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1.1 Un poco de historia
from Mi Pandemia
by Juan Rivera
La Real Academia de la Lengua define pandemia como "enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región" (dle.rae.es). En 2010, en mi investigación sobre el riesgo, estaba siguiendo la pista de la llamada "gripe aviar" o "gripa del pollo" producida por el virus H5N1. El mapa de países con reportes de brotes, en el período 20032006, es un claro ejemplo de una pandemia. En este mapa, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se observan países afectados en Europa, Asia y en Africa.
Figura 1.1. Propagación de la gripe aviar entre 2003 y 2007.
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Sin embargo, los medios de comunicación de ese entonces, centraron su atención en riesgos asociados al terrorismo, la crisis financiera, el cambio climático o las moralistas discusiones en torno al uso de embriones humanos para la consecución de las milagrosas células madre. Fueron pocos los medios que se preocuparon por la plaga que azotaba a países asiáticos y africanos, el virus de la gripe aviar.
La gripe aviar, también conocida como la gripe del pollo o la peste de los pájaros, fue identificada por primera vez en Italia hace más de 100 años. Es una enfermedad viral muy contagiosa causada por las cepas tipo A del virus de la gripe que puede afectar a todas las especies de aves. Según la OMS, los virus de la gripe aviar son miembros de la familia Orthomyxoviridae, género influenza del virus tipo A. Estos virus están divididos en subtipos sobre la base de sus proteínas de membrana hemaglutinina (H) y Neurominidasa (N). Los brotes de las formas más patogénicas han sido causados por los virus A de la gripe de los subtipos H5 y H7, entre ellos el conocido H5N1.
El ser humano puede contraer el virus de la gripe aviar y otros virus de la gripe de origen zoonótico, como el virus de la gripe aviar de los subtipos A(H5N1), A(H7N9) y A(H9N2) y el virus de la gripe porcina de los subtipos A(H1N1) y A(H3N2) (OMS). Quizá, el poco interés de los medios haya sido porque hasta 2009 sólo habían 241 contagios de aves a humanos y 141 muertes.
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Figura 1.2. En enero de 2021 se confirma la presencia de la gripe aviar del subtipo H5N8 en dos granjas avícolas en Mohali (India).
Contrario al desinterés de los medios, los científicos veían en la cepa H5N1 un alto riesgo, en tanto que mutaba rápidamente y tenía una tendencia a adquirir genes de virus que infectan a otras especies de animales. Su capacidad para causar una enfermedad grave en el hombre había quedado constatada en varias ocasiones. A pesar de la controversia científica, en un principio, de la posible infección en humanos, parece ser que estos virus mutan, ya que "ven" más atractivo el cuerpo humano que el de los plumíferos. Los síntomas de la gripe aviar en nuestro cuerpo varía desde síntomas parecidos a la gripe típica (fiebre, tos, dolor de garganta y dolores musculares) hasta infecciones oculares, neumonía, dificultad respiratoria aguda y otras complicaciones graves que pueden suponer una amenaza para la vida. Pero, ¿a qué se debía el miedo científico, que advertía en mis indagaciones sobre este tipo de riesgo? Lo que la mayoría de los legos ignorábamos es que ya vivimos lo estragos del virus H1N1. Esta cepa mutó en 1918, durante la Primera Guerra Mundial, provocando la epidemia de la llamada gripe española, que mató entre 20 y 40 millones de personas. Este número de muertes fue superior al de la misma guerra, superior al de la famosa peste negra. Fue bautizada así porque, en aquellos años, España era de los pocos países de Europa donde no había censura por la guerra, por lo que fue la prensa española la primera en informar sobre la epidemia (Véase , ).[1] [2]
La influenza, o más exactamente la gripe española, dejó su huella de devastación, tanto en la historia del mundo como en la de Estados Unidos. El asesino microscópico dio la vuelta al mundo en cuatro meses, y cobró más de 21 millones de vidas. En Estados Unidos murieron 675.000 personas por causa de la gripe española, más víctimas que en la Primera y la Segunda Guerras Mundiales, la guerra de Corea y la guerra de Vietnam juntas.
Las compañías farmacéuticas trabajaban día y noche para producir una vacuna, pero el virus desapareció antes de que se pudiera siquiera aislarlo ([ , 3] p. 28). El gran temor científico tenía tres causas principales. En 2010, el asesino microscópico no daría la vuelta al mundo en cuatro meses, como ocurrió en 1918, sería cuestión de días. La segunda causa era la incertidumbre que dejó la gripe española, en tanto que no se pudo aislar el virus y estudiarlo; es decir, sigue siendo un misterio. La tercera, la más abrumadora, es la tasa de mortalidad arrojada por la enfermedad, superior al 50%.
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Figura 1.3. Fotos tomadas durante la pandemia de 1918 (créditos: World Economic Forum).
La primera causa, nos hace comprender los grandes temores de la empresa científica. Igualmente, las fotos de 1918 nos enseñan lo poco que aprendimos de esa pandemia, en especial el uso tardío de mascarillas.