacion no se parezca _á

Pi g. G.

Fig. 5.-Trichina muy aumentacla.-Fig. G.-Acarus de la Rarna. Macho visto por la parte su perior. · ·

en el último animal completamente separados, Fig. 7.-Uembra del mismo vista por su parte inferior. Mu y y el macho siempre fijo á la hembra, es ele pro, aumentada. porciones tan reducidas, que en vez de ser distinto, parece más bien excrescencia ele su com- i,sus padres, sino á los padres de sus padres, fe>inómeno generalmente designado con el nom• pañera. La reunion de ambos sexos, y por lo tanto el »brc de generacion alterna, y que nosotros verdadero hermafrodismo, es propio de los Tre- »creemos deber llamar cligénesis. >1 Añadamos á lo dicho que segun manera tan m.atoclas y Cestodas. Varían mucho los modos de reproducirse que original ele reproducirse, ele un huevo sale, no t~enen los Helmintos. Unos, como los Trema- ya. un solo individuo , sino una serie de ellos, todas fristonium, proceden de monogénesis, nacidos uno s de otros, desemejantes entre sí y esto es, no se forman por generaciones alterna- . con su madreó huevecillo primitivo. Parecidos fenómenos que eütre los Distomas tivas, ni están casi sujetos á metamorfósis: ejemplo de esto son los Nitschia, siempre ad herí dos cuyos hígaclo_s crian unas larvas -muy conocidas á las branquias de los Esturiones. Olros hay ll amadas fascio/a hiJJ{dica, se pres en tan, aunque se reproducen por clígéncsis, que quiere que ménos complicados, en las Ténias. decir por medio de extraordinal'ias trnnsformaOtro de los medios empleados por la naturaciones, perteneciendo á esta clase los Dristo- lez a _p ara perpetuar los Helmintos es la pa1·temas que, parecidos á sanguijuelas muy ap las- nogéne.~is o reprocluccion por medio de hemtadas, llevan el nombre que se les da por t ..: ner bras vírgenes, cuyos huevos, sin que el macho en la parte media de la superficie del vientre los fecundice previamente, pueden llegar á ser


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tan á propósito para la reproduccion como los fecundados. A este género pertenece, segun Leuckar, la generacion del Ascaris nigro-venosa y el Leptodera pellio, habitante el uno de los pulmones de la rana, y del cuerpo de las lombrices el otro. Mas esta hipótesis constatada y_tenida ya por cierta si se tt·ata de ciertos insectos y crustúceos (como la reina de las abejas, la hembra del Bombyx mo1·i ó mariposa del gusano de seda, la A1·temia salina, etc. ), necesita aún coú11rmarse por lo. que hace al insecto más arriba citado (Ascaris niara-venosa). Nada hay compaeable á la prodigiosa fécunclidad de los Helm,intos. Segun Van Beneden, se han podido contar en 500 gramos de carne hu-· mana más de 700. 000 lrichinas, y segun Zenkcr, 5 millones. Con estos datos es fácil conocer sipodrá Yivir un animal atacado de semejante plaga. En más de un millon evalúa el profesor de Oopenhague, :i\Ir. Eschicht, el número de hueYos producido por una Trenia solüon compuesta de 1.000 anillos, y }I. Dujardin pretende que la Trenia se1·rata del perro puede producir más de 25 millones. Desgraciada de la humanidad y ele todos los vi vientes que sobre la tierra existen si todos esos h ue,·os llegasen á lograrse, pues para ninguno dejarían lugar. Las personas poco habituadas á daL·se cuenta ele las armonías provic.lenciales y de las leyes admirables que presiden al gobierno del mundo y á las criaturas que le habitan, suelen preguntar cuál es el objeto de tanto gusano que á nadie respeta, y e¡ ue no parece pensar más que en pasar una vida holgada ú costa del que le hospeda. Independientemente de los servicios que varios parásitos prestan á los demas séres, desembarazándoles de materias que pudieran dañrn· á su salud, y contribuyendo á la devolucion de la misma cuando se ve alterada, cumplen tales insectos con una mision especial que no puede desconocerse, á ménos de cerrar ántes los ojos á la evidencia. El parasitismo cumple con una ley de armonía universal,. ley tan natural como la de los cuerpos graves ó la de los movimientes de los astros á traves de la inmensidad de los cielos. Quien medite b_ien sobre lo que es el parasitismo, veeá en él una ley de contrapeso y represion, pues obligan á los séres, á cuya costa viven, á no pasae los límites que la naturaleza les impone, so pena de producir primero la escasez de medios para la subsistencia y luego de la escasez y la muerte. ~~

LOS INDÍGENAS DE LA NUEVA-CALEDONIA. ro alimentándose los habitantes de esta colonia, como acontece á los naturales ele toda la Oceanía, mas que de batatas y taeos, con exclusion casi completa de todo otro alimento, natural era que se dedicasen con esmero al cultivo ele la tierra, obteniendo por esto tan J1uenos resultados que las recolecciones ele dichas plantas no pudieran ser más abundantes. En ningun mes del año dejan ellos de tener taros en sus posesiones, así como la batata, alimento predilecto del canaco, que requiere -ser plantada en Octubre y recolectada en Abril. Todo el que obsen·e los terrenos en declive contiguos á la caL·retera que va de Kanala. á Ourail, y más e¡ ue todo los alrededores del pueblo llamado Kuiné, distante 4 kilómetros del primer punto, los encontrar.:.. cubiertos de extensos y magníficos sembrados de taro , cuyo sistema de riego descubre no pequeño ingenio y acierto. 'l'ambien abunda el país de los canacos en cocoteros, si bien su alimento habitual no lo constituye el fruto de estos árboles, ni tampoco el pescado que se procuL·an con sus redes, cuya longitud no pocas veces pasa de 40 metros y su anchura de un metro, siendo con estas proporciones tanto más de cxtraña'r el arte admirable con que las tejen. Cuando van de pesca." los canacos, lo hacen en un::i. ó varias p.iraguas unidas entre sí, que teniendo de largas de 5 á 15 metros, están diciendo bien claro no ser más que gruesos troncos de árboles huecos algun tanto modificados, valiéndose para navegar en ellos de velas hechas de paja y de remos indianos: así es como surcan el mar en busca de mariscos, cangrejo_s y langostas. ro debe omitirse que si se encuentran sobre los cocoteros alguna langosta, se la comen tambicn aunque tenga proporciones enormes, como no pocas veces sucede. Jamás ponen t~rmino á sus comidas sin chupar al fin algunos canutos de caña dulce del país, que como gcandemente feraz, la produce muy alta y muy gruesa, y de especies tan variadas como gustosas. Crian varias clases de animales, entre ellos el cerdo y todo género de aves de corral, no tanto con el fin de mantenerse con ellos, cuanto con el de venderlos á los blancas en cambio de tabaco, telas, y más que todo licores, hácia los omdes ernpie~an ~\ sentir una aficiop deamedida.


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LA NATURALEZA :\"ada hay más sencillo que el vestido de estos indios reducido sólo á defender y cubrir las partes sexuales, llamándose niii el del hombre y n'diti el ele la mujer. Alguno que otro, muy raro por cierto, ha comenzado en Kanala i vestirse, estos últimos tiempos, á la europea. Todos sin distincion, así hombres como mujeres, fuman con pasion unas brevas de tabaco americano, muy fuerte. Sus fiestas, llamadas pilus-pilus, se verifican una vez al año tán solo en los meses de Abril y Mayo miéntras se recolecta la batata. Suelen consistir en grandes danzas qúe pet·sisten durante toda la noche con asistencia de toda la teibu, presididayor su jefe y á las que preceden alegres y divertidos convites que abundan en batata, taro, mariscos, pescado, tortuga y caña de azúcar: á tales regocijos públicos asisten todos; pero á aquellos otros que tienen lugar al mismo tiempo y en los que los jefes se convidan y hacen mútuos regalos, nadie más que ellos puede asistir. Hace unos veinte años nc:i faltaba nunca carne humana en los pilus-pilus, y cuando sucedía lo contrario, decíase que la fiesta y diversion no había sido completa. La victima sacrificada era siempre algun ladron ó alguna adúltera, que co•gidos en su deliLo, guardábanse para las fiestas próximas. Como prueba del hot·ror con que los naturales de estas islas miran los dos .crímenes indicados, y que siempre castigaron con pena de muerte, vamos á referir dos hechos bastante recientes, y ga rantizados con el testimonio ele muchas personas vivas aún que los presenciaron. M. Alba.rct, co lono sumamente respetable establecido hacía niucho tiempo en Kanala, quejóse un clia al jefe de la tribu llamado Gelima, de la pérdida de un pañuelo puesto á secar en suposesion . Al punto se pusieron en ejecucion todos los medios para descubrir al ladron, que luégo de descubierto fué mandado ahorcar, siendo preciso todos los ruegos del respetable colono para que aquel acto supremo de justicia no fuese puesto en ejecucion. En otra ocasion, el puesto de guardia, colocado en un sitio cercano al mar, oyó durante la noche unos gritos desgarradores y agudísimo que partían de un pueblecillo canaco, ·residencia entónces del jefe de la religion ll amado Granclin. Envió el oficial varios so ldados á' indagar la causa de tal ruido en aquellas hora , los que se dieron tal prisa, que pudieron salvar de la segura muerte quo la amenazaba á una pohre mujer, convencida de adulterió , y que

atada á un árbol iba á ser blanco de los dardos disparados por los tayos. Tambienes verdad que en tlesquite de la extraordinaria severidad con que han de ser tratadas las canacas una vez casadas, por sus esposos, procuran ellas, ántes de que la union se eiectúe, d·i sfrutar de la libertad más completa, llevada á veces hasta la licencia. NÓ hay cosa que con más delirio quieran los neo-caledonios que las diversiones, viéndose á veces tribus enteras hacer i pié más de veinte leguas para tomar parte en algun pilu-pilu, Desta más arriba descrita. Acompañan sus danzas ele grandes gritos que no carecen de cierta cadencia, y ele un ruido monótono producido por pedazos de corteza do árboles, que algunos de ellos hacen chocar unos contra otros. Estos pedazos ele maclel'a ll amados lwm.boué en dialecto kanalés, son ele Dgura triangular, y se hacen con la corteza de una hig uera del país, llamada por los indígenas ma-mn: su interior est;í, chapeado ú fin de reforzar el sonido, con pedazos de niaouli, que corresponde á- la Ialeucaleucolendron y Maleuca viritifolia, ::irbol muy abundante en la isla y que presta á sus habitantes no pequeños servicios por la solidez y duracion de las estacas, maderos y tablas que de él se sacan, sirviendo no poco para_la construccion de chozas las graneles tiras que á la corteza se le sacan, sin que por ello se l'esientn. Como dijimos, la danza dura hasta el dia siguie nte , sin hacer caso de lo mucho que refresca. la noche ni del abundante rocío que les suele caer encima, de lo cual proceden no pocos reumas, que descuidados lleg an casi siempre hasta causar la muerte de los pacientes. Llegarán á reunirse en lo s p_ilus-pih.is ele 1.000 á 1.200 personas de ambos sexos, siendo los muchachos los más fieles en no faltar n u nea en el I ugar preDjado, que actualmente suele ser siempre Kanalá. Las armas de los canacos no pueden ser ni mas sencillas ni ménos temibles para los européos, pue consisten en g randes mazas de madera durísima, en ílechas, piedras cortantes que lanzan con la honda, y otras por el estilo. No puede ser mayqr la ojeriza que conservan los franceses condenados á trabajos forzados, llamados en N ueYa -Oaledonia tran. portados ( l ), hácia los indíge nas, quienes se lo pagan á su vez

( 1) L os transportad os i• Nueva-Caledonia, on núm ero de 10.000 , poco más ó ménos, so aplican á trabajos do utilid ad

pública talos como la agricultura, la que aprenden cn cx c!' lontes y bien montarlaq ~ranjas-1nn,[rlo'< sitns en 1.-mrnl.1, B,11/ i·ail )' 01tl'lli/.

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Si el que muere es un jefe ó un natural del en la misma moneda. Esto se explica considede alguna importancia, convócase la gente país de uno de escape el rando que luégo de sabido pilu-pilu fúnebre, al que asisten hombres un á más torreon el sobre los transporladas, ízase y mujeres embadurnados alto, el ·que por lo tanto de bla nco, llevando hachas domina todo el extenso· en sus manos, y en esta acvalle de Kanala y áun otros titud se ponen á derramar puntos que fuera de él se abÚndantes lágrimas más ó hallan, una bandera cuya · ménos sinceras, acompañasigniflcacion saben todos das ele fuertes gritos que interpretar. Al punto salen dan á conocer la pena verlos canacos á caza del evadadera ó fingida que les dido, aguijoneados por la la pérdida del finaproduce esperanza de 25 francos , muestra de sentiOtra do. premio ofrecido al que.lola n1uerte de por miento gre capturarlo; y una vez B alikí, y por ó jefe algun Je se objeto, realizado su cierto que es no poco bártraen atado y dúndole de bara y perj uclicial á los copalos hasta la vivienda del lonos, es la publicacion, rejefe de partido ó comanlativa á los cocos, de un tadante territorial. De esta bou, como ellos dicen, y relacion se ·ve que difícilA que consiste en prohibir mente podrá un evadido bajo las penas más severas andar suelto ni úun dos contra. los indígenas infracdias siquiera. La vida de los indígenas Fi g. 1 -Constitucion de la tela del g loli" cautivo tores, que nadie ose tocar cl P. M. l [enri U-iffard.-c'. iiuselina exteri,,r cuun coco en el ·tiempo de se va de dia en dia dismibierta de barniz.-b" . Canutcho ·e vulcanizado. meses, de un año y á seis nuyendo, pudiendo en ge-a' , a. T elns de lino.-ú 1 , b. C'aoutchouc nado spesor E interior.-AB. a Muselin lural.-c. de más. Las conseveces ancialos que decirse neral la tela. cuencias de este decreto no nos abundan ya muy poco, sobre todo desde que les entró la afie ion á las be- 1 puede ser más fatales, pues todo colono que crie bidas alcohólicas, y fué ésta haciendo mayores puercos tiene que resignarse á verlos perecer de hambre , por no progresos 6 por gustar á los mejor decir, animales más mayores estraalimento que el gos; como concoco; tiene tamsecuencia ele bien que sustodo va la popender la prehlacion negra p ar a e ion del disminuyendo aceite de · coco con una rapiy la del co/Jrá dez que espan·ta. A los muer(1), industrias ambas no poco tos no los en1 u e r a ti vas, tierran, sino pues con poca que llevándocosa se le comlos muy léjos pran á los indíele poblado, los cuelgan en los genas los cocos árboles de las n ecesarios pamontañas , y ele ra su obten. 2.-Fig ul'a Je m u:-; l1·a tiv a en la mitad de su mag uituJ las Cd:SLu1a::; lid g lobo cion, vendiénaquí es que los l ~i5cautivo y las faj as quo le cub ren.-{, a, Costuras. - a, b. F aja interior.-c, ,/. vivos no respidose despues á F aja exterior recubierta de barni z. buen precio. ren aire tan infectado por las emanaciones pútridas ele los ca(1) Nuez el<' co~o secada al sol , de mucho uso en In perdáveres en descomposicion. fum ería fir;a..


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Llegado el día prefijado en que debe espirar el tabotl, verificase la ceremonia con cieda olemnidad por el nuevo jefe de la tribu y por aquell os ancianos de ella que más contribu)r.eron á que se decretase y fijase su duracion, siendo el fin ele la fiesta un gran convite y un pilu-pilu. Aquí merece consignarse el singular respeto con que tanto en la Oceanía como en otros países_, son los jefes mirados cuando están -en el ejercicio ele algunas de las funciones de su cargo, si bien ellos por su parte tienen siempre cuidado con que sus determina0iones vayan apoyadas con los consejos de los más ancianos , especialmente en los casos de gravedad. No es decible cuánto han trabajado las autoridades francesas de la colonia, por lo general compuesta de oficiales de infantería de marina, que desempeñan tal cargo con el nombre dejefes ele partido, para conseguir la supresion de la bárbara costumbre del ta.bou, habiendo no pocos ele ell os tenido el gusto de verla suprimida en las capitales de sus respectivos distritos y alrededores ele las mismas. Cuantos detalles Yan hasta aquí expuestos, si hien retratan de un modo especial las co as y personas del pueblo llamado Kanala, no obstante, Yarios viajes y excursiones hechas en todas direcciones, han demostrado la más exacta semejanza entre todos los qpe moran esparcidos por los restantes puntos de la costa, diferenciándose tan solo en la lengua, pues hasta el clia se ha reconocido perfectamente en la Nuevaaleclonia la existencia ele Yeinte dialectos clislintos. El adjunto grabado presenta en medio de la más pujante vegetacion una ranch€)rÍa, de la que se ven dos chozas; los árboles que con su verde ramaje las cubren, dicen á las claras la feracidad de la tierra, y cuán rico sea un suelo que podda proporcionar muy holgada existencia á no pocos de los que en Europa la arrastran bien mi erable.

GRAN GLOBO CAUTIVO DE Di. HENRl GlFFARD. Por largo tiempo se han construido los globos con una tela de seda cubierta de un barniz formado de aceite de linaza reducido por la ebullicion, pero desde que no se echa mano para llenarlos sino del gas del alt1mbrado, la seda fué reemplazada por una percalina, que siendo muy ligera y muy poco resiste~te, están los globos muy léjos de ser absolutamente impermcnblcs , dejando escapar, y algunas veces con

harta rapidez, el hidrógeno puro que en ellos se introduce. Para confeccionar, pues, M. Henri Giffard un g lobo gigantesco que debía estat· lleno de gas hidrógeno durante muchos meses, no hay eluda que debía emplear una tela muy sólida y enteramente impermeable. Despues ele muchos experimentos y ensayos ha sabido el sabio constructor resolver el problema ele una manera completa, constituyendo el tejido por él imaginado uno de los más importantes progresos que á su talento debe la aeronáutica. La fig. 1 (véase pág. 25) representa clGscompuesta en sus elementos constituti".os la tela usada para la construccion del gran globo ca utivo. Estú formada de tejidos adherentes superpuestos, del interior del g lobo al exterior, en el órden siguiente: 1. 0 Una muselin e; 2. 0 Una capa de caoutchouc r¡; 3. 0 Un tejido de lino a., muy sólido , y que posee igual resistencia tanto en el sentido del hilo como en el de la trama que es ele fabricacion especial; !1. 0 Una seg unua capa de caoutchouc natural b'; 5. 0 Una segunda tela de lino fino y semejante á la anteriormente mencionada; 6. 0 Una capa de caoutchouc vulcanizado b"; 7. 0 Una mu·s elin a exterior e', la cual está cubierta con un barniz que contiene cierta cantidad de caoutchouc disuelto en esencia de trementina. Todo el conjunto en fin, se halla revestido de una capa ele pintura de blanco ele zinc, presentando una superficie blanca á fin ele que absorba débilmente los rayos solare. , y se cali ente lo ménos posible bajo la influencia del calor solar el gas que contiene. El constructor de la tela que acabamos de describir ha sido M. Rattier, fabricante de caoutchouc. Esta sustancia reviste los tejidos y para ello se los hace pasar por cilindros que la ·contienen. El tejido del globo cautivo es de fm,H) de ancho, debiéndose emplear en la construccion del que nos ocupa más de ·4.000 metros. Cada metro cuadrado de este tejido ya barnizado, pesa t kilogramo, y poco más ó ménos , cuesta H pesetas. La superficie total del globo será de 11.000 metros cuadrados. El globo se ha cosido á máquina, y en la figura 2 (véase pág. 25 ), hecha expresamente para q uc nuestros lectores se formen una idea de lo que decimos, representa la doble costura que une los bordes. Dos bandas, una interior formada de una muselina colocada con caoutchouc · líquido, y otra e;derior, cubren cada una de las costuras. La costura exterior se halla fortalecida por una capa de caoutchouc vulcanizndo , protegida entredós i_rrnselin~s, estando colocadn


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por medio de caoutchouc líquido, y exterioi:mente cubierta de barniz. La flg. 2 indica exactamente las posiciones respectivas de las dos bandas, que, dicho sea de paso, pesan 500 kilogramos, necesitándose para su confeccion l.000 metros cuadrados de tela. En otrn artículo daremos detalles más completos sobre la coiistruccion de este L eviata.n aéreo. (Se cantinum·,.i. )

LA. PHYLLOXER.A.. Aunque se hayan calmado un tanto los temores co1:icebidos por nu(;lstrns viticultores á causa de la proximidad ele esta plaga, no por eso debemos abandonarnos á una confianza imprevisora; ántes bien, debemos aprovechar la presente fortuna para prevenirnos contra una invasion inesperada ó repentina de la destructora plaga. Publicó, no hace muchos dias, La. Opinion de Tarragona un curioso artículo sobre esta materia, en el que su autor, el Sr. Magriñá, á ,·uelta de algur{as consideraciones encaminadas á sos• tener su teoría de que la phylloxera no puede invadir los viñedos españoles, propone ciertos remedios contra el mal, que mereceq seguramente ser conocidos del público. La tésis sostenida por el Sr. ::.\Iagriñá es, que practic~ndo el agricultor con la vid c ua trn actos contrarios á su naturaleza, como son: no reproducirla por medio de la semilla, podada, clesbrotar las cepas y despampanar los sarmientos, la planta se debilita, y de un sée natural se convierte en otro casi artiüéial, propio para sufrir toda clase de plagas, y entre ellas la phylloxera. Sentada esta base, deduce que, dando robustez y vida á la cepa europea, aproximándola cuanto sea posible á su orig inaria, la vid silvestre, no podrá matarla la phylloxera como no mata á éstas. Hechas las consideraciones que hemos resumido, establece que para evitar que la phylloxera mate las cepas, es necesario é indispensable no desbrotarlas ni despampanadas, y para robustecerlas debe regarse la tierra ó las hojas con una clisolucion de sulfato de protóxido de hierro, vulgarmente llamado caparrosa verde esmaltada. El sulfato ele protóxido ele hierro se disuelve en la proporcion ele medio kilogramo por heclolitro ele agua, y con esta disoluc:on se mojan los pámpanos durante los meses de Ma-

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yo, Junio y Julio, como preservativo contra la phylloxera. Si la cepa hubiese sido atacada, se mojarán los pámpanos con una regadera, ó de cualquier otra suerte, añadiendo á dicha clisolucion uno ó dos gramos más ele prntóxido de hierro por cada litro de agua. Par.a mayor seguridad, se regará la tierra con una disolucion de 800 gramos de sulfato de hierro por hectolitro, durante los meses de ::.\Iayo, Julio y Agosto, además de mojarse las hojas con la primera preparacion en los meses de Mayo, Junio y Julio, corno preserYativo, y cada quince dias como curativo. Estas son, en breve resúmen, las medidas y precauciones propuestas por el comisario de Agricultura de la provincia de Tarragona, y sobre ellas llamamos la atencion de nuestros viticultores, porque pueden serles ele verdadera utilidad. Otro de los medios contra el pernicioso insecto, es el que refieren los periódicos franceses que tanto fijan su atencíon en cuanto tiene relacion con él: segun dichos periódicos, en los fresales se ha encontrado un enemigo terrible de aquel diminuto insecto, el cual es una especie de araña que ataca encarnizadamente al phylloxera, alimentándose con sus indivíduos, los cuales busca con afan. Se ha hecho la experiencia de que las viñas donde había planta das fresas entre las cepas, se han visto libres del phylloxera, y se recom ienda este medio á los propietarios franceses.

MONSTRUOS ARTIFICIALES. Sucede á vece que la formas ordiL111rias de las distintas especies de allimales se presentan modificadas por causas que fueron largo tiempo completamente desconocidas, y :'.tunen el dia lo son, annqne en parte; á cuyos séres, afectados de tales deformidades, se dan los nombres de Juegos de la natw·aleza, procHgios y monstruo-<. Esto últimos calificativos se aplican en el día á ciertas forma que la ciencia procura relacionar con lo tipo de séres ya onocidos, por más que no faltan autores que quieran con ellos fornrnr espec ies y grupos separados. L os n-Íon struos, por lo general, son e tériles, y durante el período más 6 ménos largo de su vida, se conservan aislados. Esto no obstante, pueden ú ,eces reproducir e por generacion, conru·tiéndose en este ca o, si las causas que los produjeron permaneben constantes, en razas ele animales domésticos ó salvaj es. Sobre la procluccion artificial de los monst.rnos, hizo algunos años hl\. numerosos experimentos un aventajado nntnrafü,ta frances, que para obtener . 11 objeto

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modificaba las condiciones físicas en que suele verificarse el desarrollo de los pollos de gallina, ya cuando la incubacion es natural, ya sobre todo cuando es artificial, llegando por este género de procedimientos :i demostrar que es f.i.cil la obtencion de ciertas deformidades en el embrion; mas si hemos de decir la ver-

tantos años; mas ésta es la miserable condicion de los hombres de talento, ,er en pocas palabras contado lo que para ellos constituyó largos periodos de estudio y obserrncion. Para formarse una idea de las minuciosa ' observaciones del fisiólogo, baste saber que una veces sometía lo huevos á incubaciones Yerticales. colocan-

Fig. 1 y 2. Fig. 1.-Embrion de pollo salido del amnios con encéfalo completamente sal•do fuera de la cabeza¡ corazon, hígado y buche fuera de la abertura del omuligo¡ miembro superior derecho extendido por la parte s •perior de la cabeza; miembro inferior izquierdo á medio des•rrollar. Fig. 2.-Encéfalo enteramente salido de su lugar, y presentando manchas de sangre¡ ojo rudimental y reemp lazado por una mancha clq pinmentum; pico superior más corto que el inferior¡ cnrazon, hígado, buche y varios repliegu es 111lestinales formando hernias fu ~ra ele la abertura umbilical.

Fig. j.-Trcs em urioncs ele pollos gemelos bien formados , procedentes de una mat riz única¡ •a Pstán inclinados, y en su extremidad caudal presentan un pliegue caudal, comienzo de un capuchon caudal.

dad, no se aprovechó cuanto pudo de su nue,a y curiosa manera de in,estigar. No así M. C. Dareste, quien recibiendo de su época la cuestion en el estado imperfecto en que se lrnllaba,

do perpendicular al horizonte el eje mayor del huevo que suelen las gallinas poner horizontal; otras las recubría ele barniz en algunos puntos, deteniendo ó modificando la ernporacion y la respiracion; muchas re-

Fig. 4. Fig. 3. Fig. 3 y 4.-Exencefalin Cabeza Cllmprimida sin encorvarse hácia adelante ni inclinarse sobre la yema del hue,·o; ojos desarrollados y separados unos de otro, ocupando la reg1on anterior v no la laterales de la cabezJ1; tronco con una inílexion mu~ marcad'\¡ canal abdominal sin Ctlrrar¡ corazon muy abultado y formando hernia por haberse invertido hácia la izquierda el embrion. am. Amnios.- al. Allantoidcs.- v. Vilellus. - 11. Encéfalo formando hernia.- i. Ojo.- c. Corazon.- (. llígado.f/• Buche.- ms. l\Ii cmbro ~upcrior.-mi. !\Jicmbro inferior.

Fig. 6.-Dos embriones gemelos proccdcnl cs de una sola c1calrícula: uno de ellos, el mejor conformado, presen ta un asa cardiaca que da golpes snure la sangre incolora: el otro está incompleto, es de cabeza rudimental, y le falta el corazo n. 11. P a rte transparcnle.-c. Corazon,

con veinticinco años de increíble perseverancia, y ayudado de los aparatos m ,is perfectos hasta el tlia inventndos por la física mo::!.erna, ha constatado los hechos más curiosos y ha sacado las consecuencias más lógicas. Sentimos en el alma haber de tratar en pocas líneas las cosas que para su descubrimiento debió el profundo sabio y observador emplear tantos dias y

tardaba el desarrollo del embrion, rnliéndose para la incubacion de temperatura inferior :i la normal; y algunas, en fin, calentaba los huevos por un solo punto. de suerte que el animal se encontraba en su desarrollo expuesto :i desiguales temperaturas. La provocacion de estas perturbaciones, :i más de originar deformidades insólitas, ha sido causa de que


LA NATURALEZA durante bastante tiempo crezcan y se presenten un gran número de monstruosidades artificiales en un todo parecidas á las que en los libros de ciencias desc1iben los autores, como casos que se presentan en los pollos de las gallinas, y áun en otros géneros de animales, sin exceptuar fal humano. Tan brillantes resultados valieron á su autor las mayores distinciones á que puede un hombre dedicado á la ciencia aspirar, no siendo la ménos notable el premio titulado Laca::e, que le fué en 1877 adjudicado, premio que, segun l¡ Academia de Ciencias, debe en la vecina :república otorgarse á la mejor publicacion fisiológica que vea en un año la luz. Siéndonos imposible en esta Rm-ista describir todas las formas monstruosas por M. Dareste producidas i favor ele las incubaciones anormales indicadas, queremos en obsequio á nuestros lectores dar aquí las descripciones de lai;, más importantes, acompañadas de los más expresivos grabados, cosa que podemos hacer

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tan perfectamente distintos, que áun latir separadamente se les veía. Es tambien digna de consignarse la anomalía de ser no pocos pollos de las razas ordina1ias proencifalos, esto es, que presentan en la frente un tumor enter"amente ocupado por los hemisferios cerebrales, pudiéndose este fenómeno presentar por seleccion en la raza de gallinas llamadas ele Padua. Cuanto llevamos expuesto se entiende de los monstruos simples ó procedentes de huerns ordinarios, que no tienen m:ís que un solo gérmen 6 cicatrícula, palabras adoptadas para significar la mancha circular y blanca que acompaña á los huevos en su parte superior, y cuyo destino es con-.ertirse en embrion; pues eu cuanto á los mon truos dobles, curo origen tiene íntima conexion con un estado particular de la cicatlicula anterior á la incubacion, han sido imítiles cuantas diligencias ha practicado parn sn produccion artificial.

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Fig . 7.-Trcs embrion es ele pollo pmeedenles de dos cicalriculas distintas, y que dejan aún ver la linea de juntura. Sobre uno ele !os blastodermos se distinguen dos embriones clesiguah_nente desa1Tollados; el uno, completo. presenta un asa cardiaca á su derecha; el otro, más pequeiJo carece ele c0razon. El único embrion del otro bbstocler no ~s normal, y presenta un asa cardiaca salida á la derecha.

con tanta mayor libertad y sin temor de mole ta1· á ninguna persona, cuanto que las formas monstruosas ele los pollos no excitan de ordinario la repugnancia propia de los monstruos humanos, que no parecen ser sino humillacion impuesta por la naturaleza á nuestro orgullo, y un solemne mentís á nuestras presunciones de poseer en absoluto todas las perfecciones. Las figuras 1, 2, 3 r -!, representan embriones afectados de varias deformidades, consistentes sobre todo en óraanos unos salidos de sus naturales ca,idades, otros d~loca~ dos, algunos mayores de lo ordinario, no pocos, en fin, menores que lo debido por haberse atrasado en su crecimiento. A los monstruos más comunmentc obtenidos por M. Dareste les salía por el ombligo la cabeza, tras ele la cual se encontraba el corazon ó corazones desunidos aún; caso hasta el presente nuern y de conocido. i la deformidad persistía, seguía el animal con el corazon á las espaldas, cual si llevase en ellas alguua carga, siendo especialmente de notar que, en los postreros tiempos de la incubacion, todos presentaban dos corazones

Fig: 8.-:llous_truo doble por union lateral. Cabezas con regiones_ ccrncnles separarlas; cuerpo unido lateralmente; tres miembros supennres y tres iníeri ores: los miembros que ocupan la linea media, pertenecen á medias á cada uno do los que los componen c. Corazon.-ms. (Fig. 7 .) :llicmbros superio1·es.-mi. :lliembros interiores.

Con todo, poniendo en incubacion uno 10.000 huevo , ha tenido en distintas ocasiones oportunidad de obser,ar monstrnos dobles en vía de formacion, que le han hecho posible dar una teoría general casi completa de organizaciones tan singulares. De todo lo expuesto se deduce que l\,f, C. Darestc es acreedor .á la gratitud y reconocimiento del mundo científico, pues careciéndose hasta sus dias de una exposicion clara de la embriología de los monstruos simples y dobles, y no pudiéndose obtener sino :i costa de numerosos y penosos experimentos, él se ha adelantado ,¡, evitar tan grave molestia á la hnmanidad. ~

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TRIUNFO DE L,\ l~nu TRIA Y DEL 1'RABAJO. l'\ uestros lectores recordarán sin duda, que en el mes de Noviembre del año próximo pasado, ocurrió el siniestro del vapor español nombrado

Nuevo P1·ime1· Ban·e1·as.

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LA NA'l'URALEZA

El citado buque, del que era capitan D. Manuel ele Dios, fué construido de hierro en 187-í. .\lcahzaba 500 toneladas de registro, y perteneuía á la conocida casa naviera de los 'sres. B•arreras y Compañia de la Coruña. Este vapor, que segun entónces se dijo , conducía entl'e su carga algunos efectos inflamables, rendía viaje en Gibraltar, procedente del Mediterráneo, y notándose fuego en str bodega al empezar la descarga, se procedió á su aislamiento para evitar una conflagracion general, conduciéndosele al punto denominado cc:\fatagorda, » donde fué echado á pique, á fin de apagar por completo el fuego , por medio el-e los cañonazos ele una lancha Yapora de la marina nacional de guerra. Sumergido el buque, las compañías aseguradoras La TJnion, Lloyd Suizo, Fénix Espafi.ol y La Reunion, atendiendo los intereses de sus respectivas asociaciones,· trataron de hacer ménos sensibles las pérdidas del siniestro, procurando la descarga total ele los efectos no incendiados, y el salvamento del buque si esto era posibTe. Entónces el SL'. D. To¡:nás Haynes, dueñÓ del antiguo establecimiento de maquinaria, que es uno de los primeros fundados en España, así como de la fábrica de funclicion sita en Puntales, tomó á su cargo la uificilísima tarea de sacará flote el referido buque. En efecto, fué tanla·y tan gr;:m de la convic. cion del éxito, y la confianza en sus propios esfuerzos , que dicho Sr. Haynes afrontó la empresa en las condiciones más arriesgadas y desfavorables, cual era la de no tener opcion á cantidad ó parte alguna, de la estipulada con las compañías aseguradoras, si no se conseguía salvar el buque; quedimdole en este caso la remuneraeion que pudiera proporcionarle una parte ele los despojos del Nuevo Primer Barreras. Este buque había quedado sumergido á traves de la corriente, en seis brazas de agua á baja mar, y enterrado en el fango á ·12 piés á popa y 7 á proa, por cuyo motivo se hacía la operacion sumamente difícil atendida la absorcion del casco del buque pot· el fango. De las bodegas de popa se extrajo toda la carga no incendiada, así como·los efectos del buque que se pudieron salvar por medio de los buzos. , 'eguip.amente los , 'res. Jlaynes para procederá poner en pt·áctica las operaciones conducentes ~l salvamento general, construyeron cuatl'o bucrues pontones, y además dos barcazas. En los trabajos preparatorios ha siclo necesario emplear constantemenle unos setenta ope-

rarios , seis buzos y algunos otl'Os empleados auxiliarns durante más de tres meses, además del servicio constante de un vapor remolcador. En la bodega se inteoclujeron dos depósitos ó ((ca mells » cilíndricos ele hierro llenos de agua, á los que una vez sumergidos en la citada bodega fué preciso extraer el agua y llenar de aire, para que contribuyeran á poner el buque á flote. una Yez preparados todos los elementos auxiliares, se procedió á la prueba que se hizo en el pasado mes de Marzo; mas cuando ya se creía asegurado el éxito de tan difícil operacion, y al tiempo ele romper el vacío for1~ado entre el fango y el buque, la dislocacion de un perno ele grillete haciendo faltar sn apoyo, vino á esterilizar tantos esfuerzos y tan bien combinados planes-. El sistema adoptado poi· los 'res. Haynes para extraer el buque del fondo del mar, y que demuestra su pericia é inteligencia en e ta clase de trabajos, _ha sido el siguiente. Se procedió ante todo á abrir agujeros con auxilio de los. buzos, en los costados del buque, en cuyos agujeros se introdujeron grandes ganchos ele hierro forjado, asegurados por grilletes de hierro dulce á cadenas ele 20 líneas de espesor, y éstas á su vez á 32 husillos de hierro forjado, con grandes tuercas de bronce, los cuales venían á sostenerse sobre plataformas de hierro que iban á .descansar sobre fuertes vig:;is de álamo y colocadas encima de los pontones, moviéndose todas por medio de enormes palancas ele hieLTo que requerían cinco hombres cada una para su manejo, y funcionaban apretando ó aflojando los husillos, cadenas, etc., segun la presion que era necesaria. Estos pontones se prolongaban hácia popa y las dos barcazas atravesadas, posicion que requ ería la irregularidad del buque, cuya forma había padecido notablemente en el siniestro. A. los esfuerzos operados en la mañana del ábaclo G ele Abril, se ha debido el obtener que hácia las doce del clia, el Nuevo Primer Ba1·1·e. 1·as estuviese suspendido de su cama, colgando de los pontones. Entónces se hizo necesario esperar h~sta las tres y media de la tarde, hora en que la marea, estando parada, perdía su fuerza, pues de lo contrario, se estaba ex;puesto á que, al atra,,esar el buque la bahía de Puntales, como éste no podía gobernar ya, arrastrado quizá pot· la marea, se fuese encima de algunos de los barcos anclados en dicha bahía. Una vez puesto en movimiento el buque, fué r·cmolcado por los vapores A na Haynes y Pablo, sirviendo para remolcar y gobernar los va-


.,,. LA NATURALEZA pares Pedro y Servando, y á la par como aviso la lancha vapor Gitana. La operacion descrita fué satisfactoriamente realizada á pesar del fracaso sucedido el 10 ele :Marzo que impidió tuviese efecto ántes. Esto no obstante, s~ había intentado otra vez en el anterior aguaje) pero no pudo ·llevarse á cabo por causa del temporal que reinó aquellos ' días en esta bahía. Felizmente, la realizacion del salvamento del Nuevo Prime1· Ba1Teras, tuvo lugar por fin sin contratiempo alguno en la tercera tentativa. En verdad que los Sres. Haynes no podían esperar más completo y satisfactorio resultado en su atrevido y audaz proyecto , con tan bl'illante éxito realizado. Por los infonnes que hemos adquil'ido 11013 consta ele una manera indubitable que ei Nuevo Prime1· Barreras es el segundo buque de vapor de hierro , que (\e sus dimensiones, hasta ahora se haya conseguido sacar á flote, despties de hallarse más de dos meses sumergido en el fondo de los mal'es, empotrado en fango y en situacion tan difícil como la que por sus cfrcunstancias se daba en este caso. En el dia 16 del corriente se acabaron de hacer los pósteeros esfuerzos para dejar completamente e~ seco y asegurado dicho buque sobre la playa del Sud de Puntales, siendo estas faenas coronadas tambien por el más lisonjero éxito, á pesar de haber sufrido vados temporales y tenido que reparar todos los preparatlvos en varias ocasiones. Estando el buque en la playa se ha visto tambien que contiene aproximadamente unas trescientas toneladas de fango en sus bodegas. Los Sres. Hijos y Sobrinos de D. Tomás 1-Iaynes han sido los que han dirigido personal• mente . todas las arriesgadas operaciones del salvamento, como igualmente la consteuccion de los aparatos para el mismo, enérgica y hábilmente apoyados y secundados por sus inteligentes y adictos operarios á cuyo frente estaban el maestro carpintero Domingo Martinez y cóntramaestre Antonio Verdugo. Debe tenerse muy en cuenta que en este caso, además del respetable número de operarios empleados por el Se. I-Iaynes durante los trabajos preparatorios, han ocupado tambien estos señores durante el último mes como 150 trabajadores más, á quienes esta ocupacion pudo proporcionar medios de ganar honraclamerite el sustento de sus familias. En cuanto á los artefactos invertidos en la extraccion del buque, debemos consignar que

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todos han sido construidos en los talleres de dicho Sr. Haynes. Tenemos entendido que los Sres. Haynes repal'tirán á sus relaciones y amigos la fotografía del sistema adoptado, enviando copia á las principales ciudades marítimas y periódicos ilustrados, con el fin de que se tenga conocim\ento de los procedimientos empleados en beneficio general del comercio y la industria , en casos análogos ó parecidos. Réstanos sólo, para terminar esta reseña, aplaudir los esfuerzos de los Sres. Haynes, congratulándonos del brillante resultado obtenido. ARBOL DE TRANSMISION FLEXIBLl!J. Comunicándose á los dístintos aparatos de los tallet·es el movimiento de rotacion de la máquina motriz por el conducto de ejes inflexibles , son ele no pequeña importancia las dificultades que se presentan, cuando se quiere cambiar de sitio los aparatos ó 1-Íacer que se muevan en direccion 'o puesta. Siendo la r-esolucion de este problema bastante frecuente en las fábricas, sería ele la mayor importancia poder rápidamente mudar de sitio los útiles poco pesados, á fin ele que en una posicion dada ejecutasen los trabajos cortos que se presenten. Pongamos un ejeu1plo con el que se vea claro Jo que pret.:inclemos decir: en las planchas del hogar de las locomotivas, precisa á veces practicar gran número ele ·orificios para alojar los bastidores, lo cual hace que á cada instante se tenga que •clislocar el perforndot;, unas veces separándole de la máquina motriz, y otras modificando su inclinacion con respecto al eje peincipal: esto no se logra sino muy difícilmente por medio de ejes inflexibles , los que primero cambian la posicion de las planchas que la del perforador, cuya masa es mucho menor que la de las planchas. M~L Stou y Bumham 11an resuelto esta cuestion de la manera más ingeniosa, inventando un eje perfectamente flexible, merced al cual puede el movimiento de rotacion transmitiese en cualquier dircccion y posicion con la mis!}1a facilidad que si se tratase de dirigir á un lado y á otro un chorro de agua, mediante un tubo de caoutchouc. Causa el mayor interes ver el perforador cambiar de posicion en presencia ele la placa, casi sin dificultad, y fijarse á voluntad en cualquier dieeccion sin que oponga la menor resistencia el eje ele transmision, qtle doblándose más ó ménos se adapta inmediatam ente ú la situacion que se le impone, encuentra en ella


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su pos1c1on .dé equilibrio, y sin deformarse, t,i :ansmite el esfuerzo que se le imprime. Es bastante difícil explicar teóricamente este resultado, por ser sumamente extraño ver un movimiento circular rapidísimo transmitirsé a lo largo de aquella especie de resorte encorva- · do, sin alterar su forma ni despedirlo al espacio: Lo natural era que las curvas produjesen con las fuerzas de torsion esfuerzos oblicuos que cfisIocasen hácia los lados el resorte; mas tomándolo en la mano se advierte que, si bien hay algunas pequeñas vibrnciones laterales ·de amplitud muy reducida, el eje no 'sufre proyeccion alguna, permaneciendo inalterable el equilibrio del eje flexible. El eje flexible se halla compuesto de un cable de alambres de acero enrollados separadamente, formando la héliee. La fig. 2 representa un cable compuesto por cinco,de estos hilos a, b, e, el, e, formando otros tantós cilindros huecos metidos unos dentro de otros. El paso de cada hélice, cuyas sucesivas espira.s casi se tocan, es el menor posible, de modo que apénas deja sucesion alguna ·de continuidad en el cilindro formado por espiras, adquiriendo con esto el cable mayor fuerza para resistirá la torsion, si bien conservando en un todo la facultad de encorvarse. -Ademús de lo expuesto, se ve claro, que Ja direccion de las vueltas dé las espiras varía alternativamente de una capa á la siguiente, resultando ser esta disposicion un verdadero límite de las variaciones de longitud que experimenta el cable en los'esfuerzos de torsión á que se encuentra sometido, porque si la rotacion · comunicada en un sentido dado aumenta la torsion de tres de los resortes, por ejemplo, la misma rotacion disminuye la de tos otros dós. Los cinco resortes. están en sus dos extremidades ligados -entee sí, de ri10do que forman un cable inflexible de cierta longitud: en uno de sus cabos P, se fija la polea motriz, 'y en el otro m, ~n:cubo; dentro del cual se adapta directamente el útil ó la rueda dentada que lo ha de poner en movimiento, que es ·el. caso d·e la figura. El movimiento circular se propaga instantáneamente á lo largo del eje flexible, determinando la rotacion del cubo. Un freno muy sencillo puesto sobre el cubo, hace fácil al obrero que le retiene en la mano el parar ó renovar de repente los movimi entos cuando los trabajos lo piden. A fin de protegerá el cable contra las influencias exteriores, se ' le encierra en una vaina G formada pór un hilos, enrollado en espiral, y por un forro de cuero g, con lo cual, merced á

la tirantez q_el cuero se obtíene el poder doblar el cable cle modo que forme ángulos muy agudos. La polea motriz, en vez de sujetarse al cable, está sostenida por la misma vaina, permitiéndole esta disposicion obedecerá cuantas variaciones de longitud experimenta el cable en su m0vimien·to, sin que para ello sea preciso varíe de lugar el bastidor: Como se ve en la figura, al bastidor acompaií.a un gancho ·con el que puede fijarse ú un punto fijo. La extremidad opuesta del cable, permanece tambien inmoble, por haber el perforador que le acompaña de conservar una posicion invariable durante todo el tiempo de la rotura de las planchas. La velo·c idad de la rotacion del árbol flexible puede llegar á dar 1.500 vueltas por minuto, con una fuerza tal, que llega á perforar planchas de cobre de 25 milímetros de espesor, sin que en la operacion tenga en el árbol lugar, como en un principio dijimos, la menor alteracion del equilibrio. De lo expueto se deduce que el eje flexible de MM. Stow y Burnhana r ~suelve prácticamente un problema de _m ecánica industrial, dando re-

i\rbol de transmision flexible .

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sultados importantes, que p1·im·i no se hubieran podido esperar, y cuya teoría parece aún bastante complicada. Á más de practicar orificios en las planchas, puede en ·ciertos casos sustitufr con ventaja los ejes inflexibles y las ruedas angulares en la trarismision del movimiento. PROPIETAR!GS GERENTES: PEROJO HERMANOS.

MADRID: 1878.-Tipografia EstereoU¡1ia PEROJO,


Núm. 29.-15 Junio 1878 .

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capítulo sob re el curare,delque vamos áentrc sacar las noticias siguientes. Pronto ha rá tees s iglos que á poco ele descuLLAMADO «CURARE.» bri1·se las Gua.yanas presentóse en ell as '\i\Ta ltcr Bl profundo fisiólogo Claudia Bernard hu- Raleigh, y entre las muchas curiosidades que hiera, á no habérselo impedido la muer te, pu- del pa ís trajo consigo á Europa, llamaro n espehlicado una obra curiosís ima, cialm ente la atencio n unas necompendio ele varias Memorias chas cuya herid a era mo1·tal por N suyas, has ta entónces inéditas , hallarse en venenadas con un a so bre varios puntos interesantes; s usta ncia desconocida, pero de mas si la fi eeam uer te nos privó de virtud in sta ntá nea, á la que cli ó bien tan inmenso, la amistad que el nom bee de Cura1·e. El uso de se extiende h asta el otro lado de esta s usta ncia era en aquellos 3.'. la tumba, no s lo h a proporciona - Fig. 1 -Olla en la cual se opera ht tiempos ge neral entre todos los llo con creces. Varios amigos se concentracion del curare. 'inclígenaH de la América del Sur , propusieron dar la última mano mientras en el dia es preciso interú la obra del fin ado, y publicarla en seguida , co• 1 narse en el corazo n mismo del continente parn 1110 lo hicieron. En ella aparece un interesa nte encontrartríbusque conse rven a ún conocimiento

VENENO MORTAL DE LOS INDIOS AMERICANOS

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11.1 1 Fig. 2.-J, fl echa de caza co n dardo n:oviLle. A á I, íleclrns de guerra. D, F, ll cchas talladas en huesos de animales. B, fl eclrn cuya punta est,i formada poi· un a lámina de si lex. A, C, E, G, lI , íl echas cuya exLremidad está tallada en madera mu y dura. D,. 11ec ha de hierro llevada de Polinesia, con espinas en sentido in verso , de modo que sea imposible su extraccion do la · hcri,;la.

de las s ustanci as y proporciones que constituyen el veneno, y á un puede·que no muy tarde, acaso en_el sig lo próximo, no se encu entre ya moetal alg ~no que pueda dar noticia alguna sobre tan 2. 0

SEMES'l'R JS,

misteriosa sustancia, segun es grande la velocidad co n que va clesapa1·eciendo la pobla cion inclígeha por la presion que sobre ella ejel'ce la blanca y los cruzamientos que con la misma 3


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realiza, y segun se va por otro lado entre los mismos indígenas extendiendo el u o de las armas de fuego, que en sus titucion de sus anti guas armas de caza y gue1·ra se propoe"cionan de los tratantes europeos. La sustancia con ll ue ele ordinario se envenenan las tlet:has, guardaJa siempre por los indígenas en ollas ele tierra cocida ó en calabazas perfectamente curadas, es la llamada veneno por nuestros compatriotas establecidos -ei1 las region es americanas, y que en Europa ancla accidentalmente con el nombre de Curare en manos ele algunas pocas personas. El pl'incipio activo ele esta sustancia, que es negra, sólida y de fractura brillante, cualidades que le hacen muy parecida al extracto de regaliz de las clrogue1·ías, es so luble en el alcohol, en la sangre y en el agua, dejando en suspenso al disgregarse sus molét:ulas en dichos líquidos, ciertas vi cosidades que le acompañan, y que vistas al microscopio parecen ser restos de células y ílbras de vegetales. Una vez disuelto en cualquiera de los líl1uidos refeddos, puede obtenerse un precipitado de sustancia curá.sica mediante e l éler y la esencia de trementina, segun atestiguan i\L\I. de Boussingault y Roulin, que dieron el nombre de curasina, á la sustancia resultante. Esta es aún poco definida, sabiéndose únicamente que es in¡;ristalizable, de aspecto córne'o, en extremo higrornétl'ica y no ménos soluble en el agua y el aleohol. J..,a solu¡;ion acuosa, además de ser inalte1·able á la ebullicion, conserva indefinidamente sus propiedades Lóxicas, lo mismo que el curare de las .puntas de las flechas, por cuyo motivo se deben considerar como instmmentos de geandísimo peligro , y que deben por lo tanto manejarse con extraordinarias precauciones . Para que todo en sustancia sea raro y si ngular, su preparacion, que sólo tiene lugar en raras o¡;a1>iones y cuando se les ha gastado á las diversas tribus la parte que en la reparti¡;ion genel'al les tocara, ha de verifü:arse en medio de grandes aparatos y ceremonias , y desdichado de aquel c1ue osase verili¡;ar[a de otro modo. Las iras ele tri b us innÜmerab les de,;cargarían sobre él con una furia parec.:ida á la que lanza sobre las altas montañas una nube que se desata en rayos contra ellas. No haciendo caso del modo con que la preparacion se e ·e ctúa, en lo cual hay alguna variedad; en cuanto á las sustancias que se usan, son casi en todas partes las mismas, putliénJose en prueba de ello alegar la identidad de efe¡;tos producidos por los cura,1·e que en sus viajes á las más extraviadas y ocul -

tas selvas del Brasi l y las U-uayanas, han recog id o viajeros inteligentes y ce lo os ele los progresos ele la ciencia. Unas veces la preparac ion del curare se hace en medio de una ílesta )' algazara general ele las tríbus. acompañando el acto con repetidas libaciones ele bebidas fermentadas, que hacen no se enc.:uentren en tales ocasio nes más que borracho segun la gráfica ex presion ele Humboldt. Desgracia grande la de la humanidad no poder nunca representar su alegría ino mediante el abuso ele las bebidas a lcohólicas! En otras circunstancias, se encarga ele la preparacion del mortal veneno ú los adivinos de las tríbus, que siempre atentos al aumento ele s u prestigio é iníluencia , rodean el acto de miprácticas supersticiosas y en apariencia misteriosas. Sobre este punto no tienen cuento las exageradas relaciones de los indígenas, segun lo cuales se encerraba tiempos atras una Yieja hechicera en la misma choza destinada al cocimiento de las sustancias venenosas, las cuales, caso de salir bien la prepa racion, mataban con sus emanaciones ú la desdichada anciana. In creible parece que tales consejas cundan como verdades, y tanto 111{1s cuanto que como es sabido, no es volátil el cueare. Tambien se cuenta que al pone1·se el curare espeso, se le echaban hormigas conocirlas poe sus aguijones envenenados y dientes de las más dañinas serpientes como C1·olalos ó serpientes de cascabel. Acaso tengan razon los que tales cosas afirman de los tiempos pasados; mas al presente se pueden obtener los más excelenles curares sin neces idad de emplear nús que sustancias vegetal es . Segun Goudot, las tríbus fronterizas á la Nueva-Granada forman su curare cortando en los hosques gran cantidad de enre• clade_ras de la familia de las .Slricnea.s, caracterizadas por despedir gotas de un jugo abundan• te de sabor acre, de consistencia y color como el de la leche, machacando bien los tallos á lo cual se sigue echarlos por espacio de cuarenta y ocho horas una infu sion ele agua clara, filtrando con tocio esmero el líc¡uido, y expon iéndo lo por Último, ha,;ta que adqu iere la conveniente concentracion á una evaporacion lenta. Ya en este caso, se le reparte en varios vaso de tierra colocados sobre rescoldo cubierto de cenizas, con lo cual prosigue la ~vaporacion, de modo que al fin resulta en cada vaso una sustancia sólida y consistente que es e l Yeneno. Sintiendo el profundó sabio, de quien toma• mos estos apuntes, que aún no se hubieran :trai-


LA NATURALEZA á su patria ejemplares de plantas que con tocia certeza se supiera haber servicio para la formacion del curare, con el íln de hacer sobre ellas los convenientes análisis, manifestó 8us deseos á s u amigo el doctor Jobert, quien h aciendo suyo el de;,eo ele Olaudio Bernard, pidió á América lo necesario, y en la actualidad se ocupa ele inquirir el papel que los jugos ele cada planta desempeñan en un curare que con solos vegetales acaba de confeccionar, tan bueno como e l mejor de América, el de los indios Tecunas, habitantes • el nombre de aquella region del Brasil, que con ele Caldera.o linda con el Perú. La confeceion tuvo lugar amasando á mano débiles raed u ras de la U va Urari, espec e de St-rychnea trepadora, con pedazos de la planta de igual propiedad por nombre Elw ó Paní , del género de las Menispeniáceas, disolviendo en agua feia y moviendo con una vara ele madera la pasta resultante, cuyo color es al fin rojo cargado . El líquido así preparado se expuso á una temperatura elevada, ele modo que entró en ebullicion por seis horas; en cuyo estado le fu eron agregados fragmentos ele diYersas plantas, siendo de e llas una Arniclea, el Tajá y varias raspaduras de tres especies de Papaveráceas. Con esto, la pasta, de consistencia en un principio gomosa, adquirió por medio del en friamiento la dureza y aspecto de un espeso bctun, siendo los principios más activos de mezcla tan venenosa, á juzgar por los experimentos del dodor Jobert, el Urari y el Tajá, y el ménos eílc~z el Paní. Usan del curare los indígenas para envenenar sus flechas de guerra y caza, guarda ndo el resto en pequeñas ollas de tierra cocida, cuya forma representa la fig. '1, ó sino en calabazas. Las flechas de caza destinadas á ser lan zadas mediante el arco, están provistas de un dardo movible y son de tamaño mayoe que las fabt·icaclas para la cerbatana, pues estas consísten en varillas muy aíl laclas de madera, á cuyo extremo a.compaña una punta agudísima de hicno con la sustancia venenosa. No siempre se usa puro el veneno , pues cua ndo se intenta solamcnLe aturdirá un animal en su caercra ó en su vuelo 1 y lo mismo se diga si se -pi-etende hacerle cae1· ele a lgun úrbo l, basta emplear el curare muy diluido y en pequeña · canti<lad; y este es el modo, con que segun dicen, se capturnn los monos y papagayos tan buscados para remitidos á Europa. La caza muerta con f'lechas envenenadas ele la manera últimamente expresada, puede impunemente· 1 comet·se , pues la experiencia ha demostmclo que

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tan pequeña clósis de curare, mezclada con el resto de los alimentos, es de poco ó ningun efecto, con tal que las mucosas de las vías digestivas estén exentas de escoriac..:iones. Y no sólo del curare, sino el.el veneno de las serpientes y baba de los perros rabiosos, puede con certeza afirmarse lo mismo. Para mayor confirmacion de esta verdad se ha propinado á un perro y á un conejo entre sus alimentos mucho ma)lor cantidad de curare que la que le hubiera causa• do la muerte á entrarle por alguna llaga, sin ninguna a lteracion en la salud del animal. Con todo , no hay que ílgurarse sea absoluta y exclusiva esta propiedad, diremos con Claudio Bernai-d; pues muchas otras sustancias y varios medicame ntos venenosos, aunque en diversos grados, gozan de ignal pl'Opiedad. La di "erencia pl'Ocede, de la dificultad con que las sustan• cias amorfas ofrecen á dejarse absorber por la capa superior ele las membranas mucosas. Pero si esta dificultad se am inora, como sucedería si se les propinase á mamíferos pequeños aún, ó á aves qi.1e estén en ay unas , sin eluda que les produciría efectos dañinos, por la gran fuerza de absorc ion que en tal estado poseen los tubos intestinales. El fenóme no , pues, se explica diciendo que las cantidades ele curare requeridas para obrar en el estómago, es mayor que las requeridas para obrar en una ll aga cualqui era. La punta de las flechas de guerra terminan en un dardo íljo muy aíllado, compuesto de huesos ele animales, de silex tallado ó de maderas muy duras, guarnecido á veces ele espinas dispuestas en sentido inverso~ á íln de poder ha• cer imposible, sin desganar las carnes del herido, la extraccion de la flecha. La herida causada por las puntas de las flechas envenenadas, siqu iera sea levísima, es siempre mortal, pudiéndose tan· solo evitar la inmediala oatástrofe co~tanclo la comunicacion de la sangre del miembro herido con el corazon, median te fuertes y apretadas ligad u ras. En cuanto á la rapidez de la muerte causada por el curare, ésta es mayor cuanto más pronto se pone el veneno en circulacion con la sangre, habiéndose tambien observadó que. no es tan veloz en sus efectos el veneno seco de las flechas, como las inyecciones líquidas ele dicha sustancia. Una misma dósis ele este veneno, mata con mayor· facilidad los animales ele circulac ion rápida ele la sangre y los dotados ele temperatura constante que los anémicos y ele temperatura val'iable, como reptiles, batracios y peces; así se explica el morir ántes las aves que los mamíferos,


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Nada hay tan repentino y veloz como la muerte de lo s animales envenenados con el curare, sin que den á ntes de su terrible fin el menor indicio de novedad en su sér, pues dicha sustancia carece de. toda propiedad cáustica y por lo tanto no causa picazon alguna. Si los animales son pequeños, la muerte se efectúa con una velo cidad parecida á la del rayo, ta rdando las aves y mamíferos más gordos , cuando el veneno es abundante, de cinco á doce minutos. Tiéndese el animal cual s i fuera á dormirse, guardando

en esta postura, los ojos abiertos y mirando con todo reposo: entre tanto, se va apoderando de sus extrem idades una completa paralizacion del movimiento que progresivamente avanza hácia el centro , donde una yez llegado, quita ú los músculos respiratorios toda la libertad de accion, y con esto acabóse la vida por asfixia y falla de respiracion. Nada h ay apat·entemente tan sosegado co mo este estupor progresivo: ninguna agitaeion, ninguna expresion de dolor; nada de boquea -

Fig. 1.-Nuevo mapa de las profundidades del Ü;:éano, dirigido por lllr. vVild, en que se da una idea completa del viaje del Challenge1·.

das, nada de espumarajos, tan peopios y característicos de los otros gé neros de muertes, especialmente violentos que conocemos, y á los cuales acompañan siempre convulsiones terribles, miradas espantosas, gritos ó ronquidos tristísimos indicios todos ellos de la reñida l ucha trabada entre la muerle y la vida. Acaso en vista de esta manera ta n fácil de hacer desaparecer la vida con la misma sencill ez que si se tratara de apagar una tenue luz , algun individuo de la Sociedad protectora de Íos animales, más sensible que los demas, vendría en _tentacion de proponer se quitase á los caballos viejos la vida, para arranearles despues la piel , con el curare, mejor que permitir se les quite del modo brutal con que el dia se hace.

u no de los más interesantes y bellos trabajos del ilustre Claudia Bernard, cuya muerte h a sido co nsiderada por toda la hum a nidad como pérdida irreparable, es la determinacion del modo con que el curare actúa. A este fin, considera el autor de quien tomamos 1,3stos apuntes, la actividad fisiológ ica div idida en tres series de fenómenos rigurosamente subordinados, y des empeñando los unos el papel ele excitantes co n relacion ú los otros. El eleme nto n erv ioso , scnsilivó ó intelectual, es el verdadero punto de partida de la accion fisiológica; s u vibracion se transmite siguiendo la direccion del eje del mismo, hasta que, ll egando el movimiento á lacélula nerviosa, cuyo destino es, segun frase característica del Sr. Pereda, el mismo que el de


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sus venenos; debiendo sin embargo suceder que, por la íntima relacion de estas tres actividades, en el mero hecho de suprimirse una de ellas, aunque las otras continúen viviendo, deben ne cesariamente carecer de sentido, como carece una frase cuando se suprime alguna de sus palabras esenciales. Segun los experimentos de Claudio Bernard, el curare no ataca más que el elemento nervioso motor, dejando intactas las propiedades fisiológicas de los otros dos elementos orgánicos: no hay en su inoculacion ataqt;e

las estaciones en las líneas telegráficas, la vihracion sensiLiva se convierte en vibracion motriz. Esta última se propaga á su vez por el elemento nervioso motor, ·y al llegará, su extremidad periférica pone en vibracion el elemento muscular, que al reaccionar en virtud de su propiedad esencial, realiza la contraccion y de consiguiente el movimiento. Siendo distinto el destino de estos tees elementos, sensitivo, motor y muscular, natural era que tuviese cada uno su muerte, su vida y 120

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Fig. 2.-Nuevo mapa de las temperaturas y corrientes superficiales del Océano, dirigido por Mr. ,vild.

alguno á la inteligencia, ni clisminucion de la facultad de contraerse, propia ele las fibras musculares; ántes bien, apénas se las somete á descargas eléctl'icas, se muestran dotadas de la antigua propiedad. Si pues las manifestaciones características de la vida desaparecen, no es debido á la destruccion de la facultad de producirlas, sino á la presion ejercida por la accion paralizadora del veneno, que las invade y arrolla. Dentro de ese cuerpo que veis inánime, detras de ojo que aparece sin brillo y con todos los caractéres de la muerte, existen aún la inteligencia y la sensibilidad en toda su plenitud; así es, que el cadáver aparente, oye aún, conoce cuanto á su alrededor tiene lugar, siente con toda viveza las im-

presiones dolorosas de los que le pinchan ó queman, porque conserva aún el sentimiento y la vida. Una cosa tan solo le hace falta, los inst rnmentos necesarios para dar á conocer su sentimiento y dolor. Cuando más expresivos son los órganos, ántes pierden sus funciones propias, poe esto lo primero que desaparece es la voz; luégo el movimiento ele los miembros, en seguida los del rostro y el tórax, y al lin el movimiento de los ojos, posteer indicio de la vida ele un sée. Con eslo pueden ver· nuestros leclores si hay cosa mas desgaeraclora que este cruel suplicio ele un a inteli genc ia que presencia la sucesiva susfraccion ele todos los órganos clestinaclo·s á servirle, y que se halla en vida encerrada en un


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cuerpo muerto, segun la gráfi'ca ex1wesion del Cardenal Bonald, tan,.conociclo por sus escritos y por el síncope ruidoso ele que fué victim a. Léjos, pues, de nosotros el apetecer fin tan tranquilo y sueño tan sosegado com o parece producir el cut'are; pues bajo esa apariencia de ;;osiego, embarga el alma la más cruel y tristísima desolacion .

PROFUNDIDAD, TEMPERATURA Y CORRIENTES DEL MAR,

Tenemos el gusto de poder anunciará nuestros lectores la aparicion de un libro interesante sobre los puntos que encabeza este artículo, obra ele Mr. John James Wild, miembro de la célebre expedicion científica que, á bordo del Challenger ha recorrido mares tan diversos. El principal obj'eto del autor en la realizacion ele su propósito, ha sido coleccionar y reproducir bajo la forma más sencilla los resultados más importantes de las últimas investigaciones sobre la profundidad, clistribuci~n de la temperatura y cor·rientes de las aguas en el Océano. Perdidas en las regiones más ó ménos inaccesibles de las n arraciones ollciales, ó en los discursos pronunciados ante corporaciones ilustradas, ó en escritos científicos ele difícil aclqu isicion para la ge nera lidad de las gentes por su subido precio, todas las observaciones y elatos interesantes que sobre las materias indicadas pudieron recoger los expedicionarios del Challenger, del Tus cai·oro, ele la Gazelle y otros buques, Mr. "\Vilcl ha creído llenar un vacío que en esta parte se notab?,, publicando un libro de sumo interes para el considerable número ele personas deseosas, hoy más que nunca, de estar al corriente de cuantos descubrimientos se verifiquen relacionados con los mifsterios de la tierra y ele las prnfirnclidades del Océano. Inspirándonos, pues, en fuente tan pura como la de dicho señor, para la publicaciun en esta Revista, cuyo lema es Vulg arizar la ciencia sin fal searla, de todos los progresos cientíllcos, séanos lícito enviar desde sus co lumnas á nuestro carn co lega la más sincera y cordial enhorabuena. Primeramente, el autor procede en su obra á la descr ipcion de las distintas cuencas oceánicas h asta el pt·esente examinadas, á lo cual se si guen, en seg undo lu gar, largos y minuciosos detalles, unos sobre la temperatLira del Océano, acompañados de los principales resultados de

las observaciones más recientes; otros sobre las corrien tes del Q,_ éa,no, explicando á la vez el sistema de la circulac ion terma l de las aguas del ma r; otros describiendo las diferentes secciones oceánicas examinadas por los oficiales del Challenge1· en su expedicion ele 1~72 á 1876, terminando, por fin, su obra, con varias consideraciones sobre el fondo ó lecho de los mares. En la exposicie:>n de su plan ha procurado fijar la relacion existen Le entre la s capas só lidas depositadas en el fondo del mar y las corrientes que atraviesan las cuencas donde tales capas se esLán continuamente formando, sembrando en este punto su obra de ideas sorprendentes y nuevas so!)re ,el orígen y formacion de los continentes. ,E l autor ha amen izado la lectura ele su obra con mapas y diagramas coloreados, dibujos y tablas ele observaciones construidas á la _vista de elatos oficiales ,por vez primera publicados. El maiJa de las profundidades del Ouéano, de que damos en la fig. 1 (véase pág. 36) una copia, es el más completo hasta el presente publicado. Segun él, podrá el lector observar que las ag uas vecinas á las costas de Europa y África, y las q_ue bañan el Sur del Asia y la Australia, cubren campos inmensos existentes ti 3.600 metrns bajo la superfide, distancia que se aumenta hasta 5.400 en las aguas del Atlántico y de l Padfico, y hasta más ele 7.000 en las inm ediaciones del Japon, segun con toda exacti• Lucl ha indicado la sonda marina.. Otro ele los puntos mag-istralmente tratados por el autor es el ele la temperatura ele los ma• res. Tnfluyen en ésta tres uircunstancias, la latitud, las corrientes y las estaciones del año; v,eamos de qué ma nera. No estando las aguas del mar expuestas de ig ual manera á los rayos solares, claro es que la cantidad ele calor recibida ha de ser diferente; y así se ha ob_servado que, á partir ele una línea cuya temperatura es _máxima y que poco más ó m énos se confunde con los trópicos, van las aguas bajando ele tem• peratura hasta llegará. un minimum existente en las regiones polares. Si esta so la causa influyese en la temperatura ele las aguas y no viniese otro agente á perturb a r su equilibrio, formarían las líneas ele ig ual t emperatura 6 isotérmicas alrededor ele la tierra un sistema de ciruunferencias ele cÍL'Culo, paralelas a l Ecuador; mas partiendo co n Lin uamente de las regiones tropicales á las polares cOl'rientes ele tempernLura m ás elevada que la de las nacidas en las zonas polares con d1reccion á los trópicos, en los cuales penetran y circulan hasta por las i:egio•


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nes más cálidas, la regularidad en el decrecimiento ele la temperatura de las aguas desde el Ecuador á los 11olos, no puede ménos de ha! larse singu larmente al1erada. Para más fáci lm ente formarse una idea de los trabajos del autor sobre este punto, tomamos ele su obra el adjun to grabado, fig. 2 (véase página 37¡ relativa á las temperaturas y corrientes superficiales ele los mares, segun la cual, y en virtud ele los signos convencionales que con su expli cacion la acom pañan, la zona de las aguas contiguas al Ecuador tiene en su superficie la temperatura ele 2ti 0 ,7 centígrados, la inm ediata á los trópicos la de 21°, 1; siguiendo á esta hasta los polos otras cuaLro más: una de 15°,5, la segunda ele 10°, la tercera de 4°,4 y la cuarta y última la de las reg iones g laciales. Sobre la clireccion de las corrientes superficiales, presenta Mr. \Vi!J datos que confirman todas las alirmaciones anteriormente presentadas por la ciencia. Debemos observar que, aun que en menor grado que las corrientes superfi ciales, influyen no obstante y mu cho las verticales, por lo 4 ue deben mirarse como acreedoras á una parte muy principal de la total armo ní a del universo, que de las corrientes de las :,guas resulta. Quisiérámos sobre este particular dar á nuestros lectores noticia de las leyes que tales corrientes verticales producen, mas el escaso número de observaciones hasta el pre en Le practicadas hacen imposible la reali,meion de nuestro deseo. Para co ncluir, d iremos que la obra cuyo análisis acabamos de hacer, es un complemento útil y necesario á las numerosas publicaciones que sobre los rcsul tados obtenidos por los expedicionarios del Challenge1· han visto desde hace tiempo la luz pública.

OPERACION QUIRÚRGICA. De París nos escriben remitiéndonos algunos ele los singu lares experimentos que han est,tclo haciendo el pro fesor Verneuil y oLros en la persona de un individuo que, á consecuencia de haher absorbido una gran cantidad ele ácido, se le ccl'ró comp letamente el exófago . A fin ele introdueir le el alimento hubo que abrirle un orifi cio en el estómago. Desempeñóse felizmente la ope racio n, y el paciente que, por lo demas, gozaba ele buena salud, ha estado recibiendo el a limenLo desde enLónces ú traves de un tubo de g oma elástica

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adoptado al orificio dicho . Redúcese el alimená las formas de m[ts fácil digestion; por ejem-

plo, la de caldos , ó de carnes y verduras menudame n te picadas, que despues se le introducen en el esLómago por medio de un a bomba pequeña impelente, h abiendo cesado toda comuni cacio n entre ese órgano y la boca. En este caso se ha presentado excelente oport unid ad para hacer investigaciones fisiológicas. 8n tal co ncepto mandiesta el profesor O. Richet que ha podido observar que el paciente eligiere la carne, el gordo y las verduras en el término de tres á cuatro horas, la leche en dos, el agua y el alcohol en ménos de tres cuartos de h ora. El estómago no absorbe el alimen.to por grados; ántes el volúmen de la comida permanece en él sin a lteracion material casi hasta el fina l de la operacion digestiva, en cuyo tit:lmpo desaparece del todo en pocos minutos, dejando sólo unos cuantos pedazos visibles .

GRAN GLOBO CAUTIVODE ~l. HENRI GIFFARD. (Continuacion.-Véa e n. 0 28, png. 27.)

La con feccion del globo tiene lugar en un gran taller dé 28 metros de largo por 14 de an eh o, sito en el ángulo del patio de las Tullerías más próximo al pabellon ele F lorn, cedido á :\l. Giffard para la ejecucion de sus planes. La tela, cuya descr-ipcion dimos ya, se divide e n f¡(:j piezas ele 90 m etros rle largo por 1, 1O ele ancho, cada una de las cuales ha de estirarse úntes de la confeccion del globo, para poder probar su resistencia y solidez . El grabado de la fig. 2 representa esta interesante operacion, que consiste en coger entre dos láminas de hierro, apretadas una á otra con pernos, las extremidades ele la pieza que se va ti. estirar, una de las cuales se fija y sujeta i un poste, m ién tras q uc la otra presentada en primer término en nuestro grabado, se rodea á un torno por la mcdiacion ele un fuerte peso que expresa en kilogramos el esfuerzo á que se encuentra la tela sometida. Cuatro hombres destinados al efecto dan vuelta al torno hasta que las pesas indiquen un esfuerzo de 1.001) kilogramos, fuerza tres veces supe 1·ior á la que la presion de los gases ha de ejercer sobre la parceles del globo cuando se encuentre henchido y flotn.ndo en el 'aire. Ahora bien, para q uc la Le la se rompiese se necesitarían más de 3.000 lu logramos de fuerza. La operacion de estirar la tela, que suele pro-


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lon garse unos 15 minutos, alarga considerablemente Pole t,ord ( Sp up • p•} la tela, ~n 3 por 100 de su ·---···- -. 1"','0l lon g itud primitiva, y con ella se co nsigue no sólo Ycrifi car la solidez del tej ido sino prevenir la!:l deformaciones posteriores que pudieran b aj o la accio n de los gases tener lugar, y evitar que la capa de barniz superior,· poco den sa, estalle, como no podría ménos de suceder, si la tela que le sirve de_apoyo se alargase . Una vez más rep etiremos que todas estas cin:unstancias h a n sido muy calcul adas y pensadas por M. Henri Giffa rd , quien perfectamente conocedor de que todas las teorías s ufren en la práctica alguna modillcacion, ha tenido la previs;on ele someter á prueba todas . las partes de que el aparato se compone. Una vez estirada la tela, despues de enrollarla en un cilindro de madera, se la colo ca sobre un soporte próximo a l banco, sobre el cua l tiene lu gar el corte de los husos . :tvlerece especial mencion lo mu cho que se consolida el aparato aerost ático con la red de costuras qu e j unta unos con otros ' los hu sos, y que sin mermar g .'¡ ::;:::{, notablemente el volúmen 1 total del globo , h a hecho ¡1 su sabio director se mulLi~¡20 11 pliqu e n todo lo posible. Para m ás s imetría, las costu! !\¡¡' ras h orizontales no se h a13 1 . _____ ll a n irregularmente y de 13 ~--------~cualq uie r modo distribuidas, sino de suerte_ que cub rnn la su perficie de la es,1\\'l fera formando una serie ele •·· .... ..!: paralelos equ idist antes. Pote Sud (Appendice) L a fl g. 1 representa uno ele los 104 husos que oo mponen la esfera, dividido Fig. 1.-Figura demostrativa de uno de los "104 en dos partes , una 1desde el hu sos deque consta el globo cautivo de M. Giffard.

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polo norte hasta el ecuador, y otrn desde el ecuador al polo sur. El radio ele las válvulas superior é inferior es de i m, 02; ele donde la s uperficie del polo norte y del polo sur presenta el djámetro de 2m,04. Cada huso comprende 1 '1 paños de tela, de los que todos t ienen 4m,20 de largo , fu era de los de la parte superior é inferior, cuya long itud es de un 1m,60: unos y otros están r epresentados en la fl g. 1. Siendo preciso que todo el g lobo se componga d~ 10'1 husos , y habiendo cada uno de ellos de constar de 14 pafios, el conjunto será 1456, numerados para mayor claridad del modo siguiente: 0-1 , 1-2, 2-3, ...... hasta 13-H. El corte de la tela se verifica mediante forman especial sujeto á un a empuñadura de madera que los obreros apoya n sobre sus hombros , mienlras que con ambas manos guían y hacen m an iobrar el instrumento. Colocadas unas encima de otras las t elas hasta siete, sobre el banco representado en la fig. 3, se las fija por medio de clavos pt\estos de trecho en trecho en los bordes de la tabla y medi a nte tornillos de madera que la comprimen y ajustan al ban co. La clireccion que ha de seguir el forman la indica un renglon de acero, cuyo borde se ajusta exact a mente á la raya precedentemente trazada con lápiz, ayudando á ello un patron de papel. Siendo las piezas de los husos de tan disti'nta magnitud , parece á primera vista que el desperdicio ele tela tenía que ser g rande; nada de eso. El ancho de


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Fig. 2.-Estiranüento·de las piezas de tela del gran globo cautivo ele ~l. llcnr i Giffard.

Fig. ~.-Curte de los husos.

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la tela es tal, que permite se puedan sacar de un mismo trozo dos del 2-3, de otrn el paño 1-2 con el 3-4, y de otro el 0-1 con el 11-5. La figura 1 represen ta el escote de los paños . cuya superficie total compone la esfera de 4.000 metros cuackados; mas de ordinario, se aumenta al corta rl os un os 3 centímetros más de lo i ndicado, por req uel'ido así lo que tienen que comer las costu ras . El diseño y las anotaciones que acompañan á uno de los 10-'t hus os, nos propol'cionan exactamente todas las dit11enstones del g lobo cautivo. Veamos cómo . L os paños numerados 6-7 y 7-8, tienen e n el ecuador 1m,07 de a nch ura, cifra qu e multipli cada por 104 que es el núm ero de los husos, arroja para la circu nferenc ia de la esfera 1'l 1'",28. Tamh icn se p udi era ll egará este resultado calculando la circunfere ncia de l mer idiano que es igual i la de l ecuador del g lobo. En efecto, cad.t meridiano consta de ·12 paños de 1_m,20, que dan 50m,04: añádase á esta cifra 3m,20, correspondientes á los dm; paños polares de tm,60 cada uno, más 2"',0'f por los dos rádios ele las válvulas, y se tendt'á para la semicircunferencia del círcul o meridiano ~n total de 55"', (J'f : s i esto se multipli ca por 2, tendremos el valor a nterior de 11"1 ~,28. Sie ndo el g lobo un a esfera de 111"',28 decircun ferencia, tendrú, seg-un la Geometría, un diámetro de 35m,4z y un vo lúmen de23.ü00 metros cúb icos, vo lúmen que n ecesa riamente se aumen tará cuando el g lobo se h inc he ele gas. La tension del gas causará sobre el aparato aerostático una presion eq uiva lente á la que sobre la vúlvula inl"erior harían 3 centímcteos de agua, con cuya presion y por efecto de la elasticidad ele las telas, ll ega rá la esfera á lener 3o metros de diámetro, correspondiéndole en este caso un volúmen de 25.000 metros cúbicos .. (Se contin1ia1·á.)

'l'R\BAJO_S DE IRRIGAC fO N Y DEPÓSITOS DE AGUA EN ARGELIA . (Concl usion.-Véaso ntlrn. 23, png. 361.)

El muro ele la presa termina<;l.o en aesta., como dieen los ingenieros franceses, tie ne una, lon g itud ele 322 metros y '120 el muro del desaguadero. El máximun de e levacion de las ag uas puede llegae á ser de 24 metros sobre el fo ndo del valle, por lo que ha habido que elevar la platafol"ma del rnuro 1m,60 más, siendo así su el evacion total 35m_60 sobre el fondo del valle. Cuantas a notae ioncs acoinpañan los grabados, que para más claridad presentamos, se refieren

á un punto O situado á 3;:im,60 bajo el ni vel el e la plataforma, cort·esponclien te poco más ó m ónos ú la a ntig ua madre del rio en los tiempos ele s u menor corriente. Por bajo del lacio que mira a l Oeste, prese nta el muro de la presa un salie nte ele 3m,89 de ancho , apoyado prime rnmentc sobre una base de piedra ele dos metl'Os de espesor, no bajando el ele s us estribos ele 38 metros, y lu égo en un a masa ge neral de betun, compuesto ele morteros hi drá ulicos y pedazos ele ladri llo , que principia á un a altura ig ua l á - 4, mientras que la obra ele alba ñiler ía que sirl'c ele base á la p resa principia tan solo ¡L - 2. Fué necesa rio el uso d el betun re!'erido á ca usa de haberse de echar los dmientos á 7 ú 8 metros bajo el nivel ordinario cleÍ r ío , sobre un a roca arenisca de las llamadas aspel'O nes, de capas cliEcordantes por alLerar su rumbo y buzamiento cerca ele la presa capas ele m.a.rga.. La direccion demasiado profunda de la capa ele los aspernnes en la orilla d~recha, determinó á los in gen ieros ájuntar la presa con el monte, mediante un fuerte muro de á ng·ulo entrante á partir del sitio qne ll eva el nÚmE}rO 8; pues de otro mod o, hubi era sido necesario profundiz ar demasiado en la montaña. Este muro de 30 metros de elevac ion y que g uarda con el eje ge neral un a clireccion expresada por un á ng ul o de '160°, fué co nstruido co n la idea de que los gastos de la obrn fuesen menores; mas acaso sea más tarde preciso reforzarle por dela nte co n un co n trafuerte, como parece exigir la ligera he ndidura que el verano pasado apareció en el á ng ulo de juntura, y que será ele imp ortanci a si no se tiene cuenta, con ella. A fin de que las olas no pasen por encim a del mut·o, y áun en tiempo de las mayores crecidas puedan !os guarda!:i atravesar de un lado á otrn cuando las ag uas cubren la plataforma, se eleva sobre ésta un parapeto de 2m,40 de alto por 1m,5Q de a ncho; y todavía esta clevacio n es pee¡ ueña, pues en el depósito ele Circey en el canal de Borgoña, se han observado olas ele dos metros de elevacion , y ele cuatro en la antigua presa de Bertrand e n el canal del Ce ntro en Francia. Y concretándonos a l depósito del Habra, de que vamos tratando, de ta I manera creció en J 872, que el a,g1rn, extendiéndose sobre la plataforma de la presa, formaba sobre e l d esaguade ro un a capa de 25 centímetros de elcvacion. Para unit' el parapeto con la or ill a izquierda, existe un pasadizo sostenido por el desaguadero. Cuando reciente aú n la obra se la llenó de agua, en toda la fachada exterior se rezumaba d e tal s uerte el líquido, que no parecía más cjue


LA NATURALEZA un inmenso filtro, fenómeno que fácilmente se expli ca teniendo en cuenta la abundancia de poros ele la piedra empleada en la construccion. En el clia no se rezuma el ag Ja, por haberse formado sobre el muro una capa blanca, lustrosa, compuesta sin duela a lg una de carbonato de cal, anllogo al de las estalactitas. El orígen de este carbonato pudiera explicarse del modo siguiente: No con virti~ndose en silicato toda la cal de los morteros hidráulicos, quedará un exceso, que, al atravesar las aguas por enlre los poros de las piedras, march ará con ellas impelido por la presion de las aguas del depósito, y una vez puesto en contacto del aire, se convertirá en carbonato, depos itándose en capas de formas concrecionadas . Idéntico fenómeno se presenta en las presas de Romeral y ele! BaClrn, sitas en el real sitio del Escorial. L a pared del desag uadero, dispuesta de suerte que forma con la presa un ángulo de '145 grados, presenta en su seccion un trapecio cuyo lado interno ó sea el que mira h ác ia el orígei1 del 'rio, es perfectamente vertical, en tanto que la extel'ior, por cad,:1, metro que se baje, presenta 0m,40 más saliente. Dejando a lgo que desear en su solidez la roca ele los cimientos, no se h a tenido por conveniente que las aguas salgan de la presa en forma ele catarata, como sucede á la del Sig, y se ha tenido por más conducente obligar al agua á que baje rozando con el muro, hasta que, clespue.;; ele h a ber. seguido una su perfiuie curva, como la representada en la fi g . 3, pu eda tomar la direccion horizontal. Dos ventajas se obtienen con esta disposicion; una que se impide ó atenúa el gastamienl9 ele !::is rocas por efecto del continuo golpear de las aguas, y otro, que al r,emr el ag ua sobre las paredes por las cuales baja, produce una reaccion contra la presion intern a y principal. La parte ele que acabamos de hab lar se compone, como toda la presa, ele piedra ele ' silleria con ripios resi ten tes, recubierta de cal hidráulica de Oued Fergoug, pues tanto si se miea á la economía como á la r es istencia, no d ebe usat·se ele otro género de construccion para las presas. Habiendo una extraordinaria crecida arrninaclo en la n oche del 10 de i\Iarzo ele 1872 el muro del desaguadero, fué preciso construir otro, que aún dura. Tan g ra nde fué la lluvia, causa de la crecida, que en i\lhscara anunció el pluviómetro un aum e nto de 203 milímetros del G al 11 de l\Iarzo, reuniéndose con esle moti Yo en la presa inmensas cantidades de agua, que sumando unos 37.500.000 metros cúbicos más ele lo ordinario

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á juicio ele M. Pochet, proporcionaba en el desaguadero una salida constante de 700 metros cúbico:,; por segundo, peso tan enorme, que las paredes no lo pudieron sufril' y se desplomaron en un a lon g itud de 50 metros formando en la corriente del rio un monton inmen so de escombros ele 200.000 m etros cúbicos por lo ménos , que aún componen en medio del rio un banco inmenso. La causa ele areuinarse la pared no puede atribuirse al desnivel de la misma, pues estaba perfecta mente vertical, ni á la fuerza que pucliernn las aguas hacer en los fundamentos , por hallarse las rocas que los componen enteramente lisas; ele modo que debe la catástrofe explica rse por falta de solidez en las paredes, y por insuficiencia en el betun ele los fundamentos tJara resistir la presion de las aguas. L a expli cacio n que algunos dan clJciendo ' que acaso las paredes cayeran por socavar el agua los cimientos, no satisface, pues er. tal caso no hubieran estos quedado en pié como sucedió. En caso de que sea necesario limpiar el estanque, verificase la operacion por dos puertas ó evacuadores practicados en la presa, á 36 metros uno ele olro. Además ele esto, presenta el depósito dos tomas de agua, de las que parten dos en la orilla izquierda y otras dos en la derecha, cuatro tubos ele funclicion, de 0m,80 de diámetro, alimentando los pt;imeros con sus aguas el canal de Perregaux, y vertiendo 10s seg undos las que más abajo han de regar las tierras del sindicato del I-Iabra. La fig. -í da una idea completa ele la toma de agua ele la orilla derecha. Consta, además de los dos tubos de que h emos hablado , de un pequeño depósito vertical de 3m, 1ll de larg o, 1 metro de ancho y 5 de alto, lleno ele agua ó vacío, segun se ab ra ó se cierre la comunicacion con el pozo á dos acueductos de lm, 20, que, provistos de llaves , reciben :i su vez el ag ua ele cinco tubos horizontales y más elevados, t·e presentados tambien en la figura 4, y compuestos cada uno de dos barbacan as. Esta especial disposicion, que los in ge nieros franceses han tomado de las construcciones españolas, especialmente ele las presas ele Tibi y Elche en Valencia, estudiada¡ por nuestros vecinos ántes ele ponerse á construir la del Habra , hace imposible la llegada del agua á los tubos del exterior, no obstante los depósitos ele lodo qu e suelen á su entrada formarse. En las presas españolas se extienden los sumideros y las barbaca nas desde la par te más baja h asta ·la más alta del muro de las mismas, como puede ve rse en la de Tibi cerca de Alicante, en tanto que en la del Habra sólo se extienden hasta 10 metros


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sobre el fondo del estanque. Esto no obstante el •clave ele 4 metros, datos que arrojan una seccion agua sale con la misma asiduidad que en las de 5 ,75 cuadrados, magnitud dos veces supeespañolas. A cada t ubo acompaña en su extre- rior á la que en el · interior presenta la misma midad una"llave terminada en un tubo acodilla- galería. Para la construccion de la galería se ha do, encerrados los closen un aposento cercado de usado de ripios mezclados con piedras de sillerejas, de que tiene las llaves el ~uarda. Siendo ría cuidadosamente unidas, y tan pulimentadas muy grande la fuerza con que las aguas salen que no presentan ia más mínima aspereza, conele las llaves, se ha procurado amortiguarla para clicion esta última indispensable por la fuerza que no causen en la obra desperfectos, metien- considerable con que tanto el légamo como las do para ello el tubo encorvado en un depósito de aguas atraviesan la galería cuando tiene lugar agua, ele donde sale el líquido sin fuerza alguna. la limpieza del estanque. En abono de los ingenieros españoles que Los rios de Argelia son extraordinariamente legamosos, por lo cual en las crecidas acareean construyeron el depósito de Tibi, cerca do Ali inmensas cantidades de cieno, que depositán- cante, diremos que el único desaguadero ele . b obra sirve para limpi ar perfectamente el depódose en la parle interior de las presas tienden sito, miéntras á llenarlas hasque los dos que ta arriba. Poen el del I-Iabra drán nuestros practicaron los lectores fot'franceses no marse una idea sólo no limpian sobre el parbien lo que esticularconsiderando que en tá próximo por ser insuficienel depósito del Sig, cuya capates, sino_ que á ci dacl es de una distancia 3.500.000 mecomo ele 20 metros cúbicos, tros la totalientran anualdad del légamo mente 100.000 permanece inmóvil en su lumetros cúbicos gar, pudiendo ele cieno; y que acaso este fenóen el del Habra meno explicarentraron desde 1868 á 1873más se ya por lamaPig. 1.-Plano general de lá presa del liabra y de sus inmediaciones. ele 940.000 meyor extension tros cúbicos. del estanque , A parecidos inconvenientes, aunque no en tanto argelino, ya por ser la cantidad de légamo que grado, se hallan expuestas nuestras presas de en él entra, cuatro veces superior á la del esla península, para cuya limpieza suelen los in'- pañol. genieros practicar ciertos evacuadores con desTambien difieren y no poco la manera de ceraguaderos de escape que hagan posible la sa li da rar las contrapuertas de los desaguaderos· argelidel cieno amontonado por la corriente. Los in- nos y sus modelos los españoles ele Tibi y Elche . genieros franceses constructores del dique del Siendo de todos conocido cómo tiene esto lugar Habra quisieron en su obra imitarnos y practi- en nuestras presas, veamos eómo se verifica la caron dos desaguaderos á distancia de 36 me- operacion en el del Habra. Las contrapueetas tros uno de otro. Si se penetra en uno de ellos, forman un sistema movible por estar unidas á se ve que tiene de ancho 1m, 20 y 2 metros de una columna vertical que puede subir ó bajar alto, bajo la clave, correspondiendo por lo tan lo segun la direccion que le comunique el mecaá su seccion 2m,2\ cuadrados. Conservándose nismo especial de transmir,ion colocado sobre :,iempre perfectamente horizontal la arista de la plataforma, que despues describiremos: se clave, la seccion aumenta cada vez más, tanto compone cada una de ellas ele una plancha ele en las paredes laterales como en sus cimientos, palastro ele 8 centímetros de grueso, por no perde modo que la seccion exterior de la galería mitirlo mayor las correderas ele hi.!:)rro fundido presenta una anchura ele 1m,50 y una altura bajo que incrustadas en la pared sirven ele guia á 01

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las contrapuertas. La columna vertical no es toda de una pieza, sino de varios tablones de 6 metros de largo forrados en algunas parles de láminas de hierro fundido para que no se tuerzan al someterlas á la accion de la tuerca. El aparato de maniobra se compone de una rueda que es tuerca al mismo tiempo, puesta en movimiento por un piñon fijo á un árbol verLical, en cuya parte superior sostiene una rueda de ángulo horizontal. La rueda horizontal obedece á su vez á otro piñon fijo sobre el árbol de dos manivelas. Para el manejo de todo el aparnto no sería necesaria en teoría una fuerFig. 2

za poco superior á 9 kilogramos al subir la columna y 5 al bajar, por Sel' este el esfuerzo que en Lales operaciones actúa sobre la manivela; mas en la práctica son necesarios nadl:1- mónos ciuc cuatro hombres fornidos, trabajando continuamente durante cinco horas y media, para po • dcr elevar las contrapuertas. Adoptando dos prensas hidráulicas cuyo pistones empujasen el eje de la columna vertical, no sólo se ahorraría trabajo tan Ímprobo, sino que además seda obra. de pocos minutos ~l subir ó bajar las conlt·apuertas. Esta es en suma la obra del depósito del ]Ja.

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Nioeau n o rru.ol de,. la r,t,cJUa

Fig. 3 Déverso,r

Fig. 2. Altura de la presa y del desaguadero .-Fig. 3. Desaguaclero.-Fig. 4. Seccion de la presa en la lc,ma ele agua ele la ori lla dorccha.-Fig. !l. bis. Toma de agua.

bra, monumento imponente, digno de servir de modelo para todas las- construcciones de su clase, y que visto en Oued-Fergoug desde la lín ea férrea, causa, con la esbeltez y blancura de. sus paredes, singular impresion en el ánimo del pasajero por el agradable contraste que el a ·yeclo del dique forma con aquellas montañas de ílancos desnudos y tos lados por el sol, c1;1bicrtos tan sólo de cuando en cuando por algun olivo de tronco nudoso y cenicientas hojas. La escena cambia por completo á corta distancia del dique, pues las aguas por él recogidas y convenientemente repartidas, producen en los lugares

por donde pasan, laureles, rosales y tamarindos. ¡Cuántas veces los árabes, cubiertos de blancos albornoces, quedan ante la plataforma estupefactos é· inmóviles, considerando aq uel inmenso y profundo lago cuyas aguas han de servir en el rigor del estío de riego abundant J y provechoso para las tierras agostadas por un sol abrasador! La pdmera idea del dique se debe al ingeniero industrial M. ntoine Hezzag, constructor de la presa del val d'Orbey, quien en tiempo de la guerra de los Estados- Unidos en 1863, propuso SLl construccion, :l fln ele c¡:10 en las llanuras


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del Habra se produjese el algodon de que tanta falta se sentía en Europa á la sazon. Desechada. entónces idea tan provechosa por el militarismo que .siempre ha regido en Argel, ha sido en los últimos tiempos realizada por una compañía comercial, que en retribucion ha recibido laposesion de 24.000 hectáreas, de que están ya sacando inmensos resultados y productos. ~

ALTERAQIONES Ó ENFERMEDADES DE LOS VINOS Y l\IODO DE TRATARLOS.

Creyóse antiguamente que las alteraciones producidas en los vinos y que llevan el nombre de enfermed.a des, reconocían por ca.usa un principio orgánico nitrogenado, algun cuerpo albuminoso, ó finalmente, alguna materia vegetoanimal, que produciendo á favor· del oxígeno del aire y de la fermentacion de los elementos del vino, nnevas combinaciones, daba por último resultado la alteracion del vino que la contenía. Así lo creyeron personas tan sabias y autorizadas como Chaptal y posteriormente Liebig; hasta que hace pocos años, M. Pasteur logró demostrar provenían dichas alteraciones ó enfermedades de séres organizados criptógamos y parásitos, á que dió el nombre genérico ele micodermos. Teniendo cada enfermedad su micodermo distinto, vióse el inteligente autor de la nueva teoría precisado, al quererlos designar, á añadir al término genérico otro que indicase la especie, tomado por lo general del peculiar carácter que imprime al vino su presencia. Así por ejemp.lo, al sér que constituye la primera alteracion de los vinos, conocida con el nombre de flor, le llamó micoderma-vini, y micode1·ma-aceti al que los pone acedos. Fijando despues su atencion M. Pasteur en aquella enfermedad á que son los vinos blancos tan propensos, de volverse amargos y crasos, á más de asignar nombres adecuados á los séres que la producen, pudo hacer constar su existencia en los granos de uvas cortados podridos de la cepa. El micor.le1·ma-vini, propio de los vinos nuevos, transformando en agua y ácido carbónico el alcohol, le quita parte de fuerza y altera no poco el gusto; miéntras que el m.icocler-ma-aceli, absorbiendo el oxígerto del aire, y convirtiendo el aleohol en agua y áeido acético, acarrea gran acidez á los vinos. Admitido el hecho, hagamos aquí un exámen

de los agentes que podrían práctica mente emplearse para remedio de las enfermedades, cuyas causas, gracias á los excelentes trabajos ele M. P.:isteur, son hoy perfectamente conocidas. Conviene, sin embargo, advertir que los agentes empleados para remediar las alteraeiones de los vinos, segun los preceptos de la antigua teoría, conservan tocio su valor é importancia en la teoría que M. Pasteur ha últimamente ex• puesto. En efecto, el ácido sulfuroso, el tanino y el alcohol gozan de la propiedad de precipitar las mat:lrias vegeto-animales ó albuminosas á que · antiguamente se atribuía la causa cíe la alteracion de los vinos, y los mismos agentes ejercen tambien igual accion sobre los organismos criptógamos designados con el nombre genérico de microdermos; teniendo esto que suceder así para que fuese posible el método de tratar los vinos, que algunos, por más de veinte años, vienen con· muy buenos resultados emplea.ndo, y que despues describiremos; mas débese primeramente advertir que en todo caso, los vinos rrue se hayan de tratar, no pueden pasar del prímer periodo de alteracion, porque si la enfermedad está muy adelantada, no hay remedio alguno en cuya virtud pueda al vi no ele vol verse su primitivo buen estado, requerido además para que sea posible el consumo. Las alteraciones que los vinos experimentan, provienen las más veces de no cuidar los cosecheros se tomen, para la preparacion y conservacion de sus vinos, las precauciones necesarias, y que jamás, ni áun tratándose ele los de calidad inferior_debe1r descuiclaese. De otro modo, es inevitable el desarrollo de los organismos parásitos, cuya aparicion implica la pérdida del vino. La enfermedad más comun á que están los vinos tintos expuestos, es á rebotarse ó perder el color, para cuyo remedio se debe verific::i.r, luégo que se presente, un trasiego, y á cada 270 litros de alterado, agregarle un litro de vino blanco saturado ele gas ácido sulfuroso y 100 gramos de crémor ·de tártaro ( bitartrato de potasa). Vertida esta mezcla, á que se habrán agre• gado 20 gramos de goma-kino disuelta en un litro de espíritu de vino, en la pipa que se quiere remediar, se batit·á bien y por mucho tiempo el líquido, dejándole luégo en reposo durante quince dias, á cuyo transcurso seguirá una encoladura de claras ele huevo, termin ándose por fin la operaeion cuando pasados olros quince dias se procede á nuevo trasiego en una cuba de buena lia ó solera. , Tratado el vi-110 de esta suerte en el primer


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LA NATURALEZA ríodo de su enfermedad, es indudable su vuela! primitivo estado, pudiendo con un -método ual, segun co nstante experient.:ia, obtenerse ·ce lentes resultndos con los vinos · que empie an á ponerse amargos. A.un para los que tenan un ligero pL'int.:ipio ele at.:idez es el método ,·puesto conveniente; pero si esta última enferedad ha llegado á pronunciarse demasiado, a sean los vinos blancos ó tintos, el único meio de utilizarlos es dedicarlos á la fabricacion el vinagre. Para curar los v inos llamados crasos, basta ajar de los poínos las pipas c~e los contienen, hacerlas rodar de vez en cu.anclo por espacio de 48 horas, para que se repongan de su enfermedad inicial, para cuyo objeto es tambien su fici ente el sirn ple trasiego; pero si la enfer-medad está mús adelantada, precisa tratarlos por 20 ramos ele goma-kino disuelta en un litro de esíritu de vino, y pasados quince dias efectuar una encoladura de cola de pescado, siendo al celo suficiente 20 gramos de esta sustancia; jejarlos I uégo en reposo igual espacio de tierno, cq.n lo cual, y trasegarlos luégo á pipas ligeamente azufradas, alcanzan su más completa posicion. Hay vinos blancos, y pqr cierto de calidad suerior, que expuestos por algun tiempo al cefoacto del aire propenden á tomar un color amarillo muy cargado, á veces rojo: así vemos que vertidos en vasos ó introducidos en botellas sin Jlenadas del todo, toman primero en la superficie un color ligeramente ambarado, que se acen' a más y mús y aumenta de intensidad ele abaJ.O arriba, tanto que siendo aún incolora la capa feriar, la superior tiene ya 9olor subi(\o , h asta ne por fin toda la masa líquida de gusto elesgraciable aparece con un color parecido al que ene la cerveza de inferior calidad, peoducido s in da por cierta materia orgánica que encierra, i colora en tanto que no esté en contacto con el aire, pero muy oxidab le luégo que esto se verifica. Este inconveniente es tambien propio de ciet·tos vinos esp um osos, y para curarlos no hay 1 más que añardit·les - 600 de su volúmen de ácido

sulfuroso previamente disuelto en vino blanco con un a cantidad ele azúcar mitad del peso del vino añadido, y esto verificado pierden en seguida los vinos su !'acuitad de colorearse. S uele tambien pasat· que por negligencia se cubre de moho un barril, y el vino tinto ó blanco que en é l se introduce, á poco de estar dentro ma un fuerte sabor á moho tan desagradable u e apénas puede beberse. Para quitarles este

mal gusto existe un medio que produce inmejorables res u Ita dos consisten te en et.:har 750 gramos ele aceilebueno de o livas porcada cantidad ele no litros de vino; des pues batirle bien, y durante un período ele ouho á diez días, que puede prolongarse si e l mal sabor es mucho, ciar vueltas al barril dos veces por dia, con lo cual el aceite se apodera completamente del sabor á moho, y el vino t·eco bra su calidad normal.

MISCELÁNEA. Contra la langosta.-La prueba ele la m :í quina inventada para la dcstruccion de la langosta ha dado mny buenos resultados; el procedimiento que se emplea es el del in cendio, y la llama de la m i quina que se mantiene viva durante media hora, puede ser un auxiliar efi.cacísimo contra aquella plaga. En Villaimeva de la Serena, que es el punto donde se ha ensayado, se conciben grandes esperanzas por los resultados obtenidos. Caja automática. - En la Exposicion de París , segun vemos en un9, carta, hay una caja de hierro, invencion norte-americana, que autom,íticamente cuenta-el dinero, da recibo de las sumas que percibe y lleva un registro de su debe y haber.

TELÉFONO DE lVI. TROUVÉ. En los periódicos científicos franceses encontramos una nota interesantísima, presentada por M. Trouvé á la Academia ele Ciencias de Pal'is, y vista la importancia del nuevo descubrimiento que contiene, no hemos vacilado en asignarla un lugar en las co lumn as de nuestra Revista, acompañándola del adjunto grabado. ce Tengo el honor, dice M. Trouvé, de comunicar á la Academia de Ciencias los nuevos resultados por mí obtenidos en las inve, tigaciones que me ha sido dado hacer referentes a l Leléfono, valiéndome para ello de membranas múltiples y vibrantes que tienden á reforzar la intensidad · de las corrientes ele trnn smision. n En mi comunicacion del '10 de Diciembee último an unciaba que,en efecto, era posible reforzar de una man e ra sensib le la intensicl~d ele las corrientes producida!', y por consiguiente la intensidad del mismo sonido. Con esle fin adopté una reunion ele membranas ele foÍ·ma poliédrica y que vibraban al unísono; mas ahora ofrezco una nueva: disposicion, que apoyada en el mismo principio que la anterior, da, sin embargo, resultados de más monta y utilidad práctica. n Sea un iman tubular a. b rodeado eñ toda


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su longitud por un solenoide. Frente á uno de 101 polos a hay una membrana circular M semejante á la del teléfono ordinario, pero perforada en el centrn y ofreciendo su orificio el mismo diámetrn que el diámetro interior del tubo imantado. En el otro polo b existe otra membrana semejante M', pero completamente plana. »A primera vista se comprenden las ventajas de esta disposicion. En efecto, si se habla frente al polo del iman que tiene delante la membrana perforada M, ésta será puesta en vibracion por las ondas sonoras, y contin uando éstas su ruta por el interior del tubo imanado, ll egan á poner en vibracion á la segunda membrana plana M' colocada ·a nte el otro polo del sobredicho tubo. De aquí resulta que sujeto a la vez el iman á la influencia de sus dos polos, engendra en el solenoide corrientes notablemente mas intensas que si tan sólo recibiese la influencia de uno de los polos y de una de las membranas. ii El receptor es semejante al transmisor que acabamos de describir, y recibe las coreientes l,;Ol'respondientes que simultáneamente ponen las dos membranas en vibracion. Colocado el oído en a, percibe directamente los sonidos producidos por la primera membrana M, llegando úellalos segundos por el interior del tubo imanado. i,8sta nueva disposrcion es sumamente á propósito para comparar ~xperimentalmentc los resultados proporcionados por el teléfono de una so la membrana de 111. Bell y los que proporniona un teléfono de membranas múltiples. En efecto, basta para ello escuchar al tcrnativamen le en las üos caras de este teléfono para apercibirse inmediatamente de la diferencia de los sonidos percibidos. Los obtenidos en a, por la parte de la membrana perforada, sensiblemente parecen dobles en intensidad cuando se los compara con los obtenidos en la membrana plana b que constituye el teléfono ordinario. iiLa diferencia es aún más notable si, al transmitir ó al recibir á traves del teléfono múltiple un sonido de intensidad invariable, se impide muchas veces que la membrana plana M' pro<luzca vibraciones. ,i .Esto supuesto, facil es ver que se aumentará uún más la intensidad de las corrientes y por consig uiente la de los sonidos transmitidos, intercalando entre las dos membranas primitivas 11na serie de membranas n, n, n, etc., paralelas y equidistantes en torno al solenoid-e, sobre el cual ejercen su influencia en toda su longitud. ,i Despues de estas interesantísimas observaciones, 111. 'l'ronvé ha tenido la honra de peesen-

tar á la Academia de Ciencias el pl'incipio de un nuevo aparato telefónii::o, reseevánclose para otra oportunidad el hacer ele él materia para una nota especial. Hé aquí ahora cómo el ingenioso inventor nos describe su nuevo aparato . «Consiste, dice, en una membra1.a metálica vibrante que constituye lino de los polos de una pila de alta tension; el otro polo se halla fijo delante de una plancha por medio de un tornillo micrométrico, que permite variar, segun la tension ele la pila, la distancia que lo separa de dicha plancha, a_unque sin llegar nunca a estar en contacto con ella. Por otra parte, esta distancia no debe tampoco sobrepujar á la que podría ser salvada por la tension de la pila. »Obtenidas estas circunstancias, hallúndose la membrana vibrante bajo la inl'luencia de las ondas sonoras, mo<lifica coustanlemente la distancia entre las dos pilas, consiguiendo así variar sin tregua la intensidad ele la corriente. Por lo tanto el aparato receptor del teléfono de Bell ó ele electro-iman sufre variaciones magnéticas que están en relacion con la corrient-e sin ejercer inl'luencia sobre él, ele donde resultan vibraciones sincrónicas en la membrana receptora.»

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Teléfono de M. Trouvé.

Por consiguiente, segun habrán comprendido nuestros lectores, el nuevo aparato telefónico se apoya en la posibilidad de hacer variar entre límitES muy distantes la resistencia del circuito exterior de una pila ó batería ele alta tension, siempre que sus polos no se hallen en contacto. Conclu yamos este artíc ulo con una observa• cion que nof, remite M. Trouvé. «Podrán variarse , escribe, las condiciones de esta resistencia, haciendo intervenir á un vapor Cilalquiera ó á medios diferentes, como el aire ó gases más ó menos rarificados. ii

PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS, MADRID.-'l'ipografia ltslcrcoLipiu PEROJO,


Núm. 30.-22 Junio 1878.

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trechas, miembros superiores redondeados y cortos, vientre, aunque dotado de buenos mtísculos, relativamente largo, formas proporcionadas, y tallas tau grandes que los japoneses lÍ su lado parecían enanos. Son Hace poco se presentó en Naagasaki un junco tride cara ménos alargada que la ele los japoneses, pómupulado por 30 coreanos, portadores de la embajada que los ménos salientes, prominencia de la barba más prola Corea enviaba al J apon, en ocasion quP, bailándose nunciada, cejas más próximas, ojos ménos oblicuaen aquellas aguas un buque europeo, pudo un pasaj ero mente rasgados, cabeza menor, cuello más corto, catomar sobre aquellos salvajes cuantos pormenores va- bellera y ba1:ba casi iguales. mos á presentar á los lectores de LA .r ATO RALEZA, V en gamos á los clúnos, de los que si bien puede deacompañando la narrncion con un grabado, copia exac- cirse que tienen estatura poco menor que la de los cota de la fotografía que para memoria del suceso se reanos, en musculatura les son muy inferiores, bastan sacó. Jo para convencerse de ello atender á /J U pecho largo Las achertencias que vamos ú exponer tienen el y estrecho y á sus extremidades inferiores sumamente mérito no pequeño delgadas, corresponue ser casi las pridiendo á este cuerpo meras que sobre el la cabeza, que con particularven la luz; extrema pequefiez pues, .si bien los norrelativa descansa sote-americanos, estibre un cuello estiramulados por el feliz do y delgado. Ade• éxito de su empresa, mns ele estas diferenrealizada por el cacias, otra muy notapitan Roze en 186G ble consiste en el contra Kaug-Hoa, color, abiertamente han querido de nueamarillo en el chino, vo acercarse al país y en el coreano coé interuarse en él con brizo puro, lo cual el fin do explorarle, hace que, no obstante dospuos ele no pealgun tinte amarillo queños desembolcon que á Yeces se sos, el m~is completo presenta, se les cony sangriento rcves sidere como más palos hizo desistir ele recidos á los japonesus intentos. Así es ses de Kiou-Siou que la Corea sigue que ú los chinos, de completamente cercuya opinion fnerou rada á los países cicuantos tuvie r on vilizados, dimananocasion ele examido las pocas lloticias narlos de cerca,acorque tenerno~, de los d,índose no pocos de misioneros allí estahaber leido cu Quablecidos, entre los t refages aquello miscuales merece e1,pemo que presenciacial mencion el paban, á saber, que los dre Dallet, que pucoreaµos se aproxiblicó 011 187G un noman en general más table opúsculo intiá los japoneses do TIPOS COREANOS. tulado· Ilisto1·ia ele Niphon que á los la I glesia ele Corea. chinos. Los úuicos que hasta el presente, y con pequeños 1•eLleYaban la cabeza descubierta, y, á la manera de sultados por cierto, han logrado internarse en el país los islefios de Lieou-Kieou y de los Samourais del Sur, son los japoneses. ten ían los cabellos atallo _formando un mofio en la parEsto supuesto, veamos las analogías y uifcreucias te superior del occipucio. , 'u vestido no podía ser más f1 ue relacionan tí. los japoneses y chinos con los coreaseucill o, constanuo ünicamente de unos calzoncillos ., nos, cosa que fué bien fácil al pasajero que no comu- raíz ele la carne, encima un pantalon largo de algoclon uica- us apuntes, por hallarse la cuarta parte de N aude color gri , y para abrigar el pecho y espalda una gasaki formada por chinos, procedentes en su mayor blnsa ele igual tela, cubriendo :finalmente sus piés san• nümero ele la parte oriental ele la P enínsula. dalias ele paja enteramente parecidas á los ouamdJis Ernn los coreanos que nos ocupan ele espaldas es- j11,poneses. Segun noticias entónces recogidas, existen

TIPOS COREA OS.

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2.0 SfillESl'llE,

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en las montañas contiguas al rio 1'ume11, actual límite entre la Corea y la i\Iantchuria rusa, algunas familias erran tes con no pequeños puntos de contacto con los chino;; de la embocadura del rio Amour, y por lo tanto con los chinos del Japon.

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CONGRESO FILOXÉRICO. rada hemos dicho á los lectores de nue lra Revista sobre la primera sesion del Congreso filoxérico, porque en realidad apénas tuvo importancia: hoy nos ocupamos con detencion de la segunda, por exigirlo así la grav~dad de las cuestiones tratadas. Abierta la sesion, el presidente (Sr. Cárdenas) propuso, con el objeto de introducir un principio de órden en la discusion y de tl'atar especialmente las cuestiones más importantes sobre que está llamado á deliberar el Congreso, que se debatieran unidas la cuestion octava y la de las indemnizaciones que han ele satisfacerse al establecer las zo-nas de incomunicacion. El Sr. Mayans pidió que se trntara ántes ele si debía ó no establecerse esta zona. Aceptado por la i\Iesa y por la Junta ese ,ruego, se ordenaron las cuestiones pendientes para s _u debate Je esta manera: 1. 0 ¿Debe formarse la zona de incomunicacion? 2. 0 ¿Debe satisfacer el Estado los gastos de arranque y las indemnizaciones á que dé lugar la fonnacion de esa zona de incomunicacion? 3.° Cueslion ocia.va: «Cuando por utilidad general sea necesario dcstl'uir parle ele una viña, ó Loda. ella, con el fin de atacar, contener ó extinguir los focos filoxéricos, ¿debenín indemnizarse las pérdidas que sufran los propieial'ios con tal motivo? Y en caso aflrm a livo, ¿de cuenta de quién serán los gastos y las indemnizaciones.it que haya lugar? ¿En qué forma deberán hacerse?» El dictámen responde á esa cueslion exlensamente: «Para contestará estas preguntas, dice, es preciso ántes considerar la comarca en donde aparezca algun foco filoxérico, di vi elida en tres zonas, á saber: la in.(ecla., que se conoce por la muerte ó estado de en fcrmedad evidente de las cepas, la sospechosa, que és la que, fol'mando un circulo concénLl'ico con la zona del foco, no aparece manchada ú la Yista, pero cslá ya atacada en sus raíces, y la de preca.ucion, c1ue es la que sigue á la sospechosa. Respecto de la zona infecta 110 procede la indemnizacion, puesto que ya está indefectible-

mente perdida. En cuanto á la zona sospechosa, cuyo radio se puede calcular en 20 metros, á partil· desde las ú!Limas cepas de la zona infecta, habrá lugar á una indemnizacion que repl'csenle el varor de la cosecha pendiente, única que el propielario puede esperar salvar. En cuanto á la zona ele precaucion, que puede extenderse hasta 20 kilómetros por el vuelo del insecto, no hay lugar á indemnizacion ni procede aconsejarse en ella el arranque de las cepas, pues representaría una indemnizacion extraordinaria, sobre todo en las comarcas es encialmentc vinícolas, y en ella corresponde sólo hacer calas con frecuencia y examinar el estado de las raicillas que se arranquen. Si el arranque de cepas en los casos en que haya lugat' trajera consigo, como inevitable, el arranque de otea planta ó cosecha existente entre el viñedo, hay entónces lugar á la indemnizacion correspondiente por estas plantas ó cosechas arTancaclas. Despues de manifestar previamente los señores Casanova y Escobar, que tenían pedida la palabea, sus opiniones sobre la cuesLion de indemnizacion, indicando aquel su deseo de que se adoplara un sistema conforme con los principios de la economía rurnl, •y este último su opinion de que sea el Eslaclo quien indemnice á los propietarios de los terrenos en que se eslahlezca la zona de inoomunicacion, se entró á discu Lir si debería establecerse ó no esa zona, punto primero de los que hemos enumerado. Combalió dicho cslablccimier,to el Sr. Joyc y IIevia, formulando obsen·aciones tambien respeclo al mismo el Sr. ).Iuñoz ele Luna. Contesló tL ambos scño1·es el Sr. i\Iiret, indicando que la propagacion de la filoxera se hacía nó sólo por el aire, sino pol' la tierra , aflrmanclo que las plantas inseclicidas son ineficaces para clesteui1· el insecto en ciertas prnfundidades del terreno, y defendiendo con otras razones la conveniencia _de la zona de inconiunicacion en nuestras fronleras para evitar la venida del insecto. «En Francia, el Gobi erno paga los gasLos, pero no indemniza al propietaeio. En Hungría la. aclminislracion se encal'ga de destruir los focos de infeccion, y despu es , si resulla que fué casual, se indemniza el ,·a lor de las cosechas que se calcula puede aún producit· la viña, y si ' .u1uella fué criminal , no hay inclemnizacion , y al conlrario , se impone una multa al dueño. E'n Al ema ui a, el Gobie rno penelra en la propiedad particulú áun con Lra el consentimiento de . su dueño y procede á a1Tancar y destruir los focos de infeecion. En Suiza es tambien el Gobierno 0


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LA NA'rURALEZA cantonal el que ú oli o procede, y despues há lugar, en s u caso, á la inde mniz acio n . "F un dándose en estos eje m¡;¡los, se propone que los gastos ele las indemnizaciones á que haya lugar cuando se trata de los primeros focos que aparezcan en una comarca de n_uestra nacion, deberán ser costeados por el Estado, pues, á diferencia de lo que sucede con otras plagas agrícolas, trans itorias ó locales, la de que se trata afecta al mismo capital que rep1·esenta la finca, es un daño permanente y absolu to, y amenaza la fortu na de otros particulares, y, en su desarrollo, la del Estado. ,, Se declaró el punto s ufi cientemente discutido, votándose y aprn bá nclose el esfablecimiento de •las zonas ele incomunicacion por 30 votos co ntra seis.

HISTORIA DEL CALZADO. El calzado de los griegos y romanos fué al principio de cuero, como el que usamos ahora. Segun Plinio, ej peimero que usó calzado fué un hombre ll amado Tibus, n atu ral de Beocia. Los egipcios empleaban el papiro como primera materia para el calzado; los primitivos españoles, el esparto; los indios, los chinos, etc., el junco. La seda roja ó el lin o blanco bordado con piedras preciosas, llegó á ser la señal distintiva ele los emperadores romanqs. Los hombres tlol pueblo llevaban el calzado n egro y las mujeres blanco. Alg unos senadores se distinguían co n un a C., que indicaba s u descendencia ele los cien primeros se nadores oentum pa/res, institu idos por Rómulo. E l calzado de los antiguos franceses ern 'tloraclo y con galgas pcc1:ra sujetarlo ú la pierna; era una especie ele sanclalia. Entre el en.Izado antiguo se distinguía el bm·cegiii y e l colii1·1io, ambos inventados por Esqui lo, qu ien los introdujo en el teatro para dar más dignidad ~L los acto res. El primct·o servía para el género cómico, y el segu ndo para el trágico: c reí asc dar· ele este modo al actor· más semejan za con los héroes que representaba y cuya ma~'OL' pae te habían siclo g igantes segun la lrndicion. En t iempo de Feli pe el Ile1·111oso se adoptó en l"i'rancia un calzado, que lu égo se extendió por el resto ele Europa y que se llamó ::apalo ele polaina, del nombre de su inventor Po la in. Estaba terminado en punta, más ó ménos larga , segu n la cali dad ele las personas, dos piés para los principales y grandes señores, un pié para

los labradores y ricos, y medio pié para el pueblo. De aquí vü10 la frase ,,entrar con buen pié" en alguna parte. La mencionada punfa iba adornada frecuentemente ele figuras grotescas. La extravagancia ele esta moda hizo que la Iglesia y la autoridad civil fulminaran contra ella anatemas terribles. Vill arct supone que fué imaginada por el peíncipe Enrique, hijo ele Goclofreclo Plantagenet, q uc quiso evital' ele este modo u na deformidad corporal. Despues ele la supresion ele los zapatos largos se ll evaron ele un pié de lon gitud. Los talones altos fueron tambicn objeto ele una moda que se usó durante mucho tiempo: las señoras venecianas los llevaban exageradamente altos . Créese que Augusto fué el inventor ele los zapatos con tacones, segun so dice para supl ir su peqi.1cña estatma. No se sabe con certeza cuándo come n zaron á tlsarse las botas y botines: estos últimos se empleaban ya en la guerra. En cuanto á las clemas variaciones que el calzado ha s ufr ido eli los tiempos modernos, nada fijo puede decirse í porque han estado sujetas á los mil caprichos de la moda.

LA O_ANELA. Es la corteza del laurel cinamomo ó ca nelero ele Cey!an, árbol ele siete á once varas ele altura co n hojas oblongas, l'!ores clioicas pequeñas y blanquecinas en panículas axil ares y terminales. Todas las partes de este .'.u·bol exhalan un 0101· aromático sumamente agradable. . Con su col'Leza, que es la canela, segun hemos dicho, se obtiene para la medicina, por infusion ó en polvo, un principio estimulante, estomacal , corroboran Le, emenagógico, etc. En medicina clcbel'Ía emplearse exclusivamente la canela de Cey lan, pero, á causa ele s u allo precio, se la sustituye por la ele la Chi na , que si bien ab unda más en aceite volátil , es mé nos suave y aromática. El anúlis is ele la col'teza ele la canela da: aceite volátil, lanino, mucílago, materia co lornnte , úc.:iclo cinamómico y almidon . De ella se obtienen para la perfumería ag uas destiladas, sales, alcanfor, aceites preciosos; se componen jarabes, esencias y pasti ll as arom~iticas. De una libra ele canela se sacan más de tres dracmas de aceite esencial ; pero como éste


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estos términos: «Célebres experimentos en China de dala inmemorial , recientes pruebas hecha en las llanuras de España y sobre lodo las realizadas en Holanda, dan claramente á entender que las corrientes de aire pueden aplicarse en tierra al movimiento de los coches, no de otra manera que se utilizan en el mar para el movimiento de los barcos. La velocidad que el viento ha comunicado en el último de los referidof! países á algunos coches provistos de velas, ha sido tan grande, que ningun barco puede en la mar llegar ú tenerla igual. Basta para ello considerar, que en muy pocas horas pudo un coche transportar 10 personas ele un punto á otro, distante de él 222 kilómelrns, pareciendo marchar en contraria direocio n los hombres que delante corrían, y llegando el coche con sus velas en un abrir y cerrar de ojos á los puntos más distantes y lejanos. » Así hablaba en su tiempo, maravillado y con razon, el buen obispo, pues la velo cidad adq uirida por medio tan singular cual se describe en la fig. 1, era la mayor que hasta entón• ces se había conocido. Lo mú rm·o es el por qué tal medio de locomocion, cuya aceplacion hubiera producido inmensas ventajas, no da. se adoptó y perfeccionó, De su fruto se saca tamsobre lo cual pueden darse bien por medio ele la desiguales explicaciones que tilacioil un aceite volátil muy oloroso, y por la suc - Fig. !.- Coche con velas u ~do en LlolanJa cu el las apuntadas en el arsiglo XYH. (::3egun grabado de la época.) tículo que sobre el reciente cion una especie de sebo descubrimiento del Congo que miran los indios como muy p1·opio para curar las contusiones fractu - expusimos en el número anterior. La humaniras y luj aciones, y es el que nos traen en panes dad ha permanecido en todos los períodos de la con el nombre de ce1·a de ca.ne/a.. historia apegada á sus instituciones y modos de como general debiéndose exclusivamente á nuestro siglo tan es ser, no cocina la en u uso en las confiterías y preparacion de licores , aun- esa flexibilidad benéfica con que todos los desque puede tener algun uso en ciertas circuns- cubrimientos se examinan y adoptan si produtancias. cen reconocidas Yentajas. La canela de China, la ele la isla de l<'l'anPlenamente convencido el obispo de la utili• cia, etc., só lo deben emplearse en destilaciones. dad del mecanismo por él propuesto, hizo le construyesen para su uso un vehículo movido por un aspa semejante á la que mueve los mode viento, obteniéndose el continuó movilinos WAGO~E~ DE YELA E~ LO" ESTADOS- :\IDOS. miento del aspa, fuese cual fuese la dil'eccion del viento, mediante velas de lien~o, saliendo En el segundo libro ele la obra que con el tí- los experimentos tan bien, que áun en direccion tulo de Magia niatemálica se publicó en Lóndres opuesta á la del viento marchaba el coche libre el año de 1648, el obispo "\Yilkins se expresa en y desembarazadamente. Mas todo en vano; la es muy estimado y vale hasta sesenta francos la onza, le falsifican algunas veces con aceite ele claYo. Para conocer si el aceHe esencial de corteza de canela está falsificado, se pone en agua clara, y, i es puro, se ya inm ed iatamente al fondo, y en el caso contrario sobrenada. Para conservar este aceite se pone en botellas herméticamente tapadas. 'rambicn s e saca por destilacion de la corteza y de la raíz un aceite y una sal rnlátil ó alcanfor. El alcanfor de la canela es muy blanco y su olor mucho más suaYe que el alcanfor ordinario, y es muy volátil y se inílama con más prontitud y sin dejar residuo alguno. 'roelas las partes que produce la can:)Ja son útiles; esto es, la corteza, la raíz, el tronco, los tallos, las hojas, las ílores y el fruto: su olor es muy suave y muy penetrante . Este árbol es de la isla de Ceylan, se eleva á ht altura de cinco á seis metros, florece en Febrero ó ~Iarzo, y conserva su verdor todo el año. Sus ílores exhalan un olor tan suave y hasta tal punto di fusible que embalsaman la atmósfera ú muchas millas de distan -


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hora de la utilizacion de tan provechoso adelanto no había llegado aún, y eran inútiles cuantos esfuerzos se realizaran para conseguirlo. Es mús, este descubrimiento era inc:.tpaz de procluci1· resultado alguno práctico hasta el siglo x1x pues en él se habían de in ventar las líneas férreas para la locomocion mediante el vapor, y esas líneas férreas eran esencial requisito para la locomocion por medio ele velas. Y hé aquí que lo mismo que parecía haber ele concluir con el antiguo y arrumbado invento, eso mismo es lo

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la vista ·tenemos, y especialmente el Scient'i(ic A mel'ican, el wagon de Mr. Bascom recorre unas veces 48 kilómetros por hora, otras l:i4 si la brisa es fuerte y comunica además su efecto en línea recta; pero ninguna de estas cifras sorprende tanto como la de 135 kilómetros en cuatro horas con viento contrario y estando el camino en mu"Dhas 1iartes formado por frecuentes y prolongadas curvas. Compónese el nuevo vehículo, cuya longitud total es de ü piés y su peso ü00 libras, de cuatro

Fi3. 2.-\Va3on movido por rnlas ac t.u alm cnl c cmplcaLlo en la lin ea férrea Ka nsas-Paciílquc (E stados-Unidos).

que ha venido :í. ser su complemento y pct·fcccion: ¡íntimaé inexplicable rclacion de las cosas! En efecto, ú los pocos años ele estn.blcci'tlo en los Esfados-Uniclo s el ferro-carril comenzó ú hacerse uso en las dilatadas llanuras por él recorridas, ele un wagon con Ye las que, ·corriendo sobre los rails, lle6 ó it adquirirá veces una YelodJacl comparable á los más rápidos trenes express. Debemos á la fina atcncion de Mr. L. O. ,Voocl, ele Hays Óity en el estado ele Kansas, la fotografía del modelo del wagon de velas imaginado por Mr. C. J. Bascom, y que ya está haciendo el set·vicio en la línea que, atravesnnclo el Kansas, se dirige al Pacífico (fig. 2). Segun los periódicos norle-american os que á

ruedas de 30 pulgadas ele diámetro y dos mástiles portadores de las Yelas, que tienen d~ largas t5 piés, y un úrea total ele 81 piés cuadrados. La altura del mftstil prin cipal es ele ·J ·I piés, su grosor en la base !1 pulgadas y en la cúspide 2. Inútil es decir que más de una ele las leyes que presiden la clire.ccion de los vehículos llamados vapores ele hielo por moverse sobre el agua solidificada median te velas como las de los naYÍos , rige tambien aquí, pudiendo como prueba ele esto citarse el hecho singular de tener uno y otro mayor velocidad que la que anima al viento que los mueve, cuando la velocidad prarlucicla llega ;i 64 kilómetros por hora. Existen con todo, entre ambos medios ele locomocion nota-


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bles diferencias, pues si el vapor ele hielo march;1 perfectísimamente con viento contrario por llevar siempre inclinada la Ycla, no sucede lo propio con el wagon con vela que adquiere su máximun de yefocidad cuando el viento coge las \·elas á LraYes. La diferencia indicáda proviene sin duda de la mayor resistencia que la superficies má anchas y más elevadas del coche, el número de personas que tran ·porta y el frote de lo ejes, inconvenientes de que los vapores ele hielo se , yen libres, oponen á la accion y empuje del viento. . cgun los per-iódicos ele que cxlraclamos estas noticias, el ,yagon cuya clescripcion nos ocupa, se encuentra ya usado en tocia la extcnsion ele la línea r-::ansas-Pacífic para el tran. porte ele los objetos necesarios para la rcparacion de bombas, hilos telegráficos, etc. u constrnccion es poco costosa, igualmente que su reparacion, presentando además de todo lo dicho la ventaja de que puede ahorrar el trahajo de Yarios hombres, empujando delante ele sí, con grandísima facilidad muchos wagones y carros.

I.

LO

LORENTE.

ATÉLITES DE MARTE É HIPÓTE IS DE L.IPLA.CE,

Al saber Verricr el imprevisto descubrimiento de los dos satélites de :.\Iarte caracterizó e le acontecimiento científico diciendo que «era una ele las nús importan les obseevacíones de la astronomía moderna. » ¿Cuál sería el punto de vista en que se colocaba el eminente astrónomo para emitir esta apreciacion? -o hay duda que no consideraba el hallazgo como si fuese una cuestion de mera curiosidad, siquiera se diese á ésta el epíteto de cienLífica, y sabido es que las noticias de sensacion como ésta de que tratamos son generalmente acogidas por el público con cierta dósis de entusiasmo que, al perder los atracti\·os de la no\·eclad, bien pronto se evapora. En estos y semejantes casos tenemos un objeto de imaginacion, no de ciencia. 'l'odo el mundo, en efecto, se· había flgurado á :.\Iarte como un cuerpo que recorría aislado su órbita y claro está que, al conoce1·se las dos lunas que guían en torno suyo , se había de producir gran admiracion, flgurándosc al punto cada cual los fenómenos aparentes, los movimientos, las fases, los eclipses que se suceden ante los ojos de los s upues'.o habitantes del · planeta, sacando consecuencias pro)Jablcs del diverso aspecto de sus noches y com -

parando las Crccuentcs variaciones resultantes de sus rápidas evolucione con la lentitud de los movimientos ele nuestra Luna. füídase á todo e to la existencia de una serie de preguntas fáciles de resol\ier por todo aquel que en ellas pare mientes y que, sin embargo, hacen que su reolucion rcspcctiYa pique la curio idad de los aficionados á la astronomía. Pero ó yo me equivoco mucho ó esta prcocupacioh no estaba apoderada del ánimo de los miembros del Observatorio cuando apreciaban, como hemos visto, la importancia del descubrimiento, sino que en aquel instante se les representaron, sin duda, todas las consecuencias que de las futuras observaciones de los dos astros habían de dedu cirse en favor ele la teoría de los planetas de nuestro sistema. Cuando el astro en cuestion carece de satélite, no se puede dcducil' sino indirectamente uno ele los más importantes elementos de esta teoría, cslo es la masa propia ele cada satélite , obtenida cntónces por las perturbaciones que ejerce el astro ele que se trata sobre los planeta vecinos. Tal es el caso en que se encontraban i\Iercurio, Yénus y i\Iartc ántes que so conociesen sus satélites. Súbese que una ele las glorias de Yerrier fué el pet·fcccionar la teoría de los movimientos planetarios poniendo de acuerdo dcspues de revisar, á pesar de lo ímprobo del trabajo, las fórmulas y las obserYnciones, las posiciones obseryadas y las tablas deducidas ele la mera teoría. Así, pues, por lo c¡uc á :.\Jarte respecta, reconoció la necesidad de disminuir en manera notable la mas~ que prcccdcntcmento se había adop~1do como propia de aquel planeta, por lo cual en vez de repre entar esta masa por 1/2.680.000 la representó por los números redondos 1/3.000.000. A.hora bien, esta dctcrminacion ha siclo confirmada por el geómetra y astrónomo americano S . Newcomb, que ha oblcnido el número 1t{.090.000, es decir , una cifra que diflcrc sumamente poco de la hallada por el sabio frances. 'o sabemos si ántes de morir tuvo Le Yerricr la satisfaccion de conocer este resultado, nuevo triunfo de la teoría de la graYitacion y ele sus propios trabajos, así como hace treinta años el clcscubrimicnlo de Neptuno había venido á recompensar sus primeras investigaciones, y como q u izas en dia no lejano veremos realizadas sus previsiones sobre la exi lcncia de un planeta intramercuria l. éase de esto lo que se fuere, porque no es este el objeto de nuestro pobre al'lículo, pero añadamos que los satélites de i\Iarte inte'resan considerabler.: ente á tocio aquel que se dedique


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ú la mecánica celes le, no siendo q uizú ménos interesante su estudio á los que lo toman bajo el punto de vista de la astronomía física, ó hablando de un modo más pt·eciso, á los que toman interes por cuanto concierno ú la teoría de l::t formacion y origen del mundo solar. Coi:i el objeto, pues, de llamar la atencion húcia este lado de la cuestion, vamos á seguir en nuestro frabajo á uno de los-- astrónomos contempor,i neos que con m~ts fruto se ha consagrado á inYcstigacionc s de este género. 'os referimos al ilustre )I. Eduarcl Roche, profesor de la facultad ele Ciencias de '.\Iontpcllier . Hace ya mucho tiempo que i\L Roche publicó una serie de )Iemorias, muy conocidas por los astrónomos , sobre la constitucion ele las atmósferas de los planetas y cometas, y en tiempos más recientes, ósea ele cinco años á esta parte, un ensayo que i·ccopila todos los estudios anteriores sobre la conslitucion y origen del sistema solar. Á pesar de esto, muchos sabios permanecieron en este punto adheridos ú la famosa hipótesis con que torn\.inú Lapl::tee su obra intitulada Exposition clu_ sysleme rlii monde, ósea la teoría conocida con el nombre ele hypótesis cosnwgónic a ele Laplace. Y en realidad de verdad, las magníflcas ideas del ilustre aútor dela l\Iécanique celeste, han siclo casi por completo conflrm;idas ¡;iot· los notables progresos realizados por la astt·onomía y clemas ciencias físicas, ele modo que, valiéndonos de una figura, podemos decir que todas las líneas del gran bosquejo trazado por el sabio han permanecid o en toda su integridad. A posar do laexacLitud de nuestro aserto, debemos añadir que ha siclo necesario completar ó modiflcar algunos detalles que no pudo tener en cuenta la perspicacia el(? q.q uel genio. Al llegará este punto parécenos conveniente poner ele relieve en qué consiste la concordancia y la discrepancia á que acabamos ele rofcl'irnos, para lo cual no habría más que hacer un detenido análisis de la i\Iemoria de i\I. Roche¡ pero ahora recordamos que nuestro cometido no es otro q ne ocuparnos de los saté Ii tes de Marte y, por lo tan Lo, vamos á ver cómo su descubrimiento puede suministrar un elemento precioso en esta vasta cuestion y cuánta·s nuevas ideas podrán surgir de su estudio detenido. En la hipótesís de Laplace se supone que los planetas deben su íormacion al desprendim iento de las _zonas de vapores que la nebulosa solar primitiva dejó depositados en los límites de su atmósfern, cuando por efecto del enfriamient o y contraccion , iba aumenüí.ndo sc progresivamente la velocidad ele rotacion c(1;1 toda la masa.

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Condensado s ulteriormen te estos anillos de materia lumino:sa en núcleos a:slados, formaron otros tantos planetas que en su origen poseyeron la misma constitucion que la nebulosa solar de donde procedieran . «En este estado, dice Laplace, se parecía en un todo cada planeta al Sol on estado de nebulosa, de donde inferimos que el enfriamient o debió producir, en los diversos límiLes ele la atmósfera de aquél, fenómenos semejantes á los descritos en ol curso de nuestra obra, es decir, anillos y satélites que girasen en torno ele un centro segun el movimiento respectivo de rotacion, al propio tiempo que girahan en el mismo sentido sobre su propio eje.» Y más abajo añade: «Como todos los cuerpos que circulan en tor·no de un planeta, han siclo formados, segun esta hipótesis, por las zonas que la atmósfera solar iba sucesivame nte des~ prendiendo, y como su movimiento de rotacion fué haciéndose cada vez más acelerado, no hay eluda que la duracion de este movimiento debe ser menor que la que corresponde á la revolucion de estos diferentes cuerpos, lo cual por semejanza puede aplicarse al Sol cuando se lo compara con los planetas y se conflrma, así como todo lo hasta aquí dicho, por la experiencia.» En la época, no muy lejana por cierto, en que escribía Laplace, todo lo que dicho queda era absolutame nte cierto. Así, por ejemplo, el movimiento de revolucion ele la Luna es casi 28 Ycces tan grande que el de rotacion de la Tierra¡ ol primer satélite de Júpiter , que es el más próximo á dicho planeta, voriflca su revoluciou en un dia y tres cuartos, siendo por consiguient e su movimiento mús de cuatro veces ménos rápido que el movimiento de rotacion de Júpiter, que lo efectúa en nueve horas y cincuenta y cinco minutos¡ i\Iimas, satélite de Saturno, que vcriflca su revolucione n ménos tiempo que los otros, ó sea en veintitres horas, gira con una Yelocidacl dos veces menor que el ecuador del planeta, cuya rotacion se efectúa en diez horas y media¡ y, en tin, el anillo brillante de este astro parece que cuando más cerca de él está, girn ménos rápidamente que el mismo planeta, Ahora bien, todo esto concordaba con la ley indicada por La place y j ustiflcaba las atrevidas inducciones del ilustre astrónomo. i\Ias hé aquí· que los satélites recientemen te descubierto s y que hacían ele !arte un sistema análogo á los de Júpiter, Saturno ó Urano, viene á derogar la ley por aquel sabio formulada, porque segun la teoría ele Laplace el anillo luminoso que por su conclensacio n debía á !a larga dar origen á un


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satélite, (lra lanzado á alguna distancia del cuer- no había tan sólo, como lo creyó Laplace, despo central correspondiente al punto en que _la prendimiento de anillos exteriores que iban :\, fuerza centrífuga de rotacion equilibraba la pe- condensarse en aquella parte del límite•ecuatosantez hácia el centro, ele donde precisamente rial, donde la ateaccion central equilibra á la deducía aquel sabio que la revolucion del saté- fuerza centrífuga. « La porcion de la nebulosa, lite debía ser más lenta que la del núcleo pla- dice , que :\, cada grado de enfriamiento se pone netario. Empero el primer satélite de Marte , en libertad, proviene de una capa flúida que se cuya distancia al centro es 2,7, ó menor que extiende hasta los polos, se derrama por ambos tres veces el radio del planeta, verifica su revo- lados y por.fin sale fuera por la línea ecuatorial, como por una especie de abertura, ele donde re1ucion sideral en un período de solas siete hoc¡ue al fluir al ecuador una parte de estas sulta ras y media, siendo por lo tanto su movimiento llega á él con una velocidad innebulosidades, tres veces más rápido que el ele la rotacion ele poder circular interiormente." para suflciente Marte. Antes de señalar M. Roche esta excepcion ó, Y ¿qué es lo que piensan nuestl'Os lectores resulta de todo esto, si queremos, anosegun M. Roche? malía, comienza Scccion segun AB. Pues resulta, que recordando q uc en lugar de sepaen una Memoria rarse esta materia publicada en 1840 de la nebulosa pasobre la figura ele ra formar anillos una masa f'lúicla exteriores, y más sometida á la satélites tarde atraccion ele un á los ya análogos cu·e1·po lejano, havuelconocidos, bía ya él demos/M en la entrar á ven trado que un saatmósfera de la télite ele la misma nebulosa para densidad que su formar anillos inplaneta no podría teriores que al existir en la forma principio descrielipsoidea, á una ben elipses más ó distancia inferior ménos prolongai 2,1! 11 tomando das, y terminan por unidad el ra~ por trocarse en dio del planeta, anillos circulares. debiendo ser algo A este modo de mayor este límite ÍA formacion parece cuando se tratase de un planeta mé- Fig. 1 y 2.-1-'royocto do disposicion el~ teléfonos con el fin de amplifi- debida una parte car los so01clos . . del anillo de Ban os denso. En turno, y no hay efecto, la referida condicion se cumple tan exactamente en los sa- duda que así puede explicarse tambien la fortélites de Marte como en los ele Saturno. Pero macion del primer satélite de l\farte. Otras consideraciones relativas á las distanM. Roche hace observar que la segunda condicion, ósea la que supone la hipótesis de Lapla- cias límites á que deben encontrarse los anillos ce y en el párrafo anterior mencionábamos, pa- del planeta, ya sea para poder conservar su forrece ser una verdadera objecion contra esta hi- · ma, ya p·ara aglomerarse de modo que consti~ pótesis. «Marte, dice, presenta por consiguiente tuy¡¡.n un astro propiamente dicho, un satélite, una anomalía que á primera vista parece no te- explican por qué causa, en el caso que examiner ejemplo en nuestro mundo solar, y por esto namos, es esto último lo que la experiencia ha creemos que hay que dar alguna ex~licacion. » demostrado h aberse realizado. Del análisis tan somero de estas inv~stigacioEntra; pues, en materia M. Roche, apoyándose en sus anteriores trabajos. En efecto, en nes pueden deducirse dos conclusiones igualsu ensayo por nosotros ántes recordado, había mente importantes. Ln primera es que la teoría ya demostrado que al contraerse una nebulosa, cosmogónica de Laplace sigue en pié en lo que


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á sus datos generales atañe, pero que al mismo pal del espejo mayor M, con el objeto de que los tiempo necesita ser completada, modificada en rayos sonoros que desde este punto caigan dessus detalles, como ya lo ha hecho con gran fo1·- pues sobre el espejo mayor se aparten de él situna el sabio frances ele la · facultaci ele Ciencias guiendo una clireccion paralela al eje del mismo. de Montpellier. La segunda es que los descu- Una vez los rayos en la direccion referida, los brimientos ele los nuevos asLros, como el de los -interceptan en su camino varios teléfonos de satélites ele l\Iarte, no sólo tienen, como lo de- mag nitudes distintas, fijos delante del espejo M ja mos dicho al principio ele y dispuestos circularmente este trabajo, interes quepo- e como indica la fi g ura. o dríamos llamar ele curiosiEl aparato receptor cree dad , sino que pueden y deM. Ma illet poderse organiben dar lugar á nuevas zar colocando unidos por ideas sobre los grandes prola parte convexa y ele mablemas de la astronomía nera .que los ejes principafísi ca. les coincidan segun deNósotros nó hemos hecho muestra la fig. 2, dos granmás que tocar este género des espejos, de los que el ele consideraciones, pero . G ·,-:· e, de ángulo lo más divcrnuestro objeto sólo ha siclo ~~,i---;:~======Cl@ gente posible , hará confluir ll amar la tencion de aque - A e todos los rayos sonoros en llos de nuestros lectores un foco tal como e, donde que se interesan pór las ret'lejánclose sobre otro escuestiones astronómicas é Fig. 3.-Pues to telefónico del colegio de la C hapcll e. pejo menor en dicho sitio incitarlos á entrar en estos colo cado, marcharán h.ácia es.tudios, de lo cual resultará para ellos no me- un espejo de reducido tamaño b, que á su vez not· complacencia que provecho para la ciencia. las remitid, al espejo mayor B. · Aquí termina M. Maillet anunciando que sus muchas y muy grnves ocupaciones no le ~an CRÓNICA DEL TEL'ÉFONO, permitido dar á estos datos la Vamos á toúltima é indismar ele los periódicos y repensable comvistas extranjebinacion para . ras los siguienque puedan en tes importantes la pr.;:'tctica utidatos sobre el liza1·se, y que perfeccionavería con inmiento del temenso placer el Iéfono. que alguno saPrimeramencase de ellos el t e es notable el partido que se puede en beneproyecto de ficio de la huuna disposimanidad. cion especial del aparato que Viniendo hace se aumenahora á otra ten los sonidos, aplicacion del rern itido de teléfono , teneFig. 11.-lnlerruplor aulomálico, Lion á al g unos mos noticias de periódicos de que en el semiParis, por M. Marin Maillet. Consiste el proyecto, nario de la Chapelle Saint-Mesmin funciona ya en colocar detras de un espejo esféeico ó parabó- un puesto telefónico diversamente r a mificado y lico , horadado en el centro de la figura, un torna- provisto en cada una de las cuatro estaciones en voz que reflej e las ondas sonoras sobre otro pe- que termina ele sus correspondientes teléfonos queño espejo b (fig . 'l ), colocado en el foco princi- y número proporcionado ele camp~nillas. Los

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hilos ele los cuatro teléfonos se juntan en un cuadro situado en el puesto central (11g. 3), compuesto del conmutador K, que hace á tres vías y tres"interruptores E, G, H. En el estado normal, el conmutador descansa sobre el boton del medio. La corriente G se interrumpe en E y G; · ele donde resulta que la comunicacion va ele A á By ele C á D. Veamos cómo pueden ponerse en comunicacion recíproca unas estaciones con otras. Para poner A en comunicacion con C, basta interrumpir el circuito en G -y colocar el conmutador sobre el boton ele la izquierda; para que · comunique con D, se cicna la corriente por el lado derecho ele_! conmutador y se interrumpen los otros circuitos. Por lo que hace á B, es necesario que la corriente no circule poe K, G y H, y sí por E; ha áe comunicar con C, y es preciso que se interrumpa en los mismos puntos á la vez que se ciena en II, si se quiere que se comunique con D. Finalmente, si se quieren oír al mismo tiempo en A, procedentes de los tres puntos distintos O, By D, las distintas palabras ante ellos pronunciados, basta interrumpir el circuito en G y mudar el conmutador hácia la izc1 uierda ó la derecha. · Cada puesto tiene una especial manera de anunciarse, consistente en uno, dos, tres ó cuatro golpes, además del toque general comun á todos. Para significar que se quiere entablar conversacion por medio del puesto central A, basta acercarse á él, aproximando cuanto sea posible á su sistema de campanillas el del puesto con el cual se pretende entablar conversacion. A coniinuacion ele estas reflexiones, pasa el organizador del aparato en cuestion á referir los signos convencionales en cuya virtud se pueden anunciar:., así el comienzo como el fin ele las conversaciones, y merced á los cuales pueden éstas llegará ser tau· t'ápidas como en el estado normal, con la especial circunstancia de que sin género alguno de molestia son perceptibles todas las palabras y áun todas las sílabas. Como conclusion práctica y general de todas cuantas observaciones se han hecho con el nuevo mecanismo, diremos con su autor «que el efecto del teléfono es tanto mayor cuanto mcnoees y más claros son los sonidos en su p~nto ele partida:» verdad que nada tiene ele paradoja si se considera que el aparato sensible .c onsiste en una placa rígida que fácilmente se somete á vibraciones delicadas, pero que no puedc'fl. en manera alguna obedecerá la amplitud y vada.ciones br}tscas de las vibraciones extraordinarias.

Es suma.mente curioso el nuevo interruptor automático construido por M. L. Seguin, destinado ú las estaciones telegráf1cas ordinarias para hacer f.(cil la co1Tespondencia con los telégrafos de cuadrante y tambien con los teléfonos. Su dcscripcion es como sigue: La pieza esencial es un electro iman AA', fljo á un eje ele cobre JI mediante el tornillo S y la. gua.rnicion ele a.juste G. La armadura de hierro dulce D, sujeLa á un resorte plano visible a.pénas en la flgurn por ocultarle el tornillo B , termina en una lámina E, en contacto, por medio ele láminas de platino, con uno ele los tornillos O ó T, segun que se a.cerca ó se aleja. del eleciro-iman. A ílu ele aislar los tornillos C y 'l' ele la. :.tmrnclura de cobre II, se les ponen alrededor rodajas ele marfil. Cuando el inteáuptor ocupa la. posicion indicada por la figura, es sumamente fácil entablar conversacion por meciio de teléfonos, dado que la corriente producid.a, des pues de haber recorrido las bohi nas A y A', el resorte y la armac~ura D, no pueLlc ménos ele salir por el tornillo T y presentarse en el teléfono. Veamos cuúl tiene que ser la clircccion ele la cordente q.ue circule por el aparato colocado en la posicion referida: como dicha coniente no puede ménos ele recorrer el electro-iman, puesto éste en comunicacion con ella, habrá ele atraer la armadura D , estableciendo con esto la. comunicacion en el tornillo C, cuyo extremo toca al receptor del cuadrante. Gracias al pequeño resorte R, el hoton F, impedido ántes por la rodaja flja P, se habrá podido elevar, estando á cargb de dicha rodaja mantener constantemente la armadura en su primitiva posicion, esto es, en comunicacion con el cuadrante que ha de recibir el parte comunicado. Colócase el aparato entre el nrnnipulador y los receptores, resultando de esta disposicion que la corriente ele pila que puede establecerse con los teléfonos no pasa á estos aparatos mús que para poder hacer funcionar el apa.rato sin causar entre tanto la menor perturbacion ni deterioro. Si estando en presencia de un cuadrante del telégrafo se desea entablar comunicacion con los t(;lléfonos, hasta hacer alguna presion sobre el boton E. ALUMBRADO SUR\1ARTNO. Inspirados sin eluda en el sistema Drummoncl acaban MM. Barn ctte y Faster ele descubrir para las operaciones que tienen lugar mediante el escapanclro, un nuevo aparato de alumbrado con-


\ LA NATURALEZA sistente en una lámpara de alcohol actiYada en su combustion por una corriente de oxígeno pum, que comprimido hasta sufrir la presion de 30 atmósferas en una caja cilíndrica de hierro forjado unid a:-.\ la lámpara por un tubo fl ex ible , sale de ella para activar la co mbu stion , abriéndole un sistema de válvulas el paso. La provis ion ordinaria d e gas proporciona 1uz bas ta nte más brillante que las usa das h asta el presente, durante cuatro horas, preso n tan do además la inmensa ventaja ele suprimir los tubos y olros utensilios destinados[~establecer la comuni cacion que tan incómodos volvían_los anteriores sistemas. Es tambi on muy dig na do conocerse la resolucion que del mismo problema por medio ele la electricidad acaban de desc ubrir i\IM. Heinlh y Da vis. A las lentes y ref'lector, que se suprimen, reemplarn un cilindro ele cristal atornillado al casco del bu zo, y en cuyo interior so contiene una lámpara eléctrica do cobro pulimentado con tal dispo~icion en los carbones que pueden durante cuatro horas alumbrar perfectamente sin necesidad de relevo en virtud ele la electri cidad que los atraviesa pro cedente de 20 pares d e Bunsen , ó ltO si se desea mayor luz. Dispuestos segun nuevo ~islema, se ha llan en el fondo ele la lá mpara varios discos do estopa pudiéndose en su virtud cerrar ó interrumpie la corriente á vol untad, por no ser para ello preciso más que la interceptacion de la corriente. La luz que este aparato produce equivale á 20 .000 bujías y su peso , incluyendó el de las planch as do plomo que en en su parte infe rior le aco ll)pañan , poco superior á 27 kilos. - -•·- = $ > - ~

OBELISCO LLAMADO AGUJA DE CLEOPATI\A, CONDUOCION DE

ESTE MONUMENTO .Í

INGLATERllA.

Tan acostumbrados nos encont ramos los de la actnal generacion {t sorprende ntes manifostaciones y gigantescos trabajos, que lo que foé para nuestros antepasados motivo de la mayor admiracion, como la colocacion clei Obelisco de Sixto V en Roma y la instalacion miís tarde del monumento ele la plaza ele La Conco rdia , es hoy para nosotros cosa ordinaria y comun: baste para ello recordar el poco intPres y casi inelifere1JCia con que el mundo ha sab iLlo la traslacion á Inglaterra del monumento llamad o Agt1ja de Cleopatra. Con todo, corn o la obra sea ele nrdadero m éri to, daremos aquí algunos detalles sobre sus puntos m,ís importantes en g racia de los intelig-entes lectores ele nuestra R evista á quienes será gustosa nuestra empresa. Ni un· céntimo lrn teniuo el-gobierno brittlnico que desembolsar en ob ra tan costosa, porque en Inglaterra y en el país qnc más ha heredado en ciertos puntos su

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carácter, los E stados-Unidos, se hallan con frecuencia ciudadanos amantes ele su patria· que saben en un mom ento dado desprenderse por ella de dos ó t rescientos mil francos. Siguiendo en esta parte mur gloriosos ejemplos ele sus mayores el profesor Erasmo Wilson conocido entre los de su profesion por sus trabaj os sobr¿ dermatología, y ent re el público inglés por su generoso proceder que hace algunos años le movió á ent regar al tesorero del Colegio médico ele Epson cerca de 500.000 fran cos para eY itarle la ruina cierta :í t¡_ue la falta de f9ndos le arrastraba, dió parte al ingeniero Mr. Di..x on comunic,íuclolc ser su rnlnnt.ael que los 250.000 francos necesari os para 1't empresa que iba ü realizar los recibiese-ünica y exclusivamente de su mano. Como nadie mejor que Mr. Dixon puede damos noticia del proyecto realizado, vamos á entresacar de la conferencia por él dada en L ónclres algunos de sus principales incidentes. «D espues ele discutidos varios proyectos, dice el sabio ingeniero, entre ellos el de abrir un canal hasta el pié del monoli to y el de trasladarle por tierra hasta el muelle de Alejandría, problemas ambos impra cticables, t1wimos por lo más sencillo y hacedero dejar en su lugar el obeli sco, envolíerle en un cilindro ele tal consistencia que pudiese con toda seguridad resistir el roce consiguiente ,¡ la traslacion desde el lugar dónde se hallaba ha ta el sitio en que las aguas presentasen el fondo suficiente para que el obelisco con todos sus adyacentes pudi esen flotar. llDióse al cilindro la forma parecida á la de un barco, de 4m,572 ele diámetro y 2sm,35 de largo, dimensiones que pareciei·on suficientes al flote y estabilidad del conjunto, y que el más feliz resultado vino despues á confirmar. Dividido el cilindro en diez compartimentos, todos impermeables quedó formando un ,erdadero caparazon cual puede yerse en las figmas 1,n 2.n y 3.n l>La opernciou do hacer rodar hasta el mar el cilindro fné sobre manera penosa, ya por la dificultad de la operacion en sí, ya por hab ernos ele valer ele obreros extranjeros de los que nos h acíamos entender con mayor difiCJ.lltacl ele la que hubiera sido de desear. Por muchos y repetid os que fu eran nuestro~ cálculos sobre la extension qne h abía de darse t't los compartimentos, por más que temiendo horadasen las piedras del tránsito el cilindro, quitásemos cuantas se encontraron ya ele las superficiales ya ele lns metidas en tierra; por más, en fin, de q11e atentos á alejar el pelig ro de que alguna oculta en el bano ó en la arena origina se una catástrofe que inut ilizase todos nuestros a nteriores trabajos, fornísemos el cilindro en la parto ele su mayor peso con un especial e1woltorio de madern; todo sin embargo fu ó inütil, porque {t 200 m etros del punto ele partida y cuando ya nos faltaba tan sólo 20 para llegar al en que lfobie • ra el nuevo barco podido flotar, una durísima piedra Yino á romper el cilindro precisamente en el siLio dónde terminaba el segundo envoltorio mús exterior. llLo qne h~1bo que trabajar para sacar á flote un navío ele unos 300.000 kilogramos de peso casi sumergido en ocho ó nueve piés de profondiclarl, no es para referido; mas teniendo presente aquel refran ele que la «Constancia todo lo alcanzall tanto se trabajó y tan fe-


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LA NATURALEZA

Una vez en Alejandría el barco de especie tan nueva i z resultado produjeron los medios que para alcanzarlo se pusieron en juego; que pronto tuvimos el barco flo- se procedió á aparej arlo .proveyéndolo de gobernalle, tando y en disposicion de ser conduddo á A lPjanclría.)) 1 mnstiles g-abias y todos aquellos requisitos que son rí

Fig. 1.-Traslacion de l obelisco A{Juja de C/cop,1l1·a, ¡nr::t di,ponol' lo pan1lola111ento ú la or illa.

un barco de vela indispensables y con los cuales pndo abandonar definitavamente el Egipto siguiendo al vapor remolcador en direccion á su nueva patria. Siguió

1

sin novedad su camino hasta llegar al golfo de Gascuñn, donde tales temporales le asaltaron y tan fuertes vientos le embistieron que, roto el cable qne lo unía al remol ca-

Fig. 2.-Constrnccion ele un cilindro envolvente alrccl oclor dc1 obelisco.

clor y abandonado en alta mar, hubo de refugiarse en el F en:ol, costand? lns maniobras la vida á dos inf~lices marmeros. Haciéndose al mar segunda vez llegó srn ac-

I

cidente notable en los seis días de vinje á Lóndres, clúnde amarrado frente por frente del Parlamento, recibe cliariamente innumerables curiosos que le visitan , per-


LA NATURALEZA

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lisco, convendrá oir tambien sobre este punto al ingeniero Mr. Dixon. «'Una vez anclado, dice, en el muelle del Támcsis en Lónclres, será preciso aprovecharse de

maneciendo en esta situacion hasta que se resuelva en qué sitio se le ha de colocar. Por lo que hace el modo con que ha de erigirse el. obe-

Fig. 3.-0belisco envuJlto en su cilindro y lanzado al mar.

la marea alta para poderlo varar y hace~· caer sobTe una amlamiada, de donde despojado de todos sus aparejos quedará ele nue,o con,ertido en mero cilindro que ro-

1

dando se podrá trasladar al puesto destinado para su ereccion. Puesto en dicho sitio se le envuelrn por la parte correspondiente ü su centro ele grarndad en un

Fig 1L-Arribo ,, GrovescnJ de la .lguja. ele Ulcopafra.

fortísimo cilindro ele hierro provisto de dos ejes, y su- descansar sobre uu madero: hácese lo mismo con el rxjeto al obelisco mediante varios cric hidráulicos: se ele- tremo opuesto Ttasta que tome una posicion horizontal, va en el aire una extremidad de la agnja y se la deja 1 y repitiendo con una y otra extremidad igual operncion


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LA .NATURALEZA

h asta que se llegue [1 colocará cierta altma todo el monolito, se dej a · que en elln descans~n los ejes sobre los cric h.icldulicos, afectando todo el armamento en esta posicion un aspecto semejante al qne suelen presentar los cañones montados sobre las cnreiíns. Con esto es ya muy fAcil la ereccion ele la aguja, pues haciéndola girar suavemente sobre sí misma y r egul arizando su marcha merced á varios cables, no habrá más que dar salida al agua ele los cric qne sostienen la aguja en el momento en qu e ésta se halle vertical, para qne poco á poco y con mucho aplomo descienda la aguja sobre su pedestal.,> Tan sencillo, clegaute y poco costoso es el medio q ne Mr. D.ixon pieusa adoptar para que su empresa quede felizmente coronada. Con motivo de la creccion de la ag1\ja de Oleopatra h au aparecido en los periódicos extranj eros ciertos detalles sobre la del obelisco de Sixto V y el de la pinza ele la Concordia en Par.is. Los esfuerzos combinados ele 1.500 hombres y 140 cagallos hubo Lle emplear Fontana encargado por el poutífice ele la ereccion del primero para obtener el objeto apetecido, en tanto que poi' los graneles adelantos mecúuicos Llesdc aquel t iempo hasta los nuestros realizados no t uvo Lebas necesidad• para la del segundo m:i s que de 200 hombres y ningun · caballo. L as dimensiones del Lu,7,•or actualmente existente en la plaza ele la Concordia son las siguientes: A lt ura ele la pirámicl~ t nmcada. . . . 2om,90 1m,94 Altura del piramiclon . . . . . . . . . . . . . Altura total.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22m,s4 V olúmen, 33mc,-!6. Peso, 2::?fJ.500 kilogramos. Las ele la aguj a de Oleopatra.: 2om,S.86l Altura total .......... .. . .. . 7lmc,6QS.635 Vohímen ... .. ... .. ... . ... . Peso .... . .. .. . ...... . .. •• 188.984k,928 Diferencia eutre los Llos. En altura .... . . .. . .... ..... . 1"',9.739 En peso: .. .. ........ .. .... . 40,515 k ,072 En vohíme11 ..... . ..... .. .. . Umc,85] .365

ESTRELLAS DOBLES. Entre las 14 estrellas de que ha podido el doctor Doberck adquil'ir noticias ciertas sobre la cluracion ele su movimiento de traslacion, merece especial mencion la del ~ del Boyero calculada en 127 a ño s, recayendo no pequeña gloria de este descubrimiento al coronel Cooper, por fra nquear tan generosamente su observatorio al sab io astrónomo . Hé aquí las observaciones referidas ya por el doctor Doherck á la Academ ia isl a ndesa, y cuya exactitud garantiza fre• cuentes, prnlongadas y escrupulosas investiga• e.iones: y de la corona boreal opera su revoluci on en 95 a ños y m edio .

~ del Escorpion en 95 años y cerca de once m eses. w .del Lean én 100 añ os y diez ·meses. , de Se rpentario en 185 año~ y tres meses. 'l ele Casiopea en 222 años y cinco meses. y de Serpentario en 2~ 1 años. 4!1 del Boyero en 26 1 a ños y dos meses. ¡,. del Boyero en 291 a ños y dos m eses . 96 de Andrómeda en 349 años y siete meses. cr de la Corona boreal en 8113 años y tres m eses. De entee las 25 es Lrell as dobles, cuyas órbitas están ya perfectamente calculadas , la 42 ele la Cabellera de Berenice ejecuta su revolucion en menor tiempo ~Jue las otras, pues tarda solamente 25 a ños y nu eve m eses . Tenida hasta hace poco esta estrella por simpl e, sábese hoy ser doble y que la dista ncia máxim a que puede sepa1 rarla de su compañera es la ele seis décimas de segu ndo.

MISCELANEA. Reloj perpetuo.-Hemos oido hablar ele una idea ingeniosa que un sabio de esta coronada villa piensa realizar para la obtencion del movimiento perpetuo en los relojes. El plan consiste cu valerse de la diferencia ele temperatura del clia y de la noche para subir las pesas y poner en movimiento el péndulo; ayudando i, ello un líquido que al aumentar de vohímeu sube ií. un depúsito, del que le hace al punto descender la gravedad.

* Trabajo de talla.-Ha llegado ,i Par.is un monj e griego del monte Athos que Ya á presentar en la Exposiciou un maravilloso trabajo ele talla. En un cu adrado ele 80 centímetros por 6U está fig uTacl o el templo de i:ialomo11 : alrcclcclor, en una orla, estúu representados los diez Profetas mayores y gran 11ümero de h echos del Antiguo y ueyo Testamento. el paraíso, elinfierno, el juicio final, el árbol genealógico ele Aclan :i Jesucristo, los cuat ro EYangelistas, los Reyes Magos, la g ru ta ele Belen, el desierto del Jordau, la Crucifi:sion de Nuestro Señor J csncristo, la prcdicaciou ele San J ua11 , el bautismo ele Nuestro Señor, etc., etc., etc., todo adornado con emblemas, flo1·cs, árboles y animales. La perfeccion ele los detalles, el gran número ele objetos representados en tan breve espacio, hacen de esta obra una verdadera maravilla de paciencia, á la vez que reYela en el autor, cuyo nombre es Cosmas, gl'ancle inspirncion artística .

* •• 'Envenenamiento por mec;lio de la nicotina.E l año pasado ocurrió en Turiu un caso curioso de en· vencnamiento por nicotina. Giovanui Delojes, de 17 años ele celad, fué á visitar esa ciudad ti invitacion de nn tio suyo. Despues ele com er, en union de éste y de


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de dar á la aguas de pozo las propiedades del agua pura. En algunos pozos, sobre todo cuando son profundos; y que sns aguas han filtrado por terrenos que contienen elementos de cal ú de yeso, el agua que se extrae corta el jabon y 110 cuece bien las legumbres. Para remediar este inconvenie11ic, ba ta disolver en cada litro de agua, tintes lle u ·arla, tres gramos ele sosa. * El cañon acorazado.-Los ensayos efectuados en Bredelan con el cañon acorazado ( Panzer canone) inventado por ]\fr. K rupp, se cree que ocasionarán una * verdadera revolucion en los sistemas de defensa. Periódico monstruo.-Cuenta el Figaro que h a Las pruebas ejecutadas en presencia de 55 oficiales rec~bido ele la· reptí blica anglo-americana un periódico ele diversas nacionés, ten ían por objeto resolver la sodel cual da las siguientes noticias: lucion del doble problema ele lograr la posibilidad ce Completameute abierto, mide ele largo-2 metros J3 de tirar sin verse obligado á apun tar despues á cada centímetros, )' de ancho 1 metro 65 centímetros, ó sea carga, y protegerá la pieza con el auxilio ele placas, 4 metros ele superficie. haciéndole completamente invulnerable á los pro)"ec)> Se compone ele 8 páginas, cada una de las cuales tiles. L os result,ados satisficieron por completo ambas tiene 12 columnas ele 307 líneas, lo que arroja un total condiciones; pues las principales Yeritajas reconocidas ele J.401 líneas. Pesa cada ejemplar 2~1 gramos.>) en este nuevo cañon son: no hay retroceso; basta apuntar uua sola vez al primer tli.sparo; no puede ser * desmont¡¡da la pieza; los artilleros que la sirvan se haMáquina para tejidos. -Se dice que un sueco acallan resguardados, y, finalmente, el tiro es más rápido ba de inventar una máquina que teje medias ele uua· que con un cañon orclinario. pieza á razon ele nna por minuto. Un muchacho p uede Varias placas ele l1ierro se hall an dispuestas ele modo fuerpesos 4,50 ele salario cuyo operar doce ele ellas, que forman una especie ele garita, de capacidad sufites por semana hace que el costo ele tejer sea ele un ciente para alojar la pieza y los artilleros. Dos graneles centavo por 60 medias ó calcetas. cañones ele sitio disparai'On balas ele 28 kilogramos * contra esta coraza sin lograr penetrar en el interior del recinto, en vista de lo cual n:o Yacilaron en penetrar Procedimientos para purificar el agua.- El bombardeo 20 ele los oficiales extranagua impura es mny pe1juclicial á la salud. Muchas· en él durante el las pruebas. presenciaban e qn jeros aguas contienen en clisolucion sales arrastradas de las ~ tierras por las que pasan los manantiales. A veces tienen en suspcnsion jugos ele plantas, y tambien- se cuPERFECCIONA1HENTO ~uentran detritus ele animales y de vegetales, y mil D J•'. LOS E X l' E R I M E r TOS DE P LATE A U msectos microscópicos que viven y se desarrollan en el P O R E L P lt O F E S O H T E R QUE lll. agua. En las_graneles poblaciones, la aclministracion sanas aguas ele ha cuidaclct, generalmente, ele smtirlas y puras, pero en muchas localidades se ven precisados El eminente pl'ofesol' de la fac ultad de Lila 1 los vecinos á utilizar aguas impuras 1 Y por lo tanto l\I. Terquem, acaba de publicar un escl'ito en i11 salubres. Es, pues, útil conocer el ;i~túente ~ecli~ que da pol'menores sobee el modo con que los f{1cil de purificar el agua, el cual puede emplear cada curiosos expel'imentos ele Plateau, r el ativos ú familia en su casa. l as sup erficies Je cq uilibrio q n e afectan los IíEn una gran rnsija ele barro se perfora el fondo con gco~ una pequeña abertura; se coloca interiormente, y ca i q uiclos ad h eridos á las aristas de sólidos fi n á clases, as l en practicarse deben métl'icos, . en el fondo, una esterilla de mimbre bien unido, se cubre es~e falso fo ndo con una capa ele carbo11 vegcLal· ele popularizar y ex te nder l as impodan tes ideas pulvenzaclo , y de un espesor ele 10 á 12 ccnlimeLros ; que tales experim e nLos representan , se pone sobre el carbon un litro de arena mcnmla la,yaLa primera moclificacion d-el ilustre profesor cla y limpia, y el todo se cubre con una hoja de papel ele Lila consiste en sustituir el líquido g licérico fuerte, un carton ó una tabla muy delgada, clespues de ele Platean con una m ezcla ele jahon y ele azúhaber practicado en dicha hoja un gran número ele pecar. Además, en vez de poliedros cuyas aristas queños agujerito , formando como una criba e pesa. El fuesen todas metúlicas, dolados por lo tanto de agua que ¡;¡e echa en la vasija y sale filtrada :i traycs de facu ltad de transformarse con gran facilidad la la arena y del carbou , se recoge en otra vasija y es pura, parn poclerlos trasladar, usa el ilu sincómodos é clara y sana. tre profesor de sólidos, formados en parte por E l carbon y la arena se renuevan le mes en mes. hilos metá li cos fij os y e n parte por hilos flexibles. ',l'ambica es útil conocer el siguiente ~1edio sencillo varios amigos, se retiró al cuarto que le destinaron durante su estancia allí, donde bebieron vinos ligeros y fumaron sin cesar hasta la maclrngacla del clia siguiente. Luégo que su t io y amigos se retiraron [L descansar, él no dejó ele fumar sino cuando le rindió el sueño. Estaba su cua rto todo impregnado de humo, y el jóven, sofocado por la excesiva cantidad de nicotina que h abia aspirado, no volvió ñ, despertar, aunque para i:evivirle se hicieron los mayores esfnerzos. La opinion del doctor Tessier, de Turin, fué que la inmediata causa de la muerte provino del envenenamiento por nicotina.

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LA NA'rURALEZA

Del modo referido puede obtenerse un .tetraedro formado por un triángulo metálifico fijo, sostenido por tres hilos, cuyo tetraedo sumergido dentro de una cubeta llena de agua con·jabon y azúcar, presenta la forma correspondiente de equilibrio, á saber, cuatro capas nacidas en las cuatro aristas y cuyas intersecciones son cuatro rectas. A cada uno ele los sóliclos ·con que se opera corresponde su particular sistema ele capas líquidas, .cuya disposicion pue_cle exacta mente calcularse mediante un qálculo matemático. Introduciendo en m edio ele la superficie precedenteinente obtenida una burbuja ele aire, resulta, como indica la fig. 1, una fomrn geométrica parecida, cortada en su mitad por un tetraeclo con caras ele triángulo esférico.

los físicos para explicar los fenómenos de capilaridad. La posibilidad de ejecutar los referidos experimentos se debe á la modificacioa de los hilos flexibles ordinarios. La fig. 2 representa uno de los ·aparntos empleados, notable por su sencillez , pues consiste únicamente en dos varillas metálicas unidas entre ·sí por dos alambres vert.icales. Si en la inferior de estas varillas se suspende un peso bastante considerable, mientras se tiene en la mano la superior despues de mojada en el agua de jabon, resulta la superficie Jíquicla representada en 2. Jamás se ponen los dos hilos perfectamente verticales, pues sería para ello preciso un peso infinito. Apénas disminuye algun tanto el peso que estira los alambres, aumenta considerab lemente la curvatura ele los mismos, q uedanclo

-- . -- -·

Fig . 1.-)foeva forma dad a á los experimentos de l\I. Plateau por M. T erc¡uem.

Si el sólido empleado es un cubo, resultarán, á medida que las capas toquen á las aristas de un modo ó de otro, superficies que se cortan, ó tres helizoides izquierdos, cuya interseccion sigue una diagonal rectilínea, da ndo la última disposicion a la superficie un aspecto semejante al que forman dos si ll as puestas una encima • de otra al reves y cruzadas. Omitiendo, por no ser prolijos y en gracia de la variedad, las otras superficies que con distintos sólidos ha obtenido 1'1. Terquem, digamos algo de los nuevos é interesantes e:...perimentos ejecutados ante un público numeroso por el sabio pro "esor de Lila, queriendo con ellos hacet· sensible la existencia de la tension superficial que tanto influye en la forma de las superficies, y que es hoy generalmente admitida por todos

Fi g. 3. Fig. 2. E xperimentos do l\1. Terc¡u om para evidenciar b tension superfioittl.

con esto evidenciada la existencia ele la tension superficial. Aún pudiera este experimento modificarse, empleando un sistema parecido; pero limitando por la parte infel'ior la capa de jabon mediante un alambre en forma de circunferencia de círculo (fig. 3). En medio del arco está fijo un alamb re provisto de un anillo que puede prolongarse cogiéndolo por la mano. Actuando sobre el arco en A, la superficie se modifica en B, recobrando su primitiva forma en el momento de abandonar ~t sí mismo el alambre . 'l'odos estos experimentos son, como se ve, de la mayor simplicidad , pudiendo fácilmente repetirse por todo el mundo. PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS.

ilI.A.DRID.-'l'ipo¡¡rnfln Estcrcoti¡iin PEROJO.


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LA NA'l'LIRALEZA

· Núm. 31.-29 Junio 1878.

· PERROS DE CAZA LL.\.:MADOS DANDIE-DINMOUTS.

Digamos primeramente algo sobre el orígen de esta casta de perros relativamente moderna y tan apreciada, por su gran ligereza, de los in~leses, que nadie puede formarse una idea de los cuidados que para su conservacion se lo-

man. Refieren que un colono escocés, pol' nombre Davidson, poseía en las cercanías de Abbostford, á principios de este siglo, una raza de lebreles tan. afamada en el país, que vValter Scott la hubo ele introducir en su obra Gny Mannering bajo el nombre de uno de los perros llamado Dandie-Dinmouts, siendo la natural consecuencia de este paso dado por el novelista, el que tanto Davidson como sus perros

LEBRELES DANDIE-DI:s;i\IOUTS.

fuel·on desde entónees conocidos doquiera que se habla el inglés, así en el antiguo como en el nuevo cont inente. Dejando á los críticos fall ar si lo referido es ó no auténtico, es lo cierto que el retrato de sir \V. Scott, pintado pol: Landeer, presenta al gran pintor de las costumbres de su patri teniendo ii sus piés un Dandie de color de mostaza, co}Jia exacta de un perro ele. la raza en cuestion, que ;'.t la sazon existía en Abbotsford. Examinando con dctencion el animal pintado á los iés de "\V. Scott, nótase luégo que de cincuenta ños á esta parte han ten ido lugar en la raza ambios notables, ya alargándose la forma de 2. • S~)rns-rn~.

Lodo el cuerpo, ya muy particularmente las orejas. A partir de esta época, y pal'a satisfacer á los grandes pedidos que la lectura de las obras de "\\Talter Scott produjeron, se dedicaron Davidson y uno de sus vecinos, Mr. Sourvés, á la cria ele un número considerable de Dandies, con lo cual y haber ofrecido· el duque ele Buccleagh y sir G. Doglas sus perret·as para 1a mejor conservacion ele la raza , objeto de allí en adelante de los más exquisitos cuidados, se fué la casta extendiendo y cobraú.do fama en todas partes. Entre estos perros y nuestros zarceros no existe semejanza alguna, y ménos ·la habrú s i 5


LA NATURALEZA

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continúa el sistema hasta aho1·a seguido de evitar completamente el cruzamiento de razas. Dejando á un lado el pelo, muy parecido por cierto al de los falderos, y compuesto comó el mismo de dos elementos, uno áspero y otro suave, debemos hacer constar que la cabeza, oreja, ojos y hocico de estos animales se diferencian todo lo posible de los que entre nosotros sirven para la caza; así que careciendo por completo de orejas en forma de tirabuzones, de ojos hundidos y ensangrentados, de arrugas en la frente, de hocico lar-go y mandíbulas caiclas, parecen solamente perr-os rateros en apariencia, privados ele cuantas señales son propi;:is de una raza inteligente. Veamos si las cualidades ele agilidad y viveza son en ellos tan escasas como sus cualidades corporales indican. Son los Dandies ele un vigoe grandísimo, sobre manera astutos , se retuercen como si fuesen culeb1·as, jamás se apartan del rastro, y se calientan de un modo indecible en la persecucion del conejo ó de la liebre. Su color es ele lo más raro ; siendo más estimado unas veces el que tira á pimienta, que suele variat· desde el negro azulado hasta el gris lig•eramente plateado, en cuyo caso" han d~ ser más recargadas las patas; y otras . veces el que parece de coloe de mostaza, variable entre moreno, rojizo y amarillo pálido, cabeza con tinte parecido á la crema y extremidades muy cargadas. No entraremos en más pormenores relativos a esta raza que puede aún considerarse á medio formar en Inglaterra, y sobre la que son innumerables las cuestiones establecidas por los aficionados, relativas á la conformacion y ejercicios de las correspondientes funciones, que siendo de tan alto interes zootécnico, han hecho que para cortar de una vez para sjempre las clfsputas acerca de los puntos controvertidos de esta raza, se e::;tablcciese dos ó tres años hace un club especial, el cual nombró el correspondiente comité para rectificar la escala de los puntos controvertidos acerca de los Dandies, cuyos trabajos tu vieron por resultado examinar segunda vez en plena reunion y con la mayor exactitud los datos obtenidos, recibiendo posteriormenle todo el valor de una autoridad suprema. Hé aquí ~l cuadro á que nos referimos. Datos del lebrel Dandie Dinmout: 1 Cabeza...... , ............. • .. 2 Ojos ............. : .......... . 3 4

Orejas................... ....

Cuello ........... ,........... 5 Cuerpo .......... , . , .... ,,....

10 5

5

5 20

15

1

Smna ante1·ior. . . . . .

45

6 Cola ................ :...... ..

5

7 8 9 10 11

10 Pelo......................... 15 5 Color........................ Talla y peso . . . . . . . . . . . . . . . . . . lü Conjunto general.... . . . . . . . . . . 10 Patas y piés. . . . . . . . . . . . . . . . . .

Total ............. 100

No podemos dejar de notar la cifra 20 coeficiente 'del cuerpo, y á la. que se da gran importancia para averiguar la fuerza de este perro. Sigue des pues la del pelo, que es.absolutamente significativa como distintivo ele eaza. Por último, nos encontramos con los caractéres generales, en todo lo que hay una gran anomalfa, que no nos atreveríamos á menospreciar cuando se trata de descubrir la raza, pero que no pot· eso es tomada en cuenta por los ingleses, que creen poseer el tipo buscado.

EL AL1'RÁ.i\IUZ AMARILLO DE PRUSIA. De UlJ informe leido en la tlocieclad central de Agricultura en Francia sobre el cultivo clel altramuz amarillo fle Pl'usia tomamos los siguientes provechosos capítulos. De dicho informe resulta que el alframui, tl más de ser un forraje ele primera calidad para la alimentacion de los carneros, ovejas y corde• ros, ofrece la importante ventaja ele volver pro· ductivos los arenales más refractarios · á toda clase ele cultivo. El altramuz es, pues, planta en extremo útil , y creemos prestar un verdadero servicio á nues• tras clases agricultoras, dándoles á conocer cómo se siembra, se cultiva y loB resultados que produce. La primera de estas operaciones se verifica en· Francia por medio de una sola labor, igualando con el rastrillo la tierra removida por el arado, y despues de haber echado la semilla á razon de 100 á 120 lilros por hectárea, y en surcos se• parados unos de otros 0'.20 centímett'os. Cuando no se quiere recoger semilla, el altra~ muz debe cegarse ó arrancarse desde el 25 de Julio al 10 de Agosto, esto .es, en el momento en que la planta no tiene mús que algunas flores en Jo alto del tallo, y cuando en su parte baja están ya si bien formadas, verdes todavía las vainas que dichas semillas contienen. Una:vez cortada, se les debe dejar ocho ó cliei dias en gavillas, formando despues unos pequeños manojos de dos á dos y medio kilogramos de peso, ó sea de cuatro á cinco libras aproximadamente , á fin de acabar por completo su de-


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LA NATURALEZA secacion, l'Csultaclo que se obtiene al cabo ele quince ó veinte dias, despues de los cuales se pueden entregar los manojos sin riesgo alguno dé que al hacinarlos en el eranero fermenten y produzcan un incendio. Respecto á los resultados que da el altramuz amarillo como forraje para el ganado lanar, están clara y extensamente detallados en los siguientes párrafos de un instructivo trabajo inserto en el J ournal el' agriculture p1·atique, importante Revista semanal que se publica en París bajo la entendida direccion de M. E. Lecouteux. El autor de este trabajo es i\I. de Béague, vicepresidente de la Sociedad central de Agricultura ele Francia, y hé aquí sus más interesantes párrafos: «... El altramuz no es sólo fonaje ele invierno, sino tambien de otoño, pues,,desde el 1. 0 de Setiembt·c puede darse á los carneros, que gustan extraordinariamente de él. Desde la fecha citada he empezado en este año ,i darlo como alime nto á cameros, ovejas y corderos de mi propiedad, habiendo notado que tres m,inojos de dos y medio kilogramos han reemplazado con ventaja una gavi lla de maíz rnrde picado, cuyo peso era de 3l kilogramos, t'esultado que demuestra que el a!Lramuz seco es cuatro veces más alimenticio que el maíz verde. Desde el '1. 0 de Setiembre al l. 0 ele Octubre he heeho dar como t'.1 nico y exclusivo alimento á un rebaño de corderos, maíz verde picado y altramu• ces secos ele meJio grano, es decie, que habían sido segados ántes de llegará la madurez: la racion se compohía de cuatro quintas partes de maíz y una quinta de altramuces; los resultados de este régimen á que durante w1 mes entero han estado sometidos los corderos han sido excelentes, pues los altramuces secos han neutralizado por completo la parte acuosa que el maíz Yerde contenía. Terminaré diciendo que cada vez estoy mús sa tisfecho de los resultados que he obtenido con el cultivo én gran escala del altramuz amarillo, pues los de este año han acabado ele convencerme de lo útil que es esta planta á los dueños de rebaños, especialmente en las comarcas donde abundan los terrenos silíceos y pedregosos. » Estos interesantes detalles que estim tomados del notable trabajo del entendido agricultor frances más arriba citado, creemos serán leidos con g usto por las personas ilustradas que se cl_edican eón loable celo á fomentar el desarrollo de nues-

tra agricultura, basándose sobre un cultivo razonado é inteligente. Alentado por el buen éxito de este experimento, ha habido en España un entendido labrador que este año ha sembrado altramuces en una extension considerable ele terreno, habiéndole dado un rendimiento de 8.650 manojos, pesando cada uno de ellos dos kilogramos y ciento cincuenta gramos, en una superficie ele cuatro hectáreas, lo que da por hecta.rea un total de 4.226 kilogramos, lo cual le ha proporcionado un precioso recurso para alimentar el ganado durante el invierno. Apoyados en las autorizadas palab1·as del distinguido vicepresidente de la Sociecla.cl Central ele A gricult1lra ele F1·a11cia, recomendamos á nuestra vez la aclimatacion -y cultivo en g ran escala del altramuz ama1·illo ele Pni.~ia,, que introducido hace algunos años en la nacion vecina por el señor conde de Gourcy, ha contribuido á acrecentar considerablemente su producc[on pecuaria, que tan importante lugar ocupa en la verdadera riqueza de los pueblos.

AMETRALLADORAS DE ABORDO SISTE:\I.l G.A TUNG.

A pesar de que i\fr. Gatling no sea el inventor propiamente dicho de las ametrnlladoras, con todo, su nombre irá siempre unido a estas armas, ya por las aplicaciones prácticas de que las hizo capaces, ya por las muchas é impo1-tantes innovaciones que en ellas ha introducido. A mediados de 1862 dió al público irr. Gatling, en Indianópolis, lugar ele su re iclencia, la primera forma de su ametra ll adora, y movido de la buena acogida que en aquellas partes tuviera, se resolvió á presentarse en Francia al emperador l\'apolcon IIT, quien si bien se interesó por su autor y le colmó de distinciones, no dictó resolucion alguna que cediese en su beneficio. Dese pcranzado de conseguir nada en h·ancia, partió para los Estados-Unidos, y en este país, ya por algunas mejoras introdu cidas, ya por hallarse á la sazon los federales y los separatistas en lu chas desgareadoras, no ambic io; nando más que destruirse, cual en todas las guerras civiles sucede, viendo que el aparato presentado sembt'aba asombrosamente la muerte, lo adoptaron y encargaron á su autor 100 ametralladoras, 50 ele un a pulgada ele calibre y otras 50 de media. Esto era en 1864. No se volvió á hablar más sobre este asunto hasta el año 18G7, en el que con motivo de la

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LA. \" A'l'GR .\:LEZA

Exposicion universal de Paris, presentóse en hizo pensar en los importantes servicios que esta ciudad Mr. Ga llíng con modelos tan ade- tales armas podrían producir en el ·mar, ya, lantados y precisos, que atl'aye"n do la atcncion . 'l. 0 , para cuando fuese necesario proteger un desde los Gobiernos los indujeron á hacer pruebas embarco, barriendo ántes la playa con numerocon ellas y á proveerse para los casos de g uerra . sos é instantáneos proyectjles ; ya, 2. º, para U no de ellos fué el francos, que en la g uerra cuando ur.giere la clefei1sa á bordo, impidiendo franco-prusiana hizo uso ele vari_os ejemplares con esLe fln la aproximacion ele los buques ó sistema Montigny, obteniendo con ellos en varios acribillándolos con balas caso de que se acerencuentros retardar el paso victorioso ele las quen. El primern de nuestros dibujos presenta el sistema ideado por Mr. Gatling para consetropas alemanas. El buen ef'celo peoducido poe las ele tiel'l'a g uir el doble objeto propuesto . El mortífero

Fig. 1.-Nuern ametralladora usada en los buque~.

aparato, capa,1 de disparar 40 veces por minuto , apare-ce instalado so bre la cubierta de un buque y montado sobre un a cureña espedal que le permite formar un a puntería negativa de 70° y otra positiva de '1& 0 • Además de estas cualidades posee la de se t· muy manej able , pues· tanto ameteall adora como cureña pueden co n lamayor facilidad embarcarse en una ca noa ó chalupa. Nuesteo segundo geabaclo pre;;,enta oLra ametralladora destinada á se rvir desde lo alto de las cofas, distinta tan só lo de la anterior por alg unos de los detall es que exige el di stin to lugar donde ti ene que operar. Segú n se nos ha comunicado, todos los buques ~e g uerra ingleses que

1

s urcan en la actualidad las aguas del Mediterrú neo están provisLos de estas máquinas, cercadas alrededor ele una murall a de acero para resguardo suyo y de los artilleros que las manejan. Este último detalle ha venido á aminorat' el increible peli g ro en que se hallaban los tiradores de marina que debiéndose en los co mbates subir á las cofas, veíanse en ellas expuestos tt todos los iiros de los enemigos, sin resguardo de ningnn género; en lo cual merecemos los modernos see vituperados por los antiguos, quienes tant<, y de tal modo fortificaban las cofas, que parecían pequeñas fortalezas, desde las cuales los arqueros con ning un peligro s uyo c:rnsaban daños inmensos 1'.t los contrarios;


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LA NAT URALEZA

mas ya este descuido anda en vías de remedio, siendo curioso por demas que habiendo despreciado los espolones y torres aéreas ele los antiguos, la conveniencia y áun necesidad nos oblig uen ú ado ptarlos ele nuevo. OJEADA HISTORI O.\ ti ()IIHE J ,.I. LUZ rnoDUOID.A. POR LA ET.ECTRJCln.lD.

(Conclusion.- V éase pág. 3, núm. 27 .)

Réstn.nos tan só lo saber qué analogías existen entre el arco volta ico y la chispa, ó sea ¿por qué causa, por ejemplo, la m,íquina de Hauskbee no puede presentar los fenómeno de intensidad propios ele la luz de la pi la ele Dav,I'? na chispa rlP forma punt in_gn rln ~- prolongwla. como

las que se ·obtieneu por medio de lás máquinas eléctricas con disco ele cri stal ó de ebonita, caracteriza un a corriente de tension muy alta y de cantidad muy débil, y su luz será poco brillante en razon ele lo escaso de la ma~a. Por el contrario, una chispa que brota. entre las armaduras ele una botella de Leyde, presenta mayor espesor que la precedente y es m{1s larga, más brillante y más blanca, siendo por lo tanto i~dicio de la existencia de una ma$a mayor, ó en otros términos, ele mayor cantidad de electricidad. En fin, la chispa que constituye el arco Yoltaico en una longitud pequeña, es compacta y deslumbradora, y la corriente en que tuvo su origen, tend rá, por cons iguiente, mayor cantidacl de electricidad qne la de las máquinas en que ésta se obtiene por el frote. En resúmen, las·antiguas máquinas ofrecen mucha tension y poca cantidad. Las pilas, por el contrario; son manantiale~ ele canticlad y no ofrecen mns que p0ca te1rnio11.

;

Fi¡,. 2.- 0tra amclralladora pam los buques.

C..:ai-bones entre los cuales e produce la luz elécll'i,.a .:

Puesto que el gran brillo del nrco rnltaico proviene, blecer el principio de que en un vacío imperfecto p uede segun hemos dicho, de las pm:tículas de la sustancia la chispa atravesar espacios seis veces mayores que e11 de los polos, elevadas al rojo blanco deslumbrador en el vacío ba rométrico, aiíadieudo «q ue si se tiene en su trayecto de polo ú polo, se concibe que una chispa cuenta el calor que siempre desarrolla la electri cidad, espesa, como la del arco voltaico, sea más brillante y se paran mientes tanto en la enei-gia de las fuerzas que un a cl1ispa puntiagücla que, no arrastrando más ' atractirns de superficies cargadas de electricidades que una pequeña cantidad de par tículas, está expuesta contrarias, como en la rapidez con que tienen lugar los en alto grndo al enfriamiento causado por el aire am- cambios de estado en los mismos cuerpos, parece muy probable que las partículas superficiales de los cuerpos· biente. Aunque sin conclusiones pnicticas de grnu impor- ó que se hallan en la superficie de los mismos r que tancia, dedicáronse en la primera mitad de este siglo i1 separadas ele su posicion por el poder repulsivo del cainteresantes estudios sobre el arco vol Laico, Dav.r, Da- , lórico forman el vapor, puedan ser {gualmcntc epara · nicll , G-rovc•, de la Reive, Fizeau, l!'oulcault, Yan Bre- das por las fncrzas eléctricas, 'producicndo ~n este caso da, Despretz y otros que sería prolijo enumerar. Dedi- apariencias lumiu osas en el vacío (l).» :Oc estns frasrs cándose con especialidad el primero :\, examinar el mo( 1) .1fcmoircs rle l 'Academie 1·oy<1le des Scicnccs, t. xx,·. rlo ele obrn.r ele la elect.ricidacl en el YflC'ío, pnclo Pstn.-

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LA NATURALEZA

de Davy resulta con toda claridad que al insign e inventor de la l:ímpara que lleva su nombre, recordado siempre con gratitud por la hnmanidad, le parecía no sólo posible, pero indiscutible poclersP. las .atracciones eléctricas verificar sin la· presencia de un medio ponderable, én lo cual se separa abiertamente del sentir del P. Beccaria, quien, como todos saben, analizó con sumo cuidado en su tiempo la chispa eléctrica, sacando por conclusion ser preciso un medio ponderable para que la electricidad se propague. Perfectamente deslindados los campos y en presencia de un problema de resultados importantes y curiosos, dedicáronse varios ilustres sabios á resolverlo ó en nn sentido ó en otro, mediante varios estudio ele que vamos á dar una idea, siquiera sea sucinta. E l primero es Masson, quien habiendo obtenido un vacío que, si bien no era perfecto, merecía tal nombre con mayor razon que el de Davy, pudo evidenciar las conclusion es siguientes : l." No se producen corrientes eléctricas en el vacío absoluto. 2.• Las corrientes necesitan indispensablemente un medio ponderable. 3.• La tension que el flúido eléctrico posee resulta en gran parte de la naturaleza y densidad de la sustancia ponderable que haya de atravesar el flúid o eléct rico. 4." La hipótesis de Davy es posible cuando sien-do de un lado muy considerable en la superficie de los cuerpos Ja fuerza repulsiva de las mol éculas, y exis. tiendo de otro en los polos una tension muy grande, salten de las paredes i11teriores del vaso en que se hizo el vacío número de moléculas tal, que formando una especie de atmósfera ó espacio en que n!tden varias partkulas, pueda por su medio entablarse una corriente. Mas áun en este caso es indispensable la existencia de algnn medio ponderable para que puedan darse en el vacío induccion estática y corrientes eléctricas (l). . Prosiguiendo sus estudios quiso examinar lo que sucede al atrl!-vesar la electricidad medios distintos como aire, hic.lrúgeno, diversos gases y áun líquidos de naturalez! y densiJacl diferente, ded~1cie11clo de todos sus experimentos útiles reflexiones. Segun tan ilustre observador, ni la luz eléctrica puede originarse ele la combinacion de dos electricidades, porque esto pudiera te11er lugar en el vacío, ni existe motivo alguno en fuerza del cual se haya la chispa eléctrica ele atribuirá accion mec:rnica de la electricidad, que comprimiendo en sti paso los gases, desarrollase en ell os tal cantidad de calor, que al fin resultase la luz; pues si esta hipótesis fuese verdadera, sería preciso admitir que el l1idrógeno desprende tanto calor como el aire, y que los líquidos no deberían permitir se produjese á trayes suyo luz ele ninguna clase. R echazadas todas estas teorías, sólo quedaba por examinar si podría la luz eléctrica consi-

( 1), Annales de cllimie et de pl,¡¡s ique, 3.•

Passim.

serie, tomo xxx1

derarse como resultado ele la traslaciou de sustancias ele mi lugar á otro, punto á que contestó Masson negativamente, por ser ele otro modo preciso admitir que la luz producida en el hidrf,geno es id éntica lÍ la prorl nciela en el aire. Siguiendo, pues, las ideas ele R'n.rnclay, clespnes de serio y detenido exámen, concluye Masson que no teniendo para nada en cuenta el estado sólido, 11quido <', gaseoso ele los cuerpos, porque esto para nad a modifica las leyes generales ele la accion din ám ica ele la electricidad, la verdadera causa de la chisp~ eléctrica no es más que una corriente que se propaga por medio ele la materia ponderable y á traves suyo, calentándola del mismo modo y con suj ecion :í la s mismas leyes con que una corriente voltaica calienta y n ielve luminoso un hilo meMlico cualquiera. E. tos experim entos arrojan una prueba m,ís, si necesaria fuese, de, la identidad del calor y ele la luz, pues ambos agentes siguen las mismas leyes al producirlas la electricidad. Resumiendo. pues, lo que antecede, resultan las conclusiones sig uientes: l.• L a luz eléctrica posee siempre idénticas propiedades, cualesquiera que sean los meclio. adoptados para su produccion. 2." La luz producida por corrientes voltaicas, y lo mi smo se diga ele la chispa eléct-,rica ordin aria, se debe á la iu canclescencia de los cuerpos que propagan la electriciclad,y sigue iguales leyes que esta propagacioB. Casi al mismo tiempo que estas deducciones veían la Iuz, publicaba l\iiatteucci los resultado~ ele largofi experimentos en coufi.rmacion todos ellos de las doctrinas ele :M,.asson. Dos son principalmente los puhtos sobre los cuales versan las observaciones ele l\iiatteucci: digamos un a palabra sobre cada ll no de ellos. Es el primero la conductibilidad del arco qu e salta entre puntas ele metales ó en general ele s ustancias cercanas. Operando con laton, cobre, hierro, cok, zinc y estaño, encontró que la concluctibiliclacl propia del arco luminoso depende, ménos que ele la concluotibilidad ele los metales que forman las puntas, ele la facilidad con qu e> estos metales se fund en y rnlatilizan, lo cual en pocaipalabras equivale á clecit· que la conclnctibilid ad del arco varía con-la cantidad ele materia que desaparece en las puntas en la unidad ele tiempo. El otro objeto ele sus investigacion es ha sido la clei-igual t~mperat ma y aspecto que siempre se obsena en los polos, ent re los cuales salta el arco voltaico, fenómenos que p;·ofunclamente analizados por Matteucci, pudo constatar, era mncho mayor la diferencia tle temperatura entre ambos polos, cuanto ménos conductoras, ele más facil clisgregacion y más combustibles son las sustancias ele que se forman las puntas de los polos. E sta desigualdad de temperatura y traslncion de mol éculas, que puede depender ele ser los polos de sustancias diversamente clisgregables, se nota en el carbon ó en el cok con m,ís sencillez y limpieza que en ning un otro cuerpo. Veamos si no lo que pasa con los otros: valiéndose pa.ra realizar el experimento ele pnntas de hierro, disminuyen cási igualmente ambos µolos, áun en el caso de marchar siempre la corriente en un mi s-


LA NATURALEZA mo sentido, que como saben los físicos es el caso más propio para la desigual traslacion de moléculas; y lo mismo acontece al hacer uso del cobre, de la plata, del laton y otros meta.les simples y a.leaciones. Este especial carácter del carbon parece ser debido sobre todo :í la. desigual temperntnra que experimentan los carbon es, efecto :i sn ,ez do la. distinta calefaccion á que se encuentran sometidos. En efecto, introducidos tro7.0S ele carbon en gases inertes, tienden á experimentnr pérdidas igua.les ó poco ménos, fuera del caso en que el gas en cnestion sen el ácido carbónico, con cuyos experimentos parece probarse que la combustion rro desempeña sino un papel muy secundario en la diversa pérdida de ambos polos, en tanto que á sn desigual t emperatura acompaña con toda certeza una diferencia en la clisgregacion molecula.r ele su sustancia, que puede á su vez producir un aumento en la difel'cncia ele la resistencia. y del calor desarrollado. Con estos estudios iba cada dia adelántándose más .s más en el conocimiento del arco voltaico, cuando hé aquí que la cienl'ia. eléctrica vino á experimentar un rclipse ele 15 años clnrante los cuales ninguna verdad so agregó al ca.tálogo ele las ya conocidas, hasta que apareció en la escena científica el 1¡élebre é inteligente físico Ecllung, que constató un hecho interesante relacionado con el objeto de que tratamos. Segun este sabio, existo en el arco voltaico una. fu erza electro-motriz, contraria á la. causa. qne la produce, de intensidad constnnto é igual sensiblemente á la que clesa.rrollan :20 pares ordinarios ele Bunsen. Con esto queda explirndo por qué no se obtiene el arco voltaico con ménos 1le 20 pare. ele Bu usen; mas porque a.lguno pudiera creer que por producirse al usar de 21 ó 22 pares, era. rstc número suficiente, lo cual tomado así como suena, es erróneo, vamos á demostrar que el enunciado ele Ecllnng no . ólo es cierto en tt:oría, sino que áun juzgando la cuostion i1 pri:01·i se ve que no puede ser ele otro modo, en virtud de lo principios generales ele mecánica. Pongamos para mayor claridad un ejemplo. Pongamos en el platillo derecho de la balanza un peso <le un kilogramo: no hay duda q ne la balanza se inclinará hácia este lado: si en este estado se coloca en el platillo izquierdo un peso ele ] O gramos, como á focla accion correspond a su reaccion, tendrá lugar en el derecho una reaccion de 10 gramos favorable al izqtúerclo. , 'i el peso del izquierdo se duplica, tambien se dL1plicar:í la reaccion existente en el primero, hasta. que si ll egamos ií colocar en el izquierd,J un peso igunl al que gravita sobre el derecho, la adicion del cuerpo miís insig nifica.nte hará que predomine la accion del segundo y que la balanza se incline n, su lado. Vemos, pues, que miéntra el peso del platilló izquierdo no venza. la accion del que está en el derecho, su efecto r¡ueclart\ sin manifestncion exterior; mas al momento que su accion llegue á predomina.r, este efecto no podl'á ménos de hacerse patente y sensible. Apliquemos este mismo raciocinio á los fenómenos eléctricos, para lo cual no habrá más que sustituir los nombres de peso con los de fuerzas electro-motrices. La fuerza electromotriz de los carbones polares se hnll1t determi'nada y

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especificada por su naturaleza propia, de lo cual resulta que mientras la fuerza desarrollada por la corriente de la pila no sobrepuje la propia ele los carbones polares, no puede en manera alguna producirse efecto exterior que forme el arco voltaico; pero basta el menor exceso ele la fuerza de la corriente sobre la propia de los carbones, para que al punto se efectúe la procluccion de la 1nz. Para que la anterior comparacion fuese rigurosa expresion de la verdad seria preciso suponer los carbone á igual temperatura y distancia, ya cuando actúe un solo par, ya cuando actúen cincuenta ó más, pues todo hace sospechar que la fuerza electro-motriz ele ºlos polos varía con la temperatura. Por lo cual diremos á los que nos q·u ieran argüir con la inexactitud de la comparacion que nuestro intento es aclarar solamente la idea con algun . fmil sacado ele fenómenos conocidos de todos, por ser la marcha general del entenclimiento no- comprender las cosa difíciles sino mediante las vulgares y más conocidas . Expuestas estas teorías, nos parece conveniente dar uu pequeño restímen ele la.s propiedades del arco voltaico, para cuya inteligencia acompafiaremos este artículo de un grabado que sea copia exacta del natural. Cuando se cierra la corriente en una pila poderosa, si se pon en en contacto dos trozos de carbon, se les ve enrojecerse, despedir de repente en el punto de contacto una vivísima luz, fenómenos acompañados siempre ele un ruido wrclo, señal ~vidente ele la fu sion -ele ambas puntas. , 'egun la primera ley ele Ampere sobre la accion recíproca de las corrientes, dos conductores movibles, situados uno en la prnlongacion del otro y atrnvesados por una corriente eléctrica, se repelen; luego si las puntas de carbonen cuestion son movibles, se separará una de otra cierto número de milímetros, pudiendo con ello el aren voltaico aparecer en todo su esplendor. Pero si los carbones se hallan sujetos por soportes fijos, la aparicion del arco será más lenta , pues no podrá tener lugar hasta que los carbones se hayan gastado algun tanto en sus puntas en fuerna ele la combustion y disgregacion. En el arco volta.ico fonn!\clo por una llnma inten ísima y brillante, centro del movimiento más impetuoso que se conoce, sin otro fin a.parente que enlazar una de aquellas masas incandescentes con la otra, se ¡meden observar, no obstante lo iutenso de la luz, fenómenos curiosí irnos, como son, ya el crecimiento y ensanche que se nota en el polo positivo, miéntras que el negativo adelga.za y se disminuye, ya los glóbulos de sílice fundido que bullen sobre las superficies más ó ménos gastadas ele los polos y que instantáneamente desaparecen para luégo volver i aparecer, ya por fin los múltiples relámpagos que con frecuencia circulan por toda la masa lnminosa, producidos sin duela por hallarse los carbones compuestos de partes desigualmente conductoras y estar los haces luminosos dotados de la cualidad ele buscar el camino que méno dificnlta.d le ofrece, segun lo cual, si al consumirse un carbon presenta por un lado una parte más conductont q_ue otra, toda la llama voltaica se dirige l1ácia aquel


LA NATURALEZA

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punto, á fin de poder abrirse por él un paso que las otras partes ménos conductoras le niegan ó dificultan. Cuando es corto el arco voltaico representa un haz condensado ele rayos luminosos y forma cilíndrica, envuelto en su capa exterior por un a atmósfera tenue y Lle color violado, qnc le sirve como de vaina, miéntras que la base de este cilimlro anular se rompe, se alarga en la parte que mira al polo positivo y. se estrecha y aminora en la que mira al negativo. Para que sensiblemente tome el arco una forma dist inta de la anterior y entren distintos elementos á su composicion basta prolongarle; pues con ello resulta no sólo que el haz luminoso exterior formado de materia mi1s dividida se rarifica y adP-lgazn., sino que ademá s l::t atmósfera violada que le rodea afecta fo rm as de

mucho parecido con la llama, y la,parte ceutral se presenta compuesta de partículas incandescentes que desprendidas de las extremidades fundid as de las punta" parecen atraerse entre sí para formar una cadena conforna ent re sus polos. Para la mejor y m:ís fácil obtencion del arco conviene al principio colocar los carbones :í una distancia pequeña, pues de este modo aparece luégo una serie no iuterrumpida de chispas entre los polos, efecto de la materia fundida ó volatilizada que de ellos se desprende en forma de fiuísimo polvo. E stas primeras chispas facilitan el paso á las siguientes, que por contar ya mérios resistencia que vencer pueden saltar de mayor distancia, causando con la rapidez de s·u produccion la continuidad del fenómeno á lo cual contribuye tambien no poco el calor, la fu sion de las pun-

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Fig. 1.-Túnel subterráneo del cable (Seccion y plano.)

tas, la disgregacion de las moléculas y el traslado rapidísimo de fas moléculas divididas de un polo hácia el otro. El mayor foco de temperatura que se conoce existe en el arco prnpiamente tal, pues funde y volatiliza facilmente todos los cuerpos conocid0s. El boro, el silicio, la magnesia, el platino, el titano y el tungstenio y otros muchos cuerpos han sido fundidos y volatilizados por Despretz mediante una pila de 50lJ á 600 pares de Bunsen. Aun el diamante ha siclo volatilizado y transformado en cok. Segun M. Quet ha podido observar, acompaña al clardo eléctrico un zumbido ó ruido sordo particnlal', algo parecido al que forman los.niños con las pipitañas ú canutos de alcacer, fenómeno que en el momento de la ruptma del arco producida por la separacion de los carbones suele ser sustituido con un ruido semejante al que producen los detonaciones. Con esto hemos tocado el término de nuestro trabajo; pues si bien po1lrfamos examürnr In~~ chispns qne producen las bobi-

nas de iuduccion electrizadas por pilas, por máquinai; de Gramme, ó por la m:lquina reostática de M. G. Planté, r ocuparnos ele la l • z electro-silícica por el últ imo sabio descubierta, todos estos puntos, como verán nuestros lectores, están muy recientes para que puedan forma r parte de un artículo que no hemos querido sea más que una Yerdadera ojeada histórica sobre In · lur. producida por la electricidad. ---=><K><><=---

GRAN GLOBO CAUTIVO DE DI. HENRI GIFFARD. (Continuaoion.-Véase n.• 29, p,lg. 42 .)

Para la costura del globo, recientemente concluida, constrúyéronse en los extl'emos del taller dos aparadores parecidos al que en la fi g ura 2 representamos, en uno de los cuales tenía luga r la confeccion del hemisferio Norte y


LA NATURALE7,k

en otro la del Sur. Cada radio del aparador contenía los 104 paños de igual magnitud de que • clehe la esfera constar. La costura de este globo , de 4.000 metros de s uperficie, ejecutada á máquina por 40 costureras, bajo la sabia direccion de M. Roger, á quien i\I. Giffard -encomendára la de sus globos cautivos de Paris en 1867 y de Lóndres en 1868, presenta una long itud tal que no baja de 15.000 metros, habiéndose en ella consumido más de 50.000 meLros de hilo grueso: cifra enorme que se explicará quien medite era necesario coser

los 'l.456 paños de cada huso y los 104 husos entre sí. Todas las costuras están interior· y exteriormente recubiertas de fajas de tela, cuyo peso total es de unos 350 kilogramos con unos 11 O de solucion de caoutchouc. Con estos preparativos, la capa de barniz y las dos de pintura con blanco de zinc de que pronto le cubrirán 100 obreros al efecto encargados, no falta más sino la última operacion de llenarle de hidrógeno , cuestion fácil gracias al soberbio aparato productor del hidrógeno c¡ue M. Henri Giffarcl ha

Fig. Z.-V1sta de uno de_los aparadores en que se colocan los siete pa il os de cad a huso del globo áutes de_coserlus.

construidó, capaz de producir por hora 2.000 metros cúbicos de gas . El peso total del globo, fuern de los 3.000 kilogramos que pesan los 650 metros del cable, es de 11.850 kilogrnmos repartidos del modo siguiente: La tela sola con las dos válvulas 5.000, la red y las cuerdas 4.000, la barquilla y su estiva 1.600, los círculos del globo y las diferen-tes partes de caoutchouc que en su parte inferior le acompañan 750. Ahora bien, ~orno quiera que la fuerza ascencional sea de 25.000 kilogramos , podrá muy bien_el globo levantar todas las cantidades indicadas, las cincuenta personas que cada vez entrarán en la barquilla, y ademús le quedará una fuerza muy grande de sobra . La flgu ra 1. 0 representa el plano y seccion del

túnel subterráneo por el que pasa .el cable enrollado en la cabría 'l' hasta llegar á la abertura C D donde se enlaza al círculo del g lobo mediante un peso enorme colocado en la mitad del espacio anular de la barquilla. La longitud del túnel es de 60 metrns, y en su parte C n presenta una polea por cuya garganta pasa el cable que la hace girar en un sentido ó en oLL'O segun se trate de hacer subir 6 bajar el g lobo. Miéntras se verifica la introduccion del gas en el globo, sujétanle á tierra ocho cuerdas que para mayor flexibilidad pasan por las gargantas de las poleas fijas B, B, B, .. . teniendo la extremidad opuesta sujela cada una á su barra de hierro correspondiente introducida en las obras de albañilería,. El globo cautivo que en núme-

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LA NATURALEZA

cos redondos presenta 4.000 metros de superficie, ofrece en proyeccion al esfuerzo de_l viento la de 1.000 metros cuadrados, por cuya razon ha debido su constructor confeccionarle ele suerte que pueda resistir aún á los mayores vientos en los momentos ele tratarse de la introduccion del gas: y decimos en estos momentos, porque una vez elevado el globo en el aire el cable es suficiente garantía contra la fuerza de los vientos. Si sobreviniese un huracan lo más violento posible de 40 metros por segundo v.g., el efecto ele este viento podría á lo más equivalerá la accion mecánica que sobre las cuerdas produciría un peso de 35.000 kilogramos. Admitamos r1ue en virtud de la direccion que lleva el viento resistan á su ímpetu solamente dos ele las cuerdas de amarradura, en este caso deberá repal'ti rse la resistencia entre las dos cuerdas, de manera que haciendo cada una la mitad _de la resistencia precisa, tocará á una hacer el esfuerzo de 17. 500 kilogramos, y otro tanto á la otra. Aquí se nos presenta una ocasion más para considerar la gran solidez del mateeial, putls para romper una sola cuerda sería preciso un esfuerzo no ya de 1-7 .500 sino ele 50.000 kilogramos. _ hora conviene notar que los vientos habituales ele Parisjamás llegan sino en muy raras ocasiones á la velocidad de 40 metrns por segundo, y e to en localidades ménos abrigadas y defendidas que las del patio de las Tullerías. Para dar una idea completa del monumento aeronáutico conslruido por 1\I. Henri Giffard, deberíamos hahlar ele la parte mecánica del sistema, ele las calderas de vapor, de las máquinas, de la cabria, pieza gigantesca que pesa 40.000 kilos, ele la barquilla, de las válvulas, de los pesos ele las poleas, del aparato productor del hidrógeno, y otros útiles; pero todos estos detalles los reservamos por ahora para cuando el g lobo cautivo haya hecho su primera ascension y se haya inaugurado la serie de viajes aéreos en que puedan los concurrentes de la Exposicion contemplar el bello é imponente espectáculo que presenta París á una altura de 600 metros sobre el patio de las Tullerías. ~

EL FOEH

E GROE LANDIA.

El clima de las regiones árticas, y particularmente el de la parte occidental de la Groenlandia, presenta con harta frecuencia durante el invierno inmensa variabilidad de temperatura , de suerte que no sólo se observan grandes di "'erencias en la tei:nperatura correspondiente á un

mismo mes en los años sucesivos, sino que tambien en el curso de un mismo mes se notan cambios tan bruscos, qi!e de un frio intenso. llevan á un calor relativamente grande. Todos estos elatos se manifiestan con la mayor exactitud al que estudie detenidamente las observaciones meteorológicas hechas durante veinte ll.ños consecutivos por el Dr. Plaff en Jacobshaven. En efecto, por no citar más que un ejemplo, vemos por ellas que el mes ele Febrero de 1872, presenta como temperatura media 8°, mientras que en 1863, esta media se elevaba á 32°. En el transcurso del mismo mes, en 1866, el termómetro empleó solamente veinticuatro horas para subir tees veces á 25°. El 3 de Febrero de 1871 marcaba el termómetro . poi' la mañana - 25° y por la tarde -14°, y al dia si-. guiente desde las ocho empezó á notarse una temperatura de+ 1°. El 31 de Enern de 1873, despues de haber estado el termómetro á las dos de la tarde á - 21, poco ántes de la media noche llegaba á + 1°. Estas variaciones, que son generales en tocia la costa occidental do la Groenlandia, á contar desde el cabo Farewell hasta Upernivik, tienen lugar siempre que sopla el viento ele O. á E., es decir, cuando el viento Yiene de los terrenos elevados cubiertos de hielo, cuya influencia debería, por el contrario, producir más bien tin descenso que una elevacion de temperatura. Para explicar este singular fenómeno, los autores antiguos fingieron la existencia de yo]canes activos que la imaginaeion hizo ver esparramados por todo el interior del país; pero si se examina el mapa, veremos que al O. y SO. ele la parte ele Groenlandia, que estamos considerando, existen regiones de temperatueas excesivamente frias en invierno, como lo son la tierra de Labrador, las riberas ele la bahía de Hudson, las islas árticas del N. de América, de donde, como es fácil de ver, no pueden soplar más que vientos helados. Sólo al E. y SE. podremos hallar un manantial de calor en el Océano Atlántico, atravesado por Gulfstream, en cuyas partes el aire llega á una-temperatura media que oscila entre 0° y 5°. Empero debe notarse que toda esa masa de aire debe pasar por vastos desiertos ele hielo para lleg ar á la costa occidental ele la Groenlandia, enfriándose en consecuencia tan considerable~ente, que toda la explicacion que de este hecho quiera darse para darnos cuenta de la gran ascension termomélrica á que nos hemos referido, es insuficiente. Si, pues, en los dias próximos á Navidad sube el termómetro en Jacobshaven hasta+ 9°, mientras que la


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LA NATURALEZA temperatura normal de este punto es -12°, no podremos explicar este aumento ele calor por sola la influenci a ejercida por el Atlántico. Hay dias en que durante alguna tempestad ele SE. ha llegado la temperatura en Diciembre á+ 12º y sería necesario llegar á las Azores para respirar una atmósfera tan caliente, admitiendo al mismo tiempo que el aire veriOcara su tránsito rle una á otra parte sin variacion alguna. 1\. mas de estas elevadas temperaturas se observan tambien en el viento del SE. otras propiedades características. Este viento es siempre muy seco, y bajo su influencia desaparece la nieve en los terrenos bajos sin que se forme en consecuencia ria chuelo al 0 ·uno. Al estallar la tormenta se observa que su orígen lo tiene siempre en la cima ele las montañas, en donde se ve la nieve arrastrada por el toebellino y solo algun tien-ipo clespues baja el viento en clireccion á los fjoecls, aclarándose á poco el cielo sin r¡ne por regla general, que no admite sino muy raras exeepi.;io nes, Caiga el más leve chaparron ele agua. Para ciamos cuenta ele estas circunstancias meteo rológicas, conviene compararlas á las que en Suiza acompaña el fenómeno llamado foehn poe los naturales y que hace ya mucho tiempo que empezó á ser descrito por los viajeros y eteorólogos. Dase en , uiza el nombre ele foeltn á una esecie ele viento generalm ente caliente, que solando de la parte del S. ó mejor del SO. 1 RE., tiene la propiedad de hacer desaparecer 'ª por evaporacion , ya por fusion, y con lama·or rapidez una g ran cantidad de la nieve y 1ielo que cubre las cumbres ele los' Alpes. Si lurante el invierno subísteis alguna vez á esas orcliller:,s y llamaron vuestra atencion esas normes capas ele nieve que ha amontonado en lg unas partes ele la montaña la violencia ele las ernpestades, apénas podreis concebir cómo al oplat· el foehn basten con frecuencia tan sólo lgunos clias de intervalo para que se ofrezcan stos parajes completamente escombrados y cuJiertos ele abundantes pastos. ¿Cómo es posible, reguntareis al pastorcito que carea su ganado or aquellas laderas, tan rapicla mudanza? Y ele us labios oireis que todo es debido al foehn · !amándoos sin duela la atencion el dicho pop u~ ar que no dejará ele repetiros: «N i el sol, ni el 1ismo Dios, pueden destruir la nieve si el foehn o viene á prestarles auxilio. >1 «Desdo el mes ele Marzo, dice el naturalista amouu, un viento especial llamado foohn qu~ ace en la region meridional , se lanza sobre los

valles de los Alpes y hace nacer en el ánimo del que lo respira ese sentimiento especial que e,; propio do la primavera. Entónces empiezan :-'t sucederse sin interrupcjen las avalanchas, los torrentes se lanzan de todos los.ventisqueros y los rios, saliendo do madre, no dejan que podamos distinguir los bordes ele sus primitivas orillas. Este viento halla á su paso una masa do aire helado que empuja y deshace, mas hasla transcurridos ya dos clias, no llega á ocupar el puesto por aquel ocupado, y entónces los habitantes ele las llanuras septentrionales de la S uiza sienten, durante dos dias consecutivos, un viento frio, que es prenuncio del viento ardiente c¡ne ha de soplar al tcrcet' din.» El físico aleman J. Hann, es el que nos ha dado la mejor explicacion ele la temperatuea elevada del foehn, atribuyéndola á la compresion del aire al descender ele los valles. En cuanto á la sequedad que io acompaña, provie-· ne ele que al elevarse el aire á las cimas do las montañas, se enfría y deja condensada toda s11 humedad. Hállanse en Groenlandia condiciones muy semejantes á las de Suiza, y segun las últimas investigaciones geodésicas, no ofrece duda ninguna que existen en el interior ele la comarca montañas que poseen 2.000 metros pot' lo ménos ele altura. Si, pues, la corriente SE. que viene de la mar topa con ellas, su temperatura al elevarse á lo l:lrO'o ele las laderas perclerú unos 10° próximamente ; mas descendiendo ele seguida esta corriente sobro las verLicn Les del O. y-NO. hasta los tenenos inferiores, se calentará por la compresion y habrá podido ndq uirir una elevacion ele 20° sobre la temperatura anterior. El capitan IIoffmeyer, director del ObseL'vntorio ele Oopenhagµe, ha reunido los elatos meteorológicos q\J.e corresponden á un foohn muy intenso que reinó á fines ele Noviembre y principios ele Diciembre de 1875, cuyas observaciones so extienden hasta la estacion ele Upernivik (lat. 72°,25 N.), en donde se ele\'Ó la temperatura 15° sobre la tempeeatura media ordinaria. La temperatura media , mientras reinaron los vientos del SE. desde el 28 ele Noviemht·e al 11 ele Diciembre , fué: En I viktut (lat. 6'1 º) ........ . » Goclthaab (611°) . ........ . >1 .J acobsha ven (69° ) ...... . >1 TJpernivik (73° ). ... ..... .

+ .'¡_o 6 + 20:6 + 3°,8 -

ílº,:3

Las máximas, en tanto que la tempcrntura ordinaria no pasaha ~e - '15°, fueron :


LA NA'l'URALEZA

,6 Iviktut ... ...... . Godthaab . . .... . Jacobshaven .... . l pernivik ...... .

+ + +

+

14°,2 (8 Dic. ) 11º,0 (Fin Nov, ) 10°,ll ('2 Dic. ) 10°,0 (25 Nov. )

Por otro lado, el capitan Hoffmeyer ha calculado y representado en mapas las presiones barométricas medias que desde el 23 de Noviembre al 3 de Diciembre reinaron en más de doscientos lugares colocados entre los 30° y 70º latitud Norte y los 80° de longitud, tanto oriental como occidental. De todas sus observaciones se deduce que al Sur ele Islandia aparece un

reinaba una temperatura tan benigna que ni en el mediodía de España se disfrutaba mejor. El foehn de "1875 duró doce clias, cosa hasta entónces no vista, acompañando á su presencia notables fenómenos de que vamos ú. exponer algunos detalles sacados del diario de la expedicion polar inglesa que hace poco mencionamos . y cuyos buques se ha1lahan repartidos unos en Discovery-Bay (81° 44' N. ) y otl'os en Floeberg Breada (82º 27¡ más de 1.300 millas al norte de Iviktut. El 26 de Noviembre señalaba en dichos puntos el termómetro una temperatura de - 29, cuando apareciendo el 1. 0 de Diciembre varias ráfagas del S. hicieron variar la tempe-

p¡ ,, . '2,-::-¡u bes redondeadas obser m das en Lequcilio 1lc.1pu c>s rlo un a lc mpes tad. Agosto 187i.

Fig. 1.-Efcclo producid u por las ni eblas que cubren la snper!i oie del suelo, obsc1·vadas á 800 metros de altura.

máximun de 775 milímetros , y entre la Groenlandia y el Labrador un mínimun muy considerable. Aplicando :i este caso concreto la ley de Buys-Ballox, segun la cual siguen los vientos ¡iquella direccionen la que sufren á su izquierda menor presion que la que experimentan á su derecho, se comprende fácilmente que en la costa occidental de la Groenlandia existen vientos del E. y E. La subida de la temperatura indica que en el O. (Canadá), en el E. (Islandia, ) y en el SE. (G1·an Bretaña) era aquella menor que en la parte occidental de la Groenlandia , donde en el rigor del invierno en un punto distante solo 10º hácia el S. de aquel otro en que la cxpeclicion inglesa mandada por el capitan i'l'ares se vió obligada ú detenerse ,

ratura primero á - º n, luc o-o ú - JG, en seguida ú - 1., hasta que el 3 por la tarde acusó el termómetro la temperatura de + 1°,7. Re había vel'ificado pues un aumento de 32°. Con fecha 4 de Diciembre escribía el capitan Xares lo que sigue: «La última tempestad dehe haberse extendido desde la bahía de Baffin hasta el N. en especial en el Atlántico. E l aire se presentaba á nuestro alrededor con temperatura más elevada que la del agua en una extension de 600 millas alrededor: » y el '13 de Diciembre añadía: «Muy grande debe haber siclo la fuerza t1ue ha puesto en movimiento masa de aire tan grande que nuestra temperatura de - 29 ha subido á + 1, 7, manteniéndose en este estado durante 18 dias. :Me parece que en el cabo Farewell deben haber reinado t·emporales muy fuertes. » ---=>O-<>-:>=---


LA NATURALEZA

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y clcmas fenómenos atmosféricos, que esos observato-

NUEVO ESTUDIO SOBRE LAS NUBES. (Conclnsion.- Véasc núm . 27, ptlg. O.)

Las nubes ó baucos ele vapor clel todo transparentes, cual los anteriormente descritos, se encuentran raras reces suspendidos en la atmósfera, pues lo más general es que una ligerísima bruma, inapreciable casi desde el suelo, se interponga entre el aeronáuta y la t ierra, cubierta al parecer ele un manto translúcido que puede desde aquellas altu ras distinguirse con tocla claeidad, ele lo cual fuimos testigo en la ascension que el 27 de Junio de 1869 ejecutamos en París en el Por.o ~ OHTE, desde el cual á una altura ele l .200 metros ·yimos se extendía sobre la t ierra una tenue capa ele ne-

rios flotantes: debemos empero advertir, que sin subir á aquellas alt.mas, puede acá abajo una constante y escrupulosa obserYacion, llevada á cabo en los observatorios astronómicos, smpinistrar t\ la ciencia iumuncrables y curiosísimos hechos. Jamás nos cansaremos de aconsejar á aquellos de 1rnestros lectores que gusten de los estudios meteorológicos, la ohserrncion atenta de las nubes, y la re· presentacion ele sn forma, ya mediante el dibujo, ya mediante la fotografía sobre todo si presentan aspecto curioso y desusado. Sentimos infinito no poder reproducir aquí la coleccion completa ele dibujos sobre nubes, lo más ci;iprichosas, formada por varios amigos nuestros que en los alrededores ele París y en varias costas, sobre todo del Cantábrico, las han observado,

Fig. 3.-Nubes de hielo observadas en CulJa en 187G.

Fi3. ÍJ.. - .Yubcs de hielo obser,0 adas en Cuba en l876.

blina visible <le aniba abajo, pero invisible en el sentido contrario. La neblina, cuya superficie superior era perfectamente horizontal , poseía tal densidad que imposibilitaba, distinguir los detalles del suelo, no tunto sin embargo que nos robase la vista de los dos estan~ nes ele los Trapenses fJróximos á Versalles, que refleJanclo perfectamente la luz del sol parecían dos hogueras inmen sas. Varios amigos nuestros que ocho años más tarde pasaron en globo por el mismo sitio obser• vn,ron igual fe nómeno y sacarou una copia que con !oda galantería nos han proporcionado pam la fo rmacion de este artículo (fig. 1). Es mucho ele sentir no se pnclla1-1 los viajes n,éreos frecuental' tanto como la ciencia me_teorológica requiere, pues nada m..cjor para el estudio de la.· uubcs, de : u forma, de sn aspecto, de su direecion , Lle s11 Yclocidacl

pues su vi:;ta sería de muchísima instruccion y gusto. V amos de entre todos los dibuj os á escoger uno ele los mejores por cierto (fig. 2), copia fiel del aspecto que el cielo presentaba en Lequeitio, provincia ele Vizcaya, el dia 30 de Agosto ele 1877 á las siete y media de la tarde. Demos sobre el particular algunos detalles, pues lo cmioso clel caso lo exige. Y a desde por la mañana presentóse en los alrededores del rio y en toda la extension del horizonte marítimo que ante Lequeitio se presenta, uua blanca neblina, presagio de los d.ias ele calor y tempestad. En efecto, trasladados aquellos vapores desde 1a tierra :'.1 la atmósfera, fueron tomando un color cacla vez más parecido al fuego, hasta que il. las seis y media de la tarde comienza á removerse alguu tanto el tiempo por la parte del Oeste: el aire, ltastn e11 tónces tra nquil o como unit balsa ele aceite y pesado


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LA NATt,'RALEZA

como si fuese ele plolllo, se agita, se sienteu en lontananza fuerLes descargas eléctricas producidas por nubes que avanzan con paso veloz, en tanto que el mar permanece sosegado y tranquilo como esperando cu qué parará tal estado atmosférico, cnanclo lié aquí qne se desencadena sobre la costa la más deshecha tormenta, las más fuertes ráfagas de viento, las olas más encrespadas y furiosas, los relámpagos más vi vos y deslnmbraclores y las detonaciones más secas al tener lngar la ele ·carga sobre la villa, y más sonoras al verificarse á distancia. Era tal la furia con que el viento soplaba, que en más ele un sitio hnbieron los labradores ele afe rrarse á los árboles para no ser arrastrados, arbitrio que fné en algnnos puntos inútil, pnes no pocos árboles fueron arrancados. A las siete y media, poco más ó ménos, cesaron las lluvias, afectando en seguida las nubes formas redondeadas de bordes grnesos é intensamente ilumiu aclos por la parte inferior, cual representa la fig. 2. Creemos no deber extendernos más en esta reseña qne sobre las nubes nos propusimos dar, por j nzgar terminada nuestra empresa de publicar algunas consideraciones en cuya virtud se fija.~e la atencion de nuestros lectores sobre estud io tau importante y nunca examinado lo bastante. Los meteorologistas que han fijado su vista en el estudio ele l(ls masas ele vapor suspend idas en la atmósfera confiesan unánimes la insuficiencia ele la clasificacion actual, prolJanclo alg nnos por completarla. Entre otros, merece especial mencion el jesuita Viñes, empleado en el Observatorio astronómico de la Habana que hace dos años publicó uno ele los m ,1s impo rtantes tra'.)ajos sobre la materia. En la breve y compendiosa reseña liisLórica que á la obra precede expone el autor la clasificacion establecida por Lamarck, poco conocida e11 verdad, pero muy digna ele serlo. El céleb re n atnralista dividía las nubes en cinco tipos distintos: nubes é1ue parecen empedrados, las que tienen figura ele barras, las recloncleaclas, las apiñadas y las que toman formas ele vela, Despues ele exponer esta clas ificac ion, iucompleta hasta lo sumo, ven la lnz los tipos ele Howarcl, ra por nosotros declarados y expuestos en los artículos precedentes, Viniendo á Viñes, las cliYide eu llos secciones, una á qne pertenecen las nuLes ele hielo, y otra en que se iuclnyen las que no sou nuís que simple va11or de agua: unas y otras se subdiYÍdcn en yaria:; categorías distintas, las nubes ele hielo en cil'l'us, ele que se presentan los tres tipos fundamentales ele cirrostratus, cirro-cwnuliis y JJCtllio-cii'l'lt s, y las ele vapo r lle agua ó cimmlits enpallio-cunmlus yfracto -cwnulus. Los pallio-cumulu , muy parecidos á los nimbus ele Howard, son las nubes de lluvia, y los fracto-cwnitlus equivalen ~\, las nubes de viento destrm:aclas por las corrientes aéreas. Acompañan á la cla-ificacion varios dibujos originales que á las claras indican el espíritu observador de su autor; por todo la cual es mny uigno de alabanza, por más que la críLica euc11entre algunas dificultades para la completa admision de la clasificacion del sabio jesuita. Com· ienc con nosotros en que el aspecto de las nubes varía segun el país y segun Ja.· lati-

t ucles, de lo cual hemo · ya hablado en el articulo anterior. De entre s us muchos grabados sobre los cirrus, cfrro-c·u mitlus-stratus, etc., observados en Cuba, copiamos aquí dos que preseutan nubes ele hielo en nada parecidas á las que ordinariamente han lugar en nuestros países (fig. 3 y 4) . Para concluir, diremos qne las islas de reducida extension son un buen puesto para examinar las nubes visibles todo alrededor del horizonte. Amigos nuestros que por muchos años han vivido en Canarias nos han atestiguado ser mny comunes en aquellas islas formas curiosas de nubes que jamás se presentan, por ejemplo, en Madrid.

~ .---

I.

L oRENTE.

ORÍGEN PROBABLE DEL GARROTILLO. Juzgamos ele sumo interes para los padres ele familia la lectura de las siguientes reflexiones que tomamos de la publicacion extranj era Sani-

ta1·u Recorcl. Se sab e que el microscop io ha rnvclado en muchas enfermedades .J a presencia de ciertos vegetales in ''eriores parásitos. El Sani la1·y Record dice que el Dr. Ts charmer de Gratz acaba ele descubrir que se clesarrolla en la corteza de las n aranjas y 1e las ma nzanas un hon g o, que es precisamente semejante al que form a n los gér men es ele la infeccion en el garrotillo. Cuando se conservan algun tiempo en sitio cer rado nara nj as ó manzanas, se advierten sobre el epicarpio pequeñas ma nchas moreno-oscu• eas ó negras, que rascándolas se asemejan á un polvo húmedo. Se reconoce co n el microscopio que este polvo está formado ele esporas en un hongo s uperior, idéntico al que produce el garrotillo. Ha biendo separado el Dr. Tschamer dos ele estas pequeñas manchas de la corteza ele la nararija , las introdujo en sus pulmones por medio de una fuerte i nspiracion. Al clia sig ui en te sintió un a especie de cosqui ll as e n la garganta, que se faé clesaerollanclo gradualmente, ele tal modo, que ú los ocho dias se h abía declarado el garwtillo . Si se llega á comprobar por otras experiencias lo mi smo, h ab rá razones poderosa s paea impedir que los niños com an las manzanas s in p ela r, lo mismo que las naranjas.

DE~Ai::lTH.[!}8 EN LA ISLA DE 'l'AGlJLAND.

. --

Los periódicos de I3a tav ia publican d etalles de la gran cala midad ocurrida en la isla ele Tagu land, e n el arc hipiél ago Malayo, 50 millas al Nordeste de las islas Célibes. El volcari ele Burrang, a pagado h acia largo


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LA NNl'URALEZA Liempo, ha vuelto repentinamente á la actividad, causa ele un terremoto que arrancó de un golpe los techos de las casas y hasta gran paete de las paredes. La erupcion ha sido de las más violentas, abriéndose á la vez varios cráteres, produciendo un ruido sordo que se oia en todas las islas. v.ecinas. A este fenómeno acompañó una gran perturbacion en el mar. Una olg,, alta de 40 yardas, avanzó con la rapidez del relámpago, barriendo á su paso casas, hombres y animales en toda la superficie de la isla. Cada cráter vomitaba llamaradas de luz eléctrica é inmensas bocanadas de humo. Piedras· enrojecidas por el fuego, fragmentos ele roca y otras materias incandescentes eran lanzadas á grande altura, formándose en la tierra grandes grietas alrededor del volean. En algunos punt.os la lava acumulada formó eolumnas de más de cien piés de altura. Durante la erupcion surgió del fondo del mar una isla que desapareció á las pocas horas. La isla ele Tagulancl ha quedado completamente desierta. ~t

EXPEDICION AL POLO NOHTE.

vapor cambiará su nombre actual por el cleJeannette, y su oficialidad se compondrá de oficiales de la marina federal que hayan navegado en los mares árticos. La intencion ele i\Ir. Beknet es enviar al Polo una expeclicion científica perfectamente equipada y compuesta ele sabios, eJlcargaclos ele observaciones relativas á astronomía, botánica, zoología y meteorología.

MISCELÁNEA. Cirugía mecánica de los antiguos.-Un descnbrimiento muy curioso acaba de tener lugar en una isla de Misisipí, que tiende á probar que el arte ele la cirngía mecánica no era desconocido de los uaturnles de América, quienes sabían en ocasiones reemplazar por una pieza de madera los miembro de que e ,eían privados. En uua caverna submarina, y en lo más profundo de una roca, se han eucoutrndo grau uúmem de objetos notables; un cráneo de bronce, una nuez bruñida, ·trabajados con grau arle, así como otros muchos objetos de uso mús vulgar, entre las que halíía un esqueleto, provisto de una 1:iierna ele madera. Las ataduras de esta pieza artificial consisten ea correas de cuero y bronce petrificadas y las piernas parece haber sido sostenidas entre la cabeza ~, la rodilla.

,,.*,,. 0 es el célebre Stanley el 1111100 hijo de la pt'ensa que se ded_ica á investigaciones geográficas. Así como este célebre 1·eporter inglés ha tomado á su cargo la exploracion del África central, sir James Gorclon Beknet, director del 1,Vest York Hera.ld, emplea su existencia y su fortuna en expediciones al Norte en bui:;ca de pasos al Polo. Dos ele aquellas ha realizado ya sir James Oordon, y si los resultados no han respondido al objeto que se propone, no han sido estériles para la ciencia, por los muchos descubrimientos y observaciones de gran inteees para la geografía de aquellas apartadas y desconocidas regiones. En la actualidad, el clieector del _periódico norte-amet'icano, á quien los enormes beneficios ele su diario consienten fletar buques á su costa, ha adquirido el vapor inglés Panclom, que ya ha navegado por el mar Artico, y ha siclo coastruiclo expresamente para expediciones de la índole de la que intenta llevará cabo por tercera vez sir James Gorclon Beknet. El Congreso ele los Estados-Unidos ha dado autorizacion al propietario del Panclo1·a para que éste pueda enarbolar el pabellon americano; el 1

Nuevo volean_en la luna,.:_La Gaceta de Colonio

anuncia que un a trónomo de aquella ciudad, 1\fr. Hernian u Klean, ha descubierto en la superficie ele la luna un cráter de formacion reciente. Segun Mr. Klein, este cráter está situado en una vasta llanura cerca del centro del disco lunar y al Oeste de otro erúter llamacfo Hyginius. , 'u diámetro es próximamente de 4.000 metro's, y excede por lo tanto en anchura á todo los ele la Tierra, excepto el tle Keraonen en las islas ele, 'anclovich. l\Ir. X el son. elenógrafo inglés cree poder afirmar que el cráter descubierto ahora uo existía en U,76. Mr. Hell, de \Vashingtou, que descubrió los satélites de l\Iarte, ha prometido obserrnr este nuevo cráter por medio ele su gigantesco refractor.

,,. *,,. Teoría del barómetro.-8egnu nuestro ruuy apreciable amigo el Sr. Lorente, la oscilacion diurna del barómetro es c.lebicla á la influencia de los dos fenómenos • siguientes. De un lado el vapor que por la mañana está en estado vesicular, en virtud del calor solar iransfórmase en vapor propiamente dicho, y suma su presiou con laque es propia del aire¡ por otro lado el mi mo aire calentado por los rayos del sol produce corriente ascendente , originándose al hacerlo sobre la tierra un Yacío relatiYo, cuyo ültim0 resultado es el deseen o de la columna ele mercurio. Parecida explicacion da el mismo señor á las oscilacione nocturnas. -,

($2)

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LA NATURALEZA

PERFECCIONAMIE TO DEL 'fELEFONO. Los sonidos confiados al teléfono de Bell no son reproducidos, como se sabe, mas que con una notable disminucion de la intensidad, y lo r1ue es más defectuoso todavía, con una sensible aHeracio n del timbre. M. Lo_u is Olivier piensa que esto es debido á la forma plana del diafragma del receptor, el cual se opone á la reproduccion del timbre. En efecto, se sabe que los sonidos producidos á igual distancia é intenidacl y con instrumentos diferentes, se distinguen cada uno por su timbre particular, el cual es producido por el conjunto más ó ménos completo de diversos arm.ón1cos. Porque no solamente un cuerpo en vibracion, por ejemplo, una cuerda, vibra en toda su longitud, dando de este modo nacimiento al ruido fundamental; mas tambicn lo hacen cierlo número de partes c1ue vibran inclepenclientemenLe-cada una. Estas vibraciones particulares que se producen son las que se llaman armónicas. Como estas vibraciones se verifican en el mismo tiempo, de aquí resulLa que miéntras una Yibracion engendra el tono fundamental, otras dos, por ejemplo, dan nacimiento á la primera armónica, tres á la segunda, cuatro á la tercera y así sucesivamente, siendo la más aguda la última. Así se ha llegado á deduci1· que el número de armónicos producidos y por consiguiente ..el Limbre, eslá determinado por la forma del instrumento. Con la ayuda de estos razonamientos ha podido IIelmoltz aislae s ucesivamente el tono fundamental y los diferentes armónicos; se sabe tambien que despues de habee analizado los sonidos ha podido operar la síntesis. De este último experimento se deduce que todas las vibraciones ejecutadas en un mismo período son descomponibles en una suma ele vibraciones pendulares, y esta es la forma bajo la cual llegan á nuestros oí.dos. De donde, si se quiere hacer repetir 11elmente por una membrana lapalabra, se deben coordina1· las cosas de modo c1ue las partes de esta membrana sean sensibles .:~ cada una de las vibraciones pendulares cuya asociacion determina el sonido. Lo contrario sucede en el teléfono de 1Jell; el uiafragma de palastro, cuyas pal'tes son todas del mismo espesor, produce en verdad el tono fundamental y los primeros armónicos; mas al producir los tonos más agudos, no oscila ó lo hace ele un modo muy débil., 'e puede asegurar la inll uencia del espesor de la lámina, obserrnn-

do comparativamente los teléfonos construidos en Francia y en Austria, provistos de láminas ele diferente espesor, por ser el uno más ,i propósito para reproducie las voces de mujeres y niños y el otro para las de los hombres. Segun l\L Olivier, la forma ciecular de la m~mbrana es tambien un obstáculo á la pura reproducc;on de los sonidos, pues éstos se amortiguan y aparecen oscu1·os cuando el timbre estú alterado. Lo contrario sucede en nuestra membrana timpánica, que es cóncava, de espesor desigual , y soporta la cadena de los huesecillos. Pues pose.y endo una serie de tensiones diferentes, puede entrar en vibracion en todo género de sonidos de la escala tó • nica comprendida como término medio entre 20.000 y 30.000 vibraciones por segundo. En consecuencia. M . Olivier propone da1· al diafragma del teléfono la forma que tienen AB. La lámina es de desigual espesor, como se ve observándolo en la adjunta seccion cuya superficie es elíptica. , 'u plano gen eral está inclinado sobre el eje del ap;irato y extendido no solamente en su circuito AB, sino ta:mP érfeccionamiento bien por un hilo de seda <le! teléfono, propuesto p'lr M. Olivier. atado en un punto de espesor máximun f. Una vez resuelta la cuestio n del timbre, quedaría que realiza!' el perfeccionamiento relativo á la intensidad. l\I. de ~Ioncel ha propuesto disponer cinco teléfonos sobl'e cinco de las superficies de un cubo, reservando la sexta parn hablar; pero estando esta cuestion de la intensidad íntimamente ligada con la del timbre, propone M. Olivier adoptar la disposicion de M. de iioncel, dando á los diafragmas de estos cinco teléfonos, su espesor y tambien formas diferentes. De esta manera la intensidad y el timJ)rc de los sonidos serán mucho mejor transmitidos. PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HEllMANOS, ~Ll.DRlD.-'l'ipogrnfía i,:,,tcrcolipia PEROJO.


úm. 32.-6 Julio. 1878.

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LA NATURALEZA

EL VA.POR TORPEDO DE MR. YA.RROW. Cuando por los años de 1864 estalló en América -la guerra separatista, dos lanchas portatorpedos destruyeron la corbeta federal Ho-usatonic del modo más súbito y repentino: hé aqui la causa por qué todas las naciones adoptaron en seguida máquina tan mortífera, comprendiendo cada una por su parte que el nuevo invento había de realizar en las futuras guerras activo y principalí; imo papel. Atentos solamente á cubrir la necesidad pre-

sente, sólo se cuidaron los constructores ameri,canos de ver cómo podría, hacerse mayor daño con el aparato; de donde lo dejaron tosco é incompleto, cual suelen ser en su principio todas las obras. Estaba reservado á Mr.- Yarrow dotar el aparato de tales perfecciones, que si no llega con ellas á su más alto grado, puede decirse que le falta muy poco. El porta-torpedos que nuestro grabado repi·esenta es construccion del fabricante citado, que acaba de venderlo á uno de los gobiernos extranjeros que se surten en Inglaterra. Sus di-

Nuern vapor torpedo inglés.

mensiones son 23 metros de largo, 3m,20 de an-1 cho y calado om,91. La longitud es, pues, siete veces mayor que la anchura, circunstancia que hace sea más considerable la velocidad que en sus marchas obtiene, y de la cual se forma:rán una idea nuestros lectores, considerando que durante dos horas ha recorrido en cada una de ellas 31.000 metros, cifra sorprendente si se tiene en cuenta la escasa longitud del barco. El porta-torpedos que nos ocupa, construido con acero de calidad superior y forr;ado en toda la longitud del casco con planchas á prueba de bomba, carece por completo de puente en que los tripulantes maniobren y en su lugar existe entre las dos barandillas formadas por cuerdas 2.• 8Ell'ESTI\E, ;•

metálicas un espacio de 1,mzo de ancho que hace posible la circulacion hácia adelante y hácia atras. Por medio de tabiques se halla el inte1·ior dividido en ocho compartimientos: los delanteros y el posterior encierran las provisiones, los dos del centro contienen la máquina, miéntrns que el trasero , contiguo á ésta, alberga al vigía y al oficial á cuyo cargo corren los torpedos. Para proteger la cabeza del timonel, que necesariamente debe sobresalir sohee la cubierta, se ha practicado en esta un agujero, y encima se ha colocado un cono truncado de acero movible en su parte superior y provisto por todo alrededor de cristales de aumento. El mecanismo adoptado para el disparo de o


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torpedos, consiste en tres piezas de acero, de las que una es un tubo de 127 milímetros de diámetro y 12 metros de longitud, apoyado de ordinario en la superficie exterior de cubierta, y dit·igido en los ataques por una máquina de vapor puesta ba:io la direccion del pilolo. El saliente mayor que puede este tubo formar con respecto al borde del ·barco, es de 7m,62 á contar desde la roda ó palo más saliente de proa; las okas dos piezas destinadas al disparo ele los torpedos, se encuentran de tal suerte dispuestas, que le es fácil girar hácia los costados del buque, cual giran en una barquilla sus remos. Una vez próximo el barco al navío enemigo, no tiene el vigía más que desembarazar las piezas destinadas al tlispar?, saliendo entónces los proyectiles sin peligro ninguno para el porta-torpedos; y si la distancia se calculó mal, basta hacerle girar de modo que, aplicado al costado del buque, haga fácil el poclede de nuevo enderezar para la maniobra. En un principio adoptóse el sistema de inflamat· los torpedos mediante cohetes de percusion que estallaban al chocar contra el buque enemigo; mas habiéndose visto el gran peligro en que este método ponía á la embarcacion ele ser ella tambien víctima ~e la explosion, por no tener tiempo para escapar, buscaron varios constructores un medio de que esto se remediase; entre atros, la casa de Vavasseur, de Lóndres, pot· cuyo encargo el capitan Mac Evoy ideó sustiLuir al sistema antiguo una caja de acero ó de cobt·e cargada con 18k, 160 de dinamita. Además del inconveniente que hemos expuesto, sucedía, con frecuencia tambien que si el torpedo no daba ele frente contea el buque atacado, la explosion no tenía lugar, y todo lo hecho era inútil. Este inconveniente le salvó Mac Evoy disponiendo tt·es alambres sobre el tubo y dentro del torpedo, que en su interior encierra un cohete detonante muy sencillo y una cápsula de Iaton. Al dar el torpedo contt·a el buq1;1e acometido, experimenla un movimiento la cápsula, con lo cual se cierra una corriente eléctrica que tiene en la· chalupa su orígen, vcriflcándose al punLo, y mediante la corriente, la cxplosion. El destino del tercer alambre eR podet· intcrrnmpir la corriente en un momento dado. La máquina del vapor es tlel sistema Compouncl, tiene cilindros de 25 y 46 centímetros de diámetro y 35 de largo, sus piezas son de acero para mayot· ligereza y ejecuta 470 revoluciones por minut0 cuando marcha á todo vapor, efecto que equivale á.275 ó 280caballos, y que puede ser

producido durante varias horas, segun constantes experimentos, sin que de ello resulte aumento considerable de temperatura. Para dar una idea completa de las diversas partes de la l11llquina, diremos que el condensador está en medio del porta-torpedos y enfrente precisamente de la máquina, y que las bombas de aire, las de circulacion y las alimenticias se mueven en virtud de una máquina especial de velocidad relativamente pequeña. La caldera, parecida á la de las locomotoras, sufre siempre de hecho una presion menor de 8k ,44 7, de lo cual es, entre otras circunstancias, motivo el poco tiro que ofrece la chimenea, colocada, á fin de que no estorbe las maniobras, á un lado de la chalupa. Las reducidas proporciones del barco, han obligado .'.1 estudiar el modo con que se podrían colocar, sin ocupar mucho sitio, la caldera y el ventilador, para lo cual se ha puesto la primera en un departamento suficientemepte aireado, al que pel'mite el acceso una cubierta de resorte, y el segundo bajo el tabique que separa el departamento de la caldera del ocupado por la máquina. El ait'e necesario lo recibe la caldera ya de una máquina de aire colocado sobre cubierta , ya de la cámara ó departamento de la máquina. Segun exteriores observaciones, el porta-torpedos de i\Ir. Yarrow se ha encontrado en la mar con tempestades deshechas, y :'t pesar de todo se ha salvado, hecho que redunda en no pequeña gJoria de su inrn11tor, y que hace se planteen cuestiones muy importantes sobre el porvenir de la marina de guerra. En efecto, ¿qué será de esas inmensas fortalezas acorazadas de 100 ó 1:20 metros de largo que sólo andán por hora 20 ó 25 kilómetros, el dia que se generalicen los torpedos, veloces como el relámpago seguros porque en su pequeñez nadie los puede acometet·? Cuando un enjambre de este nuevo género de abispas, d'e veneno lo más activo y mortal, acometaá los buques de alto bordo, ¿cómo se librar[~ de sus mordedueas? Estas son las sérias peeguntas que todos, especialmente lo marinos se hacen·, sin que para su resolucion se haya hasta el fin encontrado oportuna respuesta. b

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APAnATO ORSAT PAR.\ EL A~lLIS!S DE LOS GASES HN LOS HOUNOS METALUUGICOS.

Sabiuo es que una de las causas que producen en el interior _de los hornos más importantes reacciones, son los componentes de la atmósfera; nada, por lo tanto, más justo que el análisis ele los gases que la componen. Vamos , pues,


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' ocuparnos de una ingeniosa qplicacion que ·encorvaélo, desemboca en el aire poe uno de sus el procedimicnio volumétrico se hace para ob- conductos GF, y por el otro comunica con dos ener inmeclialamentc la composicion de los ga- globos de caoutchouc G' y G". Siendo alterae desprendidos de los hornos de metalurgia. bles al contacto del aire todas las disoluciones , n cada zona ele los altos hornos conYiene que contenidas en los tubos, se ha dado tal disposixisla atmós"eea oxidante ó recluelora, debida cion al tubo de caoutchouc, que por un lado roporcion de los distintos cuerpos que entran corta toda comunicacion con la atmósfera y por n la mezcla gaseosa, y tempernlura bastante otro obliga, en virtud de su .elasticidad, á los levada para que se realice la fundicion en pro- gases que contiene á eecorrer por completo. la ecto debiéndose tener con los elementos cita- disolucion absorbente. El tubo G': F", encierra protoclol'l!ro ele codos la mayor cuenta, si s~ desea que no cam- , amoniacal, destinado á la absorcion del óxibre ien por completo la naturaleza del cuerpo so·carbono; el tubo G' F' pfrogallato ele potasa de do parn )re el cual reaccionan . n medio excelente del oxígeno, y potasa el GF pam retene1· la para largo lo vitarlo son los análisis químicos; mas carbónico: el último tubo carece de ácido el prefey delicado de eslas operaci.ones hace sea porque para evitar toda caoutchouc, de globo resultados, cuyos Orsat, aparato del •rible el uso si no tan exactos, gozan de la aproximacion accion del aire exterior sobre la polasa, es suficiente el tubo afllado en que termina la rania generalmente requerida. El principio adoptado consiste en pasar una derecha. Para dividie la corrienlc gaseo a y facilitada mezcla gaseosa en delerminado volúmen por tres disoluciones absorbentes, que se apoderan, mezcla íntima ele los gascs·con las disolucione una del ácido carbónico , otrn del oxígeno, y la absorbentes se hallan en los tubos GF y G' F' tcrccrn del óxido de carbono. Apénas pasa el varios tubos menores, <lemas de los cuales exisgas por una disolucion, se examina su volú- te para el mismo fin en el tubo A una hoja de men, y esta operacion da por rcsullado deter- cobre enrollada sumergida en la cliso! ucion ele protoclo1·uro, cuya com posicion pennanece consminar la proporci'on del gas absorbido. La clisposicion de la toma de los g«ses ofrece tante, gracias á la hoja sobredicha. En la extremidad derecha de la rampa se halla dispuesto 0 Tan intercs, pues en su Yirtud es f~í.cil separar de la masa.que durante Yarias horas ha circu- un tubo verLical.AB de tres centímetros de diálado por tubos boncluctorcs un volúmen redu- metro, destinado á servir de medida, para lo cido ele mezcla gaseosa, cuyo exámen da á co- cual está dividido en partes iguales. En él connocer la composicion media de la cerriente tan curren los gases que llegan por la izquierda de bien como la pudiera dar el gas que se sepa1·ase la rampa, de los que se separa un volúmen constante, cleteeminado por los dos puntos fijos O y en el momento mismo ele la circulaeion. El aparalo propiamente dicho se representa 100, y en seguida se hace marchar á los distin ... en la fig. 2, y se compone de un bastidor que tos tubos la mezcla gaseosa para que despue contiene tres tubos en U, G, G', G", en cada de dejar en la disolucion absorbente el gas coruno ele los. cuales se halla una de las disol ucio- respondiente, vueh'a al tubo AB con objeto de nes de que ánles hablamos. Estos tubos tienen medirlo de nuevo y ver el Yolúmen resultante. un diámetro de 3 centímetros, y en su parte su- _\ fin de que la tcmperalura del tubo de .medir perior se juntan á otros más delgados de un mi- se conserve constante, pues si no resultarían límetro de diámetro en comunicacion ú su vez equivocados los cálculos, s13 le envuelve ~notro con otro tubo horizonlal ele cristal, colocado á mayor lleno de agua. En la parte inferiór lleva lo largo del bastidor, cerrado por una \laye en el tubo de medir otro afilado en comunicacion, su e,ctrcmiclad izq uicrda y que recibe al princi- mediante el ele caoutchou·c O, col:) un frasco pio ele la operacion los gases mediante el tubo lleno de agua que en la figura aparece á la dede eaoutchouc KM. El tubo horizontal llamado recha detras del bastidor. Este frasco se baja ó l'.'.lmpa encierra la mezcla gaseosa para distri- sube {~ mano, por el que verifica el experibuirla en los tubos en U, con los cuales comu- mento, y de este juego.altemativo resulta la cnnica. ó no desde el momento gue se ab1·e ó cier- teada ó salida de los gases en el tubo de medir; ra una llave que á cada lubo de los afilados pues existiendo aquí un verdadero sistema de vasos comunicantes, en los que las superficies acompaña. La rama derecha ele cada uno lle los tubos de los lít¡uiclos- se colocan á un mismo nivel 1 en U no se halla en comunicacion con la rampa, basta elevar el frasco para que el agua suba en sino que formada por un tubo afllado dos veces el vaso de medir , empujando hácia los tubo!!


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en U los gases cuyo análisis se intenta. Cuando la llave por d911de llega el gas, y abriendo la I el líquido llegue al punto superior de la gra- que pone en comunicacion con la atmósfera el duacion, se baja el frasco hasta que el nivel de aparato, se llena de agua el tubo de medir, y ambos vasos sea más bajo que el punto inferior esta opefacion hace que, comprimidos los gases, á 100. De este modo es .fát.:il estudiar un volú- salgan al e}..-terior. De nuevo se deja entrar el men determinado de mezcla gaseosa, pudién- gas por la llave O, para de nuevo arrojarle del dose por igual procedimiento determinar el vo- aparato, repitiéndose esta maniobra cuantas velúmen que reste .despues de veriflcado el paso ces sea preciso, para que los tubos resulten por fin llenos nada más que de la mezcla gaseosaquc del gas por cada disolucion absorbente. Al comenzar el experimento, se hace que los se pret(rnde analizar. Obtenido lo cual se toma líquidos encerrados en los diversos tubos en U, un volúmen determinado, 100 divisiones, por suban hasta un punto colocado bajo las peque- ejemplo, de las del tubo de medir; ciérrase deñas llaves que á cada uno acompañan, á cuyo finitivamente la llave ele entrada O, y se somete fin no hay más que cerrar todas las de los tubos á análisis el volúmen separado. Abierta la llave y abrir sucesivamente la que pone ~n comuni- del tubo G F y levantado el frasco, con lo cual su líquido se • cacion el tubo eleva en el tude medida con bo de medida cada uno de los hasta el O, toda demas y bajar la mezcla gael frasco para seosa penetra hacer la aspiraen el tubo G F, cion necesaria; de donde descon esto sube pues de dejar el liquido hasen poder de la ta donde se depotasa todo el sea, pudiéndose ácido carbóni- • en consecuenco que posee, cia cerrar las sale de nuevo llaves de los para el tubo de tubos. Una vez enmedida, sin que para ello rasados todos los tubos, se dese requiera más que bajar el be arrojar el aire de los difrasco: se exaversos tubos mina el volú- . capilares del men del •gas Fig. !.-Aparato Or~at.-c. (. Tubo co n polasa.-e1 ( ' • .Á.ci<lo pirogállico.aparato y Ilecontenido en el e' ' (11 • Tubo del cloruro de cobre am oniacal. n arlos de la tubo de medimezcla gaseosa da, se resta de cuyo análisis se intenta. En esta operacion no 100, que era lo que ántes había, y se tendrá el comunica con el tubo de caoutchouc K, que con- volúmen del ácido carbónico que ántes existía. duce el gas de los hornos más que el otro tubo De igual modo se operaní ·con relacion á los tu• KM, con objeto de que al salir el agua que con- bos G' F' G".F", en los cuales existe pieogallato tiene arrastre consigo el aire del N, dejando es- ele potasa y cloruro de cobre amoniacal, para pat.:ios vacíos que en seguida ocuparán los gases determinar por su medio el o:...íg·e no y óxido de de los hornos. El mismo resultado, aunque de carbono contenido en las mezclas gaseosas. manera más lenta y penosa, hubiera podido obDespues de reconocida la cantidad de óxido tenerse poe medio del frasco exteeioe de la de- de carbono existente en el gas, queda por fin un recha, y á este medio se recurre efectivamente residuo en que, además de nitrógeno·, se reco• para limpiar el aparato propiamente dicho; vea- noce la existencia de vario/ hidrocarburos, en mos cómo: abierta la liase O, penetra en la proporciones muy varias y más ó ménos cantirampa el gas y se extiende por toda ella hasta dad de amoniaco, que se hace desaparecer con llegar al tubo de medida previamente vacío por añadir a:I agua del tubo ele medida un poco de haber el frasco descendido: se cierra en este caso úcido clorhídrico.


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No sólo tienen algunos en ménos los hidro- de palastro por ·donde marchan los gases: ofrece carburos de que hemos hablado, sino que llegan en toda su longitud, con el fin de que por ella haGta suprimir el tubo G' F' en que se encuen- penetren gases de todas las zonas que presenta tra el pirogallato de potasa, cuyos efectos suple la seccion de la corriente, una ranura de'/. mien este caso la disolucion ele protoclomro de límetro de ancho, que es por donde se hace la cobre en lo referente á la absorcion del oxígeno. separacion de !os gases que se han de examinar. El tubo PQ, además de hal; arse rodeado de El análisis que acabamos de describir supone evidentemente que las disoluciones absorbentes una corriente constante de agua, á fin de enfriar no desprenden durante la operacion vapores un poco los gases primero que penetren en los que modifiquen la composicion ele la mezcla aparatos, se halla en su parte inferior unido gaseosa, suposicion que es un hecho, conser- mediante una manga de caoutchouc con otro vándose en su virtud por mucho tiempo los ga- de plomo CD, que hace de aspirador y consta ses, sin que sus propiedades se alteren. de una espe.cie .de trompa con llave para reguAunque no se ha tenido cuenta ninguna con larizar la salida de los g~scs que de aquí van á la el volúmen de la rampa y sus apéndices, n0 deja cuba de palastro cercana, donde pueden, si se decon todo de ser muy atendible la observacion sea, ser medidas bajo una campana de cristal. La toma de los dos ó tres litros necesarios ele algunos que quisieran se empleasen tubos para el análisis capilares por se efectúa en disminuirse el tubo de cocon esto 111ub1·e PQ, para chísimo el vocual se usa lo los lúmen de frasco ele un de gases, que otte que Mari se otro modo ! tubo su por modificarían unicom re~to, notablemente tubula con ca en cada una de lura encorvada las fases del exen su exque y perimento, posee el tremo tanto más cuanPQ. Al princito en mayor pio está el frasvolúmense enco lleno de mercuentrcn. curio; mas hade Au nquc ri 0. 2.-Toma del gas en el aparato Orsat. llándose prola extension visto de una con que hemos expuesto la operacion parece ser ésta larga y llave, so puede con ell a hacer escape lenta· es más fácil desde mente el metal, para que el gas ocupe los eslrnsada ' nada ' sin embargo, ... ..., el momento en que se adquiere alguna destre- pacios vacíos. Hay veces en que es preciso za. Vamos, para concluirá decir dos palabras aumentar ó disminuir la presion que regulasobre el mecanismo que para la toma de gas de- riza la salida ele mercurio; para lo cual basta bió adoptarse en el aparato Orsat á fin de que se subir ó bajar el tubo. recto en el interior del pudiera afirmar que el gas analizado represen ta fras co, dado que, como es sabido, lo que ¡winla composicion media de la masa total que du- cipalmente influye en las presiones es la diferante varias horas ha ci1·culado por los tubos de rencia ele niveles entre la parte inferior del tubo salida del horno. Este mecanismo, representado y el orificio de salida. De todo lo cual se si"'uo O en la fig. 2, y obra de M. Meunier, se compone que, saliendo del frasco el mercurio bajo una de un tubo de aspiracion PQ, que durante algu- presion constante, y por lo tanto en proporcionas horas trasiega cierto volúmen de la corriente nes iguales, el gas penetra tambien en él en cantotal,. miéntras se dirige hácia los aparatos ele tidades iguales , pudiéndose en consecuencia decombustion, de que resulta hallarse buena can- tener miéntras dure la salida del gas por el Lubc en un vaso ele Mariottc lleno ele PQ, canLidades de gas tan pequeñas y constan tidad recoo-icla o . tes como se quiera. mercurio y de tres litros de capacidad. Al llenár de mercurio el frasco de l\Iariotte en El tubo PQ penetra diameLralmente, y así lo indica la fig. 2, en el interior del g ran conducto el comienzo del experimento, se debe desalojat'


LA NATURALEZA todo el aire que en él exista, lo que se consigue vertiendo mercurio por el tubo recto hasta que suba á la parLe superior del horizontal G; en este caso, cerrada la llave del úlLimo tubo, so vierte mercurio, y cuando aparezca este metal en la parte más elevada del tubo recto, se establece la comunicacion entre el frasco y la tubulura de la izquierda, que ctmduce el gas que so quiere examinar, para ocupará medida que salga por abajo el metal, los espacios desalojados. Recogidos los dos ó tres litros necesarios, se pone el tubo Gen comunicacion con el aparato Orsat, y se obliga á salir el gas poco á poco, vertiendo mercurio por el tubo recto del frasco de l\Iariotte.

LOS CINOOÉFALOS. Al hacer el insigne Ouvier la general division de los sé res organizados y sensitivos, asignó al órden de los cuadrumanos tanto los monos como los lemuridos; mas en el estado actual de la ciencia ha sido rreciso retirar los segundos del puesto que tan ilustre naturalista les asignara para colocarlos en categoeía particular, a lgun tanto más baja, en la escala zoológica, de donde los monos constituyen exclusivamente un grupo natural cuyos representantes se diferencian en geqeral por la direccion de sus incisivos inreriores implantados verticalmente en la mandíbula; por la conformacion de sus extremidades, cuyos dedos, excepto el pulgar, son casi similares, y más que todo por el volúmen y complicacion ele su cerebro, que en general denota el desarrollo cte las facultades intelectuales. Aunque en conjunto se parezcan todos los monos, presentan, sin embargo, diferencias notables, unas fundadas en la talla, otras en las proporciones del cuerpo, y no pocas en la estructura de los huesos, en la naturaleza de los pelos y en las costumbres. Basta sino considerar que mientras los gorillas superan con sus dimensiones las de la especie humana, y en fuerza pueden pelear con ventaja con los mayores carnívoros; los ouistilis son de complexion y tamaño tan pequeño y delicado que apenas si se exceden en algo á las ar lillas; y miéntras nos encanta y deleita la agilidad y gentileza de los cert.::opitecos ó macacos, nos ofende yda en roslro la suciedad y aspecto desagradable ·de los cinocé ·atos. r o se crea, sin embargo, ser estas diferencias propias y exclusivas de los monos, pues tambien en los otros animales presentan la:; distintas especies notables contrast'es: dirijamos si

no nuestra consideracion hácia las aves y veremos que bajo el nombre de halcones s~ comprenden, ya especies de garras temibles y alas exlonsísimas, v.g. el águila; ya especies en todo parecidas á un gonion de los más vulgares como el 1nic1·ohierax. Por lo que respecta á los cuervos, siempre tan ocupados á manera de cerdos, en revolver las materias pútridas, y con frecuencia juzgados por el color sombrío de su plumaje, como aves do mal agüero, acaso no sepan nuestros lectores que atendiendo tan sólo á los caracléres anatómicos, deben colocarse en una misma familia con las magníllcas aves del Paraíso, tan preciosas por sus penachos brillantes y capas de terciopelo. De oslas particularidades de estructura, librea y manera de vivir , se ayudan los zoólogos para hacer más ffoilmen te la clasificacion ele los animales en grupos inferiores, en atencion á las cuales los monos resultan divididos en dos categorías, la de los Oatarinios, ó monos del antiguo conLinente y la ele los Platirinios ó del nuevo: especificando todavía más, se halla, finalmente, la division en cuatro tribus de Antromorfllas, Oinopitecos, Oebiens y Hapaliens. Entre los einopitecos ó m,onns con cab.eza de 1)81'1'0, son dignos de notarse los cinocéfalos, ya por ser ele fuerza muscular y corpulencia casi igual :í la de los antromorfitas, ya por tener clientes, y especialmente caninos, muy parecidos á los de los carnívoros, pues como los ele éstos son agudos y cortanles en la parte posterior , ya finalmente por presentar mandíbulas muy salientes y hoci.::o muy prominente, indicios todos ele gran desarrollo ele pasiones bes.:. liales. Son ele cuerpo rechoncho, sostenido pot' miembros robustos, cabeza pesada, carnosa , hinchada y proCundamenle surcada en la region facial, nariz saliente, labios movibles, orejas pequeñas , ojos vivos y peneLranlos hundidos en cuoyas peofunclas y cubierlos por cejas en extremos salientes que le hacen do aspecto asqueroso y terrible. Su pelo, que puede ser liso y rizado, liene á veces el color gris, y á veces el amarillo ó verdoso. Tienen colas rn uy largas , grandes melenas en la nuca, parles desnudas y callosidades con los colores más vivos rojos. azules ó amarillos. El país natal de estos horribles monos, es la Arabia en sus costas, bañadas por el Golfo Pét'sico y la mayor parlo del continente africano , especialmente la Abisinia, el Cabo y el África occidental. No viven como los otros animales ele su fami lia, en los bosques, ni trepan reLozones, 9-e un árbol á otro, sino que solitarios, pasan


LA NATURALEZA su vida en las rocas de las montañas á una altura de 1.000 ó 2.000 metros, entre las. nieves perpetuas, alimentándose ele cebo_llas, tubérculos, hierbas suculentas, insectos, arañas y huevos de pájaros, ele que son sumamente golosos. Desgraciada la viña ó jardín en que ellos penetren; todo es destrniclo y devastado. Refieren los indígenas, aunque. en ·ello no merecen entero crédito, que al tratar los cinocéfalos de devastar un vergel, forman primeramente la cadena, y despues pasan de mano en mano los frutos para colocarlos en sitio seguro, durante cuya operacion tienen apostados sus guardias, que les advierten los peligros con tanta mayor fldelidad·, cuanto que saben les cuesta la vida la menoL' falta de vigilancia. Dejando á un lado lo que estas narraciones tengan de consejas, es cierto é indudable que por sus enormes fuerzas temen todos los animales á los cinocéfalos, hasta el extremo de que no siempre se atreven á acometerlos los leones y leopardos, y que pocas veces obtienen su intento los perros que contra ellos se sueltan, por muchos y buenos que sean. En vista de esta ferocidad del animal, parece más increíble lo que teme y le asustan los reptiles, sentimientos que manifiesta, ya retirándose cobardemente de su presencia, ya levantando al buscar sus alimentos, las piedras con la mayor precaucion, por si debajo reposa alguna serpiente. De lo expuesto se cleduc~n las inmensas dificuHades que habrá que vencer para capturarlos: los n egros apelan en ciertás regiones del ~\.frica, para conseguido, á la siguiente curiosa estratagema. Conocida generalmente la aficion de estos monos hácia las be bielas fuertes, llevan á sus cacerías los negros buena cantidad, la dejan en sitio donde la puedan los animales disfrutar: al momento acuden, y tanto es lo que beben que paran en la ebriedad más completa. Acuden cntónces los negros, que se apoderan sin tliflcultad de la mayor parte, y á los que se resisten los apalean fu~rtemente hasta que finalmente se rinden. De este modo fueron cogidos cuantos cinocéfalos se ven en el Bajo Egipto, en la Abisinia y en la colonia del Cabo. Como el instinto para conocer la existencia del agua sea muy grande en estos animales, cuando los negros se ven en los desiertos sin ella, les clan de comer materias muy saladas, atándolos en seguida á alguna piedra durante un par de horas; les clan en seguida libertad, cuidando ele no perd.erlos de vista, y al cabo ele algun tiempo husmean el aire con gran satisfaccion, se orientan, cavan en la arena con fre-

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nesí, ~asta que del fondo de aquel suelo ·abrasador salta una fuente fresca y abundante. De entre todos los cinocéfalos, el conocido desde más antiguo esel Hamad1·ias, mencionado en la Biblia con el nombre de Koph, y con el de Cynocephalus en los escritos de Herodoto, Plutarco, Plinio y otros. Los egipcios, que le daban acloracion bajo el nombre _ele Toth y le representaban con· frecuencia en los geroglíficos, le figuraban unas veces como· juez que tiene en sus manos la balanza para pesar las buenas y la~ malas adciones, y otras como un dios pode1:oso elevado en su altar, para en él recibir las adoraciones de los humildes mortales. Todo parece probar que en los remotos tiempos habitaba aún esta raza el alto Egipto, si bien despues, por causas ignoradas, fué poco á poco desapareciendo hasta no verse en el día ni uno en dicha region, segun el digno testimonio ele B_rehm, que dice no haberlos encontrado en su viaje hasta llegará Abisinia, y el de Alpino, que ya en su tiempo, "1580, pudo afirmar, despues de presenciarlo, que todos los hamadrias, con que en Alejandría y el Cairo se servían los titiriteros, eran procedentes ele Abisinia. El color de la cara del hamadría es encarnado, ligeramente azulado, y el de las callosidades posteriores rojo muy vivo: cubren su cuerpo muchos pelos grises y amarillos, lisos ó ensortijados, de longitud creciente con la edad, hasta formar en el cuello ele los viejos una verdadera melena. Viven ele ordinario en las faldas de los montes contiguos á los rios, formando numerosos rebaños, que en la Nubia meridional y en la Abisinia llegan á componerse ele cien individuos, capitaneados por diez 6 doce de los machos más viejos y más espantosos. El encuentro ele este ejército no tiene nada de agradable, sobre todo si no se llevan muchas y buenas armas; porque si bien en general los cinocéfalos huyen de la presencia del hombre, formando á la cabeza ele la columna los jóvenes y en la retaguardia los viejos, no pocas vece~, en general al verse apretados de cerca, hacen frente y áun acometen al enemigo, sin que le asusten la pólvora y las balas, que al dar contra sus duras pieles no producen oteo resultado que aumentar la cólera de los animales. Por esta razon y por haberse ele pelear en las cacerías no con uno ó dos cinocéfalos, sino con uno ó más centenares encolerizados y furiosos, debe tenerse la caza de estas fieras por rnás peligrosa que la de los mismos leopé!,rdos. Cuando se lan.za sobre un rebaño de cinocéfalos buen número ele pereos valientes y de gran tnmaño , el com 1


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bate es de lo 'más sangriento y te1·rible, lucienEn nuestrns dias, lo mismo que en tiempo de do en él cada animal los ardides y astucias ele· Albino, recorren las calles de las ciudades del su discurso. Toda la intencion de los monos bajo Egipto \/'arios titiriteros con sus hamadrías viejos se concentra en poder cogerá sus adver- adiestrados en la, práctica de ciertos juegos y sarios por el cuello, pues en este caso son su- danzas, que al produc:r la hilaridad ele los tranyos y al momento los rematan; y todo el afan seuntes les mueven á dar algun dinero á sus . de los perros se cifra en separar á su contein- dueños. Alguna vez, aunque rara, se l~s ve cante del gremio de los oteos, porque á solas tambien eri Europa, no haciendo mucho que en · el Jardin de puede batirse con más vent~Plantas de Paj a y esperanzas rís se enseñaba de g anar. La un par de ellos. batalla; reñida Mucho ·maé indecisa po1; yor que el hamucho tiempo, madrías, pues ... ., . ' ...' se decide no poalgun auto r cas veces en faasegura habervor de los halo visto· del t amadrías que se maño de un retiran dando hombre, auúmil aullidos y q ue no tan feroz gritos de viccomo aquel, es toria. ·el gélada, tan Si nadie les sin.g uiar y disperturba en sus tinto de los ele háhitos vüelmás que Gcofven . todas las froy Suint-Hinoches á sus laire ha creado yacijas, y' si el para él solo el ditisigüientees gé neeo 'l'cropide lluvia, pcrteco. Al llegar m a n ec en en este moúo á la sus viviendas edad ad u 1ta, agazapados enfuera de la catre las l'ragosibeza y los musdades ele las rolos que son de cas, abrazados color rojo subilos unos á los do y las espalotros, hasta das y extremique mejorando dades que lo el tiempo bajan son de moren o á las llanuras claro , el animal y entónces des_ representaen lo Fig. 1.-Cinocéfalo gelatla hembra, existente en el J ardín zoo lógico de Lóndres. graciados los demás del cuervergeles y campo un moreno pos sembrados de maíz que á su paso encon- muy cargado , sobre todo en la cola que es larga traren. Majestuosamente sentados en el suelo y con un mechan de pelos en la punta como el los machos, con la cabeza. echada á las espaldas, que presentan los leones. En cambio tienen el toman pacíficamente el sol, mientras las h em- pecho y los codos desprovistos de pelos y pintabras dan de comerá sus hijos, que retozones dos de rojo. Los dos grabados adjuntos, copia anclan en perpetuas guimeras, cual si fuesen exacta de dos individuos de la familia que exisniños turbulentos. Una vez satisfechos sus ape- ten en la actualidad en el Jardín zoológico de .titos, corren en tropel á beber en algun rio ú Lóndres, podrán ayudar á nuestros lectores arroyo continuo, de donde parten á descansar para formarse una idea de la fealdad del gelaen sus guaridas. da , fealdad que se pondría más de relieve á pof , . .. ~ •• - • •

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LA NATURALEZA derse reproducir los colores de la carn y el pecho. Por lo general vive en los mismos parajes y en las mismas condiciones que el hamadrías, por más que sean enemigos irreconciliables y se

hagan siempre encarnizadas guerras. En los viajes que M. Schimper realizara á la Abisinia, se encontró miles de ellos que en geandes grupos teepaban por las sierras á 3 y 5.000 met'roR

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Fig. 2 .-Cinocéfalo gelada macho, existente en el Jardín zoológico de L óndres .

de elevacion, de cuyas alturas bajan como los hamadrías á las llanuras, para destrozar los sembrados de los pobres indígenas. Pero quien puede darnos noticias más exactas sobre esta familia especial del género de los cuadrumanos, es el oficial Mr. Henty, que con motivo de la expedicion á Madgala, los observó

más de cerca que nadie hasta el presente. «Nuestros soldados, dice, salieron dos veces á caza de geladas, é inútil es decir que apénas cogieron uno solo. Con todo, el valeroso perro de un soldado logró por algun tiempo agarrar un gelada; pero fué tal la furia con que los otros monos cargaron contra él, que el pobre perro


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hubo de soltar su presa más que de prisa para poner su vida en seguro. En otra pcasion pudimos con toda satisfaccion observar un ejército de más de 300 monos trepar it lo largo de una montaña, como á 30 yardas ele nuesLros reales , sin que la presencia del hombee les preocupase ni el tumulto del campo les c.ausa e otro efecto que el de placer y aleo-ría. Iban de todas clases y tamaños, desde el macho más viejo de tamaño igual al ele un peno crecido, hasta los hijos más pequeños , al lado siempre de sus madres. A las que se colgaban apénas ·sentían la más mínima alarma. Los que rnás llamaban la atencion emn los viejos, ya por el silencio con que obraban , ya porque avanzaban :rnrenamente ele roca en roca, sentándose con frecuencia para mejor obsen·ar nuestro campamento. Cuando les plugo, pusiéronse todos en marcha, dando o-ritos y alaridos en un todo semejante á los ladridos de los mayores perros. i, Hasta aquí el oficial. referido, cuyas ulteriores noticias no copiamos por hallarse ya por nosotros latamenle expuestas en el contenido de este artículo.

CONGRE O FILOXÉRICO. Continuando la discusion pendiente sobre la cuestion octava, el Sr. :'.\Iarqués de :'.\Ionistrol propuso m~a solucion nueva, prácLica )' conciliadora. Consiste en que se imponga por dos años á los propietarios de viñedos una contribucion que no exceda de un real por hectárea de viña. Con el prnducto de esta carga se formará un fondo bastante para atender á los gastos que puede ocasionar la plaga. obre e te particular redactóse una base en sentido aprobatorio, que puesta sobre la mesa quedó aprobada por mayoría. C1.1estion sétima: «En el caso desgraciado de que la filoxera in\'ada nuestro suelo, y á fin de contenerla, aislarla 6 extinguirla en su cuna, por los medios eficaces que la práctica aconseja, ¿convendrá autorizará la Administracion para que, penetrando en la propiedad particular, pueda sustituirá la accion del propietario la del Gobierno, si aquel se negara á realizar con la actividad necesar:ia el exterminio de la plaga? )) El dictámen contesta á esa 1Jregunta con alguna extension, encomiando la necesidad de apelar la accion del 8stado por la insuüciencia el<! la accion individual. Ciiestion novena: «¿Deberá prohibirse el cultivo de vid en aquellos terrenos en que recien-

tement so hubiesen destruido cepas filoxeradas? ¿Por cuánto tiempo? ¿Podrá cultivarse otra clase ele plantas en los citados terrenos? ,, El dictámen contesta á esa pregunta en los siguientes términos: «En aquellos terrenos en que realmente se hubiesen destruido cepas por razon de la filoxera, deberá prohibirse el cultivo de la vid por e:;pacio de seis afi.os, ú, contar desde el arranque , quema y desinfeccion del terreno invadido por la fl_loxera, y durante ellos, y mientras subsista el peligro, estará dicho tet·reno sujeto á la inspeceion y vigilancia de la autoridad loca l y ele la comision ele defensa de la filoxera. » 1 ué aprobado el dictamen por mayoría. Cueslion clól:i ma: ce En el caso desgraciado de ser invadido algun disll'ito Yitícola de España pot· la plaga filoxérica, ¿conYenclrá establecer entre él y las <lemas comarcas limpias las mismas prohibiciones y precauciones que se adopten ó estén adoptadas en nuestro país, y las naciones atacadas por el mal? )) El. cliclúmen contesta que ccofreciendo la invasion de una localidad en España igual peligro para el resto del país, convendrú aplicar las mismas medidas y precauciones. i, El Sr. Bonet combatió esta proposicion si había ele entenderse con ella qne en el interior de España se establecían zonas ele incomunicacion . El Sr. Marqués ele i\Iontolíu lo declaró así. Se aprobó la respuesta con esa aclaracion. Cuestion unclécima: cc¿Doberá procederse en las provincias vilícolas á la formacion de comision y nombrnmientos de delegados especiales , encargados de la vigilancia y ejecucion ele las medidas que se adopten para prevenir ó combatir la plaga? ¿Qué organizacion y atribuciones convendrá dará tales Juntas? ¿Podrá utilizarse el personal científico-administratiyo hoy existente?)) La respuesta al clicLámen dice: «Además de la comision permanente de la filoxera formada en el Consejo Superior de Agricultura, y que revestida de atribuciones propias en la parte ejecutiva, convendría estuviese presidida por el director general de Agricultuea y completado su personal con otros vocales de dicho Consejo que representarán las diferentes secciones ele Administracion, Hacienda, 8stado, Gobernacion y la propiedad particular; además, y como ramificaciones de esta misma comision central, se crearán en todas las provincias en que se cultiva en mayor ó menor escala la vid, Corn.isiones prnvinciales de defensa contra la filoxei-a. Dichas comisiones provinciales deberán eons1


LA NATURALEZA 'tuirse en esta forma: el gobernador de la proincia, presidente; tres viticultores inteligentes de los de más importancia ele la provincia, un iputaclo provincial, el jefe de Fomento, el jefe conómico, el ingeniero de montes, un vocal ele a junta de AgricuHura elegido por la misma, os profesores de gricultura y de Historia Naural del Inslituto provincial, y el secretario de ajunta de Agric ~dtura, que hará tambien las ecos de secretario de la comision: total. once rocalcs. »Las atribuciones d¡i estas comisiones serán n su provincia las mismas que las de la comiion central, sal YO las que á ésta correspondan specialmente en su calidad de supeeior gerárquico de las de prnvincia, y estar.in por tanto encargadas ele la vigilancia y ejecucion de las nedidas que se adopten para prevenir ó comhatir la plaga. »Dichas comisiones se comunicarán pot· lo ménos dos veces al mes con la comision central. »Dispondrán para reconocimiento y cualesquiera otros actos referentc>s al objeto de su creacion, de todo el personal facultativo ele la provincia en sus diferentes ramos, y de la fuerza pública, representada por la guardia civil, carabineros, guardia rural y cualquier otro cuerpo de institucion análoo•a que esté organizado en la pro,·incia. »Estará ,'.t su cargo hacer examinar, por persona competente, todas las plantaciones de vides ext~anjeras Ycnflcadas de siete años á esta parte, para prócetlet· al completo exterminio ele las que presentasen el menor síntoma el~ la existencia de la filoxera. »Dará las det:larncioncs ele estar inf'ostadas las cepas ó viñas que así resulten, previos los reconocimientos facultativos. »La.s mismas comisiones de las peovincias fronterizas procedeeán desde el mes de ;¡foyo de todos los años, miéntras se conserve cslc pulgon en Francia y Portugal, á hacer visitar las vides próximas ú. las fronteras y cualesquiera otra que presentara síntomas de invasion. >)Las autoridades locales tendrán obligacion ele prestar todos los auxilios necesarios á la accion de las comisiones provinciales. »La comision central tendrá atribuciones para entenderse directamente con las de provincias.» El Sr. Pacheco presentó una enmienda pidiendo que la comision central ele defensa se constituya sobre la base de la comision permanente de la flloxera, bajo la presidencia del clireclor general de AgriculLura, y completada con representantes de los centros científlcos y de las pro-

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vincias viLícolas; elegidos éon arreglo al plan ú que obedece la eonstitucion ele este Congreso. Las comisiones de provincia se formarán de nueye individuos: el gobernador, presidente; tres viticultores elegidos por los de la proYincia, el ingeniero agronóG·. o ele la provincia, los profesores ele Historia Natural y Agricultura, un diputado proYincial y un \'Ocal ele la ,Junta ele Agricu!Lura. A propuesta del señor presidente, se acordó que al redactarse la ley se tuvieran en cuenta ambos peocedimientos. Clleslion cluoclécima: «¿Qué n1edios indirectos debe emplear el Gobierno para propagar los conocimientos que tiendan á ilu·s trar al viticultor, en cuanto se refiere á la extincion ele la plaga? » Respue ta del dictámen: «Enviar ú. }Iontpellier los ingenieros agronómos, secretarios de las juntas de Agricultura ele las pro,·incias ele Barcelona, Gerona y Tarragona para que estudien allí la filoxera y los m~dios de combaLirla, en las campiñas, en la Eticuela de Ageicultura y en el campo de prácticas, costeando el Gobierno los gastos de esta expedicion, ¡jara laque basta un mes, y obligando á dichos funcionarios á dar cuenta por escrito de sus observauioncs. Análoga expedicion y en iguales términos deberá disponerse á la cuenca del Duero, en Portugal, donde existe el foco de infeccion del veuino reino, comisionando al efecto á los ingenieros agrónomos, secretarios de Ao-ricultura de Orense, Zamora y Salamanca. >) Abrirse por el Gobierno un concurso paea pecrni?J-' la mejor cartilla de viticultura peáctiea que se presente y en q ne se ponga al alcance de los labriegos y personas del campo cuantas noticias sean conducentes á adquirir un conocimiento suficiente áe la flloxera y de los medios de combatirla. »Publicacion por el Gobierno de todos los estudios, informes y memoria que ha mandado redactar. )) Abrir en todos los periódicos oficiales de Ag1·icultura una seccion destinada á la filoxera. »Publicacion de todas las medidas que, referentes ¡L la filoxera, se hayan tomado 6 se tomen, heuha pol' medio de bandos y pregones en tocias las poblaciones del reipo. >) Publicacion en la Gaceta y Boletines oficiales de las provincias, no sólo de todas las disposiciones referentes a la filoxera, sino ele tocias las noticias é in trucciones á ella referen les. >)Disponer que en la Escuela superior de Agricultura y en todas ·las cátedras de Agricultura de los institutos provinciales de segunda ense-


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ñanza se· den en cada curso lecciones especiales sobre la filoxera incluyéndolas en los programas. »Jmpresion de- las actas del actual Congreso filoxérico, y circulacion de las mismas entre la prensa, corporaciones oficiales y personas interesadas. »Disponer que todos los años algunas de las conferencias agrícolas dominicales que tienen lugar en Madrid y en las capitales de provincia, versen sobre la filoxera. »

importancia del Congreso filoxérico; pues si bien posteriormente á la sesion en que se trataron los puntos indicados, se han reunido otros. dos, sólo tuvieron por fin retocar y aclarar algunas de las materias tratadas. En los debates terciaron varias notabilidades científicas, cuyos nombres y doctrinas quisiéramos dejar aquí consignados; mas la abundancia de original, y el haber de publicar asuntos qúe exijan grabados, para cumplir el solemCuestion décimaleneTa: «Será conne compromiso que veniente el establecicon nuestros lectores miento de semilleros contrajimos, nos vedan realizar nuestro de castas de vides americanas resisten noble deseo. tes á la filoxera, con En la última seobjeto de repoblar sion hizo uso de la. nuestros viñedos si palabra el señor mifuesen destruidos conistro de Fomento, mo los de otros paípronunciando un ses?» breve discurso , en el El dictámen resuelcual, despues de dar ve esta cuestion afirgracias á los indivimativamente. duos que forman el Cuestion décima Congreso por la actividad é inteligencia cuaTla: «Para asegude que han d¡iclo rar el exacto cumplimiento de la ley conmuestras,afirmó que se sostendría ante el tea la filoxera, ¿es con veh iente estable Consejo de miniscer una sancion petros, y dcspues ante nal? ¿En qué forma? ,, las Oór1.cs, las opiEl dictámen de la: niones tl ue han precomision aconseja valecido en aquél, que en todo lo posiprocurando que los ble se apliquen las Cuerpos Colegisladisposiciones generadores voten la ley les vigentes. que va á presentarse C-uestion déci1naú su delibera.cion únde la LibcrtaC: iluminamlo el mundo, destinada quinta: «Para aten- Fig. !.-Estatua tes de que termine el i1 servir de faro en la rada de Nueva-York. der á los gastos neceactual período legissarios que origine el lativo . planteamiento de la presente ley, ¿qué cantidad Manifestó el señor ministro que ántes de ahose conceptúa indispensable que voten las Córtes ra había sido opuesto a l establecimiento de la. del reino?» zona de incomunicacion; pero que sostendría la El dietámen propone 500.000 pesetas. Fué necesidad de establecerla, defiriendo al acuerdo aprobado despues de una ligera discusion . del Congreso. Se acordó nombrar dos comisione,s, un a de Indicó que quizá las exi~encias del procedicorreccion de estilo y otra para que redacte el miento adminietrativo podrían aconsejar que se proyecLo de ley con arreglo á las bases votadas. alterasen algunos pormenores de la ley, y que Puede decirse que aquí termina la verdadera la situacion del Tesoro impondría tambien la


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necesidad de apélar á un tributo análogo al que ' congregados. Este objeto había de ser la estael proyecto establece (de 1 real por hectarea de tua, única en su especie, de La Libertad iluviñedo) para sufragar los gastos de estableci- minando al m.undo. Lo natural era que siendo ambos pueblos uni. miento de la zona de incomunicacion. Repitió, dos los cp¡e realizaron la empresa gloriosísima á nombre del Gobierno, las más expresivas manifestaciones de su gratitud para con el Con- de la libertad, luchando para este objeto en los campos de batalla, tambien ambos pueblos greso, y declaró terminadas sus sesiones. contribuyeran con igualdad de p·a rtes á la cons~truccion del gigantesco monumento. Así se conESTATUA DE LA LIBERTAD. vino, y luego quedó nombrado un comité con amplias facultades, tanto pé!ra recaudar lo neParécenos llegado el momento oportuno de cesario como para estudiar el lugar de la ereccion, entrando en él ilustres perpublicar algunos detalles sobre franceses y americanos, sonajes maravilla el colosal monumento la fama é influencia de con que de la industria y obra de arte aseguraron á la.emnombres sus perfe.ctísima que con el nombre de todas las proteccion la presa de estatua de LA LIBERTAD ILUMIel nuevo coen así que personas NANDO AL MUNDO se está construde~ continente antiguo el en mo yendo en Paris y pronto será exlos representen vivamente sean puesta á la admiracion de todo el con gloriosos hechos sus pueblos mundo en el campo de :Marte, monumentos imperecederos, papara más tarde remitirla á Nuevara que las generaciones futuras York, en cuya rada será colocada aprendan en ellos el heroísmo y para que sirva de faro. la abnegacion. Hace algunos años que varios No se perdonó inedio alguno franceses amantes de su país y cuantos pudieran contribuir de admiradores entusiastas de las feliz de la empresa, y éxito al grnndezas de los Estados-Unidos , todo se encontraba ya cuando nacion para ellos tanto más simel comité darse resolvió provisto,. pátiQa cuanto que casi puede llade la simedio por conocer á marse hija de Francia por la muproclama: guiente cha sangre que esta nacion der«Próximo ya el primer cente• ramó por eximirla del yugo inde la independencia de nario glés y hacer que su independen~loriosa república, . y nuestra cia fuese un hecho; propusieron fecha memorable paesta siendo con ocasion del Centenario de el más grato recuer• nosotros ra dicha independencia, '1876, á vauna de las páFrancia para y do rios amigos norte-americanos la hacen á su honor más que ginas conveniencia de que ambos pueella una en ver creemos historia, blos, que tan excelentes manifes- Fig. 2.-Vi la de las escaleras inesta que para solemne ocasion teriores de la estatua de la Libertaciones de union dieron en los tad.-.-\. Escalera en espiral conspaaunen se nuestra la y nacion dias de prueba y necesidad, hatruida dentro de una columna.manifestacion. comun una ra Il . Escalera para subirá la cabe• gan alguna declaracion pública y za de la estatua.-CD. Escalera » Se trata de levantar en mesolemne de que en el dia, y en para subir al balco n circular consdel glorioso aniversario un moria truido alrededor de la antorcha. tiempos ya de tranquilidad y reexcepcional. En memonumento poso, y á tl'aves del curso de tantos años, vive vigoroso y lozano su antiguo dio de la rada de Nueva-York, sobre uno de los islotes pertenecientes á la Union de los Estados, . afecto y fraternal union. La idea de ediflcat' un monumento que para frente de Long-Island, donde se vertieron las siempre consagrase fecha tan gloriosa, se pre- primeras gotas de sangre por la causa de la lisentó luego al entendimiento de los congrega- bertad, se levantará una estatua colosal, que. dos, idea que todos convinieron fuese represen- . surgiendo de entre las olas y representando la tada por un objeto que en lo grande y colosal libertad iluminando al mundo, de dia ocupará dijese bien á las claras la inspiracion sublime el centro del horizonte en que se presentan las tI ue en el momento de la reunion abrigaron los · · magníficas ciudades de rueva-York, Jersey,


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«Algunos productos son fenomeuales. He nsto alCity y Beooklyn, y de noche ilumin a rá con la como hue1-os; avellana como nueces; nuece~ mendras brillante aureola que luce en su frente los navíos bazas y castañas que en dulce valdrían cinco• cala como que de todo el universo concurren á nuestro pieza. Como Santo Tomrís, he querido tocar la francos puerto. objetos para c01weucerme de qne eran verestos todos »Los gastos de la ejecucion del monumento daderos. Los geógrafos no . aben dónde se encuentra serán comunes, como comunes fueron los trabala tierra de Chanaam; pues yo se Jo diré: se halla enjos que la obra gloriosa de la independencia oca- tre los Pirineos~, el estrecho de Gibraltar." sionara.» 'f + E ta proclama produjo el an h elado fruto y la Rocas pintadas de NuevaZelanda.-En la cereslaLua encargada al reconocido talento del escanías del W elka Pass, en N neva Z elanda, se han destatuario Bartholdi, á quien se debe la g loria ele cubier(o algunas pintura en las rocas harto interesanhaber sabido concretar la idea vaga y general te~. Pertenecen á tres di tintos períodos. Primero de clel comité, se encuentra ya terminada. Demos todJlS algunas en rojo, ya casi borradas. Encima de espara concluir una ligera descripcion. Está de tas l1ay otras en rojo tambien, y sobre esas algunas mAs pié: el brazo derecho levantado en ademan de antiguas en negro; todas anteriores á ]a llegada allí de grande energía sostiene majestuosamente en la los maoris, cuyo arte es de naturaleza enteramente dimano una an torcha 6 faro Iumino so; el izquier- ferente. Segun un jefe de ello , que es la autoridad medo ap licado a l cuerpo con el antebrazo inclina- jor Yiviente, cliclrns_pintura pertenecen .í los Ngapn li , do h ácia a del a nte paea coger en s u mano entrea- los más antiguos habitantes de Nueva Zelanda de que baya noticia . Las figuras son grande .. , numero~as, y bierLa un:,s planchas en que está grabada la Deestán entrcl(lzadas, y representan séres humanos, claracion de Independe ncia. Cubre la estatua monstruo,; marinos. n,es. cuaclnípcclos y nrmas. desde la espalda hasta los piés una túnica de an* 'f 'f chos plieg ues oculta en parte bajo el a ntig uo Ensefíanza del arte culinario.- El comité escolar pepluns 6 manto ; y en la cabeza lleva la diadeLóndres ha acordado dotar á Yeintiuua escuelas de de ma de que ya hemos h abl ado. de una clase especial donde se enseñen los eleniñas El metal dé la consteuccion cuyas placas se mentos del arte culin ario. La profesora de cocina pcrhallan sujetas á un esqueleto de b arras de hiercibir:í un sueldo anual de 1.500 francos. ro es de cobre batido , su a ltura 3J metros y la del ' 'f *'f pedestal 25. La estabilidad de la estatua se halla scbre las líneas férambulantes Velocíperlos s uficientemente garanlida mediante un a combiuno de los constructoqne aiíos algunos reas.-Hace nacion inge niosa que hará soporte la estatua con á las compañías de ofreció Pari ele ,elocipeclos de res gra n facilidad cualquier accidente, no obstante ele estos vehículos establecimiento al hierro de caminos s u elevacion y los rudos y continuos asaltos con que debían marchar sobre los rail s para prestar servique los vie ntos y el mar la habrá n de combatir. cios de vía, visita de telégrafos, el pago á los guardaLos monumentos como éste se hallan de or- barreras y la clistribucion de carta y paquetes. dinario rellenos todo alrededor de s u parle hueUna sociedad americana acab¡i, de ensayar un ,eloca intedor por obras sólidas de albañilería fuer- cípcdo de tres ruedas; dos de ellas se colocan sobre un tementeaclheridas á laen volturaexterior. l\I. Dar- raíl y la tercera mantiene el equili brio apoyñndose sobre el otro. La velociclacl obtenida lia excedido :i Yeces tholdi y el ingeniero encargado de la confeccion 45 kilómetros por l1ora. De este modo se consigue un á y ereccion del monumento han tenido por más de transporte mu~- fücil, cómodo .Y nípido sobre medio aceptable la consteuccion de ~n siste ma de:tabisu utilidad es tanto mayor cuanto ménos freYía; la ques interiores que elevándose poco á poco hasta cuentada es la línea y atraviesa países mflnos poblados. las caderas y rellenos de arena sustituirán con * ventaja las ob1·as de albañilería; pues en las dePiedra litográfica en .Taen.-Hemos recibido nomas obras si algun percance acontece, no hay de ,J aen, segun las cuales en el cerro de San Cristicias ml:ls remedio que demoler; en tanto que hacie naquel término se ha descubierto una gran cande tóbal do uso de los tabiques, bastará abrir un a chapa aplicable :i la litografía, que excede e11 piedra. ele tera que á cada cual aco mpaña por dentro en s u par~í la ünica en su clase conocida c11 condiciones buenas te inferior, para que por su propio peso salga al Alemania. punto toda la arena. 'f *'f Destruccion de las hormigas nocivas.-La desMISCELANEA . . iruccion ele las hormigas, qne tanto dañan á las plantas, se consigue ele un modo fácil y al alcance de toda Exposicion Universal en Paris.-Refiriéndose á el mundo. l il seccio~ española, dico un periódico parisien: Bas-ta colocar sobre la tierra ó sobre el césped iuva-


LA NATURALEZA dido por las hormigas, uno ó varios tiestos de flore , vacíos se supone, y boca abajo. Todo el hormiguero viene á agrnparse dentro, y entónces no hay que hacer más que echar agua hirviendo sobre el monton y las hormigas quedan muertas. Esta operacion se xepite cuantas veces y en cuantas partes molesten dichos insectos.

. *. Talla de diamantes.-A propósito de la Exposicion de I'aris, dice un corresponsal que la m11s interesante .de todas las exhibiciones es la ele la talla de diamantes. Está in ·talada con especial cuidado en un vasto pabellon, y las máquinas no cesan ele funcionar. on dignas ele aclmirncion la precision, las precauciones que exige tan delicada operacion, así como tambien las sucesivas operaciones por que debe pasar el pedernal para convertirse en la hermosa piedra cuyas facetas descomponen la luz en cambiantes delicados. No ménos éxito alcanza la fábrica ele cachemiras ele 1~ Inclia. En ella se ven indígenas auténticos trabajando con áfan en la confeccion de tan ricas telas, in dejarse distraer por el ruido de la multitud. Todas estas inclustrias y otras que sería prolijo enumerar hacen en la Exposicion, más que un lngar de recreo, 1111 centro ele instruccion y utilidad.

....* Pronto envejecimiento del vino.- 'egnn dice un periódico del Mediodía de Francia, se ha inventado un procedimiento para apresurar el envejecimiento del vino,el cual consiste en enterrar las botellas en cok pulverizado colocándolo encima ele cada hilada. Al cabo de un año de permanecer las botellas aisladas entre sí, supone el in,entor del sistema que el vino ha envejecido diez años, adquiriendo las cualidades y condiciones propias de dicha edad. *

....

Ballenas de los aquariums de Brighton,-Los

periódicos ingleses cuentan que acaban de ser desembarcadas en Liverpool, de un vapor de Canadá, tres ballenas vivas. Estos enormes cetáceo , destinados á los aquaritmis ele Brighton, Mauchester y Blackpool, han siclo capturados en la costa del Labrador, y trasladados á bordo del vapor en inmensas cajas llenas de algas y provistas de agujeros para que pncliera penetrar por ellos el aire. Apénas desembarcadas, fueron expedidas á su destino como simple mercancía por el ferro-carril.

CRECIDAS DE LOS LAGOS Y TEMBLORES DE 1'IERRA.

Al terminar los arLículos que M. Max Hélene ha dedicado á las crecidas de los lagos en los números de nuestra Revista, hicimos alusion á

la circunstancia de que el temblor de tierra de

8 de OcLubre de 1877 no produjo especie alg una de oscilacion, conocida al ménos, en los trazados ele los limnímetrns indicadores de i\lorges y Leduron en el lago Leman, sobre lo cual nos vamos ú permitir llamar de nuevo la atencion _d e nuestros lectores, por concurrir en el hecho mucho de interesante y curioso . Como ha dicho M. Max Héleue con bastan te acierto, las subidas de los lagos son movimientos de balaneeo del agua que oscila en los gigantescos depósitos de los lagos, con el mismo movimiento de ritmo regular que le vemos tomar en una cubeta ó bañera. ¿Cuál es la causa de este movimiento? A nuestro juicio no existen más que dos: el choque comunicado directamente al agua misma, ó el comunicado primero á las paredes del recepll:1culo y luégo al agua. 1. 0 Un sacudimiento comunicado directamente al agua del lago, es la causa más frecuente de las elevaciones. Siempre que un tiempo borrascoso amenaza romper el el1uilibrio de la atmósfera, vemos resultan muy fuertes las subidas de los lagos que eran nulas ó casi nulas cuando el tiempo estaba en calma, y si una borrasca repentina se presenta en los valles contiguos á los lagos con indicadores, demuestran que las subidas de los lagos empiezan súbitamente en el instante mismo que empieza la borrasca. Para dar un cjemj_Jlo de este heeho, ponemos aquí la curva que el indicador de Morges trazó en el momento do invadir los valles que abocan al lago de Ginebra una violenta borrasca producida por el viento Oeste el dia 25 de Agosto de H\77 á las ocho de la tarde: el lago, ántes en calma, se puso instantáneamente en movimiente á las ocho en p·unto (véase la curva, veinte horas), y,Ias enoemes subidas transversales de 125 n)ilÍmetros de amplitud y 10 minutos de d.uracion, prueban el violento desórdcn que laborrasca produjo en el estado d.e equilibrio del agua. 2. 0 Un choque ocasionado en las paredes del receptáculo, puede poner el agua en movimiento y determinar una primera oleada que será seguida de oscilaciones sucesivas. Esto es lo que muestra la experiencia diaria del agua en una cubeta, y la historia de los temblores de tierra. No recordaremos á este propósito más que las enormes elevaciones del mar, que despues de haber asolado áArica (13 Agosto 1868 ), ó Iquico (9 i\Iayo 1877), han atravesado el Océano Pacífico bajo la forma de oleadas de transmi ion gigantesca y han ido á desolar las islas Sandwich, y á presentarse ante el mareógrafo de


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Sydney en Australia. Tambien recordaremos el gr::>.n movimiento del mar en los temblores de tierra del Callao (1586), de Puerto-Real (Jamaica, 1692), de Merina (1783 ), etc. Todos estos efectos de los temblores de tierra han tenido su resultante natural en los lagos interiores. No citaré como ejemplo más que el temblor de 1755 (conocido bajo el nombre ·de temblor de tierra de Lisboa), que fué observado en Suiza y Alemania por los movimientos comunicados al agua de los lagos. Por consiguiente, la teoría y la práctica concuerdan para mostrarnos que los temblores de tierra pueden ocasionar un movimiento en las aguas; pero de -otea parte , los hechos observados en el lago de Ginebra no responden hasta el presente á estos datos. Desde que se estableció en i\Iorges el limní-

metro indicador {Marzo 1876), seis temblores de tierra se han notado en Suiza en un radio de 60 kilómetros alrededor del punto indicado; todos ellos se han sentido en Morges los días 7 de l\Iayo y 29 de Noviembee de 1876, y el 8 de Octubre del 77, en que se presentaron dos ó tres sacudidas. Pues bien, ninguno de estos choques se han dibujado en el indicador, y tampoco han alterado el ritmo de las subidas establecidas anteriormente, ni áun han mostrado sobre el trazado la más pequeña atraccion que pudiera hacer ver el menor movimiento del agua. Lo mismo sucedió en el limnímetro de Secheron • (Ginebra) durante el temblor de tierra del 8 de Octubre, tan grande, que de ninguno quedarit en el país recuerdo más duradero. En tanto, los aparatos no dejan nada que de• sear en punto á sensibilidad, como lo prueban

1 C1·ecidas del lago de Ginebra observadas en Morges el 'H y 22 de Agosto de 1877. (Reduccion h,)

los hechos siguientes: cuando el lago está en calma, el limnímetro acusa los movimientos vibratorios determinados por el paso de un vapot' que corta la S:tboya á 15 kilómetrns de distancia de Morges: tambien señala durante dos ó tres horas las vibraciones ocasionadas por un vapor que ha parado delante del observatorio. ¿Cómo explicarse estos hechos en apariencia contradictorios ? En unas ocasiones vemos las mayores perturbaciones del mar producidas por temblores de tierra, y en otras permanecen tranquilas las aguas de inmensos lagos en presencia de terremotos tan fuertes que en la mayor parte de las poblaciones cercanas todos se despertaron y saltaron de sus lechos despavoridos. No encontramos para explicar este fenómeno más medio que suponer no se comunican al agua todos los choques de la tierra, y que no bastan cualesquier sacudidas para que la mar forme las elevadas olas de los terremotos, sino

que además se necesitan determinadas condi• ciones de intensidad, direccion y ritmo. No basta imprimir cualquier sacudida á una cubeta parn que resulte movimiento de balanceo, esto es claro; pues lo mismo se debe presumir pasa ·en los lagos, donde no bastará cual• quier movimiento para que resulten las crecidas. Nada más conveniente para aclarar este punto que la observacion de los efectos que en los lagos de diversas partes del mundo producen los terremotos; la cuestion se reduciría á examinar si á toda sacudida del suelo corresponde en el mar y en los lagos uno de esos terribles avan• ces del mar, tan célebres en la historia, ó si se dan casos que prueben efectivamente lo contrario. PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS.

l\IADRID,-Tipogl'af la Estereotipia PEROJO,


Num. 33.-13 Julio 1878.

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venlor es i\Ir. Hughes, conocido ya en el mundo científico por su descubrimiento del aparato telegráfico que reproduce los partes en caract.éLa ciencia acústica, no sólo ha entrado en el res de imprenta. camino del progreso, sino que marcha por él Lo propio y característico del teléfono de con acelerados pasos, debiéndose tan prodigio- Mr. Bell , es además de la identidad del aparato sos resultados á la aplicacion de la física á la de transmision y recepcion, la absoluta carencia fisiolog ía. De hoy en adelante poclrá nuestro de electricidad procedente de las pilas, cuyos oído percibir el ruido más débil. Despues de efectos están sustituidos por las reacciones magla invencion del teléfono y el fonógrafo, le ha néticas que resultan ·de las vibraciones del diallegado el turno al~micr:ófono, ingeniosa modi- 1 fragma, ! ficaci on del primero de estos aparatos. Su inMr. Edison, á quien su fonógrafo ha propor-

EL MICRÓFONO.

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Fig. 3 Fig. t.

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Fig. 2.

Fig. 4.

cionado tan merecida fa!'lla, es tambien autor de un teléfono en que el aparato de transmision y recepcion son distintos; . y dejando á un lado el segundo, nos ocuparemos del primero por ser en realidad el precursor del micró ~ono. Nada más sencillo que el aparato de transmision de fr. Edison, constando únicamente de un lápiz de plombagina ence1·rado en su estuche metálico y colocado detras de una placa contra la cual se habla: así la placa como el lápiz están atravesadas por una corriente que pasa despues á la línea telegráfica. Al articular los sonidos ante la placa, prodúoense en ésta vibeaciones más ó mónos intensas,

que causando distintas presiones sobre la plom• bagina, y dan por resultado final los cambios de intensidad y las modulaciones que han de reproducir en el receptor la voz del que las produce. Hemos hecho estas advertencias por creerías precisas para la mejor inteligencia del aparato. Mr. Hughes ha generalizado el principio de Edison , haciendo extensibles los experimentos de su predecesor á mayor número de materias, hasta que por fin ha encontrado una aplioacion natural, sí, pero original suya para la amplifi• cacion de los sonidos. Digamos algo sobre los hechos co.ncretos que hicieron pensase Hughes

2.

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S6)!1lSTnll,

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en su aparato. Habiendo advertido que ciertas sustancias conductoras no homogéneas, colocadas en el circuito de una pila, pueden transformar las vibraciones sonoras en corrientes de electricidad ondulatorias, se cercioró en virtud del exámen más concienzudo que dichas corrientes no sólo transmiten á un teléfono distante notas de música y toda especie de lenguaje articulado, sino que convierten el teléfono en el más sensible instrumento, capaz de reproducir con toda claridad cualesquier sonidos por imperceptibles que sean en su origen. Este descubrimiento abre un campo inmenso á la investigacion científica, poniendo en manos del físico un excelent_e revelador de aquellos sonidos y vibraciones mecánicas que por su debilidad-hacían ni se sospechara siquiera su existencia. En su virtud podrán en adelante construirse instrumentos tan benéficos para el oido como los lentes y microscopios lo son para la vista. Esta será su aplicacion principal, pero además es muy digna de tenerse en cuenta la mejora que proporciona al aparaLo de transmision del teléfono Bell, cuyas indicaciones son doblemente claras y perceptibles con la modificacion de Hughes. Encanta y admira sobremanera la primitiva sencillez del aparato. Con unos clavos, varios trozos de carbon, un tubo que contenga limaduras metálicas, un poco de lacre y varias piezas de madera, se puede en pocos instantes armar un aparato telefónico de transmision: el de recepcion es el mismo de Bell, tal como salió de manos de su autor. Digamos algo del órden con que en sus experimentos procedió Mr. Hughes. El primer hecho por el sabio observado fué el golpe seco que en el receptor· correspondiente se hace sentir siempre que de repente se corta el alambre que transmite la corriente de una pila; golpe que se convierte en principio de murmullo, en rechinamiento, cuando en vez de romperse el alambre se le somete á una tension continua: el rechinamiento es producitlo por las fibras metálicas, que cediendo á la tension se deslizan unas sobre otras y originan u_na variacion en la resistencia eléctrica. La figura 1 representa aquel de entre los experimentos del profesor Hughes, que da una explicicion satisfactoria del hecho. La pieza A es un tubo de cristal lleno de una mezcla metálica de estaño y zinc, ligeramente comprimida por dos tapones de carbon introducidos en las extremidades del tubo, sujetos á ellos por capas de lacre, y en cuyas puntas están sujetos

dos alambres formando ci1·cuito con una pila B y el galvanómetro C. Tomando por sus dos extremidades el tubo, y sometiéndolo á un esf:1erzo de tension, nótase en la aguja del galvanómetro c,erta de:iviacion en un sentido fijo y determinado, desviacion e¡ ue instantáneamente se veriGca en sentido contrario, si en vez de estirarlas se comprimen entre sí ambas extremidades de manera que el tubo experimente un efecto contrario al producido en la operacion anterior. El contrario resultado que en la aguja aparece se explica considerando que en el primer caso las partículas metálicas comprendidas en el tubo, por efecto de la clilatacion de éste, distaban más entre sí que en segundo caso· en que la compresion las aproximaba y j untaJJa, con cuyas variaciones de distancia se modificaba la resistencia del ciecuito y en consecuencia la intensidad ele la corri~nte, menor en el primero que en el segundo caso. otros de falta á sería, experimento Este solo mayores, una prueba evidentísima de la maravillosa sensibilidad del teléfono como indicador ele las más insignificantes variaciones de fuerza eléctrica, porque de suyo parece imposible concebir que de la tension que los dedos comuniquen á un tubo ele tres pulgadas resulte aumento ele longitud en los mismos; pero aún es mayor la conductibilidad del tubo, pues fuera de lo dicho tiene la propiedad de recoger las vibraciones sonoras, y sometiéndose él mismo á sufrir el efecto que las tales producen, transmitirlo por medio de un hilo eléctrico á un teléfono distante, que agitado por las corrientes ondulatorias recibidas reproduce todos los sonidos que fueron causa de las corrientes. Colocando uno de dichos tubos sobre una caja sonora, como indica la fig. 2, ha compuesto Mr. Hughes el más sencillo de todos los teléfonos eléctricos que reproducen sonidos articulados; consiste el instrumento en la caja sobredicha, abierta por uno d~ sus lados, que le sirve ele embocadura , sobre la cual se apoya un tubo como los descl'itos, provisto en sus puntas de alambres que, despues de admitir en su circuito la corriente de tres pequeños elementos de Daniell, terminan en el receptor del teléfono. Si el tubo se sustituye con un canuto car• honizado del árbol llamado bonetero, desaparece por completo toda presencia de electricidad en el teléfono, por la gran: resistencia que el carbon referido opone al tránsito ele las corrientes; pero si se le calienta hasta la incandescencia, y en seguida se le sumerge en un baño de mercurio, se impregna en esta sustancia, em-


LA NATURALEZA bebiendo varias partículas suyas, y adquiere la conductibi lidad de que ántes carecía. Experim entando con varias sustancias, míster Hughes ha logrado demostrar que el conductor, sea cual ·fuese su naturaleza, no debe ser homogéneo á fin de que el aumento ó disminucion de la presion, a l producir una reLrnion más 6 ménos perfecta de las pai-tícu las conuuctoras, pueda variará su vez la fue1·za de la corriente transmitida, imprimiéndole un carácter ondulatorio. Surten el mismo efecto que las sustancias an teriormente mencionadas conductores metálicos que contengan gran número de junturas parecidas á las que ofrecen las cadenillas de alambre. Pel'O la forma más sencilla es la que se ve en la fi g ura 3, segun la cual dos clavos A están fijos ú una plancheta horizontal á distancia de un milímetro, llevando cada uno de ellos su alamb1·e correspondiente en comunicacion con la pila By un teléfono de manera que la única interrupcion del circuito la compone el intervalo 6 separacion de los clavos. Si á traves de ambos clavos se co loca otro tercero que los corte, como quiera que un cilindro cuyo eje no es paralelo al de otro, no le puede tocar más que en un punto, la corriente en los puntos de contacto de los clavos no puede ménos de ser muy imperfecta; y sin embargo :i esta comunicacion defectuosa se debe la exquiita y extraordinaria sensibilidad del mecanismo. Al que no lo haya presenciado le parecerá esta narracion increíble, pero es un hecho que todos pueden constatar la obtencion de un teléfono, perfecto y acabado reproductor de los sonidos articulados mediante la sencilla disposicion que acabamo_s de exponer. Cualquier palabra que se pronuncie, cualquier canto que se entone sobre el tercer clavo suelto y libre de suerte que pueda saltar sobre los otros al són de las articulacio nes y notas que le son confiadas, se transmiten instántaneamente al instrumento de recepcion sito en la extremidad opuesta de la línea con una claridad y energía maravillosas. Si en vez de clavos se hace uso de varillas de lápizplomo, con cuya sustancia se forman los crisoles refractarios, el efecto es mucho mayor , por lo cual propone Mr. Hughes á los constructores de postes para telégrafos y de relojes elécteicos que en caso de ser ligeros los contactos prefieran á toda otra sustancia el carbon, por establecer las comunicaciones eléctricas doblemente mejor que los conductores metálicos. Para probar la influencia de la presion sobre las sustancias sometidas á prueba, sirvióse Me. Hughes de un fuelle representado en la fl g. 4. A es . un travesaño de laton que gira sobre el soporte

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fijo que ll eva una plancheta. La sustancia que se va á probar, se coloca entre dos mandíbulas en D, no siendo preciso para el aumento 6 disn;inucion de la presio n que ha de sufrir más que la adicion de pequeños pesos en uno ó en otro lado del eje del travesaño A. La ba rra i::e halla unida á la pila B, y la mandíbula inferior al te léfono y á la pila · por los alam brP-s X é Y. En todos estos experimentos se ha vali do el profesor Hug hes, para producir el sonido de un despertador que por la mayor ó menor in lensidad con que hace se reproduzca en el teléfono recepto1· su t-iu 6 rechino segun las distancias, ha demostrado la influ encia de las presiones . Así es como se han podido analizar polvos, diversas susta ncias y materias, entre ellas pequeños trozos de cadenillas amontonadas entre las mandíbulas; las cuales sustancias componen á cierta presion un teléfono apto para reproducir eücacísimamente todas las articulaciones, descollando más que ninguna, por la gran perfeccion con que transmite los r uidos del despertador, el polvo de óxido negro de hierro, adherido entre s í por medio-de go ma. Hemos llegado desarrollando el plan que en este artículo nos propusimos, á hablar, siquiera sea poco, del aparato más sensible hasta el dia publicado por ~Ir. Hughes, fruto de no pocos estudios y meditaciones. Consiste el aparato representado en la fi g. 5, en un lápiz de plombagin?, A, parecido al que se usa en la lámpara eléc ·f rica, terminado en punta en sus dos extremidades y ligeramente sostenido en posicion verti cal, como indica la fig. 6, gracias á dos huecos abiertos en la superficie. de dos piezas de carbon OC' fijas á una débil tabla que sostiene la plataforma sólida D. Las piezas OC' comunican con la pila y con el alambre de linea que conduce al teléfono mediante los alambres X é Y (flg. 6). Este maravilloso aparato, cuyo bosquejo incompleto presentamos, porque al <_libujo no le es dado representar aquella sencillez propi;:t de las concepciones de los geandes ingenios, es el instrnmento más delicado que actualmente posee la física. ro sólo se perciben en él la~ no• tas musicales y las palabras, sino que además puede revelar y convertir en ruidos sonoros las vibraciones más insignificantes. El golpe más ligeeo, el menor contacto entre un cuerpo cual-. quiera y la plataforma, basta para producir en el teléfono un estrepitoso rechino. Aun con sólo pasar un pincel á lo largo de la plataforma res ulta en el micrófono un estremecimiento que espanta, y lo que es aún más extraordinario y singul_a r, el hecho sólo de pasearse por la pla-


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taforma una mosca ó insecto prnduce sonidos tan claros y propios, que áun á distancia de muchos kilómetros podrá una persona cerciorarse por medio del micrófono de que lo escuchado en el aparato es el ruido producido por una mosca que corre de acá para allá. ~

EFECTOS DE LA MÁQUINA REOSTÁTICA. Los efectos producidos por la máquina que en el núm. 7 del semestre anterior, pág. 108, llamamos reostática, tienen gran conexion con los de las máquinas

eléctricas y bobinas de induccion; existen sin embargo entre ambos caractéres particulares que conviene señalar. Para su estudio conviene usar de máquinas compuestas de 10, 30, 40 y 50 condensadores de láminas de mica. Empleando en un principio una de 10 condensadores, cargada por la batería secundaria de 800 pases, anteriormente descrita, obtiénese con la velocidad vueltas por segundo.una serie de chispas brillantes de 13 á 14 milímetros de longitud bastante inmediatas unas á otras para poder formar un trazado de fuego continuo, acompañado de idéntico ruido que el de las chispas de una bobina de induccion, provista ele la botella de Leyden.

Fig. 5.-Audi.:ion á distancia del ruido muy amplificado producido por el roce de las patas ele insectos.

Cuando la máquina gira con rapidez, la chispa toma una forma casi constante, variable con la posicion de las dos ramas del excitador, y consistente, cuando el ángulo comprendido entre los arcos es muy obtuso, en un trazo luminoso que, partiendo en ünea recta á continuacion de la rama que recibe la electricidad positiva, se eleva notablemente debajo de la punta negativa, para luégo bajar y juntarse con ella por medio de un gancho formado por numei·osas sinuosidades (fig. 1). Pero si el disco gh-a con lentitud y de tnodo qtte la. chispa no estalla sino con intermitencias, la luz deja de segtúr el camino recto para afectar sinuosidades irreg1tlares y numerosas, las cuales, en máquinas de 30 y 40 condensadores, llegan á producir chispas de 30 y 40 centímetros, aparezcan ya encima ya debajo de la linea recta que une los dos extremos del excitador (fig. 2). El mismo fenómeno se presenta en la cresl,a que fortna la Jnáqnina al aumentar en¡ • ,2 milímetros la dis-

tanda de las puntas. Del polo positivo se lanza un chorro luminoso cónico, que recorriendo los ¼ poco más ó ménos de la distancia al polo negativo, se encorva de nuevo hácia la pequeña cresta formada alrededor de la punta negativa (fig. 2). Esta cresta presenta un pedúnculo terminado en gavilla luminosa de forma ovalada más ó ménos ramificada, como la de las máquinas eléctricas (fig. 1), cuando para el experimento se usa de máquinas reostáticas que dan chis• pas de 4 y 5 cehtímetrns. La forma de estas cbíspas y de estas crestas, bas• tante más clara y acnbada que la de las bobinas dé ihduccion, proviene sin duda de que el aparato suministra siempre un flujo eléctrico -de direccion constante, lo cual nos inclinamos á creer por la · facilidad con que puede medirse y compararse con la de las máquinas eléctricas la tension de la corriente por medio del electrómetro de Thonsom. La longit,ud de las chispas crece, segun todas las apariencias, en proporcion del número ele con\iensado-


LA NATURALEZA res; mas esta ley no puede establecerse de un modo riguroso por causa del desigual espesor de las láminas aisladoras y de los varios efectos que de esto resultan. La luz de estas máquinas producida en el vacío es más viva que la de las eléctricas, efecto sin duda de la gran cantidad de electricidad puesta en juego; y áun en algunas ocasiones, cuando es muy rápido el movimiento de rotacion, iguala en viveza y continuidad á la, que producen las bobinas de induccion. Los tubos más resistentes de Geissler y los de Edmundo Becquerel, rellenos de sustancias fosforescentes, se iluminan con luz brillantísima, con la particularidad, sin embargo, de no presentar estratificaciones áun en los casos en que las bobinas de Ruhmkorfflas originan más distintas y visibles. Tambien desaparece por completo con esta luz la vaina luminosa azul que rodea con las otras el polo negativo, lo cual hace no exista en todo el interior de los tubos más luz que la purpúrea, como sucede cuando á la bobina de induccion se agrega una botella de Leyden. Este fenómeno es hijo del exceso

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daría de 800 pares: este motivo ha impulsado á su autor á estudiar los medios para que la máquina funcione sin tan considerable manantial eléctl'Íco, objeto que ha conseguido aumentando el número de los conden-sadores y disminuyendo lo más posible el espesor de las láminas aisladoras. Con uua máquina ele 50 condensadores de láminas de mica delgadas, sujetas por bastidores de gntta-percha, se obtienen chispas continuas de 6 milímetros, sin que sea preciso emplearse más que cien pares secundarios, hecho que no debe parecer sorprendente al que consi-

Fig. 1.

dere que con sólo una batería de 30 á 40 pares se puede iluminar un tubo de aire rarificado, y en defecto de los pares la pila de Bunsen de 50 á 60 elementos ó la máqtúna de Gramme, cuya tension fuere equivalente. En este caso, de ser tan exiguo el manantial eléctrico, tienen h1gar las estratificaciones_y vaina azul de que hemos hablado. Importaba muchísimo ver los medios de transfonnar completamente con la ayuda de la máqtúna reostática

Fi n-. ü.

de tension, para afirmar lo cual nos fundamos en que si se disminuye notablemente la del manantial de la electricidad empleada en cargar la máquina reostática, · aparecen las estratificaciones y la vaina azul luminosa; fenómenos todos que aparecen en las baterías secundarias de 800 pares, cuya tension es menor que la de la máquina. En general, la máquina reostática da cuantos resultados son propios de las máquinas eléctricas y las bobinas de induccion, sin que los alteren lo más mínimo, al méuos sensiblemente, las variaciones del estado higrométrico del aire. A la produccion de la chispa continua y áun de la cresta, acompaña siempre el olor propio del ozono. Cada uno de los polos puede dar chispas brillantes al acercárseles cuerpos que comuniquen con el suelo, como tambien pueden con estas máquinas patentizarse los efectos que las puntas del excitador engendran en los molinetes eléctricos ó de insuflacion. La máquina en cuestion presentaría un interes pura·· mente teórico si se hubiera siempre de recurrir con objeto de evidenciar sus resultados :\. una batería &ecun•

Fig. 2.

cualquier cantidad de electricidad dinámica reunida por las baterías secundarias, y conocer aproximadamente el tiempo necesario para descargar completamente el aparato bajo forma de efectos estáticos. Cita- . mos ti continuacion uno de los principales experimentos al efecto practicados: Una batería sécundaria de 40 pares sin residuo alguno de carga anterior, pero dispuesta á conser.ar el menor trabajo químico de una pila primaria, recibió durante quince segundos la carga eléctrica que dos elementos de Bunsen le transmitian, y en seguida comenzó á comunicar su accion sobre la máquina reostática. Más de un cuarto de hora debió girar el apamto para agotar, iluminando un tub~ d'e


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Geissler, la carga recibida. De lo cual resulta que la cantidad de electricidad recogida por la batería secundaria dmante unos diez minutos, tiempo próximamente necesario parn acumular in pérdida sensible el trabajo ele la pila primaria, es ffi¡Í S que suficiente para mantener iluminado clurnnte diez horas un tubo en que el aire esté rarificado.

UEVOS HOR OS PARA LA. REDUCCION Y FUSION DEL HIERRO.

Ha sufrido la industria metalúrgica en los últimos años modificaciones tan importantes, especialmente en Francia, que apénas si se sigue procedimiento ninguno de los anliguos. Expuestas bajo el imperio de 1 apoleon I las f.ibricas á la concurrencia é invasion ex.tl'anjeras, hubieron de modificar el modo con que hasta entónces se verificaba su instalacion, y adoptar en sustitucion de los antiguos procedimientos las mejorns posteriores. No pocas de ellas, las del Berry y Franco-Condado, por ejemplo, perecieron en la demanda, porque faltóles su ordinario combustible, el carbon vegetal, que escaso y costosísimo, fué abandonado poco á poco, en tanto que en todas partes se fué generalizando el uso del cok para la preparacion· de las fundiciones. En cambio , las fábricas que escaparon á prueba tan fuerte, tomaron á poco un vuelo increíble; porque haciéndose de los metales. aplicaciones hasta entónces desconocidas y nuevas, aumentó la produccion, los altos hornos recibieron proporciones mayores, desecháronse los grandes pilares que les daban apariencias tan pesadas y poco artísticas, y se cubrieron los hornos con planchas de palastro; de todo lo cual resultó mayor esbeltez en las formas más ancha capacidad interior para poder teata pesos considerables de mineral, hasta el punt e que algunos dias se recogían 100 toneladas. Creciente iempre el volúmen de los altos hornos, ha. llegado en nuestros dias su tasa corriente á fijarse en 700 metros cúbicos, si bien algunos dejan muy airas estas cifras, como el de Or.m es, cuya a.J.L_u ra es de 27m,50 y su volúmen 1.125 metros cúbicos. Uno de !'os metales que exigía para su fundicion en lo antiguo y áun en el dia más ingratos trabajos, es el hierro: vamos á decir dos palabras de las reformas introducidas .en los hornos en que tiene lugar su purificacion para sacar del combustible empleado todo el partido posible.

El motivo de desperdiciarse tanto calor en los hornos de reduccion y fusion, consiste en que los gases calentados en los hornos hasta una temperatura ele 1.500°, con la cual suministran la cantidad de calor que las reacciones de la fusion exigen, parten del horno en seguida para las chimeneas, atravesándolas con una temperatura de 1.000° lo ménos, cuya inmensa cantidad de calor, equivalen te á m,\s de las tres cuartas partes del calor produ0ido por la hulla, se pierde por completo, :;in que se utilice siquiera. para activar el tiro, pues esta operacion no l'ec¡uiere mayor temperatura que la de 200° para obtener un efecto igualó mayor que el que resulla de los 1.000°, como es fácil demostrar calculando la velocidad con que los gases atraviesan á temperaturas distintas la seccion de la chimenea. M. Siemens creyó obviar el anterior inmenso inconveniente disponiendo las cosas de modo que los gases, ántes de penetrar en la chimenea, pasen á varias cámaras llenas de ladrillos amontonado:., formand0 claraboyas, donde cediendo al extenderse en estos compartimientos su calor á las paredes de los ladrillos, marchan despues á la chimenea con una temperatura apénas superior á 300°. Calentadas así las cámaras, se hace penetrar en eilas, para que se caliente y con su calor desarrolle la temperatura requerida en las reacciones, una corriente de aire fria que hace llegue á ellas un gasógeno próximo. Estos gases se apoderan del calor que los ladrillos despiden, y con él penetran en los hornos, cuya temperatura hacen subir doblemente más que el aire á la temperatura ordinaria, por las buenas condiciones en que se encuentran los gases, de antemano calentados para las operaciones ~e la fusion. Ya de aquí se prevé que mediante el at-reglo explicado puede obtenerse en los hornos igual temperatura que ántes, con menor gasto de combustible. Si el paso del aire fresco enfriase parcialmen• te las cámaras, bastará hacer penetren en enas de nuevo los gases calientes para que recobren su temperatura inicial; á cuyo efecto se disponen dos cámaras contiguas, dispuestas para recibir gases frias 6 calientes, conforme giren dos válvulas de inyersion que permiten se varíen las corrientes, La anterior mejora ha sido ya planteada en no pocas fundiciones de Francia, Bélgica y áun vVestfalia. Pudiera tambien hacerse extensible á otros géneros de industria, á las fábricas de cristal, por ejemplo, como en efecto se ha hecho con el mismo fin de economizar el com-


LA NATURALEZA bustible y sacar el mayor partido posible del que se gasta: sólo que debe tenerse mucho cuidado con el manejo de las fuerzas y de las válvulas para evitar toda_variacion ele temperatura que pudiera ser perjudicial. Aunque el aire no difiera gran cosa ni en peso ni calor específico del de los gases combustibles, con todo, sucede á veces que los gases se encuentran ya calientes, miéntras que el a ire está frío aún, cuyo inconvj:lniente es preciso evitar para: que las densidades sean iguales, resultado que se obtiene calentarido un poco más el aire que los gases . El cambio de direccion de las válvulas tiene lugar cada hora, en lo cual conviene tomar por guía la marcha misma del horno, á fin ele evitar que la temperatura se eleve demasiado en las cámaras. A cada mudanza de direccion se sig ue un cambio repentino de temperatura; mas cuan do las cámaras son bastante elevadas y la velocidad de la corriente no es muy intensa, las variaciones de temperatura dejan de ser considerables, por permanecer siempre incandescente la parte superior, á partil· de una altura rle 0m,50. Atendiendo á esta uniformidad ele temperntura, es muy interesante agrandar las cámaras de ladrillos; si bien ele esto podría resultar el inco nveniente ele que la temperatura del humo bajaría hasta destruir por completo el tiro ele las chimeneas, en cuyo caso es preciso disminuir el número de los ladrillos que forman la claraboya, que son los que crean tantos obstáculos al paso de los gases, ó si no la nzar el aire ele combustion por medio de ventiladores. Los ladrillos superiores están sostenidos en su parte inferior por otros largos y lisos; puestos á continuacion unos de otros y esparcidos por la cámara. Se les coloca en seco unos encima de otros y de modo que presenten tantas partes 1·ellenaf1 como vacías, estrechándolos no obstante á fin ele que esparzan los gases por toda la masa, pues de otro modo se 1·eunirían con prefe. rancia en la parte superior. La condicion de haber los ladrillos de absorbe1· completamente el calor que consigo arrastran los gases calentados al salir del laboratorio, sirve para detern1inar el peso que deben tener. Ahora bien , siendo, como dij irnos, esle calor tres cuartas partes del total que la combustion de la· hulla produce, con lo que de 8.000 calorías que puede dar un kilogramo de hulla se llevarian consigo lo_s gases unas 6.000, y admitiendo que. despues del paso d~ los gases calentados, la masa· total de los ladrillos posea una tempera-

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tura media de 500 á 600 grados, resulta por fin, teniendo tambien cuenta de que el calor especifico de los ladrillos es de 0,23, que por cada kilogramo de hulla gastado se necesitan 50 de lad ri llos. La innovacion de que acabamos de hablar está llamada á prestar los mayoreJ:1 servicios á la metalurgia, pues en su virtud es "fácil modificará voluntad la composicion de la corriente gaseosa . para aplicarla á las reacciones químicas, que deben por su medio realizarse. Esle efecto se consigue por medio de un registro ó chapa de admision que hace se arregle el voh'.1men á voluntad. Las proporciones de aire que deben ó no admitirse, se encuentran determinadas por otr~ chapa semejante á la anterior, ó más sencilla1nente por medio del registro de la chimenea. De esta suerte se lógra tener en el laboratorio una atmósfera neutrn, oxidante ó reductora, segun exijan los diversos períodos del trabajo realizado por los hornos . ( Se continuará.)

"EOOION DE ANTROPOLOGÍA lllN LA RXPOSIOION DE P.!.RIS.

Se ha abierto una de las secciones más interesantes ele la Exposicion de París, seccion instructiva y dig na verdaderamente de llamar la atencion: la de antropología, instalada en una dependencia del Trocadero. La antropología es una ciencia nueya que comprende toda la histori a del hombre y ele las transformaciones de su naturaleza desde su origen hasta nuesLros días. Se relaciona con la historia de los fósiles, tomando el nombre de paleontología, y con la historia de las costumbres, de los trujes, de las viviendas y del lenguaje, denominándose ethnografía. En su virtud, la exposicion de antropología del Trocadero es una exposicion absolutamente científica; pero los que la han dispuesto, y e1i especial el eminente M. de Quatrefages, tan conocido por sus preciosos escritos sobre la unidad de la especie humana, han procurado hacerla atractiva é interesante, á un para las personas ménos familiarizadas con la ciencia, y con esle objeto ha acudido á los sabios de todos los. países, de-Inglaterra y de Polonia, de E paña y de Aús-. tria, de. Rusia y Argelia, y se le ha contestad.o remitiéndole objetos curiosísimos; así es que la


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Exposicion mencionada será visitada por todos con fruto y complacencia. La edad de la piedra, la edad del bronce, la época Lacustre están representadas por la coleccion completa de instrumentos domésticos é ingenios de g uerra, de caza y pesca de que se servía el hombre en los tiempos primitivos. Allí se ven cráneos, reales ó representados por modelos, de miles de individuos de todas edades y de todas razas. Dos secciones llaman especialmente la atencion de los sabios y de los curiosos: la de Espa-

ña, que honra á 16s Sres. Santos y Quintana, y la de Polonia, dispuesta con celo especial por los emigrados polacos. En esta última se n·otan los trajes completos de los polacos y los numerosos objetos sacados del Museo de los condes Platen , en Rapperschwill, como tambien una biblioteca de todas las obras antropológicas escritas por polacos. En la seccion española se admira el esqueleto de un gigante, que murió 15 años atras, y una curiosísima coleccion que se remonta á la época de bronce. •

Fig. 1.-Nuevo pulsómetro de ~fr. Henry Hall.

Austria ha enviado modelos y útiles de labranza, pertenecientes á la época diluviana, como tambien la reproduccion de antiguos tumuli, conteniendo cada uno un cadáver. Inglaterra ha expuesto curiosidades australianas. Entre los cráneos de esta coleccion hay algunos que penden de un cordoncito. Los salvajes de aquel país tenían la costumbre de llevar colgado de su cintura el cráneo de su padre, en el interior del que colocaban objetos pequeños y áun alimentos. Inglaterra ha expuesto tambien monumentos galos muy completos, que dan idea de las habitaciones, de la forma de los templos y de las sepulturas en un interesante _período histórico

La Francia ha expuesto curiosísimas colecciones de cráne.os de hombres y de monos, procedentes ' de Argelia y de la Nueva Caledonia.

PULSÓMETRO DE MR. HENRY HALL. El pulsómetro es un aparato enteramente -nuevo. Inventado en América, importado á Europa, primero en Alemania y despues en Francia, es ya conocido en todo el mundo científico . Diversas son las condiciones en que puede emplearse; pero su uso más comunes como aparato de elevacion para las aguas ó en general los


LA NATURALEZA líquidos, y bajo este respecto le vamos á considerar en el artículo presente. Si se le considera destinado al fin sobredicho , encuentra condiciones para su aplicacion doquiera que exista alguna cantidad de vapor disponible. Hablando con propiedad, no es una maquina, sino más bien aparato, en que el vapor obra directamente y sin intermediario sobre la materia que debe elevarse, ya por medio de la presion, ya por medio de la condensacion: condensando los vapores, aspirn hasta su interior la materia que debe hacerse subir, y cuando la haya introducido en el pulsómetro, obrando el vapor por presion, la rechaza al tubo de elevacion . De este procedimiento resultan naturalmente dos reglas: 1. La altura de la aspiracion del pulsó metro tiene un límite en la densidad del .... ""! .. líquido que se trata de elevar. 2. La. altura á que el esfuerzo del pulsómetro eleva los líquidos se halla limitada tan to por la de_n sidad de la materia q ue se ha de elevar, como por la presion del vapor que actúa sobre el Fig. 2.-Aparalo instalado para pulsómetro. En principio y despreciando los detalles de (J uo más adelante hablaremos, compónese el pulsómetro de dos cámaras A A, en forma de peras yustapuestas, la cámara de aspiracion D colocada debajo y provista de tres chapas de aspiracion, la de repulsion H al lado de las dos primeras y en comunicacion con las tres chapas de la de aspiracion, y la pequeña cámara, en fin, de vapor situada en donde las primeras se juntan por su parte superior, con una válvula que al oscilar puede cerrar alternativamente el orificio por el que cada una de las cámaras mayores comunica con la cámara de vapor. Supóngase aplicado un tubo de aspiracion á la cámara respectiva, otro de repulsion á la suya, y otro tercero, en fin, de vapor á la cámara destinada á recibirlo, y se tendrá completo el aparato. En este saso, hé aquí cuál es el 0

modo de funcionar del aparato en un momento dado. La válvula que regula la· entrada del vapor puede aplicarse á derecha ó á izquierda, para poder cerrar, ya el orificio de una de las cámaras, ya el de la otra. Supongámosla cerrando la de la izquierda. El vapor obra en este caso sobre el agua que llena la cámara de la derecha, y con la presion que sobre ella ejerce, la obliga á levantar la válvula de repulsion para precipitarse en el tubo de repulsion: con esto baja en la cámara el nivel del agua, llegando un momento en que tanto y tan íntimamente se tocan el agua y el vapor, en aumento miéntras dure la baja del agua, que se llega á condensar el vapor, en cuyo caso deja éste de acudir en gran cantidad, y sólo entra la necesaria para mantener la presion: la válYuln. oscila entónces de izc1u ierda á derecha para cerrar el orificio de la derecha, y penetrando el va poren la cámara izquierda, rechaza el agua en ella contenida por la válvula y tubo de repulsion: ya para entónces, continuando la pro voer de agua las locomotoras. condensacion del vapor dentro de la cámara derecha, se ha producido en ella un , acío parcial, cuyo espacio llena rá el agua, que impelida por la presion atmosférica levantará Ja chapa de aspiracion para abrirs e paso hácia la cámara derecha: la izquierda sigue entre tanto vaciándo.s e por el tubo de repu lsion, y cuando la una se acaba de vaciar y la otra de llenar, cámbianse los papeles para repetirse indefinidamente los mismos fenómenos. El depósito de aire tiene por fin evitar los choques que resultarían de la entrada súbita del agua al vacío producido por la condensacion del vapor. Tal es, desentendiéndonos de otras consideraciones IJ1énos importantes, el modo de funcionar el aparato. Segun confesion de los constructores, el pulsómetro no sufre nunca deterioro ni detencion alguna, por no haber en él

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Uno de los objetos que llama más la atencion por su riqueza, es una magnífica corona ornada <le geuesís imas perlas y de brillantes del tamaño de avellanas; la gente se agolpa continuamente ante los cristales que guardan estas joyas, y los ojos de las mujeres más hermosas se animan al mirar aquellos tesoros, como queriendo robar sus fulgores á las piedras preciosas. INGLATERRA EN LA EXPOSICION UMVERSAL. Inmediatas á la coleccion del príncipe heredero del Reino-Unido están las de la comision La primera seccion extranjera que á la vista de las Indias y la de.la isla de Ceylan; ambas se ofrece al penetrar en el palacio del Campo de ofrecen tambien un aspecto de inusitada riqueMarte es la seccion inglesa, que ocupa una gran za, y en ellas figuran puñales de formas extraextension de terreno, y cuyas instalaciones se ñas, cofrecillos ele oro repujado, grandes tabledistinguen por una magnificencia regia y un ros de maderas odoríferas, productos agrícolas gusto verdaderamente artístico. ele no m eno r importancia y seguramente ele En el vestíbulo de entrada, y en torno de una mayor utilidad: azúcares, sustancias medicinaestatua ecuer.;tre del príncipe de Gales , está re- les , especias, cereales, la nas y sedas. Las colounida la coleccion de regalos con q ue éste fué ob- nias inglesas dejan rnr claramente su poderío y sequiado en su viaje á la India, coleccion que su grandeza, consideradas como fuentes de copor sí sola constituye un Museo en que poder mercio ó manantiales de especulacion. La Ausapreciar el grado de esplendor á que han llega- tralia del ud ha expuesto una elevadísima pido las artes suntuarias en Oriente. rámid~, cuyo volúmen representa el equivalente Los objetos están encerrados en elegantes es- en cobre, exLraido de una sola de sus minas, y caparates, á tr_a ves de cuyos grandes cristales cuyo valor asciende á quince millones de franse admiran inmensas riquezas: vasos, copas, cos; no léjos de ella está situado un obelisco que bandejas y utensilios de oro maci_zo y de mil forreproduce el volúmen total del oro extraído en mas distintas, cinceladuras y repujados, incrus- .r ueva- Gales del Sud desde 1. 0 de Agosto de 185·1 taciones ele m e tales, filigranas de plata y alhajas, hastaDiciembre de 1877, y cuy<? valor arroja una todas verdaderamente régias y enriquecidas con cantidad de cinco mil millones de francos; un ocpiedras preciosas de gran valor, ya que nomontaedro ele 250 piés cúbicos representa el total del tadas ó engarzadas de modo que luzcan todo lo volúmen de oro que ha producido el Canadá; que las hubiera hecho brillar un artífice euroes decir, 4.173.000 onzas, 6 sean 333.8110.000 peo. Hay armas blancas y de fuego, alfanges, sa- francos. bles, lanzas, mazas y hach as, e n cuyas empuñaLa misma colonia ofrece muestras de esperduras parece haberse agotado tesoros de grana- mas y aceites clarificados, hullas, plombaginas , tes y rubíes, de perlas y esmeraldas; arreos y . enormes troncos de eucaliptiis, lanas de una jaeces con bordados de realce; paños de broca- blancura extraordinaPia y numerosos ejemplado, tisúes finísimos, tapices ele dibujos en que la res do maderas de construccion, entre los cuales fantasía oriental ha reunido cuanto sabe hacer sobresale un corte· de un pino que, segun se lee para recrear la vista con las ondulaciones ele la sobre su misma corteza, llegó á tener cien melínea y los matices del color, mallas de oro y de tros de altura y una vida de 566 años, de suerte hierro entretejidos como encajes, zarcillos y co- que cuando Colon descubrió el Nuevo Mundo, llares de formas caprich0sas, agatas convertidas el árbol contaba ya 183 años de existencia. en vasijas de un gusto depurado, tallas en maSi las posesiones inglesas dan evidente testideras duras, embutidos de concha y plata, tramonío de su grandeza, la metrópoli se manifiesjes y muebles que nos hacen concebir el país ta en todo s u esplendor. Apénas se penetra en en que se h a n tejido y esculpido como una re- su departamento reservado á las artes liberales, ya empieza el asombro á apoderarse del especgion fantástica en que toman cuerpo los ensueños de las Mil y una noches: se ven chales, cuyo tador, viendo reproducidos, po·r un sistema especial ele vaciado en yeso, los más delicados tradibujo está ibrmado con el plano de una ciudad, m:rntos g uarnecidos de aljófar y túnicas de plu- bajos de escultura en marfil, con tal perfeccion mas teñidas unas, de colores naturales otras, que las copias se cqnfunden con los originales: pero abigarradas y vistosas todas. otro procedimiento propio de la galvanoplastia complicacion alguna mecánica, por componerse únicamente de seis válvulas de movimiento automático el más sencillo, y por carecer de piezas que el uso puede gastar. En otro número diremos algo sobre sus aplicaciones. ( Se continuará.)


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reproduce fidelísimament e aparatos científicos y objetos de arte: vense allí, entre otros, un astrolabio árabe de bronce, cuyo original existe en el Museo Arqueológico ele Madt·iel, y que perteneció á Felipe II, y un antiquísimo planisferio ,irabe qu_e se conserva en el Museo Real de Oassel y fué construido ·en Toledo el año 459 ele la hegiea. Hay tambien notabilísimas repeoclucciones ele mosaicos italianos ele los siglos xv y xvr hechos con trozos ele p~pel de colores, y finalmente, copia de los más bellos ejemplares de la orfebrería francesa del siglo xvm y de la época de Luis XIV. Junto á estos poderosos medios de popularizar la instruccion, se ven los modelos del material emp leado en las escuelas inglesas ele insteucc.ion primaria; varias clases de pupitres , bancos y mesas en que se ha procurado y conseguido aunar la comodidad y la elegancia con la sencillez y la economía: con sólo girar una tabla, se trueca la mesa de dibujo en pupitre de escribir, y en la menor extension posible se .da reunido cuanto puede desearse para tan importante objeto .. umerosas colecciones de carteles demuestran la diversidad de méLoclos seguidos en dichas escuelas para que los niños aprendan, por ejemplo, á contar, ó á distinguir unas de otras las figuras y formas geométricas y hasta á conocer las horas del dia en la esfera ele un reloj . Al material ele escuelas ele instruccion primaria sucede en la misma galería la exposicion de los trabajos de los impresores ingleses, cuyas ediciones de lujo son notabilísimas por su limpie~a de las tiradas, la variedad y hermosura de los tipos. Ent1·e las aplicaciones del grabado á la inúustria se ven prospectos, periódicos ilustrados, libros de estampas para niños, anuncios, etc., etc. La Sociedad bíblica ele Lónclres ha expuesto en un eleg¡-1.nte armario ejemplares ele las Sagradas Escrituras en 216 leng uas y dialectos, y el pertód1co The Graphic ha puesto á disposicion del público co lecciones de sus mímeros, haciendo además en torno de las mesas de lectura exposicion de los origin;:i.les ele dibujos mis notables que le han enviado sus corresponsales artísticos, de,Ias maderas que en sus tall eres de grabado se emplean, y hasta de los tipos y el papel con que dicho periódico se tira. Los encuadernador es prnsentan trabajos de un gusto depurado: no se limitan ya á resguardar los libeos; hacen de sus cubiertas obras de arte, empleando como materiales el pergamino, las pieles, el papel, las telas y los metales y piedras preciosas.

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L~ cerámica inglesa presenta modelos de fa. bricacion que son verdaderas maravillas. Hay copas, ánforas, tiestos, jarrones, vajillas, jardine ras, muebles enteros que acusan un conocimiento y un gusto asombrosos; se conoce en RUS productos el estudio de lo antiguo y el es~ fuerzo realizado para aplicará las necesidades y á los gustos modernos las obras más bellas de la Italia del Renacimiento, ele la España ele los árabes, ele la Francia de los Enriques ó de Francisco I, y de los extraordinarios caprichos de los japoneses: no hay ornamentacion ni estilo de que los artífices de hoy no se aprovechen y no exploten para enriquecer y embellecer sus producciones, avaloradas además por una variedad infinita de tonos y colores. Bajo la mano de los modernos fabricantes , la tierra cocida, el barro, el ladrillo, la baldosa, de groseros elementos de construccion que eran ántes, se transforman en motivos de costosísima ornamentacion , con los cuales es fácil, poe la diversidad de caractéres que el color y el dibujo imprimen á los ri1ateriales, decorar lo mismo el estudio de un artista ó el despacho de un hom- · bre de estudio que el camariu de una dama ó el comedor de una quinta de recreo: con loza puede hoy alhajarse hasta un salan de baile, sin que para nada se echen de ménos los rasos y las sedas; techumbres, aparatos para el alumbrado y la calefaccion ; todo se hace y se hace bien con barros y tierras cocidas ó esmaltadas. En vidrios pintados ha expuesto Inglaterra, y especialmente las fábricas ele Birmingh~m , verdaderas preciosidades. Los antiguos artífices de la época en que se construyeron las más importantes catedrales góticas de Europa, llevaron á la perfeccion esta artística industria, dándola un carácter tan espec ial y tan propio de aquella arquitectura, que la imaginacion no concibe ya hoy un templo de aquel estilo sin vidrieras multicolores, á traves ele las cuales los rayos del sol, teñidos en mil tonos distintos, aumentando el efecto que producen en el ánimo la al tura de las naves y el c0nj unto todo de aquella arquitectura por .excelencia religiosa: de aquí que lo que hoy se exige á las imitaciones de los vidrios pintados antiguos, sea ese tinte, ese · carácter gótico en el dibujo de las figul'as, en los accesorios y hasta en· la union de unos cristales con otl'os , , que permite confunclir los producidos en el siglo xm y xrv con los que actualmente se fabrican en Inglaterra y Alemania. Y á decir verdad, las imitaciones de esta última nacion son más artísticas que las hechas en Inglaterra, pero la obra de los ingle-


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En 18-!6, Schonbein descubrió que mediante la acses tiene en cambio más sabor de época. Merced cion de la mezcla do á esta industria, :icido nítrico y ácido los templos puesulfúrico concentraden, por medio de dos, el algodon se reproducciones, transforma en un conservar cuidaproducto muyexplodosamente una de siYo de iguales prolas bellezas que piedades que la pólvora, y al cual dió el más cautivan en nombre de algodon s u ornamentavóh•orn, producto de cion, y que con igual composicion más facilidad ceque el llamado por den ante las inclePelouze ·piroxilina, mencias del tiemde dp fuego y ~úA0•1 po 6 la barbarie madera, cuerpo en del hombre. Tal es que es fücil reconoFig. 1.-Elevaoion dol taller <le remojo y desti lacion. el trabajo de nuescer la presencia de tra época: no nos los elementos del basta ya realizar los más asombrosos adelantos, úcido_nítrico. Al esparcir por el mundo chonbein las queremos poseer tambien lo~ medios p_a ra eter- muestras de su algodon pól.ora, guardóse muy bien nizar lo notable que han producido los siglos de declarar los procedimientos con que se obtenía la anteriores, y la verdad es que l_o logramos . In- nueva sustancia; pero la vista perspicaz de Pelo11Ze glaterra misma nos ofrecerá más adelante la fijóse en las sustancias llamadas Xiloidina y Piroxilina con tan buen acierto, que los qtúmicos que siguieprueba de esta aflrmacion.

ron sus indicaciones de cubrieron en segtúcla el secreto de la fabricacion. Bottger fué el primero en descubrir completamente el método segtúdo por Schonbein, y en UEVAS 1ATERI S EXPLOSIBLE a ociar e á él para u explotacion. Deseosa la Dietn ALGODOX PÓL,ORA.-Pii-o.dfo, Ge1111ñnica de su tituir la pólrnra ordinaria con la nueva sustancia Los primeros explosiva en el experimento manejo de la arque ace1·ca de lo. mas de fuego, efectos del ácido compró á sus innítrico concenYentores el secretrado sobre el al1o, y luégo se esgodon, el papel ta bl ció en Mael almidon y su guncia una comitancias afines, se sion encargada hicieron en 1833, ele seguir la fabrison debidos á cacion y aplicaBraconnot, quien ciones de la nueú la sustancia suva sustancia, ma mente inflahasta que los sumable que de escesos del 4 intas materias ret e r rumpieron sulta, asignó el aquella serie ele uombre de Xiloitrabajos. Enl853 <lina de ~úAov, maAustria, que acadera. Pocos años baba de ser inide el en despues, ciada en los pro1838, l1izo conscedimientos por ta1· Pelouze que el general Lenk, el algod')n, el lino y el cáñamo, sini- Fig-. 2 Elevacion y seccioo de un rollo de papel para el lavado del aJg,,doo pgl,ora.-A., A. Cuja hizo todo lo posic¡uo al en• ble para que la plemente intro- do madera.-B C. Cilindros cuya circunferencia está provista de láminas metálicas contrarso on su rotac:on, despedazan el algodon y le colocan sobre un plano inolinado. Dieta cediese en ducidos en el ácido nítrico muy concentrado, se transforma, sin cambiar su favor los primitivos privilegios de invencion. Desde e tn época comenzó á fabricarse el algodon pól,ora en _ tle a pecto físico, en cuerpo de excesiva combustibilidad.


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Entre los trnbajos más importantes relativos á la Francia, Inglaterra, Rusia y algunas otras naciones. Tan graves y numerosos inconvenientes resnltaban cuestion ültimamente indicada, son dignos de mencioen la fabricacion y empleo de la nueva materia explo- narse los de MM. Hadou y Melsens, y sobre todo los siva, que casi en todas partes y durante un m1mero ele del químico inglés Abe], cuyo mérito consistió no sólo años considerable, se renunció :.\. utilizar el algodon en perfeccionar los primeros procedimientos, sino en pólvora como pólvora de guerra. No sucedió lo mismo transformarlos por completo. El procedimiento práctico seguido por con respecto á este sabio consisotras aplicaciote en hacer pasar nes, pues la mael algoclou pólvoyor parte de los ra bajo la pila ele graves inconvepapel que le renientes que el al· duce á pasta, y en godon pólvora lavar y compripresenta dejan de miresta parte baexistir al tratarse jo prensas hide la explótacion dráulicas poderode las canteras, sas. H é aquí las de las minas rnntajas del al-· inundadas, y en godou pólvora no pocas máquicomprimido: nas ele guerra, Cuando se le incomo torpedos, flama al aire libre obuses, etc. con un fósforo, En vez de des][ arde con lentitud; auimarse los quípero si se iutromico. en vista de rlnce en la masa las dificultades, gruesa cápuna cobraban nuevos sula de fulminato bríos para somede mercurio, tieter á estudio más nen lugar e:i...l)lo• profundo la reacsiones violentas cion producid a que no pueden por la poderosa impedir ni la humateria explosimedad ni el conrn, no tardando tacto del agua. mucho en averiEn esta forma se guar que el algoha tambicn emdon no es cuerpo Fig. 3.-Aparato para lavar el algudon pólvora.-A 1 A. Cubos del lavado. pleado en Fran-B. Llave de agua co n dos salidas.-C. Llave cte comunicacion entre único, sino mezlos vasos A, A.-D. Desagüe del que se llena.-E. Introduccion del vapor cia el año 1869 cla de distintos de agua.-G. Inlroduccion del aire comprimido.-O. Agujeros de salida. para demoler ro-IIHl:f. Cubas de decantacion.-aaaa. Tubds de comunicacion entre las productos nitrocubas.-bbbb. Canillas de madera que permiten la salida del agua. cas s u b marinas gena do s. Been la isla de Bréchamp demostró la existencia de tres compuestos definidos, cuya com• hat y de Partrieux. A pesar del bajo precio á que se vende la nitroglicerina, el empleo del algodon pólvora posicion representaban las fórmulas siguientes: se ha generalizado extraordinariamente los últimos Celulosa con tres equivalentes 12 17 años en las galerías de las minas poco ventiladas, por deáciclonitrico .... , .. , ... O H (N0 5 ) 3 0 1º ser tal la incomodidad causada á los obreros por la ni· Celulosa con cuatro id, id. , .. 0 12 H 16 (Nosy, 0'º Celulosa con cinco id. id.. . . . 0 12 H' 8 (Nos) 5 0' º trogliceriua, que se ven forzados durante cierto tiempo á suspender sus trabajos, esta liltima compone el algoclon pólvora. Cuando tan buenos resultados iba prodnciendonues• En estos productos nitrogenados, tres, cuatro ó cinco átomos ele nitrógeno de algodon son sustituidos por tra sustancia, y tan numerosos experimentos probatres, cuatro ó cinco de Nos raclical del ácido nítrico. ban su gran utilidad, ocurrió desgraciadamente en la No es indispensable el ácido sulfm·oso, si bien sirve fabrica St. How-market el año 1877 una desastrosa para hacer más concentrado el ácido nítrico, uniéndose explosion que dió al traste con la confianza que la susal agua que de la reaccion resultare, Las propiedades tancia infundía en todas partes. Con todo, los ingleses de estos compuestos son bien distintas, en especial no han desistido de hacer nuevos ensayos con produc• bajo el punto de la estabilidad, por lo cual fué preciso to tan útil, distinguiéndose la sociedad Gotton Poude,· Company, entre _cuyos planos se cuenta el de fabricai· ptU'ificar el algoclon pólvora, separando ó destruyendo nueva especie de algodon pólvortt1 mediante el nitrnto los compuestos nitrogenados que lo acompañan,


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de bario. Despues de secar los de echo de algoclon en cardas especiales y ele secarlos en estuf11 calentadas al vapor , se les divide en parte de una libra de peso, y .·e les introduce por separado en vasos le gres rectangulares, que contienen me;r,cla ele partes iguales de :icido sulfúrico con :ícido nítrico roucentrado, y priva.do ele vapores uitrosos. D eja-do en este estado el algodon como un minuto, se le retira y deja que gotee obre el va o, pues cada libra de algodon abso rbe gran exceso de ácido, 18 libras poco más 0 ménos. En seguida ele esta destilacion comprímese bajo prensas hidráulicas ei algodon, para que suelte alguna parte del exceo de ,\cido, iutrodúcese cada monton ele algodon en su va o conespouclieute de gres, por cuyos la.dos pasa constantemente agua fri a, con el fin de evitai· toda elevacion de temperatura miéntras se verifica la reaccion del ácido que impreg na aún el algodon. Pasadas doce horas de verificado el contacto, el algodon, bastante oreado ya. pierde todavía seis litros de úcido; procédese á varios lavados metódicos que le ha-· cen perder toda sus propiedades ácidas, y en seguida puédese ensayar el algodon pólrnra. A partir de la primera serie de operacione , arrancan las mejora ideadas por Mr. Mackie. Dijimos má arriba que en las reacciones se formaban con el algodon varios productos nitrogenados m,ís ó ménos estables: clemas de esto, se abe que {t pe ·ar de todas las manipulacione prévia ·, acompañan siempre al algoclon sustancias resiuosas, oleaginosas, almidonada , etc., que mediante el :ícido nítrico se transforman en productos muy inestables y que por su descomposicion pueden determinar muchas vece la explosion del algodon pólvora. Para desembarazarse de estos diversos productos existen ,arias operaciones, cousi tiendo la primera en reducir á polvo el algodon despues ele tratado por la mezcla de ácido nítrico y sulfúrico concentrado, cuyo resultado se obtiene h aciéndole pasar eut r dos laminadores con velocidades distintas. Y a en esta operacion se destruye no poca parte de los compuestos nitrogenados, por no poder resistir en composicion la temperatura desarrollada. Al salú: de los laminadores, pasa la mezcla por un par de muelas que, concluyendo la desagregacioD, ponen apta· la materia para la última y decisirn operacion, que es el lavado. El aparato empleado consiste en una gran cuba piramidal, de base cuadrada, con el Yértice hácia abajo, y :í. la cual desembocan un chorro de vapor y otro de aire, colocado el último en la parte inferior, de modo que pueda agitar toda la masa. Las cubas contienen lma tonelada de algodon pólvora y 10 de agua, con 50 libras de carbonato de amoniaco, sustancias todas que han de permanecer en ebullicion dos horas por lo ménos, al fin de las cuales se enc uentra el algodon pólvora libre, no sólo de los ácidos libres que se · combinan con las sales calc,íreas del agua y del amoniaco, sino tambien de ciertos compuestos oxigenados del nitrógeno, que con el amoniaco forman compuestos instables, descomponibles á 100° en agua y eu nitrógeno, resultado imposible á lavar la pasta con agua fria,

El agua de la cuba queda despues de la operacion con un color muy oscuro, indicio de qu e el algodon pólvora está ya puro y se le pnede utilizar; con todo, para mayor seguridad coutiuúa la operacion durante 24 hora . E muy ingenioso el modo de extraer del agua de lavar el algodon, operacion que se realiza por medio de dos cubas iguales que se com umcan por un tubo colocado á las dos terceras partes en la altura de los referidos recipientes. Se intercepta el vapor que llega á la cuba donde ha tenido lugar la ebulli cion, y se deja penetre el aire por la parte inferior, en tanto qne por la superior cae un chorro de agua: ábrese la comunicacion entre ambas cubas, mediante el tubo arriba mencionado, y al salir el agua de la primera cuba á la segunda arrastra consigo el algodon, que por su mayor densidad se estaciona en el foudo ele la cuba, miéntras el agua sobrante rebosa y se sale por la parte superior. Al cabo de tres horas ha pasado ya á la seguuda cuba todo el algodon de la primera, procediéndose entónces á operacion inversa, de modo que todo el algodon vuelva de nuevo á la primera, y de este modo se coutinüa durante 24 horas. L avado así el algodon pólvora, se le recoge para que decante en otra serie de cubas, donde queda solo despues de cierto tiempo, ú causa de marcharse el agua por varios orificios practicado, á diferentes alturas, provistos de canillas de madera. (Se continua1'á.)

ÁRBOL LLA.MADO COP-ER IOIA CERIFERA. :tllr. Mol'gan, cónsul ing lés, ha dieigido un notable dictámen a l Gabin ete de s u n acion, acerca de la situacion del com e rcio del Brasil , en el que se e ncuentra la descripcion de un árbol que se le podría llam ar sin exage racio n el primero de los vegetales, bajo el punto de vista de su útiliclacl, cuyo cultivo sería un manantial de riqueza para el país en que tuviera condiciones ele vida. Este árbol es el ca rnouba (copernic ia cerifern)., especie ele palm ero que ceece y se desaerolla espontáneamente en distintos puntos, pern más especialmente en Ceara, en Rio Grande del_ orte y en Ba hía, resistiendo á la más tenaz sequía sin marchitarse en lo m ás mínimo. El tronco de fibea compacto suministra madera de construccion de primera calid-a d, siendo excelente para la construccion de cajas sonoras y tubos de co ndu ccion de aguas . Cuando este árbol está en su lozanía, produce excelentes frutos, de cuya pulpa se puede extraer una especie de vino, vinagre, una m a teria sacarina y goma, y el hueso red ucido á polvo y tostado , puede susti~uir a l café. E l carn ouba, cuando tierno, da una especie de líquido .paeecido al del cocotero


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LA NATURALEZA y una materia farinácea, susceptible de panifi- 1 cacion. De la p1lja fo bríca nse esteras, sombreros, . cestas, etc., y es susceptible ele tantas apli eacio nes, que el Brasil exporta por valor ele 11.800 . 000 reales al año. Por.fin, las hojas del carnouba segregan una cera, uti li zable e n la fabricacion de velas, de cuyas excelentes cualidades se puede juzgar sabiendo que la exportacion de ella asciende anualmente, por término medio, á 16 .250 .000 reales.

parecía que la violencia del choque había levantado en el aire todo el edificio para dejarlo caer en seguida. Al clia sigu iente se encontraron 70 cadáveres, y aú11 se evaltía en triple el nümero de los muertos. Los gritos· ele lo. heridos y el llanto de los que I.Juscaban :i sus parientes, eran en extremo dolorosos. En Caracas, los edificios particulares y las iglesias han sufrido tambien desperfectos, aunque no tan coniderables como los anteriormente dichos. Sin embargo, toda la pohlacion invadió las plazas y los jaTdine , donde lo habitantes acamparon bajo tiendas y col er tizos. En Bolivar, la conmocion e ha hecho sentir igua lmente, aunque sin ocasionar grande pe1juicio .

MISCELANEA. Manchas solares y magnetismo terrestre.M. Faye, despues de varias semanas de constante e tudio, anuncia confirmarse cada vez más en la discordancia de las manchas solares con el magneti mo terrestre, pues bien calculadas las épocas del mínimun de hs manchas y de la desviacion magnética, desde el presente año hasta el ele 161O en que Galileo descubrió las manchas, vé e que la cliscorclanria va de día en dia en aumento, de suerte que estos fenómeno , cuya duracion es ele diez :;iños, se hallan entre í separndo por más ele quince. *

Corrientes terrestres.-Poniendo el teléfono en comunicacion con la líneas telegráficas, e han recientemente notado por las noches, ademü del ruido rreneral y perpetuo que todo el muuclo conoce, por ser muy fácil clistiuguirle aplicando el oído á los palos del telégrafo, otro iutermitente que llega á causar la impresiou de verdadera detonaciones, ba tan le intensas algunas veces. Un físico frances es ele opiniou ·que este fenómeno se debe al distinto poder eléctrico del alam. bre, segun que esté más ó ménos elevado del suelo. Nosotros, respetando cual se merece tan autorizado parecer, creemos que el fenómeno proviene del aumento de temperatura comunicado á los alambres por el calor solar, pues de esto resultau verdaderas co1•rientes termo-eli\ctricas, dirigidas desde la parte caliente del circuito hácia la parte fria. Llegada la noche, cúbrense los hilos de humedad, originándose ele aquí un cambió de polaridad que hace sigan las corrientes un a direccion opuesta á la que en el clia siguieron.

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Terremoto en la América Central.- Los pormenores sobre el terremoto ocurrido el clia l 2 de Abril último en la América Central, i;on horrorosos. En pocos segundos la Yill a de Oua ha siclo destruida, Las primeras sacucliclas empezár~nse á sentir á las nueve de la noche. Ninguu buque de Oua qnecló en pié, y gran parte de los habitantes han perecido sepultados entre las rniuas. Un testigo ocular que atraYesaba la gran plaza en el momento de venirse abajo la catedral, refiere que

Nuevo timon para los buques.-Uu hú • garn, establecido hace algunos años en Inglaterra, ha inventado un timon por medio del cual la mayor naYe puede dar una vuelta entera sobre si misma en 60 ó 70 minutos. Los experimentos practicado dieron re nltados tan sati factorios, que por el almirantazgo inglés e han dado órdenes ele que se provea ele dicho timou un bnque ele guerra que actualmente se con truye, habiendo entrado en hatos con el in,entor. á fi11 de que le ceda C'l privilegio.

Los perros del monte de San Bernardo.-Durante el invierno próximo pasado los perro del monte de San Bernardo han sahado la ,ida á ±O persoua . .'.. la di tancia ele una l1ora de marcha mediante sn fi11í imo olfato, conocen ellos si el viajero ha emp reucliclo ó no la subida ele la montaña y emp ie;rnn á ladrar ha . ta qne lleo-a el socono. *

•• Restos fósiles de un animal gigantesco.-.l!;u las Montafía Pedregosas (Estados- nidos) han sido hallado lo restos fósiles de un animal giga ute co algnno de cuyos hueso pesa quinientas libras. Los ;:abios que han examinado esas preciosas reliquias de lo séres q ne existieron en los tiempos geológicos <le ·nuestro globo, afüman que el animal á que pertenecieron no tendría de alto méno de 60 piés.

I. LoRENTE,

LA ISLA DE SAN BARTOLOMÉ. El 16 ele Marzo del año actual se ha ver ificado la devolucion de esta peq ueña ·Anti ll a por parte de Suecia á Francia, celebrándose el acto en la isla con salvas de artillería, bendicion, colgad uras, juegos público , regatas y fuegos artificiales. Daremos ::i.quí un pequeño plano de la isla tal como la representan las Revistas extranjeras, al mismo ti empo que nos ocuparemos con a1gu-


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na detencion ele las vicisitudes por que ha pasa- balleros de Malta, que la pidieron; de éstos pasó á la segunda Compañía francesa de América , do la reducida isla. Fué, como todas sus compañeras las pequefias · hasta que por fin en 1674 vino otra vez ámanos Antillas, descubierta en 1495. En 1648 envió el del Estado, que la declaró dependencia de la isla gobernador de Saint-Oristophe, M. de Poincy, Guadalupe. Aqui termina la primera parte de su unos cincuenta franceses que se posesionaron de historia. Más de cien años despues, en 1784, á ~onseella con toda facilidad púr hallarse á la sazon deshabitada. Bien poco duró la colonia y el for- cuencia de ciertos tratos con Suecia por desear tin que para su defensa se construyó. Los cari- Francia tener factorías en Gothembourg, de~eo bes de las islas vecinas desembarcaron á milla- inútil, pues 'diez años más tarde pudieron todas res, sacrificaron todos los europeos, y pegando las naciones tenerlas, pasó la isla á poder de fuego á cuanto olía á frances hicieron desesperar Suecia, que gracias á ciertas medidas liberales pudo hacer ele ella lo que niás tarde de San Thode que la isla pudiera ser habitada. Oeclióla entónces el gobierno frances á los ca- mas, es decir, una ele las plazas más comerciales

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ISLA DE SAN. BARTOLOMÉ.

de las Indias de Occidente. Las guerras marítimas del imperio le proporcionaron á continuacion duranle no pocos años verdadera prosperidad, pues era el único punto en que América y Europa podían cambiar sus productos; pero más tarde ~ecayó de tal modo que apénas si rendía al gobierno sueco lo necesario para los gastos. Por esto se comenzó á pensar en la_s altas esferas en la devolucion de la isla á su primitivo dueño, pensamiento que al fin llegó á realizarse mediante el pago de cuatrocientos mil francos que Francia hubo de adelantar. Una buena casa do la Puerta del Sol en Madrid hubiera costado el doble, Los recursos con que la isJa cuenta ison bién

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escasos. Sus dos á tres mil habitantes se dedican á la pesca de la tortuga, al oomercio de frutas,

legumbres, índigo ó añil, canela, azufran y ta~ baco. Algunos filones ele plomo y zinc ·no explo• tados aún parecen prometer no pocos beneficios, Su único puerto, y por desgracia bastante me .. diano, es el de Ú:ustavia, fundado en 1785 en el fondo de una bahía situada al Oeste. Su mayor longitud es de 13 kilómetros. Dista seis leguas de la isla San Martín y cuarenta y dos de la de Guadalupe, PROPIETARIOS GE_RENTE;S: Pi;:ROJO HERMANOS,

MADRID.-'l'ipogrnfl11 Estereotipia PEROJO,


Núm. 34.-20 Julio 1878.

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fragmentos graníticos, en cuya parte exterior y ·más alta se hallaban los ménos abundantes en DE SANTA OATALINA , níkel, y en la más profunda, los más ricos y abundantes, circunstan<..:ia que alimentaba no Viajando á fines de 1875 Manuel Gongalrés da poco las concebidas esperanzas, que bien pronto Roza por la montaña llamada Morro do Rocio á se disiparon como el humo. 3 kilómetros del Rio San Francisco do Sur en la En efecto, extraídos 25.000 kilogramos de provincia brasileña de Santa Catalina, llamaron hierro, hallóse la pretendida mina completafuertemente su atencion gruesos bloques espar- mente agotada: examinada por otro lado con cidos por el más de ten isuelo, que formientosu commaban con él , posicio n, se en virtud ele su halló la más color de ocre, completa anasingular conlogíacon di, ertraste . Tres ele sas variedades aq uellos fragde piedras caimentos profundas de la atda mente entermósfera. La rados I de los orientac ion que el más voque los blolumino&o pesaques presentaba 2.250 kilo ban, era indigramos, o frecio de la tracían un salienyectoria descrite de 30 centíta por el bólido, no de la direcme tros ele elec ion .de un vacion. Bastó filon. 'I'odo lo un exámen su cual se hall a ]) e r fi c i a 1 para consignado y demostrar que probado en el aquella sustaninteresante cia mineral lrnbaj o que constaba más M. Ludnag reque todo de mitió en 1867 á hierro metálila Academia de co con grandes Ciencias de proporciones 1. •-Brecha meteórica de Santa Catalina .-Primer tipo , en el que el hierro de níkel, y pen- Fig. Rio-Janeiro. meteórico al ecido con el nikel se presenta en fra ~mentos corro1d os y rotos, sando sacar inuniénd olos enlre si la pirrontina ó sesquisulfuro de 11ierro producido por el hiSegun este sadrógeno sulfurado que al calor rojo ataca al mota!. bio, la densimensos benefidad varía de cios de aque llos productos, se dedicó con :,hinco al exámen 7,52 á 7, 77, y la composw1011 es tan poco fija, que de un trozo á otro contiguo, ya se nota la minucioso de la sustancia. Sepultado el bloque mayor en una especie de diferencia. Sobre este punto hablaremos desarcilla muy ferruginosa, se descubrió cavando pues. Cuando se creía aún en el origen tel'restre del alrededor otro fragmento de 450 kilogramos, dato que hizo pensar en la existencia en aque - hierro, remítíéronse á Europa varias muestras llas partes de una mina de hierro. Catorce blo- en calidad de minerales de níkel, que hubieran ques, J_Josteriormente descubiertos en circuns- sido destrnidas para extraer el codiciado inetal _tancias análogas, confirmaron las anteriores es- mediante operaciones metalúrgicas con grave peranzas, y removido el terreno apareció en su detrimento de la ciencia, que por su fin más nointerior un alineamiento que presentaba todas ble y levantado tenía derecho indisputable á su las apariencias de filon metálico. Los bloq_ues posesion y conservacíon, sí el arranque genero• existían á om,4.0 de profundidad, bajo capas de . so del profesor Daubrée no los hubiese hecho

HIERROS METEÓRICOS

2.. 0 SIIMllSTRll.

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retirar al Museo de Paris, donde se conservan, visitados á poco por uno de nuestros redactores, sacó de ellos las copias que adjuntas reproducimos. La forma de los bloques al encontrarlos, y la de las muestras remitidas, son en extremo irregulares, bastante redondeadas en general y del color ordinario parecido al ocre que presentan los minerales de hierro. Sus primeros indicios de ser materias metálicas, son considerable densidad y accion poderosa sobre la aguja imantada. Es imposibl~ apreciar enteramente la verdadera constitucion si no se les asie_rra y pulimenta en las superficies planas resultantes. Este es el aspecto que nuestros dibujos presentan. Aunque constituidos los bloques en su totalidad po1· fragmentos metálicos unidos entre sí por una sustancia en que domina el sulfuro de hierro, se pueden, con todo , clasificar en dos tipos ya á primera vista distintos. Abundante el hierro del primer tipo en níkel, y muy escaso en carbono, distínguese sobre todo por ser poco soluble en los ácidos: basta depositar en la superficie de la piedra una gota de a.ciclo nítrico, para que al punto se vuelva pasit.'O, esto es, químicamente inactivo , deje de precipitar de las disoluciones el nitrato de plata, etc. Empleando por consiguiente el agua régia ó el úcido cloL'11ídrico, se consigue hacer aparecer los delineamientos de las figuras regulares llamadas de vVidmanstretteu, descritas en nuestro primer volúmen. · En el caso actual, léjos de presentar las figuras la disposicion geométrica tan comun oteas veces, se h allan como revueltas y parecidas, hasta ser muy fácil confundirlos con ellas, á las que afectan los hieeros meteóricos despues de sometidos á elevadas temperaturas. 1\Iás adelante se verá la importancia de esta observacion. El metal de este primer tipo compónese, segun M. Damour, del modo siguiente:

y donde

Hierro.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6;;1,69 Nikel. .............. : . . . . . 33,97 Cobalto.. . . . . . . . . . . . . . . . . .

.A.zufre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fósforo.. . . . . . . . . . . . . . . . . . Carbono ........ , , . . . . . . . . Silicio ........ , . . . . . . . . . . .

] ,48 0,16 0,05 0,20 o,01 U9,56

gs con todo muy digno de notarse que los números referidos cambiarían totalmente, si en vez del trozo analizado se sometiera ú prueba cualqu.iet' oteo, por cercano que estuviera, sobre lo cual diremos algo despues .

:r

La materia que enlaza los elementos metálicos ele la brecha del primer tipo compónese principalmente de sulfuro de hierro de color pardo, y designado generalmente con el nombre de troilito. Los mineralogistas creían en su mayor parte que la referida sustancia se componía de protosulfuro de hierro; mas ele diez años á esta parte se ha demosteado completamente la semejanza que la une con el hierro oxidado magnético, conteibuyendo á ello no poco los trabajos de M. Daubrée, que en su análisis del hierro de Santa Catalina halló fortisimas razones para demostrar esta proposicion, concluyendo con las siguientes textuales palabras: ccDisuélvese esta sustancia en los ácidos , con desprendimientos de hidrógeno sulf.uraclo y depósito de azufre: claros indicios de no ser protosulfuro , _sino sesquisulfuro de hierro (1). » Examinando de cerca el sesquisulfuro de hierro del primer tipo de las piedras meteóricas de Santa Catalina, reconócese la existencia de va• rios metales extraños en unos puntos, poco numerosos por cieeto, láminas de grafito intel'puestas entre el hierro; en otros, partículas ele fosfuro de hierro y níkel, cuerpo llamado schereibersite , en contacto con el grafito; en otros , por fin, lunares amarillos de color de latan, de cuya composicion nos ocuparemos al hablar del segunao tipo. El segundo tipo presenta mayor complicacion que el primero, y su exámenes mucho más insteuctivo. Aunque los ácidos no le atacan sino muy poco, sufre con todo un principio de clisolucion en presencia del nítrico, en la que á más del metal, se deposita considerable cantidad de carbono. La susta_ncia que une los fragmentos metálicos de la segunda brecha no presenta más que indicios dudosos del sulfuro bronceado; en cambio la sustancia amarilla ele color ele latan más arriba apuntada como accidental en el primer tipo, es en éste abundante en extremo. Preocupadas varias personas por la idea:de determinar su naturaleza-y composicion, aunque los ensayos no han podido practicarse sino con pequeños trozos de la sustancia, parece con todo poderse afirmar en vista de los resultados obtenidos , que su composicion no es otra ·que la del sesquisulfuro de hierr_o teñido por débil tintur;.i de sulfuro de níkel , que por su gran solubilidad desaparece bajo la accion de una gota de ácido, recobrando el sesquisulfuro su color bronc~ado;

{!)

Comp!es 1·cndus, t 1,xxxv, p. 1256, 31 Dic. 18i7.


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en euanto al líquido, presenta 110 pequeña cantidad de níkel. Hasta el presente no se había reconocido en los meteoritos la presencia del sulfuro ele níkel, aunque vVcehler y Harris descubrieron una sustancia análoga, el sulfuro doble de hierro y níkel, en la meteol'ita carbonífera ele Cold Bokkeweldt. No son únicamente los sulfuros los contenidos en esta sustancia, sino que además les acompaña considerable cantidad de una sustancia muy l'ica en grafito y con íntimas y esenciales relaciones con el sulfuro. De entre los intersticios que los bloques presentan, unos están exclusivamente rellenos de sulfuros, otros ele grafito, y no pocos de ambas sustancias, pl'esentando de este modo, en cada caso-, las posiciones relativas más variadas. Así es, que en un punto se halla una verdadera brecha de sulfuro, cuya base es la materia negra, y en otro se encuentra el sulfueo ocupando el eje del intersticio, rodeado de grafito con schereibe1·sita.. Las hendidmas abundan sobremanera en este segundo tipo, como puede verse en la figura. Deben distinguirse dos clases, pertenecientes sin duda á dos edades. J;,as mús notablés, son grietas profundas que atraviesan las rocas y que se formaron con posterioridad á su estado actual: algunas de ellas vacías, como consecuenpia tal vez de la aserradura; las demas, llenas de la sustancia negra referida: unas y otras dignas de notarse por sus variadas anastomosis y complejas sinuosidades, que á veces presentan. Las hendiduras del segundo género se hallan localizadas en puntos ménos cuarteados que los <lemas; son mucho más finas, y acaso dejarían de verse por completo si los dos bordes contiguos no ofreciesen una modificacion especial en su mateiz, que hace se fije en ellos la vista. Este fenómeno no se presenta en ningun otro mineral de los de su clase. Debemos, <lemas ele lo dicho, consignar que en los puntos diver~ samen te coloreados se presentan g.eanos casi microscópicos sembrados por todo el metal, que de ellos recibe un aspecto punteado, cualidad ya observada en oteos meteóricos, por ejemplo, el ele 'l'uczon (Méjico). Las particularidades ex1rnes~as, son exclusivas de ciertos fragmentos de la brecha, lo que confirma una vez más no ser idéntica en todas partes la composicion del hierro y el ník.el, y quita todo el interes al análisis cuantitativo de sustancia tan variable. Si despues de esta sencilla descripcion se procede á. dar alguna idea del modo con que. los meteoritos de Santa Catalina se formaron, la explicacion más sencilla y fácil es la de aquellos

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que dicen deberse considerar como brechas metálicas formadas fuera de tiempo por el suHuro, compuesto á su vez, como sucede con toda seguridad, á expensas del hierro, favoreciendo la operacion oportunos agentes. Esto parece indicar el estado de corrosion de los fragmentos metálicos ele la brecha cósmica. Débese además reconocer que la base ofrece por su composicion no pocos puntos de contacto con el hierro en ella con tenido, y ele este modo se explica la poca semejanza que aquella presenta con el grafito en el primer tipo, donde el análisis no descubre sino trazas in$ignificantes de carbono, al paso que encierra no pequeña cantidad de materia de color negro, en el hierro del segundo tipo, de composicion tan parecida á la del acero. El agente corrosivo que parece más propio para la i)l·ocluccion de los efectos indicados, es el hidrógeno sulfurado, obrando á elevada temperatura, y de este medio pensó valerse, modificando un ·experimento de l\I. Daubrée, M. E. Meunier para sus ensayos relativos á la reprocluccion sintética de la brecha ele Santa Catalina. Ayuclóle para ello, no poco; el ayudante del profesor de química del Instituto Ag-eonómico de París, M. Levallois, quien á peticion de l\Ieunier preparó y dirigió con gran maestría el siguiente experimento: Colocados en una retorta varios pequeños trozos de hierro, se les sometió durante ocho horas á la accion combinada de la temperatura elevada al rojo y de una corriente continua de hidrógeno sulfurado. Transcurrido el tiempo indicado, se apartó la retorta del fuego, se la dejó enfriar, y examinaudo los pedazos ele hierro, viéronse en ellos incrustaciones ele sesquisulfuro de hierro, cuya sustancia aparecía además como base que los enlaza- . ba entre sí. A la formacion del sulfuro por la corrosion del hierro, siguió naturalmente la eliminacion del gt·ahto, que léjos de mezclarse sin seguir ley ninguna con el sesquisulfuro, se puso constantemente, como sucede en los meteoritos, entre el sulfuro y el metal, y además en la superficie del sulfuro. En los espacios exis~ ten tes entre dos fragmentos ele hierro perfecta~ mente adheridos á la sustancia que hace ele base, el grafito no existe · mús que tocando al rn,etal, resultado que era fácil de prev,,rr. La estructura, pues, resultó enteramente ajustada d. la ele las mues teas naLurales. Despues de la ope.:a racion, hallóse en la retorta gran cantidad ele carbono y de stllfm·o arrastrado por los g'ases , Existen además de lo dicho dos hechos más, con que se demuestra y convence la semejanza del producto obtenido artificialmente con el natu-


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ral ó brecha de -Santa Catalina : el primero se muió irregularmente en ciertos rincones donde refiere á la poca limpieza de las figuras que la los remo linos producidos daban lugar á relati vo meteorita da bajo la accion de los ácidos ; estado reposo. 3. 0 Un fenómeno mecánico , a nálogo al que cacográmico, u sando de la expresion de l\I. Shepard, que es efecto ordinario de la elevada tem - redujo el hierro en un principio á fragmentos, peratura sufrida por hierros primiti vamente vino de nuevo á dividir toda la masa en pequenormales, pudiéndose de aquí deducir que la ños elementos: el sulfuro se dispuso formando masa meteórica estuvo, como el hierro de la re- brecha en alg unas partes, y en oteas aparecieron abiertas en el hi erro nuevas hendiduras que se torta,. sometido á elevadas temperaturas. extendieron El otro hesin desviacion cho es la prehasta las sussencia del hit a n c i as difedró ge no co n rentes que en idénticas co nel número 2.0 diciones en el se dice llenaproducto que ban los intersdel experimenticios. to resultó que 4. º Por úlen el hierro timo apareció meteórico, cola sustancia mo puede fácilg rafitosa tanto mente probarpara rellenar se, calentando las grietas, en al rojo pequeel segundo ños fragmentiempo formatos en un sendas, como para cillo tubo maservir de base nométrico.á los elementos Del conjunto de las brechas de las anteriosulfurosas. El res observaciomodo con que nes, se deduce esta sustanque el hierro de cia apareció se Santa Catalina cree relacionaha conservado do con las acvestigios de ciones prececuatro fenómenos distintos Fig. '2 . '-Brecl, u meteórica de San la Catalina.-Se~undo tipo con ves tig ios su- dentes; con toperpuestos de cu at1·0 fen ómenos geológicos sucesivos correspondientes de un do , es posible que acompamodo a b qluto con los fen ómenos que acompañan la produccion de ciertos filone terresh·es. que corresponñaron á su forda á la sulfuramacion, y q ue en su orígen se sucedieron en el órden siguiente: metálicas, porciones la~ de cion 0 que la corlas de profundidad, gran á situadas prinun en estuvo 1. El hieero meteórico las partículas arrancó sulfídrico ácido de riente cipio fraccionado, y al unirse sus fragmentos, dar debieron juntarse al que finas y ues tén más espacios ultaron res de tal modo lo hicieron, que orígen á. la sustancia en cuestion. vacíos más ménos considerables. 0 La natural consecuencia de admitir como real los de al nálogo a , 2. El hidrógeno sulfurado volcanes terrestres, se abrió paso á los insters - la anterior sucesion de los fenómenos tan eviticios de l':1 masa metálica, elevada si n duda á. dentemente confirmada en la sustancia de los gran temperatura, produjo fuerte corrosion en hierros del segundo tipo, es haberse de considelos elementos, y dió orígen ya al sesquis ulfuro rar el de Santa Catalina como representante de solo (primer tipo ), ya á la mez cla de sulfuros y un filon de género nuevo y hasta ahora descog rafito (segundo tipo). Parte de las anteriores nocido entre los meteoritos . s ustancias quedó en el lugar de s u produccion, . Acaso los lectores de esta Revista tengan noparte arrastrada por la corriente gaseosa se acu- t icia de diversas rocas cósmicas que por sus ca-


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ractéres es preciso clasificar entre los filones. La El ejemplar siciliano conserva efectivamente masa de Deesa en Chile, por ejemplo , constitu- vesti g ios ciertos, á lo ménos, de cuatro fenómeye un filon eruct'ivo cuya sustancia pr:ncipal, el nos consecutivos: hierro, se introdujo y esparció por el interior de 1.º Rotura y division de una masa de jaspe las piedras que al contacto del metal fundido re- compacta en un principio. Este fenómeno corvistieron caractéres metamórflcos. El hierro de responde al de igual naturaleza que debió su-· Atacama s filan conc1·ecionaclo en el que dos frir en· un principio el níke'l del ejemplar braaleaciones de hierro y níkel se unieron sucesi- :oileño. vamente á irregulares fragmentos de la rocalla2. 0 Ocupacion de las hendiduras resultantes mada clunita, perteneciente á la geología tanto por aguas termales que circularon por los interrestre como de los meteoritos. E l cé lebre hier- tersticios del jaspe, y que despues de atacar la ro meteórico ll amado ele Pallas procedente de roca, depositaron en forma de cuarzo concrnSiberia, es análogo al anterior, si bien las por- cionado la sí li ce que disolviernn . E te fenómeno ciones litoideas se hallan sustituidas con crisó- no puede guardar mayor parecido con el de la lita cristalizada. Los ejemplares recogidos en corrosion del hierro por el ácido sulfídrico con la sierra de Chaco (Bolivia) son depósito de sulfurn y de grafito. tambien resultado de una brecha 3. 0 Disgregacion del Ilion con de filon en que las sustancias laproduccion de h : mdiduras finas pídeas y metá li cas tienen por que atraviesan el jaspe y el cuarbase cantidades relativamente zo y ofrecen disposicion rectan pequeñas ele hierro. g ular idéntica por completo á la En ninguna de las categorías que t ienen las hendiduras de las expuestas entra el hierro meteómeteoritas: como éstas, presenta tamhien figuras de no pequeño rico de Santa Catali na; pues separecido con los husos, esto es, gun lo expu esto es verdadero más anchas en la parte media filon, en que el sulfuro hace de que en las extremidades, donde materia filonífera y cie ganga el tanto disminuyen, que llegan á hierro , que desempeña aquí igual cero. papel que la dumita en la masa 4.º Incrustaciones de calcita de Atacama y los fragmentos de mezclada con cuarzo en las hen pizarra en los filones de galena diduras. Fuera de esto, para que que en forma de escarapela se las analogías sean mayores, los presentan en el Hartz. Demas de espacios existentes entre los fragestas analog ías, se pueden h all ar mentos de jaspe, y que las <lemas otras más exac,tas Y á la vez más Fig. 3.-Pulsómetro funcionan·lo sustancias no han llen ado del to instructivas, por el inmenso camen un pozo. do, admiten en su interior, para po que descubren á la investigaque ocupe los vacíos restantes á la calcita, que cion de la ciencia, y son las que el hierro mecomo se cumple con todos los oficios que la susteórico de que se trata g uarda con sus anú logos tancia negra desempeña en la meteorita. terrestres, especialmente con el bello ejemplar De todo lo expuesto se deduce la más íntima procedente de Sicilia, que forma parte ele las analogía en lo concerniente á las condiciones colecciones del Museo de Paris, consistente en de formacion de la masa cósm ica y de los filobrecha do jaspe, co mo las que acompañan ,á muchos fllones. En él aparece el jaspe de color rojo nes terrestres de jaspe fragmentario: nu eva y y de color amarillo , segun los lugares, fraccio- clarísima prueba de la ex istencia de un medio nado en pedazos, unos angulosos, otros redon- meteórico en un todo comparable bajo el punto deados, los más con ambos caeactéres en dife- de vista geológico y haciendo abstraccio n do la rentes caras. La base de estos frag mentos os el naturaleza química de las sustancias que la comcuarzo y la calcita en proporciones ig ual es, cuya ponen, con la corteza que cubre nuestro globo. posicion relativa quedará suflcientemente indi cada, si en la descripcion hecha más arriba soPUL ÓMETRO DE MR. HE RY HALL. bre el hierro meteórico brasileño se sustituye la (Conclusion .-Véase núm. 33, p1ig. 101 .) palabra li ie1·ro con la de jaspe, la de sulfuro con la de cua1·zo y la de g1·iJ.fi to co n la de El pulsómetro puede operar suspendido de calcita. un a cuerda, d isposicion que hace posible sq


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descenso en un pozo (fig. 3) y el bajarle ó subirle casi continuamente, confonne las necesidades lo exijan; cualidad que le hace utilísimo para los trabajos de mina y horadamiento, facilitando grandemente las maniobras. De lo expuesto se deduce que es tambien el aparato aplicable á los gasómetros, á los depósitos ele productos químicos, á los pozos deletéreos, sin que en ningun caso sea preciso éntre en tales lugaees el obrero. o deja de ser importante la áplicacion á que se presta singularmente el pulsómetro, y es el empleo del vapor que se escapa de una máquina para elevar agua ú otros líquidos á peque- · ñas alturas. La regularidad con que el pulsómetro funciona en esta ocasion, es la misma que si obrase en vietud del vapor recibido directamente. Por esto su ayuda es de mucho precio en las fábricas de productos químicos y otras industrias movidas por el vap01·, en que sea preciso elevar grandes cantidades de agua á pequeñas alturas, porque no cesa de trabajar mientras el vapor de escape actúe sobre ella. En tales casos, produciendo un vacío parcial en el cilindro generador de la máquina, hará que sea mayor su rendimienlo. La ventaja más notable y que ha de ejercer influencia mayor en la construccion de las máquinas, no la ha descubierto el inventor del pulsómetro hasta hace muy · poco tiempo. El pulsómetro puede emplearse como condensador ó bomba de aire, en cuyo caso, realizado en las máquinas de alta presion un vacío tan perfecto como puede en la práctica formarse, basta ponerlas en comunicacion con este aparato, que aspira el agua necesaria á considerable distancia, ya en algun rio, ya en algun pozo, bastando esto para que tenga lugar la condensacion con no pequeño aumento de fuerza y casi ninguna pérdida suplementaria. Es fácil obtener con el nuevo aparato una bomba de incendios; po hay más que colocarle sobre una caldera, añadir una cubeta y varios tubos, y montado todo sobre ruedas resultará una bomba de incendios muy ventajosa. Instalado sobre un navío, puede servir para agotar el agua, apagar los incendios y lavar los puentes. Sus servicios serán tanto más ele estimar, cuanto que la oxi<lacion de las piezas mecánicas, la alteracion ele las junturas y otros inconvenientes á que las bombas de los navíos eslún expuestas, no tienen lugar alguno en el pu]s¿. metro .. Por último, colocado en un lugar cualquiera de los cami!10S de hierro, :nm9ue sea al 4escu-

bierto, por m edio de tubos se le pone en comunicacion con un estanque ó corriente de agua cercana: bastará que la locomotora se detenga un momento y comunique al pulsómetro el vapor necesario, para que luego penetre en la caldera la cantidad de agua que se desee.

LA CRIA DE AVESTRUCES EN EL áFRIC.A. MERIDION.A.L,

Publicamos algunos grabados tomados de una sede ele fotografías que nos parece ofrecen un interes muy particular. Hacen conocer una nueva industria practicada fructuosamente en el Sur ele Áfri'ca." Estas fotografías han siclo tomadas en la posesion de l\fr. A. Douglass, cerca ele Grahamstown, siendo este el fundador de la cria ele avestruces, y hoy uno de los más ricos propietarios de la localidad. Hace diez años, poseía este inteligente colono tres avestruces silvestees; más tarde, consiguió de nuevo ocho. En cuanto vió que ponían en cautividad, empezó á experimentar la incubacion artificial, sin que logeara resultados muy satisfactorios durante tres años, pero bien pronto, gracias á un incubador especial, se convirtieron en sorpren dentes del todo, viendo l\Ir. Douglass, Jleo,ar al número 900 sus 11 avestmces primilivos. El aumento sigtüó sin cesar, y la cria de avestruces, que suministea sus plumas, ha venido á ser despues de la lana y los diamantes, la fuente mús importante de riquez(ls del Africa del S ur. Mr. Douglas, es, entre los criadores de avestruces, uno de los que han t (; nido más éxito y el primero que ha operado en gran escala. Ha sido privilegiado por la invéncion de un aparato que empolla el huevo, ósea el incubador, adoptado en el dia por todos los productores de plumas de avestruces. l\Ir. Douglass ocupa en el distrito cerca de 4.800 hectúreas ele un terre no cs cab1·oso, destinado anteriormente á la cría de la raza ovina. Todo el rededor de la com arca era recorrida no h ace mucho tiempo por manadas de carneros, pero parece que tenían un estío ingrato por el cambio ele hierbas, hasta el punto que estas no podían ser po1· más tiempo utilizadas por la raza ovina, pero pueden alimentar á los avestruces en buenas condiciones. En este establecimiento existen cerca de 300 de estas aves, que tanto adullas como pequeñas valen por término medio 30 libras esterlinas (720 pesetas cada una). Todo avestruz en edad ele ser desplumado , produce dos recortes ele


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plumas por año, que hace un valor de 15 libras guen á todo hombre que ven provisto de esta goesterlinas (3 60 pesetas). Los avestruces se ali- losina. Cuando el vallado está lleno , se cierra me1úan ellos mismos, excepto cuando son muy la entrada por medio de una puerta movible que jóvenes ó están enfermos, y viven del follaj e de estrecha los avestruces en grupos y les impide los bosques ó ele las hierbas de la co marca . L a oponer la menor resiste1rnia. Se les estrecha hacienda está dividida por cercas ó vallados en bajo el punto ele vista de que no puedan despTecomparti mentos que contienen cada uno, ade- gar las alas ni abalanzarse á uno con la violenmás de los pequeños, un macho y una hembra. cia que desplegan contra sus enemigos. EntónLos jóvenes, incapaces de reproducirse hasta la ces se introuucen los hombres entre sus filas , edad de tres años cumplidos, forman manadas los agarran por las alas y arrancan ó certan las de 30 á -40 cabezas cada una. _plumas que se desean. Las dos operaciones se Un establecimiento de cría ele avesLruces no efectúan indiferentemente, pero la primera es la puede dar grandes resultados sin incubador. más provechosa. Cuando la pluma ha sido arranLos avestruces se estropean las plumas al echar- cada pesa más que cuando se la corta; por otra se y cada empollamiento exige un espacio de pal'te, la raíz brota así con más vida, no pudien- · . do ser regenerado por la naturaleza el muñon dos meses. El incubador es una mesa con compartimien- que queda de la pluma cortada. Parece que la tos, sostenida por cuatro piés; esta m esa es de operacion no es muy dolorosa al avestruz, qi.1e poca alt uea, está geoseramente construida 0011 efectivamente parece que no padece mucho. Las plumas son escogidas con cuidado y distablas de abeto y tiene ele 8 á 9 piés de largo. En cada extremidad están las cajas donde se tribuidas en secciones; las que provienen de la depositan los huevos, envueltos en franela, en parte inferior del ala son las más preciosas y se donde permanecen durante seis semanas. venden á 25 libras esterlinas (600 pesetas) la El conjunto de operaciones, exige además ele libra. cuidados asiduos una clesteeza particular. El La fi g . l representa la inspeccion ele las avesavestruz, en su estado libre, vuelve á menudo truces, que se efectúa en los vastos cercados sus hu e vos pa ra que estos sean calen ta dos igual- donde circulan co n libertad, :'.L los cuales damos mente por todos lados· es necesario por lo tanto el aspecto ele 12.000 hectá reas de superficie que el criador de avestruces vuelva periódica- y encierran 240 avestruces. , e les visita una mente los huevos unas t1°es veces al dia. Es ne- vez por semana, estando confiada la operacion cesario ta mbi e n cieeto grado de humedad igual á dos jinetes armados ele largas ramas espinoal que produce el avestruz al echarse sobre los sas pa ra alej a r los avestruces que son bravos huevos, debiendo ser moderado segun las cir- y dan coces peligrnsas; uno ele los jinetes lleva cunsta ncias, porque la yema del huevo se con- un saco de maíz, con el que los ateae al cercado trae y se asfixia el polluelo. Es necesa rio imi- donde debe hacerse el recuento. La fig. 2 nos tar escrupulo amente el m ét0do ele la naturale- muestra la sala de incubacion; en ella funcioza, lo cual exige observaciones prévias. Llegado nan muchos incubadores ai mismo tiempo. Poel momento en que el pollo rompe el cascaron el demos ver en uno de ellos un polluelo saliendo criador debe hacerse comaclron y ayudarle deli- de su cascaron roto. En la cúspide del aparato cadamente á abrir- s u cáscara, lo cual se hace está el dormitorio ele los avestruces , durmiendo con instru.mento, acl hoc. Cuando ha terminado todos calentados. La fi g. 3 representa un operador ayudando á sus operaciones de obsLetricia, es necesario que un jóven avestruz de termino á salir del cascase convierta en nodriza de la pollada, que perron. Por medio de ciertos signos descubiertos manece muchos días sin poder anclar ni alimenpor 11fr. Douglass, puede decirse en hora precitarse por sí sola. sa cuándo el ave está en disposicion de .salir ele Los avestruces son desplumados ántes de su envoltura; pero sucede á menudo que el j6:. cumplir un año de edad y por consiguiente hasta ven avestruz no puede hacerlo , muriendo en cntónces na<;Iie puede decir en qué momento este caso s i no se viene en su ayuda. puede practicarse esta operacion sin compromeLa fi g . nos muestra el interior de la sala de ter su existencia. e han visto ave truces que plumas. Los avestruces son desplumados dos han tenido plumas durante de 16 años, no perveces por año, es decir, que se les arranca la diendo nada de su plumaje. Llegada la época cola y la primera de las plumas largas del ala, del desplume, se ceban los avestruc_es que han de sufrir la operacion y se les harta con maíz, que son las únicas blancas, y la décima larga despues ele atraerlos á un cercado, adonde si- del ala, que es la sola negra. No se arrancan

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otras plumas á dicha ave. Es en esa sala donde se clasifican las plumas segun s us cualidades;

'¡

se las lia en mazos y se meten en cajas clispuest as á ser embarcadas para Lóndres. -

T-'i g. 1.-U na inspeccio n en el parque de los ::iscstruccs.

La fig. 5 representa á un jóven coolie encar- 1 Es necesario decir que cada treintena de avesgado de alimentar cierto número ele avestruces. truces tiene un hombre á quien incumbe el

Fig. 2.-La sala de incubacion.

cuidado de guiarlos, desde la salida hasta la posLura del sol por los campos de alfalfa; éste la corta para ellas, rompe los huesos y los pro-

Pig. 3.-E xclaus traci on artificial.

vee de casquijo, de arena y de agua, de modo que ellas son muy adictas á su padre nodriza. La fig. 6 muestra un avestruz echado sobre


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t zl

el nido; en el estado de plena lib ertad, la hembra cubre los huevos durante el d ia y el macho

durante la noche, á excepcion de cuando el tiempo es lluvioso ; en este caso el macho los·

Fig. 4.-La sala de las plumas.

Fig. 5.-Cooli c alirn entandn ,, los r,ve~lru ccs pequ eño' ,

Pig. 6.-A veslru z incuba ndo.

cubre dia y noche, no atreviéndose sin eluda t't confia r en su compañera. La fig. 7 representa el descubrimiento de un nido. Es cosa muy difícil hall ar lo s nidos; el ave se irrita al ser sorprendida y molestada, si es un macho el que incuba, puede fácilmente poner en fuga á hom-

y

Pig. 7 .-Descubrimiento de un nido.

bres y caballos , amedrentados con sus furiosas coces (1). (1) Tomado ele les Voy ages dans l'Af1·iqu e m e1·idi ona le el e M. Anthony Trallope y The Illttslraled London N ews .


LA NATURALEZA

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LOS ENVENENAMIENTOS POR EL ARSÉNICO. LA CAUS,\ DAN\TAI,,

El eco tan considerable que han tenido en la opinion pública los debates relatirns ú la causa Dan val, nos obliga á presentará los lectores de LA ATURALEZA. el resúmen ele la discusion científlca que ha tenido lugar en esa ocasion ante los tribunales; lo haremos dejando á un lado por completo la parte jurídica del proceso. Recordaremos primeramente los hechos: el 9 de Setiembre del pasado año, la mujer del farmacéutico Dan val murió repentinamente de "una muerte mal definida. Los primeros sín1omas ele la enfermedad se traducían por vómitos acompañados ele diarrea, que no tardaron mucho en . er seguidos de una depresion general; despues el estado de la enferma empeoró, los vó1~itos se sucedieron sin interrupcion, la diarrea se hizo más violenta, acompañada de una tos incesante, ele sudores nocturnos y de una sensacion ele quemazon en el . estómago. El 8 de Setiembre se quejó más que nunca cerca de las sienes, de sentir quemazon en el estómago, de tener la lengua seca y tiesa, las piernas casi paralizadas; al dia siguiente murió, despues de diez y ocho meses de matrimonio. Las medicinas que la prescribieron, segun dictámen, fueron muy distintas segun la naturaleza de la enfermedad: el doctor Dervillez creyó en la existencia de un reumatismo muscular y visceral, el doctor Renaul t atribuyó el estado de la señora Danval á una afeccion net·viosa; el doctor Oovin se interrogaba si se hallaba en presencia de un principio de fiebre tifoidea. Añádase que los doctores Renault y Oovin, que fueron los últimos en asistida la habían prescrito el bromuro de potasio, el bismuto y finalmente el clorhidrato de morfina. Los caractéres tan sospechosos que habían acompañado esta muerte, la actitud bastante singular de Danval, conmovieron la opinion pública y quince días dcspues del fallecimiento los tribunales ordenaron la exhumacion y nombraron los peritos para proceder á la autopsia, así como al exámen químico y médico del cadáver: á I. L'Hote para la parte cruímica y ~t los doctores Dergcron y Delen para la parte médica. Danval fué arrestado, pasó al tribunal supremo del 6 al 11 de Mayo, donde se le condenó, segun se dice, á trabajos forzados perpétuos. Yamos á examinar las causas que determina-

ron esta condena. Los peritos hicieron constar de ele un principio la conservacion notable del tubo digestivo, que no era sitio de niJ1guna alteracion y que conservaba su coloracion normal ; luégo, despues de reconocer la ausencia de tocio veneno orgúnico, buscaron la presencia del arsénico, cuerpo que posee en el mús alto grado la propiedad de conservar los tejidos. Para este efec~o se sirvieron del aparato de Iarsh, tomándose todas las precauciones dehiclas en casos semejantes, notando y demostrando por la coloracion blanca del aparato, que los reactivos empleados estaban completamente exentos de arsénico. Los órganos fueron carbonizados con la ayuda del ácido sulfúrico, por el método de Flandin y Danger; clespues de introducir el líquido ácido en el aparato, los peritos demostraron la formacion en los platillos de manchas que reconocieron ser de ar énico con la ayuda de los reactivos usuales: hidrógeno sulfurado; hipoclot·itos alcalinos, nitrato de · plata, etc. Repitiendo este exámen en los diYersos órganos del cadáver, demostraron que el arsénico existía no tan sólo en el hígado, sino en el estómago y los intestino,:. · Por el contrario el arsénico no pudo ser hallado ni en el serrin ni en la madera, ni en las preparaciones aromáticas mezcladas con el serrín que rodeaba el cuerpo. Examinaron los peritos asimismo para poder responder á las objeciones que pudieran hacerles, los medicamento.· designados por·Danval, que pudieran contener incidentalmente huellas de arsénico, los vinos medicinales y el vi1Yo ordinario que bebía la enferma. La conclusion natural á que llegaron , por consiguiente, fué que había habido ingcstion de arsénico, puesto que este cuerpo simple no podía provenir ni de las materias desinfectantes que recubrían el cadáver, ni de los medicamentos ni de los productos alimenlicios que podía haber tomado la ra. Dan val. El acusado, en la demanda del juez ele instruccion, designó para procederá un nuevo reconocimiento á M. Bouis, profesor de Toxicología de la Escuela superior de Farmacia. La parte de los ót;ganos que había siclo respetada previsoramente por los peritos, fué examinada de nuevo por 1. Bouis, pero por un método distinto. El hígado, el estómago y los intestinos, analizados separadamente, fueron tratados en ·efecto por una mezcla ele ácido clorhídrico y de clorato de potasa, para quemar ó clestruit· las materias orgánicas,_despucs de lo cual se introdujo el liquido en el aparato de :Marsh. M. Bouis demostró por este medio que el hí-


LA NATURALEZA gado y los intestinos no contenían sino una cantidad excesivamente pequeña de arsénico, y que en el estómago la presencia de este cuerpo era dudosa. «Evalúo, dijo en su cleclaracion, en cerca ele un miligramo la cantidad de arsénico contenida en todo el cuerpo, así como un litro de agua de Bourbaule contiene de 6 á 8 miligramos.» Y luégo: «La presencia ele cantidad tan pequeña, puede hacer sufrir ó incomoda, pero no puede hacer sucumbir. ii Los dos químicos, demostrada del todo la presencia del arsénico, no eran sin embargo ele la misma opinion respecto á la cantidad de este cuerpo contenida en el cadáver ele la señora Dan val. Pero el arsénico no existe normalmente en el cueL·po humano; pues aunque Courbe y Orfila creyeron en un principio que este metaloide existía en los huesos, despues de los experimentos de este último y ele los trabajos de la co mision de la Academia ele Ciencias de Paris, nombrada á este efecto, está admitido qne el arsén ico no existe en la organizacion, á ménos que haya sido introducido en una forma cualquiera que sea; á pesar de las afirmaciones de Haspail, en la causa Lafarge , pretendiendo entónces este químico que el arsénico existía en todas partes, ofreciendo probar al mismo Orfila r¡uc su propio cuerpo le contenía .. 111. Bouis no podía, por con iguiente, hacer alusio n ú este arsénico normal, pero pretendía que el arsénico podía haber siclo in ge rido con los medicamentos que tomó la enferma, especialmente con el bismuto; admitía tambien que este aL·sénico podía provenir de la cortinas del lecho, que lo contienen en graneles proporciones. · Los minerales de bismuto, contienen siempre en efecto el arsénico, y la primera ohjeeion era séria. i\I. L'Jiote respondió analizando los subnitratos de bismuto ele origen comercial diferente; de vcintidos ejemplares, só lo tres contenían el arsénico, no proviniendo estos, además, de los proveedores habituales de Danval. En cuanto á la segunda objecion de M. Bouis, fué objeto de una discusion aún más viva: las cortinas de la cama de i\Iad. Danval , contenían cerca de un gramo de arsénico por metro cuadrado, y éstas tenían unos 27 metros de tela; podía, pues, desprenderse y ser absorbido por las vías respiratorias ó por las vías digestivas, como pretendía el doctor Gallarcl. l\L Chatin hizo observar que tales absorciones no se verifican por las vías aéreas, sino por la clegl ucion ele la saliva que se traga.

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l\111. Borgeron y Delens, respondieron que se ha empleado por mucho tiempo en la industria las tinturas ele coloees ele anilina, fijos con el auxilio de los compuestos de arsénico, pero que este cuerpo unido á una combinacion insoluble es ele tal modo fijo, que ha siclo imposible encontrarlo, ni en las franjas y dobleces ele la cortina, ni en el pal villa recogido del lecho de la señora Danval. Los pulmones no contenían por otra parte ni la más pequeña huella de este cuerpo. La discusion fué llevada al terreno médico, donde se hizo aún más irritante: los peritos fundándose en el estado de conservacion del tubo digestivo, como hemos dicho anteriormente , en el conjunto de síntomas de la enfernrndacl caracterizada por las medicinas que se prescribieron á ·i\Iad. Danval, que son los síntomas ordinarios del envenenamiento por el arsénico , en la ausencia de toda otra causa que expliqu e su muerte, demostrado por el estado normal ele todos los órganos, y en fin, naturalmente en la presencia inexplicable del arsénico, concluyeron que se trataba de un envenenamiento. En su opinion, si el m·sénico no se halló en dósis mayores, es porque había sido eliminado por las vías ordinarias, siendo el arsénico un cuerpo que se elimina muy rápidamente, sobre todo por la orina, como la experiencia lo ha demoskado ele una manera absoluta, por el contr:wio de otros venenos que, como por ejemplo el cobre, se localizan en ciertos órganos, principalmente en el hígado. A estos argumentos vino :'t añadir i\L Gubler el peso ele su alta autoridacl médica, concluyendo tambien la verosimilitud del envenenamiento, citando casos, bien es Yerdad que excepcionales, y otros en que alg unas personas han tomado una cucharada de las de café de úcido arsenioso, habiendo podido escapar de todas las primeras lesiones y saliendo ele cuidado. Es este un punto importante, pues es uro-ente en sumo g rado saber, si ó no los envenenamien • tos lentos por el arsénico producen forzosamente lesiones orgánicas y ladegeneracion grasa del hío•ado como pretenden i\Ii\I. Bouis, Cornil y Ga º ' l\I. Corn il hi zo notar en efecto, en el curso llard. del proceso, que habían omitido por desg racia en el reconocimiento, el exámen histológ ico del cerebro, del hígado, del páncreas, y de los L'iñones, exámen que podían proporcionar elementos importantes en la cuestion, y en ausencia de estos elementos, habían sido dadas las conclusiones de los pel'itos de que no podía probarse ninguna lesion, y MM. Bouis , Co rnil y Gnllard, se-


LA NATURALEZA

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g uían sosten ien do que el arsénico, tomado en miento primitivo, resultando que el sonido puede ser reforzado ó debilitado, segun que la rotacion sea más pequeñas dósis produce siempre lesiones. Este era en efecto el punto grave del debate, rápida ó más lenta . Este inconveniente es muy graye en lo que concierne sobre todo á la reproduccion del canno faltando más que la profunda ciencia del to, puesto que con la misma iuscripcion pueden obteprofesor de la Esc uela de Medicina, para que nerse notas muy distintas segun que se vuelva con mase inclinase el debate en favor de los peritos. yor ó menor rapidez el manubrio del aparato. El jurado admitió por consiguiente las afl rl\Ir. Edison no tan sólo ha remediado este inconvemaciones de los peritos, y condenó á Danval niente por el empleo de un movimiento de relojería, como culpable ele enven enamiento lento por el sino que ha perfeccionado u fonógrafo de cilindro en todos ns detalles l1aci endo de él un verdadero insarsénico . trumento de preEnresúmen, cisiou . hay que admiE l primer mot ir por compledelo de fonógrafo to que tienen de movimien to que hacerse ele relojería acados reformas ba de aparecer en en la manera Paris, estand o de proceder á expuesto al público en el boulas autopsias lernrd ele Capulegales, resulci n es (sala de tando de estos conferencias). en general Gracias á la corcientífica me nte anía ele los rete, q ue la acpresentantes del cion fisio lógica sabio americano, de los comhemos reprodupuestos de arcido el aparato sénico n o está en los grabados que acompañan aú~ del todo este artícul o cono cid a. ·11 (fig. 1 y 2). estudio pro fu nLa figura 2, do de los efecel sistemuestra tos de este vePig. 1.-Modo de emplear el fonógrafo de movimiento do relojería. ma visto de frenneno sobre el te. El fonógra fo , . organismo, mesa de caoba, suficiente· una en montado est,1 pues, n aclarará ciertamente otra nueva cuest1o mente elevada, para que un hombre de estatura reto que el estudio histológico de los tejidos, des gular pueda colocar su boca delante de la embocn· pues de la autopsia, podrá proporcionar entón- dura E sin que tenga que inclinarse. Esta embocadurn ces, en las causas análogas, conclusiones abso- está colocada delante de la membrana vibrante que e 1utamente ciertas. ele metal delgado. El estilete que ésta sostiene, no es

EL NUEVO FONÓGRAFO DE

,rovnIIEN1'0

DE nELOJERÍA.

Nuestros lectores conocen el primer· modelo del fonógrafo de }\fr. Edison (l); ya saben que el regi tro de los sonidos se efectúa en un cilindro al que la mano del operador comunica un movimiento de rotacion. Cuando es necesario hacer pasar otra vez la punta de acero unida á la membrana vibrante por los surcos que ha trazado, el operador no puede, por mucha que sea su habilidad, reproducir idénticamente el movi(1)

Primer año 1878, primer semestre, página 379.

ya de acero; es un tallo metálico muy delicado que termina en una punta de ágata. La embocadura y la membrana pueden ser aproximadas ó alejadas del cilindro y se mueven en las ranuras de un deslizador. El cilindro de cobre que lleva la hQja de estaño está representado en B (:fig. 2), el tornillo de rotacion en C. A la derecha del grabado se ve el movimiento de relojería que comunica nl ci li ndro una rotacion uniforme. Cuando se quiere hacer u o del aparato, se elev:i un peso por medio de un manubrio, y el cilindro empieza á dar vueltas regularizada por el movimiento ele un regulador de p:iletas planas. Se habla en alta voz de· lante de la embocadura, como indica la :fig. 1; cuando la voz queda registrada, se detiene el movimiento del cilindro; despues se le vuelve á su posicion primitiva para hacer repasar la punta de :-\gata por todos los


LA NATURALEZA surcos que haya trazado. No insistiremos más en esta operacion ya descrita. Colocando la bocina O (fig. 1) delante de la embocadura entienden todos los espectadores de una sala la palabra ó el canto registrado, y gracias á la uniformidad de la rotacion no existen ya uinguno de los defectos del aparato primitivo. Hemos asistido recientemente á la sesion inaugural de este nuevo modelo de fonógrafo. Un artista di tinguido del teatro Lírico cantó varios trozos delante de la embocadura del instrumento, y la reproduccion de los sonidos foé de una exactitud perfecta. e hizo re-

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petir al instrumento una tocata de cuerno de caza, así como un duo registrado por medio de la doble embocadma T (:6.g. 1), colocada delante ele la membrana ele manera que los dos arti tas pudieran cantar .'.1 la vez. Los resultados son muy notable , y todos los que asistieron mauife taron su admiracion con um1nimes aplausos. Muchos de los que han visto y admirado el fonógrafo se preguntan cuáles podrán ser las aplicaciones de este aparato. Es dificil preveerlas todas, pero creemos que serán numerosas é importantes. ¿Quién hubiera

Fig. 'l,-- -uevo modelo de fonógrafo de movimiento do relojeria de i\ir. Edison.

osado suponer á principios de este siglo que la primera pila de V olta había de ser el punto de partida de la telegrafía eléctrica, del descubrimiento de nuevos cuerpos simples,. de la produccion de la luz m!ts intensa que el hombre ha podido producir? ¿Quién podía entrever los progresos y aplicaciones de la fotografía contemporánea, considerando que hace á lo miís cuarenta años que hizo Daguerre su primera prueba? Cada vez que un instrnmento tan nuevo como el fonógrafo hace su aparicion en el dominio ele l'a ciencia, podemos estar seglll"os que p1~oducirá descubrimientos importantes, refori1ándose los unos á los otros para conducir quizá al conocimiento de nuevas leyes. Tal como hoy es, el fonógrafo es susceptible de ser utilizado en cierto número de aplicaciones. Supongo

que teneis sobre vuestro escritorio el fonógrafo de Edisou. Uno de vuestros amigos viene á veros durante vuestra ausencia, habla delante de la embocadura del -i nstrumento, haciéndola registrar todo lo que desea deciros. Al volver á vuestra casa, poneis en movimiento el cilindro, y escuchai la reproduccion de la voz de vuestro amigo. Ofrece tambien actualmente, segun podemo considerar, una importancia capital bajo el punto de vista de ia enseñanza del canto y del arte de declamacion. Si el fonógrafo existieia hace un siglo, nos sería posible escuchar min hoy los grande oradores que ya no existen. Podríamos oir la voz de Mirabeau; los artistas líricos se in pirarían escuchando ií Lablachc ó á l' Albo1ú. Lo actores ele la comedia francesa ¡;abrían ~xactamente cuál era la locuciou de


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LA NATURALEZA

Talma haciendo el papel de Brit,inico, ó de Rachel re- de Suiza, y como ellos, si conocieron los metapresentando el personaje ele l?eclra. Hubiera bastado les, no hicieron ele ellos sino muy escasas aplirecist,rnr l:t voz de todos esos ma estros en el arte del , caciones. Fueron rechazados del EsLe al Oeste hi:11 decir y conservar la hoja met.\lica clepo itaria del segun la marcha ordinaria de las invasiones en trazado ele las Yibraciones sonoras. El fonógrafo será Europa, por gentes venidas del Asia Central que :i. los sonidos lo que el aparato fotognífico es á la imconocían y usaban los metales, y no sepultaban presion luminosa. o e oh,ide, por otra parte, que este instrumento acaba de nacer y qne es suceptible en dólmenes sino bajo los tumulus: estuvieron los invasores en relaciones con la Grecia é ItaJ e muchos petfeccionamicntos. M:r. Edison no se limita á este fonógrafo ele lllOYi- li a primitivas, asi es que al habitar la Europa miento de i-elojería; el sabio americano tiene en cons- Central, la derecha del Rhin, del siglo 1x al YII trucciou otro ele disco plano, ofreciendo este ültimo anterior á nuestra era, se ven en sus tumbas modelo graneles ventajas, que no esforzaremos en des- vasos decorados segun el primitivo arte corincribir á la mayor brevedad ele una manera completa. . tío; y cuando más tarde se pasaron á la orilla izquierda, los vasos funerarios son muchas veces vasos etruscos del siglo 1v, dato que precisa P EBLOS PREHISTÓRICOS la época de la expansion de un pueblo compu esto de verdaderos galos enteramente parecidos DE LA. EUROPA. CENTRAL, á. los germanos , como prueban la identidad de armas y adornos encontrados en los tumulus El sabio director del Museo de San German con los que ostentan los galos esculpidos en el de París, l\I. Alexandre Berteand, acaba de. dal' arco de Orange. en la Sorbona una conferencia sobre los pueEn resúmen, la Galia hasta el Rhin estuvo blos prehistóricos de Europa, que por encerrar duran te el pedodo prehistórico habitada 1. º poi' gran interes merece ser conocida. No dejándose cazadores salvajes , cuyas groseras armas de piellevar del~ moda que tanta influencia ejerce en dra sin labrar ha descubierto Boucher de Perthes. las ideas generales de toda una generacion, en 2.0 Por pastores trogloditas que usaban ele arla ciencia como en el vestir, en el arte como e_n mas de piedra tallada y grababan con extraordimedicina, M. Bertrand no sólo ha afirmado los naria perfeccion los dibujos, segun los descubridos hechos que siguen, sino que fambien los ha mientos ele Lartet. 3. 0 Por la poblacion gcrárdemostrado: L 0 En tiempo de Polibio, á media- quicamenteorganizacla que levantó los dólm enes, dos··del siglo II ántes de Jesucristo, los antiguos 4. 0 Por las primeras tribus que procedentes del conocían, aunque á costa suya, los pueblos bár- ,\.sia transformaron la antig ua poblacion: eslos baros de la vertiente oceánica por las frecuen- usaban de piedras orientales y más tarde del tes incursiones que verificaban hacia el Medio- bronce, carácter distintivo de la civilizacion céldía: su país, empero, quedó por completo desco- tica. 5.0 Por nuevas razas de indo-germ'a nos, nocido hasta que César le visitó como conquis- que establecidas al Este de las demas, usaban tador; de lo cual resulta que hasta él, los anti- ya d~l hierro: estos son los primitivos galos y guos no pudieron transmitirnos sobre aquellas germanos, que más tarde cambiaron de armas regiones por explorar aún, mas que puras leyen- como tambien de ritos: en un principio, daban das admisibles tan solo cuanao no contradicen supultura en los cementerios de los• guerreros los documentos auténticos de la arqueología. armados de espadas cortas; y en los tiempos 2. 0 Los últimos descubrimientos arqueológicos contiguos á la dominacion romana; ántes de clejah completamente intacta la historia de la convertirse en galo-romanos, establecieron la Galia y la Germanía tales como nos la pinLaron incineracion. los historiadores y geógrafos desde Polibio á EsLrabon. MISCELANEA. Los descubrimientos arqueológicos demuestran de un modo seguro la coexistencia en la EuMáquina solar.-El célebre l\lI. fonchot, guccon ropa central y occidental de dos grandes gru- un simple espejo de 18 centímetros cuadrados llegó :i pos de poblaciones llegadas ya á cierto grado desarrollar, mediante la refl.exion ele la luz solar nueve ele civilizacion. Los del Oeste levantaron los caloríns por miuuto, acaba de con truir, para 1Jresc11· dólmenes y los monumentos de piedra tosca tarlo en la E xposicion de París, una máquina solar, que cubren la Francia occidental , las Islas Bri- cuyo espejo, de 25 metros ele superficie pone en moví· tánicas y la Escandinavia: fueron contemporá- miento una poderosa máquina de vapor. neos de los que habitaron las ciudades lacustres *

"

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LA NA'rURALEZA Museo de historia natural de Paris.-Los departamentos de este museo acabau de ser ocupados con una importante coleccion de animales Yivos, donativo que ha siuo hecho por el coronel Briere de J'Isle, gobernador del Senegal. Son ele uotar dos soberbi'bs antílopes algazelos, cuyos cuernos miden cerca de un metro ele largo, cuatro guibos ó gacelas de pelaje rojo con listas blancas, gacelas kevel y otros antílopes ele especies diversa . Entre las aves se encuentra uu .íguila mofi.ada, uu pigargo vociferador, perdices de una talla sumamente pequeña, gangas de patas emplumadas y muchas variedades del género Colomba.

Vestido iocombustible.-Elingeniero sueco señor ü estherg ha inventado un vestido con el que puede resistirse á la accion ele las llamas, porque está dis¡rne to ele modo que tiene constantemente mojada su superficie exterior. e compone de una doble envolrnnte, la interior de caoutc4oue y la exterior de cuero inglés, perforado por gran número de pequeños orificios. Por medio de una bomba se int roduce incesante111ente agua eutre las dos cubiertas, la cual va saliendo por los orificio y mantiene mojada la capa externa del vestido. El bombero provisto ele este traje lleva en la mano un ramal del t ubo de la bomba, que le umini tra agua con que combatir el fuego. Al propio Liempo-se introduce tambien aire al interior de la enYolrente del traje, bastante comprimido á fin ele que hinche el vestido, y saliendo al exterior por una aberLttra dispuesta debajo de la visera del ca co, arrastre los productos de la respiraciou y aparte de la vista el humo y las llamas. En Berlín se ha ensayado este aparato por Mr. Ahlslroem, que, vestido con dicho traje, ha permanecido sin el menor contratiempo sobre una inmensa hoguera producida por leña rociada con petróleo, cuyo calor no podía soportarse á la distaucia de 40 pasos.

. *. Inmensa linea férrea.-El gran proyecLo ruso ele un camino de hierro central á traYes del A sia., está á punto ele cousuma.rse. El ca.mino empieza en Moscow, Y está completamente terminado hasta Saman, en el Voiga, recorriendo el L ower ovogorod y una clistau~ cia ele 600 millas. Siguieudo el Sude te desde el Novogorocl, y por medio ele Saman, llega á Oremborg, en el río Ural, que son otras 600 millas, continuando la Cll l'l'a de ese rio hasta Orsh. Esta es la tenuinaciou llel camino europeo y el principio clel ceutral asiático, acerca ele cuya colosal empresa tanto ·e ha ha~lado. De de Ül'sh, la línea sigue una direecion udeste ha ta Tashkeut Kohl .au, cerc :- de 800 milla :1 trares de pantanos y desiertos que ·:equiereu enormes puentes, túneles, terrapler es y ,.-xcavaciones, y probablemente ele allí á Kash 5ar, e '. t donde hay una interseccion con el proyectado ( amino, desde Ormus, en el golfo de Persia, y que crrJzanclo el Afghanistan va á Cashgm,, y se piensa he cer llegar á P ekin. Con justicia

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se dice que esia e. una ele la obras mtís grandiosas que el hombre lia podido emprenclei·.

....* Calefaccion por medio del vapor.-Los experi-

mentos llevados {L cabo d urante el pasado inYierno en N ew-Y ork acerca de la distribucion á domicilio de la calefaccion por medio del vapor, han dado satisfactorios resultados. , 'e calentaron 51 casa y una o-rau escuela con el Yapor, que e di tribuía por las habitaciones por medio ele t ubos, cuya red articulada eutt=e sí, comunicaba con la caldera generadora del vapor. En la canalizacion se emplearon cerca de cuatro kilómetros de tubos y sin embargo, la presiou siempre fné suficiente é ig ual. En vi ta de tau brillantes resultados, créese qne en el invierno próximo este proceclimieuto sustituirá á las chimeneas, calorü'eros y clema sistemas de calefaccion ele habitacion es.

....* Rapidez en la confeccion del calzado. -La fabricaciou del calzado á máq1úna se hace en lo E tados- U nidos con una rapidez prodigio a. En el corLo espacio de once minutos se hacen un par de botitas de señora, perfectamente rematadas.

* Nuevas tarifas del canal de Suez. -Eu l.º lle

Julio entrarán á regir la s nuevas tarifas para el canal de Suez, las eual e · cou una disminuciou progresiYa de 50 céntimos por tonelada cada seis meses, quedarán reducidas en 188± á 10 libras. Consta que en el trascurrido mes ele :Mayo pasaron por el canal 15± buques, pagando una tasa de tres millones de libras.

. *. Joyas del Museo británico .-Entre la mús recientes adquisiciones del Museo britáuico se encuentra una pequeña erie ele bellísimos ornamentos ele oro encontrados en un sepulcro en Cyme enAeolis, de Grecia. La serie incluye dos pares ele espléndidos aretes, formados ele grande di cos, de los cuales e hallan suspendidas pirámides invertidas por caden,i finas . En el disco y la pin\mide hay una figura de muj er en traje talar y arrodillada. Una de las gargantillas e tí1 ingeniosamente enriquecida con labores de :filigrana. Con esto ornatos se encontró una estatua de A lejan• dro el Grande, por lo cual se deduce que foé hecha en su t iempo, no ántes.

NUEVO CÍRCULO PARA HACER LOS CÁLCULOS, El instrumento qu; vamos á describil· está de.;tinado á prestar los mayores servicios á cuantos tengan que hacer cálculos co n rapidez. Lo reducido de su volúmen, que n o es m ayor que el de un reloj remonloir, le hacen s umamente recomendable á los ingenieros, agentes , etc.; mas sobre t odo es propio para los trabajos de despacho , pudiendo ser de inmen sa utilidad á los estadistas, hoy so bre todo, que la fabricacion de


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LA NATURALEZA

las reglas de cálculo dejan bastante que desear. El círculo de que tratamos puede servir: 1. 0 para hacer la adic_ion y sustraccion, si bien esto constituye su mérito menor, por ser pocas las ventajas que ofrece sobre los métodos ordinarios: 2. 0 Para efectuar la division y la multiplicacion y ~n consecuencia para resol ver las proporciones. Bajo este respecto vale tanto como la regla de cálculo, presentando además la ventaja de ser más portátil y cómodo para ejecutar las operaciones sobre el terreno: 3. 0 Para buscar el logaritmo de un número, y por consiguiente las potencias y raíces ele los números. 4. 0 Para hacer las operaciones trigonométricas por medio

ele un cuadrante que se halla en el reverso del primero (Véase fig. 2.) Las últimas operaciones se ejecutan con gran rapidez: bastan tre~ movimientos de los dedos para obtener el resultado que se busca. Se ve, pues, que este instrumento, cuyo diámetro no es mayor que el de un napoleon, evita al ingeniero llevar siempre consigo el grueso volúmen de las tablas logarítmicas y la in1,;omodidad de las operaciones elementales ele aritmética. Bajo este último concepto es de suma utilidad al estadista, á quien lo recomendamos con insistencia. ro nos extenderemos más sobre el prin-

Fig. l.

Fi::; . 2.

Nuevo cil'culo para los cál culos.

c1p10 en que se funda el pequeño instrumento, porque su plena inteligencia requiere tenerle á la vista. Baste saber que su principio es el de la regla de cálculo, esto es, el conocido teorema de que el logarilm.o ele ·u n p1·oelucto es igual á la suma de los logaritmos ele los factores. Así como la regla de cálculo debe ser larga para que sus indica,ciones sean exactas, así tamhien los del círculo serán tanto más aproximados á la verdad cuanto mayor sea la longitud de· su circunferencia. El que describimos actualmente permite se lean con exactitud sus cifras, lo cual hasta para la exactitud de los cálculos en no pocos casos. Su inventor, lVI. Boucher, tenía en proyecto la confeccion de círculos mayores con destino á las oficinas de despacho, en los que fuese posible leer un número de cifras más considerable, pero hubieran tenido el inconveniente de no ser portátiles. Abandonó, pues, su

pensamiento, sustituyéndole por· otro mucho más ingenioso, consistente en colocar los números como indica la fig. 2. •, esto es, en espiral y no en círculo, con lo cual con una misma superficie se puede disponer de mayor longitud, siendo entórices posible operar con números mucho más considerables en instrumentos muy pequeños. M. Boucher piensa realizar su última ventajosa idea; mas ántes espera que la práctica, cuyos consejos son exactos y serios, pronuncie su posteer palabra sobre la segunda parte de la invencion. Ea cuanto á la primera, podemos cleci · que ya ha fallado y á favor ele su inventor, diciendo las conocidas frases: Expe1·to creele Robe1·to. PnOPIE'l'AIUOS GERENTES: PEROJO HERMANOS.

MADRID: 'l'ipogra!la Estereotipia PEROJO.


Núm. 35.-27 Julio 1878 .

LA

ATURALEZA

LAS MINAS DE OllO DEL PAÍS DE füDL\N. Acaban de descubril'se unas nuevas minas de oro, no allá en el otro ext r·emo de l,t tierra como las Je Australia y Calil'ornia, s ino muy cerca de Suez, en un p,1is clásico y bíblico que los viajcrns han descuidado de exp lo rar h asta ahora, no sabemos pcr qué. Es necesario leer la Biblia para saber dónde está el país ele i\Iadian y los madianitas. Al lí es do nde se refugió l\Ioisés para evrtat· la có lera de Fa t'aon; allí Ee easó y pasó cuarenta años de su vicia guardando los re baños ele su suegro; allí se le apareció el Señor para decirle que estaba d estinado á sacar a 1 pueblo judío de la serYidum bre. Áun un poco dcspues se trata de los madianitas en la Hi storia Sngrada. T-T:í.cia el fin de la vi da en el desierto, :\Ioisés, olvidando el buen recibimiento que h abía obtenido de ellos en tiempo de desgracia, los ataca. Todos los hombres fueron muertos, las ciudades quemadas, y los israelitas ga narnn en esta expcdicio n el oro, la plata, el cobre y-.cl eslaño de las joyas de todas clases con que aclornabau su tabernáculo, lo cual merece fijar la ate nci on. El país de Madian producía por consiguiente los metales e n abundancia. Los comentadores de siglos pasados hn.n buscado bien léjos de Ofllir el orígen de las grandes riquezas de Sa lom an, cuya memoria permanece siendo lege ndaria; unos le fija n en la India, en la península de Malaca; otros en el Perú ó en Méjico. Es bien poco verosími l que los vasos de los reyes de los judíos prov iniese n de Lan Jéjos, sobre todo si a lgu na tierra vecina contuviera el oro dentro de sí. Por otra parte , es sabido que los romanos explotaro n más Larde las minas del país de :i\Iadian; 2 .• 8El!E3'fllE.

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Estrabon y Tolomeo dan su testimonio. Pero no será por más una pregunta de miles de años, desde las expediciones recientísimas de l capitan Burton,, cuyos atrevidos viajes en dive!'sas partes de .\frica, ::;on ya bien conocidos. El i\Iatlian es la. parte de la Arnbia que coste~ • el golfo de Akabah, al Sur de la India. Aunque el país depende nominalmente de Egipto, se ha exp lo rado poco. La costa no ofrece á la vista sino rocas estériles, montañas escarpadas, valles desprnvistos <le vegetacion; los habitantes so n salvajes crueles é inl10spita lal'ios. Ko ignoramos que cxislen extensas ciudades ruinosas, pot' más que ningun europeo haya tenido aú n .el va lot· de ir á verlas. El capitan Burton , que había visitado ya csla regio n el pasado año, volvió este invierno co n una. escolta su fleiente para vencer lodos los obstáculos. Además, un in geniero de minas, un E francos al servicio del Khedive~lleva• ba consigo cinco ofieiales del ejército egipcio, veinticin co soldados y treinta m_ineros. Diez mul;is y cien camellos lle\·aban los bagajes. El K hedive hizo generosamente los gastos para la ex pcdicion. Esta entró en i\Iadian, por el puerto de Moilah, recorriéndolo por espacio ele cuatro meses en diversos sentidos, volviendo ii entrar en Suez el 20 ele Abril. Los resultados de esta expcdicion son co nsiderabl es segun se dice. No sólo ha clescubiel'lo i\fr. Burlan las ciudades de que ha blaba el rumor público, sino aún mis, ha visto huellas numerosas de explotaciones mineras, a unque no hay muchas en obra, de trecho en trecho, de las cuales extraen las -tribus nómadas el precioso metal por los procedimientos más elementales. Ha r ecogido enormes ejemplares ele diversas formaciones geológicas, numerosos modelos de inlcrcs a ntropológ ico , fragmentos o


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LA NATURALEZA

de vasijas, de objetos ele metal trabajado, in scripcion es, s in contar los innum erabl_es dibujos y l'otogral'ías que repre¡¡en tan todo aq u ello que los vi"~jeros han encontrado eurioso. Los ejemplares mineralógicos h a n sido examinados c uiJado!'lame nte al regreso de la expediuion por los sabios del Oai ro que prete ndí an encontrar en ell0s minerales de oro, d e plata y cobre; contienen tamb ien turquesas, a labastro y az u fre . Nada faltaba de lo que vamos á bu scar tan léjos. Tod as estas euriosidadcs figurarán, segun se cree, e n la presente Exposidon 1:_1niversal1 donde no dej a l'á n ele ll a mar la ate ncion. Entónces juzgare mos mejor lo que vale realmente el nu evo descubrimiento del capilan Burton. Gste es un e ntu::;ias la que ve q'uizá d emasiado h ermosos los países adonde le ll ama el deseo de aventuras. S i es veraz, y el país de Madian es en realidad el El dorado e¡ ue n os pro - . mete, será un campo de explotac iones tan cerca, que no fa ltará gente que vaya á buscar fortuna á despecho de los bárbaros h a bitantes que hoy impiden s u acceso.

LA EXPOSICION UNIVERSAL. LA i\IÁ.QUINA COMPOUND, SI STEMA. i\IA.LLET.

La Exposicion universal encierra 35 locomotivas diversas , sa lvo erro r ú omision, á saber: Francia, 15; la Gran-Bre tañ a, 6; Bélgica, 6; Su iza, 4; Austl"ia-I-Iungría; 3; Suecia, 1. Amé nos ele entrar en detalles que no tendría n i nte res alguno para. la mayor parte de los lectores,_ de LA ~ATUHALEZA, no podemos pensar en indi.: car cuáles son las dif'e~encias que existen entre estas máquina::;, pero creemos que debemos insistit' a lgo so bre una de ellas, que constituye una verdadera no vedad: la ap licacion del s iste ma Dompo und á las locomot ivas. Nos parece que en la disposicion c._¡ue h a sido adoptada hay grandes ve nta.1as, que producirán servicios ciertos en la explotaeion de pe -1u eñas líneas ele caminos d e hierro . EsLa opinio1i. 1 por otra parte, es la mism a de la Academia de C ien cias de París, que concedió el µremio Fourncyron en 1877, á M. Mallet, por h aber aplicado á las locomo Loras e l sisLema Oompound, bajo el punto de vista que las pL'oporciona las ventajas reconocidas que r esulla n de su ap lieacion a las máquinas marinas . A ntes de empezar la clcsc:t·ipcion de la nueva loco moti va, es necesario @bservar g_ ue las máquinas de yapor se distin g ue n unas cli3 otras, entre otros conceptos 1 seg un que el vapor que

sale del cilinclrn y actúa sobre el pisten: L º se escape ú la atmósfera (m át1uinas s in co ndensacio n ); 2. 0 vuelva a l estado líquido por enfriamiento ( máquinas d'e co nd e nsacion);· 3. 0 que pase á un segundo cilindro de m ayores dim ens iones, donde ¡:irocluee por su detcncion u.n trabnjo mecánico tru e se un e al que h a producido en ·el primer cuerpo de bomba (máqui nas ele '.Voolf y má4uinas de Oo mpouncl ). La máquina Oompo und no diflere en nada de la de vVoolf en cuanto a l modo ele la accion del vapot·, sie ndo empleada esta úl tim a ventiijosam e nte, en c)ertar;; circunstancias, desde el a ño '1800; pero miéntras que en la múquina ele vVoolf los pi sto n es tienen los movimientos paralelos ú optiestos, en la m áq uin a Oompound existe e n tre la mafoha ele los pistones una diferencia que les permite actúar sobre dos manivelas acuñadas en ángu lo recto. De tlSta clisposicion ),'esulta pol' una parte la posibilidad de evitar los puntos muertos, y por otra ll'1 necesidad ele que a l pasar el vapor del c uerpo de bomb"a pequeño al grande se estacione por cierto t iempo (una fraccion de la marc ha) e n un espacio dispuesto al efecto. Las máquinas Oo mpound se han e m pleado en la marina muy vent.-1josamente. ::VI. l\la ll et ha tenido la idea de ap licar este s is te ma á la locomotora, y para consegu ir este resultado, en vez de colocar dos cuerpos de bomba ig ua les, uno á cada lado de la máquina, h a emp leado en un lado un cuet·po de bomba de om 1'2.!1 de diámetro, que recibe e l vapor directamente de la calde ra, y a l oteo un cuerpo de bomba de Ü"',40 ( las secciones están en la proporcion ele t á 2,80) que reeibe, en el caso ele marcha normal, a l vapor del pequeño cuerpo de bomba, y que lo evacua en la chimenea. Segun se ve, el sistema Oompouncl está ap li cado en toda su sencil lez. Ade más de la ventaja correspo nclié nte ú la econom ía que resulta del empleo del vapo e hac iéndo le pasar a l cilindro gra nde, esÍe sistema, efecto de un a disposicion especial ,_ presenta un modo ele funcion ar que puede prestar grandes serv icios. Poe medio tic un tieador espec ial ll amado tirarlo1· ele pa1·ticla, se pu ed e cambiar la marcha del vapoe, y obtener los efectos siguientes: por un a parte, el vapor del cilindro pequeño se escapa clirectamenle á la atmósfera, y por otra la caldera a limenta clirectamenle tanto al ci lind ro grande, que. evacua en l a atmósfera como a l ord inario; se tienen e ntónces dos cuerpo~ ele bomba funcionando s imultún eamentc á toda presion y s usceptibl es por cons iguiente ele producir un efecto muy superio t· a l que se pued e


LA NATURALEZA olJ_tcner por la marcha Oompound. e concibe qu_é·vent"a_ja puede sacarse ele esla disposicion qoe permite en un momento dado y durante cierto tiempo, dar un empu_je, con cuya ayuda se producirá la partida de un tren pesadamente caega do, ó q11e hará sah·ar una inulinacion grande de_! terreno. El princip io de esta locomotora, que es_pcramos haber hecho comprender recluctén_do!a á sus elementos, parece muy rac:onal; pero las indicaciones ·teóricas podían ser erróneas por efeclo de una apreciacion incompleta ele todos los elementos; es por consiguiente necesario en las cuestiones de esta naturaleza, a poyarse en la práctica; pero bajo este concepto, son aún más satisfactorios los resultndos. La máquina Oompound, ele que hablamos, está destinada á la explota.cion del camino ele hierro ele Biarrilz á Bayona, que en una extension de 8 ki lómetros presenta inclinaciones ele teneno ele 12 á 15 milésirpas, una de las cuales ex iste en una longitud ele 2.500 metro¡,; el número de trenes es considerable, habiendo 60 de serricio en el verano, y en el mismo 81 los dias Lle fiesta. Además, el peso del Lrcn (que depende en parte del número de viajerns).; Yal'Ía considerablemente, segun los dias de la semana y segu n el t iempo. Las condiciones son por tanto muy co mplejas; y por consiguiente parece que el nuevo sistema de locomotora ha dado bnjo todos conceptos, modo ele funcionar y gastos, eesu ltaclosvcntajosísimo~ . El hecho es lanío más positivo cuanto que no so deduce ele experimentos especiales, sino ele una explolacion re gular, y que las cifras obtenidas alcanzan t't un trayecto ele 8!:i.000 kilómolros, recorridos por tres máquina¡¡. Si n entrar en las objeciones ele detnlle;; que pudieran hacerse, y que han siclo hechas en efecto á M. Ma llet, parece que dos puntos han ele ser oríge n de graves dificullades. Podíamos creer desde un principio que la cliforcncia ele accion de los dos cilindros co locados en ambos lados de la máquina no produciría' irregularidad en la marcha, y que el a nclar que resultaría no sería d_es ·avorab le á la estabilidad de la múquina Y á la consérvacion ele sus órganos. La cxpci'iencia ha demostrado e¡ ue no es sensib le ningu n efecto ni en el tren ni ·e n la plataforma ele la máquina, y las medidas que se han tomado han .comprobado una regu laridad satisfactoria en la.fuerza ele traccion. Por otra pa1·tc, po ~lía lrn_ccrse que el tirn de la chimenea se haga insuficien te, pucslo que la canticla l de vapor lanzado á la chimenea queda di:iminuida en su mi-

tad á cada vuelia de rueda. siendo necesario ob sc1·vnr que, por- conclcnsacion, la caldera no tiene que producir lambien, por cada vúeltad:~ rueda, sino la cantidad destinada á un cuerpo _d~ b omba, y no á dos como e n las locomotoras ordinarias. Pero áun en esto, la éxperienci_a y 9hservaciones han demostrado con cifras, que la procluccion ele vapor es-abtinda.n le. Tales son los hechos que se ban adquirido y que nos han parecido dignos de detenernos en la locomotiva Oompouncl, sistema i\ifallet; el porvenir nos enseñat·á lo que puede esperarse de eslas nuevas m,í.quinas; pero creemos c1ue las aplicaciones, que no Larda1·án en hacerse, ven drán á co nlirmar la apreciacion de la Academia ele Ciencias ele Paris .

GRAX GLOBO CALTIVO DE al. HENRY. GlFFARD. (Continuadon.-Véase n. 0 Sl, pág. 74.)

_\. principios del mes pasado se empezó el harnizaje y la pintul'a de la tela del g·Jobo caulivo: pero á pesar de todas las pre\"isiones, la lluvia, que no cesó ele caer abundantemente durante tantos días, prolongaron de una manera singular la duracion de esLas operaciones. El barnizaje debía efectuarse, en efecto, al ·aire libre, y fué necesa1·io esperar el buen tiempo parn volverá emprenderlo. El primer hemisferio del globo fué barnizado y pintado aisladaq1ente; al leer nuestros leclorcs estas líneas ya se habrú barnizauo el otro hemisferio, procediendo inmediatamente despues á hacer la última costura ecuatorial para procecleL' al inl'lamiento. • La superficie del globo ha necesitado el empico ele 300 ki logrnmos de bamiz (aceite de lino cocido ) y 400 kilos de pinturn de blanco ele nieve (blanco ele zinc puro). Estas sustancias han siclo prepaeadas por U. Berta use, fabricante de barnices, que ha hecho una especialidad en la confcccion ele este arlíeulo para aplicr1ciones aerostáticas. Hemos descrito suficientemente el gran globo cautivo. para que n ue,;tros_ lectores se formen una idea de la importancia ele este materütl ~crostútico y del car{tcLcr de innovacion é¡i.1e le distingue; nos h emos deleniclo especia lmente hasla ahora, en la confcci::ion de la red, e n la estructura de la tela del aet·óstala, en el moclb de fabricarlo; continuaL·cmos tratando de los di:versos órgan0s Llue harán funcionará esta potente máquina de una maneea del lodo segura:, y publical'Cmos sucesivamente una serie de grabados tiue completará n nuestra monografía.


LA NATURALEZA

Una ele las geancles diflcultades del pres upuesLo de obras del globo cautivo, consistirá en fijarle á tierra por m edio de un órgano que permita al cable seguir todos los movimientos del aeróstata en medio ele la atmósfern. M. Henry Giffard ha resuelto este problema con la elegan-

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ci a qu e caracteriza todos sus trabajos. El cable , despues de ser enrollado alrededor de la cabria de hierro fundido, de atravesar el túnel subterrá neo, pasa por la garg·anta de una polea de movimiento universal, que representa nuestro g rabado {flg . ·I ). L a polea está montada en un

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Pig. !.-Polea de movimiento uni versal po i· la qu e so desli za el cable del gra n glob o crn1li1'0 de l\L Henry Giffard .

eje doblemente arliculado que la peemite in c;inarse en todos sentidos y seguir los movimi en-.. tos del cable. Se ha obtenido este resultado por el movimiento de juntura universal y por la eotacion sobre la chapa ó armas de la polea. L a polea de hierro fundido está equilibrada por un contrapeso, de una manera t al, qu e los movimientos del sistema no nece_sitan desa rrollo de

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fuerza alg un a , y todo se reduce á destruir el equilibrio esta blecido. El contrapeso vuelve el s is tema á la posicion vertical en cuanto el cable dej a de ej ercer la traceion. La polea mide 1m,60 de diá metro, y el aparato en conjunto tiene 4 meteos de alto. Esta bella pieza mecánica, que rcprcsenLamos en nuestro adjunto grabado (figu• ra 1), ha s ido construida, como toda la pade


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mecánica del globo cautivo, por l\HI. G. Fland y A. Cohendet; los constructores bien conocidos de la avenue de Suffreen, en Paris. Las aemas de la polea son de hierro forjado, siendo por sí solas una pieza notable por s us dimensiones. Han sido hechas por l\I. Duménil. La polea de

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movimiento universal estará sometida á grandes fuerzas de traceion; así es, que se ha fijado al suelo con una solidez á toda prueba. Se la ha remachado á dos vigas de madera, colocadas en el fondo de la cubeta cónica, encima de la cual ha de elevarse el aeróstata . Estas vigas

Fig. 2.-El ca ble del grnn g lobo cautiYo. Aspecto del t:unuüo en que so ha cons trµido su exl remiund supe!'ior.

tienen 12 metros de largo, 50 centímetros de espesor y 40 cenLímeteos de ancho. Están sujetas por ambas extremicla.d es en el espesor de g ruesas paredes de mampostería. Los trahajos de albañilería y carpintería. que han siclo necesarios para la instalacion del gran globo, son

considerables, y si las vigas que acabamos de mencionar están fuera de la medida habitual , lo están aún más las que sostienen las máquinas de vapor: tienen oo• centímetros de espesor, 50 centímetros de ancho y 12 metros de largo . Estos trabajos de carpintería y albañilería se


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han ejecutado b;1jo la d ireccion de ::\I. Base, uno de los más hábiles maestros de obras que se ha di tinguido á menudo por la valentía de sus construcciones. Nuestro grabado \Ílg. 2) representa el cable del g lobo cautivo, cuya fabricacion h a confiado i\I. Henry Gifi"ard á una de las mejores cordelerías de Francia, la de Angers, que di rigen i\fJ\I. E . Bernard Genest, paLlre é hijo, y Bessonneau. El cáñamo que lo constituye es de una calidad superior y le da una solidez asombrosa. Como hemos dicho, es to cable es ligeramente cónico, puesto que mielo en su parte superior 0'",85 de diúmetro, micnLras que e n la in fer-ior so lo mide um,o5 de diámetro. i\I. Henry Giffard ha cons truido una prensa hidráu li ca especial, por modio de la cual se romperán sucesivamente el extremo grueso y el delgado para probar su resistencia, teniendo l ugar dicho ensayo en presencia ele ingenieros d elegados por la prefectura de policía, no hacióndose s ino bajo Úna traccion que no pase de 25 .000 ki logramos pura el exlremo delgado, y de 50.0U0 kilogramos para el grueso. E l cab le tien e 600 metros ele largo; durante su uso se alargará hasLa tener unos ()60, pero como el túnel subterráneo tiene 60 metros de largo desde la cabria hasta la polea, la altura del g lob o cautivo en el a ire será de 600 metro,;.

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. (Se conti1111arrí. )

LA LEYENDA DE EL DORADO. Los bnscadoecs ele oro, que no tardarán mucho en penetrar hasta en los puntos más recónditos ele la Guayana fl'ancesa, no deben dejarse ilusionar por los indios, que en sus narraciones fantásticas confunden las paletas ele mica con el oro. Está fuera de eluda la existencia ele grutas formadas por rocas micá ceas, que han sen· ido de base á la kyenua do El clora.clo. El hombre dorado se embadurnaba los cabellos y el cuerpo no con pajillas de oro, sino con un polvo lJue todo el mundo conoce con el nombi·e de arena de oro ó de los monos, y que los negros de la costa de signan con e l pin toresco nombre de ca.ca sol. Los intlios, exa ltados por los li cores espirituosos, y á. instancias de los viajeros áviuos del precioso mela!, han re ~erido que e l hombre do rado vivía en un palacio cuyas paredes son de oro macizo. Los exploradores hallaron uno ele eslos templos en los bordes del pequeño puet·Lo Couron api á que afluye el rio Ya1·y. Su ilusion se dtisv.a.n.cció,.pl.).es .':ieron que se habían preo-

cupado por un a gean excavac ion simplemente, por una verdadera gruta cuyas paredes estaban formadas por rocas mieáceas. Cuando el sol penetra en es le oscuro antro, se ven brillar las paredes con una lüz muy clara; resulta el e la ref'Jexion do la luz sobre los millares de palelas de mica que relucen como si fueran de oro. So han hecho numerosas tentativas para explorar la Guayana desdo e l siglo xv1 hasta nuesLros clias. Casi todos los primeros pobladores de la Guayana, l_ord Raleigh el pi-imero, no tenían otra idea fija que buscar fortuna en el país del bombee doeaclo. Los geógrafos franceses del s ig lo xv11, Simon cl'Abbeville entre otros, en una carta geogrúflca q uc existe en la Société de Gcograp hi e ele París, represen La al país de P,J dorado h ácia las fuentes del Ma.1·oni. En un n meseta ele la cadena de 111ontañas de TumucIlumac, debemos encontrar, segun la creencin de los antiguos geógrafos, un gran lago, un verdadero mar interior, designado con el nombre de Fa.Timé. A. los bordes ele e La n,;iasa do agua, se e levaba la soberbia poblacion de Jlénoa, en medio ele la cual resplandecía el palacio de El dorado, que cstal:Ja g uardado por miles d e animales ~erribles, de las formas más fa nLásLicas. abemos por no Licias rceien les, que E l dorado no es más que un miserable jefe indio, que se embad urn a el cuerpo co n arenas ele oro, y que su país no es más que una gr uta excaYacla en las rocas micáceas. En cuanto a l famoso lago Parimé, no es más que un a inund¡:teion que so renueYa cada a ño en los terrenos de a lu vi.o n que se ex ti ende n al pió de la cadena de monlañ·ts . . \. mecliarlos de la estacion de las ll uvias la crcdcla ele aguas es tan considerable, que el sue lo e. tá cubierto en un a extension inmen a ele una capa de agua que permile á los in dios ci1·cu lar en piraguas por medio ele la se lrn. Esta leye nda ha se t vido de estimu la nte podero o ú los buscadores de oro, que do pues de tres siglos de in vestig,H:iones infrm:tuosas. han encontrado e l precioso metal en todos los rios ele la üuayana francesa.

tTR\SILIO ,\IECÁNICOS DE TR.\X,~11 '10~ HIDR.i .LICA. Hace ya más ele dos si 0 ·los que Pascal e nunció el principio que Ile\'a su nombre, cuya aplicacion más conocida y mús popular se encuen tra representada por la prensa hicldulica . No sabemos quó importancia lendría en cuanto á la aplicacion que Pascal podría h acer· de la ley que descubrió: por olrn parle, los me·-


LA NATURALEZA dios de ejecueiou c1uc estaban en manos de los sabios ó inve ntores en aquella época eran tan limitados, que no es nada asombroso que tal número de leyes conocidas ele largo tiempo, ele las cuales se sacan hoy en dia tan grandes provechos, no hayan siclo en el pasado una fuente mayor ele riqueza para la ind ustl'ia y las artes. Algu nos sabios han afirmado que Pascal es el inventor de la prensa hidráulica; pero no he podido por desgracia convencerme que haya siclo realmente construida una prensa hid1·áulica bajo la direccion de tan gran genio; mas como quiera que sea, el inmortal autor ele los Pensa·m.ienlos hallo el principio <le este aparato. Los lectores de LA NATURALEZA podrán convencerse de ello por el siguiente extracto y el dibujo que le acompaña (fig. 1.) (Extracto de un folleto publicado en 1663 en Paris bajo el Lí Lulo de: T1·a.Laclo clel equilibrio ele lo,; liquiclos y ele la pesantez ele ln. masa elel a.ire, por Blaise Pascal. l .....Si una vasija llena de agua, cerrada por todas partes, tiene dos aberturas la mm cé11tuple de la otra, ponicudo en cada nna un piston que a,iu te, mi hombre empujando el piston pequeño igualan\ la fuerza de 100 hombres que empujen en el otro que es cien Yeces mayor y sobrepujar~ en fuerza á noventa y nueve. Y segun ean las proporc:io11es que tengan las aberturas a í scrti n las fuerzas que habri\ que emplear pnra e tablecer el equilibrio, por lo cual parece que nna vnsija llena de agua es un nuevo principio de meránica )¡ ima nueva máquina para rn11ltiplicar Iris ¡ i,er;;as al grado que se quiera, pues un hombre por r.;te medio podrá elevar tal fardo que e proponga ..... Hemos subrayado los pasajes que definen claramente la pl'ensa hidráulica. En 1790, Brnmah ingeniero inglés , sacó pri-

Fig. 1.-,\parnto d e PaRral.

vilegio, siendo él el primero que hizo finalmente una aplicacion práctica del pl'incipio de Pascal. Br-amah nació en 1749, casi un siglo elespues ele la publicacion ele Pascal. El mayor

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mérito de Bramah consistía, parece ser, en la introduccion del cuero embutido que es bien c.onocido y que lleva, segun ereo, su nombre; pero esto es un error popular comun á la F1·ancia y á la Inglaterra, pues resulta de una letra autógrafa de los hijos ele Bramah, que aún hoy dia está en manos de Mr. Hick (t ), de Boston, que el padre de este último es el real invento1· del cuero embutido. Durante largo tiempo, la prensa hidráulica fué la única aplicaeion del principio de Pascal, hasta que por fin Armstroug, el gran manufacturero inglés, hizo experimentará esta rama de la mecánica una revolucion completa, conduciéndola casi ele golpe al estado en que la Yemos hoy (2); por lo lanto se contentó con aplicar este sistema á las gruas, ascensores, etc., etc., é inventó además la máquina de tres cilindros oscilantes, conocida por el nombre de máquina de Armstrong, en la cual el agua, por la presion , actúa, como lo hace el vapor, sobre un piston. Dejaremos la parte de la cuestion, en la cual hay poco que decir de nuevo, para entretener al lector con una rama mucho más nueva, y cuyo porvenir es mu cho mayor que lo que se había pensado pudiera ser; nos referimos á los ( 1) l\Ir. Benjamín llick es un gran constructor de prensas hidráulicas, y este hecho es referido pnr é l miRmO en un folleto que tiene por titulo: Expe1·i-n1ent.s 011 the finition o{ lhe leathe1· col/ars, por .John IIi ck ele Bnston. (2) Armstrong pnr otra parle parece que no ha hecho más que continuar las iell'ns ele Bramah, pues · encnntramos en la carta Riguienle, PRcr1la por" le último en 1802, una cxposic:on completa de1 sistema al'tual: dCreo, dice, que pndrá haber,e hecho mucho en Irlanda cnn la ayuda de la prenRa hidraulica, tan sólo con que su principio fundament nl fuera mejor conocido; la he aplicado yo tambien ahora con los resul,ados más sorprendentes á las grnas de loelaR clases para elevar y descargar !nercancias en los muelles. El reRultado es tan cnmpleln, que voy á prn,Joner se Je,,ant" ,,n un sitio cualquiera de OubJiL, una máquina de vapr:,r, que cnmunique pnder y movimiento á 10Jas las gruas dnl muelle y ele otros sitios, y con cuya ayuda las mercandas, cu dquiera qne $<'U su peso, puedan ser elevada á un tercio del precio u ual. Yo he nblenido esto resu ltado con b ayuda de tubns de c·o municacion, como si quisiera abastecer de agua los almac"ncs. Tengo una grua en mi mis •no al macen, r¡uc asoml,ra á tocios á quienes la enselin, puesto que se ven <'leva,·se y de~reneler las mercancias quince ó veinte yeces pnr minuto á una altura de 18 ó 20 piéA, y eslo sin que sea p~sible p:tra toda persona que deRconoz ,·a el principio de descub1·ir cómo ó de c¡ué modo puede suceder. lle lwcho ver tamliien las boml,as elevando el agua con un pouer enorm e, y una prensa 11plaslando la madera, elejánclola desmenuzada en sus átomos, sin haberse podido hacer el más pequeño descuhrimi~nlo de la cauRa. Yo creo que tendré para hacer todas la~ gruas para lus muelles de los docks de Lé,ndres, y e la será quizá la más grande empresa que jamás e haya hecho.ll (Mint1tes o{ pl'O•:edigns o{ thclnstttucion o{ civil Engcncc1·s , London , 1877 1 part. lII¡ .


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utensilios mecúnicos de tránsmision mecánica y á una alta presion. · Tambienes debida á un ingeniero ing lés la feliz aplicacion del pl'incipio ele Pascal, y de los perfeccionamientos de Armstrong ~l los utensi-

líos mecánicos, y debemos deGirlo, á i\fr. R. H. Tweddel I pertenece este mérito sin competencia alguna. Es bien evidente que la aplicacion del agua como tranS1Dision mecánica debía ser limitado; en efecto, no siendo· el ngua cuerpo eh\ s-

Fig. 2.-Acumu latlur Jife1·c ncial.

Fig. 3.-Remachadura fija .

tico, no puede someterse á la s variaciones de resistenc:ia e¡ ue preseri lan Gicrlos trabajos; por otra pa1·te, la diflcultad que hay á altas presiones, ele transformar esta presion en poder rotaii\·o, impide igualmente tocia aplicaGion ele este medio de t1·ansmision á los tornos y otros utensilio~ semejantes; es, por consiguiente, á las m,,quinas de acGion recLilínea y ele esfuerzos constantes :Uas que se aplicarú el sistema, y por esto no describiremos más que las máquinas de este

género, es dec.:i1·: cizallacloras, per;o radoras, re-· mac;hador:.i.s, cte., etc. Segun hemos hecho entrever, it Arms fron g es á quien se debe la hase de toda ins1.alacion mecánicR. ele este géneró; instalaeion, lo diremos de paso, de la cual podemos encontrar un no· table ejemplo en la maquinaria de los clo cks de l\Iarsella. Los órganos necesarios para una maquinaria hidráu lica, son los mismos para todas, y las


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sirven de hase, por consiguiente empezaremos por su descripcion. En una inslalacion ordinaria, se distingue: 1. 0 el motor; 2. 0 los árboles ele transmision y sus accesorios; 3. 0 las bombas y el acum.ulaclo1·; 4. 0 en fin, los tubos, que pueden colocarse donde mejor parezca. El motor no debe inquie•;aros; puede sei· cualquiera; en cuanto á las bombas, varían segun la importancia ele la maquinaria que ponen en nccion. Si no se posee mns que una remachadoea, por ejemplo, una bomba y un acumulador como los indicados en la f1g. 2, bastarán y será necesario contentarse con trnnsmitir la fuerza. á la bomba pol' medio ele una correa y de una polea colocada en el árbol de Lransmision del taller; estas bombas no presentan nada de parti cular, por consiguiente, no nos detendremos m ás en ellas. Cuando por el contrario se quiera establecer un taller completo, como el de Tolon, por ejemplo, tendrá que organizarse un vasto sistema hidráulico de este género, siendo movidas en este caso las bombas por el piston de una máquina de vapor. Estas bombas, conociclfls por el nombre de bombas.:l.e accion directa y de piston dil'crencial, dan salida en cada golpe de piston á un volúmen ele agua igual á la mitad de la capacidad d·e1 cilindro. EsLa disposicion ofrece numerosas vent,~jas. Despucs de las bombas viene el aciimulaclor ó acomuladores, seg un las necesidades. En esto nos detendremos más , pues que en este aparato se resúmen los perfeccionamientos producidos por Armstron en las transmisiones hidráulicas, y á su introduccion clchemos en p:=irte nuestras má., quinas. La f1g. 2 muestra cerca de las bombas un acumuh1dor diferencial; esle acumulador, inventado por Tweddell para las necesidades de sus remachadoras, posee ciertas venLajas que le hicieron préferirle en la irn;talacion de sus máquinas al acumulador ordinario; mas como quiera que el principio es el mismo, para simplificar la descripcion, describiremos el acumulador tal como fué introduddo por Armstrong. Nada más senuillo que la acuion de tal aparato como se verá. Imagínese .una prensa hidr,1u• lica, sobre cuya ph1tafo1·ma se ha colocado ciel'lo número de pesos, cuyo conjunto constituya por ejemplo 50.000 )s.ilogramos; es bien evidente que si se fuerza por medio de una holl'!ba el agua del cilind1·0 de tal prensa, esa agua estará bajo una pres ion igual á la ele un peso de 50.000 kilogrnmos por unidad de superficie, dividida por el área ele presion de la •prensa; desprecian-

do el rozamiento, etc., etc., etc., si se varían los pesos, se varía tambien proporcionalmente la presion por unidad de superf1cie. Una vez comprendiclo esto, alárguese el cilindro y auméntese la presion de la prensa, es decir, aumenten su curso y pongan -á la cabeza del compresor una serie de anillos de un peso determinado, se verá entónces que esto es lo que tiene por nombre acumulador, tal como se ve en In flgura 2. El agua que suministran las bombas debe pasar por el acumulador para llegará las máquinas, y es bien evidente que la pre~ion del agua que actuará sobre las máquinas será igual por unidad de área á los pesos del acumulador divididos por el área. ele su compresor; ·y como esta área es gerieralmente pequeiia, es evidente que se pueden obtener enormes presiones, y además que la presion sHministrada no será jamás ni más alta, ni más hajaque la suministrada por el cálculo. Los utensilios mecánicos de que vamos á hablar en el presente, funcionan ú una presion de más de un kilogramo por milímeLrn cuadrado; 105 kilogramos por centímetro cuadrado. En Amérit:a, donde es necesario siempre atreverse , Mr. Sellers, el gran constructor de utensilios me• cáni"cos y concesionario de Mr. 'I'weddell, nq_ha temido, segun su dictámen, aumentar esta presion en un tercio, haciéndola de este modo ele H0 kilogramos por centímetro cuadra~o. En Inglaterra ha sido :\fr. Tweclclell el primero que se ha atrevido á trabajar con tules presiones, pues Armstrong no había sometido hasta entónces sus máquinas más que ú una mitad menor; por lo ciernas, debemos añadir que esa presion, de cerca ele 50 kilogramos por centímetro cuadrado, está reservada para las gruas y otros aparatos de este género y no creo que sea 'prudente hacerla mayor. Esta presion es la de la transmision hiclrúulica de los clouks de Marsella. Ahora que conocemos los órganos esenciales de una instalauion hicll'áulica, no nos queda más, á cada toma ele agua, que reunir el tubo de pres ion á las válvulas para tener /:J. potencia. Los grabados que publiuamos dan una excelente idea de las máquinas. y estas últimas tienen por primer valor su simplicirlad; así es que nuestra tarea será fácil, puesto que el modo de accion de una de ellas puede servir de ejemplo para todas las otras. Empezaremos por las remachadoras, pues estas fueron las primeras que imaginó Twedclell y porque forman una clase en que el sistema


LA NATURALEZA puede ser considerado con todas sus ventajas. Como sabemos, la vicia de miles de hombres se confla lodos los di•as á las potentes mál1uinas que nos conducen por mar y tierra á todos los puntos del mundo, sin hablar de las máquinas fijas de la industria, cuyo número crece de día en dia, puesto que el órgano más esencial de estas máquinas es la caldera y de ella deben reciJjir su energía los miembros de acero. Todo el mundo, más ó ménos, sabe cómo se hace una caldera: se reunen muchas planchas de palastro por medio de remaches; pero por simple que parece tal construccion, no es fácil obLener una buena caldera. En un principio, las máquinas ele vapor no trabajaban bajo presiones tan considerables como lasque encon teamos ahora, necesita ndo este aumento de presion, por consigu iente, UA. aumento en el espesor de las planchas ele palastro de las calderas, y consiguiente mente un aumenlo en la longitud y diámeLro ele los remac~1es. El remache á mano llegó á se1: cas i imposible. Fourbaim, el gran eonstructo1· inglés, para hacer frente á las nuevas necesidades , imaginó el primero sustituir el remache á ma no con el remache mecánico, é invenló con ese fin la remachadora, bien conocida, que lleva s u nombre. Esta remachadora, aunque llena de defectos y completamente abandonada hoy dia, pres tó grandes servicios; para ob\'iar los.inconvenientes mús importantes, se imaginó la remachadora de accion directa, en la cual el vapor admiLido en un cilindro, empuja hácia adelante un piston que lleva el remachador; en fin , se imagjnaron remachadoras hidráulicas cuyo conjunto puede compararse con el funcionamiento ele una prensa hidráulica ordinaria. Esto tuvo lugar cuando :Mr. Tw¡3ddell tuvo la idea ele aplicará loi:: utensilios mecánicos el sistema hidráulico de Armstrong, modificándolo, por snpuc. to, para las nuevas necesidades. Las fi g uras 2 y 3 nos muestran una instalacion semejante. Á la izquierda, las bombas y el acumulador; á la derecha, la remachadora fija. El remachador está simplemente echado hácia adelante por el compresor, como lo haría una prensa hidráulica en la cual se sustituyem un remachador en vez de plataforma; el agua provista por las bombas pasa por el acumulador y de éste se dil'ige á la caja de cli:;tribucion que se ve en la parle superior del cilindro. El obrero encarg ado de la conduccion de la máquina empuja una palanca, el agua penelra, y sin. ruiclo avanza el remachaclo1· y forma la cabeza del remache, imprimiéndole una presion, que en el caso de esta máquina es de 40 tone-ladas. For-

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maclo el remache, se comunica á la palanca un movimiento en sentido contrario y la máquina vuelve á su posicion primitiva. Mr. Twedclell no se ha limitado á las remachadoras fijas; ha imaginado asimismo el aparato representado en la fig. 5. Como no siempre pueden llevarse las piezas á la remaehadora", ern necesario que pudieea llevarse la remachado1;a -a las pie7,as; de ahí la remachadora portátil. Este utensilio, que pueden conducir fácilmente dos hombres, no ejerce sobre la cabeza del clavo de remache más que una presion de 25 á 30 toneladas; su organizacion interior es, con corta diferencia, semejan le ,i. los ele las remaehacloras fijas. El grabado, tomado de una" fotogra ía, da una exeelente idea ele la pequeña máquina . Como vemos, se compone cseneialmente de un cilindro y de dos brazos de palanca que obran como una máy_uina; la extremidad más larga del brazo de palanca sirve ele punto de apoyo y la otra más corfa hace el remache. La potencia se transmite por los dos tallos. en cuya extremidad inferior se articula una de las palancas; Ju otra extremidad es filiforme, á fin de pocle1· alterar ii voluntad la distancia entre las dos. El aparato está provisto de una suspension combinada con las junLueas hidráulicas, suspension que le permite ocupar casi todas las posiuione deseables. En los talleres se suspenden estos utensilios · por gruas volantes ó lijas, segun las necesi-clacles, y se las suministra el agua por medio de tubos ele cobre enrollados e1:i espiral, á fin de que su elastieidad les permita seg uir los mo,·imientos del utensilio. Los set' Vic1os c1 ue presta semejante utensilio son innumernbles , y sin alterar el prinuipio, se varía á menudo la forma para permitir que el rem:1chado1· alcance los :;itios que han de remacharse. En lu construccion de puentes de hierro se le combina con un sistema ele rotacion completo, y ai;í, sin ruido, el pequeño aparato aplasta el hierro por r azon de 20 remaches por minuto. Estas remachadoras porLátiles y fijas conslituyen ciertamente una ele las a-plicauiones más felices y notables ele la trnn mision hidráuliua; así es que su u o se extiende cada clia más, y las grandes compañías,· como los ar enalcs, se han provisto ele eilos. Las otras máquinas que nos falta que describir comprenden las cizallas y las punzon a doras. La fi g . 4 representa tu{a ele estas múquinas; es la reproduccion ele la que ha pl'Opor.:. cionaclo i\Ir. Twedclell al gran arsenal de Tulon . Reemplácense los dados ó compresores de la r cmachadura por hojas cortantes ó por punzo nes.


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y se tendrá la cizalla ó la punzonadora. Las formas de estas máquinas no son quizá muy LA LINGUÍSTICA CIENCIA -DEL LENGUAJE, graciosas, pero es necesario pensar en los gran<les esfuerzos á que se las somete. I. Existen tambien máquinas para ceñir y para L .\ S Tn _\~ Sl<OR)CJ.ClONE S D E L LENGUAJE. clavar. La sencillez, el primer mérito de estas La lingüística es en este momento una de las máquinas, no debe, sin embargo, hacer suponer que todo ha de ser fácil en la instalacion y en ciencias ele moda , es <lec.ir, una de aquellas en el ajuste de sus órganos. Cuando se trabaj a con que se trabaja mucho y con éxito. Pero ¿es una tan grandes presiones, todo lo que proporciona ciencia natural que debe ocupar un puesto en la industria para órgaLA r ATUnALEZA, como la nos semejantes no sirve ; botánica y la geología , es necesario, pue~, inó es más bien una cienventar toda clase de vi'.d cia histórica, como I:-t vulas, dejanturas, etc. , in lcrpretacion dé los en armonía con las nuejeroglíficos ó la traducvas necesidades. cion de los manuscritos El uso de los utensiantiguos? Hánse sustentado amb.as opiniolios mecánicos de transmision hidráulica, de nes. Una lengua consilas remachadoras en derada bajo el punto de particular, se cxlienclc vista de su uso, sólo da más cada clia, pero es materia para estudios bien evidente , sin emliternrios: es un instrubargo, que no puede pemento de que el escridirse á un manufacturetor se sirve con mús ó ro el cambio completo ménos arle. Por el conde sus utensilios; por trario, si únicamente so _otra parte, estas máquiexaminan los orígenes nas_, cualesquiera que de que procede, los elesean sus cualidades, esmentos que la constitután destinadas absoluyen, las reglas de que se tamente á cierta clase de compone su gramática , trabajos, pues sólo se las parece que hi lengua no puede exigir una accion es otra cosa que un prorectilínea, y darlas para. ducto espontáneo de la vencer resistencias Naturaleza, fabricacl ó ~onstantes. Como hemos inconscientemente por Fig. 5.-Remachadora portá til. dicho, se ha instala do en todos los individuosjun Tolon un vasto taller hitos de una misma nadrúulico, y éste podrá _servir de base para la cion, y, por coni;iguiente, sin que ninguno do apreciacion del sistema en lo porvenir, y no du- ellos le imprima el sello de su propia personadamos del éxito final. lidad. Un pueblo inculto se forma una lengun , Aunque no pensábamos hablar más que de como una llanura desierta se cubre de vegetalos -utensilios mecánicus, indicaren1os sin em- cion, sin necesidad de cultiv.o; las simientes bargo una tentativa que ac~ba de hacerse en vienen no se sabe de dónde, traídas por el vienTn glaterrn, en Hull, y en la cual se aplicó el to ó por los pi,jaros ; el suelo y el clima modifi sistema en g ran escala. Se ha formado allí una can poc~ á poco las plan.tas que de ellas nacen , compañía que distribuye el ag ua por prcs ion, de t a l suerte que la flora nueva que viene al como se distribuye el g as; la mayor parte de mundo difiere en apar·iencia de la de los países agua, como en Marsella, sirve para abastecer vecinos ; pero con .un poco de estudio, el sabio los docks y el resto se distribuye á los particu- reconoce en estos vegetales de raza nueva los lares . caractéres de los que los engendraron. Por lo que precede, puede adivinarse ya que la cien- - •.-::IP-<fX:8 :t=z cia del lenguaje no posee otro método de in ves-

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tigacion que el de apt·oximar entre sí los diver- gusto. El frances, por el hábito que tiene de desos dialectos que se hablan en la superficie de j a r perder las últimas sílabas de las palabras , la tierra. Se ha comparado la lingüística con la en vit·tud de una manera particula r de acentuar, geología; y con efecto, hay en las lenguas-he- ha formado la palabra éveque, pasando por las chos numerosos que recuerdan coQ'lpleta menLe formas intermedias épisk y érnsc. El inglés ha prescindido de la los fenómenos de· primera sílaba y estratificacion y de de la última, y ha me tamorfismo. reemplazado la Tiem P? hace ya primera p con una que se dijo que b, y el sonido sk , «los nombres son que era demasi alo fósiles de la hisdo duro, con el de toria.,, Otros presh ; de este modo fiere n comparar la la palabra se ha lingüística con la convertido en bisbotánica; y efectihop . En aleman, vamente, cada diaun ca1nbio más lecto se parece la ha trocado en mucho á un sér bischo(; en danés vivo: las lenguas esto so reduce á nacen 'y rr:ueren y bisp; y en español tienen sus períose dice obiSJJO. Hé dos de infancia y aquí expresiones de decrepitud. En bien diferentes, y t·es umidas cu entodas clel mismo tas, toJ:].as estas en ; pues cada oríg co mparaciones son se ha conpueblo más ingeniosas con acotentado que fundadas. La pa labra la modar ling üística es una á las va ti mi i r p ciencia aparte que partiexigencias no se i den t i f1 ca culares de su procon ninguna. nunciacion. Nóte• ¿Quiere el lecLor bien que ningu se tener idea de la de estas tran sna manera imprevism a c i o ne s es r fo ta con que se intodas arbitl'aria; t roducen las palasegun verifican se bras en una lenciertas reglas pregua? Pues hé aquí , y me atrevo cisas un ejemplo. Ocut·que segun clecit· ú rióseles un día ú fót·mulas ciol'las los griegos fabriexpondrán se que ca r la palabra 0 T:tcr1.o;:o; si rviéndoclespues. Verdad 'l'ak-Kersa. de piedra L:L eiforme cun ·es ·aclé1 ca1 de :\lucsl1·a os que hay que sase de un verbopara creerberlo raíz, que signiidentiprio1'i a ocurriría le se nadie á pues lo, iGca sign fica ve1·, mfra.1\ y de un prefijo que no tieque bisdwf, y éveque palabras las ficar padicha en, sobre. La acepcion primitiva de . comun letea sola una nen labra, era, pues, la de inspectol' ó vigilante. Puede decirse en principio que para cada Desde los primeros tiempos del cristianismo se hay consonantes y vocales, ó asociaciopueblo comuuna de jefe al nombre este designó con nidad religiosa; del griego pasó al latín sin cam- nes de consonantes y vocales, que le es difícil bio ninguno; pero las lenguas que del latin lo pronunciar; y, por el contrario, otras que pl'ó· tomaron , lo han tt-ansformado caua cual á su nuncia sin esfuerzo. En virtud de una ley na-


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tural, que se muestra por doquiera, cada pueblo modifica su len g11a para poder expresar.·c con el menor trabn,io pos ible. Donde el latin empleaba la l, el inglés pone th y el alenrnn el; a. í, las palabras tn, tholl, tlu son en realidad una mi~ma palabra adoptada á las nptiludes ·lólic:1s de Roma, de Lóndres y de Francfort. ,'e convendrá en que las transformaciones de que acaba de tratarse , e parecen mucho ,i la que llaman los geólogos metamorfismo. Dos !'Ocas so·n metamórGcas cuando ·e componen de los mismos elementos, aunque presenten aspeo.. Los diferentes. ¿.'o' se podría llamar tambicn palabras metamórficas ~L esos Yocablos tan desemejantes en la escritura, y, sobre todo, en la pronunciacion, que nunca se hubiera pensado en asimilar, sí hubiera sido imposible remontarse á ~u orígen? En otras circunstancia , las lenguas se modifican por una especie de vegetacion. "C"nas palabras se pierden; sin que nadie sepa por qué, dejan de usarse, y se introducen otras por casuali_dad y por capricho. E inútil citar ejemp los , pues abundan en los diccionarios. Otras desaparecen por un momento, y vuelven luégo bajo u1J disfraz, despues de haberse dado una vuelta por el extranjero. Así, bougette es franco· antiguo, hoy desusado· pero los ingleses, que lo Lomaron. lo han devuelto á los franceses bajo la forma buclget. En general, las palabras tomadas de lenguas cxtran,ieras son una de las prin- , cipales causas de la alteracíon del len guaje. Es indudable que el francas procede del latin, y, sin embargo, no es posible descubrir én éste el origen de las palabras chale, lhe sorbet, y tantas otras, tomadas de las naciones del Oriente, en estos últimos siglos. Muestra todo esto cuán ocasionado á en-ores stwía comparar entre sí las lenguas, fijándose úni came nte en las palabras; y prueba tambien que las etimologías más verosímiles, con frecuencia son engañosas. Para relacionar dos palabras no basta tener en cuenta su analogía aclual, sino que, además, hay que examinar Lodas lás formas intermedias por que han pasado. En frances, las palabras jeu, uon, jow·, clivin, tienen el mismo origen; y n:1die lo sospecharía. .tll inglés to call, y él griego ;,.a).z,v, que significan llam,a1\ nada tienen ele comun, á pesar de su semejanza y de su idéntica acepcion. · Pero en una lengua hay algo más que el Diccionarip: hay la G1·a1nálica, esto es, la declinacion, la conjugacion, la sintáxis; y la gramúLica se L1·ans :·orma como las palabras, ctcjando__cle :=:¡ig_Io en siglQ. h qellas ele sus 111 ucltinzas. 0

En lalin, los ca~os, los númc1·os y los tiemp_os se indicaban por medio de s11bfijoS: que no eran otra cosa que pronombres ó artículos incorporados á los verbos ó á los suf'tanlivos: el estudio tic las lenguas anteriores al lalin lo !1a demostrado. Así, ma quería-decir yo, y si, tíi; masi significaba, por tanto, nosotros, y así se formó amamus (nosolro an:,amo.<;_) por abrcviacion de arnamasi, que es una forma anterio1· al latin. Poco á poco estos subfijos se perdieron; algo de ellos quedó en el france de la Edad Media. pero hay mucho ménos en el francos actual; y por ern ha habido que re!,tahlc<;:er los artículos y los pronombres 1_ 1). La d~clinacion y la conjugacion latim1s se hap ·g?s l~do en algun modo desde hace 1.800 años. Sin eml~~1rgo, las de nuestrn plural y de nuestra-segunda persona en el singular de lo Yerbos, es_un '\:es.tigio de ellas. Ahorn puéde Yerse cuán variados .son, y, ppr de.gracia, cuán su-:.iles muchas veces, los me.dios ele inveEtigaci0n que pq, ec el lingi.Hsta.. Bajo ciertos aspectos, esto recuerda los prncedimienlos del aníilisis químico: bajo otro.s, .se parece á las disercioncs del zoólogo y del botá~ nico, y tambien ú los estudios paleontológicos del geó logo. Bajo todos estos puntos ele vista la lingüística es verdnderamcnlc. una ciencia natural: pero lan reciente, que aún no est[L adelantada. Poco más ó ménos se halla en ·el esta: do en que se encontraban la física y la química á fines del último siglo. (, 'e continuará.) ~

l\Il SC'ELANEA. El hombre caballo.-L. Bertacciui ha debido avarecer en el llano de la · :Maniobra, ele Brusélas donde se proponía competir con cualquiera hombre á pié :í correr doce y media millas, ó con cualquier hombre :í caballo una distancia scis .-cce mayor que esa. Asegura él q ne ha corrido ele Y alen e á Lion y vire-ver a, unas };¿J millas, en once horas; y en París, en I;>icjembre ele 187G, en el patinadero del palacio, anduvo 1(i millas en una, hora y Yeinticinco minuto . En }\,farsella Ycnciú á uu caballo en una carrera ele cuarenta veces el círculo del bipoclromo, y· sucedió lo mismo eü Roma en competencia semejante.

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Enorme ballena.- ·n faluclio Je J:luuza,,, su p¡r

lron Veiga, qne _se cletlicaba :\ 15 millas ele distancia (1) Cu ::t11lu a,¡ui se dice dl'l fran cc~ e, a¡,li cablc á nuestra lcng- ua.-( Y. del T . 1


LA NATUTIALEZA de las islas Cies á la pesca de la merluza, lta tenido un buen lance con el encuentro ele una enorme ballena muerta, la qne en union ele etra embarcacion de la misma villa y á costa de no pocos trabajos, fué remolcada hasta el puerto y Yarada á las 2-1 horas en la playa próxima á la referida Yilla. Este cctúceo tiene ele largo, siu coutar la cola que le falta, unos 22 metros, y se halla en esqueleto toda su mitad i11ferior, y la otra, once metros y medio incluso la cabeza, en perfecto estado de coni;;ervacion. ··ospéchase con fondado motivo qne el enorme mamífero habrá sido abandonado á consecuencia de los últimos temporales por algunos de los bnqnes que se dedican á u p esca, y a í lo confirma la, falta de la barbas y de la cola, que son operacion es que practicaú los balleneros. eu los primeros momento., aprovecliánclose de pue ele u carne. Ediciones d el Quijote.-La novela del inmortal Uervúutes, el conocido y tan popular Don Q,wjote de la Mw1cha, obrn escrita en el afio de 16v5 y qne, por consiguiente, cuenta 27-J. años, ha tenido dnrante este pcdouo l.lJ7ó edidones en la forma sigLuente: Eu rastellauo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4ÚJ En i11glés. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3v.J En frauc;es ..... . ... . ...... ·. . . . . 170 [J(j En italiano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 Eu portugue ·.. . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Eu aleman . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l3 En sueco.". . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 Eu polaco.... . ... . . . .. . ........ (j En diuamarqucs . . . . . . . . . . . . . . . . .J En griego...... . ............... :1 Eu ruso. ..... . ....... . . . ...... . 2 En rumano..................... 2 En catalan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 En vascuence.. . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 En latín .............. : . . . . . . . .

* Vidrio en fibras.- En Alemania se fabrica un proclncto qne tieue el a pecto de algodon, ligero, blando, blanro, sedoso y comparable al pelo ele uu perro faldero blauco. ~ste pwJ.ucto es vidrio eu fibras, que e couoce hace bastantes años, y se obtiene en est6'estaclo al tener el viJ.rio una co usisteneia semi-líquida clespues ele su COlllpleta fuaion. Este vidrio en fibras e teje y puede hacerse con él corbatas, chalecos y hasta pautaloues y vestidos, tan b landos y ligeros como puede desearse. Cualquiera los tomaría por vestidos de seJ.a.

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Barco para lanz,;i,r t orpe'd os.-Segun yemos en cartas ele Lónclres, h,'tblase mucho allí de uua invencion debida al difunto lord Milton, consistiendo en uu barco de tinado ú intercept~r los torpedos y tambien ,'t lanzarlos. Esta nueva máquina de destruccion, perfoccio uaJ.a por frs. Turner y Whik, tieue la forma ele un enorme pcscaJ.o, y es movido por aire .:omprimiclo. Los ojos del pescado contienen una fuerte luz

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eléctrica, y lleva en sn boca un cañon giratorio que se dispara tambien por medio de la electricidad. La cola e:; el hélice, y el puente se halla gnarneciclo de un ariete capa11 el e horadar la armadurn de un buque blindado. Dicho barco, que será submariuo, se maneja sólu por tres ó cuairo hombres . El cañones giratorio y couticne cuatro secci)nes ó departamentos dii:puestos como los rnyos de una ru ctla. Un modelo de más de ocho piés de longiiud ha sido somcliclo ,í la aprolmcion del almirantazgo.

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•• L eche de mujer.-La leche de urnjer vuedc adquirirse en China por un cortisimo precio. En la ciudml de Slianghai Yau las muj eres orclefüínclose por hs calles en pequeñas vasijas, qufl wnclen :i los tran eu nte . Dicha leche es allí muy apreciada como alimento nutriti ,,o, e pecialmenie para los auciano~ ~- para los tí icos.

REG ·1ADOR DE LA L Z ELÉCTRICA. El co11de de nlorcsl ha leido en una de las sesioneti de la Societd cl'enco1wagement, en Paris, ti. nombre del Comité Lle Arle económicas, un trabajo sobre el regulador de la luz eléctrica de l\lI. Emile R eynier. El defecto de los reguladores de la luz eléctrica, por perfecto que sean, proriene de la necesidad que hay de renovai· freCL1entemente los carbones entre Jos cuales se desarrolla el arco Yoltaico. Durante roncho tiempo se ha procurado veucer e ta dificultad por di l'ersa:, combinacione , y particularmente por el empleo de disco de carbon, que girando tangencialmente el uno sobre el otro, pudieran muelar constantemente los puutos entre lo · cuales se produce el arco luminoso, y por consecuencia provocaran un desgaste circular qne no tiene por límite ino la masa entera de los di co ; pero el prnblema en estas condiciones preseuta muchas dificn ltaJ.es. , 'i ometiéramos lo carbones á uu mo,-i.mienLo re nltante de un meca.ni mo ele relojería único, ería necesario que este movimicnLo de relojería los pnJ.icsc separar ,i un mismo tiempo el 11110 del otro, para formar el arco Yoltaico, y qL1e esta separacion fuera siempi·e, con corta diferen,;ia, la rnisma, á pesar del gasto desigual de los carbonrs, lo cual es impo iule ele realizar. Es cierto que i\l. L emott había iwag inaclo, para resolyer este problema, hacer efectuar á los carboues un movimiento coutinno y nípido de vaiven, de modo qne se produjera el arco voltaico por la sucesion de chispas que se. ucedieran con iuterndo muy cortos para prnducir en el ojo la impresion ele una luz continua; pero aclcm,is del efecto facigaute que eSlC género de accion luminosa ejerce . db re la Yista, este sistema di miuuye cousiderablemente la intensidad ele la lnz que se halla debilitada por las extinciones re · ulta11tcs de los contactos sucesivo!¡ ~e los carboues. E ta intensidad lumiao a e encuentra ya notable· mente disminuida por la misma masa de lo carbones

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circulares que uu atraviesa esta bopueden enrojecerse bina, el tallo, medio con tanta facilidad cob re, medio hierro, como cÚando son delse halla m,ís ó mégados, y sou de nrnuos profundamente las coudiciones baatraida al interioi· de jo este p un.to de visla bobina, segun la ta. E s cierto que con in te11sidacl mayor ó fuertes intensidades menor ele la corrieneléctricas, ef'tas mate, y cltspues de halas condiciones, reber prav.oeaclo la ilusultado del grosor miuacion ele la l,imde los carbones, no para por la separason de temer; pero cion de los discos, no sucede lo mismo mantiene en coucorcon los otros incou dancia con un r esorv c ui e u tes que hete antagonista. estn mos señalado, y pasc paracion en las ra resolver el problecondicion es siempre ma ~s necesario que convenientes p:i rn el regulador de la producir una lnz luz, conservando el igual, cualquíera qnc sistema de e ar bosean las desig ualdanes circulares módes que presenten viles, pueda ser reJ is carbones en el gularizado tras la s contorno ele la cirmismas variacione. cunferencia . .M: i ende intensidad de la tias que el órgaqo corriente e l éét r ica, regulador accion a como los otros apaasí para mantener el ratos de este .;-énero. eje luminoso, los moPues este es el proYimientos de r elojeblema que ha realiría hacen girar lenzado M. R eyn ier en tamente los discos, buenas conditiones, que producen un por la lámpara que punto luminoso perha imaginauo. Eu fectamente claro, I este aparato los disL ,unpara olccl l'ÍC:i <le reóforoq circu lares oblicuos. puesto que la llama cos de carbou se a. Base úel apal'alo -bb, l/1, 1 , Sopn ,·Leq li en Jiu os.-d 1 tl 1 • R eofor,1s c i,·c ul aque le acompaña se rcs <l e carl,nn, an ima tns de un 111-,vimionlo rle r.Jtricion continuo IYH' mueven por dos siseleva por encima del los motores el e r, lo;el"Íi rcspectin,,( y f' - a, (1 1 , ~lu11ones sobre los cuatemas de palancas les pueden oscilar in.J i\"idua!mP.nle el conjunt, ele los motores f v {' y :íngulo que forman , articula dos, ai ss s rcoforns respectivos d yd ' .- ih. Palanca horqu illada unida al ;notor Este sistema de ref por u na lar~a bie la e ncorvada.-/¡_ 13nton ah,·nillado a l final de esta lados el nuo del gulador Ita sido ensapalanca y asegu rado e n e l soporte/: al ,rnillancl, 6 cl Psatornillanuo este ot ro, y complebolnn se ha1,c oscila r hicia aue lantc ó h:ic1a ,ttra, PI mnt ,r f para cn loyaJo en los.faros de car e n siti0 co 1ven iente !ns carb oncs. - 111, ::in le n i<l c que obr,i s :tbre un tados por dos melos caminos ele hierro hie1·ro dulce (invisib le en la fi ;ur i). P.01· el inte,· ,nedio d-1 tallo p, <l e canismos de r~loj ería la biela , . .Y <le! brazo s. este hicrr, <lulce alratdn <l e ab ,j, arriha h1co del N ortc de Franoscila1· hácia a<lelanrc e l m ,t,,r / 1 , y tlete rmina el este ·m ·,u, el jucao ind ependiente , socia, produciendo allí 1 del reoforo d .-t, t'. R ~~nrlé'S que prndncen el conlact1J <.le ,1 con d, bre los cuale¡, está u parri provocar la ilu ninacio•1- Estos res irles s11_jetos á u y v 1;ran de l bu enos resultad os, y fijos los discos. U no mntnr f' por e l interme lio <le la bie la 1· y d 1I b ,·az'l s . -x y x . Pal a nca se pueue ig ualm ente horquillaúa e n cuyo ex trem o es tán fij os los 1·cs•11·Lcs.-z. Ünton d e torde estos mecanismos j nzg-ar de s u funcionilln en la otra extrem idad d e esta pri!;,n ,:a, fi jo e n e l sop'lrle l. Atnrestá ñjo en una ponillantl,, ó cl esato rnill a nuo e,te bot,, n, so oxti n len m ·is ó mé nns los namiento en los taresortes para 1·0!111/ar la lámp-ira.-~, :J. T orl!lllos para ase~11r:1 r las siciou determinada, lleres ele M. Brc· exlrcmitla,le~ <le los hilos contl uclores en sus agujeros respect ivos . que es tal que los disguet, donde este cos de car bon deben presentarse en ángulo agndo el uno apnrnto ha funcio nado durante muchas horas con rerespecto al otro, cuan do entran en contacto. El otro g ularidad , bnjo la iuflnanc ia de una 111,\ quina ele mecanismo de reloj ería está articulado y ligado por un Graume (modelo pequeño), sistema de palancas á un tallo mitad de hierro y mitad ele cobre metido en una bobina magn ética que eonstiP11oprn•r.1n10s Gl>)!E:i-TEs: PE110J o HEiu1,1xo8, Luye en este caso el órgano regulador electro-mag nético. Bojo Ja influencia, de la corriente clécl ric:i q uc UADRID: Tip0grnfia Estcre11tipin PEROJO. 0


Núm. 36.-3 Agosto 1878.

LA . ATURALEZA

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Persia, donde tomarnn el nombre de cranios; otros más, ce!Las, eslavos , itálicos, g riegos, ger• , manos, llegaron á Europa y la poblaron en di(Continnacion.-Véase pág. 142.) versas épocas. Durante los millares de años que han vivido independientes entre sí, sus len guas . II. se han transforma do, como ántes se ha dicho; ORÍGE ' Y l' .lltE::STESCO DE L.lS L EKGU.l pero el fondo ha quedado siendo el mismo. RaíE n el estado actual de nuestros conocimien- ces y sintáxis se parecen aún, des pues de siglos tos, sería imprudente disertar sobre el origen ele scparacion. El sanscrito, lengua sagrada de del lenguaje. Preslos brahmanes, y el ci ndiendo de explilatín , nada han tenicacion es sobrenatu<lo de comun desde rales que no pueden . tiempo inmemorial; satisfacer á espíritus y sin embargo, en científicos, se puede ah.vas, caballo, se reimaginar que los priconoce equils; en agmet·Os hombres coni, fuego, se reconomenzaron por usar ce ign is, y así en monosílabos, á los otros casos, c1ue daban un sentí: Los erudit_o s que do muy ge neral. En vivían á fines del sichino, la palabra ta g lo xvm, se sorprensig nifica indiferentedieron mucho al des• me nte aran.de, g1·ancubrir estas notables cleza y agrandar. En analog ías, estudian• contraposicion á una do los Vedas, libros idea muy difundida, sagrados de la litera• pa1;ece probable que tura india: su asombro se aumentó cuan• muy pocos. ele estos do descifraron el mo no s í la b os eran .\. vesta, libro sagraon omatopeyas. Se do ·de los discípulos escogieron pot· cade Zoroastro, escrito sualidad ó por alguen zendo, que es la. na circunstancia aclcngúa ele los anticiclenLal , cuyo rastro guos habitanLés de la es imposible hall,ar. Pcrsia. Estas inYcsEs probable tambien ligaciones eYidenciaque cada pueblo esron el parentesco de tablecido en un punlas len g uas, designato del g lobo, se creó das despues con el de esta ma nera un nombre genérico de dia lecto indepenindo-europeas. Prondiente del de los <leto supo descubrir mas. As í, una tribu Grirnm la fórmula ele que en los tiempos fransformacion para. prehistóricos ocupapasar de una ú otra. ba el centro del Asia , de csLas len g uas . En Y cuyos individuc;s eslo no se contenta se daban el nombee la lin gi.i ística con de Aryas, creó de es;\Iues lra J e carac\é reti geru¡, 1 ifi cos cgi pcio · . aproximaciones ó re• ta suerte una lengua glas. genérales llenas que los emigt·ados llevaron consig o á países lejanos . Estos emigra- de excepciones , como las que se leen en las g rados fueron numerosos; unos fueron á la India máticas usuales. La ley de Grimm es una fót·• mula precisa; al lector familiarizado con las Y se llamaron indios ; otros se dctuYieron en

LA LINGÜÍSTICA ó CIENCIA DEL LENGUAJE,

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LA NATURALEZA ciencias exactas le chocará de seguro la semejanza entre esta ley y las que rigen otras transformaciones naturales. De igual manera, en química (para citar un solo ejemplo) el azufre, el cloro y el fó~foro se sustitOyen mutuamente en las combinaciones. Por de pronto, con las vocales no se cuenta, y tampoco con ciertas consonantes (m, l , n). Las consonantes variables son las labiales b, p, f, v, las dentales d, t, z, y las guturales g, k, c, ch; y como cada una ele estas tres categorías se divide en m.eclias, suai;es y aspiradas, se forma el cuadro siguienLe ,.en el cual la última columna (g rado 4. º) es idéntica á. la primera. GH .-\DO 3.0

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Guturales ... .

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Dado esto, y sabido que las leng uas derivadas del idioma primitivo ele los Aryas son el sanscrito, el griego, el la lin, el celta, el aloman, el inglés, etc., la ley de Geimm consiste en decir que para pasár del sanscrito, del griego, del latin al inglés, hay uq grado de permutacion; para pasar de estas lenguas al aleman, hay dos grados. Hé aquí ejemplos, que tomamos solamente de las lenguas más conocidas: GRlEGO Ó LATI!'<.

l NLi Ll~S -

ALEMAN.

terra . alter.

earth. other. 1cater. tooth. bright.

, enlc.

:.í0 ü);

clens. <pAEyw ó flagro .

ancle1·.

inasser. za hn. pracht.

Este método de transformacion se aplica [i considerable número de palabras, algunas de las cuales han conservado igual sentido en las diversas lenguas salidas del mismo tronco, miéntras que otras han tomado una significacion diferente. De aquí se concluye, ademús, que toda palabra que no tiene otra análoga en una lengua hermana, es una palabra nueva , creada des pues que los emigrados abandonaron la cuna de su raza. Aunque tememos alargar este resúmen, con viene notar el auxilio que este estudio lin g üístico ha prestado á las investigaciones prehislóricas. Mediante las palabras comunes á las len-

g uas indo-e1uopeas, se adivina qué ideas eran comunes á los Aryas ántes ele su separacion, y qué cosas conocían. Así se aprende que sabían labrar la tierra y fabricar carros, que comían carne asada y cocida, que tenían arcos y flechas para pelear y escudos para defenderse · del enemigo. El alérnan Bopp ha completado los trabajos de Grimm, escribiendo una gramática comparada de las lenguas indo-europeas, que pone ya fuera de discusion el parentesco de todos est0s dialet.:tos, "hablados hoy por los pueblos diseminados desde el Ganges hasta el extremo occidental ele Europa. Por desgracia, la lingüística es todavía un a ciencia tan reciente, que sólo respecto á la familia indo -europea hay un trabajo algo com pleto. Entre las demas lenguas se han descubierto algunas analogías; sospéchase que tambien se dividen en muchas grandes familias; pero hasta ahora nada se ha averiguado de cierto. T,omando una comparacion de la química, se puede decir que tales lenguas son compuestos aún no analizados, que -se han clasificado con arreglo ú caractéres muy generales, que no bastaban para establecer su grado de parentesco. 111. CLASIFIC.ACION ÜE L.iS LE NGL'.iB .

Las palabras primitivas deflenguaje humano fueron, como hemos dicho, monosílabos cuy a signiflcacion era muy vaga. Estas palabras no eran sustantivos, ni adjetivos, ni verbos, ó más bien eran todo esto á la vez. Colocadas unas des pues ele otras, formaban frases, en las cuales el papel de cada palabra estaba indicado por el lugar que ocupaba. Cada palabra- raíz era entónces invariable. Pero más tarde, para precisar más el sentido, hubo que recurrir á un medio de inclicm- el caso, el género, el número y el tiempo. Esto se hizo acoplando dos monosílabos que se completaban mutuamente. En chino tse significa niño; n an, varon; n.iu, hembra; nan -tse signiflca, por tanto, hijo, y niutse hija. Las lenguas de este género se llaman monosiláb icas ó a:islacloras. En esta categoría se colocan el chino, el annamita, el tibetano, y algunos otros dialectos de la península indochina. Los dialectos aisladores ofrecen pocos recursos al hombre para expresar su pensa• miento. E.s de notar , sin embargo, que el pueblo chino se ha contentado con ellos hasla nuestros dias, á pesar ele haber llegado á un grado


LA NATURALEZA de civilizacion muy adelantado. Obsérvase ta:mbiei1 .q ue esta manera de habla.res tan natural en el hombre ignorante, que las personas q·u c conoce n poco una lengua extraña, la hablan así al principio. Los negros ele clase baja se expresa n sjempre así, como es sabido, cuando aprenden el frances. Es de creer que todas las leng uas fueron aisiadoras al principio. Luégo, po co á poco, se adquir ió el hábito de u. ar ciertas raíces en un se ntido exclusivamente determinativo, y estas ra íces quedaron reducidas al papel de afijos 'prefijos, sublijos ó inílj os, segun el lugar que se les da en el vocablo ). En japonés, poi· ejemplo, el prefijo o indica el género masculino, y el prefijo me el femenino· y así, onelw significa ga to , y menelw ga ta. Las lenguas que llegan á este estad o se llaman aglutinantes. Lo que esencialmente las caracteriza es tener elemento -raíce; y otros elementos afljos, que se unen y yustaponen á aquellos, pero sin confundirse. Para mayor claridad, pongamos un ejemplo en fra nces, lengua en que muchas palabras se forma n por los dos métodos que acaban de exponerse. Entrevoir (entrever) es una palabra comp uesta á estilo de las lenguas aisladoras; revoir (volverá yer, revisar) lo está á estilo de las aglutinantes; porque en el primer caso en tre tiene un sentido que permite usarlo solo, miéntras que la sílaba re no signiflca naüa cuando no s.e une á otea palabra. La clase de las lenguas aglutinantes comprende la mayor parte de los idiom:is conocidos. Aquí sólo podemos citar los principales, como son: el japonés; los dialectos de la Malasia, la Poli nesia y la Austealia; las lenguas de los negros ; las del Sur de la India, llamadas deavidia nas, y habladas por 35 millones de individuos ; las de América; las del Asia ,"' eptentrional, y por último, el vascuence y el húngaro. Estas dos últimas forman una n ota ble exccpcion en las lenguas europeas. Respecto al húngaro, es sabido que fué importado á Europa en una época relativamente reciente; pero el vascuence, que existe en los Pirineos Occidentales desde tiempo inmemorial, no puede ser otea cosa que un vestigio de pueblos anteriores á las invasiones celtas, cuya fecha es incierta tambien . Las lenguas americanas merecen especial mencion. El procedimiento de la aglutinacion se emplea en ellas con inaudito lujo. A la raíz monosilábica se añaden afljos determinativos para expresar todas las mod i flcaciones imaginab!es, no siendo raro hallar palabras ele diez ó

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doce sílabas. Por ejemplo, .la palabra dar, con las adiciones de que es susceptible, forma la signi½cacion de da1· más, parecer que se da, porle1· cltir, tene1· el clesco ele cla1·. La conjugacion amerjcana posee, por tanto , un número ilimitado de tiempos. I-fay una tercera forma del lenguaje méÍS perfeccionada que las preceden tes; es la forma de las len g uas de (lexion . Se entiende por flcxion la operacion en virtud ele la cual la raíz y sus afijos determinados se funden y combinan ele tal modo que pierden su primitiva apariencia. La conjugacion y la declinacion latinas y g1·iegas ofrecen ejemplos de esto. Fác ilmente se comprende que las lenguas de flexion ·tienen una flexibilidai:l que nunca adquirirán los demas idiomas. Con efecto, esta última categoría de las lenguas es la que ha servido de instrumento á las más notables producciones literarias del género humano. Esta categoría se compone de tres familias: la de las lenguas indo-europeas, de que ántes se ha teatado; la de las lenguas semíticas, entre las cuales fl g ucan principalmente el hebreo, el árabe y el antiguo fenicio, y la de las lenguas camíticas, á que pertenecen el egipcio y el bereber. Supónese que toda lengua ha comenzado por ser aisladora; que despues algunas se han convertido con el tiempo en agluti1~antes, y que un cortísimo número de idiomas privilegiados han llegado á la forma más perfecta de las lenguas de flexion. Por lo <lemas, distamos mucho de conocer todas las lenguas que se han hablado en el mundo, pues muchas han perecido sin dejar vestigios. Ocurre comparar estas innumera: bles manifostaciones del len g uaje humano con plantas variadas, de las cuales unas prosperan y crecen, miéntras otras perecen prematuramente, y se quedan achaparradas. Es una flora de una especie particular. El literato sólo se interesa por las flores y frutos que ve nacer de ella; el lingüista, por el contrario, estudia toda esta vegetacion, indaga las leyes de su naturaleza, y desearía adivinar si todo procede de una simiente única, 6 si desde el principio ha habido especies diferentes. La identidad de las lenguas indo-europeas es el único hecho indiscutible y adquirido ya para la cienci a del lengu aje . Despues de éstas, se han estudiado sobre todo las lenguas semíticas; pero entre estas dos familias hay tales diferencias de estructura, que casi se h a renunciado á reducirlas á un tipo comun. ólo indicaremos una de estas desemejanzas. Las raíces irreductibles


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LA NATURALEZA

á que en el último anllisis se llega en las lenguas indo-europeas, son monosilábicas todas, es decfr, compuesLas de una consonante y una vocal. En las lenguas semíticas las vocales nada suponen, ni siquiera se escriben, y las raíces irreductibles son trilíteras, esto es, compuestas de tres letras consonantes. Es difícil relacionar elementos de naturaleza tan distinta. Si ha habido identidad ( lo cual quizá se averiguará más tarde) sólo ha podido ser en el comi,enzo, cuando ambas familias se hallaban en el período aglutinante 6 aislador; pero nada queda que nos permita remontar tan léjos en lo pasado.

(Se co11c!tú1·á.)

NUEVO TEmlÓMETRO PARA MEDm L.\ TEMPEI\ATUn \ DEL FO~DO DEL M ,1.n.

Quizi'.L alguno de nuestros lectores haya leido las descripciones que se han hecho de un primer termómetro ele MM. Negretti y Zambra, destinado i1 medir la temperatura del mar i una profundidad determinada. Este primer ensayo dió. todos los resultados que podían esperarse, y el Challenge1·, durante su expediciou polar, tuvo á bordo cierto número de estos instrumentos. El informe del capitan G. S. Nares al almirantazgo ing!P.s, indica todo el parGeroglífl éos de la tido que puede sacarse de un estudio serio de la temperatnra del mar i distintas profunditlades, bajo el punto de vista, sobre todo, de la pesca, q·ne constit uye una de las ramas importantes de la industria de los habitautes de las costas ele la Gran Bretaña. Solo recordaremos que el, termómetro de MM. Ncg retti y Zambra consistía en un tubo encorvado eu fo1ma de sifon y que por medio ele un sistema de Ycrsion se puede, cuando llega á la profundidad deseada, verter todo el mercmio que se halla por encima ele un punto colocado cerca del recepttículo, en la segunda rama del sifon, Esta segunda rama, que es capilar

como la primera, lleva una division, en la C!,lal puede leerse la temperatura indicada en la profundidad qne se investiga. A pesar de los· buenos resultados que ha dado este instrnmento, sus constructores procuran hacerlo más. práctico y más al alcance de todos, disminuyendo los gastos de constrnccion y aumentando la solidez del conjunto. La figura 1 representa el termómetro solo; es por otra parte uu termómetro ordinario, proyisto en A de uu pequeño artificio que ha servido ya á M. N egretti para la construccion de su termómetro á máxima y que permite al liqlúclo del receptáculo introducirse en el tubo capilar cuando la temperatura aumenta, siu dejarlo reentrar cuando aquella disminuye, si se toma siempre la precaucion ele inclinar ligeramente el tubo, t e11iendo en alto el recep-· tác ulo: en B se encuent ra una dilatacion del tubo, en la cual puede nlojarse cierta cantidad de mercurio, estando clispuesta esta clilatacion de modo que el mercurio que proviene ele la dilatacion del receptáculo puede venir ~, continuar su ascension en la columna capilar cuando el receptáculo está bajo, pero no puede salir si el receptiículo está en alto. Debemos añadir que estos termómetros están construi· dos para dar las desviaeiones de temperatura en límites determinados. El pr.queilo receptáculo B es indispen saAmérica Ccnlr:il. ble para el buen funci o· uamiento del aparato, porqne buscando la temperatura i ciertá profundidad, se puede al remontarle, atravesar capas más calientes que aquellas cuya temperatura se indaga, y hace falta dar al receptáculo la facultad ele recibir la pequeña cantidad de mercurio que proviene de estos excesos ele temperatura. El tubo lleva un pequeño ensanchamiento en C, en su extremidad superior. El tubo está colocado en un pequeño marco Lle madera que tiene ,un doble fondo en toda su longitud. E11 este doble fondo se introduce cierta cantidad de mnni-


• LA NATURALEZA ciones gruesas de caza, q.ue puedan correr de una i\, otra extremidad del marco, y en cantidad suficiente para mantener en flotacion el instrumento en el agua de mar. Para srryi.rso del instrumento se pasa el extremo de

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uua cuerda por un agujero que hay en el marco, debajo del receptt\culo del termóm-etro, y se ata la otra extremidad á la cuerda de la sonda á cierta distancia de la plomada (fig. 2). Miéntras la sonda descien-

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Fig. 2.

Fig. 3.

Termómetro para medir la temperatura del fondo del mar, do .'ilr.l. Ncgrelti Y Zambra.

de, el termómetro estará con el receptáculo hácia abajo, como lo indica ln figura. Pero en cuanto se remonte el marco que lleva el termómetro se volverií; tomará la posicion indicada en la fig. 3, y la columna de mercurio, quebr,111dose en A, vend1·1i á caer en el tubo ca-

pilar, cuya division esfai. hecba al reves como indica lo,_ figlll'al. . Por lo que es en sí mismo el termómetro, importa proteo-erlo contra la presion, que llega á ser muy consider:ble á medida que des,;:iiende ó las profundidades


• LA NA 1'URALEZA

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del mar, sin lo cual sus modificaciones serían siempre erróneas, aunque el recept>lculo resistiera. Para llegar á este resultado, el receptáculo del termómetro se rodea ele una envolttlra ele vidrio espeso que está lleno ele mercurio en unos tres cuartos. Este mercurio sirve para transmitir la temperatura al mismo receptáculo, y si esta envoltura exterior cediera bajo la fuerza ele la ;presion, el receptáculo no sería arectaclo poi: ella, pues el mercuri9 no llena exactamente la parte anular que le rodea. Tenemos que recordar, para concluir, que los primeros termómetros que t enían un lado del tubo esmaltado de blanco habían sido construidos por MM. Negretti y Zambra, que poco clespues dotaron á la meteqrología con el termómetro á mñxima que todos conocen hoy.

TEMPERATURA DEL CUERPO HUMANO Y SUS VARIACIONES EN LAS DIVERSAS ENFERMEfü\DES

(1).

Cuando la muerte le sorprendió de una manera tan imprevista, el profesor Lorain se ocupaba des pues de muchos años, en estudiar la gran cuestion de la tenwel'atura humana, y preparaba una voluminosa obra sobre la misma. . Felizmente para la ciencia, una previsora disposicion testamentaria encargaba al doctor Brouardel el cuidado de publicar los materiales reunidos por el maestro ; y en ellos se reconoqerá el cuidado con que éste ha desempeñado esta difícil mision. Para el profeso1· Lorain, la imágen gl'iega: la vida. es el fuego, permanece verdadera, y se jactaba de hacer la descripcion de una enfermedad sin otra ayuda que el termómetrn. A los que oponían á su método exacto la exploracion del pulso con los dedos y apreciacion del calor por el tacto, respondía que el pulso no bastaba para el diagnóstico; que el calor de la fiebre es una palabra vana, en atencion á que no 1,J.ay calor febril, sino ealores febriles muy variables; en fin, que la mano pereibe la temperatura dé la manera más inexacta; puesto que por esle medio tal obse['vador dirá 40 grados, tal otro 38, un tercero 37, mléntras que el termómetro indicará quizJ, una cirra del lodo disLinta. Pero si algunos hacen poco caso de la termo-

(1) Obra póstuma del profesor P. L orain 1 profesor ele la •acullaJ de i\ledicina de Paris, médico del hosp (ta l de la Piedad, publicau a por l:'. Brouaru el; profeso r ag regado ú la Facultad de Medi cina do P a ris, médi<:o del hospital de i::lan Antonio.-2 mi. g ra ndes e n 8. dr 61 2 y 70r. pf,g . Impre nta Naciof!al. Paris, 1S78. 0

metría, otros han sido injustos en llevar á la exageracion las indicaciones que suministra el pulso; debiendo marchar el esfigmógrafo y el termómetro juntos, pues se prestan mutuo apoyo, como lo prueban los siguientes casos. Sucede, que en una enfermedad grave, como por ejemplo la fiebre puerperal, la temperatura se eleva á 40° y se mantiene casi invariable. Ahora bien; si el pulso, en un momento, adquiere una aceleracion mucho rnayor, es decir, pasa de 120 á 136 sin que la tempeeatura cambie, esto bastará á dar una indicacion muy g1·ave pára el pronóstico. Esto es á menudo signo de muerte próxima. Si no se ha consultado más que el termómetro, no podremos estar advertidos de esta amenaza. Por otra parte, el pulso lento con un a alta temperatura, señala el séquito propio de las meningitis. La frecuencia exagerada del pulso, acompañada de una baja tempei:atura, marca ciertos estados nerviosos, la anemia, etc. La obra de P. Lo rain ; se di vide en mu chas partes distintas: 1. • Análisis de las opiniones que nos han tmnsmitido los más autorizados de los médicos antiguos, sobre el calor y la fiebre. 2.ª El análisis ele los trabajos contemporáne¿s que han tratado de la misma cuestion. 3.ª Indagaciones clínicas, las observaciones y los trazados gráficos 1e las di versas enfermedades. 4. ª Exámen de algunos métoJos antipiréticos. El libro empieza evocando á los ojos del lector los más antiguos autores: á Hipócrates, con sus prescripciones sobre el empleo del agua, de los baños en las en fermedades agudas, tan desconocidas en los iglos pasados, á despecho del fetichismo profesado á los pasajes de dieho antiguo; á Celso, que encontró ya grande la importancia concedida al pulso; á Galeno, que como los filósofos platónicos, fijó el sitio del calo1· en el corazon; á los árabes, que sobre todo tradujeron á los antiguos y que fueron conservadores más bien que innovadores; ellos uniernn la ántigüedacl á la época moderna; no hubo más que ellos en la oseqra 8dad :M edia. Con Feme! y Guillermo Rondelet, llegamos al siglo xvrr. Alpinus ó Alpius es un hipocratista, cuya obra da un gran lugar al calor y al frio, como signos de vida ó muerte. Sanctoríus (1561-1636), esta• bleció un hecho que fué un acontecimiento en la historia de la fisiología y de la medicina, y es que el hombre pierde constantemente de su peso por la t,ranspiracion insensible (sudor, respiracion ). El fué el primero que concibió el porvenir de la· balanza en medicina. Tambien fué el pl'imero en aconsejar, la hidroterapia á los débi-


LA NATURALEZA les. A él es debida la teoría de la mayor produccion de calor en el baño frio, que parece tan nueva á nuestros contemporáneos. Borrelli dest ruyó la teoría que hace del corazon el orígen del calor, demo8trando, por medio del termómetro, que todos los órganos, en el estado normal, tienen sensiblemente la misma temperat ura. Así estos grandes médicos del siglo xvr, volvieron por un potente esfuerzo hácia la ciencia. Con su profunda eruclicion, P. Lorain, contin úa revisando las obras de sus sucesores. No podemos dejar de nombrar á Van Helmont, Silvius de la Boe, Sydenham, Morton, Federico J-Ioffmann, el ilustre Bo'erhave, que conoció el uso clínico del termómetro, Van Swiete11, Lavoisier, que en su Memoria sobre la co1c1,buslion en general (1777), emitió el primero la teoría clcl calor po1· la respiraéion; James Ourrie, r1ue pedía que-la m_edicina, como las otras ramas de las ciencias natu..rales, saliera del misterio, y se mostrara con la simplicidad de una ciencia y la claridad de una verdad, «y que preco nizaba el empleo de las afusiones frias contra la fiebre.» En fin, el autor añade á esta lista clásica algunos espíriLus eminentes de hoy, Andr~l y Gavarret, Bouillaud, Roger, etc., «que impelidos por el recuerdo de la tradicion y por su propia inteligencia, volvieron á ocuparse de la cuestion del calor, y publicaron sobre esta materia trabajos que bastaban para unir la teadicio n al período moderno; ¡vano esfuerzo que citamos con elogio, pero que nadie imita! » Llegado i la época moderna, es decir, á aquell a que observamos, el autor se ve forzado á re nunciar, por la multiplicidad de las cuestiones á seguir el órden cronológico de los trabajos peoducidos. «En otros tiempos, nos dice, cada autor resumía con facilidad las nociones adq uiridas de su tiempo; hoy, cada uno e tá ob ligado, por la extension y diversidad de los problemas por resolver, ú restringir su campo de estudios. Para evitar la confusion tomare · moscada cuestion aisladamente, ana lizaremos los principales matei;iales llegados ¡l nuestro conocimiento, y los examinaremos sobre todo en 1ñedicina. Estamos ciertos ele graneles emprés- . titos por hacer con los fisiologistas, pero procuraremos sobre todo aclarar los datos que nos permiten entrar más adelante en la interpretacion de los actos morbosos. » Son estudiados sucesivamente: 1. 0 La produccion y la pérdida de calor. 2. 0 La temperatura del hombre sano, sus oscilaciones diurnas. 3.º Las condiciones que hacen variar la tcmpe-

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ratura del cuerpo humano y los límites de sus oscilaciones. 4. 0 La reparticion del calor. 5. 0 La calorimetría con las investigaciones de Liebermeister y de Kernig. 6. 0 La r eg ularizacion del calor. 7. 0 La fiebre con las teorías de Traube de Marey, de 0 1. Bernard , de Tii.iter de Sénator de Liebermeister. Para ·precisar las aplicacio nes prácticas de los trabajos que acaba de examinar M. Lorain, busca en el enfermo su guía y su registro. «Las modificaciones que sobrevienen en este, dice, son las que nos abren nuevos horizontes y nos hacen juzgar las teorías reinantes.» En este impoeta1Úe capítulo es donde se hallan los 199 trazados que representan las curvas de las variaciones de temperatura y del pulso en la fiebre intermitente, la fiebre tifoidea, la viruela, el sarampio_n , el grippe, las afecciones puerperales, el reumatismo, la púrpura hemorrúgica, las anginas, la neumonía, la pleuresía, y en algunas ohservaciones aisladas de ictericia, de- hidrargiria, ele cólico de plomo y de tumor cerebral. «r i la memoria más fiel, dice el autor en su admirable introduccion, ni las notas más detalla• das, pueden permitir reproducir los rasgos y la marcha de una enfermedad ó de un síntoma con la perfeccion que se encu e ntra en las tablas gráficas. Es Le es, habland o con propiedad, un método de anáJ'isis. » «Podemos vigilar las más pequeñas desviaciones de las funciones m ás imporLantes· y ver si estas desviaciones ocurren en la época debida , y en la medida ordinaria, dut·ante un tiempo suficiente, ó si pasan del límite habitu al; podemos vigilar por estas desviaciones acrecentadas ó disminuidas, la accion de los remedios. Hasta podemos dosificar esta accion. Así hemos llegado á menudo á hacer desce nderá voluntad la temperatura por la accio n ele la digital. á retrasar ó disminuir un acceso de fiebre intermitente con una pequeña dósis de quinina, á suprimir en fin, y i cortar definitivamente la fiebre por una dósis mayor. » La E1imple ojeada de las t ablas , muestra que las enfermedades, en su marcha, afectan una figura casi constan le, y e¡ ue las especies morbosas se acu sa n claramente por su forma, si bien á veces afectan un gran número de curvas, se ve á simp le vista que pueden clasificarse en grupos natural es; estos grupos son precisamente las colecciones de observaciones que se refieren á la misma enfermedad. in eluda algun a, no sabríamos hoy dia redu cir e. tas figuras á un tipo análog o á .las fi g uras ge ométricas; pero y_a


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la diferencia se acusa tan claramente, que un perior. Esta barquilla tiene 6 metros de diámehombre, áun poco práctico, puede decir al pri- tro; la galería por donde circulan los viajeros mer golpe de vista: hé ahí una fiebre tifoidea. es de doble fondo y comprende 16 compartiEsta otra figura muestra una pneumonía ; aque- mentos que contienen los sacos de last1·e llenos lla tercera, una viruela , etc . Ciertamente po, de municiones ílnas de plomo, las cuerdas de detencion, las ' clemos multianclas para la plicar las obbajada del gloservaciones bo y los garfios sin que estas de J{ierro. El sean complebalcon circula1· tas. ((Ese es el tiene un metro defecto del méde largo, sientodo, dice el do el espacio profesor, pero anular del cenes un defecto tro de 4 meverdaderamentros. El parapete médico.» La to de este balmisma enfercon tiene 1,m20 medad no serít de alto. jamás dos veLa barquilla ces idéntica á ha sido consella misma. En fin, en el truida con mucho esmero por capítulo consagrado á la teM. Oomme, por rapéutica, los planos de M. Giffard; será M. Lorain pasa guarnecida con revista á los una tela que métodos llamaornará su galedos antipiréticos, y estudia ría; los cordela accion de las les verticales sangrías, de l~ dejan entre sí digital, del sulun espacio sufato de quini!lc i en te para na, del alcohol que los viajey de los baños ros puedan saá diversas temcar la cabeza, peraturas. Tal pero no todo el es el órden se(figucuerpo a.. guido en esa ra 1). E. c helle de 0~01~ pour 1 Metre vasta obra que La galería ,.~ ~ 3 2 acaba de enrique venimos quecer la cienFig. 1.-La barquilla del gran globo cautirn (corte vertical). describiendo cia con ideas está sujeta tan nuevas y datos tan preciosos. por 16 cuerdas á un primer círculo de madera de 6 metros ele diámetro representado en C' en nuestra ílg. 1. Sobre el gran círculo ele GRAN GLOBO CAUTIVO DE M. HENRY GIFFARD. madera se encuentran ligadas á iguales distancias unas de otras 16 lazadas de cuerdas que (Contiuuacion.- Vénse n . 85, pág. 184.) se adaptan á un mismo número de travesaLa barquilla del globo cautivo está construi- ños ·de madera. Cada dos travesaños se reunen da con madera de nogal. Tiene una forma cir- á un a cuerda t:lja al círculo B. La barquilla cular y presenta el aspecto de un balcon circu.: está así suspendida por ocho cuerdas en este l.ar, en cuyo centro se liga el cable al círculo su- último círculo. Este está unido al gran_círcu0


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Fié, '2. -El lün ~l su blcITán co e.le! cable del globo cautivo. Vista tomada del lado de la cabria en su mayor longitud . Este túne l va di minuye ndo desd e la cabria á la pplea del ae ,·óslala.

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Fig. 3.--Plan ele in talacion del globo cautivo en el patio ele las Tullerias. E, P.. Puerta• d" acee·o que se ab rirá n entre el patio ele Carrousel y el jardín ele las Tullerias. - E', E'. Entradas al recin to. C. Calclcras.-~I. l\láquina• y cabria.-B. Globo cautirn.


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lo A, que sujeta todo el sistema al aeróstata. El gran círculo ofrece una solidez á toda prueba. ·Está formado de una corona hueca de una plancha de acero llena interiormente de una cuerda muy gruesa y provista exteriormente de una armadura de madera. El círculo g-rande tiene 1 ,n 60 de diámetro exterior, 0,"'tl't, de diámefro interior. Forma un anillo gigantesco · adonde se fijan las 16 cuerdas que le unen al aeróstata. Estas cuerdas se terminan por 16 poleas 0,m45 de alto y 0,m28 de ancho, que están unidas á 3Z poleas más pequeñas, las cuales corresponden á 64 motones. 'l'ambien están atadas al gran círculo las ocho cuerdas que sujetan el globo á tierra. Cuatro de estas cuerdas están representa•das en a, a, a, a, en la fig. 1. El pequeño tírculo inferior D, igualmen!e de acero, está forrado ele un cuero grueso; comprende: ').ºocho cuerdas que se unen al círculo grande; 2. 0 diez y seis cuerdas para sujetar la barquilla; 3. 0 ocho cuerdas que'lo sujetan á la romana fija al cable. M. Giffard ha dado intencionadamente al primer círculo grande un volúmen considerable; las cuerdas que lo unen al globo están sometidas á un rozamiento considerable en su superficie: cuando el aeróstata se inclina, este rozamiento debe trabar los movimientos de oscilacion de la esfera bajo la accion del viento, cuando sea retenido á tierra. La romana que une el globo al cable está suspendida en el centro del espacio anular que rodea la galería de la barquilla (fig. 1). Esta romana está formada por dos cilindros ele acero ligados entre sí por ocho resoetcs de hierro. Cuatro cuadrantes verticales indicarán por medio ele agujas los esfuerzos de traccion en kilogramos á que estará sometido este verdadero dinamómetro. Los aeronautas y los viajeros en la barquilla podrán saber por consiguiente durante la ascension el excedente de fuerza ascensional del aeróstata y la fuerza de accion del viento sobre el cable. La figura 2 representa el túnel subterrúnco que ha sido constmido debajo del patio de las Tullerías y á traves del cual pasa el cable, para reunir la cabria á que se enrolla á la polea ele movimiento universal, ele que hemos hablado precedentemente. La fig. 3 da el plano del conjunto de la i nstalacion. Por este plan se da uno cuenta del verdadero grandor del aeróstata; es suficientemente voluminoso para poder envolver enteramente el pa1

bellon de Flora ó el de Marsan. El sotechado bajo el cual se abrigan las máquinas de vapor y la cabria está representado en M. En C se hallan las dos calderas de vapor. El público podrli circular entre el patio de Carrousel y el jardín ele las Tullerías por las aheeturas de acceso E, E. Las puertas ele entrada en el recinto del globo ca_u livo están indicadas por E', E'. -----=<><>-o<:=

TELÉFOI O DE MERC RIO. En un interesante estudio presentado últimamente á la Academia de Ciencias ele París, M. alet, clespues de demostrar que el teléfono Bell no es capaz ele transmitir con fidelidad sino los movimientos pendulares, añadió que había podido realizar un teléfono en el que toda variacion de la membrana transmisora corresponde á una yaria9ion proporcional, y en el mismo sentido de la membrana receptriz. Para conseguir este fin es necesaria una pila, y el autor ohscrvó que el mismo hecho del empleo ºd e esta pila constituye un obstáculo absoluto ti, la aplicacion de su aparato para graneles distancias. M Breguet ha tenido la buena suerte de in':iaginar y probar un teléfono de un género absolutamente nuevo, que sin pila alguna presenta las ventajas del de M. Sal et, y por otra parte no deja ele ser aplicable á grandes trayectos. Bien por el contrario, el teléfono de mercurio, mús aún que el ele Bell, es insensible á la resistencia eléctrica, pues, por su mismo principio, no es influido sino por la potencia y no por el gasto de una fuente eléctrica, ó en otros términos, por la lension y no por la canticlad de una corriente. A la inversa de las exigencias de la telegrafía ordinaria, este aparato-se colocará en las condiciones más favorables, si se utiliza como conductor terrestre ó submarino un hilo metálico de un diámetro muy pequeño. Sabemos, en efecto, que para una carga eléctrica dacia, la potencia de un conductor es tanto mayor segun su capacidad es mús pequeña. El fenómeno que ha servido á M. Breguet de punto ele partida, es absolutamente reversible; su transmisor y su receptor son, por consiguiente, dos aparatos idénticos. Son ya del dominio público los notables trabajos ele M. Lippmann, agregado al laboratorio ele :\I. J amín, respecto á las tensiones electrocapilares que se desarrollan en la superficie de separacion del mercurio y el agua en un tubo de cristal de pequeño calibre. Sabemos cómo M. Lippmann, fundado en los principios que


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ha establecido, ha podido construir el más sen- curio, podemos utilizar las variaciones de su ensible de todos los electrómetros conocidos. voltura de cristal que presenta ménos masa . . E l aparato de M. Beeguet no difiere de este Nos encontramos por consiguiente en presenelectrómetro, sino en que es notablemente cia de un problema análogo al que dejó :M. Bremás sencillo y ele mucho ménos volúmen. . guet estudiado en el teléfono Bell, en el que La punta ele un tubo capilar T, que contiene experimentó las placas de hierro dulce de dimercurio M, se sumerge en un vaso V. Este verso espesor (t}. Es claro, en efecto, que la vaso contiene una capa ele mercurio :.l', cubier- relacion de las dos masas atractiva y atraída ta ele agua acidulada A, de modo que la punta debe ser todo lo diferente posible, á fin de concapilar no penetra en la capa de mercurio, sino sideear una de las masas como inmóvil, y por consiguiente la otra masa como animada de una solamente en el agua acidulada. Dos hilos de platino, P y Q, comunican respec- variacion máxima. Si, por consiguiente, queremos. oir por la entivamente con el mercurio 111 y el mercurio M'. Si se reunen entee si estos dos hilos, el nivel voltura de cristal, la masa de ésta debe ser desdel mercurío se colocará á una altura in val'ia- preciada en relacion á la masa de mercurio. Si ble. Pero si se interpone en el circuito ele los queremos escuchar por medio del mercurio, la hilos ele platino una fuente eréctrica, el nivel relacion de las masas debe invertirse. Despues de haber obtenido resultados que no tomará otra posicion de equilibrio, dependiente dejan duda alguna sobre el valor del teléfono de la potencio ele esta fuente. En resúmen, á cada diferencia de potencia de mercu1'io, bajo el punto de vista científico, corresponderá un nivel determinado de la su- M. Breguet ha procurado obtener una perfecperficie inferior del mercurio. Debajo del mer- cion mayor, y con el concurso de M. Lippmann curio M hay una masa de aiee S, cuya presion emprendió nuevos experimentos para dará su variará evidentemente todas las veces que el instrumento una forma más portátil. Una de estas formas tiene impreso un carActee tal de nivel del mercurio varie. que no podemos pasarla en silencio. simplicidad, rees describir El aparato que acabamos de consiste, en efecto, más que en no aparato El modificacion una rnrsib le, es decir, que si por fino de algunos centímetros cristal de tubo un sufre mercurio de la presion en S, el nivel del gotas alternadas de mertiene con que largo, ele de diferencia una una variacion, se establecerá de manera. que constiacidulada, agua y curio elecfueeza una po tencia, ó en otros términos, asociados electro-capilares elementos los tuyan conducdos los tro-magnética se establecerá en están tubo del extremos dos Los tension. en tores P y Q. dejando pero lámpara, la de medio por cerrado, ü nanse ahora en un todo dos aparatos semejantes, haciendo éomunicar los hilos P y P., entrar en contacto un hilo de platino por c~da lado, con la gola de met·curio más próxima. na Q y Q., como indica la Hgura. 'e ejerce una peesion en S; una fuerza elcctro-m0Lr1z, dependien- rndela de abeto delgada, se fija normalmente. te del valor de esta presion se oeiginará en el por _su centro al tubo, y permite asi que haya cfrcuito, y e ta fuerz a electro-motriz peoclueieá una supct·Ocic de alguna extension para apliun cambio en el nivel del mercut'io l\I,, del se- carla á la oreja, cuando el aparato es receptor g undo aparato. Ejérzase la peesion en S, y se 1 y suministra al tubo una cantidad mayoe de movimiento bajo la influencia de la voz cuando modificará allí por consiguiente. aparato es transmisor. el fenómenos los en Se concibe que apoyándose resumiendo las ventajas que Termjnarcmos un realizar que acabamos de exponer, podemos el empleo de los aparatos en hallarse pueden teléfono. telégrafo y en pat·licular un bien á la telefonía bien aplicados mercurio ele conteaire el '1', Si se habla debajo del tubo telegrafía. la á ente generalm ás m viEstas vibracion. en enlra tubo esLe en nido O necesitan el empleo de no aparatos Estos L lastraque braciones se comunican al mercurio pila alguna. duce en variaciones de fuerza eleclro-motdz, y 2. 0 La influencia perturbatriz de la resisrcapaeato el en engendran variaciones estas de una larga línea es casi nula para estos tencia ceplor las variaciones exactamente correspondientes de la masa ele aire R,, de manera que i nstt·u men Los. En el teléfono Bell esta influencia es aún si el oido se encuentra colocado debajo del tubo 'l\ , se entenderán todas las palabras pronun- apreciable. ciadas en el tubo T. (1) Comptes 1·endus, p. l1H9: 18 F ebre ro d e 1878 . En lugar de utilizar las variaciones de mer-


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3. 0 Dos aparatos de mercurio apareados, como indica la figura, son absolutamente correlativos, en tal sentido, que ~\un las mismas posiciones cliferenles de equilibrio de la superficie de uno de ellos, produce posiciones clifeTentes de equilibrio en el aparato opuesto. Podemos por consiguiente reproducir á distancia no sólo las indicacion es fieles de movimientos pendulares, como lo hace el teléfono Bel!, sino hasta la imágen exacta ele los movimientos más generales. • 4. 0 En un sistema de telégrafo fundado en el mismo principio de este teléfono, es probable q~ie pudiéramos por una parte conseg uir una

rapidez de transmision mayor que la que permiten obtener los aparatos ordinarios, y por otra, realizar una economía considerable en el precio y colocacion ele los conductores. Un hilo de acero de un diámetro muy pequeño reemplazaría con ventaja los hilos ele cobre del calibre más grande. La ·capacidad de las líneas, consideradas como condensadores, sería aún disminuida por la reduccion de la superficie ele su armadura interna, y este es un nuevo elemento que. vendrá á aumentar aún su produccion comercial. No insistimos más en las esperanzas que algunos quizá hallen aún prematuras. Pero cree-

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CU.A..DROS DE HISTORIA NATURAL. EL COLDIBO CABT.AXO .

Entre las comunicaciones sometidas al último congreso ele Sociedades sabias en la Sorbona, hay una que nos ha parecido particularmente interesante: nos referimos á los cuadros de historia natural que ha presentado :M. Arcade Noury del Havre á la seccion de Ciencias. Estos cuadros están desLinados á las escuelas. Los tipos más curiosos de animales y plantas están figurados en ellos de tal manera, que los niños pueden en un momento conocer la utilidad relativa de las especies más extendidas, puesto que no sólo están fielmente indicados los caractéres distintivos, sino lo que aumenta la

seduccion; cada animal estú representado en su sitio, rodeado de séres que le sfrven de alimento, ó de aquellos donde ordinariamente en,cuentra su pasto. Todas estas pequeñas escenas están maravillosamente ejecutadas, sintiéndose en ellas el calor y la vida. Y no es esta la menor ventaja de las composiciones sobre las que deseamos llamar la atencion de la juventud: para instruirla. hace falta primero agradarla. La belleza del dibujo impoeta, pues, tanto como la exactitud cien tífica, y es necesario felicitar :i M. Noury por haber comprendido que la educacion del g usto debe, desde los primeros años, proseguirse paralelamente al desarrollo de las otras facultades, y excitarlas cuando sea menester. :ri1u·y á menudo, los grabados descriptivos de que se sirven para la enseñanza son frios y descoloridos; la exactitud del dibujo puede ser perfecta, mas á primera vista no son la imágen de la vida. Desprovista de su armonía y de su frescura


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LA NA'fURALEZA

la naturaleza deja de agradal' al niño, no aguijonea su curiosidad. Para · que se digne estudiarla es necesario que le parezca amable. Esto es en lo que se ha fijado particularmente M. oury. Tam.bien estos cuadros han cautivado vivamente á todos aquellos que tienen sentimientos propagandistas, y hasta en los últimos ·lugares de la Fra¡icia ha excitado el gusto por las cosas de la naturaleza. Iuchos de estos grandes dibujos coloreados, relati\·os á las aves, han sido, principalmente la coleccion de despacho, objeto de un exámen profundo; y el presidente M. l\Iilne-Edwards ha declarádo públicamente su admiracion por obras tan irreprochables, tanto bajo el punto de vista del arte como de la ciencia. Nuestros lectores nos agradecerán poder ver uri grabado del hábil dibujante. Este representa El cÓlimbo caslafío !J Sll nielo. M. Noury y su padre, que es tambien un pintor de talento y un intrépido ornitola,gista, han hecho sobre las costumbres de esta ave observaciones lleua!i"de intercs. No podemos resistir al placer de mencionarlas: El colimbo castaño (Pocliceps Qolimlnis minar) es un pequeño palmípedo que habita los pantanos y por tanto poco conocido. Debe esta ventaja á su género de vida, del todo acuática, á la ingeniosa disposicion de sus construcciones navales, donde oculta su pollada. Es un ave de unos 20 centímetros de largo, ele forma un poco cilíndrica, aunque. el dorso es aplanado, la parte posterior del cuerpo es ancha, truncaua, sin cola, miéntras que la parte anterior es más delgada-, lo que Je permite hendir el agua fácilmente; el cuello es delgado; alargado; la cabeza estrecha; el pico largo, cónico, en forma de punzon, pues el animal es carnívoro y se alimenta de peces, de larvas de insectos, de pequeños moluscos que caza en la superficie ó en el seno del agua, ó bien en el fondo mismo del pantano: sus piernas son cortas, sus piés muy grandes, provistos de un pequeño dedo hácia ateas y de tees dedos anteriores parecidos á los de la zarceta y destinados á aumen~ar la extension de las ramas natatorias. Hácia los primerosdias de l\Iayo los colimbos empiezan á edificar su nido. Véase cómo proceden segun nI. Noury: recogen en el fondo y en los bordes del estanque hojas mucrlas, berros, juncos, ranúnculos, etc., á los que añaden las hojas y los tallos secos. Reunen todos estos materiales en un monton cónico que flota en la superficie del agua. Sabemos que el pm:énquina de

las plantas acuáticas se compone generalmente de células estrelladas que dejan entre ellas meatus llenos ele aire; así se explica la ligereza del nido. En cuanto á su calor propio es extremadamente notable, y resulta de la fe1·mentacion de las hierb~s que le componen. Basta pasar la mano por uno de estos nidos para sentir la impresion dela temperatura que allí reina, Cosa admirable, los colimbos han resuelto un problema de química ante el que el hombre se había declarado impotente; puesto que cuando colocamos un huevo de gallina en el estiércol para que empolle, los vapores mefíticos que se desarrollan envenenan al jóven. animal en su envoltura. No sucede lo mismo en el nido del colimbo; los gases engendrados por la fermentacion se disuelven en el agua _á medida que se p1·oducen; seri por consiguiente comprensible la maravillosa evolucion de órganos qu_e se opera en el huevo. Estos estan bañados inferiormente por el agua, el colimbo los incuba con intermitencias, puesto que conservan él.urante largo tiempo el calor qúe el ave les comunica. El primer dia ele la postura son muy blancos, á los dos dias se hacen amarillentos, los dias siguientes el tinte moreno, parecido al del nido, se acentúa aún más, y Ilnalmente se vuelven de color de chocolate claro. Lo que contribuye aún más á impedir que se les distinga, es que el colimbo, cada vez que se ausenta, tiene gran cuidado de cubrirlos con detritus de vegetales. Despues de unos diez y ocho dias de incubacion, los polluelos rompen la cáscara, y apénas han abierto los ojos á la luz, cuando se apresuran á sumergirse, se pasean por el estanque, y durante largo tiempo vuelven ·todas las nocl1es al nido á dormir. o es asombroso que esíe pequeño edificio escape á las miradas, pues es en realidad u-na deliciosa embarcacion que el colimbo dirige á su placer en todos sentidos. Las patas, echadas hácia atras cuando cubre sus pequeñuelos, Je sir\"Cn de remos y de timon á la vez; puede poi· tanto teansportar su habitacion de un punto á oLro del pantano y colocarla entre las hierbas cuando le place. Dotado ele una vi::ta penetrante_y de un oido finísimo, el colimbo desde que percibe ú oye á lo léjos un enemigo cualquiera (el hombreó un ave carnicera) se oculta sumergiéndose. l\Ias la necesidad de respirar le fuerza á volver al aire. Sube lentamente sacando tan sólo su pico fuera del agua. Entónces tiene cuidado ele colocarse debajo ele una de esas hojas verdes que muestran su limbo c)íptico en la superficie del panía· Á


• LA NATURALEZA no. Estan d o la h oja un p oco e levada es fáci l, al que conozca esta particu laridad de la vida del colimbo, desc ub rirle ; b asta entó n ces tira r de ba jo un tiro de fu s il p ara matarle . Por este m ed io i\I. Noury consig ue este a n imal en ta n gran cantidad como d esea, mié nteas q u e la m ayor parte de los cazadores y áun de los naturali stas no han pod ido s ino rara vez alcanzarle . En general el ag ua de los panta n os donde a n idan los colimbos es turb ia y casi estan cada· asi es que el ojo n o p ued e segu ir sus movim ientos en el seno de las o n das. Pero c~ando se consi g ue criar un a de estas aves y se pone á su disposicion una vasij a d e ag u a clara se presen cia un fenóme no extremadamente notable. El coli mbo a p arece como s i es tuviera ais lado en la masa li qu ida; y en efecto no está mojado, pues no olvida alisar sus plumas con su pico y barnizad as co n la grasa segregada po r su g lánd ula uropigiena q ue tien e m uy desarrollada en la rabad ill a. M. oury h a barnizado co n esta grasa u n te jido de lana y h a demostrado su perfecta impermeabi lidad 'y cree q ue sería· ve n taj oso h acer el análisis qu ímico de esta sustancia, á fin ele reproducirla a r t ificial mente para la industria. Los ensayos n o esta n a ún term inados. ,

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íl S CE L ANEA . Coloracion de los metales .-Se pueden colorear nipidamente los metales cubriendo su superficie con una capa delgada de ácido sulfú rico en clisolucion. Segun el espesor de la capa y la duracion ele la accion, se pueden obtenor los t intes de oro, ele cobre, de carmín, de moreno castaño, de azul ele anilina claro, de blanco rojizo. Todos estos tintes son brillantes, y si se tiene el cuidado ele limpiar los objetas metálicos ántes de tratarlos po'r el ácido sulfúrico, la coloracion no afecta en nada al bruñido. Mezclando una disohlCion de J:2,5 gramos de acetato de plomo en 225 gramos de agua si se calienta la mezcla :i 88° ó 93°, ésta se descompone, dando un precipit ado de sulfm o de plomo en copos negros; si se sumerge un objeto metálico en el baño, el precipitado se deposita debajo y la coloraciou se produce con uu tinte que depende· del espesor del precipitado. Hace falta tener el cuidado de calentar ele una manera re!!ular los objetos que hau de colorearse, ú fin de que c~ta sea unifo rme. E l hierro tratado de este modo, toma el aspecto del acero azulado: el zinc. al contrario se J1acc moreno. Empleando en lugar del acetato de plomo uua cantidad igual ele ,leido sulfúrico y calentando los metales un poco más que eu el primer cas~, se, puede colorear

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el bronce de cañon, en magnífico rojo, ve1·cle, muy estables. Se obtienen preciosas imitaciones de má1·mol dand~ á los obj etos ele bronce calentados á 100° un baño con una disolucion de plomo espesada con la goma trao-ac~n_to y sometiéndolos en seguida á la accion del p~·ec1p1tado ele que nos hemos ocnpaclo úntes. + ..

El gra n esta nque de la plaza de Italia.- La ciudad de Paris acaba de gastar más de J 00.000 fran-

cos para conducir el ao-ua á un ,asto esmnque creado en la plaza de Italia, completamente transformada. Las proporciones ele este estanque son considerables·, • J nuc,e 40 metros de diámetro y sn gran surtidor, ensayado recientemente ha ll egado á una altura de ] 3 metros. Un elegante square ele forma circular rodea este surtidor; que será abierto al püblico asi que se coloque la raja que ha de ci.rcundarlo. Los habitantes del distrito décimotei:cero, los que viven en esta parte <le París, hall arán á un mismo tiempo en la nueva plaza de Italia un paseo, un sitio de reposo, un estanque magnítico y la Yista más agradable que puede desearse, por la confluencia ele las ocho aYenidas á ese sitio; en fin el resultado obtenido en este trabajo de transformacion está á la altura ele los sacrificios que la ciudad se ha impuesto para hacer ( jecutarlos. * 0

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Aplicacion del micrófono á la cirugia.-El doc-

tor Henri Thompsou ha pen ado aplicar los maravillo-· sos resultado del micrófono á la inYe tigacion de la piedra en la vejiga. Con este fin se dirigió á. casa del profesor Hughes, el im,entor, y se instaló el aparato: éste se compone ele una pila ele Léclanché, de tres elementos, en cuyo circnito se encuentran colo~ados primero un teléfono, de pues un micrófono en comunicacion· cou el pabellon de la sonda explorairiz. Se b i~o la aplicacion del instrumento á los dos dias en un enfermo á quien se había hecho la operacion de la litotricia. Ahora bien, el miís ligero choque del cateter contra la piedra, el simple contacto de un fragmento imposible ele percibir por un oido atento es enten• · elido distintamente á cualquier distancia por los que se encuentran cerca del teléfono y si se aproxima el teléfono .l. la oreja, los mido se hacen claros y de una gran intensidad. , 'e oye un «click» muy particulnr que Jleya al espíritu la idea de choque contra un cuerpo duro. Exi ten tambien rn idos de roce, pero mucho más débiles, que son debidos al deslizamiento de la sonda en las paredes de la ur~tra ó ele la vejiga, pero estos ruidos son f:íciles de distinguir. El doctor Thornpson ha entrevisto la posibilidad de aplicar el micrófono á la investigacion de los secue tros de proyectiles : bastan\. reemplazar el cateter por un e tilete. ( Ga.:ette hebdomadafre, 14 de Juuio.)

. *" Pesca de l a b a llena.-Los U buques ele Dundee (Escocia) que fueron :'da pesca ele la ballenn, han cogido, tanto en Terranova corno en las clemas estacio-


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nes, 80.130 focas, que han producido 1.120 toneles de aceite que ,aleu 1.410.000 francos. Este resultado es superior en 710.000 francos al obtenido en 1876, y equivale á un aumeuto de la mitad. Los mismos buques han cogido 81 ballenas, de las que han sacado 978 toneles de aceite y 4-lc '/. ele huesos. La prodnocion total de esta pesca en 1877 se ha evaluado en 3.611.750 francos, que vienen á corre pondcr ü 257.9 "2 por cada buque. Los resultados obtenidos en el dicho año próximo pasado han decidido ií. la compañía de Dundee á ennar en el corriente mayor utimero de buques á la pesca. ~

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M i opia. -De la publicacion anual <le una e cuela

upel"ior de niñas, en Dortmund (V estfalia), tomamos el triste hecho que demuestra c~1án extendida está la miopía, y cómo puede aumentar atin por los estudios clásicos, si no se emplean los cuidados incesantes y partirulares del iodo bajo este concepto. A mediados de Enero tlc 187,-(. un mé<lico. oculista

distinguido, examinó los ojos de toda las discipula;: de esta escuela, con respecto ti la miopía. Demostró lo siguiente: En la l.• clase había, entre 28 educandas 16 miopes. 23 » 30 » 2.• 3." 4."

)) »

5.1\

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47 55 5-.1

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22 23 22

E11 suma en 21-.1 educandas 106 miopes. El aumento ele la proporcion que obse1Tamos, e, muy importante pasando de la 5.• clase (cla -e de los menores) á la ] .ª En la 5.• clase liabia 40,7 por 100 miope;:. 4], )) -.1.~ -.16, )) 3.• 76,G (!) » 2.• 57,l » J.• En la2.•clase laproporcio11 es tau grnuclc, q ue puede considerarse como excepcional; pero en las otras cla es vem¿s que la progresion se elcYa regularmente. ~~

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Efectos J e! lifon J e 11 de .\.bril de 1878, en Canton (China) .-Tomad:> de una fologrnfia.

EL TIF01 DE 11 DE ABRIL DE 1 7' .

' X uestro grnba<lo, tomado ele una fotografía debida á un habitante de Canton llamado Ayong, da una

idea del formid:,ble ,ienio que ha barrido la ciu<lacl de Canton en China el 11 ele Abril tiltimo. En algunos minutos el viento dejó co1n-ert.ida - en ruinas 1ntis de 2.0UO casas, arrojó á la costa más ele mil barcos ,. cauó la muerte :i 10.000 habitantes. El tifon empezó á. soplar sübitamcnte con una Yiolencia indecible. Ln mayor parte de los techos de las casas fueron elevados Y otras fueron dcteriorndas aún más g1·ayementc, el

rie11to torció los ,irboles t't J)csa1· de sus raíces. La clestrucc.ion fué considerable sobre todo á lo largo de una lin ea casi recta donde se manifiesta el paso del huracau . La ruina se ha acrecentado por los estragos del incendio que quemó m,\s de trescientas casas. El terror de lo habitantes llegó ,i su colmo. Se han empleado muchos clias en retirar los cadáveres de entre los escombros (1 ). ( 1) T omad o de Tite Overla11cl China .llail y 'J'!te Gl'il)Jhtc . PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS.

l\fADlUD.-Tipogrnífa E,tcrcolipin PEROJO,


Núm. 37.-10 Agosto 1878 .

LA NATURALEZA

LOS BATRACIOS. 13ajo la denominacion de batracios los zoólogos .designan un conjunto de animales que con los cecilios y las salamandras por una parte, y los anflumos y los sirenios por otea , hacen el tránsito á la vez á los reptiles y peces. Linneo no había separado con el nombre de rana más que á las ranas, los sapos y los ani -

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males que se les parecen; animales tan distintos de los otros, que han sido distinguidos por los más antiguos naturalistas ; para el ilustre crea dor de la nomenclatura moderna los cecilios son las serpientes, las salamandras' y los tritones lbs lacértidos . En J 778, Lacépcde dividió los animales de los cuales tl'atamos en hateacios pl'ovistos de cola y en especies despro\·istas de este órgano; sig uiendo el ejemplo ele Linneo colocó las sa-

El pelodito y sud renacuaj os.

lamandras co n los lacértidos, mient1·as que los géneros rana, sapo, raoa arbórea fueron colocados e n un gr upo apar te. llermann y Alejandco Brongniart, uniendo las ranas y las salamandras, dividiero n la clase de los reptiles en cuatro órdenes, formando los batracios el último de ellos. Duméril, en 1805, separó este geupo en dos fam ilias, los anuros Y los urodelos. Por una feli z . modiflcacion, '\Yagler , desde el año 1830, ad mitía e n el órden de los batracios tres s ub-órdenes, 'los cecilios, los ichtiodes y las ranas, formando estas dos fam ilias, los aglosos para el pipa de América y los fa nerog losos, de len g ua carnosa, ad.2.0 8Ell.E8TlU:.

herente al suelo de la boca; estos ú!Limos fueron separados en batracios sin cola, como el cisLignato, el alito, la rana, el sapo, y en batracios provistos ele cola como el tr iton y la salama ndl'a. En la clasiflcacion de , Vagler, los ichtiodes forman dos tribus, las que no ti.enen branquias permanentes, como los anfiumos, cuyo cuerpo alargado se parece al de la al)gui la , y aquellos cuyas branquias persisten toda la vi da del animal, como el sirenio y el proteo. Esta clasiflcacion es, en suma, la adoptada hoy. Por su corazon, de la sola cavidD.cl venki cular, por s u cabeza provista de dos cóndi los occipitales, por su piel desnuda y blanda, y so 11


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bre todo por su desarrollo, los animales ele que tratamos se separan claramente de los reptiles para acercarse a los peces; así es que se les ha considerado como constituyendo una clase aparte, la de los batracios. Los peromelos ó cecilios y los ichtiocles no son propios de nuestros países; así, pues, nos ocuparemos sólo de los batracios propiamente dichos, los anuros y los ueodelos. Pueden establecerse tres g randes divisiones entre los batracios anuros provistos ele lengua; en m:ws, como los sapos, las mandíbulas no tienen dientes; en otros las mandíbulas ó á lo ménos la mandíbula inferior está provista ele dientes; tan pronto los dedos ele los pi és están dilatados en discos más ó ménos anchos, como en la rana arbórea, tan pronto la extremidad libre de los dedos es afilada como se observa en los animales que los zoólogos designan con el nombre de rana. Dat ando de la ép.oca terciaria los Raniclos, se han repartido hoy en el mundo entero; teniendo los numerosos géneros en que podemos dividirlos un aire d e t'amilia, por más que los géneros aleto, pelobato y chillon forman transicion entre los raniclos y los sapo·s por -su piel verrugosa y por la presencia ele glándulas parótidas. A excepcion ele algunas especies de nuestros países, las costumbres de estos animales son poca conocidas, así es que será poco interesante h ~blar de las ranas exóticas. Nos limitaremos á.menci.onar el pseudo de Surinam, cuyas patas anteriores se terminan por una especie ele mano, siendo oponible el índice á los dedos segu_n do y tercero, y cuya larva de un tamaño enorme relativamente al del animal perfecto, ha dado lugar á la creencia que la rana se convierte en pez; los chiroleptos, que tienen tambien el dedo oponible; los hemifractos de la América del Sur, que son los únicos entre los batracios anuros que tienen la ma ndíbula inferior provista ele clientes; los ceratofiros de la misma region, y los megalopios ele Java, que tie1;en la boca largamente hendida y cuyo párpado superior se prolonga en forma· de cuerno. No hablaremos más de los cali ptocéfalos de Chile, cuya cabeza está cubierta ele un escudo óseo; los pixicéfalos del Africa Austral, cuyo talon presenta un tubérculo córneo y cortante, y muchos géneros aún, como los oxiglosos ele ~engala y ele Java; los leuíperos de la América del Sur; los discoglosos , que se encuentran en Grecia y en las costas mediterráneas ele Africa; los scafiopes de la América del Norte; nos apre-

suramos á llegar ::í las raniformes ele nuestros países; es decir las ranas, el peclolito, el alito, los pelobates y el chillon (1). LAS RANAS.

Conocidas desde la más remota antigüedad, lo cual atestigua este verso ele armonía imitativa, tomado del poema de Philomelo: «Garrnlla limosis rana coaxat aquis;»

las ranas son los batracios que se reconocen fácilmente por la forma de su lengua, libre en cierta parte de su extension y más ó ménos profundamente dividida en dos lóbulos hácia atras, con los dedos ele los piés palmados y el paladar provisto de clientes. Las formas son en general esbeltas y ágiles; la boca está largamente hendida. Abundantemente representada en Europa, Asia, Africa y América, el género es conocido en nuestros países por tres especies, dos ranas acuáticas y una terrestre. En el mes ele Febrero, cuando la temperatura es ruda y el hie1o cubre todas las noches la superficie de los estanques y mares, un batracio . ele cara corta y ab_snnbada, con los miembros posteriores·cortos, de andar muy tardo, con las sienes o.rnadas de una mancha negra que se extiende desde los ojos á las espaldas se dfrige al agua para depositar sus huevos. La postura tiene lugar en gr_a ndes montones, que el agua hincha rápidamente y que contienen casi unas ciento cincuenta pelotas. Efectuado el cuidado de la postura, el macho se vuelve silencioso y va á vivir á tierra, léjos de las aguas estancadas, habitando los sitios húmedos en los campos, los prados- y los bosques. Esta rana es la rana roja ó rana temporal, repartida en toda Europa desde los puntos más meridionales hasta el cabo Norte; se encuentra tambien en China y el Japon. En los primeros dias de :i\farzo, el macho de la rana ágil, despierta; sale del fondo de los estanques en el limo de los cuales inverna, y en su sonoro canto llama á su hembra, aún retirada bajo las hojas y en los huecos de los peñascos. La' postura tiene lugar bien pronto, no en los pequeños charcos,como lo hace la roja, sino en las aguas profundas: los huevos, más pequeños que los de esta última especie, se unen ú las maderas muertas ó á los ramajes flotantes. (1) La mayor parte t.le los datos sobre las costumbres de n uesLras especies indígenas, son debi1los á las Memorias de i\I. A. d·o l'Isle y á la obra que l\1. Latasts acaba de publicar sobre la fauna herpetológioa de la Oironda.


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De estos huevos salen los renacuajos ele piel vastos estanques y pantanos donde pululan parn jaspeada de gris rojizo, de cuerpo corto y oval desovar allí. en libertad. Por esto la postura de y ele cola larga. Mas tarde el renacuajo se con- esta especie no es un punt9 breve y simultáneo v.ierte en una rana, que si bien se parece á la como el de la roja, de la ágil y del sapo comun . roja por la mancha que cubre la cabeza, se dis- Cierto núrñero que habitan en aguas más tibias tingue fácilmente de ella por su cara alargada y circunscritas , como las de los pequeños estany escmrida, por los miembros posteriores bas- • ques, 6 de los charcos pluviales, ponen un mes, tante largos, por la ausencia ele sacos bocales, dos meses á lo mas, en nfayo y Abril, y produpol' ,r,ebraclo de sus patas y por su coloraeion cen renacuajos que se metamorfosean al princenicienta, ro acla ó rojiza. cipio ele gosto (1).» Los huevos, muy numeroSegun "M. Asthur ele l'Isle «co mo la rana ele sos y reuni~os en un grueso paquete, son delos bosques de_ la Am,érica Septentrional , á la positados generalmente en el fondo del agua; que se parece mucho, la ágil es una especie ex- el renacuajo, á menudo de gran talla, tiene la clusivamente terrestre. Fuera del invernage y parte superior del cuello morena, roja y amade la época ele los amores, no se la encuentra rilla, miéntras que los flancos presentan á veces jamás en el agua. Busca los valles frescos al los reflejos de un rojo cobrizo; la cola es punborde de arroyuelos. Donde la encontramos más teada sobre un fondo rojizo , de puntos morenos frecuentemente es en los prados, en la hierba irregularmente diseminados: el vientl·e es azude los sotos, en los cuales vagan algunos bajo lado ó blanquisco. La rana verde es demasiado conocida para los grandes árboles, aislados ó en pequeñas tandas. Pasan debajo ele las piernas en bandas que sea útil describirla; contentándonos con de cuatro ó cinco, se tiran al riachuelo 6 des- decir que el hocico se termina en punta, los aparecen entre la hierba de la pradera. Gran ojos son abultados, brillantes y rodeados ele un parte invernan en tierra bajo las hojas, otros en círculo dorado ; el cuerpo estrechado h:icia atras, el limo ó en las masas sumergidas ele plantas presenta sobre el dorso tubérculos y asperezas. acuáticas.» Los machos se separan más ele los El color general es verdoso; en cuanto al dibujo de la piel, es variado al infinito, por más que charcos y de los riachuelos que las hembras. Reconoéida en 1855 por M. Thomas en los en general la cara superior es morena, roja ó alrededores de antes, la ágil es una especie verde; sobresaliendo uno ú otro de estos colores generalmente meridional, aunque se encuentra sobre los otros, mientras que tres líneas de un amarillo pálido, anar::\njaclo, rojizo ó azulado en los alrededores de París. A la inversa de la rojiza y ele la á"gil, la rana recorren el medio del dorso y la parte alta de verdeó comun no sale del agua sino para ca- cada flanco. Añádase que en el macho existen lentarse al sol en las orillas, precipitándose dos bolsas bocales, formadas por una membraá sumerg irse siempre á la menor alarma. Al na negra y transparente, c1uc en los individuos más ligero ruido describe bajo el agua una línea adultos puede adquirir el grosor de una avellacmva, hundiéndose en las hierbas acuáticas, y na. Por medio del aire que vibra en estas bolal cabo de algunos instantes vuelve á la super- sas, el macho hace sent;r su canto, lo mismo fici_e, observando con sus graneles ojos dorados de dia que de noche, siempre que el tiempo sea el objeto causa ele su miedo; si vuelve á ame- bueno; la hembra, que está desprovista ele sac s drentarse, se sumerge y va á esconderse esta bocales, produce un ligero gruñido por el inflarnz en el limo, hundiendo en él la cabeza lo miento de su gat'ganta. Lo mismo que la roja, la verde eslá muy reprimero . h abita la Europa desde sus límites mepartida, Despues ele haber pasado toda la mala estahasta Dinamarca ó el )l"orte; se ex ridionales cion en el letargo, la rana verde sacude mucho hasta en China y el Japon. Asia en tiende más tarde que las ranas terrestres el entorpocigasto de ranas, pues se cogran un hace Se mieñto del invierno. Ein los meses de Abril y las mismas. « ' u carne, dice el~ muslos los men i\Iayo no hace más que preludiar su canto con y dura. Algunos médicos blanca es H.ondeleL, timidez, y dejan á la calamita y la rana arbórea 6 héticos el comerlas en tísicos los á aconsejan turbar con sus clamores las primeras horas ele no sin razon, si se les tortugas, las de lugar la noche. Hasta principios ele Junio es cuando capon, siempre que de caldo con cocer hace prorumpen [~ lo léjos en grandes salvas. Es en que desovan tiempo el durante sea no esto tambien en la misma época cuando la mayor parle de la especie se reunen en bandas nume( 1) A. do l'l slc . . t 1rnalcs des sc icnces 1111tw·ellcs, 1872. rosas en medio de las aguas estancadas. de los 6

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al agua sino en el momento de los amores; sus hábitos son nocturnos, y este animal se le cogesohre las piedras durante el dia; como á la rana arbórea puede trepará lo largo de las paredes verticales haciendo el vacío con los tubérculos con que está provista la cara inferior de su cuerpo. M. Lataste nos ha hecho saber que el grito del pelodito, que se oye sobre todo en los meses de Abril y :M ayo, por las tardes, en los pequeños pantanos, laH aguas pi u viales, los fosos que ornan los caminos, 110 tienen la potencia que el de la rana arbórea, al que se parece mucho. Por lo demas, esta especie es mucho ménos ruidosa, y sea por causa de s.u mucha mayor rareza, bien á causa de su preferencia por los charcos pequeños de agua, no se reune en un número tan grande. «La nota es muy llena, lenta, temblona y muy grave; uno se asombra de verla producida por un animal tan pequeño. El pelodito la repite siete ú ocho veces sin detenerse; despues He detiene Uhoza consLruid a en el ex tremo Norle, con la osamenta de una b allena. T omado de un anti guo grabado el e ülaüs Magnu~. para recomenEL PELODl'rO (1 ). zar enseguida. El g énero pelodito, que no comprende más Aunque muy débil, es mucho más sonora que que una sola especie, el pelodito puntuado, ha la .de la rana ágil, de la cual difiere enteramente s ido creado por Fitzenger para un batracio ele en el resto, y se oye de más léjos. El pelodito pequeñ~ talla, en el cual los dientes que guar- enmudece fuera del tiempo de los amores.» La especie se reproduce sobre todo en Abril necen el pal¡1.dar están dispuesLos en dos pequeños grupos, y cuyo tímpano es distinto; en ellos y Mayo, por más que segun M. Thomas de la lengua, apénas escotada, es libre en su borde Nantes, puede tener lugar una segunda postura posterior. Lo que choca á primera vista en e~te despues de los últimos días de Setiembre hasta anuro, son sus formas alargadas, que le apro- mediados de Octubre; el batracio une sus huex iman á Jarana arbórea la piel está sembrada de vos bajo· la forma de dos ó tres racimos con tubé1·culos dispuestos irregularmente; la parte hierbas y ramas de árboles muertos. El 'renacuajo es grande y tiene una forn:a oval ala·r gasuperior del cuerpo es de un geís aceitunado, y en este fondo se destacan jaspeados de un da; la abertura de los órganos respiratorios est¡i bello azul; la parLe inferior es de un blanco situada debajo, en la línea media; la parte sumate; en el macho, en la primavera, cinr;o pla- pel'ior del cuel'po es morena y presenta mancas pardas y espesas se notan en los miembros chas y puntos de un moreno gastado sobre fondo rojo; _la parle carnosa de la cola es rosada y anteriores. puntos morenos muy pcc¡ucños dispuestos lleva El pelodito es una especie terrestre que no va en dos series. El pelodito no ha sido descrito aún más que (1) P elodyt es punclatus , D aud.

y tambien siempre que se las coja en los riachuelos claros ó en los rios, no en los sitios desecados y de gran calor. En cuanto á lo que las ranas son en medicina ,básta leer :i Plinio y Dioscórídes que han escrito mucho "sobre ella. Juan de Vigo compuso un emplasto en el que entran las ranas, por lo que se le llama emplasto ele ranas, que es muy bueno para los dolores. " Segun Bossuet, el polvo de ranas mezclado con miel hace brotar los cabellos (1558. ) Plinio dice que el jugo de ranas mezclado en el vino es un antídoto contra el veneno de las salamandras y de los sapos; los caquécticos se sienten bien tomando caldo de cangrejos y un potaje hecho de harina y de ranas hervidas en vino; la carne de rana cocida con aceite tiene la propiedad de c u r ar las fi eb res cuartanas; el ojo derecho ele este animal arrancado con la mano derecha y suspendido al cuello con un fragmento de tela del color de la rana, preserva de las nuxiones, etc.


LA NATURALEZA ' la especie ha sido h allada en los alen FJ'ancia; rededores de Paris, en el Jura; en el Youm, en el Maine-et-Loire , en la Loira in ferior, en la Vierme, en la Cha.renta y en la Girona. ( Se continuará.)

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de rayos y hadas, que tan á menudo se encuentran mencionadas en nuestra literatura, vemos que se trata de hachas de piedra, de puntas de :flechas de piedra, vestigios de los primeros habitantes de la tierra. Pruebas multiplicadas demuestran que la supersticion se ha apoderado de estas reliq1úas, puesto que el recuerdo - ---=:.e>,~ . de la edad ele piedra se había perdido. La lista de pedernales tallados en los pueblos que LA EDAD DE PIEDRA. están muy léjos de la edad de piedra tiene una explicacion natmalísima. Si su uso ha sobrevivido asi; es graJ;;N ET, nr,;cUEllDO 1" LA.S SUPERSTICIONES POPULARES ( 1). cias al espíritu conservador ele las religiones, y los h eUna civilizacion deja siempre algunos legados á las chos por numerosos que sean, no son sino excepciones que la s:iguen; el espíritu religioso se apodera de estas evidentes : no permiten decir sino que la edad ele pierlra, sobrevivientradiciones y las •do á sí misma, se sostiene. El geóha prolongado logo M. E . Rossi largo tiempo al demostró en 1867 contacto de una que la edad ele civilizacion avanpiedra y sob r e todo la de bronce zada; no· debilitan las afümabA.bían dejado c iones de una asimismo huellas edad ele piedra en las costuma.travesada· con bres, los ritos, la retraso en el oríindustria de las gen ele todo proépocas histórfo1ts greso industri al. del mundo clásiLas hachas, las co. Esta tésis fué puntas y las hodesarrollada por jas cortantes de M. J ohn Evans, piedra se han enpor Mr. Edwart contrado en gran B.- Tyl or, por núme r o en los . Mr. Stevens, y yacimientos reM.E. Hamynolo cien tes ex ploha olvidado, pues rados por los forma lo histórico arque ó lo g os, de sus estudios. M. Oartailhac ha M. Oartailhac recordado todos la tomó á su vez; -los hechos de este la examinó bajo género que ha potodas sus fases; c1i clo recoger. la separó de otras Los t extos cuestiones forenumerados en el mando así una ele la obra cuerpo obra especial. hacen del todo En e1 primer natural la exiscapítulo, examitencia de estas na, la lista de las reliquias-talismaarmas y utensines en las estalios de la edad de ciones, sobre todo piedra, sea en en las ruinn s de n.uestros cliaf', y temlas villas sea en la edad Fig . ! .-Desecador 'I'alabot-Persoz-Rogcat. En nuestros plos. meclia, bien sea tiempos , b ajo en la antigüedad y en toclos los p~íses. Todas las veces que puede exa- nuestros ojos encontramos hechos pnreciclos ? de exminarse lo que son l as.piedras de rayos, las relaciones plicaciones positivas. Dado un grupo de tumbas de la época de bronce y ele las edades posteriores, época galaica, romana, me(1) Un vol. en 8.º con 70 grabados y do s planchas. Paris , _ rovingia, etc., los objetos parecidos á los tipos princiO. Rci nwald , etc ., Com¡:i.•, 1878.


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LA N TURALEZA

pales de la edad de piedra se encontrarán en ellas JJOr excepcion. En cierto número de casos estaª piezas ofrecén la prueba de haber estado más ó ménos largo tiempo expuestas sobre el suelo á la accion de los agentes admosféricos, ~1ntcs de estar enterrados; por consiguiente no son contempor,íncos de los pueblos que repo nn en las 'tnrn"bas. :Muchos pedemalcs- tnllndo,1, hojas de puñal, parecen liaber pertenecí lo á. los sacerdotes que hacían los sacrificios more majonun . En la Europa occidental no se ha demostrado la permanencia seria de puntas de .flechas de piedra, coincidiendo eón el empleo del metal. No es justo decir que la edad de piéclra se prolonga mny adelante en los tiempos históricos, y que ha reaparecido despues de ciertos periodos ele decadencia y de de·astres. En fin el autor l~a interrogado á los antores antiguos y el los mismos han dado las noticias precisas qué confirman estos conceptos. Las poblaciones sah-ajes que despues del origen han desaparecido de más en más, ántes del progreso existian aún numerosas alrededor del mundo griego y romano que tenían ellos mismos un vago y poético recuerdo de haber Ycnido desde un principio sin artes y sin industria. La edad de piedra, las excavaciones lo prueban más cada día, apareció como 1m 11, primera etapa ele la civiiizacion, de la cual guarch la humaniclacl en todas partes la tradicion más 6 ménos inconsciente. El grabado qne reproducimos (véase pág. IG-!) nos da, segun un autor aL1tiguo, el modelo de las habitaciones de los Ichtiofagos con que construían su,1 casas con osamentas ele graneles cetáceos.

EL ACONDICIO AMIENTO, l.A C'T.A IFIC.ACIO~ Y EL DE-SGRASJ~ DE T,_\ SEIH (]).

Los términos aconclicionam.ienlo, conclicion ele las sedas, son desconocidos por la mayor parte del público, y entrn las personas que comprenden el se n tido, muchas ig noran cierLamente el orígen. Una explicacion co n este motivo nos parece por consiguiente necesaria; la haremos preceder ele algunas condiciones indispensables. La seda es un a sustancia muy higrométrica. Contiene normalmente, en las circu nstan cias oi·dinarias, cierta proporcion de agua s ujeta á su-

(1) El sabio director del acondicio naje de sedas ,. las ele Paris, M. Julcs Persoz, acaba do publicar con este titulo un notable trabajo que trata de una manera completa la imporLanlc cueslion del ensayo de las sedas. El libro de '.\l. Perso,. acaba de aparecer en la librería de G. :i\larson (primer vol. e n 8. • con una plancha y ;,í fürnras). Publicamos ho~- algunos extractos.

frir va riaciones muy notables. Esto se explica fácilmente, obsel'vando con la ayuda de la bala nza, las variaciones ele pesó que puede acusar una misma cantidad de seda, segun las iñíluencias á que está sometida. En efecto, segun que esta seda haya permanecido en un siti0> seco ó en un local húmedo, los resultados del peso son sensiblemente distintos. i se trata, por ejemplo, de un fardo un poco grande, como los del comercio, no es en gramos solo, sino en kilogeamos en lo que se evalúan esas diferencias al cabo de cierto tiempo, es decir, cuando ha podido producirse el equilibrio entre el estado higeométrico de la masa entera y el del aire ambiente. Se ha demostrado asimismo, que el mismo fardo presenta en los tiempos húmedos particulares á ciertas estaciones, un peso bien superiora! que acusa durante los calores del verano ó durante ciertos dias de frío seco en el invierno. La influencia de las corrientes no debe descuidarse. sí, cuando un fardo de seda recorre un trayecto un poco considerable en camino ele hierro, se ha observado casi siempre que pesa m ás á la llegada que á la salida. Se concibe despues de estas observaciones, en cuánto, el estado higrométricq de los almacenes en que se g uarda la seda, puede modificar el peso de esta fibra. Despues de mucho tiempo ha sido conocido este hecho; y en su consecuencia el comercio ha procurado precaverse contra los riesgos de una disminucion de peso de la preciosa materia, evitando colocarla en sitios demasiado secos. Desgraciadamente no siempre se detienen en esta justa medida y se dejan llevar á veces por el beneficio de una ganancia fúcil é ilícita, expo niendo la mercancía en locales siempre ln'1medos, en cuevas, en sótanos, en pisos bajos, tomando por precaucion el cuidado de regarlos para mayor seguridad. ¡Qué tentacion, en efecto, para un comerciante, tener á su disposicion el medio de aumentar el peso de un artículo tan caro, sin tocarlo, poi: decirlo así, y sin que nada haga sospechar de s u parte el menor fraude! En todos tiempos, y sobre todo otras veces, la seda ha tenido un gran valor; inmediatamcn-tc á ntes ele la guerra de 1870, ciertas sedas en bruto finas, de calidad excepcional, eran estimadas en París á 175 francos el kilogramo, que es casi los siete octavos del precio de la plata fina. Así se imaginará sin dificultad las cuestiones perpetuas que pueden suscitarse entre los com-


LA NATURALEZA pradores y vendedores, relativamente á una mercancía sobre cuyo estado pueden concebirse siempre duelas. Para dar fin á estas dificultades, y tambien para moralizar el comercio, es por lo que se tuvo ]a idea de establecer en Turin, primero, en 1850, despues en Lion, en Saint-Etienne y en SaintOhamond, en fin, en algunos otros grandes mercados de seda, vastas salas, puestas por empresarios -privados á ]a disposicion de los negociantes. Estos almacenes, situados en cuanto es posible al abrigo de las variaciones atmosféricas, están mantenidos constantemente por medio ele caloríferos á una temperatura determinada. Los fardos de seda, objeto de una transaccion, se Hevan á estos locales, abiertos enteramente y su contenido se expone al aire ambiente durante un espacio de tiempo reglamentario {dos ó tres dias), á fin ele conseguir el grado de desecacion desead o. Tenemos entóncos, ó por lo ménos ct·eemos tener, garantías en cuanto al estado de la mercancía, y se dice que se encuentra en biienas concliciones. Luégo se pesan éstas y la compra se cletermina segun los pesos así establecidos. Por un capricho si ngular del lenguaje, los locales que sirven para esta especie de r egistro han recibido el ·nombre concliciones, mientras que la prueba en sí misma de este registro fué llamada aconclicionamiento. En 1805 comenzó la organizacion de las condiciones oficiales en Francia. Por un decreto ele fecha 13 de Abril de dicho año (23 germinal, año xm) el gobierno suprimió en la villa ele Lion los establecimientos de acondicionamiento sosten idos por los empresarios privados, indemnizando á estos en primer lugar; decidió la creacion en esa villa de una sola condicion pública funcionando bajo la vigilancia de la Cámara ele Comercio. Durante largos años se aplicó en Lion un sistema do acondicionamiento, despues sucesiva·menle en otros establecimientos, en Francia y en el extranjero, y durante cerca de quince años funcionó á la satisfaccion de los interesados. Sin embargo, ern susceptible de mejoras; se le podía tachar de muchos inconvenientes y sobre todo de una extrema lentitud . En efecto, cada operacion, sin tener una duracion fija, necesitaba seis horas á lo ménos, en los casos más favorables. Se debía, pues, procurar abreviar esta duracion, bajo pena de instalar forzosamente un número muy grande de aparatos, ó de exponerse á veces á retrasos sensib les en los ensayos.

167

M. Persoz, padre, director de la condicion fundada en Paris en 1853, pensó en el mismo año introducir este perfeccionamiento, renunciando al calentamiento por el vapor precedentemente en uso, y haciendo pasar sobre la seda una corriente abundante seca y caliente que proviniera de un calorífero . De acuerdo con M. Rogeat, constructor de Lion, á quien había comunicado sus opiniones, M. Persoz estudió diversas disposiciones que per¡nitieran realizar prácticamente su idea. De este estudio resultó la construccion de un aparato nuevo , en el que se conservaban ciertas partes de la primera estufa de Talabot y al que dieron el nombre de desecador Talabot-PersozRogiat, para recordar la parte de colaboracion que pertenece á cada uno en este trabajo. El vapor que en el aparato Talabot circulaba entre las dos envolturas, está reemplazado en éste, como hemos dicho, por el aire caliente, que penetra en el mismo interior de la estufa y la recorro de arriba abajo. La desecacion se hace así más pronta, por la gran masa de aire introducido, que tiende á saturarse de humedad, al pasar por las fibras, y á causa de la temperatura elevada que posee este aire. Así mientras que con el aparato Talabot eran necesarias seis ho ras á lo ménos para obtener una desecacion casi completa de los ejemplares, con el nuevo sistema se consigue este resultado en un espacio de tiempo mucho más corto, á menudo en media hora, y algunas veces aún más rápidamente. La fig. 1 representa el aspecto exterior de la estufa rodeada con una envoltura de palastro esmaltada. El fiel de una balanza de precision sostiene en una de sus extremidades una corona de ganchos _e n el que suspenden las fibras para desecar y en la otra extremidad un platillo destinado á recibir los pesos. El tallq ele suspension de la corona pasa á traves ele una abertura practicada en la tapa del cilindro. El aire caliente viene de un caloeífero por un tubo principal, se reparte por el espacio interior, se eleva por treinta y dos pequeños tubos verticales colocados entre los dos cilindros concéntricos, se dirige á la parte superior del cilindro, que recorre de arriba abajo desecando la. seda, y se escapa por dos tubos que comunican con una chimenea de tiro. El aparato contiene algunas partes secundarias que sin complicarle hacen más fácil la regularizacion del funcionamiento. La fig. 4 representa una sala que contiene cuatro g rupos ele estos aparatos.


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LA NATURALEZA

Clasi(icacion. Uno ele los caractéres por co- 1 alguna el grosor. Además•, este dato permite al nocer más esenciales en un hilo, es sin duda fabricante decidir si el hilo puede servir para

Fig. 2.-Probeta para ia Yalu ac1on de las sedas.

Fig. 3.-Banco <lo seda en bruto.

un desLino determinado , y por consiguiente éste procura h allar el medio de calcular la cantidad de materia primiLiva que tendrá que emplear

para producir tal resultado deseado· y establecer anticipadamente el precio de venta ele la mercancía.


LA NATURALEZA

JGf)

Pig. 4.-Vista ge neral de una sala de acondicionamiento de las sodas.

P ig. 5.-Disposiciou de un taller de desgraso oficial.

Para apreciar el grosor de un hilo formaclo de materias textiles , no pensaremos medir su diá metro á causa de la irregularidad y de su

forma imperfectamente cilíndrica. Aun suponiendo que esta m edida fue ra posible, no suministraría este dato ning un resultado prácti co ,


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LA NATURALEZA

en vista que.el hilo se presenta más ó ménos torcido 6 prensado, y que su densidad aparente es en consecuenciQ. muy variable. El conocimiento del diámetro no indicaría, pues, de ninguna manera la cantidad ele fibra que entra en una longitud dada. Poro podemos conducir el problema á otro más sencillo; determinar en cierta masa ele hilo por examinar la relacion del peso al largo; esto es lo que se llama clasificar. A este fln se ofeecen dos medios fáciles al experimentador. El uno consiste en evaluar la longitl!d de hilo necesaria para conseguir un peso dado invariable, 1 kilogramo por ejemplo, ó una fraccion de kilogramo; el otro, por el contrario, en establecerá qué peso corresponde una longitud constante y conocida de este hilo. Miéntras que el primero de estos métodos se aplica al ensayo de casi todas las fibras, el seg undo ha sido, poe decirlo así, exclusivamente rcseevado á la seda. Tienen que distinguirse dos casos, segun que se haga en las sedas labradas ó en la seda en bruto. En el primero, la medida puede en general operarse de una manera directa; en el segundo es necesario,ántcs ele empezarestaoperacion, hacer sufrir al hilo un devanaje preliminar de que hablaremos luégo, sirviendo entónces el mismo aparato para todas las sedas. Este aparato, de madera 6 de hierrn fundido, ha recibido el nombre de p1·obeta. Puede disponerse de diversas maneras y aproximarse más ó ménos á los sistemas antiguos; pero cualquiera que sea la forma exterior que afecte, permite dividir la flbra en espiguillas de un perímetro constante y medir la longitud de las madejas el número ele vueltas que afectan. Véase la descripcion del que funciona en la Oondicion de París, y que ha sido construido hace muchos años por el sabio y llorado Froment, sobre el mismo principio ele los aparatos del mismo género establecidos por M. Fion en ,, Lion. La base del aparato se compone de una armazou rectangular de hierro fundido A, que contiene en el sentido de su longitud un eje horizontal de hierro F, provisto de discos verticales D, igualmente separados. Este eje puede ponerse en movimiento por el intermedio de una polea en relacion con un motor (flg . 2). obre la armazon rectangular están dispuestos los travesaños horizontales P, que sirven para sostener las espiguillas T, y tambien paea fijar los contadores O, destinados á indicar el número de vueltas ejecutadas por estas espiguillas.

En el caso que se tengan que clasificar, no puntos de trama ni ele seda torcida, sino seda en bruto, ya no es posible colocar estas sedas directamente en la probeta desde luégo, porque su doblamiento es mucho mayor, y despues porque el hilo está sujeto á romperse más fácilmente por razon de su finura, á veces excesiva, y de·su adherencia á las madejas en los sitios donde se hallan los engomadores. Entónces tiene que recurrirse á un devanaje previo, y meter la seda, ó por lo ménos la cantidad de seda necesaria para el ensayo, en las canillas llamadas ca1·retes. Esta operacion se efectúa con la ayuda de máquinas muy sencillas, llamadas bancos ele seclas en b1·uto, de las cuales la figuro 3 da una idea suficiente. Desg rase.-La seda puede emplearse en los tintes en tres estados: clesgrasacla, sua1Je ó eruela, es decir, desembarazada en grados diversos y por tratamientos especiales, de los elementos extraños que le acompañan. De aquí, en cierto modo tres tipos distintos, que tienen cada uno su carácter propio y exigen más tarde precauciones particulares segun los colores que se les quiera dar. La flbra disminuye mucho de peso por el desgrase, ménos por la suavizacion, y en .fin, una cantidad insignificante cuando se la prepara para teñirla en crudo. 1. 0 El desgrase se efectúa ordinariamente por medio del jabon hirviendo. Es el método más ,simple, y verosímilmente tambien el más antiguo. Suponiendo que la operacion ha sido bien llevada á cabo, la materia que se trata abandona casi la totalidad de su grasa, al mismo tiempo que su hilo se hace flexible, suave y brillante y, en una palabra, toma en el más alto grado el carácter sedoso. 2. 0 Suavizacion.-Oomo la seda desgrasada por completo experimenta una reduccion de peso muy notable, y pierde sobre todo su consistencia, que, por el contrario que en el estado crudo, no es propio para todos los usos á causa de su rigidez y falta de brillo, los tintoreros han procurado producir un artículo intermediario entre estos dos tipos y que no ofrezca los mismos inconvenientes. Tal es el origen de el suave llamado tambien meclio-cociclo; resulta ele una operacion durante la cual la seda no cede tanto de sus principios como en el cocido, pero se hace siempre mucho ménos rígida que en el estado natural. Al mismo tiempo que la fibra se suaviza, su hilo se hincha sensiblemente, lo cual es necesario considerar como una gran ventaja.


LA NATURALEZA En los taÜeres de tinte, el desgrase se obtiene por procedimientos de una duracion más ó ménos larga, que varía de ordinario, segun la naturaleza de la seda y tambien segun los hábitos de cada práctico. Es fúcil comprender que para un esLablecimiento público era necesario adopt:u· un procedimiento rápido, uniforme y que presentara serias garantías. El reglamento establecido por la Cámara de Comercio de Lion , dice que la seda será en un principio desecada en absoluto y pesada, despues mctid~ en sacos y tratada sucesivamente por dos baños hirvientes, que contenga cada uno una proporcion de ,iabon igual á la cuarta parte del peso de la fibra; que cada uno de estos tratamientos durará media hora; en fin, que los ejemplares bien enjuagados, serán desecados de nuérn en las estufas y repesados. El mismo reglamento está en vigor en Paris; sin embargo, como ha sido en la Condicion de Lion donde se organizó el primer desgrase oficial, creemos deber describir preferentemente las operaciones practicadas en ese establecimiento, cuya direccion está confiada, desde hace mu chos años, á un hombre conocido por sus altas capacidades, M. A. Perret. P1·eparacion de los ejem,pla1·es.-Para el ensayo se toman algunos gramos de seda, que se parten en d¿s partes destinadas á ser tratadas juntas, de modo que suministren resultados co ntradictorios. Desde su separacion, los ejemplares están acompañados de una tarjeta que lleva además del número ele órden, el nombre del que la deposita, la marca del fardo, etc. na sala especial se dedica á las diversas manipulaciones que preceden ó siguen al cocido. Se pesan primero los materiales aisladamente, se les abre, se doblan sobre sí mismas las madejas, que tienen como la seda en bruto unos dobleces muy grandes, despues se pasa por cada uno de ellos•una clavija (i j. Las dos partes, que pertenecen á una misma prueba, reciben clavijas de números consecutivos. Además, cada pedazo está marcado con una ligern lazada, que permite distinguir, por el número de nudos, la primera parte de la segunda•. PTim.e1·a clesecacion.-Terminados estos preparativos se procedé á la primera desecacion de las pat·tos en absoluto. e dedican á esta operacion siete aparatos de acondicionamiento, instalados en la misma sala que los ántes citados y (1) L as clavijas so n unas cintas <l e hilo en cn_va~ extremi•la<lps ~sl:m pue~los log 111imerns ele ,'irdP n.

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calentados aisladamente bien con carbon, bien con gas. En el momento de desecar las partes , se tiene cuidado de alzar las clavijas. Para ganar tiempo se introducen ::í. la vez las dos porciones de prueba en la misma estufa, suspendiéndolas de un gancho en forma de ancla. e obtiene el peso absolulo ele cada una de ellas y se retiran una despues de la otra. Cuando el peso está terminado se Yuclrn ú poner i la parte su clavija. Se lleva en seguida la seda al taller de cocido ó de desgrase. Taller ele clesgrase.-Este taller, del cual la figura 5 da una idea exacta, es un verdadero lavadero, tiene G metros de largo por 3 de ancho y 3 de allo. El piso es embetunado ; tiene en el sentido de su long itud cierta pendi_e nte ); el! el medio una atarjea; á fin de que las aguas repartidas se unan paea dirigirse á la extremidad de la sala hácia un sumidero, debajo de un piso móvil. Tres calderas ele doble fondo, de cobre, están instaladas en trípodes; tienen una capacidad respectiva de 150, 115 y 30 litros. La caldera tiene siempre un contenido muy superior al que sería teóricamente necesario para una operacion. No se las llena por completo de ag_ua, con el fin de evitar el desbordamiento do! baño, cuando por una fuerte ebullicion se produzca una espuma abundante: al obrero le es más fácil igualmente remover la seda. Los conductores de agua y de vapor permiten alimentar y caleptar á voluntad ca·da caldera. Encima de estas hay una chimenea de cam pana que favorece la salida del vapor y la ven tilacion. Contra una de las paredes del talle-l' se halla colocada una gran barca de madera de 3m,30 de de longitud, alimentada por unos grifos cuya agua puede calentarse directamente por el vapor. Esta barca está destinada al lavado de las sedas despues de los tratamientos por el jahon hirviendo. En fin el tallee contiene todos los accesorios necesarios á las operaciones.

LA LI GÜÍSTICA Ó CIENCIA DEL LENGUAJE, (Gonclusion .-Véase pág. 145, núm. 36 .)

IV. LA ESCRITURA.

No todas las leng uas se escriben; muchas hay que poseen una literatura bastante rica, y sin


LA NATURALEZA

172

CUADRO SINÓPTICO DE LAS PRINCIPALES ESCRITURAS,

-..x..1í ~z ~ 't .. i~x "-!-- .z~.:z : ~.i. .. ~· :\..~: cn::2 ~ cn.a.x~ . ' ' .

¡ Como, pues, nosotros les oímos hablar fa, mismn lengua del país en que hemos nacido?

..

Español.

l tl i e bórrn tt'Íe Llcnn ri n i c,91 i rh l'I' ft-i tH'r üµrarht• , clarintll'll tl'ir ,9l'borcn ffincl'?

Syro-c,aldeo.

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Aloman.

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1


·LA NATURALEZA

173

embarg o no tienen escritura; esta literatura se debe extrañarnos esto, pues es sabido que los compone de poemas heroicos que se teansmiten fenicios eran g randes navegantes que visitaba n de boca en boca. No es extraño, por tanto, que las costas más lejanas del Asia y del Áírica desidiomas muy diversos en sus oríg enes teng an á de la más remota antigüedad. Sin embargo, no veces el mismo alfabeto. Cuando dos pueblos de es posible desconocer en el hebreo y sus deridistinta civilizacion se ponen en contacto , el va dos cier.ta analog ía con los caractéres cuneimás adelantado da formes (en form a al otro s us signos ele c uña ) de las ande escritura. ti g uas inscripcioEl a lfabeto de nes asirias. Del que nos servimos sanscrito se deriparece que procevan las escritura s de del alfabeto de las lengua s griego con alg uclravidianas , tanas modificaciomul, telin ga, ca n~s , y éste á su narés, que se havez debe ser u na bl a n en el urd e lransfo rma cion de la Ind ia. los a ntig uos geroL os man chús y glíucos de Egipto los ca lmucoi; reció .\..siria . Se puede bie ron lam b ien la acusar á nuestro esc ritura semí l,ialfabeto de care ca, como todos los eer de a 1g u nos pueblos que h abisig nos que hay t aban al Norte de l 11 ue suplir combiAsia ; pero, b ajo la nand o muchas leinfluencia de sus tras; t al como es, ve c i no s los chies cómodo, pues nos , se pu sieron ú se propaga poco ú. escribir de a lto ú. poco en ambos bajo; lo cua l se dim1.1ndos. Por ce que era más cóejemplo, los japomodo en los tiem neses (para citar pos e n que ni siel caso de un puequiera se había n blo que ya tiene inventado las tauna escritura, y blilla s: cuando h acuyos instintos cibía que enviar un vilizadores son com ensaje, se escrinocidos ), parecen bía en un bastondispuestos á precillo. ferir nuestras leLa escritura jatras al confuso sisponesa actual se tema que han usacompone de sig Li nter na d e proyer.cion de M. L aufanl. do hasta el presennos chinos emte. Los alemanes pleados con carácrecibieron del obispo Ul11las, en el siglo 1 v, una ter alfabético. L a escritura china constituye , escrit ura poco legible, de que les cuesta trabajo como es sabido, una mezcla de sig nos alfabét idesembarazarse. Lo propio sucede con los ru- cos é ideog rá fico s, que difícilmente entiend e n sos que , por una desdichada tradicion, conser- los extranjeros , ni áun los mismos chinos. van el alfabeto que inventó en el ~i g Jo 1x su Los pueblos civilizados de la América Centra l apóstol Cirilo. tuvieron, á lo que parece, ántes de la con q uista Los alfabetos hebreo, árabe y sanscrito se de- espa ñola, un sistema de gerog líucos que a ún rivan del alfabeto fenicio que, más ó ménos mo- no se sabe interpretar; pues todos los ensayos dificado, debió propagarse por toda la tierra. No hechos hasta el dia para cons~g uirlo han s ido


I,í

LA NATURALEZA

infructuosos. A lo sumo se adivina que se leían de izquierda á derecha, en virtud del principio, comprobado por lai5 inscripciones egipcias, de que los signos compuestos de figuras deben leerse yendo delante de los personajes. En resúmen, sólo hay dos sistemas de escritura que rigen actualmente: el de los fenicios y el de los chinos. Hay, pues, en los alfabetos una especie de unidad que no existe en igual grado en las lenguas. Las figuras adjuntas dan una idea de todos los sistemas de escritura empleados en la superficie del globo desde que hay hombres que saben escribir. Primero, como muestra de escritura cuneiforme; el dibujo representa la piedra deTak-Kesra, vulgarmente llamada el canto de Michaux, y conservada en el gahinete de medallas de la Biblioteca nacional. Es un kozo de basalto, óvalo redondeado, cubierto ele caracteres asirios y de groseros dibujos, quelll. i\Iichaux, cónsul de Francia, descubrió á una jornada de camino de Kínive, junto al Tígris. Vienen luégo los geroglíflcos egipcios, bastante conocidos desde los memorables trabajos de Champollion-Gigeac; despucs los geroglíficos de la Améi-ica Central. Ambos dibujos son, á decir verdad, más hien acertijos (1) que verdadera escritura. Despues, una misma frase traducida y escrita en gean número de idiomas diferentes, presenta un cuadro sinóptico de las escrituras más diversas. Fácil es reconocer que todas se refieren á dos ó tres tipos que los hábitos de cada país han alterado más ó ménos. El estudio de las antigiiedades humanas y de las tradiciones ante-históricas recibe gran ayuda ele las investigaciones lingüísticas, pero conviene recordar, al concluir, que la lengua de un pueblo está mu chas veces tomada de un pueblo conquistado ó impuesta por uno conquistador. Así los habitantes del ~Iediodía ele las Galias , abandonaron su lengua materna en los primeros año"S de la era cristiana, para adoptar la lengua latina dcspucs ele la conquista romana, y en cambio dieron luégo esta misma lengua á sus vencedores los bárbaros del orte. Por eso hay que tener mucho cuidado de no afirmar la identidad de raza enLre dos naciones que hablan el mismo idioma. Igualmente, por íntimas q uc hayan sido las relaciones de diferentes pueblos en la historia, no ha de inferirse que hablen lenguas parientes. Desde hace dos mil años ( 1) Rcbus, eslo es, geroglíílcos como los que publican los periódicos (N. del T.).

llenan la historia del Asia Occidental las luchas ele tuecos, árabes y persas; estas tres lenguas, úrabe, persa y turco, se hablan allí en competencia, por decido así, y sin embargo, son todo lo posible distintas: el turco es aglutinante, el pcesa indo-cueopeo, y el úrnbe semítico. En este breve resúmen sólo hemos querido dar una idea sumaria de los procedimientos de i nvestigacion que usa la lingüística, ciencia muy moderna, pero dueña de un buen método , que tiene numerosos adeptos, y de la cual se pueden ya esperar fecundos descubrimientos. El lector que quiera profundizar este estudio hallará fácilmente libros elementales en que los peincipios de la lingüística están expuestos de un modo claro y comprensible. Citaremos prin• cipalmente La Lingüística, por Abe[ IIovclacq ue, la l ntrocluccion á la cicnc'ia clel lenguaje, del italiano Domenico Pezzi, y la 1ricla clel lenguaje, ele \Vithney. H. BLERZY.

LINTERNA DE PROYECClO~ Y 3lEGASCOPO, Esta linterna es construida para contener el regulador Ser:rin, pero puede recibir tambien el regulador Foucault, el soplete, etc. El regulador Serrín es, como hemos dicho, un buen aparato que funciona con gran rcgulal'idad; muchas personas le prefieL·en á los otros reguladores, pero hasta ahora, sin embargo, no ha sido empleado aún en los cursos para las proyecciones, y esto á causa de su disposicion que no le permite entrar en las linternas de proyeccion en uso. Le falta necesariamente una linterna especial con una disposicion particular, que peemita subir ó bajará voluntad el punto luminoso, para conservar un movimiento horizontal, p(lrpendicular al fascículo luminoso. i\I. Leon Laurent ha conseguido realizar el modelo representado por la adjunta figura. El regulador se coloca sobre la plancha E', movi• ble alrededor del ce1;1tro e': -sil'vc para hacer 1110· ver el punto luminoso siguiendo el eje del fascículo luminoso. Esta plancha E' réposa sobre la plancha E móvil alrededor del centro e, que sirve parn separar el punto luminoso, horizontal y perpendicularmente al fascícuío luminoso. En la práctica de las proyecciones es sabido que es indispensable podel' centrar el punto luminoso: se consigue muy fácilmente por medio de dos movimientos, uno vertical, otro horizontal y perpendicular al fascículo luminoso,


LA NA'rURALEZA 175 - - · -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - -- - - - El movimienLo verLical se ob~iene por medio del torn illo D. Cuando se opera en la delantera de la linterna, el movimiento horizontal se hace con la plancha E, movible alr~dedor de e. Cuando se opera en uno de los lados, se hace con la plancha ó zócalo E', movible alrededor de e'. Esta combinacion ele las dos planchas E y E', que poseen dos movimientos horizontales, perpendiculares entre sí, presenta además la ventaja práctica siguiente: Si se opera sobre la delanLern ele la !_interna, el zócalo ó plancha mo·vible E', permite acercar ó separar el punto luminoso á los lentes aclaradores y de colocar así durante el experimento y sin descomponer el aparato, el máximun de brmantez y de uniformidad. Cuando se opera en uno de los lados, es la plancha E movfüle alrededor de e, la que sirve á este uso. El sistema de las dos planchas E y E' parte de una armazon A, B, C, rígida y móvil verticalmente; sirve para: subir ó bajar el punto luminoso á fin de centralizarlo y de hacer el fascíc ulo luminoso más ó ménos horizontal. Se mueve á lo largo de las columnas de delante y lleva un tornillo que se apoya en el zócalo de la linterna y que sirve para hacer mover el regulador durante el tiempo que se experimenta. Los diferentes bonetes ó aparatos que se fijan delante de la lintetna, pueden tambien fijarse en los lados; esto se hace por medio de fuertes pasadores. En la construccion de este aparato se ha renunciado al sistema de grandes pasos de tornillos, tan incómodos en la práctica, en que es necesario operar __pronta y seguramente. La abertura y el cierre de la linterna y el de la chimenea se hacen por un solo movimiento. Esta linterna puede servir para todos los casos y en los que se emplea el regulador Foucault, el movimiento vertical debido al tornillo Des muy útil para subir ó bajar el punto luminoso sin tocar el regulador ni descomponer los aparatos con que se experimenta. La linterna prescntá una nueva disposicion que permite proyectar las fotografías y los cuerpos líqui• dos ó colocados horizontalmente. El aparato se compone ele dos partes: la parte que ilumina y la parte objetiva. La parte iluminadora se compone de una caja prismática L, que encierra las lentes, y un crisLal azogado; inclinado á 45º se adapta .'.t voluntad en la delantera ó en el lado de la linterna. La parte objetiva se compone de un prisma azogado y de un objetivo acromático, móviles á lo largo de la columna P. Esta columna se coloc~ en la parte delantera ó en el lado de la linterna: puede dejársela ahí, no molesta nada.

La disposicion del megascopo dispensa del empleo, :'.t menudo incómodo, de los mangos destinados á contener las fotografías; pueden colocarse en M grandes fotografías y bruñidas. Este aparato ha sido muy útil para fijar en el curso de acústica de i\I. Jamin en la Sorbona, las tiras de cristal ennegeecidas por el humo , sobre las cuales había trazado el diapason diferentes movimientos vibratorios. Ocurre á menudo que se tienen que intercalar proyecciones de fotografías entre los experimentos con los diversos aparatos de física á fin de demostrar la disposicion del experimento ó la descripcion de los aparatos ó de los cuadros, etc.; esta linterna se presta con gran facilidad á estos experimentos; basta en efecto · dejar el megascopo colocado en el lado ele la linterna y reservar la parte delantera para los experimentos; entónces no hay más que tapar la delantera, por ejemplo, y abrir el lado ó recíprocamente. Este sistema de megascopo , puede tambien aplicarse al porta-luz solar, así como á las linternas en uso.

EXPLOSIO

O.A.USADA

POR SUST..\~GLl.8 PULVERULENTAS.

Tomamos los curiosos documentos que siguen del proceso verbal de una de las ültimas sesiones de la Société cl'encouragement de Paris: El presidente. sometió al Cons~jo una carLa que le dirigió de Louis-ville (Estados Unidos) ~Ir. Laurence Smith, corresponsal de la Société pour les arts chimiques, que da cuenta ele una violenta explosion sobrevenida en circunstancias excepcionales. «El 2 de Mayo últjmo, una violenta explosion ha tenido lugar en uno de los molinos ele harina de Minneapolis, en nna de las cascadas del Mis isipi. Estos molinos se cuentan entre los más grandes del mundo; su fuerza motriz se produce por un aparato hidní.nlico. La detonacion se produjo sin que la precedieran sospechas de ningun género. El tecl10 entero de este inmenso edilicio fué lanzado á los aires y los muros cayeron á tierra causando la muerte á uu gran número de empleados, El efecto de esta explosion se extendió li los molinos yecinos derribando las murallas y causando un violento incendio que destruyó cinco de los molinos más graneles establecidos en esta cascada. ¿Cmíl es la causa de esta detonacio,1? Despues de las indagaciones más minuciosas, estoy convencido que allí ha habido una explosion, que proviene ele la presencia en el aire de materias orgánicas, excesiYamente cliviclidas (flor de harina, etc.) que formaron una mezcla explosiva, semejante á. la del éter ó del alcohol mezclado con el aire. Hechos semejantes, pero de una gravedad mucho más grande, creo que se


LA NATURALEZA

17G

l1 an obserrndo. Este suceso merece la más seria atencion, pues r evela un peligro que no era conocido y que afecta tí. una g ran industria,. La inflamacion ha debido ser causada por el calentamiento de las piedras ele mo1er, al girar con una rapidez excesiva (ronniu g dizzy). He creido que sería conveniente poner en conocimien to de la Saciété el' encouragement franqaise este acci dente extraordinaTio.» E l presidente expresó el agradecimiento del Consejo por la comunicacion importantísima del profesor Laurence Smith, dijo que se insertaría en elBoletin,é induj o :í los miembros de la sociedad que pudieran recoger datos relativos al mismo órden de fe nómenos :i que los hicieran conocer al Consejo. Los molin os de teñir, empleados en los alrededores de Avignon, trabaj::m sobre materias que deben llegar tí. una temperatura bastante elev.ada, unos 60º, sou notables por las sustancias pulverulentas que el aire contiene en su i'n terior, y seria interesante saber si pueden producir explosiones de un género análogo. Se citan las máquinas que funcio11a ban aún en 18GG, por un polYo :fino de car bon mezclado con el a ire, en el cual se produjo una defiagracion ,í verdadera explosion, aU<Uoga :í, la de una mezcla gaseosa. JH. Laboulaye·citó una memoria de Oamot relativa ú éste género de deionaciuu. l\í. Magon citó las combustiones muy rápidas ele pul vos del mismo género. Pero lo que le sorprende sobre todo en la nota de Jvir. Laurcnce Smith, es que este suceso haya ocurrido en un molino. L os molinos franceses están dispuestos sin eluda de otro modo que los· tle 1\Iinneapolis; en sus edificios, el aire no contiene l apénas harina y parece que están al abrigo ele semejantes peligros.

MISCELÁNEA. La lluvia y las manchas del S ol.,-M. CL. Meldrnn acaba ele publicar un folleto muy interesante sobre esta cuestion tan debatida ele una r elacion cutre las manchas del sol y los fenómenos meteoro1':\gicos terrestres; el autor ha resumido los diversos trabajos publicados hasta ah ora sobre la coincidencia de la periodicidad ele las manchas solares con las can tidades an u ales de lluvia . Esta r elaciou, acusada por las observaciones ele la isla 1\fauricia, h a sido estucliada por el autor en 1873 en 102 estaciones cliseruin·ac1as en las diferentes regiones del globo; 12 en Inglaterra, 19 en Escocia, 42 r.n el continente europeo, 3 en A sia, Gen .A.frica, 18 en América, 2 en Australia. Este estuclio ha conducido á los res ultados siguientes: 1.0 Eu las diversas partes del urnud.o (excepto en Asia donde las observaciones no son suficientemente numerosas) las lluvias sou más con iderables en los años correspondientes al máximun ele manchas solares, que en las épocas ele mínimun. 2.0 D e 1815 á 1872 el término medio anual de la lluvia en Emopa, donde las observaciones son más numerosas, ha sido invariablemente mayor en los años de m,íximun de manchas, que en

los años de mínimun. 3.0 Eu general, las sumas anua- t les de lluvia crecen del mínimun al mAximun ele mancha. para descender en seguid:,, h asta _el próximo mínimun. El autor cita y analiza los irabnjos de M . M-. Bob, H. Scott, G. W. Dawson, B. J. L. Ellcry, H. C. Russell, W. '\V . Hemlor, Yelinck, Allan Brourau, Hell, Archibaecl, etc., sobre esta cuestion. En el Annnal Report of the ll[auritius Obse1·vato1:y pour 1875 el autor publicaba ya ias observaciones sig nieútes: «Tomando las observaciones pluviométricas h echas en 1842 á :J,872 en las diversas partes del mundo, lo mismo en el h emisferio Sm que en el hemisferio orte y sacando las alturas anuales ele lluvia y de manch as en proporcion á 100, se obtienen utilizando todas las observaciones, r esultados que conducen á las conclusiones siguientes : l.ª la lltwia y las manchas del Sol están un a y otra debajo ó por encima del t érmino medio durante los mismos años; y 2.ª en general hay una coin cidencia claramente marcada entre el acrecentamiento de la Jiu ria anual con Ja progresiou · del nümero ele manchas solares.)) .

~

EL HIGRÓME'rRO R, S'l'IÓO . :tvl. Em. Pierrot en una cxpcdicion por el campo ha encontrado , en casa ele un viej o campes ino, con gran sorpresa, un higrómetro, que por s u sencillez merece nuestra atencion. Se compunc simplemente de una rama delgada ele abeto en forma de cruz, sugeta por dos clavos. A la extremidad de uno de los brazos se encuentra una especie de cuadrante en el que estan escritos de abajo arriba: Lluvioso, buen tiempo, m:ucho ca lo1·. La rama; no está desprovista de su corteza; es libre en su centro y tiene poco más de 3 ó 4 milímetros ele diámeirJ.

El hi¡,;rúmcLro rúslico.

Este instrumento, del cual publicamos el adjunto dibujo , puede colocarse entre los higrómetros, pues es sabido que algunas veces se ha descrito. Pnorrn'l'.AUIOS GERE NTE'l=I: PEROJO HERM ,U,O8. MADRID: 'l'ipografla Estereotipia PEUOJO.


Núm. 38.-17 Agosto 1878.

LA NATURALEZA

DESPACHO CE "TR.AL METEOROLÓGICO DE FRANCIA,

N uestw·s lectores saben que el servicio de info rmes meteor-0lógicos á los puertos y á la agricultura fundado por Le Verrier, fué separado del Observatorio de Paris poe el decreto de 14

., 177

de Mayo de 1878. Este decreto es conocido asi- . mismo. «Artículo 1. º La division meteorológica del Observatorio de Paris forma un servicio distinto , que toma el nombre de Despacho central meteorológico. >>Este servicio comprende el estudio de los movimientos de la atmósfera. Lo.s informes meteo-

,- -

Cra.n,: pa.• t,; ,llor'I.CU.

Carta que muestra la procedencia de los av isos cuo lidia nos recibidos por el Despacho central meteo rol ógico de Francia.

rológicos á los puestos y á la agdcultu.ra, la Ol'• gao.izacion de observatorios meteorológicos y de co misiones regionales ó departamentales , la puhlicac'ion da sus trabajos y el conjunto de investigaciones de meteorología y de climatología. » ·M. Mascari, profesor del Colegio de Francia, ha sido nombrado director del Despacho cenkal de meteorología y es probable que la instalacion de este nuevo servicio se organizará posteriormente en un local distinto del Observatorio de París. M. Mascart ha hecho conocer t·ecientemente en los términos siguientes las dis2. •

SEMESTRE.

posiciones que ha adoptado para la publicacion del Boletin Internacional: c1 El Boletin • I n ternacional organizado por el Observatorio de Paris permanece en las atl'ibuciones de Despacho central meteo1·ológ-ico ¡ continuará apareciendo en las mismas condi• ciones y suministrará á nuestros corresponsale:!1 todos los documentos necesarios á los estudios meteorológicos. Para que la comunicacion de las noticias experimente el menor retardo posible, la primera y la cuarta página del boletín contendrán los despachos dispuestos en un ór• t2


LA NATURALEZA den constante á fin de facilitar el estudio; la seg unda y la tercera contienen, como de costumbre: -1. 0 U na carta sinóptica de las presiones bat·o'métricas, indicando además el viento, el estado del cieJo y del mar; 2. º una carta de temperaturas, que contiene tambien la cantidad de lluvias caídas en el dia precedente, y las tormentas comunicadas por los despachos; 3. 0 la situaeion g eneral del dia, los avisos á los puertos y á la agricultura y las observaciones de Paris. Un boletín suplementario que aparece los ltines continúa dando las observaciones diarias de uada mes, hechas en gran número de estaciones de Francia y el exfranjero; en fin , para la correspondencia, para la publicacion de noticias meteorológicas y diversas comunicaciones útiles, recurriremos á otros boletines suplementados que aparecerán segun las necesidádes. Las comunicaciones suministradas por nuestros corresponsales pueden dirigirse en frances al ministro de InstrucciQn pública, teniendo cuidado, para ·evitar retrasos, de escribit· en el sobre de una manera inteligible: «Servicio meteorológico. » Suplicamos además á nuestros corresponsales que nos dirigen los avisos meteorológicos ele la mañana, q ue nos anuncien tambien en lo posible si las tormentas se han manifestado alrededor de sus estaciones en las veinticua1.t·o horas precedentes. Estos documentos serán ele la mayor utilidad para el servicio de avisos.» Oreemos interesante completar estos documentos publicando una carta que da la indicacion de los avisos recibidos todas las mañanas por el Despacho central meteorológico de Francia. Las observaciones del estado de la atmósfera en la Europa enteea, centralizadas todos los dias en París, son utilizadas inmediatamente para extender los boletines de la prevision del tiempo, que son telegrafiados inmediatamente á los puertos y estaciones agrícolas de Francia. 1

LOS BATRACIOS. (Conclusion.- Véase núm. 37, pág. 165 .) EL ALITO

(1).

Es ul1a fábula popular de la Edad ~Iedia, y que en sus escritos Alberto el Grande se tomó el trabajo de refutar, que los sapos incuban los huevos de la alondra. Esta creencia venía del hecho que podemos observar en la primavera (1)

Alytes abstet1·icans, Daud ,

de un pequeño batracio que con las piernas g uarnecidas ele huevos gelatinosos y redondeados se dirige todas las tardes al agua; este animal es el alito, que los agricultores y jardine- · ros conocían mucho ántes que los sabios tuvieran tiempo de ocuparse de él; á mediados del siglo xv1, Gesner, sin embargo, mencionó el animal á que nos referimos, en términos que no dejaban duda para reconocerle. Un mé{lico frances, Demours, en 1741, poco clespues Roesel y Spallanzani, bosquejaron la historia del singular sapo á que "\Vagler dió más tarde el nombre de partero , haciendo alusion á la manera con que el animal IleYa. los huevos que acaba de pon~r su hembra. Tchundi, Agarsis Thomas y otros nITTuralistas, repitieron la historia del sapo partero; pero estaba reservado [L M. A. de l' Isle, de >Tantes, hacer conocer en todos sus detalles las costumbres singulare del bakacio que acabamos de citar. Al contrario de la opinion antiguamente emitida, el alito no desova en dos épocas, sino en una sola que puede prolongarse durante seis meses. La hembra pone tres ó cuatro partidas de h~rnvos, que emite una tras otra con algunos dias ele intervalo, escalonándose y sucediéndose así la postura durante cerca ele medio año; los huevos, envueJtos por una membrana muy resistc~te; son gruesos y están unidos entre sí formando dos cordones de una longitud que varía de 80 centímetros á im,70. Estos huevos, en el momento de la postura, los toma el macho y se los enrosca en las I?iernas; la exciaustracion de los pequeños le corresponde á él sólo, ·pues la hembra abandona en seguida su progenie. Segun M. de l'Isle, los machos, cargados con los huevos, vagan libremente por la tardl;l; se arriesgan frecuentemente á ir :i su escondrijo en busca de alimento; la ligadura de los huevos disminuye la libertad de sus movimientos, sin impedir1es del todo el saltar, correr, trepar ó nadar. El macho humedece á menudo los huevos; los pr:ogresos de la. exclaustracion va.dan con la temperatura; en la buena estacion la· lar.v a rompe el huevo enke el dia. clécimooctavo y vigésimosegundo; en los países frios, el desarrollo se retarda y puede pt·olongarse hasta siete semanas. Cuando los huevos están maduros, el menor contacto con el agua basta para abrirlos; los renacuajos salen con un movimiento vivo y brusco, por una pequeña desgarradura que se produce en general en una de las extremidades del huevo; es maravilloso ver la vivacidad con que nadan estos débiles anima.les en el momento de su nacimiento, excavando con su hocico cór-


LA NATURALEZA neo los restos de materia animal que forma la parte esencial de su alimento. Este renacuajo adquiere una gran talla: visto por arriba, el cuerpo es ovalado corto; imita bastante bien la fornh de un huevo de ave, corto; de gran extremidad postel'ior, la mayor anchura se halla dirigida hácia atras; la cabeza, apénas distinta del tronco, es enorme; los ojos son gordos y dorados: la boca es grande, la cola corta: como en el pelodito, la abertura de los órganos respiratorios está colocada en la parte inferior •de la línea media. La coloracion es oscura, de un moreno casi negro, con manchas morenas; la cola es rojiza y está cubierta de puntos morenos, numerosos y dispuestos sin ónlen; la parte inferior del cuerpo es gris blanquecina gran ulosa. El adulto, de pequeiía talla, tiene el cuerpo t·cchoncho y abultado y se parece mucho á un sapo pequeño: el cráneo está fuertemente encorvado hácia atras, por delante y por debajo; la cabeza es grande y parece que csLi directamente sobre las espaldas; los ojos son gruesos y salientes. La piel, bastante floja, es rugosa y está sembrada de tubéeculos mohosos y redondeados; la parte inferior <;].el vientre está sembrada de pequeñas gtanulaciones más blancas que el fondo, que es de un blanco sucio, finamente punteado de un blanco más franco. El color general del cuerpo varía entre el amarillo sucio y de tinte claro y el moreno bastante oscuro, pasando por el aceitunado; las pústulas del do"t'so . forman eminencias generalmente morenas algqnas veces de un verde bastante vivo, y muy á menudo estas eminencias son rojizas en su cúspide . El alito es muy comun en Francia, en Suiza y en Alemania. egun un autor que ha estudiado con detencion los batracios de nuestros países, l\I. Fernan Lataste , «vive en colqnias en las canterns antiguas, en los declives de los muros ó á lo largo de las murallas que rodean los caminos en las construcciones antiguas y en los terrenos en demolicion. e le ve rara vez, por sus hábitos exclusivamente nocturnos, pero su renacuajo se encuentra todo el año en diversos grados de desarrollo, y su canto se oye todas las tardes de Abril á Octübre, cuando el tiempo es benigno ..... Parece que excava el suelo profú.1~damente con sus miembros anteriores; se le ve habitar, sobre todo, los agujeros que se hallan en la base de las construcciones antiguas. En ellos viven, sin duda, muchos juntos, á juzgar por el gran número ele individuos que se encuentran á los ah·ededores de un pequeño nú-

179

mern de agujeros ; y las numerosas generaciones que en ellos se suceden, se ocupan todo el tiempo en agrandar y apropiar su vivienda. Aun en pleno dia se pueden distinguir los agujeros frecuentados, de los que no lo son, estando la entrada de los primeros limpia y lisa por el paso por ella de numerosos individuos. »E l alito es el más terrestre de nuesLrns batrácios. e une á la hembra en tierra, y no va al agua sino para llevar allí sus huevos en la época de la· exclaustracion ..... ; pasa el i nvicrno en tierra, en los agujerns, donde permanece escondido todo el dia durante el buen tiempo. . »E l canto de esta especie se compone de una sola nota aislada, débil, breve, dulce y aflautada. Dice 1\1. l\Iillct, que desde principios de Abril hasta los primeros dias de etiembre, estas ranas hacen oir, sobre. todo durante el huen tiempo, su clock, que repiten por las tardes, así · como durante la noche, con intervalos más ó ménos aproximados. · e acantonan en los pueblos, de mánera que la distancia que los separe sea bastante corta para que puedan llamarse y responder. Pero todos los individuos difieren entre sí por· la edad, como por el tamaño, resultando que no todos prnclucen la misma nota; se distinguen ordinariamente tres: mi, 1·e, clo, que por su sucesion diatónica, así como por su simultaneidad, forman una especie de armonía que no disgusta en nada al oído. » Oreemos que puede· referirse al ali to la calamita de que habla un antiguo autor f¡ances, Guitlermo Rondelct, en estos términos: «Calamita rana se llama esa especie de l'anas terrestees que habitan enke las cañas .... . Esta os la especie que Nicandrn escribió que era muela. Se parece á otras ranas en la forma del cuerpo y en sus partes interiores: perp es pequeña, débil y verde. Hay una pequeña rana que vive entre las cañas y hierbas, sin voz. Si los bueyes -las tragan, se les hincha el Yientre. Vive de la roja, y es venenosa como el sapo ántes dicho, curándose su veneno tambien por los mismos remedios. De sus servicios :'.t la medicina es necesario leer i't Plinio y Dioscórides. i, EL CIIILLON

(so

ADOR ) .

En su admirable obea sobre las ranas de nues• tros países, Roesel designó con el nombre de sapo de fuego ó sapo manchado de rojo, un animal que Daudin y Letreilli-nombraron despues el sapo sonante ó pluvial; esto es, el sonador color de fuego ó ígneo de Dugués de Duméril, de Bibron, y de los herpetólogos modernos. Bastante ánt s que estos sabios, el autor anóni•


I

i80

1

LA NATURALEZA

mo francas del siglo xm, á quien es debido el El cuerpo, por término medio de cinco centíLíber ele naturis 1·e1·uin, y otros naturalistas metros de largo, es bastante alargado, redonpolígrafos de la Edad•.M edia, nos pintan el chi- deado en todos sentidos, un poco saliente en los llon con la crudeza ele su matiz y sus dos notas ijares; la cabeza, más bien pequeña que granque hace oir una tras otra y que imitan el so- de, es aplastada; la lengua es entera y redinnido lejano de la trompa; de dondo_ el animal, deada: los ojos muy salientes, están muy próximos entre sí; la pupila es triangular y aparece por onomatopeya, es llamado el corneta. La piel excesivamente rugosa y cubierta toda como una línea recta dorada. La parte superior de pústulas bastante gruesas, redondeadas y del cuerpo es moreno-terrosa, de tinte uniforme , confluentes, aproxima este animal á los sapos, miéntras que en el vientre, sobre un fondo de por más que por su mandíbula superior provis- . un vivo color anaranjado, se ven manchas irreta de dientes, debe colocarse entre las ranas. g ulares en 'forma y número, de un helio azul

Fig. 1.-Bombin atlores y ali to.

negruzco, con la psi-rte centeal de un gris azulado . En el inliividuo jóven, el vientre, gris azulado, está sembrado de puntos gruesos y redondeados, de color negro azulado, miéntras que la palma de las manos y la planta de los piés ~on anaranjadas. Los renacuajos tienen un color gris rojizo, con algunos puntos morenos esparcidos, siendo la parte inferior del cuerpo de un color azul ceniciento! el cuerpo es ovalado, muy redondeado, deprimido; la cabeza se confunde con el cuerpo; la cola es corta, redondeada en su-extremidad y la membrana caudal no se remonta al dorso. El sonador ígneo habita la Europa media,

luégo la Italia hasta el Sur de Rusia, en Dinamarca y Suecia; es co'mun en Francia. Segun M. Lataste ((frecuenta principalmente las aguas estancadas y corrompidas de poca extension , permaneciendo en las orillas, refugiándose en ellas en los momentos de peligro, á ménos que no se meta en el limo, contando con su color oscuro superiormente para pasar desapercibido. Nada muy bien, sacando tan sólo fuera del agua los ojos y las narices ..... Debe preferir la noche para pasar de un charco á otro. Es muy impresionable; á menudo, dice M. Lataste, las he visto que perdían el juicio y que daban vueltas en un sitio como los locos, cuando extendía la mano


LA NATURALEZA para cogerlos, en un ·pantano en que el agua no tenía sino algunos centímetros de profundidad y no podía cogerlos. Conocemos la bizarra postura que toma en tierra cuando se le atormenta, echándose á tierra boca arriba, encorvando los lomos, encogiendo las piernas y protegiéndose los ojos con los puños. Roesel añade, que si se continúa atormentándole, se escapa de la parte más gruesa de sus muslos un líquido espumoso como la espuma del jabon é inodoro. ,1 Lacépede, por el contl'ario, dice que este humor es fétido· es cierto que el bombinador exhala cuando

Pi

0 •

se irrita, un olbr muy =particular y de los ménos agradables. El sonador se alimenta de insectos y principalmente de pequeños moluscos pluviales; desaparece en ,Octubre 6 oviembre é inverna ·b ien en el légamo, bien en los agujeros, en terreno seco. Segun Lacépede,~el canto de esta especie consiste en una especie 1 de gruñido sordo y entrecortado: segun M. F. Lataste, el canto, bastante débil y muy dulce, se compone de dos notas más bajas que las del :llito, ~la primera un poco

~.-Pelubatos.

más elevada que la segunda. Esta dos notas son emitidas una tras otra y repetidas sfo interrnpcion, lentamente en ün principio, despues de más en más rápidamente. La onomalopeya hu hu hu hu hu hu da bastante bien el efecto producido por su voz. LOS PELOBATOS.

Bajo el nombre de pe1obatos, antigua denominacion de la rana (qui pm· lutum graditur), \Vagler ha distinguido los batracios cuya cabeza ef.,tá protegida por un broquel óseo, cubierto d_e pequeñas asperezas, y en. los cuales el pl'imer dedo tiene en su hase un fuerte espolon

aplanado y codante. El cuerpo rechoncho y gfoes~, se parece aí de los sapos; la cabeza está como metida entre los hombros; pero lo que más asQ.mbra en la fisonomía de esle anuro es la salida de sus enormes ojos por encima del cráneo. La parte inferior del cuerpo es blanca y amarille1ita, punteada de moreno rojizo· en la parte superior, sobre un fondo moreno rojizo que pasa á veces al gris amarillento, están esparcidas manchas irregulat·es de un moreno · muy subido, que Roesel compara á una carta geográfica coloreada, donde se Yen los mat•cs é islas, siendo las costas de un matiz más claro. Este género, exclusivamente europeo , com-


182

LA NATURALEZ A

prende dos especies: el cultrípedo del l\Iediodia de Francia, de la Gran Bretaña y de España; el pardo, que habita la Alemania, el Norte de Francia y las regiones vecinas; esta especie se encuentra muy comunmente en los alrededores de París, en los pantanos situados en la orilla dere~ha del canal, entre Pantin y Boncly. Los dos pclobatos se reconocen fácilmente; en el pardo, la cabeza no es rugosa más que en el frente y vértice; la superficie postérior de la cabeza está notablemente desarrollada; los espolones con que están provistos sus miembros; son morenos ó amarillentos. Estos espolones son negros en el pelobato cultrípedo· además, la parte superior y los lados de la cabeza son extremadamente rugosos, el vórtice y la region posterior del cráneo presentan una superficie plana. Los pclohatos son animales esencialmente terrestres , habitan en las excavaciones que practican en el suelo, y no van al agua sino en la primavera; en esta época, la hembra pone sus huevos en dos cordones de cerca de un metro de larg o, ligándose los huevos á los juncos y otras plantas acuáticas. Segun l>f. A. de l'Isle, el culLrípcdo habita los arenales del litoral 1\Iediterr;t11eo, «se alimenta de coleópteros .... no sale sino de noche .... Nutrido, y cuando el frio se hace sentir, hincha sus enormes pulmones ele grandes vesículas, cierra, haciendo vascular sus huesos incisivos, las conchas apalancadas ele sus narices, y con sus éortantes espolones excava en la al'cna una guarida s~gu a; á medida que va entrando en la arena, ésta cae por de tras de él y le oculta. » Cuando permanece en el agua, el pelobato pardo tiene el hábito ele sumergirse en el légamo, teniendo cuidado de revolverlo ele manera que es difícil capturarlo; hácia la épo~a ele los amores se retira á los agujeros ó se oculta debajo de las piedras. El macho pelohato cultrípedo hace oir un canto que tiene cierta relacion con el de la rana ágil, ó mejor aún, con el cloqueo de la gallina. }[. F. Latas te describe este canto como com·puesto de una sola nota y de una sola articulacion muchas notas bastante lentamente emitidas, bastante elevadas y breves, estando bien ligadas unas á otras; este canto puede remedarse por las silabas co, co, co, co. En cuanto al canto del pelobato pardo, las notas que le componen están más separadas y son mucho más bajas; las palabras ero, ero, c1·0, pronunciadas guturalmente, imitan bastante bien el canto de esta especie. La hembra hace oír una especie de gmñido; mas si se le pellizca una pata, así como -Al rnacho, hncen oír. dice noes~l una especie

de grito de dolor agudo y prolongado que recuerda el maullar de un peqúeño gato, dejando exhalar al mismo tiempo un fuerte olor ú ajo. ~

UN

GORRIE.r TE SUBMARI E~ EL C.\:NAL D~ LA )fANCTIA.

Todo ol mundo ha oiclo hablar ele los graneles proyectos suscitados hace algunos años por la necesidad de establecer relaciones más y m{~s rápidas y directas entre Francia é Inglaterea: túnel submarino, puente gigantesco entre las· dos orillas del Paso de Calais, lanchas portatrenes de l\~. Dupuy de Lóme, etc. Al lado de estas innovaciones que el porYenir nos har.í. realizar, vemos surgir proyectos de una cjccucion más rápida y más práctica, como la, mejora de los puertos de la }lancha, del Ilavre á Dunkerque, y en fin, la creacion proyectada de un puerto profundo en Boulogne, al Oeste del puerto actual. Los largos estudios á que han dado lugar los diversos pro"yectos, tan to por parte ele la Direccion ele puentes y caminos, como de la de Ingenieros hidrógrafos de la marina, ha suministrado un co.n junto de datos interesantes sobre el arreglo del Paso ele Calais, sobre su estructura geológica, sobre la mayor ó menor estabilidad ele sus costas, 8obre la accion de las corrientes producidas por el encuentro de las aguas del canal de la Mancha y del mar del rorte, como sobre el efecto de las mareas en los diferentes puertos ' septenteionale s ele Francia. Puede hacerse una observacion general respecto al estrecho, y es por efecto de la poca extension del canal á travcs del cual se establece la comunicacion ele los dos mares: las paredes de este canal de union están violentamente corroídas, hallúnclose las costas cortadas á pico; además los sondajes hechos en ·J 875 á 1876 en el canal, han demostrado que todo su fondo en profundidades de 40 ::í. 70 metros el suelo natural está limpio de todo depósito. Al lado de este fenómeno general de In.vado, por clecil'lo así, se han observado otros hechos particulares que se le relacionan, y ele los cuales el más interesante es el que ha sido descrito por el ingeniero en jefe de puentes y caminos de Francia, l\I. Stcecklin, en un informe que acaba de ser publicado en el momento de la presentacion del proyecto ele ley relativo a} nuevo puerto ele Boulogne. M. Stoocklin, que ha tenido 'que examinar por órden del gobierno frances la hipótesis de

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LA NATURALEZA la unían de los Pasos y de ia conduccion de aguas al interior del nuevo puerto, ha reunido sns conclusiones en los términos siguientes: "El estudio q uo he hecho del arreglo de la costa y del mar enfrente de Boulogne, me ha conducirlo :í la opinion de que todos los hechos obse rvados se explicnn ele una manera simple y razonable, considerando la costa de Bou logne como la ribera cóncnni y por consiguiente corro ida de una gran corriente que pasa alternativamente la derecha de Sur ;.'L _ arte y de iorte á ur. de Boulogne, la corrosion bien visible se hace notar por el aspecto ele las rocas acantilladas; se encuentra retenida, ó mejou dicho retardada por la gran resistencia de los bancos 0 TaníLicos que forman los cabos del' Heurt y de la Creche. La ensenada enfrente de Doulogne no es desde luégo una bahía destinada á cegarse, sino una bahía en formacion y la playa no es un montan de arena sin fondo, sino una cantera submarina irregular como los bancos de que está formada, y simplemente cubierta por ttna capa más ó ménos espesa ele arena, que corre de Sur á Norte. Por consiguiente un puerto que creara en la costa una salida, un cabo como los de l'IIeurt y de la Oreche, tendría continuamente sus pasos barridos por la corriente longitudinal, si se tiene el cuidado ele colocar sus pasos, y por consiguiente el dique en su entrada, al borde de esta corriente . 1, Enfrente de Boulognc existe, segun l\I. toecldin una corriente enérgica y alternativa que corre paralelamente á la costa entre ésta y el banco llamado por los mar;inos bagíos ele Baas, q1:1,e actúa en realiclacl como una verdadera corriente costera cuya accion es independiente ele la de las mareas. Este fenómeno, del todo local, explica cómo desde 1794, época del primer relleno de esta parte de la costa, los « fondos generales de Boulogne)) han permanecido estacionarios ; como tambien desde 1835 se ve la arena, el casquijo y las conchas ocupar con poca diferencia las mismas regiones. El respetable ingeniero que acabamos de citar ha demostrado que la corriente paralela á la costa, y que va alternativamente de Norte á Sur y de S ur á Norte no concuerda con los movimientos de la marea, puesto que la corriente que va hácia arriba (de Sur á or1.e ) no comienza sino tres- horas despucs de la hora de la bajamar y persiste tres horas dcspues de la pleamar. ( Bulle/in , 'cienlt/ique du dl'parleme11t du .N ord. )

GRAN GLOBO CAurnro DE M. HENIH GIFFARD. (Continnncion.-Vóase n. 0 30, púg. 1~2.)

La cabria del g lobo cauti,·o es incontestab lemente una de las piezas mecánicas más notables de todo el sistema; así es que la describiremos con algunos detalles. Co n sus dos ruedas de engranaje, que miden 3m,50 de diámet,ro pesa por lo ménos 42.000 kilogramos. Su diámetro es de tm,,0. Es hueca interiormente y no esti montada sobre un eje. Está formada de cinco manguitos de hierro fundido de 2 mekos ele largo, 0"',03 de espesor y om,05 en los bordes (fig. 1). Por medio de estos rebordes se unen los manguitos con 32 c)ayos de 0m,05 de diá~ metro. Los cinco manguitos de hierro fundido así unidos forman un vasto cilindro cuya superficie es perfeotamen te plana. Se han ajustado en esta su pcrfJcic a nillos en cuya superficie exterior se halla la espiral. Estos anillos, en número de 16, son igualmente de hierro fundido, están adaptados 'á la superficie del cilindro de hierro fundido; est.án unidos entre sí como los manguitos de u nion y se man tienen así los unos á los otros (véase 1 ú 10 , f1g. 1). La cabria montada presenta, pues , exteriormente el aspecto de un vasto carrete,_cuya superficie está cruzada de espiras ú las que viene á enrollarse el cable. Alrededor de la cabria hay 108 vueltas de espiras. Estas espfras van decreciendo, como acontece al caJ)le. La cabria está clavada en sus extremidades á dos graneles ruedas de engrnnajc. Está montada sobre dos tornillos que se apoyan en dos sopodes de brbnce. Estos soportes están fijos á dos vigas, :°L las que sostie nen paredes de mampostería. Las calderas est.'t n inslalaclas en número ele dos á algunos metros de distancia <letras de la cabria (flg. 3); son notables por su gran cliúmetro, que las da una capacidad que permite contener un gran volúmen de agua. E ta masa de agua suministra la cantidad de Yapor r1ue las máquinas consumen durante su marcha. na de ellas h a sido construida por la casa Durenne, y la otra en las herrerías y talleres ele Argcntcuil: son muy semejantes. Su diámetro tiene 1m,G0, y se las puede someter :'.t una presion efectiva ele 10 kilogramos. Bajo tal presion, la fuerza de traccion no será inferior á 25.000 kilogramo . Las máquinas colocadas delante de la cabrin la ponen en movimiento por medio de piñones dentados en relacion co n las ruedas de cn gra -_ naj e. Tienen cuatro cilindros y estún dispuestos

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para marchar con gran rapidez. Cada máquina. tiene dos cilindros en ángulo recto de om,25 y om,:30 - de curso. Para aumentar la regulariclfld

del movimiento, cuando una máquina tiene sus manivelas en una posicion, la otra tiene las suy~s en uc.a posicion intermedia, ele modo que el

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F i3 . I .-Cab1·ia ú <¡no se enrolla el ca ble del gran globo c:iulivo (co r le}.

movimiento ele rola cion es de una constancia casi absoluta. Las mi1quinas tienen una fuerza de 300 caha.llo!' . E s tá n provistas ele una corre-

dora de cambio de marcha que permilc-igun·men te la dislincion. Pero la maniobra es 1, n sencilla .:¡ue no sei:._:í. necesario usarl a .

Fig . 2 . -Freno regula<l or de airo del gran globo cautivo.

Debemos observar que las máquinas son ele trabajo intermitente. Cuando el globo se eleva en la atmósfera, hace girar el torno alrededor ·del cual se enrolla el cable y transforma las má-

quinas en bombas aspirantes: el aire aspirado exteriormente por los pistones puestos así en marcha, tiende á ser comprimido en las calderas, pero se es'capa por un tubo especial y se


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verbal del Jueado belga, encargado de conceder por egunda vez el premio de 10.000 francos fundado en Bélgica por el doctor Guinard, para que haga la mejor obra que mejore la posiel 1 cion material ó intelectual ele la clase obrera. El Jurado, por unanimidad, concedió este premio á el Sr. l\felsens, iniemheo de la Academia Real de Bélgica y corresponsal en el extranjero de la ocieclad de Fomento francesa ele la indnsieia nacional. Esta clecision tuvo por objeto coronar el método curativo con que el Sr. Melsens combate las intoxicaciones producidas bien por las emanaciones, bien por la absorcion de metales venenosos, ó bien precaver estas intoxicaciones por el empleo del yoduro potásico. Las afecciones ele esla naturaleza dependen de la presencia en los órganos , sitio ele la enfermedad, de compuestos metálicos insolubles; el yoduro potásico los transforma en compuestos soluble y los hace expulsar. Durante mucho tiempo el yoduro potásico ha sido considerado como un verdadero tóxico, empezando el Sr. _l\Ielsens por probar que este medicamento es inofensivo, con la condicion que sea completamente puro , y se administre á dósis, pequeñas en un principio y g raclualm~nte crecientes. La administracion de clósis mayores á las personas intoxicadas, producirá en la economía una cantida9- ele sal clohle soluble, bastante considerable para qu e1arrastrada al torrente circulatorio, canse un verdadero envenenamiento ordinario. Los compuestos insolubles de mercurio, as í como los de plomo, se transforman fácilmente en compuestos solubles por medio de los yoduros alcalinos, siendo eliminados estos cuerpos por las secreciones del cuerpo. El sulfato de plo· 1110, que es m_u·y poco soluble en el agua , es por consiguiente un veneno que mata los animales y es tan dañino como el carbonato de plomo y lodos los otros compuestos insolubles ele este metal. Todos estos cuerpos son eliminados-por la accion del yoduro potásico, que desembaraza de ellos la economía y precave su depósito en los órganos, cuando se administra en dósis conveniente. El Jurado belga recordó, por otra parte, que el Sr. Melsens había obtenido un premio (, 'e co11 Hnm 1.1·ci. ) Montyon, concedido por el Institüto de Francia, por el mismo descubrimiento. Se ve en esta decision y en los largos experimentos que han CONTRAVENENO DEL MERCURIO l DEL PLO)IO. hecho sobre este medicamento autoridad es incontestables, demostrada la importancia de las En una de las últimas sesiones ele la ociél.é prescripciones recomendadas por el Sr. :i\Ield'cn com·agement, el presidente ha comunica- sens. clo un documento muy interesante que ha recibido últimamente. Se ocupa és le ele un proceso

emplea para hacer funcionar un aparato de los mús ingeniosos que l\I. Henry Giffard designa con el nombre de freno regulador de aire. Este mecani mo, representado por el adjunto grabado (fig. 2), está adaptado á uno de los muñones de la cabria representado ú, la izquierda de nuestro g rabado. El aire aspirado por las múc1uinas durante la ascension del globo lleg a por el tubo B y penetra en un cilindro C que tiene unas aberturas laterales por las que puede escapar el aiee. Un piston agujereado entra en _el cilindro; tiene aberturas rectangulaees que corresponden ..con las primeras. Por medio ele la manivela M se puede hacer avanzar este piston y ofrecer un acceso más ó ménos grande á la salida de aiee. Una vez sentado esto, YÓase como funciona el aparato. El muñori de la cabria al giear durante la ascension, imprime un mo,·imiento de rotacional tornillo V, este hace avanzar la tuerca R ; ésta hace moYer la palanca E G que giea sobre un eje sosteniendo el contrapeso H, y cierra poco á poco, haciendo girnr el piston , las aberturas laterales del cilindro C. Lleg ado al término de su ascension, el aeróstata se detiene poco á poco insensiblemente, sin movimiento brusco que á la larga deterioraría el cable. Esta detencion se hará automáticamente en cualquier momento de la ascension que se de ee. L a parte mecánica de la instalacion del gran g lobo cautiYO, puede considerarse como un modelo ele seguridad, ele solidez, ele elegancia; repeesentamos el conjunto en la fi g . 3. En lJrimer término se ve el mecánico que hace él sólo i't vol un lad suhi r ó descender el aeeóstata, abriendo una ú otr.a de las llaves colocadas al alcance de su mano. Las dos calderas están repres entadas en el fondo del grabado. Las núquinas y la cabria del globo cautivo están proteg idas de la intemperie por un gran cobertizo que no representamos en nuestro g eabado. Esperamos poder describir en breve el resultado de la primera ascension ejecutada por medio ele este gigantesco mateeial.


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LA EXPOSICION UNIVERSAL . En la época en que se decidió la Exposicion universal, se publicó el progrnma y lia sido puntualmente ejecutado. Dificultados por la guerra de Oriente y la rrisis política fnterior de Francia, favorecidos por dos i1H"im·no consecutivo excepcionalmente benignos, los trabajo ejecutados por el E 1.ado han estado eonclnit!os á la hora predicha; en ,einticinco me es todo ha est:ido hecho. · Ninguna otra Exposicion ha sido tan Yerdadcramente unive,·sal; una erie de decretos suces ivos, lian extendido su cuadro ya tan vasto en un pt·incipio. La Exposicion uninrsal foé anunciada oficialmente rl 28 de Marzo de l 76, foé decretada el 4 ele Abril siguiente, y el decreto fijó el l.º de Marzo de 1878 para In época de la apertura. El ur, un nncrn decreto aña,lió una Exposicion universal de Bellas Arte. al concurso industrial. El proyecto definitiYo fué adoptado el 12 ele Junio . TJa ley de 29 ele J nlio ele 187G había autorizado la organizacion ele la Exposicion por cuenta del Estado. La Convencioa del l.º de 1-\..gosto, determinó la participacion ele la villa de París, y ti fines ele Octubre los talleres del Campo ele Marte estaban en plena actividad, mióntrns que en las. fab ricas se preparaban las armazones metálicas. El 15 de Enero de 1876 comenzaron las asociaciones :í los concnr os primitivamente decidido . Ese dia, una circular anunciaba concurso temporales ele leches, mantecas y q ncsos. El l 6 de Enero, un acuerdo mini terial, instituyó una expo icion etnográfica y una exposicion retrospc ·tiva del ::n-te antiguo. El 17 de Febrero, otro acuerdo añadió ti la Exposicion unfrersnl una coleccioJ1 de retratos históricos de todas épocas de personajes frnnce es. El 6 de Marzo se decidió una cxposicion de aguas minerales. El 28 de 1\farzo se instituyó una exposicion particular de los puertos de comercio frnnces y de todos los objeto. de importncion y ele exportñcion que alimentan su comercio marítimo. El 29 ele Marzo se decidió el establecimiento de una exposicion de ñrqucología prehistórica y de antropología, en el '!'rocadero. El 2 de Julio se tomó la resolucion de reunit• los ,iuos de Francia en un pabellon de catadura, donde el público pudiera apreciar por sí mismo el valor de las prodncciouos francesas. En fin, el 3 de Agosto de 1877 se decretó que las obras inéditas 6 poco conocidas de los compositores admitidos por un jurado, serían ejecutadas en unn serie de conciertos qnc se darían en la sala de :fiestas en el Trocadero (donde habría tambien congresos y conferencia ). Despucs de e te cortísimo resúmen histórico, dai·cmos las principalc dimensiones de los palacios y par·ques de la Exposicion, é incliJaremos la di. posicion ele 1n clasi:ficacion en m1eye grnpo y en nacionalidades distintas. Esta enumeracion sed. nl'cesariamentc nn poco 4riela, pero constituye el complemento y la explicacion indispen able de los planos muy completo~ que publicamos.

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En su estado actual, con los agraudamientos que. ha recibido, la Exposiciou se extiende de una manera continua, desde.la pla;.1a del Trocaclero :í ln avenida d<' Lam'.Jthe-Piqnet, en una longitud total, en línea recta , de 155 metros, y desde la calle Beethoven :i Passy, :í la sa lida de la avenida Rapp, cerca del pueni.c il<' l'Alm:i, en una latitud que disminuye el c:imino longitudiual nccc ario para atravc ar el puente de Yen a y los parnges de cornunicacion, que tiene unos l.050 metros . .Ademús, ex;iste una importante porcion exterior que abraza los cuatro rectángulos septentrionales de la explanada de los Inválidos, que tiene próximamente una longitud de 260 metros y una latitud de 230. E11 ésta se exponen los animales virns en edifioios pro,isionales que cubren una superficie ele l-!.000 metro cuadrádos. La anchura extrema de l.050 metros se cuenta añadiendo la longitud ele los dos anexos que se extienden desde la me Le Jotre á la me Beethowu, y desde la avenida de la Bomdonnaye al puente de l' Alma; pero el ancho normal del Campo de Marte y el Trocaclero, e ele 466 metros. El palacio del Campo de Marte tiene una longitud total de 71!) metros y una anchura de 350. La mitad longitudinal del palacio, que confina con la avenida de la Bourdonnaye, está consagrada :°L Francia, la otra mitad al extranjero. La galería longitudinal de en medio, aislada ele las dos porciones laterales ele la calles y jarcline::, e. LíL consagrada al grupo l. Obras de Arte. (Las nacione. esfain agrupadas en ella por salas, no longitndinalmente. La galería e tií. cliviclida trans1•ers11lmentc en dos seccione eparadas para la exposicion de la villa ele Paris que ocupa el palacio·central ele,ado rn medio ele los patios del palacio de la Exposicion .) A de recha é i7.qulerda de la n-a.lería de Bellas Artes, al lado de las secciones extranjenis, como al de la francesa. la o-alerías longitndinale están con agradas simétri camente, hallándose en medio hácia las a1•cnidas de Suffrcn y de la Bonrdonnayc, 11 lo" grnpos: II. Material y procedimientos ele las artes liberales; 111. 1\Iobiliario; .l Y . Tejidos; , . Productos brutos y labrado ele las industrias e:xtractivas; VI. Material y procedimiento de las industrias mecánicas; Y II. Pi·oducto;; alimenticios. Las máquinas en movimiento se alinean en los dos costado lougitndinales de lns dos inmensas é imponentes galerías. de una altura interior de 24 metros, de 33 metros de ancho y 3GO de largo, que terminan en cuatro soberbias cúpulas cuadrangulare ele 3~ metros de lado y -1:2 ele allo, que forman los cuatro :ingulos del palacio. Traus,·ersnlmentc las ct'1pulas estñn unidas , por do yestíbulos de 25 metros de ancho y l 6 ele altura interior, consagrados, el que confina con la E cuela militar, :í lo trabajo manuales- de obreros, que fabric;n delante del ptíblico; el que hace frente al Trocadero, ·:í. la exposicion de manufacturas franco as, de los diamantes de la corona, de joya y riqur7.as del imperio _indio. Lo diversos países ocupan tran versalmen1.o la srccion extranjera en- el ónlen indicado en el plano adjunto.


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Fig, !.-Plano de la Exposicion un i\'Orsal de 18i8, (Palacio del Campo de Marte).

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LA NA'l'URALEZA La fachada que se extiende entre los dos ángulos exteriores de las cúpulas, ofrece una línea arquitectural de 319 metros de extension. Haciéndola frente, al otro lado del rio, rodea el Trocadero la cúspide de la colina, en uu armonioso arco rcbajaélo, cuya cuerda mide 428 metros entre los ángttlos exteriores de los pabellones que terminan las alas curvas. Entre éstas se eleva la vasta sala circular de fiestas y conciertos, de 50 metros de diámétro; su piso se halla á 26 metros de altura, dominando el pa-

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lacio del Campo de Marte, y á 35 del Sena; est~\. flanqueada de dos torres que se elevan á 80 metros por encim;i. del piso. A derecha é izquierda están las salas de conferencias y las galeríás del Trocadero consagrndas al arte antiguo, á la etnografía y á la antropología. Mas ha sido necesario construir un anexo, accesible por un puente volante entre las calles Le Notre y BeethoYen, por el gran desarrollo que ha tomado ésta última. Este desarrollo ha sido aún mucho más excesirn,

Fig. 2.-Plano de la. Exposic¡on universal de 1878. (Palacio del Trocadero,)

por los aparatos mecánicos de toda especie que constituyen el grupo III. Para abrigarlos, se han construido anexos por todos lados. E l Campo de Marte y el Trocadero, se lmn unido en un todo único, febajando y dividiendo_los dos muelles de Billy y de Orsay, para no impedü- la circulacion pública, y poniendo encima dos puentes que continúan en cierto modo el puente de Y ena, que ha venido á ser parte integrante de la Exposicion. Este puente se ha ensanchado 25 metros por la superposicion de un tablero metálico que sale fuera de los para-

petos de piedra, en ambos lados, sobre los cuales está colocado. Los anexos del grupo VI constituían en un princi_pio largas y vastas galedas contiguas á las avenidas La Bourdonnaye y Suffren en casi toda la longitud del Campo de Marte, despues del ~rraplen comprendido entre la zanja del muelle de Billy y el parapeto ha sido invadido, luego las pendientes debajo del muelle de Orsay, agrandadas para este fin, h~n sido ocupadas en parte por el material mecánico, y la parte baja del puente de Y ena por la exposicion de puertos ele comercio.


LA NATURALEZA

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En fin se ha eleYado un tinglado, reserrndo al grnpo VI, cm la e quina ele la calle Magdebur"O y la :i.Yenida del Trocad ero. El grupo·VII, Agricultura y piscicultnra, se oxtientle desde un prÍJ)cipio entre las aYcnidas La Bourclonuaye y Rapp, sobre el vasto anexo del puente de Orsay de una upcrficie de 22.000 metros cuadrado , de los cuales 10.000 están cnbiertos por pabellones de madera dispue tos on dos ala ; despues ocupa temporalmente la parte exterior 11 la explanada de los Innílidos: ompronde además el pabellon de insectos y el acuarium de agua dulce en el Trocadero. Este acn:irium cncierrra 3.000 metros cúbico de agua aireada y renovada por una trompa catalana; en fin, está completado por el acuarium marino elernclo en la pendiente del puente ele Orsay, cerca del puente ele l' Alm~ que cont icuo 1.000 metros cúbicos de agua de mar y cubro una · npcrficie de l. '00 metros cuadrado . El grupo IX, Horticultura, está iu talado en el terraplen comprendido entre la zauja del puente ele Orsay y el parapeto del rio; clespues, en 24 invernadero , que ocupan una superficie de 3.726 metro , y en fiu, eu los parques del Campo ele l\Iarle y del Trocaclero. El p·alacio del Campo de Marte, que confina ca i con la avenida Lamotbe-Piquet, comprende una superficie de 2±0.000 metros en nn vasto rectú.ngulo: pueden añadirse 40.000 metros superficiales por los anexos ele la orilla izquierda á este enorme espacio cubierto. El piso del Campo ele Marte fo'rma un doble fondo, encima ele un u~suelo situado á tres metros y medio por debajo, que asegura la ventilacion por medio de 24 grandes bocas que desahogan el aire al exterior y le conducen á las galería por conductos de mampo tería. Colocados fuera del palacio, en las estrechas bandas de terreno libre reservado entre el palacio y los anexos, ti lo largo de las avenidas La Bourdonnaye y Suffren, nueve generadores animan las máquinas ele las dos grandes galerías, cinco en el lado frances y cuatro en el extranjero. Tres potentes máquinas elevadoras, de 100 caballos cada una, instaladas en el ribazo de la orilla d~recha, elevan los 3.600 metros cübicos <lo :igua que consume la gran cascada cada ilia. ú razon de dos metros cúbicos por segundo.

ECLIPSE DEL EL

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DE JULIO ))E

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?\fr. \Vatson, director del obscrvuLorio de :\.nnArbor (América,) acaba de remitir al Observatorio de Paris el siguiente despacho: «Durante el eclipse total de sol del :29 de Julio de 1878, estacion de Yoming, gran planeta, de cuart0 taniaño, ascension recta 8 horas 26 minutos, declinacion Norte 18° O'.)) Esta observacion hecha por un askónomo del valor de [r. \Vatson, es de grandísima impOl'ia.ncia. En efecto; el astro observado por él no

es olea cosa que un nuevo gran planeta situado enlre l\Iercurio y el Sol. P.or mecli0 de observaciones ulteriores que desgraciadamente serán raras y difíciles,· porque no podrán hacerse probablemente sino durante los eclipses totales, será posible reconocer si no existe identidad entre este nucYo astro y los punLos negros móviles observados en diferentes épocas en el ol, y cuya discusion permitió ú Le Yerrier suponer que existe un planeta que gravita en una órbita anterior á la de l\Iercurio. Un despacho de Filadclfla, dirigido al Times, anuncia que el eclipse total de sol del 29 de Julio ha sido perfectamente observado en todo el territorio ele los Estados-rnidos. Se han hecho muchas fotografías que han tenido muy buen éxito. La corona estaba polarizada en rayos. ulca.no no ha. sido ob ervado. Las prominencias eran insignificantes. ~

MISCELANEA. La máquina parlante.-Esta miiquina, que imita la voz humana artificialmente, est:í actualmente expuesta en el teatro Robert Houdin, ·en el boulevard ele Italianos de París. Se l1a acusado de ventrílocua :i la persona que la enseñaba al público, pero despues de un ex::ímen más completo hecho por peticion del inventor, se lm demostrado que no se pone en juego engaño ninguno. La miiquina produce los sonidos, pero el inventor no ha querido dar la teoría y se opone á enseñar el mecanismo; así es que sentimos . no poder lrnblar de ella m11s largamente. Aconsejamos t'1 los físicos, y particularmente á los que so dedican ú la acústica, que examinen este instrumento ingular.

* ...... Sustanci_a s atmosféricas pulverulentas.J. Iiqucl, agregado al Observatorio de Montsouris,

contimín sus estudios de microscopia atmosférica. Demuestra que cada meh-o cúbico de aire encicrradc GOO {1 120,000 eorpüsculos orgauizados, hecba abstrar.cion ele los cuerpos bacterioides, demasiado pequeños para que so pueda determinar su naturaleza. ~I. Pastenr decln·a que él mismo está sorproudido del número de estos cuerpos organizados.

* ...... La agricultura en los Estados-Unidos.-~\.. pe-

sar de la crisis actual, la riqueza americana ha hecho grandes progresos oñ los siete ültimos años. Resulta de la comparacion de las cifras del año 1877 con las de 1 '70, que hay un aumento de 3-1 por 100 en los terrenos en cultirn; el aumento del trigo ha sido de un 22,5 por 100: para los granos gruesos de 50 por 100: de la cebada de 35 por 100; del heno de 34 por 100 en peso


LA NATURALEZA r del tabaco ele 91 por 100. Hay un aumeuto total J.e 15.000.000 de cabezas ele animales. Sin contar los metales preciosos, la exportacion se ha elevado í1 ¡j,16±.900.000 francos en el año que ha terminado el 30 de Junio ele 1 77. *

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El gran globo cautivo.-El :t8 de J·ulio pasado se abrió al público el aeróstata de M. Henry Giff'arcl. A la una de la tarde la muchedumbre se precipitó al cercado y el globo ejecutó ascensiones de 500 y 600 metros ele altura . El número de viajero fué tan consitlcrnble que se hizo necesario darles números de correspondencia, como á simples viajeros de ómnibus. El dia siguiente, lúnes, más ele 400 personas subieron á · la barquilla. Entre 19s viajeros citaremos lo¡¡ embajatlorcs chinos y un gran personaje aunamita. El espleutlor del panorama ele París excita una admiracion general. Se han organizado observaciones meteorológicas en la barquilla. Sociedad de viajes.- La expecliciou alredcclor del mundo no podrá empezar hasta el 15 ele Julio por los trnbajos que l1ay que hacer :i bordo. La partida estí1 Hjada. :No qucclan mü que cinco plazas disponibles. •

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La estatua de bronce del· capitan Cook el narngantc, que ha sido ejecutada por el gobierno de la Nucrn-Gales tlel , 'nr, acaba de ser colocada en Lóudreti, temporalmente, e11 un pedestal, en \Vatérloo-placc, frente al Club tlcl Athenroum. J:>ermaueceni expuesta duran Le dos meses. * ••

Destrozos causados por los lobos. -La Ga:.etle ele Sainara (Rusia) ha pnl:.¡licado mm curiosa estaclistica de los destrozos causados por los lobos en el límite de la provincia. Los animales dcYorados en 1876 ascienden al númcrn ele 5. O caballos y bestias ele cuernos, 56.000 piezas de animales domésticos de pequeña talla, 22.000 aves de corral y m:ís ele 1.000 perros. En 1 77 los destrozos fueron :inn mtís considerables. Evaluando cu precios modestos el valor e los animales clcvoraclos, se llega ií. demostrar una pérdida en esos llos años de cerca de G20.000 rublos (2.418.000 pesetas). *

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Nuevo metal.-Bajo el nombre de mosamdrnn Mr. Lawrence Smith auuncia la existencia de cierto mineral ele la familia gaclolmita, ele uu nuevo metal análogo al cerio y al terbio, pero sin embargo evicleniemcnte diferente. o podemos decir anticipadamente con certeza, clcspucs de la simple auclicion, los caractércs químicos distintiyos de este nuevo elemento.

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Temblor de tierra.-Un violento temblor de tierrn ha tenido lugar el 15 de Abril en el territorio ele Dacotah, en el Nordeste de los Estados-Unidos, en la regiou que ocupan los indios sioux. Muy cerca del

HJl

rio Y ellowstone, el suelo se abri0 eu una extcnsiou de 300 metros, dejando al descubierto una vena de carbon ele 5 piés de espesor. Un fuerte olor de azufre se hizo sentir en el momento ele este fenómeno subterri111eo.

GIRÓSCOPO ELÉCTRICO . El giróscopo, inslmmento hoy dia comun y familiar á todos los sabios, no es ya objeto de un problema del cual no se ha hallado la solucion. Se le ha titulado en efecto la paradoja de la mecánica, puesto que aunque depende de la gravitacio1!, esta gravitacio n parece serle indiferentl:l. Para hacer el funcionamiento del giróscopo todo lo continuo posible, de modo que facilite. el estudio de los movimientos, y para unir otra influencia á las que se unen en el giróscopo vulgar y que pTod.ucen los fenómenos cuyo espectáculo nos da este instrumento, 1\Ir. G. 1\-I. Hopkins ha empleado la electricidad como ao-enº te motor. El gir¿scopo que acompañamos tiene un pedestal pesado y voluminoso, del que se eleva una columna puntiaguda que sostiene las partes móviles del instrumento. El marco de donde parten los electro-imanes está fij'o en un tallo, en el que hay una cavidad que reposa sobre la punta de la columna vertical. Una de las extrei;nidades de la bobina magnética se asegura á esta caYidad; la otra comunica con la barra que reune los centros de los dos imanes. . En la cúspide de la barra de los imanes hay un resorte ele corriente intermitente, sostenido por un aislador de caoutchouc endurecido; eslá dispuesto de modo que toca un pequeño cilindro en el eje de la rueda dos veces por cada vuelta de ésta. La rueda, cuyo plan de rotacion está en ángulo recto con los imanes, lleva una armadura de hierro dulce que gira muy cerca de los imanes sin tooal'los. La armadura se pone en relacion con la superficie de contacto del cilindro de corriente intermitente, de tal modo que, dos veces cada vuelta, cuando lci armadura se aproxima á los imanes os atraida; pe.ro inmediatamente despues la armadura llega directamente á la parte opuesta de la cara ele los imanes, se interrumpe la corriente, y la impulsion adquirida es suficiente para mover la rueda hasta que la armadura está de nuevo bajo la influencia del iman. El resorte que interrumpe la corriente se une ·á un hilo delgado de cobre que se extiende hácia atras hasta la punta de la columna, á la que se enlaza muchas veces para hacerle más flexible: finalmente, se dirige- de arriba abajo


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para sumergirse en mercurio contenido en un mentos grandes ó cuatro pequeños Bunsen, la vaso de vulcanita anular colocado en la colum- rueda gira con una gran rapidez, y dejando na puntiaguda, cerca del pedestal. funcionar los imanes, operacion que exige cierta El pedestal está provisto ele dos postes desti- destreza, la rueda no sólo se sostiene á sí misnados á recibir los hilos de la batería. Uno de ma, sino que sostiene además los imanes y los estos postes está ligado á la columna, puntiagu- otros objetos que están entre ella y la punta de da, y el otro comunica por un pequeño hilo con la columna en oposicion á las leyes de la graviel mercurio que contiene el vaso de vulcanita. . tacion. La rueda, á no ser que gire rápidamente Los imanes, la rueda y todas las partes uni- alrededor de su eje, efectúa una lenta revoludas pueden moverse en una direccion cualquie- cion alrededor de la ·columna puntiaguda, en la ra alrededor de la punta de la columna. Cuan- direccion del movimiento que experimenta la do están en relacion con el giróscopo dos ele- pa1·le inferior_de la rueda.

GIRÓSC"O.PO ELÉCTRICO.

Colocando el brazo y el contrapeso de la máquina como vemos en la figura, de modo que la rueda y los imanes se equilibren exactamente con relacion á la columna puntiaguda, toda la maquinaria permanece estacio!1aria;. si se da la prºe ponderancia á la rueda y á los imanes, la rotacion del aparato se opera en una direc;cion opuesta ó en la direccion que sigue volviendo la parte superior de la rueda. Este giróscopo hace ver la persistencia con que se mantiene en el plano de su rotacion un cuerpo que sufre un movimiento de rotacion, á pesar de la gravitacion. Muestra tambien el re- . sultado de la accion combinada de dos fuerzas q~e tienden á producir rotaciones alrededor ·de

dos ejes separados, pero situados e1~ el mismo plano. La rotacion de la rueda alrededor de su eje, producida en el caso presente por el electro· iman, y la tendencia de la rueda á caer ó á girar en un plano vertical, paralelo á su eje, dan por resultado la rotacion del instrumento por entero alrededor de un nuevo eje, que coincide con la columna puntiaguda (1). (1)

Scienti{lc Ame1·ican.

PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS,

MADRID.-Tipogra!ia Estereotipia PEROJO.


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LA NATURALEZA

Núm. 39.-24 Agosto 1878.

EXPOSICION UNIVERSAL DE PARIS. E L MAR TILLO Á VAP OR DE

80 TONELADAS

DE CREUSOT,

La exposicion de M. Schneider et O.te, de Oreusot, ocupa en el Parque un vasto pabellon particular, donde se encuentra reunido todo lo que pertenece á esta Sociedad: materias primitivas, productos, modelos de fabricacion, documentos diversos sobre la organizacion industrial y comercial, sobre la estadística, las es cuelas, lasciudades obreras , etc. Todo .est e conjunto, . tan completo, ha sido c0locado, por decirlo así, por M. Henri Schneider, continuador-de la obra de su padre, bajo la proteccion de la memoria de M. . E. Schneider; el hombre de genio, creador de los vastos est a blecimie ntos de Creusot, cuya esta tua, del emi nente escultor Chapu, colada en bronce por los señores Thiébaut é hij os, forma el - .. --- --- ~- -fondo del pabeFig. 1.-El gran martillo llon . Esta estatua, cuyos gastos de instalacion fueron cubiertos con los productos de una suscricion espontánea y voluntaria de la poblacion industrial de Creusot , está destinada á ornar una de las plazas públicas de la ciudad. No nos ocuparemos hoy más que del martillo á vapor de 80 tonela<lJ¡_s construido por MM. S chneider para sus propios talleres de fundicion. Un modelo de tamaño natural y dibujos suficientemente cletallados, permitlln darse cuenta completa de esta máquina colosal. ~

2, 0

BllW!STRil,

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Desde hace algunos años, las piezas fle fundicion han adquirido dimensiones considerables y que van· en aumento sin cesar. Los servicios de artillería y de marina militar y mercante de todas potencias, exigen para la construccioii de su material de cañones, de árboles, de planchas de blindag e cuyas proporciones no parecen, por decirlo ásí, limitadas sino por los medios de transporte de grandes masas indivisibles de que se dispone generalmente en mar y tierra. Por la vía terrestre, estos medios están por otra parte muy restringidos y en cuanto al trans• porte por la vía férrea, se está próximo á llegar á un límite que será difícil pasar, no habiendo sido establecidos los puentes y via·ductos de cada camino de hierro, para soportar grandes pesos repartidos en un a pequeña superficie, y por otra parte el material de rotacion como es posible construir!o, no puede repartir la carga ·por los ejes sino en cierta medida. Los progrepilon a Yapor de Creusot. sos realizados en estos últimos años en la produccion industrial del acero aplicable á la construccion de piezas de material mecanico , y las ventajas numerosas y diversas que ofrece el empleo de este metal , han determinado igualmente este desarrollo de las dimensiones de las piezas de fundicion. Actualmente se habla de cañones de 120 toneladas y aún se va más léjos; hay necesidad de emplear igÚalmente en ciertas corazas por construir ó en construccion, planchas de 70 ó de 80 centímetros de espesor. i3


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Para satisfacer estas exigencias, las fábricas tualmente en el edificio del martillo de 80 tonehan tenido que transformar sus utensilios, si- ladas, se prolongará más allá de este edificio, guiendo una progresion an:iloga al aumento de que formará así casi la parte central, y como las exigencias, con el fin de no hallarse deteni- esta parte está elevada con relacion al resto , das 6 desprovistas en un momento dado. De dal'á al conjunto de e_ste taller proporcione s vertodos estos uten:,ilios , la parte 1~ás particular- daderament e arquitectóni cas. Toda esa. armazon es enterament e metálica, m ente consag rada al batido de las piezas , es la r1uo ha sido necesario conseguir primero. ·Así, condicion necesaria para ponerla al abrigo de en · estos últimos años, las . fábricas donde se -los incendios. El edificio del 1r.artillo tiene 50 meti-os de larconstl'nyen grandes piezas de ftindicion, y especialmente las que están anexas á una fábrica de go, 35 de ancho y 17 de alto; la superficie cuacero, han aumentado progresivam ente la po- bierta, es pues, de 1.750 metros cuadrados. . Un puente de servicio sirve para sostener dos tencia de sus martillos de vapor. La fábrica de de una potencia de 20 toneladas cada cabrias .Kl'upp , ha sido una de · las primeras, si no la están destinadas á las maniobra:; en que , un~ - pdmora, que instaló un martillo ele 50 tonelareparacion, ele cambio de piston , de de casos los das. La fábrica de J>erm, ha construido despues de vapor, etc. cilindro al visita seun martillo del mismo peso ó_aproximado , toneladas ocupa el ceutrn 80 de martillo· El Alejang un cre~mos. Las fábricas de acero de en -cada fachada, anteserviclo está edificio; del transformadrowski, en S.an Petersburgo , han siendo una de gruas, dos por posterior, y rior poque 35 ele el do en..martiÍlo de 50 toneladas otras do.100-. las y poder de toneladas 160 de ellas 60 de grua una instalar ele seían, y acaban nte simétricame dispuestos hornos, cuatro Los prode ántes Woolwiuh, de toneladas. El arsenal de una cada en y edifiuio del eje al relacion con toneladas 81 do cañon del ceder á la ej'ecucion Qblicolocados están martillo, del fauhadas las martillo un ente preliminarm montar ha debido cuamente, de modo que faciliten la maniobrn de 35 toneladas. En fin, Ml\L Schneider y Comp>, dejando de los lingotes cuando las grnas los toman para muy por detras todo lo que se ha hecho, han conduqirlos al martillo ó cuaado los devuelven terminado recientemen te la instalacion de un despues del forjado. Una vía férrea de 1m,44 entre los rails, uolomartillo á vapor cuya potencia nominal es de cada en el eje de la gran nave, se abre siguien80 toneladas, pero que en realidad podrá sµministrar una potencia más considerabl e, como se do la forma de una V, en su enkada al edificio podrá juzgar_ por las dimensione s de esta má- central, ·y cada rama de la V corresponde á una grua. Esta vía sirve para la circulacion de los · quina\colos al que daremos luégo. El conjunto de la constnlCcio n , que compren- ,vagones que conducen al edificio de forjado los de el martillo, las grua.s, los hornos y la arma- lingotes colocados en un departamen to especial , zon que lo abriga todo, presenta proporcione s situado f::n otra extremidad de la fábrica, 6 bien bien establecidas , que por su armo11ía satisface á para los wagones, que conducen las piezas for· la vista, hace nacer inmediatam ente en el espí- jadas á los talleres de ajuste. de prolongan que bovedillas primeras las En concen construccio una ritu la certidumbre de marticuatr-o hay central, edificio el lado sin uada arte, l e d· reglas las segun bida y ejecutada llos de vapor, · do los cuales dos existen actualsentirse uno tentado á analizar ·10s detalles. los otros dos ser{rn .transportad os á este mente; dividirle podei11os conjunto, este P a ra exa minar otra parte de la fábrica, en donde es tán de sitio : siguiente manera de la en servicio. 1. 0 El emplazamie nto, ·el edificio , etc. Estos cuatro ·martillos tendrán así · la aparicn • 2.0 El m·arLillo pilon. cia ele cuatro satélites de la g1·an máquina qu e 3. 0 Las éuatro gruas. ocupa el centro. -'t. 0 Los cuatro hornos. 2.º Martillo 1:í vap01:.-EI martillo á vapor 5. 0 Los accesorios. 0 comprende cuatro partes bien disti~tas: la hase 1. Emplazam. iento.-Eclif icio. El edificio especial que abriga el martillo, lai, gruas y los o la infra estructura; los piés derechos con el hornos, prolonga en el mismo sentido la nave entablamen to, que forman la sufra estrnctura: donde estaban situados y~ los otros m~rtillos y el cilindro de .vapor con las válvulas de distridonde está montada la fabricacion de las llantas ·q ucion y en fin la masa activa, es deci1· el pilon con Sli tallo, el porta-marti llo con el martillo. y cubos de los cañones. . La hase se compone: de una obra lnaciza ele ac-_ concluye Dentro de poco, ·esta nave , que


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mampostería que se apoya en la roca que se y sú pe o con los deslizadores es de 250 tonelaha ido á buscar á la profundidad de 11 me- das. Las planchas ele un ion do los piés derechos tros por debajo del suelo; de uña base del yun- pesan juntas cerca de 25 toneladas, y las planque, de hierro fundido y i{n relleno de madera chas fundidas que los sostienen pes11n 90 tonede encioa, que tiene l;!Or objeto atenuar por su ladas. elasticidad la tl'ansmision de las vibraciones Este conjuuto ele piés derechos, así unidos por que resultan de los golpes del martillo. La obra planchas de hierro, es de grandísima rigidez, de mampostería presenta un cubo de 600 me- como lo ha demostrado la experiencia, despues tros. Su cara superior está cubierta de una capa que el martillo ha funcionado reg ularmente. Los de tablones de encina de cerca de un metro de piés derechos, como hemos dicho precedenteespesor, colocados horizontalmente, sobee el mente, sostienen la cornisa, cuyo peso es de 30 cual reposa. la base del yunque. · toneladas, estando colocada sobre ésta el cilindro En las fábricas de Perm, han hallado más de vapor, compuesto de dos piezas de 2m,5,0 de cómodo hacer la base de una _sola pieza, mol- alto cada una, unidas por rebordes y remaches. darla y colarla en el mismo sitio que debe ocu- La distribucion se efectúa por medio de dos válpar definitivamente. El peso de esta base es de vulas equilibradas; es de simple efecto. El diácerca de 622 toneladas. metro del cilindro es de tm,9_o de donde resulta MM. Schneider han juzgado que por una par- una superficie de 27.345 centímetros cuadrados, te, esta dísposicíon ofrece inconvenientes, y deduciendo la seccion del tallo qu~ es de 35 cencomo por otra no es posible transportará su si- tímetros; lo que con una presion de vapor de tio qefinitivo una masa de 720 toneladas -de cinco atmósferas, permite ejercer sobre el piston peso, se han determinado á hacer esta base de una fuerza de 140 toneladas próximamente. Coseis hileras horizontales que reposan una sobre mo el peso de la masa activa que ha de elevarse o·t ra por el intermedio de fases lisas. Cada hilera es de 80 toneladas, se ve que_ es fácil dar una está. formada poL' dos pedazos, ex0cpto la hilera rapidez ascensional á la masa y que se puede superior, que soporta el yunque, que es de una aumentar el peso segun las necesidades. El curso del pistan en el cilindro es de 5 metros. Esta sola pieza y pesa 120 tanela.das. La base del yunque tiene 5m, 60 de altura total, altura de eaida, multiplicada por los 80.000 kiuna superficie de 33 metros cuadrados en la ba- logramos, peso do la masa, da un trabajo utilise y 7 metros cuadrados en la cúspide; está pues zable el-e 400.000 kilogramómetros. El martillo fo rmado de 1 J piezas ; las partes de un~ misma de 50 toneladas de Essen, cuyo curso no es más hilera están fuertemente ligadas entre sí, de que de tres metros, no permite obtener sino modo que cada hilera se hace solidaria de la 1 0.000 kilogramómetros. Si se supone que los que la soporta y el e la q~e sosliene. El hue- dos martillos actúan sobre un lingote ele t m,50 co entre el yunque y las paredes del foso en que de alto, el martillo Creusot tendrá aún 280.000 está situado están rellenos de maderos de enci- kilogramómetros disponibles, mientras que el na colocados en pié y metidos en desórden. de Essen no dispondrá más que de 75.000 kiloComo se Ye, la base del yunque es indepen- gramómetros. Se Ye que en este caso el martillo Creusot es m ..1s ele il'es ·eces más potente que el diente de los piés derechos. . Estos inclinados, el uno hácia el otro en for- de Essen. La distancia. entre los piés del'cchos ma de A, reposan por su base y están fijos á es de- 7w 1 500 , y la altura libre por debajo d~ los una placa fundida , sell/:t'da á la mampostería que atravesaños es de 3m, 200; hay- por consiguiente rodea la base del yunque; están unidos en la alrededor del aparato un gran espacio que peL'parte superior· por el cornisamento. Son de hier- mite un fácil acceso; condicion del todo indisro fundido, huecos, la seccion transversal es pensable para las maniobras de los enormes linL'ectangular; cada pié derecho se compone de gotes. La altura del martillo, contada desde la planlas piezas unidas hácia la mitad de su altura cha de sustentacion hasta la cúspide del cilin-por un reborde y remaches. Los deslizadores están relacionados con sus dro es de 18ª1,600· añadiendo á (¡)S_ta dimension piés derechos respectivos por el intermedio de 5m 1 600 de altura de la base del yunque y 6 meremaches. En 11 n, los piés derechos están ligados teos por la de la mampostería que la so tiene, entre si fuertemente por cuatro planchas de hallamos que esta construccion colosal ocupa en hierro fundido, que tienen al mismo tiempo los el espacio cerca de 30 metros de altura. A pesar de esta condicion, desfavorable para deslizado res. La altura de los piés derechos es de tom,250 , la estabilidad, á pesar del efecto enorme que re-


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sulta del choque de 400.000 kilogramómetros, sostiene los piés derechos del martillo. Como la construccion completa, en la cual las masas esta disposicion se aplica á cada una de las cuaestán bien Í)roporcionadas, no vibra, y' los ci- tro gruas, sus cimientos se hallan así, con los mientos acolchonados por el relleno de madera del martill~, solidarios los unos de los otrós en de que hemos hablado, no tra1:ismi ten al piso sino una gran superficie, lo que da al conjunto una trepidaciones muy débiles, ménos sensibles que gran estabilidad. • • la de los martillos de una potencia bien inferior. Desde el eje á la parte superior de la rama , a maniobra de las válvulas se efectúa por hay en cada g rua una altura total de 17m,40, que varillas unidas á sus palancas por un lado y que se descomponen asi: del centro al nivel del suedescienden á lo largo de uno de los piés dere- lo sm,400 ,·y del suelo á la parte superior de la chos, hasta el rama 9 metros. nivel de una El r:adio de la -~ ~"!(n1 ;.?~ plataforma soscircunferencia -t~r· .. ·:-:r.r-'I f ··'•·••--7 tenl.da por este de evolucionde l·=-::: :: -.-:~ pié derecho á ¡,,., ,...... ~ las gruas es de una altura de 9 ,350 .. Í "º·º·""' ' í' 3 metros próxi• Cada una de 4,,, ,,,, ,;; m·a mente del estas máquinM ! suelo. posee cuatro El obrero enmovimientos, cargado de esta producidos por maniobra, coun peq ueñó locado en la motor de vaplataforma , espor, que lleva tá de esta mala misma grua, nera al abrigo y que puede del enorme cadesarrollar en lor reflejado total en dos cipor la pieza dulindros un a r ante el forjado fuerza de 60 cay de las proyecballos, con una ciones de las rapidez de 250 chispas que vueltas por miproduce el chonuto. Esto s que del marcuatro movitillo. mientos son 3. 0 Gruas. los siguien-Lai; cu a tro tes: gruas que sir1. 0 tln moven al martillo vimiento de son del mis1110 orientacion de Fig. 2. -Grua del gran martillo á vapor de Creusol. . tipo; no difiela grua. ren entre sí si2. 0 Un mono por la potencia. Como hemos dicho ante- vimiento de ascension de la carga. riormente, tres de ellas tienen una potencia de 3. º lJ n movimiento de traslacion de la carga. 100 toneladas, y una de 160. Pertenecen á la 4. 0 Un movimiento de rotacion de la carga. clase de gruas de un solo eje, y tienen la forma Los tres primeros no tienen nada de particude cuello de cisne. , lar, son producidos por el intermedio de engraEstas gruas están construidas con 'palastro y najes y de mecanismos que permiten cambiar j unt uras. Giran sobre su eje y se apoyan al ni- fácilmente la direccion. La carga está sujeta .vel del suelo en un círculo de deslizamiento ver- á una chapa sostel).ida por un sistema de poleas tical. E ste círculo forma parte de -µna especie móviles por las que ºpasa la cadena que va á ende cuvilaj e de fundicion fuertemente sujeto á rollarse en el tambor de ranura helizoidal fij a la mampostería de los cimientos. Este cuvilaje al cuerpo de la grua. El movimiento más esen• está tambien unido á la plancha de hierro que cial es de rotaclon. de la pieza, esta rotacion en

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Fig. 3.-El g ran martillo- pilon :l. va por de C reusot, tal -como estรก instalad~ en la fรกbr ica de MM. Schn eidei' et C,,iโ ข

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los lingotes de poco peso, se hace á mano, por medio de palancas y de un gran número de hombres; pero este medio no puede aplicarse en el caso de piezas de 100 toneladas ó más, que son las que tiene que forjar el martillo pilon. El dispositivo empleado en las gruas de Creusot y que por otra parte está ya en uso en la~ otras fábricas, se compone de un árbol envainado sostenido por el cuerpo de la grua y que ter.mina en la chapa á la cual está unida la pieza que se forja. Las dos extremidades del árbol llevan cada una una juntura Cardan, c1ue le permite seguir el movimiento vertical ele descenso ó nsccnsion de la pieza, asi como sus oscilaciones, puesto que la clisposicion ele la vaina lé da la facultad de adquirir una longitud variable, con la traslacion ele la carga. La extremidad del árbol colocada en la chapa, transmite el movimiento, que ha recibido del lado de la grua, á una serie de engranajes retardadores que hacen accionar una polea que recibe á su alrededor la cadena que abra,za el lingote que se forja . Las disposiciones que acabamos ele describir se aplican á la grua de 1G0 toneladas y á las de 100. o hay diferencias entre ellas sino en las dimensiones en relacion directa con la potencia del apara~o. El peso total de las gruas de 100 toneladas de potencia es de 110.000 kilog. El de la grua de 1G0 toneladas es de 140.000 kilog. El obrero encargado de la maniobra se coloca en una pequeña plataforma fija á la grua delante del motor de vapor; tiene á su alcance un j ueg o completo de palancas que le permiten dirigir los movimientos segun las órdenes que recibe del contra-maestre. "El vapor necesario al martillo y á las gruas es suministrado por una batería de ocho calderas tubulares de acero, de dos fogones interiores, que alimenta al mismo tiempo el taller donde están los otros martillo-pilones, el laminaje de las llantas y de los cubos. 4. 0 I-101·nos.-Los hornos en que se someten las piezas ú la temperatura necesaria para poder ser forjadas están calentad_o s por gas destilado en los gasómetros Siemcns. El gas ántes ele circular por los hornos, atraviesa los generadores Siemens. Los hornos ocupan cada uno un espacio ele 7m,80 por 4.m,G0 y 10 metros de altura total. Las dimensiones ele la capacidad intei-ior son 4.m,30 por 3m,40 con 2m 1 G0 de alto bajo la bóveda. La abertura por donde se introducen en los hornos las piezas, es ele 3m,50 ele ancho por 2m,30 de alto; la puerta que la cierra maniobra por un aparato hidráulico que actúa sobre cadenas.

Los generadores Siemens que suministran el gas á los 4 hornos del martillo ele 80 toneladas asi como á los otros 4 hornos del taller de calce y forjado, existen en número ele 36 formando una batería de 9 grupos de 4 gasógenos. ÉstAn situados á cierta distancia <letras del taller. 5. 0 Acceso1·ios.-Una instalacion de este género comprende necesariamente todo un sistema de utensilios secundarios, pero igualmente de gran importancia. Así es, que ha sido necesario construir wagones especiales para transportar los lingotes ó lás piezas. Ciertas piezas forjadas de acero, los cañones por ejemplo, tienen necesidad de sufrir las operaciones complementarias de temple y de recocido, ó bien hay necesidad de almacenar las piezas finas hasta el momento conveniente para su expedic ion. •Para todas estas necesidades , se han instalado fuera del edificio que abriga los martillos, una vía de 11 metros entre rail, sobre la que puede circular un puente rodado, complet:imente metúlico , que contiene cabrias ele trna poten ia de 100 toneladas. Esperamos poder dar :'t nuestros lect(?res un dibujo de esta máquina, cuyas proporciones colosales, !}Orno las de todos los aparatos de esta parte de la fábrica de MM. Schneider et C.i 0 traspasan por mucho los límites de todo lo que se ha constrnido hasta ahora. Toda la descripcion precedente se refiere únicamente á lo que concierne al batido y forjado de grandes piezas . Mas para poder forjar grandes piezas es necesario colarlas ántes; de aquí un desarrollo paralelo necesari9 en el utilage de los talleres donde se prepara y se cuela el acero. Los talleres de Mi\I. Schneider poseen ya seis convertidores Bessenier de 8 á 10 toneladas, 8 hornos Siemcns-l\forlin y 2 hornos rotativos. Este conjunto es s uficiente para producir la cantidad de acero que debe existir en el estado fundido par-a poder sor recogido en las balsas y vertido en la lin gotera de una pieza de 120 toneladas por ejemplo. Es, por ·consiguiente, por parto d el utilage donde :i\D1. Schneider et C.io han tenido que producie cierto desarrollo ele la instalacion primitiva. Así ha sido necesario cavar fosos muy profundos para recibir las lingoteras; construir lingoteras capaces de contener pedazos de acero de un peso consideral)le, que alcanza á 120 toneladas por ejemplo ; receptáculos para recoger el metal en fusion, y en fin, para manejar los lingotes, una g rua de la misma potencia aproximadamente que las del martillo de 80 toneladas.

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Todo este conjunto de instalacion y utensilios necesarios i la fabricácion de grandes piezas de :icero colado y forjado, desde el colado del lingote hasta las .ültimas operaciones de la pieza forjada, ha ocasionado un gastb total que no es inferior á tres millones. Si la suma parece considerable, al menos pohc á Creusot fuera ele ig ual por largo tiempo con sus competidores en F rancia y en el extranjero. En cuanto á la concepcion del plan y la conskuccion del mismo, hacen el mayor honor á :\í. chneider y á sus ingenieros (1).

LA FUNDICION DE CAÑONES DE- SIR W. ARMSTRONG EN INGLATERRA.

'e ha descrito á menudo la fundicion de cañones de i\I. Federico Krupp en Essen (Prusia). Se conocen ménos las de Elswick en Newcastle-upon-Tync (Inglaterra), que dirige Sir "\Villíam Armstrong. Este último establecimiento, que rivaliza con la manufactura real de "\Voolwick, juega un papel Lan importante en la fahric::tcion de la artillería moderna, que nos parece interesante dar la descripcion siguiente, publicada por el Engineer de Lóndrcs. Los talleres de Elswick, que ocupan todo un barrio de ewcastle, están -situadós á unas dos millas del centro de la ciudad. La fábl'ica fué fundada en 1847. I o ejecutaba en un principio sino trabajos de construccion de máquinas y su importancia no pasó de proporciones medías hasta el momento en que .Mr. Armstrong entró en la compañía. acído en "\Vreay, pequeña ciudad de Cumbcrland, este eminente ingeniero vinq en hucna hora á hace.r su educacion á Newcastle-uponTyne, donde trabajó algun tiempo en las oficinas rle un agente. Fué á Lóndres á concluir sus estudios de derecho y volvió en seguicl;:i.A unirse á SU antiguo pafa'OlL Pero sus raras aptitudes mecánicas no tardaron en revelarse por la invencíon de una m.'tquina hidro-eléctl'iea y por diversas aplicaciones ele la fuerza hidráulica. Abandonó entónces su profesion para consagrarse á la industeia y fué nombrado administrador de la compañia de Elswick, donde hizo adoptar la especialidad de la construccion de gmas hidráulicas. Así pasó hasta fin.es de 1843, pero fué solamente algunos años despues cuando esta fábdca empezó la fahricacion de cañones. Parece que los estudios (t)

Tomado de los Annales lnclusfrielles .

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de Armstrong no se dirigieron en este sentido ántes de 1854, época en que ta atencion pública se asombró del papel desempeñado en Inkermann por los cañones de 18 libras en la que el alcance superior decidió la suerte de la batalla. Pensando que sería posible obtener un alcance no menor con piezas más ligeras, Mr. Armstrong concibió el plan de su cañon ligero de- _ hierro fundido, y lo presentó al duque de Newcastle, entónces ministro de la Guerra, quo le indujo á que cons~ruyera un primer cañon de prueba. Fué empezado en Diciembre de 1854 y terminado en el mes de Abril del año siguiente, pero no pudo presentarle al despacho de la Guerra hasta 1856. En el i_ntervalo tuvieron lugar numerosos ensayos. Con el fin de evitae la curiosidad 6 lamalevolencia, )os experimentos se hacían generalmente entre las tres y las cinco de la mañana, bien á la orilla del Océano, bien en los llanos de Alleuhead, á 2.000 piés sobre el nivel del mar. Despues de estar bien seguro de los méritos de su obra, el inventor se decidió :.\. afrontar el juicio de las autoridades oficiales. Su cañon, cuyo calibre no era más que !le tres libras, fué apenas tomnclo en serio. Pero en 1857, su cañon de 18 libras, obtuvo un verdadero éxito. Se nombró á 1\Ir. Armstrong engineer de la artillería real. De 1857 a.' 1865, la fábrica de Elswick, fun_clonó como manufacturera del Estado en la fabricacion de cañones rayados. Al espi1·ar el contrato, el gobierno británico, habiendo adoptado el sistema Fraser, confió la fabricacion de estos cañones exclusivamenté á la manufactura real de \Voolwick. Pero el retraimiento do este monopolio no comprometió en nada la prosperidad de la fábrica, gracias al celo que desplegaron los gobiernos extranjeros p:wa ascgm·m·:c los servicios del célebre ingeniero. Desde el año 185G, es decir, durante un período de veinte años, Els\.Yicl ha producido 4.000 cañones de todos los modelo·, desde la piezn do 12 libras hasta el eañon de 100 toneladas, y h ay pocas naciones civilizada· que no hayan creado contribuciones para consegu ir los ti pos perfeccionados de la artillerí a moderna. En su estado actual, la fábrica de Elswick cubre una superficie ele 1.618 áreas , 680 centiáreas y ocupa á lo largo dél Tyne una extension de cerca de una milla. Coloc-a da entre el río de un lado y la línea de Newcastle and Carlisle 1·ailway por otra, tiene todas las condwiones de comunicacion deseables. La entrada principal y las ofl0inas están situadas en la extremidad más alargada de la ciudad. A cacla laqo del edific.:iq


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que las contiene, se extienden, ,por un lado, los talleres donde se construyen las máquinas hidráulicas, por otra, los que dedican á la fabricacion de la artillería. Estos últimos comprenden en primer lugar el departamento de la máquina, cuya fuerza es de 150 caballos, y que pone en movimiento todos los utensilios mecánicos de los otros talleres. Enfrente y al otro lado de una vía férrea que recorre todo el largo de la fábrica, se perciben cierto número de cañones de todos calibres, á los que se hace sufrir, por medio de ácidos, las

últimas operaciones de pulimento , despues de las cuales son bruñidos ó pasan á la pintura. Para el cañon de 100 toneladas, se sirven de la pintura de espliego, de la cual se ~e aplican mu. ~u ~pu. Del lado opuesto á los talleres están las.fraguas con sus martillos de vapor y sus gruas hidráulicas, así éomo muchos hornillos destinados á utilizar los desechos. El puddlage no se practica en Elswick. El hierro forjado se compra fuera, en el Yorkshire. A su llegada á la fábrica empieza por pasar por un hornillo Sie-

Fig. 1.-Uamino de hierro ao:i reo de N ueva- York. E stacioo de la Batería ,

mens, de donde sale bajo la forma-de una larga barra; ésta se transforma en seguida en uno de esos manguitos (coils), que es uno de los procedimientos del sistema de fabricacion de Mr. Armstrong. Estos manguitos se colocan sobre un torno, donde se les da la última mano; despues se les aplica sobre el tubo interior de acero. Despues de atravesar una vasta exten~ion de terreno, se llega á la parte m ás próxima á Newcastle; ésta ha sido construida recientemente. El camino que se sigue está atravesado por un tramvía de cuerda, por el que los wagones de carbon que vienen de las minas de Elswick, descienden al Tyne. Más allá de este tramvía, la serie de talleres recomienza por la fi.mdicion, en la que funcionan doce grandes hornos con siete gruas hidráulicas y dos gruas á brazo que do-

minan toda la extension de los fosos filtradores . Los grandes filtradores están hechos de casquijo y los pequeños de arena. El taller que sigue en seguida es el de cureñ~as , cuya construccion exige un material ménos considerable que el de los cañones. Las cureñas son de hierro forjado. Se han construido nuevas fraguas á 50 metros más léjos en vista de l a fabricacion ·de las g randes piezas de artillería. En ellas se ve uno de los más potentes martillos de vapor que existen en Inglaterra. Su cilindro tiene un diámetro de 91 centímetros, y una longitud de curso dé 3 metros 66 centímetros. El martillo pesa 25 toneladas; está sostenido por dos pedazos de hierro fundido, que pesa cáda uno 100 toneladas. Al lado de este martiJlo, que ocupa el centro del edificio, están ·colo-


LA NATURALEZA cadas dos gruas de 40 toneladas y dos de 20, dispuestas de modo que puedan transportarse las piezas más pesadas de.fundicion, que toman en los grandes hornos Siemens. Este taller está provisto de un material que le pone en condiciones de confeccionar piezas de hierro de dimensiones aún más__ponsiderables que las que han servido para la fa})ricacion del ca ñon de 100 toneladas. • La fábrica de Elswick posee dos hornos que tienen _cada uno 23 metros de alto y 6m,40 de

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diámetro exterior y que pueden suministrar una produccion total de 600 toneladas de hierro en goas por semana. Los talleres de El'swick emplean cerca de 4.000 obreros.

EL CAMINO DE HIERRO AÉREO. D E N UE, A.-YORK.

Nuestros lectores saben que la ciudad de ueva-York está situada en una línea larga y comparativamente estrecha. Los rios comprimén

Fig. 2.- Camin o de hierro aéreo de r ueYa-York .

sus flancos y no ha podido extenderse sino en una sola direccion. De ahí esa línea de demarcacion tan señalada entre los barrios donde se trabaja y aquellos en que se habita. Dos , tres, cuatro millas, y para los que habitan en Harlem, ocho, separan las moradas de los despachos y almacenes. En otros_ términos, la locomocion hace perder, dos veces al dia, de tres á seis cuartos de hora, y lo que es peor, el trayecto debe efectuarse en vehículos de traccion de caballos. Se ha hallado mucho más cómodo, sin gran pérdida de tiempo relativo, habitar en la New-Jersey, en las orillas del Hudson ó en Long-Island, á 20 millas (32 kilómetros) ó un poco más ~erca.

La empresa de ca minos de h ierro aéreo de que vamos á habl a r ha acortádo singularmente las distancias en Nueva-York. Desde hace muchos años se ha comprendido la necesidad de semejante creacion y se han propuesto contra est~ mal numerosos remedios. Desgraciadamente estos eran en su mayor parte impracticables y dispendiosos· en exceso. El g ran éxito de los caminos de hierro subterrá neos de Lóndres, hizo creer á muchas person as que esto era lo que bacía falta á Nueva-Y orle Pero el enorme gasto que entrañaba la realizacion de este proyecto, detuvo los capitales en las cajas. Por otra parte, los americanos están muy léjos de tener la paciencia de los ingleses. Una línea subterránea hubiera


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NATURALEZA

exigido años, un camino de hierro aéreo no exi- extiende por debajo, se teme sufrir las consegía sino meses, y se trataba de improvjsar trans- cuencias de un descarrilamiento eventual ; pero una catástrnf-e de este género no es posible . Si portes rápidos para Tueva-York. se examina atentamente la vía férvolviéndose Ha sido necesario tiempo, á pesar de esto. , e hay completamente fu era de los que ve se rea Greencalle há construido.una ruta aérea en la macizas, sólidamente sujetas vigas unas rails, correspondencias con av!:}nidas nueve en wich y para el camino de hierro del Uudson y la esta- . y que sobresalen d e los raili, unas cinco ó seis ion de la calle 30.ª En un principio, los wago- pulgadas. Forman un pretil que rechazaría casi nes debían ser movidos por un cable sin fin ó ciertamente á la rueda que descarrilara. En las por locomotivas estacionarias. Pero se renun- secciones nuevas del camino de _hierro, la vía ció á este proyecto y se d eci dió en favor ele las está protegida por dos de ~stos preservativos, per1ueñas locomotoras . Los trenes no saiían si- una baranda de carpintería muy alta y sólida no con largos intervalos, y en la primera tem- por la parte afuera de los r ails y otra. m ás pequeña por dentro . porada el beneficio dejaba que desear. Llegando á la calle Greenwich y á la 9-:' ave'in embargo, hace tres años que el trayecto se va extendiendo de la Batería al Parque· cen- nida, se observa que se está trabajando activatral , se han construido estaciones intern~edia- mente para colocar una nueva vía, de suerte rias y obras ele seguridad, los trenes se han he- c¡ue en adelante habrá una doble línea á lo largo cho más frecuentes y los ingresos considerable- de todo el camino aéreo. Los trenes circularán mente m ás abu ndantes . Hoy, en manos de una entónces en un número mucho mayor. La doble vía del lado del Oeste de la ciudad compañía que tiene por presidente á Cyrus \V. Field, bien conocido por sus relaciones con estará pronto completamente pav imentada y la el cahle trans-atlántico, la empresa es una frac- del Este de Nueva-York avanza rápidamente por ci on de un sistema que bien pronto dará la Pearlstreet, New-Bowery, Bowery y la 3. ª aveyuelta á la isla y unirá los puntos extremos con nida; se espera que la vía hasta el Parque c_enuna rapidez hasta aho ra desconocida y cómocla tral estará terminada á mediados del verano y hasta la ribera del Ilarlem , ántcs del invierno. que excederá á toda CGmparacion. Si se abandona el tren en la calle 59. ª, se halla Nuestra fi g. 1 representa las escaleras que el trayecto desde la Batería hasta allí ha que conducen á la estacion de la Batería; hace ver cerca de media hora, á pesar de los m odurado la construccion de la vía que se dirige descriele detencion, y se huhiera tardado una tos men_ Batela de traves á biendo una graciosa curva un coche tirado por cab allos . Pero se en hora ver hace .-2 fig La ría sobre la calle Greenwich. hará aún una economía de tiempo mucho m a el modo de construccion de la vía fé rrea. S i se va por este camino hasta la calle 59. ª se yor cuando ·se h alle instalada por completo la sube al salon ele espera de la estacion, sencillo, doble vía. Se tendrá un viaje de recreo en un pero cómodo, que es sitio mucho más agradable verdadero tren de placer, comparativamente nl que la esquina de una calle. Es necesario tomar empleo de los coches de traccion por caballos. 1 ada de polvo, de aire ni de profusion de luces. un billete á ntes de entrar en los wagones. e De la 9. ª avenida iremos á la 6. a, costeando el pagan 10 centavos (próximamente media peseta) por cualquiera distancia. Se abre una puerta Parque centrp.l; en la 6. ª atravesaremos una ele de corredera y se entra en el wagon, semejante las extl'emidades actuales del que lleva el nomá todos los vehículos de su especie, pero un poco bre de su creador, el ca mino Gilbert. Se ha dimas estrecho y ménos larg o. Los asientos están rigido una peticion al g obierno superior pam en el sen tido ele la long itud. Bien pronto parte que este camtno de hierro, en vez de Gilbert , el tren cori un movimiento suave y fácil. Al cles- lleve el nombre de caniino de hier1·0 aéreo m.ecdbir una curva aleededor de la Batería, con un tropolitano . Al leer nuestros lectores estas líg olpe de vista rápido se ve el bello panorama neas , esta vía estará en explota cion desde Rector Strcet hasta Central-park, es decir, en un de la bahía. El tren se detiene en la estacion de la calle espacio de cerca de cinco millas. Esta vía atraviesa la 6. • avenida, la 3. • calle l\Iorris; la detencion se hace fJcilmente y s in ruido. Se abren las puertas de la estacion; des - del Oeste, la 5. • avenida del S ur, vVest-Broadqcupándose los wagones y volviendo á ocuparse way (gran calle del Oeste) y ew-Church StreeL en unos 30 segundos y ménos aún, poniéndose (calle de la Nueva Iglesia ). Debe construirse una el tren nuevamente en marcha. Si desde la al- seccionen la parte Este de la ciudad, por las ave• tura en que se está se mira hácia la calle que se niela 1.ª y 2.•, hasta la ribera de Har)em ; des-


LA NATURALE7,A

pues, costeando el rio hasta las avenidas 8." y 9.•, donde se podrá vol ver á tomar el camino de hierro aQero de ueva-York para volverá Oc,nlral-park. En realidad, C1Jn.ndo el conjunto del sis tema haya siclo completado, habrá dos vías que se reunirán en dos ó tres puntos y proporcionarán á toda la isla de rueva-York un camino ele hierro ele circunvalacion. Los caminos de hierro aéreos no carecen ele ,letractores; lo confesamos claramente, dificul~ tan mucho la circulacion en las calles estrechas. El ruido de los trenes que pasan por encima de las cabezas de los caballos los amedrnnta. Los pilares ocupan á veces ·posiciones incómodas. Pero como lo prueban nuestras ilustraciones, estos pil~res están muy léjos de estorbar la perspecliva del público , y :iun hay puntos que producen un efecto ele los más pintorescos . Pero considerando los servicios que presta á los habitantes da una gran ciudad, de hoy en adelante libres de un e~tado de cosas deplorable, y los numerosos beneficios ele que será' origen, bien puede perc!onárselc algunos defectos. Dentro de un año los habitantes de :Nueva-York se asom• bajo el brarán de haber gemido tanto tiempo yugo de los vehículos de traccion a,nimal, y si renuncian alguna vez á los caminos ele hierro aéreos, no será sino para cambiarlos por medios de locomocion más rápidos aún (·J).

COLORÍMETRO PERFECCIONADO. La figura 1 representa el aparato visto de frente y en experimento (estando el operador cletr~s ). La fig. 2 le·represénta por detras, muestra las divisiones y los V!;lrniers. La fig. 3 muestra la marcha de la luz en el interior del instmmento. La fig. 4 muestra el aspecto del diafragma p, visto á traves del ocular cuando el aparato está reglado á cero. La fig. 5 le muestra en experimento, y la figura 6 Je muestra cuando se ha obtenido la igualdad de los tonos. A. Espejo reflector móvil, que sirve para reflejar la luz al interior ele los tubos B. B. Tubos de cristal formando receptáculos ; uno contiene el líqn-ido tipo, el otro el que se compara. Entran forzadamente en los soportes en for(1)

Traduccion de Th e Illustrated Ch1·istian 1Veekly .

ma de horquilla. El cristal del fondo está apli-. cado debajo de la parte inferior y phma del tubo : está cerrado por medio de un anillo holgaclo y ele tornillo (esta disposicion es nueva). · D. Tubos de cristal cerrados en su pade inferior por un cristal bien paralelo al fondo de los tubos B, y en su parte superior poe otro cristal destinado á impedir la caída del polvo en el interior d!3l tubo. Este es muy importa~te para la nitidez. Tienen tambien una especie de piston transparente que se sumerge. · el. Monturas de co.bre que se atornillan en lns piezas G y llevan los tubos D. E. Botones que giran con suavidad , tienen un piñon o y giran en las placas de verniers g. e. Piñones que engranan con los tallofl dentados fijos F. F. Tallos dentados fijos , tallados directamente en la platina P. IIaci<1ndo girar los botones E se hacen engranar los pi ñon es e con los tallos fijos F, y por consiguiente subir ó bajar los sistemas D, G, g, G. Cartabones movibles en los deslizadores H; llevan por delªnte (fig. 1) los pistones de cristal D y por detras (fl g . 2) las placa~ de verniers g. g. Yerniers que Jndican la altura ele los pis tones D, es decir, la altura de la columna líqui da, que se halla atravesada por-la luz entre el fondo d,e D y el de B. Cuando D toca á B, estos marcan cero. J . Caja que encierra el doble prisma de reflexión total IC (fig. 3). j. Pequeño cerrojo (fig. t ). K. Doble prisma de reflexion total contenido en la caja J (fig. 1). L. Tubo ocular fijo. '.l. Tubo ocular móvil que encierra los dos cristales plano-convexos rn y n (fig. 3) formando lente y el cristal J:Jlano o. No invierte las imágenes. El cristal o forma el pabellon ocular é impide que el aire penetre dentro. p. Diafragma dividido en dos partes por el prisma K. Se entra m:ís ó méno, el tubo M (fig. 1), á fin de ver claramente. la línea de separacion del diafragma p. P. Platina de cobre sobre la cual están fijas todas las piezas ; está sujeta al pié S. S . Pié de hicno fundido que da estabilidad al aparato. Nota. M. Dubosq ha utiliza4o la yustaposicion de las dos imágenes, por analogía á la que existe hace mucho tiempo en el sacarímetro-So-


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de la derecha se refleja dos veces en la mitad de la derecha del prisma k y penetra en el ocular m., n, siguiendo un eje y no afecta sino la mitad derecha del campo; el fascículo de la izquierda recorre un camino análogo y simétrico, no afecta sino la mitad izquierda del campo, de modo que cada una de laH dos mitades del diafragma p no está iluminadÓ sino por el fascículo de luz que ha atravesado los tubos By D correspondientes.

leil; ha empleado con este fin dos paralelepípedos de Fresnal y un ocular de anteojo terrestre de cuatro cristales. Ma1·cha dB la luz.-La luz difusa 6 la de una lámpara, 6 la de un calentador monocromático (Vease LA rATURALEZA sobre el sacarímetro Laurent de penumb1·as) despues de ser reflejada en el espejo A se separa en dos fascículos (11g. 3)" que penetran separadamente en cada uno de los sistemas de tubos B B; el fascículo

Fig. 3.

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Fig. '!.

Fig. 1.

No es necesario una luz viva, algunas veces se coloca delante del espejo A un cristal deslustrado (acompaña al instrumento.) Uso del instrumento.-Este. instrumento da resultados relativos. Se coloca el líquido coloreado tipo en el tubo B de la izquierda, por ejemplo, y el líquido para comparar en el tubo B de la derecha y se hacen descender los pistones D á la altura que parezca más conveniente para la apreciacion y que depende de la coloracion de los líquidos, anotando la division correspondieñte al líquido tipo. Se hacen descender los pistones D hasta que toquen los fondos de B, marcando cero entónces (fig. 2) 1os verniers si se mira po_r o, y se mueve el aparato ligeramen-

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Fig. 4.

Fig. s.

Fig. C.

te sobre si mismo de modo que se vean los dos semi-discos (fig. 4) uniformemente aclarados. Se observa la colocacion del pié S, 6 mejor se le lija, bien por dos tornillos 6 por un marco, etc.; se remonta el piston tipo derecho á la altura determinada ántes, despues se da vuelta al boton E de la derecha, de modo que se obtenga la igualdad de tonos, haciendo oscilaciones de más en más pequeñas como en el sacarímetro. Para dos líquidos, la coloracion es inversamente proporcional al espesor de la columna líquida atravesada por la luz y proporcional á la cantidad de materia disuelta. ,_..,.,..~ .......--

__


LA NATURALEZA

EL POLÍSCOPO. M. Trouvé ha pre~entado recientemente á.la

Société de Phvsique de Paris un· nuevo aparato, el Políscopo, destinado á iluminar las cavidades del cuerpo humano, el interior de las minas, las fáoricas de pólvora, las profundidades del agua, etc. Este aparato está basado en la propiedad que posee una corriente voltaica de desprender calor en un circuito voltaico de pequeña seccion, y por la cual Joule ha dado la ley siguiente: «La cantidad de calor desa1Tollacla en la

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El éxito no correspondió á estas tentativas por razon de la inconstancia de la· fuente eléctrica {pares de Grove y de Bunsen), que necesitaban en ese caso hilos de platino -muy gruesos, para no exponerles á una volatilizacion permanente. Se han obtenido muchos efectos luminosos, pero se han obtenido al mismo tiempo efectos caloríficos muy intensos para la aplicacion de este modo de iluminacion. Se ha recurrido á una circulacion de agua para destruir este calórico cada vez y á medida que se prnduce, pero los aparatos eran en este caso muy voluminosos, llegando á ser difíciles de

unidad de tiempo en un hilo m.ctálico homogéneo, at?·avesado pot· una c01·riente voltaica,

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Fig. t.

es proporcional: 1. 0 A la.resistencia que opone este hilo al ]?aso de la electricidad; 2. Al cuadrado de la intensidad de la corriente.» 0

Esta propiedad de la corriente voltaica de poner al rojo los conductores metálicos al atravesarlos, ha sido utilizada en cirugía por John Marschall, hácia 1851; por Leroy d' Etioly, 1853; Mideldorpf, 1'854; Broca, 1856, etc. Hasta más tarde no se procedió á producir la iluminacion. En 1867, el doctor Bruck, dentista de Breslau, presentó un aparato destinado á alumbrar las cavidades bucales, al que dió el nombre estomatoscopio. Un poco despues, en Francia, el doctor Millat, hizo numerosos experimentos para iluminar el estómago de los animales, en la Escuela práctica de París.

Fig. 2.

I<'ig. 3.

Fig. 4.

manejar. Así es, que no han pasado á la práctica. M. Trouvé, convencido de la importancia práctica de un aparato semejante de iluminacion, se entregó sin descanso, á partir del año 1870, á estudios en -ese sentido. Si sus ensayos han tenido un éxito completo y la práctica los ha dejado sancionados, este resultado se debe, como él mismo lo h~ce notar, á elecciones juiciosas y al empleo de lá pila secundaria de M. Gaston Planté. En resúmen, el aparato iluminador de M. Trouvé (políscopo), se compone: 1.• De un receptáculo A (fig. 1) que almace-


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na la electricidad diná mica de la pila secundaria de M. Gaston Planté, en el cual M. 'l' rouvé ha sabido siempre regularizar la salida de la electricidad almacenada, por medio -de un reóstato esp ecial A O de gran sencillez y por la adicion de un galvanómetro B, de dos circuito$, en el que la fuer,m electromotriz del receptáculo y el de la pila 'rrouvé-Colland, destinada á la carga, está.u en oposicion. Geacias á la ingeniosa combinacion · de estos órganos, el práctico puede siempre reg ularizar á. vóluntad la salida del fluido, sabiendo siempre por el galvanómetro el estado de carga en que se encuentra la pila secundaria.

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una progresion casi insensible . Resulta que se puede, un a vez por todas, detcl'minar el punto de fusion de los hilos empleados pa ra evitar para siempre este contratiempo. Por lo demas , la ingeniosidad bien conocida de M. Trouvé ha producido un medio simple para remediarlo inmediatamente. Estos hilos de platino, en vez de ser contorneados en espiral, como suelen ser en general, son en este caso lig eramente aplanados en su parte media, de manera que repre~enten un pequeño disco incandescente. La sustitucion de este disco por la esp iral de platino da una potencia iluminadora sensiblement doble, como lo ha demostrado el capitan Manceron en sus experimentos de ilumit'acio n del interior de los cañon9s en aint-Tofrtas ele A quin. Este disting uido ·oficial ha podido, con el políscopo, no tan sólo ilumina r el interior de los c·añoncs y los obuses, sino hasta -obtener proyecciones. Toma en un carton los más pequeños defectos ele las piezas ele artillería. 2. 0 De una serie de reflectores (fig . 2, ·3, 4¡ esfe t·o-cóncavos ó parabólicos, provis tos 6 desprovistos de espéjos que dan los juegos de luz apropiados á las circu.nstancias. Dn mango pedal y los conductores, unen estos reflectores al receptáculo en C y D (fig. 1). Las figuras 5 y 6 representan los cauterios, uno delgado, oteo en forma de cuchillo . L a figura 7 representa un reflector de boca para los dentistas .

MISCELÁNEA . rii;.

J.

Fig. G.

Hemos dicho salida, puesto que aquellos de nuestros lectores que conocen la pila secundar ia saben que puede ser asimilada por completo á un rMeptá.culo hidrostático. El reóstato, en la pila secundaria, desempeña el mismo papel que la llave del receptáculo hidt'ostático ; ámbos moderan ú voluntad la salida ele los f1 u idos . Esta regularidad es tan g ran de, que el apal'ato de lVI. Trouvé permite lleg ar h asta el .punto de fusion sin traspasarlo jam;1s dul'ante muchas horas consecuti"vas, teniendo los hilos de plati no desde 1/ H de milímetro :.í. 1 1/ ~ milímetro de diámetro. Esto se concibe además por la invariabilidad ele la fuerza electromotriz del par sectindario y por la graduacion del regulador, que se hace en

Observatorio magnético de San Petersburgo .

- El 21 de Julio pasado h a teuido lugar en Pavlovsk la inauguracion de un observatorio magnético, anexo al obser vatorio físico central de San Petersbmgo: El IJiario ele San Petersburgo hace la descripcion de esLc nuevo instituto científico que funciona ya desde el comienzo <lel presente afio. El terreno· sobre que se eleva tieuc 8 h ectá reas de superficie. La sit uacion e favorable bajo todos conceptos, sobre todo bajo el punto de vista de la tranquilidad y de la distanci a de toda construcciou que contenga partes de hierro. Las casas más cercanas, las de fo colonia de Etioup (y entre ellas 110 hay más que dos con techos de hierro) esiáu {1 unos 427 metros de distancia. Las excavaciones que se han practicago en tres sitios demuestran que el suelo de emplazamiento en cuestion se compone de una manera uniforme, de una capa de humus de unos diez centímetros de espesorj por debajo de la cual se halla una capa de arena de unos dos metros que cubre á su vez la capa de arcilla


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separada de la arena tan sólo por una capa delgada de casquijo. El terreno ha sido perfectamente desecado, tanto. por el desmonte como por la excavacion Je canales y nn estanque cuyo fondo le forma la capa de

ciones térmica, óptica y química del sol y del cielo, ·estos elementos formarán ellos mismos el objeto ele observaciones normales. * arnilla. Depalarizacion.-, 'abemos por los trabajos ele El cÓnjunto del establedmiento comprende tres edi- M. Becquerel, que un electrodo ele cobre polarizado se ficios científicos, el edificio principal de piedra y coro- depolariza al contacto ele una solucion ele sulfato de nado de una tone para las observaciones meteoroló- cobre, y sobre este mismo hecho se funda la pila conogicas; una construccion ele piedra de doble bóveda y cida bajo el nombre de pila de Daniel!. M. Lappmanu cubierto de tierra para las observaciones Je variacion volviendo á ocuparse del estudio de este {enómeno, remagnética, y, e11 fin, un pabellon de madera, sin la me- conoce que la depolarizacion ele un electrodo dauo no nor parte de hierro, para las uiecliclas magnéticas ab- tiene lugar sino con las sales de base del mismo metal solutas y para las determinaciones ele tiempos. que constituye el electrodo. Un electrodo de plata poA.demás ele estos tres edificios dedicados al fin pura- larizado se clepolariza en una sal de plata y no en una mente científico de1 observatorio, hay cuatro casas de de cobre; el electrodo de cobre se depolariza en una madera para el alojamiento del personal técnico, del sal de cobre y no en una ele plata. Y el resultado es personal de servicio, así como para las dependencias, aún tan preciso, que l\I. Lappmann le transforma en cuadras, cochera, 1levera, lavadero, leñera, cte. Todas . un procedimiento de análisis cuantitatiya. Demue trn las construcciones tieuen techos de papel embetunado en efecto que un electrodo ele cobre se depolariza en y es imítil decu: que los edificios científicos se encuen- tina sal de plata á. la que se añada 1/500 de sal lle cotran á una gran distancia de los otros edificios para bre, y por consiguiente delata ele una manera segma que las observaciones no sean influidas por la ncindad. la presencia de esta última sustancia. El observatorio de Pavloísk posee además ele una instalacion, todo lo cuidada posible, todos los in tru•* • Fisica solar.- 'egun l\I. TaecLini han transcurri<lo mentos científicos más perfeccionados y nuevos; así como el establecimiento central de San Petersburo-o sesenta y cinco cl:ia , desde 20 de Marzo á 24 de Mayo, es uu gran establecimiento en su género, su anexo, el Jurante los cuales el sol no ha presentado una sola mancha; despues, ele golpe, se ha formado una serie observatorio de Pavlovsk, es igualmente por su fin numerosa acompañada ele violentas erupciones metülicientífico una institucion modelo en primera linea. El pabellon para las mediciones magnéticas absolu- cas. Las protuberancias han sido muy raras; se han tas no tieue partícula alguna de hieno. To<las las par- obserYaclo sólo <los diarias por término medio. tes metálicas, cerradmas y camlados, clavos y torni•* • llos, cte., son de cobl'C 6 ele laton, y cada uno de estos Nuevo modelo de wagon-cama en Inglaterobjetos ha sido sometido previamente á. la accion de ra.- ]\,fr. Rolden, jefe ele un servicio ele la Compañia un magneto-metro particulannente sensible, "tí. .fin de. del Great -n~estern, es el inrnntor de este coche qu,e lener el convencimiento de que n9 contienen en abso- está. diYiclido en dos compartimentos: el ma)·or 1:eserluto parte alguna de hierro. La misma opcracion se ha vado ií. los hombres, es espacioso, elevado y bien Yenl1echo con las piedra-, calcáreas de los cimientos y con tilado; contiene siete asientos ele nogal forrados de los ladrillos ele las pailas y chimeneas, con el granito cuero, toda la clistribueion interior es ele nogal guarnede los zóc11,los ele sustentacion ele los instrumentos. cida ele cobre dorado. Basta iocur un boton y el resDurante la construccion se ha ejercido mm Yigilancia paklo del asiento desciende, transformándose en cama severa para que los obreros, como se les había orclena- ele reposo. Todas estas camas extendidas dejan espallo, no empleasen clavos de.hierro, y lo mismo respec- cio suficiente para la circulacion. Un lavabo completa to á la andamiada. Tna inspeccion minueio a del edi- la instalacion. El segundo compartimento del coche ficio clespues ele concluirle, pero ánies del pinta<lo al está. reservado :í. la · señoras; puede contener cuatro óleo de los muros y del betum.i.naje de lo techos de asiento:;. carton-pieclra, no reYeló la menor huella de l1ierro. En cuanto á los instrumentos, meteorológicos y mag.\.LBEHTO DGREH. 11éticos todos lian sido instalados y ajustados bajo la vigilan~ia especial del director del Observatorio central La libl'ería l<'irmin-Diclot ha publicado hace ele física. Provisionalmen Le la misi.on del establecimicuto poco una magnífica obra (1) sobre Alberto Di.icientífico de Pavlovsk sed e pecialmentc In observa- rer, ~L q~icn la ciencia debe particularmente los cion normal de los elementos meteorológicos y del mag- progt·esos que ha impreso al grabado en madenetismo terre¡tre para los cuales se 1:osecn métodos de observacion s:guros. Despues que, por las investi(1) Albei·to Dti1'e1·, u vida y sus ob1·as, por i\loris Thauga;iones hechas, bien en el instituto bien en otra parte, sing, traduci<la del aloman con autorizacion del autor por se hayan hallado métodos tan segw-os tambien para la Gustavo Gruyer. Un vohimcn grande en 8. ilustra<lo con 7:, meclicion constante de otros elementos, como la elce- grabados en cobre , en litografía y en madera. Parts. F ermi o Lriciclacl atmosférica, las corrientes terrestres, las varia- Didot , 1878.

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LA NATURALEZA

ra... Este libro enriquecido con gran número de modelos de las obras del célebre grabador, es la traduccion del trabajo más completo que se ha escrito sobre esta materia, y es debida á M. Thausing, conservador de el Albertino. Se debe á Alberto Dürer, que por todos.los medios pr0curó llevar á la perfeccion el arte del grabado esforzándose- en dominarle, la transformacion del grabado en madera. Con él cesa de ser lineal, se hace osadamente el rival del grabado en cobre, supliendo lo que le falta en finura por la energía y el efecto. Alberto Dürer nació en Nuremberg en 1471

precisamente ~n la época en que empezó á manifestarse el grabado xilográfico. Recorrió los Países-Bajos, patria de los primeros grabadores¡ se dirigió á Venecia donde, brillaron los sucesores de Titien; visitó á Viena, consiguiendo el favor del ·gran rival de Luis XI y de Carlos VIII, el emperador de Alemania Maximiliano I. Alberto Dürer ha animado verdaderamente la madera bajo el soplo de su potente genio. El amor maternal se desprende de sus imponentes figuras de Vírgenes, el entusiasmo salta como en brillantes chispas de sus escenas triunfales; el terror se escapa de su apocalipso; sus 0omposicio-

Instrumento para dibujar los objetos en perspectiva. Facsímil de un grabado en madera de la obra de Alberto Dürer titulada: Instntcciones sob1•e la manera de medir, etc.

nes hacen nacer turno á turno el miedo, la aclmiracion y los pensamientos melancólicos. Alberto Dürer murió á la edad de cincuenta y ocho años y si nos ha dejado obras maestras en grabado, le debemos otros además en platería, en escultura y en arquiteetura. Le debemos tambien un libro de ciencia sobre el arte de

medir. Este libro, como todos los escritos técnicos del maestro, está ilustrado con grabados en madera. Respecto á esto no hizo más que poner en práctica el precepto: «Lo que ves te es más fácil de comprender que lo que oyes; pero si oyes y ves te apoderas de la idea más fuertemente y el recuerdo es más duradero.ii

La primera edicion de esta obra, una de las más curiosas y raras de las ,bibliotecas, contiene dos composiciones de las cuales una representa un artista dibujando un hombre sentado , y el otro un artista dibujando un laud. En este libro es donde se describe por primera vez los iustrumentos de reduccion del todo pr_ácticos. Este tratado contiene ademas un curso de geometría aplicada que se refiere á los elementos de Euclides.

PROPlETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS.

:MAD]J,ID.-Tipogr:úla Estereotipia PEROJO.


Núm. 40.-31 Agosto 1878.

LA NATURALEZA

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tólog o había hallado en Thenay {Loir-et-Cher) en el fondo de un pozo que hizo practicar con el fin de tener la seguridad de alcanza r un terEN La EXPOSICION UNIVE.R SAL. reno bien intacto y no manoseado. Gracias á esta precaucion, es bien cierto . que las capas Los lectores ele LA NATURALEZA están bastante geológ icas que están sobrepuestas á aquella que familiarizados con el objeto de los estudios an- conti ene el sílex , y que han sido depositadas por t ropológicos para que les indiquemos el fin de las aguas, son el indicio de ocupaciones diveruna ciencia que de dia en día toma mayor im- sas y sucesivas que han hecho turno á turno las portancia. Debemos, por tanto, proporcionarles agu as dulGes y saladas. Se puede así darse cuenuna guía que pueda dirigirles por entre los nu- ta de la config uracion aproximada de las tierras merosos estantes del edificio consagrado, en el y aguas en la época en que estos sílex fueron allí d_e positados; permitiendo por otra parte la muelle de Billy, á la antropología. Entónces les será fácil orientarse en ese déda- naturaleza de los restos vegetales y animales lo aparente, en medio de esos objetos, que a1ue- darse cuenta de la temperatura que reinaba enllos cuy-a importancia ignoran califican de bue- tónces en aq'uellos climas. En aquella época, el Mediterráneo enna gana de monviaba un golfo y eos ton de crán profundo por to: code pedruscos, dos los valles ciel mo si esos cráRhón!;l; los valles neos y pedruscos del Rhin y parte no fueran archide Alem ania eran vos suficienteel fondo de un mar m ente r e s p et aqu~ iba á unirse bles, como si esos al mar Caspio; Inperg a rn inos de glaterra e staba piedra, no remonunida á Francia, taran el' . orígen un gran pero del más pequeño del mar golfo• de los hombres á ocupa Norte del una antigüedad Calvados, el ba ante la cual toel Loir-et-Cher y dos los períodos el Indre-et-Loire; de tiempo que reAdriático ex• el gistra la historia sus aguas tendía parecen bien corPig. 1.-Nümcros 1 y 2: Piedras de Th en ay.-Nüm . 3: Rosario. la base toda sobre tos . Pó. del S 1 u demos, Grandes lagos ocupaban el centro de lo que pues, primeramente á nuestro antecesor inmeentónces la Francia ; la fértil Beauce era uno era diato; aún penetrados del todo por las maravilagos, y en sus bordes habitaba el faestos de nuesante desarrollan se que invenciones llosas de los silex ele que hablamos. bricante Marte: de Campo tros ojos en las galerías del La temperatura era elevada, y con poca difeteléfonos, fonógrafos, aparatos de precision micro y macroscópicos, microscopios y telesco- rencia igual á la de los países tropicales; puesto pios; detengámonos ante aquellos cuyos restos que los vegetales que crecían entónces en Loirhan sido exhumados por un sabio del más alto et-Cher,· no tienen por más tiempo sus an álomérito, por un observador imparcial que hace gos sino bajo los trópicos, y las aguas tranquiun mes dispuso él mismo los diversos objetos las del pantano de Beauce y de los rios con que de sus estantes, y que acaba de ser reciente- confinaba, servían de morada al rinoceronte, mente arrebatado á la ciencia, el abate Bour- que luégo ha desaparecido; entre otros al rinogeois , el director amado de sus discípulos, del ceronte de cuatro dedos , al acerotheriwn; los monos habitaban las selvas de palmeras y de colegio de Pontlevoy. verdes, entre otros el hylobates antiárboles Los estantes del abate Bourgeois, contienen,

LAS . CIENCIAS ANTROPOLÓGICAS

a

en efecto, la huella más antigua de la humanidad; los pedernales tallados que el sabio paleon2.

0

SEMESTI\E,

qiiiis.

En este medio vivía un sér que tallaba los pe•

u.


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LA NATURALEZA

dernales en forma de raspador, de martillo, y para tall arlos mejot· los hacía pasar primeramente por el fuego. Estos silex, que tienen generalmente la forma de raspadores, no están por lo general trabajados sino en uno de sus bordes, donde se observa numerosas pequeñas roturas de detenciones vivas y dispuestas de modo que ofrecen una especie de bisel; algunos otros parecen, por otra parte, haber sido expuestos al fuego, lo que se reconoce por la ausencia de rotura en forma de concha que da la percusion. Cuando el abate Bourgeois publicó en _-1867 el importante descubrimiento que acababa de hacer, encontró en un principio una oposicion bastante viva, y esto por muchas causas diversas. No hablando sino de las que son del órden científico, se objetó que la causa era natural, que el terreno podía haber sido removtdo, en fin, que el fuego de que los pedernales llevaban huella podía haber sido peoclucido por el rayo ó por cualquier ot-ra causa natural. M. Bourgeois no se tomó el trabajo de defenderse· hizo valuar, suponiendo que el azar hubiera dado á un sílex el aspecto de una piedra tallada, cuán imposible es que este azar se halle rénovado cientos de veces, y siempre con la misma forma; hemos dicho que respondió á la objecion del manoseo haciendo un pozo que le condujo directamente á la capa donde encontró desde un principio instrumentos idénticos á los primeros. Quedaba la cuestion del fuego; es bien poco probable que un incendio natural se hubiera reproducido bastantes veces en los sitios próximos, para quemar tan Los sílex en diversos puntos separados de la misma capa; hoy, lamayor parte de los sabios atlmiten con MM. G. ele Mostellet, de Vibrage, V . Schmidt, etc., que los pedernales hallados por el abate Bourgeois en Thenay son bien contemporaneos de la época miocena y que han sido labrados en esa misma época por un sér inteligente. ¿Cuál era este sér? Entre los que conocemos hoy, ningun otro sino el hombre puede disponer del fuego para hacer estallar un sílex; ningun otro podría por tallas sucesivas dar el don de cortar á una lámina de piedra; ¿era, pues, un hombre el obrero de Thenay? ¿Pero qué es, sino un hombre? Si poseyéramos el esqueleto de este antiguo habitante de las orillas del lago de Beaucc, podl'Íamos decir de él: hé ahí un hombre. . No podemos sino decir de sus obras: bé ahí las obras de un hombre (íig. 1, núm. 3, t y 2).

Es, pues, un hombre, segun la concepcion que podemos tener del hombre; pero aquí se levanta una diílcultacl: algunas ele las especies animales que existían en la época miocena no existen hoy dia, y esto clespues de largo tiempo; el acerotherium desapareció y fué suplantado por el elephas prhnogenius; éste último desapa• reció á su turno y fué reemplazado por el reno. El reno hace largo tiempo que ha abandonado nuestros países. En resúmen, la fauna se ha renovado á lo ménos dos veces desde aquella época, y es fúcil comprobar q1:1e cuanto más elevado es un animal en la escala, tanto más rápidamente ha desaparecido. Todos los mamíferos se han renovado; los mismos mariscos se han renovado ; todo el personal se ha trnnsformado. Sin embargo, aún quedan algunos séres: los foraíimínferos que viven hoy en el fondo del Atlántico, son los mismos que vivían en el mar de la época miocena y cuyos restos forman hoy los bancos de creta que explotamos. ¿Es, pues, el hombre el único que ha quedado en pié en medio de tantas ruinas? En presencia de esta ley de desaparicion de séres de los más elevados, muchos paleontólogos han dicho: el obrero de 'l'henay es al hombre actual lo que el acerotheriwn es al hipopótamo de hoy, lo que el elephas p1·im.ogenius es al elefante existente: un p1·ecw·sor; no era el hombre, era el precursor del hombre . Bien se puede responder que el sét· que cono• cía el fuego, el sér que sabía ya tallar el pedernal y servirse de él, se hallaba desde entónces superior en la lucha por la existencia, y que él sólo ha sobt·evivido, porque poseía la inteligencia que vence los elementos. Pero sea, digamos precursor: glorifiquémo• nos de ser los sucesores, y bien podemos decirlo, los hijos de ese precursor. Del guijarro mal tallado de Thenay es ele donde se deriva despues el chassepot, de donde se deriva el teléfono, etc., pasando por muchas transformaciones, admitiendo que la diferencia entre los obreros no es menor que entre las obras; pero no olvidemos que damos prueba de un sentimiento filial al recoger respetuosamente las primeras armas de los que desembarazaron el teereno en que nos es hoy fácil proveer nuesteas canteras. Este respeto, en nosotros inteligente y razonado , se ha tenido en todos tiempos; la supersticion diclaba entónces lo que dicta hoy la filosofía científica, y entre nosoteos, este sentimiento ha llegado á resultados bien extr~ños.


LA ?\' .-\TU11r\L8ZA

i:,i vais á la Exposicion, vereis no tan sólo los silex ele Thenay, pern clespues de ellos, bastantes siglos despues, los silex de Saint-Acheul, los de la Madaleine, de Solutri, de Langerie; se yerá, que des pues que la piedrn alcanza de edad en edad su mejor tallado, aparece la piedra pu- _ !ida, y siguiendo en su conjunto este largo encadenamiento de la humanidad hácia la vía del progreso, se verá cómo se ha establecido la filiacion; á todos estos silex se ha unido la supersLicion desde largo tiempo. Lo que llamamos antigüedad, es decir, los 11ue avanzan los primeros en ese largo cortejo que concluye por ahora en el canal de Suez, realizado, en el túnel del Mont-Cénis, pero que uomienza, para los franceses por lo ménos, en los habitantes del lago de Beauce, ese grupo ele sus antiguos inmeeliatos, no habían estado sin reunir en el suelo estos silex seculares; un sentimiento vago había hecho sentir que había allí alguna cosa; pero el sentimentalismo era el único que se desarrollaba, el lado científico no ex istía e·ntónces. Las opiniones más extrañas fueron emitidas por los que entónces hacían la ciencia. Plinio, que por otra parte en su vasto y precioso Compencl ium, no se mosteó difícil en la eleccion· Plinio no dudaba que las piedras talladas ó pulimentadas que se hallaban en sus tiempos, más aú n sin duda que en los nuestros, en el suelo, no eran un producto del rayo. lflsta interpretacion subsistió largo tiempo aú n y las pieel1·as ele 1·ayo no eran para los investigadores y coleccionarios, puesto que las ha habido en todos tiempos, sino curiosidades meteorológicas; muy poco faltaba para estar sobre la vía: unos veían en las piedras talladas las armas de los antiguos héroes; pero es indudable que esas armas de héroes, armas que habían sido evidentemente de hierro, no habrían sido cambiadas en piedra por el rayo. ¡Aún el rayo! y no podían salir de la ficcion, como todo lo que parece maravilloso pasa por poseer una accion maravillosa, la piedra tallada llegó á ser bien pronto un talisman, un amuleto dotado de todas las gracias posibles, y bien entendido, de la de separar el rayo, en virtud del precepto que el rayo no hiere dos veces el mismo objeto, no podía herir .p or segunda vez las piedras que había dejado labradas: non bis in 'iclem. Hoy en Egipto, se encuentrnn aún piedras que tienen inscripciones griegas y egipcias, dibujos simbólicos y que despues de haber servido á los verdaderos héroes para purgar la tierra

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de monstruos reales , s~rvían á sus descendientes para comhatiL· los monstruos imaginarios que ocupaban su imaginacion crédula. Aún hoy, se halla en el Aveyron más de una piedra pulida, más de una punta de sí lex tallado aplicada sobre la puerta de una casa, de donde arroja infaliblemente los malos espíritus; más de un carnero lleva al cuello, como badajo de su campanilla, una piedrn tallada á la cual° se hace un agujero al ef!3cto, y que preserva todo el rebaño de la morriña. Cuando un aldeano cree el ganado enformo, no juzga al veterinal'io necesario, y la piedra que guarda religiosamente en su viejo guarclaropa ele nogal esculpido, sirve bien pronto, puesto que la sumergirá en el agua que el ganado ha ele beber y conjura el mal aire que le amenaza. Lo que se hace ahora con los carnerns se hizo con Pitágoras cuando fné á Creta: estaba faLigado del viaje y para purificarle le pusieron en el agua hirviendo que_ le estaba destinada una pieelra ele rayo; Porfirio nos lo afirma. El ejemplo procede á menudo ele lo alto: y M. Emile Cartailhac, en una interesante monografía (1 ), nos recuerda la curiosa inscripcion que acompañaba una pequeña hacha pulimentada, en el Museo de Nancy: Piedra nefrítica. que ha siclo regalaela á Jlonseiíor el príncipe Francisco de Lorena, obispo · ele Vercltin, por M. ele Marche vi lle, embajaclo1· clel rey ele Francia en Constantinopla, cerca elel gran seFíor, á sii vuelta ele la clicha Constantir1,Jp[a, la cual lletaela en el brazo ó sobre lo s 1·i1iones, p1'eserva del mal ele pieelra como la experiencia lo hace -oer eliariamente. Esta preciosa inscripcion , cuyo original se perdió desgraciadamente durante la guerra, lrn podido ser hallada ele nuevo en el catálogo. , El rosario que _ representamos , y que se vera en uno de los esLantes de la exposicion de ciencias antropológicas, muestra de qué virtudes, la misma religion, no tenía escrúpulo en dotar las armas de nuestros antecesores. Por pueriles que parezcan estas prácticas, tienen clespues de todo un valor muy apreciable para los ankopólogos y la filosofí a . Sirven de division entre la corriente que proclúcen hoy los espíritus elevados y los primeros escalones de la civilizacion. ros hacen comprender mejor el valor de los dientes de

(1) La edad de pied1·a en los 1·ect'.e1"dos 1J Sttpel'sticionea populal'es, por Emilio Castailhac. Rernwald, 1877.


LA NATURALEZA

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tiburon, de las vértebras de serpientes que los h abitantes de la Oceanía suspenden hoy á su cuello; nos permite~ apreciar cómo cierta época remota, que puede ser el punto de partida ó de llegada, la cadena de los progresos del espíritu humano no está interrumpida , y cómo los fenómenos geológ icos actuales nos permiten comprender los que se han realiz ado en el pasado

y de los cuales no vemos hoy sino el efecto, estos fenómenos morales contemporá neos, nos permiten h acer revivir el pens a miento de las poblaciones que nos han precedido. En es+,o, la historia de las preocupaciones está siempre llena de interes. ( Se continuará.) ~

Fig. !.-Aparato de gas hidrógeno de M. H enry Giífard

Fig . '2 -Paseo p, r la parte su p3rior del ghb o cautivo, e je0u,aclo a l princ· 1J io ele su iníla·ni enlo.-Se ve en el ce ntro la tienda de campaña que protege la vá lvula superior. \Tomado del natural, por A lberto Tissandier).

GRAN GLOBO CAUTIVO DE M. HENRY GIFFARD. (Continuacion.-Véasc n. 0 88, pág. 183.)

El inflamiento del g ran globo · cautivo se comenzó el 11 de Julio á las tres de la tarde; se terminó en tres dias seg un h abía peevisto M. I-Ien-

r y Giffard . Para pr~ducir los 25. 000 metros cúbicos de hidrógeno puro que encierra el aeróstata, se han consumido 180.000 ki log ramos de ácido s ulfúrico, á 52° (ácido de las cámaras de plomo) y cerca de 80.000 kilogramos de lim aduras de hierro.


LA NATURALEZA El aparato de fabricacion continua que ha construido M. Giffard, funcionó sin interrupcion con una precision, una regularidad, que excitaron con justo motivo la aclmiracion de todos los hombres competentes. El infl am iento fué empezado por M. Giffard y continuado por M. Oorot, ingeniero de la casa Fland y Oohendet. El aparato está representado en la fig. 1. Está basado en la reaccion de produccion del hidróge no por el ácido sulfúrico y el hi erro. Toneles de plomo llenos de ácido sulfúrico, llegaban sucesiva y continuamente al sitio de infla miento; estos toneles arrojan su contenido en un receptáculo k; el ácido sulfúrico llega por un tubo subterráneo á la fuente circular F y se eleva por medio de un inyector Giffard á la

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fuente superior Q. Este depósito se hace de este modo una fuente permanente de ácido sulfúrico. Una vez explicada esta primera fase de la operacion, véase cómo funciona el aparato. El ácido sulfúrico llega por un conducto de plomo al receptáculo M', el agua de la poblacion al receptáculo M, colocado al lado del preceden te. Los dos líquidos pasan de ahí á dos pequeños receptáculos de arqueta, donde es fácil regularizar el gasto, pues se mezclan al cáer juntos por un tubo vertical y penetran en la parte inferior del generador A. Esté generador se llena sin cesar de limaduras de hierro por medio del cilindro D . L a tapa O del generador s~ eleva para-dar paso á las limaduras ele hierro, y se haja durante la reaccion; esta tapa obtura

SOUVENlR

DE MON ASCENSION

DANS LE GRAND BALLON CAPTIF A VAPEUR

Reverso.

Anverso. Fig. 3 .-Medalla conmemorativa de las ascensiones.

el aparato por medio de un sistema de cierre hidráulico . El sulfato de hierro en disolucion, residuo de la preparacion del gas , sale sin cesar por medio de un tubo· en U, por el cual corre. El hidrógeno que se desarroll a, atrav iesa sucesivamente el lavador de agua R, el clasificador de cal S, el refrigerante T, el cilindro U, donde abandona los polvos de cal arrastrados, el contador del gasto V; se escapa por la llave r' y circula por el tubo de infla miento para penetrar en el seno del aeróstata. La llave r sirve para recoger una pequeña cantidad para los ensayos. Entre las dos llaves 7' y r' hay una válvula de seguridad. El generador en ·que se produce la reaccion está provisto interiormente de gruesas hojas de plomo, estando ligeramente calentados por va-

por de agua , el agua y él ácido á ntes de atravesar las limaduras ele hierro. El inflamiento del globo caut ivo quedó terminado el 14 de Julio á las siete de la tarde, en presencia de una muchedumbre inmensa, atraída por la grandeza y lo extraño del espectáculo. La maniobra del globo, de la red, de los sacos de lastre fué operada con gran precision por los aeronautas que ha escogido M. Giffard para dirigir el servicio de las ascensiones cautivas, MM. Eugenio y Julio Godard y Camilo de Artois, ayudados por M. Dardaud. Durante el infl amiento, la red del aeróstata estaba provista ele cuerdas en el ecuador que la mantenían en una posicion regular: una vez que la parte superior de la esfera dominó la superficie del suelo, se fijó á todas las mallas una


LA NATURALEZA serie de ganchos provistos de cordeles que se E s ele cobre dorado y constituye un objeto de ramifican á cuerdas verticales que tienen s us arto (fig. 3). L a composiciones debida áMM . E. a travesaños. A medida que el aeróstata se infla, Desjardins-Lieur hijos y vi ucla Pradeau, el se ligaba á cada atravesaño un lastre de arena. grabado á M. Trottin . A fln que la m a niobra se opernse regularmente, ( Se co11tinua.rá.) los atravesaños estaban pintados alternativamente de blanco y neg ro. Los hombres encargados de la rnaniobra y colocados en cada cuerLOS FRENOS CONTINUOS. da, podían así bajar a l mismo tiempo y regularmente, los sacos de lastre al t iempo y á meFRENO ELÉCTRICO, FRENO DE VACÍO. dida que la esfera se elevaba por encima del s uelo . La Compañía ele caminos· de hierro del Norte Las cuerdas de inflamiento rodeaban el ae- ele Franci a , ha proseguido recientemente interóstata; era n en núm ero de 74; tení a n 35 me- resantes estudios sobre la in stalacio n de los fretros ele largo y se hallaban unidas á las mallas nos; h a experimentado los tipos nuevos que ele la red. Rac imos de sacos ele lastre estaba n permiten al mecánico dirigir á la vez por una s uspendidos á todas estas cuerdas; por otra par- simple maniobra todos los frenos de los vehíte, las cuerdas del ecuador, en número de seis, c ulos de s u tren, y detenerlos asi mismo rápidaestaban ligadas oblicuamente á anillos fijos en mente en presencia de un obstáculo imprevisto. muros de m ampostería que forman en ~l recin- Se ha conseguido la seguridad de una manera to u n círculo de 80 metros ele diámetro . A me- eficaz, se h a facilitado tamb ien la explosion cordida que el globo se elevaba, era necesario a u- riente, disminuyendo el t iempo de detencion. mentar el número de sacos ele lastee, q ue a l Hasta ahora los frenos de mano han sido los fin a l do la operacion pasaba ele 'l.600. Cada saco que más frecuentemente se han empleado, depesa 1.5 kilogramos . bie ndo maniobrar por la voluntad de los conDurante el inflamiento se podía, en varios ductores y los agentes de los trenes bajo la diperíodos, subie á la parte s uperior del aerósta- reccion del mecánico, pero esta operacion es ta, ejecutan do la ascencion por medio de las siemp re un po co lenta é incierta; el empleo de m allas ele la red como por una escala de cuerda. un freno continuo que actúa inmediatamente Muchas de estas expediciones eran necesarias sobee todas las ruedas de los vehículos , presenpara asegurarse que los puntos marcados pré- ta evide ntemente garantías de segurida d y de viame nte en la red y en el g lobo comun icaban rapidez de accio n mucho más considerables. bien entre si. Al final del inflam iento , se a nda - Así es que se h a procurado, clespues de mucho ba por la parte superior del g lobo, extendido tiempo, obtener un freno continuo realmente como una tripa de tambor, pero al prin cipio do práctico, y se han e nsayado muchos tipo,; muy la ·operacion la tola no estaba a ún distendida cli:!;tintos ; pero ning uno h a tenido un éx ito compor la presion del gas, ofreciendo una resisten- pleto, y entre ellos, el freno Newall, es el único cia muelle como una cama de plumas, y el peso que se emplea aú n hoy. Este freno no realiírn de un hombre formaba en ella una profunda. por consiguiente todas las cualidades que pueclcprcsi on. L a fi g ura adjunta (fig . 2), representa den esperarse de un freno continuo ; se limita una ele estas excursiones aerostáticas ele un nue- aún, úpesar delos inconvenientes desemejante vo género que se han hecho al principio del in- disposicion, á transmitfr un esfuerzo mecánico fiamiento . Un hombre tomaba las proporciones por el largo ele un árbol rígido que reina en la ae una mosca en la cúspide de esa naranja in- longitud de un g rupo de tres ó cuatro vehícumensa que excita hoy la admiracio n ele todo los ó m ás . Se obtiene la continuidad de este árParís. bol entre dos wagones por ganchos de union de Todas las fases s ucesivas del inflamiento h an atravesaños que p ermiten el movimiento de un siclo reproducidas por medio de la fotografía, wagon con relacion al oteo. El á rbol se pone en por M. Dagron, á quien se deben las maravillo- 1 movimiento por la subida de un contrapeso dissas películas microscópicas ele los despachos del puesto en el furgon de delante; la fuerza de sitio de París . rotacion se transmite en segu ida á los trozos Los viajeros que ejecuten ascensio nes cauti - sucesivos bajo los diferentes ve hículos del g rupo vas, recibirán á título de g racia un a medalla y hace caer en cada uno de ellos un contrapeso, conmemorativa de su ascension. Esta medalla cuya caida aplica contra las lla ntas de las ruedas puede considei'arse como un títu lo ele aero n auta. los topes del freno ele este vehículo. El contra-


LA NATURALEZA . peso del furgon de clelan te, cuya caída determina el movimiento inicial del árbol, le hace caer el conductor colocado en el furgon; puede ser tambien regido por el mecánico por medio de una cuerda cuya extremidad te1·mina en la plataforma ele la máquina. Este freno constituye un peogreso considerable sobre los que se han empleado antes que él; M. Petit había emprendido ya con este objeto experimentos comparativos en 1865, y deteniendo un 38 por 100 del peso total del tren, pudo parar despues de un trayecto de 1100 metros sobre rails secos, en una pendiente de om,035 cerca del recodo de Pontoise, un tren animado de una velocidad de 75 kilómetros por hora. Este es un resultado importante en consideracion al cual este freno ha sido aplicado y lo es aún hoy en la mayor parte de los e:x:p1·ess ele la Compañía del Norte ele Francia; pero no puede negarse, sin embargo que esta transmision mecánica era un poco imperfecta, pues somete al árbol rígido á esfuerzos ele torsion que destruyen gran parte de la fuerza motora; en fin, el mecánico no po~lía detener la accio n del freno clespu·e s de haberlo puesto en movimiento; era necesario remontar á mano los ·contrapesos, los distintos contrapesos para separar los topes y poner de nuevo las cosas en la situacion anterior. e procuró, pues, transmitir la fuerza motora por intermediarios que no absorbieran tanto la fuerza motriz; tales son, por ejemplo, el aire comprimido 6 rarificado, la presion hidráulica, la electricidad. Bastaría en ese caso que el mecánico hiciera girar una llave 6 un conmutador para determinar inmediatamente el cierre de todos los frenos ele los · wagones que cond:ice un tren. Las dificultades de ejecucion habían impedido hasta el presente la realizacion de esta idea, y es necesario no olvidar, por otra parte, que tiende á sobrecargar las lo comotoras de aparatos nuevos y delicados, fáciles de desordenarse, y que la composicion ele los trenes está considerablemente restringida, pues se hace imposible poner en un mismo tren wagones que tengan frenos continuos ele tipos diferentes. Como quiera que sea, los frenos continuos peesentan, bajo el punlo de vista de la seguridad y áun de la explotacion corriente, tales ventajas, que no se dudará el emplearlos en g rande, puesto que se harán realmente prácticos. Los distinguidos ingenieros de la Compañía del Jorte ele Francia han tomado la iniciativa en sus estudios é investigaciones, y ensayan actualmente modos de transmision diversos que han dado todo_s buenos resultados: el

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freno eléctrico {sistema Achard) y el freno de vacío (sistema Smith). El freno elécteico, aplicado á un tren de ensayo, circula en líneas de distritos donde las estaciones están muy aproximadas y exigen detenciones frecuentes. La disposicion actual está representada en la fig. 1. Un electro iman está encerrado en el interior del disco E, Hjo en el árbol B, que recibe el movimiento c).el eje A, por el intermedio de las piezas frotan tes D y C. Dos manguitos F envuelven el árbol y terminan por dos planchas metálicas verticales á derecha é izquierda del disco E. A estas planchas están fijas, por el anillo G, las extremidades de las cadenas que rigen los topes del freno. Mientras la corriente no es transmitida al interior del electro-imán, este no ejerce accion a lguna sobre las planchas metálicas; estas permanecen inmóviles á pesar de la rotacion del árbol B, y no tiran de las cadenas. En cuanto se establece la corriente, el electro-imán atrae hácia sí las planchas del man g uito, las aplica contra los dos juegos del disco E, de donde toman el movimiento, y tiran ele las cadenas de los topes que se enrollan en el árbol B. La aplicacion ele los · topes sobre las llantas, es pues, instantánea, cesa asimismo al interrumpirse la corriente; pero esta rapidez de accion, preciosísima en el caso de peligro urgente, se hace un inconveniente para las detenciones muy frecuentes en las estaciones, ocasionando un choque brusco que hace inclinarse ligeramente á los viajeros; además, el mecánico no puede regularizar el cierre de los frenos, no puede sino cerrarlos 6 abrirlos restableciendo ó interrumpiendo la corriente; le es difícil proporcionar la duracion de accion del freno á la distancia que le queda por recorrer hasta el punto ele detencion. Esta accion un poco brntal constituye á la vez la ventaja y la desventaja de la electricidad; se podría quizá atenuarla en cierta medida por el empleo de un resorte especial que hiciera las funciones de interruptor y que abr.iera automáticamente el freno cuando la presion de los topes pasara d e cierto límite . Pero esta mejora tiene un fun. cionamiento muy delicado. Es necesario añadir á esto que la transmision eléctrica es á veces bien irregular, lo que tiende :i que las diferencias de tension de las pilas produzcan en las corrientes perturhaciones considerables. Además, las soluciones de continuidad que introduce cada vehíc1,1lo en la longitud del tren, constituyen una dificultad muy seria. Basta que las extremidades de los hilos no estén siempre en completo contacto, que estén sepa- .


LA NATURALEZA

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rados por un poco de polvo ó de arena, para impedir toda transmision. Por eso M. Achard hizo actuar la electricidad en los primeros ensayos de una manera continua; toda interrupcion de la corriente era entónces fácil de descubrir, porque ponían e n contacto los topes de los frenos, como si el mecánico hiciera maniobrae el conmutador. Debemos, pues, decit·, que los trenes del Norte de Francia están provistos del aparato -eléctrico Prud'homme para asegu rar la comunicacion de los viajeros de primera clase con los conductores; y no se han observado más de cuatro casos por ciento de desgracias, debidos á la inte1-rupcion de la corriente: M. Achard autoriza este resultado , y hace pasar en adelante la corriente en el hilo conductor ele su freno de una manera intermiLente para ponerle en movimiento. l\I. Achard produce la electricidad por medio de dos pilas secunda rias. de M. Planté. Estas pilas están compuestas ele cuatro elementos secundarios de 10 centímetros de diámetro, man-

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él la palanca E que obra sobre las palancas I de . los topes K de las ruedas de delante y detras. Se ve fácilmente en la figura que el movimiento de contr.accion del saco tiende á aplicar estos topes sobre las ll antas. El aire contenido en el saco es aspirado por un tubo de caoutchouc adaptado en el fondo inmóvil O, como lo indica la figura. Este tubo est:i unido á un ·conducto metálico que conduce el aire hasta el aspiraclo1\ donde se produce la aspiracion. Este aparato, representado en la figura 3, es una especie de botella de bronce, cuya disposicion recuerda en cierto modo la de los inyectores Giffard. El vapor penetra por el tubo lateral A, se reparte por el interior de la botella alrededor del tubo central F y se escapa pasando por el espacio anular comprendido entre las paredes del tubo y las de la botella. Determina así la atraccion del aire contenido en el tubo F, la presion disminuye poco á poco y

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'-A---JL..c_¡¡..----------,---....¡L_c_,!PJ Fig. 1.-Freno eléctrico, sistema Achard. Fig.2. -Freno á vacío, sistema Smith. tenidos en una carga por tres elementos de sulfato de cobre. Una de estas pilas está dispuesta en el primer furgon y otra en el último. la válvula S es elevada por la accio_n del aire En el sistema Smith, el cierre de los topes es que llega por el tubo D. El aire así atraído se determinado por la variacion del fondo móvil mezcla con el vapor, y la corriente que se esde un saco de caoutchoue, en cuyo interior se ' capa del aspirador va á perderse en la atmósfehace el vacío. Este saco se contrae bajo la ac- ra. La depresion se hace sentir poco á poco en cion de la presion atmosférica; el fondo mó- toda la longitud del tubo metálico, despues en vil D (fig. 2), se aproxima al otro fondo O fijo á el interior de los sacos de caoutuhouc que se las paredes del vehículo. El aparato ele trans- comprimen y cierran los frenos como hemos mision debe a lgo de su accion al freno de_mano dicho há poco. que se instala separadamente. Este freno ele maUna vez así, se detiene la corriente de vapor, no se ha conservado á pesar del freno de vacío, la válvula vuelve á caerá su sitio, y como obá fin de que puedan aplicarse los topes aún en tura exactamente el tubo, el vacío se mantiene los casos de accidentes que paralizaran á este en el interior de los sacos, y los frenos permaúltimo. Por otrn parte, los dos mecanismos pue - necen cerrados, hasta que se vuelve á reintroden funcionar separadamente sin estorbarse ducir el aire. Se ve en la figura que el aspiramutuamente. dor está constrnido por la reunion de dos boteEl movimiento del fondo D arrastra la pa- llas aná logas, sirviendo la primera para hacer lanca OH por el intermedio de las piezas P y R. el vacío en los sacos que rigen los frenos en el El árbol del freno O gira sobre sí mismo y con ténder de la máquina; la segunda aspira el aire


LA NATURALEZA de un tubo que reina en toda la longitud del tren, y que comunica con los sacos de los diversos vehículos. Se puede tambien dejar de hacer esta division y dejar actuar el doble tubo sobre el conjunto del pilar. La comunicacion del tubo de un wagon con el siguiente, se obtiene por dos tubos de caoutchouc con dos comunicadores de bronce unidos uno á otro y sostenidos bajo la accion de un resorte. Dos manómetros indicadores del vacío, fijos en la pantalla del mecánico, comunican con el t ubo del ténder y el del tren, y permiten así juzgar de la intensidad del cierre. Una válvula de mano permanece aplicable bajo la accion de la presion atmosférica sobre el orificio del tubo Coupe verticale

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rato gracias al cual los agentes del tren y los de la vía pueden poner en movimiento el freno sin la intervencion del maquinista. Una disposicion semejante aumentará aún mucho más la seguridad en el servicio corriente ; extendido y perfeccionado, podría, en ciertos casos, impedir los choques en las líneas de una vía única. Para poner en movimiento el freno del interior de los coches ó de los furgones, bastará utilizar la comunicacion eléctrica establecida en toda la longitud del tren, y se determinará así la produccion de una corriente que se transmitirá hasta la máquina y abrirá la válvula de admision que rige el freno. Se puede igual.m ente hacer recorrer esta corriente diversos recodos,

Vue extérteut-e .

I

B

Fig. 3.-Aspirador del freno á vacío.

de descierre; basta elevarla ligeramente para admitir el aire en el interior de los sacos y abrir los frenos. Los experimentos actualmente en vía de ejecucion sobre el camino del Norte de Francia han demostrado que las disposiciones de detalle del aspirador tienen una gran influencia sobre el grado de vacío obtenido. Se obtiene fácilmente una depresion de Qm,50 de mercurio, haciendo actuar el vapor durante 4 á 6 segundos, pudiendo detener así un tren de 12 coches que posea una velocidad de 65 kilómetros, despues de un trayecto de 250 metros sobre rails secos. Terminaremos esta descripcion del freno á vacío ocupándonos del elevador automático dispuesto por MM. Delebecque et Banderali, apa-

Fig. 4 -Aparato de elevacion de MM. De\ebecque et Banderali.

y conducirla á la máquina así que pase por ciertos puntos determinados de la vía. El procedimiento empleado aquí no es sino una aplicacion de un mecanismo de que han sacado partido MM. Lartigue et Forest para hacer accionar un silbato que se hace oir y despierta la atencion del maquinista. La corriente eléctrica eleva la palanca que abre la admision de vapor en el aspirador y determina así el funcionamiento del freno á vacío. Se han establecido contactos fijos formados por atravesaños de madera encubiertos de hojas metálicas en las paradas á distancia conveniente de los recodos y se les ha ligado entre sí por hilos conductores. La máquina tiene en su parte inferior una brocha metálica que va á frotar contra las hojas metálicas y completa el circuito eléctrico. La corriente así transmitida llega hasta la caja del silbato Lartigue et Forest. Allí,


218

LA NÁTURALEZA

recorre un electro-imán, y hace accionar lapalanca que rige la valvula de la salida del vapor. El aparato representado en la fig. 4 está así dispuesto: el vapor es admitido continuamente en el tubo A, su presion aplica la válvula J contra su sitio y cierra toda comunicacion con el sil hato. La válvula J está regida por el tallo ED ligado á PV; esta palanca de hierro dulce permanece aplicada contra el tubo metálico de la bobina B, bajo lo accion del iman H, á pesar de la fuerza del resorte R que tiende á separarla. La válvula J permanece cerrada miéntras no se transmite coniente eléctrica. En cuanto la corriente pasa á la bobina, contrabalanza la atraccion del imán en virtud del sentido de la espiral del hilo; entónces, el resorte R vuelve á adquirir su accion y di rige la palanca hácia la derecha. La válvula J está abierta y el vapor llega hasta el silbato. El movimiento creado por la accion de la corriente se utiliza para la caida de la palanca F que rige la válvula de admision del vapor en el aspirador. El tallo NE, es solicitado hácia la derecha y arrastea consigo la maní vela OG. La pal anca F, que reposa sobre la escotadura de cletras ele esta manivela, cae entónces, bajo la accion de un contrapeso, en la ranura vertical I, practicada en la pantalla de la máquina. Para detener la salida de vapor, el maquinista eleva á mano la palanca F y la vuelve á colocar en la escotadura de la manivela OG. El résultado así obtenido es muy notable , y no necesitamos insistir sobre el gran interes que presenta, puesto que la transmision de una simple corriente eléctrica puede detener el tren bajo la accion de los viajeros, de los agentes del tren ó de los de la vía; M. BanderaN hace éntrever otra mejora; como anuncia en una comunicacion á la Sociedad de Ingenieros civiles de Francia, se podrá quizá dentro de poco permitirá un tren protegerse él mismo y constituir un sistema de blocks completo, estableciendo transmisiones de corriente, gracias á las cuales un tren que se halle en una seccion dada ele la vía, detendría necesariamente todos los teenes que quisieran entrar en la misma seccion. Tqvestigaciones semejantes interesan altamente la seguridad de los viajerns, y nuestros lectores aplaudirán con- satisfaccion el espíritu de iniciativa y de progreso de los eminentes ingenieros que las han emprendido.

MICRO-TASÍNIETRO DE EDISON. La última de las invenciones de M. Edison , la más interesante quizá para los físicos, es su micro-tasímetro ó medidor de presiones infinitesimales. La termopila, hasta el presente colocada en primera línea entre los indicadores delicados de cambios de temperatura, debe eh adelante co locarse en rango inferior, y el radiómetrn, ese regulador de la más insignificante ele las fuerzas, debe ceder el sitio á un instmmento que puede pesar la fuerza. El instrumento se compone esencialmente de una tableta rígida ele hi erro, para sostener el boton de carbon que está colocado e ntre dos superficies ele platino, ele las cuales una es móvil, la otra fija, y de un apéndice para sostener el objeto que debe someterse al experimento , de tal suerte, que la presion resultante de la dilatacion del objeto actúe sobre el boton de carbon. Dos soportes sólidos se elevan sobre la tableta rígida. Un disco ele vulcanita (ca0utchouc vulcanizado) está sostenido contra uno de los soportes por un tornillo de platino cuya cabeza entra en una cavidad circular en el centro del disco. El boton de carbon está colocado en esta cavidad y en contacto con la cabeza del tornillo. Sobre la cara exterior del boton hay un disco de una hoja de platino que está en comunicacion eléctrica con la pila. Un pié metálico est:"t colocado en contacto con el disco de platino para recibir la extremidad de la pieza, de cualquier materia, que debe hacer maniobrá1• el instrumento . E l segu ndo soporte está á unas cinco pulgadas del primero, está provisto de un tornillo que tiene un segundo pié, siendo entre estos dos piés donde se coloca la pieza ele la sustancia cuya dilatabilidad quiere conocerse. El primer soporte está en comunicacion eléctrica con un galvanómetro y el galvanómetro comunica con la pila. El pedazo de sustancia -sobre que se expel'imenta es sometido á una pequeña presion inicial que hace desviar á algunos grados del punto neutro la aguja del galvanómetro . Cuando la aguja adquiere el reposo s_e anota su posicion. La más ligera dilatacion 6 contraccion subsiguiente ele la sustancia, será indicada por el movimiento de la aguja del galvanómetro. Una tira delgada de caoutchouc endurecido, colocada en el instrum<:;nto, muestra una sensibilidad extrema; es dilatada por el calor de la


LA NATURALEZA mano, hasta el punto que hace desviar muchos grados la ag uj a de un galva nómetro de los más ordinarios, sobre el cual no puede ejercer influe n cia alg un a la termopila colocada muy cerca de un hierro calentado al rojo. La mano en este experimento se coloca á alg un as pulgadas de la tim de caoutcl~ouc. Una pieza de mica es sens iblemente influida por el ca lor de la mano, y una tira de gelatina es dilatada al instante por la humedad de un pedazo de papel mojado, sostenido á una distancia de dos ó tres pulgadas. Para estos experimen tos, el instrumento se dispo ne como hemos descrito; pero para operacio nes más delicadas, se pone en comunicacion con un galvanómetro-reflector de Thomson, y la corriente es regularizada por un puente de \iVheatstone con reostaro, de manera que la resistencia de los dos lados del galvanómetro esté igualada , y que el rayo luminoso que viene rlel reflector caiga sobre el cero de la escala. E l boton de carbon puede compararse á una válvula , puesto que cuando es comprimido en el menor g rado, su conductibilidad eléctrica está aumentada, y cuando se le permite dilatarse, pierde en parte s u poder conductor. El calor de la mano, puesta á seis ú och'o pulgadas de un a tira de vulcanita colocada en el instrumento, cuando está dispuesto como hemos dicho h á poco , es s uficiente para hacer desviar el espejo del galvanómetro, con el fin de co nducir el rayo luminoso completamente fuera de la escala. Un cuerpo frio colocado cerca del cao utchouc vulcanizado vuelve el fascículo luminoso en direcoion opuesta. "Gna presion inapreciable, y que no pueden acusar los otros instrumentos, es indicada distinta mente por este instrumento. El profesor Edison propone hacer la aplicacion de principio de este instrumento á un sin número de aparatos para obte~er termómetros, barómetros é hi g rómetros de una delicadeza incompa r able. Espera ll egar i medir el calor de las estrellas y la luz del sol-.

OBSERVACIONES ~IETEOROLÓGICAS EN GLOBO. VIAJES AÉREOS DEL

30

DE JU~!O Y DEL

7

DE JULIO DE

187S .

Antes de proceder al inflamiento del gran globo cautivo á vapor, :IYI. Henry Giffard hizo func ionar en el patio de las Tullerías su aparato de produccion de hidrógeno en dos períodos distintos, y para determinar la densidad del gas producido, llenó en cada operacion un pequeño aeróstata de 400 m tros cúb icos.

219

cuyo peso era conocido. Una vez lleno el pequeño globo, lo cual se hizo en ~5 minutos, no faltaba si.no soltarle en la atmósfera para determinar exactamente su fuerza ascensional. La primera ascension se hizo el 30 de Junio, por :M:. Jules Goclard y por M . Gaston Tissanclier; la segunda el 7 tle Julio por lVI. Albert Tissanclier y M. W, ele Fornielle, á quienes ofreció M. Giffar la hospitalidad en las altas regiones . Este segundo viaje aéreo fur\ ejecutado como el del 30 ele Junio, para ensayar el nuevo aparato de gas hid rógeno in,entado por M. G iffarcl .para el inflamiento de su gran globo cautivo que ha ohteniclo tan gran éxito en el patio de las Tullerias. El viaje ejecu tado el 30 de Junio está r epr esentado por el diagrama adjunto (fig. l). El trazado del ,iajP muestra que el viento ele tierra soplaba del NO., mientra que el viento superior Yenía del SO. Vapores muy ligeros se hallaban suspendidos 1t una altura de 300 metros. El diagrama da tnmbien las temperatura~. Hé aquí la relacion que hace A lbPrt Tissandier drl segundo viaje de 7 de ,Julio: <<A las seis y treinta minutos de la tarde partimos con M. W. de Fornielle; el sol, medio velado por la s nubes, nos permitió hacei· algunas observaciones interesantes con el fin de demostrar de nnR manera Jfü\ ~ cierta ]a curiosa influencia ele las aguas y ele los bosques sobre la temperatura á- una altura variable entrf' 00 y ] .500 metros. Al partir del patio ele las Tullerías ~¡, las seis r treinta minutos ele la tarde, el termómetro centígrado, marcaba 23º. Nos sentíamos elevar poco á poco y cuando nuestro globo pasaba por encima de Ohenevieres y <le las numerosas vueltas del iiarne :\ 600 metros ele altma, no marcaba .,a sino 15º. Alguuos molllentos despues venía. de la tierra un aire fuerte; el bosque de Armanvilüers estaba á nuestro. piés y nos enviaba su frescura hasta la eleYacion ele 600 metro ; entónccs sólo marcaba el termómetro 13°. :i>El crepúscnlo empezaba á extenderse; nubes ele forma fant.ística ocultaban el sol como pam atenuar el brillo ele s us últimos rayos, y un inmenso reflejo rojo cnbría la tierra; la ciudad de Tournan, el gran estanque del parque de los Larochefoucault resplandecía.n de una manera extraordinaria y hasta los últimos límites del horizonte todo parecía iluminado por fuegos ele Bengala ele los colores más vi vos . Del lado contrario á la postura del sol, un espectáculo aún más asombroso se ofrecía á nuestros ojos; era un inmenso cú11mlus r esplanclcciente, cuya base parecía apoyarsp en la capa ele vapores situados á 800 metros ele altura. La cima ele esta nube g igantesca iluminada por lo. rayos del sol, parecía adquirir una altura de 1.500 metros por encima ele nuestras cabezas y estaba atravesada por bandas de cúm1thts mamelonados que formaban parte de la segunda capa de nubes como indica nuestra curva. Una especie de caverna de asombrosas proporciones formada sin duda por la sombra producida por las masas de vapores, unas contra otras, parecía atravesar la base de este cúmitlus y le daba la apariencia ele un monumento colosal. Los iceberg del polo


LA NA'l'URALEZA

22ó

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Fig. 1.-Diagt·ama de la ascension aerostática de 30 de Junio de '1 878.

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Fig. 2.-Diagrama de la ascension aerostática del 7 del Julio de 1878.

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LA

ATURALEZA

aislados en medio de los mares glaciales, pueden sólo dar una idea de esta formidable acumulacion ele vapores. Este cúmufos conservó su forma casi durante toda la duracion de nuestro viaje, pero cuando los últimos rayos del sol poniente fueron velados por las

221

brumas que le envolvían, se produjo entónces una especie de descuaje general de aquella nube aclmirable, y en poco tiempo la vimos redncirse sobre la capa de vapor de donde veníamos (800 metros) . ))Despnes Je nuestro descenso, supimos que había

Fig. 3.-Ascension del 7 de. Julio ele 1878.-Nube Je 1.500 metros de alto, observada á la altura de 1. 200 metl'Os, (Del natural, por Albert Tissandier.)

llovido en los alrededores, mttchos reflejos habían áclarado tambien el horizonte en aquel momento, de modo que podíamos ercer que el cúmulus gigantesco era 1m receptáculo de lluvia y su pronta desaparicion encima

de la primera capa de nubes parecía explicar la tormenta que cayó en aquel momento. ))Dnrante nuestro viaje, tuvimos tres capas ele nubes bien distintas: una á 800 metros, otra situada con


222

LA NATURALEZA

seguridad ti. 2.000 metros, y en fiu, los cirnt.s que parecían· más elevados, á unos 3.000 metros. La misma corriente aérea impelía esta masa de vapores en toda su altura: »A las ocho y quince minutos descendimos eu Breuil, situado á tres kilómetros de Bózoy en Bric.)) Este viaje, como ha podido notarse, ha ofrecido á . la obsen,acion un hecho de-los m,1s interesantes, el do un cúrnulus de dimension es extraordinarias. No dudamos que el gran globo cautivo ofrecerá á menudo á los exploradores cuadros análogos al que pnblicamos, reservados basta ahora á los aeronautas.

POZO FUNERARIO CERCA DE AGEN (LOT-E'f-GAllONNJJ: 1 FRANCIA).

S e ha descubierto en el sitio llamado Concche, en la meseta del Ermitaño, cerca de Agen,

~m pozo funerario que ha sido registrado por el propietari0 del terreno Pedro Donnandieu. Este pozo, cuyo ancho es de un metro y la profundidad de 11, es circular y el fondo se termina en punta. Sus paredes están fori:nadas por ca ntos rodados de mediano grosor, superpuestos y yustapuestos sin mezcla, forman(lo en todo un muro de ow,90 de espesor. Las capas superiol'es estaban compuestas de tierl'a vegetal y de restos insignificantes formando un simple relleno. A partir de 6 á 7 metros, las infiltrnciones de agua habían penétrado las capas superspuestas, que encerraban gran cantidad de cenizas y las habían teansformado en un fango cenagoso. En razon de esta circunstancia, las excavaciones, que po·r otra parte no han sido suficientemente vigiladas, no podí a n hacerse con mucho método. Se han extraído del pozo, confundidas, UJ.?aS quince c~tbezas de cabras y once cabezas de vacas ó bueyes pertenecie ntes á una pequeña raza. Estas ú!Limas tenían todas huellas de golpe de maza en el cráneo, -como se opera en los mataderos fran• ceses. En el fondo yacían tres ánforas cuyas panzas estaban intactas. Una de ellas mide l•n ,40 de alto, con el cuello cuyos restos se han recogido. El descubrimiento más importante es el ele un casco de hierro que contiene un cráneo hum a no. Tiene la forma más simple de las galeas de los legionarios romanos. La cimeea, cilíncll'ica, adornada con dos rodelas, está perforada en el centro, lo que indica que un penacho debía fijarse en él. Este casco se ha encontrade á un_a profun lidad de 8 metros. Se ha extraído tambien de la misma capa un cuchillo de hierro de

una conservacion admirable (loi1gitud total 0•~,30, ancho de la hoja Ü"',035 ) cuyo mango casi cilíndrico (0m,08 de largo, diámetro om,H) tiene dos láminas ele cuerno en ambos lados. Este mango no tiene más adorno que un signo frecuentemente aplicado á los objetos galos: pequeños redondeles con un punto en el centro . Cerca del cuchillo se hallaba una·lanza de hierro (largo total Ü"',26). Está provista de un regaton y afecta la forma de una hoja de sauce con un ensanchamiento en la base. Un segundo cráneo se ha hallado tambien [t una gran profundidad. · Los otros objetos más interesantes que se han extraído son: una lámpara de cristal cocido , cuya base está adornada de perlas; ·u n frasco ele cristal de pariza cuadrada, que se rompió desgraciadamente despues de haberse retirado intacto ; fragmentos de vasijas de tierra gris, de cubierta n egra, de bello gálibo y de un grano muy Lino. Los restos del ánfoea han suministrado cua• · fro nombres de alfarería; MPORC;-C. IVNI ; -SEXTATI (impresion aplicada sobre la parte alta de la panza); ODEL (impresion aplicada en la parte baja del asa en su punto de union ). Estos diversos objetos han sido adquieidos por el celo de M. Aunac, para el :M useo de A.gen.

MISCELANEA. Envenamiento por el óxido de carbono.- Uno Je los fisiólogos frauces-es m:ís distinguidos, el doctor Grehant, ha iuvestigaelo la causa ele la muerte de los animales colocados en las atm,úsferas á las que se añaJe una pequeñísima cantidad de é>xido de carbono. Sn concl nsion es que el pulmon obra como un analizador de los mús Jelicados. Por una verdadera seleccion absorbe las moléculas de gas carbonado y éste ejerce sucesivamente su accion desorganizanto sob re los glóbulos sanguíneos. Resulta ele estos hechos, que el resultaLlo es el mismo que cuando se sumerge un animal por nu in stante en un medio rico en óxido ele carbono, ó largo tiempo en un aire poco cargado de esto cuerpo, pern ¡rnclicndo renovar la provision.

" •• Suécedáneo de la cerusa,-En la sesioll do la

Acade1uia de Ciencias de Paris del 29 de Julio pasado, lvL Phipso11, para reemplazar el blanco ele plomo como pintura al óleo, ha hecho saber que ha tenido la id ea ele recurrir á diversos silicatos, y especialmente á aquellos cuya base es el zinc, la magnesia ó la cal. El resultado no ha correspondido ú lo que esperaba, pero dice que se obtiene un color inuy bueno in-


L A NATURALEZA

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- --- ------- - - - -- - - - - - - -- - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - - -troducien do en el aceite el oxisulfuro de zinc. E l autor señala facilmente las ventaj as de este producto sobre la cerusa, pero no h ace comprender por qué se sustiLuye por el blanco ele zinc 0Tcli11 ario.

:i;..a electricidad atmosférica y la vegetacion.~ Una larga serie ele experimentos ha conducido ú ~I. Grandion á reconocer que en general en los ,frboles y arbustos la cantidad ele electricidad atmosférica es absolutamente 11ula. Como se demuestra al mismo tiempo que á alg un os metros ele distancia fuera del a.brigo vegetal esta electricidad es muy manifiesta, es necesario concluir que es trasegada por la planta y _juega un papel eu la fis iología ele ésta: t al es la conclusion del au tor.

... *

Propiedades de las disoluciones salinas.-Seguu M. Raoul t, profesor de química en la Facultad de ciencias ele Grenoble, existe una relacion simple entre la tensio n ele vapor y el p unto ele cougelacion ele las disolucioues salinas y la proporcion atómica de sal que encierran estas mismas disolucion es. E s un nuevo caso de conexion ele las propiedades fisica!l ele los cuer pos con sus caractéres químicos más ínt imos. * ••

Las a bejas en el ;iardin de aclimatacion de Paris.- Se h a instalado en el j arclin ele aclimatacion un colmenar que r eunil',í. dentro de poco las variedades ele abejas más ftp reciadas; al lado ele la abeja in1¡_.iligena, se verá en adelante la abeja italiana y la abeja : 'cipriota. Estas diversas vari edades están aloj adas en colmenas ele todas clases. L a ant ig ua colmena rústica, formada ele uua cesta, y la colmena de paja, llamada ele casquete, r eprese uta n los sist emas viejos. L as colmenas ele panales movibles, h ace u co nocer los perfeccionamientos m,is in ge niosos. E n éstas, los panales estan absolutamente ind ependientes un os ele otros, ele tal suerte, que el operador puede efectuar todas las manipul aciones posibles sin espantar las abejas y sin molestarlas en su trabajo. U no ele los atractivos ele las colme nas nuevas, es la colmena ele obser vacion de paredes transparentes, en la cual pu ede seguirse á tocias horas el t rabajo ele los insectos . .Al pié de la colmena se ha reuni do todo el pequeño material que sirYe para la explotacion de la miel, y en particular u na Lnrbina para la extraccion, lt1égo un aparato de vapor parn la fuu dicion de la cei·a.

....* Galvanoplastia.-En la mesa ele la Academia J e· Ciencias ele Paris, se h a podido obser Yar en la sesio 11 de 15 de J ulio ele 1878, piezas ele platino que se lrnbiera creído eran ele plata, si el secretario no hubiera dicho que M. Gaiffi las ha obtenido depositando por la accion de la pila sob re el cobre rojo una capa de cobalto. Esta 11ueya conquista ele la galvanoplastia, parece, por ot ra par Lc, deber aplicar se sobre todo al gra-

baclo y su autor ha enviado dos pruebas, tirada la una en una plancha ele cobre orcliu aria y otra en la misma plancha coba1tacla. L a ventaja ele este proceclimienio r eside p rincipalmente en la cluracion del cobalto, que permite una tirada numerosa; y en segnicla que ésta entorpece la plancha, nada h ay más fáril que quitar el cobalto si n alterar en manera algu na el cobre y procecle1' nuevamente á cobaltarle. E l níkel, que b.11 bien se aplica á los metales, no se p resta á estas manipulaciones.

Velocidad de la propagacion de las impresíones nerviosas.-Gracias al empleo de los aparatos cronométricos más perfeccionados y á los métodos gráficos ele que la fis iolqgía ha sacado tan graneles resultados, 1\f.. Chauyeau ha llegado á medir el tiempo necesario para que una excitacion se transmita .por w1 . nervio. Elimina la mayor parte de las causas de errores, haciendo dos experimentos· en dos puntos de un mismo nervio separados por una longitud co11ocida y de ahí concluye la velocidad de la fuerza nerviosa en su ti-ayecto entre los dos puntos . .Analizando rápidamente su trabajo, no encontramos nada que nos deje suponer los resultados numéricos obtenidos por el autor.

....*

Micrófono estetoscópico .-Es sabido que el estetóscopo permite percibir los r uidos producidos por las vísceras en el curso ele sus funciones :fisiológicas. Desde que se ha inventado el micrófo110 se ha pen ado natur almente e11 aplicarle á ese capítulo de la ac1istica méclica; pero un gran mímero ele tentat.ivas hau ido del todo vanas. En la sesion del 15 ele Julio de 1 78 de la Academia de Ciencias, M. Dumoncel anuncia que M . D ucretet ha llegado por fi11 á resoh-er el problema empleando los tambo,·es tan sensibles de l\I. 1\Iarey. El úi;iico defecto que puede imputarse al aparato, es el ele ser demasiado delicado y de transmitir al oido un conjunto de r uido cuya existencia se ignoraba y cuyas causas, por consiguiente, han de aniriguar-e. Puede decirse que este pequeño aparnto abr 1111 cnmpo nuevo .í las inve tigacione de lo, .6 i 'logos y medicos.

....* Bólido.- ,c;,eguu uun ni- 'l d.iri..-id1t ~• lu · ~ull~mi~ Lle Ciencia l' Pnri • por . Laini.profü,mr d~ ool~iio Rollin la ci udad de nancl1es: (l<nmdu), ~"~ cl. ; de Junio :i ln diez d la noohí¾ ~ cl 11,Sp,"<.'hu.~•~l~ "''Nnpre a ombro · d un lnagnifi.oo b'<'\füfo, J•:l llWIK."<il!\lJ npnre ió enLrc In e trdln ofo:r ~- fa <'1 y ~ ~ l'-'. O' mayor. T enin, el l.l"l,l ·fo tfo lllli\ ID' ''t\, dl.l fü~~ _pinfl01!'-mc á In. ' nnl ol b-errnd l' podia ah.Hmi:r , n humu"\\11 aparen te d , 15 · u limo -e " s Q,ll l' l~l:'<.'itl ,mt11 h¼ azulndn muy brillnntl', n miu:clu.\ ~ hmt~ l' maj ·tuo 11, per u frn~ ·t rfa no qu1.~faba U\tU\'l\~l& l~ hu lla a,J rrmrn y 111 l'. Un •iou hm:i ll~l' ~ 'n. fl\ltl~


LA NATURALEZA

224

vientre rojo, por ciertos autores. Las alas infe-

EL BOMBIX MONJE.

riores, con algunos puntos negros en la franj a, son de un color gris ceniciento pálido, con una b a nda transversal oscura en su extremidad. El Los grandes bosques tienen sus enemigos es- corselete es blanco, con tres manchas negras; peciales, que no son siempre los de los jardines el abdómen rosa con incisiones de anillos ney vergeles. Tal es el Bombix monje ó Liparis gros; las antenas del macho muy pectíneas, · mona.cha, Linn; comun sobre todo en el Norte mezcladas de ceniciento y negruzco; las de la de Europa, cuyo gusano despoja á veces los pi- hembra, negras y poco pectíneas. En una varienos de todo su follaje y vive tambien, en Junio dad bastante rara llamada eremita 6 e1·mitaña, y Julio, en las hayas y robles. En Julio y Agos- las líneas negras de las alas superiores se conto se hallan las mal'iposas aplicadas al tronco vierten á veces en bandas bastante largas para de· los árboles; al contrario de los diversos bom- invadir toda la superficie de las alas, y las alas biccs, el macho no vuela de día, á ménos que inferiores son tambien de un color moL·eno neno se le moleste. La mariposa (fig. 1) tiene las gruzco mús ó ménos oscuro. La hembra tiene el abdómen terminado por alas superiores de un color blanco agrisado con oviducto amarillento y córneo, por medio un puntos y cuatro líneas teansversas de zigzag _ pon·e sus huevos entre las hendiduras cual del negrns, que la han hecho llamar el Zig zag de

Fig. 2.-Crisálida, h :cvo8 y gusanos del Bombix monje.

Fig. 1.-Bomb ix monje, mariposa hembra.

de las cortezas. Estos dan pequeños gusanos (fig. 2), que llegan á su talla á la entrada del verano siguiente. Son de un gris blanquizco ó verdoso, con la cabeza velluda y de un color moreno rojizo , y los tubérculos provistos de pelos morenos estrellados y bastante tiesos. El dorso está cubierto por si-tios como por escalones, de una banda de un color moreno con dilataciones. En medio del segundo anillo, esta banda, dilatada un poco en forma de corazon es de un color azul negruzco, y está marcado con dos tubérculos azules. En los anillos 9 y 10, esta banda está ordinariamente marcada con un tubérculo de un color rojo ferruginoso. Además en ésta los costados ofrecen dos series de tubérculos, de los cuales los superiores son m¡curos y los inferiores blanquizcos. Este gusano (fig. 3) permanece á menudo durante el día entre las grietas de las cortezas de los árboles; donde es por lo tanto difícil de aper-

Fig. 3.-Gusano del Bombix monje en una peque• ña rama de pino.

cibirlo, pues se confunde pór su color con las cortezas; en ellas tiene una de esas adaptacio• nes defensivas t a n frecuentes en los insectos. Apénas enlaza algunos tallos frescos con un tejido muy flojo, destinado ásostenersu crisálida contra la corteza, y á menudo sale del ramo suspendido tan solo por las sedas enredadas que le terminan. Esta crisálida (fig. 2), es de un color moreno bronceado reluciente, adornada circularmente de pequeños hacecillos de pelos rosas. Tiene además unos pequeños paquetes de pelos negros en la parte anterior de la cabe• za y dos parecidos en el corselete. Su extremidad anal se termina por un punto negro, cilín· drico y bastante largo, que rodean unos pelos ásperos y torcidos. PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS,

MADRID,-Tipografia Estereotipia PEROJO,


Núm. 41.-7 Setiembre 1878,

LA NATURALEZA

LOS RELOJES NEUMÁTICOS EN L .A. EXPOSICION UNIVERSAL,

Los L'elojes n eu,::n:iti cos (seccio n de Austria-

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Hun gría, sala de máquinas, gr upo XXVI, clase III) constituyen un;:;, inve ncion de las más interesantes entre lo s maravillosos apa ratos de la Exposicion. Dan la hora unilaria ósea la misma á todos los relojes de una pobl acio n , á distancia

RELOJES NEUMÁT WOo .

lle 100 metros, 3.000, !1.000 , lo mismo que á. la de 50. 000 y 100.000 metros. Por otra parte, se han

I instalado hace un año en Viena (AusLl'i a), don- · de se distribuye la hora como entre nosotros el


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LA NATURALEZA

agua y el gas. En fin, la ciudad de ·Paris acaba J vez. Estas dos paetes están unidas automáticade conceder á la Sociedad de Relojes la autori- 1 mente , ele tal suerte, q ue s i la parte que funcio1 zacion para un ensayo público de los l'elojes na se detuviera accidentalmente, la otra entrarfa en seguida en mo vimie nto sin que hubiera neumáticos. Véase el principio en que se fundan: «Una un minuto de suspension · en . la marcha de 'los columna de aire encerrada en un tubo con una relojes. Puede uno con vencerse en una visita á, la Extension dada, si recibe una presion ó una fuer:. za transmite inmediatamente esa presion en posicion, ·que el efecto se produce en todos los todos sentidos y hasta las superficies más sepa- relojes á la vez á 2.000 y 4.000 metros y más; la clifeeencia no ll ega en ellos á un segundo; es, radas. i i Pero es necesúio que el aire comprimido, pues, una diferencia inapreciable para el ojo despues ele haber producido s u efecto, sea arro- más pt·áctico. jado del tubo y reemplazado por una nueva co lumn a, pues si el tubo no estuviera altern ativaOIUDAbES PREHISTÓRICA~ mente abierto y cerrado, esta columna ele ait·e DE LA ÉPOCA LACU$'J'HE. ol:>~·aría como un resorte elástico, volviendo so ... bre sí mismo, ó como una serie de ondas alter(Morges-Auvernier-Mceringe n. ) nativamente condensadas y dilatadas; por con . siguiente, El efecto mecánico sobre los pistones La vida prehistórica, que un autor inglés, se traduciría por un trabajo insignificante y las en un a obra que ha aparecido recientemente , agujas permanecerían en el aire sin poder :wan- llama cela aurora de la historia l> (T/w Dawn o( , zar. Los relojes neumáticos son perfectos y sim- storu ) est.i hoy casi enteramente reco nstituida, ples á. la vez, no son susceptibles ele ning un des- gracias ú los numerosos testimonios que nos han arreglo; hasta los escapes de ail'e en los canales proporcionad.o los monumentos de las edades ele distribucion no pueden alterar su marcha. de piedra y bronce. L as numerosas fuentes en Su mecanismo es ele· gran sencill ez: daremos su que bebe la ciencia moderna pueden dividirse clescripcion. Un molo1· hiclrá-ulico ele una eco- en dos grnndes categorías: unas nos suminisnomía considerable, inyecta el aire en un depó - tran documentos separados, armas, utens ilios, sito cilíndrico de metal M: ele ahí, el aire se di- alhajas, vestiduras, que hayan perLeneciclo á un rige á un gran cilindro ó clistrib-utor D; no se solo individuo ó á una familia; las otras, más consume, por otra parte, sino segun las necesi- preciosas bajo todos conceptos, nos ofrecen desdades del regulador. A cada minuto, el aire del pues de millares ele años la imág·en exacta ele distl'ibutor penetra en los canales ele clistriliu- ln. cultura d·e la humanidad en aquell as épocas cion ele plomo ó hi erro; ejerce su accion so- lejanas . bre un piston ele cuero encerrado en un pequeA la primera de estas dos clases pet·tenecén ño cilindro ligado á una palanca que deLermin a las tumbas y vestigios de todas clases, túm ulos el escape ele 1a aguja del reloj receptor II. Esla dolmens , colinas artificiales, que cubren el suepalanca recibe la presion producida por el mo- lo de ambos mundos , lu égo los monument0s to1· central H y hace avanzar á las ruedas en ·megalíticos del valle del Gánges hasta las tien~ cada movimiento un punto que vale un minuto. das ele extraños di seños de las grandes llanuras Desde que se produce la elevacion de la palan- ele América. Los numerosos objetos que se han ca, el aire de1 clist1·ibutor cesa de comuni car extraído de estas ruinas venerables han venido con los canales ele distribucion, sale entónccs y á enriquecer nuestr-os museos arqueológ icos; el se escapa ~t la atmósfera. exúmen que ele ell os se ha hecho ha podido dar· El regulad.ar· del motor cenÚal H es un reloj nos alguna idea del grado ele civilizacion de de cadena sin fin, todo lo pedecLo posible, de sus a n tiguos poseedoees, la semejanza demospéndula compensa~ora, que recibe la hora as- teada _e ntre los utensilios de países muy lejan os , tronómica del observatorio del siLio en que se por consiguiente, unos de otros, nos ha puesto halla y la transmite á los relojes colocados en en la pista de las relaciones étnicas que los los di versos barrios ele ima poblacíon y á los de unían. No siempre son documentos aislados ; Y las casas particulares. hasta el célebi•e descubrimiento de las cíudacles Con el fin de precavet· todo acc idente y como lacustres estábamos reducidos ú su posiciones simple medida de precaucion, cada estacion cen - más ó ménos ingeniosas sobre el conjunto de la tral posee dos motores gemelos ele dos partes civilizacio n en las edades prehistóricas. En las ciudades lac ustres se hallan muchas completas, de las cu ales u na sola funciona á la


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pruebas aisladas , pero un mundo verdadero, la arqu eolog ía modern a en li:g ipto, en Asiria, con todos los accesorios que permite la existen- en Pales tina , en Fenicia, reconstituir con el cia de cada dia. o se trnta ya de un simple ce- pensamie nto la imágen verdadera que debían menterio más ó ménos rico en piezas curiosas, presenlar cnlónces e 1.os países célebres, donde sino de ciudades completas que nos proporcio- brillaban e n todo el e plendor de su mag nifinan toe.los los secretos de su antigua civilizacion. cencia esas joyas de riqueza y de arte que fueLos túmuloEJ nos ofrecen las hachas, los cuchi- ron Tiro, Jcrusalem, 1 ínive, Babilonia, Mé nfis llos , las espadas de la época de bronce; la ciu- y Tébas? Algunas minas g ig antescas son, á la dad lacustre nos muestra al lado de su hacha Ycrdad, la que qu eda n hoy en pié· empero las los moldes del fundidor. Entre los cimientos la- inscripciones numerosas ele que están revestidas, custres yacen los restos de la ciencia industrial descifradas hoy di a, nos revelan fielmente la y artística que ha visto nacer y engrandecerse; historia de los pueblos que habían elevado estos luégo los utensilios y armas del guei'rero, hasta monumenlos y que los vieron abismarse en un los numerosos y delicados objetos 'de adorno irremediable desastre. La reconstitucion de la que servían para hacer resaltar los hechizos de vida lacustre, por mús que no se remonte un .las esposas, los brncelctes, )os alflleres para el punto quizá, á lo ménos por sus más ricas esta·1ocado, los collarc'>, los pendientes, los amule- ciones, á épocas tan remotas como las ele la tos . Las habitaciones lacustres son, se ha dicho dinastía faraónicas de la época sacerdotal, no ya á. menudo, tan antiguas como Pompeya, y ha podido ser efectuada de una ma nera tan prese ha conservado bajo la capa protectora de cisa , y no lo será jamás . Los vestigios lacustres los lagos, como la ciudad romana bajo su im- de la edad de piedra y de bronce no han ofrepcnetrnble capa de cenizas, la historia de los cido en efecto ningun ejemplar de escritura, usos y costumbres de nuestros antepasados. por muy indescifrable que pareciera. Las solas Por más que la region de las ciudades lacus- suposiciones históricas que se han permitido tres abrace hoy dia la Europa entera, y que en hacer, reposan en la mayor ó menor riqueza de Austria, así como en Francia, Alemania y Sui- los instrumentos y armas, en la presencia de diza nuevas excavaciones vengan cada año á sa- versos utensilios y en la ausencia de ciertos car á la luz pública estaciones desconocidas , otros, en el pa recido de las construcciones laeste último país es, y seguirá siendo largo tiem- custres con las habitaciones de los salvajes mopo, la tierra clásica de las construcciones lacus- dernos. tres. '11 odo el mundo sabe por qué feliz casualiEn dos grandes épocas se divide la vida lacusdad se descubrieron los primeros instmmentos tre: la edad de piedra, la edad de bronce. La de cuerno de ciervo, las pl'imeras hachas de transmision entee estas dos épocas tan diferenpiedra en i\Ieilen, sobre el lago de Zurich, y es- tes ele la civilizacion prehistórica no se realiza tudiadas por l<'crnando Keller. La superioridad del todo bruscamente en un punto, como se po· de ' uiza en el dominio prehistórico lacustre es, día pensar ,\. primera vista. Transcurre un pepues, para esa nacion un verdadero derecho de ríodo de tiempo considerable desde la importaco nquista, que deben proclamar bien pro u lo cion entre los lacust res de la edad de piedrn do la pa1·a siempre las incomparables riquezas de primera hacha de bronce , por los nómadas de que ha dotado ú la arqueología. Cada uno de Oriente, hasta las épocas ya llenas de vida y de esos lagos, en la Suiza occidental como en la luz en que ol hábil obrero de Irering en, de 'uiza oriental, los lagos de Constanza, de Zu- . uvernier, de illorgis colaba él mismo en la arrich, de Bien na , de Sempach, de Morat, de Thou- cilla ó en la piedra arcillosa blanda sus hachas, na, como los tlc Neufchatel y de Ginebra, han sus cuchillos, en que sabía ya modelar en la suminist1·ado sus documentos personales á la cera los moldes de sus elegantes cabezas de alhis toria de los tiempos pl'Chistóricos. Sir John fileres, de formas tan variadas. Entre las dos Lubbock, en la última edicion de su obra, esti- épocas extremas de piedra y bronce exis_te una ma ya en mús de 200 las ciudades suizas de edad intermediaria , contemporánea á la vez de la é1Joca lacust1·c: -20 en el lago de Bien na, 32 la época neolítica y del primer empleo del moen el lago de Constanza, 49 en el" de Neufcha~ 1.al. La vida lacustre se divide, pues, en tres petel, 28 en el de Ginebra, ele. Hoy este número ríodos bien definidos; la edad de la piedra pulise ha tr·aspasaclo y las explo1·aciones nuevas mentada, la aparicion del bronce y la hermosa edad de bronce, suministrando tres tipos distineontinúan sin descanso. ¿Quién de nosotros no ha intentado alguna tos en las estaciones escalonadas en las riberas Yei:, al leer los espléndidos descubrimientos de ele los lagos,


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Las miserables ciudades de la edad de piedra estaban ciertamente abandonadas, y áun la mayor parte destruidas, cuando. florecía la hermosa edad de bronce. El acrecentamiento de la pohlacion, que es siempre el aumento del bien -

estar general, no pudo en manera alguna dejar de traspasar los límites de las poblaciones demasiado llenas y dirigirse hácia las estacas fij adas por sus predecesores, y hallaremos hoy en todas las estaciones en general huellas de me-

111,

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_ I _

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Fig 1.- La rom ana del gl'an globo cautivo de

. tal. Buen número de ciudades no contenían si no utensilios de piedra; estaban, pues, fuera. de la vida comun, puesto que el metal se hizo cosa. usual entre los lacustres. Quizá existieran todavía desde su primera. aparicion; habrían sido en este caso demasiado pobres para obtener

,r.

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l lcnry Giffard .

en cam]jio d·c sus productos las múquinas pre· ciosas traídas por los nómadas. Sea. como quiera , el fin de la época de bronce debió Yer en los lagos suizos la dilatacion más completa. del período ele los cimientos lacustres. Como lo demuestran los vestigios conocidos, cada ensenada


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M ,I . T1SSA/f01.E,1

IJ1tér1eur du ballon

f ntérieur du bal\on

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K

Echolle do 0".'0, pour- 1 m :tre

J.t-----,...--"""'o.; :--~---------t------------2----------7 Fig. 2. -La válvula superior del globo cautivo,

abrigaba, cada sinuosidad de la costa encerraba custres propios y los de las estaciones inferioun poblado más 6 ménos considerable. ¿Oad,a res que poblaban la ribera, muestra todavía que uno de estos estas ú 1ti mas peq ueños cenestaban ligatros de pobladas á ellas por ci on tenía una relaciones covi da individual merciales asió independienduas. Lo miste, 6 estaban mo que la hislos habitantes toria de un de un lago engran pueblo se tero reunidos concentra á baj o la domimenudo, en nacion de una épocas dadas á de estas magla de su capiníficas ci udatal, la historia dades, Auverde la edad del nier en el ·lago bronce lacusde Neufchatel, tre sobre un Mooringen en lago determiellago de Biennado, será la na, Morges ó de la ciudad á las Aguas-Vicuyo rededor vas en el lago se irradian tode Ginebra? das las otras Hayan sido ó estaciones suno capitales en balternas, á las su vida lejana, que parece hacada una de esber di rígido. tas ciudad es Fig. 3. -Diaarama que muestra los cl ive r os puntos de Paris hácia los cuales Bajo este punto puede inclinarse la barquilla de l g lobo cautivo. ofrece la imáde vista nos gen más rica y proponemos co mpleta de la vida lacustre. La semejanza de considerar cada uno de los grandes lagos suizos, los objetos encontrados entl'e sus cimientos la- reservándonos hacer aparecei· á la mayor bre0

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vedad las consideraciones más generales , que nos permitirá n re unir todos estos cla.ns separados para formar un so lo gran grupo, r1ue resu me de un a manera sufic iente la c ultura ele la hum a nidad en esa etapa de las edades prehistóri cas (l ¡. (Se cont;m,m·d .)

GRAN GLOBO CAUTIVO DE ~l. RENRl GIFFARD. (Continuacion.-Véase n .0 38, png. 18~.)

E l globo cautivo está fijo á t ierra por sus ocho cables de a marra, diez y seis obreros los desatan, y el aeróstata se eleva agitúnclose como un ave g igantesca impaciente de tomar vuelo. E l puente desli zándose sobre la c ub eta, va á unirse ;Í. la' puerta de e ntrada de la barquilla. Unos 40 viajeros le atraviesan, toman sitio en la galería, donde dos acro nau t::ts hacen la señal de partid a . E l globo se eleva con la ligereza ele una golo n drina. Se sube si n trariueteo alg uno: la tierra se aleja, el cuadro ele Paris se ofrece á las miradas , l uégo el horizorite de los campos vecinos se abre bien pronto en un panorama deslumbrador en un cí rculo inm enso ele más de 100 kilómetros de diámetro. Los espectáculos aéreos, las posturas de sol incomparables, la s uperficie de sol en plena luz , las nubes mamelonadas y vaporosas serán en adelante accesibles á todos, gracias á este nuevo tramvía aéreo. Se sube hasta la altura de 500 á 600 metros, donde el aerós tata se pára á la extremidad de s u cab le, á la altura de 13 arcos de triunfo su perpuestos. Si el aire está en calma, el cable distendido por la fu erza ascensional del globo está rígido y vertical com o una barra de hierro; si el aire es fuerte se siente un o li ge ramente balanceado en el espacio, el viento silba entre las cuerdas, el g lobo se inclina dulceme nte mecido por las olas in visib les del océano aéreo . Se parte del patio de las Tu ll erías, la barquilla en el aire puede separarse unos ::l00 metros del punto de partida (fi g. 3); puede uno hall a rse al otl'O lado del Sena, encima de la rue del Bac, ó en otras direcc ion es, encima del Palais Royal ó del 1~atio del Louvre . Para que el círculo de inclinacion pase de un radio de ~00 metl'Os , es necesario que el viento sea bastan te fuerte; si se pu ede llegar á 400 metros y áun más , es del todo ( 1) Las cc,lecciones preltisL(,,.ica partic ul a res el e Suiza so n num erosas é intereRanles: un gran nú mc rQ ele- sab ios ha r<:'cogido y reunido objetos de g ran ,·alor, r11yo co nocim ientQ nos propon e mos ofl' ece r á nuestros lectores. R e produciremQs e n la con tinuacion de este articu lo las curiosidades más notables del• arle prrh istó rico d e las ci ud acl es lacustres.

excepcional, y en los tiempos en que el a13róstata despues de un a ascension de ensayo permanezca á tierra. A G00 metros ele altura, el patio de las Tu!ler ías, la cubeta encima de la cual está a marrado el cable, se reduce á prop orciones liliputienses. Uno cree que no voh·erá nunca á ese lejano fo ndo , pero el cable csL(t allí, y 1as máquina¡;; están prestas [L enrollarle alrededor de s u cabria. E l g igante, á pesar rle s4s esfuerzos, es conducido de nuevo á su aloj amiento. El vértigo no existe e n absoluto en el g lobo, pues uno se h alla aislado e n el espacio y no tiene uno que co nsiderar esa lín·ea vertical que prcs'enta á las miradas el muro de los monumentos ó de las torres. Aconseja mos de todos modos :i los v iajeros que so n propensos al vértigo q ue no sigan con la vista al cable que se desenrolla, sino que miren ú. lo léjos, que se fijen en el h orizo nte, ó bi en mejor elevar la cabeza para no ver por momentos sino el aeróstata, esfera monumental donde se hallan pendientes en la barquilla como en una jaula . U na pregunta se ocurre naturalm e nte l:'t todos los que ej ec uta n la asce nsion en el globo cautivo. ¿Oué sucedería si se rompiera el cable? Hemos dicho que la rotura del cable no es posible, puesto que está sometido á un a traccion muy inferior á su resistencia . Pero en fin , es necesario preveerlo todo . ¡Si se rompiera! Se estar ía dispuesto pa ra una ascencion libre. El doble fondo de la barquilla está })rovisto de sacos de lastre, de gan chos de hierro y de g uardaropa, y los aero nautas que ha escogido l\,L Henry Giffard como capitanes ú bordo del globo, son: Eugenio y Julio Godard y Camilo Dartois. Los nombres de estos aeronautas son tan populares como proverbial es s u habilidad; e n caso ele accidente, podría contarse con sus brazos y su sa ngre fria. Pero el acc ide nte no l lcgará, tenemos la convicci on. El g ran g lobo cautivo va á ser empleado de un a manera permanente y regular para las obser\'aciones meteorológ icas. EJs la primera vez que podrá explorar si n cesar, ú todas horas del dia , un a capa de aire de 600 metros ele espesor. Los instrumentos esenciales de observacion meteorológ ica, están instalados en la barquilla , que ll ega á ser de este modo un verdadero ohser,·atorio aéreo . La inauguracion del gran g lobo c_a utivo tuvo lu gar el 19 de Julio á las seis de la tarde. Antes ele hablar de las primeras ascensiones, creemos debemos dar la descripcion de las válvulas del ae róstata cautivo .


LA NATURALEZA Los aerósfatas ordinarios están provistos en su parte superior de una válvula de madera, formada de dos válvulas pequeñas, que se abren del exterior al interior por medio de una cuerda de qu_e puede tirar el aeronauta desde la barquilla; se cierran automáticamente bajo la accion de unas tirillas de caouthouc, qu e se extiende n en su parle superior. El cierre hermético ele estas válvulas se obtiene groseramente por medio ele una mezcla ele sebo y de grano de lino , que se aplica en las ranuras y junturas de la válvula. Los aeronautas designan coñ el nombre ele .cataplasma esta mixtura bárbara. M. Henry Giffard ha modificado en todas sus piezas la construccion de la válvula aerostática . La que se halla en la parte superior del globo cautivo y que no existe sino como instrumento de precaucion, en el caso poco probable ele la ruptura del cable, es una pieza muy considerable. Está formada ele un gran disco metálico ele 0m,55 ele diámetro, provisto en su parte supeeior de una saliente circular, metálica, que produce un cierre hermético, y que va á apoyarse contra una corona ele caoutchouc. El disco de la válvul a se sostiene contra el anillo ele caoutchouc por medio ele resortes en espiral, como muestra er corte adjunto (ílg. 2). Los aeronautas pueden abrir la válvula tirando de la cuerda K que desciende hasta la barquilla. La válvula superior está montada en el centro de una tela muy espesa circular, que ti~me un doblez juntamente con la tela del globo que se halla entre los dos círculos de madera G, JI, apretados entre sí por medio ele clavijas. Alrededor ele estos dos graneles círculos es donde se encuentra colocada la corona de cuet·das de la red E, E'. La válvula superior está al abrigo de la lluvia y de las intemperies del aire por una tienda de abrigo CD, formada de una obra de carpintería sólida, montada por resortes y cubierta ele una tela extendida por cordeles alrededor del círculo [ N. La válvula inferior está formada por un disco metalico ele 0'",80 de diámetro, sostenida por eesortes ele gran sensibilidad. Este disco se abee automáticamente bajo presiones muy débiles, para dejar escapar el gas excedente bajo la inf1uencia de la dilatacion. La válvula está montada, como la superior, en un collarete de tela espesa, y que lleva además: 1.º El tubo de inflamiento. 2. 0 La pieza metálica por la cual pasa frotando suavemente la cuerda de la válvula su perior. 3. Un traga-luz de cristal á tl'aves del cual puede examinarse el interior del globo. 4.º Un manómetro . Alrededor del g ran círculo 0

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de la válvula, se ha fijado una serie de tendedores que impide que el globo haga bolsa baj.o la accion del Yiento , y lo sostienen siempre bien extendido. El gran globo cautivo funcionó por primera vez el 19 ele Julio á las seis de la tarde. Los aeronautas Eugenio y Julio Godard y Camilo Dartois habían tomado siLio en la barquilla acompañados por "i\I. Corot, ingeniero ele la casa Flancl y Cohendet, y de Alberto y Gaston Tissandier. El viento E. era bastante fuerte y lanzaba el aeróstata á 300 metros de altura por encima del Sena. Los aficionados que tomaban sus baños en el baño frio del Pont-Royal quedaron sorprendidos al percibir el gigante aéreo sobre sus cabezas; una muchedumbre considerable se amontonaba en la plaza de Carrousel, en el jarclin de las Tullerías y hasta en la plaza de la Concordia; las call es afl uyentes estaban cubiertas de espectadores ; desde el globo so oía n los aplausos y clamores que subían hasta él como el murmullo ele las olas se eleva del mar. El aire era fuerte, el viento silbaba entre las cuerdas como á bordo ele un barco: la traccion del aeróstata sobre la romana no pasaba sin embargo de l:i.500 ·á 7.000 kilogramos. La romana que une el globo al cable e l~ suspendida en el espacio anular que rodea la barquilla. Bstá representada su detalle en la flo-. 1. Esta romana está formada de dos cilindros ele acero unidos entre sí por ocho resortes de hierro. Cuatro cuadrantes verticales clan por medio ele agujas, la fuerza de traccion en kilogramos á que está sometida esa especie de clinanómetro. Los aeronautas y los viajeros en la barquilla pueden, pues, saber durante la ascension cuál es el excedente de fuerza ascensional del globo, y cual es la fuerza de la accion del viento sobro el cable. La romana del globo cautivo ha sido graduada con mucha exactitud por M. Henry Giffarcl, por medio ele pesos que ha suspendido á ella; da indi caciones· precisas para tracciones que Yaríen entre 100 y 12.000 kilogramos. La segunda ascension de ensayo tuvo lugar el 21 del mismo mes á las 5 y 40 minutos de la tarde. El tiempo era tempestuoso, muy pesado, el aire en calma. La temperatura en tierra era '28° ,50; á 3-W metros ele altura era ele 26°; el termómetro marcaba 19°. Los viajeros eran en número de 14: M. _Vr ignault primer redactor del periódico L e Soir; MivI. Lereboullet y ""\V. ele Fonvielle, redactor del , ational; Burelois, ar~ c¡uitecto del 'l'rocaclero , tomó sitio en la barqui-


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lla con M. de Artois y señorn, M. Goclard y señora; M. L. Godárd, jóven; M. Corot, ingenie ro; M. Dardaud, contramaestee de la cordelería del globo cautivo y M. G. Tissandier. El 22 el g lobo cautivo ejecuLó cinco ascensiones consecutivas con 30 y 40 personas en su barquilla en cada una de ellas. Los miembros de la Comision científica nombrada por el prefecto de policía parn examinar el material, y que se compone de sabios y de ingenieros j ubilados, tomaeon parte en la segunda de estas ascensiones; el mismo prefecto de policía quiso subir en la barquilla. Muchos miembros de ia Academia de Ciencias y los representantes de la prensa ha n tomado parte en esta inauguracion. ( Se continuará.)

miserable impuesto sobre las peleterías . Por de. terminaciones venidas del uevo Mundo, se intentó no hace mucho fomentar la vida en los refugios desiertos de los ainos , y con ese fin se hi-

---•~,.. ....oc:;>-~--

LOS AINOS Ó YEBIS DEL JAPON. Yess~ encierra los restos de pueblos autóclonos de las islas japonesas; algunos millares de ainos errantes en el interior ó reunidos en po-

F,g. 2.-Perfil ele ainos.

ciceo n enormes gastos que desgraciadamente no han conducido á nada: se ha querido hacer demasiado y demasiado de prisa. Los ainos, c1ue aún se llaman Atsanwyelis, es

Fig. 1.-Habitaci•,n ele los ainos.

blaciones hacia el mar y cuyas clases se aclaran cada dia. Durante siglos hicieron frente á los invasores venidos del Sur; pero á contar desde el siglo xrrr, es decir, despues de las victorias que Yaritomo consiguió sobre ellos, cayeron bajo la domipacion de los nipones, que los convirtieron poco despucs en esclavos. En nuestros dias, el vencedor, que parece haber vuelto á un sentimiento más cordial hácia sus antepasados, les rodea de una deferene;ia relativa, digna, es decir, se rodea de sus consejos, y hasta se sirve de su intermedio para administrar el país; en otros tiempos Yeddo gobernaba á Yesso como podía, con la ayuda de algu n.os oficiales desgraciados ó de oscuro origen, que dispersos en los poblados, tenían por pl'incipal mision elevar un

Fig. 3.-~lujer aiaos y su ni1io.

decir, salvajes ó bárbaros del Este, Maodjines, es decir, gentes cabelludas,se relacionan mucho con el tipo finlandes. Fueron observados por primera vez por Jerome des Angelis, que alaba las buenas disposiciones de su espíritu -respecto


LA NATURALEZA al cristianismo, pero que olvidó hablarnos de sus usos y costumbres; indica sin embargo «su barba que les cae hasta el vientre.» Poco despues, Kausenstern da de ellos una excelente descripcion, y La Peyrouse, al pasará Tchoka de Saghalien hizo un vocabulario de los términos más usuales de su lengua. Las ainos tienen el cuerpo rechoncho, la cabeza grande, los miembros cortos y muy musculosos; su piel es velluda, sus cabellos son largos, á menudo rojizos; no se los sujeta juntos; su barba es negra, espesa, comunmente de dos

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metro de largo al único sitio cuadrado que compone el interior. En la parte alta de esa pieza hay una abertura que sirve á la vez de chimenea y para renovar el aire. El piso, de tierra asentada, está cubierto de esteras groseras: en su centro está el fogon, que sirve de cocina y calorífero; por encima de éste hay unos juncos enlaza~os, donde los venados y peces sufren la operacion del ahumado; alrededor están los

Fig . 4.-Viejo cazad or de Yesso .

piés de· largo. Es naturalmente tímido, hasta salvaje, sobre ·todo en presencia de los japoneses: su bondad y dulzura se han hecho proverbiales: vive mucho tiempo y permanece vigoroso en la edad más avanzada . Como traje llevan una larga blusa cruzada por delante, adornada de dibujos azules muy groseros, bastante a nálogo en su conjunto al Kémono de las clases bajas del Japon: en invierno se cubren de pieles: permanecen descalzos y sin abrigo en la cabeza lo mismo en verano que en invierno. No tienen algodon ni tela, pero saben fabricar con algunas plan tas tejidos groseros. Los ainos viven en cabañas de juncos de poca elevacion, que descansan sobre estacas en el aire; las paredes son muy espesas, hechas de ramas de juncos; la entrada única, puerta y ventana á la vez, conduce por un corredor ele un

Fig. 5.-Uuerrero aino cond uciendo un oso.

utensilios caseros, las armas, los vestidos, la caldera donde funden la grasa de foca; no tienen ningun otro mueble. Este conjunto recuer_da, con poca diferencia, el interior de las habitaciones de las regiones inhabitadas de la Islandia. Bajo las estacas penden los utensilios de pesca: harpones, nasas, redes. En los alrededores elevan algunas perchas, donde colocan las cabezas de osos y ciervos, testimonios del valor cinegético del propietario. En los grandes p'J~ blados las casas forman siempre una calle de tres 6 cuatro metros tan sólo de largo que confluyen generalmente á un recinto muy elevado, donde, en ciel'tas épocas del año, se inmolan en sacrificio, y en medio de libaciones de sakí, los caballos viejos, como los gamos y osos cazados


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LA NATURALEZA

con lazos. Los ainos viven en la promiscuidad más compleLa los perros con los hombres; por otra parte, guardian ele la casa, fiel aliado ele una vida llena de aventuras, el perro es por parte ele los ainos objeto de gran respeto. Las mujeres, relativamente g randes, tienen el detestable hábito de pintarse alrededor de la hoca ele azul, con el jugo de la hierba . lwutsí hfsa, (hierba de la boca)· tambien se pintan el dorso ele las manos y piés con el mismo color. Como adornos, llevan collares ele granos rojos y pendientes del mismo color; con sus largos cabellos hacen un nudo que cubren con una tela azul. Están encargadas ele los cuidados caseros y del cultivo, cuando le hay; con cortezas de árboles tejen bastante bien trajes de una trama basta, pero adornada de dibujos bastante bonitos. Los ain0s son polígamos, y no se detienen en sus matrimonios por los lazos más próximos · ele parentesco. El arroz, único cereal que pueden cultivar y en el S ur tan sólo, lo comen sin cocerlo, sino solamente remojado en agua: emplean tambien las hojas ele ciertas plantas, la artemisa japonesa principalmente. Comen el oso y el ciervo, las aves ele los pantanos, el salman, el arenque, !ns holoturias, la grasa de ballena, diversos crustáceos y moluscos que pescan buzeanclo ; les g ustan mucho las setas y sobre todo una especie de cabial que preparan ellos mismos. Los hombres no se ocupan sino de la caza; y la pesca; desde su infan cia se ejercitan en correr y en dar saltos prodigiosos; persiguen la caza á traves ele los mayores obstáculos, nada les detiene, y nunca se les escapa la presa. En verano atacan con flechas á las nutrias cuando el mar está en calma; en invierno la cogen en la costa con la ayuda de trampas que les sirven tambien para coger las zorras y águilas. Como armas, tienen la flecha de punta ele caña, la espada endurecida al fuego, el hacha, una lanza ele guerra ó de aparato; envenenan sus flechas co n el jugo del A conitum ja.ponicum ó Bousi;para ello machacan sus granos con pi~ienta ha.Ta.si y con arañas ele largas patas, calientan al fuego esta mezcla y en ella templan sus armas, cuya herida es ele las m ás peligrosas. o tienen médicos, pero cuando enferman hacen ellos mismos ciertas preparaciones con diversas plantas. Co ntra el vómito, los cólicos , se sirven de un agárico que brota de los tron·cos ele la tuya; en casos de heridas, tumores, reuma, fiebre, etc., toman al interior el jugo de ·]a planta ih.eim.a, que parece ser. una rosácea. No saben pescar la hallen a , pero se apoderan

de las que el ma r arroja á la costa, la extraen el aceite, que van á vender á l\fat~mai á precio, verdaderamente irrisibles. Co n los restos de peces que caen de las casas, hacen un abono para algunas plantas estériles de hortaliza. En verano van á I-Iakodate y á Matsmai á cambiar las pieles recogidas durante el invierno, por saki, azúcar negra , vestidos de algoelon, pimienta en grano que les sirve para resistir el frio. Entre ellos son muy políticos; cuando se encuentran, se frotan las manos, las elevan á la frente, luégo acarician su barba con aire de satisfaccion. No tienen ni escritura ni moneda, no tienen nocion de la música, apénas tienen iden de stt edad. Profesan el kamanismo ó culto ele los a ntepas ados, en el que se reconoce el sentoismo en su estado primitivo, y que constituía la religion de todo el archipiélago ánles de la conquista malaya. Como el taoísmo, culto primitivo de los chinos, se complica con infinidad ele prácticas sobrenaturales, ordena un respeto ilimitado á los muertos. Un sabio que quería de buen ó mal grado conseguir un cráneo de aino, pagó con su vida su audaz deseo. En otro sitio el Dr. Maget ha demostrado (l) que la raza japonesa resulta del cruzamiento de los ainos autóctonos con los conquistadores que partieron de Malaya, y_dió al mismo tiempo los caractéres ele la raza ai nos.

____,..._&':_

LA TORMENTA DE 22 DE J LIO E ALSACIA. Hé aquí algunos detalles de esta tormenta. Durante mucho tiempo el fluido eléctrico no se había manifestado en ese sitio de una manera tan terrible. Eran las seis de la tarde cuando se oyeron las primeras amenazas del ~rueno hácia la parte Sudoeste. El dia había sido muy hermoso, el barómetro habí a descendido poco; tan sólo el calor había sido sofocante. El termómetro marcaba 32 grados á la sombra poco ántes de la tormenta. Apénas hacía aire alguno; las nubes se dirigían lentamente ele SO. á TE. Por el portillo de Belfort fué á ca~r la tormenta sobre la Alsacia. A las seis y media relampagueaba sobre Lachapelle. Durante hora y media los truenos no dejaron de amenazar con furia; el cielo parecía de fuego; los relámpagos eran espléndidos en su luz y forma. Cada dos ó tres minutos caía un rayo sobre la tierra. El cielo,

( 1)

Y éase A1·cl1. de rned. nov .. Agosto, 187r..


LA NATURALEZA de un color amarillo oscuro; la oscuridad era Todos han sido obtenidos por un procedimienJo muy grande; fué necesario encender luces en las muy sencillo. Es, en efecto, la marcha seguida casas. Hácia las siete, la lluvia empezó á caer por G-ilbert, Musschenbroek, Faraday, de Halcopiosamente: el hidrómetro marcó H milíme- clat y por otros muchos físicos. Estos han estut1·os por un cuarto de hora de ll uvia. Los estra- diado las acciones magnéticas por medio de los gos ocasionados por el rayo han sido en Lacha- espectros, producidos por las limaduras ele hierpelle poco serios; todo se reduce á un pararayos ro . i\.[r. Thompson ha conseguido por medio do destruido por el rayo, á dos álamos blancos estos espectros estudiar las acciones electro-didesgajados simultáneamente á dos metros de námicas. Cuando se coloca sobre un iman una lámina distancia y algunos árboles destrozados á lo delgada de carton ó de cristal y se la hace pasar largo del camino. En otros sitios los accidentes han sido más por las limaduras de hierro, se ven las pn:rtícugraves. La tormenta pasó por toda la Alsacia, las de este metal agruparse siguiendo líneas de arriba abajo. Descargó á las seis sobre Bel- deJ}nitivas con relacion ::í. los dos polos. fort; tres horas despues había llegado á StrasLas líneas que se ·encuentran así dibujadas burg o. En Belfort, dos edificios fueron maltra- sobre un campo magnético, son curvas más ó tados por el rayo; los perjuicios son insignifi- ménos complejas , pero tales, que la clireccion cantes. En Errnes, el rayo cayó sobre la posada de la fuerza resultante en cada punto es ta nHenckel; la muestra fué hecha pedazos, y á un _gente á la curva. Se llaman, como sabemos , obrero que acudió á toda prisa á la ventana le líneas ele fu ena ma.gnética.. A Faraday e deparalizó el brazo derecho. La iglef:,ia de la Ri- be el origen de las acciones recíprocas de los vera recibió dos rayos; una larga fisura se nota imanes y el e las corrientes eJéctricas en el medi o en el fróntis. En Bongemont, el fuego del cielo ambiente, explicándolas, no por la hipótesis, descendió sobre una chimenea, la cual demolió. tan mal fundada , de una' accion ejeecicla á disP na hacienda, en el campo, fué incendiada. tancia, sino por los fenómenos interiores ele las Cerca de Massivaux, en I-luppachs, fué quema- líneas ele fuerza en el medio . La teor ía de las superficies equipotenciales y da tambien una granja. En Aspach y en VieuxThann, tres casas de vivienda fueron reducidas ele las líneas ele fuerza de los imanes y de las corrientes, ha sido hien estudiada poe Grenn , á cenizas. En Viller, en el valle de \Vesserleng, el rayo cayó sobre una fábrica de tejidos y que- Poisson , Gauss, I~irchoff, Thompson, i\Iaxwell y mó un telar. En Soultz, cerca de Guebviller, el otros; excepto el caso de los polos ele imanes, hijo de un guarda-bosque fué muerto en el acto .existen pocos experimentos que ilusteen estas á veinte pasos de la ca·s a. El fluido eléctrico investigaciones tan importantes. Cuando nos servimos de las limaduras · de produjo incendios en Riveauville, en Erstein, en Geispolsheim en el Bajo-Rhin. La antigua • hierro para demostrar las propiedades magnécolonia penilenciaria de Oswalcl, á una legua ticas de las coreientes, los espectros son un poco de Strasburgo, ya no existe; las granjas y gran difíciles ele obtener y conservar. Por lo tanto, el parte de las cosechas han sido incendiadas por profesor Thompson ha procurado servirse de un el rayo; pudo salvarse el g anado. L:18 pérdidas procedimiento que permite conseevar las cun·as ocasionadas en Oswald por el incendio se han largo tiempo y reproducirlas por la fotografía. Faraday nos ha dado muchos métodos para estimado en 90.000 francos. ¡Qué velada más fijar los espectros producidos por los imanes , desastrosa para la A !sacia! Nada ha faltado al fijándolos en un pedazo ele papel ó de carton presupues1o tradicional del rayo . por medio de g oma. I. A. M. Iayer lo ha conseguido tamhien haciendo aclhel'irse los espectros á ·.planchas ele cristal con un barniz de ESPECTROS 1AGt l;~TICO goma laca que se calienta ligeramente. Pero ORTF.NTDOS Pon f, \R A CC IONF. S F.LEC'TllO·DINÁMH' AS . existen inconvenientes para aplicar este método en los casos ele corrientes. Véase cómo prepara fr . Thompson sus esLos espectros magnétiyos qne ha expuesto recientemente ú. las Sociedades de Física de Lón- pectros: Se humedece una do las cara~ de una lámina dres y Paris Mr. Rilvanlls P. Thompson, · se prestan tan fácilmente á las necesidades ele la de cristal bastante delgada y de tres pulgada enseñanza, que nos atrevemos á esperar que ·se- media por tres y cuarto de ancho, con una clirán favorablemente acogidos en e~e concepto . soh1cion ele goma ar:'thig A, ú la que se aclicicma


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LA N TURALEZA

gelatina y se la deja secar. i se desea conducir las corrientes á traves de la lámina, se abren en ella previamente pequeños agujeros. La lá mina así preparada se coloca horizontalmente entre

sa se ablanda; las partículas se pegan á ella sin cambiar de posicion. En fin, cuando todo es(á seco, se separan los imanes ó los hilos, y se cubre la lámi na con un cristal protector. La pie-

Fig. 1.

Pig. 3.

dos pedazos de madera. Se disponen los imanes pues, por medio de un pequeño "'tamiz se espolvorea el hierro de una manera uniforme con la

za se presta entónces bien para proyeccion directa, bien para la fotografía, ó bien para un exá men particular. De esta manera ha preparado i\Ir. Thompson una serie de cuarenta piezas

Fig. 2.

Fig. 4.

limadura de hierro dulce. Cuando las curvas están bastante desarrolladas, se detiene uno. Se aproxima un pequeño baño de maría que deja escapar vapor de agua. La superficie gelaLino -

qu-e ilustran toda clase de accion magnética y electro-dinámica. Indicaremos las piezas más notables de cEta serie.

ó los hilos conductores para el experimento. Des-


LA · NA'l'URALEZA

Fig. 5.

F ig. G.

Fi¡;. 7

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F i¡; 8.

Fió

n.

Fi¡;. 10.


2 S

LA NA.TURALEZ

De la misma manet·a puede deducirse de la Las líneas de fuerza ele un simp le hilo con. 6 la ley de las coerientcs cruzadas. fig el uctot· rectilíneo son ele círculos concéntricos espectro de la flg. 7 es el ele una seccion El norcorriente (flg. 1), se las ve conduciendo la ele un electro-iman con su hélice tuclinal longi hilo el conduce se Si lámina. una á malmente conductor horizontalmente por debajo ele la lá- ele cuatro vueltas. El origin::il de es te expel'imina, se ven los círculos pro-yectarse como lí- mento es un pedazo de palas tro ¡.,ega do al cristal. En la fig. 8 ;;e .demuestra la ley ele CErstedt neas rectas perpendiculares al hilo (fig. 2) . ' i se hace un nudo en el hilo, se ven las lí- relativa á la desviacion de una aguja imantada neas de fuerza cambiar de posicion con el hilo por una corriente. Es fácil ver que esta desviay posarse normalmente en el interior del nudo cion resulta de la dis lrihucion dcs imétrica de las líne as ele fuerza. l\Ir. Thompson ha conse(fig. 3). La atrnccion de dos cort·ientes paralelas , y la g uido -f.ambien ilustrar esta ley ; el número ele repulsion entre dos corrientes de sentido con- · líneas de fuerza que atraviesan un cil'cuito simtrario, están -representadas por los especti·os de ple debe llegar al máximun. En fin, este profesor ha tenido la idea de demostrar la rotacion las figuras !1 y 5. Cuando las dos corl'ientes atraviesan la l[uni- de un iman por la accion de una corriente é inna en un mismo sentido, las curvas son una se- versamente. Véase en efecto (fi g . 3) el espectro rie de ochos de g uarismos, de.los cuales los más del polo y de la corriente. Cuando la misma corriente atraviesa el iman , exteriores abrazan á la vez las dos corrientes. obtiene un espectro muy notable. Xo se prose En el caso ele dos cofrientes de sentido contrani los círculos de la coniente ni los raducen rio, las curvas de las dos corrientes no se unen polo del iman. Se da origen á un bello del yos jamás, pero constituyen dos sistemas de curvas de espirales (fig. JO ), cuya fol'ma y sensistema entre neutra línea una simétricas con relacion á con la intensidad y la direccion de varían tido prolas de deducir las dos corrientes. Se puede piedades geo métricas de estas curvas la atrnc- la corriente ó del polo. l\I. Gas ton Planté ha procion y la repulsion de los dos casos, aplicando ducido espirales semeja ntes en sus preciosas inla idea que Faraday ha introducido en el estu- vestigaciones, dirigiendo una corriente muy intensa ;;i un líquido por medio de electeóioros de dio del mag netismo. Faraday ha descubierto dos propiedades físi- cobre en presencia de un iman ele gran potencas de las líneas de fuerza. Toda línea de fuer- cia, Estas espiras no son permanentes, no obsza mag nética posee una ten'1oncia á. acortarse tante demuestran que las líneas de fuerza son tocio lo posible. Dos líneas ele fuerza de la mis- arrasteadas con el iman en un sentido rotatorio ma polaridad, se rep elen al encontrarse, pero por la accion de la corriente rectilínea. dos líneas de fuerza ele polaridad contraria se á ti•aen y se unen al encontrnrse. Dos líneas de MISCELÁNEA. fuerza de la misma polaridad. se repelen cuando :,;o n paralelas . M. Clerk Iaxwel ha demostrado Cañon Krupp.-La Gaceta de Aug1;burgo da cueuperfectamente, en su gra n tratado de electricide los experimentos que se han hecho con un nueYo ta dad y mag netismo, que estas ideas ele Paraday de la fübrica del ' r. Krupp en E ssen (Alemacañon consiestán del todo acordes con la teoría que nia), experimentos que han tenido lugar el 2 y 3 del dera la fuerza elec tro-motriz como resultante presente mes en el campo de tiro, adqtúri<los por este de una energía potencial de Yariacion (stress ) fabricante en Meppen. U nos 30 oficiales asistieron á del med io am bi ente . esto experimentos. El cañon en cuestion , de 35 cenImaginemos, pues, lo que s ucederá cuando tímetros y medio, t iene una longitud de cerca de 9 menuestras líneas se hallen animadas de la tenden- trns, es decir 8"',1380. Su peso (comprendido el obtura· cia de acot·tarse y de r echazarse mutuamente . clor) es de 1í2.000 kilogramos. La cmeña que sostir.• e Las curvas ovoideas del primer sistema deben este cafíon pesa 32.750 kilogramos. Los obuses ele hier· convcetirse en cíi·culos perfectos y equidistan- ro fundido end urecido tienen, estando cargados, un tes, lo cual no ·puede ser sin que se confundan peso de ;;2;:; kilogramos; en cuanto :í la carga ele póllos dos centros. En el segundo sistema, las cur- Yora, es ele 115 kilogramos. Primero se tiró :i,l blanco á una distancia de cerca ele 2.000 metros, cles pues á Yas no pueden convertirse en círculos perfec10.000, y en este segundo ensayo cou los obuses orclitos y equidistantes sin convertirse en dos siste1rnrios. J~ste cañon colosal, cuyo peso total es de 8-!.,511 mas separados por una distancia infinitamente kilogramos, está en-ido por 18 hombres, que parece g r_a nde, lo que explica la diferencia entre las ac- le manejan con facilidad. Utrns ensayos tu.vieron luciones mecánicas- ele los casos. gar con un cañon del mi ino tipo, pero ele 30 centíme-


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LA NA'I'URAL8ZA lros y medio, cargado de obus de 320 ki logramos, con una carga ele iJólvora de 72 kilogramos. Al llia siguiente' s•igLlÍel'on los experimentos cou el cañou ele 35 veiitímetros y medio, á 4.000 metros, con ob ns ele hier-

ro funcl1clo endurecido; despues con un cañou ele 18 ceutímetros, colocado en una cureña ele artillería ele waritia :i la distaucia de 9.000 metros, etc. Estos ensayos hau dado, segun parece, resultados satisfactorios. * Erupcion volcánica en la isla de Tanna.-IDI cónsul inglés de Nouméa (Oceanía) da cuenta del , iDgnlar fenómeno que ha ocurrido en la isla ele Tau"ª· Ha tenido lugar al lí una erupcion volcánica, dice, el 10 de Enero ül timo á las diez ele la mañana. El fondo del puerto del lado del Oeste, se elevó unas 50 brazas al primer choque del temblor ele tierra. Un 11uevo volean hizo irrnpcion cerca de Sulphur Bay, r.nlre la bahía y el autiguo volean. La costa izquierda ele Port-Résolution, dice un testigo ocular, estaba cubierta ele vap'.lres. Una segunda gran erupcion y uu temblor de tie rra se produjeron nuevameute el 11 de Febrero, y el fondo del puerto se elevó uuevamente 50 brazas más alto, no dejando sino una entrada muy estrecha. Tres roc1s . surgieron á la distancia ele dos cables ele la punta. del Oeste, ele un fondo ele 11 brazas. Ahora no tiene sino una profundidad ele agua de 15 piés, donde teuía ántes cinco brazas y media, precisamente en frente ele la entrada del puerto. Un finjo lle cerca ele 50 piés de alto barrió la punta Oeste y clestrnyó todas las plantaciones de los indígenas. Toda la poblacion se refugió en lo alto de las mon· laiias y felizmen te no pereció persona alguna. Un barco fné conducido por las olas hasta el medio ele los úrboles; el reflujo le volvió al mar, pero perdió su· anclas y dos botes. E l agua estaba turbia hasta cerca de unas dos millas ele la entrada del puerto; se supone qne se ha formado un nuevo bajo fondo que causa este l'enómeno . Antes de la ernpcion, los vientos eran fuertes y variables . La montaña donde se halla el antiguo volean, estaba en plena actividad; _se oían rugidos sordos y lauzaba al aire rocas enormes. El gran flujo que se hizo sentir, no fué sino local, así como la erupcion; apénas si en el otro lado tuvie1·ou conocimiento de ello. Una alta colina, cletras ele la roca qnc lleva el nombre ele Pinímicle de Cook, al Oeste del puerto, cayó al mar y formó un nuevo promontorio: la I ir,\m ide de Cook es ahora de nna elevacion sobre el nivel del agna ele 40 piés lmís qne los que tenía. Entre las dos graneles sacudidas del temblor de tierra, se sintieron muchas otras ménos fuertes. Al Oeste, la tierra se hundió y bajó considerablemente. La parto Este ele los terrenos fué barrida por las olas. En las dos costas, las plantaciones fueron clestruidas:Pero los indígenas no parecían muy impresionallos; iumecliatamente desp nes que el agua se retiró, se pusieron á plantar ele nuevo. Los grandes :írboles no fue-

..

ron clestnudos. El puerto quedó tau estrechado y di sminuido de profomliclad, que se eluda puedan estar en él graucles buques :'t flote. Los peces estaban como paralizados por estas explosiones; 110 podían nadar; se les encontró en grnn cautidad en seco sobre la playa.

•• L a fuerza motriz de las caídas de agua.- E l año pasado un habitante ele Buffalo (Estados-U uidos) tuvo la idea de hacer una serie de experimentos cuyo fin era la posibilidad de transmitir, por medio del aire comprimido, el inmenso poder hidráulico de las cataratas del Ni:ígara hnsta la ciudad de Buffalo, ;'1 la eí:nbocaclura del lago Erié, es decir, á una distancia ele 35 ki lómetros. El Aclvertisser nos Lace .saber que esos experimentos han tenido un éxito satisfactorio. Se ha formado una compaííía, ::on el senador Piene por prc~idente. Un capital considerable ha sido suscrito y el Niágarn servirá bien pronto como la más vulgar de las caiclas para hacer girar los molinos. La parte principal del mecanismo hidníulico, se instalaní debajo de la caida, en el delicioso •sitio conocido con el nombre de Velo de la :i;:>esposada. El resto estará en la ribera, directameuie eucima·. Los graneles receptáculos de aire, de los cuales tres tendrán 70 piés ele largo por seis ele di:imetro, se colocarán debajo del rio americano, cerca del agua, y los depósitos encima. Los cilindros serán ele luerro de caldera del más sólido. La caida perpendicular de la fuente alimeuticia en los receptáculos de aire colocados debajo, sed de 21-! piés. Se calcula_que podr:í obtenerse un poder suficiente para elevar á 150 piés, un volümen ele cerca ele 3.J 50.000 cuartillos de agua por minuto. Cierto número de grandes válvulas estarán relalacionaclas con los cilindros para dejar escapar el agua clespues de la salid a del aire comprimido. Los autores ele la empresa se proponen llegar ,í sustituir el a ire comprimido por el vapor en todas las máquinas lle · · Buffalo.

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EL CIBLO, POR AllADEO GUILLEMlt Creemos que ya nuestros lectores conocen otra ubrn de es·t e autor: Los Cometas. El Cielo, es otro trabajo de astronomía, hecho chísico actualmente y que ha alcanzado los honores de una quinta eclicion. Uu éxito semejante no es muy comun, pero el autor ha hecli'o todo lo posible por merecerlo. La ciencia se transforma con tanta rapidez, que despucs de la primera cdicion, gracias al am\lisis espectral principalmente, ha sido completamente renonda. El libro h a seguido la marcha de la astronomía, presenta· su ültimo balance. El autor indica sinceramente lo que se ignora, clespues ele haber descrito lo que se sabe. Es incontestable qne ve terminar la cxposiciou de seductoras teorías por esta reflexiou enojosa: «Es necesario 110 fijarse en las aparJencias; por ingeniosas y plausibles que ·sean las hipótesis, pueden no tener fnndamento,)J enfría ele uua manera sing nlnr el entusi~ismo y desespera los ·éspíri-


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tus superficiales; pero l\'.L G uillemin sabe que el método científico no permite afirmar punto alguno sin pruebas, y que el ünico medio de restringir el pensamiento en las investigaciones es de~fr abiertamente lo que no se sabe. Lo maravilloso se desvanece, los sueños desaparecen al contacto de esta severidad rígida; pero el razonamiento se fortalece, el espírit u deja de contentarse con palabras, y la obra se hace verdaderamente lUl libro de ed ucacion. Este volümen, que inspira el má s vivo interes por la atraccion suprema de la realidad, reviste la forma lujosa del Kepseake, y habla tanto á los ojos como á la inteligencia. De todos los astros cuyo di,ímetro ha siclo medido, por ·ejemplo, da artísticas fig uras que muestran su relacion con el tamaño de la Tierra. Reproducimos los satélites de J Lípiter, comparados con nuestro globo y con la Luna; se ve, que, hecha excepcion del segundo, todos son mayores que ésta, y que el tercero sobrepasa aún notablemente, las dimensiones de un gran plan eta, M ercurio.

¡ Qué diferencia con los singulares satélites de Marte! Deimus, girando en treinta horas diez y ocho minutos á 5.876 leguas de 4 cuatro kilómetros del centro de Marte (5.031 le'guas de la superficie), y cuyo diámetro es sólo de 9.600 metros, ménos de dos leguas y media; este es el cuerpo celeste m ús pequeño cuyo <liámetro se ha calculado; Phobus, 'm ás extra01;dinario mí.n, un poco mayor, 11.200 ri1ctros de diámetro, y que g ira alrededor de Marte á 2.333 leguas de su centro y l.513 de su superficie, en siete horas, treinta y nueve minutos y treinta segundos, ménos del tercio y m,ís del cuarto de la duracion de la rotacion del planeta. Con todo lo reciente que es la publicacion del volúmen, este descubrimiento no ha podido tomar lugar en él y se resena para la sexta edicion, y prueba un a vez mlÍs la prodigiosa rapidez con que se agranda cada dia el campo de la ciencia . Si en la nueva edicion las adiciones serán felizmente numerosas, las correccio• nes en cambio, lo serán muy poco. Citemos solamente, haciendo un poco la crítica, el capítulo sobre Saturno.

L ~s satélite3 de J lipi ler cornparaúos con lá Ti erra y la Luna.

cuyas cifras, relativas á la superficie, al volúmen, á la Sobre todas las cuestiones, el autor La t enido cuendensidad, á la duracion ele rotacion, al número de días ta de las últimas investigaciones ; así es que las pri· saturninos comprendidos en el año saturniano, son meras ele las observaciones hechas sobre la nueva es· erróneas. L a duracion de diez horas, catorce minutos trella del Cisne, han podido tomar lugar en el volú· y veinticuatro segundos, hallada recientemente para men, así como las investigacion.es recientes sobre las la rotacion del planeta, por Mr. Asaph Hall, es casi estrellas dobles, :í. excepcion, sin embargo, de los notables trabajos de nuestro colaborador Camilo Flammaidéntica á la determinada por H erschell. Esperamos tambien que en la próxima edicion el , rion sob re esa rama de la Astrouomía estelar. lvI. Guil· misterioso Vulcano, que parece ha sido observado seis. lemin reparará esta omision al hacer la próxima tiraveces, y que se esperó ·v anamente en 1877, habrá vuel- da de su hermoso libro, que es un modelo de todos los to á verse. Es necesario no olvidar que L e Verrier ha- nuevos procedimientos del arte gráfico : de planchas bía indicado el paso de 1877 solamente como posible, y negras grabadas en madera, planchas de co1ores, ero· que el primer paso, que ¡jarece cierto, no tendrá lugar roo-litografías ele una precision científica., de una clc]i.. hasta 1883. Como ya no tenemos ti L e V errier, para cacleza artística ele colores; grabados en cobre, fotocalcular las fases, esperamos que alguu piadoso astró- grabados, ·foto-gliptia, todos los medios de reprod ucnomo hartí. el trabajo y recordará en tiempo ütil la cion han co ntribuido ú la perfeccion de esta obra. El época de las observaciones al muudo científico. Hay ed itor y el autor, cada uno en su esfera, están al cor· asimismo en Astronomía incertidumbres bieu curio- rient.e ele los últimos progresos ele la industria, así cosas, de las cuales no es Vulcano el ünico ej emplo; en mo de la ciencia. otros t iempos se creyó ver un satélite de Vénus, en este siglo se le ha buscado en vano; el descubrin:¡.iento PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HJmMANOS, de los satélites de Marte, llama la ateucion sobre esa cuestion, que merece un exámen definit.ivo. MADlUD.-'ripografla Estereotipia PEROJO,


Núm. 42.-14 Setiembre 1878.

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En el númern de los diversos productos que concurren al acrecentami ento de las a r tes más PARA L A GRAN I ND U STRIA variadas, encontramos principalmente dos agenEN LA EXPOSICION Uf\ IV.ERSAL DE 1878. tes indisp ensables , que son los ácidos y los álcalis . Nos proponemos exponer en esta Revi sta la El más importante entre los ncidos, por su marcha de los prog r esos realizados por la in- precio bajo y s us propiedades notables, es cicrdustria química desde tamen te el ác ido sulfúla Exposicion universal rico. Este cuerpo se prefra ncesa de 1867. Supara co n el az ufre ó los . pondremos que el lector sulfuros; el ácido á 50º, está al corriente de los por ejemplo, correC!progresos indicados en pondiente :i 20 kilog ralos informes de \V urtz, mos de ·az ufre costaLamy y Hofmann sobre ba en 1867 de cinco á las artes químicas en la se is pesetas los 100 kiExposicion de Viena de . los . Actualmente este ·J873 y los de los señoprecio es mu cho m ás bajo. Por estos elatos se res Kulmann hijos, de E. Ro pp sobre la Expoconcibe fácilmente la re- · sicion de Filadelfia de gla que se si güe para 1876. determinar por el p recio del az ufre el del ácido y Es fácil de con cebir el de lo s productos que r¡ ue para productos, obde él se deri.van. jeto de fabricacion tan Los esfuerzos de los antig ua , los prog res,os fa bri ca ntes se dirigen, l'Cali zados en períodos pues, á conseguir el metan próximos, no h a n j orami ento de los propodido producir en la cedimientos de extracmayor parle de los procio n de estas sustancias ce dimientos cambios primitivas y h ácia los importa nt es. medios qu e permiten · Po r cons·guiente, la realizar económicamenobligacion de producirte la co mbustion del los mejor y en m ejor • az ufre y ele las piritas. marcha , ha forzado á Oom011zaremos esta reparte de lo s industl'i ales vista por el estudio del i i1wcstiga r las situaazufre y s us derivados. ciones m ás ven tajosas Azufre (1).-El pride prod uccion; los gas- }forno calcarnn c -D , muda; D, muro; e, b, sue lo calca rone; C , cámara donde se cuela el azufre; ( , (, cemer perfeccionamiento tos de transporte,· á pepa r¡u e recu bro la muela cl es1rnes el e la ?arga , y comre:dizado en la extracsar de las tarifas espepuesta del residu o ele operaciones a nl en orcs, a , ,1, a, con ductos vc rli cales que sirven para caldear la mu ela cion ele este cuerpo, que ciales de .los caminos de y que se deja n abierto s al come nza r i ponerla e n mov ise h a hecho durante miento. hi erro, que al tran sp ort an lo tiempo con tan petar las materias primitinomía , se debe al S r. Tucci, y co nsiste en ca eco vas absorben aún una parte muy grande de los un a clisposicion p:irticul a r de los humos lla mabe nefic ios. dos calcaro n es (ca.lchcron i). Véase la fig ura a dDe ahí la necesidad de colocar las fAbri cas bien junta·. Desde esa época , haciéndose mu cho más sobre las minas, bien en la proximidad de puertos . Añádase además que la m ar cha rápida considerable el consumo ele azufre, la. investide los métodos científicos y su vul garizacion, gacion de procedimi entos nu evos y las disposihan permitido por fln disipar las preo cupaci o- ciones de los horno s ha n experim entado estos nes de secre tos de fabrica, y á menudo de ignorancia, que cubría con espeso velo esa gran in( 1) De l'explolation eles sou(1·cs eri Italie et dans le dustria _d e los productos químicos. Midi de la Fi·ance, Jules Brunfaut.

LOS PRODUCTOS QUÍMICOS

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SEMESTRE.

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últimos años num erosos perfeccionamientos. Por consiguiente , añad ire mos de seg uida que la falta de com bustibl e, unida ú la rutina , ha impedido la adopl~ion en Itali a ele los procedimientos que producen notables eco nom ías en lo s rendimientos del azufre . Entre estos diversos sistemas, indicat·et11os los ele Durancl, Hirzel, el ele Bofüna nn en el que se disuelve el azu re por medio de l su lfu ro de carbono, en fin, el procedimiento Gil! ; el prim ero cons iste en fuqdir el az ufrc po r medio del aire cali ente privado de oxíge no. · E l método d e Gill fué apli cado en Palermo por los Sres . E. y F. Thomas; en él se somete el mincrnl su lfura do ú una corriente ele vapor reca lentada á 3 ó 5 atmósferas. Segu n M. Scheff, el sistema m ás exte ndido actua lm ente en Sicilia, co nsi ste en la construccio n ele pozos, y la explotacion de las min as segun un método r acional, que cuando es bien aplicado con el procedimiento por calcaron donde se quema un a parte del az ufre para ftindir res+,o con el calor perdido, constituye aú n, el método más eco nómico. Sin embargo, teniendo cuenta ele las diversas modificaciones que experimenta el az ufre en su co nsistencia por el calor, principalmente en un país donde el combustible es mu y raro, lí quido á 110°, pas toso á 210° y no vuel ve á .ser líquido sil'!o á 450°, no pu ed por ménos ele consid erarse que la rutina y la falta ele vías no permiten una extraccion más eco nómica ó el transporte á un precio más b ajo. Además, y á pesa r ele estos perfeccionamientos , este método ofrece siempre pérdidas causadas por cierta parte de azufre que permanece adherida á la ganga, así como por el desprendimiento q_ ue se produce ele ácido su lfuroso y la destruccion ele la recoleccion en muchas leguas. En ciertas localidades, y entre otras en Romaña, la extraccion del az u fre se hace en los hornos llamados Doppioni. E l empleo de estos últimos exige que se escoja el yeso ó su lfato de calcio, así como el carbonato de ca l á ntes de la destilacion. L¿s obt·eros había n observado hacía mucho tiempo q ue el yeso com.e el azu f1·e. E l Sr. SerLini ha demostrado, en efecto, que cuando se calienta ú H0° un a mezcla ele sulfato ele cal y de az ufre , se produce segun la ecuacion CaO SO•

+ 2S = 2S O

2

+

CaS

ácido sulfueoso y s ulfueo de calcio. Ante la cantidad siempre crecie nte de consuino de az ufre para el tratamiento de las viñas ~' la dificultad de hallar un método econó mi co

ele explotacion, el·gobierno italiano se pregun ta si hab rá medio de ver desaparecer ráp idamente esa fuente de riquezas. Ordenó un rcco, nocimiento y segun las co nclusiones del informe del señor Lorenzo Parodi , antig uo director de las minas de Grottacalca, resulta que la extrnccion ele az ufre en este país , exigiendo la investigacion y extraccion en minas á un a profundida d mucho m ayor, el precio aumentará, y que el porvenir está entónces probabl emente reservado al azufre extraído ele las piritas, que se enc uentran repartidas en g ran cantidad en la superficie del sue lo. Para termin ar añad iremos, que la enorme cantidad de los pedidos de este producto han provocaüo ya nuevas explotaciones en Españ a y sobre todo en Islanciia donde h an v uelto á explotarse anmg uas minas. La Exposicion universal de 1878 nos muestra pues, a ún mu chas lag unas- sobre la extraccion de este metaloide, sea bajo el punto de vista del min eral , donde se e ncu'e ntra en el estallo natural, sea igu alm ente bajo el ele los min erales s ulfurosos, y principalmente de las piritas. Entre los privilegios q ue se han tomado y los procedimientos señalados para · la extraccion del azufre ele las piritas, indicaremos el m étodo de MM. Perret cuyo ensayo ha hecho la compañia ele Sai nt- Gohaire y_ el de M. P. 'vV. Hof~ 1nann·. E_l primer procedimiento consiste en calentar en un horno cualqu iera~ un a ó muchas retortas cilíndricas horizontales que permit~n introducir el mineral por un lado, ·mientras que por el otro hay un vaso con tubos que permite recoger el azufre. Cuando este último está destilado, se extrae . del horno el r es iduo, h aciéndole caer en la rejilla del h orno donde se calcina. M. C. VV. Ilofmann ha procedido ig ualmente, para la extraccion del az u fre de las piritas, [1 apl icar la propi edad c1ue po seen ciertos cuerpos de descomponer el úcido sulfuroso apoderánclo· se ele s u ox ígeno , tales so n por ej emplo, el carbon , los s ulfu ros alcalin os y alcalin o térreos. Se concibe, pues, fác il mente q ue ca lentando el s ulfuro ele calcio a l rojo, h aciendo pasar luc· go po,r· la masa una corriente ele ácido s ulfu roso producido por los calentamientos varios de las piritas, se produce el az ufre, que se destila y permanece en la retorta del s ulfato ele calcio, que se transforma de nuevo en s ulfuro de ca lcio . L a produccion de azufre en Europa se eleva actua lm ente á lo ménos á 380 millones de kil og ramos repartidos ele la manera siguiente:


L.'\.

~ AT URAL EiA

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Italia. . ...... . . . . . 350 .000.000 FORMAS EXTERIORES DE 108 METEOillTO , España.. . . . . . . . . . . , G.000.0O0 Diversos países..... :2!i .000.000 En lre los expositores indicaremos: . ~ ·u estros lectores sabe n ya que los meteod En Francia M:\I. l3oude et fils, de Maesella. tos ó piedras que caen del cielo se h ace n notar .\ zufrc refinado, sublimado, trit~rado , etc.; ade- á primera vista por sus formas mús ó ménos mús, las fotografías de 1:-ts diferentes operacio- angulosas y esencialmente fragmenlari aF, y por nes [1 que debe someterse el azufre, y un mo - la corteza que los envuelve por toclas .pal'lcs. E l delo ele! h orno empleado. primer carácter viene de que los ejemplares que Produccion diaria: Flor de azufee, 14 .000 ki- recogemos despues de la cxploE:ion de los bóli lorrramos· azufre en cañon 8.000 kilogramos. o 1 dos, no son sino mínimos restos de cuerpos cel\L Renard, de l\Iarsella : Ejemplares de mine- lestes, muchísimo más geandes, y no volvererales q ue acompañan el azufre en estado nati mos á ocuparnos ahora ele una materia de que ro. Azufre en bruto de diversas cal idades. Gra- se han ocu_pado muchos artículos insertados en nizo de azufre, azufre sublimado, refinado, tri - LA • ATURALEZA. turado, crista lizado en snlfuro de carbono. Azu En cuanto concierne á la corteza negra , conít·c solu ble ó precipitado. Azufre crist::d izaclo viene, ·por el co n trario , entrar en algunos detaprismático : Proclucdon con poca diferencia la ll es muy instructivos, co mo vamos ú ver , h::ij o misma que la ele la ca1;a l3oude. puntos ele vista diversos . }I. Gros, de Narbona. Azufre cristalizado, icndo los meleori los restos la costrn se triturado, flores de azufre . Gran procluccion de ha producido necesariamente sobre snperfic:cs az urrc tritu rado . idénticas á las rotw·;1,s que podemos produ cir Tlalia expone el azufre en bruto, bellos ejem- en el presente á traYes de los ejcmplare!3. S i coplares de azufre nat:.iral, cristales de sulfato de nociéra lllO.S los meteoritos más ordinarios, recal, etc. Por cons iguiente, no reina mucho órden cono cer íamos que la superílcie de la rotura ha en esta exposicion, y es difícil segu ir las di versas experi mentado modificaciones muy peofundas !'ases de las operacio nes. La procluccion anua l para pasar al estado ele corteza. e.le Sici lia de azufre bruto es de cerca de 250.000 Por lo pronto. en lo que conciern e al color y toneladas. al aspecto cx~crior el contraste es completo. La Cenesa Sulfur Company; Azufre crudo, azuroca meteórica que nos · ocupa es ele un co lor l're en b r uto, primera fu . ion. o•r'Ís º oscuro ) su eslrncturá es ílnamcntc granu Sociedad o·cneral de azufres de París: Peda- lada, y su contacto es áspero y rudo; la costra º ws ele azufee fundido. externa, por el contrario , es de un color n eg ro Erco le , R uffi, Rimini: Los mismos '. hilos de muy oscuro, su estructura es lisa y pulimentaaz ufre . da y su contacto, por consiguicnlc, es muy La Grecia expone el az u fre extraiclo de los s uave . La diferen cia es tan grande , que á priminerales de Ii los . mera vi sta parece que la pi edra gris ha sic.lo En Rusia t1ay la mina de azufre ele Ciar- embadurnada con una materia negra del lodo kowy cuyo peopictario es el r. Puslo,Yski . El di fercn te, como podría encubrirla una capa de azufre es separado ele los minerales por el pro - color ap licada por toda su superficie. cedim iento de los Sres. E y P. T homas, es deci r, No obstante, no existe nada ele eso; los anúli por fusio n con el vapor de agua recalentado. sis químico s más exactos, no llegan [i desc uEn uecia se saca igualmente cierta cantidad brí r di vergcncia . alguna de com posicion en trc Lle azüfee de las piri l_a s, por ejemplo en la fábri - la roca grís y su cubierta negra . Aún más, un ca de Faun , que expone bell os ejemplares. ex perime n to m uy sencillo, permite tran sformar E n íl n u n número bastante grande de fabri - completamente la primera materia en la seg un -· c:a ntes de productos químicos extraen el azufre da y .reconocer entre las dos los vÍn 8ulos que de sus residuos de sosa . El procedimiento gene- · reunen sobre la tierra las rocas llamadas mela• ralmentc seg uido es el del Sr. l\Ioncl. m,órficas, á las masas de donde se derivan. En Bélg ica. ha ll amos la rcflncr ía de los seño- Basta, en efecto, calentar a l rojo u n fragmento res Koch y H.eis: Azufre sublimado. Bastones ele la ro ca para hacer una picdea comp letamen~ de azufre, fot·ma rusa . te negra, siendo a i co mo se explica esa sin( 8e continuará.)

gular idad de ciertos meteoritos negros, como el ele Tadfern , que parece q uc han sido clesprov islos ·de corteza exterior; toda su s ustanci:l ha


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pasado al estado particular que constituye la nombre de piezogliptos que las ha impuesto. De todas mancr ..1s, es imposible que no se corteza. En cuanto á lo que es el pulimenlado de la su- note en ellos q uc exislen estas depresiones, perficie exterior, comparado con la aspereza del c uyo orígen es mucho más simple y que provieinterior, es manifiesto que h ay en ello algo aná- nen de la rotura de la misma roca meteorílica logo á lo que ocurre en los fragmentos de rocas, de una m anera del todo directa. Para probarlo r1 ue por su frotamiento en el agua pasan pro- hemos insertado los dibujos que nuestros lectogresivamente al estado áspero. Pol' consiguien- res tiene n á la vis la, y que se han tomado, de la te, existen diversas circunstancias que han pa- manera mús ·e xacta posible, de los ejemplares recido á muchos geólogos que se oponen :'.t una conseevados en la coleccion del Museo de Paris. La fig. t representa, como ya hemos dicho, asimilacion completa. Se trata principalmente do las depresiones que presenta muy ordinaria- una de las depresiones más caracterizadas que mente la superficie, y que han sido comparadas pueden ofrecer los meteoritos. Pero lo que le · algunas veces á la impresion que p1'.oducirían añade más intereses que el ejemplar que reprolos dedos en una pasta blanda; á menudo se ve d ucimos y que proviene de la célebre caiclaohsertambien un a especie ele encogimientos alarga- vada el 2G de Abril de 1803 en l'Aigle, en el departamento del dos, parecidos á Orne, deja ver el los que representa enlace íntimo de la Dg. 1. esta depresion con M. Daubrée, una Dsura natural partiendo de los ó punta que atraresultados que le viesa la roca mehan dado sus exteorítica. A la izperimentos sobre quierda del dibujo la rotura de peclase ve esta punta, zos de hierro por medio de la dinaque se prolonga mita, ha emitido en la roca desprosobreestacuestion vista de corteza, y una serie de consi'>C concibe cómo un débil embotaderaciones e u y a conclusion genemiento ele los ánral es que las degulos produciría presiones que nos ahí un encogiocupan resullan l<i g . 1.-í\lelcorito c1iclo e n l'Aigcr (Orne, JI rancia) en 1803 y que mucslra mientoverdadero. una depresio n en relacion con una juntura que a travie&a todu el c-jcm- La opinion que se de exca1:aciones plar. (Ta·11a110 natural C:., lccc i'> n del i\luse'.'IJ, cjerciu.as sobre la saca ú la vist::J, de superficie de los c::.la piedra y de meteoritos durante su tr.:iyecto atmo1,férico en otras 111 udrns de la col cc-cion, es que el cncogilos torbellinos gaseosos. Es un hecho que los mien lo deriva efccli,·amcnte del desgaste puro gr..inos de pólvora incompletamente quemados y simple de una rotura ele úngulo entr:anle. presentan excavaciones considerables, y áun se Se perciben én la parte inferior de esta mis• podría á menudo considerarles bajo este punto ma fi gura depresiones g roseramente hemisfériele vista más bellos que los naturales, puesto cas, mús ó ménos agrupadas, como las que se enque los meleoritos no ofrecen nunca ó casi nun- cuentran con frecuencia en los meteoritos más ca cavidades tan profundas . De la misma ma- variados. En vez ele presentarse como resulnera, las barras de hi erro rolas por la cxpl'o- tado do un taladro, lJarccen derivar de un ension de la dinamita !un presentado á menudo cogimicnlo ele un simple barnizajc de la rocorrosiones diversamente oricnladas, de las tura. La roca, en efecto, estú r;camente proviscuales muchas han aparecido en las Comptcs ta ele materias globu liformcs, un as pétreas, R cnclus. otras metálicas, que en el momento de la rotuNo es dudoso que los hechos señalados por el ra dejan las paredes impresas en hueco; ade• sabio geólogo constituyen una gran regla en el más, estas rocas granulosas que constituyen las fenómeno meteórico, y se admitid. que cier- piedras caídas del ciclo, se rompen á menudo tas depresiones de los meteoritos merecen el bnjo la accion del marLillo, de tal modo que pre-


LA NATURALEZA sentan excavaciones angulosas más ó ménos piramidales. La suavizaeion de los ángulos de estas pirámides entrantes debe dar cavidades groseramente hemü;1féricas. La 11g. 2 hace ver hien claro la realidacl de es ta afirmacion . Representa un modelo del me teorito recogido el 9 de Diciembre de 1858 en :'\Iontregian (F-fa.ute-Garonne, Francia) . La face que se ve de frente es una rotura que recorta la costra externa visible por la parte superior. Ahora bien, esta rotura muestra en los puntos marcados A, cavidades del género que nos ocupa y que no _necesitan sino un simple trabajo de cin celado para convertirse en depresiones

idénticas á los piezogliptos mejor caracterizados. Otro argumento en favor de esta manera de expli car las depresiones -se pone en evidencia por la üg . 3. Es un ejemplar de la piedra caida el ·J 2 de farzo de 1798 en Salles (R hóne, Fran cia) y que muestra granulaciones metálicas formando una g ran saliente sobre la corteza. Si en este caso los torbellinos de aire oxigenado hubieran desempeñado un papel preponderante, sería evidentemente sobre las granulaciones sobre las que se haría sentir preferentemente, y éstas habrían determinado la produccion de las cav idades; lo con trario ha tenido lugar en los

Fi g. ~.-?l[e too ritó e1i<lo en i\loútrigean (H aute Garonne) en I s:;s y que muesJ;ra e n la r otura reciente de las caviciacles A, A, que no noces ihn sino un pcqueiio desgaste para ad quiri,· la forma exacta do d c pres ion ele la superficie ó d e los pic~ogliptos. (Tamaiio natu ra l. Coleccion de l '.\lusco de P a ris.)

ejemplares del Museo de P arís que muestran que el hecho es del todo ordinario. La experiencia ha ve nido á conl1 rm ar de una manera muy imprevista é interesante la, expli cacion por crosion simple de accidentes de forma de los meteoritos, y el resultado ha sido presentado muy recientemente á laJ Academia de Ciencias de Paris por M. Daubrée. Cons iste en ejemplares de cemento de Portland, fabricado por un procedimie nto que exige un enfriamiento muy rápido de piedras co.c idas: las piedras calentadas al blanco son expuestas á una corriente forzada de aire frio: las cond iciones de los meteoritos están , pues, exactamente lnYertidas, puesto que es el aire el q ue acciona en éstos, pero el efecto es el mis mo . Ahora bien, en las partes

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Fi¿ . ~.-:\Ictcorito caid o e n S alles (Rhóne, F rancia) en J 7!)8 y que mue~lra dos gránulos ele hierro metálico que hacen una sa lie nte muy marcada sobre la costra. (Tamaño na tura l. Coleccion del l\Iu seo do P aris.)

en 11ue abren la corriente contra las masas calentadas, el aspecto anguloso cambia complcfo.mente: se produce una superficie lisa con depresiones redondeadas, que se parecen en todo ú la superficie de los meteoritos. En el momento en que la con iente de aire choca co ntra la piedra calenLada al blanco, se desprende un polvo quemante y formado por las asperezas de la piedra. E l ejemplar que M. Daubrée ha depositado en las oficinas de la Academia, presenta precisamente un encogimiento con el de la fig. 1, resultando evidentemente de un a rotura entrante desgastada y suavizada ele una manera su fi cientc. Nos parece que nada puede con!1rmar mejor


LA NATUH.ALEZA lo que se- ha escrito sobre esta cuestion en LA cularmente por los res. Forel, á cuya amabili(ed icio n francesa) desde 1872. Asom- dad debemos tener á nuestra disposicion _las brnc.los por el contrasLe de forma que presentan pi ezas más notables ele su coleccion, de las cualos meteoritos entre el· lado que durante el tra- les ofrecemos ú nuestros lectores la reproducyecto atmosférico se hallaba delante y el que, cion o-rabada de una prueba fotográfica. Casi al mismo tiempo fué explorado todo el estando <letras se sustraía relativamente á la ac cion excestva del ai['c , deuíamos: contorno del lago, y reveló i los arqueó logos ,cE l redoncleamiento de la superficie de clc- maravillados todo un mundo absolutamente lan te es debido t'i u na Yerdatlera erosion prod u- desconocido. \.quí existían los instrumentos de cida por el aire y comparable en todo á la que piedra solos, sin mezcla alguna con la época realiza el ag ua sobre las rocas teerestres. Las má aYanzada del metal. Tal es son las estacioarrngas y caréomidos son el resultado de una nes de l' Eglisc de Morges, las ele Fraidague y verdadera escultura, reduciéndose hácia dentro ele Promenthouse en la orilla vaucloisa; de Thola col'teza á medida que se gasta por fuera y que non, Vernier y Coudrée sob re la ribera francoel calor gana terreno por consiguiente. Consi- . sa; las ele Eau~ - Vives, en Ginebra. Estas miderados bajo este nuevo punto de vista ciertos serables estaciones, como ya hemos hecho· ncmeteoritos, por oLl'a parle muy numerosos, iar, existían anteriorn~ente á la aparicion del ofrecen pol' la fol'ma un parecido ge nera l asom- metal y fueron destrniclas con loda probabilibroso con esas islas cse;andinavas cuya region dad hácia su introcluecion en . los la/)'os franceseptentrional ha experimentado el roce del fe- ses. En muchos sitios, en los Roscaux de :\Iornómeno enútico, miéntras que la orilla derecha gcs en ncauecgard {orilla francesa) las estacioha estado al abl'i<>-o ele é l. » nes, por más que contenían pl'incipalmente utensilios de la época neolítica, hachas ele serpentina, piedr.a s de moler, etc., mostraban sin OIUD.A.DE PREHISTÓRICAS embargo por sus hachas , alfileres y cuchillos DE L A ÉPOCA LACUSTRE. que estaban habitadas cuando la introduccion del bl'once . Los cimientos lacustres ele la última (Continuacion.-Véasc número 41, página 226.) época son los más numerosos . De las catorce que posee la orilla va u do isa del lago , estaciones I. tres tan sólo pertenecen á la piedra p.ura, sólo La gran ciudad de Morges. una á la época intermediaria, cinco al bronce. (L,'80 DF. GIXF.RllA.) Otras cinco están aún indeterminadas, no haEl descubrimiento de cimientos lacustres en biendo suministrado hasta ahora sino algunos el lago de Ginebra siguió muy de cerca los pri- fragmentos de vasijas. La ribera saboyana es meros estudios de Femando Keller sobre los igual mente rica en cimientos .de la edad de instrnmentos prehistóricos de la esfacion de bronce. En el notable trabajo que ha consagraIeilen. En todos tiempos los pescadores del do á este objeto {1) el sabio director del Museo L6man habian obsen·aclo ú una pequeña dis- de · nnecy, el r. L. Revon, menciona particutancia de la ol'i !la -y e;u brie ndo á veces espacios larmente, en las catorce estaciones en q uc .ha consiclel'ablcs, grand es piezas que sobresalían operado excaYaciones, la de Vernier, ú lo largo del fondo y en las cuales se enredaban y se rom- de la estacion del mismo nombre de la edad de pian sus redes. Las aguas tranquilas y trnnspa- piedra, la ele i\fos ery las cuatro e taciones vercntes dejaban ,·cr cnLl'c estas piezas innume- cinas de Cheus-Cusy, y en fin, el bello poblado rables fragmentos de vasijas, pero aún no se de Thonon. Sob re los ol'illas del pequeño l,1go , le h ab ía ocurrido ú peesona alguna la idea de especialmente llamado lago de Ginebra, se esremontar hasta las épocas peehistóricas estos calonan aún nueve estaciones, entec las que la restos de la \'ida doméstica que atribuían, como rica ciudad de Eaux-YiYcs y las m énos favorelos depositados en la Ol'illa, á generaciones re- eiclns de Yersoix, ele los Paquis y ele la Beloth, cientes. Las armas y las joyas de los antiguos , que com o las precedente , han suministrado lacustres permanecían inexplicables, despues ejemplares del ade. prehistórico de las tecs de millares de años, cubriéndose lentamente de épocas. una capa calcárea, hasLa que en 1854 los señores Morlot y Troyon hicieron sus primeras cx( 1) La llaule- Savoic ,1vm1tc les Romains, cap. 11· . Eslacavadones, continuadas y enriquecidas clespues cion s lacuslres d el lago de (:inehra. (Rei•ue s,1voisienne 31 1 dG ellos por los Sres. 'anad y Monotl y · parti- Juli o ISi ~.) N.~T RALEZA


LA

A'l'URALEZA

Enke todas o ias estaciones, que hacen en el ln"'O de Ginebra u na especie de fortificacion flotante, la ma"'níf1ca bahía de Mor"'es parece haber. ido en tocios tiempos la mús ricamente poblada. La s ituacion particul:u r1uo ocupa en la orilla, á una distancia casi igual de las dos extremidades del creciente líquido en que se \'acia el Ródano, la ensenada abrigada que la ofrece una retirada segura en caso ele ataque, aseguraba desde un principio una supremacía incontestable [t sus habitantes . 'l'ambien vemos establecerse sucesi vamen Le en las faces de la época lacu tre á tres ciudades en este sitio privilegiado. La primera fué la estacion de L'Eglise, poblfcion circular cuyos cimientos esLán elevados alo-unos decímetros por encima dél s uelo por un a capa ele p iedras á la maneea de los Teneüii'res del lago de :\feufchatel y del leinberg del lago de Bienna. El suelo elerndo de esta estacion que en las ao-ua bajas se en cuentra á dos ó tres metros por debajo del nirnl del lago, ofrece en varios sitio.s depresiones en cuyo fondo se ve el fondo normal. Estas depresioücs , ali neadas regu larmente como los mi mos guijarros , correspondían ciertaménte á las líneas seguidas ele las habitaciones . Las hacha de piedra, las muelas de piedra, los pesos de arcilla, algunas miserables vasijas de una pasta grosera mezclada de granos de sí lice, la ausencia completa de todo instrnmento de metal asio-nan á la estacion do L' Eg·lise la época neolítica pura. Al :\forte de esta pobre poblacio n se halla un seg u nclo emplazamiento llamado los I oscaux, donde se encuentran mezclados los instrumentos de piedra y la hachas de la época de bronce. Los cimientos ó estacas do la tercera ostacion, llamada Gran ciudad de -1lo1'ges esLán colocados frente de la ciudad moderna á oe1·ca de 200 metros de la cslacion ele L'Eglisc, sobre un espacio do cerca ele 1.500 piés de largo por 200 piés de ancho. La riqueza y la variedad de los uton ·ilio que e han cxtrniclo la colocan en el rango ele al"'una ciuclaeles á las que ha a ignaclo :\I. Desor la edad Lle\ helio bronce lacustre. Las espacias ele la edad ele bronce son, como sabemos, parLicularmonte corlas, midiendo apé nas 65 centímetros con la empuñadura, no :teniendo esla última :'t menudo mús de G ú ,' ccntimetros. Esta exio-iiidad de las armas pr históT'ioas ha servido ele base á j\L j\fortillet para a io-nar al bronce un ol'Ígen enteramente oriental. Ha ta ahora se han enéonLrado tre tipos diferentes, que se cfosiíican por la forma ele la empuñadura , cgun que esta t'tllim:1 sea ele metnl

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y esté ajustada á la lámina ó esté provista do una guarmc10n que o adapta al espigon . Los palafitos de la bella edad de los lagos de _-eufchatel y de Bicnna nos ofrecen los tipos ele la primera serie, empuñad uras llamadas de botones ó de antenas; la o-ran ciudad de forges n o ha legado sino la espada do espigon plano, de lámina de una ele<>'ancia extrema adornada do esa estrías lon"'itudinale que se reunen en ángulos obtusos á la exkemidacl ele la punta. Estas estrías, fáciles ele obtener por el vaciado, eran tan del gusto de nuestro antepasados, que se las ve subsistir hast-a la~ primeras espadas de la edad de hierro, á pesar ele las di fic ul tades que debía presentar entónces su ejecucion. e observa en la espiga de la es1faela ele Morges los agujeros de los remaches de bronce destinados á unir al cuerpo de la espada la empuñadura de madera, que se ha destruido en el curso de los siglos. Nuestro grabado representa además otra espada más pequeña, ·cuya espiga ha desaparecido, y u n fragmento de uo. arma q ue debía ser m ~,s larga que las dos espadas vecinas . Los puñales de la edad de bronce eran, como las espadas, excesivamente cortas, tenían 8 ó 10 centímetros, raramente 20 centímetros. La empuñad u ra no está en manera alguna unida á la hoja por medio de esp iga, sino directamente fija .con remaches de bronco en el contorno del arma. Presentan igualmente esas estrías longitudi nales características que acabamos de indicar. Las colecc iones do la ociedad de Historia y do Arqueología que hemos podido visitar no h:'t mucho, gracias á la extrema amabil1clac\ do sus conservadore encierra muy bellos ejemplares aún provistos de sus remaches de union; han siclo extraidas, así como numero os y elc"'anlcs brazaletes, del pequeño lago ele, urccc. Las lanzas son igualmente mu cortas, tienen ele J 2 it 15 centímetro , á veces 20 centímetro ; el asta 1 está fija por dos remaches al cubo largo y profundo . Repre entamos en nuestro o- rabado dos bellos ejemplares . Los cuchillos ofrecen las formas más variadas, desde 1a forma encor\'ada, que recuerda los utensilios orientales, hasta la hoja recta inau<>'urada por la edad de hierro. Tnos son de espi "'a plana ó redonda que se in lroclucí:i. en un mano-o de madera ó de cuerno: otros están provistos de un cubo al ual so fijaba el nrnn"'O por un remache. Uno de los cu chillos de la colcccion Porel posee aún un frn°·mento de man"'o. Los cuchillos ele cubo , muY numero os en el lag-o de Bourg-eL rlonde los hn-


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Haremos en nu estra descripcion de la estacion La gra n ciudad de ~Io rges h a suministrado la de Gresine, son ya raros en las ciudades su izas; mayor parte de estas hach as; es notable que tom ás raros aú n son los cuchillos de bronce de das ell as tienen alas muy encorvadas, caracteun solo vaciado, ele mango de bronce , de los rísticas de la bella ec;lad de bronce. No se h a encuales la estacion dé A u ve rnier ha suministra- contrado ninguna hacha cspatuliforme al lado do algunos ejemplares. A menudo las hojas es- de estas bellas hachas ele alas. In dicaremos un tán adornadas de dibujos pe~fectamente conser- h ach a ele cubo con a nillo de suspension y dos vados, y los mangos con realces de pequeñas ejemplares ele g ubi as que son de h ábito exteeláminas de hierro azulado. Los cuchillos más madamente raro en los cimientos lacustres. g randes miden 37 centímetros con el mango. Con la descripcion de las hachas de la g ra n Las h oces son muy numerosas, h oradadas por ciudad se relaciona la del molde de bronce, agujeros para fijar un mang o especial hallado cuyas dos partes fueron halladas de un a manera en el lago ele Bien na por el doctor Grors , y que á la vez tan si ng ular y feJ-iz, por 3. F . _Forel y dcscribirem9s cuando estudiemos la estacion de por su hijo el doctor F. A. Forel, con cin co años Mccringen, contemporánea de la g ran ciudad de intervalo. Este es, segun creemos, el úni co de l\forges. · molde de bronce que encierran las colecciones El instrumento más repartido e n los palafitos, de la época lacustre. Los otros moldes hallados es ciertamente el hacha, que se podía emplear en las estaciones , especialmente por M. Thioly lo mismo para las luchas entre ciudades rivales en Eaux -Vi ves, son de arcill a melásipa. L a forma del molcomo para los de h a mostrado usos domésÜque las alas cos, en particula r para talla·r eran encorvaesas gra n des das á golpe de piezas que han m artillo , lo que conservado la era por lo dehuella de los mas muy n atuutensilios preral. El molde históricos; es tiene una espe/{/ A L E L e A N tas simp le s cie de cruz que huellas bastan, d e be ser la á falta de otras marca especial pruebas, para del f undidor. fijar la edad de C os a curiosa: Plan gen eral de las ciudades lacustres de Murgcs . una estacion y por más que referirla á una este molde ha de las dos épocas de piedra ó de bronce. Un sido h all ado en plena ciudad, nin g un a d e las instrumento tan comun debía n ecesariamente numerosas hac has en contradas á su rededor se pasar por numerosas transformaciones ántes de adapta á•él, como lo muestra el modelo fundido ¡i.lcanzar un tipo definitivo; así es que distin- por los mismos Sres. Forel, y que reprod ucimos gufremos desde el h acha espatuliforme, de ore- á la izqu ierda de la mitad interior del molde. jas rudimentarias, h allada más especialmente Se hallará quizá algu n dia en alguna coleccion en los cimientos de la edad intermediaria y en extrañ a el modelo fundido en el molde de los las t umbas etruscas, h as ta el hacha de cubo, Sres . Forel ; este trabajo será parlicularmentc cinco ó seis tipos diferentes, basada ésta en el precioso para darnos alguna luz sob re las relatamaño de las alas, en la presencia ó ausencia ciones comerciales que ligaban á los lacustres de anillos destinados á colgar el utensilio á la á pueblos m:is civilizados, que cambiaban con cintura ó á consolidar la union de la hoja al el\ os los productos de su industria. No podrá mango encorvado de que está provista, en la conclui1·se de este caso particular que los lacuspresencia, en la extremidad o¡;uesta ó cortante, tres no fundían ellos mismos sus utens ilios; la de un agujero de remache, en fin, e n el cubo y presencia de molde_s de piedra indígen os atesen el peso del instrumento. Estos d iversos mo- tigua lo contrario, as í como las monedas de delos de hacha han recibido el nombre de los bronce y los crisoles hallados entre los ci mienque las han desc ubierto; se dice h ach a Keller, tos lacustres . M. 'l'hiol y posee un molde de cuh acha Schwab, hacha Bertrand, hacha Morlot. chillos, extra ido por él de la estacion de Eaux!

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Ăşbj etos prehistĂłricos <le la gl'an ciud ad de Mol'gcs (lago el e G inebra). Espadas, brazaletes, ani llos, pendientes, alfil ere~ , hac has, etc. (Coleccion del Sr. F . A. F orel).


LA NATURALEZA Vi ves, al c ual se adaptan los utensil ios r ecog i- es muy estrecha, y á un hombre v ig oroso le dos en la vecindad. sería muchas veces difícil ll evarlas. N uesit'o Los objetos do adorno ocupan ~l m ayor s iti o g rabado representa uno ele estos brazaletes: en las col ecciones prehistóri cas. Nti.e:;tros a nte- menc ion aremos siete mag nífi cos modelos, ele pasados no estaban exentos de ese a mabl e vicio los c uales dos -tienen d il ataciones medi anas y de coqüe-tería,. que nu éstra c(vilizacici11 moder- un bonito brazalete do hiño co n gracio sos tor- · na ha reservad0 -m ás es·p ecialmente á la mujer .. zales. En las edades lac ustres ,·hombres Y mujeres in - • Se ha n extraído gran número de otros objedistintamente llevaban bt·azaletes en los brazos tos onteo ·1os cimie n tos ele la gra n ciudad. ele y piernas, pendientes, am uletos, coll ares. Los Morges, eritre otros esos a nillo s, planos ó rebajo-relieves antiguos. no s muestran co n qué dond eados , ele dimensiones á v<;1ces ta n pequecuidado los antiguos peinaban su cabell era; así ñas, que no pu ede1i h aber sido adap ta~los úun es que no n os aso mbrarémos de esa ca ntidad á los dedos más delicados. Se han hecho mon everdaderamente prodig iosa de a lfll eres ele brori- das lacust res. Se nota n además ciertos adornos ce que se han extrniclo de los palafitos. · Cada cuyo destino no es bien conocido, probable arq ueólogo ha enriquecido en cientos de ell os mente pendi entes ó am uletos, formados de cír- . su museo. Apoyándose e n esta prodigalidad, cu los concé ntri cos li gados por pequeños traL L. Ri\·on piensa que las lacustres los pren- vesaños . Cuando h ayamos nota do el rescador dían en aba nico alrededor de s u cabel lera, or- encorvado que representamos ú la derecha de nada á la manera de los peinados fa ntásticos ele la coro na de alfil eres y que la proyeccion de la los abor ígenes de la Australi a ó ele la Jueva-Zo- sombra impide que so to m e por un a nzuelo, no landa . ¡Y qué diversidad en la fot'ma! No se han nos quedará más que describir la m agnífi ca encontrado dos quizá que so parezcan exacta- pieza dibuj ada en la parte mediana superior de mente en la forma . Sin embargo es fácil distin- nuestro grabado, que á primera vista estaríagu ir d i-versos t ipos predominantes, que la im a- mos dispuestos á tomar por una manop la mogi nacion del artista h a adornado á s u placer . derna, gracias á s us cinco prominenci as infeEstos .son los a lfileres llamados cefá licos, ele ca- riores. No es , sin embargo, nad a de esto . Ese obbeza g lobulosa, m uy á menudo provistos de jeto es hueco; n o ofrece huell a alguna ·de sold aagujeros, en los cuales pueden montar piedras du ra, ni re mache de nin g un a espec ie , y no puepreciosas, á la manera de las jo)·as esmaltadas de uno explicarse en man era a lguna c¿mo ha de oro de los túmulos de :t\Iecklemburgu. Tro- podido ejec utarse . Diversos ani llos de la m isma ·yo n mencion a un alfll er e n el cual están in cru s- forma se ha n hallado e n lo s palafltos vecinos. tadas piedras rojas. Alrededor de estos aguje- M. L . Revon cita uno cas i igual, provisto po r ros hay dibujados círn ul os co ncéntricos ú otros co ns ig uiÚ1te de triples emin e ncias , que ha siclo ador nos simples . A veces la cabeza se abre por la extraído do la estacion de T hon on y que se enmitad, co mo en el magníílco eje mpl ar que con- cuentra en la colecdo n de M. Carracl de Lausaserva el Sr. Desor en su coleccion. Las cab ezas na. Los arqueó logos hace n ·c1e estos objetos si nson á veces macizas, presentando un o ó tres bo- g ulares a nillos devotos, destinados á tenerlos to nes, redondós ó poliédricos, rara vez dos; el puestos en las ceremo ni as g uereeras ó relitallo es entónces estriado en torzal. El alfil er g iosas. Las relaciones comerciales, y probablemente está tamb ien [t vocos'soslenienclo un disco y otras tamh ien la cabeza está enro llada en espiral. . hasta los lazos soc iales que unían ·1a gran ci urrodos estos ejemplares se hall a n en la curiosa dad ele Morges á las pob lac ion es oontemporúpanopli a que ha h echo fotografiar ú peticion neas ele la edad de bronce que ado rn aban las dos ori ll as del lago, son atestig uadas por la senuestra el Sr. Forel. De la misma manera so n mu y variados tam - n:ejanza do los objetos extraídos ele las ostacns: b ien los b razaletes, hu ecos ó macizos , sir viendo el número de estos utensilios varía for zosa mon te los más gra nd es para las piernas . Cas i siempre con la extens ion de la pobl acion explorada, pero oslas alh ajas están embellecidas co n d iversos las formas son las mismas; los tipos m ás r icos adornos, torzales, círculos concé ntricos , lí neas se hacen más raros á medida que la ciudad disparnlelas. Presentan á veces dos dil ataciones minuye. Es notable que sólo las gran.des ciudaen forllla de botones, igualmente ador nados de des h an su mini etrado hasta a hora fa espada, círcu los. Los beazaletes ahiorlos está n provis- que en todos tiempos ha sido la in s ig ni a del tos en s us ex lremidades do dos prominenc ias mando. L a es lac ion ele Thonon, la m ás impM· pl:'111as má s ó m é nos acent uadqs. La abertura tanto el e la ribera fran cesa, contenía cuchillos


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de cubo, de espiga plana, y un solo cuchillo de ma ng o ele bronce, ele lo cual no encontramos un so lo eje mplo en las estaciones inferiores, To urges y Vernier, que h a n suministrado h achas y puntas ele la nzas ele tipo co nocido. La coleccion completa ele la época de ))l'on ce en el lago L é man está esparcida en los numerosos muscos ele las poblaciones de la costa y en las colecciones pa rticula res ele los aílcionados, que han explorado el lago despucs ele los primeros descubrimientos de i\Ieilen. Recome ndamos particularmente á aquellos ele nuestros lectores que qui e ran visita r en detalle esos cu• ri osos modelos del arte de la prim era edad: en Ginebra, el magníílco ::\Iuseo arq ueo lóg ico in stalado por el doctor Gosse; las colecciones Thioly y de "\YestcnYe ller; en Lausana, el l\Iuseo cantonal, la coleccion H. Carrard; en Morges, las co lecciones Forel y l\Ionod ; en Saint-Prex, la coleccion Rev1 1leod; e n Cheus-Cusy (orilla fra ncesa), la coleccion Costa ele Beauregard y ílnalmente e l Museo ele Tlionon. Ta les son los principales elementos que, con el estudio ele los mismos cimi e ntos ó estacas, de su agrupacion, en extension, ha n permitido ~L los arqueólogos reconstituir la his toria de la edad de bronce e n el lago de Ginebra, y relacionar esa antigua civilizacion co n la de los pueblos m ás cu ltos que h abitaban entó nccs el continente. La c uestion de los orígenes perm a nece siempre e n suspen so, y n o es nuestra mi sio nen m a n.e ra a lg un a expo n erla en este sitio. Hemos evitado ig ualm ente delinear iodo aquello que se r elacion a con la cerámica y el ar le de fu ndir , en el estudio de la g ran ciudad ele i\Iorges , reservando estos dos temas para n ucskos es tudios venideros so bre las otras tres ci uclacles prchi. tóricas, Auvernicr," ::\Iccringcn , Gresina, que desempeñaban en los lagos ele • e ufch:üe l, de Bien na y ele Bourget el papel que la gra n ciudad ele Morges desempeñaba en el la ,:'" o ele Léman. ( Se confürnai·ci.)

GRAN GLOBO CA TIVO DE M. HE RY GIFFARD. (Continuacion.-Vénso n. 0 41. JJllg. 230.)

Hace ya algun ti e mpo que el g lob o cautivo del patio de las Tullerías funciona con una precision y una seguridad que es, con .i usto motivo, la acl miracion de todos los que as isten á su fu ncionamiento ó qu e toman par le en s us ascensio nes. Estos resultados h a n s ido obtenidos por l\I. He nry G iffard , por el cuidado co n c1uc

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h a probado la solidez· de los numerosos órganos que constituyen este material g igantesco. L a íig. 1 representa el aparato que se ha cmpl_e ado para m edi r la resisténcia á la rotura de la tela del g lobo cautivo. U na banda ele c in co centímetros de ancho del tejido, es estirada en tre dos prcn as l!Ue la cogen por sus extremos m. y m.'; estas prensas se cierran por medio de los tornill os V y"\'. Haciendo g irar la manivela i\ f, se separn la prensa m. de la prensa m.', la banda de tela se a la rga hasta el momento en que se rompe . T na ag uj a movibl e a lrededor ele un se-m icnacl ra n te, representado á la izq uierJa del g r ab ado (íl g. t ), da la fue rza en kilogrnmos . Se ve debajo , en B, á 1/ 5 de tamaño n atural, un pedazo ele tela as í roto. Esta bandil ele om,o;:¡ ha ex igido un a fu erza de 200 kilogramos . La tela de l globó cauLivo ántes de romperse experimenta un alargamien to cons iderab le de cerca de 1/ 10. Resulta que el g lobo podrá aumentar de tamaño más de un cuarto ele s u volúmen ántes que la tela ceda á la accion de la prns ion. Si la pmeba de la solidez del tejido ofrece un a impo rta ncia cap ita l, la que concierne á la solidez del cable presenta un a no ménos considerable . Pero mi é ntras q uc en el pt·im er caso M. Henry Giffard ha tenido que emp lear un aparato conocido, le h:_i sido neces.'.1L'io para el segundo caso crear en todas sus piezas un aparato de l todo nuevo, proporcionándonos un verdadero placer poder da r á nuestros lectores su descripcion. Este aparato, que representa la ílg. 2, se compone de un sólido m arco ele madero , encima del cual está in stalada la prensa h idráulica, que debe determinar la r ot ura del¡ cdazo ele cable que se somete a l ensayo. En el primer plano ele nu estro grabado se Ye la bomba ele dos cuerpos que impele el aa-ua co n tra e l pislon de la prensa hidráulica colocada en la parle superior del marco. Debajo del piston de esta prehsa se halla un -travesaño ele hi erro que ll eva de cada lado dos bielas colgantes que sostienen u n segundo travesaño alrcclcclor del cual se rija la paelc superior del pedazo ele cable que se cnrn ll a . La ex tremidad inferior de este pedazo ele cable esll't sostenida por 1111 tercer traY esa ño, que está !Jjo por medio de un a. arnrns á la parte inferior del marco. En B' esüí. represent:iüo un acumulador que en el mom en to de la rotura del cable evita la s sacudidas Yiolcntas a l manómetro que describire mos e n breve. El t ubo que con duce el agua al acumulador, está adaptado en A y el que le co ndu ce al man ómetro está adaptado en B. .El


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t ubo B, figurado con tea el madero de la derecha del marco, sirve. para evacuar el aire contenido e n la prensa en el momento ele ponerla en movimiento. El manómetro r¡uc mide la. presion está representado en C á la izquierda del grabado. Es completamente nuevo y constituye uno de los Ól'· ganos más interesantes ele tqdo el sistema. Este manómetro está formado de un tubo aplanado enro ll ado en hélice un número ele veces bastan• te grande; las proporciones son tales que puede i ndicar una presion que se ele\ e i 300 atmósfe ras. Hace describ ir á la aguja indicadora . de

presiones una vuelta completa de cuadrante si n ningun intermediario, sin ninguna multiplicacio n de movimie nto . E l aparato, es pues, á la vez de gran precision y de gran pot :i ncia. El manómetro que acabamos de describir ha sido reg ulado directamente por medio de un sumerg idor modelo que tiene exactamente un centímetro cuadrado de seccion, sosteniendo dir.3ctamente los pesos indicadores; poniendo en jueg o un m étodo que permite tener en cuenta el frota miento de este sumcrg_idor por pequeño que sea. Por medio de este ap a rato , M. Henry Giffard

Fig. ! .-Aparato cmplcnt.lo para probar la s::,hlcz de la. tela del gran globo caulirn do .\1. H en ry Giffor,I.

ha probado que para r.omper el exteemo delgado del cable sería necesaria una presion equivalente á un peso de mús de 28.000 kilog ramos y de más de 36.000 ki logramos para el extremo grueso. Si se piensa que el globo cautivo no ejerce nunca sobre el cable una tl'accion de más de 8.000 k ilogramos, y que durante el funcio namiento el cable no está sometido á ningun frotamiento, á ninguna causa de desgaste ó de deterioro, se tendrá la certidumbre q ue nada puede desatar el inmenso aeróstata cautivo del lazo que le fija al emplazamiento desde donde domina por entero todos los clias la ciudad de Paris . · Admitamos, pues, por imposible que tenga l ugar la rotura del cable y examinemos lo que ocurriría en esas circ unstancias. Así respondemos á las afirmaciones erróneas que han emiti do sobre esta c uestion escritores insuficiente-

m ente enterados. Si el cable se rompi era, el g lobo se elevaría rápiaamentc en los a ires, pero la válvula automática inferior se abriría inmediatamente bajo la presion del gas . Esta vá lvula, que tiene 1m,2 0 de diámetro, desaloj a ría de 50 á 60 metros cúbicos ele gas por segundo , sin aumento apreciable ele presion, es decir, b:ijo 4 ó 5 centímetros de agua. Durante el primer minuto el g lobo perdería pues 3.GOO k ilogramos ele fuerza. asc(' nsional , perdería. un poco mén os en el segundo minuto, y a:,í sucesivamente en los minutos si g uientes. En tales condicione:=-, por el solo juego automático de la vúlv ula inferior, el aeróstata no po· dría elevarse á mf1s do 2.500 metros ele aHura. Admitimos que el g lol?o se suelte él mismo, y que se eleve libremente, lo cual no será en realidad, puesto que los Sres. E. y F . Godarcl, y Dartois, está n siempre en la barqu ill a, y qne


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FĂ­ÂĄ;. 2 .-Aparato construido por M. Henry Oiffard para pr0bar la re,istencia a la ruptura Je un pedazo del cable del gran globo cautivu del patio de las Tullerias,


LA . ;:s;ATUHALGZA nunca ejecuta el g lobo una asccns ion sin que dos· ó más de estos prácticos experimentados no esté n entre el núm e ro de los viajeros. En el ca. o de la rotura del cable, los aeronautas tirarían ele la cuerda *de la válvula super ior que permite la salida por minuto de un volúmen de gas correspondiente á una fuerza ascensional de 500 á 600 kilogramos. El juego de esta válvula sería utilizado para la bajada á íiena como en los globos ordinarios. El globo cautivo podría ser conducido á tierra en las condiciones más favorables. Xunca hasta , ahora ningun g lobo ha sido tan ric~1mente provisto para el descenso . Se podrá juzgar por la comparacion siguiente . n globo de 2.000 metros cúbicos del s itio de París ofrece una seccion de '160 metros cuadrados. El g lobo cautivo represen.ta en seccion seis g lobo s del s itio ó 960 metros cuadrados en número redondo. Ahora hien, un globo del sitio de Paris estaba cargado de 120 kilogeamo por las cuerdas de det¡mcion y e1 ancla; s i el glo bo cautivo tuviera en el do-· kiloble fondo. de su barquilla '120 ?< 6 = gramos de cuerdas y anclotes, podría funcionar en las mismas condiciones que un g lobo de sitio. Pero está cargado de una cantidad bastante superior de instrnmen tos de detencion, puesto que está provisto siempre de 1.200 kilogramos de guicle-rope, á los que falta añadir un enorme garfio de 120 kilogramos y más de t.100 kilogramos de sacos de lastre. El g lobo cautivo, en proporcion del volúmen considerado, está, pues, dos vecos niejor equipado para el Llcscenso que un globo del sitio de Par is. Nos será, pues, permitido terminar con las conclusiones siguientes: l. 0 El cable del globo cautivo no parece q uc haya de romperse nunca, puesto que durante su funcionamiento está sometido á una trace ion que en su máximun no traspasa nunca el Lcrcio de la que sería necesaria para s u ruptura. . 2. 0 Si el cable se rompiera, los Yiajeros que h_ubiera en la barquilla no se e.levarían sino á una pequeña alLura tai:i sólo, por la accion de la válvula aulomútica inferior. Para ejecutar el descenso, los aeronautas se hallarían en condicio_n cs bastante más favorables que los aeronautas ordinarios. Despues de babor formulado las condiciones que preceden, añadicemos aún a_lgu_nas palabras sobre el bello aparato que ha construido M. UilTarcl para el ensayo del cable de su gran globo cautivo. Este aparato no _in teresa solo al g lobo de l as 'l'ullceías, s ino que Ya á ser llamado :'t prestar g raneles servicios al arte de cordc-

no

!ería, que carecía hasta ahora de- un sistema tan preciso. Será empleado en breve en otros experimentos ¡-¡ue se h a rán en la fábrica de los Sres. Fland y Oo henclct, donde ha siclo constrnido. (1 'e co11tinual'lÍ .)

MISCELA EA. 8 -de c~1~c~1~0:!:;c~1~~::c;; la~-:~-~~:co;i:~l~e:~~~:~~~~: ce en ella una sonda mebílica en comunicacion con u11 micrófono. Si el aparato no encuentra sino la s membranas orgúnicas no se oye sino un r ozam iento análogo al le un cepillo al pasar por el tercio1:i.elo; pero si tropieza contra un fragmento mineral, inmediatamente se percibe un ruido mettHico ele los más característicos. que no puede dejar duda alguna. El mismo principio .·irvc de base :i las ondas explora1rices de las heridns por arma de fuego; lnégo que se ha emitido el ·a nido se distingue si liny ó no un cuerpo extraño en los tejidos y si éste es un metal (bala, etc.) ó un fragmento de hue·o. Parece que en Inglaterra la pn:ctica qu irúrgica ha sacado ya grande· Yentiijas de este aparato.

* La fotografía de los vinos .-A fines de Julio pasado el jurado internacional de la Exposicion U ni versal procerlió á la cata contradictoria de los vinos, que se exponían . A propósito de esta degn tacion, la ateuciou de los aficionado y de los propietario lia sido llamada de nueYo sobre la ingeniosa invencion de la fotografía ele los vinos, cuya primera aplicacion se remonta á 1 J : el- primero que fotografió los vinos fué un propietario, Ir. Tergnctec Lamotte. Este procedimiento permite al químico reconocer las cualidades con titutivas de cada vino, la naturaleza de las sales, la proporcion de lo. cri tales, la ya,guedad y la fuerza de sn color. ¿Está un vino adulterado? La fotografía revelará esta alteracion por los cambios de lo cristale y del color. ¿Ha ido nn Yino aumeutado por el agua, ó fortificado cou agna y azúcar? U na mayor abn11clan cia de cristales ó ales lo clenunciar,í. o ttin só lo se aplica la fotografía ti los Yinos maleados y altcradosj puede tambicn servir para examinar los vinos tratados por diversas materias colorantes, para indicar la edad, la procedencia y la conclicio11 tle los dirnrsos vinos, Como ha demos1,raclo 1\1. .Pas1,eur el vino no es una ma_teria inerte¡ es una ma1,eria vegetal sometida tí. una e pccic de muvimicnto interior de variacion, segun el tiempo y la temperatura. Hay para los vinos una especie 1le segunda vida, 110 lan só lo en la barrica sino en la botella. La fofograf'ín de un vino en diver:-a · ,\pocas tlc n vi 1a Yegctal, Tevela los e Lados sucesirns por quepa n. CaLla año sufre u11a lran sl'onuacio11 que i11Llica la fotografía.


LA NATURALEZA que la cern se solidifica un poco del aire aprisiouaclo. Eu la cata de los vin os, el gusto se gasta pronto; el E l caoutcho uc se couLrae, la cera que no puede seg uirpaladar se hace impoteute, pero el ojo conserva toda . le, le ncia y deprim e la superficie de la esfera forsu fuerza de vig ilancia durante dias cuteros. La fotog r::rf'ia lle los vinos poclrá, ,1nies, rendir m:í s mando arrn gas muy comparables por su clispos iciou larde servicios reales, uniéndose á otros métodos en general .i, los relieves del globo terrestre. ria ele perfeccionamieúto, entre otros la dosificacion * ,,. por ln extraccion seca, ya conocido. La leche vegetal.-Hace ya cinc uenta años, en la ,,. * ,,. époc(l, en que Bonss ingaul t tomó parte en la s filas de Aplicacion industrial del termo-cauterio .-No Bolívar en la g uerra ele la iuclependencia, qnc el sabio recordamos el nombre el e un inventor que hizo fun cio- químico hizo interesantes experimentos so bre el jugo nar en un a de las ültimas sesiones de la Academia de del galactenclron, couocido tambien con el nomb re de Ci encias de París un pequeño aparato que permite árbol vaca. Los ej empla res expuestos este aílo en el Campo ele Marte le han permitido co mpletar sus e fnnclil' los ·metales y áun el platino en poco tiempo. Es una especie de combinacion del termo-cauterio ele los tuclios sobre la lech e vegetal y exponer sus resultados cirnj anos con el hierro ele soldar ele los plo:neros. Con á la Aead emia ele Ciencias ele Paris. E l árbol vaca SO gramos de esencia min eral, asegura el autor, puede tiene de 15 á 23 metros de alto, sus hojas son oblonsoldar se durante cu atro horas sin interrumpir est e gas y alternas y se terminan por pnntas cori iíccas. Basta excinclir el tronco para que se escape una savia trabajo .. lechosa, ll amando á esta operacion los in dios «ordeñar • ,,. * ,,. el árbol.» Las virtud es nutriti ,1 as ele esta leche son Toxicología.-En la sesion de la Academia de contestables . Boussingault la h a usado durante muin Ciencias de Paris del 19 de A gosto último, ele Clerú1ont y Frommel ha.u eomullicaclo que numerosos ex- chos meses con el café ó el chocolate. Es basta ute mlÍS perimentos les han conducido á considerar el empleo consistente que la leche ele ,;.aca y ofrece uua reaccion débilmente ,ícicla. Expuesta al aire no tard a en coaele la magnesia en los casos de envenenamiento por•el ularse en una e pecie Lle qu eso. E ste eucierra una g efecto, arsénico, como capaz ele presentar peli gros. En se ha demostrado, segun M. Bnchner, que el ácido ar- materia grasa, sin eluda complej a, que se fund e ~L 5U senioso ingerido det ermina en el estómago la forma- g r,aclos, mu y a náloga á la cera ele abeja, con la cual h a cion de un trisulfnro in soluble. Ahora bien, en coutac-· construido B onssin gault excelentes Yelas. Se encuento co n la mag nesia este t ri sulfuro se h ace soluble, y tra en él tambien una materia azoada que recuer la la albtímina ó la fibrina vegetal. Sustancias azucaradas, por consig ui ente tóxico. sales ele potasa, de cal, ele magnesia, fosfatos y agua· *,,. completan la composicion de este líquido interesante. Aunque encierra los mismos elementos que la leche El microtasimetro.- Mr. Edison ha dirigido ri la .\.caderuia de Ciencias de París un in strumento qu e ele vaca, difiere de ésta por sn composicion cuant itai.ipermite m edir las diferencias infinit amente débiles ele va. Por el contrario, ofr ece la más estreclia analogía temperatura ó ele es tallo higrométrico. Está fundad o con la crema, lo cual muestra la sigui-ente tabla. en la variacion de resistencia que encuentra una col'Leche Crema de vcgcLal. leche ele Yaca. ricute al pasar ele una pieza. metálica á un disco de carbon segun la presion qne aproxime estos dos cuer35 Manteca ............ . pos. , 'i esta presion se ejerce por un tallo metúlico, los ,,Q Azúcar .. . ... , ... . .. . alargamientos m,í s pequeños de éste bajo la influencia caseína y alFosfatos, Lle la dilatacion, cladn desigualdades en la res istencia 4 búmina . ..... .... . . 3,ü de la corriente, y éstas serán m edidas focilmcnte po r GS Agua . . ............. . 58 los aparatos conocidos. E l autor asegura que el micro/as/metro es bastante sensible para permitir reconocer lUO D!J,5 y medir el calor de las estrellas, calor que como se M. Bousingaul t da tambien el aviso que el ,írLol sabe no influye sobre los termo-eléctricos m,ís sensi- vaca puede aclimatarse en las costas septeutrionale bles. Reemplazando el tallo metálico por un cuerpo hi- de Africa; pero añ ade que esta nueva adqui siciou vegroscópico y especialmente por un prisma do gelatina getal será ba tante ménos preciosa por su lecbe que solidificada, el aparato se convierte en uu hig rómetro por la cera que puede proporcionar en abund:mcin . sin rival. ,,. *,,. * ,,. Cra niolnetria.- Bn la misma ses iun M. Larrcy Formacion de las cadenas de montañas.un a memoria en qu e el doctor L ebou e t1tclia seiínla :ir. Chancoutoir ha procurado imitar experimentallas variaciones del vol timen del experimentalmente 1nc11 Le las cadenas ele m ontaílas. Para ell o ioma un globo de caoutch onc ele paredes meclia11amcnte g rn e- eníueo, el autor ha sacado provech o en su trabn.io de sns comprimiendo en él el aire á cierto g rado. Cuando la in comparable coleccion de la Sociedad de Antropología, el globo está cubierto ele un a capa ele cera fundida ele * ~crea de un milímetro tl eja escapar en el momento en

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una posicion vertical entre dos carbones D, D.' El soporte del carbon superior D está dispuesto de tal suerte qirn se puede regular con rapidez el equilibrio y el juego del lápiz ent.re las dos superficies cóncavas ele los carbones y por consiguiente regularizar la sensibilidad del micrófono. Los dos carbones están en com11nicacion directa con los dos cuerpos ci líndricos B, B.' El conjunto está fijo en una pequeña plancha que des* cansa sobre P, qi.le es cl·c madera. Debajo dos tubos ele Medio de reconocer el aceite de petróleo .-El caoutchouc sirven de pi és á la plancha y aislan las viprofesor J. Lawrence Smith, en su informe como juez braciones. Un pecl-azo pequeño de papel esmerilado sirsecular, dice que el petróleo bueno debe tener los ca- ve de superficie rugosa E, para provocar los pequeños ractéres siguientes: l.º El color debe ser blanco ó lige- frotamientos que debe transmitir el aparato. Una pila de dos ó t res elementos ele Daniell ó ele ramente amarillo, y azul por reflexion: el amarillo claro indica una purificacion imperfecta ó una alteracion Leclanché y un teléfono colocado á distancia fo rman con un aceite ele calidad inferior. 2. 0 El olor debe ser un circui to completo, en el cual se halla comprendido el lápiz C, de coudébil y en manera altacto s imp erfecguna desagradable. tos. La sensibilidad La densidad á 60° de este pequeño apaFahr. (15º,G c.) no ra to es admirable. debe ser menor que L as vibraciones de 0,795 ni mayor que p.n diapason, un airé 0,84. 3.° Cuando se de müsica, el soplo, le mezcla con un vo. la palabra, los más l IÍm en ig nal de ácipeq u eños choques do sulfúrico de 1,53 contra la plancha T, de densidad, el color un reloj colocado en no debe volverse el la como indica la miís oscuro, sino al figura, los más pecontrario más claro. queños frotamientos Un petróleo que no rnbre la superficie satisfaga estas conrugosa E, se percidiciones y que no se ben fáci lmente en el i nfl.ame en punto teléfono. Una mosca conveniente, no puecolocada en el platide considerarse collo P hace oir su mo puro ni sin peEL MICRÓFONO IIUGUES. marclia y el moviligro. Todos los cuimiento de sus alas. dados que se tomen La explicacion de estos fenómenos es muy sencilla; son pocos al examinar este acci( c para los usos Joes la moclificacion del contacto imperfecto del hípiz C, més'ticos. entre los carbones por efecto ele las ·vibraciones que le hacen variar sin hacer cesar el contacto. Estas vibraciones producen así en el circuito variaciones ele resis· MICRÓFONO HUGHES (1) . tencia y por consiguiente variaciones en la atraccion de la barra imantada gob.re el disco el e l1ierro del teléHemo: descrito precedentemente estos maravilloso~ fono, el cual repite de esle modo, amplificítn<lolos, toin strum entos (2). He aq uí un modelo muy ingenioso. dos los movimientos del h:piz entre los carbones. Se puede establecer una línea ~clegráfica con dos Este pequefío aparato es ele gran sencillez (3). Un peq ueño lápiz C de carbonó de plombagina, termina micrófonos y dos teléfo nos. Cada extremid ad ele la líen punta por sus dos extremidades; est:'i sostenido en nea puede disponerse segun la figura adjunta, pero añadiendo un hilo ele linea con -un hilo de tierra ó un doble hilo en un cable que sigue los teléfonos entre sí. ( 1) 1 lémos recibido una carla de i\fr. Edison reclamando la Se puede así poner en comunicacion con la lí1rea tan· :uitcrio1·idad del descubrimiento del teléfono, hemos recil,ido tos teléfonos como se tl esee para mult.iplicar la recepta:nl,ien otra de los 8res. A. Uinaulty Dulertrc, que nos dirigen la misma reclamacio,;: estos sci1ores apoyan sus rcvindicion de los sonidos emitidos. Derivado de los sulfo-ca.rhonatos alcalinos.-

Evaporando la disolucion acuosa de los sulfo-carbonatos, y sometiendo el r esiduo á la J escomposion ígnea, M. Bontin hijo ha demostrado la pr oduccion de cristales incoloros muy netos cuyas propiedades no han siclo aún estudiadas en drtalle y que r eclama un extimen completo.

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cacioncs en hechos interesantes: nos ocuparemos de ellos ca bre\'c. ('!) Y<'a~c el núm . 33, ·pitg. Di. {:l) El apa rato ha sido constru ido en casa de lo.3' seilores E. Du crnlct y Comp.", ele Paris.

PROPIETARIOS GERENTES : PEROJO HERMANOS.

MADRID.-Tipografln Estereotipia PEROJO.


Núm. 43.-21 Setiembre 1878,

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EL GRAN GLOBO CAUTIVO DE M. HENRY GIFFARD. (Continuacion.-Véase núm. 42, pág. 251.)

En el momento en que escribimos estas líneas, m~chos miles de personas se han elevado

en medio de los aires en la barquilla del gr:in globo cautivo del patio de las Tullerías; en dos

1'oinbra del gran globo cautivo pruyeclacla en la bruma sobre P.iris el 3 el e Agosto de 1878, á las 5 y 50 minutos de la tarde . Altura, 540 metros. (Tom -icl_o del natural por .'\.lberlo Tissandi er.)

meses el gigantesco aeróstata habra transportado en el espacio más viajeros que los que han podido transportar en noventn y cuatro años 2. 0

SIDlllSTn~.

los globos construidos desde l\Iontgolfier ¡todos hasta nuestros días. Además del interes científico que presenta esta magníf1ca máquina con17


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tribuye á popularizar las impresiones que hasta ahora estaban reservadas ú los aeronautas y á los raros viajeros aét·cos. Al extremb del cable del gran globo cautivo se observa siempre el mismo panorama de París; perci este pano1'ama es siempre nuevo y siempre cambia de aspecto, puesto _que la atmósfera es como un kaleidóscopo que transforma al infinito las mismas imágenes; las nubes y h; s brumas tamizan de una manera nueva sin cesar los rayos del sol, y modifican constanlemente las sombras y las luces del cuadro que se contempla. La ciuclacl de Paris aparece en el centrn del círculo verde de los campos que la rodean; pero la grar.i capital se engalana éon mil ado1·nos dive rsos. Tan pronto aparece dorada poi; el fuego ele un sol ar¡:lienle, tan pronto, pot' el cont1·ario; se reviste de un tono uniforme (JUC la da un aspeclo mús severo, pero no ménos grandioso; ú veces desaparece hnjo una cnpa ele bruma y se parece ú esas graneles clccoraéiones en que se suaviza el resplandor de los teaüos ocnlt~~ndolos bn_jo un velo de muselina. T... a sombra del globo se proyecta entónces en es ta pantalla ele vapores aéreos, como representa el grabado que ofrecemos ú nue::ILros .lectores. El efecto que produce en la vista fué dibujado el 3 ele Agosto á [;1s 5 y SU minutos de la tarde. La sombra era ele gran niLiclcz·en su parte inferior; se perdía en el cielo por su. parte superior; sus bordes estaban muy iluminados. El fenómeno. ha podido observarse durante muchas ascensiones consecutivas. ( S e continucwcí.) ,

EL PUERTO DJjJ GIHHAL'J\\.H, Y BUS F O RTIFJ C..\ CIO-XES.

F1·a g·m e nto d e u n vi aj e á E s pana.

Viniendo de la cos ta ele A.fri ca, Uibraltar se nos apat'cció desde luégo lodo envuelto en nieblas. Vislo desde el mar (t alguna distancia, el peñasco que domina la 1.;iutlad t'cprcscnla la silueta de un !con 01.;haüo,· teniendo la forma de cresta ele gallo mirada desde lo allo. Antes ele mirar desde a_lL9 esta extraña mole, nos hace !'alta descenderá tierra, puesto que no llegamos i ella en globo, sino en simple bu.que. ele vapor. ¡El bat'Co espera la visita del comisario de sanidad! Este llega conducido por una barca. Un oficial ele i boeclo le entrega un pliego en que co11sta nuestro estado sanitario. Los de la sanidad reciben el pliego tomándolo con unas

tenazas delicadamente y sin tocarlo con los dedos. Abren el documento con las mismas tenacillas. ·Luégo el comisario pasa su punzon y sus mirddas por la hoja, evitando con cuidado todo contacto sosped10so. Bueno, queda reconocido. No trayendo ni cólera ni peste, se nos autoriza ú bajar. :\íos deslizamos en una de las canoas que asaltan el buqu~. Rápidamente tomo la temperatura del mar en su s.upedlcic: J 8°,5 el mar, por 2:2°,6 temperatura del aire ~t las once de la mañana. Dos días intes !rallé 18°,5 en el mar en el mismo punto y 21º en la bahía de Túnger, en Marruecos. Esta diferencia indica la existencia ele una corriente marítima más fria , que entrn del Atlántico p·o r el :\íorte. Este he1.;ho, bostante conocido, no exige ninguna nue"ª explicacion. Algunos golpes de 1·emo nos hipicron pasnr por entre dos líneas de pontones, viejos navíos de guerra anclados, sin m{tstiles , sin velas, sin efecto pinloresco, reducidos al estnclo de inválidos, y que sirven de depósitos ó de almocenes. A nuestro rededor muchos buques, todos do comercio, puesto que la escuadrn militar está en O dente. Delante hay bate°i'Ías á Clor de agua, ·que interrnmpen la ·Jínea ele los muelles; luégo otros provislas de cañones sobre las murallas y en los cavidades alineadas ele la montaña. Gibraltar constituye sobre todo un puerto militar de primera importancia, destinado {i m-andar la entrada del ·Mediterráneo y del Océano. Los numerosos cañones colocados en línea, y los soldados ele uniforme rojo, aún mús numerosos, colocados en los muelles y murallas, atesti!!'uan el hecho. Nada de visita de la aduana al clcrnmbnrc¡uc. Pero pnra entrar en la ciudad es necesario un permiso que concede la policía ú la simple presentacion de una tarjeta. El pet·miso outoriza la permanencia en tierra hasta el i)l'irner cañonazo, thc (frsl gun (frc. Este cañonazo se dispara ú las ocho de la nocltc.- Luégo se cierran ias puertas, al ménos las puertas principales y para el grueso del público; !agente avisada puede hallar siempre un paso abierto pnea volver al puerto ú todas horns. Solamente los l'cglamentos quieren que ningun extranjero permanezca ele noche en la ciudad sin autoriia· cion especial. Es como si los ingleses ceeycran ver aún su posesion tomada por sorpresa, por un g9lpe ele mallo, del mismo ,modoqne·lle_gbú sus mnnos. Así que suena el cañonazo, cada uno debe entrar en su casa, á ménos que esté acompañado por un oficial ele la guarnicion. La tripulacion de los buques anclados, los extran· jeros sin pernüso, los españoles que habitan en .


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los al rededores, toda esta gente debe abandonar ¡ reña, dirigid as hácia el mar , dispuestas ú hacer la plaza á ntes de cerrar las puct·tas. Este da ú 1- fuego ú la pl'imera señal. Tocias estas piezas no la h.ora dieha un redoble de actividad en , ra se cargan por la cu lata, y la may or parte cl;:i ciudad. La r etreta milita r pasa co n sus corne - 1 ellas datan de hace veinte años. L as galedas cubicL·tas parten subiendo desde las primeras tas y tambores y lúégo el s il enc io. En seg uid a, de cua r to en cuarto de hora, circ ul:-rn las patru- baterías, clovúndose en esp ira l , disp ues tas pallas que conducen ú los puestos de guard ia á ralelamente ú sus pisos. E l ca mino LfU-C une los pisos es e.le una pendiente regu lar, basta nte les morosos y levanta n los borrachos caiclos en medio ele la calle. Los bon:achos, ya no vi:.ijais suave, para que sea fúcil el teánsito ele los co po·e Es·paña~ pero Gi brallar se halla en te en to- ches. Gn hombre á caba ll o puede circular por rio inglés y pertenece al pueblo de sociedades él á su g usto sin tocar en la bóveda. Detras tle de tem pl anza. Si á p esa r ele los reglamentos de cada tron era se halla un cañon. _ J. lado . de las policía, se desliz a entre dos patr ull as una mi - p iezas se amontonan los proyecti les, y de disrada á traves de las puertas e ntreab iertas J.c t anc ia en distant:i;i cu di s l;.incia se hallan los si las tabernas, se clescu been siempec pc rs oaas t :os destin ados ó. la pó l\·ora . Durante un gran ébl'i as . A un m ejo r, para juzgar má s tranquila- número ele años se ha n practicado en la pi edra mente las co:::as, invitad á un poli zon te ú tl'in- viva galerías nu evas, que ha n costado millon es car. U n vnso ele alé (cerrnza ) ó ele g in , no se ele mill ones. A voces el cam in o a bovedado conduce ú la l uz el e! üia y le saca ú uno del interiOL' rehusa ele nin gu n modo. Lo que hay nús interesante en Gibra ltar so n , de la montañ a; ú veces se hace oscurn en largas en peimer término, las forti{lcaciones, y m:í.s par- ex ten, iones. La mús co nsiderable ele las cavernas abierLa de eslc modo en la roca es el salan ticularmente las batel'Ías en el interior de l peele San Jorge . Segun m i guía, toda la guarni iiasco. ::,.¡-ingu na pe1·sona puede visitar las ga lecion puede guarecerse del fuego euemigo bajo rías subtereúneas de la montaña sin pe1·miso sus bóvedas. Tan sólo me peeguutaba ú mí misespec ial ele la autoridad. :,.¡o estando encargado mo si la defensa podría prolongarse en las baele nin g una misiori secreta, no dudé en pedi1· acto contihuo la autorizacion necesaria a l go - terías c ubi erlas. El humo ele los caño nes en bernador. El go b er nador actual es el genern l trando en ellas, ofrece el riesgo de pocl e·r asfi Nap iee, duque ele Magdala, coma nda n te ele la xiar "á los arti ll eros duran le un tiroteo activo y expedieion ele Abisi ni a. E l genera tuyo la ama- · prolongado. En este caso, la fort una ele Gib ealbilidatl ele poner ú mi disposicion un oficial de tar sería ménos terrible de lo que pa t·eee . E n arti llería para que me condujera á totlos los si- t:aso ele sitio, los fuegos que se hieieran desde lios que yo quisiera. Bastó un in. t:rnte para que las baLerias superior-es ú graneles distaneias no presentarían una eficacia infalible; pero los-fuenos hiciéeamos am igos y henos ya e n camino. :_0ónocereis ya quizá las fortilicaciones ele Gi - gos rasantes ele las bater ías in fe riore , donde se braltar'l Desde la punta de Europa , cxtremi-. encuentran Lambien las mejores piezas, bastan dad S ur de estas obras de defen sa, ha&ta la ex- pa1·a una defensa seria . H oy, esta mon Laña acornzacla y provista ele ll'emidad Norte ele las aren ns de San H.oq ue, toda la ciudad est:i et·b:ada ele cañones. Oada inm e nsas prov isiones, no con serva su imp orbaluarte es tá defe ndido por otro y un ce ntin ela _ tancia ele otras veces . Gibrallnr manda bi e n el ve la en cada v uelta. Bajo e l efecto ele una mul- • Est recho cuando no reinan las neblinas, sobre titud ele ag ujeros en bandas paralelas abiertas tocio contra la n:.wegacion ú vela. Pero los buen los flancos ele la montaiia, c.lcsclc la base hasta ques de Yapor dependen ménos del estado del media costa, todo el peñasco parn eo huct:o. Para mar y del Gielo, y pueden pa sar sin ·ser apercilos españo les, es tas galerías con sus troneras bidos en tiempo de bruma . Burlan la vigil a n~ia so n los clientes ele la úeja. . Una vieja amenaza- de los cañones ingleses bnjo el velo de las nedora , q ue excita bien la envidia en Espafi.a (1 ). blinas. No se olviue que el Es ll'Ccho miele en su Cerca de 700 pi ezas ele cañon se hallan s in c u- parte mns ~strecha 18 kilómetros. Por co nsig ui ente , el vapor permi te pasar (i los vapores sin cletencion cua ndo les place. Por lo ménos, le fa lta ria á In g laterra la posicion de Ce u ta, para ( 1) D ebe mos di s ponsnr ,, nu c8 ll'O r-o labornd or frnn ces es tci aseg urar su cl om in acio n en- el Eslrecho. Oeufa peq ucna ironía e n co ns icleracion ,, que é l mi -1110 tl eelara más abajo qu e la loma ti c Gib1·alla1· por los in g ir.ses fu ó d et,itl a ,, es un a per111eña isla ele la costa ele fl'ica e n pouna_sorpresa; y co mprenc.l erá po•· co nsig ui ente qu e e n nu estro cleL· ele España. Cuando la g uerra ele la Indcpoder , en las CO\l di eioncs aclualc, . no ser ía mé•nos amcnazapc nclencia, los marruecos se hubi era n apodera• c.h r p-i1-.1 nu ·J :; tr o5 c :1c:ni303 en oc:~c,·.d.


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do de ella sin la ayuda del gobernador de Gibraltar_, que puso en ella una guarnicion inglesa, no sin el pensamiento quizá 9-e conservarla para sí, para pagarse este pequeño servicio. En 1814, el rey Fernando VII tuvo que hacer una demanda formal, repetida muchas veces, para entrar de nuevo en posesion de su dominio. España acaricia la esperanza de entrar hasta en Gibraltar algun dia, como la Grecia en Corfú. Ilusion vana, pues los ingleses no participan de ese modo de pensar y creen que lo que ha sido bueno para tomarse sigue siendo bueno para

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conservarse. Gibraltar les prestará siempre g randes servicios como estacion naval, lo mismo que Malta en el Mediterráneo, Aden y Pe-: rim á la entrnda del l\far Rojo, Poulo-Pinang á la extremidad de la penínsul·a de Malaca, HongKong en los mares de la China y diez otras estaciones diseminadas en los puntos importantes del globo. Cromwell fué el primero que imaginó asegu- · rar á Inglaterra esta magnífica posesion. Como faltó la ocasion , se tuvo paciencia. En 1704 una flota inglesa guardaba el mar por cuenta del

Fig 1.-Cüs pide del pe!'iasco d e Gibraltar ; por el laci o opuesto á la ciud ad. (Tom;:ido el e un a fotografía.)

archiduque Cárlos de Austria, competidor de Felipe V en la guerra de sucesion de E s paña. El almirante Rooke, comandante de la flota, no hallando en Gibraltar sino 80 hombres de guarnicion, se apoderó de la ciudad por sorpresa . Cuando la conclusion del tratado de Uteecht, España olvidó exigir la restitucion, y la Inglaterra se valió de este olvido para conservar su conquista. Mús tarde, los esparrolcs en sayaron vanamente tomar de nuevo á Gibraltar con la ayuda de los franceses. Sus navíos fuernn echados á pique por las baterías del p eñasco en 1783. Estas baterías, piensan los in gleses, rechazarún lo mismo toda nueva tentativa , y cantan victoria in srecula sreculonun . En cuanto

'a l puerto, no presenta las mismas ventajas que las fortificaciones , no siendo del todo seguro ni perfectamente abrigado. La obra deja que desear; la bahía, muy abierta, se halla expuesta á los vientos del Sudoeste, que la baten alternando con los vientos del Este. Aciago viento del Este , los marinos le llaman el tirano de Gibraltar. Cuando se encoleriza, los navíos rompen sus an clas y bastantes veces van á destrozarse con Lra la costa. Así es que ha sido necesa rio consLru~r, haciendo grandes gastos, en toda la exlension de la playa, dysde la Punta de Europa hasta el Puerto de Tierra, una suces ion de muelles para facilitar el amarre ele los buques y la descarga de las mercancías. En el


LA NATURALEZA Estrecho, el mar tiene más de 7.000 metros de profundidad. Empezando nuestra ascension hácia la cúspide de la montaña, vimos que las baterías y fortificacion es concluyen á. la mitad de su altura, puesto que las pequeñas obras de la parte alta sirven más bien de vigía que para la defensa. Saliendo de la última g alería, el camino sube en zig-zag hasta la cúspide. Curioso por natm•a]e·za, subí todo lo alto d el camino, primero para examinar mejor la geología del ·peñasco, luégo para juzg ar del mag nífico panora-

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roa de su cima. Su cima tiene 425 metros de altura, midiendo la base 4.300 metros de largo por 1.245 de a ncho. Toda la montaña se compone de capas calcá reas fuertemente unidas formando d el lado de la ciudad un gran zócalo, presentando á poniente su vertiente abrupta. Esta vertiente es escarpada de tal modo que no presenta ni un árbol ni un arbusto. Vertical, denudada, quemada por el sol, la roca baja rectamente con masas de restos de pendiente rápida, y á cuyos piés apénas encuentra un pueblecito de pescadores espacio suficiente para ex-

Fig. 2.-Visla general de_G i_!Jiallar . (Tomado de una fotogra fía .)

tenderse por la playa, donde vienen á romperse las olas del mar. Toda la cresta de la monta ña se parece á la superficie de un techo de casa de pared delantera muy elevada; puede compararse tambien al corte de un cuchillo. Toda la superficie del peñasco aparece corr<?ida por las · aguas pluviales que trazan en ella caprichosos sut·cos. Por más que la vegetacion está muy diseminada, la flora local cuenta 700 especies de plantas. En el punto culminante de la cresta hay un pedazo de torre, una Ba bel en miniatura, construida por un antiguo g obernador con el fin de vigilar desde ese punto los movimientos del puerto de Cádiz. Esta obra ha quedado .sin acabar por falta de :créditos suficientes. Obser-

va mos sin em)Jargo un vigía para indicar la lleg ada ele los buques y puesto en comunicacion con el palacio del gobernador por medio de un hilo eléctrico. Un puesto de soldados hacen la guardia y observan los barcos que pasan. En el puesto de gu a rdia hay una cantina, donde puede tomarse un vaso de cerveza. Desde este puesto elevado, la vista se extiende á la vez sobre el Estrecho, el Mediterráneo y el Océano, abraza ndo al mismo tiempo las crestas de España y la costa de Africa, en una extension de 200 kilómetros lo ménos : ¡Mag nífico especticulo cuando el cielo es puro y las nieblas tan frecuentes en nuestros países no velan el horizonte! Estamos sobre una de las columnas


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de I-Iérc 1tles, miéntras que la o l raco lumna aparece enfrente, coronada por las viejas murall as de Oc u ta. _'os cree mos encima de dos mu ros c uya bases se unen por m ed io d el Estrecho , entre las dos co loni as des ig nadas por los :m'lig uos gcógrnfos bajo los nombt·es el e Oa lp c y .\bil a. Debajo del peñasco se ex Li e ncle en nhani co la ciudad ele Gi bealtai·, con su:=; cuarteles e n laró•as lín eas paralelas y s us bosquecillos do :'doos . A su lado, 111 :'t s humilde, la poblacionespañola d o A!geciras, se ex ti ende sobre una playa b aja a l otro costado de la Imh ía. Aun .má s léjos, las montañ as ele, 'a norra, do H ogen y las altas cim as d el d es ierto del Cuervo. i\íás al No rte se dibujan las montañ as de Ronda, familiares i los co ntrabandistas. Al Orie nte, ú lo largo ele esa extensa curva que baña el i\Ieditenúnco , a parece la pequeña pobl acion ele Estepona , parte d e nfarbella , co n la bla nca cres ta d e S ier rnNevacla por rirn.rco. Descendiendo por el cami no de vaivcn que pasa por fu era de las galer ías abovedadas, se r ep rodu ce la mi s ma vista eon todos sus deta lleH d el lado del Su r y d el Oeste, bien por la p arte del R.io-Guadario, cuyo curso sinuoso pasa desde el interior de las tierras al se no de las azules tlg uas d el Mcclitcrr,íneo. Oeroa del cami no qu e desciende del vigía ~t la punta d e Eul'Opa, se hallan la::; curiosas gru tas de Sa n Miguel; no ol vicl eis deteneros e n ell as un ins tante, despues ele pedir la ll ave, puesto que la entrada está cerrada . Se neces itan velas, h achon es ó fuegos de bengala para ilum inar el interior ele -J'ns caver nas: se penetra en ell as por un a entrada un poco roid a, d esgastada por las lluvia s ó las ag uas infiltradas. I•orman las g rutas una s u ces io n ele salas, ele las c uales mu c has so n ele g ranel es dimensiones . Iluminad as por l as hachas ó las lu ces de ben galo, pt·escntan un aspecto fantásti co. , e elida que son la nave de a lg un a a ntig ua caLeclra l con sus ca mpanar ios y dentellones ele elegante dibujo. Tin gun n pe1·sona ha explorado las ga lerías y sa las r1ue se su ceden en toJa su extension i c..:ausa de los accidentes que h a n seña lad o las p1' im cras inv es tigacio nes . Seg un la tradicion deben d esee ndcr hast~ el m ar.; pero no m e se n tí ten taclo ele mcler las nari ces ó la cabeza e n las t ini ebl as para asegurarme del hed10. Oonslantemcnto .cerradas las g rutas, no pueden servir de reliro :'t la poblacion trog lodita del monte ele Gibraltar. ¡_Oué trogloditas? preguntareis quizas. Los monos , respo nderé á mi vez, h abi La n les a Ltló clo nos de este rincon rle la tie rra, mu cho mús ::111tiguos Je todos modos l!Ue los ing leses. In g lc¡,es y . mon o!? y iv c n ac¡uí e n perfec ta intcli g-cnc i:t

s in disputarse mutuamente el rango. Desde el famoso cli a en qu e , Hércul es unió las aguas ele.los dos mares dividiendo las montañas co n un golpe el e s u maza , nin g uno ele los pueblos que h a n reinado e n Gibraltar ó que se han establec ido sucesivamcnlc por toda una eternidad-como orclenanrlo.Ios tratados ele paz-ning una de estas r azas h a arrojado de este sitio los m onos a utóc tonos. Estos goza n aquí del mismo rcr,pcto que las cig ü e ñas en nuestra querida A lsac ia. No se preocupan más del pab ellon hritúnico ó español que úuestras cigüeñas de pedir un permiso do permanencia a l Sr. Kreisdireklot·. No ti e nen co la , y se pasean tranquilam c nlc en familia el p,·,clrc y la m ad re . Se pcl'milen tambien m erodear por los ja rdines, s in que nad ie les bu sque ca mot·t·a ó los quiera m al por el hurto comelitlo. ¡Por qué los monos, c uando i:iienten apetito habían ele dudar en coger al g uno s frutos en los jardines ele- los hombres! L os hombres ele tocias r azns , fenicios y cartag ineses, romanos, go do s, moros, españoles é in g leses, que se h nn disputado sucesivam ente la posecion ele eso peñasco, ¿pueden exhibir lítulos de prop ieda d mú s legí timos ó má s a nt ig uos qu e los de la poblacion cuadrumana? En fin, dicen las ge ntes de Gibra ltar, y el argu• m e nto no t ie ne réplica , que si buscais querella con los monos, éstos usan de rcprcsii.li as, puesto que mu chas veces , dcspu cs de ha b er sido mol es taclo·s, h a n hecho rodar sobre la poblacion piedras y rocas, aplas tando vecinos y casas. Si se h ace la ascen sion i caballo harcis , bien en echar pié i tierra y concluc..:ir vuestro caball o por la brida h::í.cia _la b:1j,1cla ¡'¡ la punta do Europn. E~Le camino es csLrecho y de pendi e nte muy roida. So bre el promon1,orio ele la Punta ele E11ropa h ay fort il1 eac ion es y h ate rías y casi i _l a extt-cmiclad un fara. El faro ocupa l:¡. h a bitacion ele una a nti g ua cap ill a d edi ca da al culto de la Yírgen otras veces s itio ele pcregrinacion de los m arinos . Se h ace indispen sable una barca para dar la vuelta al promontorio, al pi é de murallas inaccesibles. Por todas partes las rocas tienen cn ñon es y obl'as de defensa hasta la ·ex[rcmicl~d .en que b aj a n al ag ua como las murallas; delante de estos cañones los paseantes en cuentra n los cua rteles, un a prision, más cerca de la ciud ad, jardines , casas ele re creo , el paYcllo n ele verano del gob e rnador , el bonito paseo ele la Ala m eda, el monumento de vVellington, clccoraclo con un a in scr ip cion desagradable :°L los lec Lores •f rance ses. E,; Lc n os conduce al puerto militar, estando el puerto d e comercio ~+e! l:1clo d e Esp:i.ñ n. L a. ci uclncl en sí no merece


LA NATURALEZA gra n alencion y diré poco sobre ella . Poco respecto á monumentos; un pecrueño teatro pec¡ueñas iglesias, va tos cuarteles y calles estrechas. Las casas están co nstruidas .'.t la italiana, con. lnd rillos, yeso y madera. Como medida de precaucion contra los reflejos del sol se pintan de c-rris la s fachadas; pero en el interior el aire circula poco. ne aquí las fiebres en e tado endemico, á pesar de las prescripciones muy severas de la policía para mantener la limpieza. Las casas que están muy deterioradas se las hace evacuar en sec-ruida. Entrando en la ciudad, se rn enfrente ele la puerta principal el cuartel ele soldados casados, nvtísimo edificio con galerías exteriores en cada piso. La ca ll e principal, }Iain-slreet, conduce á la puerta de mar y a l paseo de la .J\lamcda. Presenta mucha animacion, lo mismo que la plaza del comercio, donde está la Bolsa. En la plaza de l Comercio están las subastas y llama mucho la atencion la variedad de trnje . Entre la gente de todos países, comerciantes ó marino~, que se acumulan y circulan por el muelle, la a tencion se fija particularmente en los judíos indígena.-, ge n le tan rica como sucia; en los moros de A.frien, de traje cu idado y elegante y en los contrabandista de Ronda por sus trnjes pintorescos. Las señoras se pasean con mantilla, lleYando la cabeza cubierta con un capuchon encarnado. En suma. la ciudad pre enta mucho de con fot·table; pero la ,·i<la, así 001110 el trabajo, son muy caro , á pesar ele la abundancia y la faci lidad de pl'OvLiones. Túnget· proporciona los a limentos do carn icería y las reses, los campos españoles frulas y leg umbre· de excelente cali dad. "Gna cantidad inmensa de racimos, perfectamente maduros, se encuentran expuestos en el mercado á fin ele Junio. En cuanto al comer·cio, es enteramente libre, sin ninguna traba aduanera. El contrabando por España se hace en gra nde escala y de una manera escandalosa. Este estado de cosns no deja de perjudicar gran demente al gobierno español. , 'us carabineros, sus aduaneros, t't pesar ele multiplicarse· en lá fron tora, no deja de sor mayor si.n cscrú pu lo ninguno de iodos , el pcrj uicio causado al Tesoro público. En este momento, sin embargo, los honrados comerciantes de Gibraltar se inquietan porque la In g laterra para prestar la mano ;t España, propone establecer doreuhos do entrada sobro las mercancías introducidas en el puerto. Pero por largo tiempo los ingleses se han bu\·laclo de las reclamaciones del gobierno vecino sohre el apoyo prestado á los contrah a ndislas. Juzg ad primel'O por esta h11mora-

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da de }fr. Fard, en su libro sobre Gibt·allar: «Gibraltar, dice el escritor humorista, es el asilo de todos los reJugiados y de todas las personas que se expatrian por el bi en de sus países. Allí es donde se fraguan los complots contra la buena España; allí es donde tambien escatiman sus rentas los contrabandistas de tabaco, que per:juclican mucho la única manufactura activa de la Península. Gibraltar es el gran depóiilO de mercancías in g lesas, particu larmente de algod ones, que se intrnducen fraudulentamente it lo largo de la costa de C.id iz á Barcelona con gra n beneficio para ·las autoridades, col0cadas, se 00 un se dice, para prevenir lo t1u~ fo mentan en efecto. El S ur de España se provee así de tantas de nuestras mercancías como podía comprar, y un tratado de comercio no podía aurnenlar en mucho el consumo.» Yuelto á bordo del A/ricainc á la caida de la tarde, encontré en el puente del buque 'una familia de judíos marroquíes, agrnpadaa lrededor de un viejo rab in o de blanca ba rba que les narraba leyendas. Padres é hijos escuchaban la narracion con atento re cogimiento, interesante narracion sin duda, y que no pude comprender en su acento extranjero. - 1 lado del narrador se hallaba un a b cllajóvén, ele magníficos y pensativo ojos. Ob. en·é la caída de la ·tarde. ¡Qué ca lm a por todos lados! , obre los pontones alineados en el puerto, se ven encender uno á uno los farole de los vigías. bn tierra tambien, y por el lado de la ciudad, se ,en mil pequeñas luces. A las ocho un cañonazo da la señal de retit·ada. La ronda ele cornetas ll ega :'t nosotros como un eco lejano. Despues todo que da en completo silencio. -n poco más tarde el ciclo e cubre· o ve un resplandor que brilla en el horizon le pot' encima de España, mi éntras que los ladridos do los perros y los gritos del pato :rnuncian la tempestad. Esta avnnza rúpi damon1.c, con tal celeridad que en ménos de media hoi:a el ciclo parece ele fuego· tal es la frecuencia y la multipliuacion ele lo rehimpagos. Es un espoetúculo grandioso el do la proximidad ele. la toementa con sus intormitencins ele tinieblas y ele deslumbradores rclúmpagos, pues lo. rºe !úmpngos abrazan todo el hori zon te , la cumbre do la montaña y el mar. El mar parece aún tranquilo pero ú bordo del buque el comandante hace sumergir el hilo conductor del para-rayo. Pasa n algunos in tnn te y ecs uena el trueno con retumbos repetidos, confu os y sordos en un· principio pe·ro bien pronto violentos. n estremecimiento súbito, tcerible , conmueve el buque despuc de un re -


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lámpago que nos ciega y en medio de la lluvia que cae á torrentes. El rayo acaba de caer en uno de nuestros mástiles. ~o temais nada, sin embargo, pues en suma recibimos una fuerte conmoci-011 y el buque vaciló un poco sobre· sus anclas . Se extendió una tela para poner al abrigo de la lluvia á la valiente gente que duerme sobre el puente. lVIiéntras que la tempestad se aleja ful'iosa y la oscuridad se hace tan espesa que la luz de los faroles desaparece, estoy escribiendo para vosotros á media noche. ¡Mañana los pluviómetros de Gibraltar acusarán una altura de lluvia de 110-milimetros ó más!

LOS EQUIDNOS BEOIENTEMENTE DESCUBIERTOS EN NUEVA·GUINEA.

Todo el mundo ha oido hablar de los ornitorincos y de los equidnas, esos animales más singulares aún en

su estructura que los marsupiales que habitan con ellos en Australia. Ni Buffon ni Linneo los conocieron; sólo en los últimos años del siglo xv111 han sido descritos por los naturalistas. Parte de los ejemplares que se recibieron entónces habían sido traídos por sir Joseph Banks, uno de los compañeros del capitan Cook ; Peron y L es ueur, que hicieron un viaje análogo

1-'ig. 1.-Aoantoglosos de l.!ruijn.

al de Banks en un bnque frances manda~o por Bauclin, los cons iguieron tambien. Blnmenbach, profesor en Hannover, habiendo recibido un ornitorinco para examinarlo, propuso este sabio dar al animal el nombre genérico qne acabamos ele leer y que conserva, llamándole especie Ornithorhynehus paradoxus, que recuerda á la vez la forma de su pico, qu e no carece de analogía con el pico del ánade, y por consiguiente con el de las aves, y la extravagancia de sus carnctéres principales. Con poca diferencia al mismo tiempo, el zoólogo inglés Shaw proponía la denominacion dePlalyp1is analinus, denominacion igualmente éompuesta de dós palabras segun la nomenclatura de Linneo, de las cuales la primera hace alusion :i los piés palmados del ornitorinco, miéntras qne el

segundo expresa el parecido de su pico con el de uri ánade. Lqs numerosos trabajos ele que ha sido objeto el ornitorinco desde entónces, se ocupan más particularmente de las curiosas é importantes particularidades que distinguen anatómicamente esta clase de mamíferos y que los hacen uno de los animales más inferiores ele esta clase. Esta inferioridad se demuestra por la conformacion del esqueleto, por la clisposicion de los órganos de la í·eproduccion, así como por la estructura de su producto; se la halla tambien en la manera de ser de muchos otros sistemas de órganos del mismo animal. Los equidnos, ele los cuales vamos á hablar, partici· pan de ella tambien, y por esta causa se l1an relacionado estos dos géneros para formar una subclase


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aparte, á la cua.l se ha dado el-nombre de monotremos 1 tráctil como la de las hormigueras. Además, tienen las uñas fuertes y paú ornitode lfos. recidas á las de Cuvier no sep9,ró los animales calos monotremos vad o r es. Sus de los dentados; púas son en parpero sin negar las te espinosas core laciones que mo las de los eritienen entre sí, zos ó de ciertos de Blainville,_que puerco-es pines, ere'> la palabra lo que condujo á ornitodelfos, hizo Shaw,que seocuver que los map ó el primero de míferos á que la los equidnos ausaplica deben ocutralianos;á darles par un rango más el nombre de elevado aún, y Fi 0 . 2 -Acantoglosos <le Bruijn. My1·mec~phaga que era necesario aculeata: indicolocarlos por decando la palabra bajo de los mar.fríyrmecophaga, supiales. Es tos indica que no so n , segun sn creía en la posimanera de ver, y bilidad de sepalos hechos hablan rarlos genéricamuy alto en este mente de los horsentido, los mamigueros, que míferos más próllevan en efecto ximos á. las aves esa deuominay reptiles, no por cion. una analogía de Cuvier fué el forma exte1·ior primero que inque en realidad dicó que debe110 existe, sino mos distinguirpor la misma conlos. Poniendo en formacion de sus pn\ctica está obcaractéres anató- Acantogloso de Bruijn (!lg. :1).-Pié <l r delante y pié de <letras (fig. 4) del macho. servacion, los llamicos. mó eq uiclno s El equidno, ó ( Echidna), palamejor los equidbra que un snbio nos, pues existen aleman, Illiger, muchas especies, reemplazó con el como veremos, no de 1'achig[o¡;sus, son apropiados, recordando que como los ornitola larga lengua riucos, para un del equidno ejegénero de vida cuta esos moviacuática; así es mientos con raque sus patas no pidez. son en manera L os equidn as alguna palmavi.en en los sidas; no tienen un tios arenosos y pico aplanado y excavan el suelo comparable al de para coger iusecº los ánades, pe10 tos, con los cuaeste órg'nno no les se alimentan. es ménos córneo Al contrario, el y comparable baornitorinco halla jo diferentes conFig. 5 y 6.-Taquigloso de Lawes (el pié de detras).-La caLeza, los piés su subsistencia ceptos al pico de . y algun:is p1,'ta s. en el agua, á la las aves. Su lengua, en vez de ser plana y ensanchada, es larga y pro- 1 manera de los ánades y otros palmípedos lamelirostres


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LA NATURALEZA

Ko conocemos una sola· especie de oruitorinco y li :rt a e tos últimos años no e había descubierto otro

llo colocado en In ex t remidad del arrrcifo de St•in, c:011 el fin de eYita r lo siniestros que no imped ían las lio1'qniu110 ino el que habita t ambicn el cont in ente au s- g uern s encend ida s en In punta ele Rnx y en la i: ln i rnlinno. ro-o bstante, Mr. Krefft, de Sidney, linbín ele S in. Se han ocupado ignalm en le tl c las dificulln·indicn tl o la antigua existencia, en el mismo país, de des que present aron lo prim eros tralrnjos dr la fn11<lnnn er¡ui Llno mu cho má . grande que el de hoy din. pero cion sobre esa roca que, descul,i erla e11 baja mn r ri el cual no poseemos todavía, es cierto, m :ís que un tan sólo, presenta uua longitud de l 5 metros y una lafragme nto de ht'im cro · pero esta pieza, cuya confnrmatitml de 8, y de como e. os trabaj o han siclo ej rc n tndos <· ion es del todo particular á. lo animales el e este ''Tn- por los pesc adores de la i. la de , ein , pu es sólo elloR po. 110 deja duela nlg-nna relatirn n ,:n ,erdadcra pro- . e lia11 atreYido ñ cncnrg-nr e de hacer al precio ele 50fl fran cos cada un o los agujeros destinados á recibir los eNlencia. Por cons ig ui ente. no rs sólo en _\ustralia J onde ta ll os ele hi erro vertica les c¡ur tienen poi' fin r eunir lo, rxi te n en n uestro. clia. los equiclllo . Los hay t mn· cimientos :i la roca. hi cn en In, :N"ncva-0:ninea, rsc país bajo tantos co nLa expos icio 11 del mini steri o dr Trnbn_¡ o;a pt'ihlic0.~ rrpto. an::ílogo por s u fauna mammal ógica y su s proprese nta c11trr otros rl morlelo :í la e,cn ln de ll. 111 ,l-l, por <lncciones principales ,í la An , tralia propiamente cli- m etro dt>I foro ck Ar111-M:e11 r11 el ec-tndo c11 que se en, clia. Se indican hoy dos e p ecies del todo diferentes tí. r nentra nct nnl111 e11tc, así como otro modelo de la c isl.a E chidna aculeata . ·· na se aleja miís, sin embargo, ma rsca la, rcprcscnt:í11tlolr tal romo, er,'i cnn11do esté c¡ue la otra; es la E clticlna Laicesii, cuya --descripcion ncnbmlo y da11clo UtT 'co rte interesa nte. H emos podido ha clndo l\lI. Ram ay; la otra es el eq uidno sefialndo re u11ir sobre e te impot tau te 1.rnbajo la s indica c:iones sig ui entes íJ ne nos parecen diguas. <le someterse 1í ln en ] 7tl por Prters y D ori a bn.io t>l u ombre de Echidatenciun ele los le:: tores ele LA ~A'l'üTIALEZ .1. na Br111jni1. L 0s trnbajo. fueron comenzados en l 8Cií; en Hií 3 E tos dos a11im ales on bastante diferentes entre í, los resnltndos adquirid o. se t i aduce11 por las cifras sipor lo cual no se les atribnye un mi 1110 o-énero. :M:iénn-u iente.. : el núm ero total ele arri bos fu é ··e, ccrre ·pontras que el primero tiene, como los taquiglo os ó dientes ú min <luracion el e lii8 horas, d ura11te las cuale. rr¡nirlnos australianos, la cara de nu largo med ian o y sr ltnbü1.11 fect nad o 13(:i m etros cúbiéu, de mampostesns piés t,ienen, com o los suyos, cinco dedos provistos rle uñas, el segund o t iene la cara muy larga y r ompa- rí:i . La nl t urn. de la parte co n. trnida por eucimn de la rnble bajo este co ncepto al pico el e nn apterix: adem,,s r oca era de i:"',l:ill, p ero se hallaba iodada l"',60 debano tiene sino tres dedos unr•·uln.do en cada miembro, y jo Lle la s nltns marcas. El gasto i ota! ;::c elcrn ba ú cersn lcng-ua es n otabl e por In tres hil eras de puntas cúrJ ca de 2UU.Ul0 francos. De l .:s73 :t fin ele 1877 los progresos han sido notaneas dirio-idas hn cia adelante, que g uarn ecen la parte te rminal. Estas dispo iciones, del todo característica , ! bles; el numero de anibos durnute eslos cuatro años h n.n comlucido ñ "M. P. Gcrvai s t'1 establ ece r pal'n el ·! se elevó ú 9-J-, co rrespond ientes ií una durnciou t!e ií92 h oras de trabajo, Ll11ra11tc ln s cua les se han efectuado eqaidno Lle Brnijn un "'é• ero Lli -tinto de los eq uiLlno 5í:ili metros cúbico de mampo. tcría; la parte construipropiamente d ichos, es decir, lo eq uicln os esp in o-os y da se eleva ba cutúuces ú l ::!"',¡)J por encima del niYel el L awes, género nl qnc lrn lado rl nom b l'e el e Acrrnde la m.ís nltas mareas. tlwglo i11s. En resúmeu, durante ,5,3 h oras pasada sobre la 8c encont rar,·, la exposicion rl c los h echos relativos roen, se han efect uad o 71.1"!. metros cúbicos ele mampos:'i esta cnesl ion en l n V steor¡ra1ihie rlf' llionotrhnes, cuya primera parte J, a publi ado, lrncr nlg u11 os me es, t ería; el Fasto total se l, a elerndo ú 517.136 francos, lo dicho señor (l ).· que da un precio medio de 73Cifra11cospor111etro cúbico. Tcl'minaremos haci endo sabe r c¡u c el cq uidno de A ctualmente un m,ísti1 de descarga, estableciuo en la plataformn, permi te cuando el t iempc• es bueno desLawcs hn. sido clescnbicrto en el pu r rro i\foresby, es dccil', en la pal'te de ueya-1/,rlanrla miís próxima á embarcar los material e qne se ll evan en buques; se . u ben sobre 1ma andamiada construida por uu pi. o la Australia, y que el cqu idno de Bruijn es ele los que. e apoyn en la to rrr, so bre el 111:', stil de descargo, m ontes Karous, es decir. de In parte Norte del mismo y s uj eto por olra parte por tallos ele hierro fijos á. In archipiélago. T,as figuras in tercaladas en este nrtícnlo s0n r elamampostcrín. En fin , un m ,istil de euga, colocado en t ivas ñ estas dos nuevas especies le cq nidnos : 1 :'L 4, el ej e de la torre, elern los mate rial es hasta el sitio en Acantogloso de Brnijn; 5 y G, Taqni_gloso de Lawes. que se empl ean. T odos los aparatos deben ser simples, p oco costosos y füc iles ele reemplnzar, puesto que esfaín exp uestos :.í ser arnibai.ados por el mar, como suceEL FARO DE ARnHIEN (Fl~lSTERRE). di ó dos veces en In campaiía de 1877. A p esar ele que desde 1876 lás condiciones de arribo Ya se h a ocupado muchas Yeces la prensa de las .Y de p ermanencia se h abían m ej orado, el cubo de mamcircunstancias que han conducido n proponer el estnpostería ej ec utado por h ora dismín uía sensiblementr hl eci111ie11to de un faro en la roca ele Arm-1\ifen, esco- ' (de 1m,!J1 á U"',-16) ; esto s ucetli ú porque era necesario elevar los materiales :.í nna altura cada vez mayor, y (1) O~tcor,1·aphic de Mo notn'mes, r or P. ( h-,rvais, e n 4. •, P ar is. En la lolirr1·ia rl c Artlrnr llC' 1·tra11d. mi ént.rn s que ñntes no tenían qne rjecntnrse sino marn -

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LA ~ATURALCZ.\

postcrías de bloks, se llegó ii, las mamposterías ele sujecion, cuya Pjecucion exige mucho más tiempo por la dificultad de in stala r los aparatos y de emplear un numeroso perso nal en el espacio singularmcutc red uci1lo ele que se dispone. Pero como por otra parte el cubo que hay que ejecutar por metro de altura disminuye notablemente :'i. medida que se aleja del nivel del mar, la to rre se ele,a bastante rñpidamente. Los talleres del foro co ntaban en 1 ·77 un personal de 5; hombres, marin os, albañiles, peones y picapedreros, .. iendo el número ele hombre empleado en ln roca 1lc 35 {1 40. El material flotante comprende un remolcador de rapor, tres chalupas de ,ela y tres embarcaciones. :N"o ,amo :í, clescril,ir el mod elo del faro tal como sed cuando esté terminado; en nada esencial han camu iaclo las di posiciones generales adoptadas; la nlLtll'a del faro será ele cerca rle 30 metros por encima del ni.el ue las altas mareas; se ,e por el estado ac1ual de adelanto de lo trabajos que no carece ele razon que. e hayan elevado sérias eludas sobre la po;:;ibiliclacl de conclui r los trabajos con el año l b 79. El proyecto fué concebido y pue to en ejecucion en su parte esencial por 'L Leonce H.egnauld, director del servicio de faros: los trabajo han siclo ejecutados bnjo la clireccion ele MM. Plaucliat y Ji'cnaix, ingenieros ele p"ueutes y cal;,;aclas, por MM. Joly Cahcm y 1Ian <Yi11 , que se h an sucedido en el serYicio ele ingeniero de puentes y calzadas de que depentlía esta const rucciou: la vig-i lanria de los tall eres ha siclo confiada sucesivamente ñ )fU. Lacroix y Probe. teau, conducto res de puentes y calzadas-. Encarecemos Yirnmente á las personas que ,isiten la Expo irion l-niversal que se dirijan nl pabellon del mi11isterio de Trabajos públicos : además, lo modelos ele que h emo hablnclo y que mejor que este nrtículo les hal'án comprendPr la dificultad del t rabajo, y no abandonan 1o la cnestion general ú que se refieren éstas líneas, Ycr:'111 un modelo del faro de Tour, situado ignalmentc en el clepartamP.nto de Finisterre y encendido en 187+. así como diversas li\mpa ra s, linternas, reflectores, etc., de los cuales se tiene r:irnmente la, ocasion de ver una coleccion completa. Afüídasc que, por otra. parte. y sin contnr las cartas, tlibnjos al bum de fotografías, este pnbellon encierra gran cantidad de modelos en relieve de puentes, de viadnctos, de puertas, exclusas, etc., y que nna ,isita aún bastante sumaria no deja ele presentar un real interes. Otra ve;,; tend remos qni;i;á oca ion de llamar la atencion de nuestros lectores sobre 11 lg un o;; 1e los trnbajo que fig uran en esta expo. icion .

EL SO ~ DAJE AL DJAMA ~ TE. E l trabajo de las minas, reservado en la nn tig-üedad só lo á los esclavos y penndos , h a permanecido sien do por largo t ie mpo uno de los más penosos qne ha co nocid o la industria. En -

tónces, en efeclo, el obrnro eslaba armado so lamente con el pico y el a:i:adon, estaba ohlio-a do á derribará mano todos los fragmentos ele la roca que había que atravesar, n o co nsigu iéndo lo sino al pt·eeio ele las mayores fatigas, y el ade lanto as í obtenido eea excesivamente pequeño , casi nulo en las rocas más duras. En las antig uas ga lerí as de Harlz se encuentra la cifra cle ·acle lanto escu l pida en la roca, y se puedo comprobar que ciet·tas galerías de desagüe que tienen cerca de un kilómetro h abía n s ido perforadas avanz~nclo solamente do 8 á JO metros por año. La aplicacion ele lc1 pó l vora al principio del siglo X\' ;[ trajo u n perfeccio n amiento deci i\·o y permi tió co menzar de nuevo en las minas ciet·tos trabajos que habían t en ido que abandonarse por ser muy Jaro-o y dispendiosos. Las propiedades exp losivas ele la nueva máquina pcr- · mitía n romper fácilmente la roca , y el obrero dispensado de ahondar en adelante la galería en todo su espesar, n o_ tenía sino p erforar los agujeros para colocar la pólvora. Los trnhnjos ele abertura ele ga lerías de minas fueron conciucidos desde e;a época c~ n una rapidez de la cual no se tenía idea ántes· pero en la perforacion ele pozos, el emp leo de la pólvora no pudo producir un a revolucion tan importan le, y cam bió poco las cosas en los procedimientos ~eg uidos anteriormente. Los p erfeccionamientos realizad os en esta industria hasta nuestros dias co nsis ton sobre todo en realidad en el emp ico de motores mecánicos y do máquin as mejor dispuestas. I~I. Laurent y Degouzé , Kir.it, Ohan clron , etc., h an in ventado diversos procedimientos in g,rniosos, gracias á los cuales. e han podido real izar trabajos tan importantes como la· perfora cion ele los pozos artesianos ele París ó los pozos do minas del I\orte de Francia; pero el principio del trabajo y el modo do alacar la roca, han permanecido siempre siendo los mismos. Se baja al fondo del pozo un trépano sostenido por un cable que se hace accionar desde la superficie co n el fin de desga tar la roca en cierto espeso r; lu égo se vuelve :'i sac:-ir y 80 reempla za por un utensilio pocero , quo recoge los fragmentos así formados . Cua ndo se ha limpiado el fondo, se eleva á su vez el pocero para volverá bajar el trépano y recomenzar la misma operac:on. Se ve tocio lo que tiene ele largo y pesado un procedimiento semejante, pues obliga á subir el cab le muy frecuentemente en toda la a l tura de l pozo para extraer la tierra y ca mbiar los utensilios . Los americanos han ensayado estos últimos


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LA NATURALEZA

años, en las importantes minas que acaban ele crear en Pensilvania, un procedimiento nuevo que produce, bajo el punto de vista de la rapidez en la perforacion de los pozos y de los aguieros de sondaje, un?, revolucion casi tan considerable como el empleo de la pólvora en la abertura de las galerías de las minas. ros referimos al sondaje al diamante. En esle procedimiento se baja al pozo un tallo rígido, en cuya base se halla adaptada una serie de diamantes que deben desgastar la roca, miéntras que el tallo perforante gira sobre sí mismo. Los diamantes trazan entónces rayas

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accidentes, no hay necesidad de desmontarlo nunca. Como el tallo va bajando con el agujero , debe detenerse solamente para añadir al tallo un nuevo trozo cada vez que el progreso del profundizaje lo exija.

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Fig. 1, 2 y 3. -Bit lleno, hueco y vista inferior.

circulares en el fondo del agujero y pulverizan la roca sin gastarse. Al _mismo tiempo se hace descender por el interior del tallo perfoi:-ante, que es hueco, una corriente de agua que llega al fondo del agujero, se eleva hácia afuera por entre el tallo y las paredes del agujero y sube á la superficie bajo la accion de una presion h idráulica considerable, arrastrando ~onsigo el polvo disgregado de la roca. No hace falta, pues, ningun utensilio especial para elevarlo; el trabajo se hace continuo, el tallo perforante se hunde sin interrupcion y fuera de los casos de

F ig. 4.-T , ma ng uito superi or del ta ll o perfora nle. P , pislon q ue descie nde con el tallo. E , pieza de cha rn ela que sostiene to da la pa rte super io r de la máq uin,l y permite desem• ba razar r á pidamente el orificio del ag uj ero. Debajo, corte del tallo perforante y de los dos cilindros donde se ejerce la presion hidrá ulica en el sondaje á diamante.

E ste prog reso , enteramente nuevo, utilizado solam ente en su oríg en para los agujeros do sondaje de 6 á 10 centímetros de diámetro, puede servil· igualmente para la perforacion de los g randes pozos de exlraccion y áun en ciertos casos para la excavacion de galerías de minas.


LA NATURALEZA

Ha sido aplicado sobre todo en Pehsilvauia, donde la extraccion de la hulla adquiere en el presente tan gran desarrollo y suministra anual-

269

mente una cantidad de combustible muy considerable. La mina de a ntracita de este Estado ocupa un espacio de 1.000 k ilómetros cuadra-

1-'ig. 5.-Vista exterior de la máquina expuesta en Filadelfla en ·1876 para el sondaje á cl iamnnte. T , manguito superior ele! tallo p~rforante. P y P' cilindros que encierran los dos pistones que se hunclen con el tallo baj o , la accion do la pt·es ion hidráu lica.

dos, encierra diez capas superpuestas de cerca de un metro de espesor, que reposan sobre la arcilla silÚL'ica y cubiertas por min erales de hierro litroide. La mayor parte de las investig aci ones se han ejecutado por medio del diamante, y los poz'Js dobles de Pottsvillc en la mina

del Norte, y la de vVilke Bar en la mina del Sur, han sido perforadas por este procedimiento. Vamos .'.i dar ahora una descripcion rápida de los principales órganos empleados: el tallo perforante está formado por un cilindro hueco que ocupa toda la altura del agujero pC'rforado y de


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L.A i\ATL.ilL\LEZ ,\

un diúmetro un poco 1mís pequeño, baja á me- considerable; Iuégo se remacha. el metal en fria dida que se van profundizando. En la parte in - alrededor del diamante. El tallo perforante reJ'er;or está atornillada una pieza de hierro fun- cibe sobre sí mismo un movimiento <le rotacion dido que los ingleses llaman bit, y sobt·e la cual muy rápido, que .Jlcga. á alcanzar hasta 200 están njos los diamantes. La fig. 1 da la vista. vueltas por minuto ; está movido por una 111:1inferior de un bit lleno, muestra los diamantes quina de Boot colocada en el orificio del pozo ; ,·eparlidos á distancias variables del centro, con , debe bajará medida que el agujero se profunel fin de gastar la roca en toda. su superficie. / cliza. Otras veces se obtiene, en efecto, por una Como indica. el coete de la fig. 2, el agua que [ disposi cion ingeniosa. de piñones y <le rueda s desciende ú la hase del tallo pasa al fondo del den taclas qu~ no reproducimos aquí, puesto que agujero por los trns conductos inclinados prac- el empico de la presion hidráulica. permite alcanlicatlos en el bit,· sube en seguida. háeia afuera., 1 zarlo mús fúcilmente. En esta última disposi. siguiendo los canales la:eealcs dispuestos en cion, representada en la fig. '*, el tallo hueco héli ce , como indica la fig. 3, por la· pieza B, so- está ajustado en su parte superior sobre un bre la. cual cst;'t atornillado un bit hueco . Se manguito 'l', ligado por un travesaño y á los insertan igualmente algun"os diamantes alrede- 1 pistones P, que se ven á d-e rccha é izquierda en dor del bit, con el fin ele alisar de una manera _la.fig ura. Estos pistones se mueven y descienregular las paredes del agujero y cvitae todos den al interior ele los dos cilindros corresponlos obstfoulos al tallo. Cuando se quiere con- dientes bajo la accion de una presion hidráulica. servar un hito , en lug ar de pulverizar la roca, conveniente, hacen al tallo solidario de ellos. se recmpl_a za el hit macizo por el bit hueco de Esta.reposa . frotando suavemente contra el trala fl g . 3. L os diamantes trazan cntónccs en la. vesaño, y puede girar sobt·e sí mismo al desroca una c1viclacl anular y dejan en el interior cender. Cuando los pistones llegan al fondo de un cilindrn macizo que se eleva en el inte:· ior los cilindros , se separa el manguito del ta.llo del bit :i m ediúa que éste profundiza.. Cuando pei'forantc, se cambia el sentido de la presion , el hito así fot·ma.clo ad L!L!Íere una altura sufi- admiLicnelo el agua. por debajo de los pistones ciente , so le rompe moviendo bruscamente el y é tos se elevan con el travesaño y el mantallo el hito se resquebraja fácilmente y se rom- guito. t:ic atornilla entónces encima del tallo pe en su base bajo un pequeño esfuerzo. Basta. perforante una virola de ·altura igual ú la del el evar el tallo en toda su allura, y se con.duce ú cilindro y se llena el espacio libre ligándola al la superficie el bit con su hito. Se lrnn podido manguito , como se ha hecho con las vjrolas el e var así en el sondaje de Bohm.isch Boclen , en prcccdenles. El tallo perforante puede entónce Bohemia , sobre la línea de Praga á Briin hitos prnfundizar Lodo el tiempo que dure la altura que tenían hasta L1m, 5Q de alto y Ü"' ,'18 de diá- de la virnla que acaba de añadirse. Esta dispomclrn , y se ha _o btenido desde cntónccs , en la sicion sencillísima permite reglará voluntad la rnal'cha. , la. disposicion y orientacion de las ca- intensidad ele la pres ion y proporcionarla exacpas , indicaciones precisas que no daría el cxá- tamcn te segun la. resistencia que haya que venmcn del polvo de desgaste. cer, en i·elacion con la dureza ele la roca. El Los diamantes empleados para la. pcrforacion adelanto así obtenido es del todo regular. Cuanson diamantes negros it--regulares que se llaman do la profundidad cil más grande, la prcsion c;:u·bones : se ve nden en general en Pari á 38 puede hacerse negativa y emplearse para disfra ncos (cerca de 38 peseta ·) el quilate; los dia. , minuir el peso ele los tallos que pesan sobre el mantes transparentes del Bras il, que se llaman fondo. bm·ls , no se empican á causa. de su precio, que El aparato representado en la. fig . 4 estú sos· llega á veces ,i 50 l'rancos. Se ha ensayado sustenido por medio de los manguitos H y los por~ tiluirle , pero sin éxito hasta el presente, con el nos de un ion a por una. pieza circular E proviscol'indon, que es el mineral rnús duro clespues ta de una. charnela vertical C, alrededor de lá del diamante; por otra parte, estos diamantes cual se la puede hacer girar. De este modo es se gastan poco, y no se pierden sino cuando se , más fúcil desembarazar el orificio de entrada separan del hit. Entónces se convierten en una del pozo para ejecutar los diversos trabajos necausa de incomoddad muy gra,·e, pues gastan cesarios , alargar el tallo, por ejemplo. El· apael bit y detienen los trabajos. La insercion de rato, cuyo aspecto exterior está representado en los diamantes es una operacion muy delicada: la flg. 5, no posee esa. charnela.; por lo demas, se pl'nclica en el metal u11 ag ujero donde se hace su disposiciones la. misma; ·el tubo ele] medio entrar el diamante bajo una pres ion hidrúulica conduce el agua al interioe del tnllo pc1·forun-

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LA NATUilALEZ,\ te T; los dos tubos laterales la conducen ú los ci lindros la terales P y P' do la derceha é izquierda. Esta múquina, que figuró en la l!Jxpo sicion ele Filadclf1a de 1876 , ha servido para perfo r a r orificios ele nue ve pi és de diámetro y de 1. 000 piés de profundidad. · El sondaje al diamante tiene buen éxito, prin cipalm ente en la s rocas duras que costaba lanto · trabajo p e rforai· co n el teépano; pern las capas arci llosas son m:\ difíciles de atravesar, pues la arcilla se disuelve e n el agua y forma un cieno IÍfJuido que obs tru ye bien pronto todos los ol'ificios; es necesar io elevar el tallo despues ele un ade la nto de 5 centím eLros, tan só lo pa-ra limpiat· el bit y recomenzar el trabajo. _·o se puede atravesar de ningun modo una capa de arcill a un po i.;o gruesa, pero en todos los otros casos el sondaje [t diamant".} es mu cho más rúpido que el sondaje ordinario , y suminist1·a indicacio n es bastante más precisas sobre la consLitueion de los terrenos. En el sond aje de l\Ieddlothian se h an obtenido hasta oiu,O!J de ava n ce por hora, e;1 una profundidad de. 350 metros. E l so ndaje ,i diamante se aplica igun lmcnte , como h e mos dicho, para la abert ura de pozos de gra n seccion. M. Pleasant h a abierto poi· este pt'ocedimiento los dos pozos gemelos de Potlsrille, cuya sccc ion tiene 4" 1 ,88 d e largo por i 111 ,2.2 de anch o, y h a obtenido un avance de 13 metrns por dia. Co locaba e n e l o rificio del pozo.llJl enrejado de vig:i.s de hie rro fundido, que sostenía n la m[u1uin a pe rforante en las P?siciones suces ivas que ocupaba. Perforó 25 agujeros de Ü"',045 de diámetro dispuestos en red e n la sec cio n del pozo , se colocó la pólvora en cada uno Lle e llos ,i una profundidad de 1m,2Q po r debajo del fo ndo, y $e hacían sa llat· todas las minas si mu lt(meamcntc. La roca se 1·ompía e n fragmcnlos en tocia su profundidad, se bajaba n cuhos para elevar toda la ti e rra y saearla á la superílcie. Uuando ~l fondo estaba limpi o, se disponía de nuevas minas y se recomenzaba de _la misma manera. Los ag ujeros se h auía n de una sor~ vez en su principio en un a profundidaü Lle 96 m etrns y llenos de are n a, se extraía la áre na para co lo ca r la pólvora á medida que se hacían, ú un a a ltura de 1111 ,20. : La mayor pa rte de los grandes pozos üc los Es tados-Unidos h a n sido abiertos por este método, y el e mpl eo d el diamante, que permilc opera r tan r ,í.piüamente el trabajo ele so n daje y la pedorac ion ele los pozos, h a s ido un a d las cau as principales del gran desaerollo que la indus tria ltullc ra loma act ualm ente en .\m érica.

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l\'II SCELÁNEA. Con ocasion de In .ExposicioD Uni r cr ·al de Pai i~, el gobiern o austriaco l1 a h echo publicar un trnl,njo i11trresante sobre el c tndo de las uniYersitladcs en el imperio austriaco ele. ele la ültima Expusicion de lt.G7, es decir, de de hace una docena tic año . Esin p11blieacion, que lia siclo cxírnctnda por uno de los ,it·f'es tle la scccion de adminisirnciou austriaca . el doctor Lama~-or, nos liacc conocer la organizacion cie la c11 ·eiianza superior en.d..n triayla reformas que citan introtlucitlo cu el la desde ll)fji:5 :i Ib77. E n 1867 no l1a bía en _\ ustria sin o _eis u11 i rcrsidaelc , cuatro completas: Yicnn, I'rnga, Uratz, Crncoria y dos incornpl c(as, e decir, sin farnHad ele medici11:1. :í tial.ier: In : pruck y Lemberg. Hoy ex iste n siet e, tlc !as cuales cin co son completa s: Y ienn. l'r:ign , (-;rn(z, In spruck r Crncovia, y do~ i11co111¡ilc(a . : Lrmberg .,· CzrmoYitz. El p resupueslo de la s 1mi,er;;idnLles era en rn<,7 tic l.2±2.088 florin es (el florin austriaco Yalc dit'z renlrs)¡ m,ís adelante Yeremo cu:.íl es hoy. En 18Ci7, en ]n. u11i rnrsidad de Yic11a tILW tomamos por <'jemplo, el nümcro de profesare · Liiulurcs era GG, el ele profe;;ores suplementario de VI, y el ele ag-rrg-a dos ó -Pri"l'at Docentes, ele 7i\ h oy esins cifra. son re pectirnmente Ll, ,U y 91, lo que iuclic-n. el ntímcro de nnevasc:ited rn s que e lrnn creado en· esta unfrersidacl. Dnrante el período decena! ele Jc(j, '.-77 se !,a funda-do una. 11ueya uni,·crsiclad en la cx.ti·cm idnd orieutal de la u10narquía. D esde hace un siglo, no l,abin. ·. ido creado en Austria sin o un olo e ·tnblecimie11to tle cslc género, á saber, la uniYcr~idnd tic Lemberg en Hi7-l; por otra pnrte, el número de uui,·er ·idacl es ex i leute;; había disminuido en dos .i aber, la de Salzbourg. que desapareci,í en .U:HO <le pnes de haLer existido tlo siglo!', y la de Olmntz s uprimida en 1 r,5 y que era ya. tre;, veces centenaria. J:-fob iendo ido la uniYer iclad de Iuspruck co111pletacla en 1 69 por la adicion de un a fact'1ltat! tic metlicinn, se pensó desde entó11ces en la realizacio n de uu proyecto formado lin ce largo tiempo, el de crear una uneni uniYersidacl. Todas !ns nncionnliclades de que e compone el i111perio reclamaban e-te fornr. ~'l.. i en ?.ara y e11 Trie:ste pcd ia11 una nni1·er idad itnliana; los es larn. del ,.' ur dcsc11ban una; la l\foravia lo mis1u o, cte. E l gob ierno ,se ilecicl ió por Czenov itz. E l decreto tle funtlacion de Ctib, univer idad, que ll eva el nombre de Fra11ci:;1:o,Jo.-t\ es de 30 de 'eiiembrc ele 1 7:í. 0

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"" Nuevo guía en el mar.-lmprL' ·iu11adu lJur lus inconYeniente de la bníjnla marina, cuyo elato su 11 :í mennclo tn.n poco egu ros, M:. Fnye propunc :í lo;; marinos un 11ucYO aparato para hallar sn c:1111i110 cu d mar y con ·errnr s u Lle rrok r:-. E nbit10J111c la l,rú-· juln, muy ci',moda en los buques de nuHlcrn, e · ll<.! un uso muy tlifíC' il cu lo· lrnqncs Lle l,ie rru ú cn rgaduti de


LA NATURALEZA materias m agnéticas. Hasta cierto punto se corrigen las indicacion es del in strum ento bien por la adicion ele iman es en situacion es determinadas por la experiencia, bien determinando por el cálculo la accion perturbatriz del barco. P ero estas correccion es, buenas en sitios dados, está n infl uidas por el clim a magnético de cada punto y cambian por consiguiente en el curso de un mismo viaje. A demás basta que haya un a va riacion de las masas metálicas á bordo del buque para que t odo cambie: así en ciertos vapores que t ienen chimeneas de hierro de t elescopio, es decir, compuestas ele tubos r eent rantes unos en los otros, está demostrado que la bníjula no da siempre las mismas in dicaciones, segun que la chimenea esté encogida ó alargada. En estas condicion es M. Faye propone apli car ít la cletermiuacion de la ruta la guindola misma que permite medir la rapidez de la marcha. Basta, en efecto, tomar con el sestante el nngulo que forma la cuerda ele r emolque de la guindola con la clireccion del sol ó ele una estrella para saber la direccion seguida por el barco. n espues de varias obj eciones que se han hecho en la A cademia de Ciencias de P aris á est e proyecto, se ha r econocido que no h ay imposibilidad para su aclopcion, y sólo es de desear que se someta el proyecto ele M. Faye á un estudio cxperimrntal.

color blanco azulado ó agrisado, y tienen dos hileras de pequeños tubérculos de un color amarillo ferruginoso, provistos de pelos rojizos y de tubérculos semejantes que separan las manchas dorsales. La cabeza, con pelos grises blanquecinos, t iene el fondo de su color de un ceniciento negl'Uzco. La parte inferior del cuerpo es de un color moreno que tira un poco á púrpura, con patas membranosas de color leo• nado. En el mes de Junio estos gusanos hilan un capullo en las hojas que lian con hilos de seda, ó en las grietas de las cortezas. En este ligero capullo, cambian su últii:na pÍel y se convierten en crisálidas negras, con pequeños mechones de pelos amarillos. Quince ó veinte dias despues, es decir, en la primera q_uincena de Julio, esta crisálida se

Fig. 1.-G usa no del bóml,i,c del sanl:e y del ál amo.

EL BÓMBIX DEL ÁLAMO Y DEL SAUCE. Se ve muy á menudo, á fines de verano y en el otoño, sobre los tron cos de los sauces y de los ál a mos ordinarios y de Italia , formando estos últimos g eneralmente larg as y bellas alamedas, rosetones de huevos verdosos, cubiertos por un forro de un color blanco lustl'oso, que les asemeja á un gargajo. Estos huevos son esféricos, per ~ectamente lisos , de un bello color verde claro en el momento en que se ponen , y no están rodeados, como sucede en otros bómbices nocivos, de un vello que falta en la extremidad del abdómen de la h embra. Es n ecesario quitar durante el invierno estas placas lustrosas con un cepillo ó cubrirlas por medio de un pincel con una capa de alquitran, si no se quiere ver los á rboles desprovistos de hojas casi completamen.te en ciertos años por las orugas . que saldrían de esos huevos. A fin de Abril salen del huevo y han adquirido todo su desarrollo en el mes de Junio. Su dorso es negl'Uzco con dos líneas amarillas, de tono más vivo en la menor edad, á veces blanquecinas, interrumpidas y encerrando entre ellas dos una serie de gruesas manchas dorsales, redondeadas, de un color blanco ligeramente amarillento, estando dividida cada una de estas manchas en dos, por las incisiones de los anillos del cuerpo (fig. 1). Los costados son de un

conviei·te en mariposa (fig. 2) Liparis salicis, Linn., del bómbix del álamo y del sauce. Los dos sexos se parecen mucho; el cuerpo y las alas son de un color blanco argentado y lustroso, con un ligero tinle amarillento sobre las princi-

1-'ig . 2.- :\'lariposa macho del bómbi_x del sauce y del álamo.

pales articulaciQnes y en la parte anterior del corselete. Las antenas tienen las barbas de un color moreno ceniciento y el tallo blanco; las patas son negras con anillos blancos. Esta mariposa no vuela sino por la tarde en . bandadas alrededor de los álamos y de los sauces, y su color la hace tan visible que Gcoffroy - la llama la apa rente en su célebre historia de los insectos de los alrededores de París.

PROPIE'rA.RIOS GERENTES: PEROJÓ HERMA.NOS,

MADRID: Tipografía Esto1·eotipia PEROJO.


Núm. 44,-28 Setiembre 1878,

LA NATURALEZA

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LA PRENSA DE RELIEVE PARA CIEGOS. Con objeto de hacer comprender mejor el fin de la prensa de relieve y las grandes ventajas que aporta á la impresion de libros en relieve

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Fig . 2.- Impresion en puntos, para ciegos.

pequeño número de .puntos agrupados de una beto con el nombre de signo de los números. En la fig. 2 representamos un ejemplo de immanera simple y fácil de retener. Los puntos se presion con puntos ; inhiletres en colocan útil es decir que para como horizontales, ras los ciegos estos puntos tres líneas de un pentásobresalen en el papel, grama. Para las diez pues los ciegos leen con primeras letras, los punlos dedos. tos ocupan las dos líneas En Paris se ha adapsuperiores sol amen te. tado este sistema á la Para las diez letras siimpresion de la música. guientes (de K á T) los Allí, donde se ha hecho puntos son los mismos un ensayo serio de este de las diez primeras lemétodo, se ha visto que tras , añadiéndoles un los ciegos, sobre_ todo punto colocado debalos jóvenes, lo prefieren jo de los puntos de la . .,_ . . á todos los otros. Lo ;izquierda. Los diez priaprenden muy rápida1meros signos colocamente, sirviéndose de idos en las dos líneas inalfabeto de puntos este feriores, represen tan escribir sus compara 1diez signos de puntuamusicales, posiciones cion ; no hallándose en sabida la bien es pues las dos líneas inferiores á la tienen que aficion los puntos correspon::::·iii·· . .. .:::::::::::::::::::::¡:::::::;::::::::::::::::::!:::::::::.: ' música. diente_s á ninguna letra, Dejando á un lado cóno hay lugar á confu::::::::::::::::::::::::!::::::::::::: : ::::::::::::::::::::~::::;::~ . mo escriben los ciegos, siones. Los diez primenos ocuparemos en esta ros signos representan del nuevo métoRevista lambien 'las cifras de 1 emplea para se que do á 10; pero todas las veFig. 3.-Prensa par a ciegos .. libros de los imprimir ces que indican un núal invendebido ciegos, mero, van precedidos de Recordon. Ernest M. rafo, diplóg del tor cuatro puntos formando un ángulo recto. Por Actualmente existen máquinas para imprimir tncdio de esta adicion, A se convierte en 1, en relieve para ciegos; se parecen á las libros IBen 2, etc. Este signo es designado en el alfa1

2. 0 SEMESTI\E.

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LA NA 'l'URALEZA

En las últimas prensas constrnidas, M. Reque servían á los impresores en otro tiempo, y que se designan con el nombre de prensas á corclo n ha suprimido el cuero extendido sobre brazo. Hacen falta los mismos materiales, con el marco de m ade ra A, y ha provisto el rodill o corta diferencia, que para la impresion de los ele una cubierta de caou·tchouc. La composicion con la prensa de relieve exige caractéres visibles, y la composicion se hace más tiempo que la que se hace con los caractétambien como la de éstos . res móviles de la prensa á brazo; pero er,ta pérLos caractéres lle van la letea que ha de rede tiempo se encuentra grandemente redida producirse en puntos agrupados como los del por la supresion del mojado de las compensada alfabeto de ciegos. la impresion y de la distribttde ántes hojas La prensa actual pesa algunos cientos de kien sus cajitas ), puesto caraetéres los (poner cion alo para l loca vasto un logramos; es necesario para hacer caer toplancha la volver basta que algunos de es peecio jar todo el material; su miles de francos; el papel nece ita mojarse án - das las clavijas y deshacer en un abrir y cerrar de ojos la composicion; mas pa1·a obtener mates de la impresion. M. Ernest Recordon suprime todo este ma- yor rapidez aún en el manejo de la prensa relieve, basta h acer caer so lamen te las clavij as terial, que encuentra muy embarazoso y caro; s u· prensa de relieve pesa cuatro kilogramos; su · que forman la primera hilera de caractéres; precio es de 70 francos; el mojado del papel basta entónces inclinar la plancha por medio de un pié móvil colocado detras del marcador de ántes de la operacion no es necesario. La prensa de relieve consiste en una plancha la plancha y levantar con la mano izquierda la parte inferior de las clavijas; la mano derecha de metal de un espesor de 5 milímetros, que puede retirarlas entónces fácilmente cogiéndotiene el mismo tamaño que las hojas de los libros de ciegos. Esta plancha ele meta l tiene en las por su cabeza y colocarlas inmediatamente toda s u superficie un gran número de agujeros y sin pérdida de tiempo en la hilera superior. dispuestos en hileras de tres, formando gru El manejo ele la prensa ele relieve es tan simpos de seis. Hay 36 grupos de puntos en cada ple que últimamente, en una clase de ciegos de línea y 32 líneas forman la página. una escuela comunal fundada por el doctor Para componer, el ciego se sirve ele clavijas Blanchet, un niño de doce años, privado de la ele cabeza de alfiler (flg. 3); (D representa una vista, ha compuesto la fábula L 2 cigarra y /11 ele estas clavijas de tamaño natural; la prensa hormiga; en seguida hizo él mismo la tirada. Algunas horas de prúctica bastan para adde relieve está reducida á '/ ,); coloca estos alfileres en los agujeros de la plan cha y con la ayu- quirir cierta habilidad. da del guía-mano C, parecido al que sirve á los Hé aquí, segun el informe comunicado á la ciegos para escl'ibir por medio de su punzon Societé d'encouragement pour l'induslrie para h allar en la plancha los agujeros que por na.tionale de Paris , el 28 de Junio ele 1878, so· su agrupamiento forman las letras de su al- bre las invencion es de M. Recordon en favor de fabeto. los ciegos, el resúmen de los servicios que la La placa de metal está sostenida en un marco prensa-relieve está llamada á producir y que no ele madera B, por cuatro tornillos colocados á podrán esperarse nunca de la prensa á brazo. cierta distancia de la superficie de la tabla soEn las instituciones de ciegos, los maestros bre que se posa para que las clavijas, sosteni- podrán hacer imprimir por los discípulos los lidas en la superficie ele la plancha por su cabe- bros de la escuela . za, teaspasen la plancha algunos milímetros. El músico ciego tendrá la gran facilidad de Cuando toda la plancha está compuesta, es imprimir él mismo s us teozos ele música. decir, cuando cada grupo ele agujeros encierra Los particulares ciegos que posean la 1ncnsa el número de clavijas necesarias para represen- de relieve, podrán form:ir pequeñas asociaciotar una letra, el cieg o levanta el guía-mano de nes ó grupos, y cada uno de ellos imprimir una la plancha, coloca debajo una hoja de papel, se obra en número igual al de miembros ele la asobaja sobre el papel un marco de madera A, so- ciacion . Los ciegos cambiar~m en seguida los vobre cuyos bordes está extendida una hoja de lúmenes impresos, de suerte que, por ejemplo, cuero, y entónccs , por medio ele un i·odillo de si la asociacion cuenta quince miembros, al cabo dos manos, prensa el papel, en el cual vienen á de poco tiempo cada uno se encontrará en poso· penetear las cabezas ele las clavijas. sion de quince obras distintas. La presion es s uficiente para -ohten.er un re· El precio ele los libros en relieve, tan elevalieve muy satisfactorio. dos actualmente, poclrú, pues, bajar en not:ibles


LA NATURAL EZA propo rciones. La unificacion del alfaheto para todas las na ciones, podrá llegar á ser un a rea lidad, p uesto q ue la prensa-relieve es tan simpl e en construccion, es tan poco costosa y tan í.icil de ma nej ar, que su adopcion se impondrá por sí misma: aho ra bien, como no puede rept'oducir sino el tipo de p untos inventados y em pleados en Fra n cia, es necesario ll egar a l alfabe to universal. Por fin al , véas e en qué t érn1inos el direct or de un a importante i nstitucion de ciegos escribe it M. Recordon : «Es una idea excelente la que habe is tenido, y Lo dos nos hemos reg ocijado a l pen, ar que con vuestro pequeño apara to podremos en adela n Le noso tros mi s mos imprimir n ues tros libros de texto . Así es, que estoy convencido que vuestra invencio n prestará g ra ndes servicios á las diversas inslituciones de ciegos y a los ciegos particula r es . Hab eis halla do un medio simple é inge nioso para evitar el empleo de los caractéres de fundi cion; lo q ue constituye en mi opinion, el mayor mérito de vuestra i1w_en cion, es la eco nomí a. que esta proporcion a . ,i No olvidemos los qu e tei1emos la fe licidad de posee r la vista , que u n libro es , para i.rn ciego, un objeto mucho m:'ts peccioso qu e para el que posee un a vi s ta sana. Gracias á la prensa-relieve , la luz t rn ida al mu ndo por G ulle nb erg podrá lucir a hor a en las tini eblas del mundo ele los cieg os y ~.lumbrar s u tri ste- soledad .

EL RIO AMARILLO . El Geograpltical magazine describe en estos términos el Hoang-Ho ó rio Amarillo. A primera vi la presenta el n pecto de un pantano c1e ag ua fan gosa; pero la rapidez de s u conicntc demuestra l.Ji en prnnto el error cometido al considerarlo como t al. Al sacar un cubo lleno de aquellas aguas y al tratar el e cla rificarlas por medio c1cl alumbre, se llena aqnél el e clcpúsiLos liasLa una cuar La parle de sn alLura. E s verdacl cralllcnte prodigioso el ver t al cantidad el e bano y arcilla. Jam:ís, ni t an sólo nn din , se han visto clara s las aguas del Hoang-Ho. Los chi nos dicen «que ni en mil nños llegarían :í. clarificarl o,)) y uno de sus pro,,crbios al querer hablar de algo imposibl e, es: «Eso se bnrá ó succdcr.í. cuando se aclare el H oang-Ho.» En varios mapas chinos, el cnrso de este río, t urbio desde sus orígenes en la misteriosa regiou ele los génio y ele los espíritus fabulosos, basta su a11ti6 ua desembocadura c11 el mar Amarillo, cs t:í pintado cie amarillo, con el fi 11 el e designar el color de sus aguas arcillosas. V crdacl es qu e un rio con tales condiciones ll rgar:í :"1 lle-

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nar ele fango el golfo ele Pc-tclii-li, que es el lugar ele su nueva desembocadura, y ayudará poderosamente al P ei- Ho ó rio del Norte, que tanto limo ha depositado ya y que t auio contraria la naYegaciou el e Tient sin, el puerto de P ekin. ¡Imaginémonos que el poderoso Danubio cesara de correr un clia por delante de Galatz, y que su lecho aparezca seco y lleno de polvo, porque el gran rio, cambiando de curso, se hubiese abierto un nuevo camino al Oeste ele los Balkanes y hubiestl elegido al Adri,itico en vez del mar egro por lugar ele su ele embocadura! Pues bien; esto es precisamente lo qu e ha hecho el H oang-Ho. P ero es necesario añadir que para tal cambio de direccion el Danu1.Jio t endría que horadar las moutañas y mesetas del Cnrsk, miénlras que el rio Amarillo se entrega á sus dirngaciones por la inmensa llanura de aluviones que lia concluido por unir los montes del Chantoug al continente.

GRAN GLOBO CAUTIVO DE M. HENRY GIFFARD. (Continuacion.-Véase n .0 43, pág. 25 7.)

Cuando reina una atmósfera pura y límpida, el panorama que se ofrece á los oj os del viajero e n la barq uilla del g ran g lobo cautivo coni pre nde un círculo ele inmensa extension, pró x imamente de 48 á 60 kilómetl'os de radio . Cuando se encuent ra á una altura de 150 á 200 metros, entónces se ofrece á nuestras miradas todo Paris, pero á mayor alt ura de 400 á 500 metros la gra n ciudad, reducida á proporciones lilipu tienses , aparece aprisionada por un vasto círculo de verdura, que abarca lo ménos cuatro departamentos ó provincias: el departamento del Seine por comple to y una par te m ás ó ménos cons iderable de los del Seine-et-Oise, Seine-et-Marne y Oise. El pla no adjunto (fig ura 1} nos mues tra la extcnsion de superficie que se d ist ing ue desde el cc ntrn ele Pa.ris á una altura de 500 metros. El globo se ve desde di st a ncias tales como de Neuilly-en -Thelle (Oise) por el orte, desde Corbeil , Arpajon, Etampcs por el S ur; de L agny y foa ux al Este, y desde Mantes al Oeste. E n medio ele u n t iempo sereno y límpido se abraza á sfmple vista ese inmen so círculo de 120 kilóm eteos de diámelro. Nada más cul'ioso que el contemplar ese gran de horizonte en tiempo lluvioso como el qu e reinó en Paris durante la segunda quincena del mes de Agos to. Miéntras que en el globo libee se remonta el viaj er o á la vez que la masa de a ire en movimi ent o, en el glob o cautivo se per• manece estacionario resistiendo las corrientes aéreas, y lo mis mo que en el mnr se ven formar


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las ráfagas en el horizonte, se les sigue en su marcha por la superficie del terreno que se domina. Este espectáculo es de grande enseñanza para el meteorologista. El dia 5 del mes que corre, nos fué dable el verificar una ascension en circunstancias particularmente interesantes

en este ·sentido. Veíase alrededor del globo á distancias más ó ménos considerables algunas ráfagas, nubes que vertían torrentes de agua sobre la superficie de diferentes localidades, y con una velocidad considerable. El dia en que tuvimos ocasion de observarlo no llovía en Pa-

Fig. J .-Carta de las localid ades que se perciuen desd o la barquilla del gran globo cauLivo de .M. IIemy Giffal'u. Panorama circular de 120 kilómetros de diámetro.

ris, pero el agua caía abundantemente de una nube estacionada sobre Saint-Denis, de otra que se vaciaba más allá del Trocadero, y de una tercera más copiosamente que aparecía hácia las regiones circunvecinas á la aílueucia del Marne y del Sena. Otras dos ráfagas se movían sobre localidades diferentes que no nos fué posible reconocer desde tan grande altura. Las nubes de igual naturaleza que las que

describimos, vienen siempre precedidas en su marcha por un viento en extremo impetuoso. Manifiestan con violencia su aproximacion, de· terminando en el globo oscilaciones, á veces de consideracion, y que el gran cautivo ante estos amenazadores meteoros debe prudentemente permanecer amarrado á la superficie del suelo. ( Se continuará.) ~


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Pig , 2. -E l gran globo cautivo ele M. 1[en ry G-iffarcl dejando la tien·a. (Tomado ele un a fotografía de M, Dagron .) ·


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LAS ORQUÍDEAS. En la primavera es cnando conviene ocuparse principalmente de las orquídeas, en nuestra region templada. Esta bella familia de plantas, ha si.do notada en tedas tiempos y bastante ántes que las especie exóticas y epifitas gozaran de una r eputacion que ha ido llevad a h asta la manía. Las orquíd eas de nuestros campos han sido recogida s á m enudo por los paseantes, si no por el brillo más ó ménos, por la sing ularidad de sus flores. Hay, en efecto, pocas que sean susceptibles de presentar formas tan extrañas, y los nombres que se han dado :í un g ran númern ele especies y géneros, se han sacado del parecido ele estas flores con animales ó insectos. Los tipos exóticos ofrecen :i menudo flores ele colores vivos, y frecuentemente perfumadas. Es más dificil tratar de la fami lia le las orquídeas de una manera clara y comprensible para el que no conoce estos singi.tlares vegetales, que ele cualquier otra familia de plantas, por su estructura especial. Así es, que sucede este caso principalmente, como en todas las ciencias de observacion, por otra parte, que un buen ejemplo dice mucho m:\s que la mejor clescripcion. Por esto, la iconografía, es decir la ilustrncion, tiene que venir necesariamente en ayuda, todo lo qu e sea posible, en las obras que señalan las especies nuevas ó interesantes de orquídeas. Algunas consideraciones generales, ántes de abordar ciertos puntos de nociones preliminares, sobre estas plantas, pueden tomar aquí lugar y preparar al lector que no sea nat uralista, para las modificaciones de estructura de que se tiene cuenta en la clasificacion y rle las cuales son susceptibles las orqµídeas en el m:\s alto grado. En el reino orgánico, lo mismo en zoología que en bot:\nica, los clasificadores han Lli stinguido los séres perfectos y los séres impel'fectos. Los primeros, m,ís comprensibles por la simetría de sus partes, la armonía de la composicion, se colocaron en primer rango; luégo vienen á colocarse por su órden de valor los tipos considerados como ménos favorecidos. Se les ll amó t ipos derivados ó degradados, es decir, que no presentan ln perfeccion reconocida en los primeros. Sólo despues de eliminaciones h echas con cuidado y de aproximaciones juiciosas, los trabajos de clasificacion ilu tran sus autores, y esta parte de la ciencia e}.'Íge siempre nn valor científico y una sagacidad indispensable por parte de los sabios que la emprenden. En botánica, la constitucion de la flor primeramente y su simetría luégo, se toman en grnn consideracicn Una fl or, en la cual todas las partes constituy entes n~ tienen defecto y son completas en todo, se llaman perfectas. Cuando las partes relativas son parecidas entre sí, y que haciendo una seccion perpendicular liecha a 1 azar, pero que pase por el centrn, se obt ienen dos par_ tes iguales, del todo equivalentes, esa flor se llama reg ula r. Así sucede en un a flor ele escaramujo ó en un

lirio. Pero si se practica un corte semejante en un a flor de capuchino, en un pensamiento ó en una flor de orquídea, puede uno convencerse fácilmente que no puéden obtenerse dos parte semejantes sin escoger la oricntacion de la seccion, siendo esta la que se llama flor inegular. Los órganos de proteccion de las flores son los que bu camos m:ís :í menudo por su esplendor y s u perfume; pern son puramente accesorios y no son sino atributos de adorno. L os órganos esenciales, indispensables, son los de la reproduccion , el androceo y el gineceo; el primero comprende los estambr es y el segundo el pistilo ele los antiguos botánicos. Que una flor esté privada de su c,\liz ó de su corola, esto no compromete en nada la posteri dad de la planta, siendo esto lo que ocurre en el grupo q ne J ussieu llama Apétala, e decir, que todas la especies que de él forman parte, están desprovistas de corola. De todos modos 1 este car:ícter no debía haberse elerndo al rang·o qne se le ha atribuido ya, y luégo h a conducido, como lo ha l1 echo el primero Ad. Brnnquiart, ií destruir este g rnpo de apétalas, puesto que muchas plantus de flores pri,•aclas de pétalo , son inseparables de otras que están proYistas de ellos y que tienen todos los otrns caradéres. Pero no obstante, como e ta nbstracciou constituye una especie de inferioridad, se con ideran como tipos degradados ó colas de . éries, rnlegadas á continuacion de las especies más favorecidas. Lo, irregularidad floral se considera como un car:ícter de ménos importancin que la recluccion de parte . L os sépalos de un cáliz pueden ser de~guales, de forma desemejante, puede suceder lo mismo con la corola, y tendremos flores irregulares cuyo aspecto es :t veces muy extraño y cuya simetría es á me_nu do muy dificil de comprender. Esi.o es muy manifiesto en In gran familia de las orquídcns. La degradacion pnccle ir mils léjos atín. Con la irreg ularidad de lns partes de la flor, con la ausencia de las cubiertas se puede presentar la r educcion del androceo y del gin eceo, y en fin el aislamiento de los sexos, que, al contrario de lo que sucede en geología, se hace un car.ícter ele inferioridad de la especie en botánica. Estando admitido como ideal del tipo una flor que esté constituida por un cáliz, una corola, un andrnceo, un g ineceo, esta flor tomará la calificacion de hermafrodita. Pern si las flores distintas y separadas t ienen unas un andrnceo y otras un gineceo, se tendrá lamonoocia de Lin,neo que nos ofrecen el maíz y la higuera. Rn fin la separacion puecle hacerse de tal modo que la flores de estambres estén en un a p lanta y las de pi tilo en otra, entónces s~ tend rá la dia>cia, de In cual, la palmera, el cáñnmo y In mercurial etc., su ministran ej emplos bien conocid os. • Esta pequeña cli sgresion, nos vuelrn forzosnmcnte :i la fam ilia de las orquídeas, una de las mtís importantes entre las monocotilcdoneas, pues se considera en cerca de 3.500 el número ele especies conocidas actualmente. La flora relativamente rica de los alrededores de Pari s, atend iendo :t su radio de 80 kilómetros, suminis-


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1rn ti lo botünicos y aficionados, desde los primeros flor por su tamaño y color, que es rosa pálido, y sobre días de Mayo hasta Julio, una gran co echa de orquí- su fondo claro se destacan manchas m:ís oscuras de deas indígenas, que se desarrollan perfectamente en color lila ó de púrpura. Este pétalo es muy ostensible los sitios herbosos y húmedos, praderas ó bosques, se- está escotado en sus bordes en tres dientes ó lóbugun las especies; algunas se hallan hasta cn los terre- los poco profundos, de los cuales el de en medio es nos cubiertos ele hierbecilla seca. Entre las e pecie . m,ís pequeño que los de los lados. Este es el pétalo más extend ida podernos citar la N"eottia orata, el Or- que á causa de su forma y de sus dimensione se ha qnis manchado (O . maculata) el Orquis de largas bo- llamado labiado. demás, este pétalo se .prolonga en jns (0. la_tifolia), el Orquis mono (O. Simia), el Or- su base en un pequeño apéndice hueco llamado espoquis Bouffon (O. ílI01·io), etc. lon. e ver:'t que este accesorio pueue tomar en cierto 'i se estudia esta última planta, por ejemplo, se po- géneros proporciones considerables; además, su predrá comprobar, despues ele haberla arrancado con cui- sencia ó au encía ba ta para distinguir tal género ó dado, que está provi ta en su base de un haz de raíces tal otro. Así es que el género Ophrys, extendido en de muy distinto tamaño¡ unas bastante 1rnmerosas, los alrededores de París, por ejemplo, ha sido dLtinfibro as y tiernas, y dos muy uistintas de las otras, guido de los Orquis por la ausencia del espolon del globulosas y del volúmen de una avellana. Una de labio. estas últimas es ligeramente floja, arrugada, miéntras Las modificaciones del periantio son pequeñas en que la otra está hinchada y dura. Observando un poco comparacion con las del androceo y gineceo. El O. J,fo más se ve que la primera ha dado origen al tallo que f'io no tiene sino un solo e tambre, cuya parte anterior soporta¡ ahora bien, su flacidez se explica por e te he- observa el espectador y este estambre está tan singucho, en cuanto tí. la egunda, tiene cerca de su punto larmente colocado, que e'tá ostenido por la columna de union una pequeña depre ion oblicua, s:endo esta del estilo muy gruesa en la orquídeas, y al contrario el indicio de nna yema que á su turno dará al año si- de lo que se ve habitualmente en los otros vegetales, guiente un tnllo senwjante al presente, y en cada año el estigma esttí situado en una especie de bóveda que irruiente dará la orquídea una yema semejante. Esto sobrepasa el estambre, de modo que la fecundacion no ron:tituye perennidad es decir, que esta planta e vipuede operarse fácilmente, y será necesario un concurrnz, como se dice en horticultura, y que es sUEceptible so extraño para el cumplimiento de este fenómeno. Falta añadirá e tas anomalías, ya considerable , de perpetuar e sin necesidad de semillas, puesto que se puede sin gran pe1j uicio coger las flores sin hacer que el ovario que está situado debajo de la flor, es decir, desap!l.recer el pié. Lo boti\nicos han disrutido mucho que es ínfero com'.l dicen lo botánicos, experimenta sobre la natmaleza morfológica de lar, raíces tubercu- una torsion dm·ante n de arrollo, que corresponde á losa de la orquídea . Unos Yen en ellas verdaderas una semi-rernlucion- de modo qu e esta flor de o: qui no está en supo icion real, y ser:i. necesario para resraíce. hipertrofiada , otras porcione tallo a análogas :í la cebollas¡ esta última o_pinion es la que ha ' prevatablecerla volver el ovario por un ligero movimiento giratorio, poniénclo e así en alto lo que está en bajo y lecido. Lo casos ue generacion en la raíces son ba tante recíprocamente. De aquí e iguc que en ésta y en la mayoría de las especies de orquídea , todas las flores se frecuentes en las clicotiledoneas, que se prestan en general bastante bien al cultivo de raíces en un gran nú- presentan al e pcctador con la parte alta hácia abajo, mero de especies¡ pero en los monocotiledones este y que es necesario considerar que la verdadera posicion de los labios debe ser derecha y no pendiente. caso no es frecuente¡ asi e que se ha ob"ervado que la E ta extraña couformncion de la flor de la orquíextrem idad de las raíces carnosas del ·t{eottia TÍllus deas e iempre dificil de hacer comprender¡ tambien avis son su ceptible de brotar (1). El ünico tallo del O. Mario tiene un pequeño nú- la nece idad de darse cuenta por el estudio organogénico h a siclo el único med io de explicarla. Paycr (l) mero de hojas, y se termina por un racimo de flores de color ro a ó lila. En la ba e de cada una de é tas se ha seguido el desarrol lo cld Callanthe vemtr{folia y Ye una pequeña hoja llamada bractea. La flor en cuyo ha podido Yer así la modificacione que e operan en pié se halla e ta bractea, esbí compuesta de un perian- la flor al ll egar al e lado adulto . E necesario referir e :í la simetría de una planta tio de sei partes. De e$tas seis partes, de·emejantes en tamaño y forma, tres estún situadas en la línea ex- monocotil edonea cuya organizacion no pre enta irreterna y corresponden á los sépalos del cnliz, y tres e gularidad alguna, para establecer un punto de comparelacionan con los pétalos de la corola. Dos de la di- racion. Por otra parte en el mismo principio, en lo ri iones externas e dirigen lateralmente y la tercera tipo mós modificado la irregularidad se anuncia en b:icia la parte alta de la flor : u coloracion e poco la primera edad de lo órganos; luégo los cambios e viva ; pero no ocurre lo mi mo en las divi iones inter- operan bien pronto y con grados variable para los tinas. Las dos superiores esMn tan reducidas, qmi súlo pos diferentes. La mayoría de las especies ele la rama de los moestn n representadas por dos pequeñas eminencias cuya nocotiledones periantios tienen, c0mo e sabido, la forma varía con la e pecies; pero al contrari0, el pétalo que se dirige h ác ia abnjo, forma casi por í solo la flor constituida sobre el tipo 3; es decir, que e bailan (1)

Prillicux; Ann . Se. nat., 1867.

{1)

01·ga11og:

Comp. de la Fleur, 665 p. 142.


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tres piezas en el cáliz, tres en la corola, una fila de tres estambres, 0 uu a doble hilera de seis e tambres, y :finalmente un ovario compuesto de t res ·carpelos. En el órden de aparicion de las partes de la flor de las orquídeas las cosas pasan de la manera siguiente. Dos de las divisiones del cáliz son posteriores, y una es auterior, ·es decir, que se halla del lado del observador. Las dos posteriores apm ecen las primeras en el receptáculo; luégo la anterior en seguida. L as tres di visiones de la corola aparecen á su turno y de la misma manera, con la diferencia, siu embargo, que las dos divisiones anteriores que alternan con las piezas del cáliz se desarrollan primero; en fin, aparece la poi:;teri01'. Las 'divisiones del cáliz son muy :í. menudo de igual dimeusion y de la misma naturaleza; pero no sucede lo m-ismo en las divisiones de la corola, puesto que en ésta es donde se observa m1ís especialmente la irregularidad. Casi siempre las do divisiones anterior es se parecen entre sí, pero son muy diferentes las piezas del cáliz; en cuanto al tercer pétalo, el posterior, que. se convierte en labio, es único en su fo rma, la mayor parte de las veces muy grande y de un esplendor muy ~special, á lo m!\nos en la mayoría de la s especies de e~te gran grnpo. Este labio est:í. provisto en ciertos géneros de un espolon en su base miéntras que otros carecen ele él. Este carácter hn. siclo empleado en ln. clasificacion á menudo como carácter secundario, pero tiene la ventaja de ser fácilmente apreciable. Este espolon sobrepasa á veces del diámetro de la flor, y en un bello género originario de Madagascar ( .Angrcecurn), el labio está acompañado de un espolon ele una longitud tul, que se ha dado á una de sus especies el nombre especifico de A. sesquipedale, es decir, que el espolon llPgn. :í. t¡mer pié y medio ele ln.rgo. El androceo y el gi neceo de las orquídeas, son los órgn.nos más sacrificados en la flor. En un principio f'e percibe un doble verticilo <le mmnelones estambrosos. D elante de cada sépalo se ve apuntar un estambre sobre el receptáculo y uno igu almente delante ele cada uno de los dos pétalos anteriores, lo que cln. cin co estambres, pero el sexto, que debía estar delante del labio, falta por completo . .De todos estos mamelones sólo uno adquiere un desarrollo rápido, y bien pronto los otros cuatro desaparecen; sólo per siste el estambr~ anterior. El ginP.ceo se annncia por la aparicion de tres mamelones colocados co.mo en los otros monocotiledones, ele tres carpelos delante de cada uno de los sépalos; pero un solo mamelon se desarrolla, siendo el anterior el que se encuentra enfrente del estambre fértil. Bien pronto, por efecto del desarrollo posterior que se efectúa en el receptác ulo y en ln.s partes qua recibe, el estambre fértil se une al mamelon carpelar, constituyendo un todo y formando una sola columna. Lo que hay de singular en esta evoluciou es que el ~1uico mamelon del gineceo que persiste y que se puede esperar ver luego formado de un solo carpelo con una doble hilera de óvulos, ofrezca una caYidad onírica; pero está ésta tapizada de tres placentas, la s cua--

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les tienen una cantidad innumerable de óvulos. De manera qne en la madurez el fruto parece formado de t res carpelos absolutamente, como err la familia de las lili{1ceas ó de la s amarilídeas, pero con la diferencia que no tiene tabiques ele sep aracion entre los carpelos como estas últimas . . En las familias de plantas cuyos carácteres presentan la mayor constancia y uniformidatl, se hallan siempre algunos tipos qne se separan de la regla general y que permiten unirlos i grupos vecinos, ó que vienen en ayuda para explicar la simetría algunas veces embarazosa en el estado adulto del conjunto de otras especies. El género Cyprop edmn ó Zapatilla de V énus, que todo el mundo ha podido ver en los cultivos ménos importaFJtes de orquideas, no tiene Pse estambre fért,il anterior como otros. Este no se desarrolla, y los dos estambres vecinos son los que están colocados enfrente de los pétalos lateral es qu e e t:ín bien conformados. Ad. Brouquiart (l) ha distin g uido el género Uropediwn del precedente principalmente porque los tres estambres en éste est:111 desarrollados, siendo el verlicilo interno el único sometido á contribucion, al contrario de lo que pasa en las orquídeas monandrias. V éase, pues, un encaminarnienfo li:\cia la simetría regular; por consiguiente éste no es sino tres mamelones estambrosos sobre cinco que han aumentado. Pero luégo e hn descubierto una especie de las islas ele la Sonda que, independientemente los tres esta mbres ele los Uropediurn, está acompañada de dos apéndices uplem entarios que ocupan el sitio ele los otros dos estambres, y que los bot,1nicos llaman estambrillos. D e manera que la organogenia del Callantlie hecha por Payer anterionnente se halla confirmada por el andrnceo de la Anmdina pentandra, y que, como ha di::110 Duchartre (2) «la e.xistencia de esta planta hace pensar qnc el a ndroceo de las orquídeas comprende seis estambres, y no tres como habían presumido ya algunos bot:ínicos.>> El ovario ínfc rn de las orquídeas se convierte al madurarse en un fr~üo muy :í menudo seco y que se abre lrnbi tun.lm e11 tc en tres hendiduras longit udinales. Las bandas que alternan con las placentas se separan ele las vn.lvas propiamente dichas; pero permanecen unid as en la base ó en la cúspide, como lo estarían lo larg ueros de una l.írupara de t res caras. En algunos casos, sin embargo ( Catasetum), el fruto no se abre sino por nn a sola fisura, ó bien como en la vainilla, el ovario es un poco carnoso, y este carácter se haUa en el fru to maduro. Las sem illas son en general en extremo tenues y excesivamente numerosa ; resuftan de óvulo. n.natropos provi stos ele dos cubiertas tegumentarias, y esta envoltura de la semilla, formada por un tejido muy laxo, produce una p equeña ala en sus dos extremidades; de modo que cuando el fruto se abre en las . el e frutos secos, se Ye, al menor \'icnto ' ó sacuespecies dimiento cualquiera, salir fas semillas como unn. especie de humo y unidas á lo léjos. ( 1) (1)

Ann. des Se . 11al. Elem. de Bol. ( 181i), ¡,. 9J0


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G-rupo de orquid cas.-t. Onci<li um P .,pilio.- 2. Epi<leodrum eburneum. - J . Angrrec um cu<l alum .-1 , Ba nda tricolor.5, Ple urotltallis G-robyi.-G. Calypso borealis.


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IlA •NATURALEZA:

Las anomalías en esta familia de plantas, con toda cerLcza la 11ll1s extraordinaria como t ipos _fanerógamos conocido,, se hallan en los detalles de cualquier importancia que sean, y hasta en el mismo embrion se producen modificaciones insóli ta . Despues de la fecunclacion tan singular de las orquídeas, de las cuales nos ocuparemos luégo, el embrion no se forma como en las otras plantas. Una pequeña esfera, compuesta ele algunas células, ocupa solamente el lugar del cmbrion Mcia la época ele la germin acion; esta pequeíía masa se ha6e piriforme, multiplicando el número de sus células. Luégo, rompiendo el tegumento que la rodea, e formadn en ella directamente dos ó tres yemas (Augrrecuin) (1) ó bien despues ele haber prod ucido pelos fomiados ele célul as epidérmicas, y destinadas transitoriamente á la absorcion ele la humedad, se formará una vaina cotileclonar debajo del recept:iculo, dejando un ostiolo para el paso de la primera hoja (2). Este recept:'1culo es análogo al que se obser,ará más adelante al pié de las ofrídcas bulbosas. Las flores de las orquídeas esb1n habitualmente dispuestas en racimo; raramente son solas en 1~ cúspide ele las rama como en la mayor parte de las Cypl'Opedút,m, el Oncidiurn Papilio, la Calipso borealis,etr.;son bellos racimos olorosos en los Vanda, D endrobiurn, Epidenclrwn, Saccalobium, etc. Las esp,1cies terrestres de las regiones templadas tieueu las flores semejantemente dispuestas. 8e han observado ejemplos muy curiosos ele dimorfismo en las flores ele orquiJeas y que aun no lian podido explicarse. Principalmente en las flore de Catasetuin y ele Vanda es donde se han indicado las diferencia ele color y e te hecho ha dado lugar desde un principio á equi vocaciones bastante singulares. En una misma inflorescencia se ven á menudo abrirse flores totalmente desemejan es en color, :í. dive rsas alturas sobre la misma rama y á veces en las inflorescencias vecina ·. Se , eía en una de las exposiciones ele la Société de Ilorticulfttre de Paris, en 1877, un soberbio ejemplar de Vancla Lo1ui, que en el mismo ramo tenía flores morenas hácia la base de la inflorescenc ia, mi éntras que 1as otras el·an de color claro y totalmente distintas . . Se comprende que se haya podido dar nombres parti,mlares á flores cuyas plantas son distintas, y cuando sobre todo se l<1s encuentra en in dividuos separados. Pero una nueva fl~rescencia ocmre el año siguiente y prueba así por su diversidad que se trata de una sola y misma e-pecie, principalmente si se observan las dos formas en la misma inflore3cencia. Estos ejemplos de dimo rfismo, se observan con bastante frecuencia en los cultivos. En los jardines de la ciuJad ele París en Passy, se veía hace algunos aiíos un magn ífico ej emplar de Pelargoniurn cuyas flores, de unn inflorescencia, pertenecian á una variedad ele color rojo vivo, miéntras que las inflore cencias vecinas ll evaban flores ele color rosa pálido. El primer cuidado de los visitantes era asegu-

(1) (2)

Prilleux et Rivicre, Ann. des Se. nat. ( 185'3). Fabre. A nn. des Se. nat. ( 18 5!i) .

rarse si había en esto una pequeña mistificacion y si el ingerto no iuter,enía en esta extraña prodnecion; pero la distincion tenía lugar :í veces en el mismo ramill ete de flores, y no había lugar á eludas. Por este fenómeno ele dimorfismo es por lo que se obtiene muy á menudo en las cult uras varied ades nuevas. Se han visto asi formas ele hojas amazorcadas, ele hojas estrechas, ó arrugadas, ó bien variedades llamadas pleurosas, obtenidas tomando un ramo que torne accide11talmente en un ejemplar el carácter en cuestion. Los boneteros de hojas persistentes con especialidad, se prestan voluntariamente al dimorfismo y á menudo en el m,is alto grado. .

LA LUZ ZODIACAL Y L.A. FRECUENCIA. DE L.A.S MANCHAS DEL SOL.

En un a carta diri g ida en Febrero de 1839 á Gru ith ui sen, que éste ha publicado en su Ast1·onomisclus J ahrbuch en 1840, Olbers h ace . estas observaciones: «Mi nieto, vVilhen Focke, doctor en derecho, que contempla y examina á menudo el cielo esteellado con gran atencion y celo, afirma que-l a luz zodiacal ha sido observada en Enero y Febrero con un brillo del todo excepcional, )) lo que segun observa Gruthuisen en una nota, es cc una nueva confirmacion de la observacion de Oass ini; que la luz zodiacal es bastante más brillante cuando el sol tiene grandes y numerosas manchas. Mis observaciones prueban que , durante los meses de Enero y Febrero, el sol ha presentado manchas extraordinariamente grandes y numerosas;» y a ñade: «Mucha luz y casi siempre una fuerte refraccion negativa. (Viel

Licht und immer cine grosse nega.live R efi·a ction ). » Esto se relaciona con la co nclusion' de Oass ini en su Memoria titulada: Descubrimientb ele la. luz celeste que aparece en el zodiaco. « Es una circunstancia notable que desde el fin del año 1688, cuando esta luz empezó á hacerse más déb~, las m a nchas no h an aparecido en el sol , miéntras que en los años precedentes eran muy frecuentes, lo que parece a poyar en cierto modo la conjetura que esta luz puede venir ele las mismas emanaciones que las manchas y fáculas del sol. » En una parte precedente d e la Memoria, Oass ini, procurando asignar una causa posible á la aparicion de la luz zodiacal, indi~a que las observaciones de este siglo han hecho saber que el sol es no sólo la fuente de la luz , sino además de una m ateria propia para terminar, para desvia r y para reflejar sus rayos, y que esta materia no se irradia siempre del


2'83

LA -NATURALEZA

mismo modo, sino que tiene vicisitudes sin regla segun las cuales vemos en ciertas épocas en su disco fácu las q_u e son más claras que el resto de la superficie, y manchas oscuras en las cuales no penetra su luz .,, Y llega ú decir que si la materia que es la causa de esta luz es de la misma naturaleza que la que forma las fáculas y las manchas del so l , debe estar expuesta á los mismos cambios y á las mismas in·egularidades. Por insig nificante é inexacta que sea la explicacion de las manchas y fc.iculas ·que da Cassini, su conjetura que el brillo de la luz zodiacal varía con el número y el tamaño de las man chas solares es digna de atencion, puesto que no recordamos haber visto ninguna alusion á olla en nuestros Lratados populares de astronomía.

LA EXPOSICIO E

1867 Y E

1878.

Para dar una idea de la diferencia de proporcion y de importancia que es necesario establecer entre la Expos icion de 1867 y la de 1878, diremos que el número de wagones entrados en el Campo de Marte ha sido en '1878, de 4.558 (20 .000 toneladas), y en 1867 de 2.090 (9.630 toneladas ), que deben repartirse de esta manera: 1878 1867 .Francia ...... . .. . .... . . Inglaterra .............. Alemr..nia.... . . . . ... . ... Bél.e;ica ..... . ... . .. .. .. . . Austria-Hungría ........ Paí-es-B11.j os ...... . .. . .. Rusia ................ . . Italia . . , .... . .......... Suecia y Noruega .... . .. Suiza . ... . . . .......... . Di versos Estados ........

401 539 379 321 60 45 12 110 30 69

1.300 1.200 2 640 2-!0 170 170 160 140 105 285

Totales . .. .....

2.090

4.558

54

So obseL·vari que Alemania, que figuraba con 879 wagones en 1867, no ha tenido sino 28 en 1878, y que Turquía no ha tomado parto en la Exposicion. En estas cifras no están comprendidos los productos de camionaje de las estaciones y de los alrededores de París ó transportados por agua.

LA SATOR IA VAC

A.

Los viajes realizados durante estos últimos años en el interior de África han permitido resolver g randes problemas geográflcos; pero estas bellas expediciones que han apasionado los espíritus, no han agrandado en lo más mínimo el dominio de nuestrns conocimientos sobre las producciones naturales de esa inmensa region, y por consi g uiente, ¿no es sensible que los exploradores se hayan hallado en la imposibilidad de hacernos conocer la fauna y la flora de los países desconocidos que han atravesado? Sin embargo, entre estos exploradores se han hall ado algunos que se han ocupado de todo corazon, ¡t pesar ele las diflcultades que han tenido que vencer, en extender nuestros conocimientos sobre la fauna africana: ~I. Marche principalmente, el compañero de SarYognan di Brazza y del marqués de Compiegne, en las diversas expediciones para investigar los orígenes del rio Ogoué, recordando siempre el interes que podían presentar los séres que observaba en u ruta bajo el punto de vista de la zoología general. Los peligros sin número y las diflcu ltades continuas no le han permitido relacionar las colecciones que abraza el reino animal, pero los insectos que ha recogido suministran excelentes indicaciones sobre la fauna de los paí es que atraviesa el Ogoué. En estas regiones ecuatoriales, los insectos son relati\'amente raros, á excepcion de los mosquitos y los termitos, que forman legiones innumerables; las mariposas tambien Si ven frecuentemente; en ciertos momentos, el viajero se halla envuelto de verdaderos torbellinos de nieve, torbellinos de copos vivientes, ligeros lepidópteros de blancas alas de una delicadeza extrema. ¿No es esto un fenómeno singular que asombea la imaginacion y recuerda las leyendas antiguas? Estas mariposas, de las cuales no tenemos representantes en nuestro países, pertenecen á la gran familia de los Péridos y al gé nero Teda , extendido por los dos h em isferios. La enumeracion de las numerosas especies de lepidópteros que M. Marche ha indicado, no es de este sitio, bastándonos decir que han enriquecido en gran manera las colecciones del Museo de Paris. Por consiguiente, nos parece interesante señalar una de las especies más curiosas por la talla y la coloracion que traen al gran grupo de los Bombicios, al género Saturnia, en el cual vienen á colocarse alg_unas de


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LA NATURALEZA


LA NATURALEZA . nuestras especies. Este bombix es notable por su fisonomía y el corte de los órganos del vuelo que le aproximan á las famil ias asiáticas de la misma familia, la presencia en las alas de cua-

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tro grandes ventanas en forma de media luna , rodeadas por tres bandas estrechas, la primera blanca, la segunda amarillenta, la tercera negra; la existencia de una banda blanca que atra-

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Varios tipos del arttl de la piedra tallada en los ti empos modernos.

viesa las alas superiores é inferiores, el aspecto de una línea sinuosa cerca del borde de las alas superiores; un ojo negro que tiene una ligera media luna blanca situada cerca de la punta superior de estas mismas alas, son del todo ca1·ac-

teri"sticos y permiten á los ojos ménos prácticos reconocerla con exactitud. Los únicos ejemplares conocidos de este bello insecto se han traido del país de los shantes y forman parte de las colecciones del British-Mu-


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LA NATURALEZA

seum; Mr. \VcsLwood ha dado ú este lepidópLero 1'ien e la forma de un disco; muy corta nte en los el nombre de ~<tltirnia Vacuna; ha sido una bordes, su diám etro es de unos 15 centímetros; gran suerte para M. Marche haber encontrado hcchó notable, se ha encontrado esta forma en e,,ta rara mariposa que fio-ul'a con honor en Bretaña y en .\Iediodia de Francia; en fin, una la colecciones del Museo. 1\11. Marche la ha cap- pieza parecida ha siclo teaida ele Auslralia. )lúm. 3. Algunas tríbus, probablemente de da nmas, cerca del pueblo turado entre los orí gen polinesio, se sirven ele instrumentos consI geime, situado sobre el ria Ogoué, enfrente de la isla que sil·ve de mercado ele esclavos, un poco truidos con una piedra verde, probablemente ántes de la catarata ele Doumé; pero ántes había vernerita, á menudo con un man go de madera encontrado rastros , á parLir ele Olope en las · cubierto y cosido con una piel, como representa el adjunto grabado. Esta pieza forma parte de Olrnndas. coleccioo d e Austria. la terminar, al citar, ele ménos o podemos por :Núm. 4. Hacha fonoliLa parecida al basalto. un rasgo ele costumbres africa nas. Nuestros niños corren tras las m ariposas seducidos por su Esta pieza ha sido traicla ele la Amél'ica central; forina y vivacidad de sus colore;;; los jóvenes in- se parece mu cho [i ciertas piezas halladas en díge nas cazan con ardor estos hombices, impul- Méjico, y está representada en los dos tercios de sados por la g ula; estos ini;ectos son un regalo su tamaño n atural; el cuello, hueco en la extrepara ellos, chupan su voluminoso abdómen co- midad más g ruesa, ¡;;irve para colocar el mango , mo la fruta más sabrosa. ¿ To es curioso encon- estando la otra extremidad t allada y pulida y trar en la otra extremidad de la tierra, entre los -Liene un corte muy fino. Núm. 5. La coleccion de las colonias, que pueblos salvajes, n aturales de las islas Ficlji, neg ros de Africa, ese gusto pronunciado por ha sido instalada en el palacio ele la Industria los insectos que generalmente nos inspiran una ele los Campos Elíseos, ofrece g raneles riquezas e tnogrúficas. Contenía muchos instrumentos del repugnancia invencible? pueblo Galibi de la Guayana Francesa. Había entee otros una hacha notable , hecha con una verdosa que tiene cierta analogía con materia LA EDAD DE PIEDRA EN LA ÉPOCA ACTUAL. el jaspe. S u form a es la ele un cilindro aplanado. Núm. 6. Hacha de piedra del Estado d el Hemos consagrado en LA JA'l'UfiALEZA largos capítulos al hombre prehistórico, le hemos com- i\Iisuri. Núm. 7 . Hacha ele piedra teaicla de Quito pletado á menudo por la representacion de numerosos modelos de armas de piedra y de ob- por 1\I. Boursier, cónsul de Francia. Núm. 8. Diorita horadado en el centro por jetos diversos de que se servían nuestros primeros antecesores. n sabio coleccionador, bas- un agujero de 3 centímetros de diá metro y eritante conocido de nuestros lccLores, i\I. Reboux, zado ele puntas en número ele seis á diez, de ÍJc h a tenido la feliz idea ele reun ir los objetos aná- cenLímetros de profundidad. Esta arma, que log os que se fabrican en los tiempos mode rnos sirve ele rompe-cabezas en el Perú, es lanzada por los pueblos salvajes de América ó de Aus- por medio ele una tirilla de cuero en forma de tralia. Estos objetos pueden considerarse como lazo; se ven muchos instrume ntos semejantes los últimos vestigios de la edad de piedra; to- en la coleccion m ejicana en el Louvre. ueva-Caleúm. !J. Punta ele fl ec ha. de mamos del tea.bajo manuscrito de i\L Rcboux rlonia. la clescripcion ele los ejemplaecs curiosos que Núm . '10. Punta de fle cha de los caribes. h a n siclo agrupados en la lúmin a adjunta ú este N úm. 11. S ierra de piedra de los indios ele arLículo. Alta Califo r n ia. la. Núm. 1. Hacha ele diorita, r1uc miele 35 cen12. Cuchillo de sili<..:c, con m a ng o, de Núm. tímetros ele larg o por 11 ele ancho¡ un:1 fi g ura adores ele la cosLa desde Concepcion pobl los ele divinidad se halla grabada en ella en hu eco. · Diego. San hasla Muchas hach as se h alla n en Francia con fi g uele toba, ovoidea forma de Piedra 3. 1 · úm. T _ exactamente l'as semejantes, sin que se conozca á las análoga California, la .de itantes hab los ele pabellon el en la procedencia;_ésta- se ha tomado neo-caledonios. los de honda de piedras los á akibuyc Se 215. número el lleva y Denon caribes, pero creemos que es peruana. Núm. 2. Este instrumento , muy notable , ha sido traido ele Guatemala por el cónsul Bousier,


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L.\. NATURALEZA

MISCl?LÁNEA. El azúcar como reactivo del agua potable.-

N acla es m:1s importante, bajo el punto de vista ele la salud, que la pureza del agua, siendo indispensable para la coccion ele los alimentos así como para disolver el jabou, sin cuyas condiciones no pueden realizarse la cligestion ni la asimilacion: debe, pues, ser ele una pureza irreprochable; ele otro modo las materias oro-ánicas ó tóxicas que contiene pueden ser el orígen °cle los obstáculos mús graves á la salud, la causa ele enfermedades mortales. Es importante que todo el mundo pueda conocer que el agua que bebe es pura. Un medio más simple que todos los conocidos, La siclo indicado por el profesor R eynotcls de Dublin en una conferencia pública. Tómese medio litro ele agua para examinarla, poniéndola en un a botella ele cristal blanco y añádase un terron de azúcar de pilon, ele la más blanca que pueda encontrarse. Expongan la botella colocada sc,bre una hoja ele papel al sol sobre una Yentana ele la liabitacion en que se haga el ensayo: Si ocho ó diez horas despues el líquido se enturbia, el agua contiene sustancias orgfoicas extrañas, proYini endo las impurezas probablemente ele infiltraciones subterráneas en sumideros. Los copos del agua en estas condiciones resultan, segun Franklancl, de fermentaciones fungosas que toman nacimiento en presencia del azúcar, y ele hu ellas ele ::\ciclo fosfórico que se encuentra n tambicn raramente en las aguas ele los sumideros. Este reactiyo está al alcance de todos. * ••

Nuevo aparato de salvamento en el mar.-En Ambéres se habla mucho ele los felices ensayos que· se han hecho por un español del aparato ele su inYen• cion, llamado balla-bote, cuyo objeto es la salv.aciou de los n áufragos. Ante el personal del consulado de España, las autoridades de marina, comisiones oficiales y gran número ele clamas y armadores, navieros, in ge• nieros navales y comerciantes, especiahuente marine• ros de todas las nacionalidades, se figuró el espect:í• cu lo ele un buque con pasajeros que se iba súbitumente á pique, salv:ínclose éstos por la t ripulacion por medio del aparato. Los marineros que efectuaban la maniobra ero.u to• dos espafío lcs. En el acto ele lanzarse la bo.ndcra ele socorro á bot·clo del buque náufrago, se vieron volttr desde su cubierta unas especies ele mamparns ligerísimas, dobladas loDgit uclinalmentc .en cuatro hojas, que al caer al agua quedaban extendidas como una rnan!u. Los marineros subíun sobre sus planas superficies y tiraban ele una cuerda que leva ntaban las cabezas y bandas de las baleas, quedando los supuestos nfofragos dentro de unos botes insumergibles, ele v!tri11s fo rmas. Dcspreuclian luégo un par ele remos suj etos ,í las bandas y bogabun velozmente pura clur a uxilio á los demas náufragos en el agua, ú poco cliesLros en m·mm· sus botes salva-vidas.

Una vez instalados todos en ellos, destornillaban las cabezas ele los remos y sacaban de sus huecos guiones unos tubos ele hoja ele lata, rellenos ele alimeutos condensados y buen vino español.

... *

Fuschina.- Se ha propuesto un nuevo procedimiento para reconocer la fuschina en los vinos. Este procedimiento consiste en verter el acetato ele plomo en el Yino sospechoso: la materia colorante natural del vino desparece y si el líquido contiene la fuschimt el .color debido á esta ·ustancia permanece solo.

* •• Fisiología vegetal. -M. Schessler ha hecho una él' si se sumero-en sen-un observacion muy interesante: b .::, 'I los órganos vegetales en un a clisolucion ele bórax, todas las materias que los coloran, excepto la clorofila, se clisuelYen en el líquido y la planta pierde sus diversos colores; este experimento indica un procedimiento nueYo de separacion ele las materias colorantes yeo-e0 tales. * •• Sulfuros metálicos .-Los Sres. ClcrmoDt y Fro· mel han comunicado á la Academia cfo Ciencias ele P ari s, que reconocen que ciertos sulfuros metálicos son descompuestos por la ebullicion en el ao-ua hirviendo, y concluyen que estos compuestos sufi·en una vercluclcra clisociacion. Por nuestra parte considerarnos esta conclus ion como muy verosímil. Para nosotros, está upoyada en numerosos experimentos que aún no han siclo publicados sino en pal'te, y cuya interpretacion sení objeto para nosotros de una comunicacion oficial.

APARATO AVISADOR DE LOS TEMBLORES DE TIERRA DE OSC IL.l CION YEHT I CA.L,

Este instrum ento , ideado por Jacques Mausini, eslá deslina·do á set'VÜ' exclusivamente para los temblores de tierra. de estremecimiento vertical cuya llegada anunc ia . Un platillo de un kilogramo de peso que tiene la forma de un a espátula, provisto ele un hor• de ci1·cular, está sosten id o en forma de platillo d e balanza poe cuatro conloncs a. b. c. el, que se reunen por medio ele una s uspe nsion en m. ú una hola bastante pesada destinada á atenu ar los efectos de las oscil acion es onelulatoeias has• ta el punto ele h acer casi inrnncible el platillo inferior: esta bola estú unid a por una. larga sus• pension al soporte B, fijo al muro. El platillo hú cia la base tiene una aber tu ra f en for ma de embudo y encim a Yiene á adaptarse el brazo corto y encorbado h de una palanca ele codo h h que se mueve en e afrccleelor de un cje. La bol:\ de cristal P, se apoya li gera mente en


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LA NATURALEZA

un punto contra la palanca h; está sostenida así contra la pa.rte declive de la abertura en forma de embudo f. La palanca de codo termina en un disco horizontal h ; encima del disco k y á una distancia mínima (de un décimo de milímetro próximamente), distancia regulada por un tornillo 'll, pende una bola n alada á una espiral s. Para impedir en seguida que por un movimiento ondulatorio extraordinario el espiral girando sobre sí mismo no se alargue por la fuerza centrífuga y que no se desenrolle por consi-· g uiente en ella no proviniendo las oscilaciones del suelo, la espiral s misma, en vez de estar directamente ligada á su soporte superior, lo está por el intermedio de dos hilos fijos á una bola l que pesa más del doble de la pequeña . Si el movimiento sísmico es puramente ondulatorio, la bola P no cae en el orificio f, por la razon que la fuerza centrífuga que se desarrolla en la rotacion, la hace adherirse más y más al platillo y á la palanca . Cuando ocurre una pequeña sacudida vertical, la bola á que está soldada la aguja n no se resiente súbitamente de este movimiento, puesto que la espiral tan delicada [t que está unida, es forz ada por el mismo peso de la bola á detenerse; pero el platillo k, siendo transportado de abajo arriba, va á chocar al primer sobresalto contra la punta de la aguja, hace g irar el brazo de la palanca e h, hace salir esta misma palanca de su equilibrio instable, e, imprimi éndole así un movimiento precipitado, eleva su apoyo á la bola P; ésta cae por el agujero f. La bola es detenida por un embudo j, que está · unido al tim.bre eléctrico. Bueno es que observemos que el pequeño disco, colocado debajo de la punta de la ag uja, es móvil, lo que le permite correr á voluntad el largo de la varilla que le sostiene, y que el disco mismo no puede nunca sustraerse á la accion de la ag uja, en vista que- los dos cordonetes el a chocando, en caso de grandes oscilaciones, contra la bola que sirve de guía, las mantienen constantemente bajo la aguja. Dos palabras más sobre las suspensiones. Estas debieran tener siempre la mayor long itud posible, sobre todo en los sitios ó países en que los temblores ele tierra sean más violentos y produzcan por consig uiente las oscilaciones mayores en el sentido oscilatorio. Con largas suspensiones y bolas muy pesadas, puede obtenerse, por decirlo así, la inmovilidad del platillo y de la aguja á un en el caso de sacudidas ondulatorias en extremo sensibles. Creemos un deber hacer observar que cuando se trate de suspensiones muy largas

será necesario emplear él hilo de laton muy fino para el que debe sostener· el platillo (y esto porque el cordonete de seda en una sacudida verti cal pudiera tambien ceder) y un cordon de seda para el otro. V

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Nuevo :1paralu avisador de lus Lembl ores de tierra.

Este aparato, experimentado ya en varias estaciones meteorológicas en Italia, ha proporcionado resultados muy interesantes.

PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS. MADRID: Tipografía Estereotipia PEROJO .


Núm. 45..-5 Octubre 1878.

LA NATURALEZA

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Antes de hacer la instalacion, se temía algo que las sombras proyectadas por las columnas, las correas, las mismas máquinas, fuesen un inEN LA HILANDERÍA DE 013:AMP·DU-PIN (EPINAL). conveniente. Estando la intensidad de las sombras en relacion con la intensidad del orígen de Desde hace algunos meses se ha aplicado el luz, había motivo para que se suscitaran esas alumbrado eléctrico en la hilaódería de Champ- dudas. La experien cia ·demostró que no había du-Pin, de los Sres. David Trouillier y Adhe- por qué preocuparse; g racias al entrecruzamienmar, en Epinal. Los resultados obtenidos duran- to de los rayos emitidos por las diversas lámpate los tres meses que acaban de transcurrir han ras, gracias tambien á la luz reflejada por el sido de los más satisfactorios. cielo raso y por los muros, que son blancos, las La sala iluminada es una planta baja, cuya sombras no constituyen un inconveniente. superficie total es de -unos 2. 926 metros cuadraEsta luz reflejada basta hasta para iluminar dos: hecha abstraccion de una parte separada de una manera muy satisfactoria las partes de por los muros malas máquinas doncizos, queda una de la luz eléctrica superficie de 2.646 no puede penetrar metros cuadraen absoluto. dos , que constituEn el ángulo A, yen una sala únipor ejemplo, sica, sin tabiques tuado á una disintermediarios y tancia de unos 40 ocupada en todo metros de la lámpor las máquinas. para más cercana, Los selfactings no se puede leer un están aúri ilumimanuscrito muy nados por la elecfino, colocándose tricidad, que hasde modo que se inta ahora no se ha tercepte sobre el aplicado sino á la papel toda otra luz preparacjon, cuya que la reflejada superficie es de por los muros y el 1.314 metros cuacielo raso. En drad o s. Cuatro cuanto á la regulámparas B, G, D, Plano de la hil a ndería de Champ-du-Pin , alumbrada por la laridad de la iluluz eléctric~. E (véase el plano minacion, es muy adjunto) se han satisfactoria: 1as aplicado en ese espacio y reparten una cantidad intermitencias son muy raras y dependen únide luz ciertamente muy considerable, sobre todo camente de la calidad del carbon. Como no son si se compara con la producida por los sesenta sino de corta duracion y nunca tienen lugar al brazos de gas que le iluminaban ántes. mismo tiempo en las cuatro lámparas, no ha Sin embargo, no damos las indicaciones que habido lug ar á queja de ninguna especie bajo van á seguir para que sirvan de ejemplo de ins- este concepto. Bajo el punto de vista del alumlalacion de una manera general; no son intere- brado, la solucion es, pues, satisfactoria. Hemos dicho que la intensidad de la iluminasantes sino bajo el punto de vista de la práctica cion es ciertamente exagerada en esta instalade los aparatos. Las lámparns están provistas de globos de cion; esta resulta de la comparacion de las pocristal deslustrados; están colocadas á 3m,3QO tencias luminosas. Los Sres. H ulmann y Schneisobre el nivel del suelo é iluminan directamente der han establecido por experimentos, que una de la~manera ordinaria. En vez de quejarse de lámpara provista de su globo deslustrado ó mala fa Liga que parece debía resultar de una luz te, da una luz equivalente á ochenta lámparas lan intensa, los obreros la prefieren al alum- Cárcel; qu·e equivale á una fu_e rza de cerca de brado de g as, y habiendo faltado los diseños dos caballos de vapor. Hippolyto Fontaine, en durante tres dias, fueron desde el primer dia su estudio sobre el alumbrado por la electricireclamando la iluminacion eléctrica. dad, dice que gracias á mejoras que no descri-

ALUMBRADO ELÉCTRICO

2.'

SEMllSTR~.

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LA NA'11 URALEZA

be, medio caballo produce la potencia iluminadora de cien lámparas Cárcel; esto sería cinco veces más que las cifras hal ladas por· los señores Hulmann y Schneider. Si para ciertas aplicaciones este aumento es ventujoso, no es lo mismo en las aplicaciones especiales que interesan á la industria. Para éstas, la solucion del problema consistirá en aumentar el número de los orígenes de luz más bien que su potencia. Admitamos, pues, el mínimum ósea ochenta brazos de lu~; el conjunto constituiría, pues, el equivalente de trescientos veinte brazos para las cuatro lámparas. Ahora bien, la sala está alumbrada por sesenta brazos para la preparacion y sesenta y cinco para los selfaeting . Estas cifras muestran qué excedente relativo de luz resulta de esta instalacion; pero en el esta do actual de cosas, esta condicion es indispenble, puesto que para el alumbrado de talleres de hilado ú otros análogos , todos los esfuerzos dehén tender á hacer la luz difusa, qL_te no puede obtenerse sino á costa de un gran sacrificio de luz directa. ea lo que quiera, los resultados obtenidos por los Sres. David 'l'ouillier y dhemar son de los más animosos, y si se tienen en cuenta algunas modificaciones qúe la práctica indicará sucesivamente, puede decirse que esta aplicacion ha sido coronada de ~xito. En el caso particular, la economía es real, á pesar de la inmensa superioridad del nuevo orígen luminoso. La fuerza motriz se toma de un motor hidráulico, cuyo excedente de fuerza suministra por sí solo la fuerza necesaria. Esta es una de las ventajas especiales de los talleres que He hallan provistos de motores de esta naturaleza, y la mayor parte de ellos es donde se gasta más en el alumbrado, como, por ejemplo, en los talleres situados en . sitios distantes de las vías férreas, y que pagan el carbon á precios muy elevados. Pero no es sólo interesante bajo el punto de vista del alumbrado esta instalacion. La combustion del gas eleva la temperatura de las salas, puincipalmente en los pisos bajos, de un modo á menudo molesto para los obreros; la iluminacion eléctrica suprime ese inconveniente. En Champ-du-Pin, el calentamiento del aire es insensible, como lo demuestra el experimento siguiente: la sala estaba iluminada por gas, como de ordinario, hasta el momento de suspender el trabajo: se encendió entónces la luz eléctrica, y la temperatura bajó en media hora de 3 á 4 grados. Los productos de la combustion del gas, que no presentan inconvenientes sensibles cuando la duracion del trabajo es corta, conclu-

yen por hacerse molestos cuando el trabajo dura toda la noche, principalmente en una planta baja, p u esto que la ventilacion es siempre muy d if"Ít:il ele estub lecer. No sucede lo mismo, con la electricidad, y estas son las ventajas cuya importancia debe tenerse en consideracion. Las aplicaciones se multiplican en otras partes y el progreso se hace sentir más y más. El año pasado, en Havre, se han hecho muchas instalaciones notables. Los trabajos se ejecutan de noche tan fácilmente como de dia, gracias ,i la il uminacion eléctrica; los faros de la Héve están provistos de lámparas eléclricas; los transatlánticos llevan delante un faro eléctrico. En Rouen, M. Mantiau alumbra su fábrica de tejidos por la e lectricidad; el patio del ayuntamiento se ilumina á menudo con seis lámparas eléctricas, cuyo efecto no puede compararse con el obtenido por cualquier otro sistema de iluminacion.

LAS AVES DE LA

UEVA-GUII EA

BI nombre solo de la N ueva-Guinea evoca inmediatamente en el espíritu la idea de una especie de paraíso terrenal, de un suelo cubierto de una vegetacion lujuriosa en medio de la cual vuelan aves de espléndido plumaje. La NuevaGuinea es, en efecto, la patria de los paradíseos; esas aves magníficas, que por la riqueza de su librea, si' no por la elegancia de sus formas, pueden rivalizar con los colibrís del KuevoMundo. Al la.do de estos príncipes del reino alado, vestidos de colores, de púrpura y de orn, ¡cuántas especies hay igualmente notables por el brillo de sus colores! Estos son los papagayos, unos de un color rojo escarlata, otros ver• de esmeralda, otros de un color blanco pintados de carmín rojo y amarillo de limon, el martin· pescador de un color azul de ultramar, de cola terminada por elegantes politas, los cucos castaños, los come-azúcar de pecho tornasolado, los m irlos bronceados, los faisanes, ele un colo!' geís-azulado, con la cabeza adornada de un moño finamente cortado; pequeñas palomas cu· yo manto verde se realza por las golillas rojas ó cuyo vientl'e está adornado ele una mancha blanca, rosa, vio lela 6 naranjada del efecto mits agradable. Si separamos los ojos un instante de estas especies brillantes, percibimos otras que se distinguen por la extravagancia de sus formas ; aquí los todopico de pico monstruoso, más allá las chotacabras de boca hendida hasta las orejas,


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más allá los cucos, tan graneles como }as aves. pletadas en 1839 cuando La Astro/abe y L a carnívo ra s; en olra parte, fi~almeiite, los caro- Zelee visitaron las islas Aron, situ adas al Sur hases, cuyo jefe tiene un casco á iv ersamente de la'Nue_va-Guinea, y la bahía del Triton, que conformado, sin contar las ma1rnclas ele papa- se abre en la costa meridional de ese vasto conmos cas que están singu larme nte extendidos en tinente. Los numerosos ejempJa¡,es recogidos en ias Lierras a ustrales, los paquicéfalos, que ocu- e.se viaje fueron á enriquecer las galerías del pan el lugar de los pegaréborda peroqueofrecen Museo de Historia Ni;ttural de Paris y suminiscolores más vivos, y d-e-mecicagos que como los traron á MM. Hombron y Jacquinot lo s matep:1_¡aros-moscas buscan su alimento en la corola riales de su magníf).ca obra titulada: V-ia.je al polo Sur. Pero desde la 13ublicacion de este lide las flores. . No hace, si~ embargo, mucho tiempo que se bro en 18!11, la obra de exploracion científica de iiene idea de las riq U.:lzas ornitológicas de la estas islas lejanas fué completamente abandon a• Nueva-Guinea. Esteva,to continente, que _se ex- da por los· franceses, y la vía tan brillantemente tiende al Norte de Australia en una longitud de iniciada por éstos fué proseguida exclusivamen1.600 á 2.000 kilómetros, fué cle.scubierta en 1511 te hasta ~s i;os últimos años por los alemanes, por Anlonio Abre u y Francisco Serrano ó qui- los holandeses, los italianos y los ingleses. Des• z.í só lo en 1527 por A l varo de Saavedra, que im- ele 1tlü7 á 1875 el. doctor Meyer, actual mente director del Museo de Dresde, con Rosember, puso á esta tiena el nombre que lleva áun hoy. Schout(ln y Lamaire en '1616, Abe! Tasman y el' Albertis, Becari, Bryn. ele Ternati, el doctor Dampier en 'l M2, Roggeven en 1722, Casteut Coml'ic, cirujano del navío inglés Basilisk, han y Bougainville en 176G, Cook en '1770, Forrest recorrido sucesi,amenle úna parte .de la costa en 1775, visitaron los mismos parajes; pero to- septentrional, ele la costa meridional de la Nuedos c~t us viajeros no exploraron sino una exten- va-Guinea, la isla Yule y las prindpales islas de s on exlremadamente restringida ele las costas la bahía Geelwinck, y enriquecieron los museos ele la Nueva-Guinea, y no pudieron dar en .c on- extranjeros, y principalmente los de Ho,lm1da é secuencia sino elatos muy incompletos sobre las Italia , de colecciones precio,:as eri extremo. 'Hace producciones de la Papuasia. Algumis observa- dos años, sin embargo, que la Francia se esfuer• ciones bastante exactas, pero insuficientes, ele za por reparar el tiempo perdido y por Ia8;dqui• Dampier, ele Forrest y de Pigafetta, el compa- sicion de algunos millares de anim ales recogí• ñer9 ele Maga ll anes, algunas descripciones más dos en la Nueva-Guinea y en las islas vecinas, ó méno~ fantá,-,ticas de las aves del paraíso, pu- bien por M. Laglaize, •J~ien·· por ?11M. Raffray y blica;das por Valent:in , Helgibius Bontius, · Clu- :MaindL·on: los graneles establecimientos cientírius , Gcssner, Alclrovande, Edwards, Seba, etc., ficos franceses poseen ahora la mayor parte de constituían h asta fines del siglo xv111 tocio"\ lo que las especies descritas y hasta cierto número de se posee sobre la ornitología ele la Nu eva-Gui- ·especies nuevas. En cuanto se refiere á la fauna nea. Estaba reservado á dos viajeros franceses ele ia Papuasia, el Museo de Historia Natural en hacer progres~r notablemente nuestros· cónoci- particular, que tenía ya los tipos de Lerson y mientos bajo este concepto. El 24 de Julio de Garnot, d' Hombron y Jacqu,inot, puede luch ar '182!1 la corbeta La Coquille, mandada por Du- . sin desventaja alguna con los museos de Leyde, perrcy, echó anclas en la bahía Dorcy, situada de Génov:a y de Turin. Pasar revista á las di ver· en la costa septenll'ional ele la Nueva-Guinea, á sas formas pertenecientes á todas las divisiones la entrada de la bahía Geelwinck, é hizo estac ion del reino an im al que puebl an la Nueva-Guin ea en ell a cel'ca de un mes. Durante este espacio sería una tarea superior á nu estras fuerzas; así de tiempo los cirnjanos de á bordo, Lesson y que nos contentaremos con habl ar de las aves, Gamont, ayudados por toda la tripulacion, re- y no diremos sino algunas pa labras sobre las unieron un a co leccion muy considerable de fol'mas más notables de las otras clases. Al César lo que es del César. Sin tener cuenÍ)lantas y anima les que fueron descritos alg unos ta del ól'den zoológico, comenzaremos, pues, años clespues en la publicacion conocid,.1. con el por las aves del paraíso. Existen una treinten a nombre ele Vi aje ele la Coqiiille. Seis años ánde especies, que han sido descritas, bien por tes, ·á fines de 1818, El Uranie, b11:jo las órdenes M. Elliot en su espléndida Monogra11hie eles de Freycinet, se detuvo algun tiempo en las isvaraclis-iers, bien poi· M. Gou ld en sus Ares clú las de Rawak y ele vVaigiou, y los naturalistas l11 Nueoa-G uinea. La conocida más anti g ua~ de la expeelicion, Quoy y Gaimard, pudieron hamente es el paradíseo pequeña-esmeralda (Pa per sobre la zoología de las islas Papuanas obraclisea minor), en la cual dertos autores , y 15ervaciones llen as de interes, que fueron com1


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entre otros Lesson, han querido reconocer h asta ' a limentabart de viento y aire , sin pqsarse nunel fénix de los antiguos. Sin ir tan léj os, pode- ca sobre los árboles ni descender á tierra. Esta mos suponer que desde 1554, Belon du Mans, opinion absurda emitida por Porte!, fué acepel -verdadero fundador de la ciencia ornitol ógi- tada sin escrúp ulo por el mismo Belon, que se ca en Francia, había tenido ent_re las manos al - expresa en estos términos: ,,Este cuerpo de plug unos despojos de esta especie, puesto que dice mas de q ue hablamos no t iene pié alguno; pero en su Nature des oiseaux: «Si todos pudieran la nat uralez a, queriendo suplir este dMecto, ha ver el plumaje de una bella 3:ve extranjera, bas- hecho una especie de plumas en cada lado de tante comun en los gabinetes de los grandes se- su cola, que tienen un pié de la rgo y encorvañores, tanto de Francia como de Turquía, que das por s u extremidad libre y muy duras, con creen es el fénix, no tendríamos para describir. las cuales se agarra ·á los árboles . La naturalen ada nuevo con Herodoto, Plinio y otros. Este za ha hecho así este fén ix, para evitar las enemistades de las plumaje de que fieras que vih ablamos está ven en el país solamente enen que habita. vuelto y rodeaPonemos en do de plumas duda cómo la delicadas, que hembra puede están unidas á incubar sus una piel dura huevos; mucomo cuero, chos creen que cuya parte melos pone sobre dia del cuerpo el dorso del está denudamacho y que da de hu esos y ella los incuba carne, etc. » encima de él. » Nos parece eviBastante desdente que el pues, el error antiguo Belon estaba de tal describió aq uí manera arraiu no de esos gad o, que despojos de cuando Pigaaves del paraífetta describió so, preparados sus aves del pa· por los papuaraíso que fuesios, tales como ron regaladas los que llegaen 1519 á Maban en otros gallanes por el tiempos en sultan de Batgran número á chian para ser los mercados ofrecidas al rey de plumas, y de España , naen los cuales Fig. !.-Una de las aves del paraíso (Pa1·adisea papimia), traídas vivas die quiso creer la piel está enpor M. Leon Laglaize. la exactitud de volviendo un su descripcion, pedazo de madera ó un tallo de sagú, cuya extremidad si r- que no dejaba, sin embarg o, n ada que desear, ve para el cuello del ave. En los despojos de excepto en lo que concierne a la longitud de este género, las patas h a n sido cortadas de ordi- las patas. «Nos han dado para el rey de Esnario por los indígenas, que no aprecian sino paña, dice P igafetta, dos aves muertas muy las partes brillantes del plum aje; así es que los hermosas. Esta ave, del tamaño de un tordo, antiguos ornitologistas, que nunca habían podi- tiene la cabeza pequeña y el pico largo, las do observar los paradíseos en sus selvas na- piernas del grueso de una pluma de escribir y tales, tuvieron la idea singular que estas aves de un palmo de largo. La cola se parece á la estaban naturalmente privadas de patas, que se del tordo y no tiene alas, los naturales las ar-


LA NATURALEZA rancan á la mayor parte las pieles, pero en su lugar hay largas plumas de diversos colores parecidos á las de la garzota. Todas_las otras plumas, excepto las de las alas, tienen un color os-

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curo. Esta ave no vuela sino cuando hace vien-

to. Se dice que_ viene del Paraíso terrenal, y la llaman B elondmata, es decir , A -i;e de Dios.» El paradíseo pequeña-esmeralda no fué hien

Fig. 2 -Mamíferos y aves de la Nueva- Guinea: Dend1·o la;1us inust11.s 1 Charncosina p apuei·is, Sel encides albus , T any sip t er a ga l 4t ia, Goura coronata .

conocido sino dos ó tres siglos despues, gracias llegan en efecto por millares á los mercados de á las líneas publicadas sobre Audebert y Vici- . plumas, y hácia el fin del año pasado cuatro mallot, por Levaillant y por Lessoro; pero en el pre- chos vivos de esta b ella especie fueron traídos sente sería supérfluo describirlo. Sus despojos á Europa por l\I. Leon L agla ize y expuestos á


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la adm iracion del público primero en el Jardín á lo ménos en las formas generales, en el modo de Adimatadon de I aris y en seguida en una de andar, en la voz y en el régimen. Como pajal'eTa del Jardin de Plantas, donde se encuen- nuestras maricas y grajos, tienen movimientos tran actualmente dos de ellos aún, habiendo bruscos y saltan bastan Le pesadamente de rama sido vendidos los otrns dos por '='._l propietario al en r ama; como ellos, so n muy estrepitosos y Jardin Zoológico de Lóndres. Muchos de nu es - están dotados dé cierto instinto de imitacion; tros lectores saben, pues, que el paradiseo peque- como ellos, son casi omnívoros y pueden ser ña-esmeralda adul Lo es un ave del tamaño de alimentados en cautividad con !'rutas, arroz hernuestro grajo de Europa, que tiene en la cabeza viclo, carne, etc. En el estado salvaje buscan y el menton plumas muy coi-tas, aterciopeladas principalmente las cápsulas ligeramente carnode un color verde negruzco, y en la parte alta sas de las tectonas y las frutas mucilaginosas de del pecho plumas de un color verde esmeralda la higuera amku; pero á veces tambien devoran extremadamente vivo; que la parte superior de lo s insectos. Dura nte el medio clia permanecen la cabeza, su cuello y su dorso están revestidos posados en la cúspide de las ramas ele los árbo de una muceta amarillo-pálida; que contrasta les más elevados, y no descienden sino por mavivamente con el color rojo canela que cubre ñana y tarde en busca de al im ento. Su grito de las alas, la cola, el pecho y el abdómen; que de l Íamada es una especie de ladrido, pero pueden los flancos salen hácia arriba dos penachos de hacer oir tambien otros gritos más extra vagantes é imitar por turnos el cloqueo de una galliplumas muy largas, muy delicadas, nublosas, na, el silbido ag udo de un mirlo, el rebuzno de alpor realzado azt1fre, de amarillo de un color un asno ó el aullido d~ un perro. Cuando dan la en blanco á pasa que castañas, tiras gunas punta, y que las dos plumas caudales medianas á su voz toda su fuerza, producen un ruido atodesmesuradamente alaegadas y adelgazadas se londrador; se les ve entónces enderezarse sobee transforman en dos b.rinzas tenues que miden á las ramas que les sostienen, tender el cuello y, veces cerca de 50 cenLímcLros. Todos saben ade- agitar las a las. A lgunas veces tambien hacen el más que en esta especie e l ojo, lleno ele fuego, molino dando vuelti:IS hácia atras, ápoyándose tiene el iris de un color amarilo de oro, y que ligeramente en las plumas largas y estrechas las patas, en vez de faltar, son por el contrario de su cola y extendiendo sus penachos lateral eR muy robustas. Paca apret:iar bien la elegan cia que forman á su redl'dor una verdadera aureola. de este paradiseo (c0mo de todas las aYes de la En esta posicion se ha dibujado del natural el misma familia) es necesario observarlo sobre el ave representada en una de las figuras que individuo vivo, pues despues de la muerte los acompañan este artículo. adornos se alteran rápidamente y el bello tinte Los paradíseos son objeto de una caza extreamarillo de los penachos laterales no tarda en madamente activa por parte de los papuasios, desaparecer. Lqs pájaros t1;aidos por :i\I. Laglai- que hieren estas aves con flechas, los despojan ze á E:uropa permanecieron á su llegada du- groseramente y venden las pieles secadas al rante bastante tiempo con todo el brillo de su fuego ó al sol_;í, los negociantes malayos, que {t plumaje y conservarnn toda su librea do adul- su turno las nxpcnden á los mercados de Eurotos; pero muy recientemente han experimenta- pa; el comercio dura desde tiempo inmemorial. do una muda que durante un mes ó dos los ha Hace siglos que los penachos de las aves del hecho parecidos á los jóvenes machos y a las paraíso sirven para adornar los peinados ele los hembras. Estas no Lienen ni penachos en los la- mandarines de China y de los radjahs de la dos ni tallos en la cola; presentan en la parte India, y hácia '1830 estas plumas hiciernn furor a nterior de la cabeza y del cuello una máscara en Francia durante una temporada. Despucs se morena que reemplaza la banda fronta~ y la ha procurado mut:has veces hacerlas de moda, muceta verde del macho adulto y todas las pero sin gran éxito, pues las acusan , no sin raparles inferiores de su cuerpo son de un color zon, de no tener, á pesar de su ligereza, la cleblanco lavado ó rojo. En su menor edad, los ma- g:rncia de las plumas ele la garzota. Llegan, sin chos apénas se distinguen de las hembras, y embargo, á Europa cantidades considerables, y, sólo en el segundo año de edad es cuando apa- cosa curiosa, á pesar de las hecatombes consurecen engalanados con sus ricos adornos. madas por los papuasios, el número de estos 'l'odas las personas que han visto las aves del paradíseos no disminuye sensiblemente en la paraíso en libertad, lo mismo que en cauLividad, ueva-Guinea. Eslo proviene sin duda de que han quedado a ombradas de la semejanza que ' estas aves son más ó ménos políg,unas; siendo ofrecen con los círvidos, si no por su plumaje, desdeñadas las hembras por los cazadores, los

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machos que escapan á la matanza bastan para al contrario delgadas y redondeadas como las asegurar la conservacion de la especie. de la pequeña-esmeralda. Su canto, su modo de Durante mucho tiempo se ha confundido con andar y sus actitudes son las de las otras espeel paradíseo pequeña esmeralda, una especie de cies del mismo grupo. Habita las g randes seltalla mayor, el paradíseo gran-esmeralda, lla- vas, principalmente las que alojan torrenteras, mado tambren paradíseo apodo, por efecto de la sin duda porque los árboles donde busca las creencia errónea que más arriba hemos expues- frutas crecen en la vecindad del agua. Es un to. Los caractéres de esta especie, ó más bien ave curiosa, que desciende á menudo de rama ele esa raza ele gran talla, que entre los anti- en rama para contemplar el cazador, y que se gu os naturalistas, Olusius fué el único que re- detiene á algunos metros de él para observarle, co noció, no consisten absolutamente en otra extendiendo el cuello, batiendo las alas y emicosa que en dimensiones más considerables, tiendo de cuando en cuando un grito extraño puesto que el plumaje es casi el mismo que el que hace acudirá otros individuos. Cuando uno ele la pequeña-esmeralda. No diremos tal cosa de estos paradíseos es herido, bien pronto le ro: del paraclíseo rojo (Pa.radisea rubra), que se dea una inflnidad de aves de su especie que prodistingue fácilmente por el conjunto de sus co- curan protegerle. · En otro género se coloca la bella ave que los lores y por la forma de sus brinzas, que en lugar de ser delgadas como en la pequeña-esme- n atura listas modernos llaman Cicinn-urus reralda y la apoda, son al contrario bastante lar- gius y que los antiguos autores llamaban el rey de las aves del pa1·a·íso ó el Mamecodo. Este gas y enroscadas en gran parte de su longitud. Así es que algunos naturalistas han querido último nombre, debido á Lesson, no es sino una co nsiderarla como el tipo de un género particu- composicion de Manan cleonata, que significa lar. En esta especie, que fué mencionada por ave divina en el dialecto de Tidoro. Ya, en efecprimera vez por Da udin en 1800, haciendo re- to, el mamecodo desempeñaba un papel en las fere ncia á un ejemplar ele la coleccion de ta- creencias supersticiosas de los malayos, y sus thouder , el macho adulto tiene una múscara despojos p evados en penacho atados á las arverde salpicada de oro, múscara que e prolon- mas de los guerreros, se consideraban como ga en dos cuernos en cada lado de la region tem- propios para exaltar el valor en el momento del poral; tiene en la parte superior del cuello y combate. Inspirándose en estas leyendas, los en la region escap ular un collar amarillo de viajeros del siglo xv1 pretendían que el Cicinmanteca que se convierte háci a atrasen rojo ca- nurus volaba siempre á la cabeza de manadas ne la. Este último color ocupa todo el dorso y de paradíseos esmeraldas, cuando éstos emipasa á castaño o curo en las alas, la rabadilla graban de una is la á otra y bebían el agua de las fuentes colocadas en la ruta, en la creencia y el vientre. Los flancos están adornados de dos magniflcos penachos de un color rojo ele 'carmin que éslas no podían ser e1wenenadas por los inpor delante, y la cola tiene dos brinzas alarga- dígenas. Pero hoy el mamecodo ha caido del das y huecas acanaladas. Estas brinzas , lo mis- ran go que ocupaba, y su sobrenombre de remo que los penachos, faltan en la hembra, en giu es todo lo que le .queda ele su pasado esla fJUe , segun la regla, la máscara verde eslá plendor, puesto que en el presente es una de las reemplazada por el moreno, en la que la parte ayes del paraíso más raras en las colecciones, upcrior del cuerpo es ele un tinte ménos puro una de las ménos estimadas JJ.ara adornos. Quizú, sin embargo, no merezca tal de crédito, y bastante más clara que el dorso. El paraclíseo puesto que si los matices de su plumaj e son un rojo, bas ta nte más raro en las colecciones que , poco chil _lones, un poco chocantes, tienen una la pequeña-esmeralda, vive en las islas de 'Narriqueza singular. La cabeza, el dorso y la parte g ion y de Batanta, al ro. de la . ueva-Guinea. anterior del ·cuello, están re\'estidos de plumas En fln, no hace más de cinco años que un viade un color rojo brillante, más brillantes que la jero italiano muy conocido el' Albertis, descuseda, que se erizan cerca de las narices y que brió en la bahía de Oranguisa un a especie del sobre el pecho están limitadas por una magnímismo g rupo que M. Sebater desuribió y ded ifica banda de color verde metálico. Esta banda có , segun el deseo del viajero al marqués de á su vez concluye rectamente sobre el blanco H;1ggi. Por el color del cuerpo y de los penachos de nieve del abdómen en cada uno de cuyos !-aterales esta Para.disea Raggiana se parece costados, por debajo de las alas, surgen plumas bas tante ,'.t la Pa.raclisea, rubra, pero se separa grises, cortados en cuadro en su extremidad y de ésta por la conformacion de las brinzas de ornadas de un bordado de tres zonas, una hlansu cola que no son largas ni enroscadas , sino


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ca, otra rosa y la tercera verde esmeralda. "En fin, para completar esta sunwosa librea, parten de la cola en divergencia y encorvándose geaciosamente dos brinzas denudadas y extremadamente delgadas en la mayor par:te de su Ion-

gitud, pero guarnecidas en su extremidad y en el lado extremo de barbas que se contornan en un disco verde brillante. Este adorno magnífico es propio sólo del macho, y la hembra, más modesta aún en su atavío que !ns de los otros para-

Experimento del barómetro de agua, hecho en Rouen en 1611l.

mo-¡ tante .más pequeño y no traspasa en manera al-

díseos, no tiene sino una vestidura de color reno rojizo, adornado en el pecho de -algunas bandas transversales. Como se ve por esta descripcion, el Cicinnurus difiere en todo de los paradíseos típicos; es tambien de tamaño has-

guna las dimensiones de una alondra con for' mas más robustas. ( Se continua1·á.) ~


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Paso do un peq ueño aeróstata libre, ele 500 metros cú bicos, por encima del globo cautivo ele i\l. Hen ry Giffard. Miércoles 21 de Agosto á las 5 y 55 minutos J e la_tarde. (Tomado del natural por Alberto Tissandier.)

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EL AIRE Y EL V CÍO. En toda partes se enseñaba en las escuelas, segun Ari tóteles que el aire es pe ado r elatiYamente al fuego, ligero rclatiyamente al agua y á la t ierra y que el vacío es imposible en la naturaleza. Hace falta hacer nofor qne . i Aristóteles había supuesto en el aire un Aüido ponderable, sin eluda al Yer s ns inmensos efectos mecánicos, que ig ualan :l. ,eces los de la irupulsion ele lo m,ís pesado proyectiles, desconocía por completo la fecundidad del principio. No supo deducir la cxplicacion ele multitud ele fenómenos, en los cuales creía ver tan sólo una especie de a ver ion de la nat uraleza al n1cío, ave rsion que se tu,o mucho tiempo por una ley fundamental, in hu"car 1n razon natural. Se decía que la na turaleza hallía recurrido á diversos medios para impedir el vacío, al cual tiene horror, pnesto que t iend e á sn destruccion. Al principio del siglo XYII, Galileo, que combat ió en todas partes los principios de la física peri patética, quiso snmeter al testimo nio del experimento la asercion de Ari tóteles rclatirn á la pesantez del aire. P esó un globo de cris~al lleno previamente ele aire en estado natural, y despues llenado con aire comprimido por medio ele una bomba. Eu el segundo caso se halló el peso del aire bastante mayor que en el primero. Supuso que el aire pesa J/400 clel pe. o del ng na, fraccion mucho má s grande. Por consig uiente, lo mismo que Aristóteles. Gal ileo parece qne no comprendió toda ht importancia del heeho que acababa de poner fu era de duda. En efecto, en Hi3J e había construido un a bomba aspirante para extraer el agua de una cis'terna con ménos fatiga que por medio de cul,os, ele que se servían ordinariame nte. Fué imposible elevar el agua á más de diez y ocho brnzns en e1 t ubo de aspiracion . Véase cómo se expresa Galil eo sobre esta cue. tion en su s Diálogos sobre las ciencias naturales, pnbl ien.dos cu 1638 (Opere xn1, p. 20): «Yo que sé qnc un a cuerda, una masa de madera, una ym·a de hierro 1;>uecle alargarse tanto y tanto que por fin se rompa por su l ropio peso cuando están ligadas por . u parte superior, h e sido hasta ahora poco per pica~ en no h aber p ensado que s ucetlería lo mi mo, con mayor razon, en uu a columna el~ agua. · Qué es lo que se atrae en la bomba ino un cilindro de agua que se ujeta por nrriba ~· de mtís en nuis alargada, llega por fin á un límite en el cual, tirada por su propio peso, que se hace exc~si,To, se rompe corno si fuera una nercla? Sucederá lo mismo, en m.i concepto, eu los oLros líqnidos, como el mercurio, el vin o, el aceite, etc. Re rontpenín á 1rna· altura más ó ménos grande que diez y ocho brazas en proporcion :inversa ele s u peso esp ecífico comparado al del agua, midiendo estas a lturas siempre verlicalmente.» Galileo no dijo expresameute, bien porque no lo comprendiera, bien porqne no osara decirlo, qnc m ,í .all:i de diez y ocho brazas, i se signe t irando del piston de la bomba., debía haber un espacio vncío entre ln superficie interi or del pista n )' la superior del ngu:1.

Si debe considerar e á Galileo como el primero que obsen6, ad íertido del hecho por el maestro fontanero, que la.s bombas aspirantes no pueden elevar el agua á m ayor altura que 32 piés, ó 1om,0,t (máximun qu e jamás se ha alcanzado), de modo que el tubo, si <'S má. elevado, permanece hueco en apariencia, no es ménos cierto que e te gran hombre no pudo desengañar e de la falsedad del principio de los antiguos, del horror que la naturaleza tenía al vacío. H ab ía sacado sólo esta consec uencia de la observacion de los obreros fontaneros de que la naturaleza no t iene horror nl vacío sino hasta cierto punto, y que el esfuerzo que ha cin por evitarlo tiene un límite. Estaba reservado á su sucesor Torricell i mntemático del duque de Toscana, hallar la verdadera causa de la ascension de los líquidos en los tubos cerrados. En 16±3 ejecutó . u experimento capital del barómetro repetido dcspues y continnameute en los cursos que se hacen en todos los países civilizados. Tonicelli procurando verificar lo que para Galileo era una hipótesis, halló que si se toma un t ubo ele cerca de 4 p1és ü 80 ó 9 cebtímetros, abierto solamente por una extremidad y cerrado por la otra, si se le ll ena co n mercurio, cerrando la abertura con nn dedo ó de cualquier otra manera y se end ereza el tuho Yerticalmcnte estando la abertura h,ícia abajo y s umergida algunos centímetros en otro mercurio contenido en un:1 vasijn ó cubeta que esté m edio llena, si se le destapa sin sacarlo fu era del m ercurio de la cub eta; se ve -el mercurio del t ubo descender en partP, dejando en la parte alta del t u bo un espacio va ío en apariencia, miéntra q11e eÍ ·mercurio permanece su pendido en la parte inferior del tubo, man te11i é11L1osc dcspues ele algunas osci laciones i una altnra media de 28 pulgadas ó 76 ceptímetros, en las loc,1licl ades de plano bnjo, es decir, con poca diferencia ú la alt,ura del uivel ele los mares libres. Este es el experimeuto célebre del vacío, tan vulgar hoy clia. Torricelli hizo un segundo cxperÍmento, que es útil recordar, pues de ordi 11 ario se ol vida en los cursos ele fís ica y presenta intcre aí n uditorio. Había ll enado ele agua la mitad s uperio r de la cubeta por encima del m , rcurio; elevó poco á poco el tubo hasta que su abertura inferi or, qu e estaba sumergida ántes en el m ercurio · del vaso, saliendo de este mercurio, ll egó :í la region del agua. V ió entónce el mercurio del tubo s ubir en un principio ha ta lo alto del tubo con el agua y m ezclarse un iustante los dos líquidos, luego el metal, mncho m üs denso, caer completameutc, y el agua llena r por entero el tnbo, sin deja r yacía alg m10 en la parte superior. hs necesario observar qtie Torricelli, había h echo prometer el secreto de su nombre, haciendo su experime11to en Florencia delante de M ersenne, á fin es del aíío de l 6±4, y hasta la muerte ele To rr icelli (25 de Octubre ele 1647) no fué revelado su nombre. Evidentemente Torricelli había querido permanecer desconocido por su gran descubrimiento, en la creencia que se le comprometería con la escu ela peripatética, mny potente cntónces, que enseña ha la ligereza de l aire y la impo. ibilicfacl del vacío. Hnbía para él, así como para


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LA NATURALEZA Galileo enemigos bastante má formidables que los teólon-os. No turnen seguida Torricelli la idea de la explicacion verdadera de n experimeuto, que el pe o del aire es la causa de la su pension del.mercurio en el tnbo. Pa cal fué advertido eiertamentc por el P. :Jfersenne. Fué motivo de ene tio11 en una. entrevista entre Pa ·cni' y Descartes, relatndn en una carta el ,Jacobo Pascal del 25 de etiembre de 16-lc,. Pa. cal halló este pensamiento «bellísimo; pero como no era má que una simple conjetura de la cual no -e tenía prueba al<>'una, para conocer la verdad ú la fol -eclad ernn necesario. mucho experimentos.)> Cuando el conocimiento del exp rimcnio llegó :i Francia por medio del P. l\Iersenne en l G+I-, fué repet ido en Rouen en 16±G por Petit, intendente ele fortificariones y ver adísimo en experirn e~1tos, que se la echaba de sabio religioso, y por Blas Pascal que se hallaba entónce en Rouen con n pa lrc. intendente tle Justicia y Hacienda. Pascal en . egnida repitió mucha Yece la mi ma demostrncion ele la po ibiliclad tlel rncío. Imaginó cambiar el liquiLlo barométrico y lo rjccnt,í, en presencia de !ns pcrsonns más competentes tic la ciudad de Rouen, con nn tubo ele cri tal de ±6 piés de alto, abiedo en un extremo y cerrado herméticamente en el otro que llenó de agua ó mñ~ bien de rino tinto qu<' es m,í Yi ible. Habiendo hcc:110 elevar el tubo en este esLa.do cerrando la aberlurn, y ponerlo perpendic.u larmente al horizonte. hall.ind o e la abertnra abajo y -urnergiua cerca de un pié en una va ija llena ele agua (Yéa~e el grabado), al de -tapar la abertura inferior el vino del tubo de~cendió hasta la altura ,le cerca de 32 pi 's desde la superficie del agua ele la rnsija altura en que permaneció elevada la colurnn; tle ,ino, dejamlo por encima de ella un e pario ele 13 piés vacío en apariencia. Inclinado el ( ubo como entónce la altura vertical ele Yino e hacía menor por e: (·,n, inclin acion, el vino subía de modo que llc><>'aba ~iempre 1'L"la altura vertical ele 32 piér;. En fin inclinando el tubo ha ta que n ext remidad nperior estuviese á la altura le 32 piés e llenaba por completo, a pirando a í tanto vino como el que expnl. aba cuando estaba en posicion verLical, ele manera que e le yeía lleno ele vino de ele u extrem idad superior hn . ta una longitud de 13 piés, :í partir de ·tle el ni1·el de la va ija y lleno de agua en lo · 13 piés inferiore;-, porque el aa ua es 1füiS den a que el vino. Pascal no tenía entónces otro objeto que hacer experimentos obre los efectos del pretendido horror al rncío y sobre la s_u pension ele lo líquido que se atribula tí esa ola causa; varió mucho sns fenómeno ele ~u. pension con ifon es, jerin o-as, fu elle ele toda longit ndes y gro ore , cargados de diver os liquido como mercurio, agna, vino, aceite. etc. Hizo imprimir en 16-1,7 un folleto obre esto experimeuto que repartió por toda la Francia, y en eguida remitió á la <lemas nacione europea , á necia Holan la, Polonia, Alemania, Italia, lo que hizo célebre ns experimento entre todos los sabio. de Europa. (, e contimtarrí.)

GRAN GLOBO CAUTIVO DE M. HENRY GlFFARD. (Continuacion.-Véase n .0 4-1, pág. 27~.)

Gracias al notable aparato que ha construido .M. Henry G-iffarcl para la peoduccion en grande del gas hidró<>-c no, pudo hincharse un pequeño globo libre de -oo á 600 metros en el patio de las Tullerías, y en veinticinco ó treinta minutos se víó redondearse el globo como por encanto y hallarse listo á partir en tan poco tiempo co mo hubiera sido necesario para enganchar un caballo i un coche . Los aficionados á los que las ascensiones cautivas han inspirado el gusto ele las a 1 enturas aéreas, podían, pues, hallar en el recinto del g lobo cautivo el medio de ejecu tar un Yiaje en globo libre. :Xada hace comprender mejor la importancia de. la construccion aero tática de M. Giffard, que el inllamicnLo de un pequeño globo de 600 metros cúbicos, ejecutado al lado del gran coloso aéreo. Yicndo la modesta esfera balancearse junto al inmenso cautivo , se creía Yer una avellana al lado de una manzana. La avellana eleva sin embargo tres viajeros que se ven elevarse y desaparecer en el azul del cielo. La primera ascension libre fué ejecutada el 15 de gosto por D. Oádos y su cuñado el conde ele Bardi, acompañados poe uno de los aeronautas agregados a l servicio del globo cautivo. La partida tuvo lugar á las cinco ele la tarde. Los viajeros se elevaron rápidamente á la altura de 1.800 metros y se dirigieron hácia el Nordeste . Despues ele haber pasado al lado de bellos cúmulus, atravesaron la selva de Villers-OoLterels, donde fueron cogidos por torbellinos aéreos que impl'imieron algunos movimientos de rotacion al globo. El descenso se ejecutó en ex.cele n tes condiciones, cerca de la estacion de Vierzy (Aisne ). La seo-un da ascension libre tuvo 1ugar el 21 ele Agosto. Los viajeros que ocuparon la barquilla con el aeronauta eran la rta. arah Bemat' dt, de la Comedia francesa, y e l pintOL' nl. Olairin. E . te viaje se realizó á las c inco y treinta minutos de la tarde en condiciones particularmente interesantes. El aire estaba en un estado de inmovilidad absoluta. no había ol menor soplo de viento· el globo se eleYó verticalmente y desaparel1ió bien pronto en el seno de una gasa de nubes. Apénas habría pasado un cuarto de hora . cuando los espec tadorc. vi e ron, no sin sorpresa, descender al acróstula bastante dpidamente á una centena de metros


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de su punto de partida, casi encima del puente de la Concordia. Un saco de lastre arrojado á propósito le hizo remontarse en la atmósfera; desapareció de nuevo en las nubes. El viento , en las regiones superiores, era absolutamente nulo como en tierra, y el aeróstata aún una vez á 1o·s alrededores del globo cautivo, se le vió cernerse en los aires á un tiro de fusil de la ba r·quilla del g lobo cautivo, que se hallaba entónces á 500 metros de altura. Los montones de nubes desaparecieron de la atmósfera, el pequeño aeróstata, suspendido en medio de una claridad, tomaba el aspecto de una esfera opalina atravesada por lo s rayos solares: el espectáculo era magnífico (véase el grabado). Durante cerca de una hora el aeróstata libre Jio dejó de cernerse casi estacionario por completo á unos i.200 metros por encima del patio del Carrousel. Hácia las seis y media de la tarde a pareció en el horizonte una nube lluviosa, las corrientes aéreas se formaron y arrastraron por fin á los viajeros con clireccion Este. Atravesaron nubes de in-

EL BOMBIX CRISÓRREO. No hay persona alguna que paseándo_se en invierno por un jardin, un camino de campo rodeado de hayas, las inmediaciones de un bosque, no haya notado en la extremidad de ram as desnudas paquetes de tres ó cuatro hoj as secas pegadas unas á otras. Si se las examina de cerca, se ve que estas hojas no han caido, como las otras, bajo el rigoe de la estacion , puesto que están li g adas unas á otras por una especie de tela de hilos de seda entrelazados. Si se deshace ese mazo de hojas ó si se las corta con un cuchillo al traves, se ve que su interior está lleno de pequeñísimas orugas negruzcas y peludas, entorpecidas é inmóviles cuando el cierzo sopla fuera. Lo que hay de curioso es que estas pequeñas orugas no están al azar bajo la primera tela comun; se reunen diez ó doce á la vez en sus alojamientos sedosos separados, formando corno pequeñas sociedades aisladas en la grande; se diría que son amigos que consti-

Fi¡;. 2.-Bumbix cr isórro., , mariposa hem bru. Fig. 1.-0ruga del bómbix cr}sórreo, llamado la communo.

comparable aspecto y bajaron á tierra felizmente á las siete y cuarenta. y cinco minutos de la tarde en las cercanías de Ferrieres, en medio de un chubasco torrencial que empezó á caer súbitamente. La tercera ascension libre fué ejecutada eL27 de Agosto por M. Powell, uno de los miembros más jóvenes del Parlamento británico, acompañado de su jóven sobrino, de diez y seis años de edad. Despues ele una traves ía ele dos horas de duracion, los viajeros llegaron á tierra á t3 kilómetros m ás allá de Meaux. Un cuarto viaje se emprendió en excelentes condiciones el ltínes 2 de Setiembre. En breve se ejecutarán .otras ascensiones libres en el recinto del globo cautivo, que pondremos en conocimiento de nuestros lectores cuando ofrezcan circunstancias dignas de ser relatadas. ( Se continuará.) ~

tuyen grupos particulares, reunidos por simpatías mutuas en el se_no de una gran reunion. Cuando aparecen las hojas pequeñas, ó bien las flores, las orugas salen de sus telas para devorarlas, volviendo á entrar en su abrigo en el mal tiempo. Es muy importante cortar los manojos de hojas con orugas en Diciembre 6 Enero, en los dias de frío ó bruma, reunirlos en el suelo y quemarlos con cuidado. Si se les deja en tierra, las orugas salen al primer rayo del sol; cuando se hace esta operacion, como Be hace habitualmente en Febrero ó Marzo, se quitan las más de las veces las telas de seda vacías de la mayor parte de sus orugas, que salen cada vez que el sol las hiere con sus rayos. Estas orugas construyen pequeñas telas de abrigo de sitio en sitio sobre los árboles hasta su última muda en que se dispersan. En toda su talla, en Junio, y á veces en número asombroso, son negruzcos con tubérculos del mismo color y fascículos de pelos rojos (fig. 1). A partir del tercer


LA NATURALEZA

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anillo tienen dos hileras de manchas blancas y moreno leonado. Los dos sexos no toman alisobre el dor130 de los an illos 9 y 10, y á veces 7 mento, no teniendo más que una trompa rudimentaria, y no viven sino pocos dias, únicay 8, una mancha de un rojo de vermellon. mente empleados en la union de los sexos. todas de Los árboles frutales son despojados La hembra pone sus huevos de color rosa, en En orugas. sus hojas en ciertos años por estas alargados, bien en el limbo de una hoja, haces crisáen convierte se el curso del mes de Junio una rama, y los recubre, para protegeren bien de espeso poco lida, en un capullo grisáceo muy el frio de la noche, con un blando contra los una á unido bien seda mezclada con pelos, sus pelos rojos, arreglados por ella. de edredon pequeñas dos de hoja, bien á la bifurcacion se abren en Setiembre, y las jóvehuevos Los ramas. las hojas terminales de las ganan orugas nes muy mariposa, pesada una él de En Julio sale tiernas, royendo un poco más las son que ramas, con velluda y blanca enteramente á menudo en unirlos por metardan no pero epidérmis, su principalmenpectíneas, y amarillentas antenas reserentorpecerse en y seda de hilos de dio Linn., chrysorrhm, Liparis el Es te el macho. sidel primavera la para moradas sus vando pertencenvergadura, de milímetros 33 á de 30 neciente á la tribu de los bombicios, la maripo- guiente año. Una especie muy semejante á ésta, de un sa nocturna blanca de culo moreno, de Geoffroy, ó el bombix de culo m.oreno (fig. 2). En blanco más brillante, casi siempre con uno ó efecto, la extremidad del abdómen de la hembra dos puntos negruzcos en las alas superiores, tiene sus anillos de un color moreno oscuro con es el Liparis auriflua, Fabricius, ó Bombix un mechon redondeado de largos pelos de color de culo dorado, por el bonito pincel en abanico

El paso do la isla de los Cisnes.

cer modificaciones notables en la viabilidad de todos los barrios circunvecinos; uno de los re• sultados asombrosos de estos cambios ha sido la afectacion especial á los visitadores de la Exposicion del puente de Yena, que ha sido elevado y notablemente alargado. Mas por el mismo hecho, las comunicacione s entre las dos orillas del Sena se han hecho difíciles. El paso no podía hacerse entónces sino por el puente del Alma hácia arriba, ó por el de Grenelie hácia abajo, estando uno y otro bastante lejanos del puente de Yena. Provisionalme nte, la administracion, deseosa de establecer comunicacione s interrumpidas, ha hecho establecer un servicio di:i tránsito en barco de vapor; pero al mismo tiempo, hizo estudiar y ejecutar un puente, que rápidamente construido, ha reunido las dos orillas del Sena. Este puente, establecido para EXPOSICION UNIVERSAL DE PARIS. peones solamente, atraviesa e1.rio de modo que se apoya en su parte media en la parte rio arEL PUE TE DE PASSY. riba de la isla de los Cisnes; es ge hierro y se en el fondo del río, 6 m ás bien sobre las apoya La anexion del Trocadero al Campo de Marte situadas en él, por cimientos tusólidas rocas áhapara la Exposicion U ni ver.sal ha conducido,

de pelos dorados que termina el abdómen de la hembra. La oruga bastante ménos comun, que la precedente, no vive sino en los árboles de los bosques y principalmente en las hojas de ogiacanta , y es poco dañino. Es curioso ver que el grupo de los Lipa1·is propiamente dichos ofrece orugas en nuestros países, en los que la secrecion sedosa es muy reducida, no produciendo sino algunos hilos flojos alrededor de la crisálida. Al contrario, la misma tribu de los bombicios presenta las especies más sedosas de todas las mariposas, como la Sericaria mori, Linn., ó gusano de seda de morera, y diversosAttacu s, de los cuales muchos tienen capullos utilizados por la industria. ----=<><><><= --


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LA NATURALEZA

bulares, cuyo empleo se generaliza en el presente en circunstancias análogas. - )ro habrá, pues, ocasion ele insistir si no se ha adoptado una clisposicion especial que vamos á hacer conocerá nu estros lectores clespues de recordar algunas consideraciones generales. Los arcos de piedra ó ele metal que están destinados á salvar los intervalos, grandes ó pequeños, cualquiera que sea su forma, la naturaleza de los materiales empleados, el procedimiento de construccion, ejercen todos sobre los puntos de apoyo que los so ·tienen, una presion lateml caracterizada, por la expresion fáci lmente comprensible de empuje de vacío. Por un pilar no hay lugar de preocuparse, en ge n eral; los dos arcos que á él concurren ejercen presiones laterales horizontales, que se destruyen ó cas i á lo ménos, y la pila no tiene que resistir sino á la presion vertical, al peso. _Pcro no ocurre lo mismo en los estribos, sobre los cuales se apoyan los arcos extremo ; el empuje de vací o se h.ice senlir sin que nada los destruya, y ó se [es s uj eta teniendo en que apoyarle sólidamente contra el teneno cuando éste puede resistir, ó en el caso contrario se da al estribo una ma a bastante considerable para que su peso le permita resistir victoriosamente á las fuen1as que tienden á der-ribarlo . Existe otro modelo de puentes q uc permite salvar graneles espacios; es el puente metálico á vigas rectas: citaremos como ejemplo, en los alrededores de Paris, los puentes ele camino de hierro á Asnicres y á Argenteuil. En e te caso, admitiendo que la viga es indeformable, no ejerce sino presiones verticales sobre los puntos de apoyo; no hay en e ll os empuje de vacío. En realidad, á ca usa de deformaciones, de pres iones hor iz ontales que tienden á producirse, si no se tiene cuidado de hacer reposar las Yigas sobre los estribos por el intermedio de rodillos que permitiendo del todo la transmision de las fuerzas verticales, se oponen á la de las hori zontales. Pero es necesario reconocer que estos puentes no presentan un aspecto pintoresco y las líneas horizontales con que cortan el paísaje están léjos ele producir siempre un buen efecto; nos parece que la apariencia es aceptable bajo el punLo ele vista estético, por decirlo así, puesto que el puente está situad0 á gra n a l tura por encima del fondo ele un valle; el efecto nos parece monótono cuando el tablero del puen Le está cerca del nivel del agua. ¿~o seda posible reunir las ventajas ele uno y otro sistema? onservar los arcos que m::ís se prestan ú la clccoracio n, y por consiguie nt e anu-

lar el empuje de vacío. Hé aquí, en su ma, el doble resultado á que se ha alcanzado en la construccion del puente ele Passy, CUj; O principio vamos á indi car en a lgunas líneas. En un grnn número de c¡:isos, es necesario emplenr compuertas que permilen abrir en un momento dado el paso de un puerto ó un canal. Estos puentes consisten esencialmente en su eje, sobre el que r eposa un sistema de vigas situadas de un lado y otro que se equi lib1·an respectivamente; tan pronto el puente movible que aLi·av iesa el paso que debe dejar libre e. ·tá equi librado por una culata, pieza que se mueve por encima de un espacio reservado en el mu elle, como ocurre casi s iempre en los canales y puentes (hay á menudo dos compuertas e¡ ue se reunen en medio del paso , y_cacla una reposa sobre un eje espe~ial y estú equi librado por una cula1a); tan pronto tiene dos hojas iguales , que se separan a l mismo tiempo, abriendo dos pasos situados á una y otra par-te del eje. Este sistema se ha empleado principalmente en los puentes girator ;os que se hall a n sobre los rios. Lo ,1ue caracteriza estos puentes giratorios, es que no se manifiesta nin gu na presion horizontal, que las hojas resisten ú las presiones verticales por su rigidez propia y que todo lo más las cu latas, cuando las hay , ejercen sobre las partes que reposan una accion vertical. Resulta ele aquí que cuando las hojas están en contacto, bien co n el muelle, b ien con la hoja opuesta, no ejercen ninguna accion h orizontal. e concibe fúcilmenle, por otra parte, que esta condicion no está ligada á la propiedad que tienen estos puentes ele girar, y que se pueden constr·u ,r giratorios que no giren y queposean los mismos caractéres que aqué ll os. A hora bien , esto es precisamente lo c1ue se ha hecho en el paso de la isla de los Ci nes; el puente está construido, en cáda brazo, por dos partes distintas, empezando cada una ele ellas en la culata y t erm inando á la mitacl<lel tramo meclio, don· de se halla en contacto co n la parte próxima, pero s in que haya e ntre ellas ligazon alguna ni pieza alguna que desempeñe un papel an~logo a l que desempeña la clave en una bóveda. Cada una ele estas piezas, aunque estuvieran ai ladas, se soslendría en equilibrio; por lo tanto no puede existir la presion de vado. Aclcmá P, las culatas, que no tienen c1ue so portar sino un componente vertical que reciben de las vigas po r e l intermedio de rodillos interpuestos, no tienen sino un espesor muy pequeño, que no recuerda en nada la gran masa que se da en ge neral á estas partes.


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Este primer arribo, á título de ensayo, ha sido hecho Debemos limitarnos á esta indicac ion s uma el Raphail, qnc se dispon e á salir de nu evo ,i la por ria del principio , segun e l cu a l está co ns truido para ir á cargar un os 120.000 kilogramos de excemar el paso de la is la de los Cis nes . S in entrar en pescado con destino á los mercados ele Francia.. lente los deta ll e;; re lativos bien á los c imientos, bie n E l pescado, bajo la temperat ura de que acabamos á la dispos icion particul a r de l as piezas que sosLle habla r, se hiela casi in stant::\neamente. Esta co ngetienen el t a blero, daremos para terminar algu lacion dpida y enérgica precave la posibilidad ele toda nas indicaciones rápidas . El paso ha sido ej ec u· · alteracion . tado por la casa Cail por los· proyectos presen * tados por los Sres . Huet, j e fe d e inge ni eros, y 1 •• Bas tedt, in ge ni edroddde ppuentesLy ca lzadas a l ser- _ Desociacion del óxido de iridio.-f.:legnn M . lJee aris. a construccion ha brar, si se calienta el óxido de iridi o en un tubo ele vicio e 1a ciu a sido rftpicla: ha durado siete meses , y el pu e nte porcelana, puesto en relacion con una bomba aspirante [ué abierto a l público e n la é po ca que h abí a y un barómetro, se ve que á 822 grados la ten sion del sido prefijada : e l 15 ele Abril. Este puente había oxígeno desprendido es ig ual á 5 milímetros. A 1.003 sido ensay ado precedentemente por medio ele grados, esta tension se eleva á 203 J,D ilímetros . Es ele 700 milímetros á ·1.01 2 grados y de 7.J-9 milí metros una carga que se elevaba á 400 kilog ramos por á 1.0±9. medio cuadrado; su peso es tan solo, por otra El aparato empleado no permitió ll Hrnr el experiparte, 560 tonel a das en su totalida d , á saber : mento mós alU de estas cifra s; pero se ve que á l .000 380 el _tab lero, 33 los cuatro arcones y 147 los grados solamente la tension del oxigeno es muy sut ubos de hierro fundido. Añádase además que perior ::\ l a del oxigeno atmosférico que es de ~ 52mm los gastos se han elevado, en lo que concierne tau sólo; res ul ta, pues, que á esta temperatura el irial puente prnpiamente dicho, á cerca ele 400 .000 dio es tau inox idable al aire como el platino mismo. M. D ebrny observa al comunicar el lincho, (Jn n el francos. óxido ele iridio es sensiblemente vol::\til por el calor. ~

MISCELANEA.

.

*

Física matemática. -En un a de las ültimas sesiones de la Academia ele Ciencias de Paris ha leido lVI. :Maurice L evy nna memoria cuya conclusion es, que si se calienta un cuerpo sin que cambie de volúmen, la pres ion que ejerce en el recinto que· le contiene es rig urosamente proporcioual á la temperatura.

Origen de la atmósfera terrestre.-En la sesion del 23 del pasado de la Academia ele Ciencias ele París, lVI. Sterny, volviendo á ocuparse de la id ea ya sostenida por muchas personas, ha emitido la teoría que el espacio interplan etario está lleno de gases at•*• mosféricos que se aonclensan alrededor de los cliferen- ' Tratamiento del cólera.- El doctor Girault, de ies astros en cantidad proporcional al volúmen de esque ha es'taelo usando el éter en el tratamiento Paris, · tos. El geólogo americano puede explicar así la riqu ede numerosos casos de cólera, seguidos ele curacion, ia ele t\cido carb ónico de ciar tos periodos geológicos como el de la época hullera, y da á este concepto des- se cree autorizado para afirmar la eficacia de es te mear rollos interesantes. No podemos in sistir aquí sobre dicame:ato contra tan terri ble epidemia, segun ha comunicado 11 la Academia de Ciencias de Paris. este trabajo que nos proponemos analizar en provecho ele los lectorns de L.i. N .\.'l.' URALEZA, pero. observaremo que le será bien difícil al autor explicar por qué ciertos astros como la Lun a y los asteroides no preseumCRÓFONO COXSTRUIDO POR ,u, TRoun:, lnn atmó&fera al guu a. La observacion comparativa de las atmósferas de V én us, de Ia Tierra y ele lVIartc, basta para demostrar que su pot encia no es debid a al La fi g ura 1, a djunta, representa el modelo del Yolúmen de los cuerpos qu e entrañan, sino al estado de micrófono ci líndri co construido por 1\II. Tro uvé. desarrollo que l1an alcanzado estos cuerpos. E st e aparato tiene la apal'iencia d e un a pee¡ ue~ ña linterna sorda, cuya bugía está reemp la.zacla * •• por un lápiz ele carbon. Esta clispos ic ion hace Conservacion del pescado por el frío.- U u a l sistema ele un a sensibilidad extrema y da un perimento an::\logo al que h a t enido ta n buen éxito aparato de b olsillo d el c ua l no h ay nada que para las carnes de la P lata acaba de in te ntarse para el t e mer respecto ú la fragrliclacl , es ta nd o e l carpescarlo en :Mal's<'lla, con igual éxito. Un ca rgamento bon enteramente preservad o cuando la puerta ele pescado, embarcado en sitios lej anos y conducido · se h a lla cerrada. durante la travesía á una temperatura de 20 grados tra n sportarlo ú toll as ede pu se que Aclemús bajo cero, h a siclo llev ado al mercado de Marsell a.

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partes sin peligro, se presta á maravilla á todos los experimentos. El reloj puede colocarse debajo ó encima del micrófono, á voluntad. Los insectos se encuentran apris ionados directamente; tambien se entienden todos sus movimientos. Este micrófono, colocado en medio de una habitacion; revela todos los secretos . La voz se transmite admirablemente á un aparato receptor (teléfono ), áun cuando se hable á 25 metros ó más del micrófono.

rededor; la voz, el ruido del paso, un roce cualquiera, que no se oiría directamente. Sucede de otro modo si se le suspende por sus cordones á un tallo cualqU:iera (fig. 2). En estas condiciones, apénas se oye el ruido del , reloj, así como los ruidos de pequeño frote; pero por el contrario, se transmiten sólo las vibraciones sonoras y adquieren una claridad verdaderamente admirable. El timbre de la voz es tan perfecta como en los teléfonos. La Hensibilidad de este aparato está en su máximum cuando ocupa la posicion perpendicular como en la fig. 2; por el contrario se hace de menos en menos insens ible hasta la posicion horizontal. Estos diferentes grados de sensibilidad, se obtienen con la mayor facilidad h aciendo variar la longitud de uno de los hilos de E¡uspension, sin tocar al otro, de modo que se le haga .tomar todas las posiciones de oblicuidad. · Colocado sobre una especie de plancha pe-

Fig. l.

•.

Un reloj colocado en el interior, parece, en el teléfono, hacer esfuerzos inauditos por salir. Como el micrófono de Hughes, acciona por las variaciones de corrientes que resultan· de las

Fig . 5. ·I

Fig. 2.

modificacLones de los puntos de contacto del carbon que parten del circuito eléctrico. Eln el micrófono de M. Trouvé el cilindro sirve de caja de resonancia que concentra todas las vibraciones sobre el cilindro c;le carbon artificial colocado en el centro; de aquí su extrema sensibilidad. Dispuesto como indica la fig. 1, transmitirá Q.O tan sólo el tic-tac del reloj, sino además simultáneamente todos los ruidos producidos al-

queña en forma de cartabon, que se mantenga aplicada por una ligadura clásti_ca en la proximidad del ccirazon ó de los pulmones, revela los ruidos normales ó morbosos que . tienen lugar en estos órganos. La fig. 3 representa un modelo de micrófono de M. Trouvé; el autor ha alcanzado en él una gran sencillez y una marcha en extremo buena. Este micrófono es la más simple oxpresion de un aparato de este género; está compuesto, como se ve, de un pié con tallo que sostiene un . disco que con el pié mantiene perpendicularmente un lápiz de carbon artificial. El disco puede girar alrededor del tallo para permitir la regulacion, dando todas las oblicuidades al lápiz del carbon.

PROPIETARIOS !}ERENTES: PEROJO _HERMANOS.

MADRID.-Tipografla Estereotipia PEROJO,


Núm. 46.-12 Octubre 1878.

LA NATURALEZA

EL ECLIPSE TOTAL DE SOL DE L

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DE J ULIO DE

1878

OBSERVADO EN GEORGETOWN (CO LORAD O) .

·.A. las once y cuarenta y cinco minutos de la tarde del dia-·cl el eclipse, me halfaba en camino con muchos

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sabios para el paso del rio Argentino ó de la Serpieu te, ti 14 kilómetros de la Sierra Madre, á 13.156 piés sob1:e el nivel del mar. Este puesto el e observacion había sido escogid o por dos razones: primero, por su altura, l uégo por el maraYilloso panorama de que allí se goza;~al Oeste y al Sur se perciben las grandes cacle-

El eclipse total del 29 de Julio de 18i8 .-Dibujo tomado del natural por l'li r. St-Geo rge Stanley en el paso del rid ele la Serpiente. (Co lorado, Estados-Unidos.)

nas ele las montañas de Saguache, del Escal-ante y de i:langre de Cristo; la línea continua de la Sierra 1\1:a· ll rc al Norte, y al Noroeste las ll an uras del E ste, foru1a.ndo un inmenso abanico. 2. 0

SEMESTnE.

Desde que nuestra cabalgata atravesó las bellás llanuras ele Leaverrworth Oreek, y descansó durante al · g nuos instantes en J estice's cabin, establecimiento fondado en un claro de una extensa y espesa selva., 20


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partimos para el paraje, en el cual observamos el hecho á las dos de la tarde. Mr. Matthews, ya residente en Nueva-York, se encargó ele consultar el cronómetro, Mr. Scbwars, ele la escuela tecnológica ele Massaclrnsetts y Mr. Bmnet, ele Cincinnati, tomaron por su cuenta la delicada mision ele anunciar el momento del eclips·e total; en cuanto á mis funciones, el dibujo que acompaña mi carta las hace conocer lo suficiente. (Véase el grabado.) Algunos minutos ántes del primer contacto, una luz anaranjada muy singular fué observada en la atmósfera; se cambió en el momento del contacto en un color gri):l ele acero y ele lilas; y cuando el cuerpo oscurececlor avanzó lenta, pero progresivamente, esta luz extraña se acentuó nuís, haciéndose ele un color pürpura subido en las sombras ele las rocas ele Gray's Peak, á una milla (1.609 mett'os) ó poco ménos, más allá del cul-cle-sac ele las fuentes del rio ele la Serpiente. El momento del primer contacto fué anunciado á las dos horas, diez y nueve minutos y cuarenta y cinco segundos, y el clisco del sol se oscureció en sus tres cuartos á las tres horas, nueve minuto y cuarenta y cinco segundos. A las tres y doce minutos, el gran orbe se parecía al principio del primer creciente ele la luna, y la maravillosa luz que se extendía sobre todo el paisaje no se parecía ni ,i la del sol, ni á la ele la luna, ni :i la del alba, ni :i la del crepl}sculo; sería imposible describirla siu emplear la expresion ele lilas ele un tinte particular. En este instante notamos la gran sombra que se cernía sobre nosotros y que venía del Noroeste. La nube lejana que ornaba el horizonte al Nordeste y al Sur-oeste, tomó el tinte amarillento comun que precede inmecliatamente á la salida del sol. Long's Peak al Norte y Monte-Santa-Cruz al Noroeste, cayerou primero bajo este velo solemne, luégo Gray's Peak, y un segundo más tarde, el sol, clespues ele haber Incido brillantemente, se extiuguió, dejándonos en la oscuridad. El eclipse total empezó á las tres horas, ninticinco minutos y cinco segundos. :F'né una escena de trna belleza sorprendente; Pike's Peal~, bastante léjos ele posotros hácia el Sur, permanecía aún iluminado por el sol, mostrando vagamente sus contornos teñidos ele rosa, mieDtras que el horizonte, color ele ocre un momento ,íntes, estaba entónces ele un color rnjo, ó rnsa y lilas rojas. Un segundo ó dos clespues, el monte Evaus, Pikc's Peak y toda la cadena del Sur nos acompañaban en la oscmiclacl. Procion y V éuus se mostraban al Oeste y al Noroeste. El tahalí de Ol'ion brillrtba en el Suroestej Castor y Pollux, en el Este; Mercurio y Régulo' al Suroeste del sol, mié11tras que la Corona brillaba al borde ele la luna con una lu,1 pálida y nebulosa; el cielo, en el cenit y en las cercanías tomaba un tinte azul que ningun mortal sab ría describir. Estábamos en la 'cumbre del ArgeDtino, es decir, en el punto más elevado ele la América del "orte, y lo que aumentaba áun más á nuestros ojos el precio ele la posiciou que ocupábamos, era que m,ís allá ele las lineas marginales ele la gran sombra, nuestros ojos clescubrían colores ele tal modo asombrosos que nos pagaban am-

pliamente todas las fatigas ele uuesLra excursion. Despues del espacio de dos minutos cuarenta y cuatro ó cuarenta y cinco segundos, el sol reapareció en la formrt ele un rayo ele luz brillante, y vimos aparecer sobre el sol el extraño tinte anaranjado que habíamos notado ántes. A medida que los graneles picos salían ele la oscuri~acl, hácia el Sm, tenían el aspecto ele gigantescos fantasmas; la luz repartida en la atmósfera, hacía que se creyera verlos diez veces m~ís lejanos ele lo que estaban en realidad. Cuando el eclipse total, la brisa que soplaba sobre la altura en que nos hallabamos, se hizo ele tal modo fria _que experimentamos uu verdadero sufrimiento; así es que la reaparicion del sol fué saludada por un transporte ele júbilo. ro atendimos al líltimo contacto ele la luna y del :ol, porque algunas personas ele nuestra compañía, principalme1;1te las señoras, estaban ateridas ele frio, y se juzgó prudente una retirada :í. Jestice's Cabiu Nuestra caravana volvió hechizada y embelesada por lo que había visto. L a época ele las lluvias se había. acabado hacía tiempo y nos había concedido esa ocasion, con gran placer ele los numernsos aficionados á la ciencia, que habían venido ele nuestro Estado. En cuaL1to á lo que conci'erne á las protuberancias, debemos decir que desde nuestro puesto no descubrimos ninguna (1) .

ST.

GEORGE S1'ANLEY.

LAS CIENCIAS AN '.l.'ROPOLÓGICAS EN LA EXPO 'ICION UNIVERSA.L.

(Contin n acion .-Véase página 269, número 40.)

Hemos hecho conocer en un artículo preceden le, al mismo tiempo que las diversas supersticiones relacionadas en todos tiempos con las armas primitivas del hombre, lo que han siclo estas primeras, é hicimos comprender, al ménos as í lo creemos, cuáles son las razones que permiten atribuir con certeza al hombre los pe• dernales hallados en el terreno terciario de 'I'henay por el abate Bourgeois. Si fuera necesaria aún una prueba para ad· q uirir la conviccion sobre el carácter ele estos ute n si lios, se la hallará en el estante inmediato, que muestra la misma obra ejecutada por el instrumento. M,. Hame ha encontrado en el Cantal, en una capa de mioceno medio, capa terciaria por consiguiente, pedernales que recuerdan los que e1 abate Bourgeois ha hallado en Thenay, y al lado ele estos pedernales ha encontrado enormes costillas de animales contemporáneos, que lle• ( 1)

Tomado ele The llarpe1·'s ·Wechly de i'i ueva-York.


LA NATURALEZA van huellas no dudosas de encogimientos hechos vol untariamente, cuando los huesos estaban frescos . Además que los caractéres, la forma de las incisiones, la presencia de tareas sucesivas en su longitud, indican una m a no ya inteligente, mosteándonos el sitio de estos encogimientos, cual era el fin que se proponía obtener el ope rador. · A un h oy los habitantes salvajes de la Tierra del l<uego, cuando su buena suerte conduce á su costa inhospitalaria algun cadáver de ballena, se precipitan sobre él y entran voluntariamente en su interior, armados de objetos cual quiera de piedra que les sirven para raspar y arrancar las carnes; cuando su 11ambre está saciada, vuelven á tomar las costillas del animal, las desgastan al nivel de los puntos en que se insertan los tendo nes_musculares, con el fin de arrancar estos tendones que se ostentan fácilmente en un manojo de fibras , de las cuales cada una, atada á la punta de la otra, hará el hilo que sirve para atar las diversas, y por otra parte poco numerosas, partes del vestimento, así como los pocos objetos de adorno y las armas. La existencia de encog imientos que es facil ' observar en las costil las halladas porM . Rame, nos enseña, pues, que el hombre terciado obraba lo mismo y con el mismo fin. Si el hombre terciario ha podido ser discutido durante cierto tiempo, el hombre cuatet·nario no lo ha siclo mé nos; el nombre de Boncher ele Per thes perman ecerá unido al hombre cuaternario, como el del abate Bourgeois, lo está al lrnmbre terciario. Por consiguiente, aquí no se trata solamente de \nstrumentos aún grnseros, por más que lleven el sello de una mano humana; se trata de obras m:is indiscu Libles aún, realizadas por estos instrumentos; se trata, en fin, de ·1as mismas osam entas del obrero, formando el todo hoy u n conjunto absolutamente cor-npleto. A medida que nos elevamos en la supersposi cion de los tereenos , dejando la época terciaria, llegamos á la época cuaternaria, cuyos períodos todos se presentan su cesivamente á los ojos del visitador e n los estantes del mu elle de Billy. Numerosas y r icas col ecciones muestran sucesivame nte los pedemales tall ados en estas d iversas épocas sucesivas: á med ida que se avanza en la época cuaternariaT á medida que se llega ~1 las capas ménos lejanas de nosotros, vemos modificarse poco á poco el tallado, en virtud de esa ley de progreso continuo, que se declara tan in·onlo como el hombre taHa su segundo pedernal , eles pues ele h aber bosquejado el primero.

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Ca da una ele estas formas ha recibido de los clasificadores el nombre ele la estacion típica donde se han encontrado los mejores y primeros ejemplares de cada forma. Así es qµe, por una gradac ion sucesiva, se ve el hacha de Saint-A cheuil suceder al primer utensilio de la época terciada; al hacha ele Saint-Acheuil s uceder el tipo de Mousti er s, á éste el de la Maclaleine, en fi n el de Salutre; entónces el arma es perfecta, el tallado ha adquirido una finura y una perfeceion notables; no se hará nunca mejor , n i aun en los be1los tiempos de la piedra p u lida. Pero durante estos largos, larguísimos perío dos que la civilizacion ha recorrido en nuestros paíse:,, se han realizado grandes cambios en el cli ma y en el terreno. Esta es una de las prnebas más indiscutibles de la long itud incalc ulable de los tiempos que h an trnnscurrido miéntrns la humanidad ha realizado lo que ll amamos sus primeros pasos. Los geólogos están todos acordes hoy en admitir que , excepto algunos fenómenos volcánicos, excepto algunos accidentes locales, corno la ruptuea de los bordes de u n lago, por ejemplo , no ha h,abido nunca cataclismos súbitos. - Sin duda grandes extensiones de tierra, hoy cultivadas y habitadas, han estado ya bajo el agua, y esto muchas veces; es decir, que despues de haber estado cubiertas por el agua, han surgido fértiles de entre ella; han vuelto á desparecer y aparecer fértiles, y así sucesivamente. Sin duda la superficie de la tierra ha cambiado á men udo de aspecto; perp esto ha ocurrido siempre insensiblemente, poco á poco, sin que sea posible det erminar el momento de ese cambio, lo mismo que no es posible percibir el movimiento del minutero ele un reloj; al cabo de una hol'a vernos que ]a aguja ha g irado, pero no hemos_visto el movimiento. · Tal lado está hoy y desde hace sig-los en vía de elevacion; tal 0tt·o se baja; el mar gana ó se ·retira, y esto sucede siempre, todos los dias y á cada minuto; dos cartas geográficas hechas á mu chos siglos de distancia, pu ede n demostrar á veces la extension del cambio; pero ninguna persona se h ab rá fij ado en ese intervalo ele tiempo en este hecho . Esto bastará para dar una idea del tiempo que ha sido necesario para que se produzcan modificaciones tan enormes como aquellas de las cuales tenemos pruebas que pueden producirse . Entónces, como durante la época cuaternaria, la temperatura era tropical; en la época terciaria empezó á disminuir: se han invocado


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LA NATURALEZA

muchas razones para explicar esta disminucion elevada del Mediodía, se transformara en un de la tempeeatura, y se ha supuesto turno por Mediterráneo africano, y la tempera tura de la Euturno una modificacion en el eje ele rotacion ropa meridion al bajaría enorrnemente; las conde la tierra, un amortiguamiento en la influen- diciones de humedad ó sequedad varían igualcia solar, etc ... , causas que aunque pueden ser mente, modificand o tambien la temperatura. El v iento del complejas, son Este de la época probab lem ente cuaternaria, en bastante más simlugar de llegar á ples. esta region, como La temperatura sucede hoy, deseele un sitio depencado por su paso de de su situacion toda la E u ropa por en latitud y longipasacontinental, tud: esta situacion de encima por ba es invariable; peun marque cubría ro si la temperagran parte de la tura de un punto Rusia actual hasdel globo no prota el mar Caspio. ceLle de otro"s facLlegaba cargado tores que los dos por completo ele que acabamos cie hum edad y frio . en u nc ·iar, será L a humedad y siempre fácil , el frio, hé aquí siendo dados estos precisamente las dos puntos detercondiciones de la minantes ele un formacion de la sitio , calc.ular s u que· fornieve, temperatura. Esto sobre las mándose es lo que no suy consmontañas cede. t ituyendo entónLa altura del nices esos inmensos vel del mar cam ventisqueros de bia, por efecto del los Alpes, que llehundimiento ó de gaban hasta Lyon la clevacion de las y los de una parte tierras; ó con la de la Auvernia. alLura, la tempe ratura varía. bas Así, por un a tante para que un modi ficaci on graviaje en altura s odua l en la conflbre los fl a ncos ele g uracion respectiva de las tierras y una montaña h amares, la tempera· ga pasar sucesivaFig . J - Xü meros 1, 2, 3, 5, ejempla res ele 19. co leccion Masséna. et. Bur del coleccion 4, Núm. ha ido deseen· tura mente por todos 5 sin cesar. cliendo su con los climas, Ta.mbien las series de vegetales cuyas hueflora y á veces su fauna, y equ ivale á un desarll as se han hallado, se hicieron de más en más rollo en altura . El clima de un punlo es tá, por otra pal'Le, so - boreales y de ménos e n ménos tropicales; los m etido á la config uracion de las partes de la s u- ani m ales ofeccen el mismo espectáculo. Expresándonos de otro modo, hácia el Mediodía es perficie terrestre q ue le rodean . Los vientos no tienen la misma temperatura, adonde descen.clieron la fa una y la flora terciaseg un que vengan de recorrer una vasta exten - rias; y ántes de descender h ácia el Mediodía, sion d e ag ua ó de pasar sobre un gran conti- descendieron al ménos en altitud hác ia los punn ente. "Que la superficie árida del desierto ele tos ménos frios. Del· Norte desce ndieron una Sahara, á la q ue debemos hoy la temperatura nueva fauna y una nueva flora, habitando pri-


LA NATURALEZA mero en las altitudes elevadas, y descendiendo á medida que la temperatura bajaba.

Llegamos á la época de los rinocerontes de narices tabicadas , del mammouth de piel gruesa, del Ce1·vus mega.cerus, de la época del reno , ' epocas que se suceden durante la larga serie del primer período glacial. · o podemos seguir al hombre en sus diversas etapas; no podemos sino limitarnos á decir que su cráneo era entón9es alargado (dolicocéfalo ), sus tibias eran aplanadas, sus peronés acanalados, caractéres que no existen en las razas humanas actuales.

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Las excavaciones realizadas por l\I. l\fasséna en Laugeria, en la Dordonia, nos dan una idea exacta de su género de vida. La vitrina plana, que está consagrada á la coleccion Masséna, muestra g ran número de punzones, de agujas de hueso de reno que servían P~1:ª coser'. al hombre de aquellos tiempos; dientes camnos de diferentes animales , ensartados en rosarios y dispuestos en collar, lu cían alrededor de su cuello; con los dientes se h all ab~n á veces n:ie,zcl,adas conchas marinas (fig. 1, num. 5¡ que 1ria a buscar quizá él mismo á las orillas del gol fo de Gascuña, y que eran, de mano

Fig . 2.-Ejemplares de la coleccion )lasséna y del ;\luseo de Burd< o ,.

en mano, objeto de un comercio de cambio. Los huesos de los piés del reno, huesos huecos en su interior, se convertían en virtud de dos agujeros que horadaban en sus paredes , en silbatos con los cuales pueden nuestros labios hacer vibrar el aire aún y recordar así el ruido que hacían los cazadores cuando se llamaban en las espesas selvas (fig. 1, núm. 2). En estas cazas perseguían las piezas lanzándolas arpones hechos de un hueso de reno harbado simétricamente en ambos lados. Pero la caza no era el único medio de subsistencia; la pesca, entónces productiva, había

hecho crear toda una serie de instrumentos especiales. El plácido pescador de caña, este extático contemplador que "sabe que siendo dado el número de peces que habitan en un rio, hay una fórmula que fija el número de peces que pican vor hora, no había sido inventado aún; entónces no se cogía sino el pez que se había visto, se le había apuntado y se le había herido con el arpon. Ahora bien, el arpo n la nz ado di rectamente sobre el pez, presenta el inconven · :mte que, desviado por la densidad del agua, s uperior á la del aire, hacía que consiguiera m .'.s pesca el


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LA NATURALEZA

más diestro en la puntería.-Nuestros antecesores de la edad del reno, lo h abían previsto todo: un arpon barbado en un solo lado ó desigualmente barbado en ambos lados debía evidentemente desviarse de la línea r ecta-hé aquí al a rpon de pesca que desviado por su forma en sentido inverso de la desviacion producida por el agua, sorprendía precisamente el pez: la· desigualdad entre el núm ero de barbas de cada lado, ó la ausencia de barbas en todo un lado estaba n adaptadas á la pesca en la superficie y en la profundidad.-¡Cuantas observaciones nos prueban esta simple modiflcacion del arpan! ¡Qué empirismo, s i quereis! Los esquimales no hacen otra cosa hoy. Los pueblos del extremo Norte nos dan, por otra parte, un a idea bastante exacta de lo que eran estos hombres de la Dordonia, que vivían del reno que suministraba á la vez la caballería y el animal de carnicería, sin duda la · leche, y cuya piel se rvía más tarde de vestidu ra, al mismo tiempo que los huesos eran la materia primera de toda industria. ¡Hemos dicho la industeia y el arte! El arte existía ya.-En otros términos, la caza ern bastante abundante; las tribus vecinas eran bastante amigas para que asegurada la mesa (? ), el hogar doméstico en calma, el hombre cuaternario tuviera tiempo para el ocio . Su cerebro era ya bastante complicado para que estos ocios los dedicase á sentir, á comprender y á reproducir el cuadro que le presentaba la n aturaleza am biente. acieron el dibujo y la escultura: sobre un hueso de reno que acaban de raspar, despues de comer , un pedernal aguzado traza lineas ya firmes, que represenlan el reno: el buril escava despuesyapareceel semi-relieve. Elnúm.1 (figura 2), representa un reno con su potente _cornamenta;-debajo un pequeño cervatillo (fig. 2, núm. 2) ha sido dibujado del natural. La verdadera escultura aparece, y una cabeza de jabalí nos da á la vez una idea de los a ni males que h ab itaban las sel vas y del talento de observa.cion ele estos salvajes ya desbastados. ¿Por qué detenerse en la naturaleza ambiente? ¿por qué no representarse á s í rn.ismo?-El dibujo bastante rudimentario, grabado en un canto rodado (fig. 2 , núm . 3), puede pasar por un bosquejo sencillo, pero informe· el habitante de Laugeria. ha trabajado mejor por otra parte-un hueso de reno, e n la vitrina de M. Massena, representa un hombre de larga barba, pintorreteado como los salvajes actuales, segun puede juzgarse por las lín eas que se cruzan so -

bre su cuerpo, y pers ig uiendo un soberbio atlro chs. El a urochs ha desaparecido luégo de nuestros países, pero a ún se encuentea en la Dordonia m ás ele un hombre con el cuerpo pinta do. La coquetería no se revelaba s ino por el pintado del cuerpo, y es verosímil que, como entre los salvajes actuales, la costilla que reproducimos (fig. 1, núm. 1) sobre la cual están g raba das lín eas que representan un vegetal, se pasara entrn los cabell us e nsortijados de un hombre. Este era, pues, un pueblo artista despues ele todo, y es sensible que esta poblacion cazadora y pescadora de la Dordonia, co n su crá neo dolicocéfalo, que encerraba un a masa cerebral bastante co nsiderable , haya desaparecido s in embargo. Y ya esle g ra n h echo aparece en la aurora de la humanidad; el arte suplantado siempre por la inclustria . Se ve venir una invasion de hombres pequeños, de cabellos negros, sin duda, de cabeza de corte horizontal seguramente redondo (braquiocéfalo ). Adíos, arLe; ellos se aerojan sobre estos bellos. valles; exterminan los hombres y se apoderan ele las mujeres; no les hableis de arte. Parecen iconoclastas ; no los vereis hacer dibujo alguno . Pero traen consigo un arma incomparable, la piecfra pulimentada . Traen consigo hábitos sede ntarios . Son agri cultores; esto es, el nacimiento de la verdadera civ il izacion. -Pero ha desaparecido toda tentativa de arte ornamental, los artistas realistas de la piedra tallada duraron aún a lgun tiempo; su reinado h a concluido; el ideal ele la nueva poblacion braquiocéfala que acaba ele invadir estas regiones, será marcar los sitios memorables, las fe chas importantes, y más tarde las tumbas, con gruesas piedras que hallamos aún en pié. Estas piedras no tienen sino un mérito; son enormes; han siclo necesarios medios potentes y brazos numerosos, para remover estas mo les gigantescas. Las construcciones llamadas megalíticas empiezan . ¿De dónde viene este puehlo, ó de dónde viene la doctrina metafísica que ele seguida hizo elevar las construcciones megalíticas del Oriente?-Estas construcciones, dolmenes, menhires, cubrían ele Este á Oeste parle de Europa, de Inglaterra, de Francia; se les vuelve á hallar en España, en Portugal y en :Marruecos. El uso de los dolmenes pasa el estrecho de Gi braltar y llega á Marruecos con estos rubios europeos, cuyos hijos, confundidos hoy con losantig uos Libios, so n aün rubios y son designados por el nombre de habila.s rubias cle l A urés.


LA NATURALEZA La piedra pulicla coincide por otra parte con una disminucion notable de la temperatura; los venti squeros han retrocedido, el reno se ha refugiado hácia el :\"orte, quizá seguido por parte ele la poblacion dolicocéfala convertida en intransigente ante el hacha pulida como ante el calor. En el Norte ele la Escandinavia hallamos hoy el reno y un arte de dibujo en astas de ciervo ó en hueso, que recuerda algo el de los antig uos habitantes de las riberas de la Dordonia. Una vez la nz ada en la vía del progreso, la humanidad no se detiene más; una vez conocida la vía que conduce del Oriente á nuesteo país, no se olvidará más, y poco á poco por infiltracion, en un principio, nos llega el bronce. Este bronce nos aparece en un principio mezclado con los huesos, con los dientes, con las conchas para formar collares; aparece bajo la forma de pequeñas bolas sin arte,-diríamos voluntarios de buge1·ias de bronce.-Toclo muesLea en efecto que los hombres de nuestros países ele la piedra pulida recibieron primero con satisfaccion estas pequeñas bolas ele bronce sin valor alguno, ele manos de una poblacion más avanzada, con poca diferencia lo mismo que los polinesios recibían de nosotros los avalorios tradicionales. Pero poco á poco este comercio abusivo de parte ele los propietarios del bronce debía cesar. -N uesteos occidentales se hicieron más exigentes, les hacía falta m•á s bronce; les hacía falta en fin bronce útil. Entónces es cuando en las épocas -lacustres, que áun se conservan gracias á las excavaciones del Sr. Conde ele Beauregard en el Bourget, exploraciones cuyos objetos llenan varios escaparates en la Exposicion, aparecen los cuchillos de bronce y esos magníficos tubos de la misma sustancia, guarnecidos de ani!Ios movibles (fig. 'l, núm. L1 ) que tanto aclaran el orígen ele aquel metal artificial. ( S e continuará.)

PAl SAJES DE LA ISLA DE JERSEY. LA COSTL~ DE LEOQ.

La isla de Jersey es la mayor y la más meridional de las islas situadas en la bahía del Mont Saint-Michel, enfrente de la Normandía y de la Bretaña; y más cerca ele la primera, no estando en ciertos puntos sino á unas seis leguas. Está

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situada á los 49°,'10' orte, y á los 29°,20' Oeste del meridiano de Lóndres; se encuentra á cuatro leguas de Sercq, á siete de Guernesey, á seis de Aurigny, á 28 de vVeymouth, á 40 de Southampton y de Plymouth, á ocho de Granville, y á unas 10 de Saint-Maló. Su forma es la de un paralelogramo irregular. La mayor longitud de la isla, ele Sudeste á Nordeste es ele cuatro leguas; y su anchura varía de una legua y media á dos y media próximamente. Del lado septentrional, donde es casi inaccesible en muchos sitios, se inclina suavemente, hasta que en el lado meridional está casi al nivel del mú. Centenares de riachuelos corren de Norte á Sur, fertilizando los · campos por donde pasan y haciendo mover numerosos molinos de agua. Su pendiente meridional da libre acceso al calor y á la luz del ·sol. Su superficie es muy irregular; de un lado hay colinas elevadas, de oteos valles deliciosos. Del lado Norte, es, por decirlo así, una colina entera. Al Sur, al Sudoeste y Sudeste, hay cañadas fértiles, que se extienden á medida que se aproximan á la costa, y terminan en praderas llanas. La isla es rica en sobel'bias bahías y en rocas majestuosas. Al Norte se encuentran las bahías de Rozel, de Bouley y ele Lecq; al Este la de Saint-Ouen; al Sur las de Saint-Brelade, ele Saint-Aubin y . de Saint-Clement, y al Este las ele Gronville y de Sainte-Catherine . Las rocas, á partir ele Montorgueil al Este, siguen toda la costa Norte has~ ta Grosnez, de aquí hasta el Etacq y la Corbiere al Oeste, ::;e dirigen hácia el Oeste hasta Noirmont, desde donde reculan hácia el interior al Sur, avanzando de retorno hasta el monte Patihulaire, debajo del cual se halla la ciudad de Saint-Helier, situada en un plano arenoso. Del otro lado se halla la roca sobre la cual esta construfclo el fuerte Régent, y que se extiende hasta el Havre-cles-Pas, donde se termina este dique natural, presentando la costa desde este sitio á Montorguei l una superficie plana y unida. Entre estos dos puntos se extiende á lo léjos en el mar, el cabo de la Rocque, que separa la bahía de Saint-Clement al Sur, de.la bahía de Gronville al Este. Cerca de una legua de la ribera Norte y Nordeste, se encuentran las rocas Paternosters, Derouilles y Ecrehos. Más léjos los Minquiers y más léjos aún, la isla de Chausey. Como ésta, la isla está rodeada de rocas peligrosas, tanto por debajo como por encima de la superficie del mar, for mando barreras formidables, no tan sólo por sí ' mismas, sino á causa ele las corrientes rápidas


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L A NATURAL EZA

que crecen aquí y allí, desviando el curso ordinario de las mareas. La riqueza de verdura y el cuidado de las obras de los caminos, son la admiracion del viajero. E l grabado adjunto (ílg. 1j muestl'a un camino público de Jersey; podría tomarse por la avenida de un parque elegante. La isla está rodeada de rocas magníílcas , de las cuales representa mos una de las más célebres, conocida por el nombre de costa ele L ecq (ílgura 2).

La costa de Lecq, que es una ensenada de la gran bahía situada entre las puntas de Sorel y de Bondez al Este y la punta de Plemart al Oeste. Entre esta ensenada y la punta de Sorel hay cavemas, cascadas, y el Hueco de Caracol 6 el Hueco Terrible. Mas cerca de la pu nta Sorel esta la cascada de los Iuriers, la más elevada de la isla tiene siempre sesenta piés y á veces tiene ochenta. Cerca de ella hay un molino de papel, el único, segun creemos que existe en el pa.ís. E l Hueco Terrible es un vasto abis mo en

Fig . 1.-U n ca mino público en J ersey {Saint-John's) . T omado de una fotog raíia.

forma de embudo, formado como si el techo de una gran caverna se hubiese hundido, cuya causa parece la más probable . Se puede, por una excelente vereda, pasar casi aleededor de tres de sus lados; el único siLio desde donde se puede ver fácilmente su profundidad es el Este , allí donde la colina en que se ha practicado la vereda se eleva bastante por encima de la misma. · Debajo 1-Íay una caverna que comunica el Hue.9-°1Terrible con el mar que bate en este vastor abismo. , En la extremidad de la vereda, en ilre las rocas, hay una pequeña caverna 6 más bien una excavacion, en la cual en ciertas épo-

cas, se precipitan las olas y producen un ruido semejante al que hace un cañon lejano; la espu ma se eleva á una altura de treinta piés; esto se produce principalmente cuando el viento viene del Norte. Si se desciende y se atraviesan las rocas, para pasar á una pequeña playa, ·se halla una profunda fisura que tiene frente á frente una roca solitaria desde la cual puede observarse este precipicio . Los aficionados deben tomar precauciones necesarias ántes de intentar explorar estos abismos y estas cavernas. Antes de descender deben informarse si la mar se retira, pues


LA NATURALEZA si subiera podría cortarles el camino y poner fin para siempre á sus investigaciones terrestres. La costa de Lecq es un sitio precioso; «este no es» dice M. Inglis, y con razon, «una bahía, si no un ancon: y segun creo precisa la significacion de esta palabra, significacion que yo le daba cuando leyendo las obras de los antiguos viajeros, leía que los bajeles habían fondeado en un · ancon profundo y abrigado en cualquier isla inhabitada para buscar agua. Tal es la costa de Lecq, á la cual se llega por un estrecho y pro-

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fundo valle de un aspecto salvaje, pero magnífico, costa engastada en rocas cortadas á pico y que ofrece en su forma, situacion y aspecto general, la pintura de una ensenada en uria isla solitaria. Aquí tambien el mar ha formado excavaciones en las rocas, y aquí por las tardes de verano, cuando el sol inunda el estrecho valle con sus rayos de fuego, dora las grandes hojas del helecho y esos viejos robles que abigarran las colinas; y cuando todo está tranquilo y no se oye .sino el ruido de la ola espirante,

Fig . 2.-Ruca~ de la costa de Lecq en J ersey. (Tomado de un :i fotogra fía).

se complace uno al pensar que ninguna de las islas de los mares remotos no ofrece una escena más dulce . ii Una torre se eleva en medio de las arenas que conducen á la orilla y parece asombrarse «de hallarse allí » miéntras que debajo de ella hay un riachuelo de agua fresca, que va á suministrar su contingente al mar. La orilla está guarnecida de rocas por dos lados, en cuyos huecos las plantas marinas y los zoofitos parecen querer proporcionar una diversion infinita á los aficionados á pic-nics que se ven á menudo errantes á la ventura y gozar en medio de estas masas rocosas. Las cuevas á que hace

alusion M. Inglis, estan situadas al Este y al Oeste de la bahía . Al Este una estrecha perforacion que ·no es de gran altura se extiende en una long itud de cerca de 100 piés. Este paso subterráneo se hace difícil y desagradable por los pedazos de roca arrancados por las olas y que la constante accion de las aguas ha redondeado y llevado á esa abertura. Pasando de este túnel á otro ancon, se elevan ante el espectador rocas de una forma piram~dal que presentan una apariencia asombrosa y singular. En el centro de la que está situada más cerca de la costa, las olas han forzado un paso y han for-


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LA NA 1'URALEZA

mado una alta y estrecha abertura que t iene la apariencia de un arco gótico. La del Oeste está bajo una colina que avanza rápidamente hácia la bah ía, hasta esta, donde term ina bruscamente por un precipicio . E l acercarse á lo largo de la costa está impedido por una cadena interrumpida de rocas; pero siguiendo las sinuosidades de una estrecha vereda que tiene la colina, á la extremidad ele la pendiente brusca, se llega á una cadena ele rocas que conduce á ese sitio. El abismo se ll ena de agua á medida que el mar sube; pero queda en seco cuando el reflujo está á su mitad. La cima t iene una abertur<!, de cerca de veinte p iés de alto; pero que se estrecha á medida que se hace más profunda. La caverna á: partir desde su entrada, toma un grado considerable de elevacion y penetra horizontal- · mente· á una profundidad ele cincuenta ó sesenta piés. Cuando los rayos del sol se deslizan en esta sombría excavacion ele la naturaleza y reparten su luz sobre su cubierta de arena, los sombríos tintes de las costas y del techo toman un aspecto más dulce. Cuando el espectador se encuentra en la mayor prnfundidad y mira hácia el exterior al estar la caverna asi il uminada, el golpe de vista recuerda el techo interior de una iglesia formada por altas bóvedas.

LA GEOLOGÍA RUSA EN LA EXPOSICION. Bntee las exposiciones geológicas tan numerosas del Campo de Marte y del Trocaclero, los envíos de. Rusia ocupan un rango particularmente distinguido. Las dos grandes cadenas ele montañas ele los Ura les y del Altai, ele las cuales las montañas Nertchinsk forman como su prolongacion, deben colocarse entre los depósitos metalíferos más ricos del globo. En ellos se explota con ab undancia el oro, el platino, la plata, el cobre, el plomo y el hierro a l mismo tiempo que los minerales pétreos muy numerosos, entre los cuales figuran las gemmas más preciosas. El oro, que los al uviones tan ricos del Ural puede dejar de producir, parece inagotable en las arenas cuaternarias de la Siberia, y los descubrimientos ele nuevos placeres se suceden sin cesar. Señalaremos los numeras ele ejemplares que comprenden muchas pepitas venidas de Berzowska. E l eles.arrollo extremadamente rápido ele la explotacion ele los yacimientos de oro en Rusia, resalta en el cuadro s ig uiente, tomado de documentos oficiales:

. ......

~

....

--

...

Can ti dad ele arenas

.A.iíos.

N tlmero clo explotaciones.

y de mineral lavado

1867 1868 1869 1870 1871 1872 1873 1874 1875 1876

878 993 JJ2D l.208 978 l.055 1.0] 8 l.03f5 J .092 1.]30

968.423.325 l.l 77 .288.24.4 l.054.570.392 983.475.095 1.081.518.42-1l.044.027.:j85 954.648.764!)37.678.045 J .007.293.492 1.022.543.362

en ponucls (1).

En el año 1876 el peso de oro obtenido fué ele 2.05 11 pounds 3 libras, 63 zoloniks y 36 granos, lo que h ace cerca de 34. 000 k ilogramos. Debe atenderse a que la prod uccion del oro aumenta aún más este año, pues los benel1cios de los concesionarios les excitaron á aumentar el círculo de los trabajos de las minas, cosa que en Siberia, por ejemplo, no es posible sino procurándose obreros y provisiones en tiempo oportuno. El platino alimenta en el Ural un filon importante y cuyo estudio arroja g ran luz sobre los productos más fundamentales de la geología ge neral. Alu dimos entre otras á las investigaciones ele M. Daubrel sobro el orígen de_l platino magnotipu lar y de las rocas magnéticas á · que está asociado. En 1876, que es el último año sobre el que tenemos elatos oficiales, hasta el pres ente, la cantidad ele arena platinífera lavada se elevó á 10.370.100 pounds yel peso del platino extraído á 15.747 kilog ramos . .Todo induce á creer que la p lata debe hallarse en gran cantidad en las cañadas del Al tai y de Nertohinsk, apénas visitados hasta ahora sino por muy raros exploradores y cuya constitucion geológica es del todo comparable á la de las localidades actualmente ·explotadas. Sucede lo mi smo respecto al plomo, ese fiel compañero ele la plata. El Ural y el Altais, el Cáucaso, la Finlandia y las estepas de los Kirghizes presentan incomparables yacimientos de cobro. Una gigantesca pepita expuesta en .la seccion rusa y que proviene de las minas Popoff deja bien por detrns lo más bello que ha producido el Lago Superior. En cuanto al h ierro, lo que conocemos en el Ural bastaría para una procluccion sin límites; pero se recoge en otras muchas localidades corno en ciertas partes del Altai, en el territorio de Mertchinsk, en muchos gobiernos del centro y del mediodía del Imperio, en el reino ele Polonia, en la Finlandia, etc. ( 1)

U n pourld vale 16k,38,

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LA NA'l'URALEZA Las minas de zinc de Polonia son quizá las más ricas que se han visto y los ejemplares expuestos encierran hasta un 42 por 100 de zinc. E l estaño, el cobalto, el níkel son producidos en abundancia por muchas fábricas. Un estante situado en el centro de la exposicion rusa es s uficiente para dar una alta idea ele las producciones en piedras finas de los Urales, del Altai y de Nertchinsk. Se notan principal mente un enorme topacio azul, comparable al que se admira en la coleccion del Museo de París y que viene del rio Bergowska. Hay tambien esmeraldas y corindons de toda belleza. Como sustancia mineral de primera importancia, que es necesario señalar especialmente, falta citar los pedazos de sal gemma, los frascos de petróleo á menudo bastante más puro que el petróleo americano, enormes ejemplares ele hulla, ele grafito, de azufre, de hierro cróm ico. Éstas riquezas, de las cuales muchas son apénas conocidas hoy, ponen la Rusia en primer rango en tre los países más ricos en peoductos minerales. Es necesario reconocer que esta inmensa regio n no ha producido aún sino una parte bien pequeña ele lo que podrá producir, y las razones so n fáciles de comprender, como lo demuestra el ingeniero de minas Sr. C. Skalkovsky, en un excelente folleto que tenemos á la vista: «La industria metalúrg ica ele Rusia está aún léjos, dice, de poder satisfacer todas sus necesidades. De todos modos, ese estado ele cosas no es sino momentáneo, puesto que todo concurre á hacernos esperar que dentro de poco la Rus ia volverá á conquistar el lugar honroso que ocupaba en Europa á fines del pasado siglo y al comienzo del presente en la industria minera. Al número de causas que han perturbado el desarrollo de su industria metalúrgica, es necesario añadir: 1.º la servidumbre, abolida por completo en 1861, cuyo teabajo es poco productivo, así como la posesion y la gestion de las fábricas por los propietarios y no por los industriales; 2. 0 la au sencia de caminos de hiereo, y por cons igu iente la falta de encargos ele rails y ele materi a l ele caminos de hierro. La construccion de vías férreas no ha empezado activamente sino en '18ü6, y principalmente con maLeriales importados del extranjero; 3.0 el empleo casi exclusivo de combustible vegetal como medio de calentamiento ele las fábricas. Se emplea la hull a solame nte en la Rusia meridional, en Polonia y en San Pe tersburgo . La única industria que no ha siclo estorbada por las causas ántes dichas es la del oro, que no ha cesado de progresar durante tL·einta años. Hay que observar ele paso que este

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tiempo de detencion en nuestra industria, no se refiere sino á la cantidad de los productos y no á su cualidad, pues bajo este último concepto, nuestra industl'ia metal úrgica, con muy pocas excepciones, no ha permanecido cletras ele la de oteos países. Hoy todos los obstácu los que habían dificultado su desarrollo , pueden consi derarse como eliminados, pues no tan sólo ha sido abolida la servidumlJL•e, sino que los inconvenientes de la antigua legislaci on concernientes á las minas tienden á desaparecer. Por otra parte, el desarrollo siempre creciente de la red ele nuestros _cam inos ele hierro, ha hecho surgir muchas fábl'icas para la construccion de rails, lo comotoras, wagones, etc. " El autor .añade que las exploraciones y el estudio de las hulleras en que· abu nda Rusia se sigue con gran ac~ividad y que empiezan á emplearse sus prod-uctos en un a escala consideeab le. El gobierno concede, · como se concibe, gran solicitud á la mejora de todo lo que concierne á la explotacion del suelo. Cada año la adm inistracion de minas publica una estadística de los productos de las minas y de las fábricas y con un a exactitud tal , que ¡if congreso internacional del Haya ha confiado á Rusia los trabajos de la estadística internacional de las minas, fábrica s y salinas. Por otra parte, Ja aclministraci0n de minas envía continuamente in genieros á Europa y Améeica para que se perfeccionen en el tecni ci smo ele las minas. Resulta do esto que todos lo s procedimientos más perfeccionados son apli- . caclos inmediatamente, y por ejemplo los lavados ele oeo de la Siberia no ceden en nada á los de Cali fornia y Australia. Los primeros trabajos ele que ha sido objeto la geo logía rusa son debidos á extranjeros, al francés Verneuil, al ingles Murchison y al ale man Kawerling. Pero los rusos han continuado en la misma vía con el mayor éx ito. E l señor de Helmersen ha publicado una carta geológ ica cuyas ed iciones sucesivas tienen al corriente de todos los progresos . Falta tambien mencionar, entre los trabajos geológicos más notabl es de los ingenieros de minas rusos, la carta del terreno hu llifero de los U rales del señor V . deller que, con el concurso de muchos ingenieros, prepara una carta más detallada del mismo terreno; la carta del yacimiento hullero de Donietz por los Sres. Antipor, Geltonoskine y Vassilieu, pitra la parte orien.tal y la del señor Nossor para la parte occidental del yacimiento; la carta geológica del Cáucaso por el céleb re geólogo Abich , y los complementos s u-


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LA NATURALEZA

ministrados por las expediciones geológicas que la administracion de las minas del Cáucaso ha emprendido. De este modo es como se ha publicado una descripcion detallada de cierta parte de los departamentos de Bakon, de Erivana, de Koutais, de los territorios de Terck y Soukhoum. Los Sres. Strouve y Lagouzeme, prepa ra n una cal'ta detallada del yacimiento hullero de la Rusia central, y una carta análoga para

la vertiente oriental del Ural, se publicará en breve por los señores Karpenoky, Gebauer y Broussentzinc. Citaremos además entre otras muchas investigaciones de los Sres. Erofeeff y Kouznetzoff sobre las fuentes de petróleo y los yacimientos de azufre de las orillas del Volga; los del Sr. Romanowsey sohre el criadero hullero de Moscou; los del Sr. Helmersen sobre los yacimientos de lignito y de succino en el

F ig. 1. - Jlole A. P olvos de la ni eve del Mole, r ecog id os el 24 clr rebrero de 1878.

Fi g . 3.-Mole C. S ustancias puh·ernlen las eonl enidas en la nieve recogida en la Mole el 24 de F ebrero ele 1878.

Fig . 2.- Mole B. Nieve recog ida en la Mole el 24 de F ebrero de 1878.

Fi g: 4.- Mole D. Vegetacion observada al mi croscopio en la nieve de la Mole, despues de cua tro dias en vaso cerrado en laboratorio.

Noroeste de Rusia. La mayor parte de los departamentos son objeto de investigaciones atentas de los geólogos distinguidos y los ingenieros hacen, sufragando los gastos el Estado, estudios activos en el territorio de Amour, de la isla Sakhalien y en los vastos países nuevamente conquistados en el Asia Central, como el Khanat de Khokand, la provincia de Kouldja, el distrÚo de Samarkan y el territorio de Turcomand, donde las minas de hulla son desde ahora explotadas.

SUSTANCIAS PULVERULENTAS ATMOSFÉRICAS. Publicamos juntamente con este artículo unos cuantos dibujos que pertenecen á una serie de veintisiete observaciones de polvos atmosféricos, hechas en el patio de la Universidad de Ginebra durante los meses de Octubre, Noviembre, Diciembre de 1877 y Marzo de 1878; el aire ha sido, como precedentemente, aspirado por una corriente de ag ua que sale de un recipiente que contiene unos 350 lit ros de este líquido. Es este volúmen de aire el que viene á chocar en cada lavado contra la gota de glicerina ó de solucion azucarada destinada á conservar su polvo. Son sabidas ya


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las ventajas especiales de la solucion azucarada; no \ y ha permitido practicar con éxito recolecciones cuyo altera los gérmenes en el mismo grado que la glicerina resultado publicaremos en nuestros números sucesi-

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Fig. ;,.-Sustancias pulverulentas recogidas el 10 de Diciembre de 1877 en el observatorio de Ginebra, á las seis de la Larde. Barómetrn 721¡_=,o. Termómetro 1°,fi sob1·e cero. Humedad, 68. Viento NE., !. Tiempo nublado.

Fi r¡. 8.-Sustancias pulverulentas recogidas el 23 de Octubre ele 1877 á las ocho ele la tarde. Temperatura, 15º,3 so bre cero. Viento SO., 2. Viento violento. Cielo nublado.

Fig. 6.-Sustancias pulverulentas r ecogidas el 13 de Diciembre de 1877 á las cuatro de la tard e. Barómetro, 728 . T ermómetro Gº,8 sobre cero. Viento S., l. Humedad , G5. Tiempo cubierto.

Fig. 9.-Sustancias pulverulentas atmósfuricas recogidas en el aire el 1B de Marzo de '1878, de cuatro á ocho de la tarde. Fuerte brisa.

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Fig. ?.-Sustancias pulverulentas recogidas el 22 de Octubre de 1877 á las seis ele la tarde. Barómetro, 731. T ermómetro, 12°,5. Humedad, 40. Viento SSO., 1. Tiempo claro.

Fig. 10.-Sustancias pulverulent'ls reco 6 idas en la atmó fera el clia 18 ele Marzo de 1878, de dos á sais de la ta1·de. Buen tiempo. Brisa.

vos. Por lo clemas, los gérmenes recogidos en el aire ¡· que resisten más ó 'méuos á las condi~iones físicas ~el son de naturaleza :muy diversa y pertenecen á tipos medio en que están encerrados. Así es, que ha podido


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LA NATURALEZA

t:onstatarse que la gliceriu a no mata los gérmenes de bacterías, miéntras que ciertos esporos de bongos mueren en ella muy rápidamente. En estos dibuj os se ha procurado poner siempre que ha sido posible al lado ele ellos el boletín meteorológico del Observatorio ele Ginebra. Sería de desear que todo observador que se dedique á estos estudios hiciera lo mismo respecto á la estacion en que resida, ó que por lo ménos indicara el grado del )iigrómetro y la clireccion del viento; de este modo podrían sacarse á la larga conclu siones interesantes. E l agua azucarada presenta el inconveniente de evaporarse muy rápidamente bajo la accion ele la corriente de aire, tambien porque el lavado dura siempre muchas hora ; es ind:ispensabl'e sostener uu aflujo de agua sob1,e la gota por medio de tiu hilo capilar sumergido en un pequeño cristal lleno de agua. Se ve en éstos dibujos que los fragmentos atraíbles por el iman no faltan . Hay dos glóbulos muy característico·s en la observacion del 23 de Octubre (notables bajo otros conceptos, 1)0mo indica la nota colocada debajo ele él), y muchos ele formas di versas en el del •13 ele Diciembre. No se han r epr esentado sino las partículas sensibles á la aguja imantada, siendo muchas otras que tienen el mismo aspecto, pero de fo rmas siempre irregulares, cier tamente ele carbon. E l sefior E. T ong, del observatorio microscópico ele Ginebra, ha tenido finalmente el placer de encontrar los glóbulos magnéticos tal como los ha descrito M. Tissandier, que provienen del cuello de los· Hornos ele MontBlanc, en dos r ecolecciones de nieve, una h echa el 24 de Febrero ele este año en la cúspide de la Mol~ (1867 metros), cúspide m uy aislada á cinco de leguas de Ginebra y muy apropiada para estos estudios; la otra en Ginebra, .el 24 de Marzo, inmediatamente cl_espues de la caída ele gruesos copos notablemente denso . Esta última nieve encerraba, además, un número inmenso de esporos, ele los cuales se han cop iado los principales ejemplares. D esp ues de la nevada del 24 de Marzo, abrió el señor Tong dos t ubos que encerraban un caldo de carne que había estado sostenido en eb úllicion un tiempo uficiente para destruir los gérmenes que pudiera contener. Estos tubos habían siclo cerrados en cúnulas, seguu el procedimiento de M. Pasteur y otros. El caldo no tar<.ló en enturbiarse, tomó el aspecto lechoso que indica la p resencia de numerosas bacterías; lu égo, de~pues de quince clias, estando muertas las bacterías y siendo depositadas poco á poco al fondo del tubo, el caldo tomó ele nuevo su claridad primera y la conservó sin que se desan :ollaran en ºél ul teriormente otros orgauismos, com_o tiene lugar siempre cuando se abreu estos tubos en las condiciones ordinarias, como ha podido demostrarse en otras muchas observaciones que publicaremos á la mayor brevedad posible. 1.Vleucionamos este hecho que prueba que la nieve había barrido completamente la atmósfera, á excepcion de los gérmenes de bacterias y que explica el gran número de esporas que encerraba. En cuanto á la nieve del Mole, era igualmente rica

eu corpúsculos organizados que han sido representados en A y B (fig. 1 y 2) desde el día siguiente ele su recoleccion; tres dias despues, el número de esporas había aumentado considerablemente (fig. 3) , y al cuarto día preciosos filamentos de hongos empezarnn á desarroll arse en el fondo del vaso (fig. ±) . Dice el , r. Torg, que al comunicar estas observacines, estos hongos se hallaba1~ en perfecta salud y se habían multiplicado considerablemente á lo largo de las paredes, de los cuales uno había siclo colocado en la oscuridad, lo que prueba que esta ültima condicion no es nociva á su desarrollo, como es sabido por otra parte por infinidad de observaciones. Sería de desear que estos pequeños dibujos excitaran la aµcio n ele nuestros compatriotas á esta clase ele trabajos, cuyas inmensas ventajas son ya suficientemente conocidas.

MISCELÁNEA . Solidificacion del· petróleo. - Un efecto muy curio o se produce en los aceites ele petróleo, áun en los más ligeros, por la adicion ele saponaria pulverizada (planta herbácea ele la familia de las carió:filas). Haciendo digerir el pol ,,o en el agua y mezch1nclola con el aceite,. éste forma un mucilago muy espeso, ele modo que el vaso en que está contenido puede inver tirse sin que se derrame el contenido. Lo que es aún más singular, es que si se le añaden alg unas gotas ele ácido fénico y se agita el mucílago, se hace en algunos minufos perfectamente límpido.

,,. *,,. . Quimica.~Sabemos que el Sr. Muurz y alg unos otros químicos h an demostrado la presencia en el azúcar ele caña y eu las melazas ele una glucosa inacti va; h ay divergencia ele opiniones sobre la constitucion de este azúcar; 1.Vl. Pasteur ha presentado á la Academia ele Ciencias de Paris una Memoria en la que M. Gaillon demuestra que la 'glucosa inactiva es una mezcla de la glucosa ordinaria y de levulosa en proporcion tal, que esta mezcla no t iene accion sobre la luz polaI-izacla. M. Gaill on hace fermentar la clisolucion azucarada con la ayuda de una levad ura formada del mucor part icular que ha descubierto y estudiado hace alg-un tiempo; esta levadura no contiene, como la levadura ele cerveza, fermento soluble inversible, ele modo que no puede hacer fermentar el azúcar ele caña, miéntras que obra muy bien sobre la glucosa y la levulosa. L a comparacúon de las potencias rotatorias, ántes y elespues del experimento, demuestra claramente la presencia ele estos dos cuerpos en la glucosa inactiva.

,,. *,,. La Ciclaniina.- Los tubérculos del cyc lamen eu ropeenin deben sus propiedades drásticas á la presencia


L _\..

1

ATUR LEZ.A

de uua materia que l\I. de Luca designa i.Jajo el nombre de ciclamina. Las propiedades estur cfaeientes son t:o• ocidas en los di,ersos países donde el pescador f'urtivo atonta los peces introduciendo los t ubérculos tlc ciclameu en el curso de agua que quiere explotar. Bajo el punto ele ,ista químico la cielamina se coloca entre las glueosiclas. Abandonada á sí misma, se lran forma íntegramente en una mezcla de manito y Lle jugo de uva.

LAMPARA ELÉC'.l'RICA INCANDESCENTE DE FUNCIONAMIENTO AL AIRE LIBRE (]).

Cuando se hace pasar una corriente intensa. por un conductor resistente y mur refractario , co mo una varilla delgada de carbon, la temperatura de este conductor puede elevarse hasta el blanco resplandeciente; emite entónces una luz muy viva. Este es el principio conocido há mucho tiempo, de las «lámparas eléctricas incandescentes.» La principal dificuÜad que debe resolver una lúmpara incandescente, es la de impedir el gaste ele los conductores luminosos; gaste que es rápido, áun en los vasos cerrados por efecto de la volatilizacion y de la clesagregacion de las varillas de car bon, y que se acelera mucho en el aire, por la viva· combustion del carbon incandescente. En los diversos sistemas ge lámparas incandescentes propuestos hasta hoy, el renovamienlo de los carbones se opera ele la manera siguiente: La varilla incandescente, fijada en sus contactos, permanece en su sitio hasta que se rompe por el desgaste; entónces hay extincion; luégo la corriente elécfrica pasa súbitamente de es te carbon á otro,. que se usa y rompe á su vez, y así sucesivamente. Este método presenta muchos incon\ieni.entes; tiene interrupcion de corriente con extincion de luz á cada rotura de la varilla; la intensidad luminosa varía continuamente por el adelgazamiento gradual del carbon; el conductor no suministra su máximum de luz sino en el momento en que está pronto á romperse; en fin , las disposiciones propuestas no pueden funcionar absolutamente sino en vaso cerrado. En el nuevo sistema, que es el objeto de la presente comunicacion, el renovamiento del carbo n es progresivo. ( 1) HesLlmen de una comuuicacion dll'lgida tl la ·ocie/e (>'ült~·aisc ele Phisique. (8csion del 17 d o Ilfa;yo d<J 1878.)

3H)

El carbon incandcsccnle, en parle_de su. longitud, avanza ele una manera casi" continua hasta el gaste completo de la parte utiliz ab le. ·Este sistema puede funcionar al aire libre. Hé aquí su pri_ncipio: Una varilla ele carbon cilíndrico ó prismáLico C (fig. 'l ), es atravesada entre i y j por un a corriente elécteica (continua ó alternativa) bastante intensa para ponerla incandescente en esa porcion. La corriente entra ó sale por el contacto l, que es elástico y oprime la varilla lale1·alrnente; el contacto B la toca por su extremidad. En estas condiciones, el carbon se gasta en su extremidad más rápidamente que en cualquier otro sitio y tiende á acortarse. Por consiguiente, si el carbon C está impulsado continuamente en direccion de la flecha, avanzará g1·adualmenle á medida que se gastará, deslizándose por el contacto lateral l, de manera que toque sin cesar contra el contacto B. El calor desarrollado por el paso de la corriente por la varilla, es acrecentado gradualmente por la combustion del carbon . En la práctica se reemplaza el contacto üjo por un contacto giratorio·B (fig. 2), que arrastra las cenizas del carbon . La rotacion del contacto ele la punta se hace solidario del movimiento de progresion de la varilla de carbon; de modo que la presion de ésta sobee el contacto de la punta hace freno sobre el mecanismo motor. Establecido el principio de este nuevo sistema de lá mpara, es fácil imaginar las disposicio• nes simples por realizar. Los ejemplares peesentados por Emilio Reynier á la Sociedad de Física de Paris, se explican por sí solos á primern inspeccion. La progresion del carbon C (üg. 3) y la rolacion del contacto de la punta B, se obtienen por el descenso del tallo pesado P. Para montar de nuevo la lámpara, basta levantar esa columna. La varilla de carbon se pone en su sitio sin ajuste alguno. o hay punto alg uno de regulacion. El punto luminoso permanece fijo en el espa• cio, lo que es útil en todos casos, pero principalmente en los experime~tos ele óptica . Este aparato da una luz neta y blanca con cuateo elementos Bunsen. Con fuentes eléckicas más potentes pueden iluminarse muchas lámparas ele este sistema, y obtener así el FHACCIO · NAMIENTO DE LA LUZ ELÉC'l'HICA.

M. Emile Reynier ha hecho ante la Sociedad de Física de París los experimentos siguientes: Con una pila de 36 elementos de '18 centímetros, unidos por 18 ele tension y 2 de canti-


LA NATURALEZA

3.20

dad, hizo funcionar c'uatro lámparas, colo cadas en tension en un circuito único; Apagó é iluminó á voluntad varias veces las cuatro lámparas. Cada una de las cuatro lámparas pudo apagarse y en'Cenderse incliviclualmerite, perma- · neciendo las otras tres brillando; se pudo obteneL· luz en una de estas lá mpa ras con la corriente de una pequeña máquina Gramme de laboratorio , de pedal. En fin , se obtuvo una b ell a l uz con una pila de tres elementos P lanté (secundarios), que h abía n sido cargados por la tarde en los talle-

E l fre no , siempre indispensable (fig. 4), se obtiene de la manera siguiente: El disco B está colocado á la exfremidad• de una palanca que se articula en O. La presion que el carbon ejerce sobre el disco B hace frotar el tope S s9bre la ll anta de la rueda lisa A, que hace girar el tallo pesante por el intermedio de sus dientes y del piñon a.. Segun que la rn nta del conductor luminoso se apoya más ó

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Fig. 2.

Fig. 3.

res de M. Breguet, y transportados cargados al local de la Sociedad. M . Reynier hizo observar que este experimento puede considerarse como un encami namiento hácia la aplicacion de la luz eléctrica á los usos dom.ésticos. Terminó describiendo una nu eva disposicion mecánica in édita de su aparato. En esta disposicion, la rotacion del contacto g iratorio se obtiene por la componente tangencial de la presion de la varilla de carbon sob re la circunferencia del disco. De esta man era la punta de la varilla incandescente no se separn nunca del contacto giratorio, y se suprime toda caus'.1 de irregularidad de la luz.

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ménos sobre el disco, el freno sostiene más ó ménos el descenso de la columna pesan te , que progresa por alterna ti vas insensibles. Esta nu eva disposieion difiere de la presentada á la Academia de Cien cias (sesion del t 3 de Mayo ) y á la Sociedad de Física (ses ion del J7 de Mayo). P ROPIE'r.A.RIOS GERENTES : PEROJO HELUIA.NOS , MADRID: 'fipografia Est.ereotipia PEROJO,


Núm., 47.-19 Octubre 1878,

LA NATURALEZA

EL AIRE Y ! EL VACÍO. (Continuacion.-Véase n .0 44, pág. 275.)

La carta célebre de Pascal á Perier, ele fecha 15 de Noviembre de 1647, recuerda desde luégo un experimento que hizo en su presencia y que

321

llama experimento ·del vacío en el vacío, constituido por dos tubos barométricos . ' uno dentro del otro. «Vísteis, dice, que ·el mercu~io del tubo inferior permaneció suspendi do á la altura en que se halla en el experimento ordinario cuando estaba contrnbalanceado y oprimido po; e-1 peso de la ma;,;a entera de aire, y que al con-

Experimento del barómetro de mercurio en la cúspide de la t9rre de Saint-Jacq ues-la-Boucherie, en Paris.

trario cayó por completo sin que le quedara ninguna altura ni suspension, cuando por medio del vacío de que fué rodeado careció pqr completo de toda presion y contrabalance de aire alg uno, de que había sido destituido por 2, 0

SllM!lSTRll.

todos lados.» Bien que este experimento de los dos tubos se explique muy naturalmente por la sola presion del aire, deja aún subsistir una explicacion posible para· el horror al vacío, de modo que era necesario imaginar un experi21


LA NATURALEZA

322

mento decisivo que no permitiera recurrir, en lt,rgar de la presion del aire como sola causa, á ese horror al vacío de los antiguos, del cual dice Pascal; «Confiándoos con franqueza mi modo de pensar, se me hace difícil creer que la naturaleza. que no es animada ni sensible ·en manera alguna, sea susceptible de horror, puesto que nuestras pasiones presuponen un alma capaz de sentirlas. » Y añade luégo: <e He imaginado un experimento que sólo, bastará para darnos la luz que buscamos, si puede ejecutarse con exactitud. Es hace1· el experimento del vacío·muchas veces en un mismo dia, en un mismo tubo, con el mismo mercurio, tan pronto en sitios bajos como en la cúspide de una montaña, elevada á lo ménos quinientas ó seiscientas toesas (1), para ver si la altura del mercurio suspendido en el tubo se halla igllal ó diferente en estas dos situaciones. Veis ya:, sin duda , que este experimento decide . la cuestion, y que si sucede qu~ la altu ra del mercurio es menor en lo alto que en la parte baja de la montaña, lo cual tengo muchas razones para creer (por más que todos los que han medita do sobre esta materia sean contrarios á este modo de pensar), se seguirá n ecesariamente que la pesantez y presion del aire es la única causa de esta suspension del mercurio y no el horror al vacío, pues es bien cierto que hay más aire que pese al pié de la montaña que en su cúspide, y no se pensará en decir que la naturaleza aborrece el vacío, al pié de la montaña más que en su cúspide. nMas como la dificultad se h alla de ordinario unida á las grnndes cosas, veo muchas en la ejecucion de este designio , pues hace falta para ello escoger una montaña excesivamente alta, próxima á una ciudad, en la que se halle una persona capaz de proporcionar á esta prueba toda la exactitud necesaria; pues si la montaña está lejana seda difícil llevar á ella las vasijas, el mercurio , los tubos y otras muchas cosas necesarias, y emprender estos viajes penosos tantas veces como hiciera falta, para en- • contrar en lo alto de estas mo~tañas el tiempo sereno y cómodo que no se ve en ellas sino raramente. Y como es tan raro encontrar personas fuera de Paris que tengan esas cualidades, como sitios que reunan esas condiciones, me he felicitado por mi buena suerte de haber encontrado en esta ocasion lo uno y lo otro , puesto que nuestra ciudad de Clermont se halla al pié de la alta montaña del Puy-de-Dóme , y que es( 1)

Medida de 6 piés,

pero de vuestra bondad que consentireis en hacer vos mismo este experimento; y en esta seguridad he hecho esperar á todos · nuestros curiosos de París, y entre otros al Rev. P. Mersenne, que está ya comprometido por cartas que ha escrito en Italia, en Polonia, en Suecia, en Holanda, etc., de hacerlo conocer á los amigos que ha adquirido por su mérito. » Perier no pudo ejecutar hasta el año siguiente este experimento esperado con tanta solicitud. El 19 de Setiembre de "1648 tuvo lugar el gran descubrimiento de que dió cuenta á Pascal por carta fechada del 22 de este mes. Perier estaba acompañado de muchas personas notables é instrnidas de la ciudad, eclesiásticos, magistrados, médicos. A las ocho de la mañana , en eljardin de los Padres Mínimos , que es casi el sitio más bajo de la ciudad, Perier empezó la prueba de la man_e,ra siguiente: cc Primeramente, vertí en una vasija diez y seis libras de mercurio que había rectificado duran te los tres dias precedentes, y tomando dos tubos de cristal de ig ual grosor y de cuatro piés de la rgo cada uno , cerrndos herméticamente por una extremidad y abiertos por la otra, hice en cada uno de· ellos el experimento ordinario del vacío en esta misma vasija, y aproximando y uniendo los dos tubos uno contra el otro sin sacarlos de la vasija , se halló que el mercurio que permanecía en cada uno de ellos estaba al mismo nivel, y que había en cada uno ele ellos por encima de la superficie de la vasija 26 pulg adas, 3 líneas y media. Hice ele nuevo este e 4 perimento én el mismo sitio, con los mismos tul~os, con el mismo mercurio y en la misma vasija dos veces más, y se halló siempre que el mercurio de los dos tubos esfa,ba al mismo nivel y á la misma altura que la primera vez. »Uno de los tubos se dejó colocado en su vasija, siendo marcada la altura del mercurio en el cristal, y conflado al cuidado de uno de los religiosos de la casa, que debía observarle de momento en momento, y ver si sobrevenía algun ca mbio en el dia , y Perier partió con el otro tubo y una parte de este mercurio. »Fui con todos esos señores, escribe, á lo al• to del Puy-de-Dóme , elevado por encima de los Mínimos unas 500 toesas, donde hechos lo s mismos experimentos de la misma manera qu e se había hecho en los Mínimos, se halló que no quedó en este tubo sino la altura de 23 pulgadas 2 líneas » Esta es una diferencia de 3 pulga· das, 1 1/ 2 líneas; celo que nos dejó embelesados de admirncion y asombro y nos sorprendió de tal suerte, que para nuestra satisfaccion


LA NATURALEZA propia quisimos repetir el experimento. Por esto lo hice aún tres ó cuatro veces muy exactamente en ·diversos sitios de la cúspide de la montaña tan pronto bajo techo en la pequeña capilla que hay en ella, tan pronto á descubi erto, tan pronto al abrigo como al viento, tan pronto en buen tiempo como durante la lluvia y las nieblas, que llegaban hasta nosotros á veces, purgando cada vez, con gran cuidado, de ai re el tubo, hallándose en todos estos experimentos la misma altura de mercmio de 23 pulgadas 2 líneas. » Al descenso, el experimento del barómetro fué reiterado tres veces, con el mismo tubo, el mismo mercurio y la misma cubeta, en un sitio llamado la Font de l' Arbee, bastante más bajo que la cúspide de la montañ a, hallándose la altura del mercurio ele 23 pul gadas . De vuelta á los :Mínimos, Perier halló el tubo con su mercurio, cuya altura no había variado durante el dia. En la vasija que quedó en el jarclin metió de nuevo el tubo que había llevado á lo alto ele Puy-de-Dóme, al lado del que allí había permanecido, y repitió en fin la prueba con el mismo mercurio y la misma vasija que en la cúspide ele la montaña, y el líquido de los dos tubos dió siempee 26 pulgadas 3 ¼ líneas. El dia siguiente, 20 ele Setiembre, el experimento del barómetro fué rehecho al nivel del pié de la torre más al ta de la iglesia de uestra Señora de Olermont, sitio elevado unas 6 ó 7 toesas por encima del jardín de los Mínimos, y no se halló sino 26 pulgadas 3 líneas de altura del mercurio, ósea cerca de '/~ línea de ménos; en fin en lo alto de la torre, elevada 20 toesas sobre su base y 26 ó 27 por encima de los :Mínimos, habiendo una diferencia de cerca de 2 líneas con el pié de la torre y 2 líneas y media con los Mínimos. El éxito del experimento de Puy-de-Dóme animó á Pascal á repetirlo muchas veces, en condiciones ménos ventajosas de localidad, en el granero y en la cueva de una casa alta, debajo de Nuestra Señora de Paris y encima de una de sus torres, debajo y encima de la torre ele Saint-Jacques-la-Boucherie, de una altura de 24 á 25 toesas. Halló en este último experi: mento (véase el grabado ) una diferencia ele altura del barómetro de más de dos líneas entre las dos medidas. Para perpetuar el recuerdo de estas medidas célebres la ciudad de Paris hizo colocar en 1356 la estatua de Pascal deb&jo de la torre SaintJacques-la-Boucherie, desembarazada al peesente de· las callejuelas y casas que la han ro-

323

deado tanto tiempo y que se ve en el centro del square en la calle de Rivoli. Los otros experime ntos de Pascal, conservando siempre l a,misma proporcion en las diferencias de altura del mercurio en el tubo de Torricelli, le confirmaron por completo en la conviccion que la causa de la suspension de los líquidos era únicamente la pesantez del aire. Compuso sobre este concepto un gran tratado, que fué en seguida resumido en dos pequeños tratados, los únicos publicados (1) despues de la muerte de Pascal, pues en los quince últimos años de su corta existencia no hizo más caso ni tuvo en estima las ciencias naturales, entregado por completo á la filosofía religiosa.

Fig . 1.- Ilornos de Olivier y Perret. A A. H or no dondo se cald ea la pirita en pedazos en cubo. B B. Cen iceros .-b b. Puertas para vaciar los ceniceros. -C C . Caldeador de la p irita en po lvo.-c c. Rej illa que puocle recibir un movi mien to rotatorio y q ue permite hacer caer las ce ni zas en B B.-d d. Puertas de hierro qu o permiten la introd uccion de la pirita on pedazos.-.'.! a. Baldosas de pied ra refractaria donde se extiende la pirita en polvo en capas clolgadas do oru,05 do espesor.-i i. Puertas de hi erro qu e sirve n para cargar y descarga1· las baldosas a a . - { {. Ve ntanillas que conducen el ácido sulfúrico á la cámaras de plomo.

De sus experimentos y de los de Perier, Pascal sacó como consecuencia el medio de conocer si dos sitios están al mismo nivel, es decir, ig ualmente distantes del centro ele la tierra, 6 cuál de los dos es el más elevado , por distantes que estén uno de otro, aunque estén en los antípo• das, 1~ cual sería imposible por cualquier otro medio. (1) 'l'ratad os cfol equilib1•io de los 1/c¡uidos y de la pl!santei de la masa del aire, conten iendo la exp\j cacion de las causas de diversos efectos de la naturaleza, que no habían sido cono-' ciclas por completo has ta ahora, particula1•me nte de lás que se habían atribuido a l horror al vacío, par hl. P as;:al¡ P aris ; 166~ y 1GG4 , segunda edicion.


324

LA NATURALFJZA

Tambien P'ascal fué conducido por la eviden- siendo consignadas las observaciones por Chacia de estos experimentos á destruir poco á po- mit y Descartes. Entónces fué cuando se percibió que la altuco y por grados las opiniones c].ogmáticas que el respeto de la antigüedad había mantenido ra mercurial, que había permanecido sensiblepor mucho tiempo, y pudo escribir con un legí- · mente constante en el jardin de los Mínimos, en la jornada del 10 de Setiembre de 1648, extimo orgullo, en su Traité dv., vicle: «Al lector: Mi querido lector: El consenti- perimentaba variaciones en el mismo sitio dumiento universal de los pueblos. y la muche- rante los diferentes dias del año, lo que sumidumbre de filósofos concurren al establecí- nistró el hecho capital que la presion de la atmósfera ofr~ce miento de este A caml:Íios en principio: que la naturaleza ciertos límites, sufriría más y que guardan bien su ·descierta relacion truccion propia con los estados que el menor de la tempe·raespacio vacío. tura y de la huAlgunas intemedad. ligencias de En Clermont las más elevala mayor altura das creen un fué de 26 pulpoco más mogadas, ·11 ¼ derada mente, lineas, el 14 pues aunque de Febrero de creen que la 1 6 51, vi en to naturaleza tieNorte, fuerte ne horror al helada, tiempo vacío, considebastante bueran, sin embarno, y la más bag o, que esta reja 25 pulgadas pug nancia tie8 líneas, el 5 de ne límites, y Octubre de que pued!=' ser 1649: dif0renvencida con cia, 1 pulgada cierta violen3 '/2 líneas: cia, pero aún En París lamano se ha enconFig . 2.-Uorno el e Gerstenli cnfer. yor altura fué trado persona A A. ()aja el e hierro fundid o y clistributor de la pirita en polvo.-B B. Prisma de 28 pulgadas, ~º- tierra refractaria que permite_ la 1:eparticion el e la piri ta en polvo á derecha 7 líneas, el 3 y alg una que hae 1zqu1ercla. -c e e c. Barras pnsma ti cas de tierra refractaria, chspuestas el e modo qu e los huecos de un a serie se halla n cubierto s por las barras de la serie ya av a nzado el 5 de Novieminm ediatame nte superior .-D D. CJoledo ,· dnnrl e ll ega el min era l cl espucs ele h asta este terhaber atravesado lod os los vacíos que dejan en su di sposicion los barrotes bre de 1649; la e c e c. -E E. Calcl eaclor qu e se ca rga de com bustibl e ~ a ra hacer funcion ar el cer modo de menor, 27 pula parato y calentar la masa hasta el rojo bl a nco .-( f. Tubos horizontales que pensar, que la co nducen el gas á las cámaras ele plomo.-F. Tubo principal que condu ce el gadas, 3 1/ 2 lígas á la cá ma ra G, donde se depos itan los pol vos a rrastraclos .-G. Cámara naturaleza no neas, el 4 de qu e rcl1enc los polvos y que está colocada delante ele la cámara el e plomo. tiene repugde Octubre ·¡ nancia alguna al vacío, que no hace esfuerzo 1649: diferencia, 1 p.1lgada, 3 '/2 líneas. En alguno por evitarlo, y que le admite sin difi- ~tockolmo la mayor altura fué 28 pulgadas cultad y sin resistencia. 7 líneas, el 8 de Diciembre de 1649, y DescarEl experimento del 19 de Setiembre de 1648 tes observó que hacía un frio riguroso; y la no quedó aislado. En los años 1649, l650 y 1651 menor, 26 pulgadas, 4 3/ 4 líneas, el 6 de Mayo Pericr r epitió en Clermont todos los dias el ex- de 1650, con un viento Sudoeste y un_tiempo reperimento del barómetro . .Lo hizo hacer en vuelto y dulce: diferencia, 2 pulgadas, 2 1/ • 4 Paris en las mismas épocas por uno de sus líneas. amigos, que le enviaba todos los meses sus hoLos autores de estas antiguas y tan impor• jas de observaciones, y en Suecia, en Stockolmo, tan tes observaciones, observan . que estas des•


LA NATURALEZA igualdades son á veces muy prontas, y que se · encuentran más grandes en Stockolmo que en Paris y en Clemont. ( Se continuará. )

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ácido sulfúrico es generalmente de bisulfuro de hierro (Fe S 2 ) 6 una mezcla de sulfuros metálicos en que domina el bisulfuro de hierro. En el tratamiento metalúrgico de los minera-

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LOS PRODUCTOS QUÍMICOS . PAR.ti. _L.tl. GRAN INDUSTRIA

EN LA EXPOSICION U:.\'IVER AL DE 1878. (ContinnaciÓn.-Véase núm . 42, pág. 211.)

Ácido sulfúrico.

El empleo de las piritas para la preparacion del ácido sulfúrico se remonta á '1838. Hasta

Fig . '1.-Distributor de Scblresiog.

les sulfurados, como las galenas, las piritas de cobre, etc., la primera operacion consiste siempre en un caldeamiento que produce una cantidad considerable de ácido sulfuroso que durante largo tiempo se perdían en la atmósfera con los otros gases de la combustion. Despues de cierto número de años, se h a llegado, á pesar ele las dificultades que ha habido que vencer, á utilizar este producto para la fabricacion del ácido sulfúrico. Esta feliz aplica-

Fig.

j ,

a a. Cámara de plomo reve~tida por los muros de ladrillos refractarios b b, que está sostenida por los tabiones e c.d d. Travesaños destinados á sostener las lámina de plomo. -E. Cubeta de plomo sobre la cual reposa la torre.{. Capa de arena sobre la que reposa la cubeta e.-g. Bóveda 6 rejilla qua deja pasar el gas.-h. Materiales refractarios.-i. Coke.-j. 'I ubo refractario que permite la introduccion del gas que proviene do los hornos de rejilla. -h. Tubo de plomo que conduce el gas á las cámaras de plomo despues de la reaccion.-1. Cuba de doble compartimiento para la evacuacion sucesiva de los ácidos débilc y de los ácidos nítricos distribuidos por el clistributor automático.

esta época, la totalidad del ácido sulfúrico era producida exclusivamente por medio del azufre bruto de Sicilia. La pirita que sirve para la fabricacion del

Fig. &.--Canaleja de movimiento alternativo.

cion es debida á los esfuerzos de los Sres. Ollivier, Perret, Hausenclever y Helbig, del señor Gertstenhoofer y del Sr. Maletra. No citando sino un ejemplo de la importancia del empleo de las piritas, diremos que en una sola fábrica de cobre de Mansfield se obtuvo en un año, por el caldeamiento de los m ates brutos en el horno ele Gertstenhoofer, más de 500.000 kilogramos de ácido .sulfúrico metaliír-


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LA NATURALEZA

gico. Este ácido metalúrgico se emplea principalmente para hacer solubles los fosfatos minerales. Actualmente, el empleo de las piritas se ha generalizado :;ompletamente y las piritas francesas, belgas, inglesas, noruegas, wesffalianas, suizas, españolas y hasta italianas han sustituido al azufre en la fabricacion del ácido sulfúrico. Antes de emprendel' el estudio de los principales procedimientos que permiten la aplicacion de las piritas, compararemos inmediatamente las ventajas y los inconvenientes que presenta su empleo comparativamente al del azufre. ··b Examinaremos p·r imero el precio de venta de los dos productos en diferentes países, luégo las diversas modificaciones que el uso de las i)iritas ha hecho introdt!cir en la fabricacion y la purificacion del ácido sulfúrico. En Marsella, en condiciones normales, las piritas que provienen del · departamento del Gard cuestan 20 á 25 francos la tonelada y dan el 40 ó 43 por 100 ele azufre, lo que pone la tonelada de azufre de 80 á 85 francos, miéntras que la tónelada de azufre bruto de Sicilia se vende áun hoy á 160 francos. En Inglaterra, donde las piritas españolas cuestan á 48 ó 52 reales la tonelada, se obtiene un producto de 40 por 100 aproximadamente de azufre, ó sea 120 á 160 reales el precio de la tonelada, miéntras que el azufre bruto de Sicilia cuesta 480 á 5!l0 reales. Ya estas cifras nos demuestran la desventaja de las piritas. Por otra parte absorben una cantidad mucho mayor de nitrato, y exigen aparatos más vastos con· una produccion mucho menor, y por consiguiente, parn que su empleo fuera abandonado en ciertos países, sería necesario que el precio del azufre de solfataras bajara de 440 reales. Señalaremos además entre los inconvenientes que presenta el empleo de las piritas, la mayor cantidad de arsénico contenida en los ácidos sulfúricos, la dificultad c"uando el caldeamiento de las pidtas de obtener un desprendimiento regular ele ácido sulfuroso, en fin, la cantidad de ázoe considerable iatroducido en las cámaras de plomo. Los hornos destinados al caldeamiento de las piritas presentan en su disposicion diferencias notables, segun las propiedades físicas del mineral, su riqueza en azufre y segun el grosor de los pedazos y el estado de cohesion que conservan durante el caldeamiento. Los esfuerzos de los industriales se han clirigip.o, pues, principalmente hácia el m~joramiento

de los procedimientos que permiten la combustion ele una materia homogénea, y por consiguiente ele materiafes reducidos á polvo. Las piritas ricas en az ufre y rotas en pedazos han sido calentadas primero en hornos análogos á los que se emplean para la combustion del azufre y que son tan conocidos bajo el nombre de Klins. No los describiremos aquí; nos ocuparemos en seguida de los hornos construidos por los Sres. Olivier, Perret, Hausenclever y Helbig, que permiten quemar una mezcla de pedazos y de piritas de hierro, luégo de los hornos de Gersonhcefer, Malitra, "\Valter, Mac Dougal y Lunge, en los cuales se emplea exclusivamente el mineral en polvo. Antes de en:iprender este estudio, indicaremos, por consiguiente, un torno de mano que ha permitido á ciertos industriales el empleo de las piritas en los hornos Klins ó en los hornos del Sr. Perret. Este procedimiento consiste .primero en aglomerar las piritas con arcilla, luégo en calentar los ladrillos. Es reemplazado actualmente en ciertas _fábricas por uq. sistema áun más simple, que consiste en pulverizar las piritas bajo la accion de muelas, en presencia de cierta cantidad ele agua; en abandonar luégo el magma sobre suelos porosos de capas de 1 á 2 centímetros de espesor. Se forma, segun el Sr. Lunge, sulfato de hierro bárico, que aglomera la masa. Esta última es entónces rota en pedazos de un grosor determinado y caldeada en un horno cualquiera. Los gastos por esta operacion se elevan de 1,70 á 2, 70 francos por · tonelada. Los hornos de los Sres. Perret, Hausenclever y Helbig, pueden, como ya hemos dicho, caldear simultáneamente una mezcla de pedazos y de pirita en polvo. El calor producido por la combustion de los pedazos, permite la desulfuracion del polvo. (Véase la figura adjunta.) En suma, éstos dos hornos no se distinguen sino por su disposicion interior; en el primero las baldm;as que ·reciben la pirita en polvo son de tierra refractaria y están colocadas horizontalmente por encima del horno propiamente dicho y de la cuba; en ésta se caldea la pirita en pedazos. En el horno ele los Sees. Hausenclever y Helhig, al contrario, la parte inferior comprende cuatro cubas vecinas, y las 'tabletas, en lugar de estar colocadas horizontalmente, están encerradas en una torre situada en una de las extremidades del horno y están inclinadas en sentido contrario unas respecto á las otras, de unos 80 centimetros 1 de modo que la pirita en polvo


LA NATURALEZA

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echada por una tolva superior se desliza poco á combustion análogo, suprimiendo el cubo en el poco de arriba abajo, miéntras que el ácido sul- horno Perret y no conservando sino los pisos furoso caliente, que proviene de la calcinacion - de tabletas horizontales. El horno construido por este hábil industrial de los pedazos, atraviesa en sentido inverso. Aunque este horno tome cierta extension y per- se compone de una serie de pisos montados en mita caldear una cantidad mucho mayor de pi- series y dispuestos de modo que pueda haritas, no ha podido aún reemplazar los hornos cerse pasar el polvo de un piso al inferior de tal modo que la capa dispuesta sobre la tableta inde los Sres. Olivier y P erret. ferior cae en el cenicero, iniéntras que la taEn buenas condiciones de µn trabajo regular, los residuos de la combustion de las piritas en bleta m ás elevada está alimentada por una n ueuno y otro de estos dos hornos no encierran más va capa de piritas. El único defecto de que pueqe acusarse á esta disposicion es la gran cantide un 2 á 4 por toO de azufre. El horno de Gerstenhcefer ha sido aplicado dad de polvo ferruginoso arrastrado á la cámara en 18(H, en Klemania, al caldeamiento de las de plomo. Por otr~ parte, en este horno el calpiritas en polvo; se ha extendido despues en . deamiento es determinado por el mismo calor Inglateera y en Francia. Para obtener con este de las piritas en combustion; además, el renuehorno buenos rendimientos, es necesario . que vo constante de los polvos y su avance metódilas piritas estén en polvo fino, de grosor unifor- . coy gradua l h ácia las bocas de aire, permite me y secas; se alcanza este resultado por un ta- llegará una combustion muy regular y commizaje prévio, al salir del cual la pirita pulve - pleta; en efecto, las cenizas no encierran más rizada se echa en una tolva de m a dera, que la de 1 / 2 á t por '100 de azufre. Horno de M. "\Valter en Rysdrcech.., cercá de deja caer en una caja de hierro fundido construida sobre la plataforma del horno ; esta caja Brusélas.-Las disposiciones de este horno le colocan entre los Klins y el horno Gertstenhrefer. está provist~ de un distri1JUtor que peem.ite rePenniten caldear una mezcla• de fra oo-me ntos que g ular la salida del minera l. ( Véase el graun término medio entre los pedazos y ocupan bado.) La disposicion del horno del Sr. Gerstenhce- la pirita en po lvo. Los hornos , en número de fer se aplica muy bien á los .minerales sulfura- seis ú ocho; están dispuestos unos al lado de dos relativamente pobres en azufre. Así es que otrns; están provistos de rejillas de tallos rotaeste horno se emplea principalmente en las fá- torios; estos últimos son cuadrados, la altura bricas meta.lúrgicas, donde se caldean minerales de la capa de mineral varía de 10 á 15 centímede cobre, de zinc, de plomo; el inventor parece tros. El horno se carga de arriba abajo ó por el haber resuelto en gran parte el problema, que lado; el descargu e se efectúa haciendo g irar toconsiste b aj o el punto de vista metalúrgico, en dos los tallos de la rejilla á la vez. Esta dispodar una regularidad completa al caldeamiento, sicion impide un a entrada de aire demasiado permitiend? por completo la fabricacion d"el grande, ó una pérdida demasiado g rande de ácido sulfúrico. No sucede ciertamente lo mis- ácido sulfuroso. El funcionamiento del horno consiste en hamo cuando se opera con piritas ricas en azufre; marchar la serie de hornosjuntos, haciendo cer en este caso , la buena marcha del caldeamiento el gas del octavo horno, por ejemplo, por pasar depende de la habilidad y de la atencion del de los minerales de otros siete y así suencima obrero encargado de la · conduccion del horno. Los residuos no encierran sino cesivamente. Añádase aún el gasto del vaso de tierra refra.c3/ de azufre, pues l_¡ts piritas emplea100 poe un ·taria que á menudo se rompe bajo la enorme 2 contienen hasta un 15 por 100 Bélgica en das cantidad de polvo arrastrado y que debecondensaese ántes de la llegada del gas en la cámara de blenda. Horno s mecánicos de los Sre$. Pe1-ret y Mac de plomo, y se comprenderá fácilmente por q1,1é l Dougal .-Todas estas disposiciones de horno este horno no ha sido adoptado sino un poco tardíamente por los fabricantes de ácido sulfú- exigen aún, como se ve-, una gean mano de obra así es que en Inglaterra se procura disrico. Horno Maletra, pisos sin cubo .-Las dispo- minuirla por el empleo de los hornos llamados mecánicos.-Recordaremos los hornos rotatisiciones del horno de los Sres. Hausenclever y Gertstenhccfe r, que permiten renovar más ó mé- vos del Se. Perret é indicaremos como nuevo el de Mac Dougal.-De todos modos , para descrinos rápidamente la superficie de las piritas y birlo, creemos deber atender á que ha recibido facilitan por esto mismo su combustion, han una sancion peáct ica más completa ; en tócló conducido al Sr. Ma.letra á buscar un modo de


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LA NATURALEZA

que bajo este concepto tiene más analogía con los Pe1cees de piernas cortas (género Contopus). Estos rasgos indican el hábito de vivir en árboles y las facultades del vuelo bien desarrolladas. La ausencia de ( Se continitará.) pico no permite clasificar esta especie en una familia ~ particular cualquiera; pero por varios conceptos este NUEVA AVE FÓSIL. fósil presenta afinidades con los fringilios. Se llama Un nuevo género de una especie de gorrion ha palreospiza bella. Sus alas son un poco largas y punsido recientemente tiagudas; la cola padescrito por un sarece haber tenido los bio americano, J. A . dos tercios de la lonAllen, segun un gitud de las alas, es ejemplar hallado en redondeada y gradual. Las plumas perfecto estado de conservacion en las exteriores en el estaarcillas esquistosas do en que han llegainsectíferas de Flodo á nosotros, son rissant ( Colorado). bastante más cortas que las del medio. En grabado r eproPor lo demas, no poducimos los restos demos indicar sino fósiles que se comde una manera reserponen de la mayor parte ele un esquelevada el carácter verdadero de la cola, to, comprendiendo puesto qne no es del todos los huesos de las extremidades antodo cierto que poteriores y las posteseamos· el conjunto, JlÍ la forma exacta ri01·es, excepto los de su extremidad, y fémurs. Desgraciatanto más cuanto lo damente el pico y la parte anterior de la que se ha conservado cabeza faltan; pero de esta cola presenta cierta falta de simelos contornos del tría. Los piés y las resto de la cabeza y del cuello son muy garras pertenecen por completo, como distintos. Los huees fácil ver, á una ave sos están todos in perchada, y la longisitu é indican evidentemente un tipo tud proporcional ele ornitológico que se los huesos de los r efiere probablemenmiembros anteriores te á la clase de los y posteriores es la gorriones. El ejemr misma que la de los plar ofrece tambien gorriones arbóreos con una claridad noordinarios, p r in e itable las alas y la pal mente la ele los cola; indica no tau 1'anagridce. sólo la formagenernl. Lo que hay de más de estas partes sino notable en el ejemlos tubos y las barplar en cues·tion es bas de las plumas. el estado de nitidez En cuanto :.í. la taen que se han conlla y á las dimensioservado las plumas. nes generales, la esSe distinguen perpecie difiere poco del fectamente los tubos l i'ig . l. Pfranga rubra ó del como las barbas en ave del cedro ( .A.rnpelis cedrorum) . Los huesos de las sus lineas paralelas y las extremidades de los cuchialas, así como las alas mismas, ofrecen un desarrollo llos ele las alas se distinguen perfectamente á traves alar análogo; pero los tarsos y los piés son un poco más de la cola parcialmente desplegada que recubren. Se pequeños y más extendidos; así es que puede decirse puede ver hasta á traves de la cola la extremidad ele la

caso, es cierto que deberá sufrir ciertos perfeccionamientos, y principalmente ser muy notablemente simplificado . .


LA NATURALEZA otra ala. Las patas están tan bien conservadas que se reconocen aún perfectamente todas las garras (fig. 1). Otro ejemplar de la misma localidad y probablemente de la misma especie no ha sido conservado sino de una man era muy defectuosa. Se compone de una parte ele la extremidad de la cola, así como del tUtimo tercio ele una ·ala medio desplegada (fig. 2). En éste tambien el ala es gradual y terminada en punta. El ejemplar mayor, el de la fig. 1, está dividido en dos mitades, una superior, otra inferior, sin embargo, en la parte inferior de la piedra es donde se adhiere la mayor parte del esqueleto del a.ve. D e una y otra parte, los huesos son igualme~te adherentes. El grabado representa principalmente lo que contiene la piedra

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EMPLEO DE LA ELECTRICIDAD PARA LA EXPLOSION DE LAS MINAS.

Trabajos de Hell Gate.

Ya nuestro ilustrado público conoce los trabajos realizados en Nueva-York para desemba- . razar la entrada de la rada, del banco de rocas

Fi~. l.

Fig. 2.

inferior; algunos detalles se han completado por la piedra superior. L as marca·s de las plumas se encuentran con la misma nitidez en las dos piedras, y donde los huesos faltan, su impresiones tan neta que se reconoce perfectamente bien la estructma y pueden tomarse medidas con la misma precision en uno que en otro lado del ejemplar. La especie así descrita es interesante por ofrecer el primer gorrion fósil descubierto en la América del Norte; los depósitos terciarios de Em-opa han suministrado hace mucho tiempo algunos ejemplares. El autor de este artículo debe los grabados y descripciones á la amabilidad de M. S. H. Scudder, que los consiguió en 1877, durante sus exploraciones de capas insectíferas de Floresant. Los ejemplares en cuestion pertenecen hoy á la Sociedad de Historia natural de Boston. ( La Naturaleza, de L óndres, 20 de Junio de 1878.)

conocido por el nombre de Hell Gate. Recordará que las galerías subterráneas que parten do un pozo central han sido horadadas en diversas direccion~s, luégo ligadas entre sí por otras ga'.-

Fig. 2.

lerías concéntricas; en fin en los pilares así aislados se habían preparado agujeros de mina en número de 4.200 en los cuales se habían distribuido 50.000 libras de sustancias e~plosibles. El fuego se comunicó simultáneamente á todos


LA NATURALEZA

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los cartuchos despues que las galerías se hubie- cuitos. El polvo negativo de cada batería estaba ron llenado de agua; la explosion fué general; unido por un hilo á otra pieza de este aparato despues de ésta se efeqtuaron dragajes para sa- especial que _vamos á describir ahora (Gravity · car los restos de las rocas y asegurar un a pro- circuit closa) . Una armazon ¡triangular (fig. 1) con un plafundidad suficiente. Hemos visto en la parte de la Exposicion tillo circular A, en el cual se habían fijado peUniversal reservada á los Estados-Unidos un queñas copas metálicas B, B, B, en ig ual númodelo de las pilas empleadas y d_el aparato es- mero al de las comunicaciones eléctricas que se pecial que ha permitido hacer estallar instantá- trata de obtener: estas copas estaban llenas de neamente un número considerable de minas, y mercurio y terminan 'interiormente por pinnos parece que la descripcion sumaria de estos ' zas á las que venían á parar los ocho hilos co1·respondientes á un grupo de cartuchos (dos seinstrumentos podría no carecer de interes. de hilos O O' están representados solamenries Los cartuchos, que tienen un a longitud de la (lgura). Encima, y pudiendo deslizarse en te 0m,04 próximamente y un diámetro de om,018 los montantes verticales nI 1 , se halla entre encierran una pequeña cantidad de fulminante de mercurio que por su explosion debe produ- otro platillo D, en el cual están implantadas las cir la in flamacion de la dinamita; en fin, laex- puntas de latan F, que corresponden exacta-plosion del fulminante se produjo por medio de mente á las capas metálicas colocadas sobre el la elevacion á la temperatura roja de un hilo de platillo inferior: á cada una de estas puntas vieplatino atravesado por la corriente y cuya lon- ne á unirse un hilo metálico F F' que por la otra extremidad se termina en el polo negativo de gitud era de 0m ,007 por un diámetro de om,00004. La electricidad fué suministrada por medio una de las baterías. En la posiuion representada por la figura, el de pilas al bicromato de potasa en número de 48, comprend iendo dada una 10 elementos; los circuito está interrumpido y la corriente no pasa zincs y los carbones de cada pila estaban mon- estando el platillo D elevado; pero si se le abantados sobre un travesaño móvil como en la dona á sí mismo, descenderá por su propio peso, pi la de vVollaston, de manera que pudieran ser permaneciendo en todo paralelo en sí mismo. sumergidos todas á la vez en el líquido, ó ser Los puntos vendrán todos juntos á tocar el merretirados todos al mismo tiempo. Cada lámina curio, y en el mismo instante, pasando la corde zinc ó de carbon tenía 125mm de ancho y se riente por todo el circuito producirá la incandescencia de los hilos de platino y por consisumergían la misma cantidad en el líquido. Este líquido había sido obtenido haciendo di- guiente la inflamacion de los cartuchos y la solver 80 kilogramos de bicromalo de potasa en explosion de la dinamita (en realidad, había 23 650 litros de ag ua, y añadiendo en seguida '130 capas y 23 puntas y no solamente 9 como indilitros de ácido sulfúrico concentrado; el líquido ca la 0gura). En fin, para que el descenso del platillo D D marca 32°2 en el areómetro Beaumé. regular, · se había encargado á la elecfuese · Todos los travesaños pueden ponerse simulde terminar el instante. Para esto el tricidad manide mediq por movimiento táneamente en velas, y un peso fijo á las extremidades asegura platillo estaba sostenido por una cuerda G G' que pasaba por dos poleas y fija en un punto su descenso rápido. invariable H en su otra extremidad; en un punEstas pilas fueron agrupadas como sigue: to Y está interrumpida por un cartucho explo7 bat.eri as, comprendiendo cacla una 44 elemento . sible que hace parte de un circuito que contie» 43 )) » » 4 » 40 » » » 12 ne una pila y que puede ser cerrada por el mode un interruptor cualquiera X . vimiento y cada una de estas baterías debía producir la por consiguiente, darse cuenta de la fácil, Es explosion de ocho grupos que comprendían 20 se produce la explosion; se estaba como manera cartuchos: la disposicion era tal , p~r otra parte, preliminares, que los diverensayos por seguro que todos los grupos presentaban la misma resispresentaban sensibleparciales circuitos sos tencia. Para conseguir este resultado, del polo Algunos instantes resistencia. misma la mente conhilos positivo de cada batería partían ocho la operacion, las para fijado momento del ántes númeigual á concurrían que ¡¡,islados, ductores ro de series de 20 cartuchos, y se continuaban pilas fueron puestas en actividad por el descenpor ocho hilos de retorno que iban á concurrir al so de los zincs y de los carbones en el líquido; aparato especial destinado á asegurar el paso en fin, á la hora precisa la hija del general ewsimultáneo de la corriente en estos diversos cir- ton, oprimiendo el interruptor X (fig. 2), hizo

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pasar al cartucho I una corriente que produjo la expl osion: la cuerda G G' dejó de sostener el platillo D; cayó, las puntas E ·penetraron en el . mercurio de las capas B, y la corriente se estableció en los 23 grupos y en cada uno de los ocho hilos de estos grupos todos los cartuchos de los agujeros de min as estallaron á la vez, produciendo la explosion simultá nea de los 50.000 · kilogramos de dinamita. · ro insistiremos en los resultados de la opera'cio n , ni en la habilidad con que fué conducida bajo el punto de vista del arte de ingeniero; pero nos ha parecido interesante mostrar cómo ha sido empleada la electricidad para asegurar el éxito de este trabajo. Ha h ab ido alg una dificultad para obtener la simultaneidad de las explosiones, y esta simultaneidad era una de las condiciones de éxito. El procedimiento empleado no es sólo el único que puede imag inarse, pero ha respondido al fin que se buscaba, y esta es una razon válida para hacede conocer y para recomendarlo al porvenir.

segun la cual nuestros continentes salen del fo ndo de los ;mares y se h an elevado á su posicion actual por la accion interna ·ele. ese mismo calor, cuyas manifestaciones exter.iores hallamos eq los volcanes.» Este género de experimentos es del todo motivado á r,onsecuencia ele las ideas teóricas que desde época más ó ménos remotas h an sido int roducidas en la hist oria ele la tierra. P odemos.clasificar en tres principales todas las teorías de formacion de las montañas; la ele elevacio n, la del hundimiento y la ele presion ó aplastamiento lateral. La idea ele elevacion de las montañas se pierde en la noche ele los t iempos, clice Elie de Beaumont..... El ancla de Oviclio, que se remonta, segun parece, hasta PiMgoras, será tan antiguo en la ciencia como el cuadrado de la hipotenusa» (1). Si en cierta época esta idea pudo tener éxito, está bastante abandonada hoy para que yo me ocupe ele ella. La teoría ele la formacion ele las montañas por hundimiento, ha tenido, si mal no recuerdo, á J. A . D clnc por primer representante. Es bastante empleada. Este sabio se ocupa ele ella á menudo en sus obras. En la fra e siguiente me parece que expone sus ideas ele la ----==>O-<>-<><; manera más concisa. Hablando de las cadenas de rp.ontañas, que egun ele EXPERIMENTOS SOBRE LOS EFECTOS DE LAS PRESIONES Saussure, están formadas poi; capas apoyadas un as Ó APLASTAMIEN'.rOS LATERALE S EN GEOLOGÍA. (1) contra las otras, «apoyándose todas ellas entre sí contra las sustancias prirn:ordiales,» añade: «y no es méSir James Hall publicó en 1813 los resultados de nos evidente, que esto debe ser por las rupturas ele experimentos que han permanecido célebres (2) . Se toda la masa ele capas, en los sitios que fo rman ho·y proponía descubrir la causa que h abía contorneado y el centro ele estas cadenas, por los hundimientos latearrugado las capas terrestres de sedimeHtos. Cons~- r ales ele las masas así divididas que las capas :\utes guió en parte imitar su estructura apilando en una inferiores se hall an la. más elevadas y dirigidas hácia mesa .pedazos ele telas de lana, ele algodon ó ele lienzo, estos centros ..... (2) cargando con un peso su superficie superior, y compriL a idea ele presiones fné enunciada ~n 1795 por miéndolas lateralmente. Consiguió asimismo por un J. B . de Saussure. «Este h echo, q.ice h ablando ele la medio parecido dar á las capas de arcilla fo rmas con- estructura ele las montañas vecina ele Greudelwad, tomeaclas que t enían mucha analogía con las de ciereste hecho suministra un buen ej emplo de presiones tas capas observadas en Escocia. « Tos falta aún con- • que yo considero como la causa general del aplastasiclerar, dice, cómo se ha pro el uciclo esta pres ion hori- miento de las capas originalmente horizontales.» ( Vo zontal. Se puede, segun creo, admitirla como una conyages, § 1677.) Hs adelante se lee: «Este gran fenósecuencia natural de la hipótesis del doctor Hutton, meno se explica, como espero h acerlo ver en la teoría, por el encogimiento que h a enderezado estas capas, originalmente h orizontales.» ( Voyages, § 1996.) Aña( 1) Al comenzar este artículo 111 0 creo ob li gado á indicar de además: «En efecto, si se supone que es ó por enlos bellos trabajos que l\l. Daubrée ha publicado r ecientem ente en las Comptes 1·endus [de l'Academie eles Sciences cogimiento, como yo creo, ó por ruptura de la corteza (sesiones del 15 de nlarzo, 8 y 15 <lo Abril 1878). E te sab io de la antigua tierra, como cree .lVI. ele Lue, que estas describe ex perim entos num erosos y variados, cuyo fin es recapas, h orizontales en su origen se convierten en verprodu~ir las formas de las montañas y estudiar la causa proticales .. ... » ( Voyages, § 1999.) ba ble de los pliegues y contornos observados en la superficie Se encuentra además la frase siguiente en una car ta del ~lobo. El se ha ocupado, pues, ántes que yo, de esta cuesinédita (3) ele aussure á de la Metherie, fechada en tion; pero mis experim entos difieren de los suyo en a lgunos 6 de J ulio de 1795, con motivo de la T eorie de la T erpuntos; estaban hechos y este tl'abajo estaba ya concluido cuando tuve conocimie nto do los trabajos do es te sab io. Véase sobre mi experimentos las Comptes 1·endus de l'Academie des Scierices Abril, 1878. (2) On the vertical position and convo lu tio ns of certain strata, etc. T1·a11sactions o{ the 1·oya l S ociely of Ed i mburgh, t. VII, 181 3.-Como extracto , Bibl iot. Brilan. (ele G inebra) ciencias u m·t cs, 18 14, t. r.v, p. 330.

(!)

Notice su,• les sislémes (le montagnes, p. 1325 , nota. (2) Lett1·cs sw· l'his t. phiys . de la /erre, dirigidas á Blumenbach , 1798, p. 70. (3) E sta cirta Pie rl enece á M. Th. Necker , que ha tecido ,i bien comun icármela.


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,·e, publicada en 1791 por el sabio frances: «Observad solamente que el sistema que habeis expuesto en el tercer volúmen bajo el nombre de sistema de Saussure, no es en manera alguna consecuencia de opiniones maduras y adoptadas con r eflexion y madurez. Tengo presentes esas ideas como un sueño ó como una serie de imágenes que el espectáculo de las montañae visi-

bles ele la cima del Oreamont podía rc,elar eu la cabeza de un geólogo. Pues pienso como vos que la explosion de los flúidos elásticos no puede en manera alguna elevar y ménos aún sostener en un estado de elevacion masas tales como el M.-B. (1) y sus iume- · diaciones. Me inclino más bien á la idea de un encogimiento. P ero todo eso es demasiado largo para una

l'ig. l.

carta, esperando desarrollar mis ideas en la continua· cion de mi obra.1> Se halla, en efecto, reco rriendo en los Alpes una infinidad de localidades en las que se cree ver la impre· sion de encogimientos laterales (2) . · Esta carta presenta el interes de establecer netamente que la idea de encogimiento es la que de Saus-

sure adoptó hácia el fin ele su laboriosa carrera; hace conocer igualmente lo que de SausslU'e pensaba, del transporte poético que se había apoderado ele él en la cima del Oramont. La expresion de presion lateral, de que se sirve Elie de Beaumont, hace nacer la misma idea que la palabra encogimiento. «Parecen existir, ha dicho el ilustre

Fig. 2.

sabio, muchas relaciones entre los resultados necesarios de la pres ion lateral y los fenómenos que ele , 'aussure quiere designar cou la palabra encogimiento, de la que se sirve en los últimos cálculos teóricos consignados en sus Voyages» (3). l\lont-Dlanc. A. Fabre, Rechel'chcs @~ 407, 356, 54 1, y principalmente 597.

[' (!)

J

Es interesante hacer constar que ya, en 1644, Descartes parecía haber entrevisto la causa de las dislocaciones del suelo, vuelta á hallar por estos geólogos modernos. ce.Ahora bien, dice, Labicndo muchas hendiduras en el cuerpo E (la figmn, unida á esta explicacion representa el cuerpo E como si fu era una

(2)

(3)

Noticesui· lessystiimesde montagnes,p.13 18.

··,


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pam recibir todas las piezas de este cuerpo en la misma situacion en. que estaban ántes, ha sido necesario que algunas de ellas caigan de lado y se apoyen unas contra las otras (l)» (la fig. 2 representa las dislocaciones del suelo) . Estos tres sistemas, que hacen provenir las montañas de fuerzas que empujan las grandes masas mine-

capa de la superficie de la tierra) las que se aumentan más y má , se hacen por fin tan grandes que no puede, sostenerse más tiempo por la ligacion de sus partes, y la bóveda que componen se rompe de gqlpe, haciéndola caer su pesantez en grandes pedazos sobre la superficie del suelo O (otra capa de la tierra, inferior á E); pero como esta superficie no es bastante larga

,,

l¡,ig. 3.

rales de abajo arriba, de arriba abajo ó lateralmente, no están tan distantes unos de otros como podría cr~erse á primera vista. Creo que no puede rehusarse á lo, sabios que han admitido el sistema de eleYaciones como modificacion principal de la superficie del globo, haber admitido tambien la formacion de depresiones corno modificacion secundaria. Parece tambien impo-

sibi e que los geólogos que han sostenido el sistema de hundimi entos como modificacion principal no hayan admitido la elevacion como modificacion secundaria.. En fin, en el sistema de presiou ó de aplastamiento lateral hay un hunclimiento general de la superficie de la tierra, puesto que hay disminucion en la longi· tnd del radio de nuestro globo, y resultan por consi-

Fig. 4.

guiente elevaciones del suelo en medio de esta depresion general. La causa de presionó aplastamiento lateral t iende al enfriamiento de la tierra. Es bien probable, en efecto, que nuestro globo está (1)

Í\

ª

42 esta cuestwn por la nota que

CEuvres de Desca1·t es. Paris, 1824 1 t. III, p. 36G,

-Mi atencion fué llamada

en el período eu que, segun Elie de Beaumont, a:el enfriamiento medio anual de la masa sobrepasa al de la superficie, y le sobrepasa de más en más (2).» Debe 111. Daubréc insertó en la página 33 de su Rappo1·t sw· les progres de !a ge1,logic expe1·ime11tale. Paris, 1867. (2) Comples 1·endus de l'Acad . des Sciences, !Sti.4, XIX,

1327.


334

.

LA ÑATURALEZA

resultar que la capas exteriores del globo, que tienden siem1n·e á apoyarse sobre las partes inferiores, se arrugan, se pliegan, se dislocan, se deprimen en ciertos puntos y se elevan en otros. Los experimentos qne he hecho en el taller de la , ociedad ginebrina para la fabricacion de instrumentos de física, con el amable concurso de su director el Sr. Th. Turettini, se parecen mucho á los de Sir J,Lmes Hall. Difieren sin embargo de una I¡1anera notabl~ en dos conceptos: I: 0 El célebre escocés hacía reposar la materia que quería comprimir sobre un cuerpo que no se comprimía' eu manera alguna, ~ióntras que yo colocaba la capa de arcilla, empleada en estos experimentos, sobre una lámina de caoutchouc, fuertemente estirada, á la que la hacía adherirse todo lo posible (l); luégo dejaba al caoutchouc adquirir su dimension primitiva. Por esta contraccion el caoutchouc actuaba de una manera igual sobre todos los puntos de la parte inferior de la arcilla, y más ó ménos sobre toda la masa, en el sentido de presion ó de aplastamiento lateral. 2. 0 Hall comprimía por medio de un peso la superficie supel'ior del cuerpo que quería ·plegar, lo que impedía que se produjera toda deformacion, miéntras que dejando esta superficie libre, he podido ver aparecer, durante el experimento, formas que son parecidas á las que pueden observarse .en diversos países de col in as y montañas. La di posicion del aparato es muy sencilla: una lámina de caoutchouc de .:.6 milímetros de espesor, 12 centímetros de ancho y de 40 centímetros largo, se estira, en la mayor parte de los experimentos, :i una longitud de 60 centímetros. 'e la cubre de una capa de greda (2) en estado pastoso, cuyo espesor varía, segun los experimentos, de 20 á 60 milímetros. Se ve por las dimensiones indicadas más arriba que la presion clismimuye la longitud de la capa de arcilla en un tercio. Esta presiou ha sido ejercida sobre ciertas montañas de Sabaya. Por ejemplo, el corte que he publicado entre la Pointe-Percée· y los alrededores de Bonneville (3) deja ver que las capas plegadas ó cantor~ neadas que están indicadas, entre Dessy y el Col du Grant-Bornand cubren una longitud que tiene los dos tercios ele la que poseían ántes de la compresiou. Estas ·montañas han debido sufrir, pue , como la greda, una compresiou indicada por la relacion de 60 á 40. Los plegamientos no se observan quizá en toda la superficie del globo, no estando éste igualmente plegado en toda su extension; pero se les halla en gran n úmero de países y áun debajo de capas casi horizontales, A veces los pliegues se aproximan á la vertical y están apretados unos contra los otrns, indicando esta estructura que la cornpresion se ha ejercido de ( 1) En algunos ex perimentos se fijaron clavos. repatti_<los en el caoutchouc; no e taban completamente hundidos é impedía n el deslizami ento de la greda sob;·~ el caoulchouc. .' • (2) Tierra ele Bres e empleada en Gmebra para bar01zar el vidriado comun. (3) Bulle!. Société géo!ogique de Frnnce, 1875, t. III ¡ plano XXII.-..\. Favre 1 R•chm·cltes géo/ogiques. Atlas, plano IX.

una manera más fuerte que la que acabo de indicar. Estas potentes presiones laterales de la parte exterior y sólida de la tierra, parecen resultar de la disminucion que habrá experimentado el· radio del núcleo interior pastoso ó flúido durante millones de siglos. Habrá"'sielo bastante notable para que la corteza sólida, que siempre ha debido apoyarse sobre el mícleo interior cuyo voltímen disminuía continuamente, haya tomado las formas que conocemos con una lentitud que es la misma que la del acortamiento del radio. Volvamos á mis experimentps. A las extremidades de la capa de arcilla se hallan piezas de madera ó apoyos, fijas sobre el caoutcbouc y que le acompañan en su movimiento ele retraccion. La greda se halla así comprimida á la vez por su adherencia al caoutchonc y por la presion lateral de los apoyos. Por la influencia del caoutchouc sólo, sin la presencia de los apoyos, no se forman sino arrugas muy pequeñas en la superficie de una lámina de greda de 3 ií 4 centímetros de espesor, y si los apoyos comprimen sólo la greda puesta sobre una materia que no e comprime (una plancha bien lisa y aceitada), la greda no se arruga absolutamente uada en las inmediaciones del centro de su superficie; aumenta un poco _d e espesor y se forman amontonamientos de tierra contra los apoyos. Las capas que parecen dividir las masas ele arcilla y que están representadas en las :fig uras no son realmente capas, sino simplemente delineamientos horizontales en la superficie ele la arcilla. La compresion tal como ha sido aplicada en estos experimentos produce contorneamientos de capas que elevan la superficie de la materia comprimida, así en las partes planas ó aplanadas, como en las que toman formas de valles, colinas ó montañas. Estas últimas tienen la apariencia de bóvedas ó de pliegues, tan pronto perpendiculares como redondeadas; las línea están completas ·ó rotas cu su cúspide por una rotura longitu linal, estrecha abajo y ancha arriba; siguiendo otra r9tura estrecha por arriba y ancha abajo, que se produce en la base de la montaña ó bóveda, y quizá comparable á la gran grieta , en la cual , segun L. D. Bnch, se establecen las chimeneas volcánicas al pié de las cadenas de montañas. Los flancos de las cañadas son tan pronto casi verticales, tan pronto presentan pendientes suaves. Las capas están ménos fueiiemente contorneadas en las partes bajas que en la vecindad de la superficie superior. Están desunidas en ciertos sitios por fisuras ó cavernas, están atravesadas por heucliduras ó faltas inclinadas ó verticales. Todas estas deformaciones son tanto más variadas cuanto que no son parecidas en los dos lados opuestos ele la misma, capa de arcilla, La mayor parte de estos hechos se ven en la flg, 1, cine r epresenta el re~ultado de uu · experimento hecho en una capa de arcilla, cuyo espesor ántes de la compresion era de 25 milímetros, miéntras que despues llegó á adquirir 62 milímetros en el punto culminante .. Se ve en a una bóveda un poco rota e~ su cú~picle, que recubre una caverna semejante á la representada en la Memoria de F . Hall y en la ele Petit-Bornand en


LA NATURALEZA 'aboya (!<'abre, Recherches, pi. X}; en b hay una cañada abie1:ta en una de sus extremidades y casi cerrada en la otra; en e se encuentra una bóveda casi recta, cuyo prolongamiento es bastante aplanado; en g, h y l hay bóYedas redondeadas )r llll poco rotas, miéntras que en i se halla un pliegue roto cuyas curvas son casi verticales. Todos estos accidentes del suelo r ecuerdan los que se han observado tan frecuentemente en el Jura, los Alpes y los Apalaches. La fig. 2 repr13senta una capa de arcilla cuyo espesor era de JO milímetros ántes de la compresion y de 65 despues. En ella se notan contorneamientos semejantes á los ele la figura precedente, entre otros una bóveda a muy rectamente formada. De distancia en distancia se ven cortes verticales (b, e, c,f, g) sobre los que la compresion parece haber actuado de una manera particularmente enérgica que podrían llamarse «zona·s de presion;» las capas están aplastadas de una manera excepcional, :\. menudo separadas las unas de las otras. U na ele esas bóvedas está reemplazada por una grieta sola, al lado opuesto ele la capa ele arcilla. Antes de la compresion se veían eu la capa de arcilla de la fig. 3 las dos cli,i iones que se ven aún, la de la derecha ele largo ele 33 centímetros, y de un espesor ele 25 milímetros en a y de 35 en b; teniendo la division izquierda 25 centímetros de largo, 65 milímetros, uniendo una pendiente suave la parte e á la parte b. Despues de la compresion, la altura media ele a b es ele 45 y la de e ele 75 milímetros. Todas las capas esti\n trazadas horizontalmente. · En este experimento he procurado imitar el efecto ele la presionen el límite de una montaña y de un plano. La altura de la montaña e está notablemente aumentada, habiendo avanzado del lado del plano, subiendo sobre ella, las cinco ó seis capas superiores; el plano debe por consiguiente haber ofrecido una resistencia bastante grande para que las capas ele la montaña se hayan enc01'vado fuertemente hácia la base. De esta lucha entre el plauo y la montaña ha resul tado un redondeamiento ele que la primera colina al pié ele la montaña. Resulta además que las capas del plano ·han experimentado una apariencia de presion al contacto ele la montaña por efecto ele la bóveda que se ha formado en b, entran debajo ele la montaña. Esta se parece á lo que se ve á menudo ·en los Alpes en la union ele la primer a cadena calcárea y las colinas blandas; en efecto¡ las capas de esta última roca parecen penetrar bajo las de las altmas vecinas. Por efecto de la compresiou, se han forn\ado varias hileras ele colinas en el JJlano entre b y a. Figura 4.-La capa de arcilla tenía ántes ele la compresion 45 milímetTOs ele espesor; de pues el punto culminante tenía mús ele 10 centímetros. . He procurado imitar (si puede uno osar servirse de esta palabra cuando se imitan en una escala tan pequeña los graneles fenómenos ele la naturaleza) lo que sticecleria cuando la compresion terrestre se ejerciera· sobre capas horizontales aún húmedas, dispuestas en el fondo de los mares, donde se hallaran dos montañas

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ya solidificadas. Con ese objeto coloqué sobre el caoutchouc y debajo de la arcilla dos semicilindros de madera a y b ele 35 milímetros próximamente ele radio á 20 centímetros de las extremidades de la capa de arr.illa y á la misma distancia uno de otro. Antes ele la compresion la•superficie ele la arcilla y las capas eran completamente horizontales. La compresion tuvo orígen en la cúspide del semicilindro a en una cañada e, formada por un encorvamiento ele las capas á la derecha y por un montecillo a á la izquierda. Ahora bien, creo que nunca se ha pensado en asignar á lllla cañada un orígen de esta naturaleza. Sobre el otro semi-cilindro b se produjo una enorme elevaciou que ha Jleyado el suelo hasta e, con una ruptura tal, que el labio ele la izquierda,f g, experimentó una revolucion completa, giran el.o como sobre una charnela alrededor ele la línea horizontal que pasa por el punto h. Resulta que las cuatro capas supei'iores de la arcilla designadas por las cifras 1, 2, 3, 4, qne estaban en una posicion normal ántes ele la compresion, se ha~ llan despues ele ésta dispuestas para suministrar la sucesion ·epresentacla por la disposicioµ siguiente de las cifras: l, 2, 3, 4, 4, 3, 2, 1, 1, 2, 3, 4, haciendo · el corte de este terreno por una línea tn1zacla de x á y . Si el labio de la izquierda desapareciera, se tendría entónces entre lo puntos x y z el corte 1, 2, 3, J, 5, 1, 2, 3, 4, ·5.

Secciones análogas á ésta presentan perturbaciones en el órden de las capas que son conocidas por los geólogos. Las formas adoptadas por la arcilla dependen c1e mu.chas circustancias de que es dificil darse cuenta, tales son: la potencia y la rapidez de la compresion el espesor y la mayor ó menor plasticidad de la arcilla, etc. ¿Por qué los accidentes dela superficie de la arcilla que están íntimamente unidos á los del interior ele la masa, tienen una extenJ,ion tau limitada que no se parecen aúu en los dos lados ele una capa de arcilla? Esta poca contiuuiclacl tiende á causas q ne·no pueden ni preverse ni apreciarse. ¿ o sucede lo mismo en la natmaleza? ¿Por qué la cadena de los .,-i.lpes no es una ver ladera cadena, sino una succsion ele moles á menudo oblicuas unas respecto á las otras? ¿Por cj_ué en el Jura se ven cadenas que tienen por prolongacion llanos y cañadas? Sucedo siempre que las formas y eatructuras obtenidas en estos experimentos tienen .un parecido increible con las que se encuentran en la superficie del globo. Pero es necesario reconocer que gran número de estas últimas no han siclo reproducidas por estas presiones artificiales. Parece probable que, por compresiones más potentes y diversamente empleadas, se podrían obtener aún estructuras muy distintas. Pero no he creido <leber multiplicar estos experimentos, pensando que las formas variadas que han siclo el resultado ponen suficientemente e11 evidencia los efectos de las presiones. ALFONSO

F ABRE,

l' rofesor ele la A.cnelcmia ele Ginebra.


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LA NATURALEZA

MISCELANEA. Fisiología vegetal.- En una curiosa Memoria presentada á la Academi!i. de Ciencias, M. P. Bert in dica la causa del heliotropismo y de los movimientos periódicos de las hojas y de las flores. Se sabe que existe en la base de estos órganos una dilatacion que se llama la dilatacion motom. Despues de diversos experimentos que hizo, principalmente en la sensitiva, M. P. Bert cree poder afirmar que el movimiento pe1iódico de las hojas y las flores es debido á una disolucion de glucosa que va á llenar, bajo la influencia de la luz, la cavidad de la di,latacion motora . El aumento de peso que resulta es lo que rompe el equilibrio del órgano y le hace presentar la mayor superficie posible á la luz para la evaporacion. ·

....* El camino de hierro del Vesubio.-Bien pronto se podrá llegar cómoda y confortablemente al cráter del Vesubio por medio de un camino de hierro del género del de Righi. El Consejo Superior de Trabajos públicos acaba en · efecto de aprobar el proyecto de camino de hieiTo del Vesubio, presentado por un banquero que ha obLenido de la prefectura de N ápoles la concesion de esta línea. Se trata de un camino de hierro del sistema llamado funsicular y de doble vía, establecido sobre cojinetes Lle bien-o, soportados por pilares igualmente de hierro colocados á una distancia de 6 metros unos de otros. La longitud de la vía sení. de 840 metros y la estacion, en la cúspide de la montafi.a, estará á 420 metros . de elevacion sobre la estacion al pié del volean; la pendiente de la vía será, pues, de 50 por 100. Este camino de hierro estará servido por ocho wagones de cuatro a!,ientos, de los cuales cuatro subirán, miéntras que los otros cuatro descenderán, r;uardando siempre una distancia de 210 metros entre un tren y otro. Para evitar todo accidente, cada wagon estará provisto de un freno automático privilegiado, destinado en caso de ruptura del cable á detener el wagon inmediatamente. Todo el mecanismo se pondrá. en movimiento por una máquina de vapor fija, de fuerza de doce caballos.

....* Hospital para caballos viejos.-Un neo americano, muerto lrnce poco, h a dejado en testamento la suma de un mill011 ele francos dedicada á la construccion y al sostenimiento de un hospital para caballos. Los propios caballos de este americano deberún ser los primeros pensionistas del hospital. En éste se admitirán además los caballos enfermos ó viejos que hayan prestado buenos servicios durante largos afi.os. Este americano en vida era un gran apasionado á los buenos caballos, siendo esta aficion la que le mot ivó esta idea original.

. *.

Exposicion de Sidney en 1879,-Está anunciado oficialmente que tendrá lugar en Siclney una expo•

sicion internacional universal el afio próximo venidero. E l programa de esta Exposicioli acaba de ser transmitido por el gobierno británico á todos los gobiernos extranjeros acreditados despues ele la Exposicion francesa actual, para invitar á los industriales de los países que representan á tomar parte en ella. Los comisarios que representan la Nueva Gales del .Sur en París están encargados de dar todos los datos necesarios. ,tS2J1-

TORMENTA DEL 18 DE AGOSTO DE 1878 EN PARIS. A p~rtir del 17, á medio dia, el.barómetro se mantuvo estacionario hasta el 18 á medio dia. Su altura media era de 765 milímetros. A las tres de la tarde, el 18, empezó á descender. La tormenta estalló por la noche en Paris y en sus alrededores, en la direccion SO. -á NE. A las once de la noche se observaron nu-

R elá mpago observado en París durante la tormenta del 18 de Agosto de 1878.

merosos relámpagos que ofrecían un aspecto particular; parecían elevarse del horizonte para ir á unirse á las nubes superiores. El g rabado adjunto representa uno de esos relámpagos observados á las once de la noche. Durante la duracion de esta tormenta cada relámpago estaba acompañado de una disminu• cion en la tension eléctrica del · aire, que per• maneció constantemente positivo. PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS.

MADRID,-Tipografia Estereotipia PEROJO.


Núm. 48.-26 Octubre 1878.

· LA NATURALEZA

LAS LANGOSTAS EN LA INDI1 . MERIDIONAL, La carestía que ha desolado parte de la India, ha cesado, y ha sido posible hacer la recoleccion en la mayor parte de las plantaciones de arrnz; pero la India meridional ha sido recientemente visitada por la plaga de langostas. En los distritos de Madura, Tinnevelly, Mysora y en los montes Neilgherrües han aparecido enormes nubes de langostas; hasta ahora se han contentado con devorar la hierba de los pastos y los tallos nacientes del arroz. Segun una leyenda ára-

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he, una langosta dijo al profeta Mahomet: «Somos el ejército del g ran Dios; ponemos noventa y nueve huevos; si fuera la centena completada, devoraríamos la ti erra entera. » Como sólo le es necesario á las langostas ménos de un mes para poner y que lleg uen á término sus noventa y nueve huevos, los terrenos cubiertos de la más 1uj uriosa vegetacion, ¿no sería n convertidos en tristes desiertos si las langostas, como se asegura, toman posesion de un país para permanecer en él rle tres á siete años y comerse las hojas y las cortezas de los árboles más amargos, despues de haber devorado toda otra verdura? La única esperanza

Caza ele nubes <l e langostas e n la India meridional. Abril, 1878 . (Tomado del natural.)

que queda al desgraciado pa is , es ver al monzon destruir el ejército entero de lan gostas , ántes que pasen de tres á siete años. Despues de haber comido todos los v"erdes cultivos del distrito de Madura, las nubes de langostas se presentaron en las laderas cubiertas de la cadena occidental de los Ghantes. A mediados de Marzo, en un día ele calma y caluroso, se oyeron los geitos: ¡Que vienen! ¡Que vienen! Acosados por los pastores, al ver las bestias huyendo en todas direcciones, se podía suponer que un tigre se había arrojado sobre una vaca. Al salir de las habitaciones se apcr2. 0

SEMESTílE.

cibía una niebla espesa que invadía las laderas verdorns; caía á tierra produciendo el ruido que h acen los copos de nieve cuando caen en la supedlcie de una cañada. Millones y millones de langostas parecían esforzarse en volar con direccion al Norte; pero una brisa suave, que se elevó, las arroj aba hácia el Sur; dura nte cinco cuartos de ho1·a, i:;e las vió y -se las oyó por encima de la cañada en número incalculable; su. enjaml;rc velaba la claridad del sol , y el ruido de sus alas se parecía al que produ ce un fuerte chubasco. Esta nube sería de unas dos millas (un poco más de tres kilómetros) de largo. Las 22


LA NATURALEZA

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langostas estaban tan cerca las unas de las otras, que parecía que apénas tenían espacio suficiente para desarrollar sus alas. Durante todo su paso, el suelo había tomado un tinte morenoclaro, po,r la c~ntidad de langostas que caían de las filas para permanecer echadas en el suelo. Una vez en tierra, estaban muy léjos de quedarse inertes; vagaban en la hierba desecada, buscando algun tallo verde que hubiera resistitido hasta entónces á las quemantes miradas del sol. El grabado adjunto, tomado del natural por uno de nuestros corresponsales, representa los coolíes echándolas fuera ele una plantacion de café, con la ayuda del tam-tam, de tambores indígenas y de varas. Los cafeteros estaban en tónces en flor; se podía creer que si bajaba sobre ellos la nube, fuesen presa de la voracidad de los insectos, flores y botones. E l a lboroto producido por siete tam -tam y por unos cin cuenta coolíes chillando, aullando y batiendo las malezas con sus estacas, disipó los bergantes {straggle.rs ), que se reun ie ron en masa delante d e la línea de los coolíes y se unieeon al gran enjambre, que el viento impulsaba hácia ellos en la direccion del Sur y más allá de las lad eras herbosas. C uando se tiraba sobre la nube de lan g ostas con un fusil cargado con granos de arena, se mataban cien Los . de ellas, y áun á menudo , toda la banda amedrentada to -· maba otm diréccion ('1 l.

LAS

A, ES DE LA N EVA-G

INEA

(Continua cion.-Véa se el núm. 45 , pá g. 290 .)

:LJl i\ fagnifíco de Buffon, de l::lonncraLy de Levaillant ó Diphyllocles specios,i de los autores modernos, es un poco más grande que el Cicinnurus regius y t iene una lib rea ·áu n más extraña, tan extraña que es bastante dificil dar una idea de ella. Su cabeza e t~t cubierta de plumas esca mosas de un color moreno leonado, que se enderezan ligcramenLe sobre la frente, y sudorso está revestido de plumas alargadas que están cortadas netamente en su extrem idad, y que por su color amarillo pálido, a sí como por su disposicion, pueden compararse perfectamente á un techo de bálago. Este techo deja á descubierto por detras otras plumas de un aspecto análogo, pero de un color completamente distinto, moreno castaño, que están limitadas en cada lado por otros dos pequeños techos de plumas ama( 1)

T omado de Tite G1•aphic ele L ónclrcs.

rillo de gamuza. Debajo del mentan se endereza una brncha de plumas aceitunadas, á las que ·sucede una mancha magnífica verde abronzada co n reflejos dorados, que cubre toda la garganta y todo el pecho, en cuyo medio se destaca una hilera de placas irisadas. Las alas son morenas y el vientre negro-verdoso male, q ue hace un contraste precioso con el color resplandeciente de la mancha. En fin, la cola está adornada de dos brinzas de 25 á 30 centímetrns de largo, de un azu l púrpura, ligeramente barbadas en su lado extremo y encorvadas graciosamente hácia afuera, luégo hácia adentro. 1"1iéntras . que el macho luce estos brillantes colores, la hembra, siempre desheredada respecto al plumaje, se parece por s u librea empañada á la hembra del

Cicinnurus r egius . El Diphyllod es tiene por patria las islas de i\Iysol y Sahrnthy y toda la region Noroeste de la ueva-Guinea , donde ha sido encontrado bastante comunmente por M. Beccari. Habita, dice este viajero , las sel vas situadas en las inmedi acio nes del mar, sea un llano ó sean pequeñas colinas de 4 á 700 metros de elevacion, y busca los pequeños sitios despejados en la proximidad de un torrente. Es bastante fácil matar es!a ave cuando se aprende á conocer su canto, que consiste en las sílabas teia teia repetidas frecuentemente y con fuerza. Cuando se oye este grito particular, aproximándose con precaucion se puede apercibit· en una claridad del bosque dos machos haciendo la corte á una hembra. Nada es tan curioso como ver inflará estas aves su cuello y ende rezat• todas s us plumas de mod o q uc su cabeza aparece rodeada de una verdadera a ureola formada de un lado poi· las magníficas plumas verdes del pecho y de otrn por las · plumas amarillas del menton. Recorriendo esta magnífica serie de aves del paraíso se va de sorpresa en sorpresa¡ el diphyllodes parece todo lo más anormal que podría imag inarse bajo el punto de visla del plumaje, y hé aquí otra especie, el paradiseo ele ',Vilson ó paradíseo calvo ( S chlegelia H ilsoni ó Sc h/egelia cal oa) , que presenta formas .í. un más abct·rantes! Imaginad un a ave de la talla de un pico-gordo, con toda la mitad posterior de la cabeza denudada y cubierta con una piel neg ra, en cuya superficie algunas líneas de plumas dibujan aires regu lares, al veni r á unirse á oLras plumas cortas y sedosas de color moreno aceitunado que abrigan la region frontal. En la region intra-escapular un disco amarillo ele oro, un poco más atras sobre el dorso un disco rojo escarlata, rodeado como el precedente de


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LA NATURALEZA un círculo de terciopelo negro; en las alas, tambien rojo· rodeado de castaño, en la garganta, á partir del menton y sobre todo el pecho una admirable mancha de color verde profundo, el'evado por el tinte moreno fuliginoso del abdómen, terminando la cola dos brinzas púrpura, un poco más cortas que las del diphyllode, pero encorvadas de la misma manera; tal es la librea tan ·cl10cante como fastuosa que lleva el Schlegelia Wilsoni, que habita las islas de vVaigiow y de Batanta. A todos estos paradíseos de brillante plumaje, el gusto público prefiere hace algun tiempo, y no sin motivo, aves de la misma familia cuyós colores son ménos visibles y que se designan vulgarmente bajo el nombre de Pa1·aclíseos:aterciopelaclos. La m ás bella especie de este gr upo es sin contradiccion el sefilato (Parotia sefilata ó sexpennis), que habita la cadena de los montes Arfak, en el Noroeste de la Nueva-Guinea. Del tamaño de un mirlo, el sefilato tiene el pico y las patas robustas y de color negro; en su frente se ende.rezan plumas tiesas de color blanco satinado , y de cada carrillo parten lres brinzas extremadamente tenues, terminadas por una paleta oval; un poco más atras brillan plumas irisidas que forman en los lados y en la parte posterior de la cabeza una especie ele diadema, y en la garganta se imbrican plumas escamosas, de reflejos verdes, purpuradas y doradas, de un brillo incomparable. Todo el resto del cuerpo es de un color negro profundo y aterciopelado. Este último color s e extiende igualmente sobre las partes superiores del cuerpo ele la hembra , que por otra parte no tiene filetes en los lados de la cabeza, y presenta sobre el pecho y sob1·e el vientre, como otras muchas hembras de p 1radíseos , numerosas barra<; transversales. El sefilato no ha sido conocido hasta hace poco sino por las pieles mutiladas, preparadas por los papuasios. V i ve á una altura de 1.200 meleos próximamente, en medio de las selvas más espesas. Su alimento consiste en frutas de diver1Sas especies, y particularmente en una especie de higo que es muy abundante en los montes Arfak. , Los gritos muy resonantes pueden traducirse, dice M. de Albertis, por las sílabas, gnaacl gnaad. Como ciertas gallinaceas, esta · ave tiene el hábito, para abrillantar su plumaje y desembarazarle de parásitos, de revolverse en la tierra desarrollan do y contrayendo alternativamente las diversas piezas de su vestimenta, elevando y bajando su cresta frontal y sus brinzas laterales. A menudo ejecuta movimientos,

tan impetuosos, tan desordenados que parece luchar contra algun enemigo imaginario. Los naturales le designan con el nombre de Ooran-na. ( S e continuará.)

LOS GAUCHOS DEL JAUDIN DE ACLIMATACION DE P.i.1. R l S.

Independientemente ele los servicios que el Jardin de Aclimatacion está llan1ado· á prestar y que ha prestado ya á la ageicultura y á la .cría de animales en Francia, ha obtenido ya un resultado inm~nso que nos ocupará en este artículo. Geoffroy Saint-Hilaire tendrá en esto el mérito inapreciable ele vulgariz ar en su país, la aficion y el conocimiento primero de las cosas de la naturaleza. Habrá contribuido así en gran medida á la educacion nacional, y dirigido hácia lo concreto y el materialismo , más de una inteligencia retenida por la. pedagogía clásica, en el dominio de las ideas abstractas, de esas ideas que no trazan _lo gTáfico en el cerebro. Habrá hecho _más,-clebíamos decir ménos, puesto que la eclucacion en la colectividad es un hecho capital-en ofrecerá los que se ocupan especialmente ele las razas humanas, medios ele estudios que las costumbres sedentarias no permitE_m sino raramente ie á buscar á su sitio . Despues de los nubios, los esquimales; despues de los esquimales, los gauchos han desfilado sucesivamente clelan te del pueblo france, 1 y la Oomision Antropológica ha tenido todas las facilidades posibles para dedicarse á estas in• vestigaciones técnicas; la lista no se ha cenado aún y se espera todavía del simpático y sabio director del Jardín ~1ue peoporcionará aún nuevos conocimientos. Hemos oído á muchas personas lamentars e de que los gauchos no sean bastante salvajes \ pero no consiste sino en que en esto se ve la superioridad de las exhibiciones científicas; so-= bre las que no pertenecen sino á los barmuns ¡ no es esto lo qu~ se busca en ellas, no el pone1' las costumbres en escena á gusto del narrador, no el falso color local ele los viajeros de gabine te, sino la verdad pura y desnuda. Los gauchos no son, pues, salvajes. Son lo que pueden ser en el medio en que habitan. El medio, esto es todo. Tra.nsportaos á la. América del S ur , á los 31 ó 32 grados de latitud Sur, á los alr'ecleclores de Santa-Fé, sobre los 0


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bordes del inmenso rio de la Plata, perca de las emulacion que forman solo las civilizaciones Pampas de la Oonfederacion Argentina; allí es coherentes. De ahí entre las dos razas, á las cuales se une bien pronto una tercera raza mesdonde viven los gauchos. las rivalidades, las discordias que han contiza, Una llanura inmensa se extiende desde la emá ese país á tantas revoluciones . ducido bocadura del rio de la Plata, entre Buenosson propietarios de inmensas españoles Los Aires y Montevideo al Este, hasta los Andes al faltan sólo los brazos; los Guadonde estancias Oeste. en las Pampas, del calibertad en viven ranís Grandes rios desarrollan allí sus inmensos rees su única existencaza cuya toro, del y ballo codos; los vientos del Este y Sudeste barren sino para adquicivilizacion la á tocan no cia; el país y hacen de él el más sano del mundo, un vicio más; rir al mismo tiempo acercan álas se no que llevan, bajo sino paestancias los rayos de un sol ganael robar ra ardiente, una huesraza la De . do medad favorable conocen no pañola al cultivo de las sino á los atreviplantas de pasto. dos aventureros, Los vientos del que revólver en Oeste llegan sufimano, sobre rápicientemente re dos caballos, ejefrescados por su cutan en las Pampaso por encima pas innumerables de los Andes, ne batidas, á contivados y desemban uacion cíe las razados del exceso cuales son muerde vapor de agua los hombres, y tos que produciría mujeres y ni las lluvias demasiado conducidos á ños considerables. . poblaciones las Allí vivía ya, gauchos Los desahogadamentienen orígen de te, la inmensa pola union de estas bl acio n ele los mujeres ó de estos Guar a nis, de asniños convertidos pecto aceitunado, hombres con la en cabellos negros y española. Del raza lacios, cuando la conserguaraní raza española fué la tacolor, el van á fijarse en aquel afila elevada, lla Fig. 1.-Mujer gaucha en el J a rdin <le Aclima lacion de Paris. país. Ella llevó (Tomado de una fo tografi:J. de Pierre P etit.) salcaballo al cion consigo muchas vaje; del español cosas de órden muy diverso: primero los Jesuitas, que han des- tienen á veces el trato, los cabellos ondulados ó - empeñado y desempeñan aún en el país un pa- rizados, la civilizacion. Las mujeres son á menupel considerable, del cual no nos ocuparemos; do muy bellas. Una jóven gaucha del Jardin de Aclimatacion, de la cual publicamos el retrato en segundo lugar el caballo y el toro. Algunos de estos animales, dejados en liber- (flg. 1), es un ejemplo de ello. Están casi todos tad casualmente, han sido orígen en este país empleados en las haciendas, como cultivadores de aprovechamientos de pastos, y h0y innume- ó domadores de caballos. El gaucho es, en suma, el guaraní domestirables rebaños de toros y de caballos salvajes cado por la sangre española. Es el criador de son la fortuna y lo característico del país . Los Jesuitas habían llevado la civilizacion tal ganados, es el jinete por excelencia; el español, como ellos la comprenden, la fe, una especie de acomodado á un medio nuevo, es el nómada teocracia; habían olvidado el espíritu de libre guaraní, convertido en sedentario. Miéntras que, en efecto, las poblaciones de exámen, de responsabilidad individual y de


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Fig. 2.-übjetos y armas ele los gauchos del Jardín <le Aclimalacion . 1. C inluron .- 2. Bocaclo.-3. Lazo.-4. Láligo.-5 . Tirilla de cuero.-G. Bolcado r.-7. Lanza.-8. E spátula.-9. Calabaza. -

10. Cilicilla.--1 1. Fragmento de cuerno. -! 2. Cafelera.-13.5Cabeza de buey que sirve de asientu. -14. Morte ro de madera.


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las estepas de Europa que, como los gauchos, vi ven del buey y del caballo, se hacen fuertemente nómadas, porque la vcgetacion ele nuestra Europa continental no es bastante intensa para evitar el cambio de sitio necésario á la alimentacion ele un ganado numeroso, los ga naderos de las Pampas disponen al contrario ele un suelo bastante rico, bastante largamente fecu nd ado por la hum edad, para un alimenLo sin cesar renaciente, que evita á su gana do, y por consiguiente á ellos mi s mos, una emigracion que se h ace inútil. De este modo, las condiciones climatéricas de un sitio influyen en los destinos de una raza. Tal propiedad, de cinco á. seis leg uas cuadrnclas, contiene ganados de caballos; en cierta época, los gauchos, env ueltos en s us m a ntas ó chilipa., cubierLas las piernas ele la celecill a (fig. 2, núm. 10) bordada de franjas, armados del lazo (núm . 3) y montados, persig uen alganado y le conducen al corral . Cada cab allo es cogido á lazo , sujetado y examinado; parte de ellos son castrados; todos los caballos son m a rcados á fuego en seg uida y soltados, excepto los que se desea conservar. El año siguiente secom enzará de nu evo; los cab allos no m a rcados, es decir, los potros, serán marcados á su turno, y todo el ganado suelto de nuevo. i, por el conteario, hay necesidad de un caballo para coger su piel, el jinete montado le persigue y lanza co ntra él el terrible boleador (núm . 6), cuyas bolas de piedra se enredan alrededor de su cabeza y de sus piernas, quebrándolas. El boleador s irve en caso de necesid_ad de a rm a terrible contra otros animales, contra el guanaco y co ntra el mismo hombre. El boleador es, por lo clemas, un instrumento bastante ahtig uo en la Améri ca del S ur ; allí se le enc&entra conLemporáneo de la edad de piedra. Los caballos que todo el mundo puede ver en el .Jardin de Aclimatacion de París, y que h an s ido cogidos á lazo en medio del rebaño, dan una idea de lo que pasa en su país cuando se les quiere cazar. Los grab ados adjuntos dan una idea del bocado extremadamente fuerte (núm. 2) que sirve para domarlos y de la espuela formidable (número 10 ), con que desgarra sus flancos el pié del jinete, apoyado li geramente no en el estribo, sino por encima de su rama su perior, cogida entre el pulgar y el segundo dedo del pié; un g ran látigo (núm. 4), un a tirill a de cuero (número 5), en caso de necesidad una larga lanza (núm 7), un rico cinluron adornado de pedazos de ri10neclas (núm. 'l ) comp leta n el ntaYÍo.

Falta añadir la rara bota que rodea la pierna y el pié, sin pasar de los dedos, que tienen necesidad de quedar libres; esla especie de botas, bola. ele potro, no es otra cosa qu e la misma piel del corvejon del caballo, cuya curvatura natural coincide precisamente con el ángulo formado por el talon del jinete co n la pierna. Todo el lujo está, como se ve, co nsagrado á la vida á caballo . Desmontado de su indócil corcel, el gaucho se contenta con poco: una cabeza de buey invertida (núm. 13), y provista de un a piel de carnero, le sirve de asiento á la vez có:nodo y original; un frag mento de cuerno {núm. 11 ), le sirve de vaso; un mortero de made ra (núm. 14), un a horq uilla de hierro que sostiene sobre un fuego vivo el enorme cuarto ele ca rne y la cafetera (núm.1 2), completan el mobili a rio necesario. Hay, sin embargo, aún un pun_to ele la vida á pié, que el gaucho rod ea complacido de cierto lujo : este es el maté. Bajo el nombre de maté, los gauchos tornan casi todo el tiempo que no pasan éÍ. caballo, preparando la infusion az ucarad a ele las hojas ~el Ilex paragllariensis . L a infusion se hace . en una calabaza embellecida con adornos ele plata (núm. 9), e n su estrecho 01·ificio pasa una espátula (núm. 8) que, horadada y cribada de agujeros en su parte ancha, sirve á la vez de-espátula para remover la mezcla, de colador y cuchara. De un sabor exquisito y que. recuerda el del té, el maté ó té del Parag uay goza de propiedades excelentes y tónicas, que hacen ele él uno de los brebajes más saludables. No h a y duda que el gaucho le atribuye la long evidad proverbial de que goza la raza guaraní y str mezcla con la espa,ñola bajo ·el nom• bre de gaucha bajo ei admirable clima de ese país. Tal es el gaucho. Reune, co mo se ve , su medio el buey, el caballo, y la libertad: hé aquí su vida. El g uaraní y el español son s us antecesores. Esta raza admirable muestra lo que puede la n aturaleza en estos clim as maravillosos .

:MOTORES A IMADOS , EXPER I MENTOS DE FISIOLOG Í .A. GR ,ÍF ICA

(1).

Si el interes de una expo icion cieniífica debiera medirse por la importan cia de la materia me aplaudi(1) Conferencia hecha durante 1:\ ses ion <le la Association {rall(;a ise pou1· l'av ancemenl des sc ie 11ces , rle París, el 29 de Agosto de t 8i 8.


LA NATURALEZA ría la eleccion. En efecto, hay pocas cuestion es que toquen m,\ de cerca á la misma existencia del hombre como la de lo motores animados, ese>s auxiliares dóciles, de los que utiforn :'t su placer la foerza ó la rapidez, que viven en cierto modo en su intimidad y le acompañan en sus trabajos y en sus placeres. Estas especies animales de que tomamos el concnr· so, son numerosns y yarfan segnn las latitud es y los climas. Pero que se emplee el caballo, el asno, el camello li el reno, . iempre el problema se funda en sacar del animal el mayor partido posible y economizar lo más que se puede la fatiga y el sufrimiento. * Esta identidad de punto ele Yista simplificará mucho mi tarea, puesto que permite restringir el estudio de los motores animados á una sola especie; he escog-iclo el caballo como el tipo m3S interesante. De todos modos, :í pesar tle esta restriccion, lamateria es aún muy extensa, como lo saben todos los que ,;e han ocupado tl e las di versas cue. tiones que con ella se relacionan. Estudiando la fuerza ele traccion del caballo y los mejores m.cclios ele utilizarla, hallaremos todos los problemas r elativos al tiro y á la construccion de los vehículo . . A.hora bien, sobre una cuestion que preocupa á la hu1nanidacl hace algunos miles de años, parece bastnntc dificil h::d lar algo ele nuevo. 8i en el empleo del caballo consideramos su rapidez y los medios ele aumentar1a, la materia no parece mé · nos extinguida. Desde las can-e.ras en carros que apasionaban la antigiieclacl griega y romana hasta nuestras modernas carreras clejockeys, no se ha cesado de seguir con vivo intercs el problema de la locomocion rápida. ¿Cuántas pruebas y comparaciones no se habrán hecho para saber qué raza tiene más rapidez, cuál otra tiene m,1s fondo, qué cruzamientos, qué crías permiten esperar ríun m:\s rapidez? En fin, se trata de lo que se llama el exterior del caballo y de sus pasos tan Yariaclos; hombres ,i pecinles se han dedicado por largo tiempo á estos estudios. El jinete se ejercita en distinguir entre ellos es Los diferentes pasos, á conegir por la eclucaciou del caballo los que le parecen defectuosos, á fijar pot· el búbito los que dan tL su montura las reacciones más dulces ó una estabilidad mayor. El artista, ensayándose cu la re· p.resentacion del caballo, procura traducir más y m:\s :fielmente las actitudes, á sacar mejor y mejor la fu erza, la agilidad y la gracia ele sus movimientos. E tas cuestiones tan complicadas quiero abordarlas ante vosotros con un méto do nuevo, y espero demos· traros que el método grdfico goza de ciertas dificultades que parecían invencibles, distinguiendo lo que escaparía á la obsen7 acion m:-ís atenta; en fin, que presenta claramente :i los ojm; y graba en la m emoria las nociones más complicadas. El método gráfico era hace veinticinco años casi desconocido¡ se ha extendido ni· pidamente hoy. Así es que en casi todos los países se ha recurrido al empleo de las curvas gráficas como al mejor medio de expresion para representar claramente el movimiento de las estadísticas administra ti vas, industriales ó comerciales. En todos los observatorios, aparatos que se llaman registradores ó inscriptores,

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trazan sobre el papel la curva de las variaciones del termórp.etro, del barómetro, ele la lluvia, del viento y hasta de la electricidad atmosférica. La fisiología utiliza más largamente aún los aparatos inscriptores¡ pero no tengo necesidad de demostraros que un pequeñísimo mímero ele estos instrumentos, los que sirven para inscribir las fuerzas, las velocidades ó nnotar los ritmos y las relacione ele sncesion de movimientos muy complicados. I. D e la fuerza de trar:cion del caballo y de los mejores medios de utilizarla.-Cuando un coche estti mal const-ruiclo y tiene mal tiro, el viajero sufre un gran traqueteo· la vía está deteriorada, el caballo se fatiga más de lo que sería necesario y á menudo es herido por las pic7..as del arnés. Hacer patentes estos diversos incouyenicntes y buscar las causas para suprimirlas, tL esto es :í lo que la ciencia y la industria han debido dedicarse desde hace largo tiempo. Pero sólo en mrnstra época es cuando se han realizado grandes progresos bajo ebtc concepto. Cuando nos quejamos del traqueteo de un modesto coche de plaza, debíamos transportarnos con el pensamiento :í. la época en que no se conocía la . nspen ion de los coches. Ninguna aspereza del terreno se escapaba entónces al viajero. Un emperador romano montado en sn carro de triunfo, estaba, en medio ele su gloria, tan mal :í gu to suyo, como un campesino en . u caneta. Excepto algunas m ejoras, como el empleo de almoha.done. más blandos, lascosas sigt-iieron a.sí hasta la invencion de los resortes ele acero que se emplean en el pre cate, pues las su pensiones de cu ero ele las carrozas de otro tiempos dejaban aún mu cho que desear. ¿Es esto decir que el modo de su~pension actual ele los coches ele cuatro y áun de ocho resortes, sea la úl · tima palabra del progreso? o, sin duda. Nuestros r esorte. actual es disminuyen la fuerza de los vaivenes, transforman una . acudida bru. ca en un gran balance, pero el resorte perfecto debía guardar siempre una fuerza elú¡;tica constante, que permita á las ruedas y á los ejes todas las vibraciones que el suelo les imprima, sin dejar llegar nada al coche mismo. Uno ele los ingenieros franceses má s eminentes ha intentado hallar ese resorte ideal. M. Marcel Deprez ha hallado felices soluciones del problema de la suspension perfccla¡ bien pronto, sin duda, realizará las aplicacioues pr.ícticas. Una buena suspension economiza tambien el vehículo, suprimiendo las trepidaciones que lo desarmarían y lo destruirían un poco tiempo. En fin, la suspensiou economiza la misma vía. obre esta cuestion permítasenos recordar un notable experimento del general Morin. Sobre una gran vía en buen estado se hace rodar al trote, cou cuatro c~ballos, una diligencia cargada de un peso cualquiera en lugar de viajeros. Los muelles del coche se quitan de modo que la caja del coche desca1ise sobre los ejes. D espues que la diligencia ha pasado y repasado cierto número ele veces, se ve que la vía sobre la que se ha hecho este movimiento e tít notablemente detcriornda.


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Fig. 5.- Representacion gráfica de la marcha de los trenes en un camino de hierro, segun el método de Ibry. Cuando s_e _coloca la figura <lelante de un_o, se lee á la izqmerda, sobr_e e l eje de la ordenada, l'.1 scri~ ele e~taciones, es dcci!·, las d1v 1s1ones por recorrer; la separac1on de las estac10nes entre s1, está en el papel pMporc10nal a las d1stanc1as k1lométrtcas que las separan . En el sentido hori zontal, es decir, sobre el eje ele las divisiones, se cuentan las divisiones del tiempo en horas, subdivididas éstas en di,•isiones de diez minutos cada una. L::i. long itu<l del cuadro es tal, que están representadas en él las veinticuatro horas de l dia, empezando á las seis de la maiíana y concluyendo el dia sigu iente á la misma hora. Si se quiere exp resar que un tren está sobre cierto punto de la linea á cierta hora, se apunta su posicion en el cuadro, enfrente de la estacion 6 del punto cualquiera que ocupa y en b division del tiempo convenientemente escogida. Un solo punto satisface á estas condiciones. En instantes sucesivos, el tren ocupará puntos siempre distintos del cuadro; la serie de estos puntos dará origen á una linea que será descendente y oblicua de izquierda á derecha para los trenes que salen de Paris, m1éntras que será ascendente y oblicua en el mismo sentido para los tre nes que lleg uen á Paris. La linea que corresponde ó. cada uno de Jós trenes, expresa las horas de partida y de ll e¡?ada, las velocidades relativas y absolutas de los trenes, el instante de paso por cada cstacion, y la duracion de las detenciones. En efecto, si se considera un tren e n µarticular, se ve que de la estacion de Paris un tren parte á las once de la m::t.ñana; si ~uimos este tre n en su m1rcha se ve que experim en ta siete detenciones (durante las cuales no varia más ei;i el espacio s ino en el tiempo). Estas deten ciones se traducen e n la direccion hori zon tal d e la linea, enfrente de la estacion en que se producen; midiendo la longitud de esta lin ea horizontal la duracion de la detencion. La lin ea del tren seguida hasta s u fin, indica que la llegada tiene lugar á las diez y diez minutos de la noche; ahora bien, si se cuentan los trayectos sobre e l eje de las ordenadas, se ve que 5 12 kilómetros han sido r ecorridos en once horas diez minutos , comprendidas las detenciones, lo que da una velocidad media de unos 46 kilómetros por hora. -


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LA NATUR ALEZA

e vuelven á poner los resortes del coche, y se re- grado medio, se producen en cada instante de la tracpiten en otro sitio de la vía los mismos vaivenes; esta cion sacudidas semejante s, pues la velocidad del cavez no se produce deteriorac ion notable alguna. Está ballo está muy léjos de ser uniforme y las traccione s están sometida s á alternativ as de tension y de detenpor consiguie nte bien probado que ui1a buena suspenbuen cion. Estos son los verdadero s choal favorablé es sion de coches ques que gastan u na parte del trabaestado de los caminos: jo del caballo para no producir sino Mas con los coches no suspendid os, efectos nocivos, que rozan y producen para &acudir así á los viajeros, desares en el pecho del animal, contusion camiel r deteriora y vehículo el mar magullan sus músculos y :i. pesar del no, es necesaria la fuerza . El caballo relleno del collar le hieren á veces. es quien debe suministr arla, de modo Para demostra r el inconveniente de trabajo del te ic11temen qne independ este género de choques, son necesaútil que se le exige, el animal proporrios algunos experime ntos : ciona aún otro que da lugar :í una H é aquí uno que emprendí en sino tiene no multitud de choques y es de una realizacion fácil y Poncelet; de empleo El udiciales. peij efectos al alcance de todos. Uní un peso de los resortes de suspensio n ha proporkilogramo s á la extremid ad de cinco cionado el doble servicio de suprimir ; si tomando con una bramante un conducir de y dañürns las vibracion es mano la extremid ad libre de. éste, se :i. una forma útil todo el trabajo que eleva lentamen te el peso, se ve que represen tan. el peso de cinco kilogramo s y resiste ¿Es eso todo? ¿No quedan todavía, suspendido. Pero si se ensostiene le viotras coches, mPjores úun en los al mismo peso una imprimir saya braciones y otros choques que hace un á ucido se rompe la red rnfo rápida, más fl.-Odóg Fig. elevacion hacer para falta perseguir y destrnit· tercio de sus dimensione s. dedos, y el los hiriendo a cnerdecill la de es más perfectas las condicion esfuerzo desai·_ El mueve. se no peso traccion? o la Todos habeis experime ntado, en el momento de una rollado ha sido mayor que :i.ntes, pues ha traspasad fuerza esa de duracion la pero cuerda; la ele a un por resistenci brusca partida y áun en cada latigazo recibido ha siclo demasiad o breve y la inei·cia. del peso no ha pocaballo un poco brioso, sacudidas horizonta les que á hecho ha sido gastado veces os hacen chocar contra el fondo del coche. En dido ser vencida, todo el trabajo

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O. láquina de gas, frecuencia ele las Fig. 7.-T razados del odógrafo .-A. Coche rápido con <lclc nciones.-1 3. Uoc he lento.con Yo lante . relojería vueltas de rueda.-D . Curva de las vueltas de un rodaje de


LA NATURALEZA el hombre es empleado para transportar fardos . Cuando uno está bien convencido de las conmociones mole tas que transmite á las espalda este modo de traccion, se coloca entre l::i. correa y el coche el tractor elástico y se repite el experimento. D espues de esto no es posible que quede eluda alguna; las espaldas no son martirizn.clas mÁs por los sacudimientos del pa:vimento y se experimenta un bienestnr qne sentirá en el mismo grad0 un caballo colocado en las condicioues tle trnccion elástica. Economizar el dolor al hombre y á los animales no es desgrnciarlamente un móvil suficiente para obligar ·:í todo el mundo á modificar el antiguo sistema de tiro. A ciertas inteligencias que se llaman positivas, es necesario demostrar que la traccion eh\stimt tiene ,en- • tajas económicas y que un caballo así enganchado puede arrastrn.r fardos más pesados. · Este hecho que resulta de los experimentos que acade exponer, necesita para ser rigurosamente debamos ºTnlllOS. Ahora bien, dejando caer de una altura suficiente mostrado, del concm·so del método gr:ífico. Al genio de Poncelet se debe la in~cripcion del trabajo empleado el peso menor, en el momento en que éste llega al fin de su curso, le sostendrá la cuerda y desarrollará lo por los di versos motores. Todo el mundo sabe lo que es un dinamómetro, e que se llama unafuerza viva capaz de elevar el peso decir, un resorte qtle, cedi,mclo á las tracciones que se de 100 gramos á cierta altura; pero e ta elevaciou no tendr:í lugar sino cou una condicion, ésta es, que la ejercen sobre él, se deforma en cantidades proporcionales á lo esfuerzos desarrollados. Adlíptese á un renplicacion de esta fuerza no dé lugar :í, un choque. Ri la cuerda que sostiene el peso de 100 gramos es sorte de este género uu lápiz que roce contra un papel inextensible, y si la que sostiene el peso de 10 gramos y dispónganse las cosas de tal suerte que los movimienlo es igualmente, en el momento de la caida de éste se tos de la rueda de un coche impriman al papel un mooirá un ruido seco; un choque estremece todo el apa- vimiento ele traslacion . :Miéutrns que la fuerza tle traccion del caballo imrato, pero el peso de 100 gramos no es elevado. prima al resorte y al ltípiz movimientos más ó ménos , uspéndase ahora este peso de 100 gramos á un hilo de caoutcbouc ó á un resorte elástico, recomen- extensos, la marcha del coche arrastrará el papel, y de zando el experimento. En cada vez que el peso cae, se e·tos movimientos combinados resultará una curva (fig. 2), que podrá descomponerse en una serie de ot·ve que el peso de 100 gramos se eleva cierta cantidad. Pero esta duracion se realiza en condiciones particu- dcnaclas ó líneas verticales yustapuestas, que expre. an lares. En el momento en que el peso cae y la cuerda por sus alturas desiguales la serie de esfuerzos desarse extiende, el fiel se inclina estirando el reco rte el;'1s- rollados en cada elemento del camino recorrido. La suma de estos esfnerzos elementales, en otras tico, pero. la masa de 100 grnmos no se eleva aún; soln.mente cuando este resorte está extendido es ·cuando poln.bras, la superficie de pa.pel limitada arriba por las ln. masa, obedeciendo á la accion prolongada de este flexuosidades de la curva, será la medida del trabajo resorte ehistico, entra en movimiento y se eleva, lo que empleado. , ' i se inscribe de una manera comparativa el t rabajo representa cierto trabajo realizn.do. A i la supresion de los choques en la traccion eco - ' realizado por el mismo coche provisto de tiros rígidos ó de tractores elásticos, se Ye (fig. 3 y 4) que el úrea nomiza cierta parte del trabajo motor; es, por consiguiente ventajoso dar á los tiros de un coche cierta ele la curva es miís grande, es decir, que ha habido más ga to de t rabajo cnando se emplean los tiros ríelasticidad. Uno de los inedios m:is sencillos consiste en inter- gidos. En los casos más favorables que he encontrado, la poner entre el tiro y el coche nna pieza elástica intereconomía del trabajo por la traccion elástica ha siclo mediaria. He aquí n.lgunas de esas piezas que llamo tractores, habiendo sido realizado uno de los tipos por de 2G por 100. Pero objetareis que el dinamómetro inscriptor consM. Tatin; se compone de un resorte morcilla que se comprime por la traccion y amortiza así el choqne. El t ituye por si solo un intermedin.rio elástico qne supriotro, construido por un guarnicionero cuyo nombre me los choques. Sin embargo, no es el dinamómetro ordinario el que me ha servido en mis experimentos, 110 rc-.: uerdo, está formado de un resorte parecido alo. ino un dinamómetro especial que no experimenta bajo jado en el mismo interior de un tiro de coche. ' i quiere uno convencerse de la ventajas de este las tracciones más fuertes sino un alargamiento insigmodo de traccion, basta engancharse uno mismo á 1.m nificante. Este alargamiento, amplificado por ciertos vehículo de mano por medio de una correa rígida como órgn.nos y transmitido á distancia á una palanca pro,:e yr emplear en las calles de Paris, dond e á menudo vista de una plnma, se inscribe bajo la forma de curva

en trabajo pe1judicial. Ri ·e n lugar de una cuerda inextensible se hubiera atado el peso tí uu bramante un poco extensible, el brusco esfuerzo de elevacion empleado se hubiera. transfo rmado en unn. accion mi'1s prolongacln. -y el peso hubiera siclo elevado sin rotura de la cuerda y sin contusion de los dedos. Po.ro. hacer más comprensible el fenómeno puede hacerse otro nuevo experimento en conrl iciones un poco diferentes. En ln. figura 1 se ve sobre soporte ,ertical una especie de fiel de balanza que tiene en uno de sus brazos un peso de 100 g ramos y al otro un peso de 10 gramos suspendido en el extremo de un bramante ele un metro de largo. Estos dos peE:os desiguales están sostenidos por un tope que le impide caer del lado del pe o mayor, pero que permite al contrario al fiel inclinarse en sentido inverso, si se desarrolla en la extremi<lad de la cnercla una fuerza superior al peso de 100


LA NATURALEZ A ondulatoria en las condiciones de que nos hemos ocupado más arriba. En suma, en el empleo de -los motores animados parn, la traccion de fardo;;, perseguir en todas partes donde se produceu los choques y vibraciones y absorberlas en resortes eUsticos que producen en el trabajo útil una fuerza que no sirve sino para destnúr los coches, á estropear los caminos, :.í hacer sufrir álos animale , esa es la via en que han sido re.1lizados grandes progresos, y podrán realizarse aún muchos. II. De la velocidad de los motores animados.Asombraré á muchos de Yosotros diciendo que la velocidad de un coche es una de las cosas ménos conocidas. e cree en general haberlo experimentado suficientemente diciendo qué camino se ha recorrido y cuánto tiempo se ha empleado en él. He venido, dirá uno, desde el puente de Sevres á la Madeleine en cuarenta y un minutos y cuarto; el camino está bien me]ido, me he servido de un buen reloj. ¿Qué mayor precision puede exigirse?. Ciertamente se habrá medido con exactitud el espacio recorrido y el tiempo empleado; pero esto no constituye sino la expresion de una velocidad media que resulta de una serie de velocidades variables, de aceleraciones, de retardaciones y á veces de tiemp0s de detencion que permanecen perfectameuLc desconocidos. Una medida rigurosa de las velocidades supone conocido en cada instante el camino recorrido por el ,,ehiculo; en otros términos, la posicion que ocupa en el trayecto. Así es como los físicos han determinado el movimiento acelerado de la caida de los cuerpos. Galileo y Atwood por medio de medidas sucesivas, Poncelet y Morin por medio de su admirable aparato que traza de un· solo golpe la curva ele un movimiento. Esta máquina es desmasiado conocida hoy para que necesite describirla; de todos modos voy á hacerla funcionar ante vosotros con el fin de interpretar su lcngunjc y mostrar cómo una curva grMica traduce todas las fases de un movimiento. La cmTa parabólica trazada expresa en cada uno de sus puntos la posicion en que se encuentra el cuerpo en cada uno de los instantes de su caida; suministrn, pncs, sobre la natnraleza del movimiento, los datos más completos. Pero si no conociendo más que el espacio recorrillo y el tiempo empleado, unimos los dos puntos extremos de partida y de llegada por una recta, esta línea que expresad. la velocidad media ele la caida no cori'esponder,í. á ninguna de las yclocidacles que el cuerpo ha poseido sucesivamente. La expresion del moviruiento por una cnrva ha entrado en la pdctica. Un ·ingeniero, llamado Ibry, ha imaginado representar gdficamente la marcha ele los trenes sobre 11ua línea férre<J.. Este modo de representacion, incomparableme nte más explí-cito que los cuadros de cifras de nuestros indicadores de caminos de hierro, no está aún en manos del público, y esto es sensible, pues da un verdadero interes al viaje, como poclreis juzgar al examinar uno de esos trnzados gráficos .

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El cuadro que veis (fig. 5) está arreglado por lo ingenieros segun la marcha reglamentaria ele los trenes, marcha que se supone uniforme; se Ye en efecto, que las líneas de marcha son toclas las rectas que unen uno á otro dos puntos que expresan el sitio y la hora de partida, el sitio y la hora de llegada. :ro se tiene, pues, en cuenta el movimiento real de los trenes, que se acelera ó se retrasa bajo gran utímero ele influencias. El problema que procuramos resolver, el de una expresion gr.',fica de la velocidad real.de un vehículo, supone que el coche mismo traza la cmTa ele los caminos recorridos enfimcion del tiempo. Por medio del aparato que tengo el hoL1or de presentaros y que llamo odografo (fig. 6) un wagon ó un coche cualquiera, traza la curva de su movimiento con todas sns variaciones. Este aparato, basado en el mismo principio que la m:1quina Poncelct y Moría, se compone de uu estilo ó punzon trazador que marcha paralelamente á la generatriz de un cilindro gii"atorio cubierto de papel. El movimiento del estilo, sigue todas las fases del Jel coche, pero en una escala muy reducida, con el fin que el trazado ele un trayecto de muchos miri:\metros pueda tenerse en las dimensiones de una hoja de papel. Eu cuanto al movimiento del cilindro, es uniforme y est,í. producido por un mecanismo ele relojería colocado en su interior. Para que el movimiento del estilo sea proporcional al del coche, las cosas se han dispuesto de tal suerte que cada vuelta de rueda haga avanzar el estilo en una pequeña cantidad, que es siempre la mi roa. Ahora bien; como una vuelta de rneua corrc;;pondc siempre á un mismo camino efectuado, cuanto más de prisa marcl1e el coche, tantas más vueltas dará la rueda en un tiempo dado y tantos más pequeños movimientos ele progresion experimentará el estilo. Esta solidaridad entre los movimientos ele la rueda y los del estilo se obtiene por medio de un pequeño cxcéntrieo colocado en medio. A cada vuelta se produce un oplo que por un tuho de transmision hace e cnpar un diente de una rnecla del aparato y progresar el estilo una pequeña canLidacl. Se pueden obtener efectos parecidos por medio ele aparatos electro-magnéticos . Así cuanto más rápidamente vaya el coche, tanto m,\s la línea trazada subirá rápidamente; la inclinacion comparada ele diversos elementos ele trnzado expre·s a1'ií las va.riacionc de la velocidad, como se ve en la figura 7. Si se quiere conocer el valor absoluto del tiempo y del camino, basta aber que cada minuto corresponde ú un milímetro contado horizontalmente sobre el papel, y c¡ue cada kilómetro corresponde á cierto número de milímet1·os recorridos por el estilo en el sentido vertical. , 1 curso del estilo que corresponde á un kilómetro, debe ser experimentalme nte determinado para cadn coche, pues el perímetro de las medas no es siemp,·c el mi mo. Pero clnro es que si de un término kilom étrico á otro se obtienen cinco milimetros, por ejemplo


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LA NATURALEZA

de curso del estilo, esta longitud se hallará siempre por cada kilómetro recorrido por el mismo coche. Nuestro aparato es, pues, medidor de caminos, y evita preocuparse de la existencia ó ausencia de mojones de término kilométricos; permite apreciar la distancia recorrida sobre un camino cualquiera, y áuu en su ausencia, de todo camino abierto . .A.sí, en un viaj e de exploracion, se podría medir con exactitud el camiuo recorrido por un carro. Permaneciendo en las· condiciones de la vida ordinaria, ¡cuántas veces en el campo no tenemos dos ó tres caminos para ir de un sitio á otro! Para saber cuál es

el más corto, empleamos el reloj, como si la menor cluracion de un trayecto correspondiera siempre á la menor distancia. El odógrafo dará bajo este concepto datos muy precisos. Hu.y aún gran número de cuestiones que nos preocupan diariamente sin poder resolverlas. ¿Tal caballo enganchado, anda con más rapidez que tal otro? ¿Trota éste mejor.hoy que ayer? ¿Aumentando la racion de avena, se aumenta la velocidad? Compárese la iuclinacion de dos curvas de velocidad y tendreis la respuesta á todas esas cuestione~, sin estar obligados á hacer experimentos especiales,

Fig . t .-Efecto de la postura del sol observado en h barquilla del globo cautivo de M. H enry Giffard, el 14 de Setiembre de 1878. Altura: 5 10 metros, á las seis y treinta y cin co de la tarde. (:T0mado del natural por Alberto Tissa ndier.)

sobre un camino kilométrico y el reloj en la mano. No sólo se aplica el aparato inscri ptor á la velocidad de los coches; traza, aunque con una precision media, la velocidad de la marcha del hombre y de los animales. Se desliza en un calzado una plantilla de fu elle que está uuida por un tuLo á un odógrafo portátil. Cada paso del andador imprime al estilo un pequeño movimiento, como lo hace cada vuelta de la rueda del coche, y si los pasos fueran absolutamente iguales entre sí, podría medirse con certeza el camino recorrido . Anclando por un terreno plano, damos los pasos con una regularidad asombrosa; pero si el terreno sube, el paso gana en longitud; en los descensos, por el contrario, el paso se acorta. Esto puede dar origen á ligeros

errores sobre el camino recorrido . .A. p esar de esto, el empleo de este instrumento realizaría un gran progreso, sustituiría con muchas ventajas al podómetro, qne no suministra al cabo de cierto tiempo sino el total de pasos realizados, sin tener en cuenta las detenciones ni los cambios de velociclád. Finalmente, cuando se hace un experimento en una vía kilométrica, si se producen variac:ones en la longitud del trazado que repTesenta un kilómetro, se refieren á variaciones de la longitud del paso. Tales variaciones se observan bajo la influencia de la pendiente del terreno, de la natural eza del suelo, del calzado que se lleve, de la velocidad de la marcha ó del peso de que se está cargado.


LA NATURALEZA Estos estudios de fisiología aplicada tendrían, seg un creo, gran importancia práctica y numerosas aplicaciones á la marcha de las tropas en campaña.

E. J.

lVI.t1.REY,

Profe or del Colegio clo Frnncia. ( Se contfa11a1·á. )

GRAN GLOBO CAUTIVO DE M. HENRY GIFFARD. (Conl.iuuacion.-Véase núm. 45,pág. 300.)

Las ascensiones del globo cautivo continúan con una regularidad y un éxito siempre ceecientcs; en los hermosos primeros dias de Oc-

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tubre, este potente material realizó sin interrupcion alg una, desde las diez de la mañana hasta las seis de fa. tarde, 24 ascenciones consecutivas; ha elevado á veces, en un solo dia, 900 personas al seno de la atmósfera. Desde hace un mes próximamente, el aire está más frecuentemente cargado de brumas y de nubes; los espectáculos que se admiran á 500 metros de altura son más majestuosos aún que lo eran en en el rigor del estío. A la hora de la postura del sol, la naturaleza se presenta en toda su belleza por encima del inmenso plano que se admira desde la barquilla. París por entero

p ;g. 2.-Efectos de la postura del sol, observa do en la ba rq uilla del globo cau tivo el 28 d e Seti embre de 1878. Al turn: 480 metros, á. las cinco y vein ticinco minutos de la tarde. (Tomado del natural por Alberto Tissandi er .)

aparece en el fondo, y el horizonte se matiza repentinamente con esas galas de colores con que el sol sabe revestir las nubes cuando desciende para ir á alumbrar otras regiones . Damos á nuesteos lectores dos grabados que los darán alguna idea de estos cuadros incomparables. El prii;nero (fig. 1) representa la postura del sol observada el 14. de Setiembee á la altura de 510 metros por encima del patio de las Tullerías . El monte Valérien dominaba un plano de vapor de un matiz gris-perla; la fortaleza, coloreada de un color azul de añil intenso,

se destacaba netamente en un cielo de oro. Las nubes superiores, bastante espesas, dominaban esta escena grandiosa; parecían so_m brías cortinas opacas . El aire estaba en calma; la barquilla del globo se cernía en la extremidad del cable, con la inmovilidad del balcon de un faro. París debajo se iluminaba, y las luces eléctricas de la avenida de la Opera se encendían súbitamente, como para reemplazar la luz del astro del día. El segundo grabado (fig. 2) da el aspecto de la postura del sol observada el 28 de Setiembre;


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la tierra, en el ho1·izon te, estaba com plctamen le oculta poe las brumas, que acababan de colorearse de un matiz amarillo de oro; el sol aparecía en un gran disco de· fuego medio oculto por un giron de nube de un bello color violado. Las ascensiones ejecutadas en el gran globo cautivo de M. Giffaed han dado lugar á menudo á observaciones meteorológicas cueiosísimas. Citaremos solamente la que se realizó el 21 de Agosto del presente año. A las dos de la tarde el aire era completamente nulo , la atmósfera brumosa, la temperatura de '20º, la humedad relativa á la tierra de 77. A las dos y diez minutos el aeróstata se cernía á 480 metros de altura, en el s~no de una bruma trasluciente; la humedad relativa ú esta altura no era más que de 67; la temperatura de 18°,10. En el momento en que el aeróstata volvió á tierra, se apercibió claramente en medio de algunos rayos solares, una lluvia fina que se formaba á un nivel inferior, á 200 metros de altura próximamente. El globo se cernía así por encima de estas finas gotitas, que tomaban el aspecto de finas partículas de diamante. El j uéves 26 ele Agosto, á las once de la mañana, el g lobo cautivo, al elevarse, desapareció por primera vez de una manera completa en el seno de una gasa de vapores espesos que se extendían á 300 metros solamente por encima de París. Los paseantes, asombrados, habían perdido completamente de vista el inmenso aeróstata; era un espectáculo verdaderamente singular el del cable, que se veía sólo y que parecía unido á la parte inferior de las nubes. La mayor parte de los ascensionistas manifestaron su adm iracion e n vista de es los grandes espectáculos del aire y se dedican tanto más libremente á su admiracion cuanto más grande es su seguridad. Desde el 25 de Setiembre, M. Henry Giffard, que no quiere en manera al-guna conflar en el azar, ha provisto al globo cautivo de un cable nuevo, q_u e más grueso aún que el precedente, n~ide 9 centímetros de diámetro en su parte su perior y 8 centímetros en su parte inferior. Este cable, fabricado como el primero en la cordelería de Mail, en Angers, no pesa ménos de 2.800 kilogramos; permite á los viajeros elevarse en la barquilla del globo cauti\ o con más seguridad, sin duela alguna, que si atravesaran un puente suspendido. Esta solidez excepcional del material permite afrontar . vientos bastante impetuosos, contra los que los g lobos ordinarios que se quisiera tener cautivos, se romperían infaliblemente. Es maravilloso ver el gran aeróstata del patio ele

las Tullerías oscilar como un vasto péndulo bajo la accion potente del viento del Norte ó de las ráfagas del Sudoeste. Si el espectáculo es imponente, la instruccion que puede sacar el meteorologista es de gran importancia. El g lobo cautivo es una verdadera sonda aérea, y revela constantemente la existencia de corrientes superpuestas que se escapan al observador terrestre. A 100 ó 200 metros de altura se encuentra uno frecuentemente sumergido en corrientes aéreas muy rápidas, que se mueven por encima ele una capa de aire terresLre del todo en calma. A veces es completamente lo contrario lo que se presenta, la capa atmosl'érica superior no está agitada, miéntras que ráfagas superficiales soplan en la tierra. ( Se continuará.) ~

LOS PRODUCTOS QUÍMJCOS PARA L.\. GltAN I NDU STRIA

EN Lr\ EXPO 'ICIO:--1 UX I\ ER8AL DE 1878. (Contiu ua cion.-Vénsc núm. 47, púg. 325.)

Utilizacion de los r esiduos.

La u lilizacion de los residuos del caldeamiento de las piritas se hace principalmente en los países donde se utilizan las piritas cupríferas y principalmente en Inglaterra, donde las piritas empleadas contienen 3 ó 4 por 100 de cobre. Provienen de España, de Noruega y de Portugal. En Bélgica y en Alemania, el mineral eippleado está casi exclusivamente compuesto ele galena y de hienda. En Francia, las piritas que si rven para la fabricacion del ácido sulfúrico se sacan general~ mente de las minas de Saint-Bel y de Ghessy y no contienen cobre. El óxido de hierro que queda despues del caldeamiento no ha podido aún ser utilizado convenientemente como mine• ral de hierro; constituye pues un residuo enorme y embarazoso. ~o sucede lo mismo con el óxido que proviene de las piritas cúpricas, de las que se extrae no tan sólo el cobre, la plata 6 el oro, sino que deja además un · óxido de hierro no sulfurado y que consLituye un excelente mineral. La marcha. generalm ente seguida para la extl'accion del cobre consiste en hacer pasar los sulfuros y el azufre restante en. los residuos que provienen del caldeamiento al estado de sales solubles en el agua. La masa lavada da por un lado una sol ucion cúprica y por otro un residuo de óxidos de ~ierro puro. Pai-a alcanza r este resultado, basta calentar


LA NATURALEZA á una baja temperatura los residuos con su cantidad de sal marina, doble de la proporcion de azufre indicado por la dosificacion. · Los gases que se desprenden son condensados en u na torre, se obtiene así agua que contiene una mezcla de ácido sulfúrico y clorhídrico, y sirve para el ti:atamiento de los residuos. La masa caldeada es entónces colada y se obtiene por un lado una solucion cúprica y por otra óxido de hierro purb: En fin, el cobre es precipitado por el hierro metálico despues de la extraccion de la plata y del oro. M. Claudet precipita la plata por el yoduro de potasio, siendo insoluble el yoduro de plata a la temperatura ordinaria en una solucion de sal marina. Este procedimiento ha peemitido extraer, en su fabrica de vVidnes, 3 kilogramos 192 gran1os de oro y 333 kilogramos .de plata en Hi.300 toneladas de mineral caldeado. Los Sres . Gibb y Gelsth ap han aplicado á este procedimiento generalmente seguido importantes perfeccionamientos, entre los que citaremos el empleo de hornos giratorios en la operacion del caldeamiento y sustituyendo por el hidrógeno s ulfurado el yodo para las precipita. ciones de plata . .Los Sres. Gibb y Ge lsthap han observado que cuando se trata una solu cion cúprica que encierra una pequeña cantidad de plata por el hidrógeno sulfurado, casi toda la totalidad de la plata se precipita con las primeras porciones de sulfuro de cobre. Los suHuros ele cobre y de plata son recogidos, lavados, prensados y sometidos á un caldeamiento eliminante; se obtiene así sulfato ele cobre, del cloruro y del oxi-cloruro de plata que es fúcil de reducir al estado metálico. La concentracion del ácido sulfúrico, al salir de las cámarns ele plomo, puede llevarse desde 52 grados Baumé á tiO grados, ha presentado, durante largo tiempo, grandes dificultades económicas é industriales (caldeamientos de aparatos de cristal, de plomo, pérdidas de aciclo, etc.) Entre los numerosos procedimientos llevados adelante, uno sólo ha sido sancionado l,)Or la pL;úctica; es debido á M. Glover. A este método que permite utilizar los gases calientes que provienen de los hornos de piritas y por consig uiente economizar una cantidad bastante grande ele combustible, viene ú añadirse tambien la ventaja considerable de poder retirar del ácido ~ulfúrico nitroso la totalidad de los productos nitrosos, lo que era casi imposible con el primer procedimiento ele Gay-Lusac . . (Contacto del acido s ulfuroso con el ácido ele las torres ele absorcion.)

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Esta separacion es debida únicamente, como veremos, á la doble accion del ácido sulfuroso y del agua contenida en el ácido extendido en las cámaras, que se encuentra mezclado con el ácido sulfúrico nitt·oso. Para obtenee este doble resultado, M. Glover dirige los productos gaseosos al salir del horno y préviamente desembarazados ele polvo á la parte inferior de una gran torre de plomo revestida interiormente de ladri llos y llen a de fragmentos de tiena, de pedernal ó de coke rociados con el ácido sulfúri co débil de las cámaras y el ácido sulfúricc nitroso que salen regularmente por un torniquete hidrá ulico, colocado á lo alto de la torre. {Distribucion ele Schrelsin g. ) ' Lo~ gases que provienen de los hornos, al elevarse en la torre, abandon an su calor al ácido que se desprende en sentido in versó y le ponen á 60 grados Baumé, haciéndole perder de 15 á 25 por 100 de agua. Esta es arerastrada mecánicamente con los otros productos gaseosos á las cámaras de plomo, lo que permite aún disminuir en una -cantidad proporcional el vapor de agua que debía proveer los generadores en el antiguo procedimiento. En fin, viene igualmente á a ñadirse al calor del gas de los hornos el que resulta ele las reacccio nes químicas en gendradas en el interior de la torre. El conjunto de reacciones químicas en que se funda este procedimiento pueden, pues, resumirse así: La mezcla del ácido sulfúrico de las cúmaras y el ácido nitroso no tiene lugar sino en el interior de la torre y da lugar inmediatamente al desprendimiento casi total de los productos nitrosos . acabando de separarse el resto durante el trayecto de lo s ácidos á traves de la torre. El ácido nitroso, puesto en libertad, se halla cn tónces en contacto con el ácido sulfuroso, que se transforma en ácido sulfúrico, con produccion correspondiente de óxido de úzoe, el cual es arrastrado con los otros productos gaseosos á las cámaras de plomo. M. Glover ha podido, pues, colocando su ararato entre los hornos de pirita lo más cerca posible de las cámaras de plomo, á fin de conset·• varal producto gaseoso el mayor calor, produ• cir el ácido sulfúrico concentrado que recoge en la parte inferior del aparato, miéntras que el ácido sulfuroso cargado de una mezcla de vapores nitrosos, de vapores de agua y de una pequeña cantidad ele ácido sulfúrico, se escapa por lo alto de la torre á una temperatura media de 60 á 70 grndos para el ácido su lfúrico de las cámaras. La mayor parte de los fabricantes ingleses,


352

LA NATURALEZA

en 1870, obtenían ya directamente la concentracion del ácido sulfúrico á 60 grados Baumé por medio de los homos de Glover; luégo el empleo de este procedimiento se ha generalizado más y más. ( Se continuará.)

EL NAUTILUS (BARCA AMERICAN.A ). Parecía que la hazaña del Red- lVhite-andBlue, ese barquillo que en '1867 fué desde América á Francia, sería la última, pues la travesía del Atlántico, ya peligrosa para los grandes buques, lo es en tal manera para los pequeños, que más de una inteligencia no ha pensado en poner en duda la tentativa de la canoa americana. Se engañaban. Una barca áun más pequeña acaba de renovar con éxito el cuento que permanecía legendario de su antecesora. En cuarenta y cinco dias y medio El Nautilus ha atravesado el inmenso y peligroso espacio ci,ue sepaea á Boston d~l IIavre. El Red-1Vhite-and-Blue se jactaba de haber tardado ménos tiempo. Es cierto que era un poco mas grande; media 2 toneladas 5 y estaba construido con planchas de acero; tenía 8 métros de largo y 1m ,20 de hondo; provisto de tres mástiles, ofrecía al viento una mayor superficie de velámen; en fin, contenía víveres para ochenta días para los dos hombres que lo manejaban. El Nautilus es simplemente de madera y no tiene sino una longitud de 5m,10 sobre el pue1ite y de 4m,57 en el fondo. Su ancho es de 1m,80 por arriba y de 0m,90 por abajo; su calado es de 0m,15. Como su antecesora, es de departamentos independientes~ cuenta siete. Como muestra nuestro cróquis, no tiene sino un mástil, que mide 3 metros por encima del puente, y lleva una vela latina cuya antena tiene 6m,30, 6 sea una superficie de 12"',50; en ésta no puede tomarse sino un solo rizo. · En cuanto á su tripulacion, es natural suponer que estaba formada por prácticos consumados, que suplieran la insuficiencia de su barco . con una experiencia profunda de la·navegacion y un saber extraordinario. Pµes bien, no había nada de eso; no se componía _sino de dos hombres, los hermanos Andrews, que ni áun son marinos. El mayor, William (35 años), estaba empleado en una fábrica ele pianos; vValter (23 años) es escultor en madera. Como todo instrumento de nave~acion, no tenían para los dos más que una brujula con un sextante. La áudacia, y una voluntad implacable, suplían lo que les faltaba. Han vencido, pero al precio de ¡cuántos sufrimientos! Cuando uno podía dormir, el otro sostenía la barra. La cama estaba hecha de una caja, provista primero de un colchon que se vieron obligados á tirar por la bül'da por haberse transformado en una esponja. Sus víveres les servían de lastre, si bien que á medida que se iban consumiendo tenían que reemplazar el peso desaparecido por un peso

igual de agua de mar. Tan sólo á muy raros intervalos podían hacer un poco de cp.fé negro. Cuentan que habiendo partido de Boston hallaron una mar tan violenta que tuvieron que volvor á entrar e·n puerto algunos dias despues; pero su tenacidad era más fuerte aún y volvieron á partir con la proa hácia Europa, y la muerte rodeándoles por todas partes. Parece que las marsoplas los hicieron correr· grandes peligros. Estando pintado el casco del Nautilus de blanco, azul y rojo, esos animales, atraídos por estos colores, venían varias veces á juguetear y sumergirse alrededor de la barca, y la hacían zozobrar. Encuentros más agradables fueron los de los buques que iban de Europa á América y de America á Europa; se codearon, por decirlo así, con 37, que les dieron la situacion y les ofrecieron tomarlos á bordo á ellos y á su barco; rehusaron obstinadamente. Y por consiguiente ha habido para ellos días terribles, días de tempestades de que no han escapado sino por milagro, Así fué que al abordar á las costas inglesas, á Mullyon-Cove, estaban en un

I::l Nautilus, pequeii o barco que ha hecho la travesía

del Atlántico.

estado deplorable. vValter, esputando sangre; y á. fuerza de sújetarse contra el barco, las piernas y los piés de William estaban cubiertos de úlceras. Acogidos á su llegada por un sacerdote hospitalario, el vicario Hanvey, los hermanos Andrew se hicieron á la mar de nuevo y atravesaron el canal de la Mancha en tres dias. Un buque de vapor los condujo en seguida á París, donde puede verse su microscopio transatlántico, en la Exposicion, en un sitio bien reducido materialmente, pero singularmente elevado ·y grande si se le mide por el valor de los dos hombres que lo han conquistado. PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS. MADRID: Tipogra.!la Estereotipia PEROJO.


Núm. 49.-2 Noviembre 1878,

353

LA NATURALEZA

MOTORES ANIMADOS, EXPEillilfENTOS DE F,I SIO L OGÍA GRÁFICA

(1) .

que la vista para percibir estos ritmos, y él es el que .nos indica ordinariamente la andadura de un caballo. Cuando á cada revol ucion del paso se oyen dos golpes, se trata del paso de anclaclitra 6 del trote; tres golpes,

(Continuacion.-Véase n.0 48, pi\g. 349.)

A

III. De las andaduras del caballo .-Todo el mundo conoce si un caballo anda, trota ó galopa; pero pocas personas sabrán lo suficiente para indicar el rit-

13

Fig. 1.-Aparalo r egistt·ador de las andaduras del caballo.

mo y el ór den de sucesion de los movimientos ele los miembros en los diferentes paso~. Estos movimientos,

F ig. 3.- Notaciones de los dos"aires, A y B, ejecutados en un piano armonium.

en espacios desiguales, corresponden al galope; en fin, cuatro golpes indican el movimiento del paso. Pero estos movimientos pueden ser más ó méuos irregulares, alterados, ele cojera; además, el animal pasando ele un movimiento á otro en un espacio ele tiem-

I 3TEMPS

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Galope á cuatro tiempos. Fig . 2. - C:uaclro sinóptico ele las di versas a ndad uras del caballo segun los autores clásicos.-] , paso de andadw·a; 5, paso; 8, i,-otP; etc.

en efecto, se suceden con demasiada rapidez para que nuestros ojos puedan seguirlos. El oiclo es más apto ( 1) Conferencia hecha durante la sesion de la Association f,-an r;a ise pom· l'ava ncement des sciences, de Paris, el 29 de Agosto de l 878. 2; •s1nrnsTn11.

Fi g.

11.-

Notaciones del gaiope á tres y á cuatro tiempos.

po muy corto, ¿cómo podrá apreciarse la manera del cambio de paso? E stos asuntos son de grande importancia para el jineteó el veterinario, que han hecho graneles esfuerzos para resolverlos. Así, como he dicho ántes, el oiclo jnzga mejor que la vista los ritmos ele movimientos sucesivos; pero para apreciar mejor la produccion ele estos golpes rimados en dos, tres ó cua23


354

LA NATURALEZA

tro tiempos, es necesario saber á qué pié atribuir cada uno de estos ruidos. Ingeniosos experimentadores han, aplicado á los cuatro remos del caballo campanillas de diferentes timbres, formando entre ell!ts uu acorde perfecto. Se producen, sig uieudo la sucesiou ó sincronismo ele los golpes, melodías ó acordes variados. Pero esto no explicaba la clnracion de los apoyos ; así, la cuestion de los movimientos del caballo no ha siclo enteramente resuelta · ni áun por este mismo método .. V éause los tratados especiales y se encontrará, que fuera del paso de andadura, del trote franco y del galope en t res tiempos, no hay un solo movimiento cuyo mecanismo no pueda ser discutido y sobre el cual no r einen teo rías contradictorias . .En presencia de las cli:ficultacles de este problema, couocereis sin duda cuál será mi conclusion: es necesario· recurrital método gráfico ; éste lo resolverá de la manera más senqilla. Tornemos la cuestion en el punto adonde la han llevado los experimentadores que acabo de citar: la sucesiou de movimientos de los miembros de un cab,illo es una especie de mLÍsica, puesto que tiene un ritmo y que nosotros atribuimos á cada uno de los piés un tono diferente. Luego esta mLÍsica es bien simple, puesto que sólo se compone ele cuatro tonos . .L a disposicion siguiente permitirá r ecoger . la anotacion ele esta müsica por el mismo caballo. Debajo de cada uno de los cascos del caballo se coloca una· ampol'la llená de aire que por -medio ·ele un tubo ·está unida á ot~.; 1;equeña a~polla análoga, cuyos cambios ele volúmen obren sobre un estilo inscriptor. Cuando el caballo apoya un pié en el suelo, eleva un estilo inscriptor y éste queda levantado miéntras dura el apoyo. Cuatro estilos están dispuestos respondiendo á cuatro ampollas, de las cuales cada una está colocada debajo de cada un o de los piés del caballo, y estos estilos colocados sob re un a Uuea recta paralela al eje del cilindro, trazan ellos mismos la sucesion y duraciou de sus apoyos. La :fig. 1 muestra la disposicion del experimento. De los cuatro r emos de1 caballo parten cuatro tubos de caoutchouc, que corJvergen á la mano del j okey y se di.rigen al aparatG inscriptor de cilindro que lleva en la mano. L os t razados obtenidos en los diversos movimieutos alcanzan al núm. 10 en la fig. 2. Cada pié tiene, como en la notacion musical, su característico por la altura á la cual se marca la señal de sus apoyos. Convenimos en que las manos marcan en la línea de arriba y las patas sobre las líneas de debajo. ,A.hora bien, el caballo puede cou sus cuatro remos ejecutar los movimientos más rápidos, nada se escapará á la inscripcion. En primer lugar, para daros confianza en el empleo de este método, voy á demostrar cómo se resuelve un problema áun más difícil. Cuando un pianista hábil pasea sus manos por un clavicordio, ¿quién podría describir los movimientos que ejecuta, decir cuál nota ha sido tocada la primera y durante qué espacio, puesto que otras le han seguido juntas ó separadamente con

sus ritmos y tonos variables? Inscribamos estos movimientos, y cuando estén fij os en el papel, podremos analizarlos cómodamente. En el aparato que yo empleo, las teclas de un piano actüan por su presion sobre ampollas que hacen accionar estilos trazadores. V ecl con qué agilidad se mueven sus pequeños estilos reproduciendo todos los movimientos de los dedos al pasearse por el piano mudo; al mismo tiempo vereis funcionar el instrumento; os presento primeramente lo que acaban ele t razar (6gura 3). Ved esas notas que se escalonan en gammas ó en arpegios, esos acordes variados, esós cambios de tonos en que los sostenidos y bemoles se acusan por líneas trazadas longitudinalmente. Este instrumento que funciona por primera vez, ha sido constrnido por M. Tatin, nuestro colega, á quien todos los que le han conocido han admirado ya por su habilidad. Y ahora que no cluclais más, espero de la .6.clelidacl del método, analizar los trazados del cuadro que acabo de mostraros ahora mismo (:fig. 2) . Para comprenderlo bien, tomaremos ele Dnges SLl ingeniosa idea ele comparar el caballo ó u n cuadnípedo cualquiera á dos séres bípedos marchando el uno tras del otro. Si los dos marchadores ej ecutan los mismos actos en los mismos t iempos, es decir, si los dos elevan y apoyan simultáneamente la piema derecha, h,égo la izq uiercla, son los movimientos del paso de andaclitra (núm. 1) los que se producen. E l oiclo no percibe sino dos ruidos á cada doble paso, porque dos miembros ,í la vez llegan al suelo; estos son los miembros asociados en bípedo laternl. Si el andador de <letras está ya á la mitad del apoyo ele uno de sus piés cuando el andador ele delante posa el mismo pié sobre el suelo, este es el paso. En éste los cuatro golpes están separados y el oiclo· percibe cuatro ruidos equidistantes ; el órcl'en ele sucesion sería, si se contara empezando por el pié derecho : anterior derecho, posterior izquierdo, aiite1'ior izqitierdo, · voste1·ior derecho . Imaginemos que el andador de cletras hace movimientos absolutamente inversos ele los del andado r ele delaute, es decir, qu e uno ele los piés derechos choca contra el suelo cuaudo el otro pié derecho se eleva; tendremos los movimientos del trote. Dos piés estarán siempre asociados y no darán sino un solo golpe, y estos piés estarán colocados en bípedo diagona l. Hé aquí lo que se sabe del ritmo de las andaduras, ó por lo ménos estos son los puntbs en que todo el mundo está acorde; pero si se quisiera buscar en los cliversos autores la ·de:fiuicion de las andaduras más c·omplicadas, intermediarias á las que acaban de ser indicadas, no se hallaría, como he dicho, sino contradicciones entre las diversas opiniones. En la andadura más rápida del galope, el ele t res tiempos, por ejemplo (:6.g. 4) , el primer tiempo es dado por el choque ele un pié de cletras sobre el cual vuelve á caer despues ele haberse elevado ele la tierra; luégo, cayendo juntos el otro pié de detras y el pié de delante que está asociado con él en clia.goual, este es el segim-


LA NATURALEZA do tiemvo. En fin, se oye golpear un pié anterior, este es el te1·cer tiempo. El galope á tres tiempos puede distinguirse en dos formas: el galope derecho, en el cual el pié derecho de delante llega el ültimo al suelo; el galope izquierdo, en el cnal es el pié anterior izquierdo el que llega el 1ütimo. ¿Q uereis saber sobre cu,1ntos piés reposa el caballo eu los diversos instantes del galope? La fig. ± responde aún á esta pregunta. Lo i".nismo que la notacion de un pedazo de música muestrn cuántos dedos se apoyan al mismo tiempo sobre las teclas de un piano, lo mismo la figura± muestra que un caballo, en el momento en que cae al suelo, no apoya primero sino un solo pié; luégo, cayendo el bípedo diagonal al suelo á su tm·no, el caballo tiene en ese momento un triple apoyo.

355

llo desplegando el esfuerzo de una traccion potente, ó si le quiere representar cegado en una r,1pida carrera, debe tener un conocimiento exacto de las diferentes andaduras. E~to, que es cierto en el caballo, lo es igualmente en lo·s otros animales; pero todos presentan eutre sí analogías tan grandes, que si se conocen las andadnras dd caballo, se pueden representar las de todos los cuadrúpedos. El análisis sumario que acabamos de hacer de los ritmos de los golpes de los piés del caballo en · cada

Ti·ansicion dd ti·ote a l paso .

Transw1on del trole alfgalope á lres tiempos

Transicion del galopo á tres ti empo al lrole. Fig 5.-Transiciones en tre difcrenles andaduras .

Si la notacion de las andaduras, no se hubiera imaginado en distingnir esta serie de apoyos. El galope de carrera está considerado generalmente como una andadura en dos tiempos, en la que el caballo golpea turno por turno el suelo con los miembros anteriores y los miembros posteriores asociados. Este· galope e muestra en la notacion como una andadura á cuatro tiempos; el trazado disocia los dos golpes de· delante y los dos de detras, por más que se siguen con un intervalo bien corto. La transicion de una andadm·a á otra, impo ible de determinar por la observacion directa, se inscribe claramente en la fig. 5. I'i . R,ep1·esentacion artística del caballo y de los animales.-La representacion artística de los animales exige conocimientos e peciales y variados. Nada puede reemplazar los pacientes estudios que hacen adquirir al pintor ó al escultor la ciencia anatómica de las formas .r de los aspectos que toman los miembros en sus diversas posiciones. P ero si el pintor ó el escultor quiere animar su obra, si quiere mostrar el caba-

Fig. G.- Cuadro do la5 pi las d el caballo en las diferentes andaduras .

andadura, no basta todavía para representar lns actitudes que los imprim en; no tenemos aún, relativamente á, estos movimientos, sino una ele las dos nociones necesarias. Conocemos las rclacio1-ics de los ticm pos; hace falta conocer tambien las relaciones del espacio, es decir, aber en qué lugar se encuentra en cada instante cada uno de los miembros levantados ó apoyados sobre el suelo. Obligado á abreviar esta exposicion ya larga, no os diré cómo se determinan gráficamente las fases de¡ movimiento ele un pié que se mueve de sitio, pero puedo mostraros umariamente cómo se determina el sitio en que cada pié vieue á apoyarse. E La indi cacion es suministrada por la huella que el caballo deja sobre el


LA NATURALEZA

356

terreno. El señor de Cm-mieo, el cnpitan Raabe y el Sr. Lenoble du Teil, han estudiado con u n cuidado es-

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Fig 10.-Paso con esfuerzo de traccion.

Fig. 7. -Caballo al trote representado en el momento de un apoyo di agonal.

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Fig. 11.-Paso. Instante del apoyo diagonal.

Fig. 8.- Caballo al trote. Instante de suspension.

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Fig 9.-Uaballo al galope á tres tiemp:is. Instante del primer golpe.

Fig. !!/.- Paso. Instante del apoyo lateral.

mirablemente preparada para este estudio; las personas que tienen algun hábito, descifran fácilmente se-

mej autes ln1 ellas; mas para hacerlas comprensibles á todo el mundo, se ha imaginado dar una forma distinta


LA NATURALEZA .

357

Fig. 13,-B:i'.o-relicve asi rio (British Museum) . Un caballo al paso de andadura.

F ig. 16.-Estatua de En rique IV en el P ont-Neuf. - Tipo de trote correcto .

Fig. 14.-Bajo- r clieve egipcio (Medy net Abou) . Dos caballos uncidos march ando a l paso de a ndad ura.

Fig . !?.-Bajo-relieve asirio (Ninive). Caball o al paso.

Fig . 15.-El caballero y la muerte, por Alber to DĂź rcr. Caballo al trote ligeramente desunido.

Fig. 18.- Bajo-relieve en tierr a cocida de la i:ipoca Volsca (Velletri) . Tres caballos uncidos marchando al paso.


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LA NATURALEZA

á las herraduras de los piés de delante de los de atras, estando provistas estas últimas de dos encorvaduras en sus extremidades. Las andaduras principales representadas por sus pistas, han sido reunidas en el cuad ro (fig. 6), que debo al Sr. L enoble du Teil. Combinando con la nocion de los ritmos la de los sitios donde se hacen los apoyos de cada pié, se evitará en la representacion del caballo los errores de actitud que tanto desgracian las obras mae·tras. Quizá se diga que pocas personas son capaces de reconocer faltas de este género; respecto á esto podíamos repetir lo que decía el barou Dnpin de la regla ele perspectiva en pintura: «A medida que_los conocimientos precisos se extienden en adelante, muchas faltas que no chocan hoy sino á un reducido número de personas, chocará n al público entero, y los artistas no podrán permitírselas por más tiempo impunemente.»

y en que los piés posteriores es tan lo elevados ya del suelo, los anteriores no lo tocan atín . Pasemos á la andadura del galope (fig. 9). El in stante escogido es aquel en que el caballo retumbando sobre un pir\ de cletras acaba de dar su primer golpe. Dos piés en bípedo diagonal van á chocar contra el suelo al mismo tiempo; es el posterior derecl10 y el anterior .izquierdo: se les ha representado bajando ya para encontrar el nelo. En cuanto al pié anterior derecho chocará el último; así es que está aún el m,\s lejano del suelo. Para el paso, qne es la andadura más difícil ele expresar, tres instantes han sido escogidos en la notacion : l.º Aquel en que el pié posterior se va á elevar y en _que el anterior está á la mitad de su elevacion (figura 10). En este momento h ay tres piés apoyados, lo que no ocurr!J. sino en los caball os que hacen un · esfuerzo de traccion . 2. 0 Aquel en que los dos piés en diagonal están elevados, el uno acabando de dejar el suelo y el otro yendo á apoyarse (fig. 11). 3.0 El ins-

Fig. 20.-i\lula cargada do bagajes al paso (~olu mna Trajana). F ig. 19.--;Capitan de g uardias al paso (co lumna Trajana).

Los artistas que en nuestros clias hacen esfnerzos tan laudables para la representacion correcta del caballo, pueden sacar gran provecho del empleo Ll e la notacion de las andaduras; véase como. ea una notacion del trote; se ve á primera vista que se puede dividir cada paso en un a serie de instantes sucesivos, 10 ó 20, por ejemplo. En cada uno ele estos instantes, el caballo tendrá un a actitud diferente, pero en todos esos in stantes los miembros colocados en diagonal ejecutarán los mismos actos. Tomemos al azar uno de esos in stantes y marquémosle por una línea vertical (:fig. 7). La nota.cion nos indica que en ese instante el pié posterior derecho y el anterior izquierdo se apoyan en el suelo, pero que el anterior derecho y el po terior izquierdo están atín levantados y van á apoyarse. Esto es lo que está representa lo en la :figura. En otra notacion (:fig. 8) se ha escogido otro instante, aquel en.que el O(l,ballo est,í suspendido en el aire

tante en que el animal reposando S')bre un bípedo lateral alza uno de los piés de clel.111te y -va ñ pon er en su sitio el pié posterior del mismo lado (fig. 12). Estos cuad ros no tienen otra pretension que la ele ser correctos bajo el punto de vista ele la posicion ele miembros· el artista debe añadir la elegancia ele las formas . No es, pues, sin o un medio para tener un método simple y seguro para dibujar un caballo á una andad ura cualquiera y :i diferentes fases de los movimientos ele la misma andaLlura. E l empleo ele la notacion gdfica que dará al art ista la doble ventaja ele representar las andaduras con verosimilitud y ele variarlas de un a manera casi ilimitada. Ahora bien, la imperfeccion en el arte no t iende solamente á los errores que pueden cometerse, sino que bien á menudo u n arti ta, cuando conoce u na actitud verdadera, la repite con una monoton ía sensible. Sería muy interesante pasar revista á las principales épocas del arte y -segu ir en ellas la rcpresentacion del caballo en movimiento á traves ele sus fases ele :progreso y de d,ecaclencia. Mas un trabajo sem~jante,


LA NATURAL EZA para .quue tenga toda su utilidad, no podrá hacerse sino por un artista . El coronel Duhousset, que une la habilidad del ditJujante á un perfecto conocimiento del .exterior del caballo, ha intentado un trabajo de esta naturaleza, y en una publicacion r eciente ha mostrado el m érito y las faltas de ciertas obras artísticas modernas. El señor Duhousset ha recogido además una curiosa coleccion de representaciones del caballo en diferentes épocas del arte y me ha confiado algunos ejemplares que tengo el gusto de presentaros. V ereis en ellos que, de una manera general, el arte ha progresado, partiendo de una forma sencilla para elevarse á una expresion más sabia. Las figuras 13 y 14 representan caballos al paso de ancladiwa: ¿ha escogido el artista esa ancladm:a porque era la generalmente usada en su tiempo? Esto es

Pig. 2 1.-Fragm e nto del Partenon (bajo-relieve ele Atónas). Galope á la derecha.

poco probable; parece más bien que la escogió pór su extn,ma sencillez. Tomar instante en que los cuatro piés tocan el suelo, repetil' en los miembros posteriores la actitud de los miembros anteriores; en fin, dar á todos los caballos de un tiro un conjunto en los movimientos que permite traducirlos por un mismo perfil, esto es eludir casi todas las dificultades. La postura del trote, correctamente representada en la época romana, en las estatuas ecuestres de los Balbus que adornan el museo de Nápole , se vuelve á hallar en el siglo xvr en un cuadro de Alberto Dii.rer (fig . 15) El Caballero y la lll[uertc. La cUsica estatua de Enrique IV sobre el Puente nevo es un t ipo del trote con-ecto (fig. 16). Pero la representacion del paso, bastante más clificil que los precedentes, es raramente fiel. De todos modos se encuentran representaciones casi satisfactorias en todas las épocas, como atestiguan las fig uras 17 y 1/3. El paso está correctamente representado en las dos figuras tomadas de la columna Trajana (figs. 19 y 20). Este movimiento· representa tambien bueyes Y otros animales fielmente representados . Estas andaduras, por lo demas, son poco variadas

el

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respecto al instante escogido; casi siempre el caballo no eleva sino un pié delantero. El galope es en general la andadura en que la representacion deja más que desear. Sin hablar de la época contemporánea, citaré solamente los cuadros de los dos ó tres siglos últimos que tenemos ante los ojos á cada momento. Los caballos que se imagina que galopan están representados en una especie de actitud encabritada, apoyados sobre los dos piés posteriores y levantando á alturas iguales los dos piés delanteros. Se ha visto pnr las notaciones que preceden que este sincronismo de accion de los miembros derechos é iz~ quierdos no existe en manera alguna. En la gran época del arte griego se encuentran sin embargo admirables representaciones del galope. La figura 21 es un ejemplar de dicha época. La actitud escogida es el primer tiempo del galope como en la fig. 9: acaba ele darse el p1·imer golpe; el bíp edo diagonal que producirá el segun golpe se acerca ya al suelo y al pié anterior derecho que dará el tercero está muy alto. He admirado ya la 1:eproduccion en yeso de otro ba,jo-relieve de la misma especie en que un caballo representado al galope estaba tan bien repre¡¡entado, tan correctameute, que pude creer que en la época de Fidias la ciencia de l as andaduras era poseída por los · artistas. Pero luégo, examinando las r eproducciones de la Frisia toda entera, pude convencerme que una feliz casualidad me había servido, pues la mayor parte de los caballos están representados en falsas actitudes que hacen sentir áun más la exquisita elegancia de sus formas. E incontest<1ble que en nuestros dias los artistas hacen gr11ndes esfuerzos para r epresentar el caballo con verosimilitud, y que muchos de ellos lo consiguen Pero no m e permitiré apreciar las obras de los contemporáneos. En suma, ya lo veis, el método gráfico tiene aplicaciones numerosas, extremadamente variadas y á menudo de una importancia enorme. En esta conferencia, cuya longitud me perdonareis, no be tratado sino una pequeña parte de la materia; per<1 esto bastará, segun espero, para inspiraros el deseo de estudiar más á fondo y en su conjunto un método que me parece lleno de porvenir y á cuyo desarrollo he consagrado ya bastantes esfuerzos.

E. J. MAHEY Profesor ele! Colegio ele Francia.

EL BOTÁN ICO HERBORISTA. CONDICIO:\'ES EN LAS CUALES DEBE LTERBORIZAI\S E.-1 'STBUMENTOS INDISP ENSABLES PAI\A LA R ECOLECC ION Y EL TRANSPORTE DE LA S PLANTAS INDlGENAS Ó EXÓTICAS ( IJ.

Las condiciones esenciales á ~n botán{co para herborizar fructuosamente son, no tan sólo ( 1J Tomamos este articulo de la Gttia del botánico hm·b~Be1·,1a1·d Ve,-lol Ya á publicar e n la hbreria J . B. Hailliore et F1ls. i·isla que M.


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estar dotado de una constitucion robusta, sino además y principalmente, poseer lo que se nos permitirá llamar el fuego sag1·ado, es decir, el mismo amor á la cosa. Es ~demás una de que dependen esencialmente la abundancia y la calidad de las recolecciones, la facultad inn ata que no puede adquirirse sino difícilmente por una larga práctica. Una persona completamente extraña á la botánica, debe empezar por explorar las localida des restringidas en que estará ciel'to de recoger especies. en cantidad suflciente para sus estudios. Pero cuando el botánico está ya adelantado en el conocimiento de las plantas, no debe limitarse á los senderos conocidos de las praderas y de los bosques, los caminos ó en fin las estaciones más accesibles donde no encuentra sino las plantas más vulgares y las más cono-

Fig. ! .-Invernadero portátii de i\1. 'IVard, cerrado.

las más raras, que deberá buscar especialmente y encontrar allí. A estas diversas consideraciones no se limitan las condiciones que pueden asegurar recolecciones abundantes y fru ctuo sas . Las herborizaciones solitarias no pueden presentar ventajas que cuando son de corta duracion, sea á las personas aún poco versadas en el conocimiento de las plantas, sea á los botánicos que deseen conseguir una especie acantonada en una estacion restringida, cuya época de florescencia ó de fructiflcacio-n es limitada y á la cual deben consagrar una herborizacion especial. Las herborizaciones entre· dos, es necesario reconocerlo, son más productivas que. las her-. borizaciones solitarias; de todos modos, para que sean verdaderamente ventajosas, es necesario que una inteligencia cordial y del todo fraternal presida siempre durante toda la duracion de la herborizacion, principalmente si ésta debe prolongarse muchos días . Las herborizaciones eñtre tees ó cuatro, seis, ocho á lo máximo, son las mejores cuando se teata de ex-

cidas. Al contrario, si está animado del deseo de conocer sus riquezas, deberá sondear las localidade_s más ocultas, interrogar cada maleza, explorar en fin las localidades más inaccesibles, no temer, en una palabra, ni escalar las rocas abruptas en busca de las especies rapicoles ó sexicales: Sediim, Saxifraga, Sempervivillm, A ndrosace, etc., y entre las criptógamas los musgos y principalmente los líquenes, verdaderos gastadores del reino vegetal; ni de entrar resueltamente en los terrenos pantanosos y encharcados ó en los charcos y riachuelos en busca de las plantas acuáticas, de las algas fluviales de agua dulce, etc. Allí tendrá ocasion de manifestar el tacto particular que le permitirá apreciar de una sola mirada la vegetacion de la localidad que explora; prever cuáles serán las plantas características que deberá encontrar, y

Fig. 2.-Invernadero portátil, abierto.

pediciones lejanas que deben durar muchos días, y cuando el espacio por explorar es considerable. Las herborizaqiones públicas son de una utilidad incontestable á los aprendices ó á las personas que empiezan á dedicarse al estudio de las plantas; aprenden del maestro el nom bre y las particularidades diversas que se refieren á cada especie; además, lo más á menudo conducidos por una mano segura, pueden recoger no tan sólo las plantas col]'lunes, sino aquellas que están poco extendidas, y que sin aq uél podían pasar desapercibidas. Sin embargo, los botánicos que quieren herborizar sériamente prefieren, con justa razon, las herborizaci ones en pequeño comité. · Los instrumentos indispensables para la recoleccion de las plantas son los azadones; pero no son verdaderamente útiles sino cuando ofrecen una solidez suficiente. El mango ofrece tanta más resistencia cuanto más corto es, debiendo ser siempre su longitud proporcional á la fuerza del utensilio. Entre las diversas formas de aza• done·s cortos, se pueden citar los azadones Hac-


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quin y Decaisme. Pero de todos los instrumen- se cierra por medio de uno, dos ó tres broches tos para arrancar y de extirpacion, el azadon de presilla formados por un anillo, que en caso Cosson es sin disputa el más cómodo y el que de necesidad puede recibir un sistema de cierre presenta tambien más solidez. Puede emplearse sólido, por ejemplo, un candado en cada anillo ventajosamen te en las localidades cultivadas, ó, lo cual es más simple, una varilla de hierro rocosas 6 pétreas, secas ó áridas, en las prade- que los atraviese todos y que presente en una ras y hasta en las estaciones pantanosas y ter- de sus extremidades una dilatacion y en la otra • renos hornagueros. El azadon Cosson es prin- una pequeña abertura por la cual se pasa un cipalmente muy útil en las herborizacione s al- candado. Un anillo, colocado en cada una de las pinas 6 montañosas; en efecto, si se trata de extremidades superiores de la caja, recibe una una planta de raíces profundas que crece en los correa de cuero que permite llevarla á la bandorestos movibles ó de una especie que se implan- lera. Para evitar que las plantas no se calienten ta en las fisuras de las rocas, su extraccion, en ó no se marchiten demasiado por la accion dal calor, se pinta exla mayor parte de la cateriormente los casos, se hará claro; color de ja cómodamente . de verde ó de gris Despues de las por ejemplo, qu'e azadas ó azadones recubre de un se vienen á colocarbrillante barniz se naturalmente pueda que para los cayados, de rayos los reflejar los cuales existen forma La solares. un gran nú·mero de las cajas de herde formas; luégo, borizacion es vael cuchillo-puña l, riable; las hay cique puede em6 más ó líndricas, plearse útilmente deprimidas ménos tanto en l as fisude un lado; otras, ras de las rocas semi-lunares; casi como en sus resen fin, que otras, tos movibles y los la forma afectan pantanos turboEn misal. un de sos; luégo·, como Fig. 3. -Caja de herborizacion. largo, su á cuanto instrumento de este no es ménos segundo órden, el este largo embargo, sin forma; la que variable bastan férreo, la media luna, que facilita la repero centímetros, 40 de generalmente excede no aoleccion de las especies acuáticas que crecen á escentímetros; 75 á 70 de tener á llegar puede una distancia bastante considerable de la orilla, excurlas para s ·indispensable son últimas tas 6 .bien á una gran profundidad, ó bien aún para coger los ramos floridos ó fructificados de las siones lejanas; finalmente, existen ca.ja.s de bolespecies arborescentes . Citaremos aún el gan- sillo cuyo largo varía entre "10 y 20 centímetros . Estas últimas están destinadas á recibir plantas cho de largo mango para la recoleccion de las especies acuáticas y murales; el descocador para muy delicadas, ó partes de plantas que se desea la recoleccion de los ejemplares de árboles ; el estudiar especialmente , y que por este motivo despinador, instrumento de extrema comodi- se sustraen de todo contacto que pueda ensudad para recolectar las plantas espinosas ó sim- ciarlas. Generalmente estas cajas no presentan sino un solo compartimien to; pero siempre que plemente provistas de ag uijones , como el Crasus dimensiones lo permitan, debe hacerse un tregus, Rubus y Rosa, etc. una Pero de todos los objetos más indispensable s compartimien to de 0m, 10 á om,12 de largo en son tos compartimien Estos extremidades. sus de á los botánicos herboristas, es necesario colocar provisiones guardar para útiles muy menudo á en primitiva línea la caja de herborizacion . (fig. 3). Es una caja de hierro de forma cilín- de boca ó para encerrar saquitos de semillas, drica y ligeramente comprimida que se abre fragmentos de plantas con raíces, etc. En fin, por arriba, en los tres cuartos de su longitud son indispensables á los botánicos, carteras que por una tapa de dos ó tres charnelas; esta tapa contengan hojas dobles de papel gris, super-


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puestas regularmente, cuando se hacen excursiones que deben durar muchos dias y áun á veces muchas semanas. o creemos deber insistir sobre los objetos útiles para la preparacion de las plantas, como papel, prensas portátiles ó fijas, m arcos de madera ó metáli"cos, etc. , lo mismo decimos respecto á la preparacion de las plantas destinadas al herbario, de su desecacion, de su clasificacion y de su distribucion en el herbario, así como de su conservacion. Pero creemos deber ll amar la atencion sobre la recoleccion y el transporte de las plantas destinadas á la cultura. Las personas que no se dedican sino á la recoleccion exclusiva de las plantas para herborizar, encuentran á veces especies que no cogen porque su florescencia no está aún bastante avanzada. Pero se sabe que cortando los ramos que no deben tardar en florescer y colocándolos en un vaso lleno de agua sus flores se abren y s i los frutos no pueden llegará una madurez completa, toman por lo ménos un desarrollo que permite estudiarlos y adquirir [t veces un conocimiento suficiente. La recoleccion ele las plantas que se destinan á la cultura no se refiere lo más habitualmente sino á las plantas vivaces. La continuacion cierta de una planta que se arranca del s itio en que la naturaleza le ha colocado, para transportarla á un sitio bastante lej ano está subordinada á los cuidados que presiden á tres operaciones principales: á la deplarJ,lacion, al transporte y á la 1·eplantacion. La manera de arrancar del suelo las plantas que se quiere cultivar, varía necesariamente segun su modo de vegetacion. Regla general, las condic iones esenciales son arrancarlas, si no con la totalidad de sus raíces, al rnénos con una porcion suficiente, conservando ele preferencia, cuando no son únicas, las que están más cercanas al cuello. A lo que debe uno dedicarse primero que á ninguna otra cosa, es elevar con cuidado y en el mejor estado posible la parle de la planta que debe reproducirla al año siguíen te. Si se trata de una planta bulbosa, debe arrancársela con cuidado de no estropear los hulbos ó los bulbillos. Si es de una planta cespitosa, bastará arrancada toda entera, ó si la capa es demasiado fuerte, reservar una simple parte, pero conservando siempre las raíces. Pet'O si la planta es teazante, rampante ó estolonífera, bien sea vivaz ó sufrutescente deberán elegirse los retoños subterráneos más jóvenes con preferencia á las partes más viejas, que ofre-

cerían bastante ménos cambio de continuacion y áun de conservacion, ter1iendo cuidado de darles algunas raíces. El transporte y la plantacion inmediata de las plantas vivas es sin disputa lo que presenta más ventajas. l?ero en una excursion lej ana que debe durar muchos días, en los !pes , por ejemplo, de donde el botánico querrá traer fragmen- • tos con raíces de especies que tiene interes de conservar vivas, deberá tomar una caja del mayor tamaño posible. En esas localidades donde las producciones vegetales se han extendido con tanta profusion, es necesario que el botánico tome el partido, ó ele expedir diariamente el producto de sus recolecciones de plantas vivas, ó de no recolectar sino el pequeñísimo número de especies que no pueden soportar los inconvenientes á que las expondrían los transportes sucesivos y prolongados. En este último caso, deberá, a l volver de cada excursion, transportar las plantas vivas á una cueva, en que las clis. pondrá en el terreño con óruen, es decir, las raíces siempre en el suelo y los individuos ordenados unos al lado de otros, no formando sino un solo lecho poco tupido, á fin de impedir la fermentacion y la podredumbre. Admitiendo que el sitio de su cuartel general esté desprovisto ele cueva, el botánico procurará entónces, bien en el jardin, bien en sus inmediaciones, un sitio medio sombrío, donde pondrá sus plantas vivas en zanjas. Procediendo así podrá acumular cada dia, sin inconveniente, las recolecciones de una semana y áun de un espacio de tiempo más considerable, siempre que el transporte pueda hacerse en seguida lo más rápidam ente posible. La expedicion de las plantas vivas puede efectuarse en banastas ó cestas, en cajas y hasta en papel alquitran ado ó en tela encer¡:tda. Es útil tambien, principalmente cuando se quieren expedir plantas vivas de una region en donde la vegetacion briológica está tan poco representada, enviar con ellas cierta cantidad de musgo. Este no debe emp learse nunca demasiado húmedo si las plantas h an de permanecer largo tiempo en camino. Cuando se proceda al e mbal aje, bien se sirva de cestas ó banastas, debe disponerse una capa de musgo, luégo, alternativamente una de plantas, esto siempre poco espeso, y una capa de musgo; en fin, se recubre el todo, pero solamente cuando la cesta está bien llena, para que el trayecto no estropee las plantas, de una capa de paja que se fija sólidamente por medio de muchos bramantes. Se debe proceder de la misma manera al arreglar


LA NATURALEZA las plantas en un a caja; de todos modos, para impedir el caldeamiento y por consiguiente la pérdida de las plantas, es útil abril· en los dos lados de la caja pequeños agujeros para facilitar la evaporacion. E l tra~sporte de las plantas vivas exóticas tiene otras exigencias. rada es más difícil, en efecto, que el transportar plantas de países muy lejanos, y hacer que puedan soportar, sin sufrir demas iado , los inconvenientes de un viaje de muchos meses. Recuérdese que tan sólo partiendo su débil racion de agua con tres cafeteros que estaba encargado de transportar de Francia á la Martinica el capitan Duclieux consiguió conservar la vida de uno sólo ele ell os . Oitaeemos entre las precauciones indispensables que deben tomarse, los riegos de agua dulce, ~vitae todo exceso de humedad, de sequedad, de insol acion ó· de permanencia en la sombra, imped ir de una manera absoluta toda in troduccion, por mínima que sea, de agua salada en la caja, etc. Durante largo tiempo, las cajas ordinarias han sido el único medio conocido y empleado para el transporte ele las plantas exóticas; han sido y son aún convenientes para transportar las p lantas dotadas de una gran robustez, pero son completamente impropias para recibir ve getales un poco delicados. Un ing lés , Mr. _ . \Vard, h a inventado una especie ele caja ó inyernadero portátil vítreo, muy exlcnclicla en el presente y conocida b ajo el nomb re ele caja de \Varcl (fig. 1 y 2). En reci1;>ientcs semejantes e donde el Museo fra n ces pone la mayor parte ele las plantas tropicales, que le envían de países lejanos, diversos viajeros botánicos; son tambien las cajas de \iVard las q u e sirven para el transporte ele las plantas que los botánicos viajeros, expiden á los horticultores. El órden de las plantas en la caja, varía segun las condiciones en que viven . Así, si se trata de expedir orquídeas, aroideas, filices, bromeliáceas ú otras pla ntas que crecen en el tronco de los á rboles, debemos contentarnos con colocarlas sobre una capa de musgo, que repose sobre un a capa de alg un os centímetros de t ierra sustancial ligeramente humedecida; luégo , para q u e estas p lantas no puedan vacilar, se 'pone sobre el musgo de cinco en cinco centímetros, bien longitudinalmente, bien transversal mente, pequeños travesaños de mad era que se clavan á las paredes de la caja. i se quieren transportar plantas terrestres, deben ponerse en el fondo de la caja unos 20 centímetros de tierra bastante li gera aunque susta ncial. En el caso de que el terreno de que pueda disponerse sea

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demasiado compacto, convendría remo verlos añadiéndole un poco de arena fina. En la tierra así preparada es don_de el expedidor debe colocar las especies que quiera (:lxpedir, colocando siempre las más alLas en el centro . Desde que las plantas sean plantadas definitiva.m ente en la caja, se regará ligeramente la tierra, se la asentará por sac udid as repetidas, luégo se cubrirá de una d ébil capa de paja, de bambú hendido, etc., sobre lo cual se pondrán travesaños de madera que se clavarán á las paredes ele la caja {fig . 2 , caja vVard, abierta). Cuando las plantas están suficientemente preparadas en la caja, conviene dar al suelo una humedad suficiente, luégq se cierra la caja lo más herméticamente posible, poniendo masti9 en todas las rendijas, para no abrirla hasta la llegada . Las cajas deben depositarse en el puente del barco en pleno dia. Es esencial que estos envíos lleg uen próximamente en primavera ó en otoño; si llegaran en invierno, las plantas tendrían que sufrir las heladas de nuestros climas. De la replantacion .-Descle la llegada de un envío ele plantas vivas, el primer trabajo consiste en desembalar las plan tas en un -sitio fres co y oscuro. Las especies rústicas pueden ser replantarlas en plena tierra; las clases delicadas en macetas y en tierea de arbustos. ~

EL AIRE Y EL VACÍO . (Continuacion.-Vénse uúm . 47, pág. 325.)

U na vez evidenciado que el vacío puede existir en la naturaleza, estando demostrada por otro lado la pesantez del aire, una idea natural debía apoderarse de la imaginacion de los in ventores, la de extraer este ílúiclo sútil de los vasos que le encierran, de manera que se obtuvieran vasijas vacías de aire y agua, y bastante más cómodas para estudiar los efectos de la su.: presion de todo cuerpo ponderable en un espacio como la dmara vacía que esLá encima del barómetro de los experimentos de Torricelli y ele Pascal. I uede decirse que el origen de la primera m áquina pncumática ó aparato para enrarecer el aire en un volúmen encerrado por paredes resistentes, se pierde en la noche de las edades; la jeringa errante, que segun dicen recibe su nombre de la ninfa Syrinx que perseguía Pan; pero como el piston ele la jeringa ni s u piston estaban provistos de válvulas, no podía sacarse


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LA NA'l'URALEZA

el aire de ese cilindro sino con la condicion de do en 1602), burgomaestre de Magdeburgo, clejar penetrar el agua en su lugar, lo cual era empleaba en experimentos de física todos los una de las pruebas experimentales del horror ócios de sus funciones administrativas y de las de la naturaleza al vacío. Fué ya observado misiones diplomáticas que se le confiaban á mepor los griegos que la combustion operada en nudo. Se estaba entónces en aquella hermosa un vaso enrarecía en él el aire, bajo el punto de época. de la historia del espíritu humano en que vista que despues del enfriamiento del vaso, se las personas ricas se honraban con sentir un hacía en él un vacío parcial. Por medio de una amor ardiente por la ciencia. Sabiendo que la mecha ardiendo en una campana, ponían en la existencia del vacío es posible en la naturaleza, piel las ventosas secas, absolutamente lo mis- · , peocuró primeramente elevar el agua que llemo que se hace todos los dias en la práctica naba un tonel bien cerrado, aplicando al rondo médica aplicando de éste una espesobre la piel del cie de jeringa cienfermo un vaso líndrica de metal, en cuyo fondo se con llaves en sus quema un poco de dos extremidades, algodon en rama de cuyo piston tiú otra · sustancia raban obreros por combustible. Se medio de cuerdas: procuró emplear Desde el momento estas ventosas seen que se extrae el cas sin emplear el agua por este mecalor, y I-Ieron de dio, el aire se preAlejandría, en el cipita inmediata56 aparato de su mente por todas tratado, describe las fisuras y por «la construccion las canales natude una campana rales de los vasos que tira sin la capilares de lamaayuda del fuegoll. dera, de modo que y que está destise oye un murmu nada al uso indillo análogo al del cado. El fondo agua hirviendo. cerrado de esta El tonel fué recampana de venemplazado por un tosa está separado globo de cobre, por un tabique de compuesto de dos la porcion abierta partes hemisférique se aplica á la cas herméticaFig. !.-Máquina pneumá tica de Otlo de Guericke piel. Por medio de mente encajadas un tubo con una y este recipiente llave se hacía con la boca succiones sucesi- que servía, una vez vaciado de aire, de máquina vas en el fondo de la campana, poniendo un pneumática en diversos experimentos, dió la obstáculo cada vez á la entrada del aire por el idea de los hemisferios de Magdeburgo . La brusco cierre de la llave . Luégo, aplicando la parte superior tenía en su polo un tubo con parte abierta á la piel, otro tubo pone en comu- llave y el orificio de la bomba precedente fué nicacion el compartimiento de aire enrarecido atornillado con cuidado á la llave inferior del con el otro y la piel es elevada por aspiracion. polo opuesto. La vasija esférica había sido lleEsla es la misma idea que hallamos, despues na de agua previamente y dos- hombres vigorode un buen número de siglos de intervalo, en sos, con grandes trabajos, tiraban del tallo del muchos de los aparatos de Otto de Guericke, piston de la bomba. El agua iué elevada y el que hacía comunicar diversos sistemas con un vacío obtenido dió lugar á muchos experimengran recipiente esférico en el cual se había he- tos notables. Abriendo la llave superior de la cho previamente el vacío por un cuerpo de vasija esférica, el aire se precipitaba con 1-an bomba con dos llaves. Otto de Guericke (nací- gran violencia que se sentía uno arrastrado por


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Fig. 2.-Experimento de los caballos tirando de los hemisferios de i\Iagdeburgo, ejecutado por Otto ele Guericke, hácia 1656. . (Tomado ele un grabado do la épooa.)

Fig. 3.-Expcrimonto del cilindro vacío elevan do pesos . cjecu laJo por Otto de Guericko. (Tomado de un grabad o de la época.)


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la corriente. Aproximándose á la boca de la abert ura faltaba la respiracion y nin g una persona podía poner su mano en la llave abierta sin correr el riesgo de sentirla arrá.strnda y retenida con fuerza. Estos experimentos imprevistos y sorprendentes fueron repetidos en Ratisbona, en 1654, cuando la Dieta del Impe rio , delante del Emperador y 1os personajes más eminentes . Interesaron de tal modo al arzobispo de Mayenza que hizo irá Otto de Guericke y á su máquina á su palacio de vV u rtz bourg. Allí es donde un célebre matemático de la época, el P. Schott, y otros sabios, asistieron por primera vez á estos experimentos. El P. Schott les dió una publicidad considerable en 1657, y las insertó, bajo el nombre de experimentos de Magdeburgo, en un apéndice á su libro A 1·s hid1·aulico-pneumatica,, y más tarde en s u Tecnica c,u riosa, lib I. de mirabilibus Magdebiirgicis. La obra más completa que puede consultarse bajo este concepto, con numerosas planchas grabadas, es la impresa bajo el nombre: Oltonis ele Gueriche experi-

menta 1wt a (ut vocantur) l\I agcleburgica ele vacuo spatio, Amsterdam, 167 2. El tercer libro sólo trata de experimentos sobre el vacío y de la fuerza producida por esta causa, es decir, por la presion atmosférica, ó necesaria para destru irla; los otros libros son las disertaciones asfronómicas. Las primeras máquinas pneumáticas de que hemos hablado, eran difíciles de transportar. Otto de Guericke, queriendo repetir sus experimentos de modo que fuesen fáciles ele seguir por su soberano el Elector de Brandeburgo, imaginó un aparato (fig . 1), que es un progreso considernble sobre el globo de cobre precedente, y su bomba lateral, y que es el origen de las mácplinas pneumáticas actuales. Un cuerpo de bomba cil ín drico y vertical , de laton , es sostenido bien fijo sobre un tl'Ípode de hierro. Ofrece una llave en su parte inferior y el piston puede subir y bajar por medio de una pala'n ca lateral sólidamente fija á una de las ramas del trípode. Por encima del cuerpo de bomba se adaptaba un g ran g lobo de cristal (el recipiente ) ·provisto de un tubo de metal con ll ave. Rondelas de plomo producían cierres herméti cos, y para mayor precaucion bajo este concepto, las extremidades superior é inferior. del cuerpo de bomba, donde se ajusLaban las llaves, se su merg ían en vasijas que se mantenían llenas de agua, lo que permilía además de un complemento de cierre: apercibirse de los menores escapes.

Se comprende muy bien cómo un vacío al que se aproximaban de más en más , hasta un débil límite, podía opeearse en el recipie nte por el juego del piston con aberturas y cierres cruzados ele las llaves. Por medio de tubos convenientes, podía adaptarse el cuerpo de bomba pneumática á un gran número de aparatos. El más celebre, q u e fué experimentado por Otto de Guericke, es el de los hem.isferios de Magcle bw·go que se construyen hoy principalnente para los gabinetes de física del mundo entero; se les ha visto en la Exposicion ele París, lo mismo en l a exposicion Japonesa, como e n los talleres de los constructores de París y de Lónclres. Son dos hemisferios de laton provistos de sólidos anillos en su rededor; los discos guarnecen los círculos que les sirven de base y una rodela de cuero bien engrasada interpuesta entre los dos discos, procl ucen un cierre muy exacto. Uno de los dos hemisferios está provisto de n na llave por la cual se puede hacer el vacío, y una vez cerrada esta llave, cuando se separa la esfera de la máquina pneumática,_ no permito la entrada del aire. La dificultad en separar los he1:1i sferios va en aumento á medida que el aire se enrarece más en su interior, y esta dificu l tad aumenta tambien con el diámetro de la esfera y en r azon directa de su supedlcie oprimida por el aire exterior. Desde sus peimeros ensayos en 1656, Otto de Gueriek.e anunció q u e seis hombres vigorosos no podían separar los hemisferios . En los experimentos siguientes, de 1656 á 1664 (Tecn.ica cw·iosa, del P . Schott, en 1664), reco n oció que ejecutando un vacío más perfecto y aumentando el d iámetro de los hemisferios, podían engancharse en dos grupos 12, 16 (fig . 2), 20 hasta 24 caballos sin consegu ir la separacion. Estos bellos experimentos. excitaron una curiosidad inmensa. Se concibe, en efecto la presion enorme pro.elucida por el ai r e . Si se examina, e n un pequeño eje rcicio escolar de descomposicion de fuerzas, e n lo que se convierten las presiones atmosféricas normales en los diversos puntos de la esfera, se reco noce que, suponiendo el vacío interior perfecto, en la seccion ecuatorial de cada hemisferio, la ruerza producida iguala el peso de la column a barométrica mercurial que tenga por base el gran círculo, ósea: r.

R 2 X 76 X 13,6.

Los experimentos con l os hemisferios fueron muy variados. Dejando entrnr poco á poco el aire en el globo por la abertura de la llave que se cierra inmediatamente, se disminuye rápida~


LA NATURALEZA mente la fuerza de adherencia de los dos discos del contorno ecuatoeial y concluye por anularse . Esto es lo que Otto de Guericke, que bus cab a bastante las palabras de efecto, expresa diciendo: «otrn experimento por el cual un simple soplo basta para separar los vasos que no pueden separar 211 caballos.» Se hace tambien en los cursos de física un experimento inverso que no había sido intentado por el sabio burgomaestre . Se suspenden los hemisfeeios debajo de una campana en la cual se hace el vacío , sin abeir la llave de los h emisferios y el peso del inferior con el pié que le sostiene basta para separarlos. OLto de Gueeicke operaba la separacion del hemisferio inferior, estando el superior unido á una potencia por un só lido gancho por medio ele un plati llo adaptado por caden as á l9s a nillos del otro hemisferio y en el cual se ponían pesos crecientes. Cuando la separacion el choque del aire entrando súbitamente daba lugar á una explosion semejante á la de una pieza de artillería. Se producía tambien la separacion por medio de u na serie de h ombres que tiraban por el intermedio de una polea de retorno sob;•c cuerdas unidas á los anillos del hemisferio inferior. Los hemi fcl'ios están léjos de constituir los ún icos experimentos de Magdeburg o. Hay uno q u e OLto de Gucricke t itula: (( vaso de cristal que tiene la fuerza de tirar ele 20, 30, 40, 50 y áun un mayor número de hombres vigoeosos.» Un cuerpo de bomba cilíndrica de metal está apoyado en un soporte y ofrece una ll ave en su parte lateral i n l'eeior . Un pislon se mueve en este tubo y un grupo de man iobras ejerce sobre su tallo una fuerza de traccion , gracias á una polea de retorno, impidiendo una detencion al salir el piston enteramente del cilincleo. Se adapta entónccs á la llave inferior el tubo de llave que corona un globo de cristal de u n volúmen considerable, en el cual se ha hecho el vacío todo lo completamente posible por la máquina pneumálica de la flg. l. Estando bien ajustados el piston y las llaves, se abren á la vez las dos ll aves, el aire contenido en el cuerpo de b omb a se precip ita con v iolencia e n el g lobo de cristal , el piston i;¡e baja bajo la presion atmosférica supeeior, y el grupo de hom bres es arrastrado á pesar de la resistencia que opongan. En una moclificacion del mismo expeeimento ·la cuerda que pasa por la polea de retorno lleva un platillo cargado de pesos con siderables y este platillo es elevado al ejecutarse el movimiento descendente del piston, cuando se produce una aspiracion abriendo brusca-

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mente la llave del g lobo esférico vacío adaptado lateralmente (Og. 3). ( Se continuará.)

MI SCE LANE A. D ireccion de l os aeróstatas.- En un a de la- última sesiones de la .Academia de Ciencias de París, M . Dusart reivindica la prioridad del procedimiento, . q~10 con~iste en dirigir los ae,róstat~s, haciéndolos s:1bn· ~' baJai· ele modo que actue el aue en su superfi01e, 1 como el viento obr e la Yelas ele un buque.

APARATOS DE FÍSICA EN LA EXPOSICION UNIVERS..1.L,

Empezaremos por indicará nuestros lectores algunos aparatos interesantes expuestos por los Sres. Ducretet y Comp.ª Gnin e/ect?·o-imán ele Faraday.-Sirve para estudiar la accion del magnetismo sobre los cuerpos. L as bobinas de este potente electroimán tienen un diámetro de 50 por 60 de alto. El peso total es de 950 kilogramos. E l enrollamien to es de muchos hilos paralelos a islados, para permitir diferentes combinaciones de conjunto, bien en tension, bien en cantidad. El tambor micromático de la caja está provisto de un loniillo tangente de destornille 1'á.piclo, de una clisposicion nueva, muy práctica para los aparatos de torsion . Este electrn-i m án es el más p otente de los que existen . El electro-imán de Farada!J, ho1·izontal.~ Este es, para los Sres. Ducretet, el modelo clásico . Por otra parte, los experimentos corrien tes que permite realizar, y en que muchos órgan os h an sido combinados para repetir el experimenl;o del Sr. Le Roux sobre la inc/uccion pe1·ipolar. n disco de cobre rojo gira libremente entre los dos grandes discos de hiereo dul ce espeso, que son los polos del electro-imán . Las corri entes de induccion producidas, son re .. cog idas reu nie ndo por un conductor el centro y la circu n ferencia de l dis·co giratorio. Eslas co~ rrientes son absol utamente continuas y no cambian de sentido si se invierte la rotacion del disco. ro hay calentamiento del disco. La union de estos apéndices al aparato de Faraday, dispensa ele un aparato costoso que había sido consteuido para repetirla. E l expel'imento del Sr. Foucault, bajo la forma imaginada por Tyndall forma tambien parte


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del aparato. Un cilindro de cobre rojo hueco, lleno de líquido volátil, gira sin frotacion entre armaduras de una forma especial, fijo á los polos del aparato de Faraday. Desde que la. corriente pasa al hilo del electro-imán, se produpe una gran resistencia al movimiento. No se la puede vencer sino palentando el cilindro; en algunos segundos la tempe!'atura es suficiente para hacer hervir el líquido que contiene y hacer saltar el obturador. El trabajo se transforma en calor. Los experimentos corrientes que se pu~den aún realizar, están indicados por los accesorios fij?s en el zócalo que lleva el aparato: sistema óptico para estudiar la accion del magnetismo sobre un fascículo de luz polarizada que atraviesa un paralelepípedo de flint denso;-suspension para· cuerpos sólidos sometidos á la accion magnética;-soporte de tubo de cristal que se inclina para repetir el experimento del Sr. Quet, accion del magnetismo sobre los líquidos;-porta-bugía para la accion sobre las llamas, etc. Peqtleño electro-imán de Fa1·aday, modelo vertical.-Este modelo, aunque reducido, conviene perfectamente para los experimentos del diamagnetismo sobre los cuerpos y sobre un fascículo de luz polarizada. Su construccion asegura la perfecta movilidad á las armaduras de hierro dulce, y la centralizacion exacta del sistema óptico. La figura adjunta muestra este modelo vertical. Aparato de Foucault que transforma el trabajo en calor.-Su disposicion permite repe-tir muchos experimentos importantes. Un segundo electro-imán con armaduras sirve para producir el experimento del Sr. Le Boux sobre la induccion peripolar, de que nos hemos ocupado há poco. El movimiento de relojería es utilizado para poner en ju ego un fosforoscopo de M. Becquerel con un toro giróscopo ele M'. Foucault.

de M. Bertin. Este conmutador tiene como ventajas el dar mejores contactos é indicar claramente el sentido de la corriente.

Ce1·co ele Delezeune, produccion ele corrientes ele incluccion por la accion de la tien·a.Estando orientado el aparato de modo que el plano de la bobina sea perpendicular, A, B, á una aguja de inclinacion, se pone en movimiento la bobina y se obtienen corrientes suficientes para hac·e r desviar el galvanómetro. Si se inclina el eje de la bobina y se le pone paralelo á la aguja de inclinacion, el movimiento no produce más las corrientes de induccion . El

. . Electro-imán do Faraday.

Aparato de Foucault, de disco ele coúre, horizontal. -Ladisposicion del aparato no se presta á una demostracion fácil, para un numeroso auditorio, del calentamiento del disco de cobre rojo. Este modelo obvia este inconveniente. El disco es hueco y recibe un líquido volátil; el calentan::iiento del disco le pone en ebullicion, y por consiguiente produce la proyeccion del obturador. Bobina ele Ruhmkorff.-Esta bobina no difiere de las bobinas comunes. Es tabicada. El condensador está en el interior del zócalo. Los dos interruptores de mercurio de Foucault y de temblor de Neef están los dos sobre el mi~mo zócalo y dirigidos por Un conmutador inversor

conmutador permite tener á voluntad corrientes al terna ti vas ó constan tes.

Espirales Matteuci, corrientes ele incluccion por la electricidad eslática.-El disco soporte es de caoutchouc endurecido; así se obvia la fragilidad del cristal, y principalmente la accion del círculo de cobre que servía de guarnicion al soporte. Este círculo, desempeñando el · papel de diafragma cerrado, contrada la produccion de las corrientes de induccion. PROPIETARIOS GERENTES: f'J!.ROJO HERMANOS.

MADRID.-Tipogta!la Estereotipia PEROJO.


Núm. 50,-9 Noviembre 1878,

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de-D óme, cuando soplan durante el invierno los vientos del Oeste y del Noroeste . EN LA OÚBPIDE DEL PUY-DE-DOME. Primitivamente, la línea teleg ráfica que une las estaciones de este establecimiento permaNos parece dignó de la atencion de los lecto- necía aérea, áun en la cima del Puy-de-Dóme, res de LA NATUHALEZA una de las dificultades hasta su entrada en el despacho. A menudo duimprevistas que se han hallado en Francia al rante el invierno estos hilos, d e un diámetro de querer crear muchos observatorios de montaña 6 milímetros, se cubrían de escarcha y tomaban semejantes al fundado en la cúspide del Puy-de- un grosor que era de 20 centímetros á lo méDóme y que se han indicado á los meteorolonos. Se doblegaban bajo este peso de hielo, y si gistas. Nos referimos á los depósitos de escar- en estas condiciones un viento un · poco fuerte cha, realmente sorprendentes por sus grandes venía á agitarlos, se rompían. De aquí frecuendimensiones, que se producen én las construc- · tes averías que obligaron á hacer esta línea subciones del observatorio, en la cúspide del Puy- terránea en esta parte de la montaña.

FORM.A.CION DE L.A. ESO.A.RORA.

Efec tos de la escarcha del 9 de Febrero ele 1878 sob t·e la cabai\a de madera y su pabollon de la meteo rología de la cima del Puy-d~-Dóme. Fig. 1.-Sobre la cara del Oeste, el espesor de la escarcha que la cubre completamente alcanzaba á 85 centimetros.Pig. 2.-A B. Extremidad del mástil , completamente cubierto , sin a parecer pa rte alguna . -A C. Escala, orientacion Su r.E F. Linea natural despues del deshielo de la escarcha sobre el torreo ncillo de la Escalera, al Noroeste.

Los pararayos Franklin, que protegen la habitacion del guardian, se guarnecen entónces de depósitos de hielo que forman conos de gran base, que tienen á veces de 20 á 30 centímetros de diámetro. Ninguna descripcion puede dar una idea exacto del aspecto que toma el observatorio en estas circunstancias. Dos dibujos la suplirán. El primero representa los efectos.de la escarcha sobre la cabaña de madera establecida en 1874 por el comandante Perier para la determinacion de los elementos geográficos de la cúspide del Puy-de-Dóme. Sobre la cara del Oeste, las agujas horizontales de escarcha tienen una longitud de 85 centímetros. El segundo muestra los mismos efectos sobre el pabellon de la meteorología construido en el 2. 0

SEMESTRE.

mismó punto culminante de la montaña. El mástil de hierro del a nemómetro, la meseta que tiene, la escala que á ella conduce, todo des aparece y toma la apariencia de un inmenso bloc de hielo; las altas barandillas están erizadas de agujas horizontales de hielo que miden cerca de un metro, presentando siempre su punta á la direccion del viento. Todo esto presenta un golpe de vista original y encantador; y cuando el sol no está ocultq por las nieblas, la luz produce efectos maravillosos sobre estas agujas y estos blocs de hielo; la torre parece estar cubierta de enormes brillantes. Los depósitos _de escarcha entorpecen muchas observaciones; se forman principalmente sobre todos los instrumentos colocados en el exlerior. ¿Cómo oponerse _á ello? Los cuerpos g rasos no ~4.


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los detienen y se recnbren ellos mismos. Hasta ahora no conocemos otros medios eficaces, sino las envoltura:11 múltiples, de tul suerte; que la escarcha se deposite en las exteriores. Pero en la mayoría de casos, como respecto á los anemómetros, es imposible emplearlas. I-Ié aquí sérias dificultades para 1a organizacion de observatorios d·e montaña que se hallan en la region de las nieblas. El porvenir nos enr,eñará sin duda á vencerlas.

LAS A VES DE LA NUEVA-GUINEA (Contfouacion.-Véase el núm. 48, plig. 338.)

· Entre los paradíseos aterciopelado se coloca aún la loforhina soberbia (Lophorhin• superba), cuyo plumaje es igualmente de un color negro sedoso, con un casquete de un color verde metálico, un gran mandil del mismo color, que se .extiende en la parte anterior del cuerpo y se termina en punta en cada lado, y un manto de terciopelo negro que cubre todo el dorso, desde la nuca h asta el nacimiento de la cola. Los indígenas la llaman niedda, á cau·s a de su grito nied, nied, que hace oír saltando de rama en rama. Vive en los mismos sitios q ue el sefileto y se alimenta con los mismos frutos. Como éste, puede, gracias á músculos particulares extraordinariamente potentes, enderezar las largas plumas de su manto y de su pecho y dos pequeños penachos negros que están implantados en los lados de su frente. Algunos autores unen á esta especie, y probablement~ con razon, el semióptero de Wallace (Semioptera vVallacii) de Batchian y de Gilolo, cuyo cuerpo presenta, es cierto, colores bastante clistintos, ele un amarillo con ribetes grises, pero que -tiene en el pecho y en los flancos un mandil metálico análogo al de la lofhorina. Es tambien imposible reconocer las analogías de estas diversas aves con los Paradigalla y los Astrapia, que tienen un plumaje de una suavidad extrema. El Paracligalla·carunculata es de un color negro aterciopelado, ele reflejos púrpura,s con algunas plumas metáli9as en la cabeza, un gran espacio denudado en la frente y en la base del pico, grandes carúnculas que, en el ave viva, son unas de un color amal'illo verdoso, los otros azules ó anaranjados. Vive en los montes Arfak, y están de ordinario en la cúspide de un árbol muerto. Los indígenas le llaman happoa. Por la ausencia de carúnculas la Astrapia nigra, que Vi19illot llama gola cloracla,

y Levaillant urraca clcl Paraíso ó la inconipa1·able, se distingue fácilmente del paracligalla .y tiene por oLra parle la cola bastante más larga; sobre el pecho y la nuca una muceta de plumas negras purpuradas, ·azul de acero, .en medio de las cuales resplandecen bandas de oro y placas irisadas; sobre el vientre un magnífico color verde, alzado en los lados por lilas tornasoladas y de oro puro. Nada puede dar una idea de ·la belleza de esta ave, que gracias á su larga cola desempeña entre los paradíseos el mismo papel que la • urraca entre nuestros corvidos. Como el precedente, habita los montes Arfak, donde ha siclo encontrado por M. Baccari y por M. Raffray . Los fonigamos son mucho ménos b.rillantes, pero sin embargo bastante notables aún, con sus plumas tan pronto lu strosas y ele un color violeta púrpqra, tan pronto verdes punteadas ó como salpicadas -de oro; se conocen en el presente muchas especies, PhonyggarrJa Ke1·au-

dreni, Ph. Jamesii, Ph. Goulcli, Ph. Cha lybceata; Ph. Conm·ii, Ph. Atra, etc., que habi1lan, bien la Nueva-Guinea y las islas vecinas, bien el Norte ele la Australia, y de las cuales algunas son notables por el desarrollo de su tráquea, contorneada en espiral. Contrastando con estos paradíseos de plumaje aterciopelado, de color sombrío, relevado por placas metálicas, el paradíseo an~ranjad~ de Vieillot ú oropéndola del Paraíso, de Levaillant

{Senculus aurantiacusóXanthomelusaur-eus), es, como lo indican los diversos nombres que lleva, de un color amarillo anaranjado muy vivo, con negro en la cola, los lados de la cara y la garganta, y de moreno aceitunado sobre la rabadilla. Con un plumaje bastante más brillante, recuerda nuestras oropéndolas de Europa; pero por el conjunto de su organizacion se aproxima mucho á la familia de las aves del Paraíso. Su hembra lleva una librea morena, matizada de amarilio; ha sido considerada largo tiempo como una especie distinta y _aprox imada al gr upo de los Ch lamido cleros, de que hablaremos en breve. El Xanthom,elus aureus ha sido encontrado en el Norte y el Sur de la NuevaGu in ea por _los Sres. Lesson, von Rosenberg, d' Albertis y Baccari, y habita quizá tambien la isla de Salvatty . Se ali.menta de frutas y principalmente de higos. Es . un ave arisca y difícil de herir; no es abundante por lo demas en ningun sitio, y vive de preferencia en las colinas peóximas al mar, á una a lturá de 1.000 metros. Su canto, al decir ele los cazadores, recuerda mucho el de los Louimangas, pero es más


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- --- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - sonoro . Los papuasios de los montes Arfak designan esta especie bajo el nombre de Korneida; los de la cosLa meridional le llaman horobora. Todas las aves del Paraíso á que hemos pasado revista r áp idamente, tienen el pico relati vamcmte corto; otras, a l contrario, lo tienen si·ng ularmente desarrollado, y merecen por este carácter y por cierto núniero de otras particularidades ser colocadas en una seccion particular, la de los Epimacosc La especie más célebre de este gr upo, es el gra nde promerops de Sonnerat y de Buffon, promerops rayado ele Viei l-_ lot, promerops de graneles ado rnos de Levaillant (C'innamolegus papuensis, de Lesson, ó E(im,orachus speciosus de los autores modernos, Kamvi loJa y L essva ele los indígenas ele la ueva-Guinea). Se distingue peimeramente por la longitud ele su pico, que es encorvado como el de la abubi ll a, y por el desarro llo de sus cuchillas caudales que mielen cerca ele 50 ce ntímetros ele largo. De un color negro aterciope lado en el cuerpo, ti enen la cabeza cubierta ele un casquete metálico, los fl a ncos provistos de dos adornos con un rico ribe te de un color azu l de acero, precedido de un co rdon cillo púrpura, y las plumas caudales de un color neg ro azulado con reflejos ele acero . Los machos jóvenes tienen el pico b.astante más prolono-ado que los machos adultos y que las hembras, á lás que se parecen por lo demas por su plumaje moreno por encima y blanquizco ó rojizo por debajo, con numernsas barras transversales en el pecho y sobre el abdómen. Esta especie no se.· encuenlra ·sino en los picos más inaccesibles de los montes Arfak, á cerca de 2.000 metros de altura; se alim enta de frutos ele diversas pandan eas y entre otros los del Freycinetia. o léjos del gran epimaco se coloca el Depranonis a.lberlisi, cuyo pico, fuertemente arqueado, es dos veces más largo que la ca,beza, con la mandíbula superio r que depasa . ligeramenLe la inferior y que t iene la frente denudada lo mismo que el cerco ele los ojos y los lados de la cara. En esta especie, que ha sido descu bierta hace cinco años apénas, por M. d' Albertis, el plumaje del macho es moreno por encima, amarill o grisáceo por debajo, co n las cejas bronceadas, una banda estrecha ele un c0lor verde magnífico en la base del pecho , una zona blanca en medio del vientre y dos penachos laterales erectiles, adornados de rojo de cobre y ele az ul purpúreo. La librea ele la hembra, muy simple como de ordinario, no prese nta nada de tintes metálicos . El Diirpanornis :ilbertisi es ele-

sig na do por los nombres de Qua1·na y de Sagroja por los papuasios; pero es poco conocido aún por los cazadores indígenas, pues es rarísimo por todas partes. En el estado de reposo parece ménos bello que los otros paradíseos; pero cuando está en 1:1ovimiento hace resplandecer á la luz los ricos colores de s us galas y de su cinturon pectoral. Se le encuentra principalmente en los claros á 1.000 y 1.500 metros de a ltura, buscando en los árboles muertos y los troncos abatidos los insectos, y particularmente las orugas, que co nstituyen su a lim ento · El Museo de Historia Tat ural de Paris posee en el presente muchos individuos de esta especie, que viven como el precedente, en el_ orte de la Nueva-Guinea, á unos 1.000 meLros de altura . No podemos pasar en si len cio el Manucodo de doce filetes, de Audebert y Vieillot, Nebuloso ó Promerops multi(il ele Levaillant, que tiene e.n lo s catálogos científicos los dos noñ1bres en ·apariencia co ntradi ctorios, de Seleucicles nige1· y de Seleucicles al bus . En realidad, esta especie de epimaco merece :i la vez esas dos apelaciones opuestas, pues es su mayor parte de un co lor negro aterciopelado, de reflejos bronceados, y tiene e n los flancos dos penachos de plumas q ue, en el ave viva, son de un bello color amarillo, pero que despues de la muerte se convierten en un color casi blanco. El dorso y el pecho parecen e n la sombra de un color negro pronunciado, pern a l sol toman un brillo bronceado· las cubiertas de las alas y de las cuchillas son purpurinas, lo mismo que las a las; plumas cortas y aterciopeladas en la cúspide de la cabeza, y en la base d~l pecho un a banda de plumas negras, bordadas ele verde irisado, coeta netamente sobre el tinte anaranjado de los penachos laterales. El seleu cido no se encuentra sino en el Noroeste de la Nueva-Guinea y en la isla Sal watt.y. Los Ptiloris , por el contrnrio están repartidos, no tan só lo en la Papuasia, si no áun e n el _ orte y Sudoeste de la Australia. La especie neo-g uinea ha s ido ll amada promefi i' por Levaillant; este es el Ptiloris magnificus ó Craspiclophora m.agni(ica de los autores modernos. Por su pico, robusto , alargado, apénas encorvado, separece al se leuciclo, pero difiere completamente por los colores de su plumaje. La cúspide de s u cabeza está, en efecto, ornada de un bonete metálico; un a coraza de un color verde dorado cubre la garganta y su pecho, y está limitada por debajo por un ci nturon de reflejos rojos y verdes; su mantel es de un color negro nLerciopelado, y las partes inferiores de s u cuerpo, en


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lugar de ser amarillas ·ó blancas, son de un color rojo subido, ó purpúreo; en fin, no tiene ni trazas de esos adornos que dan fl, l seleucido u.n aspecto tan particular.

cesario estrechar desde un principio la cuestion. Y primeramente, ¿es bien exacto decir que en este insecto la facu ltad de volar esté abo lida? No lo creemos y véase en qué nos fundamos. El vuelo, en los insectos lo mismo que en las ( Se continuará.) aves, se compone ele dos elementos, la vibra• <cSl cion del ala que cumple el trabajo motor, es decir, el vuelo en sí mismo, y cieetas disposicione3 I JVESTIGACIONES EXPERIMENTALES mecánicas que permiten a l animal utilizar este trabajo ele tal ó cual nianera, como por ejemplo., SOBRE LAS FUNCIONES DEL BALANCIN dirigirse tan pronto á la derecha, tan pronto EN LOS INSE CTOS DÍPTEROS. á la izquierda, h ácia arriba ó hácia abajo, lo que constituye la direccion ó el movimien_to del Los insectos que no tienen sino dos alas, co- vuelo. El fenómeno así comprendido y analizado, mo la mosca, la volucella, etc., etc., tienen en más fácil dilucidar la cuestion que acabahace terminatallos, pequeños dos la base del tórax dos por un boton redondeado. A estos órganos, mos de proponernos resolver, pues as í se halla se les llama balancines. descompuesta 011 dos otras cuestiones. Esturotados muy antiguadiemos, pues, primeramente, no preocuparon á mente si el elemento los natura1istas sino desvuelo, ó de otro modo, de el momento en que la vibracion del ala, está Derham yVonGleichen , modificada por la sechácia mediados del sicion de los balancines. glo pasado, cmitierón Expet'imcntando en que la ablacion de los los insectos de vuelo balancines, permanemuy potente, como las ciendo intacta el ala, volu?ellas, en las cuales basta.ha para i_mpedir la intensidad de la vivolar al animal. bracion es suficiente pa• Reconocida la imporra producir un sonido tancia del órgano, se perceptible, se musical emitieron diversas teoPeluceus . .Tórax abdómcn y' base de oluce/la .-1' l Pig. con fácilmente, puede rías sobre sus funciones. las a las. A A' 1 balancines. B B' 1 areola basilar. comhábito, de poco un turno á turno Se vieron parar la altura del sonilos contrapesos, las va,rillas produciendo el zumbido, los aparatos de do así obtenido, con notas conocidas, y determinar con poca, diferencia el número de vibracio• audicion, de olfacion, etc., etc. · Ninguna de estas teorías resiste á un exámen nes ejecutadas en un segundo . Esto es lo que ha hecho el Dr. J. de Belesme. serio. Fué, pues, necesario volverá tomar esta cuestion y someterla á un método experimental Cogiendo una volucella por las palas, y excitándola con una paja, ha escuchado los diferentes riguroso. Cuando se pasa revista á las opiniones emiti- sonidos que puede producir; decimos diferen_Les, das sobre el balancín, se ve que los naturalistas porque hasta haber observado este fenómeno se detienen casi todos ·ante la fórmula que la para ver que ·el insecto puede producir sonidos ~blacion de estos órganos abole en los dípteros muy diversos. Cuando se mueve el ala como la funcion del vuelo. Es, en efecto, un experi- para volar, describiendo su curso más largo, la mento fácil de repetir , que parece justificar esta volucella da un sonido ·(mí3) equivalente á 650 manera de ver. Cogiendo delicadamente una vibraciones. El Dr. Belesme llama á este sonido mosca y cortándola uno ele sus balancines, sin el sonido fundamental, pues es el más grave h erirl a, se ve, en efecto, fácilmente que el in- que el insecto puede producir. Pero cuando el secto cae á tierra, en lugar de escaparse como a la se limita á ·estremecerse sobre el dorso con ántes, cuando se la suelta. Pero no debemos una amplitud muy pequeña, como cuando se sostiene una .de estas moscas contra un piso, ó contentarnos con esta operacion superficial. cuando simplemente se sostiene el animal por nees complexa, Siendo el vuelo una operacion


LA NATURALEZA el tórax de modo que se impidan sus cambios do forma, la agudez del sonido se hace mucho mayor y en este caso el ala da la octava ele la nota pr~ceclente, ó sean unas 1.300 vibraciones . • P artiendo, pues, de estos datos, .despu es de haber escuchado con el mayor cuidado una volu cella cogida por las patas y despues de haber notado la altura del sonido que producía, que era un mí 3, el Dr ele Bellesme le cortó lo dos balancines; luégo, excitando el animal, escuchó de nuevo la alturn del sonido. Presentaba ligeras modificaciones, que actúari: principalmente so bre la nota fundamental, la cual se convierte en un 1·c 3 • La nota superior, al contrario, produci da muy claramente, permaneció sensiblemente un m.í•. Hay, pues, despues de la seccion de los balancines en la volucella, unaligeradisminucion en el número de vibraciones del ala. Anotemos este h echo; no puede reconocer si no dos causas:

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ó bien el insecto contrae ménos enérgicamente sus músculo , ó bien el camino recorrido por el ala, sienclo m.ás la.roo, no tiene tiempo para moverse un número de veces "tan g rande en el mismo espacio de tiempo. Veremos, despues de h aber expuesto los ott-os experimentos, cuál de estas expli caciones es la que más se acomoda con los hechos. Nos limitaremos á hacer notar, pues no nos ocupamos en este momento sino del trabajo motor del ala, que la seccion de los balancines no produce una gran mpdificacion en la cantidad del trabajo producido. Esta modiflcacion es del todo insuflciente para explicar la diflcultad considernble producida en su vuelo por esta operacion; el ala continúa vibrando, y vibra casi tanto despues de la seccion como ántes. Ahora bien, si el insecto produce con poca diferencia el mismo trabajo motor, ¿por qué no vuela? Vuela aún, solamente vuela mal, y esto nos conduce á

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Fig . 2.-Volucella zonaria . A, el animal se lanza. B, caida sobre el dorso,

estudiar el segundo elemento de la cuestion, la clireccion y el equi librio. Cuando un insecto vuela, su ala describe un núm ero determinado de v ibraciones por segundo; este número, que varía poco en cada espe cie, tiene como factores la superficie de las alas y el peso del cuerpo. Las diferentes ]Josturas que el animal puede tomar no producen grandes modificaciones al número de vibraciones, como puede uno convencerse escuchando un a volucella que revolotea én un sitio tapizado de flores; yendo, viniendo, subiendo, descendien do, da siemp1·e con poca diferencia la misma nota. Se exceptúa, sin embargo, el momento en que va á posarse, pues entónces el sonido baja bruscamente, bajando ántes de concluirse. Llevado por esta vibracion única, el insecto ejecuta una sede ele movimientos muy distintos; se eleva ó desciende, se sostiene inm óv il ó parte horizontalmente, vuelve á derec,ha é izq uiercla. ¿Cuál es la causa de estos diferentes movimientos? La mayor paete de los naturalistas han pro-

curado expli cados por el juego de cieetos músculos que actúan de una manera especial sobre los óro·anos del vuelo; pero esta manera ele ex plicar estos fenómenos no parece ya sati factoría desde las bellas investigaciones de I. l\Iarey sobre las condiciones mecánicas del vuelo . El estudio de las modificaciones que la ablacion de los balancines produce en la direccion del vuelo, va á aclarar estos fenómenos. Los experim ento:S del Dr. ele Bellesme fueron hechos en otoño, cuando las V(!lucellas se reunen en bandadas sobre los vergeles en plena florescencia, en los cálidos dias en que el termómetro señala 40 grados al sol y 27- á la sombra. En estas condiciones estos animales están llenos de vitalidad y reaccionan muy vivamente. En una volucella cogida con precaucion, se seccionan los dos balancines por medio de un tallo. La opcracion no parece cloloeosa, pues ciertos movimientos ele las patas dan lugar á pensar que sin eluda el órgano goza ele un débil grado de sensibilidad. Puesta en libertad, en el


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borde de la mano, el insecto se frota · muchas veces la parte cortada, experim e nta una pequeña hesitacion; finalmente, abriendo las alas, se lan za al vacío ele una volada rápida. Pero á part ir del momento e n que ha dej ado su punto ele apoyo, describe precipitadamente una trayecto ria parabólica y va á caer á cerca ele un metro en el s uelo, la cabeza primero, dando un a volteeeta y cayendo sobre el dorso. U na vez en tiena, se endereza sobre sus patas con a lg un a elifi cultacl , que es n ecesario atribu ir más bie n al choque que acaba ele experimentar q ue á su estado a normal: luég o, elesp ues ele dar alg unos pasos, ensaya volar de nuevo. Pero esta vez las cosas no pasan como precedentemente; inm ediatame nte se h alla sobre un sitio elevado, de donde no tiene sino lanzarse; a hora está en tierra y -va á tomar vuelo; se lanza al aire por medio de una brusca impul sion ele las piernas y las alas; este esfuerzo la eleva á Qm,05 ó om,06, las alas vibran, se creería que ha partido. Nada de eso, el mismo movimiento de descenso parabólico a rrastra al a nim al , que va á chocar violentamente contra el suelo, primero la cabeza, á om, 10 próximamente del si Lío de donde partió . El choq ue es tan rudo, que vuelve á caer sobre el dorso {fig. 2). Conc lu ye por enderezarse. Despues de dos ó t res tentativas e n que la volucell a empieza á reconocer la inutilida d de sus esfuerzos, se r esigna á a nclar por el suelo sin ensayar emprender el vue lo. Sin em ba rgo, s i se finge cogerla, se la nza de nu evo , pero siempre co n el mismo resultado . · Este experime nto es típico. o tan sólo en la volu cella, sino en la mosca , en la típul a los hechos se encadenan como acabamos de decir. Vamos á hacer notar, desde el pre se nte, un h echo que resalta, capital, que por su constan -• cía va á dominai· la cuestion. Este hecho, sobre el que los observadores precedentes no h a n insistido y que resalta netamente del experimento que acabamos d e citar. es que la volucella privada ele bala nci nes no h a perdido la propiedad de volar; h a perdido solamente la fac ultad de d irigir su vuelo que se h a hecho fatal é irrevo • cablemente d escendente. Si hubiera perdido la propiedad de volar, s u caída sería ab soluta mente perpendicula r, lo que no s ucede; y por otea parte hemos demostrado precedentemente que la vibracion del ala se ej ec uta tambien elespues de la abl acio n de los b alancines, como ántes . Cuanto más corto se corta el h ala ncin , ta nto m ás profunda mente se modifica el vuelo, tanto más claramente se acusa tambien la modifica•

cion particu la r sobre que acaba mos de insistir, la aboli cion del v uefo .ascendente. Es interesante investigar ahora lo que pasa cua ndo los balancines se cortan desigualm ente; pues cua nto más h agamos variar las condiciones ele nuestr¿s experimentos, tanto mejor po-· clremos interpretar los hechos observados . En otra vo lucella de gra n vivacidad se cortó la mitad del balancín derecho. E l insecto parto s in dificultad. Se la vol vió á coger y se la quitó el resto del balancín derecho. Es fácil nota r que el vuelo se hace penoso, que es horizontal y que describe un a curva cuya concavidad correspond e al lado del b alancin que ha siclo cortado; tambien la volucella se posa bien pronto y vuelve ..í ser cogida. Se la corta la mitad del balanci n izquierdo y se la deja de nuevo . El insecto ha perdido, como precedentemente, la propi edad de elevarse y de volar horizontalmente. Su v uelo se vuelve descendente, da un a volte reta sobi·e sí misma y cae sobre el dorso al llegar á tierra. En un a volucella cog ida co n las mayores precauciones, se corta· el bala ncín derecho inmed iatamente por debajo d el boton; lu égo, volviéndola, se secciona el balancín izquierdo en su hase; entó nces se observa clarame nte un fe~ n óme no mu y n otab le. El animal posado en la mano emprende el vuelo, y describi e ndo una curva rápida, va á caerá tierra; pero ésta no es una cunra uniforme como la qué se observa cuando han sido cortados los dos balancines. Asciende y desciende alternativa m ente, co ncluyendo en s uma por' descender más de lo que s ub o y descr ibiendo así osci lacion es durante las cuales se rev uelve sob re sí mi sma . Las desvia ciones son constantes s iemp re que se cortan los balancines desigualmente; es, por lo tanto. más marcada cua n to mayor es la dife rencia del largo do aq uéllos; así para obtener el máximun de efecto, hace fa lta operar como acabamos de h acerlo, cortando profundamente uno de estos órganos y quitando tan só lo al otro el boton . La volu cell a ha caiclo, pues, y vemos que ancla teanquilamente por el s uelo. Entónces, si hacemos ademan de cogerla, so la nz a y ejec uta esa especie de impulsion que hemos desc rito al h abla r ele· la seccion ele los halancines . Pero en este caso la d esv iacion ofrece un carácter espe cial. El insecto no describe ya su curva: descendente en el mismo pla no; á medida que progre·sa, se desvía á la derecha, es d ecir, en el sentido del balancin m ás corto . E ste fenómeno de desviaciones tan ccnstante, que cuando se coi·tan al azar y sin preoaucion los b ala ncines de un


LA NATURALEZA insecto, se nota inmediatamente su diferencia de longitud por la aparicion de la desviacion en el vuelo. Todas las veces que se ha recurrido en las investigacíones fisiológicas en los animales á una mutilacion cualquiera, se debe examinar si esta mutilacion no introduce en el experimento un elemento extraño. Ahora _nos vamos á ocupar aquí de una dificultad posible, producida en el organismo por la operacion que hacemos sufrir á. nuestros insectos. La cuestion es importante y ha siclo resuelta por M. Paul Bert, que se preguntaba (Memoires de la Société cle~Sciences de Bordeaiix, -1866) si los dípteros, por los hechos de ablacion de los balancines, no se hallarían colocados en condiciones de vuelo no acostumbradas. Habiendo conservado con este fin insectos privados de balancines, se conve nció que al cabo de muchas semanas, éstos, por otra parte perfectamente bien, eran tan inhábiles para volar como el primer dia. La cuestion h a sido, pues dilucidada; no es en manera alguna por un cambio en sus hábitos por lo que Ja ablacion de los balancines actúa sobre los dípteros. ¿Será por la misma mutilacion que necesita esta ablacion y habrá en esta operacion una gravedad:que no sospechamos? El doctor de Bellesme, deseando saber á qué ate nerse sobre este punto, pensó inmovilizar los balancines sin cortarlos. Para esto pueden emplearse muchos procedirr{ientos. Consiguió este ingenioso obs.ervador, no sin . gran perseverancia , li gar en una volucella con un cabello el balancín derecho, luégo con otro el balancín izquierdo, y reuniéndolos, los ligó juntos en el dorso del animal. Este experimento presenta dos esco llos. El cabello no debe ap retar cl.e masiado el tallo del balancin pues le rompería; debe solamente formar una lazada bastante cerrada, para que sin · comprimir el tallo, no pueda pasar el boton. En segundo lugar, los balancines se arrancan con gran facilidad; resulta que, por poco que se tire al atar el nudo, se arranca el balancin y hay que volverá empezar. Pero, en fin, habituándose á hacer bien esta operacion, el Dr. Bellesme se convenció que el modo de volae de la volucella así preparada sufría exactamente las mismas modificaciones que si se hubieran cortado los balancines por sus bases. A causa de las dificultades que prese)lta el establecimiento ele estas h gaduras, varió su experimento de la manera siguiente. Con una go-.

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tita de esas colas semi-sólidas que se secan rápidamente en el aire, enghitinó los dos balancines ele una volucella, aplicándolos contra la base del abdómen, impidiendo que las alas inmovilizadas por una pinza plana, vengan á tocar esta cola. Al cabo de dos minutos al sol, la cola está suficientemente seca. Se suelta el insecto, parte, y desciende rápidamente en un vuelo irregular, dando la voltereta, absolutamente lo mismo despues ele la seccion de los balancines. Llegado á tierra, se eleva un poco, vuelve á caer, da la voltereta de nuevo tres ó cuatro veces, cayendo la cabeza la primera contra el suelo y permaneciendo sobre el dorso, exactamente en la misma posicion que despues de la excision. Estos experimentos son decisivos; demuestran que la mutilacion producida por la seccion de los balancines no entra paea nada en los fenómenos observados en seg u ida de esta operacion. ( Se continuará.)

VISITA \ LAS SALINAS DE \\IELICZKA (POLONIA), No hemos hablado nada ni de Wieliczka ni de sus salinas. Pero si el lector quiere seguirnos á. este p~queño rincon de la Polonia, hallará el viaje fácil. Una rama del camino de hierro de Oracovia á Lemberg, construido para la e:xplotacion de la sal, nos conduce allí en alg un as horas, mucho más fáci lmente que en fa época de las exploraciones mineralógicas del antiguo maestro frances Beudant. La ciudad se eleva en medio una region ondulada en las primeras pendientes de las colinas que suben hácia los monte.;; Kárpatos. A un lado y tí otro el paisaje ofrece grupos de árboles en las alturas, en las pendientes de los campos labrados y en los terrenos de pasto en el fondo. En el momento de nuestra lleg11,da, el cielo gris y sombrío hace una impresion triste. En el camino el lodo es tanto, que se sti"merge ·uno en él. Así es que aceptamos con agradecimiento la oferta de un cochero polones, par~ qne nos conduzca á las salinas. Su coche se compone de un tablero montado en cuatro ruedas, que tira un flaco r0cin enganchado á un lado de la lanza. ¡Arre, ya partimos! Nada ménos alegre que 'iVieliczka en este momento. Un incendio consumió la mayor parte de la pequeña poblacion el qtoño pasado. Sus habitantes se alojan en barracas de tablas, al lado de las minas calcinadas de sus casas destruidas. En las oficinas tomamos un billete necesario para la visita y que cualquiera puede conseguir al precio de dos florines (20 reales). Provistos del bill~te obligatorio, un empleado nos conduce al pozo Kayser Franz. Allí los mineros nos endosan un capote y un bonete, con el fiu de resguar" dar nuestros vestidos. Como las galerías .son muy


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buenas, esta precauciou es inútil, pero nos someteremos para obedecer ~ la costumbre. D escendemos con este disfraz, conducidos por dos guías. No creais que el descenso es dificil. Una escalera ele 26 tramos, con 10 peldaños cada uno, nos oónclnce..á las profuuclidacles. No obstante, los aficionados pueden hacerse bajar en la cabria por el pozo D anieloviec. N acla m ás sencillo, formando un racimo ele muchos. Para esto se unen á un nucló del cable cierto número ele cuerdas, igual al número ele personas que han ele descender. Cada cuerda se plega en columpio. Cada uno tiene en la base una pequeña cincha que sirve ele asiento, sirvi endo otra análoga el e r espaldo. El conjunto forma una pequeña poltrona aérea, sobre la que os colocais. Tirais la cuerda al borde del pozo para sentaros. Una vez bien arreglado todo, la masa toma la vertical. Estais suspendidos encima del abismo. Si sois muchas personas, formais racimo. Los caballos del torno empiezan á dar vueltas y todo el mundo llega abajo en un instante.

Todos los pozos nos conducen á traves ele capas alternativas de marga, ele arcilla, ele arena. La transicion ele una capa á otra se reconoce fácilmente. L os primeros indicios ele sal aparecen á 20 metros ele profundidad bajo la fo rma ele venas y ele cristáles. Se nota en un r incon una bomba para la extraccion del agua que sale ele la arena. Más abajo, á la profuncliclacl ele 109 escalones, aparece el primer piso ele las minas. La mayor profundidad de las salinas es cle.312 metros. ó sea á unos 50 metros por debajo del nivel del mar. Desde 1866, el piso inferior, el quinto empezando por arriba, está invadido por las aguas. ¡ Q" ué dédalo ele galerías, ele }JOzos, de cámaras de extraccion que se cruzan, se ramifican, se superponen formando un verdadero laberinto en donde los mismos indígenas tienen dific ultad en guiarse y hallarse! Así es que no describimos todos los recodos ele la salina por donde avanzamos n pasos lentos á la claridad ele nuestras linternas. En los puntos interesantes en que nos detenemos, mandamos poner fuegos artificiales

Corte de las salin,s de Wieliczka.-a. Sal nrde.-b. Spiza.- c. Szybrik.

para iluminar mejor la escena .. Ved ahí el pozo Danieloviec, por donde penetra aún el clia. Treinta pasos más allá se ab re la pri~era galería de la mina, la ga • lería Antonia con su pequeño camino ele hierro. Muy cerca, la sala Ursula sirve ele almacen ele sal. Una escalera ele 120 peldaños conduce por una portada de ·muro á la' gran sala Michalowiec. Esta sala m icl e 50 metrosºde largo por 28 ele ancho y 35 ele al to. Encierra una estátua ele San Cnnegondo, inmensa araña tallada en sal gemma, suspendida en medio, ü1 suficiente á pesar ·c1e 300 luces para iluminar todas 'las par tes ele la cavidad. Esto, al decir ele nuestros conductores, pues no sorprende la ilu¡n inación tasada en 100 flo rines. Nos contentamos con una luz ele fuego artificial. Admiramos la profnnclidacl y pasamos. En la sala Ursula, dos puentes dé madera de desigual altura, un en una á otra las dos murallas ele sal. El puente inferior Ya á parar á una puerta de estilo gótico qu e da aün sobre un· pnente más bajo ele la -sala Michalowiec. Ilnmiuada con luces ele bengala, la escena ofrece un as· pecto fautiístico.

A lgunos escalones más nbájo se abre la galería L:icht enfels, ele largo de 550 metros. Comunica con la cámara ele Drosdowia; tallada en sal verde. La sala Kayser Franz se halla á 60 pasos. Subimos algunos· escalones para llegará ella. Un puente suspendido nos da paso, miéntras que á 25 metros por debajo de nosotros los mineros arrancan pedazos en la sal. Dos pirúmicles de sal recuerdan la Yisita del Emperador de Austria hecha á la minas en 1817. En la vecindad de la paite inferior ele esta cámara, la sala Rosetti encierra un pequeño lago subterráneo. El lago mide 40 piés de profundidad. Le atravesamos en una barca que se desliza entre dos cables metálicos, para llegar á la sala Maier, abierta á la extremidad de un túnel. Aquí se levanta ante nosotros la estatua ele San J uan Nepomuceno, con un aspecto del todo fantástico á la luz de nuestras linternas. Las estatuas de las minas ele Wieliczka son todas de sal, ele lo cual pueden convencerse los in~rédnlos lamiéndolas. Ningun vis itante deja ele visitar la capilla ~e San Antonio. La ·conocereis quizá, pues á me-


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Nha,; el~ vVieliczka. - Puonte Iüysc r Pranz.

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nudo se han publicado grabados de ella . Su coustrnc-ciou data de 1688 y en ella se celebra el Oficio Divino ciertos dias de fiesta. Tirne altar adornado de columnas dóricas. Eu los lados,· est,\tuas de San Antonio y de San Clemeilte. En las gradas del altar, dos monjes arrodillados; en el fondo un nicho eon una cruz, ante la cual la Santa Vírgen pone el N iño ,Jesus en manos ele San Antonio. Enfrente ele la entrada el púlpito con las estátuas de San Pedro y San Pablo. Est::ítuas, columnas, a.ltar, están talladas en la sal y se mantienen en perfecto estado de conservacion despues de dos siglos. Colocad las teas detras de las columnas -:í de las estátuas y la l uz se liace visible de la sal transparente. De la capilla ,í la sal::t de baile no hay mucho, Souvareff, que tenía allí su cuartel general en 180D, durante tres dias clió allí bailes á los oficiales de su ejército. En los dias ele fiesta, los obreros y los empleados de las salinas danzan ::íun hoy en la sala decoradá con ese fin de arañas para la iluminación y de balcones para las músicas. Ejecutados con cuidado, con lujo :í, veces, los trabajos para la explotacion de las salinas presentan una gran regularidad. Bellas galerías, largas, elevadas, establecen una circulacion fácil entre todos los trabajos de· un mismo piso. Escalones cómodos, tallados en la ;masa salina ó sólidamente construidos en pendiente :.'1 · traves de las di versas excaYaciones que comunican desde la superficie del suelo hasta los t rabajos más profundos. Estos trabajos contrastan con lo que se ve de ordinario ¡¡n las minas. Son notables, interesantes, dignos de atencion. De todos modos, al describiros las salinas de Wieliczka no podemos refei·ir las pinturas demasiado pomposas de que han sido objeto y en las cuales se mezcla lo maraYilloso. No nos detendremos ahora en hacer la crítica ele tantas poéticas ficciones que nos representan aquí ciudacle5 enteras talladas en la sal, pobladas de habitantes que h abitan constantemente !:)n las minas, que han nacido allí , y ele los cuales ,tlgunos no han Yisto jami\s la luz del so1. En realidad, los obreros salen todos los clias de la5 salinas,"' permaneciendo en ell as tan sólo los caballos. En el orígen, la rxplotaciou ele la sal ha debido ser practicada ele una manera demasiado dificultosa ó imperfecta, en ausencia de conocimientos técn icos SL1ficientes. Lo que producía pTincipalmente pe1juicios, era el us~ ele cerrar las salinas. Inquietos-tan sólo por su propio interes, los propietarios se preocupaban demasiado poco en garantizar la s.egmidacl ele la rxplotncion en el pot-Yenir por medio de una buena disposicion ele los trabnjos. No tomaban precaucion alguna, ni ñun elemeutaria, para preveni r los hundimientos interiores. Frecuentes accidentes atestigu_an esta incuria . En l ugar de disponer pilares de sal en los sitios necesarios, para precaYer las salas contra la caicla ele las bóvetlas y prolongar la seguridad, extraían toda la masa ele sustancias utilizables. Apénas si han ensayado, á Yaces, poner en los sitios ·más amenazados puntalés de troncos de i\rbolcs superpuestos, á fin ele sosfenér el techo. Med ida ins uficiente, pues los troncos de él-boles se caían bajo el efecto de los hn ndimie1~tos

que sobrevenían. Por otro lado, el peligro aumentaba para los incendios. L a crónica conserva particul ar mente el recuerdo ele graneles incendios s-obreveniclos en el interior ele las salin as en 15iO y en 16±.J.. L os potentes p il ares formados por la superposicion de los restos rocosos y los blocs ele sal impura darían mejores resultados. En el presente, para precaver los hundimientos ele las dmaras abiertas en la sal verde, se limitan á no quitar las capas de sal hasta la roca ambiente. Se conserva una corteza de sal que impide el contacto de la atmósfera con las formaciones térreas y las precave contra la delitacion. Este medio basta para asegurar el cierre ele las paredes de las mayores excl!,,aciones ele sal verde. La sal spiza, más friable y que se descompone m{1s fücilmcnte, ex ige aún otras precauciones. Para dar luz natural :í"los pozos, se empieza por qnit¡¡,r la capa superficial ele greda . Se profundiza en seguida por medio ele la mina y de la pólvora. La pólYora sirve tambien para abrir la:, galtirías de explotacion . Los mineros perforan la galería en ambos lados, luégo cu la base y en el techo, formando un paralelógramo. Un agujero de sonda inclinado, horadado en medio ele ·esta masa, r ecibe un cuarto ele libra de pólYora, y se enciende la mecha. Todo el pedazo h oradado salta con la explosion . Otras veces las galerías se abrían en una·seccion mayor que en el presente, pues las galerías nuevas miden ta1~ sólo 122 p ulgadas ele alto por .:.05 ele ancho . L as que Yan de Este á Oeste son galerías ele explotacion. De cada una ele estas galerías principales parten galerías transyer sales, escalonadas ele 50 en 50 toesas, que cortan las otras en ángulo recto. Los obreros empleados en las galerías trabajan ocho horas al día. Su salario, ó más bien el precio de obra, se eleYa en razon ele la dureza de la roca. La tasa como medida corriente nría ele 10 á 48 kreuscr, ó sea de 0,~5 céntimos de peseta á J,20 pesetas. Alcanza su máx imum en la piedra arenista, en la arcilla seca el mínimum . Las cavidades producidas por la e-xtraccion ele la sal se llaman Clímaras. La sal misma se extrae en pedazos mtis ó ménos Yoluminosos, segun la potencia de las formaciones. Tal como sale ele las . minas, pasa al comercio. Los pedazos designados bajo el nombre ele balwans tienen la forma de barriles q_ue m iden 32 pulgadas de largo por lG de diámclro en la panza. Su pern se eleva á 330 libras de Viena. Se empieza por separar bancos ele espesor igual al diámetro-de los balwans. Al caer ele las parede·s de la mina, estos bancos se rompen en pedazos, de los cuales los más -graneles sirven pant forma r los balwaus . Los pedazos más pequeños reciben la forma de paralelepípedos, q ue mi.den 19 pulgadas ele Viena ele largo, por 10 p ulgadas ele ancho y 7 ele rspesor, con el peso de DO li bras ele Viena. Los trabajadores que dan forma á la- sal, trabajan ocho horas al elia, como los empJeaclos en horadar las galerías. Reciben 19 k reuzers, ó sea 0,47 cénti · mos por hechura ele balwan Je sal Yerde ó de spiza; 3 kreuzers solamente por cubo paralelepipédico, lla_madqfi11;mals(u9k por los mi neros. L a sa.l cristali na


L A NATURALEZA es puesta apar te y expec1icla en barriles. En el interior de las galerías los t ranspor tes se hacen por medio ele pequeños carros, con ó sin raüs. L os clemas, movidos por caballos, sirven para elevar los materiales desde el piso inferior al s nperior. Si preguntais qué cantidad ele sal suministran al comercio las mi nas de W ieliczka cada año, los montantes ele la ad mini stracion elevan esa cantidad á cerca ele un mill on ele quintales, del cual la mi tad se consume en Polonia y en Gallitz ia. A ntes de la constrnccion ele los caminos ele hier ro, se entregaba la sal á cuatro graneles depósitos situados en W ieliczlrn, Pogorze, Niepolomice, Owiezcina. Cerca ele 800 obreros están ocupados actualmente en la salü1a, con un salario ele 1 á 3 francos por dia en moneda fr ancesa. E n cuanto al p recio ele la sal, la tasa á nuestro p aso era de 8 florines ó 20 pesetas el quintal ele Viena para la sal cristalina, y 5 florin es 26 k reuzers ó 13 pesetas, para la sal verde. Bochnia, que no está muy léjos ele Wieliczk a, pero acloucle no t uvi mos t iempo de ir, posee tambien sal in as impor tantes explotadas h ace largo t iempo. E n cuanto á Wieliczka, ya h emos dicho que sus mi nas suministran tres variedades pri ncipales ele sal : la verde, la spiza y la szibik . L a sal verde se presenta en montones redo ndeados sin fo rma determinada, desde la rl.imension ele un pié cúbico hasta la ele alg nnos mill ares ele toesas. Or dina riamente englobacla en la a1•cilla, varía en transparencia y en pureza, segun la cantidad ele materia terrosa con que está mezclada. S u n om bre la viene ele su color semej an te al del cristal de botell a. S u cristalizacion es neta . S us cristales alcanzan- u na p ulgada y media ele cl imension. En sitios, masas ele sal blanca ele aspecto lechoso se muestran en la sal verde. Esta sal blanca, bastante transpa rente, m uy pura, se parece al hielo, de donde recibe el nombre ele sal de hielo ó sal loclowata. P ero la sal cristalin a, la verd adera sal gem ma que aparece ig nalmente en la sal verde y en la arcill a amb iente, es la qne tiene una pureza m ás perfecta. Del to cio transparente, afecta un a fo rma cúbica ó rombo idea. E n las horas de ocio, los m ineros tallan ó esculpen fi gurillas, tocia clase ele rosarios, ele crucifijos, de pisa-papeles, que venden á los visitantes de las salin as. L a sal spiza se muestra ordin ari amente más abaj o que la sal verde, bajo la forma ele capas m;ís ó ménos acentuadas. Ni nguna otra variedad pr esenta una dureza igual, un a igual clensiclacl . S u textura es de cristales en pequeños granos, mezclados ele arena y petrificaciones . Da un so nido metálico. E s ele un color grís oscuro, muy lustrosa. Si se la pul veri za, da un olor betuminoso que proviene ele restos ele plantas carbonizadas· que encierra. En la agricult ura es cloncle se la emplea p rincipalmente. L os mineros clist.inguen en la especie t res variedades distintas que llaman : sal ele cáñamo ó zumbarlrn, sal ele amapola ó mak owica, sal de perla ó j arka. L as dos primeras variedades no entran en el comercio. E n cuanto al sz ibik, en fi_u, es ele un grano ele color blanco ó ¡¡Tís claro, más fo er tc y m(is puro que la spi:m y la sal verde. S us cristales mielen ele cuatro á seis milímetros ele climension, interm.e-

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diarios ent re los del spiza y la sal verde. Más pura que las otras varieclacles, encierra ménos arcilla y espejuelo, tocio lo más en la proporcion de 1 :'t 2 por 100. E n ella se encuentra la sal cristalin a del t ocio transparente, luégo un a cantidad ele sal bl anquizca llamada sal del águila, expccli cla no h ace mucho t iempo á la corte ele P olonia, y llamada así porque estaba embalada en barril es marcados con u n ágnila blanca. La existencia ele aflujo ele agua dulce en la base ele los montoues ele szibik necesita precauc iones par ticul ares para la explotacion ele esta sal. E n el interior ele las salin as ele '\;y'" ieliczka, como en las otras min aa .ele sal, el aire es ele una sequedad que contrasta con la hu medad ele las galerías que atraviesan terrenos ele natm alez'a diferente. Nunca en ellas se han suspendido los t rabaj os por causa ele alteracion del aire. E n invie rn o como en verano, la temperat m'a se sostiene ent re 10° y 15° cent ígrados. Así es, que las colu mnas talladas en la sal se sostienen d urante siglos sin alteracion alg una, y las construcciones ele madera no se pudren . N acla ele enfermedades particul ares para los obreros. L os hombres atacados ele tísis pulmonar re$istcn en ellas mucho más tiempo que respirando otro ai re. L os caballos débiles y flacos adquier en fo erzas en poco t iempo. A demás ele las min as ele sal gemma ele Wieliczk a y ele Boclmia, se explotan en Gallitzia nnmerosas fuentes salífe1i.1,s. L a misma formacion se prolonga á t raves ele la B nkowin e y en Rumanía. Tan sólo la fu ente ele Stebuik sumiuistra por año 127.800 qui ntales ele sal, segun un a Memoria del Dr. Altb, profesor ele la Universiclacl ele Oracovia. Poglancl na. zrodla solne i naftowe tttclzies na warzelnie soli Kucheimes w galieJa i Bulcowinie, 1876. A l lado ele las fu entes salífo ras yacen otras fue ntes ele petróleo y ele asfalto, que aparecen como ellas en las ansas fo rmadas en la piedra areni sca ele los K árpatos . L os mon tes Kárpatos corren de Oeste á E te, inclin ándose un poco hácia el S ur ; fa inclin acion general de s us fo rmaciones sed imen tarias se i nclin an h ácia el Sudoeste y el S ncl-sucleste. L a formacion ele arenisca const-i t uye los depósitos ele seclimen tos mús antiguos ele la cadena. E ncierra fós iles pirásicos, á los cu ales s uceden en el ór clen ele su_p ersposicion ca_gas ele fos inecómicos y ele arenisca verde, seguidas en su parte superior ele calcáreas ele num úlitas y ele arenisca clasificadas entre los terrenos eocenos. Poco difere ntes un as ele otras las capas ele arenisca ele granos fi nos, á men udo quísticas ó calcíferas, se aproximan po r consiguiente á las fo rmaciones pirásicas, creMceas ó terciari as. En los depósi tos miocenos es cloncle se colocan las sali.nas de W ieliczka y ele Bochnia con los espejuelos que las acompañan. Se encuentra la sal gemm a ó el espej uelo en t res paralelas en la cl ireccion general ele los Ká rpatos. Sit uados en la paralela media, los depósitos ele W ieliczk a empiezan con los espejuelos ele Podgorze, al S ur ele Oracovia, par-a reaparecer cerca ele Dobromil, L ack o Starasol; luégo se contimían con·la larga línea de orígenes salíferos que van ele Drohobiez á Petrauca. No describiremos aquí en detalle esta interesante forma-


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cion, y nos limitaremos á alg unas consideraciones, tan sólo sobre los depósitos <le Wieliczka, cuya naturaleza vamps á examinar, así como su disposicion y los fósiles.

En su conjunto, la formacion Lle 'iVieliczlrn consiste eu espejuelo, en sal gemma, en arcilla que pasa á piedra arenisca y á margas, cubierto todo de aluviones más recientes. Que el esp j uelo esté acompañado ó no

Fig. 1.-EI e:lobo cauliv., por cnci1111 de la ni ebla. orto de la :itm,jsfe ra en la m ai1ana del 17 de Oclu.b,.,;. á las diez y cuarenla minulos. ~

c1e sa1, se ncuentrn siempre en relacion con )as arci llas, principalmente con las arcillas irisadas. E : t ) espejuelo es ordinariamente fibroso, ele color bl anco ó rojo, mas raramente ele granos finos blancos ó grises más compacto. J: o constituye capas cont~rnas, sino aglo-

meraciones ó nidos encerrados en otros depósitos. De la anhidrita compacta ele color azulado se muestran en concrecion en las arcillas salíferas r en la sal gemma . Ménos rico que la arcilla, el espejuelo ele ,vicliczka es por lo tanto tan abun dante allí como la sal. E l


LA NATURALEZA espej uelo aparece solamente por encima de la sal verde. La anhidrita forma pequeñas capas delgadas, en hebras separadas por la arcilla gris, entre el szibik y la spiza, como entre la spiza y la sal verde. En cuanto 1í la sal gemma, ele la cual hemos descrito las principales variedades, está repartida en partículas imperceptibles al ojo en la arcill a, ó bien forma aglomeraciones irregulares englobadas ig ualmente por las arcillas salíferas, ó bien aún capas contorneadas, intercaladas entre la arcilla salífera, la anhidrita ó en las margas areniscas. La spiza y el szibik fo rman constantemente los depósitos inferiores, la sal verde los depósitos superiores, y no se presentan sino raramente en pedazos en la division de la base. Haremos observar principalmente que la sal verde se presenta solamente en ricas aglomeraciones in-egulares en la arcilla, miéntras que la spiza y el szibick indican cierta estratificacion, capas plegadas de tal suerte que á veces la spiza falta y el szibick se halla al lado de la sal yerde, á veces la spiza y el szibick se repiten dos veces, una encima del otro, como indica el corte adjunto á este artículo, que debemos al inspector de las minas U rcliua. Tau pronto la arcilla de estos depósitos es gris, tan pronto es irisada. Esta es la arcilla gris, á veces de un color moreno sucio, llamada halda por los ruiucros de Wieliczka, que parece ordinariamente salífera, á veces bituminosa. Muy á menudo esta mezcla de arena, de espejuelo y de granos de auhidTita encierra tambieu pequeñas conchas y hojas carbon izadas, lnégo grietas ele 2 á 3 milímetros llenas de sal amarga. Las arcillas irisadas son tan pronto rojas tan pronto azuladas, sin betuu, en partes muy cerraJas, casi plásticas, en parte arcillosas. En Wieliczka las marga rojas y azules forman solamente nidos en la formar.ion arcillosa. 'on dolomíticas y alternan como las margas irisadas del Keuper. Por la mezcla ele mica y ele are~a se opera el paso á la arenisca. Esta arenisca en que domina la arcilla se distingue apénas de la arenisca normal de los Kárpatos. Tiene un cplor azulado en Wieliczka y constit uye ricos bancos á cierta profundidad. L a arenisca y las margas toman un ele arrollo con los depósitos de sal gemma de la Gallitzia oriental, entre Starasal y Kaczyka. Respecto á fós iles, las arcillas salíferas de vVieliczka, han suministrndo diez y nueve especies ele e teríneos, ciento diez y ocho especies de foraminíferas. Algunas de estas especies son nuevas, otras, entre ellas, se hallan en la caliza de Leitha. En suma, los re tos orgánicos del depósito, se asemejan á las capas superiores del yacimiento de Viena . Zeutscher cita aün en las.mismas arcill as el Pectan Lillii, el Pectan cristatus, la Nacula triata, la 1Vatica epiglatina, la Pedepes buccinecc . Luégo hay partes de cangrejos y de pescados. En la sal spiza se hallan seis especies de zoófitos, catorce ele politalunnios, ocho univalvos y tres crustáceos ele los cuales. muchos. viven aún en el Me. ' ., ditenáneo. Añádanse las especies vegetales determinadas por el Dr. Stur: Raphia ungeri, Pinus salinannn, Pimts 1,alanica, Pinus Russegeri, Pinites wulicz-

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kensis, P ithyaxylan sileriacum, T axaxylon gmpperti, Betutiniwn parisiense, Feganiitm salinarum~ Liquiclambar eurapeum, Pavía salinarum, Caria ventricasa, C. salinarum, C. Cartata, Cassia granclis. Estos fósiles asemejan los depósitos salinos de Wieliczka á las formaciones medias ele la época terciaria. La flora de las salinas suministra principalmente conos de pinos, nueces de Caria y troncos de hayas. L as bellotas que el paleontólogo Unger ha creido ver en las aglomeraciones ele sal cristalina, son simplemente conos de pinos más ó ménos roídos por las ardillas que se han comido los g ranos. En el Instituto Geológico de Viena se halla cier ta cantidad de estos conos. Las corrientes de agua formadas en las selvas de los Kárpatos de la época terciaria han conducido estos frutos ca.idos de los árboles despues ele su madurez y los han conducido al lago salado, ·del cual las

Fig. 2.-Sombra del globo cauti,·o formada en la bruma.\"isla de tierra. J uéYes 17 Octubre á las dos y veinticinco de la larde.

salinas actuales representán en cierto modo los residuos. 'egun toda probabilidad, los depósitos de sal de Wieliczka se han formado en lagos salados semejantes á los que vemos aün en tantas regiones y muy particularmente eu el Sur de la Argelia. Hemos visitado estos ültiruos y nos proponemos describirlos otro dia á nuestros ilustrados lectores.

GRAN GtOBO CAUTIVO DE M. HENRY GIFFARD. (Contiuuacion.-Véase qúm. 48, pág. 34.9 .)

H emos señalado recientemente á nuestros lectores las particularidades atmosféricas que se han presentado á los viajeros aéreos en la barquilla del gra n g lobo cautivo , á principios


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LA NATURALiiJZA

de Octqbre ; nos falta ocuparnos hoy de una cuestion siempre nueva y hablar de circunstancias meteorológicas más notables aún que las precedentes. Se ha n presentado h ácia mediados del pasado mes en los dias de brumas en que Paris ha estado cubierto desde el 1ti hasta el 19 inclusives. Todo el Norte de Francia ha estado sumergido en un manto de ni ebla que nó se elevaba sino á pequeña altura en la atmósfera y que ocul taba á los observadores terrestres el cielo azul y el ardie nte so l de las altas regiones . En Paris, el globo cautivo, elevándose á 500 metros de alt ura, domi nó esta masa de vapor, y los que elevó consig o en los a ires, pudieron juzgar de la g randeza de un espectác ulo que los aero na utas en g lobo libre no contemplan ge nerali11ente sino á alturas bastante considerables. El grabado adjunto á este artículo (fig. 1) representa el corte de la atmósfera por encima de Paris durante las mañanas del 16 y del 17 de Octubre. A tierra, la neblina compacta erabastante espesa para imp ed ir se viera á un hombre á 200 metros; elevándose en la b arq uilla del globo, se dominaba ese b anco in ferio r de brum a · vista de alto parecía un inm enso plato de / nie~e; el sol se reflejaba en ella con intensidad; aqu í y allí s u superficie mamelon·a da dibujaba ¡ sombras gigantescas de un efecto sorprendente .. La sombra del globo cautivo tambien se destacaba en el velo blanco de esta bruma. El banco de niebla no ten ía más que un es peso r de 220 metros, y la capa de aire que la dominaba era muy caliente. E l termómetro en tierra marcaba 13º ,25 en el patio de las Tullerías; acusaba 15º, 1O á H0 m etros de a ltu ra. Esta elevacion de temperatura era debida ciertamente á la reflexion de los rayos solares sobre la superficie s uperio r de las nubes. E l 16 de Octubre, la niebla vista desde arriba era semi-transparente, y se distinguía aú n un poco la superficie del sol á través de su espe sor; el 17, por el co n trario, era del todo opaca, y en la barquilla del g lobo cautivo no se apercibía sino un· mar de brumas . La niebla no se disipó sino poquísimo en el dia 17. y h ácia las dos de la tarde clió lugar á un fe nómeno bastante curioso; se percibía claramente el cono de la sombra del globo cautivo en tierra, y el aeróstata se elevaba tomando en cierto modo el aspecto de un cometa. La figura 2 representa este efecto de la sombra, que era muy apreciab le para el observador colocado en la plaza del Teatro F rances; en otros puntos, la lu z solar ho se prestaba á este c·u rioso efecto ele óptica.

El cono de sombra era de un color poco oscul'o; una banda de luz muy viva aparecía clafame nte en s us bordes, que no parecían e n nada rectilíneos. ( Se continuará.)

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G. DELAFOSSE. Nacido en Sai nt-Quentin , en 1793 y salido de la Escuela Tormal en 1815, el mineralogista que la ciencia acaba de perder, había tenido por g uía en sus debuts en la ciencia al mismo creador de la cristalografía, al inmortal Haüy. Admitido al honor ele co laborar para la segunda edicion del Tratado ele m.ineralogía de ese gran homb re, y agregado á s u cátedra del Museo en calidad de s upl ente naturalista, dirigió s us esfu erzos en la vía abierta por Haüy, y se dedicó principalmente á investigar la estructura íntima de los cristales. U no de los primeros despeTtó la atenci on ele los cristalógrafos sobre las relaciones que existen enke el se ntido del poder rotatorio de las sustancias minerales y el sentido de la orientacion de las facetas hem iédricas que le modifican. Ya John He1°chell h a bí a se ñal ado la relacio n casi cons tante que existe entre el sentido de la pol arizacio n circul ar del cuarzo y aquel en que se in clin an las facetas de la variedad plagieclra; lo que permite determinar anticipadamente á la inspeccion de la forma, en qué se ntido tendrá lugar la rotacion de la luz. En 1840, en una Memoria titul:;tda: Investigaciones relativas á la cristalizacicm,, consiclera.da

bajo las relaciones físicas y matem.áticas; M. Delafosse sentó el principio que los dos fenómenos de la polarizacion rotatoria y de la hemiedria se ~acompañan generalm ente y ya es sabido cóm•o los· preciosos descubrimientos de M. Pasteur han venido á dar precisamente razon á esta teoría. Ye nd o más léjos, extendió la misma proposicion á la piroelectricidad de los cristales y la refirió como la prolongacion rotatoria á la estructura íntim a de estos. Demostró, por ej em pl o, que los cristales de bo racita, consider ados en sí mismos é independientemente ele la piroelectricidad, se modifican como lo hacen los cubos del sistema tetraédeico; pertenecen, pues, á este sistema y se les puede co nsid erar como co nstituidos de ele mentos tetraéclricos, de tal modo dispuestos, que todas las filas de moléculai;; en diago nal, so n heteropo lares y que en un punto dado las mol éculas se presentan al exterior por s us runtas y en la opuesta por sus ba-

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LA NATURALEZA

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ses . Hay, pues, una diferencia física en las pun- micos y los mineralogistas, han tenido que atetas; y puede apoyarse en ella para explicar des- n erse á él ántes de declarar el dimorfismo de de un principio la hemiedria y consecutiva- dos cuerpos que ofrecen formás a nálogas. Evita mente la electricidad polar. tambien las 'equivocaciones en que ha n caido ú, <e En efecto, una vez admitida, dice, esta difemenudo por no haber tenido cuenta suficiente rencia física, desapa recen las pretendidas ano- d·e las peq ueñas diferencias de ángulos que exismalías de forma, la hemieclria polar se deriva tían entre los cristales observados y las formas del todo n aturalmente; no es más que una apli - límites en que estos se mostraban poco separacacio n particular de la ley general á ciertos dos. Haiiy en este caso, intentaba siempre sus- · cristales en los cuales la si rnetrí a real, basada tituie el límite , como forma más simple, á los en la identidad absoluta, difiere de la simetría resultados ele las observaciones y ll egó á menuapare nte, que se relaciona puramente con la do á cometer un error en la determinacion del forma exterior. Además, la electricidad polar, sistema cristalino. ese fenómeno sobre cuya causa Haüy y los físiAl lado de este trabajo, falta citar entre las cos se han detenido hasta el presente, es fácil investigacion es del mismo autor, y como tede concebir. Se percibe claramente la razon niendo derecho al mismo órden de m aterias: física de esta propiedad singular, cuando se Una Nota sobre la electricidad ele los niinerapiensa en las resiste ncias diversas -que deben les, '1878; Observaciones sobre el método gene ofrecerá los movimientos del flúido que pro- ral del R ev . W. Whe'\ve ll para ca lcu lar los duce el calor y la actividad si semejantes filas ángulos ele los cristales (1525 ); un a tésis peede moléculas, segun que este flúido recorra el sentada á la Facultad ele Ciencias de Paris bajo medio en un sentido ó en el sentido contrario. este título: De la estructum. ele lós cristales Ya no sorprende encontrar propiedades físicas (1840 ); una Memoria sobre una relacion impordiferentes en partes ele formas semejantes á la tante que se manifiesta en ciertos casos, entre verdad, pero en las que las mol écu·las se pre- la composicion anatómica y la forma cristalina sentan en situaciones diversas y opuestas. Así, (1848); Una Nota sobre un medio ele resolver seg un nosotros, la electricidad y la hemiedria sistéticamente muchas ele las principales cuesdel mismo nombre no tienen en manera alguna tiones ele la cristalografía (18'56). entre ellas la relacion de causa á efecto q ue Desde '1822, Delat'osse obtuvo la plaza de conHaüy las suponía, sino estos fenómenos son las servador de las colecciones min eralógicas de la dos consecuencias de un mismo h echo primor- Facultad de Ciencias de Paris y fué autorizado _dial que se ha escapado á este h ábi l cristalógra- para suplit· al profesor de mineralogía que era fo, á sabet·: de una forma y de un a estructura Beudant. Cuatro años más tarde entró como moleculares tales, que resultan en el cristal filas maestro de conferencias en la Escuela Normal ele :moléculas de extremidades desemeja ntes.)) de donde hab ía salido como estudiante y no deI-Iemos dado algunos detalles sobre esta cues- jó esta situacion sino en 1857, c,uando consiguió tion, porq uc estos hechos constituyen quizá el llegar á la cátedra de mineralogia del Museo de trabajo m ás importante que nos ha dejado De- Historia _rat ural. En el intervalo, en 1841, á la lafosse. Algunos años ántes, en 1851, publicó muerte Beudant fué nombrado titular de la cáuna Memoria muy inte resante tambicn, sobre • tedra de Sorbona; y en 1857, el nombramiento el plesiomorfismo de las especies minerales; el de M. Elie de Beaumont á las funciones de se mismo nombre plesiomorfismo, que designa esa. cretario perpetuo de la Academi a, dejó en la clase especial ele isomorfismo , que no concierne seccion de mineralogía una plaza vacante, fué sino á les caractéres geométricos, si n afectar los dada á Delafosse. En_1875 el sabio y concienzucaractéees de estructura, es debido ú Delafosse. do pro fesor, ll egó á la edad del retiro. Tuvo que El sabio minera logista americano Dana, que se dejar sus dos cátedras, que fueron concedidas, dedicó ta mbien á la ¡11isma clase ele trabajo, se como más dignos para desempeñarlas, una á expresa reconociendo la prioridad ele Delafosse M. Des Croizea ux, la otra á M. Frieclel; pero los en este género ele observaciones é investi gacio - dos graneles establecimientos científicos á que nes. Es sabido que el hecho del plesiomorfismo, habí a pertenecido, procuraron conseevarle coco nsiderado en sí mismo é independientemente mo profesor honorario. Así terminó su vida en de las causas que lo producen, ofrece importan- el Jardín ele Plantas, y murió á los 83 años en cia bajo el punto de vista ele la química y de la propia casa de Buffon. la mineralogía propiamente dicha. Advertidos Delafosse no fúé solamente un excelente prode este hecho y de su gran generalidad, los quí- fesor en la cátedra. Autor de artículos de vul-


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LA NATURALEZA

garizacion en el Jo u nial de Ferensac y el Dictionaire de d'Orbigny, escribió gran núm ero de obras de enseñanza bastante estimadas, entre las que citaremos: Un resíimerí elemental ele historia natw·al; las Nociones elementale_s ele historia natural, en tres volúmenes; las lecciones ele histo1'ia natural, que hacen parte del curso completo ele educacion para niñ as. En fin, todos los que estudian las ciencias naturales , tienen entre las manos su Nuevo curso de m.i neralogía, obra notable bajo muchos conceptos, y que en tres volúmenes presenta un cuadro completo ele la ciencia. ·

Tenemos de Delafosse una Relacion sobre los prngresos ele la mineralogía, escrita en seguida de la Exposicion ele 1867. Tan modesto como sabio, Delafosse no buscó nunca l_os honores ; sin embargo, fué condeci;>raclo con la Legion de Honor en 1839 y hecho oficial en 1846. L as Sociedades científicas de lena, del Calvados, de Reims, de Saint-Quentin, etc., tuviero n á bien inscribir su nombre en la lista de sus miembros.

Fonómell'O de Edison.-Aparato _por medio del cual se oblienc urr traQªJº mecánico por la palabra.

FONÓMETRO DE MR. EDISON. Está admitido que hay ttna fuerza en la voz humana, pero basta ahora esta foerza no ha sido aplicada sino muy directamente tí. producir resultados mecánicos. Mr . Eclison, en sus experimentos del teléfono y del fonógra.fp, ha hallado que podía producirse un efecto dinámico considerable por medio ele las vibraciones ele las cuerdas vocales. Partiendo de este punto ha empezado sus experimentos sobre un fonómetro ó instrumento para medir la focrza mecánica de las ondulaciones ele sonido proclnciclas por la voz humana. En el curso ele estos experimentos l1a construido el aparato que reproclncimos-eu nuestro grabado (fig. 1). E ste aparato pone en evidencia la fuerza dinámica ele la voz. La máquina está provista ele un diafragma y de una embocadura semejante á la ele un fonógrafo. Un resorte fijado sobre la tableta est,í. apoyado con-

tra el diafragma por medio ele un tubo ele caoutchouc. Este resorte tiene un tallo horizontal que en los movimientos ele que está animado cuando vibra la membrana, obra sobre un disco que hace girar, arrastrando un volante con el cual ·este disco está en r elacion. Un soniclo producido en la embocadura (fig . 2), co mn • ica al diafragma vibraciones suficientes para poner el volante en movimiento con una rapidez considerable. Hace un esfuerzo sorprendente sobre el volante para detener la máquina, si se continµa produciendo el sonido en la embocadura. M r. Edison dice, que por _medio ele este aparato puede producirse un trabajo cualquiera, agujerear una plancha, etc. (1). ( 1) Segun los documentos inéditos comunicados á L., NApor 11fr. Edison.

T Ul1ALEZA

PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS ,

MADRID: 'l'ipograf!a Estereotipia PEROJO.


Núm. 51.-16 Noviembre 1878

LA NATURALEZA

EL MEGÁFONO DE EDISON. El porta-voz que durante dos siglos á lo ménos ha sido usado para transmitir los sonidos á una gran distancia, es muy empleado en el mar; lo es tambien en tierra para hace r oir los sonidos destinados á domin ar todo otro ruido. Es casi cierto que el porta-voz es de origen moderno, y que se debe su invencion á Sam uel Mareland en el año 1670. Kircher, en su Ars magna et uniúra y en su Phonurgia, mencion1. un 1. especie de p Yr la-

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voz, construido en dimensiones gigantescas y designado bajo el nombre de trompa ó cuerno de Alejandro. Segun Kircher, este instrumento permitía á Alejandro el Grande llamar sus soldados á. la distancia de 10 millas. El di ámet ro del círculo debía ser de ocho piés, y Kircher c.Jnjetura que el instrumento estaba montado en tres gra ndes vigas_. En el siglo pasado un profesor aleman, llamado Huth, hizo un modelo de trompa y halló que suplía las funciones de un potente portavoz; pero dudamos mucho que los sonidos, pa- . san do por este instrumento, pudieran ser trans-

EL llllfüÁPONO DE EDISO.

portados :i distancias realmente considerables. La corneta acústica, que es el reverso del porta-voz, ha sido fabricada en diferentes formas durante los dos últimos siglos; pero ningu· na de las formas hoy existentes .es la de un tubo simplemente cónico, ensanchado y que tiene un orificio sem~jante al de una campana. EJ profesor Edison, en sus investigaciones sobre el sonido, ha hecho experimentos numerosos é interesantes; uno de los más curiosos consiste en el hecho de una conversacion sostenida á una milla y media ó dos millas (dos ó tres kilómetros) de distancia, sin otro aparato que un 2. •

SElrnSTn~.

pequeño número de trompas de carton. Estas trompas constituyen el megáfono, instrumento maravilloso, á la vez, por su sencillez y por los efectos que produce. Nuestro grabado represen ta el instrumento tal como está instalado en el balcon del laboratorio del profesor Edison . A una milla y media (más de 2.400 metros) de distancia, en el sitio indicado por dos pájaros en nuestro dibujo, se halla un instrumento completamente semejante al que está representado en el primer plano. Las dos trompas más grandes tienen seis piés y ocho pulgadas de largo y veintisiete pul25


LA NATURALEZA

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• gadas y media de di ámetro en su extremidad más ancha . Cada uno de estos embudos está provisto de un tubo acústico tlexible, cuya extremidad termina en la oreja del experimentador. En medio, el porta-voz no diüere esencial mente del tipo ordinario de los instrumentos de este gé nero. Es un poco m ás la rgo y su orificio en forma de campana es m ás ensanchado. Co n este i.nstrumento se puede conversar fácilmente á la distancia de una milla y m ed ia á dos millas (de 2.i00 á.3.20 0 metros). Hemos hablado y oído .cantar á esa distancia; cantos y pal abras recordaban el tono de la voz ordinaria. Un simple cuchicheo emitido sin intermedio del porta-voz se oia distintamente á 1.000 piés dé distancia , y el ru ido causado por la marcha sobee las hierbas cultivadas ó de un a vegetacion. espontánea, se tran smite distirÍ~a menteá una distancia aún más considerable (1¡.

EL .ARTE . AGRÍCOLA. Y LA ECON01llÍA RURAL EN L.A. GR EOI.A. .A.NTIGU.A.

(2).

Los documentos sobre el arte agrícola, y en un sentido m ás general sobre la economía rur al en la antig ua Grecia, no son muy numerosos, puesto qu e de cincuenta a uto res que fueron cons ultados con .fruto sobre esta importa nte m ateria, por Va non (3), no han ll egado á nosotros sino cuatro obras, á saber: 1. 0 L os Trab<'!,jos (ú obras) y Los Dias, de Hesíodo ; tratado que compuso para la instruccion de su hermano Perseo (!1). 2. 0 L a Económica, ele Xenofonte, enciclopedia de las má;, notables de la época. Escipion el Africano la tenía siempre entre las manos. Oiceron la tl'adujo , y Virg ilio tomó de ella los más bellos pasajes de sus Ge61·gicas. El célebre historiador y moralista g riego concibió el primero la idea de los Comicios. agrícolas, por los cuales se distr.ibuirían premios en cada canton ó vecindad á los que cultivasen mejor s us campos (5) . ( 1) Tomado de los documentos dirigidos á LA NATURALEZA por Edison. (2) Fragmen tos tomados de una obra manuscrita sobre Las A1·tes químicas indus t1·iales y económicas en los antiguos.

.

(3) i\l. T. Varronis, 1·e1·wn rnsticai·um de AgricuÚw·a (en los Ag1·ómmos latinos), edit. por Nisar, Paris. t 8411. (4.) H esíodo , Ope1·a et dies . Edit. por Hoissonadc. Paris, 1824. T rad. francesa de Chen u, 1814 . (5) Xenofonte, D ül!ogo ent1·e S imo_n ido y I-Iie1·on . ·

3. 0 Los libros de Aristó.te]e·s sobre la Economía J"'ura.l; sobre la Historia de los animales y sobre L as Plantas. Estos libros encierran las instruccion es útil es so"bre los trabajos del campo, legadas por los fllóso !OS Demócrüo, Architas y E picharmo (1). En fin , la Historia de las ·plantas y el Tratado de las causas de la vegetacion, de Teofras to (2). Hesíodo , el más antig uo de los agrón.omos, vivió en principios del novei10 siglo ántes de Jesucristo; fué por consig uiente contemporáneo de I-Iomet'O. Su familia era origina ria de Cima, en Eolida, pero él nació y vivió en Ascra, ciudad situada al pié del Helicon, en Beotia; allí alcanzó una gran vejez (3). Allí guardaba un ga nado y cultivaba un terreno que representa como «malo en invierno , "difícil en verano y no siendo bueno en ning un tiempo; ,, sería probablemente una arcilla ·compacta y demasiado húm eda. Las Obras y los Dias, de Hesíodo constituyen un poema didáctico y moral, en el cual están reunidas y mezcladas, co.mo en un manual de conocimie ntos útiles, lecciones, tan . pronto familiares, tan pronto poéticas , de .justicia pú1.)lica y ·peivada; de agricultura, de návegacion, de conduccion, etc.; en las que sé inspiraban ig ualmente los moralistas, áun cristianos, y los poetas de las ed ades siguien"!.es, entre otros, Virgi-lio en las Ge6rgicas. En ellas se enseña que la propiedad de las tierras es absoluta; se partía igualmente entre todos los hijos á la muerte del padre. Una de las leyes de Solon- defendía que se compraran los terrenos más all á de cierta extension. Un dominio que contenía fuentes y aguas corrien-. tes era muy buscado, principalmente en la Ática. Había una ley que reglamentaba todo lo que se relacionaba con los pozos. No había ap-éBas . cultivo sino en los alrededores de las ciudades; allí los campos estaban rodeados de hayas y el resto del país estaba en el estado de pastos comunes. Los barbechos de verano estaban en uso. Se araba tres veces á ntes de sembrar. El arado era un inst"rumento de labranza muy sencillo , que se halla aú"n en nuestros dias en Calabria y en "Sicilia, antiguas colonias griegas (fi g. 1). Había tambien, en la época de'I-Iesiodo 1

'1.º

( 1) Obras de Aristóteles. Coleccion Didot. Edit. de Bei, !in, 183 1-1 836; cuatro vo l. en 4. 0 (2) Teofrasto. Trad . latin a de Tumebe y trad. franc . de Stovenard. (3) IIerodo to, lib. II , c. LIII.-Cicer. De Senectute, ~ 7, t. III; p. 30 1.


LA NATURALEZA un arado compuesto de cepa, la nza y mango (flg. 2). La reja estaba hecha de una especie de roble muy duro, la lanza con madera de laul'Cl · ó de olmo, el mang o con roble verde; no entraba nada de hieero en la construccion; no fué sino mucho despues cuando este metal fué empleado para el rejo, y esta invencion fué aLribuida á Céres por los poetas. Las mulas y los bueyes eran los animales de trabajo; estos últimos, segun un pasaje de Homero, estaban uncidos al yugo por los cuernos (1). in embargo, se ve en un antiguo manuscrito de Hesiodo que el yugo estaba dispuesto de modo para poder · apoyarlo en el cuello de los animales, como lo indica la fig. 3 (2) . Los arados de ruedas no fueron empleados sino bastante despues. Plinio hizo honores por haberlo descubierto á los habiLantes ele la Galia Cisalpina; pero está probado por muchas medall as y piedt·as grabadas halladas en Sicilia, que los griegos lo conocían . De Caylus, y despues ele él ele Lasteyrie, ~rnn dibujado muchos modelos ; en el que reproducimos (fig. 4), el arado se compone de una pala ó azada de dos mangos y d~ una cama sosten id a por un avantren; tiene una cuchilla dispuesta absolutamente como en nuestros arados modernos (3). Los cultivadores griegos tenían la nocion de los abonos. En H om ero se ve el viejo L ae rte, de sangre real, llevar él mismo el abono á sus campos (4). Plinio confió á Augias, rey ele la Elida, uno de los Argonautas, la costumbre de quemar los t errenos . Teofrasto en u mera seis diferentes clases de abonos y afirma que la orina del hombre, mezclada con los pelos de pieles curtidas, es un abono propio para teanstormar ciertas plantas salvajes en plantas domést icas (5) . De esto resulta que el papel y la potencia ele los abonos eran ya presentidos, y que los curiosos experimentos modernos del agrónomo \ elmorin, padre, sobre la transformacion de la zanahoria silvestre en raíz comestible , por medio de una rica cultura, no son sino la conflrmacion

( 1) H omero, Iliada, XIII, hácia 70'1. (2) IIcsiodo , Loe. cit ., /¡67 .-Cato, De Re Rustica, Il. Vitruv. , X, 3, 8.--0vid., Fast., IV , 21G. (3) D e Caylus, R ec 11cil d'antiquilés, t. Y, pi. 8:J, núm. G.De Lasteyrie, Collection des m achines, d'inst1·ume11ts, etc. , empleada en la economía rural, domésti ca(; indust,·ial, t. II, pi. 6. (01'igen de los insll'lnnenlos de agrícull ul"a.) (4) H omero, Odis. , XXIII, v. 225.-C ,cer., DeSenec lute, cap . LIV_. . (5) T eo frasto, Loe. cit .

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. de las_aseveracióncs del célebre naturalista que acabamos d·e citar. Este ultimo añade, ademas, que una mezcla ele tierra produce el mismo efecto el.e combustion. «La aL'ci ll a, dice, debe estar mezclada con la arena y la aeena con la arcilla.» Res ulta de esto que el conocimiento de las amalgamas es JJastanta antiguo. El aiee, segun el mismo filós_o fo,juega un papel impoetante en el clesareollo de las plantas: pasa lo mismo respecto· á las localidades ó al teereno. Cuando se lee su Historia ele las plantas ó su Trataclo ele las cailsas de la vAgetacion, se ma- · ravilla uno al descubeie tantos hechos nuevos, tantos cálculos inge niosos, tantas geneealidades luminosas debidas á los esfuet:zos de un solo bombee, colocado en condiciones tan poco fa. vorables b ajo el punto de vista de la experimen tacion. En efecto, Teofrasto penetró en los misterios d el organismo vegetal todo lo léjos que era pos ible hacerlo sin el recurso de los instrumentos ele óptica. A él se debe el primer conocimiento de los sexos en las plantas y de la teoría de la fecundacion, ele los diversos tejidos ele111entalcs, de las fun ciones de las hoj as , etc. Los flsiolog istas modernos no han tenido sino que extender y completae las nociones fundamentales extendidas por Teofrasto veintidos siglos ántes. ~u historia descriptiva comprende unas quinientas plantas de la Grecia, del· Asia Menor, del Eg ipto, de la Etiopía y de las Indi as, que es á menudo difícil referirá las especies co nocidas de nuestros días. Este es el primer catálogo de las riquezas del reino vegetal. Se puede decir, con razon , que es Teofrasto el que ha crnado la botánica y la mineralog ía, estas ciencias tan útiles á la ageicultuea, puesto que ántes de él el estudio de las plantas y de las piedras no había tenido por objeto sino sus aplicaciones á la medicin a ó á la metalurg ia, y la ciencia propi ame nte dicha de los vegeta les y de las especies minerales, no existía en manera alg_una (1). No estará fuera de lugar consignar aquí algunas palabras de biografía sobre el person aje del cual acabamos de resumir sus notables teabajos ele histol'ia natural. Su verdadero nombre era Tyeta mo ; nació en Eeessos, en la isla de Lesbos, el año 371 ántes de lá era cristiana; su padre era un fabricante

(1) Cap. Eludes biog1·aphiques pow· se1•vir ..'l la hisloire des scicnces, 2.• sem . Th eoplu·aste¡ p. 20.


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de telas, de nombre Melanthas. Venido muy jóven á Aténas, siguió desde un principio las lecciones de Platon, luégo las de Aristóteles, del cual llegó á ser bien pronto el discípulo más amado y brillante; así es que, cuando el célebre jefe de la escuela peri patética dejó á Aténas para refugiarse en Chalces, dejó la direccion á su discípulo preferido; no se equivocó en la eleccion, pues bajo este nuevo maestro el Liceo contó hasta 2.000 discípulos. Es que Teofrasto unía á un saber inmenso todas las cualidades que hacen el gran orador

No)rnn llegado á nosotros de este gran filósofo sino dos tratados de historia del reino vegetal, un tratado incompleto sobre las piedras, algunos escritos sobre la física y la medicina, y fragmentos de obras morales conocidas bajo el nombre de Cara.ctéres (1). Despues de esta digresion, que espero nos perdonareis, volvamos á nuestra tarea. La utilidad del agua para la vegetacion era conocida en tiempos de Homero. Este poeta historiador nos pinta un cultivador corriendo, con una azada en la mano, en medio de sus campos, desde que llega una tormenta, para dirigir el agua al pié de sus árboles y para conducir el exceso á las cavidades practicadas en la roca (2). Strabon, Pausanias, Apollodoro, dicen que fué Danaiis el egipcio el que hizo conocer el arte de abrir pozos en el país de Argos, region muy pobre en agua cuando este príncipe llegó á él (3). Algunos sabios modernos piensan que

Fig. !.-Arado griego simple.

y el profesor que seduce. Merecía bien el sobrenombre que le dió Aristóteles de orador de la. pa.la.bra. divina.. Ciceron, en efecto, dice de él que era el más elegante y el más erudito de los filósofos ('l ).

Fig. 3.-;\li~a!,on ó yugo de debajo.

Fig. 2.-Arado griego compuesto.

Consagró su vida entera á la filosofía práctica, á la enseñanza, á la composicion de 227 obras que escribió sobre la gramática, la lógica, la dialéctica, el al'te oratorio, la física, la historia natural, las matemáticas, la poesía, la música, la moral y hasta la comedia. OuaBdo murió, á la edad de l 07 años, se quejaba de dejar la vida en el momento en que empezaba á saberla emplear. (t)

Cicer ., Tuscul. 1 IIL, V , c. IX.

fué él tambien el que introdujo en Grecia el uso de las bombas, lo cual es bastante probable, puesto que estas máquinas hidráulicas fueron empleadas en Egipto desde la más remota antigüedad (4). Más tarde, los griegos construyeron canale~ subterráneos para hacer correr enormes masas de agua que habían sumergido vastas extensiones del país con gran detrimento de la cultura y de la higiene pública. I·Ié aquí en qué términos habla Jaubert de Passa de estos grandes trabajos hidráulicos: c,¿Era una obra de los hombres ó un capricho de la naturaleza la salida misteriosa del lago

(1)

Cap. Loe. cit., p. 17 y sig. U omer. Iliad ., X,'{I, v. 289 á 298 . Strab . Loe. cit., pág. 317.-Pausanias, III, 19.-Apollod., II, l. (4) L. Marcus, Notas sob1·c Plinio, lib . VII, ·c. LVII. (2) W)


LA NATURALEZA Stymfalido hácia las costas de Argos (1)? Es sabido que las aguas del lago salían por dos sumideros situados á la extremidad del depósito ; cuando estas aberturas se obstruían, las aguas cubrían un espacio de más de 400 estados ó 53 kilómetros. »El rio Stymfalo, que los habitantes de la Argó lida llamabanEra.simus, no era el único cuyo curso era en parte su.b terráneo; el Alfeo, despues de haber desaparecido muchas veces bajo tierra (2), se sumergía en el mar, segun lastradiciones mitológicas, para _ir en Sicili a á mezclar sus aguas con las de la fuente Aretusa. »La llanura de Orchomenes se hacía cenagosa cuando se descuidaba la limpieza de los conductos subterr;'meos que daban á las aguas del monte Traq uis una salida reg ular. La llanura de Caphyes estaba á veces inu_ndada por las aguas de Orchomenes. Para abrigar de una manera permanente la ciudad y los terrenos, los

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tium, ciudad situada enfrente del lago DI ne (1). » Véase tambien lo que hallamos sobre la misma cuestion en Barthelemy: «La Beotia puede ser considerada como un gran llano rodeado de montañas, de las cuales las diferentes cadenas están ligadas por un terreno bastante elevado. Otras montañas se prolongan en el interior del país; los rios que de ellas provienen se reunen en su mayor parte en el lago de Copais, cuyo perímetro es de 380 estados (14 leg uas y 1/ 3 próximamente), y que no tiene ni puede tener ninguna salida aparente. Cubriría bien pronto la Beotia si la naturaleza, ó más bien la industria humana, no hubiera practicado vías secretas para la salida de las aguas (2). »En el sitio más próximo al mar, el lago termina en tres bah ías que avanzan hasta el pié del monte Ptous, situado entre el mar y el lago. Del fondo de cada una de estas bahías parten infin.idad de canales que atraviesan la montaña

Fig. ~.-Ri ña de gallos. Fig. 4.--Arado de ru edas ó avantren.

magistrados de Caphyes hicieron eleva r una calzada á lo largo del canal de desagüe; las aguas que ·saltaban hácia afuera de la calzada formaron más tarde el rio (3). »La llanura de Phenea, vecina de las precedentes, permaneció largo tiempo inundada. En una época desconocida, pero remota, un temblor de tierra, segun unos, un príncipe benéfico, segun otros, hizo abrir dos sumideros 6 Zerethra. que evacuaron las aguas y sanearon el pais (4). En fin, el llano de Artemisium, situado cerca de Mantinea y llamado Argos á causa de su esterilidad, se hacía cenagoso todas las veces que las aguas obstruían la salida ó el sumidero que servía para su desagüe. Este conducto subterráneo se prolongaba hasta GenethStrab., VI, c. III, ~ 9 y VIII, c. IX,~ 4. (2) Pausanias, VIII, 54 . (3) !bid. VIII, 23 . (4) Pausanias, VIII, 14, 19. (!)

en todo su ancho; unos tienen 30 estados de longitud (más de una legua), otros mucho más (3) . Para atravesarlas ó limpiarlas se habían abierto de distancia en distancia, en la montaña, pozos que nos parecieron de una profundidad inmensa. Cuando se está en el terreno, se asombra uno al pensar en la dificultad de la empresa, así como en los gastos que debió ocasionar, y en el tiempo que sería necesario para terminarÍos. Lo que sorprende aún, es que estos trabajos, de los que no queda recuerdo alguno en la historia ni en las tradiciones, deben remontarse á la más remota antigüedad, y que en esos siglos lej a nos no se vea ning una potencia eri Beotia capaz de formar y de ej~cutar un proyecto tan grande. »Sea lo que quiera, estos canales exigen mu( 1) Jau vert de Passa. Reche1·ches sw· les a1·1·osages chez les peuples anciens, t. IV, p. 36. (2) Strab., lib. IX, p. 406-407: (a) Strab., icl.-vV hcler , A joum., p. 466.


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cho entretenim iento. Están b astante descuida- en la alimentacion; pero ciertas plantas, que no dos hoy (1:). L a mayo r parte están cegados, y el figuran hace mticho tiempo en el régimen europeo, estaban cultivadas como comestibles; lago parece ganar en la ll a nura. ,,Es ver0símil que el ,diluvio, ó más bien el t ales son entre otras la malva, y principalmendesbordamiento de ag uas que en tiempos de te la malua alcea, que los pitagóricos consideOgyges inundó la Beotia, no proviniera sino del raba n como propia para favol·ecer el ejercicio cierre de estos conductos subterráneos (2).» del pensamiento y la prácti ca de la virtud; la Los productos agrícolas de la Grecia antig ua chiriuía , el cardamomo, el si lphium de Dioseran absoluta mente los mismos que los de la Gre- córides, que creemos sea la asa. f ceticla, con la cia moderna, á excepcion de las praderas artifi- . c_ual los orientales se mostraba n tan g olosos que ciales q ue no se conocían aún. Cua ndo carecían la dieron el nombre de manjar ele los clioses. de forraje, pues la hierba de las praderas n at uCo mprendemos tanto ménos esta adopcion en rales y los pastos com unes eran insufi cientes, los ~1sos culinarios, irn esto que · la materia resise recLÍrrió a l Guí y al Citi?'o . Se ha creído re- nosa que impregna todas las partes de esta conocer en esta última planta, segun Matthile, pla nta exhala un olor aliáceo tan fétido que los el Medi cago a1·b61·ea de Linneo. alemanes le han llam ado Ste1·cus diaboli, esL a alfal fa ordinar:ia (Medicago saliva , L. ) se tiérnol del Diablo. Es cierto que el olor del liintrodujo en Grecia eu la época de la g uerra con mon, qu e nos parece tan agradalJle, era una Darío, rey de Persia; se la llamaba mediha bo- execracion ent're la mayo l' parte ele los pueblos tana (médica_de los latinos) , porque vení a de la antiguos. J a más ningu n refran popular ha sido Media, al deci,r de Strabo n (3). Fée hace obser- tan sensato como el que dice: «De g ustos y covar que al ver cómo está repartida por Europa lores no hay nada escrito.» Es sabido qu e los g riegos estimaban mucho en el presente, se la creería e n s u . país nata l y se dudarí;:i. cas i de la verdad de la asercion de una especie ele r ábano 6 reponche negro (RaS trabon (4 ). phanus satiuus, L. ) puesto que Moschus le conL as habas ocupaban el primer ra ri go entee sagró un volúmen entero. Lo mismo ocurría las leg umbres; hacía n papillas y las mezclaban respecto á la cebolla, el ajo, el puerro, al que los egipcios rendian culto ('1). Los atenienses, tambien 9011 el trigo para la co nfeccion del pan. Los g ladiadores de As ia las com ían habitu al - grandes com edores de aj o, hacían uso de él mente, en tiempo de Galeno, para dar fl exib ili- principalmente en los viajes. Era un preservatidad y desarrollo á sus carnes. L os herr eros las vo contra la ebriosidad, y de esta creencia poconsumían en el estado verde, para combatir la pul a l' participaba Hipócrates. Los atletas se co nstipacion á que está n sujetos. L as servían tragaban alg unos di entes para tener más fue rza con sus vainas, n~ ~a n só lo entre la gente po- en el combate (2 ). Tam bi e n se los daban á los bre, sino hasta entre los ricos. Por lo <l em as , las gallo s para que peleasen con más ardor. atribuía n infinidad. de propiedades fantásticas, Diremos de paso qu e los griego s, que tenían y hac ía n con ell as ofrendas expiatorias á los m a - un a especie de pasion por los combates de este n es de los muertos en la cere monia de los Le- gé nero (fi g . 5), prefe rían principalmente los ga_m u1'ios . . Didimo y Pitágoras, que creían que llos de Tanagra, en Beotia, porque eran; no tan _estas plantas encerraba n el alma ele los m·uertos, sólo de un tama,ño y belleza notables, sino adeprohibían su uso á s us discípulos. Entre los más muy belicosos. As í es que los tanagl'inos egipcios y otros pueblos de la antigüedad esta- hacían un gran comercio, y para hacer más ban reprobadas; creían ver en s us flores sio-nos mortífero el furor de estos animales, armaban o cabalísticos . sus es.polones con puntas de bronce (3) . L a co lifior, originaria de Chipre, entró ya . El juego tan crnel de los gallistas modernos, tiene pues, como vemos, su orígen en una época muy remota; lo q ue no basta, sin embargo, justificarlo y enn ob lecerlo. para (·1) En tiempos de Al ejandro , un hombre de Chal cis se encargó de limpiarlos. (S trnb., lib. IX, p. 1107.) Lo ii principales frutos co mes~i bles eran las (2) Barthelemy, Voyagc du j eune Anacha1·sis en G1·ece u vas, peras, ma nza nas, membrillo, higos, al' t. III, p. 295. (3) 8trab., II, 560.-.-\ristót., De Anim ,, VIII.-Dioscor. , II, lí7.-Plu t., In v ita, Epic., p. l¡,114. .-Isid or. , Origin. , libt·o XVII, 11. (4.) F ce., Not es su,· le _/iv1·e XVIII de Pline, Loe. cit ., t. II, p . lJJll,

. ,,,,.

JuYe nal, Sat., 15. Aristoph. , L es Clwvaliers , "· 760. (3) Ateneo, lib . X IV, p. 652 • ( 1) (2)


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menclras, moras, dátiles y aceitunas . El cultivo .p uede hacer variar el número ele intermitenele la oliva fué enseñado á los habitantes ele la cias entre límites más ó ménos extensos, pero Atica por Oecrops el egipcio, que fué á estable- sin conocer jamás el número. · cerse en esta parte ele la Grecia hácia el año 1643 Diremos, sin embargo, que los flsiólogos, coárites·cle ·J. O. Los .atenienses hacían con sus hi- mo D.uchesne ele BÓulogne, habían entrevisto gos secos un comercio considerable y los expor- por consiguiente la necesidad de regfstrar el taban has ta en Persia (t). Se dice que u no ele número ele intermitencias ó el nombre ele pasalos motivos ele la guerra ele Xirces co11tra los jes sucesivos ele la corriente por cada segundo griegos fué el deseo ele apoderarse de un país ele tiempo . Duchesne ele Boulogne, con este efecque producía frutos tan buenos. Los higos de to, había hecho disponer un péndulo cuyo baAténas gozan áun hoy ele gran renombre en lancín, marcando el semi-segundo, le daba á Turquía (2) . Este fué uno ele los manjares favo- voluntad una ó dos interrupciones por segundo. ritos de Platon, por lo que recibió el sobrenom- Se utiliza igualmente con el mismo fin el mebre ele Philosuhus. trónomo_y hásta la rueda ele Masson; pero, como El nogal, que era desconociclo ~á los griegos se ve sin .pcsár • estos di versos sistemas ele in teren tiempos de Alejandro, abunda en Persia 1 ru ptores 1enían por principales inconvenientes segun Hassequitz, formando allí selvas casi ~n- . el_tener un campo de variaciones muy restringiteras. De esta regioo fué transport~do f Grecia, d9, ser ele un precio elevado y no ser transpory de allí se extendió en seguida por toda Euro- tables. pa. Plinio observa que los nombres dados á1as El doctor _Onimus para juzgar ele la influennueces por los griegos inc).ican que venían ele cia- ele las intermitencias lentas ó rápidas sobre los reyes ele Persia; en efecto, las mejores se lla - los moviniientos del éorazon y sobre la contrae, maban, en su tiempo, pérsicas ó basílicas._ tibilidacl muscular en ciertos casos de parúlisis, se dirigió á M. Trouvé, y hé aquí el aparato ( Se continitará.) portátil que han realizado y que vamos á describir. Este aparato-ele incluccion ele carrete (fig. 1), NUEVOS APARATOS ELECTRO-MEDICALES PORTA TI LES está constituido por una bobina inductriz independiente ele las bobinas inducidas, por una pila CON REGULADOR DE I TERi\'llTENCIAS hermética Trouvé de inversion, por diferentes POR i\I. G. TRÓUVÉ. accesorios en uso en hidroterapia, y por un interruptor especial , que constituye la parte ))rincipal del aparato y es el objeto ele este arM. Trouvé ha presentado recientemente á la tículo. Sociedad d13 Física de Paris dos interruptores Este interruptor (fig. 2), se compone de un de corriente que desempeñan el mismo fln, aun- . ·cilindro dividido en el sentido ele su longitud en que están basados en principios diferentes . . El primero, por su gran precision, está des- veinte partes: cada parte está provista, siguientinado más particularmente á los estudios flsio- do la circLÍnfcrencia del cilindro, de cierto núIógicos, pues da en cada segundo· ele tiempo el mero cle·teclas ó clavijas, cuyo número crece segun una progresion aritm ética, es decir, que en número de intermitencias á un centésimo de la primera division hay una tecla ó clavija, en segundo próximamente. . l::t segunda, dos, en la vigésima, veinte. El segundo, au nque no puede rivalizar e1~ El cilindro es movido por un movimiento de p1·ecision con el primero, Jas ·da á un quincerelojería, cuya velo cidad se regula por medio ele avo ele se()'undo próximamente, lo cual es más o . un regulador ó ·-volante.de velocidad variable; que suficiente para la práctica médica y,- reslo que permite dar al ailinclro el número ele ponde al clesiderntum formulado á menudo. vueltas que se desee por segundo. Un esti lete se Se sabe qué importancia tendría el poder remueve á voluntad paralelamente al eje del cig ulará voluntad el número de intermitencias. lindro, y puede ser puesto sucesivamente en conHasta el presente, en la práctica médica ordinatacto con los diferentes números ele teclas, lo ria, nos hemos contentado con aparatos proque t iene por objeto interrumpir la corriente vistos ele tremulador ele Neef, con el cual se tantas veces como teclas hay en la posicion que ocupa. Supongamos que el estilete se halla en la pri(1) Spon., Voyage, t . II , p. H7. meea clivision, en que no hay sino una tecla; si ('!) Plinio, XV, c. XXIV, n .


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el cilindro no da sino una vuelta por segundo) la corriente será interrumpida todos los segun-

1

dos, y si se la hace ocupar sucesivamente todas las posiciones, has ta la vigésima, se tendrán

J' "

l'i g. l.

Fig. 2.

M, bobina inductriz y C, tub o g racluacl nr.-B B, bobinas inducidas que se colocan á volu ntad en el ca n ete.-D, carrete para gradu ar las corrientcs.-8 , cilind ro provisto ele teclas, mnvido po r el mecanismo de relojeria.-F H (fig. 2), interruptor de mercurio.-K, b?to_n para move_r e~ est ilete.-! J _( fi guras 1 y 2), aletas del vola~ t~ de resistencias variables L, eje del muelle del movimiento de reloJoria.-1 G, la misma palanca en diferentes pos1ciones.-I, para poner en movimiento el cil indro, y G-, para detenerlo instau táueamenle.- 1 y 2, r ecepto res ele los hi los para recibir los reoforos de una pila ele corrien te continua.-3 y '1 1 receptores de los hilos de la pila para producir cm-rientes inducidas.

2, 3, 4 ... 20 interrupciones de corriente por se- 2, 3, 4, 5, etc., vueltas por segundo, cada tecla gundo. será multiplicada por este mismo número de Dando, pues, al cilindro una velocidad de 1, 1 vueltas, y se obtendrá con la mayor precisioni


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desde una interrupcion hasta ciento, pasando I en espiral. Se cohcibe desde luégo que si el conpor las intermediarias, y se tentacto B está en el circuito, el paso drá en un tiempo dado un númede la corriente se establecerá en ro de interrupciones dado. el mismo momento en que el esComo en la marcha del cilintilete sea elevado por una tecla dl'o sería imposible leer las dividel cilindro C, para cesar inmesiones y por consiguiente colo-· diatamente cuando la tecla haya car el estilo al número deseado , pasado. se ha colocado paralelamente al Ahora bien, como por un lado cilindro una pequeña regla _de todas las teclas del cilindro tiemarfil, dividida tambien en veinnen la misma velocidad, y por te dientes, que corresponden á las oteo el estilete E y el resorte andivisiones del cilindro, y enfrenFi g . :i . tag onisfa D permanecen invariate del estilo una pequeña aguja b'c,; rcs nl 1 a que el tiempo de eleque se pone sobee vacion del estilete la di vision deterpermanece en sí minada para obmismo invariable, tener el número cualquiera que de intermiten cias sea el númel'o de deseado. elevacion·es, por Vamos á expliuna re vol ucion car ahora cómo del cilindro. ha con seg u i el o Sucede lo misM. Trouvé que los mo del paso de la pasajes sucesivos corriente que está de la corriente lig ada á la elevaprincipal no vacion del estilete. ríen en duracion, F ig . 4. Las cosas pasan cualquiera que de otro modo si la sea su número, en com u nicacion + un tiempo dado. eléctrica tiene luEsta precision en g a r por el contacla d u r a e ion del to a, pues el paso pasaje sucesivo de la corriente de la c o r r i'e n te tendrá lugar dutiene una imporrante toda una retancia capital; ó de volucion del cilinFi g. :l . otro modo, que la dro, si el estilete comparacion debe está colocado en A, pila herm ética Trouvé de in ve rsion , representada en corte de tamaestablecerse entre 110 natural (fig . 5). E sta fil a está form ada de un par de zin c y carbon enla primera divice rrado en un estuche de oaoutchouo enuurecido (ebonita), que cierra dos fe n ó m en os sion, sea un seherm éticamente. El zin c y el carbon no ocupan sino la mitad del estuche; la otra mitad es tá ocupada por el Hquido excitador (solu cionque varían en Lre gundo, por ejemsulfato ácido de mercu rio) . Mientras que la pila co nserva su posicion sí justamente, coplo, miéntras que ordinaria, la cúspid e háeia a rriba, el fonu o abajo, el elemento no se sumerge en el liquid o, y no hay ni produccion de elec tricidad , ni gasto, mo la fuente que el estilete colocapor co nsig uiente. P ero desde el momento en qu e el es tuche se echa ó los produce. do en la division se coloca horizontalmente, la corriente nace hasta que se agota el liquido excitauor.-B, bobin a co n armadura y limbo gradu ado.Con este fin, el e, estuche de ebonita semej ante al de la pil a, que co nt:iene bisulfato veinte del cilinestilete E (11g. 3), el,, mercm'io pa ra cargar la pil a .-D ,- E, F, G, electrodos di Yersos . dro, no llegará á -II, prolongacion ó parte ex tensible de la armadu ra.- K , aguj a indisoporta dos conun vigésimo de ca triz.-L L, limbo graduad o qu e indica el núm ero de Yibraciones de la armadu ra 6 tremulador . L as corrientes inducidas se recogen co mo tactos A, B, de segundo el tiemsigue: 1, 2, extr a- co rriente sola de la cual una represent a el polo neplatino, superpo del paso de la gativo indicado por la letra N.-2 , 3, co rriente inducida sola.-! , 2, extra-corriente é inducida reunidas. -4, 5, co rrientes para hacer marchar puestos uno al corriente. En una el a parato co n un a pila cualquiera en el gabin ete de un médico, ·con el otro en una placa fin de econc., mizar la pila hermética, para la práctica ex terior . palabra, la durade ebonita. cion de los pasos Estos contactos se ponen directamente á vo- j sucesivos de la corriente variará como el núme!untad en el circuito por medio de un resorte a ro mismo de las intermitencias, hé aquí el he-


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cho ele todos los interruptores. Resulta de los dos tad el J? úmero de las em1s1ones de la corriente efectos que acabamos de explicar, que para pro- inducida. Un solo aparato, hasta ahora, permite ducir corrientes inducidas sucesivas rigurosa- alcanzar ese [in; es el regulador de los señores mente iguales, lo cual no tiene lugar sino con Trouvé y Onimus. Pero este aparato es de un este aparato, será necesario estable_c er la com.u- , p_re~io_muy elev.~do, y no puede en manera alnicacion eléctrica eon el. contacto .B y. A, ' ·_ guna s~·1.-_empleado sino en el gabinete del m.épara proclucfr corrientes continuas intermitei:i- 'clico. -·. -,:~ ' . tes en corrientes inducidas que varían eri clu-ra. Por medio ele una cli~posicion muy_sencilla, cion. el Sr. Troúvé ha conseguid~ construir·un reguLos dos receptores ele los hilos 1 y 2 han sido , laclor que: permite al ·pr;fotico hacer val'iar, á dispuestos con este efecto para eo1ocar el p_acie?• . I voluntad y con gran exa.ctitucl, ·el número ele te y el interruptor en el circmto de una bater1a I e~nisiones; de corriente inducida, entre 3, 5 y 6 cl'e éorriente constante y continua. Basta entón- por segun:do. Este nuevo regulador es muy porces poner el interruptor en movimiento para te- tátil y de un mar1ejo_muy sencillo; su precio no ner iritermitencias. pasa de 30 francos (30 pes.etas próximamente). M. Trouvé se ha servido aún, para determiEste nuevo aparato p1:,1ede emplearse tambien nar ele una manera irrefutable el número de vi- para indagar si hay proyectiles en las heridas braciones que debe dar el tt·emulaclor, do .una ho- por arma~ de fuego . En la práct_ica puede, pues, bina de Ruhmkorffcualquiera, para obtener en reemplaz_ar el aparato regulador ele emiseguicla, de esta bobina, el máximum ele efecto. sicines ele corrientes inducidas ele los Sres. TrouEn este último c3:so, el c~rn_tacto_, eñ lugar ele vé y Onirñus, al mismo tiempo que el explorahacerse ·-por frotadores - metálicos A B, se hace clor extractor el·éctrico del s ·r. Trouvé, que fué en una cubeta de rriercurio, como - ei:_i el i11•t er- !. presentado a-la Academia en ·J 867. » ruptor Fcmcault. \ Este ~parato / -con7~ el precedente, es no_table . Si se examina ele ceroa la figura 3, se percibe por la disposicio-n y la complicidad del interrupfacilmente que los contactos del estilete E, con tor, que es tambieri un tremulador de una dislos·dos resortes frotadores A, B, se hacen por posicion especial. ' d·e slizamientos y tangencialmente, y, por consiEste tremulador en el que el autor ha asociaguiente, el cierre ó abertura de la corriente se do con la ley del péndulo este principio de geo hace instantáneamente, sin pasar por las varia- metría: la perpendicular á un sitio es más corta ciones de presion, condiciones las más favora- que todas las oblicuas; comprende: una armables para la prociuccion de las corrientes indu- dura montada sobre un pivote vertical sobre el ciclas, y de los cbques musculares aislados, ne- cual se ajustan prolongaciones metálicas de motos ó bien partidos. do que se. amo.rtigüen considerablemente el núSe recogen estos últ\mos colocando los cor- mero de sus oscilaciones, que se doblen ó cuadones de los electrodos ·en _5 y 6 par~ 1~ extra- clrupliquen á vol\111t.a d, corno se verá a l mocorriente; en· o y 7 se recogen -las inducidas; en mento. 5 y 7 la extra-corriente ylas índuciclas reunidas. Decimos oscilaciones porque esta armadura, M: Trouvé, queriendo dotar la práctica médi- con su parte extensible, es un verdadero pénca de un aparato que llene las mismas condi- dulo horizontal. ciones, pero que estuviera por completo al alUna lámina de resorte de platino, colocada canee ele todos los prácticos bajo el concepto paralelamente á la armadura por la regla habidel precio y del volúmen, hizo presentar á la bitual de los resortes antagonistas de los t'remuAcademia de Medicina de Paris, por el profesol' !adores ordinarios·. Gavarret, el aparato que vamos á describir Esta lámina de resorte no está en relácion igualmente (fig. 4). con la ~rmadura sino p'ür su extr'ei:nidad libre, Hé aquí la nota remitida sobre esta cuestion ele modo que no sosteniendo el peso, constúuye para el Boletín ele la Academia por el mismo sa- con la al'madúra el trerp.ulador ménos suscepbio profesor, en la sesion del 5 de Junio ele 1877: tible conocido; tambien el aparato puede expe«M. Gavarret presenta de parte de M. Trouvé rimentar choques serios, sin que haya que teun nuevo-aparato de ind_uccion, destinado á la mer deterioraciones por este lado. Un pivote ó eje vertical, colocado un poco 1Jráctica médica; este aparato, muy portátil, realiza un perfeccionamiento considerable . por encima y á la mitad_del tremulador, puEs de la más alta importancia e·n las aplica- dien.do girar sobre sí mis~o una media cii'cunciones terapéuticas el poder regularizará vol un- ferencia, lleva fijados en la misma direccion

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LA NATURALEZA una aguja en su extremidad superior que recorre un limbo graduado ·y un d1ente ele plati.no á la mitµ,d de su altura. Puede, pues, hacerse __ ocupar á este diente todas las posiciones que se qui-e ra, separándose de la perpendicular, bien á la derecha , bien á 1a izquierda, hasta el momento en que sea paralelo al tremulaclor. Se comprende fácilmente que cuanto mas se separe el diente de la perpendicular, tanto más pequeño será el camino recorrido por el tremulador, y por consiguiente las oscilaciones serán de más larga cluracion. Si se coloca, pues, la aguja e.n el punto extremo de rotacion, el tremulaclor no funcionará, pues no tiene ningun contacto , estando paralelo á él y permanece en su posicion normal. Si colocamos la aguja en la primera divi sion del limbo en el momento en que el diente ll ega á estar en contacto, el tremulador, í)rovisto de sus prolongaciones, dará, por ejemplo, un toque ó una intermitencia por segundo; en la segunda se tendrán dos, en Ja tercera tres, en la cuarta cuatro, en la décima diez, etc., y las intermitenc ias aumentadn hasta el momento en que la aguja, y por lo mismo el diente, llegue i ser perpendicular al tremuladqr. Si se quita sucesivamente la primera y la segunda prolongacion que han sido colocadas, hará doblar y 01:rndruplicar es:actamenle los números inscritos sobre el limbo, el número de las oscilaciones del tremulaclor será doble ó cuádrnple, y se obtendrán así los nún10ros siguientes por cada segundo de tiempo: 1.º Tremulador provisto de dos prolongaciones, 1, 2, 3, 11: 10.-2. 0 Tremulador_provisto de una sola prolongacion, 2, 4, 6, 8: 20.3.0 Tremulador desprovisto de las dos prolongaciones, 11, 8, 12, "1-6: 40 .. Las cifras inscritas en el limbo han sido determinadas previamente por el Sr. Trouvé por medio de un pequeño cronógrafo y de un aparato registrador construidos especialmente con este fin. Los serv icios que estos dos aparato13 están ll amados á producir en la fisiología experimental, son incontestables, saltan á la vista y permiten dar más precision y método á la aplicacion de las corrientes; se podra deteL' minar instantáneamente el número de intermitencias de ' corriente qµe producen la tetanizacion de cad a músculo, la detencion del corazon, etc. Permiten tambien establecer el sincron is mo entre las intermitencias de corriente y las funciones fls,iológicas. normales de los principales órganos de • J • la vida animal: el corazon, los pulmones, etc.,

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de ~Ódo que, en caso de asfixia, se pueden obtei:i.er lo s mej_ores efectos. Para no sali_m os de nuestras atribuciones, c;l.ejamos la p~IGLbra á los fisiólogos autoriiados: Estos a1Járatos (1) dejan bien detras de · sí todos los aparatos electro-medicales de este género con sti·uidos hasta el dia; tambien los señores· Legres y Onimus (2), despues de haber demostrado que en las asfixias, cuando se actúa con las corrientes inducidas sobre los fenómenos cardiacos y respiratorios, la rapidez de las intermitencias es bastante más nociva que la intensidad ele la corriente, añaden: «Si la idea tan justa de Halle y <l:e Sue, de colocar aparatos eléctricos en los puntos de auxilios á los ahogados se hubiera ejeicutado, estos son los aparatos que ofrecen las cond iciones que sería necesario emplear; puesto que, limitando el número ele intermitencias., mano; áun no ejercitadas podrían serv\rse de ellos sin peligro. ,, .

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I NVE TIGACIO JES EX'PERill-ENTALES SOBRE LA8 F

NCIONES DEL BALAN C IN

EN LOS INSE CTOS DÍPTEROS .

(Continuacion.-Véase núm. 50, pág. 375.)

Nos falta ahora interpretar los experimentos que hemos expuesto precedentemente y buscar la signiflcacion, á fin de poder determinar cuál es el papel que desempeña el balancín en el vuelo. La opinion en que se han detenido la mayor parte ele los natural is tas, es que este órgano representa el segundo par de alas de los insectos tetrápteros. Esta opinion no es universal, pero está sostenida por eminentes zoólogos, y en particular por Blanchard, cuya autoridad en semejante materia hace ley. 10s unimos enteramente á esta opi_nion, qµc apoyan úun los experimentos del Dr:·· de Bellesrne, como se verá al final de este artículo. Pero suscribié ndonos en todo i este modo de considerar el órgano que nos ocu. pa, bajo el punto ele vista de sus afinidades na· turales, observaremos que estas alas han experimentado tales modiflcaciones en cuanto á su forma, que es más que probable que su funcion es té modiflcada tambien; de tal suerte, que admitiendo una comunidad morfológica entre el ( ¡ J Aplicatkns p1·atiqucs de l 'e lecll'icit é au diagnostic et á /á t/ic1·a¡Jetttique , por el Dr. Julius Allhaus , traducida al francos por el Dr. Darin: A. D clahayo y Ü:', editores, Paris. (2) T1·aité d'electi-icitc medica/e, por Legras y Onimus: l\Iasson, edi tor , Paris.

~·t,_'.;,_ • · -- -


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ala y el balancin, no debe deducirse, en nuestra opinion, que estos últimos órganos reemplacen las funciones del segundo par de alas que representan. Esto es, sin embargo, lo que se ha admitido; pero la experiencia nos enseña que si se quitan á un heminóptero las alas posteriores,

sa. En un principio el vuelo parece abolido, la abeja agita las alas que la quedan, pero sin conseguir elevarse. Despues de algunos instantes emprende el vuelo, y conservando un equilibrio perfecto, se eleva por modio de un vuelo ascendente relativamente fácil. El vuelo parece tan sólo disminuir de intensidad, pero no está alte-

VUELO DESCEND ENTE, V UELO ASCENDE:--TE •

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Fig. 1.-Volacclla volucius.-Efecto de la seecion del 1,alancin; el ala va hácia atras cuanto es posible. hasta B.-0 0 ', el eje de sustentacion está.;detras del centro de gravedad G; la parte anterior del cuerpo cae; el vuelo no puede ser sino descendente.

los cambios que se observan en el vuelo no se parecen en manera alguna á las modificaciones que sobrevienen en los dípteros despues de la VUELO DESCENDENTb:.

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Fig. 3.-Volucella pcllucens.-El balancin actúa¡ la amplitud de ia vibracion no se extiende sino hasta B.-C 0', el eje de sustcn tacion está llevado hácia adelante del centro de gravedad G. El insecto sube.

rado en sus movimientos y no se nota el vuelo descendente tan característico de las volucellas á que se han cortado los balancines. Como se ve, no hay analogía alguna entre los resultados que suministra el experimento, y por consiguiente, entre las funciones. V UE LO ASCENDENTE.

.... ...... ,.)

Fig. 4 -Yo!ucel/a pellucens volando con la ayuda de subalancin y elevándose. La amplitud de la vibracion del ala está disminuida hácia atras.-0, eje de sustentacion.-G, centro de graved ad. Fig. 2.- Volucella pillucens en que el balancin ha sido cortado. La amplitud de la vibracion está en su máximum hácia atrás.-0, eje de sustentacion.-G, centro de gravedad. El anim!Ll no vuela sino descendiendo.

seccion de los balancines. Podrá juzgarse en breve. Temperatura 27º .-En una abeja cogida en el momento en que se posa en una flor, se le cortan las alas posteriores cerca de su insercion, luégo se posa el insecto en el borde de una me-

¿Cómo se comporta el balancin durante el vuelo, ejecuta tantas vibraciones como el ala, permanece inmóvil en ciertas funciones? Esto es lo que ha sido imposible determinar experimentalmente. Nos inclinamos á creer que permanece inmóvil en ciertas posiciones, pero esto no deja de ser una simple conjetura. Y, por otra parte, la cosa tiene poca importancia, puesto que sus relaciones con el ala, ciertas y demostradas por el experimento siguiente, se sigue


LA NATURALEZA que, si permanece inmóvil durante el vuelo, viene á colocarse detras· del ala cada vez que ésta se dirige hácia delante, volviendo luégo á su sitio. El punto importante, al contrario, segun el Dr. Bellesme, es asegurarse si realmente el balancín está en relacion con el ala durante el vuelo, y hé aquí cómo se condujo para conseguirlo. Con un poco de amarillo de cadmio, muy brillante, se baña uno de los balancines, de modo que no se toque ninguno de los órganos vecinos. Esto es difícil, pero se consigue procediendo de este modo: tomando un tubo flno de· · tal modo, que la seccion de su extremidad pequeña sea·un poco superior al diámeko del boton del balancín; 0m,0005, por eje~plo, se la sumerge en la pintura de aceite y se enjuga cuidadosamente el exterior. Estando el insecto fijado y el ala levantada, se hace ent ~ar el balnncin V UE LO n o nIZONTAL .

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gano). Es, pues, cierto que durante la vibraéion del ala, á lo ménos en ciertos casos, si no siempre, la parte posterior de esta membrana viene á chocar contra el balancín. Esto no puede tener lugar á causa de la posicion respectiva de los órganos, sino en el momento en que el ala, volviendo hácia adelante, toca al fln de su curso, y por consiguiente el balariein en ese momento debe estar dirigido verticalmente de lado del dorso del insecto. El balancín forma, pues, un obstáculo al ala, y la impide ir tan léjos como podía ir hácia atras. Los detalles que damos en este artículo sobre la amplitud de la vibracion, y la. importancia de las relaciones del centro de gravedad con el eje de sustencion, permiten concebir fádlmente lo que pasa en ese instante. Supongamos que se ha suprimido el balancín á una. volucella y que dejamos al ala libre ' 'UELO uon1 zo~ T.\ L.

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Fig. 5.-Volucella pellucens.-La amplitud de la vibracion del ah es intermedia, el ej e de susLentacion pasa por enc:ma del centro de gravedad.

todo entero en el tubo, y se revisle y baña de pintura. Se retira entónces el tubo y se suella inmediatamente el ·_insecto, que emprende el vuelo si se Je ha sujetado suavemente. El doctor Bellesme ha tomado la precaucion en estos experimentos de colocarse en una pieza iluminada por una sola ventana, y de operar el insecto casi al nivel del suelo sobre un pequeño taburete, con el fln de que al soltarle se dirig iera inmediatamente hácia arriba. Luégo veremos el obj eto de estas precauciones. En efecto, tan pronto como el insecto está en libertad, se dirige subiendo hácia la ventana. En cuanto· llega á posarse le coge y le examina. Entónces se convence que al borde posterior del ala, háeia la base (en las volucellas y las moscas, en la parte que presenta una gran escama flexible, tiene huellas de pintura, miéntras que ésta está enjugada · en el tallo del balancín y una parte del boton que corresponde á la region anterior d0 este ór-

Fi3 . G.-Volucclla pcluccns.-El balancín actúa moderadamente, el vu elo es horizontal.

para moverse cuanto pueda; ya sabemos por los experimentos hechos lo que ocurrirá. El insecto no podrá volar sino descendiendo. ¿Por qué? No hay sino una sola explicacion que dar: es que el centro de gravedad (1 ) está colocado demasiado hácia adelante de la línea ele sustencion, y que entónces el eje del cuerpo inclinándose húcia abajo, el vuelo se hace forzosamente descendente, sin que el insecto pueda por los movimientos de su abdómen ó de sus patas, volver el centro de gravedad háeia a.tras. Por otra parte, hemos visto que, en los dípteros, los movimientos del abdómen son muy restringidos y que el centro de gravedad se separa poco: la

(1) R emitim os pa ra la determinacion del centro de gravedaJ <l e los insectos al notable trabaj o ele M. F. Pl ateau (.Archives des sciences de la Bibliolheque univel'sclle). Enero de 1872 .


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· imposibilidad á que se encu~nt.r a reducido el nera cíe explicar la accio~ de este ·órgano que. insecto mutilado, bajo este concepto, le prueba' ; la que aquí damos. · bien . Si e.l insecto pudiorá ll ev.a r su centro de. , Sin duda se sentirán algu nos tentad0E á no gravedad, ba$tante hácil:], atras, , su .cuerpo ·se ver en estas explicaciones de l doctor Bellesenderezaría y voJaria horizontalmente, pero no me, sino hipótesis más ó ménos ingeniosas, puede porque. el centro de gravedad no es mó- y las daríamos por tales si la experiment~cion vi l , es pues el eje de sustencioq el que se se- no nos ofreciera un medio cierto de verificarlas para. Y en efecto, como hemos .hecho o!;>servar y no nos co_ndujera á este resultado muy desmás arriba, la o_blicµidad extrema de la línea de atendido, que puede obtenerse por nueva vez en vibracion del ala Sobre el eje del cuerpo hace un insecto .privado de balancines y reducido por que esta esté limitada hácia adelaqte en su esta mutilacion á la imposibilidad de elevarse curso por la parte anter_ior del torax, y como en el aire y iun de volar horizontalmente, deeste límite es invariable , miéntras que por de- volviéndole los movimientos que ha perdido y tras puede ir tan léjos como sea pos ible ·has ta u n Vuelo completamente normal, sin ·devol verle la línea media del cuerpo. Por consiguiente, en sus balanci nes'. · Si ·es cierto, pues , como acabamos de adelanlos dípteros el límite del curso del ala hácia adelante es siempre fijo, pero por detras es va- ta'r, que la ablacion de estos órganos determina riable y es esta variabilidad cuya cantidad está el vuelo descendente llevando la línea de susdeterminada por la accion del balancin, la que tencion hác ia atras del centro de gravedad, y hace que el eje de sustencion pueda variar de si es exacto que el insecto no puede volar de sitio. ¿Cómo pasan las cosas? Es evidente (fig. 1 otro modo, porque no puede muelar ele sitio su y 2) que en el caso que hemos supuesto, c uan - centro de gravedad lo bastante para ponerlo dedo el balancin eslá corlado 6 no acti'.ia, el ala tr-as de esta línea, ¿no podemos por medios arvibrando sin ol)stáculo, va hácia atras todo lo tificiales ie é n su ayuda? .Sin eluda alguna, pues Iéjos que puede ir; la amplitud de la vibrac ion si es verdad que no podemos actuar sobre la su máximum · y el eje de sustencion línea de sustencion 'y llevarla hácia adelante, está está todo lo hácia atras posible, entónces como estableciendo un bala ncín artificial; tenemos la el centro de gravedad no es bastante movible facilidad de mudar de sitio el centro ele grave~ para colocarse <letras del eje de sustencion ó dad y de llevarlo hácia atras, lo que como heáun ·á su nivel, la parte anterior del cuerpo cae, mos visto viene á ser lo mismo, y por consigu iente basta aumentar ele peso la parte postey el vuelo se hace descendente. Sí, ·p or el contrario, el balancín entra en ac - rior del cuerpo. Si nuestra teoría es exacta, cion todo lo enérgicamente que pueda, y res- devolveremos por este medio al insecto la posi tringe el curso del ala hácia atras todo lo más bi lidad de vo lar en todas direccio nes . Este es posible, la ampl itud ele 1a vibracio n está con si de- el punto decis ivo que nos fo Ita cletern~i nar ex- ' . rablemente restringida y el eje ele sustoncion perimental mente. E l Dr. Bel-lesme intentó primero para esta será llevado muy adelante (fig. 3 y 4). El ce;1tro de gravedad, permaneciendo siempre en el prneba, cargar el abdómen con pequeñas holas mismo sitio, se hallará entónces <letras del eje de cera, con el fin de aumentar su pe,o, pero de sustencion . En este caso, la parte posterior vió que este procedimiento era defectuoso á cau del cuerpo, bajando, se elevará la partean terior sa de la materia empleada, q Líe iml)ide por completo vo lar al animal, por el vol úmen de estas y el vuelo será ascendenle. Entre estas dos posiciones extremas (fig. 5 bolitas, por la dificu ltad que hay de fijarlas y y 6), si el balanci1íact.úa moderad~me n te, pue- en calcular exactamente el peso que hay que de conducir el eje ele sustencio n á u na posi - emplear; puesto 'q ue só lo por tanteos puede ll ecion tal que pase por el centro de gravedad, y garse á ápreciar la cantidad en que debe variar-. entónces, siendo el equ il ibrio perfecto, el vuelo se de sitio el centro de grnvedad . Abandonó, pues, ese medio por el siguiente: Cogió u na vo· será horizontal. Ahora bien, estos resu l tados son precisamen- l ucella ó una mosca (Calliphora vomitoria) muy te los que se obtienen en los experimentos, pues- vigorosa y la arrancó los balancines. Termi nada 'to que si se corta el balancin, se abole el · vuelq la operacion, la soltó varias veces para convenascendente, sin que vuelva á presentarse, lo que éerse que el animal se había vuelto comp letaprueba que es el balancin el que por su accion mente incapaz ele elevarse. Cogió entónces una do ter mi na el movimiento ascendente, y estando de esas crines ele ·caballo con que se hacen los esto estahlecido, no creemos que haya otea ma- arcos ele violin, de largq de Qm,to y muy recta;

en


LA NATURALEZA

luégo, por medio de una cola que se seca rápida mente al frio, sujetando convenientemente el insecto, fijó esta crin á la parte terminal y dorsal del abdómen . Se debe evitar en esta operacion de untar de cola ias alas, así como las patas, lo que sucede infaliblemente, si no se tiene cuidado de no separar la atencion del i.nsecLo durante ·el tiempo que tarde en secarse la cola, con el fin de que no frote las patas contra el dorso para arrancar la crin. Por otra parte, con una cola conveniente y en sitio seco, en un minuto 6 minu to y medio, la . crin está pel'fectamente fijada; no falta sino hallar la longitud s uficiente para mudar de sitio su centro de grnvedad en cantidad necesaria. Se suelta entónces el insecto que cae á tierra, del lado de la cri n pr-i mero, lo que prueba que pesa demasiado; se la vuelve á coger y se la recorta la crin hasta que el insecto puede volar. Se observa entónces que la volucella se eleva coh la crin y va á posarse en la cortina de la ventana, y si en este· momento se corta aún un poco más la crin se tiene la satisfaccion de ver nuestro insecto, la nzándose en un vuelo absolutamente normal, recorrer la h abitacio n como un insecto no muti lado (fig. 6). Sucede á men udo que si la crin no es absolutament~ recta, actúa como un timon y determina en la volu cella movimientos de zic zac; pero·en suma, ei vuelo horizontal y el vuelo ascendente están ,perfectamente restablecidos. El insecto se ·_c ierne y se eleva, sirvié'ndose para ello de ligeros cambios de sitio de su centro de gravedad, que insuficie ntes hacía un momento, le bastan en el presente. · Un experimento semejante, muy fácil ele repetir, demuestra, p ues, d e u na manera perentoria la j usticia de las .teorías que hemos emitido sobre la accion de los balancines. ( Se continuará.)

LA.FIEBRE AMARILLA Er AMÉRICA Los ti-es focos principales de esa terrible enfermedad que cansa tau grandes estragos eu el otro lado del Atlántico son siempre Nueva-Orleans, Granada y Mén:fis ; pero se propaga y hace víctimas en todo el curso del río, remontándo se desde su curso inferior hasta San Luis. U na pequeña ciudad de -!.000 almas, Cantou, está desierta; no se enéontrarán en ella, segun nuestras noticias, 125 habitan tes. La inrasion del rio _es por todas partes súbita; así es que se manifestaron 12 casos en un solo clia en Sharon, pu eblo á 8 millas de Canton. En Nueva-Orleans ning una clase social se

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ha librado de pagar su tributo. En un principio, los niños, los extranj eros y los pobres fueron los primeros atacados. Las clases superiores·fuenm ·a tacadas luégo·. L a proporcion de los muertos no ha llegado,s in embargo, hasta la fecha eu que se nos remitieron estos detalles (principios ele Octubre) á ser tan grande como· la de los años más funestos, 1853, 1858 y 1867; no obstaute, la emociones mayor. En 1853, 12.151 personas sucumbieron desde el l.º ele Mayo al l.º de Noviembre, ó sea un término medio de 67 por dia; el dia más terrible fué el del 20 de Agosto, en que hubo 230 víctimas. En 1867, se llegó al máxi~um ele 82 muertos el 24 ele Setiembre. Este año, en un mes, del 12 ele Julio al 13 ele Agosto quedaron probados 562 casos y 173 fallecí mientos. La mortalidad en este período, fué, pues, por término medio de 5 á 6 por dia, ó sea un poco más del ·30 por 100; pero puede juzgarse del progreso por el hecho doloroso, que en el último dia que tenemos noticia, el 21 ele Agosto, hubo 107 casos nuevos y 48 fallecimientos; la proporcion de los muertos subió pues á 37 por 100. Desde el principio ele la epidemia hasta el sábado 24 á medio clia, la fiebre había atacado á 1866 habitantes de Nueva-Orlcnns y mató á 577. Durante la semana 'siguiente el número de casos nueyos fué de 891 y el de los muertos de 311. El domingo, á las seis d·c la tarde , la , corriision sanitaria recibió notificacion ele 103 casos nuevos. ; · Las noticias ele Ménfis y ele Granada son lamentables. Helena en Arkansás; Senatobia, en el Mississipí; N aslwille, Holly, Spring y otras localidades han sido jnvadida·s; un caso ha siclo probado en Louisville.

MISCELÁ IEA. Nuevo método de operacion de 1a· catarata.-

Uno ele los oculistas franceses más distingtúdos, el . doctor Fano, ha propuesto á la Academia de Ciencias ele Paris, un nueYo método ele operacion de la catarata qne se aplica ::í los c!fsos en que·la pupila no ·se dilata sino incompl~tamente bajo la influencia de instilaciones repetidas ele atrofina, lo que prueba la existencia de adherencias entre la cara posterior del íris y el aparato cristalino. Consiste en combinar una larga incision ele la cápsula con una iri lectomía; esta est::í destinada á destruir las adherencias irido-cristalinas : aqu'.ella tiene por fin obtener la reabsorcion ele la sustancia cristalina. En la nota que ha sometido ála Academia, el autor r elata los éxitos ol,tenidos.

....* El transpor_te del 'g anado en buques.- Ultimamente ha llegado á un, puerto ele Inglaterra, á Liverpool, un buque que viene <le los Estados- B nidos ele América, cargado de bueyes Yivos. E l número de estós animales se eleva :í 550, cifra que nunca se había

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alcanzado en los transportes de este género, y, cosa notable, ni un o solo ha perecido durante el viaj e. Ese buque empleó once dias en atravesar el Océano Atlántico. P ara poder alojar en un solo buque un número ta.u considerable de anim ales, se ve uno obligado á conceder á cada uno un espacio muy pequeño, y como en· tónces no'ºpueden echarse, se les sostiene con cinchas que pasan por debaj o del cuerpo y se :fijan en el techo.

BATERÍA DE PILAS DE B ICROil1'1 TO DE P OT AS,i CON A il ill,iZON DE T OR NO,

Esta pila presta g randes servicios en los gabinetes de física; permite t en er si empre un a

Fig. t.

elevar los elem entos despu es de cada experimento . Pueden aparearse muchas bater ías. Este rnodelo, construido por ivI. E . Ducretet, se compone de elemei;:itos sostenidos por cuerdas que se enroll a n en el t orno 6 cabria de rueda de tope A 1· (fl g . 1). Cada elemento comprende: una g ra n lámina de zinc Z (fi g . 2) a malgamada , colocada entre dos carbon e_s C C' y aisl ada de ella por un pedazo de ebonita F; un gancho ele lato n S , fij a es La lá mina, sirve de comunicacion (polo nega tivo ) y de suspension para la cuerda de la cabria. Los. dos carbon es C C' es tán sostenidos en el interior de un a escuadra m etálica P por tornill os de presio n. Un poyo fij ado en la escuadra P sirve de comunicacion (polo positivo).

corriente eléctrica de cierta energía á disposicion del experimentador. Los seis elementos represe ntados en el g rabado adjunto, tien.en una potencia ig ual á seis g randes de Bumen, y permiten la realizacion de los exp erim entos más corriente¡,: Bobina Ruhmkol'ff; t abl ero de Ampere; electro-imá n; inca ndescen cia de un hilo metálico; descomposicion del agua; pequeño arco pa ra una pequeña luz eléctrica, etc.; en fin, para todos los experime ntos de corta duracion qu e se presentan t a n frecuentemente en las demostraciones de un .curso de física . El coste del aparato es poco, la batería de pilas no desprende n ingun olor y puede permanecer cargada cierto tiempo si no se abusa de ella (unos diez minutos por experimento) y si no se olvid a de

Fig. 2.

L a soluci on de bi cromato que más conviene está compuesta de: 200 gramos. Bicrom.ato de potasa. . . . . 2 litros. Agua ordinaria.. . . . . . . . . Ácido sulfúrico ordinario. 150 á 200 gramos. Se pue<;len añadir 5 gramos de bisulfato de mercurio para conservar los zinc bien amalgamados. Cada vasij a puede recibir un tubo que comunique con un tubo insuflador único para aum enta r la energía de la pila y evitar la polarizacion de las láminas. P R OP IETARIOS GE R ENTES: P E ROJO HERMANOS,

MA.DRID.-Tipografla Estereotipia PEROJO . .


Núm. 52.-23 Noviembre 1878.

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entónces regularmente durante muchos meses. En varios intervalos, basta añadir algunas gotas de agua y examinar los tubos para ver si contienen aún los crisDE CORRIENTE CONSTANTE, DEL DOCTOR ONIMUS. tales de sulfato de cobre y poner de nuevo algunos en los tubos eri que han desaparecido. Hemos descrito recientemente algunos aparatos Los elementos están dispuestos en la cnja de modo electro-medicales. Creemos útil completar nuestras 1. que se puede aumentar ó disminuir la corriente en noticias precedentes tres elementos; cuanhablando de uno de do quiere nno servirlos sistemas más se del aparato, se coventajosos, como poloca ui10 de los hilos, drán apreciar nuesel hilo rojo, porejemtros lectores. La pila pio, en el punto marse compone de un cado (positivo), y vaso exterior de crisel otro se coloca sucetal A (fig. 2), que sivamente en los aguencierra un pequeño jeros 3, 6, 9, 12 y 42, cilindro ele zinc (Z) segun que se quiera y un tallo de cobre tener una corrriente (e) (:fig. 3). Adede 3, 6, 9, 12..... 42 más, eu medio del elementos. Este úlvaso y rodeado por timo hilo 1epresenta el zinc, se sumerge siempre el polo neun tubo de cristal, gativo. B, abierto por sus Es bueno, c-uaudo dos extremidades, y la pila ha sido carcuya abertura infegada por primera rior está cerrada por vez, cerrar la coruna sustancia pororiente durante una sa f (fig. 4). Se ha hora, haciendo coescogido cori toda municar por un misidea, como sustancia mo hilo lri primera porosa, el· taco de pila (positiva) con fusil, calibre 24, con la última (negael fin de que sea fa· tiva). cil á todo el mundo Esta disposicion reemplazarla cuanes la de las cajas ordo sea necesario. En dinarias; M. Brewer, este tubo de cristal, el fahricante, consB, es en el que se truye igualmente meten los cristales otras cajas más elede sulfato de cobre, gantes y más comque llenan cerca de pletas, en las que los su mitad, y la pila elementos. están reestá entónces repreunidos á un colector sentada por la discomun, al mismo posicion de la figutiempo que se enra 5. Para hacer ancuentra con este codar la pila, basta lector un galvanóechar agua ordinaria metro y un inversor en el vaso exterior y de corriente. en el tubo en que se Estos accesorios, Fi¡;. 1.-Disposicion general clnl apara to. hallan los cristales, que no tienen utide modo que el nivel lidad sino en cierdel agua llegue casi al borde superior del zinc, como tos casos, aumentan necesariamente el precio del está representado en la :fig. 5, en que la línea x y indi- aparato, y hacen su arreglo y su limpieza mucho • ca la altura á que· debe llegar el nivel del agua. Dos m,ís difícil. Cuando se deposita una cantidad demacubetas llenas de agua, bastan en general para cada siado grande de cristales blancos (sulfato de zinc), en elemento. La corriente está establecida de una manera los elementos, es necesario lavarlos despues de haber constante al cabo de algunas horas, y la. pila marcha ~acndo los tnbos interiores; y para esto, u.espues de

APARATO ELECTRO-MEDICAL

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2. 0

SE~rnSTRE,

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4.02

de tomillar los do pequeño atrnye años del medio, se quita, bien aisladamente, bien en conjunto, los vaso , y se les sumerge completam ente en agua ordin aria. Despues ele algnn t iempo de inmersion en el agua, los zinc se separan mejor de los pequeños cristales y se lava el todo con gran cantidad de ag ua; lnégo se nielven á colocar los zinc ó lo cobres egun sus primeras di po- . siciones, que es fácil de hallar, segun los codos ele los elementos que comunican con las diferentes virolas.

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L a pila es fácil de armar, ele componer, ele limpiar; en fin, se ga ta muy lentamente y ofrece adem,ís la ventaja de poder permanecer sin la menor alteracion desde el momento en que no sirve durante algun tiempo ; para esto basta levantar los pequeños t ubos interiores que contienen los cri tales de sulfato de cobre; inmed iatamente los elementos cesan ele funcionar, y esto por dos razones: en primer lugar, porque el origen lel líquido excitntlor está abolido; en segundo lugar, porque el líquido viene á bajar ele nivel y los zinc;s se hallan entónce fuera del contacto del agua. Se puede así dejar el aparato sin el menor ga to todo el tiempo que uo se necesite, y cuanqo quiera i.rno ser virse ele él, basta volver ú meter los tubos en el interior de los diver os vasos. ~

EL AIRE Y EL VACÍO . (Conclusion.-Véase n .0 49, pág. 367.)

F ig. 2.

Fig. 3.

Pig. 4.

Este aparato presenta las siguientes yentajas : Como todas la pilas ele sulfato de cobre, tiene una gran constancia y una Jébil accion química, ron clicion indi pensable para el uso m cdical. Pero ofrece sobre todas las otras pilas de sul fato de cobre, la ventaja importante ele tener una ten ion ignal , la accion química m,ís débil, pues la solucion de sulfato de cobre no penetra sin o poco á poco á través del taco, en el vaso en qne se éncuentrau el zinc y el

Fig. 5.

cobre. El instrumento es fáci lmente transportable, g racias :í su volúmen, y además, :'1 pesar del transporte y de los vaivenes, el líquido excitador no llega nunca al líquido exterior que rodea el zinc; la intensidad de la corriente no puede, pues, ser modificada, y las condiciones ele las diversas .partes ele la pila p ermanecen siempre las mismas. E sta es la única pila de ag ua que sea transportable en condiciones tan ventajosas.

El recep!áculo aproximadamen Le vacío ele aire, sirvi ó aún á Otto ele Guceickc para hacer un experimento balístico que desi g nó bajo el nomhL·e Je ex.pe1·imento ele una pistola núeua é inusitada hasta aho1·a. Se co mponí a ele mi tubo cilíndrico ele laton adaptado horizontalmente con juntura herméti ca , y en su parte media, á un tubo cónico vcrLical, colo cado por encima de la ll ave del recep Lác ulo. En una de sus exiremidacle se mete la bala de plomo que debe ser la nzada, en la otra está soldado un anillo ele laton , en el que se puede inteoclucir una bala de cuero, capaz por su elasticidad ele cerrar hexméLicamente la a bertura. Esle tubo ofrece, en es La extremidad y por debajo, una hendidura. que tien e de largo como la mi tael del largo de un dedo, y de ancho como el de un lomo ele cuchillo ele mesa. Desde esta hend idura á la parte media por debajo, h ay un ca na l soldado que termina en el tubo del recep Lác ulo vacío (11g. 1). Así dispuestas las cosas, y diri g ido el tubo hácia un bla nco determin :1do, se hace g irar rápidamente la llave del recepLáculo; res tablecien do inm ediatamente el cierre tiene lugar una explos ion, la h ala de cuero cae; la bala le plomo, de has lante m ás masa, es lanz ada; se mete de nu evo otra hala-ele cuero y se vuelve á empezar la explosion; as í sucesivamente, con una fuerz a decreciente, h asta que el recept ác ulo se va llenando poco á poco de aire. Es fácil comprender lo que pasa. Si la inspiracion hubiera sido la misma en las dos mita· des del tubo, los efectos contrar.ios se hubieran contr~.1:>alance~do; pero el canal y la be~didura ele la mitad , permiten la aspirac ion del aire de fuera . El aire inLerior, 1imiLaclo por la bala ele


LA NA.TUilA.Ll.,;ZA cuero, guarda su presion precedente, y la bala de plomo aspirada continúa la impulsion ad- . quirida y rechaza el ta pon de cuero como la bala del fusil hace saltar el taco. La experiencia hizo ver que es necesario proporcionar la longitud del tubo al calibre de la ]jala de plomo que hay que lanzar; así es que la bala era lanzada bastante más léjos con un tubo de cuatro var~s y media, que cuando se acoetaba al largo de tres varas. Este aparato, bastante poco ventajoso, no ha quedado en la ciencia. Su inventor hace observar que es la inversa de un experimento imaginado algunos años ántes. Comprimiendo el, aire en un tubo de hierro ó de bronce, se puede, por su salida súbita, proyectar hácia fuera una bala de plómo, como por la explosion del gas de la pólvora en la pistola ordinaria. Este es el punto de partida del fusil ele aire, arma eficaz y formidable1 cuya fabricacion y venta libre están pr_ohibiclos, en razon de los recursos peligrosos que ofrece a los malhechor-es un agente de proyeccion acompañado de una ex151osion casi muda. Tambien por medio de esta máquina pneumática, Otto de Guericke hizo funcionar un aparato que llamó máquina hiclrául'ico-pneumática (fig. 2), y que consideraba digna de conservarse en los museos p:tra recreacion de la inteligencia, á causa del gran número de experimentos que permite hacer. Se compone esencialmente de dos globos de cristal superpuestos y provistos de tubos de metal, á través de los cuales pasan tubos provistos de llaves. Los dos receptúculos de cristal han sido purgados de aire, y se deja un poco de agua en el globo inferior, agua en la que se sumergen ligeramente tres tubos de cristal verticales que ocupan la parte media del globo. Un largo tubo, codeado lateralmente, va desde el tubo del globo inferior á una cubeta llena de agua colocada debajo de la mesa, y una llave permite cerraT ó abrir la extremidad sumergida en el agua. Operando abertutas y cierres convenientemente, se hace entrar prim.ero el aire poco á poco á través de la capa delgada de agua del globo superior, y por un calibre muy reducido de las llaves, el afre que pasa por el agua produce durante largo tiempo silbidos y áun sonidos musicales agrudables . Luégo- se· hace subir con fuerza el agua del globo in ferior por el tubo lateral, siendo este movimiento ascendente contrario al movimiento habitual del agua. Se detenía este movimiento cuarido el globo inferior estaba medio lleno de agua y se

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quitaba entón ccs el tubo lateral lleno tambien. Por medio de la llave del tubo vertical del medio, se hacía entrar en seguida el aire exterior, que se precipitaba con una violencia increible á través del agua y esto hasta que el globo estaba enteramente lleno de aire por encima del agua. Abriendo en seguida una llave conYeniente, el agua ele la esfera inferior se pt·ecipitaba con tanta fuerza en el globo superior, que éste podía romperse. No dejando á esta agua sino una salida muy estrecha, se la_veía resolverse en una especie de humo en el globo de encima, y las burbujas de aire contenidas en el aira, invisibles en el estado habitual, se hacían aparentes cuando esa agua llegaba al vacío del globo superior. En fin, retirando de nuevo, por la. comunicacion con un recipiente vacío, el aire que vuelve á colocarse debajo del agua en el globo inferior, y abriendo luégo hrnscamente una llave con_venicnte, el aire del globo superior se precipitaba con tanta fuerza á través del agua del globo inferior, que éste á menudo se rompía. Se comprende que indicamos muy sumaria• mente los principales experimentos que pueden hacerse con es_te aparato, miéntras que son expuestos con minuciosos detalles por Otto de Guericke. Puede decirse que estamos habitua• dos hoy dia á los numerosos efectos que tien_e n por causa la predon atmosférica; pero en e1 siglo XVII, estos experimentos imprevistos y con visos de sobrenatural, esa agua y ese ail'e que se hacía subir y bajar sin impulsion aparente, excitaban una curiosidad ardiente. Recordaremos por comparacion, la impresiom producida por la fotografía, el telégrafo eléctrico y el análisis espectral, fenómenos que han llegado á ser del dominio vulgar y de la práctica de todos los dias, como lo serán bien pronto esos maravillosos instrnmentos de actualidad, el teléfono y el fonógrafo. La máquina pneumática no servía sólo á OUo de Guericke para los experimentos en que la pre_sio:Jl. del aire es directamente la cau sa; de• mostró con ella un gran número de hechos de física, ele química y de fisiología que se relacionan con la ausencia del aire. Una vela de cera blanca fué colocada en el globo de cristal que coronaba el cilindt·o pneumático vertical ; á medida que se retiraba el .aire, la llama disminuía poco á poco en longitud y se contraía; tomaba en seguida un color azul al llegar á lo alto de la mecha, se extinguía, no dejando sino la punta de la mecha incandescente durante algunos minutos, hasta que desaparecía todo signo de fue~ .go; lo que demostraba, decía el autqr, que el


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fuego no puede v1v1r sin el aire y se extingue eon él. Una campana suspendida en el globo, una cuerda de música, un timbre herido á intervalos iguales por medio de un mecanismo de relojería, no daban sino un sonido muy débil y apénas perceptible, cuando el aire del globo había sido retirado, miéntras que los sonidos alcanzaban de nuevo toda su intensidad para el oído á distancia, desde que se dejaba entrar de nuevo el aire. Estos experimentos del sonido en el vacío permanecen siendo habituales en los cursos de física. Se metió un gorrion en el recipiente y volaba en él con actividad.

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Desde que el aire empezó á ser retirado, se vió en su pico entreabierto, que la respiracion se hacía diflcultosa. En fin, permanecía inmóvil, el pico muy abierto, hasta que caía muerto. Peces de di versas especies, sollos, barh1.dos, etc., fueron así colocados en el recipiente lleno de aire. Se producían efectos bastante variados. Los sollos, abriendo la boca más y más, empezaban á hincharse progresivamente y vomitaban los pequeños peces que habían devorado. En fin, sus cuerpos se hinchaban de tal modo, que podía creerse verlos romperse, y esto por la extension de la vejiga natatoria, y caían en

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Fig. 1.-0ervalana ó pistola pneumática de Otto de Guericke. (Segun un grabado de su Liempo.)

el fondo de la vasija vientre arriba, como muertos. En cuanto á los peces blancos, el aire salía poco á poco de su vejiga natatoria. Los de otras especies presentaban diferencias. Los había que bailaban, con la haca abierta, de una manera increible, los ojos extraviados y como dispuestos á saltarse de las ót·bitas, y morían como los sollos, sin poder revivir, áun si se dejaba reentrar el aire; otros al contrario, á ménos que no · se les dejara en el vacío demasiado tiempo, volvían á la vida. Se colocaron en el globo de cristal racimos de uvas; luégo se sacó el aire y se las dejó en un

sitio fria . durante seis meses. Al cabo de ese tiempo los racimos no parecían alterados en su aspecto, pero habían perdido todo sabor. En otra serie de experimentos, Otto de Guericke procuró romper vasija-, de cristal por la entrada súbita del aire. Vió que las vasijas prismáticas ú oblongas se rompían con estrépito, y que las completamente esféricas resistían tan sólo por un hecho análogo al de las bóvedas, que son tanto más sólidas cuanto más fuertemente comprimidas se hallan. Roberto Boyle hizo con su máquina pncumática experimentos análogos á los de Otto de


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Guericke, y algunos nuevos están consignados la equilibraba. Haciendo el vacío alrededor de en una obra escrita primero en inglés y tradu- esta balanza, se vió inclinarse el fiel hácia el lado cida luégo al latín con este título: Nova experi- de la vejiga, y volver á su posicion horizontal si menta physico-mechanica de aere. El recipien- se dejaba á toda su presion el aire exterior. te de cristal, con el fin de ofrecer la mayor reBoyle experimentó aún la extincion de una sistencia, era de una· capacidad de unos 30 li- mecha encendida, semejante á la que servía entros, el mayor que pudieron construir los obre- tónces á los soldados para sus mosquetes, y enros. Estaba cerrado ·por encima por una gran sayó igualmente el efecto del vacío sobre divertapa, que permitía introducir fácilmente los ob- sos animales . Quería ver si los que tienen alas jetos al interior; esta tapa . estaba horadada en volaban, si los otros andarían en él, y por últimedio y cerrada por una llave que se abría más mo, si unos y otros podían vivi'r largo tiempo. ó ménos ó del todo, de modo que se hacía en- Puso primeramente los alados, como grandes trar tanto aire como moscas, abejas y mase quería en el reciriposas; pero despues piente, en el que se de haber vaciado el había hecho el vacío. recipiente, cayeron Un tubo inferior pode arriba abajo sin nía este recipiente en poderse servir absocomunicacion con la 1u ta mente de sus máquina pneumátialas. Una g olondrica. Este aparato perna, no tan sólo perdió mite hacer un expeen él el uso de las rimento muy imporalas, sino que de retante, que explica pente languideció, y por qué no es necedespues de muy ·viosario llenar complelentas convu lsiones, tamente de gas los es p i ró. T o d o esto aeróstatas en el moocurrió en nueve ó mento de partida. diez minutos. Un Una vejiga de corgorrion murió en, el dero, cerrada y á meaire enra recido al cadio llenar de aire, se bo de cinco ó seis mihincha poco á poco nutos, y un raton á medida que se revivió algun más tiemtira el aire exterior, po, pero sin experiy no se vuelve á pomentar tantas conFig. 2. -Máqui na hidráulico-pneumática. ner floja como . anvulsiones como los tes hasta que se deja animales alados. entrar el aire en el recipiente. Roberval había Una anguila, despues de extraer el aire del rehecho el primero un experimento análogo con cipiente, permaneció tendida y por larg o rato una vejiga •natat.oria de un pez, colocada en la inmóvil, como si estuviese muerta; pero volvió cámara vacía del barómetro. Boyle reconoció á reanimarse tan activa como ántes en cuanto que si se dejaba demasiado aire en la vejiga de se dejó entrar el aire en el recipiente. cordero, se rompía por efecto del ·vacío exterior, Para ser historiador completo de los antigu_o s con un ruido semejante al de un petardo. El experimen tos sobre la presion atmosférica, deagua cesa de salir por un sifon de un pié y me- bemos indicar las que contiene la siguiente cé-· dio de alto, cuando se ha enrareci_do lo suficien- lebre obra italiana: Saggi di naturali esperienze te el aire en todo su rededor. A Boyle debemos fatte nell' Academia del Cimento; un volúel experimento llamado del bar6sr.opo. Pascal men en 4. 0 , seg. ed., Florencia, 1691; un volúhabía observado ya que dos cuerpos que están meh en 4. 0 , tercera ed., precedida de un resúen perfecto equilibrio, en tiempo seco, no lo esmen histórico sobre aquella Academia: Florentán si se vuelve húmedo. Boyle puso en un re- cia, 1841. Numerosas figuras facilitan la explicipiente una pequeña balanza, y en uno de los cacion de los hechos descritos en el capítulo II: extremos del fiel una vejiga seca, medio llena de Esperienza appartenenti alla natural p1·essioaire, y en el otro una pequeña masa de plomo que ne dell' aria, páginas 23 á 77. En él se ven re- ·


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presentados el baró metro ele Torricelli di versamente inclinado y de altura vertical co nstante, y, ei experim ento de Roberval, de un a vejiga hinchada en el vacío de la camarn baromé tri ca. Un doble experimento , ya en el b arómetro ó bien operando el vacío en un recipiente con un a bomba de mano, está destinado á ver si las go tas de lí quido al caer en un espacio vacío pierden la fo rma esférica en su caida en el aire. Los académicos de Flor·encia evidenciaron que la forma ordinaria se co nserva en el agua y en el m erc urio . Se .h abían invocado argumentos contrn la explicacio n de Torricelli respecto á la suspension del mercurio por la presion atmosférica. E l bai·ómetrn vertical foé colocado bajo un a grnn campana: el peso ele la pequeñá cantidad de aire de esta campana deb ía ser insuficiente para sostener el mercurio á la altura á que lo elevaba la presion de la extensa átmós fera . Al vaciar, ó al co ntrario, comprimiendo .por medio de nuevo ai re al que oprime por su fuerza elástica sobre la cubeta, se hace bajar ó s4.bir el nivel del mercurio en el tubo del barómetro. Otro expet·imento consiste en la caída de los nden1 de un a pastilla resivapores que se despre • nosa ·calentada por medio de una lente por 1.rn foco solar, en el vacío del barómetro. Los académicos hab ían tenido la idea, seg un la observacio n de Boyle , sobre la ebu llicion del agua calentada en el vacío del barómetro, de ver si, tomando el agua, se ll egaba á •co ngelarla. Esta congelacion del agua e n el vacío, de,bida al frio de s u prnpia evaporizac ion , exige ciertas precauciones y f.ué realizada mucho más tarde po r Leslie y vVollaston. Alg unos an imales fueron colocados en el vacío del barómetro, como arañas, grillos, mariposas, moscas, lu ciérn agas, un gorrion, una rana·, una angu il a , etc. Véase, pues, que se hacía perecer en Italia a nima les en un recipiente vac ío, del mismo modo_q ue Otto de Gu cricke en Alemani a y Boyle en Ing laterra. ~

LAS CIENCIAS ANTROPOLÓGICAS EN LA EXPOSICION UNIVERSAL .

(CQntinuacion.- V éase núm. 48, pág. 349.)

Hemos .m ostrnclo en un artículo precedente el brnnce infiltrá ndose poco á poco en la Europa occidental desde el Este hasta el Oeste, tomando lugar pl'ime ro, á t ítulo de curiosidad, en los collares, en medio ele diversas piedras, consideradas como m_ás ó mér,os preciosas, afi rm ándose más tarde como m ateria de primera necesidad,

y sirviendo, en fin, á la fabricaciori de anzuelos, ele ·c uchill os, de espadas. · 'Buen número de· estas a rmas cortantes de dos fil os fi g uran en las vitrinas ele la exposicion de las ciencias antrnpológicas, y no carece de interes co mparar estas armas antiguas con las espadas cargadas ele dia mantes y de rubíes que figurnban en el Campo de Marte, en la espléndida coleccion del príncipe de Gales. Con t antos s iglos de distancia, se halla en unas y otras 1a misma forma, las mis mas proporciones y principalmente la mism a climension de las e mpuñaduras. ]i]s que la pobl acio n actual de la Indi a, .que iabricó para ell a las espadas del prín cipe ele Gales, tiene las m a nos pequeñas y por consig uiente debe hacer bs empuñaduras p eq uéñas , absolutamente como la poblacion que en los tiempps prehistóricos trajo el brnilce á Occiden te y fabricaba para sí las espadas que hallamos , hacía las empuñaduras pequeñas, porque teriía las manos pequeñas. Este carácter áhato mico. permite reconocer en los importadores del bronce, una pobl ac ion de orige n in clo. Esta!l pequeñas mands, entónces como hoy, sobresalían en el ar te ele trabaj a r el bronce , cuyos elementos constituyentes, cobre y estaño, se hallaba n á su alcance, y en todo tiempo les ha g ustado manejar los metales; si queremos á un hoy, entre nosotros verl as en obra, basta mira r esos g rnpos errantes ele tziganos ó bohem.ios, que arrojados de la India por Tamerla n, a ndan errantes por el mundo con dos profesiones: la calderería para los hombres , la quiromancia ó la adivinacion pa ra las mujeres. Un g rupo semejante había hecho ya en la antig üeqad clásica invasion en el Mediterráneo. Los homTJres hacía n venablos. y sus muj eres, bajo el nombre ele sibilas, decían la buen a ventura á esa venerable antigüedad que las interrogaba cuando le parecía bi en. Esto dicho, pasando de los tziganos contemporá neos ó de los de la antigüedad cl ás ica, no nos queda sino volver á las vitrinas, en las que M. Bataillarcl, ·que sin di sp uta los conoce mejor, ha reunido sus retrntos, sus utensilios-y s us armas. Si ahora volvemos á sus predecesores, introdu ctores del bron ce en nu es tros países, . los vemos traer consigo, como testimonio de ,su origen orientq.l·, no tan sólo esos.anillos de bronce que resuenan áun hoy en la Indi a en lo alto de las varas de los pqdres pordioseros, y que h emos r epresentado aquí mismo, sino á un esos almohadones de m adera ó de piedra que sirven para apoyar la cabeza en esos países cálidos que exigen m ayor comodidad. ·Estos almohadones


LA NATQRALEZA se hallan en el fondo del lago del Bourget, en ri10dío de diversos objetos del período lacustre que vió aparecer el bronce (11g. 1). Hemos seguido muy rápidamente la humanidad desde _T benay, en que se bosquejó su primera arma de pedernal, en pleno período terciario, has ta la época relativamente moderna en que del Odente le vino el bronce; ántes de seguirla á la época de hierro, no será inútil echar un a mirada hácia ateas y preguntarnos qué fases ha tenido que recorrer la inteligencia hum ana durante ese largo, larguísimo espacio de siglos. La gra n revolucion en el estado social, no fúé en m anera alguna la primera traída del bronce, fué la de la piedrn pulida. Si n duda, aunq ue consti tuyendo un instrumento perfeccionado, el hacha de piedrn pulida no es en manera a lguna superior, en nuestrns manos, al hacha s implemente tallada en piedra; es cierto que puede decirse que al mismo tiempo que aprend ió á pulir la piedra se supo tambien tall arla mejor, ·y que fué co n la piedrn pulida cuando aparecieron esas pequ eñas puntas , de fl ech as talladas en pequeños golpes minuciosos, y que constituyen aú n ·a rm as perfectamente · mortí feras . Pero la gran revolucion no fué ésta; la poblacion que trajo la piedra pulida, que perfeccionó el tallado de las pu ntas, esa poblacion braquio~ céfala, que suplantó la poblacion dolicocéfala que halló en nuestros países, esta poblaéion trajo consigo otra cosa bastante más capita l q ue todo ·eso; trajo una cosa que debia servirle me jor para suplantar la raza dolicocéfala que halló pre-establec id a en nuestros países, que todas las máquinas de desfr uccion imaginables; traía la agricultura. Había podido vivir sedentaria y estrechada en un espacio relativamente esteecho, pero fe- ! cundado por el trabajo, allí donde la antigua poblacion llevaba claramente diseminada una existencia famé li ca é incierta e11 persecuc ion de una caza siempre más rara y de día en dia más diestra, por la experiencia, en evitar los gol pes del hombt·e reducido a l h amb re. Hasta entónces tribu n ómada, la humanidad iba á con vertí rs( entre nosotros en póblacion. Qja. El- primer paso decisivo hácia la vida social es taba dado, pero en ese día fué promulgada la ley del trabajo de remµneracion no inmediata; hasta entónces el hambre era el ún ico aguijan; en el presente, el hombre, repuesto, trabaj a aún para cultivar el campo, cuya recolecciori calm ará más t<1,rde su hambre sin cesar renaciente; almacenará esa recoleccion para s us necesida-

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des futuras, para las necesidades de su tl'ibu; el capital fué creado; al mismo tiempo que la propi·e dad de bienes raíces, que ninguno podía sustraer, era creada. Pero desde este dia, ¡no más ocio! como el pastor ·q ue g uarda ahora durante cuatro meses su ganado de cabras ó de ovejas en las montañas, al tiempo que graba en el árbo l ó en la-roca su n ombre ó alguna figura que habita en su · im agin acio n ó _pasa ant~ sus ojos, la humanidad nómada tenía tiempo; grababa esos dibujos que h emos visto en la Baja Laugeria. La raza agríco la que sustituyó á la poblacion dolicocéfala de los artistas de Laugeria Baja, no nos h a dejado en efecto obras de ese géi10ro; no era artista, se limitaba á la agricultura ,y á la g uerra . Es necesario conven ir, por contaminado de utilitarismo que parezca este juicio, q ue esto era un progreso, y que sólo el arte, no funda nada. Si por lo demas nos sentimos tentados de atribuir á las pob laciones de la piedra tall ada, en razon de l,as obras que nos han dejado, obras por consig.uiente notables, un a civihzacion y una int~ligencia superiores, nos bastará ech ar una mfrada· :i c iertas poblaciones conte'mporá n eas, para asegurarnos que las obras más notables en este género pueden li garse con una inte ligencia med iana y una civilizacion muy precaria y pam comprender entónces ·, cómo por simpáticas que nos parez éan esas poblaciones dolicocéfalas, han podido desaparecer tan com.pletamente ante los rudos braquiocéfalos, cuyas cabezas sirven aún de molde á las nuestrns. Los grabados en roca , cuyos rrioclelos se han hallado en Argeli a y cuya copia está exp uesta en la galería de las ciencias antropológicas (figura 2, número 1, 2 y 3), nos demuestran cómo el buril nació en una pobJ-ácion armada con arco y aficionada á los ataqu es de animales enormes, á gt·abar á la vez sus propi as costumbres y las de sus enemigos, es cierto que esfamos poco enterados del pueblo que ha grabado esas figutas. Sucede completamente lo contrario en los dibujos bastante curiosos ·que están reproducidos en la cxposicio n de la colonia in g lesa del cabo de T3uena-E:3peran za, en el Campo de Marte . Existe en el Sur de Africa, muy cerca 'de la colonia inglesa del Cabo, una poblacio n cuyos representantes pasan, con razon, por los últimos y más degradados de los hombres: se les ll ama Boschismans ú hombres de los matorrales. Negros, pequeños, con la cabeza estrncha, muy dolicocéfala, con los labios gruesos y salientes , la nariz aplastada, van desnudos, viven al dia, sin


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ningun vestigio de civilizacion, y tan sólo caza- bré primitiva: avanza, oculto detras de la rama dores, desaparecen cada dia ante las civilizacio- que tiene en la mano, por delante de un antílope, que consigue engañar mal, á juzgar por la acnes inglesa y holandesa que les estrechan. recelosa en que el animal, con los cuernos titud homotros los de sólo tan distinguen se No adelante, ha sido admirablemente reprehácia además distinguen se degradacion; su bres por por ciertos caractéres anatómicos, que han sentado. Este escudo improvisado fué precursor de los instrumentos de astucia que han sido asombrado á todos los viajeros. Sus pierna~ son extremadamente cortas, rela- empleados en todos tiempos en la guerra, como . tivamente al tronco, y provistas por consiguien- en la caza; se halla áun hoy en las costumbres te de músculos extremadamente salientes, que de los australianos; en Francia misma se cuenles d:;i.n una admirable agilidad para la carrera; ta que los soldados de Brunehaut se aproximatienen además, en la parte posterior, en las nal- ban así á sus enemigos, que emprendían la fuga gas, en u~a palabra, un enorme cojinete graso- asombrados de ver una selva andar contra ellos, so, que da á su perfll la silueta más chocante y sin pensar que ese bosque ocultaba · hombres de la cual puede juzgarse por el que se veía en que hubieran podido alcanzar sus lanzas. las galerías del Museo, en la estatua de la céleEl número 5 (fig. 2), nos hace ver además bre Vénus hotentote. que las actitudes naturales y la fisonomía de los Pues bien, esos hombres degradados, esos animales no se escapan á los artistas boschisséres que son quiman, como á los zá el intermediaantiguos habitanrio entre el homtes de la Dordobre y el mono, son nia. sin embargo artisTantas· cualidatas, 6 á lo ménos des artísticas no dibujantes exacponen, sin embartos y concienzugo, á los pobres dos. Los números habitantes del 6 y 7 de la fig. 2 Africa austral al nos muestran que abrigo de la invatienen de sí mission de una civimos una idea muy 1izacio nante la justa, y que saben que desaparecen expresar esa idea. ya, y no han preLa pequeñez de servado á la raza Fig . 1.-Almohadon de pi edra de Bourget. la cabeza y lo sadolicocéfala de liente de las nalnuestros países gas, el reliev~ de los músculos del muslo están contra la invasion de los primeros, pero vivaces exactamente reproducidos. El número 7 repro- agricultores de cabeza cuadrada. duce aún un ·carácter frecuente en una raza, es Otros dibujos de un carácter bastante ménos · decir, la actitud semi-oblicua del hombre an- perfecto, y en los que se revela un conocimiento dando. Puede decirse que nunca las poblacio- bastante menor de la naturaleza, figuran igualnes de la edad de piedra tallada han represen- mente en la galería de las ciencias antropológitado tan fielmente el hombre. Es tambien digno cas: pues bien, éstos precisamente son la obra de notarse que los cinco dedos de la mano están de una poblacio_n bastante m:\s avanzada, más aquí exacta y concienzudamente dibujados, inteligente, y que por haber desaparecido, no miéntras que en los retratos, si se nos permite ha carecido de su dia de esplendor. darles ese nombre, que los trogloditas de la Una vez más debemos evidenciar aún que el edad de piedra han dejado de sí mismos, el ar- arte ·es inútil pa ra hacer un pueblo y que una tista se ha limitado siempre á indicar cuatro nacían puede ex istir sin arte; hablamos, comdedos. préndase bien, del arte como cualidad aislada, El hombre que está representado en el núme- Y no del arte que sabe unirse á la industria 6 á ro 4 (fig. 2) sosteniendo en la mano una rama la ciencia; en una palabra, á la civilizacion, y de árbol con hojas, puede pasar por admirable- que es la más alta expresion de la inteligencia mente plantado; es además precioso para nos- humana. Estos dibujos á que nos referimos, y otros, pues nos da conocimiento de una costum- de los que los números 8, 9 y 10 dan una idea,


:-:--:-:·-==-:'.L'."A:__"'N~A:T~U~R~A=L~E~Z~A-~--------- - -:

Fig . !/.-Grabad os en roca , an teh1stóricos . ' ·[odelos d e ¡os e;.empl ares antropológicos .-l• . de la -E :<posicion U mversal. ·

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-LA

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ATURALBZA

han sido hallados por l\'I. Rivicre en las rocas del valle ele Enfer, no léjos del lago des farveilles. La leyenda los atribuye á los so ldados de Anni bal, que, por otra parte, no tomó este camino; pero su identidad con los dibujos grabados en roca en las islas Canarias por los gona nchos, sus primitivos habitantes, permite atribuirlos á los mismos gonanchos. Esta suposicion podrá ser ú primera vista algun tanto aventurada, si ciertos cráneos hallado. , no precisamente en el valle d'Enfer, pero en el i\Ieclioclía ele Prancia, como por ejemplo en la grnta de Cro-lllagnon, no presentaran una gran analogía con los que se hallan en las grutas sepulcrales ele Ca narias, y no permitieran pensar que á una época en que es cie rto que el estrecho de Gibraltar no existía , y en que A frica, así unida á España lo estaba tambien á las islas Canarias, sus vecinas, una misma. poblacion, de que los gonanchos de las Canarias y los cráneos franceses ele Oro- 1:agnon, son los únicos ejemplares conocidos, se extendía por el i\Iediodía de la Europa. occidental; esta hipótesis eslá, en fin, legitimada por el hecho que ciertos adornos, hallados cerca de los esqueletos de Cro-Magnon son idénticos á los que se han hallado en las Canaria_s. Los grnserns dibujos recogidos y expuestos por M. Rivi cre, tienen, pues , un interes inmenso. Son en cierto modo la· firma ele una raza ya extendida en una gran superficie y poco á poco retraída , hasta la extincion ; nos muestra n su fin ::í. los que conocemos por las vasijas, por las momias de las Canarias, cómo esa raza avanzó léjos en la civilizacion, pues como hemos dicho hace poco, el arte plástica y la civilizacion no marchan siempre paralelamente. ( S e conc luir á .) _

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QS2

Q

BL \RTE AGRÍCOLA Y LA ECON01IIÍA ·RURAL EN L A. GRE CI .á. A. TIGUA.

(Continue.cion.- Véase el núm. 51, pág. 386.)

El botá nico ,i\Iirbel ha procurado probar que la bellota con que se nutrían los primeros hombres y que los a utores latinos designaban bajo el nombre de Chaonis rictus , como si los chaonienses hubieran sido los primeros que hiciea ron uso él.e ella, no era otra cosa que la nuez. « El nombre juglans (1) , dice, traducido del g riego, parece ser una prueba de su gran anti (1 )

En rranc~s la palabra gland sig ni fica bellota.

güedad, y nos transporta á aquell a época en que las bellotas constituían el principal alimento de los antigups habitantes de la Grecia y de muchos países de Asia ... La palabra glans tenía enfre ellos una significacion muy extensa; la. aplicaban, en general, á múchos frutos en que las cortezas leñosas enc\erran una almendra; así es que el fruto del nogal era igualmente para ellos una e~pecic de bellota; por su sabor agradable , poniéndole por encima de todas las otras especies le designaban con el nombre de Dios ballanos , bellota de Júpiter , Jovis glans en latín , ó, por abreviacion, Juglans, b ellota por excelencia. Esta es por lo ménos la opinion de Plinio y de muchos otrns escritores distinguidos (1).» No podemos adoptar esta manera de ver. Si bien es cieeto que, de una manera general, los antiguos designaba n con el nombre de glandes, bellotas, los frutos de casi todos los árboles, sin embargo, estudiando bien el texto de los auto ·res , se ve q i,e , en un sentido más especial, aplicaban su nombre· á los frutos del roble, del cual cierto numero de especies eran ya cono cidas (2). En cuanto á las bellotas comestibles, cuya rama servía h asta, en tiempos de Plinio, para hacer el pan cuando faltaban los granos (~), es evidente que no eran las de nuestro roble comun (Quer cus robur, L. ), que son aún astringentes, no comestibles (fig. t ), sino- la bellota dulce s uministrada por el roble marrubio (Quercu ballota., L :) , á1:bol muy extcndidó en Italia, en España, en Grecia, en las 0ostas de Africa (fi g . 2). Estas bellota·s son bastan Le alargadas, 'tle un sabor dulce, agradable, parecido al ele la avellana ó de la .castaña, abundante- en fécula y en azúcar. un hoy , en la provincia de Sali manca, la gente la come con pl,acer; clur,rnte el invierno de t8t2, el ejército frances acampado en inmensos bosques formados enteramente por esos árboles, halló en ese fruto un _medio precioso de alimentabion . F ée, que indica este hecho, dice que ha hall ado un buen gusto á esas bellotas (4 ). Los indígenas de Argelia, de Tún ez, etc., hacen un grnn consumo de ell as, despues de hacerlas hervir en agua ó de asarlas -en

(1 ) De Mirbel, Histoire des a1·bres {mitie1·s.-Couverchel, T1·aité des {ruits, p. 567. (2) Plini o, XVI, c. II á X. (3) Plini o, XVI, c. VI , 5. (11) F ée, Notas 1G y 3 1 del libro XVI ele Plinio. Loe. cit. , t. X , p. 191 y 200.


LA NATURALEZA

la ceniza. El célebre b(?Lánico Desfontaine asegura que es un alimento escogido (1). Teofrasto y Estrabon han hablado de ella. Homero dice que se servían bellotas dulces en la mesa de los dioses (2) . Corneli us Aliscander, citado poL' Plinio, refiere que los habitantes ele Chio se mantuvieron y guardaron su ciudad, aunque fué estrechamente asediada, no teniendo oteo alimen to que este mismo fruto; de modo que obligaron al enemigo á levantar el sitio (3) . Los fabucos ó frntos del haya sirven igualmente para alimento del hotnbre, al mismo tiempo que las bellotas dulces; el nombre de fug·us dado á este árbol, derivado de phago (rpáyw), yo cómo, indica ble n su antiguo uso. El haya, tan á menudo cantada por los poetas, era,· segun algunos a utores, comun en la selva ele Doclone, y bajo su espesa sombra los sacerdotes de Apollon daban sus oráculos (!1): es cierto que está repal'tida en toda la Grecia (5) . En la isla ele Chipre, en Creta y e n otras muchas islas ele! archipiélago griego, fértiles en higueras, en granados, que se decía estaban plantados por Vénus, muchas especies ele cistas · (Cist hos ele los geiegos, Cistus de los latinos), pequeños arbolillos de flores y rosas blancas (pág . 3), suministraban la resina aromática llamada Leclanum, que ha d·esempeñaclo un gran pape l, tanto en medicina como en perfumería, y que se quema aún en las casas turcas para perfumar el aire. IIer.odoto halló los cisLos en la Arabia, y dice que la resina ó Ledanum que segt•egan se reune en la barba de los chivos ó• 1 cabras que han comido sus hojas y sus ramas. Añade flue eso Leclanum entra en la composiclon de m uchos perfumes, y que con él principalmente es con lo que s~ perfuman los árabes (6). Teofras to ha mencioriºado tambien esa resina, que Dioscóricles describió bien y que Tournefort vió tambien recolectar pasando tirillas ele cuero atadas juntas y dispuestas en los arbolillos como los dientes de un peine. Se raspan en seguida esas tirillas con un cuchillo, y se encierra la resina en vejiga~, donde adq uiere más consistencia (7).

I

( 1) Desfo ntain e, Me,_n dre sw· le cl,i!n,e ballotc du mont At,. las. (.Ucmoi1·es de t'Aca demie des Sciences, 1790 , p. 394.J (2) Homero, Odis., XIII, 242. (3) Pliaio, XVI, c. YI, 5. (I¡) P éc. !fo/a 23 del libro XVI de Plinio. [.oc. cit., página 196. (5) Couvcrchel. Loe. cit., p . 134. (G) Jierodoto. (7) Dioscórides, 1, c. CX.-Plinio, XXIV, c. XL VIII, 3.Tournefurt, Voyage au L evant, I, 811. '

411

El úni co documento curioso que tenemos sobre jardinería propiamente dicha, es la clescr.i pcion por Homero del j;:irclin de Alcrnous, rey de los Pheacos, en la isla ele Corciria, hoy Corfú (1), del tiempo de la expeclicion de los Argonautas, es decir, en 1250 úntes ele la era v~!lgar. Este jardi¡1, -de una sencillez extrema, sirYió ele modelo á todos los que se estahlecierón en seguida; éstos, como en general los ele los persas y judíos, no encerraban sino plantas útiles, no tenían, al decir de Bcettigen, ni calles cubiertas, ni bosquecillos, ni tenaplene , ni floecs, ni pastoreo; en una palabra, todos completa.mente eran cercados y verjeles (2) . i entre los griegos la horticultura propiamen Le dicha, es decir, el arte de los jardines ele recreo no recibió sino desarrollo mediano, «es necesario afribuirlo, dice Arthur Mangin, principalmente á la pequeñez del territorio y de los recursos mateeiales de que disponían las ciudades griegas, y más aún quizá á sus costumbres y á su estado político y social. En efecto, lamayor parte ele esos pequeños Estados tenían una constHucion esencialmente demo crática: nada ele reyes, tampoco de personajes que poseyeran grandes riquezas; por lo tanto, nada de esos palacios ·q ue se acompañan de magníficos jarclines. Pero es quizá en la Grecia antigua donde debe buscarse el prim.er ejemplo de los jardines públicos creados por los cuidados de los magistrados para recreo delos ciudadanos. Tales fueron los de la Academia y del Liceo en ténas (:3) . >> Los jardines particulares, en pequeño número, estaba n comunmente en los arrabales de las ciudad ~s ; los de Pisistrato, de Cimon y ele algunos otros personajes, estaban abiertos al público. Como los griegos hacían un gran consumo de flores en sus templos y para el ornamento de sus mesas y ele sus camas, debieron cu!Livarlas en gran escala. Se sabe que conocían los narcisos, los jacintos, las anémonas, los lirios, las violetas, las rosas, los mietos, las adelfas y toda olase ele plantas odoríferas, como refleeen Ateneo y Teofeasto (4). Por el ingerto endulzaban la amargura y la

l_[ omero, Odis., II, 115. Véase sobre Le ja,•din d'Alcinous el en général su,· /e jardinage e/tez les anciens, la disertacion de Boetliger, traduccion de J. Bart, P a ris, 1801; en 8. 0 "(3) A. llfangin, Les Ja1·dins, histoirc et dcsci·iption, un vol. grnn. en fo!, con dibujos. Tours, lame el Fil , ed . 1867 , p. 4.9. (4) Aterteo, lib. XX, c. LX, p. 683. '.I'eofras., Loe. cit., lib. VI, c. VI , p. 6~3. ( 1)

(2)

...


LA NATURALEZA

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,.

aspereza de los frutos que producían los bosques (1). El mito de Céres, haciendo conocer el trigo y el modo de cultivarlo á Triptolemo, hijo de Célie, rey de Eleusis, que, á su vez lo enseñó á los habitantes de la Atica, no es sino una reproduccion de la Isis egipcia, con la que la pt'imera divinidad debió ser confundida, segun He· rodoto . La cebada se produce mejor en el territorio montañoso de la Ática que el trigo, miéntras que este último cereal se producía muy bien en Beotia y daba granos bastante más pesados segun Teofrasto (2). Las cosechas de la Ática, eran, pues, insuficientes para hacer frente á las necesidades de la poblacion, así es que se esta-

Fig . l. - Que1·cus 1·obw·, L .

ha obligado, como sucede aún en nuestros dias, á importar trigo extranjero , principalmente de la Escitia, del Eg ipto , de las riberas del Bósforo Cimmeriano y del Ponto-Euxino. Este suplemento indispensable, pasaba á menudo de un millon de hectólitros (3). Direrpos de paso, que en el sig lo vr ántes de J. C., la medinma, unidad de medida para gra nos, correspondiente á51,79 litros, costaba1 dracma (0,93 pesetas), 6 sea 1,78 pesetas el hectólitro, miéntras que en el siglo rv , la misma medida valía 3 dracmas (2,79 pesetas ) ó 5,38 pesetas el hectólitro. El precio subió hasta 16 dracmas, ó sea 28,63 pesetas próximamente por · (1) Ari st., De Plant., lib . I , c. VI , t. II, p. 1. 0 16. -Teofrasto, Loe. cit., lib. I, c. VI y VII. (2) T eo frasto, Loe. cit ., V III, 4, ~ 5. (3) Demost., E. Lep tinem ., ~ 32.-Reiske , p. 467.-De Corona , ~ 87 .-Reisk., p. 254.

hectólitro, despues de una carestía que asoló la Grecia en época de Demóstenes (1). En la isla de Salamina es donde las cosechas maduraban primero. Las siembras se hacían no con grano del año, sino con el del precedente. Cuando el trigo tendía á hacerse muy abundante en hierba, se le detenía, como se hace ahora, haciéndolo pastar á los carneros. Cuando la paja era abundante, no se la cortaba sino á la mitad, como se practica aún en ciertos países, con gran detrimento del producto de los abonos, y se quemaba el resto por el pié. Veremos que este mal método fué adoptado en muchas partes de Ita lia. El mijo era tambien cultivado, así como el sésamo; los granos oleaginosos de esta última

Fig. 2.-Querctts ballota, L.

planta se comían, y parece que los tenían en gran estima , pues costaban el doble de los otros granos, lo mismo que el comino. Los orientales hacen aún con él tortas. «En 1849, dice Beulé, un buque mercante cargado de sésamo se había destrozado en las rocas de Magne. Yo estaba en el buque de vapor que fué á recoger los náufragos y los restos del naufrag io. Cuando bajamos á tierra hallamos los habitantes medio salvajes de la montaña, comiendo 6 ha,ciendo cocer el sésamo qu·e habían recogido, sin el menor es_ crúpulo » (2) . «En los países montañosos, dice M. Duruy, las llanuras son de una fertilidad extrema. La Tesalia, la Mesenia, el Norte de la Elida y de la Eubea, que fué el gr¡¡,nero de Aténas, no des-

(1) Ibid., C. Pho1·mionem, ~ 29. R eisk. p. 918. (2) Beulé, Jouma! des Savants, Mayo , 1866 1 p . 281.


LA NATURALEZA

113

mentían ese principio. La Beotia debía tambien Sea lo que quiera, los griegos no manifestaá sus numerosos cursos de agua y á los depósi- ron jamás un gusto pronunciado por los trabatos largamente acumulados una sorprendente jos del campo; hay más aún; las razas guerreras fertilidad, principalmente el valle inferior del de la Laconia, la Mesenia, el Peloponeso, proCefiso, fecundado, como el Egipto, por inunda- fesaban por esos trabajos un inmenso desden, ciones periódicas. Pero los habitantes, confiados abandonando los cuidados de la cultura á sus en su naturaleza demasiado generosa, se sumie- mujeres y á sus esclavos. Véase por qué desde ron en los placeres sensuales. Miéntras que la la época de Hesíodo á la de la dominacion roAtica, tan pobre, se cubrió de una act,iva é in- mana, no se notan en la agricultura griega geniosa poblacion, la Beotia producía un pueblo . grandes mejoras. en que la pereza de espíritu se hizo proverbial, Hay m ás a~n; la Grecia, que no ménos que el aunque contara á HesíoEgipto y las otras naciodo y á Píndaro entre sus nes de la antigüedad, no hijos. tenía up. sistema regular »Las regiones elevade cultura y no supo das de la Arcadia y sus sostener los terrenos en vaHes, ricos en vegetaun mismo estado de procion, que cruzan mil <luccion por el acarreo riachuelos, tenían por continuo y suficiente de habitantes una raza de materias fertilizantes, homb1·es que tienen altanto orgánicas como gunos rasgos de sememinerales, la Grecia vió janza c_o n los suizos por bajar poco á poco la cisus costumbres sencifra de sus recolecciones llas y pastorales, su esen todos los géneros. píritu belicoso, su afiVéase, con este objeto, cion al lucro y su dislo que dice el ilustre persion en numerosos quimico Liebig: pueblecillos. <cLargo tiempo ántes »Considerada en su de la leyenda de la funconjunto, la Grecia no dacion de Roma, el pueera bastante fértil para blo de la vieja Grecia y alimentar sus habitande las costas del Asia tes en la ociosidad y la Menor había entrado en neglige ncia; no era basla vía de la cultura y de tante pobre, ni mucho, la civilizacion; pero ánpara obligarlos á emtes aún que Roma huplear toda su vida en biera extendido su imbuscar medios de subperio so·bre el mundo sistencia. La diversidad entónces conocido, toFig. 3.-El cisto. (Cislus ci·elicus, L.) del suelo les imponía esa dos los síntomas de dediversidad de trabajos cadencia se revelaban en que multiplica las aptitudes y excita el genio el agotamiento de su suelo. Ya, setecientos años de los pueblos, que provoca la variedad de las ánte.3 del nacimiento de Cristo, la reduccion de ideas por la de los conocimientos, es decir, la la fertilidad se manifestaba por la emigracion en civilizacion. De su suelo los griegos recibieron, masa de los griegos hácia los bordes del mar más que ningun otro pueblo, la obligacion de Negro y del Mediterráneo, así como por la desser á la vez pastores y labradores, · mineros y poblacion progresiva y la desolacion del país. comerciantes; añádase además la proximidad de »Antes de la batalla de Platea (479 años ántes los países entónces más civilizados, la Lidia, la de J. C.), Esparta pudo aún reunir 8.000 guerCaldea, la Fenicia, el Egipto y Cartago (1). » re1·os para combatir los persas. Cien años despues, segun Aristóteles, el mismo Estado no contaba sino 1.000 en estado de llevar las armas, y ciento cincuenta años despues, Estrabon se ( I) Duruy, llisloi1-c grccque, tercera edicion , Paris, 186 l 1 lamentaba de que de cien ciudades de la Lacopág. 8.


LA NA1'UfULl~Z.\ nia, no compren<;lida Esparta, no quedaban de Phormion (1) que cuando una carestía (2),se dissu tiempo sino unas treinta villas á lo más. Cien tribuyeron á los habitantes del Pireo panes que años despues de Estrabon, Plutarco describía el cada uno valía un óbulo, es decir, 15 céntimos estado triste y desolado de la Grecia y del viejo de peseta. En la Leysistrata de Aristofano, se Mundo (1). Paro Roma tambien debía sufrir la trata.ele un pan hecho con una cheniza ele harina (1,07 litro ); pero segun la Scholiasta del mismisma suerte (2) .n Por más que los antiguos griegos concedieran mo poeta, .babia ordinariamente en una cheniza al dios Pan la invencion del pan, este alimento cuatro grandes panes y ocho pequeños (3). Como observa M. Caillemer, se halla el misno les era familiar, ó por lo ménos, la preparacion á que daban ese nombre difería notable- . mo precio de un óbulo en épocas bien distintas: mente de aquella á que se aplicó más tarde. Co- en el quinto y cuarto siglo, en los que el precio mí a n la ha rm a dé trigo simplemente amasada corriente de los cereales había sufrido notables con agua, ó cebada COl~ida, toreado que llama- cambios, es permitido creer que los panaderos ban alphiston (la po lenta. de los latinos) y ga- atenienses, continuando vendiendo las mercanlleta de cebada llamada maza. Mezclaban á me- cías segun la misma tarifa, habían dejado de nudo estas di versas preparaciones con leche, disminuir el volúmen (4). Los vencedores en los juegos de Eleusis recimiel ó vino . No fué sino mucho más tarde cuando confeccionaron el verdadero pan con harina bían como recompensa una medida de cebada. Es probable que se añadiera á su harina, harina de trigo y levadura. Antes y áun despues de la invencion de los de trigo, para mejorar la calidad del pan que hornos de cocer pan, se servían para este uso de fabricaban. En Esparta, en qL!e el régimen era tan seveun-a vasija cubierta, de tierra cocida, horadada por pequeños agujeeos en todo su rededor y que ro, esta misma harina era la base de l'a alimenllevaba el nombre de cliba.nos -ó cribanos; eles- tacio habitual (5). La cebada mondada estaba considerada como pues ele introducir en ella la pasta , la rodeaban de cenizas calientes cuyo calor, penetrando por un alimento muy sano y sustancial; la llamalos ag ujeros, daba una temperatura más regu- ban ptizo, que quiere decir yo descortezo, porlaL' y mas ig ual que la que puede ser la ele un que era despojada de su envoltura exterior por el frotamiento; de esta palabra los latinos hicie• horno ordinario (3) . Aténas, que despues del reinado de Perícles, ron ptisa.na, y nosotrns tisana. (6). Debemos á Ateneo la receta de un manjar se convirtió en la reina de las letras, de las artes y la elegancia, se hizo tambien célebre por la muy estimado entre los gastrónomos, . y .en el habilidad de sus panaderos y de sus cocineros; cual esta cebada desempeña el principal papel. da ba para el consumo público una veintena de El grano, molido groseramente en un modero, variedades de pan, entre las que encontraba al- era mezclado con aceite y se hacía cocer len lamente en una vasija apropiada; se removía consgu nas ele g ran blancura y excelente sabor (4). . tantemente esta mezcla, á lo que se añadía de egun cuenta Platon,-el arte de la panadería cuando en cuando sustancia de pollo, de cabrito había recibido en Sicilia, un siglo ántes de él, ó ele carnero, ter~iendo cuidado que no se esparnotables perfeccionamientos de parte de un tal ciera fuera ele la vasija; se setvía cuando había Thearion (5) . Los capadocios hacían un pan mu y deli cado, llegado á un punto conveniente de coccion (7). análogo á nuestro pan de Viena, añadiendo á la Se eom prende que esta especie ele polenta debía harina de trigo un poco de leche, de aceite y ser bastante nu tri ti va. Se e:mfeccionaban toda especie dé pasteles ele sal (6). ' ¿C uál era el peso y precio del pan en Aténas? Esto es lo que no sabemos de una manera positiva. Se ve_ en el discurso de Demóstenes contra (1 ) Demost., ·c. Phonnio, ~ 27.-Rei k., 90k. (2)

l lácia 1208.

Scholia in Vespas, Didot, p. 1i;; . (4) Caillemcr., Notes sw· le ¡n·ix des den,-ées alimentafrcs a Alhi:ncs . (Memo,·. de la Acaclemia de Caen.) Vol. de 187 01877, p. GOG.

(3)

(1) Plutarco, Mo,·., p. 4. 13. (2) Licbig, L es lo is nalw·clles ele l 'a¡¡ ,·icullw·e; traducid a de la úl ti ma eclicion a lema na p 1· Ad . Scheler, t. I, p. 113. (3) Dioscorid., II , 81 y 96.-Isicl., O,-igin. , XX , 2.:._Columcll ., V, 10, '1 .-Plinio, XIX, c. III. (4) Archeslr. y Antiph., a pucl Athen ., lib. III. (5) P lalo n. In Go,-g., I, p. 518. (G) Athen., li!J III, c. 18.

(5) /El iM, Va,-. histo,·. , lib. XIII, c. XXXVlll.-Aton. , lib . IV .-Stab. , serm. 29, p. 218 . (ü) Plinio, XVIII, c. XIV y XV. (7) Aten., lib. IIT. c. XX,'CVIII. ~Casoub. , In Alhcn, pág . 15 1.


LA NAT-URALEZA lieb re, de becafigo y de las pequeñas aves que revolotoan por las viñas ( 1). Se h a lla en los escritos de los poetas, de los fisiólogos, historiadores, médicos y geógrnfos, infinidad de indicaciones que atestig ua n que el arte culinaeio h abía llegado en la época !'loreciente de ténas á un grado bastante alto de perfeccion: Archeotrato, contemporáneo y ami go ele un o de los hijos de Perícles, despues de largos v.iajes pa~·a estudiar las producciones vegetales y animales de los diversos climas y recoger los mejores procedimientos culinarios usados en los distintos pueblos del II1Undo conocido, compuso un poema sobre la gastronomía . Era un tesoro de ciencia, en el que cada verso, segun Teótimo, contenía un precepto. Desgraciadamente esta obra se h a perdido, y sól o se h allan citas de ella esparcidas en los auto res (2) . Tambien ha habido obras escritas sobre la misma materia, por l\Iithoous, de Sicilia (3); ' um enius, de Ueraclea; Hegemon, de Thasos; Thiloxeno, de Leucada (4); AcLideo, de Olio , y Ty ndaricus, de Licyona (5). Había en S icilia y en Sybaris, en ia gran Grecia, academias gast ronómicas, e n las que todo lo concerniente á las delicias de la mesa estaba sometido á sábias discusiones (6).

( Se continuará.)

MISCELÁNEA. Papel fisiológico de la urea.-M. Picard, profesor de fisiología eu la Facultad ele Medicina de Li·on, se ha propuesto dosificar la urea en los di versos órganos, y ver cómo el desa rrollo de este c.ucrpo vada en los cliycrsos momentos de b nutricion.·El resultado es que ántes, dunrnte y despues de la eliminacion, la cantidad de urea conteniLla en las diversas partes del cuerpo de un animal son muy diferentes, y r es ul tarán cier tamente de este hecho nuevos descubrimientos <le la más alta importancia. eniim.o que no se colllunicaran tí la Academia las cifras 'á que ha llegado el autor.

(1) Telecl., Apcn. rlthcn., lib. XIV, c. XIV.-Poll., libro VI, c. II , ~ 78. (2) Alhen., V, c. XX; idem , VII , c. Y.-13 arll.1elomy, Loe. cit., l. If , p. 4.GG. (:)) Platon, Tn Goi·g., I , p. 5 18. (Ir) Athen., I, c . V. (5) Athen., XIY, c. XX[II.-Poll.,c. X,~ 71.-BarlllC\lemy, L oe. cit., t. II , p. !iU5. (li) J. B. Gaut., ilícmoii·c sw· l'hisloi1·c ele la con{ilurc depuis /es Tl éln·cux jttsqu'a m,11s jo•n·s. (Repertorio de lr,s trabajos de la Sooieclacl ele' estadística de i'larsella, t. XX\'I, p. 3'2 1, 18G3 .)

415

EL VIVERO DE CRUSTÁCEOS DE LA. ISLA. DE SA.N NICOLÁS.

Las islas Glenans forman un pequeño archipiélago situado á 15 kilómetros i lo largo de Concorneau (Francia), sobre la costa meridional Jel Finistene. Sei de estas islas están habitadas por pescadores y arrendatarios; mucha otras son rocas desnudas, en medio ele las cuales se hace una abundante pesca ele cangrejos y langosta . En una de estas islas, en un sitio convenientemente abrigado contra las olas, M. Halna clu Fretay h a hecho construir un vivero destinado á concentrar los peces (este es el término técnico en esta clase de establecimientos para designar los cangrejos y langostas), y de allí expedirlos en diversas di· recciones. Existen en las costas de Francia cierto número ele establecimientos de este género. El más antigno rle todos es el de Concorneau, establecido por i\I. Coste y que ha servido de modelo para los otros; hay otro en Roscoff; pero el vi ,Tero de la isla de San Nicolás en los Glenans es sin disputa el mejor dispuesto, y puede considerarse por ahora como el modelo de establecimientos ele esie género. El vivero, colocado delante de la casa de cxplotacion, tiene la forma rectangular; mide cerca de 25 metros por 40. Ha sido necesario excayar la roca en parte del sitio que ocupa. Está defendido por el la<lo del mar por rumos que tienen cuatro metros de espesor. Un med io tan simple como ingenioso pone los estanques al abrigo del pillaje; el mnro está coronado en toda sn extem,ion por un e11ve1jado <le madera, que no puede franquearse sin romperse y sin que el deterioro sea visible inmediatamente. Un muro longiiudinal divide el vivero en los partes; cada una de estas mitade está diridida á su vez en nueve compartimientos por igual número de tabique,, fuertes de planchas .b astante separadas para no impe· clir la circulacion del agua, oponiéndose por completo al paso <le la pesca. Se evita ele este ruodo que se acumule en las extremidades del Yirero; y como se llenan los compartimientos sucesivamente y se Yacían en el mi mo órden, se está siempre cierlo que ningun crustáceo permanecerá demasiado tiempo en él. Las dos mita<les del vivero separadas por el mnro comunican por medio de runchas compuerta , qne se t ienen, segun las necesidades, abiertas ó cerradas. Cada mitad presenta adémi\s en su extremidad una gran compuerta que se abre en el mar, y una chapaleta un po.co por debajo del nivel de la alta mar. Gracias á este sistema, el agua puede circnlar por todas partes abundantemente. Se procede ordinariamente a í: inmediatamente dcspues de la pleamar, se cierran las do compuertas ele la extremidad; cuando la mar está bája, se vacía por ésta compuerta una de las dos mitades del vi,;ero. Se abre entó nces la colllpuerta áe comunicacion horadada en el muro del lado de tierra; el agua sostenida en hi mitad del vivero, hallando una sal idn por esa compuerta, hace corriente y


416

LA NATURALEZA Otro cuidado muy importante que hay que tener presente es el que, la pesca esté á la sombra, y para esto, en los dias de calor, se extienden por encima

arrastra los detritus que podían ser nocivos á la pesca. Cuando la mar sube, se abren las dos compuertas de 1n extremidad.

Fig. 1.--El vi\'ero de crustáceos de la isla·de 8an Nicolás. (Vista del conj unto. )

Fig. 2.-El vi vero de crustáceos de la isla de San Nicolás. (Vist'.1. desde el mar.)

de los compartimientos, telas para impedir la accion del sol. El comercio realizado en los establecimieni.os como el de las islas Glenans, es considerable. Por millares se.expiden las langostas á los mercados de 'Francia, miéntras que los cangrejos son expedidos á los merca· dos ele Alemania, y son á menudo comprados al con·

tado por los capitanes de buques construidos ad hoc, y que los transportan á Inglaterra y Bélgica.

·¡

PROPIETARIOS GERENTES : PEROJO HERMANOS.

MADR~D: Tipografía Estereotipia PEROJO.


Núm. 53.-30 Noviembre 1878

LA NATURALEZA

INVESTIGACIONES EXPERIMENTALES

417

balancines para preparar sus primeros experimentos, y en que aún no tenía ninguna opinion sobre su modo de accion, considerando atenta tamente la forma del estilo, esa curvadura, que recuerda una mitad de ogiva con su masa terminal, se asombró de la idea de solidez , de resistencia, que se desprende de la constr uccion misma del órgano. Estamos ciertos que los que examinen un balancin colocándose en ese punto de vista, se asoni.bearán, como él, al ver una estructura lan notablemente apropiada. To será, pues, necesario exagerat· la importanc¡a de los choques Llue el balanc:n debe soportar; dos causas contribuyen ú atenuarlos. En el primer momento detiene el ala, y al final de su curso ascendente, y por consiguiente está animada de una velocidad muy pequeña, de suerte que el obstáculo que se la opone no tiene nece0

SOBRE LAS FUNCIONES DEL BALANCIN EN LOS INSE OTOS DÍPTEROS.

(Continuacion.-Vóase num 51, png. 399.)

Esperamos que todos estos experimentos y las deducciones que hemos sacado, habrán llevado ú la inteligencia del lector la conviccion de que el balancín constituye un aparato mecánico, destinado i producir ciertos movimientos actuando sobre la base del ala; á la manera de un tope para restring ir más ó ménos su amplitud de vibracion. Podemos dedicamos ahora á una reflexíon que n0 tiene ciertamente ningun valor científico, p, t'J que no presenta ménos interes. En la época en que el Dr. Bellesme examinó los

Fig. 1.

-

Fig. 2.

Pig. 3.

l. Ca.lli(ora vo mitoria. cuyos balancines han sido cortados, y que vuela con un peso atlicion:i.1.-2. A, ala de Volucella. pellu-

cens; A', ala de C/tfranomus: la letra está colocada cz~·ca_de la a_r~ola basilat·.-3._ Tipula e~1 que ~e ven sus_ balancines y el sitio del ala e n que actúan . L a parte punteada del ala 10d1ca el s1t10 en que e obtienen las impres10 ne de pmtura.

sidad de ser muy resistente. En seguida el ala está dispuesta de tal suerte, que los choques deben ser extremadamente suaves, y es necesario hacer observar aquí una particularidad de la estructura del ala, á la que no se ha atribuido un valor suficiente. En las alas de la volucella y de la mosca, la tela es muy ancha, iun en la parte que se halla, cerca de la insercion, y se observa en el sitio en que la base hace un codo para ir á unirse á la articulacion una especie de parte escamosa que tiene la forma de un semicírculo, completamente membranoso, privado de nervios, delgado, muy flexible y elástico. Esta escama, ó más bien esa areola limitada hácia adelante por la nervosidad basilar, no ha recibido de los naturalistas un nombre especial; es sin embargo muy importante y forma el carácter más importante del ala de los dípteros, puesto q u e en todos los insectos provistos d e 2. 0

SEM~ST!Ul,

balancines, no falta nunca. Él es el que va á chocar contra el balancin cuando éste funciona, y sobre esta p~rte flexible es donde se detiene el ala, de tal suerte que no se produce ningun choque ni estremecimiento. Otra particularidad está indicada hace mucho tiempo, y :i la que no se ha dado su verdadera signillcacion, es la diferencia del'largo de los balancines en los diferentes géneros de dípteros. Unos, como los niuscidos y los cirfido:i, tienen los balancines bastante cortos, otros los tienen muy largos como los ti pulidas y los aelicidas. Esta diferencia está ordenada por la fo.L·ma del ala y por la necesidad en que se halla el balancín de actuar sobre una parte flexible. Es, en efecto, constante, que todas las veces en que el ala es ancha en la base, como en la mosca, el balancin es corto, y que cuando al contrario, el ala es estrecha y está formada en su base por un haz de nervios, el 27


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LA NATURALEZA

balancin es larg o , ejemplo, la típula. En este último caso, es evidente que el balan cín se alarga para no tener que actuar sobre un haz de nervios , que forma entre la articu lacion y el ala un paq uete muy duro. Un choque repetido contra un a parte semejante, conmovería el mas resistente de los órganos. Pero lo que prueba bien claro que para evitar este contacto se alarga el balancín, es una disposicion muy interesante y no indicada que presenta el tejido del ala en los insectos de este g mpo. En erecto , este tejido estrecho se adelanta hácia el balancín y presenta en su base hacia a tras una especie de talon membran oi;;o y saliente muy m a nifiesto, de que puede verse un ejemplo en la figura que representa un ala de Chiranomus (fig. 2). Esta es la parte que ·va á chocar conLra el b ala ncín , y corresponde á esa g ra n areola marginal del ala de los sirfidos y de los muscidos, de que acabamos de hablar. El conocimiento del modo de accion del balancín , nos da, pues, la explicacion del hecho en general, que los dípteros de a las a nchas membranosas, tienen un balancín corto, miéntras que los dípteros de alas la rgas y estrechas en la ba e, tienen el balancín largo . "\ olvamos por a hora á ocup~rn os de ciertos detall es de los experimentos precedentes que se apreciarán mejor, ahora que los usos del balancin nos son conocidos . . Se recorda rá que pro cura ndo darnos cu enta ·del numern de vibraciones ejecutadas por el ala de un a volucella, ántes y despues ele la seccion de los balancines, h allam os que eles pues de esta operacion el número d!3 vibraciones hab ía disminuido y que la nota fundamental m.i~ se habí a converliclo en ·r-e 3 • La razon de esta disminucion es que el insecto, que so tiene por las patas, h ace todas sus fuerzas para soltarse, y por consiguiente, en ese momento se sirve de sus balancines lo mas posible, La amp litud de vibracion está e ntónces en su mínimum, y en este caso corresponde el sonido al mi 3 • Pero inm edia tame nte que se ha n corlado los balan ci nes, el insecto no tiene el recurso de disminuir s u ampl itud de vibracion, la cual está entó nces en su m áx imum. Sigue, sin embargo, movi endo sus alas, para co nseo-uir reconquistar su libertad. En este caso, estando aumenLada la long itud del cami no recorrido por el ala , el número de vibraciones ejecutadas por segundo es nece sariamen te ménos considerable. El sonido prnducido no es sino el re3, y la relacion entre esas dos notas da la proporcion en que el balancin puede influir en la a mplitud de la vi·bracion; puede disminuirla en 1/1 L pt·óximamente.

Se recordará ig ualmente qu e los dípteros privados de balancines, se dirigen al volar h ácia el suelo y precipitan en él la cabeza primero, de tal suerte, que el insecto da la vuelta y cae sobre el dorso . ¿Qué prueba este hecho, sobre cuya in vcstigacion hemos insistido? Muestra que eh el momento en que el insecto d_esciencle así, su centrn de gravedad está muy hácia adelante, puesto que al detenerse en su vuelo, la. longitud de la pala nca form ada por la parte posterior del cuerpo es bas ta nte g rande para que el movimiento desce ndente continúe, prnduciéndose desp ues de la detencion de _la parte anterior, lo que da por resultado la vuelta sobre el dorso. En el experimento en que establecimos, segu n las teorías del Dr. Bellesme, que el ala está en relacion direcLa con el balancín durante el vu elo, tuvo cuidado este há bil observador ele forzar el a nim al á elevarse soltándole muy b aj o, casi á flor de tierra, de m a nera que le obligaba á tomar el movimi cn to ascendente para llegará la ventana. Gracias á esta peecaucion, se halla siempre pin tura en la areola b asi la r del ala, puesto qu e así se esfuerza el animal á servirse ele su balancín. Obrando de otrn mod o, hubi era sucedido, que no h abiendo sido ascendente el vuelo, el insecto· no se hubiera servido de ese órgano, lo q ue hubiera dado lu gar á un experim ento n egativo. Se ve que se h a n seguido al detalle los experimentos r eferidos en este trabajo , y que la nue• va teoría que d amos del Dr. Bellesme sobre los fenómenos del b ala nci n , está absolutamente sostenida en todas sus partes pot· los hec hos; y res umi endo est as investigaci ones, podemos establecer las conclusiones siguientes: L a a blacion de los b ala ncines no modifica s ino de una m anera poco sensible la energ ía vibratoria del ala; por consiguiente, esta mutilacion no abo le, pu es, la fun cion del vuelo. El vuelo no se modifica sino en sus direcciones. Sólo se pierde la posibilidad de dirigirse en todos sentidos. El insecto á que se han quitado los balancines, no puede elevarse, ni áun volar horizontalmente. L a úni ca direccion que puede seguir es la direccion descendente. Si se corta solamente la mitad superior del boton del balancín, el vuelo no presenta ninguna m oclificacion. S i se le arranca entero, el vuelo ascendente se hace ya muy difícil, pero el vuelo horizontal se efectúa aú n bastante bien. Si se corta el tallo por la mitad, el an im al queda reducido a l movimiento descendente, y el descenso es tanto mas brusco cuanto más pe·


LA NATURALEZA queña es la par-te que le queda de dicho órgano. La modificacion producida en el vue lo alcan za su máximum ele efecto cua ndo la ab lacion es comp leta, bien se practique la excision ó la ablacio n. Si se cortan los dos tallos desigualmente, el descenso se verifica siempre, pero el vuelo se hace arremolin ado. E l mismo efecto de remo lin o se observa cuando se arran ca la mitad posterior de una de las alas transversalmente, y la mitad interna de la otra en el sentido longitudinal, permaneciendo intactos los balancines. '.M. P. Bert, h a demostrado que las perturbaciones observadas en el vuelo no se deben á un cambio brusco de los h áb itos del inse oto, privado de un órgano de que t iene costumbre ele servirse. E! Dr. Bellesme h a demostrado igualmente que la mutilacion causada por la operacion , no debe iníluir sobre los resu-ltados de la experiencia, pues se obtienen los mismos resultados inmo vil izando los balancines como quitándolos. Se sabe teóricamente, que en la accion elevo lar , los a nim ales así suspendidos en el aire, pueden ser cons iderados como sostenidos por un a lín ea ficticia que pasase por los dos cenlros de suste ncion ele las alas. E n los insectos que no tienen como los pújaros, cola-timon que les dirija, la direccion del vuelo se obtiene por las posiciones respectivas del eje de sustencion y del centro de gravedad. E l centro de gravedad en muchos insectos y en particular en los himenópteros, puede cambiar ele sitio fácilmente por medio de los movimientos del abdómen y ele las patas . En el caso en que va hácia adela n te del eje ele sustcncion , la parte a nterior de l cuerpo se dirige h ácía abajo y el insecto desciende. Si, por el contrario, el centrn de gravedad se co loca detrns del eje de suslencion, la parle anterior del cuerpo se eleva y el insecto suhe. Si el centro de g1·avcdad ocupa una posicion intermediaria, el vuelo es horizontal. E n los insectos de centrn de gravedad movible, el eje ele sustencion es siempre fijo. Los dípteros no entra n en el caso precedente; en ellos el centro de gravedad no es susceptible -sino ele per1ucños m ov imi entos, y permanece siempre casi en el mismo sitio. La posicion de l eje de s uste ncion es la que varía. Esta Yariacion se obtiene por la intervencion del balancín, que op on iéndose más ó ménos por detras a l curso del ala, disminuye por este lado su amplitud. La consecuencia de esta accion mecánica, es que el eje de_ sustencio n se haya ll evado tan pronto h ácia adelante, tan pronto h·'tcia atras . C uando el b alancin intervien e en érg ica mente,

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el eje de sustencio n se adelanta más allá del centro ele gravedad y le deja detras; entónces la parte posterior del cuerpo se baja y el insecto s ub e. El balancin s irve, pues, para producir el vuelo ascendente. Si el balancin no acciona, el eje de sustencio n está necesariamente detras del centro de gravedad, porque el _ala, que nada detiene, adquiere su mayor amplitud de vibracion ..Entónces .la parte anterior del cuerpo se inclina hácia abajo y el insecto desciende. La experiencia confirma enteramente esta teoría, porque pueden darse de nuevo al insecto privado de balancines, y que ha perdido la fa cultad de elevarse .y de volar horizontalmente esos dos movimientos, por el simple cambio de lugar ~e su centro de gravedad hácia ateas, por medio de un peso :1dicional. _ o podemos dispensarnos, para terminar, de hacer observar, que la manera nueva como el Dr. Belles me considera las funciones del balancín, viene á corroba~ la opinion de los naturalistas, que consideran estos órganos como análogos al segundo par de alas de los insectos ictráp!eros. En efecto, en el terreno fis iológico, los balancines, son como el ala, aparatos mecánicos, que desempeñan una funcion comp letamente mecánica, obrando como la misma ala en el vuelo y exclusivamente en el vuelo; y ciertamente ha sido necesario que los Sres. Ilieks y Lowue te nga n una imaginacio n poco comun, para ver en el los aparatos olfativos y auditivos, cuando pr incipalm ente M. Blancharcl había hecho ya la ob ervacion muy significativa, q ue el ner vio ele los balancines emerge de los mismos gánglios q uc el nervio del segundo par de alas e n los lcpidópterns y los heminópteros, y había concluido rrue los balancines corresponden á las alas inferiorns de los otros in!-iectos . Quedaba por determinar la funcion, y hoy se encuenlea perfúctamentc acorde con los datos anatómicos . o hay, pues, duda alguna respecto al punto de vista del origen de estos órganos; pero lo mismo que su c. tructura está modif1cada y que son distinguidos muy fácilmente ele las alas por su forma, lo mismo su funciones distinta tambien. o tienen los mismos usos_ que las ala del se gundo par; constituyen un aparato particular, una disposicion especial y necesat·ia á los d ípter~s, porque su estructura general no les permite volar como los insectos provistos de cuatro alas. Estas diferencias abundan en zoología; no ten emos aqu í sino un ejemplo de mús. ¿ 1 o se ven, por otra parte, e n los coleópteros y los le-


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pidópteros tendencias á una diferenciacion análoga? El elitro, esa ala modificada, no sirve solamente para recubrir las otras alas, sino desempeña aún un papel importante durante el vuelo enfrente de ellas. Y este freno notable que tiene el ala inferior de un gran número de lepidópteros, ¿no es t ambien un comienzo de diferenciacion del ala? Supongamos la causa llevada más léjos, la parte membranosa atrofiada, ¿no tendremos en este freno una cosa análoga al halancin? En los dípteros, el balancin no es pues, otra cosa que un ala más modificada aún en su forma que en los dos casos precedentes, y

esta modificacion morfológica, entraña una modificacion funcional. Nos proponemos en un trabajo próximo completar esta materia, examinando las funciones del elitro y del freno, procurando determinar el papel que desempeñan en el vuelo. ~

-

LOCOMOTIVA SIN FOGON SISTEMA E. LAMM Y L. FRANOQ.

El principio de· la locomotiva sin fogon, ha r;ido publicado en La Naturaleza (1) en la épo-

Fig. 1.-Locomotiva sin ogon de llli\I. Lamm y Francq.

ca en que nos llegaron de América las primeras indicaciones sobre este sistema, en donde Mr. Lamm lo había aplicado en el tramvía de Nueva-Orleans á Corrolton. No ha sido sino muy recientemente que estas interesantes máquinas, modificadas ventajosamente, han sido ensayadas en Francia de la maneea siguiente: sirven actualmente á la explotacion regular del tramvía de Reuil á Marly; una de esas locomotivas ha figurado en la Exposicion; es, pues, una cuestion completamente de actualidad, de la cual creemos deber ocuparnos. ( l)

Edicion fran cesa, 2. º somostrc, pág. 3 l 4.

Recordaremos en algunas líneas el princ1p10 en que están basadas estas máquinas, dando una descripcion sumaria. La locomotiva sin fogon, sistema E. Lamm y L. Francq, comprende un receptáculo de planchas de acero, no podemos decir una caldera, pues no tiene fogon ni fuego, en el que se introduce el agua caliente; 1.800 litros, á la temperatura de 200 grados . Esta agua se halla cubierta de una masa de vapor á la presion de 15 atmósferas, de la cual una parte se utiliza en cada golpe del pis ton. Inmediatamente que cierta cantidad de este vapor haya pasado á los cilindros, la presion se hallará disminuida y el


LA NATURALEZA agua, entrando inmediatamente en ebullicion, suministrará nuevo vapor; pero esta vaporizacion no puede producirse sino en seguida de un enfriamiento mínimo de la masa de agua, que se renovará á cada movimiento del piston. Primeramente la presion del vapor disminuirá igualmente, pues se sabe que hay una relacion entre la temperatura de ebullicion y la presion que obra por encima _d el líquido hirvienLe. La masa de agua ha almacenado así al parLir cierta cantidad de calor, que produce sucesivamente,

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y que es transformado en trabajo mecánico en los cilindros. · Los pistones funcionan como en una máquina de vapor cualquiera y esta parte de la transmision no difiere esencialmente de la de una locomotora ordinaria. En las máquinas primiti vas había un inconveniente grave que provenía de que la presion en los cilindros disminuía continuamente como en el receptáculo. 11Ir. L. Francq ha introducido en el sistema Lamm diversas modificaciones que han producido mejo-

Fig. 2.-Locomotiva sin fogo n enganchada á su Lren.

ras notables, entre las que conviene ciLar el empleo de un regulador 6 aflojador . El vapor tomado en la cúpula que cubre el receptáculo, atraviesa un cilindro provisto de válvulas, que están arregladas de modo que, cualquiera que sea la presion en la cúpula, tenga al salir una presion deLerminada que se fija á voluntad: ·el movimiento de estas válvulas es autonütico. Si se ha arreglado, pues, el aflojador á la presion de 5 kilogramos, el vapor saldrá. á esa presion desde la partida, cuando el receptáculo está á la presion de 15 kilogramos, hasta. el momento en que esta presion baja precisamente á 5 kilogramos. Hay un elemento de regularidad im -

portante que permite obtener una explotacion más económica, porque se fija á cada instante, si se quiere, la presion del vapor segun el trabajo que haya qne efectuar. A la salida del aflojador, el tubo de conduccion del vapor atraviesa la caldera con el fin de evitar que en el trayecto no haya una condensacion que constituiría una pérdida real. Cuando el vapor ha hecho andar el piston en el cilindro, es necesario que se escape y que se conde nse. El escape no es necesario aquí como en las locomotivas, pues no hay que establecer en una chimenea un tiro que active la combustion; es un inconveniente, pues, el ruido que


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LA NATURALEZA

produce, puede, en cierta medida, asust::ir á los caballos que pasen por su lado. La condensacion sería, pues, ventajosa, pero no se imagina emplearla como en las máquinas fijas, pues exige una masa de agua fria que constituiría un peso muerto considernblc. Mr. L. Francq emplea un condensador de superficie: el vapor pasa á los tubos verticales, lamidos exteriormente por una corriente de aire frio producida por el tiro debido al escape de una parte de este vapor. La condensacion no es completa, perq es suficiente para que el ruido sea poco sensible y no puede constituir un inconveniente serio. En las máquinas empleadas en Carrolton; el maquinista estaba colocado en un coche enganchado á la locomoliva, lo cual era poco cómodo; en las locomotívas de Mr. Francq, dos plataformas eslán colocadas delante y detras, y en cada una de ellas se pueden ejecutar todas las maniobras por medio de palancas de vuelta: el maquinista puede seguir, pues, fácilmente el funcionamiento de las diversas partes del mecanismo, y la locomotiva puede andar indiferentemente en un sentido ó en otro sin q:ie sea necesario volverla. Ya lo hemos dicho, esta máquina funciona de una manera regular en el tramvía de Reuil á Marly. La vía está colocada en casi toda su longitud á los lados del camino; éste no presenla sino pequeñas pendientes entre Reuil (estacion del camino de hierro de Saint-Germain) y PortMarly, donde se hallan las cocheras y el edificio de los generadores de vapor, que sirve para llenar los receptáculos de las locomotoras. Los trenes, que están compueslos en general, además de la máquina, ele un furgon y de dos wagones, uno de los cuales es imperial, parten de Pon-J\larly para Reuil y vuelven á Port-Marly arrastrados por una locomotiva que puede así recorrer un trayecto ele 15 kilómetros sin que baje demasiado la presion. A ciertas horas los trenes continúan de Port-Marly hasta el abrevadei-o de Marly, elevándose así cerca de 75 metros con las pendientes ele Qm,03, ele Qm,04 y áun en parte Qm,06 por metro; esle trayecto se efectúa por medio de una máquina que acaba de ser recalentada al generador y que posee, por consiguiente, su máximum de potencia. Añádase •que el camino presenta cur~as de pequeño radio, cuyo paso es facilitado por una disposicion especial de los bastidores, sobre la que no insisliremos, pero 1ue parece realmente ventajosa. La conduccion de la máquina es fácil y la éxplotacion simple, por consis-uiente. Indepe'n-

dientemente de las es~aciones bastante aproxi madas, el tren se detiene en un punto cualquiera de su trayecto para tomar viajeros y para dejarlos; no diremos que ésla sea una propiedad especial del sistema Francq, sino que es debida al pequeño peso relativo de la máquina; no estamos léjos de pensar que su modo de explotacion que presenta esta simplicidad y esta elasticidad es donde es necesario buscar la solucion de los caminos de hierro locales . Estudiando la cuestion en su conjunto, se ve bien las ventajas que debe presentar este sistema: en primer lugar, el principio económico de la division del trabajo está aq uÍ ap licada: produccion del vapor por un solo generador, empleo de este vapor en cada máquina. Esto es lo que hace un industrial que en sus talleres tiene muchas máquinas fijas: establece uno ó varios generndores en conjunto y distribuye el vapor en los sitios en que debe ser utilizado. Además, que la produccion es ciertamente ménos costosa, no es necesario tener un calentador que acompañe al maquinista en cada lo comotiva. Se ve tambien que el peso muerto es muy pequeño y el fogon, el tender no existen , como tampoco la provision de carbon. Nada de humo, de llamas, ni de chispas; estas son además ventajas reales. Reconocemos, por otra parte, que las máquinas de aire comprimido presentarán los mismos caract.éres generales; sin querer insistir sobre las complicaciones que presenta el empleo del aire comprimido con el fin de evitar las variaciones notables de temperatura, di remos que la. cuestion de gastos es la. que permitirá decidir entre estos dos sistemas (no las comparamos con las locomotoras, que por la1·go tiempo aú n satisfarán por sí so las las necesidades del tráfico sobre largas líneas y en los trenes de mercancías ); creemos que, bajo este concepto, la ventaja permanecerá de parte de las locomotoras de agua caliente. De todos modos, no disimularemos que la práctica proporciona á veces exteañas sorpresas á los que se dejan guiar ciegamente por la teo ría pura: la exper iencia, una experiencia prolongada tan solo, puede sum inistrar datos precisos que permitan llegará una conclusion cierta. Esta experiencia no puede tardar en hacerse; como hemos dicho, la locomotiva Lamm y Francq está en explotacion regular; los otros sistemas serán ciertamente ensayados tambien completamente. La cuestion _de la traccion mecánica de los tramvías, se impone demasiado seriamente en todas partes, para que no se procure ap licar todas las soluciones que presenten


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LA NATURALEZ

probabilidades sérias de éxito; tendremos á nuesteos lecto res al corriente de las conc lu sio nes de estos experimentos.

PROCEDIMIENTO DE EXTINCION RÁPIDA DE LOS l•"UEGOS DE LAS CHIME

EAS .

1

puesta y es que los vapores son los mismos que los producidos por la comb ustion del az ufre precedentemente empleado, y su efecto es ménos nocivo que el del humo . Los bomberos de Paris han extinguido , quemando en la chimenea sulfuro ele c::ir!Jono, á saber: En Enero de 1878.. . . . » En Febrero » En Marzo

:U 32 fuegos de 103 » 81 JCT9 » 138

Este procedimiento, im ag in ado por M. Quequet, co nsiste en h acer quemar unos 100 graÓ sean.. . . . . 251 fuegos de 319 mos -de sulfuro de carbono en el hogar de la Y esta.; 25 1' extinciones, han sido casi instan chimenea, vertiendo préviamente este sulfuro e n uno ó dos platos hondos, con el fin de que la táneas, sin r1ue h aya h abido n ecesidad de subir combustion se produzca en una superficie rela- i los tejados, ni hacer derribo alguno en las tivamente extensa. Los fu egos de chimenea, tan casas. numerosos en París, y á menudo tan peligrosos, eran ordinariamente extinguidos por los MI SCELA EA . bomberos con la ayuda de azufre que q uemaban tambien en el hogar de la chimenea; pero era n ecesario casi siemprn subir al tejado para Una venta en Inglaterra .~Hace poco tuvo lugar cerrar el orillcio del tubo de la chimenea. Por otra parte, si la temperatura del fogon era poco en Inglaterra una venta de anim ales de la especie boelevada, el azufre se quemaba di(ícilmenle, se vina, pertenecientes al duque de D evonshire. Apénas. treinta animales tau sólo han sido vendidos y el total fundía, transformándose en azufre moreno, y su de la venta ha alcanzado :í la suma enorme ele 500.000 combinacion con el oxíge no se h acía tan lenta- pesetas. A lgu nos de estos animales lrnn alcanzado uu mente, que quedaba á menudo bastante oxígeno precio bastante más elevndo; así en uua vnca, las puen el aire que contenía el tubo de la chimenea, jas han subido hasta ¡GG.500,pesetas! para q ue el hollin continuara quemándose. Puede preguntarse qné ,-enl.ajn puede t ener un agriM. Quequet ha tenido la idea de emplear, cultor en poseer un animnl de ese precio . .Aclem,is que para extinguir los fuegos de las chimeneas, un halaga su amor propio tener uua Yaca. ó uu toro excepcuerpo que, a l quemarse, dé como el azufre ác i- cional como pureza ele rnza ú como belleza ele forma, do sulfuroso, pero en condiciones b astante más y qne el establo en que se encuentra semejante allimal gana en reputacion, esta adquisicion puede ser ventaventajosas que el azufre en polvo. josa. Los animales de este precio no se emplean sino En efecto, el su lfuro de carbono, combinacio n para la reproduccion, y sus productos alcanzan eutónlíqu ida del azufre y del carbono, se vaporiza y ces precios muy elevados. Estos son empleados entónse inflama muy fácilmente, se quema muy rá- ces ::í. la r eproduccion de animales muy bien conformapida mente y da, a l absorber el oxíge no del aire, dos y muy precoces, que muy pronto dan mucha carun gas compuesto de dos tercios ele ácido sulfu- ne ele p rimera calidad, ó bien se exportan á América roso y de un tercio de ácido carbónico, impro- ó á la Australia para cruzarlos con las razas de esos pios igualmente uno y otro para la combustión. países. . En cuanto a l pelig ro que podda haber en ma* nejar ó hacer manejar .i los bomberos el sulfuro Exposicion de papel en Berlin.-El mes pasado de carbono, es nulo si se toman a lg un as prnha abierto en Berlín, en la KarlsLrass, uua exposise cauciones mu y senc illas, co1no hacen los bomconsagrada ::í. la industria del papel. Esta expocion beros de París. Dividen este lí quido nn cantidad internacional abraza el conj unto de esta imporsicion de 100 gramos, en frascos bastante g raneles para inelu Lria. El número de expositores es ele 531 ; . tante conservar el vacío nece ario, teniendo en cuenta , la Prusia es la que ha suministrado mayor número; la gran expansion del sulfuro de carbono, que lo cual es natural, pues la exposiciou es eu Berlín; se volatiliza á la temperatura de :28° . luégo viene Sajonia, luégo son Austria, Inglaterra, En cuanto á los vapores que podrían repartir- Francia, Bélgica, los Países-Bajos, Dinamarca, Suese por entre las grietas del tubo de la chimenea, cia, Rusia, Italia, S uiza y los Estados-Unidos .. Se por la vecindad, y causar un perjuicio, sea un a encuentran en primer lugar todas las materias primeincomodidad, no hay que dar sino una r es- rns, y los aparatos que sirven para la fabricacion del

....


LA NATURALEZA

424

papel; luégo los productos fabricados, de toda especie, desde los papeles más comunes, hasta los de lujo y los más elegantes.

VOLTÁMETRO DETONA TE. FE! ÓMENOS CURIOSOS DE

POLARIZACIONES

DE

LOS

ELECTRODOS

POR M. BERTfN.

Los experimentos de que vamos á hablar, son muy interesantes, son poco conocidos y merecen serlo en este momento en que el empleo de fuertes corrientes eléctricas se ha h echo frecuente. ir. Bertin ha dado la explicacion de los fenómenos que puso en evidencia en unn noto.ble Memoria publicada en 1857 en los A 1inales de chimie et de physique. Cuando se electroliza un líquido por medio ele láminas de platino, estas láminas se polarizan, es decir, que adquieren la propiedad de suministrar una contra.corriente capaz ele recomponer los productos de la elcctrolizacion . Esta polarizacion de los electrodos no se observa habitua,lmente sino bajo dos condiciones: 1 .º, la recomposicion es lenta; 2. 0 , no se manifiesta sino despues de la interrupcion de la corriente primitiva. Con el aparato de M. Bertin, esta recomposicion puede ser instantánea, y se produce durante el paso de la corriente. Este aparato, constnúclo por MM. Dncretet et 0 ."' (fig. 1), se compone de una campana, G, invertida, cerrada por un tapon que atraviesan dos tallos ele platino, con largas láminas de platino H O, está sos tenida por un tubo de cristal T, abierto en sus extremidades y fijado en el tapon de una probeta de pié E . Dos conductores - y +, conducen una corriente eléctrica intensa. Estando llena la campana G de agua acicl nlada (' / 1 0 de su voltímen de ácido sulfúrico), si se la descompone por la corriente enérgica de una batería de 50 elementos de Bnnsen, se ve el nivel del agua bajar muy rápidamente, y cuando la campana está casi llena de gas, la mezcla detona espontáneamente, se la ve iluminarse con una llama pálida, la campana salta al techo. Este experimento no ofrece ningun peligro, el tapon no ofrece resistencia y, con un poco de costumbre, se puede evitar hasta la rotura de la campana, disponiendo alrededor del aparato trapos viejos para amortiguar su caida. _Se puede, sin temor, observar ele cerca este interesante fenómeno. Parece depender ménos de la energía de la corriente qne ha descompuesto el agua, que de la tension eléctrica adquirida por las láminas cuando han salido del agua, y se han sumergido en la mezcla gaseosa; no tiene lugar con 30 elementos Bnnsen, y se produce con 40. Si se emplean 30 Bunsen, la cletonacion no tiene, pues, lugar, áun añadiendo 10 eleinentos, pero se produce imnediatamente si se añaden aún otros 10

elementos, lo que hace una batería ele 50 elementos Bunsen . Empleando 30 elementos, en lugar de la detonacion se ~bserva un fenómeno de otra naturaleza, no ménos cunoso. El agua, que ha Lajado desde un principio rápidamente hasta algunos milímetros por debajo de las láminas de platino, se detiene ele golpe á pesar del desprendimiento de gas sobre los hilos. Las láminas 1'ecomponen por arriba el gas que los hilos separan por abajo. Tomando agua ordinaria (agua de bomba) la descomposicion del agua es más lenta, y la detonacion no se produce mi\s ni con 40 ni con 50 elementos. Atín se produce un fenómeno muy curioso : el-agua baja hasta la base de las láminas, un poco más si la corriente es muy fuerte, un poco ménos si es más débil. A partir de este momento, el nivel Jel agua no hace más que oscilar entre la base y la cúspide de las láminas. Tan pronto permanece estacionario en la primr.ra posicion, luégo sube rápidamente :í la segunda, de donde la corriente la hace bajar bien inmediatamente. Treinta elementos bastan para este experimento. El agua es descompuesta por abajo, recompuesta por arriba. ¡Una corriente más débil la descompone toda! Estos fenómenos deben referirse ti. la polarizacion de los electrodos, y no á la fuerza catalítica del plati-

Voltámetro detonante.

no, pues se obtienen con electrodos ele diferentes metales. Se llama fuerza catalítica, la propiedad que el platino tiene, para con otros cuerpos, de provocm: por su sola presencia, acciones químicas en las que su afinidad no interviene. Los resultados que acabamos de presentar, son actualmente poco conocidos; nos ha parecido interesante presentar el resúmen de ellos :í. nuestros lectores; podrán verificarlos experimentalmente por sí mismos. PROPIETARIOS GERENTES: PEROJO HERMANOS .

MAD1lTD.-Tipogrnfi:1 Estereotipia rr;:r.OJO.


ÍNDICE ALFABÉTICO. P ágs.

Págs .

E

.A. 223 Abejas en el Jardin de ~climatacion de Paris (Las) .. 256 Aceite de petróleo (Medio de reco nocer el) ......... . 190 Agricultura en los Estados-Unidos (La) .. ... . .... . . 63 Ag ua (Procedimiento para purificar el) . . ....... ... . 59 A¡;uj a de Cleopatrá (Obelisco llamado) . . .... . .. . . . . 232 Amos ó Yebis del Japo12 (L os) .. . .... ..... . . ..... . 402 Aire y el vacío (El)........... . .... 298, 324, 363, . .. ...• ...•....•. . .. . .. . 207 ........... Alberto Dürer 108 Algodon pólvora... .. ... .............. . ... ..... . Altramuz a marillo de Prusia ..... .. ... .. . ........• 66 289 Alumbrado eléctrico . ..... • . ...... ... ... .. .. .. . .. 58 Alumbrado sub-narin o. . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . ... . ¡;7 Am etralladoras de á bordo, sistema Gatling ..... . .. . · Antropología en la Exposicion de París (Seccion de) . 103 28 7 Apara to avisador de los temblores de tierra . . ...... . 367 Aparatos de Física ......... . . . . . .... . .. . . .. . .. . . . 287 Aparato de salvamento e n el ma r . .. ..... . ... . ....• 40 1 Aparato electro-medical del Dr. Onimus ....... ... . Aparatos electro-med ica.les portátiles ... ... . . . .... . 391 Arañas (Oigestion de las) ... .. ......... . . ....... . . 9 Árbol llamado Copernica cerífera .. ............... . 110 122 Arsénico (Envenenamiento por el). . . . . . . . . . . . . . . . Arte agrícola y la economía rural en la Grecia antig ua (El) . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . 386, 4. 10 Arte cu lina rio (Enseñanza del) ·..... ..... .. .... . .. . 94. 328 Ave fósi l (Nueva) .. .... .. . .. .. ....... ... ... .... . . 370 Aves de la ueva;-Guinea... . ...... . . . .. 290 , 33P , Avest ru ces en el A fri ca Meridional (Cria de) ...• . . .. 11 8 . ... .... . (El) potable agua 28 7 Azúcar como rcacti vo del

B

Da.llena (En orm e) . .. . ...... . ..... . . ... . .. . . .... . . B allenas de los acuarios de Brighton . . .... . . . .. . . . . Barómetro [Teoría del). . . . . . . . . . . . . . . . ........ . . E a.tramos ( os) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . J fi 1, Bólido .... . . .............. .. ....... ..... ...... . . Bombix Cris6rreo .. ... .. . . ..... . ............ . . . . Bomui x del á la m0 y del s1ucc ..... . .... ... ....... . Bombix i\l onje . . .. ... .. . ..... . . . ...... ... .... ... . Bombix norm ando ... . . . . ............ . .......... . Botá nico herborista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ....... .

o Cadenas de montañas (Formacion de !:is) . ......... .

Caja automática .. ..... ... .... .. .... . ..... ...... . Calam ina . . ......... . .. .. ......... ... ..... .. . . . . Calefaccion por medio del vapor .... . . . .. .. ...... . . Cálculos (Nuevo circulo para hacer los) . ...... .. .. . Calzado (Historia del) . . ... .. . . ........... . .. . ... . Calzado (Rapidez en la co nfeccion del) . .. . . .... ... . Camino de hierro aé1·eo de Nueva-York . . ......... . Camino do hierro del Vesuuio . .. . ........ .... .. . . . Canal de Suez (Nuevas tarifas del) .. . . . ........... . Canela ............ ... . ............... .... ... . . . Cañon acorazado ........ .. .. . . .............. . . . . Cañon Krupp .. ..... . . .. ... ...... ........ . ...... . Cielo (El) .••.••.. .... .... .... .. . .. •. ...... . ..... Ciencias antropológicas en la Exposicion Universal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209, 306, Ci nocéfalos .. ...... . ......... . .... . ... : ......... . Cirujia mecánica de los antiguos .. .-. . .......... . . . . Ciudades prehistór ic"ls de la época lacustre.. . . 226, Có lera (Tratamiento del) .. . ... . ............ .... . . Colimbo castaño . .. ... ..... .... .. . ... .. . .. .. . .. . . . Co loracio n de los meta les ... . ...... . . .. ...... .... . Colorímetro perfeccionado ..... . .. .. . . . ......... . . Conservacion del pescado .... . .............. ..... . Contravene no del mercurio y del plomo ... ...... . . . Coreanos (Tipos) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..... . Corriente subm arina en el canal de la lancha .. ... . Corrientes terrestres ..... . . ......... ... .........• Craniometria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .•. Curare (Vene no mortal de los indios americanos) ....

D (G.J . . ...... .. . .. .. . . .. ... . ........... .

Dela fosse Dapolarizacion .. . . ... ....... . . ..... .... ..• . .. . . . Derivado de los sulfuro- carbonatos alcalinos . . . ... . . Desastres de la isla de T agu land .... .' . . . . . . . ...... . Direccion de los aeróstatas ... .. . ....... . .. .... .. :-. Disoluciones salinas (Propiedades de las) ......... . .

142 95

79 1i8 ~?3 300 272 224

17 350 2~5

4.7 318

127 127 51 127 20 1

336 127 51

63 2:i8

339 4.06 86

79 246 303

156 159

203 303 18 6 4.9 182 111

255 33

382 207 256

78 367 22:J

Eclipse del Sol del 29 de Julio de 1878....... . 190, Edad de pied ra .. .. ... .. ...... .... ............... . Edad de piedra de la época actual (La) .....•....... El Dorado (L a leyenda do) ..... . ..... .. ........ . . . Electricid ad atmosf6rica y la vegetaci on (La) .. .... . . Empleo de la electricidad en la ex plotacion de las minas . . .. ......... ....... ......... .. ...... .. . Envenenamiento por el óxido de carbono .... . . . .. . . Equidnos (Los) .. .. ........ . . ..... ........... .. . . Erupcion volcánica en la isla de Tanna .. . . ... ..... . Escarcha (Formacion de la) . . .... ... .. . ... .•. ..... Espectros magnéticos .............. .. .... . . . ... . . . . Estanque de la Plaza de Italia . . ... ........... .. .. . E statua de la Libertad ... ....... ... . . . .. ....... .. . E statua de bronce del capitan Cook . . . ..... .... . .. . E strell as dobles .. . .................... . . . .... . .. . Experim entos de Plateau (Superficies de equi libri o de los líquid os) . ... . . . .. . . . ......... . ........ . ... . Explosion causada por sustancias pulverulentas ... . . Exposicion de L óndres en 1870 . ... .. ......... ... . . Exposicio n en 1867 y en 1878 •.... . ......... . .. ...• Exposicion Universal de Paris ... .. ..... ... .. ... . .

305 165 286 134 223

329 222 264 239 360 235

150 93 191 62 63 17 5

336 283 187

F Faro de Armmen (Finistcrre) . . ... . . . ..... .. .. . . . . Ferro- carr il aéreo ... . .. . ............ .. . ...... .. . Fiebre amari lla en América . ...... .. ............. . Filoxérico (Congreso).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50, Física matemática .. .. . ... . . . ...... .. . ..... . ... . . Física solar .. .. ..... . ................... ... . . .. . Fisio io3 ia vegetal. . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . 287, Foehn en Groenlandia (El) . .. ... . . ... . .... . . .. .. . Fonógrafo de movimiento de relojería (Nuc,,o) ..... . F onó metro de Eelison .. . . . . .. . .......... ... .. .. . . F ósil es de un animñl gigantesco (R~sto~) ..... . . . .. . Fotografía ele los vinos ...... . . . .. . .... . .... . . . . . . Frenos continuos ....... .. .. . . .... .. . . . ....... . . . Freno eléctrico ....... .. ... . ............ .. ...... . Fuerza motriz de las caídas de a3ua . ....... . ...... . Funciones del balancín en los insectos dípteros, .372, 305 . . ... .. .. . ..... . : .. . . ... . .. . ............. . Fundic ion ele ca11ones de Sir \V. Armstrong ... . .. . Fusch ina . ......... . .. .. ........... . ..... .. .. . . . .

266 15

399 90 303 207 33¡¡ 7-i

124 384 1 1l

254 2 14 15

239 4.17 199 287

G Galvanoplastia .. . .. ..... ..... .. ...... . . ..... . ... . Garroti ll o (Ol'igen probable del) ... .. ...... . ...... . Gases (Aparato para la preparacion de los) , . . .. .... . Gases (Aparato Orsat para el análisis de los) ... . ... . Gauchos (Los) .. . .......... . ..... . ........... .. . . Geología rusa en la Exposicion .. . ..... . .. .... ... . Giróscopo eléctrico. . ............. .. ... .... ... . . . Globo cautivo de lll. JI. G iffarel (Gran), 'l6 , 39, ~2, 13[ , 152, 183,101,21 2, 230,25 1,257,275,209, 34.9, Glucosa inactiva . ... . .. .... . . ... . .... . ........ . . . Guayanas (Bosques ele las) . ... . .. . ....... . ....... . Guia en el mar (Nuevo) ............ . . .. .... ..... .

233 78 lG

82 339 3 14 101 381 318

to

27 1

H Hierros meteóricos de Santa Catalina .. ........ . . . . Higrómetro rústico . .•.... . .... ... . . . . . . . ...... ... H ombre caballo •.. . ........... . ..... . . .. .. ..... . Hormigas nocivas ( Destruccio n de las¡ .. . . . . ... ... . Hornos para la rcduccion y fu siond el lierro (Nuevos) H ospital para caballos viejos .. . .. . . ....... . .... .. •

I Indígenas de la Nue a- Caledonia . . .. . ....... .. ... . Inglaterra en la Exposicion Universal. ..... ... ... . Insectos en la Exposicion ... .. . ............. . ... . . Irri gacion y depósitos ele agua en Argelia (Trabaj os de) •.. . ..... .......... .... . . . ... .. ...... •.. Isla de J ersey (Paisaj es de la) . . . ...... ..... .. .. .. . Isla de San Ba rtolomé • . .. . .. .. ... ... ..... ........

L

Lagos (Crecidas de los) .. . ..... . .... ..... .. ...... . L á mpara eléctrica incandescen te . ..... ... . . ...... . Langosta (Contra la) .•.... .. ..... .. . ... . . ....... .

113 17 6 142

9i 102 336

22 106 16 4.2 311 il 1 95 310 47


426

LA NATURALEZA Págs.

Lan gosta e n la India meridio nal. .... . ......... . .. . L eche de muj er ..... . ... . ... .. ..... . . . . .. . . ..... . L eche vegeta l .... . ......... . . . .. . .... . ......... . Lin ea fé rrea (f nm cnsa) .......... . . .. . ........ . . . Lin g.-,istica: . .. ... . .. . ....... . .... . .. , . i li.0, 1't 5, Linte ma de proycccio n y mcg,iscopJ . . ... . ....... . Llu via y la ma nc has del ol ( L¡i) .. . . . ........ . .. . L obos (D estrozos causatl oJ por los; ... . . . ......... . L ocomoti va sin fogon . . . .... . ...... ·.............. . Lu na (;\la pa de la) .. .. ............... , .... .. . . . . . Luz eléctrica (Regulador de la) ...... . ............ . Luz produ cida po r la elc.c tricidad. . . . . . . . . . . . . 1, Lu1. zo diacal ................ . .... . . .... .. . ..... .

337 14.3 255 127 171 17 4 17 6 19 1 420 15 14.3

G9 28 ! 111

1:10 190

100 12(l 33 19 3 108 385 [!)l

2 113

li7

303

97 1;; 9

2'l3 256

25 5 2 18 129 lli 0 'l7 3:, 3

"

127 127

~

Na utilius (El) ...... . ... .. ...... . . .. . . . ...... .. .. . N icot in a ( l~n vene na mie nto por la) . .. . . . , ..... ... . . Ni lo ( De ,·iacion del) . . .. . .. ... . ......... . .. . . . .. . Nub es (N ue vo es tudio sobre las) .. . . ....... .... 7, Nueva-Zelanda (R ocas pintadas de) ...... . .. . ..... .

3;,2

Obse r vaciones me teo rol óg icas e n globo .... . ...... . Obser va torio mag nélico de San P etcrsburgo ....... . O peracion ele la ca ta ra ta (Nue vo método de) ... . . .. . Operacion quirúrgica .. . ............... . ... . .. . . . . Orqu1d cas (Las). . . . .. . . . ........ . .. . . .......... . . Orígen de la atmós fera ter restre .. ..... . ....... .. . . Oxi do de iridio (Disociacion del) . ... . .. . ...... . . . .

219 206 390 :J9 278

o

62 1G 77 U'I

303

30:J

p P ape l en Berli n (E x posicion de) ...... . ..... . ..... . P a rasitismo (El) . ... . . . ............ . ....... . .... . P e riódico mon struo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . ..... . P er ros de ca za llamados Dandi e-Dim mouts . . .. .. .. . P e rros del monte de San Be rna rJo . . .......... . .. . P esca de la balle.~a ......... . . .................. . Phill oxcra (La) . ....... .. . . . ................... . P ietl ,·a litográ fi ca en Jae n .................... . . . . l~ilas do biero ma to de potas:1 ..... .. . .. . .......... . l ,rox tla .......... . .. ................. . .... . ... . P olisco po (El) ..... . ........ . .... . ..... . ........ . P olo ~o r le (Expedicion a l)...... . . . .............. . P ozo fun era rio cerca de Agen .. . . . ... . ... . .. . ... . . . P~c nsa do relie ve para ciegos ............ . .. .. . . . . . Presiones laterales e n geo logía (E fo ctog ti c las / ..... . Prnced i¡n~c nto de extincion r,ipitl a de los fu e_;os de las chimeneas .......... . ... .. ......... .. ..... .

Pl'oclu otos espa11_oles e n ia Ex posicion U ni versal. . . . . Productos quími cos en la Exposici on Uni versal, 2111 ,

91

3 25. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

350

Pl'opagacion de las impresio nes nervio as (Velocidad do la).... . .. . . . .. . ........ . .. .. ............ . .. Pue blos pl'ehistóricos de la Europa Centra l . . , . . . . . . Puente de P assy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Puer to de G ibraltar y s u fortifi caciones (El). . . . . . . . Pulsó metro de i\l. iienry ![ali ...... . ........ 104,

223 1'Ui 30 1 25 8

Q

1 17

.

Quij ote (Ediciones del) .. . ...... . . . ...............

l 't3

R

M :lllanchas so la r0s y ma~ n li· mo te,.,.est rc ..... . . .. .. . J\l áq uina Uom pound (E xposicion Univc rs:i l) . .. . .. . . :lll áq uina pa ra tejidos ..... .. ..... . ... .. . . ..... . .. . Máquina pa rl a nte ..... . . . .......... . .. . .. . ..... . Máq uin a rcos tát1ca (Efectos de la) ... ......... . ... . láq uina s la r ..................... . . . . .. . . ..... . Ma r (Profu nd idad , tem pera tura y co,-,- icntJs del)... . . 11-la rlillo pilon el 80 toneladas . . .. .......... . ... . . . Ma t erias ex plosi ble (Nuevas) ... . .. . ......... .. .. . MegMono de Edison . ..... . . . ........ . .. . .... . . . . . l\l eta l (~uevo) ....... . . . . .............. . ........ . Meteoritos (F orm a ex te ri or de lo ) .. . ... . . ........ . Meteorológico (D espacho cen tra l) .. . .... . ....... . . Micrófo no de M. Trouvé .... . .... . .. . . . .. . ..... . . li cróÍono ........... . ... . ...... . . . . . ... .... ... . Micro fono á la ci rujia (Aplicacion del) ...... . ..... . :lllic1·ófon o estetoscópico . . ......... .. .. . ......... . :lllicrófn no U ugues.. . .. ..... . . . . ..... .. ......... . Microlasimet,·o .. . ... . ....... . . . . . . ............. . 1ic rota~íme tro de Ed iso n ... . ... . ........... . .... . Minas de oro del pa ís de ~Iadia n .. . .... . ... . ...... . Miopía . ..... . .................................. . Monstruos a rtificiales ................... . ........ . Motores an imados...... . ........... . ....... :Ji2, lovimiento ('I'ra nsm ision del). . . . . . . . . . . . ....... . Museo Britá nico (J oyas del) . . .. . ... ............. . Museo de Histo ria na tura l de Paris . . .. . ....... . .. .

Págs.

423 18 (l 3 65 111

159 27 94. li.00 108 20;-,

79 22 2 273 33 1 li.23

R elojes ¡ ris mátieos (L os) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Reloj perpe tu o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Rio Amarillo ............ . . . ......... . . .. . ....... Hio Congo Zaira (Nuevo descubrimie nto del) . . .. ....

225 G2

275 11

s

Salinas de ,vieliczka (Po lo nia) ........... . ... . .... S a tél ites de i\Ca rtc .......... .... ..... . ... . . ... . . . . 'atu rnia vacuna ....... . ... . .... . . . . . ....... . ... . ~etl a (Acondiciona mi ento Je la) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . oc,edad de vt aJes .. . ........ .. .. . .... . . . .. .. . ... S olidi fi cacion del petróleo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . S onda microfó nica.... . ..... . . .. . .. ... ........... ondaje a l dia ma nte.. . . . ...... . .... .. . .. ... . . ... ' ucedá neo el e la Cerusa .... . . ...... . ...... . . . .... 8ulfuros m etá licos .... . ....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 uslan cias pul ver ul e ntas a tmosféri cas . . . . . . . . 190,

3i5

;¡ 4 28 3 1Gfi

191 318 254. 2(l7

223 287 3 1G

T' Talla ele diamantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Talla (Trabaj o cl ej . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Toléfon o (Cr ó nica del).... . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tel éfo no de mel'curio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . T eléfo no de M . Trouv é. .... . ... . .. . .............. . T eléfo no (Historia del) .. . . ...... . .. .. .. . ... . ..... T eléfo no (Pe rfecc ionamien to del) .................. T e ml.il ol' de tie rra ............................... . Tem peratura del c ue rpo hum a no .................. T e rmo-cauterio (Aplicacion indu stria l del).......... T ermóm etro (r ue vo). . .................. . ........ T el're moto e n la Am é rica Ce ntral................ . . Tifon del 11 de Abril de 1878.... .. ........ .. . . . . . . Timon pa ra los buqu es (:'\uevo). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Torm e nta de l 22 de Juli o e n Al saeia ............... Torm e nta d<'l 18 de Agosto el e l 8 i 8 e n París ........ T or pedo de )1. Yarrn w (Vapo r ) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . T orpedos (Barco para lanz a r}. ............... . .... Transmision fl exible (Al'bol de) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tra nsporte del ga nado e n buc¡ues ........... . ... . .. '.l'riu nfo el e la Indu stl'ia y del l' rabajo ..... . . .... . .. l'ox1co log ia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

u

Una venta en In gla terra. ...... . .. . ....... . ....... U ni,·ersidad cs de Al e ma nia ....... .. ...... : .. : .... U rea (Papel fisiológico de la) .. ..... ..... . .. . ..... Ute nsi lios mecánicos de tl'an smision hidráu li c:t ... . ..

95 62 51 154 47

3 80 191 150

25-\ 1118 111 ICi0

111

?34 336 81 1.\3

31

399 29 255 423 27 1

li.15 l3i

V Velo cípedos a mbul a ntes sob re las line:1s fé rreas .. . .. V estid o in combu stibl e . . ........ . .. . ...... . .. . . . .. V esubio (Erup cion del)....... . ........ . ...... . ... V idrio e n fibr as ......... . ........ . .... . . . . . ..... Vin o (Pronto en vej eci mien to del) ... . ... . . . . . . ..... Vin os (/\Ite raciones de los) . . .. . ........ . . . . ...... Vivero de c ru stáceos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Volean en la Lun a (Nue vo).. . ....... .. ... . ....... V oltá metro de tona nte . .... . .... . . .. ..... . ... . .....

w

,vago n cama (Nu evo modulo de) . . . . . . . . . . . . . . . . . . Wagon es de vela e n los E stados-Unidos ..... . . ....

94. 127 15

!li3 95 116 4. 15 79 li.24

207

52


ÍNDICE DE MATERIAS. Págs.

P ágs.

AGRICULTURA.-.\. CLHUTACIO:-,¡.

EXPOSICI ONE8 .-SOCIEDADE8 C.:IE:-ITÍFIC..:AS. Exposicion de L ónclres en 1870 .. . ........ . .. . .... . 33G E xposicion e n l 8(Hi y en l 878 . . . . . . . . . .... .. ... . . 28 3 F.xposicion Uni versal ele P a ris .... . ...... .. ...... . 187 Filo xérico (Cong reso). . ............. . . . . 50, 90 1Q (i Ing la terra e n la E xposicion U niversal. ............ . Museo Britá nico (Joyas del) ...................... . 127 Productos es pa ñoles en la Ex posicion Universal. . . . . 94 Sociedad de viaj es ... . ...... . ....... . . ..... .. .. . 191 P apel en Berlín (E xposieion).. . ... . ........ . . .. . . . 42 3 FÍS ICA.

PISClCULTUIL\. 1 ETC.

Abejas en el J a rdín de Aclim atacion de Paris (Las). Agrrnultura en los Estados-Unid os (La). . ..... . .... Arle ag rícol a y la eco nomía rural e n Grecia antig ua cm).. ... ...... . ... . . ............ . ... 386, Conservacion del pescado.......... . .......... . .. . Hospital para caballos viej os . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Philoxera . ...... . .. . . ............. .. ... . ........ Tra nsporte del ganado en buques .. . ........ . . . . . . Un a ve nta en Ingla terra .. ........ ... ....... . . . ... Vivero de crustáceos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

223 100 410 3 03

336 27 309

4.23 4. 15

ANTROPOLOGÍA. Ainos ó Y cbis del J a pon (Los) ... . ... . .......... . . Antropología e n la E xpos1cion de Paris ( 'eccion de) . Ciencias antropológicas en la Exp osicion Universa l.,.. ....... . ........... .. . .. .. .. . 200 , 30G, Ciudades prehi stóricas de la época la cuslrtJ .... ~'! 6, Coreanos (Tipos) . .. . .. .. ........ . ... . ..... . ..... . Craniomctria .... . ......... . . . .................. . Edad de piedra . . ......... . ..... .. . . ............ . Ed ad de piedra de la época actua l (La) . . . . ........ . Ga uchos (Los) ............ . . .. ........... . . . .. .. . H ombre caballo ..... . .. . . .... . .. . . . . . ... . .. . ... . Indíge nas de la ueva- Caledoni a . .. . .... . ........ . Nueva- Zel a nd a (Rocas pintadas de).... . .. . . . . . . . Pu eblns prehistóri cos de la Europa 'entra! . . ... . . . .

232 103

4.0 6 2 16 4. 9 255

16~ 286 339 l 'l2 04 l 'lG

Aire y el vacío (El)........ .... .... 298 , 324 , 363 , Alumbrado eléctrico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . Apara tos de Física . . .. . .... . .. .. . . . . ....... .. ... . Barómetro (Teoría del) ...... . .. . .. . .............. . Colorímetro períeccionado . . .. . .... . .. ... . ... .... . Depo larizacion .......... . ............ .. . . ...... . Direecion de los acróstatas .......... . .... ... ..... . ' Espectros mag nético ........ .. ............ .. ... . . Experimento ti c Pl a teau (Sup erfi cies de equilibrio de los líquidos) •.. .. ............. .. .. . ............ F ísica mate má tica . ... ... . ....... . .. . .. . . . ...... . F onógrafo de m ovi miento de relojería (. uevo) . . ... . Fonóm etro de Edi son ............ . .. . ....... . ... . Girósco po eléctrico . . .. '. ........... . . . ....... . ... . Globo cauti vo de i\l. l l. Giffard (G ra n), 2G, 30, 72 , · 13 1, 152 , 183, 1n 1, 2 12,23 0 ,25 1, 25 i, 21 ;;, 209, 3'10 ,

Lintern a de proycccion y mcgáscopo . . .. . .. . ... . .. . Luz eléctrica (Reg ul ador de la ) . .... . . . . . . ........ . Luz produ cida por la electri cid ad . .. . . . . . . . . . . . 1, Máquina reo tática (Eíectos de la) ......... . .. . .... . Megáfon o do Ediso n . ..... .. . . ........ . .... ... .... . l\licróíono de i\l. Trouvé . ................... . .... . Micrófono .. . ............... . ...... . ............ ·. l\licrófon o estetr.J scó pico . . ..... .... ......... . ..... . l\licróíono IIu gues ......... . ..................... . llli cro ta im ctro ... . .. . ... . ...... . ........... . .... . i\l icrolas imctro de Ecl iso n . . . . ....... . . . .... . ... . . . Pilas ele biCL"orn ato de potasa .. . . . ...... . ... . .... . . P oliscopo (El) . . . . . . . . . . . . . . . . . . .... . ....... . .. . T eléfono (Crónica del) . . ........... . ... . . .... . . . . . T eléfono de mct·curi o . .. ........ .. .. . .. . ... . ... . . . T eléfon o el e 111. Trou ,·ó ..... . . . ........... . .. . . ••. ·Teléfon o ( l! i to ria del) ..... . .... . .......... . . . .. . T c lófon e (Pe rfecciona miento del) ... . .. . ... . . .. . .. . T erm o- cauterio (Aplicacion rnc\ustria l del) ..... .. . . . T c t· rnórn ctro (Nuevo) ............. . . . ..... .. ..... . V oltá me tro detona nt e.. . . ..... . ... . . ..... . .. .. .. . FI8IOLO G Í 1\ .-l lIGIE~E. - 11lEDI CINA.

AHTRONOlllÍA. Cielo (E:!) . . . .... ... ... . ..... . .. . . .. ... . ... . ... . . Eclipse del Sol del 20 de Juli o de 1878.. . ..... 100, E strellas dobles .. . ... .... ...... . ...... ... .. ..... . Física solar ..... . ... .. . ... . .. ... .. .... . ........ . Luna (:\lapa de la) . . . ........ . .... . . . ..... ... ... . Sa télites ele Ma rte (Los) ...... .. .. . . ..... . . .. . ... . Volean en la Luna (Nu evo) . .... . ..... . . . . . . ..... .

J:1 0

305 62

207 15 54 79

BIOGRAFÍA. Alberto Dürer....... . ................. .... . ..... Dela fo sse (G.J. . .... . ......................... . ..

20 7

382

BOTi\.:'-ilCA .- ZOOLOGÍA Y PALE ONTOL O UÍ.\. . Altramuz a m a rillo ele Prusia ....... . ......... . ... . 6G Arbol llamado Co pcrnica cerífera .. . ............. . l 10 Ave fó sil (Nueva) . .. . . ...... .. .................. . 328 Aves ele la Nu eva-Guin ea . . . . . . . . . . . . . . 2UO, 338, 370 Avestru ces en el Áírica i\l e¡-idional (C ,·ia de) ..... . . . 11 8 Ball ena (En orm e) ............ ........ .. .. ... . . . . . 14.'l Balle nas de los acuarios de Brighton ............ . . . 05 Batracios (Los). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1!i 1, 178 Bombix C ,·isó rreo ............ . ....... . .... . .... . . 300 Boinbix del álamo y del sauce ... . ...... . . . 272 Bombix i\'lonj c .... . .. . ....... . .. . . ... ..... . .... . . 22 'l B ombix normand o . ........ . . . ....... . ..... . .. . . 17 Boti,ni co herborista . . . .. . .. . . .. . . .. . . ......... . . 350 Canela .. ..... . . . . . .... . . .. ...... . . ... . .. . ... . . . 51 Cinocéíalos . . ......... . .. .. ... - . . .. ... .. . ....... . sn f jG Colimbo casta ,·10 ... .... . . . . ......... - . . ....... - .. Equid nos (L 'ls) .... . .... . . . ......... .. .. . .... . - . 20 1 Fósiles de un a nim a l g igantesco (Restos) ... . . . .. .. . l 11 !)'¡ Ho rmigas noc ivas {Dcsl l'U ccion de las) .. . . . . . _. .... . Insectos en la Expt,s1c1011 .............. . .... .... . . IG 1¡7 Lan ~os la ( ontra la) ......................... . .. . Langosta e n la India meridi ona l. ................ . 3~ 7 Leclíe v ~gc tal .. _. .. . ........ . .. ·.· .. ... ........ . . . "2.1~ Mu soJ ti c J lt tona na tural de Pa r t . ......... . . .. . . 127 Orqu iJ eas (L as) ... . ............. . . . .. ... . . . . .. . . 278 Pa,·as itismo (El) .. . . ..... . . .. .. . .... . .. . . . . ... . . . '18 P erros de caza llam ados Da ndie- Dimmout . ...... . . G5 1~erros del J1i onte de San Bernardo ..... .. .... . .... . 111 P esca de la ballena . . . . . . . . . . . . . ........ . . . ... . . 150 Saturnia Vacuna . . . ....... . .. .... . ......... .. ... . . 28 :J

Apara to olectro- mctl ical del Dr. Onim t1s, .... . . . .. . Aparatos elcc l ro- mcdicales portátiles . .. ....... . .. . Arañas (Digcsti on de la J. .. . . . ....... . .. . ..... . . . Arsénico (Enve nenamiento por el) ........ . . . ... . . . C iruji a mecánica de los a nti guos ..... . ........... . Cólera (Trata miento del) ......... . ........ . .... . Con trave ne no del mercurio y del plom o ........... . Cu ra re (\'en cno mortal de los in dio americanos) ... . Elcclricitlad a tm os íéri ca y la vcgctacion {L a) ..... .. . En ve ne na m ie nto p:i1· e l óxido de ca rbon.o ......... . . Fiebre a ma rilla, e n Am é1·1ca . .................... .

1

E TADÍSTICA. Lobos (D es trozos causados por los). . . . . . . . . . . . . . . . Quijote {Edicion es del) .. :.......... . ............. Uni versidad cs de Alcmama . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1O1 143 27 l

Fi siolo3 ia. vcgo :d........ . ..... . . .... ......

1

28 7, 372,

Funciones del bal tL 11cin e n los insectos diptero , 3U5 . ..... . . . .......... . ... . .... .. . . ..... . . . .. . Garrotillo (Orige n probable del) . . . . . . . ...... . .. . L eche el e muj er .. . ... . . .. ........ . .. . .. . ..... . .. . i\li cróío no en la cil'llj ía (.\ plicacion del) ... . ...... .. . ;\liopia .... . . . .. . .. . ......... . . . . . ...... . .... .. . . lllonslruos ar ti l1cialcs . . . ............ . ............ . Mol res an imad os ..................... . .... 34.2, Nicotina (En rnncnarn icn to por la) .. ... . . .... . . . . . Opcracion ti c la cata rala (:'-i ucrn méto do de) . . .... . . Opcracion quirúrg ica .......... .. ..... . .... . . . : . . . Propagacion el e las im presiones ncr\'iosas (Vc loc1tla•l de la ) ........ . ........... . .. . . , .. . . . ... • • • • • · Soricla microíóni ca .......... .. ................. . . T emperatura del cuerpo humano ...... . .. . . ..... . . T oxico log ía . ... ... . . . . . . . . . ......... . . . ...... .. . Urea (Papel fi siul,,g ico do la) ... . ... . .. ... . ....... .

402 28 9 3Gi

79 203 207 367 23 5 63 303 IH 38 4 10 l :l8 1 174 1l3

60 100 38 5

303 07

223 256 255 2 18

40 0 205 51

J 54. 47 3

so

255 14.8

4?1 4.0l 30 1 9

l 2'! 70

303 180 33 22:J 22~

30 U 33G /¡ 17

78 J'¡_ ;¡

159

l GO 27 353 62 ;¡9 9

30 223 25 4

l~O 255 /¡1 5


428

LA NATURALEZA Págs.

OEOGRAFÍA.-VIAJES DE EXPLORACION. El Dorado (La leyenda de)... . . ...... .. ........... Guayanas (Bosques de las)........................ Isla do Jersey (Paisaj es de la). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Isla de San Bartolomé . ....... .... .. . .... . ... . .... Polo orte (F.xpedioion alJ....... . ........ . ... . ... Puerto de Gibraltar y sus fortificaciones (El).. . ..... Rio Congo ó Zaira (Nuevo descubrimiento del). . . . . .

13í 10 3 11 111 79 258 11

GEOLOGÍA..- :vIINERALOGÍA.-METEOROLOGÍA. Aparato avisador de los temblores de tierra ..... .. . . Bólido ...... . ....................... .... ....... . Cadenas de montañas (Formacion de las) . . ........ • Corrientes terrestres ..... . ..... . .. . .... ... ....... . Corriente submarina en el canal do la Mancha ..... . Desastres de la isla de Tagulancl . ... . . ... . . ... . ... . Escarcha (Formacion de la) ... ..... . .. .... . . . ... . . Erupcion volcánica en la isla de Tanna . .. .. ..... . . Foehn en Groenlandia (E l) ....... . .. .... ..... ... . Geología rusa en la Exposicion ..................... . Hierros meteóricos de Santa Catalina ... .. ....... . . Higrómeti;o rústico ...... . ............ .. ......... . Lagos (Crecidas de los) .......................... . Luz zodiacal. .................................. . Lluvia y las manchas del sol (La) ... . .... .. ...... . i\lar (Profundidad, temperatura y co rrientes del) . . .. . Manchas solares y magnetismo terrestre ... . .. . .... . Meteoritos (Forma exterior de los) ................ . Meteorológico (Despacho ce ntral) ..... . ...... ... .. . Minas de oro del país de l\ladian .......... . ... .. . . Nilo (Desviacion del) ...... ........ ... .. ......... . Nubes (Nuevo estudio sobre las).. . ............ 7, Observaciones meteorológicas en globo .......... . . . Observatorio magnético de San Petersburgo . . .. . ... . Origen de la atmósfera terr estre ...... . ......... . . . Piedra litográfica en J acn . . ................. .. •... Pozo funerario cerca de Angen ................... . Presiones laterales en geo logía .(Efectos de las) ..... . Rio amarillo . ............................. . ... . . . Salinas de vVieliczka (Polonia) . . . ....... . ........ . Sustancias pulverulentas atmosféricas . . . . . . . . tno, Temblor de tierra ............................. . . . Terremoto de la América Central. ....... .. ... . ... . Tifon del 11 de Abril d& !878 ..................... . Tormenta del 22 de Julio-eñ Alsacia .... .......... . Torm enta del 18 de.Ag.osto de 1878 en Paris ..... . . . Vesubio (Erupciop. del) .. ......................... .

l .. .

. /

,,

LINGÜÍSTICA. Lingüística ... ................ .... . .....

H0, 145,

287 223 255

111 182 78 · 369 239

74 3 14 113

176 95

282 176 38 111 243 177 129 16 77

219 206 303 94 22'!

33 1 275 375 316 191 111

160 234 33r, 15

17 1

MARi t A. -ARTE MILITAR. Alumbrado submarino·.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ametralladoras de á bordo, sistema Gatling.. . . . . . . . Aparato de salvamento en _el mar . .. .. . . ,.......... Canal de Suez (Nuevas tarifas del) . . ..... .. . ....... Cañon acorazado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cañon Krupp. . ....... .... . ................ . ..... Guia en el mar (Nuevo). . ........................ Nautilius (El)......... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Timon para los buques ( uevo).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . Torpedo de M. Yarrow (Vapor) .. .... . ..... . ...... Torpedos (Barco para lanzar).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

58 67 , 287 127 63 238 27 1 352 11 1 81 H3

MECÁNICA.-ARTES INDUSTRIALES . INOENrnnü.•

Aguja de Cleppatra (Obelisco llamado). . . . . . . . . . . . . Arte culinario (Enseñanza del)...... . ............. Caja automática.......... . ................ . ..... Calefaccion por medio del vapor. . . . . . . . . . . . . . . . . . • Cálculos (Nuevo circulo para hacer los)........ .... .

,.

59 9'1

47 127 127

Págs. Calzado (Historia del).. . . . . .... . ............... . Calzado ( Rapidez en h confoccion del) . . .. . . ...... . Camino de hierro aé reo de ueva-York ........... . Camino de hierro del Vesubio .... . ............... . Em¡Jleo de la eleclrieiclad en la explolacion de las m10as . .. . . .. ... . ......... ,. • • • •· • • • • • • • • • • · • • · Estanque de la Plaza de Italia .................... . Estatua de la Liuertad ........ . .... ....... ....... . Estatua de bronce riel capitan Cook ... .. .. ........ . Faro de Armmen (Finisterre) ........ . ........... . Ferro-carril aéreo .. ........ . ........ . .. . ........ . Frenos continuos ............................... . Freno eléctrico ................................ . Fuerza motriz de las caidas do ag11a ..... . ........ . Fundicion de cañones de Si1· W. Armslrong ....... . Irrigacio n y depósitos de agua en Argelia (Trabajos de) ..... . .... ....... ... .... . . ... .. .... . .. . Lámpara eléctrica incandescente ..... .. .... . ..... . Linea férrea {Inmensa) ....... . ... . .............. . Máquina Compound (Exposicion Universal) .... ... . Máquina para tejidos., ..... .. . .......... . ....... . l\láquina parlante ..... . .... . ...... ... .. . ....... . . l\láquina solar ....... ... .. .. . . .................. . Martillo pi lon de 80 toneladas .. .. .. .......... .... . Movimiento (Transmision del) ........ •.......... .. Prensa de relieve para ciegos ................. . ... . Puente de Passy .... . .......................... . . Pulsómetro de M. Ilenry Hall . . . . . . . . . . . . . . . 104., Reloj perpetuo .. . ... . . . ... . .. . .................. . Relojes pneumáticos (Los) .... ... . . .. . ....... . ... . Sondaje al diamante ................. : ....... . .. . Talla do diaman tes .............................. . Tall a (Trabajo de) .................. .. .......... . Transmision flexible (Arbol de) .......• . ........... T1·iunfo de la industria y del trabajo . ... ...... .. ... . Utens ilios mecánicos de transmision hidráu lica ..... . Velocípedos ambulantes sobre la lin ea férrea . .. .. . . Wagon cama (Nuevo modelo) .... . . .. .... . ..... .. . Wagones de vela en los Estados-Unidos .......... . QUÍMI CA. Aceite de petróleo (Medio de reco nocer el) ......... . Agua (Procedimiento para purificar el) .. . ........ . . Algodon pólvora . ·.· .................... . ....... . . Azúcar como reactivo del agua potable (El) . . ... .. . Calamina .. ... ............ .... ............ .. ... . Coloracion de los metales . . . ... .. ... . .... ... ... .. . Derivado de los sulfuro-carbonatos alcalinos ....... . Disoluciones salinas (Propiedades de las) ... . ...... . Explosion causada por sustancias puhrerulentas . . .. . Fotogra fía de los vinos .... . .... .......... . .. .. .. . Fuschina ........... . .... . ... ... .... ............ . G:ilvanoplastia . ............ . ..... . .............. . Gases (Aparato para la preparacion de los) . ....... . Gases (Aparato Orsat para el análisis de los) ....... . Glucosa inactiva ......... . .... .. ................ . Horn os para la reducoion y fosion del hierro (Nuevo~) Materias explosibles (Nuevas) ..... . ......... .' ..... . i\letal ( uevo) .......... .... ...... . .. .. . . ....... . Oxido de iridio (Disociacion del) .......... . ... , ... . Piroxila ............... .. . . ............. . ....... . Procedimiento de extincion rápida de los fuegos de las chimeneas ....... ........ . ................. . Productos qui micos en la .Exposicion Universal, 241, 325 .......... . ......... . ... ... .... .. .. ....... . · Seda (Acondiciocamiento de la) ..... ....... . ...... . Solidi ficacion del petróleo ....... . .......... . .. . .. . Sucedáneo de la Cerusa . . .... . ... . . . .. .. ........ . Sulfu ros metálicos •............................... Vestido incombustible ... ... .... . . . .... .. . . .. .... . Vidrio en fibras ... . .. ..... . .. . ................ . . . Vino (Pro nto emrejecimiento del) .. . ........ . ..... . Vinos (Alteracio nes de los). . . . . . ............... .

51

1n 20 1 336 329 . 159 93 191 266 15

214 15 239 199 4.2 3 19 127

130 G3 190 12G

193 l4 273 301 117

62 22ct

267 95 íi2

31 29 134 94

207 52 21,s

63 108 287 3 18 159 256 223 175

254 287

233 16

82 318 102 108 191

303 108 423 350 166 318

223 287 127

14.3 95 46


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