La reacción del público es lo que más cuenta para mí, dijo Óskar en su visita a Noroeste-Mazatlán Por Juan Lizárraga T. NOROESTE-Mazatlán, 3 de septiembre de 1981.
La reacción del público ante su voz, ante su música, es lo más importante para Óskar en su batallar artístico, por eso, antes de cada actuación prepara el terreno, se relaciona con la gente. Porque es fiel a esa tónica, y así lo dice, estuvo en Mazatlán en días pasados, pues este siete de septiembre actuará en un centro nocturno local y "de pasada", hizo una visita a NOROESTE-Mazatlán. Aquí nos dijo que su música es básicamente romántica, baladas de su composición algunas y otras de José José, Marco Antonio Muñiz, Pedro Vargas y otros cantantes de su admiración e introduce en su show, trozos de música sudamericana, pues toca instrumentos, entre ellos la quena, el bombo legüero, el cuatro venezolano, de esa región. Conoció las instalaciones de NOROESTE y nos dimos cuenta de que es tan curiosos como supersticioso: le gusta coleccionar ranas (no por su presencia ni por su voz), porque siempre van adelante y traía en su cuello ocho cadenas diferentes con amuletos, además de que sus brazos los traía también ataviados. Decimos que le es más importante la reacción del público hacia él porque al preguntarle sobre el festival OTI, respondió que ocupar un quinto lugar en la eliminatoria es bueno, pero lo que interesa es el aplauso con que lo recibió la gente.
Y llega a Mazatlán siete días antes de su presentación, permaneció dos días, ahora está en Culiacán, "preparando el terreno" y vuelve a Mazatlán para presentarse el siete de septiembre. "No se trata sólo de llegar y empezar a cantar, hay que hacer amigos", dice. ¿Y qué proyectos de grabación tienes?, preguntamos sorpresivamente al bajar del avión en el aeropuerto de esta ciudad. Dijo que escuchó "Me dijiste no", canción que recientemente grabó, el de la OTI, "Dímelo", es otra de sus grabaciones y está por iniciar la grabación de su primer disco de larga duración con canciones propias, de Arnulfo M. Vega y de Manuel Alejandro. Óskar, González Torres de apellidos, 27 años de edad, es muy admirado por las jovencitas. Ayer, al término de la entrevista, abandonó este diario, rodeado de una nube de damitas sinaloenses que no se le despega desde que llegó al aeropuerto.