Leonardo Turriano : ingeniero del rey

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ingeniero del rey

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JUANELO

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ALICIA C Á M A R A M U Ñ O Z . Profesora de Historia del Arte en la U N E D . Su investigación se ha centrado en el arte, arquitectura y urbanismo de la época moderna, con especial atención a la obra de los ingenieros militares. Entre sus libros cabe destacar Arquitectura y sociedad en el Siglo de Oro. Idea,Traza y Edificio (1990), Fortificación y ciudad en los reinos de Felipe II (1998) y De la fortificación de Yvifa (2008, con F. Cobos). Asimismo, ha sido coordinadora de los libros Castillos, fortificaciones y recintos amurallados de la Comunidad de Madrid ( 1993) y Los ingenieros militares de la monarquía hispánica en los siglos XVII y XVIII (2005). RAFAEL D E FARIA MOREIRA. Profesor asociado del departamento de Historia del Arte de la Universidade Nova de Lisboa. Ha centrado sus investigaciones en la arquitectura del Renacimiento en Portugal, así como en el arte colonial portugués y la arquitectura militar. Es autor de la História das Fortificagóes Portuguesas no Mundo (1986), de monografías sobre ciudades y fuertes como Arcila, Mazagán o Bahrein, de capítulos relativos a las artes en la História da Expansao Portuguesa, vols. 1-3 (1998) y de más de ochenta artículos especializados. Ha sido profesor visitante en las universidades John Hopkins, en la de Roma y de Toulouse. M A R I N O V I G A N O . Profesor asociado del Laboratorio di Storia delle Alpi de la Università della Svizzera Italiana (Lugano). Sus investigaciones abarcan la historia contemporánea y moderna, las relaciones internacionales y la arquitectura militar Entre sus últimos libros destacamos: «El fratin mi ynginiero». I Paleari Fratino da Morcote ingegneri militari ticinesi in Spagna (XVI-XVII secolo) (2004); aPetrvs Morettinvs - tribvnvs mil'itvm». Un ingegnere della valle Maggia all'estero Pietro Morettini (1660-1737) (2007); Leonardo a Locamo. Documenti per una attribuzione del «rivellino» del castello 1507 (2009).

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Leonardo Turriano ingeniero del rey

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Leonardo Turriano ingeniero del rey

Autores Alicia Cámara Rafael Moreira Marino Vigano T r a n s c r i p c i ó n y notas d e la Descripción

de las Plaças

Mazarquivir Daniel

de Oran

y

a cargo de

Crespo

Delgado

FUNDACION JUANELO TURRIANO FUNDACION JUANELO TURRIANO


La Fundación JuaneloTurriano lia realizado todos los esfuerzos posibles por conocer a los propietarios de los derechos d e todas las imágenes q u e aquí aparecen y por obtener los permisos de reproducción necesarios. Si se ha producido alguna omisión inadvertidamente, el propietario d e los derechos o su representante, p u e d e dirigirse a la Fundación J u a n e l o Turriano.

AGRADECIMIENTOS Luca Boscolo Caporale, Leandro Cámara M u ñ o z , M a r í a Josefa J i m é n e z Albarrán, Metair Kouider, Leocadia Pérez G o n z á l e z , H C H M o d e l , Isabel V e l á z q u e z Soriano.

CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS A c a d e m i a das Ciencias de Lisboa, Alicia Cámara M u ñ o z , Archivio di Stato (Mantova), Archivo General de Indias, Archivo General de Simancas, Archivo Histórico Nacional, Arquivo Nacional Torre do Tombo, Biblioteca N a c i o n a l d e España, Biblioteca N a c i o n a l de Portugal, Biblioteca N a z i o n a l e C e n t r a l e di Firenze, B i b l i o t e c a N a z i o n a l e M a r c i a n a , D a n i e l C r e s p o D e l g a d o , Galleria degli Uffizi, Istituto Storico e di Cultura d e l l ' A r m a del G e n i o , M a r i n o Vigano, M u s e o N a c i o n a l de Ciencia yTecnología, M u s e o de Santa Cruz, Österreichische Nationalbibliothek, Patrimonio N a c i o n a l , Photoaisa, Rafael Moreira, Real A c a d e m i a d e Historia, Universidad de Coimbra. Todas las fotografías del manuscrito Descripción

de las Plaças de Oran y Mazarquivir,

en

materia de fortificar han sido realizadas por Pablo Linés. C o o r d i n a c i ó n de la edición: D a n i e l Crespo D e l g a d o Begoña Sánchez-Aparicio G a r c í a

Diseño, edición y producción; Ediciones D o c e Calles S.L. © D e la edición. Fundación J u a n e l o Turriano © D e los textos, sus autores © D e las fotografías y dibujos, sus autores I S B N : 978-84-920755-9-1 Depósito Legal: M . 23.420-2010

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Estrepsíades.

(Va señalando algunos objetos).

- ¡ P o r los dioses!, ¿qué es esto? D i m e . Discípulo.

-Esto d e a q u í es astronomía. E. - Y eso otro, ¿ q u é es? D. - E s geometría. E. -Y, ¿para q u é sirve? D. -Para medir la Tierra.

E. - ¿ L a q u e se a d j u d i c a en parcelas? D . - N o , toda la Tierra

Aristófanes, Las nubes,

200-205

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Fundación Juanelo Turriano Patronato: Presidente

Victoriano Muñoz Cava Vicepresidente

Javier Goicolea Zala Secretario

Pedro Navascués Palacio Vocales

José María Aguirre González Carmen Becerril Martínez José Calavera Ruiz David Fernández-Ordóñez Hernández Javier Rui-Wamba Martija José Manuel Sánchez Ron Presidente

de

Honor

Francisco Vigueras González

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Presentación

Desde su creación en 1987 por el ingeniero y erudito José Antonio García-Diego, la Fundación Juanelo Turriano ha venido desarrollando distintas actividades que permitan profundizar en el conocimiento de la historia de la ciencia y la tecnología. Consciente de que la promoción y difusión de la investigación de más alto nivel es un aspecto ineludible de su debida tarea, nuestra Fundación siempre se ha mostrado atenta a patrocinar y apoyar trabajos como el que aquí presentamos. Con un claro objetivo: poner en valor y difundir desde la mayor exigencia un patrimonio no siempre suficientemente conocido, pero que es parte indisoluble de la trama que conforma nuestra historia y nuestro presente. Este libro, pues, encarna una de las razones de ser de la Fundación Juanelo Turriano. Con más razón si cabe porque su protagonista, el ingeniero Leonardo Turriano, fue pariente, tal como se demuestra documentalmente en esta obra, del célebre Juanelo, que da nombre a nuestra institución. Leonardo Turriano fue uno de los ingenieros más sobresalientes de la Europa a caballo entre los siglos XVI y XVII. Nacido en Cremona, en la Lombardia española, Leonardo Turriano se vincula a la corriente de ingenieros y científicos de la Italia renacentista que, contando con hitos tan significativos como Francesco di Giorgio Martini, Leonardo da Vinci, Galileo o el propio Juanelo, supuso una profunda renovación que abrió las puertas a la ciencia moderna. Con una trayectoria vital que no fue excepcional en su época, en la que estos profesionales eran requeridos por los más poderosos gobernantes, Leonardo Turriano entró al servicio de Felipe II. Tanto este rey como su hijo, Felipe III, buscaron ingenieros y técnicos que recorrieron, defendieron y articularon los inmensos territorios bajo su soberanía. Leonardo Turriano, que llegó a ocupar puestos tan relevantes en la administración filipina como el de Ingeniero Mayor de Portugal, trabajó, entre otras fronteras de los reinos hispánicos, en Galicia, Canarias, Orán y por supuesto Portugal. Desarrolló proyectos de defensa pero también de ingeniería hidráulica y hasta industriales. Su afán por entender, describir para el rey y sus Consejos y transformar el territorio, con una nueva actitud empírica, se enmarca en las coordenadas que hicieron de los ingenieros del rey unos profesionales imprescindibles para el progreso y la defensa de los reinos. Fruto de su permanente ver y proyectar fueron los informes, los dibujos, los libros que escribió, y los atlas militares. El de las Islas Canarias es conocido, pero hasta ahora permanecía inédito el atlas que realizó sobre Orán y Mazalquivir, del que se mostraba muy orgulloso. El lector comprobará que tenía razón para e l l o . La Descripción

de la Plaças

de Oran

y Mazarquivir

en materia

de

fortifi-

car se publica ahora por primera vez, y constituye un excelente testimonio de lo que era o podía llegar a ser un ingeniero en el siglo XVI, tanto de sus conocimientos FUNDACION JUANELO TURRIANO


y curiosidades como de su decisivo papel en la vertebración territorial de las primeras monarquías absolutas. Se reproducen todas sus imágenes, se transcribe su texto y se ofrecen estudios sobre Leonardo Turriano, su vida y la ciencia de los ingenieros a cargo de renombrados especialistas internacionales, que han realizado expresas investigaciones para elaborar los trabajos que aquí se publican y que, sin duda, serán una contribución ineludible al estudio de los individuos y las obras que fueron dando forma a la historia de la ciencia y la técnica en la Europa Moderna. Fundación

Juanelo

Turriano

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Indice Alicia

Cámara

LEONARDO TURRIANO AL SERVICIO DE LA C O R O N A DE CASTILLA

I. «hombre entendido y de servicio»

15

il. «Persona de mucha teórica y experiencia»

49

III. Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir, en materia de fortificar

75

Rafael

Moreira

LEONARDO TURRIANO EN PORTUGAL

«Partiréis para Lisboa, donde hallaréis orden mía de lo que se hubiese de hacer» Marino

-121

Vigano

«PARENTE ET ALIEUO DEL GIÀ MESSER JANELLO». PRIMERAS NOTAS SOBRE BERNARDO Y LEONARDO TURRIANO

Daniel

Crespo

203

Delgado

DESCRIPCIÓN DE LAS PLAÇAS DE O R A N Y MAZARQUIVIR, EN MATERIA DE FORTIFICAR DE LEONARDO TURRIANO

Transcripción y notas

227

233

11

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Alicia Cámara


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«hombre entendido y de servicio»

E h 6 de mayo de 1597 llegaba a Lisboa para hacerse cargo de sus defensas Leo-

Página anterior

nardo Turriano, que fue Ingeniero Mayor del reino de Portugal, uno de los inge-

Anton Van den Wyngaerde,

nieros que mejor definen lo que fue esta profesión en el Renacimiento. Con las palabras que titulan este capítulo se refería a él el comentarista de la explicación que Turriano dio de los significados del programa iconográfico del torreón del palacio real de Lisboa. Fue sin lugar a dudas uno de los mejores ingenieros de su tiempo, que llegó a España a trabajar para Felipe II cuando, como se recordaba

Vista de Madrid, hacia 1562. Österreichische

Nationalbibliothek, Ms.

Min. 41, f. 35

TIZIANO,

Retrato de Felipe II con

muchos años después, la monarquía española estaba en su cénit, pues «se cerró

armadura, 1551.

el cerco de la corona y Imperio de toda ella, avien-

Prado

Museo Nacional del

do tomado la possessión del Reino de Portugal», con lo que Felipe II «con sus bragos y Imperio abragó toda la redondez de la tierra y tuvo subditos y vasallos en todas las quatro partes del mundo». Se había superado así a todas «las monarquías que celebra la Antigüedad: medos, ' Baltasar PORREÑO, Dichos y hechos del Señor Rey don Felipe Segundo, el prudente, potentissimo y glorioso monarca de las Españas y de las Indias ( 1628). Ed. de Antonio ÁLVAREZ OSSORIO y Paloma CUENCA, Madrid, Sociedad Estatal para la conmemoración de los centenarios de Felipe II y CarlosV 2001, p. 126.

persas, babilonios, griegos ni romanos»^ Resumamos en primer lugar lo que sabemos de su vida y su trayectoria profesional. Sabemos por múltiples documentos que Leonardo Turriano era milanés, natural de la ciudad de Cremona. La «Escritura de recibo de dote y donación de arras de Leonardo Turriano, Ingeniero Mayor de S.M. en los Reinos de Portugal, natural de Cremona, desposado con Juana de Herrera» del 29 de julio de 1600 en Madrid, deja claro que no era hijo de otro cremonense, Juanelo Turriano, como tantas veces se ha dicho, sino del capitán Bernardino Turria-

' Luis CERVERAVERA, Documentos biográficos de Juanelo Turriano. Madrid, Fundación Juanelo

no y de Juana Carral Pese a ello, la idea de que el padre de Leonardo era el famoso ingeniero del

Turriano, 1996, pp. 267-270 y 272.

emperador se pudo convertir incluso en algo inte-

Juana de Herrera tenía entonces

riorizado por algunos coetáneos, ya que no pare-

más de veintitrés años y menos de veinticinco.

ce muy probable, aunque por supuesto es posible, que la persona que comenta la explicación dada por Leonardo Turriano a las pinturas citadas, se refiera al capitán Bernardino Turriano cuando habla de su padre también ingeniero: FUNDACION 15

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Alicia Cámara

«LeonardoTurriano es hombre entendido y de servicio criado a los principios a la escuela y doctrina de su padre que fue muy buen ingeniero,

el discurso de Leonardo Turriano,

letras que le ayudan»^ Sabemos que al Consejo de Guerra le constaba

palacio de Lisboa y las empresas

des, Alemania e Italia". El texto deViganò en este libro aclara, con documentación inédita, el parentesco entre Juanelo y Leonardo Turriano, tantas veces objeto de especulaciones.

pintadas». El documento fue publicado por Rafael MOREIRA, « O torreào do Pa<;o da Ribeira». O mundo da arte, Coimbra, n° 14, 1983, pp. 43-48. Este autor

riencia, le embió el Señor Emperador Rodolfo a estos Reynos^ Por lo

describe Turriano, hubiera sido

Viena a Praga hasta 1583^ cuando Leonardo ya estaba en España. Por otra parte, de una carta de Leonardo Turriano al rey Felipe II el 6 de marzo de

autor de las pinturas que luego otro ingeniero, Spannocchi. H a estudiado también estas pinturas Fernando BOUZA, Portugal no tempo dos Filipes. Política, Cultura, Representagoes

(1580-1668).

Lisboa, Edigoes Cosmos, 2000, pp. 83-91 y 313.Y del mismo autor

1598, siendo ya Ingeniero General del reino de Por-

Imagen y propaganda. Capítulos de

tugal, podemos deducir que estuvo trabajando en

Felipe II. Madrid, Akal, 1998, pp. 83-

la corte de Urbino, o al menos que la conoció, pues

preparando una edición del

sabía de la labor allí de Filippo Terzi como ayudante del arquitecto del duque de Urbino, antes de que éste pasara a servir al rey don Sebastián de Portugal. Lo que pedía en esa carta era que le pagaran al menos lo que pagaban a Terzi, al que había sustituido, aunque Terzi no era Ingeniero General, y comparaba su pobre situación, al haber perdido el sueldo que tenía por la Corona de Castilla, con la de los ingenieros coetáneos con cuyo trabajo consideraba comparable el suyo, que son «Campis, Antoneli, fratines, Felipe tergio, Spanocchi y otros»^ Nos encontramos pues con un ingeniero que se considera a sí mismo entre los grandes, y la historia no lo desmiente, ni por sus obras, ni por el respeto de que gozó y las res-

1594. Kunsthistorisches

que están en ella y repartidas y

Sabemos de Leonardo que «por ser persona de mucha teórica y expe-

Rodolfo II no trasladara oficialmente su corte desde

ponsabilidades que tuvo al servicio de la monarquía española.

Museum deVlena

sobre la Sala Real de la torre de

planteó la posibilidad de que el

tanto desde donde llegó fue desde Praga, aunque

Retrato de Rodolfo 11,

(en adelante AGS), Estado, leg. 435, f. 195. « L o que se ofrece en

y el hijo ha juntado con essa profesión el estudio y curiosidad de otras que su padre, abuelos y dos tíos habían servido al rey de España en Flan-

JOSEPH HEINTZ,

^ Archivo General de Simancas

historia cultural del reinado de 88, en donde Bouza anuncia estar Discurso deTurriano. ^ Instituto de Historia y Cultura Militar (en adelante IHCM), Colección Aparici, t o m o Vil, f 318. ^ IHCM, Colección Aparid, tomo VII, f. 370v. ' Sobre la corte y la ciencia y el arte en torno a Rodolfo II es fundamental la obra de Eliska FUCIKOVA y otros, Rudolf II and Prague. The Court and the City. Londres,Thames and Hudson, 1997. ' AGS, Guerra y Marina, leg. 513, f 136. Escribe que ya había suplicado recuperar su sueldo de la corona de Castilla en enero de ese año, porque Lisboa es muy cara y no se puede sustentar sólo con el sueldo que tiene, muy

Llegada a España Nos lo podemos imaginar buen conocedor de lo que se hacia en las fortificaciones, y en general del trabajo de los ingenieros, tanto en el Imperio como en Italia. Asimismo, la corte de Rodolfo II fue uno de los más avanzados centros científicos de su tiempo, lo que facilitaría que Turriano, como demostró a lo largo de su vida, fuera más de lo que se venía considerando un ingeniero, fue un verdadero hom-

inferior al de todos los citados. Incluso sus propios ayudantes tienen sueldo en la corona de Castilla, y por este dato sabemos que cuando fue nombrado Ingeniero General del reino de Portugal, sus ayudantes eran Alejandro Massai y Gaspar Ruiz.

bre de ciencia. Su conocimiento de la corte de Urbino explicaría su admiración por una de las obras emblemáticas de Francesco di Giorgio Martini, que como FUNDACION) 16

JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

sabemos trabajó en aquella corte, en concreto se trata del fuerte de San Leo, que cita dos veces en su descripción de las Canarias. Por lo que veremos conoció también las fortificaciones venecianas en Dalmacia. Su cultura y su formación c o m o ingeniero no ofrece la menor duda, y lo demostró desde su llegada a España. Por otra parte R u m e u de Armas dio por sentado q u e Felipe II le hizo llamar para que se ocupara de las fortificaciones de Portugal en 1582®, lo que no está tan " Antonio RUMEU DE ARMAS, Piraterías y ataques navales contra las Islas Canarias.Tomo

II, Primera

parte, Madrid, CSIC, Instituto Jerónimo Zurita, 1948, pp. 364 y 367.

claro. Probablemente si llegó a Lisboa es porque allí estaba el rey, pero no porque se fuera a ocupar de sus fortificaciones, ya que en el memorial en el que relata que le mandó venir a la corte española el emperador Rodolfo, dice que a donde el rey le envió c o m o primera misión, en 1584, fue a las fortificaciones de las islas Canarias y no se refiere a ningún trabajo anterior en las fortificaciones portuguesas, aunque sin duda las conoció a fondo durante su estancia, antes de ir a Madrid^

' IHCM, Colección Aparicl,

tomoVIl, f. 370v.

Casi al mismo tiempo llegó a España desde Sicilia otro famoso ingeniero, Tiburzio Spannocchi, que llegó a ser Ingeniero Mayor de los reinos de España, y ambos ingenieros mayores fueron extraordinarios dibujantes'", aunque si bien de Leonar-

Alicia CÁMARA, « M e d i r para el rasguño y dibujar para el atlas. Los Ingenieros Mayores de Felipe

do Turriano hasta donde sabemos no se cuestionó su capacidad c o m o ingeniero, sifué cuestionada por Vespasiano Gonzaga la capacidad de Spannocchi, a quien

TIBURZIO SPANNOCCHI,

Mapa de las cercanías de Fuenterrabía, 1597.

España. Ministerio de

Cultura. Archivo General

III». En el catálogo de la

de Simancas, M P D 8, 204

exposición España en el Mediterráneo. La construcción del espado. Comisario Miguel AGUILÓ. Madrid, Ministerio de Fomento, 2006, pp. 68-77.

ZaU

FUNDACION 17

JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

TIBURZIO SPANNOCCHI,

CETXI.V

Vista de Cefalú, Descripción

de las

marinas de todo el Reino de Sicilia,

1596.

Biblioteca Nacional

de España, Mss. 788,

f. 72 V

consideraba «teórico y sofista y no por pràtico y por mejor pintor que ingeniero» pese a la fama de que gozó en v i d a " . En c a m b i o de Leonardo Turriano siempre se alabaron tanto sus conocimientos teóricos c o m o su experiencia. A Spannocchi nos lo vamos a encontrar en repetidas ocasiones a lo largo del relato de la vida

" Carta de Antonio de Herrera,

profesional de Turriano. Ambos vinieron a cubrir la necesidad de buenos ingenie-

que fue secretario de Vespasiano

ros que tenía Felipe II en esos años, así que uno desde Sicilia, y el otro desde Praga,

Acuña, citada por F. BOUZA, op.

se acabarían posicionando c o m o dos de los más famosos y reconocidos de su

Gonzaga, a Diego Sarmiento de d t , 2000, p, 313,

época, lo que les llevaría a algunos enfrentamientos tal c o m o deducimos de la documentación manejada. En el escrito en el que Turriano pedía recuperar su sueldo en la corona de Castilla compatibilizándolo con el de Ingeniero General de Portugal, se consideraba superior a ingenieros c o m o Terzi, a quien incluye entre los ingenieros que sirven c o m o mercenarios, estando él en c a m b i o entre los «leales y afecionadissimos vasallos»'^ Efectivamente, hasta donde sabemos, primero al servicio del emperador Rodolfo II y luego al servicio de Felipe II, nunca se movió de la órbita del rey de España. Y no sólo él, c o m o hemos visto también su familia.

AGS, Guerra y Marina, leg. 513, f. 136. Filippo Terzi fue desde 1580 el arquitecto e ingeniero con mayor responsabilidad, pues ya entonces fue él quien hizo las plantas de las casas reales que el rey iba a tener en Lisboa (la

El desarrollo de un entramado de relaciones ajenas a Leonardo Turriano nos

planta del castillo la sacó Juan

podría llevar a pensar, vista la trayectoria completa de este ingeniero, que su des-

Bautista Antonelli) de las que hará

tino c o m o Ingeniero M a y o r de Portugal estuvo trazado por esos astros q u e él mismo se e m p e ñ ó en c o n o c e r científicamente. La relación de Felipe II c o n su sobrino el e m p e r a d o r era muy b u e n a . V a l g a un e j e m p l o r e l a c i o n a d o c o n la

relación « c o m o quien las ha andado y save todas» según escribía el duque de Alba el 26 de noviembre de 1580. AGS, Estado, Ieg.4l3,s.f. FUNDACIÓN

18

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

anexión portuguesa, que coincide con la llegada del ingeniero: el rey ordenaba al embajador en la corte de Rodolfo II, don Juan de Borja, desde Badajoz en agosto de 1580 que avisara al emperador su sobrino de que el 25 de ese mes "AGS, Estado, leg. 688, f. 174. '••Ver por ejemplo AGS, Estado, leg. 688, f. 129: carta del embajador don Juan de Borja al rey desde Praga el 1 de marzo de 1581. Los preparativos para el viaje de la emperatriz María a lo largo del año 1581 en AGS, Estado, leg. 688, entre estos papeles no he encontrado nada referente a Leonardo Turriano.

fue nro.señor servido darnos Vitoria en Lisboa quedando aquella ciudad por nra... y aunque yo he puesto mucho cuydado en que toda esta conquista se hiziesse sin sangre, y por esto ha ydo mi exercito lentamente en acercarse a Lisboa queriéndola más por bien que por rigor, ha sido forgado al cabo usarle por escusar que su obstinación y la gente que se podia llegar a Don Antonio no causasse mayores daños y con todo esto se ha salido con librar de saco al cuerpo de la ciudad como yo lo tenia muy encargado, de que no he gustado menos ni ha havido en ello menos dificultad que en ganarla....

" Hans KHEVENHOLLER, Diario de Hans Khevenhüller, embajador imperial en la corte de Felipe II. Sara VERONELLI (Intr) y Félix Salvador ARROYO (Ed.). Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, pp. 252-255. " Don Juan de Borja había conocido y tratado en Portugal con Francisco de Holanda, antes de su estancia en Praga. Felipe II le nombró conde de Mayalde, con Felipe 111 fue presidente del Consejo de Portugal, y miembro del Consejo de Estado, y le nombró conde de Ficalho. En 1606, año de su muerte, había sido nombrado Mayordomo mayor de la reina Margarita, esposa de Felipe 111. Su relación con Portugal se puso de manifiesto en su deseo de ser enterrado en Lisboa, en la iglesia de San Roque, junto a la casa profesa de los jesuítas, orden a la que tan estrechamente estuvo vinculada su familia. Sylvie DESWARTE, « D e l'emblematique à l'espionage.Autour de D.Juan de Borja, ambassadeur espagnol au Portugal». En As Relagoes artísticas entre Ponugal e Espanha na Época dos Descobrímentos. II Simposio Luso-ESpanhol de Historic da Arte (Coimbra 1983). Coimbra, 1987, pp. 147-183. Rafael GARCÍA MAHÍQUEZ, Empresas morales de Juan de Borja. Imagen y palabra para la Iconografía. Valencia, Ajuntament de Valencia, 1998.

De su propia mano añadía Felipe II a esa carta, que se avisara también a su hermana, la emperatriz María, «por el contentamiento que sé que tendrá y mas de que aya havido poca sangre y no la que paresce que llevava camino de haver»". En el séquito de la emperatriz llegaría a Lisboa dos años después Turriano junto con don Juan de Borja. Las relaciones con la corte imperial eran estrechas, y fueron reforzadas desde la unión de coronas ibéricas. En el terreno económico, y no sólo en el político también sucedió así, y en las fechas en que llegó Turriano, se organizaban envíos de trigo desde Hamburgo y Lubech a Lisboa". Como decimos, Turriano vendría a España en el viaje que hizo, para quedarse, una de las mujeres más poderosas de su tiempo, la hermana del rey, la emperatriz María". En febrero de 1582 fue recibida por el embajador del imperio en la corte madrileña, Hans Khevenhíjller, que se desplazó hasta Zaragoza para el primer encuentro con la emperatriz, quien después de pasar por el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, satisfizo el deseo de su hermano el rey de ir hasta Portugal"^. Es muy probable que Leonardo Turriano se sumara al séquito de la emperatriz por decisión del que fuera embajador en Praga desde 1575, don Juan de Borja, que regresó a España en ese viaje como Mayordomo mayor de la emperatriz. Las Empresas IVlorales de Juan de Borja, que publicó en Praga en 1581 dedicadas a Felipe II, y que en 1680 fueron ampliadas por su nieto, son imprescindibles para comprender la cultura simbólica que construyó una determinada imagen de la realeza y el poder, y no podemos dejar de relacionar la decoración del palacio real de Lisboa -con el conocido comentario de esas pinturas por Turriano - con ese mundo a veces hermético de los emblemas y empresas en el que su probable mentor Juan de Borja se movía como un verdadero sabio^^ La vida deTurriano como ingeniero de la monarquía española tuvo pues un inicio en Lisboa, y desde luego un final -de muchos años- con la mayor responsabilidad en ese reino, del que fue Ingeniero General. A Lisboa llegaría en 1582, 19

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Alicia Cámara

Campaña marítima de la conquista de las Islas Terceras, ganadas en 1583 por D. Alvaro de Bazán, Sala de las Batallas, San Lorenzo del Escorial. Patrimonio Nacional

pese a algunos datos contradictorios, ya que por un lado en 1595 se dice que llevaba sirviendo catorce años al rey, lo que nos remite a 1581, y por otro hay un memorial suyo de 1600, cuando reclamaba que le pagaran en Portugal también lo que cobraba de la corona de Castilla, en el que afirmaba que llevaba diecisiete años sirviendo a esa corona, que indica la fecha de 1583'®, por lo que no queda claro si entró al servicio del monarca en 1581 o en 1583. Como otros documentos hablan claramente de 1583, y esa fecha coincide con la partida de Lisboa de

' AGS, Guerra y Marina, leg. 569, f. 98. Y IHCM, Coiecdón Aparìd, tomo VII, f. 318.

Felipe II y su hermana la emperatriz María camino de Madrid, es fácil suponer que desde marzo de 1582 hasta febrero de 1583 estuviera en Lisboa con la emperatriz y que fue la puesta en marcha desde esa ciudad la que llevó al rey a darle salario y un destino acorde con su preparación. Lo que sabemos a ciencia cierta es que el 27 de febrero de 1583 el rey dio orden a Juan Fernández de Espinosa, del Consejo de Hacienda y Tesorero General, de que «del dinero de las arcas de dos llaves que ordene que aya en Lisboa deys y paguéis al IngenieroTorriani giento y ginquenta ducados que montan 96 250 mrs de que le ago merced de ayuda de costa por una bez para con que pueda yr a Madrid. El primer destino que le dieron fue el de ingeniero en las Islas Canarias, cuyos

" AGS, Registro del Consejo, Libro 38, f. 160.

puertos eran estratégicos en la defensa de la carrera de Indias. No fue por lo tanto uno de los ingenieros que acompañaron al marqués de Santa Cruz en la Jornada de las islas Azores, pese a que algunos autores así lo han afirmado, puesto que la armada de D. Alvaro de Bazán partió de Lisboa el 23 de junio de 1583, y además afirma en su Descripción de Canarias que no puede describir Madeira por no haber estado allí. Por otra parte, suponemos que Turriano no habría dejado de 20

FUNDACION) JUANELO TURRIANO


L e o n a r d o Turriano al servicio d e la C o r o n a d e C a s t i l l a

hacer constar en sus memoriales que había participado, a las órdenes del famoso marqués, en una conquista tan gloriosa que mereció ser pintada en la Sala de Batallas del Monasterio de El Escorial. El que sifué en cambio a esa jornada fueTiburzio Spannocchi, a quien ya nos hemos referido por su trayectoria tan en paralelo con la deTurriano, y fue precisamente para paliar sus carencias en la experiencia de la guerra, que es lo que se echaba en falta en su formación cuando llegó a EspaAlicia CÁMARA, «Tiburzio Spannocchi, Ingeniero Mayor de los Reinos de España». Espado, Tiempo y Forma, n°2, 1988, págs. 77-91. IHCM, Co/ecdónAporid, t o m o Vll,f.370v

ña™. No se debió pensar lo mismo deTurriano, quien tuvo ocasión de demostrar su experiencia y sus conocimientos en las Canarias, pues como él mismo cuenta, en un memorial del año 1628 en el que repasa toda su carrera, hallándose en la isla de La Palma «fue a inquietarlas con 34 navios Francisco Draque passando a las Indias», yTurriano como ingeniero intervino en la defensa de la isla^'.

PRÓSPERO CASÓLA,

Ataque de Drake a la

Isla de G r a n Canaria, 1595. España.

Ministerio de Cultura.

Archivo General de

Simancas, M P D 16-204

Ingeniero en las Islas Canarias La partida de Turriano a Canarias tuvo una primera fecha, que fue la de la cédula de 18 de marzo de 1584, en la que el rey respondía a una demanda de la isla de La Palma, sobre la conveniencia de hacer un muelle en el puerto principal que era Santa Cruz, y un torreón que defendiera el puerto, para lo cual debería dirigirse a Sevilla desde donde embarcaría camino de la isla. En realidad salió desde Cádiz en agosto, para, con un sueldo de un ducado al día desde la partida, hacer lo más rápidamente posible las obras encargadas, que supervisaría desde la corte el Capitán General de Artillería, don Francés de Álava. En la isla de La Palma estuvo hasta julio de 1585, asistiendo tanto a la erupción de un volcán ' ' A. RUMEU DE ARMAS, op. dt, pp. 369-373. Sobre el encargo de reconocer y fabricar el muelle del puerto Santa Cruz de la isla de La Palma y hacer el torreón, ver también IHCM, Colecdón Aparid, t o m o V I l . f 303,

como al ataque de Francis Drake'^ Fue éste el primer ataque a las islas del corsario inglés, que se repitió años después, en 1595, cuando Próspero Casóla dejó un espléndido dibujo a plumilla de cómo se había producido ese ataque, en este caso a la isla de Gran Canaria. La segunda vez que embarcó hacia las Canarias, de donde como decimos había regresado en el verano de 1585, fue obedeciendo la orden del rey de 20 de mayo de 1587, que ampliaba las funciones de la primera cédula, extendiendo su actividad profesional a todas las islas: Por quanto por los avisos que se tiene se save que en los Mares de poniente andan navios de enemigos corsarios de quien se puede presumir yntentarán de emprender de saquear y robar las yslas de canaria o alguna délias y a mi servicio y bien de mis subditos que viven en ellas conviene se fortifiquen las partes más importantes y ponerlas en deffensa, y para prevenir y proveer ello mas açertadamente e nombrado a leonardo FUNDACION 21

JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

turriano y mandandole como yngeniero vaya a ver y visitar las yslas de

" AGS, Registro del Consejo, libro

Canaria Tenerife La Palma Lanzarote El Hierro La Gomera y Fuerteven-

ARMAS, op. dt, pp. 377 y 378.

tura y dadole instrucción de todo lo que en la dhas visita a de hazer... y que de todo me embie particular Relación para que vistos yo mande proveer lo que mas convenga. Por tanto por la presente mando a los mis Governadores, Justicias, Regimientos de las yslas de canaria thenerife y la Palma, y por lo que toca a las dhas yslas de Langarote el Hierro y La Gomera y Fuerteventura al marqués de Langarote y al conde de la Gomera y a las Justicias del las que no tan solamente dexen ver y reconocer al dho Leonardo Turriano todas las dhas yslas, castillos y fortalezas dellas y le den entera Relación de todo... que le asistan, ayuden, y favorezcan en todo lo que pudieren...,

43, ff. 274v y 275 y A. RUMEU DE

" IHCM, Coiecdón Aparíd, t o m o VII, í 304 ^ A, RUMEU DE ARMAS, op. dt, p. 360. Sobre las obras de Turriano en esta segunda estancia, una minuciosa descripción de lo llevado a cabo en La Palma, Tenerife, La Gomera, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura en pp. 378-431, con la reproducción completa de las instrucciones que recibió el ingeniero el 20 de mayo de 1587. En una cédula de 18 de octubre de 1593 aparece que ya

Ordenaba también el rey que le dieran la embarcación que necesitara para pasar de isla a isla y «reconocerlas por mar» sin cobrarle nada, pues era por el propio bien y seguridad de las islas. Turriano iba a cobrar cuarenta ducados de sueldo al mes^^ es decir, más de lo que había cobrado en su primer viaje. En este segundo viaje, en 1587, recuerda que había destruido el muelle viejo y arruinado de la isla de La Palma y que el nuevo estaba casi concluido^\ Así pues, estuvo en esas islas entre 1584 y 1586, y regresó en 1587, permaneciendo allí hasta 1593", aunque ya el 30 de agosto de 1592 se le había autorizado a regresar de Canarias para ser empleado en otros menesteres^^ acabando por LEONARDO TURRIANO,

entonces su Descripción de las islas. Fue en esta segunda estancia, para la cual

Disegno del forte del

partió de Lisboa y no de Cádiz, cuando trabajó con él el ingeniero italiano Prós-

l'isola della Palma,

pero Casóla, también un excelente dibujante, por lo que no se puede descartar

barrio del cavo de 1590. España.

Ministerio de Cultura. Archivo General de

que ayudara a Turriano en su Descripción. Este ingeniero se consideraba discípulo tanto de Leonardo Turriano como de Tiburzio Spannocchi^', cuyas carreras como

Simancas, M P D 25, 54

había regresado de Canarias a la península por orden del rey «a dar razón de aquellas fortificaciones y para ser empleado en otras de por acá». IHCM, Coiecdón Aparíd, tomo Vil, f. 309. Sobre las fortificaciones de Canarias en el siglo XVI, ver también Alicia CÁMARA, «Imagen y realidad en las fortificaciones de las islas Canarias en el siglo XVI». En Cartografía y fortificaciones en Canarias. Siglos XV al XVIII. Cátedra Cultural «General Gutiérrez», n° 3, Santa Cruz de Tenerife, 2000, pp. 147-169. Sobre las fortificaciones de Canarias en las que participó Leonardo Turriano es fundamental la obra de J. M. PINTO y DE LA ROSA, Apuntes para la historia de las antiguas fortificaciones de Canarias ( 1954). Santa Cruz de Tenerife, 1996. IHCM, Colección Aparicl, t o m o VII, f 308. " A, RUMEU DE ARMAS, op. dt, pp 375 y 387. Sobre Próspero Casóla y su actividad como dibujante ingeniero, ver Juan T O U S MELIÁ, « L a cartografía manuscrita de las islas Canarias en el siglo XVII», En Cartografía y fortificaciones en Canarias. Siglos XV al XVIII. Cátedra Cultural «General Gutiérrez», n° 3, Santa Cruz de

í! r iffsrtptifr /t& ffitás mkSíI.

Tenerife, 2000, pp. 172-175.Ver también Iñigo BRIGUELA y

• i^ji^J-áffUf.^. ' ¿ÍHÚJ f. Úra Í X , ÍA IM>I ; Sra'^^.ííSAi

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H URBI NA, Visita de las Yslas y Reyno de la Gran Canaria. Ed. de JuanTOUS MELIÁ, Madrid, Museo Militar Regional de Canarias y Cabildos de las siete islas, 2000. FUNDACION)

22

JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

£ z

CASTILLO r cr A

! A cuhc! aAou^c ¡a} rmdìercxA.ueì-rnt Ji ri.ua iiclarlitkty'n. i C cnjh JeUU.ivAf. />c^cfti¡U<i<¡tir. hyum.tLs^xúchs. h S,-t„quct.i atúiñdxftthín hnoU^

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<1 c&tfov! fiínai^L Adra/kUt Parap'loí fM-pitio. J" cuheiai. •

X.PO . W^'I MS ..

hemos dicho fueron bastante paralelas. La confianza en Turriano por parte del ^^ Lourdes DÍAZ-TRECHUELO, Arquiteaura española en Filipinas (1565-1800).

Sevilla. I959,p.44.

" Pablo DE LA FUENTE, «Fortificación y sistema defensivo del archipiélago filipino, 15651640». En Leoncio CABRERO (ed.), España y el Pacífico. Legazpi. Tomo II. Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2004 pp. 531 y 532, A. RUMEU DE ARMAS, op. dt, pp. 345-350. En estas páginas el autor relata las condiciones en que se dio aquella amistad entre el dominico y el ingeniero. " A. RUMEU DE ARMAS, op. dt, p. 362.

/S,

PRÓSPERO CASÓLA,

El castillo principal de la

monarca se mostró de nuevo en el que se le ordenara ir a Filipinas en 1589, aun-

isla de Canaria, 1596.

que es un viaje que no llegaría a realizar^®, si bien el militar Gómez Pérez Das-

Cultura. Archivo

mariñas, de camino a Filipinas, pudo entrevistarse en Tenerife con Turriano y consultarle acerca de las fortificaciones, con lo que sería posible pensar en una

España. Ministerio de

General de Simancas,

M P D 47, 45

influencia deTurriano en las primeras fortalezas de las islas Filipinas". En Canarias Turriano se relacionó en ambas estancias con cultos personajes del archipiélago, como el escritor dominico Fray Alonso de Espinosa, autor de una Descripción de la isla de Tenerife, mezclada con los milagros de la Virgen de Candelaria, que publicó en 1594, ampliando lo que relata Turriano, que por entonces eraTorriani, todavía italiano en lengua y apellido, y quizá ambos bebieron de una fuente común^°. Les unió la pasión por la historia, aunque el dominico introdujera historias religiosas, y el ingeniero cuestiones corográficas, geográficas y científicas en sus escritos. La relación deTurriano con otro historiador, este sí famoso, como fue Gonzalo Argote de Molina, quien al parecer también escribió una historia y descripción de las islas Canarias, hizo que Rumeu de Armas considerara posible que la gran información deTurriano sobre las islas, procediera de esa fuente^\ Su amistad con el poeta y canónigo Bartolomé Cairasco de Figueroa, se plasmó en los poemas que se dedicaron uno al otro. Del poema de Cairasco extractamos algunas palabras, que muestran la admiración que sentía por el ingeniero: FUNDACION 23

JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

Leonardo ylustre que en la velia Italia/ Naciste al mundo c o n tan alto

Reproducidos en Fernando G.

ingenio/ q u e el m o n a r c h a español te estima y precia/.../ Pues de los

MARTÍN RODRÍGUEZ, La primera

yngenieros beneméritos/ c o n título real y privilegio/ y perdona Archi-

imagen de Canarias. Los dibujos de Leonardo Torriani. Santa Cruz de

mides este agravio/ eres el más egregio/el más discreto más prudente

Tenerife, C O A C , 1986, pp. 133 y

y sabio/.../ el que en España en Frangia en A l e m a n i a / es uno y tiene

puede ver también Diego SuÁREZ

el título/de yngeniero mayor de Lusitania...®^

134. Sobre esta descripción se QUEVEDO, «Racionalidad y concepción clasicista de la ingeniería militar bajo Felipe II.

Las palabras del poeta confirman el aprecio del monarca, y la excelencia de este sabio ingeniero que había estado en Alemania y Francia antes de venir a España^^ Por otra parte le considera superior a Arquímedes, ese gran ingeniero de la Antigüedad, que en el Renacimiento se convirtió en el modelo con el que compararse para los grandes ingenieros, c o m o Apeles lo fue para los pintores. Recordemos que también J u a n e l o Turriano había sido c o m p a r a d o c o n A r q u í m e d e s por Agustín de Rojas en El viaje entretenido, porque su obra del ingenio para subir agua

Leonardo Torriani y su obra». En La visión del mundo clásico en el arte español. Madrid, CSIC, 1993. " D e esa estancia en Francia no sabemos nada, lo que nos vuelve a dejar con lagunas en su biografía que hasta hoy no ha sido posible cubrir pese a la investigación llevada a cabo, aunque esperamos que este trabajo contribuya a

LEONARDO TURRIANO, Plano

de Santa Cruz de Raima,

Descrittione e Historia del regno de l'lsoie Canarie. ..Di Leonardo Torriani, cremonese, Universidad de Coimbra,

Ms. 3 1 4 , 1 99

FUNDACION) 24

JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

nuevas aportaciones sobre la

figura de este ingeniero.

Agustín DE ROJAS, El viaje

entretenido (1604). Madrid, 1964, pp. 307 y 308.

del Tajo al alcázar de Toledo era «ingeniosísima y digna de eterna alabanza», y su autor «mereció igual gloria con aquel Arquímedes, de Siracusa»'". D e las islas Canarias dejó Leonardo Turriano o Torriani una bellísima descripción, encargada por Felipe II, con unos dibujos que nos impresionan no sólo por su p r e t e n d i d a f i d e l i d a d a lo representado d e c i u d a d e s y territorio, sino tam-

Alia maestà del re Catolico. bién por su belleza'^. N o se puede decir que sus dibujos sean absolutamente fieDescrittione et historia del regno derisole Canarie già dette le Fortunate les a la realidad, que no sería tan perfecta, y además muchas de las fortificaciocon il parere delle loro fortificationi. Di Leonardo Torriani, cremonese. Este manuscrito se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Coimbra. En 1593, cuando ya se había acordado que fuese a Oran, Turriano había entregado al rey el libro de la historia y descripción de las Canarias, con el parecer sobre sus fortificaciones, IHCM, Colección Aparici, tomo VII, f 310.

nes q u e proyectó no se llegaron a hacer, pero qué duda c a b e de q u e es uno de los mejores documentos que conservamos de la c o m p l e j i d a d del trabajo de los

ingenieros en el Renacimiento. La Descripción

está hecha con el entusiasmo de

un ingeniero empeñado en demostrar toda su sabiduría, que va mucho más allá de las fortificaciones. Él mismo decía en la dedicatoria al rey de la

Descripción

de las Canarias que había incluido «aquellas cosas que fueran más dignas de presentarse a su divino ingenio, sin haberme p r e o c u p a d o demasiado el aparentar

25

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

que no soy solamente historiador, ni exclusivamente geógrafo, ni tampoco simple arquitecto militar»^^ lo que comentaremos más adelante. No obstante el afán de superación como historiador, geógrafo y arquitecto militar, en un proceso que no se entiende sin el progreso personal, se pone de manifiesto cuando afirma

' ' LTORRIANI, Descripción de las Islas Canarias. Alejandro ClORANESCU (traducción y edición). Santa Cruz de Tenerife, Goya Ediciones, 1978, p. 2.

años después que el libro que había hecho de Orán y Mazalquivir había «salido más curioso quel de las Yslas»". Tan orgulloso estaba de uno como del otro, pero la idea del progreso, del avance constante de las artes y las ciencias en el

" IHCM, Colección Aparicl, tomo Vll,í332v.

Renacimiento, esencial en el pensamiento de la época, tuvo en Leonardo Turriano a uno de sus representantes. Ingeniero en O r á n y Mazalquivir Desde el 21 de mayo de 1593 estaba en la corte^", y el 17 de junio se había decidido ya que fuera a Orán y Mazalquivir. Conocemos la existencia de un memo-

' IHCM, Colección Aparici, tomo VII, f 31 I.

rial bastante clarificador: Leonardo Turriano refiere en un memorial que a dado en este consejo como muchas vezes a supplicado a V.Md, fuese servido de mandarle despachar para Orán y pagar, para ello, lo que se le debe sobre que se a consultado aV.Md y hecho recuerdo y que a un año que esta esperando lo suso dho en esta corte, por cuya dilagión a crecido tanto su neccesidad, que ya no puede aguardar más, y buelve a suplicar a VMd, en consideración de 12 años que a que sirve y el deseo que tiene de continuarlo le mande V.Md.pagar lo que le esta librado, pues no es justo que por no dársele el despacho se le detenga su sustento. El consejo dize que a consultado y acordado diversas vezes a V Md lo que importa mandar, despachar, al dho Leonardo Turriano, por estar paradas esperando su yda las obras de magarquivir... Por todo ello, informa al rey que no se debe dilatar más su marcha". Así pues, el rey decide que vaya a Orán pero, teniendo en cuenta cómo funcionaba el sistema de control de la monarquía española sobre sus fortificaciones, antes de irse tenía que enterarse bien de la traza y mostrarla al Consejo de Guerra"". Por ello el 21 de julio de 1593 Leonardo Turriano asistió a una reunión del Con-

AGS, Guerra y Marina, leg. 387, f 376. Madrid, 17 de junio de 1594. ' AGS, Guerra y Marina, leg. 387, f 377.

sejo de Guerra, junto con los ingenieros Jerónimo Marqui y Francisco Fratín, por entonces pendientes de saber quién de ellos dos se quedaba con las obras de la ciudadela de Pamplona"', para asesorar entre los tres sobre los graves problemas que se estaban planteando en la fortificación de Mazalquivir. Estos se habían ori-

"" AGS, Guerra y Marina, leg, 387, ff. 277,278 y 279.

ginado porque el maestro mayor Jorge de Torres no estaba siguiendo la traza dejada por el capitán Fratin, lo cual era denunciado por el sobrestante Juan de Zafra. Lo que aconsejó el Consejo de Guerra es que Leonardo Turriano fuera a Mazalquivir para decidir sobre ello, «por ser persona de buen entendimiento, y la abilidad y sufficiengia que muestra como por hallarse libre de affición y passión» para lo 26

FUNDACION) JUANELO TURRIANO


L e o n a r d o Turriano al servicio d e la C o r o n a d e Castilla

^ J A D ^ H j j f f - j Y j - CASTILIOJJFOR

le.CajtíUodeJÍ^fr^aHoJZCamznad&

TÍF/^^,

OmnCíísUllodi/.'"¿^ruz.

cual debería dársele cuatrocientos ducados, «por no tener sueldo y venir con necessidad de las Islas»''^ Entre papeles del año 1594 figura que Leonardo Turriano pidió su salario de

Grabado con la vista de Orán, Mazalquivir y sus fortificaciones, en el siglo XVIll

enero y febrero para ir a Orán«, pero no pudo ir a Orán y Mazalquivir hasta agosto. El 5 de septiembre de 1594, el sobrestante Juan de Zafra (el denunciante de las irregularidades) escribía al rey desde Mazalquivir que Leonardo Turriano yngeniero de V. Md. llegó a esta plaça a 25 del passado y aviendo reconocido la fuerça y obra a dos deste dio principio a hinchir el fosso del baluarte sant philippe sobre que se difería y rre' AGS, Guerra y Marina, leg. 387, f 378.

parar lo hecho y el designio que Jorge de Torres llevava con que la fuerça quedava estragada. Por la rrelacion que haze el yngeniero vera V. Md si yo la hize verdadera y si mi planta fue conforme a la verdad de la obra

AGS, Guerra y Marina, leg. 415, f 239.

y edificio y que la que hizieron pierres coll françes maestro mayor de las obras de oran y Juan de Huesca fue falsa en todo y por todo y que con ella quisieron engañar a V.Md. y que la fuerça se echa a perder tanto en lo hecho como en lo que se proseguía que era en todo lo fuerte y sustancial por dar cubierta al error de Jorge de Torres....

AGS, Guerra y Marina, leg. 422, f 297.

La opinión que había mantenido contra viento y marea, le había proporcionado hasta el momento tan sólo vejaciones y extorsiones, así como gasto de su hacienda""*. 27

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

Turriano informaba y todo seguía su curso, lento, pero controlado desde la llegada del ingeniero a poner orden, así que el Consejo de Guerra escribía a Leonardo Turriano, desde El Pardo el 19 de noviembre de 1594, que se daba por enterado de lo que se iba haciendo en la fortificación de Orán y Mazalquivir «y lo que sobre ello discurrís». Asimismo se iba a dar orden a don Gabriel Niño, gobernador de Orán, para que se le pagaran los trescientos ducados que pedía''^. No era tan fácil en muchos casos satisfacer las demandas de sueldo de los ingenie-

® AGS, Guerra y Marina, leg. 410, f. 488.

ros, que cobraban en otros lugares y no en aquellos a los que se desplazaban, así que cinco meses después, el 6 de abril de 1595, el pagador de Orán Tomás de Contreras, informaba que sise le había pagado, pero que eso daba problemas, porque. Abiendo benido a estas plaças Leonardo Turriano yngeniero pidió a don Gabriel Niño de Çuñiga se le socorriese con hasta trescientos ducados para su gasto, y por libranza de quinze de diciembre del año pasado de noventa y quatro tomada la razón por el Veedor y contador de V. Magd. se le libraron en mi dos mili y duzientos reales yo se los pagué de los de mi cargo. Pedía que se le descontasen al ingeniero de donde tenía asignado su salario, ya que no había orden de pagarle en Orán"'^. Breve por lo tanto fue la estancia de Turriano en Orán, ya en diciembre de 1594 estaba de vuelta, aunque al año siguiente recorriera las costas de Berbería"'. Fue breve, aunque le cundió mucho desde el punto de vista profesional, y no sólo por la Descripción

' ' AGS, Guerra y Marina, leg. 426,

f58.

A. RUMEU DE ARMAS, op. dt, p. 436.

de la que

r

JEAN LAURENT, Vista del Puerto de Orán, 1865-1880. Biblioteca Nacional de España 28

FUNDACION) JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

hablaremos, que es un formidable documento sobre la representación del territorio en la época, sino porque él mismo recordaba al final de su vida que fue a Orán y Mazalquivir «para emmendar los yerros que se habían hecho en la forti' IHCM, Colección Aparid, tomo Vll,f.370v

ficación de Mazarquivir, y mostró cómo se podrá hacer inexpugnable»"». A la vuelta de Orán, ciudad a la que se solía llegar desde el puerto de Cartagena, (aunque también el de Málaga jugó su papel en este trayecto), Turriano dejó una planta de las fortificaciones y emplazamiento de Cartagena. No la conocemos desgraciadamente, porque nos daría una información extraordinaria al intervenir a posteriori en uno de los debates más encendidos en materia de fortificación que se habían producido en este siglo xvi, el que años antes habían protagonizado los ingenieros Jacome Palearo Fratín y Juan Bautista Antonelli enfrentados por las trazas para fortificar este gran puerto del Mediterráneo. El 18 de abril de 1595, la ciudad de Cartagena se dirigía al rey, diciéndole que Por la planta que por mandado deVMagd a hecho Leonardo Turriano yngeniero del sitio desta ciudad se hecha de beer la disposición que tiene para se poder fortificar con facilidad y pues VMagd mejor que nadie save quanto ymportara hacer esta fortificación porque demás que con ella esta ciudad ques la llave y entrada destos rreynos estará defendida sera ocasión que se aumente su poblagión y benga a ser tanta que aunque sea acometida de enemigos no tenga necesidad de socorro para defenderse...

AGS, Guerra y Marina, leg. 426, f. 131. En 1597 la fortificación seguía en muy mal estado, lo que resultaba preocupante por el conocimiento que se tenía de la amnada inglesa: Ibidem, leg 481, ff 163,164,199 y 200. IHCM, Colección Aparid, tomo VII, f 370v

por todo lo cual suplican que se haga esa fortificación"^ abundando con su informe en cuestiones que son esenciales para entender la historia moderna, como es el valor que tiene el aumento de la población, el desarrollo urbano y las funciones de la fortificación en las ciudades de frontera. Después de dar esa planta para Cartagena, Leonardo Turriano fue enviado a Berbería, y a la vuelta de ese viaje se le mandará a Viana, en Portugal, y a Galicia'". Las fortificaciones de la costa atlántica: Primeras actuaciones en Portugal y c o s t a de Galicia Antes de partir estuvo en la corte bastante tiempo, casi año y medio, probablemente ocupándose de acabar sus libros y medrar en los círculos de poder, mientras parecía que el comendador Spannocchi iba adquiriendo más influencia. Como mera hipótesis, podríamos imaginar que el hecho de que fuera en 1596 cuando Spannocchi acabó su Descripción de las Marinas de Sicilia, estaría en relación con la llegada a la corte desde Orán de un ingeniero como Turriano, con su extraordinaria descripción de las islas Canarias, y que además estaba haciendo la de Orán y Mazal-

Alicia CÁMARA, «Tiburao

i

Spannocchi, Ingeniero Mayor de

los Reinos de España». Espado, Tiempo y Forma, n° 2, 1988, pp. 77-91.

quivir No resulta descabellado suponer una rivalidad entre ellos en su carrera para conseguir los favores del rey. De hecho, Turriano fue nombrado Ingeniero Mayor de Portugal en vida de Felipe II, mientras que Spannocchi hubo de esperar la llegada al trono de Felipe III con su valido el duque de Lerma, su protector^'. 29

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

Hasta el 22 de junio de 1596 no dio el rey la orden, fechada en Toledo, a Leonardo Turriano para que fuera a Viana, llamándole «mi yngeniero», como sólo llamó a los grandes, a los que concedía tal título, como fue Fratín": Leonardo Turriano mi Yngeniero saved que conviniendo a mi servicio que se prosiga la obra del castillo de Viana e acordado de ordenaros y mandaros como por la presente lo ago que partais y vayais derecho a la dha Viana y alli veays la traza y orden queTiburcio Espanoqui dexo para la dha obra que esta en poder del maestro mayor Juan Lopez, y conforme a ella deys la horden que convenga para que bien se prosiga advirtiendo que lo primero que se a de azer es el alojamiento de la gente de guerra que a de asistir a la guarda y ios magazenes para las vituallas y municiones que en el a de aver... y dejando ordenado lo que convenga para que la dha obra se continue os partiréys para Lisboa donde allareys horden mia de lo que huviere de se hacer y de lo que se higiere y ocurriere tendréis cuydado de avisarme, y por la presente mando al maestro mayor y a Juan Fernando de Linares sobrestantes de la dha fabrica y a la gente que en ella anduviere que os ovedezcan y cumplan vuestras hordenes sin rreplica ni escussa alguna^^ Cumpliendo esa orden del rey, Turriano fue a Viana, donde llegó el 29 de julio'". El sobrestante de las obras, Juan Fernández de Linares, informaba el 3 de enero de 1597 que ya había partido de allí el ingeniero Leonardo Turriano, dejando las trazas para las viviendas de los soldados dentro del castillo, y que en esa fecha ya se habíIzquierda Portada del castillo de Viana. Fotografía de Leandro Cámara Derecha Cuarteles del castillo de Viana. Fotografía de Leandro Cámara

an hecho treinta y dos casas, cada una para dos soldados, «que por todos ser cassados no caben más y a esta consideración las trazó el yngen¡ero»==. En 1605 el resto de los cuarteles seguían sin hacerse y se pedía la presencia de Leonardo Turriano, y sobre todo dinero, para poderlos hacer, evitando así que los soldados vivieran en las casas de los vecinos del arrabal de la villa=^ Así pues, Leonardo Turriano se ocupó

30

Sobre Fratín, a quien citamos repetidamente en este texto por haber proyectado fortificaciones en Orán, Mazalquivir y Portugal, en las cuales años después intervino Turriano, es fundamental el libro de Marino VIGANO, «El fratin mi ynginiero». I Paleari Fratino da Morcote ingegneri militan ticinesi in Spagna (XVI-XVII secolo). Bellinzona, Casagrande, 2004. " AGS, Registro del Consejo, libro 77, f 45v y 46. FHay dos cédulas, de 14 y 22 de julio de ese año de 1596 refrendando esa orden. IHCM, Colección Aparicl, tomo VII, ff. 320 y 321. " IHCM, Colección Aparicl, tomo VII, í 322.

" AGS, Guerra y Marina, leg 481, ff 71 y 72. El sobrestante se queja del trato recibido por parte del castellano del castillo, que le despidió por discrepancias sobre la obra. Sin embargo Turriano ha confiado en él, y en consecuencia pide al rey que ordene al castellano que guarde «en la fábrica las ynstrugiones y horden del yngeniero y que no salga dellas». Con las nuevas casas para los soldados, muchos de ellos casados, se ahorraría el coste del alquiler de casas «que es otra buena cantidad». AGS, Estado, leg. 435, ff. 79, 80 y 81. Se concedió el dinero inmediatamente.

FUNDACION) JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

" AGS, Guerra y Marina, IHCM, Colección Aparici, tomo VII, í 323 y 338. El K d e m a i ^ o d e 1596 el rey infonnaba al conde de Santa Gadea que había ordenado a Turriano ir a servir a su lado, y se le habían concedido 200 ducados de ayuda de costa. El 18 de noviembre de 1599 se ordenaba que le fueran pagados 625.437 maravedíes, de la artillena Se le habían pagado mil seiscientos reales «de socorro en la armada en el Ferrol y en la Coruña el año de noventa y siete». '' AGS, Guerra y Marina, leg. 496, f 11. Probablemente es en respuesta a las peticiones de la ciudad de La Coruña, de que se enviase a «un yngeniero de satisfagión con quien se resuelba esta fortificación para poder proseguinx El alférez Pedro Rodnguez Muñiz se estaba ocupando de los fuertes de Fernol, por lo que no podía hacerlo. Carta al rey de don Luis Carrillo el 3 de enero de 1597. AGS, Guerra y Marina, leg. 481, f 43. ^ AGS, Guerra y Marina, leg. 481, f 54 " AGS, Guerra y Marina, leg. 481, f 55. '' AGS, Guerra y Marina, leg 481, f 152,

de los cuarteles de Viana, y fue inmediatamente después a Lisboa, como decía la orden del rey, donde estuvo muy pocos días, causando una excelente impresión a don Juan de Silva'', antes de ir a Ferrol y a La Coruña'®. El 8 de enero de 1597, se le ordenaba «acavar de fortificar la ciudad de La Coruña y poner en perfección el fuerte de santo Antón» con brevedad. Para ello debía ir a la ciudad «y que haviendo visto y considerado el sitio y dispussiçion della y del dho fuerte, y las traças que se an hecho» debía avisar lo que había que hacer para poner en defensa la plaza y e! fuerte'l Así que allí estaba ya el 12 de enero, porque en esa fecha don Luis Carrillo informaba desde Coruña que habían estado en la fortificación para informar sobre ella tanto Leonardo Turriano como el alférez Pedro Rodríguez, procedentes ambos de Ferrol. Según Carrillo, Turriano estaba «con poca salud en ferrol» y a pesar de ello revisó las murallas de La Coruña e hizo un informe™ fechado el 13 de enero de 1597. En su informe demuestra una vez más que es un ingeniero que sabe adaptarse a las circunstancias, sin ocasionar gastos y esfuerzos inútiles", pero en la misma fecha de este informe, se queja amargamente de que ha estado muy enfermo en Ferrol, desahuciado dice por todos los médicos, donde el Adelantado no le ha ayudado nada, sin darle licencia siquiera para ir a curarse a Coruña o a Santiago, pese a que no había allí ni medicinas para curarle. Por todo ello pide cualquier destino en otra parte donde pudiera ser de provecho'^^ Y en este momento de su vida vislumbramos el tema de la enfermedad que le acompañó desde entonces, no siendo el único ingeniero que a pesar de tener una salud frágil continuó sirviendo al rey allí donde fuera necesario. Su enfermedad se repetirá a lo largo del tiempo, y según el certificado de dos médicos que le habían tratado, suponemos que de Ferrol por la documentación. La villa y el puerto de Vigo, 1597. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 16, 15

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Leonardo Turriano en ese año de 1597 lo que tenía era «una melancolía hipocondríaca e que para la curagión della conviene... se baya a curar a santiago donde mudando de aire, e teniendo más comodidad, de regalo, pueda curarse mejor»". Siempre tuvo mala salud, porque sabemos que en 1603 escribía que se encontraba enfermo desde su llegada a Lisboa, y explicaba que en ese momento estaba

" AGS, Guerra y Marina, leg. 481, s.f El certificado médico lo firman los licenciados José de la Cruz y Pedro de Molina, que son los que le han medicado, pero también dicen que aconsejó en el tratamiento, es decir el traslado, el doctor Martínez.

en la corte encamado, sin tener con qué curarse y sin poder regresar a Lisboa®".

" AGS, Guerra y Marina, leg. 617, f,

La melancolía parecía afectar por esos años a personas tan poderosas como el

pide que se le paguen 1400 ducados

duque de Lerma, de lo que tenemos bastantes noticias®'. El valido de Felipe III se

una carta del año 1597, ya dice que

encamaba periódicamente con «una malinchonia tanto grande» que el enviado de la corte de Mantua que esto escribe®® no pudo negociar con él durante días. El duque se había hecho sangrar cuatro veces en tres días, lo que era uno de los muchos remedios para la melancolía según el médico Agustín Farfán, que en 1592 detallaba los síntomas de esta enfermedad y sus remedios. La consideraba una enfermedad muy común, que «aflige y atormenta con graves accidentes... unos andan llenos de miedos y sobresaltos, y traen afixado en la ymaginación que se mueren; que les paresce acaban a cada passo, y con esto no comen ni duermen...»®'. También Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española de 1611, la consideraba una enfermedad frecuente: «enfermedad conocida y pasión muy ordinaria, donde hay poco contento y gusto... pero no cualquier tristeza se puede llamar melancolía...». En fin, mucho se ha escrito sobre la melancolía (en algún momento asimilada incluso a la «acidia» que como pereza, tedio, etc., era pecaminosa), y se ha llegado a decir que hacer una historia de la

124. En ese mes de julio de 1603 que se le deben de su sueldo. En desde que ha llegado a Lisboa, a donde llegó desde La Coruña, se encuentra enfermo. Cobraba entonces cincuenta ducados al mes. IHCM, Coiecdón Aparíd, tomo Vil, ff. 326-327, Ver también IHCM, Colección Aparíd, t o m o Vil, f 344, Hans KHEVENHOLLER, Diario de Hans Khevenl^Oller,... op. dt, p, 618, Cuenta el embajador que el duque de Lerma «a vezes tiene tan profunda melancolía que no se dexa ver de nadie y entonces el hijo da las audiencias», " Cartas de Celliero Bonatti, 12 de marzo de 1604, Archivio di Stato, Mantova An:hivio Gonzaga busta 607 " El texto es muy largo, y es interesante saber cómo se trataba entonces y los síntomas de una enfermedad que en ningún caso el autor considera peligrosa para la sociedad, sino sólo para el que la padece, Agustín Farfán, Tratado breve de Medigna, y de todas las enfermedades, que a cada passo se ofrecen Hecho por el padre Fray Agustín Farfán, Doctor en Medigna y Religioso de la orden de S.Agustín en esta nueva España. México, Pedro Ocharte, I592,ff, 107-113v,

l'I PTZí.;— i: 1 PEDRO RODRÍGUEZ MUÑIZ,

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Planta de la ciudad de La Coruña, 1599.

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España. Ministerio de Cultura. Archivo

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General de Simancas, M P D 17, 53

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

" Klibansky en su prologo de 1988 a Raymond KLIBANSKY, Erwin PANOFSKY y Fritz SAXL, Saturno y la melancolía. Estudios de historia de la filosofia, de la naturaleza, la religión y el arte ( 1964). Madrid, Alianza Editorial, 1991. " Rudolf y MargotWlTTKOWER, Nacidos bajo el signo de Saturno. Genio y temperamento de los artistas desde la Antigüedad hasta la Revolución Francesa. Madrid, Cátedra, 1982, p. 104

melancolía desde la Edad Moderna hasta nuestros días «sería escribir la historia de la sensibilidad del hombre contemporáneo»«^". Turriano, parece que estuvo aquejado de esa enfermedad a lo largo de su vida, afección que recordemos que era considerada propia de grandes genios y creadores, porque como dijo Aristóteles, todos los hombres que destacaban en filosofía, política, poesía o artes, eran melancólicos*^®, y sin embargo no paró de trabajar y de viajar Para finalizar con la cuestión de La Coruña, de cuyo informe nos ocuparemos al hablar deTurriano como ingeniero de fortificación, cabe señalar que pese a su enfermedad estuvo allí y dejó traza de la fortificación, que se iba a llevar a cabo en 1598, cuando él ya estaba en Portugal. En la fortificación de La Coruña, ciudad «dividida en dos partes, la una de la qual está edificada en la falda de un colla-

" Hans KHEVENHÜLLER, Diario de Hans Khevenhüller, ...op. cit.„ p. 370. " Una prolija descripción de este ataque en L, CABRERA DE CÓRDOBA, en Historia de Felipe II, rey de España. Ed. de José MARTÍNEZ MILLÁN y Carlos J. de CARLOS MORALES, Salamanca, Junta de Castilla y León, 1998, p. 1012, 1250-1253. " Sobre esta fortificación se

; auede ver José Ramón SORALUCE

ÍLOND, Castillos y fortificaciones de Galicia. La arquitectura militar de los siglos XVI-XVIll. La Coruña,

Fundación Pedro Barrié de la Maza, 1985.

do que se llama el pueblo de arriba, la otra parte está edificada en un llano»™, uno de los debates planteados fue la inclusión de esa parte de abajo, el arrabal de la Pescadería en la nueva fortificación, ya que había jugado un papel destacado cuando se produjo el ataque inglés y los enemigos se apoderaron de ella para luego quemarla'\ Los proyectos de fortificarla, inmediatamente después del ataque inglés de 1589, propuestos porTiburzio Spannocchi, daban varios posibilidades, y una de ellas era incluir todo el arrabal dentro de la fortificación. Turriano optó por abaratar el coste de lo que había que hacer, así que la cuestión del arrabal seguía sin resolverse en el reinado de Felipe IV'^ Los avatares de la fortificación de esta ciudad escapan ya a las intenciones de este libro. Sólo queremos aportar un dato que ejemplifica la falta de ingenieros que tenía la monarquía española teniendo en cuenta la inmensidad de sus fronteras, y que tuvo como escenario esta ciudad. En septiembre de 1598 había llegado a Coruña el maestre de campo César de Éboli con el capitán de infantería napolitano Orad o Santo Leo, discípulo del maestre de campo en materia de fortificación. Puesto que los conocimientos sobre fortificación de éste eran notorios, se suponía que el discípulo los tendría también, así que se solicita al rey que Santo Leo se ocupe de la fortificación de la ciudad, puesto que se trata sólo de «ejecutar la traça de Leonardo Turriano». De ella disintió el napolitano sólo en el diseño del baluarte entre el cubo minado y la puerta real, recordándonos con esto ese lugar común de la época que consistía en que ningún ingeniero estaba conforme con otro. El caso es que el rey aceptó que el capitán Santo Leo se ocupara mientras tuviera en Coruña, eso sí, sin alterar nada de la traza deTurriano, pero estaba destinado a otro lugar, que debía ser Bretaña, porque si don Luis Carrillo se quejaba amargamente de la falta de ingenieros en el reino para llevar a cabo la obra, don Diego Brochero, que pedía también que Santo Leo se quedara, argumentaba que en España había falta

AGS, Guerra y Marina, leg. 512, ff. 26 y 61. Las cartas son de don

Diego Brochero, de 9 de febrero

y de don Luis Carrillo, de 20 de febrero de 1598.

de ingenieros, y en cambio en Bretaña había muchos de esa profesión". En cualquier caso lo que nos interesa señalar es que Turriano era tan necesario como lo demuestran sus trazas en Canarias, Orán, Cartagena, Coruña..., y que esas trazas eran intocables, es decir que gozaba de la plena confianza del Consejo de Guerra^ 33

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La garganta del reino Por ello, nada tiene de extraño que el rey le enviara a ocuparse de las fortificaciones de «la garganta del Reyno», como llamó a la barra de Lisboa Don Juan de Silva, gobernador y capitán general de Portugal, en carta al rey de 18 de mayo de 1596, preocupado por un posible ataque inglés. La defensa de un punto tan vulnerable como era una «garganta» por la que los enemigos podían entrar a todo el cuerpo de la monarquía, no podía estar en manos de los naturales de ese reino, sino en manos de hombres que fueran soldados de profesión'". Nombrado Turria-

AGS, Estado, leg. 434, f 22 (2).

no en un primer momento, el 20 de abril de 1598, Arquitecto general de Portugal, la rectificación tardó tan sólo cuatro meses, siendo nombrado entonces Ingeniero General del reino". Spannocchi, que como vamos viendo tuvo una carrera paralela cronológica-

" A. RUMEU DE ARMAS, op. dt, p. 438. IHCM, Coiecdón Aparíd, tomoVIl.f 328 y 328v.

mente, coincidiendo en determinadas fábricas, se consideraba superior aTurriano y a todos los demás ingenieros a los que él había «introducido y no le son yguales en servicio, calidad, y sufficiencia». Así que no es de extrañar el enfado del soberbio Spannocchi, que según él era quien había aconsejado que aTurriano se le destinara a las Canarias, lo mismo que había aconsejado que a Rojas se le hiciera maestro mayor de las fortificaciones de Cádiz, además de haber formado en la profesión a Próspero Casóla (ya vimos que éste reconocía a Spannocchi y aTurriano como sus maestros), a Gaspar Ruiz, que se ocupaba de la torre de Cabeza Seca en Lisboa (sin embargo, veremos que a quien Ruiz reconocía como su maestro era a Fray Juan Vicencio Casale"), a Jerónimo de Soto «y otros muchos». Lo de Casola y Gaspar Ruiz nos hace dudar de tanto protagonismo de Spannocchi en su for-

• AGS, Guerra y Marina, leg. 547, f. 163.

mación, y de una rivalidad con Turriano que se puso de manifiesto cuando Spannocchi consideró un agravio que Leonardo Turriano ganara mil seiscientos ducados al año con su nuevo cargo en Portugal, y pedía a Felipe III ganar más que Turriano «a medida de la diferencia que hay entrellos», y el título de «Superintendente General de todas las fábricas d fortificación de los Reinos de Vra. Magd.». De este documento se deduce también lo importante que fue para estos hombres el reconocimiento a su saber y a su posición en la sociedad, porque uno de los argumentos de Spannocchi era que sus deudos, su Religión (la orden de Malta), y todos sus amigos podían pensar que ese postergamlento había sido por demérito suyo. Fue entonces cuando Spannocchi consiguió la Superintendencia de los reinos de España con el título de Ingeniero Mayor". Una vez más, en una de las profesiones más valoradas económicamente en la época por la necesidad de los gobernantes de buenos ingenieros, nos encontramos con que el estatus no depende tan sólo del dinero, sino en gran medida de la consideración que un grupo social otorga a un personaje. Por otra parte, nos hace pensar que sin el nombramiento previo de Turriano, Spannocchi es posible que no hubiera obtenido el cargo que le dio tanto poder como Ingeniero Mayor de los Reinos de España.

" AGS, Guerra y Marina, leg. 578, f 232. La petición, con el memorial de Spannocchi relatando sus servicios es de 27 de julio de 1599, y el 6 de enero de 1600 el Consejo de Guerra aconsejaba al rey el nombramiento, y que su sueldo aventajara al de los demás ingenieros.

Las defensas de Lisboa siempre fueron prioritarias para Felipe II y sus sucesores, y Leonardo Turriano fue un eslabón más de la cadena de ingenieros que se 34

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

ocuparon de ellas. Haciendo un poco de historia, podemos recordar que ya en 1580 el ingeniero Juan Bautista Antonelli, que jugó un importante papel al servicio del duque de Alba en la Jornada de Portugal -y el duque así lo hizo saber al rey'»-, recomendaba a Felipe II cuidar especialmente las fortificaciones que guar-

AGS, Esiodo, Ieg.4l3,s.f. El 22 de noviembre de 1580 el duque de Alba escribe al rey que envía a Juan Bautista Antonelli a reconocer el camino que ha de hacer el rey de lo que informará a éste directamente, y dice que «él ha servido de manera en esta Jornada que merece su Md. le haga mucha merced yo se lo suplico encarecidamente...».

daban la boca del Tajo en Lisboa, que era «lo más ymportante de todo». El desembarco del duque de Alba en Lisboa, que se puede ver en el dibujo de la Relación del conde Stefano Angaro, sentó precedente, pues como recordaba Bernardino de Escalante, la sorpresa siempre llegaba por tierra, «como se vio el día que el duque de Alba desembarcó con el exérgito de vuestra Majestad en el cabo de Chascáis, en parte donde los portugueses jamás imaginaron»'"'. No se planteó hasta años más tarde la nueva fortificación de Cabeza Seca, considerando Juan Bautista Antonelli, en el momento de la anexión, que bastaba con

"José Luis CASADO SO I O. jDiscursos de Bernardino de Escalante

las fortificaciones que habían hecho los reyes de Portugal, a saber, la del castillo

al Rey y sus Ministros (1585-1605).

de San Julián (que encontramos en la documentación también como Sao Juliao

Salamanca, Universidad de

'^Cantabria, Excmo. Ayuntamiento de

y San Gian), pese a ser «pequeño, batible y sugeto a padrastro», la torre de Belém

Laredo, I995,p.2l0.

Desembarco del duque de Alba en Lisboa, en Relatione del cante Stefano Angaro de la guerra di Portogal l'anno /5S0, Venecia, Biblioteca Nazionale Marciana, IT., VI. 181 ( 5 8 4 1 ) , f. 2 2 V - 2 3

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AGS, Estado, leg. 413, f 9. Es en este mismo informe, de 14 de diciembre de 1580, en el que Juan Bautista Antonelli desaconseja la construcción de un castillo (se refiere a una ciudadela) en Lisboa, puesto que el rey debe mantener «aquel reyno y ciudad con las boluntades c o m o tiene a Sevilla, Granada, Valencia y Barcelona pues está en España como ellas», y no con castillos como lo hace en «Nápoles, Milán y anveres», lo que sería para los portugueses «el desabrimiento de un freno inusitado», A. CÁMARA, «Giovan Battis'ia Antonelli e la definizione professionale dell'ingegnere nel Rinascimento spagnolo». En t4. SARTOR (coord.) Omaggio agli Antonelli. Primo Convengo Internazionale

Foso y estrada cubierta

del castillo de San Gian,

1581. España. Ministerio

de Cultura. Archivo

General de Simancas, M P D 16, 8

sull'architettura

militare degli Antonelli da Gatteo.

y la de Caparique, buenas para guardar artillería, pero «muy flacas para resistir a un ejército», el castillo de Cascaes, que sólo servía para guardar el «abrigo que no es puerto», y el castillo del puerto de Setúbal, en «ruyn sitio para recibir aumento de fortificación»™. Las obras emprendidas en estas fortalezas por los ingenieros de Felipe II, con el complemento de la de Cabeza Seca, hubieran hecho cambiar de opinión a Juan Bautista Antonelli, quien por otra parte tampoco debió ser un buen experto en fortificación -no hay mas que pensar en sus enfrentamientos con el sabio Vespasiano Gonzaga en Mazalquivir años antes- aunque lo fuera como ingeniero hidráulico y de caminos, además de un profesional tan culto y ambicioso que se permitía aconsejar al rey sobre la estrategia de expansión imperial''^ En Portugal ya habían trabajado otros ingenieros al servicio de Felipe II, además de los que se incorporaron de ese reino como Casale oTerzi una vez producida la unión de coronas ibéricas®^ Spannocchi en 1590 se hallaba visitando y dibujando la costa del reino según informaba el conde de Fuentes®^ Quizá de entonces date el dibujo de San Felipe de Setúbal y la costa que se conserva (o al menos una copia) en el ISCAG de Roma, y que viene siendo atribuido últimamente a Spannocchi®"*. De ese mismo año es un interesante Discurso del Capitán Hernando

de Acosta sobre las fortificaciones

de la barra del Tajo, en el q u e pro-

pone la construcción de la fortaleza de Cabeza Seca, imprescindible para asegurar la defensa de la entrada del río, puesto que la artillería del castillo de San Julián no tenía el alcance necesario -recordemos lo insuficiente que lo consideró Juan 36

Udine, Forum, 2004 U n panorama general en Alicia CÁMARA, « D e l papel a la realidad.Tratadistas e ingenieros militares en el siglo X V I en el mundo hispano-portugués». En Cabo Verde. Fortalezas, gente y paisaje. Bilbao, Agencia Española de Cooperación Internacional. Grafo, 2000, pp. 52-79. AGS, Guerra y Marina, leg. 282, í 144. Carta del conde de Fuentes al rey de 3 de marzo de 1590. Entre muchos temas referidos a la gente de guerra y las armas que había para la defensa de la barra del Tajo, escribe «Quedo advertido de lo queV. Md, manda se de aTiburcio Espanochi para acavar de vissitar la costa deste Reyno, de lo que ha vistoa hasta aquí creo envia el dibuxo». Angela MARINO, « A proposito di Atlanti, N o t e su un codice romano attribuito al Neroni», En Angela MARINO (coord,), L'ArchItetturo degli ingegneri. Fortificazioni in Italia tra '500 e '600. Roma, Gangemi FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

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editore, 2005, pp. 79-81. Sobre este atlante y otros de la época de

características similares, ver

Oronzo BRUNETTI, L'ingegno delle mura. L'Atlante Lemos della Bibliothèque Nationale de France. Florencia, Edifin 2006.

AGS, Guerra y Marina, leg. 282, f. 180.

" Sobre este proyecto, ver el catálogo de la exposición Felipe II. Los ingenios y las máquinas. Ingeniería y obras públicas en la época de Felipe II. Comisario Ignacio GONZÁLEZTASCÓN. Madrid, Sociedad Estatal para la conmemoración de los centenarios de Felipe II y Carlos V, 1998, y Alicia CÁMARA «Giovanni Battista Antonelli...» op. dt, pp. 163-218. ' AGS, Guerra y Marina, leg. 496, f. 183. Madrid, 9 de febrero de

Bautista Antonelli-, y afirma que la forma circular -que es la que se le dio en principio- es la mejor, dando varios argumentos para ello. Pero lo que nos interesa es cómo se refiere a la barra de Lisboa, en la línea de don Juan de Silva, cuando la llamó «la garganta del reino», pues comienza su dis-

Diseño del emplazamiento del castillo de San Gian y su batería, 1581. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 16, 7

curso así: «De España es la llabe Portugal y de Portugal Lisboa y de Lisboa la barra o entrada del río»®'. Con definiciones como las citadas entendemos muy bien la excelencia de los ingenieros desplazados a Portugal, el proyecto de navegación del Tajo de Juan Bautista Antonelli para unir Lisboa con Madr¡d''^ y la confianza depositada por el rey Felipe II en el ingeniero Leonardo Turriano al nombrarle Ingeniero General del reino de Portugal. Leonardo Turriano, a quien dejamos en Coruña, obtuvo una licencia para ir a la corte: Teniendo consideración a las caussas que representáis en vra. Carta de 13 del passado ha parecido escribir al conde de sta. Gadea la que va con esta para que en virtud della os de licencia por cincuenta dias para venir a esta Corte, de la qual podréis ussar quando os la diere"'.

1597. El rey refrendada de

Esteban deYbarra señalada de don Juan de Idiaquez.

Debió tomarse esos días de licencia, o al menos pudo hacerlo si atendemos a las fechas que conocemos, ya que no llegó a Lisboa hasta el 16 de mayo de 1597. 37

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Alicia Cámara

AGS, Estado, leg. 434, f 75. »' Luis CABRERA DE CÓRDOBA,

Historia de Felipe II... op. dt, p. 1012.

Fuerte de Nuestra Señora de la Luz en Cascaes. Fotografía de Leandro Cámara

Mientras tanto, en el mismo mes de enero de 1597 en queTurriano informaba sobre la fortificación de La Coruña, don Juan de Silva, conde de Portalegre, se apuraba por el estado de las fortificaciones de la entrada del Tajo y Lisboa. En septiembre de ese año, antes de que llegara el ingeniero, don Juan de Silva se ocupó de «sondar la barra»®® en San Gian porque la defensa de Lisboa debía ser prioritaria, «pues la fama del saco y ruyna della puede satisfacer toda la ambición del mundo junta». El conde, «sabio y elocuente con eminencia y felicidad en aconsejar»®^, pedía al rey que mandase fortificar la barra perficionando lo imperfecto y flaco della, y como los castillos que defienden y desacomodan los surgideros y desalojan dellos los navios hazen más efecto que los que cierran los passos, porque nunca los cierran del todo, soy (todavía) de opinión que se fortifique el de Cascaes, pues cuando lo estuviere mal podrán desembarcar para caminar dexándole atrás.... La defensa que comenzaba en Cascaes, la continuaban el castillo de San Antonio, el de San Gian y el de Cabeza Seca, que debía acabarse. Entre San Gian y la

" AGS, Guerra y Marina, leg. 481, f. 88. Don Juan de Silva al rey el 4 de enero de 1597. El texto merece ser reproducido con más amplitud. Lisboa es vulnerable por «el sitio de la giudad y la calidad de la gente que ha de hazer la defensa, porque si por haver entrado los Ingleses en Cádiz entró el temor en Sevilla y la consideración de armarse y aper?ebirse, Lisboa los tuvo alojados a las puertas de santa Catalina y de san Antón, y tal impression les hizo aquella entrada en los ánimos que les dura siempre». Se refiere a continuación a que ahora es mayor la fidelidad de los portugueses, pese a que «el desamor del duque de Alva no los esforgó para defender a Don Antonio. Son pueblos pacíficos y regalados inhábiles para el trabajo que nunca experimentaron, quanto más para contrastar el peligro si le viessen al ojo. Saco desta regla la gente principal y la mediana que tienen honra... la gente honrada de Portugal lo es tanto que en la necessidad no se acuerdan sino de servir». Siguen quejas sobre el estado de las armas, y apela a que el rey favorezca el envío de armas desde Vizcaya, y la petición de soldados para defensa de las costas.

" AGS, Guerra y Marina, leg 481, f 88.

torre de Belém habría que hacer una fuerte torre sobre el monasterio de Santa Catalina, y la torre de Belém debía ser ampliada con una plataforma, para completar la defensa junto con la torre de Caparica'°. Lo más interesante es que antes de que Leonardo Turriano dejase La Coruña, ya le reclamaba don Juan de Silva para Lisboa, pidiendo en esa misma fecha de 4 de enero de 1597, que el ingeniero dejara Galicia durante un mes para tratar de las defensas de Lisboa, porque le había parecido «que las traya bien entendidas, y los pocos días que aquí estuvo le estorbó el tiempo de manera que no pudo reconocer la barra ni las fortalezas della» lo cual pedía si era posible: «si para esto diera lugar la ocupación que allá tiene»''. De lo cual cabe deducir queTurriano sí que estuvo unos días en Lisboa mientras se ocupaba de las fortificaciones de Galicia, antes de su asentamiento definitivo en el Reino de Portugal. 38

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Castillo de San Gian. Fotografías de Leandro Cámara

Abundando más en la importancia que siempre tuvieron las fortificaciones de

Plano de la fortaleza de San Gian, Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 78

Lisboa para la monarquía, lo que explica la presencia deTurriano, como la anterior del capitán Fratín, o el papel de Terzi o Casale, cabe recordar que allí fue a trabajar hasta un ingeniero griego, casado además con la hija de un militar turco''^ El gran puerto atlántico que era Lisboa, además de la mez" En noviembre de 1590 Catalina Bona, viuda de Juan Pelicacio, («gentilhombre griego Ingeniero de V.Md.», al que el rey envió a 1 Lisboa «a exercitar su officio de Ingeniero con diez escudos al mes donde murió», pedía para ella y sus hijos la plaza de su marido para poderse sustentar; ya que además no se le había hecho ninguna de las mercedes que se acostumbraba a hacer a los que se habían convertido al cristianismo, siendo como era ella hija de un capitán de artillena de los turcos. AGS, Guerra y Marina, leg. 310, f. 49. " «Llegué a esta ciudad a 16 de

este mes. Di luego la carta d e V

Magd. al Conde de Portalegre, i le mostré las traças que yo truxe, i la relación como V Magd. me

mandó. Luego acordó de ir a

Cascaes, el tiempo no ha dado

Jgar hasta agora...». 24 de mayo

de 1597. AGS, Guerra y Marina. leg. 485, f. 284

cla de razas y de gentes procedentes de todo el mundo, como este ingeniero, dio lugar a una expe-

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riencia en la fortificación de la entrada del río, que se convertirá en modelo para otras, como las del estrecho de Magallanes, que en 1581 el capitán general de artillería don Francés de Álava pensaba que presentaba unas características geográficas semejantes a las de Lisboa. Finalmente, el 19 de abril de 1597 el rey envió a Leonardo Turriano a Lisboa con las trazas y relación de lo que había que hacer en la barra de entrada. Sabemos que el ingeniero llegó a Lisboa para quedarse y «levantar casa» en esa ciudad el 16 de mayo de 1597, presentándose de inmediato ante el conde de Portalegre®^ Fue con orden y un despacho para éste en el que se le indicaba que debía tratar con Turriano «acerca de las fortificaciones que se han de hazer para asegurarla entrada de la barra del río de aquella ciudad». Turriano debía mostrar al conde «las

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Alicia Cámara

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traças y relación que llevays y en lo que se huviere de poner luego la mano usareys de la diligencia que de vos confío y en lo demás que por agora no se pudiere hazer avisareys de vuestro parecer...

Sabemos que tres años después volvió a

la corte, ya que se casó en Madrid el 29 de julio de 1600 con su primera mujer, Juana de Herrera, dejando claro en la escritura de dote y donación de arras, que era Ingeniero Mayor del rey en los reinos de Portugal, y que tras el casamiento el matrimonio iba a partir para Lisboa'''. Esta estancia en Madrid coincidiría con su informe, dado en la corte, sobre las fortificaciones de Canarias''®.

AGS, Guerra y Marina, leg, 496, f 373, « L CERVERAVERA, op. cit, 1996, pp, 267-270, " A. RUMEU DE ARMAS, op. dt, p. 439.

Parecía haber llegado el triunfo más ambicionado por un ingeniero, hacerse cargo de toda la defensa de un reino clave como era el de Portugal, pero no fue todo un camino de rosas, así que Leonardo Turriano escribía al rey el 24 de enero de 1598 desde Lisboa con una queja, no por reiterada entre los ingenieros, menos demoledora para lo que fue el ejercicio de una profesión de tanta responsabilidad: la falta de dinero. Pese a lo que nos puede parecer un buen casamiento a efectos económicos, se quejaba Turriano de que, al haberle dado la plaza de Ingeniero General del Reino de Portugal, había perdido el sueldo de la corona de Castilla. Suplicaba al rey que se le siguiera pagando finiendo consideración a mis servicios passados, i a los que he de hazer por ambos Reynos en este, i que el sueldo que tenía felippeTercio de 40

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

" AGS, Guerra y Marina, leg. 511, f 216. " AGS, Guerra y Marina, leg, 513, f. 136. " AGS, Guerra y Marina, leg. 398, ff. 48,53, 149 /207. Son cartas de annbos ingenieros, y de don Juan de Silva, conde de Portalegre, que está de acuerdo con la decisión del rey de que sean los «discípulos» de Casale los que continúen con la fábrica, N o suele aparecer la palabra discípulo en la documentación oficial y por eso la subrayamos. Es más frecuente utilizar denominaciones como las de ayudante o entretenido. AGS, Guerra y Marina, leg. 511, f 170. Lleva 38 años de servicio al rey y si lo consigue no se sentiría inútil en ese puesto de castellano de Cascaes. "" AGS, Guerra y Marina, leg. 512, f 169.

AGS, Guerra y Marina, leg, 513, f 21,22,23.2 de mar^o de 1598. La isla de Canaria al rey; refiriéndose a la fortificación del cerro de san Francisco de la ciudad, les habían dicho «que para ello venía Leonardo Turriano ingeniero, con las órdenes y rrecaudos convinientes, el qual no ha venido y aunque esta obra es tan ymportante y necesaria y muy grande la necesidad que ay de armas y pólvora...» Necesitan ayuda tanto para la fortificación como para las armas. AGS, Guerra y Marina, leg. 520, f 41. El 20 de octubre de 1598, don Luis Carrillo pide desde La Coruña que para la fábrica y fortificación de la ciudad «convendria ynviarme ynginiero de quien se pueda fiar lo que tanto ymporta Suplico aV.Md. questo no se dilate más y que si fuere posible venga leonardo turriano o tiburçio espanoqui que por conocerlos a hentramvos me parece que cualquiera dellos seavien aproposito y con elque viniere mandaraVMd. se provean dineros por esta quenta a lo qual acudiré yo con el cuydado posible aquí y en Bayona a donde se podría con muy poco tiempo y dinero asigurar mucho aquella plaça»,

Ingeniero era parte de otros mayores, i que lo es también respeto del que agora no me quieren pagar, de más que la ciudad es carísima, todo poco para ella, i que no fuera merced (se refiere a haber sido nombrado ingeniero general) dexando de goçar ambas plaças, como aquí hai otros que las goçan®'. Entre los que gozaban de ambos sueldos estaban sus propios ayudantes, Alejandro Massai y Gaspar Ruiz®», con el que se enfrentaría en Cabeza Seca, que habían sido discípulos de Fray Juan Vicencio Casale, trabajando con él en la fábrica de Cabeza Seca. Cuando Casale murió en Coimbra, tanto Massai que era sobrino suyo, como Gaspar Ruiz, que había sido enviado a Lisboa desde Burgos, se hicieron cargo de las obras®®. Una de las fortificaciones de las que se debió ocupar Leonardo Turriano fue la de Cascaes. El castellano de este castillo. Ñuño de Orejón escribía al rey, el 27 de enero de 1598 acuciándole para que se hiciera bien de una vez por todas la fortificación de ese castillo, donde él llevaba sirviendo ya ocho años, viendo «la necesidad que este rreyno tiene de la fortificación deste castillo y ponerlo en la horden que conbine porque con esto aseguramos esta defensa y puesto y no se pierde tanta rreputación como se abentura cada primavera»*™. Y como las fortificaciones de la barra de Lisboa, entre las que se incluía como apoyo este castillo, pero en general las de todo el reino, eran urgentes, los gobernadores de Portugal se alarmaron cuando pensaron que Turriano debía ir de nuevo a Ferrol, así que escribieron al rey el 25 de febrero de 1598 que Bernardo Turriano (sic) no vaya a ferrol, por ser muy necesario en Lisboa para asistir a la fábrica que se haze para sustentar los montes de sancta catalina, y de las chagas que se van ruinando con mucho peligro de aquella ciudad, y que también es necesario que vaya a la costa del Reino del Algarve a ver los lugares que se han de fortificar, para que se puedan defender, y viendose esto en el Consejo ha pareçido que V.Mgd debe ser servido de aprovarlo'"'. Leonardo Turriano era ya imprescindible en su nuevo destino, y por ello raras veces abandonó Portugal desde entonces. Le reclamaron desde Ferrol, le reclamaron desde la isla de Gran Canaria en marzo de ese mismo año de 1598, y en octubre don Luis Carrillo lo reclamaba para La Coruña, aunque también se conformaba con Spannocchi'"^ Parece que tardaron en darse cuenta de que Leonardo Turriano había dejado de ser un ingeniero que se movía por los distintos reinos, como lo hacía Spannocchi por los reinos de España, para pasar a ser el Ingeniero general de un solo reino. En marzo de 1598 don Juan de Silva hacía al rey un buen resumen de la situación deTurriano, y de lo que se esperaba de él: 41

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Alicia Cámara

Leonardo Turriano tiene las buenas partes que V. Md sabe para servirle y assi dessea tener en que ocuparse también lo desseo yo por lo que ymporta al servicio de V. Md y a la seguridad deste puerto que el castillo de Cascaes y los de mas se fortifiquen como estava acordado y espero que V. Md. lo mande, aquí se le da el sueldo que tenía PhelippeTergio y aunque es bueno no basta a sustentarle comodamente si V. Md.le manda quitar el que tiene por essa Corona, y aunque assi no fuera si no que pudiera vivir holgada mente (que sin duda no puede) convenia que tuviese algún recurso ami (sic) porque también los Portugueses no se algen con el, y aunque esto sea tener dos sueldos con un oficio lo dispensa V. Md. siendo en diferentes partes, y especialmente con estos yngenieros que los mas los han tenido y los tienen oy, y assi supplico a V. Md. lo congeda aTurriano'".

= AGS, Guerra y Marina, leg. 513, f 139. 17 de mareo de 1598.

Era tan definitivo para su situación el apoyo explícito del conde de Portalegre, que unos días después de la carta del conde, el ingeniero pedia al rey que su carta sobre su súplica de sueldo no fuera llevada al Consejo hasta que no llegasen también las del conde de Portalegre y los señores gobernadores. Y para acabar de hacerse valer con todos los recursos que tenía, alude explícitamente a los libros que había escrito: Los días passados embie a V. M. el último papel prometido. Esta tarde he acabado un libro sobre la cifra, en estando en buena letra que se pueda leer irá a sus manos de V. M. i a poco a poco otras curiosidades. También he acabado el libro de Orán i ha salido más curioso quel de las islas, con el i con otros travajos espero de besar las manos a v.m. pasado los calores...'"".

' AGS, Guerra y Marina, leg. 513, f 172. Lisboa, 26 de marzo de 1598.

En agosto de ese año de 1598, tan importante en la vida de Turriano, don Juan de Silva reclamaba el regreso de Turriano a Lisboa, ya que le había dado una licencia por dos meses para que fuera a la corte «para que informe a boca de lo que ha visto y tragado, y V. Md. pueda juntamente tomar la resolución que convenga a su servigio en la election de las tragas y en la provisión del dinero». Hacia falta que el rey le ordenara regresar cuanto antes «por la necesidad que ay de su asistencia y lo bien que acertará a servir a V. Md. en las cosas de su profesión», le esperaban en Lisboa la fortificación del castillo de Cascaes, la torre de Belém y otras plazas que el conde no nombra'®. Mucho ir y venir a la corte, gran aprecio del conde de Portalegre y del mismo

AGS, Guerra y Marina, leg. 518, f 189.

rey, pero la verdad es que tardó en conseguir que le pagaran los dos sueldos, aunque la resolución en este sentido del Consejo de Guerra, el 11 de febrero de 1600, fuera acompañada de grandes elogios para el ingeniero habida cuenta además de la falta de hombres de esta profesión. A los pocos que había era necesario 42

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

cuidarles. Él había seguido argumentando que no se podía sostener con un solo sueldo en una tierra tan cara, y porque derechamente la resolución de las fortificaciones de aquel Reyno dependen desta corona y la ejecución dellas de la otra, que en suma no es mas de un sueldo pagado en dos partes, por esto y por haver diez y siete años que sirve a esta de Castilla... y asimismo porque conbiene al servigio de V.Md. que el dependa desta corona... el Consejo de Guerra informa favorablemente de la petición porque a servido y sirbe con mucho cuydado y diligencia, y ay muy pocas personas de su profesión y tiene sujecto de quien V.Md. puede ser muy bien servido y es necesario premiarlos para que dhos se inclinen a su Arte y no se bayan acabando como ha subgedido por lo pasado. La cédula para que se le siguiera abonando el sueldo de la corona de Castilla es AGS, Guerra y Marina, leg. 569,

f. 98. IHCM, Coiecdón Aparid, t o m o V I f f 340.

de 3 de marzo de 1600'°®. El castillo de Cascaes como dijimos más arriba era una de las prioridades, y de él se ocupó inmediatamente Turriano. Ese castillo podía frenar a los enemigos antes de pensar siquiera en acercarse a Lisboa, por eso Leonardo Turriano «hizo Castillo de San Felipe de Setúbal. Fotografías de Leandro Cámara

43

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la traça sobre lo que antes se havía rascuñado», que ya estaba en manos del rey, y seguía el conde de Portalegre: si V. Md.fuesse servido de mandarla luego ver y aprovar en el modo que mejor fuere, y proveer la mitad del dinero se podría Turriano dar tan buena priessa desde luego que en tres o quatro meses se pusiesse en buenos términos, y solo començarla continuando la fábrica hará ver a los enemigos que estamos despiertos y pensar en otra cosa, el conde de Fuentes puede informar a V. Md. mejor que yo, y el de Puñoenrostro ha poco que lo vio y consideró V. Md. se a servido de mandar que le informen. Los problemas que se presentaban eran que el conde de Monsanto había terraplenado un jardín cerca de esa fuerza

AGS, Guerra / Marina, leg. 580,

f. 25 y 37. Informe del Consejo de

Guerra de 9 de marzo de 1601 e

que sirve a los enemigos de plataforma para poner su artillería, y les aho-

informe de Leonardo Turriano

rrará seys días de tiempo en hazer lo que se hallan hecho, pero también

Cascaes de 26 de mayo de 1601

será fágil de deshacer y hechar la tierra en la mar quando se acerque la ocasión, demás que con el arte se ocurre a esta dificultad no havrá necesidad de cavar el foso que llevara gran tiempo y dinero.

sobre las fortificaciones de

respectivamente. El Consejo se

refiere al problema que plantea la

casa del conde de Monsanto en Cascaes, a quien hay que darle

bastante dinero por ella, ya que es «muy principal». El rey debe

El Consejo de Guerra hacía constar el problema político que podría derivarse de la incorporación de la casa del conde a la fortificación. Había que hacerlo con todo cuidado y legalidad, y sobre todo recompensándole bien, porque si no podría provocar un escándalo en el reino

Resulta también interesante, ade-

más de esa capacidad de gobernantes e ingenieros de adaptarse a las circunstancias, que don Juan de Silva haga notar que, en la barra «los castillos ... espantan más que dañan»*"®. Para remediar todo aquello había llegado Leonardo Turriano, que contó en todo momento con el apoyo del conde de Portalegre. En concreto sobre el emplazamiento estratégico del castillo de Cascaes opinaban lo mismo. En septiembre del año 1500 el rey había dado orden para las fortificaciones de la ribera de Lisboa. Y en 1601 Turriano opinaba que el de Cascaes era de mucha «consideración por el sitio que tiene puesto a la boca del río y tan gerca de la dicha Lisboa, y porque desde allí rrespondiéndose con el fuerte de sant Antonio hazen impedimiento ...», por lo que era necesario para asegurar Lisboa y la Barra. Y aprovechan-

ejercer su autoridad y dar al

marqués de Castel Rodrigo «otra orden más fuerte que la

primera» para llevarlo a cabo. AGS, Guerra y Marina, leg. 539,

f 22.EI 16 de enero de 1599 don

Juan de Silva, conde de Portalegre

escribe al rey desde Cascaes:

«imagino que ninguna cosa nos

asegura tanto ni atajaría más de

rayz los intentos del enemigo que

fortificar este castillo de Cascaes,

porque consideradas las

dificultades de la entrada y salida

de la barra, si aquí huviesse fuerça que los obligasse a sitiarla

despacio, o dexarla a las espaldas, no puedo creer que se atreverían

a pensar en Lisboa, el Rey (que haya gloria) lo tenía resuelto y

embiado el dinero que yo gasté

en el despacho del armada de

do la coyuntura se refiere a algo que es lo que más nos interesa (puesto que de las

Marcos de Aramburu, y pagas de

fortificaciones portuguesas se ocupa en este libro Rafael Moreira) que es su queja

alguna que entró de Castilla, sin

la Infantería Italiana y de otra

de que no le reconocían en Portugal la autoridad en materia de fortificación que

que se me dexase de representar

correspondía a su nombramiento de Ingeniero General del reino, y así se encon-

para la fortificaçiôn, pero aquella

la dificultad de tornarlo a juntar

traba con que los oficiales de Hacienda de aquel reino «crian yngenieros y offi-

neçesidad fue tan preçissa que

ciales y los envían a fortificar y gastar a donde les paresse sin querer entender que

medio muerta si no se socorriera

tiene aquel Reyno Yngeniero porV. Md.» gastando el dinero como quieren, por 44

pereciera la gente que vino

con el dicho dinero»FUNDACION JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

lo que Leonardo Turriano no sabía en qué lo habían gastado, por todo lo cual, Turriano pedía que se controlasen las cuentas y ponía como ejemplo lo que se "» AGS, Guerra y Marina, leg. 580, f. 25. Se refiere al problema que plantea la casa del conde de l^onsanto en Cascaes, a quien hay que darle bastante dinero por ella, ya que es «muy principal». Sobre el descontrol del dinero, informa que ha llevado a tal corrupción, que hay personas que por el oficio de pagador que tiene cien cruzados de sueldo al año están dispuestos a dar ocho o diez mil ducados al contado. AGS, Guerra y Marina, leg. 539,

f. 24. El conde Portalegre al rey el

23 de enero de 1599.

' ' ' Discurso de Leonardo Turriano sobre el fuerte de san Lorenzo de Cabefa ceca empegado en la boca del Taxo en el arenal enfrente del castillo de san Giulian dicho san Gian, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892. En este manuscrito Turriano disiente de la planta de Spannocchi, hecha como sabemos siguiendo la traza de Casale, y cuestiona a Gaspar Ruiz. En lo que se refiere a la cimentación de la torre, sobre lo cual tampoco está de acuerdo con lo que se está haciendo, explica con detalle cómo afectan las mareas a una obra como esa. Carta de Gaspar Ruiz de 31 de octubre de 1601, AGS, Guerra y Marina, leg. 574, f 136. Sobre la polémica, ver también Leg. 599, ff. 58, 69 y 70. IHCM, Colección Aparici, tomo VII, f 371. Así resume su belleza Nicolao

de OLIVEYRA en su Livro das

grandezas de Lisboa composto pelo

hacía en Aragón'"'. Algunas de las reformas y de las obras llevadas a cabo por Leonardo Turriano pueden verse en los dibujos. Así por ejemplo, para que la torre de Belém fuera eficaz bastaba «con alargarla un poco a la vanda de la mar para sacar fuera la artillería que donde está no

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sirve sino de romper la misma torre»"". La obra de Cabeza Seca dio problemas por el empeño de Turriano de cambiar la forma circular a una forma ovalada. La traza era de Casale, se había iniciado en 1590 y cuando Turriano llegó a Portugal se ocupaba de las obras Gaspar Ruiz. Aquí de nuevo encontramos un enfrentamiento entre Turriano y Spannocchi, porque este último apoyaba la traza original y por lo tanto a Gaspar Ruiz, y definía la propuesta de Turriano como de «poca sustancia». Proponía hacer un modelo de bulto del diseño original. La historia acabó con el viaje a la corte en 1602 tanto de Turriano, como poco después de Gaspar Ruiz, para defender cada uno su teoría sobre la forma circular u ovalada. Ruiz solicitó que Turriano diera por escrito sus razones, lo que es probablemente el origen de uno de los manuscritos que se conservan de Leonardo Turriano'". En todo este proceso cabe señalar algunas cuestiones que afectan a la profesión de ingeniero en la época. Por un lado que Gaspar Ruiz había sido maestro de cantería en El Escorial, lo que le capacitó para formarse como ingeniero, probablemente mediante su paso por Burgos para conocer la artillería, ya que fue desde esa ciudad desde la que llegó a Lisboa, y por otro, que Felipe II en los años noventa había procurado que se formaran ingenieros españoles. Gaspar Ruiz es totalmente explícito en ese sentido, y no deja de hacer notar queTurriano es italiano, y que el rey debe favorecer a los ingenieros españoles"^ Según el memorial ya citado de Turriano del año 1628, en Portugal «han corri-

padre frey Nicolao d'Oliveyra

do por su mano» las fortificaciones de Cascaes, Cabeza Seca, Belém y castillo

Religioso da Orden da Sanctissima

de San Antonio, y todas las demás partes con mucho ahorro de la Real hacien-

Trindade, et natural da mesma cidade. Lisboa, Jorge Rodríguez,

da, y muy a satisfacción de todos los que allí han gobernado»"^ La «muy visto-

1620, f 73v.

sa» torre de Belém"" la vemos seleccionada entre las grandes fortificaciones por-

Daniela LAMBERINI, II Sanmarino.

tuguesas durante los años de la anexión de coronas en el atlante del cosmógrafo

Giovan Battista Belluzzi architetto militare e trattatista del Cinquecento Cita di Castello, Leo S. Olschi

Editore, 2007, voi. I, p. 127.

LEONARDO TURRIANO, Dos posibilidades de construcción del fuerte de Cabeza Seca, Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f 2

Matteo Neroni de la Biblioteca Nacional de Florencia iniciado en 1602"', quien lógicamente se serviría de las plantas y dibujos enviadas desde la corte española. Además de la torre de Belém, en este mismo atlante se representan las fortalezas 45

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Castillo de San Clan y castillo de Otón, Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Ms. Il.l. 281. Por concesión del Ministero per i Beni e le Attività Culturali della Repubblica Italiana/Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze

' " AGS, Guerra y Marina, leg. 701, f. 679. Madrid, 12 de diciembre de 1607. «Certifico yo Leonardo

Turriano que ha diez años que

Joan del Olmo assiste cerca de mi

persona sin sueldo a las fabricas

de las fortificaciones de Portugal

assi en la de Caveçaseca como en

la del Castillo de S. Gian, de S.

Antonio de Cascaes, de la torre de Caparica, y en todos los de

mas remiendos que se ofrecen

con mucho cuidado, y juntamente

a las traças de las dichas

más importantes de la entrada del Tajo, con la de San Gian, Cascaes y el castillo

fortificaciones... Tiene una

de Otón, además de una interesante imagen en la que la ciudad de Lisboa ha

mucho deseo de continuarla»,

desaparecido para resumirse en sus fortificaciones, una imagen que muestra el emplazamiento de éstas entendido como lo que fue, un verdadero sistema defensivo en el que todas las fortificaciones eran necesarias para proteger esa «garganta del reino» como la definió el conde de Portalegre. En Portugal Turriano se ocupó de las personas que trabajaron con él, como Juan del Olmo"^ que además había sido testigo de su primera boda, junto con Alon-

experiencia de diez años y

por lo que pide para él que el rey

«le haga la merced que

acostumbra hazer a los

introducidos en esta profesion de

architetura militan).

L. CERVERAVERA, op, dt, 1996,

p. 270 y 272. El 3 de abril de 1600 Alonso Turrillo, «ayudante de

so Turrillo, quien también fue enviado a Lisboa como ayudante deTurriano, ambos

Ingeniero», enviado por el rey a

«criados» de éste en julio del año 1600, aunque en la misma fecha se diferencia a

Turriano, pide que el sueldo se le

uno del otro, pues Alonso Turril lo era criado del rey y ayudante de ingeniero mayor, y Juan del Olmo era criado, pero no queda claro si de Turrillo o deTurriano"'. Por su parte el otro ayudante deTurriano, Antonio Simón, el 22 de marzo de 1603 se 46

Lisboa a servir con Leonardo

pague en esa ciudad, lo mismo que se ordenó hacer para

Antonio Simón. AGS, Guerra y Marina, leg. 578, f H FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO


r Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

' '» AGS, Guerra / Marina, leg. 614, f 121. AGS, Guerra y Marina, leg. 580, if.

- M i

37 y 83. Valladolid, 19 de junio de 1601. Leonardo Turriano había escrito el 26 de mayo que se estaba reparando el castillo de San Gian, pero que iba muy despacio. Consulta del Consejo de IO de octubre de 1601. El 4 de septiembre de 1600 ya se había referido a la reparación del castillo

A. L I « B O N A

B . T o r r i di B c l c t n . C . & . U 1U.Ì1U1 .

X>. Cafcai . E.CaftS Bciein. f, CaJt-cl Oéonc .

C.lrttuh^l. H. Don A n f o i i i o . J .'Ponte che dette ÌAu.itì'oi-iA K . R e Flhjjpo . I,. (.appirccini.

de San Gian. El castillo de Lisboa estaba tan «aportillado» que se podía entrar a él por muchas partes. Informa asimismo que la fortificación de Cascaes tiene el problema del padrastro que supone para ella la casa del conde Monsanto, y que el castillo de San Gian está bien acabado tanto por la parte de tierra como por la de mar ™ AGS, Guen-a y Manna, leg 1006, s.f «Diego Tumiano dize, queVMagd.le hizo merced del oficio de su padre

M

A

R

E

ocEAhro

-

de Inginiero mayor del Reyno de Portugal y que vaya a servir a Flandes algunos años, y aviendose imbiado al consejo de Portugal la

declaraba, «Ayudante de Leonardo Turriano Ingeniero general del reyno de

orden mucho tiempo ha no se le

Portugal»"®. De todas las fortificaciones Turriano fue dando cumplida cuenta de lo

Nazionale Centrale di

tiempo, y ay ocassión para ir a servir

hecho y lo proyectado al Consejo de Guerra del Rey"®. Se cuidó bien de sus hijos,

concesión del Ministero

en Flandes en la guerra viva y está

Diego Turriano, formado como ingeniero militar, que heredó su oficio de Ingenie-

Culturali della

declara la dicha merced, y ponqué es

dispuesto a partir luego. Suplica a VMgd. sea servido de hacer un recuerdo para que se le declare la dicha merced en el consejo de Portugal por irse luego a servir y poder poner en execución la orden

ro Mayor del reino'^°, y Joào, fraile benedictino, pero con una formación científica como ingeniero, que le llevó a ser profesor de matemáticas en la Universidad de Coimbra. De su familia y sus hijos se ocupa en este libro Rafael Moreira.

Lisboa, Biblioteca

Firenze, Ms. 11.1. 281. Por

per i Beni e le Attività Repubblica

Italiana/Biblioteca

Nazionale Centrale di

Firenze

deV Mgd.». El Consejo recomienda que se haga el recuerdo. IHCM, Coíecdtín Aporra, t o m o Vil, ff 335,337 y 341. En ese año de 1598 Turriano escribía que «para poder venir a esta corte, el conde de Portalegre le mandó pagar dos meses adelantados», y el 29 de enero de 1599 el Consejo de Guerra informa de un memorial del ingeniero en el que se refiere a lo que se ha gastado «en venir a esta corte», y a lo caro que es vivir en Lisboa, por lo cual aprueban darle 400 ducados de ayuda de costa, «y que se buelva luego a Lisboa en las fortificaciones, que el Conde de Portalegra apunta». RUMEU DE ARMAS, op. dt, p. 434.

Estancias en la c o r t e y nuevas responsabilidades Leonardo Turriano pasó gran parte de su tiempo en la corte mientras era Ingeniero Mayor de Portugal, y no sólo para informar sobre las fortificaciones de ese reino, sino para otros cometidos como ahora veremos. En 1598 parece que hizo un viaje a Madrid donde estuvo hasta enero de 1599, hasta un total de quince meses'^', y como ya dijimos, también fue en 1600Turriano desde Lisboa a la corte para informar sobre qué era lo prioritario en las fortificaciones de las islas Canarias'^^ además de para casarse, lo que habría gestionado, suponemos que afectivamente claro, y acordado en todos sus términos en su larga estancia anterior En 1609 había ido a la corte cuatro veces «a su costa» para tratar «sobre materias de la barra y fortificaciones de la rrivera de Lisboa». El Consejo de Guerra confirma que ha ido las veces que Turriano dice a la corte «a tratar de cosas del servicio de V. Md. tocantes a su profesión y aora húltimamente le mandó V. Md. que biniese a dar quenta de lo de la barra y truxese los papeles della y así lo executó y ha dado quenta de todo con mucha puntualidad». FUNDACION 47

JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

Por todo ello el Consejo considera que es muy justo que se le pague"\ Esas faltas de pago habían sido constantes, como sucedió siempre en la carrera de todos los ingenieros, y por ejemplo en junio de 1603 ya había pedido que le pagaran los mil trescientos veinte ducados que se le debían para así poder regresar a Portugal'^". En 1624 hizo otro viaje a España para escribir el Parecer... sobre la navegación del río Cuadalete

al Cuadalquivir

y a Sevilla^^^ al que nos referiremos más ade-

lante. Lo cual demuestra que su fama como ingeniero hidráulico, de lo que nos hablan sus dibujos de máquinas o ingenios y sus proyectos en Portugal, pero también el muelle que hizo muchos años atrás en La Palma, había trascendido, y se le reclamaba para cuestiones ajenas a las de arquitecto militar. Hizo este informe después de haber reconocido ambos ríos en compañía del ingeniero Juan de Oviedo, y la conclusión era la necesidad de construir un canal entre los dos ríos. Parecer que da Leonardo Turriano, Ingeniero Mayor de Portugal, sobre la navegación del río Cuadalete a Guadalquivir y a Sevilla, 1624. Biblioteca Nacional de España, Mss. 2355, f. 443

La pasión por las máquinas y los ingenios, en los que Leonardo Turriano fue un verdadero experto tuvo su traducción en esta época no sólo en los famosos Veintiún libros de los ingenios y las máquinas atribuido tradicionalmente a Juanelo Turriano y que recopiló Juan Gómez de Mora'^®, sino en todo el entorno de los gobernantes de la época que se interesaron por aquello que implicaba un progreso demostrable en el dominio de las fuerzas de la naturaleza por el hombre. U n ejemplo de la época que vivió Leonardo Turriano: Juan Fernández de Velasco, VI Condestable

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io ¿.á Jff^¿mviMvnjyni^íd hj^a {^c^dc^^MiOium. QUR/*^ Áeio^a 9'ua. cddtjj^iyy&ytf/e/J^w'c/a/e^ccuaa.cLo .'¿díimi^ ßonlmte juie/teáta c^^ycm^ dtj jJ'^l"« Óni¡"m¿i Uima/rtcu Á&tAMayymímMy^aA, Q/nia/n^"^ dittamct'ií duun ¿áU CXo tt^jwile^ á^ ff/^atín^^iin/fy dím^t dejdtl}!

de Castilla y gobernador de Milán entre 1592 y 1600, antes de que lo fuera el famoso conde de Fuentes, pidió en 1595 al ingeniero Gabriello Busca que copiara el manuscrito de Francesco di Giorgio Martini (tan admirado por nuestro ingeniero) sobre máquinas y arquitectura que poseía el duque de Saboya, para que lo utilizara Justo Lipsio en su libro sobre maquinaria de guerra, aunque la copia la conservó el condestable en su biblioteca'". En 1627 el rey Felipe IV, que obviamente mantenía su confianza en Turriano, le ordenó

/r'cu

trasladarse «a la corte de assiento para tratar de

GimciaymaA- ¡Tie dea/Pe/)^ doAvedad-^Àw^dù. 'C^ía/> íajá^ de-ícu cvidmtn- Q/7\uma/rm¿ ^a t/iißMj^'cle ^0/xt^ntcL/íemv^af eJbcUì^a ladt Sitad», Íu3 C/KU. Ád owwffo ¿Xeíd&nte dtitì

las fortificaciones destos reynos de Italia y de las

wLvf miclcJe-

altü jM^adiuE^e:

cdtm

Qceyncyioßa/ficia C^bediafi,

Civnn.^o-.

^O'yiiií&o ß'^ ObaJdeÜ^eiaJ yv¡eíciija dtconAde-yiy. • cin qu.iyVxy?ca/nli> JíAñáciía^rpen èe ^'^¿/¡ftt/nmíX^Jju.rdñfr c^s ¿Jfípct^M ¿t/^a^u^'í^J'f^' ymuaita H/fi^ua yirn^i //ew-»

48

Indias». Sin embargo, el 30 de noviembre de 1627 llevaba ya seis meses en la corte y no se le había ocupado en nada. Sabemos que «se halla

AGS, Guerra y Marina, leg. 7 ! 2, s.f El consejo de guerra decidió el 24 de julio de 1609 que se le pagasen a Leonardo Turriano los 3500 ducados que se le debían de su sueldo, y los 400 de ayuda de costa que también se le adeudaban. En esa sesión del Consejo, de 24 de julio de 1609, estaban solamente Diego de Ibarra, marqués de San Germán, Esteban de Ibarra y don Alonso de Sotomayor IHCM, Coiecdón Aparid, torno VII, ff 343 y 344. Colección de Documentos inéditos para la Historia de España (CODOIN).TomoV. Madrid, Imprenta de la viuda de Calero, 1844, pp. 189-192. '^'Véase la edición facsímil de José Antonio GARCÍA-DIEGO de Los Veintiún Libros de los Ingenios y Máquinas de Juanelo Turriano. Madrid, Fundación Juanelo Turriano y Ediciones Doce Calles, 1996, María Cruz DE CARLOS, «ElVI Condestable de Cas^LÍlla, coleccionista e intermediario de encargos reales ( 1592-1613)». En José Luis COLOMER (Dir), Arte y Diplomacia de la Monarquía Hispánica en el siglo XVII. Madrid, Fernando Villaverde Ediciones, 2003, p. 249, En este artículo (pp, 247-273) la autora recoge otros documentos sobre la importancia de la ingeniería en las villas y quintas de la nobleza española. En el caso del condestable, en su alcázar en Berlanga de Duero, el ingeniero Roque de Falqui, «ingeniero de Su majestad en el Reino de Sicilia», construyó en 1613 un ingenio para subir el agua desde el río Duero al alcázar para el regadío de unos jardines que debieron ser de gran belleza AGS, Guema y Marina, leg 954, si

en hedad crecida y enfermo» por lo que no se le puede mandar a hacer Jornadas'^®, así que regresó a Portugal, donde murió.

FUNDACION) JUANELO TURRIANO


II

«Persona de mucha teórica y experiencia» N o soy solamente historiador; ni exclusivamente geógrafo, ni tampoco simple arquitecto militar'

' L.TORRIANI, Descripción de las Islas Canarias. Alejandro ClORANESCU (traducción y edición). Santa Cruz deTenerife, Goya Ediciones, 1978, p. 2. ' IHCM, Colecdón Aparid. tomo VII, f 370v. ' Susana MATOS ABREU, «Livros e saber pràtico de um arquitecto do século XVII: a biblioteca de Fr Joáo Turriano e o mosteiro novo de Santa Clara em Coimbra». Ciencias e técnicas do Patrimonio, Revista da Faculdade de Letras, voi 2.2003, p. 810. Hace pocos años han sido atribuidos aTurriano unas apostillas a una edición de los Oposculi Morali de Alberti, libro que no está entre los que señala S. Matos. Diego SUÁREZ QUEVEDO, « D e escultura y pintura en los Oposculi Morali de Alberti editados por Cosimo Bartoli ( 1568) con apostillas de

Con las palabras que abren este capítulo definió él mismo la complejidad de una profesión que hoy parece estar limitada a un saber técnico, colocándonos sin posibles vías de escape ante la complejidad de saberes de un ingeniero del Renacimiento. Sus conocimientos teóricos y su experiencia fueron -también seguimos sus palabras- los que le llevaron desde la corte de Rodolfo II a la de Felipe IP. La corte de Rodolfo II fue uno de los centros artísticos, culturales y científicos más productivos de su tiempo. Incluso el hecho de que en su fantástico dibujo de las islas Canarias bajo el signo de cáncer integre la geografía con un signo zodiacal, nos puede hacer recordar la pasión de Rodolfo II por la ciencia, y que en esa corte un astrónomo de la talla de Kepler (a quien Turriano no conocería, puesto que Kepler llegó a Praga en 1602, donde sustituyó como Matemático imperial a Tycho Brahe) hizo horóscopos, lo que se consideraba una ciencia, cuando las fronteras entre astronomía y astrologia eran todavía difusas. Su interés por la astronomía lo pone de manifiesto el que entre los libros que poseyó se encontrara la obra de Aristarco De magnitudinibus, et distantiis solis et lunae en su edición de 1572, y el Discorso delle Comete de Galileo y Mario Guiducci, publicado en Florencia en 1619^ Y si las constelaciones se representaban

Leonardo Torriani». Ano/es de

MARIO GUIDUCCI (y

Historia del Arte. n ° 16,2006,

GALILEO GALILEI), Discorso

pp. 185-228.

delle Comete, Florencia,

Nella Stamperia di Pietro

Cecconcelli, 1619

FUNDACION 49

JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

LEONARDO TURRIANO, Canarias bajo el signo de cáncer, Descrittione e l-iistoria del regno de l'Isole Canarie...Di Leonardo Torriani, cremonese, Universidad de Coimbra, Ms. 314, f. 8

O V I . R O

F O R T V I S Í A T E . 1

con la forma de los animales y figuras que les daban nombre, tal como vemos en la citada obra de Guiducci y en otras muchas anteriores, ¿por qué no se iba a hacer lo mismo con la tierra utilizando una figura astrológica, en este caso uno de los signos del zodiaco? Quizá nos sea útil para aproximarnos a la figura de este ingeniero, reproducir el texto en el que explica la imagen de las islas bajo el signo de cáncer: Estas islas están situadas casi en medio del tercer clima, frente al Atlas Menor y en la parte occidental de Mauritania (la cual, a partir del cabo Bojador, da la vuelta en dirección del estrecho de Hércules) en la zona templada, a cuatro grados y medio de distancia del trópico estivo. Se extienden hacia poniente 350 millas, y 170 del sur al norte, formando el signo del Cáncer, debajo del cual están colocadas. Este Cáncer, vuelto hacia donde se pone el sol, tiene en la pinza derecha La Palma, en la izquierda El Hierro, en el codo (pero un poco hacia fuera) La Gomera. En la cabeza tiene a Tenerife, la cual, con dos puertos y con una punta, casi le forma la boca y los ojos; y en el vientre tiene a Gran Canaria. Después, volviendo la cola hacia el Septentrión, de manera que sesgadamente sigue la costa del África, tiene la larga isla de Euerteventura, la de Lobos, Lanzarote y al final a las tres menores. Graciosa, Santa Clara y Alegranza. Este signo pasa por el cénit de las islas, y es frío y húmedo y templado; el cual, por poseer humedad sustentativa y templada, tiene la fuerza de alimentar y procrear apaciblemente todas las cosas que le están sometidas, sin grandes lluvias ni excesos de los elementos". 50

••TORRIANI, trad, de CIORANESCU, p.26.

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

^ Eddy STOOLS, y WernerTHOMAS, «Flandes y las Islas Canarias en la primera apertura al mundo 14501550». En Lumen Canariense. El Cristo de La Laguna y su tiempo. Vol. I, San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, A. Romero, 2003, p.33. ' Bartolomé ANTIST, A/monoche, o pronóstico de los efectos que se espera, según las configuraciones de los Planetas, y Estrellas que han de suceder en diversas partes del mundo, y particularmente en el Horizonte desta insigne ciudad de Valencia en el año 1581 .Valencia, Viuda de Pedro de Huete, 1580. Prólogo al lector Antist dice que su maestro fue Jerónimo Muñoz, también valenciano, matemático, geógrafo, hebraísta... y cuya obra matemática era conocida por Tycho Brahe y por Galileo, Sobre la proyección europea de la obra de Muñoz, ver Félix GÓMEZ CRESPO, Un astrónomo desconocido. El debate copernicano en El Escorial. Salamanca,Junta de Castilla y León, 2008, p. 19.

Por otra parte, y mirando sólo a la tierra y no al cielo de los cosmógrafos, astrónomos y astrólogos, cuando Leonardo Turriano realizó su fantástica imagen de las Canarias convertidas en un todo único, y extraordinariamente coherente en su disposición geográfica, merced al signo zodiacal del cangrejo, de alguna manera estaba utilizando un recurso ya empleado por el cartógrafo flamenco Michael Eitzinger en 1583 en el grabado que representaba a los Países Bajos c o m o Leo Belgicus y Leo Hollandicus,

para «abarcar y unificar gráficamente este conglome-

rado de una forma más impresionante y defensiva»=. En relación con las creencias astrológicas y los signos del zodiaco, podemos citar, entre otros muchos, un libro p u b l i c a d o en V a l e n c i a en 1580 que c o l o c a a España b a j o el signo de Sagitario, y a Portugal bajo el signo de Piscis. Son obras en las que la astrologia conlleva un c o n o c i m i e n t o astronómico, q u e a v e c e s se a c o m p a ñ a n c o n la descripción de fenómenos como el del gran cometa de 1577 que hace el autor de esa obra, Antist, y que admiró a todos los astrónomos europeos"". Abordando la figura de Leonardo Turriano nos movemos en lo que hoy llamaríamos «campos de conocimiento» poco definidos, si pretendemos ajusfar lo que sabemos de él a la c o m p a r t i m e n t a c i ó n científica actual. Este ingeniero del rey se consideraba más que arquitecto militar, historiador y geógrafo, por lo que no a c a b a n ahí nuestras posibilidades de estudio. Su profesión de ingeniero le llevó

y

lííiMáiiá / /////.

_^ ánea-

damiautiji/a/j'ii^-^amv'í'

^ jzím- tu íníi^íjm ''mojfi^/ieía je efia r.

Jriíjümí'iá/Í} írrKxÁf. íá/mjiáa, iá/^ímriná ni jí^ucaí mn'^muí{íí/mij^ma^Mma-f prnuíí/^eáímin

¿iiru.c

aturíiíÁ

^^íiíth¡ mttn mu^^ jmK^ntZ j^úná:jia

Pala para dragar. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 46v

.'iefníifj/ /¡íi^if tuar ej ej iHh

^at^er^Ji'/'

^jü g'/n-Aa^a'i/mii.jfi/'aítm ¿tfc/t/a ^ y^ina^ 'jc^jie/m. n/ptrnapie ^naí

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''í/yí^martí^ e/^rí^^n /¿¿a tfí tr rm ú^n/íímu 'mcmc/'^^xo e/aí¡ oí¿Í/M: ÍZUítm/o-ÍJa ¿ÍÍSÍS/ Rumania j2¿¿jiímfín:¿ve/íiíM!r¿rr¿Mje^^

-

51

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

' Dos Discursos de Leonardo

Izquierda

Turriano el primero sobre el fuerte

BERNARDO DE VARGAS

MACHUG«!, Milicia y

de San Lorenzo de Cabera Ceca en

Madrid, En casa de Pedro

limpiar la barra del dicho rio y otras

descripción

la boca del Taxo el segundo sobre

de las Indias.

diferentes. Biblioteca Nacional de

Madrigal, 1599

Portugal, Ms. 12892. La referencia a Felipe III en f 77v. El Discurso de

Derecha

PEDRO ROMÁN, Retrato de

Leonardo Turriano sobre limpiar la

Cristóbal de Rojas, en

barra del Taxo y otras barras de

CRISTÓBAL DE ROJAS,

otros ríos comienza en el f 40.

Teorica y practica de

fortificación, conforme a

° N u m a BROC, La géographie de la

las medidas / defensas

Renaissance, 1420-1620. Pan's,

destos tiempos. Madrid,

Bibliotheque Matonaie, 1980.

por Luis Sánchez, 1598

mucho más lejos de la arquitectura militar, la historia y la geografía, ideando ingenios y máquinas como los que ilustran su Discurso... sobre limpiar la barra del Taxo y otras barras de otros ríos, escrito ya al final de su vida, puesto que dice que se lo comunicó a Felipe III, que estaba ya en Gloria'. Su capacidad como historiador le incluye en la oleada de historiadores que contribuyeron decisivamente a la construcción de una historia de la monarquía española, y funde la historia con la geografía en sus Descripciones de las Canarias y de Orán utilizando el dibujo para ello. Sin embargo, no basta con esto para entender su trayectoria profesional en toda su complejidad. En esa profesión de «geógrafo», y pese a la tradicional división renacentista de la cosmografía como descripción del universo, la geografía de la tierra y la corografía de los lugares", pensamos que Leonardo Turriano está incluyendo las tres en la práctica de su profesión, a juzgar por los conocimientos que demuestra en sus obras, tanto escritas como dibujadas, y por los libros que poseyó. No nos debe extrañar tai diversidad de saberes y la amplitud de la práctica profesional de este ingemiero. El celebérrimo Galileo, a quien pocos considerarían arquitecto militar, coetáneo de Turriano, escribió tratados de fortificación en 1592-93, cuando era profesor en Padua, que permanecieron manuscritos, ei Trattato di fortificazioni

y la Breve

Istruzione

all'Architettura

militare,

y otro, c ó m o no,

referente al instrumento por excelencia del ingeniero. Le Istruzioni del Compasso geometrico e militare, de 1606. El poder del compás ya lo expresó con una imagen inolvidable el capitán español Bernardo de Vargas Machuca, quien en Milicia y descripción de las Indias (Madrid 1599), incluye la imagen de un militar, fusionado con el ingeniero si lo comparamos con retratos como el de Cristóbal de Rojas, con su mano izquierda en la empuñadura de la espada, y la derecha 52

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

' Raffaele PUDDU, «Servir a il re con la spada e la penna: il caso di Bernardo de Vargas Machuca». En

con un compás apoyado sobre el polo norte de un mapamundi en el que se representa Améri-

La Espada y ¡a Pluma. II mondo

ca, y abajo escrito: «A la espada y el compás

militare nella Lombardia spagnola

Más. y más. y más. y más»'. Eso es lo que nece-

cinquecentesca. Lucca, 2000, p. 43 Sobre Galileo y sus tratados de arquitectura militar en el contexto

sitaba cualquier gobernante que

quisiera

ampliar o conservar sus territorios, armas y cien-

dentífico en que se escribieron es

cia, y de ahí la importancia que adquirieron en

fundamental el libro de Antonino

todas las cortes no sólo los militares, mucho

PELLICANO, Del periodo giovanile di Galileo Galilei. Il trattato di fonificazione.Alle radici del pensiero scientifico e dell'urbanistica moderni. Roma, Gangemi editore, 2000. " Miguel FlorencioVan Langren Í fue matemático y cosmògrafo de . Felipe IV desde 1628. Su mapa de la luna es de 1633 aunque no lo • publicó hasta 1645, y en él incluye para dar nombres a su geografía los nombres de los Austrias españoles, además de otros monarcas europeos. Utiliza •

también nombres de científicos

"

mejor estudiados en su relación con el poder, sino también los hombres de ciencia como

.

Galileo. El método experimental de Galileo

vi

encontró en la arquitectura militar un campo en el que comprobar hasta qué punto

MIGUEL FLORENCIO VAN

era eficaz para llegar a conclusiones verificables'".

pasar el agua propuesto a

Para mayor confusión aparente entre los límites de los conocimientos científi-

LANGREN, Invención de

Su Majestad, 1634.

España. Ministerio de

cos, podemos recordar también que unos años después de la muerte de Turria-

Cultura. Archivo General

no, en 1633, el matemático y cosmógrafo de Felipe IV, Miguel FlorencioVan Lan-

61, 38

de Simancas, M P D

gren que hizo nada menos que el primer mapa verdadero de la luna, en el que integraba mediante la nomenclatura de la cartografía lunar y con los mayores hono-

Excavadora mecánica

con palas cóncavas. Dos

que habría que utilizar si

res al imperio de los Austrias en el dominio del Universo, más allá del planeta tie-

discursos de Leonardo

quisiéramos profundizar más en

rra", presentaba al rey algo tan útil en su simplicidad como un invento para que

el fuerte de San Lourengo

los conocimientos del universo • que llevaron aTurriano a mostrar • esa curiosidad casi sin límites por ., todo lo que pasó ante sus ojos. A

los soldados pudieran pasar por el agua mediante un flotador. Mientras no integremos en nuestro discurso esa ambición de saber universal que tuvieron los hom-

Turriano el primero sobre

de Cabega Ceca en la

boca del Taxo el segundo

sobre limpiar la barra de

la luna de van Langren también le

bres de ciencia en la época moderna, no podremos entender la profesión de inge-

dicho rio y otras

:

dan nombres Arquímedes,

niero, matemático, cosmógrafo, geógrafo, historiador o arquitecto militar, tal como

Nacional de Portugal, Ms.

;

Copérnico y Kepler Sobre este

Ptolomeo,Tycho Brahe, matemático y cosmógrafo y su luna, ver José G O N Z Á L E Z GONZÁLEZ, «Pleniliniii lumina Austriaca Philippica :el mapa de la ;

luna, de Miguel Fiorendo van

; Langren». Revista de historia naval, •4,n° 13, 1986,pp.99-1 IO,y Richard I

L KAGAN, «'La luna de España':

;

Mapas, dencia y poder en la

i época de los Austrias». Pedro/bes, Revista d'història moderna, n ° 25, 2005, pp. 171-190. Ewen A. Í

WHITAKER, «Rappresentazioni e

•1

mappe Della luna. I primi due

•i secoli». En Paolo GALLUZZI (Dir), •j

Galileo Immagini dell'Universo

se desarrolló. Gran parte de las creaciones que

diferentes, Biblioteca 12892,160

han cimentado la evolución de las imágenes hasta el día de hoy fueron producidas por científicos a la búsqueda de un saber geográfico, cosmográfico, o corogràfico, que dan claves no sólo para la historia del arte, sino también para comprender el progreso que imprimieron a la modernidad, mediante la imagen, ingenieros como Leonardo Turriano. El dominio del dibujo que demostró Leonardo Turriano, capaz de contarnos con él cómo

WAntichità al Telescopio. Florencia,

eran ciudades, territorios o máquinas, y la cali-

Giunti, 2009, pp. 254-261.

dad de los que nos ha dejado nos hacen recordar que en el Renacimiento la vista se consideraba origen del saber Así lo afirma Luca Pacioli, quien a finales del siglo xv citando a Aristóteles, escribía que era el más noble de los sentidos, y que nada llegaba al intelecto si no era a través FUNDACION JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

de éstos, así que «la vista es la primera puerta por la que ei intelecto entiende y gusta»'^ Los dibujos de ios ingenieros, con la información que dan sobre ei territorio, completados por relaciones escritas, son una de las mejores plasmaciones de ese convencimiento de que el conocimiento comienza por la imagen que llega a la mirada. Y conocer es dominar, es controlar, es tener la capacidad de comprender e intervenir. Las islas Canarias, O r á n y Mazalquivir, o la barra de entrada a Lisboa y Proyecto de cadena de cincuenta árboles con eslabones de hierro para cortar el paso por el río Tajo en Lisboa, entre las torres de Belém y Torrevieja, 1598. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 15, 34

determinadas fortificaciones, así como las máquinas que dibujó Turriano nos invitan a colocarnos como el receptor de tales imágenes en la época que fueron creadas. Como ya hemos visto, se incorporó como ingeniero de Felipe II coincidiendo con uno de los momentos de mayor triunfo de este monarca, cuando se había convertido ya en rey de Portugal, «cumpliendo con la máxima ijitima del arte del reinar, que es la forma de ampliar el imperio»". Era un imperio en el que la ciencia y la técnica tenían una importancia que viene señalando desde hace unos años una renovada historiografía". Lisboa fue escenario de esta efervescencia del saber técnico y de los ingenios necesarios a un imperio, como lo muestran inventos de cadenas para cortar el paso en el Tajo, o el modelo para desalojar una armada de cualquier puerto, ideado éste por don Jerónimo de Borja, de cuyos ingenios se hacía eco don Juan de Silva, conde de Portalegre y gobernador de Portugal en 1593, cuando desde Lisboa contaba que el inventor había hecho la prueba de pasar un río

Luca PACIOLI, La divina proporción. Intr de A. M. GONZÁLEZ. Madrid, AL<al, I99L,P.32. " Luis CABRERA DE CÓRDOBA,

Historio de Felipe II... op dt,

p. 1002.

En este sentido fue pionero por su rigor y los caminos que abrió, el libro de M. I.VlCENTE MAROTO,y M. ESTEBAN PlÑEIRO, Aspectos de la ciencia aplicada en la España de Siglo de Oro. Salamanca, junta de Castilla y León, 1991. Recientemente, se ha publicado la importante obra en vanos volúmenes de Manuel SILVA SUÁREZ (Ed.), Técnica e Ingeniería en España. Zaragoza, Real Academia de Ingenieria, Institución Fernando el Católico y Prensas Universitarias de Zaragoza, de la que nos interesa especialmente para entenderá Leonardo Turriano el pnmer volumen, dedicado al Renacimiento y publicado en 2004, recientemente reeditado. AGS, Guerra y Marina, leg. 376, f 33, Sobre este personaje, ver R, GONZÁLEZ CASTRILLO, «Inventos y artificios de Jerónimo de Boija. ingeniero militar del siglo XVI». Hisponio, vol. LI, n° 177,1991, pp. 103-151,

ceñido un instrumento de cuero lleno de viento con dos palas en las manos o con unos remillos cosidos con el mismo instrumento que lo uno y lo otro provò. Van fuera del agua de la ginta arriba vestidos, llevan su mochilla y arcabuz, y aunque le subcedió un día mal por la gran corriente del río que no le dexaba desenvolver todavía se vio que passará qualquier río como lo ha offrecido porque después y antes lo ha hecho desenvueltamente. La duda será si puede servir aquel instrumento para passar infantería sin puente ni barcas como offrece...'^ La estrecha relación entre Turriano y el conde de Portalegre debió dar lugar a interesantes conversaciones entre ellos, ya que el conde era un convencido de que los nobles debían saber «algo de la matemática y como se ha de entender bien la esfera y la cosmografía», conocer algunos de los libros de Euclides, y la aritmética. porque lo uno y lo otro despierta el entendimiento para todo y especialmente para comprender la disposición y sitios de las tierras que se 54

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L e o n a r d o Turriano al servicio d e la C o r o n a d e Castilla

" «Instrucción de Juan de Vega a I su hijo adicionada por el conde de Portalegre ( 1592)». En Fernando BOUZA, Imagen y propaganda. Capítulos de historia cultural del reinado de Felipe II. Madrid, Akal, 1998, p.229. "Véase la edición facsímil de José Antonio GARCÌA-DIEGO de Los Veintiún Libros de los Ingenios y Máquinas deJuaneloTurriano. Madrid, Fundación JuaneloTurriano y Edidones Doce Calles, 1996. " Luis CERVERAVERA El «ingenio» creado porJuan de Herrera para conar hierro. Madrid, Editorial Castalia, 1972. " L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. dt, p. 1002 Diego de SAAVEDRA FAJARDO, Empresas políticas. Barcelona, I Planeta, 1988, empresa cuarta, p. 38. '' SAAVEDRA FAJARDO, op. dt, empresa quinta, p.46.

pueden ofender o defender, los escuadrones, alojamientos, fortificaciones y la architectura, cosas todas de importancia para no estar obligado a callar en materias que estáis obligado a saber'^ Debió ser un buen interlocutor para Leonardo Turriano. El orgullo por los avances en todo lo referente a «ingenios» y «máquinas», se plasma no sólo en el magnífico manuscrito tradicionalmente atribuido a Juanelo Turriano", o en el más modesto ingenio de Juan de Herrera para cortar hierro'", sino en detalles aparentemente menores como el que a ese monarca, cuando regresó triunfante de Portugal en 1583, le recibieran en el monasterio de San Lorenzo el Real, prácticamente acabado, «un vistoso número de maestros, oficiales y peones de su fábrica en buena ordenanza con los instrumentos de que usaban en ella, que era muy de ver tantas diferencias»". Que los instrumentos utilizados en la construcción se convirtieran en protagonistas del recibimiento nos habla de una época que progresaba en gran medida gracias a los nuevos instrumentos científicos. Y si como escribía Francis Bacon coetáneo de Leonardo Turriano, «saber es poder», o, como afirmaría lapidariamente años después, en 1640, Saavedra Fajardo en las Empresas poli'ticas, -quizá en otro sentido por referirse a las cualidades que debía tener el poderoso-, «Para mandar es menester ciencia, para obedecer basta una discreción natural, y a veces la ignorancia sola»^", podemos concluir que en el pensamiento de la época no sólo la guerra conseguía y mantenía el poder, también era imprescindible la ciencia.

Modelo para desalojar una armada de cualquier puerto, 1595. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 24, 66

Felipe II fue uno de los gobernantes que mejor supo articular esa dependencia del poder con respecto a la ciencia que posibilitaba controlar territorios, en gran medida gracias al trabajo de los ingenieros a su servicio. Una de las razones que hacen de Leonardo Turriano y de otros ingenieros de su tiempo un ejemplo de científico, es el hecho de que basara su conocimiento de lo nuevo en la experiencia, y no sólo en teorías. Eso permitió los descubrimientos de Kepler o de Galileo, y eso es lo que llevó a los ingenieros a viajar sin tregua dibujando y contando cómo eran los reinos que gobernaba el monarca español, en un avance geográfico imparable. Citando de nuevo a Saavedra Fajardo, escribía éste que la geografía y la cosmografía eran «tan importantes, que sin ellas es ciega la razón de Estado»^'. Por otra parte, recordemos que la matemática era la ciencia que permitía conocer la naturaleza, y si hemos hablado del cargo de matemático imperial 55

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Alicia Cámara

en la corte de Rodolfo II, no hay que olvidar a Juan de Herrera, director de la Academia de Matemáticas fundada en la corte por Felipe II. Turriano, como los grandes ingenieros, bien podía encarnar al profesional que define el tratadista Diego González de Medina Barba en 1599, y que responde plenamente al cambio que se ha producido en la ciencia del Renacimiento. Escribía: el que supiere bien, y entendiere lo que se ha dicho, podrá inventar, y hazer muchas cosas muy buenas conforme al sitio y ocasión que se le ofreciere... y quien sabe no ha de estar atado a solo lo escrito, sino a imaginar, e inventar de suyo con estos principios^^. Sus conocimientos científicos en tanto que ingeniero militar son patentes si seguimos sus escritos y relaciones. Sabe cómo defender y atacar las fortificaciones y lo pone de manifiesto en sus relatos de las batallas y escaramuzas que narra sobre los asaltos sufridos por Orán y Mazalquivir. U n ejemplo: ésta tenía sobre ella un cerro que la dominaba, con ei castillo de San Salvador, casi derruido pero no tomado por la artillería de «Hascen Baxa» en el ataque de 1563, pero la artillería de Mazalquivir, pese a lo descubierto de la plaza ante ese padrastro, pudo repeler el tercer ataque «aunque tirava a lo alto (casi 25 grados sobre el horizonte)»^^ Lo que nos interesa señalar en este ejemplo es el carácter científico que le da a la observación al indicar los grados, no el hecho de que la haga. Quizá ei valor dado a la experiencia, a no seguir la tradición científica, que se

" Diego GONZÁLEZ DE MEDINA BARBA, Examen de fortificadón. Madrid, I599,p. 180.

" Cuando se produjo este ataque Mazalquivir era «villa entonces harto pequeña, fortificada a lo antiguo, i sujeta a padrastro». Descripción... Orán..., f 7 y 1 Ov. Citados en Alicia CÁMARA, Fortificadón y dudad en los reinos de Felipe II. Madrid, Nerea, 1998, p. 251 AGS, Guerra y Marina, leg. 574, f 163.31 de octubre de 1601. Estas palabras las escribió Ruiz con ocasión de las diferencias de opinión sobre la fábrica de Cabeza Seca «el médico y el gobernador juntan a la ciencia la experiencia». L. CABRERA DE CÓRDOBA, op at. p. I 188. Sobre el debate entre los ingenieros al servicio de la monarquía hispánica, ver Alida CÁMARA, «La arquitectura militar y los ingenieros de la monarquía española: aspectos de una profesión ( 1530-1650)». Revista de la Universidad Complutense, n° 3, I98l,pp. 25 5-269,

une a la búsqueda de la innovación basada en el método inductivo, fuera una de las razones que llevó a los ingenieros a no estar de acuerdo prácticamente nunca. Son múltiples los testimonios que tenemos de ello, desde el contundente que «son los ingenieros como ios Médicos, que siempre discordan», palabras escritas por ei historiador Antonio de Herrera en 1612, hasta la caricatura de la profesión que hace el ya citado González de Medina Barba, «qual quiere las medidas largas, qual cortas: unos quieren revellines, otros cavalleros, y algunos plataformas, que otros las repruevan todas: unos cortinas rectas, otros oblicuas, y todos dan sus razones para ello»". Si a Leonardo Turriano le podríamos identificar con el ingeniero capaz de crear algo nuevo sin someterse a lo escrito por otros, también le podríamos ver como un «discordante» nato, convencido de tener razón por encima de otros ingenieros que le precedieron en las obras de Mazalquivir, pues como veremos en su manuscrito, lo eficaz era lo que él proponía y no lo anteriormente realizado. Sin embargo, en esas polémicas eternas entre ingenieros, años después Gaspar Ruiz consideraba a Leonardo Turriano un ingeniero teórico, frente a él, que se consideraba un ingeniero práctico y de experiencia". Como veremos no era cierto, pese a todos los conocimientos científicos y teóricos que sin duda tenía Turriano, pero es un indicador del valor dado a la experiencia en esta profesión. Las reflexiones sobre la necesidad de juntar ciencia con experiencia son constantes en la época, y no sólo en la profesión de ingeniero^®. No hay mas que recor56

FUNDACION) JUANELO TURRIANO


T Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

" D. GONZÁLEZ DE MEDINA

FRANCESCO DI GIORGIO MARTINI, Fuerte de San Leo (Las Marcas, Italia)

BARBA, op.dt.F.s.

LTORRIANI (traducción y •

edidón de A. ClORANESCU), op. dí„ pp. 53 y 205. "Ver L'architettura militare veneta

\del Cinquecento. Milán, Electa,

dar que en ese final de siglo xvi no era nada raro que un tratado comenzara c o n «teoría y práctica»... de lo que fuera. En el caso del ingeniero de fortificación otro tratadista escribía «que no consiste menos en la teórica, y saberla, que en la plática»2', y podríamos seguir y seguir c o n las citas al respecto, pero con las dadas pensamos que bastan para situar la actitud ante el conocimiento por parte de los que podríamos llamar profesionales del progreso.

Las teorías de Leonardo Turriano sobre fortificación Así pues, Turriano fue un ingeniero que, c o m o los más grandes, supo aunar ciencia y experiencia, y quizá de ahí su admiración por Francesco di Giorgio Martini, c u y o trabajo en la corte de U r b i n o se tradujo en manuscritos no publicados sobre máquinas, ingenios y fortalezas, pero también en castillos que, como el San Leo, se adaptaban perfectamente a las circunstancias del terreno, algo que siempre procurará hacer Turriano. El recuerdo de esta fortaleza de Francesco di Giorgio asoma en alguna de las páginas escritas por Turriano. En su Descripción Canarias

de las

afirma q u e esas islas son tan pobres que no se d e b e temer a grandes

armadas, así que no necesitan «las gruesas murallas de Babilonia, o ... la fuerte roca de san León», y más adelante explica que una vieja fortaleza, situada en un

Fortaleza de San Niccolo, cerca de Sebenico, 1576, en Civitates Ortis Terrarum, voi. Il, n"52,1572-1617

risco de la isla de La Gomera «igual que la Roca di San León en la M a r c a A n c o n i t a n a , tiene entrada por un solo lado»^®. En ese periodo de formación del que tan poco sabemos, salvo esa procedencia de la corte imperial, debió viajar al menos por Francia y Alemania, y estar al tanto de lo más avanzado de la fortificación en su tiempo. Añadamos la fortificación veneciana, que ofrecía modelos capaces de hacer pensar en los a v a n c e s de esta c i e n c i a " ,

porque

sabemos q u e c o n o c í a , las fortificaciones de la República de Venecia en Dalmacia, ya que cita en

-CASTT^JEJ.

X>-E S

NJC^OUO:

"i^'Viv57

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

el atlas de las Canarias el castillo de San Nicolò en Sebenico, obra del ingeniero Gian Girolamo Sanmicheli, sobrino del famoso arquitecto veneciano Michele Sanmicheli'". Quizá el conocimiento no fuera directo, ya que esta fortaleza de Sebenico fue alabada por Vasari, y reproducida en el Ovitats Orbis Terrarum. Por supuesto conocía los tratados de la época, y algunos formaron parte de la biblioteca que heredará su hijo Fray Joao. Uno es el de Giacomo Lanteri del año 1557^', en el que aparece como interlocutor el ingeniero y tratadista Girolamo Cataneo, que fue uno de los más leídos en España^ quizá por su relación con el experto Vespasiano Gonzaga y la construcción de la modélica muralla de Sabbioneta. Fue admirado por Turriano como comprobamos cuando lo cita en su manuscrito sobre la fortificación de Orán y Mazalquivir, por no hablar de la cantidad de veces que cita a Girolamo Cataneo el tratadista español Cristóbal de Rojas cuando habla de la evolución de las medidas de las cortinas en las fortificaciones a lo largo del siglo xvi. El otro tratado que sabemos que tuvo Turrriano es el de Giovan Battista Belluzzi, llamado el Sanmarino, Nuova inventione di fabricar fortezza di varie forme..., publicado en 1598, cambiando el nombre de Belluzzi por el de Belici, muchos años después de que muriera este ingeniero en 1554 en la guerra de Siena, un tratado del que una gran parte se debe a un soldado ingeniero veneciano, Giovan Tommaso Scala". Pese a ello, ambos tratados -publicados en Venecia, entonces centro impresor por excelencia- se asemejan en su pretensión de recoger experiencias, aunque en el caso del segundo algunas de las cuestiones se planteen con contradicciones debido a su carácter de suma de textos de dos autores distintos. Turriano sin duda tuvo una gran formación científica, pero aprendió tanto de la experiencia a lo largo de su vida, que cuando cita Dalmacia se explaya con el hecho de que uno de los lugares que hay que fortificar en Arrecife es muy parecido a tres lugares de Dalmacia, Muralla de Sabbioneta (Lombardia, Italia). Fotografia de Alicia Cámara

sobre el mar Adriático, que pertenecen a los llustrísimos Señores venecianos... el uno es el castillo de San Niccolò, frente a Sebenico; el otro

® A. DEANOVIC, «Architetti veneti del Cinquecento impegnati nella fortificazioni della costa dalmata», En L'architettura militare veneta del Cinquecento, Milán, Electa, 1988, pp, l25-l34,Andrej Zmegac,«La fortalezza di San Nicolò presso Sebenico, Un'opera importante di Giangirolamo Sanmicheli», Mitteilungen des Kunsthistorischen Institutes in Florez, 49,2005, pp. 133-151,

'' L. MATOS ABREU, op, cit, p, 811, Se trata de la obra de Jacomo de LANTERI, Due Dialoghi di N\. lacorno de'Lanteri da Paratico, bresciano:ne i quali s'introduce Messer Girolamo Catania Novarese, et messer Francesco Trevisi ingegnerò Veronese, con un Giouane Bresciano,« ragionare del modo di disegnare le piante delle fortezze secondo Euclide; et del modo di comporre i modelli, et torre in disegno le piante delle Ottà,Venecia,Vincenzo Valgrisi y Baldesar Costantini, 1557 Cristóbal de Rojas lo utiliza en su tratado de fortificación, que resume el conocimiento que debían tener los ingenieros de la monarquía española a finales del XVI, ya que es fi-uto de las lecciones impartidas por Rojas en la Academia de Matemáticas de la corte fundada por Felipe II, Más significativo de esta gran difusión, que atribuinnos a la relación con Gonzaga, nos parece que sea el tratadista militar recomendado por Castillo de Bobadilla en su Política pora corregidores para ser leído por los corregidores que deben saber de fortificación urbana,

es la ciudad de Dulcigno, y el tercero es la Cur-

" Sobre Belluzi es fundamental el

zola, ciudad e isla, la cual, estando sitiada por

Sanmarino. Giovan Battista Belluís

gran parte de la armada turca, año de 1521, fue vergonzosamente abandonada por los hombres y defendida por las mujeres; el valor de las cuales fue igualado por éstas de Lanzarote...^".

estudio de Daniela LAMBERINI,I

architetto militare e trattatista del Cinquecento. 2 vols. Cita di

Castello, Leo S, Olschi Editore,

2007, En concreto sobre este

tratado impreso, ver vol, I, pp- 31 317, El tratado

lleva

siguiente: Giovan Battista

Ese valor que siempre confiere al conocimiento histórico y a su propia experiencia es una de las características de su trabajo. Cuando se ocupó, ya como ingeniero en Portugal, de la limpieza de la barra del Tajo, además 58

y Giovan Tommaso

el título

BELLUZZI

SCALA,

Nuovo

inventione di fabricar fortezze é varíe forme. In qualunque sito« piano, di monte, in acqua, con dive disegni, et un trattato del modo, ài si hà di osservare In esse, con le sue misure, et ordine di levar le pianti' FUNDACION) JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

tanto in fortezze reali, quanto no reali. Di Giovan Battista Belice. Con un discorso in fine intorno al presidiar e guardar esse fortezze, e quanto fa bisogno peri I loro mantenimento.Veneda, Roberto Meietti, 1598. L.TORRIANI (traducción y edición de A. ClORANESCU), op. dt, p. 56. ^^ Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. I2892,f.46v AGS, Guerra y Marina, leg. 289, f. 293. Sobre estas y otras cuestiones de la fortificadón del siglo XVI y su evolución, ver el excelente estudio de Fernando COBOS GUERRA, «La formulación de los prindpios de la fortificación abaluartada en el siglo XVI. De la Apología de Escrivá ( 1538). al Tratado de Rojas ( 1598)». En Manuel SILVA SUÁREZ (ed.). Técnica e ingeniería en España. I. El Renacimiento. Zaragoza, Real Academia de Ingeniería, Institución «Fernando el Católico», Prensas Universitarias de Zaragoza, 2004, pp, 401 -438.

de sus espléndidos dibujos, en su escrito recordaba lo útil que había sido la gran avenida del ríoTíber para limpiar el río, y lamentaba no saber cómo fue la del Tajo en 1531, «de las quales avenidas (sigun la naturaleza de las cosas humanas que siempre dando vueltas en círculo se parecen a las passadas) se puede esperar algún buen sucesso»^=. Esa conciencia del devenir histórico, y su capacidad de integrarlo en el avance de la ciencia, incorporando además la experiencia es una de las cualidades de este ingeniero. Como ingeniero de fortificación integró igualmente la experiencia ajena a la propia, así que no fue un ingeniero que se limitara a construir mediante baluartes, sino que las tenazas, tijeras, el aprovechamiento de torreones y murallas antiguos cuando las circunstancias así lo requerían fue una constante en su obra. Eso sí, el baluarte era fundamental en las fortificaciones, el lugar más fuerte según explica en la Descripción

de Canarias. También eso le venía de su experiencia antes de lle-

gar a España, porque creemos que el triunfo del baluarte en la escuela veneciana de fortificación, es lo que llevaría aTurriano a considerarlo base de la fortificación, aunque en la práctica supiera aplicar siempre que era el sitio el que imponía sus reglas, utilizando tijeras y tenazas cuando la orografía así lo requería. Como ejemplo de lo que decimos, nos puede servir lo que el 8 de octubre de 1590 escribe al rey (en italiano, firma todavía «LeonardoTorriani») desde Gran Canaria. Se planteaba la posibilidad de añadir cuatro baluartes a la fortaleza del puerto, pero sin capacidad para grandes piezas de artillería. La razón era que la fortaleza del puerto, que ya estaba hecha, sí tenía esa capacidad para la artillería, y no había razón para gastar más dinero. Nosotros añadiríamos que ya para entonces se sabía que los arcabuces y mosquetes eran más eficaces que

Plomos para dragado. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 56

las grandes piezas de artillería en la defensa de una fortaleza. La vieja fortaleza quedaría más alta que los baluartes, a modo de caballero, con lo que la defensa quedaba asegurada. Los nuevos baluartes obedecían a dos razones, «Tuna dalla necessita, l'altra da non far cosa superflua et fuori di giuditio». Su proximidad al mar impedía hacer baluartes mayores sin grandísimo gasto y trabajo. Se defenderían con arcabuces, mosquetes y pequeñas piezas de artillería, y los baluartes serían en ángulo recto, porque si no las puntas serían demasiado largas, y el mar «non dava anco luogo per poterlo fare; la cui inventione sendo nata della necessità è digna d'essere stimata». Calculó un coste de dos mil quinientos ducados^"^. Esta capacidad para hacer de la necesidad virtud, de que la invención naciera de la necesidad como dice lapidariamente, de ahorrar gastos superfluos sin escatimar en la eficacia de la defensa, fue una constante en su trayectoria como ingeniero de fortificación. 59

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

Sabemos que en 1595 este añadido seguía sin hacerse, porque tras el ataque inglés a la isla, que tan detalladamente narró el ingeniero Próspero Casóla, éste recomendaba que «se hagan los quatro baluartes que turriano dexó tragado y la traça tengo en mi poder firmada del mesmo turriano porque este castillo no tiene ninguna defensa»". En los informes de Próspero Casóla hay frecuentes referencias

' ' AGS, Guerra y Marina, leg, 432, í 59,

a la actividad de Turriano en las islas Canarias años antes de que él se hiciera cargo de las fortificaciones. Así, cuando Casóla escribe su Discurso sobre la fortificación de la Isla de Fuerteventura, en la descripción se refiere a un llano, que a sido visitado y señalado por todos los ministros deV. Magd. que an venido a esta Isla como fueron el Ingeniero Amadeo, Tomás de Cangas el maestro mayor de Canaria Bartolomé Dias, Leonardo Turriano y don Luis de la Cueva y de Benavides governador y capitán general que fue destas Islas y antes dellos por los naturales y señores passados de aquella isla de ochenta años a esta parte^''.

' ' AGS, Guerra y Marina, leg 432, f 60,

Efectivamente, Turriano en su Descripción de las islas Canarias, cuando se refiere a la fortificación de Fuerteventura, considera que el mejor lugar es «la meseta que está encima de la villa», y proyecta una fortaleza de forma cuadrada para ella, aún sabiendo que el cuadrado tiene «mil imperfecciones»^', que detalla y

Descripción... Canarias... p,8é.

a las que nos referimos en el capítulo dedicado a sus teorías acerca de la fortifiProyecto de FRANCÉS DE

ÁLAVA reformardo por

cación. Casóla cuenta más: de todo ello, la meseta, y suponemos que las casas cercanas, Leonardo Turriano llevó un modelo a la corte realizado por el mismo

LEONARDO TURRIANO,

Casóla"". Aquí vemos otra constante de su obra, que fue la credibilidad que sus

Garachico dell'isole di

trazas inspiraban en cuanto a su eficacia defensiva.

Planta del forte di

Tenerife con l'aggiunta,

En su informe sobre las fortificaciones de La Coruña de 13 de enero de 1597,

1590. España. Ministerio

de Cultura. Archivo

demuestra su capacidad y experiencia, puesto que de nuevo no se pone a innovar,

M P D 18, 43

sino que se limita a contar con lo que era la fortificación y sus posibilidades, siem-

General de Simancas,

° AGS, Guerra y Marina, Ieg432,í 60.

pre sin generar grandes gastos. Y eso que era una de esas fortificaciones «a lo antiguo, que carecen de buenos traveses,

UCHWO CÍHCT'.!

MSllUSM

terrapleno, i estrada cubierta». Como urgía repararla sólo había que atender a lo más necesario: mejorar los traveses de los torreones pequeños para que sirvieran para arcabucería ya que para artillería resultaban estrechos, y además resultaban más eficaces en esa plaza los arcabuces, de «tiros pequeños i menudos, más fáciles de cubrir», lo que está plenamente integrado en las teorías sobre fortificación del Renacimiento, una vez demostrado que las potentes armas de artillería con sus retrocesos en el momento del disparo, su dificultad para la movilidad y otros inconvenientes, servían para el ataque, pero no para la defensa, que «se ha reducido ahora a tiro de mosquete, y arcabuz», salvo en los 60

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Plano de Garachico,

Tenerife, con el castillo antes del incendio, plataformas con

cañones, puerta del mar, iglesia de Santa Ana,

puerto y fondeadero.

España, 1698. Ministerio

de Cultura. Archivo

General de Simancas,

M P D 62,57

•"C.deRojAS,op.dt,f32

cañones de la casamata según escribía Rojas"'. Sigamos con el informe sobre La Coruña, porque para la artillería había que hacer nuevo terraplén, en lugar de foso y estrada cubierta, que obviamente era lo que las normas decían, y se podía hacer tan sólo una «trinchea en derredor de los muros que fuesse del mismo efeto, y entre ella i ellos unos fossi líos de trecho en trecho que hiziessen través a todo el espacio que pudiera ocupar un buen fosso». Con esos fosillos el enemigo se mantendría lejos de las murallas y, como se comunicarían entre sí, prevendrían un ataque mediante minas. Esto sin duda no hubiera sido posible en otra fortificación, pero ahí se ve a un buen ingeniero, que estudia el terreno, y en este caso, sabe que al haber muy poca tierra sobre las rocas que hay cerca de las murallas, las minas son prácticamente imposibles. Eso sí, en los lugares en los que hubiera más tierra había

AGS, Guerra y Marina, leg. 481, f 55. " A . MARTÍNEZ SAIAZAR, El cerco de La Coruña en 1589 y mayor Fernández Pita. La Coruña, Andrés Martínez Editor; 1889. Sobre la situación política que acabó generando estos ataques ingleses, ver M.J. RODRÍGUEZ SALGADO, «Paz ruidosa, guerra sorda. Las reladones de Felipe II e Inglaterra». En La monarquía de e'ípe Ho debote. Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los centenarios de Felipe II y CarlosV, 2000, pp, 63-II9. D e la misma autora, «La guerra hispano-inglesa 1585-1589». En Memoria Centenario María Pita. La Coruña, 1989, pp. 21 -29.

que cavar de manera que nunca quedara «grossor bastante a la mina». Con ello, con alguna salida cubierta y «reforjando algunos parapetos con cestones de tierra», la ciudad quedaría defendida con muy poco coste. No sabemos si gustó mucho esta práctica solución, porque se estaba intentando hacer obras costosas y que llevarían un tiempo, pegadas a los muros antiguos, que según Turriano iban a servir para poco, como también iba a ser perjudicial derribar un torreón redondo, que era mucho mejor conservar por contribuir a la defensa''^ Como podemos ver, acabó con sueños de modernización de una ciudad a través de sus murallas, sencillamente porque en ese momento lo que había era una verdadera urgencia de que se pudiera defender del enemigo. Y recordemos que en 1589 La Coruña había sufrido el ataque de la armada inglesa al mando de sir Francis Drake, quien ya había atacado las costas gallegas en 1585, con unas fortificaciones inoperantes''^ FUNDACION 61

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Alicia Cámara

LEONARDO TURRIANO,

Planta de O r á n con traza

superpuesta de un

proyecto de fortificación de "incierto autor". Descripción

de ias Plaças

de Oran i Mazarquivir materia de fortificar,

en

1598, Academia das

Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n ° 1 0 6 5 , f 21

Su obsesión por el coste de las obras le llevó, por un lado a alabar pero por otro a criticar a Vespasiano Gonzaga, que cuando estuvo en 1574 en Mazalquivir ordenó ensanchar y ahondar el foso para que en él entrara el mar lo que «a mi parecer era cosa buena, sí, pero de grandísima y ecessiva costa»"". En cualquier

Descripción... Orán... í 48v.

caso, la experiencia de este ingeniero iba creciendo, e iba aprendiendo nuevas cosas de la práctica de su profesión. Así, cuando en 1600 le consultaron de nuevo sobre las fortificaciones de Canarias, su respuesta obedeció a lo que había aprendido en Orán, ya que explicó que debían hacerse de «argamasa de cal y tierra» como las de Orán y Mazalquivir, porque así eran más fuertes y se hacían con mayor rapidez"^ Un ingeniero en constante aprendizaje. LEONARDO TURRIANO,

A . CÁMARA, Fortificación y dudad en los reinos de Felipe II. I^adrid, Nerea, I998,p.34.

Planta del castillo de Rosalcázar con los

cambios propuestos por

Leonardo Turriano en los

bastiones de la

Encarnación y San Francisco,

Descripción

Mazarquivir

en materia

de las Plaças de Oran i de fortificar, 1598,

Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, f 24

FUNDACION 62

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

A l g u n a s d e sus a f i r m a c i o n e s m e r e c e n ser reseñadas por el carácter q u e él mismo les da de máximas sobre fortificación. N o suponen una novedad, porque responden a lo que se sabía entonces sobre la fortificación, una arquitectura para ' D. L^MBERINI, Il Sanmarino. ...op. dt.,vol.ll,pp. 186 y 187.

la que eran precisas la «especulativa» y la «operativo»""^. Podemos hacer dos capítulos uniendo algunas de sus afirmaciones, una referente a la arquitectura militar, en qué consiste y sus elementos, y la otra referida a la práctica de la profesión, sobre todo a la experiencia en la elección del lugar y en la guerra que ha de tener un ingeniero. A m b a s las vamos a confrontar con lo que dicen otros tratadistas de la época, pero basándonos en varios, y no sólo en los que sabemos que poseyó Turriano. Teniendo en cuenta que se m o v i ó en los círculos científicos próximos al monarca, pensamos por ejemplo que no desconocería lo que Cristóbal de Rojas había escrito en su tratado, y c o m o a su vez este ingeniero recoge experiencias propias y a j e n a s para sus l e c c i o n e s en la A c a d e m i a de M a t e m á t i c a s , se p u e d e concluir que había ya unos principios generales definidos en la arquitectura mili-

LEONARDO TURRIANO,

tar, de los que Leonardo Turriano se hace también eco. A l fin y al cabo, a todos se

traveses de la cortina

lo había ido e n s e ñ a n d o la experiencia, a u n q u e disintieran unos de otros sobre

Encarnación y San

Propuesta para los

entre los baluartes de la Francisco en el castillo de

c ó m o plasmar en la práctica ese corpus teórico que se iba formando.

Rosalcázar,

Descripción

de las Plaças de Oran i

La arquitectura •

Mazarquivir

militar:

en materia

de fortificar, 1598,

«La ragón de fortificar no sólo consiste en materia forma i sitio, que son las tres

Academia das Ciencias

cosas principales desta Architectura», también hay que saber si es conveniente

n° 1065, f f . 2 6 , 2 7 y 2 8

de Lisboa, Ms. Azul,

invertir recursos en fortificaciones que no se puedan sustentar fácilmente, c o n lo q u e a l u d e al debate q u e se dio sobre las fortificaciones de '' Descripción...Orán...

O r á n y Mazalquivir*'.

f.49.

«El baluarte, c o m o principal miembro de toda la defensa de la fortificación, se hace él más fuerte, más dotado c o n artillería y c o n instrumentos de guerra, y mayor q u e todos los demás, c o m o verdadero combatiente y defensor de la

63

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Alicia Cámara

contraescarpa, del foso, de las cortinas y de sí mismo; de m o d o que justamente lo llamaron los latinos propugnaculum»"®. C o m o ya i n d i c a m o s anteriormente, la r e a l i d a d es q u e pese a esta rotunda

'"TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op.dt„p. 158.

a f i r m a c i ó n sobre el protagonismo del baluarte, él m i s m o utilizó otras posibilidades d e fortificar un lugar en función del sitio. N o obstante es interesante porque en una fortificación regular el baluarte define la fortificación d e la é p o c a moderna. También Cristóbal de Rojas consideraba el baluarte la esencia de la fortificación «porque en el valuarte están las casasmatas, y traveses, y las espaldas, y orejones, que en efeto está allí todo el arte de la fortificación»"®.

Cristóbal de ROJAS.Teóncoy

Las «aspilleras» de una fortificación «se harán oblicuas y cada vez más anchas,

práctica de fortificación, conforme

para q u e la una pueda ayudar a la otra y sus tiros c o m b i n a d o s se crucen»^".

tiempos, repartida en tres partes.

A q u í está planteando lo mismo, que en el sistema interrelacionado q u e constituye una fortificación, en el que cada parte defiende a las otras y todas deben estar cubiertas por las trayectorias de tiro, si el baluarte es fundamental, no lo son menos las troneras de las casamatas, o los ángulos de tiro de los parapetos desde los q u e se abre fuego, y q u e efectivamente d e b í a n tener la progresiva abertura perfectamente medida para poder cubrir cortinas y flancos de baluartes sin que los defensores quedaran al descubierto de los enemigos. «Los modernos ingenieros, teniendo en cuenta la v i o l e n c i a de la artillería, le

las medidas y defensas destos Por el capitán Christoval de Rojas, Ingeniero del Rey nuestro Señor. Dirigida al Príncipe nuestro señor Don Felipe III. Madrid, Luis Sánchez, I598,f,39v. ^TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op. d t , p. 61. Se está refiriendo a ¡as troneras de la fortaleza de Guanapay, de las que hace un dibujo para que quede muy darò lo que pretende.

opusieron el terraplén, c o m o cosa que mejor y suavemente, sin ruina, recibe y v e n c e la fuerza de las balas»''. Pensamos que no hace falta detallar que todos los tratadistas de arquitectura militar se o c u p a n de los terraplenes, indicando

''TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op.cit.,p. 159-1

c ó m o construirlos, la inclinación que deben tener, la materia de la que deben hacerse etc., porque fue uno de los grandes cambios que transformaron las fortificaciones desde el Renacimiento al compás de la e v o l u c i ó n de la artillería.

La profesión •

del

ingeniero:

«Es cosa evidente que el sitio q u e defiende muchas partes d e b e ser fortfsimo en sí, no sólo por efecto del arte, imitador de las cosas más poderosas que él, sino

Cuadrante geométrico, 1605, en LEVINUS HULSIUS,

Diccionarium

Teutsch-Italiänisch,

Italänisch- Teutsch.

und

Frankfurt, 1605

FUNDACION 64

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L e o n a r d o T u r r i a n o al s e r v i c i o d e la C o r o n a d e C a s t i l l a

por la naturaleza, verdadera y perfecta maestra. Y, si ocurre que tal lugar no se pueda obtener tan fuerte de la naturaleza, entonces debe también intervenir el "TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op. cit., p. 246

arte, que en medio de tales cosas puede conseguir algo casi perfecto»". Lanteri, ese tratadista cuyos Due Dialoghi... del modo di disegnare... poseyó Turriano le daba una enorme importancia (como otros, no lo olvidemos) a la necesidad de adaptar la fortificación a los distintos sitios, que sólo podía llevar a

" Sobre este tratadista y otros del XVI, ver Alessandra COPPA, Galeazzo Al essi Trattato di Fortificazione. Milán, Guerini Studio, 1999. Sobre Girolanno Cattaneo y Giaconno Lanteri, pp. 44-46.

cabo un buen ingeniero con sus instrumentos para trazar sobre el terreno". ' «Porque la forma del sitio a veces es de tanta más importancia que la fortificación, quanto es la ofensa de la defensa, dejando agora a parte murallas i baluartes, digo que lo más principal que tiene de advertir quien ha de fortificar un sitio, es entender bien todos los modos con los quales el enemigo puede ofender la fuerça que tiene imaginada de hazer en el, i destruillos. Esto comúnmente se suele hazer con la mesma fortificación, acudiendo al efeto i no a la causa; ni por esto se libra la fortificación de los defetos que la hazen flaca, ni de las ofensas del enemigo. Esto entendí en el libro de la historia i descripción de las islas, en la fortificación de la montaña de San Francisco de la isla de Canaria, quando dije que siendo la traça de la fortificación bien entendida que antes se

'' Descripción... Orón... f i 53v y 54.

debe de acomodar el sitio a ella, que ella a el mudándola»". Como escribía Belluzzi, la inteligencia necesaria al ingeniero de fortificación difícilmente se podía enseñar, «perché la diversità de' siti è tale che è imposibile l'uno assomigliarsi a l'altro, ancor che siano tutti piani, o colili, o monti et sempre vi si scorge qualche difficoltà, che l'uno è diferente da l'altro, di modo che le cose

Sanmarino...,

si farano in un luogo non serviranno interamente nel'altro»". Por su parte Rojas

op.dt,vol. Il,p. 207.

consideraba que la capacidad para reconocer y elegir el sitio era fundamental

' D. LAMBERINI, Il

para el ingeniero, «porque aunque sean de bronce las murallas, y tengan las defensas y medidas con mucha proporción, si le falta el sitio, será cuerpo muer' C. de ROJAS, op d t , f. 3.

to, porque ei alma del consiste en el buen conocimiento del sitio»"^. «La fortificación de cualquier isia, reino y provincia, se debe considerar de dos modos, es decir: contra los de dentro y contra los de fuera». Contra los de dentro «se hacen los castillos y las fortalezas al interior de las ciudades», con lo que se está refiriendo claramente a las ciudadelas, y contra los de fuera «la for-

"TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op. cit, p. 86. Es una reflexión al hilo de las posibilidades de fortificar el valle de Santa Mana de Betancuria

tificación se pone en la frontera y a la entrada de algún paso o puerto»". «Pocos fortificados resisten a muchos que acometen»^''. Este era ya un principio universal. Más o menos por los mismos años en que escribía Turriano, en

en Fuerteventura.

Padua, un joven Galileo escribía su tratado de fortificación, y en él se puede

Descripción... Orán. ..f. 7.

leer lo mismo, que el hacer fortificaciones tiene como finalidad «che pochi

"A.PELUCANÒ,op.dt,pp.84y 100. " LTORRIANI, Ed. de CIORANESCU, opcit, p. 54.

possano difendersi da molti «Me parece que la fortificación... se debe hacer con dos consideraciones, es a saber, según las fuerzas del enemigo, y el número de los defensores... trataremos de las fortificaciones... según lo requieren el sitio, las fuerzas del enemigo y el número de los que las deben defender»"^". La referencia a la necesidad de que la fortificación se adapte al tipo de enemigo que la puede ofender FUNDACION 65

JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

lo encontramos en Galileo'^', pero también en Rojas, que diferencia entre las fortificaciones que se deben hacer frente a ios turcos, frente a los luteranos o en tierras amigas'^^ «Las plaças que tienen ei socorro cerca i ei enemigo lejos, no tienen necesi-

" A. PELLICANO, Op. dt, p. 100, «Bisogna, oltre a ciò, sapere a quali sorte d'offese si debe resistere», " C , d e ROJAS, op, dt,í38v,

dad de tener de contino (sic) tan gran número de soldados de presidio, ni ser

" Descripción,,,Orón,,, f,5l,

tan fortificadas i tan fuertes como las que tienen el socorro iejos i el enemigo

D, LAMBERINI, Il Sanmarino....

cerca»". Esto también era algo comúnmente admitido, y lo encontramos for-

op, d t , voi. Il, p 379,

mulado ya a mediados de siglo en Belluzzi: si los habitantes de la tierra están

"TORRIANI, Ed, de CIORANESCU,

dispuestos a la defensa, hacen falta menos soldados, así que la cercanía de ios

op,dt,p,57,

enemigos y la hostilidad o amistad de los que viven cerca de la fortaleza con-

«TORRIANI, Ed, de CIORANESCU,

diciona sus necesidades". «Es cosa consabida, cuán peligroso es dar tierra al enemigo, por poca que sea,

op,dt„p 159, "C,deROJAS,op,dt„f,3,

donde pueda desembarcar y asaltar»'^^ Y bien que lo comprobó, ya que uno de los problemas con los que se encontró años después en Mazalquivir fue que Antonelli había dejado espacio para desembarcar al enemigo, y una de ias cosas que alabó de las hechas por Vespasiano Gonzaga fue precisamente la fortificación de la punta del Calvario. Hay que «huir lo más que se pueda de gastos excesivos, y de aquellas cosas

BAUTISTA ANTONELLI,

Cartagena de Indias,

que sólo se pueden terminar a lo largo de muchos años»'^'". Todos estaban de

España. Ministerio de

acuerdo, y Rojas consideraba «que es lo que ha de mirar siempre el Ingenie-

1594. G o b i e r n o de

ro, de ahorrar lo más que pudiere en la fábrica, no quitándole su fortaleza»'"'.

Cultura. Archivo General de Indias, MP-Santa Fe y Quito, 10

:

FUNDACION 66

JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Uno de los elogios que recibió Turriano del Consejo de Guerra en 1595, cuando solicitó un aumento de sueldo -si a los ingenieros les hubieran pagado siempre bien y a tiempo tendríamos mucha menos información sobre ellos- era que todo lo que se le había encargado lo había hecho satisfactoriamente, mostrando «tanto I " IHCM, Co/ecoon Aparid, t o m o VII, f.3l8. I " Sobre esta palabra en España se puede ver A. CÁMARA, « L a arquitectura militar / los ingenieros de la monarquía española: aspectos de una profesión ( 1530-1650)». Revista de la Universidad Complutense, n° 3, 198l,p.255,y Manuel SILVA SuÁREZ, «Sobre Técnica e I Ingeniería: en torno a un excursus llexicografico». En M. SILVA SUÁREZ |(ed.), Técnica e ingeniería .. .op. d t , pp. 23-37. ™ C . d e ROJAS, op.dt.f. Iv.

talento y plática que su persona sería y era de mucha utilidad»'^''. Tenía lo que se le exigía a un ingeniero: talento, es decir, ciencia e inteligencia, que podríamos llamar ingenio'^®, y práctica, es decir, experiencia. La necesidad de los conocimientos de matemáticas por parte del ingeniero, unida a la experiencia de quien Rojas llama «soldado viejo», es decir un militar experimentado™, llevó en los territorios de la monarquía española a que fuera muy frecuente, por no decir constante a partir de los años setenta del siglo xvi (y por eso lo recoge Rojas), el que los grandes proyectos de fortificación fueran decididos por un militar experimentado y un buen ingeniero viajando juntos para elegir el sitio, dar la traza, informar, etc. Eso llevó a desencuentros como el de Vespasiano Gonzaga y Juan Bautista Antonelli en Mazalquivir, a las disputas interminables entre ingenieros y militares de las que tanto supo Spannocchi (y los que discutieron con él), a la colaboración de Pedro de Velasco y Jacome Palearo Fratín en la fortificación de Ibiza, o a ese proyecto que hoy se nos antoja titánico de fortificar los puertos del Caribe por Bautista Antonelli y el maestre de campo Juan de Tejada.

C i e n c i a y e x p e r i e n c i a d e un i n g e n i e r o del R e n a c i m i e n t o Como buen científico del Renacimiento, la observación de los procesos de la naturaleza apasionó a Turriano, y tuvo ocasión de describir uno excepcional: la erupción de un volcán, probablemente el deTiagua, en la isla de La Palma. Este acontecimiento, sucedido en 1585, le fascinó de tal manera, que lo describe en su obra sobre las Canarias, sintiéndose un nuevo Plinio, quien había muerto durante la erupción del Vesubio que sepultó a Pompeya y Herculano. Turriano no olvi"TORRIANI, Ed.de CIORANESCU, op dt, p, 237-238,Tras el relato detallado de cómo fue la erupción, verdaderamente impresionante, dice «Las cuales cosas las vi yo mismo y para verlas, me metí en empresas

da dejar constancia de que por tres veces había estado en tanto peligro de perecer como el famoso historiador de la Antigüedad, y por la misma causa: la curiosidad por observar el fenómeno^'. Su capacidad como escritor se pone de manifiesto en párrafos como uno de los muchos de la larga descripción del nacimiento del volcán, porque «¿qué mayor

peligrosísimas, en las cuales por

horror y maravilla, que la tierra que tiembla y se sacude, aullando como un ani-

tres veces estuve a punto de

mal acongojado, de modo que no podía uno estar en pie, ni soportar en los oídos

padecer la misma muerte del imprudente Plinio». "TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op. dt, p. 233.

el horroroso bramido y estrépito?»". Su capacidad científica de deducir conclusiones de la observación se pone de manifiesto tanto en esta ocasión como en muchas otras, pues si bien recuerda que otros volcanes como el Etna y el Vesubio ya eran montañas antes de que se produjeran las erupciones, en el caso de La Palma no fue así, de lo que extrae la conclusión de que no sostenemos que sólo en esta isla haya nacido un monte, causado por los incendios subterráneos, sino que puede nacer en cualquier parte. FUNDACION 67

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Alicia Cámara

donde se produzcan similares efectos en el interior de la tierra... fue tan horroroso y digno de admiración que, si apenas creíamos a nuestros ojos, a la inteligencia parecía imposible. Fue tanta la conmoción que le supuso el haber observado, medido y descrito ese fenómeno tan admirable, que anuncia que está escribiendo «un tratado sobre los volcanes», que desgraciadamente hasta la fecha no conocemos ni sabemos si llegó a acabarlo".

'^TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op.dt, p. 239-241.

De su pasión por los fenómenos que acontecían en la tierra y en el cielo nos habla también que este hombre, que puso en peligro su vida para medir y observar el nacimiento de un volcán, tuvo entre sus libros el Discorso delle comete de Mario Cuiducci quien describe el gran cometa que se pudo ver en el cielo a finales de noviembre de 1618, para maravilla y terror del pueblo que imaginaba catástrofes asociadas a ese fenómeno celeste, a la par que provocaba la atenta observación de los astrónomos. En este caso, y pese a que el discurso fue pronunciado por Mario Cuiducci en la academia florentina y publicado en 1619 con su nombre, se ha puesto de manifiesto que en gran parte lo que en él se dice se debe a Galileo Galilei, matemático y filósofo del gran duque de Toscana tal como le define el mismo Cuiducci en su dedicatoria de la obra a Leopoldo, archiduque de Austria'". El estudio de los cometas, como el llevado a cabo porTycho Brahe en 1577", fue siempre apasionante para los científicos. Sus intereses eran amplísimos, y en este caso se correspondían con su capacidad, lo que muchas veces no sucedió con otros que se llamaban a sí mismos ingenieros, o al menos se consideraban expertos en todo lo referido a esa profesión y que por ello fueron ridiculizados en los tratados porque no conocían ni siquiera el especializado vocabulario que era necesario. Así, unos caballeros no sabían que pitipié era lo mismo que escala, o hablaban de «architetero» y «cos-

Galileo GALILEI y Mario GUIDUCCI, Discorso delle comete. Ed. de Octavio BESOMI y Mario HELBING. Roma-Padua, Editrice Antenore, 2002.Véase para esta utilización de ¡deas de Galileo por Guiducd la introducción, pp. 1522. La dedicatoria en p. 113. Giorgio STRANO, «Copérnico e Tyciio: le due facce della reforma dell'astronomia». En Pa '

mografeo» sin saber que las palabras eran «Architecto» y «Cosmógrafo»"^. Podrí-

GALLUZZI (Dir:), Galileo. Irrìrnagini

amos seguir con ejemplos de caricaturas del ingeniero en la España del Siglo

Telescopio. Florencia, Giunti, 2009,

dell'Universo daliAntIchitò ai p.232.

de Oro, pero como estamos hablando de un verdadero ingeniero, sólo queremos hacer notar que tanto poder en manos de unos profesionales llevó a que muchos

"C.de

ROJAS,

op.dt,i30v.

quisieran presumir de conocimientos que no tenían, lo que acabó en caricatura. Leonardo Turriano se movió en un mundo en el que la ciencia era tan necesaria para el poder que todos los gobernantes tenían a sus matemáticos, algunos de ellos además filósofos, otros también arquitectos, ingenieros, historiadores, cosmógrafos, geógrafos... Turriano es un muy digno ejemplo de esa generación a caballo entre el siglo xvi y xvii que tan definitiva fue para los cambios de la ciencia moderna. De sus intereses nos habla, además de su obra conocida, el que escribió también un «libro sobre la cifra»". Suponemos que fue sobre la manera de cifrar escritos que debían permanecer secretos cayeran en las manos que cayeran,

" AGS, Guerra y Marina,

.513,1

172. Lisboa, 26 de marzo de

y lo pensamos guiándonos por el significado que da Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española publicado en 1611 de «CIFRA. Escritura enigmática FUNDACION 68

JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

con caracteres peregrinos, o los nuestros trocados escritos de ios ingenieros al rey y a su Consejo de Gue-

11""

rra fueron cifrados, con las letras convertidas en números, para evitar que la información cayera en manos

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del enemigo pensamos que de eso trataba el libro, y no era cuestión baladí, porque lo hacían los ingenieros, pero también los embajadores, representantes del rey, espías... en un mundo plagado de enemigos de la monarquía hispánica. N o conocemos este libro,

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pero demuestra que nada estaba fuera del interés de Turriano, desde la erupción de un volcán, la geogra-

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fía, la astrologia, o la posibilidad de normalizar un

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sistema de comunicación a salvo de miradas ajenas a las del poder. En la Descripción

de las islas Canarias incorporó,

como lo hace en la de Orán, los informes enviados al rey, que se conservan en el Archivo General de Simancas. La Descripción

de Canarias, acabada en 1592,

sería entregada al rey en 1593, pero no conocemos '' A, RUMEU DE ARMAS, op. dt, p. 359.

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ese ejemplar, sólo el de Coimbra'®. Lo que no había en los informes al rey, que

TIBURZIO SPANNOCCHI,

conocemos por la investigación en el archivo citado, era la descripción de la socie-

Aljafería, 1592. España.

dad, o las costumbres de los habitantes de esos lugares, que en cambio sí apa-

Archivo General de

recen en los atlas. No era al Consejo de Guerra a quien podían interesar en prin-

Informe cifrado sobre la

Ministerio de Cultura. Simancas

cipio esos datos, más atento a las cuestiones defensivas en todos sus aspectos, arquitectónicos, económicos, jurídicos, geográficos, etc., era a un monarca curioso y muy poderoso, sentado en su despacho, al que se destinan las páginas de

GUALTERIUS ARSENIUS,

Ballestilla, 1563. Inv.

estos manuscritos, nacidos ya como pieza de colección.

85/4/478. M u s e o

Desde un punto de vista científico, en ambos manuscritos Leonardo Turriano da longitudes y latitudes, utilizando en ocasiones

N a c i o n a l de Ciencia y

Tecnología, M a d r i d

a Ptolomeo. Así por ejemplo, la ciudad de Orán está a 13 grados y 20 minutos de longitud según Ptolomeo «i mi osservación», y a 35 grados y 33 minutos de lati" Descrípdón... Orán... f. 13v. L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. dt, p. 76.

tud'^ También Cabrera de Córdoba la sitúa a «treinta y cinco grados y medio de altura del polo»™, lo que se aproxima bastante a los 35°, 41 ' y 28" que dan los mapas actuales, y la isla de Euerteventura según

L H

•/'J/í'."•f.í.

unos por otros». Como sabemos que algunos de los

"TORRIANI, Ed, de CIORANESCU,

Turriano está entre los 5.23 y 4.8 grados de longitud, y los 28 grados y 55 minutos y los 28 de latitud"'. La tierra estaba siendo medida cada vez con más precisión mientras se aceptaba que no era el centro del universo. 69

FUNDACION JUANELO TURRIANO


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Las matemáticas y la geometría euclidiana eran la base de los conocimientos de los ingenieros, y no está de más recordar queTurriano se refiere a Juan de Herrera no como arquitecto, sino como matemático, cuando alude a la obra de San Lorenzo de El Escorial''^ La historiografía española ha venido considerando a Herrera como un gran arquitecto, que además fue director de la Academia de Matemáticas fundada en la corte por Felipe II, y sin embargo, si escuchamos a sus coetáneos. Herrera fue en primer lugar un gran matemático^^ que lógicamente y gracias a esa formación científica y a su experiencia, puedo ser el artífice de la gran obra del monasterio de El Escorial. No nos extraña que así lo vieran Turriano o Cristóbal de Rojas, quien en el prólogo de su tratado se refiere a «luán de

"TORRIANI, Ed. de CIORANESCU, op. dt, p. 100. El monasterio es « o b r a del excelente matemático Juan de Herrera». " U n a primera aproximación a la relación de Herrera con los ingenieros en Alicia CÁMARA, «Juan de H e r r e r a y la arquitectura militar». En Miguel Ángel

Herrera, criado de su Majestad, varón en las ciencias matemáticas tan excelente,

ARAMBURU-ZABALA (D¡r),JUAN de

que no menos puede España precierse de tal hijo, que Sicilia de Archímedes, y

Fundación O b r a Píajuande

Italia de Vitruvio, elegido por el Rey nuestro Señor para tragar sus grandes fábricasx^^pero es que también uno de los historiadores que glosaron los grandes

Herrera y su influenda. Santander H e r r e r a y Universidad de Cantabria, 1993, pp. 91 -104, Sobre las matemáticas, la Academia Real

hechos de Felipe II, Baltasar Porreño, se refería a Herrera, en primer lugar como

Matiiemática, su evolución y las

«matemático insigne», para añadir después que fue «tragador mayor y aposenta-

ocupaban a los matemáticos, va-

dor de Palacio»''^ Y si seguimos poniendo el foco de nuestra atención en criterios

«Instituciones para la formación

ajenos a la tradicional historia de la arquitectura como una historia de arquitectos, entendidos como lo que fue esta profesión desde el xix, nos vamos a encontrar a un Juan de Herrera «ingeniero», como lo nombra otro ingeniero especialista en puertos, Fabio Borsoto, quien en 1587 había llevado a la corte y mostrado al Consejo de Guerra un «retrato» y un «modelo» del muelle que había proyectado para Málaga. Pudo con esta ocasión besar las manos al rey «estando su yngeniero Juan de Herrera delante», viendo ambos «el retrato del muelle y planta de la ciudad y costa»°^ Al fin y al cabo, la geometría era «maestra casi de todas artes, sirviendo con sus medidas a matemáticos. Arquitectos, diestros en armas. Cosmógrafos, artífices, metalarios, carpinteros, pintores, escultores, agricultores, soldados, y otras gentes»®'. En este sentido no podemos olvidar el Discurso de Juan de Herrera sobre

distintas profesiones que Mariano ESTEBAN PIÑEIRO, de los técnicos». En M, SILVA SUAREZ (Ed,), op. dt, pp, 165-201 C, de R O J A S , op, dt, prólogo (s,t), ' ' Baltasar PORREÑO, Dichos Y hechos del Señor Rey don Felipe Segundo, el prudente, potentissimo f glorioso monarca de las Españas f de las Indias (1628). Edde Antonio ÁLVAREZ OSSORlOy Paloma CUENCA, Madnd, Sociedad Estatal parala conmemoración de los centenarios de Felipe II y CarlosV

2001,pili.

AGS, Guerra y Marina, leg, 213,( 92, Sobre este muelle de Málaga

LUIS COLLADO, Compás

de artillería, 1584. Inv.

se puede v e r Alicia CÁMARA, «De

99/21/1. Museo

Palermo a Málaga Fabiano

Nacional de Ciencia y

Bursotto y la ingeniería de

Tecnología, Madrid

p u e r t o s en el Renacimiento». Lexicon. Storia dell'architettura In Sicilia, ri" 7,2008, pp. 7-22. ® Christoval SUÁREZ DE FIGUEROA Plaza Universal de todas derKiasf artes, parte traducida de Toscano... Madrid, Luis Sánchez, 1615, Í329V Ed su mayor parte esta

obra

traduce la

deThomaso GARZONI, Lo pioz« universale di tutte le profesión de^ mondo,,, Venecia, 1589.

FUNDACION

70

JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Uso de instrumento de

triangulación, 1607, en LEONHARD ZUBLER,

Novum

Instrumentum

Ceometricum rerum

Quo

mensurabilium

Longitudo, Latitudo & mensurantur.

Altitudo, Profunditas... Basilea,

Impensis Ludovici Regis,

Bibliopolae Basilensis, 1607

Discurso del Sr Juan de Herrera aposentador mayor de S.M. sobre la Figura cúbica. Ed. de Edison SIMONS y Roberto GODOY. Madrid, Editora Nacional, 1976. '' Alicia C Á M A R A , «La arquitectura military los ingenieros de la monarquía española...», op. dt,

la figura cijbica®®. La geometria de Euclides circulaba en todos los centros científicos europeos, y no sólo por los tratados de los arquitectos militares como Cristóbal de Rojas que se definía como «architecto y geómetra»"', o por las lecciones que se impartían. En España, los seis primeros libros habían sido traducidos al castellano en 1576 por el astrólogo y matemático Rodrigo Zamorano™, y a partir de entonces sin duda fue más fácil acceder a todo lo que Euclides enseñaba.

p.26l.

Pero todo había avanzado desde Euclides, así que la necesidad de usar instru-

" Los seis primeros libros de la

mentos cada vez más precisos para medir lo que la vista alcanzaba no hace falta

geometría de Euclides.Traducidos en lengua Española por Rodrigo <¡^amoranaAstrólogo y Mathemático y Catedrático. Sevilla, Alonso de la Barrera, 1576. " AGS, Guerra y Marina, leg, 398, f. 207,

explicarla. Por volver al escenario portugués, donde Turriano desarrolló una parte tan importante de su carrera como ingeniero, podemos recordar que cuando murió Fray Juan Vicencio Casale una de las razones que daba don Juan de Silva, en febrero de 1594, para que se hicieran cargo de la obra de la fortificación de Cabeza Seca los discípulos de Casale era porque «quanto al modo de fabricar y manejar los ynstrumentos harán ventaja a todos los que entraren de nuevo»'\ Los nuevos instrumentos permitían nuevas formas de experimentación, y en el Renacimiento se dieron grandes avances, razón por la que se valoraba tanto el saber usarlos. El ingeniero debía ver y medir, y por eso avisa Turriano en la dedicatoria al rey de la Descripción

de Canarias que, aunque se refiera a la isla de

Madeira o a la cordillera del Atlas, lo ha hecho valiéndose «de los trabajos ajenos y de las más verídicas observaciones que pude hallar, puesto que la incomodidad y los peligros del mar, la dilación del tiempo y la cuantía de los gastos no me dieron lugar a poderlas ver y medir». Ese deseo de precisión caracteriza las descripciones que los ingenieros hicieron de ciudades y territorios. Es más, Turriano dice que ha corregido «las falsas observaciones de los mareantes, tanto por medio 71

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

"TORRIANI, Ed. de CIORANESCU,

Astrolabio flamenco

Op.dt, pp, I y 2.

atribuido a Miguel

Piquer. Inv. 99/9/1.

" V e r el libro ya clásico de M.l.

Museo Nacional de

VICENTE MAROTO, y M. ESTEBAN

Ciencia yTecnología,

PIÑEIRO, Aspectos de la ciencia

Madrid.

aplicada... op. dt. Sobre los instrumentos de medidón en estos años, ver J. BENNETT, «Gli strumenti astronomici del Rinascimento». En Paolo GALLUZZI (Dir), Galileo. Immagini dell'Universo dall'Antichità al Telescopio. Elorencia, Giunti, 2009, pp. 218-225. Ver también J. BENNET y S.Jbonston, The geometry of war, 1500-1750.

Oxford, 1996.

"•TORRIANI, Ed, de CIORANESCU, op. dt, p. 222. «Es la isla más alta y más brava de todas; algunos la consideran tan alta como el Pico de Teida deTenerife, lo cual es falso, por habérnoslo demostrado así el astrolabio». El astrolabio lo usaban los ingenieros para distintos

de la altura del polo, como por las posiciones de los triángulos planos, esperando ora sobre los montes, ora en las puntas o promontorios, los momentos despejados y serenos, para poderlas ver»'^ Así pues los instrumentos de cosmografía que usaban los pilotos y los instrumentos de triangulación fueron usados por este ingeniero, que recogía así toda la experiencia científica del Renacimiento, que tuvo en España algunos de sus más insignes representantes''^ Gracias al astrolabio supo Turriano que la isla de La Palma no era tan alta como el Teide'", y el nacimiento del volcán le llevó a tomar las medidas de cómo iba creciendo mientras estaba en erupción «con un triángulo geométrico» y explica además cómo lo usó: «después de colocado el instrumento en la línea visual, en el poco espacio de tiempo en que esperaba que se parase el plomo, volviendo a mirarlo, hallaba que había aumentado en un paso, y algunas veces más»''^ Observar desde la sabiduría era el principio en el que basaba sus conocimientos, si hemos de creer tantas descripciones como hace a lo largo de sus escritos. Nos ha llamado la atención una de ellas porque trasciende la descripción para convertirse casi en poesía: «Este mar Atlántico, con viento este es hinchado y amarillo; con viento sur es encarnado y plácido; con viento del Poniente es muy tempestuoso; con noroeste es rompiente; con norte áspero y claro; y con noroeste tiene olas muy grandes y negras»'^ ¿A quién no le fascina una descripción como ésta u otras que podríamos extractar de sus escritos?. Suponemos que Felipe II aumentó la estima que tenía de este ingeniero gracias a sus escritos, aunque posiblemente no por estas reflexiones sobre los cambiantes colores del mar, sino por otras mensurables y por lo tanto

cometidos. Por ejemplo Cristóbal de Rojas escribe en su tratado que para hacer los relojes de sol, hay que saber «quantos grados ay de altura de polo, que se sabe, o tomando el altura con el astrolabio, o ballestilla, haziendo la observación, si fuere posible, en ei menor día del año, o teniéndolo por relación de algunas tablas, donde están declaradas las alturas de cada Provincia». C . de ROJAS, op dt., f 85. C o n la ballestilla se refiere al instrumento que fue llamado también báculo de Jacob y que era uno de los de uso más común junto con el astrolabio para medir alturas. Sobre los instrumentos de medición utilizados en los años en que trabajóTurriano, ver el excelente estudio de Daniela STROFFOLINO, La città Misurata Tecniche e strumenti di rilevamento nei trattati a stampa del Cinquecento. Roma,SalemoEditnce,l999.La autora hace un recorrido portodos los instrumentos a través de los tratados en los que se explica su uso, con ejemplos de cómo se aplicaron para medir la ciudad y el territorio. '•^TORRIANI, Ed. de ClORANESCU, opdt.,p.232. "TORRIANI, Ed. de CIORANESCU.

op.dt.,p.260.

FUNDACION 72

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Útiles. Esos eran los ingenieros que su imperio necesitaba, capaces de poner en imagen y en palabras la grandeza de los territorios y mares bajo su dominio. Fue también ingeniero hidráulico e inventor de ingenios y máquinas, como lo demuestran sus obras en Portugal. Con respecto a su conocimiento de las aguas, además de sus observaciones sobre la mareas para justificar la nueva cimentación que proponía para Cabeza Seca, conocemos el interesante Parecer que dio en 1624 sobre la navegación del río Cuadalete al Guadalquivir, en uno de los muchos viajes que debió hacer desde Portugal a los reinos de España para ocuparse de otras obras en las que su experiencia se consideraba imprescindible. Una de ellas fue este problema de navegación, que era preciso resolver haciendo un canal, para que el puerto de Sevilla siguiera siendo viable. Si no, como dice en el informe, no haciendo el dicho canal navegable de Cuadalete a Guadalquivir, el último remedio es pasar la contratación de Sevilla a Xerez, y que los barcos suban desde el puerto o desde el Salado a la dicha ciudad, endeParecer que da Leonardo Turriano ingenero mayor de Portugal a Felipe IV sobre la navegación de el río Cuadalete a Guadalquivir y a Sevilla En Madrid a 17 de julio de i 624. Coiecdón de Documentos Inéditos para la Historia de España (CODOIN).TomoV. Madrid, Imprenta de la viuda de Calero, 1844, pp. 489-492. La cita en p.492 El texto deTurriano ha sido transcrito de nuevo, por Diego SuÁREZ QUEVEDO, «Navegación fluvial e ingeniería militar en España, siglos XVI-XVIl. De Pérez de Oliva y Antonelli, a Leonardo Torriani y Luis Carduchi».Áno/es de Historia del Arte, 2007, n° 17, pp. I 17-153. IHCM, Colección Aparíd, tomo Vil,

f 318.

" Los veintiún libros... op. cit, vol. V,f.4l8. ™ Parecer que dio el Comendador Tiburdo Spanoqui. Cavallero del Abito de San Juan, ingeniero mayor de su Majestad y Gentilhombre de su casa. A la muy noble y muy leal Ciudad de Sevilla, sobre los Reparos que convienen para la Inundación del Río Guadalquivir. Sevilla, 1604. "" Sobre Jerónimo de Soto y la navegación del Pisuerga: Consulta del consejo de 27 de septiembre de 1607, reunidos conde de "-ninchón, condestable de Castilla, conde de Puñonrostro, don

rezando el dicho Cuadalete, cortando sus vueltas y haciendo el canal de media legua a la dicha ciudad como dicen fue el pensamiento del Señor Rey D. Felipe Aparte del conocimiento que demuestra sobre la navegación, puesto que ha comprobado que las crecientes de ambos ríos se producen al mismo tiempo y hora usando para ello dos relojes de sol, con lo que sabe ninguno de los ríos verterá sus aguas en el otro, nos interesa señalar que para esa obra pone como ejemplo los canales que se han hecho en Flandes y en Italia, por los que pueden navegar «los barcos chatos que nadan en poco agua», como son también «las muletas de Lisboa». De nuevo nos encontramos ai ingeniero que hace gala de los conocimientos adquiridos con la experiencia. Aunque de su estancia en Flandes nada sepamos, podía tener noticias por sus familiares que habían servido al rey en aquellas tierras™, o haber prestado oídos muy atentos a las innumerables noticias que llegaban a la corte sobre la guerra en los Países Bajos, repleta de episodios en los que el agua era protagonista. Podríamos afirmar que todos los buenos ingenieros, a veces considerados tan sólo como arquitectos militares, se ocuparon de obras de máquinas y de ingenios, muchas veces relacionados con el control de las aguas. Pese a que el autor de Los veintún libros de los ingenios y máquinas, consideraba que era un error que los ingenieros pretendieran que «las cosas de la guerra y las fábricas de agua son una misma cosa»®^ son muchos los ejemplos de especialistas en ambos campos, lo que no quiere decir que considerasen que eran «una misma cosa». Quizá uno de los más famosos fue Juan Bautista Antonelli, con su proyecto de navegación del río Tajo. Acabamos de referirnos al informe de Leonardo Turriano sobre el río Cuadalete, pero también ese ingeniero que tanto venimos citando por lo que tuvieron en común, Tiburzio Spannocchi, se ocupó de remediar las inundaciones periódicas que sufría la ciudad de Sevilla'"", anegada por su río, y su discípulo 73

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

J e r ó n i m o de Soto se o c u p ó de la navegación del Pisuerga'°\ U n e j e m p l o quizá más modesto de intervención, pero que no por eso Rojas dejó de contar en su tratado fue lo que él mismo había hecho, superando a otros ingenieros que le precedieron incapaces de hacerlo, al construir una presa en Andalucía, en el río Guadajoz para reconducir sus aguas hacia un molino'o^ Así que, si bien no todos los ingenieros que se ocuparon de obras hidráulicas en tiempos de Leonardo Turriano fueron a la vez arquitectos militares, sí lo fueron muchos de ellos"'^ Turriano utilizó relojes de sol para comprobar el momento exacto de las crecientes de los ríos, y Rojas en su tratado explica c ó m o se fabrican los relojes de sol «Orizontal, Vertical, y Declinante», y v u e l v e a insistir en q u e es la experiencia la que le ha enseñado, porque cuando intentó ejecutar los relojes de sol según los libros «me han salido falsos», así que si enseña c ó m o hacerlos es «por tenerlos ya experimentados»'"". D e nuevo es ese valor de la experiencia tan reiterado en todos los escritos que conservamos de los ingenieros del Renacimiento. Ellos fueron los grandes protagonistas del progreso de las ciencias basado en la experiencia, y no tuvieron que esperar a que los historiadores de siglos futuros les dieran ese papel. Fueron conscientes del valor d e lo q u e estaban p o n i e n d o en las manos y ante los ojos del poder.

Bernardino de Velasco, don Luis Ennquez, don Diego Brochero, marqués de San Germán,Juan Bautista deTassis, don Alonso de Sotomayor «El Consejo ha visto un memorial de Jerónimo de Soto ingeniero en el qual refiere que por mandad deV. M d va a la ciudad de Valladolid a ver en que forma se puede hazer nabegable hasta Ç a m o r a el rio Pisuerga». Desde allí debe ir a la villa de Santander «a ver aquel puerto y si combiene demoler el fuerte de san Martín y todo lo demás que allí ay tocante a fortificaçiôn lo qual está presto de ejecutar como se le manda». Pide una ayuda de costa, porque con su corto sueldo no puede bacerei viaje, y además «ahora se halla con necesidad por haver hecho otra Jornada pocos días ha a la provincia de Guipúzcoa por orden deV. Md. a vissitar aquellas fortificaçiones»,Et Consejo informa que intentando acabar la fortificación del fuerte de San Martín hubo «avissos de personas platicas de aquella costa representando que aquel fuerte no hera neçessario y que quando se hizo fue en ocasión que imbernó allí la Armada deVMd.d año 588 teniendose avisso que venía la de Inglaterra». Como estas jornadas del ingeniero Soto son <d:rasordinarias y con el sueldo que tiene no puede suplir el gasto que se le sigue en ellas», al consejo le parece que se le den doce ducados cada día de viaje «que según el precio subido de las cossas, es lo menos que se le puede daD>. C o n esto no habra que darle ayudas de costa. Como desde Santander debe ir a Guipúzcoa, se le darán 200 ducados para el viaje. Resulta aprobado lo de la cantidad por día (AGS, Guerra y Marina, leg 670, f 347).

C . de ROJAS, op. dt,ff.95 v- 96v, "»Sobre las obras públicas y la ingenien'a hidráulica véase el catálogo de la exposición Felipe Los ingenios y las máquinas. Ingenieiío y obras públicas en la época de Felipe II. Comisario Ignado GONZALEZ TASCÓN. Madrid, Sociedad Estatal para la conmemoradón de los

centenarios de Felipe II y Carlos^

1998. Para el tema en Italia, se puede v e r A l e x a n d r a FIOCCA, PAMELA LAMBERINI y Cesare MAFROU.ARTEE scienza delle acque nel RinasdmeM. V e n e c i a , Marsilio, 200:i.

74

JUANELO TURRIANO


Ill

Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar

D o s de los mejores atlas militares realizados en el siglo xvi para la m o n a r q u í a española, ambos a finales de ese siglo, se deben a Leonardo Turriano. U n o es la ' Alla maestà del re Católica. Descrittione et historia del regno del'Isole Canarie già dette le Fortunate con II parere delle loro fortificationi. DI Leonardo Torriani, cremonese. Las medidas de este manuscrito, que se conserva en la Biblioteca de la Universidad D e

Descripción

de las islas Canarias',

y el otro la Descripción

de Orán y

Mazalqui-

vir-, Ambos cumplen con todos los requisitos que permiten clasificarlos dentro de los atlas militares en la é p o c a moderna: representan plazas fuertes, reflejan el c o n o c i m i e n t o directo del territorio por el ingeniero militar, y representan fronteras y costas, constituyendo el conjunto un todo que describe un territorio, c o n

Coimbra, son 41.5 cm. de ancho y

una uniformidad en los sistemas de representación. Estas son algunas de las carac-

23.5 cm. de alto. Sobre los dibujos

terísticas que pueden definir este tipo de atlas^

de este manuscrito ver Fernando G. MARTÎN RODRÍGUEZ, La primera imagen de Canarias. Los dibujos de Leonardo Torriani. Santa Cruz de Tenerife, C O A C , 1986. ' A la magestad del rey católica nuestro señor Descripción de ias plaças de Orán i Mazarquivir en materia de fortificar De Leonardo

Forman parte del proceso, analizado por Buci-Clucksmann, que se dio desde fines del siglo xv, c o n el c o n o c i m i e n t o de la Geografía

de Ptolomeo y el descu-

brimiento de América, que transformó la cartografía medieval, llena de símbolos y poco precisa, en una descripción científica de la tierra, c o m o si pudiera ser vista desde los ojos de ícaro cayendo". Y así estaría construido este atlas, pues sus imágenes v a n de la cartografía más científica del M e d i t e r r á n e o , a las vistas coro-

Turriano su criodo. Academia das

gráficas con un fuerte componente escenográfico, para acabar con ias plantas de

Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065.

las fortalezas, en un supuesto vuelo de aproximación. Asimismo, la construcción

Agradezco al profesor Moreira la información sobre la localización de

histórica del relato que a c o m p a ñ a a las imágenes va de lo general -la estrategia

este manuscrito. ' Isabelle WARMOES, Emilie d'ORGEIXyChariesVAN D E N HEUVEL (árs.), Atlas ^ manuscrits Européens

militaires (VXI-XVill

siècles). Forme, contenu, contexte de réalisation et vocations Paris, Musée des Plans-Reliefs, 2003.

/

Portada de la

A MAGESTAD DEL R E Y C A T O L I C O N V E S TRO SEÑOR •D E S C R I P C I O N

' Christine BUCI-GLUCKSMANN,

M A Z A R

D E L A S

(¿ViVÍR,

L'oeil cartographique de l'art. Paris,

EN

F O R T I TI

PLACAS

DE

A I A T E RIA

ORA-N DE

Descripción

de las Plaças

de Oran i Mazarquivir

materia de fortificar, :

en

1598, Academia das

Ciencias de Lisboa, Ms.

Azul, n ° 1 0 6 5 , f 1

I

CAR»

Galilée, 1996, p. 29, y en concreto el capítulo «L'oeil-monde ou le fantasme d'Icare».

DE L E O N A R D O

TVRRI.'^NO SV C R I A D O

mi

FUNDACION JUANELO 75

TURRIANO


Alicia Cámara

LEONARDO TURRIANO, El

valle de Betancuría de la isla de Fuerteventura, Descrittione

e Historia

de la monarquía en el norte de África desde los Reyes Católicos a Felipe II- a lo particular, que fueron los conflictos sobre las trazas. Los dos atlas manuscritos tienen un formato apaisado, que se a c o m o d a bien

del regno de l'isole Canarie. ..Di Torriani,

Leonardo

cremonese,

Universidad de Coimbra, M s . 3 1 4 , f. 8

a la descripción del territorio, ya sea para imágenes geográficas o corográficas. La descripción de las Canarias está escrita en italiano, pero la de O r á n lo está en castellano. Ninguna de las dos fue pensada para ser impresa, sino para los ojos del rey, sólo debía llegar «a las reales manos de Vues. Magd.», lo que explica la belleza de sus imágenes y el alarde de conocimientos históricos y científicos de que hace gala Turriano. Ambas están dedicadas y hechas para el monarca, la primera, para el rey Felipe II, q u e por m e d i o de los papeles « m e n e a b a el m u n d o desde su real asiento»', lo que le llevaría a crear el Archivo de Simancas, no estaba destinada sin e m b a r g o a ese archivo, c o m o los miles de dibujos q u e hicie-

= Luis CABRERA DE CÓRDOBA, Historia de Felipe II,...

op.dt, p.BÍ

ron los ingenieros para describir la tierra y la defensa de las fronteras del monarca más poderoso de su tiempo. Ninguna de las dos fue considerada material de archivo, sino más bien de colección. 76

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Estos dos atlas, c o m o otros, y no sólo atlas sino también otro tipo de objetos relacionados c o n el control del territorio c o m o pueden ser algunos instrumentos científicos, se pensaron para una c o l e c c i ó n c o n utilidad práctica, lo que puede parecer un contrasentido si nos atenemos a investigaciones sobre el coleccionismo, que consideran que las piezas reunidas por el coleccionista tienen un valor ' Krzysztof POMIAN, Collectionneurs,

de c a m b i o pero no de uso^ Y si en las c o l e c c i o n e s los objetos han renunciado

amateurs et curieux. Paris, Venise: XV-

a su utilidad, lo que es cierto en el caso de atlas militares en los que las referen-

XVIII

siècles Pans, Gallimard, 1987. ' Felipe PEREDA y Fernando

MARÍAS, « D e la cartografía a la

cias visuales a las casamatas, troneras etc. han d e s a p a r e c i d o en las manos de un pintor que «desactiva» las fortificaciones para convertirlas en puro diseño geo-

corografía: PedroTexeira en la

métrico sin referencias a lo que las hace iJtiles, no sucede lo mismo c o n las des-

España del Seiscientos». Ería.

cripciones deTurriano sobre Canarias y la de O r á n y Mazalquivir, o la de Span-

Revista cuatrimestral de Geografía, n" 64-65,2004, pp. 129-157. Ver

nocchi sobre las marinas de Sicilia. Toda la potencia de las fortificaciones de la

Izquierda

también José Mana SANZ

monarquía española en sus fronteras está presente en la obra de unos ingenieros

Plano del Val le de Aran,

HERMiDA,«Las representaciones geográficas y corográficas como

que aunaron sus conocimientos a una extraordinaria c a p a c i d a d c o m o dibujan-

elementos de prestigio y

tes. S o n libros c o n un argumento de principio a final, c o n unos dibujos de una

representación de la Monarquía: el Mapa de España y las

sola mano, cuidados hasta el mínimo detalle, una obra cerrada, autosuficiente en

Descripciones de las ciudades de

sus desarrollo visual y en sus textos, convertida en un objeto precioso para la mira-

Enrique Cocb>. En Enrique MARTÍNEZ RUIZ (Ed.), A4odrid, Felipe II y los ciudades de la Monarquía. Vol. II, Madrid, 2000, pp. 289-305.

da del rey, pero con su utilidad más viva que nunca. Cabría una reflexión en este punto relacionada c o n los retratos de los reyes y de sus familias, celebrando la continuidad dinástica, cargados de utilidad política, porque si, como se ha dicho^.

TIBURZIO SPANNOCCHI,

1594, España. Ministerio

de Cultura. Archivo

General de Simancas,

M P D 15, 84 Derecha

TIBURZIO SPANNOCCHI, Planta de Catania,

Descripción

de las

marinas de todo ei Reino de Sicilia, 1596.

Biblioteca Nacional de España, Mss. 788, f 29

Ifv

&.•!<» ..al !>i Ai-an.^x.í ¡ ^ inU-iJrawa «.-níai.ni-i^ 6a >íl W o gíi.-o.io. y rf/ río

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FUNDACION 77

JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

i

un

Izquierda Castillo de San Felipe de Setúbal. Calleria degli Uffizi, Gabinetto Disegni e Stampe, Sign. 4251-A Derecha Castillo de Cascaes, Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze, Ms. 11.1. 281. Por concesión del Ministero per i Beni e le Attività Culturali della Repubblica Italiana/Biblioteca Nazionale Centrale di Firenze

la representación de los territorios llegó a sustituir al retrato (o a compartirlo con él) como eficaz representación del poder e imagen de la monarquía, tan difícil hubiera sido introducir historiográficamente en las colecciones regias a unos y a otros, y sin embargo, retratos y descripciones geográficas en pintura y dibujo fueron «coleccionados» por los monarcas europeos como expresión de su poder. En ese marco se inscribirían los atlas de Leonardo Turriano. Seis años median entre los dos atlas deTurriano, puesto que la dedicatoria al rey de la obra sobre Orán está fechada en Madrid, el 4 de noviembre de 1598. Es una obra espectacular como celebración del poder militar y del control de las fronteras de la monarquía, y está dedicada al rey Felipe III, muy poco después de morir Felipe II. No debemos de dejar de señalar que Turriano no duda en solicitar ya en la dedicatoria los favores del nuevo rey, basándose en que ninguno de los ingenieros enviados antes de él a ver esas fortificaciones se dieron cuenta de cosas en cambio advertidas por él en un lugar que debe «hazer espalda a España, i facilitar la impresa de tantos Reynos de África»". Como dice el mismo ingeniero en esa dedicatoria, el manuscrito refleja el esta-

" Descripción...Orán... Dedicatoria al rey.

do en que se hallaban las plazas de Orán y Mazalquivir, y sus fortificaciones, en el año 1594.Tiene por lo tanto una finalidad de información para el rey, pero a la vez creo que, al igual que el de Canarias, habría pasado a formar parte de la biblioteca o de la colección personal del rey. La coincidencia cronológica de los dos atlas deTurriano y el de Sicilia de Spannocchi, acabado en 1595 si bien realizado en gran parte en Sicilia antes de llegar a España en 1580', nos lleva a la conclusión de que en los años noventa se incrementó un gusto especial por este tipo de obras en la corte española. Ese interés, manifestado ya en el reinado de Felipe II, se convertirá en pasión durante el reinado de Felipe 111. Quizá por ello es a este monarca al que dedica Turriano su obra sobre Orán y Mazalquivir. De hecho Felipe III encargó en 1602 a Spannocchi una descripción de las fortificaciones españolas'", en la que este ingeniero, ya con el título de Ingeniero Mayor 78

' Alicia C Á M A R A , «Chorographie et fortification. Spannocchi au service de la monarchie espagnole». En I s a b e l l e W A R M O E S , Emilie d'ORGEIXyCharlesVAN DEN HEUVEL (Dirs.),A!iffi militaires... pp.S?-^''' A . C Á M A R A , « C h o r o g r a p h i e . . •» p.

69.

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

de los Reinos de España, se esmeró si, tal como pensamos, algunos de sus dibujos como el del valle de Arán, pudieron estar destinados a celebrar con un espléndido atlas el dominio de las fronteras de este monarca. También fue Felipe III el que encargó un año antes, en 1601, a Bautista Antonelli que realizara «una discription de todos los puertos y fuergas de las Indias muy particularmente», una vez que este gran ingeniero hubo regresado del Caribe y estaba con licencia en • AGS, Guerra y Marina, leg. 580, f. 330. Madrid, 28 de abril de 1601. Alicia CÁMARA, «Retratos urbanos para la guerra». En V MÌNGUEZ. I. RODRI'GUEZ y V Zuriaga (Eds.) El sueño de Eneas. Imágenes utópicas de la ciudad. Castello. Generalitat Valenciana, 2009, pp. 65-88. Sobre esta cuestión de las distintas manos que intervienen en el proceso de elaboración, y sobre todo en las copias de los atlas y las recopilaciones de dibujos de fortificaciones hechas por los ingenieros al servicio de los estados italianos a fines del XVI y la primera mitad del XVII, como AscanioVitozzi, Ercole Negro de Sanfront o Michel Angelo Morello, ver MicaelaViGLINO DAVICO, «Aijtentidtá e copia nei disegni di architettura militare». En Angela MARINO (Din), L'Architettura degli ingegneri. Fori:ificazioni in Italia tra •500 e'600. Roma, Gangemi editore, 2005, pp. 9-26.

Madrid''. Su capacidad para hacer espléndidos dibujos de lo que fortificó en el Caribe lo podemos apreciar, por poner dos ejemplos firmados por él, en la traza de la ciudad de Cartagena, y en la de las dos fortalezas, la del Morro y la de la Punta, que guardaban la entrada a la gran bahía de La Habana. Tampoco ésta, que sepamos llegó a convertirse en un libro, salvo que algún día un archivo o biblioteca nos depare la sorpresa. Quizá estos dos encargos respondan a un deseo generalizado en diversas cortes por sistematizar los diseños de las grandes fortificaciones de la época, y agruparlos unificándolos, aunque en origen procedieran de manos y territorios diversos, convirtiéndolos en objeto de colección. Es decir, que uno de los procesos que se fue generalizando fue el de unificar el sistema de representación de un conjunto de planos por la mano de un artista, aunque en origen el modelo para esas plantas procediera de distintas manos'^ Un ejemplo de ello sería el magnífico álbum de Matteo Neroni que se conserva en la Biblioteca Nacional de Florencia, realizado en 1602 por encargo del gran duque Fernando 1 de Mèdici y estudiado por Lamberini'\ Los grandes atlas del xvii continúan y amplifican lo iniciado en los años finales del siglo xvi, aunque en realidad ya en la segunda mitad de ese siglo hay colecciones de plantas fortificadas como las de Belluzzi para Cosme I de Medici'".

" Daniela LAMBERINI, Il Sanmarino Giovan Battista Belluzzi...

BAUTISTA ANTONELLI,

op cit.,

Fortificación del Morro y

vol.Lp. 127.

fuerte de La Punta en la

Habana, 1593. Gobierno

Ibidem, pp. 128 y ss.

de España. Ministerio de

Cultura. Archivo General de Indias, MP-Santo Domingo, 13

FUNDACION 79

JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

H a b l a m o s de manuscritos, no sólo los dos deTurriano, sino de los encargados a otros ingenieros, y c o m o manuscritos iban a seguir, puesto que en el encar-

dibujos, vertambién de la misma

de fortificaciones se sacarían las copias que fueran necesarias, y en ningún momen-

«Funzione di disegni e rilievi delle

to se habla de darlos a la imprenta. Salvo por la c i r c u l a c i ó n de modelos de for-

fortificazioni nel Cinquecento». En

tificaciones q u e se dio entre cortes aliadas a c o m i e n z o s del siglo X V I I " , quizá

Cinquecento. Milán, Electa, I988,pp.

estaban destinados a la colección regia y la información que daban era demasiado secreta c o m o para darlos a la imprenta. C o m o a ello se añadía la belleza de sus imágenes que eran de la propia m a n o de los ingenieros, en este caso Spannocchi y Turriano-años después lo hará T e x e i r a " - y no pasadas por el filtro de un pintor c o m o otros atlas que conocemos, el del marqués de Heliche por e j e m p l o " ,

de Sicilia, 1596.

Biblioteca Nacional de

España, Mss. 788, f. 67v

48-61, Amelio FARA, li sistema e la città.Architettura fortificata dell'Eumpa moderna dai trattati alle realizazioii 1464-1794. Genova, Sagep Editnce, I989.0nonzo BRUNETTI, L'ingegno delle mura. L'Atlante Lemos dello BIbliothèque Nationale de France. Florencia, Edifii;2006. " Sobre la relación diplomática yd intercambio de obsequios entre t

estaba desactivada en sus dibujos.

de ias

marinas de todo ei Reino

L'Architettura militare veneta nel

c a c i ó n de las cuestiones claves de una fortificación, sino todo lo contrario. Eran añadían que la potencia de las máquinas de guerra que eran las fortificaciones no

Descripción

autora, Daniela LAMBERINI,

el valor de estas obras aumentaba, porque no había en ellas nada de la simplifiun objeto preciado de c o l e c c i ó n y conocimiento científico, porque a su belleza

Vista de Palermo,

sabe sobre estas colecciones de

go a Spannocchi se deja claro que de los libros que hiciera sobre todas las trazas

m e z c l a d o s c o n el intercambio incesante de regalos diplomáticos"^, estos atlas

TIBURZIO SPANNOCCHI,

Además de la obra citada, que es la última puesta al día de lo que se

corte medicea y la española, que quizá explique la presencia de plantas de fortificaciones españolas en ese atlante Neroni y en los dibujos que le sirvieron de modelo,

Describían un territorio, sus ciudades y fortificaciones, con una descripción cien-

ver el trabajo ya clásico de Edgard GOLDBERG, «Artistics relation

tífica tanto geográfica como corogràfica, así como los debates y propuestas sobre las

between the Medicis and the

fortificaciones y los territorios de la monarquía. Los dibujos y las palabras buscaban

Burlington Magazine, CXXXVIII,N°

la exactitud, para las palabras necesitaban conocer la historia y hablar con los habi-

1115,1996,pp. 105-114y 1121,

»^TRATT O BA

O-N TE1*XI.I.E GHXWO

Spanish Court, I587-Í62I».

pp 529-540. " Felipe PEREDA y Fernando MARIAS. El atlas del Rey Planeta. La «Descripción de España y de la¡ costas y puertos de sus reinos» de PedroTexeira (1634).Hondarribia, Nerea, 2002 Rocío SÁNCHEZ RUBIO, Isabel TESTÓN N Ú Ñ E Z y Carlos M. SÁNCHEZ RUBIO, Imágenes

de m

imperio perdido. El Atlas del marqués de Heliche. Plantas de diferentes Plazas de España Italia, Flandes y las /ndíos. Badajoz, Junta de Extremadura, 2004

FUNDACION 80

JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

tantes de esas tierras, y para el dibujo recorrer esas tierras con los instrumentos en la mano. Valga la cita de Belluzzi en este sentido: «per voler levar le piante è de bisogno saper bene la prattica degl'istromenti et haver un poco di disegno et di pintura. La pratica degli stromenti s'impara mediante le mathematiche, perché da quelle si cava l'uso loro», y la pintura se aprende sabiendo dibujar y colorear. Sin embargo Belluzzi apunta algo que resulta clave para entender las diferencias entre la imagen que crea el pintor y la que debe crear el ingeniero: el pintor hace una única vista, desde una posición determinada mientras que para la profesión de ingeniero es preciso ver completo lo que se pinta, aislado y medido con escala y uso del compás, por eso hay " D, UMBERINI, II Sanmarino. ...op. dt„vol.ll,pp. 188 y 189.

que saber pintar, pero también usar los instrumentos de medición". Por eso, los instrumentos para medir son descritos por los ingenieros en sus tratados. Rojas incluso se burla de aquellos que sólo saben medir sobre el papel, recordando a uno a quien, «sacándole al campo, a donde yo le avía pedido que pusiesse por la obra todo lo que m e avía dicho, y quebrado la cabega, en aquel punto se le fue toda la ciencia a los pies... y de allí adelante comengó a ejercitar-

'°C.de ROJAS, Op.DT.FF

se en la esperiencia»^". Por supuesto Rojas describe c ó m o se usa el cuadrante para medir las distancias, también el instrumento que usaba el ingeniero Spannocchi, además de otros ingenieros, para sacar las plantas de las ciudades midiéndolas

C. de ROJAS, op. dt, FÍ 80-84V

sobre el terreno c o n todos sus ángulos para luego pasarlas a papel, y no falta el nivel «para encaminar las aguas»^'.

Leonardo Turriano historiador y geógrafo Turriano funde en su obra la ciencia del ingeniero que describe territorios, ciudades y fortificaciones, c o n la c a p a c i d a d de impacto visual del pintor. N o sólo hay una vista de Orán digna de competir con cualquier representación corogràfica urbaRichard KAGAN (dir). Ciudades del Siglo de Ora Las vistas españolas de Antón Van den Wyngaerde. Madrid,

na de la época c o m o fueron unos años antes las de Van den W y n g a e r d e " en lo que se refiere a belleza y precisión, y unos dibujos de fortificaciones científicamente

Edidones El Viso, 1986.

81

ANTÓN VAN DEN

WYNCAERde, Vista de Barcelona, 1563. Österreidiiscfie Nationalb¡bliotliel<, Ms. Min. 41, f. 3

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Alicia Cámara

irreprochables, es q u e también en el manuscrito sobre O r á n y M a z a l q u i v i r hay

Nicola ARICÓ, « L a Sicile, deux

dos dibujos que son mapas, c o n el significado que da a ese término Sebastián de

vice-rois, trois atlas ( 1577-1640)»,

Covarrubias en el Tesoro de la lengua castellana o española del año 1611 : «la tabla, liengo o papel donde se descrive la tierra universal o particolarmente». Esa inmer-

HEUVEL (D\rs.). Atlas militaires...,

sión en la geografía, c o n el mapa de las costas de España y de África, necesaria

pp.l54yl55,

para explicar el carácter estratégico de estas fortificaciones en la defensa del Medi-

" Sobre los sistemas de

terráneo español, se completa c o n una vista más detallada de la u b i c a c i ó n geo-

representación utilizados en la

gráfica de O r á n y Mazalquivir, necesaria también para explicar las razones q u e va dando en ei texto sobre la necesidad de fortificar a una y a otra. Turriano utiliLEONARDO TURRIANO,

za los meridianos y los paralelos, superando así la Descripción

de Sicilia de Span-

M a p a de la costa del sur

n o c c h i " . Su mapa de la costa del Levante español incluidas las Baleares, enfren-

África, Descripción

tada a las costas del norte de Á f r i c a , no sólo e x p l i c a la base d e un c o n f l i c t o

de España y del norte de

las Plaças de Oran i Ivlazarquivir

de fortificar,

de

en materia 1598,

Acadennia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n ° 1 0 6 5 , f. 12v

En Isabelle WARMOES, Emilie d'ORGEIX y O i a r l e s V A N DEN

histórico que habla del peligro de los corsarios y la necesidad de control del Medi-

época, se puede v e r Manuel SILVA SuÁREZ, «El lenguaje gráfico: inflexión y pervivencias», en M, SILVA SUÁREZ (Ed,), op, dt, pp, 239306, D a una completa bibliografía, que p o r lo tanto nos abstenemos de citar aquí, remitiendo al lector a ese artículo.

terráneo occidental, sino q u e es un buen mapa de la época en cuanto a la precisión cartográfica, lo q u e implica un avanzado c o n o c i m i e n t o de la c i e n c i a de la representación del espacio geográfico^".

r á . ' g í t .

82

,

-CtlIintTLIt.

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Citado por David BUISSERET, La revolución cartográfica en Europa, 1400-1800. La representación de los nuevos mundos en la Europa del Renacimiento. Barcelona, Paidós, 2004, p.30. Richard Kagan en nnuchas de sus publicaciones sobre la ciudad ha profundizado en esa diferencia entre urbs y civitas, es decir entre forma urbana y comunidad de individuos que la habitan.Ver por ejemplo: Richard L. KAGAN, «Urbs and Civitas in sixteenth and seventeenth-century Spain». En David BUISSERET (Ed.), Envisioning the city. Six studies in urban cartography. ChicagoLondres, 1998, cap. Ill, y «Cartografía y comunidad en el mundo hispánico». Pedralbes, Revista d'història moderna, n° 20, 2000, pp. 11-36. Sobre la importancia dada a la población de estados y ciudades en la época, que tanto echamos de menos en los dibujos del manuscrito sobre Orán deTurriano, ver también Xavier ClL PUJOL, «Las fuerzas del rey La generación que leyó a Botero». En Mario RIZZO,José Javier RuiZ IBÁÑEZ y Gaetano SABATINI, Le forze del principe. Recursos, instrumentos y límites en la práctica del poder soberano en los territorios de la monarquía hispánica. Murcia, Universidad de Murcia, 2003, pp. 971 -1022. Sobre algunos ejemplos de esa ¡dea de ciudad como agrupación de ciudadanos que aparece también en la literatura española se puede ver las citas que se recogen en Alicia CÁMARA, «La ciudad en la Literatura del Siglo de O r o »

En Las nubes de Aristófanes (445-338 a.c.) un estudiante enseñaba a Estrepsíades un mapa en el que estaba Atenas, y éste decía «pero no veo juristas reunidos. Esto no es Atenas»^'. Obviamente esta observación se vincula a una concepción de la ciudad como una agrupación de individuos, lo cual es muy frecuente en los escritos de la época^^ Pues bien, salvo excepciones, que las hay, y de enorme interés, lo normal en las corografías y los dibujos de fortificaciones realizados por los ingenieros es que los hombres que las habitan no aparezcan, como en la Atenas sin juristas, pero esa ausencia es clamorosa en el atlas de Orán realizado por Leonardo Turriano debido a la fuerza plástica de las imágenes. Nunca echaríamos de menos figuras humanas en la mayoría de los dibujos de los ingenieros, y sin embargo, al dibujar Turriano muchas de las imágenes que lo componen a la escala del hombre a pie, que mira desde esa altura, y no a vista de pájaro o con perspectivas caballeras, lo que era más frecuente, y el mismo Turriano hace en algunos casos, la sensación de soledad se hace presente. La pureza de los dibujos de las fortificaciones recortados frente al mar, con unos horizontes lejanos y bellísimos transmiten sólo silencio. Sólo geometría, piedras y paisaje, no hay ciudadanos. El ingeniero, con sus instrumentos de dibujo y sus conocimientos está solo y no ve a nadie, sólo mira y describe aquella arquitectura que hace grande a la monarquía hispánica. Teniendo en cuenta que en otros dibujos deTurriano, conservados en Portugal, sí que aparece la figura humana, como por ejemplo los de la caleta de Sines, lo que contribuye a darnos la escala visual, la ausencia de vida tanto en la descripción de Canarias como en ésta -en los dibujos que lo hubieran permitido lógicamente, no en los mapas ni en las vistas a vuelo de pájaro- parecen dignos de

' ,/í ijifn '

i/x .l'Ltfir^na

Caleta de Sines, Descrigao e plantas da costa, dos castelos e fortalezas, desde o reino do Algarve até Cascais, da ilha Terceira, da praga de Mazagáo, da ilha de Santa Helena, da fortaleza da Ponta do Palmar na entrada do rio de Coa, da cidade de Argel e de Larache, Casa Cadaval, n°28. Planta 64. Documento cedido por el Arquivo Nacional Torre do Tombo

--

^

Anales de Historia del Arte. Homenaje al profesor Julián Gáilego, Número extraordinario 2008, Universidad Complutense, pp. 131-133.

'i

M 83

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

La Goleta, Biblioteca

Nazionale Centrale di

Firenze, Ms. ILI. 281. Por

concesión del Ministero per i Beni e le Attività Culturali della Repubblica

Italiana/Biblioteca

Nazionale Centrale di Firenze

ser señalados. La finalidad de los dibujos de la caleta y la de éstos era distinta, unos puramente informativos, mero documento, otros atlas de todo un territorio. La vocación de historiador, a la vez que geógrafo y arquitecto militar, debió ser más que vocación una pasión. Q u i e r e transmitir la historia, que no se pierda, y ese es el hilo conductor de los dos manuscritos a que nos hemos referido. En la Descripción de Canarias deja muy clara esa voluntad, cuando se pregunta «¿quién puede tener la seguridad de estas cosas, que no fueron e n c o m e n d a d a s a la memoria de JUAN DE BORCOÑA,

lo escrito, que renueva la antigüedad y suavemente remonta los años y los siglos,

Desembarco en Orán del

contra el curso natural y la consumación de los siglos?»". Ese deseo de dejar escrita

Capilla Mozárabe de la

la historia para que no se pierda le une a otros historiadores de una é p o c a q u e se

Cardenal Cisneros, 1509. catedral de Toledo

reconoció en la historia de sus ciudades, de sus antigüedades y de sus triunfos. "TORRIANI, Ed. de CIORANESCU,

Su conocimiento de las fuentes escritas antiguas a

op. dt. p. 83.

veces parece abrumador, o esa es al menos la impresión que sugiere la lectura de sus Descripciones. Por la Descripción

de Canarias

pasean c o n naturalidad las

citas de escritores, historiadores y geógrafos de la Antigüedad que alguna vez se refirieron a las Canarias o a islas que se podrían identificar con ellas (o con argumentos sobre las formas de v i d a o las casas d e sus pobladores), c o m o Homero, Juba, Estado Seboso, Plinio, Tácito, Tucídides, Solino, Pomponio M e l a , Ptolomeo, Estrabón, O v i d i o , Vitruvio, Plutarco, Aristóteles. Platón, Cicerón... ^^ y otros modernos como Juan León Africano, Luis del M á r m o l Carvajal, Pedro de M e d i n a (al que conoció personalmente), Antonio Pigafetta, TorcuatoTasso, Castiglione, Felipe Bergomense...

'»TORRIANI, Ed.de CIORANESCU, op. dt. passim. Resultana tedioso enumerar todas las páginas en que se citan y se utilizan los argumentos de estos autores para refrendar sus propias opiniones, pero al lectoi interesado en el conocimiento de l o s c l á s i c o s p o r p a r t e d e un

ingeniero le resultará de utilidad la lectura de todo el texto. FUNDACIÓN

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JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Descripción... Orán... f. 49. Sobre la posición en 1554 del príncipe Felipe en el caso de Mahdía (África), que cambió cuando, ya siendo rey decidió no abandonar ni Orán ni Melilla, y en general la política africana de la monarquía en los años cincuenta del siglo XV!, con las discusiones en la corte acerca de los presidios africanos, ver M.J. RODRÍGUEZ-SALGADO, Un imperio en transición. Carlos V, Felipe IIY su mundo. Barcelona, Crítica, 1992, pp. 376-413. "JoséAntonio MARAVALL,«La corriente doctrinal del tacitismo en España». En Estudios de historia del pensamiento español. Madrid, Cultura Hispánica, 1975, p. 80. " Descripción...Orán...,í

3.

Se apoya en Tácito para afirmar que las fortalezas que no se pueden mantener fácilmente, se deben destruir para que los enemigos no se aprovechen de ellas, y como ejemplo de destructores de fortalezas pone a ios romanos en España, los griegos en Troya, Escipión en Cartago, Aníbal en Sagunto, Silla en Atenas, Severo en Constantinopla y Vespasiano en Jerusalem. También los árabes lo hicieron en las ciudades del norte de África, para poder echar de allí a los romanos y a los godos, y el mismo emperador Carlos V lo había hecho recientemente en la ciudad de África, c o n el a p o y o del príncipe Felipe, c o m o lo había hecho el turco en La Golet a " . C o n ese recurso a la obra de Tácito, de tanta influencia en el pensamiento político del R e n a c i m i e n t o , Leonardo Turriano se situaría dentro de la corriente del tacitismo español, siguiendo «las enseñanzas de un historiador que hacía de la historia el campo de experimentación y comprobación»™ c o m o lo hace el ingeniero al referirse a esa experiencia y conocimiento de la historia que enseña, conforme a la razón, qué es lo que debe hacerse en cada caso. Es de nuevo el triunfo de la experiencia, de la observación, del método inductivo, aplicado en este caso a la historia de una monarquía rodeada de enemigos. Leonardo Turriano demuestra un conocimiento de la historia de Orán, y en general del norte de África, que va mezclando con observaciones personales, como presentarnos a ese O r á n anterior a la conquista, nido de corsarios que asolaban las costas de España, «riendo en sus vicios y regalos, por el sitio deleitoso en que está assentada»^'. Comienza con el relato minucioso de todos los hechos que sucedieron

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LEONARDO TURRIANO,

Orán y Mazalquivir, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n°1065, f 33

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Alicia Cámara

en la toma de Orán, en el año 1509 por el cardenal Cisneros y el conde Pedro

® Alvar G Ó M E Z DE CASTRO, De las

Navarro, que narró Alvar G ó m e z de Castro", cuatro años después de que don

hazañas de Francisco Jiménez de

Diego de Córdoba hubiera tomado Mazalquivir, e inmediatamente pasa a consi-

O R O Z RETA. Madrid, Fundación

derar la estrategia de Fernando el Católico en el norte de África, porque «con la Vitoria destas dos plaças, el Rey Católico empegó a hazer mayores designos sobre las cosas de África», compitiendo así con el rey don Manuel de Portugal, y «por impedir la grandeça turquesca». Y aquí ya plantea Turriano lo que convirtió esta conquista en objeto de posteriores polémicas, puesto que lo importante era el puerto, «o por mejor decir, puerta, i llave destos reinos (se refiere aTremecén y Fez) i de España». En eso coincide plenamente con Alvar Gómez de Castro, que

Cisneros (1569). Edidón dej. Universitaria Española, I984,pp. 249-305.También Alvar Gómez de Castro hace un elogio de la ciudad que nos recuerda a lo que antes había escrito León Africano y después escribiráTurriano. Era una ciudad según Gómez de Castro, que parece haber leído a Juan León Africano, probablemente en la edición de Ramusio de 1550, «situada en

escribía que si el puerto de Mazalquivir caía en manos españolas «ya se tenía muy

cierta colina elevada, fortificada

fácil el acceso a toda el África», puesto que «en ninguna parte de toda la costa de

situación del lugar bañada de una

África pueden los barcos estar más seguros y cómodos»".

por murallas y torres y por la parte por el mar y de la otra rodeada de jardines y fuentes

A partir de este planteamiento de la importancia estratégica del puerto, Turria-

refrescantes... ilustre en otro

no encadena una catarata de noticias de todas las conquistas de unos y otros en

tiempo p o r su comercio y tráfico

el norte de África, en un resumen acelerado a base de frases muy cortas, que no da un respiro al lector, atrapado por los nombres y los hechos que se relatan correspondientes a cuarenta años desde la toma de Orán: Pedro Navarro, Barbarroja, Bu Hamu, Hugo de Moneada, Álvaro Bazán, Hamete, Martín de Córdoba, Dragut, el príncipe Doria... A partir de ahí el relato se detiene más en hechos como el sitio de Orán en 1555, en el que demuestra sus conocimientos como ingeniero militar al explicar detalladamente cómo usaron los turcos la artillería y las condiciones defensivas de la ciudad. Continúa con su historia, cada vez con mayores detalles de lo sucedido, dejando claro quiénes fueron los protagonistas, tanto por parte de los españoles a los que llama «cristianos», como por parte de los enemigos, entre los que en cambio diferencia a los árabes de los moros, genízaros, bereberes, renegados y turcos, narrando los movimientos y decisiones de unos y de otros de manera que el resultado es un texto esencial para entender cómo se desarrolló el arte de guerrear en el siglo xvi en el norte de África ^^

de los mercaderes... frecuentada p o r los viajeros de toda Europa... Los de O r á n se gobernaban por leyes independientes... contaba más de seis mil casas... la abundancia de templos, colegios, hospitales, baños y otros edificios públicos era tan grande que ellos solos podían hacer egregia e ilustre a cualquier ciudad... las regiones cercanas producen trigo abundante...» (p252). " A . G Ó M E Z DE CASTRO, Op.dt, p.251.

Descripción... Orán... ff 4-11. Sobre la percepción de los habitantes del norte de África, es fundamental Miguel Ángel de BUNES IBARRA, La imagen de los musulmanes y del norte de África

La defensa del Mediterráneo necesitaba de puertos, y en ese sentido, Orán con

en la España de los siglos XVI y XVil.

el gran puerto de Mazalquivir no hubiera podido subsistir de no ser por lo que le

Los caracteres de una hostilidad

llegaba desde los puertos de Málaga y Cartagena, fundamentales para enviar tropas en momentos de peligro". Para el mantenimiento de la paz y el control, se sumaba el papel fundamental que jugaron los «moros de paz», que generaban desconfianza en historiadores como Cabrera de Córdoba, quien se refería a ellos de la siguiente manera:

Madrid, CSIC 1989. Descripción...Orán...

f(>-

Cuando don Álvaro de Bazán fue en socorro de O r á n y Mazalquivir además de las cuatro galeras que él mismo llevó desde Sevilla,«.. - i de Málaga , i Cartagena en barcos i bergantines enviaron como

Los moros de paz dan sus frutos forçados con esclavitud de sus hijos y mujeres, para cuyo rescate, que sacan necesariamente de su labrança y criança, porque no tienen oro ni plata, se acercan a Orán como amigos,

pudieron cuatrocientos soldados,: otros muchos que voluntariamente se embarcaron...»-

y no lo son en rescatando ni aun de los moros... Castígalos la colonia de Orán; aquieta la tierra con cabalgadas para el sustento propio y FUNDACION 86

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

» L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. d t , pp. 76-77. " AGS, Guerra y Marina, leg. 218, f. 198. Carta al rey de don Pedro de Padilla de 15 de marzo de 1589. El dinero impuesto como multa a dos monos que habían cometido un delito se iba a emplear en construir ese almacén para trigo y cebada, de dos pisos, el de abajo para trigo y el de arriba para cebada, trazado por los maestros mayores de la ciudad, en la puerta deTremecén, por la comodidad para que allí descargasen los moros de la tierra esos cereales de que se abastecía la c¡udad,ya que a Padilla le parecía que «los dichos moros rreçebian daño y molestia en andar con su trigo y çebada por las calles y plaças». Además así se iba a acabar con el gasto de alquilar almacenes fuera de la ciudad, tan ruinosos, además, que el trigo se estropeaba. Ahora el pan iba a estar dentro de la ciudad y en un buen almacén. Sobre el control que se tenía del trigo y la cebada se puede ver AGS, Guerra y Marina, leg 516, f 30, en el que el veedor Cristóbal de Herrera, y el contador Diego Jiménez deVargas certifican la cebada que hay en junio de 1598. ® AGS, Guerra y Marina, leg. 218, í 209. Carta del rey a don Pedro de Padilla, Madrid, 21 de febrero de 1588. Responde a los informes que le ha ¡do enviando Padilla sobre el estado de las plazas de Orán y Mazalquivir Este tema de los moros de paz lo aborda en esos términos de cuánto hay que protegerlos porque se han ido a Mostagán nueve casas de monos. N o se debe castigara los que sabían de la partida y no lo dijeron, y hay que dejarles claro cuánta protección tienen quedándose.Además las cien cabras y otras cosas que dejaron los que se fueron se repartirán entre los que quedaron, avisándoles que lo mismo se hará con las haciendas de los que se marchen. Sobre los moros de paz véase Beatriz ALONSO ACERO, Orán-Mazalquivir, 1589-1639. Una sociedad española en la frontera de Berbería. Madrid, CSIC, 2000, pp. 249-262. "" Descripción... Orán... f I Iv. '"Descripción...Orán...

f. 12.

" L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. cit, p. 76. '^Descripción...Orán...

i 10.

" Descripción... Orán... f 10.

hacienda del Rey, y en cabalgar doscientos soldados, y conviértanse fácilmente los muchachos y mujeres cautivas a la santa Fe católica. Por eso los moros procuraron recuperar diversas veces a Orán con ayuda de los de Argel, Fez, Tremecén, para quitar de sí el ordinario yugo". La comparación de estas palabras con lo que Leonardo Turriano, y otros que habían vivido allí transmiten, pone de manifiesto discrepancias entre la historia oficial de un cronista del rey como Cabrera de Córdoba, y la historia que transmite el historiador Turriano. Éste no deja de hacer notar cómo ha mejorado la ciudad con los españoles tanto en edificios como en fortificaciones, y como sabemos por otras fuentes que tenía un buen almacén para trigo y cebada desde 1589 en la puerta deTremecen", no nos extraña que el gobernador don Pedro de Padilla señale que gracias a él los «moros de paz» descargarían con mayor comodidad sus mercancías, y que esas «cassas de moros» había que cuidarlas mucho, ya que gracias a ellos se mantenía la ciudad, a cambio de lo cual eran «defendidos y amparados en qualquier necessidad».^® Aparte del relato de la vida en la ciudad y su territorio, la Antigüedad clásica y el modelo imperial romano no deja de asomar por sus páginas. Segtjn Turriano, la estrategia de la monarquía española en el norte de África heredaba los mismos fines que la de los cartagineses, que después de su conquista «fortificaron i guardaron todos los lugares marítimos de importancia», entre los cuales los más importantes eran «Mazarquivir por la comodidad del gran puerto, i Orán para la conservación de Mazarquivir... a fin de impedir la extensión de la grandeza turquesca, limpiar el mar de corsarios, asegurar a España de los Moros, i sujetar a los Bárbaros»^®. Sin embargo, la estrategia de dominio es lo único que les une, porque Turriano considera que la monarquía es heredera de la antigua Roma y por lo tanto los turcos «son nuestros nuevos cartagineses», a los que hay que echar del norte de África, como hizo Escipión, y Argel es la «Cartago de nuestros tiempos»"". Cabrera de Córdoba en cambio afina mucho menos en la comparación, y la establece simplemente comparando el funcionamiento de Orán con respecto al territorio circundante con el de «las colonias romanas, griegas y cartaginesas»"'. La «reputación» que se perdería y que llevó a la monarquía española a no abandonar ni Orán ni Melilla, no era considerada por Turriano una actitud exclusiva de esta monarquía, y recuerda que también a Hascen Baxa, que fue gobernador de Argel, después del asedio a Orán y Mazalquivir que nos relata detalladamente, una de las razones que le pesaban para no cejar en su intento de apoderarse de ellas, pese a los socorros que estaban llegando desde España, era la de «la reputación»"^ Tampoco las comparaciones con Alejandro Magno se reservaban sólo a los gobernantes cristianos, pues Turriano recuerda cómo Hascen Baxa quiso dar ejemplo a los suyos, cuando éstos ya se consideraban vencidos, peleando como un soldado más «como Alexandro magno sobre la Ciudad de Tiro», aunque no le sirviera de nada"^ FUNDACION 87

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Era tan importante el puerto de Mazalquivir para la defensa de la monarquía, que afirma Turriano que si el Turco se hubiera apoderado del puerto, «se oviera echo ia señor de todo el Reyno de fez y Marruecos, y estendido por toda el África Mauritania hasta sobre el mar Océano, i a las Islas de Canaria, con esperanza de passar a las Indias», aliándose con otros enemigos, «que fuera una de las mayores afliciones que pudiera venir a la República Christiana»"". Así que,

' Descripción... Orán.., í. 12.

nada menos que a las Indias defendía el puerto de Mazalquivir, lo que explica la importancia que para este ingeniero tenían sus fortificaciones y como consecuencia el atlas que realiza para el rey. Era, en palabras deTurriano, que coinciden con las de todos los que escribieron sobre él, «uno de los mayores puertos de Affrica (sic)», abrigado por las montañas que le rodean de los vientos de tierra salvo el poniente"'.

" Descripción... Orán... f. 32.

Para completar su eficacia considera, como lo hizo Vespasiano Gonzaga, lo conveniente de hacerse con el puerto de Arceo, antigua colonia romana, que usaban los corsarios para poder ir hacia poniente, hacia el cabo de San Vicente y las islas Canarias"''. Desde luego la admiración por el puerto de Mazalquivir formó

' Descripción... Orán... í 13.

parte del bagaje de los historiadores de la época, pues era «puerto grande, limpio, fondable, con buenos surgideros, y con todos tiempos se entra en él con facilidad, y sólo con nortes no se puede salir, rico de pescado de morada y de paso»"'. ¿Qué más se le podía pedir a un puerto que llegó a a ser considerado protector

' L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. ciL, p. 265.

de lo peor que le podía pasar a las indias, es decir, que el Turco, aliado con otros enemigos de la monarquía española pudiera hacerse con ellas? La ciudad de O r á n Su manejo de los textos históricos sobre lo que está describiendo es tan preciso como en la Descripción de las Canarias, con la diferencia de que, al ser menos los autores que puede consultar para Orán, hace menos alardes de erudición y es menos apabullante la relación de textos antiguos y modernos citados. Por supuesto utiliza a Ptolomeo, que habla de la población romana, y su admirado Plinio, del que constata que «tratando de Mazarquivir la passò en silencio»"", pero sobre todo

Descripción...Orán... f. I6v,

la fuente que más utiliza y con la que contrasta sus propias opiniones es León el Africano, de quien probablemente conocería la edición de Venecia del año 1550, y que es una de las fuentes fundamentales y pioneras del Renacimiento en el conocimiento de África. No faltan tampoco citas de Mármol Carvajal,llamado «el Mármol historiador Africano»"' a quien utiliza continuamente tal como ha estudiado

Descripción... Orán.. • f. 32v.

Daniel Crespo en sus anotaciones a la transcripción del manuscrito. El gran viajero que fue León el Africano escribió que en Orán hubo seis mil vecinos, de lo cual disiente Turriano por las características de la ciudad, que no hubieran permitido tal número de habitantes, ya que está en «sitio estrecho», sus calles son «estrechíssimas a lo morisco e incomodas», y nada demuestra que antes fue más grande, ya que sus «muros viejos... representan no poca antigüedad», y no hay señales de que hubiera habido antes otros que permitieran suponer que en algún FUNDACION JUANELO TURRIANO


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Túmulo para las exequias

/

por el rey Felipe IV en la

catedral de Orán.

España. Ministerio de

Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 61, 50 ' La descripción de León Africano dice, además de que tenía seis mil hogares, que estaba «provista de todos los edificios y establecimientos que caracterizan una ciudad civilizada: mezquitas, colegios, hospicios, baños, hostales. Está rodeada de altas y bellas murallas».Juan León AFRICANO, Descripción general del África y de los cosas peregrinas que allí hay Edición de Serafín FANJUL. Barcelona, Lunv\^erg editores, 1995, p. 217. Africano escribe que «la mayor parte de sus habitantes eran artesanos y tejedoresy muchos ciudadanos vivían de sus rentas.

momento su extensión fue mayor. Por explicarse el error de una autoridad como

Pero no era una ciudad donde

León el Africano, piensa que quizá contara entre sus habitantes las «cinco mil torres

remase la abundancia y allí sólo se

que uvo al derredor della por guardia i comodidad de las haziendas, en tiempo que

comía pan de cebada. C o m o quiera que sea, la población era

los Moros seguramente cultivavan la tierra i se estendían con sus abitaciones sobre

amable, benévola y amiga de los

el mar, que oi dia muchas dellas se ven en el valle desta ciudad i por el campo».

extranjeros y muy frecuentada la ciudad por los negociantes catalanes y genoveses» (AFRICANO, op. dt, p . 2 l 7 ) , y Turriano escribe «la mayor parte de los abitadores fueron oficiales mecánicos, labradores, texedores, i principales que de su hazienda vivían, toda gente mediana i no mui rica, por contentarse con poco, enemiga de trabajan i de romper la tierra solo para un poco de cevada para su sustento.

También le parece una exageración de León el Africano el que diga que tiene «todos los edificios i cosas que pertenecen i son menester a la humana urbanidad, como de templos, colegios, hospitales, estufas, i osterías, altos i vistosos muros»=°, y de nuevo intenta acomodar la fuente de autoridad a la realidad que está viendo, pues piensa que se debe referir al «Givel i la Alcagava». En cómo eran sus antiguos habitantes sigue también a Africano^', pero añade a los venecianos entre los comerciantes que llegaban hasta ella y contribuían a enriquecer a sus reyes «de la casa de Beni Habdulguad, casta del pueblo de Magra-

Fue gente mansa i amiga de

za, que después fueron llamados Beni Zeieen, de quien fue siempre esta ciudad

forasteros, por la frequentación de

antes de los romanos, i después que sacaron el pie del». En cómo se gobernaba

los mercaderes catalanes, genoveses, venecianos, i de otras muchas partes que aquí acudíancon grandes mercadurías para el trato deste Reyno de Tremecén, i para la Arabia i Etiopía tierra de negros». Descripción...Orán...

f. 17.Estas

descripciones se pueden comparar con la de Alvar G ó m e z de Castro cuando narró la conquista de la ciudad p o r Cisneros. A. GÓMEZ DE CASTRO, op. cit, p. 252. ^'Descripción...Orán... AFRICANO,

f I7,y

op.dt,p.2l7.

la ciudad, y en que se convirtió antes de la conquista en nido de corsarios que saqueaban las costas españolas vuelve a seguir a León Africano". La conquista de Orán fue también religiosa, así que la ciudad llegó a tener varios templos, el de San Francisco, Santo Domingo, Nuestra Señora de los Remedios y la iglesia mayor. Esa iglesia mayor estaba acabándose en 1597, pero con dificultades de financiación. Años antes, el rey había ordenado al duque de Cardona permitir «sacar y embarcar» cuatro mil fanegas de trigo para utilizar el importe de su venta en acabar la iglesia. Como no se había podido llevar a cabo por la falta de pan de aquellos años, la orden del rey quedó sin efecto, pero el año anterior hubo abundancia, por lo que a la iglesia recibió del propietario del trigo dos mil escudos para la obra. El problema era que el rey tenía prohibido sacar trigo de esas plazas, por lo 89

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5. '

" AGS, Guerra y Manna, leg. 502,ff 241 y 242. Carta fechada en Orán el 11 de octubre de 1597, dirigida al rey en manos de Andrés de Prada, secretario del Consejo de Guerra.

-l-íg . 3 0 ) . - » 1

" A G S , Guerra y Marina, leg. 502, f 242. Finalmente,al parecerse sacaron de Orán doce mil fanegas, que compró un mercader de Cádiz llamado Pedro Liguardie.De ellas debía entregar a la ciudad de Cádiz cuatro mil a un precio de veinticuatro reales la fanega. El ingeniero Cristóbal de Rojas informaba de todo ello desde Cádiz el IO de marzo de 1598, y pedía al rey que obligase al mercader a dar cuatro mil, de las ocho mil que le quedaban, para cubrir las perentorias necesidades de la «gente de guerra y fortificación». Ibidem, leg 513, f 91.

í^sí«—

que ese propietario no podía hacerlo, así que el licenciado Pedro Rodríguez, cura de la iglesia mayor, o «vicario y provisor de Orán» como se le llama también, solicita en 1597 que el rey vuelva a dar orden al conde de Alcaudete de que lo permita porque se trata de acabar la iglesia, «y lo que está hecho no venga a menos por no poderse dar las corrientes a las bóvedas pues están al servicio de dios nro.señor y de V.Md. mayormente estando entre ynfieles»'^ El rey en diciembre del año anterior volvió a ordenar al conde de Alcaudete que permitiera sacar las cuatro mil fanegas porque eran de un propietario

Traza de JUAN DE CUESCAR MELGAR y firma de PEDRO DE PADILLA, Planta de la capilla mayor y sacristía del monasterio de Santo Domingo el Real de Orán, 1598. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 12,131

que había comprado el trigo por su cuenta y había llegado a un acuerdo con la iglesia para esa financiación. El trigo se vendería en los reinos de España «o otros de la cristiandad» y el permiso se hizo efectivo en 1597, algo que parecía fundamental por estar esa iglesia «a los ojos de ynfieles»". El mismo argumento, el de la presencia de la iglesia católica en una ciudad llena de infieles, es el que dio el duque de Cardona en 1590 cuando escribió al rey para informar del estado de las obras del convento de Santo Domingo el Real que tenía paradas las obras de la capilla mayor, de lo cual adjuntaba un dibujo. Era importante acabarlas por dos razones: que era el monasterio más antiguo de la ciudad, fundado por los Reyes Católicos, y porque además estaba «en parte y sitio donde los moros y judíos que están en ella más trato tienen»''. La presencia de la iglesia 90

AGS, Guerra y Marina, leg. 310, fí. 75 y 76. Los mil ducados que el rey había concedido por real cédula al convento en 1580, «librados en el servicio que los moros de paz hazen aV Magd, en cada un año, por sembrar y pastar en los confines de estas plaças» no se habían llegado a dar en d año 1586. Solamente se les había dado a cuenta trescientos cuarenta ducados. En este año de 1590 sí parece por la carta del duque que se había cumplido la orden dada en 1586 de que completar los mil ducados prometidos era «primero que otra cossa alguna» del dinero que se sacaba de esos moros de paz por el «servicio de los arados y ervaje de los ganados que suelen y acostumbran pagar los moros». La traza de la capilla era de Juan de Guescar Melgar maestro mayor de la fábrica de la obra de la iglesia mayor quien había hecho la planta y montea. Siguen todas las condiciones para la obra: materiales, tipos de arcos, la bóveda, los pilares, la decisión de dar la obra a destajo y no a jornal, etc. Además de Juan de Guescar la obra la había visitado también el maestro mayor Jorge deTorres, que era maestro mayor de las fortificaciones, y un tercer maestro mayor de apellido Cañas, Ellos habían calculado el coste de la finalización de la obra FUNDACION JUANELO TURRIANO


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en estas plazas africanas era exquisitamente cuidada, y sus fortificaciones no quedaban al margen, sino más bien al contrario, en ese microcosmos militar no podían faltar las armas de la religión, por lo que había un sacerdote para decir misa en

Maqueta de Orán y Mazalquivir en el siglo XVIII. H C H Model

Mazalquivir, otro en el castillo de Santa Cruz, otro en el de San Gregorio, y se pedía un capellán para el castillo de Rosalcázar, al que había que proveer de cáliz y pate" AGS, Guerra y Marina, leg. 282, f.

332. Carta del duque de Cardona al rey de 24 de febrero de 1590.

na. Todos ellos servían como sacerdotes con plazas de soldados^"". Resultan de especial interés, por la mentalidad que manifiesta, y en este contexto de una ciudad rodeada de «infieles» muchos de los cuales habitaban en ella, las observaciones de Leonardo Turriano sobre la judería. Estaba compuesta por más de treinta casas con su sinagoga junto a las murallas, que podía quedar cerrada -es «una fuerça de por sí»- y en ella esconder enemigos para apoderarse de la ciudad. Y eso ¿por qué?, pues según Turriano porque ya traicionaron una vez a sus habitantes entregando la ciudad a los cristianos y ahora podían hacerlo a la inversa, ya que no eran nada de fiar, y cuando los soldados salían a las cabalgadas se quedaban solos en la ciudad con las mujeres y los quinientos o seiscientos esclavos que solía haber en la ciudad. Turriano demuestra esa animadversión generalizada en la España de la época hacia los judíos por su control de la economía, ya que tienen usurpado todo el trato i crédito a los Moros i Cristianos, i con sus engaños i astucias tiran todas las riquezas assi, las sacan destas plaças

Fuerte de Mazalquivir. Fotografía de Metair Kouider

para con su granjeria darlas a los Moros i Turcos, comen lo mejor i más grasso dellas, ocupan los mejores lugares, regalando a toda gente principal que les ' Descripción... Orán...

f.l7v.

puede dar favor i nombre". Dueños de la riqueza y nada de fiar, así eran los judíos para este ingeniero, pero también para el conde de Alcaudete, gobernador que intentó expulsarlos de Orán en 1598, si bien Felipe II dió contraorden.

ION JUANELO TURRIANO


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Ciertamente los judíos en Orán eran un grupo bien asentado, que nunca perdió su identidad, súbditos del monarca español hasta que finalmente fueron expulsados de Orán en 1669. Basaban su poder en las actividades comerciales que desarrollaban, pero sobre todo en su labor como intérpretes y traductores entre españoles y árabes, y fueron un grupo de población necesario para el man-

" Sobre los judíos de Orán ver B. ALONSO ACERO, op. dt, pp. 202-249, y jean-Frederic SCHAUB, Les juifs du roi d'Espagne. Orán, 1509-1669. Pan's, Hachette Literaturas, 1999. Descripción...Orán... f. 18.

tenimiento de esa plaza durante mucho tiempo, que sin embargo despertó una fuerte desconfianza y hostilidad entre los cristianos'", tal como refleja el texto deTurriano. En esta ciudad de Orán vivían seiscientos o setecientos soldados según nos cuenta'", además de mujeres, niños y los esclavos citados, así que los judíos podían ser una amenaza, pero sólo porque podían entregar la plaza a los árabes, de los que por supuesto hablaTurriano. Si su opinión de los judíos no era buena, no la tenía mucho mejor de los árabes, como comprobamos cuando plantea las vicisitudes recientes por las que pasaron Orán y Mazalquivir, con las discusiones que hubo acerca de la conservación de Orán en los Consejos de Guerra y de Estado. Recuerda cómo antes de hacer los castillos de Santa Cruz y San Gregorio, y ampliar el de Rosalcázar, se planteó la posibilidad de abandonar Orán por la dificultad de defenderla, de lo que eran partidarios tanto Vespasiano Gonzaga como el duque de Alba"^". Sin embargo, relata cómo se impuso el criterio del marqués don Martín de Córdoba, gobernador de estas plazas entre 1575-80 y 1581 -85"^', en el sentido de que Mazalquivir no se podía defender sin Orán, pues era en ella donde se daba «el trato i comunicación de los Moros» vasallos que aprovisionaban a las plazas. Había nada menos que «más de setenta mil Moros Alaraves que sirven a estas plaças i les son vasallos». Y aquí narra cómo son y cómo viven estos vasallos, «gente movible e inconstante de ingenio como sus adarves i moradas», que pelean y se roban unos a otros, «gente belicosa, pero mui medrosa del fuego i enemiga de

Sobre esta polémica, ver Alicia CÁMARA, «Imágenes de la Orán y Mazalquivir de Vespasiano Gonzaga en un manuscrito inédito de LeonardoTurriano». En Vespasiano Gonzaga nonsoiosabbioneta. Giornata Internazionale di Studi in onore di Humberto Maffezzoli. Modena, Il Bulino edizioni d'aite, 2008, pp. 9-28. " B.ALONSO ACERO, op.dt.,p. 25.

PEDRO MOREAU, Vista de los castillos de Santa Cruz y de San Gregorio de Orán, 1732. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 63, 61

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

" Descripción... Orón... f. 18v.A

hacer sangre ». H a b l a de sus escaramuzas, que lógicamente le recuerdan al juego

continuación explica los seis linajes

de cañas, ya que el origen de este juego de tanto éxito en la corte española es árabe,

en que se dividen. " Descripción... Orón... f. 16. La descripción que antecede a estas

y sobre todo alaba maravillado su dominio del caballo en el que se ejercitan desde niños, y que les permite arrojar las lanzas, cubrirse con la adarga e inclinar el cuer-

palabras justifica la observación,

po hasta ponerse d e b a j o del caballo, c o n una habilidad tal q u e los soldados d e

puesto que en la parte de levante

O r á n y M a z a l q u i v i r h a b í a n d e j a d o hacía t i e m p o de retarles, ya q u e eran capa-

tiene «un mui gracioso valle lleno de guertas, i verdes arboledas de naranjos, limones, cidras, granados

ces de vencer «en la gineta» tanto a cristianos c o m o a turcos''^

ecelentissimos, i duraznos, el qual

Su interés por la etimología de las palabras se p o n e varias veces de manifies-

con algunas torres altas antiguas, i

to, y así el nombre de O r á n tendría su origen en « G u a h a r a n que en Arábigo lagu-

aguas del río con que lo parten y riegan, desde la ciudad o de

na de d e m o n i o s quiere decir, que es lo propio q u e en la H e b r e a Cafarnaun». La

cualquiera parte de la montaña

razón era que el lugar, «de los antiguos Africanos fue estimado de tanto deleite y

haze mui linda vista. N o es poco el recreo de este valle, con tantas

v i c i o (respeto d e la sequedad de Africa) q u e por mui viciosos y regalados tenían

frutas i ortaligas, pues sin el, tengo

a todos los hombres que aquí v i v í a n » " . En realidad G u a h a r á n era el nombre del

por casi imposible poderse aquí sustentar los soldados». " B.ALONSO ACERO, op. dt, pp. I 4 y 15 ® L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. dt, p.76.

río q u e dio n o m b r e a la c i u d a d según autores c o m o M á r m o l C a r v a j a l o S u á r e z M o n t a ñ é s " , y por su parte Cabrera de Córdoba se refiere a ella c o m o « G u a h a r á n d e los R o m a n o s . . . p o b l a c i ó n antiquísima d e naturales africanos, sin noticia de sus f u n d a d o r e s » " . La ambiciosa c o n c e p c i ó n de la historia deTurriano, y su c a p a c i d a d para relac i o n a r unos hechos c o n otros, le llevó a c o m p a r a r las destrucciones de las fortalezas del norte de África a lo largo de la historia, c o n lo q u e había sido la conquista y c o l o n i z a c i ó n de A m é r i c a , pues si se pudiese sustentar tantas ciudades i fuergas ganadas en Berbería a costa del propio R e y n o sin q u e costassen cosa ninguna, antes dellas se sacasse provecho como sacaron los emperadores de Roma y saca el turco, m e pareciera mui bien el sustentarlas i poblarlas de colonias c o m o se a hecho en las Indias Orientales i Occidentales, i pues esto no pudo ser por

Entrada del fuerte de.

Santa Cruz. Fotografía de Metair Kouider

Fortaleza de Rosalcázar. Fotografía de Metair

Kouider

ftlON JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

que los tiempos de agora (llamo de unos siglos acá) corren más conforme a la declinación de la Monarchia Romana que al crecimiento della, hay que mantener las plazas del norte de África como Mazalquivir y Orán''^ De nuevo

' Descripción... Orán... ff! 50 y 50v.

Roma se nos muestra como modelo del que aprender, aunque en este caso lo que ve el ingeniero es un declinar y no un crecimiento, y este recurrir a la historia de Roma y de otros imperios fue constante por parte de los historiadores de la época, haciéndose eco de ello ingenieros tan cultos como Juan Bautista Ántonelli, Spannnocchi o Turriano quienes, en algunos de sus escritos, hacen una exaltación de la monarquía para la que trabajan comparándola con el poderoso Imperio Romano. En lo referente a la polémica suscitada años antes, en tiempo de Vespasiano Gonzaga y el duque de Álba, que como acabamos de decir apoyaban el que Orán se abandonase, junto con Melilla, por no defender puertos, conservándose sólo Mazalquivir"', Leonardo Turriano opina que fue un acierto conservar Orán, con los mismos argumentos que en 1575 escribió el capitán Sancho de Leyva, que eran que

A. CÁMARA, «Imágenes de la Orán y Mazalquivir de Vespasiano Gonzaga,,,», op. cit, pp, 9-28,

Orán favorece en infinitas cosas a Mazalquivir, de muy mucha importancia, porque les dan ánimo, avisos, provisión a tiempo, estorba a los fuertes, a los cuales ya que hiciesen algunos, no la pueden sustentar sin tener más gente en campo de la que hubiere en Orán, de a donde se hacen señales a Mazalquivir, ni sustentarse Orán si se desmantela"". Turriano a su vez argumenta de manera similar cuando escribe que «Orán fue

® Citado en el prólogo de Miguel Ángel de BUNES al libro de Beatriz ALONSO ACERO, OrdfiMazalquivir,... op cit, p,XV,

siempre de mucho provecho en tiempo de guerra, i en las treguas de mucha reputación, i buena escuela de soldados, i fue mui acertado no tratar de asolar estas plaças o alguna de las doss'^ Ásí pues, la reputación aparece también en las palabras deTurriano como argumento para mantener Orán, una palabra que ya dijimos que fue pronunciada muchas veces en el Consejo de Guerra y el de Estado cuando se discutió la conveniencia de su abandono.

" Descripción... Orán... f. 50v,Así se debían mantener «hasta ver al Turco i a su secta por el suelo, i a tener tantas fuenjas por marque del, i de la costa de Berben'a se pueda ser señor absoluto»

Las fortificaciones de O r á n y Mazalquivir Turriano resume muy bien la estrategia defensiva en la que se basaban estas fortificaciones: se venía considerando que el enemigo primero tomaría Mazalquivir para controlar el puerto, después tomaría los tres castillos que defendían Orán, y que eran Rosalcázar, Santa Cruz y San Gregorio, y sólo al final tomaría la ciudad de Orán, un planteamiento que había llevado a descuidar en exceso ias fortificaciones de la ciudad. Leonardo Turriano disentía poniéndose en lo peor, que era que se uniesen «el poder Costantinopolitano, ei de Árgel, i de los Moros», con lo que podrían atacar todo de manera simultánea, y es más, también podían llegar hasta la ciudad de Orán eludiendo las defensas de sus castillos. Desmontaba así la base de la defensa mantenida hasta entonces y aconsejaba encarecidamente fortificar la ciudad, para lo cual daba una traza'". 94

Descripción...Orán... FUNDACION JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

LEONARDOTURRIANO, Planta de

Orán y cambios propuestos para su fortificación

Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir

en materia de

fortificar, 1598, A c a d e m i a das Ciencias de Lisboa, M s . Azul, n" 1065,f.22

LEONARDOTURRIANO, Planta del

castillo de Rosalcázar c o n la

traza superpuesta de los c a m b i o s propuestos por Leonardo

Turriano, Descripción

de las

Plaças de Oran i Mazarquivir

materia de fortificar, 1598,

en

Academia das Ciencias de

Lisboa, Ms.Azul, n° 1065, f. 25

LEONARDOTURRIANO, Planta del castillo de San Salvador y

perfil de dicho fuerte y de Mazalquivir, Descripción

Plaças de Oran i Mazarquivir

de las

en materia de fortificar, 1598,

Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n ° 1065, f. 42

FUNDACION 95

JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

" Descripción... Orán... f. 23, «el

CRISTÓBAL O BAUTISTA (?)

castillo primero de Arazalcager a

ANTONELLI, Fortaleza de

lo antiguo con cinco torreones

Rosalcázar España.

señalado de verde (se refiere al

Ministerio de Cultura.

dibujo que lo acompaña) fue echo

Archivo Histórico Nacional,

por el conde Pedro Navarro». Por

Vil..

Universidades, 713

su parte L. CABRERA DE CÓRDOBA, Op. d t , p. 76. «Para conservar y defender la fortificación fundó Diego de Vera el castillo de Arrezalcágar al levante...».Según la documentación dada a conocer

3' •f.

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p o r J J , de Castro, fue Diego de Vera quien trazó el castillo de

'

V.

Rosalcázar durante su estancia en Orán en 1514-15IS.JoséJavier DE CASTRO FERNÁNDEZ, «Los

«'-1

ingenieros reales de los Reyes

-.1.

Católicos. Su nuevo sistema de fortificación». En Aurelio VALDÉS

« í -l -i

SÁNCHEZ y Antonio SÁNCHEZ CLJÓN (Coords.), Artillería y fortificaciones en la Corona de Castilla durante el reinado de Isabel la Católica. Madrid, Ediciones del Umbral, 2004 pp. 321-383. La informadón, con los dibujos de Rosalcázar atribuidos a Cristóbal Antonelli del Archivo Histórico

Hagamos un brevísimo resumen de la historia de las fortificaciones antes de la llegada deTurriano. El primer castillo, el de Rosalcázar lo había hecho según Turriano el c o n d e Pedro Navarro, que a c o m p a ñ ó al cardenal Cisneros en la c o n q u i s t a , y la m e m o r i a de sus obras se c o n s e r v a b a en este final de siglo, si bien hay fuentes que atribuyen este castillo a otro experto en fortifi-

Nacional, en pp. 377-381. Estos dibujos de Rosalcázar son atribuidos en cambio a Bautista Antonelli por Mikel de EPALZA y Juan Bta.VitAR, Planos y mapas hispánicos de Argelia. Siglos XVI-XVIll. Madrid, Instituto Hispano-Árabe de Cultura, 1988, pp. 224-227.

caciones de comienzos del xvi c o m o fue Diego de Vera''. Se conservan unos dibujos atribuidos por unos a Cristóbal Antonelli, sobrino de J u a n Bautista y

" Descripción... Orán.,. f 23 y 23v

por otros a su h e r m a n o Bautista del c a s t i l l o de R o s a l c á z a r . T u r r i a n o h a c e

" Descripción... Orán... f 34v y 54,

constar que ese castillo «después que ingenieros pasaron a estas plaças, pare-

Este fuerte no estaba acabado

c i ó de poca sustancia, por la pequeñez i forma a lo antiguo, i por no descubrir la rambla a levante». Efectivamente la fortificación c a m b i ó m u c h o a lo largo del siglo, así que los ilustres nombres de Pedro Navarro o Diego de Vera ya no garantizaban la eficacia defensiva. O t r o de los mejores ingenieros al servicio de la monarquía española en los años cincuenta, que c a m b i ó la fortificación de fronteras c o m o la catalana, las Baleares, o Cádiz, también intervino en O r á n . Se trata de Juan Bautista Calvi, responsable según Turriano de haber a m p l i a d o ese castillo de tal manera que o c u p a b a un espacio casi tan grande c o m o la ciudad. U n a traza que fue reformada después por el capitán j a c o m e Fratín'^ Rasando a lo que durante mucho tiempo fue lo verdaderamente importante, que

siquiera cuando los turcos «lo batieron». D e Calvi escribe Turriano que fue «el primer yngeniero que vino aquí», y que ya se dio cuenta del peligro que la montaña entrañaba para Mazalquivir lo que le llevó a hacer ese fuerte de San Salvador «el qual fortificó de modo que después fue de gran provecho quando los turcos vinieron sobre él, porque ay perdieron el tiempo i las fuerzas», pese a lo cual realmente no servía de nada una vez tomado, ya que los turcos tenían sitio de sobra para plantar sus baterías abajo, y el fuerte de San Salvador era bastante inútil al

fue la defensa del puerto de Mazalquivir, para proteger su fortificación, Juan Bautista

estar en la montaña tan lejos de la

Calvi hizo sobre la montaña o padrastro que lo dominaba el fuerte de San Salvador",

fortaleza.Lo que había que hacer

96

I FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO


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LEONARDO TURRIANO, Baluarte de Santiago de Mazarquivir, Descripción de ias Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, f. 61

FUNDACION JUANELO TURRIANO


LEONARDO TURRIANO, Perspectiva de Mazalquivir desde el puerto, Descripción de ias Piaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, ff. 44v-45

FUNDACION JUANELO TURRIANO


FUNDACION JUANELO TURRIANO


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- - -•

LEONARDO TURRIANO, Perspectiva de Mazalquivir desde el Bermejal, Descripción de ias Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, ff. 46v-47

FUNDACION JUANELO TURRIANO


FUNDACION JUANELO TURRIANO


LEONARDO TURRIANO, Perspectiva de Orán con la subida de la ciudad al castillo de Santa Cruz, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, f. 1 ;

FUNDACION JUANELO TURRIANO


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LEONARDO TURRIANO, Traza de las intervenciones proyectadas por Leonardo Turriano en Mazarquivir, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, f. 56

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

era un nuevo foso en el lugar

CRISTÓBAL O BAUTISTA (?)

correcto, algo más abajo en la

ANTONELLI, Fortaleza de

jMr-

montaña, aprovechando «una vena de tierra amarilla arenisca», lo que detendría ahí a los enemigos. " B.ALONSO ACERO, op. dt,

Rosalcázar. España.

Ministerio de Cultura. Archivo Histórico Nacional,

Universidades, 713

pp. 31 y 32. " J u a n deVERZOSA,/Anotes del reinado de Felipe II. Edición de José Mana MAESTRE MAESTRE. Alcañiz, Instituto de Estudios Humanísticos, Laberinto, CSIC, 2002, pp. 133 y 135. nota del editor: «Erancisco de Mendoza y Vargas fue hijo de Antonio de Mendoza y Pacheco, virrey y capitán general de Nueva España y después del Perú». Sobre Verzosa es fundamental el estudio de Isabel AGUIRRE LANDA, «El fondo Juan de Verzosa en el Archivo de Simancas». Calamus Renascens. Revista de Humanismo y tradidón dásica. n° 4,2003, pp. 7-21. 4 '.-.í-.

' ' L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. dt, p. 280. Después del ataque turco a Mazalquivir; «Luego envió el Rey a Francisco de Valencia, de la gran cruz de la religión de San Juan, con el ingeniero Antonely a ver el estado en que Marzaelquivir quedaba para rehacella y emendar los defetos de su fortificación, según la prueba mostraba de la baten'a del enemigo, y con nueva fábrica hacer el sitio inexpugnable. Derribaron tres torres del castillo antiguo y barbacana y antemuro, que sirve hoy de cortina a la cara del campo incorporada con los terraplenes y casasmatas, de manera que se perdió del sitio todo la villa vieja, y hicieron cuatro baluartes irregulares, acomodados al sitio que abracaron para evitar que el enemigo ocupase más el puesto de Puerto Llano ni impidiese la comunicación de Orán por la mar con las barcas, que se cubría con la altura del sitio, donde ahora está el baluarte de la Cruz sin ser ofendida desde la villa, y llegó la obra hasta descubrir y señorear este sitio y el de la trinchea y bien el Peñón, y se apartaron del monte».

que se perdió en el sitio de 1563", y a partir de entonces, escribe Turriano, ni Vespasiano Gonzaga, ni ningún ingeniero tuvieron el más mínimo interés en reedificarlo, por lo que quedó abandonado por completo. El humanista Juan de Verzosa, archivero en Roma del rey Felipe II para quien recogió una ingente documentación, escribía sobre este ataque de 1563: «Orán es sitiada con tropas de tierra y mar por el rey de Argel, hijo de Ariadeno Barbarroja. Principalmente la fortaleza de Mazalquivir, que atacaron con ímpetu y durante largo tiempo con cañones y que acometieron con asaltos, es defendida por Martín de Córdoba». Llegaron en su ayuda las galeras de Perafán de Ribera, virrey de Nápoles y las de Andrea Doria, «bajo la capitanía general del indiano Francisco de Mendoza»". Obviamente a la corte romana habían llegado las noticias de un ataque que había puesto en peligro uno de los enclaves más importantes para el dominio del Mediterráneo Occidental frente a la amenaza turca. Esta situación de peligro explica el trabajo en estas fortificaciones de Juan Bautista Antonelli en ese mismo año de 1563. Fue entonces, en esa primera visita, hecha con Francisco de Valencia, caballero del hábito de San Juan, cuando se derribaron las antiguas fortificaciones, se destruyó la vieja villa y se hicieron «cuatro baluartes irregulares acomodados al sitio», pretendiendo convertirla en inexpugnable y facilitar la comunicación por barco con Orán''\ Estas obras serán duramente criticadas por Turriano.

FUNDACION

105

JUANELO TURRIANO


Alicia Cámara

" Fernando BouZA,/mögen y propaganda. Capítulos de historia cultural del reinado de Felipe II. Madrid,Akal, I998,p.2l6.

LEONARDO TURRIANO,

Detalle de perspectiva de Orán con la subida de la ciudad al castillo de Santa Cruz, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, f. 15

J u a n Bautista A n t o n e l l i regresó años después c o n V e s p a s i a n o G o n z a g a , un h o m b r e q u e sabía d e m u c h a s profesiones, «pero la p r i n c i p a l suya es la matemática y la historia»", dando lugar a una de las más interesantes polémicas sobre el terreno de la c i e n c i a de la fortificación en el R e n a c i m i e n t o , c u y o s términos conocía Turriano perfectamente. Fue después de la toma de La Goleta por los turcos en 1574, c u a n d o el Mediterráneo occidental vio reforzadas todas sus defensas por parte de la monarquía española. C o m o escribía Cabrera de Córdoba, refiriéndose a este v i a j e de G o n z a g a c o n Antonelli, «El Rey, temiendo que el turco, cebado en la victoria de La Goleta, sitiase a O r á n , envió a ver la defensa en que estaba a Vespasiano Gongaga, visorrey de Valencia, registrar sus obras y examinar fuertes, y ordenar su mayor perfeción y fortaleza». Según este historiador, a G o n z a g a le correspondería «la resolución» de lo q u e se hizo, y a J u a n Bautista

L CABRERA DE CÓRDOBA, op. cit, p. 689. «Fundóse por su resolución (de Vespasiano Gonzaga) y modelo de Juan BaptistaAntoneli en lo alto del monte, que dicen la Silla, al maestre tramontana de Orán en gran aspereza el castillo de Santa Cruz, al cual se sube desde la ladera del en decisiete vueltas de camino distancia de una milla, descubre la playa de Orán y la de Marzaelquivir Es el homenaje de todas las plaças por la altura de sitio que no se puede batir; sitiar ni ganar sino con grandesima dificultad, de piedra y cal fabricado, sin ofensa en su largo de levante a poniente hasta descubrir el castillo de San Gregorio, que está más baxo en la mitad del monte. Los moros con su edificio desesperaron de recobrar las plaças. Acabóse y cercóse el fuerte de San Gregorio, llamado de los morosTorre del Hacho, puesto sobre la punta la Mona, poco menos que la mitad de altura de todo el monte de la S¡lla,y sei-vía de señalar los navios y atalaya desde Orán, y hoy sirve de que en la playa no haya enemigos, asegurado del fuerte de la Silla El castillo de Rezalcazán fundado al levante de Orán en la cordillera que viene sobre el no la rambla en medio, trecientos pasos de la puerta de Canastel, se ciñó desde la obra vieja hasta descubrir la playa de la rambla honda y caleta del Morillo. Es plaça fuerte por sitio y forma bien asentada, con malos arremetederos, muy fragosa por el levante, poniente y norte, y sobre el mar eminente quinientos pasos en alto, segura de mina por estar en piedra tosca, y bastante para hacer depósito de un exército y recuperar un reino o conqu¡starle,y poner freno para que nadie le emprenda Fortificóse la torre de los Santos también, y todo con tanto gasto, que llegó a millón y medio».

Antonelli, que iba c o m o ingeniero c o n el virrey, «el modelo» de la obra del castillo de Santa Cruz, y parece atribuirle también la finalización del fuerte de San Gregorio o torre del H a c h o , la ampliación de Rosalcázar, y la fortificación de la torre de los Santos'", cuando sabemos que estas obras en su mayor parte se deben 106

FUNDACION JUANELO TURRIANO


L e o n a r d o Turriano al s e r v i c i o d e

la Corona de Castilla

Perspectiva de Mazalquivir, 1574. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 7, 103

a J a c o m e Palearo Fratín, aún c u a n d o fueran decididas por G o n z a g a . D e todas maneras Cabrera de Córdoba, o había visto dibujos, quizá del mismo Turriano, o conocía descripciones escritas detalladas, porque se refiere a las diecisiete «vueltas de camino» por las que hay que subir hasta el castillo de Santa Cruz, y en el manuscrito deTurriano, esas revueltas del empinado camino (aunque sólo vea" Descrípdón... Orán... f. 52v. «El mejor parecer que dio Gonzaga fue de meter dentro el Calvario, i de arrimarse bien con los muros a la orilla de la peña sobre el agua, aunque el Antoneli fue de diferente opinión, pareciéndole a él que estando los muros algo desviados, estarían más seguros de la ofensa de las gabias de los navios: que en estos tiempos, por causa de la artillería es de poca consideración, i fue más acertado (como dijo el Gonzaga) no dexar sitio entre los muros y el mar adonde los enemigos pudiessen hazer pie. Esta ragón quadrò también al capitán Eratín...». Alicia CÁMARA, «Giovanni

Battista Antonelli... op. dt, pp. 163-218.

mos diez) están perfectamente descritas mediante el dibujo. Pero antes de llegar a ello, resumamos la virulenta polémica desatada entre el ingeniero y el gobernante a la vez que experto militar, en la que llegaron casi al insulto. Defendía el sabio Vespasiano que había que aprovecharse de la naturaleza, y que la punta de M a z a l q u i v i r debía defenderse mediante tijeras que pegaran la fortificación al contorno de la costa, lo que aTurriano le pareció años después una idea excelente, como le pareció también a Fratín", y a ello se oponía Juan Bautista Antonelli, que consideraba al baluarte la única forma posible. Obviamente las razones de Gonzaga se impusieron, y Juan Bautista Antonelli sufrió unos años de cierto ostracismo por parte del Consejo de Guerra, que prefería a Fratín, hasta que el duque de Alba le recuperó para la Jornada de Portugal, haciendo a continuación el proyecto para la navegación del río Tajo desde Lisboa a Madrid, que le haría definitivamente famoso en la historia de la ingeniería española"". P o r s i no fuera bastante la agria polémica entre Juan Bautista Antonelli y Vespasiano G o n z a g a , quien por cierto formó a un excelente ingeniero de fortificación como fue el hermano de Juan Bautista, Bautista Antonelli, responsable de las fortificaciones del Caribe, también LeonardoTurriano se muestra crítico, incluso cruel, al dar su opinión sobre c ó m o hizo Juan Bautista la fortificación de Mazalquivir, ya que 107

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Alicia C á m a r a

los antiguos supieron mejor elegir el sitio para su fortificación que los modernos ingenieros, como fue Juan Batista Antonelli, el qual pudiendo valerse del propio sitio antiguo tan bien elegido, i de los propios muros, añadiendo sus baluartes en las esquinas principales... se retiró atrás dexando toda la villa antigua fuera... que fue añadir plaça al enemigo'". LEONARDO TURRIANO,

Planta del antiguo castillo de Mazalquivir y planta nueva realizada por Juan Bautista Antonelli, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n°1065,f.36v-37y f. 38v- 39

U n desastre de la ingeniería de fortificación que sólo generó gasto inútil e hizo más débil la fortaleza, de lo cual hace traza para demostrarlo. Lo remediaron primero Vespasiano Gonzaga y luego el capitán Fratín®^ C o m o vemos, las fortificaciones de Orán y de Mazalquivir contaron con los mejores ingenieros®^ entre ellos el gran rival de Juan Bautista Antonelli, el capitán Fratín, antes de que se hiciera precisa la presencia en esas obras de Leonardo Turriano.

108

" Descripción...Orán... f 34yf.5lv. La verdad es que, segúnTurriano, Juan Bautista Antonelli parece que no hizo nada a derechas como ingeniero de fortificación; dejó fuera de la nueva fortificación el sitio de la vieja, con lo que dejó más terreno al enemigo para colocar sus baten'as, e hizo el foso en lo más alto de la peña «que ha sido lo más costoso de todo lo que se ha hecho», a pesar de lo cual había quedado muy pequeño, no había sitio para la artillería por lo que la fuerza se debía defender sólo con arcabuces... " Descripción... Orán... í. 34v. A. CÁMARA, «Imágenes de la Orán y Mazalquivir de Vespasiano Gonzaga ...» op.cit,pp.9-28.

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

Fratín hizo mucho en estas fortificaciones, aunque en Mazalquivir por ejemplo no hizo el foso propuesto por Vespasiano Gonzaga, sustituyéndolo por un revellín que ocupara ese lugar vacío que había dejado Antonelli en el que se podía instalar el enemigo®". El castillo de Santa Cruz o de la Silla, trazado también por Fratín'", era según Turriano «la llave de toda la defensa destas plaças», y lo explica muy claramente: «por aver de tomar la Ciudad i tenerla, primero combiene tomar al Cas" Descripción...Orán.,. f,48v. AGS, Guerra y Marina, leg. 218, f. 49. Así lo deja claro el gobernador Pedro de Padilla en su informe al rey de septiembre de 1587, diciendo que se ha seguido exactamente esa traza. " Descripción... Orán... í 20.

tillo de la Silla, que es el camino derecho, i con ella sin pelear se toma el de San Gregorio, con estos dos plantando la batería sobre la Alcaçava se puede entrar por

LEONARDO TURRIANO,

Planta de Mazalquivir con la fortaleza del Calvario de Vespasiano Gonzaga y el revellín de Jacome Fratín, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de LislDoa, Ms. Azul, n° 1065, f

40V-41

el G i v e l , q u e es el que después rinde a la Ciudad, i a A r a z a l c a ç e r (Rosalcázar) sin batirla ni ofenderla por otra parte»"". Es decir, que caería todo tan fácilmente c o m o un castillo de naipes si el enemigo se apoderase de Santa Cruz. La torre del H a c h o o castillo de San Gregorio, se trazó «conforme a lo que dio lugar la dispusiçiôn del sitio, y es fuerça de gran ynportancia» según la opinión

LEONARDO TURRIANO,

Planta del castillo de Santa Cruz o de la Silla con las defensas (A y B) que Leonardo Turriano propone, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1 0 6 5 , f

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Alicia C á m a r a

del gobernador don Pedro de Padilla®'. Este castillo, defendido a su vez por el de Santa Cruz que estaba

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" AGS, Guerra y Marina, leg. 218, f 49. 18 de septiembre de 1587,

sobre éi, era muy necesario para la defensa de Orán a pesar de su pequeño tamaño, porque estaba «a cañón raso de los términos de la tierra y cerca de la marina y pueblo»™. El autor de estas palabras decía que incluso era más útil que el castillo de Santa Cruz"', lo que delata a un hombre que no era experto en fortificación, ya que ninguna debía ser vulnerable desde un sitio más elevado o padrastro desde el que ser atacada, y proteger a San Gregorio era la función del castillo que estaba por encima. En realidad, todo el sistema defensivo de Orán se basa en proteger a una ciudad que está en una hondonada rodeada de montes, mediante fuertes que van

" B. ALONSO ACERO, op.dt, citando a Diego Suárez Montañés, p. 23. " Las obras del castillo de San Gregorio las había continuado Padilla sin la presencia de ningún ingeniero, y fue felicitado por ello por el rey en 1588. AGS, Guerra y /Marina, leg. 218, f. 209. AGS, Guerra y Marina, leg 398, f 147. Carta del marqués don Martín de Córdoba al rey desde Pamplona el 22 de enero de 1594.

ocupando esos lugares altos hasta crear un sistema defensivo de enorme coste económico y de hombres, IWP>./IS, J S I

PEDRO MAUREL, Planta del castillo de Santa Cruz en Orán, 1675. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 16, 159

prácticamente inexpugnable, que acabó convirtiendo a esta ciudad en una verdadera escuela de fortificación

de la época moderna, en la que poder estudiar los sistemas empleados y probados en su eficacia a lo largo del tiempo por los mejores ingenieros. La llegada deTurriano vino precedida por la intervención en estas obras de Jerónimo Marqui, que después se hizo cargo de las obras de la ciudadela de Pamplona como maestro mayor. De él escribía el marqués don Martín de Córdoba,, en

Izquierda Fuerte de Santa Cruz. Fotografía de Metair Kouider Derecha Restos del fuerte de San Gregorio. Fotografía de Metair Kouider

1594, que le conocía desde hacía muchos años, «porque le tube en Orán ocupado en aquella fábrica y siempre dio muy buena quenta de lo que le encomendé», y desde entonces le tenía «por ombre de mucha abilidad y suficiencia en lo que professa»'". Efectivamente, Marqui había trabajado como maestro mayor de las obras de Orán y Mazalquivir y luego el marqués don Martín de Córdoba le llevó con él a la corte, donde estuvo desde el 16 de agosto de 1585 hasta el 21 de marzo

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Leonardo Turriano al servicio de la Corona de Castilla

LEONARDO TURRIANO,

Planta del castillo de San Gregorio (superior) y planta de Orán y las fortificaciones de Rosalcázar, San Gregorio y Santa Cruz (inferior). Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n'-IOeS, f 31 y f 14

" AGS, Guerra y Marina, leg. 387, f 589. Pide su sueldo por ese tiempo pasado en la corte, a razón de los quince escudos al mes que cobraba. Dice que intentó irse «a otras partes» y el marqués se lo impidió diciéndole que debía regresar con él a Orán. Siguen las explicaciones de porqué no se le ha pagado, y el Consejo resuelve que se le pague lo que se le debe. En esta fecha de ortubre de 1593 ya era maestro mayor de las obras de Pamplona

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de 1588, para informar sobre esas fortificaciones y hacer «modelos y relaciones dellas» que envió al rey"". Desde que se fue Marqui, las obras continuaron, en manos ahora del maestro mayor Jorge de Torres. La opinión más autorizada era la del gobernador interino don Pedro de Padilla, comendador de Medina de las Torres, a cargo de esas plazas entre 1585 y 1589, hasta que llegó como gobernador don Diego Fernández de Córdoba, marqués de Comares y duque de Cardona, gobernador desde 1589 a 1594. Pues bien, el gobernador Pádilla se atrevió a enmendar la plana a los ingenieros que habían trabajado en las fortificaciones, opinando que la de Mazalquivir se tendría que 111

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LEONARDO TURRIANO,

Traza de las intervenciones proyectadas por Leonardo Turriano en Mazalquivir (superior) y baluarte de Santiago de Mazalquivir (inferior), Descripción de las Plaças de Oran i IVIazalquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n-IOeS, f 5 6 y f 61

haber hecho más pegada a la montaña, y que la ubicación de la puerta que había proyectado Juan Bautista Antonelli, mirando al puerto y en la que se hizo el cuerpo de guardia, era tan mala como la que proyectó el Fratín, en la cortina que miraba a la sierra, siendo precisa la presencia de un ingeniero, para decidir lo más conveniente «al pie de la obra». Tampoco estaba conforme con la traza que se seguía 112

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en el castillo de Rosalcázar en Orán, opinando que dos de los baluartes debían avanzar más de manera que «señorearan algo más del campo». Pedía ya entonces, en 1587, lo que tardó en producirse seis años, con la llegada deTurriano, que era que el rey enviara a esas plazas a un ingeniero «para que entre los dos tratásemos lo que fuese más conveniente, que luego se podría volver»'^ " AGS, Guerra y Marina, leg. 218, f. 49. Carta de don Pedro de Padilla después de haber revisado el estado de todas las fortificaciones el 18 de septiembre de 1587. En esa fecha se estaba acabando el llamado baluarte real en Mazalquivir Leg. 251, f 281. El 28 de septiembre de 1589 informaba don Pedro de Padilla desde Orán que se trabajaba en las obras de Mazalquivir en concreto en los fosos, / en al aprovisionamiento de materiales, como la cal y la piedra, para las rafas de los caballeros o baluartes. " AGS, Guerra y Marina, leg. 282, f 330.3 de marzo de 1590. AGS Guerra y Marina, leg. 282, f 331.9 de febrero de 1590, y f 334, carta de 29 de mar20 de 1590 en la que el duque se extiende más sobre las obras que se hacen: «se an comengado a sacar las rafas en el cavallero de santiago por la punta del que caya hazla la mar loca conforme a la orden del yngeniero Jorge Fratín... y como aquel cavallero se fundó en la ladera a sido menester llegar con lo que se a abierto hasta la peña y sacar el fundamento de hormigón a piso hasta ponerlo llano y a nibel para que el terrapleno no haga vigió en la qual obra se a gastado y va gastando mucha cal, y es de suerte, que con la que aquí, y en magarquivir se puede hazer no se da el recaudo que conviene» por lo cual pide <rtres o quatro mil cahizes de cal de a doze fanegas» de Ibiza y de Cartagena ''Descripción...Orón... f53. " AGS Guerra y Marina, leg. 387, f 378.

En 1590 informaba el duque de Cardona al rey del mal estado de la Alcazaba de Orán, que era necesario reparar para que se pudiera vivir en ella''. Informaba también de que se proseguían las obras del baluarte de Santiago en Mazalquivir, comenzando por la punta hacia la mar loca siguiendo la traza de Jorge Fratín (hermano de Jacome), y como hacía falta mucha más cal de la que tenían, el duque pedía que se les enviara desde Ibiza y Cartagena'". Como ya dijimos, Jerónimo Marqui estuvo, junto con Francisco Fratín y LeonardoTurriano en la consulta del Consejo de Guerra en julio de 1593, que tuvo como resultado el envío del ingeniero Turriano a las plazas de Orán y Mazalquivir En principio la que causaba problemas era la de Mazalquivir, porque el maestro mayor Jorge de Torres había sido criticado por el sobrestante de las obras, Juan de Zafra, por estar haciendo la fortificación sin seguir la traza de Fratín, con lo cual no dejaba sitio para la artillería y la gente en el baluarte de San Felipe. Había hecho un foso sin escarpe más ancho de lo que la traza indicaba, y todo ello había que verlo, como también había que decidir si en «el escollo que está al cabo de la fortificación será mejor hazer torrre, o arrasar el escollo, y añadiendo a esto que la traça del fratín está muy errada en las medidas, porque presupone el sitio mucho mayor de lo que realmente es, a parecido que convenía embiar un ingeniero que ocularmente lo vea y mida». Ese ingeniero no debía alterar nada de la traza de Fratín, «pues es en quanto a la invención y forma la que conviene», pero sí debía hacer la entrada al baluarte de San Felipe, la plaza para la artillería, y reformar el fosillo, así como reducir «el orejón y casamata a su devida proporción conforme a la dicha traça». Es decir ajusfar la traza al sitio, lo que no parecía en principio empresa fácil, pese a ser uno de los principios básicos de la fortificación que sólo los grandes ingenieros dominaban. Turriano en su descripción demuestra su admiración tanto por Vespasiano Gonzaga como por Fratín. De Gonzaga ya hemos comentado algo, pero es que la traza de Fratín, que no respondía a la extensión verdadera del lugar, la justificaba al explicar que «deviò de encomendar el tomar de nuevo la planta a persona poco plática», por lo que «en la traça pareció más sitio de lo que eras'^ Debía también decidir sobre la torre en el escollo o arrasarle, lo que fuera mejor para la llegada de navios al «calefón» que había detrás de él. De todo lo demás que se pudiera hacer debía dar la traza y llevarla a la corte para que el Consejo decidiera"^. Este es el origen del viaje a Orán y Mazalquivir de LeonardoTurriano, que generó el bello manuscrito con su Descripción.

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LEONARDO TURRIANO, Perfiles del castillo de Mazalquivir, Descripción de ias Piaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms.Azul, n"1065,f 59, 60 y 62

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Leonardo Turriano al servicio de

la Corona de Castilla

LEONARDO TURRIANO,

" AGS, Guerra y Marina, leg. 251, f. 280. Por recomendación de don Pedro de Padilla, ese año se le habían subido cuatro ducados sobre los doce que cobraba al mes, además de una plaza de artillero.

Revellín de Mazalquivir propuesto por Leonardo Turriano, Descripción de ias Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n"1065, f 63

" Descripción... Orán... í 48 y 53v. " Descripción... Orán... í 53. «Jorge deTorres maestre mayor desta fortificación i otros oficiales mayores que con sus granjen'as de cal, bagajes, lienços, baños, vestidos i bastimentos para los canteros i gastadores solían hazer hazienda, visto parar la obra dieron en que se prosiguiese sin traça i sin orden echando a perder lo echo, i dificultando más el remedio por solo sus particulares intereses». Sigue la descripción de todo lo que han hecho mal, de lo cual acompaña una traza para que quede más claro. ™ AGS, Guerra y Marina, leg. 218, f 69. Carta al rey de Juan Pérez de Navarrete, responsable de la plaza, pidiendo más soldados -hay ciento cuarenta y cinco y hacen falta trescientos- el 28 de abril de 1587. Se teme un ataque desde Argel, que tiene «treinta navios gruesos», con la colaboración de los árabes de la tierra con los deTremecén y Mostagán, coordinándose por mar y tierra para un ataque nocturno. "" Descripción... Orán... f 51 y 51 v. «por lo que en ella se ha gastado i travajado por tantos buenos ingenios en espacio de 35 años, no deja de parecer (al mío) algo superflua i mal entendida su mucha fortificación», Incluso la fortificación del Calvario, es decir la parte del espolón que Antonelli dejó fuera de la fortificación y en la queVespasiano hizo las tijeras para defenderla, no deja de ser algo superfluo paraTurriano.

El maestro mayor Jorge deTorres, que apenas sabía firmar, como podemos comprobar en los informes sobre la capilla mayor del convento de Santo Domingo el Real de Orán, no podía competir en conocimientos con Turriano, así que cualquier polémica entre ellos quedaba descartada desde el principio. Jorge de Torres había sido imprescindible, como lo demuestra una subida de sueldo que se le concedió en 1589% pero cuando Turriano llegó, la razón se la dio al sobrestante Juan de Zafra en lo referente a la fortificación de Mazalquivir, porque se había dado cuenta de los errores que había en ella, que remedió Turriano en cuanto llegó^®. Y no sólo eso, arremete contra Jorge deTorres sin compasión, puesto que había sido el responsable de que se siguiera la obra de Mazalquivir sin traza, y todo por enriquecerse a cuenta de la fortificación'^ Como vemos, Mazalquivir era prioritaria en cuanto a su defensa, puesto que estaba muy amenazada desde Argel, y en ella se invirtieron hombres, ingenio y dinero, «pues esta fuerça ynporta tanto a los Reinos de España y el enemigo la tiene tan sobre los ojos»'™, que todo parecía poco para la defensa de esa fortificación, protectora de uno de los mejores puertos naturales del Mediterráneo. Sin embargo, Turriano tenía sus propias opiniones, como todos los ingenieros, y pensaba que Mazalquivir tenía tan lejos a Constantinopla y tan cerca España, que todos los gastos que había generado esa plaza desde hacía muchos años eran superflues, ya que la vieja fortificación habría bastado, actualizada con muy pocas reformas'"', en la línea que ya comentamos de ahorrar siempre los gastos excesivos sin que eso 115

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LEONARDOTURRIANO,

Propuesta para la fortificación del frente de Mazalquivir, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065, f. 64

repercutiera en la defensa, que fue uno de los principios que guiaron su carrera como arquitecto militar. Nos puede parecer que está haciendo un poco de trampa para justificar una opinión, porque él mismo escribió en otro lugar de esta Descripción, que Mazalquivir tenía muy cerca a Argel, además de los moros enemigos, lo que podemos interpretar como una justificación para invertir todo lo necesario en protegerla con las mejores defensas posibles Tras la partida de LeonardoTurriano, prosiguieron las obras en las fortificaciones. Así, en el año 1598 había que hacer en Rosalcázar una iglesia y aljibes, y en Santa Cruz los fosos, y allíseguía incombustible el maestro mayor jorge de Torres, aunque ahora compartiendo responsabilidades con Pierre Coli -apellido de larga trayectoria en las fortificaciones de la monarquía española desde tiempos del ingeniero Calvi, y siempre relacionado con la maestría en las obras- también maestro mayor del rey en aquellas plazas'®. Si se cumplieron o no todos los consejos deTurriano sobre estas fortificaciones, es ya otra historia, porque treinta y cuatro son los que numera al final de su manuscrito, entre los que los argumentos de la «reputación» se entremezclan con cuestiones técnicas que ha ido detallando, y en las que vuelve a poner de manifiesto su admiración por Vespasiano Conzaga y por Fratín, pero sobre todo por el primero"'^ Ahora, para finalizar este capítulo, que entra de lleno en la cultura de los ingenieros, hilo conductor de muchas de estas páginas, hagamos una pequeña incursión en la incipiente arqueología, que cada vez daba más datos a los historiadores, para recordar que Leonardo Turriano se calificaba como tal con todo el orgullo de un triunfador. Mazalquivir, cuenta Juan León Africano, era «una ciudad chica» fundada por los reyes deTremecén. «Su nombre significa gran puerto, porque allí existe un puerto tal que dudo haya otro parejo en el mundo entero.

AGS, Guerra y Marina, leg. 516, ff 28 y 29. La iglesia de Rosalcázar iba a tener «sesenta pies de largo y de gueco y treinta de ancho con sus capillas hornacinas costará mil y setecientos ducados». Las «dos naves de aljibes» tendrían cuarenta pies de largo, veinte de ancho y veinticinco de alto. El apellido de Pierres Coll coincide con el del ingeniero (en realidad maestro de obras) que en ese año de 1598 se ocupaba de la fortificación del monte del Brasil en la IslaTercera, pero nada sabemos por el momento de una posible relación entre ellos, Un Coli trabajó años antes en las fortificaciones de Barcelona y de Mahón... "" Desaipción...Orán... ff57-7lv. Las titula «Apuntamientos sobre las plaças de Orán y Mazarquivir»,/ resumen sus argumentaciones. FUNDACIÓN

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JUANELO TURRIANO


L e o n a r d o Turriano al s e r v i c i o d e la C o r o n a d e Castilla

Cientos de navios y galeras caben holgadamente al abrigo de toda tempestad o borrasca. Las galeras de Venecia acostumbraban refugiarse allí por el mal tiempo y enviaban sus mercancías a Orán en barcas. Con buen tiempo, iban directamen"AFRICANO,

op.cit.p.lii.

te a la playa de Orán»'"". Ya sabemos que en 1563 Juan Bautista Antonelli destruyó la villa del puerto de Mazalquivir, que describen León Africano y Mármol Carvajal, pareciéndole aTurriano más acertada la versión de «lión de África», de

Luis del MÁRMOL CARVAJAL, Primera parte de la descripción general de África, con todos los successos de guerras que a avido entre los infieles, y el pueblo Cl^rístiano, y entre ellos mesmos desde que Mahoma inventó su secta, hasta el año del señor mil y quinientos y setenta y uno. Dirigida a la CRM. del Rey Don Phellpe segundo deste nombre. Por el veedor Luys del Mármol Carvajal andante en corte de su Majestad. Granada, Rene Rabat 1573. (Ed. facsímil Madrid, CSIC, 1953).

que fuera fundada por los reyes deTremecén, que la de Mármol Carvajal'°^ que dice que fue fundada por los romanos. El argumento deTurriano nos muestra de nuevo su cultura, porque piensa que no puede ser una fundación romana una villa tan pequeña, de no más de cincuenta vecinos, y carente de «aquella suntuosidad romana que muestran todas las ruinas de los edificios que ai en estas partes edificados por los antiguos latinos, especialmente aviéndose hallado aquí medallas grandes de oro de Claudio emperador», lo que relaciona con otra población en un lugar cercano, entre las dos montañas, lugar «ameno, cómodo y fuerte», que sí pudo ser fundación romana, puesto que se ven «pedagos de muros mui antiguos... de piedra i cal, i pedagos de bóvedas, cuias ruinas deven de estar enterradas mui debaxo de tierra». Piensa que esa población romana pudo haber construido un pequeño castillo en la

' Descripción... Orán... f 32v y33v

peña donde estaba Mazalquivir"'^ Así que intenta fusionar, mediante su conocimiento directo del terreno, las informaciones contradictorias de León Africano y de Mármol Carvajal. La cultura arqueológica y la pasión por la Antigüedad clásica que demuestra no fueron exclusivas de este ingeniero, otros muchos, como Calvi, Juan Bautista Antonelli o su coetáneo Tiburzio Spannocchi nos han dejado excelentes ejemplos de ello, y además la necesidad de remover tierras para construir nuevas fortificaciones hizo que aflorasen restos arqueológicos tan significativos, que algunos de ellos pasaron a integrar colecciones como la de Vespasiano Gonzaga en Sabbioneta, con piezas de las halladas en Cartagena. Esa pasión por los hallazgos arqueológicos la vemos también expresada por Cabrera de Córdoba, que refiriéndose a Mazalquivir decía que fue fundación del mayor Africano, y lo muestran medallas de oro, plata y bronce halladas en los cimientos de las torres del castillo antiguo, que en el año mil y quinientos y sesenta y cuatro fue derribado para asentar la nueva fortificación, tan inmudables contra la fuerça del tiempo en la entereza, cual si nunca le estuvieran sujetos y en la dureza como diamantes'"'.

' L. CABRERA DE CÓRDOBA, op. dt,p.265.

Que los hallazgos arqueológicos superen al tiempo y sean tan duros, y perdurables por lo tanto, como los diamantes, es una buena definición de lo que se consideraba entonces que los restos arqueológicos podían aportar al conocimiento histórico. 117

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LeonardoTurriano en Portugal

Rafael Moreira



^Traducción a cargo del Gabinete

«Partiréis para Lisboa^ donde hallaréis orden mía de lo que se hubiese de hacer»*

Internacional deTraducciones y revisado por Daniel Crespo Delgado

La situación política de Portugal pasó por cambios drásticos en las dos últimas décadas del siglo xvi y las cuatro primeras del xvii: la denominada «época filipina», derivada del nombre de sus sucesivos reyes llamados Felipe (II, III y IV de España = I, II y III de Portugal). Después del acceso al trono portugués de Felipe II en 1581, en las Cortes de Tomar, precedido por el ejército del duque de Alba y la Armada del marqués de Santa Cruz, y su triunfal entrada en Lisboa, el «perdón general» desencadenó un clima de simpatía en torno a la nueva dinastía de los Austrias, a la que la personalidad austera y sencilla del nuevo rey -tan querida entre la burguesía urbana, los grandes capitalistas, el alto clero y la nobleza (con la excepción de los motines populares nacionalistas y de algunos aris'Vitorino MAGALHÁES GODINHO,

tócratas patriotas, que lucharon por el bastardo Prior de Crato), como temida por

«1580 e 1640: da Uniao Dinástica

los Grandes de España- impuso una imagen de rectitud y estabilidad'.

á Restauragao». En Ensaios e Estudos. Lisboa, Sá da Costa Ed., 2009, pp. 421-68; y Fernando BOUZA ÁLVAREZ, Portugal en la Monarquía Hispánica

(1580-1640):

Felipe II, las Cortes de Tomar y la

Tradicionalmente, la historiografía portuguesa distingue tres grandes períodos en esta prolongada época de sesenta años de Unión Real con España: el de la euforia con Felipe II (I de Portugal), el de la incertidumbre con Felipe III hasta cerca

génesis del Portugal Católico.

de 1520, y el de la revuelta con Felipe IV y la política de anexión del conde-duque

Madrid, 1987.

de Olivares, que conduciría al golpe de 1640 y a la subida al trono de la nueva

GEORG BRAUN y FRANZ HOCENBERC, Vista de Lisboa, [c. 1550] en Civitates Orbis

Terrarum,

1572-1617

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Rafael M o r e i r a

dinastía de los Braganza. Un momento de gravísima crisis: la de un reino sin corte, sumido en una frustración provinciana, la pérdida del Imperio Orientai a manos de ingleses y holandeses, insurrecciones populares, conspiraciones de nobles e intelectuales, a la que sólo el azúcar y la fuerte expansión de Brasil lograban inspirar alguna vida. LeonardoTurriano tuvo la fortuna de vivir en Lisboa durante toda la «edad de oro» filipina. Llegado en 1597, todavía en vida de Felipe II, y muerto ya anciano en 1629, su vida lisboeta transcurrió en pleno auge de la Unión Ibérica - en la que un rey dominaba un mundo en el que nunca se ponía el sol...-y pudo ser testigo de episodios tan destacados como la visita de Felipe III y del príncipe heredero don Felipe en 1619, cuando en todos los medios se consideraba como seguro el cambio de capital de Madrid a Lisboa, o la «Jornada Milagrosa», que expulsó a los holandeses de Salvador de Bahía, la capital de Brasil, en 1525. Nacido alrededor de 1550 en Milán, donde residían sus padres, o más probablemente en su «patria chica» de Cremona, en Lombardia, hijo del capitán Bernardino Torriani, un famoso militar al servicio de Carlos V^ creció a la sombra del

' Luis CERVERAVERA, Documentos

Torrazzo -el célebre «campanario» románico de la ciudad, el más alto de Italia

biográficos de Juanelo Turriano.

(115 m), cuyo mantenimiento de la maquinaria diera nombre a la familia desde

Madrid, Fundación Juando Turriano, 1996,

siglos atrás-, en donde recibió una esmerada educación en literatura y en la milicia y colaboró con su familia en las técnicas de relojería y la mecánica. Sus profundos conocimientos de arquitectura militar, al mismo tiempo que sus extensas lecturas de poetas, autores clásicos y filósofos, son pruebas de sus años de juventud dedicados al estudio y a la ciencia. Continuaba así el ejemplo de su padre y algún insigne pariente-el de, sin ir más lejos, Giovanni della Torre o GianelloTorriani (c.1500-85),/uane/o Turriano como era conocido en España, ingeniero y relojero mayor del emperador Carlos V, y uno de los pocos que lo siguieron a su retiro en Yuste. De esos tiempos juveniles de intensa formación en el campo de la ingeniería militar, de importantes lecturas eruditas, y de los numerosos viajes que emprendió, quedaron rasgos grabados a fuego en su personalidad para el resto de su vida, y a los que su mismo nombre de Leonardo parecía predisponerlo. Ignoramos cuándo y cómo pasó a la corte del emperador Rodolfo II de Praga, quizás ya en su condición oficial de ingeniero militar que, en aquellos tiempos, constituía un auténtico y verdaderamente lucrativo monopolio de técnicos italianos. Aunque su estancia en la capital de Bohemia fue breve y superficial, fue suficiente para que adquiriese gran parte de la mentalidad dominante en esos círculos esotéricos y alquimistas: una enorme curiosidad enciclopédica por los secretos de la naturaleza; pasión por lo oculto; interés por las minas, metales y piedras preciosas, conchas y volcanes, en la frontera entre la naturalia y la artificialia; una visión de un mundo como microcosmos, gobernado por fuerzas místicas y experimentales, a las que era posible controlar y armonizar; los misterios de la astrologia y la astronomía^ Allí tuvo la oportunidad de oír hablar o, incluso, de cono-

= R . J . W . EVANS, Rudolf II and his world.A study in intellectual historf 1576-1 ó 12. Londres,Tliames and Hudson, 1997; y el catálogo Arcimboibo 1526-/591Viena Museo de Historia del Arte, 2007 FUNDACIÓN

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JUANELO TURRIANO


LeonardoTurriano en Portugal

cer al mago John Dee, al profeta Giordano Bruno, al cabalista Pistorius, a los astrónomos Kepler y Tycho Brahe, a los grabadores Sadeler y Hoefnagel, autor de muchas de las ilustraciones del álbum universal Civitates Orbis Terrarum; y, sin ninguna duda, convivió con los pintores manieristas Spranger y Brueghel, y sobre todo con su misterioso compatriota Giuseppe Arcimboldo (1527-93), en Praga desde 1562. Muchos de los rasgos de ese particular clima artístico e intelectual marcarían profundamente la obra y el pensamiento deTurriano. A los 22 años de edad, en 1581, Rodolfo II -que vivió desde 1563 a 1571 en la corte de su tío Felipe II de España, para recibir la perfecta educación de un príncipe cristiano- le envió al servicio del Rey Prudente, en Madrid. Es él mismo quien lo narra en el memorial que hizo llegar a la corte a comienzos de 1628, y que conocemos por el veredicto positivo que dio a conocer el Consejo el 26 de mayo de ese mismo año: «LeonardoTurriano sirve áVuestra Magestad desde el año de 82, que por ser persona de mucha teorica y esperiencia, le embió el Señor Instituto de Historia y Cultura Militar (en adelante IHCM), Co/ecdón Aporia, tonno VII, f. 370.

Emperador Rodolfo a estos Reynos...»". Creemos que vino en el séquito de la emperatriz María, hermana de Felipe II y viuda del emperador Maximiliano II, padres de Rodolfo, llegada para retirarse en las Descalzas Reales, en marzo de 1582, habiendo salido de Praga en agosto de 1581. Desde Madrid, continuó su viaje hasta Lisboa, donde estaba residiendo Felipe II en 1582, para ponerse a su servicio. Fue entonces cuando LeonardoTurriano tuvo su primera, y rápida, experiencia portuguesa. En su larga carrera al servicio de los reyes españoles y portugueses, que habría de mantenerlo ocupado hasta el final de sus días, es curioso ver que el primer tercio estuvo dedicado a una actividad intensa y constante al servicio de Felipe II, sin ni un solo momento de descanso, mientras que los últimos treinta años los pasó tranquilamente en Lisboa, disfrutando del cargo, excepcionalmente bien remunerado, de 1=' Ingeniero Mayor de Portugal: un premio merecido por una década y media de duro e incesante trabajo. De hecho, el joven Turriano parece haber recibido la misión de servir como ingeniero «de fuera», con el encargo de fiscalizar y controlar los sistemas de defensa del reino de España en su periferia, más que la responsabilidad real de construir fortificaciones efectivas, para lo que había abundantes técnicos de renombre: Spannocchi, Calvi, Vespasiano Gonzaga, Terzi, los Antonelli, los Fratino, y muchos más. De la hoja de servicios de este mozo de poco más de 20 años destacaba, sobre todo, su importante formación teórica germano-italiana, a la que en las cartas de recomendación de su pariente Juanelo se aludía como prueba de su condición de gran ingeniero. Ya fuera por su carácter inquieto y turbulento, propio de su edad, o por no conocer suficientemente el castellano, en el que sólo comenzó a redactar aproximadamente a los 30 años, le vemos pasar desde la islas Canarias (recorrió todas las islas en el curso de un decenio) hasta Orán y Mazalquivir, en el reino de Argel, y de ahí a la costa de Berbería, pasando por el puerto de Cartagena, a Inglaterra y a las Filipinas, donde no llegó a ir; y, finalmente, 123

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Rafael M o r e i r a

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Planta del sitio de Canaria, 1599. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 2-32

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SAMTAV^,

al reino de Galicia, zona periférica que adquirió importancia central por la amenaza de los corsarios ingleses, en donde agotado después de casi quince años, llegó con la orden de vigilar y corregir las obras de El Ferrol y La Coruña. Sólo entonces presenta las primeras señales de cansancio y enfermedad: «una enfermedad ipocondriaca que le dió en la Armada que governò el Adelantado de Castilla el año de 96, por la cual el Señor Rey Don Felipe segundo, que está en Gloria, e mandó salir de ella, concediéndole, además, 50 días de licencia»^ Sin embargo, pronto se restableció y regresó al servicio activo. De ahí data su segunda estancia en Portugal (en realidad, la tercera, si contamos su breve paso por Lisboa en verano de 1587, para embarcar para una nueva estancia en Canarias"). Pero no pasó de ser una rápida visita de pocos meses, para controlar y coordinar la obras de la fortaleza filipina de Viana do Minho, en la desembocadura del río Lima, es decir, una preparación para su

= IHCM, Co/ecddn Aporia, tomo VII, f. 362: carta de Lisboa, 23 de septiembre de 1624. ' C f r j o s é Manuel AZEVEDO e SILVA (est. y trad.), Leonardo TORRIANI, DescrifSo e Historia das libas Canarias antes ditas Afortunadas. Lisboa, Ed. Cosmos, 1999, p XVI.

campaña en Galicia: por lo tanto, otra obra «periférica». Después de algunas 124

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LeonardoTurriano en Portugal

dudas del Consejo de Guerra, el 22 de junio de 1596 recibe la orden del rey de continuar «derecho a la dha (dicha) Viana» a poner orden en la construcción, desde donde «os partiréys para Lisboa, donde allareys orden mia de lo que se huviere de hacer»; y tan bien lo hizo, que el 29 de julio llegó a Viana, donde pasó cuatro meses de duro trabajo. Podemos seguir su complicado recorrido gracias a una serie de cartas que se conservan en Simancas: a finales de noviembre, va a Lisboa, pero el mal tiempo le impide ver nada, aunque causó una excelente impresión al gobernador encargado de los asuntos de la Guerra (uno de los cinco portugueses que habían sustituido al virrey, el archiduque Alberto de Austria, enviado como gobernador a los Países Bajos), don joào da Silva; transcurridos unos pocos días, y tras recibir órdenes reales, regresa a Viana por mar (donde el 3 de enero de 1597, el encargado de las obras daba cuenta de su visita reciente, inspeccionando las treinta y dos casas para soldados que había dejado diseñadas para 125

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Rafael Moreira

su construcción), y continúa hacia su nueva misión, en Galicia, embarcado en la Armada de Inglaterra, comandada por el Adelantado de Castilla. En primer lugar. El Ferrol, donde cae enfermo y pasa la Navidad sin poderse ocupar de las fortificaciones de entrada a la ría; tras recibir órdenes reales el 8 de enero, viaja a La Coruña, adonde llega cuatro días después, siempre por mar, y permanece durante casi cuatro meses antes de partir nuevamente a Lisboa a causa de un hecho inesperado: la muerte de Filippo Terzi. En cuanto a la licencia de un mes y medio para convalecer en la corte, sólo la disfrutaría más tarde, en 1600, pero para casarse. Por lo tanto, lo que se preveía en 1596 como una estancia prolongada en Portugal, acabó por transformarse, debido a la amenaza inglesa sobre La Coruña y al mal tiempo a comienzos del invierno lisboeta, en otra campaña de vigilancia y control de las defensas del Atlántico, en las que se convertiría en experto ahora para los puertos más expuestos del norte. Sin embargo, Lisboa se encontraba en el punto de mira de Leonardo Turriano y era sólo una cuestión de tiempo cumplir su propósito. Además, ei gobernador don joao da Silva no dejaba de reclamar su visita, señalando la precariedad del sistema defensivo del Tajo y el mal estado de la fortificación de Cascaes ante ei peligro inminente de los ingleses, que conocía a la perfección...'Turriano hacía, pues, su trabajo doméstico -estudiar las diversas defensas de la desembocadura del Tajo- y se preparaba para hacerse cargo de su puesto, con el apoyo de Silva. No es de extrañar que, después de su primera visita frustrada, cuando parecía que se le abría una oportunidad y ésta fracasó, cayera enfermo en el mismo barco que lo conducía a El Ferrol aquejado de una melancolía hipocondríaca a la que hoy llamaríamos depresión o estrés. Pero su hora llegaría muy pronto. El día 10 de abril de 1597 falleció en Lisboa de un aneurisma el ingeniero

'Arquivo NacionalTorredo Tombo (en adelante ANTT), Manuscritos da Livraria, n. I I04,ff. 287-90: ver Rafael MOREIRA y Miguel SOROMENHO, «Engenheiros militares italianos em Portugal, Sáculos X V e XVL». En Marino VlGANÓ (Ed), Architetti e Ingegneri Militari Italiani all'Estero dal XV al XVIII Secolo.Vol. II. Roma, Istituto Italiano dei Castelli, 1999, p. 126.

Filippo Terzi, poco después de haber regresado de un viaje a su patria italiana de Urbino. Terzi ocupaba en la práctica ei cargo de ingeniero Mayor del Reino desde ia época del rey D. Sebastiào,

Castillo de Viana

aun cuando no poseía el título (o al menos todavía no se ha encontrado su designación); supo cambiar muy rápidamente de bando y pasar a defender la causa de Felipe II, convirtiéndose en uno de sus consejeros arquitectónicos más solicitados. U n a rara demostración de la velocidad con la que viajaban entonces las noticias, si bien cabe la posibilidad de que su enfermedad fuera conocida ya en Madrid con antelación, el hecho es que pocas semanas después de su muerte, Turriano ya se encontraba en Lisboa trabajando con 126

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L e o n a r d o T u r r i a n o en Portugal

ahínco en la fortificación de Cascaes. En muy escasas ocasiones había trabajado la administración pública de manera tan rápida y eficaz; o, más probablemente, fue la culminación, que todos deseaban y aplaudían, de un proceso que venía desde muy atrás, desde la aparición de la enfermedad terminal de Terzi. Turriano dispuso, por consiguiente, de poco tiempo para reunir su equipaje y ayudantes en La Coruña: de inmediato se dirigió a Lisboa, donde le encontramos desde mediados de abril hasta septiembre de 1597, y a la corte en Madrid, para ser sancionado por el Consejo de Guerra antes de asumir tan prestigioso y delicado cargo - creado por primera vez, en un momento de tanta urgencia y peligro, y similar al puesto de «Ingegner Maggiore di tutta la Fiandra» conce" Rafael MOREIRA, « O s primeiros engenheiro-mores do impèrio filipino». En Portugal e Espanha entre a Europa eAlém-Mar.Actas do IV Simposio Luso-Espanhol de Historia da Arte. Coimbra, 1988, pp. 521-34.

dido en 1558 en Bruselas, con el título de conde, a Francesco Paciotto"-y en el que fue investido por el rey y, a continuación, confirmado por la junta de gobernadores de Portugal. Esto puede explicar un hecho que hizo correr ríos de tinta. Precisamente un año después, el 20 de abril de 1598, se le designó finalmente «Arquitecto General» del reino de Portugal; pero, posteriormente, el 28 de agosto siguiente-antes de un viaje a Madrid, donde se encontraba el 4 de noviembre de 1598 (fecha que se indica en la dedicatoria a Felipe III de su Descripción de Orán y ¡Vlazarquivir, iniciada en 1594 y finalizada en Lisboa)- tan sólo un mes después de la muerte de Felipe II y de haber tomado posesión oficial de su cargo, una inesperada «apostilla» corregía los términos de la concesión del nombramiento: dejaba de ser Arquitecto General, un cargo sin antecedentes, para pasar a Ingeniero General, «por ser este el cargo del que le hago merced», comenzando a recibir 258 mil reales al año -240 mil como sueldo y 18 mil para el alquiler de casa- desde el

' E SOUSAVITERBO, Didonário Histórico e Documental dos Arquitectos, Engenheiros e Construtores Portugueses ou a servigo de Portugal.Vol. III. Lisboa, Imprensa Nacional, 1922, p. 147.

pasado día 1 de enero de 1598'. El título era más específico, tenía precedentes y, al parecer, la corrección fue solicitada por el propio Turriano. Conocemos lo que hizo el recién nombrado Ingeniero Mayor desde la primavera de 1597 en la capital portuguesa: se presentó de inmediato ante el gobernador don joao da Silva para recibir órdenes, y se le encargó que retomara los trabajos urgentes de defensa de Cascaes, que había interrumpido el año anterior a causa del mal tiempo. Se conserva, en efecto, un bello dibujo realizado de la bahía de Cascaes fechado el 28 de abril de 1597, del que nos ocuparemos más adelante. En 1598, continuaba en Portugal, todavía sin haber sido investido en el cargo, puesto que el 17 de marzo, don joáo da Silva escribió al rey pidiéndole autorización para sumar el sueldo que percibía de Castilla con el que empezaría a recibir en Portugal -el mismo asignado a Filippo Terzi- que «no basta a sustentarle comodamente». Debe de haber sido entonces, en otro de sus incontables viajes desde Lisboa a la corte, donde permaneció dos meses en consultas, cuando le fueron pagados con fecha 28 de octubre. Con los ingleses ocupados en el saqueo de Puerto Rico y las perspectivas de la llegada de un nuevo virrey, el portugués Cristóváo de Moura, el año parece haber transcurrido tranquilo, sólo sobresaltado por la noticia del fallecimiento de Felipe II el 12 de septiembre de ese año. 127

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Finalizados los trabajos en Cascaes, y antes de viajar a Madrid para solucionar el problema de su designación y asegurar su presencia junto al nuevo rey, ¿qué hizo, entonces, en Portugal en 1598? Además de concluir un libro de cifra o criptografía (lamentablemente extraviado) y su magnífico manuscrito ilustrado Descrición de las Plagas de Oran i Mazarquivir

(que aquí publicamos y es estu-

diado por Alicia Cámara) que decide que debe ser llevado a Madrid para entregarlo personalmente al mismo rey, estuvo seguramente ocupado con papeles, burocracia, visitas a dignatarios, inspecciones de locales y en su propia instalación en la ciudad, una de las más caras de Europa. Lo que sí sabemos que hizo fue establecer una extensa red de contactos entre la rica colonia de comerciantes, banqueros y agentes de negocios italianos en Lisboa, y con la elite intelectual lisboeta: libreros, editores, mecenas, escritores, apasionados de la literatura y de la poesía. Ahora disfrutaba de un estatus social y de tiempo de ocio suficiente para entregarse a su antigua pasión por las letras y las artes. Entra, así, a formar parte del círculo de fieles al máximo poeta Camóes -el duque de Abrantes, el marqués de Alenquer (el luso-castellano Diego de Silva), los poetas Fernando Soropita, Diego Bernardes y Luis Franco, el «mercader de libros» Esteban Lopes, el editor Manuel de Lira, el comentarista Padre Manuel Correla, y muchos más-y compone un bellísimo soneto en italiano en homenaje a Camóes, que consiguió imprimir, junto con otro de Torquato Tasso, al inicio de ia segunda edición de las Rimas de Luis de Camóes, publicada por Esteban Lopes en mayo de 1598 (pero con autorización de impresión del 8 de mayo de 1597)"". No podía haber mejor estreno para alguien que aspiraba a ocupar un lugar destacado en la vida pública y cultural de un nuevo país, el cual, pese a ser un técnico extranjero subcontratado, pasaría a considerar como el suyo propio. Cascaes La villa de Cascaes, a 25 km de Lisboa, es un antiguo puerto medieval de pesca-

Quizás no fuera pura coincidencia que ese mismo año, el ingeniero Alessandro Massai, encargado de las obras en la costa del Alentejo, publicase un soneto de homenaje en el prefacio del libro de Bartolomé Scarion de Pavia, Doctrina Militar, Lisboa, Pedro Crasbeeck, 1598.

dores, frente al océano, que conserva su ciudad antigua rodeada todavía por las murallas del castillo del siglo xiv, y que conoció un importante auge comercial con la conquista de Ceuta en 1415. La ermita extramuros de Nuestra Señora de la Guía (con su faro), erigida por el rey D. Manuel (1495-1521) sobre una punta rocosa que se adentra en el mar, constituye el primer punto de la costa portuguesa en ser avistado cuando se llega desde el Atlántico, y que ya entonces disponía de una antorcha que servía de advertencia a los navegantes. La pequeña y abrigada bahía vecina servía de refugio a la navegación en días de mal tiempo, antes de lanzarse a la mar, pero era también un transitado puerto transoceánico y de pesca, escala obligatoria para las galeras de Génova y Venecia en ruta hacia Flandes, y blanco favorito de los piratas y corsarios que asolaban las grandes rutas marítimas. Como primer punto fortificado de la costa atlántica, era (y sigue siendo) una verdadera antecámara de entrada al complejo y vastísimo estuario del río Tajo, 128

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la puerta de acceso a Lisboa y al país. La costa traza en esa zona una prolongada curva hacia el este, hasta Sao Juliao da Barra, donde se localiza la amplia desembocadura del río, para apartarse más en la zona de Oeiras y, a continuación, aproximarse en seguida a la margen sur, en Belém, donde se estrecha al máximo (1550 metros), como para formar una nueva entrada, volviendo a alargarse por las playas arenosas hasta Lisboa, que se yergue sobre un anfiteatro de colinas a unos 5 km de esta «segunda puerta». Se abre, en ese punto, la inmensa laguna del Mar de la Paja que llega hasta Santarém, en donde, sólo entonces, adquiere su aspecto de río. Desde los tiempos del rey D. Joáo II (1481-95) se percibió la necesidad de crear un sistema de defensa marítima, tal vez a imagen del de Constantinopla e inspirado en los preceptos de la tratadística italiana de Leon Battista Alberti, Taccola y Francesco di Giorgio Martini, muy leídos y seguidos en la corte portuguesa o, incluso, contratados para venir a trabajar aquí, como Taccola ya en 1453. El propio D. Joáo II puso los cimientos de esa primera red de defensa, con sus experimentos pioneros de tiros de rebote a nivel del agua, disparados desde las carabelas, un invento nacional que los cronistas atribuyen al propio rey, y el cruce de fuego

PEDRO TEXEIRA, Barra y puerto de la ciudad de Lisboa, Descripción de España y de las costas y puertos de sus reinos, 1634, ÓsterreicJiische Natlonalbibliothek, col. Min. 46, f46v-47

60.

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GEORG BRAUN y FRANZ HOGENBERG, Vista de Cascaes [c. 1550], en Civitates Orbis Terrarum, 1572-1617

de artillería de largo alcance: la red defensiva estaba formada por la torre de Sao Sebastiào de Caparica (1481), sobre un acantilado en la margen sur, con su baluarte a nivel del agua para tiros rasantes; otra torre-baluarte en la margen opuesta, situada en Belém (construida de forma definitiva sólo por D. Manuel en 1514; la famosa torre de Belém...); y en medio, fondeada en el centro del río, la enorme nave «S. Cristóvao», equipada con 36 bombardas gruesas y 180 más pequeñas". Como puesto avanzado, y formando simultáneamente una guardia a distancia de Lisboa y un marco simbólico frente a la inmensidad del Atlántico (Pedro Cid), se irguió en 1494 la torre de San Antonio de Cascaes. En los años en que fue construida, ésta fue la fortificación más moderna y sofis-

" Pedro CID,ATorre de S.Sebastido de Caparíca e o arquitectura militar do tempo de D.Jodo II. Lisboa, Ed, Colibrì, Instituto de História da Arte, Universidade Nova de Lisboa, 2007, pp. 159-66,

ticada del país. Aislada de la ciudad, al borde del mar, solitaria, rodeada por una profunda cueva en la que penetran las olas (bajo una marina de recreo actual), y en el extremo de un pequeño promontorio rocoso que se interna mar adentro, totalmente enfrentada al océano, la torre de Cascaes es, todavía en nuestros días, una obra portentosa. Lo podemos vislumbrar no sólo por lo que se conserva de ella, casi todo, incluida en el fuerte triangular filipino de Nuestra Señora de la Luz, sino también por el conocido grabado de Ceorg Braun, basado en un dibujo de mediados del siglo xvi. Está compuesta por tres elementos bien diferenciados: la torre, cuadrada y más baja que lo que era habitual en las torres construidas en el período gótico tardío (8 x 8 x 12 m, proporción volumétrica de un cubo y medio, 130

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idéntica a la de Caparica), con tres pisos de terraza abierta en cañoneras, con funciones de residencia y comandancia; una dependencia rectangular abovedada, con funciones de almacén y dormitorio para la guarnición, con una base en talud que prolonga las paredes del foso; y una plataforma excavada en la roca, rodeada por un muro bajo con bombarderas, de veinte metros frente al mar En luga" Rafael MOREIRA, «Andrea Sansovino au Portugal, 1492-1501 ». Revue de l'Art, n° 133,2001, pp. 33-8, que sistematiza y amplia los datos pioneros presentados en Ibidem, A Arquitectura do Renascimento no Sul de Portugata encomenda règia entre o «moderno» e o «romono».Tesis Doctoral en Historia del Arte, Universidade Nova de Lisboa, 1991. " En la regencia del cardenalinfante D. Henrique ( 1562-68), durante la miñona de edad del rey D Sebastián, se construyó anexo a la torre un edificio con un vestíbulo abovedado al estilo de Diego de Torralva, y una larga escalera hasta la terraza, lo que demuestra que en torno a 1565, todavía se la consideraba funcional.

res específicos del edificio, aparecen trozos con sillares almohadillados con un sutil toque de clasicismo romano, que pone de manifiesto el genio del famoso escultor florentino Andrea Sansovino, residente en Lisboa por invitación de D. joào 11 desde finales de 1492'^ Por lo tanto, la torre de Cascaes fue concebida en su totalidad para el uso intensivo de artillería de fuego (su guarnición incluía un «condestabre» y cinco bombarderos) en la defensa contra la aproximación por mar al litoral del país, en un punto clave de las rutas oceánicas de acceso a Lisboa, como vigía de alerta y fuerza disuasoria contra cualquier peligro venido de fuera y, al mismo tiempo, como protección de la bahía contigua. Dos planos complementarios e independientes, pero en el que destacaba el apoyo táctico dirigido a la vigilancia de la desembocadura del Tajo y de acceso a la capital. Un siglo más tarde, cuando los cañones podían destruir un blanco a más de un kilómetro de distancia, sólo sería una reliquia histórica: imponente, pero obsoleta". Lo entendió bien el duque de Alba, que, en su campaña de pacificación 131

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del reino en 1580 para preparar la entrada del monarca castellano, y perfectamente informado por la red de espías y agentes que poseía en Portugal, hizo desembarcar sus tropas en las playas situadas por delante de la Torre y marchar por tierra, tomándola por la costa. Como medida ejemplarizante, ordenó ahorcar a su capitán (pues el gobernador de Cascaes, el conde de Monsanto, se había unido a la causa filipina). Y después de conquistar, siguiendo la misma estrategia, la fortaleza de Sao Juliáo da Barra, avanzó sobre Lisboa (donde moriría enfermo en 1582, en los brazos de Felipe II), y la ocupó en pocos días, después de serenar los «alborotos» populares de los partidarios del Prior do Crato en la batalla de Alcántara. Le bastó con invertir el ataque esperado por mar para dejar en evidencia toda la debilidad estratégica sobre la que estaba basado el sistema defensivo de D. Joao de la barra del Tajo y su extrema vulnerabilidad. Esto desencadenó, por su parte, el gravísimo problema de reconstruir esas defensas, ahora como sitiado y no como sitiador. La amenaza de los ingleses de Drake no dejaba tiempo para maniobras y dilaciones. Esa fue la primera preocupación y el primer gran trabajo de Leonardo Turriano como Ingeniero Mayor de Portugal. Pero otros le habían precedido, prácticamente desde la ocupacjón del país por el rey Felipe 11: su intervención fue un episodio -el último- dentro de una cadena, un prolongado proceso de casi tres décadas de modernización de las fortificaciones de Cascaes, que se debe tomar en consideración para poderlo evaluar correctamente. Tenemos la suerte de poder disponer de una excelente documentación para esta historia: una serie de nada menos que 6 planos de la villa y las defensas de Cascaes, realizados entre 1590 y 1597, en la que se presentan bajo un modelo común -una especie de patrón común- sugerencias, propuestas y proyectos concretos. Algunos se finalizaron, otros no y, más tarde, se introducirían algunas modificaciones, lo que nos ofrece un ejemplo perfecto de los procesos de discusión, decisión y gestión de la arquitectura militar en la península a finales del siglo xvi. No es nuestra intención seguir en su integridad toda la atribulada secuencia de procedimientos y las diversas y variadas circunstancias históricas y teóricas que los condicionaron, sino indagar en el papel que en ellos ocupó la figura siempre problemática de Leonardo Turriano. Lo primero que se conserva (dentro de las varias decenas de dibujos que se ejecutaron) es el conocido «trazado de la villa de Cascaes» cuyo autor es Fray Giovanni Vincenzo Casale, enviado el 10 de febrero de 1590 y con copia incluida en el volumen Descripgào do Reino de Portugal, recopilado por su sobrino Alexandre Massai'". Nos muestra con gran detalle la totalidad de la villa desde la torre de la época de D. Joao, hasta los arrabales de «Vila Nova», y con leyendas en portugués, en donde hace algunos comentarios relativos a sus condiciones de defensa: por ejemplo, que la iglesia estuviera construida en las proximidades de las murallas de la ciudad -la actual matriz de Nuestra Señora de la Asunción- podría ser más perjudicial que la reciente obra del palacio 132

Lisboa, I^useu da Cidade, s/cota (ms. proviniente de la Col.Vieira da Silva). Cfn Livio da COSTA GUEDES, Aspectos do Reino de Portugal nos sáculos XVI e XVI!. A «Descripgào» de Alexandre Massai (1627). Lisboa, Arquivo Histórico Militan 1989. FUNDACION' JUANELO TURRIANO i


Leonardo Turriano en Portugal

Vista aérea del fuerte de Cascaes

de los señores de la villa, los condes de Monsanto, un bello edificio italianizante inspirado en el modelo escurialense del Palacio Real de Lisboa. Otro lo debemos al capitán Fratín, '' l^arino VIGANO, «£/ Fratin mi ynginiero». I Paleari Fratino da Morcote, una famiglia di ingegneri militari ticinesi in Spagna. Bellinzona, Casagrande, 2004. El diseño de Cascaes (o una copia del mismo, autògrafa) se encuentra en el «Códice Cadavai», compilado después de la Restauración, (ANTT, Ms. 28).

Jacome Palearo'^ y data de noviembre del mismo año. M u y similar -lo que sugiere que fue realizado como copiasólo agrega algunos barrios en «Vila Nova» y no muestra barcos en el puerto. Se trata más de un estudio de la situación que de una sugerencia defensiva. Por ese motivo, permaneció en Portugal. Tenemos, a continuación, un anónimo del 22 de enero de 1594, en perspectiva y con leyendas en portugués (tal vez su autor haya sido alguno de los profesores jesuítas de matemáticas del Colegio de San Antonio, tal como el padre Joao Delgado), que diseña en el fuerte un hornabeque de perfil amplio, con los baluartes dirigidos hacia tierra, de hecho, su lado más vulnerable, tal como lo había demostrado el ataque del duque de Alba años atrás; y otro, de Filippo Terzi, fechado el 3 de noviembre de 1594 -que Turriano lamenta no haber conocido a tiempo para que le fuera útil-, con un hornabeque más complejo y una geometría de ángulos Cascaes por el ingeniero Fratín, Descrígao e piantas da costa, dos castelos e fortalezas, desde o reino do Algarve até Cascais, da ilha Terceira, da praga de Mazagáo, da ilha de Santa Helena, da fortaleza da Ponta do Palmar na entrada do rio de Coa, da cidade de Argel e de Larache, Casa Cadavai, n°28, Planta 94. Documento cedido por el Arquivo Nacional Torre do Tombo

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Plano de Cascaes en donde figuran en perspectiva las fortalezas nueva y vieja, 1594. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 12, 161

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de tiro.'" Ambos contienen diferentes propuestas igualmente rechazadas por el Consejo de Guerra. Existe, además, una planta de la fortaleza de Cascaes, aislada sin los caseríos de la villa, y sin ninguna propuesta de fortificación, obtenida por simple copia, inserta en el atlas compilado hacia el final de su vida porTiburzio Spannocchi

" Ambos en el Archivo General de Simancas: véase Marganda MAGALHÁES RAMALHO, «Cascais em fins do século XVI: duas plantas inéditas», Arquivo de Cascais. n° 9, 1990,

(Roma, Instituto Storico e di Cultura dell'Arma del Genio). Su interés consiste en demostrar que el Ingeniero Mayor de España, que tuvo un papel tan importante en la concepción del sistema defensivo de la desembocadura del Tajo en 1590, no se

Fiuppo TERZI, Planta de la villa de Chascáis para que se veja o que se pretende fazer per asegurar mais aquella fortaleza, 1594. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 31, 6

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

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ocupó de las fortificaciones de Cascaes en su conjunto, sino solamente de ésta: es decir, que se trataba de empresas independientes y con objetivos distintos. Por último, el plano deTurriano de 28 de abril de 1597 es el más detallado y original de todos. Propone una trinchera única y continua en tierra, uniendo el castillo medieval con la fortaleza moderna, con baluartes dirigidos hacia tierra, aproximadamente en el estilo de lo que había hecho en La Coruña: sin embargo, este proyecto tampoco se llevó a cabo. Por medio de una carta de don Joao da Silva a Cristóvao de Moura, del 20 de septiembre de ese año, sabemos que se había reunido una junta de peritos en Cascaes, con Nicoiau de Frias, Joao Baptista Lavan" Biblioteca Nacional de España, Ms. 6198, f. 23 (en María Isabel VICENTE MAROTO, « D o n Juan de Silva, conde de Portalegre, capitán-general del reino de Portugal». En M. de FATIMA (Coord.), Rumos e Escrita da l-listória. Lisboa, 2007, p. 553.

ha y Baltasar Alvares", cuyo retraso fue muy comentado. Lo que parece haberse aprobado, pero nunca realizado «porque las órdenes vinieron escritas en castellano y no en portugués», fue el gran hornabeque propuesto inicialmente por Terzi pero que sólo sería iniciado treinta años más tarde, en 1625, y ejecutado después de la Restauración, en 1645: la actual «ciudadela» de la villa. Un rasgo común de todos estos proyectos es el hecho de mostrar en su borde

Fuerte filipino de Cascaes, Istituto Storico e di Cultura dell'Arma del Genio, Roma, Còdice BB 951/C51 , f 26

inferior izquierdo (donde el grabado de Ceorg Braun colocaba, todavía a mediados del siglo xvi, la vieja torre de 1494, de D. Joao II) la actual fortaleza de Nuestra Señora de la Luz: un fuerte triangular, con un patio también de esa forma, con su cisterna y un potente baluarte en cada ángulo, incorporando en uno de sus dos lados la torre de D. Joao y rodeado por un nuevo foso, que fue construida LEONARDO TURRIANO,

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Plano de Cascaes que representa en la parte superior el moansterio de San Antonio, y en la parte inferior el fuerte, jardines, casa del conde de Monsanto junto a la muralla del castillo viejo con el diseño de una trinchera que debe efectuarse para su defensa, 1597. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 42, 61

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rápidamente en piedras mal talladas e incorrectamente alineadas, como si se tratase de una obra de emergencia. Hasta la fecha, no ha sido posible averiguar con certeza quién la realizó. Que fue realizada con posterioridad al desembarco del duque de Alba en 1580 se deduce de la ausencia de cualquier referencia a una construcción equipada con baluartes en ese lugar; que es anterior a 1590 queda demostrado, sin lugar a dudas, por los planos de Casale y de Fratín. El gobernador de su castillo, Nuno de Orejón, escribió al rey el 27 de enero de 1596, dando noticias de la modernización de la vieja torre «y de como cada dia se ve lo que ymportaria ampliarle y poner diferente de lo questa y ni finar esto en una torre tan ordinaria que solo sirve de tener en ella el hartillaria»'®. Probablemente, haya sido construida tan rápidamente en 1589 debido a la amenaza inminente de un ataque de Sir Francis Drake, siguiendo un dibujo muy original realizado en la corte porTiburzio Spannocchi, traído por

" A r c h i v o General de Simancas (en adelante AGS), Guerra Antigua, leg. 460.

Casale ese mismo año y levantado urgentemente ante el peligro de un desembarco del almirante-corsario inglés: se trata del diseño que reproduce en su Atlas y al que se refiere en su relato Jerónimo de Soto (1600), en donde escribe que serán necesarios cincuenta mil ducados para acabar el castillo de Cascaes de acuerdo con los planos de Tiburzio Spannocchi". Su presencia dominante condicionó todos los estudios posteriores, y aún en nuestros días es la fortificación más visible de Cascaes. Lo que ha quedado de la prodigiosa actividad de LeonardoTurriano en la villa de Cascaes parece resumirse en un único edificio, felizmente terminado, que refle-

"J.M.FERREIRABO:CA,M.F ROMBOUTS DE BARROS e M. MAGALHÁES RAMALHO, AS fortificagdes marítimas da costo de Cascais. Lisboa, Quetzal, 2001, p, 45.

ja en gran medida su gusto arquitectónico sobrio y geométrico: el convento de Nuestra Señora de la Piedad, de Carmelitas Descalzas. Fundado en 1594 por el señor de la villa, António de Castro, conde de Monsanto, era su primera fundación religiosa, queTurriano afirmaba tener en estudio todavía en 1608™. En 1616, ya estaba parcialmente terminado. M u y perjudicado por el terrible terremoto de 1755, que sólo dejó en pie algunas paredes, fue reconstruido en el siglo xix Fuerte de Nuestra Señora de la Luz de Cascaes

® M. MAGALHÁES RAMALHO, «A Fortaleza de N " Sr" da Luz». Arquivo de Cascais, n° 10,1991, p 82.

como casa de veraneo del vizconde de la Gandarinha, y después de muchos años de abandono, fue adquirido recientemente por la Cámara Municipal que convirtió la parte conventual en un condominio de lujo y la iglesia, destruida, en el Centro Cultural de Cascaes, rehecha en un estilo post-moderno. Solamente la fachada parece corresponderse con la primitiva. Muy sencilla, con un nártex de tres arcos, de los que el central es ligeramente más alto y largo, sobre el cual se encuentra un nicho, actualmente vacío, y una ventana de proporciones esbeltas, repite en un tono menor el modelo teresiano de Ávila o de la Encarnación de Madrid. Una bóveda FUNDACION'

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de medio punto y una cúpula, en la intersección de la nave con el transepto, imponen un aspecto vertical, reforzado además por el ábside y las capillas Raquel HENRIQUES DA SILVA, Coscáis. Lisboa, Ed. Presenta, 1988, p.4l.

en una

imagen deliberadamente austera^'. Cabe preguntarse si con Leonardo Turriano no se habrá perdido un gran talento de inventor de espacios al nivel de los mejores de su tiempo. Quizás sí hubiera estado mejor como Arquitecto General que como Ingeniero Mayor, tal como se pretendió inicialmente. Aseguramiento de la barra del Tajo Si la primera y más insistente misión de Leonardo Turriano en Portugal fue la fortificación de Cascaes, su segundo mayor empeño, estrechamente relacionado con aquélla, aunque independiente, fue, sin ninguna duda, el mantenimiento de la seguridad de la barra del río Tajo, es decir, garantizar las condiciones de defensa y de acceso por mar a la capital del reino, y a través de ella, a todo el país. Sobre este asunto escribió dos libros y llevó a cabo meticulosos estudios, mediciones y proyectos a lo largo de casi dos décadas. El objetivo era el de asegurar la inmunidad del cuerpo del país mediante la protección de su «cabeza» y su «garganta». Portugal, entonces, no superaba el millón de habitantes, pero Lisboa pasaba de los 200.000. Era una de las metrópolis más pobladas y cosmopolitas de Europa, que concentraba cerca de una cuarta parte del total de la población portuguesa. Vemos cómo se refieren a ella con énfasis desde las primeras instrucciones recibidas de la corte, en 1598 («...las fortificaciones que se han de hazer para asegurar la entrada de la barra del rio de aquella ciudad»), y reclamadas repetida e insistentemente por el gobernador, joao da Silva, sobre la base de los estudios que había realizado ya un año antes, con la petición «que las traya bien entendidas». De este modo, como especialista general en la fortificación de la barra de Tajo, y más que con la misión concreta y puntual, dictada por la urgencia que representaba la amenaza inglesa, de garantizar la fortificación de Cascaes, es como Turriano llega a Lisboa a comienzo de la primavera de 1597, en sustitución del recientemente fallecido Filippo Terzi. El objetivo venía de muy lejos. Iniciado, en un primer momento, por el rey D. Joao II en 1481 con la construcción de la robustísima torre de Sao Sebastiào de Caparica (finalizada en 1514 por D. Manuel, junto con la de la torre de Belém, frente a ella) fue modernizado según el completo sistema abaluartado por D. Joao III, con la construcción por parte del arquitecto Miguel de Arruda -hijo de Francisco de Arruda, maestro de obras de Belém- de la fortaleza de Sao Juliáo (o San Gian) de la Barra en Oeiras en 1553, situada en el punto exacto de la desembocadura del río, en su margen derecha: era conocido por el «escudo del reino». Lo cual significaba un nuevo concepto, el de trasladar hacia una mayor proximidad la entrada de la barra-de acuerdo con el importante incremento del alcance y de la puntería de la artillería de fuego que tuvo lugar a mediados del siglo xvi- que era el punto decisivo de su defensa. Pero, y a pesar de que Sao Juliáo fuese una 137

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Rafael Moreira

obra portentosa (que sólo estaría acabada en 1575), inspirada directamente en la fortaleza de Basso de Antonio da Sangallo, en Florencia, tenía una función más de disuasión que una verdadera eficacia militar, al estar excesivamente pegada al suelo, sin defensas en la retaguardia ni control real del canal de navegación que transcurre adosado a las rocas sobre las que se yergue, por donde los navios podían pasar sin ser alcanzados. Igualmente, la construcción a cargo del maestro mayor Alfonso Alvares, en 1571 -72, de un frente abaluartado en la parte trasera de la torre de Caparica, equipada con un largo foso y puente levadizo, contribuyó en poco a mejorar las condiciones de una defensa activa del río. Francisco de Holanda trazó un nuevo plano de conjunto, que expone en 1571 e n su tratado m a n u s c r i t o D a Fabrica

que falece

ha Cidade

de Lysboa,

e n la pri-

mera parte titulada «Lembranga ao mujto Serenissimo e Christianissimo Rey Dom Sebastiáo Sobre a fortificagao e Repairo de Lysboa» («Recuerdo al muy Serenísimo y Cristianísimo Rey Don Sebastián de la Fortificación y Artillería de Lisboa») (Bibioteca Nacional de Ajuda). Después de recordar que el rey D. joao III le había enviado «siendo un mozo a Italia para ver y diseñar las fortalezas y obras más insignes e ¡lustres de allí, como hice» -lo que tuvo lugar entre 1538 y 1540-, y «por haber visto con mis propios ojos y haber medido y diseñado con mis propias manos las mejores fuerzas y fábricas que existen en Europa y en todo el mundo», se propone darle una «Memoria» para «su fortificación y ornamento», teniendo en consideración «cuán desprovista está Lisboa de fortalezas y cuán desnuda de ornatos allí donde mucho importa... para servir a ella en el tiempo presente y en lo que está por venir». Un proyecto algo utópico, pero coherente. Tomando como centro Sao juliao da Barra -que en su opinión es «la mejor obra de Europa»- dedica su capítulo IV a la fortificación del río: «se debe reforzar, reparar y acabar la fortaleza de Beiem, y la de San Gian», y construidos «algunos baluartes que le respondan por el otro lado»- uno frente a la torre de Belém «donde se halla la torre vieja», otro en laTrafaria ante el convento de Santa CataVista del castillo de San Cían

rina de Ribamar (Algés) «que es la fortaleza más segura de Lisboa», y un tercero en el centro del río, sobre una base de piedra «en el medio de la cabecera donde revienta el mar en los arenales (cachopos), capaz de plantar una defensa más cercana de San Gian, lo cual podría ser muy importante para ayudar a defender la Barra de Lisboa contra cualquier peligro que la pueda acechar y dañar en algún momento». Este «Bastión en los cachopos» (nombre que se da a los bancos de arena sumergidos, contra los que revienta la marea formando olas de espuma) fue diseñado por él en una página entera con un formato triangular, algo muy original en 1571 -extraído, por cierto, de un tratado italiano que aún no hemos podido identificar-, acoplado a una torre 138

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

baja hexagonal. Por consiguiente, según sabemos, Holanda fue el primero en proponer no sólo una fortificación abaluartada de forma triangular, tal como llegaría a ser construida en Cascaes en 1589, según el diseño de Spannocchi, sino la construcción de un fuerte en el sitio de los Cachopos, frente a Sao Juliáo da Barra, con lo cual el fuego cruzado tendría lugar en el punto exacto de la desembocadura del Tajo- una idea puesta en práctica exactamente veinte años más tarde por los ingenieros italianos de Felipe II, con la fortaleza de Sao Lourengo da Cabega Seca (San Lorenzo de Cabeza Seca) (en homenaje al patrón del monasterio del Escorial).

vista del fuerte de San Lorenzo de Cabeza Seca

Por lo tanto, se trata de un sistema de defensa escalonada, con tres «gargantas»: una más próxima a la línea juanina de Caparica-Belém, que ya existe, pero que él considera necesario reforzar; otra intermedia, Trafaria-Ribamar (que no sería fortificada); y una última, más distante, Cachopos-Sao Juliáo, en la entrada del río, ya parcialmente defendida en la margen norte. Fue una visión profética que en una época más ocupada con quimeras de cruzadas en Marruecos, no surtió ningún efecto. Ninguno de los ingenieros italianos al servicio de D. Sebastiào -Tomás Benedite de Pésaro, Pompeu Arditi, el capitán Alexandre, Terzi- se inteRafael MOREIRA, «Arquitectura Militar do Renascimento». En Rafael MOREIRA (Dir), História das Fortificagóes Portuguesas no Mundo. Lisboa,Alfa, I989,pp. 143-58.

resó por estas propuestas, demasiado avanzadas para la época^^ Holanda moriría (1587) entre quejas por no haber sido escuchado y deseando ir a servir a Felipe II a El Escorial. Es verdad que en 1580, Filippo Terzi, todavía fiel a la causa portuguesa de un trono sin un rey legítimo, y antes de pasarse al bando español, realizó a toda prisa algunos fuertes en la desembocadura del Tajo para intentar impedir el acceso de la armada del marqués de Santa Cruz y de las tropas del duque de Alba: un pequeño fuerte de madera en el litoral deTrafaria, algunas trincheras en la costa y, sobre todo, una fortaleza pentagonal, dotada de cinco baluartes, precisamente en la zona de Cabeza Seca. Se trataba, sin embargo, de una construcción provisional, de madera, asentada sobre estacas clavadas en la arena con dispositivos especiales para golpear palos, los llamados gatos o «bugios» (que dio origen a su nombre popular todavía hoy de fuerte de Bugio); pero ni tan siquiera sabemos si llegó a finalizarse, dado que sólo se conoce por un dibujo del proyecto, que quedó repentinamente interrumpido por el súbito cambio de bando de su autor. Es necesario esperar hasta la subida al trono de Felipe II -y a la revisión de los conceptos estratégicos seculares sobre la defensa marítima de Lisboa, provocada por la invasión del duque de Alba- para que esas ideas del gran esteta émulo de Miguel Ángel fueran tomadas en consideración y analizadas desde un nuevo punto de vista, concretamente la amenaza urgente de un desembarco similar 139

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Rafael M o r e i r a

de las tropas inglesas, defensoras del Prior de Crato. Parece confirmado que los nuevos responsables de la seguridad del reino volvieron a leer y estudiar el antiguo manuscrito de Holanda, guardado en la biblioteca del Palacio de la Ribera. Ya en 1580, ei duque de Alba mandó a su ingeniero Jacome Palearo, el «Capitán Fratino», estudiar un refuerzo de las condiciones defensivas de la fortaleza de Sao Juliao da Barra, que se le había rendido tan fácilmente a pesar de la guarnición de 500 hombres que albergaba. Fratín corrigió el foso por su lado de tierra, amplió las defensas del flanco poniente donde se abría la entrada, y en 1582 consFuerte de San Antonio,

entre San C i a o y

Cascaes, Descrigao e

plantas da costa, dos castelos e fortalezas,

desde o reino do Algarve até Cascais, da ilha

truyó una explanada baja en el lado opuesto, con los dos nuevos baluartes de San Felipe y San Pedro sobre el mar^^ De este modo, se reforzaba lo que ya existía, pero era preciso construir más, tal como lo había previsto Holanda. El propio rey encargó a Fratín, tal como conocemos por las notas autógrafas ma de fortificación de la barra del Tajo. Pero sus mijltiples quehaceres y continuos

Santa ¡Helena, da

desplazamientos debidos a peticiones provenientes de toda España y Portugal

fortaleza da Ponta do

Palmar na entrada do rio de Coa, da cidade de

Argel e de Larache, Casa

da Arte em Portugal. O Maneirismo, Vol. 7. Lisboa,Alfa, I986,p. 142,

que acompañaban a la correspondencia, proceder a la reforma de todo el siste-

Terceira, da praga de

Mazagáo, da ilha de

' ' Rafael MoRElRA,«La arquitectura militará). En Historia

como visitas a Porto y Viana, y sobre todo la construcción desde 1582 de la fortaleza de San Felipe, en Setijbal" (que en otros escritos hemos atribuido a Filippo

Marino VIGANO, « 0 Capitào

Terzi basándonos en un diseño asignado a él en 1594, sin darnos cuenta de que

Fratim: Giovan Giacomo Paleari

81. Documento cedido

se trataba de la asignación administrativa sobre cuarteles, y no de la firma del

Portogallo (1580- l584)»,En

Torre do Tombo

autor...) no lo permitieron y nada se hizo entonces. Durante algunos años, no se

Cadaval, n"28. Planta

por el Arquivo Nacional

fue más allá de declaraciones de intenciones

Fratino e le piazzeforti del Architetti e Ingegneri Militah Italiani all'Estero dal XV... op. dt, pp. 133-56,

vacuas y protestas de las autoridades responsables, sin que nadie diera el paso necesario desde los deseos a la acción: surgieron, así, las críticas «al relativo fracaso del programa de estrategias, definidas por Felipe II con respecto a la fortificación de la barra del Tajo»^^ Otra tentativa, sólo parcialmente llevada a efecto, fue la del Padre Giovanni Vincenzo

" Joaquim BOICA, en BOICA, BARROS e RAMALHO, op. dt, p. 20.

Casale, un servita florentino llegado a Lisboa en el año 1589 desde Nápoles y con estancia intermedia en Madrid en 1587 «con la misión expresa de dedicarse a la fortificación de la barra del Tajo», segijn escribe Miguel Soromenho-^ Terminaría trabajando en la edificación un £j'n

/, J'Jl'^i'ja

tm. an j^/j'^mV'

de la fortaleza de Cabeza Seca, siguiendo los fíivatt ititi, Ij^-^nít .(í iC .MM . M •H CjUriÁ UÙM., O, tlfiiy,

írt «í M^A^tfM^ /i^ .t HMJIM n/fM ^M^ijft >ui . i -«í JB. rpHAi, C, r íwyw, I>. C*^ MP«*«

i et^/^'^VriZ'Já e^ (Ru, B, oio

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ÚMjia

ÍU úútii ~ planos

/..M.-V, 'i'^.-ft ,6

diseñados en 1590 por Spannocchi, y

por construir y, seguramente, también diseñar, la importante fortaleza de San Antonio de la

Rafael MOREIRA y Migud SOROMENHO, «Engenheiros Militares Italianos e m Portugal (Sáculos XV-XVI)», e n Ibidem, pp. 109-31.

Barra en Estoril (1590-93), cuya misión fue la de TT^,

entrecruzar el fuego con la de Nuestra Señora de la Luz, de Cascaes. Sin embargo, su muerte FUNDACION'

140

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

prematura, acaecida en 1593 en Coimbra, durante un viaje de inspección a la Vila do Conde en la desembocadura del río Ave, en el norte del país, le impidió realizar poco más que mediciones y estudios para un proyecto global (algunos de los cuales nunca se llevaron a cabo, tal como -afortunadamente- la modernización de la Torre de Belém). Sería el gran Tiburzio Spannocchi, futuro Ingeniero Mayor de España y el más " Es el ingeniero mencionado en más ocasiones en la excelente síntesis de Alicia CÁMARA, Fortificación y Ciudad en los reinos de Felipe IL Madrid, Nerea, 1998, con diez líneas de citas en el «índice», frente a ocho de Fratín, siete de Rojas, seis de Antonelli, cinco de Calvi, cuatro de Vespasiano Gonzaga y sólo tres de LeonardoTurriano.

prestigioso de los ingenieros de la monarquía española", quien llegaría en febrero de 1590 rápidamente a Lisboa para ocuparse de tan urgente cuestión. Todo hace pensar que él fue el verdadero creador del nuevo concepto de estrategia sistemática de defensa de la desembocadura del Tajo. Durante una estancia de pocos meses, vio e hizo todo. Gracias a su celebridad y a sus impresionantes conocimientos científicos, impuso sus soluciones personales, que recibieron elogios prácticamente unánimes, con algunas excepciones (la principal de las cuales provino precisamente de LeonardoTurriano), y dejó establecidas no sólo las grandes opciones, las líneas maestras de una estrategia coherente y madura, sino también puntos menores, pero esenciales: desde el trazado de las fortificaciones hasta la gestión y jerarquía de los astilleros, y desde el escalonamiento de los proyectos hasta el abasteci-

Falta un estudio de conjunto sobre Spannochi.Véase Gen. Leone Andrea MAGGIOROTTI, «LOpera del Genio Italiano all'Estero». En Gil Architetti Militari Italiani nella Spagna, nel Portogallo e nelle loro colonie.Vol. III. Roma, I939,pp. 152-72; y Alicia CÁMARA, «Tiburzio Spannocchi, Ingeniero Mayor de los Reinos de España». Espacio, tiempo y forma, n° 2, 1988, pp. 77-91.

miento de materiales^". De este modo, resolvió de un plumazo el problema de la construcción de la fortaleza de Cabeza Seca, que se venía arrastrando desde diez años atrás, trazando su plano definitivo y que sería ejecutado por Casale más adelante en 1592 y, después de su muerte, por Gaspar Ruiz (sin embargo, sólo fue concluida en 1647, por Fray Joao Turriano, hijo de Leonardo); corrigió la obra de Casale en San Antonio de Estoril; diseñó los planos (por cierto, enviados previamente desde Madrid) del fuerte de Nuestra Señora de la Luz en Cascaes; llevó a efecto otras obras aún no identificadas y, todavía, tuvo tiempo para ejecutar las pinturas de paisajes en la bóveda del Salón de Embajadores del «Fuerte», el torreón de Terzi en el extremo sur del Palacio Real de la Ribera, en Lisboa, construido en 1582 sobre el agua,

" Obsérvese que también Turriano realizó pinturas alegóricas para el mismo lugar; superpuestas a las vistas de ciudades de Spannochi (Rafael MOREIRA, «OTorreáo do Pa^o da Ribeira: arquitectura e decoragao». Mundo da Arte, n° 14, 1983, pp. 42-48), lo que refuera la idea de una rivalidad personal entre los dos ingenieros.

una obra paradigmática de Felipe II en la capital portuguesa'^ Su talento genial queda de manifiesto en la simplicidad del esquema que adoptó para la defensa de la desembocadura del Tajo: una línea vertical de norte a sur (Bugio-Sáo Juliao da Barra) que corta una horizontal de este a oeste (Estoril-Lisboa) destinada a alcanzar el mayor ángulo de cobertura... Es en este contexto exacto donde debemos situar la intervención de Leonardo Turriano a partir de 1598. Son frecuentes las alusiones a su trabajo en las fortificaciones de la barra del Tajo durante los doce primeros años de su estancia en Portugal, hasta 1609 más exactamente, en el que parece haberse producido un corte en su vida y la interrupción o suspensión de esos trabajos; faltan, sin embargo, referencias a las obras concretas y a lugares precisos. Las fuentes más fidedignas son su abundante correspondencia con el Consejo de Guerra y la consulta de su enorme memorial con un «curriculum vitae» incluido, que envió ya cerca del 141

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final de su vida, en 1628, después de «45 años de servicios hechos a esta Corona y 31 a la de Portugal», en el que afirma que «han corrido por su mano las (fortificaciones) de Cascaes, Caveza seca, Belen, y Castillo de San Antonio (Estoril), y todas las demás partes con mucho ahorro de la Real hacienda, y muy a satisfacción de todos los que al li han governado»^°. El resto está formado por alusiones genéricas a las obras de fortificación «en la Ribera de Lisboa» sin especificar ninguna de ellas: por ejemplo, un memorando

IHCM, Colección Aparid, tomo

Vll,f. 371 : «Consulta de el Consejo de 26 de Mayo de 1628 sobre

admisión en un convento de

del 17 de junio de 1609, realizado en Madrid, en el que pide recibir en esa ciudad

Portugal de sus dos hijas, en

los 3000 ducados de sueldo que se le adeudan, más 400 como ayuda para pagar el

" Ibidem, ff. 348-54

atención a sus servicios».

viaje de regreso, en el que se lamenta de «haber venido quatro veces a la Corte a su costa sobre esta materia de la Barra, y fortificaciones de la rivera de Lisboa»; un despacho de agosto de 1609 en el que se le concede lo que solicitaba, porque «ha estado por acá ambas veces, sobre la materia de la Barra por mandado de Vuestra Magestad»; u otro del 3 de diciembre de 1609 en el que se le abonan 200 ducados a cuenta de los 3000, y en el que se reconoce que lleva cinco meses en la corte «aguardando la resolución de la Barra, y fortificaciones de Lisboa» Vemos, por consiguiente, que se desplazaba con frecuencia a Madrid a las órdenes del rey con el fin de rendir cuentas y discutir sus trabajos y esperar las correspondientes decisiones, por lo que tenía elevados gastos que le obligaban a endeudarse y a quedarse sin dinero para regresar a Lisboa. Probablemente, esas opciones habrán sido negativas, no sólo por el tiempo que duraron, sino también porque, de hecho, no se hizo nada de las obras a las que hace referencia. En relación con Cascaes, hemos visto ya en el punto anterior que sus planos fueron, aparentemente, aceptados en principio en Madrid, pero fueron rehusados en la práctica en Lisboa, porque las órdenes venían redactadas en castellano y los maestros de obra portugueses no las cumplieron. En cuanto a la fortaleza de San Lorenzo de Cabeza Seca, o del Bugio, iniciada en 1592 por el Padre Casale según diseño de Spannocchi, Turriano se limitó a realizar duras críticas, más de orden filosófico que propiamente táctico, y a escribir un libro que analizaremos más adelante. La torre de Belém escapó afortunadamente a los proyectos de modernización con baluartes planeados por Casale, conservándose en la actualidad tal como en los tiempos de D. Manuel: su prestigio era tal que incluso tuvo una fuerte influencia sobre el mismo Bugio. Y San Antonio de Estoril estuvo siempre bajo la responsabilidad y, seguramente también el proyecto, de Casale. Lo que se desprende de todo esto es una enorme desorganización del poder de decisión de la corte, que tenía otros frentes abiertos y otras prioridades, y una muy deficiente articulación entre el poder central y el reino de Portugal, con profundas brechas de contacto entre Madrid y Lisboa -aquélla decidiendo una cosa y ésta haciendo otra- así como el dispendio de recursos financieros, humanos y de tiempo. Los 12-13 años de intervención de LeonardoTurriano en la estructura defensiva de la barra del Tajo se saldaron, por tanto, con una larga serie de idas y venidas a la corte, en vano, en las que aprovechaba para entregar al rey sus memorias 142

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Leonardo Turriano en Portugal

y sus libros de dibujos, sus prolongadas y terriblemente costosas estancias en Madrid (en una ocasión, estuvo quince meses seguidos, desde enero de 1599 hasta marzo de 1600, para tratar asuntos relacionados con la duplicación de sus sueldos en Portugal y Castilla, que finalmente fue aprobada el 3 de marzo de 1600), si bien la duración media era de dos a seis meses, las inspecciones y mediciones que realizó, y el control de obras llevadas a cabo por otros ingenieros. Sin embargo, tal vez esas fueran exactamente las funciones de un Ingeniero Mayor. En este sentido, la expresión «han pasado por su mano» que utiliza en la consulta del 26 de mayo de 1628, refiriéndose a las fortificaciones de Cascaes, Bugio, Belém y Estoril, se deberá entender como que han sido vistas, analizadas y criticadas por él, con la posibilidad de que hubiera sugerido alteraciones del proyecto inicial, pero sin la certeza de que serían efectivamente aceptadas y ejecutadas: es decir, una función exclusiva de supervisión. Al contrario que Casale y Spannocchi, no debe haber sido autor de ninguna obra en concreto, sino el responsable o supervisor mayor de todas ellas. Sin embargo, seguridad no sólo significa protección contra enemigos humanos, ya fueran armadas o ejércitos, corsarios en rápidas incursiones o simples aventureros, sino también contra los enemigos de la naturaleza: vientos, corrientes, tempestades o sedimentaciones. El Ingeniero Mayor luchó también contra ellos con gran ahínco y dedicación durante muchos años, poniendo toda su ciencia y fabuloso talento al servicio de la seguridad natural y de la navegabilidad de la entrada del Tajo. La seguridad de los «navios de Indias» —una flota de cinco a ocho galeones enormes y pequeñas naves y carabelas, que partía todos los años desde Lisboa por primavera (por lo general, la última semana de abril) siguiendo la Ruta del Cabo transatlántica hasta Coa y Cochim, en donde cargaban las especies y otras maravillas de Oriente, para regresar a finales del otoño del año siguiente, todavía a tiempo para aprovechar los monzones favorables del índico, en la que fue la más prolongada y duradera carrera marítima de largo recorrido de toda la historia (¡desde 1497 hasta 1889!)- parece haber sido, además, una de sus principales preocupaciones, siguiendo estrictamente las directrices de la corona para que el comercio oriental (sólo después del brasileño) fuera la primera fuente económica del imperio. El empeño deTurriano en pos del cumplimento de esta misión es uno de los aspectos más positivos, y sorprendentes, de su carrera portuguesa. La entrada del río Tajo es una barra segura, uno de los mejores puertos abiertos del litoral europeo: lo fue durante toda la edad media y el siglo xvi, y lo ha sido desde el siglo xviii. Por aquella época, estaba considerada por «la más perfecta del mundo», sólo comparable a la de Constantinopla... En realidad, la barra se componía de tres entradas diferentes: tres canales o «carreras» como se decía entonces. La más estrecha, abrigada por la margen sur del río, era la Carrera de Alcácer, un curso de agua o pequeño canal entre la restinga de las zonas deTrafaria a San Sebastián de Caparica y los bancos de arena, movedizos e inestables, de Cabeza Seca, sumergidos, pero visibles porque las olas reventaban 143

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.

\1\C

Plano de las entradas del Tajo desde Cascaes a la Torre de Belém, Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, M s . 1 2 8 9 2 , ff. 7 9 V - 8 0

A

-

X

contra ellos. Lo frecuentaban principalmente simples pescadores (de los que aún permanece una curiosa colonia en el sitio denominado Cueva de Vapor, en el extremo de la punta deTrafaria, y que es objeto de estudios antropológicos) y la navegación de cabotaje de menor calado con destino al estuario de Sado y a las costas del Alentejo y el Algarve. H o y día, sólo navegan por este canal barcos pequeños y yates". La más frecuentada, y la preferida para el paso de grandes navios, era la llamada Carrera de la Alcágova, designada así por tener como punto de referencia de

'^VER Cap.Joaquim A. MARTINS, Roteiro das Barras de Lisboa e do Rio Tejo até Valada. T ed. Lisboa, 1995.

mayor distancia el castillo de San Jorge, en Lisboa, visible en línea recta: de gran anchura, pero con una profundidad variable, y ocupando el centro del río, se sitúa entre la Cabeza Seca y los fondos rocosos invisibles a ras del agua, donde las olas al reventar provocan un efecto constante e irregular de espuma en movimiento 144

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Leonardo Turriano en Portugal

continuo, que le proporcionó el nombre vulgar de Cachapas (semejantes a los niños inquietos, la otra acepción en portugués). Por último, la Carrera de San Gian, cuyo nombre proviene de su paso apoyada sobre la zona de fondo rocoso sólido y aguas profundas, muy próximo a los riscos de la ermita -posteriormente, fortaleza- de San Julián de la Barra. Era la más segura para la navegación de largo recorrido de barcos comerciales de gran calado y proporciones impresionantes, que pasaban constantemente por ella, al alcance de la vista, e incluso de la voz, desde tierra. Fue este el sistema hidrográfico, establecido oficialmente tal vez desde finales del siglo xiv, reglamentado por normas acerca de los procedimientos náuticos y sanitarios, y por la práctica de siglos ei verdadero punto de partida de la Ruta de la India, en la ensenada del Restelo en Belém, el que vio pasar las armadas del descubrimiento y de la expansión, cuyos navios aguardaban fondeados en el centro del río, o atracados en puertos fluviales, el tiempo propicio para hacerse a alta mar. Repentinamente, en la última década del siglo xvi, como consecuencia imprevisible de la construcción de los baluartes de San Felipe y San Pedro en la punta de la fortaleza de San Gian (1582-84), que obligó a cortes de piedras y la obstrucción de una pequeña caverna rocosa y, sobre todo, del depósito mediante barcazas de grandes rocas sueltas sobre la Cabeza Seca para formar un islote artificial sobre la que se construiría la fortaleza de San Lorenzo o de Bugio (1590), se dio un fenómeno natural totalmente inesperado e inexplicable: el lecho del Tajo comenzó a subir de nivel y la arena empezó a acumularse en los lugares más imprevistos. Esto dio lugar inmediatamente a la formación de bancos de arena y de playas, así como al rápido estrechamiento de los tradicionales canales de navegación, ante el temor y la más absoluta impotencia de los pilotos y prácticos de la barra. En opinión de algunas personas, ese proceso de sedimentación, que se agravaba día a día, se debía a causas remotas, cuyo origen eran las grandes inundaciones provocadas por el terremoto de 1531; o a los efectos de las obras de desvío del curso del río cerca de Santarém, en 1571; por la negligencia en la eliminación de residuos y basuras, o por la explotación intensiva de los areneros próximos al estuario. Cualquiera que fuese la causa (que todavía no ha sido establecida con certeza), el fenómeno no cesaba de aumentar, obligando a modificar las rutas tradicionales y al cambio constante de las balizas visuales en las márgenes que servían de referencia a los navegantes. Más que una simple alteración de los hábitos, lo que estaba en juego era la metodología de toda la navegación en la desembocadura del Tajo, lo que era causa de preocupación entre las autoridades y de ansiedad entre marineros, capitanes y pilotos. No se trataba solamente de la seguridad en la sección final -o inicialde la Carrera de la India, que situaba a las naves en el riesgo absurdo de naufragar a la vista de Lisboa; era la confianza en la seguridad del puerto lisboeta, considerado uno de los mejores del mundo, y elegido por el rey Felipe II como base de la red de comunicaciones fluviales en el interior de la Península Ibérica, y que 145

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Rafael M o r e i r a

unía la capital portuguesa con Madrid, Aranjuez y hasta el Escorial (estudiada y realizada en parte por Giovanni Battista Antonelli en 1581-2). Todavía más: era el ideal de convertir a Lisboa en el gran puerto transoceánico de Europa, en sustitución de su gran rival Sevilla, y de transformarse en la capital de los reinos filipinos desde los Países Bajos hasta Méjico, desde la Amazonia hasta Manila, como una «Nueva Roma» de ese imperio universal soñado por Francisco de Holanda. Por lo tanto, estaban en juego no sólo la dignidad y la propia supervivencia de la ciudad, sino importantísimos fines estratégicos y de geopolítica mundial, puestos en peligro de la noche a la mañana por razones misteriosas de las fuerzas de la naturaleza. Fue el desafío de la vida deTurriano. La reacción oficial no se hizo esperar. El 2 de febrero de 1590, Felipe II pedía informes seguros, a los que el día 25 el Padre Casale respondía enviando una planta de la barra del Tajo, con sus pasos, distancias, cotas, profundidades y el número de navios capaces de atravesarlo de un lado a otro y sus correspondientes tonelajes. No existían todavía motivos de alarma, que Casale consideraba exagerados, o que, tal vez, prefería creer que no sucedía nada anormal. Pero el hecho fue que en sólo cinco años el corredor de entrada pasó de una anchura de 300 brazas (530 metros) a 190, llegando a alcanzar un mínimo de setenta en los primeros años del siglo xvii, mientras el fondo elevó su nivel en casi dos metros. Lisboa estaba en grave riesgo de transformarse en una «ciudad muerta» como Rávena o Brujas, bajo el avance imparable de las arenas. Se llegó a dar la visión de una ciudad asfixiada, en la que sería posible ir caminando de una orilla a otra, como profetizó Turriano antes de 1617... La situación estalló con una tragedia que ocurrió en 1594. La única nave de apoyo de la armada de ia India de la campaña del año anterior que regresó intacta, cargada con joyas y bienes, además de 400 pasajeros, encalló en el arenal de Cachopos junto a San Julián y se hundió en cuestión de minutos, salvándose sólo sesenta pasajeros. Por su parte, a mediados de septiembre de 1606, la «Nuestra Señora de los Mártires», llegada de Cochin cargada con pimienta en grano y numerosas joyas y porcelanas pertenecientes a la tripulación (y que han sido recuperadas por la arqueología subacuática), y que transportaba al virrey Aires de Saldanha y a un pionero de la misión jesuíta en Japón, el Padre Francisco Rodrigues, naufragó al chocar contra una roca en un extremo del baluarte de San Felipe de la fortaleza de San Julián de Barra. Según las investigaciones, se trató de una maniobra de alto riesgo en un día de mal tiempo, realizada para evitar un choque contra un banco de arena de los Cachopos". Se hicieron innumerables diligencias, mediciones, planos, propuestas y sugerencias -del Padre Joáo Delgado, famoso ingeniero y profesor de matemáticas del Colegio de San Antonio, junto con el proveedor de las obras reales. Congalo Pires de Carvalho, en el verano de 1595'"; hubo por lo menos cinco sondeos en 1607, por parte del ingeniero de Bugio, António SimSes, el Consejo de Hacienda, geómetras, maestres y pilotos...- pero no se hizo nada concreto. 146

" V e r Nossa Senhora dos Mártires.A última viagem. Lisboa,Verbo/Expo •98,1998, " Acerca de la figura de Joào Delgado, SJ, véase Henrique LEITÀO, A Ciéncia na «Aula da Esfera» no Colegio de Santo Antdo. 1590-1759. Lisboa, 2007 y Ugo

BALDINI, «Linsegnamento della Matematica nel Collegio di 5, Antào a Lisbona, 1590-1640». En

Luis

SARAIVA

(Ed.), History of

Mathematics. Portugal and East Asia. Lisboa, Fundagao Oriente. 2000, pp. 49-104 Joào Delgado fue discípulo de Cristoforo Clavio en Roma, FUNDACION' JUANELO TURRIANO i


L e o n a r d o Turriano en Portugal

Es precisamente ese ambiente tenso de incertidumbre oficial y pánico generalizado, con la opinión pública traumatizada, el que se encuentra Leonardo Turriano a su llegada a Lisboa en 1597. Con un gesto enérgico y amenazador, unas opiniones poco frecuentes y siempre originales, viene a introducir el elemento que faltaba en el debate: su componente físico y tecnológico. Posteriormente, en 1598 efectuó medidas en el Tajo por cuenta propia, pero sólo entraría en a c c i ó n en 1607, «como Su Magestad me ocupó en esta materia» un cambio de escena difícil de entender si se tienen en cuenta sus ocupaciones en el campo de la defensa. Más tarde, organiza un proceso diferente de sondeo, y acude a Madrid a presentar un memorando en el que pone en cuestión todo lo anterior y propone medidas radicales. Pero, una vez más, se enfrenta a la opinión pública. Antes de via-

Largo y fondo de la barra de San Clan en la parte más estrecha, Descrigao e plantas da costa, dos castelos e fortalezas, desde o reino do Algarve até Cascais, da ilha Terceira, da praga de Mazagáo, da ilha de Santa hielena, da fortaleza da Ponta do Palmar na entrada do rio de Coa, da cidade de Argel e de Larache, Casa Cadavai, n°28, Planta 86. Documento cedido por el Arquivo Nacional Torre do Tombo

jar, escribe en Lisboa el 7 de noviembre para avisar que tiene preparadas las plantas de la barra del Tajo, pero que «porque tienen muchas menudencias, que sin la viva voz de quien la hizo, y de quien es tan platico de la Barra y destos términos como yo, no serán tan entendidas como conviene, si le pareciere a Vuestra Merced ... se me da licencia, y ayuda de costo, las llevaré». El rey contestó: «Que se le responda que venga y traiga las trazas y de lo de la ayuda de costa no ha lugar»; el 3 de enero de 1608, el Consejo de Guerra le hizo entregar 200 ducados "AGS, Mar/Tierra, leg. 707y 712; y Registro del Consejo, leg. 102, f. 48.

para el viaje". Una nueva exploración de sondeo emprendida ese año por el Padre joao Delgado intentó establecer un consenso y anular las hipótesis de Turriano -«que es lo que contraría este negocio», tal como dice por carta al rey- afirmando que el canal de San Julián seguía siendo seguro: era la forma de tranquilizar los ánimos y de decir lo que el gobierno ansiaba escuchar, procurando dar la cuestión por zanjada. Una nueva inspección oficial, dirigida por Alexandre Massai en 1517, 147

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Rafael Moreira

p^.;'..

previa a la anunciada visita de Felipe 11, demos-

' •

traría ei peligro. La catástrofe ecológica seguía siendo una amenaza. Turriano comienza entonces a redactar un memorando ilustrado, que sería la base del libro manuscrito Discurso limpiar

de Leonardo

Turriano

la barra del Taxo y otras barras

sobre

de otros

rios, que finaliza en 1621 o 1622, y que estudiaremos más adelante, que presenta de viva voz en Madrid, adonde regresa en 1608-9 (esta vez, para una estancia de cinco meses). Sin embargo, su resultado parece haber sido nulo. Existía una fuerte complicidad de intereses hostiles, tanto centrales como locales... y personales. En este contexto, el recurso al Ingeniero Mayor surge menos como un intento de superar el pesiExcavadora con tracción animal, Dos discursos de Leonardo Turriano eì primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar ia barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f 62

mismo anímico -puesto que su carácter arrogante era conocido por todos- que como una nueva forma de encarar el problema. Su texto constituye un momento crucial (hasta ahora no reconocido por la historiografía) de la «leyenda trágicomarítima» lisboeta, así como de la propia historia de la cultura portuguesa. Al convocar aTurriano para que interviniera personalmente en el caso, dejando fuera a los más importantes burócratas y altos cargos militares, autoridades portuarias, pilotos y maestres expertos en la barra, se pretende, de forma especial, ensayar una nueva filosofía. El conocimiento empírico de los «prácticos» se sustituye por el saber teórico del hombre de ciencia equipado con otros instrumentos, y procedente de un universo intelectual muy diferente. Lo que era una simple cuestión particular, un accidente de la naturaleza, pasa a ser considerado como un problema de carácter general, encuadrado en las leyes de la mecánica hidráulica que comenzaba a consolidarse como disciplina científica en Europa, en las lecciones de la tratadística norte-europea e italiana. Turriano es muy claro, casi irónico, cuando exhibe la superioridad de sus conocimientos y demuestra que no existe ninguna solución posible salvo la suya. Por consiguiente, una cuestión administrativa y estrictamente náutica, tal como era la sedimentación de la barra del Tajo, se convertiría en un problema que sólo se podría resolver en el marco más amplio de la cultura técnico-científica de la edad moderna. Hasta la fecha, no existía ningijn tratado de ingeniería (Bartolomeo della Valle, Vierlingh, Agrícola, Sittoni, Lastanosa, Giraba...)" que se ocupara de la problemática marítima esencial: los medios naturales y mecánicos para dominar el elemento acuático por excelencia, que es el mar. Por esta razón, el memorando pre-

'' Nicolás GARCÍATAPIA, ingemena /Arquitectura en el Renacimiento Espono/. Valladolid, 1990.

parado en Lisboa y presentado en Madrid (1607), y el Discurso que lo amplía y sistematiza en 1622, constituyen los textos pioneros de una disciplina en plena creación, la oceanografía. 148

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

Al intervenir en el tema de la sedimentación de la barra del Tajo -que terminó por resolverse por sí mismo, como por milagro, una vez estabilizado, en 1620, el régimen de corrientes y del flujo marítimo con el fin de desplazar las rocas sueltas en Cabeza Secael Ingeniero Mayor sabía que se hallaba frente a la más importante disputa de su vida y a punto de chocar con la opinión pública. Pero los sesenta dibujos de máquinas que propone para dragar el río, a pesar de estar inspiradas en Leonardo da Vinci y en la tradición de la escuela de Siena de Taccola o Francesco di Giorgio Martini, reflejan la mentalidad nueva y sólida de la ciencia moderna de Kepler y Galileo, de quienes fue uno de los " Rafael MOREIRA, «As máquinas fantásticas de LeonardoTurriano: a tecnologia do Renascimento na barra do Tejo». En cat. Nossa Senhora dos Mártires.A última viagem... op. dt, pp. 50-67.

primeros seguidores en Portugal". En nuestra opinión, esta delicada misión explica un rasgo esencial de la vida en Lisboa .—./

de LeonardoTurriano: su mala relación con una gran mayoría de portugueses, especialmente con los de su entorno profesional, en el que siempre fue un inadaptado, tal como lo demuestra el hecho de haber decidido trasladar su domicilio a Madrid. Ya desde su llegada, hace referencia a su gran admirador y protector, el conde de Portalegre, joáo da Silva, gobernador encargado de los asuntos de la Guerra, cuando en la carta del 17 de marzo de 1598 solicita a Felipe II que le conserve el sueldo que recibía en Castilla, pese a i r a residir en Portugal como Ingeniero Mayor: el motivo que argumenta es que «pueda vivir cómodamente», para que - agrega

' IHCM, Colecdón Aparid, tomo VII, f 333.

profèticamente- «los portugueses no se rebelen contra él»'". Es decir, un salario

Red con anillos para arrastrar las arenas. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f 48

de alto funcionario y un tren de vida de prestigio, capaz de elevarle socialmente e introducirlo en su nuevo ambiente, para no ser desautorizado. Incluso así, Turriano pasó gran parte de su tiempo solicitando subsidios, ayudas económicas y aumentos de sueldo, alegando que sus gastos eran superiores a lo que recibía, y tal vez fuera cierto, dado el elevado nivel de vida del que disfrutaba en Lisboa. Pero la presión hostil a su personalidad relativamente difícil parece haber sido tanta en su ambiente de trabajo, y probablemente en la esfera política de creciente anti-castellanismo en Portugal, que en carta de 1627, se declara dispuesto a i r a vivir a España, tal como le había solicitado el rey: «en

" Ibidem, f 366: «Memorial en que dice haber sido mandado residir

en la corte y solicita varias gracias para si y para sus hijos.»

Madrid ha de poner casa de nuevo, y ha de traer su familia...»''. Si la muerte no lo hubiera impedido, quizás Turriano habría terminado sus días en Madrid, pero continuando como Ingeniero Mayor de Portugal. 149

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La defensa del litoral Además del trabajo centrado en la desembocadura del Tajo, a lo largo de sus tres décadas de vida en Portugal, LeonardoTurriano tuvo ocasión de inspeccionar otras obras, todas ellas en el litoral. En ese período de Unión Real con España, no había nada que temer por el lado de la frontera terrestre. Por el contrario, el peligro venía del mar: la constante amenaza de los ingleses, las incursiones de piratas bereberes y de corsarios franceses... Desde el punto de vista geopolítico, era fundamental que el país estuviese bien defendido en su cara atlántica, tal como se puso de manifiesto con el desembarco inglés de 1589 en Peniche bajo las órdenes de D. Antonio, Prior do Crato, y su rápido avance hasta el Tajo, donde fue detenido y derrotado más por las bodegas de Arruda dosVinhos que por ias tropas nacionales. Un episodio que no se podía repetir. En el verano de 1597, antes de ser designado para el alto cargo de ingeniero Mayor, Turriano había trabajado en Viana do Lima (actual Viana do Casteio), próxima a la frontera gallega, preparando cuarteles y visitando las obras de ampliación llevadas a cabo en la fortaleza de Santiago, según diseño de Spannocchi. Sin embargo, sería después de concluir su misión en la desembocadura del Tajo cuando tendría ocasión de visitar otras fortificaciones, cumpliendo con los encargos oficiales y las órdenes reales, pero caso por caso, nunca siguiendo un plan sistemático. En invierno de 1605-06, lo encontramos en Peniche, con el objetivo de reforzar un baluarte en las murallas de la villa para defender las embarcaciones que atracaban en su excelente puerto: ei rey manda al conde de Atouguia que «ordenéis que mi Ingeniero, LeonardoTurriano, vaya a ver personalmente el fuerte y sitio donde se encuentra Peniche...y que dicho LeonardoTurriano realice los planos»"". En ese punto ya existía un fuerte, situado sobre las rocas extramuros; se trataba de un curioso fortín circular de 1557, atribuido a DiogoTeles, llegado a Portugal en 1549, y que había trabajado muchos años en Inglaterra-donde en 1540-43 construyó los fuertes circulares de Enrique VIH en el canal de la Mancha (en particular, el fuerte Pendennis, en Falmouth), pasando después ai servicio

® Carta real para el virrey D. Pedro de Castilho, de 3 de noviembre de 1605 (Biblioteca Nacional de Ajuda, 5 l-VIII-7,fol.

201 ). Cf. Mariano CALADO, Peniche na história e na lenda. 3' ed. Lisboa, I984,pp, 105-21

de CarlosV en Alemania-y fue ei «portuguese architect» que, en 1541, realizó el bello dibujo del Cuines Castle en el Paso de Calais, en la costa francesa, que se conserva en el Museo Británico"'. A ella se unió, en 1563-77, una grandiosa fortaleza cuadrada con 4 baluartes, construida por Congalo deTorralva, según dibujo tal vez de Afonso Alvares, que sería finalizada por Filippo Terzi en 1589. En

' Rafael MOREIRA, «La arquitectura

militare. En História da Aite em

Portugal. O Maneirismo.Vol.Vll Lisboa, Alfa, 1986, pp, 144-145,

esencia, es el núcleo de la actual fortaleza de la ciudad (hasta hace poco, una prisión de alta seguridad). No obstante, no hay nada en ella que pueda haber sido realizado según los pianos deTurriano. Las murallas de defensa del istmo y de la ciudad son de ia época de la Restauración: datan de 1642 y su autor es el Ingeniero Mayor de origen francés, Carlos Lassart.

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

LEONARDOTURRIANO, Caleta de Sines, Descrigao e plantas da costa, dos castelos e fortalezas, desde o reino do Algarve até Cascais, da ilha Terceira, da praga de Mazagáo, da ilha de Santa ¡Helena, da fortaleza da Ponta do Pa¡mar na entrada do rio de Coa, da cidade de Argel e de Larache, Casa Cadaval, n"28. Documento cedido por el Arquivo Nacional Torre do Tombo

El año de 1605 fue particularmente activo para el Ingeniero Mayor; en una carta al rey del 23 de mayo de ese año, el virrey Pedro de Castilho (sobrino del gran arquitecto Joào de Castilho) le encargó constituir una junta de la que él formase parte para la consolidación del monte de Santa Catarina, en Lisboa, con el fin de estabilizar la iglesia parroquial y las 110 casas destruidas por el corrimiento de tierras que se había producido ocho años antes, en una tragedia que hizo desapaBiblioteca Nacional de Ajuda

(en adelante B N Ajuda), 51 -VIII-2

(cartas de el-rei para o vice-rei D.

Pedro de Castilho).

•"Antonio M.QUARESMA,A/exondre MossaiA «Escola Italiana» de engenharia militar no litoral alentejano (Sécalos XVI e XVII). Sines, Centro Cultural Emmerico Nunes, 2007.VerBNL,Cod. I0835,f. I,

recer tres calles"^ En febrero de 1627 polemiza con el ingeniero encargado de las obras de la ciudad de Lagos, en el Algarve, el italiano Alexandre Massai, sobrino de Casale"'. La muralla abaluartada -la primera del Algarve y una de las más antiguas del paísfue comenzada en 1559 (diseñada probablemente por Afonso Alvares) y sólo se terminó después de la Restauración. Turriano critica con saña su dibujo de los baluartes del lado de tierra, a los que llama «quimeras». Pero se ve que el verdadero blanco de sus críticas no es la fortificación, sino Massai. También contra Massai elaboró, en 1606, su proyecto de «callejero» del puerto de Sines, en el centro del litoral del Alentejo. Estaba formada por una calle de acceso, un muro de protección que formaba una plataforma para siete piezas de artillería, y cerca del agua, un muelle complementario, del que realizó tres dibujos con leyendas en castellano -una vista general de la costa y de la ciudad de Sines, y una planta y un perfil detallado de la Caleta, todos ellos firmados- que han llegado hasta nuestros días incluidos en el «Códice Cadaval». Fueron aceptados, pregonados y se satisficieron las correspondientes contratas. Sin embargo, y de forma progresiva, el Consejo de Hacienda fue introduciendo alteraciones, tras escuchar las opiniones locales y de los prácticos, y finalmente, tras intentar rebajar los costes, se acabaría por anular en 1617-19, ante el proyecto más expedito de Massai. Tal como señala António Quaresma, el pragmatismo empírico representó «el triunfo de Massai frente a la consistencia de la preparación teóri-

•"AM.QUARESMA,op,dt„p.23.

ca y de los conocimientos de los que alardeaba Turriano»"". De esta forma, el Ingeniero Mayor terminaría por quedar fuera del proceso de construcción de las calles de Sines. Lo mismo ocurrió con otros planos de los que fue autor, como el que

á.

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hizo en 1604 para eliminar los sedimentos en la barra del Sado en Setúbal, que nunca fue ejecutado''^ El número y la frecuencia de esas visitas son extrañamente escasos. Visitó y

® Carta de septiembre de ! 604: BNAjuda,5l-VIII-l 7,fF. I24-I24v.

estudió Viana, Peniche, Setúbal, Sines, Lagos, los principales puertos marítimos, los puntos clave del litoral portugués, pero sin alcanzar ningún resultado práctico. Poseedor de una ciencia teórica superior, al servicio de unas obras perfectas, la realidad financiera acababa siempre por imponerse. De una frustración a otra, es natural que el carácter irascible, aunque genial, deTurriano se convirtiese en exasperación y constantes polémicas. La d e f e n s a del I m p e r i o Como Ingeniero Mayor del reino de Portugal, su área de jurisdicción se extendía también a las múltiples zonas del mundo dominadas por los portugueses, con la excepción del «Estado de la India», del cabo de Buena Esperanza a M a c a o , Nagasaki en japón y las islas Molucas en la actual Indonesia, en donde existía desde 1583 otro Ingeniero Mayor, el también milanés Giovanni Battista Cairati, o joao Baptista Cairato, ingeniero de la ciudad de Milán desde 1561, llamado a Madrid en 1578 por Felipe II. LeonardoTurriano desempeñará esa función en los territorios de África y Brasil. De este modo, le vemos proyectar en 1607 la nueva fortaleza de Árguim (Mauritania), al sur de Marruecos, en una zona desierta de una costa poco frecuentada por el eventual comercio tuareg, pero de gran importancia estratégica como apoyo a los navios. En 1592 el «castillo» (que databa de 1514) fue entregado al conde de Átouguia con un territorio que se extendía hasta el río Senegal, pero en un estado semi-ruinoso, con la obligación de mantenerlo y restaurarlo. De hecho, en una carta del virrey al rey, del 7 de abril de 1607, el primero anuncia: «Junto con ésta, se adjunta un plano del Castillo de Árguim, realizado por Leonardo Turriano, y una Relación suya... tal como lo requiriera el Conde de Átouguia» -que, recordemos, había colaborado con él en los planos para su villa de Peniche dos años antes. Y en una recapitulación de noviembre de 1609 y la donación al nuevo conde, con fecha 9 de junio de 1630, se hace referencia a su encargo de mantenerlo en estado de defensa, «de acuerdo con los planos de LeonardoTurriano y su informe»"". Se trataba de una pequeña batería semicircular sobre un banco rocoso a la orilla del mar, con dos medios baluartes por el lado de tierra (hoy en día, un montículo de ruinas en el Parque Nacional de Árguim, en Mauritania)-

Théodore MONOD, L'Ile d'Arguii) (Mauritanie). Essai historique. Lisboa, 1983, pp. 29-30 e 151

pero que más tarde, en 1633, sería capturada por los holandeses. Es posible que en 1617 haya tomado parte en una junta sobre la fortificación de Luanda (Ángola), junto con el supervisor de las obras, Gongalo Pires de Carvalho, y los arquitectos Luís de Frias, Pedro Nunes Tinoco y Mateus do Couto"'. Sin embargo, no sabemos nada sobre su continuación: las primeras fortalezas abaluartadas de Luanda datan de 1685 y su autor fue el ingeniero francés Pedro de Sainte-Colombe. 152

BNAjuda,5l-IX-20,fF.2l4yss. Debo esta información aia cortesía de Miguel Soronnenho, del Instituto Portuguese Patrimònio Arquitectónico (Ministério da Cultura). FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO


Leonardo Turriano en Portugal

Turriano evitó participar en la importante expedición de don Fadrique de Toledo (1625) contra los holandeses que ocuparon la ciudad de Salvador en Bahía, capital de Brasil, que culminó con su triunfo. Por carta del 23 de septiembre de 1624, aducía achaques y enfermedades varias: de hace quince años a esta parte es muy enfermo de gota, por la cual no es libre de su persona antes muy impedido a pie y a cavallo, y que en lugares húmedos está de continuo muy malo, além do que padece de una enfermedad ipocondriaca... y tiene más que yendo al viento le dá convulsion de ventosidades en la caveza, con acidentes de apopleIHCM, Colecdón Aparid, tomo VII, f. 362,

gia, y vive con fuentes y fístula penosamente, con edad de 63 años"». No obstante, llevó a cabo una serie de proyectos de defensa para Salvador y Recife, en el noreste de Brasil, en 1604-5, que conocemos en parte a través de un dibujo incluido en el Livro de Razao do Estado do Brasil de Diogo Campos

Rezoo do Estado do Brasil

Moreno (c. 1616)"'. Así mismo, su trazado de un largo foso para aislar a modo de

(el616). Ed.facs., Lisboa, Sá da

ciudadela el extremo sur de la ciudad, que por razones de la topografía local era

do Salvador».

impracticable, demuestra que no estuvo en el lugar y que se dejó llevar por la

Costa, 1999: «Franta da Çidade

imaginación. Finalmente, la fortificación fue llevada a efecto por Spannocchi. A b a s t e c i m i e n t o de agua a Lisboa Encontramos el mismo espíritu de rivalidad en los trabajos que realizó sobre la conducción de agua potable a Lisboa desde sus alrededores, con lo que se pretendió resolver el problema crónico de abastecimiento de agua a la capital. Después de estudios que debemos imaginar detenidos y concienzudos, se escogió el nacimiento de «Água Livre» en Belas, a 14 kilómetros de la ciudad, como fuente principal desde donde llevar el caudal de agua; este emplazamiento ya había sido citado por Francisco de Holanda como la mejor opción y la misma que, según sus investigaciones personales, eligieron los romanos por medio de un acueducto desaparecido, del cual la arqueología actual ha hallado vestigios. Los días 2 y 3 de septiembre de 1618, una junta puesta en marcha un año antes, compuesta por arquitectos, observadores y medidores, realizó las mediciones. Entre sus componentes, podemos citar al cosmógrafo mayor y cronista joáo Baptista Lavanha, el ingeniero mayor LeonardoTurriano, los arquitectos reales Pedro Nunes Tinoco, Teodósio y Luís de Frías, el ingeniero André Moreri (probablemente, un perito italiano), además de los medidores de la ciudad, un constructor en piedra y un carpintero. El resultado figura en un volumen de más de cien páginas, redactado y diseñado por Pedro Nunes Tinoco: el Roteiro da Água Livre e Água de Montemor e mais fontes junto a ellas (Biblioteca Nacional de Lisboa, Reservados Cod. " Irisalva MoiTA (Din), D.Joào Veo abastecimento de água a Lisboa. Lisboa, Cámara Municipal de Lisboa, 1990, pp. 15-22.

427), que incluye también otras «diligencias» efectuadas el 25 de septiembre de ese mismo año. Los trabajos que llevó a cabo este equipo de profesionales aparecen descritos con todo detalle en ese manuscrito™. 153

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En su visita a Portugal (1619), Felipe III solicitó pasar por la fuente de Água Livre, pero en su entrada habían sido gastados los 600.000 cruzados del impuesto destinado a la construcción del acueducto. En 1620, la Cámara insiste todavía en la aprobación real del trazado, pero deja de hacerlo después de que Felipe IV, arrinconada la tarea, desvía el dinero hacia otros objetivos de la corona española. Solamente sería construido en 1732 por D. Joao V, con los arcos de Alcántara, que constituyen una de las «maravillas» de Lisboa, de obligada visita para los turistas ingleses del siglo xix. En un momento de desánimo que sigue a la visita de Felipe III es cuando LeonardoTurriano lanza su golpe de efecto. Con la afirmación de «haber descubierto cerca de Syntra» fuentes mejores, el Ingeniero Mayor acude a Madrid «solapadamente, a costa de otros elementos del equipo....» a presentar un proyecto propio, al que el soberano español presta, o finge prestar por conveniencia, todo su apoyo, a pesar de haber sido avisado por la Cámara, en su momento, que había desenmascarado la conducta incorrecta de este arquitecto - ordenándole que lo reciba y analice los planos que había presentado, de manera abusiva, como exclusivamente suyos". Muy en su papel propone cuatro nuevos caminos alternativos, de los cuales el más interesante es el último, que seguiría el recorrido del antiguo acueducto romano (una idea que debió haber recogido de Holanda) y que sería más alto, irguiéndose en Benfica sobre arcos de treinta palmos hasta finalizar junto a la iglesia matriz de los jesuítas. Desconocemos cómo acabó la historia, pero con certeza el Ingeniero Mayor sufrió una derrota más para su moral.

" Ibidem, p. 22 y docs. XCVlll a C. La carta deTurriano está firmada de Madrid, el 24 de septiembre de 1620: en agosto de ese año, presentó al rey una solicitud «en consideración de sus servicios», de un sueldo para sus dos hijos, uno de 20 y otro de 17 años (IHCM, Colección Aparíd, tomo vil, Í360)

Proyectos industriales Entre la diversidad de intereses de LeonardoTurriano debemos incluir también, y en un lugar muy relevante, la industria. Sostenía la visión económica de la Praga de los Habsburgo, asociada a su actividad en la industriosa Milán, que se encontraba en conflicto manifiesto con la timorata tradición artesanal que todavía prevalecía en Portugal. Turriano soñó inaugurar una nueva tradición, compuesta de ingenio e industria. Desaparecido el «cinturón industrial» de Val do Zebro en la margen sur, donde entre aproximadamente 1450 y 1530 se cocía el bizcocho -un pan circular y seco que era la base de la alimentación de los navegantes de las flotas del descubrimiento oceánico-y en cuyos altos hornos se fabricaban en serie piezas de cerámica -moldes para panes de azúcar, bases de bizcocho, platos, copas, etc., destinados a la armada- donde Andrea Sansovino pensó abrir una industria de porcelanas vidriadas a modo de Della Robbia, el principal centro obrero en los alrededores de Lisboa era Barcarena, entre Sintra y Oeiras, un extenso y profundo valle con un río cuya agua movía, desde los tiempos de D. Joao II, la maquinaria de las Ferrarías de el-Reí (Herrerías del Rey), con producción de pólvora, fundición de hierro y fabricación y pulimentado de espadas, armaduras y cañones. El retraso tecnológico del país era evidente -todo debía ser importado- y el 154

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

Rueda hidráulica para la fábrica de pólvora de Barcarena, Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 84

campo de iniciativas, inmenso, pero con predominio agrícola. La falta de mentalidad empresarial y las responsabilidades derivadas de la expansión del imperio constituían un obstáculo infranqueable que se oponía a cualquier intento de innovación tecnológica. Uno de los aspectos más simpáticos en la carrera del primer Ingeniero Mayor de Portugal es que intentó modificar este panorama con iniciativas concretas. La principal de ellas, y la única que conocemos con cierto detalle, tuvo como objetivo precisamente Barcarena. Incluso, fue él quien llamó la atención del rey Felipe III sobre esa instalación fabril. Recibió el encargo real de modernizarla. Los planos y propuestas debieron haber salido para Madrid en octubre de 1517. La remodelación de la Casa de la Pólvora fue aprobada de inmediato, construyéndose los cuatro nuevos ingenios previstos; la ampliación de las Herrerías, excesivamente costosa, se sustituyó por su restauración; y la nueva Cordelería no se llevó a cabo. En junio de 1619, cuando llegaba a Lisboa, antes de entrar en la ciudad, Felipe III visitó, acompañado por nuestro protagonista, «los ingenios de armas y pólvora de Barquerena (Lavanha)»^^ Sus propuestas figuran en el libro que escribió en 1521 -2 -los Dos Discursos de Leonardo Turriano... que analizaremos más adelante-en los que ocupan dos páginas de texto y siete dibujos a página entera, en forma de anexo. De ellos se desprende que sostuvo la opción de conservar las edificaciones manuelinas 155

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ya existentes (de las que nos proporciona un análisis más que un proyecto) y reformar la maquinaria, con la instalación de un pisón adicional para taladrar y esmeri lar-básico para aumentar la producción de clavos, que eran de vital importancia para la construcción naval de las «naves de la India», y que se importaban por toneladas desde Vizcaya, así como de armamento defensivo y armas de fuego: mosquetes y arcabuces- movido por una rueda hidráulica montada sobre un eje vertical en un plano elevado, por encima del nivel del pavimento; un banco de taladro con dos versiones (de las que la técnicamente más avanzada es un mecanismo de tres brocas dispuestas verticalmente, a las que se transmite el movimiento mediante ruedas dentadas, con el fin de obtener mayor velocidad); y un potente dispositivo de «galgas» o ruedas, capaces de moler grandes cantidades de pólvora, que era la mayor necesidad de las armadas de guerra y de las fortalezas coloniales, cuya rotación se transmitía por un sistema de engranajes subterráneos, asentados sobre grandes platos de bronce macizo para evitar la posibilidad de que se produjeran chispas. El dispositivo para amolar clavos parece haber sido construido de inmediato, en 1618. El sistema para la pólvora tardó algo más, debido a su complejidad y a que presentaba deficiencias por la fragilidad de las vigas de madera: en enero de 1623, LeonardoTurriano se trasladó a Barcarena con el objetivo de analizarlas en presencia del maestro polvoVITTORIO ZoNca, Novo teatro di machine et edifica, Padua, Pietro Bertelli, 1607 NVOVO

rista y proponer soluciones para las quejas que planteara éste. En cuanto a las herrerías, trabajaban ya a pleno rendimiento a comienzos de 1630. Todo este complejo industrial se mantuvo en funcionamiento, sin THEATRO

modificaciones significativas, hasta el final del siglo xviii". El principio de la utilización de las ruedas en la molienda de salitre no es original: existe, incluso, una ana-

" A . QUINTEU\yJoào Luís CARDOSO.A Fábrica da Pólvora de Barcarena e os seus sistemas hidráulicos. Oeiras, 1998.

logía evidente en la misma forma de representar el dibujo, con la propuesta del ilustre ingeniero italiano Vittorio Zonca (1568-1602), «Architetto Onorario della Città di Padova», en su tratado pòstumo de mecánica e hidráulic a , Novo

Teatro

di macchine

et edifìcii

( P a d u a , 1607) - e n

el que con «edificii» Zonca (o su editor, Pietro Bertelli) quiere decir siempre máquinas- que aparece, de este modo, como una de las fuentes esenciales deTurriano. De las treinta y nueve máquinas que el ingeniero paduano ilustra y describe, muchas fueron utilizadas como copias casi literales. Las diferencias se detectan en los detalles, tales como las dimensiones de las ruedas dentadas, o el uso de platos de bronce, en lugar de las bases de albañilería en la carpintería de Zonca, con el fin de evitar los efectos de la fricción de la piedra o del hierro. Por esta razón, resultan sorprendentes las lamentaciones y quejas a las que se entrega Turriano por no 156

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

Rueda liidráulica para la fábrica de pólvora de Barcarena, Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo ei segundo sobre limpiar ia barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, t. 84

haber sido d e b i d a m e n t e a p r e c i a d o . Según refleja en sus Discursos,

el pisón y

los fuelles q u e instaló en la herrería «ahorran treinta ducados cada día. Pero su uso no fue acertado y las personas que los tienen a su cargo han e c h a d o todo a perder por extraer agua para sus molinos». En cuanto a la máquina para pulir arcaD. DIogo da Silva y Mendonga, hijo del príncipe de Éboli, Rui Gomes da Silva, fue nombrado virrey de Portugal y I (y único) marqués de Alenquer por Felipe III en 1616, entrando al país con luna pompa extravagante en 1617. Protegido del valido duque de Uceda, gobernó el país entre protestas generales por la mala administración financiera y su carácter arrogante. A la muerte del rey Felipe III y el acceso al poder del conde-duque de Olivares, fue destituido como virrey el 8 de agosto de 1621, y abandonó el país entre insultos y acusaciones de corrupción en I marzo de 1622. Murió en Madrid. a.VERÍssiMO SERRÀO, História de Portugal, IV, Governo dos Reis Espanhóis ( 1580-1640). Lisboa, 1979, pp, 84-6 y 91-5).

buces y mosquetes, «no tuvo efecto, porque con el cambio de gobernadores, cambian los gobiernos; y los que sucedieron al marqués de Alenquer no siguieron sus buenos pensamientos...». El marqués de Alenquer, aunque portugués castellanizado, fue un personaje odiado en Portugal'". Esa era la persona e l o g i a d a por L e o n a r d o T u r r i a n o , q u e c o n sus lamentos expresaba, sin duda, más la pena por la pérdida de su protector y amigo - y una clara actitud de adhesión a la política castellanista- que la realidad de los hechos desde el punto d e vista portugués. Por lo tanto, una constante de las posiciones que le son c o n o c i d a s es su completa - y casi acritica- filiación ideológica al centralismo de Castilla y su antipatía por los más mínimos aspectos de la causa n a c i o n a l lusa, e x c e p c i ó n hecha de su culto por la poesía de C a m ó e s (quizás, incluso, no c o m p l e t a m e n t e desinteresado). Su f i d e l i d a d estaba d e d i c a d a por c o m p l e t o a su rey, del q u e recibía constantes manifestaciones de aprecio y un s u c u l e n t o salario. La propia Italia no le p r o v o c a b a más q u e un distante sentimiento de nostalgia, de amor por su literatura y su cultura, pero totalmente inmune a cualquier idea de patriotismo. 157

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Ingenio para pulir arcabuces y mosquetes y hacer clavos para las naves de la India. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f 87

Ingenio para la fábrica de cordelería. Dos discursos de Leonardo Turriano ei primero sobre ei fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en ia boca dei Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 88

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L e o n a r d o Turriano e n Portugal

Ingenio para la fábrica de cordelería. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f 89

La más interesante de sus preocupaciones por el fomento industrial fue, sin ninguna duda, el proyecto de una fábrica de aparejos para barcos, que comenzó a desarrollar todavía en Barcarena-con la idea, por cierto, de transformar el lugar en un gran polo fabril- pero cambió la localización, para crear la Cordelería de Belém. A ella se refieren los dos dibujos finales de sus Dos Discursos, así como la ijitima frase del texto. Los planes preveían fabricar en el reino los aparejos que se adquirían en el extranjero, piezas fundamentales de la construcción naval y para el equipamiento de las grandes naves y galeones de la India. El proyecto debe de haber sido concebido en torno a 1621 o 1622, cuando finalizó su libro (y no en 1617, cuando recibió la encomienda real para la Herrería y la Casa de la Pólvora de Barcarena -sugeridas por él mismo- tal como suponen J. L. Gomes y J. L. Cardoso). El primero de los dibujos muestra una rueda hidráulica que hace mover, a través de un sistema de transmisión de dos ruedas dentadas, una biela conectada a cuatro ganchos, en donde otros tantos operarios trabajan enrollando las cuerdas. En el segundo son siete los cordeleros que se ocupan, a distintas velocidades obtenidas por medio de un mecanismo insertado en la pared, de la ejecución de las cuerdas, de diferente grosor y compresión, con uno o dos trípodes de sustentación. Con un toque final de optimismo y vanidad, Turriano dice que los gobernadores que en agosto de 1621 sucederían al marqués de Alenquer como virrey-Nuno Alvares de Portugal, el obispo de Coimbra, Martim Afonso de Mexia, y Diogo de Castro, conde de Basto, que gobernaron hasta 1630- prescindirán de sus servicios, «excepto para fabricar los aparejos en este Reino y no comprarlos podridos en Alemania»; y, de hecho, sabemos que a hacia 1620 la cordelería de Belém fue sometida a importantes obras de remodelación que, seguramente, aprovecharon sus planos. Él mismo afirma, lamentándose, en la ijltima frase del libro «...pero 159

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no ejecutaron las máquinas, que continúan funcionando con la misma agua que la pólvora y los clavos».

De manera indudable, dado su espíritu e iniciativa ...se ofreció LeonardoTorreano, ingeniero mayor de estos Reinos, a preparar los planos de un ingenio en el que se fabricase toda la pólvora necesaria, con menos gastos y gran utilidad para la hacienda real, la cual envía a Su Majestad con este primer correo

escribía el Consejo de Hacienda el día 21 de octubre de 1617; dados también su entusiasmo, dedicación y grandes conocimientos teóricos y técnicos, Leonardo Turriano merece ocupar un lugar importante en la historia de la industria de Portugal de comienzos del siglo xvii. La biblioteca El Ingeniero Mayor debe de haber poseído una buena colección de libros, traídos del extranjero o adquiridos en Portugal. Serían tratados técnicos de ingeniería, arquitectura militar, mecánica o hidráulica, publicaciones teóricas sobre física, astronomía, ciencias naturales y matemáticas, libros de literatura, poesía o romances, en latín y castellano. Libros modernos o antiguos, que a falta de un descubrimiento inesperado o el hallazgo casual de algún ejemplar que permita ir esclareciendo poco a poco la extensión y el contenido de su biblioteca, debemos contentarnos con imaginar. En su casa no podría faltar un ejemplar del De Re Aedificatoria de Leon Battista Alberti -quizás, en la edición ilustrada deVenecia de 1565, publicada bajo el título de L'Architettura que le fuera dado por su traductor al italiano, el florentino Cosimo Bartoli- o de los dos Cataneo, Girolamo (Dell'Arte Militare libri cinque, Brescia, 1584 y 1608) y Pietro (L'Architettura, Venecia, 1567)"; o del célebre V i g n o l a : la Regola delle Cinque

Ordini

d'Architettura

( R o m a , 1562), probable-

mente en su buena traducción española de 1593. Resulta difícil imaginarlo sin tener a mano una de las innumerables ediciones de Sebastiano Serlio, así como

John BURY y Paul BREMAN, Writings on Architecture Civil an Military c 1460 to 1640. A cheklist of printed editions. Goy-Houten, Hes & D e Graaf Publishers, 2000.

algunos de los múltiples tratados de arquitectura militar, impresos en Italia durante la segunda mitad de siglo xvi (solamente en Venecia, más de 250). Eso por no hablar de obras sobre ciencias naturales, astronomía, física o matemáticas, en italiano y alemán, que seguramente leía; además de libros de poesía y ficción, de Dante y Petrarca a Francesco Colonna o a Torquato Tasso. De hecho, es tarea imposible reconstruir la biblioteca del Ingeniero Mayor, ni siquiera a modo de «retrato-robot», dada la enormidad de su cultura enciclopédica y las posibilidades de que dispuso para su adquisición en el curso de sus constantes viajes desde la juventud. ¿Leería francés y tendría acceso a autores franceses? Y en español, ¿qué libros pudo haber comprado durante sus numerosas - más de diez - estancias de varios meses en Madrid? Son preguntas que 160

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Leonardo Turriano en Portugal

nunca tendrán respuesta. Podemos tener la seguridad de que poseyó un libro, que manejó con familiaridad: la Historia Naturalis del latino Plinio el Viejo (en algunas de sus múltiples traducciones al italiano), dadas la frecuencia y precisión con que alude a él. En su primer escrito, la Descrittione

et historia de l'isole Canarie,

d e 1595 (con-

cluido sólo en 1598 en Madrid), cita a Alberto Magno, Anaxágoras, Anio de Viterbo, Apiano, Ariosto (9 veces, contra 6 de) Aristóteles, Avicena, Daniele Barbaro, joào de Barros, Beda, Beroso, San Buenaventura, Cadamosto, Cardano, Bartolomé de las Casas, Buridán, Castiglione, Cicerón, Claudiano, Carolus Clusius, el músico Fabricio Dentici, Diodoro Siculo, Dionisio de Halicarnaso, Eratóstenes, Estrabón, Marsilio Ficino, Gemma Frisio, Gerardo de Cremona, Hesfodo, Higino, Hipócrates, Homero (nueve citas), Horacio, San Isidoro, Flavio Josefo, León Africano, Tito Livio, Ramón Lull, Moisés, Sebastian Münster, Paulo Orosio, Ovidio, Petrarca, Pigafetta, Pindaro, Platón, Plinio (el más citado: cuarenta referencias, frente a sólo ocho del anterior y cinco del siguiente). Plutarco, Pomponio Mela, Ptolomeo (diecisiete citas). Sacrobosco, Jacopo Sannazaro, Séneca, Cayo Julio Solino, Tácito, Torquato Tasso (¡dieciséis citas!), Teofrasto, Cneo Pompeyo Trogo, Tucid¡des,Varrón, Virgilio y Vitrubio. Es de destacar que, siempre que hace referencia a Ariosto, Horacio, Ovidio y Tasso (dos antiguos y dos modernos) lo hace incluyendo versos o citas del original. En su o b r a Discurso

sobre

el Fuerte

de Cabega

Ceca,

d e 1602, cita a A l b e r t o

Durerò, Aristóteles, Arquimedes, Boecio, Claudio, Cristóbal Clavio, Dante, Dionisio Areopagita, Euclides, Juan Magno, Josefo, Marco Antonio Sabélico, Mercurio Tri megisto, Moisés, Nicomedes, Ovidio, Pausanias, Pergeu, Pitágoras, Platón, a los platónicos, a Plinio, Sacrobosco, Suetonio, San Agustin, San Isidro, Suetonio y Vitruvio. En la obra siguiente, el Discurso

sobre limpiar la barra del Tajo (1617-

21), más experimental que basado en autoridades, cita en seis ocasiones a Papo Alexandrino; tres al moderno Guidobaldo del Monte y al antiguo Arquimedes; dos a Vitrubio y Euclides; y sólo en una ocasión a Julio César, Polibio, Tácito y a «los Matemáticos Griegos y Latinos». Habria que verificar el contexto de cada una de estas citas, encontrar los autores ocultos que utiliza sin nombrar, ver qué ediciones utilizó (por ejemplo, en el caso de Juan Magno remite a su traducción), es decir, todo un trabajo de crítica bibliográfica que todavía está por realizar. Tenemos la certeza de que estuvo en posesión de un libro, el más lógico de todos: De Architectura de Vitrubio, porque en la Biblioteca General de la Universidad de Coimbra hemos encontrado un ejemplar de la edición canónica de Daniele Barbaro (Venecia, 1567) con el ex-líbris «De LeonardoTurriano» que confirma su propiedad. Como éste, creemos que quedan por encontrar todavía muchos otros libros suyos en nuestras bibliotecas. La librería personal del Ingeniero Mayor pasó a su hijo, el fraile y arquitecto Sao Joao Turriano, quien a su muerte (1679) la legó al Colegio de Sáo Bento 161

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de la Universidad de Coimbra, de donde saldría en el siglo xix hacia la Biblioteca Cenerai. Recientemente, se ha identificado en ella una parte de la colección'", en la que figuran tres obras, encuadernadas juntas en fecha posterior, con la firma autógrafa Leonardi Turriani antecediendo a la de su hijo, provenientes, por lo tanto, de la biblioteca de LeonardoTurriano.

Susana MATOS ABREU, «Livros e saber pràtico de um arquitecto do século XVII: a biblioteca de Fnjoào Turriano e o mosteiro novo de Santa Clara em Coimbra». Patrimònio. Revista de la Facultad

Son el tipo de libros que cabría encontrar en sus manos, sobre todo hacia el final de su vida: tratados de arquitectura militar y de astronomía, seguramente

de Letras de la Universidad de Porto, n ° II, 2003, pp. 802-22.

adquiridos ya en Portugal (no contienen indicación alguna del lugar de compra). El primero es el interesantísimo Due dialoghi di M. lacorno Lanteri da Paratico, bresciano, nei quali s'introduce

Messer Girolamo

Catanio Novarese,

& messer

Francesco Trevisi ingegnerò Veronese, con un Giovene Bresciano, à ragionare del modo di disegnare le piante delle fortezze secondo Euclide; e del modo di comporre I modelli, & torre in disegno le piante delle Città (Venecia, 1557; pero reeditado en 1559 y, posteriormente, en Roma en 1583) cuyo autor es el ingeniero militar Ciacomo Lanteri. En los márgenes del texto incluye algunas notas garabateadas en italiano, lo que demuestra que fue una obra extensamente utilizada por Leonardo: se trata de dos diálogos con Girolamo Cataneo sobre la mejor forma de diseñar fortalezas y ciudades de acuerdo con métodos matemáticos. Del mismo autor, tuvo los Due libri del modo di fare le fortificationi di terra (Venecia, 1559), que no han sido encontrados. Otra de las obras son De magnitudinibus et distantiis solis et lunae del gran astrónomo griego Aristarco, uno de los exponen-

ARISTARCHI

tes de la Escuela de Alejandría, publicado por Federico Com-

DE M A G N I T V D I N I B V S , ET DISTANTirS SOLIS, KT LVNAE, LIBER CVM. PAPPI ALEXANDRltft cxplicationilius quìbttjìiam.

mandino (Pésaro, 1572): detrás de la firma que acredita su posesión, en latín «Leonardi Turriani», aparece escrita con otra letra la acotación ay de su hijo Fr. Joao Turriano». En este libro. Aris-

A' F E D E R I C O COMMANDING Vrbinatc in latinum conucrfus, ac commciitarijs illuñratus.

tarco de Samos (310-230 a. C.) -el primer científico que propu-

Cut» 'Priui/e^h Pont. Max. In annes X.

so la teoría heliocéntrica de Copérnico, y antecesor de Arquímedes- aborda cuestiones astronómicas relacionadas con las J

dimensiones y distancias relativas entre la tierra, la luna y el sol, formulando dieciocho proposiciones que él mismo tendría que corregir más adelante: por ejemplo, que el diámetro del sol

PISAVRh ApudCaml//umFrtTícl/cíjwf/itt. (¿WD L X X 1 I. rff I w » , * JIM«««.

es dieciocho veces mayor que el de la luna que, en obras posteriores, aumenta hasta veinte. El otro de sus libros, el Discorso delle Comete, de Mario Cuiducci (Florencia, 1519) es un testimonio de su profundo interés por las teorías astronómicas de

Portada del D e

magnitudinibus

su época y de la adquisición de libros italianos en Lisboa, pocos

et

distantiis solis (1572) de Aristarco, con los

nombres de Leonardo y su hijo Fray Joao

años antes de su muerte. Los restantes libros, encontrados un poco por casualidad en las estanterías de la Biblioteca Juanina de Coimbra y cuyo dueño es Fray Joao Turriano, no deben

Turriano, que indican su

haber pertenecido al padre, puesto que no sólo son ediciones posteriores a su falle-

de Coimbra

cimiento, sino que no muestran ninguna señal que indique que fueran suyos. Son

propiedad. Universidad

162

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

muchos, pero dos de ellos presentan el interés inesperado de que el Ingeniero Mayor no los tuvo en su poder: se trata de L'Architettura de Andrea Palladio (en la edición veneciana de 1642); y el Tercero y Quarto Libro de Architectura de Sebastiano Serlio, en la traducción de Villalpando, publicada en Toledo en 1573 - l o q u e no excluye que tuviese cualquiera de las múltiples y corrientes ediciones serlianas, tales como la de los Libros i-vii Tutte le opere... (Venecia, 1584, reimpr. 1600 y 1618) o su versión latina De Architectura Libri Quinqué (Venecia, 1566 y 1572). Gomes y Cardoso llevaron a cabo un valioso descubrimiento, como es el hecho de que algunos de los diseños de máquinas y dispositivos de molienda para Barcarena, realizados por el Ingeniero Mayor en su último trabajo, en 1621, derivan literalmente del tratado postumo de mecánica hidráulica del ingeniero Vittorio Z o n c a (1568-1602), Novo Teatro de Machine

et Edificii per varie et sicure

operatione (Padua, 1607, con una reedición de 1656 de la que existe un ejemplar en la Biblioteca Nacional de Lisboa). Las diferencias «son apenas en cuestión de detalles, dictadas por la necesidad de adaptar el principio mecánico a las condi" J. L. GOMES e J. L. CARDOSO, op.

dt,,p.4l e ilustraciones de 12 a 14,

ciones pretendidas.»"Turriano tuvo, por lo tanto, en sus manos el popular tratado de Zonca, lo estudió con atención, apreció la perfección de los métodos de funcionamiento de los ingenios, y copió sus bellos grabados lo que podemos con-

I " Piero GlANGASPRO,í.'Arch/tetturo delle Macchine. Il Rinascimento. Milán, Mazzotta, 1982,

firmar plenamente comparándolos con los de la primera edición'». El técnico y tratadista paduano, fallecido prematuramente tal vez en un desastre, retoma la tradición de Agostino Ramelli, ingeniero del rey de Francia {Le diverse et artificiose machine, fóris, 1588) en el sentido de un mayor pragmatismo. De su Novo Teatro están totalmente excluidas fortificaciones, armas o aparatos bélicos, reflejando los problemas cotidianos de mecánica e hidráulica, con referencias ocasionales muy concretas a lugares y circunstancias. En lugar de elucubraciones intelectuales, se atiene a lo que existe realmente tales como máquinas útiles y operativas, bombas e instalaciones hidráulicas, estableciendo una correlación entre sus intereses técnico-científicos y la realidad productiva de la región: una visión de futuro y una analogía de métodos que explican la semejanza entre sus grabados y los de la Encyclopédie de Diderot. Es original, por ejemplo, la recomendación del uso del bronce como metal anti-fricción, que será seguida por Turriano, en oposición a los grabados del propio Zonca, que prefiere la piedra. Extraña la ausencia de tratados de arquitectura militar: sin embargo, en su manuscrito sobre las Islas Canarias, da a conocer su opinión sobre una fortificación de Las Palmas «insieme con il Tetto», que puede ser una alusión (cap. 45) a los muy conocidos Discorsi delle fortificationi de Cario Tetti oTheti (Venecia, 1575 y 1588; Roma, 1585 y 1589; y Vicenza, 1617). Otros libros que tuvo con seguridad, puesto que los cita en distintas ocasiones mencionando la página exacta, fueron el Ars Magna (1545) del célebre profesor de mecánica, astrólogo, inventor y médico Girolamo Cardano (1501-1576) -tales como las «Questiones Mechanicae» en el 5° Libro de las D e proportionibus Aristotiles, sobre el movimiento de círculos de diferente diámetro sobre un 163

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mismo eje - y el reciente de Guidobaldo del Monte (1545-1607), protector de Galileo, cuyos Mechanicorum Libri (Pesaro, 1577) le sirvieron para complementar el viejo Papo de Alejandría con la fuerza de una «auctoritas». Manejó también con frecuencia tratados de balística-seguramente, la Scientia Nova (Venecia, 1537) de Nicolás Tartaglia, al que no menciona, pero cuyas coincidencias son evidentes- y de artillería: probablemente, la obra Pirotechnia (1540, pero con dos ediciones latinas, tres francesas y cuatro italianas) de Vanoccio Biringuccio".

® Paolo Rossi, La Nascita della

Sería especialmente interesante estudiar su familiaridad con Guidobaldo del

Scienza Moderna in Europa. RomaBari, Laterza, 1999,

Monte, cuya obra Perspectiva libri sex (Pésaro, 1600) contiene un apéndice «De Scenis» con invenciones sobre la práctica de escenarios con perspectivas virtuales «de toute première importance pour l'histoire des idées»"^", que abriría un nuevo campo teórico a las actividades de LeonardoTurriano: el de las escenografías teatrales y decoraciones para fiestas y espectáculos públicos, que jugaron un papel

Françoise SIGURET, L'oeil surpris. Perception et représentation dans la I e moitié du XVIIe siècle. Pans, 1993,

fundamental en la Entrada de Felipe III. Sin embargo, sólo una investigación profunda en las bibliotecas portuguesas -o lo que se encuentre en su posible inventario- permitirá valorar en su totalidad el perfil cultural de lector insaciable de nuestro Ingeniero Mayor.

Los escritos La faceta más importante de la obra de LeonardoTurriano es, sin ninguna duda, la que está formada por sus numerosos informes, memorias y tratados manuscritos, por no mencionar su producción poética, que parece haber tenido un cierto peso propio."' De esos tratados, algunos se han perdido o todavía no han sido hallados: uno sobre cifras, que concluirá en 1598 en Lisboa; una «opinión» sobre el puente del río Mondego en Coimbra, cuya sedimentación estaba siendo deba-

" Giacinto MANUPPELLA, Camoniana italica. Subsidios bibliográficos. Coimbra, 1972.

tida desde años atrás, y en la que analiza la posibilidad de «separar los arenales»"^; unas pinturas alegóricas en el Torreón del Palacio de la Ribera, sobre lo que hablaremos más adelante; «otro tratado» más técnico sobre un invento suyo -una

" Dos Discursos de Leonardo Turriano...

( B N R vide infra),f. 141.

«campana» metálica con espacio para cuatro o seis operarios, que desciende desde un barco mediante cuerdas hasta el fondo del mar- en el que analiza extensamente el «modo o industria como los hombres puedan bajar abajo i caminar sobre el arena, i estar debajo del agua buen rato i espacio de oras resollando (respirando), hablando, comiendo i trabajando: cosa curiosa, ingeniosa i de grandísimo provecho»"'; u otro más, de vulcanologia -una ciencia tan original y pionera como la oceanografía, que desarrollará durante sus trabajos sobre la barra del Tajo- al que se refiere en su obra sobre las Canarias"". a la imprenta, además de su traducción manuscrita al portugués. La firma autógrafa deTurriano -quizás una copia del original que entregó al rey- de su Descritdel Regno

de l'Isole

Canarie,

già dette le Fortunate,

con il

parere

della loro fortificationi, iniciado antes de 1590 en Las Palmas y terminado en 1595 en Madrid"', formó parte de la biblioteca particular de Fray Joáo Turriano, que lo 164

diseños de la «campana, ..»de

bronce),

'"'«.. .trattato deVolcani che noi

Esta última es la que ha alcanzado mayor difusión hasta nuestros días gracias

tione & Historia

''DosD)scureos,..f 141 (con dos

concedente Iddio daremo in luce» (Descritobne et historia del regno de l'isole Canarie, cap. 69 - o mayoí dedicado a la erupción de Palma en 1585). Este tratado no se conoce.

" J , M.AZEVEDO E SILVA,op.at, p.XXVII. FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO


L e o n a r d o Turriano en Portugal

LEONARDOTURRIANO,

Ceremonia de duelo entre aborígenes, Descrittione e Historia del regno de l'isole Canarie... Di Leonardo Torriani, cremonese, Universidad de Coimbra, M s . 3 1 4 , f 37v

>

heredó de su padre, de donde pasó en 1679 a la del Colegio de San Bento en Coimbra, y de ahí, en el siglo xix, a la Biblioteca General de la Universidad de esa ciudad, en la que se encuentra en la actualidad (Reservados, 314). En 1795, el fraile benedictino Francisco de Santo Tomás, lo encontró, lo copió y tradujo al portugués en 1799, con la intención de publicarlo (Biblioteca Nacional de Lisboa, Reservados, 892); sin embargo, frustrado el intento con la muerte del Superior del convento, que había sugerido dicha publicación, pretendió hacerlo a través de la Academia Real de Ciencias, de la que era miembro, y que tampoco llegó a buen término. El manuscrito se halla o inacabado o se truncó ya que termina súbitamente en la mitad de una frase en la descripción «Della costa di Barbaria» del apéndice, al final de 71 largos capítulos, lo que puede llevar a pensar que, por algún motivo, no llegó a entregarlo al rey, con lo que este manuscrito sería el propio original de " Ibidem, p. 241, nota 248. El autor señala que el proemio se dirige al rey Felipe II, pero más tarde, pasa a dirigirse a los lectores, «lo que nos lleva a pensar que este trabajo de Torriani dejó de ser un simple informe... y pasó a estar festinado a su publicación en letra de imprenta», opinión que no compartimos.

su puño y letra"". Igualmente, a lo largo del texto se observan algunas inconsistencias y diferencias de estilo, que indican varias interrupciones y sucesivos reinicios de una redacción intermitente: en 1590 escribió el capítulo 36, en 1592, el capítulo 49, en 1594, el capítulo 68. Pero toda la obra está impregnada de su muy erudita pasión por la historia, que le lleva a recoger los recuerdos y los escritos de los naturales de las Islas Canarias; la intensidad con la que intenta conciliar todos los datos de la geografía y la poesía clásicas con los «modernos» que tenía a su alcance; una extrema atención prestada a los vientos, medidas, descripciones y elementos cartográficos, siempre a la luz de su experiencia directa de las condiciones locales, medidas por él mismo con ayuda de un astrolabio y cuadrantes; la meticulosa observación y relatos de índole etnográfica, que le convierte en un precursor de la etnología en su estudio de los habitantes originales de las

165

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Canarias, y que le lleva a incluir un glosario de palabras guanches. Destaca, sin embargo, una visión algo utópica de la sociedad canaria y de los intereses de aquella época por un comunismo primitivo, del que es ejemplo el astrólogo Tommaso Campanella {La Città del Sole, 1602). También cabe reseñar su pasión por teorías singulares sobre los misterios de la naturaleza, como el de que los vientos tendrían su origen en el centro de la Tierra, dando lugar a los movimientos telúricos, o su absoluta adhesión a los secretos de la astrologia, que le hacen diseñar un mapa del archipiélago en forma de cangrejo -es decir, su signo dominante, que explica el carácter de los habitantes y del país...- y las alusiones reverenciales y un tanto esotéricas al «Principe degli Astrologi» (probablemente. Cardano). La obra tuvo una primera edición parcial, por Dominik Josef Wolfel, en 1940"', y otra, completa, traducida al español, por Alejandro Cioranescu en 1959, basa-

" LeonardoTORRIANl.Die ihre

Kanarischen Inseln und

Urbewohner, eine unbekannt Bilderhandschrift

vom

Jahre 1590,

da en fotocopias"». Más recientemente, se publicaron reediciones en 1978 y 1999;

im italienischen Urtext und in

una versión lujosa de los dibujos; y una traducción al portugués con el texto ita-

herausgegeben. Leipzig, 1940.

liano, extensamente comentada"': adicionalmente, existen diversas ediciones parciales, capítulos aislados, traducidos al francés e italiano, y abundante bibliografía.™ Podemos afirmar que el enorme éxito pòstumo que alcanzó este libro -cuya preparación menciona ya en 1594 un autor canario"- compensa en gran medida el silencio en que ha estado sumido el resto de la obra de Leonardo Turriano. Tanto para el gran público como, incluso, para los especialistas, Turriano es, básicamente, el autor del primer estudio a fondo sobre las Islas Canarias. Se han perdido los numerosos -más de una decena- informes, discursos, memorias y «papeles» que envió o entregó personalmente en Madrid al Consejo de Guerra sobre asuntos precisos, de los que sólo se conservan en Simancas un Discurso

sobre

la fortificación

de la isla de La Palma,

e l Informe

sobre

el

muelle

deutscher Uebersetzung

Leonardo TORRIANI, Descripción e Historia del Reino de las Iste Canarias, antes Afortunadas, con e! parecer de sus fortificaciones. Santa Cruz deTenerife, Goya, 1959, N u e v a edición ampliada. Cabildo deTenerife, 1999, " Fernando G, MARTÍN RODRÍGUEZ, La primera imagen de Canarias. Los dibujos de Leonardo Torriani Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias. I986;y José Manuel de AZEVEDO SILVA. Leonardo Torriani. Descrif® e Históría do Reino dasllhas

Lan-

Canarias. Lisboa, Cosmos, 1999,

zarote, y otros pequeños textos, todos ellos publicados por Cioranescu. Debían

™ Podemos citar a título *

de la isla de La Palma,

Relación

de la fortificación

de la isla de Tenerife,

Sobre

de ser del mismo género los también muy numerosos trabajos que escribió sobre las fortificaciones y la sedimentación del río Tajo, todos también desaparecidos simples comentarios de carácter técnico, pero en los que encuentra la forma de unir a un contenido práctico un estilo literario, incluso poético, característico Sus obras de mayor extensión, en las que da amplias muestras de ser un consumado escritor, tienen un espíritu diferente: la Descrittione et historia del regno de Tisole Canarie già dette le fortunate (1595), que hemos analizado brevemente con anterioridad, y que dispone de una larguísima bibliografía; la Descripción de las Plaças de Oran y Mazarquivir...

(1598), que se presenta aquí por primera

vez, bien estudiada por Alicia Camara; los Dos discursos de Leonardo Turriano el sobre

el fuerte

segundo

sobre limpiar

que da Leonardo

de San Lorenço la barra del dicho

Turriano

sobre

de Cabeça

Ceca

en la boca

rio y otras diferentes

la navegación

del Taxo el

(1622); y el

de el río Guadalete

a

Parecer

Guadalqui-

vir y a Sevilla (1624), escrito por orden del rey Felipe IV. En estos cuatro libros, 166

su obra», En La vision del

mundo

clásico en el arte español. Madrid, CSIC, 1993; y Joào ROCHA PINTO, «Reflexöes e m torno do códice de Leonardo Torriani

siempre de su literatura.

primero

ejemplo: Diego SUÁREZ QUEVEDO, «LeonardoTurrianiy

Cremonese». En Actos do I Coloquio de Históría da Madeim. Lisboa, CNCDP, 1990. " «LeonardoTurrian, ingeniero, que con sutil ingenio y mucho arte escribe la descripción destas islas...» (Fray Alonso de ESPINOSA Del origen y milagros de la santo imagen de Nuestra Señora délo Candelaria. Sevilla, 1594;

escrita en

1591). La noticia es repetida por Juan NÚÑEZDELAPENíConquista y antigüedades de lasßfci de la Gran Canaria. Madrid, FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO


L e o n a r d o Turriano en Portugal

el ingeniero se revela como un autor completo, dotado de una cultura enciclopédica y extensos recursos de redacción y expresión intelectual y gráfica. El Parecer... sobre el río Cuadalete, fechado en Madrid el 17 de julio de 1624, es el más corto de todos: redactado bajo la presión del tiempo (tenía casi 65 años y no gozaba de buena salud), narra la secuencia de un atribulado viaje a Cádiz " «.. .está de continuo muy malo ... y lo estubo en Cadiz de que son testigos todas las personas que le conocieron alia, especialmente Don Fadrique de [foledo que lo mandó curan y Don Diego Brochero,y Don Joan Fajardo» (Memorial en que manifiesta no poder ir a la expedición de el Brasil por los nales que le ciercan y que detalla, 23deNovembro 1624): IHCM, Coiecdón Aporid, tomo VII, f. 362. Vuelve a referirse al viaje en una Consulta de 13 de octubre de 1626: «por las ausencias que ha hecho de Portugal, acudiendo á Cadiz, á esta Corte, y á otras partes que se le ha mandado» (Ibidem, f 364). ' IHCM, Colección Aparíd, tomo VII,

|f. 365: cédula de 14 de septiembre de 1626.

que realizó en verano de 1624'^ Era el momento en que la nueva política centralista de Olivares parecía querer apartarlo de sus deberes propios del cargo de Ingeniero Mayor de Portugal y atraerlo a la realización de trabajos en Andalucía -otro lugar «periférico»-y Castilla, y que acabó enviándole a residir, desde 1626, permanentemente en Madrid «para tratar de las fortificaciones de estos Reinos, de las deYtalia é Indias»". Era uno de los ijitimos supervivientes de la generación heroica de ingenieros italianos de Felipe II (Spannocchi había muerto, cargado de honores, en 1606, Cristoforo de Rodas en 1614, Battista Antonelli en 1616...) y ahora, como ingeniero hidráulico, especialista en la limpieza y navegación de ríos, sus servicios se hacían imprescindibles en España. Se trataba de estudiar todo el vasto y complejo sistema hidrográfico constituido por las cuencas de los ríos Cuadalquivir-Cuadalete, con sus centros naturales localizados en Sevilla y en la bahía de Cádiz. El objetivo concreto era la apertura de un canal, uniendo el puerto de Cádiz (donde las flotas de la plata americana atracaban al abrigo de fuertes seguros) hasta Sevilla, con diversos recorridos hipotéticos. Turriano se inclina por la más sencilla y económica: un canal de doce pies de fondo, treinta a cuarenta de largo y cinco de escarpa, con un dique o esclusa «como son los de Flandes y de Italia» en el centro, a lo largo de la «cañada de Borujena», que es 24.000 pies más corto y evita el corte de la montaña de Moría, reduciéndolo de 1536 pies a sólo 420. Averiguó los precios de la mano de obra en jerez de la Frontera, donde finalizaría, alcanzando una suma total de 800.000 ducados, con lo que «se ahorrará mucho dinero y se facilitará la obra». No hay en el informe ninguna mención de autores o autoridades, sino solamente el resultado de sus experiencias prácticas: la altura de la pleamar en el Cuadalete y el Cuadalquivir, que son simultáneas e iguales (»a las seis horas tomándolas en un mismo dia con dos relojes del sol de una misma altura»), salvo una diferencia de tres pies más alta en el Cuadalete que en el Guadalquivir, debido al nivel de la superficie de la tierra; la altura de la montaña de Moría, que calcula en 174 pies; y a la ausencia de señales de rocas ni de aguas subterráneas en su trayecto. Como alternativas todavía más económicas, propone el aprovechamiento del río Salado para comunicar directamente con el Cuadalete por barco desde el Puerto de Santa María; o que «V. M. podria mandar hacer un camino bien empedrado desde el puente de Santa María á San Lucar» (de Barrameda); o entonces «desde el dicho puerto de Santa María subir los barcos por el rio Cuadalete hasta la barca de Porto Franco, y de allí llegar al dicho rio á Xerez por un canal de media legua, y de Xerez en carretas a Sevilla, que son quince leguas», pero con un coste superior. «El último remedio es pasar la contratación de Sevilla á Xerez», tal como había pensado Felipe II. 167

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Pero este rápido Parecer -que como casi todo lo que hizo Turriano, no tuvo resultados prácticos- aparece como el último testimonio de un ingeniero viejo y enfermo, pero siempre activo y útil. Además, fue el primero de sus escritos en ser publicado, por Martín Fernández Navarrete en 1844". Sobre las Descripciones de las Islas Canarias y de Orán, ya hemos visto suficiente. Fue un indudable tour de force en plena madurez, verdaderas obras maestras de una escritura culta y pintoresca, en la que unió la topografía con la cos-

" En Coiecdón de Documentos Inéditos pora la historia de España. CODOIN.Tomo v, í^adrid, 1844,

pp. 189-92, copiado de la

Biblioteca Real de Madrid, Cod.

57, f 443 y ss.

mografía, la poesía y ia historia con la geografía y la arqueología, la etnografía a ia geología, yendo mucho más allá de su objetivo simple y puro, que era la fortificación. Los dos libros son, por lo demás, muy similares tanto en estructura -básicamente, son manuales de historia y ciencias de la naturaleza- como en contenido, variadísimo y con la intención de abarcar los conocimientos completos de setenta y cincuenta autores e informantes citados, respectivamente. Tal como observó Cioranescu, «los poetas gozan para él de una credibilidad muy superior a la de los historiadores»". A cada paso, se confunde la leyenda y la mitología con la realidad vivida, sin distinguir la ficción poética de la historia o, mejor

" A l e j a n d r o CIORANESCU,op.dt. (I999),p.39.

aún, dando a aquélla el prestigio, el peso y el aura de la verdadera historia. De su apasionado «método poético», basta notar que en su Descripción de las Islas Canarias, cada vez que cita a un gran poeta antiguo o moderno -las Metamorfosis de Ovidio, Virgilio, Torquato Tasso (al que considera el Homero de los tiempos actuales), ei Orlando Furioso de Ariosto, Horacio y Petrarca- no se resiste a acompañar la referencia con un par de versos citados de memoria, a veces con errores de transcripción, señal de que lo hace de memoria, sin tener a mano el texto original o tomarse la molestia de consultarlo... Fue seguramente él quien indujo al canónigo canario Bartolomé Cairasco de Figueroa a traducir al español la obra Gerusalemme Liberata (1581) de Torquato Tasso, su ídolo, para lo cual contribuyó con un poema en italiano de homenaje al traductor'". Sin haber sido un gran poeta, LeonardoTurriano fue con seguridad ei más «poético» y literario de los ingenieros militares italianos que sirvieron en la España de finales del siglo xvi. Un estilo idéntico, con algo más de ensayismo, lo encontramos en el escrito que

" Ibídem, «Bartolomé Cairasco de Figueroa, traductor deTorcuato Tasso». En Anuario de Estudios Americanos, vol. IV, 1958. pp 4 1 9-447,

se considera el más profundo, maduro, complejo y caótico de toda su producción. Su obra Dos Discursos... constituye una enciclopedia de estudios sobre los ríos, mares y océanos, que en Lisboa tenía a simple vista, y de sus formas de acción, de limpieza y de dragado: es un auténtico tratado precursor de la oceanografía física que, cuando fue conocido en la corte, debe haber consolidado su reputación como especialista en hidrografía. Analiza en la obra los distintos tipos de dinámica de las olas y los mares, flujos de corrientes y movimientos acuáticos; los grados de salinidad, de composición y acumulación de impurezas y de transmisión de la luz, dónde se encuentran y la presión del agua del mar; la formación geológica de los fondos y relieves submarinos a distintas profundidades y sus cambios, todo ello basado en incontables experiencias y «diligencias» que llevó a cabo con sondas, recogida de muestras y observaciones regulares y continuas a lo largo de veinte años. 168

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L e o n a r d o Turriano e n Portugal

Ingenio para la draga de fondos marinos. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourenço de Cabeça Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 64

r. Vii

El manuscrito, que se encontraba en el Archivo de la Casa de Mouronho, cerca de Coimbra (residencia familiar dei Ingeniero Mayor Reinaldo Oudinot, 1787-1803), fue adquirido a través de nosotros por la Biblioteca Nacional de Lisboa en 1988, donde ha quedado depositado (Reservados, Cod. 12892). Consta de 162 páginas, con 91 dibujos, algunos de ellos iluminados a la acuarela, escrito en castellano con una excelente caligrafía única y autografiado, es decir, no parece provenir de la mano de un escribano profesional. A pesar de su carácter unitario y de presentar un título común para tres obras diferentes, recoge lo más fundamental de diversos informes y «papeles» que entregó en Madrid a partir de 1602, y las observaciones personales hechas desde 1598 en la desembocadura del río Tajo; sin 169

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embargo, sólo fue terminado y redactado en 1622 -después de la caída política del virrey, el marqués de Alenquer, en marzo-finalizando con un apéndice de ocho páginas acerca de sus propuestas para la fábrica de Barcarena realizadas el año anterior Por lo tanto, se trata de una obra compuesta, que reúne un discurso sobre la polémica construcción del fuerte de Bugio (páginas 2-69), otro «Sobre la limpieza de la barra del Taxo y otras barras de otros rios» (páginas 70-153) y los estudios sobre Barcarena (páginas 154-162); sin embargo, su nueva redacción de manera continua y ampliamente revisada, le da el aspecto de una obra única, elaborada de una sola vez. A sus avisos o discursos parciales y concretos, realizados en función de cada ocasión, LeonardoTurriano consigue imprimirles un tono uniforme general, con lo cual eleva unos meros conocimientos pragmáticos y empíricos a la categoría de una verdadera ciencia, que constituye una disciplina que todavía carece de nombre". Comienza con una feroz crítica en respuesta al trazado y a las razones de Tiburzio Spannocchi a favor de la forma circular que se dio a la fortaleza de San Lorenzo de Cabeza Seca, «nueva maravilla destos tiempos», escrita en 1602, para decir, a continuación, que hacía doce años que Gaspar Ruiz había empezado a lanzar «piedras perdidas» al Tajo -lo que tuvo lugar en 1590- hacía cuatro que había ini-

" El Institute of Oceanography ( 1871 ) de Southampton y la Scripps Institution of Oceanography ( 1892) de San Diego, California, fueron los primeros en utilizarla denominación, acuñada porF. MAURY, Physical Geography of the Sea. Londres, 1855.

ciado su construcción, y en anticipación a sus contra-críticas, da por vivo a Spannocchi (moriría en noviembre de 1606). A ese diseño, opone su propia propuesta de una planta ovalada, escogida por Felipe III en 1600-siguiendo, seguramente, sus sugerencias-, argumentando con una compleja serie de «demostraciones Matemáticas» y razones de «decoro y simetría» y ¡«filosofía poética»! En la base, se encuentra el cuadro aristotélico de los cuatro elementos, con sus «humores», «enemistades» y «simpatías», y una original clasificación de los tipos de mareas -fruto de observaciones personales y de ejemplos seleccionados de la geografía actual y clásica- y de sus efectos sobre lo edificado: «en todas las mareas que tienen flujo y reflujo se consideran cinco términos...», sobre lo que se extiende en amplias consideraciones teóricas sobre los materiales y técnicas de construcción, recurriendo a una avalancha de autoridades: desde Moisés, San Isidoro de Sevilla y San Agustín a Ovidio (con versos). Plutarco, Suetonio, Nicomedes, Clavio, Juan Magno, Marco Antonio Sabélico, Josefo y Pausanias (dos veces), Aristóteles (dos veces, con citas), Vitruvio y Plinio (tres veces) y Euclides (cuatro veces). En un texto bien estructurado, trata, en primer lugar, de la planta de la fortaleza, para discutir, seguidamente, la artillería, es decir, la cuestión de los ángulos de tiro, su alcance e intervalos, y finalmente la elección del sitio, en donde da preferencia al lugar donde «Don Antonio hiso un fuerte de madera terraplenada en la punta del levante de Cabeça Seca para defender la entrada a la Armada castellana» en 1580. Finaliza su razonamiento con un apéndice especulativo acerca de la superioridad de la forma ovalada sobre la circular, de donde se deduce que comparte la opinión reciente de Kepler {Astronomia

Nova, 1609) sobre

la órbita ovalada del sol y los planetas («...diré que el ouado {óvalo) es mas 170

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

perfecto que el redondo y mas necessario por la conservaçion de la misma naturaleza...»), y, una vez más, aporta una impresionante colección de autores antiguos y modernos: Euclides (citado seis veces), Arquímedes y Sacrobosco (cuatro veces), Hermes Trimegisto, Clavio, Moisés y Dante (dos veces, el último con una transcripción de versos), Boecio, Dionisio Areopagita, Durerò, Jacopo Raleón, Oroncio Fineo, Ovidio (con versos). Papo de Alejandría, Pedro Nunes, Pitágoras. Platón y Ramón Lull. No obstante, no deja de advertir que «esta figura del circulo parece tener en si cierta divinidad que ninguna persona es capas de su dimension», y que los platónicos la identifican con el propio Dios a lo que opone su opinión personal «por la neçessidad de la Naturaleça». E n s u s e g u n d o Discurso

sobre

cómo

limpiar

la barra

del Tajo « y o t r a s b a r r a s d e

otros rios», el Ingeniero Mayor es, al mismo tiempo, más técnico y minucioso, y más generalista y teórico: en una palabra, más científico. Fue escrito en 1607, como lo demuestra la referencia al «tupimiento de arena» del canal de San Julián de la Barra provocado por el lanzamiento de las «piedras sueltas» en Cabeza Seca iniciado en 1592, «de quinze años a esta parte», y la alusión a documentación oficial a la que tuvo acceso, tales como los documentos de Fray Giovanni Vincenzo Casale, de 1590-93, y a «tres cosas propuestas el año 1596 en la relación de los Governadores de Portugal» pero revisado y ampliado en 1622 (el informe sobre ei que se basa parece haber sido escrito en Madrid, dado que habla «de las traças y relaciones que vinieron de Portugal»...). Comienza con una introducción genérica sobre la formación de las barras e islas de arena en las bocas de los ríos, desde las «grandissimas corrientes» del Marañen (Amazonas), Madanela (?) y de la Plata, a los de

Excavadora. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 61

menor profundidad como el Danubio y el Mar Negro, hasta los de menor corriente tales como el Meandro, el

h¡ S3-

Aqueloos, el Cefiso, el Nilo, el istros, la playa de Las Palmas, el Po, ei Reno, el Ródano,el indo, el Fula y el Rubicón, en una muy interesante clasificación geomorfológica. Sin embargo, acepta que «...el mar, o por corriente natural o accidental de los vientos, o por fluxo i refluxo, tiene mucha parte, demás de la resistencia que natural-

- j " yt'

ir

M

mente le hasse o por tranquilidad, o por contrario movimiento». Solamente en la página ochenta inicia la discusión sobre el tema concreto: «Para limpiar y desarenar la boca de un rio hai quatro modos...», que estudia minuciosamente, acabando por fijarse en el segundo modo: las «muchas suertes de Machinas que yo llamo rastillos o Arados mecánicos». Llama ia atención la cantidad de veces que usa la palabra «Machinas», de las que ofrece cuarente y nueve dibujos, muchos de ellos a página entera, y la correspondiente explicación. 171

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Sobre esos mecanismos, que ya hemos estudiado detalladamente con anterioridad'", baste decir aquí que su inspiración se basa en dibujos de Leonardo da Vinci y de Francesco di Giorgio Martini (ambos bien conocidos en la corte de Lisboa desde los tiempos del rey D. Joao II), así como en tratados más recientes de mecánica tales como el de Jacques Besson {Theatrum Instrumentorum et Machinarum, Lyon, 1578), el «clásico» de Agostino Ramelli {Le diverse et artificiose machi-

™ Rafael MOREIRA, «AS máquinas

fantásticas de LeonardoTurr¡ano:a

tecnologia do Renascimento na

barra doTejo». En cat. Nossa

Senhora dos Mártires. A última viagem. Lisboa, Ed.Verbo, 1998, p p . 58-67,

ne, Paris, 1588) y del ya citado Vittorio Zonca. Además, evidentemente, de su propio ingenio y su extraordinaria imaginación creativa... La presencia del mar portugués, con sus olas, mareas, movimientos, flujos y corrientes, actúa como telón de fondo de todo cuanto piensa y escribe y es el verdadero protagonista de toda la obra. Una señal inequívoca del elevadísimo potencial intelectual deTurriano es el Excavadora. Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourenço de Cabeça Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, f. 61

hecho de que haya sabido conciliar el método sistemático de Ramelli, de base esencialmente matemática, con la visión más pragmática, casi simplista, de Zonca. El libro de Ramelli -«el más famoso tratado de ingeniería del '500» ''-parece haber servido, además, de modelo para los escritos de nuestro ingeniero, con sus 195 proyectos de máquinas «de enorme especulación», alternando con textos explicativos

" Piero GIANGASPRO, LArchitetturú delle Macchine. Il Rinascimento... op. cit., p. 78,

al lado, en que «la sicura base di questa miracolosa scienza e di tutte le altre arti liberali et mecaniche consiste nella vera inteligenza dell'honorate Matematiche» (como afirma el autor en el prefacio de su obra DelTeccelenza delle matematiche), en donde al riguroso detalle de los componentes de cada mecanismo, cuyo repertorio va desde molinos a máquinas de asedio, desde bombas hidráulicas a la célebre bomba rotativa de engranaje excéntrico, superpone una extensa serie de problemas relacionados con las correspondientes fuerzas de la energía (agua, viento, fuerza muscular), tal como lo hace Turriano. De Zonca deriva, por el contrario, su mayor atención analítica al trabajo y a las técnicas de los artesanos locales, por ejemplo, molinos para triturar, martillos, prensas de uvas y tejidos, torniquetes, o tomadas directamente de la tradición de Francesco di Giorgio Martini, que va a buscar principalmente en la agricultura y la navegación, tales como molinos de viento y un arado submarino («de los agricultores aun podemos sacar dotrina para nuestro proposito...»), a modo de los molinos del río Po, hasta los esquís «la manera de deslizarse sobre el hielo» o la barca excavadora movida por caballos. 172

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Los paralelismos con la escuela sienense-florentina son demasiado numerosos para poder analizarlos en estas páginas, pero bastará con algunos ejemplos. El primer dibujo con que abre el Discurso, una gran pala de manejo manual, dispuesta en la proa de una nave baja, es una copia casi exacta de la excavadora articulada para la limpieza de canales representada por Leonardo da Vinci entre 1495 y 1505 en el Códice Forster, quien, a su vez, perfeccionó un «elevatore d'acqua» de Francesco di Giorgio Martini, de alrededor de 1480. También de Martini procede la colocación de ruedas de palas entre dos barcazas, y de Mariano Taccola deriva la idea del uso de plataformas fluctuantes para la circulación de caballos o esclavos. Más interesante resulta la barca plana con dos pares de ruedas, que aparece casi idéntica en una copia cinquecentista de un original perdido de Leonar• Paolo GALLUZZI, Gli Ingegneri del Rinascimento, da Brunelleschi a Leonardo do Vinci. Florencia, 1996.

do®", y debe estar inspirada en una gabarra inventada por Brunelleschi en 1421 para transportar por vía fluvial bloques de mármol desde Carrara hasta Florencia; y la draga («cavafango») estudiada por Francesco di Giorgio para la limpieza del fondo de los ríos y canales, accionada por un sistema de manivelas y bielas, situado entre dos barcos, que sería copiada y perfeccionada por Leonardo da Vinci y, en el ámbito del Arsenal deVenecia -al queTurriano hace referencia- por Cósimo Bártoli {Raccolta di Varie Macchine, 1555). De la misma forma, procede de Martini ia única draga de plano inclinado verdadera, que ilustra en su capítulo dedicado a los diversos «modi per elevare l'acqua». Resulta curioso queTurriano, sin modificar la idea central del mecanismo, intente eliminar su carácter de máquina, camuflándolo bajo la apariencia de un simple molino de viento, más aceptable para la opinión portuguesa. Finalmente, se trata de las mismas ideas del «Quatrocento» que encontramos con ligeras variantes, es decir, «la fuente más habitual de su tiempo, las máquinas de tradi-

I " Daniela LAMBERINI, «La fortuna delle machine senesi nel Cinquecento». En Prima di iLeonardo Cultura delle Macchine a fieno nel Rinascimento. Milán, 1991, pp. 135-147.

ción martiniana»"'. Por lo tanto, sería injusto negar a LeonardoTurriano lo que, dentro de su extenso panorama intelectual, representó su mayor originalidad. De manera indiscutible, y por mucho que nuestros historiadores no lo hayan reconocido aún, le cabe el inmenso mérito de haber adaptado tales esquemas a la teoría de Da Vinci sobre la física hidrodinámica, y aplicarlos a un campo absolutamente nuevo, el de las profundidades marinas. En ese terreno, fue un pionero -o, como da Vinci, un visionario- que no puede seguir siendo ignorado. Baste con recordar, una vez más, su recurso a las «autoridades» al lado de la «esperiencia de la Naturalesa». Menciona, como ejemplos históricos de la Antigüedad, a Polibio, Julio César y Tácito; y como fuentes científicas con respecto a las proporciones de los diámetros, a Papo de Alejandría nada menos que en cinco ocasiones, en sus Collectiones Mathematicae traducidas del griego al latín (Venecia, 1575) y, posteriormente, ampliadas con un extenso comentario a cargo del académico Commandino (Venecia, 1588), seguramente, la edición que utilizó. Cita todavía dos veces al gran Arquímedes, más concretamente, su jactancia crítica; a Guidobaldo dal Monte en su opúsculo «De Axe in Peritrochio», parte del 173

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Planos con los principales corredores para la entrada y salida de la barra de Lisboa y la evolución de la carrera de San Clan: Antes de las obras (Izq. superior), en 1595 (dcha. superior), en 1604 (izq. inferior) y en 1608 (dcha. inferior). Dos discursos de Leonardo Turriano, el primero sobre el fuerte de San Lourenço de Cabeça Ceca en la boca del Taxo, el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes. Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, ff. 81 v-82

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

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Mechanicorum

Líber (Pesaro, 1577; traducción italiana: Venecia, 1581 ); y ai gran

Girolamo Cardano «De Proportionibus Aristotiles» en sus Questiones

Mechani-

cae de la Opus Novum de Proportionibus (Basilea, 1570). Vitruvio sólo aparece en una ocasión. Finalmente, se producen dos incorporaciones. Una (páginas 143-5) sobre la estrategia de rebajar las rocas frente al baluarte de San Felipe en la fortaleza de San Julián de la Barra, como medio para reabrir ei canal que existía hasta 1582, cuando se construyó el baluarte, y que está escrita, indudablemente, en 1622. «Comuniqué este pensamiento con el Sr. Rey don PhelippeTercero, que está en gloria, y estando su Mag. en la gorita de ia mesma (sic) punta mucho espacio de tiempo considerando ios effectos de la corriente le pareció el remedio bastante y que se podria escusar cortar el castillo, y que baxar la dicha peña costaría menos de 1000 ducados. Esto quedó resuelto, mas no se ha puesto en execucion hasta ahora.» La visita del rey Felipe Ili (il de Portugal) tuvo lugar en junio de 1619, falleciendo en marzo de 1621. La otra incorporación es un conjunto de bellos dibujos cartográficos: una planta de San Julián de la Barra; un mapa desplegable y pintado a ia acuarela con una vista de la entrada de Lisboa y de toda la costa desde Cascaes hasta la Torre de Belém, con las líneas de puntos determinantes por las que se guiaban los pilotos (entre ellas «la quinta de Baltasar Alueres», el gran arquitecto de Sao Vicente de Fora, entre Sao Domingos de Rana y Carcavelos); y otros cuatro de menores dimensiones, que muestran las diversas fases de sedimentación de las carreras de entrada al río una en 1594 (año en el que afirma que se realizaron 4 «deligencias»), otra en 1595, basada en los apuntes recogidos de las consultas con los pilotos, una tercera, de 1604, ya medida por él, y una última en 1608 (según una diligencia efectuada el 12 de septiembre), con el fin de ilustrar cómo la barra pasó de 300 brazas de largo a apenas sesenta y a sólo treinta brazas de fondo limpio de piedras, «que no podrán passar ñaues {naves) grandes, ni aun pequeñas». Es la representación de la catástrofe. El libro finaliza, de manera algo abrupta, con el apéndice sin título sobre sus planes industriales para Barcarena, escrito en 1622, y una frase melancólica «mas no hexecutaran las machinas que siguen de hazerlas con la misma agua, como la polvora y los clavos». Un lamento pesimista de abandono del que fuera el proyecto aprobado de una fábrica de cuerdas y que, finalmente, sería realizado en la Cordelería de Belém, poco antes de su muerte, y para el que deja siete dibujos muy detallados. Estas son, por lo tanto, las piezas temporalmente distintas -van desde 1602 a 1622- de una construcción más amplia y global, que reescribió (sin duda tras su revisión y corrección) a los 62 o 63 años de edad, proporcionándole coherencia y una perfecta articulación interna. Basada en varias obras menores, de carácter anticipatorio, redactada con motivo de circunstancias concretas, desarrolla una concepción homogénea de las ideas que supo superponer, con interpolaciones y 176

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

asociaciones actualmente imposibles de verificar, creando una unidad lógica y de expresión escrita rara en obras carentes de un nexo de unión. Cohesionados entre sí por una grafía única y por el inteligente uso de los dibujos (rehechos con seguridad en 1622), estos temas variados se transforman en una obra sistemática. De este modo, los saberes particulares se elevan a la altura de una ciencia general. A partir de un leitmotiv recurrente -la referencia constante a las «naves de la India», cuyo viaje anual desde Lisboa a Coa garantizaba la prosperidad o la propia supervivencia financiera del país- surge la figura, ora serena y transparente, ora tumultuosa, del gran protagonista: el océano. De este modo se puede comprobar, a lo largo de la turbulenta carrera del Ingeniero Mayor, una continuidad de fondo en lo que se refiere a su producción escrita. Dicha producción se desarrolla a lo largo de cuatro períodos bien diferenciados, que coinciden «grosso modo» con los grandes momentos de su agitada biografía, que está marcada por dos fechas personales y públicamente determinantes: en 1598, su designación como Ingeniero Mayor de Portugal, cuando comienza a escribir en castellano e inicia su serie de visitas periódicas a la corte en Madrid, dejando atrás el prolongado período de aprendizaje en el que sirvió como ingeniero «de fuera», de la periferia; y 1607-8, la época de madurez, cuando empieza a recibir encargos de obras no reales por parte de clientes privados (conde de Atouguia, don Pedro de Castilho, su propia Quinta de Estoril...), y recibe el encargo oficial de supervisar los trabajos de limpieza del Tajo; se produce un cambio radical en su metodología de trabajo y conceptos científicos, y ya se encuentra plenamente integrado en la vida social portuguesa. De hecho, desde el 2 de abril de 1605 se convirtió en cofrade de la Hermandad de San José de Carpinteros y Albañiles, el gremio profesional más imporI Grande Enciclopedia Portuguesa e Brasileira, 33, p. 265. Información del ProfVítor Serrào, basada en los Archivos Notariales de Oeiras, en donde se hallaron otros diversos datos Tienores relativos a la vida social y familiar del Ingeniero Mayor

tante''^ y en 1608, pasa a ser miembro de la Cofradía del Santísimo Sacramento en la iglesia matriz de Oeiras". En la primera fase, redactó un número incontable de informes estrictamente profesionales, y preparó libros ilustrados con vistas urbanas y de fortalezas que inspeccionó o proyectó, sin que jamás fueran construidas (Canarias), dando rienda a sus intereses por la historia, la poesía, la magia y la «filosofía natural». En la segunda, desde 1598 hasta aproximadamente 1608, produce textos de gran responsabilidad política -asuntos financieros, la decoración simbólica del Palacio de la Ribera para la visita del rey Eelipe III, la defensa y limpieza del Tajo, el puente sobre el Mondego en Coimbra, en la mayor carretera portuguesa, es decir, temas cruciales para el país. Y su obra maestra de descripción y dibujo, un libro dedicado a la fortificaciones de Orán y de Mazarquivir; en la tercera época, hasta 1622, escribe libros con mapas y dibujos mecánicos complejos, menos descriptivos y más teóricos, en abierta polémica con todo y contra todos. Escribe sobre la fortaleza de Bugio, sobre las máquinas para dragar y limpiar la barra del Tajo, sobre la reforma industrial del reino de Portugal. Finalmente, en los últimos cinco o seis años de vida, anciano y enfermo, además de un extemporáneo desplazamiento 177

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a Madrid y del estudio del sistema de canales y de navegabilidad entre Cádiz y Sevilla -al que consigue dar, no obstante, estatuto de verdadero tratado tecnológico- inicia la labor de pasar a limpio y reeditar sus «obras completas», quizás con la vista puesta en una futura publicación. De esta trayectoria se desprende el perfil bien definido de un verdadero escritor y hombre de letras tanto como de ciencias: la mente poderosa y enciclopédica de un lector incansable, atento y puesto al día, cuya curiosidad estuvo abierta a todo tipo de conocimientos. Destacan, también, unas cuantas líneas de intereses bien delimitados, que aparecen constantemente a lo largo de sus escritos y en el conjunto de su obra. De esta forma, se nos revela la auténtica personalidad intelectual de LeonardoTurriano, con rasgos procedentes de su formación italiana y de su estancia en la corte de Rodolfo II de Praga. El más sorprendente de estos intereses -o por lo menos y seguramente, el más inesperado- es su seducción por la astrologia. El Ingeniero Mayor de Portugal tenía una vena de astrólogo, como otros muchos sabios de la época -Cardano, Giordano Bruno, Campanella, el mismo Kepler", e incluso Galileo-, y con frecuencia, realizaba horóscopos y pronósticos de astrologia judiciaria. Para nuestra visión actual, parece casi una broma que interpretara el mal carácter de los

Véase la interesante obra de Gérard SIMON, Kep/erostronome astrologue. París, Gallimard, 1979,

habitantes de Canarias por el ascendente de Cáncer (capítulo 42), o explicase la fundación de la Audiencia de Las Palmas «por la exaltación de Júpiter en el signo de Cáncer» y la conquista española de las islas por la conjunción del mismo planeta con Sagitario. El hecho de que haya ido disminuyendo, al menos en sus escritos, estas referencias a la «disposición del movimiento del cielo y de las influencias de las estrellas», con el paso del tiempo, nos sugiere que provenían de un ambiente impregnado de creencias astrológicas en el que vivió en Praga alrededor de 1580, del que el propio emperador Rodolfo II estaba firmemente convencido. Sus posteriores lecturas deben haberle infundido esa certeza, de la que, sin embargo, su profundo apego a la realidad y las experiencias vividas le fueron apartando poco a poco. No obstante, siempre conservó esa tendencia como un rasgo constitutivo d e su forma

mentis.

El extenso uso de las fuentes literarias y poéticas, históricas y técnico-científicas -tanto las antiguas como las modernas, que procura conciliar y confirmar las unas con las otras- es otra constante de su mentalidad un tanto compleja y contradictoria. En un primer momento, recurre a ellas de modo realista, casi literal; más adelante, intenta captar previamente su sentido simbólico, sirviéndose de ellas como base para sus «especulaciones» personales. La influencia de la l-listoria Naturalis de Plinio el Viejo (23-79 d.C.) -la gran enciclopedia del mundo antiguo- es especialmente evidente: la cita de memoria, a propósito de todo y de nada, tal como hace con los poetas Virgilio, Horacio y Ovidio, Dante y Petrarca, y los modernos Ariosto y el venerado Torquato Tasso (1544-1595), contemporáneo suyo. No existe pasaje alguno en el que lo cite que no vaya acompañado de uno o varios 178

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versos de la épica Cerusalemme Liberata (Ferrara, 1581) y que le habrá llevado al culto de Os Lusíadas de Luis de Camoes (Lisboa, 1572; traducción al castellano: 1580), que debe de haber leído como introducción a su vida en Portugal. Es preciso, sin embargo, adentrarse más profundamente para conocer la intimidad del espíritu de LeonardoTurriano. Lo fundamental es la permanente tensión entre la visión histórica y la perspectiva geográfica, entre la Antigüedad y la actualidad, entre la realidad y la idea. Si es aristotélico en el gusto por la observación particular y por una mentalidad sistemática, tal como la teoría de la atracción de los elementos, es platónico en la búsqueda de las formas ideales y bellas del trazado de la fortaleza de Bugio... Un soplo generalista contra la visión reducida a los hechos singulares le lleva a intentar establecer «leyes» generales, como lo hicieran Galileo y Kepler. Su método científico -que no excluye una cuidadosa observación empírica (como los instrumentos agrícolas o el movimiento de las olas y las mareas)- estaba basado en el experimentalismo y en una visión de amplitud universal: es necesario conocer todo para explicar el aquí y ahora. De ahí proviene su actitud de mirarlo todo con intensidad, de atento observador de los fenómenos de la naturaleza y de escrutador de sus enigmas y misterios ocultos, de sus fuerzas escondidas, cuyo dominio servirá para domesticarlas y emplearlas en beneficio humano. Podemos hablar de un semi-animismo o pan-psiquismo, que le lleva a establecer originales interrelaciones entre los hechos y crear nuevas disciplinas científicas. Los instrumentos que inventa son máquinas «cifradas» -como las del ingeniero del quattrocento Giovanni Fontana"', ' Eugenio BATTISTI, Le machine cifrate di Giovanni Fontana. cuyo Bellicorunn Instrumentorum Líber de 1419 puede haber leído en la biblioMilán, 1984. teca real portuguesa, en la que había manuscritos de obras suyas, adquiridos quizás por D. Joao II (un inventario de 1943 de la Biblioteca Nacional de Lisboa cita algunos, desgraciadamente desaparecidos). Esto quiere decir que esconden su mecánica y sus objetivos reales bajo una apariencia ilusoria (como la excavadora disfrazada de molino de viento) como medio para engañar y controlar mejor el alma de la naturaleza. En este sentido, Turriano es todavía un científico del Renacimiento Tardío, en el momento de su transición hacia el Barroco. Sin embargo, por lo que hace y escribe, abre las vías a algo que es absolutamente innovador: la ciencia moderna. Lo que representa uno de los aspectos más singulares de su lenguaje gráfico y literario, es decir, sus dibujos, merece unas palabras finales. Turriano fue un dibujante notable y, tal como veremos, también un pintor destacado. En los sesenta y cinco dibujos distribuidos a lo largo de los setenta y siete capítulos de su Descripción de las Islas Canarias se revela como un excelente cartógrafo, muy meticuloso y enormemente riguroso en las mediciones, así como un magnífico dibujante de plantas de ciudades y sus alrededores; sin embargo, es un tanto esquemático, casi brusco, en sus apuntes etnográficos sobre los primitivos habitantes. Sus dibujos de fortificaciones son prácticamente los de un principiante, infinitamente inferiores a las soberbias ilustraciones de Spannocchi. Pero en su obra 179

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LEONARDO TURRIANO,

Detalle de la perspectiva de Mazalquivir desde el Bermejal, Descripción de las Plaças de Oran i Mazarquivir en materia de fortificar, 1598, Academia das Ciencias de Lisboa, Ms. Azul, n° 1065,ff.45v-47

desarrolla un género nuevo, los perfiles y perspectivas de las islas o costas vistas desde el mar, sobre una línea de horizonte trazada a tres cuartos o media página, en consonancia con la distancia. Se trata de un proceso de irá perfeccionando progresivamente en sus obras posteriores. Los setenta y nueve diseños que ilustran sus Dos discursos, ya al final de su vida, son obras de gabinete que retoman los modelos fijados por la tratadística sobre mecánica y máquinas desde el tercer cuarto del siglo xvi; plantas y perfiles de fortificaciones a las que no les falta el elemento pintoresco del paisaje alrededor; y buenos ejemplos de cartografía marítimo-fluvial, que más parecen fotografías aéreas gracias a la minuciosidad de los detalles y a los matices del colorido. Alcanzó la perfección de las obras maestras en las vistas urbanas y de fortalezas en su libro sobre Orán y Mazarquivir, terminado ya en Lisboa en 1598. En la técnica del dibujo, se introduce un elemento nuevo: la visión a través de instrumentos científicos de observación, fácilmente visible en el redondeado de las nubes y de las formas más próximas de los bordes, así como la ligera curvatura de la línea del horizonte. Si nuestras suposiciones son correctas, fue un precursor notablemente precoz, probablemente el primer artista europeo que produjo paisajes con el uso de instrumentos ópticos. ¿Qué instrumentos podía haber usado en una fecha tan remota como 1594? Podría haber sido una luneta astronómica o «prismáticos», el precursor del telescopio, divulgado por Galileo sólo en 1609, pero conocido desde mucho antes (Giovanni Battista della Porta, Magia Naturalis, 1589); o una cámara oscura portátil con espejo''^ Más probablemente, se trataría de un catalejo con un conjunto de lentes biconvexas pulidas (a lo que las ciudades de Middelburg en Flandes y Milán, en el norte de Italia, se dedicaban casi en monopolio) articuladas de manera que era posible obtener visiones en «gran angular» - con un ángulo de hasta 180 grados - con una gran nitidez de contornos, y que anuncia un tipo de investigación

" V é a s e David HOCKNEY, Secret Knowledge. Rediscovering the lost techniques of the Old Masters. NuevaYork,200l yVincent ItARDi, Renaissance vision from spectacles to telescopes. NuevaYork, 2007.

que iba a ser corriente entre los pintores holandeses del siglo xvii, como, por ejemplo, el discípulo favorito de Rembrandt, Carel Fabritius, oVermeer»'. Dado que no se han llevado a cabo más estudios sobre la difusión y extensión en la Península Ibérica de los conocimientos de óptica en el siglo xvi, no podemos más

" Benjamin BINSTOCK, Vermeer's Family Secrets. Genius, discover:/ and the unknown apprentice. Nueva York-Londres, 2009.

que especular. Pero, de cara a los intereses científicos de LeonardoTurriano, a sus 180

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L e o n a r d o Turriano en Portugal

™ Rafael MOREIRA, «A Escola de AI-qultectura do Pago da Ribeira e a Academia... op.dt,p.69. " ANTT, Mss. da Livraria, n° 1770, ff. I35-I35V. Henrique LEITÀO, « O s primeiros telescopios em I Portugal». En Actos do 1° Congresso Luso-Brasileiro de Históría da Ciéncia e da Técnica. Évora, Universidade de Évora, 2001, pp. 107-1 18; e ìbidem, «Galileo's telescopic observations in Portugal». En José MONTESINOS (Ed.), Largo Campo di Filosofare. Euro-Symposium Galileo 2001. La Orotava, Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia, 2001, pp. 903-913. " V e r U g o BALDINI, «L'insegnamento della matematica nel Collegio di S. Antào a Lisbona, 1590-1640». En Nuno da SILVA GONCALVES (Coord.), A Companhia de Jesus e a Missionagao no Oriente. Lisboa, 2000, pp. 275-3 IO; e Henrique LEITÀO, A Ciéncia na «Aula da Esfera» no Colégio de Santo Antào. 1590-1759. Lisboa, 2007.

contactos con Italia y, en particular, con Milán, o al carácter experimental que otorgaba a sus viajes de exploración por los confines del Imperio, la hipótesis resulta especialmente atractiva, casi una certeza, a la vista de los dibujos en cuestión. En Portugal, el Ingeniero Mayor tendría amplias oportunidades de adquirir instrumentos de este tipo, dado el carácter cosmopolita de Lisboa (con más de medio centenar de comercios de mercaderes flamencos de toda clase, y el éxito del centro de alta cultura del «Aula de la Esfera» en el Colegio Jesuíta de San Antón, después de 1590), y de incrementar sus conocimientos en este campo. Además, desde aproximadamente 1600, en la cátedra de matemáticas de la universidad se efectuaban observaciones astronómicas con un catalejo de gran alcance en el Palacio de Geria, en los alrededores de Coimbra"». En un manuscrito que descubrimos en la Torre do Tombo, un Tractado de Mathematica proveniente de monasterio de la Cartuja de Évora que contiene las clases dictadas en 1515 en el Aula de la Esfera por el célebre profesor jesuíta, el Padre Giovanni Paolo Lembo (1570-1518) -que, en 1610, construirá el primer telescopio en el Colegio Romano-, puede leerse en la página 135 una información que enseña a fabricar un «vidro de longe mira», o instrumento para ver a lo lejos.™ «Longemira» era el nombre dado entonces en Portugal al telescopio, cuyas primeras observaciones habían sido efectuadas por el Padre Lembo a comienzos de 1615 en Lisboa, con un gran éxito de público'"'. Se trata de la referencia documental más antigua que conocemos, en la que se atestigua la realización de observaciones telescópicas en Portugal''^ Ahora bien, el empleo de lunetas o catalejos de larga distancia es algunas décadas anterior al uso del telescopio, por lo que podemos admitir su utilización desde 1594 en Orán para realizar los esbozos que Turriano pasaría a limpio y colorearía en Lisboa tres o cuatro años más tarde.

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LEONARDO TURRIANO,

Caleta de Sines, Descrigao e plantas da costa, dos castelos e fortalezas, desde o reino do Algarve até Cascais, da ilha Terceira, da praga de Mazagáo, da ilha de Santa Helena, da fortaleza da Ponta do Palmar na entrada do rio de Coa, da cidade de Argel e de Larache, Casa Cadaval, n°28. Documento cedido por el Arquivo Nacional Torre do Tombo

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Quizás, el mejor ejemplo de ejercicio gráfico de LeonardoTurriano sean los tres dibujos «de trabajo» que ejecutó en mayo de 1617 para acompañar su proyecto de la Calheta o puerto de la villa de Sines, en la costa del Alentejo, compitiendo con los planos de Alexandre Massai, que acabarían por ser puestos en práctica gracias a su menor coste (a pesar de haber sido aprobado el proyecto deTurriano), y que constan de tres hojas de papel de gran formato-la mayor de ellas, de 42,6 x 106,7 cm, en dos hojas pegadas, que se conservan separadas en el archivo del Consejero de Estado, el duque de Cadavai, y que el secretario Luís de Figueiredo Falcào incluyó en el «Códice Cadavai» (ANTT, Cod. 29, páginas 61-64) en 1641, ofrecido al rey D. Joao IV, con numerosas copias y algunos originales de los planos de fortificaciones de la costa portuguesa, entonces en guerra contra España. Se trata de una vista de la «Costa y villa de Sines», y del plano y el perfil de la caleta proyectada, con leyendas en portugués y castellano, y que muestran en un lugar destacado la firma «LeonardoTurriano» realizada en una bella caligrafía'^ La ejecución de los pianos es regular, iluminados a la acuarela de dos colores, azul y castaño para marcar el relieve, las sombras de las rocas y el caserío,

Excelentes fotos y estudio en

Antonio M. QUARESMA.A/exondre Mosso/... op.dt,n° 11-13.

realizados rápidamente pero de forma muy pormenorizada. Los bellos dibujos policromados de Massai y de otros ingenieros incluidos en ese álbum, de realización mucho más cuidada en cuestión de colorido y sombras algo artificiales ganaron en la presentación. Pero los planos deTurriano se diferencian de los presentados por su atención a los detalles topográficos, la localización exacta de los distintos barrios de casas y ermitas, y por el extraordinario cuidado prestado a los elementos de construcción, registrados en dos niveles mediante la superposición de tiras de papel recortadas y pegadas. Es precisamente lo esencial lo que interesa al Ingeniero Mayor, mucho más que la belleza del conjunto o la falsa impresión de las apariencias y efectos artísticos en perspectiva... La familia LeonardoTurriano se casó dos veces, tuvo ocho hijos y varias residencias y fue, por lo que parece, un hombre de vida completa, a pesar de estar siempre atormentado por constantes polémicas, enfermedades (probablemente, sobre todo, imaginarias), muchos desplazamientos y viajes, y lamentos continuos (exagerados, evidentemente) de falta de dinero. Un ambiente familiar sólido y saludable habría contribuido en gran medida a esa existencia feliz que, según todos los indicios, fue la suya. Debemos imaginarlo perfectamente integrado en la alta sociedad lisboeta, conviviendo no sólo con los grandes funcionarios y cortesanos y sus colegas de profesión, o de los medios literarios y culturales, sino también con ciudadanos corrientes, en especial con los de la abundante colonia italiana que residía entonces en la capital portuguesa. De hecho, en una denuncia presentada ante la Inquisición con fecha de 6 de junio de 1618 se dice que, «presentes otras personas, escuchará a Luís Vieira, juez de la Casa do Porto, que afirma que un arquitecto 182

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del rey, al que llaman el Turriano, residente en Lisboa, le informó de que un médico cristiano nuevo, llamado Estévao Roiz, residente que fue en la misma ciudad y que ahora se halla ausente en Florencia, con quien hablaba y conversaba en muchas ocasiones, le dejó algunas veces por entender que no aceptaba la inmortalidad del alma, y así lo entendía y adivinaba en dicho médico, puesto que no se declaraba del todo convencido y de aquí se da a entender lo que decía el citado médico y el dicho Turriano intentaba disuadirle y sacarle de su error; lo que agrega que también fue oído por Manuel da Costa, de la casa del conde da ANTT, «Cadérne N ° 6 Prinnitivo

do Promotor da Inquisigào de

Lisboa», 5-141 -4, ff. 506-506v.

Sortelha»'\ A través de este minucioso registro burocrático, que no tuvo consecuencias, de un escribano, en el mejor estilo inquisitorial, podemos llegar a conocer chismes cotidianos, pero importantes: que el Ingeniero Mayor, «al que llaman el Turriano» -detalle exquisito en su familiaridad- sostenía en 1618 conversaciones habituales con un grupo de amigos y vecinos, entre los cuales se encontraba un médico cristiano nuevo, residente en Florencia, en las que discutían sobre la inmortalidad del alma (y seguramente otros muchos temas) y él argumentaba contra su falta de fe. Turriano vivía entonces cerca de la Acera de Combro -una calle larga que salía del barrio de Chiado en dirección a Alcántara- «junto al Pozo Nuevo ... a mano derecha en la calle que conduce a Sáo Bento», en algún lugar próximo al palacio renacentista de los Proveedores de la Casa de la India (el viejo Rui Fernandes de Almada, amigo y coleccionista de Durerò): entre Boavista y las Mercés, en una zona aristocrática recientemente creada. Probablemente, su casa, la primera que tuvo en Lisboa desde que se mudara, a finales de 1614, del barrio periférico de Oeiras, donde residía con su mujer, natural de la zona, estuviera situada en la denominada posteriormente calle Directa de la Cruz, «junto al monasterio de Nuestra Señora de Jesús» (la actual parroquia de las Mercedes), donde su viuda

" ANTT, Cartório Notarial de Lisboa, n° 11,1, l83,fr.93v-94 «Escritura de renunciagao de legítima de Joào Turriano, filho de LeonardoTurriano, falecido, em àvor de sua màe D. Maria Manuel, porter gastado com ele a mor parte da dita legítima em prover Jas cousas necessarias para entrar na dita religiào». Cartório de iNotas de Leào Ricardo, Lisboa, 28 de noviembre de 1629.

seguía residiendo en 1629'"', -entre el monasterio de Sao

Casa de Leonardo Turriano en Lisboa

Bento y los palacios de época seiscentista de los condes de las Alcágovas y de Mendía- si es que no se trataba, como sospechamos, del núcleo original de alguna de estas grandiosas casas nobles que, en su aspecto actual, son anteriores a mediados del siglo xvii. Fue en esta casa donde su viuda vivió con su hijo Luis después de su muerte. También residió en Azeitáo -el centro de veraneo más noble, junto con Sintra, de todos los alrededores de Lisboaen donde adquirió el 10 de octubre de 1617 y por un elevado precio una quinta con casas de un caballero hidalgo de la Casa Real, «las cuales están sobradadas con sus locales inferiores y su quintal cercado, lagar de vinos y bode-

" ANTT, Cartório Notarial de Lisboa, n° I 1,1. 135,ff. 33v-36.

ga»''. Sin ninguna duda, un lugar de descanso y reposo. Sin embargo, fue su quinta de Estoril por la que más se preocupó. Podemos afirmar que fue él quien descubrió, 183

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corno el pionero que siempre fue, las virtudes del clima y del paisaje de ese lugar situado sobre el océano y próximo a la entrada del Tajo, entonces un sitio yermo, poblado por pescadores o algunos pocos campesinos, que se convirtió en el suburbio más lujoso y exclusivo de Lisboa en los siglos xix y xx, centro de reunión de la aristocracia y la realeza europeas: en ese enclave pasaron su juventud o su vejez el rey Humberto de Italia, el rey Simeón de Bulgaria, el conde de Barcelona, el rey Juan Carlos de España, y otros muchos... La casa que perteneció a la familiaTurriano, construida para albergar a su enorme familia, desapareció, pero probablemente estuvo situada en alguno de los sitios privilegiados por las vistas y la exposición al sol como el del actual Casino, al abrigo del convento solitario de San Antonio, al lado del mar, y de la fortaleza de la playa de Estoril. Q u e Turriano fue el primero en atreverse a i r a vivir tan lejos y aislado, en un sitio de belleza única y aires óptimos (que le merecerían la designación turística de «Costa del Sol») y terrenos fértiles, se ve por los mapas que diseñó para su Discurso sobre la barra del Tajo -situándola en un lugar destacado- y porque su ejemplo fue seguido por los más importantes arquitectos de la época: Baltasar Alvares (con una quinta en la parte superior de Carcavelos) y Mateus do Couto (en Oeiras, al pie del puente)"^. Lisboa crecía y daba inicio al fenómeno, tanto urbanístico como social, de la extensión a lo largo de la margen norte del Tajo, es decir, la más abrigada y expuesta al sol, y de cara al Atlántico, que vemos incluso en nuestros días. Todo permite suponer queTurriano fue el precursor de ese

" Memorial, ou Colecfdo de Memórlas sobre Oeiras desde seu

Principio, como Lugar e Cabe(a de Julgado, e depois Vila, (séc, XIX), leit. J. C . Awouters Lopes, Cámara i^unidpal de Oeiras, 1981

movimiento, sólo precedido por su compatriota Bartolomeu Marchione, el cónsul de Florencia en tiempos de D. Joao II y D. Manuel, en el siglo xv: pero él, en la margen sur, en Caparica. Frente a estas residencias tan agradables y en lugares tan bien situados, no disponemos de ninguna información sobre dónde residía cuando acudía a Madrid, donde vivió durante algunos años. Probablemente, se alojó en fondas o posadas temporales, y muy caras según afirmaba, o en casas de conocidos o amigos de profesión. Lo que conocemos de la vida diaria en Madrid bajo los primeros Austrias, caótica, sucia y corrupta, contrasta fuertemente con la vida apacible que debía llevar en Lisboa. Sus idas a la corte debían ser, cada vez más, un verdadero sacrificio. En verano de 1600, acudió, una vez más a Madrid (quizás, aprovechando los cincuenta días de licencia que le concediera Felipe II algunos años antes en El Ferrol para descansar) pero para casarse. La novia era «una noble señora de quien tuvo descendencia»"". El 29 de julio firmó la escritura de la dote y de donación de las arras, ya casado, por un total de 1.274.362 maravedís- ¡una suma respetablel-

" F. SousAVITERBO, I992,op.citi Lisboa, 1922, p. 145.

y vendió una parte por «haver de partir con la dicha mi espossa a la ciudad de Lisboa»'". Ella era D^ Juana de Herrera, de 24 años de edad, tal vez de A l c a l á de Henares, hija de un antiguo regidor de la villa de Madrid, de quien el mismísimo

" Luis CERVERA VERA, l996,op.ai-. does. 142 y 113.

Cervera Vera no logró averiguar si estaba emparentada de alguna forma con el arquitecto de El Escorial (lo consideramos probable, porque una de las rentas 184

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Leonardo Turriano en Portugal

de •''Juana fue adquirida en 1594 a la viuda de un tal «Francisco Gutiérrez, aparejador de la ovra del Escorial»). Turriano se declara «yngeniero mayor de su magestad en los reynos de Portugal, natural que soy de la ciudad de Cremona en el estado de Milán»: tenía entonces 40 años, y el idilio comenzó durante los 15 meses que debió pasar en la corte «esperando cierta resolución en assunto de for" IHCM, Colección Aporia, tomo VII,ff.337-341. Es el momento en que logra la duplicación de los sueldos en España y Portugal.

tificación», de enero de 1599 a marzo de 1600''. Más tarde, regresó a Lisboa (porque, debido al posterior embarazo de D" Juana, no obtuvo autorización para permanecer en Madrid más de un año, durante el que, de hecho, se produjo un vacío en su actividad portuguesa); y, en breve, su mujer dio a luz a su hijo Diogo. Su mujer falleció seguramente de parto, después de abril de 1601, y fue enterrada, con certeza, en la capital española. El Ingeniero Mayor no permaneció viudo durante mucho tiempo, porque a finales de ese mismo año o comienzos de 1602 volvió a casarse, esta vez con la rica propietaria lisboeta D® Maria Manuel Cabeia de Faria, «heredera de un mayo-

° ANTT, Genealogías Manuscritas, L 1652,f. 333.

razgo en Oeiras»'™. Originaria de una importante familia de esta localidad, en donde residía y Turriano fue a vivir, D" Maria era hija del almojarife local y nieta de un caballero hidalgo de la Casa Real, dueña de varias propiedades, casa y fincas en la región heredada de sus tatarabuelos, «naturales de Oeiras» en los tiempos del rey D. Joáo II, todos ellos almojarifes locales, y de una dama de compañía de la reina D" Leonor, la esposa del rey D. Manuel (y de Francisco I de Francia), e hija de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel. Por lo tanto, hidalgos ricos. La vida matrimonial de LeonardoTurriano fue cuidadosamente reconstruida por el periodista e investigador de asuntos militares Carlos Callixto, en el opúsculo «OsTurrianos, engenheiros de el-rei» de su hermosa monografía Sáo Juliao

" Carlos R CALLIXTO, 1989, op. dt, pp. 201 -230: para simplificar no I citamos las fuentes (casi todas del Archivo de Oeiras), remitiendo a su excelente obra.

da Barra. Os Primeiros WOAnos'°\ Cruzando pacientemente los datos del Memorial de Oeiras con los de fuentes parroquiales, consiguió identificar los ocho hijos que tuvo y sus respectivos padrinos, los muy numerosos bautizos que apadrinó -reveladores de su elevado nivel social- y aportó abundante información sobre su descendencia, que seguiremos en estas páginas. La impresión general que se desprende de estos estudios es la de una familia numerosa y feliz, que vive bien y hasta con una cierta opulencia, muy alejado de los constantes lamentos y quejas financieras (o, en cierto modo, que las explican...) del Ingeniero Mayor, pero no exentas de tensiones internas, hábilmente gestionadas por la figura tutelar de la madre. Se trata de una vida paralela o, incluso, dividida en tres: la del padre de familia atento al futuro y educación de sus hijos, la del intelectual absorto en sus lecturas e intereses científico-literarios, y la del alto cargo oficial. El hijo del primer matrimonio, Diego o Diogo, sólo sería bautizado el 21 de noviembre de 1605, en la iglesia de Oeiras: una clara señal, en nuestra opinión, de que su madre falleció a consecuencia del parto y, seguramente, también de un cierto descuido religioso por parte del padre, más volcado a la filosofía natural que al misticismo. D" Maria, por el contrario, parece haber sido una sincera devota, considerando la profundísima formación religiosa que transmitió a sus hijos. 185

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En la misma iglesia había sido bautizado ya, el 5 de julio de 1604, su nuevo hijo, Leonardo, como su padre. Su padrino fue un personaje de relieve, nada menos que D. Manuel Ponce de León, el capitán de la guarnición castellana de la fortaleza de San Julián de la Barra. El 28 de abril de 1609, nuevo bautismo, esta vez el de Mateus, «hijo del Señor LeonardoTurriano y de D" Maria Manuel, residentes en el lugar de Oeiras» sin la presencia de su padre, que se encontraba en la corte, apadrinado por su tío Cosme Saraiva, casado con D" Leonor de Paria, hermana de la madre. Probablemente, se han extraviado los datos de algún hijo entre estos dos, porque en un memorando presentado en junio de 1609 al Consejo de Cuerra, Turriano se declaraba «cargado de muchos hijos y familia»'°^ Leo-

^ AGS, Mor y Tierra, leg. 702.

nardo y Mateus murieron pronto, antes de 1617. Pero vendrían otros, con una periodicidad casi matemática: Joana, de la que se ignora la fecha de nacimiento; JoSo, o Joao Baptista, bautizado el 28 de septiembre de 1610, que llegaría a ser en el futuro fraile e ingeniero militar; y Carlos, el 7 de febrero de 1612. En la iglesia parroquial de Santa Catarina en Lisboa -donde se había mudado la pareja alrededor de 1614- recibirían el bautismo Catarina, el 23 de noviembre de 1615, y Luis, el menor, el 12 de agosto de 1617. Estos son los hijos conocidos, que seguían vivos a la muerte del padre en 1629'". Un total de

Mbídem, leg. 1006.

ocho (pero seguramente más...), de los cuales seis superaron la infancia. Una familia a la que parecen estar especialmente unidos por lazos de compadrazgo es la de los Mendoga o Mendoza, nobles de origen castellano, condes de Val-de-Reis: en octubre de 1604, el Ingeniero Mayor apadrinó, junto con D" Maria de Mendoga, un bebé que recibió el nombre de Simao, hijo de Pedro de Mendonga, tal vez el alcalde mayor de Mourao, quien llegaría a ser en 1640 uno de los nobles aclamadores de D. Joao IV. La mujer de éste, D^ Clementina de Mendonga, sería al año siguiente la madrina de Diogo. Este niño, su hijo mayor, tuvo una educación especial -Callixto se pregunta, incluso, si el niño no habría nacido en Madrid y hubiera sido criado allí por la familia materna hasta los 4 o 5 años de edad- así como una vida muy aventurera, como resultado de su nacimiento separado y de su condición de hijastro y de primogénito. Educado por el Ingeniero Mayor para que le sucediera en el cargo, recibió una formación esmerada. De hecho, en 1629 escribió personalmente al Consejo de Cuerra sobre la situación de los hermanos y de su designación para el cargo, que fue confirmada mediante cinco cartas reales de Felipe IV, desde 1631 a l 633. Sin embargo, según mandaba la tradición del reino, para serlo «había que desempeñar el puesto en Flandes, o donde hubiere una guerra, y vivir durante cinco o seis años», lo que llevó a cabo, recibiendo 172.000 reales de sueldo. Fue desplazado para allá sólo en 1637 (cuando todavía aparece ei 29 de abril, apadrinando junto a su madre una niña en la iglesia de Oeiras); pero «por no haber ido a su destino, fue apresado y mandado soltar por un decreto del Consejo de Hacienda; tras abonar la fianza exigida, habría de partir hacia Flandes desde donde enviaría al cabo de seis meses un certificado de que se encontraba prestando servicio»'"". No 186

Memorial Histórico... sobfs Oeiras, op. dt. I, p. 64 (el autor anónimo se basaba en documentación perdida). FUNDACION' JUANELO TURRIANO i


Leonardo Turriano en Portugal

lo hizo o, mejor dicho, desapareció, ante la perspectiva de pasar seis años en la guerra de Flandes, el campo de mortandad más terrible de todo el siglo xvi-xvii. Se ignora dónde se refugió. Sólo se sabe que en 1645 se hallaba «ausente en reinos Cartório Notarial de Oeiras, L. I O, ff. 49-50: carta de obligación de Luís Turriano, de 25 años de edad, soltero, en cualquier momento que viere a su hermano Diogo, «de darle los alimentos conforme con su cualidad».

extranjeros»'"', con lo que perdió cualquier derecho a ocupar su cargo. Engañó al poder durante diez años, durante los que recibió los respectivos sueldos, y terminó por abandonar el país hacia un lugar desconocido, ¡probablemente Italia! El destino de su hermano Joáo (o Joáo Baptista, como pasó a firmar después de la muerte de su padre, hasta profesar como fraile), fue muy diferente, un modelo de virtudes y de dedicación al deber Nueve o diez años más joven que Diogo, recibió también una exquisita educación, de la que su padre se mostraba muy orgulloso, solicitando al rey ya en 1620 -Diogo tenía 19 años y Joáo poco más de 10- una «merced a sus hijos de sueldo con que puedan servir pues tiene dos, el

' AGS, Mor y 7/erro, leg. 858.

uno de 20 años y el otro de 17»'"", tal como afirmaba, exagerando un tanto en las edades (si es que no se refiere a Leonardo, fallecido poco antes), lo que le fue concedido por decreto real el 7 de agosto de ese año. Volvió a la carga en un memorial de 1627: «Que a dos hijos que están estudiando se sirva Vuestra Magestad de mandar se les den a cada uno una pension en Portugal, o Castilla, y a su hijo menor Vuestra Magestad le haga merced de los vinte escudos que gozava su hijo mayor que Vuestra Magestad le mandó quitar por haber dejado el estudio de la fortifica-

'"Ibidem, leg. 954.

ción.»"" Según Carlos Callixto, esos dos hijos serían Joào y Carlos; pero éste no había alcanzado todavía los 14 años, cuando seguidamente el Ingeniero Mayor solicita «a Diego Turriano, su hijo, la futura plaza de Ingeniero Mayor de Portugal (...) siendo como es tan capaz». Por consiguiente, la solicitud era para los dos mayores, que ya habían alcanzado la mayoría de edad. En otro informe dirigido al Consejo de Guerra en 1628, cuyo contenido conocemos por la respuesta positiva del 9 de enero siguiente, hace otra petición: «Vuestra Magestad le tiene hecha merced de una pension de cien ducados, para su hijo que estudia, y suplica» que la misma le sea pagada en Portugal, y que «se le con-

' Ibidem, leg. 994.

signasse en uno de los Obispados de aquel Reyno»'"®. Este «hijo que estudia» sólo puede haber sido Joào, a punto de iniciar ya su carrera religiosa. Esto lo confirma el memorial redactado por Diogo después de la muerte de su padre, cuando esperaba el nombramiento de Ingeniero Mayor: «DiegoTurriano dice que para que conste, que la persona para quien Vuestra Magestad hizo merced de la pension es Juan Baptista, que por servicios de su padre LeonardoTurriano se le dió para un hijo suyo que era Juan Baptista Turriano; presenta el consentimiento de su Madre y hermanos en el dicho, por ser estudiante y que está muy

' Ibidem, leg. 1006.

adelantado en la Filosofia»'"''. En ese momento, Joáo tenía 19 años y es seguro que estudiaba en Coimbra. En una Vida e Morte do Padre Mestre Frei Joào Turriano, lente de

Mathematica

nesta Universidade de Coimbra que descubrimos en la Torre do Tombo en 1987, incluida en un manuscrito que contenía biografías de padres fallecidos en el Colegio de Sáo Bfento hasta 1724, se relata minuciosamente la vida del hijo de Leonardo 187

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Turriano. Tomó los hábitos benedictinos en el monasterio de Sao Bento da Saúde, en Lisboa, el día 29 de noviembre de 1629, estudió cuatro años de teología en Coimbra y «en los dos años siguientes, se ocupó en este Colegio y estudió Matemáticas y Arquitectura por las lecciones de libros que tenía su padre, y por su natural inclinación al arte de la Ingeniería», y fue llamado en 1641 al servicio del rey D. Joao IV en las fortificaciones del reino, en particular en Cabeza Seca. Desde 1654 fue profesor de matemáticas en la universidad hasta 1677, en que se retiró de la villa de Cascaes, o de una quinta que se llama Estoril, próxima a ese lugar, en donde ayudaba a una cuñada viuda, que dejó su hermano Luis Turriano, y de un sobrino menor de edad, por tener ya en el Monasterio de Santa Clara en compañía de las hermanas dos sobrinas, hijas del mismo Luis Turriano; tras lo cual se retiró al monasterio de S. Bento da Saude de Lisboa cuna de su vocación y último descanso de su vida. donde falleció el 10 de febrero de 1679 y fue sepultado en la capilla mayor"". En la actualidad, el monasterio es la sede de la Asamblea de la República, y el lugar del enterramiento desapareció en el curso de las reformas del siglo xix.

'

ANTT, Santa Cruz de Coimbrú «Livro dos Defuntos» (Maçoé, Livro 2),

La relación de obras que trazó o realizó es impresionante, «por lo que era solicitado de muchas partes... para lo cual tenía singular genio e inventiva, aun cuando algunos criticasen la excesiva grandeza de sus ideas...». Incluso por haber sido el heredero de sus libros, y haber estudiado en ellos el arte de la arquitectura, el genio del Ingeniero Mayor parece haber pasado por completo a este segundo hijo, que contaba 18 años cuando falleció su padre, y que durante un tiempo pareció haber heredado también el título (o, por lo menos, fue conocido por él). Pero no es este el lugar para extendernos en el hijo. Sólo destaquemos ia alusión a la biblioteca del padre que, como hemos visto anteriormente, debió ser considerable, y a la quinta de Estoril, donde vivió con la familia de su fallecido hermano Luis, comisario de la Orden Terciaria de San Francisco. Otro hermano suyo, seguramente, Carlos, fue fraile franciscano de la Orden de ia Arrábida, de la que llegó a ser Provincial; y las dos hermanas, monjas clarisas en Santa Clara de Coimbra, de la que la más joven, Catarina, falleció centenaria poco antes de 1724"'. De esta forma, prácticamente se extinguía la familia por la varonía legítima. El último hijo que quedaba, Luis Turriano-niño de 12 años de edad que, todavía en 1645, con 25 años, vivía soltero con su madre (fallecida el 26 de febrero de 1666) en Estoril-, se casó con Isabel de Faria, probablemente prima suya, con la

' " E n dos ocasiones, en I627y 1628, LeonardoTurriano rey «le haga merced lugares para dos hijas en un (Monasterio de Vuestra Magestad en Lisboa» (AGS, Ador/Tierra, leg954 e 972).

que tendría el único descendiente varón del Ingeniero Mayor: Leonardo Torreano de Faria, que recibió el nombre en homenaje al abuelo, pero adaptando el apellido al portugués a «Torreano», y adoptando el uso de poner el apellido materno al final del nombre por imposición del mayorazgo. Vivían en Oeiras, donde 188

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D^ Isabel falleció en agosto de 1709. LeonardoTorreano de Faria, nieto deTurriano, se casó en 1597 con D"" Isabel Francisca da Rosa, con la que tuvo solamente hijas: Joana, bautizada el 18 de noviembre 1598; Maria, el 15 de agosto de 1703; y Claudia, que se casaría con Manuel da Serra, con quien tuvo alrededor de 1720 a Leonardo Torreano de Faria, «que fue el 7° administrador de la capilla instituida por Mécia Dias», de Nuestra Señora de la Piedad en Oeiras, fundada en 1530. Este tataranieto del Ingeniero Mayor fue persona de gran consideración en la villa, cuyo nombre sirve para apadrinar ahijados de renombre. También fue una persona de buena situación, gracias al mayorazgo heredado de los Cabeia de Faria: en tiempos de su hija D" joana Manuel Torreano de Faria, en 1755, sus bienes ascendían a 700 «alqueires» (medida propia de Portugal y Brasil) de trigo y 150.000 «reis» (unidad monetaria portuguesa) de intereses. Aún en 1821, otra administradora del mismo nombre pagaba las cuentas • Memorial Histórico de Oeiras... op. dt, II, p. I 17-8.

de esta capilla"^ Con la llegada del liberalismo los herederos se dispersan y muchos emigraron a lo largo de los siglos xix y xx. Hoy en día, se apellidan «Torreano» algunos de los más conocidos artistas contemporáneos de Nueva York y Chicago: el pintor John Torreano (nacido en 1941 ), la escultora Joanna Torreano... Hace mucho que se olvidaron de su antepasado, pero conservan su nombre y la sangre del artista corre por sus venas.

"Agradezco a la Señora Imarquesa de Mendía y a sus hijos, |lng. Eduardo de Mendía y Antonio de Mendía, la extraordinaria entileza con que me acogieron en el Palacio Mendía (Rua da Cruz, n° 72), permitiéndome realizar todas las fotografías hecesarias así como reproducirlas.

La casa de LeonardoTurriano en Lisboa"^ En 1514 el Ingeniero Mayor se mudó con su numerosa familia, mujer y 5 hijos (más tarde, nacerían otros dos más), más los criados y esclavos, desde la villa de Oeiras, 14 km al oeste de Lisboa, junto al Tajo y a San Julián de la Barra, en donde siempre residirá el mayorazgo de la mujer, a la capital. Por una feliz coincidencia hemos descubierto en el discurso de las investigaciones para el presente libro, exactamente dónde estaba situada esta nueva casa de los Turriano (que conservaron la anterior, el mayorazgo de la mujer, en Oeiras). La denuncia a la Inquisición en que figuró como testigo, de junio de 1518, declara que vivía cerca de la Calzada do Combro -una amplia calle que va desde Chiado y que era la continuación de la carretera hacia Alcántara y Oeiras- «junto al Pozo Nuevo» (una fuente abierta en tiempos del rey D. Manuel, de la que se sirvieron los habitantes, especialmente esclavos, por lo que el lugar era y es conocido con el nombre de Pozo de los Negros), en la calle Directa de la Cruz «junto al Monasterio de Nuestra Señora de Jesús» (el convento de la Orden Tercera de San Francisco, fundado en 1585 y finalizado en 1532, con su hospital y librería), «a mano derecha en la calle que conduce a Sáo Bento» (el grandioso monasterio benedictino de San Bento de la Salud, erigido entre 1598 y 1515, en la ladera del valle frente a él, y actual Asamblea de la República o Palacio de las Cortes). La topografía e, incluso, la toponimia han variado poco. En el centro del caserío modesto de comienzos del siglo xviii, todavía se abre la plaza con el Convento de Jesús (o de las Mercedes), cuya iglesia destruida en el terremoto de 1755, fue 189

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sustituida por una monumental fachada rococó (1769), y el edificio del hospital original; la calleja que baja hacia San Bento; y, por detrás, la Calle de la Cruz. Con la fachada orientada hacia ésta, a los lados de la Plaza de Jesús, se levanta una imponente casa seiscentista de tres pisos, que ocupa toda la manzana, de arquitectura sólida pero simple. Sin ninguna duda, se trata de la casa de los Turriano. De paredes de piedra muy gruesas y columnas angulares de mampostería de 1,5 m de lado, está compuesta por tres cuerpos bien definidos, separados en el interior por muros gruesos: el del frente, o zona noble, algo modificada a finales del siglo xix; la zona familiar con habitaciones; y las posteriores, más bajas de una sola planta. Esta estructura, cuidadosamente estudiada, fue lo que le permitió escapar intacta, como una construcción antisísmica, al desastre de 1755. Las nueve ventanas en cada uno de los lados principales, de molduras lisas (sólo arquitrabadas en el piso superior), permiten vislumbrar un interior bien iluminado y muy dividido. La entrada, a través de un portal largo para carruajes, se realiza por un atrio con una escalera de piedra de dos tramos, que conduce a un balcón interior, con columnas de mármol y a una amplia galería, por donde se efectúa la distribución de los espacios. En el centro del edificio, un pequeño patio -mejor sería llamarlo conducto de aire y luz- garantiza la ventilación, bajo el cual existen dos grandes cisternas, actualmente tapiadas. El interior, con la excepción del gran salón y las cámaras de la planta noble, es un laberinto de salas, salitas, corredores, dormitorios y pequeños huecos entre los muros, que tienen un carácter multifuncional. Ahí tendría Turriano su gabinete de trabajo, mesas de dibujo y cámaras para los libros y papeles, además de los dormitorios para los hijos y la servidumbre. Sin embargo, lo más interesante y original es el último tercio de la casa, asentado sobre las caballerizas y las cocheras: la terraza. Se trata de una amplísima superficie de 30 x 40 m, con una hermosa fuente de líneas curvas en el centro de la pared, rodeada en tres de sus lados por gradas y pilares sobre los que había seguramente pequeñas pirámides o esferas de piedra, como en El Escorial (hoy día, todas desaparecidas). Lo más extraño es que carece de vistas sobre la ciudad o el Tajo, pero sí permite una visión total del cielo y de la salida del sol... Es un lugar ideal para un magnífico observatorio astronómico, sin igual en ninguna otra casa de Lisboa. Esto asegura la pasión deTurriano por la astronomía y los horóscopos. El hecho comprobado de que estuviera en posesión de un ejemplar del Discorso delle Comete (Florencia, 1619), una pequeña obra del alumno de Galileo, Mario Cuiducci, enfrentado a los jesuítas del Colegio Romano, es prueba de que observó y siguió de cerca una de las más violentas polémicas científicas de comienzos del siglo xvii en Europa: la aparición del cometa Palma, que en noviembre de 1618 recorrió el cielo de Lisboa y fue visible en otras zonas, provocando decenas de escritos, entre ellos de Kepler, Grassi y Galileo (el célebre II Saggiatore, 1623). Al proyectar su casa, Turriano concedió a la astronomía un lugar de privilegio. 190

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LeonardoTurriano en Portugal

En la actualidad, el palacete pertenece a los marqueses de Mendia, que lo adquirieron en 1861. Según un manuscrito del siglo xix con la historia de ia casa,

Casa de Leonardo Turriano en Lisboa

el siglo anterior -que es lo más antiguo que se ha logrado remontar- perteneció al Patriarcado de Lisboa: y conviene recordar que todos los hijos del Ingeniero Mayor fueron frailes y monjas, excepto el más joven, Luis, también él miembro de la Orden Tercera de San Francisco. La viuda todavía residía allí en 1666, y su nieto sólo tuvo hijas, todas ellas monjas, la última de las cuales falleció en 1724. Debe de haber sido ella quien dejó la casa familiar al Patriarcado, que la ocupó con servicios administrativos, la cerró y terminó por abandonarla en la década de los 80, siendo incorporada a los bienes de la Corona en 1801. Después de pasar a un comerciante suizo y ser heredada por su hijo, cónsul de Suiza y Prusia en Lisboa, fue alquilada en 1833 al conde de Bobone, cónsul de Cerdeña y, en 1840, se convirtió en residencia del ministro del Brasil; finalmente, fue vendida al hispano-portugués D. José Mateus de Mendía y Elorza, que se convirtió en marqués de Mendía tras su matrimonio con una noble portuguesa, familia en cuyas manos todavía se mantiene. Su hijo es quien promueve las obras monumentales en 18951900, pero sin alterar lo esencial. Siempre en manos de la Iglesia («Cámara Eclesiástica de Lisboa») y de extranjeros comerciantes o diplomáticos, resulta llamativo el rechazo que una casa tan bella despertó entre la nobleza portuguesa, lo cual sólo se puede explicar por el hecho, evidente para cualquier lisboeta, de que no disponga vistas hacia el Tajo... Esta es una prueba adicional de que su fundador

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sólo pudo haber sido un extranjero, más preocupado por la visión del cielo que de la del río: Turriano.

El final Al alcanzar sus últimos años de vida, anciano y enfermo, LeonardoTurriano tenía todo para considerar que dejaba asegurado el futuro de su familia. Pero sus trabajos todavía no habían acabado. En 1626, con 65 o 66 años de edad, fue llamado por el rey, o antes, por el conde-duque de Olivares, a residir en la corte, en Madrid. Como de costumbre, no pudo oponerse a la orden de los Austrias que tanto le habían protegido. El objetivo era pasar al servicio de la nueva Junta de Fortificación, compuesta por los consejeros Pedro de Toledo, Fernando Girón y Bartolomeo AnayaVillanueva, para lo cual se le ordena que «venga a la Corte de assiento, para tratar de las fortificaciones de estos Reynos, de las deYtalia, y Indias»: la orden emitida en Madrid el 18 de septiembre de 1626 fue respondida por él después del 1 de octubre, diciendo que «está muy pronto para cumplirlo asi», y el día 13 siguiente, se inició el breve proceso de su transferencia. El último ingeniero militar italiano de Felipe II dejaba así su último cargo, sin abandonar por ello el título ni los honores del cargo de Ingeniero Mayor de Portugal, a cambio de una vaga promesa o expectativa de ir a servir a un nivel más alto al conjunto del Imperio. Era la nueva política centralizadora de Castilla a pleno rendimiento. Como era de esperar, Turriano vio en el cambio la oportunidad de obtener más beneficios económicos. Además de solicitar «mercedes» para sus hijos e hijas mayores, a los que iba a dejar desamparados, de «ayudas» de 50 ducados para cada hija soltera y de una «pensión» de 100 ducados para «el hijo que estudia» que sabemos que era Joao Turriano, entonces estudiante de filosofía en el monasterio benedictino de Rendufe, en los alrededores de Braga - inicia su acostumbrada lista de quejas y reclamaciones por falta de dinero: que se halla tan necessitado y empeñado por las ausencias que ha hecho de Portugal, acudiendo á Cadiz, á esta Corte, y á otras partes que se le ha mandado, que no podrá salir de aquel Reyno si Vuestra Magestad no se sirve de mandar se le dé alguna ayuda de costa, ó se le pague lo que se le deve de su sueldo. La Junta, teniendo en consideración sus buenos oficios («para tratar de las fortificaciones es muy necessaria su persona, por ser de tal esperiencia, y platica que se save»), y «con la asistencia en Madrid también se le ha de aumentar gasto», decide que el rey ordene a los gobernadores de Portugal que con el dinero de las tergas - un impuesto dedicado a la defensa - le sean abonados los pagos ordenados sin falta y «que el tiempo que risidiere en Madrid le vayan pagando» cada mes a quien él designe procurador, «pues de otra manera no lo podra hacer, ni 192

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asistir en la Corte». Como de costumbre, sus lamentaciones tuvieron resultados y obtuvo todo lo que había solicitado. Una cédula real del 14 de octubre de 1626, es decir, al día siguiente, prueba de " En el original, figura la rúbrica de Felipe IV con su decisión: «Así lo he mandado» (AGS, Ibidem, leg. 929).

que Felipe IV se implicó personalmente en el caso"", mandó entregarle 500 ducados «para el viage», y que sucesivamente le fueran pagados las cantidades ordenadas necesarias para su «entretenimiento» en España. Turriano lo consideró escaso. Lo pensó mejor, y a finales de ese mismo año envió al rey un informe más detallado para la contabilización de sus gastos e incrementando las solicitudes. Ya no era sólo la «pensión» para los dos hijos «que están estudiando» (antes era uno solamente...) sino también los 20 escudos de «merced» de la que disfrutaba el mayor, retirados por haber abandonado el estudio de la fortificación -debía de referirse a Diogo, siempre problemático- que debían serle pagados al más joven (Joáo con toda seguridad: no menciona nombres para evitar dudas) y, además, dos plazas en conventos de Lisboa para sus dos hijas, «casarle la una con alguna renta para poderse sustentar»; y garantizar a Diogo la futura sucesión a su cargo. Y aun pide más: como «en Madrid ha de poner casa de nuevo, y ha de traer su familia», recibir una ayuda de gastos de 400 ducados; y conservar no sólo los títulos y rendimientos en Portugal, sino también su «casa de aposento» para que algún ayu-

IHCM, Colección Aparid, tomo Vll.ff, 364-366. Su primer salario en Canarias en 1584 fue de I ducado (= I I reales) por día de trabajo.

dante o hijo puede ir allí cuando quiera hacerlo"'. El prestigio y la fama deTurriano eran tan importantes en la corte, que le fueron concedidas todas sus peticiones. ¡Lejos quedaban ya aquellos tiempos en los que tenía que suplicar le fueran pagados los gastos ya realizados, con un retraso de dos años! La contabilidad reforzaba sus argumentos. Cuando ganaba 1500 ducados mensuales -900 de sueldo por Portugal y 500 por Castilla-, afirmaba gastar en Lisboa una media de 2.000, pero en Madrid «para sustentarse honradamente con su familia» necesitará 4.000, es decir, más del doble del salario... Esa cuantía exorbitante permite deducir lo elevado, casi lujoso, que era su tren de vida. Se actuó con la mayor rapidez: el 8 de enero de 1527, el ingeniero Mayor desig-

'"ANTT,Chañe.de Filipe II, Doa;5es, leg 25, f 83; e Cartório llotarial de Oeiras, leg. 5, ff 103-11 I.

naba procurador al ingeniero António Simoes""-quien había empezado a trabajar en 1611, como asistente en las obras de la fortaleza de la Cabeza Seca, y que vivía en Oeiras: por consiguiente, un colega de profesión, vecino y amigo de toda confianza- para en su nombre «arrendar las casas que posee en Leiáo, en CassiIhas y todas las demás propiedades...todo lo que le parezca bien a su juicio». Antes de mayo había partido, con su mujer e hijos, y en junio, António Simòes alquiló las citadas propiedades. Sin embargo, la realidad fue muy distinta. Acosado en varios frentes por guerras sucesivas y un elevado esfuerzo económico y humano, el Imperio español iniciaba su declive y el rey prácticamente se olvidó de la presencia deTurriano. En respuesta a un extenso memorial de quejas y preguntas, en el que dice «ha seis meses que está aqui, y no se le ha ocupado en ninguna cosa», solicitando al rey «se sirva de mandar se tome resolución con su persona, y si es menester que assista aqui ... o darle licencia que se buelva á su casa», la Junta decide que «no es 193

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tratable lo que suplica». Por una parte, «no está para hacer jornadas, por hallarse viejo»; por otra, «si se le muestran las trazas ha de servir de embarazo, pues ha de mudar, y quitar de ellas como lo hacen todos los Yngenieros. Y la decisión final de la Junta es que, «pues él inclina á bolverse, y pide licencia para ello, siendo Vuestra Magestad servido se le podria conceder», y que se

IHCIM, Colección Aparíd,tomo

Vil, fF. 368-369: decisión de la junta de Fortificaciones de 30 de noviembre de 1627,

le paguen los 400 ducados que solicita y 300 o 400 más para los gastos de viaje de regreso, con los 100 ducados de pensión para un hijo. Por lo tanto, la tan preparada estancia deTurriano en la corte se saldó con un fracaso que no duró más que seis meses, y del que no sabemos a quién culpar: si a la Junta de Fortificaciones, que cambió de ideas y programa a mitad de camino, o a él mismo, con sus manías y exigencias, en suma, su falta de voluntad. Fue un triste episodio, casi un equívoco propio de una tragicomedia, al final de su carrera. Menos de un año después de su partida, estaba de regreso en Portugal. El 26 de mayo de 1628 la Junta estudia un informe que envió ya desde Lisboa, con un extenso currículo, para insistir en la solicitud de dos plazas en un convento de monjas para sus dos hijas, cuyo resultado fue positivo. Se trata del canto del cisne del Ingeniero Mayor, su auténtico testamento. Muy revelador de los verdaderos intereses que le movían, se muestra preocupado únicamente por el futuro de la familia y por asegurar a las hijas una buena posición en la sociedad lisboeta (que finalmente sería en Coimbra). Regresa, con toda seguridad, a su querida quinta de Estoril. Y ahí debemos imaginarlo durante su último año de vida, cansado, aquejado por las enfermedades, frustrado por su obra escrita interrumpida o inconclusa, en contacto directo con la madre Naturaleza, rodeado de hijos, algunos todavía niños -Luis, el más joven, debía tener 11 o 12 años, Catarina 14 o 15-, quizás, antiguos amigos; y la presencia frente al que siempre fue su principal compañero, el tesoro de sus secretos: el mar. No conseguimos imaginarlo con casi 70 años de edad, habiendo roto prácticamente cualquier relación con ese poder que tanto le mimó y que ahora le había vuelto la espalda, con la amargura de las numerosas enemistades que se fue creando durante toda su vida, conviviendo con la familia y servidumbre, ayudantes y criados, cómodamente instalado en el centro de una ciudad cosmopolita y dinámica como Lisboa. Sí en Estoril. Al fin y al cabo, esa era «su casa», más que la otra de Lisboa. Un rasgo de la cultura familiar demasiado intenso para ser coincidencia, nos confirma esta idea: la profunda devoción franciscana que impregnaba todo y a todos, explicable sólo por una convivencia prolongada e íntima con el modelo de vida del Poverello, gracias al contacto diario con los frailes del pequeño convento de San Antonio de Estoril que todavía existe actualmente, intacto, al lado del mar (fue fundado en 1527 por los religiosos reunidos de San Francisco). Fue tan estrecha esa relación que, incluso, al mudarse al centro de la gran ciudad, escogió un lugar al lado de la magnífica iglesia de la Orden Tercera de San Francisco o de Nuestra Señora de Jesús, que es, como creemos, el núcleo inicial de 194

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las casa buenas, casi un palacio que ocupa toda una manzana, que pertenece desde finales del siglo xix a los marqueses de Mendia, situado sobre el Chiado, con su amplia y fabulosamente bien situada terraza lateral, apropiada para realizar observaciones astronómicas: su casa de trabajo. El último documento que se conoce, indirectamente, sobre él es una consulta del Consejo del Rey en Madrid, fechada el 9 de enero de 1629, relativa a un memorial enviado por LeonardoTurriano con respecto a la gracia de una pensión de 100 ducados prometida a su «hijo que estudia».- solicita que le sea concedida «en Portugal á donde ambos viven». Por lo tanto, a mediados de 1628 ya había vuelto a su costumbre de intentar garantizar el pan de sus hijos menores: el convento para las niñas (abandonada la idea de una dote para una de ellas) y una buena pensión para el estudioso Joào, que parece haber estado muy apegado a su padre, al que aseguró la sucesión de un cargo que pudo haber conservado, pero que perdió debido a la ineptitud de su hijo Diogo. Los niños pequeños quedaron al cuidado de su madre, que poseía bienes. No deja de ser curioso que la mayor crítica que más tarde se lanzaría contra los numerosos proyectos arquitectónicos concebidos por Fray Joào Turriano, fuera precisamente la de su excesivo tamaño y coste: la «grandeza de sus ideas, cuyos gastos y dispendios impidieron en muchas ocasiones el final de las obras», que establecía por el placer que le proporcionaban y no «por el coste y dispendio que habían que llevar a cabo los dueños de las que se habían ejecutado». Se trata de una observación que los actuales historiadores no hacen con respecto a sus obras más grandiosas tales como la capilla mayor de la catedral de Viseu, el convento de Santa Clara-a-Nova de Coimbra o los monasterios benedictinos deTibáes, Santo Tirso y el nuevo dormitorio de Alcobaga, que se considera de una escala normal para su época. Esa era una apreciación condicionada por haber estado acostumbrado a vivir en casas muy grandes y, sobre todo, por la imagen de magnificencia del padre, de quien heredó no sólo el talento, el gusto artístico, la ciencia y los libros, sino también el espíritu de grandeza. Según J. Aparici García, el Ingeniero Mayor falleció «en 1628, en Lisboa, a los "JoséAPARici GARCIA, I Continuación del Informe sobre los Adelantos de la Comisión de I Historia en el Archivo de Simancas. Vol.lili.Madrid, I85l,p.87.

69 años de idad»"»; pero la mayor parte de los autores sitúa su muerte el año siguiente. Si falleció en la quinta de Estoril, será muy difícil, por no decir imposible, encontrar alguna comprobación documental irrefutable. La verdad es que el día 8 de noviembre de 1629 ya había muerto, porque ese día su viuda, D" Maria, estableció la distribución de su hacienda con los hijos y, días más tarde, Diogo Turriano, en su condición de jefe de familia, escribió al rey reiterando las solicitudes hechas por su padre a la Corona de Castilla, y pidiendo su sucesión. El hijo predilecto, Joáo, renunció a su parte de la herencia el 28 de noviembre de 1629, y el día 29 profesó en el monasterio de Sáo Bento de la Salud en Lisboa, cerca de su casa. Y el 13 de diciembre, su madre y hermanos daban su «consentimiento»

"' ANTT, Cartório Notarial de Lisboa,n° II,L. 184,ff.63v-64.

a favor del joven Carlos, seguramente para poder ingresar como novicio en la orden de los Franciscanos Arrábidos"'. 195

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Esta acumulación de sucesos durante los dos últimos meses del año nos lleva a pensar que su muerte debió de ser reciente, puesto que todavía en enero no se había producido (o al menos, no se conocía en Madrid). Si la situamos en septiembre o más probablemente en octubre -por ejemplo, a comienzos de octubre de 1629- no estaremos demasiado alejados de la realidad. Queda, para finalizar, analizar algunas cuestiones genéricas que se desprenden de la figura y la personalidad del Ingeniero Mayor, por más que le sean externas y póstumas. Son lo suficientemente interesantes como para merecer cierta atención. Una de ellas es su forma de ser, o su «genio», que sabemos fue polémico sin haber sido sanguíneo, más bien «saturnino» en los términos astrológicos que tanto le gustaban. Sería injusto juzgarlo según la opinión de sus enemigos y detractores -que eran numerosos- y no considerarle capaz de tener buen humor, aprecio por la calidad de las personas, simpatía, incluso amor. Sus constantes quejas, especialmente referidas a asuntos de dinero, le hacían antipático, pero ¿no era una característica común de los ingenieros de su época? Un buen ejemplo de ese temperamento más positivo nos viene dado por un informe que envió a Madrid probablemente en 1617, del cual no sabemos ni una palabra, pero que conocemos por la crítica de la que fue objeto, a solicitud de Felipe III, por parte de un teólogo de la corte. Se trataba de un escrito suyo, de los muchos que se perdieron, sobre las pinturas que pretendía realizar (o que ya había terminado: el texto no lo aclara) en el techo del Torreón de Felipe II en el Palacio de la Ribera en Lisboa y más exactamente, en la cara interior de la cúpula de la famosa Sala de Embajadores^'". Éste ya estaba decorado con alegorías alusivas a la fama de la Casa de los Habsburgo y con escenas de paisajes, ejecutadas en 1590 por Tiburzio Spannocchi, al que ahora quería agregar nuevas imágenes simbólicas. El censor anónimo comienza por criticarle el prólogo, en el que habla de la Santísima Trinidad y asuntos relacionados con el tema, y donde afirma que al

AGS, Estodo, leg. 435, f l95:«Lo que se ofrece en el Discurso de LeonardoTurriano sobre la Sala Real de laTorre del palacio de Lisboa y las empresas que están en ella repartidas y pintadas» (si l.n.d.).

ser los señoríos del rey más extensos que los del emperador Augusto, mayores razones tendría éste que aquel para decir que Júpiter tenía dividido su poder con él: lo cual sólo le perdona por haberlo dicho sin malicia y por el fervor de la intención. Turriano parece haber hecho, en una faceta de experto en heráldica que le desconocíamos, una historia de las proezas emprendidas por los príncipes de la Casa de Austria, empezando por las columnas de CarlosV con la divisa «Plus Ultra» -que tacha de latín incorrecto, porque bastaría sólo con « U l t r a » - a las de Felipe II: un carro de sol con la leyenda «Tam illustrabit omnia» y un sol sobre el globo terráqueo con su lema «Mihi nunquam occidit» alusivo al hecho de que nunca se ponía; y describe las empresas pintadas en la Sala. Todo esto no merece más que reparos y comentarios irónicos al erudito teólogo (que parece haber acompañado al Rey Prudente en las cortes de Tomar en 1581). Pero todavía peor es la crítica demoledora a las tres empresas propuestas por el Ingeniero Mayor: dos figuras humanas portadoras de la leyenda «Prudentia 196

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maior» y «Benignitas, Religio et Virtute», otra, la de un globo terráqueo abrazado por una serpiente, con lo que quiere simbolizar la extensión de la monarquía hispana, y que considera imperfectas y desproporcionadas. Concluye con la recomendación al rey de que no considere estas divisas como suyas, sino sólo como Rafael MOREIRA, « O Torreäo do Pago da Ribeira: arquitectura e decoragäo». Mundo da Alte, ri° 14, Junho 1983, pp. 43-48.

un elogio de terceros para su agrado"^ Este hecho revela que los proyectos fueron realizados para ser vistos por el soberano, a la espera de su anunciada visita a Lisboa, que sólo efectuaría en 1519. También esto nos lleva a pensar que él fue el responsable de los festejos públicos previstos para la solemne entrada de Felipe 111 en Lisboa, el 29 de junio de 1519 -el mismo día que su padre, Felipe 11- con sus trece arcos de los oficios y de las colonias de extranjeros con sede en la ciudad, cuando se daba por segu-

George KUBLER, Portuguese Plain Architecture between spices anddiomonds. Middletown, 1972, cap. VII. Memorial Histórico ... sobre Oeiras, op cit, vol. II, Oeiras, 1982, p. 58.

ro que el rey cambiaría la capital a Lisboa desde Madrid"'. Este triunfo halagó tanto a Felipe, que llegó a declarar públicamente «haber sido Rey sólo ese días''^ Kubler propone como autor y escenógrafo de esas festividades al pintor real Domingos Vieira SerrSo; pero éste estaba muy lejos de poseer la cultura clásica y visual sobre las que se basan, y que, por el contrario, Turriano dominaba de forma excelsa. Le vemos, pues, implicado en un complejo programa de propaganda real, dueño de un sentido lúdico y de júbilo, y participando en fiestas y celebraciones cívicas expresadas en el lenguaje alegórico de la época: una imagen muy diferente de la que estamos acostumbrados a ver en la figura circunspecta del Ingeniero Mayor. Después de diez años, la situación era muy distinta; de la alegría había pasado a una profunda depresión y melancolía. En el informe dirigido al rey en 1629, Entrada triunfal de Felipe III en Lisboa. Dibujo de DOMINGO VIEIRA.

Grabado de IOAN

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tras la muerte de su padre y en el que renueva la solicitud de dos plazas en conventos de Lisboa para sus hermanas, Diogo Turriano sólo tiene palabras llenas de amargura: «no hay dinero de ninguna suerte, y por que la pobreza de sus hermanas es la mayor del Mundo por la estrecheza en que las dejó su padre... porque no pueden sustentarse, ni tienen con que pasar por su pobreza...». Nos describe una situación calamitosa. ¿Sería LeonardoTurriano realmente pobre o su hijo había aprendido bien las reglas del juego? Nada hace pensar que lo fuese, antes al contrario. Además de un salario exorbitante para la época, poseía bienes -tanto los que había dejado en manos de António Simòes al partir hacia Madrid como, sin duda, otros- y era propietario de al menos tres magníficas residencias, las de Estoril, de Lisboa y de Azeitáo, cada una para una estación del año. Y contaba, además, con la fortuna de su mujer, una rica hacendada de Oeiras, con derecho de mayorazgo. Por supuesto, debemos considerar la devaluación de la moneda y las subidas de precios en aquellos años que, de hecho, fueron enormes. Pero, en nuestra opinión, se deben tener en cuenta, más que nada, los gastos desmesurados a los que estaban acostumbrados los Turriano, con sus hijos, secretarios, criados y demás servicios (y los esclavos), en su «casa», y para conservar el elevado nivel de vida al que se veía obligado en Lisboa. Leonardo se encontraba lejos de ser un hombre pobre, ni tan siquiera necesitado. ¿Cómo podemos explicar, entonces, las constantes lamentaciones de miseria y las continuas reclamaciones de auxilio a los reyes? Necesitaríamos extensas consideraciones, que no tienen cabida en estas páginas, sobre la mentalidad de los técnicos e ingenieros militares italianos al seni/icio de otros países para poder comprenderlo. Era una práctica común, casi un hábito...o una obligación.Turriano no escapó a la regla más vulgar de pedir, pedir siempre y cada vez más a cambio de sus buenos servicios. El saco sin fondo al que recurría una y otra vez era la propia corona a la que servía por un buen precio, como resulta evidente y del que se consideraba merecedor. Lo que nos lleva a plantear una última cuestión: finalmente, ¿cuál era el grado de fidelidad y patriotismo que mantuvo el Ingeniero Mayor con un poder que le sustentó con tanta prodigalidad? ¿Qué tipo de relación política unió aTurriano con la monarquía de los Felipes y la Casa de Austria o los Habsburgo? Y ¿qué especie de lazos afectivos y mentales lo unieron a España, con la fuerza suficiente para amoldar una identidad? Este es un punto crucial. Sin querer entrar en discusiones que nos llevarían muy lejos sobre las teorías políticas y jurídicas del Renacimiento, es preciso señalar que la relación que le unía a su rey era un vínculo de naturaleza eminentemente personal, un contrato profesional que adquiría visos casi de vasallaje. La figura concreta de «Vuestra Magestad» -al que seguramente no vio personalmente más que en media docena de ocasiones- era el centro alrededor del que giraba todo lo demás. Un episodio ocurrido muchos años después de su muerte nos ayuda a visualizar mejor la esencia del problema. Se trata de la carta enviada por un tal François 198

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Lanier, agente diplomático de Francia, y puntual informador del cardenal Riclielieu, fecliada en Lisboa a 7 de noviembre de 1642, en la que relata las últimas novedades de la corte portuguesa en el período inmediatamente posterior a la Restaura"" Paulette DEMERSON, «Correspondance diplomatique de François Lanier resident de France à Lisbonne ( I ère partie, année 1642)». Arquivos do Centro Cultural Calouste Gulbenkian, vol. m, 1994, pp. 739-822, ver p. 786.

ción, desde su último mensaje del 19 de octubre anterior''". Después de narrar cómo el nuevo rey D. joáo IV le había «tesmoigné grand contentement d'ung papier qui m'avoit esté donné par ung religieux de l'ordre de Sr Benoit, filz d'un gentilhomme milanez nommé LeonardoTurriano, qui est mort il y a 12 ans, ingénieur mayor de Portugal et de Castille, grand mathématicien et fort renommé en toute l'Espagne» -de este breve encuentro con Fray joào Turriano no sólo se confirma la fecha de la muerte del padre en 1629, sino el hecho de que su hijo alardeara de la posesión de «papeles» suyos, relativos, por cierto a las defensas del reino, uno de los cuales, de los que remite copia, le fue entregado al rey por medio de Lanier (desgraciadamente perdido)- relata una conversación muy curiosa que había mantenido algunos días antes del día 30 de octubre con su viuda, D^ Maria Manuel, que transcribimos en su integridad: Et depuis, la vefve du diet ingénieur m'a mandé que son mary luy avoit toujours diet qu'il ne voulloit point s'habituer en Castille pour les misères qui s'y debvoient voir inimaginables et que si Dieu n'en disposoit autrement qu'il voyoit par ses spéculations, on y verroit des changements estranges, et pour cest effect, en avoit retiré son domicile des auparavant da mort. Es decir: Turriano no se adaptaba a vivir en Madrid, debido a las «inimagina-

f Sobre el Madrid de los Austrias, la bibliografía es inmensa. Sobre I los aspectos urbanísticos y de la historia de la ciudad, cabe destacar la obra reciente y I excelente de jesús ESCOBAR, La Plaza A4oyory los orígenes del Madrid barroco Madrid, Nerea, 2008. Prefacio de Fernando MARÍAS.

bles miserias» que había allP",y se entrega a «especulaciones» -indudablemente, de carácter astrológico- que hacían prever la aparición de «cambios extraños», por lo que se había retirado a su domicilio poco antes de su muerte; como hemos visto antes, era la realidad. Por lo tanto, el Ingeniero Mayor quiso ir a morir a Portugal, decepcionado del rumbo que estaban tomando los acontecimientos en Castilla y horrorizado por las miserias indescriptibles que allí se veían, y que confirmaban sus horóscopos. Es una lástima que no nos diga, o que no se lo hubiese dicho a su mujer, cuáles eran esos «cambios extraños» que preveía, ciertamente de índole política y social. Una vez más, el anciano Ingeniero Mayor tenía razón. Ante la crisis que se avecinaba, cambió pues su absoluta fidelidad a Felipe IV por el apego a Portugal y el cariño de la familia y los amigos, cambiando nuevamente de domicilio y regresando a Lisboa. Falta por saber que habría hecho si la Restauración, o «aclamación» de los Braganza, se hubiese producido antes o si hubiese vivido algunos años más: ¿se habría adherido al movimiento anti-castellano de 1640, o su dedicación a los Habsburgo hubiera sido más fuerte y se habría retirado a España, tal como ocurrió con tantos otros? Es una cuestión académica y en gran medida, inútil, pero los datos de los que disponemos nos llevan a preferir la primera hipótesis. En este sentido, LeonardoTurriano hubiera sido 199

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Campana para el trabajo de cuatro hombres en el fondo de un río (izq.) y Gran arado de hierro, inspirando en los agrícolas, para la limpieza del río Tajo (dcha.).

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Dos discursos de Leonardo Turriano el primero sobre el fuerte de San Lourengo de Cabega Ceca en la boca del Taxo el segundo sobre limpiar la barra de dicho rio y otras diferentes, Biblioteca Nacional de Portugal, Ms. 12892, ff 76 y 58

completamente opuesto a su colega, compatriota y predecesor, Filippo Terzi, con medio siglo de diferencia. De esta forma, se cierra una existencia de casi setenta años, en que más que un hombre, nos ha interesado su obra, tecnológica, literaria y gráfica, y la personalidad sin igual que ella nos revela. «Hombre del Renacimiento», sin duda alguna, como muchas veces ha sido considerado: por su cultura humanística, su amor por la poesía clásica, sus intereses por la historia y la geografía no solamente de Europa, sino de todo el mundo. Y también un hombre moderno, capaz de vivir las dudas y las angustias de su tiempo, como Camóes o Cervantes; y, sobre todo, una gran figura del Renacimiento Tardío europeo en su transición hacia el Barroco, por el enciclopedismo, la verdadera pasión científica, su gusto por las lecturas eruditas, la seducción de la experiencia y las curiosidades y misterios de la naturaleza. LeonardoTurriano fue mucho más que un gran científico: fue un precursor del nuevo método matemático de interpretación sistemática de los hechos naturales por su estricta medición, cálculo y reducción del universo a «leyes generales». El mundo inmediato de la experiencia cotidiana le sirvió de base, como a Kepler o a Calileo -contemporáneos exactos suyos- para la rigurosa observación y comparación de los fenómenos del cosmos, para establecer un conjunto de principios 200

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LeonardoTurriano en Portugal

físicos universales, capaz de fundamentar, explicar y prever la totalidad de la naturaleza, y que en ese momento era único y casi milagroso de superación de la ciencia renacentista. Gracias a una sólida instrucción en geometría y en la mecánica, a su insaciable curiosidad, a la pasión por la realidad concreta, a un enorme talento natural, y a su genio innato-como un nuevo Leonardo Da Vinci- supo elevar los conocimientos empíricos y particulares de los sentidos a una visión teórica del mundo, y volver a él transformándolo con la tecnología. Las múltiples máquinas e ingenios que inventó, las experiencias que llevó a cabo en su industria, el aumento de potencia de los instrumentos de visión y de medida que utilizó, lo llevaron a «especulaciones» capaces de cambiar la faz de la tierra. Pionero de nuevas disciplinas tales como la vulcanologia o la oceanografía, que sólo verían aumentar su importancia tres siglos más tarde, fue, por encima de todo, un profeta de la nueva era. Por lo tanto, merece ser rescatado del olvido al que su ambiente histórico lo relegó y pasar a ocupar de pleno derecho el lugar que debe en la galería de grandes personajes, junto con esas figuras de gigantes que fueron Tycho Brahe, Stevin, Kepler, Galileo, Bacon, hasta Descartes: es decir, los héroes que crearon y fundaron la ciencia moderna.

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«Parente et alìeuo del già messer Janello». Primeras notas sobre Bernardo y LeonardoTurriano

Marino Vigano


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H.NDACION JUANILLO TURRIANO


*Traducdón a cargo de Daniel Crespo Delgado y Luca Boscolo Caporale

Dos ingenieros y un parentesco a debate* «El considerar a Leonardo Torriani, personaje interesante en la Historia de Canarias, pero de la familia aristocrática De laTorre, como pariente y aún protegido de Juanelo -cuando el pobre siempre lo que necesitó fue protección para sí mismo- es erróneo»'. Hace poco más de treinta años, esta afirmación de José Antonio Carcía-Diego parecía dar por cerrada de manera definitiva la tradición, nunca bien comprobada, de un parentesco entre los dos célebres técnicos, ambos «criados» de la casa española de los Habsburgo. Uno, LeonardoTurriano (Cremona ±1559-Lisboa ±1628), reputado ingeniero mayor en el Portugal filipino de finales del siglo xvi; el otro, Juanelo Turriano (Cremona ±1500-Toledo 1585), renombrado relojero, astrónomo e ingeniero de Carlos V y Felipe II en el ducado de Milán y en España'. A partir de José Aparici y Carcía, para quien Leonardo «pertenecía indubitablemente a la familia del célebre maquinista Juanelo Turriano» (1851

varios autores españoles se han referido a

dicha consanguinidad. Un siglo después, en 1942, Dominik Josef Wólfel, comentando la notable Descripción e historia del reino de las Islas Canarias de Leonardo Turriano, señala sobre la cuestión: TIBURZIO SPANNOCCHI, Proyecto de fortificación para Cremona, 1595 y 1596. España. Ministerio de Cultura. Archivo General de Simancas, M P D 7, 117

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[...] SO benissimo che si potrebbe trovare di più se si facessero in Italia ricerche su Gianello Torriani, il più illustre parente, e forse il padre di Leonardo. [...] Forse io stesso o uno dei miei discepoli farà queste indagini; forse le farà un italiano bramoso di rintracciare le orme di Gianello e Leonardo Torriani. [...] Potrebbe darsi che egli sia stato il padre di Leonardo, ma siccome non sappiamo quanti anni aveva quest'ultimo quando dimorava nelle Canarie, non possiamo dirlo con sicurezza. Nel capitolo 26 del manoscritto Leonardo menziona la canonizzazione di Fray Diego de San Nicolás fatta dal papa Sisto V due anni prima; nel cap. 41 dice che l'anno precedente era il 1595. Poi egli riferisce tutta una serie di eventi di cui fu testimonio oculare o contemporaneo che conosciamo anche da altri autori, eventi di cui egli stesso o questi ultimi ci forniscono le date. Ne risulta che Leonardo dimorò nelle Canarie almeno negli anni 1582-1597 e che probabilmente verso la fine di questo periodo compose la sua «Descrittione» delle isole Canarie. Le illustrazioni, col loro testo talvolta molto abbondante e riproducente quanto si dice nel racconto, sono indipendenti e forse hanno preceduto di molto tempo la composizione dell'opera stessa. Se Gianello è veramente il padre di Leonardo, questi non può esser nato a Cremona o altrove in Italia, ma probabilmente a Toledo, ove Gianello dimorò nel secondo periodo della sua vita. Purtroppo non potei fare ricerche nei registri di battesimo di Toledo ed ora le devastazioni dell'ultima guerra civile le avranno forse rese impossibili. In ogni modo è molto probabile che Leonardo sia stato almeno un parente di Gianello, nato a Cremona e venuto in Ispagna per suo invito. Se si parla di Milano come luogo di nascita, ciò si deve al fatto che lo si crede appartenere all'antica e celebre famiglia dei Torriani". Se retoma, portante, el hilo de una relación parental. La afirmación de García Diego también pretende refutar una nota de tipo biográfico introducida por Antonio Rumeu de Armas en una historia de los ataques navales a las Canarias, donde subraya: Pero el que sí debió ser, con casi absoluta certeza, tío de Leonardo, fue el famoso ingeniero, natural de Cremona, Giovanni o Gianello Torriani o de laTorre, conocido en España como Juanelo Turriano. [...] Desde el momento en que sabemos que Leonardo Torriani se hallabaen Alemania al servicio del emperador Rodolfo V de Habsburgo y que Felipe II, apremiado por el problema de la fortificación del reino de Portugal, recién incorporado, reclamó los servicios de Leonardo haciéndolo venir de tan lejanas tierras, no hay que ser zahori para presumir que fue JuaneloTurrianoquien propuso al Rey la incorporación de su sobrino 206

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«Parente et alieuo del già messer Janello»

al cuadro de los ingenieros extranjeros reclutados para tal menester. Además, desde el arribo de Torriani a Portugal se le empieza a apellidar invariablemente Turriano, como a Juanelo, y no con otra variante cualquiera de su apellido, y hasta más lógica, comoTorriano, lo que prueba que se le consideró desde un principio pariente del famoso relojero de Carlos Tras páginas similares de otros biógrafos y conclusiones más o menos matizadas, Leonardo ha sido definido recientemente como «filho-embora natural, pois nao figura entre os herdeiros- do célebre mecánico e relojoeiro de Carlos V, o cremonés Juanelo Turriano» (1988)^ y poco después como «natural de Cremona e filho natural de Juanelo Torriani» (1999)'. Se perfilan, pues, tres posibilidades: un parentesco de carácter indefinido entre Juanelo y Leonardo, afirmado desde principios del siglo xix hasta mediados del xx; o bien una negación de cualquier tipo de vínculo; o, en años recientes, la afirmación de la existencia de una relación estrecha, padre-hijo. ¿Cuál sería la interpretación que más se aproxima a la realidad? No es fácil contestar, porque aunque la bibliografía sobre LeonardoTurriano ya es amplia, no precisa sus orígenes. Incluido por Prospero Peragallo entre los italianos en Portugal (1904)", es citado por Francisco Sousa Viterbo (1922)" y Guido Battelli (1939)'°. Su manuscrito sobre las Canarias es editado por Dominik Josef Wólfel (1940)" y seguidamente por Alejandro Cioranescu (1959)'^ Por otra parte, LeonardoTurriano también es conocido como ingeniero por sus proyectos de defensa de las Filipinas, estudiados por María Lourdes Díaz-Trechuelo (1961)". Rafael Moreira asume el presumible vínculo de filiación con Juanelo (1983)'". El perfil de cartógrafo y naturalista retorna en el trabajo de Fernando Gabriel Martín Rodríguez (1986)", el de «ingeniero mayor» en Livio da Costa Guedes (1988)"'y Carlos Pereira Callixto (1989)''; y en España en Fernando Checa (1989)'". Fernando Jesús Bouza Alvárez señala su presunta filiación respecto a Juanelo (1989)'^ Margarida de Magalhaes Ramalho publica diseños para la defensa de Cascaes (1990)^", Joao Rocha Pinto expone su relevancia para la historia de la isla de Madeira (1990)^', Alicia Cámara Muñoz analiza su proyecto de navegación del río Cuadalete (1991)^^ A continuación, Rafael Moreira edita dos discursos: el primero sobre la fortaleza de San Lorenzo de Cabeza Seca, el segundo sobre la limpieza de la desembocadura del Tajo (1992)". Su influencia en la ingeniería española es abordada por Diego Suárez Quevedo (1993)^", su obra como cartógrafo en Canarias es retomada por José María Pinto y de la Rosa (1996)". Rafael Moreira'" y Alicia Cámara Muñoz (1998)" se refieren a sus opiniones sobre la navegación del Tajo, sus inquietudes naturalistas se reencuentran en los estudios de José Manuel Azevedo Silva (1999)2" y Alicia Cámara (2000)". Diego Suárez Quevedo (2004)^" y David Buisseret (2005)^' reconsideran la contribución de LeonardoTurriano a la cartografía «canaria». Alicia Cámara pone de 207

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relieve la innportancia del filón de los ingenieros de Felipe III, menos explotado hasta la fecha por los estudiosos que el de Felipe II (2006P. Diego Suárez Quevedo analiza la marginalia de LeonardoTurriano en un texto de escultura y pintura renacentista (2006)" y sus propuestas de canales y fortificaciones en la Península Ibérica (2007)^"; Salvenrico Massa vuelve sobre el álbum de las Canarias (2007)^'; Alicia Cámara publica sus proyectos para los presidios castellanos en África septentrional (2008)^'. En algunos de estos estudios, Leonardo se relaciona con la familia del celebérrimo Juanelo, cuya biografía, a su vez, presenta lagunas y merece profundizarse.

Elementos historiográficos sobre Juanelo Turriano Para clarificar en lo posible la cuestión de la presunta consanguinidad padre-hijo entre Juanelo y Leonardo, abordaremos en este momento un perfil del primero. Tal esbozo será necesariamente sintético, ya que la vida del relojero y mecánico conocido como Juanelo (en la documentación italiana Giannello o Leonello sin más) «Torriani» resulta difícil de reconstruir. A pesar de las investigaciones llevadas a cabo en Italia - nación de origen - y en España-tierra a la que emigró - las fuentes se han revelado parcas de noticias. Así, la vasta bibliografía disponible - una setentona de títulos entre libros, ensayos, artículos - y las pocas cartas conservadas, deben acompañarse de las referencias que realizaron autores coetáneos. Identificadas la fecha de su nacimiento en Cremona, retrasada hasta 1500 por la historiografía reciente", y la de su muerte en Toledo e l i 3 de junio de 1585, segtjn una nota de Esteban de Caribay y (^amalloa^®, su trayectoria entre CreBusto de Juanelo Turriano, hacia 1560. Museo de Santa Cruz, Toledo

mona y Milán está jalonada por contados hitos documentados con certeza. En actas oficiales se ha hallado su apellido verdadero, «Torresani», y quién fue su padre. Dos protocolos del notario cremonense Giovanni Maria Ariberti de 23 de junio de 1520-en concreto una Carta emptionis^^ y una Carta /ocaí/on/s""-confirman el patronímico del ingeniero, hijo de «Girardus de toresanis fq. Jannelli», y, por tanto, la transmisión familiar del nombre «Giannello». Otras dos actas Ariberti registran, el 23 de abril de 1523, la donación de una porción de terreno con casa a «girardo de Toresanis fq. Jannelli»"', y el 13 de mayo de 1523 la venta del mismo de parte de «ghirardo de torexanis fq. Jannelli»"^ Segijn otros tres protocolos Ariberti, el 12 de marzo de 1524 «Girardus de toresanis fq. Jannelli» adeuda el alquiler de un molino"^; el 11 de marzo de 1529, «gherardus de Toresanis fq. Jannelli» promete pagar una cierta suma de dinero""; y el 21 de mayo de 1529, «Girardus de Toresanis fq. Janelli» resulta haber saldado su deuda de marzo de 1524"'. En cuanto a nuestro Juanelo, en dos actas Ariberti, el 14 de marzo de 1530 aparece la declaración de la constitución 208

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«Parente et alieuo del già messer Janello»

de la dote de «d[omina] Antonia de Segiella fq. B[er]nardini», mujer de «Janelli de toresanis filij separati gherardi»"^; con la consiguiente certificación de recibo de la misma dote, con el encabezamiento «Janellus de toresanis filius Separatus gherardi»"'. Otras dos escrituras, de Giovanni Pietro Allia, comprometen el 25 de julio de 1535 a «mjagiste].'Janellus de Toresanis orolog[iar]ius fq. gherardi» a instruir en su arte a un aprendiz durante dos años""; y el 10 de abril de 1537 a suspender el aprendizaje durante seis meses, para retomarlo en octubre por los nueve meses sucesivos, disponiéndose que el aprendiz «ad standujm] et habitandu[m] cum d[ict].° m[agist]."'Janello»"^ En el ámbito profesional, los Libri Provisionum de la catedral registran cuatro disposiciones: el pago de 15 liras imperiales al «mjagistj.'"Janello de toresanis» por «adaptandi seu reforman[d].', oroloia existentjes] sup[er] turratio» de Cremona (6 de julio de 1529)™; 22 libras al «s[upra]s[crip]to M[agist].'° Janello» expedidas «ad b[e]n[e]ficium p[redic].'=fabrice» (25 de febrero de 1534)='; 22 liras y 16 sueldos y 22 liras en favor de «s[upra]s[crip]ti Janelli», por «faciendi vsidos seu portellos ad baptismum positjum] ijnj baptisterio» (4 de abril de 1534)"; la gracia de 40 sueldos a «Janello de toresanis», última orden, por su obra «adaptandi orologiuím]» (22 de septiembre de 1534)". Hacia 1539 se traslada a Milán, apareciendo en otras órdenes de pagos: el 1 de abril de 1544 por «star' presso l'exercito de s.[ua] m[aes].'= in Piemonti»'"; el 19 de junio de 1545 por «vna sua andata alla Corte di Sua M[aes].'"»"; el 19 de abril de 1547 «à bon cjonjto del horologio, q[u]al ha da fare p[er] la mlaes].'" Ces[are].=»'"; el 12 de agosto de 1547 «à bon cjonjto del' horologio, che gli com[mIandamo fare»"; el 11 de febrero de 1548 por «l'oro de indorare, et l'argento che va al horologio»'®; el 30 mayo de 1548 por «l'horrologio fa per la M[aesJ.''^ Cesjare]."»'^; el 11 de octubre de 1548 por la «fattura del horologio fatto per Soa m[aes]."'»''°. En relación a un reloj, el gobernador Ferrante Gonzaga escribe el 20 de febrero de 1549 que lo «racconcierà MjaestJ.'^" Giannello»"^'. El 22 de enero de 1550 fue elegido abate del paratico, esto es, máximo responsable del gremio de herreros {Fabbri Ferrai), tal como se deduce de una escritura del notario Giovan Antonio Crivelli"'; por otro lado, de una escritura, actualmente perdida, de Dionigi Allegranza fechada el 23 de mayo de 1550" -con copia, así mismo perdida, en la BibliotecaTrivulziana- «Magister Janellus deTorrianis» resultaba tener en su taller de Porta Nuova un discípulo «ad adiscendum artem, et exercitium conficiendi orologios, et ad laborandum in apotheca dicti domini lanelli»"". El 12 de agosto de 1550, se emite una orden para proporcionarle una suma adecuada por el viaje «per conferirse Jn augusta, et portar l'horelogio, che gl'hauemo fatto far per la M[aes]." Ces:[area]»"', y otra el 3 de octubre de 1550 para «ritornare Jn mii]l[an]o co' l'horologio et finirlo»"". El contrato de alquiler de una casa en Porta Romana, encabezado por «D. leonelly deTorrianis fq. d. girardi p[orte] njoue] p[arochie] sjanctij benedicti», aparece en una escritura de Giacomo Antonio Carcani del 10 de noviembre de 1550"'. Del mismo modo, se documenta un pago seguido del nuevo domicilio «a dlomijno leonello deTorrianis fq. 209

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ANTOINE LAFRÉRY, Vista de Milán, 1573. Biblioteca Nacional de España

d. girardi p[orte] r[omane] plarochie] s[ancti] nazarij jn brolio» el 13 de febrero de 1551 en una acta del mismo Carcani"». Dos pagos, el 22 de noviembre de 1550 por «finir' l'orologio di Sua m[aes]."'»''' y el 20 de mayo de 1551 por «portar il Relogio a S.[ua] M[aes].'=»™, anteceden a un diploma con el cual el emperador le concede, desde Innsbruck, el 7 de marzo de 1552, una pensión anual de 100 escudos de oro a pagar en cuotas trimestrales; pensión confirmada por el Senado de Milán y por Carlos V mediante decreto de 7 de abril de 1552''. «M[aest]." Cianello» aparece en una carta de 30 de marzo de 1552 de Leone Leoni a Antoine Perrenot, obispo de Arrás y presidente del Consejo de la Corona". El 5 de diciembre de 1552, en las actas del notario Battista Rozzi se anota una venta y alquiler de una propiedad de Battista Mazenta aTorresani". En un despacho dirigido al gobernador de Milán, Ferrante Gonzaga, el 31 de diciembre de 1552, el emperador Carlos V ordena que se satisfaga a «Mfagistj.™ JanelloToriano» la pensión de 100 escudos de oro que le fue asignada en marzo'": siguen dos órdenes de pago del 28 de febrero de 1553 «per soa penslionj." del anno pjresejnte»", y del 23 marzo de 1553, «p[er] la detta sua pensione d[e]l anno pjresejnte ch[e] finirá al vlt[im].° xbre pjrojssimo anuenir'»'". En carta a Gonzaga fechada el 22 de agosto de 1553, el responsable de las Entradas ordinarias, Francesco Crasso, le comunica con insistencia que «uoglia Solecitar' M[agist]."JaneIlo orologiero, ad andar a la corte, con certo altro officiale, et vn orologio p[er] 210

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Sua M[aes]."», señalando la necesidad de que «se le diano denari p[erj el viaggio, a conto de la sua pensione ancor' anticipatam[en]te»''. Sin tardanza, el 25 de agosto de 1553, el gobernador dispone respecto al viaje de «Mjagist]." Gianello horologgiero à la corte dimandato da sua MlaesJ.'"» que «si le dijno i cento scuti per lo viaggio»'®, firmando el 26 de agosto de 1553 la orden «di pagar à mlaest].™ Janello Orologiaro» los 100 escudos citados"; otra manda, del 21 de enero de 1554, certifica el pago de su «pensione del anno p[resejnte che finirá al' vitimo xbre pross[im].° auenire»"". El emperador Carlos V se dirige entonces a Franceso Crasso, el 13 de febrero de 1554, «embiando à mandar à maestre Juannello Turriano nos trayga el relor grande que el hizo» y de «proueerle de dinero para ello»®'; Crasso comunica a Gonzaga el 24 de febrero de 1554 que «per hauersi di partire Mjaes]."" Janello frà doi ò tre giorni», y puesto que «con esso m[aestj/° Janello hauerà d'andar ancora m[aestl/° Jacobo da trezzo che hà fatto la balla di Cristallo», debe pagaHes 150 escudos®'; y el 27 de febrero de 1554, «circa il particolare di l'horologgio», el gobernador aprueba un anticipo en efectivo, «et l'ordine, et prouisione anchora»®^ Una carta de Marco Antonio Patanella a Antonio Perrenot de Granvelle, fechada en Milán el 3 de marzo de 1554, confirma que «M[aest].'° Giannello e Mjaest].'" Jacomo Trezzo» habían partido el día antes®". En la envoltura de un despacho real, perdido, del 3 de octubre de 1555, aparece la orden de Felipe II, desde Bruselas, dirigida a Fernando Álvarez deToledo, 111 duque de Alba, para que «venghi soddisfatto Mastro Genelo di quanto risulterà andar creditore pier] la pensione di cento scudi annui»®', mientras que un despacho real sucesivo, más largo, de Felipe II fechado el 29 de diciembre de 1555, adjunto a una orden, prueba que «M[agistI.'°JanelloTorriano» se encuentra en Milán con licencia, se le reclama en Bruselas junto a Leoni y «todas la p[ro]uisiones q.[ue] hara hecho assy de cristallo, como délo demás q.[ue] es neceSlariJ." para acabar sus obras», concediéndosele «todo lo que se les deuiere de sus pensiones», además del «dinero necel?i[arij.°» para un viaje confortable. La orden adjunta del 10 de febrero de 1556, le asigna 75 escudos para el trayecto®", otras dos, una del 15 de enero de 1556,100 escudos por el «pagamento ijnjtegro di tutto l'anlnjo 1555»"', y la segunda, del 17 de enero de 1556, otros 25 por el «pagamento di ottobre Noue[m]bre et Decembre pross[im].° passato», esto es, de 1555®®. El 10 de enero de 1556, con escritura del notario Battista Rozzi, adquiere una propiedad a Battista Mazenta®'; el 12 de febrero de 1556, el condottiero Giovanni Battista Castaldo cita juntos a «lione aretino et mast[rj.° gianello» en una carta a Antoine Perrenot de Granvelle''"; el 9 de marzo de 1556 nombra procurador, con acta de Battista Rozzi, a su yerno Orfeo Diana, marido de su hija Bárbara Medea". Parte, pues, para los Países Bajos dejando todas sus ocupaciones precedentes si el 16 de mayo de 1556 Gonzaga debe insistir a Annibale Litoifi, embajador de Mantua en Bruselas, que «tórnate à ricordare à m[aestj.™ Gianello la risposta de la Ijettejra, che io gli scrissi», o «quel che egli si risolue di fare intorno à quel mio 211

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horologio»''^ Leoni se ocuparía de recordar aTurriano el encargo de Ferrante Gonzaga, según manifiesta una carta de aquél al gobernador, fechada en Bruselas el de 13 junio de 1555, en la que el escultor afirma que «subito trouato il tanto obligato a V.[ostra] Ecc[ellenz].= Janello lo feci capace che ogni altra cosa eccetto quel che usa con lei far douerebbe»'^ Leoni, el 1 de agosto de 1555, lamenta a Gonzaga que «questo bue in forma humana mi odia», si bien, señala, «la placai qua[n]do un tratto quella lo uoleua far por prigione, et morendogli il figliuolo gli ma[n]dai vinticinq[ue] scudi che no[n] ui era doue sepelirlo»'"; en su respuesta, Gonzaga bosqueja el carácter de Juanelo, una firme e inflexible obstinación: «gl è vn' homo, ch[e] vi vorrebbono b[e]n de i ricordi, et de gli sproni, p[erj farlo far cosa di ch[e] egli no[n] habbia voglia»''. El resto de su trayectoria biográfica se deduce a partir de 150 documentos castellanos ya publicados"", mientras que las notas reunidas por los biógrafos modernos se refieren más bien a antiguas tradiciones no documentadas, aunque recogidas en obras desde mediados del siglo xvi a principios del xix. Luis de la Escosura y Morrogh (1888)", Francisco Rodríguez Marín (1917)'», Luis Montoto y Rautenstrauch (1922)", Miguel Herrero García (1928)'°°, José Cristóbal Sánchez Mayendía (1958)"" proporcionan breves reseñas de dichas fuentes. La obra mecanografiada Fonti antiche per Janello Tornano, de Francesco Maria Liborio (1981), en la Biblioteca Statale di Cremona, aunque incompleta, resulta indispensable para, al menos en parte, revisar dicha corriente hi storiogràfica ya clásica"'^ Cotejando las escasas fuentes primarias, las tradiciones publicadas durante la vida de nuestro protagonista y tras su muerte, y algunas conclusiones extraídas de la historiografía mejor documentada, se pueden resumir algunos elementos biográficos verificables del periodo «italiano» de Juanelo, a la espera de hallazgos archivísticos posteriores, harto dificultosos pero no imposibles. JuaneloTurriano o Giannello Torresani nace, hacia 1500, en Cremona -y no en el condado como ha deducido alguno- de Gherardo di Giannello, de la vecindad de San Silvestro, un pequeño propietario de tierras y arrendador de molinos, de bienes modestos aunque no exiguos. Manifestando un ingenio precoz, el joven Juanelo aprende, probablemente de su conciudadano Giorgio Fonduli -físico, matemático y astrólogoalgo más que simples rudimentos teóricos aplicados al trabajo de ingeniero, herrero, constructor de astrariums, esferas armilares, relojes, autómatas y máquinas. D e 1529 a 1534 es citado con el título de «magister», esto es, artesano formado, en los libros de obra de la catedral de Cremona, siendo pagado por su intervención en dos relojes situados en el célebre «Torrazzo» y por su realización de las puertas de la pila bautismal. En 1530, viviendo en el barrio de Santa Ágata se casa en edad ya no juvenil -tal vez por sus rasgos «rudi, informi atq[ue] agresti»'°^ seguramente compensados por una fama y una prosperidad económica creciente- con Antonia de Segiella, citada con el título de «domina», hija de Bernardino y Tommasa de Restelli, recibiendo primero como dote 50 liras, luego otras 212

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150 de las cuales 50 en efectivo y 100 en bienes («in rebus et robi»); hacia 1531 nace su hija Bárbara Medea, a la que sigue un «figliuolo», al que hace referencia Leoni, fallecido en Milán. En 1536, habiendo muerto en el Ínterin su padre y habiéndose mudado al barrio de San Próspero, se compromete a tomar como aprendiz por dos años a Giovan Francesco Botti, hijo de Marsilio, para enseñarle el arte de la relojería; en 1537, y de acuerdo con éste, suspende el aprendizaje por seis meses para retomarlo durante los nueve siguientes. El encargo que lo llevará a la corte -restauración y copia del reloj astronómico o astraríum de Giovanni Dondi- se produce en este momento'". Francesco II Sforza regala el instrumento, «per incuriam marcescentem» en la biblioteca del castillo de Pavía, a Girolamo Cardano, quien lo vende, «viginti talentis aureis venditum fuerat ab authore», a Carlos V, siendo conocida la maníaca pasión que el monarca sentía por los relojes. Este traspaso coincide con su estancia en Bolonia (5 de noviembre de 1529-23 de marzo de 1530) para su coronación imperial: «Anni Millesimi & quingentesimi, circa annum Vigesimum nonum, quo Carolvs Qvintvs B o n o n i ^ Imperialem Coronam suscepit», apunta el historiador Bernardo Sacchi"". Según los indicios que proporcionan Cardano y Willem Snouckaert, biógrafo de Carlos V, el emperador lo adquirió en ese momento, no posteriormente a su visita de Pavía en 1533, y ordena repararlo, comprometiendo a Turriano a estudiar el antiguo mecanismo, por él efectivamente recompuesto- «Janelli Cremonensis industria instauratum», «lanellus in integru[m] eam restituit» -explicado en detalle a su amigo Cardano- «illius structuram diligentissime litteris mandauit» -y restaurado después con varias mejoras- «Cuius exemplo aliam Carolo Quinto Caesari ita construxit».

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LUIS MASSON, Ruinas del artificio de Juanelo Turriano (antes de 1868), fotografía. Real Academia de Historia

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De este modo, en 1538, Carlos V, ciertamente, se deshizo del antiguo astrarium: «cum instrumentum nobile motus omnium Astrorum affingens, illustrissimus Princeps emisisset»""". El periodo de siete años de recomposición del reloj astronómico de Dondi (1530-1537) vendría confirmado por las notas sobre Carlos V de Snouckaert, acerca de la obra «quod lanellusTurrianus Cremonensis illi faberrimè septenniò confecit»"". En este punto, los apuntes concernientes a 1538 de Cardano, aparecidos en el Libellus De libris propriis (1544) e inéditos en el Liber de libris propriis (1550), resultan fundamentales; tanto más significativos porque provienen de un testimonio directo, de un erudito en contacto con Turriano. De hecho, tras su traslado a Milán en torno a 1539, alcanza por vez primera la corte imperial en Worms en 1545 y a su vuelta Ferrante Gonzaga, gobernador de Milán desde 1546, le incita a acabar el astrarium que sustituya al de Dondi. De ahí, por tanto, los pagos de 1547 y 1548, su viaje previsto a la corte en 1549, sin duda para entregar el reloj y, liberado del gravoso encargo del astrarium, su dedicación a la realización de una esfera armilar, conservada, con la inscripción «lANELLVS * 1549 * MEDIOLANI»""'. Encontramos otros indicio de su cambio de acti-

vidad en Cardano: si en la edición de 1551 de su De Svbtilitate Libri xxi, apenas se refiere a la actividad de relojero de Juanelo"", en la de 1554, fechada «xi. Calendas Maij, anno M.DLII. Lutetiae, in itinere», esto es en 1552, no sólo describe a grandes rasgos el astrarium sino que hace mención a su «Sera que sub quocunq[ue] nomine claudi potest», cerradura con una combinación de siete letras del alfabeto, con toda probabilidad elaborada entre 1550 y 1551 ción como abate delparatico,

Le sigue en 1550 su elec-

o sea, justamente presidente del gremio de herre-

rros -en lo que puede verse un reconocimiento indirecto a la excepcional empresa del astrarium- el viaje a Augsburgo para presentar el reloj a Carlos V, ansioso de verlo, aunque incompleto, tras cuatro años de haberlo comisionado, su vuelta a Milán para finalizarlo, su traslado de Porta Nuova a Porta Romana y su tercer viaje a la corte en 1551, donde se le gratifica con la pensión anual de 100 escudos de oro a principios de 1552, Vuelto a Milán ese año, adquiere una propiedad, trabaja en el reloj conocido como Cristalino, realizado en 1552-53, parte para Bruselas en 1554 con el escultor y orfebre milanés Jazopo Nizzola, «Jacopo daTrezzo», autor de la «palla di cristallo di montagna che u'andaua in cima in forma del mondo, tutto cosmograficamente intagliato, diuiso, compartito, & segnato», según el testimonio de Gasparo Bugati; un ingenio tan extraordinario como para ser presentado «prima che lo portasse in Ispagna» a personalidades relevantes, mostrándolo, por ejemplo, «ad alcuni Ambasciatori»"'. Tras una breve estancia en Milán con licencia, es vuelto a llamar a finales de 1555 a Bruselas, y allí se dirige -habiendo regularizado sus propios asuntos, hecho testamento y nombrado procurador - en los primeros meses de 1556. Y según anota el condottiero Giovanni Battista Castaldo a quien su mujer Santippa martiriza con reproches por no haber obtenido el Toisón de Oro-también Turriano parte acosado por los lamentos de su consorte: «mi 214

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trouo uenirmene co[n] lione aretino et mast[r].° gianello ch[e] sfugono anchor loro lire delle moglie». El 8 de agosto deja con el emperador la capital de los Países Bajos, el 15 de septiembre se embarca en el puerto de Vlissingen, el 26 arriba a Laredo; el 6 de octubre se detiene en Burgos, alcanza Valladolid el 13, el 21 Barco de Ávila, el 10 de noviembre Jarandilla de la Vera. Ahí permanece del 12 de noviembre hasta la finalización de los trabajos en el palacio de San Jerónimo de Yuste, en el que el emperador vivirá del 3 de febrero de 1557 al 21 de septiembre de 1558; aquí Carlos V inicia su último viaje, y Juanelo Turriano su trayectoria «española».

Tres parientes de una «famiglia allargata» ¿Qué datos familiares nos proporcionan estas notas? ¿En qué momento la biografía de LeonardoTurriano (Torriani) pudo haberse entrecruzado con la de Juanelo? Hemos visto que Juanelo, aproximadamente, vivió en Cremona entre 1500 y 1538, en Milán de 1539 a 1556, exceptuando sus estancias en la corte en Alemania. Marchó a Yuste, y muerto el emperador en 1558, se estableció en Toledo. Un parentesco paterno-filial, por tanto, debe excluirse incluso por mera lógica. Nacido hacia 1559, Leonardo ni siquiera lleva el apellido de Juanelo «Torresani». Ciertamente, Juanelo, tal como resulta del despacho de Castaldo, al partir hacia Flandes, deja a su mujer en Milán, huyendo con Leone Leoni del enfado de las respectivas consortes. Antonia de Segiella, por otro Jado, no tiene menos de cincuenta años en ese momento, y los cónyugues - siempre según la documentación - únicamente han tenido dos descendientes directos: Bárbara Medea y el «figliuolo» fallecido antes que el propio Juanelo y enterrado con el dinero prestado por Leoni. ¿Sería, pues, Leonardo un «filho natural de Juanelo Torriani», tal como escriben algunos autores? ¿Pero nacido dónde? ¿En Milán, de una mujer desconocida, entre 1539 y 1556? ¿En Toledo después de 1558? La segunda opción parece improbable ya que significaría haber sido concebido por un anciano de sesenta años. En el primer caso, hubiese alcanzado en Castilla en 1583 a su decrépito padre natural a las puertas de su fallecimiento. Difícil, pero no imposible. Sin embargo, ¿descendiendo de un personaje defama europea como Juanelo Turriano, por qué no utilizar su apellido? ¿Por qué no reivindicar su ascendencia, en una época en la que la filiación natural no era, ni mucho menos, inconveniente desde un punto de vista social? Por fortuna, la cuestión se resuelve gracias a un documento en el que Leonardo acredita su verdadero linaje. El 1 de junio de 1588, en La Laguna (Tenerife), registra ante el notario Benito Ortega un acto por el que autoriza a «Geronimo rresta ytaliano rresidente en la uilla de Madrid y a fran[cis]." de cueuas V[e]z[inJ.° de la Ciudad de Burgos» para recibir los bienes que «pertenecían a Berinar].''" toríany mí p[adr].= díf[unct].° V[eIz[ínJ." q[ue] fue de Milan y a mi me pertenecen como Su hijo leglitimj." y Vniuersal hered[er].°»"'. El ingeniero de Felipe II, por tanto, se proclama hijo y único heredero de Bernardo Torriani o Turriano. No nació «presso Milano», como puede leerse en una 215

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sorprendente introducción al libro de Leonardo'": es sabido que «vezino» significa «ciudadano», con pleno derecho de ciudadanía. Lo que plantea otra pregunta: el título d e su tratado d e las C a n a r i a s es Alia maestà ne et Historia

del Regno

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del Isole Canarie

di Leonardo

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del Re catolico

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con il parere

delle

A p a r e c e , por consiguiente,

una contradicción entre la ciudadanía del padre, Bernardo, «vezino que fue de Milan», la propia declarada en el mismo documento «yo Leonardo toriani yngeniero De su maglesta].''. Natural milanes Ríresident].® al pres[ent].= en la ysla de ten[erif].=» -y la indicada en el tratado- «Cremonese». Alejandro Cioranescu ya intentó poner remedio a tan equívoca cuestión: Lo más probable es que haya nacido en Cremona, dada la calidad que afirma en el mismo título de la obra que aquí publicamos. La calidad de milanés, con que consta en el documento que más arriba se menciona, así como en otro documento, publicado por

SOUSA VITERBO,

Dic-

cionario, vol. Ill, pág. 147, no es contradictoria con la anterior. La ciudad de Cremona pertenecía, en efecto, al dominio de Milán; y una persona natural de Cremona, como suponemos lo era Leonardo Torriani, era milanesa para efectos jurídicos, como los que se persiguen en los documentos mencionados. Sin embargo, el hecho de que el padre de Leonardo haya vivido y fallecido en Milán no excluye de plano la segunda posibilidad"'. La interpretación, sin embargo, no parece del todo correcta a la luz de las fuentes y de los usos de la época. La explícita calificación de «Cremonese» nos remite, sin duda, a un origen, si no a un nacimiento, en Cremona. La ciudadanía de Bernardo, transmitida también al hijo Leonardo, alude más bien a una concesión mediante decreto real, transmisible a los descendientes. Lo probaría, por poner un ejemplo, la coetánea al célebre ingeniero militar Giorgio Paleari Fratino, nativo del arrabal de Morcote, bailía de Lugano, una de las ocho jurisdicciones de los Cantones de la Confederación Helvética en Lombardia: también en este caso, desde luego, el derecho es requerido para «eiusqjue] filios», con ei objetivo que «ipse supplicans etfilij contrahere, distrahere acquirere, emere uendere alienare, et caetera ojmnjia facere, agere, et exercere possint, tam in iudicio quam extra, quemadmodum ueri incolae Ciues, etoriginarij predictae Ciuitatis possunt»"". No debió ser distinto el caso de Bernardo Turriano, evidentemente cremonense si el hijo se define como tal, aunque recompensado con la ciudadanía hereditaria milanesa. En este punto, resta resolver el enigma planteado por Cioranescu: «No podemos afirmar si hubo algún parentesco entre Juanelo y Bernardo. Esta relación es naturalmente posible, y hasta cierto punto probable; pero también es posible que este parentesco sea muy lejano, dada la gran cantidad de Torriani o Turianos que encontramos en Cremona y en Milán, a partir del siglo xiii»"'. Pues 216

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bien, sí existe una relación. En el curso de las investigaciones llevadas a cabo para la confección de este trabajo, se han examinado diversas fuentes para certificar la existencia aun de las más tenues relaciones, y una nota de Ercolano Marani nos ha encaminado hacia dos documentos decisivos e inéditos"". El 28 de agosto de 1578 muere en Mantua el arquitecto Giovan Battista Zelotti y los Gonzaga buscan reemplazarlo. El 24 de septiembre la cancillería ducal se dirige a Ludovico Ferrari y a GiulioTrecco, en Cremona: 1578: 24: 7bre Jlljustrissi].'"" SíignJ.""" mio oss[eruandissi].'™ Essendo stato proposto à S.juaJ Alt[ezz]." per suo Architetto et ingegniero ms. Bernardo Torriano Cremonese parente et alieuo d[ell già ms. janello la Altjezzj." S.[ua] mi hàcom[m]esso ch'io scriua àV. jostra] S.[ignoria] p[er] hauer minuta ¡nformat[ion].'' dà lej circa tutte le qualità Sue, però p[re]goV.jostra] S.[ignoria] ad auisarmi ch[e] homo egli sia di ch[e] ualore et isperienza di chje] età s'è sano, s'è rico ò, pouero, chi hà s[er]uito sin hora, s'è di buoni costumj, et seV.jostra] S.[ignoria] non n'è informata à pieno di gra[zia] ella se ne informi et me ne dia minutiss[im].° raguaglio, con che p[er] fine àV.[ostra] S.[ignoria] bacio le mani racc[omandando].''= in gra[zia] Di Gonzaga à 24 di 7bre 1578"". La carta es explícita: antes de contratarlo como su «Architetto et ingegniero», el duque Guillermo I Gonzaga desea noticias de «BernardoTorriano Cremonese parente et alieuo del già ms. Janello». Bernardo no sólo es definido como pariente, sino también como discípulo del célebre Juanelo; y cremonense, ya que la información es solicitada a Cremona y no a Milán. Tras dos días, el 26 de septiembre, Giulio Trecco contesta a la cancillería ducal: 1578. 26. 7b[r].= JII[ust]."=S[igno].' mio oss[eruandissi]."™ Questa mattina per tempo ho receuto la gratissima de V. [ostra] S.[ignoria] Jll[ust]."-" delli 24 del corrente et uisto quanto in essa mi comanda circa al pillar informatione de Ms. bernardoToriano qual dice esser statto proposto p[er] ingegniero a S[ua] A[ltezza] il qual p[er] quanto mi uiene significato dal S[igno].' Gio' battista lamo qual era maestro di casa della bona memoria del Conte brocardo persico il qual lo ha conosciuto in Spagna in casa de Ms. Janello et fori in altri luochi dice che no[n] e homo di eseguir le cose che propone si p[er] la sua poca esperienza nel suo esertitio si ancho p[er] la instabilita sua ne ho poi dimandato il S[igno].' Ciò' battista persichello et S[igno].' Gio' battista ali quali pratticauano intrinsechame[n]te in casa di detto Conte il qual uolse far proua se costui li bastaua l'animo di far una balissa come fece Janello il qual tolse il carico di farla ma nojn] riusi p[er] quello mi dicono detti il S[igno]." ho poi parlato ad altri artefici parenti di Già Ms. Janello li quali 217

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in summa mi concludeno che no[n] e di tanto ualor quanto egli si presume et che e instabile che no[n] ha fatto riusita alcuna ne a turino ne a parma ne piacenza in Cremona egli no[n] e statto adoperato in cosa alcuna saluo in far una fontana dal S[igno]/ Ciò' fran[ces]." Stanga la qual no[e] e riusita e uen che e cosa di poca spesa et p[er] concluder breuemente il tutto dico a V.[ostra] S.[ignoria] che l'amico e de etta de qua[ra]nta in quarantacinque anni bello parlatore instabile et no[n] molto sufficiente superbo et pouero et di presente sta a monticelli nel piacentino questo e quanto sin hora ho potuto trouare se trouaro cosa in contrario ne hauisaro subito V.[ostra] S.[ignoria] p[er] homo a posta et si mi conose atto in cosa alcuno p[er] seruitio di S[ua] A[ltezza] et di lei la prego a comandarmi senza alcuno mio risparo con che aV.[ostra] S.[ignoria] di core basio le mani et le prego da N[ostro] S[igno]/felicita et co[n]tento como desidera da Cremona il di 26 Settembre 1578. D[i] V.[ostra] S.[ignoria] Jll[ust].'= Affett[ionatissi]seruit. [ore] Giulio treccho'^" Este despacho también resulta de interés para establecer las relaciones entre Bernardo -y por consiguiente Leonardo- con Juanelo. Las noticias remitidas desde Mantua se deben a Giovanni Battista Lami, «maestro di casa della bona memoria del Conte brocardo persico il qual lo ha conosciuto in Spagna in casa de Ms. Janello et fori in altri luochi», a Giovan Battista Persichello y a Giovan Battista Ala, amigos del antedicho Broccardo Persico, quien habría encargado a Bernardo «far una balissa come fece Janello», pero sin resultados. Por «altri artefici parenti di Già Ms. Janello» se sabe, además, que Bernardo no habría adquirido notoriedad Vista de Toledo con el puente de Alcantara y el Artificio de Juanelo. Hacia 1650. Grabado. Fundación Juanelo Turriano

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ni enTurin, ni en Parma, ni en Piacenza; en Cremona únicamente se recurrió a él para «far una fontana» -guiño evidente a los proyectos hidráulicos de Juanelopara Giovan Francesco Stanga, pero también sin éxito. A Trecco sólo le queda precisar, en su misiva, que Bernardo, «de etta de qua[ra]nta in quarantacinque anni bello parlatore instabile et no[n] molto suffi-

Carta de CiulioTrecco a la cancellería del ducado de Mantua informando sobre Bernardo Turriano, 26 de septiembre de 1578, Arciniviodi Stato, Mantova, C, E XLIX-3, b. 1694, fase lll/3,n. 518

ciente superbo et pouero», reside en Monticelli di Ongina, en el Piacentino. Según estas noticias, el arquitecto nace entre 1533 y 1538 y vive algún tiempo «in Spagna in casa de Ms. Janello », donde lo conoce Persico. Consejero secreto en el estado de Milán, comisario general del ejército, Broccardo Persico se encuentra, en efecto, en Toledo en agosto de 1561, siendo enviado después por Felipe II en embajada a Pío IV para tratar sobre los donativos a la familia del cardenal Garlo Borromeo. Nada más fácil que entonces visitase a su famoso compatriota Juanelo Turriano, encontrando en su casa a su «parente et alieuo» Bernardo Turriano, aprendiz de una edad comprendida entre los 23 y los 28 años. El conde Persico lo reencontró, ya adulto, «fori in altri luochi» en los que recibió encargos. 219

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Bernardo, portante, se trasladaría a Toledo tras el nacimiento, hacia 1559, de su hijo Leonardo, para aprender de su consolidado pariente juanelo, tecnico de confianza del difunto emperador y en ese momento del rey Felipe II, los secretos de un oficio que anhelaba cultivar con el mismo éxito y, probablemente, para ser introducido en la corte. Senda por la que no logró encaminarse como revela la manifiesta incapacidad demostrada después en la corte de Emanuele Filiberto, duque de Saboya de 1553 a 1580, y en la de Ottavio Farnese, duque de Parma y Piacenza de 1550 a 1586. Un éxito que sí obtuvo el hijo, que llegó a ser nombrado, como sabemos. Ingeniero Mayor. Ciñéndonos a esta cronología, Leonardo -sin duda hijo único de Bernardo, en cuanto se presenta como su «Vniuersal heredlerj."»- nace cuando el padre tiene una edad comprendida entre los 21 y 26 años, algo compatible con las costumbres de la época. Se puede sospechar que Bernardo lo recomendase a Juanelo, vinculado por una relación familiar, tal vez no estrecha pero segura; es posible que Juanelo, que acogió a Bernardo en Toledo y que en ese momento hospedaba a su hija Bárbara Medea, hiciese llamar a España o recomendase a la corte al joven Leonardo, quien con aproximadamente 24 años tendría la misma edad que el padre cuando había emprendido dicho camino. Leonardo, en definitiva, todavía debe investigarse más a fondo: el Archivo de Estado de Milán no ha proporcionado documentación sobre nuestro protagonista; mientras que las actas del Archivo de Estado en Cremona, un océano de legajos, deberían ser registradas de manera sistemática. D e este modo, podríamos contar con los detalles de las relaciones entre las distintas ramas de lo que parece una única familia. Por ahora deberemos contentarnos con la referida vindicación de su ascendencia cremonense y de su indudable parentesco con Juanelo. Sea como fuere, la afirmación de la ausencia de vínculos entre Leonardo y Juanelo está ya rebatida, mientras se confirma la intuición de Wolfel: «è molto probabile che Leonardo sia stato almeno un parente di Gianello, nato a Cremona e venuto in Ispagna per suo invito». Finalmente, la alusión en la carta deTrecco a «altri artefici parenti di Già Ms. Janello» se revela verdaderamente significativa: el relojero de Carlos V cuenta pues, entre Cremona y Milán, con otros familiares más o menos cercanos, activos en las ciencias o las artes. Es conocido el caso del pintor Girolamo Torriani, «pronipote» de Juanelo según los apuntes manuscritos del cremonense Giambattista Biffi, autor de la época de la Ilustración (1780/90), publicados recientemente. Vivió en la segunda mitad del siglo xvi, discípulo de Gamillo Procaccini, activo al servicio de la comitencia pública en Milán, y luego de la privada, aquejado de una depresión «maliconica», se retiró hacia 1600 a la vida religiosa, en la orden de los capuchinos'"'. Todavía podrían aparecer otros parientes de Juanelo entre los Torriani.

220

FUNDACION JUANELO TURRIANO


«Parente et alieuo del già messer Janello»

Siglas de archivos AHP

Archivo Histórico Provincial, Santa Cruz de Tenerife fondos: AP = Archivos pública;

N = Notariales; ASCM

Públicos;

ose = Distrito

PN = Protocolos

M¡BA

D =

Dicasteri

= IVIiscellanea

Jurium

Bresciani-Arisi;

N

Notarile

Archivio Storico Diocesano, Cremona f o n d o s : FC = Fabbriceria

Cattedrale;

RP = Registri

provisionum

Archivio di Stato, Milano f o n d o s : AN = Archivio

Notarile;

pacci

Lombardi;

Reali;

Registri ASMN

Judiciales;

Archivio di Stato, Cremona =

ASM

DFP = de la Fe i =

notariales

Trivulziana;

fondos: c = Comune; ASDCR

régimen;

de la Laguna;

Archivio Storico Civico, Milano f o n d o s : BT = Biblioteca

ASCR

AR = Antiguo

de San Cristóbal

IL = Indice

della Cancelleria

cs = Cancelleria

di Stato;

di Stato;

N = Atti dei Notai RN = Rubriche

DR = Dis-

dì Milano;

dei

Rcs =

Notai

Archivio di Stato, Mantova fondos: c = Gonzaga

ASP

Archivio di Stato, Parma f o n d o s : ES - Epistolario

BEUM

scelto

Biblioteca Estense Universitaria, Modena f o n d o s : AC = Autografoteca

Campori

BGUC

Biblioteca Cerai da Universidade de Coimbra,

BNM

Biblioteca Nacional, Madrid fondos: M = Manuscritos

BSLCCR

Biblioteca Statale e Libreria Civica, Cremona fondos: M = Manoscritti

PAM

Pinacoteca Ambrosiana, Milano

RAHM

Real Academia de la Historia, Madrid f o n d o s : c c = Colección

RBM

Caribay

Real Biblioteca, Madrid f o n d o s : c c c = Cartas

del Cardenal

Granvela

221

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Marino Vigano

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giugno», por; BARBISOTTI, «Janello 'Torresani"...», op. cit, p. 258. * ASCR, N, fil. 641 -690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564), fil. 645 (26 marzo 152013 marzo 1521 ), ff. 278v-279. Carta locatlonis facta pfer] díaos D.fominum] Bapt[ist]am de fabagrossis s[upra]s[cript]um

Gherardo de

finis facta pfro] ut Jnfra, « 1529 Jndict[ione] t[er]tia die lune quartodecimo m[en]sis M[ar]tij» [recte 1530], citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani"...», op. cit, p, 262, ASCR, N,fil,641 -690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564),fil,655 ( r octubre 1529-24 mai7;o 1530), Carta obfliga]t[ion]is

torexanis et M[ar]chlno de cisijs ibi

dfomine] Antonie de Segielia vxorJanelli de

A n [ n ] o Mill[esi]mo

toresanis facta p[ro] ut Jnfra, «Eisd[e]m A u t o r

p[rese]ntibfus],«Eisdem

Jnd[ictione] m[en]sis die et loco factib.» [« 1520 Jnd[ictione] octaua die Sabbati vigésimo t[er]tio m[en]sis Junij»], citado, pero

an[n]oJnd[ictione] m[en]se die et loco ac p[rese]ntib[u]s sub not[ar]io testib[u]s s[upra]s[crip]tis qui dixamus uts[upra]», sólo citada en; BARBISOTTI, «Janello

con fecha errónea «28 giugno», por;

"Torresani".,,», op. cit, p. 262.

BARBISOTTI, «Janello "Torresani",.,», op. cit, p, 258, ASCR, N, fil, 641 -690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564), fil, 648 (23 mai^o 152324 marzo 1524), Carta donationisJntfer]

uluos

Jrreuocabilis facta p[ro] utjnfra, « 1523 Jndpctione] vndecima die Jouis viginti te[r]tio m[en]sis aprilis», sólo citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani",,.», op. cit, p, 258, ® ASCR, N, fil, 641-690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564), fil, 648 (23 marzo 152324 marzo 1524), Carta cessionis titulo venditions facta pfro] ut Jnfra, «Jn christi No[m]i[n]e...Anno ab Jncarnationem

ASCR, N,fil.699-728 (Giovanni Pietro Allia 12/12/1508-10/10/1560),fil,708 ( 1536-1537), reg,« 1536», foli, 135-136. Corto cfon]uentionu[m] et pactorfum] p[ro] ut Jnfra pfarjtes Jnfrasfcriptas], « 1536 Jndpctione] nona die m[er]curij vig[esim].'' sexto Julij», citada y en parte copiada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani"...», op. cit, p, 262. ASCR, N,fil.699-728 (Giovanni Pietro Allia 12/12/1508-10/10/1560),fil.708 ( 1536-1537), reg. « 1537», ff 20 y v. Carta c[on]vencionu[m] p[ro] et Jnter pfarjtes jnfrasfcriptas],

Aprilis», citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani' '...», op. cit, p, 263,

eiusdem mill[esi]mo quing[entesi]mo vigésimo t[er]tio Jnd[ictione] vnd[eci]ma die t[er]tiod[eci]mo mensis Maij C r e m o n e » , citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani",,,»,op. dt, p, 258, ® ASCR, N, fil, 641-690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564),fil,648 (23 marzo 152324 mar20 1524), Carta c[on]uentionu[mJ transactionufm] in paaor[umJ faaor[umJ p[ro] ut Jnfra p[er] Ipttejras Jnfrasfcriptas], « 1523 Jnd[ictione] duodecima die Sabbati duodecimo m[en]sis m[ar]tij» [recte 1524], citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani",,,», op, cit, pp, 258-259, ASCR, N,fil.641 -690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564),fil. 653 (28 marzo 152824 marzo 1529). Carta p[ro]miss[ionis]

&

obi[ation].° pfro] ut Jnfra v[ideli]z[et], « 1528 Jnd[ictione] s[ecund].' die Jouis vndecimo

" ASDCR, FC,RP

op. cit, p. 259. ® ASCR, N,fil.641 -690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564), fil. 654 (26 marzo 152930 settembre 1529). Carta Confessions et finis facta pfro] ut Jnfra, « 1529 Jndict[ione] p[rim].' die Sabbati vigesi[m]o p[rim].° m[ensi]s Maij», sólo citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani"...», op. dt, p. 259. ASCR, N,fil,641-690 (Giovanni Maria Ariberti 10/4/1508-3/3/1564),fil.655 ( I ° octubre 1529-24 marzo 1530). Carta c[on]fessionis et

1-2(1519-1538/1538-1552),

reg, I (Liber Provisionum Fabrice Maioris

Ecclesie 1519-1538), f 159, PfroJ

mfagistjr

Janello de toresanis, [Cremona], « D i e

s[upra]s[crip]to» [ « D i e 6 Julij 1529»], sólo en parte y con grafia actual en; E RIGHI, «Janello Torriani, genio del Rinascimento». Sti-enno

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«Janello "Torresani",.,», op. cit, p, 260,

" ASDCR,FC,RP 1-2

(¡519-1538/1538-1552),

reg. I (Liber Provisionum Fabrice Maioris Ecclesie 1519-1538), f 185. PfroJ

Mfagist]."

Janello de toresanis, [ C r e m o n a ] , «die 25 febr[uarij] 1533» [recte 1534], señalado; LEYDI, « U n c r e m o n e s e del Cinquecento...», op. cit, p, 131, en parte y con grafía actual en; B A R B I S O T T I , «Janello "Torresani",,,», op. cit, p, 261,

m[en]sis m[ar]tij» [recte 1529], citada en; BARBISOTTI, «Janello "Torresani"...»,

« 1537

Jnd[ictione] decima die m[ar]tis dec[im].°

"ASDCR,FCRP 1-2

(1519-1538/1538-1552),

reg. I (Liber Provisionum Fabrice Maioris Ecclesie 1519-1538), f 186. Pfro]Janeiio de toresanis, [Cremona], « 1534 die 4 Aprilis», señalado; RIGF-II, «JanelloTorriani...», op. cit, p. 83, sólo en parte con grafía actual en; LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...»,op.dt, p. 131 ; B A R B I S O T T I , «Janello "Torresani"...», op. dt, p. 261. ^^ A5DCR, FC.RP

1-2(1519-1538/1538-1552),

reg. I (Liber Provisionum Fabrice Maioris Ecclesie 1519-1538), f 188. P[ro]Janello de toresanis, [Cremona], «die 22 Sep[tem]bris» FUNDACION

223

JUANELO TURRIANO


Marino Vigano

quingen[tesim],° quinquagessimo primo

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in Abbate delI'Vniversità de Ferrai da Alessandro

Jndictione nona die veneris xiy mensis

Coppa qfuondoj."" Rertino, e Giacomo Vimercati

feb[rua]rlj», citada en: ASM, IL, reg. 213 («Topia-

131 ; BARBISOTTI, «Janello "Torresani"...», op. dt, p. 261. " ASM, RCS, s. XXII, Mandati, r 4 (7 gennaio 154218 dicembre 1545), f. I 17. [/Mondo], « À di p[rim].° d'ap[ri].'° 1544 Jn Ast», con graffa actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. dt, p. 133, nota 26. ^^ ASM, CS, b. 57, fase, «aprile-giugno 1545», n. 158. Al mag[ls]trato Donna Maria D'Aragona Marchesa di Vasto, «]n M[i]l[an]o alli 19 di Giugno 1545», en parte y con grafia actual en: LEYDI,«Un cremonese del Cinquecento...», op. dt, p. 133, nota 26. " ASM, RCS, s. xxil, Mandati, r 7 (3 gennaio 154719 aprile 1548), fol. 72. [A4ondo], [Milano], « A xvillj d[ett].°» [aprile 1547], con grafia actual: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. dt, p. 134. " A S M , RCS, s. xxil, Mandati, r 7 (3 gennaio 154719 aprile 1548),fol. I 16v. [Afondo], [Milano], « A xij Agosto 1547», con graffa actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. dt, p. 134. ASM, RCS, s. XXII, Mandati, r 7 (3 gennaio 154719 aprile 1548), fol. 203v. [Mando], «A xj feb[rar].° I548jn Mil[an].°», con graffa actual en: LEYDI. « U n cremonese del Cinquecento...»,op.dt,p. 134.

qfuonda]." Donato, [Milano], «22 Gen[nai].° 1550», citada en: ASM, :L, reg. 213 («TopiaTorrizzi»), sin pág. (Torriani Leonello q. G e r a r d o sub notaio Crivelli Gio[va].'" Ant[oni].° q. F[rances].'^°), [Aao], [Milano], 1550.22. Gen[nai].' Elez[ion].' dell'univ[ersi]."

de'Ferrai da Alessland]."

«Mediolani die 30 Maij 1548», con grafia actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...».op.dt, p. 134. "ASM.RCS.S.XXII,Mandator8 (18 aprile 154826 novembre 1549), fol. 63. [/Mondo], [Milano], « A di xj ott[obr].''» [ 1548], con graffa actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. dt, p. 134.

4.710. y: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. dt. p. 138,

Musis mio seg[reta].'° et Agente carpssi]."",

«Da

Milano à x x di Febr[ar].° 1549», sólo en parte y con graffa moderna en: G. CAMPORI, Lettere artistiche inedite. Pubblicate per cura di G. Campori. Módena,Tipografia dell'Erede Sallani, 1866, p. 49, y LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op.dt, p. 135. ® ASM, N,fil. 8.394-8.41 I (Crivelli Giovan Antonio q. Francesco 1514-1562), fll. 8.407 (1/8/1548-17/3/1550), n. 4.710. Electio, [Milano], «Jn N o m i n e D[omi]ni A n n o à Natiuitate Eiusde[m] mill[es]imo quing[entesi].'™' quinquag[esi].'™' Jndictpon]." nona die Jouis xxij m[en]sis Januarij», citada: ASM, AN, RN, cart. 1.830 (Rubrica di Crivelli Giovan Antonio q. Francesco C.341:1 :), fase.

224

G e r a r d o sub notaio Crivelli Gio[va],' Ant[oni].° q. F[rances]."). [Acto], [Milano], 1551.13. Febfrai].' Pagfamen]." V Med[e} • 2.826, y LEYDI,«Un cremonese del Cinquecento... », op. dt, p. 138, nota 40. " ASM, RCS, S. XXII. Mandati, N 9 ( 19 novembre 1549-13 aprile 1552), foli. 130v. [/Mondo],«Alli xxij nouembre 1550 In m[i]l[an]o», citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento..,», op. cit., pág. 137, nota 34,

" ASM, N,fil. 8.775-8.783 (Allegranza Dionigi q. Ambrogio 21/12/1517-1/12/1559),acto infra las actuales fil. 8.780 y 8.781 (a 17/9/1531 y de I /6/1551 ), desaparecido antes de 1939, citado en ASM, AN, RN, cart. 137 (Rubrica di Allegranza Dionigi q.Ambrogio C.324:l:),s.fol.

™ ASM, RCS, s. XXII, Mandati, r 9 ( 19 novembre 1549-13 aprile 1552), foli. 175v [Mando], «Ali x x Maggio [ I 5 5 l ] j n M[i]l[an]o»,citadoen: LEYDI,«Un cremonese del Cinquecento,,,», op.dt, pág 140, nota 45,

Convenzioni tra Giacomo Toriani q.fuondam] Girardo, e Gio. Dom[eni]co Badlerio di Ferrara q. Sigismondo, [Milano], « / 550 23 Maggio», sólo citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento... », op. d t , p. 152, nota 82. ASCM, BT, cod. 1.824 (Apocalypsis Mediolanensis), f 81 I. [Rogito del notarlo Dionigi Ai/egronzo], [Milán], 23 de malo de 1550, perdido en los bombardeos de 1943, citado en: Appunti e notizie, «Archivio Storico L o m b a r d o » [Milano] s. ili, xxvil ( 1900), voi. xill, fase, xxv, págs. 201 -202, aquí pág. 202, y: L E Y D I , « U n cremonese del Cinquecento...», op, dt, p. 138. ASM, RCS, s. xxil, Mandati, r 9 ( 19 novembre 1549-13 aprile 1552), f 102 y v [Mando], « D a t [ u m ] M[edio]l[an]i Die xij aug[ust]i

'' ASCR, c,/vysA, t o m o x (1437-1659), doc 149. [D/p/omo],«Dat.[um] in Oppido Œniponte ComitatusTyrolis, Die septimum mensis Martij.Anno Domini Millesimo Quingentésimo Quinquagesimo secundo»,/ [Decreto], « D a t . [ u m ] Mediolani Die Séptimo Aprilis,Anno Domini Millesimo Quingentésimo Quinquagesimo Secundo», " RBM, CCG, cod. 11-2.270. Al Jllfustrissi].'" et Monsfigno].' d'Aras Presf/dent].'

Rfeuerendissi].""

del Consiglio di Sua Maesta mio S[ignor].'et

" ASM, RCS, s. xxil. Mandati, r 9 ( 19 novembre 1549-13 aprile I552),f: I 17. [/Hondo], [Milano], «Alli ilj ott[obr].' 1550», con grafia actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. d t , p. 137. " ASM, N, fil. 10.759-10.790 (Carcani G i a c o m o Antonio q. Francesco 31 /1 /1533-25/10/1571 ), fil. 10.768 ( I I/4/1550-8/5/155 l),n. 1.755. Jnuest[iti].° simplex, [Milano], «Jn N o m i n e d[omi]ni I550jndictione 9 die lune decimo mensis 9bris», citada en: ASM, IL, reg. 213 («Topia-Torrizzi»), sin pág. (Torriani Leonello q. G e r a r d o sub notaio Crivelli Gio[va]." Ant[oni].° q. F[rances]."). [Acto], [Milano], 1550.10.9>**Jn[uestitur].'l.755,y:

V. Brambfil]."

fr[at]elli

LEYDI, « U n cremonese del

Cinquecento...»,op.dt, p. 138. " ASM, N, fil. 10.759-10.790 (Carcani G i a c o m o Antonio q. Francesco 31 /1 /1533-25/10/1571 ), fil. 10,768 ( I I /4/1550-8/5/1551 ), n. 2.826. Confessio, [Milano], «Jn N o m i n e d[omi]ni anno a Natiuitate eiusdem millesimo

«Data Miljan],^

Patrone osserufandissim].'.

1552 il 30 di Marzo», con grafia moderna en: E. PLON, Leone Leoni sculpteur de Charles-Quini et Pompeo Leoni sculpteur de Philippe it par Eugène Plon. Paris, Librairie Plon E Plon, N o u r r i t et C . " Imprimeurs-Éditeurs, 181 " págs. 367-368, a 35

1550», con grafia actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. dt, p. 136.

" BEUM, AC, b. «Gonzaga, Ferrante l, Duca di Guastalla», fase, v, cc. 5-8. Al Mag[nifi].'° Natale

Coppa

q. Bertino e Giac[om].° Vimercati q. Donato

ASM, RCS, s.xxil, Mandati, r 8 (18 aprile 154826 novembre 1549),fol. 18. [/Mondo],

inAb[ba].''

Torrizzi»), sin pág. (Torriani Leonello q,

" ASM, N, legajos robados antes de 1939 (Rozzi Battista q. A n t o n i o 15 1 2-8/1/1558/ I 1/6/1559-1568), residua fil, 14.845 (9/1 /1558-12/6/1559), citada: ASM, AN, RN. cari, 4.263 (Rubrica di Rozzi Battista q.Antonio C.405:3:), s. fol. Ven[diti].° facto p[erl Spectfabilem]

Bapt[ist]am de

D[omi]n[u]m

mazenta D[omi]no Janello de turrianis Cr[eJm[onensiJ, allegata laJnuestfiturJ libelflarij." Baptfistjam

S[uprajs[cripjtum

D[omi]n[ti]ni

jn S[uprajs[cripjtum

Dfom/JnfuJm

JoanellufmJ, [Milano], « 1552 de[cem]bris é S[upra]s[crip]ti», citada en: LEYDI, «Un c r e m o n e s e del Cinquecento...»,op.ci, pág. 152 nota 82, "ASM,RCS,s.I, Privilegi,r8 (25 aprile 1551-6

giugno 1554),f \.M[agist]."}anelloToriono,

« D a t [ a ] en el C a m p o sobre Metz de lorena,

a, vitimo d e xbre 1552», sólo citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», opàt

pág. 142, nota 50.

" ASM, RCS, S. XXII, Mandati, n 10 ( 15 aprile 155210 giugno 1555), f 50. [/Mondo], «Allo vlt[im].Febri:ar].° 1553, In Casal», sólo citado en:

FUNDACIO^ JUANELO TURRIANO


«Parente et alieuo del già messer Janello»

LEYDI,«Un cremonese del Cinquecento...»,

op. cit, p. 143, nota 54.

"ASM,Ra,s.XXII, Mandati,r IO (15 aprile 1552-10 giugno 1555), f i 54 y v. [Mondo], «Dat[a] in Casale 23 Martij 1553», sólo citado en: LEYDI, « U n cremonese del

ed altri.Appendice documenti tizianeschi inediti tratti dall'Archivio Generale di Simancas. Madrid, Istituto Italiano di Cultura, 1977, p. 83. ASM, DR, b. 7 ( 1554-1555). [Camicia vuota], « 1555.3.8bre»,

cremonese del Cinquecento...»,op. cit, p.

Cinquecento... », op. cit, p. 142, nota 50.

145, nota 60.

"ASM,A,b. 166, fase. «16-31 agosto 1553».

"ASM,RCS,s.XXII, Mandati, r I I (8 luglio 1555-

All]ll[ustrissi].'"° et Eccfellentissi]."" S[igno].' mio S[igno].' osser[uandissiJ.""JI Spgno].' Don Fernando Gonzaga Principe di Molfetta \Cap[itan].'g[e]n[er]aie et luog[otenen]." di Sua I M[aes]." Cesfare].' in jtalia, « D e M[i]l[an]o allj xxij de agosto 1553», citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op. cit, pág. 144, nota 56.

13 luglio 1558), ff. 2-3v. [Corto con mando], «dat[a] en Bruselas à xxix de deziembre MDLV» y « D a t u m in Saluzo à x di febbr[ai]o 1556», en parte y con graffa actual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...»,op. cit, p. 145, nota 62, y p. 152, nota 86. "ASM,RCS,s.XXII, Mandati,r I I (8 luglio 155513 luglio 1558),F I.[Mondo],«1556,dieXV

Prespdent].' Crasso, « A l campo Ces[are].° a I Montefer[rato] Jl 25 di Agosto 1553», citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento,..», op.dt, pág. 144, nota 56. " ASM, RCS, s. XXII, Mandati, r 10 ( 15 aprile

Januarij M[edio]l[an]i». ® ASM, N, legajos robados antes de 1939 (Rozzi Battista q.Antonio 1512-8/1 /1558 y 12/6/1559),acto notarial citado en: ASM, AN,

citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento,,,», op,dt, pág, 143, nota 54, " ASM, a , b, 177, fase. « I -15 febbraio 1554»,

RN, cart. 4.263 (Rubrica di Rozzi Battista q. Antonio C.405:3:), s. fol. Ven[dit¡].° faaa p[er] Spect. D[omi]n[u]m Bapt[ist]am magentam D[omi]no Janello de turrianis Cr[eJm[onensiJ, [Milano], « 1556 Januarij Die S[upra]s[crip]to» [ « D i e X S[upra]s[crip]ti»], sólo citado en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento.,.», op. cit, p. 152,

I Mfogn/g" n[ost]ro etJmpenj Sacri fideii dileao Fronfces]." Crasso p[re]sidi

intratar[um]

J ordinariar[um] Status m[edio]l[an]i. «Dat[a] en iBruxellas àxilj de Hebrero M.D.UIIJ», en parte y fon grafia artual en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...», op.cit, pág. 144, nota 57. ® ASM, cs, b. 178, fase. « 16-28 febbraio/1 -10 mara

1554». AII]H[ustrissi].""

et

lEccfe/tentissiJ"» Sig[no].'JI Sig[no].' Don Ferante Gonzagha Capptan].' g[e]n[er]ale di Sua Mfaes]." Ces[are].' in Jtalia, et luogoten[en]te

Battista Castaldo a Antoine Perrenot de Granvelle], «da milano a xil de febr[aro] 1556», citada en: A, PÉREZ deTUDEIA,, la escultura en su juventud a la luz de nuevas cartas entre el obispo de Arrás y Leone Leoni». ArchiVo Español de Arte, n° 291,2000,

" ASM, N, legajos robados antes de 1939 I I /6/1559-1568), residua fil. 14845 (9/1/1558-

" ASM, CS, b 178, fase. « 16-28 febbraio/1 -10 lara 1554». A/ Prespden]." Crasso, « D i Asti à

12/6/1559), citado en: ASM, AN, RN, cart. 4.263 (Rubrica di Rozzi Battista q. Antonio C.405:3:), s. fol. Protestano et Promissio faaa Dfomijnfujm

orfeum de diana Dfomijno

Janello de turrianis, [Milano], « 1556 Martij Die villj° S[upra]s[crip]t¡», sólo citado en: LEYDI,

27 di Febirar]." 1554», en parte y con graffe

« U n cremonese del Cinquecento...», op. cit,

actual en: LEYDI, « U n cremonese del

p. 152, nota 85.

I Cinquecento...», op. dt, pág. 144 y nota 57. " RBM, CCG, cod. 11-2.270, fol. 244. [Corto de

MMara Antonio Patanella a Antoine Perrenot de Granvelle], Milán, 3 de mar^o de 1554, en parte y con grafia actual en: C . GREPPI (coord.). Lettere di artisti italiani ad Antonio ^'^"^^-Tiziano,

Giovan Battista

•Mantovano, Primaticcio, Giovanni Paolo I

ii Sfign]." Don

ferando Gonzaga etc. Mantoua / 56-leone Aretino xilj di Giugno Che parlò à MfaestJ." Giannello de gl'oroiogij Che in breue madrà la medaglia di V.fostra] e.fcelienza] De le sue spese, «Da Bruseles il xiil de Giugno 1556», con graffa moderna en: A. RONCHINI, Leone Leoni d'Arezzo, «Atti e Memorie delle RR. Deputazioni di Storia Patria per le Provincie Modenesi e Parmensi» [Modena] 1865, voi. ili, pp. 9-41, aquí pp. 36-37, n ° xxi, citada en: LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...»,

Jllfustrissi].""

Et EccfellentissI]."" S.fignoreJ Mio

ossferuandissi].""

BEUM,AC, b. «Gonzaga, Ferrante I, Duca di Guastalla», fase, ii, cc. 52-53. Del s. D. Ferrfante] GonzfagJ." dai Monastiero dfejiia Fraglia à xvj di Maggio dfeJI 56 RficeuJ." al pfrimj." di Giugno/Al molto MagfnifiJ." SfignJ.^Annibal iitolfl DucalAmbfasdatJ." di Mantoua, « D a l Mon[aste],"' di Fraglia xvj di Maggio del tvj», con grafía moderna en: CAMPORI, Lettere

il SfignJ." Don Ferando

Gonzaga etc. Mantoua / 56-leone Aretino pfrim].° dIAgfost].' che la medaglia di V.fostraJ E.fcellenzaJ è placcluta à tutti InfInitamfenJ.", et che Arras ne hà uoluto la copla-De la mala uolufnjta di Gianello et degli aitri-si duci che ijmpferatoj."

lo uuol condur inJspagna, « D a

Bruseles 1556 il p[rim].° Agosto», con graffa moderna en; RONCHIMI, Leone Leoni, op. cit. pp. 37-38, nota xxil, citada en; LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento... », op. cit. p. 128, nota 4, y p. 137, nota 37. " ASP, ES, b, 23, fase, 18 (Leoni, Leone), n, 29, A leone Aretino, «56

16 di Ag[ost],°», con grafia

moderna en; P L Ö N , Leone Leoni, op. cit, p, 379, nota 59, sólo citada en; LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento,,,», op. cit, p. 137, nota 37. " L. CERVERA VERA, Documentos biográficos de Juanelo Turriano. Madrid, Fundación Juanelo Turriano, 1996.

pp, 249-266, aquí p. 251, nota 11.

osserfuondissi]."', « D i M[i]l[an]o alli XXllij" en: LEYDI, « U n cremonese del

Et EccfellentissiJ."" S.fignoreJ

«Algunas notas sobre el gusto de Felipe li por

(Rozzi Battista q. Antonio 1512-8/1 /1558 y

Cinquecento...», op. cit, pág. 144.

tu

BNM, M, caja 7,906, n. 124, [Corto de Giovanni

nel Stato di M[i]l[an]o mio S[igno].' |febraro M,D,uif», en parte y con grafia actual

Jllfustríssi].'"

S.fignoreJ mio ossferuandissi].'"

'•'A5P,ES,b.23,fasc, 18 (Leoni, Leone), n, 2 4 A/

13 luglio 1558), f I, [Mando], « 1556. die xvij

Boteghera a 26 de Agosto» [ 1553],

I «Dat[a] Jn Casale alli 21 Genaro 1554», sólo

" ASP, ES. b. 23, fase. 18 (Leoni, Leone), n. 12. Al

"ASM,RCS,s,xxii,Mandati,r I I (8 luglio 1555-

I I /6/1559-1568), residua fil. 14.845 (9/1/1558-

1552-IO giugno 1555),fol, 125, [Mondo],

Cinquecento.,,», op, dt, p, 153.

op. cit, p. 137, nota 36.

1552-10 giugno 1555), fol. 88, [Mando], « A

™ ASM, RG, s, XXII, Mandati, r 10 ( 15 aprile

grafía actual en: LEYDI,«Un cremonese del

Genaro M[edio]l[an]i»,

I"ASM,CS,b. 166,fase.«16-31 agosto I553»./A/

I

citada en: LEYDI, « U n

artistiche inedite, op. cit, p, 49, en parte y con

" L de la ESCOSURA y MORROGH, El Artificio de Juanelo y el Puente de Julio César por Don Luis de la Escosura y Morrogh ingenero de minas.Memoria

publicada porla Real

Academia de Ciencias Exaaas, Físicas y Naturales de Madrid. Madrid, Imprenta de D o n Luis Aguado, 1888 [«Memorias de la Real Academia de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de Madrid», xill ( 1888), parte 2.', pp. I-I l3],pp.53-59. F RODRÍGUEZ MARÍN, Prólogo, en La ilustre fregona novela de Miguel de Cervantes Saavedra-Edición crítica por Francisco Rodríguez Marín de la Real Academia Española. Madrid, Impr de la «Revista de Arcb., Bibl. y Museos», 1917, pp, xix-L aquípp, xix-xxill. " L MONTOTO y RAUTENSTRAUCH, Personajes, personas y personajillos que corren FUNDACION

225

JUANELO TURRIANO


Marino Vigano

por tierras de ambas Castillas. Sevilla,Tipografía

del siglo

XVII.

Madrid, Editorial Voluntad, 1928,

A n n o r u m 1588:1589),flf.28v-31. Cluilitos D.

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Gironés, 1921 /22, vol. 2, vol. ll, pp. 71 -72. M. HERRERO GARCÍA, Ideas de los españoles

' " ASCM, D, b. 230, r 20 (Liber P[aten].'™

LEYDI, « U n cremonese del Cinquecento...»,

georgij Palearij appfellaj.' Frotíní, «Dat[um]

"" G. Cardano, Hieronymi Cardani Medid Mediolanensis De Svbtilitate Libri

Mediolani die sexto Julij 1588».

xxi.Ad

"'TORRIANI, Descripción e historia del Reino de

pp. 358-360.

illustriss. Prindpem Ferrandum Conzagam,

" " J . C . SÁNCHEZ MAYENDÍA, «El artificio de

Norimbergae, apud loh. Petreium, M.D.L, p. 7 y

Juanelo en la literatura española». Cuadernos Hispano-Americanos,n°

103, 1958, pp. 73-93.

BSLCCR, Coll. C 459/1. E M. LIBORIO, Fonti antiche per Janello Tornano, «meccanico» e trattatista del '500 (Cremona, prima del 1515Toledo, 1585),«!

1-23 maggio 1981».

M. G . V I D A , Cremonensivm Orationes ili. Adversvs Papienses in Controversia

Prindpatvs.

Cremona, [G. Muzio y B. Locheta], MDL. Mese Qvintil., pp. 53-57. S.A. BEDINI-E R. MADDISON, «Mechanical Universe.The Astrarium of Giovanni de' Dondi». Transaaions of the American Philosophical Society, n.s. LVL, 1966, parte 5, pp. 5-69, aquí pp. 37-40,54-59 y 66. B. S A C C H I , Bernardi Saca Pathtii Papiensis de Italicarvm Rervm Varietate et Elegantia Libri .X. In qvibvs mvita sdtv digna recensentur. De

Mediolanensis prouincis

318-319, y: G. CARDANO, Hieronymi Cardani Medid Mediolanensis, De Svbtilitate Libri

xxi.Ad

illustriss. Prindpem Ferrandum Conzagam, Mediolanensis prouincise Pnefectum. Lvgdvni, A p u d Gulielmum Rouillium sub scutoVeneto, 1550, pp. I I -12 y 532, después: G. CARDANO, Hieronymi Cardani Medid Mediolanensis, De Svbtilitate Libri xxi.Ad illustrlB.

Prindpem

Ferrandum Conzagam, Mediolanensis prouincise Prsfectum. Paris, A p u d lacobum Dupuys,sub insigna Samentanse, 1551, ff. 6 y v y 267v-268. G. CARDANO, Hieronymi Cardani Mediolanensis Medid De Svbtilitate Libri xxi. Nvnc demum recogniti otqfuje perfeai. Basilea, Per Lvdovicvm Lvcivm, 1554, pp. 9,452-454 y 472-473, depués G. CARDANO, Hieronymi Cardani Mediolanensis Medid De Svbtilitate Libri XXI.Ab authore plus quàm mille locis illustrati, nonnullis etiam cum additionibus.Addita insuper Apologia aduersus calumniatorem, qua uis horum librorum aperitur Basilea, per

Populorum vetustate, dominio, & mutatione.

Lvdovicvm Lvcivm, 1557, pp. 9,

Item de Prouinciarum proprietate, & Ro,

452-454 y 472-473.

Ecclesia amplificatione. Cum Indice Capitulorum in fine Operis. Papiffi,Apud

las Islas Canarias, op. dt. pág.xvi,

Prsefectum,

" ' G . BUCATI, Historia Vniversale di M. Gasparo

Hieronymum Bartholum,Anno MDO<V,p.76.

Bvgati Milanese: nella qvale con ogni candidezza

G. CARDANO, Libellus De libris propriis cuius

bell'ordine tutto quel ch'è successo dal principio

titulas est Ephemerus ad Hieronymum Cardanum Medicum affinem suum, en G. Cardano, Hieronymi Cardani Medico Mediolanensis De Sapientia libri quinqué. Eiusdem de Consolatione libri tres.Alias aediti, sed nunc ab eodem authore recogniti. Eiusdem de Libris propriis, liber unus. Omnia locupleti indice decorata. Norimbergae.Apud lohann.[em] Petreium, 1544, pp. 419-431, aquí pp. 428-429. W . SNOUCKAERT VAN S C H A U W E N B U R G (alias G . Z E N O C A R U S ) , D e Repvblica,Vita, Moribvs, gest/s, fama, religione, sactitate: Imperatoris, Csesaris,Augusti, Quinti, Caroli, Maximi, Monarchie, Libri septem,Ad Zenocaro à Scauwenburgo,Auratx

militi^

Diversi-Milano), b. 1.694 ( 1578),faselll/3 ( 1578 lug.-set-diversi), n. 518. [GiulioTreccoah cancillería de Mantua], «da Cremona il di 26 Settembre 1578», BSLCCR, M, cod. A.A.3.7. G . Biffi, Gio Batta £ Artisti Cremonesi, [ 1780/90], fol. 189, /Viemorie per servire alla storia degli artisti cremonesi, coord. p o r L. Bandera Gregori, Cremona, Biblioteca Statale e Libreria Civica di Cremona, 1989 [«Annali della Biblioteca Statale e Libreria Civica di Cremona» XXXIX ( 1988), n. 2], págs. 223-224

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de las Islas Canarias antes Afortunadas con el

v's clockmaker.The man

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facilmente i nomi de'Papi, de gl'Imperatori, & de'

Equite, Imperatoris Caroli Maximi olim: nunc

Gandavi, Excudebat Gislenus Manilius

Dalla metà del secolo xvi ai nostri giorni Mantova, Istituto Carlo D ' A r c o per la Storia

del mondo fino all'anno MDD(IX. Con tavole

op. dt.,p.73.

Consiliario, & Bibliothecario, BincorstiJToparcha.

Marani-C. Perina,/Hontovo-Le orti'. Volumen

di uerità si racconta breuemente, & con

lllvstres

Avrei Velleris Eqvites scripti, authore Culielmo

" ' E. MARANl,«Tra il Bertanl e ilViani;>,EnE

parecer de sus fortificaciones. Editado p o r A . ClORANESCU. Santa Cruz deTenerife, G o y a Edidones, 1978,2' ed., p. xvii, nota 2. FUNDACION

226

JUANELO TURRIANO


Descripción de las Plaças de Oran y Mazarquivir^ en materia de fortificar de Leonardo Turriano

Daniel Crespo Delgado


FUNDACION • JUANELO y^RRIANO


Nota a la transcripción Dado el carácter del propio documento y del estudio en que se publica, hemos optado como criterio fundamental para nuestra transcripción el de respetar el texto original. Tanto en la puntuación como en la ortografía hemos conservado lo fundamental del manuscrito, sin más que alterarlo de acuerdo con los usos actuales cuando ha sido necesario para entender el sentido de lo transcrito. Iónicamente, en el empleo de mayúsculas hemos adoptado las normas ortográficas vigentes, respetando, no obstante, el original en la utilización de mayúsculas y minúsculas en los títulos y encabezados de cada uno de sus capítulos. Hemos desarrollado las palabras abreviadas y separado las contracciones. Se ha empleado el signo < > para introducir palabras que no existen en el original, pero cuya ausencia puede afectar al sentido del texto; [...] para palabras perdidas en el manuscrito; {} cuando tales palabras se han perdido pero el contexto permite deducirlas con seguridad. El signo [ ] se usará para indicar disposiciones especiales del texto. Cuando la palabra resulta dudosa se pondrá a continuación el signo ?. El término (sic) lo usaremos cuando al transcribir encontremos una particularidad gráfica o falta o repetición. Conservamos la foliación original, marcando con // el cambio de folio que se indica al margen del texto. Las ilustraciones del manuscrito se reproducen en su ubicación original. Hemos introducido una serie de notas con el objetivo de proporcionar al lector una consulta más accesible, sobre todo en relación a los lugares, personajes y términos de fortificación citados en el manuscrito. La siguiente bibliografía recoge única y exclusivamente las obras de las que se han extraído los datos que se consignan en las notas de nuestra edición. No tiene, pues, un carácter ni sistemático, ni exhaustivo. Debo agradecer a los profesores y colegas Alicia Cámara, Metair Kouider, Isabel Velázquez y Mónica Herrera sus consejos y aportaciones a esta transcripción.

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Daniel Crespo

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de la lengua su naturaleza

bios o refranes,

castellana, y calidad,

y otras cosas

por la Real Academia

en que se explica con las phrases

convenientes

Española.

el verdadero

o modos

sentido

de hablar,

al uso de la lengua...

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et cartes

hispaniques

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frontier. A History

dichiarato

Ramusio,

& illustrato.

Nel quale

dellAfrica,

et del paese

del Prete Ianni,

et dal Mar

Rosso infino

à Calicut,

tirie, et la Navigatione

atronó

Delle

Navigationi

et Viaggi

& con molti & vaghi dicorsi, si contengono

la

da lui in

Descrittione

con varii viaggi, dalla città di

et all'isole

Molucche,

dove

Lisbona,

nascono

le Spe-

il Mondo...

Venecia, Nella Stamperia de Giun-

de ¡Afrique.

E d i c i ó n t r a d u c i d a y a n o t a d a por A .

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J u a n L E Ó N A F R I C A N O , Descripción allí hay.

general

todos los successos

parte

de guerras

desde

del señor

y setenta

mil y quinientos

segundo

te en corte

deste nombre.

de su Majestad.

Felipe

que

que Mahoma

inventó

y uno. Dirigida

de África,

y el pueblo

con Chris-

su secta, hasta el año

a la C.R.M.

Luys del Mármol

del Rey

Carvajal

Don

andan-

G r a n a d a , R e n e R a b a t , 1573. Battista

Calvi. Ingeniero

de las fortificaciones

de

II ( 1552-1565). M a d r i d , M i n i s t e r i o d e D e f e n s a , 2 0 0 6 .

L o u i s M A S S I C N O N , l e Maroc graphique

general

entre los infieles,

Por el veedor

D a m i à M A R T Í N E Z LATORRE, Giovan Vy

de la descripción

que a avido

tiana, y entre ellos mesmos

Carlos

y de las cosas peregrinas

E d i c i ó n a c a r g o d e S e r a f í n F A N J U L . B a r c e l o n a , L u n w e r g editores, 1995

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Phellpe

del África

d'après

dans les premières

Léon ¡Africain.

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repartida

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en tres partes.

señor.

las medidas

Por el capitan

Christoval

y defende

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à Oran

sous

le gouvernement

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hispaniques

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de Túnez:

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M a d r i d , Instituto d e C o o p e r a c i ó n c o n el M u n d o Á r a b e , 1991. 231

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Daniel Crespo

Juan Bautista

Mapas,

VILAR,

XVI-XX. Cartes, plans

planos

y fortificaciones

et fortifications

hispaniques

hispánicas

de Marruecos:

du Maroc:

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Mapas,

VILAR,

maps, plans

planos

y fortificaciones

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la dominación

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el sistema

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ZAVALA,

española

La bandera en Argelia

española desde

en Argelia:

anales

históricos

de la

domi-

1500 a 1791. A r g e l , 1885-1886.

Ficha de la Descripción de las plaças de Oran y Mazarquiuir en materia de fortificar (a cargo de Rafael Moreira) Título: Descripción

de las plaças de Oran y Mazar quiuir en materia de for-

tificar Autor: LeonardoTurriano Signatura: ms. Serie Azul 1065. Academia das Ciencias de Lisboa Fecha: Madrid, 4 Nov. 1598 (en la dedicatoria al "Señor Rey", s/título) Dimensiones: ¡n-2°, 267 x 407 mm, con mapas extendidos de diversos formatos y tamaños Contenido: 69 folios de texto y mapas, numerados a tinta de 1 a 70 -f 1 folio en blanco (hay un salto de numeración o falta 1 folio antes del folio 58) Dibujos: 27 ilustraciones coloreadas a guache de mapas, plantas y paisajes Escritura: excelente caligrafía humanística, en español, quizás autógrafa (?), pero es más probable que sea de mano de algún secretario Capa: Encuadernado en piel con hilos de oro en el lomo

FUNDACIOl 232

JUANELO TURRIANO I


Fol. 1

A M a g e s t a d di-l k e y c a L I c o N VUS TRO SP.^ÍOR

{A} LA M A G E S T A D DEL REY CATOLICO N U E S T R O S E Ñ O R D E S C R I P C I O N DE LAS PLAÇAS DE O R A N I M A Z A R Q U I V I R , EN MATERIA DE FORTIFICAR DE L E O N A R D O T U R R I A N O S U CRIADO// Fol.lv Fol. 2

Folio en blanco Señor Esta descripción de Oran i Mazarquivir va a las reales manos de Vuestra Magestad significando el estado en que estavan el año de 1594, lo hecho con mi parecer i asistencia, i lo demás que falta por hazer, para que conforme á mi corto ingenio puedan resistir a los enemigos, hazer espalda a España, i facilitar la impresa de tantos regnos de Africa. Vuestra Magestad hallará en ella cosas no advertidas de ninguna otra persona de quantas para el mismo efecto como yo fueron embiadas à verlas; las quales ya devrian ser muy claras i evidentes muestras del cuidado con que sirvo tan desigual de mi fortuna: cuia humildad suplico a Vuestra Magestad se sirva de hacerme merced de mirar con ojos favorables, i de darle aquella real diestra que lo es à tantos. Reciva pues Vuestra Magestad este pequeño servicio con aquella acostumbrada benignidad con que semejantes dones de sus criados suele recivir, i el animo que mas promete, el qual devotamente ruega à Dios de áVuestra Católica i Real Magestad la salud i vida que la República Christiana ha menester. En Madrid à 4 de Noviembre 1598 Firmado

Fol.lv Fol. 3

y rubricado:

LeonardoTurriano//

Folio en blanco HISTORIA DE O R Á N , I M A Z A R Q U I V I R , EN LA Q U A L BREVEMENTE SE TOCA A L G U N A DE ÁFRICA. CAPIT. I. Haviendo el Rey Catolico, i la Reina doña Isabel echado a los moros de España, a cabo de mas de setecientos años que la posseieron, i puesto mar en medio, creciendo los desseos que suelen en reyes tan vitoriosos i de buen gobierno, procuraron en adelante tener los enemigos lejos de suerte, que aun en sus antiguas ciudades en la costa de Berbería' seguros no viviessen, obligándolos con desasosegarlos por mar con armadas, i captivandolos, hazerles retirar a tierra dentro, i quitarles del todo la marina, el poder, i la navegación para maior seguridad 233

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Daniel Crespo

de los cristianos. De todas las ciudades i poblaciones de esta costa de la Mauritania Tingitana i Cesariense', que (desde que se cobró a España) avian recevido daño, Oran se quedava riendo en sus vicios y regalos, por el sitio deleitoso en que está assentada, la qual prometiendose (por la passada prosperidad i soberbia antigua contra sus reyes i señores) poder con la comodidad del puerto de Mazarquivir echar grandes piratas, dieronse los mercaderes i veçinos de ella a armar fustas^ i otros navios de remo, con los quales corriendo toda la costa de España, i de las Islas Iviça, Menorca, i Mallorca, llevavan tanta cantidad de captivos, que la ciudad más llena era de cristianos que de moros. Penetraron los clamores de los aflixidos cristianos el coraçon del Rey don Hernando", que entonces governava// Fol. 3v

los reinos de Castilla i Leon, por muerte del rey don Filippe' su hierno, tanto, que movido a lastima, embió a don Diego de Cordova alcaide de los Donzeles" con buena armada de Castilla a echar a los moros de Mazarquivir, i guardar essa plaça, con designo adelante de tomar a Oran, i otras importantes; el qual cavallero, aviendo desembarcado su gente en el puerto, puesto cerco al lugar, i dándole rezio combate, embocado que hubo una piega de artillería con que los moros le hazian algún daño, le dieron el lugar a partido', sacando libremente a sus hijos, mugeres i hazienda. Con la victoria de aver quitado a los enemigos el maior i mejor puerto de toda esta costa de Africa del mar Mediterraneo, reforzáronse las esperanças del rey de quitarles con toda la brevedad possible la ciudad de Oran; pensando serle tan fácil como lo avia sido Mazarquivir, i el Peñón"; por lo qual, tentando muchas veces con flaca armada en vano, a cabo de tres años, corriendo el de 1509, don Francisco Ximenes arçobispo deToledo", juntamente con algunos obispos de España aiudó con bienes eclesiásticos al rey a hazer armada, con la qual el arçobispo i el conde Pedro Navarro"", general de ella, fueron a desembarcar dentro del puerto de Mazarquivir. El alcaide los Donzeles que ahí estava desde que se ganó la fuerça, como (mientras estas cosas se aprestavan en España) tenia ya ganada la voluntad a un judio, i à dos moros con grandes promessas, que le entregarían la ciudad, a pena llegaron el arçobispo i el Navarro con el exercito a vista de los muros, quando el judio i complices, aviendo salido los moros a pelear con los cristianos, le cerraron las puerta por do passaron, i por otra con la señal dada que hizieron con una bandera, entraron los cristianos casi sin resistencia i ganaron la ciudad; los quales dexando dentro buen golpe//

Fol. 4

de soldados, se salieron, i cogiendo a los moros en medio, mataron i captivaron mas de quatro mil, con solo perdida de treinta hombres: el restante de los moros, dexando a las mugeres e hijos guerfanos captivos de cristianos, por el campo se pusieron en huida". Con la victoria de estas dos plaças, el rey Catolico empeçô a hazer maiores designos sobre las cosas de Africa, ansi por ver que el rey don Manuel de Portugal" pretendió lo mesmo (como poco antes su armada iendo a favorecer a los venecianos, de camino avia intentado de tomar a Mazarquivir, 234

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Descripción de las Plaças de Oran y Mazarquivir...

teniendo pues hasta entonces Azamor'^ Tanger", Ceuta'=, i Arzila'") como por impedir la grandeça turquesca, que en estas partes de Africa procurava estenderse; viendo claro quan importante era para los reinos deTremecen i Fez tener tan buen puerto, o por mejor decir, puerta i llave de estos reinos i de España. I ansi aviendo juntado grande armada para esta impresa, parecía, que el rey Catolico, el de Portugal, i el Turco andavan en competencia sobre sugetar a Africa, viendo al conde Pedro Navarro el año siguiente tan a priessa tomar a Bugia, i aTripol", el rey de Portugal Tednest, Teculet, Hadequis, i Texecuit'»; assolar Agobel, combatir a Maruecos, fortificar la boca del rio Sabu", i desbaratar al Xerife'"; Orux Barbaroxa echara los españoles del Peñón de Argel, i tomar la ciudad, i ladeTremecen"'; los portugueses saquear a Amagor'^ ganar a Turocuco, i fortificar el cabo de Aguer"; Barbaroxa echar deTremecen al rey Bu Hamu Abdala vassallo de Castilla, i en su lugar poner a Abu Zeien"; Martin de Argote cobrar la dicha ciudad, matar a Barbaroxa, bolver en su estado a Bu Hamu", i perderse sobre Argel con don Ugo de Moneada"''; don Alvaro Bazan saquear Targa; ganar a O n e " ; el emperador Carlos a Tunes, i a La Coleta""; Ariadeno" poner a su hijo Hamete en Tremecen; don Martin de Cordova conde de Alcaudete echarlo, i// Fol.

4v

volver en estado a Abu Abdala hijo de Bu Amu^'°; Dragut entrar en la ciudad de Africa^'; el principe Doria ganarla, i a Susa, i a Monester^"; todas las quales cosas acontecieron en Africa en espacio de quarenta años, començando desde que se ganó a Oran^^ Andando las cosas con esta priessa, Salah Arráez, governador de Argel siguiendo las pisadas de los Barbaroxas, aviendo tomado la ciudad deTremecen, i la de Fez, con Mulei Bu Hazen (a quien despues dexó por rey) alcançô del gran Turco quarenta galeras^" de Constantinopla, a cargo de Ali Portuco, i de Mami Arráez, para con ellas juntando grande exercito naval, i terrestre, venir sobre estas plaças de Oran, i Mazarquivir^^: como Orux i Ariadeno su hermano pretendieron. I aunque la muerte sobre Bugia le atajó los passos, no faltó Hazan Corço (por cuia muerte, de alcaide de Argel se avia echo governador) que con las propias fuerças, que estavan juntas, tomasse la execución de aquesta empresa, el qual el mismo año, que era de 1555, haziendo escala en el puerto de Harzco"', llegó sobre Oran con cinquenta velas, tres mil turcos, catorze mil moros, i treinta mil alaraves i cobeiles". Cercó la ciudad, plantó unas pieças de artillerías entre la puerta deTremecen, i el Alcaçava, en una eminencia casi llana, que cae entre el rio y la sierra a la parte del lebeche^"; sitio mui lejos para hazer buena batería, desacomodado para arremeter, por causa de la baxada i de una barranquera, que junto a los muros sirve de fosso doble: i aunque pudiera mejorarse, descendiendo a unas huertas, quedara sugeto a la Alcaçava, que es la parte alta de la ciudad. Entre estas dificultades, tuvieron entre si los turcos grandes contrastes, i aviendo tirado algunas balas a la muralla, que hizieron para ruina, i tomado la torre de los Santos (que es algo desviada, de la otra banda del rio) llegó al campo mahometano// 235

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Daniel Crespo

Fol. 5

Aluch Ali Scandaliza Griego, de parte del gran Turco, que luego se aiçasse el cerco, i se bolviessen las galeras a levante a estorvar al principe Doria los grandes daños que con el armada hacía en el archipiélago por no aver quedado en aquellas partes otras galeras turquescas; i por mar, i por tierra, los enemigos se retiraron, a cabo de onze dias que estavan sobre esta ciudad, sin hazer efecto^". Retirados los enemigos, de ahí a tres años"", el conde de Alcaudete (que entonces era general de esta ciudad, i de Mazarquivir) con quinientos soldados de estas plaças, i seis mil de España, fue a hazer famosa la ciudad de Mostagán"' con su muerte i de tantos españoles, por no llevar bastimentos por tierra, por no retirarse con tiempo a Oran (visto que los nueve bergantines"' que los llevaron por mar eran en poder de quatro galeras turquescas) i por fiarse de los mentirosos alaraves, los quales aviendo prometido de llevar provision al campo, atemorizados del alcaide deTremecen, no cumplieron su palabra"^ Hascen Baxa governador de Argel, soberbio por la victoria que a Mazagran"" avia tenido con los cristianos, pareciendole que estarían atemorizados en Oran, i en Mazarquivir por aquella perdida, determinó de venir sobre estas plaças a provar su fortuna, la qual, siendole favorable, se prometía estender mui adelante el poder turquesco, a imitación de los dos Orux i Ariadeno sus antecessores"^. 1 aprestados vaxeles, bastimentos, i artillería (con fama de ir sobre el xerife Abdala) i a los soldados de Tenez"", Tremeçen, Beni Arax"', Costantina"", i de todo el reino, con otros doze mil del señor de Cuco, i del de Cabez"", embiado el alcaide de Tremeçen a guardar el passo del rio Ciret=° (que es el que passa por Harzco) para que los alaraves no metiessen bastimentos en Oran, dado orden al capitan Cochupare que llevase por mar el artillería i municiones al puerto de Harzco, donde hallarla de lo que avia de proseguir, i dexado a Ali Chirivi'' turco por su lugar finiente en Argel, partió dessa//

Fol. 5v

ciudad a la buelta del alcaide deTremecen, recogiendo de camino i juntando grande numero de alaraves, i bereberes, cuia massa fue en Mazagran, i cumplida sobre el rio do aguardava el alcaide. De aquí partiendo con toda su gente vino a acamparse a una legua de Oran, i no mas cerca, assi por la comodidad de unos pogos, como para de ahí tentar las fuergas de los cristianos con algunas correrías i escaramugas; i tomar el consejo que mejor le estuviesse, con los mas principales alcaides i xeques de su exercito. 1 considerando de quanta importancia era tener puerto donde recoger sus vaxeles i pertrechos de guerra, sin los quales no podia emprehender cosa alguna, i empegar por lo mas flaco, pensando entonces lo era la villa de Mazarquivir, por su pequeñez i poca guarnición comparada a Oran (en la qual estava, como está, el general i nervio de la gente) determinó ir sobre ella i primero ocuparla. I sin mover el campo, reconoció en persona con soldados inteligentes el sitio i muralla de Oran (aunque con dificultad por una buena escaramuga que le travaron los <de> dentro, que salieron a estorvarselo) i a Mazarquivir, i a San Salvador, que es un pequeño fuerte, que entonces estava sobre la montaña, 236

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padrastro" de la dicha villa; i viendo que el capitan Cochupare no llegava con la armada en que venia el artillería i municiones, por no perder tiempo, passò el campo a media milla de la ciudad sobre la fuente que dicen de arriba, junto a la torre de los Santos (que se hizo para defenderla) la qual torre, despues de averie dado algunas ruciadas de arquebuzerias, i assalto con escalas, la tomó a partido, no guardando la palabra a los soldados de dexarlos ir libremente con sus armas a la ciudad. Con los avisos que emblava el conde de Alcaudete (hijo del muerto a Mostagan, que entonces governava estas plaças) a España de lo que passava, estavan en ella las cosas mui // Fol. 6

embaraçadas de poder embiar socorro, a causa de averse perdido en aquellos dias don Joan de Mendoça en la Herradura", iendo a proverlas, por cuio efecto, mientras las de Italia venían, i otras en Barcelona se aprestavan, don Alvaro Baçan (que despues fue Marques de Santa Cruz)^'' con quatro galeras de la ciudad de Sivilla, que tenia a su cargo, socorrió (por mandado de Vuestra Magestad) de municiones i bastimentos lo que pudo estas plaças, i de Malaga, i Cartagena en barcos i bergantines embiaron como pudieron quatrocientos soldados, i otros nuebos que voluntariamente se embarcaron. Llegado este socorro con deligencia a Oran, el Baxa, sin artillería no teniendo más aqui que hazer, siguiendo su intento de tomar primero Mazarquivir, dexo cercada la ciudad, i fue con la mitad de su gente a assentar el alojamiento sobre el puerto de la dicha villa, entre las dos sierras: sitio comodo i ameno para alojar, i passo para defender el socorro de tierra. I como para cercar i batir a Mazarquivir, primero era menester tomar a San Salvador (que defendía que el enemigo no se metiesse entre el rio i la fuerça) le embió a reconocer, i hablar a los de dentro para que se diessen a partido, mas como le fue respuesto con arcabuzes, i no uvo esperança sino en las armas, hizo aprestar su gente para combatirlo, pensando poderle tomar a escala vista, sin artillería con que batirle, por averie visto inferior a un cerro gordo, que de cerca le descubría toda la plaça de dentro: el qual cerro es la cumbre de la montaña que está sobre Mazarquivir. Hascen tomó este cerro, i se trincheó alrededor de él, en buen sitio casi todo llano a cavallero'^^ al castillo, i aviendo mandado hazer grande faxinada, hizo hinchir el fosso (que le fue fácil, por no estar acabado) i arrimar las escalas a los muros; los de dentro pegaron fuego a la faxina", i con el humo, artillería, i arcubuzeria defendían valerosamente este assalto. Hascen visto//

Fol.6v

la dificultad, i estrago entre los suios, los mandó retirar, i con nueva gente assaltar de nuevo. Los arcabuzeros de las trinchas, como descubrían la plaça del castillo, no dexavan pasar soldado a la defensa, que fue causa que los enemigos subían por las escalas i entravan, mas no pudieron passar adelante, por que don Martin de Cordova (que se ballava a baxo en Mazarquivir) aviendo socorrido con quatrocientos soldados, les hizieron tanta resistencia, que con mucho daño los forzaron a retirarse segunda vez a las tinieblas, a las dos oras de la noche, con 237

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perdida del alcaide de Constantina i quinientos genizaros" i turcos de los mejores del exercito; i de los de dentro veinte muertos, i deziocho heridos'®. Por el mucho [interlineado: daño] que recivieron los enemigos en estos dos asaltos, i el poco fruto que hazian, en porfiar de ganar fuergas sin batir, determinó Hascen de estarse quedo hasta que el tiempo diesse lugar a los vaxeles, que (por el tiempo contrario estavan en Harzco) llegassen con el artillería i municiones, los quales, poco despues, forcejando todo lo que pudieron, llegaron: que eran veintiséis fustas, dos galeras, i quatro navios franceses. Desembarcaron el artillería i municiones entre cabo Falcon'" i Mazarquivir en una pequeña ensenada que llaman Aguas Vivas, junto al fuerte cercado, i al propio alojamiento del enemigo. Con la priessa que tenia el baxa de ir sobre Mazarquivir, de la primera artillería que subieron mandó luego plantar dos cañones contra el fuerte, con los quales, i con otros tiros pequeños empegó a batir los parapetos de el, a quatro de maio, desde lo mas alto del sitio, i mas cerca del cerro gordo"". Acabada de desembarcar el artillería i municiones, con los demás pertrechos de guerra, i subida al monte, el armada se fue a guardar la entrada del puerto i la plaía, para que con ella, i con el primer alojamiento que hizo el enemigo, por ninguna parte ni por tierra ni por mar, pudiesse entrar socorro en Mazarquivir. Ordenadas// Fol. 7

las cosas de esta manera, para dar mas presto en el suelo con los muros del castillo, plantó otros cinco cañones gruessos mas cerca de la batería que los dos primeros, con los quales, en dos días derribó toda la fachada del castillo hazla aquella parte del lebeche de donde se batía, que era dos frentes o medios baluartes i una pequeña cortina; todo poco para la fuerça de tan buenas pieças con que los enemigos batian. Estando la batería de esta manera i mui llana, ya tarde los turcos dieron el terçero assalto, el qual resistieron animosamente los de dentro a lo descubierto por la inferioridad en que estavan, aiudados del artillería de Mazarquivir, la qual anque tirava a lo alto (casi 25 grados sobre el horizonte) fue de mucho efecto. Retiráronse los enemigos casi <de> noche con daño de entre ambas partes, e intención del dia siguiente por la mañana hazer todo el esfuerço possible para entrar en el castillo. Aquella noche los soldados de dentro repararon la batería, i don Martin de Cordova les embió otros veinticinco hombres de socorro, con algunos fuegos artificiales. En amaneciendo los enemigos bolvieron a derribar con el artillería lo que durante la noche se avia reparado, i dar el quarto assalto, que de tan poco efecto fue como los demás, por aver siempre echo la bateria angosta; cuio error hasta entonces no avia sido notado: siendo claro que pocos fortificados resisten a muchos que acometen, i que para vençerlos es necessario aumentar el numero de los que assaltan, i desunir los pocos que defienden. Ansi fue luego por los enemigos buelto a batir, i ensanchar la bateria, que como el fuerte era pequeño, el reparo flaco, lo uno i lo otro se hazla con tanta brevedad, que este mismo dia los enemigos batieron otras tres veçes, i dieron otros tres assaltos; i en el ultimo quedó el fosso casi lleno de cuerpos muertos de enemigos; 238

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i arriba sobre la plaça de la defensa el suelo cubierto de ellos, i de treinta amigos muertos, i cinquenta// Fol. 7v

mal heridos. Los baxeles turquescos echados de la boca del puerto de una borrasca que saltó a la mar aquella noche, dieron lugar que de Oran se socorriese por mar este castillo con ciento i treinta hombres i algunos fuegos artificiales, con el qual socorro tornaron los de dentro a reparar la batería contra a los continuos tiros de los enemigos, i aprestarse para el ultimo assalto, el qual el dia siguiente fue dado con el maior esfuerço que pudieron los enemigos, hallándose en él Hascen Baxa para animar a sus soldados, i de esta vez hazer la ultima prueva de sus fuerças. La batería fue echa este dia maior i mas ancha que los otros, i tan llana que [Interlineado: por ella] pudieran mui comodamente subir los cavallos. Mas todo esto no les aprovechó a los turcos, por que los cristianos les resistieron con tanto valor, aunque murieron la maior parte de ellos, que el Baxa casi perdida la esperança de poder ganar el fuerte, herido en el rostro, se retiró con mui poca gente, en comparación de la que fue al asalto, i con pérdida de dos alcaides. Los soldados cristianos que quedaron vivos en el fuerte, visto quan pocos eran, i quan poco era el socorro que se les podia embiar, no llegando el de España, visto los muros i reparos que tantas veçes avian remendado, no estar con sustancia de poderlos reparar mas, conocida la porfía fingida en el enemigo de querer ganar el fuerte, i no ser mas bastantes de poderles resistir, dieron de ello aviso a don Martin de Cordova, i de como eran de parecer de retirarse a baxo en Mazarquivir: pidiendo escolta para descender la cuesta seguramente. Mientras don Martin embiava cien arcabuzeros a retirarlos, empeçaron a descender desordenadamente, algunos de ellos en huida, a causa que los turcos aviendo o conocido este intento, o presumiéndolo, por las pocas fuerças que les quedavan, se avian escondido en la descendida de aquella montaña matando algunos pere-//

Fol. 8

zosos de los pies, I haziendo caer a algunos con cuerdas, para mejor alcançallos en el suelo i poderlos matar. De esta manera hizieron los enemigos algún daño más en los cristianos que desampararon el fuerte, cinco dias despues que fueron sobre el, i lo ovieron (despues de tantos assaltos i baterías, con tanta sangre turquesca i mora derramada) defendido i no rendido, dexado i no ganado. Los turcos entrando luego a tomar la posession del fuerte, con grande contento por averse quitado delante aquel embaraço tan grande que les defendía a Mazarquivir i los tenia lejos de ella, en un punto baxaron con unas sogas dos cañones i una colubrina, a la mitad del sendero por donde se baxa del fuerte a la villa; con las quales pieças la empeçaron a batir desde el revellín a la torre ultima sobre la mar loca, que se decía de la Traición; la qual batería por ser mas de [espacio en blanco] passos desviada del muro, i por tirar las pieças de alto a baxo, no era de efecto; lo qual conocido por los enemigos, plantaron con grande priessa otras seis pieças gruessas en la misma ladera de la montaña, enfrente 239

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de la parte de la villa que cae sobre el puerto, que llaman El Colmenar, a 300 passos del revellín; cuio sitio ansi por ser alto, i tirar las pieças a baxo, señalava, i no rompia; i molia el muro, i no tormentava, ni lo derribava. Mientras los enemigos batian, en dos postas, con estas nueve pieças, ivan llegando las trincheas a baxo, i tomando el sitio llano que avia entre la montaña i la villa; cuias trincheas, assi unas por ser delgadas, de rama ancha i esparzida, i otras de tierra guarnecidas de tablas, con sus pernos i canoñeras, echas para el efecto, eran passadas i embocadas de la artillería de la villa, la qual aun hazia grande daño en la gente descubierta, i apeo dos de las mejores pieças con que de mas cerca batian los muros. Llegados los// Fol. 8v

turcos con la trincheas a baxo, plantaron quatro cañones gruessos a 300 pies del lienço empeçado a batir, i otras tres pieças medianas en la ladera de la montaña; con estas para quitar las defensas, i con las otras derribar la muralla; con las quales, i con la aiuda de las otras nueve con que de continuo tiravan, en dos dias arrasaron de tal modo la muralla, que casi toda, desde el revellín a la ultima torre de la mar loca, estava tan llana como el suelo. No hubo poca dificultad en vencer esta suerte de muralla con el artillería gruessa, por ser ella (aunque mui antigua, quiças desde el tiempo que este puerto era de romanos) tan tenaz i consistente, que las balas ni la podia passar, ni romper, no siendo mas gruessa de siete pies; ni creo que con tres tantas municiones, i dobladas pieças, en muchos dias, ovieran podido derribarla si estubiera terraplenada de dentro como lo está la que se ha hecho despues a lo moderno. Despues de esto Hascen Baxa hizo las acostumbradas diligencias de embiar a reconocer la bateria, i los heraldos a notificar a los de dentro que se rindiessen, ofreciendoles largos partidos; i mandó poner la gente en orden para el dia siguiente dar otro assalto. Assaltò con doze mil moros alaraves i bereberes, que ¡van delante como gente perdida, para que en ella disparasse la furia de la artillería i arcabuzeria cristiana. Tras de estos barbaros desarmados ivan los turcos, genizaros i renegados, i luego Hascen con la gente de Argel, i de su guardia. Muchos llevaban escalas para subir a los estremos de la bateria (que jamas puede ser tan llana como en el medio) i por otras partes que no se avian batido. El resto del exercito estava a la mira viendo el sucesso de la fortuna, para socorrer do mostrasse necessidad. Hallaron los alaraves i bere-//

Fol. 9

beres al muro grandissima resistencia, los turcos, genizaros, i renegados mucho mas; i en los muros los de dentro hizieron tanta resitencia i matanga, que ellos no pudieron jamas entrar, por muchas veces que Hascen refrescasse el assalto con nueva gente, i socorriesse con tiempo do era mas necessario; i aunque de los turcos que llevaron escalas subieron algunos i llegaron a poner un estandarte sobre el muro, luego fue derribado, i muertos los que avian subido; así en esta parte do pusieron el estandarte, como en otra que llamavan el bastión de 240

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los Cenoveses. Mientras en este assalto de ambas partes se combatía valerosamente, i los de dentro se defendían con artillería, arcabuzeria, i fuegos artificiales, i los enemigos, contra todas estas fuerças, procuravan sobre los cuerpos muertos de los suios passar adelante, a cabo de quatro oras de pelea, vino tanta tempestad de agua del cielo, que los hizo retirar a sus alogiamientos, con perdida de algunos famosos capitanes, i mas de quinientos genizaros, e infinidad de moros; i a los cristianos con perdida del alcaide de la fuerça, i de algunos vallientes soldados, i muchos heridos. Hascen Baxa tuvo despues aviso de un mal hombre que se fue a tornar moro, como los cristianos fortificavan bravamente por de dentro toda aquella parte que hasta entonces avia batido, i que el revellín era lo mas flaco de toda la muralla; el qual batiéndolo desde un sitio que avia enfrente de él llamado el Vermexal, lo derribarla de presto; i assimismo de como con barcos i fustas de noche passavan soldados, i municiones de Oran a Mazarquivir, i avisos con hombre a nado, a lo qual cómbenla remediar si pretendía tomar la fuerça. El Baxa que dio credito al renegado, luego mandó echar trecientos turcos en un peñón, que casi está a la punta del sitio de Mazarquivir (que dicen el Calvario)//

Fol.

9v

para de ahí defender esse socorro i comunicación, que era de mucho daño para los combatidos i cercados por tantas partes: i enfrente del revellín mandó passar ocho pieças de artillería para batirle, como el renegado avia dicho. Don Martin de Cordova visto el parecer que mudavan los enemigos, i avisado por algunos renegados, se fortificó por de dentro con una media luna''', abrazando ambas baterías, i a dos traveses que le dexó puso dos pedreros" con otras pieças de artilleria. Avian los enemigos con las ocho pieças del Vermejal derribado mucha muralla, i echo grande entrada para dar el assalto, quando por desgracia, un artillero turquesco disparando la pieça con el bocado, que era de atocha", encendió fuego en la trinchea, i esta de mano en mano en las demás i en algunas pieças, que fue causa que los enemigos dexassen el assalto aquel dia, para emplearse en apagar el fuego. Como los cristianos (mientras los enemigos andavan en esto) avian reparado lo batido, les fue forçoso a los enemigos tornar a derribar los reparos i batir de nuevo; lo qual empeçaron a hazer con grande priessa, por averie venido una fusta con nueva que venia el socorro de España, i la propia dieron dos fragatas'"' que entraron venturosamente en Oran cargadas de municiones, que fue de grandissimo contento para los de Mazarquivir. Hascen queriendo, en este otro assalto, hazer todo su esfuerço, mandó alçar el cerco a Oran, i juntarse ambos campos sobre esta villa, i fue parecer del hijo del rey de Fez, del señor de Cuco, del alcaide deTremecen, i de muchos capitanes, de que aun era bien, que con tiempo se aiçase de ella, antes que Negasse el socorro de España, que por las nuevas que avian venido savian que no podia tardar; mas como Hascen Baxa se ballasse tan prendado ansi en el movimiento de una impresa tan grande como era esta, como // 241

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Fol. 10

en la perdida de tantos soldados, i municiones, i en la reputación, no quiso venir en el, si no apressurar su fortuna todo lo que pudiesse, i provar los frutos de la diligencia. I assi mandó que por todas partes se assaltase la fuerça, por mar i por tierra; por la mar loca con dos mil turcos tiradores en deziocho vaxeles, con muchas escalas para subir el muro de aquella parte; i por tierra por todas las partes batidas hizo acometer con toda la gente que avia estado sobre Oran, i tras de ella los genizaros i turcos que se avian hallado en los otros assaltos; i con la misma orden. Assaltaron por todas partes, i por algunas assi con escalas como sin ellas; por la bateria subieron muchos enemigos, mas hallaron tanta resistencia que por ninguna parte pudieron hazer entrada; i los cristianos hizieron tal defensa, que los que assaltaron por la mar se retiraron dexando junto a los muros casi la mitad de los mil que eran, i veintiquatro escalas; i los que combatían en las otras partes entre el revellin i la torre de laTraicion, visto aver perdido más de otros mil de los mejores soldados turcos, genizaros, i renegados, perdida la esperança de esta veç poder entrar, se retiraron, dexando en la bateria al alcaide de Tremeçen mal herido; que despues liberalmente don Martin concedió al Baxa que lo mandasse sacar, i algunos otros soldados entre ellos de fama. Por no dar lugar a que los cristianos reparassen la bateria, el dia siguiente mandó el Baxa dar otro assalto, en el qual viendo a los suios desmaiados i acorbadados, en verguença de ellos, de general se quiso mostrar soldado (como Alexandro Magno sobre la ciudad de Tiro) peleando denodadamente; mas no le aprovechó ni la fuerça de su braço, ni la de su presencia, ni la de su lengua (reprehendiéndolos i animándolos) ni hazerles passo con su alfange"=, a que mostrassen mas valor del perdido; antes ellos no pudiendo resistir mas al de los cristianos, echos aspidos? a las//

Fol. lOv

palabras de su capitan, se retiraron vencidos, i avergonzados, dexando mas de otros trecientos turcos i genizaros muertos. Hascen todavia obstinado en su intento, visto que los de dentro se reparavan lo mejor que podian i resarcían sus trincheas i cestones, mandó al dia siguiente tornar a batir; aunque todo se haria floxamente, por estar el exercito acobardado, i falto de municiones i bastimentos; que para él fue de grande socorro una saetía"" cargada de trigo, biscocho, i queso, que dos galeotas"' turquescas le truxeron. Derribado con el artillería algunos reparos, mandó dar otro assalto, que de los cristianos (aunque muchos de ellos avian muerto, i de los que quedavan mal heridos, i lastimados del sueño, del hambre, i del travajo) no fue temido, antes recivido i resistido con mucho animo i esfuerço, del qual para divertir los enemigos, salió el conde (hermano de don Martin) de Oran hasta cerca de los enemigos; que aunque puesto en buena consideración podia ser de poco efecto, con quien desseava dexar ya la impresa lo fue de mucho, juntamente con la camiceria que los de Mazarquivir hazian en los que cobardemente procuravan entrar dentro, pues fue causa que los enemigos se retirassen de los muros, con presupuesto de retirarse del todo con el exercito antes que con su maior perdición llegasse el socorro de España, que por 242

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momentos se aguardava; cuia retirada fue a cinco de maio"', a cabo de veintiocho dias de cerco i [espacio en blanco] assaltos, cinco a San Salvador, i [espacio en blanco] a Mazarquivir: villa entonces harto pequeña, fortificada a lo antiguo, i sugeta a padrastro. La priessa grande que tenían los enemigos de retirarse, no dio lugar a embarcar toda el artilleria i municiones que avian desembarcado, porque ofreciéndosele grande dificultad en tornar a subir tantas pieças para llevarlas al embarcadero, se dexaron tres de las mejores, i mucha cantidad de balas; que aun a detenerse un tanto// Fol. 11

mas para embarcarlas, quiças pudiera ser ocasión de que todas, i todos los vaxeles turquescos vinieran a poder del armada de Vuestra Magestad, que venia en socorro de estas plaças, la qual llegó a Mazarquivir, estando los vaxeles enemigos en cabo Falcon, i Hascen Baxa con toda la gente de tierra retirándose a gran paso a Mostagan, pensando que lo alcançara el exercito cristiano, como se pensó lo pudiera hazer; en culo seguimiento fue algunas millas el maesse de campo don Pedro de Padilla con su tercio de Ñapóles"^"", i otros muchos cavalleros que avian venido en este socorro; mas visto al ir ya mui lejos, se bolvieron a Oran, do hallaron que el armada de Vuestra Magestad avia tomado cinco galeotas desamparadas de los turcos, i los quatro navios franceses (en que traxeron las municiones) con deziocho cristianos. En esta armada de Vuestra Magestad venia el principe Doria con doze galeras, don Francisco de Mendoça (nuevo general de las de España, por la muerte de don Joan en la Herradura) con otras veintiuna, con cinco que hallaron en Cartagena, de donde todas veintiocho avian partido, con mucha gente i nobleça de Italia, de Flandes, i de España para este socorro™. DE Q U A N T A IMPORTANCIA S O N ESTAS PLAÇAS DE O R Á N I M A Z A R Q U I V I R . CAP. II. Despues que P. Scipion el Africano hubo echado a los cartagineses de España, i quietado este gran reyno al//

Fol. 11 v

pueblo de Roma, bolviendo los ojos a la impresa de Africa, i de la gran Cartago, que entonces con grande exercito oprimía la Italia, ninguna cosa le pareció de tanta importancia como tirar a su devocion i amistad los pueblos i señores, i primero al rey Siface"; assi por quitar a este rey (rico i poderoso) de la confederación de los cartagineses, como principalmente por tener su reyno poco apartado de España, enfrente de Cartagena, acomodado de grandissimos i principalissimos puertos para el passage en Africa. No fue de poca importancia este consejo, pues facilitó tanto la guerra i la victoria de una ciudad tan poderosa, i de toda el Africa, entre los Atlantes'" i el mar Canario i Mediterraneo, como hazer de enemigos, amigos, tributarios, vassallos, i siervos, por esta puerta de la Mauritania Cesariense, agora Reyno deTremegen; por cuia sugecion i conservación, despues fortificaron i guardaron todos los lugares marítimos de importancia, como haze 243

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hoy dia Vuestra Magestad <en> estas plaças, i Melilla", el Peñón'", Tanger, i Ceuta; entre todas las quales, i las que el Turco tiene desde Portofarina" hasta Mostagan, no hay ninguna que tan importantes sean como Mazarquivir i Oran; Mazarquivir por la comodidad del gran puerto, i Oran para ia conservación de Mazarquivir i reciprocamente el uno del otro todo a fin de impedir la extension de la grandeça turquesca, limpiar el mar de corsarios, assegurar a España de los moros, i sugetar a los barbaros. Argel es la ciudad mas importante que el Turco tiene en estas partes (echa rica i famosa con los despojos de la Cristiandad) i cabeça de esta provincia que es el reyno de Tremeçen, la qual todas las demás plaças al poniente sustenta, por estar mui apartadas las fuerças de Constantinopla; i por ella han ¡do ganando tanto los turcos, que han dexado a// Fol. 12

Oran 1 Mazarqu¡v¡r atrás: ¡ es cosa ev¡dent¡ss¡ma, que si el Turco tuviera al puerto de Mazarquivir, donde recoger sus armadas, se oviera echo ya señor de todo el reyno de Fez i Maruecos, i estendido por toda el Africa Mauritania hasta sobre el mar Oceano, i a las Islas de Canaria con esperança de passar a las Indias, i pertubara tanto a la España, juntamente con otros comunes enemigos, que fuera una de las maiores afliciones que pudiera venir a la República Cristiana. Conociendo esto mui bien el emperador Carlos, tomó a Tunes, la Goleta, i otras ciudades de aquella costa limpiándola de la ponçofia turquesca, hasta tanto que pareciendo a su Cesarea Magestad que no quedava si no la ciudad de Argel fue sobre ella con mejor zelo que ventura'", que fue causa que todos los sobredichos inconvenientes (por averse despues acá acercado mas el Turco) quedassen atajados solo con defender estas plaças de Oran i Mazarquivir, como dos veces se han defendido en tiempo que no estavan tan fortificadas como al presente lo están. Assi que bolviendo el animo (como Scipion) a echar a los turcos de estas partes de Africa (que son nuestros nuevos cartagineses) i a tomar Argel (Cartago de nuestros tiempos) hay menos que hazer de lo que tuvo Scipion, finiendo en Africa tan buenas plaças como son estas de Oran i Mazarquivir, con las demás. Solo quedava la voluntad de los señores, que son el rey de Fez, el señor de Cuco, i el de Cabez (por no aventurar tanto como el emperador) lo quales (aunque de lei conforme al Turco) no se desdeñarían de aíudar como Síface ¡ Masseníssa", viendo la condicion de estos tiempos, i la tirania turquesca quan contraria es a {su} conservación, como el exemplo de Cellm Beni Tumi señor de Argel, i de Buzeien rey de Tremeçen [...]//

Fol. 12v

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Fol. 13

Barbaroxa ahorcó para quitarles sus estados) aun entre los africanos es mui doloroso.'® Pensando ir flacamente tomando las otras plaças que están al poniente de Argel, son tan vecinas al socorro i de poca importancia, que es cortar los ramos, i no la raiz al árbol. Solo dos cosas son de grande momento, quiriendo Vuestra Magestad cobrar la ciudad deTremecen para tener las dos partes del reyno avassalladas, i estenderse hasta Tenez, que fuera grande jornada para dar mas comodamente sobre Argel; i allende de esto para tener mas sugetos a los alaraves que sirven a la parte turquesca; cuio provecho todo resultarla en beneficio de estas plaças, que tanto al presente lo han menester. La una es Mostagan que por ser cerca de Oran catorce leguas, siempre ha servido de hazer junta de enemigos para venir sobre el, i sobre Mazarquivir; i sirve para la comunicación i trato deTremecen, sin la qual essa ciudad no se podria conservar por los turcos, por estar mui cerca de las fuerças de Vuestra Magestad, i del Xerife, i desviado de las demás fuerças turquescas i de Argel. Esta ciudad de Mostagan seria fácil de tomar por mar i por tierra, como las cosas fuessen governadas con la fuerça, presteza, i secreto que combiene, no tirando en consequencia el exemplo del conde de Alcaudete que se perdió sobre ella, para impossibilitar lo possible: como tampoco el del emperador Carlos sobre Argel. La segunda es el puerto de Arzeo (Arzenaria Colona edificada por los romanos") que cae entre Oran i Mostagan, del qual siempre se han valido los turcos para venir sobre estas plaças de Vuestra Magestad; i se valen hoy dia para passar al poniente con sus fustas i galeras a robar al mar i costa de España, hasta el cabo de San Vicente™ i a las Islas de Canaria.//

Fol. 13v

Seria cosa importante ocuparlo por quitar este nido a los enemigos, assegurar a los navios cristianos que con bastimentos, i mercadurías iendo a Oran (desgarrando con los tiempos contrarios, i no teniendo otra parte donde meterse) van cada dia a las manos de los enemigos; i para acercarse a Mostagan, que con esta vecindad, sin mucha fuerça, se podria desalojar. D E S C R I P C I O N DE LA C I U D A D DE O R A N . CAP. III Esta ciudad está assentada en la ladera de una famosa i pequeña montaña que mira al levante, a docientos passos del mar Mediterraneo sardo en 13 grados, i 20 minutos de longitud según Tolomeo"' i mi osservacion en 35, i, 33 de latitud, culo sitio como desigualmente desciende oleando, goga la ciudad de alto, baxo, llano i pendiente, culos antiguos muros ciñendo 480 casas en figura de un mal formado coragon rematan en la punta de un torreon viejo i roto entre la mar i un pequeño riachuelo como muestra la planta i prospectiva que sigue. La montaña enfrente de esta ciudad está gran pedago de ella partido a manera de una silla de donde tomó el nombre, i iendo a la mar por una cordillera sutil a modo de un lomo de camello, luego se levanta con una corcova//

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En bianco cargada de la fuerça de Santa Cruz, que por otro nombre llaman la Silla. Esta fuerça es larga en comparación de su mucha estrechez i pobreça de sitio como assentada sobre los vaçios de unos peñascos; descubre con tiempos claros montañas de la costa de España, de ordinario el puerto de Mazarquivir i su contorno, i el de la ciudad por muchas leguas, i toda ella, i la laguna"' que empeçando a distancia de una legua, siete se estiende, ancha lo más tres, bañando los pies de los montes deTremecen. Entre esta fuerça i la mar sobre el filo de la propia montaña, i sobre unos peñascos do antiguamente avia una torre está el fuerte de San Gregorio, pequeño, en todo nuebo mas que la Silla, el qual como mas baxo descubre toda la costa del mar desde Mazarquivir hasta la Aguja, i guarda la plaia i lado marítimo de la ciudad: hasta aquí esto es a la parte del poniente. De la otra al levante hay un mui gracioso valle lleno de huertas, i verdes arboledas de naranjos, limones, cidras, granados ecelentissimos, i duraznos, el qual con algunas torres altas antiguas, i aguas del rio con que lo parten i riegan, desde la ciudad o de qualquiera parte de la montaña haze mui linda vista. No es poco el recreo de este valle, con tantas frutas i ortaliças, pues sin el, tengo por casi impossible poderse aquí sustentar los soldados; i de los antiguos africanos fue estimado de tanto deleite i vicio (respeto de la sequedad de Africa) que por mui viciosos i regalados tenian a todos los hombres que aquí vivian, por lo qual a esta ciudad llamaron Guaharan que en aravigo laguna de demonios quiere decir, que es lo propio que la hebrea Cafarnaum. Subiendo este valle hay una lomada llana como en la planta se ve entre los dos rios; es mas alta de la ciudad, i mas baxa de//

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lo mas alto de ella que dicen el Givel"\ Al cavo sobre la mar tiene el castillo de Arazalcaçer, el qual abraçando toda esta lomada, llega sobre la rambla de la parte 246

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del levante, i hazla el mediodía tiene tres torres con guardia, la primera la de Madrigal, la segunda la Gorda, tergerà la de los Santos desviada dos tercios de milla de la ciudad sobre el nacimiento de la fuente que le da agua, i al valle"". De la otra parte, en la propia ladera de la montaña que corre hacia Tremeçen a una milla ai un pueblo de treinta casas de moros llamado Ifre''^ que sirven en todas las cosas necessarias a estas plagas. Esta ciudad debió de ser de maior poblacion de lo que es ahora, pues Lion Africano'"^ la haze de seis mil vecinos«', aunque a mi pareger, por el sitio estrecho que ella tiene, por las calles estrechíssimas a lo morisco e incomodas; por los muros viejos que representan no poca antigüedad, i por no ver señal de otros más afuera, tengo que jamas fue maior de lo que es al presente; si no es que esse autor numerasse (juntamente con las casas de la ciudad) a cinco mil torres que hubo al deredor de ella por guardia I comodidad de las haziendas, en tiempo que los moros seguramente cultivavan la tierra, i se estendian con sus abitaciones sobre el mar, que hoy dia muchas de ellas se ven en el valle de esta ciudad, i por el campo: o pudo ser maior en tiempos que los romanos la poblaron por el testimonio de Ptolomeo llamandola Vinica Colonia aunque Plinio tratando de Mazarquivir la passò en silencio."" Lion escribe que fue edificada por los antiguos africanos, llena de todos los edificios i cosas que pertenecen i son menester a la humana urbanidad, como de templos, colegios, hospitales, estufas, i osterias, altos 1 vistosos muros"'; i esto lo deve de decir por el Givel i la Alcagava, que son//

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las partes mas altas de la ciudad; i por la vieja, que entre ella 1 la fuerça de la Silla se ve arruinada por el suelo. La maior parte de los abitadores fueron, oficiales mecánicos, labradores, texedores, i principales que de su hazienda vivían, toda gente mediana i no mui rica, por contentarse con poco, enemiga de trabajar, i de romper la tierra solo para un poco de cevada para su sustento. Eue gente mansa, amiga de forasteros, por la frequentacion de los mercaderes catalanes, genoveses, venecianos, i de otras muchas partes que aquí acudían con grandes mercadurías para el trato de este reyno de Tremeçen, i para la Arabia, i Etiopia tierra de negros, sacando grande cantidad de trigo que traían de Meliana, de Safina, de Agobel, de todos los llanos i campañas del rio Ciret'", al puerto de Mazarquivir para esta embarcación, cuia douana rentó mucho a los reyes de este reino de la casa de Beni Habdulguad, casta del pueblo de Magrava'', que despues fueron llamados Beni Zeieen, de quien fue siempre esta ciudad antes de los romanos, i despues que sacaron el pie de ella. Esta gente sobervia por la riqueza del trato, jamas obedeció bien a sus reyes, ni quisieron recebir a sus governadores en la ciudad; governábase de por si, eligiendo a uno principal de su cavildo que tuviesse cuidado de las cosas civiles i criminales; solo consintieron un tesorero, i un fator para las rentas reales, hasta tanto que el vicio i ociosidad les hizo dar al rovar por la mar i hazer grandes daños en las islas i costa de España, que fue causa que ellos, i la ciudad, con el puerto i villa de Mazar247

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quivir viniessen a poder de los reyes anteçessores de Vuestra Magestad como está escrito al principio del capitulo primero de este libro'". Agora está mejorada de edificios, así de fortificaciones, como// Fol. 17v

de templos <como los de> San Francisco, Santo Domingo, la iglesia maior, i Nuestra Señora de los Remedios, de casa del general que es el Alcaçava, i de todas las demás en general. Hay treinta i tantas casas de judios con su sinagoga los quales tienen usurpado todo el trato i credito a los moros i cristianos, i con sus engaños i astucias tiran todas las riqueças a si, las sacan de estas plaças para con su granjeria darlas a los moros i turcos, comen lo mejor i mas grasso de ellas, ocupan los mejores lugares, regalando a toda gente principal que les puede dar favor i nombre. De continuo hay en esta ciudad de 500 a 600 esclavos de rescate, los quales quando se sale a las cavalgadas"' quedan casi solos con las mugeres, i con ellos i con los judios es de grande consideración por lo que podria suceder como la esperiencia lo mostró una vez, que aviendose soltado los esclavos ivan levantándose con la ciudad si al tiempo de este rumor no entraran los soldados que venian de una cavalgada i con tiempo lo apaciguaran: digo de los judios también, que como una veç entregaron esta ciudad a los cristianos, i son los propios i tan judios como entonces, i viven casi en una fuerça de por si junto a los muros, con secreto pueden facilmente meter enemigos dentro i tenerlos escondidos, i usar de nuevo qualquiera traición como entonces. Por esto, i otros muchos inconvinientes, respecto del sitio en que está assentada esta ciudad sugeta a muchas ofensas, antes que se fabricassen los castillos de Santa Cruz, San Gregorio i Arazalcaçar, fue puesto en consideración a Vuestra Magestad que seria bien desmantelarla procurando solo de conservar a Mazarquivir, i ahorrar tanto gasto, pues se tenia por cierto no poderla defender. Deste parecer fue el duque de Alva, i el de Sabioneta"", mas no fue puesto en execuçion por las raçones que en contrario dio el marques//

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don Martin de Cordova'" provando bastantemente que Mazarquivir no se puede sustentar sin Oran, que es a saber sin el trato i comunicación de los moros, i sin hazer entrada en ellos teniéndolos avassallados; i que estando Mazarquivir en sitio fragoso como está, rodeado de montañas ásperas que no se pueden andar sin mucho trabajo, i desviado más de los moros estorvava totalmente la comunicación, i aun las salidas a ellos por las mismas causas, i allende de esto Mazarquivir quedava más assombrado de la aspereça de la tierra que lo rodea, i de las açechanças que en ella pudieran tener los moros, i venir hasta cerca de las puertas sin ser sentidos; i en suma era arrinconarse en una plaça demasiada pequeña para solo tirarse cerca los enemigos, perder el trato i los bastimentos que traen los moros, que no fuera pequeño inconveniente para la perdición de Mazarquivir. Visto la importancia de no desamparar a esta ciudad (por no concurrir en ella ninguna de las dichas cosas) se le aplicó los dos castillos Santa Cruz i San Gregorio, i ensanchó el de Arazalcaçer, para que el enemigo con el favor de esos sitios no 248

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pudiese acercarse a ella: con las quales fuerças hasta aquí se ha entendido estar bastantemente guardada, i no aver menester mejores murallas ni de mejor forma de las que al presente tiene de muchos centenares de años acá. I continuando esta ciudad en prosperidad, siempre (desde que se ganó) se ha conservado en grande reputación a cargo de grandes principes, i de los mas principales cavalleros de España, teniendo con seicientos o setencientos soldados sugeto gran parte de este reyno; i a mas de setenta mil moros alaraves que sirven a estas plaças i les son vassallos. Esta es gente movible e inconstante de ingenio como sus aduares'"' i moradas, viven (desde que entraron en estas partes) en grandes par- // Fol. 18v

cialidades i pendencias, robándose los unos a los otros el trigo i el ganado, i riñiendo siempre sobre los pastos, i tierras; haziendo solo juez de su causa la lança i la adarga. Es gente belicosa, pero mui medrosa del fuego, i enemiga de sacar sangre, como carecen de él; pelean escaramuçando pocos juntos como en un juego de cañas, tirándose lanças, pero más a los cavallos que a las personas; i es entre ellos de grandissima i mui sangriento guerra quando tres o quatro mueren de entre ambas partes. Solían los años atrás con los soldados de estas plaças aver muchos desafios i escaramuças, lo qual se à dexado por la ventaja que hazen a todos los cristianos i turcos en la gineta'', por ser sobremanera desde su niñez exercitadissimos en los cavallos, i destrissimos en acometer con ventaja, arrojando las armas, i salirse cubriéndose con la adarga i con el cavallo, declinando el cuerpo hasta debaxo de el, i al suelo'". Los que abitan este distrito de Tremeçen i Mostagan, i entre estas plaças i las sierras de los Atlantes, se dividen en seis linages. Uled Abdala, Uled Muça, i Uled Abrahem, estos son nobilissimos entre todos los Alaraves decendientes de tres hermanos, Abdala, Muça I Abrahem, de la sangre de los reyes de este reyno: son siempre amigos, i juntamente por tener sus tierras arrimadas a Oran sirven estas plaças, i ninguno las del Turco. Los otros tres son Alhageses, Benarajes, i Zuetes; los Benarajes i Zuetes tienen sus tierras más desviadas, i sirven solamente a los turcos, i son mortales enemigos de los tres primeros de arriva. Los Alhageses no son de tanta antigua nobleça como los otros, por aver sido sugetos a los de arriva, de quien rebelándose, con las armas i con el poder se an echo nobles i cabeça de linage i parcialidad; de estos parte andan desviados de Oran//

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i parte cerca, i ansi de ellos sirven a las plaças de Vuestra Magestad, i a las del Turco juntamente con Benarajes i Zuetes, i siempre conservan la guerra con los de arriva, haziendoles malos tratamientos en las haziendas i acorralándolos debaxo de Oran, por ser todos juntos muchos, i mas de cien mil; numerando de todas partes los nobles i villanos sus vassallos que pueden servir i tomar las armas. D I S C U R S O S O B R E LA F O R T I E I C A C I O N DE LA C I U D A D DE O R A N , I DE S U S FUERÇAS, I DEL ESTADO EN Q U E SE H A L L A N , I DE LO Q U E A N MENESTER. CAP. lili. 249

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Esta ciudad por estar assentada entre dos eminencias, la una la montaña de la Silla, i la otra el sitio de Arazalcaçer, tuvo necessidad para su defensa del fuerte de Santa Cruz i del castillo del nombre del sitio que he dicho; i también de reparar o de nuevo fortificar los propios muros a lo moderno por estar desviadas las dos dichas fuerças de las partes meridionales de donde el enemigo la puede ofender con el artillería i entrar (aunque por essa parte no es inferior a las que le pueden ser contrarias) i por el lado de la mar do sin escalas casi se le puede entrar estando la gente entre unas laderas i la ciudad encubierta del castillo de San Gregorio, del de Arazalcaçer i lejos del fuerte de Santa Cruz; por cuia causa mu-// Fol. 19v

chos años atrás ha sido puesto en consideración el fortificar esta ciudad, i el Givel como sitio mas fuerte i levantado sobre ella, sobre Arazalcaçer, i mas acomodado a fortificación, aunque es sugeto a la ladera de la montaña del fuerte de Santa Cruz. Esta fortificación no fue adelante por ignorar algunos lo que el enemigo a pesar de los tres castillos podria hazer, otros por poner toda la felicidad de la defensa en ellos, o entender que esto era lo ultimo que le quedava por hazer por los dos exemples passados, puesto en buena consideración de que al enemigo primero le combiene tomar a Mazarquivir por raçon del puerto, i despues a los tres fuertes de Oran antes que llegue a la ciudad, cuyo trabajo, dilación, i tiempo largo qual requiere tantas impresas una tras otra, el socorro de España no lo concederla. Aquí entran dos puntos. Si el enemigo puede estorvar el socorro aventurando [interlineado: grande] armada (supuesto que la de Constantinopla alude la de Argel) no teniendo cerca de estas plaças abrigo de los vientos setentrionales. Se responde que no, tirando en consequencia todo lo que prudentemente se mueve, i no se aventura. Si el enemigo juntamente puede batir la fuerça de Mazarquivir, i las de Oran i la propia ciudad, o primero de por si los castillos. Se responde que sí, siendo el poder constantinopolitano, el de Argel, i de los moros juntos, i ser esto lo que le combiene, por no aumentar el armada en caso que se oviesse de retirar, i la perdida de tiempo aunque Mazarquivir fuesse socorrido para tener pie firme i resistir con essas fuerças al socorro, lo qual como en su casa lo harían más facilmente que los cristianos. Si el enemigo puede batir i assaltar la ciudad sin que se lo estorven los tres castillos. Se responde que sí, dexando por través a Arazalcaçer a mano derecha a la parte del levante, i a la izquierda Santa//

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Cruz al mediodía, assaltando por otras partes, mas no la podrá tener si antes no toma a Arazalcaçer, San Gregorio, i la Silla, i el maior contrario de todos es el Givel si es fortificado: por lo qual se debe fortificar esta ciudad i el Givel; no en el modo que se ve en la primera traça de incierto autor, por ser de grandissimo i eccesivo gasto, desproporcionada a toda fortificación real, i a la pobreça del sitio, i falta de defensas necessarias; antes más barato i mejor será, secundando con el sitio, valerse de los propios muros, reduciendo los ángulos i torreo250

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nés a lo moderno con la devida proporcion según la flaqueça de los lados, i la ofensa de los enemigos, como se ve en la segunda planta de mi parecer. Si el enemigo tomando a Arazalcaçer podrá tomar la ciudad o fácilmente averia se responde que no. Por ser el Givel superior a todo i mui fuerte de sitio como muestra la prospetiva del lado que cae sobre la ciudad, aunque gran parte de las casas le están mui debaxo; por lo qual se concluie, que para aver de tomar la ciudad i tenerla, primero combiene tomar el castillo de la Silla, que es el camino derecho; i con ella sin pelear se toma el de San Gregorio; con estos dos plantando la batería sobre la Alcaçava se puede entrar por el Givel, que es el que despues rinde a la ciudad, i a Arazalcaçer sin batirla ni ofenderla por otra parte. En este castillo de Santa Cruz de la Silla queda pues la llave de toda la defensa de estas plaças, el qual por estar situado sobre la corcova de un peñasco, i apartado de la montaña que se levanta a la parte del sur es tenido por inespugnable. Es fuerte por el sitio, pero estrecho i poco capaç de gente i de artilleria, sin fosso, sin traveses®' i defensas baxas, i atorno descubierto el pie de él, especialmente de la parte de la Silla, desde donde qualquier pelegrino ingenio sabrá plantar la batería que haga efecto, i acercársele (tanto// Fol. 20v

puede el arte) i assimesmo de la cumbre de la montaña sobre la Silla se le pueden echar dentro balas que hagan mucho daño i quemen, todo lo qual es de mucha consideración por ser la plaça embaraçada, estrecha, descubierta de la montaña, i baxa en la punta que cae enfrente de ella, que casi a mano se puede subir sin escala como muestra la figura de su profil. Tiene necessidad de levantar mas essa punta, assi para dificultar la subida, como para cubrir mejor el restante de la fuerça, i de hazerle un pedaço de fosso, que se muestra en la planta que seguirá, para que quede cubierta la parte baxa de la batería: combiene que en ella se restaure del terrapleno las partes que se hunden por no aver sido pisado, que será causa (si no se remedia) que dentro de poco tiempo el agua llovediça haga arruinar gran parte de la fuerça; i que se acomoden los algives que se salen, i a la puerta un puente, con un pedaço de fosso, para que tan cómodamente como agora no se pueda llegar a ella a romperla o quemarla. San Gregorio como muestra la prospectiva está mui sugeto al castillo de la Silla, tanto que ninguna persona en éi se puede encubrir de lo alto; es harto grande para el efecto de que sirve, que es guardar el passo de Mazarquivir, la ladera de la montaña, i la marina de la ciudad, i de Arazalcaçer, i gran parte de la costa hazla Mazarquivir, i cruça con el artilleria mucha parte de la boca del puerto. Este fuerte es de tierra encalado por de fuera i dentro, con su fosso a la parte de la sierra i del puerto que es a donde lo à mas menester, o do a lo menos se le pudo hazer, respeto del assiento de la peña sobre que está fabricado. La cortina de la parte del puerto está con cañoneras mui aviertas, por las quales desde la ladera de la montaña (adonde el fuerte de la Silla no descubre) se puede con arcabuzeria maltratar la gente que estubiere// 251

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Folio en blanco a las pieças, i en la plaça; ansi por ser pequeña como por estar las cañoneras una cerca de otra; i el parapeto en medio de ellas es mui alto i desacomodado para poder tirar sobre él como se ve en la traça del profil de este fuerte: i también combiene reparar i adereçar dos puentes levadiças, la una de la puerta, la otra del rastillo, que están rotas, i no se pueden aiçar. El castillo primero de Arazalcaçer a lo antiguo con cinco torreones señalado de verde, fue echo por el conde Pedro Navarro (quando tomó la ciudad de Oran) sobre el sitio (entre las dos ramblas) que está sobre la ciudad de aquella parte del rio, afin de que el enemigo no lo tomasse para alogiarse en él, i tener sugeta la ciudad, i la plaia, i su gente en la rambla que cae a la parte del levante, dentro de la qual cave mucha gente encubierta, que aun desde la Silla no se puede descubrir. Este castillo (despues que ingenieros passaron a estas plaças) pareció de poca sustancia por la pequeñez i forma a lo antiguo, i por no descubrir la rambla al levante, de donde se temía que por aquella parte, por el mucho sitio que quedava fuera, el enemigo lo pudiesse facilmente acometer a su salvo; por lo qual procurando darle mejor forma, mas plaça, i descubrir la rambla, fue pareçer de Joan Batista Calvi"® que se hiziese la fortificación quadrada real adelante puesta, que era casi otra tanta plaça como la ciudad sin el Givel. Este pareçer no agradó aunque descubría la rambla por dexar mucho sitio fuera a la mar, i hazia el cabo de la rambla, i llegarse mas al sitio eminente el qual empeçando desde la torre Gorda va suavemente subiendo hazia la de los Santos a la campaña. El dexar tanto sitio fuera a la parte del mar, i de la boca de la rambla no era de tanta consideraçion a causa que essos sitios quedavan mui baxos, i su- //

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getos a la fuerça; el primero guardado del castillo de San Gregorio, i el otro (allende de ser baxo) desacomodado para batir por esse lado, i de passarle el artilleria, por la hondura grande de la rambla, i estorvo de la fuerça. Al capitan Jacomo Fratin"" parecía alejarse del sitio mas alto, retirarse sobre la mar todo lo possible, i sobre la rambla, i la piala al levante, como muestran los dos pareceres juntos, el uno casi tan grande como el otro, i plaça de más de tres mil hombres para poderla defender; mui desproporcionada al presidio"'" que de ordinario hay en ella, i que puede aver antes de llegar al socorro. No es de consideración que este castillo guarde la dicha plaia al levante, por ser poco honda, lejos, de mar brava, i lo mas del año sin abrigo, i demás que el enemigo puede desembarcar cerca en otras partes, en ella, desde la fuerça no se le puede estorvar la desembarcacion, quando fuesse acomodada para ello. De llegarse tanto sobre la rambla como se llegó, ultra que fue de poca sustancia por la raçon arriva dicha, se llegó con los baluartes'"^ San Martin, San Pedro, i la Incarnacion mas cerca de la batería que el enemigo puede plantar de la otra parte de la rambla a 550 pies; i es de mucha consideración por tener la arremetida de esta otra por el fosso del baluarte de la Incarnacion. También es mui estrecho para hazer retiradas i reparos, dado primero la parte del sitio que cave a los alojamientos. Quedó mui baxo como muestra su profil para el poder i uso turquesco de aiçarse; ni al presente tiene parapeto, ni fosso acabado, ni estrada cubierta""« empeçada; i el baluarte San Martin, la frente del de San Pedro, la del castillo viejo a la cara del campo solamente está encamisado'''^, i de mala muralla fácil de arruinar, como lo ha hecho la fachada del baluarte de la Incarnacion al lado del //

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En blanco levante como se ve en la primera traça, a causa que la muralla carga sobre el terrapleno sin cimiento i sin contrafortes como se deve usar, no siendo el terrapleno de piedra viva, o tuffo, o materia tan dura que pueda sustentar el peso sin rendir; lo qual al contrario se devia de aver echo por ser casi todo este sitio del castillo de tierra mui suelta, i gredales, pues el fin de hazer las murallas i contrafortes es para sustentar el terrapleno que no arruine con el tiempo por las aguas i sequedad del sol, i por las baterías en caso que ellas hayan echo caer los muros. I el mas importante defeto que tiene este castillo es tener los traveses de la cortina""" entre la Incarnacíon i San Francisco mui derramados i bueltos a la campaña formando ángulo obtuso, i con mui corto i sutil orejon"" que es lo mas importante de esta fuerça, por ser esta parte la de la campaña, de donde el enemigo facilissimamente les puede quitar las defensas sin artillería. La causa de este error fue aver hallado el capitan Fratin el sitio muí estrecho, porque desde la cortina del baluarte San Francisco que cae sobre el valle hazia el rio es mas baxo, pero no tanto que a trueque de aiçarse quinze o veinte pies mas, no se pueda remediar esse defecto, alargando essa cortina de los dichos dos traveses, i retirar el baluarte San Francisco mas sobre la ciudad como muestra lo amarillo, que demás de sacar mejores traveses i proporcionados orejones, 254

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se ensancha el dicho baluarte haziendo la punta de él mas gruessa; i no se mete mas sitio del que al presente tiene, dexando fuera la parte colorada, i mas lejos lo mas eminente.// Fol. 29v

Esta planta del castillo de Santa Cruz de la montaña de la Silla, dista de la montaña alta seicientos passos andantes, i es inferior a ella sesenta. La punta señalada con la letra A, es la que se ha de levantar, para cubrir la plaça de dentro, i dificultar mas la subida. B es la contrascarpa'™ que se ha de alçar para cubrir el pie de la muralla, de la batería, i para poder sacar fuera del castillo alguna mosquetería, a estorvar al enemigo la subida de dicha parte.//

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En blanco D E S C R I P C I O N DEL P U E R T O I VILLA DE M A Z A R Q U I V I R . CAP. V Rex fama magnus, maior virtute Philippus Hunc Portum magnum, magna quoque munit Arce Ne res hispanas vicinus laederet Afer

* Grande por su fama, mayor por su virtud, el rey Felipe/ este gran I puerto protegió con una I '^^rtificación también grande/ para que el africano no atacara las posiciones hispanas/ y por el I entrarlo, las hispanas pudieran atacarlas africanas. (Traducción a cargo de Isabel Velázquez).

Sed contra, hispanas res afras laedere posset* La costa de Oran, desde la punta de la Mona corriendo casi una legua derecha al poniente, buelve a la mar con grande ensenada a manera de medio circulo formando el puerto de Mazarquivir según los moros, que puerto grande en lengua castellana quiere decir: i ansi Ptolomeo, Plinio, i otros autores lo nombran"». Propiamente lo llaman grande, por ser este uno de los maiores puertos de Africa como muestra la planta que sigue; cuias fragosissimas montañas alrededor le hazen grande abrigo de los vientos de tierra, aunque el poniente (que en este puerto 255

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llaman polvorista) por entrar en él acanalado entre la montaña de la Silla de Oran, i la de San Salvador que está sobre este puerto, suele poner los navios en grande aprieto si no tienen buenos cables a la mar. La montaña de San Salvador suavemente se estiende sobre el cabo de este puerto, con pedaço de peña, larga [espacio en blanco] pies hazia el levante, donde está assentada la// Fol. 32v

fuerça, cuia altura, i de la peña abrigan de tal manera el puerto de los vientos septentrionales, que los navios con la maior tormenta del norte (que es travessia en esta costa) están como en agua muerta. Es hondable en mitad de la boca (que es entre la punta de la fuerça i San Gregorio) hasta treinta braças, i en todo el antiguamente lo fue tanto, que las naves mui grandes se arrimavan a la peña de la villa para cargar i descargar; que agora solamente las galeras llegan a penas con el espolon a echar gente en tierra para tomar la posta: lo qual ha causado la mucha piedra que han echado a la mar desde que se empeçô a fortificar de nuevo. La villa de este puerto que estava en pie quando los cristianos la ganaron, i estuvo hasta el año de 1563 que Joan Batista Antoneli"" ingeniero de Vuestra Magestad la destruió, cree el Marmol historiador africano"', que la fuesse edificada por los romanos quando pusieron el pie en estas partes'", aunque yo arrimándome a Lion de Africa tengo que la edificasse los reyes deTremecen muchos años despues"^- porque (según Plinio"") siendo esta villa ciudad de ciudadanos de Roma, no es de creer, que fuesse ni tan pequeña (que aun no parecía capaç de cinquenta vecinos) ni tan sin aquella suntuosidad romana que muestran todas las ruinas de los edificios que hay en estas partes edificados por los antiguos latinos, especialmente aviendose hallado aqui medallas grandes de oro de Claudio emperador i otras mui antiguas, que arguyen no pequeña nobleça de edificios. Tengo que la habitación o ciudad romana no fuesse situada en la peña do está agora la fuerça, si no en el sitio que está sobre la parte del poniente del puerto entre las dos montañas, por ser ameno, comodo, i fuerte, i también por verse hoy dia en el muchos pedaços//

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En blanco de muros mui antiguos, no de tapias de tierra como era la fuerça, si no de piedra i cal, 1 pedaços de bóvedas, cuias ruinas deven de estar enterradas mui debaxo de tierra, por la mucha que en tantos años las aguas avran traído de las cercanas montañas; i esto pudo mui bien ser, i que en la punta o peña do está agora la fuerça tuviessen un pequeño castillo para la guardia de los navios. Antiguamente 256

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ios moradores de esta tierra devian de habitar sobre el mar, por los guessos i entierros que se han hallado en las cuevas sobre la plaia de este puerto; i en una grande que hay de donde se sacava tierra para la fábrica, se hallaron unos guessos de grandissimo gigante i unas muelas gruessas como el puño de la mano, que pareçen de la grandeça de las que cuenta San Agustin"\ Tornando a la villa antigua de este puerto, era pequeña, casi quadrada como pareçe por la traça de ella siguiente, fortificada de tapias de tierra i cal a lo antiguo, las quales eran tan fuertes, que quando los turcos ultimamente la batieron, muchas balas de artilleria se hazian quatro pedaços i bolvian a la batería (cosa increíble) i no pudiendo passar ni romper despegavan las tapias una de otra, i poco a poco las iban de una en una rempujando adentro, tanto que los de dentro tuvieron una veç neçessidad de batirlas con el artilleria para que cayesen a la parte de fuera, por librarse del peligro de aquella ruina. Fue fabricada cerca de donde empieça mas agriamente a subir la montaña que llaman el Vermejal, para goçar del sitio mas ancho, alto i comodo para la comunicación de Oran por tierra, i desembarcacion; i para recoger facilmente los arroios que corren la montaña baxo quando llueve; también para señorear i guar-// Fol.

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dar el rincón del puerto, el passo, i la mar loca, a donde con bonança se podia estar i desembarcar; ultimamente por no dexar entre ella i la montaña plaça grande al enemigo, por cuias consideraciones i tan bien fundadas, paréceme que los antiguos supieron mejor elegir el sitio para su fortificación que los modernos ingenieros, como fue Joan Batista Antonelli, el qual pudiendo valerse del propio sitio antiguo tan bien elegido, i de los propios muros, añadiéndoles sus baluartes en las esquinas principales como Vuestra Magestad ha visto en la planta de Oran, i verá mas adelante, se retiro atras dexando toda la villa antigua fuera (valiéndose solo de la ultima cortina) que fue añadir plaça al enemigo, desviarse del camino, hazer una fuerça de nuevo sin para que con tanto gasto, i especialmente venir a hazer el fosso en la mas alta peña que avia (que mejor los fuera para los baluartes) dexándolo baxo, que en el estava casi todo echo a poca costa: quanto mas que el fosso aquí no era de consideración hazerle en la propia peña como adelante mostraré. Hasta aquí la fuerça antigua, pequeña, sin fosso, i sin terrapleno, con el castillo de San Salvador sobre la montaña avia sido tenida por bastantemente fuerte para entretener al enemigo hasta que de España pudiesse ser socorrida, cuia opinion fue confirmada con la buena defensa que hizo en ella el marques don Martin de Cordova'"^; despues entrando en consideración la flaqueça del sitio de San Salvador como se dexó por no poderlo sustentar, la fuerça del enemigo que otra vez con la passada esperiencia pudiera ser maior i de mas sustançia, i el valor de los defensores (por lo bien que los primeros lo provaron) desigual, el Antoneli plantó la fuerça amarilla que muestra la segunda traça; i pareciendo despues al capitan Joan Perez de Navarrete alcaide de// 257

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ella, que por aver en tiempo del cerco estado 300 turcos en el sitio del Calvario a impedir el socorro de Oran era importante meterlo dentro, llegando la fuerça a la punta como muestra la tercera traça. Vuestra Magestad envió <a> Vespesiano Gonzaga duque de Sabioneta a ello, al qual pareciendole que cómbenla ansi, dexó la traça que se siguió i acabó que llaman el Calvario. Tras el duque fue el capitan Fratin, i bolviendo los ojos a la cara del campo, pareciendole que era mucho el sitio que el Antoneli avia dexado fuera al enemigo, i quan facilmente desde la contrascarpa quedava a cavallero el baluarte <de> Santiago i descubría el través de él; plantó el revellin"' en medio de los dos baluartes ocupando gran pedaço del dicho sitio, cuia punta cae do llegava el revellin de la fuerça vieja; i al dicho baluarte <de> Santiago añadió el pedaço sobre la mar loca que diçen la Concepción por ocupar un pedaço de sitio que quedava fuera, i por acortar la defensa de él a través del baluarte <de> San Joan que era demasiado larga. Subiendo agora la montaña de la cara del campo de esta fuerça do estava assentado el castillo de San Salvador que fortificó Joan Batista Calvi, empieça de un peñasco alto que llaman el cerro gordo, el qual descendiendo sobre el puerto, sobre la campaña, i sobre el mar de la costa que corre a cabo Falcon, mui agriamente llega con una cordillera a saltos hasta el assiento del castillo, la qual de aquí partiéndose en dos, la una corre sobre el Vermejal de Mazarquivir a 300 pies del fosso del revellin, i la otra sobre la mar loca. Este castillo aunque era pequeño i de tan pequeños traveses que en cada uno no podia aver //

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mas de una pieça sola, era mui descubierto i sugeto al cerro gordo, i a la ladera de la misma montaña i pendia sobre Mazarquivir i a la mar del norte, i era mui estrecho de sitio, i de mala forma para poderle fortificar; aun tanto que no fue capaz de toda la forma que le dio el Calvi como se señala en su planta; a cuia causa no estava acabado quando los turcos lo batieron. Estas causas i la fortaleça del risco sobre que estava (que para el fosso no se pudiera vençer sin grande gasto) lo fue de que los ingenieros passados ni el duque Vespesiano Gonzaga pusieron la mira en redificado, antes lo abandonaron del todo, haziendo solo caso de fortificar i defender a Mazarquivir sin este castillo, ni otra fuerça.//

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DEL ESTADO EN Q U E AL PRESENTE ESTÁ LA F U E R Z A DE M A Z A R Q U I V I R , I DE A L G U N A S IMPERFECIONES. CAP. VI. Hallé a 26 de agosto del año passado la fuerça de Mazarquivir en el estado que Vuestra Magestad verá por la siguiente traça; la cortina entre los baluartes la Vitoria i San Felippe sin parapeto, la puerta que está en ella cerrada, sin puente, i sin passo alrededor del baluarte; en él, el fosso i errores notados por Joan de Çafra"®, con plaça sola para arcabuzeria. La plaça baxa de la otra parte estrecha, sin parapeto, i sin passo de la cortina al baluarte: el cavallero"" medio echo: la cortina de la cara del campo por acabar de terraplenar, i de hazerle el parapeto como ha de quedar: el baluarte Santiago sin plaça para artillería, baxo, sugeto al revellin, i mucho a la ladera de la montaña; i su cavallero estrecho para la retirada de la artillería, i mui pequeño i baxo; la plaça baxa de este baluarte de la cara del campo inútil por la puerta que tiene en él, como por no tener nada acabado para el servicio del artillería. El fosso por acabar de allanar entre los dos baluartes, i lo propio el del revellin; i las estradas cubiertas de ambos fossos por hazer, i sin subida a ella, que es uno de los maiores errores que hay. Allende de esto, que por no estar acabada esta fuerça se puede decir imperfecta; de otras muchas imperfeciones padeçe o comença a padeçer desde que se empeçô, como pricipalmente es el fosso demasiado estrecho, que por no tener en-//

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frente del Baluarte San Felippe mas de [espacio en blanco]

pies de ancho i

enfrente del de Santiago [espacio en blanco], se puede llamarlo medio fosso i no nada considerando la muchedumbre de gastadores"" que hay en esta Berbería para ínchírlo de presto; i otra [interlineado: no] pequeña se le sigue, que una parte del enfrente del baluarte Santiago (como se señala con los puntos en la traça del Antoneli) no es escortínada del través del baluarte San Felippe, i pueden estar en ella 300 hombres. Fue orden de Vespesiano Conzaga el año 1574, que enfrente del baluarte San Felippe se ensanchasse el fosso 70 pies más llegándolo a 120, por desviar que el enemigo desde sobre la contrascarpa no embocasse el través del baluarte Santiago; i para que fuesse mas dificil de i neh ir i cegar, mandó que lo ahondassen hasta un estado mas baxo de la superficie del mar, que a mi pareçer era cosa buena sí, pero de grandissima i excesiva costa, aviendo aun de cavar mas de lo que está cavado casi 116 pies, en peña 260

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viva. No se puso en execución por pareçerle al capitan Fratin, que el revellín seria de mas efecto, sin ensanchar más el fosso, por hazer través a la estrada cubierta, i ocupar gran parte del sitio que el Antoneli dexo fuera al enemigo. Este parecer aunque bueno, no llegó a la perfecion que requería, por no aver plaças baxas que lo escortinasse, ni fosso ancho qual cómbenla, no siendo mas de [espacio en blanco] pies, baxo, i el del lado del puerto descubierto por de dentro, del sitio mas favorable al enemigo. Dentro del propio revellín la plaça tan desacomodada i embaraçada que no se le puede acomodar artilleria, i lo propio el parapeto para la arcabuzeria, como muestra su profil; i lo peor que hay en el son unas traviessas, tras las quales, en caso que el// Fol. 49

enemigo lo despuntasse con la batería i subiese en el, quedava fortificado dentro: i tenia a donde arrimar su artilleria contra la fuerça, como muestra la prospetiva. D I S C U R S O SOBRE LAS FORTIFICACIONES DE M A Z A R Q U I V I R O R A N I OTRAS DE BERBERIA EN MATERIA DE ESTADO. CAR VII. Como la raçon de fortificar no solo consiste en materia, forma i sitio, que son las tres cosas principales de esta architectura, si no en otras mas alta del estado que es su verdadera basis i fundamento, por dar entera cuenta de esta materia echaré mano de aquel consejo de Tacito'-', que aquellas fuerças que se toman, i que comodamente no se pueden sustentar, se hagan tales que de ellas los enemigos no se aprovechen más. I de aqui sacaré esta proposicion. Si quando el alcaide de los Donzeles tomó à Mazarquivir, i el arzobispo de Toledo i el conde Pedro Navarro à Oran hubiera sido mejor o quemar i assolar estas dos plaças para que de ahi en adelante los moros no pudiesen atender a la navegación tan dañosa a los cristianos, o sustentarlas i fortificarlas con tanta costa como se ha hecho hasta aqui, i se va continuando. En favor de lo echo hay el prudentissimo consejo de Vuestra Magestad, la mucha riqueça i poder de tantos reinos con que se suple la incomodidad propuesta, i los excesivos gastos que se han hecho, i se hazen. Mas porque las cosas que solo por grandeça se susten-//

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tan pudiéndose escusar entran debajo de este genero de superfluas, no deja de haver aquí lugar la proposicion con muchos exemplos i raçones a favor. Primero el tener fuerças en Berbería haze dos efectos, mueve los ánimos de los príncipes grandes, como el Turco, a cosas grandes, i a los reyes i señores naturales, neutrales o parciales i allegados parte al Turco i parte a Vuestra Magestad, lo qual es bueno por tener menos poderosos a los enemigos cercanos, si de aquí otra cosa mui dañosa no se le siguiese, qual es mostrarles la disciplina militar i a manejar nuestras armas por el recelo e instabilidad con que viven entrambas partes cristiana i turquesca. I que esto sea ansi ya por los alaraves i moros que viven al levante de Argel, por la vecindad i comunicación con los turcos, i los que viven junto à Oran, i a las demás plaças de Vuestra Magestad al poniente, el arco i la zagala 261

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corta han truncado en largos arcabuces; i de pocos años a esta parte han ¡do en tanto crecimiento que solo en las dos montañas de Alabez i del Cuco afirman que hay mas de treinta mil arcabuzeros. Esto no pareciera tan dañoso como lo es, si se conservassen neutrales o comunes enemigos de ambas partes, por entretener a la mas poderosa que no se acercase, i para poder a veces valerse de ellos como hizieron los romanos. Lo qual por la conformidad de la ley con los turcos, i por el buen tratamiento que les hazen, son mas sus amigos i siempre lo serán que de los crisitanos: si algún accidente permitiese Dios que ellos propios o por temor o por natural inestabilidad viniessen a tomar las armas contra ellos, o pidiessen favor a Vuestra Magestad como han hecho otras veces los de Túnez, i que por este camino la Cristiandad alcançasse lo que tanto dessea. Allende de esto arguye maior grandeça i poder de Vuestra Magestad no hazer caso ni// Fol. 50

estimar aquellas cosas en que todo el mundo conoce sus reales fuerças; como el poder tener assoldadas estas i otras plaças, fortificadas i guardadas con tanto gasto. También es lo contrario i flaqueça de aquel principe que derriba i echa abajo las fuerças como hizieron los romanos en España, los Griegos a Trola, Scipion a Cartago, Aníbal a Sagunto, Silla a Atenas, Severo a Costantinopla, i Vespasiano a Gerusalem'"". Pero por ser este remedio unico para aniquilar a los enemigos, i assegurarse de los amigos (aunque esteriormente arguye flaqueça i temor) cubriéndose debaxo de la necessidad i buen gobierno ha sido mui estimado de los antiguos i modernos i de los propios alarabes primeros que entraron en Berbería, los quales queriendo echar de ella a los godos, i a los romanos, fueron destruiendo i assolando las plaças i ciudades fuertes que ellos tenían: ni jamas consintieron que se bolviessen a edificar por ellos mesmos de temor de perderlas i de tirarse de nuevo a los enemigos en casa; como hoy dia muestran las ruinas de tantas ciudades'"^ Sasa'"\ Mygana'"=, Bona'"^Tebeca'", Utica'"", Cartago'"^ Eraclia"", el Carbat"', la sierra Zaguan"", Guerra i Menice de los Gelves'", Lepide"^ AresgoP" i Arzeo"": i ultimamente el emperador Carlos a Africa, i el Turco a la Goleta. 1 si con tiempo se hubiera assolado aTunes, el Turco no se apoderara de aquel reyno i si también el emperador Carlos no mandara assolar a Africa, hoy dia fuera del Turco como lo son las demás ciudades que se tomaron por no haverlas assolado. Si se pudiesse sustentar tantas ciudades i fuerças ganadas en Berbería a costa del propio reyno sin que costassen cosa ninguna, antes de ellas//

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se sacasse provecho como sacaron los emperadores de Roma, i saca el Turco, me pareceira mui bien el sustentarlas i poblarlas de colonias como se ha hecho en las Indias Orientales i Occidentales. I pues esto no pudo ser por que los tiempos de agora (llamo de unos siglos aca) corren más conforme a la declinación de la monarchia romana que al crecimiento de ella mientras vivió libre, i no admitió fortificaciones; i que la potencia, i el consejo de estos tiempos es tan desigual por otras causas importantes contra el estado de los reynos de España, el mejor 262

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parecer que se pudo tomar de principio, fue conservar estas plaças assi como las hallaron; i aunque parece que bastava solamente Mazarquivir, por las raçones referidas atrás, i por la esperiencia que se tuvo quando fue cercado del Turco, Oran fue siempre de mucho provecho en tiempo de guerra, i en las treguas de mucha reputación, i buena escuela de soldados; i fue mui acertado no tratar de assolar estas plaças o alguna de las dos, i otras que hay en Berbería, hasta ver al Turco, i a su secta por el suelo; i a tener tantas fuerças por mar que de el, i de la costa de Berbería se pueda ser señor absoluto.// Fol. 51

ftirecer

de LeonardoTurriano sobre la fortificación de Mazarquivir. Cap: [en blanco]

Las plaças que tienen el socorro cerca i el enemigo lejos no tienen necessidad de tener de continuo tan gran numero de soldados de presidio; ni ser tan fortificadas i tan fuertes como las que tienen el socorro lejos i el enemigo cerca, pues la distancia del enemigo i la vecindad del socorro suple la flaqueça de los muros 1 el poco numero de los soldados. Por esta raçon una de las principales fortaieças de Mazarquivir es tener a Costantinopla tan lejos, i a España tan cerca; i no hay que dudar que, por lo contrario, si estubiera tan cerca de Costantinopla como de España, que de raçon havia de ser la plaça mas bien presidiada i fortificada que pudiese ser: lo qual por lo que en ella se ha gastado i travajado por tantos buenos ingenios en espacio de 35 años, no deja de parecer (al mio) algo superflua i mal entendida su mucha fortificación. Esto confirma otra raçon mas evidente; que si Mazarquivir estando forticada a lo viejo sin baluartes i terraplenos, i en tan poco sitio, i con tan pocos soldados se defendió tan valerosamente'", que quando se hubiera buelto a reparar como estava de antes (dado que en los soldados de agora hay el mismo valor que hubo en los de entonces) no se pudiera temer de mal successo, i que por poco que se mejorara de fortificación quedara mucho mas seguro que antes: quanto mas que// Fol. 51i

añadiéndole los baluartes que se dijo i terraplenando las dos cortinas que se pueden batir, con una torre en lo alto del Calvario que correspondiese a la fuerça para guardar esse sitio que el enemigo no se pusiera otra vez en él, era sobrada fortificación, o a lo menos bastante; la qual se pudiera haver acabado en poco tiempo i con poco gasto, no haziendo lo uno i lo otro infinito. La mesma torre se pudiera haver echo despues de la fortificación del Antoneli, por escusar de meter dentro el Calvario: que aunque está mui bien metido, con buena consideración, por esto no deja de ser superfluo. A Cianbatista Antoneli pareciendo que la fuerça vieja era mui descubierta de la montaña, no halló otro modo para cubrirse, sino retirarse con la fortificación, dejando fuera todo el sitio de la fuerça vieja, i lo mas alto, lo qual aun no consiguió porque todavia queda aun tan descubierta como estava de antes o estubiera si fortificara lo viejo; si no que la distancia por ser agora maior, los tiros de 263

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los enemigos que estubieren en la montaña, llegaran más flacos. Con esto incurrió en dos grandissimes errores. El uno que dio mas sitio al enemigo para plantar las baterias, el otro que vino a hazer el fosso en lo mas alto de la peña, que ha sido lo mas costoso de todo lo que se ha hecho; i los baluartes de la cara del campo vinieron a caer (especialmente el de San Felipe) mas bajo de lo que fuera, si no se retirara tan atrás. En la misma fortificación uvo un error singular (como se ve en la segunda traça que sigue) que entre los cavalleros i el parapeto de los baluartes no avia sitio para artillería, ni se havia con-// Fol. 52

siderado que era menester, i quedavan los dichos baluartes mui pobres con solo arcabuseria, i los mesmos cavalleros tan bajos i tan cerca de los parapetos de los baluartes que el artillería alta, con el aire, ofendia a los mesmos parapetos, de manera que los derribava, como de esto tengo esperiencia; i en tiempo de necessidad o no pudiera estar soldado a la defensa de los baluartes, o no havia de haver artillería en los cavalleros. El fosso assimesmo quedó tan pequeño que enfrente del baluarte San Felipe es solo ancho cinquenta pies, i enfrente de Santiago poco mas, como se verá en ambas traças que siguen. Queriendo ensancharlo tenia dificultades, por causa del sitio que no era igual, i que por la parte del puerto cae como se ve por la prospetiva de la cara del campo. Ahondándolo hasta el mar como queria Vespasiano Gonzaga, era de excesivo gasto; i no bastara un millón: ni se hiziera en muchos años. El mejor parecer que dio Gonzaga fue de meter dentro el Calvario, i de arrimarse bien con los muros a la orilla de la peña sobre el agua. Aunque el Antoneli fue de diferente opinion, pareciendole a él que estando los muros algo desviados, estarían mas seguros de la ofensa de las gabias de los navios: que en estos tiempos, por causa de la artillería es de poca consideración. I fue mas acertado (como dijo el Gonzaga) no dexar sitio entre los muros i el mar adonde los enemigos pudiessen hazer pie. Esta raçon quadrò también al capitan Fratin que despues incorporó con el baluarte Santiago un pedaço de sitio que havia entre el i la mar loca acomodándolo a la defensa que combenia, que agora llaman el baluarte de la Concecion: aunque por otra //

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causa mas principal lo hizo, que fue porque era demasiado de larga la defensa del baluarte que le corresponde sobre la mar loca. Fratin por enmendar el defecto de haver dejado tanto sitio al enemigo, plantó el revellin amarillo que ocupa gran parte de el; el qual cubre los traveses de los baluartes, escortina la estrada cubierta, i todo el sitio. Pero de dentro quedó defectuoso por causa de unas traviessas echas de manera que ganado que uviese el enemigo la punta del revellin quedava fortificado acavallero de la fuerça. En este estado quedó esta fortificación assi por parecer de Antoneli, como de Gonzaga i de Fratin. Algunos años despues considerando Fratin quan defetuosos quedavan los baluartes San 264

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Felipe i Santiago sin [interlineado:

plaça de] artillería, fue de parecer que se

enmendassen; e hizo traça [interlineado: de ello], la qual porque deviò de encomendar el tomar de nuevo la planta a persona poco platica, en la traça pareció más sitio de lo que era; i assi no cupo el remedio, i se quedó desierto por su muerte. Giorje de Torres"" maestre maior de esta fortificación i otros oficiales maiores que con sus granjerias de cal, bagajes, lienços, paños, vestidos, i bastimentos para los canteros i gastadores solian hazer hazienda, visto parar la obra dieron en que se prosiguiese sin traça i sin orden, echando a perder lo echo, i dificultando mas el remedio por sólo sus particulares ¡nteresses, i assi el maestre maior retiró el cavallero del baluarte San Felipe, i delante de él hizo un fosso en el terrapleno del baluarte como parece en la traça del perfil que sigue, dejando la plaça del baluarte tan estrecha que quedava mas peligrosa para los amigos que para los enemigos, i quitó assimesmo el passo entre el cavallero i la casa mata"^// Fol. 53

En estos errores travajó quatro años hasta que Joan de Çafra sobrestante maior dio noticia de ello a Vuestra Magestad el año de 1593. Entonces Vuestra Magestad me mandó ir a ello, i en quatro meses i medio se remedió el dicho baluarte San Felippe, en la forma que muestran las traças siguientes; dejando 37 pies de ancho a la plaça de la artilleria, y 14 de passo entre el cavallero i la casa mata; en cuia conformidad se debe acabar el baluarte Santiago, i la cortina como se ve en la traça grande, con un cavallero prolongado, capaz de muchas pieças de artilleria, superior al revellín, i assimesmo todo lo demás que falta a la cara del campo, conforme a la dicha traça, i a los perfiles, i plantas particulares que siguen. Porque como dije arriba, por lejos que queda la montaña, todavía descubre las plaças de los baluartes, fue parecer de don Graviel Niño de Çuniga (a cuio cargo por ausencia del duque de Cardona'"", entonces estavan estas fuerças) que se hiziesen cañoneras en los parapetos levantándolos para cubrirlas. El qual parecer tuvo en contrario no ser aprovadas las cañoneras en los parapetos de los baluartes i cortinas, por tener en ellas el enemigo mas cierto el tiro, i saber de donde le pueden ofender, demás que el parapeto queda roto y flaco, i las balas en el hazen gran ruina, i matan mucha gente. Demás de esto, por ser esta fabrica de argamassa de tierra i cal, la qual la nueva no pega con la vieja, lo que se acrecentara de nuevo quedara desasido de lo viejo, que por que es poco i de pedaços i pendiente (por la declinación del suelo del parapeto viejo) facilmente las balas del enemigo lo echara dentro sobre los defensores, o lo rempujara como sucedió en Mazarquivir el viejo, quando el Turco lo batió. Estas //

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son las raçones porque aquí (sin mas consideración que de cubrirse) no son buenas las cañoneras; pero serán buenas haziendolas con cestones a su tiempo; por la facilidad de mudarlos, i de conservar el parapeto mientras el enemigo está ocupado con ellos. 265

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El revellín porque no quede con el defecto que tengo dicho, ni quede descubierto de la montaña, combiene quitar las dichas traviessas, i dividir la plaça de manera que la parte del terrapleno cerca de la punta, cubra la del medio, i esta la que cae sobre el fosso de la cortina; pero la division quiere ser de manera, que los soldados desde sus banquetas con los arcabuzes puedan limpiar la plaça alta que les cae delante de los ojos, quedando cubiertos de la mesma altura de ella. I en ninguna manera podria estar el revellín mas bien entendido, que en la forma que se muestra en la traça de por si con las dos casas matas cubiertas de las fachadas del mismo; con las quales si el no estubiere primero desplantado casi hasta el cimiento, es impossible que el enemigo se llegue a la contrascarpa, quanto mas al fosso, i a los baluartes. Porque la forma del sitio a veces es de tanta mas importancia que la fortificación, quanto es la ofensa de la defensa, dejando agora a parte murallas i baluartes, digo que lo mas principal que tiene de advertir quien ha de fortificar un sitio, es entender bien todos los modos con los quales el enemigo puede ofender la fuerça que tiene imaginada de hazer en el, i destruillos. Esto comunmente se suele hazer con la mesma fortificación, acudiendo al efecto i no a la causa; ni por esto se libra// Fol. 54

la fortificación de los defectos que la hazen flaca, ni de las ofensas del enemigo. Esto entendí en el libro de la historia e descripción de las islas, en la fortificación de la montaña de San Francisco de la isla de Canaria, quando dije que siendo la traça de la fortificación bien entendida que antes se debe de acomodar el sitio a ello, que ella a el mudandola"'. Mudando el sitio o acomodándolo a la fortificación, entiendo es quitar al enemigo la comodidad de ofender, la qual como causa principal, si se quitare no hay duda que la fuerça quedara inespunable. Considerando agora las comodidades que tiene el enemigo sobre esta plaça de Mazarquivir para llegarse a ella, i plantar sus baterías, i dar assalto, hallaremos que principalmente tiene la ladera de la montaña bajando desde lo alto de San Salvador hasta el pie del Vermejal, i que en el i alrededor en lo bajo puede plantar cinco baterías; una en el rincón sobre la mar loca do la plantó otra vez el enemigo, otra en el otro rincón sobre el puerto, dos en medio, i otra sobre el Vermejal, que no hay <como> quitarlas: en consequencia de las quales se siguen los assaltos, i la defensa dudosa de la fuerça. El primer ingeniero que vino aquí, Joan Batista Calvi, puso algo de esto en consideración, i pensó estorvar la bajada de la montaña con el castillo de San Salvador, el qual fortificó de modo que despues fue de gran provecho quando los turcos vinieron sobre el, porque ahí perdieron el tiempo i las fuerças; pero por su estrecheça i padrastro, no se pueden tirar en consequencia otros sucessos tales, porque aun quando se pudiessen tirar, es cierto que el se ha de perder, i que los enemigos han de bajar, i plantar sus baterías adonde se dijo: aunque aigo mas tarde, pero con mucha reputación i victoria, teniendo ganado lo//

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de arriba, i assi no me pareció (juntamente con otras personas que entendieron esto) que el Calvi havia acertado con su pretension. Considerando yo la montaña, hallé que el artillería que el enemigo puede plantar en ella contra la fuerça es de poca consideración, primeramente por su aspereça. Lo segundo por que el sitio del Colmenar (que es un repecho en la ladera a la parte del puerto adonde otra vez la plantó) se puede desacomodar i peinar con pocos gastadores, i lo tercero por la distancia que es grande; i por que los tiros son de alto a bajo, de poco efecto. Abajo en el Bermejal, desde el calefón de la mar loca atravessando por derecho hasta la otra parte del puerto, corre una vena de tierra arenisca amarilla, entre la peña, cubierta de una crosta de tuffo duro i rojo, que por serlo lo llaman el Bermejal; sacando esta tierra queda echo un grandissimo fosso, i la montaña de manera dividida, que es impossible poderla bajar, i passar adelante, especialmente con la defensa de la fuerça, quando aun el enemigo quisiese aventurarse a cegarla. No hay persona que haia visto el sitio, o entienda las traças que siguen, a quien no paresca que si esto se hiziese, la fuerça quedara inespunable, porque con este fosso se quitan todas las baterias, i todo lo demás que de ellas se sigue. Esto se puede mejorar llanando la parte que cae a la del revellin, porque se descubra mejor desde la fuerça lo cortado de la peña. Assimismo soi de parecer que en ella se haga la cueva que se ve en su traça, en la qual puedan caver seis pieças de artillería, pedreros o cien mosqueteros, con lo qual demás que el enemigo no podrá bajar la montaña (dado que aun lo pudiese hazer)//

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no podrá parar abajo, teniendo la fuerça de cara, i la cueva a las espaldas, i en sitio adonde no hai un puñado de tierra, sino la trae de mui lejos; i adonde no puede cavar ni hazer trinchera, porque todo es peña durissima i muy fino pedernal. Con la qual fortificación, i a poca costa, sin el castillo de San Salvador, ni otra cosa se assegura esta fuerça de bateria i de assaltos; cuia fama también tendrá sin esperança al enemigo de acometerla en balde. Echo esto, se podrán hazer las cañoneras que queria don Gabriel Niño, para acabar de assegurar del todo de las balas desmandadas a los defensores, pues con esta invención quitadas las baterias, no se siguen los inconvenientes que arriba se dijo que se seguían haziendo las dichas cañoneras: cuia forma se muestra en la traça del baluarte <de> Santiago.//

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En blanco Apuntamientos sobre las plaças de Oran i Mazarquivir. Cap. [en blanco] i ultimo Q u e el enemigo puede ganar la ciudad de Oran, i saquealla, i quemalla, sin que los fuertes Santa Cruz i Areçalcaçar se lo estorven, batiéndola por la parte del sur, desde donde los enemigos plantaron la batería: i mas cerca i mas abajo hazia las huertas, I desde el camino que cae debajo de la torre Gorda sobre la puente; i aun desde encima, haziendo las trincheras a la parte de Arezaiçar. Esto por ser verdad, i que no se puede negar, entra la consideración de fortificalla. 2. Q u e fortificando esta ciudad no se puede elegir mejor sitio del que tiene, ni darle mas. Por lo qual, mejor i mas barato es valerse de los propios muros, reduciendo los ángulos i torreones a lo moderno que hazer de nuevo nuevas cortinas, i excessivos baluartes, contra toda disposición del sitio. 3. Que mudando el sitio de la ciudad, mas bien considerado fuera retirarla al Vermejal entre la rambla de la madre vieja i San Gregorio debajo de la Silla, escusando del todo el castillo de Areçalcaçar, que por quedar mui bajo, i desviado de esse sitio fuera de ninguna consideración. 269

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4. Que fortificando la ciudad, ningún sitio es de tanta consideración como el Givel, i Alcaçava, por tener a las espaldas a Santa Cruz i a San Gregorio, al sur una barranquera que le sirve de fosso doble; i al levante la ciudad mui inferior; i Areçalcaçar. 5. Q u e fortificando el Givel, el enemigo no puede entrar en la ciudad, sin ganarle primero. Lo qual le será// Fol. 65v

mui dificultoso por guardarle las espaldas Santa Cruz i San Gregorio, al lado del sur la barranquera que dificulta mucho la arremetida, casi hasta la puerta deTremecen, por ser la fortificación de los dos medios baluartes que en mi traça caen sobre la dicha puerta cubierta de los sitios altos del valle i descubrir el pie del, i todo el sitio del Alcaçava, i su plataforma superior a Areçalcaçar. 6. Q u e en consequencia del apuntamiento antecedente, Areçalcaçar aunque se pierda no es de consideración para la perdida de la ciudad, teniendo al Gibel (su amparo) por contrabatería alta, i aiudado de Santa Cruz, i de San Gregorio. 7. Q u e se sigue de la dicha consequencia no poderse perder la ciudad si primero no se pierde el Gibel, i por el quarto i quinto apuntamiento no poderse perder el Givel (fortificandolo según mi parecer) si primero no se pierde Santa Cruz i San Gregorio. 8. Por este otavo apuntamiento bastantemente se concluie ser el fuerte de Santa Cruz llave del de San Gregorio por tenerlo sugeto, i del Givel, i todos tres de la ciudad i de Areçalcaçar, i ser necessario al enemigo de tomar primero los tres dichos fuertes antes que a el le ponga mano. 9. Q u e a favor de los contrarios pareceres, digo que quando Areçalcaçar fuese de alguna consideración, que primero por haverse de detener mucho el enemigo sobre Mazarquivir (aunque no se fortificasse conforme mi parecer) i despues sobre la Silla, San Gregorio i el Givel, que tantas i tan largas dilaciones han de dar tiempo de socorrer estas plaças antes que el enemigo llegue a poner mano a Areçalcaçar; i mas (siendo mui claro a qualquier persona bien fundada en la sciencia militar) que quando quedasse solo//

Fol. 66

Areçalcaçar por perderse, no era bastante el solo ni su aiuda para que se bolviessen a cobrar todas las demás plaças perdidas. 10. Q u e exagerando mas la superfluidad de este castillo de Areçalcaçar, digo, que es desproporcionado al presidio que de ordinario hai en el, que no es mas de quarenta soldados en una plaça de tres mil; i no haver gente bastante para las postas, es fácil cosa que el enemigo entre en el, saque el artillería, i lo queme, ganando mucha reputación; i le seria fácil por estar abierto, i facilissimo de entrarle sin escala por la parte del mar. I que quando se quisiese reforçarlo de gente era sangria de la ciudad i de todas las demás plaças finiendo ella sola menester tanta como todas las demás. Por cuia causa hallando el enemigo la ciudad falta de defensores, i tan flaca de fortificación, pudiera entrarle i saquearla, i en todas las demás abreviar su ofensa. 270

FUNDACIOl JUANELO TURRIANO I


Descripción de las Plaças de Oran y Mazarquivir...

11. Q u e no es de consideración que llegue sobre el morro, i que guarde el mar o la plaia por ser poco honda, lejos, i de mar brava, i lo mas del tiempo sin abrigo; i demás que el enemigo puede desembarcar en otras partes cerca, en ella desde la fuerça no se le puede estorvar la desembarcacion, quando fuesse acomodada para ello. 12. Que puesto en consideración que convenia guardar la rambla por quitar que el enemigo no se alojasse en ella, se pudiera haver echo sin tanta maquina, quanto mas que no es de sustancia teniendo la campaña larga i ancha i sitio adonde estar cerca del agua, como consta por la esperiencias passadas quando el vino sobre la ciudad; i se deve de haver consideración que el conde Pedro Navarro que la ganó// Fol.

66v

e hizo el castillo viejo, juntamente con tantos soldados platicos de las guerras de Africa i de Europa no hizieron caso desso, fabricando solo el dicho castillo viejo a causa de detener las correrlas de los enemigos, guardar essos valles o ramblas de las emboscadas para seguridad de los soldados que salen a las guerras, i a las pialas, sirviendo poco mas de lo que sirven las torres. 13. Que llegando tanto sobre la rambla con los baluartes San Martin, i San Pedro, i la Incarnacion, se han acercado mas a la batería que el enemigo le puede hazer desde la otra parte a distancia de cien passos, dandole juntamente la arremetida cubierta por el fosso del baluarte de la Incarnacion. 14. Que la plaça i sitio de la fuerça es estrecha para hazer en ella retirada i reparo contra la batería enemiga, dado primero la parte del sitio que cabe a las casas i aloxamentos. 15. Es baja para el poder i uso turquesco de aiçarse. 16. No tiene parapeto ni fosso acabado, ni estrada cubierta empeçada ni se podrá acabar con setenta mil ducados. 17. El baluarte San Martin, la frente del de San Pedro, la del castillo viejo a la cara del campo solo está encamisado i de mala muralla fácil de arruinar i caerse, como se ha caldo la fachada del baluarte de la Incarnacion al levante, por causa de que es la muralla sutil en el cimiento quatro pies i menos, i mui gruessa arriba, descansando a escalones sobre el terrapleno; que es todo lo contrario que se usa, i conviene en architectura militar: no siendo lo de dentro tan rezio i tan solido que pueda sustentar//

Fol. 67

la dicha muralla. 18. Que los traveses de la cortina de los baluartes la Incarnacion i San Francisco están mui derramados i bueltos a la campaña hazia las torres, i sin orejon, tanto que de qualquier parte se pueden embocar. Esto no niega sin confessar no saber de fortificación, ni lo negara Fratin, pues hizo los otros como se havian de hazer, culpando al sitio que para su ingenio le fue poco favorable. Todavía sugetando los errores a la corrección, quando se quisiese proseguir esta fabrica no se debe negar la enmienda que muestro por dos parezeres míos. I la una de plaças dobles 271

FUNDACION JUANELO TURRIANO


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de una sola piega de artillería cada una. La otra alargando la cortina corta, i retirando el baluarte San Francisco más enfrente del castillo viejo sobre la huerta, levantándolo desde la superficie de ella, que con lo alto ordinario de las murallas comunes, se iguala con la otra fabrica. 19. Bolviendo a la inutilidad i grandeça de este castillo, digo que por no ser de mas efecto que de descubrir la rambla i guerta que cae sobre el mar, i el valle del rio para defensa de los muros bajos de la ciudad, bastava lo viejo con algún reduto, mas a lo moderno, i que fuesse tal que quando el enemigo la ganasse, no se pudiesse aprovechar de el. I las torres viejas se havian de bajar para que a los enemigos no sirviessen de traviessas para cubrirse del Givel, de San Gregorio, i de Santa Cruz. I en suma digo que este castillo tan grande no sirve mas que de superfluo i excessivo gasto para acabarlo i sustentarlo como conviene, i para en tiempo de paz sustentar reputación, i en el de guerra perdella con facilidad.// Fol. b7\i

Santa Cruz i San Gregorio. 20. Santa Cruz tiene necessidad de cubrirse de la montaña de donde puede recibir mucho daño, por ser estrecha i embaraçada, i de aumentar defensa para guardia de su pie. Lo primero se consigue levantando mas la punta del medio dia, que es mui baja. Lo segundo levantar sobre el propio sitio al derredor de ella una estrada cubierta para arquebuzeria i mosquetería, con la qual mejor se estorbará al enemigo que no plante bateria adonde la puede plantar, i no suba la trinchea por donde la puede subir. 21. Tiene necessidad de restaurar del terrapleno las partes que se hunden, de hazer a la puerta un puente levadlço i un pedaço de fosso. 22. San Gregorio tiene necessidad de dos puentes levadiços, que los tiene echos pedaços, i de dar mas util forma al parapeto del poniente, para que los arcabuzeros puedan tirar sobre el. San Salvador sobre Mazarquivir. 23. Es sitio sugeto al cerro gordo, i a la ladera de la montaña, 1 pende sobre Mazarquivir i sobre el mar del norte: es estrecho i de mala forma para podello fortificar; i no fue capaz de la forma que le dio el Calvi, a cuio respeto no estava acabado quando los turcos barbaramente lo batieron.//

Fol. 68

24. Q u e el efecto para que se hizo este fuerte (que fue para entretener al enemigo que no bajasse la montaña) no se consigue por ser infortificable i haverse de perder por esto: es assimismo sangria de Mazarquivir, i fácil perdición de entrambas plaças, consumiendo la gente. 1 quando se perdiese solo a San Salvador, era perder la mejor parte de la gente, i la fuerça, i artillería, que es perder mucha reputación, i aventurarla toda pudiéndose escusar con la invención del corte del Vermejal.

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Descripción de las Plaças de Oran y Mazarquivir...

Mazarquivir 25. En la punta de esta fuerça está el escollo del Calvario capaz de docientos soldados, i es tan gruesso i redondo que se puede encubrir una galeota tras de el para quitar el socorro i avisos de Oran; i con los soldados no dexar parar hombre en la plaça del Calvario, que por no tener mucho pendiente está mui descubierta. Con el favor de este escollo, otras dos cosas puede hazer el enemigo en tiempo que hay bonança. Con la batería de mar despuntar el baluarte de la punta porque es sutil, i arremeter por ella, o arrimársele i volarla con un hornillo"'", i romper la puerta del calefón de la mar loca, i por ella meter de golpe quantos soldados quisiere sin poderselo estorvar, si no es acudiendo con esquadron a la entrada de la plaça del Calvario. Fue parecer del capitan Frantin que sobre este escollo se fabricasse una torre, la qual se incorporasse con la demás fortificación, lo qual no puede ser por no haver sitio en lo alto de el tan capaz, i cubrirse con las ondas del mar de tramontana que es mui bravo; sobre las quales les puede passar una nave a la vela, por lo qual en muchos dias// Fol.

58v

no se pudiera socorrer. Vespasiano Gonzaga dexó orden que lo baxassen a escarpa'« para que los soldados del Calvario lo descubriessen todo por encima: cuia orden se debe executar que es la más acertada i no costará mil ducados. 26. Q u e de principio uviera sido más acertado fortificar a Mazarquivir el viejo valiéndose de los propios muros, i reduciendo los ángulos i torres a lo moderno, levantando la contrascarpa sobre la peña, por ahorrar gasto i tiempo, levantar la fuerça, i dejar menos plaça al enemigo, con la qual i con otro pequeño castillo sobre la punta del Calvario, todo el sitio fortificado estuviera bastantemente en defensa, por no se poder meter el enemigo entre dos fuerças tan cerca la una de la otra, i sobre peña viva. 27. Que haviendo de añadir el revellín que llaman el Real (que ordenó el capitan Fratín para ocupar el sitio entre la fuerça i el Vermejal) fuera más acertado haverle passado más adelante 36 pies, sacandole traveses i cortina que correspond ¡essen a los dos baluartes <de> Santiago ¡ San Feüppe, cubr¡endo las plaças diferentemente, i ahorrando el fosso ocupar todo el sitio entre la montaña i la fuerça. 28. Q u e el baluarte Santiago es bajo, sugeto al revellín i al Vermejal, i sin plaça para artilleria. Conviene levantarlo para librarle de essas sugeciones i de la montaña, i darle banca para artilleria como se ha hecho en el baluarte San Felippe, retirando el cavallero atrás i levantarlo como el otro, según la traça que se ha visto. 29. La cortina desde el cubo de los Genoveses hasta el baluarte Santiago es pendiente, por cuia//

Fol.

69

declinación en ella no puede haver assiento ninguna pieça de artilleria, ni aun tiene buena banqueta para la arcabuzeria, ni el parapeto acabado. Combiene acabarlo en uno de tres modos. El primero como dejó tratado el capitan Fratin con la media luna. Esta traça costará mas de quarenta mil ducados, i ocupará toda la plaça que 273

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Daniel Crespo

hay entre la fuerça i las casas, i aun parte de ellas. I haviendo de dejar alguna calle será menester derribar la tercia parte de la villa, por cuia causa, i por poderse contrabatir el revellin, no hay necessidad de esa media luna. El segundo i parecer mio es levantar un cavallero largo i derecho sobre la misma cortina, entre el cubo i el baluarte Santiago, en el qual puedan estar seis pieças de artillería, i que la cortina sirva sólo para la arcabuzeria. El tercero (assimismo mio) es levantar bancas de trecho en trecho para que la artillería pueda tirar por barba sobre el parapeto de la cortina, cubriendo las pieças con cestones, o dejar la cortina llana igualmente i hazelle cañoneras; el qual parecer sin ellas, pareceme el mejor, i mas barato, i más fácil de hazer, i ser lo que basta, aunque se disminuya el arcabuzeria, teniendo el rebellín demasiada contrabatería, con esta cortina, i dos baluartes, i dos cavalleros, especialmente acomodándolos como he mostrado. 30. El fosso es medio según la proporcion real, i gran parte del escortinado solo de una pieça alta descubierta, entre el través del baluarte San Felippe i el cubo, la qual por ser facilmente imbocada, pueden estar en el fosso arrimado a la contrascarpa del baluarte Santiago... (sic) 300// Fol. 69v

hombres encubiertos, desembarcando en el (que es mui baxo) sobre la mar loca. Convendría ensancharle, i endereçarle para que fuesse escortinado del través; no quitando la bateria i assalto, sin el corte del Vermejal. I assimismo conviene levantar el fosso sobre la dicha mar para quitar en el la desembarcacion, cuia altura escortine por de fuera el través de la Concepción. 31. La estrada cubierta falta por hazer, i la subida a ella, que es todo el fundamento de las sortidas, i de desbaratar los desinios al enemigo. Estas dos cosas no se pueden negar, sin negar el fundamento de la milicia moderna. Ni la subida debe ser más ancha del espacio que ocupa una hilera de cinco soldados, que es lo ancho de la propia estrada cubierta, ni menos de lo que ocupa una de tres: que esta aun es licencia mia; i quitando el darlas adonde yo las doi sin ensanchar el fosso, será de ningún efecto por embaraçarlo, o quedar encubierta, i no poder con presteça echar fuera golpe de gente i retirarla. 32. El fosso del revellin es muy estrecho i poco hondo; lo mas 17 pies, i lo menos 8. Conviene aiçarlo, que será más fácil que ahondarlo 1 de menos costa, i se vendrá a cubrir el revellin de la batería, dificultar la llegada a ella, i el inchimlento, consiguiendo el efecto necessario de cubrir la contrascarpa de la montaña, i mudar la traça de Fratin qual era de hazer en ella muchas traviessas, a proposito para los enemigos, pues [interlineado: pudieran] por entre ellas llegarse al fosso sin que fuessen descubiertos. Esta contrascarpa la ha de tener mui grande por la parte de fuera, para que los soldados del revellin la puedan escortinar por encima: ni el enemigo podrá llegarse a ella, ni arremeter por ella, ni encubrirse tras de ella, la qual i todo lo demás del resto del fosso ha de ser de piedra i cal, o de argamassa de la//

Fol. 70

materia que se sacare del Vermejal, para que en todas maneras, ni el pico, ni la almadena""*, ni la artillería la pueda romper. 274

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Descripción de las Plaças de Oran y Mazarquivir...

33. La plaça del revellín tiene tres defectos. El primero los parapetos dobles, tras los quales no puede haver defensores. El segundo el suelo pendiente e incomodo para artilleria. El tercero unas traviessas que la ocupan i cubren gran parte de ella; las quales en caso que el enemigo despuntasse el revellín, i subiese arriba quedava encubierto i fortificado, por ser las traviessas de buena argamassa, i mui gruessas, con las quales i con ocho cestones quedava assimesmo señor del revellín, i plantava batería contra el través del baluarte Santiago, que lo tiene sugeto i muí descubierto. Conviene que se derriben essas traviessas, acomodando el suelo para artilleria, e infantería, i que una plaça cubra la otra, como tengo mostrado. 34. El sitio llano entre la fuerça i la montaña es grande i acomodado para assiento de tres baterías. La una en la caleta que es enfrente de la ensenada del caleton de la mar loca. La segunda enfrente del Vermejal. La tercera del huerto, todas a doscentos, i a trecientos i sesenta passos andantes; i sobre el Vermejal que es lo ultimo de la ladera de la montaña se pueden plantar otras dos que son cinco, i mucho mejor por tener ahí mucha tierra para las tríncheas. Todas las quales baterías, se quitan del todo cortando la montaña entre el caleton í el huerto; i en el dicho corte, en la peña de la montaña haziendo la bobeda buelta hazia Mazarquivir, capaç de quatro// Fol. 70v

pedreros i doscientos mosqueteros, se quita que el enemigo no [interlineado: se] pueda meter entre las dos fuerças en el sitio que queda; cuia fabrica por ser fácil haviendose de cortar en materia blanda 1 servirse de ella para la contrascarpa de los fossos i demás fabrica, escusandose assimismo otros muchos gastos apuntados, vendrá a costar treinta mil ducados, dando la bobeda segura de humo de arcabuzeria i artilleria, i de cuña i almadena, i de mina, i de no poderla cegar con tierra i faxina como tengo mostrado por diferentes invenciones, con una de las quales quedará la fuerça de Mazarquivir inexpugnable. Fin.

275

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Daniel Crespo

'Término con el que las fuentes antiguas denominaban el tramo de la costa mediterránea del norte de África, salvo Egipto. Sebastián de Covarrubias en el Suplemento a su indispensable Tesoro de la lengua castellana o española ( 161 I ) la define como <rtoda la costa de África desde el estrecho de Gibraltar hasta donde entra en el mar el Nilo». Si no se indica lo contrario, citaremos el Tesoro de Covarrubias según la edición de Ignacio Arellano y Rafael Zafra (Madnd,2006). ^Tras su incorporación al Imperio Romano, el antiguo reino de Mauritania fue dividido en las provincias de la MauritaniaTingitana (con capital enTingis, la actualTánger ocupaba la parte noroeste de Marruecos) y al este, la Mauritania Cesariense (cuya capital era Cesarea, la actual Cherchell, correspondiéndose aproximadamente con el norte occidental y central de la contemporánea Argelia). ^ En su Tesoro de la lengua castellana, Covarrubias define fusta como «género de navio, galera pequeña, vaso ligero, de que usan los corsarios que andan a robar por la man». Fernando II de Aragón, el Católico, fue regente de la C o r o n a de Castilla entre I 5 0 7 y 1516. ^ Eelipe 1 de Habsburgo, el Hermoso, fallecido el 23 de septiembre de 1506. ' Diego Fernández de Córdoba, sexto señor de Lucena y Espejo, quinto señor de Chillón, séptimo alcaide de los Donceles, dirigió, por orden del rey don Fernando, la toma de Mazalquivir que cayó el 13 de septiembre de 1505. C o m o merced a sus acciones de conquista en Mazalquivir y O r á n le fue concedido el título de marqués de Comares

Fernando el Católico en sus luchas contra nobles castellanos, fue designado capitán general de infantería para las campañas africanas. C o n este nombramiento, Pedro Navarro se convirtió en el gran protagonista de las guerras españolas en África en la segunda mitad de la primera década del siglo XVI.Así,tras la t o m a del Peñón deVélez de la G o m e r a ( 1508) y O r á n ( 1509), dirigió la exitosa ocupación de Bujía yTrípoli en 1510.

"Turriano se refiere al Peñón deVélez de la Gomera, en la costa rifeña, tomado por los españoles en 1508 y si bien perdido en 1522, fue recuperado en 1564 y mantenido bajo su soberanía hasta la actualidad. ' Francisco Jiménez de Cisneros, arzobispo de Toledo desde 1495. Falleció en 1517. Destacado militare ingeniero de origen navarro.Tras jugar un papel importante en el transcurso de las guerras italianas bajo el mando de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, por el que se le concedió el título de conde de Oliveto, y apoyar a

dominio portugués entre 1471 y 1550. "Tomadas ambas ciudades en 1510, Bujía (en la actualidad Béjáía, Argelia) estuvo b: dominio español hasta 1555, mientras que Tn'poli (Libia), punta de lanza de la presencia

la influencia española. En 1512, en la batalla de

a ser definitivamente controlada por los

Rávena, Navarro fue apresado por las tropas

otomanos en 1551.

francesas y acabó sirviendo al monarca francés Francisco 1. " Los datos que consigna LeonardoTurriano

"Todas estas poblaciones se encontraban en la provincia de Hea, al oeste de Marruecos, sobre el mar Atlántico y al sur de Man-akech.

sobre la t o m a de O r á n están sacados de la

Mármol Carvajal citó en los primeros

Descripción general de Affrica, con todos los

capítulos del libro tercero de su Descripción

successos de guerras que a avido entre los

de África, dedicado a las ciudades del reino

infieles, y el pueblo Christiana, y entre ellos

de Marruecos, los saqueos que en 1514 los

mesmos desde que Mahoma inventó su secta, hasta el año del señor mil y quinientos y setenta

portugueses llevaron a cabo deTednest («la más principal ciudad de Heha»,vol. II, lib. ill,

del Rey Don Phellpe

cap. lll),Teculet (II, lib. Ill, cap. VI), Hadequis (II,lib,

segundo deste nombre del historiador y militar

III, cap. VII) yTexecuit (II, lib. Ill, cap. IX). La fuente

y una Dirigida a la CRM

granadino Luis del Mármol Carvajal, cuya

deTurriano, pues, es evidente. Siguiendo a A.

primera parte (divida en dos volúmenes)

Épaulard, cuya edición de León Africano es ya

apareció en 1573 y la segunda ya en 1599

clásica (León 1956), digamos que Tednest

(Mármol, vol. II, lib. V, cap. XXVIll, ff. 195-196).

sena una importante localidad de la zona si

Evidentemente,Turriano sólo utilizó la primera parte de la crónica marmolina, en especial el segundo volumen (libros III al VI). La relación histórica de los hechos acontecidos en los cuarenta años siguientes a la toma de O r á n de la Descripción deTurriano (fí 3-4v) parte de la obra de Mármol Carvajal.Todas las noticias queTurriano utiliza aparecen en Mármol, tomando también de esta fuente las fechas (aunque a veces estén equivocadas) y la ortografía de lugares y nombres. La diferencia estriba en que

hace de manera cronológica, disponiendo,

proponen para el ajuste de alguna cosa».

" En la actualidad Asilah (Marruecos), bajo

cristiana en la costa africana nororiental, pasó

' Según el Diccionario de Autoridades

trato, convenio ù condiciones, que se

española sobre la ciudad.

Gracias a estas campañas, la costa

mientras Mármol trata de las ciudades según

( 1726-1739) «Partido: se usa assimismo por

( 1668) Portugal reconoció la sobei^anía

norteafricana, de Melilla aTrípoli, quedó bajo

por la reina doña Juana. Falleció en 1518.

compuesto por la Real Academia Española

intensificándose con la unión de las dos coronas en 1580. Por el Tratado de Lisboa

el reino en el que se ubicaban,Turriano lo con notable rigor sus noticias según las fechas indicadas por Mármol de cada uno de los hechos mencionados.Todo ello puede comprobarse cumplidamente en las notas siguientes. Manuel I de Avis, el Afortunado, rey de Portugal entre 1485 y 1521. " En la actualidad A z e m m o u r (Marruecos), bajo la corona portuguesa entre 1513 y 1541. Ocupada por las tropas portuguesas en 1471, estuvo bajo su dominio hasta 1662, fecha en la que pasó a manos inglesas hasta 1684. Bajo dominio lusitano desde 1415, la

bien no localizada en la actual¡dad;Teculet seríaTakoulit, en bereber pequeña fortaleza, si bien su emplazamiento no se puede determinar; Haddequis es la actualTiggi. " Mármol da noticia del saqueo de,' «villa de la provincia de Heha», portas portugueses en 1515 en II, lib. III, cap. IV, í 7 También en esa fecha sitúa la expedición de los portugueses sobre la ciudad de Marrakech o Marruecos (11, lib. III, cap.XL). El Sebou es un no del norte de Marruecos, de unos 450 kilómetros, que nace en el Atlas Medio, pasa cerca de Fez y desemboca en el Atlántico, Mármol lo denomina Subu (I, lib I, í

H

también León Africano (f 89v), la otra gran fuente, como veremos, utilizada porTurriano, Según e l Diccionario de Autoridades, « n o m b r e de dignidad, que se dá entre los Moros p o r la nobleza, que atribuyen á los descendientes de su falso Profheta,Es nombre Arábigo». En Turriano, miembro de la dinastía reinante de Marruecos. Para el origen de los «Xerifes» como reyes de Marruecos: Mármol I,libII,cap.XL En 1516, el turco O r u ? o Aruj Barbarroja llegó con sus huestes a Argel y tras asesinara su rey pasó a gobernar la ciudad. La inmediata expedición española organizada para desalojar al corsario de tan preciada posesión y que fue comandada por Diego de Vera fue

presencia española en Ceuta ya fue

un rotundo fracaso. En 1517, Oruí,ti-as

importante desde el mismo siglo XV,

ocuparTénés, toman'aTremecén (TIemcen, FUNDACIÓÍ

276

JUANELO TURRIANO


Descripción de las Plaças de Oran y Mazarquivir...

Argelia). El Peñón de Argel, controlado por los españoles desde 1510, no caen'a hasta 1529 y por iniciativa de Hayreddín Barbarroja, hermano de Orug, quien intentó tomarlo, si bien infructuosamente, en 1516. " Mármol Carvajal se refirió al saqueo de la ciudad de Amagor;en ia provincia marroquí de Heha, por los portugueses al mando de Lope Barriga en 1516 (II, lib. III, cap. XVI). " Los portugueses fundaron Santa Cruz de Cabo Aguer o Agadir en 1505, perdiéndola en 1541. En el extenso relato que Mármol hizo de los hechos bélicos relacionados con Agadir se refirió a la toma deTurocuco o Tarkuko, puerto de cierta importancia situado a unos 20 kilómetros de Agadir; destruido por los portugueses hacia 1517 (II, lib. III, cap. XXVI). "En l5l7,Oru(; BarbarrojatomóTremecén, expulsando al reyAbou Hammou, monarca que gozaba del apoyo del gobernador de Orán, Diego Fernández de Córdoba. Su proclamada intención era instalar en el trono a Abou Zeyane, si bien lo ordenó asesinar junto a otros miembros de su familia, tomando él mismo las riendas del poder de dicha ciudad. ^ Las tropas comandadas por el coronel español Martín deArgote,que había sido gobernador interino de Orán entre 1512 y l5l5,tomaronTremecén y acabaron con la vida de Orug Barabarroja en 1518, volviendo a instalar en el trono de tan disputada ciudad a Abou Hammou.Tremecén estaría bajo control español, aproximadamente, en los periodos de 1518-1529 y de 1543-1551. '' El fracasado intento de tomar Argel por parte de Hugo de Moneada, que fuera virrey de Sicilia y de Nápoles, data de 1518. "Aunque en dos momentos bien separados de su obra. Mármol citó el saqueo deTarga y One por Álvaro de Bazán, fechando ambos hechos en 1533 (II, lib. IV, cap. D<l, f 135 y II, lib. V,cap.ix,f l74v).ÁIvaro de Bazán «elViejo», padre del famoso marqués de Santa Cruz, también fue un prestigioso marino a las ordenes de la corona de Castilla, llegando a ser capitán general de las galeras de España. En 1531 emprendió una campaña contra los piratas berberiscos durante la cual saqueó Targa (Tergha, en Marruecos, uno de los centros del corso magrebi) y conquistó Honain (u Honéín, Argelia) en agosto de 1531, uno de los puertos más cercanos a Iremecén, y por ello frecuentado por los de « e remo tras la toma de Orán por parte de 'os españoles. El establecimiento español en esta población fue tan precario por los continuos ataques que sufrió, que poco después de su toma, en 1534, la villa de Honain fue desmantelada y abandonada.

En 1535. La campaña del emperador

" Hasta este punto,Turriano ha citado una

CarlosV fue una reacción a la toma de la

serie de acontecimientos regionales que se

de Hayreddín Barbarroja. Una vez las tropas

inmediata toma de Oián. Ahora, y hasta el

devolvió la regencia al rey Muley Hassan, que

intentos de recuperar Orán por parte de los

ciudad en 1534 por los otomanos al mando de CarlosV se hicieron con la ciudad, se devino vasallo y tributario de la corona española. Los españoles relegaron su

presencia militara la guarnición de La Goleta.

En 1541, el emperador fracasó en su intento de tomar Argel. Este fracaso hizo que se

diese prioridad a la seguridad de las plazas del oranesado y su entorno (Tremecén,

Mostaganem...) más que a la expansión a

nuevas ciudades. Cuando en 1574,Túnez y La Goleta cayeron de manera definitiva en

manos otomanas, la zona pasó a estar

controlada de manera irreversible por los turcos, permaneciendo únicamente y de

manera residual en manos españolas, las plazas de Orán y Mazalquvir

" Khai-ed-Din o Hayreddín Barbarroja

sucedió como rey de Argel a su hermano

mayor Orug. Fruto de su creciente influjo en

el Mediterráneo fue nombrado almirante de

la flota otomana (Kapudan Paga) en 1533, deviniendo uno de los corsarios más

relevantes de la primera mitad del siglo XVI.

» Entre los años 30 y 40 las hostilidades entre los españoles y Barbarroja por el control de Tremecén apoyando a los sucesores de

Abou Hammou (Abu Abd-Allah entre ellos) fueron constantes. Se calcula (ver Ruff 1998)

que entre 1534 y 1548 se sucedieron unos

16 gobiernos de seis principes distintos.

Martín Alfonso Fernández de Córdoba,

Montemayor y Velasco, conde de Alcaudete, virrey de Navarra y gobernador de Orán y Mazalquivir entre 1534 y 1558, emprendió

distintas campañas para controlarTremecén. De hecho, una de las principales

preocupaciones durante su mandato fue establecer una suerte de protectorado

español sobre Tremecén. Seguramente,

LeonardoTurriano se refiere a la campaña que el conde de Alcaudete dirigió contra dicha ciudad en 1543 y que supuso la

instalación en su trono de Abu Abd-Allah. '' Tras su ocupación en 1540 por Dragut o

Turgut Reis - sucesor de Hayreddín

Barbarroja en el gran corso mediterráneo - y convertida en su centro de operaciones, la

ciudad tunecina de África o Mahdia fue

tomada por los españoles en 1550 si bien vuelta a perder en 1554.

' ' El almirante genovés Andrea Doria, a

quien CarlosV le otorgó el título de principe

de Melfi en 1532, tomó las tunecinas Susa

(Sousse) y Monastiren 1550 en el marco de

sus combates contra Dragut para contener el avance turco en el Mediterráneo.

dieron en los cuarenta años siguientes a la

final del capítulo, desgranará los infructuosos musulmanes.

Según el Diccionario de autoridades, «embarcación de baxo bordo, que va a remo y vela, donde tiene el Rey los esclavos y forzados. Suelen tener veinte y cinco u treinta remos por banda, y a cada uno corresponde un banco con quatro o cinco remeros».Tal como recordaba Covarrubias en su Tesoro, es «género de navio bien conocido, más para correr las costas que para engolfarse en alta man aunque lo hace muchas veces y las más de necesidad». Salah Rais, lugarteniente de Hayreddín, ostentó el cargó de beyierbey de Argel desde 1552, llevando a cabo una política expansionista muy agresiva. En el marco de una resuelta política de intervención en el Magreb, tomóTremecén y Fez en 1553, instalando en el trono de esta última ciudad a Abou Hassoun, de la dinastía wattasí, si bien poco después depuesto por los sadíes. En 1555, el combativo Salah Rais puso cerco a Bujía, que se rindió.Tras esta conquista pidió al sultán Solimán (Síjleyman I) apoyo de la flota turca para su proyectada toma de Orán. El sultán le envió cuarenta galeras bajo el mando del PacháAli Portuco,que como su nombre indica era un renegado portugués. Los barcos venidos de Constantinopla llegaron a Bujía en mayo de 1556 y poco después partieron hacia Orán bajo el mando de Salah Rais, que falleció, a la altura del cabo Matifou,al día de embarcarse. En la actualidad Arzew (Argelia). " Como solía ser habitual entre los cronistas españoles coetáneos, LeonardoTurriano distinguió entre alaraves y bereberes. Por «alarabes» se entendía a los nómadas que ocupaban las tierras llanas o, simplemente y por extensión, a los nómadas; por «bereberes» a los habitantes de las zonas montañosas, normalmente sedentarios (ver; por ejemplo. Mármol I, lib. II caps. XXIV y XXVIl-XXXl). En esta ocasión, Leonardo también empleó el término de «cobeiles», que designaba a los que pertenecían a cabilas o clanes. Fue más habitual su utilización de «moro». Con este úlitmo término, como fue común en la época, se refirió a los habitantes de la antigua Mauritania (distintos, pues, de los «turcos») o, en otras ocasiones, a los musulmantes en general. '' En el levante y el sureste español, el viento que sopla del suroeste.

277

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Daniel Crespo

' ' Una vez muerto Salali Rais de camino a Orán, su flota volvió a Argel donde fue sucedido en el gobierno por su favorito, el renegado Hassan Corso. Mientras se enviaban a Constantinopla las noticias de la muerte de Salah Rais, Hassan C o r s o decidió continuar la expedición contra Orán, donde arribó con sus tropas en agosto de 1556. Escasos días después, una vez inciado el cerco de Orán, llegó la orden del sultán disponiendo que su flota se retirase, arguyendo que debía defenderse de los desmanes que Andrea Doria estaba causando. La relación de la campaña de Hassan C o r s o por LeonardoTurriano es un claro resumen de uno de los epígrafes -Como los turcos de Argel fueron sobre la ciudad de Oran, y la combatieron, y lo que allí les sucedió- del capítulo XXVIII del libro quinto del segundo volumen de Mármol (ff 196-197). Coinciden los datos, el orden de la relación, los nombres, su grafía e incluso los errores (Turriano, como Mármol, data el cerco en 1555, cuando en verdad fue en 1556). En realidad dos años (de 1556 a 1558). "" En la actualidad Mostaganem (Argelia). La fracasada expedición del conde de Alcaudete contra Mostaganem a la que se refiere Turriano y en la que murió el propio conde se produjo en agosto de 1558. Había emprendido anteriormente otras dos, igualmente fallidas, en 1543 y en 1547, ya que el puerto de dicha ciudad, el principal entre Argel y Orán, resultaba clave para el aprovisionamiento del ejército turco en sus campañas en la zona. El impacto en la región

donde tras superar oposiciones internas encabezadas por los jenízaros, recuperó el poder gracias al apoyo del sultán y emprendió la expedición contra Orán. O t r a vez Turriano resume el relato de Mármol Carvajal sobre el cerco de O r á n a cargo de Hassan Bajá, transcribiendo incluso frases y expresiones de manera literal (II, lib. V, cap. XXVIII,ff. 199v-206v). Únicamente, y cabe subrayarlo, lo corrige cuando Mármol equivoca algún nombre de la geografía de O r á n (por ejemplo cuando denomina al castillo de San Salvador; de San Miguel) e introduce reflexiones o notas puntuales propias sobre la estrategia militar desplegada en el cerco y la defensa fruto de su formación ingenieril y su detallado conocimiento del terreno y las fortificaciones implicadas. En la actualidadTénès (Argelia). "" La región de Beni A r a x (Beni Rachid) se

En la actualidad Constantine (Argelia). Si bien las fuentes de la época se refieren al reino de C u c o o Kouko y al de Cabez, Labez oAlabez,en realidad no eran reinos propiamente dichos sino asentamientos de tribus en torno a una familia - los Ben el Cadi en el caso de Cuco, los Beni Abbés en el de Cabez - que dominaba y vertebraba al resto de la población. El nombre de C u c o procede de una población dei macizo de la Kabilia, a dieciocho leguas al sureste de Argel, mientras

frágil juego de equilibrios de poderes de la

castellana); «Embarcación de baxo bordo, de

juntan en la vega que dizen de Cirat, donde

diez o doce remos, y bancos de un hombre

llaman la Xamurra. El primero nasce en las

Hassan Bajá, hijo de Hayreddín Barbarroja y gobernador de Argel de 1557 a 1561 y de 1562 a 1567, data de 1563.Tras derrotar al conde de Alcaudete en MostaganemMazagrán,el bajá Hassan se retiró a Argel

la t o m a de la estratégica isla de los Gelves,/ por otro el desastre de la Herradura, donde un fuerte temporal en el fondeadero granadino de la Herradura echó a pique veinticinco de las veintiocho galeras al mando

momentos, los intentos del bajá Hassan de

des Beni Rachid).

™ «Ziz y H u e d Habra, son dos rios que se

La campaña contra Orán y Mazarquivir de

armada de Felipe II. Por un lado, el fracaso en

Mohascar (Mascara) y Calhat Haoara (Kalaa

enemigos» (Covarrubias, Tesoro de la lengua

conde Alcaudete y su ejército.

A principios de la década de 1560, coinciden dos hechos nefastos para la

Herradura, impulsan'an, consciente de las

zona disputada por españoles y otomanos.

donde se produjo la derrota en 1558 del

Ver nota 55

dificultades de la armada española en tales

«Es un bajel pequeño, que en las armadas

Ciudad argelina cercana a Mostaganem

el antenado de que su padrastro, si puede, le hará daño» (Covarrubias, Tesoro de la lengua).

poblaciones importantes en esta zona; El

lo largo del siglo XVI un destacado papel en el

perdió, ff. I97-I99V).

siempre delante de los ojos, como amenazándoles, aludiendo al recelo que tiene

noticias, y de m o d o especial el desastre de la

hasta 10.000 hombres) fue considerable.

el relato de Mármol (II, lib. V, cap. XXVIll, Como

sobreviniendo enemigos pueden ser ofendidos de ellos. Díjose así porque les está

I Ov León Africano (f 60v) se refiere a dos

que el reino de Cabez se situaba, a su vez, al

el conde de Alcaudete fue sobre Mostagan y se

alguna fuerza, o villa, o ciudad, de donde

de Juan de Mendoza. Lo cierto es que ambas

sureste de Cuco. A m b o s «reinos» jugaron a

D e nuevo Turriano resumió al pie de la letra

° «El estorbo o impedimento que tiene

refiere a esta provincia en II, lib.V, cap.XIV,f

1558 (ciertas fuentes hablan de pérdidas de

en cada uno» (Diccionario de Autoridades).

durante su campaña.

encontraba al sur de Orán. Mármol se

de la desastrosa campaña de Mostaganem de

suelen echar delante para descubrir si hay

Ali Kilidj, yerno de Hassán Dey y al que, efectivamente, confió el gobierno de Argel

sierras del Athalante mayor; y baxa por un lado del desierto de Angued, donde el reino de Fez confina con el deTremecen, el qual cresce pocas vezes, mas va muy hondo... El segundo nasce junto a Mohascar; que es una villa del estado de Beni Raxid o Beni Arax, en el reyno deTremecen, y juntándose con el de arriba se meten en el mar Mediterraneo junto a la destruyda ciudad de Arzeo el viejo, y quando va cerca de la mar le llaman rio de Cirat, del nombre de aquello llanos que passa» (Mármol I, lib. I, f I O-1 Ov). Más adelante, al hablar de Arzeo, Mármol se refiere a este río como el Ciret (II, lib.V, cap. X X X , f 207v). En la actualidad, este no se denomina Habra Sig.

tomar Orán y Mazalquivir ^ Álvaro de Bazán, I marqués de Santa Cruz, título que le fue concedido en 1569, ha sido uno de los marinos más destacados de la historia española. En la década de los sesenta y en los años posteriores a Lepanto ( 1571 ) tuvo una gran presencia en África y el Mediterráneo. Centrándonos en este ámbito geográfico, t o m ó parte en el socorro de Oran en 1563 (curiosamente, durante el cerco c 1556, Álvaro de Bazán ya recibió la orden de marchar en auxilio de Orán, si bien por la retirada de los turcos, no llegó a hacerlo), la conquista del Peñón de Vélez de la Gomera en 1564, la obstrucción del río deTetuán en 1565, el socorro de Malta en el mismo año,o, ya nombrado capitán general de las galeras de Nápoles, en las guerras contra los moriscos. Tras Lepanto participó en el combate de Navarino y en la toma de Túnez de 1573 bajo el mando de Juan de Austria. ^^ Caballero era término de fortificación (lugar elevado desde el que con facilidad se puede atacar una fortificación, ver nota 52) y en este contexto significa por encima de. «Término de fortificación. Hacecillo pequeño de ramas delgadas o brozas, las cuales sirven mezcladas con tierna para hacer aproches, y también para cegar los fosos y otras cosas» (Diccionario de Autoridades). " Los jenízaros eran, al igual que los tercios, cuerpos de ejército de infanten'a. Dotados de una completa formación militar; conformaban la élite de las armas turcas. Su organización era muy rígida, jerárquica y disciplinada. FUNDACIÓN

278

JUANELO TURRIANO I


Descripción de las Plaças de Oran y Mazarquivir...

siendo los soldados más importantes y temidos del Imperio Otomano.

^«...y con todo esso duro el assalto hasta dos horas de la noche sin cessar un solo

momento.Viendo pues los enemigos que su porfía era por demás, al fin se retiraron

dexando muerto al alcayde de Constantlna y

mas de quinientos genizaros y turcos de los

mas valerosos, y quedando solamente de los cristianos veynte muertos y diez y ocho

heridos. Con el sucesso de este dia Hascen

Baxa determinó de no dar otro assalto hasta que llegase la artillería que venia en la armada...» (Mármol II,lib.V, cap. XXVIll, f 2 0 Iv).

" Cap Falcon en la actualidad. ® El capitán y bajá de la flota turca,

Cochupare, tras el desembarco de hombres y material en el puerto de Arzew, se reunió

el 4 de mayo frente a Mazalquivir con las tropas de Hassan Pachá.

" «Se llama también un género de fortificación, que regularmente se construye delante de las capitales de los baluartes, sin cubrir enteramente sus caras. Llamasse assi por que por la parte interiortiene figura de media luna» (Diccionario de Autoridades). " «Pieza de artillena del tercer género, que

cañones pequeños» (Diccionario de Autoridades). " Es evidentemente un error ya que el

Nevados o Claros. Esta última denominación

tropas combinadas de Hassán Dey y el

España del siglo XVI.

que el asalto de las plazas españolas por las

también fue corriente en la

capitán y bajá de la flota turca Cochupare se

"Tomada en 1497 portropas del duque de

deducimos sena la de 5 de junio, que es la

Estopiñán, dependió de este título hasta que

inicia el 4 de mayo. La fecha correcta, pues,

que indica Mármol Carvajal (II, lib. V, cap. XXVIll, f 206).

Autoridades). «El esparto, hierba conocida de que se fabrican esteras y sogas» (Diccionario de Autoridades). " «Batelejo que suele llevar consigo la galera, y la echa a la mar cuando hay necesidad de llegar con ella a tierra, o ir de una galera en otra con algún recaudo» (Covarrubias, Tesoro de la lengua). «Es una cuchilla corva, a modo de hoz, salvo que tiene el corte por la parte

convexa.,. Esta arma han conservado los

turcos, que llegando cuerpo a cuerpo con el

contrario, es terrible en el altibajo, que con la

punta pocas veces hieren» (Diccionario de

de la corona española.

gobernador interino de las plazas de Orán y

" Puerto tunecino cercano a Bizerta, en la

Mazalquivir entre 1585 y 1589.

actualidad Ghar el Melh.

™Tras dos intentos fracasados el 22 y 26 de

" La fallida conquista de Argel a cargo de

mayo de 1563 de socorrer Orán por parte de Álvaro de Bazán (ver nota 54), el rey

ordenó que sus galeras esperasen el apoyo

de las comandadas por Francisco de

Mendoza. La nueva armada provocó la fuga

de la turca que huyó sin combatir Este éxito impulsó, la campaña y toma del Peñón de Vélez de la Gomera ( 1564).

El primer capítulo de la obra deTurriano, tanto su escueta relación de los hechos

acontecidos en el norte de África tras la toma de Orán como los infructuosos

volumen de la primera parte (1573) de la

piezas de otros géneros» (Diccionario de

en 1556 pasó a la soberanía

Se refiere al Peñón deVélez de la Gomera.

Comendador de Medina de las Torres, fue

ios assaltos de los enemigos, arrojando balas

de piedra, o gran cantidad de balas menudas,

Medina Sidonia al mando de Pedro de

" Pedro de Padilla, Maestre de Campo y

intentos de tomar la ciudad por parte de los

gastando menos cantidad de pólvora, que las

Mayor Los portugueses usaron

preferentemente el término Montes

propio Turriano, líneas antes (folio 6v), señala

sirve para combatir en el mar contra los

navios y galeras, y en la tierra para defender

último también se refirió a ella como Sierra

turcos, tiene como referencia el segundo

Descripción general de África de Mármol

Carvajal. D e esta fuente, como ya dijimos,

tomó sus noticias. Con todo ello,Turriano no sólo mostraba su erudición sino que tales

notas históricas le permitieron, en los

siguientes folios, plantear de manera más

Carlos V se produjo en 1541. " V e r nota 71. ™ Aunque existen diferentes versiones de los hechos, una vez O r u ? o Aruj Barisarroja llegó en 1516 a Argel llamado por su sultán, Sellm benTumI, para defenderse de la creciente influencia española en la zona, el corsario turco ordenó su asesinato para apoderarse del gobierno de la ciudad, convertida desde ese momento en uno de sus centros de operaciones.También acabó asesinando a Abou Zeyane.tras su toma de la ciudad de Tremecén en 1517 (ver notas 21 y 24). " La denominación romana de Arzeo la tomaría de Mármol II, lib. v, cap. XXX, f 207, Límite suroccidental de la Península Ibérica,

se sitúa en el límite oeste del gofo de Cádiz, cercano a la villa portuguesa de Sagres,

" La obra del astrónomo, óptico y geógrafo

justificada y sólida la relevancia estratégica de

del s. II d. C. Claudio Ptolomeo tuvo una gran

defensa a la luz de las anteriores tentativas

el siglo XVI.Turriano seguramente conocena

Orán y Mazalquivir así como su mejor

otomanas de hacerse con tales enclaves.

" En el marco de la Segunda Guerra Púnica entre Roma y Cartago, el general romano Publio Cornelio Escipión el Africano, tras

influencia en el pensamiento europeo hasta

su Geographia por alguna de las múltiples ediciones que se tiraron de esta obra desde 1477.

® Se refiere a la sebkha de Orán, laguna al sur

derrotar a los cartaginenses en la Península

de la ciudad, a unos 110 metros sobre el nivel

Hipa 206 a . c . ) retornó a Roma y de ahí pasó

57 hectáreas.

Ibérica (toma de Cartagena 209 - batalla de

a África.Tras desembarcar en África, Escipión pactó con el dirigente local Masinisa, rey de

los masélisos, esto es, habitantes de la parte

del mar y con una extensión actual de unas " En la actualidad Djebel Mundjajo. ^ En el siglo XVI, en la línea defensiva exterior

occidental de Numidia. Opuesto a su rival

de Orán existían diversas atalayas en el valle

"«Embarcación de vela latina de un solo

apoyo de Masinisa fue clave para la derrota

la propia ciudad. Latorre de Madrigal estaba

Tiene tres árboles, el uno mayor; otro de

Zama (202 a.C.). Esta campaña supuso el

castillo de San Andrés; la deTorregorda, más

Mediterráneo occidental y la consolidación

siendo absorioida por el citado San Andrés; la

Autoridades).

puente, que sirve unicamente para el tráfico. besana, y el tercero de artimón» (Diccionario de Autoridades). ' «Galera menor que consta de diez y seis o veinte remos por banda, y solo un hombre

en cada uno. Lleva dos áriooles, y algunos

Sifax, antes alineado con los romanos, el

de las tropas cartaginesas en la batalla de ocaso de Cartago como potencia del definitiva de Roma en la zona.

Así fue denominada la cordillera del Atlas

por León Africano y por Mármol, si bien el

del no para la protección del territorio y de situada entre Rosalcázar y el posterior

al sur; entre la de Madrigal y San Felipe,

de los Santos - o del Santo - la última de

esta línea, se ubicana donde más adelante se alzó el castillo de San Felipe, al que se integró. 279

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Daniel Crespo

Pueblo vecino de Orán, en ocasiones

considerado un mero subuitiio, era el más

relevante de todas las pequeñas poblaciones existentes en el entorno inmediato del enclave.

Se refiere al historiador y geógrafo nacido en Granada Juan León Africano (Giovanni Lioni Africano o loannes LpAfricanus) cuya Descripción General del África y de las cosas peregrinas que allí hay se convirtió pronto en Europa en una fuente obligada para cualquiera que pretendiese referirse al continente negro. Su influencia sobre Mármol, la otra gran fuente de África del siglo XVI, es indudable. León finalizana su obra en torno a 1526-1528, redactando el texto en italiano. Ramusio la editó en 1550, apareciendo una traducción francesa y en latín en 1556. C o m o hemos visto ya y veremos en las siguientes notas, también para LeonardoTurriano, que suponemos conocería la edición italiana, fue una autoridad imprescindible. " « O r a n è una città grande, la quale fa circa a sei mila fuochi» (León 1563,f 60v). La discusión de esta noticia queTurriano acomete en las siguientes líneas, revela la actitud observadora y no meramente reproductora de las autoridades que manejó. ™ En el libroV de su celebérrima Historia Natural. Plinio el Viejo (ca. 23 d.C. -79) describiendo la geografía del norte de África afirmó que «ab ea Portus Magnus, a spatio appellatus, cuium Romanorum oppido; amnis Mulucha, Bocchi Masaesylorumque finis; Quiza Cenitania peregrinorum oppidum; Aresennaria Latinorum III a mari...» ( N H V, 199). En la primera traducción al castellano de la Historia Natural, realizada aproximadamente entre 1567 y 1570 por el médico Francisco FHernández, que advirtamos llegó a conocer enToledo a JuaneloTurriano, insigne familiar de nuestro Leonardo tal como se demuestra en este libro, este fragmento se tradujo del siguiente modo:«Despúes de ella (de Siga) está el Puerto Grande, llamado ansí por causa de su tamaño, pueblo de ciudadanos romanos; el no Mulucha, fin de Bocho y de los masesulos; Quiza Xenitana, pueblo de peregrinos; Aresenaria, de latinos, a tres mil pasos de la mar...» (Francisco Hernández, Obras Completos. Tomo IV. Historia Natural de Cayo Plinio Segundo, trasladada y anotada por el Doctor Francisco Hernández. Vol. I. Méjico, Universidad Nacional de México, 1966, p. 233). N o dista de una reciente; « A partir de ella (de Siga) están el Puerto Magno, llamado así por su tamaño, con una población de ciudadanos romanos, el no Muluca, frontera de Boco y de los masélisos, Quizá Cenitana, población de peregrinos, Arsenaria, de latinos,

280

a tres mil pasos del mar...» (traducción y notas de Antonio Fontán, Ignacio García, Encarnación del Barrio y M" Luisa Arribas, Madrid, Credos, 1998). En todo caso, resulta interesante destacar que en sus notas al texto, Francisco Hernández identificase Quizá Xenitana con Orán y Arsenaria con Areew, luego resultaba lógico la de Portus Magnus con Mazarquivir que establece Leonardo Turriano siguiendo, por ejemplo, a Mármol Carvajal (ver igualmente folios 32 y 32v y notas 109 y I 12). En la edición de referencia del libroV de la Historia Natural a cargo de Jehan Desanges (París, Collection Budé-Les Belles Letres, 1980, pp. 153 y ss.) se identifica el Portus Magnus pliniano no con Mazarquivir sino con Saint-Leu o Arzew elViejo. «...et fu edificata da gli antichi Africani sul mare Mediterraneo, discosta daTelensin

circa a cento e quaranta miglia. Questa città

è fornita di tutti gli edifici, et di quelle cose, che appartengono alla civilità, come di

Tempii, di Collegi, di spedali, di stufe, et di

hosterie. Ha d'intorno alte et belle mura»

(Leon I 5 6 3 , f 6 l ) .

« Y aunque en los términos de la ciudad (Orán) no avia buenas tierras de pan, tenían mucho que les venia de Mediana, de Safina, de Agobel y de todos los llanos de Ciret donde ay grande abundancia de trigo» (Mármol, II,f 195), Mármol, sin duda fuente de Turriano en este caso, se refiere a tres localidades interiores del entorno de Orán; la ciudad de Miliana, la sierra de Zafina, donde se encontraban distintos caíds y tribus como

" Maghrav^a. León la cita entre las montañas del reino deTremecén; «Magrava monte s'estende circa a quaranta miglia sul Mare Mediterraneo vicino a Mustuganin città... i suoi habitatori sono nobili, et valenti, et posseggono buoni terreni, et sono anchora molto cortesi, et liberali» (León 1563,f,63), ®Tal como en otros contenidos eruditos e históricos de su Descripción,Turriano sigue muy de cerca en estas líneas dedicadas a Orán lo escrito por Mármol Carvajal y León Afriano.Véase para comprobarlo; Mármol ll, lib. V, cap. XXVIll, ff 194v-195; León 1563,f6l. Son originales, en cambio, sus observaciones y descripciones del paisaje, la situación actual de la ciudad y por supuesto, las referentes a cuestiones militares y defensivas que no tardará en abordar Incluso, como hemos visto pocas líneas atrás (nota 87),Turriano también confronta con la experiencia y lo que puede ven las noticias que toma de sus fuentes. «La tropa de gente a caballo, que sale a

correr el campo, y el ganado y presa que han

recogido en tal salida» (Covarrubias, Tesoro de la lengua).

Se refiere a Fernando Álvarez deToledo y

Pimentel, 111 duque de Alba, notable military diplomático español que ocupó algunos de

los puestos más relevantes del gobierno y del ejército durante los reinados de CarlosVy

Felipe ll.Vespasiano Gonzaga Colonna, duque de Sabbioneta, virrey en Navarra yValencia,

fue uno de los grandes militares expertos en

fortificación en tiempos de Felipe 11. Fallecido en 1591, su estancia en Orán se fecha en 1574,

los UledTemim, losVicacara o los Jafa.que jugaron un papel relevante en las luchas entre los españoles, turcos y poderes locales por el control de la región, y a Agabel (o Akbel, Gabel o Agbal), problación cercana a Tamzoura, a cuatro leguas de Orán. N o confundir esta Agobel (citada por Mármol en su Descripción poco antes de tratar de Orán y Mazalquivir; II, lib. V cap. XVI, f I92v) con la ciudad situada en la costa atlántica marroquí y por ello muy distante de Orán. El propio Mármol hace referencia a ella en el capítulo IV del libro III de su Descripción general de Africa titulado « Q u e trata de Agobel, villa de la Provincia de Heha» (Mármol, II, lib. Ill, cap, IV, f 7). Incluso Turriano la cita al principio de su relación (ver nota l9).Sobre Agabel o Agobel escribe León Africano; «Agbal monte è habitato da un vil popolo soggetto allo statu della città d 'Oran. Gli habitatori sono tutti lavoratori di campi, & legnaiuoli, i quali conducono le legna a Oran. Essi nel tempo, che Oran era de Mori, vi vissero assai agiatamente, ma dapoi, che questa città fu presa da Christani, caddero in estrema povertà, & ne hanno sempre qualche nuovo danno» (León I563,í63).

Gobernador de Orán entre 1575-1580 y 1581-1585. " Mármol los define como «una población de ciento, o ciento cinquenta tiendas puestas en rueda,que hazen un ambito redondeen medio, donde los Alarabes meten sus ganados de noche, y algunos llegan a ser de dozientas, son estas tiendas de color de bunel negro, hechas de lana y de pelos de cabras y de telas de palmas.,. y no se puede entraren el aduar sino es por dos partes; la una por donde entra el ganado y la otra por donde sale; y estas las cierran de noche con espinos, porque los leones no entren a hazer dafío» (1, lib. 1, cap. XXIX, f36v), " En el Diccionario

de Autoridades, girieta se define como «cierto modo de andar a

caballo recogidas las piernas en los estnbos.al modo de los Africanos»,Tambien Covarrubias liga tal arte de monta

(«recogidos los pies con estribos cortos, que

no bajan de la barriga del caballo») con los norteafricanos, al señalar que «es propia

caballería de alárabes», FUNDACIOl JUANELO TURRIANO I


Descripción de las Plaças de Oran y Mazarquivir...

" La caracterización que hace I^ármol de los alárabes de la región es muy diversa (I, lib. I, cap. XXXII, f 41 y ss.) lo q u e revela una vez

más la autonomía de Leonardo en cuanto a su observación del territorio.

«El declive exterior del foso, o el terreno que hay desde el arce u orilla del foso hasta lo profundo, que viene a ser toda su escarpa» (Diccionario de Autoridades). "" Mármol II, lib. V, cap. XVIII, f 193; León 61 ; Plinio, NHV, 19.

" «En la fortificación lo mismo que flanco»; «Flanco. La parte del baluarte, que hace ángulo entrante con la cortina, y saliente con la frente, el cual suele llamarse través» (Diccionario de Autoridades). ™ El ingeniero Giovan Battista Calvi nació en Carvaggio, Lombardia, a principios del siglo XVI. Se trasladó a España en 1552, sirviendo a la monarquía española hasta su fallecimiento en 1565. Se ha propuesto que Calvi visitara Oran entre 1559 y 1560 y de nuevo, en 1565. Ingeniero originario de Morcote, localidad próxima a Lugano, Giovan Giacomo Palearo Fratino, nacido en torno a 1520, entró al servicio de la corona española en 1558. En 1565 sustituyó a Calvi como ingeniero del rey Su estancia en Orán para proyectar nuevas fortificaciones para este enclave y el de Mazalquivir se data en 1578. «Comúnmente llamamos presidio el

castillo o fuei-za donde hay gente de

guarnición» (Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana). '°'«Es un cuerpo pentágono, que puesto en los ángulos de la plaza sale avanzando hacia la campaña, para defender el muro. Son de diferentes modos y figuras. Sus partes principales son gola, cara, flanco y capital» (Diccionario de Autoridades). «La parte que media entre la contraescarpa (ver nota 108) y la explanada.

Dícese también camino cubierto» (Diccionario de Autoridades); «En las antiguas obras de fortificación permanente, terraplén de tránsito y vigilancia que rodeaba y defendía el foso y tenía a lo largo una banqueta, desde la cual podía hacer fuego la guarnición por encima del glacis, que le servía de parapeto» (22° Diccionario de la Real Academia Española). «Camisa. En la fortificación es la parte de la muralla hacia la campaña, que suele hacerse de piedra o ladrillo. Llámase camisa, por vestir la muralla por parte de afuera. Otros la llaman muro, a distinción de lo restante, que llaman terraplén por ser de tierra» (Diccionario de Autoridades). "«Cortina. La parte de la muralla, que en la

fortificación se construye entre baluarte y

baluarte» (Diccionario de Autoridades)

'"«En la fortificación es un cuerpo que

prolongada la frente del baluarte, sale fuera

formando oreja a todo él» (Diccionario de Autoridades).

'

El ingeniero y militar italiano Giovanni Battista Antonelli, nacido en Gatteo di Romagna en 1531, entró al servicio de la monarquía española en los años cincuenta. Tras ocuparse de las fortificaciones costeras del Levante, fue enviado a Orán por orden del rey en 1563. Permanecería allí hasta 1569, volviendo al enclave norteafricano, acompañando aVespasiano Gonzaga, en 1574. "' Éste es el único momento en queTurriano cita una de las fuentes más utilizadas en su obra, la Descripción general de Affrica ( 15731599) de Luis del Mármol Carvajal. N o debiera extrañarnos queTurriano acudiese a Mármol ya que fruto de sus viajes por el continente africano, como por su estudio de las fuentes disponibles. Mármol se convirtió rápidamente en una autoridad geográfica e historiográfica sobre África. ' «Mar^a el Quibir (quiere dezir en arabigo puerto grande) es una villa a manera de fortaleza, que fue edificada por los romanos en el propio lugar donde aora está puesta... el qual se llamó antiguamente Porto Magno» (Mármol II, lib. V, cap. XVIII, f 193). «Mersalcabir è una piccola città edificata a nostri tempi da i Re dlTelensin sul mare Mediterraneo, discosta da Oran poche miglia. La signification di questo nome nella lingua Italiana è il porto grande. Percioche ella ha un porto, al quale non penso, che sia simile in tutto il mondo. In lui largamente possono capire centinaia di nave, et di galee. Et è da tutte le parti sicuro d'ogni fortuna, et offesa di venti» (León 1563, f 61 ). "-'Véase nota 88.

«Es una obra separada y desprendida de

la fortificación, con su ángulo flanqueado y

dos caras, pero sin traveses, cuyo lugar es

siempre delante de las cortinas y los flancos

de los baluartes, y defiende las medias lunas»

(Diccionario de Autoridades). "«Juan de Zafra ' " «Es una obra que se levanta sobre el

terraplén de la plaza, alta diez o doce pies, larga de ochenta a noventa, y ancha de

treinta a cuarenta, sobre la cual se forma el

parapeto hacia los lados de la campaña, y su

subida por la parte de la ciudad, donde no se

le pone parapeto, para que en caso de

ganarle el enemigo, quede enteremente

descubierto. Llámase caballero porque así como un hombre señorea a todo los que

están de pie; así este caballero domina a toda

la plaza y a los enemigos» (Diccionario de Autoridades). «En el ejército se dicen gastadores la

gente que trabaja con la pala y el azadón, y traen piedra y fajina y lo demás que es

menester para hacer fosos, trincheas,

rebellines, caballeros, plataformas y todo lo

demás, porque gastan aquellos materiales»

(Covarrubias, Tesoro de lo lengua).

Historiador romano cuyas obras, tal como señala Alicia Cámara en los estudios

contenidos en este mismo libro,tuvieron una notable influencia en el pensamiento

renacentista español.

El conocimiento de estas noticias

históricas sobre celebérrimas conquistas y

destrucciones de ciudades de la antigüedad

serian comunes entre los hombres cultos de finales del siglo XVl, como era Leonardo

Turriano. Su biblioteca, analizada en este

mismo libro por Rafael Moreira, presentaría

en sus anaqueles, como en la de tantos de

sus coetáneos, numerosas obras históricas y

de la antigüedad grecorromana.

En el libro XV, capitulo IX («Sobre la Las ciudades queTurriano cita a longevidad de los hombres antes del diluvio continuación las toma de Mármol, incluso y sobre la estatura superior de los cuerpos con la excepción de las dos últimas (Aresgol humanos») del De Civitate Del contra y Arzeo, más al este que las anteriores) hace paganos (412-426), San Agustín se refiere a referencia a ellas siguiendo el orden que dientes, que él atribuyó a humanos y que vio aparecen en el cronista español, que va en LJtica, de dimensiones tales que, «si se describiendo la costa norteafricana de este a cortara en trozos a la medida de los oeste. Debido al contexto y a lo que desea nuestros, se podnán hacer cien dientes» (Vidi ejemplificar con su crta,Turriano extrae de ipse non solus, ser aliquot mecum in Uticensi Mármol las ciudades de fundación romana, littore molarem hominis dentem tam Ingentem, arrasadas y luego abandonadas por los ut si in nostrorum dentium modulos minutatim posteriores conquistadores de la zona y de concideretur, centum nobis videretur facere las que se conservan ruinas como testimonio potuisse. De Civitate Del XV, 9,448). de su pasado. De todos modos, tampoco en Se refiere a la defensa que dirigió frente a esto Turriano es completamente sistemático los obstinados ataques de Hassan Bajá

durante 1563 y queTurriano detalló en los

folios 5-1 I de este manuscrito.

ya que no todas las ciudades que incluye, según Mármol, estaban abandonadas

coetáneamente (por ejemplo Mygina y 281

FUNDACION JUANELO TURRIANO


Daniel Crespo

Tebeca) y, por el contrario, no cita todas las

Citada por Mármol en II, lib.VI, cap. XXXIII,

ciudades romanas deshabitadas referenciadas

f 286 como El Cazbat:«es una antigua ciudad

que se eligió al sustituto del duque de

por Mármol en la región (por ejemplo

edificada por los Romanos... están todavía

Cesarea o Mezuna).

Cardona, no otro que Francisco de Córdoba

los muros en pie labrados de piedras gruesas

y Velasco, conde de Alcaudete (gobernador

de cantería».

entre 1596 y 1604).

Citada por Mármol en II, lib.V cap, Ll,f;220. Citada como Migana por Mármol en II, lib. V, cap. LXlll, f. 226v, situada en la provincia de Bujía, «la qual parece aver sido edificada por los romanos» y que «llamóse antiguamente Laro» (o Lare). «Bona era una ciudad antigua edificada por los romanos.,, después la destruyó un ejército de Odman tercero Halifa, y dexando los edificios y muros por el suelo no se pudo poblar mas» (Mármol II, lib,VI, cap.VI, f. 233v). «fue edificada por los romanos en los confines de Numidia... la qual está cercada de altos y fuertes muros hechos de grandes piedras semejantes a la fabrica del Coliseo de Roma, que muestran aver sido una gran colonia de romanos» (Mármol II, lib. VI, cap. XI, ff.237v-238). «al un lado se ven por muchas partes las memorias de una antigua ciudad destruida, que según los escriptores dizen se llamo Utica... la qual fue destruyda por los alabes mahometanos quando destruyeron a Cartago y no se pobló más, aunque alderredor de ella hay muchos lugares de beréberes africanos» (Mármol II, lib. VI, cap.Xllil,f 239). «La ciudad de Cartago fue muy grande y populosissima, de quien hazen mucha mención los escriptores Griegos, Latinos y Arabes... y entrando en ella los furiosos Alarabes la saquearon y destruyeron, poniendo fuego en los famosos edificios Carthaginenses... D e esta vez estuvo Carthago mucho tiempo despoblada... y tampoco permaneció mucho tiempo aquella población porque los Alarabes la bolvieron a destruyr en las guerras que después tuvieron con los reyes deTunez... y después la bolvieron a destruyr los Alarabes, solamente ha quedado un lugar que llaman el Mar^a, pobre y miserable que tiene quinientas casas... Quando el Emperador don Carlos fue sobre la ciudad deTunez assento su exercito en esta playa, donde aun se parecían en algunas partes los sobervios y famosos edificios de los Carthaginenses... los Españoles an acabado de deshazer los edificios de Carthago llevándose la piedra para la fabrica de los baluartes» (Mármol II, lib.VI, cap. XV, ff 239-240) «dizen los escriptores Affricanos que fue edificada por los Romanos... algunos dizen que se llamó antiguamente Aspi...» (Mármol II, lib.V cap. XXIV f 266), 282

agosto de 1594 a 20 de mayo de 1596) hasta

«Zagoan es una sierra grande

'•" «sendo comune sententia di tutti gli

despoblada... y antiguamente estava muy

huomini giudiciosi esser meglio movere il sito

poblada de viallas y castillos edificados por los

potendo, che la forma della fortezza quando

Romanos, y todavía se ven las reliquias dellos, y algunos letreros en piedra grandes escriptos en lengua latina» (Mármol II, lib.VI, cap. XXXV, f287v). «La isla de los Gelves que los antiguos llamaron Menice, por una ciudad que uvo en ella del propio nombre, es la que Ptolomeo, en la segunda tabla de Libia, llama

ella è ben intesa», en LeonardoTurriano, Descrittione et historia del Regno de l'Isole Canarie già dette le Fortunate con il parere delle loro fortificatione, Disparere sopra la fortificatione della montagna di San Francesco, cap. XLV, f 61. Universidad de Coimbra, Biblioteca Geral, Mss. 314, «Se llama en la milicia la concavidad que se

Lotofagine... cuyas ruinas se ve en el dia de

hace en la mina, donde se mete la pólvora

oy y las fortalezas que los romanos tenian

para volarla, la cual suele ser de cinco a seis

hechas están con parte de los muros y torres

pies cúbicos de hueco,Y también se llama así

en pie...» (II,lib.VI,cap.XLI,í289v-290).

un cajón que entierran debajo de alguno de

«Lepide es una antigua ciudad cercada de

bombas, a que se pega fuego cuando el

altos y fuertes muros labrados de gruesas piedras de cantería, la qual fue edificada por los Romanos.,.» (II,lib.V,cap.XLIII,f299v). «Haresgol fue una ciudad muy antigua cuyos edificios se ven ahora destruydos en la costa del mar Mediterráneo Sardo o a Levante de la ciudad de O n e . . . tienese por cierto que esta es la ciudad de Cirtatan

los trabajos, y está lleno de pólvora o enemigo se ha hecho dueño del sitio adonde está el cajón enterrado» (Diccionario de Autoridades). Escarpado, es decin «lo que está hecho al modo de la escarpa; esto es el plano que no es paralelo al horizonte, sino inclinado: como peña escarpada». (Diccionario de Autoridades).

nombrada en la historia Romana por las

«Almadana. Instrumento de hierro como

cosas del rey Siface...» (II, lib. V, cap.X,f 175).

mazo grande que sirve a los mineros para

''' « A Levante de Canastel passada la Aguja que dizen de Oran están los edificios de una ciudad destruida que llaman Arzeo el viejo, y

romper las piedras. Llámase también almadena o almadina» (Diccionario de Autoridades).

los antiguos la llamaron Arcenaria Colona, la qual fue edificada por los Romanos...» (II, lib.V cap.XXX,f 207). ' " V e r nota I 16. Se refiere al maestro mayor Jorge Torres, cuyos desmanes provocaron el envío de LeonardoTurriano a Orán y Mazalquivir «Casamata. Es una bóveda o subterráneo a prueba de bomba, que ordinariamente se construye debajo de los baluartes o bastiones; y si éstos son de orejón o plazas bajas entran por ella los soldados que las han de ocupan y flanquean el foso con el fuego continúo que hacen a cubierto, imposibilitando el desembocaren él al enemigo» (Diccionario de Autoridades). ' " A Diego Fernández de Córdoba, marqués de Comares y duque de Cardona, gobernador de Orán desde 1589, se le concedió en 1594 una licencia de cuatro meses para trasladarse a España, siendo sustituido por Gabriel Ñuño de Zúñiga, quien estuvo dos años de gobernador de los presidios de Orán y Mazarquivir (del 17 de

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Se terminó de imprimir en mayo de 2010. En su composición se han utilizado tipos de las familias Óptima y Gil Sans. La tirada consta de 1.000 ejemplares

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Otras publicaciones de la Fundación Juanelo Turriano: (2010) W . A A . Félix Candela. La conquista de la esbeltez

(2005) G O N Z Á L E Z TASCÓN, Ignacio y VELÁZQUEZ,

(2009) C Ó R D O B A DE LA LLAVE, Ricardo. Ciencia y

constructivas

Isabel. Ingenieria romana en Hispania. Historia y técnicas

técnica monetarias en la España bajomedieval (2001) NAVARRO VERA, José Ramón. El puente (2009) NAVARRO VERA, José Ramón. Pensar la ingeniería. Antología de textos de José Antonio Fernández

moderno en España (1850-1950). La cultura técnica y estética de los ingenieros

Ordóñez (1997) CAMPO, Ángel del. Semblanza iconográfica de (2008) W . A A . Ars Mechanicae. Ingeniería medieval en

Juanelo Turriano

España (1996/2009) Los Veintiún Libros de los Ingenios y (2008) RICART CABÚS, Alejandro. Pirámides y Obeliscos. Transporte y construcción: una hipótesis (2006) MURRAY FANTON, Glenn; IZAGA REINER,

Máquinas de juanelo Turriano (1995) MORENO, Roberto. José Rodríguez de Losada. Vida y obra

José María y SOLER VALENCIA, Jorge Miguel. El real ingenio de la moneda de Segovia. Maravilla tecnológica del siglo XVI

H.NDACION JUANILLO TURRIANO


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A finales del siglo XVI, Leonardo Turriano, ingeniero de Felipe II, se trasladó a la actual Argelia para supervisar las fortalezas costeras de O r á n y Mazalquivir, los dos enclaves españoles más orientales del norte de África. Fruto de esta estancia fue un manuscrito inédito, la Descripción de Oran y Mazarquivir

de las Plagas

en materia de fortificar (1598). Tanto sus dibujos como la transcripción del

texto se publican ahora por primera vez. Este manuscrito constituye un revelador testimonio de lo que era o podía llegar a ser un ingeniero en el Renacimiento. Los estudios sobre LeonardoTurriano, su trayectoria y la ciencia de los ingenieros, a cargo de renombrados especialistas internacionales, que han realizado expresas investigaciones para elaborar

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los trabajos que aquí se publican, serán una contribución ineludible al estudio de los individuos y las obras que fueron dando forma a la historia de la ciencia y la técnica en la Europa Moderna.

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