Entramados de un escape

EL NÚMERO 1 // VOLUMEN 1 // 17 DE MAYO

ENTRAMADOS DE UN ESCAPE

Juan Felipe Álvarez Mira, Daniela Gamba Garcia & Mónica Paola Vásquez Chacón

INTRODUCCIÓN La situación que atravesó la Unión Europea frente a la llegada masiva de migrantes durante esta década es producto de factores políticos, criminales, ambientales y económicos que han sido persistente en regiones próximas a esta. En este sentido, se observa que este movimiento de personas se le puede categorizar como migraciones forzadas, debido a que esos factores coaccionan a las personas a buscar un nuevo hogar. Aunque, no se puede generalizar que la mayoría de las migraciones son consecuencia de estos factores, puesto que es una región con elementos que resultan atractivos. Teniendo en cuenta que, es una región con rangos salariales elevados, altos índices de desarrollo humano, mayores oportunidades de empleo, oportunidades educativas, entre otros incentivos con los que cuenta esta (Parlamento Europeo, 2020).

Hecha esta salvedad, este trabajo se va enfocar en el caso sirio, buscando comprender el rol que tuvieron los programas de acogida que desarrollo la Unión Europea para afrontar estos flujos migratorios.

La situación siria tuvo sus cimientos en la Primavera Árabe, cuando en 2011 las personas que residían en territorios árabes decidieron tomar las calles con el propósito de presionar a sus dirigentes para que pusieran fin a sus regímenes dictatoriales y opresivos, los cuales han estado presentes por décadas (Amnistía Internacional, 2016). Este estallido social sin precedentes exigía reformas encaminadas a establecer un nuevo régimen político, y Siria no fue la excepción.

En el territorio sirio, las movilizaciones demandaban más oportunidades económicas, mayor democratización en los procesos políticos, justicia social y hacer frente al régimen dictatorial de Bashar al-Assad (Sala, 2021). Más aún, es clave destacar que estas movilizaciones se acrecentaron tras las torturas que vivieron un grupo de adolescentes en Deraa, quienes pintaron un grafiti contra el régimen de Al-Assad, el 6 de marzo de 2011. Esto provocó una indignación generalizada que se extendió por las principales ciudades, tales como: Alepo, Homs y Damasco. En consecuencia, el régimen de Al-Assad “reaccionó con fuerte represiones, arrestando y asesinando a centenares de personas” (Sala, 2021).

Lo anterior se puede visualizar a mayor profundidad en el siguiente gráfico, que responde a la pregunta si “¿El gobierno intenta reprimir a las organizaciones de la sociedad civil (OSC)?”.

Tomado de: V-Dem (s.f.).

Se debe comprender que, el nivel en que se encuentra Siria esta entre 0 y 1. El puntaje de 0 hace referencia de que se presenta severamente una represión por parte del gobierno, donde este es el actor encargado de perseguir y violentar activamente a todos los miembros reales e imaginarios de las organizaciones de la sociedad civil. En cambio, el 1 precisa que esto se da sustancialmente, debido a que el gobierno también arresta, encarcela lideres y juzga a quien esté en oposición al régimen, hasta el punto de imponer sanciones violentas como palizas, destrucción de la propiedad privada y demás (V-Dem, 2022). En este orden de ideas, este gráfico muestra cómo el gobierno sirio históricamente ha violentado y atacado a las organizaciones de la sociedad civil que se han opuesto a los intereses del gobierno de turno. A causa de estas condiciones de opresión las personas decidieron movilizarse en 2011; sin embargo, como se aprecia en el gráfico en ese momento se da un incremento de las transgresiones de derechos humanos provenientes del gobierno, situación que se ha mantenido a lo largo de la década.

En este sentido, esta guerra incesante dio lugar a una crisis migratoria siria, donde millones de personas escaparon de sus hogares por los enfrentamientos y bombardeos. La guerra ataca y todo lo que ella implica ataca indiscriminadamente a todos los miembros de la sociedad.

Los damnificados van desde niños a personas de la tercera edad, discapacitados, mujeres, hombres y todo tipo de personas que deciden salir de este campo de batalla.

Los desplazados sirios relatan sus historias, donde resalta el “temor frente al crudo invierno y a la falta de agua, alimentos y electricidad. Sus opciones son crueles: o comprar alimentos para sus hijos o defenderlos del frío. La mayoría no tiene cómo costear ninguna de estas alternativas” (Comité Internacional de la Cruz Roja, s.f.).

Teniendo en cuenta lo mencionado hasta ahora, gran parte de la población siria migró a la Unión Europa con el estatus de refugiado o como solicitantes de asilo. El primero hace referencia a “las personas que se ven forzadas a huir de su país por miedo a la persecución” (La Agencia de la ONU para los Refugiados [ACNUR], 2021). En cambio, el segundo hace referencia aquellas personas que tienen una solicitud de condición de refugiado o de asilo en tramite (ACNUR, 2021). Se debe precisar que, según la ACNUR (2021), El Pacto Mundial sobre Refugiados acentúa una división de las responsabilidades y las cargas que los Estados deben asumir respecto a estos individuos. No obstante, estas obligaciones no son asumidas de forma equivalente por los Estados que lo adoptan, debido a que las regiones en desarrollo asumen una responsabilidad desproporcionada en la acogida de estas poblaciones. Esto se refleja en el actuar de los Estados europeos, quienes tienen “posiciones y actuaciones divisorias y politizadas que buscan eludir las obligaciones de asilo”, según el representante de la ACNUR. Por lo anterior surge, la siguiente pregunta problema ¿Qué problemas conllevó las políticas de migración planteadas por la Unión Europea de cara a la crisis de refugiados en 2015? Para responder a esta pregunta se detallará en primer lugar el contenido de estas políticas, así como lo modificado frente al ya existente Sistema de Dublín que regula el tema de asilos y refugiados en la Unión Europea. En segundo lugar, se abordarán diferentes situaciones que se presentaron al interior de algunos países miembros de la Unión Europea, las cuales imposibilitaron la aplicación de las disposiciones acordadas. En tercer lugar, se relatará la forma en que los solicitantes de asilo y refugiados sirios afrontaron estas situaciones y las repercusiones que se ocasionaron en sus vidas en ese momento. Finalmente, se sintetizará lo abordado para dar una respuesta a la pregunta anteriormente planteada.

MEDIDAS ADOPTADAS POR LA UNIÓN EUROPEA La creciente llegada de refugiados en busca de asilo a Europa provocó una crisis en la Unión Europea.

Según cifras de la Organización Mundial de las Migraciones durante el 2015 llegaron más de un millón de sirios al continente europeo (López,2021); la mayoría entraban por vía marítima, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados -ACNUR(2015), estima que entre enero y julio del 2015, más de 500.000 sirios cruzaron el Meditarráneo y llegaron, principalmente, a los países del Sur de Europa más cercanos en la ruta migratoria; en efecto, países como Grecia, Italia y España recibieron un gran flujo de refugiados.

Las rutas más frecuentes que utilizaban las personas eran: a) la ruta del Mediterráneo Este, que es a través de Turquía, Gracia y los Balcanes Occidentales; b) la ruta del Mediterráneo Oriental, por Libia y Malta; y c) la ruta del Mediterráneo Occidental, desde Ceuta y Melilla. En el siguiente mapa se puede observar las rutas para cruzar el mar mediterráneo.

En este sentido, las solicitudes de asilo Tomado de. Catalán & Galarraga, 2015. aumentaron, especialmente en Alemania dado que, la mayoría de los refugiados tenían como meta llegar a dicho país por su política de puertas abiertas que hacía que el procedimiento de concesión del asilo y las concesiones de acogida fueran mejores que el resto de los Estados. Según el informe de European Asylum Support Office (2015)- EASO-, en el 2015 hubo casi 1,4 millones de solicitudes de protección internacional, la cifra más alta desde que se empezaron a recopilar datos a escala comunitaria en 2008; del total más de 380.000 eran de ciudadanos de Siria, el triple que en 2014. Simultáneamente, Alemania paso de recibir 39.000 en 2014 solicitudes a 73.312 en el 2015, seguido por Suecia que recibió 59.500 solicitudes (Hijazi, 2015).

Tomado de. BBC, 2015.

Ante esta crisis de los refugiados, la Unión Europea implementó diferentes medidas y programas de acogida diferentes a los que existían. Es importante precisar que, para la época, persistían diferencias entre los sistemas nacionales de asilo de los distintos países de la UE, lo que originaba que las personas refugiadas recibieran un tratamiento diferente dependiendo del Estado donde presentaban su solicitud. De igual manera, no todos los Estados miembros estaban obligados a incorporar las disposiciones referentes a la legislación comunitaria sobre protección internacional dado que, habían formulado excepciones (Comisión Española de Ayuda al Refugiado, 2015).

La anterior situación, también, requirió la modificación del sistema de Dublín, cuya norma más aplicada, era la del primer país de llegada. Es decir que, el Estado receptor del migrante debería resolver la solicitud de asilo, lo que afectaba en gran medida a los países fronterizos (España, Grecia, Italia y Malta) (Manchón, 2021). Entre la adopción de nuevas medidas se encuentra la implementación del Plan de Emergencia para la Reubicación mejor conocido como las Cuotas Obligatorias de Acogida de Personas, que buscaba promover la responsabilidad compartida derivada de los solicitantes de asilo entre los Estados miembros de una manera más equitativa dado que, le asignaba a cada país un número de refugiados de acuerdo con su riqueza y tamaño de la población.

Este contemplaba la reubicación de 160.000 refugiados procedentes de Grecia e Italia en un plazo de dos años.

Plan de Reparto de Refugiados de la Unión Europea.

Tomado de. Catalán & Galarraga, 2015

Otro fue el Plan de Acción de la Unión Europea sobre los Menores de Edad No Acompañados, que tenía tres pilares: 1) prevención, 2) protección, básicamente la UE se comprometía a brindarle acompañamiento al menor, garantizar el respeto de sus derechos y proporcionarle una familia; y, por último, 3) soluciones, que consistían en el asilo y reasentamiento en Europa o la repatriación del menor.

Aunado a ello, se adoptaron medidas para el establecimiento de nuevos centros de acogidas o de alojamientos temporales, especialmente durante los meses de verano, en los países miembros. Asimismo, en varios Estados se realizaron cambios legales que ampliaron el ámbito de la información y la asistencia jurídica proporcionadas a los solicitantes de protección internacional en diversas fases del procedimiento.

En el 2015, se celebró la Agenda Europea de Migración, un espacio donde se crearon estrategias en torno a 4 pilares: 1) la implementación de políticas públicas que buscaban acabar con las peligrosas e irregulares rutas de acceso a Europa; 2) despliegue de una serie de acciones para salvar vidas y proteger las fronteras; 3) la creación de políticas comunes de asilo entre los Estados Miembros; y, por último, 4) la promoción de la migración legal

Posteriormente, se firmó el Plan de Acción Conjunto UE- Turquía en 2016, que fue una estrategia de filtrado de las solicitudes de asilo para limitar la entrada de refugiados en la Unión Europea. En la misma línea, se pactó que Turquía acogería a los refugiados llegados a su territorio y a las cosas griegas, y a cambio, la Unión Europea se comprometía a ayudar con la financiación de los programas de acogida, además de acelerar el proceso de visados para la población turca (Linares, 2018).

Ahora bien, los países miembros también adoptaron sus propias medidas. Por ejemplo, Alemania, como se mencionó anteriormente, optó por una política de puertas abiertas e implantó una serie de acciones que se describen a continuación: Promulgó nuevas leyes sobre asilo, con las que se aceleraba el procedimiento de asilo y se reducían los falsos incentivos. De esta manera, a las personas sin perspectiva de recibir asilo, el dinero que se les daba para sus gastos personales sería sustituido por prestaciones en especies mientras que, los que poseían una buena perspectiva de recibir asilo, tendrían la posibilidad de integrase rápidamente al mercado laboral.

Emitió un decreto por el cual dejaba de reenviar a los peticionarios de asilo hacia los países por los que entraron en la Unión Europea, lo que significó una suspensión del Protocolo de Dublin. Es importante aclarar que el este protocolo, marco regulatorio de las solicitudes de asilo, establece que, el primer país al que llegan los refugiados cuando acceden a la Unión Europea es el encargado de procesar el asilo.

Creó centros donde se realizaban los trámites de reconocimiento de asilo y retorno.

En aras de acelerar el registro de solicitantes de asilo, creó un carné de identidad para refugiados, en el que aparecería el nombre, fecha de nacimiento, ciudadanía y otros datos.

De manera similar, Suecia recibió a miles de refugiados sirios e implementó una serie de medidas que se describen a continuación: El gobierno, en el 2015, dedicó un 1% de su PIB (512.000 millones de euros) a los refugiados. (Galarraga, 2016).

Implementó programas de orientación para el empleo, que consistía en programas de aprendizaje a largo plazo para que los refugiados cualificados sean formalmente contratados por una empresa o inicien su propio negocio.

El prograa de acogida, manejaba dos tipos de alojamiento uno individual, es decir, en apartamentos y otro colectivos, que son los centros de acogida.

El gobierno ayudaba económicamente a los refugiados mediante las asignaciones mensuales, que variaban dependiendo del dispositivo de acogida en el que se encuentre alojada la persona y de la composición familiar. Además, contemplaba gastos extraordinarios como la ropa de abrigo en invierno.

FALENCIAS EN LA IMPLEMENTACIÓN Las medidas anteriormente mencionadas pretendieron, entonces, remediar las deficiencias que estaban presentes en el Sistema de Dublín, y de esta forma alivianar la alta demanda de inmigrantes y solicitantes de asilo. Para dar una idea de lo que significó esta crisis, el aumento de las solicitudes de asilo de 2015 comparada con las de 2014 fue de un 24% de ciudadanos sirios, (Devia y Bautista, 2017, p. 49). Luego, con la adopción de la responsabilidad compartida entre los Estados miembros de la Unión Europea, permitió que no fueran únicamente los países de entrada quienes afrontaran esta situación.

Se esperaba entonces que, dada la cooperación pactada los Estados cumpliesen con las obligaciones de acogida, pues estos compromisos se realizaron considerando las capacidades de cada país. De acuerdo con Nieto “El reparto se hizo de acuerdo con tamaño de la población (40%), PIB total (40%), la media de las solicitudes de asilo presentadas en los cuatro años anteriores (10%) y la tasa de desempleo (10%) (Como se citó en López, 2021, párr. 15). Es entonces donde se empiezan a observar las falencias de las medidas migratorias implementadas por la Unión Europea.

Mientras que las políticas esperaban disminuir la inmigración ilegal y los Estados fronterizos destinaban recursos para controlar los flujos migratorios, varios otros de los Estados no acogieron la totalidad de la población. En efecto, de 160.000 personas refugiadas en Grecia e Italia que debían ser reubicadas, solamente 27.700 refugiados fueron reubicados, es decir, menos de un 20% (López, 2021). Lo anterior se debe a que países como Hungría, Polonia y República Checa se negaron a cumplir con los compromisos – o al menos con la totalidad de ellos - y cerraron sus fronteras dando como argumento la crisis migratoria y la poca capacidad de ellos para afrontarla.

Vale la pena resaltar el caso de Hungría en el que, por ejemplo, se cerraron varias fronteras, se incrementaron controles e incluso se construyeron vallas de control para evitar el paso de los refugiados. Primero, se construyó un muro de alambres entre la frontera con Serbia, después el país cerró los pasos con Croacia, en donde se implementó la construcción de una valla de 41 kilómetros para evitar el paso de los refugiados. Luego, reactivó los controles en la frontera con Eslovenia (El País, 2015).

Tomado de: El País, 2015

Estas medidas fueron calificadas por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, como comportamientos xenófobos y antimusulmanes, que incluso al hacerlo, Hungría violaba leyes internacionales (Huffington Post, 2015).

Con lo anterior se puede evidenciar otra consecuencia no deseable que surgió a partir de las falencias de la aplicación y modificación del sistema de Dublín y sus respectivas políticas migratorias, pues como se mencionó anteriormente, pese a que, se suponía

los países asumirían responsabilidades compartidas frente al tema, también tenían la soberanía para hacer reglamentaciones diferentes al interior de cada país de acuerdo con sus normativas nacionales.

De manera que, mientras países como Alemania se destacaban por ofrecer las mejores normas y condiciones para el recibimiento de posibles refugiados y otorgarles asilo, otros países implementaron políticas y normas guiados por la lógica de “seguridad interna” que no contribuyeron a solucionar la crisis migratoria que se presentaba.

La implementación de estas políticas, y otras más que se quedaron plasmadas a modo de programas, surgieron en un contexto de elecciones que caracterizó a varios países de la Unión Europea en esos momentos. Luego, al enfocarse en cautivar el electorado, la situación se problematizo cuando las mayorías al interior de los países se encontraban reacios a aceptar las nuevas políticas migratorias por los prejuicios construidos en torno a la procedencia de los migrantes en cuestión.

Los nacionalistas tienen diferentes perspectivas básicas sobre la crisis migratoria, porque algunos consideran a los inmigrantes una amenaza externa, o incluso un caballo de Troya; a algunos les preocupa el desempleo y la economía, mientras que otros están preocupados por los valores y la cultura nacionales (Salehi, 2016, párr. 6).

Tal cual lo confirma Leszczynski (2015) cuando menciona que, en Polonia, la opinión pública expresó oposición a la presión de la Unión Europea a recibir entre 3.000 y 4.000 refugiados. Por lo cual, finalmente el partido Plataforma Cívica tras las presiones recibidas por parte de diversas ONG se comprometió con el Alto Comisionado de Naciones unidas para los Refugiados a acoger solo 100 de 300 familias de refugiados cristianos sirios desde 2016 hasta 2020 (Leszczynski, 2015). Se percibe entonces la marcada cultura xenófoba presente en este país que impidió llevar a cabo las políticas acordadas y dificultar la reubicación propuesta.

Sin duda, estos hechos repercutieron en los demás Estados quienes tuvieron que adaptarse a las avenencias y encontrar nuevas estrategias como la creación de campos de refugiados, pero, sobre todo, afectó a los migrantes quienes debieron acoplarse y hacer de estos sus lugares de vivienda durante considerable tiempo. La incertidumbre legal provocó también incertidumbre sobre las garantías, recursos y la posibilidad de rehacer sus vidas.

En línea con lo anterior, se debe apreciar la cara humana de estos eventos y reconocer que las falencias que tienen estos proyectos producen consecuencias irremediables en la vida de los solicitantes de refugio.

CONSECUENCIAS PARA LOS INMIGRANTES

En primer lugar, los sirios que escapaban de sus territorios por culpa de la guerra tuvieron que embarcarse en peligrosos viajes, con el propósito de encontrar una vida mejor (Evans, 2020).

Pero mientras que “algunos países les abrían los brazos, otros levantaban vallas y cerraban sus fronteras” (Evans,2020). En este sentido, las rutas legales para ingresar a territorio europeo eran casi imposible para la mayoría de los sirios (“Los sirios buscan una ruta a Europa que evite la peligrosa travesía por mar”, 2015), por ello, según datos de 2015 presentados por la Organización Internacional para Migraciones, al menos 2.643 personas que intentaban llegar a este territorio han fallecido en el Mediterráneo, aunque esto es una estimación y el organismo no descarta que estas cifras sean más elevadas ( El País, 2015).

En segundo lugar, uno de los lugares donde llegan más solicitantes de refugio provenientes de Siria es Grecia, considerado la puerta de entrada a Europa. Cuando arriban al territorio griego comienzan su proceso de registro, un asunto burocrático que puede demorar meses o inclusos años (Jabois & Guzelian, 2022), producto de las medidas tomadas por la Unión Europea. Entonces, gran parte de los migrantes sirios quedan atrapados en Estados que cumplen el rol de ser Estados de tránsito para llegar al territorio europeo, Grecia es uno de ellos al igual que Turquía, Líbano y Jordania (Jabois & Guzelian, 2022). Esto dio paso a la creación de campos de refugiados para estas personas que estaban a la espera de una respuesta de los gobiernos europeos.

Entonces, se puede hacer referencia a que la política europea y la creación de estos campos ha provocado “un sufrimiento terrible” para los refugiados, en palabras Reem Musa, asesora de Asuntos Humanitarios en Médicos Sin Fronteras. Teniendo en cuenta, que las personas están sufriendo consecuencia físicas y mentales, hasta el punto de que se presentan intentos de suicidios y autolesiones (López 2021).

Por este motivo y para enfatizar sobre las condiciones de los migrantes, se va a traer a colación el caso Moria, el campo de refugiados más poblado e infame en Europa, creado con el fin de contener los flujos de personas. Es un campo que cuenta con instalaciones para 2.800 personas; sin embargo, habitan alrededor de 15.000, esto implica que las personas deban realizar extensas filas para comer, ir al baño, asistir al medico y demás actividades (Blanco, 2019).

Aunado a ello, las instalaciones de este campo se encuentran vigiladas y con acompañamiento de un furgón policial todos los días. No obstante, la presencia de esto no implica que los habitantes se sientan seguros; los testimonios de varios habitantes de este campo coinciden en que es un territorio permeado de violencia, debido a que se presentan gritos, peleas, robos en la mayoría del tiempo.

Por ejemplo, Blanco (2019) enuncia que a unos habitantes les rajaron la tienda y les robaron el móvil, el cual es considerado uno de los objetos más preciados debido a que significa perder el contacto con la familia y con todo lo relacionado fuera de ese lugar. Además, se comenta que las mujeres suelen ir acompañadas a los baños, debido al temor a una agresión sexual. En resumidas cuentas, estos campos están llenos de violencias y factores que permiten categorizarlo como un lugar inhóspito. Paralelamente, los sirios que no residen en los campos de refugiados habitan en zonas urbanas de países vecinos, pero su calidad de vida se ve limitada por los escasos recursos financieros con los que cuenta, que se pueden calificar como nulos o muy pocos (ACNUR, 2022).

Por último, los refugiados que logran ingresar a territorio europeo de manera legal y adquieren el estatus de refugiados, también se ven afectados por los estigmas sociales que se han construido sobre su presencia. Según Hill (2020), los titulares de los principales medios de comunicación se concentraron en los delitos cometidos por los solicitantes de asilo, lo cual ha alimentado la ira de los europeos (como se citó en Evans, 2020). Esto ha generado que gran parte de los refugiados se vean perjudicados por el actuar de unos pocos.

A su vez, esta discursiva de intolerancia se volvió la bandera de muchos partidos políticos nacionalistas, los cuales sin dudar aprovecharon la visibilización que se le dio en medios. En este sentido, según Halikiopoulou, profesora de política europea, esta crisis migratoria aunada a la crisis económica de la época representó una oportunidad para estos partidos de aumentar su apoyo y posicionarse en las corrientes dominantes. Por ello, se observa el auge de políticas nacionalistas (citado en Evans, 2020).

CONCLUSIONES En suma, la Unión Europea para dar respuesta a la crisis migratoria siria, durante el 2015, implementó diferentes programas como el Plan de Reparto de Refugiados de la Unión Europea, Plan de Acción de la Unión Europea sobre los Menores de Edad No Acompañados y el Plan de Acción Conjunto UETurquía; además países como Alemania y Suecia tomaron sus propias medidas.

El resultado de la implementación de las políticas de acogida y las modificaciones efectuadas al Sistema de Dublín se presentó de manera diferente en muchos países. Esto dependió en gran medida de la disposición y voluntad política de cada uno de ellos. De manera que, en países como Hungria y Polonia las medidas no se cumplieron a cabalidad en tanto hubo poca disposición por parte de la ciudadanía y del gobierno, pues no estuvieron dispuestos a asumir esta responsabilidad y, sobre todo, se abordó esta situación desde una perspectiva de seguridad y orden interno y no migratorio ni de cooperación. Precisamente lo anterior deja ver un problema de cohesión y cooperación al interior de la Unión Europea, pues, a pesar de lo dispuesto, existieron países que no cumplieron con las cuotas que se habían establecido de refugiados acogidos.

En este sentido, las repercusiones afectaron no solo a los Estados fronterizos y de tránsito, sino también directamente a los inmigrantes quienes, tras salir de sus países dados los conflictos presentes en ellos, muchos de ellos se encontraron nuevamente en un contexto de zozobra e incertidumbre.

Por lo anterior, frente a la pregunta ¿Qué problemas conllevó las políticas de migración planteadas por la Unión Europea de cara a la crisis de refugiados en 2015? Se responde que en el ámbito político y al interior de la Unión Europea avivó sentimientos nacionalistas que se reflejaron en el incumplimiento de cuotas de acogida y contrario a lo que buscaba, el aumento de políticas nacionales migratorias restrictivas que entorpecieron los esfuerzos realizados por los países de tránsito. En conjunto, los problemas anteriores generaron también problemas de movilización y reubicación para los inmigrantes. Por su lado, estos se reflejaron en carencias de derechos y satisfacción de necesidades básicas a las familias e individuos sirios que terminaron por afectar la salud y seguridad de estos.

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