Tesis Doctoral El trazado del acueducto romano de Cádiz
Parte 1 Primeras formas de abastecimiento
PARTE 1 Primeras formas de abastecimiento de agua en la antigua Cádiz61. Los primitivos habitantes de la ciudad de Cádiz debieron de abastecerse del agua dulce de lagunas formadas a partir de la acumulación del agua proveniente de las precipitaciones estacionales y de las filtraciones de su subsuelo (Vera y Chilier 1887:102). En la primera etapa de ocupación en la antigua Cádiz, el agua se obtenía de las fuentes, pozos y cisternas (Jiménez 1971: 55; Fierro 1987, 1993: 97; Durán 2005: 16; Lomas 2011: 226). Las primeras noticias que nos llegan de los autores clásicos sobre el abastecimiento de agua a la ciudad de Cádiz, las tenemos a través de Estrabón, quien nos informa de la existencia de pozos y cisternas dentro y fuera de la ciudad fenicia de Gadir, además de los descritos por Polibio en el Heracleo o “Templo de Hércules”62, en donde debió existir una gran fuente de agua potable a la que se accedía a través de peldaños, con un régimen de carga inverso a las mareas (Estrabón: III, 5, 7; Plinio: II, 219)63. En la ciudad de Cádiz no existen grandes acuíferos, no obstante, sí está confirmada la presencia de una formación detrítica de carácter local que, según Bocanegra, “ha sido explotada por la construcción de algunos pozos” desde la antigüedad (Bocanegra 2009: 76)64. En el área ocupada por la antigua necrópolis púnica y romana de Cádiz, existe evidencia arqueológica que demuestra la explotación de un pequeño acuífero que se recargaría del agua de la lluvia y de la proveniente del mar, una vez filtrada por las capas arena a través de pozos (Miranda y Pineda 1999: 33-34 citado en Niveau y Gómez 2010: 516)65. No obstante, el agua del subsuelo de la isla era escasa y de mala calidad por lo que es probable que su uso se destinara a actividades rituales y productivas (Lagóstena y Zuleta 2009: 120)66. El hallazgo de restos arqueológicos de pozos, piletas, cisternas y canalizaciones hidráulicas datados en época fenicia, vienen a confirmar la información documental antigua expuesta en el párrafo anterior (Ramírez 1982: 174, 131; Fierro 2002: 38-39; 61
El estilo de citas bibliográficas empleadas en esta parte del trabajo se ha modificado al Sistema Harward atendiendo a los requerimientos de la investigación. Las citas bibliográficas se trasladan al párrafo reservando el pie de página para comentarios o ampliación de la información expuesta en el texto. 62 Una minuciosa descripción sobre los pozos de santuario en (García y Bellido 1963: 108-110). 63 Sobre esta noticia García y Bellido comenta “En Cádiz había unos pozos que se llenaban de agua dulce cuando bajaba la marea y a la inversa; y los había también que se llenaban o vaciaban a la par que el mar subía o bajaba. Estos fenómenos dieron mucho que hablar a los sabios helenísticos, y se entabló a través de sus escritos una curiosa polémica entre Silanos, Artemídoros, Poseidónios, y Strábon (vide en éste, III, 5, 7)” (García 1978: 12). Otro debate sobre el mismo asunto en la obra de 1610 de Suárez de Salazar (Suárez 1610: 63-67). 64 En opinión de Jiménez “(…) la ciudad de Cádiz era antiguamente pobre en pozos y fuentes potables. Se dice que en tiempos fenicios sólo había uno, situado detrás de la Catedral. Estos se malogran por la salobridad del mar (…)” (Jiménez 1971: 95). 65 Niveau los describe como “pozos artesianos excavados hasta el nivel freático para obtener agua” (Niveau 2009: 47). 66 Sobre el uso que se le da al agua extraída de los pozos existen diferentes opiniones. Se plantean tres posibilidades: la primera, industrial (Muñoz 1996); la segunda, agrícola (Miranda 2004); y la tercera, rituales funerarios (Niveau 2010). Para la última opción, Niveau establece que inicialmente fueron pozos artesianos y posteriormente “en un momento dado, no sabemos exactamente por qué razones, si por el agotamiento del acuífero o por otras circunstancias, se convierten en depósitos sacros de materiales o bien en espacios litúrgicos en toda regla…” (Niveau 2009: 47). Jenny Pérez Marrero
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