Nº 3 100 años de Hermandad - diciembre

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100 Años de Hermandad Revista del Centenario de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Benacazón Nº 3 - Diciembre de 2015

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INDICE 2. Palabras del Relaciones Públicas 3. Carta del Párroco de San Gil Abad 5. Reportaje fotográfico del Vía Crucis 6. Homilía del Obispo Auxiliar de Sevilla en La Misa Estacional 9. Reportaje fotográfico de la salida extraordinaria de la Carreta 11. Entrevista a Manolo “Catalina” 13. Entrevista a Fernando Atienza Lombardo

16. Fotos de los años 70-80 17. Historia del Bizcocho y relación de Hermanos Mayores de la Hermandad 21. Confraternidad de hermandades del Aljarafe 23. La voz de la calle 24. Benacazón en la prensa del siglo XX 26. Publicidad 28. Las uvas en la Casa del Rocío gobierno), y que de una u otra forma se le ha ido reconociendo y homenajeando su labor, dedicación y compromiso a lo largo de este año. Pero hay otras muchas personas que pasarán inadvertidas. Y es a esos personajes anónimos a los que va dirigido mi escrito y mi humilde homenaje, al rociero de base de esta centenaria Hermandad... personajes que siempre han estado por detrás de la foto o en la bulla... pero que son ellos los que han dado la idiosincracia y la alegría que identifica a nuestra gran Hermandad... que no aparece su nombre ni su imagen en ningún documento o papel... pero siempre han estado repartiendo hospitalidad y calor a todo aquel que se acercara o se acerca a nuestro "jato"... personajes que nunca han brillado con una luz diferencial, pero que juntando las de todos ellos formaban y forman un espectacular ambiente de color y armonía, personajes, en definitiva, que su único y gran orgullo en nuestra Hermandad es haber sido y ser HERMANO DE LA REAL, ILUSTRE, ANTIGUA Y FERVOROSA HERMANDAD DEL ROCÍO DE BENACAZÓN. "Que no es poco".

Palabras del Relaciones Públicas Queridos hermanos en el Amor al divino Pastor y a su bendita Madre del Rocío... Sí, han pasado cien años de camino, cien años de Hermandad... Cien años de historias, cien años para recordar... Sí... para recordar... recordar vivencias, momentos, anécdotas, acontecimientos, y a tantas y tantas personas que han dejado su huella y su grano de arena, de una u otra forma, en esta ya centenaria Hermandad. Personas con mucha presencia y relevancia que ha habido (fundadores, hermanos mayores, presidentes, juntas de

"¡Viva la Virgen del Rocío!" "¡Vivan todos los rocieros de Benacazón!" "¡Viva esta Centenaria Hermandad!" "¡Y que viva la Madre de Dios!" Antonio Valero Santana

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CARTA DEL PÁRROCO DE SAN GIL ABAD Queridos hermanos, me pide la Junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío que os escriba unas líneas para la Revista del Centenario, cosa que con gusto hago. El compartir es algo bueno y si es compartir unas palabras con aquellos a los que siento mis hermanos en la fe es aún mejor. Este año hemos estado juntos para celebrar la Eucaristía en un lugar muy especial para todos nosotros, donde reposan los restos mortales de nuestros seres queridos, aquellos que nos han precedido con la señal de la fe, nuestros hermanos a los que esperamos poder encontrarnos con ellos en las Marismas Eternas. Tenemos la oportunidad de celebrar el Sacramento de nuestra fe, la Eucaristía, en Campo Santo, en el cementerio de nuestro pueblo. No es extraño este acontecimiento dentro del centenario de la Hermandad, por el contrario, es el gesto más agradecido que podemos tener con aquellos que nos han transmitido lo que somos y lo que creemos. El poder celebrar la Eucaristía en el lugar donde reposan aquellos que convivieron con nosotros y que esperan la resurrección futura es el mejor gesto de amor que podemos tener con ellos y en la Iglesia. Unirnos a la Iglesia Triunfante, aquellos que estamos aún en la Iglesia militante. Este gesto nos hace reconocer que lo que somos, lo que creemos, lo que sentimos como cristianos y como rocieros es gracias a que nuestros antepasados nos lo supieron transmitir. Al pasear por el Campo Santo, cómo no recordar tantos momentos vividos, tantos gestos, tantas personas que nos supieron legar el gran tesoro que hoy poseemos, la Fe. Por eso es importante que sepamos transmitirla a su vez a futuras generaciones, ¡cuán importante es saber transmitir la fe en la familia! Esos valores cristianos, de amor, solidaridad, bondad… en medio de este mundo tan deshumanizado. Saber transmitir el valor auténtico de la familia, del compartir juntos, del saber estar unidos aun en las dificultades. Pero sobre todo saber darle a nuestros hijos lo mejor que tenemos que es nuestra fe en Jesucristo y este Resucitado de entre los muertos, en esta sociedad tan descristianizada. 3


No vamos al cementerio a recordar un pasado que nunca volverá, sino a celebrar que en la muerte no termina todo, que Cristo al resucitar ha vencido a la muerte y ha acogido a nuestros hermanos difuntos en esa resurrección. Y eso es bueno que sepamos comunicarlo, hacérselo vivir a nuestros hijos y a la sociedad de hoy tan vacía de transcendencia, pensando que en lo que ven nuestros ojos se termina todo, que no hay más vida que la que se termina en el sepulcro. Queridos hermanos, nuestra Fe rociera, nos hace esperar un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva. Al celebrar Pentecostés cada año en la aldea del Rocío, estamos celebrando que el Espíritu Santo está con nosotros, y nos ayuda en nuestro caminar. Celebramos que la vida tiene sentido porque se lo da la Resurrección del Señor Jesús. Celebramos con alegría que Cristo Vive y junto con Él también nuestros hermanos difuntos. Podemos celebrar cada Pentecostés que caminamos por la senda rociera para encaminarnos hacia un futuro cierto, Cristo Jesús, que es nuestro Camino de Verdad y Vida. Que María Santísima, la Virgen del Rocío, nos acompañe siempre en este caminar, que Ella, que experimenta ya la resurrección de su Hijo, nos ayude a saber transmitir lo que hemos recibido de nuestros mayores. Francisco José Ortiz Bernal

100 Años de Hermandad Edita: Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Benacazón Imprime: Imprenta Las Baderas, tlf. 954750077 PILAS Dirige: Juan Ignacio García Conde, Vicesecretario 1º Redacción: Presidencia y Secretaría de la Hermandad, Grupo Joven, María Angeles Martín Camacho Fotografía: Hermandad del Rocío de Benacazón, Fotos Soriano, Hemeroteca ABC

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VÍA CRUCIS POR LAS CALLES DE BENACAZÓN

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HOMILIA DE DON SANTIAGO GÓMEZ, OBISPO AUXILIAR DE SEVILLA, EN LA MISA ESTACIONAL CELEBRADA EL 26 DE SEPTIEMBRE DE 2015 La sangre derramada que nosotros ofrecemos como el único fruto realmente agradable a Dios de la humanidad, que es su hijo hecho carne por nosotros. Y esa acción de gracias a Dios va teniendo múltiples motivos en nuestra vida personal, en la vida de la comunidad cristiana, en la vida de la Iglesia. Hoy nosotros aquí, en esta Misa Estacional también estamos dando gracias a Dios por estos cien años de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Benacazón. Cien años de historia que nosotros podemos narrar como hacéis vosotros contando la historia de vuestra Hermandad, desde aquel recuerdo de aquella maestra de Almonte, Juana Trujillo, que animó ya la devoción a la Virgen del Rocío que había en vuestro pueblo y terminó por impulsar el inicio de la Hermandad. Desde aquel primer camino en el año 1916 a la Aldea del Rocío y todo lo que ha seguido hasta el día de hoy, por todo ello damos gracias a Dios. Nosotros, como digo, podemos contar esa historia de cosas que hemos ido haciendo, de hitos importantes de la Hermandad, en un Simpecado, en el otro, en el cuarto que ahora preside nuestro altar. Digo que damos gracias por tantos hitos como la historia de la Hermandad en este siglo cuenta, la casa de Hermandad, la casa en la Aldea, en tantas cosas que podemos contar... Pero la historia más importante de la Hermandad no la podemos contar nosotros, porque como nos dice la carta a los hebreos, para los cristianos es más importante lo que no se ve que lo que se ve. Y lo que no se ve es esa historia de gracia, esa historia de santidad que en el alma de cada uno de los rocieros, hombres y mujeres, y niños y mayores de vuestro pueblo Dios ha ido haciendo a lo largo de este siglo bajo esta bendita imagen, este Simpecado de la Virgen del Rocío. Una historia de santidad que es lo que más vale en nuestra vida, porque esa historia de santidad no acaba, no se marchita, no hay que hacer de nuevo, sino que esa historia de santidad es IMPERECEDERA, porque lo que Dios nos da es para siempre. Lo que Dios nos da es, nada más y nada menos, que tener parte en su propia vida como hijos adoptivos por el bautismo y además una vida que no acaba con ésta. Por eso, cuántos cantos que hacéis los rocieros evocando ese peregrinar hacia la Ermita del Rocío terminan apuntando hacia ese Rocío del Cielo, hacia esa Rocina que no acaba, hacia ese encuentro con el Señor para siempre, que es la meta de la vida cristiana.

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Pero la palabra del Señor que acabamos de escuchar, hermanos y hermanas, nos habla también de que ese Camino, ese Camino del Rocío que simboliza también el camino de nuestra vida, porque la vida es camino, la vida es peregrinaje hacia Dios, puede haber también obstáculos, puede haber trampas, puede haber dificultades... Unas veces las pone el maligno, las pone el demonio, enemigo de Dios, que siempre ronda nuestra vida. Y otras veces las pone nuestro propio pecado, que nos hace caer a cada uno, a nosotros, y por el cual podemos hacer que otros caigan. Y fijaos que hoy hemos escuchado en el Evangelio según San Marcos una de las palabras más fuertes de Jesús en el Evangelio. El Señor que muestra tantas veces la misericordia, la comprensión, que levanta al caído, que perdona y que da una oportunidad nueva, sin embargo tiene palabras duras para el que hace caer, para el que es un obstáculo para otros en el camino del seguimiento del Señor. "El que escandalice -dice Jesús- a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen en el mar". Así son de duras las palabras del Señor. Esos pequeñuelos son los que creen, son TODOS los creyentes, no solamente los pequeños, los niños, sino que todos somos pequeños ante Dios. Y esa condición de creyentes, el que escandalice a uno de éstos merece esto que dice el Señor. Escandalizar quiere decir ser un obstáculo para otro, ser una trampa para otros, ser, en definitiva, algo que dificulta ese caminar hacia la VIDA PLENA. Porque fijaos, ese castigo que dice el Señor es tan severo, porque es tanto el daño que se hace cuando se dificulta la Fe... La Fe no es dificultar unas costumbres, la Fe no es solo dificultar una tradición secular de un pueblo. La Fe no solamente es esas tradiciones que tenemos o unos valores que tenemos. La Fe es la vida, la vida eterna, y por eso dificultar esa Fe y ser obstáculo en el camino, escandalizar, que es la palabra que emplea el Señor en ese Camino de la Fe, es matar la vida de Dios en el otro, que es la vida definitiva. Y por eso Jesús habla con esta severidad en el Evangelio.

Y al mismo tiempo el Señor nos está diciendo cómo hemos de reaccionar ante aquello que a nosotros mismos nos hace caer, ante lo que son esos puntos débiles de nuestra vida, por los que solemos vacilar o solemos caer o solemos desertar de lo que es el combate cristiano. Lo dice ciertamente con una hipérbole, con una exageración: "si tu mano te hace caer, córtatela, si tu pie o tu ojo es el que te hace 7


caer, córtatelo", dice el Señor, como una exageración, ciertamente, como una imagen exagerada, hiperbólica, para decirnos qué necesario es reaccionar, no dejarse llevar sino reaccionar de verdad contra aquello que nos aparta de la Fe.

La Virgen María, nuestra Madre, está invocada con tanto amor por vosotros como Nuestra Señora del Rocío, Ella nos lleva siempre a su Hijo, Ella es el Camino que no nos aparta de Él, Ella es el Camino que no nos hace caer sino que, muy al contrario, nos levanta para que sigamos en ese Camino ante el Señor. Pero también, hermanos y hermanas, Ella que nos lleva a su Hijo, Ella que es el regalo más grande que nos ha hecho Jesús, porque en su cruz, antes de entregar su propia vida por nosotros, nos entrega también, en la persona de Juan, el discípulo amado, a su propia madre. Ella nos ha dado la vida, la vida en su Hijo, la vida eterna, no apartemos nosotros, ni nosotros nos apartemos, ni seamos motivo de escándalo para otros, motivo de tropiezo para que otros se aparten de la vida de la gracia, de la vida de Dios, de la vida del Evangelio, del seguimiento de Jesús. Por eso hoy yo os invito, hermanos y hermanas, a que renovéis ante este Simpecado bendito de la Virgen del Rocío vuestro deseo, no solamente de reaccionar ante aquello que en vuestra vida cada uno sabe que nos aparta del Señor, sino también que hagamos la promesa ante Nuestra Madre del Rocío de querer no solamente no escandalizar a otros o ser obstáculo en el camino de la vida cristiana, sino lo contrario, ser hombres y mujeres que llevan a otros a Jesús, que llevan a la Virgen y, desde Ella, a su Hijo el Señor, porque eso no es transmitir únicamente tradiciones humanas, sino que es transmitir la vida de Dios, la vida de la gracia, la vida eterna, lo que más vale, realmente lo que mejor podemos dar a otros. Y eso lo hemos de hacer vosotros como padres y madres educando a vuestros hijos, educándolos en la Fe, dando testimonio de palabra y de obra de lo que es nuestra vida en el ámbito familiar, pero también en el ámbito profesional y de las relaciones humanas y de las relaciones económicas que puede haber entre nosotros. Recordad estas palabras tan fuertes que nos ha dicho el apóstol Santiago: "habéis vivido en el mundo con lujos y entregados al placer. La jornada defraudada a los obreros que cosechan vuestros campos es un grito ante Dios contra vosotros". Nos está llamando el Señor realmente a ser testimonios 8


también como cristianos de una justicia social, de una moral social, porque el mandamiento del amor no sirve únicamente para nuestras relaciones interpersonales. El mandamiento del amor sirve también para las relaciones profesionales, para las relaciones económicas, para las relaciones laborales, para las relaciones entre los pueblos y entre las naciones. Estamos en vísperas también nosotros en España hoy y le pedimos a la Virgen del Rocío que nos haga encontrar, en vísperas digo de unas elecciones que han sido presentadas y amenazan la unidad de nuestra patria, a la Virgen del Rocío le pedimos también que nos enseñe caminos de solidaridad social entre los pueblos y entre las culturas, que todas ellas ciertamente merecen un respeto, pero hay una virtud de solidaridad y de amor, de solidaridad social como de amor social que hemos de encarnar en nuestra vida. Pidamos a la Virgen que Ella nos haga mirarnos unos a otros como lo que somos, como hijos suyos. Qué más felicidad tiene una madre que ver a sus hijos unidos. Bien lo sabéis las que sois madres y tenéis vuestros hijos. La unidad y el amor entre los hijos es la felicidad de la madre. Pues pidamos también nosotros en esta tarde a la Virgen del Rocío nuestra Madre que vivamos unidos, que no seamos causa de división, que no seamos causa de tropiezo unos a otros, ni de palabra ni de obra sino que, como misioneros en este mundo que nos ha tocado vivir, demos testimonio del Amor, del Amor a Dios y del Amor al prójimo, y de esta manera alegraremos el corazón de la Virgen y seremos obedientes a la recomendación que es siempre eterna de nuestra Madre, la misma que hizo a los sirvientes en las Bodas de Caná, la misma que nos hace a nosotros hoy, que celebramos este Centenario de la Hermandad: "haced lo que Él os diga". Ese es siempre el susurro de la Madre del Cielo en el corazón de cada uno de sus hijos, que seamos obedientes a este consejo de Nuestra Madre. En ello nos va la vida, la felicidad en este mundo y la vida eterna. Que así sea.

SALIDA EXTRAODINARIA DE LA CARRETA POR EL PUEBLO

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Manolo Catalina, medio siglo de caminos detrás de la Carreta Si hablamos de Rocío y de carreta tras el Simpecado, en Benacazón se viene un nombre a la cabeza, y ese nombre es el de Manolo Catalina. Manuel Valero Oropesa, un rociero de arraigo que puede presumir de ser la persona que más benacazoneros ha llevado ante la Virgen. Fue hace más de 60 años, siendo un zagal, cuando se unió a un carretero y realizó su primer camino hacia la Aldea. "Mi familia no era muy rociera, pero a mí desde que tenía 15 años, que fue la primera vez que fui, me gustó muchísimo. Con cualquier carretero que me decía 'vente' me unía; con una manta y la ropa que llevaba, porque antes era muy distinto, disfrutaba lo más grande", nos cuenta Manolo. Durante varios años hizo el camino con una reunión de chavales que decidieron que cada año iba a partir uno el bizcocho. Así, en 1969 se convirtió en Hermano Mayor de la Hermandad. "Ese año mi mujer no fue porque estaba embarazada, así que conmigo vino la Eufemia (q.e.p.d.) y algunas mujeres más que ayudaban en los temas de comida durante todo el Rocío". De aquel año que Manolo fue Hermano Mayor, recuerda que no hizo la presentación en la Ermita; "cuando llegó la hora de la presentación le dije a Camuña (q.e.p.d.) que fuese él, que yo me quedaba preparando comida para todos los que había allí. Le daba comida y vino a todo el que se acercaba". Ese año, muchos del pueblo le regalaron varias arrobas de vino y muchos pollos, "porque esa era la comida y bebida de antes: pollos, conejos, vino y lo que llamábamos la 'palomita', que eran los cubatas antiguos".

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“Antes todo era de todos, al Rocío se iba en comunidad y todo estaba más en familia”

Después de haber pasado por ser Hermano Mayor, Manolo ya hizo el camino como se suele decir "con su casa". Eran su mujer, su hija y algunos allegados más los que emprendían camino cada mes de mayo con Manolo Catalina 'tirando del carro'. "Durante más de 30 años hemos hecho el camino saliendo todo de mi casa; y además, si el día de la salida veía a gente que quería ir y no podía, yo con mi mujer los montaba en el carro y se venían con nosotros. Muchos del pueblo han venido conmigo al camino, yo lo único que decía que lo que llevaba de comida era lo que había, que cuando se terminase nos vendríamos para detrás; porque antes todo era de todos, al Rocío se iba en comunidad y todo estaba más en familia. Yo no era capaz de dejar a una persona que le gustaba el Rocío aquí", refiere Manolo. Manolo no ha formado nunca parte de la Junta de Gobierno de la Hermandad, pero sí ha colaborado en todo lo que ha hecho falta: vendiendo papeletas o loterías, o en la compra de la casa de la plaza en el pueblo y su posterior arreglo. También ha colaborado en la compra de la actual casa del Rocío: "he dado el dinero con mucho gusto porque es lo que a mí siempre me ha gustado, y por eso he colaborado en todo lo que he podido". Pero si hay algo en lo que Manolo ha puesto todo su interés y su colaboración ha sido en la peregrinación al Rocío del mes de agosto. "Cada año llevaba a todas las mujeres del pueblo que tenían promesa a ver a la Virgen; primero iba con las bestias y al empezar a ir tanta gente ya tuve que alquilar un tractor, y así hasta llegar a llevar cinco tractores. Yo me hacía cargo de los tractores y de llevar al 'Pescaero' que freía pescado para todos, lo demás de pan y eso lo llevaba cada una", refiere Manolo.

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Así, por todas las labores que nos ha ido enumerando, en el año 1982 Manolo fue nombrado 'Rociero del Año'. Fue la primera vez que la Hermandad daba este reconocimiento a uno de sus hermanos, y nos cuenta Manolo que para él fue todo un orgullo recibirlo y que con ello le fuese reconocido el trabajo y colaboración con la Hermandad. Al hablar de agradecimientos, nos dice que también le gustó mucho el reconocimiento a los que fueron Hermanos Mayores en la cena del Centenario. "Allí disfruté muchísimo, y sobre todo lo que más me ha gustado de lo que se está haciendo en este año ha sido el día de la Salida Extraordinaria de la Carreta. La misa estuvo preciosa y me alegré mucho viendo a tanta gente de fuera que vino a ver Benacazón". Y con brillo en los ojos al hablar del Centenario, Manolo continúa contándonos "su pena" por llevar ya cuatro años sin hacer el camino. "Yo no estoy para ir al Rocío, ya la edad no perdona; pero cuando veo a mi hija y mis nietos arreglar esos días y el miércoles salir las carretas, se me ponen los pelos como escarpias y me da mucho sentimiento tener que quedarme aquí, porque para mí el camino al Rocío ha sido lo más grande". Pero aunque ya no pueda ir... todo Benacazón lo recuerda con su carro tirado por mulos tras la Carreta del Simpecado, con tractores llenos en pleno mes de agosto llevando promesas a la Virgen... Porque durante más de 60 años, Manolo Catalina ha ido por las arenas siendo ejemplo de humildad y hospitalidad con todo el pueblo de Benacazón. María Ángeles Martín Camacho

Fernando Atienza: "Somos muy sencillos y vamos todos a una" Fernando Atienza Lombardo es un rociero de fe y compostura, al que el aire alegre de la devoción rociera le cautivó desde pequeño. "A mí siempre me gustó cuando era chico y salía el tamborilero a darle la vuelta al pueblo, y los chavales íbamos a ver a las niñas bailar y a tocar las palmas". Reconoce que Benacazón es un pueblo muy rociero, "esto no se obedece, esto se imita" nos dice, y que cuando pasaba la Hermandad de Espartinas era un júbilo muy grande, en la época del señorito Pepe, el hermano del Vizconde, y la Hermandad se quedaba en Castilleja de Talhara. Cuenta Fernando que era un ambiente precioso, que había una gran animación con gente como los hermanos Toronjo, los hermanos Reyes... "El que tiene oídos pues oye, el que tiene ojos pues ve" sentencia nuestro hermano y asegura que "aquello me encantó". "Yo he sido muy dado a la convivencia y yo veía en el Rocío un convivencia que no veía en ningún otro sitio, me gustaba mucho ese ambiente de camaradería". Era cuando los pileños tenían los camiones y para mucha gente que no podía permitirse hacer el camino entero, el Rocío era ir a esperar a las carretas. Algunos íbamos andando hasta Castilleja con un bocadillo o sin nada esperando que nos dieran algo y después volvíamos otra vez andando, y eso era para nosotros el Rocío, hablamos del año 55 o 56". En los años cincuenta "el Rocío estaba muy lejos, por las carreteras que teníamos y por los pocos coches que había". Este veterano peregrino relata que hizo su primer camino en el año 71, con el niño de Manuel Polvillo, José Antonio. "Me compré un borrico para ir montado y cuando se lo dije a José Antonio, él me contestó tú te vienes conmigo en el charret, y así lo hice con la reunión de Antonio el boita". La experiencia no le defraudó en absoluto. "Lo que yo vi era esa armonía, esa convivencia, no había distinciones, no había discriminaciones de personas”. 13


Fernando subraya que "siempre he sido creyente, siempre he tenido a la Virgen del Rocío en mis plegarias, al crecer en un pueblo que siempre me ha transmitido esa devoción rociera". En cuanto a lo que conoció en el Rocío, lo expresa de una manera clara: "la aldea era una aldea, nunca mejor dicho, chozas, arena en las calles, en esa época estábamos todas las Hermandades muy cerca unas de otras". Nuestra casa estaba ya en la Plaza de Doñana, pero todavía no se ponía caseta. "Nos poníamos fuera porque no se cabía, y cada uno hacía un sombrajo con un palo y una manta como podía, y el de al lado agarraba su manta al palo tuyo, entonces no llevábamos ni lonas como ahora, un poco al estilo 'me lo cargué'". A la hora de mencionar la casa antigua, Fernando quiere tener un recuerdo para aquellos que hicieron posible con su trabajo incansable o que colaboraron de una u otra forma a hacer realidad aquel sueño de la Hermandad, como Fernando el zorrillo, Roldán, don José el veterinario, Manolo el peine, Camuñas, Antonio Ramos o el Titi Tomasa, y Perico Cotán llevando los materiales de construcción para la obra de la casa en la Aldea, todos ellos fueron los artífices de su realización. "Cuando veo a Francisco el zorrillo trabajar tanto en la casa de ahora me acuerdo de lo que trabajó su padre. Para hacer la Casa Hermandad de la Aldea, Roldán tenía coche y lo llevaba por la mañana y lo traía por la tarde, o don José Oropesa, que también tenía coche”, y eso a pesar de las carreteras que había entonces. En cuanto a la experiencia de ver a la Virgen, Fernando apunta que "antes tenía unos horarios mucho más ajustados y ahora todo es más imprevisible”. Y como le ocurre a todo el que está mucho por la labor de algo, Fernando acabó por colaborar con la Junta de Gobierno de la Hermandad. "Los directivos que llevaban la Hermandad estaban deseando de que saliera alguien para ir echando una manita, porque se veían desbordados, ya que las cosas iban cambiando cultural y espiritualmente y ellos pusieron el listón bastante alto con su trabajo por la Hermandad, más el trabajo cotidiano que era de sol a sol". "A mí me buscó Camuñas padre, que era un hombre que hablaba poco pero que te motivaba mucho, y tu 14


veías la verdad de un hombre hablando que lo sentía en el alma. Y en esa época yo me hice autónomo y entonces ya trabajaba en el pueblo. Y como desde chico sentía el aliento rociero, pues me fui pegando a Manolo el peine, a Antonio Ramos, al Titi Tomasa, a Perico Cotán, a don José el veterinario, a José María de Dionisia...". Fernandito, como muchos le llaman cariñosamente en Benacazón, entró en la Junta como vocal, y cuenta que empezó a decirle a la gente antes mencionada que hacía falta un secretario, "que es lo principal que puede tener una Hermandad después de su presidente, y yo conocía a José Manuel la Rubina, que yo sabía que también le gustaba mucho el Rocío". Destaca con certeza que José Manuel era muy rociero, que estaba muy preparado y que le encantaba el Rocío, "de hecho, él era miembro de la Junta de la Vera-Cruz y como era incompatible estar en las dos hermandades, se vino y cogió la secretaría de la Hermandad del Rocío". Estamos hablando del año 78 y Fernando se describe como "colaborador de la Junta antigua". "Yo iba a casa de Manolo la taberna y me gustaba tanto que siempre estaba liado". Recuerda nuestro entrañable protagonista que fue a la casa del Rocío a cambiar la instalación eléctrica a 220 en el año 80, y de esa manera poder tirar un cable para darle luz a la gente que se ponía en frente, y después a la caseta que se empezó a montar. De estos años recuerda una anécdota de cuando se montó una especie de caseta en el año 84 y una vez que se hubo hecho todo el arduo trabajo, los satisfechos hermanos se fueron a tomar algo a la casa del veterinario. Ocurrió que se levantó un vendaval y la techumbre de la caseta, que estaba colocada con los pilares machohembrados pero sin vientos de seguridad, salió volando y todo aquello se vino abajo. Cuando el guarda se presentó en casa de don José al principio nadie le echaba cuenta, hasta que salimos corriendo y vimos el daño. Hubo hasta que ir a por el herrero a Pilas para enderezar los hierros y montarlo todo de nuevo. De los cambios que el Rocío y la Hermandad han experimentado, Fernando dice que él no vivió el cambio del Acebuchal a la Plaza de Doñana, "a mí no me produjo ningún shock", pero entiende que los mayores tenían tantas vivencias del Acebuchal, "tan cerca que pasaba la Virgen por allí, que nada más que te ponías de pie veías la Ermita. Pero como se cambió aunque no para mal, pues nos fuimos allí y éramos una gran Hermandad, por la cantidad de gente que ya acudía". Y como todo el mundo, guarda muchos momentos destacables. "Tengo una vivencia allí en la caseta cuando había una reunión muy grande que se llamaba de "los marrillas", organizada por Juan Carrasquilla, y se presentó una visita de mucha gente con Antonio Gala. Cuando miro para la puerta de entrada veo a Antonio Gala, con su bastón muy estirado mirando la caseta. Y sin pensarlo yo me voy para la puerta y le digo a Antonio que entrara para dentro y así lo hicieron. Y se produjo una reunión con un ambiente muy bonito. Yo le invité a que se sentara y él me dijo -esto es para verlo de pie, no para sentarse". Mucho se habla de lo que ha cambiado el Rocío, pero Fernando tiene su propia manera de verlo. "Aquí no cambian las cosas, cambiamos nosotros. Antes se iba con tractores de menos potencia y ahora van algunos que pueden más que un tanque, antes se iba en una carreta y algunos dormían en el suelo porque no se cabía, y ahora los remolques tienen de todo". Pero, sobre todo, su Hermandad de Benacazón. "La Hermandad ha llegado a los cien años gracias al esfuerzo de todo un pueblo muy rociero como es Benacazón, que no solo es rociero el que va todos los años por el camino. Hay muchos rocieros de corazón que por circunstancias se quedan en el pueblo". Y celebra con entusiasmo los actos del Centenario. "La prueba está donde se ha demostrado que Benacazón es rociero el día de la Misa Estacional y la salida extraordinaria de la carreta por el pueblo. Ahí es donde se ve un pueblo que sabe hacer Rocío. Y somos muy sencillos y vamos todos a una". Que así siga siendo y que don Fernando Atienza nos acompañe durante muchos años más. Juan Tribuna 15


La Hermandad en Villamanrique, la Raya y la Plaza de Do単ana

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ORÍGENES DE LA HISTORIA DEL BIZCOCHO DE BENACAZÓN En el año de la Coronación de la Virgen del Rocío, 1919, la Hermandad de Benacazón fue al Rocío bajo la dirección de Joselito el de las Patillas. Para tan señalado acontecimiento, nuestro Simpecado estuvo acompañado por siete carretas, según recoge una crónica aparecida en el diario ABC de aquellos días. Teniendo en cuenta los pocos años que llevaba la Hermandad haciendo el camino del Rocío y la economía de la época, es de suponer que la comitiva de la entonces undécima Hermandad más antigua no pasaría de unas pocas decenas de personas. Por ese mismo motivo, la comida y la bebida que entonces llevaban las reuniones rocieras eran muy diferentes a lo que conocemos hoy día. Sea como fuere, y posiblemente dado que se trató de una ocasión muy especial debido al magno acontecimiento vivido, como fue la coronación, lo cierto es que cuando llegó el momento de acometer el camino de vuelta, no había alimento alguno para los que regresaban al pueblo, salvo un bizcocho que le había sobrado a alguien. Comoquiera que esto no era suficiente para los que allí había, cuentan los que lo vivieron que entre todos se decidió permitir que alguien se comiera el bizcocho con la condición de que al año siguiente trajera la Hermandad a la Aldea como Hermano Mayor. No era tarea fácil soportar el gasto que suponía el llevar la Hermandad en ese tiempo, como tampoco lo es ahora. El caso es que Juan Alvarado, el padre de Juanito “bigotes”, fue el hombre que dio un paso al frente y se atrevió a partir el bizcocho, convirtiéndose en el primer Hermano Mayor oficial de la Hermandad que recibía el título por esta tradición, de la que ahora nos sentimos tan orgullosos. Don Juan cogió el cuchillo y partió el mencionado bizcocho, pero al darle pena del hambre que podían tener sus acompañantes, dicen que repartió un pequeño trozo a los allí presentes para decirles que así tenían que volver también el año siguiente. De ahí también el dicho de que hay que comer bizcocho para estar seguro de regresar a ver a la Virgen al año siguiente. Después de aquella anécdota, diferentes hombres y mujeres hermanos de Benacazón fueron protagonizando tan importante acto de la Hermandad, configurando una lista de personas que ha quedado para la historia.

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RELACIÓN DE HERMANOS MAYORES DEL ROCÍO DE BENACAZÓN 1915. Queda legalmente constituida la Hermandad, contándose entre sus fundadores los Moras, los Vitorinos, Rosario la Dazita, la Moralita, la Curra y los Poyatos, los Ortiz Garrido, figurando a la cabeza don Juan Garrido Alvarado. 1916. Hace su primera entrada oficial en la Aldea, bajo la dirección de doña Ana Pantoja y don Marcelino Rodríguez Bautista. 1917. Don Marcelino Rodríguez Bautista 1918. Don Antonio Valero Garrido (Antonio La Negrilla) 1919. Don Joselito de las Patillas (promotor de la tradición del bizcocho) 1920. Don Juan Garrido Alvarado 1921. Don José Perejón Rodríguez 1922. Don José Ortiz Garrido 1923,1924 y 1925. No hay constancia 1926. Doña Rosarito Morales Daza 1927. Doña Francisca Pérez 1928. Don Martín 1929 y 1930. No tenemos constancia 1931. Don Antonio Mora Sánchez 1932. Don Martín 1933. Doña Rosario Morales Daza 1934. Don Marcelo Rodríguez Sánchez (Chico Marcelo) 1935. Don José Perejón Márquez 1936. Doña Dolores Sánchez Morales y don Manuel León Sánchez 1937 y 1938. No hay constancia 1939. Doña Dolores Sánchez Morales y don Manuel León Sánchez 1940. Don Manuel Daza Garrido. 1941. Don José Mora Sánchez 1942. Don Modesto Jaén Silva (no fue por la muerte de su hija) 1943. Don Antonio Rojas Morales 1944. Don Marcelo Rodríguez Sánchez (no la llevó por la muerte de Pepe Floro) 1945. Don José Rojas Adame 1946. Don Adolfo Bautista Perejón 1947. Don José Pérez Ramos 1948. Don Modesto Jaén Gozou y Manolo Mora Ladrón de Guevara 1949. Don José Rodríguez de la Rosa 1950. Don Miguel Lasso de la Vega y Marañón, Vizconde de Dos Fuentes 1951. Don Miguel Lasso de la Vega y Marañón 18


1952. Don José Oropesa Mora, don Pedro García Escudero, don Modesto Jaén, don Manuel Daza Garrido y don Manuel Mora Ladrón de Guevara 1953, 1954, 1955 y 1956. Don Marcelino Rodríguez Sánchez, con la ayuda del pueblo 1957, 1958, 1959, 1960, 1961 y 1962. Don Miguel Lasso de la Vega y Marañón 1963. Don Marcelo Rodríguez Sánchez, con la ayuda del pueblo 1964. Don José Lirola Martínez 1965 y 1966. Don Pedro Vargas Perejón 1967. Don Diego Martín Villar y don Antonio Ramos Valero 1968. Don Antonio Valero Bernal y don Manuel Pérez Expósito 1969. Don José Roldán Daza y don Manuel Valero Oropesa Aparece como Hermano Mayor Perpetuo don Diego Martín Villar 1970. Don Juan Garrido Martín Hermano Mayor Honorario Excmo. Sr. Gobernador Civil de Sevilla, don Román Muñoz González Bernardo de Quirós 1971. Don Antonio Domínguez Sánchez 1972. Don Miguel Silva Amores. 1973. Don Manuel Toscano Díaz 1974. Don Diego Martín Villar 1975. Don José Garrido Martín y don Manuel León Franco 1976. Don Francisco Limón Torres y don Francisco Velásquez Díaz 1977. Don Antonio Rojas Silva 1978. Don Francisco Rojas Silva y doña Josefa Rojas Amores 1979. Don Antonio González Garrido 1980. Don Pedro Perejón Silva 1981. Don Juan Valero Sánchez y don Eustaquio Amores Valero 1982. Don José Morales Garrido 1983. Don Manuel Jaén León 1984. La Junta de Gobierno 1985. Don Antonio Pérez García 1986. Don Manuel Bernal León 1987. La Junta de Gobierno 1988. La Junta de Gobierno 1989. Don Alejandro Bautista Torres 1990. Doña María Ramos Rodríguez 1991. La Junta de Gobierno 1992. Don Daniel Soriano Flores y don José Garrido Martín 1993. Doña Dulce Nombre Fernández Perejón y don Bernardo Sánchez Ruiz 1994. Don Francisco León Pazo 19


1995. Don Juan y don Pedro Vizcaíno Oropesa 1996. Don Alfonso Valero Sánchez 1997. Don Miguel Valero Garrido y don Eustaquio Amores Valero 1998. La Junta de Gobierno. 1999. La Junta de Gobierno. 2000. Don Antonio Oropesa Rodríguez y doña Josefa Alvarado Martínez 2001. Don Diego Perejón Silva y doña María Luna Santana 2002. Don José Oropesa Mora y doña Esperanza Oropesa de Cáceres 2003. Don Blas González Cañal y doña Rocío Rodríguez Ramírez 2004. Don Manuel Martín Vega y doña Antonia García Ramírez. 2005. Don Alfonso Valero Sánchez y su hija doña Antonia Rocío Valero Garrido 2006. Don Cesar Augusto Oropesa Borrachero y doña Mª Inés Domínguez Castro 2007. Don Francisco Oropesa Alvarado y doña Rocío Ramos Albis 2008. Doña Inmaculada Amores Valero y don Ángel David Rodríguez Flores 2009. Don Antonio Garrido Rojas y doña Teresa Nieto Garrido 2010. Don Antonio Oropesa Rodríguez y doña Josefa Alvarado Martínez 2011. Don Cayetano Castillo López y doña Rosario Perejón Valero 2012. La Junta de Gobierno 2013. Don Jesús Marcelo Pozo y doña Manolita García Ruiz 2014. Don Manuel García Ortiz y doña Victoria Perejón Luna 2015. Don José Diago Maraver y doña María Ramos Rodríguez 2016. La Junta de Gobierno con motivo del Centenario

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CONFRATERNIDAD DE HERMANDADES DEL ALJARAFE (1ª parte)

La Comisión o consejo de Hermandades de Nuestra Señora del Rocío del Aljarafe estaba compuesta por más de 40 hermandades del Rocío y supuso una realidad que consiguió la relación entre las Hermandades así como la solución de muchos problemas que se planteaban en el camino del Rocío, así como un mayor estrechamiento en las relaciones de los componentes de sus Juntas de Gobierno en reuniones, convivencias y asambleas. La historia se remonta a los últimos años de la década de 1970, cuando varias Hermandades se reunieron con el objetivo de estrechar sus relaciones a través de encuentros, reuniones, ponencias y pregones rocieros. Pero el origen de la Confraternidad tiene lugar en la primavera de 1986, cuando las Hermandades de Benacazón, Sanlúcar la Mayor, Olivares y Umbrete concibieron la idea de reunirse periódicamente con el objetivo de solucionar algunos problemas del camino y fortalecer sus lazos de unión. La feliz idea fue acercando poco a poco a más Hermandades del Rocío, celebrándose asambleas periódicas, siendo en 1987 una de ellas. Con la celebración del Año Santo Mariano se formó una Comisión para conmemorarlo, formada por los Presidentes de las distintas Hermandades del Aljarafe, Bormujos, Bollullos de la Mitación, Benacazón, Espartinas, Olivares, Sanlúcar la Mayor, Villanueva del Ariscal. Esta primera Junta se reunió en Benacazón el 12 de agosto de 1987, tomando importantes acuerdos: 1. Retiro en el Monasterio del Loreto de los miembros de las Hermandades que forman la Comisión. 2. Elaboración de un pequeño catecismo sobre la vida de la Virgen María. 3. Conferencias por los pueblos del Aljarafe. 4. Proyección de películas y diapositivas. 5. Concursos infantiles en colegios, redacciones del Rocío. 6. Inclusión de la juventud en las actividades de la Confratrernidad. 7. Dedicar parte de las actividades a la asistencia social. En este año se cierran reuniones de la Confraternidad el 25/9/87 en Olivares, el 7/11/87 en el Seminario de Pilas y el 17/11/87 en Sanlúcar la Mayor. El 22/1/88 se celebra asamblea en Gelves y el 26/1/88 en Bollullos de la Mitación, acordando remitir carta al Presidente de la Junta de Andalucía y a los medios de comunicación solicitando festivo el día de la Inmaculada y para definir el ámbito geográfico que definiría y configuraría a las Hermandades denominadas del Aljarafe. La siguiente asamblea es en Bormujos en febrero de 1988 aclarando y permitiendo la entrada de otras Hermandades de fuera del Aljarafe. El 18/3/88 en Huévar del Aljarafe se adoptó el acuerdo de escribir carta al Ayuntamiento de Almonte pidiendo la aplicación del IBI mínimo para las Casas de Hermandad sitas en la Aldea del Rocío. En la Romería de 1988 se ponen de acuerdo las Hermandades de la Confraternidad para solucionar los siguientes problemas del camino: - Confeccionar un horario para el vado del Quema para las Hermandades.

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- Compromiso de las Hermandades para la limpieza del camino y acampadas bajo un presupuesto. El 15/9/88 tiene lugar una nueva asamblea en San Juan de Aznalfarache, en la que se plasma como objetivo la programación de las actividades de la Comisión para el curso 88/89 y se nombra nueva Junta de Gobierno de la Comisión compuesta por ocho miembros de las Hermandades del Aljarafe y un Director Espiritual, integrada por Presidente de Villamanrrique de la Condesa, Vicepresidente de Bollullos de la Mitación, Secretario de Benacazón, Vocales de Olivares, Gines, Villanueva del Ariscal y Espartinas y Director Espiritual de Gines. La Comisión de reúne en Gines el 29/9/88 y propone volver a reunirse el 20/10/88 con las siguientes propuestas: 1. Evangelización de las Hermandades y sus Juntas de Gobierno. 2. Estudio de la Juventud. 3. Potenciar la participación de las mujeres en las Hermandades. 4. Crear una ayuda o beca de estudios para niños menos pudientes. 5. Realizar campañas de recogida de libros para niños necesitados. 6. Mayor contacto entre las Juntas y sus hermanos. 7. Mayor preparación de los miembros de las Juntas de Gobierno. 8. Aprovechar los buenos momentos de cada Hermandad. 9. Visitas de la Junta de la Confraternidad a las distintas Hermandades del Rocío del Aljarafe. 10. Estudiar en conjunto los problemas de las Hermandades y curas párrocos. 11. Mayor unión de las Hermandades ante los problemas de la Romería. 12. Citación a la Hermandades con antelación y orden del día previo. En Villamanrrique se aprobaron las propuestas tomadas en Gines y se añadió: 1. Confirmación de la Junta de la Comisión elegida en la Asamblea de San Juán de Aznalfarache. 2. Ratificar las propuestas de Gines. 3. Celebrar solemnemente la Clausura del Año Santo Mariano en el Seminario menor de Pilas. El 19/11/88 se clausuró con una Asamblea General Extraordinaria de la Confraternidad, a la que asistieron 18 Hermandades. A la apertura de la Asamblea se dió lectura a una carta del Arzobispo, por su no asistencia y después una brillante conferencia impartida por don Vicente García Caviedes, sobre el tema y lema de "Misión de las Hermandades del Rocío en la Iglesia de hoy". Posteriormente se celebró Santa Misa, clausurándose el acto. El año 1988 se cerró con una reunión de la Juventud celebrada en Benacazón el 19/12/88, donde se comentó el éxito de la clausura del Año Santo Mariano y se programaron asambleas próximas en Pilas en enero, Umbrete en febrero, Coria del Río en marzo, Carrión de los Céspedes en abril, y junio en Benacazón, y se acuerda llevar a cabo un boletín rociero de Hermandades del Aljarafe. 22


LA VOZ DE LA CALLE Opiniones

sobre

la

MISA

ESTACIONAL

y

la

SALIDA

EXTRAORDINARIA de la CARRETA Nieves: El día 26 de Septiembre fue todo maravilloso, no faltó ni un detalle. La carreta por las calles de su pueblo vivió un camino de adoquines que se sentía como arena del camino por un ratito. Días de recuerdos y nostalgia que nos hicieron retroceder en el tiempo y recordar quiénes somos y de dónde venimos. Gracias a muchos rocieros estamos celebrando los 100 años de esta bendita Hermandad. Manolo: La Misa Estacional ha sido uno de los actos más importantes de los que llevan transcurriendo por la efeméride de nuestro aniversario, habiendo conseguido una exquisita composición de las que todos los rocieros de Benacazón tenemos que volvernos a sentir orgullosos. Aunque quizás la palma se la llevó la procesión extraordinaria de la carreta y el Simpecado tras la misa. Eso ya lo hizo el destino y tantas y tantas personas que durante días ensayaron sevillanas inéditas o escribieron versos para el Simpecado de Benacazón haciendo hincapié y rima en los 100 años de camino. Rosario: Como rociera no tengo palabras para describir todo lo que se está viviendo en este Centenario. Todo está espectacular, pero la Misa Estacional en la plaza delante de la casa hermandad ese 26 de septiembre quedará para la historia de todos los rocieros benacazoneros. La salida de la carreta inolvidable, tan sencilla y elegante a la vez, imposible describir o expresar tanto sentimiento vivido esa noche. Benacazón abrió sus puertas y se volcó. Esos cantos tan maravillosos dedicados a ti Rocío. Una vez más se repitió lo que mantiene a esta hermandad: UNIÓN. Tengo el orgullo de pertenecer a ella, vivirlo desde dentro y desde fuera y lo mejor fue estar disfrutándolo con mis padres. Mi más sincera enhorabuena a su Junta de Gobierno por el año que nos está regalando. ¡VIVA LA VIRGEN DEL ROCIO! Manuel: El día 26 de septiembre fue un día grande, y todo lo que se vivió perfecto. Me emocioné bastante en las presentaciones a las hermandades y en las puertas de las casas cuando tantas sevillanas le cantaban al Simpecado. Tuve el orgullo de pasearme por mi pueblo con las dos medallas que llevo en el corazón: Benacazón y Carrión. Anónimo: Inolvidable. Así definiría lo que viví aquella calurosa tarde de septiembre. Desde bien temprano ultimando detalles en la casa hermandad, los nervios me hicieron hasta perder la voz. Y es que, para un rocier@ que ama y siente a su hermandad tanto como lo hago yo es imposible no tener la añoranza de volver el tiempo atrás y revivir aquel 26 de septiembre todos los días de nuevo. La Misa transcurrió y fue preparada con un exquisitez inmensa por todos aquellos que fueron a aportar su grano de arena, la alegría de ver a tantas hermandades vecinas disfrutando de lo que tenemos en Benacazón, todos boquiabiertos al llegar la carreta al Ayuntamiento. Lo que allí se vivió fue increíble, como el resto de 23


la noche, la cual guardaré para el recuerdo y tendré la suerte de contársela a mis hijos el día de mañana. No tengo mayor orgullo que ser una rocier@ de la Hermandad de Benacazón. Manuela: Para mí ha sido el acto más importante que ha tenido la Hermandad del Rocío en lo que va de Centenario. La Junta supo organizarla perfectamente, la salida de la carreta fue algo impresionante, nunca había visto a tantas personas alrededor de ella, disfrutó todo el pueblo y los rocieros que ya no están con nosotros seguro que disfrutarían allí en las marismas celestiales. M. José: En mi humilde opinión, la Misa Estacional me pareció un acto muy solemne y el precioso altar con nuestro Simpecado Centenario. Y qué decir de la Salida Extraordinaria… la disfruté junto a mi coro paseando junto a nuestra Carreta por las calles de nuestro pueblo, donde la pudieron disfrutar muchas personas que por enfermedad u otros motivos no pueden verla. En resumen, para mí fue una tarde-noche de ensueño. Auxi: Para mí fue un día único el poder cantar la misa con todo mi coro, disfruté como pocas veces al ver a todo el pueblo en la calle acompañando a nuestra carreta blanca en sus 100 años. En cada rinconcito de nuestras calles nos hicieron vivir momentos únicos cada una de las personas que le rezaban cantando. Fue como vivir un trocito de camino.

Benacazón en la prensa del siglo XX Los siguientes recortes de periódico documentan algunos hitos de la historia de los años setenta y ochenta: un extenso reportaje basado en una entrevista del canónigo de la Catedral y periodista, Francisco Gil Delgado, al entonces presidente, don Manuel Pérez Expósito, en el año 78; la primera vez que la Hermandad salió el jueves en lugar del viernes, el 31 de mayo de 1979; el I Concurso de Tamborileros y el acto de entrega del primer título de Rociero del Año en noviembre de 1982 a don Manuel Valero Oropesa, Manolo Catalina; los cultos de 1983, en cuya Función Principal el día 15 de mayo se impuso la medalla de oro a la Virgen de las Nieves; y la toma de posesión del Hermano Mayor en 1984, don Antonio Pérez García.

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La Junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Benacazón os desea una FELIZ NAVIDAD y un bendito Año del Centenario 2016 lleno de PAZ, AMOR, SALUD y FELICIDAD. 28


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