Principios programáticos para la vocería del pedagógico Federación de Estudiantes del Pedagógico
Preludio Ya son 10 años de revuelta estudiantil, y 5 años del enorme estallido social del 2011, que puso en el tapete la necesidad de construir una educación pública, gratuidad y digna, que convenció a enormes franjas sociales tras esa consigna y lo que está detrás de ella: la necesidad de asegurar derechos sociales y combatir el Mercado y el Estado Subsidiario. Durante estos últimos 5 años hemos logrado mantener abierto el conflicto educacional, denunciando la incapacidad de las reformas propuestas por la Nueva Mayoría para hacerse cargo de la profundidad del problema de la educación. Sin embargo, es también cierto que las movilizaciones han decaído, así como también la capacidad de propuesta, de discusión y también de convocatoria a la mayoría de la sociedad. Es por ello que este 2016 es necesario dar un salto cualitativo respecto al funcionamiento y conducción del CONFECH en los últimos años y por ello la discusión de vocerías es también fundamental. En primer lugar, el movimiento estudiantil requiere ampliar sus espaldas para fortalecerse de manera efectiva. En un minuto donde se tramitan reformas que son de interés transversal para la sociedad y particularmente importante para los movimientos sociales, el movimiento estudiantil debe tener la capacidad de abrir los espacios que permitan generar una posición clara y colectiva entre los diferentes actores sociales. Este llamado a la unidad es por la urgencia de mostrar coherencia y la necesidad de fortalecernos tras dos años difíciles para las fuerzas a favor de las transformaciones. De todos modos, es importante destacar que esta unidad entre los diferentes actores y movimientos, debe partir por el conflicto educacional e ir expandiéndose desde allí a otros conflictos sociales. Profesores, funcionarios, universitarios y secundarios, unidos bajo la firme convicción de democratizar nuestras instituciones, fortalecer lo público y acabar efectivamente con cualquiera forma de lucro en la educación. Es central unirnos y defender con convicción la necesidad de asegurar derechos sociales, y la importancia de la participación protagónica de la sociedad en las definiciones de la política. Capacidad de vinculación con las organizaciones de trabajadores, y también las organizaciones que luchan por una vivienda digna. Es necesario que trabajemos alrededor de los cambios laborales, los cambios constitucionales pero también incluir en nuestras problemáticas la lucha feminista, o la resistencia del pueblo mapuche ante el terrorismo racista del estado chileno. Creemos que sólo en la medida en que somos capaces de articularnos con otros sectores, conectar nuestras demandas, podremos encontrar la fuerza suficiente para generar las transformaciones que estamos buscando. Esto, sin embargo, no podrá ser realizado si no logramos revitalizar la fuerza estudiantil. Su capacidad de movilización, de discusión y generar propuestas para la construcción de un funcionamiento de la CONFECH. Para recobrar la fuerza estudiantil debemos ser los protagonistas en las definiciones sobre el futuro del conflicto educacional y eso nos pone un desafío enorme a nivel del fortalecer nuestras posiciones y espacios internos,
democratizarlos y ampliarlos cada vez a más estudiantes. Eso implica asumir que la CONFECH debe saber dar los tiempos suficientes para las discusiones, y evitar las decisiones por arriba que conlleven a su burocratización. El movimiento estudiantil debe tener la claridad suficiente para defender con fuerza la convicción de una verdadera reforma a la Educación. Debemos por tanto, ser capaces de denunciar las falencias que hoy gozan los diferentes proyectos de la Nueva Mayoría, e incluir también propuestas que permitan ir avanzando por el camino de una Nueva Educación. Esto, sin embargo, debe hacerse con la mayor claridad posible, que sea comprensible para el resto de la sociedad y que permita con ello nuevamente movilizar a quienes defienden con nosotros la necesidad de transformar la educación. Es vital tomar postura sobre las reformas, y tomar una posición colectiva y discutida por la mayor cantidad de estudiantes y actores posibles. Creemos firmemente en que como Pedagógico podemos ser un aporte central para el futuro del movimiento estudiantil y la construcción de un amplio movimiento social por la educación. Creemos que podemos aportar con la condición viva de la precarización de la educación pública, y con la honda confianza que damos a la democracia y a la necesidad de regulación. Por nuestra tradición y experiencia, contamos también con la capacidad real de hacernos cargo de una vocería para el movimiento estudiantil que contribuya a revitalizar nuestra fuerza. Estos son los cinco ejes básicos que creemos centrales de nuestra vocería, que son la base de nuestra postulación para construir un movimiento social por la educación que tenga la fuerza para forjar una nueva educación. Ejes Vocería Pedagógica y de la Educación El Pedagógico no sólo es representativa de las instituciones públicas abandonadas por parte del Estado, sino también, es la universidad que logra articular en su seno el conflicto por la educación. Es la principal institución abocada a formar los docentes de este país, sumado al profundo vínculo que posee históricamente con los estudiantes secundarios. Es por esta razón, que creemos que nuestra federación cuenta con la capacidad de ser el eje central de la articulación con el mundo de los profesores y de los secundarios. Dentro de la discusión del pedagógico, hemos avanzado en propuestas y posiciones para enfrentar las reformas planteadas por la Nueva Mayoría, y también hemos logrado lazos profundos con actores del conflicto educacional. Así, creemos que nuestra federación al ser vocería puede fortalecer nuestra posición programática como CONFECH en esas áreas, así como también, facilitar los grados de articulación con los otros actores de la educación. Quien más facultado que el Pedagógico para hablar de educación y generar propuestas de políticas públicas en esta materia; una vocería que se haga cargo de la disputa por una nueva educación y una nueva pedagogía es clave en este escenario, en el que está en juego el carácter de las reformas. Vocería contra el abandono y la precarización
Es central recalcar el profundo abandono que han sufrido las universidades públicas durante los últimos 35 años. Una relación neutra del Estado con sus propias instituciones, que las ha dejado a la competencia desigual en el mercado en la educación, lo que ha terminado en su mayoría en una profunda precarización. Es necesario una vocería que defienda la necesidad de asegurar condiciones de estudios dignas para los estudiantes. Es central que las instituciones públicas cuenten con un potente respaldo del Estado por medio de aportes basales de libre disposición, que permita superar el autofinanciamiento al que han sido obligadas por el Mercado, y que puedan al mismo tiempo fortalecer la extensión, la docencia y la investigación de nuestras instituciones. Estamos convencidos, a su vez, que hoy el fortalecimiento de lo público debe expandirse más allá de un plan de revitalización. Hoy es central que el Estado ponga en el centro del debate la necesidad de que ir orientando la educación en torno a una Estrategia Nacional y Regional de Desarrollo, que permita generar un conocimiento al servicio de las necesidades sociales y de un proyecto país. De igual modo, se necesita una vocería activa y con interés real por los estudiantes que han sido víctimas del cierre de sus instituciones por la omisión y la falta de regulación a las instituciones educativas y al mercado de la educación. Esta omisión e incapacidad de asegurar el bienestar de los estudiantes por el Estado debe ser combatido. Se hace urgente poder tener una política del Estado que permita ofrecer una salida digna a los estudiantes de instituciones que cierran por los vaivenes del mercado. Vocería para el tránsito a lo público:
regulación, transparencia y fin al lucro
Estamos convencidos que una verdadera vocería del movimiento estudiantil debe ser capaz de responder de manera transversal a la situación de sus estudiantes, y particularmente, al sector que posee la mayoría de la matrícula y que viven de manera más profunda las contradicciones y malestares generadas por la radical presencia del mercado en la educación. Es por ello que, independiente de la presencia de la vocería de las privadas, también es deber de la vocería hacerse cargo de la necesidad de regulación de las universidades, obligadas a un funcionamiento de carácter empresarial. Esto implica poner en el tapete la necesidad de exigir criterios de existencia y de financiamiento para las instituciones, por medio de un Marco Regulatorio para las diversas instituciones de nuestro sistema educativo, acompañado y guiado por una Estrategia nacional y Regional de desarrollo, que ponga en el centro la necesidad de que nuestra educación sea capaz de responder a las necesidades sociales de nuestro país. Esto, sin embargo, exige hoy una batalla prioritaria en diversas instituciones. Debemos ser capaces de defender la necesidad de transparencia y un fin al lucro, sin ninguna coma, en todo el sistema educativo chileno. Nuestra vocería pondrá en el centro estas reivindicaciones, para avanzar de manera decidida en un Régimen de Transición, que
permita el tránsito desde universidades entregadas al mercado y la desregulación, hacia el aseguramiento y construcción de universidades públicas al servicio de las necesidades del país. En esta perspectiva es que nos adherimos a la propuesta generada por los estudiantes del ARCIS de modificación a la ley 20.800 sobre administración provisional y cierre de universidades en quiebra, en que establecen -en términos generales- que el Estado debe garantizar el derecho a la educación de dichos estudiantes y además hacerse cargo de que esas instituciones, permitiendo la continuidad de su proyecto educativo siempre y cuando se ajuste a los criterios de un nuevo sistema de educación pública, traspasando dichas instituciones al Estado. Vocería para la democratización Cómo federación del pedagógico, consideramos que es urgente poner en el centro el tema de la democracia. Lo creemos desde la perspectiva de la reivindicación para nuestras instituciones, para la educación y para el procesamiento de las reformas, así como también para el funcionamiento de la CONFECH. Desde la primera perspectiva, como movimiento estudiantil hemos defendido que para hablar efectivamente de educación pública integral debemos hablar también de su estructura democrática. Debemos entender el funcionamiento de lo público no sólo a partir de sus lógicas de financiamiento, sino además debemos pensarlo como un espacio en el que todos somos capaces de participar y construir. Es por eso que consideramos que la democratización debe ser un aspecto crucial para el rol público de nuestras instituciones. Esta reivindicación, aun cuando goza de amplio arraigo al interior de los estudiantes del CONFECH, no hemos logrado explicarla y defenderla hacia el resto de la sociedad. De hecho, hace solo unos meses, el Tribunal Constitucional dictó, con votos de la derecha y la concertación, que era inconstitucional exigir como criterio de financiamiento la democracia de nuestras instituciones. Para el movimiento estudiantil, la democracia no sólo es un criterio de financiamiento, sino de existencia para las instituciones de educación superior. Así lo hemos dicho durante estos últimos 5 años , así lo creen y comparten los diversos sectores sociales involucrados en el conflicto por la educación. Creemos que la reivindicación de democracia merece un resalte especial, pues ella es la condición de construir instituciones verdaderamente públicas que respondan a las necesidades de la sociedad chilena. Esta demanda, nos permite articular nuestros conflictos locales con la batalla a nivel nacional. A su vez, esta reivindicación nos permite articularnos con otros actores y movimientos sociales, como consigna para mejorar sus condiciones, y también para poner en el centro la necesidad de que la política construya reformas de mano con la sociedad. Desde la segunda perspectiva, es también señalar la importancia de que las discusiones y los debates sobre el desarrollo y futuro del movimiento social por la educación, gocen de la más profunda participación de los estudiantes en sus definiciones. Por ello compartimos la necesidad de una reelección anual de las vocerías, y por ello vemos también necesario dar espacio a nuevas federaciones a poder ocupar ese rol. Para avanzar de manera decidida en esa dirección, se hace imperioso generar pautas de discusión más acorde a las diversas realidades de las universidades de la CONFECH, y no
sólo para las universidades de mayor protagonismo mediático. También es necesario evitar el apuro excesivo para llegar acuerdos al interior de la CONFECH y poder tomar posición, pues no sólo contribuye a su burocratización (el caso más grave es la utilización abusiva de la Mesa Ejecutiva para zanjar posiciones) sino también al desapego y la desafección de los estudiantes con la confederación. Así, vemos también necesario una vocería que defienda los tiempos necesarios para los espacios, que logre fortalecer la democracia no sólo en la sociedad sino también al interior de la confederación, y que con ello permita robustecer la lucha por una nueva educación. Vocería Feminista La Federación de estudiantes del Pedagógico, declara su compromiso con la lucha feminista que se vienen dando durante décadas en nuestro país, hacemos nuestra la necesidad de levantar con más fuerza aún las demandas históricas del movimiento feminista, y a su vez buscamos ser un aporte a la discusión sobre temas históricos para el proyecto educativo por la educación no sexista. Es deber de un proyecto político universitario hacerse cargo de la desigualdad que enfrenta la mujer en la sociedad en que vivimos, es por esto que nos proponemos como un espacio que sirva para articular e intensificar la lucha del feminismo para hacer de nuestra sociedad un espacio cada vez más igual y libre. Epílogo Por un movimiento estudiantil propositivo y que sea puente de articulación multisectorial; el Pedagógico en su basta historia y tradición de lucha -incluso en los años 90 ya separado de la Universidad de Chile- también formó parte en su tiempo de las vocerías del Confech, logrando representar efectivamente a los estudiantes de sectores populares que ingresan a las universidades estatales, caracterizándose por ser una de las federaciones más combativas de la época. Ahora, además de ser continuadores de esa tradición, es que pretendemos que el movimiento estudiantil supere su actual etapa reactiva (solo pendiente de la contingencia) y pase a un momento propositivo, que permita irrumpir en el debate público y disputar al gobierno-parlamento el carácter de los cambios a realizar. En este sentido es que consideramos que no es solo el rol de vocería el que importa, sino fundamentalmente el de mesa ejecutiva del Confech, por lo que desde el Pedagógico pretendemos aportar a nutrir las pautas de discusión e insumos de contextualización para las discusiones Confech a cargo del Centro de Estudios de la FEP que estamos conformando. Además de reactivar el trabajo de comunicaciones del Confech, organizando a la comisión respectiva y así lograr que nuestras demandas vuelvan a hacer sentido a nuestros compañeros y compañeras; es necesario además darle un carácter orgánico a la mesa ejecutiva, delegando responsabilidades y manteniendo una coordinación constante con las distintas federaciones del zonal metropolitano, para que las iniciativas sean de inspiración colectiva y no de una federación en particular. Finalmente, es necesario jugar un rol articulador de las organizaciones sociales de la educación, y junto a profesores, estudiantes secundarios y apoderados conformar una fuerza social que dispute a las fuerzas conservadoras y neoliberales.