C O L E C C I Ó N J UA N E L O T U R R I A N O
DE
HISTORIA
DE LA
INGENIERÍA
EL PICADERO DE MOSCÚ, OBRA DE AGUSTÍN DE BETANCOURT O L G A V L A D Í M I R OV N A E G Ó R OVA
FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO
C O L E C C I Ó N J UA N E L O T U R R I A N O
DE
HISTORIA
DE LA
INGENIERÍA
EL PICADERO DE MOSCÚ, OBRA DE AGUSTÍN DE BETANCOURT O L G A V L A D Í M I R OV N A E G Ó R OVA
MADRID 2019
FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO
www.juaneloturriano.com
EDICIÓN
Fu n d a c i ó n Ju a n elo Tur riano C O O R DI NAC I Ó N
Be g o ñ a S á n ch e z-Aparicio García D I S E ÑO Y M AQU E TA
E di c i o n e s d e l Umbral
© De l a edi ci ón, Fu nd a ci ón Ju a nel o Tu r r i a no © De l os textos e i má g enes, s u s a u tor es IS BN: 9 7 8 -8 4 -9 4 8 9 25- 6- 1 D.L. : M-3 3 4 7 4 -2 0 19
C u bie r t a “V is t a int e r ior d e l a S a l a d e E j er ci ci o en M o sc ú” , e n Ag ust í n de Be t an c o ur t , D e s cri pci ó n de la Sala de Eje r c icio d e M o s cú, l á m i n a V ( D et a l l e).
La Fundación Juanelo Turriano agradece al personal del Museo y Asociación de Exposiciones Manège y del Archivo Estatal Histórico Militar de Rusia su eficaz ayuda en la realización de este libro, especialmente por la calidad de las copias de las cartas y documentos y de la memoria de Betancourt, parte esencial de esta publicación. Asimismo, agradece a Ignacio Menéndez-Pidal de Navascués la revisión y corrección de la traducción del Informe de Rafael Bauzá.
La Fundación Juanelo Turriano ha realizado todos los esfuerzos posibles por conocer a los propietarios de los derechos de todas las imágenes que aquí aparecen y por conocer los permisos de reproducción necesarios. Si se ha producido alguna omisión inadvertidamente, el propietario de los derechos o su representante puede dirigirse a la Fundación Juanelo Turriano.
F UN DAC I Ó N J UAN E LO T UR R I AN O
PATRONATO PR E S I D E N T E
Victoriano Muñoz Cava V I C E PR E S I D E N T E
Pedro Navascués Palacio S E C R E TA R I O
José María Goicolea Ruigómez VO C A L E S
Inmaculada Aguilar Civera Alicia Cámara Muñoz David Fernández-Ordóñez Hernández José Antonio González Carrión Fernando Sáenz Ridruejo José Manuel Sánchez Ron PR E S I D E N T E D E H O N O R
Francisco Vigueras González
La promoción y publicación de estudios sobre la historia de la ingeniería y la técnica ha sido una de las actividades prioritarias de la Fundación Juanelo Turriano desde su creación en 1985. La COLECCIÓN JUANELO TURRIANO DE HISTORIA DE LA INGENIERÍA, a través de monografías inéditas, del mayor nivel historiográfico pero con vocación de amplia difusión, pretende contribuir al conocimiento de la ingeniería y a la puesta en valor de su relevancia cultural. A partir de una comprensión amplia de la historia de esta notable manifestación del ingenio humano, se publicarán trabajos que la aborden desde una perspectiva tanto biográfica y técnica como institucional, social y económica. La colección cuenta con un Comité de Publicaciones compuesto por reconocidos especialistas y profesionales, siendo los trabajos sometidos a evaluación por pares ciegos. Todos los títulos publicados son accesibles en la red, de forma libre y gratuita.
C O M I T É D E P UB LI C A C I O NE S Alicia Cámara Muñoz Pepa Cassinello Plaza David Fernández-Ordóñez Hernández Juan Luis García Hourcade Pedro Navascués Palacio
P R ESE N TACIÓ N
En 1978, años antes de crear la Fundación Juanelo Turriano, el ingeniero de caminos José Antonio García-Diego publicó en la Revista de Estudios Atlánticos un artículo titulado “Despedida a Betancourt”, cuya primera parte se llamaba “El club de los Betancouristas”. Con este nombre “un poco absurdo”, como él mismo dice, quería referirse al grupo de investigadores contemporáneos que se habían ocupado de la vida y obra del ilustre ingeniero canario. Al despedirse de Betancourt, García-Diego parecía dar por rematados los trabajos sobre el personaje, como si todo, o al menos lo más importante, ya se hubiera hecho, aunque al final de su escrito señalaba algunas vías de investigación todavía pendientes de explorar. Pero muy pronto, a raíz de un artículo de Fernando Sáenz Ridruejo sobre Betancourt y el Canal Imperial, el propio García-Diego volvió a ejercer como “betancourista”, publicando En busca de Betancourt y Lanz en 1984. Creada la Fundación Juanelo Turriano en 1987, desde esta institución se llevaron a cabo nuevos proyectos en torno a la figura de Agustín de Betancourt, bien directamente o colaborando con otras entidades. Trabajos protagonizados por viejos y nuevos “betancouristas”, entre los que debemos destacar a Ignacio González Tascón, anterior director de la Fundación y comisario de la gran exposición celebrada en 1996 en el Jardín Botánico de Madrid, organizada por el Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo (CEHOPU), y de cuyo diseño y proyecto de montaje fue responsable el autor de estas líneas. Con excesiva frecuencia ocurre que personajes señeros en campos como la ciencia o la técnica son muy poco conocidos por el público, a pesar de los esfuerzos de investigadores e instituciones como los mencionados arriba. El 14 de marzo de 2004 ardió la Sala de Ejercicios Ecuestres de Moscú, el Manezh, construido en 1817 con participación decisiva de Agustín de Betancourt. El suceso se recogió en la prensa española, incluso con imágenes del siniestro que costó la vida a dos bomberos. Solo algunos periódicos mencionaron al ingeniero español y nin-
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guno las particularidades del edificio a él debidas, especialmente la cubierta de cerchas de madera de casi 45 metros de luz, destruida por el fuego. Esto no debe inducir al desánimo, sino servir de acicate para insistir en la investigación y difusión de la historia de la ciencia y la técnica, que son los objetivos estatutarios de la Fundación Juanelo Turriano. Por ello es motivo de satisfacción publicar esta monografía sobre el Picadero, o Manezh, de Moscú, escrita por la Dra. Olga Egórova, profesora de la Universidad Técnica Estatal Bauman de Moscú, miembro activo de la Comisión Permanente para la Historia de la Ciencia de las Máquinas y Mecanismos del IFToMM (International Federation for the Promotion of Mechanism and Machine Science) y autora de varios trabajos sobre el ingeniero Betancourt. En su texto se recorre de forma sintética la vida del Manezh desde su proyecto y construcción hasta su muerte y resurrección, pues fue levantado de nuevo tras el incendio. Una reconstrucción razonablemente respetuosa con el edificio original que le ha permitido recuperar sus funciones como sede de grandes actos culturales y sociales en el corazón de Moscú. El texto de la profesora Egórova se completa con la reproducción de la Descripción de la Sala de Ejercicio, memoria escrita hace exactamente dos siglos, en 1819, por el propio Agustín de Betancourt. Publicamos por primera vez en España la versión cuyo original se custodia en el Archivo Estatal Histórico Militar de Rusia y que incluye las nueve láminas a color firmadas por el magnífico ingeniero y gran dibujante que empleó su talento al servicio de España y de Rusia.
B E R N A R D O R E V U E LT A P O L D IR E C T O R G E R E N T E F UN DAC IÓ N JUAN E L O T UR R IAN O
P R E S E N TAC I Ó N
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V ista a ér ea del Manezh y el Krem l i n. Creative Com m o n s Attr ib utio n 4 . 0 . w w w. k r em lin . r u
ÍNDICE
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EL PICADERO DE MOSCÚ, OBRA DE AGU ST ÍN DE B ETA NCOURT OLG A VLADÍ MI ROVN A EG ÓROVA [ TRAD U C C IÓN AN TOLÍN BÁ RCENA LUIS ]
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DESCRIPTION DE LA SALLE D’EXERCICE DE MOSCOU [ REPROD U C C IÓN FACSÍMIL ]
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DESCRIPCIÓN DE LA SALA DE EJ ERCICI O DE M O SCÚ [ TRAD U C C IÓN BÁR BA RA JÁ UREGUI ESP INOSA ]
Fo t o a c t ua l del Ma n ez h o Pi cadero de MoscĂş.
EL PICADERO DE MOSCÚ, OBRA DE AGUSTÍN DE BETANCOURT O L GA V L A D Í MI ROV N A E G Ó ROVA
Agustín de Betancourt, conocido en Rusia como Avgustín Avgustínovich, se incorporó al servicio militar ruso el 30 de noviembre de 18081. En los menos de 16 años que el destino le concedió en su nueva patria, Betancourt construyó excepcionales conjuntos arquitectónicos y acometió obras de ingeniería en numerosas ciudades –grandes y pequeñas– de Rusia2. El Manezh de Moscú o, como se conoce en español, el Picadero de Moscú, la única obra del genial ingeniero en la ciudad del Moscova, fue no solo un monumento arquitectónico, sino también una singular obra maestra del pensamiento ingenieril del siglo XIX. LA GUERR A PATR IA D E 1 8 1 2
“El edificio del Manezh fue construido en 1817 con ocasión del V aniversario de la victoria del pueblo ruso en la Guerra Patria de 1812”, según consta en la placa conmemorativa de piedra gris que se encuentra en su fachada principal. Los historiadores se inclinan a pensar que el in-
El incendio de Moscú de 1812 según Jo h a n n L o renz Rugendas (1775-1826). INTERFOTO/ A l a my Fo t o d e Sto ck .
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cendio de Moscú, que según una de las versiones más aceptadas fue expresamente ordenado por el conde Fiódor Vasílievich Rostopchin (1763-1826), general-gobernador de la ciudad, fue factor esencial de la victoria sobre el ejército francés. Se sabe que el 14 de septiembre de 1812 el ejército ruso abandonó Moscú, y junto a las tropas marchó la mayor parte de la población civil, cerca de 180.000 personas. En total, calculan los estudiosos, la población de la primera capital rusa a principios de 1812 no sobrepasaba los 250.000 habitantes. Napoleón Bonaparte (1769-1821), emperador y gran jefe militar de Francia, esperaba que el zar de Rusia Alejandro I (1777-1825) le propusiera negociar la paz, pero, según las memorias de algunos de los participantes en la campaña3, Moscú recibió a los franceses con “el silencio propio de los desiertos” y gran cantidad de incendios. En cuatro días las llamas devoraron
Na p o leó n B o n a p ar te en su g abi nete de l as Tuller ía s. Ja cq ues-Loui s D avi d. Ól eo sobre l i e n z o, 1 8 1 2 . N a t i o n a l G a l l e r y o f A r t o f Washington. © Public Domain / Wikimedia C o mmo n s.
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Retrato del zar Alejandro I. Artista desconocido, siglo XIX. Museo Estatal del Her mitag e © Public domain / Wikimed ia C o m m o n s.
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aproximadamente las tres cuartas partes de la ciudad: de 9.158 edificios habitables se consumieron más de 6.500, lo que privó a los invasores de alojamientos adecuados para pasar el invierno. Mientras Napoleón sometía a juicios ejemplarizantes a los promotores de los incendios, el comandante en jefe del ejército ruso, el príncipe Mijaíl Golieníschev-Kutúzov (17451813), llevó a cabo en unos pocos días su famosa maniobra de flanqueo, bautizada en la historiografía rusa con el nombre de Tarutinski, en virtud de la cual la iniciativa estratégica pasaría por completo a manos de las fuerzas rusas a partir de ese momento.
Retr ato d el g en er al Kutúzov (1 7 4 5 -1 8 1 3 ) p o r R . M . Vol kov ( 1 7 7 6 - 1 8 3 1 ) . © P u b l i c D o m a i n / W i k i m e d i a C o m m o n s.
Poco tiempo después de la victoria contra Napoleón, en febrero de 1813, fue creada una comisión para la reconstrucción de la Ciudad de Moscú, la cual diseñó un plan destinado a convertir las zonas reducidas a cenizas en un conjunto arquitectónico integral. Los trabajos de la comisión fueron dirigidos por el príncipe Mijaíl Dmítrievich Tsitsianov (1765-1841), senador del Imperio Ruso. Bajo sus órdenes quedaron funcionarios y arquitectos, entre ellos no pocos urbanistas de gran fama: Osip Bové, Vasili Stasov, Domenico Gilardi, Domenico Adamini, William Hastie y otros. Entre las nuevas edificaciones a erigir se incluiría el Manezh de Moscú, cuyo origen por tanto está directamente vinculado al incendio de 1812. A fin de agilizar la reconstrucción de la ciudad que había sido pasto de las llamas, Alejandro I dispuso trasladar su corte a Moscú por espacio de un año para incentivar y apremiar con su propia presencia las obras4,5. Para la celebración del desfile militar por el V aniversario de la victoria del ejército ruso sobre Napoleón y la ceremonia del encuentro con el zar de los héroes-vencedores que habían luchado en la guerra, se decidió construir una edificio especial: el
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Exerzierhaus (Sala de Ejercicios Ecuestres), como entonces se la denominó, la cual debía ser capaz de acoger en su interior un regimiento entero de infantería de 2.000 hombres. E L EXERZIERH AUS
La moda de levantar construcciones gigantescas en las que regimientos enteros se pudieran entrenar en el arte de la equitación llegó a Rusia proveniente de Alemania. El vocablo alemán “exerzierhaus” fue transliterado al alfabeto cirílico adquiriendo aspecto y sonoridad rusas: “зкзерциргауз” 5. Posteriormente, la palabra cayó en desuso y fue reemplazada, hacia mediados del siglo XIX, por una de origen francés, “manège”, más sencilla y agradable al oído: Manezh (Sala de Ejercicios Ecuestres). Los exerzierhaus eran recintos que se utilizaban durante el otoño y el invierno para el entrenamiento de soldados, adiestramiento de caballos y la realización de ejercicios ecuestres por parte de los oficiales y unidades de los regimientos de caballería. Por lo común, estas edificaciones formaban parte de los cuarteles4. Para inicios del siglo XIX, Rusia, famosa por sus prolongados y crudos inviernos, ya contaba con algunas instalaciones de este tipo, ubicadas casi todas en San Petersburgo: por ejemplo, la Sala de Ejercicios Ecuestres del Primer Cuerpo de Cadetes en el Malecón de la Universidad, construido entre 1756-1759 por los arquitectos I. G. Borchardt, I. Schumacher e I. Just; la Sala de Ejercicios Ecuestres Mijáilovski (en la actualidad Estadio de Invierno), construida en 1800 por el arquitecto Vincenzo Brenn; y la Sala de Ejercicios Ecuestres de los Regimientos de Granaderos y de la Guardia de Caballería, edificada entre 1800-1807 por el arquitecto Luiggi Ruska. Es muy probable que el zar de Rusia hubiese tomado la decisión de construir un exerzierhaus en Moscú por el hecho de que la primera capital no disponía de ninguna instalación de ese tipo. LOS PRIM EROS D OC UMEN TOS SOB R E L A CO N S T RU CCI Ó N D E L M A N E Z H U N LUGAR PA RA LA NUEVA CON STRUCCI ÓN
El primer documento sobre la inminente construcción de la Sala de Ejercicios de la Guardia de Caballería en Moscú se conserva en el Archivo Estatal Histórico Militar de Rusia y data de finales de 18166. En dicho documento se señala que Alejandro I escogió un lugar próximo al puente Borovitski21. Pero poco después el propio zar cambiaría de opinión en aras de que la 16
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nueva construcción no afectara la imagen del Kremlin. A fin de que examinara otra posible ubicación, el general-gobernador y jefe militar de Moscú, Alexándr Petrovich Tormasov (1752-1819), mediante disposición de fecha 9 de diciembre de 18166, comisionó al mayorgeneral Liev Lvóvich Carbonier (1770-1836), inspector general del Consejo de Vías de Comunicación, para que viajara a Moscú. A Carbonier se le encomendó la tarea de dirigir todas las obras hidráulicas y de movimiento de tierras que precedieron a la construcción de la nueva Sala de Ejercicios Ecuestres. Al mismo tiempo, Tormasov le encargó también “diseñar el plano y la fachada para el futuro exerzierhaus de una amplitud tal que en su interior pudiera marchar con libertad de movimientos todo un batallón” 6. Según figura en documentos de archivo, en abril de 1817 Carbonier concluyó la elaboración de los planos que incluían los trabajos
C ar ta d el 1 6 d e ab r il d e 1 8 1 7 . “A su M ajestad Impe ri a l , del General de Caballería, Gober nador militar de Moscú, G e n e r a l C o n d e To r m a s ov ” . A r ch ivo E s t a t a l H i s t ó r i c o M ilitar d e Rusia.
previos a acometer, el proyecto y el presupuesto del Exerzierhaus en su nueva localización de la Plaza Mojovaia, cerca de las Puertas Troitskie (Puertas de la Trinidad), y viajó a San Petersburgo para presentarlos él personalmente para su aprobación por parte de las más altas instancias. E L ARC H IVO ES TATAL HI S TÓRI CO MI LI TAR D E RU SIA
El Archivo Estatal Histórico Militar de Rusia7, el más antiguo depósito de documentos histórico-militares del país, nació como Depósito de Mapas, instituido por orden del zar Pablo I con fecha 8 de agosto de 1797. A este depósito fueron trasladados mapas, planos y otros documentos
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H o s p i t a l M i l i t a r d e L e f o r t ovo, 1 8 2 4 . Heritag e Imag e Par tnership Ltd / Alamy Fo to d e Sto ck .
que se encontraban en el Estado Mayor General disuelto en 1796, así como una notable colección de mapas y planos que se encontraban en la biblioteca del Hermitage en San Petersburgo, actualmente uno de los museos de bellas artes y artes decorativas más importantes del mundo. En 1863, el Depósito de Mapas cambió su denominación por la de Museo Histórico Militar y Topográfico, la cual fue sustituida en 1867 por la de Archivo Científico Militar (ACM) del Estado Mayor General. Con posterioridad, mediante Disposición Nº 430 de fecha 24 de junio de 1992 del Gobierno de la Federación de Rusia, el ACM devino Archivo Estatal Histórico Militar de Rusia, el cual fue incluido, en virtud del Decreto Presidencial Nº 64 de fecha 24 de enero de 1995, en el Conjunto Estatal de Entidades de Especial Importancia para el Patrimonio Cultural de los Pueblos de la Federación Rusa. El Archivo Estatal Histórico Militar de Rusia es uno de los archivos más grandes del país. Atesora documentos sobre el ejército ruso desde finales del siglo XVII hasta 1918. Guarda, además, más de 60.000 libros y publicaciones periódicas, aparecidos tanto en Rusia como en otros países, desde 1667 hasta la actualidad. El archivo está ubicado en el edificio conocido como Palacio de Lefortovo o Palacio de Pedro I a orillas del Yauza, monumento arquitectónico de los siglos XVII-XIX. Tras el incendio de 1812, en el que el palacio sufrió severos daños, este fue incluido en 1817 en el plan para la reconstrucción de Moscú, al igual que la nueva edificación del Manezh. El edificio del Palacio de Pedro I fue totalmente restaurado en correspondencia con los planos que se conservaron.
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En los fondos del Archivo Estatal Histórico Militar de Rusia se custodian documentos originales sobre Agustín de Betancourt y su hijo Alfonso Avgustinovich Betancourt, así como otros relativos a la construcción del Manezh, todos los cuales avalan la labor del genial ingeniero en dicha ciudad. E L P ROY EC TO DEL EXERZI ERHAUS
El proyecto del Exerzierhaus preveía dos variantes. En la primera se contemplaban unas medidas de 24 sazhen * de ancho por 72 de largo (51,2 x 153,6 metros), y su coste ascendería a 808.000 rublos; en la segunda opción se consideraba un tamaño de 20 x 75 sazhen (42,7 x 160 metros) y un presupuesto de unos 750.000 rublos21. En mayo de 1817 Carbonier informaba a Tormasov, en carta enviada desde Petersburgo, de lo siguiente:
C ar ta d el 2 7 d e m ayo d e 1 8 1 7 . “A su Excelen cia e l P rí nc i p e Vo l ko n s k y d e L . L . C a r b o n i e r e n r e s p u e s t a a u n a p r eg un ta d el Jef e d el Estad o M ayo r, G en er al d e s u Ma j e s t a d I m p e r i a l ” . A r ch ivo E s t a t a l H i s t ó r i c o M i l i t a r d e Rusia.
En lo tocante al exerzierhaus, el Soberano tuvo a bien aprobar la Plaza Mojovaia para erigir allí la referida edificación que debe tener justamente 78 sazhen de largo sin contar los muros; en lo que respecta al ancho, Su Majestad Imperial tuvo a bien expresar que prefería aguardar a las comprobaciones que hará este fin de semana el general Betancourt; ... solo resta acelerar el envío de los materiales a la mencionada plaza y abrir las zanjas de los cimientos que dan a la fachada principal de la casa de Pashkov con la longitud establecida; las zanjas de las fachadas laterales deben ser de 16 sazhen, por cuanto el ancho del exerzierhaus nunca será menor6.
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Así pues, en mayo de 1817, el nombre de Agustín de Betancourt, quien ocupaba a la sazón el cargo de Jefe de la Administración Central de Vías de Comunicación y Edificios Públicos, aparece por primera vez en los documentos relacionados con la construcción del Exerzierhaus. LA HISTORIA D EL EN TOR N O
El Manezh o Picadero está ubicado en la ciudad de Moscú, en la Manézhnaia (Plaza Manezh), nº 1, entre el Jardín Aleksándrovski y la calle Mojovaia (calle del Musgo). Anteriormente la plaza se llamaba también Mojovaia. Sobre el origen de esta denominación existen varias interpretaciones. Lo más probable es que haya surgido en el siglo XVII y esté relacionada con la existencia por entonces en ese lugar de un mercado donde se vendía heno, leña y musgo, el cual se utilizaba por aquellos tiempos para rellenar las ranuras que quedaban entre los troncos que formaban las paredes de las casas de madera y protegerse así del frío. De este modo, primero la zona del mercado y después la calle, comenzaron a llamarse “del Musgo”. Según otra versión, tomó el nombre del musgo que se acumulaba en los pantanales que había en la zona 4 . Las primeras noticias que se tienen de la calle Mojovaia datan del siglo XV. Por entonces, al inicio de la calle, en el lugar que ocupa el edificio de la Biblioteca Estatal de Rusia8, se ubicaba el palacio de campo de la gran princesa Sofía Vitovtovna, la nuera del príncipe moscovita Dmitri Donskoi (1350-1389), y detrás, hacia el este, se encontraba Vagánkovo, paraje de diversión y descanso de la más rancia nobleza. En la zona entre la calle Mojovaia y el Kremlin abundaban las construcciones de madera: isbas (viviendas), iglesias y comercios. Como resultado de los frecuentes incendios que había y que amenazaban con alcanzar algún día el Kremlin, Iván III (1440-1505), Gran Príncipe de Moscú y Soberano de Todas las Rusias, ordenó, en 1493, eliminar todas las edificaciones de madera en una franja de 109 sazhen contadas a partir de la muralla occidental del Kremlin. Se creó así un amplio espacio libre que permaneció vacío hasta mediados del siglo XVI. Por un largo período la plaza se convirtió en el sitio más animado de la entonces capital. Allí acudían a divertirse todos sin excepción: se celebraban peleas, se hacían representaciones teatrales y bufonadas, y estaban presentes todo género de juegos y diversiones.
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Plaza del Manège (Ma n ez h ) o Plaza Man e z h n ay a . Fotografía: Ilya Va r la mov.
Tras la quema de la ciudad, se diseñó un proyecto para reorganizar el centro de Moscú y crear nuevas plazas. Casi simultáneamente fue levantada la Sala de Ejercicios Ecuestres, y el antiguo edificio de la Universidad, erigido por el famoso arquitecto ruso Matvéi Fiódorovich Kazakov (1738-1812), fue reconstruido y remodelado en el estilo Imperio por el arquitecto Domenico Gilardi. Sobre el lugar por donde discurría el río Neglínnaia, encauzado a través de un colector subterráneo, surgieron los jardines del Kremlin, bautizados más tarde como Jardines Aleksándrovski y abiertos al público el 30 de agosto de 1821. Fue en 1931 cuando el área situada frente a la fachada meridional de la Sala de Ejercicios Ecuestres de Moscú recibió el nombre de Plaza Manézhnaia, aunque a partir de 1967, con motivo del cincuenta aniversario de la Revolución Socialista de Octubre, comenzó a llamarse Plaza del Cincuentenario de Octubre, denominación que se mantuvo hasta 1990 cuando le fue restituido su nombre inicial. Allí fue señalizado en 1996 “el kilómetro cero”, punto desde el cual se miden las distancias de toda la red de carreteras de Rusia. AGUSTÍN D E BETA N C OURT Y MO L I N A
Agustín de Betancourt y Molina, conocido en Rusia como Avgustín Avgustínovich Betancourt, como ya se ha mencionado, nació el 1 de febrero de 1758 en el Puerto de la Cruz, Tenerife, en
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Re t r a t o de Agustín de B etancour t, por Pl atón Ti uri n. M useo C e n t r a l del Tr a n sp o r te Fer rovi ari o (San Petersburg o). .
Busto de Agustín de Betancourt y Molina en Puer to de la Cr uz, Tenerife, tier ra natal del ing en ier o. Im ag eBROKER / Alamy Fo to d e Sto ck .
el seno de una familia aristocrática descendiente del conquistador normando Jean de Betancourt. Su padre fue el teniente-coronel de infantería Agustín de Betancourt y Castro, y su madre Leonora de Molina y Briones, hija del marqués de Villafuerte. Fue inscrito al nacer como Agustín José Pedro del Carmen Domingo de la Candelaria de Betancourt y Molina9. Desde niño, Agustín evidenció extraordinarias capacidades para el aprendizaje de las matemáticas y el dibujo. Posteriormente completó una formación brillante en Madrid, París y Londres, y para finales del decenio de los años 1790 era ya un renombrado científico-investigador, y se había convertido en el ingeniero más conocido de España. En 1801 fue nombrado Inspector General de Caminos y Canales, y por iniciativa suya se creó en Madrid la Escuela de Caminos y Canales, primer centro de educación superior para la formación de ingenieros de vías de co-
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municación. Por disposición de Carlos IV, Betancourt fue designado director del Real Gabinete de Máquinas 18 , uno de los primeros intentos de difusión de conocimientos de ingeniería en España. Su objetivo era el de contribuir en los estudios de ingeniería mediante la recopilación de memorias científicas y la elaboración de una colección de planos y maquetas de máquinas de utilidad para las obras públicas y la industria. La sede del Gabinete se ubicó en el palacio del Buen Retiro10. En 1803, Betancourt es promovido a Intendente del Ejército, lo que correspondía en la vida civil a Gobernador Provincial, o al grado militar de General de División. Sin embargo, el agudizado enfrentamiento existente entonces entre diversos países de Europa y la guerra con Napoleón, no le permitieron acometer en
Detalle de la Hoja de Ser vicios del teniente general Agustín de Betancour t. Archivo Estatal Histórico Militar d e Rusia.
España grandes planes científicos ni materializar sus ideas en el campo de de la ingeniería. No se sabe con exactitud cuáles fueron las motivaciones por las que el español se vio obligado a abandonar su patria y trasladarse a Rusia, pero documentos que se conservan en los fondos del Archivo Estatal Histórico Militar de Rusia, testimonian que el 30 de noviembre 1808, año de su cincuentenario, Betancourt fue incorporado al servicio militar en Rusia con en el grado de general-mayor. Junto a él viajaría a Petersburgo su familia: su esposa Anna Jourdain, sus tres hijas, Carolina, Adelina y Matilda, y su hijo Alfonso1. En el Archivo Histórico Nacional, en Madrid, se conserva el original de una carta de Betancourt, fechada en San Petersburgo el 21 de diciembre, dirigida a un amigo en la que le
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confiesa: “Separado de mi familia y sin desear servir ni a Napoleón, ni a Joseph, he tomado la decisión de pasar al servicio del Emperador ruso, quien me trata de la forma más respetuosa que podáis imaginar. Almuerzo con él una o dos veces por semana, trato los asuntos directamente con Su Majestad, me señaló 20 mil rublos anuales de sueldo, y asume el pago de mi alojamiento” 15 . En otra carta dirigida a José, su hermano mayor, quien se encontraba en La Orotava, le explica los motivos de su decisión: Desde que observé la enemistad que reinaba en España entre el Príncipe de Asturias y Godoy, supuse que debía haber una revolución en España y que en tal caso era necesario, para no perecer con mi familia, buscar asilo en un reino extranjero en que ponerla a salvo, y me pareció que la Rusia debía ser el más a propósito… supe la abdicación de la Corona de Carlos IV… no queriendo verme expuesto a servir al Rey intruso, tomé el partido de venirme aquí con mi familia. El Emperador y todas las personas de la familia Imperial me recibieron con unas distinciones que yo no podía ni pretender ni esperar… Me convidó el Emperador a comer con él todos los días que quisiere, me señaló 25.000 Rublos (en ese tiempo 1 rublo = 8 reales) anuales de sueldo y me dio el grado de Mayor General, equivalente al que yo tenía en España. Pero nada de esto me agradó tanto como el no depender sino de su sola persona, sin intermedio de ningún Ministro. A poco más de un año de estar aquí me hizo Teniente General, y poco después me dio la Banda de San Alejandro que después de la de San Andrés es la Orden más distinguida de Rusia, y el año pasado me envió su retrato guarnecido de brillantes. Me doy por dichoso de hallarme como estoy y de haberme liberado de las miserias que han asolado a España, teniendo la satisfacción de haber contribuido tanto o más que el mejor español a la destrucción del monstruo Bonaparte22.
Se sabe también que desde noviembre de 1807 y por recomendación del conocido diplomático Iván Matviéievich Muraviov-Apóstol (1768-1851), ministro consejero de Rusia en Madrid, Betancourt hizo su primera visita a Rusia con el objetivo de conocer el país, totalmente novedoso para él, y examinar la posibilidad de su incorporación al servicio militar ruso. En el Archivo
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Napoleón y Alejandro I en Erfur t (1808). E s ta mp a ció n a par ti r de u n a a c u a r e l a d e Fe l i c i a n vo n R h e i n f e l d M y r b a ch ( 1 8 9 6 ) . T h e Print Collector / Alamy Foto de Stock.
Histórico Nacional de España, obra el original del informe de fecha 8 de diciembre de 1807 del conde de Noroña, ministro consejero de España en Rusia, dirigido al Secretario de Estado del Reino de España Pedro Cevallos Guerra, en el cual comunica: Hace algunos días arribó a la capital del Imperio Ruso don Agustín de Betancourt, intendente del Ejército Real. Lo acompañé en su visita al conde Rumiántsev quien lo recibió con los más altos honores. El ministro ruso le indicó acudir a Palacio donde el Jefe de Protocolo de la Corte Imperial lo presentó ante el Soberano en audiencia personal. Semejante deferencia se tenía antes exclusivamente con embajadores, pues otras personalidades extranjeras solían ser presentadas al Emperador solo durante las recepciones.
Resulta evidente que para Agustín de Betancourt, todo un noble de abolengo, la afable actitud que hacia él asumieron las más altas dignidades, incluido el propio zar, desempeñó un papel decisivo y llegó a ser, tal vez, el factor que motivó de manera definitiva su decisión de escoger como destino el Imperio Ruso. En esta decisión influyó también el encuentro que sostuvo el propio Betancourt con el soberano ruso durante las negociaciones de Alejandro I con el emperador de Francia en septiembre de 1808 en la ciudad de Erfurt11.
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Napoleón Bonaparte acogió con benevolencia la petición de Alejandro I de que enviase a Rusia a relevantes ingenieros franceses y dio su beneplácito a la candidatura de Betancourt como alumno del famoso matemático y experto en mecánica Gaspard Monge (1746-1818). Resulta interesante el hecho de que, poco antes de este encuentro, Napoleón hubiese nombrado a Monge senador vitalicio y presidente del Senado, habiéndole conferido el título de conde. Por entonces el Imperio Ruso estaba necesitado de especialistas extranjeros en el campo de las comunicaciones terrestres y la navegación interior, con el propósito de conformar una red interconectada de vías fluviales entre San Petersburgo y el río Volga, la principal arteria de transporte del país. Tan difícil tarea exigía soluciones novedosas desde el punto de vista técnico e ingenieril, a la vez que grandes profesionales. Sin lugar a dudas, los elogiosos juicios que acerca del ingeniero español brindara el Superintendente de Comunicaciones Fluviales y Vías de Comunicación Terrestres, Nikolai Petróvich Rumiántsev (1754-1826), quien por entonces desempeñaba simultáneamente el cargo de Ministro de Asuntos Exteriores, incidieron e, indiscutiblemente, influyeron en la decisión de Alejandro I. Se sabe que Rumiántsev acompañó al zar en el viaje a Erfurt, y que le había pedido a Muraviov-Apóstol que se interesase por el cualificado ingeniero canario. Como hemos podido comprobar en líneas anteriores, la correspondencia de Betancourt explica en gran medida las causas que lo motivaron a abandonar España. Entre otras estaban sus divergencias financieras con el primer ministro de Carlos IV, Manuel Godoy y Álvarez de Faria (1767-1851), favorito de la reina María Luisa; sus temores ante la revolución que se avecinaba; su casamiento con una inglesa que no se sentía a gusto en un país católico y un matrimonio que desde su inicio no fue santificado por la iglesia católica. Betancourt, por otra parte, no quería continuar residiendo y trabajando en Francia, país que se encontraba entonces en guerra con su patria. La opción de Gran Bretaña hubiera podido parecer preferible por cuanto estaba más cerca y, además, por la nacionalidad inglesa de su esposa. Sin embargo, cuando Betancourt estuvo en Inglaterra en viaje de trabajo, había sido expulsado del país acusado de espionaje industrial. Por las mismas causas, su tentativa anterior de trasladarse a Cuba no llegó a fructificar y terminó con su detención en Portugal23,24.
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Es muy posible que encontrándose en París, Betancourt retomase la ventajosa proposición del diplomático ruso Muraviov-Apóstol y a través de su amigo suizo, el miembro de la Academia de Ciencias de Francia y relojero principal de la Flota de Guerra francesa, el maestro Abraham-Louis Breguet (1747-1823), hubiera contactado con el representante ruso en Francia. Así, el destino encaminó al sobresaliente ingeniero hacia Rusia, donde le habían ofrecido un alto cargo con un salario digno y la garantía de llevar a la práctica sus proyectos en el campo de la ingeniería. EL LEGADO DE BETANCOURT EN RUSIA
El legado que dejó Betancourt en Rusia es inmenso, siendo el artífice de importantes obras arquitectónicas y de ingeniería. Le reportaron extraordinaria fama y autoridad sus proyectos de ingeniería para proteger la ciudad de Tvier ante las crecidas del Volga; el establecimiento de las bases para la creación de las principales vías fluviales de comunicación y comerciales; la reconstrucción de los hidrosistemas Vyshnevolotski, Tijvinski y Mariinski; el proyecto de desarrollo del viejo acueducto de Tsárskoie Sieló –una de las cinco antiguas residencias de campo imperiales en las afueras de San Petersburgo–, con el objetivo de garantizar el suministro de agua a los parques de Tsárskoie Sieló y Pávlovsk, ciudad situada cerca de San Petersburgo. Fue el creador de la draga mecánica con motor de vapor, prototipo de las excavadoras modernas, para el dragado del puerto de Kronstadt, situado en la isla Kotlin en el golfo de Finlandia, frente a la ciudad de San Petersburgo. Valiéndose de la tecnología de vapor, Betancourt redimensionó el equipamiento técnico de la fábrica de armamentos de Tula, capital del óblast (provincia) de Tula, situada 165 kilómetros al sur de Moscú; materializó los proyectos para construir y equipar la fábrica de papel moneda de San Petersburgo y su equiparable de Varsovia (Polonia formaba entonces parte de Rusia). Pero el lugar donde se manifestó con mayor brillantez su talento fue en el recinto ferial de Nizhni Nóvgorod, ciudad a orillas del río Volga. Allí, bajo su dirección, fueron erigidas las más de 60 edificaciones que conformaron el parque ferial más grande de Rusia. Betancourt diseñó el mecanismo (cabrestante) para levantar las columnas de la catedral de San Isaac, utilizados posteriormente por Auguste de Montferrand, y creó todo un sistema de técnicas constructivas, con la ayuda de las cuales se instaló la columna de Alejandro I en la
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Ma q u e t a del a n da mia je d e el evaci ón de l as col umnas de la cated r al d e San Isaac. M useo -C ated r al d e San Isaac, San Pe t e r s b u rg o. © a n n lub log.wordpress.com
Plaza del Palacio en San Petersburgo, en agosto de 1834, años después de la muerte de su diseñador. También elaboró el proyecto para la construcción en mampostería de la iglesia de San Jorge en el camposanto de Bolsheojtinski en San Petersburgo, y participó en la edificación de la fundición de cañones de Kazán, gran ciudad portuaria en la orilla izquierda del Volga. Además fue designado por Alejandro I Jefe del Comité para las Construcciones y Obras Hidráulicas en el Imperio.
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Su horizonte intelectual en el orden teórico, su experiencia y talento como ingeniero, unidos a una brillante maestría pedagógica, permitieron a Agustín de Betancourt fundar en 1809 la primera institución de educación superior en Rusia dedicada a las ciencias técnicas: el Instituto del Cuerpo de Ingenieros de Vías de Comunicación (en la actualidad la Universidad Estatal de Ingenieros de Caminos de San Petersburgo o PGUPS)2,4,22. Él fue también su primer director. El Instituto ejerció una enorme influencia en el desarrollo ulterior de todo el sistema de centros de educación superior de perfil técnico en el Imperio, constituyéndose en el “tronco” del que posteriormente crecerían las “ramas” de los numerosos institutos y universidades técnicas de Rusia. El nombre de Agustín de Betancourt aparece en todas las enciclopedias del mundo. Su energía inextinguible y sus inagotables ideas técnicas fueron de enorme utilidad para el Estado ruso. Precisamente fue a Betancourt, sobresaliente ingeniero y arquitecto urbanista, a quien Alejandro I encomendó la importante misión de construir en Moscú, junto a las murallas del Kremlin, el Exerzierhaus de la Guardia de Caballería. La Sala de Ejercicios Ecuestres, Manezh o Picadero, erigida a partir del proyecto trazado por el ingeniero español, terminó siendo no solo un importante monumento arquitectónico, sino también una obra maestra de la ingeniería del siglo XIX. La originalísima construcción de la cubierta puso de relieve hasta qué punto Rusia se había adelantado al resto de Europa en las nuevas tecnologías, en particular en lo referido a las construcciones en madera. EL PROYEC TO D E BETA N C OURT PA R A L A S A L A D E E J E RCI CI O S E CU E S T R E S
Según obra en documentos del Archivo Estatal Histórico Militar de Rusia6, en mayo de 1817 Agustín de Betancourt presentó el proyecto de una edificación con una superficie libre de 166,1 x 44,7 metros y propuso la extraordinariamente novedosa solución de realizar la cubierta con cerchas de madera6,20. La Sala de Ejercicios Ecuestres no debía tener ni una sola columna en su interior, y las cerchas, de una longitud de 44,86 metros, tenían que salvar todo un enorme espacio de cerca de 45 metros de luz. Según el proyecto de Betancourt las 30 armaduras de madera debían apoyarse exclusivamente en los muros exteriores. Por aquel entonces fue una solución nunca antes vista.
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En su informe a Tormasov de fecha 26 de mayo de 1817, Liev Lvóvich Carbonier afirma que el general Betancourt le había comunicado “la voluntad de su Majestad acerca de que el exerzierhaus fuera construido según el nuevo proyecto elaborado por él, con una longitud, como ya se había dicho, de 78 sazhen y un ancho de 21 sazhen entre sus muros, y que la edificación debía estar lista, sin falta, para el 1 de octubre; el proyecto prevé que el edificio esté rodeado de columnas y, en consecuencia, su fundamento es mucho mayor que el anterior, las paredes son más gruesas, y más voluminosos los trabajos a ejecutar”. LOS TRABAJO S D E C ON STRUC C IÓN
La construcción del edificio le fue confiada al general Carbonier y fue ejecutada por un grupo especial de ingenieros y arquitectos subordinados a él. Como arquitecto principal de la construcción fue designado Karl Ivánovich Lamoni (1783-1844). Desde el comienzo de los trabajos se incorpora a la obra el teniente-ingeniero A. Kashperov, quien desempeñaría un notable papel en la posterior historia del edificio. De hecho Betancourt y Carbonier se encontraban en San Petersburgo y dirigían la construcción de la Sala de Ejercicios Ecuestres por correspondencia. El trabajo a pie de obra lo realizaron Kashperov y los obreros bajo sus órdenes. Aunque no es menos cierto que Betancourt viajó en varias ocasiones a Moscú para controlar la marcha de los trabajos. La construcción del Exerzierhaus marchaba a ritmo acelerado debido al interés especial que mostraba Alejandro I por el asunto. El acopio de los materiales para iniciar la ejecución comenzó en marzo de 1817. En mayo se empezaron a cavar los fosos de los cimientos, pero los trabajos cobraron plena celeridad tras la aprobación definitiva del proyecto y su presupuesto el 10 de junio. Hubo que salvar no pocas dificultades, especialmente las debidas al acopio de alerces secos, largos y del grosor apropiado, cuya madera era la más resistente para hacer la estructura de la cubierta. De todos los confines del Imperio comenzaron a llegar a Moscú los troncos de alerces seculares, mas en tan reducido plazo no se logró completar la cantidad requerida. Esta situación condujo a que Carbonier modificara en algún grado la construcción de las cerchas, a lo que hace referencia Agustín de Betancourt en su
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Description 12 , donde erróneamente atribuye a esta circunstancia los daños que presentarían las cerchas con posterioridad. EL SUMINI STRO D E LA S P IEZA S D E HI E R RO F U N D I D O PA R A L A S CE RCHA S
Paralelamente al acarreo de la madera, se realizaba el acopio de los componentes de hierro y de hierro fundido para las armaduras de la cubierta, que habían sido contratados personalmente por Agustín de Betancourt en la fábrica siderúrgica de Viksunski (hoy, Viksunski Metalurguicheski Zavod) en la ciudad de Viksa en la provincia de Nizhni Nóvgorod. La fábrica había sido fundada en 1766 por los hermanos Batashov, empresarios y magnates de renombre en el campo de la minería y la industria del metal. En la década de 1760, los hermanos Batashov, Andrey (1724-1799) e Ivan (1732-1821), fundadores de la ciudad de Tula, crearon una primera fundición. Luego levantaron una laminadora y se creo una pequeña colonia obrera que recibió el nombre de Viksa, un pequeño río local que pasaba por allí. Provenientes de una familia de herreros radicados en un arrabal de la ciudad de Tula donde se fabricaban armas, pasaron a formar parte de la nobleza en 1783. A comienzos del siglo XIX los Batashov eran ya dueños de un total de 18 plantas metalúrgicas, 14 de las cuales habían sido construidas por ellos mismos. Durante largo tiempo a la fábrica de Viksunski se le denominó “Nueva Inglaterra”, y no era el menor de los motivos la aplicación de las tecnologías más modernas. Su producción se alzó con primeros diplomas y medallas de oro en prestigiosas exposiciones internacionales de Europa, París, Leipzig, Milán y Turín. El hierro fundido de la fábrica de Viksunski conquistó fama universal. “Es suave y tiene al mismo tiempo una elasticidad extraordinaria que en mis viajes no he podido constatar en ninguna otra fábrica ni de Rusia, ni de Suecia, Inglaterra o los Estados Unidos. La dureza y la fragilidad son propiedades generales del hierro fundido, pero el de aquí es tan flexible como un resorte, y extraordinariamente fuerte. Prueba de ello es el Teatro Petrovski de Moscú, donde los palcos cuelgan sobre soportes o bulones de este metal”, escribió el conocido historiador P. P. Svinin13. Las plantas y fábricas de los hermanos Batashov devinieron símbolo industrial de su época, y la elección de Betancourt, que aspiraba a utilizar en la construcción del Manezh los mejores materiales, no fue obra de la casualidad.
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LAS BUHARD ILLA S S LU JOV
Según una muy difundida leyenda, el calificativo slujov que suele acompañar la denominación de las buhardillas se debe a Alexei Slujov, el maestro-siervo que dirigió los trabajos de techado durante la construcción de la Sala de Ejercicios Ecuestres, y a quien se le atribuye la innovación técnica. La leyenda afirma que con el propósito de impulsar la marcha de los trabajos los constructores utilizaron gran cantidad de hornos a fin de acelerar mediante el calor el secado de los muros. Mas sucedió lo que nadie pudo ser capaz de imaginar: las piezas de madera, calculadas con la mayor exactitud, comenzaron a encorvarse y el techo a abombarse. Para resolver el problema, un individuo de apellido Slujov, perteneciente a una cooperativa de carpinteros, ofreció sus servicios “por tres rublos de plata”. Sus empleados cortaron en varios lugares las tablas del falso techo y abrieron huecos tipo ventanas que contribuían a ventilar toda el área. Las maderas –ante la asombrada mirada de los observadores– comenzaron a enderezarse y el techo a recuperar su posición horizontal original. El problema radicaba en la excesiva hermeticidad del desván, acentuada por el estuco y la pintura. El calor de los hornos hizo que el aire encerrado se expandiese, haciendo que la madera se deformase y el techo se abombara. Desde entonces, las buhardillas de desván comenzaron a denominarse slujovianos y más tarde slujov. Nadie sabe si tal leyenda tiene algo de realidad. Pero lo que sí se conoce es que las buhardillas se utilizaban con anterioridad: en la arquitectura gótica y del Renacimiento. En
L as b uh ar d illas sl uj ov en el tejad o d el M an ezh . Fotografía: Eug en y C h esn o kov (p astv u. co m).
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francés se les llamaba lucarne. Tenían como objetivo aprovechar la iluminación natural, ventilar los desvanes y servir, a veces, como vía de salida a la azotea. Gracias a sus diversas soluciones constructivas cumplían también una función estética, aportándole a la fachada de la edificación una imagen atractiva y acabada. Para ser justos, debe anotarse que en las acuarelas del propio Betancourt el edificio del Exerzierhaus aparece sin buhardillas, pero los dibujos no son fotografías, y es imposible hacer juicios fidedignos a partir de ellos. CARACTER ÍSTIC A S D E LOS ELEM E N T O S D E F I JACI Ó N
El Picadero alcanzaba los casi 7.500 metros cuadrados de superficie y era capaz de alojar a más de dos mil personas. A juicio de testigos de entonces, la edificación “por su grandiosidad, arquitectura y diseño de la cubierta no tenía, sin duda alguna, análogos en Europa”19,20 . Se hacía especial énfasis en la combinación insólita de madera y metal, que aportaba a toda la construcción solidez y sencillez. Betancourt diseñó unos originales elementos de conexión metálicos, gracias a los cuales, en sus empalmes, las piezas de las cerchas no entraban en contacto directo entre sí. Esto les proporcionaba una cierta movilidad y reducía considerablemente el riesgo de deterioro en las uniones. Cada cercha pesaba 17 toneladas. La innovación de Betancourt consistió en utilizar en los extremos una punta de hierro fundido y blanqueado que disminuía la fricción directa de las partes de madera. Suele llamarse blanqueada a la colada cuya superficie es de hierro fundido blanco, pero cuyo interior es de hierro fundido gris altamente resistente, por eso tiene una notable dureza superficial (950-1.000 HB) y una muy alta resistencia al desgaste. Para garantizar la configuración inicial de las estructuras de madera se utilizó un complejo sistema de tirantes metálicos con tuercas especiales de ajuste que permitían regular su longitud. Al diseñar los elementos de fijación Betancourt aprovechó su experiencia en la construcción del puente Kamennoostrovski sobre el Pequeño Neva en San Petersburgo, donde unió siete grandes arcos de madera con elementos de fijación muy parecidos 15,22,pp.57-58 .
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EL PUENTE KAMENNOOSTROV SKI
En el Archivo Estatal Histórico Militar de Rusia se encuentran los originales de los documentos1 que testimonian que, en 1813, por el proyecto de este puente el teniente-general Agustín de Betancourt recibió como obsequio del zar Alejandro I una tabaquera ornamentada con diamantes. El puente Kamennoostrovski sustituyó el flotante que unía las islas de Aptékarski y Kámienni en San Petersburgo y fue el primero en Rusia de siete luces, de arcos y soportes de madera sobre cimientos de piedra. Las máquinas, componentes y dispositivos para la construcción fueron realizados bajo la dirección de Betancourt. Este puente fue en su momento una obra maestra de la construcción vial y suscitó las más encomiásticas valoraciones. Su longitud total era de 150 metros. La gente le llamaba “el puente de Betancourt”.
La construcción se prolongó por espacio de tres años y se ejecutó bajo la dirección de los ingenieros rusos Andrei Danílovich Gotman (1790-1865) y Semión Ósipovich Panteliéiev (1791-1828), alumnos del Instituto del Cuerpo de Ingenieros de Vías de Comunicación fundado por Betancourt. Con posterioridad, en 1836, Gotman se convirtiría en el primer ruso en acceder al cargo de Director de este Instituto.
El puente Kamennoostrovski, construido según el proyecto de Betancourt, se mantuvo en uso a lo largo de 20 años. En 1833, bajo la dirección del ingeniero Piotr Petrovich Bazaine (1786-1838), se repararon sus soportes, y en 1899, ante la necesidad de una reparación general, se procedió a reconstruirlo por completo. Pero siendo la memoria una de las facultades del ser humano de mayor proyección en el tiempo, probablemente haya sido por ello que, con motivo del 260 aniversario
D etalle d e la H o ja d e Ser v icio s d el ten ien te g en er al que atestig ua que Betan co ur t r ecib ió un a tab aquer a o r n am en tad a co n d iam an tes. D etalle. Ar ch ivo Estatal H istó r ico M ilitar d e Rusia.
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E l p u en te K a mennoostrovski sobre el Pequeño N eva en San Peter sb ur g o (1 8 1 1 ). PG U PS.
del nacimiento del genial ingeniero, por Disposición del Gobierno de San Petersburgo se decidió bautizar con el nombre de Agustín de Betancourt el nuevo puente sobre el Pequeño Neva que une las islas de Serni, Dekabristov y Petrovski25.
Fo to g r a fía a érea del puente Agustí n de Betan co ur t so b r e el Pequeñ o N eva, San Peter sb ur g o. © ITAR -TASS N e w s Ag en cy / A la my Foto de Stock.
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LA CONSTRU C C IÓN D E LA C UBIERTA
En la memoria ilustrada que Betancourt hizo sobre los trabajos de la Sala de Ejercicios Ecuestres, describe la estructura de la cubierta, incluyendo los elementos de conexión (láminas PL. VI y PL. IX). En la página 5 de la memoria ofrece explicaciones acerca de las láminas, apuntando que “El tirante A. B. (fig. I), cuyos dos extremos reposarían sobre muros de ocho pies de espesor en el proyecto final, tenía 160 pies de longitud y estaba compuesto por dos vigas de once pulgadas de grosor, dispuestas la una sobre la otra formando una única viga de veintidós pulgadas por once. Cada viga destinada al acoplamiento estaba formada por una fila de piezas de madera unidas con empalmes de rayo de Júpiter y con pernos de una pulgada de diámetro, entre los cuales se dejaron espacios de tres pies”. Todo ello aparece detalladamente representado en las figuras. En la página 6 de la memoria Betancourt escribe: Lo más destacable tanto en las cerchas de prueba como en la cubierta final es la presencia de cabezales de hierro fundido. Coronan los pendolones y los montantes para evitar que las piezas de madera que se ensamblan estén en contacto directo (1). Se observa en F, en la lámina VI, fig. 3, el alzado de un montante compuesto de dos piezas de madera verticales unidas con un cabezal de hierro fundido, cuyas vistas diagonales aparecen representadas en E y G. Conviene señalar que esta pieza de hierro fundido está atravesada por un agujero m, por el que pasa un perno que da sujeción, a cada lado, a sendos estribos de hierro forjado, bifurcados en su parte baja y en cada uno de cuyos extremos se han colocado otros pernos g, g, g, que atraviesan las piezas de madera del montante. La función de estos estribos es precisamente sostener las piezas de madera del montante en caso de que el hierro fundido adoleciera de defectos ocultos, causando así la ruptura. La presión de los falsos tirantes se contrarresta con las tornapuntas HH, H’H’, H’’H’’ (láminas VI y IX), cuyas partes superiores se unen a los cabezales de hierro y cuyas partes inferiores se apoyan en los pies de hierro fundido B’, B’, los cuales, mediante cuatro pernos, sujetan firmemente los tirantes dobles de manera perpendicular a los trazados del rayo de Júpiter.
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Las dos cerchas de prueba, que estaban dotadas de estos ingenios, se situaron a catorce pies de distancia la una de la otra. Se unieron a través de unas piezas de madera horizontales N, N, N, N, –situadas junto a los cabezales de los montantes y del gran pendolón (lámina IX, fig. I)– y a través de cruces de San Andrés (lámina IV, fig. I).
La llamada cruz de San Andrés es una cruz en forma de aspa (por lo general con dos ángulos agudos y dos ángulos obtusos) muy utilizada en heráldica y en vexilología. Representa el martirio de San Andrés Apóstol, según una tradición muy antigua que cuenta que fue crucificado en Patrás, capital de la provincia de Acaya en Grecia. Lo amarraron a una cruz en forma de X y allí estuvo padeciendo durante tres días, los cuales aprovechó para predicar e instruir en su religión a todos los que se le acercaban. Para la construcción de la cubierta del Picadero fueron fabricados y utilizados por primera vez en Rusia esos entramados de madera triangulares con forma de la cruz de San Andrés. LA INAUGUR AC IÓN OF IC IA L
Para comienzos del otoño de 1817 la construcción tocaba a su fin. En el mes de octubre se ejecutaron los trabajos de techado, y en noviembre se instaló el parapeto en la azotea y se colocaron los cristales de las ventanas. La primera etapa de la construcción se prolongó durante seis meses. El 30 de noviembre de 1817, según el antiguo calendario, la Sala de Ejercicios Ecuestres de Moscú fue inaugurada con toda solemnidad en presencia del zar de Rusia Alejandro I. Se llevó a cabo un vistoso desfile militar con la participación de la Guardia de Caballería y de un bloque de la Guardia integrado por héroes de las guerras napoleónicas. Así se reflejó la inauguración de la Sala en la Moskovskiye Vedomosti (Gaceta de Moscú): La construcción del imponente edificio comenzó esta primavera. La longitud de la estructura tiene 81 sazhen de largo por 25 de ancho, y el grosor de las paredes es de 5 arshín**; pero lo más asombroso es el techo que, tratándose de un edificio tan grande, no tiene ningún apoyo en su interior y se sostiene exclusivamente sobre las cerchas di-
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El Manezh y el Kremlin en la d écad a d e lo s añ o s 20 del siglo XX.
señadas según plan del señor teniente-general Betancourt. Todos admiran con curiosidad la extraordinaria edificación14.
El Manezh era una enorme edificación de un solo piso que por la extensión de terreno que ocupaba en nada tenía que envidiar a la Plaza de San Marcos de Venecia. Quedó ubicado entre el Kremlin y la Universidad y marcó la nueva imagen clasicista de la urbe moscovita de la posguerra. La longitud de las fachadas laterales llegaba casi a 180 metros. El Picadero tenía frontones planos sin ornamentación y una arcada de siete vanos para las puertas y ventanas. La fachada principal era la meridional, que daba a la Torre Kutafia, una de las cuatro entradas al Kremlin. Originalmente, por el eje de la fachada que mira hacia el Jardín Alexándrovski, existió una semirrotonda de entrada que no se ha conservado. La monumentalidad de la edificación nacía de la grandiosidad de sus proporciones y el armónico ritmo de sus columnas y pilas inherente a la arquitectura de aquel tiempo. El alto tejado a dos aguas resultaba visualmente favorecido por las numerosas buhardillas slujov. LA MEMORIA O D E S C R I P T I O N D E AG U S T Í N D E B E TA N CO U RT
Para dejar constancia de sus trabajos, Agustín de Betancourt publicó en 1819 en San Petersburgo, en una corta tirada, una memoria-álbum bajo el título Description de la Salle d’exercice de
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Moscou (Descripción de la Sala de Ejercicio[s] de Moscú)12. En ella, el autor de la singular cubierta de madera desvela los secretos de su labor y acompaña el texto con planos ejecutados con la técnica del grabado en cobre, coloreados a mano con acuarela (véanse pp. 71-103 en esta misma publicación). En carta fechada el 10 de junio de 1820 desde San Petersburgo22,p.75, Agustín de Betancourt le escribió a su cuñado Antonio Monteverde, residente en La Orotava: … por disposición del Emperador he construido en Moscú una Sala de Ejercicios Ecuestres para realizar entrenamientos militares durante el invierno. Es una sala de 500 pies ingleses de largo por 150 de ancho, su cubierta se sostiene solamente sobre cuatro muros, no cuentan con ningún otro punto de apoyo, semejante local no existe en ningún otro sitio, y aquí ya es una realidad. Hice una breve memoria con la descripción de este edificio y le di una copia a Couleine para que se la haga llegar a Vuestra Merced”.
En la Description se recoge que, al presentar su proyecto, Agustín de Betancourt había solicitado al zar Alejandro I su autorización para ensayar un par de cerchas a escala natural a fin de verificar la solidez de la construcción propuesta: Para comprobar la resistencia de las cerchas, se colocó sobre los tirantes un tablero transversal. A continuación mandé cargar sobre este tablero 5000 ladrillos que pesaban en total 1000 puds rusos*** (lo equivalente a 33.000 libras de París). El efecto fue casi nulo, pero al doblar la carga con otros 5000 ladrillos tras apretar los sistemas de ensamblaje, los tirantes descendieron de 9 a 10 líneas. Lo hicieron de una manera bastante uniforme pero no permanente, ya que la humedad y la sequedad del aire provocaban ciertas oscilaciones en los límites, que podían ir de dos a tres líneas.
Concluidos los experimentos, escribe el autor: “Cabía esperar que la armadura ofreciera una solidez suficiente. No obstante se dieron algunas circunstancias que provocaron que se debilitara”. Las mediciones tomadas poco tiempo después de la terminación del montaje arrojaron que el asentamiento de las cerchas variaba en función del grado de sequedad del material.
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Como ya hemos señalado, Betancourt atribuye los daños de las cerchas a que no se contó con la cantidad suficiente de troncos de alerce del grosor apropiado, lo que motivó la necesidad de modificar su construcción y de aumentar su número. Casos como este, y otros semejantes cuidadosamente enumerados en la Description, demuestran, según Betancourt, que las causas de los desperfectos no radican en la construcción, sino en la excesiva premura con que se erigió la edificación. Razón por la que Betancourt solicita la venia del zar para remodelar la cubierta y subsanar los defectos. El contenido del texto evidencia que el objetivo de la memoria era su aspiración de exponer el proyecto técnico, y por eso en ella no se abordan aspectos arquitectónico-decorativos. No obstante, contiene representaciones no solo de los elementos constructivos, sino también sugerentes ilustraciones de la decoración de todo el edificio. En cinco de las láminas aparecen elementos ornamentales, incluidos algunos conjuntos esculturales para las fachadas. Los detalles de las esculturas aparecen dibujados con mucha minuciosidad, muestran sus diversas variantes, y los elementos no reiterativos de los conjuntos. En los fondos del Museo-Catedral de San Isaac en San Petersburgo se conserva un grabado con la imagen del edificio de la Sala de Ejercicios Ecuestres de Moscú. Es una especie de representación de su contorno con una sola firma grabada en la parte inferior que indica que el tipo de estructura representada se corresponde con la concepción de Agustín de Betancourt. El grabado pertenece a la ya referida memoria. Existe una hipótesis según la cual toda la parte arquitectónica del enorme edificio fue proyectada por el destacado arquitecto francés Auguste de Montferrand (1786-1858), quien llegaría posteriormente a ser autor de construcciones tan famosas como la catedral de San Isaac, la columna Aleksándrovski y el monumento a Alejandro I en San Petersburgo. Cabría suponer que Montferrand, aún muy joven y todavía iniciándose en el mundo de la arquitectura, como muestra de su agradecimiento hacia Agustín de Betancourt por haberle ayudado a establecerse y a hacer una carrera exitosa en Rusia, habría propuesto asumir la preparación del álbum excluyendo su nombre como arquitecto-decorador, tratando así de resaltar la importancia del aspecto técnico de la edificación.
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Copias de la singular monografía se conservan en la Biblioteca Estatal de Rusia8, en el Archivo Histórico Militar de Rusia, y en las Islas Canarias, entre otros lugares LA IMAGE N D E LA SA LA D E EJERCI CI O S E CU E S T R E S
El Picadero de Moscú constituyó un modelo poco común de arte e ingeniería civil. Se sabe de casos de ingenieros extranjeros que lo visitaron con el objetivo de estudiar el sistema de su cubierta de madera. También fue admirable por su imagen arquitectónica: sencillez y naturalidad. El zócalo, alto y labrado, subrayaba la solidez de la edificación. El ritmo enérgico de las columnas que encuadran los muros, le aportaba especial solemnidad. En los muros de los extremos, bajo los frontones planos, y en el centro de las paredes laterales, ocupando altos nichos, se situaban los portones triples de madera. La silueta de las extensas fachadas se conformaba por la arcada de los vanos de las ventanas divididos a 3⁄4 por columnas toscanas y el entablamento pesado que incluía inserciones en relieve. Las ventanas ocupaban casi la tercera parte de toda la superficie de fachada, lo que contribuía a la iluminación del interior del recinto.
E l P ica der o en 2008, tras l as obras de reconst r ucció n . Fotografía: W ik ip ed ia / Sh ak ko.
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En su construcción Agustín de Betancourt trató de prever y prevenir todos los riesgos posibles que pudieran presentarse en el futuro, por ejemplo, la posibilidad de inundación dada la cercanía del río Moscova. Con este objetivo ordenó llevar hasta cuatro metros de profundidad los cimientos de asperón y ensanchar los muros en su base. Tomó también en consideración el posible asiento del enorme edificio bajo el peso de las cerchas de la cubierta. Esta fue especialmente calculada teniendo en cuenta una carga asimétrica, puesto que la capa de nieve que llegaba a acumularse durante el invierno, podía ser desigual entre las zonas de sombra y las expuestas al sol. El espacio interior de la Sala era totalmente abierto y podía ser contemplada en su totalidad como correspondía a su objetivo: la realización de desfiles y el adiestramiento ecuestre. Pre-
Carta de 2 de julio 1817 de Luig gi Ro u s c a , u n o d e l o s a rq u i t e c t o s q u e optaron al proyecto de constr ucción d e l a S a l a d e E j e r c i c i o s E c u e s t r e s. Archivo Estatal Histórico Militar de Rusia.
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cisamente por su carácter de espacio tan abierto se convirtió en una edificación irrepetible y apreciada. Tras el pórtico de columnas, pareciera ser la continuación de una plaza urbana. Como experto en los órdenes teórico y práctico del neoclasicismo, el arquitecto ruso Iván Fomín afirmaba: “Desde la perspectiva clásica el método a seguir es el siguiente: un elemento se diseña hasta alcanzar la perfección y luego se repite tantas veces como sea necesario. Así se construyeron los grandes edificios de la Roma antigua”. En la Sala de Ejercicios Ecuestres de Moscú el elemento “arco-ventana-dos columnas a los lados” fue diseñado con toda exactitud, proporcionalmente construido, y luego repetido. Es de suponer que el zar Alejandro I prefirió el proyecto de Agustín de Betancourt por la majestuosidad y belleza de la edificación que proponía. En su labor como urbanista el español siempre seguía el principio del arquitecto romano Vitruvio: solidez, utilidad y belleza 26 . Por eso todas sus obras arquitectónicas o ingenieriles son auténticas obras de arte. Por el contrario, los demás arquitectos que optaron al encargo para el proyecto de construcción se limitaron a interpretar el edificio del Picadero como una estructura puramente utilitaria carente de mayor expresividad artística. Así lo corrobora uno de ellos, el famoso Luiggi Rousca, en carta fechada el 2 de junio 1817: “La sala que he proyectado para Moscú, puede estar fácilmente concluida para el 1 de octubre de este año, puesto que no consta más que de cuatro paredes, y desde el momento en que se inicien los trabajos en los cimientos, se podrá comenzar a trabajar en las cubiertas” 6 . La Sala de Ejercicios Ecuestres quedó bajo la jurisdicción del Jefe Militar de la Guarnición de Moscú. No obstante, en virtud de la singular construcción de la cubierta, las cerchas requerían de una observación permanente, tarea que le fue encomendada al teniente-ingeniero Kashperov. EL M ITO D E LA MA JO R K A
Alrededor de la Sala de Ejercicios Ecuestres se tejen no pocos misterios y leyendas. Se cuenta que en la época de Osip Bové y con el fin de proteger los elementos de madera, el desván se cubría con medio metro de hojas secas de majorka (tabaco de ínfima calidad). De todos
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es conocido que los roedores e insectos son repelidos por su olor, y que el tabaco, además, absorbe la humedad del ambiente, protegiendo de ese modo la madera. Según la leyenda, la majorka allí depositada se la fumaron durante la Revolución o la Gran Guerra Patria. Sin embargo, su olor acre permaneció bajo el techo durante mucho tiempo. Posteriormente el desván fue cubierto con serrín. Lamentablemente no se han conservado o descubierto pruebas fidedignas o documentos de archivo que confirmen estos hechos. Sin embargo, sí existen datos sobre inspecciones de la cubierta de la Sala de Ejercicios Ecuestres llevadas a cabo en los años setenta del siglo XX según las cuales todas las estructuras de madera permanecían como nuevas. DAÑOS EN LA S C ERC H A S D E MA D E R A
Por desgracia, el acabado final de la edificación, aplazado para el verano de 1818, no se llevó a cabo porque en la segunda mitad de julio de 1818 dos cerchas presentaron grietas en la madera. En carta de fecha 2 de agosto enviada a Alejandro I desde Nizhni Nóvgorod, Betancourt trató de demostrar que el percance se debía a que por las prisas y la falta de troncos lo suficientemente largos se había visto obligado a modificar la construcción inicial de las cerchas. En la idea inicial se preveían siete montantes y en la nueva versión, nueve. Ante esta situación, Betancourt consideró que la única solución adecuada era sustituir las cerchas siguiendo otro plan. El 24 de febrero de 1820 informó al general-gobernador y jefe militar de Moscú, príncipe Dmitri Vladímirovich Golitsyn (1771-1844), de que el soberano “había dado su anuencia para reconstruir del techo del ‘Exerzierhaus’ de Moscú para evitar los daños detectados en las cerchas debidos a la premura con que se había construido la edificación”. Sin embargo, la verdadera causa radicaba no tanto en la precipitación y los desa ciertos cometidos durante la construcción, sino en la inexactitud de algunos cálculos. En primer lugar, las luces entre las cerchas eran demasiado grandes, motivo por el cual en la reconstrucción del techo Betancourt tuvo que reducir la distancia entre ellas y aumentar su número: en vez de las 30 iniciales puso 45 cerchas, aproximándose así al proyecto de Carbonier. Más tarde se pudo discernir también que “el apoyo de las cerchas sobre los muros, en sus extremos, resultaba insuficiente”, por lo que hubo que alargarlos para lograr que se afirmaran con mayor solidez.
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LA RECON STRUC C IÓN D EL TEC H O
En febrero de 1823 Agustín de Betancourt encomendó la reconstrucción del techo de la Sala de Ejercicios Ecuestres al mallorquín Rafael Bauzá, coronel-ingeniero que había trabajado con él anteriormente en la ciudad de Nizhni Nóvgorod. La restauración, iniciada durante el verano de ese mismo año, sacó a relucir otras deficiencias de la construcción y requirió cambios sustantivos en el proyecto inicial. Resultó imposible aprovechar mínimamente las cerchas viejas, por lo que hubo que poner 45 nuevas. La reconstrucción concluyó en mayo de 1824. En un detallado informe de Bauzá al príncipe Dmitri Vladímirovich Golitsyn, acerca de las obras ejecutadas, el ingeniero balear subrayaba enfáticamente que la reconstrucción del techo se había llevado a cabo “sin desviarse en modo alguno del sistema original”. En el informe se señala también que la “reconstrucción me fue encomendada por el difunto Teniente General Betancourt el día 19 de febrero de 1823”. Más adelante Bauzá señala “A fin de evitar errores que pudieren motivar apreciaciones desfavorables sobre el digno creador de esta importante edificación, y tomando en consideración escrupulosamente sus especificidades, calculé las medidas de los troncos y los aditamentos de hierro para hacer las nuevas cerchas, sin ningún tipo de apoyo con una luz de 150 pies que es el ancho interior entre los muros del edificio, sin incrementar la altura en los frontones y manteniendo la posición original de la cornisa exterior”. Como ejecutor de las obras se mantuvo invariablemente el teniente-ingeniero A. Kashperov, quien había sido ascendido por entonces al grado de mayor-ingeniero. En sus observaciones presupuestarias y acerca de todos los cambios del proyecto que se consideraron pertinentes para acometer la reconstrucción del techo, encontramos algunos detalles de interés que evidencian las insuficiencias del proyecto original, así como las modificaciones introducidas por Rafael Bauzá. Por sus “habilidades y empeño” el zar Alejandro I accedió a condecorar a Kashperov con la Orden de San Vladimiro de Cuarta clase, “pero no la recibirá hasta dentro de un año, cuando la solidez de las cerchas del ‘Exerzierhaus’ haya pasado la prueba del tiempo” 22,p.57 . No sería hasta agosto de 1826 cuando Kashperov luciera la condecoración 21 .
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INFORME DE RAFAEL BAUZÁ A su Excelencia el Señor General-Gobernador y Jefe Militar de Moscú, General de caballería y Caballero, Príncipe Dmitri Vladímirovich Golitsyn Coronel ingeniero Bauzá
Informe
Por la disposición 4482 de Vuestra Excelencia, de fecha 9 de octubre, y a solicitud del Señor Jefe del Estado Mayor General, Su Majestad Imperial, en torno a la solidez de la cubierta del Exerzierhaus de Moscú, cuya reconstrucción me fue encomendada por el difunto Teniente General Betancourt el día 19 de febrero de 1823, me considero en la obligación de informarle con detalle acerca de los trabajos llevados a cabo bajo mi dirección, así como de las modificaciones que he realizado para perfeccionar tan audaz y extraordinario empalme de sus cerchas, algo enteramente novedoso.
Habiendo tomado las medidas correspondientes para montar todos los componentes de la cubierta de acuerdo a su finalidad y ensamblarlos con la mayor solidez, no tengo ni la más mínima duda acerca de la absoluta fiabilidad de las nuevas cerchas, incluso si el actual ancho del edificio, que es de 150 pies ingleses, aumentara hasta 210 pies.
A principios del mes de septiembre del año pasado, después de montar los andamios para apear el techo viejo, el general Betancourt examinó conmigo la deformación de las armaduras y descubrió que no era tanto por fallos en su construcción, sino por el hecho de que las cerchas en sus apoyos no tenían un soporte sólido adecuado sobre los muros, en los extremos de los tirantes dobles inferiores, me ordenó estudiar en profundidad todas las peculiaridades del edificio y proceder, sin pérdida de tiempo, a ensamblar nuevas cerchas, cuya construcción yo conocía perfectamente desde 1817, cuando el proyecto había sido diseñado por el general Betancourt.
Viendo que era necesario prolongar los extremos de las cerchas para la entrega de estas en los muros, procedí a trabajar en las nuevas, con el objetivo principal en mente de hacerlas resistentes, sin apartarme de su diseño original.
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Para no errar, lo que daría una opinión desfavorable sobre el digno inventor de este importante diseño, y después de considerar cuidadosamente todos los detalles del mismo, calculé las medidas reales de las barras y todas las piezas de hierro para hacer las nuevas cerchas, con una longitud de 150 pies entre apoyos, luz libre en el interior de los muros, y sin incrementar la altura de los frontones y conservando la posición actual de la cornisa externa.
Las cerchas fueron ensambladas en el mes de septiembre del año pasado, y de las 45 que conformaban el nuevo techo, 24 estuvieron instaladas en su emplazamiento antes del 30 de diciembre; su asiento era casi imperceptible.
Para explicar el método de construcción adoptado, que es completamente diferente del anterior, considero necesario exponer el orden seguido.
Se replantearon1 en la explanada anexa al edificio, ejecutada a tal efecto, con las dimensiones correctas actuales, para facilitar el ensamblaje y para que las 45 cerchas fueran del mismo tamaño en sus montantes, durmientes y otras piezas, y, usando precisos patrones, que se hicieron con tablas delgadas por separado de todos los elementos, con gran comodidad, se ensamblaron varias cerchas a la vez.
Con una disposición de este tipo, tan grande, en una superficie plana, algunos de sus componentes no se pudieron ensamblar al mismo tiempo, como establece la experiencia. En este caso, el ensamblaje y montaje de cada pieza se hizo in situ, cuando cada cercha, por peso propio, adoptó su posición final por asentamiento2, si no hubiera sido así, aunque se tuviese mucho cuidado, se provocaría un desencuentro de las barras proporcional al cuidado que se tuviera al unirlas; por lo tanto las barras solo se podían fijar mediante pernos ya montadas en su sitio definitivo; cuando se construyó la cubierta anterior no se hizo así, por lo que como resultado del asiento, los pernos sufrieron diversas deformaciones y quedaron tan embutidos en las vigas que hubo lugares en los que no se les pudo extraer y fue necesario cortar las barras. El principal incomodo consistió en que, por esa misma causa, resultó muy difícil fijar los pernos durante el secado de la madera.
Cuando las cerchas fueron numeradas y unidas y antes de nada, fueron instaladas las uniones inferiores dos a dos y a una distancia de 12 pies y medio un par de otro, lo que permitía el ensamblaje de otros elementos desde andamios ligeros instalados temporalmente.
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Las uniones dobles inferiores3 se colocaron firmemente sobre plintos especiales, independientes de otros andamiajes, y se llevaron a su posición debida mediante su nivelación y el empleo de cuñas, así, todas las vigas alcanzaban la contraflecha requerida de 14 pulgadas y media con respecto a los extremos en los apoyos de los muros.
Con estas uniones correctamente instaladas, todas ellas horizontalmente a lo largo del edificio, se continuó con la instalación de barras y durmientes, así como la instalación de cajones de hierro fundido, en los que se conectaron los arranques de las barras, para la perfecta unión de sus extremos. Cuando toda la cercha por su peso propio llegaba a la posición debida, comenzó la perforación de agujeros y la introducción de pernos, todo lo cual se ejecutó con extremo cuidado; asimismo se montaron tirantes y puntales, después de lo cual, para el acabado final de las cerchas, quedaba la fijación de las uniones inferiores con placas de hierro y pernos.
Para evitar un excesivo asiento 4 que suele tener lugar en los nudos de cerchas similares, durante la instalación de estas se colocaron intencionadamente siete puntales verticales temporales en cada una de estas cerchas, conectados a todas las barras de la cercha y a la unión inferior para un perfecto ensamblaje, dejando los puntales en carga hasta el montaje final para que, una vez concluida la instalación de todas las barras, se pudieran quitar los puntales y dejar la cercha en carga de su propio peso hasta la terminación de la unión de debajo con los apoyos de las bridas de hierro que soportan la unión inferior5 .
Las cerchas, libres de los puntales y bajo su peso propio, adoptaban su posición natural y todas las partes descansaban firmemente sobre sus uniones; en caso de que se produjera algún asiento la conexión se podía elevar o bajar con la ayuda de las cuñas. De este modo, al adoptar las uniones inferiores 6 la curvatura adecuada con los siete apoyos verticales, se comenzaron a fijar las bridas metálicas, las cuales se aseguraban reciamente con pernos, quedando la cercha bajo su peso propio sin provocar asiento 7 alguno.
Siguiendo este orden se colocaron todas las cerchas. El mayor Kashperov, a quien se le encargó durante mi ausencia en Nizhni Nóvgorod la construcción de la cubierta, continuó con gran exactitud el montaje de varias cerchas.
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Cuando las conexiones se apretaron por completo y se sujetaron con abrazaderas de hierro, los andamios se desmontaron y, acabada completamente cubierta y sus partes, toda la carga descansaba sobre las cerchas, como el entramado de listones, el techo, las ventanas abuhardilladas y la cubrición de hierro, y produjo la misma deformación en todas las cerchas de una pulgada y seis líneas8 , a pesar de que la mitad de ellas se instalaron en invierno y las otras en verano, lo que justifica el orden de construcción adoptado para construir una estructura de cubierta tan valiente y da crédito a su resistencia.
Coronel Ingeniero Bauzá9
Nº 9 A los 24 días del mes de octubre de 1824, Moscú
1
Se refiere a las cerchas.
2
Aunque en el texto en ruso se usa varias veces la palabra asentamiento o asiento, se refiere siempre al corrimiento
ver tical de cada nudo. 3
Cordón inferior de la cercha.
4
Ver nota anterior.
5
O sea, el cordón inferior de la cercha.
6
Otra ve z, el cordón inferior.
7
Esto es, corr imiento ver tical.
8
Unidad de medida de longitud fuera de uso igual al ancho del grano de trigo, aproximadamente 2,54 mm. El uso
de la línea en la producción contribuyó a un aumento en la precisión de la medición. Por ejemplo, en la industria relojera en muchos países, todavía se utiliza la línea suiza de 2,0833 mm. 9
El Zar Alejandro I permitió a Betancour t contratar a cualquier especialista extranjero en caso necesario. Así, Rafael
Bauzá (1778-1828), español nacido en Mallorca, fue llamado por Betancour t y llegó a Rusia en noviembre de 1816. Ya a n t e s , e n E s p a ñ a , h a b í a e n t a b l a d o a m i s t a d c o n e l i n ge n i e r o c a n a r i o , d e q u i e n f u e a l u m n o e n l a E s c u e l a d e Caminos y Canales en Madrid. A par tir de 1817 Bauzá inter vino en el proyecto y construcción de la Feria de Nizhni Nóvgorod. Durante unos doce años Bauzá trabajó en este gran recinto ferial, primero como ingeniero-constructor, y tras la muer te de Betancour t, desde 1824 hasta 1828, dirigiendo la Comisión de Construcción de la Feria, con el grado de coronel de ingenieros. Se trasladó a vivir a Nizhni Nóvgorod pero murió inesperadamente en mayo de 1828, cuando estaba preparando amplios planes urbanísticos para el desarrollo de aquella ciudad.
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E L E M E N T O S O R N A M E N TA L E S
La ornamentación exterior del Manezh, que en 1818 se suponía que se haría a partir de los dibujos presentados a la comisión por Carbonier, no se acometieron a causa de los trabajos de reparación de las cerchas entre 1823-1824. Se celebró entonces un concurso para elegir la decoración del Picadero. Por recomendación de Betancourt presentó también su proL a f a ch a d a d e l M a n e z h p r oy e c t a d a p o r O s i p B ov é e n 1 8 2 5 . © P u b lic do ma in / Wi ki m edi a Commons.
yecto Auguste de Montferrand. Su propuesta, con la figura alegórica de Niké, la diosa victoriosa, sobre un fondo con los atributos de
la gloria militar, se alzó con el primer puesto del concurso. La comisión quedó impresionada por el trabajo de Montferrand, sin embargo, como suele suceder en Rusia, su decisión fue a favor de Osip Bové, arquitecto principal de la Comisión Estatal para las Construcciones, cuyo proyecto se consideró menos costoso y de más fácil realización. Así, en el verano de 1825 las molduras se hicieron a partir de los bocetos de Bové, los cuales todavía se conservan en el Museo Estatal de Arquitectura en Moscú. Se sabe que Bové estuvo en contra de hacer un bajorrelieve continuo sobre el frontón del edificio porque quería subrayar el enorme plano del frontón y la grandiosidad de toda la edificación. La construcción y las modificaciones del edificio desde 1817 hasta 1825 le costaron al tesoro público ruso 1.204.693 rublos. Con posterioridad a la muerte de Alejandro I, en enero de 1827, la Sala pasó a depender de la Administración del Kremlin y así permaneció prácticamente hasta mediados del siglo XX. E L DESTINO D E LA SA LA D E EJERC I CI O S E CU E S T R E S
Antes que nada, como ya se ha dicho, la Sala se concibió y construyó como lugar donde pasar revista a las unidades de caballería, celebrar desfiles militares y realizar ejercicios ecuestres. El edificio era capaz de acoger a gran número de espectadores y a un regimiento de infantería,
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E jer cicio inver nal en l a Arena a fi nal es del si g lo X IX . w w w. ar ch i. r u
algo más de dos mil personas. Pero con el tiempo empezaron a realizarse allí exposiciones artísticas e industriales, presentaciones musicales y teatrales, diversos espectáculos y sorteos benéficos. La primera exposición, que tuvo como objetivo mostrar diferentes modelos del puente de hierro Moskvoriétski, tuvo lugar en 1831. En 1867 se celebró un concierto con la participación de doce mil espectadores. La orquesta y el coro, con 700 integrantes, fueron dirigidos por los célebres compositores Héctor Berlioz (1803-1869) y Nikolai Rubinstein (1835-1881).
Exposición Politécnica Internacional en el Manezh de Moscú, 1872. © ALYOSCHIN.
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En 1872, la Exposición Politécnica Internacional fue visitada por setecientas cincuenta mil personas. Muchos de los más de diez mil objetos provenientes del extranjero que se mostraron en esta legendaria exposición, nutrieron las colecciones de los museos Politécnico e Histórico de Moscú. Desde mediados del siglo XIX comienza a desarrollarse la tradición de celebrar en el Manezh romerías populares con motivo de la conmemoración de festividades religiosas y estatales. Más tarde, devino espacio público en el que se celebraban fiestas y bailes y Concurso de equitación en el Manezh, 1902.
donde tenían lugar otras actividades al más alto nivel. El edificio del Picadero armonizaba
perfectamente con el Kremlin y otras construcciones circundantes y era considerado como una de las obras más sobresalientes del estilo Imperio en Moscú. Pero el Manezh también fue testigo de acontecimientos sombríos. De allí partió en 1894 el cortejo fúnebre en las exequias del zar Alejandro III (1845-1894). En la segunda mitad del siglo XIX, cuando en el muy cercano edificio en que radicaba la Universidad Estatal de Moscú en la calle Mojovaia se reunían los partidarios de la Revolución, en el Manezh se emboscaban los cosacos y la gendarmería, dispuestos a lanzarse sobre “los sediciosos” a la primera señal de la policía. El 20 de octubre de 1905, después de los funerales del revolucionario ruso Nikolai Ernéstovich Bauman (1873-1905), cuando grupos de estudiantes regresaban al alma mater moscovita, repentinamente se abrió fuego contra ellos desde el Manezh. Como resultado del tiroteo muchos perdieron la vida o resultaron heridos.
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E l Ma n ez h ca muf l ado contra l os bom bardeos d ur an te la II G uer r a M un d ial.
En diciembre de 1905 el Picadero se convirtió en una especie de puesto de mando de la policía, desde donde partían grupos armados para aplastar el movimiento revolucionario. Durante la Revolución Socialista de octubre de 1917 en el edificio se concentraron los cadetes de la guarnición del Kremlin, asediados por el ejército revolucionario. Con la capitulación general del ejército “blanco” el 3 de noviembre, el Manezh pasó a manos de los bolcheviques, grupo político radicalizado dentro del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. Tras la victoria de la Revolución en 1917, el Manezh se convierte en el garaje del Parque Móvil del Estado, función que desempeñó durante toda la época de Stalin. A fin de incrementar su cabida fueron desmontadas las estufas. En aquel momento se reforzaron algunas de las cerchas de madera de la cubierta que se habían combado. El 9 de mayo de 1945, tras el Desfile de la Victoria en la Plaza Roja, frente al Manezh tuvo lugar un grandioso concierto de gala.
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El Manezh como sala de exposiciones. Colas para ver la exposición de Ilia Glazunov, en 1978. © 2002-2019 Moscow S t a t e A r t G a l l e r y o f t h e Pe o p l e ’s A r t i s t o f t h e U S S R I l y a G l a z u n ov.
En 1957 el Picadero fue remodelado nuevamente como sala de exposiciones y comienzan a organizarse las muestras anuales de la Unión de Pintores. Diez años después, en 1967, fue rebautizado como Sala Central de Exposiciones “Manezh”. En su recinto se exhiben los logros de los maestros de la pintura y la fotografía, la escultura y la artesanía popular. En 1978, para visitar la exposición del hasta ese momento prohibido pintor ruso Ilia E l M a n e z h a media do s del si gl o XX.
Glazunov (1930-2017), impresionantes colas se extendían a lo largo del edificio. En todo momento, el Manezh fue un hito de la ciudad de Moscú.
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“A l ca b o de a lgunos m i nutos, Marg ari ta N i koláiev n a ya estab a sen tad a jun to a la mur alla d el Kr em lin , en un b a n co desde el que veí a el Manezh”. Mi j ai l Bu lg akov, El M aest r o y M ar garit a. C ap ítulo X IX . © Jo r g e L áscar.
LA RECON STRUC C IÓN D E LA P L A Z A M A N É Z HN A I A
En 1992 se inició la reforma de la Plaza Manézhnaia de Moscú, la cual, de conformidad con los planes del gobierno de la capital, debía concluir con la reconstrucción total del Manezh. A finales de 2003 se hizo público un concurso abierto para los inversionistas que quisieran posteriormente explotar las diferentes zonas del edificio. Se debe señalar que el precio del metro cuadrado de superficie habitable en el centro de la capital por aquellos años ascendía a más de diez mil euros, y la superficie aprovechable del recinto del Manezh superaba los nueve mil metros cuadrados. Estaba en juego una enorme suma de dinero: más de 100 millones de euros. De manera inmediata varias mega-compañías del sector de la construcción y la arquitectura comenzaron a competir para hacerse con la licitación. Se llegaron a formular propuestas muy atrevidas que desfiguraban la imagen del monumento histórico, lo que puso en guardia a la opinión pública moscovita. Los expertos responsables de la protección del patrimonio arquitectónico de la ciudad objetaron en contra de semejantes planes de “restauración”, pero no fueron escuchados. En este contexto, en 2004, se produjo un “misterioso” incendio que destruyó casi por completo la obra del genial ingeniero y arquitecto hispano-ruso...
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E L I N CE N D I O D E 2004
El fuego en el Manezh se declaró la tarde del 14 de marzo de 2004. El incendio, clasificado como de nivel 5, el superior por su magnitud, no pudo ser sofocado hasta la mañana del día siguiente. Las llamas se elevaron por encima del edificio hasta una altura de 30 metros. El fuego se propagó durante toda la noche y consumió por completo la irrepetible cubierta de madera. Sin embargo los anchos muros de El incendio del Manezh de Moscú, 14 de marzo de 2004. Fotografía: Wikip edia /Shakko.
casi dos metros de grosor resistieron. También se salvaron los elementos ornamentales originales de las fachadas. La adversidad se tornó en una especie de suerte para los arqueólogos, y ellos, claro está, supieron aprovecharla. El Manezh está situado en un lugar declarado como monumento arqueológico de nivel federal, en la llamada “Ciudad Blanca” de los siglos XV-XVI. Durante las excavaciones en el interior del edificio tras el incendio se logró confirmar y precisar la historia, hasta entonces solo conocida por fuentes escritas, de la conquista de este territorio a partir del siglo XI, así como enriquecer las colecciones de los museos con un gran número de objetos únicos, incluidas muestras de cerámica medieval. Los hallazgos más sobresalientes fueron una espada de acero del siglo XIV con su mango y hoja, de una longitud de
L a c u b i e r ta en lla ma s. Sputnik / Alamy Foto de Stock.
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94 cm, en magnífico estado de conservación;
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y una moneda de oro de los tiempos de Pedro I el Grande (1672-1725) con un valor nominal de 2 rublos, acuñada en 1720. Al día siguiente del siniestro, corresponsales del conocido periódico ruso Izvestia, buscando culpables, intentaron discernir a quién le podía haber convenido la desaparición del Manezh. Resultó que a no pocos. Según Izvestia, el incendio les vino como anillo al dedo a algunos inversionistas que se estaban viendo en una situación incómoda. En octubre de 2003, el ayuntamiento de Moscú había abierto la licitación para la reconstrucción del edificio a partir de un proyecto ya aprobado. Los términos del contrato implicaban que durante los primeros 20 años
Trabajos arqueológicos en los restos del Manezh tras el incendio. Entre otros objetos, se encontró un cementerio datado en el siglo XIII. Sputnik / Alamy Foto de Stock.
posteriores a la restauración, la compañía inversora se haría cargo del 70 % de las exposiciones y la ciudad lo haría del 30 % restante. La firma austriaca ganadora, M.S.I Vertriebs, invertiría 30 millones de dólares en la reconstrucción del edificio. Sin embargo, al formalizar el contrato surgió un problema: el Manezh tiene estatus de monumento arquitectónico de interés federal, por lo que el ayuntamiento carecía de autoridad para administrar los espacios expositivos. Por ello el contrato aún no se había firmado cuando ocurrió el incendio, tras el cual la compañía austriaca renunció al proyecto. Por su parte, expertos del diario político-social Kommersant concluyeron que la causa del incendio había sido una especie de “potente detonación o energía térmica de origen artificial” consecuencia del empleo de líquidos inflamables u otros medios pirotécnicos. Sin embargo, las pruebas directas del origen del incendio jamás fueron encontradas, quedaron destruidas por las llamas. La versión oficial concluyó que el incendio había sido provocado por desperfectos en el tendido eléctrico.
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E l M a n e zh tr a s el in cen di o de 2004. © Maxi m Mar mur/AFP/ G etty Im ag es.
Algunos asocian el “misterioso incendio” con la fecha en que se produjo: el 14 de marzo de 2004. Ese día se celebraban las elecciones presidenciales en Rusia, y se preveía un concierto festivo en la plaza que se encuentra entre el Kremlin y el Manezh. Pero esa ya es otra historia… Sea como fuere, el fuego devoró las singulares cerchas de madera ideadas por Betancourt. Solo ha perdurado un modelo hecho en madera a escala 1:36 (152 x 45 x 68 cm) que se encuentra en el Museo Central del Transporte Ferroviario de Rusia en San Petersburgo; y en los archivos de la ciudad se han conservado todos los originales de los planos del Exerzierhaus. El Museo Central del Transporte Ferroviario es un museo técnico dedicado a los ferrocarriles, material rodante y todo lo relacionado con él. El museo fue fundado en 1813 y tiene su origen en los fondos del Instituto del Cuerpo de Ingenieros de Vías de Comunicación, en el que se disponía de una “sala especial” para el almacenamiento de modelos. Varios de esos modelos, incluido un fragmento del techo del Manezh, se hicieron en el taller del Instituto, y el autor de algunos de ellos fue el propio Betancourt.
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Interior del Manezh recién deses combrado después del incendio antes de comenzar las obras de reconstrucción.
Maqueta propiedad del Museo Central del Transpor te Fer roviario en la exposición de inauguración d el “ nuevo ” M an ezh . Museo y Asociación de Exposiciones Man èg e.
Tras el incendio, el ayuntamiento de Moscú se encargó de la reconstrucción del Manezh, y nadie pudo decir entonces que los trabajos condujesen a “la destrucción del monumento”. Solo 400 días después del terrible siniestro, el 18 de abril de 2005, la Sala Central de Exposiciones “Manezh” abrió de nuevo sus puertas al público. En algo más de un año de trabajo se consiguió reconstruir el edificio, devolviéndole prácticamente su imagen inicial: en particular, fue restituido por completo el techo de madera de la edificación original según el proyecto de Agustín de Betancourt.
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LA RESTAURAC IÓN D EL MA N EZH
La restauración del Manezh concluyó exitosamente en 2005. El edificio fue reconstruido según proyecto del famoso arquitecto Pavel Yurievich Andreev, modificándose por completo los interiores y algunos detalles del exterior. Como resultado, su espacio expositivo aumentó considerablemente y ahora ronda los veinte mil novecientos metros cuadrados. Ello gracias a la construcción de entreplantas y de una zona subterránea. Todo el nivel inferior se profundizó 6,6 metros, hasta la base de los cimientos. En el vestíbulo, con acabados estilo high-tech, fueron levantadas dos escaleras mecánicas que llevan a las plantas subterráneas, donde se han ubicado el guardarropa, las instalaciones sanitarias, los servicios técnicos y auxiliares, los locales de almacén y administrativos, y una sala de exposiciones donde se exhiben hallazgos arqueológicos. Junto a las escaleras se encuentran los ascensores que llevan a los visitantes a la cafetería y a las entreplantas. Ahora, sin tabiquería alguna, la sala impresiona por su solemnidad y extraordinarias dimensiones. De las veintiocho estufas que durante casi doscientos años garantizaron la calefacción del edificio, solo cuatro fueron restauradas y en su interior se ocultan tuberías y cableados.
C er ch as d e m ad er a lam inada para la reconstrucción de la cubierta del Manezh. © Research Institute of Building Constructions (TSNIISK) d e n o m i n a d o p o s t e r i o rm e n t e V. A . Ko u ch e r e n ko. L a b o r a t o r i o d e Estr uctur as d e M ad er a.
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Inauguración de la sala de exposiciones Manezh Central tras la reconstr ucción, 18 abril 2005. S PUTN I K / Ala my Fo to de Stock.
El “nuevo” Manezh se construyó más rápidamente que un edificio de dieciséis pisos, pero dos veces más lentamente que el original de 1817. Los trabajos fueron ejecutados siguiendo escrupulosamente el cronograma previsto y el presupuesto inicial, según el vice-alcalde de Moscú, ascendió a 25,3 millones de dólares. En poco menos de un año de trabajo los constructores lograron erigir un Manezh similar al original. Su singular cubierta, en particular, fue reconstruida según el proyecto de Betancourt. Las fachadas presentan exactamente el mismo color beige que en tiempos de Osip Bové. La reapertura del Manezh dio lugar a que en las páginas de casi todos los diarios moscovitas se publicaran elogiosos reportajes sobre el acontecimiento: hacía ya mucho tiempo que en Moscú no se celebraban fiestas multitudinarias inspiradas en ideas patrióticas, con música, vestidos de época... Se escucharon interpretaciones de las mejores orquestas sinfónicas y de viento del país. El torbellino festivo envolvía a los visitantes desde los accesos a la plaza. Al compás de la música se representaron pequeñas escenas tradicionales de la vida moscovita: “damas con abanico y caballeros con monóculo, policías y porteros, floristas con cestas de flores y vendedoras ambulantes con sartas de rosquillas colgadas al cuello” se paseaban por las zonas aledañas. Los primeros en acceder al restaurado Picadero fueron los periodistas y los invitados: héroes de la Unión Soviética y de Rusia, veteranos, honorables personalidades de la urbe capitalina, arquitectos, críticos de arte y representantes del gobierno. Los invitados eran recibidos “por húsares y damas con miriñaque”4. E L P I C A D E RO D E M O S C Ú , O B R A D E AG U S T Í N D E B E TA N C O U RT
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Re c o n s t r u c c i ó n d e l i n t e r i o r. © Vas i l y S m i r n ov / TAS S.
Sección tipo del “nuevo” Manezh a partir de los planos del arquitecto Pavel Y. A n d r e e v. P u e den obser varse los fundamentos y muros originales (rayado), las dos nuevas plantas sótano y la geometría de las cerchas, similar a las proyectadas por Betancourt.
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La primera exposición que acogió el “nuevo” Manezh fue una muestra del famoso artista plástico Serguei Andriaki y sus discípulos, que aunque prevista para 2004 no pudo celebrarse entonces a causa del incendio. El Manezh de Moscú es la única edificación rusa que, teniendo en planta una superficie de casi 9.000 metros cuadrados, posee una cubierta hecha totalmente de madera. Las 45 cerchas restituidas quedan a la vista de los visitantes. Entre las cerchas es posible divisar perfectamente las buhardillas slujov, que protegen el techo de las ondas sonoras procedentes del sonido que se produce en el interior del recinto, así como del recalentamiento por los rayos solares, y proporcionan, además, una mayor iluminación natural. Fue reconstruido de conformidad con los parámetros históricos del edificio: se respetó la geometría y la ubicación de todos los elementos destruidos por las llamas. Las nuevas cerchas de madera encolada son –por sus parámetros geométricos– idénticas a las originales de Betancourt: una obra maestra de la ingeniería. Solo que ahora están recubiertas con un compuesto especial que, sin modificar el color ni alterar la textura de su superficie, les proporciona protección biológica e ignífuga. Por otro lado, la iluminación de 1.400 lámparas realza su belleza y esplendor, imposible de pasar por alto. A juicio de los expertos el “nuevo” Manezh seguirá siendo, si no por siempre, sin duda por mucho tiempo todavía, uno de los elementos más valiosos del legado técnico y cultural de Moscú y de toda Rusia. EL PATRIMON IO H ISTÓR IC O- C ULT U R A L
La elección del 18 de abril como fecha para el “segundo nacimiento” del Manezh no fue fruto del azar. Es el Día Internacional de los Monumentos y Sitios, que se celebra anualmente en todo el mundo. Rusia es rica en monumentos que han jalonado su historia multisecular. El patrimonio histórico-cultural es el capital espiritual, económico y social, que junto a las riquezas naturales, y al mismo nivel que estas, constituye el núcleo principal del orgullo nacional y del reconocimiento de Rusia por parte de la comunidad internacional. La conservación de ese patrimonio es la base del desarrollo ulterior de una sociedad.
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Como muestra de la importancia del patrimonio histórico-cultural y con el apoyo de la Academia de Ciencias de Rusia se ha desarrollado el proyecto “Historia Virtual de la Ciencia y la Técnica”, en el que mediante el empleo de métodos 3D se reconstruyen numerosos monumentos históricos, incluido el Manezh de Moscú, singular edificación histó-
© F l o r i a n W iz o r ek.
rica del siglo XIX16. La modelación en 3D permite no solo preservar la imagen original de los monumentos, sino también recrear las tecnologías de tiempos pretéritos y rescatar soluciones ingenieriles que se habían perdido. La representación volumétrica de edificios históricos puede asimismo servir como material didáctico que posibilita © w w s 0 01 / Sh u tter sto ck .com
que los estudiantes puedan acceder a los secretos del arte de la construcción, al tiempo que atraer a futuros alumnos hacia los estudios de ingeniería. L A E X P O S I CI Ó N D E L M A N E Z H D E M O S CÚ
En 2017 se celebró el 200 aniversario de la Sala de Exposiciones “Manezh”, uno de los
© S h u t t e r sto ck.co m. E l M a n e zh es sede de exposi ci ones y actos de carácter ar t í s t i c o e h istó r ico, a sí com o de eventos soci al es, entre o t r a s a c t ivida des.
monumentos históricos de mayor significación y arraigo popular dedicados a la victoria en la guerra contra Napoleón. Del 27 de mayo al 17 de septiembre de ese año estuvo abierta al público la exposición El Genio de este lugar:
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del Exerzierhaus a la Sala de Exposiciones. 200 años de historia. La muestra incluyó planos y maquetas, documentos de archivo y fotografías, retratos y uniformes de importantes figuras directamente vinculadas a la historia del edificio, obras de arte y piezas museísticas, expuestas alguna vez ya en el lugar, y que cuentan la historia del Manezh de Moscú. A lo largo de esos dos siglos el edificio ha sufrido no pocos episodios convulsos: el deterioro de las cerchas de preciosa madera de alerce; la bomba que explotó en octubre de 1941 en las proximidades y dañó considerablemente las molduras; la deformación de los muros originales como consecuencia de la incorporación de instalaciones técnicas; el terrible incendio de 2004 que consumió la simpar cubierta. Pero ya todo eso es parte del pasado,
M o nu m e n t o f u n e r a r i o d e B e t a n c o u r t e n e l M o n a s t e r i o Alex an d er N ev sk y d e San Peter sb ur g o.
y hoy, después de su restauración, el Manezh de Moscú es una de las más grandes salas de exposiciones de la capital rusa. LA RECUPER AC IÓN D E UN A F IG U R A
En la Rusia actual, se empezó a hablar explícita y abiertamente de la figura de Betancourt tras el incendio de 2004, generándose un extraordinario interés por su obra. Agustín de Betancourt falleció el 14 de julio de 1824 y fue enterrado inicialmente en el cementerio luterano Smolienski de San Petersburgo. Durante largo tiempo su tumba permaneció en el más absoluto abandono, pero en 1995 sus cenizas y el monumento funerario fueron trasladados a la Necrópolis del siglo XVIII del Monasterio Alexander Nevsky.
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S e l l o c o n m e m o r a t ivo d e l 2 5 0 a n ive r s a r i o d e l n a c i m i e n t o d e A g u s t í n de Beta n co ur t y Mol i na (1758-1824). © Publ i c D o m ain .
M o n e d a c o n m e m o r a t iva d e B e t a n c o u r t e m i tid a Ban co d e Rusia.
Habría que destacar que el 27 de julio de 1995 el Ministerio de Comunicaciones de Rusia instituyó, en aras de hacer justicia, la Medalla Conmemorativa Agustín de Betancourt, que se otorga a especialistas que destaquen por su contribución al desarrollo de la formación en el campo de las vías de comunicación. El 9 de julio de 2018, en la Embajada de Rusia en Madrid, tuvo lugar la ceremonia solemne de la entrega de la medalla a representantes de la compañía ferroviaria “Talgo” por su activa interacción con las instituciones rusas y su contribución a la preparación de profesionales en el sector ferroviario. En ese mismo acto, el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Federación de Rusia en España, Yuri P. Korchagin, condecoró también con la Medalla Agustín de Betancourt a varios expertos españoles en ese campo. En 2008, con motivo del 250 aniversario del nacimiento de Agustín de Betancourt, fue emitido en Rusia un sello en su honor y se acuñó una moneda conmemorativa de plata y oro con un valor nominal de 25 rublos. Asimismo, en noviembre de 2009, con motivo del 200 aniversario de la Universidad Estatal de Ingenieros de Caminos de San Petersburgo, fue bautizado con su nombre el tren rápido de la firma “Smiena” que cubre la ruta Moscú-San Petersburgo. Una calle de la ciudad de Nizhni Nóvgorod, dondee se ubica la catedral Staroiármarochni, construida según proyecto del ingeniero español, lleva también el nombre de Agustín de Betancourt.
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Para terminar, un nuevo asteroide descubierto entre Marte y Júpiter por la investigadora del Laboratorio Astrofísico de Crimea Ludmila V. Zhuravliova el 9 de octubre de 1978, registrado con el número 11446, y a solicitud del consejo científico de uno de los centros de educación superior de San Petersburgo, el 14 de junio de 2003, fue bautizado “Betankur”. El certificado
So n muy h ab ituales las activ id ad es n o ctur n as.
oficial sobre tal otorgamiento en el registro de asteroides por decisión de la Academia de Ciencias de Rusia fue firmado por el Premio Nóbel de Física y Académico Zhorés Ivánovich Alfiórov y está depositado en el museo de la Universidad Estatal de Navegación Marítima y Fluvial Almirante Makarov de San Petersburgo. De esta forma la comunidad internacional inmortalizó el nombre del genial ingeniero y científico español que entregó su talento a Rusia. El 2 2 d e ag o sto d e 2 0 1 4 co n m o tivo d el D ía d e l a B a nd er a Estatal d e la Fed er ació n Rusa, se o r g an izó u n g ra n esp ectáculo d e láser en la f ach ad a d el M an ezh .
EPÍL OGO
La historia conoce muchos ejemplos en los que figuras sobresalientes de una determinada época han sido en vida víctimas de persecuciones, acoso y olvido, y no ha sido hasta después de su muerte, cuando las generaciones posteriores han reconocido su contribución a la ciencia, la cultura y otras esferas de la vida humana. Muy frecuentemente solo los descendientes han valorado en su justa dimensión sus logros y les han rendido honores. En la actualidad existe un enorme interés por la obra de Agustín de Betancourt, la figura más brillante en la historia de las relaciones hispano-rusas. El Manezh no solo aportó belleza a la ciudad de Moscú, sino que también, de manera milagrosa, rescató el nombre de su creador, personalidad que desempeñó un singular e importante papel en la historia de Rusia.
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BOGOLIUBOV, A. N., PAVLOV, V. E., FILATOV, N. F., Agustín de Betancour t (1758-1824). Científico, ingenier o, arquitecto y urbanista,
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h t t p s: / / c o mmon s. wik im edia. o r g /wik i/File: SPB_Betanc our t _Bridg e _asv2018- 07.jpg?use lang= r u
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h t t p s: / / e s. w i k i p edia. o r g /wik i/H isto r ia_de_la_estética
*
N. d e l T. : S a z h en o sazh én , an tig ua m edida r usa de l ongit ud e quivale nt e a 2,134 me t ros.
**
N. d e l T. : A r s hín , an tig ua m edida r usa de lo n g itud equivale nt e a 0,71 me t ros aprox.
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N. d e l T. : P ud , an tig ua m edida r usa de p eso equivalent e a 16,4 kg e n e l sist e ma mé t ric o.
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DESCR I P CI Ó N DE LA S ALA DE E J E RCI CI O DE M O S CÚ , POR
EL
SR.
DE
B E T A N C O U R T,
Teniente General al servicio de S.M. Imperial, Director General de las Vías de Comunicación, Caballero de las Órdenes de San Alejandro y Santiago de España, Miembro correspondiente de la Real Academia de Ciencias de París, etc., etc.
S AN P E T E RSBURG O, IMPRENTA DE P. P. ALEXANDRE PLUCHART. 1819
[Pág. 3]
I N T RO D UCCIÓ N Las primeras salas de ejercicio de grandes dimensiones datan de mediados del siglo pasado. Se establecieron en algunos Estados de Alemania, cuyo clima severo impedía la instrucción continua de los soldados durante los inviernos largos y rigurosos. La sala de Darmstadt es una de las más grandes y antiguas. El Emperador Pablo pudo comprobar con ocasión de sus viajes que estas construcciones eran idóneas para el clima de las provincias de su Imperio. Siguiendo sus órdenes, se edificaron varias salas de ejercicio en San Petersburgo. Sin embargo, cometeríamos un error si, siguiendo a los señores Krafft y Rondelet, que cita al anterior (1), pensáramos que existe en Moscú una sala de 300 toesas de longitud y 290 pies de anchura (2). Tal sala no ha existido más que sobre el papel, siendo la más grande, hasta ahora, la del castillo Mijáilovski de San Petersburgo, de 119 pies de longitud y 552 pies de anchura.
[Notas al pie] ( 1 ) V é a n s e e l TR ATA D O
DE CARPINTERÍA
de K raf f t, lib r o II, página 15 y e l T R A T A D O
DEL ARTE DE CONSTRUIR
de Ron de le t, t omo IV, se -
gun d a p a r t e, p á g i n a 2 2 3 (edicio n es f r an cesas). ( 2 ) S e t r a t a d e l p i e i ng lés. Seg ún lo s Sr es. de Pr o n y y Bio t, e l pie inglé s e s al pie franc é s lo que 0,9383 e s a 1. Me mor ias de q u ímica, t omo I V, p á g. 1 3 y t o m o VII, p ág. 3 7 6 .
[Pág. 4]
Su Majestad el Emperador, tras haber tomado la decisión de pasar el invierno de 1817 a 1818 en Moscú con toda la familia Imperial, movilizando así a numerosas tropas, mandó elaborar diversos proyectos para construir una sala de ejercicio en la antigua capital, que nunca había contado con este tipo de instalación, y me ordenó que los examinara. Aunque, según los proyectos, los edificios más grandes solo tendrían entre 112 y 120 pies de longitud, a mi juicio, no
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parecía que las armaduras fueran a ser lo suficientemente sólidas. Me pronuncié en este sentido ante Su Majestad, que me encargó que me ocupara de este asunto en el plazo más breve posible. Le presenté mi proyecto y le solicité permiso para construir dos cerchas de prueba en tamaño real, que habrían de ser iguales a las de la futura edificación.
[Pág. 5]
C ON S T RU CCIÓ N D E D O S CE RCHAS Y COM P ROBACI ÓN D E SU RE SIST E N CIA. Lámina IX. El tirante A. B. (fig. I), cuyos dos extremos reposarían sobre muros de ocho pies de espesor en el proyecto final, tenía 160 pies de longitud y estaba compuesto por dos vigas de once pulgadas de grosor, dispuestas la una sobre la otra formando una única viga de veintidós pulgadas por once. Cada viga destinada al acoplamiento estaba formada por una fila de piezas de madera unidas con empalmes de rayo de Júpiter y con pernos de una pulgada de diámetro, entre los cuales se dejaron espacios de tres pies. Las llaves dobles de madera de roble b,b,b,b, se encajaron en unas muescas realizadas en las vigas superpuestas para impedir el deslizamiento horizontal. No obstante, veremos que estas precauciones eran insuficientes y por ello debí realizar algunos cambios. De los extremos A y B del doble tirante –en cuyo punto medio D se observaba una flecha de doce pulgadas, quedando así a mayor altura que sus extremos– emanaban los grandes pares AC, BC, que se unían en el pendolón CD del medio, de 32 pies de altura, es decir, un quinto de la longitud total del tirante AB. Ambos elementos formaban un ángulo de deflexión de 21 grados y 48 minutos. Bajo los pares se disponían tres falsos pares, aa,a’a’,a’’a’’, que llegaban a los montantes P’ [sic], P’, P’’, unidos estos de dos en dos a través de los falsos tirantes EE, E’E’, E’’E’’. Todos los pares, unidos entre sí por pernos q, q, estaban ensamblados con el tirante principal mediante un embarbillado doble. Además, en este punto, la unión de los elementos de la estructura estaba reforzada con cuatro bandas de hierro t,t’,t’’,t’’’ perpendiculares al tirante, atornilladas con tuercas y perfectamente ajustadas a las piezas que debían reunir. Todo lo anterior puede apreciarse en las figuras de detalle de la lámina VI. DESCRIPCIÓN DE LA SALA DE EJERCICIO DE MOSCÚ
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Lo más destacable tanto en las cerchas de prueba como en la cubierta final es la presencia de cabezales de hierro fundido. Coronan los pendolones y los montantes para evitar que las piezas de madera que se ensamblan estén en contacto directo (1). Se observa en F, en la lámina VI, fig. 3, el alzado de un montante compuesto de dos piezas de madera verticales unidas con un cabezal de hierro fundido, cuyas vistas diagonales aparecen representadas en E y G. Conviene señalar que esta pieza de hierro fundido está atravesada por un agujero m, por el que pasa un perno que da sujeción, a cada lado, a sendos estribos de hierro forjado, bifurcados en su parte baja y en cada uno de cuyos extremos se han colocado otros pernos g, g, g, que atraviesan las piezas de madera del montante. La función de estos estribos es precisamente sostener las piezas de madera del montante en caso de que el hierro fundido adoleciera de defectos ocultos, causando así la ruptura. La presión de los falsos tirantes se contrarresta con las tornapuntas HH, H’H’, H’’H’’ (láminas VI y IX), cuyas partes superiores se unen a los cabezales de hierro y cuyas partes inferiores se apoyan en los pies de hierro fundido B’, B’, los cuales, mediante cuatro pernos, sujetan firmemente los tirantes dobles de manera perpendicular a los trazados del rayo de Júpiter. Las dos cerchas de prueba, que estaban dotadas de estos ingenios, se situaron a catorce pies de distancia la una de la otra. Se unieron a través de unas piezas de madera horizontales N, N, N, N, –situadas junto a los cabezales de los ………………..
[Nota al pie] ( 1 ) C r e o q u e d e b e a d m itir se p o r p r in cip io que las p iezas de made ra longit udinale s jamás de be n e je rc e r, y a se a dire c t a o indire ct a m e n t e, s u p r e s i ó n c o n tr a o tr as p iezas de m ader a. L a co m p re sibilidad de la made ra oc asiona c ambios e n la for ma de la c ubie r t a, lo cual desemboca frecuentemente en un principio de r uina. Hace ocho años, durante la constr ucción del puente de K amennoi-Ostrow, q u e c u e n t a c o n si e t e g r an des ar co s de m ader a, destacan do e l de l me dio c on una luz de 84 pie s, por ve z prime ra de c idí c oloc ar los a rc o s r e b a j a d o s so b r e so p o r tes o p ies de h ier r o f un dido. A l quit ar las c imbras, los arc os no de sc e ndie ron n i u n a s ola lín e a y de sde q u e e l p ue n t e e st á c o n str uido n o h a p o dido o b ser var se la más mínima c aída.
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montantes y del gran pendolón (lámina IX, fig. I)– y a través de cruces de San Andrés (lámina IV, fig. I). Reposaban sobre tres soleras R, R, R, como se observa en la lámina IX, fig. I y quedaron elevadas a cinco pies, ya que se colocaron sobre dos muretes de ladrillo provisionales. Para comprobar si los tirantes se deformaban, muy cerca de estos se situaron a intervalos regulares unas reglas verticales graduadas. Los movimientos horizontales se midieron con plomadas. Cuando se retiraron los muretes, quedando las cerchas apoyadas únicamente en sus extremos, se constató que los puntos medios habían descendido tres pulgadas en un caso y tres pulgadas y media en el otro. Para comprobar la resistencia de las cerchas, se colocó sobre los tirantes un tablero transversal. A continuación mandé cargar sobre este tablero 5000 ladrillos que pesaban en total 1000 puds rusos (lo equivalente a 33.000 libras de París). El efecto fue casi nulo, pero al doblar la carga con otros 5000 ladrillos tras apretar los sistemas de ensamblaje, los tirantes descendieron de 9 a 10 líneas. Lo hicieron de una manera bastante uniforme pero no permanente, ya que la humedad y la sequedad del aire provocaban ciertas oscilaciones en los límites, que podían ir de dos a tres líneas. También debía preverse una circunstancia relativa al clima. Los faldones de las cubiertas a dos aguas situados al este y al oeste están expuestos a la nieve de la misma manera. En cambio, las variaciones térmicas entre las partes de los edificios orientadas al sur o al norte son lo suficientemente importantes, incluso en los inviernos más rigurosos, como para que los faldones meridionales de las cubiertas estén considerablemente menos afectados por la nieve que los septentrionales, donde las nieves se acumulan sin disminución sensible hasta la llegada de la primavera. Para imitar esta desigualdad de carga, mandé colocar 5000 ladrillos únicamente sobre uno de los faldones y el efecto fue imperceptible, tanto a través de los indicadores como de las plomadas. Entonces mandé aumentar la carga en diez mil ladrillos, repartidos entre el tejado y el tablero. La flecha de doce pulgadas ……………….. DESCRIPCIÓN DE LA SALA DE EJERCICIO DE MOSCÚ
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del tirante únicamente sufrió una variación de 41/2 pulgadas, es decir, que aún le quedaban 41/2 pulgadas por encima de la línea horizontal. Por el contrario, las llaves de madera de roble que se colocaron en los empalmes de rayo de Júpiter y en las muescas previstas al efecto en las vigas superpuestas de los tirantes dobles se vieron expuestas a una violenta presión, con lo que no pudieron evitar el deslizamiento de las vigas entre sí, como se indica en la fig. 2 de la lámina IX. Los pernos verticales no podían contrarrestar este efecto horizontal. Ese era precisamente el punto débil de las cerchas, que habían superado satisfactoriamente el resto de las pruebas de solidez. Por este motivo decidí renunciar a mi propósito inicial de deformarlas sometiéndolas a una gran sobrecarga adicional. Conseguí solucionar el deslizamiento realizando muescas adicionales en ambas vigas del tirante, como se observa en los planos IV y VI. fig. I. Estas dos cerchas, además de su propio peso y el del tablero, soportaron una sobrecarga de 5000 puds (165.000 libras de París), lo cual representa 2500 puds para cada una de ellas (82.500 libras de París). Esto es infinitamente mayor que los pesos acumulados de los elementos del tejado y de toda la nieve que podrían tener que soportar.
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C O NS T RUCCI ÓN D E L A SAL A D E E JE RCICIO D E MO SCÚ. Su Majestad sancionó en junio de 1817 el proyecto general de la Sala de Ejercicio que tuve el honor de presentarle. En adelante, había de tenerse en cuenta que el edificio perdería en parte su razón de ser si Su Alteza no pudiera disponer de él durante su estancia en Moscú. En apenas seis meses fue posible excavar a dos toesas de profundidad para realizar los cimientos, preparar los ladrillos, obtener una parte de la madera en los bosques, realizar muros de 40 pies de elevación, 14 de anchura en la base de los cimientos y 8 en la parte superior de los mismos, colocar las cerchas, el rastrel y la cobertura de hierro; construir un andamiaje apropiado, elevado a la misma altura que los muros y sostenido por 1500 peanas; y, antes de todo ello, realizar las ope-
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raciones de despeje y desbroce del terreno. En consecuencia, Su Majestad pudo hacer uso de la sala desde el 2 de diciembre. En el desarrollo de las actividades fue fundamental la labor del Sr. General Mayor Carbonier, del Cuerpo de Ingenieros de Vías de Comunicación, a quien se encomendó la ejecución de la obra. Habida cuenta de las pruebas que se describen en el artículo precedente, cabía esperar que la armadura ofreciera una solidez suficiente. No obstante, se dieron algunas circunstancias que provocaron que se debilitara. 1º. Como se ha detallado anteriormente, quise que los pendolones midieran la quinta parte de la longitud de los tirantes. Esta proporción me pareció la más adecuada para garantizar la resistencia de la cubierta sin que el frontón quedara demasiado elevado. Sin embargo, en aras de una mayor elegancia, se decidió al final que la altura de los pendolones fuera menor a la sexta parte de los tirantes, lo cual aumentó considerablemente la tensión horizontal de estos últimos (1).
[Nota al pie] ( 1 ) E s sa b i d o que las f uer zas que g en er an la ten sió n h oriz ont al de los t irant e s son inve rsame nt e proporc ionale s a la alt ura de l p e n dolón.
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2º. Al haber sido imposible obtener una cantidad suficiente de madera para realizar todas las vigas de los tirantes de la misma longitud, fue necesario disminuir los espacios entre los montantes, de manera que se instalaron nueve en lugar de siete, como se observa en la figura 5, lámina IX. Esta construcción no adolecía de vicio alguno, pero al haberse intercalado ocho cerchas de estas características entre las demás, las tablas horizontales que debían unirlas ya no podían hacerlo con uniformidad. Por consiguiente, la solidez general de la armadura se vio afectada.
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3º. Ya sea por falta de material o de tiempo, únicamente se realizaron 32 cerchas, de las cuales 30 estaban destinadas a abarcar la longitud total de la cubierta. Entre las cerchas se dejó una distancia de 18 pies y una pulgada, quedando las de los extremos yuxtapuestas a los muros de los frontones. Esta distancia era demasiado grande e incluso lo habría sido tratándose de una cubierta mucho más estrecha. Para impedir que se deformara la armadura en el sentido longitudinal de la sala, se unieron las cerchas mediante dos filas de cruces de San Andrés, cuyos extremos se sujetaron en los pendolones, y 13 filas de tablas horizontales, como se muestra en la Figura I, lámina IV. La lámina V presenta la perspectiva general de la cubierta y en las Figuras I, II y III de la lámina VI es posible apreciar cómo se ha realizado la techumbre y la presencia de cabrios destinados a recibir las placas de chapa para cubrir el edificio. Tan pronto como se hubieron instalado las cerchas y unido entre sí para evitar accidentes, se retiraron los sistemas de sujeción y se midió el descenso de cada una de ellas. Al medir los puntos medios de los tirantes –que, como ya se ha señalado, tenían una altura doce pulgadas mayor que los extremos– se constató que habían descendido entre 2,5 y 6,5 pulgadas en función de la calidad de la cercha, del grado de humedad de la madera, etc. La caída media fue de 4,34 pulgadas. Después de este primer hundimiento estructural, todas las partes de la armadura se mantuvieron en el mismo estado hasta el mes de abril siguiente. Hacia final de mes la caída media había sido de 4,92, lo cual supone que durante los cinco meses de invierno, el hundimiento medio de los pares solo había incrementado poco más de media pulgada. Accidente sufrido por dos cerchas de la armadura. Para hacer un seguimiento de las variaciones que pudieran producirse en la armadura, se rea lizaron mediciones periódicas. El hundimiento medio, que era de 4,92 a finales de abril, a finales de mayo ya era de 5,97; a finales de junio, de 6,97; llegando a finales de julio a 8,02 y a finales de agosto a 8,10. Desde este momento, todas las cerchas se mantuvieron en la misma posición.
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Es necesario tener en cuenta que el hundimiento descrito anteriormente se debe a la desecación de la madera, que se había colocado en el río para pulirla antes de emplearla. El material se secó demasiado rápido, agrietándose considerablemente en el sentido de la longitud. Además de la escasez de madera de calidad, la obra debió ejecutarse con gran rapidez, lo cual obligó a emplear mano de obra poco cualificada. La falta de tiempo imposibilitó realizar una selección entre los 400 carpinteros presentes, cuyo único instrumento de trabajo era el hacha, para confiar a los mejores la realización de los ensamblajes más complejos. Por otra parte, la necesidad de finalizar la obra en el plazo previsto dificultó enormemente las labores de supervisión, con lo que en los tirantes se podían observar muescas de tres líneas hasta dos pulgadas y los agujeros para los pernos presentaban igualmente medidas muy dispares. El primer día del mes de julio de 1819, en la época del año más calurosa, se constató tras la medición que el tirante de la vigésimo cuarta cercha casi había descendido una pulgada en su punto medio. Este hecho llamó la atención del ingeniero supervisor, que decidió que un vigilante hiciera guardia en el edificio para observar de cerca la armadura. En efecto, dos días después, escuchó un crujido muy fuerte, que había sido ocasionado por la ruptura del tirante de esta cercha. El tirante se había roto junto al pendolón y dejó una separación de tres cuartos de pulgada. Sin embargo, esta cercha solo descendió una pulgada y las contiguas cedieron tres cuartos de pulgada en un caso y media en el otro. En la Figura IV de la lámina IX se representa la ruptura de este tirante. La armadura se quedó así durante cinco horas, el tiempo necesario para preparar los puntales que habrían de sujetar tanto la cercha rota como las dos cerchas vecinas que estaban unidas a ella mediante cruces de San Andrés. Un examen detallado reveló que la causa de la ruptura había sido la presencia de un nudo muy grande en la pieza de madera, precisamente en el lugar en el que la viga a la que se superponía tenía el trazado del rayo de Júpiter. Además, esta segunda viga estaba muy agrietada y su única parte sólida estaba atravesada por los agujeros de los pernos.
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Su Majestad el Emperador me ordenó reparar el desperfecto. En consecuencia, para poder retirar las dos vigas rotas del tirante, mandé sostener la cercha rota por los pares y desatornillar los montantes y las tablas de unión horizontales. A continuación, el acoplamiento de las vigas superpuestas del tirante se reforzó dos pulgadas. Por último, cuando el tirante nuevo se colocó en la cercha, se procuró que tuviera una elevación adicional
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de cuatro pulgadas y se apretaron todos los pernos. Gracias a todo ello, no se produjo el menor hundimiento estructural después de retirar las sujeciones. No es inútil observar que en las vigas que remplazaron a las que se rompieron, mandé suprimir el empalme en rayo de Júpiter para realizar otro tipo de unión, como queda patente en la Figura 4 de la lámina IX. Aquí se ve que los dos ensamblajes de hierro forjado acodados en ángulo recto pueden introducirse en la viga y reforzar la unión dos pulgadas. Un mes más tarde, la novena cercha sufrió un accidente idéntico, producido exactamente por los mismos motivos. Se reparó de manera análoga en menos de una semana. Los accidentes descritos anteriormente no ponen en entredicho la calidad de este tipo de armadura, cuyas dimensiones podrían aumentarse sin riesgos utilizando el mismo método de construcción. Los desperfectos fueron causados por la apresurada ejecución y por la presencia de algunas piezas de madera muy defectuosas. En vista de lo anterior, solicité permiso a Su Majestad para volver a hacer la cubierta tomando el tiempo y las precauciones necesarias en una construcción de estas características. Esta vez se dejará una distancia de doce pies entre las cerchas y la solidez de la estructura estará garantizada.
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O B S E RVACI Ó N
Los grabados correspondientes a la perspectiva y la planta de esta Sala de Ejercicio (láminas I y II) han sido realizados según el proyecto. Sin embargo, al aplicar las medidas sobre el terreno se constató que aún quedaba espacio suficiente para alargar el edificio dos tramos, de modo que hay en realidad 30 columnas laterales en lugar de 28, y 32 cerchas en lugar de 30. Esto no cambia en modo alguno el efecto de la perspectiva ni el sistema general de construcción.
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L á min a I
L ám in a IV
L á min a II
L ám in a V
L á min a III
L ám in a VI
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L ám in a I V I S TA E N P E R S P E C T I VA D E L A S A L A D E EJ ERC IC IO D E M OSC Ú L ám in a II P L A N TA D E L A S A L A D E E J E RC I C I O D E M OSC Ú L ám in a III E L E VAC I O N E S Y C O RT E D E L A S A L A D E EJ ERC IC IO D E M OSC Ú [ Escala en p ies in g leses y p ies f r an ceses] L á min a V II L ám in a IV E L E VAC I Ó N D E L A C U B I E RTA D E L A S A L A D E EJ ERC IC IO D E M OSC Ú [ Escala en p ies in g leses y p ies f r an ceses] L ám in a V VISTA IN TER IOR D E L A SAL A D E EJ ERC IC IO EN M OSC Ú L ám in a VI D ETAL L E D E L A C U BIERTA D E L A SAL A D E EJ ERC IC IO D E M OSC Ú [ Escala en p ies in g leses y p ies f r an ceses] L ám in a VII L á min a V III
C O RT E Y E L E VAC I Ó N I N T E R I O R D E U N A PA RT E D E L A S A L A D E E J E RC I C I O D E M OSC Ú [ Escala en p ies in g leses y p ies f r an ceses] L ám in a VIII DETALLE DE LAS PUERTAS Y DE LOS INTERC OLU M N IOS D E L A SAL A D E EJ ERC IC IO D E M OSC Ú [ Escala en p ies in g leses y p ies f r an ceses] L ám in a IX C E RC H A D E P RU E BA PA R A L A A R M A D U R A D E L A SAL A D E EJ ERC IC IO D E M OSC Ú [Escala de la cercha en pies ingleses y pies franceses] [Escala de los detalles en pies ingleses y pies franceses]
Lámina IX
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P UB LICACIO N E S
COLECCIÓN JUANELO TURRIANO DE HISTORIA DE LA INGENIERÍA
2019 EGÓROVA, Olga Vladímirovna, El Picadero de Moscú, obra de Agustín de Betancourt. 2018 PÉREZ ÁLVAREZ, Víctor, Técnica y fe: el reloj medieval de la catedral de Toledo. VÁZQUEZ MANASSERO, Margarita Ana, El “yngenio” en palacio: arte y ciencia en la corte de los Austrias (ca. 1585-1640). 2017 CRESPO DELGADO, Daniel, Preservar los puentes. Historia de la conservación patrimonial de la ingeniería civil en España (siglo XVI-1936). 2016 DÍAZ _PAVÓN CUARESMA, Eduardo, El hundimiento del Tercer Depósito del Canal de Isabel II en 1905. SÁNCHEZ LÓPEZ, Elena y MARTÍNEZ JIMÉNEZ, Javier, Los acueductos de Hispania. Construcción y abandono. 2015 ZANETTI, Cristiano, Juanelo Turriano, de Cremona a la Corte: formación y red social de un ingenio del Renacimiento. ROMERO MUÑOZ, Dolores, La navegación del Manzanares: el proyecto Grunenbergh. LOPERA, Antonio, Arquitecturas flotantes. MUÑOZ CORBALÁN, Juan Miguel, Jorge Próspero Verboom: ingeniero militar flamenco de la monarquía hispánica.
LECCIONES JUANELO TURRIANO DE HISTORIA DE LA INGENIERÍA
2019 CÁMARA MUÑOZ, Alicia y REVUELTA POL, Bernardo (coords.), Arquitectura hidráulica y forma urbana. CÁMARA MUÑOZ, Alicia y VÁZQUEZ MANASSERO, Margarita Ana (eds.), «Ser hechura de»: ingeniería, fidelidades y redes de poder en los siglos XVI y XVII. Edición en inglés: «Ser hechura de»: engineering, loyalty and power networks in the Sixteenth and Seventeenth Centuries. LEÓN GONZÁLEZ, Francisco Javier y GOICOLEA RUIGÓMEZ, José María (coords.), La Catedral. Ingenium ut aedificare. 2018 CÁMARA MUÑOZ, Alicia y REVUELTA POL, Bernardo (coords.), El ingeniero espía.
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2017 LEÓN, Javier y GOICOLEA, José María (coords.), Los puentes de piedra (o ladrillo) antaño y hogaño. CÁMARA MUÑOZ, Alicia y REVUELTA POL, Bernardo (coords.), La palabra y la imagen. Tratados de ingeniería entre los siglos XVI y XVIII. 2016 NAVASCUÉS PALACIO, Pedro y REVUELTA POL, Bernardo (coords.), «De Re Metallica»: Ingeniería, hierro y arquitectura. CÁMARA MUÑOZ, Alicia y REVUELTA POL, Bernardo (coords.), «Libros, caminos y días». El viaje del ingeniero. CÁMARA MUÑOZ, Alicia (ed.), El dibujante ingeniero al servicio de la monarquía hispánica. Edición en inglés: Draughtsman Engineers Serving the Spanish Monarchy in the Sixteenth to Eighteenth Centuries. 2015 NAVASCUÉS PALACIO, Pedro y REVUELTA POL, Bernardo (coords.), Ingenieros Arquitectos. CÁMARA MUÑOZ, Alicia y REVUELTA POL, Bernardo (coords.), Ingenieros de la Ilustración. 2014 CÁMARA MUÑOZ, Alicia y REVUELTA POL, Bernardo (coords.), Ingenieros del Renacimiento. Edición en inglés (2016): Renaissance Engineers. 2013 CÁMARA MUÑOZ, Alicia y REVUELTA POL, Bernardo (coords.), Ingeniería romana. Edición en inglés (2016): Roman Engineering.
OTRAS PUBLICACIONES
2017 NAVASCUÉS PALACIO, Pedro y REVUELTA POL, Bernardo (eds.), Maquetas y Modelos históricos. Ingeniería y construcción. 2016 SÁNCHEZ RON, José Manuel, José Echegaray (1832-1916): el hombre polifacético: técnica, ciencia, política y teatro en España. 2014 NAVASCUÉS PALACIO, Pedro y REVUELTA POL, Bernardo (eds.), Una mirada ilustrada. Los puertos españoles de Mariano Sánchez. 2013 CHACÓN BULNES, Juan Ignacio, Submarino Peral: día a día de su construcción, funcionamiento y pruebas. 2012 AGUILAR CIVERA, Inmaculada, El discurso del ingeniero en el siglo XIX. Aportaciones a la historia de las obras públicas. CRESPO DELGADO, Daniel, Árboles para una capital. Árboles en el Madrid de la Ilustración.
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2011 CASSINELLO, Pepa y REVUELTA POL, Bernardo (eds.), Ildefonso Sánchez del Río Pisón: el ingenio de un legado. 2010 CÁMARA MUÑOZ, ALICIA (ed.), Leonardo Turriano, ingeniero del rey. CASSINELLO, Pepa (ed.), Félix Candela. La conquista de la esbeltez. 2009 CÓRDOBA DE LA LLAVE, Ricardo, Ciencia y técnica monetarias en la España bajomedieval. NAVARRO VERA, José Ramón (ed.), Pensar la ingeniería. Antología de textos de José Antonio Fernández Ordóñez. 2008 RICART CABÚS, Alejandro, Pirámides y obeliscos. Transporte y construcción: una hipótesis. GONZÁLEZ TASCÓN, Ignacio y NAVASCUÉS PALACIO, Pedro (eds.), Ars Mechanicae. Ingeniería medieval en España. 2006 MURRAY FANTOM, Glenn; IZAGA REINER, José María y SOLER VALENCIA, Jorge Miguel, El Real Ingenio de la Moneda de Segovia. Maravilla tecnológica del siglo XVI. 2005 GONZÁLEZ TASCÓN, Ignacio y VELÁZQUEZ SORIANO, Isabel, Ingeniería romana en Hispania. Historia y técnicas constructivas. 2001 NAVARRO VERA, José Ramón, El puente moderno en España (1850-1950). La cultura técnica y estética de los ingenieros. 1997 CAMPO Y FRANCÉS, Ángel del, Semblanza iconográfica de Juanelo Turriano. 1996/2009 Los Veintiún Libros de los Ingenios y Máquinas de Juanelo Turriano. 1995 MORENO, Roberto, José Rodríguez de Losada. Vida y obra.
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Este libro se finalizó en Madrid en 2019 al cumplirse los doscientos años de la publicación de la Description de la Salle d’Exer cice de Moscou
La COLECCIÓN JUANELO TURRIANO DE HISTORIA DE LA INGENIERÍA es una iniciativa de la Fundación Juanelo Turriano que, a través de la publicación de monografías inéditas a cargo de especialistas reconocidos, pretende contribuir al conocimiento de la ingeniería y a la puesta en valor de su relevancia cultural. Todos los títulos publicados son accesibles a través de la red, de forma libre y gratuita. En 1817, el ilustre ingeniero canario Agustín de Betancourt, al servicio del zar Alejandro I desde 1808, proyectó un edificio en Moscú destinado a sala de ejercicios ecuestres. Levantado frente al Kremlin, era una obra notable por sus dimensiones y sobre todo por la estructura de su cubierta. Este libro recoge el origen y vida del Picadero o Manezh, desde su construcción inicial hasta su recuperación actual, tras el incendio de 2004, e incluye, junto al texto de la profesora Egórova, la reproducción de la memoria y planos originales de Betancourt.
OLGA VLADÍMIROVNA EGÓROVA , profesora de la Cátedra “Teoría de mecanismos y máquinas” en la Universidad Técnica Estatal Bauman de Moscú, es doctora en Ciencias Históricas y PhD en Ciencias Técnicas. Ha sido Presidenta de la Comisión Permanente para la Historia de los mecanismos y Ciencia de las máquinas de la International Federation for the Promotion of Mechanism and Machine Science (IFToMM). Es autora de más de 60 trabajos científicos y monografías en el campo de la historia de la ciencia y de la técnica, así como investigadora en relaciones Ruso-Iberoamericanas.
FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO