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NUESTROS LAICOS MAESTROS,
Maestros natos en el seno del hogar son el padre y la madre, los parientes adultos, pero el hombre siempre ha necesitado lalabor de artista quedesarrolla elmaestro enla persona del niño, del alumno, del discípulo, para desenvolver armónicamente los tesoros decualidades con que el Supremo Hacedor lo ha enriquecido, al darle el don inapreciable de la vida humana; pero también para complementarlo con todo aquello que le hace falta para su completa madurez, y de una manera especialpara ir corrigiendo oportunamente las desviaciones de la conducta humana
La humanidad agradecidaha levantadoun templo de gratitud y un altar de reconocimiento al maestro de los niños, de losadolescentes y delos jóvenes, para rendir un homenaje de honor a la delicada labor del maestro, que no se contenta con ser antorcha que ilumina las oscuridades del discípulo en el campo de la ciencia, sino que quiere ser también forjador de los espíritusjuveniles, constructor de recias y rectas personalidades, capacitadas para sortear favorablemente los tremendos desafíos de la vida moderna, porque no sólo se fían en su preparación personal y en sus habilidades, sino también porque cuentan con las bendiciones del cieloy la protección del brazo poderoso y paternal de Dios.
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Ya colocados en las esferas del trabajo no podemos olvidar la mano blancay paciente deángel que nos enseñó a escribir, la dulzura que nos dio el sonido de las palabras, la inteligencia que nos hizo comprender los conceptos del mensaje oral o escrito, la llave de oro que nos abrió la puerta del palaciode la cultura, la semillade inquietud por la superación personal, los anhelos de grandeza colocados en nuestro corazón por el maestro en los años de la juventud
Recordamos con inefablegratitud al maestroamigo quecon caridad evangélicanos corrigió valientemente de nuestro errores; al maestropadre que nos regaló palabras de consuelo para enjugar las lágrimas de nuestro dolor, o vaciólos tesoros de suexperiencia en nuestro corazón lleno de inquietudes en su consejo de oro; al maestro-sabio que nos descubrió las riquezas de nuestras cualidades ehizobrillar ante nuestros ojos un sendero luminoso de éxito y de felicidad, donde hemos encontrado nuestra actividad laboral, que nos llena de satisfacciones; al maestroapóstol quenos hablóde valores trascendentes y nos puso en comunicación directa con Cristo, con Dios y con su Iglesia
La imagen de ese maestro amigo, padre, sabioy apóstol la llevamos grabada en nuestra mente, en nuestro corazón y en nuestra vida cotidiana de hogar de trabajo y de sociedad; sólo una pena deja en nuestro espíritu elrecuerdo de nuestro maestro, el no haber agradecido suficientemente tanto don recibido
"Todo hombre que logra su realizaciónguarda en su memoria el instante en que fue iniciado en su camino Un consejo,unaguía o una imagen perdura a través del tiempo, y cuando lleca el momento de hacer un balance, lapresencia del maestro nos sigue alentando para alcanzar la luzde los conocimientos", el triunfo en la vida del trabajo, el amor en el hogar, la dignidad en la sociedady la felicidad en la eternidad.
¡GRACIAS, MAESTRO, POR TU LABOR DE ARTISTA FORJANDOAL HOMBRE PARAELFUTURO!
Gracias cordiales de Don Bosco: * a quienes contribuyeronpara los gastos del B.S. * a quienes ayudan a las obras salesianas: * a quienes ayudan a las misiones salesianas.